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2
Créditos
Moderadoras
Malu_12
xx.MaJo.xx
3

Traductoras Correctoras

Nelly Vanessa Pachi15


Paloma bibliotecaria70
Agus marta_rg24
JesMN maggiih
Pachi15 cgrande89
Niki26 xx.MaJo.xx
Vivi Curitiba
nooniikaa
Malu
Boom
Majo
Maggih
Mona
Cereziito24
Nelshia
Recopilación y Revisión

Curitiba

Diseño

Auro Kyle

4
Contenido
Sinopsis................................................................................................................................................ 7

Capítulo 1 ........................................................................................................................................... 8

Capítulo 2 ......................................................................................................................................... 22

Capítulo 3.......................................................................................................................................... 33 5
Capítulo 4.......................................................................................................................................... 45

Capítulo 6.......................................................................................................................................... 67

Capítulo 7.......................................................................................................................................... 77

Capítulo 8.......................................................................................................................................... 87

Capítulo 9.......................................................................................................................................... 94

Capítulo 10 ..................................................................................................................................... 107

Capítulo 11 ..................................................................................................................................... 114

Capítulo 12 ..................................................................................................................................... 121

Capítulo 13 ..................................................................................................................................... 126

Capítulo 14 ..................................................................................................................................... 134

Capítulo15 ...................................................................................................................................... 142

Capítulo 16 .................................................................................................................................... 148

Capítulo 17 ..................................................................................................................................... 159

Capítulo 18 ..................................................................................................................................... 166

Capítulo 19 ..................................................................................................................................... 174

Capítulo 20 ..................................................................................................................................... 185

Capítulo 21 ..................................................................................................................................... 198


Capítulo 22 ..................................................................................................................................... 209

Capítulo 23 ..................................................................................................................................... 220

Capítulo 24 ..................................................................................................................................... 227

Capítulo 25 ..................................................................................................................................... 235

Capítulo 26 ..................................................................................................................................... 243

6
Sinopsis

D
espués de morir en un accidente automovilístico, Lucy Warner
descubre que tiene problemas para dejar ir su antigua vida. Hacerle
frente a la muerte no es algo que hubiera pensado que tendría que
hacer a una edad tan temprana. Afortunadamente, Ryan, el fantasma que ha estado
rondando en su habitación durante toda su vida, está ahí para ayudarla a encontrar 7
su camino como un fantasma. La buena noticia es que ahora es muy sólido para
ella.
De hecho, él es el único sólido para ella.
Ya que Lucy logró enamorarse del fantasma mientras aún estaba viva, se
podría pensar que este sería el final feliz que había estado soñando.
La mala noticia es que su antiguo novio Jon todavía puede verla. Y cuando él
viene a visitarla, es casi como si nunca hubiera muerto. Lucy se pregunta si el
seguir estando enamorada puede ser suficiente para seguir adelante con su
romance, y se aferra a los jirones de su vida anterior.
Pero la vida como un fantasma resulta ser un desafío cuando los celos de Ryan
le hacen abandonar a Lucy, dejándola para hacer frente a la otra vida por sí misma.
Capítulo 1

“L
ucy Elizabeth Warner, adornó el mundo con su presencia desde
el día 3 de enero de 1994, murió trágicamente por el encuentro
con un coche el 22 de agosto de 2012. Los recuerdos cariñosos
durarán para siempre”. ¿Qué demonios?
Acababa de llegar a la tumba para ver mi lápida recién colocada. Los 8
trabajadores se estaban alejando para el momento en que me di cuenta de que
había alguien allí. Me quedé de pie y comencé a ver mi epitafio, decepcionada de
que no fuera un visitante real el que viniera a verme, y preguntándome cuánto
tiempo le llevó a mis padres llegar a algo tan cojo.
—Los recuerdos cariñosos duran para siempre —dije, con la misma voz triste
simulada que usé cuando leí a Ryan en alto—. ¿Incluso qué se supone que significa
eso? Los recuerdos sólo duran tanto como las personas que los tienen. Entonces, no
es técnicamente para siempre... —Me callé, y di una mirada más cercana a la
piedra. Era una pieza bastante enorme de granito pulida y oscura, un simple
rectángulo con una parte superior redondeada, nada especial, sin cruces, ni ángeles
llorando, ni nada. Si tuviera la oportunidad de escoger mi propia lápida, me habría
ido por uno de esos enormes ángeles que se levantaban sobre el cementerio. Pero
supongo que eso no es un lujo que la mayoría de la gente piensa para elegir por sí
mismos antes de tiempo.
Me puse de pie y miré durante unos minutos. Los recuerdos cariñosos duran
para siempre. Sólo tienes que esperar hasta que Ryan se entere de esto. Puesto que
nadie estaba realmente allí para visitarme, me pareció una tontería colgar
alrededor por más tiempo. Empecé a caminar de nuevo hacia la puerta del
cementerio, la única manera que sabía cómo volver a casa otra vez. Cuando salí de
mi casa por la puerta principal, llegué al cementerio justo encima de mi cadáver.
Pero no había descubierto por qué tenía que caminar todo el camino de regreso a la
puerta para salir de este lugar, ya que tenía la oportunidad de ir y venir por la
puerta principal de mi hogar. Supongo que era sólo otro misterio de ser un
fantasma.
Ha pasado un mes desde que morí. Septiembre tuvo un largo período de
sequía, así que en vez de las hojas volviéndose de un rojo brillante, naranja y
amarillo, se habían vuelto marrón y ya estaban cayendo a mediados de octubre.
Quería ser dramática y decir que el mundo había muerto junto conmigo, pero eso
era un poco egoísta, incluso para mí. Me arrastré a través de las hojas sin hacer
ruido, decepcionada por el crujido que mis pies descalzos no hacían.
Para empeorar las cosas, nadie había venido a verme al cementerio. Ling llegó
a la casa una vez, para darle a mi madre un par de cosas que pensaba que a mi 9
familia le gustaría para recordarme. Había unos cuantos CDs, una camiseta de un
concierto que llevé a su casa por accidente hace un par de años, que nunca logró
encontrar para dármela de vuelta antes, y una foto de las dos de cuando éramos
mucho más jóvenes. No estoy segura de por qué no sólo se los quedó para sí misma
para recordarme. Mi madre enmarcó la foto y la puso en mi habitación, lo que era
muy agradable para mí; pero ya que nunca iba a ir más a mi habitación, nunca la
veía. Los CDs y la camisa se las entregó a Stazi, ya que Natalie había desaparecido.
Era como si dos de los nuestros murieran ese día, con lo poco que Nat estaba en
contacto. Ella claramente quería evitar el tema de mí con el resto de la familia.
Lo que es peor, sin embargo, Jon no se había aparecido tampoco. Estaba
segura de que lo vería. Supuse que sólo estaba tratando de no lastimar los
sentimientos de una chica muerta cuando dijo que vendría de visita.
Suspiré mientras cruzaba la puerta y terminaba de nuevo en casa. No había a
dónde más pudiera ir.
Ryan estaba sentado en el porche, esperándome.
—Entonces, ¿quién fue?
—Mi lápida se acaba de colocar, fue entregada. Ellos ya se iban cuando llegué
allí.
—Oh, ¿eso es todo?
—Sí. —Tuve que suspirar de nuevo. ¿Qué se necesita para que una chica
muerta consiga visitantes en su tumba?
—¿Sientes lástima por ti misma de nuevo, Lu?
—Las hojas no hacen ningún ruido cuando paso sobre ellas. Ya sabes la mejor
parte de la caída son las hojas. Todo es simplemente marrón y asqueroso. Y mataría
por un suéter en este momento.
—¿Por un suéter? —Sus brillantes ojos azules me dieron una mirada de
perplejidad. Tenía los más hermosos ojos. Me encontré sorprendida por la cantidad
de detalles que me perdí de ver a Ryan como un fantasma. Siempre pensé que eran
de color marrón porque eran tan oscuros, antes de que pareciera que era una
versión en blanco y negro de sí mismo. Pero ahora que estaba muerta también, era
como si hubiera salido de las sombras para revelar a este hermoso chico de pie
frente a mí. 10
—Sí, es otoño, debería estar en jeans y suéter y tenis de deporte. Este traje es
muy divertido, pero no es práctico para el uso diario.
—Pero nosotros no sentimos el frío. —Él alzó la mano y se rascó la cabeza, su
glorioso cabello negro brillante se disparó a la perfección y de forma permanente
en la otra vida.
—Lo sé, pero no tengo otras opciones de vestuario que este vestido, y
realmente me siento mal vestida.
—¿En serio estás desanimada por tu falta de cambio de ropa? —Se cruzó de
brazos y me lanzó una mirada. Sus brazos estaban bien definidos, sin ser
asquerosamente musculosos. Sospechaba que el resto de su cuerpo estaba bien
definido también.
—Eh.
—¿Eh? ¿Qué te pasa realmente, Lu? Sé que no son sólo las hojas y la ropa.
Has estado rara desde hace tiempo. Y no sólo extraña por la muerte. —Su piel
estaba pálida, pero no de una especie de forma pastosa. Su coloración partía sus
ojos y cabello para crear un efecto dramático de descenso magnífico a muerto. Sin
embargo, estaba teniendo problemas para comprender de alguna manera el hecho
de que era guapísimo, y si decía la palabra él sería mío.
—Echo de menos a las personas. Echo de menos a mi familia hablando
conmigo. Echo de menos a Ling. Echo de menos a la banda. Echo de menos la
universidad, a pesar de que no he estado allí.
—No te olvides de Jon, sé que también lo extrañas.
Este era un tema delicado entre nosotros. Y también, la desafortunada razón
de que no dijera la palabra para hacerlo mío todavía.
—Obviamente, no quiere verme.
—Pero le extrañas.
—Por supuesto que le echo de menos. Echo de menos a todos.
—Pero sobre todo le extrañas a él.
—Mira, básicamente rompió conmigo a causa de ti, por lo que baja ya. —
Nunca le dije a Ryan sobre ese último encuentro con Jon en mi tumba, justo antes
de que me bajaran al suelo. Estaba segura de que todavía había algo allí entre
nosotros, y ahora me preguntaba si me haría esperar por siempre para averiguarlo. 11
Debido a eso, había estado un poco distante con Ryan cuando trató de abrir lo que
fue nuestra relación.
—Pero todavía puedes aparentar superarlo.
—Sabes Ryan, básicamente me pegué a ti para siempre, ¿por qué no puedo
tomarme mi tiempo para resolver las cosas?
—Porque no entiendo lo que tienes que hacer. Estás atrapada conmigo
para siempre, te guste o no, Lu. Si me amas, me odias, o simplemente me toleras,
estás pegada conmigo en esta abandonada casa de Dios.
—Me gusta estar atrapada contigo, Ryan. Sólo necesito más tiempo para
conseguir superarlo a él.
Suspira y niega hacia mí.
—Te gusta estar atorada conmigo. Bien, tómate tu tiempo. Ya sabes dónde
encontrarme —dijo, y caminó fuera de la vista.
¿Por qué tenía que seguir insistiendo en el tema de nosotros? Maldito
fantasma terco. Me paseé por entre las hojas ahora más rápido, agitada sobre Ryan
y molesta con Jon ahora. Mi falda giraba sobre mí mientras me paseaba, este
estúpido vestido azul que hice para nuestra estúpida recepción de boda porque
estaba muy enamorada del estúpido de Jon. Realmente me gustaría haberme
cambiado de ropa antes de correr hacia esa calle para salvar al estúpido de Julián.
Especialmente con esos estúpidos zapatos de tacón alto. Hombres estúpidos
habían arruinado mi vida. Me refiero a la muerte.
Un rato más tarde, mi madre salió por la puerta trasera con una cesta llena de
ropa mojada para colgar en el tendedero, con mi hermana Stazi siguiéndola detrás.
—Entonces, ¿quieres tener una fiesta aquí en la noche de Halloween? No
conozco a Anastasia, creo que los vecinos ya están llamando a la casa
fantasmagórica del bloque desde... Bueno, no creo que tengamos que animarles a
tener una fiesta.
—Pero, mamá, tengo muchas ganas de que todos nos juntemos, y la casa de
Malcolm es demasiado pequeña.
—¿A quién te refieres con todo el mundo?
—Al club de teatro, por supuesto. Y estaba pensando, que tal vez podríamos
ver si la banda de Jon quiere venir y tocar música también. ¿Qué maravilloso sería 12
tener música en vivo en la casa?
—No es muy impresionante en absoluto, en realidad.
—Pero, mamá, te prometo que voy a limpiar todo, y todo el mundo se
comportará, y no habrá alcohol ni cualquier cosa que se cuele, ¿de acuerdo?
—Bueno, Anastasia, sé que vas a seguir acosándome sobre ese tema hasta que
ceda, así que bien. Haz tu fiesta. Pero no te daré dinero para la comida ni para las
decoraciones ni para cualquier cosa y todo el mundo necesitará irse a una hora
decente. Sé que Halloween es en un viernes, pero esta fiesta no puede seguir toda la
noche.
—Sí, por supuesto, ¡lo que digas! ¡Gracias, mamá! —Corrió dentro de la casa.
Vi a mi madre mientras terminaba de colgar la ropa. Se detuvo en la última
camisa para alisarla y quitarle la pelusa. Se quedó allí, con las manos en las
caderas, con la mirada perdida en el espacio mientras el viento se levantaba a su
alrededor. De repente, miró alrededor del patio con cautela, como si estuviera
siendo observada.
—Lucy, ¿esa eres tú? —preguntó, pero no estaba mirando en mi dirección. Me
animé cuando dijo mi nombre. La mayoría de las veces ya, mi familia acababa por
evitar el tema sobre mí. Era casi como si fuera más fácil para ellos fingir que nunca
existí.
—¿Mamá? ¿Puedes oírme? —Corrí y me paré justo delante de ella, agitando
las manos en su cara.
Ella se rió y negó.
—Oh, era sólo el viento. Recupérate. —Agarró el cesto de la ropa y se dirigió
hacia el interior de la casa, dejándome sola en el patio trasero en medio de la ropa
de la familia.
—Tiene que haber una manera de hacer que me vean —dije, dejándome caer a
sobre un montón de hojas que se habían reunido en la base de un árbol. No sé
cómo fui capaz de ver gente muerta cuando todavía estaba viva. Siempre supuse
que era porque Ryan estaba presente desde que nací, y no sabía que no se suponía
que lo vería, así que simplemente no dejé de verlo.
Después de un tiempo de estar a solas con mis pensamientos aburridos, decidí
ir a cazar a Ryan. Él se metía dentro y fuera de lugares, pero esa era una habilidad 13
que todavía tenía que aprender. Me dirigí hacia el interior de mi habitación, para
encontrarlo tirado en la cama leyendo un libro. No me sonrió cuando entré.
—Entonces —le interrumpí—, Stazi está planeando tener una fiesta aquí en la
noche de Halloween.
—¿Y me debería importar por qué…?
—Pensé que sería una noticia interesante. Diferentes personas vendrán por
una noche.
—Sí, pero estoy seguro de que será todo el drama de sus amigas del club de
perdedoras, ¿no?
—Bueno, sí. Pero va a pedirle a la banda de Jon que venga a tocar en la fiesta
también.
—Oh, tu novio, ¿eh?
—Él no es mi novio. Incluso ni siquiera ha venido a verme.
—Así me sigues recordando.
—De todos modos, pensé que sería divertido verlo. Un montón de gente aquí,
puede ser divertido. Viendo que no salgo mucho más.
—Estuviste afuera.
—Sabes lo que quiero decir.
—Y el hecho de que Jon va a estar aquí no te entusiasma, ¿eh?
—Honestamente, no sé cómo sentirme acerca de que Jon venga aquí. Es el
único además de Natalie que me puede ver hasta donde sé. Creo que si quisiera
verme, ya habría venido.
—Sí, en cierto modo me arrepiento de que me pueda ver. De todas las
personas en el mundo, tenía que ser tu antiguo novio.
—¿Por qué te arrepientes?
—Porque si viene no puedo apuñalarlo. Él me verá llegar.
—¡Qué cosa más horrible dices! ¿Por qué lo apuñalarías?
—Si no se hubiera ido esa noche, todavía estarías viva. Eso merece una
puñalada.
—No es su culpa que esto haya sucedido. 14
—¿Entonces de quién es la culpa?
—Bueno, se fue por tu culpa. Y luego chocaste con Julián en la calle para hacer
que le atropellara un auto, y te perseguí para que no dejaras que eso sucediera.
—Así que lo hace mi culpa, por su culpa, ¿culpa o no culpa de Julián?
—No lo sé, Ryan, fue sólo un accidente. Si Julián no se hubiera aparecido, no
habrías tenido que detenerle, y no habría estado en la calle. Así que vamos a decir
que es culpa de Julián. Sé que estabas tratando de salvarme.
—Estaba tratando de salvarte. Mira a donde llegaste —suspiró—. A veces me
culpo a mí mismo. Pero a veces me alegro de que estés muerta.
—No estoy segura de cómo me siento acerca de eso.
—Quise decirlo de la mejor manera posible.
—No eres dulce.
—Sí. Sí, lo soy. —Ryan puso su libro a un lado y se sentó—. He estado
pensando acerca de tu problema de vestuario.
—¿En serio? ¿Qué pasa con él?
—Llevaba más que esto cuando morí. —Él metió la mano en la cama y buscó
alrededor por un segundo, levantando una chaqueta vaquera que se veía
maltratada. Estaba arrancada y cortada y tenía todo tipo de parches y pernos de
seguridad por todas partes—. Podrías usar esto, si quieres. O hay una sudadera
negra en algún lugar ahí abajo también. Si lo deseas.
—Pero moriste en verano. ¿Cómo es que tienes una sudadera extra y
chaqueta? ¿No sudaste hasta la muerte?
—Fue un día frío y lluvioso cuando morí. Ya sabes cómo puede ser agosto. Y
tenía que mantener una imagen.
—¿Por qué nunca vi esto antes?
—Realmente no la usaré más. Lo he escondida debajo de tu cama por años.
Miré la americana en toda su gloria de los ochenta.
—Amigo, esto es totalmente radical.
—Amiga, me gusta totalmente. Pero nunca dije radical.
—¿Qué dijiste?
—Que es correcta. Es totalmente correcto. 15
—Amigo, ¡me gusta totalmente! —dije, usando una exagerada voz de
muchacha del valle—. ¿Estás seguro de que no te importa que la lleve?
—No. Sólo ha estado en un montón en el suelo durante los últimos veinte años
más o menos.
—Excelente. Gracias. —Me la probé y era un par de tallas más grande, pero se
sentía maravilloso estar en algo más que el vestido. Pero sobre todo, me encantaba
que fuera de Ryan.
—Se ve bien en ti, con ese vestido —dijo, mirándome—. Aquí, los chicos
populares solían doblar sus mangas. —Subió los puños un par de veces para que
mis manos sobresalieran ahora.
—Me siento mucho mejor ahora. En serio, gracias, Ryan. Me encanta.
Él sonrió y dijo:
—Te quiero en ella. —Volvió a descansar en la cama, leyendo su libro como si
no fuera nada. Tuve la sensación de que darme su chaqueta era su manera de
reclamarme, pero no me importaba. No era como que cualquier otra persona
estuviera golpeando la puerta de abajo por mí.
Me dejé caer en la cama junto a él, forzando un espacio entre su cuerpo y su
libro, acurrucándome en el hueco de su brazo.
Me miró una vez que estuve acomodada.
—Hola —dijo bajito, mirándome con sus ojos de zafiro.
—Hola. Sabes, Ryan, si no estuvieras aquí conmigo, probablemente me
volvería loca.
—Lo sé —dijo, envolviendo sus brazos alrededor de mí—. No es fácil. Estuve
solo durante unos pocos años antes de que vinieras.
—Y totalmente sacudí tu mundo, ¿no? —Me reí.
—Lo hiciste. No tienes idea de cuánto. —Hizo una pausa por un momento
antes de preguntar—: ¿Quieres salir?
Hacía esa pregunta cada vez que estábamos así de acogedores, que era
bastante a menudo. Nunca le daba un sí directo, o un no, para el caso.
—Ryan, cállate y abrázame.
—Estoy cansado de leer libros, hagamos algo —dijo Ryan, mientras lanzaba su 16
libro a un lado y estiró los brazos, desacomodándome de mi acogedor lugar.
—¿Cómo qué?
—No sé. Tú piensa en algo.
—Eso no es muy útil.
—Fue tu idea. ¿Qué quieres hacer? —dijo él.
—No, fue tu idea. Podríamos salir a la calle.
—No.
—No hay nadie más en casa. Podríamos ir a tratar de encender el televisor y
ver todo lo que quisiéramos.
—No. Estoy aburrido de la televisión.
—Podríamos ir a apilar las sillas de la cocina como en esa escena de
Poltergeist —le dije.
—Hmmm... No sé cómo podríamos conseguir que se quedaran quietas sin
embargo.
—No puedo siquiera levantar una de todos modos. ¿Qué te apetece hacer?
—¿Qué tal si vamos afuera?
—Ya dije eso, y me rechazaste.
—Ninguna otra cosa suena mejor. —Salió de la habitación sin siquiera esperar
a que me levantara. No sabía cómo salir de un lugar, sin embargo, así que fui por
las escaleras y salí por la puerta de atrás. Ahora, ¿dónde estaba?
—¿Ryan? —grité, pero no obtuve respuesta—. ¿Estamos jugando al escondite
y te olvidaste de decírmelo? —Caminé hasta la mitad del patio de atrás y miré
alrededor. ¿Dónde fue?—. ¡Ryan!
Él apareció de la nada, golpeándome en la parte posterior de la cabeza y dijo:
—¡Tag! ¡Encantada! —Luego se fue corriendo por el patio delantero.
—Ay —dije, frotando la parte de atrás de mi cabeza—. ¡No tan fuerte! —grité
tras él, pero ya había desaparecido en la casa. Empecé a correr en dirección
opuesta con mis pies descalzos. Nunca me ponía los malditos zapatos de tacón alto,
todavía no podía acostumbrarme a ellos, incluso en la muerte. Pensé que sería mi
muerte cuando los compré, y probablemente tuvieron un poco que ver con que no
hubiera salido del camino de ese coche lo suficientemente rápido. 17
Cuando iba hacia el frente de la casa, reduje la velocidad para ver si podía
sorprenderlo. Asomé mi cabeza para ver si podía encontrarlo, pero no había ni
rastro de él. Hubo una fuerte palmada en mi espalda esta vez mientras miraba
buscando en la esquina.
—¡Tag! ¡Encantada! —gritó y salió corriendo de mí otra vez.
Esta vez sólo fui tras él directamente. El problema de Ryan es que hacía
trampa. A pesar de que los dos estábamos muertos ahora, a pesar de que en
realidad lo podría etiquetar, estallaba lejos de mí antes de que estuviera lo
suficientemente cerca para hacer contacto. Lo vi esconderse detrás de un árbol.
Reduje la velocidad arrastrándome arriba en él, a pesar de que no hacía ningún
ruido sin importar lo rápido o lento que fuera. Salté detrás del árbol pensando que
lo tenía y grité:
—¡Tag! —Un poco antes de tiempo, ya que ni siquiera estaba.
Él apareció detrás de mí y me dijo:
—¡Encantada! —Y golpeó mis nalgas.
—Oye, ¡cuidado! —dije, agarrando mi trasero que acababa de tocar. Era
emocionante ser maltratada por Ryan, pero todavía no estaba lista para perder el
tiempo con él por el momento. Le vi correr de nuevo hacia la parte delantera de la
casa. Me tomé mi tiempo siguiéndole en esta ocasión, a propósito arrastrando los
pies a través de las hojas muertas a pesar de que no podía hacer ningún ruido en
ellas. Iba tan lento que le tomó tiempo ir alrededor de toda la casa y alcanzarme. Le
oí pisar fuerte a través de las hojas como si supiera lo que estaba tratando de hacer,
me di la vuelta con mi mano lista para golpearlo. Mis dedos rozaron apenas su
brazo, pero hicieron contacto.
—Te tengo, ¡atrapado! —grité, y corrí tan rápido como pude en la otra
dirección.
—Corre, Lucy, ¡corre como el viento! —gritó, y me dio una ventaja.
Miré a mis espaldas y él no estaba, ni siquiera me perseguía, pero me estaba
mirando, planificando cuidadosamente su ataque. ¿Mencioné cómo hacía trampa?
Pensé que mi mejor oportunidad era salir de su línea de visión, así que giré en una
esquina aguda que se ocultaba de la vista por la casa, y salí corriendo por la puerta
trasera. Me colé por la casa, asomándome por las ventanas para poder hacer un 18
ataque sorpresa sobre él. Cuando lo vi por la parte delantera de la casa otra vez,
salté por la ventana y empecé a correr detrás de él. Era mi turno de darle una
nalgada.
—Tag, ¡encantado! ¡Estás atrapado ahora! —le perseguí y me dejó atrás,
golpeándome en el brazo cuando le alcancé.
—Tag, ¡atrapada!
—¡Ay! —le dije, frotándome el brazo. Me pregunté si años de no tener a nadie
a que aferrarse le hicieron olvidar cómo ser suave, ya que siempre tenía que poner
mucho esfuerzo en el manejo de su material. O si estaba abusando por haberle
hecho esperar—. Te estás poniendo un poco áspero ¿no?
Él se rió y huyó de nuevo, no tenía ni idea ahora de dónde se había ido. Decidí
cambiar de táctica, en lugar de perseguirle, haría que viniera a mí. Comencé a
trepar a un árbol. Me alegré de no poder hacer crujido en las hojas, si pudiera él
hubiera sabido dónde estaba en muy poco tiempo. Las ramas estaban casi
desnudas y allí no había gran cantidad de cobertura para ocultarse, pero fui contra
el tronco principal y esperé. Le vi correr por toda la casa un par de veces; por
tercera vez se dio cuenta de que algo estaba pasando y empezó a mirar a su
alrededor.
—Luuucy —llamó—. ¡Lucy, Lucy, Lucy! ¿Dónde estás, pequeño fantasma
complicado?
Me senté en el árbol y esperé. Tarde o temprano estaría lo suficientemente
cerca. Él iba en la dirección equivocada, al frente de la casa de nuevo, pero con el
tiempo vendría a buscarme aquí. Después de unos minutos le vi reaparecer cerca de
la casa, caminando lentamente alrededor, mirando a través de los arbustos y los
árboles y cada posible escondite. Comenzó a dirigirse hacia el patio trasero, pero en
el extremo opuesto de donde me estaba escondiendo. Perdí la cuenta de él por un
minuto, pero mantuve mis ojos bien abiertos, esperando a que se acercara lo
suficiente para poder saltar del árbol y derribarle. Estaba empezando a darme
cuenta, de que probablemente, mi plan no era el mejor, ya que no estaba segura de
si un salto de un árbol tan alto podría ser perjudicial en mi forma fantasma, o si
sólo llegaría a la tierra como una pluma. Todavía no podía ver a dónde iba, me 19
estaba empezando a inclinar lejos del árbol para ver si podía averiguar a dónde
había ido, cuando sentí una fuerte palmada en medio de mi espalda mientras él
decía:
—Tag. ¡Encantada!
Me sorprendió y me solté por accidente, y caí del árbol. Empecé a gritar, pero
antes de que pudiera aterrizar, él apareció debajo de mí y me agarró evitando que
golpeara el suelo. Realmente no me atrapó bien, tanto como rompió mi caída.
—Ryan, ¿estás bien? —le pregunté, mientras gemía debajo de mí. Me senté y
miré hacia abajo. Estaba tumbado sobre su espalda con una mirada de dolor en su
rostro.
—Eres más pesada de lo que pareces —dijo, y dio una palmada en mi brazo
mientras se reía de mí.
—Tag. ¡Encantado! —dije, todavía medio sentada encima de él.
—Creo que terminé ahora —dijo.
—Wuss. Gracias por salvarme.
—No hay problema.
—¿Me habría roto una pierna o algo si hubiera aterrizado en el suelo en vez de
sobre ti?
—Probablemente no. He saltado desde una altura mayor que esa y siempre he
estado bien. Me imaginé que encontrarías una manera de romperte el cuello a
pesar de que ya estás muerta.
—Cállate —le dije, golpeándolo de nuevo, todavía sentada encima de él.
Parecía que siempre lo estaba tocando, y no estaba segura de si era porque era muy
guapo, o si era porque era el único que era real para mí. Todo lo demás sólo como
que no tenía ninguna sensación.
—¿Puedes salir de mí ahora?
—Oh. Por supuesto. —Me di la vuelta y me acosté a su lado, colocando el
cuello en la parte interior de su brazo—. ¿Estás seguro de que estás bien?
—Estoy bien. Me duele la espalda un poco.
—¿Necesitas que te lleve al hospital?
—Como si pudieras. No, estoy bien.
—¿Quieres un masaje en la espalda? 20
Me miró pensativo, antes de decir:
—Está bien.
—Date la vuelta —le dije, sentándome.
—¿Aquí?
—¿Por qué no?
—Está bien. —Se dio la vuelta y cruzó los brazos debajo de su barbilla—.
¿Quieres que me quite la camisa?
Señor, sí.
—No, así está muy bien. —Wuss. Me arrastré hasta encima de él y empecé a
trabajar mis manos en sus hombros—. ¿En algún lugar en particular, te duele?
—En todas partes —se quejó—. Sobre todo mi trasero.
—Ni siquiera iré allí. —Me reí, pensando en lo mucho que quería hacerlo.
Vivir con Ryan sería mucho más fácil si por fin tuviera un cierre con Jon. No podía
esperar a Halloween para ver si vendría, y tal vez podríamos realmente decirnos
adiós en lugar de este estado endeble en que dejamos las cosas.
Tuvimos una pelea la noche que morí. Si todavía estuviera viva, muy bien
podría haber llegado hasta el día siguiente. Todavía pensaba en él como mi novio, a
pesar de que no lo había visto desde el funeral. Sólo no quería empezar nada con
Ryan cuando no estaba tan segura del estado de mi última relación. Odio pensar
que estaba engañando a alguien; nunca quise ser ese tipo de chica.
Froté las manos por toda su espalda, masajeando y dando cortes de karate con
las uñas. Seguí por su camisa queriendo que se quedara abajo, hasta que
finalmente dijo:
—Puedes ir debajo de ella, sabes.
—Está bien. —Metí mis dedos debajo de su camisa, me moría de ganas de
simplemente tirar de ella por su cabeza. Me obligué a comportarme, a pesar de que
estaba bastante segura de que Ryan estaría agradecido si no lo hacía. Ahora que
estaba tocando su piel desnuda, con las manos apenas comenzando a explorar su
espalda. Estaba feliz de encontrar que no era excesivamente peludo, su piel era
muy suave. Moví mis manos arriba y abajo, deslizándolas por su espalda, con mis
dedos trazando sus omóplatos. Me olvidé de lo que estaba haciendo y me incliné 21
sobre él, respiré hondo para capturar su olor. Sólo quería hundir mis dientes en él.
Esto estaba empezando a ser un poco demasiado sexy. ¿Qué estaba haciendo?
Forcé mis manos en alto y las sacudí, encubriendo al decir:
—Lo siento, mis manos están cansadas.
—¿Lo están realmente? —dijo—. No me pareció de esa manera.
—¿Cómo te parecieron?
—Parecía que ¿por qué demonios no estamos haciéndolo?
—No fue así en absoluto —mentí, todavía sentada encima de él. Tiré de su
camisa de nuevo y suspiré—. Lo siento.
—Lo que sea —dijo y me tiró de encima de él mientras se levantaba. Me dejó
sentada en el suelo y no miró hacia atrás mientras se dirigía hacia el interior de la
casa.
—Lo arruiné todo, ¿no? —le dije a un árbol, mientras me apoyaba contra él.
No era fácil obligarme a comportarme en ese momento. No sabía por qué estaba
siquiera molestándome en tratar de comportarme. Realmente sólo quería rasgar la
ropa de Ryan—. Jon será mejor que vengas a esta fiesta —le dije al árbol—.
Realmente necesito un ultimátum, terminar, ponerle fin con cualquier tipo de
adiós.
Capítulo 2

L
as siguientes semanas merodeé alrededor de Stazi, tratando de
averiguar lo que había planeado para la fiesta. Sobre todo, sólo quería
saber si Jon y el resto de la banda vendrían. Hasta el momento, no
había encontrado una conversación donde ella lo mencionara, así que estaba
22
ansiosa con anticipación de si iba a estar aquí.
A excepción de las cosas espeluznantes almacenadas en la habitación de Stazi,
no se sabía de una fiesta de Halloween teniendo lugar en mi casa. Mis padres no se
molestaron en decorar como solían hacer. Pensé que estaban preocupados por
conseguir la reputación de casa encantada, con la muerte de su hija durante el
verano. Todo lo que hicieron fue encender la luz de la entrada y dar caramelos. Me
senté en los escalones mirando a los niños que iban y venían. Algunos de ellos
murmuraban acerca de la chica que murió, la mayoría estaban simplemente
ansiosos por dulces y por moverse a la siguiente casa.
Stazi se había disfrazado de Marilyn Monroe como una mala excusa para el
famoso vestido blanco, y estaba revoloteando encendiendo velas y acomodando las
cortinas negras y otras cosas fantasmagóricas en la casa. Lo único que faltaba era
una bola de cristal. Ryan se escondió arriba mientras ella los acomodaba, y no
estaba segura de si estaba pensando en bajar para la fiesta.
Se estaba haciendo tarde y esperé en el porche por señales de cualquier
persona que conociera. Malcolm fue el primero en llegar, con traje y un aspecto
muy profesional. No estaba segura de que se suponía que debía ser el primero,
hasta que empezó a hablar como el presidente Kennedy, y después lo de Marilyn
Monroe tuvo más sentido. Con clase. Mamá abrió la puerta cuando llamó,
sosteniendo su plato de dulces.
—Buenas tardes señora Warner, ¿está Anastasia en casa?
—Adelante, está en la cocina haciendo Dios sabe qué.
—Ah, gracias. ¿Puedo ser de alguna ayuda para usted aquí? —Señaló hacia el
cuenco de caramelos.
—No, Malcolm, ve, entra.
Se vio molesto de que ella no se dirigiera a él como señor presidente. Ella no
pareció darse cuenta o preocuparse de que estaba molesto. Esos chicos del club de
teatro, siempre jugaban a la reina del drama.
Ambos volvieron a entrar, y me dejaron sola mientras esperaba. Todavía no
sabía si Jon vendría. Me encontré vibrando de anticipación. Finalmente, él se
detuvo en ese coche de mierda suyo. Si necesitara respirar me hubiera detenido en
ese instante. Él estaba aquí. Realmente vino. Lo vi fijarse en mí mientras salía del 23
coche. No sabía qué hacer. ¿Debería correr a su encuentro? ¿Esperar aquí? Me
quedé sin moverme mientras se acercaba a la casa hacia mí.
Él me miró, y luego llamó a la puerta principal. Me senté con la incredulidad
de que no me dijera nada.
—¡Jon! ¡Es tan bueno verte! —dijo mi madre efusivamente, mientras abría la
puerta.
—Hola, señora Warner. Me preguntaba si mis amigos ya habían llegado aquí.
—No. Así que habrá una banda tocando, ¿no?
—Sí, Spencer estaba trabajando esta noche, traerá todo con él después.
—No, no hay señales de él todavía. Vamos, entra.
—En realidad me quedaré aquí afuera esperando por ellos si no le importa.
—Oh, está bien. Como quieras. ¿Aceptas un caramelo?
—Cualquier cosa con chocolate sería genial.
Ella le dio un par de barras de caramelo y le dijo que entrara cuando le diera
la gana. Él se quedó de pie delante de la puerta y me miró, sin saber qué hacer
entonces.
—¿Quieres sentarte? —le pregunté, señalando el asiento vacío a mi lado en el
banco.
Vino y se sentó.
—¿Quieres un caramelo? —me preguntó en voz baja.
—No puedo comer eso.
—Por supuesto que no. No sé en lo que estaba pensando.
—Entonces.
—Entonces.
—¿Dónde has estado? —le pregunté.
—Vine del trabajo.
—No, quiero decir, pensé que vendrías a visitarme. He estado
esperando verte de nuevo.
—Sí, ya sé lo que quieres decir. Pensé que vendría también. No sé, sólo no
sabía qué decir cuando te vi, y estaba buscando una razón para venir o que pasara
algo, así tendría de qué hablar o qué decirte, y nada interesante ha sucedido, y no
sé lo que diría cuando te viera, y ahora por fin veo que tú y yo apenas estamos 24
balbuceando, y todavía no sé qué decir.
—Esa es una razón muy tonta para mantenerte alejado.
—Quiero decir, no sé qué es esto. ¿Todavía estamos saliendo?
—Bueno, no lo sé, tú como que rompiste conmigo, yo muerta, y nunca me
viste de nuevo después del funeral. Por lo tanto, no sé lo que esto se supone que es.
Pensé que habías terminado conmigo cuando nunca viniste.
—No lo sé. No quiero que terminemos, pero ¿estás como con Ryan ahora?
—En realidad no —le dije—. He estado esperando verte de nuevo para ver si
había algo todavía allí.
—Entonces, ¿hay algo todavía allí?
—Yo... bueno no es como si, incluso podemos tocarnos el uno al otro.
—Ya lo sé, pero eso no es lo que te pregunté —dijo.
—Te echo de menos. Echo de menos salir contigo. Echo de menos hablar
contigo. Así que supongo que todavía hay algo allí.
—Yo también te echo de menos —dijo con un sollozo, y me di cuenta de que
sus ojos estaban destrozados. En ese momento, Spencer se detuvo en su camioneta.
Ese chico tenía la costumbre de interrumpir en los peores momentos posibles.
—¡Hola! —gritó, mientras se dirigía a la pasarela. Se veía como si no se
hubiera afeitado en mucho tiempo, y llevaba una camiseta teñida de Led Zeppelin.
Se detuvo y le echó un vistazo a Jon, quien estaba secándose los ojos con el dorso
de la mano—. Ella está aquí, ¿no?
—Está justo a mi lado.
—Hola, Lucy —dijo, más o menos mirando en mi dirección—. ¿Cómo va todo?
—Puedes decirle que mucho mejor ahora que está aquí.
—Ella dice hola.
—Dile que la echo de menos.
—Puede oírte, Spencer.
—Puedes decirle que le extraño también.
—Ella te hizo una seña —respondió Jon.
—La banda no es la misma sin ti.
—Le puedes decir lo que quieras —dije.
—Dice que eres muy amable al decirlo. 25
—Incluso cambiamos el nombre de la banda a ‘I Still Love Lucy’. ¿Lo
entiendes? Es un juego de la vieja serie de televisión. Fue idea de Jon.
—Entonces, ¿todavía me amas? —le pregunté a Jon.
Jon me miró con sus ojos tristes, sin responder.
—Vamos, ¿qué dice? —fastidió Spencer.
—Creo que podemos hablar de esto más tarde —suspiré.
—Dice que debemos ir adentro ahora.
—Correcto. —Spencer llamó a la puerta de entrada y saludó con la mano
cuando vio acercarse a mi madre—. Hola, Sra. Warner, se ve encantadora como
siempre.
Mi madre se quedó perpleja por su obertura y apenas se hizo a un lado.
—Hola, Spencer —respondió finalmente—. Stazi y Malcolm están en la cocina.
Spencer tomó la delantera a la parte trasera de la casa y yo fui tras Jon. Stazi y
Malcolm estaban abriendo varias bolsas de dulces y patatas fritas y tenían casi
todos cuencos de la casa llenos de algún tipo de refrigerio.
—¡Jon! ¡Spencer! ¡Estoy muy contenta de que pudieran venir! ¿Dónde están
todos los demás?
—George y Kate estarán aquí pronto. ¿Dónde quieres que nos acomodemos?
—preguntó, agarrando un puñado de pretzels.
—No estoy muy segura. No lo he descubierto todavía.
Spencer vagó por toda la casa.
—¿Qué hay de la sala de estar? Podemos empujar la mesa de café fuera del
camino, después, habrá un montón de espacio para nosotros y para quien más
llegue.
—Sí, eso funcionará.
—Está bien Jon, ayúdame a empujar esta para allá —dijo, agarrando la mesa
mientras mi madre se atravesaba.
—¡Qué en la tierra! —gritó mamá—. Stazi, ¡esta casa mejor que esté
impecable! ¡Lo digo en serio!
—Sí, sí. Adelante muchachos.
Empujaron la mesa a una esquina y se dirigieron a la furgoneta para llevar
todas sus cosas dentro. Después de que Spencer acomodó sus tambores, no quedó 26
mucho margen. Poco después de descargar su furgoneta, Kate y George se
presentaron en la puerta.
—Muy amable por esperar hasta que todo fuera descargado —dijo Spencer.
—Ni siquiera tengo micrófono. ¿Cuál es el problema? —preguntó Kate.
Llevaba el vestido azul de la recepción de la boda y llevaba maquillaje
anormalmente pálido.
—¿Se supone que eres el fantasma de Lucy? —le preguntó Stazi, claramente
molesta.
—Sí. Teníamos el mismo vestido, así que pensé... —se interrumpió después de
darse cuenta de que su traje era bastante inapropiado—. Bueno, la invitación decía
que la gente debía vestir como los muertos que amábamos.
Aw, eso fue dulce Kate. No me había dado cuenta de que te importaba tanto.
Al menos no se empapó en un cubo de sangre.
—Te dije que era una mala idea —dijo Spencer.
—Qué, todos seguimos queriendo a Lucy. Incluso cambiamos nuestro nombre
a ese —dijo Kate en su defensa.
—Entonces, ¿quién se supone que eres? —les preguntó Stazi, claramente no
reconociendo que era alguien.
—Espera —dijo Jon. Sacó un par de gafas de montura gruesa de su bolsillo y
se las puso. Llevaba una camisa de botones blancos con un lazo negro y pantalón
negro.
—Lo siento, ¿aún no estoy segura de quién eres tú?
—Buddy Holly. Soy Buddy Holly
Stazi simplemente se encogió de hombros.
Jon parecía asombrado de no saber quién era Buddy Holly.
—Es un famoso músico, que murió en un accidente aéreo. ‘Peggy Sue’,
‘Maybe Baby’, ‘Everyday’? No te preocupes, te aseguro que está muerto, es famoso y
me encanta. No de la forma gay, por supuesto.
—Por supuesto. —Miró a Spencer con una mirada de temor, claramente no
reconociéndolo tampoco.
—John Bonham. Fue el baterista de Led Zeppelin. Además de muerto, famoso
y lo amo. Soy totalmente gay con él. —Le hizo un guiño a Stazi. Ahora su excesiva 27
vellosidad tenía más sentido.
—Sid Vicious era el bajista de The Sex Pistols —dijo George en voz baja, antes
de que Stazi tuviera la oportunidad de estar incómoda al no reconocerlo tampoco.
Su cabello estaba todo claveteado y llevaba una camiseta recortada y pulseras de
cuero con clavos—. Muerto, infame, y lo amo, pero no de la forma gay.
—Cierto. Todos los grandes rockeros viejos —dijo ella, a pesar de que no tenía
una pista de quién era alguno de ellos. Fue salvada por el timbre—. ¡Oh, gente!
¡Vamos que empiece la fiesta!
Ella les abrió la puerta a James Dean y Audrey Hepburn. Típico club de
drama. La banda comenzó a tocar una vez que un poco más de personas se
presentaron, después de que Spencer había saqueado la mitad de los aperitivos que
Stazi había puesto. Me alegré de que estuvieran tocando, así no tenía que escuchar
la cháchara de todo el mundo mientras trataban de mantener su carácter en sus
trajes. Aunque debo decir que María Antonieta era bastante impresionante.
Mis padres se escondieron en su habitación, no querían enfrentar las
condiciones de hacinamiento de la casa. Sabía que mamá se moriría si salía de su
escondite, había personas hacinadas en todas partes y era difícil moverse. Me
quedé en las escaleras mirando a Jon. No pude evitar sonreír mientras lo observaba
en su tonto traje Buddy Holly meciendo con su guitarra. Viéndole ahora sólo traía
muchos recuerdos maravillosos de él. Todavía lo amaba. Maldita sea. Eso no hacía
las cosas más fáciles.
Finalmente Ryan bajó y se sentó a mi lado en las escaleras.
—¿Cómo se supone que pueda dormir con ese sonido?
—No tienes sueño. Y cállate, ellos son realmente buenos.
—Apuesto a que eran mejores cuando aún eras la cantante de reserva.
—Tal vez un poco mejor —le dije—. No creo que la carrera como cantante
fuera realmente para mí, sin embargo.
Ryan puso su brazo alrededor de mí, sabiendo que Jon podría vernos donde
estábamos sentados. Me puse tensa, y pude sentirlo.
—Sí, allí definitivamente todavía hay sentimientos —dijo, y dejó caer el
brazo—. Bueno, no dejes que arruine tu buen momento.
Se levantó y se dirigió directamente hacia abajo por las escaleras hacia la 28
banda, caminando derecho por medio de las personas a su paso, y no haciendo caso
de la reacción que varias personas recibieron por lo frío de su presencia. Le vi mirar
hacia Jon por un tiempo, lo que le hizo tropezar en la guitarra. Ryan no persistió
por mucho tiempo, sin embargo, satisfecho de que enervara a Jon, salió de allí.
Jon miró a su alrededor y captó mi mirada; hizo una mueca como
preguntando de qué se trataba todo eso. Me encogí de hombros por respuesta y me
sentí aún más culpable sobre los dos.
Ryan reapareció detrás de Spencer y se agachó. ¿En qué estaba ahora? Me
centré en la dirección general de la banda esperando a que Ryan volviera a
aparecer, pero en su lugar apareció detrás de mí después de unos minutos.
—Gran fiesta ¿no? —dijo, sorprendiéndome.
—¡No te me escapes de esa manera! ¿Qué estabas haciendo allí?
—Nada. Es baterista idiota no sabe cómo atarse los zapatos.
—¿Qué hiciste?
—Le ayudé a salir —dijo con una sonrisa.
—¿Lo hiciste?
—Por supuesto.
—¿Tú puedes atarte los zapatos?
—Por supuesto que puedo, ¿y tú?
—No los zapatos en vida.
—Los zapatos no tienen vida, tonta.
—Sabes lo que quiero decir, ¿qué le hiciste?
—No le hice nada, ¡relájate!
—Ryan, sabes que son mis amigos. No te metas con ellos. Con ninguno.
—Bonitos amigos tienes, incluso ni vinieron a visitarte. —Sólo tenía que tirar
de eso.
—Basta. No entraré en una pelea contigo en este momento.
—Bueno, es una fiesta, ¡vive un poco! ¿Quieres bailar? La banda es bastante
buena, excepto que su guitarrista parece perder su lugar de vez en cuando.
—Oh, Dios mío, lárgate de aquí.
—No hay problema —dijo, y se fue.
Me había olvidado del de los zapatos con la chaqueta de punto hasta que se 29
detuvieron a tomar un pequeño descanso y tropezó mientras se levantaba. Ryan se
los había atado al pedal del bombo.
La banda tocó un par de horas, entonces Spencer asumió el cargo de DJ y
manipuló el equipo de música. Kate, Jon y George comenzaron a empacar algunos
de sus equipos para hacer más espacio para todos. Esos chicos del club del drama
seguro tenían algunos movimientos de baile locos. Todo el mundo estaba pasando
un buen momento, yo estaba casi deseando ser parte de todo, pero estaba
satisfecha de estar mirando por ahora. Por lo menos era algo diferente.
Jon volvió a entrar a la casa y se dirigió directamente a mí, con el pretexto de
conseguir un puñado de caramelos. Me miró y señaló con la cabeza hacia el exterior
y se alejó. No estaba segura de si debía seguirle después de la reacción anterior de
Ryan, pero decidí que era mejor hablar con él ahora en caso que nunca volviera a
verle. Escogí cuidadosamente mi paso entre la multitud, tratando de no caminar
junto a ninguna persona, y le encontré en el porche donde estábamos sentados
antes.
—Hey, estuvieran geniales. Siento lo de los zapatos de Spencer, Ryan lo hizo.
—Me lo imaginaba. Él está bien, así que no hay daño de verdad. Y gracias. No
es lo mismo sin ti, pero nos re-organizamos bien.
—Yo realmente no era una gran adición, estoy bastante segura.
—Fuiste fabulosa. No seas tan modesta.
—Lo que sea.
—Todos te echamos de menos, sabes —dijo.
—Sí, capté eso del maravilloso traje de Kate.
—Sí, siento eso. Stazi parecía un poco molesta.
—Todo el mundo todavía está un poco sensible sobre ello.
—Puedo entender eso. Así que escucha. Me siento muy mal por no haber
venido a verte. Sé que estuve inventando excusas antes. Pero viéndote esta noche,
no puedo imaginar lo sola que debes estar.
—No estoy totalmente sola, pero es bastante solitario. Sólo deseo que mi
familia me hablara más. Parecen haber entrado en modo zombi, a veces sólo se
hablan el uno al otro cuando es absolutamente necesario. Es como si todos
hubieran muerto. No tengo idea de lo que está pasando con nadie más, 30
simplemente van y vienen.
—Eso es una mierda.
—Sí.
Nos quedamos en silencio después de eso, él se quedó sentado en el banco
conmigo, sin decir nada. Estaba feliz de que estuviera allí. Creo que fue alrededor
de la medianoche cuando mamá salió de su habitación para tirar de la música de
Spencer, y le dijo a Stazi que terminara la noche. Poco a poco la gente dejó la fiesta
de uno en uno, y finalmente Stazi caminó con Malcolm para darle las buenas
noches. Se volvió para volver a entrar y saltó cuando vio a Jon allí.
—Jon, ¿todavía estás aquí? Pensé que ya te habías ido.
—Sí, todavía aquí. Sólo tenía algunos recuerdos de Lucy, ¿sabe?
—Supongo. Sabes, creo que ella está todavía aquí.
—¿Por qué piensa eso?
—No lo sé, a veces siento como que estoy siendo vigilada. ¿Conoces esa
sensación?
—Sí, ya conozco el sentimiento. Bueno, si todavía está aquí, estoy seguro de
que le encantaría saber lo que estás haciendo. Trata de hablar con ella la próxima
vez que la sientas.
—¡Creo que me sentiría ridícula haciendo eso! —dijo ella.
—Bueno, entonces sólo habla contigo un montón.
—Supongo que podría hacer eso. Gracias por venir esta noche, todo el mundo
estaba diciendo lo maravilloso que fue que tuviéramos una banda tocando.
—Nos alegramos de hacerlo. Nos dio la oportunidad de practicar con
audiencia, por lo que fue bastante cool.
—¿Tienen algún show próximo?
—Spencer está investigando otro show bar, pero estoy un poco nervioso
después de lo que pasó la última vez.
—Sí, Lucy me contó sobre tu cabeza.
—Tengo una cicatriz de eso. —Empujó su cabello para revelar una racha larga
de calva donde la botella le golpeó—. Eso es por lo que tuve que cortarme el cabello,
esa sección que se afeitó estaba empezando a verse divertida. 31
—Buena suerte con tu próximo espectáculo. Espero que no sea demasiado
violento esta vez.
—Sí, yo también.
—Bueno entraré ahora. Le diré a mamá que estás aquí para que no se asuste si
te ve.
—Eso está bien, probablemente me vaya pronto de todos modos. Es tarde y
tengo que trabajar mañana.
—Está bien. Ya nos veremos.
—Buenas noches, Stazi.
Ella volvió a entrar y, sin saberlo, nos dejó solos a los dos.
—Me gusta tu cabello así, te queda —le dije.
—Sí, bueno, sabes bien que la cicatriz no estaba curándose.
—Lo recuerdo. —Sonreí, pensando en aquel momento que había lavado el
cabello para él. Si lo hubiera sabido que nunca iba a tener otra oportunidad con él,
lo habría atacado entonces allí mientras estaba a medio vestir—. Entonces, ¿ya te
vas?
—Sí, tengo que irme. Pero te prometo que vendré a visitarte pronto.
—No me tendrás esperando dos meses otra vez ¿verdad?
—No, no lo haré. Trataré de venir en algún momento de esta semana, ¿de
acuerdo?
—Eso suena bien, estoy deseando que llegue.
Él se levantó y se movió nerviosamente como si quisiera decir algo más, pero
todo lo que salió fue:
—Buenas noches, Lucy. —Y se dirigió a su coche. Me senté y observé hasta que
se alejó, entonces vagué hacia el interior para encontrar a Ryan.

32
Capítulo 3

J
on prometió que vendría a verme pronto, y cumplió su palabra. Justo al
día siguiente, yo estaba vagando por el patio evitando un Ryan irritable,
y tratando de hacer que las hojas crujieran de nuevo. Algo me tenía
inquieta y me llevó un tiempo darme cuenta de que mi espalda estaba
33
hormigueando. Finalmente, me acordé de que era una señal de que alguien estaba
caminando sobre mi tumba.
—¿Jon? —dije esperanzada, y corrí directamente hacia la puerta principal.
Cerré los ojos y me encogí cuando pasé a través de la valla.
Lo siguiente que supe es que estaba corriendo en mi lápida y me detuve justo
antes de pasar por ella.
—¿Por qué estás corriendo? —preguntó Jon. Estaba sentado en el suelo, justo
encima de donde estaba enterrada. Me senté frente a él.
—No me he acostumbrado a aparecer de la nada aún. Es más fácil para mí
llegar a través corriendo. No sé por qué, solo he probado un par de veces. Me alegro
de que hayas venido.
—Sí, me imaginé que sería mejor que viniera temprano que tarde, al ver lo
bien que cumplí con mi palabra la última vez.
—No te preocupes —le dije, aun cuando me importaba mucho que él no
hubiera venido antes—. Ahora estás aquí.
—Sí. No puedo quedarme mucho más tiempo, sin embargo, tengo que estar en
el trabajo pronto. He estado trabajando mucho últimamente, ahora que todo el
mundo está de vuelta en la escuela.
—Oh sí, supongo que la universidad comenzó para todos los demás.
—Sí, Alex renunció una vez que empezó la escuela, así yo pude coger la
mayoría de sus horas del verano. Ahorrando un montón de dinero.
—Excelente. ¿Qué vas a hacer con él?
—Mi mamá quiere que lo use para la escuela el próximo año, pero todavía no
sé lo que pienso sobre eso. Me siento como que es una pérdida hasta que no sepa
qué hacer allí.
—Todavía tienes tiempo para averiguarlo.
—Sí.
—¿Cómo está tu mamá?
—Ella está bien. No la veo mucho, ya que trabajo la mayoría de las noches y
ella trabaja durante el día.
—Oh.
—Sí. ¿Qué pasa con esta chaqueta? ¿Hay un centro comercial de ropa 34
fantasma que no conozco? ¿O saqueaste la tumba de alguien más?
—Me gustaría que hubiera un centro comercial fantasma. No, es de Ryan, él
me deja llevarla.
—Por supuesto que lo es.
Nos miramos el uno al otro en silencio por un rato. Yo tenía que sacar el tema
de Ryan. ¿No? La forma de empezar las cosas con el pie derecho. Tal vez era una
transición incómoda, pero yo me lancé derecha a la gran charla.
—Entonces ¿Qué es eso de sigo amando a Lucy? ¿Todavía me amas?
—Bueno... Es complicado.
—¿Por qué?
—Estás muerta, Lucy.
—Ya sé eso, responde la pregunta. ¿Todavía me amas?
Él me dirigió una larga mirada antes de contestar.
—Lo hago.
—Todavía te amo también.
—Pero estás muerta.
—Deja de decir eso. Tú estás aquí conmigo ahora. ¿Sientes como si estuviera
realmente muerta?
—En realidad no. ¿Pero se supone que debo seguir viniendo a tu tumba cada
vez que quiera verte?
—Claro. ¿Por qué no?
—Eso no es como una relación real. ¿Cómo defines cuando estás saliendo con
tu novia, que resulta estar muerta?
—No lo definas, sólo deja que sea lo que sea —le dije.
—Pero ¿qué digo si alguien me pregunta si tengo novia?
—Sólo di que sí. Ellos no necesitan conocer los detalles.
—Lucy, esto es tan perturbador.
—Mira, estás pensando demasiado en esto. Es muy sencillo. ¿Quieres estar
aquí conmigo?
—Sí.
—Bueno, ahí lo tienes.
—Pero no creo que realmente sea así de simple. 35
—¿Qué es tan difícil?
Hizo una pausa.
—No sé exactamente, pero es raro.
—Sé que no es normal.
—¿Crees que podemos ser sólo amigos por ahora, y dejar que pase lo que
tenga que pasar?
Oh diablos, la cosa de sólo amigos. Me quedé allí sentada y le di un vistazo.
—Quiero decir, estoy muy confundido acerca de todo esto. —Continuó,
cuando yo no dije nada.
—Está bien —suspiré—. Podemos ser sólo amigos y ver qué pasa.
—Gracias. Quiero decir, yo todavía te amo, pero esto —dijo, haciendo un gesto
entre nosotros dos—, realmente no sé cómo hacer esto.
—Yo tampoco lo sé. Pero sólo he estado muerta un par de meses.
Me sentí desmoralizada. Estaba esperando que esto fuera diferente. Este no
fue el "ser todo, o terminar", o el "vamos a darnos una oportunidad". Pensé que
necesitaba escucharlo para averiguar dónde estaba parada con Ryan. Se levantó y
se limpió algo de hierba perdida de su pantalón.
—¿Ya te vas?
—Tengo que ir a trabajar.
—Oh. Pero si acabas de llegar.
—No, de hecho, he estado esperando cerca de una hora. Tú acabas de llegar.
—¿Estuviste? Lo siento, todavía estoy acostumbrándome a esa sensación. No
siempre me doy cuenta cuando tengo ese cosquilleo.
—¿Cosquilleo?
—Sí, se siente como si hubiera un escalofrío subiendo por mi columna
vertebral cada vez que alguien me visita aquí. ¿Sabes el viejo refrán, cuando tienes
un escalofrío repentino, alguien está caminando en tu tumba? Es exactamente igual
a la realidad. Sólo que no desaparece hasta que vengo aquí, o tú te vayas.
—Oh. Me preguntaba sobre eso. No estaba seguro de si sólo aparecías para
comprobar si había alguien aquí o si lo sabías o algo así.
—Sí, es como un escalofrío.
—Genial. Bueno, nos vemos. 36
— ¿Cuándo?
—Pronto.
—¿Cómo de pronto? —Se quedó mirándome con incredulidad porque quería
saber cuándo volvería. —Mira, no quiero que vengas aquí y pierdas otra hora
mientras yo trato de recordar lo que significa esa sensación de hormigueo. Si yo sé
que vas a estar aquí mañana, entonces vendré a pasar el rato y esperaré por ti aquí.
Tengo todo el tiempo del mundo para estar esperando por ti.
—Oh. Supongo que eso tiene sentido. El siguiente par de días estoy bastante
ocupado con el trabajo y la banda. ¿Qué tal el martes?
—¿Qué día es hoy?
—Sábado.
—Está bien, entonces, el martes vendré aquí y esperare por ti.
—Tengo que trabajar por la tarde, así que vendré por la mañana.
—Está bien, el martes por la mañana. Estaré aquí.
—Muy bien, nos vemos. Um, adiós.
—Adiós. No me olvides.
—No lo haré. Lo prometo.
Se dirigió a su estropeado coche estacionado a lado del pequeño camino que
serpenteaba a través del cementerio. Él me dio un pequeño saludó con la mano
antes de entrar en el interior y alejarse.
Suspiré y me recosté sobre mi cuerpo a 2 metros por encima de la tierra.
Pensé en todas las veces que le dije a Ryan que fuera a verse a sí mismo. Me
preguntaba cómo me veía ahora. Decidí que era una vista que probablemente era
mejor no ver, hasta que estuviera segura de que estaba justo en los huesos.
Me quedé un tiempo, tendida allí contemplando mi tumba. Finalmente, me
aburrí de eso, me levanté y me dirigí a las puertas del cementerio. Al instante,
reaparecí justo en la puerta de nuestra casa. Ryan estaba sentado en los escalones
de la entrada esperándome.
—¿Tuviste una visita? —preguntó.
—Sí —le dije, no estando dispuesta a dar más información.
—Así que… ¿Quién era? —preguntó, después de que yo no se lo dije. 37
—Jon vino a verme.
—Me lo imaginaba. ¿Ocurrió algo interesante?
—No, no en realidad.
—¿De qué hablaron?
—Oh, ya sabes. El trabajo, la banda y esas cosas.
—¿Y estabas tratando de resolver las cosas?
Pensé en nuestra conversación. Los dos admitimos seguir amándonos el uno
al otro, pero eso fue la extensión de la misma, supongo.
—Vamos a ser amigos.
—No pareces muy feliz por eso.
—No estoy segura de cómo me siento al respecto.
—¿No estas segura? ¿Significa que realmente quieres ser algo más que su
amiga?
—Um…
—Sí, eso era lo que yo pensaba. Ya sabes, Lu, la noche en que moriste,
estábamos hablando de nosotros justo después de que él salió corriendo de aquí.
¿Recuerdas? Y yo te dije que te amaba demasiado como para arruinar tu vida para
intentar tener algún tipo de relación romántica contigo, porque yo estaba muerto y
tú estabas viva. Creo que necesitas darte cuenta de que las cosas han cambiado
para ti ahora. Jon está vivo y tú podrías arruinar su vida, tratando de aferrarte a su
relación. Así que, realmente creo que necesitas dejarlo ir. Y eso es todo lo que voy a
decir al respecto.
No respondí a eso. Sólo me senté en los escalones del porche y me quedé
mirando la calle. Todavía se podían ver las manchas de sangre en el asfalto si sabías
dónde buscar. Reviví ese accidente en mi cabeza una y otra vez, los faros viniendo
hacia mí mientras empujaba a Julián fuera del camino. Me pregunto si Julián
rondaría mi casa si él hubiera muerto esa noche en mi lugar. Ese fue un
pensamiento incómodo.
—Supongo que necesitas un poco de tiempo a solas.
Ryan se dio por vencido en tratar de tener cualquier conversación futura
conmigo, desde que había entrado en modo de pensar en silencio, y él se fue lejos, a 38
algún lugar.
Yo sabía que él tenía razón acerca de Jon. Simplemente no podía dejarlo ir.
Además, acordamos que sólo seríamos amigos. Me encogí ante ese pensamiento,
preguntándome si realmente aparecerá el martes. Bueno, si él no aparecía, no era
como si tuviera cualquier cosa mejor que hacer que sentarme y esperarle.
Subí mis rodillas y metí las manos en los bolsillos de la chaqueta de Ryan para
envolverla alrededor de mis piernas. Me sorprendí al encontrar que todavía había
cosas en los bolsillos. Empecé a sacar el contenido: algunos dólares viejos que
incluso ya no estaban en impresión, algún cambio y algunos, posiblemente
utilizados, desmenuzados pañuelos desechables, puaj.
El otro bolsillo tenía más cambio, y un paquete de chicles. Nada muy
interesante aquí. Me di cuenta de que todavía estaban los bolsillos en el pecho por
explorar, así que me desabroché y ahondé a través de ellos. Un peine, que podría
ser útil algún día. Había también una fotografía cuidadosamente metida en el
interior. Era Ryan y otros dos chicos vestidos de esmoquin y fumando puros. Esto
parecía terriblemente elegante para Ryan. ¿Podría ser la noche del baile de
graduación? ¿La boda de alguien? Me pregunté si eran sus hermanos o amigos
mientras miraba fijamente la versión viva de Ryan. Él era tan guapo en vida como
lo era en la muerte. Encontraba difícil dejar de mirarlo, era tan extraño verlo vivo y
con un esmoquin, ni más ni menos. Metí con cuidado la foto en el bolsillo junto con
el peine. Busqué por el resto de la chaqueta, pero esos eran todos los tesoros que
poseía.
Stazi llegó de donde sea que ella estuviera, así que me levanté para seguirla
por la casa durante un rato. Me senté en la cama mientras ella se cambió. Supuse
que tenía una cita con Malcolm más tarde, a juzgar por la ropa que se estaba
poniendo. Ella sacó su cabello de la cola de caballo y se sentó allí cepillándolo por
un tiempo.
—¿A dónde vas esta noche, Stazi? —le pregunté, aunque sabía que ella no
podía oírme—. ¿Una cita ardiente con Malcolm? Oh sí, iremos al cine. Hay una
nueva película de suspenso con mi actriz favorita, y quiero estudiar sus expresiones
para el club de teatro. Estoy adicionando para el papel principal. ¿No sería súper 39
genial si Malcolm consiguiera el papel del protagonista masculino también? El club
de Teatro, el club de teatro, el club de teatro. —Me dejé caer en su cama,
exasperada conmigo misma porque tenía que recurrir a ser los dos lados de la
conversación.
Pero ella dejó de cepillar su cabello, se giró de pronto y miró a su cama. Miró
por la habitación lentamente, casi sin respirar.
—¿Lucy? —susurró—. ¿Estás aquí?
—¿Stazi? —Me senté de golpe—. Stazi ¿Puedes oírme? ¡Estoy aquí, estoy a tu
lado! —Salté de la cama, con la esperanza de hacerla moverse de nuevo o lo que sea
que sucediera que le hiciera fijarse.
Ella todavía miraba alrededor, tratando de ver lo que hizo el ruido.
—Estás aquí. ¿No es así? —Ella hizo una pausa esperando una respuesta que
no podía hacer que ella oyera. Ella continuó cepillándose el cabello—. Me estoy
preparando para salir con Malcolm. Vamos a una exposición de arte en la escuela.
Tiene un par de pinturas en exhibición. Una de ellas es una pintura al óleo que se
ve como un rayo abstracto. La otra es un retrato de mí, lo hizo con acuarelas. En
realidad no se parece a mí, pero se supone que soy yo. ¿Qué crees que debo hacer
con mi cabello? Quiero dejarlo suelto, pero sé que tendré que recogerlo al final de la
noche. Tal vez sólo trenzar la parte de arriba.
Trabajó los dedos por su cabello mientras yo miraba con la boca abierta.
¿Realmente sabe que estoy aquí? ¿O ella simplemente balbuceaba en voz alta?
Comenzó a tararear la canción de The Cure "Pictures of You" y me entraron ganas
de llorar. Ella tiene que saber que estoy aquí. Comencé a cantar junto con su
canturreo, hasta que sonó el timbre de la puerta.
—Malcolm —exclamó, y rápidamente terminó su cabello. Se detuvo en el
umbral antes de salir. Miró de nuevo a la habitación y dijo—: Lucy, si de verdad
estás aquí, quiero que sepas que te echo de menos. Espero que estés, de lo contrario
sólo estoy divagando conmigo misma como una idiota. —Ella se giró y corrió a abrir
la puerta.

***
40
—¡Ryan! —grité, mientras corría por las escaleras—. Ryan, nunca vas a creer
lo que acaba de suceder... —Pero me detuve en seco cuando no estaba en nuestro
dormitorio—. ¿Ryan? —Vagué por toda la casa preguntándome dónde podría estar.
Comprobé fuera también, no estaba por ningún lado. Sólo había otro lugar donde él
podría estar. Puesto que no fuimos enterrados en el mismo cementerio, supongo
que sólo tendría que esperar su regreso.
Pero él no regresó esa noche. Me acosté en la cama sola, mirando al techo,
preguntándome cuando volvería. Me encontré mirando su fotografía, tratando de
mantenerla sobre la mesa de noche, así él podría ver lo sola que estaba sin él. No
vino a casa al día siguiente tampoco. Sabía que era domingo, porque ayer Jon me
dijo que era sábado. Era tan difícil llevar la cuenta de los días cuando no había nada
para mantenerla. Para el lunes estaba realmente preocupada de que podría haber
ido al cielo sin mí. Casi nunca se quedó lejos tanto tiempo antes cuando estaba viva.
Me pregunté si tendría que acostumbrarme a estar por mi cuenta aquí.
El martes por la mañana llegó sin Ryan, y odiaba salir, por si él regresaba y yo
no estaba aquí. Pero le dije a Jon que estaría esperándole en mi tumba, y
ciertamente no quería dejar plantada a la única persona que venía a visitarme.
Tomé una carrera empezando en la puerta principal y terminé en mi lápida.
Jon no estaba allí todavía. Estaba bastante segura de que eran sólo alrededor de las
ocho de la mañana, había asumido que él no estaría allí por un tiempo todavía.
Estuve dando vueltas por el cementerio un poco para matar el tiempo, evitando
cualquier otro muerto que estuviera en pie. No es que yo no quisiera ser social con
mis nuevos vecinos, simplemente no quiero tener que ser grosera en caso de que
Jon apareciera pronto.
No sabía qué hora era cuando llegó, pero estaba tan aliviada de que él
regresara.
—Hola —le grité, mientras corría a su encuentro en el coche—. Estoy tan
contenta de que estés aquí.
—Hola —dijo—. ¿Has estado esperando mucho tiempo?
—No tengo ni idea. —Noté su guitarra en la espalda—. Oye ¿Puedes sacar eso
y tocar algo?
—¿En serio? Um… Por supuesto, supongo que puedo. 41
—Oh, gracias. Gracias por haber venido. He estado tan sola estos últimos días.
—¿Sola? ¿No está él manteniéndote caliente por la noche? —Sonrió un poco
con satisfacción, pero parecía más como celoso.
—En realidad, Ryan no ha estado alrededor desde el día en que te vi la semana
pasada. Él sólo desapareció. El único lugar en el que podría estar si no está en casa
es en su cementerio, y no puedo ir para averiguarlo.
—¿En serio? ¿Se ha ido? —Jon parecía emocionado por esta noticia.
—No lo he visto.
—Hmmm. Bueno, vamos a tocar un poco de música ¿No? —Caminó hacia mí,
a mi tumba y nos sentamos el uno al lado del otro. Afinó su guitarra y empezó a
rasguear algunas de las canciones que hicimos en la recepción de la boda. Canté
acompañando suavemente, pero extrañé mucho la guía de Kate.
—¿Cómo está Kate estos días? —le pregunté, ya que ella vino a mi cabeza.
—Ella está bien. Sigue siendo nuestra vocalista, como sabes. Ella ha estado
muy ocupada con la escuela sin embargo. Está tomando algunas clases de ciencias
avanzadas para prepararse para la universidad y creo que está abarcando más de lo
que puede controlar. La mitad del tiempo que practicamos ni siquiera se molesta
en bajar.
—Ella probablemente piensa que es tan buena que no necesita practicar.
—Posiblemente.
—¿Qué hay de Spencer, qué está haciendo?
—Stephanie regresó a la universidad por lo que él finalmente consiguió a
alguien más que sea durante un tiempo. Me encanta el chico, quiero decir, él es mi
primo y todo, pero es problemático cuando ella no está alrededor.
—Y que lo digas. ¿Cómo está George?
—Está bien. Él piensa que es extraño que yo pueda verte, pero todavía me
habla por lo menos.
—Así que ¿Todos saben que todavía puedes verme?
—Sí, todos lo saben, mi secreto está pasado de moda. Todos en la banda de
todos modos, no es realmente todo el mundo.
—¿Estás bien con eso?
—Sí, ha sido sorprendentemente no extraño. 42
—Bueno, eso es bueno. Tú ya no eres un marginado.
—Sí, supongo que no. Pero me preguntaba algo.
—¿Qué?
—Te conté todo de cómo podía ver fantasmas. ¿Pero tú nunca pensaste en
mencionar que podías verlos también?
—Oh. Eso.
—Sí. Eso.
—Bueno, yo realmente quería decírtelo cuando me dijiste lo de tu padre. Pero
cuando te hablé sobre Ryan ese día, no dije que te quiero, pensé que después de eso
si te decía que podía ver fantasmas también, podrías sospechar que yo todavía
podía verlo y haría las cosas raras entre nosotros. Y entonces no estaba segura si
sólo podías ver a tu papá, o si podías ver fantasmas en general.
—¿Sabes, que no decírmelo fue tan malo como mentirme?
—Sí, lo sé. Realmente quería decírtelo. —Sentí desplomarme en su acusación.
—Pero no lo hiciste.
—Pero quería.
—No lo hiciste sin embargo.
—Lo siento. Debería habértelo dicho en primer lugar. Estoy segura de que si
te decía que tenía un fantasma masculino por compañero de cuarto no te habrías
molestado en absoluto.
—No tires esto de nuevo en mí. Tú fuiste la que fue deshonesta aquí. Siempre
te dije la verdad sobre todo.
Él tenía razón, por supuesto, pero siento como si yo le dijera la verdad sobre
todo en primer lugar, no nos habríamos llevado bien mucho más allá de eso. Él
estaba de mal humor ahora y abrazando su guitarra, apoyando la barbilla en ella.
Podía sentir que no nos llevaba a ninguna parte, así que cambié de tema.
—¿Podrías tocarme algunas canciones de The Cure? ¿Por favor? ¿Por
favorcito?
—Sí, pero sólo sé unas pocas. —Él me miró y empezó con "Boys Don't Cry",
luego "Close to You" y "Just Like Heaven", y un poco más después de eso, y para
éstas canté tan fuerte como me fuera posible, consiguiendo algunas miradas 43
extrañas de los locales. Él esbozó una sonrisa con mi canto odioso. Bueno, tal vez
estamos llegando más allá de la incomodidad.
Entonces él comenzó a tocar algo con lo que yo no estaba familiarizada.
—No reconozco esa. ¿De quién es?
—Es algo con lo que estoy jugando —dijo, después de tocar la nueva canción
por un minuto.
—¿Se te ocurrió eso? ¿Por tu cuenta?
—Sí, todavía estoy trabajando en ella sin embargo. No he imaginado
totalmente toda la canción y la letra todavía.
—¿Estás escribiendo una canción? Estoy tan sorprendida de ti. Me encantaría
oírla toda cuando la termines.
—Por supuesto. Estaré feliz de tocarla para ti cuando esté terminada. —Él
detuvo esa y continuó con nuestros viejos éxitos de la boda.
Perdí la noción del tiempo durante el que se quedó. Pero después de un rato,
Jon miró su reloj y anunció que él realmente tenía que irse a trabajar.
—Bueno, gracias por venir. Realmente aprecio que me visites. Sé que es un
dolor en el culo venir aquí.
—No es tan malo. Me divertí mucho hoy. En su mayoría. —Justo tenía que
lanzar eso.
—Yo también. En su mayoría.
—Si no estás haciendo nada, podría volver la próxima semana el martes por la
mañana de nuevo.
—¡Por supuesto que no estoy haciendo nada! ¡Eso sería maravilloso!
—Te veré entonces.
—Voy a estar esperando por ti. —Lo acompañé de regreso a su coche sintiendo
una buena agitación. Era fácil recordar lo feliz que estar enamorada de él me había
hecho. Saludé con la mano como una loca cuando se alejó. Caminé lentamente a las
puertas del cementerio tarareando las melodías que acababa de tocar. Podría decir
que tenía una enorme sonrisa en mi cara. Me quedé dentro de las puertas
devorando el momento. Sospechaba que se desvanecería en cuanto reapareciera en
casa. 44
Lamentablemente, mi buen humor se desvaneció cuando por fin aparecí en
frente de la casa. Mi primer pensamiento fue ir alrededor y comprobar si Ryan
estaba allí. Caminé por el patio primero, y luego me dirigí al interior buscándole en
todo el resto de la casa. No había señales de Ryan.
—Maldito fantasma testarudo.
Me dije a mí misma, mientras me dejé caer en la cama. Seriamente dudaba
que se hubiera ido al cielo después de todos estos años, sobre todo después de
nuestra última conversación.
Capítulo 4

R
esulta que ni siquiera tuve que esperar al martes. Cuando estaba
paseando por el patio unos días más tarde, todavía esperando que
Ryan apareciera, tuve ese escalofrío por mi espalda que simplemente
no se iba. Me tomó unos minutos darme cuenta de que probablemente alguien
45
estaba en mi tumba. Corrí directamente a la puerta principal una vez que me di
cuenta de lo que estaba pasando, e hice un aterrizaje forzoso a través de Jon, que
estaba sentado con su guitarra frente a mi lápida. Cuán maravillosamente cálido se
sentía caer en él así.
—¡Uh! ¡Quítate! ¡Quítate! —gritó, casi pisando su guitarra en su intento de
revolverse fuera de mí.
—Es bueno verte —le dije, echándome hacia atrás—. Lo siento, No fue mi
intención aterrizar encima de ti. Sé que es una sensación extraña. ¿Verdad?
—Me siento como si me hubiera tirado en una bañera llena de agua helada. —
Se estaba abrazando a sí mismo, tiritando.
—No te esperaba. ¿Estuviste esperando mucho tiempo?
—Sólo unos diez minutos —dijo, a través del castañeteo de dientes— Se
suponía que íbamos a ensayar hoy, pero George no podía, así que Spencer dijo que
olvidara. Y no tenía nada mejor que hacer.
—¿Así que imaginaste que podías matar el tiempo con la chica muerta? ¿Eh?
—Sonreí. Me di cuenta de que estaba dando una gran sonrisa—. Estoy realmente
contenta de que hayas venido.
—Espero no haber interrumpiendo algo.
—No, sólo estaba vagando por el patio, no sucedió nada. Ni siquiera ha
regresado Ryan todavía, por lo que es especialmente aburrido allí.
—¿Qué hay con eso? ¿Por qué crees que se fue?
—No lo sé. De hecho lo último que hablamos fue de ti.
—¿De mí? ¿Estaba celoso o algo así?
—No, él piensa que estoy arruinando tu vida. No lo estoy. ¿Verdad?
—No. No, en realidad no tenía nada mejor que hacer hoy.
—Tú seguro sabes cómo hacer que una chica se sienta especial. Pero aun así,
me alegro de que estés aquí.
—Me alegro de haber venido también —dijo, recogiendo su guitarra. Él la
volvió a afinar y comenzó a tocar melodías aleatorias, y yo cantaba cuando sabía las
letras. Después de un rato, se detuvo para volver a afinarla, pero no comenzó a
tocar de nuevo. Se sentó en silencio durante un minuto, y lo miré fijamente
preguntándome qué estaba pasando. 46
—¿Estás bien? ¿Necesitas un descanso?
—Sí, no, estoy bien. —Empezó a tocar, pero agarró el cuello de la guitarra para
detener las vibraciones—. ¿Lucy?
—¿Sí?
—Nada.
—¿Qué pasa?
—Me preguntaba... —Empezó a decir, pero se interrumpió sin querer decirme
lo que estaba preguntándose.
—¿Qué?
Finalmente, dijo:
—Hay algo que he querido preguntarte.
—Dispara.
—¿Qué pasó esa noche? ¿Por qué estabas en la calle? Sigo pensando que ibas
a venir a buscarme y me siento tan culpable, como si, si yo no me hubiera ido
entonces todavía estarías viva.
—No es tu culpa, Jon.
—¿Sólo estás diciendo eso para hacerme sentir mejor?
—No, sinceramente, si no te hubieras ido probablemente todavía estaría viva.
Pero eso no es por lo que fui golpeada por el auto.
—¿A dónde ibas, entonces?
—Bueno, no mucho después de que te fueras, sonó el timbre. Ryan me
advirtió que no abriera, pero yo estaba segura de que eras tú.
—Sé que no era yo. ¿Quién era?
—Mi ex-novio.
—¿Ese chico Julián?
—Sí, ese chico.
—¿Qué quería?
—Aparentemente, había estado acosándome. Te vio salir apresurado y pensó
que iba a ver qué pasaba.
—¿Acosándote?
—Sí. Así que, traté de que se fuera, pero él se abrió paso hasta mi dormitorio. 47
—Sentí las lágrimas empezar a emerger en el recuerdo de aquella noche.
—Oh. ¿Quiero saber qué pasó después?
—Él se forzó en mí.
—Se forzó. ¿Cómo? ¿Violándote?
Asentí con la cabeza que sí.
—Oh, Jesús. Lo siento, Lucy.
—Pero Ryan estaba allí, y se las arregló para poseerlo o algo así, por lo que no
duró mucho, y llevó a Julián fuera de allí. Lo vi esperando en el lado de la carretera
y no estaba segura de lo que estaba pasando. Después vi un coche a toda velocidad
por la carretera. Vi como si él se estaba preparando para saltar a la calle, y no podía
dejar que Ryan hiciera eso, así que corrí tras él para empujarlo fuera del camino,
pero fui golpeada en su lugar.
—Así que, Ryan te salvó. ¿Y después consiguió que te mataran?
—No, no es así.
—Pero tú fuiste golpeada por el coche porque él estaba tratando de detener a
tu ex-novio.
—Él no pretendía que yo corriera a la calle detrás de él. Esa parte fue un
accidente. Además, si Ryan no me lo hubiera quitado de encima, Julián
probablemente me habría estrangulado o algo cuando terminara. Él estaba como
loco esa noche.
—No lo he visto por aquí últimamente.
—Yo tampoco. Pero no espero que esté rondando mi casa después de lo
ocurrido. Probablemente esté fuera, en la universidad de todos modos.
—Cierto. Fuera para dañar otras chicas inocentes.
—¿Qué puedes hacer?
—¿Un tatuaje de violador en su frente?
Me reí de la idea de mancillar el hermoso rostro de Julián.
—Eso le servirá bien.
Jon frunció el ceño como si estuviera absorto en sus pensamientos.
—Básicamente salió libre de esto. ¿Lo sabe alguien más?
—No, no puedo exactamente decir a nadie más lo que pasó.
—Me siento como si tuviera que ir a la policía o algo. 48
—¿Y hacer qué? No tienes ninguna prueba de nada. Sería tu palabra contra la
suya.
—A menos que él esté tan lleno de culpa que lo obligara a confesar.
—Lo dudo.
—Vamos, Lucy. ¿No quieres justicia? ¿No quieres verlo en la cárcel?
—Sí, pero no quiero que te metas en problemas tampoco.
—No voy a meterme en problemas.
—Si empiezas a jugar con Julián, estás pidiéndolo. El tipo está loco.
—Él no puede ser tan malo.
—Jon. ¿Estabas escuchando lo que acabo de decirte acerca de esa noche? No
quieres enfrentarlo. Y estoy bastante segura de que es mucho más fuerte que tú,
podría patearte totalmente el culo.
—¿No crees que yo pueda encargarme de él en una pelea?
—En realidad, sólo déjalo ir. ¿Por favor? Me preocupa que vayas a
involucrarte en esto.
—Está bien, voy a dejarlo ir, pero no creo que sea correcto.
—Sólo toca la guitarra. ¿De acuerdo?
—Muy bien —dijo. Empezó a tocar de nuevo, pero él no parecía estar del todo
allí el resto de la mañana. Eventualmente, dejó de tocar distraídamente y se quedó
mirando en el espacio por un momento.
—¿Jon?
—¿Hm?
—¿Estás bien?
—¿Qué?
—Dejaste de tocar en medio de una canción. ¿Todo bien?
—Sí. —Él me miró parpadeando—. Sí, lo siento. Me tengo que ir —dijo
abruptamente y se levantó, sacudiéndose un poco de hierba de su pantalón.
—¿Estás seguro de que estás bien?
—Bien, sí, estoy bien —dijo.
—¿Estás tramando algo?
—Tengo que ir a trabajar.
—Pero... 49
—¿Te veré el martes de acuerdo?
—Oh, sí, está bien.
Se fue corriendo a su coche, y se despidió con la mano mientras corría fuera.
Estaba tramando algo. Realmente esperaba que él no fuera a meterse en
problemas.

***

Ryan llegó a casa esa noche. Yo estaba tumbada en la cama sintiéndome sola,
girando mi cabello y mirando su foto, preguntándome cuándo pasaría algo
interesante, cuando súbitamente, pop, él estaba ahí.
—¿Dónde has estado? —le grité—. ¡Estaba muy preocupada! Pensé que habías
ido al cielo sin mí o algo así.
—El cielo no me recibiría, así que estoy de vuelta.
—Pero en realidad, ¿dónde has estado?
—¿Dónde crees que he estado? Sabes que no puedo ir a ninguna parte, sólo al
cementerio.
—Lo sé. ¿Pero por qué te fuiste durante tanto tiempo?
—Te dije que necesitabas tiempo a solas para resolver las cosas. Por lo tanto,
te dejé sola.
—No dijiste que te ibas sin embargo. Me estaba volviendo loca.
—Sí, lo sé. Tu amorcito vino a buscarme y me dijo que parecías alterada.
—¿Lo hizo?
—Ah ¿Así que no niegas que él es tu amorcito?
—No, ya no lo es. Sólo somos amigos.
—Sólo amigos. Correcto. ¿Por qué está siempre en tu tumba, entonces?
—Él no está siempre en mi tumba, sólo vino a visitarme un par de veces. Dijo
que no tiene nada mejor que hacer.
—Claro que no. De todos modos. El tipo vino a buscarme y tuvimos una
pequeña charla.
—¿Sobre qué?
—Me pidió que no te lo dijera. 50
—¡Oh, vamos! No puedes sacar el tema y luego no decírmelo.
—Sí, realmente no me importa lo que quiere, así que voy a decírtelo. Me
preguntó sobre la noche en que moriste.
—Justo estábamos hablando sobre eso hoy —le dije.
—Sí, prácticamente me acusó de enviarte a tu muerte. Tuve que decirle todo lo
que pasó esa noche para hacerlo retractarse. Aunque creo que se reserva para
Julián. ¿Qué pasó con ese tipo? ¿Vino a tu funeral o algo?
—No. No lo he visto desde entonces. Se suponía que tenía que marcharse a la
universidad.
—¿A qué universidad?
—¿Por qué quieres saberlo? ¿Están Jon y tú en una especie de complot para
asesinarlo?
—No, en absoluto.
—No voy a decirte dónde iba. No necesito que Jon se meta en problemas por
esto.
—Pero no te importa si yo me meto en problemas. ¿Verdad?
—¿Cómo exactamente harías eso?
—No lo sé. Ya se me ocurrirá algo.
—Déjalo en paz.
—Jon tiene un punto —dijo—. Él básicamente escapó con asesinato.
—¡Pero fuiste tú el que estuvo a punto de matarlo! ¡Eres un hipócrita!
—¿Cómo soy un hipócrita? ¡Él iba a matarte esa noche!
—No sabes lo que él habría… —Pero yo estaba bastante segura de que lo
habría hecho, si Ryan no hubiera intervenido—. Mira, no quiero que nadie resulte
involucrado en esto. Él no es tu problema, y definitivamente no es un problema de
Jon tampoco. Julián está volviéndose loco. Es mejor dejarlo en paz.
—Bueno, no me has dado exactamente ninguna información que no supiera
ya. Pero tienes razón, ese tipo es un poco raro.
—Exactamente, si Jon comienza algo con él, tendrá a ese psicópata
acechándolo enseguida. Y realmente, realmente no quiero eso.
—Sí, sí, velando por el novio, lo tengo.
—Él no es mi novio. Terminemos con eso. 51
Ryan saltó a la cama conmigo.
—Cierto. Así que, si no es tu novio, ¿quieres un beso francés?
Tuve que reírme de su tenacidad.
—Ryan, te extrañé tanto que podría besarte. Pero no voy a...
—Vas a ceder tarde o temprano.
—Quizás. —Él envolvió su brazo alrededor de mis hombros mientras me
acurrucaba hasta él—. ¿Qué más hablaron? —le pregunté.
—No mucho. Pero no creo que las cosas estén realmente terminadas entre
ustedes tampoco.
—¿Por qué, qué más te dijo?
—No es nada que él dijo específicamente, sólo está todavía colgado por ti.
—Pero, ¿por qué piensas eso?
—Él vino a buscarme para ayudarlo a vengarse de tu ex-novio, aunque estoy
bastante seguro de que me odia casi tanto como yo lo odio.
—¿Por qué te odiaría?
—Porque yo soy con él que su antigua novia está pasando el rato todas las
noches.
—No, no todas las noches —le dije, mirándolo por dejarme sola los últimos
días.
—Sí, lo que sea. Pero aun así, si está haciendo equipo conmigo, todavía se
preocupa realmente por ti.
—Esto no significa que cualquier cosa esté pasando algo.
—Puedes seguir negándolo, Lu. Realmente no creo que sea del todo cierto.
Pero está bien. Voy a esperar. No tengo otra cosa que hacer. —Finalmente notó la
foto en mi mano, y me hizo señas para entregársela—. ¿Dónde la encontraste?
—En el bolsillo de la chaqueta. ¿Quiénes son estos chicos?
—Mis mejores amigos. Por lo menos lo eran cuando yo estaba vivo. Éste es
Ray —dijo, señalando al rubio—. Ray trabajó en un “Seven-Eleven” y nos permitía
salir con bebidas gratis todo el tiempo. Él también nos vendía cigarrillos antes de
que tuviéramos 18. Esos eran buenos tiempos.
—¿Eras un fumador empedernido cuando todavía estabas vivo o algo así?
Parece que te gustan mucho. 52
—No, no era un fumador empedernido. Todavía tenía que tener cuidado con
ello porque mi mamá enloquecería si lo olía en mí. Este chico es Mike. Te dije antes
que tenía algunos amigos y tuvimos una pobre banda de garaje. Estos fueron los
chicos. Yo tocaba la guitarra, Ray tocaba un teclado, Mike tocaba la batería.
Siempre íbamos a la casa de Mike para tocar. Sus padres se divorciaron y él vivía
con su padre, que tenía varios trabajos y nunca estaba en casa. Salimos con tanta
mierda en ese entonces.
—¿Cómo qué?
—Oh ya sabes, cosas comunes de adolescentes. Cocaína, riñas de pandillas,
asesinato, lo de siempre.
—¿No realmente, como qué?
—Sacábamos a escondidas cerveza de la nevera, su padre tenía un pequeño
problema con la bebida así que nunca se dio cuenta de que faltaban unas cuantas
botellas. Creo que asumió que se las bebía todas él mismo. Si lo sabía, nunca dijo
nada.
—¿Qué más?
—Siempre alguno tenía a su novia de visita, con suerte subía a la habitación de
Mike.
—Ugh. ¿Lo hiciste en la cama de otra persona? Asqueroso.
—Hey, cuando eres un chico adolescente lo haces en cualquier lugar que
puedas conseguir.
Sabía que él había tenido amigas y sexo antes, pero en realidad nunca se
metió en ello mucho. No estaba segura de estar lista para oírlo hablar de eso.
—¿Por qué llevas un esmoquin, era la noche del baile de graduación?
—Sí, lo era.
—Te ves muy bien.
Él me miró con una expresión de no estar seguro de si le estaba tomando el
pelo.
—En realidad, te ves decente agradablemente. Te veo en una camiseta negra
todos los días. Es difícil imaginarte en cualquier otra cosa. Ahora tengo pruebas de
que en realidad llevabas algo más en algún momento de tu vida.
—La triste realidad es que tuve un montón de camisetas negras. ¿Te importa 53
si me quedo con esta foto en la mesita de noche?
—Me parece bien.
La apoyó junto al reloj despertador para que él y sus amigos nos estuvieran
viendo. Me pregunto si ellos me hubieran aprobado a mí. Entonces, recordé que no
estábamos exactamente juntos, así que no sabía por qué incluso me atrevería a
necesitar su aprobación. Pero aun así…
—¿Crees que le habría gustado a tus amigos?
—No.
—¿Por qué no?
—Estoy tomándote el pelo, tonta. A ellos les gustaban todas las chicas que nos
dieran la hora. Pero era como una regla no dicha, las novias estaban
automáticamente dentro, a menos que nos separáramos, en cuyo caso eran
automáticamente perras.
¿Acaba de decir que yo era su novia? ¿O que yo era una perra porque no
estábamos juntos? No sabía qué hacer con eso. Me senté allí sosteniéndolo,
preguntándome lo que realmente pensaba de mí ahora.
Capítulo 5

L
legó el martes por la mañana, me quedé afuera por un tiempo,
vagando por el patio así Ryan no se daría cuenta cuando me fuera al
cementerio. Después de un tiempo, me escabullí por la puerta
principal y aparecí enfrente de mi tumba. Me subí a ella y esperé a que Jon
apareciera. 54
Eventualmente su coche de mierda apareció y me saludó. Salté y corrí para
encontrarlo mientras bajaba del auto.
—Entonces, ¿qué estás tramando? —pregunté, en el segundo que estuvo fuera
del auto.
—¿Tramando? —dijo, con una mirada culpable en su rostro—. ¿Qué quieres
decir?
—Ryan vino a casa y dijo que fuiste a verlo. Me imaginé que si te molestaste
en encontrarlo, debes estar tramando algo. Entonces, ¿Qué estas tramando?
—¿Él vino a casa? Sonó como si estuviera planeando quedarse ahí por un
tiempo cuando lo vi. Yo sólo quería conseguir su versión de la noche que moriste.
—¿Y?
—Y eso es todo
—Por lo que él dijo, sonó como si estuvieras tratando de obtener más
información que eso.
—¿Estoy en problemas o algo?
—Aun no lo sé, no sé qué estas tramando.
—No estoy tramando nada. Sólo quería ver si él recordaba esa noche de la
misma forma que tú. Aparentemente, lo hacía. Sólo pensé que quizás tú no me
estabas diciendo toda la historia.
—¿No confías en mí? ¿Por qué creerías que no te diría algo a apropósito?
—Confió en ti. Sin embargo pensé que estabas tratando de protegerlo.
—¿A quién, a Ryan o Julián?
—A ambos supongo. No sé por qué. Solamente quiero tener a alguien a quien
culpar por esto.
—Jon prométeme que no vas a hacer nada sobre esta cosa de Julián.
—Te prometo que no voy a hacer nada —dijo, después de una corta pausa.
—¿Ya has hecho algo?
—Lucy, ¿puedes ya superarlo?
—Me preocupa que te vayan a lastimar. ¿No puedo tratar de protegerte sólo
un poco?
—Bien. Sólo dejaré que mi fuerte novia fantasma me proteja.
—Dijimos que íbamos a ser amigos. 55
—Lo sé —suspiró—. Aún sigo pensando en ti como mi novia. Lo siento, no lo
dejaré salir otra vez.
—No, no me molesta en realidad. Sólo pensé que estabas confundido por
todo.
—Lo estoy, aún lo estoy.
—Supongo que yo también lo estoy. —Me quedé allí y no me moví durante un
minuto, pero finalmente pregunté—: ¿Tú quieres?
—¿Quiero qué?
—Ser mi novio.
—No sé lo que quiero Lucy. Quiero que estés viva, pero claramente no es una
opción.
—Bueno, no obviamente. Pero no es como si estuvieras viendo a alguien más.
No lo estás, ¿no?
—No. No quiero a nadie más.
—¿Pero me quieres a mí?
Alzó una mano para frotarse los ojos y me dio una mueca extraña.
—Creo que lo que quiero es superarte y seguir con mi vida. Pero es difícil
cuando tú estás aquí enfrente de mí. Y no puedo ver qué tipo de oportunidad tendré
contigo cuando Ryan este en casa esperándote.
Asiento en reconocimiento.
—Lo he estado alejando, porque siento como si te estuviera engañando si hago
algo con él. Pero supongo que sólo debo superarlo y seguir con él, huh.
Jon arrugó su rostro como si fuera una idea terrible.
—Dios, eso es lo que vas a hacer, ¿verdad? Ese tipo no te merece.
—Creo que merezco alguien que realmente quiera estar conmigo.
—¡Yo si quiero estar contigo Lucy! ¡No hay nada que quiera más en esta vida
que estar contigo!
—Bueno, entonces esté conmigo.
—No puedo, ¿no lo entiendes? No puedo.
—Entonces no digas nada sobre lo que puedo hacer con mi vida.
—Bueno, quizás debería dejar de venir a verte. 56
—Quizás deberías.
—Bien.
—Bien. Entonces, ¿estamos rompiendo? Este es nuestro final, será todo,
terminará todo, ¿terminamos? ¿Listo?
Me miró con una mirada de asombro en su rostro.
—Ni siquiera estamos juntos.
Me dejé caer al suelo y traté de arrancar algo de pasto que no podía ser
recogido por alguien como yo.
—No puedo evitarlo, aún sigo pensando en ti como mi novio —dije, mirando
hacia abajo.
Suspiró y se arrodilló junto a mí.
—No quiero no verte nunca más. Pero tampoco sé cómo no estar sin ti. ¿Por
qué no podemos ser simplemente amigos? ¿Qué esta tan mal con esto? ¿Por qué
necesitamos que sea todo, que sea el final para nosotros?
Niego y continúo mirando hacia abajo.
—Porque es evitar que viva mi vida. O muera mi muerte. ¿Vivir mi muerte?
Dios, esto es tan complicado. Es evitar que siga adelante.
—Supongo que yo tampoco estoy siguiendo adelante. No estoy listo para
dejarte ir. —Arranca un poco de pasto y lo sostiene para mí—. Si quieres que me
vaya, y nunca vuelva —dice mientras su voz se rompe un poco—, si es eso lo que
realmente necesitas para seguir con tu vida. Entonces me iré.
Aun no podía mirarlo a la cara. Estiré la mano para tratar de agarrar algo de
hierba, pero en su lugar mis dedos pasaron a través de su mano. El tembló, pero no
se alejó. Sostuve mi mano ahí por un momento, absorbiendo su energía, se sintió
tan acogedor. Cerré mis ojos y recordé nuestro primer beso bajo los fuegos
artificiales. Alejé mi mano y limpié mi rostro que ahora estaba lleno de lágrimas.
—No te vayas —susurré—. Aún te necesito en mi vida. No me importa lo que
somos, no tenemos que ponerle un nombre. Sólo te necesito.
Soltó un suspiro de alivio.
—Bien. Realmente me alegra oír eso.
Jon se quedó conmigo por un rato después de eso. Estábamos bastante
tranquilos, sólo estando en compañía hasta que tuvo que irse a trabajar. Aunque 57
necesitaba la tranquilidad. Me estaba sintiendo un poco demasiado emocional y no
quería ir a casa cuando lucía como si hubiera estado llorando. Caminé de vuelta
hacia las puertas del cementerio después de que Jon se fuera.
—¿Escabulléndote en medio de la mañana, huh? —dijo Ryan, cuando aparecí
en la puerta del frente. Estaba sentado en los escalones de la entrada esperándome.
No lucía encantado de verme.
—No me escabullí. Tenía planes.
—Uh-huh. ¿A quién viste?
—Jon.
—Eso es lo que pensé —dijo, y apareció en el porte delantero.
¿Por qué sentía él que necesitaba hacerme sentir como si estuviera haciendo
la caminata de la vergüenza? Me imaginé que discutiríamos esto eventualmente, así
que sólo me dirigí dentro de la casa y fui a encontrarlo en nuestra habitación.
—¿Hay algún problema? —pregunté, cuando lo encontré en nuestra cama.
—No, ningún problema —recogió un libro y metió su nariz en él.
Me subí a la cama y me arrastré hasta él, sólo que me ignoró. Traté de sacar el
libro del camino, pero a penas lo sostuvo más firmemente y más cerca de su cara.
—¿Ryan? ¿Vas a seguir ignorándome?
Ni me reconoció.
Me senté a horcajadas sobre él y me crucé de brazos, tratando de pensar que
hacer a continuación para ganar su atención. Decidí sentarme ahí y molestarlo
hasta que me hablara. Me bajé de él, a los pies de la cama. Empecé a desatar sus
botas y a sacarla de sus pies. En realidad no tenía idea de si tenía cosquillas, pero
me estiré y comencé a pasar mi dedo por el centro de su pie, sólo después de unos
segundos de eso me empujó de la cama. Esperé un ruido sordo cuando aterricé en
el piso, pero fue un aterrizaje tranquilo. Me asomé por el borde de la cama para
encontrarlo aun leyendo su libro.
¿Echarme de la cama? Comencé a tirar de los cordones de sus botas, y luego
comencé a atar sus pies con ellos. Siguió sin prestarme atención, pero estaba
dispuesta a apostar que él quería ver lo que estaba haciendo. Agarré sus botas y
caminé fuera de la habitación con ellas. ¿Dónde podía esconderlas? Las metí detrás
de la cortina de la bañera de arriba, no es que nadie nunca fuera a encontrarlas, 58
pero no quería alejarlas mucho de la habitación. Caminé por toda la casa, así no
sabría con seguridad que estarían arriba, luego regresé a atormentarlo un poco
más.
Sus pies aún seguían atados cuando volví, comencé a hacerle cosquillas a sus
pies otra vez, desde la seguridad el piso donde él no podría patearme de la cama.
Esta vez definitivamente obtuve una reacción cuando movió los pies y los alejó de
mí, pero aún tenía su cabeza enterrada en el libro. Renuncié a las cosquillas por un
minuto y pensé en que más podía hacer para irritarlo. Comencé a tararear algunas
canciones realmente mal, eligiendo esas que sabía que odiaba más. Nada. Empecé a
cantar algunas canciones de Cure y a apropósito me equivoqué con la letra. Nada.
Empecé a recitar el Preámbulo de la Constitución, el cual había tenido que
memorizar para Historia Americana. Nada. Renuncié a hablar y me callé por unos
pocos minutos.
Me asomé por el borde de la cama para asegurarme de que aún me ignoraba.
Sí, su cara aún enterrada en el libro. Me agaché en el suelo y me preparé para un
ataque sorpresa. Me subí de un salto en la cama con el estómago hacia abajo,
gritando:
—¡Gerónimo!
La cama realmente crujió con la fuerza del impacto.
—¡Lucy, qué demonios!
—¡Ha! ¡Te tengo!
—¿Qué quieres?
—Quiero que hables conmigo, por favor
—¿Sobre qué?
—De lo que sea que esté haciendo que seas un dolor en el culo, de eso.
—¿Quieres hablar sobre Jon?
—¿Eso es lo que te está molestando?
—¿Por qué sigues huyendo para verlo?
—Porque él sigue viniendo a visitarme.
—¿Por qué sigues coqueteando con él sí sólo son amigos?
—No estoy coqueteando con él, y sólo somos amigos.
—Como que siento que el tipo necesita dejarte sola. 59
—¿Por qué? Me gusta tener visitantes.
—¿Realmente no soy suficiente para ti?
—No dije eso.
—¿Entonces porque te gusta tanto tener visitantes?
—Supongo que aún no estoy acostumbrada a estar muerta.
—Bueno, acostúmbrate.
—Además, amo estar contigo, y tú sólo me ignoras.
—Porque me estas haciendo enfadar.
—¿Por Jon?
—¡Si por Jon!
—No puedo evitarlo si sigue viniendo a verme. No quiero decirle que pare.
—Por supuesto que no. Aún sigues enamorada de él, lo entiendo.
—Ya no sé lo que siento. Es muy confuso.
—Sería menos confuso si sólo le dijeras que se largara y nunca lo vieras otra
vez.
—Supongo que sólo necesito tiempo para dejar que las cosas se calmen.
Dejamos las cosas en un lugar extraño cuando morí.
—Me parecía como que él había terminado contigo.
—Pero no realmente. Y aun así no estamos juntos. Me llamó como su novia, y
le echó la culpa a la costumbre.
—Ves, estás retrocediendo en esto. Debes dar marcha atrás en la relación, no
meterte aún más en ella. Simplemente dejar de ir a verlo. Déjalo en paz.
—Realmente no quiero.
Me miró con una expresión de exasperación y lanzó su libro. Se olvidó de que
tenía los pies atados y se cayó de la cama cuando trató de ponerse de pie.
—¡Lu! —gruñó—. ¿Dónde diablos están mis botas? —preguntó con furia,
mientras empezaba a tirar de los cordones de sus zapatos envueltos alrededor de
sus pies.
—No te lo diré.
—¿Dónde diablos están mis zapatos?
—En algún lugar. 60
Él acabó desatando sus pies y arrojando los cordones, se levantó y salió de la
habitación. Empezó a caminar por las escaleras.
—¡Eres tan frío! —grité desde lo alto de la escalera, pero él seguía alejándose
de mí—. ¡Tan frío! ¡Brrr!
Me estaba divirtiendo atormentándolo, así que lo seguí fuera de la casa.
—Nunca vas a encontrarlos aquí.
—No estoy buscándolos.
—Eso es bueno, ya que no están aquí.
—Vete.
—Hey, ¿quieres jugar a la mancha?
Él rodó los ojos hacia mí y comenzó a subir un árbol.
—¿En serio? Okay. —Empecé a subir detrás de él. Se detuvo en la rama más
alta y se instaló. Luché por llegar hasta allí, sin saber cómo mis manos y pies
fantasmales incluso encontraron los espacios para llegar hasta allí en primer lugar.
Una vez que me encontré con él, dijo:
—Jódete. —Y empezó a descender.
—Oh, vamos —dije, y empecé a bajar de nuevo. Le tomó mucho más tiempo
bajar. Pensé en saltar, pero todavía estaba preocupada por la posibilidad de
romperme las piernas, y no quería probarlo para averiguarlo. En el momento en
que estaba de vuelta en el suelo, no tenía ni idea de a dónde se había ido. Me dirigí
de nuevo al interior de nuestra habitación, pero él estaba escondiéndose de mí y no
lo vi hasta que fue demasiado tarde. Dio un salto, me inmovilizó en el suelo y
empezó a hacerme cosquillas.
—¿Dónde están mis botas, Lucy? —preguntó, pero me estaba riendo
demasiado como para contestar.
—Para —me esforcé por decir, mientras sus dedos me cepillaban los lados.
Estaba siendo muy rudo, pero al menos sonreía ahora en vez de fruncirme el ceño.
—Dime dónde están mis zapatos y pararé.
—No, primero para.
—No, dime dónde están.
Me estaba riendo tan fuerte que estaba llorando a este punto. De verdad
pensé que me habría mojado el pantalón si pudiera. 61
—¡No puedo! ¡Detente!
Finalmente dejó de hacerme cosquillas, pero permaneció sentado encima de
mí, así no podía levantarme. Me calmé lo suficiente como para decir:
—Lo olvidé.
Las cosquillas reiniciaron y se mantuvieron durante unos minutos antes de
que se detuviera de nuevo.
—¿Dónde han ido a parar mis botas?
—Déjame entrar y te lo mostraré —me las arreglé para decir, una vez que me
calmé un poco. Seguía sentado encima de mí. Parecía más bien como si él no
quisiera levantarse.
—Bien —dijo, por fin. Se levantó y tomó mi mano para ayudarme a
levantarme de la tierra.
—Están aquí —dije, yendo a la habitación de Natalie. Miré bajo la cama.
—Uh-oh.
—¿Qué, uh-oh?
—¡No están aquí!
—¿Aquí es realmente donde las pusiste?
—Um, ¿tal vez fue en el armario? —Miré hacia el armario, sabiendo muy bien
que no era ahí dónde estaban—. Hmmm. ¿A dónde se fueron esas cosas apestosas?
—Eso me pregunto —dijo.
Seguí conduciéndolo en una búsqueda inútil por toda la casa. Él no parecía
molesto conmigo, así que estaba bien. Pero después de unos minutos de eso me
aburrí, así que grité:
—¡Ah, ya recuerdo! —Y abrí el camino hacia el piso de arriba, directo al cuarto
de baño y a la ducha—. ¡Aquí están!
—Sin embargo, ¿cómo llegaron aquí? —preguntó.
—No sé, es un misterio.
Las recogió y volvió a la habitación para atarse las botas. Se sentó en la cama y
empezó a tejer los cordones a través de los ojales. Tomé la otra bota y trabajé en
eso. Pronto estábamos compitiendo entre nosotros para ver quién podría terminar
primero. Gané. 62
—¡Ta-da! —grité, sosteniendo su bota.
—Bien, ahora termina con esta —dijo, empujando la otra en mi cara.
—Uf —le dije, tomando la bota. Él se puso una y lo ató mientras terminaba
con la otra—. Aquí tienes —le dije, empujando la cosa bien en su cara.
—Bien, ¡ahora deja mis zapatos en paz!
—Yo no hice nada con tus zapatos, ¿de qué estás hablando?
—¿Eres retrasada? —preguntó.
Me reí y le di un abrazo. Él me abrazó también y me llevó hacia la cama.
—¿Qué voy a hacer contigo? —preguntó.
—¿Tener un poco de paciencia?
Hubo una larga pausa antes de que él finalmente dijera:
—Está bien.
—Gracias, Ryan.

***

Stazi llegó a casa de la escuela como un manojo de nervios a los pocos días. La
seguí por toda la casa mientras ella tiraba su mochila en el suelo, cerraba las
puertas y hacía un alboroto general por todo el lugar. Mamá y papá no le hicieron
caso en su mayor parte, hasta que todos estaban comiendo la cena en la mesa
juntos y ella resopló con insatisfacción por los palitos de pescado que estaban
siendo servidos.
—Anastasia, en serio, ¿qué te pasa?—preguntó mamá finalmente, aunque
sabía que ella no quería oír su respuesta.
—Bueno, hice una audición para liderar el show musical vacacional en la
escuela, ¡y no quedé! ¿Puedes creerlo? Por supuesto, Malcolm consiguió el
protagonista masculino, y estoy tan irritada porque esa perra engreída de Jenny
Perkins consiguió el papel principal femenino. Quiero decir, ella ni siquiera puede
entrar en terreno cuando canta, sólo un poco de su voz se desliza en su lugar hasta
que golpea la nota correcta. ¡Ridículo! En serio, no sé quién decidió dárselo a ella
en lugar de a mí, pero obviamente necesita un audífono. Y luego tienen el descaro 63
de ponerme en el coro. ¡El coro! Con todos los demás que no son buenos y respiran
por la boca, bien podría rendirme desde ahora. Ni siquiera obtuve un papel de
menor importancia en la producción.
—En primer lugar, vigila tu lenguaje, jovencita. En segundo lugar, ¿hiciste
siquiera una audición para cualquier otra cosa?
—Bueno, no, estaba tan segura de que iba a quedar como la principal.
Papá hizo una mueca con sus palitos de pescado y rodó los ojos.
—¿Qué es esa mirada, papá? Piensas que no hago nada bien, ¿verdad? ¡Esta
familia es una mierda, más ahora que Lucy se ha ido!
—Stazi, suficiente.
—No, ella era la única que se preocupaba por mi carrera como actriz. Iba a
hacer mis trajes cuando yo lograra algo grande. Lo teníamos todo planeado. ¡Y
ahora todo está en ruinas! ¡No puedo ni siquiera conseguir el papel principal en el
musical de la escuela secundaria! —Y siendo la reina del club de teatro que era,
empujó repentinamente hacia atrás su silla así se cayó cuando ella se levantó y se
fue corriendo a su habitación.
—Oh, Señor, ¿qué vamos a hacer con esa chica?
—Scott, sabes que no es de ayuda el que le ruedes los ojos. Deberíamos ser
más solidarios.
—¿De verdad quieres fomentar este comportamiento?
—No este comportamiento, pero sí quiero apoyarla. Lucy era la única que le
prestaba atención cuando hablaba y contaba respecto a eso. Esto significa mucho
para ella. Y realmente no es tan mala. No estoy diciendo que debería correr a
Hollywood ni nada, y no sé quién es esta perra de Jenny, pero estoy un poco
sorprendida de que ella haya terminado en el coro.
Hice una mueca mientras miraba a papá comer su último palo de pescado y
quedarse con un gran pegote de salsa tártara. Nunca me gustó eso. No lamentaba
perderme esta cena.
—Déjame ir a hablar con ella —dijo, y se levantó para poner su plato en el
lavavajillas.
—¿En serio? ¿Quieres hablar con ella? ¿No quieres que lo haga yo? 64
—Yo iré a hablar con ella, no me esperará a mí.
—Supongo.
Papá se dirigió hacia la habitación de Stazi y dejó a mamá sola en la mesa con
la cena. Su plato estaba a medio comer, pero sólo jugó la comida alrededor de él
ahora. Empujó su plato lejos de ella y se encorvó hacia delante con la mano
apoyada su cara.
—Oh, Lucy, realmente nada es lo mismo aquí sin ti. Eso es malditamente
cierto.
Se sentó allí por un minuto con la mirada fija en el espacio. Suspiró y cogió su
plato, tiró su comida sin tocar a la basura y abrió el lavavajillas.
—¿Cuán difícil es colocar un estúpido plato? —se quejó, ante la colocación
incorrecta de papá. Juraba que papá deliberadamente desordenaba la carga del
lavavajillas sólo para que mamá no le pidiera que lo hiciera. Tuve que reírme de
eso. De repente se enderezó y miró alrededor de la cocina—. Stazi? —dijo. Al ver
que nadie le contestó, ella susurró—: ¿Lucy?
—¿Mamá? —respondí—. ¿Puedes oírme?
—Debo estar perdiendo mi maldita mente —dijo, cerrando el lavavajillas e
irguiéndose.
Stazi y papá salieron de su dormitorio.
—¿Ustedes oyeron algo? —les preguntó.
—¿Cómo qué? —preguntó Stazi.
—No importa —dijo ella—. No fue nada.
—¿Qué? —preguntó de nuevo.
—Olvídalo.
—Stazi, ¿no tienes algo que decirle a tu madre?
—Lamento haber enloquecido antes —dijo, ahora fue su turno de rodar los
ojos. Cogió su silla y se sentó para terminar su cena—. Es sólo tan decepcionante.
—Lo entiendo. Sé lo mucho que querías ese papel. Sé lo mucho que querías a
Lucy haciendo tu vestuario también. Todos la extrañamos, ya sabes, no solo tú.
—Ya nadie habla de ella. Es como si sólo quisieran fingir que nunca existió.
—No queremos fingir que nunca existió. Esa es una cosa horrible que decir.
—Pero siento que es cierto. 65
—Cariño, es que no es fácil hablar de ella. Cada vez que pienso en algo que a
Lucy le gustaría oír, empiezo a ir a buscarla y luego tengo que parar porque como
que me olvidé por un momento que ella murió. Cada vez que escucho algo de
música horrible quiero ir a gritarle que baje el volumen. Cada vez que voy al centro
comercial quiero preguntarle si necesita un paseo. No es como si nunca hubiera
existido. Es como si por un segundo nunca hubiera muerto, y en el segundo
siguiente, cuando lo recuerdo, me mata cada vez.
—Tu mamá tiene razón, Anastasia. No hemos olvidado a Lucy, en absoluto.
¿Te ayudaría hablar de ella?
Stazi miró a mamá y papá.
—No sé de qué hablar.
—¿Qué le dirías si ella estuviera aquí en este momento?
—Sí, ¿qué me dirías? —pregunté.
—Le diría lo molesta que estoy por lo de la obra.
—Sigue.
—Le diría que estoy un poco como loca, porque Malcolm tiene que besar a
Jenny en una escena.
—¿Es eso sobre lo que es esto en realidad? —preguntó mamá.
—Saben que así es como empezamos. ¿Y si él se enamora de ella?
—Si lo hace, entonces simplemente no iba en serio contigo. Pero creo que
estarás bien.
—No lo sé.
—Cariño, un buen actor debe ser capaz de besar a otra persona sin
enamorarse de ellos.
—Sí, supongo que sí. Malcolm es buen actor, ¿verdad?
Esta vez fue el turno de mamá de rodar los ojos.
—Uno increíble.
Stazi no lo notó porque estaba recogiendo lo último de su cena.
—Él es fenomenal, ¿verdad? Me siento mejor ahora, un poco. Sin embargo,
todavía estoy disgustada por no conseguir el papel principal.
—La próxima vez, ten un plan de respaldo. Que esto sea una lección —dijo
papá, finalmente entrando en la conversación. 66
—Sí, sí —dijo Stazi, recogiendo su plato y poniéndolo en el lavavajillas—. Iré a
hacer mi tarea ahora —dijo, y se fue apagadamente a su habitación.
Una vez que ella estaba fuera del alcance del oído, mamá dijo:
—Esa pobre chica está condenada. Malcolm es un actor terrible.
Me reí de nuevo, pero esta vez nadie pareció darse cuenta.
Capítulo 6

E
ra la semana de acción de gracias. Estaba escondida en mi habitación,
mirando fuera de la ventana como caía la lluvia. Natalie podría venir a
casa pronto, y no estaba segura que iba a pasar cuando ella caminara
por la puerta. ¿Podría verme otra vez? ¿Me ignoraría? ¿Podría ella de repente haber
tenido la capacidad de bloquearme? 67
Estaba empezando a oscurecer afuera, estaría en casa en cualquier momento,
por lo que escuché de las conversaciones de mamá con ella. Finalmente, vi llegar su
coche hasta el frente. Su novio Connor estaba con ella, y el resto de la familia estaba
ansiosa por conocerlo. Me aparté de la ventana en caso de que ella me viera. ¿Y
ahora qué? ¿Debo esconderme debajo de la cama por la próxima semana?
—Si ella no quiere verte, entonces ella sólo podría quedarse fuera de aquí —
intervino Ryan desde la cama.
—No sé realmente si ella no quiere verme. Pero sé que no quiere verte.
—¿Quieres que me esconda en el closet contigo por la siguiente semana?
Porque eso podría ser muy acogedor…
—No estas ayudando Ryan. No sé qué hacer. La puerta está cerrada, así que
espero que sólo se quede fuera.
—No creo que ella nos vea todo el tiempo sin embargo. Creo que sólo cuando
es tomada fuera de guardia.
—¿Cómo podría saber cuándo es sin embargo?
—Bueno, piensa en las veces que ella me vio. En el baño limpiándose los
dientes. En la habitación desde el espejo cuando estaba peinando su cabello. Ella
necesita estar preocupada con algo sin sentido.
—Pero ella me vio en pleno día en el funeral.
—Lo sé, no sé qué decirte sobre eso. Quizás porque eres su hermana tienes
algún tipo de conexión.
—Shh, escucha. Están en la casa.
Eché la cabeza hacia la puerta para escuchar la conversación que tenía lugar
en la planta baja. Con el tiempo, hemos escuchado las voces cada vez más fuerte a
medida que subían las escaleras.
Natalie estaba dando a Connor el rápido recorrido por el piso de arriba.
—Aquí es el baño, y esta es mi habitación.
—¿Esta es la habitación de tu hermana?
—Sí.
Estaba esperando a que ella dijera algo más pero podía oírlos moverse a su
habitación y dejar sus maletas.
—Puedes ir a la planta baja, sólo necesito un par de minutos aquí arriba, y 68
entonces bajaré.
—¿Me estas enviando a tu familia solo?
—Sólo será un minuto. Ve, estarás bien.
—Lo que sea —dijo él, y lo oí caminar de regreso abajo a las escaleras.
Después de un minuto escuché a Nat en la puerta.
—Lucy, sé que estas allí. Por favor, sólo quédate allí. No quiero verte u oírte.
Incluso no quiero cruzar en el pasillo contigo. Por favor déjame sola, ¿bien?
Miré a Ryan preguntando si debía responderle, pero él sacudió su cabeza en
un no.
—Tomaré eso como un sí. Lo siento, sólo no puedo arreglármelas para verte.
—La oí correr abajo a las escaleras después de eso. Así que ella trajo a su novio a
casa para protegerla de los espantosos fantasmas de al lado, ¿huh?, Jesús, esta
semana iba a apestar.

***

Ryan y yo gastamos los pocos siguientes días acurrucados en la cama juntos.


Realmente quería bajar y pasar el rato con el resto de la familia. Teniendo a Natalie
en casa los revitalizó un poco, ellos estaban jugando juegos y hablando de nuevo.
Mamá estaba haciendo una loca cena de acción de gracias, y unos pocos parientes
incluso llegaron a comer con todos. Pero quería respetar los deseos de Natalie.
Sabía que era difícil para ella volver a casa, y el resto de la familia estaba muy
contenta de volver a verla.
Llovía mucho esa semana, y lo último que esperaba era un visitante en mi
tumba. Pero el viernes negro por la tarde, sentí un cosquilleo por mi columna
vertebral.
—¡Mierda! —grité, una vez que me di cuenta de lo que estaba pasando.
Ryan sacó la cabeza de su libro.
—¿Problemas? —preguntó.
—Tengo que salir de aquí. Puedo ser vista por Natalie sin embargo.
—¿Por qué tienes que salir de aquí?
—Alguien en mi tumba. 69
Él miró a la ventana.
—¿En serio? ¿En este tiempo?
—¿Tienes alguna idea de dónde está?
—No. ¿Por qué no sólo te escabulles a la planta baja por donde ella no está?
—Supongo. Tendré que hacerlo.
—Ve, no quieres hacer esperar a tu joven amante.
—Por última vez… oh olvídalo.
De repente deseé saber cómo hacer pop en un lugar como Ryan hacía. No
quería mantener a Jon esperando en la lluvia. Me pregunto como él incluso
consiguió llevar su auto allí, los caminos eran de grava y estaba segura que podría
ser un lio lodoso. Esperé a que él no tuviera que caminar bajo la lluvia desde la
puerta principal. Saqué la cabeza por la puerta para ver que la costa estaba clara, y
de puntillas mi camino abajo a las escaleras. No podía ver a Natalie en la sala, así
que corrí, pasé a través y seguí hasta la puerta. La fuerte lluvia no me redujo, así
que estaba en mi tumba en poco tiempo.
Pero no era Jon esperándome. Me tomó un segundo darme cuenta de que era
Julián parado en mi tumba. Él estaba positivamente empapado; no tenía nada para
protegerlo del aguacero. Estaba en una diatriba agitando unos papeles alrededor.
Finalmente superé mi sorpresa al escuchar lo que estaba diciendo.
—Vine a casa desde la escuela y allí estaban todas estas cartas esperando por
mí, mi mamá las había escondido lejos de mi habitación, pero las abrí y mira,
“violador” esta decía, “asesino” y “pagarás por esto” todas como esta, acusándome
de algo. Lucy, incluso no sé qué pasó esa noche. No puedo recordar nada más de
llegar a tu casa. La siguiente cosa que sé es estar parado en la calle y mirarte correr
sobre el auto. Alguien cree que te maté, ¡pero nunca podría hacerte eso! Te amaba
demasiado. Te amaba tanto, tanto, pero no me correspondía mi amor. ¡No sé cómo
llegamos a la calle! No puedo recordar, no importa cuántas veces vuelvo sobre eso.
Debo estar bloqueado, o algo así. —Él gesticulaba salvajemente con una botella de
vodka en una mano, dejando caer las cartas por todo el lugar con la otra mano.
—Julián, tienes razón en una cosa, yo no te amo —respondí, sabiendo que no
podría oírme. Me senté en la base de la lápida frente a él. Lo vi parado allí,
tropezando, y sentí absoluto odio hacia él con todos los tragos que tomaba. Sabía 70
que esas cartas debían ser de Jon, y de repente estaba muy enfadada con él,
después de que me dijo que no iba a hacer nada.
—Pero si esto es mi culpa, no puedo vivir con eso. —Julián se frotó la cara y
tomó un largo trago de su botella. Él jugueteó alrededor en los bolsillos y sacó un
pequeño frasco de pastillas.
—¿Qué haces con eso? —le pregunté, sabiendo que no podría oírme, pero
entonces comenzó a hablar de nuevo.
—Supongo que morir en tus sueños es bastante tranquilo. Por lo menos, creo
que no será tan malo como ser golpeado por un coche. —Empezó a tragar pastillas y
llevarlas hacia abajo con su botella.
—¿Dónde están mis modales? ¿Quieres un poco de vodka? Aquí. —Sirvió un
poco en el suelo, y luego se metió un poco más de píldoras.
—Oh mierda, no vas a morir en mi tumba.
—Te veré en el cielo. —Se acostó en la hierba fangosa, y, finalmente, cerró los
ojos.
—¡Mierda! ¡Levántate! ¡Mierda, mierda, mierda! ¡Julián, levántate! ¡JULIÁN!
¿Qué hago, qué hago? Empecé a correr hacia la puerta, y aparecí de nuevo en
el interior de mi jardín. Rompí a través de la puerta de entrada y corrí a través de la
casa hasta que la encontré.
Natalie estaba en la mesa de la cocina jugando a las cartas con Connor y Stazi.
Ella levantó la vista y se quedó inmóvil cuando me vio.
—Natalie, mira sé que no quieres verme, pero eres la única que puede
ayudarme ahora. Julián está en mi tumba y él tomó todas estas pastillas para
dormir, va a morir allí afuera. Por favor llama al 911 y diles que vayan al
cementerio. ¡Por favor!
Natalie estaba sentada allí con su boca abierta, Connor y Stazi estaban
absortos en una conversación sobre su club de drama, así que no se dieron cuenta
de que algo estaba pasando. Pero Natalie no se estaba moviendo. No tenía tiempo
para esto.
—¡NATALIE! ¡Mueve tu trasero! ¡Haz algo! ¡Él va a morir!
—Bien —dijo ella, saliendo de su estupor.
—¿Qué? —preguntó Connor. 71
—Connor, acabo de recordar, que se supone que debemos ir al encuentro de
uno de mis amigos. Ahora mismo. No tardaremos en realidad —dijo ella,
poniéndose de pie y corriendo para conseguir sus abrigos.
—¿Qué, en serio? Bien… —dijo él, siguiéndola—. Stazi, tendremos que jugar
de nuevo después, lo siento… —pronunció, mientras Natalie salió corriendo de la
casa.
Natalie saltó en el coche y salió a toda velocidad con Connor. Corrí hacia la
puerta de nuevo, reapareciendo en mi tumba donde había dejado a Julián. Él
todavía estaba allí. Parecía un poco demasiado tranquilo. No pude ver a su
fantasma caminando alrededor, así que sabía que aún estaba vivo. No estaba
segura de cuánto tiempo le tomaría a Natalie llegar, si ella de hecho venía aquí.
Quizás no venía después de todo, quizás estaba tan asustada que corrió fuera de la
casa lejos de mí. Rondé alrededor de la puerta principal y esperé.
Por último, su coche se detuvo en el interior de las puertas. Dejé escapar un
suspiro de alivio, gracias a Dios que vino. La saludé y me dirigí a mi tumba para
que pudiera seguir. Ella nunca vino a verme, así que estaba bastante segura de que
no sabía dónde estaba. Ella siguió lentamente ya que las carreteras estaban
fangosas y llena de enormes charcos. Llegamos a mi sección y le hice señas a mi
lápida.
Saltó del coche y caminó por el barro a donde yo estaba. Connor se bajó del
coche mirando muy confundido, pero la siguió de todos modos.
—¡Oh Dios mío! —Ella se inclinó sobre él y lo sacudió—. ¡Julián! ¡Hola,
despierta! Julián! Mierda, no despierta.
Ella se quedó allí en pánico por un segundo, entonces gritó:
—¡Connor, ayúdame a llevarlo al auto! ¡Tenemos que llevarlo a la sala de
emergencias ahora!
—¿Quién es este? —preguntó, mientras se inclinaba para tomar a Julián
debajo de los hombros.
Natalie lo agarró por los pies y respondió:
—Él es un amigo de mi hermana.
—¿Stazi? ¿Por qué no le dijiste dónde íbamos?
—No, no esa hermana. 72
—¿La muerta?
Ella le dio una mirada.
—¿Cómo sabias que estaba aquí?
—Ella me lo dijo.
—¿Qué?
—Sólo ayúdame a llevarlo al auto, te lo explicaré en el camino.
Lo tiraron en el asiento trasero, y saltaron de nuevo en el coche. Ella
retrocedió lentamente a causa de las malas condiciones de la carretera y yo sólo
quería gritarle que se diera prisa. Me quedé allí viéndolos irse, con la esperanza de
que iban a llegar a tiempo al hospital.
Me acordé de las cartas que tenía y volví a echar un vistazo más de cerca. No
podía recogerlas, pero podía ver las palabras escritas en ellas, la lluvia había
causado que la tinta se corriera y estaban cubiertas de barro ahora. No podía decir
si era la escritura de Jon por el estado de ellas, pero no sabía quién más podría
haber enviado tales cartas. Jon, ¿por qué podría hacer esto? No sabía si su actual
plan era que lo llevara al suicidio, a locura o dar lugar a una confesión. De repente
me sentí furiosa con él, le pedí que no hiciera nada y me prometió que no lo haría.
Caminé lentamente hacia las puertas, sintiéndome horrible en mi realización.
Siempre pensé que Jon era de confianza, y ahora estaba tan decepcionada de él.
Estaba tan ocupada con mi autocompasión que no me di cuenta que ya había
cruzado la puerta frontal de mi casa y estaba subiendo las escaleras del porche. Me
dirigí escaleras arriba y me dejé caer en la cama.
—Así que, ¿Qué fue todo eso? —preguntó Ryan.
—Julián estaba cometiendo suicidio en mi tumba.
—¿Lo estaba?
—Él tenía un manojo de cartas en sus manos, las estaba leyendo. Todas lo
acusaban de mi muerte. Él estaba tomando todas estas pastillas y bebiendo vodka.
En realidad dijo que no podía recordar nada, ¿crees eso?
—Sí, sabes, he oído que chicos tienden a olvidar cuando hacen cosas malas,
como la violación de una niña. ¿Así que, murió?
—Aún no lo sé, conseguí que Natalie fuera por allí y ella lo llevó al hospital con 73
Connor. Supongo que tiene algunas explicaciones que dar, él se veía muy
confundido.
—No puedo creer que Natalie te haya oído.
—Tampoco puedo. Me pregunto si va a hablarme ahora.
—Quizás podrías dejarla acercarse primero, por lo que no la asustarías más.
—Supongo. Realmente deseo que pueda estar bien con el hecho de que aún
puede verme.
—Desearlo no hace que sea real sin embargo.
—Lo sé.
Me tendí allí junto a Ryan pensando en Jon. ¡Jon! Incluso no quería ni pensar
sobre él, pero cuanto más lo hacía, más enojada llegaba a estar. Debo haber estado
echando humo después de un tiempo, ya que Ryan me preguntó:
—Amiga, ¿Qué pasa contigo?
—¿Huh?
—Estás como, irradiando animosidad allí.
—Lo siento, sólo estoy irritada con Jon.
Ryan se animó ante esta noticia.
—¿Por qué, qué pasó con él?
—Bueno, le pedí que no hiciera nada con todo esto de Julián, pero entonces él
tiene todas esas cartas. Nadie más sabe al respecto, además de ti, así que tuvo que
ser de Jon. Realmente estoy molesta con él en este momento.
—¿En serio? —dijo, sonriendo—. ¿Quieres besarme?
—Sí. —Di vuelta mi cabeza para mirar su rostro sonriente—. Lo hago en
realidad.
Su expresión se transformó en sorpresa.
—¿Qué?
—Ven aquí. —Me incliné hacia él.
—No —dijo retrocediendo.
—¿No?
—No. Tú sólo dices porque estás enfadada con él.
—¿Es realmente importante para ti?
—Por supuesto que lo es. No necesito tus sesiones de besos de venganza 74
conmigo.
—Eso no tiene ningún sentido.
—¿Quieres besarme porque me amas o porque lo odias?
—Te amo.
—En ese caso —dijo, rodando encima de mí.
—No, espera, tienes razón sin embargo.
—No, no lo hago —dijo, inclinándose más cerca.
—No, para, tienes razón, sólo dije sí porque estoy cabreada.
—¡Ahhhhhh! ¡Vamos, Lu! Sólo di que me amas.
—Sí, pero…
—No, si pero “vamos a hacer esto”
—No quiero que nuestro primer beso sea tan emocionalmente confuso, ¿bien?
—dije empujándolo lejos de mí.
—¡Muy bien! —dijo, rodando fuera de mí y cruzando sus brazos detrás de su
cabeza—. Pero realmente no es nuestro primer beso.
—¿Huh?
—Bueno, te di unos cuantos besos mientras dormías, de vuelta cuando todavía
estabas viva.
—Eso no cuenta, no estaba despierta para besarte de regreso.
—Una vez pensaste que estabas soñando y estabas totalmente en ello.
—Eso es realmente en cierto modo escalofriante, Ryan.
—Entonces estaba esa vez que te salvé de Julián.
—Poseer el cuerpo de Julián no cuenta tampoco.
—Sí, realmente no quiero que cuente de todas formas.
—Gracias.
—¿Por qué estás haciendo gran cosa de todo esto de todo modos? Es sólo un
beso.
—No es sólo un beso. Es el comienzo de nuestro oficial futuro como, nosotros.
—Lo que sea —dijo, rodando sus ojos hacia mí—. Sólo estoy tratando de tener
un buen tiempo contigo, pero si vas a conseguir estar atrapada en todo este
sentimiento femenino sin sentido, entonces esperaré a que estés lista.
—¡No es sin sentido! ¿Por qué siempre arruinas las cosas para mí? 75
—Sólo quiero besarte y me dices no, ¡así que creo que realmente eres la única
arruinando las cosas para mí! Como sea, dije que esperaré por ti, así que, relájate,
¿bien?
—Eres tan exasperante algunas veces.
—Pero me amas sin embargo —dijo, dándome un gran abrazo.
—Te amo, Ryan.

***

Natalie había desaparecido durante unas horas. Escuché todo el mundo


hablando en la planta baja una vez que llegaron a casa. Ryan y yo habíamos estado
recostados sobre la cama, no besándonos, pero ahora estaba sentada en posición
vertical y esperando. La puerta de mi habitación estaba siempre cerrada. ¿Podría
ella abrirla ahora?
Oí pasos subiendo las escaleras. Un par de pasos. Pararon justo al lado de mi
habitación. Mis ojos estaban desorbitados de ver la puerta. Pero no se abrió.
—Lucy, estoy asumiendo que estás ahí. Por favor no salgas. Sólo quiero
decirte que Julián va a estar bien.
Entonces los pasos corrieron de regreso bajando las escaleras.
—Demonios, él sobrevivió —dijo Ryan.
—No bromees al respecto.
—Por lo menos Natalie habló contigo.
—Sí, pero ello no vino.
—Pasos de bebé. Eso es una mejora desde que te ignoraba totalmente.
—Supongo. Sólo deseo que ella viniera y me hablara sin embargo.
—Quizás lo hará, algún día.

76
Capítulo 7

N
atalie no me volvió a hablar durante el resto del fin de semana. El
domingo el sol finalmente salió y junto a Connor cargaron sus cosas
de regreso dentro del coche y se marcharon. Los observé irse desde
la ventana de mi habitación. No estaba segura si no me miraba intencionalmente,
pero no recibí ninguna señal de que quisiera verme de nuevo. 77
Oí a alguien venir por las escaleras, así que saqué mi cabeza a través de la
puerta para ver quién era. Mamá se encontraba en la habitación de Natalie,
quitando las sábanas de la cama y arreglando el desorden que quedó atrás. Me
senté en la esquina para permanecer fuera de su camino y sólo observarla poner las
cosas en orden.
—Siento haberme perdido la cena de Acción de Gracias, mamá —le dije,
sabiendo que no podía escucharme—. La comida, el relleno, las patatas dulces y el
pastel de calabaza. Siempre hiciste tu mejor comida en Acción de Gracias. Siento
no bajar para ver a la abuela y todos los demás. No quería enloquecer a Natalie. Me
alegra que viniera a casa, fue bueno volver a verla. Incluso si ella no quiere.
Mamá acabó con el cuarto de Nat y agarró las sábanas. En lugar de bajar las
escaleras, se quedó de pie en el pasillo mirando fijamente mi habitación. Tiró las
sábanas a un lado y abrió la puerta. No había estado en mi habitación en mucho
tiempo. Dio unos pasos dentro y miró alrededor. Ryan se encontraba sentado en la
cama con sus ojos bien abiertos, sorprendido de que hubiera alguien más en la
habitación. Él me dedicó una mirada interrogante y simplemente me encogí de
hombros.
Finalmente, pregunté:
—¿Qué estás buscando, mamá?
Se acercó a mi reproductor y echó un vistazo a mi pila de CD’s. Pasó un dedo
por mi cómoda y dijo:
—Realmente debería quitar el polvo aquí. —Miró las fotos en la pared e hizo
una mueca ante Robert Smith en mi póster de Disintegration. Abrió unos cajones
para verlos llenos con mi ropa. Permaneció allí, con las manos en sus caderas,
asimilando todo. Se marchó, dejando la puerta abierta detrás de ella. Agarró las
sábanas del suelo y bajó las escaleras.
—Está tramando algo —dijo Ryan.
—Pero, ¿qué? —pregunté.
Volvió a subir un par de minutos más tarde con algunas bolsas de compra y
abrió los primeros cajones de la cómoda, recogió mis calcetines y ropa interior,
metiéndolos en una bolsa. Hizo lo mismo con el resto de los cajones.
—Está deshaciéndose de todas tus cosas —dijo Ryan—. Eso es lo que sucede. 78
Planea dirigirse a alguna organización benéfica más tarde, lo sé.
—¿Tu mamá te hizo esto también? —le pregunté. Él simplemente asintió en
respuesta.
Sacó las bolsas al pasillo y regresó para empezar a despegar los posters de la
pared.
—¡No! ¡No los quites! ¡Mamá! ¡Déjalos!
—No puede oírte —dijo Ryan, observándola remover la cinta de la pared—
. Sólo es un paso más para olvidar que has estado aquí alguna vez. Librarse de tus
cosas. Vaciar tus cajones. Quitar todas tus imágenes. Desechar cualquier cosa que
le recuerde a ti.
—¿Pero no puede simplemente olvidarse de mi tan fácilmente? ¿No?
Sacó el último póster de la pared y lo estrujó en una bola.
—¡No puedo creer que le haga eso a Robert Smith! ¡Eso es prácticamente un
sacrilegio! —dije con incredulidad.
—Nunca le gustó ese póster. Dudo que incluso sepa quién es The Cure. Tiene
el peor gusto en música.
Me quedé allí esperando a ver contra qué arremetería a continuación. Ahora
que mis paredes estaban descubiertas, parecía estar satisfecha con el estado actual
de las cosas. Terminó el desmantelamiento de mi habitación por ahora y se fue,
cerrando la puerta tras ella.
—Va a regresar, ¿no? —pregunté a Ryan.
—Claro —dijo, mirando hacia los libros en la estantería—. Esperemos que deje
los libros y la música, sin embargo.

***

Ryan y yo estábamos sentados en la cama, esperando a ver si mamá


regresaba, cuando sentí el cosquilleo subir por la columna vertebral de nuevo.
Trataba de ignorarlo, desde que estaba tan segura de que regresaría en cualquier
minuto, pero una vez que notas que está ahí, empieza a hacerse imposible después
de un tiempo.
—Maldición. Ryan, tengo que irme —dije, sintiéndome incómoda—. Alguien 79
está visitándome.
—Supongo que es mejor que no dejes al enamorado esperando.
—No es mi enamorado y estoy realmente disgustada con él en este momento,
así que déjalo. —Rodé mis ojos hacia él, y dije—: Vigila a mi mamá. Trata de
asustarla si regresa. No sé cómo. Estoy segura de que puedes pensar en algo.
—¿Quieres que yo asuste a tu mamá? —preguntó, pero yo ya corría por las
escaleras para conseguir salir de ahí.
Me sorprendí al ver a Alex y Ling. Quería gritar de alegría y darle un abrazo,
pero no lo hubieran sentido. Ella estaba tan mal informada sobre fantasmas como
cualquiera podría estarlo. Me senté sobre mi lápida y simplemente los observé. Se
quedaron allí de pie, sosteniendo sus manos, mirando la inscripción en la lápida.
—Nena, siento como si deberías decirle algo —dijo Alex, después de un rato de
sólo quedarse de pie allí.
—No puede oírte. Está muerta.
—Sí, pero creo que las personas hacen algo más que mirar a la lápida cuando
visitan los difuntos.
—No tenía una enfermedad1, fue golpeada por un coche.
Alex sacudió su cabeza hacia ella.

1
Alex dice deceased que quiere decir difunto, pero Ling cree que dijo diseased, que
quiere decir enfermo.
—Difunto, no enfermo. Significa que está muerta.
—Exactamente. Así que, ¿cuál es tu punto?
—Creo que sería bueno si le cuentas a tu amiga fallecida cómo va tu vida. Sé
que extrañas hablar con ella.
Gracias a Dios que él tenía algo de cerebro.
—¿De qué se supone que voy a hablarle?
—Cualquier cosa. La escuela, el trabajo, incluso de mí. Cuánto la echas de
menos, cualquier cosa…
—Pero me siento tonta contigo aquí escuchándome.
—¿Ayudaría si espero en el coche?
Ella dio a su mano un apretón. 80
—No quiero estar sola.
—Voy a estar en el coche. Está justo ahí, no permaneceré lejos en caso de que
el coco venga a capturarte. Sólo habla con ella.
—Bien —dijo con indignación, como si no le importara. De algún
modo, realmente no esperaba nada menos de ella. Observó mientras él entró en el
coche y luego volvió su atención de regreso hacia mí.
—Esto es tan estúpido —empezó a decir—. Sé que no puedes oírme. Está muy
embarrado aquí, ¿eh? —Aplasta con su pie la hierba que estaba todavía llena de
agua después de toda la lluvia de la semana pasada—. Parece que una gran cantidad
de personas han estado aquí de visita. Pensaba que los cementerios tenían una
impecable jardinería. Hay basura por todo el lugar, es como una profanación —dijo,
haciendo mención de las cartas de Julián en el suelo. Sabía que no se molestaría en
mirar aquello demasiado de cerca, no querría ensuciarse sus manos.
—La escuela está bien. Las clases me mantienen ocupada. Hay todo tipo de
escritos que tengo que hacer, los odio demasiado. Sin embargo, las fiestas son muy
divertidas. Parece que hay un montón cada fin de semana, Alex y yo vamos todo el
tiempo. A veces puedes conseguir ponerte absolutamente ebria. Sé que no estabas
realmente interesada en eso, pero es genial que no tuviéramos la edad suficiente
para beber, ¿sabes? Quiero decir, ¿no es parte de ir a la universidad estar borracho
la mitad del tiempo? Quizás por eso tú sólo fuiste de casa a la escuela, no estabas
interesada en las fiestas.
Bajó la mirada al suelo y dio golpecitos con su pie por un rato.
—Así que, ¿cómo pudiste simplemente morir y dejarme sola de esta manera?
Te necesito ahora mismo. No puedo decirle a nadie más lo que ha pasado.
No dijo nada por un rato. Se volvió para mirar a Alex. La saludó con la mano
desde el asiento del conductor. Estaba empezando a preguntarme si alguna vez iba
a decirme lo que pasó, cuando por fin comenzó a hablar otra vez.
—Creo que estoy embarazada —susurró—. Tengo un atraso. Como, un par de
semanas de atraso. Nunca me atraso. No puedo creer esto. Te necesito, Lucy, sé que
me dirías que hacer. Ni siquiera le he dicho a Alex todavía. Empiezo a enloquecer.
¿Qué debo hacer?
—Podrías comenzar con una prueba de embarazo —dije, a sus oídos, 81
incapaces de escucharme.
—¿Te imaginas a mi siendo una madre? ¿Puedes suponer lo que mi mamá va
a decir cuando se entere? Voy a estar en muchos problemas. Creo que mi padre
mandará a asesinar a Alex por algunos secuaces chinos. ¡Lo que van a hacer cuando
se enteren de que su pequeña niña quedó embarazada del diablo blanco!
¡Realmente creo que mi papá le va a disparar! Creo que tendré que sufrir un aborto,
no hay manera de que pueda tener un bebé.
—Oh, Ling, no hagas eso. —Realmente me hubiera gustado más que nada
ahora darte simplemente un abrazo—. Ya se te ocurrirá algo, no te preocupes. —
Sabía que sus padres no aprobaban a Alex, pero dudaba seriamente que le pegaran
un tiro.
—No sé qué hacer. Sé que no lo aprobarías. Pero no sé qué hacer.
—¿Con que cosa no sabes qué hacer? —pregunto Alex, viniendo de atrás.
—¡Oh, me asustaste! —Ella río.
—Hay que ponernos en marcha —murmuró, tomándola en un fuerte abrazo.
Él realmente la amaba. No sé por qué ella simplemente no le dijo.
—Se está haciendo tarde, ¿estás lista para irte? Realmente deberíamos
marcharnos.
—Sí, de acuerdo. Adiós, Lucy. Te quiero.
Alex envolvió su brazo alrededor de ella y la llevó de vuelta al coche.
—No ha sido tan malo, ¿verdad?
—Lo sé, lo sé —dijo, mientras él abría la puerta para ella.
Cerró la puerta tras ella y se volvió, dando unos pasos más cerca para mirar
mi tumba de nuevo.
—Ella no ha sido la misma desde el día en que moriste.
Ling golpeó la ventana.
—¡Vamos!
—¡Ya voy! Te veré la próxima vez, Lucy.

***

Volví a mi habitación sintiendo pena por Ling. Debe estar pasando por mucho 82
ahora mismo. Me hubiera gustado poder hablar con ella para intentar animarla.
Ryan se percató de mi estado de ánimo enseguida.
—¿Qué pasó? ¿Rompieron o algo?
—¿Romper? ¿De qué estás hablando?
—Pareces deprimida.
—Sí, lo estoy un poco.
—Correcto, así que ¿tuviste una pelea o algo así?
—Ling estaba en mi tumba.
—Ohhh. No el enamorado. ¿Es por eso que estás triste?
—No. Ling cree que está embarazada.
Él resopló.
—No es divertido. Está enloqueciendo por ello.
—Me sorprende que tenga la prudencia de estar enloqueciendo por ello.
Pensaría que estaría completamente como, Alex y yo vamos a ser muy felices juntos
con nuestra pequeña familia y vamos a encontrar un pequeño bonito lugar para
vivir, tener a nuestro bebé y seremos taaan felices.
—Este es un problema serio. Deja de burlarte de ella.
—Es realmente algo difícil no hacerlo.
—A veces puedes ser un tanto idiota.
—Lo sé. No es fácil convivir conmigo.
—En ocasiones, no lo es.
—¿Eso es una pulla para mí?
—Sí, puedes ser un poco insensible —alegué.
—Lo aprendí de la mejor.
—¿Quién? ¿Yo?
—Sí, tú.
—¿Crees que soy insensible?
—Sí, sigues corriendo a ver a Jon, sin importarte lo que siento al respecto. Eso
es bastante malditamente insensible.
—No es que no me importe cómo te sientes al respecto. Me importas
mucho. Pero necesito algún cierre y no voy a conseguirlo al no ir a verlo.
Estoy segura de que iba a decir algo desagradable en respuesta, pero la puerta 83
abriéndose por segunda vez en el día nos sorprendió. En cambio, dijo:
—Uh-oh, ella está de vuelta.
Mamá había vuelto a desmantelar aún más mi habitación.
Esta vez, comenzó a estudiar cuidadosamente mis reservas de costura,
extrayendo bolsas llenas de tela, deshaciéndose de las muestras que había reunido,
pero conservó mi set de costura y carretes de hilo. Supongo que sería útil tenerlos
cerca. Todo lo que podía hacer era sentarme allí y observar, de vez en cuando
lanzar un “no te deshagas de eso,” pero en definitiva sabiendo que cualquier
protesta caía en oídos sordos.
—Mamá, ¿estás arriba? —Escuché a Stazi gritar desde abajo.
—Oh, mierda —murmuró muy bajo.
—¿Mamá? —Su voz se hizo más fuerte, subiendo las escaleras.
—Sí, estoy aquí arriba. —Tenía una mirada de culpabilidad en su rostro
mientras Stazi se dirigía hacia mi habitación.
—¿Qué estás haciendo aquí arriba? Oh, Dios mío, no puedo creer
que despegaras sus posters. ¿Por qué hiciste eso?
—Simplemente pensé que a su habitación le vendría bien algo de orden.
—¿Por eso limpias? ¡Son las cosas de Lucy! No puedo creer que hicieras esto.
—Bueno, sólo pensaba que me gustaría deshacerme de algunas cosas desde
que ella se ha ido.
—Sé que se ha ido, pero no puedes simplemente tirar todo. No puedes olvidar
que alguna vez estuvo aquí.
—No estoy olvidando que ella alguna vez estuvo aquí Anastasia, pero sabes
que no va a regresar. Pensaba limpiar el lugar para convertirlo en un cuarto de
huéspedes. No sé, simplemente no me gusta la idea de su habitación estando llena
de sus cosas y ella no estando aquí. Me deprime como el infierno. Es como si
estuviera en la universidad y estamos esperando que aparezca por casa como
Natalie. No va a regresar.
—Sé eso. —Stazi secó sus ojos y sorbió—. ¿Pero vas a deshacerte de todo?
—Supongo. No sé. Iba a ver hasta dónde podía llegar hoy. Pensaba en llevar
algunas cosas al Ejército de Salvación, no están haciendo ningún bien a nadie 84
permaneciendo aquí.
—¿Puedo revisar lo que ya sacaste?
Mamá suspiró.
—Seguro. Ella probablemente hubiera querido que conservaras lo que sea que
quieras de todos modos. Me siento mal donando algunas de las cosas que ella hizo.
Pero no tiene sentido dejarlas aquí.
—¿Qué tienes ahí?
—Es su reserva de tela. Ha ocupado el armario entero.
—Siempre traía a casa las más bellas telas y cosas del trabajo.
—Es una lástima que no va a hacer nada con ellas ahora.
—Prométeme que no donaras nada más, sin mostrarme primero. —Stazi
comenzó a fisgonear por el armario, hurgando mis zapatos.
—Anastasia, anda ya.
—¡Mamá, prométemelo! No puedo soportar la idea de algún extraño
recibiendo todas sus cosas. Ellos no van a recordar cómo siempre escuchaba a The
Cure, o cómo trabajaba duro con su máquina de coser, o algo así.
Sus brazos estaban completamente llenos con mis zapatos, tomó todos ellos,
incluso mis Chucks. Mamá simplemente le dio una mirada y rodó sus ojos.
—Te diré qué. Si quieres algo más, revísalo ahora y tómalo. Tengo la ropa
abajo ya, puedes echarle un vistazo a eso.
Cerraron la puerta tras ellas y se dirigieron escaleras abajo.
—Stazi es una especie de piraña, ¿no? — comentó Ryan, sacándome de mi
estupor.
—¿Una habitación de invitados? ¿Quieren convertir mi habitación en una
para los invitados? No puedo creer que puedan dejarme ir tan fácilmente.
—Estoy seguro de que no es fácil para tu mamá deshacerse de tus cosas.
Recordará y pensará: “oh sí, este es el vestido que usó en la graduación, y estos son
los desgastados vaqueros que utilizaba y estaban raídos lo suficientemente en el
bolsillo trasero para poder verse su ropa interior, y este es el corte bajo de cuello en
v que mostraba orgullosamente su sostén tan bien cuando ella se inclinaba”. Todo
lo que toca tiene algún recuerdo para ella.
—Ryan, eso es casi sentimental en una especie de pervertida manera. No sabía 85
que lo tenías en ti.
—¿Se supone que es otra pulla para mí? Supongo que no sabes todo sobre mí
ahora, ¿no?
—No, no es otra pulla. No quiero pelear contigo. Pero no estás haciendo las
cosas fáciles.
—Ponte en mis zapatos.
—Aquí vamos otra vez, ¿de regreso a la cosa con Jon? Mira, te dije que estoy
realmente enfadada con él ahora mismo.
—Sí, pero eso no te impidió salir corriendo por la puerta cuando pensabas que
se encontraba allí para verte, ¿no es así?
—Estoy bastante segura de que voy a salir corriendo sin importar quién está
ahí. No hay manera de saber quién es hasta que realmente llego y veo. Sabes eso.
—Después de un tiempo, sólo lo sabes.
—¿En serio? Así que, la única persona que queda en el mundo que todavía va
a verte es tu mamá, ¿no crees que tal vez sea simplemente una afortunada
suposición cuando te marchas esperando que sea ella y es realmente ella?
—No. Simplemente sé que es ella. Las personas suelen tener ligeramente
distintas sensaciones para mí. Tú siempre fuiste como un energético cosquilleo.
Ella es una especie de inquietante cosquilleo.
—Bueno, supongo que no tengo tu sentido arácnido desarrollado aún, pero
todavía no sé quién está en mi tumba cuando ocurre inesperadamente. Así que, por
supuesto que voy a salir corriendo. No quiero perder la oportunidad de
encontrarme con alguien. Lo hubiera hecho con Ling si no hubiera ido hoy.
—Eso no es una pérdida tan grande.
—Deja de ser tan imbécil.
—¿Sabes qué? He tenido suficiente de tu maltrato por hoy. Quédate aquí con
tu desmantelada habitación y continúa sintiendo lastima por ti misma.
—¿Te vas otra vez?
—No. Estoy alejándome de ti. —Y desapareció de la habitación.

86
Capítulo 8

M
e inquietaba en la cama mientras veía a Ryan tratando de construir
un castillo de naipes. Tomó la baraja después de que mi madre la
dejara fuera tras jugar al solitario una noche. Ella nunca pareció
darse cuenta de la desaparición.
—¿Cómo lo haces? —pregunté en voz alta. 87
Estaba sentado en el medio de la habitación encorvado sobre las primeras
cartas que formaban una A. Mientras levantaba cada carta, metódicamente las
colocaba una junta a la otra, sin golpear las demás. No sé si había sido tan
cuidadoso incluso estando vivo.
Él no levantó la mirada mientras se encogía de hombros y decía:
—Sólo tienes que practicar.
—No funciona para mí.
—Se necesita un poco de paciencia. —Movió una tarjeta en mi dirección y
dijo—: Práctica.
—¿Qué se supone que debo hacer con una carta?
—Trata de pararla para empezar.
—No me da la gana. —Me di la vuelta y miré hacia el techo. Algo me estaba
molestando y no era Ryan. Bueno, duh. Era increíble cómo a veces no me daba
cuenta de que estaba en mi tumba, cuando debería haber sido tan evidente—.
Vuelvo enseguida.
—¿Visitante? —preguntó mientras corría hacia la puerta, pero no me detuve a
contestar. Oré porque no fuera Julián de nuevo mientras me dirigía hacia la puerta
principal.
Me presenté ante mi tumba para ver a Jon parándose en el fango.
—Oh, hey —dijo—. ¿Qué pasa con este lío?
—¡No me digas que no los reconoces!
Bajó la mirada a las páginas completamente cubiertas de barro.
—¿Se supone que deba saber lo que son?
—Julián estuvo aquí el otro día y traía todas esas cartas con él. Decían cosas
como asesino, violador y yo sé que tú lo hiciste. Eres el único al que le dije acerca de
aquella noche. ¡No puedo creer que me hagas esto, después de que te pedí que no
hicieras nada!
—Yo, ¿qué? ¿Crees que yo le envié esto? —balbuceó.
—¿Quién más podría haberlo hecho? Eres el único que lo sabe.
—¿Qué? No, no lo soy.
—¿Qué quieres decir con que no lo eres?
—Bueno, Ryan sabe sobre él, obviamente. Y Julián lo sabe también. 88
—Julián no se habría enviado a sí mismo estas cartas. Y Ryan simplemente no
puede.
—Y yo podría haberle dicho algo a Spencer.
—¿Le dijiste a Spencer?
—Sí. Estaba muy mal por tu muerte, realmente necesitaba hablar con alguien
acerca de ello.
—Oh. —Estaba aturdida—. Supongo que nunca se me ocurrió que estarías mal
por eso.
—No, Lucy, acabo de descubrir que un imbécil violó a mi novia y le causó la
muerte, ¿todo eso está sólo bien y tolerable? Venga. Por supuesto que estaba
mal. ¿Qué clase de idiota sin corazón crees que soy?
—¡No, no creía eso! Sólo pensé... caray, no lo sé. Así que, ¿crees que Spencer
envió estos?
—No sé si lo hizo. No sé si le contó a alguien sobre eso, pero le preguntaré.
—Veo totalmente a Spencer haciendo esto.
—¿Por qué te enoja tanto de todos modos?
—Julián intentó suicidarse la semana pasada. Estaba leyendo todas estas
cartas acerca de mí y supongo que se sentía culpable. Dijo que no podía recordar
nada de esa noche, que nunca me haría daño porque me amaba tanto. ¿Tú lo
crees? Así pues, él tenía una botella de vodka y pastillas para dormir, simplemente
se acostó a dormir y morir.
—¿Murió?
—No. Fui a casa y le dije a Natalie lo que estaba pasando, ella vino y se lo llevó
al hospital. Me contó que iba a estar bien, pero no tengo más detalles.
—Eso es terrible.
—¿El que no haya muerto?
—No le deseo eso a nadie. ¿Por qué piensas tan mal de mí, de repente?
—Estaba convencida de que tú habías enviado estas. Lo siento. Realmente no
creo que irías en contra de mis deseos, pero no pude averiguar quién más las habría
enviado.
—Le preguntaré a Spencer sobre ello más tarde. Ya sabes cómo puede ser él.
—Lo sé. Hace lo que quiere. 89
—Exactamente.
—Dile que estoy realmente enojada con él.
—¡Eso lo va a matar! Realmente le gustas, ya sabes. Estoy seguro de que
pensó que estaba haciendo lo correcto por ti.
—Probablemente piensa que es mi héroe.
—Sí, bueno... hablando de Spencer, en realidad vine a ver si te importaría si
traigo a toda la banda un rato. Tengo una sorpresa para ti.
—¿Terminaste tu canción?
—He dicho que es una sorpresa, no voy a decírtelo.
—La terminaste, ¿no es así?
—No te diré lo que es.
—¿Por qué más necesitaría toda la banda venir?
—Está bien, sí, terminé la canción.
—Oh, ¿no puedes tocarla para mí ahora?
—No.
—Oh, ¡vamos!
—¡No! Sonará mejor con todo el mundo aquí.
—Entonces tráelos a todos. Cuanto antes, mejor. Ahora tengo algo que esperar
con interés.
—No te hagas demasiadas ilusiones, no quiero que te decepciones.
—Has estado tocando la melodía por un tiempo, esperaba que terminases. No
voy a estar decepcionada.
—De acuerdo, bien. Bueno, no me gusta dejarte ya, pero tengo que ir a
trabajar. No estoy seguro de cuando nos podamos reunir para venir, pero parece
que estás mejorando en saber cuándo tienes compañía inesperada. Sólo estuve aquí
durante unos minutos hasta que apareciste.
—¿En serio? Oh, es bueno saberlo. No me gustaría que esperaran por mucho
tiempo.
—Muy bien, nos vemos pronto entonces.
—Adiós —le dije, dándome cuenta de que tenía una gran sonrisa en mi
cara. ¿Cómo pasé de animosidad completa a sonreír como idiota en cuestión de 90
minutos? Jon tenía ese efecto supongo.

***

—Entonces, ¿era Julián otra vez? —preguntó Ryan, una vez que volví a
nuestra habitación. Terminó la construcción de su castillo de naipes, estaba
sentado en la cama, escuchando a Pornography y leyendo un libro. No había nadie
en casa, por lo que el volumen estaba al máximo. Siempre me daba cuenta en qué
tipo de estado de ánimo estaba Ryan por la música que estaba
escuchando. Pornography era la banda sonora para el lado angustioso y enojado de
Ryan. No era una buena señal.
—No, no era él —le grité por encima de la música, caminando de puntillas por
el castillo de naipes, aunque no haría diferencia si caminara a través de él.
—Oh. ¿Jon? —Parecía irritado.
—Sí. Dijo que no fue quien envió esas cartas, pero cree que podría haber sido
Spencer.
—¿Ese baterista idiota?
—Ese mismo.
—¿Se lo dijo a ese tipo? Qué manera de guardar un secreto.
—Bueno, no estoy segura de si le pedí que lo mantuviera en secreto. Creo que
sólo le pedí que no hiciera nada al respecto. Así que supongo que en realidad no ha
hecho nada malo en ese aspecto.
—Mm hm. Lo que sea. Así que parece que ya no estás más como loca.
—¿Eh?
—Estabas toda cabreada con el tipo el otro día, pero ahora pareces bastante
calmada.
—Oh. Sí. Él tiene una sorpresa para mí.
—¿Una sorpresa?
—Escribió una canción y la banda va a venir a visitarme para tocarla.
Ryan resopló. 91
—Gay.
—¿Qué? Estoy impresionada. No puedo esperar para escucharla.
—Entonces, estás de vuelta en el carro de Jon. Sabía que no iba a durar.
—¿Qué no iba a durar? ¿De qué estás hablando?
—Nosotros. Dijiste que me amabas la semana pasada.
—Sí, lo hice.
—¿Todavía te sientes de la misma manera, ahora que estás de vuelta en sus
buenas gracias?
Hice una pausa por un segundo.
—Sí, eso creo.
—Tenías que pensarlo, ¿no?
—Ryan, sabes que te amo. Es sólo que...
—Es sólo que nada volverá a estar completamente bien entre nosotros,
siempre y cuando él siga viniendo a visitarte.
—Eso no es justo.
—Sabes, el otro día pensé que tal vez finalmente estábamos llegando a alguna
parte, pero sólo vuelves una y otra vez sobre esto. Me estoy cansando de ser tu
chico de respaldo.
—¡No eres mi chico de respaldo! ¿Por qué dices eso?
—Sólo admítelo. Mientras él esté en la foto no va a haber una oportunidad
para nosotros.
—Ryan, te dije que sólo necesito tiempo para resolver esto.
—No, ya he acabado con esto. Si de verdad me amaras de la forma en que yo
te amo, no necesitarías tiempo.
—Espera, ¡escucha! Puedo tratar de explicar de dónde vengo, y ¿tal vez lo
entenderás? Es como, estaba tan enamorada de ti cuando todavía permanecía viva,
pero sabía que era inútil. Pensé que la única manera de olvidarme de ti era
enamorarme de otra persona, pero sólo si era más profundamente. Aunque
realmente no quería renunciar a ti y creo que por eso siempre estaba tan distante
con Julián. Entonces Jon llegó, al principio no pensé que iba a ser el indicado para
hacerlo, así que sólo salí con él por Ling y Alex. Pero en alguna parte a lo largo de
eso, me enamoré de él por completo, y realmente, realmente no esperaba que 92
sucediera. Así que ahora, todos estos sentimientos siguen ahí y no puedo dejarlos
fuera sólo porque estoy muerta. Sé que no es para siempre, sé que tengo que
dejarlo ir, ¡pero yo no estoy lista para hacerlo! Tengo mucho que hacer antes de
poder sentir que puedo estar contigo. Y si lo ignoro, sé que me voy a arrepentir y
que te echaré la culpa a ti, y realmente no quiero que eso suceda. Por lo tanto, ¡sólo
necesito que me esperes y seas paciente y dejes de darme un mal rato por él!
Me miró durante un largo rato sin decir nada. Por último, dijo:
—¿De verdad no tienes idea de lo mucho que duele, verdad?
—¿Qué?
—Todo lo que quiero es a ti, Lucy. ¿Por qué no soy suficiente para ti? Cuando
moriste, pensé que era muy afortunado, pues la única persona en el mundo a la que
de verdad amaba pasaría el resto de mi vida conmigo. Pero ahora, lo que me estás
pidiendo que haga me mata.
—Pero tú ya estás muerto —susurré, pensando que no podía oírme por sobre
la música.
—Eres una perra —dijo, sacudiendo la cabeza hacia mí.
—No digas eso.
—¿Quieres que me siente y te espere mientras sales corriendo con ese idiota
cada vez que no tiene nada mejor que hacer que venir a verte? No tienes ni idea de
lo mucho que me está matando, cada vez que me dejas para ir a verlo. Y sí, por
cierto, ya estoy muerto.
—Ryan, no quiero hacerte daño. —Cogí su mano, pero él me la arrebató—.
Pero tengo que hacer esto para conseguir un cierre. Sé que no te gusta, pero siento
que es algo que tengo que hacer.
—Entonces lo harás sin mí.
Y salió de la habitación.
—¡RYAN! ¡No me dejes! —grité.
Pero él se había ido. Otra vez.

93
Capítulo 9

L
a vida sin Ryan era bastante aburrida. Debo haber pasado horas
tratando de presionar para reproducir el reproductor de CD después
de que él se fue, tratando de conseguir música para renunciar una vez
que todo el mundo estaba en casa de nuevo. Me encontré siguiendo a todo el
94
mundo alrededor de la casa, cuando estaban allí. Nunca me di cuenta de la
cantidad de tiempo que el trabajo y la escuela mantiene a todo el mundo fuera de
casa, hasta que me senté durante horas a la espera de que alguien viniera a casa de
nuevo.
Una mañana me encontré sentada en el sofá al lado de mamá, mirando por
encima del hombro mientras llenaba un crucigrama, cuando sentí el cosquilleo por
mi columna vertebral. Me levanté de un salto y corrí a través de la puerta que da a
la reja, y me estrellé al aterrizar en Spencer. Dejó caer sus palillos en el suelo al
saltar, y dijo:
—¿Qué demonios fue eso?
—Lucy acaba de correr a través de ti —respondió Jon.
—Oh bueno, ¿ella está aquí? ¡Hola, Lucy! ¡Te echo de menos! —dijo Kate
mirando a su alrededor.
—Sigo pensando que es extraño que puedas ver gente muerta. —murmuró
George para Jon—. No tengo nada contra ti, Lucy. Donde quiera que estés en este
momento.
—Lucy, ¿por qué no te sientas en tu tumba, para que todos puedan tener
alguna idea de dónde estás?
—Muy bien, puedo hacer eso. —Tuve que andar de puntillas alrededor de
George y Kate, así no pasaba a través de ellos, y me senté. Estaban sentados en un
pequeño grupo, se apiñaban frente a mi tumba—. Diles que estoy tan contenta de
que todos vinieran aquí. Realmente los extraño a todos.
—Ella está contenta de que vinieron, y los echa de menos a todos. Así que, les
prometí una sorpresa, y descubrirán que es la canción que he estado trabajando.
Bueno, se llama Letting Go. Lo escribí para ti.
—Obviamente —intervino Kate.
—Cierra la boca. ¿Todo el mundo listo? —dijo Spencer. Él sacudió un simple
golpe con sus baquetas en un solo tambor. Jon me miró y empezó a rasguear su
guitarra acústica, y Kate tuvo una pandereta golpeando cada par de compases en el
tiempo con Spencer. Después de una breve introducción, Kate empezó a cantar
mientras se balanceaba junto con la música. 95

Estoy teniendo problemas para dejarte ir


Pero Lucy todavía te amo tanto
Esos zapatos sexy no te alejan
Tu pobre cuerpo destrozado por un coche

Ahora George se unió con su bajo desenchufado.

Sigo culpándome a mí mismo por haberme ido


Ojalá me hubiera quedado a escuchar la razón
No puedo creer que realmente te hayas ido
No sé cómo fueron las cosas tan mal

El ritmo de Spencer se vuelve un poco más complicado ahora.

Si pudiera volver a ese día


Quisiera alejar todo tu dolor
Si pudiera volver a esa noche
Me quedaría y haría todo bien

Estoy teniendo problemas para dejarte ir


Pero Lucy todavía te quiero tanto
Me parece que no he terminado contigo
Si sólo la mala noticia no fuera cierta

Todavía se siente como si estuvieras realmente aquí


Estoy esperando a que vuelvas a aparecer
Tú eres todo lo que mi corazón deseaba
Contigo me sentí tan inspirado

La melodía cambió un poco ahora.


96
Creo que debo estar fuera de mi cabeza
Cuando me detengo a pensar que realmente estás muerta
Mi corazón está tan lleno de arrepentimiento
Te necesito, estoy absolutamente desesperado

Jon comenzó a cantar junto a Kate para el coro.

Si pudiera volver a ese día


Si pudiera volver a esa noche
Si tan sólo pudiera volver a esa noche
Me quedaría y haría todo bien

Estoy teniendo problemas para dejarte ir


Pero Lucy todavía te necesito tanto
No sé cómo puedo seguir
Todo lo que me queda es esta canción tonta

Pensé que estabas siendo incierta


No puedo creer que haya dudado de ti
Cometí el peor error al irme
Ahora voy a estar siempre de duelo
Tú eras mi sol, mi luna y mi cielo
Tengo mucha suerte de que nos dieras una oportunidad
Tú fuiste lanzada de cabeza en mi vida
Tenía la esperanza de que un día fueras mi esposa

Jon se unió en el coro de nuevo, y todo el mundo estaba totalmente


balanceándose ahora.

Si pudiera volver a ese día


Alejaría todo tu dolor 97
Si tan sólo pudiera volver a esa noche
Me quedaría y haría todo bien

Kate cantó sola otra vez, esta parte era una melodía diferente, entonces el
resto y la música fueran creciendo.

Puedo ver, pero no puedo tocar


Lo único que quiero tanto
Estoy teniendo problemas para dejarte ir
Pero Lucy todavía te amo tanto

Si yo... Si yo... Si yo...

Jon se unió a cantar de nuevo esta parte, pero Kate dejó de cantar después del
último "Si", y él le dio una mirada de asombro mientras ella lo obligó a terminarlo
por su cuenta. Ahora la canción se ralentizó y fue más suave, Spencer mantuvo el
ritmo, pero mucho más tranquilo ahora, y George detuvo el bajo completamente.
Jon se sonrojó al darse cuenta de que estaba él sólo y su guitarra, básicamente
terminando su propia canción de amor para mí. Supongo que no ensayaron de esta
manera.
Si tan sólo pudiera volver a ese día
Alejaría todo tu dolor
Si tan sólo pudiera volver a esa noche
Me quedaría y haría todo bien
Me gustaría quedarme y hacerlo todo bien
Me quedaría

—¡Ustedes chicos apestan! —gritó Jon una vez que terminó de tocar su
guitarra.
—Deberías sólo cantarle a ella en primer lugar —dijo Kate.
—Eso fue hermoso. Eso fue muy, muy amable chicos. Lo siento, sólo estoy un 98
poco demasiado emocional —le dije, limpiando mi cara. Estaba llorando para el
final de la canción.
—Yo no quise hacerte llorar, Lucy —dijo Jon.
—¿Está bien? —preguntó Kate.
—A ella realmente le gustó.
—Ah, bien —dijo Spencer.
—Diles que todos hicieron un trabajo increíble.
—Ella dijo que te dijera que fue increíble.
—Yo inventé el toque de tambor, Lucy. Sólo para ti —dijo Spencer, y golpeó el
ritmo fuera en su tambor.
—Gracias, Spencer.
—Ella dijo gracias.
—Ayudé con la melodía, un poco —dijo Kate.
—¿Pensé que eso era todo tuyo? —le pregunté a Jon.
—No, ella me ayudó a conseguir más allá de esta parte en la que me atasqué
—admitió Jon—. Todo el mundo tenía su propia parte, incluso George.
George miró hacia otro lado como si no quisiese tener nada que ver con eso.
Me preguntaba si tenía miedo de mí.
—No puedo creer que escribiste eso para mí.
—Bueno, dice más o menos todo lo que he estado pensando. Si sólo me
hubiera quedado esa noche...
—¿Hubieras echo las cosas bien?
Se rió un poco.
—Sí.
Estaba empezando a pensar que esto era un poco demasiado íntimo para una
conversación que se tiene con el resto de la banda aquí, así que decidí cambiar de
tema.
—Oh bueno, ahora que él está aquí, ¿le preguntaste si Spencer escribió esas
cartas?
—Oh, sí. Yo lo hice. Él no lo hizo.
—¿Quién no hizo qué? —preguntó Kate.
—Escribir cartas —respondió Jon. 99
—¿Qué cartas? —preguntó Kate.
—¿Estás hablando de nuestra conversación sobre ese otro tipo? Sí, yo no tuve
nada que ver con eso —intervino Spencer.
—¿Qué se supone que estabas haciendo con las cartas? —preguntó Kate.
—No es nada para preocuparse —dijo Jon.
—Esto se está poniendo ridículo. ¿Puedes simplemente pedirles que se vayan,
así puedo hablar sólo contigo? —le dije.
—¿En serio?
—Sí, no quiere parecer grosera, pero es un poco difícil tener una conversación
cuando eres el único que me puede escuchar. Diles que lo siento y que estoy muy
feliz de verlos a todos de nuevo.
—Sí, de acuerdo. Lucy dice gracias por venir y ella está feliz de ver a todos de
nuevo. Pero, ¿chicos les importa esperar en el coche?
—¿Ella quiere que nos vayamos? —preguntó Kate.
—Tenemos que hablar de algo y es duro cuando ustedes están
interrumpiendo.
—Bien por mí, esto me está traumando de todos modos —dijo George. Saltó
seguido y se dirigió de nuevo al coche con su bajo.
—Muy bien, los dejamos chicos en ellos. Tómate tu tiempo, Jon.
—Gracias, Spencer. Diles adiós por mí —le dije.
—Ella dice gracias y adiós.
Kate saludó a mi tumba y regresó al coche con Spencer.
—Siento haberte hecho hacer eso —le dije.
—Está bien, es mucho más fácil hablar contigo a solas de todos modos.
—Por lo tanto, ¿Spencer no lo hizo? ¿Sabe alguien más?
—Yo no le he dicho a nadie, y jura que él tampoco. Así que, por lo que yo veo
sólo deja una persona.
—¿Ryan?
—Ya sé, yo no tengo idea de cómo lo habría hecho, pero es mi mejor conjetura
—dijo encogiéndose de hombros.
—En realidad, él es capaz de utilizar un lápiz. No mucho más que eso sin
embargo. Desde luego, no podría haberles enviado un correo. 100
—¿Lo admitiría si le preguntaras?
—No está muy disponible a preguntarle, se ha ido de nuevo.
—¿Ido? ¿Qué pasa con ese tipo?
—Creo que él esta celoso de ti.
—¿Por qué iba a estar celoso de mí?
Me detuve un momento para decidir si quería decir la verdad.
—Porque todavía estoy enamorada de ti.
—¿Le dijiste eso?
—Él lo descubrió por su cuenta. Creo que él lo sabe mejor que yo.
Él asintió.
—Yo todavía estoy enamorado de ti también.
—Esta cosa de estar muerta es una mierda.
—Lo sé. Ojalá pudiera darte un beso.
—Bueno, ven aquí. —Le hice un gesto con el dedo para que se acercara, y se
inclinó para darme un beso. Toqué su cara con mi mano, y llevé mis labios para
encontrarse con los suyos. Estaba tan caliente; sólo quería meterme dentro de él.
Pero él se alejó rápidamente.
—Lo siento, lo siento, quiero hacerlo, de verdad. Es sólo que eres tan fría, esta
sensación es muy extraña y no precisamente buena.
—Sé que lo es, lo siento. Te sientes tan caliente, sin embargo, me hace sentir
aún más fría al estar lejos de ti ahora.
—Lucy, ¿qué estamos haciendo aquí?
—No lo sé, Jon. Pero los días que vienes a visitarme, son algunos de los
momentos más felices que conozco desde que morí.
—Lo mismo para mí. Te extraño tanto. Me encanta venir aquí para verte, a
pesar de que es bastante raro. Sólo deseo que pudiera tocarte sin esa sensación
helada.
—Tal vez te acostumbres a ello algún día.
—Sí, claro.
—Jon, ¿estoy arruinando tu vida?
—No, para nada, ¿por qué piensas eso?
—¿Me dirás si comienza a suceder? No quiero que termines resentido 101
conmigo.
—Eso nunca podría suceder —dijo, sacudiendo la cabeza.
—Es bastante fácil de decir eso ahora.
—Ten un poco de fe en mí. —Él me miró con ojos tristes—. Debe ser tan
solitario para ti.
Me puse a llorar de nuevo.
—Lo es —sollocé—. Realmente, realmente, realmente lo es.
—Por favor, no llores. Mira, todo el mundo está esperando en el coche, así que
debo ir. Pero puedo volver mañana a verte, ¿de acuerdo?
—¿Puedes?
—Sí, no tengo que trabajar hasta las 2, por lo que voy a venir por la mañana.
—Está bien —asentí—. Mañana entonces. Estaré esperando por ti.
—Adiós, Lucy. —Él me lanzó un beso, lo que me hizo sonreír un poco, pero me
sentía miserable por dentro. Ser un fantasma es solo negocio.
Con el tiempo, me arrastré de vuelta a casa, tratando de recordar las palabras
de la canción de Jon. Terminé tarareando el coro la mayor parte del camino a
través del cementerio. Cuando regresé a mi habitación vacía, me sentí más sola que
nunca. No podía tener a Jon en mi vida sobre una base regular, y Ryan se negaba a
quedarse. Me senté en la cama mirando alrededor todas las cosas que me
recordaban a Ryan. Ese estúpido castillo de naipes que dejó atrás, que no podía
incluso tumbar aunque quisiera. Todos los libros que le gustaba leer, la pila de CDs,
mi cuaderno que él asumió como su diario. Esa foto de él fumando puros con sus
amigos. La cama en la que pasamos muchas noches juntos. Maldito fantasma terco.
Me pregunté lo que estaba haciendo ahora en el cementerio, y ¿de verdad creía que
era mejor allí que estar aquí conmigo? Me quité la chaqueta, hice una bola con ella
y la tiré con fuerza contra la pared. En lugar de golpear la pared, la atravesó.
—¡Aaaah! ¡Chaqueta estúpida! —miré la pared en desafío a la física que
permitía que la maldita chaqueta de Ryan pasara a través de ella. Miré su imagen
que estaba cabeza arriba y me miraba—. Vas a estar enojado si pierdo eso —le dije
a la fotografía—. Está bien. —bajé las escaleras y salí por la puerta de atrás. La
encontré colgando de un rosal. ¿Cómo es posible que pase a través de una pared,
pero se quede enganchada en un arbusto? Agarré el cuello y dejé que colgara en el 102
suelo detrás de mí, y penosamente regresé a mi habitación vacía.
Estaba esperando a que el verdadero Ryan de repente apareciera, estando
todo cabreado como si supiera que estaba abusando de su chaqueta. Pero no estaba
allí. Me encantaría volver a estar con un cabreado Ryan que estar con ningún Ryan
en absoluto. Me puse la chaqueta de nuevo, sintiéndome aún más sola y lástima por
mí misma que antes. Me abotoné todo el camino hacia arriba y me la abracé. La
subí hasta el cuello y desenrollé las mangas así que estaba totalmente envuelta en
ella, imaginando que estaba aquí conmigo, sosteniéndome. ¿Cuántos días he
pasado sin verlo? No mucho en toda mi vida. No podía creer lo mucho que di por
sentado que siempre estaría aquí. Ahora ni siquiera quería estar en mi compañía.
—¿En verdad soy tan odiosa? —le pregunté a la fotografía.
Miré hacia atrás en su diario. ¿Escribió esas cartas a Julián? ¿Había alguna
manera de que eso fuera posible? ¿O era simplemente Jon mintiéndome en la cara?
Me arrodillé sobre su diario en el suelo. Me concentré y traté de levantar la tapa.
Mis dedos simplemente lo atravesaron. No sabía lo que iba a encontrar allí,
probablemente, nada útil o convincente. Si tan sólo pudiera abrir la maldita cosa.
—Vamos —me dije a mí misma—. Eso es sólo un libro. Puedes hacer esto.
—respiré hondo y traté inútilmente levantar la cubierta. El Ryan en la fotografía
parecía reírse de mí, como si no pasara nada. Le imaginé diciéndome que tenía que
sentarme y practicar—. Eso no es de mucha ayuda, Ryan, —le dije a la fotografía.
Me senté y concentré toda mi energía, todos mis pensamientos, toda mi
concentración enfocada en ese libro. Me agaché para abrir la tapa, y no pasó nada.
—¡AHHH! ¡Libro estúpido! —Sólo quería tirarlo en este punto.
Me levanté y agarré con la imagen de Ryan y empecé a gritarle.
—¿Cómo pudiste dejarme aquí sola, no tienes alguna idea de lo miserable que
es estar sin ti? ¡Eres un fantasma tan terco! ¡Siempre lo has sido! ¡Ya ni siquiera
espero alguna cosa de ti!
Me volví y me dejé caer de bruces sobre la cama. No me moví durante un
tiempo, y me habría ahogado si hubiera estado aún viva. Una vez que me calmé un
poco, me di la vuelta y me asomé a la cama para encontrar el libro justo donde lo
dejé. Me agaché y rodeé mis dedos sobre él por un minuto. Me moví a recogerlo, 103
tratando de no pensar en lo que estaba haciendo. Pero eso no funcionó tampoco.
Suspiré.
—Estúpido libro. Estúpido Ryan.
Me dirigí directamente hacia el cementerio, una vez que salió el sol al día
siguiente. El brillante sol estaba derritiendo la escarcha de la mañana, creando
gotas en las hojas de hierba. Después de una noche agravante de no coger un libro,
me alegré de estar lejos de nuestra habitación y todo lo que me recordaba a Ryan.
Me apoyé en mi lápida y distraídamente miré a través del césped brillante,
hasta que el coche de Jon atrapó mi atención por el rabillo del ojo. Me animé al
verlo, olvidando mi irritación por la imposibilidad de darle la vuelta a un trozo de
papel. Era tan frustrante que no pudiese hacer eso siquiera.
Tenía una enorme sonrisa en su rostro cuando se bajó del coche.
—Hey —dijo alegremente, mientras se sentaba a mi lado.
—Hola. Gracias por volver.
—No hay problema. ¿Estás bien? Pareces desanimada.
—Acabo de pasar la noche tratando de abrir un libro y no pude hacerlo.
—No creo que puedas. ¿Cómo harías eso de todos modos?
—Bueno, Ryan me dijo que él necesita obtener energía de una fuente externa
de poder para hacer cualquier cosa. Creo que es una de las razones por las que solía
estar alrededor de mí tanto tiempo, sólo para poder leer libros y reproducir CD y
cosas por el estilo.
—¿Quieres probar conmigo?
—Oh. Um, ¿seguro?
Rebuscó en los bolsillos y sacó un chicle.
—Aquí, trata de mover esto. —Lo colocó en el suelo entre nosotros.
Traté de empujarlo, pero no se movió. Me concentré en él y aún nada.
—Creo que tengo que tocarte.
—¿En serio? ¿Tienes que? —dijo, con una mueca.
—No estoy muy segura de cómo captar la energía, como él decía. Cuando te
toco, te sientes tan cálido, creo que podría ayudar.
—Lucy, solamente hacen como 4 grados afuera. ¿Qué estás tratando de
hacerme? 104
—Eso no es tan frío.
—Sí, pero verte en este vestido sin zapatos me hace sentir aún más frío.
—Realmente no siento el frío. Sólo siento el calor de otras personas hasta
ahora.
—Muy bien, hagamos algo. Si quieres, tócame, y yo simplemente me apartaré
cuando llegué a ser demasiado. —Él se sacó un guante de la mano y sostuvo la
palma de su mano hacia mí.
Puse una mano en la parte superior y al instante sentí la luz de la energía
dentro de mí. Traté de empujar la barra de chicle con mi otra mano y no pasó nada.
—¡Esto es tan frustrante!
—Date prisa y vuelve a intentarlo.
Traté de empujarlo, golpearlo, chasquear, nada funcionó.
—Está bien, es mi límite —dijo, tirando de su mano y colocándose su guante
de nuevo.
—¿Ya? Pero no he hecho nada todavía.
—Lo siento, no puedo soportarlo más.
—Está bien.
—¿Qué libro estabas tratando de abrir?
—El diario de Ryan. Él es capaz de sostener las cosas, lo vi dibujar un par de
veces. Sólo pensé que tal vez podría aprender algo si le daba un vistazo.
—¿Estás tratando de leer su diario? Escandaloso.
Me eché a reír.
—Él te golpearía si te escuchara mencionar su diario.
—Ahora ese tipo probablemente podría golpearme.
—Sí, probablemente deberías mantenerte alejado de él, porque estoy bastante
segura de que lo haría.
—Yo lo golpearía también.
—Ahora chicos, no hay que pelear.
—No puedo creer que simplemente te dejara sola en esa casa. Me pone tan
enojado que pudiera ser tan cruel contigo.
—No puedo creer que todavía estés hablando de él.
—¿Quieres que vaya y le diga que venga a casa? 105
—No, eso no sería útil. Sólo mantente alejado de él.
—Está bien, si eso es lo que quieres. Lo voy a dejar en paz.
—Gracias.
—Realmente me gustaría ir y darle un puñetazo en la cara, sin embargo.
Tuve que evitar decir: “Oye, estás hablando sobre el hombre que amo” por lo
que sólo me reí. El hombre que amo. El otro hombre que amo. ¿Qué demonios
hacía yo aquí con Jon? ¿Qué pasó con ese beso de ayer?
—Jon, ¿qué es esto? ¿Seguimos siendo sólo amigos?
—Me he estado preguntando eso mismo. Ese beso de ayer fue una locura.
—¿Una locura buena o mala?
—Fue bueno besarte de nuevo, pero fue malo porque mis labios casi se
adormecieron. Es como que quiero hacerlo de nuevo, pero no al mismo tiempo.
—Oh. Pensé que fue bastante bueno. Sólo estar a tu lado se siente increíble.
Pero no puedo imaginar que estar aquí conmigo es bueno para ti.
—No te preocupes por eso, me gusta estar aquí contigo.
—Ese es el problema sin embargo. Puedes estar aquí todo lo que quieras y
todavía no tendríamos ningún tipo de futuro juntos.
—Bueno, si somos sólo amigos, ¿realmente tenemos que preocuparnos por
nuestro futuro? Quiero decir, todavía puedo ir a visitarte cuando esté viejo y canoso
y tú sigas estando igual.
Traté de imaginar a Jon viejo y canoso. ¿Sería espeluznante? No podía
imaginar tratar de darle un beso a un anciano. Empecé a preguntarme si debería
terminar esto ahora antes de que nos involucráramos demasiado, pero la parte
solitaria de mí sin Ryan quería que estuviera aquí todo el tiempo.
—Sí, supongo.
Él estornudó un par de veces y sacó un pañuelo del bolsillo de su abrigo.
—¿Te estás enfermando?
—Creo que es sólo por estar aquí en el clima frío. Probablemente debería
irme.
—¿Ya? ¿Tienes que ir?
—Si me enfermo, pasará un tiempo antes de que pueda volver. 106
—Oh. Sí, supongo. No quiero que te enfermes por mi culpa.
—¿Estarás bien al volver?
—Por supuesto, puedo manejarlo.
Se levantó para caminar a su coche. Se quedó en la puerta un momento.
—Me siento mal abandonándote ya. No quiero que estés sola.
—Bueno, ¿cuándo crees que puedas volver?
—No lo sé. El pronóstico del clima dice que estará nevando por lo que podría
pasar un tiempo antes de que pueda volver aquí.
—¡Esto es una mierda! Bueno. Cuídate. Vete a casa y toma un poco de
vitamina C y toma un plato de sopa de pollo con fideos o algo así. No te enfermes.
—Mira, voy a volver tan pronto como pueda, ¿de acuerdo?
—Está bien —le contesté, sabiendo que lo decía simplemente para escaparse
ahora—. Hasta la próxima vez. Gracias por venir.
Él asintió y dijo:
—Adiós, Lucy. —Entonces rápidamente se metió en el refugio del coche.
Lo vi y ondeé mi mano mientras se alejaba, dejándome sola.
Capítulo 10

M
amá había estado afuera llevando sus habituales recados de sábado
por la mañana, y acababa de regresar del supermercado. Me senté
en la cocina mientras alejaba la comida, y extrañaba comer más
ahora de lo habitual mientras miraba las bolsas de supermercado.
107
—Hombre, mataría por unos brownies en estos momentos. —Suspiré,
mientras observaba en sus cosas una caja de mezcla para pastel en los armarios.
Ella era un mago en abarrotar cosas allí. Terminó y estaba mirando las bolsas
vacías. Se quedó allí mirándolas, y yo podía ver las ruedas girando en su cabeza.
Ella los cogió y la seguí hacia arriba.
—Por favor, dime que no te vas a deshacer de más cosas. —Abrió la puerta de
mi habitación y se detuvo en seco al ver el castillo de naipes.
—¿Qué demonios? —Se dijo a sí misma, mientras se agachaba para examinar
aún más—. Stazi, ¿qué estás haciendo aquí? Estas son mis cartas nuevas, me
preguntaba a dónde se fueron.
—No, no fue Stazi, mamá —le contesté a sus oídos sordos.
Ella comenzó a recoger las cartas y las unió en una pila ordenada.
—¿Dónde en el mundo puso la caja? —se dijo, mirando alrededor de la
habitación y no encontrándola—. Oh, bueno. —Ella los colocó sobre el escritorio en
una pila ordenada. Luego continuó su ataque a mi habitación.
A lo primero que se dirigió fue hacia mis cajones del escritorio. No había nada
allí que realmente extrañe; cuadernos, documentos, pruebas y tareas antiguas, un
puñado de bolígrafos y lápices. Ella siguió a través de todo para asegurarse de que
no estuviera deshaciéndose de algo a lo que ella querría aferrarse, pero sobre todo
dejó todos los papeles en su bolsa de compras. Ella llevó las bolsas abajo, y dejó la
puerta abierta, lo que me preocupó, ya que ella estaría de vuelta pronto para más.
—Necesito asustarla —me dije a mí misma—. ¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo
hacer yo? —Me fijé en el reproductor de CD y traté de presionar el botón de
reproducción. Pensé en lo que dijo Ryan sobre dibujar la energía y me pregunté
cómo puedo traer algunas cuando no había nadie aquí. Miré hacia el tomacorriente
e hice lo que los padres siempre dicen que nunca debemos hacer. Metí mi dedo ahí.
Hormigueó y se sintió vigorizante, así que empujé mi mano entera a través de la
pared para sacar la energía de manera más eficiente.
Por el momento que mamá llegó al piso de arriba, había estado sentada allí
por un tiempo. Ella no estaba ni dos pasos en la habitación cuando me levanté de
un salto y estrellé mi dedo en el botón de reproducción. Se me había olvidado lo
fuerte que Ryan subió el volumen cuando "Cien años" comenzó a reproducirse. 108
Mamá dio un salto y se quedó inmóvil cuando miró hacia el reproductor de
CD mientras que Robert Smith cantaba sobre cómo íbamos a morir todos. Pero en
lugar de quedarse sin gritar, ella se acercó al reproductor de CD, arrancó el cable de
alimentación de la toma de corriente y salió corriendo de la habitación con él. No
era el efecto que lo había esperado.
—Mierda —dije para mis adentros—. Ahora, ¿cómo voy a escuchar música?
—me dejé caer en la cama, molesta conmigo misma por haber sido tan estúpida.
Ryan va a estar muy molesto conmigo cuando se entere de esto. Su fotografía me
miró acusadoramente—. Oh, cállate —le dije a ella. Mi mano todavía hormigueaba,
así que la alcé y traté de levantar un naipe de la baraja que mamá dejó atrás. En vez
de agarrar una sola tarjeta se me cayó toda la cubierta en el piso—. Creo que
todavía tengo mucho que averiguar —Traté de levantarlos de nuevo, pero esa
sensación enérgica en mi mano se estaba agotando rápidamente. Me senté
derrotada en medio de las tarjetas, dándome cuenta de que oía pasos que se
acercaban al piso de arriba.
Una vez más, mamá se detuvo en seco en el umbral. Ella vio las cartas en el
suelo, y pensé que estaba mirándome directamente a los ojos por un segundo.
—¿Qué está pasando aquí? —Ella se agachó para recolectar sus cartas, y las
metió en su bolsillo trasero. Maldita sea, estaba esperando que las dejara atrás de
nuevo. Se acercó a mi colección de música, y comenzó a agarrar todos los CD de la
estantería y tirarlos en sus bolsas.
Comencé a ponerme furiosa con ella.
—Mamá, dijiste que Stazi podría tomar lo que quería y ella siquiera los ha
mirado todavía. ¡No! ¡Mamá! ¡No lo hagas! ¡Ponlos de nuevo! Prometiste que Stazi
podría tomar esos. ¡Prometiste que ella podría tener esos! ¡No me importa que
limpies mi tarea o la ropa o incluso mis cosas de costura pero quédate con los libros
y la música! ¡Nos volveremos locos sin esos! ¡Lo prometiste! ¡MAMÁ! —grité tan
fuerte como pude para tratar de hacer que me escuchara. Entonces ocurrió algo
muy curioso. La bombilla parpadeó por un momento y se apagó de nuevo en poco
tiempo. ¿Cómo acabo de hacer eso?
Mamá dejó lo que estaba haciendo y miró a su alrededor.
—¿Lucy? —dijo en voz baja. 109
—¿Mamá?
—¿Eres tú? ¿Acabas de encender el estéreo?
—¡Sí! ¿Mamá? ¡Mamá! ¿Puedes oírme?
—Si esa fuiste tú, dame una señal.
—Estoy de pie justo en frente de ti, ¡hola! —Estaba agitando los brazos
frenéticamente delante de ella.
—¿Puedes hacer el parpadeo de la luz de nuevo?
—¡Ni siquiera sé cómo lo hice en el primer lugar!
—¿Tocar? ¿Cualquier cosa?
—¡Mamá! ¡Cristo, no puedo hacer cualquier cosa por voluntad! ¿Quieres dejar
de preguntarme?
Se quedó allí en silencio durante unos minutos mirando alrededor.
—Debo estar perdiendo la cabeza —se dijo. Ella siguió colocando el resto de
los CDs en la bolsa.
—¡¡¡NOOOOOOO!!! —grité con lo máximo de mis pulmones. Pero no pasó
nada más. Tomó la bolsa y se fue.
La vi correr hacia la puerta desde la ventana de mi habitación, llevando bolsas
llenas de mis cosas en sus brazos. Ella las arrojó en el maletero y se marchó. Con
qué facilidad las piezas de mi vida están escapando.
Me quedé un rato, mirando el lugar donde mis CDs solían estar. Culpaba a
Ryan por esto. Si se hubiera quedado, si estuviera aquí, seríamos capaces de
detenerla juntos, estaba segura de ello.
—Maldito fantasma terco —murmuré.
Pronto, Stazi llegó a casa con bolsas de compra del centro comercial. Cuando
se dio cuenta que estaba sola ella se apresuró a envolverlos.
—¿Es casi Navidad ya? —le dije—. Realmente no tengo ni idea de qué día es
más.
Me senté y miré fijamente. ¿Por qué ella nunca volvió a mi habitación? Ella
podría haber salvado a mi colección de música. Podría haber importado menos los
libros que se quedaron atrás, pero trabajé muy duro y gastado tanto dinero para 110
conseguir todos esos CDs. Comencé con todos los favoritos de Ryan, pero pronto
los amaba a todos tanto como él lo hizo. Ahora Ryan se había ido, nuestra música
se ha ido, me sentí más sola que nunca.
—Stazi, realmente me gustaría que vinieras arriba para ver mis cosas —le dije,
mientras llenaba una etiqueta de regalo. Ella no parecía darse cuenta de lo que
dije—. Así que, ¿qué conseguiste para todo el mundo? ¿Sweaters para mamá y
Natalie? ¿Libros para papá? ¿Qué conseguiste para Malcolm? —le pregunto—.
¿Todavía no hay nada? Hmmm... Esto es aburrido, Stazi. No puedo soportar estar
aquí y que no me veas o escuches. Odio tener estas conversaciones unilaterales
contigo.
Ella terminó de envolver, colocó el papel y corrió a esconder los regalos en su
habitación antes de que alguien volviera a casa. Entonces ella fue y se sentó en el
sofá a ver la televisión mientras comenzaba la tarea.
—Eso es una cosa que no extraño —dije, y traté de estar cómoda en el sillón
reclinable. Odiaba nuestro reclinable cuando no estaba en la posición de descanso,
así que me inquietó mucho mientras estaba sentada allí. Sólo deseaba que alguien
pusiera los pies en alto para mí. Ryan probablemente podría hacerlo si estuviera
aquí. Maldito fantasma terco.
¿Por qué se alejaría? ¿No sabe lo mucho que lo necesitaba? ¿No se da cuenta
de lo sola que estaba aquí? Yo sé que él había pasado por esto antes, no podía creer
que me hubiera dejado para hacerle frente a todo por mí misma.
—Nieve —gritó Stazi y saltó a mirar por la ventana. En efecto, estaba
neviscando al exterior. Dudaba que Jon viniera a visitarme cuando había nieve en
el suelo. Tuve la sensación de que esto iba a ser un largo, frío y solitario invierno.
Me di por vencida en ver la televisión con Stazi y salí por la puerta del frente
para mirar la nieve. Caminé hacia el centro del patio e incliné mi cabeza hacia
atrás. Metí mis brazos y comencé a dar vueltas. Me sentí completamente tonta,
pero giré y bailé por ahí en el patio, volviéndome incluso aún más loca, porque
sabía que nadie podía verme. ¿Cómo era el dicho? ¿Vive como si no hubiera un
mañana, baila como si nadie estuviera mirando, canta como si nadie estuviera
escuchando? No pienso que eso estaba del todo bien, pero me acordé de oír algo así
una vez. Comencé a cantar mientras bailaba alrededor del patio, todas mis 111
canciones favoritas. Estaba siendo tan odiosa; que si todavía estuviera viva
probablemente alguien habría llamado a la policía sobre mí.
La nieve estaba empezando a caer ahora, y me di cuenta que no estaba
dejando huellas. No me molesta tanto como no crujir en las hojas. Era increíble
cuánto tiempo estuve allí y no conseguí enfriarme o cansarme. Pensé en lo
lamentable que sería si Jon no podía venir a visitarme porque la nieve fuera muy
profunda, pero estaba sinceramente pasándola bien por mí misma, por primera vez
desde que morí. No necesito nada de chicos malolientes. Toma eso Ryan, pensé
mientras me caí de espaldas en el suelo para tratar de hacer un ángel de nieve. No
funcionó. Me acosté en la nieve y simplemente yací ahí, buscando copos
individuales y viéndolos aterrizar y fundirse en sus otros amigos. Cuan celestial la
nieve blanca pura es. Si hay un lugar así.
Para el momento en que me senté había unos pocos centímetros de nieve en el
suelo. Caía mucho más pesado ahora. Empecé a vagar por el patio, admirando el
país de las maravillas de invierno. Me subí a un árbol por diversión, sentirme
elegante y sin peso mientras hacía mi camino hasta la cima. Me senté en las ramas
cubiertas de nieve y miré alrededor. Podía ver fácilmente hacia las casas de los
vecinos desde aquí. Espié por las ventanas de nuestro vecino de al lado para ver lo
que estaban haciendo. Mirando la televisión, leyendo libros, probablemente la
tarea. Eh, aburrido. Podía conseguir eso en mi propia casa. Me hubiera gustado que
alguien estuviera haciendo algo emocionante.
Vi que salía humo de nuestra chimenea y me di cuenta que alguien había
iniciado fuego. Si yo todavía estuviera viva, habría hecho una taza de chocolate
caliente y sentarme junto al fuego con un libro. Ryan a veces se sentaba conmigo y
leía por encima de mi hombro. Pero no estaba pensando sobre ese maldito
fantasma terco. Me decidí a entrar y sentarme junto al fuego.
Mamá y papá estaban ambos en casa y todo el mundo estaba acogedoramente
en la sala de estar. Stazi todavía estaba en el sofá trabajando en su tarea, pero la
televisión estaba apagada ahora. Papá yacía en el piso clasificando los papeles,
Mamá estaba sentada frente a la chimenea leyendo un libro.
Me senté al lado de mamá y le di el mal de ojo.
—Te deshiciste de mi música ¿verdad? No puedes detener el rock and roll, 112
algo-algo —me reí, recordando las palabras de Spencer. El fuego se sentía tan bien,
quería arrastrarme directamente en él. Hice mi camino cada vez más cerca al fuego
hasta estar en contra de la pantalla. Poco a poco pasé la mano por la pantalla y el
fuego. Lo sostuve allí por un momento y luego la retiré rápidamente, captando la
pantalla a medida que se fue. El movimiento era sutil, pero lo suficiente para que
mi mamá se diera la vuelta y mirara. El fuego es energía. ¿Qué más puedo hacer?
Metí mi mano de vuelta dentro de las llamas, se sentía tan increíble. Intenté
mover el atizador con mi dedo pero no se movió. Supuse que era demasiado
pesado. Me volví hacia mi madre y traté de acariciarle el cabello. Ella saltó de
repente y agarró su cabeza.
—¿Esta mi cabeza en llamas? ¡Creo que sentí una chispa en ella! —dijo,
mientras locamente se golpeaba en la cabeza para apagar la llama que no estaba
allí. ¡Yo hice eso! Estaba muy satisfecha de mí misma.
—No, mamá, no estás en llamas. —Rió Stazi desde el sofá. Mamá se levantó
para alejarse del fuego y se sentó junto a Stazi.
Ahora que tenía toda la chimenea para mí me arrastré justo dentro de ella. Se
sentía tan espectacular estar ahí, nunca quería salir de ella. Después de unos
minutos me pregunté cuánta energía había absorbido y cuánto tiempo iba a durar.
Salté fuera del fuego dándole a la pantalla un buen traqueteo y aterricé sobre la
espalda de papá.
—Hey, ¿qué fue eso? —gritó.
—¿Qué fue qué? —preguntó Stazi.
—¿Acabas de tirarme algo?
—¿Por qué haríamos eso? —preguntó mamá.
—Te juro que sentía como que algo saltó sobre mi espalda.
—Es Lucy —susurró Stazi.
—No seas ridícula —dijo mamá.
—¡Sí, estoy aquí! —grité, pero no lo notaron.
—Es Lucy —dijo Stazi de nuevo con más fuerza—. Yo sé que es ella. Estaba en
mi habitación una vez y oí algo viniendo de la cama, como si alguien se sentara y
chirriaba.
Comencé a saltar arriba y abajo de alegría. 113
—¡Sí, esa era yo! ¡Sí, sí, sí! —Todavía no me notaban, y no dijeron nada más
sobre el tema.
Corrí a mi habitación mientras todavía me sentía caliente e intenté de nuevo
abrir la revista de Ryan. Mis dedos atraparon la cubierta y abrí un par de
centímetros, y luego lo perdí rápidamente. Aun así, fue un progreso. Me senté y con
paciencia traté de abrir el libro de nuevo.
Capítulo 11

A
l día siguiente salió el sol. No podría haber estado nevando más que
unos pocos centímetros; los caminos eran fangosos. Papá estaba fuera
temprano paleando la acera para que todos pudieran salir de la casa.
Me senté en los escalones a observarlo, cuando sentí un cosquilleo por mi columna
vertebral. 114

No pude evitarlo pero corrí directamente a través de papá mientras me dirigía


hacia la puerta. Escuché un ¿Qué...? justo cuando crucé el cementerio. Jon estaba
de pie en la tumba, temblando.
—Jon, te lo dije, no tienes que venir aquí cuando hace tanto frío fuera.
—Sí, pero tenía una idea. Ven conmigo. —Se acercó a su coche y abrió la
puerta del pasajero—. Vamos, entra.
—Oh. ¿Por qué no pensamos esto la última vez?
—No lo sé. Supongo que ni siquiera estaba seguro de si sería capaz de entrar
en el coche.
Me subí en el asiento y cerró la puerta detrás de mí. Dio la vuelta a su lado y
se sentó. Sonrió brillantemente al verme sentada en su coche.
—Esto me trae recuerdos —le dije, devolviéndole la sonrisa—. No creo que la
policía venga aquí mucho.
—¿En serio? ¿Deberíamos tratar de tentarlos?
—¿Qué, hablas en serio?
—¿Quieres unirte a mí en el asiento de atrás?
Me reí y le pregunté:
—¿Qué es exactamente lo que piensas que va a pasar allí?
—No lo sé —dijo, dando vuelta al coche y ajustando el calefactor a todo
volumen—. Pero pensé que esto iba a ayudar con el factor de entumecimiento.
—Eso se siente bien —le indiqué, mientras sostenía mi cara hasta los orificios
de ventilación—. Ayer, me metí en la chimenea, y cuando salté hacia mi papá me
podía sentir en su espalda. Pero eso era fuego real sin embargo.
—Bueno, vamos a empezar simplemente —señaló, inclinándose sobre el freno
de mano. Me aparté de la salida de aire para encontrarme con su beso. Estar en el
calefactor era una maravilla, pero un toque humano era absolutamente exquisito.
Podía sentir sus labios y quería mucho más. Cerré los ojos y abrí la boca para ir más
profundo, pero él se apartó.
—Mmf. —Fruncí el ceño al sentir que su calor se desvanecía. Abrí los ojos y lo
vi frotándose la boca—. ¿Hacía demasiado frío?
—Un poco, sí. 115
—Lo siento.
—Creo que el calentador sin embargo lo hizo un poco más real. No fue sólo
una sensación de frío esta vez, pude sentir un poco de presión.
—La próxima vez voy a tratar de comer fuego.
Se rió.
—Voy a tener que llevar un encendedor conmigo.
—¿Y ahora qué?
—Podemos hablar.
—Bueno. ¿Qué has estado haciendo?
—Trabajar.
—¿Eso es todo?
—Mi madre me ha estado molestando acerca de la escuela de nuevo.
Realmente quiere que me inscriba en algún sitio para el semestre de primavera.
—Esa es una buena idea. Ojalá yo pudiera ir a la universidad. Así que, ¿tienes
alguna idea de qué vas hacer?
—Estoy empezando a pensar en abrir mi propio restaurante. Me imagino que
necesito algunas clases de negocios y espacio para cocinar. No he llegado a pensar
mucho más allá.
—Eso suena como una gran idea. ¿Qué tipo de restaurante crees que abrirías?
—Creo que un restaurante italiano. Me encanta hacer pizza, yo he estado
experimentando con diferentes combinaciones.
—¿Otro lugar de pizza?
—Tal vez un poco más elegante que eso. Algo elegante, pero familiar.
—¿Una pizzería elegante? —Pensé y traté de imaginar algo más elaborado.
—Supongo. ¿Quieres probar besarnos de nuevo? Creo que mis labios han
recuperado la sensación.
—Absolutamente, dije, y me incliné antes de estar listo.
Se retiró casi de inmediato.
—Lo siento, lo siento, pensé que podía hacerlo de nuevo, pero supongo que
una vez es todo lo que puedo manejar hoy.
Maldita sea.
—Estas de broma —me quejé. 116
—Hey, si yo pudiera tomar más lo haría totalmente —exclamó, y extendió la
mano para tocar mi cara. Me quedé completamente inmóvil mientras sus dedos
apenas me tocaron.
—¿Puedes sentir algo? —le pregunté, mientras sacaba la mano.
—Sólo el frío —respondió, frotándose las manos—. Es casi como alfileres y
agujas.
—Ojalá pudiera ser como era antes. Todo lo que quería hacer era besarte.
Quiero decir, tal vez un poco más que eso. Pero dudo que alguna vez lleguemos
mucho más lejos que esto.
—Podríamos ir a la línea ecuatorial. O Death Valley. Algún lugar caliente y
abrasador.
—No me puedo mover, estoy atrapada aquí. Pero un lugar caliente y
abrasador suena realmente agradable. Además, no creo que sea muy cómodo
cualquiera de esos lugares.
—Pero serías como mi propio aire acondicionado personal donde quiera que
vaya.
—Ojalá fuera así de fácil. Realmente.
—¿Qué tal si hago una fogata y puedes entrar y después de que estés toda
agradable y llena de energía saltas y me atacas?
Tuve que reírme de eso.
—No sé, podríamos intentarlo, supongo. Pero ¿dónde encenderíamos una
fogata? Serás arrestado probablemente por encender fuego en el interior del
cementerio.
—Sí, y a tus padres probablemente no les guste si prendo fuego al patio de su
casa tampoco.
—Probablemente no. ¿Quieres intentarlo de nuevo?
—Sí... no... Pero sí…
Tuve que reír de nuevo.
—Está bien, voy a dejar que tus labios se curen antes de seguir con esto.
—Lo siento.
—Creo que soy yo la que debe disculparse. Sólo quiero que seas feliz, Jon. Me 117
siento culpable de que estés gastando tu tiempo libre aquí conmigo.
—Pero me gusta estar aquí contigo. Y me siento culpable de que estés muerta
en primer lugar, así que…
—Mira, ya te dije, no es tu culpa.
—No importa cuántas veces me lo digas, yo todavía me voy a sentir culpable,
si tan sólo me hubiera quedado esa noche, todavía estarías viva.
—No lo sé. Creo que Julián lo hubiera hecho, tarde o temprano. Es bastante
loco. Realmente parecía pensar que estábamos destinados a estar juntos, pensaba
que si no podía tenerme entonces nadie me tendría.
—Sí, supongo. No puedo creer que él vino aquí para suicidarse. ¿Pensó que
iba a morir y que ustedes dos estarían juntos para siempre?
—Creo que lo hizo. Realmente no estoy segura de si eso funcionaría sin
embargo. A menos que lo enterraron junto a mí. —Tuve un escalofrío que me
recorrió la espalda sólo de pensarlo.
—¿Cuan espeluznante sería eso?
—¿Una eternidad con Julián como prójimo? No quiero pensar en eso.
No me di cuenta de que estaba flotando sobre las salidas de aire caliente hasta
que Jon me preguntó:
—¿De verdad te estas congelando no?
—¿Qué, esto? Realmente no siento el frío. Es sólo que el calor es tan acogedor.
Me siento mejor con él. Menos muerta, si eso fuera así.
—¿Menos muerta? No veo cómo podría ser menos muerta.
—¿Más viva entonces? No lo sé. Se siente bien. Muy, muy bien.
Seguí sentada, allí apoyada contra el borde de la silla con las manos y la cara
en la calefacción. Jon me observaba con curiosidad, y me di cuenta que quería decir
algo por la forma en que estaba inquieto, pero no lo decía.
—¿Qué? —le exigí—. Me estas volviendo loca, ¡escúpelo!
—Bueno, me estaba preguntando... ¿Crees que podría funcionar de verdad
esto conmigo?
—¿Funcionar qué, exactamente?
—¿Cómo novio y novia?
—¿De verdad me quieres llamar tu novia? ¿No crees que sería raro? 118
—Oh, definitivamente es raro. Pero yo no quiero a nadie más. Ayer por la
noche una chica estaba coqueteando conmigo en el trabajo, y lo único que podía
pensar era, ella no es Lucy.
—Pero ella está viva. Ella es alguien que puede sostenerte y besarte e ir a
lugares. ¿No quieres eso? ¿De verdad quieres estar atrapado aquí conmigo en un
cementerio todo el tiempo?
—Te escojo a ti. Yo no me sentiría bien con nadie más. Sabiendo que todavía
estás alrededor, me sentiría como si estuviera engañándote.
—¿De verdad quieres hacer esto?
—De verdad.
—Entonces, ¿qué tal un beso para sellar el trato?
—Supongo que no puedo discutir con eso —dijo, y se acercó más.
—¿Estás seguro de que estás listo?
Se encogió de hombros como respuesta.
—Tan listo como puedo estarlo.
De mala gana me alejé de la calefacción para besarlo de nuevo. Esta vez duró
un poco más.
—Te amo, Lucy.
—Yo también te amo, Jon.
—Entonces, ¿qué pasa ahora?
—No sé. Nunca he salido con un chico vivo. Al menos mientras estoy muerta,
quiero decir.
Se echó a reír.
—Ojalá pudiera abrazarte. ¿Te acuerdas de ese día que te quedaste dormida
en mi habitación? Estaba tan emocionado de que estuvieras allí, en mi cama, no me
importaba que te quedaras dormida. Sólo recuerdo que te miraba y pensaba en lo
afortunado que era.
—Me gustaría poder ser sostenida. Jon, no mueras nunca.
—Voy a tratar de no hacerlo. No creo que sea completamente evitable.
—¿Puedes cantar una canción para mí?
—¿Tengo que hacerlo? 119
—Me encantaría que lo hicieras. Kate tiene una gran voz y todo, pero yo
prefiero escuchar tus canciones de amor por ti, no por ella.
—Supongo que puedo hacerlo.
—¿Por favor?
Suspiró y comenzó su canción débilmente. No sabía por qué estaba tan segura
de que su voz era realmente buena. Me uní a las partes de coros y a él parecía
gustarle eso, por lo menos. Cantó un poco más fuerte.
—Hey, no eres malo —le dije —. Tenemos que formar una banda. Oh, espera,
lo hicimos.
—Sí, claro. Fue divertido, mientras duró.
—Aún no ha terminado para ti, ustedes están todavía juntos.
—Sí, pero te echo de menos en ella.
—Echo de menos muchas cosas.
—Supongo que sí.
Nos sentamos en silencio por un rato, todo el tiempo estuve pegada a las
rejillas de ventilación. Por último, dijo:
—Yo debería irme realmente. A este paso voy a llegar tarde al trabajo.
—Oh, lo siento. Tendrías que haberlo dicho antes.
—¿Es necesario que abra la puerta para ti o puedes salir?
—¿Por qué no sólo conduces y vemos hasta dónde puedo ir?
—Bueno. Una vez que pasemos por las puertas desaparecerás.
—Creo que sí. Pero no he viajado en un coche todavía.
Puso el coche en marcha y se dirigió a la puerta principal. Justo antes de que
se pasara a través de ellas dijo:
—Adiós, Lucy. Te amo.
—Te amo... —Empecé a responder, pero aparecí en el patio frente a mi casa—.
También.

120
Capítulo 12

L
os días que llevaron a la Navidad se llenaron con frecuentes visitas de
Jon. Nos sentábamos en el coche con la calefacción al máximo. A veces
escuchábamos música o él tocaba su guitarra. Yo practicaba moviendo
cosas, y de vez en cuando, tratábamos de besarnos. Por desgracia, la parte de
121
besarnos nunca fue nada fácil. Y aun así, Ryan se quedó lejos, como si supiera que
yo estaba saliendo con Jon todo el tiempo. Me preguntaba si alguna vez volvería a
casa de nuevo.
Así que el día de Nochebuena por la mañana, no me sorprendí cuando Jon
vino a visitarme. Lo descubrí colocando una pequeña flor de pascua delante de mi
tumba después de tener esa sensación de cosquilleo.
—Aww, son hermosas. Gracias, Jon. No te traje nada.
—Realmente no esperaba que lo hicieras. Feliz Navidad.
—Feliz Navidad a ti también.
—¿Quieres entrar en el coche? —preguntó, sus dientes castañeteando.
—Por supuesto.
Abrió la puerta para mí, a pesar de que podría haber pasado a través de ella, y
la cerró de nuevo detrás de mí. Me hubiera gustado poder haber hecho lo mismo
por él. Dejó la calefacción encendida y puse mis manos en alto contra las rejillas de
ventilación, sintiendo su calor.
—¿Tienes grandes planes para Navidad? —pregunté, una vez que se metió en
el interior del coche.
—Hoy tengo que trabajar. Normalmente este día tenemos un montón de
reservas para fiestas. Pero estoy libre mañana. Aunque no voy a ser capaz de llegar
aquí, realmente no he pasado mucho tiempo con mi mamá últimamente y sé que
ella me quiere alrededor.
—¿Tienes algún tipo de tradición que cumplir?
—Por lo general dormimos, luego tenemos un gran desayuno y después
abrimos los regalos. Ella tiene algunas películas clásicas de Navidad que le gusta
ver durante el día. Luego nos reunimos con la familia de Spencer para la cena. Yo
conduciré porque mi mamá siempre termina bebiendo demasiado porque mi padre
no está aquí para la fiesta. Es bastante triste. Pero se convirtió en una tradición.
—Eso suena como un momento interesante.
—Sí, bueno. Son las únicas veces que habla de papá. No me importa. Así que,
¿qué hay de tu familia? ¿Qué suelen hacer ustedes?
—Siempre nos levantábamos muy temprano y hacíamos algunos bollos de
canela primero. Luego abríamos los regalos y bebíamos chocolate caliente. Mamá 122
siempre nos traía juegos de mesa, así que pasábamos unas horas
jugando. Finalmente parábamos para tomar unas duchas, porque siempre venía
toda la familia a cenar. Entonces volvíamos a nuestras propias cosas y pasábamos
el rato alrededor de la mesa, bebiendo té y comiendo muchas galletas. Echo de
menos las galletas con trocitos de chocolate.
—¿Tu familia coloca un árbol de verdad todos los años?
—Sí, por supuesto que sí. El que ha estado durante unas semanas ya. ¿Ustedes
pusieron un árbol también?
—Eso se detuvo después de que mi padre murió. Esto hizo que mi mamá
estuviera demasiado triste como para decorarlo, creo. Solíamos ir a uno de esos
lugares donde lo talas por ti mismo. El día en que íbamos a buscar un árbol era casi
tan emocionante como la Navidad. Me llevaba en sus hombros cuando era
pequeño, y yo buscaba el árbol más alto. No es que nuestra casa fuera muy alta por
dentro, pero lo cortábamos hasta reducirlo para que cupiera una vez que mi madre
nos dijera lo ridículo que estábamos siendo al escoger el árbol más alto. Pero nos
acostumbramos a hacer un gran día de ello. Creo que es probablemente el mejor
recuerdo que tengo de mi papá.
El estado de ánimo cayó después de eso. Jon parecía estar un poco sombrío, lo
cual no era habitual en él.
—¿Dónde está enterrado tu padre? ¿Está aquí?
—No, está en donde está enterrado Ryan.
Ryan, bleh.
—Creo que deberías ir a visitarlo.
—No ha estado allí durante unos años.
—No me refiero a ir a verlo realmente, me refiero sólo a parar y decirle hola a
su tumba. Es una buena cosa que hacer en Navidad, tanto si él está allí como si no.
—Sí, ya sé que lo es. No he estado ahí en un largo tiempo. —Él miró su reloj—.
Debería irme ahora. Tengo que estar en el trabajo temprano para la
preparación. Boss está a la espera de que sea un día ocupado.
—¿Mucha gente realmente pide pizza en la víspera de Navidad?
—De todo, un montón de aperitivos, no sólo pizza.
—Mmm, aperitivos. Echo de menos los palitos de mozzarella. Bueno, ¿puedo 123
ir contigo, si te parece bien?
—Por supuesto.
De repente me di cuenta de que ni siquiera había tratado de besarlo.
—¿Puedo tener un beso de despedida primero?
—Por supuesto —dijo inclinándose hacia adelante, pero me di cuenta de que
su corazón no estaba en ello. Adiviné que hablar de su padre era un tema bastante
deprimente para él.
—Te amo. —Me tiré torpemente justo antes de que me alcanzara.
Hizo una pausa a mitad de camino, me miró a los ojos y parpadeó.
—Yo también te amo.
—Jon, siento mucho lo de tu padre, debe haber sido muy duro el haber
crecido sin él.
—Gracias —susurró, retrocediendo—. Lo fue. Todos a los que amo mueren.
—No todos, todavía tienes a tu mamá y la familia de Spencer.
—No son lo mismo que tú. Tenía tanta esperanza para nosotros.
—Todavía tengo esperanza para nosotros.
—No es lo mismo. Esto es más difícil. Solía ser tan fácil.
—Tal vez el verdadero amor no siempre es fácil. Tal vez puede ser
desordenado y complicado y sin ningún sentido.
—Quizás. Supongo. —Se sentó allí por un minuto, sin besarme, y luego
empezó a conducir el coche hacia las puertas.
—Feliz Navidad, Jon —dije, justo antes de desaparecer.
Cuando llegué a la casa, noté el auto de Natalie finalmente aquí. Ella y Connor
pasaron los primeros días de las vacaciones de invierno visitando a su familia, pero
mamá insistió en que estuvieran en casa para Navidad. Yo sentía como que ella no
quería estar cerca para verme.
Me metí en la casa sin pasar por dónde estaría. No quería asustarla, así que
había planeado sólo ocultarme en mi cuarto escuchando las actividades en toda la
casa. Me sorprendí a mí misma yendo de puntillas a mi cuarto, y me di cuenta de lo
ridícula que estaba siendo. Pero aun así, creo que era algo que hubiera hecho si
estuviera viva.
Oí voces arriba, y me di cuenta que estaba en su habitación. Me metí en la 124
pared y me deslicé a lo largo de ella, así sería menos visible cuando pasara por su
puerta. Pero no funcionó. Ella y Connor estaban sentados en su cama y se quedó
helada cuando me vio. Me quedé inmóvil también, no muy segura de qué hacer
conmigo mientras nos mirábamos fijamente durante unos segundos. Por último,
me lancé a través de mi puerta y me metí en una esquina, esperando que ella no
empezara a gritar.
En cambio, oí un golpe en la puerta. Miré hacia arriba para ver mi puerta
abrirse lentamente. La cabeza de Natalie se asomó dentro y miró alrededor. Me
encontró en cuclillas en un rincón.
—Entonces… Connor cree que debo hablar contigo.
—Connor suena como un tipo inteligente —le dije, todavía escondiéndome.
—Él dice que eres mi hermana, y que es ridículo que me des miedo.
—Tengo que estar de acuerdo con él en eso.
Ella todavía estaba de pie en la puerta con sólo su cabeza asomándose.
—¿Vas a venir entonces? —pregunté, encogiendo la cabeza un poco.
—No —dijo, y cerró de golpe la puerta detrás de ella.
—Bueno, al menos me habló —me dije. La escuché a ella y a Connor
discutiendo en la habitación contigua. Me puse de pie para caminar más cerca de la
puerta y poder oír. Incliné mi cabeza lejos de la puerta cuando ésta se abrió de
repente y Connor caminó a través de mí. Di un grito ahogado ante la maravillosa
sensación, mientras él tenía un temblor importante.
—Wow, ¡qué frío hace aquí! —dijo—. ¡Es como en las películas! Lucy, hola, soy
Connor, el novio de Natalie. He oído hablar mucho de ti y lamento que hayas
muerto tan joven.
Estaba mirando alrededor de la habitación, así que no podía verme de pie
justo en frente de él. Estaba bastante sorprendida como para interrumpirlo.
—De todos modos —continuó—, he estado tratando de conseguir que Natalie
venga a hablar contigo, pero ella todavía tiene un poco de miedo, aunque creo que
es totalmente estúpido. Quiero decir, tú eres su hermana, ¿por qué debería tener
miedo de ti? Se suponía que debía venir aquí y decirte que no tienes que esconderte
de ella, pero tal vez no está del todo lista para eso. No lo sé. Ahora, yo no puedo ver
fantasmas, pero creo que el hecho de que estés aquí es realmente emocionante. Si 125
quieres tirarme algo o golpear cosas eso estaría realmente genial.
Se detuvo a la espera de que hiciera algo. ¿Por qué la gente pensaba que era
tan fácil para los fantasmas hacer esas cosas?
—¿No? Tal vez más tarde entonces. De todos modos, es Navidad, deberías ser
tú misma, rodearte de tus seres queridos. Así que, es un placer conocerte más o
menos, voy a ir a ver a tu hermana porque todavía estoy vivo, así que no me comas
ni nada.
Me tuve que reír. Me gustaba mucho este chico Connor. Dejó la puerta abierta
detrás de él y me acerqué de nuevo a la habitación de Natalie.
—¡Cierra la puerta, cierra la puerta, Connor cierra la puerta! —la oí gritar
ansiosamente.
Él suspiró mientras caminaba de regreso a mi habitación.
—Lo siento, quiere que mantenga la puerta cerrada. Asumo que puedes ir y
venir a través de ella de todos modos, ¿así que no es realmente un problema para
ti? Hasta más tarde —dijo, y cerró la puerta.
Capítulo 13

L
o último que esperaba en Nochebuena fue que Ryan regresará a casa.
Estaba sentada en las escaleras justo fuera de la vista de Natalie, así
podría escuchar las actividades. Estaban todos sentados alrededor de
la chimenea, bebiendo chocolate caliente y jugando un juego de mesa. Ryan llegó a
escondidas por las escaleras detrás de mí y me hizo saltar. 126
—¡Ryan! ¿Qué estás haciendo aquí! —le grité de emoción y furia. No sabía si
darle un beso o golpearle. Terminé abrazándole.
—¿Estás feliz de verme entonces?
—Por supuesto.
Natalie volvió la cabeza por el ruido que estábamos haciendo, así que saqué a
Ryan hacia arriba a nuestra habitación.
—No estaba seguro si todavía estabas con Jon, pero pensé en arriesgarme y
venir a casa para Navidad.
—Oh. Sí, todavía lo veo.
—Me lo imaginaba. Lo vi hoy en mi cementerio. Pensé que estaba perdido por
un minuto.
—No, iba a ver a su padre, le convencí para ir a su tumba.
—Oh. Pensé que podría venir a buscarme otra vez, pero luego se dirigió por
otro camino.
—¿Por qué crees que te buscaría?
—No sé, lo hizo antes. Pensé que tenía un mensaje de ti o algo.
—No. Ningún mensaje de mí.
—Obviamente. Así que... —empezó.
—¿Qué has estado haciendo? —le pregunté antes de que pudiera preguntarme
algo más sobre Jon. Estaba tan feliz de que volviera a casa, no quería entrar en
detalles de nuestra relación con él.
—Oh, ya sabes, andando en el cementerio. Observando cómo las arañas tejen
sus redes. Viendo la nieve caer. Hablando con los lugareños. Hice nuevos amigos.
—¿Has hecho amigos?
—Difícil de creer, lo sé. He encontrado unas personas que murieron a mi
edad, no son tan malas. Aunque tienen un horrible gusto por la música.
—¿Cuándo murieron?
—¿Hace cien años? No sé, son de viejos tiempos estoy seguro.
—Por supuesto que no te gustara su música, en aquel entonces no escuchaban
rock and roll.
—Bueno, hay una chica que me gusta mucho, se puso bastante amigable si
sabes lo que quiero decir. 127
Me quedé pensando en Ryan pasando sus noches en los brazos de otra
persona.
—¿Te agrada demasiado?
—Está bien —sonrió—. No eres celosa, ¿verdad?
Totalmente.
—¿Por qué estaría celosa? Tengo a Jon que viene a verme todo el tiempo.
—Está bien, aquí vamos. ¿Así, que los dos están tratando de ser novios otra
vez?
—Sí —dije con orgullo, para darle un poco de su propia medicina.
—¿Cómo funciona eso para ti?
—Muy bien. Nos sentamos en su coche con la calefacción, ha estado dándome
la suficiente energía como para apenas sentirme cuando nos besamos.
—¿Intentas besarlo?
—Sí. Él aún se está acostumbrando.
—Cierto. Debe ser muy frustrante para ti.
—En absoluto —mentí.
—Seguro. —Supe por su tono que estaba disgustado. ¿Por qué tuve que ir y
decírselo, justo cuando finalmente volvió a casa?—. Bueno, me alegro que hayas
estado ocupada mientras no estaba.
—Sí. —Nos pusimos de pie y nos miramos, ambos claramente disgustados.
Decidí cambiar de tema y contarle de Natalie y Connor. Después de lo que
conversamos dijo:
—No puedo creer que en realidad vino a hablar contigo.
—Sí, pero he estado ocultándome de su vista, creo que todavía está muy
asustada.
—¿Por qué no bajamos a pasar el rato y ver lo que hace? —Caminó a la puerta,
pero le agarré para detenerle.
—¡No! Sólo me habló hace unas horas. ¡No sé lo que va hacer si te ve! Estoy
seguro de que por tu culpa tiene miedo en primer lugar.
Sonrió abiertamente, satisfecho consigo mismo.
—Sí, está bien, no quiero arruinar la Navidad de Natalie. Sé lo difícil que fue 128
para ella venir a casa la última vez. No quiero alejarla.
Me di cuenta que todavía lo sostenía. Miré mi mano como mi cuerpo
recordaba lo que parecía tocar a otra persona. Estábamos muertos, pero para mí
era real. No sentía esa sensación cálida con Jon, pero físicamente lo estaba
tocando. Se dio cuenta de lo que pensaba y tomó mi otra mano.
—Te extrañe —admitió—. Odio a ese cementerio. Odio no estar aquí contigo.
—Quédate en casa entonces. No es la misma sin ti.
—¿Realmente quieres que me quede?
—Claro que sí.
—¿Y qué hay de Jon?
—¿Qué pasa con él?
Él tomó esto como una invitación a besarme, pero giré mi cabeza mientras se
acercaba.
—Correcto. —Suspiró, cuando me soltó—. No es fácil, ¿verdad?
—No quise que me besaras Ryan, creo que es posible ser amiga de ambos y
aún puedes estar aquí conmigo.
—¿Realmente no lo entiendes verdad? No quiero ser tu amigo, Lu. Quiero ser
el amor de tu vida.
—Pero estamos muertos.
—¡Sabes lo que quiero decir! —gritó—. Sé que me amas, sé que lo haces. ¡No
entiendo que estás haciendo con ese tipo!
—¡Me sigues dejando! ¿Qué debo hacer? ¿Sentarme aquí y vivir mi vida a
través de Stazi? ¡Y tomar sólo drama del club tonterías!
—Sólo me alejo porque parece que no puedes entender que te quiero, y me
duele que no puedas aceptarlo y vivir feliz para siempre conmigo, ¡como que
deberíamos estar haciéndolo! ¿En su lugar sigues corriendo a Jon sólo porque aún
puede verte? ¡Eso es una mierda! ¡Y devuélveme mi chaqueta!
Me la quité y se la tiré en la cara.
—¡Bien tómala! ¿Por qué vienes a casa Ryan? ¿Por qué no vuelves al
cementerio y me dejas en paz? ¡Estaba teniendo un tiempo precioso espiando a mi
familia hasta que apareciste!
No dijo nada mientras agarraba su chaqueta. Simplemente me dio una 129
mirada, como si hubiera roto su corazón y salió de la habitación.
Estaba decidida a no llorar por él esta vez. Maldito fantasma terco. Salí y me
senté en las escaleras a escuchar a todos pasar un buen rato. Connor se burlaba de
Stazi sobre algo, haciéndola reír y colocando su cara de un rojo brillante. Mamá y
papá estaban hablando con Natalie sobre cómo iban las cosas en la escuela. Todo el
mundo parecía estar de buen humor hasta que empecé a llorar y las luces
comenzaron a parpadear.
—¿Qué fue eso? —dijo mamá—. Me pasé en el cuarto de Lucy, ¿existe un
problema con nuestra electricidad?
—Tal vez hay demasiadas luces navideñas enchufadas en el árbol —dijo papá y
fue a investigar la corriente.
Natalie estiró su cuello para encontrarme llorando en las escaleras, cuando de
repente las luces del árbol parpadearon y se encendieron. El árbol había estado por
mucho tiempo, las hojas secas se incendiaron.
—¡Ahhh, fuego! —gritó papá y corrió a coger el extintor. Aunque sólo era una
pequeña parte en llamas, rociaron todo el árbol.
—¿Era realmente necesario? —lloró mamá—. ¡El árbol es un desastre! Mira lo
que has hecho a los ornamentos. No podemos salvar nada de esto. —Tomó uno que
hice en la guardería, era el cuerpo de un ángel blanco con una foto de mi cara,
cortada y pegada en la parte superior—. El ángel de Lucy está arruinado.
—¡Este árbol es como encender leña, el asunto pudo haber sido peor y podría
haber tomado la casa con él! —gritó papá en su defensa.
—¿Qué vamos a hacer ahora? Tenemos a todas esas personas que vendrán
mañana.
Papá se quedó allí mirando el árbol, con el extintor colgando en su mano.
—Connor, ¿crees que me puedes dar una mano sacándolo de la casa?
—Oh, no lo pongas en el frente, no hasta el día que pase la basura. No quiero
que todo el barrio sepa que el árbol se incendió. —Mamá siguió dando órdenes del
árbol, mientras salía fuera de casa.
Decidí que había causado bastantes problemas por una noche y me retiré a mi
habitación. Pasé por la puerta, limpiando mi cara de las lágrimas y me dejé caer en 130
la cama.
Maldita sea, Ryan, por qué tienes que aparecer durante cinco minutos y
arruinar una buena noche. Ojalá nunca regreses a casa; por lo menos el árbol de
Navidad todavía estaría. Aunque sería bueno tener a alguien por esta noche. ¿Por
qué tuvo que irse? Maldita sea, Ryan.
Me acordé de que mencionó que tenía una sudadera escondida bajo la cama.
Me arrastré ahí y la encontré en la esquina. Me imaginaba que en la vida real
estuviera cubierta de polvo, pero en esta otra vida se veía muy bien, sólo un poco
arrugada. Me la puse y cerré su cremallera hasta arriba, levantando la capucha
sobre mi cabeza y apretando el lazo. Si Ryan no podía estar aquí, su sudadera era
suficiente por ahora. Era más grande que su chaqueta, pero su esencia se mantuvo
más leve. Cerré los ojos y respiré profundo, envolviendo mis brazos alrededor de
mí, fingiendo que estaba aquí conmigo ahora. Oí un pequeño crujido desde su
camiseta y comencé a registrar los bolsillos. Encontré una nota doblada con el
nombre de Ryan en el exterior. —Mmm, ¿qué es esto? —La desdoble y empecé a
leerla, esperando encontrar alguna nota de amor de alguna chica de un millón de
años ahora. Fue todo lo contrario.

Ryan,
¡Eres un imbécil. ¡Te odio, te odio, te odio! ¿Cómo pudiste no aparecer? Tenía
un vestido nuevo y mis padres estaban esperando, porque querían tomar fotos de
nosotros, pero no llegaste nunca. ¡Estaba tan avergonzada! ¿Qué pasa contigo? No
quiero volver a verte, espero que te mueras.
Vicky.

—¿¡Ay, espero mucho!? Seguro se sintió mal cuando realmente murió. —Me
pregunto cuál fue el motivo por el cual Ryan no se presentó. Me podía imaginar a
una pobre chica en un gran vestido con volados y el cabello enorme de los 80
esperando junto a la ventana por su cita. Miré su cuadro con sus mejores amigos y
me pregunté ¿por qué no fue con su novia? Dijo que era la noche del baile. Bueno,
podría ser un idiota, qué más da.
La conmoción sobre el árbol había desaparecido, y oí un leve golpe en la 131
puerta.
—Lucy. —Era Natalie—. Voy a entrar. —Abrió la puerta y se asomó—. ¿Qué
pasa? ¿Por qué estabas tan enfadada?
—¿Vas a entrar o vas a estar en la puerta? —le pregunté—. Porque si aún no
puedes entrar, entonces no creo que estés lista para saber qué está mal.
Se quedó allí un momento con respecto a mí, luego dio un paso dentro y cerró
la puerta detrás de ella.
—Connor está tratando de convencerme de no tenerte miedo. Pero después de
lo que pasó, creo que ahora siento más lástima por ti.
—Gracias. Me alegra que estés aquí.
Asintió, pero no hizo ningún movimiento para acercarse.
—Es una larga historia. Pero, ¿te acuerdas cuando viste a un fantasma en el
pasillo, y yo aún estaba viva?
—Sí —dijo nerviosamente, mirando alrededor para asegurarse de que él no
estaba allí.
—Lo vi bastante. Cuando estaba viva. Su nombre es Ryan. Solía vivir aquí
antes de que mamá y papá compraran la casa. Este fue su cuarto en realidad.
—¿Dónde está? —preguntó ansiosamente.
—No te preocupes, no está tratando de hacerte daño. Se fue un rato supongo.
No estoy segura si volverá. Pero éramos muy buenos amigos cuando estaba viva.
No te lo dije porque creí que te asustarías y no quería que pensaras que estaba
loca.
—¿Lo podías ver todo el tiempo? No puedo creer que nunca me dijiste nada.
—Pensé que te asustarías. No sé. Pero de todos modos, mi antiguo novio Jon
también puede ver a fantasmas, así que ha estado viéndome en el cementerio.
Nosotros hemos estado saliendo mucho últimamente. Pero Ryan no está feliz de
que aún lo vea, cree que deberíamos estar juntos y me sigue dejando sólo para
resolver las cosas. Cada vez que se va, lo hace por más tiempo y más tiempo, y me
he quedado sola preguntándome si va a regresar. Y cada vez que veo a Jon, me
siento egoísta porque él sigue gastando todo su tiempo libre conmigo cuando
podría estar haciendo un millón de otras cosas. De todos modos, Ryan estaba aquí 132
ya que es Navidad, pero tuvimos una gran pelea y me dejó otra vez. No sé qué
hacer. Estoy un poco enamorada de ambos, pero Ryan sólo sigue haciéndome daño,
y Jon está vivo y siento como si no le dejara vivir su vida con normalidad.
—Oh. Eso suena muy complicado. Creí que la vida allí sería mucho más
sencilla.
Negué.
—¿Incendiaste el árbol?
—Supongo. Parece que tengo un efecto sobre la electricidad cuando me
emociono demasiado. Mamá estaba aquí deshaciéndose de algunas de mis cosas
antes e hice que las luces parpadearan un poco. Creo que la asusté. También me las
arreglé para encender la radio cuando el volumen alcanzó el máximo. Estoy seguro
de que la asusté.
—No veo por qué estaría asustada de su propia hija. —Natalie sonrió.
Tuve que reírme.
—No me hagas gritar Booo. Estoy segura de que te ensuciaste la última vez.
—No, no lo hice, no seas grosera. ¿Era tu amigo el fantasma? ¿Cuándo estabas
viva?
—La mayoría del tiempo, ¿por qué?
—Me pregunto por qué casi no lo veo y no tengo problemas contigo.
—Tenemos una teoría, eres capaz de bloquearle porque no quieres verle, pero
como soy tu hermana es más difícil porque ¿por qué no querrías verme?
—De acuerdo.
—También le dije que se escondiera cada vez que venías a casa.
—Oh. Gracias.
—Gracias por venir, Nat... Sé que no es fácil para ti. Me gusta Connor.
Ella sonrió.
—Me gusta demasiado. Hablando de él, lo dejé abajo con mamá y papá.
—Probablemente deberías ir a rescatarlo.
—Sí. Deberías venir y pasar el rato. Ya no me importa. Todavía luces como la
vieja Lucy. —Ella abrió la puerta para salir.
—Gracias. Tal vez mañana. No estoy de humor en este momento.
—De acuerdo. Feliz Navidad —dijo y salió, dejando la puerta abierta detrás de 133
ella.
Capítulo 14

U
na cosa conveniente sobre mi familia es que los regalos no se ponen
bajo el árbol hasta la mañana de Navidad. Todos estaban felices de
tenerlos todavía para el intercambio. Stasi hizo una hogaza de pan de 134
pasas con canela, Natalie hizo una gran taza de chocolate caliente, y todo el mundo
estaba feliz de sentarse alrededor de la chimenea con los regalos abiertos.
Me senté en la escalera mirando, tratando de mantenerme fuera de la vista de
Natalie. A pesar de que ella estaba hablando conmigo otra vez, yo no estaba segura
de si estaba lista para que yo estuviera por la casa todo el tiempo.
Estaba tan absorta en las fiestas de Navidad que no me di cuenta de que la
sensación de hormigueo estaba de vuelta. ¿Quién estaría visitándome hoy? Hubiera
pensado que la mayoría de la gente tenía regalos para abrir y mejores cosas que
hacer que venir a verme. Tiré la capucha de Ryan apretada alrededor de mi cara,
realmente hacía una diferencia para el frío. Me colé por la puerta de atrás, así no
molestaba a mi familia y me dirigí hacia el patio delantero. Había nevado hasta
tarde anoche, dejando unos centímetros más en la tierra, pero mis pies descalzos
tocaban la capa fresca mientras corría a través de la puerta.
—Oh Dios mío, no vas a tratar de matarte de nuevo, ¿verdad? —le dije, cuando
me di cuenta que mi visitante era Julián.
Él no respondió. Estaba allí de pie mirando a mi lápida. Tenía un aspecto
horrible. Su cara que una vez fue perfectamente cincelada era roja y regordeta;
parecía que perdió un par de kilos desde la última vez que le vi. ¿Fue realmente
sólo hace un mes? Tenía las manos metidas en los bolsillos de la camiseta, la
capucha sobre su cabeza como la mía. Parecía que estaba helado, pero no se movió.
Se quedó allí.
—¿Qué estás haciendo aquí? —le dije, moviéndome para sentarme en mi
piedra y el resplandor en él. Me di cuenta que había rosas rojas frescas junto a
cosas que Jon me trajo ayer—. ¿Tú me trajiste rosas? ¿De verdad? Realmente, no
debiste hacerlo.
Pero él no podía oír. Se quedó allí. Comenzó a nevar otra vez, y no se movió.
Creí que iba a decir algo. Me senté y jugué el juego de miradas con él, sólo que él
no sabía que estaba ganando. Me gustaría saber lo que estaba pasando en esa
cabeza suya. A veces sus ojos se rompían y no estaba segura de si estaba llorando o
si fue el viento frío punzante ellos.
Podía sentir mi cambio de molestia a curiosidad mientras estaba allí.
—¿Haz el favor de decir algo? —le pregunté después de una hora. Pero aun 135
así, se quedó en silencio manteniendo vigilancia sobre mi tumba. Estaba
empezando a aburrirme después de aproximadamente dos horas.
No tenía ni idea de lo que era el tiempo real o cuánto tiempo había estado allí,
pero me imagino que era por la tercera hora cuando empezó a hablar. Su reloj sonó
y sacó un frasco de pastillas del bolsillo. Me tensé mientras sacudía una y se la
metió en la boca. Cerró el bote y se lo metió en el bolsillo. ¿Sólo una?
—¿Qué estás haciendo? —le pregunté con curiosidad.
—Tengo que tomar antidepresivos ahora —respondió en el momento justo
como si oyera mi pregunta—. Mamá me registró en un hospital psiquiátrico
después de que intenté suicidarme. No volví al instituto después de Acción de
Gracias como todo el mundo, perdí mis finales y tengo que comenzar de nuevo el
año que viene.
—Oh. Eso apesta, supongo. Por lo menos no estás muerto.
—Cuando miro hacia atrás y pienso en esa noche. Todavía no puedo recordar
cómo hemos llegado hasta ahí fuera en la calle. Sé que me empujaste fuera del
camino de ese coche, creo que tal vez tú lo hiciste porque todavía me amas. Pero
esas cartas que recibí, me dijeron violador y asesino. ¿Me las has enviado desde la
tumba? No sabré quién las habrá enviado, nos quedamos solos, no me acuerdo
mucho. Es todo una gran mancha, ojalá pudiera recordar. Pensé que si venía a estar
contigo llegaría de nuevo a mí. Pero no está viniendo de nuevo a mí. Y ya no sé qué
hacer. Todo lo que quería era a ti, Lucy. Pero ahora todo está arruinado.
—Claro que lo está —le contesté, pero el sarcasmo en mi voz había
desaparecido. ¿Estaba realmente sintiendo lástima por Julián?
Parecía que terminó de hablar por el momento, pero se mantuvo de pie
durante mucho tiempo. Eventualmente, a medida que el sol estaba bajo en el
cielo, susurró "Feliz Navidad", y se volvió a ir. No había un auto estacionado cerca,
me pregunté si caminó hasta aquí. Salté de la lápida y me encontré con él, y
caminamos al lado del otro en silencio a la puerta del cementerio. Él de vez en
cuando limpiaba sus ojos, y esta vez estaba bastante segura de que estaba llorando.
Este era un Julián muy diferente al que conocía. El viejo Julián era demasiado
confiado, magnífico e intenso. Ahora, sólo parecía sin vida y roto.
Me detuve justo dentro de la cerca y lo vi salir. Una vez que estuvo fuera de la 136
vista, corrí hacia la puerta.

***

Me di cuenta de lo tarde que era realmente hasta que entré por la puerta y vi a
toda la gran familia esparcida por toda la casa cenando, ya que no hay una mesa lo
suficientemente grande como para sentarse todos juntos. Mamá estaba en el medio
de cinco hermanas, así que el lugar era una gran casa de locos, con todas mis tías,
tíos y primos por todo el lugar. El psicópata Julián acaba de pasar todo el día
conmigo, y fue más de lo que podía decir con ninguno de ellos.
Vi a mi prima Amanda tendiéndole la mano a todo el mundo y decidí empezar
por ahí primero.
—Es hermosa, ¡enhorabuena! —dijo mi tía Linda, mientras examinaba el
anillo de diamante solitario chispeante—. ¿Tienen algún plan ya?
—Nosotros estábamos pensando en una boda en primavera, pero no este año.
—¡Cielos oh, no! La hija del vecino de al lado estuvo preparando todo por tres
años y deseó tener un año más para tener todo perfecto.
—Bueno, no creo que me tome tres años para planificar todo, pero al menos
un año seguro.
—¡Por supuesto! Un año debe hacer el truco.
Pensé en la recepción de la boda que se realizó en craptacular y le dije a
Amanda:
—¡Vamos, todo lo que necesitas es un montón de luces de colores! Podemos
parar en algún centro comercial mega grande y obtener todas las sobras de Navidad
verdaderamente barato y ¡hacer esta boda la semana que viene! ¡Será una
explosión! Por lo menos tienes un anillo.
Sentí lástima por mí misma al pensar que nunca había tenido un anillo de
compromiso por mi cuenta, ¿cómo voy a ser capaz de usar uno? Había tantas cosas
que nunca sería capaz de hacer en esta vida. ¿En tiempo de la muerte? Lo que sea.
Salí de esa conversación hacia la que se cierne sobre mi primo Steve, cuando
él estaba mostrando fotos de su semestre en el extranjero en Londres. 137
—Hice un viaje a Stonehenge y había un grupo especial de excursión
temprano, teníamos que ir a la derecha hasta las piedras y obtener todo ahí. Por lo
general, es mostrada al público por lo que sólo puede mirarlo desde lejos. Eso fue
bastante impresionante. Se trata de Hampton Court Palace, Henry VIII vivió allí.
«Fue interesante porque algunas partes eran bastante modernas y algunos
eran muy viejos como lo que puedes esperar de un viejo castillo. Habían
acantilados blancos de Dover, pero era raro porque había esta playa de guijarros y
se recorre la costa y…
—Yo estaba tan celosa —le dije, mientras continuaba con su diatriba en todos
los lugares a los que llegamos a ver. Puedo siquiera salir de la casa. Bueno, excepto
por el cementerio, pero eso no es muy glamoroso.
Una vez que corrí a través de todos sus imágenes y reinició su retractación
para el siguiente grupo de personas, pasé a mis abuelos que estaban estacionados
en el sofá junto a la chimenea.
—¿Crees que pagué ciento diez dólares en una receta el mes pasado? —dijo mi
abuela Warner.
—Mi médico se mantiene dándome toda esta nueva medicación. Tengo que
tomar 3 pastillas por la mañana, 2 en el almuerzo, 4 en la cena, y 2 más a la hora de
acostarme. Voy a renunciar a la comida, todo lo que hago es comer pastillas —dijo
Nana. Mi abuelo murió cuando yo era muy joven, ella tuvo la suerte de tener tantas
hijas cuidando de ella—. Tengo 83 años de edad, a quién le importa mi colesterol
es a mi doctor quien gana. ¡Escúchalo! Todos están en connivencia con las
empresas farmacéuticas para hacer dinero, te lo digo.
—Me siento mal con todo la medicación, sólo quiero decir al diablo con ello y
dejar de tomarla.
—¿Qué? —gritó mi abuelo Warner, jugueteando con su aparato auditivo—.
¿Estás renunciando a las pastillas otra vez?
—¿No me has estado escuchando todo este tiempo?
—No, mi audífono está fuera de nuevo —dijo, metiendo el dedo en la oreja.
Por lo menos yo nunca voy a estar vieja y miserable por mi salud. Eso fue una
ventaja al morir joven.
—Mamá, ¿quieres té? —Mi tía Linda vino a sentarse con los viejos y encontró 138
la necesidad de gritar a todo el mundo, en general, a pesar de que sólo era el abuelo
Warner quien estaba mayormente sordo.
—¿Té? Sí, voy a tomar el té. ¿Tienes sin teína? Puedo beber té regular esta
tarde, me mantendrá despierta toda la noche.
—Lo averiguaré, ¿qué tal Sra. Warner, Sr. Warner? ¿Puedo ofrecerle algo?
—¿Qué?
Decidí que tenía bastante de eso y seguí adelante con mi prima pequeña Susie,
que tenía unos 5 años de edad para el momento. Estaba sentada en un rincón
abrazando una muñeca de porcelana y comiendo galletas que se coló cuando nadie
estaba mirando.
—Es mejor dejar de comer esas galletas, Susie, tendrás un dolor de estómago
después.
Susie estaba vestida con un vestido de terciopelo rojo con un lazo de satén
negro alrededor de la cintura. Ella solía seguirme siempre que nuestras familias se
reunieron, ella siempre me pedía que la ayudara a hacer ropa para sus muñecas.
—Sabes, tengo la sensación de que la prima Amanda va a pedirte que seas la
niña de las flores para su boda. Puedo imaginarte como la niña para el trabajo.
La vi empujar una galleta de chocolate en la boca y limpiar una mano sucia en
su vestido. Yuck. Ella se levantó de su escondite para localizar a su madre. Me dirigí
de nuevo a la cocina para ver lo que estaba pasando allí. Mamá estaba en el
mostrador vertiendo un vaso de vino para su hermana mayor Elizabeth,
susurrando algo.
—Así que en realidad, ¿cómo lo llevas?, ahora que, bueno, ya sabes.
—Ya sabes cómo es, tomar un día a la vez. Ha sido bastante duro. Algunos
días son peores que otros.
—No puedo siquiera imaginar cómo es posible hacer frente a esto. Todo
parece como si todo estuviera bien. Quiero decir, recibiendo la cena de Navidad
para toda la familia.
—Ya me conoces, la fiesta ayuda a sacar mi mente de las cosas. Estoy feliz por
la distracción. Pero entonces estaba rodando las galletas de azúcar y tenía un
recuerdo de las chicas que me ayudaron a decorarlas, cuando saqué el azúcar roja, y 139
me senté allí y lloré sobre cómo Lucy estaba alrededor para ayudar a decorar
galletas de este año. He arruinado el azúcar también. Creo que estoy perdiendo la
cabeza por encima de todo lo demás.
—Pobrecita. Llámame si necesitas hablar, que siempre estoy aquí para ti. —
dijo antes de seguir adelante, dejando a mi madre sola con la botella abierta.
Mamá se sirvió una copa para ella hasta lo más alto, el pulido de la botella.
La noche se hizo tarde y poco a poco la gente comenzó a irse de la casa. Me quedé
en las escaleras para permanecer fuera, deseando poder darle a cada uno un abrazo
de despedida. Fue bueno ver a todos de nuevo, incluso si nadie supiera que estaba
allí. Con el tiempo, era sólo mamá y papá, Stazi, Natalie y Connor. Stazi despegó
para ir a visitar a Malcolm y darle su regalo de Navidad. Mamá y papá limpiaron un
poco, luego se sentaron a ver la TV. Natalie y Connor se retiraron a su dormitorio, y
ella me dio una sonrisa mientras pasaba en la escalera. Le devolví la sonrisa, pero
no me atreví a hacer otra cosa.
Papá lanzó más troncos en la chimenea y se acomodó en su sillón. Vine a ver la
televisión con ellos y sentarme delante de la chimenea. Me abracé y me sentí en paz
con el mundo por un momento. Hasta que Stazi entró llorando por la puerta y
corrió directamente a su dormitorio.
—Despierta cariño, creo que tu hija te necesita —gritó mi padre a mi madre,
que se había quedado dormido en el sofá.
—Hm. ¿Qué?
—Ve a ver lo que pasa con Anastasia.
Mamá se dio cuenta de los gritos que venían de la otra habitación y se levantó
para investigar. Seguí a Stazi y la encontré acostada en la cama, con la cara hundida
en la almohada para ahogar sus gritos.
—¡Dios mío!, ¿qué pasó? —preguntó mamá, cerrando la puerta detrás de ella.
—¡Malcolm acaba de romper conmigo! —se lamentó—. Fui a su casa y estaba
todo raro y le di su regalo y se negó a abrirlo y me dijo que no podía tomarlo y le
dije que por qué no y dijo que estaba enamorado de alguien más y le pregunté
quién y él no quiso decirme al principio, pero finalmente me dijo que es Jenny del
club de teatro y ambos son protagonista en el espectáculo de fiesta y ellos se llevan
tan bien que quiere preguntarle para salir, pero no mientras estamos juntos ¡así 140
que me dejó! —dijo todo eso mientras sollozaba histéricamente.
—Uhhhh —gimió mi madre. Migraña—. Tomaré una copa de vino. ¿Quieres
una?
—¿Qué? —Stazi la miró sorprendida.
—Vino. Te ayudará a calmarte.
—Pero no soy lo suficientemente mayor para eso.
—Shhh, no se lo digas a nadie. —Mamá dejó a Stazi en la cama y volvió con
dos vasos de vino tinto.
—¿Esto es de verdad?
—Bottoms Up —dijo ella, entregándole a Stazi un vaso. Ella chocó con la suya
y se lo bebió en segundo plano.
Stazi se sentó allí con el vaso en la mano como si no supiera qué hacer con él.
Finalmente tomó un sorbo e hizo una mueca. Mamá volvió con una recarga para sí
misma.
—Ahora arrímate y haz un poco de espacio para mí —dijo mamá, forzando su
camino hacia la cama—. Por lo tanto, tú y Malcom rompieran. Sé que esto debe ser
terrible para ti, pasando la noche de Navidad y todo, pero Stazi, puedes hacerlo
mucho mejor que él, cariño.
Mamá ya estaba arrastrando las palabras. No estaba segura de cuántos vasos
de vino tomó en la cena, pero adiviné que el de la mano fue al menos el número
cuatro.
—¿A ti no te gustaba Malcom?
—Cariño, a nadie le gustaba ese imbécil pretencioso. Realmente no es tan
buen actor. He visto sus obras, lo sé.
—Pero mamá...
—No, no, no, estoy hablando. Shhh. —Se detuvo para tomar otro trago de su
vaso.
Tuve que reír, nunca había visto a mamá de esta forma antes. Por lo general,
cuando bebía era sólo un vaso y las ocasiones eran pocas y distantes entre sí.
Estaba esperando a que ella vomitara sobre Stazi.
—Eres una hermosa, talentosa chica y yo te amo. Sé que vas a encontrar a
alguien que sea lo suficientemente bueno para ti. Algún día. Pero no esta noche. — 141
Ella en realidad se rió—. Ahora dame un abrazo —dijo mamá, derramando un poco
de su vaso sobre Stazi cuando llegó a abrazarla. Deseé que mamá pudiera
abrazarme de esa manera. Incluso si ella estaba fuera de su mente.
Mamá terminó su copa y la dejó a un lado, y se acostó en la cama.
—Ven aquí cariño —dijo, extendiendo sus brazos hacia fuera. Stazi echó un
vistazo a ella en la cama y bebió un poco más de vino antes de acostarse. Estaban
tomadas la una a la otra en la cama, mamá estaba acariciando su cabello—. No te
preocupes, todo va a ser mejor por la mañana. Ya lo veras. —Mamá seguía
acariciándole su cabello hasta que empezó a roncar. Stazi sólo estaba allí, sin dejar
de llorar, pero mucho menos histérica ahora. Terminó su copa de vino y se quedó
dormida con mamá.
Capítulo 15

M
e quedé vigilando durante toda la noche. No quería subir porque
estaba segura de que Natalie estaría con Connor y no quería oír lo
que estaba pasando allí. Papá miró en el cuarto de Stazi y parecía
que estaba a punto de llevarse a mamá, pero luego decidió no hacerlo. Se retiró a su
142
habitación solo y se durmió de inmediato. La casa estuvo en silencio en pocos
minutos. Me pregunté qué estaría haciendo Jon en su casa y si pensaba en mí. Me
pregunté si las cosas podrían volver a la normalidad con Ryan. Yo sabía que Ryan
no sería mi amigo, mientras aún estuviera saliendo con Jon, me lo había dejado
perfectamente claro. Pero no estaba dispuesta a renunciar a Jon. Todavía no, de
todos modos.
Por la mañana, Natalie y Connor empacaron para ir a casa de su familia. Pero
primero se detuvieran a despedirse, y no parecía ni un poco nerviosa por estar en la
misma habitación conmigo. Supuse que las cosas estarían bien. Observé mientras
se iban desde la ventana del dormitorio y me despedí cuando miró hacia arriba.
Asintió con la cabeza de vuelta, se metieron en el coche y se fueron lejos.
Stazi siguió deprimida durante todo el día, pero al menos dejó de llorar. Pensé
que era una lástima lo de Malcolm, siempre fue amable conmigo y fácil de llevar.
Pero estuve de acuerdo con mamá, de que era un total idiota.
Me senté en el suelo de mi habitación, volviendo al libro de Ryan que no había
podido abrir por un tiempo. Pensé que ya había causado bastantes estragos de
electricidad en mi casa, así que era mejor mantenerme lejos de las entradas de
energía. Todavía no había hecho ningún progreso, cuando sentí el cosquilleo
familiar por mi espalda. No estaba tan ansiosa por saber quién estaba en mi tumba
ahora que Julián había vuelto otra vez. Pero a regañadientes me levanté y me dirigí
a la puerta de todos modos.
—Oh, gracias a Dios que eres tú —le dije a Jon, cuando me presenté delante de
mi tumba.
—Veo que has tenido una visita —dijo, señalando las rosas.
—Sí, Julián vino de nuevo. Es extraño.
—¿Ese chico? ¿Extraño? ¿Cómo? —preguntó, claramente agitado porque
Julián estuviera invadiendo su territorio.
—Se quedó aquí todo el día. Durante horas. Durante el tiempo que estuvo casi
no dijo nada. Fue una visita extraña.
—No me gusta que ese chico te venga a ver.
—No es que yo realmente tenga algo que decir sobre el asunto.
—Ya lo sé, pero aun así. Es su culpa que estés muerta. Él debería estar en la 143
cárcel.
—¿Podemos no entrar en esa discusión? Olvídate de él. ¿Cómo estuvo tu
Navidad? ¿Qué hiciste ayer? ¿Qué regalos conseguiste?
—Estuvo bien. Mamá me regaló un nuevo amplificador. Spencer me compró
un paquete de cuerdas de guitarra. Kate no me regaló nada. Mi tía y mi tío me
compraron un suéter.
Dejó de hablar, viéndose más bien molesto conmigo.
—¿Eso es todo? —le pregunté después de un rato.
—Sí, eso es todo, lo siento si mi familia no tiene un montón de dinero para
gastar en un montón de regalos.
—No, Jon, quiero decir, ¿qué más pasó? Después de que Julián se fuera de
aquí volví a mi casa, y toda mi familia estaba allí. Pasé un tiempo con cada uno de
ellos, aunque no sabían que yo estaba allí. ¿Qué hiciste? ¿Exactamente lo que
dijiste que ibas a hacer el otro día?
—Sí, básicamente.
—¿Vas a estar en un estado de ánimo irritable todo el día porque Julián
estuvo aquí?
—Estoy molesto porque cree que tiene el derecho a venir a verte.
—Oh, supéralo.
—No puedo. Realmente no puedo. ¡Y te trajo rosas! ¿Se sentó aquí a decirte
cuánto te amaba?
—No.
—¿Qué dijo?
—¿Por qué te preocupas tanto?
—Porque me vuelve loco que esté allá afuera.
—No es exactamente así. Ha estado en un hospital psiquiátrico. No estoy muy
segura si sólo salió para Navidad o si está bien.
—¿Un hospital mental?
—Sí, dijo que su madre lo puso ahí cuando intentó suicidarse.
—Supongo que podría parecerse a la cárcel. Bien. —Parecía satisfecho con eso.
—Nunca estuve allí, no estoy segura de cómo es.
—Esperemos que le den terapia de choque. 144
—¿Todavía hacen eso?
—No lo sé. Pero me gustaría atarlo a una silla eléctrica.
—Sí, sí, sí, lo entiendo. ¿Podemos cambiar de tema por favor? ¿Podemos ir a
tu auto por lo menos?
—Bien —resopló y se dio vuelta para ir al coche. Abrió la puerta para mí, pero
no lo seguí—. ¿Qué? ¿Cuál es el problema? ¿No estoy cubriendo tus expectativas?
—No me gustas así. Tal vez deberías irte.
—¿Qué?
—Estás todo molesto.
—¿Podrías entrar en el maldito auto?
—Pídelo amablemente.
Parecía a punto de explotar y muy irritado, pero finalmente dijo:
—¿Lucy, por favor, me acompañas al coche?
Hice una pausa, tratando de decidir si realmente se había calmado.
—Está bien —dije finalmente y me dirigí a subir al coche.
Cerró la puerta detrás de mí y me dio un gruñido. Supongo que tal vez agoté
su paciencia en este momento.
—Stazi y Malcolm rompieron anoche, fue una catástrofe —le dije mientras se
metía en el coche, cambié de tema antes de que siguiera hablando de Julián.
—¿Lo hicieron? Es una pena. Pensé que eran felices.
—Igual que ella. Al parecer, hay otra mujer.
—¿La engañó?
—No, le gusta su compañera de reparto en la obra que ahora está, y quiere
invitarla a salir, pero no puede mientras esté con Stazi.
—Por lo menos no lo hizo a su espalda.
—Sí, supongo que eso es bueno para él. Mamá piensa que es un tonto y que
ella puede encontrar a alguien mucho mejor.
—No lo sé, creo que Stazi también es una tonta.
Solté un bufido.
—Sí, a veces.
—¿De dónde sacaste esa sudadera?
—¿Oh, esto? Estaba debajo de mi cama. 145
—¿Es de Ryan?
—Sí.
—Se aburrió de la chaqueta, ¿eh?
—No, él vino a casa anoche, discutimos y quiso que se la devolviera antes de
salir hacia el cementerio de nuevo.
—¿Discutieron?
—Sí. Él me habló de una chica que conoció en el cementerio, tratando de
darme celos. Así que le dije lo bien que van las cosas entre nosotros, se molestó y se
fue de nuevo.
—Las cosas están muy bien. ¿Por qué llevas su camisa?
—Sólo me gustaría tener algo más que ponerme.
—Pero dijiste que no sientes el frío.
—No sé. Es lindo tener algo más que ponerme sin embargo.
—Sí, pero es su sudadera.
—¿Te molesta? Me la puedo quitar. —Desaté el lazo y aflojé la capucha,
después de desabrocharla la deslicé por mis brazos y me senté encima de ella—. Ya
está.
—Gracias, supongo. No sé por qué ese chico sigue regresando a molestarte de
todas formas.
Llegamos a un momento de calma, pero por lo menos no iba seguir con el
tema de Julián o Ryan. Finalmente le pregunté cómo estuvo su Navidad.
—Estuvo bien. Hubiera sido lindo pasarla contigo. Si estuvieras viva.
—Lo sé, hubiera sido lindo poder estar contigo. No es divertido estar muerta.
—Es todo culpa de “él”.
—¿A quién te refieres con “él”?
—Ese imbécil de Julián, a “él”.
—¡Oh, vamos! Pensé que ya habíamos terminado con eso.
—¡Vino a pasar la Navidad contigo!
—No es como si yo le pedí que se quedara. No puede verme como tú puedes.
—No entiendo por qué sigues defendiéndolo.
—¡No lo entiendo tampoco! ¡Por su culpa estoy muerta! ¡Ambos sabemos eso,
Jon! 146
—¿Tuviste algún tipo de acercamiento con él ayer?
—¿Estás loco?
—Estoy preocupado de que quizás tengas el Síndrome de Estocolmo.
—No me secuestró.
—¿Sientes lástima por él, porque estuvo encerrado en un manicomio?
—No, me alegra que su madre lo hiciera. El hombre intentó suicidarse.
Claramente se siente culpable. ¿Puedes encender la calefacción ya?
Jon me fulminó con la mirada mientras encendía el auto. Crucé mis brazos y
le devolví el vistazo.
—Me gustaría que me dejaras ir a la policía y contarles lo que pasó.
—No, Jon. Mira, no te quiero involucrado en esto. Honestamente, si fueras
normal no sabrías nada en primer lugar.
—¿Ahora no soy normal porque puedo verte?
—No, eso no es lo que quise decir. Sólo digo que la mayoría de la gente no
puede verme.
—No es fácil ser así, ya lo sabes.
—Lo sé, podía ver fantasmas también cuando estaba viva. Sé todo sobre eso.
—Estaría bien si no tuviera que venir aquí para verte. Me encantaría salir al
cine como una cita de verdad, pero tengo que quedarme en un cementerio.
—No vengas entonces.
—¿No quieres que venga?
—No, me encanta que vengas a verme, pero si no quieres estar aquí, entonces
no vengas a verme.
—Pero quiero verte a ti. Quiero estar en otros lugares contigo y que…
—Eso no va a poder pasar. ¿Verdad? ¿No crees que me gustaría estar en
cualquier otro lugar? ¡Al menos puedes ir a trabajar, o al centro comercial, o al
cine, o estar en cualquier lugar que no sea un maldito cementerio! ¡Y mi casa es tan
aburrida!
—No puedo hacer nada si tu casa es aburrida, no soy yo el que ahuyenta a su
compañero de cuarto.
—Bueno, sí, en realidad. Si no siguiera viniendo aquí, estaría conmigo ahora.
—Te encantaría eso, ¿no? 147
—¿Tener a alguien con quien hablar? Sí, me encantaría.
—¿Estás diciendo que no puedes hablar conmigo?
—La mayor parte del tiempo es un placer hablar contigo, pero ahora mismo,
no, no puedo.
—¿Sabes qué? Creo que ya he tenido suficiente por hoy.
—¿Suficiente de qué?
—No tengo que estar aquí, si no quieres que esté aquí. No quieres hacer nada
sobre Julián. No quieres sentarte y pasar un rato agradable sin ser todo... —Era lo
suficientemente inteligente para no terminar esa línea de pensamiento—. Hay
cientos de otras cosas que podría estar haciendo. —Puso el coche en marcha y
condujo rápidamente a la puerta, patinando sobre hielo.
—¿Realmente te vas a ir así, de esta manera? —le pregunté, preparándome
para pasar a través de la puerta.
No dijo nada.
Tropecé en mi patio delantero, agarrada de la sudadera de Ryan.
Capítulo 16

T
al vez estaba siendo mala cuando no fui a verlo el primer día. Estaba
realmente cabreada.
Tal vez fui dura con él cuando no fui a verle el segundo día.
Estaba muy enojada.
148
Tal vez estaba siendo una perra cuando no fui a verle al tercer día.
El hormigueo por mi columna me estaba volviendo loca mientras esperaba
durante horas. Pero todavía estaba molesta.
Pero al cuarto día, mi madre abrió la puerta para encontrar a Jon allí de pie.
—Jon. ¡Qué sorpresa! ¿Qué estás haciendo aquí?
—Me preguntaba si le importaría que fuera a la habitación de Lucy por un
tiempo. He estado pasando por una mala racha durante las vacaciones, y pensé que
si pudiera estar en su habitación eso me animaría.
—Por supuesto. Um, ve arriba. Tómate tu tiempo.
—Gracias. Espero no estar molestándola.
—No, no en absoluto. Estaba viendo la tele.
Estaba sentada en el sillón viendo la televisión con mi mamá, pero pensé que
era el momento de hablar. Le conduje hasta llegar a mi habitación.
—Gracias por no ignorarme esta vez —dijo, una vez que estábamos a puertas
cerradas.
Me puse de pie con los brazos cruzados sobre el pecho.
—Todavía estoy muy enfadada contigo.
—Lo descubrí cuando no viniste durante los últimos tres días.
Yo sólo lo miré.
—Por lo tanto, ¿vas a seguir sin hablarme?
Suspiré y me senté en la cama.
—Jon, no quiero pelear contigo. Pero necesito que no seas un psicópata sobre
Julián.
—Bien, lo entiendo.
—¿De verdad?
—Sí. ¿Por qué crees que vine a verte aquí? ¿Crees que quiero empezar una
pelea contigo en tu propio dormitorio? No es por eso que vine aquí. Te extrañé.
—También te extrañé.
Me dejé caer en la cama e hice señas para que se acostara junto a mí. Él,
cortésmente se quitó los zapatos y se arrastró a la parte superior de las cubiertas.
—Lo siento —dijo—. Sólo tengo un tiempo duro con esto. No entiendo por qué
no querrías justicia. 149
—No es que no quiera justicia. Simplemente no hay pruebas de nada, a menos
que él se entregue. No quiero que te metas en problemas con el departamento de
policía. Y él no está bien de la cabeza, no sé qué te haría si te metieras en una
confrontación con él.
—Lo sé, está bien. —Él enterró su cara en la almohada y respiró hondo—.
Todavía huele como tú.
—No creo que mamá siquiera haya lavado las sábanas. Eso es una cosa que
ella no tocó todavía de todos modos.
—Me alegro de que no lo hiciera. Huele bien. Me hace extrañarte más.
—Ella se deshizo de toda la ropa, si no te lo diría para que te quedaras con una
camiseta o algo así.
—¿Tal vez pueda tomar la almohada?
—Creo que ella se daría cuenta.
Él se quedó allí tomando respiraciones profundas.
—Es casi como si estuvieras realmente aquí.
—Estoy aquí.
—Pero en realidad no aquí.
Empecé a extender la mano hacia él, cuando se sentó de repente.
—¿Qué?
—¿Ella nunca lavó tus sábanas?
—No.
—Tiene que haber pruebas aquí entonces.
—¿Qué?
Tiró del edredón y examinó las sábanas.
—¿Qué estás buscando? ¿Una gran mancha?
—Bueno, sí.
—No creo que él acabara. Ryan lo detuvo bastante pronto.
—¿Qué pasa con este cabello?
—Es largo y rubio, es mío.
Ni siquiera estaba a punto de decirle que todo sucedió en la parte superior de
la colcha. Incluso si había dejado algo, ¿qué creía que iba a hacer? ¿La policía
comprobaría por ADN que no fuera mío? Eso no probaba nada. Me senté ahí y 150
observé mientras tiraba la colcha lejos en busca de cualquier cosa.
Finalmente, se dio por vencido.
—¿Crees que puedes dejar la cama lista de nuevo? No creo que mi madre te
aprecie destrozándola así.
—Sí, lo siento, yo sólo pensé que estaba en lo cierto.
No quiero empezar a luchar de nuevo con él acerca de cómo quería que se
quedara fuera de esto, así que sólo dije:
—Era una buena idea. Lo siento.
Me levanté del camino de la cama para que pudiera rehacerla. Trepé de vuelta
cuando terminó y se acostó de nuevo a mi lado.
—Es lindo tenerte aquí conmigo —le dije—. Odio tener que ir al cementerio
todo el tiempo para verte. Ojalá tuviéramos nuestra propia casita donde
pudiéramos estar solos.
—Eso sería lindo. Sería agradable simplemente poder tocarte incluso. Esto es
difícil.
—Lo sé.
—Estar aquí contigo en tu dormitorio, por fin. Nunca debería haberte dejado
esa noche.
—Desearía no lo hubieras hecho.
—Sigo reviviendo aquella noche en mi cabeza. Si tan sólo me hubiese
quedado. Si no pudiera ver fantasmas, nunca habría sabido que Ryan estaba aquí.
Él podría haberse sentado allí, vernos hacer el amor y comerse su corazón.
—¿Hacer el amor?
—Tenía la esperanza de que allí era donde se dirigía la noche. Tenía un
paquete de condones en el bolsillo por si acaso.
—Wow, qué presuntuoso eres —bromeé—. Sabes, cuando yo estaba allá arriba
en el escenario contigo viendo el baile de la novia y el novio, estaba pensando que
podríamos ser nosotros algún día.
—Yo estaba pensando lo mismo.
—Supongo que nunca va a pasar ahora. 151
—Supongo que no.
—Estaba tan enamorada de ti, Jon. Tienes que saber eso.
—Yo lo sabía. Es por eso que estoy tan enfadado conmigo mismo por dejarte.
Quiero decir, que me hablaste de él mucho tiempo antes de que me dijeras que me
amabas, así que cuando finalmente lo dijiste, lo decías en serio. El hecho de que él
estuviera allí esa noche, no quiere decir que me amabas menos. Debí haberme
quedado y hablarlo, pero pasé de estar tan seguro de nosotros, a la confusión en
cuestión de segundos. Fue tan abrumador, descubrir que viviste con el tipo del que
estabas enamorada.
—Estoy segura de que lo fue. Sé que no podría haber sido una cosa fácil de
averiguar.
—Si hubiese tenido alguna idea de cómo la noche iba a ir, sin duda me habría
quedado. Sólo quiero construir una máquina del tiempo y volver a esa noche y
hacerlo de manera diferente.
—Viajar en el tiempo no es la respuesta.
—Lo sé. Pero a veces me gustaría que fuera una posibilidad.
Nos tumbamos en la cama y nos miramos el uno al otro durante un tiempo.
Mi mano se colocó en la cama entre nosotros, y él comenzó trazando alrededor de
mis dedos. Su toque se sentía tan cálido y acogedor, a pesar de que sabía que iba a
ser desagradable para él.
—¿Puedes sentir algo? —le pregunté.
—Sólo la sensación de frío glacial.
—Eso es lo que pensé. No tienes que seguir tocándome.
—Quiero tocarte. Quiero tocarte por todas partes. Quiero arrancarte la ropa y
sumergirme en esa nada helada que eres.
—¿Sí?
—No he encontrado la manera de quitarte la ropa todavía sin embargo.
—Todo lo que tenías que hacer era pedirlo. —Me senté y me quité la camiseta
de Ryan, luego comencé a desabrocharme el vestido.
—¿Qué estás haciendo?
—Desvestirme.
Tiré del vestido por encima de mi cabeza, así estaba sólo en ropa interior, no 152
llevaba sujetador cuando morí.
—Puedes quitarte la ropa también, si quieres.
Se quedó allí por un minuto mirando fijamente mi pecho. Esto ya era más de
lo que había logrado conseguir cuando estaba viva. Estaba empezando a sentirme
incómoda al ser la única persona desnuda en la habitación.
—Pensé que querías sumergirte en mi nada helada —le dije.
—No estoy exactamente seguro de cómo hacerlo.
—Quítate la ropa, Jon.
Se levantó, se quitó la chaqueta, la camisa y bajó la cremallera de su pantalón
para estar en calcetines y calzoncillos.
—¿Puedes sostener las sábanas para mí?
Saltó bajo las sábanas y las levantó para que me acostase a su lado. Así, ahora
que los dos estábamos desnudos juntos en la cama. Se estaba convirtiendo en un
día muy interesante.
—¿Y ahora qué? —preguntó.
—Bésame.
Se inclinó y cerró los ojos, claramente nervioso sobre qué hacer a
continuación. Me encontré con sus labios y sentí su calor, se sentía muy acogedor.
—Jon —comencé.
—¿Hm?
—Prepárate para sumergirte en esto.
—¿Qué?
Salté a su cuerpo e inmediatamente me sentí increíblemente maravillosa, me
empapé en su esencia y energía, sabía que esto debía ser una agonía para él. No
duró mucho, ya que salió de la cama y cayó al suelo. Me tumbé en la cama
extasiada, era una sensación tan fenomenal.
—Por favor, no hagas eso de nuevo —parloteó.
—Aquí, métete bajo las sábanas, estarás bien. —Me cambié de lugar, con lo
que tuvo un montón de espacio para sí mismo.
—¿Qué demonios fue eso? —preguntó.
—Eso fue probablemente tan bueno como el orgasmo al que nunca voy a
llegar. 153
—¿Eso fue bueno para ti?
—¡Eso fue fantástico! Eso fue sorprendentemente increíble. Quiero hacerlo de
nuevo.
—¡No! Voy a morir de hipotermia extrema. —Estaba temblando sobre el
costado de la cama.
—Lo siento Jon, estoy tan frustrada de no poder tocar nada. Estar contigo,
tocarte es lo mejor que he conocido desde que morí.
—Creo que tal vez yo necesito unos minutos u horas para recuperarme.
—Está bien, tómate tu tiempo. Yo no voy a ninguna parte.
—Estoy empezando a pensar que tal vez debería hacer una fogata en tu patio
trasero.
—El fuego es bueno. Pero tú eres mucho mejor.
Oímos un golpe en la puerta.
—¿Jon? Oí un ruido sordo. ¿Está todo bien? —llamó mamá.
—Sí, bien. Todo está bien.
Ella abrió la puerta y asomó la cabeza, a punto de a decir algo más. Se detuvo
en seco cuando lo vio bajo las sábanas con la ropa en el suelo, y pareció olvidar lo
que iba a decir, mientras estaba de pie con la boca abierta por un momento.
—Está bien... —dijo finalmente, y cerró la puerta detrás de ella.
No pude evitar echarme a reír.
—Oh, Dios mío, ¿qué debe estar pensando tu mamá de mí? —susurró.
—Probablemente piensa que deberías irte de aquí.
Él gimió. Luego dijo:
—Eso no es una mala idea.
—¿En serio?
—Has tenido tu momento feliz, ¿por qué no puedo obtener el mío?
—¿De verdad me echarás de mi cama?
—Sal allí donde pueda verte —dijo, levantando las mantas para mí.
Me moví fuera de la manta y se envolvió a sí mismo en torno a ella, todavía
con frío de antes.
—¿Puedes quitártelo todo?
—Sólo lo haré si tú lo haces también. 154
—Tú primero.
Le di una mirada, a continuación, le dije que cerrara la puerta primero.
Debería haber pensado en eso en primer lugar. Se levantó y apretó el botón, luego
saltó de nuevo bajo las sábanas. Poco a poco bajé mi ropa interior y la tuve fuera
por completo. Luego me acosté en la cama junto a él, en la parte superior de las
cubiertas.
—Ahora.
Yo me apoyé intentando parecer atractiva, pero me sentí completamente
vulnerable tirada así.
—¿Por qué no te he visto así cuando todavía estabas viva? —dijo,
retorciéndose sus bóxer. Él los detuvo y los lanzó hacia mí. Nos miramos el uno al
otro por un tiempo, y yo estaba más consciente de cómo él todavía estaba bajo las
sábanas.
—¿Puedo volver ahí abajo contigo? Te prometo que voy ser buena.
—Pero me gusta mirarte. Además, no es como que tu mamá va a tirar la
puerta.
—Por favor, Jon, por favor. —Puse mala cara hasta que él cedió.
—Está bien, vamos adentro —dijo tirando de las mantas para mí otra vez. Se
deslizó hasta el otro lado de la cama, que no estaba muy lejos en una cama
matrimonial—. No tocar.
—¡Está bien, está bien, no tocar!
—No me toques, de todos modos. Puedes tocarte a ti misma todo lo que
quieras.
—¡Eres un pervertido! Empieza tú.
Él no dejaba de mirarme mientras deslizaba la mano hacia abajo. Me di
cuenta de que comenzó por la forma en que la manta se movía. Lo observé con
atención mientras él trabajó en sí mismo. Su respiración era más rápida, no dejaba
de mirarme a los ojos, y dijo:
—Tú también.
—No puedo creer que estemos haciendo esto —dije, mientras deslizaba mi
mano entre mis piernas.
Todavía me sentía muy sexy, así que tuve la oportunidad de entrar en ello de 155
inmediato y empatar su ritmo. Siguió acariciando cada vez más rápido, hasta que
respiraba muy fuerte, apretó los ojos con fuerza y todo su cuerpo se tensó. Yo
estaba cerca, cerré mis ojos y me acaricié. Pronto temblaba junto a él.
Cuando abrí los ojos otra vez, me miraba con tristeza.
—Deseaba haber hecho eso para ti —dijo.
—Lo has hecho, Jon.
—Sí, pero es algo que ambos podríamos disfrutar juntos, no cada uno por su
lado.
—¿No te gustó?
—¿Masturbarme en la cama de mi novia muerta? Sí, fue bastante
impresionante.
Es una suerte para él que mi madre creyera que mi habitación aun podía
necesitar una caja de pañuelos, agarró unos pocos para limpiarse.
—Culo inteligente.
—Supongo que tendrás que hacer.
—Espero que te haya gustado, porque no creo que mi mamá vaya a permitirte
entrar aquí solo de nuevo.
—Probablemente no. No creo que sea capaz de ver su cara de nuevo de todos
modos.
—Bueno, tienes que salir en algún momento.
—¿Qué tal si me quedo aquí y ruego porque se olvide de que alguna vez llegué
a la casa?
—No creo que sea una buena idea.
—Lo sé. Odio tener que irme ahora mismo, pero creo que probablemente
debería irme antes de que ella venga de nuevo.
—Sí, tienes razón. Probablemente deberías.
—¿Crees que hay alguna manera de que pueda escaparme sin decir adiós?
—Creo que es mejor no hacerlo.
Suspiró. Tiró de las sábanas para ponerse de pie y fue la primera vez que
realmente lo vi desnudo. Vi los peces de sus bóxer y pasó a ellos, casi cayéndose.
Apenas se alejó de allí volviendo a vestirse. Dio un paso atrás entrando en sus 156
zapatos y dijo:
—Probablemente debería ordenar las sábanas antes de irme.
—Sí, supongo.
Me arrastré hacia fuera de las sábanas y fruncí el ceño mientras me vestía.
—Siempre fuiste tan hermosa. Todavía lo eres. —Él extendió la mano para
tocar mi piel desnuda antes de cubrirme de nuevo con mi vestido, pero se alejó
rápidamente—. Te amo tanto, Lucy.
—Yo también te amo, Jon.
—¿Puedo salir?
—Por supuesto.
Se detuvo junto a la puerta, componiéndose antes de enfrentarse a mi madre.
Me siguió por las escaleras y, por desgracia, mi madre seguía viendo la
televisión en el salón, lo que significaba que no había manera de evitarla.
—Gracias por dejarme entrar, Sra. Warner.
—¿Está todo bien, Jon?
—He estado muy solo en los últimos meses. La extraño tanto.
—Jon, hay algo que me he estado preguntando. ¿Dónde estabas la noche que
murió?
—¿La noche en que murió? —le preguntó.
Mamá asintió.
—A menudo me pregunto por qué no estabas con ella.
—Ojalá hubiera estado aquí cuando ocurrió. Creo que siempre me arrepentiré
de haberme ido.
—Por lo tanto. ¿Estabas aquí con ella?
—Sí, volvimos aquí después de la boda. Pero luego tuvimos una pelea. Y me
fui poco después de que llegáramos.
—¿Qué pelea?
—Um, pensé que había otro tipo en la foto, así que me asusté un poco.
—¿Qué otro tipo?
—Sólo un tipo al que mencionó de pasada una vez.
—La señora que la golpeó, dijo que había otra persona en el accidente, pero
que salió corriendo antes de que la pudiera ver bien. No eras tú, ¿verdad? 157
—¡No! No, nunca la habría dejado así. ¿La policía no está investigando eso?
Mamá lo miró tratando de decidir si estaba diciendo la verdad.
—No, no, ha sido bastante inútil. ¿Tienes alguna idea de quién podría haber
sido?
—Julián —espetó.
—¿Julián? ¿En serio? ¿Cómo sabes de Julián?
—Lucy me dijo que la estaba acosando. Como siguiendo a su alrededor y
siendo espeluznante sobre ella.
—¿Julián?
—Nunca me encontré con el chico, es sólo algo que ella mencionó una vez.
Realmente me molestó sin embargo.
—Siempre me pareció una especie de niño, tan normal, de corte limpio. No lo
puedo imaginar hostigando a nadie.
—Realmente no lo sé.
—¿Tienes alguna idea de lo que pasó esa noche?
—Bueno... —Él me miró con una mirada que preguntaba si debería contarle
todo.
—Sólo dile la parte en la que estuvimos juntos. Creo que te haría parecer
sospechoso si reconoces algo más que eso —le dije.
Se encogió de hombros hacia mi mamá.
—No sé lo que pasó después de que me fuera. Pero le aseguro que ella estaba
allí, arriba, en su habitación, claramente molesta conmigo cuando me fui.
—¿Crees que ella iba a buscarte después de que te fuiste?
—No se lo puedo decir. Realmente espero que esa no sea la razón por la que
estaba en la calle cuando el coche la golpeó, pero me siento como si fuera mi culpa
todos los días. Ella aún estaría viva si nunca me hubiera ido, estoy seguro.
—Eso es un montón de culpa que llevar contigo, Jon.
—Sí. Lo es. Realmente debería irme.
—Por supuesto, lo siento por entretenerte. Es sólo que todavía tengo todas
estas preguntas sin respuesta acerca de esa noche. Me gustaría que alguien pudiera
ponerlo claro para mí. 158
—Espero que consiga sus respuestas, Sra. Warner.
Capítulo 17

E
l siguiente día era víspera de año nuevo, y temprano en la mañana
sentí un visitante en mi tumba. Corrí para ver quién era, esperando
que no fuera Julián otra vez. Tuve la más grande sonrisa en mi cara
cuando llegué y vi a Jon en mi lápida, además de reír un poco acerca de las
159
novedades que le iba a decir.
—Me he estado muriendo para decirte que mamá finalmente lavó las sábanas
después de que te fueras.
—Oh Dios, no volveré a tu casa otra vez.
—No parecía importarle.
—¿Crees que me cree? ¿Lo de la noche que moriste? Comencé a preocuparme
que piense que soy el responsable de haberte empujado delante del coche o algo
así.
—Supongo que sí. No es como si ella anduviera por ahí hablando con ella todo
el tiempo. Es difícil decir lo que está pensando.
—Sí. Entonces, tengo buenas noticias.
—¿En serio?
—Spencer nos consiguió un trabajo esta noche en una gran fiesta de Año
Nuevo. Es sólo en un bar pero han estado promoviendo la música en vivo por un
tiempo, y la banda que supuestamente iba a tocar sólo se separaron, y Spencer
conoce a alguien que conoce a alguien que es dueño del bar, de todos modos,
¡vamos a tocar esta noche!
—¡Eso es impresionante! ¡Estoy tan feliz por ti!
—Sí, en este momento sólo espero que nadie lance botellas en mi dirección,
pero creo que por lo demás estoy muy emocionado de volver a tocar. Lamento que
no puedas ser capaz de estar ahí en público. ¡Pero es un trabajo pagado! ¡Me
encanta hacer dinero por esto!
—Eso es realmente increíble, Jon. Estoy segura de que la gente va a estar en
general de buen humor, ya que es la víspera de Año Nuevo. Y, además, Kate estará
en el escenario con ustedes, así que no tomaras exactamente toda la atención, como
la última vez.
—Kate puede tener la atención donde quiera que vaya, tú lo sabes. De
cualquier manera Spencer ha estado acosándola para que se comporte.
—Wow, estoy que brinco de entusiasmo sobre esto.
—Sí, ya sabes, no han pasado muchas cosas interesantes desde que moriste.
Me gustaría poder compartir esta noche contigo. 160
Aw. Yo estaba emocionada por Jon, pero un poco afligida por el hecho de que
me lo iba a perder.
—Me gustaría poder estar allí. Me tienes que contar todo lo que quiera saber,
cuando te vuelva a ver.
—No te preocupes, serás la primera persona que venga a ver mañana. Pero
probablemente no será a la primera hora del día.
—Pues claro, tienes que dormir, con ese estilo de vida tuyo de rock and roll.
—Sí, Spencer no dijo lo tarde que tocaremos, pero asumo que será hasta la 1
am más o menos.
—Dile a Kate que tome con calma lo de su voz.
—Sí, esa chica puede cantar durante horas. Bueno, yo realmente odio correr,
pero tengo que ir a ayudar en el trabajo, ya que tengo que salir temprano. Ya sabes,
hay que ocuparse de la preparación de la banda esta noche.
—Oh. Bueno. Me siento mal de que vinieras aquí sólo por eso. Podrías haber
esperado hasta mañana.
—Estoy tan emocionado, tenía muchas ganas de decirte. Y me he sentido mal
por no venir, después de estar en tu dormitorio. Eso fue una locura. Bueno, yo
realmente tengo que irme.
Se agitaba positivamente con su entusiasmo; fue bueno verlo como solía ser.
El triste Jon estaba empezando a desaparecer.
—Que se diviertan esta noche, te quiero —le dije, mientras corría hacia su
coche.
Hizo un gesto y dijo:
—¡Yo también te quiero! —mientras subía en el coche y se iba. Ni siquiera
preguntó si quería acompañarlo a la puerta.
Sentí como si me hubieran abandonado cuando Jon se fue, pero me dirigí a
casa con ganas de que no me molestara. Mientras caminaba a la puerta, cantaba
algunas de las viejas canciones para mis adentros, haciendo algunos pequeños
movimientos de baile que Kate me había enseñado. Llegué a casa y fui directo a mi
habitación. La cama estaba todavía desnuda, pero no me importó, ya que ni
siquiera podía levantar las sabanas para ponerme bajo de ellas. 161
Mamá llego al rato para hacer la cama. Dejó caer la cesta de ropa en el piso y
saco las sábanas de la pila. Cuando comenzó a acomodar la sabana alrededor del
colchón, pateó algo debajo de la cama.
—¿Qué es eso? —dijo, agachándose para ver lo que era. Sacó el libro de Ryan
que había estado tratando de abrir. Se sentó en la cama y lo abrió sin esfuerzo. Me
cerní sobre su hombro ansiosa por ver qué había dentro. Había estado tratando
tanto de abrir esa cosa, y aquí estaba ella sosteniéndolo para mí. Lentamente
pasaba a través de las páginas. Al principio eran sólo dibujos y bocetos que hice
mientras estaba todavía viva. Había olvidado que fue mi libro antes de que Ryan
comenzara a usarlo. En un momento los dibujos eran completamente diferentes;
era obra de Ryan. Los dibujos se volvieron más reconocibles. Había un montón de
bocetos de mí allí, y cada uno ligeramente más sólido que el anterior.
—Esto es muy extraño —dijo, volviendo al principio del libro y ojeando la
mitad de este también—. Parece que alguien dibujó estos. —Se mantuvo analizando
las páginas, cada vez más confundida—. ¿Lucy tenía una doble personalidad o algo
así? —preguntó en voz alta—. Creí conocer a mi propia hija.
Mamá llegó al final del libro y las páginas estaban en blanco. No estaba segura
de lo que esperaba encontrar, tal vez algunas palabras que señalaran asesino o
violador, pero nada como eso. Lo cerró de golpe y lo dejó en la estantería. Nunca se
llevó ningún libro. Si imaginan si tomara toda mi música y mis libros. Comenzó a
husmear a través de la biblioteca hasta que encontró mi libreta de direcciones.
—¿Para qué necesitas eso? —le dije. La vi revisar a través de él hasta que se
detuvo y pasó el dedo por una página.
—Julián. Ahí estás.
Me estremecí cuando repasó su dedo por la página con la información sobre
él.
—¿Por qué quieres la información de Julián? —le pregunté. Por supuesto, ella
no respondió. Terminó de hacer la cama y se fue sin más comentarios.
La seguí por toda la casa, preguntándome si ella iba a llamar, escribir o pasar
a verlo. No pasó mucho tiempo para que ella tomara el teléfono y llamara a su casa.
Lamenté no ser capaz de tomar otra línea para así escuchar de ambos lados.
—¿Hola? Hola, Lorraine, es Diane Warner. ¿Te acuerdas, la madre de Lucy? 162
Nos reunimos una vez tiempo atrás. Oh, sí, gracias. Ha sido una lucha. No, no
puedo imaginar lo que haría si Julián muriera también. ¿Lorraine, me preguntaba
si tu hijo se encuentra para hablar? He estado buscando algunos de los viejos
amigos de Lucy para ver si tienen alguna idea de lo que sucedió la noche que murió.
Bueno, sí fue atropellada por un coche, pero no sé lo que estaba haciendo en la calle
en primer lugar. Sólo quiero armar toda la historia, ¿sabes? Oh, ya veo. ¿Se puede
poner en contacto conmigo cuando tenga tiempo? Me encantaría hablar con él.
Genial. Sí. Sí, gracias. Bien… Sí… Oh, eres muy amable, bien, bien, adiós, adiós,
adiós ahora.
Sonreí ante el recuerdo de la madre de Julián. Era una mujer dulce, segura, le
gusta hablar mucho. Me pregunté si Julián en realidad llamaría de regreso, pero
pensé que probablemente sentía demasiada culpa para devolver la llamada. Desde
luego, no esperaba que apareciera en la casa una hora más tarde.
—¡Julián! no esperaba que vinieras tan pronto, podías haber llamado. Vamos,
entra.
—Oh, Dios mío, ¿por qué ha tenido que venir hasta acá? —Me estremecí al ver
como mamá conducía a Julián en la casa. Mi corazón se aceleró por el pánico
cuando lo vi pasar por la puerta. Ver a Julián en mi tumba podría molestarme, pero
mirarlo en mi casa, sentí que iba a morir de nuevo.
—Mamá, sácalo de aquí —le supliqué, aunque ella no podía oírme. La sola
vista de él de pie en mi casa trajo de vuelta los sentimientos de impotencia que
tenía al estar atrapada en mi habitación con él. La peor parte fue que Ryan ni
siquiera estaba aquí para salvarme de nuevo.
—Mi mamá dijo que estabas preguntando acerca de la noche en que Lucy
murió. —Miró alrededor de la casa como si estuviera tratando de averiguar lo que
pasó también.
Mamá hizo un gesto para que se sentara en el sillón, mientras se sentaba en el
sofá.
—Sí, sólo estoy tratando de reconstruir la esa noche. No entiendo que estaba
haciendo fuera en primer lugar. ¿Dónde iba? Me imagino que debe haber sido para
ir a ver a alguien. Me preguntaba si tenías alguna idea, sé que es una posibilidad
remota, pero pensé que si preguntaba… 163
—Yo estaba aquí esa noche.
—Oh, ¿verdad? ¿Qué pasó?
Me encontré fuera de la habitación, lejos de él.
—No lo sé.
—¿Qué quieres decir con que no lo sabes?
—He estado tratando de averiguarlo. Pero no recuerdo nada.
—Bueno, ¿qué recuerdas?
—Um, yo estaba en el barrio. Jugando baloncesto con los chicos en el parque
de la vuelta de la esquina. Se puede ver tu casa desde allá. Vi luz en el dormitorio de
Lucy, tenía la intención de hablar con ella. Supongo que se podría decir, nunca
llegué a ella. Quería volver con ella, pero me di cuenta que ya tenía novio. Así que
seguí saliendo a los lugares que sabía que podría estar, en caso de que ella estuviera
allí. Sabía que era bastante inútil, pero pensé que si me veía, podría recordar los
buenos tiempos que pasamos y darme otra oportunidad.
—Pero tú rompiste con ella en primer lugar, ¿no? Eso es lo que me dijo de
todos modos.
—Sí, eso es cierto.
—¿Y sólo un par de semanas antes del baile Julián? ¿Vamos, crees realmente
que querría volver a estar contigo después de eso?
—Tenía la esperanza. Ella era una chica especial, me volvió completamente
loco.
—¿Cómo loco? —preguntó con cautela.
—¡Loco, como un loco psicópata acosador! —Me escabullí para que nadie
pudiera oír mis nervios sacando lo mejor de mí. Me encontré escondida detrás de la
esquina; mi cabeza asomada lo suficiente para ver lo que estaba pasando entre
ellos.
—Loco, no podía sacármela de la cabeza.
—De acuerdo.
—De todos modos, vi la luz en su habitación y dejé a mis amigos para venir a
encontrarme con ella aquí. Cuando llegué a la esquina, pude ver a un tipo saliendo
de la casa a toda prisa y se fue. Esperé después de un tiempo para ver si volvía pero
no apareció. Entonces, vine a la casa y toque el timbre, Lucy respondió. Subimos a 164
su habitación a hablar. No estaba feliz de verme, y eso me molestó. Estaba tan
desesperado por recuperarla, pero creo que la asusté. Me llamó psicópata y
acosador, y estaba claro que no tenía oportunidad, pero no podía dejar las cosas
así. Ella era todo que lo que yo quería. La quería mucho. Sólo tenía que intentarlo.
El bastardo estaba llorando. Mamá se levantó para entregarle pañuelos, se
limpió la cara y se sonó la nariz. Estaba seguro de hacer un buen espectáculo para
ella.
—Lo siento. No he estado tomando esto bien. Traté de suicidarme en acción
de Gracias, sólo que alguien me encontró y me llevó a la sala de emergencias y salvó
mi vida. He estado un poco mal desde entonces.
—¡Julián, siento oír eso. No sabía que tus sentimientos eran tan fuertes por
ella. Pero nunca dijiste lo que pasó después de esa noche. Por favor Julián, mi hija
está muerta, sólo quiero entender los acontecimientos que condujeron al accidente.
—La verdad es, no sé qué pasó después. Estaba en su habitación, entonces, me
desmayé y cuando me desperté, Lucy me estaba empujando fuera de la calle.
—¿Perdiste el conocimiento?
—No sé cómo llegué ahí. No recuerdo caminar por las escaleras, no recuerdo
salir de la casa. Estaba en la calle, el coche me iba a golpear, Lucy me empujó fuera
del camino. Y entonces el coche la atropelló. Me asusté y corrí.
—¿Lucy te empujó fuera del camino?
—Sí.
—¿Pero no recuerdas cómo llegaste allí?
—No sé —dijo, sacudiendo su cabeza.
Mamá consideró su historia por un minuto.
—Creo que me estás mintiendo.
—No estoy mintiendo.
—Julián, ¿en serio quieres que te crea que sólo perdiste el conocimiento y no
tienes ni idea de lo que hacías tú y Lucy en la calle?
—Mire, estoy diciendo la verdad. No sé cómo llegué ahí. Lo juro sobre la
tumba de Lucy, no sé.
—¡No jures sobre la tumba de mi bebé, jamás!
—Lo siento, yo sólo... 165
—Sal. Fuera de mi casa. No quiero volver a verte. No sé lo que no me estás
diciendo, pero estoy segura de que todo tiene que ver con su muerte.
—Pero...
—¡FUERA! —gritó y tiró de la puerta para abrirla. Wow, mamá.
Bajó su cabeza como un niño castigado y se fue sin decir nada más. Ella cerró
la puerta detrás de él, se hundió en el suelo y lloró.
Capítulo 18

S
tazi llegó a casa mientras mamá aún estaba sentada contra la puerta.
Había dejado de llorar, pero no se había movido. Stazi tuvo que
empujar con fuerza la puerta para que se abriera, antes de darse cuenta
cuál era el problema.
166
—¿Mamá? ¿Qué estás haciendo? Estoy tratando de entrar.
—Espera, espera —dijo ella, levantándose.
—¿Estás bien?
—No —dijo, dejándolo sólo en eso—. ¿Dónde has estado?
—Me fui de compras por un vestido nuevo. El club de drama tiene una fiesta
esta noche, y me voy a ver tan bien, que Malcolm no va a saber por qué me dejó.
—Ya veo —dijo.
—¿Qué pasa mamá? Estás siendo muy rara.
—He estado pensando en Lucy.
—Oh.
Mamá dio la vuelta y salió de la habitación, dejando a Stazi sola. Oí cerrar la
puerta de la habitación. La seguí y traspasé la puerta para encontrarla tendida en la
cama. Era lo que no me gustaba de mamá. Pensé que ya había pasado esto.
Me senté en los pies de la cama y vi cómo se quedó dormida. Me acurruqué
junto a ella y observé su cara mientras dormía. Parecía que había envejecido
demasiado en los últimos meses. Creí que el llanto había terminado hace un par de
semanas, pero supuse que estaba simplemente poniendo este aspecto para dejar
pasar las cosas. Me llamó su bebé. Jamás la escuché llamarme de esa manera
cuando estaba viva.
Después de un rato hubo un golpe en la puerta y Stazi entró. Se veía muy
cachonda, vistiendo una muy, muy corta falda, tacones de aguja, medias y un suéter
ajustado con un profundo escote en “V” que no dejó mucho a la imaginación. Su
cabello estaba recto y sobre los ojos, tenía más maquillaje de lo habitual. Yo diría
que estaba jugando el papel de la prostituta esta noche si no supiera que quiere
regresar con Malcolm.
—Mamá, me voy. ¿Trataré de llegar alrededor de las dos, bien? —dijo como
pidiendo permiso, pero ni siquiera parecía oír lo que decía. Apenas miró a Stazi.
—De acuerdo.
Stazi estaba parada en la puerta, esperando a mi madre decir otra cosa.
Después de un minuto cerró la puerta en silencio y se fue a la fiesta.
Mamá se quedó en cama hasta que papá regresó. Lo oyó gritar:
—Hola, estoy en casa. —Al entrar al cuarto, finalmente ella se sentó. Frotó los 167
ojos mientras arreglaba su cabello, miró al espejo y se quedó sin aliento.
—¿Lucy? —Se volteó a mirar la cama donde estaba acostada. Volvió la vista al
espejo, luego de vuelta a la cama.
—Ahí estás —dijo, abriendo la puerta de su dormitorio—. ¿Tomando una
siesta?
—Vi a Lucy.
—¿Qué?
—Estaba dormida en la cama. Te oí entrar en la casa, así que me levanté. Me
miré en el espejo y ella estaba allí acostada, pero ya ha desaparecido.
—¿Estás segura de que no soñabas?
—No lo creo. Estaba despierta cuando te oí llamar.
Papá miró a su alrededor la habitación pero claramente no me vio.
—¿Crees que aún está aquí?
—Creo que es posible. Es decir, Natalie pensaba que la casa estaba embrujada
antes de que incluso muriera Lucy, debe haber algo que la hizo pensar eso en
primer lugar. Y estaba realizando la limpieza en su habitación y cosas raras pasaron
mientras estaba allí. Tal vez los espíritus realmente están entre de nosotros.
—Estás muy abierta de mente.
—Me gustaría hablar con ella. He estado haciendo algunas investigaciones
para ver si puedo obtener más información sobre la noche que murió. Le pregunté
a Jon el otro día y hoy Julián vino a hablar conmigo también.
—¡Julián? ¿Él vino aquí?
—Llamé a su casa y dejé un mensaje para él, entonces apareció
aproximadamente una hora después de eso. Creo que está ocultando algo. Dice que
estuvo aquí, pero no recuerda lo que pasó, sólo se desmayó y despertó en la calle.
Estaba a punto de ser atropellado por un coche pero Lucy lo empujó fuera del
camino.
—¿Se desmayó?
—Eso es lo que dice. Ojalá pudiera escuchar su versión de la historia.
—¿Qué dijo Jon?
—Que estuvo con ella durante unos minutos. Tuvieron una pelea y se fue. Que
coincide con lo que me dijo Julián hoy. 168
Papá se sentó allí y pude ver las cosas girando en su cabeza.
—Voy a salir antes de que todas las tiendas cierren, volveré pronto.
—¿Dónde vas?
—A obtener una tabla de Ouija.
Papá llegó a casa una hora más tarde con una bolsa grande de la tienda de
juguetes.
—No puedes estar hablando en serio —dijo mamá.
Papá sacó la ouija y arrancó el plástico de la caja.
—Estoy hablando en serio totalmente. Yo solía utilizar estos en la
Universidad. Sé de un montón de gente que piensa que es un engaño, pero solía
obtener información de gente que no conocía.
—¿Qué tipo de información?
—Sabes, secretos que nunca nadie sabía.
—Secretos.
—No eran secretos realmente. Bien, justo después de que murió mi abuela,
intenté ponerme en contacto con ella una vez, y fue capaz de obtener información
de la familia. Cosas como el cumpleaños de mi madre, cómo murió mi abuela, que
hizo mi abuelo para ganarse la vida. Mis amigos no sabían ni mover la planchette2
para contestar correctamente.

2
Planchette: pieza que sirve de marcador para la ouija
—¿Y crees que con esto conseguiremos a Lucy?
—Desde que murió, han sucedido cosas que simplemente no puedo explicar.
Una noche, todos estábamos sentados en la sala de estar. Fue la noche que
prendimos la chimenea, estaba tumbado en el suelo y sentí algo en mi espalda, pero
los demás aún estaban sentado.
—¿Sentiste algo en la espalda?
—Y el otro día estaba fuera apaliando la nieve y vi algo azul por el rabillo de
mi ojo, pero desapareció cuando giré mi cabeza. Llevaba un vestido azul cuando
murió.
No podía creerlo. Papá nunca dijo nada sobre esas instancias a nadie. Sabía
exactamente lo que decía. 169
—¿Por qué no dijiste nada de esto antes? —preguntó mamá.
—Creí que pensarías que estaba loco.
—¿Realmente crees que todavía ella permanece aquí?
—Creo que es ella.
Mamá y papá se miraron durante unos minutos, no se movieron hasta que un
temporizador sonó poco más tarde.
—Esa es la cena —dijo mamá, dándose la vuelta para sacar la cena fuera del
horno—. ¿Vamos a comer y luego subimos al cuarto de Lucy?
—Suena como un plan.
No hablaron mucho durante la cena. Me senté en la mesa entre ellos, mamá
hizo chuletas de cerdo, puré de papas instantáneo y guisantes. Me acordé de que
mamá solía decir que comer carne de cerdo para año nuevo era una vieja
superstición para la buena suerte. No parecía creerlo, pero siempre hacía cerdo
para cenar cada año. Desde el año pasado fue tan maravilloso, apenas entendí por
qué ella se molestaba con la tradición cada año. Terminaron de cenar, mamá puso
los platos en el lavavajillas y luego se dirigieron arriba con la tabla Ouija.
—Entonces, ¿qué hacemos? —preguntó.
—Vamos a sentarnos en la cama...
—No, la cama no. —Mamá tenía una mirada de disgusto en su cara. Reí, pero
ellos no parecían escuchar.
—Vamos a sentarnos en el suelo, con las piernas cruzadas. Necesitamos
ponernos uno frente al otro, con la tabla en nuestros regazos. —Se posicionaron en
el piso para sostener la tabla entre ellos—. Ahora pon los dedos en la planchette. Se
supone que debemos tocarlo con suficiente presión, pero no con mucha fuerza.
Mamá dio un fuerte suspiro y luego puso sus dedos en la planchette. Papá
asintió e hizo lo mismo.
—¿Y ahora qué?
—Le hablamos a Lucy y a ver si responde. Lucy, ¿estás aquí?
Me senté entre ellos y puse mis manos en la planchette. Intenté moverlo. De 170
veras lo hice. Centré toda mi energía unos minutos en él y nada.
—Esto es tan estúpido.
—¡Shhh! Dale tiempo. ¿Lucy, estás aquí?— preguntó otra vez.
—¡Sí, estoy aquí! —grité, frustrada por la falta de movimiento, cuando de
repente se movió un poco.
—¿Fuiste tú? Dime que fuiste tú —dijo mamá.
—No —dijo, negando.
Mamá miraba nerviosamente la tabla.
—Lucy.
—¡Sí, soy yo! —le dije, dándome cuenta que no podían oírme y que necesitaba
mover la planchette a Hola. Lentamente, pudimos conseguirlo.
—Lucy, si eres tú, dime qué llevabas la noche que moriste.
Azul vestido hice, me las arreglé para deletrear. No fue fácil mover esa cosa.
Mis padres deletrearon las letras, y mamá lo descubrió.
—El vestido azul que hice.
—¡Sí, eso es todo! —dije, moviendo la planchette a SÍ
—Eso es lo que llevaba puesto —dijo papá—. Pero ya lo sabíamos.
—Yo no moví la cosa sin embargo.
—Yo tampoco la moví.
Mamá, papá yo aquí.
—Mamá, papá, aquí. Mamá y papá estoy aquí. —Lo resolvió mi papá
Sí.
—Lucy, quiero saber lo que pasó esa noche. Entiendo que Jon estaba aquí,
tuvieron una pelea y se fue ―dijo mamá.
Sí.
—Y entonces apareció Julián, pero no estabas feliz de verlo.
Sí.
—¿Pero luego se desmayó y terminó en la calle?
No.
—No, lo sabía. ¿Qué pasó?
Violación.
—V… i… o… l… a… c… i… ó… n… ¿violación? —preguntó papá, muy enfadado. 171
Sí.
—Ese hijo de puta, voy a matarlo.
—Oh Scott, ven ahora.
—Sabía que ese tipo no era bueno. Nadie es perfecto a esa edad.
—Vamos a concentrarnos aquí. Venga, vamos. Lucy, ¿qué pasó después?
¿Cómo digo esto para que ellos puedan entender? Acabo de empezar la
historia.
—Bueno, Julián estaba en medio de violarme y entonces Ryan lo poseyó para
detenerlo, lo sacó de la casa, estaba tratando de matarlo, salieron a la calle cuando
venía un coche, y entonces salí corriendo para empujarlo fuera del camino, para
que el coche me golpeara.
Esto es lo que mis padres entendieron.
—Ryan poseyó detuve muerte coche —deletreaba mi padre.
—¿Eso tiene sentido para ti?—preguntó mamá.
—No —dijo, mirándola—. Deberíamos estar grabando esto, ya he olvidado casi
todo.
Suspiré. Iba a necesitar hacerlo palabra por palabra para que pudieran
entender.
Ryan poseyó a Julián.
—¿Ryan poseyó a Julián? —preguntó papá.

—¿Quién es Ryan?—cuestionó mamá.
Fantasma.
—Un fantasma.
Sí.
—¿La familia que vivía aquí antes que nosotros, no tuvieron un hijo que
murió? ¿Cuál era su nombre? ¿Murray?
—No, Murphy —corrigió papá.
Sí.
—Sí. —Leyó mamá.
Vive aquí.
—¿Ryan vive aquí? 172
Sí, mi buen amigo
—¿Buen amigo?
Toda mi vida.
—¿Toda mi vida? —Mamá miró a su alrededor como si otro fantasma
estuviera a punto de llegar—. ¿Viste a este fantasma toda tu vida?
Sí.
—Scott, no quiero seguir haciendo esto —dijo mamá y sacó sus manos de la
tabla.
—¡Mamá! ¿Qué haces? —grité—. ¡Pon tus manos!
—Diane, por favor.
—No quiero tenerle miedo a mi propia casa. ¿Ahora tenemos dos fantasmas
atormentando? Yo sabía que esto era una mala idea. —Mamá se levantó y tomó la
ouija lejos de papá—. Voy a deshacerme de esta cosa.
—Vamos, Diane —la llamó él, todavía sentado con las piernas cruzadas en el
suelo. Suspiró y miró a su alrededor la habitación—. Bueno, Lucy, fue un placer. No
te preocupes, volveré.
—También fue un placer, papá.
Se quedó un rato más mirando la habitación a su alrededor. Finalmente se
levantó y se dirigió hacia las escaleras, seguí detrás de él. Encontró a mamá sentada
en la mesa de la cocina sumergiendo una bolsa de té en una taza de agua.
—El agua está caliente si quieres un poco de té —dijo.
—¿Estás bien? —Él puso las manos sobre sus hombros y comenzó a trabajar
los pulgares en su espalda. Papá daba los mejores masajes de espalda.
—Voy a estarlo. Sólo un poco asustada. No sabía que había un fantasma. Es
decir, antes de que Lucy muriera.
—Me parece que probablemente no es un fantasma malo, ni sabíamos que
estaba aquí. Después de todo, hemos estado aquí casi veinte años, creo que algo no
hubiera pasado si tratara de hacernos daño.
—Supongo, pero realmente no me hace sentir mejor.
—¿Qué opinas sobre lo que pasó con Julián? —preguntó.
—No lo sé. ¿Qué hacemos ahora?
—Me siento como que deberíamos ir a la policía y contarles sobre Julián. 173
—Y, ¿qué les decimos? ¿Mi hija me dijo a través de una tabla de Ouija que la
violaron? Vamos. Creo que necesitamos algún tipo de pruebas en su contra.
—Tal vez podemos encontrar algo en sus sábanas o el cubrecama.
—Oh, mierda. Los lavé.
—¡Maldita sea, Diane! Te dije que dejaras su habitación en paz.
—No, no lo entiendes. Jon estuvo aquí. Lo encontré en la cama de Lucy sin su
ropa. No puedo imaginar lo que estaba haciendo allí.
—Oh, estúpido.
—Exactamente. Entonces, lavé las sábanas después de irse.
—Bueno, tal vez la policía nos creerá demostrando lo que dice la tabla Ouija.
—Tú puedes ir con ellos con esas tonterías. Yo me quedo aquí.
—No sé, si vamos a la policía con un posible sospechoso, podrán hacerle
preguntas de todos modos. ¿Lo asustaría verdad?
—Pero él dice que no recuerda.
—Bueno, podemos dejar que la policía resuelva eso. Les llamaré en la
mañana. —Besó a mi madre en la cabeza—. Creo que no voy a pasar la medianoche.
Estoy listo para ir a la cama.
—Muy bien. Buenas noches. Feliz año nuevo.
—Feliz año nuevo.
—Dios —dije—. Ustedes son tan deprimentes. Feliz año nuevo.
Capítulo 19

A
la mañana siguiente, escuché el lado de papá en una conversación con
el departamento de policía. Me encontré una vez más deseando ser
capaz de coger el teléfono para poder escuchar. Era difícil decir por su
tono si pensaba que le creían o no, o si incluso pensaban interrogarlo. Supongo que
el tiempo diría cómo iba todo. 174

Jon se detuvo junto al cementerio un poco después de eso. Cuando llegué allí,
mucho de su entusiasmo rebotando se había ido, pero no estaba segura de sí era
sólo cansancio.
—Entonces, ¿cómo te fue anoche? —le pregunté, una vez que estábamos en el
interior del coche. No me había puesto la sudadera de Ryan ya que eso parecía
molestar a Jon. A pesar de que pasamos un buen rato en mi habitación el otro día,
no sentía la necesidad de hacerlo de nuevo. Mis manos se dirigieron
inmediatamente a las rejillas de ventilación y cerré los ojos mientras el aire soplaba
en mi cara. No podía sentir el frío, pero la calefacción era simplemente fantástica.
—Fue muy divertido. Kate tenía dolor de garganta, así que todos se turnaban
cantando para darle un poco de descanso, pero aun así hicimos un muy buen
trabajo en general.
—Me hubiera gustado verte cantar allí. Apuesto a que estuviste sexy como el
infierno.
—Tengo serias dudas de ello —dijo sonrojándose—. Pero hubo una chica que
realmente me deslizó su número de teléfono.
—Oh, ¿en serio?
—No voy a llamarla.
—Espero que no.
—Hablando de ser sexy —comenzó—. Eso fue una locura, lo del otro día.
—Sí. Ojalá hubiéramos intentado eso cuando estaba todavía con vida.
—Yo también. ¿Quieres intentarlo de nuevo?
—¿Ahora?
—Siempre.
—¿En el cementerio? ¿En el coche?
—No es como si hubiera una gran cantidad de visitantes. Hay un coche en
todo el camino, por lo que puedo ver.
—Sí, pero las otras personas muertas aún pueden vernos.
—¿Estás realmente preocupada por ellos?
—Preferiría no conseguir la reputación de vagabunda entre la multitud del
cementerio, gracias. 175
—Sí, sí.
—Pero no me importaría intentar besarte otra vez.
—Entonces ven aquí —dijo, inclinándose hacia mí.
Nuestros labios se tocaron por unos pocos segundos antes de que él se
apartara.
Gemí cuando el calor dejó mis labios.
—Eso no es justo —le dije—. Sólo tu toque es suficiente para incendiarme,
pero lo único que consigo son estas diminutas ráfagas. Estar dentro de ti fue
increíble. Quiero trepar y esconderme dentro de ti.
—Tal vez cuando llegue el verano, pero no me gustaría eso al final del
invierno.
—Lo sé —me quejé, mientras el viento silbaba a través de las ventanas, lo que
reforzaba el frío que realmente hacía para la gente que todavía podía sentirlo—. No
quiero que mueras de hipotermia extrema.
—Ya sabes cómo es, no me hagas sentir mal por ello.
—Lo siento. —Fruncí el ceño—. Así que, no vas a creer lo que pasó ayer.
—¿Qué pasó ayer?
—Julián vino a nuestra casa, y le dijo a mamá un montón de mierda sobre
cómo él fue un perfecto caballero en la noche de mi muerte.
—¿Por qué fue a tu casa?
—Mamá lo llamó para ver si él podía darle algo de información sobre esa
noche. Terminó viniendo. Era tan extraño verlo en mi casa, no sé si él cree lo que le
dijo o si en realidad sólo se apartó cuando Ryan tomó su cuerpo. Pero aun así, él ya
había estado en ello durante unos minutos cuando Ryan llegó al rescate.
Jon no se veía muy emocionado acerca de mí, hablando de Ryan como si él
fuera mi héroe.
—Sólo hay una forma de averiguarlo. Podrías intentar poseer a alguien y ver si
luego se acuerda.
—¿Estás de voluntario? —pregunté excitada ante la idea de saltar de nuevo en
su interior.
—No. 176
—No sé cómo hacer eso, de todos modos. Cuando estaba dentro de ti, se
sentía tan bien, pero no es como si tuviera alguna idea de cómo tomar por completo
un cuerpo. Creo que tengo que tener más que el mínimo dominio sobre la
manipulación de objetos primero.
—Me gustaría que me pudieras manipular —dijo, y me dio una sonrisa.
—Tu mente se ha quedado atascada, ¿no es así?
—Soy un adolescente que estuvo con su novia sólo una vez. La mayoría de los
chicos se ponen a hacer mucho más que eso, estoy seguro.
Sus palabras me atormentaban, porque eran verdad. Lo miré, y me pregunté
si debería hacer la pregunta.
—Jon...
—¿Hm?
—¿Te arrepientes de estar aquí conmigo? El otro día parecías algo disgustado
porque no podemos hacer otra cosa o ir a alguna parte juntos. Siento que tu vida
podría ser mucho más emocionante que pasar el rato en un cementerio.
—Lucy, te amo, no hay donde preferiría estar que aquí contigo. No, no me
arrepiento de ello.
Quizás no todavía, me dije a mí misma. Llegamos a una pausa en la
conversación, y nos sentamos allí sin hacer nada durante un tiempo. El viento
aullaba alrededor de nosotros, y me encontré flotando sobre los calentadores de
nuevo.
—Si te molesta tanto, sólo debes usar esa maldita cosa —dijo.
—¿Qué maldita cosa?
—Esa sudadera. No tienes que quitártela por mi culpa.
—Pero no siento el frío. No necesito usarla.
—Te has pegado a los calentadores desde que entraste en el coche.
—El aire caliente se siente bien.
—¿Vas a ponértela en cuando llegues a casa, no es así?
—No tengo que. Pero me siento más cómoda con ella.
—Entonces sólo usa la maldita cosa.
—Bien. Si estás seguro de que no te molesta.
—No me molesta. Mira, debería irme. Mamá y yo tenemos planes. 177
—Oh, eso es bueno. ¿Qué harán?
—Vamos a salir a cenar. Estamos de acuerdo en que no hemos estado pasando
suficiente tiempo juntos, así que decidimos salir una vez a la semana.
—¿Adónde van?
—Mamá está de humor para mariscos.
—Eso suena bien. Me encantaba el camarón frito.
—A mí también. Eso es probablemente lo que pediré.
—Una vez pedí esas cosas llamadas Coquille St. Jacques, era como puré de
patatas y vieiras con queso, bastante bueno también.
—Nunca he oído hablar de eso.
—Ah, y langosta, sólo probé la langosta real una vez, pero es bastante buena.
—¿Cuál es la langosta falsa?
—Ya sabes, cuando es picada como aderezo o en macarrones con queso.
—¿Langosta en macarrones con queso? Eso suena impresionante.
—Deberías probarlo, es para morirse. Mataría por algo de eso en este
momento.
—¿Echas mucho de menos la comida, eh?
—Echo de menos comer. Me gustaría que hubiera comida fantasmal que
pudiera comer.
—¿Por qué no te quedas en un matadero y ves si se puede capturar el
fantasma de una vaca para cocinarla y comerla?
—Eso suena asqueroso. No estoy tan desesperada.
—Era sólo una idea. No sé de qué otra manera se supone que hagas para
encontrar alimentos que puedas comer. Si los fantasmas son reales para ti, tal vez
podrías comer una vaca fantasma. O una langosta fantasma. O un camarón
fantasma, incluso.
—Wow, esta conversación realmente se ha ido por las ramas.
—Lo siento, sólo estaba tratando de ayudar.
—Sí, bueno. Supongo que será mejor que vayas a ver a tu mamá. ¿Me llevas
hasta afuera?
—Por supuesto.
Mientras íbamos hasta la salida, le pregunté: 178
—Me dirías si alguna vez te arrepintieras de esto ¿no? Quiero decir, quiero
que tengas una vida normal. Espero que encuentres a alguien agradable y te cases y
tengas hijos algún día.
—Supongo que algún día voy a querer eso, pero ahora mismo lo único que
quiero es a ti.
—Me tienes por ahora, entonces.

***

Estaba sentada en la mesa de la cocina con mamá, papá y Stazi esa noche,
viéndolos comer espaguetis y albóndigas, pensando en cómo iba a intentar fabricar
espaguetis fantasmales, cuando de repente, mamá dijo:
—Así que, busqué en línea todo lo que pudiera encontrar sobre este tipo Ryan.
—¿Oh, sí? —preguntó papá—. ¿Encontraste algo?
—¿Quién es Ryan? —preguntó Stazi, mientras hacía girar un largo fideo en
torno a su tenedor para que cupiera dentro de su boca sin llenar de salsa toda su
cara.
Mamá ignoró Stazi y dijo:
—Resulta que murió en un accidente automovilístico. Conducía. Ebrio. No
creo que este sea el tipo de persona al que aprobaría para salir con nuestra hija.
—¿De qué estás hablando? —preguntó Stazi.
—Eso es terrible. ¿Alguien más murió en el accidente? —preguntó papá.
—¿Quién murió? —preguntó Stazi, mirando muy confundida su conversación.
—Al parecer, tu hermana era amiga de un fantasma que rondaba su
dormitorio, y ella nunca dijo nada de eso a nadie —le dijo papá finalmente a Stazi.
—¿Natalie?
—No, Lucy.
—¿Lucy podía ver fantasmas? Eso explica en realidad algunas cosas... —se
calló, sumida en sus pensamientos—. Pero, ¿cómo te enteraste de eso? Lucy está
muerta.
—Tenemos un tablero de ouija y hablamos con ella en Año Nuevo —respondió
papá. 179
—¿Ustedes hablaron con Lucy a través de un tablero de ouija?
—Scott... —Mamá levantó las cejas hacia papá, pero ya era demasiado tarde.
—¡Quiero hablar con Lucy también! ¿Dónde está la ouija? He oído hablar de
esas cosas.
—¡No! —gritó mamá—. Tú no lo utilizarás. La he escondido y voy a
deshacerme de esa cosa.
—Disculpen —indicó Stazi, deslizándose fuera de la mesa.
—¿Adónde vas? ¡Apenas has comido!
—¡Ya vuelvo! —gritó Stazi, mientras prácticamente corría a través de la
casa. Regresó minutos más tarde con una sonrisa en su rostro.
Mamá le disparó a papá una mirada que decía que había encontrado la
maldita cosa, pero él sólo se encogió de hombros.
—¿Qué más dijo Lucy? ¿Cómo está? ¿Ella disfruta del más allá?
—¿Por qué no le preguntas tú misma? —señalo mamá—. Sé que la
encontraste.
—¿Encontrar qué? De todos modos, es una pena de que Ryan haya muerto en
un accidente de coche.
—Sí, una verdadera lástima.
—Si Lucy era amiga de él, seguramente no era tan malo. ¿Qué más decían las
noticias?
—No sé, que el conductor estaba borracho, murió después de desviarse hacia
el tráfico y chocar contra un camión, que otros dos niños en el coche sobrevivieron
saliendo gravemente heridos. Eso fue todo.
—Bueno, viendo que él está muerto y que Lucy también lo está, no hay mucho
que puedas hacer al respecto, mamá.
—Sí, en serio, Diane, ya está muerta, ¿qué más puede ocurrirle ahora? Creo
que ya es casi tan malo como podría ser. Al menos ella no está sola.
—La idea de que nuestra niña comparta su dormitorio con un chico está más
allá de mí.
—Ni siquiera conoces al chico. Estoy seguro de que es muy agradable, si a
Lucy le gusta. 180
—¿Por qué te pones de su lado, Scott?
—¡Porque me niego a tener miedo de los fantasmas en nuestra propia casa,
Diane! Si él era amigo de Lucy y todavía está aquí rondando en nuestra casa,
preferiría aprobar al chico con el que nuestra hija está en el más allá antes que
saltar ante cada sombra o ruido.
—Eso no es lo que estoy diciendo. Él sólo tenía diecinueve años y estaba
bebiendo.
—Yo tenía diecisiete años cuando empecé a beber, ¿cuál es el problema?
—Papá, ¿en serio?
—Stazi, no oíste eso. —Papá le guiñó un ojo.
—El problema es que podría haber hecho mucho más daño del que hizo.
Podrían haber muerto todos en el coche. Podría haber pasado por encima de un
niño, o atropellado a toda una familia si no hubiera sido un camión con lo que se
hubiera topado.
—Pero eso no sucedió. Tenía diecinueve años. Los niños cometen errores. Este
fue sólo uno grande.
—No puedo creer que no estés molesto por esto.
—¿Qué puedo hacer?
—Simplemente no me gusta la idea de que ande por nuestra casa.
—Él ha estado aquí por más tiempo que nosotros, estoy
seguro. Probablemente no le gusta la idea de estar en la casa tampoco.
Stazi resopló y lo cubrió con una tos. Mamá la miró, pero no dijo nada más
sobre el tema de Ryan.

***

Más tarde esa noche, después de que mamá se metiera la cama, Stazi quitó el
tablero de ouija del nuevo escondite y se coló en mi habitación. Ella encendió un
par de velas para crear ambiente, y se sentó con el tablero en frente de ella.
—Lucy, ¿estás aquí? —preguntó.
Poco a poco, fui capaz de empujar la plancheta hacia sí. Me imaginé que lo
mejor era mantener la conversación simple si ella iba a seguir con esto. 181
—Entonces, ¿quién es este tío Ryan?
Amego
—¿Amego? ¿Amigo? ¿Él es tu amigo?

—¿No es tu novio, entonces?
No
—Rompí con Malcolm, pero supongo que ya lo sabías.
Silosiento
—Gracias. Realmente lo echo de menos. No sé qué hacer conmigo misma
ahora que él no está. Es como si hubiera estado siempre llenando mi tiempo y
ahora sólo hubiera un vacío.
Triste
—Sí, estoy triste. Mamá dijo que nunca le había gustado, ¿puedes creerlo?
Sibebidajaja
—¿Estás hablando de la noche de Navidad? Mamá estaba muy bebida. No
puedo creer que me haya dejado tomar una copa de vino con ella. Estaba
totalmente desmayada en mi cama, no sabía qué hacer.
Lovi
—¿Estabas allí? ¿Siempre estás aquí?
No
—¿Dónde más vas?
Cement
—¿El cementerio?

—Ese es un lugar extraño para pasar el rato. ¿Dónde más?
Aquíoelcement
—¿Eso es por elección?
Nopuedootrolugar
—¿O si no qué?
Nopuedoiraningunotrolugar
—Oh. Eso es una mierda.
Sisolitario 182
—Oh, lo siento, es muy solitario. Pero tienes a Ryan.
Noahora
—¿Dónde está?
Cement
—¿Es lo mismo para todos los fantasmas?
Si
—¿Por qué no está aquí contigo?
Pelea
—Los chicos son un dolor en el culo, ¿no es así?

—¿Por qué pelearon?
Jon
—Jon, ¿en serio? ¿Sigues enamorada de él?

—Ohhhh. ¿Lo has visto desde que moriste?
Simevisita
—¿Aquí?
Unavez
—¿El cementerio?
Simucho
—Es bueno que venga a visitarte. Lamento nunca ir a visitarte. Creo que
nunca había pensado en eso.
Estabienteveoaqui
—Sí, supongo que me ves aquí. Hey, ¿tú hiciste que el árbol se prendiera la
noche de Navidad?
Siaccidente
—¿Cómo haces que suceda?
Ryanpeleallanto
—¿Llanto? ¿El llanto hizo que prendieras fuego en el árbol?
Siafectaelectricidad
—¿Afecta electricidad? 183
Hacesaltar
—¿El llanto hace que la electricidad salte? Espero que no llores mucho.
Tratodeno
—Entonces, ¿qué pasa con este Ryan? ¿Es un fantasma bueno?

—Por lo tanto, no debería tener miedo de que él también esté rondando por
nuestra casa, ¿verdad?
Siagradablenomiedo
—¿Crees que va a volver?
Esperoloextraño
—Entonces, ¿qué se siente tocar como un fantasma? ¿Me puedes tocar?

Puse mi mano en la mejilla de Stazi.
—¿Estás tocando mi cara? Eso se siente muy frío. Supongo que es como dicen,
que puedes saber si una casa está encantada porque tiene puntos fríos.

Todavía estaba sosteniendo mi mano contra Stazi, su calidez sentía tan
atractiva, no quería dejarla ir. Sin embargo, ella finalmente se alejó.
—Eso es realmente frío, mira, tengo escalofríos ahora. Mi cabello está todo en
punta.
Perdón
—No, está bien. Es bueno hablar contigo otra vez. Te echo de menos. He
estado tan sola. Es sólo que no sé qué hacer sin Malcolm.
Visitameleelibroescuchamusica
—¿Leer libros y escuchar música? —Stazi miró a la estantería—. ¿Quieres leer
un libro ahora?

—Está bien. —Se levantó y se acercó a la estantería—. Hmmm, ¿qué podemos
leer? ¿Aventura? ¿Romance? ¿Clásicos? Ah, aquí está uno que no he leído
antes. Espera un minuto. ¿Qué pasó con tu música? ¿Dónde han ido todos los CD?
¡Mamá se los llevó, cierto! Nunca tuve la oportunidad de escucharlos. Iba a
quedarme todos los álbumes de Cure, sabía que eran tus favoritos. Lo siento. Tal 184
vez pueda descargarlos más tarde. Voy a tener que empezar a dejar la radio
encendida o algo para que tengas algo que escuchar cuando nadie esté en casa. No
puedo creer cómo mamá simplemente limpió tu habitación. Realmente debe
apestar estar muerto y atrapado en esta casa.
Se sentó en la cama y ahuecó las almohadas para sentirse cómoda. Se tumbó
en la cama al igual que Ryan hacía cuando estaba leyendo un libro. Lo abrió y
comenzó a leer de manera espectacular, lo cual fue un poco tonto al principio pero
mucho más entretenido que el zumbido que hacía Ryan cuando leía en voz alta. Me
senté a los pies de la cama, de vez en cuando tocando su pie o pierna para ver si se
daba cuenta. Ella sacudía su pierna y se agachaba para rascarse, pero no parecía
darse cuenta de que le estaba tomando el pelo. Eventualmente, se quedó dormida
encima de la cama, con el libro colgando precariamente a través de sus dedos.
Mamá se acercó en busca de ella un poco más tarde. Abrió silenciosamente la
puerta y asomó la cabeza.
—¿Stazi? —susurró, pero Stazi roncaba. Cruzó hacia la habitación de Natalie,
cogió la manta de la cama y la puso sobre Stazi para arroparla con ella—. Buenas
noches, mi ángel. Y tú también, Stazi.
Capítulo 20

L
a peor parte de tener un cumpleaños justo después de Navidad es que
siempre te estafan con los regalos. Este año, realmente no esperaba
nada en absoluto, ya que ni siquiera estaba viva. Mamá comenzó a
hornear un pastel cuando llegó a casa del trabajo, y no pensé mucho en eso hasta
185
que se quedó quieta y escribió: “Feliz cumpleaños, Lucy “, metiendo 19 velas en él.
—Aww, mamá, no tenías que hacer eso —le dije, con lágrimas en los ojos.
Se sentó a la mesa y se quedó mirando el pastel.
—¿Estás aquí, verdad? —dijo, aunque no había nadie más en la cocina.
—¿Mamá? ¿Me hablas a mí?
—No quería simplemente no hacer nada por tu cumpleaños. Quiero decir, si
realmente estás todavía aquí, quiero que sepas que te amo y te extraño, y que
nunca, nunca te olvidaré. —Ella seguía mirando el pastel.
—Amorosos recuerdos duran para siempre —dije, tomando prestado mi
epitafio. No sabía qué más decir. Sabía que ella no podía oírme de todos modos. Me
levanté y me paré detrás de ella, puse una mano sobre su cabeza y le acaricié el
cabello. Se apartó de mí, sintiendo algo, sólo no sabía que era yo todavía. Envolví
mis brazos alrededor de ella poco a poco para darle un abrazo. No estaba tratando
de metérmele dentro como siempre hacía con Jon, sólo quería que ella supiera que
estaba allí y que también la extrañaba.
—Te quiero, mamá.
Ella tuvo un escalofrío por su columna vertebral y se abrazó a sí misma, pero
de repente estaba envuelta alrededor de mí. Salté hacia atrás sintiendo su energía
correr a través de mis brazos; podría haberme quedado más tiempo, pero no quería
asustarla. Puse mi mano en su hombro mientras aún sostenía su calor.
—¿Lucy? —Levantó la mano para tocar su hombro. Miró hacia atrás para ver
si alguien estaba allí—. Estás aquí. Bien. Quédate y pasa el rato con nosotros.
Se puso de pie y sacó platos de la alacena, poniendo cubiertos para cuatro
personas. Cuando terminó, gritó:
—¡Cena! —Papá y Stazi surgieron de algún lugar de la casa.
—¿Quién va a venir? —preguntó Stazi cuando vio el plato adicional—. Oh
—dijo, cuando vio el pastel en la mesa—. No te olvidaste —dijo con una media
sonrisa.
—Nunca podría olvidarme —dijo mi madre. Alargó la mano para darle un
abrazo a Stazi, y papá se unió, envolviendo sus brazos alrededor de las dos.
Bueno, no podía resistirme. Entré en el abrazo por un momento, y luego salté 186
cuando estuve segura de que todos ellos habían conseguido un escalofrío de mí.
—¿Qué fue eso? —dijo papá, alejándose del abrazo grupal.
—Estoy bastante segura de que es Lucy haciéndonos saber que está aquí con
nosotros —dijo mamá.
—Mamá, ¿no te asustó? —preguntó Stazi.
—¿Por qué estaría asustada de mi propia hija? —Le dio a Stazi una sonrisa y
dijo—: Vamos, siéntate. Hice lasaña.
—A Lucy le encanta la lasaña —dijo Stazi.
—Lo sé, por eso lo hice. —Ella tomó el plato extra, excavando en una enorme
porción de lasaña y colocándola en el plato, a continuación, dejándolo de nuevo en
la mesa.
Papá levantó una ceja hacia mamá cuando le hizo una seña para que le diera
su plato, pero ella lo ignoró.
Stazi empujó la silla por debajo de la mesa con su pie, y mamá y papá se
detuvieron a mitad de lo que estaban haciendo para mirar la silla.
—Lo siento, sólo era yo —dijo Stazi—. Pensé que Lucy podría querer sentarse.
Mamá dejó escapar un suspiro de alivio y terminó de agarrar el plato de papá
para servirle la cena. Me senté en la silla para disfrutar de una agradable velada con
la familia. Lástima que no podía comer nada.
No sé qué cosa tenía Ryan que siempre llegaba a casa justo cuando estaba
empezando a olvidarme de él. Pero después de una noche con la familia,
celebrando mi cumpleaños, me lo encontré arriba leyendo un libro en la cama.
—¿Qué demonios? —dije al entrar en la habitación.
—Me alegro de verte también.
—¿Qué estás haciendo aquí?
—Me metí en un poco de problemas en el cementerio.
—¿Problemas?
—Parece que las chicas de los viejos tiempos no pierden el tiempo contigo a
menos que quieras casarte.
—¿Te casaste con alguien en el cementerio? —pregunté, con un sentimiento 187
de temor en el estómago.
—No, ese es el problema.
—¿Qué sucedió exactamente?
—Jugué por ahí con una chica de los viejos tiempos y no me casé, eso es lo que
pasó.
—¿Pensaba que ibas a casarte con ella?
—Ella podría haber tenido esa impresión.
—¿Qué diablos te pasa?
—Sólo somos de diferentes tiempos, eso es todo.
—La pobre chica va a ser condenada al ostracismo por la comunidad. Eres un
idiota.
Él sonrió desde detrás de su libro.
—Lo sé.
—Vine aquí para irme a la cama.
—Me acostaré encima de ti —dijo, mientras comenzaba moverse.
—Creo que iré a dormir al cuarto de Natalie.
Él frunció el ceño.
—¿Por qué? ¿Celosa de que tenga una vida que no gire alrededor de ti?
—Estoy un poco disgustada por tu comportamiento y prefiero no gastar la
noche durmiendo en la misma cama contigo.
—Oh, eso dices. Aquí estás, usando mi sudadera, y estoy seguro de que corres
hacia Jon mientras todavía la llevas puesta.
—No, no me lo puse cuando fui a verlo por última vez. Me la quité por respeto.
—¿Respete a él o a mí?
—A él. Tú no estás por aquí de todos modos, ¿por qué lo haría por ti?
—Exactamente. ¿Por qué lo harías por mí? Sólo tienes que escaparte con tu
novio idiota.
—Él no es un idiota, pero tú sin duda lo eres. Hablando de eso, ¿quién es
Vicky?
—No sé, ¿qué Vicky?
Saqué la nota de su bolsillo y se la entregué. 188
—Ésta Vicky.
—¿Qué es esto?
—Lo encontré en tu bolsillo.
—Deja de revisar mis cosas. —Lo abrió y echó un vistazo—. Me había olvidado
de ella. —Frunció el ceño.
—¿Qué clase de cosa idiota le hiciste para enojarla tanto?
—Ella es la idiota, no yo.
—No suena de esa manera para mí.
—Bueno, tú sólo tienes su lado de la historia.
—Sí, y estoy esperando la tuya.
—Vicky es una chica que conocía.
—¿Qué pasó?
—Prefiero no entrar en detalles.
—¿Acaso no te presentaste a la fiesta de graduación y fuiste con tus amigos en
su lugar?
—No. —Se rió—. No era la fiesta de graduación.
—¿Qué era entonces?
—No importa, es historia antigua.
—Está bien, no me lo digas.
—No lo haré.
—¿Vas a seguir estando aquí en la mañana?
—¿Qué te importa?
—No lo hace.
Hizo una mueca y volvió a leer su libro; me estaba echando.
—Feliz cumpleaños —dijo, justo antes de que pasara por la puerta.
Dudé, pero no lo miré.
—¿Te quedarás? —dijo.
Negué y crucé el pasillo para escapar antes de que cambiara de opinión.
¿Qué nos estaba pasando? Él era mi mejor amigo y ahora ni siquiera podía
soportar estar en la misma habitación que él. Sabía que Ryan podría ser un idiota a
veces, pero, de repente, él era un imbécil importante todo el tiempo. Tal vez era
hipócrita por estar molesta de que estuviera con otras chicas, cuando yo estaba 189
viendo a Jon todo el tiempo. Pero Ryan se suponía que estaba esperándome. No
podía estar perdiéndolo, ¿verdad?
Me acurruqué en la cama de Natalie, apretando la sudadera de Ryan a mi
alrededor, lo cual de pronto parecía completamente estúpido, ya que estaba justo al
lado. Ahora sólo quería la memoria de Ryan antes que al Ryan real. Él se estaba
convirtiendo en alguien a quien ya no quería conocer.

***

Era muy temprano en la mañana, cuando me di cuenta de que había alguien


en mi tumba. Todavía estaba en la habitación de Natalie, ocultándome lejos de
Ryan. Asomé la cabeza por la puerta para asegurarme de que no me estaba
esperando y corrí escaleras abajo, a través de la puerta principal. Jon estaba allí
esperándome.
—Hola —grité, con un poco de demasiado entusiasmo. Si Ryan podía tener
sus cosas, yo también.
—Hey, qué frío hace aquí, vamos adentro —dijo, abriendo la puerta del coche
para mí. Salté dentro y cerró la puerta detrás de mí. Me incliné automáticamente
hacia las rejillas de la calefacción, dejando que el chorro de aire fuera hacia mi cara.
De pronto tuve una idea.
—Hey, ¿qué tan caliente se pone el motor de un coche?
—Bastante caliente, supongo. No lo sé. ¿Por qué?
—Voy a intentar algo.
—De acuerdo...
—Vuelvo en un minuto. —Me incliné hacia delante dentro de la sección
delantera del coche, allí donde el motor estaba tarareando. No tenía ni idea de lo
que pasaba ahí, pero era bastante calentito. Pasé lentamente a través de las
distintas partes, avanzando hacia lo que creía que era el motor. Me quedé allí
dentro, absorbiendo la energía que generaba hasta que el carro se apagó. Uh-oh.
Salté afuera hacia Jon y realmente me agarré de él por un segundo. Lo besé
furiosamente por cinco segundos antes de que él se echara atrás.
—Mierda, ¡realmente te sentí por un momento! Como, ¡realmente sentirte! 190
—Podía sentirte también, fue increíble.
—No duró mucho, sin embargo, lo cual apesta.
—Sí, así es.
—¿Qué le hiciste a mi auto?
—No lo sé. Sólo se detuvo mientras estaba allí.
—¿Sólo se detuvo? —Él miró las llaves y trató de encender el coche. No
sucedió nada.
—Uh-oh.
—En serio, ¿qué le has hecho a mi coche?
—No lo sé.
—No arranca —dijo, dando vuelta a la llave una y otra vez, pero no pasó
nada—. No está haciendo nada.
—Lo siento.
Se dio por vencido en tratar de encenderlo, y salió para abrir el capó. Me
acerqué a su encuentro.
—¿Puedes saber qué está mal?
Se quedó parado allí mirando desesperadamente el motor del coche.
—No. De verdad que no sé nada de coches.
—¿Ahora qué?
—Tengo que conseguir un teléfono.
—Bien. No tengo ni idea de donde hay alguno, cerca.
—Hay una estación de servicio bajando la calle, lo intentaré allí. —Comenzó a
andar hacia la puerta, dejando el capó arriba y el coche sin cerrar.
—¿No vas a echarle seguro?
—No, no funcionará, ¿quién va a robárselo? Sólo deseo que estuviera un poco
más caluroso fuera.
—Lo siento —digo, caminando a su lado.
—Creo que deberías haberlo intentado en un día de verano, ¿eh?
—El coche no habría estado funcionando un día de verano. —Su tono de voz
sonó un poco irritada conmigo, así que mantuve mi boca cerrada mientras
caminábamos hacia la puerta. No estaba segura de cuánto frío hacía en el exterior,
pero la cara de Jon era de color rojo brillante y su respiración empañándose al 191
instante.
—¿Qué tan frío está fuera?
—Creo que la más alta será dos grados hoy.
Me estremecí.
—Lo siento.
—Lucy, fue un experimento interesante. Sólo no lo vuelvas a intentar de
nuevo.
—Entonces, ¿no valió la pena el agravio?
—Ahora, no.
—Lo siento. —Me sentí terrible por haber estropeado su coche, pero aun peor,
él estaba enojado conmigo. Nunca fui buena en tener discusiones con mis novios
cuando aún los quería mantener a mi alrededor. Era completamente diferente
cuando los quería fuera de mi vida.
Llegamos a la reja, y dijo:
—Espero estar de vuelta, con el tiempo.
—Bien, te veré pronto —dije, diciendo adiós a pesar de que estaba de espaldas
a mí. Dejé mi mano caer sin fuerzas a mi costado. ¿Ahora qué?
Esperé por horas en la puerta de la entrada. Jon se había ido de allí bastante
temprano y ya estaba oscureciéndose en el momento que volvió. El bueno de
Spencer lo estaba transportando en su camioneta. No se detuvieron en la entrada,
así que corrí detrás de ellos mientras se dirigían a mi tumba.
Mientras estaban bajando del coche pude escuchar a Spencer diciéndole:
—De verdad deberías pensar en conseguir un móvil si vas a seguir
conduciendo este cacharro.
—No puedo malgastar el dinero en eso ahora. Además, es por lo general
bastante fiable. Lucy estaba teniendo algo de diversión y consiguió dañar el coche,
no sé lo que le hizo.
Spencer levantó el capó de su camioneta y preguntó:
—¿Está ella aquí, en este momento?
—Sí, te está mirando.
—Hey Lucy, ¿cómo estás? —dijo, distraídamente, mientras unía los cables de
puente entre los dos coches. Hicieron sus cosas y el coche de Jon volvió a la vida—. 192
Vaya, como que drenaste la batería, tú, fantasma loco.
—Lo siento —dije de nuevo.
—Está bien —dijo Jon. No parecía casi tan enojado ahora como lo estuvo
antes.
—Sí, no pasa nada —añadió Spencer—. Sólo necesitas recargarla un poco.
—Jon, lo siento. Me siento realmente mal por ello. ¿Qué te tomó tanto
tiempo?
—Bueno, llamé a la casa de Spencer primero, pero no estaba en casa, y tenía
que ir a trabajar pronto de todos modos, así que sólo me dirigí directamente allí.
Spencer vino y me recogió en el trabajo para ver si era la batería, así no necesito
una grúa ahora. Por lo que está bien. Pero debería irme, ya que está oscuro.
—No creo que realmente te vayan a sacar sólo porque el cartel dice cerrado al
anochecer.
—Sí, pero aun así es un poco espeluznante aquí en la noche.
—Oh. Arruiné por completo tu día entonces, ¿no?
—No realmente. Ese beso fue algo de todas formas.
—No es una porción entera de algo.
—Hey —interrumpió Spencer—. ¿Quieres que te siga a casa para estar seguro
que no te quedas varado en algún parte?
—Sí, me sentiría mejor si lo haces. Sólo dame unos segundos para decir
buenas noches
—Seguro. Hasta luego, Lucy —dijo Spencer, dirigiéndose en su mayoría hacia
mí. Desmontó los cables y se subió en su camioneta.
—Ella dice buenas noches —dijo Jon sin que yo incluso lo dijera.
—Bueno, creo que necesitas irte entonces.
—Sí… Mira, estuve bastante malhumorado antes. Es que no me gusta mucho
el frío. No me habría importado si hubiera sido un día agradable. Lo siento, si
parecía como un estúpido al respecto.
—No en realidad, y es totalmente comprensible. No querría estar parado con
dos grados con este tiempo tampoco.
—Buenas noches, Lucy. —Extendió su mano para tocar mi rostro por un
segundo. Me incliné hacia su calor pero se alejó rápidamente, dejándome 193
queriendo mucho más. ¿Por qué tiene que tocarme todo el tiempo? Era tan injusto.
Una vez que regresé a casa, me metí en mi habitación para encontrar a Ryan,
todavía acostado sobre la cama leyendo un libro.
—¿Qué pasó con la música? —me preguntó, sin levantar la vista de su libro
cuando sintió que había entrado en la habitación.
—Mamá se deshizo de todo.
—Lo veo. Al menos dejó los libros.
—No es bastante bueno para mí, no puedo agarrar nada para leer.
—Apuesto que no has estado intentándolo.
—Lo he intentado también, lo he estado intentando como loca para conseguir
mover algo. Tu diario estaba en el suelo y estaba tratando de levantarlo para
mirarlo…
—Leíste mi diario, ¡cómo pudiste! —dijo con fingido horror.
—No, ese es el problema, no pude incluso levantar la cubierta. He estado
bastante aburrida aquí sin ti, así que he estado pasando mucho tiempo tratando de
recoger cosas, verdad. Sólo que no puedo hacer que nada suceda.
—¿Es aburrido sin mí? Me alegro.
—Sí, me mantienes dejando sin nada que hacer.
—Mm-hm, estoy seguro que no tienes nada que hacer cuando Jon sigue
viniendo a visitarte.
—Sabes que no me importaría tanto que no estuvieses aquí, si Jon estuviera
realmente aquí todo el tiempo, pero no lo está. Es muy frustrante.
—Estoy seguro que hay más que tu frustración en esto —dijo alzando una
ceja—. No puede incluso besar al chico sin dejarlo congelado.
—Realmente no quiero hablar de esto contigo.
—Podría ayudarte, ya lo sabes.
—¿Ayudarme con que exactamente?
—A manejar los objetos. Apuesto que sólo no estás enfocando tu energía
apropiadamente.
—Así que, ¿qué debo hacer?
Cerró su libro y lo puso sobre la cama. 194
—Me imagino que esto es lo que está sucediendo cuando tratas de levantar la
tapa —dijo, mientras su mano pasaba a través del libro—. Estoy seguro que estás
aun pensando en tomarlo de la misma manera que lo hacías cuando estabas viva.
Pero no puedes hacerlo de la misma forma. Necesitas concentrarte realmente.
Extrae la energía del aire de tu alrededor. Imagina que tu mano es como una
esponja que sólo absorbe energía. Y cuando sientas un poco de calor en tus dedos,
puedes hacerlo. —Levantó la tapa abriéndola con la punta del dedo—. ¿Viste? Es un
pedazo de torta.
—Mmmm, pastel. Deseo poder comer pastel. Mamá hizo el pastel más
increíble para mi cumpleaños y estaba muriendo por tener un trozo. Ese refrán no
es tan exacto de todos modos, ¿cierto?
—Lo es para mí. —Tiró la tapa cerrándola de nuevo para probar su punto—.
Mira, he estado muerto por un tiempo. Me llevó un largo tiempo conseguir la
sujeción de esto. Sólo necesitas practicar y ser paciente. Ahora inténtalo.
Me senté y miré el libro y suspiré.
—Ves que la parte de tu problema es que te estás resignando a fallar antes de
incluso haber intentado algo.
—No lo estoy —dije tercamente—. Intenté algo hoy, pero no fue tan bien como
lo planeé. Ahora cállate y déjame concentrarme.
—Por supuesto —dijo, acomodándose de nuevo en la cama con sus brazos
doblados.
Traté de hacer lo que dijo, intenté concentrarme. Traté de absorber el calor,
pero cada vez que pensaba que podía hacerlo, mi mano pasaba a través del maldito
libro.
—¡Lo dejo! —dije, después de que lo que parecieron horas sin llegar a ninguna
parte.
Agarró el libro, lo abrió como si nada, y continuó leyendo. Refunfuñé por lo
bajito. Me acerqué hasta reunirme con él en la cama, envolví un brazo a su
alrededor y puse mi cabeza sobre su pecho. Era tan agradable tener a alguien a
quien aferrarte, incluso si no era Jon.
—Ahora, ahora, ¿qué es lo que va a decir Jon? —dijo, como si leyese mi mente.
—Él no tiene que saberlo. 195
—¿Oh en serio? ¿Quieres fingir?
—No —dije, pero lo sujeté más fuerte—. No. —Me encontré arrastrándome
hasta su regazo—. No —dije cuando estuve cara a cara con él ahora.
—Lu, ¿qué vas a hacer?
—No lo sé. Sólo me siento tan frustrada por incluso no ser capaz de besarlo.
Sólo quiero abrazar a alguien y ser abrazada también.
—Así que, ¿qué es lo que quieres haga?
Me empecé a mover más cerca de él por un beso, pero el retrocedió.
—No creo que esto sea la forma como quieres empezar las cosas, estoy
bastante seguro.
—No. No lo creo.
—Así que, ¿recuérdame porque estás aun viéndolo?
—Porque se siente como si estuviese todavía viva cuando estamos juntos. Sólo
por pasar el rato, se siente como solía ser. No me trata nada diferente porque estoy
aún alrededor. Excepto por la estremecedora cosa de absorber, pero… no lo sé.
Solía ser suficiente. Pero ahora, de verdad necesito más.
—Me extrañas cuando no estoy alrededor.
—Absolutamente.
—Sabes que puedes tocarme todo lo que quieras.
—Sé que puedo.
—¿De verdad sientes como que estás siendo justa con Jon?
—No.
—¿Sientes como que lo estás sosteniendo?
—Sí. Estuvimos hablando justo sobre ello el otro día. Dice que no lo estoy sin
embargo.
—Mira, entiendo que quieras estar alrededor de la gente viva. Lo que quiero
decir es que pasé dieciocho años molestándote. Nunca habría concebido impedirte
hacer algo normal, sin embargo.
—Constantemente criticaste cada novio que traía a casa conmigo. Eras un
total dolor en el trasero.
—Sí, pero no te impedí tenerlos, a pesar de que te quería toda para mí.
—Bien, pero mira, si sólo me hubieras dicho que me querías en primer lugar, 196
podrías haberme tenido.
—Bueno, sé eso ahora, que no hice todas las cosas bien para que estuviéramos
juntos. Quiero decir, cuando estabas aún viva.
—Así que, ¿crees que estoy siendo egoísta?
—Mucho.
—¿Es sólo porque quieres meterte en mis pantalones?
—No llevas pantalones.
—¿Es sólo porque me quieres fuera de este vestido?
—Por el contrario, estás bastante caliente en ese vestido. Me fascinaría
hacértelo con ese vestido.
Me di cuenta que estaba todavía sentada a horcajadas sobre él cuando sentí
un bulto creciendo en su pantalón. Cambié mi peso un poco para acomodarme
mejor en su regazo.
—Y ahora no estás siendo justa conmigo —dijo en voz baja. Me miró fijamente
a los ojos, entonces dijo—: sé que no quieres hacer esto.
—Lo quiero hacer.
—No, no lo quieres.
—Cállate —dije, y me incliné otra vez para besarlo. En esta ocasión no se
apartó. Nuestros labios se unieron y agarré su cabello para acercarlo. Nuestras
bocas se abrieron, nuestras lenguas se encontraron la una a la otra, estaba
finalmente besando a Ryan. ¿Qué demonios estaba haciendo? Me aparté y rodé
fuera de él, cayendo al suelo.
—Lucy —se quejó—. ¿Porque me estás haciendo esto?
—No es que no quiera Ryan, de verdad, de verdad que lo quiero.
—¡Entonces hazlo ya!
—¡Lo siento! —grité. Estoy tratando de ser buena. ¡Pero sólo engaño a Jon!
—¿Todavía quieres estar con él? Porque eso suena como que estás preparada
para patear su trasero.
—Si… y no. Cuando no estoy con él, pienso que estaría mejor sin mí, pero
cuando lo veo de nuevo, todo vuelve a mí porque estaba tan loca de amor por él, y
porque parece que no puedo superarlo. 197
—¿Sabes que, Lu? Vete. Sal de nuestra habitación. Ni siquiera puedo mirarte
más.
—Está bien. Estaré en la habitación de Natalie. —No podía sostener su
mirada, así que me quedé en el suelo y me arrastré fuera de allí.
Me metí en la habitación de Nat y me acurruqué en la esquina, reviviendo el
beso con Ryan una y otra vez, desde el principio hasta el final de la noche.
Capítulo 21

Y
o aún estaba escondida en la habitación de Natalie cuando sentí el
cosquilleo por mi espalda. Asomé la cabeza por la puerta para
asegurarme de que la vista estaba despejada, corrí a través de la casa
hacia la puerta principal. Jon estaba ahí parado con los brazos alrededor de sí
198
mismo, saltando de arriba hacia abajo para mantener el calor. Oh mierda. Voy a
tener que decirle lo que pasó.
—¿Qué frío hace hoy? —pregunté, retrasando lo inevitable.
—Hacen aproximadamente menos tres grados ahora —dijo, a través del
castañeo de sus dientes mientras se dirigía hacia el coche. Abrió la puerta para mí,
diciendo—: No te metas en el motor.
—Sí, sí —dije, cuando cerró la puerta detrás de mí. Cuando entró a su lado, le
dije—: lo siento por todos los problemas del otro día. Todavía me siento muy mal
por tener que hacerte caminar por todo el lugar con tanto frío fuera. —Ahhhh,
escupe, escupe, sabes que esto no va a ir bien, díselo ya.
—No te preocupes, fue un día bastante malísimo, pero acabó…
—Ryan llegó a casa —le espeté, cortándolo en medio de una frase.
—¿Lo hizo? ¿Ha estado en el cementerio todo este tiempo?
—Sí.
—¿Qué ha estado haciendo?
—Metiéndose en problemas. Tomando ventaja de vírgenes confiadas.
—¿Por qué no me sorprende?
—Jon, tengo que decirte algo.
Jon me observó con una mirada en sus ojos de que no quería oír eso.
—Sí —dijo finalmente.
—Besé a Ryan.
—Aprovechándose de vírgenes confiadas, ya veo.
—No, quiero decir, yo lo besé. Realmente él trató de pararme. Y no soy
técnicamente una virgen más, de todos modos.
—Ese imbécil.
—No, él no hizo nada, hablo de la noche en que morí, con Julián.
—Ah mierda, lo olvidé.
—Se te olvidó.
—¡Lo olvidé! Me gusta fingir en ocasiones que no moriste, que nada malo pasó
esa noche. Me ayuda a pensar como si todavía estuvieras viva, y que no pasaste por
todo esto.
—¿Qué? Jon, no sé qué hacer con eso. 199
—¿Por qué lo besaste? —dijo, lanzándolo en mi cara.
Sacudí mi cabeza.
—No sé. Porque podía.
—¿De este modo, esto es mi culpa porque no te puedo besar?
—No, no digo que es tu culpa. Me siento horrible por lo que hice. No quiero
mentirte y no decir nada y fingir que nada pasó.
—¿No quieres fingir que nada pasó, porque quieres que pase otra vez?
—¡No, quiero que esto pase contigo! Me frustro cuando tengo que alejarme de
ti cuando estamos juntos, porque no te puedo tomar cuando lo intento. Muero sólo
por abrazarte ahora mismo, y no lo puedo hacer.
—¿No crees que yo quiero abrazarte?
—Estoy seguro que quieres abrazarme, Jon, es sólo que no lo puedes hacer.
Tuve un momento de debilidad. Vino a casa, y estuvimos en mi cuarto, y cuando le
toqué, realmente lo toqué. Es la única persona real para mí. No se estremeció con
mi toque o se separó porque estaba como hielo, es real. Y lo echo tanto de menos.
—Bien, lo entiendo. ¿Así, que estás rompiendo conmigo?
—Realmente no quiero.
—¿Vas a?
—Eso depende.
—¿De qué?
—De ti.
—No quiero. Pero no confío completamente ahora.
—Puedo entender eso.
—¿Qué pasa si nos quedamos juntos?
—No lo sé. ¿Más de lo mismo?
—Vas a regresar a él después de que me vaya, sin embargo.
—No tengo que. Puedo quedarme aquí.
—¿En el cementerio?
—Por supuesto.
—¿Lo harías? ¿Dejarías a tu familia y a Ryan, sólo para verme por un par de
horas todos los días?
—Supongo que puedo. Realmente no quiero volver a casa y enfrentarme a él 200
de todos modos.
—¿Realmente me quieres tanto, que renunciarías a eso?
—Creo que te quiero mucho.
Se detuvo prestando atención.
—¿Puedes darme un día para pensar esto?
—Claro. Tómate todo el día. Tómate todo el tiempo que necesites. No voy a
ninguna parte.
—¿Vas a quedarte aquí y esperar por mí?
—Sí. Lo haré.
—¿No crees que te extrañaran?
—No creo que nadie se dé cuenta que me he ido.
—Ryan lo hará.
—Bueno. Le daré un poco de su propia medicina.
Jon se sentó y me miró. Finalmente dijo:
—Creo que me voy a ir por ahora.
—De acuerdo. Voy quedarme y esperar hasta que vuelvas.
—¿Supongo que no quieres que te lleve?
—No, lo haré yo misma —salté por la puerta antes de que él pudiera salir a
abrirla para mí. No necesitaba al pobre tomando una hipotermia por el frío. Eso
sería un desperdicio.
Me acerqué a la tumba y me senté en la lápida. Me despedí mientras puso el
coche en marcha y salió fuera. Él no devolvió el saludo. Me puse cómoda para una
larga espera.
El sol se había establecido tres veces y aún no había señales de Jon. Me
preguntaba qué estaba haciendo, y si iba a hacerme esperar durante meses y meses.
No supe por qué le dije que se tomará su tiempo. Esperando por él me
desvanecería.
Cometí el error de quedarme dormida. Me acordé de Ryan mencionando una
vez, cuando me daba consejos sobre cómo ser un fantasma.
—Hagas lo que hagas, no te duermas —dijo.
—¿Por qué no? 201
—Tu cuerpo te reclama. No creo que te guste.
—¿Qué quieres decir con que te reclama?
—Te despertarás en tu ataúd.
—Oh. ¿Eso es tan malo?
—Será para ti, por un tiempo. Si sucede, trata de levantarte y busca el camino
hacia el aire libre.
Sus palabras resonaron en mi cabeza, antes de despertar, fue escalofriante
pensar en ver mi propio cuerpo en descomposición.
Cuando me desperté, no sabía dónde estaba. Estaba oscuro; Parecía que
estaba en un pequeño armario. Algo olía muy mal. Oh Dios mío, ¿qué es ese olor?
Mis ojos se ajustaron a la oscuridad, levemente iluminada por mi propio
resplandor. Volqué mi cabeza y me vi a mi misma pudriéndome. Los gusanos se
arrastraban a través de la cavidad ocular, otros bichos merodeaban en mi cabello.
Desafortunadamente, todavía no estaba en sólo los huesos, y mi piel parecía que se
estaba derritiendo en mi cara. No podía creer que solía decirle a Ryan que bajara y
me dijera que aspecto tenía.
—¡¡¡AHHHHH!!! —Por un momento me quedé atrapada dentro de ese ataúd,
el pánico se hizo cargo. Al final me acordé que en realidad no estaba enterrada viva,
yo ya estaba muerta y podría levantarme y acabar con esto, pero era difícil de
conseguir a través de toda esta suciedad. Hasta ahora en este momento de mi otra
vida, había intentado sólo pasar a través de objetos y cosas delgadas como puertas.
No había tratado de intentar pasar dos metros de tierra, fue una lucha encontrar el
camino de vuelta.
Finalmente encontré mi camino al aire libre, sólo quería ir a casa, llorar junto
a Ryan y que me abrazara y dijera sobre su primera vez durmiéndose. Pero prometí
a Jon que esperaría por él. No pensé volverme a dormir pronto, nunca.
Me hizo esperar una semana. No puedo decir que no estuviera molesta por el
tiempo que se tomó, pero estaba tan aliviada de que finalmente regresara, que lo
superé suficientemente rápido. Corrí a su coche antes de que incluso se detuviera y
salté a través de la puerta.
—Hola, me alegro que estés de vuelta.
—Sí. Al principio no estaba seguro de siquiera venir. 202
—Oh. ¿Entonces, es una mala noticia?
—No exactamente.
—¿No?
—No, pero siento que cada vez que nos juntamos, terminas preguntándome
todo el tiempo si lamento venir aquí. Así que hice un experimento.
—Un experimento.
—Fui una cita con una chica muy viva.
—Oh —¿Acabo de pasar una semana del infierno esperando averiguar sobre
nosotros y tú fuiste a una cita?—. ¿En serio? ¿Con quién?
—La chica que me dio su número en la fiesta de año nuevo.
—¿Creí que lo tiraste?
—Creo que se me lanzó encima y lo metió en mi bolsillo. Me olvidé de él hasta
la semana pasada. Le di una llamada y era un poco insistente en reunirnos. Sólo
quería hablar con alguien.
—Oh —sentí una repentina ola de celos a través de mí. ¿Alguien con quien
hablar que no fuera yo?—. ¿Cómo te fue?
—Fue horrible. Me pasé la mitad del tiempo pensando en cómo me hubiera
gustado que fueras tú. La otra mitad del tiempo sentí como si te estuviera
engañando. Luego trató de darme un beso de buenas noches, y casi la comí porque
sus labios no estaban congelados, tomó mi entusiasmo por el interés real y una cosa
llevó a otra...
—Ya veo —le dije, imaginando lo peor. Todo lo que hice fue besar a Ryan.
¿Sólo hasta dónde sé?
—No, sólo no podía controlarme.
—No me gusta el sonido de dónde va esto.
—Hice lo peor que probablemente podrías pensar.
—¿Te acostaste con ella?
La palabra sí, no pudo llegar a su boca, así que simplemente asintió.
—Oh, Jon.
—Después me sentí tan mal. Fui a casa y lloré en la ducha. Apenas conocí a
esta chica y me acosté con ella en nuestra primera cita.
—Oh, Dios. —No sentí lástima por él. Me sentí triste por ella—. Dijiste que no 203
era exactamente una mala noticia. ¿Qué es lo bueno acerca de esto?
—Admito que metí la pata. Pero me di cuenta de cuánto te quiero. Todo el
tiempo sólo quería que fueras tú. Te quiero, Lucy. Realmente, realmente te quiero.
—Me siento como si estuviera enferma, vomitaría todo tu auto ahora. No
puedo creer lo que hiciste.
—Es lo que debía hacer para darme cuenta que todavía estoy locamente
enamorado de ti. Si quieres saltar al motor y drenar la batería otra vez, adelante.
Vale la pena.
—Oh Dios mío, no puedo creer que hiciste eso.
—¿Lucy, me estás escuchando?
—¿Cómo pudiste hacerme eso?
—Te quiero.
—¡Cómo pudiste hacerme eso a mí!
—¡No sé, simplemente sucedió! No pude detenerme una vez que empezamos.
—¿No pudiste detenerte? ¿Qué tan difícil es decir no?
—Es sólo que no salgo. Tengo toda esta tensión acumulada... y encontré una
liberación y no era ideal pero era real. Y metí la pata, muy mal.
—Eso es de lo que se trata, ¿no? Esto no es real.
—¿Qué no es real?
—Nosotros. No somos reales.
—Por supuesto que somos reales.
—No tenemos una verdadera relación, juntos. Somos un chiste.
—No somos un chiste.
—Jon, vamos. Continuar con esta relación fue la cosa más ridícula que he
hecho, y lo has probado.
—¿Por qué dices eso? Te quiero.
—No es lo mismo ahora que cuando estaba viva. ¿No lo entiendes?
—Aún te quiero.
—¡Oh Dios mío, deja de decir eso!
—Pero es cierto. No sé qué haría sin ti en mi vida.
—Me morí. Jon, estoy muerta. Creo que es hora de que me dejes. Y en este
momento, no quiero volverte a ver más. 204
—No digas eso.
—Adiós, Jon. —Salí del auto y comencé a caminar a la puerta. Salió a
seguirme.
—¿Eso es todo? ¿Te vas a ir?
—Te encuentro bastante repugnante ahora, sólo quiero volver a casa.
—Caminé tan rápido como pude sin correr, y estuvo a un paso detrás de mí todo el
camino.
—Pero quiero que te quedes conmigo.
—No.
—¡Pero te quiero!
—Eso no es suficiente, Jon. ¡No te imaginas cuánto me has decepcionado!
—¡Oh, vamos! No es como si no hiciste lo mismo.
Me detuve a mirarlo a la cara para asegurarme de que escuché cada palabra
que dijo.
—Mira, admito que besé a Ryan. Pero me detuve de ir más lejos que eso. Yo
no quería parar, pero lo hice porque sentí que te estaba traicionando. Lo que hiciste
es muy importante. No puedo perdonarte y olvidar que te acostaste con otra chica,
sólo porque echas de menos la versión viva de mí. Se terminó, Jon, no estamos
más.
—Pero ahora me doy cuenta que quiero estar contigo para siempre, Lucy. No
quiero a nadie más.
—Jon, no, ¡olvídalo! No eres el mismo chico del que me enamoré. ¡Él no
habría hecho eso, nunca, ni siquiera conmigo!
Comencé a correr porque tenía que alejarme de él. Estaba casi en la puerta.
Él se detuvo, simplemente gritó:
—¡Lucy! ¡Regresa! ¡Lucy!
Desaparecí en el patio delantero. Si dijo algo más, no lo escuché.
Me escabullí arriba en la habitación. Ryan estaba ahí parado en medio. Estaba
ansiosamente alegre. No estaba segura si iba a gritar, llorar o gritar de alegría.
Tuvimos un enfrentamiento silencioso durante unos minutos.
Finalmente, dijo:
—¿dónde has estado? 205
—Sabes dónde he estado.
—Has estado fuera durante mucho tiempo… —se detuvo, queriendo decir
más, pero parecía estar luchando con lo qué decir.
Me encogí en respuesta, esperando a que me gritara.
—Por favor, no me dejes otra vez —dijo suavemente.
Incliné la cabeza y escondí mi cara, tratando de contener las lágrimas.
—¿Estás bien, por lo menos? —dijo—. He estado preocupado toda la semana
por ti.
Ese es mi Ryan, siempre esperando al idiota, cuando, de repente, su lado
dulce sale a la luz. Le respondí echandome a llorar. Él imprevistamente dio un paso
hacia mí y abrió los brazos, no segura de aceptar su abrazo. Caí en él y hundí mi
cara en su pecho. Me abrazó y me dejó llorar, no preguntó, no dijo nada en
absoluto, incluso cuando las luces parpadearon a nuestro alrededor. Él
simplemente me abrazó y era todo lo que necesitaba.
Con el tiempo, Ryan me preguntó qué había pasado. Estábamos acostados
juntos en la cama. Yo tenía mi cabeza en su pecho y él estaba acariciando mi cabello
cuando lo mencioné.
—Se acabó. Con Jon. He terminado.
—Me imaginé que era algo así. Pero ¿por qué te fuiste por tanto tiempo?
—Le hablé de cómo te besé. Él dijo que no confiaba en mí y necesitaba tiempo
para pensar acerca de las cosas, así que le dije que esperaría allí por él. Pensé que si
venía a casa las cosas se pondrían más confusas contigo, así que me quedé fuera.
Pero él se fue por una semana. Me dijo que salió a una cita y todo el tiempo pensó
en mí. Pero luego terminó durmiendo con ella. Y me dijo que eso lo hizo darse
cuenta de lo mucho que aún me quería, pero ese no es el tipo del que me enamoré.
Así que lo dejé allí en el cementerio, persiguiéndome.
Después de unos minutos, Ryan dijo:
—¿Me preguntaste antes sobre Vicky?
—¿Hm?
—Ella fue mi novia el último año de escuela secundaria. Fuimos juntos al
baile, pasamos el verano juntos y cada minuto, antes de que fuéramos a la
universidad. Nos prometimos escribir y llamar, mantenernos en contacto y todo 206
eso, y nos vimos en las vacaciones. Pero supongo que no era muy bueno para
mantenerme en contacto con ella durante el año. No puedo decir que estoy
totalmente libre de culpa con lo que sucedido. ¿No sé si ella se sentía abandonada?
De todos modos, el primer año terminamos y era vacaciones de verano. Su primo se
casaba y ella quería que fuera su cita. Fui y me compré una nueva camisa, corbata y
todo. Me detuve en su casa para asegurarme de que todo parecía estar bien, iba a
ser divertido si nuestros colores no concordaran, lo que fuera que eso significaba.
Pero cuando llegué a su casa, la vi aparcada en el estacionamiento, besándose con
otro chico. Nunca la enfrenté, nunca le dije nada. Nunca le devolví las llamadas,
por lo que ni siquiera sabía que yo no volvería más. Simplemente me encerré
durante un tiempo. Fue la primera chica de la que me enamoré, y ella total y
completamente rompió mi corazón. Y no fue mucho después, cuando morí.
—¿Por qué me estás diciendo esto ahora?
—Porque todo lo que estás sintiendo ahora va a mejorar. Porque necesito que
sepas que no soy perfecto, pero soy capaz de amarte, de la manera que te lo
mereces. Y ya que estabas tan curiosa de leer mi correo privado, pensé que debía
explicarme.
—Lo siento. Cuando la encontré, pensé que era en realidad una carta de amor
antes de que empezara a leerla.
—Sí, bueno, sé que no soy siempre una fuente de información acerca de mi
antigua vida, en realidad no puedo culparte por ser curiosa.
—Ryan, lo siento. Me siento mal por lo que hice.
—¿Lo sientes por qué? ¿Leer mi correo? O salir corriendo a ver a tu ex novio
todo el tiempo, o la parte donde empiezas a besarme y luego me dejas solo durante
una semana o la parte donde me hiciste regresar al cementerio...
—Yo no lo hice, lo hizo tú maldita terquedad. Pero sobre todo, siento dar por
hecho que lo nuestro acabaría. Creo que pensé que siempre estarías aquí, no
importando cómo te tratara, porque sabía que al final acabaría contigo. Pero estaba
aferrada a mi antigua vida y estar con Jon me hizo sentir como si esto no fuera
exactamente real, como si nunca hubiera muerto. Pero entonces cuando no estabas
aquí, había momentos que parecía que me faltabas más que mi propia vida. Nunca
he estado más de unos pocos días sin ti. Pero es algo bueno que me dejaras sola, 207
porque probablemente habrías permitido que siguiera adelante con Jon, aunque en
el fondo sabía que en última instancia, tú eres con él que quiero pasar el resto de mi
vida.
—Pero estás muerta.
—Sabes lo que quiero decir, listillo. Para de lanzar palabras —le dije,
golpeando su brazo.
—Ay —dijo, frotando su brazo—. No estoy acostumbrado a tanto abuso.
Prefiero que me golpees sin embargo a que no lo hagas.
—Eso suena un poco raro, pero está bien, lo tomaré.
—No te preocupes, no me dolió mucho.
—Déjame intentarlo otra vez.
—Ya que estamos siendo honestos, tengo una confesión.
—Uh-oh.
—¿Sabes que dije que había una chica en el cementerio con la que me metí en
problemas?
—Sí... —dije, preguntándome si la embarazó o algo así, si era posible.
—No había ninguna chica. Bueno, no cualquier chica con la que quisiera
meterme, de todos modos. Lo dije para ponerte celosa. Sentí que necesitaba
recordarte que soy un buen partido.
—¿Por qué entonces viniste a casa si no estabas en problemas?
—Porque te extrañaba, idiota. —Me dio una de sus sonrisas torcidas y se
acurrucó más cerca.
—Oh.
—¿Qué pasa ahora?
—Necesito algo de tiempo. Te quiero, Ryan, pero no quiero empezar las cosas
contigo cuando todavía me siento tan mal.
—Tómate tu tiempo. Pero no me dejes solo en esta casa otra vez.
—¡Mira quién habla!
—Shh, estamos teniendo un buen momento, digamos que no lo arruines
recordando lo idiota que soy.
Finalmente sonreí por primera vez en días. 208
—Eres mi idiota, sin embargo, te perdono.
Capítulo 22

G
astamos mucho tiempo juntos en la cama mientras me compadecía.
Aún estaba triste sobre Jon, pero por lo menos había parado de llorar
por lo más mínima. Recuerdo a mamá decir sobre el accidente de
Ryan, y decidí tener la historia completa del caballo en sí.
209
—Así que, mamá hizo una pequeña investigación sobre ti.
—¿Investigación? ¿Qué tipo de investigación?
—Ella oyó que no era la única fantasma en la casa y quería saber más sobre ti.
Encontró un artículo sobre la noche que moriste.
—¿Qué decía?
—Básicamente, que estabas manejando borracho, impactaste tu camioneta y
las otras dos personas sobrevivieron, pero tú moriste.
—¿Ellos sobrevivieron? —dijo él, animándose en las noticias de esto.
—Sí, ¿no sabías que habían vivido?
—No estaba seguro. Fue realmente un mal accidente, el auto estaba
totalmente demolido. Recuerdo volar fuera del auto y sólo en cierto modo aparecí
fuera de mi mismo, pero no veía los fantasmas. Ambos parecían estar en muy mala
forma sin embargo, no estaba seguro si habían muerto en el hospital después o si
estaban vivos.
—¿Realmente estabas borracho?
Ryan suspiró.
—Mira, tomé una cerveza en toda la noche, apenas tenía un zumbido nada
más por el tiempo que dejamos. Mis amigos tenían mucho más sin embargo, ellos
estaban totalmente colgados. Pensaba que era el responsable. Incluso si no era mi
auto, Mike nos llevó a todos al concierto. Pero él estaba tirándosele a una chica allí
que tenía veintiuno y desde que ella era capaz de ser útil, él siguió dándole su
dinero y ella seguía comprándole cerveza.
—¿Qué edad tenían tus amigos?
—Todos teníamos diecinueve.
—Así que, ¿perdiste el control sobre el auto camino a casa?
—No. Maldita ardilla.
—¿Disculpa?
—Viré hacia el lado de la carretera porque una ardilla corría derecho frente a
mí, pero allí había una empinada zanja sin una barandilla protectora y dejé al auto
arrancar hacia abajo, empujé el volante duro para que regresáramos a la carretera.
Pero supongo que sobre compensé, porque la siguiente cosa que sé es que estoy en 210
dirección contraria al tráfico del carril yendo directo a un camión compacto. No
llevaba mi cinturón de seguridad y volé fuera del parabrisas hacia el camión. El
vidrio me cortó, y golpeé al camión, no estoy completamente seguro qué realmente
me mató, pero me veía espantoso cuando finalmente me di cuenta de que me
estaba viendo a mí mismo, solo yo estaba fuera de mi mismo. Mike y Ray aún
estaban dentro del auto, pero sabía con mirar que las cosas que ellos no podían
estar en buena forma. Entonces la policía apareció y una ambulancia estaba allí en
un santiamén. Recuerdo que el oficial parecía acostumbrado a atosigarme todo el
tiempo.
—Recuerdo que me dijiste sobre eso antes.
—¿Lo hice?
—Sí, dijiste que él parecía genuinamente afectado cuando se dio cuenta de que
eras tú.
—Oh sí, olvidé que habíamos hablado sobre eso. Lo estaba. Realmente lo
estaba. De todas maneras, ellos anunciaron mi muerte en la escena del accidente,
pero tomaron a Mike y Ray lejos en la ambulancia y nunca vi u oí nada sobre ellos
de nuevo. Supongo que aún estaban en el hospital en el momento de mi funeral.
—¿Ellos nunca fueron a visitar tu tumba?
—Pudieron hacerlo. Me quedé lejos de primera. No me di cuenta que esa
sensación fastidiosa de hormigueo quería decir de primera. Pensé que era sólo algo
extraño fantasmal después del efecto. Me escondí aquí en nuestra habitación la
mayor parte del tiempo. Después de unos pocos años mis padres se mudaron,
supongo que habían muy malos recuerdos de mi.
—No puede haber sido tan fácil para ellos vender su casa. Estoy segura que
tenían buenos recuerdos también.
—Era un dolor en el trasero, probablemente no demasiados buenos.
—Todavía, eres su hijo, y moriste. Ellos te amaban. ¿Cómo no podrían
amarte?
—Sentí como que no, cuando ellos se mudaron. No podía creer que me habían
dejado. Estaba tan solo. —Se iba rompiendo poco a poco, limpié sus ojos con la
parte de atrás de mi mano. La sostuve un tiempo, y besé su frente. Se inclinó hacia
mí y lloriqueó—. Y entonces tus padres compraron esta casa, y Natalie tenía como 211
dos y era una estúpida tonta pequeña niña. Tu mamá estaba enorme contigo, y
pintaron la habitación rosada, y todo lo que pude pensar era, oh genial, otra
estúpida tonta niñita. Pero eras diferente. Tan pronto como te trajeron a casa,
podía decir que sabías que estaba aquí. Tu mamá podía estar caminando alrededor
contigo y tú sólo podías mantener tus ojos en mí. ¿Recuerdas como acostumbrabas
a tener esas fiestas de té y siempre dejabas un espacio abierto para mí?
—Sí, lo recuerdo.
—Me acostumbré a pensar en ti como a una pequeña hermana que nunca
tuve.
—Me acostumbré a pensar en ti como un hermano mayor. Hasta la
secundaria. Entonces tuve un enamoramiento por ti.
—Es cuando comenzó. ¿En la secundaria?
—Sí. Recuerdo pensar que ninguno de los chicos era tan genial como tú.
Ninguno era tan lindo como tú. Ninguno de ellos me volvía loca como tú.
Él rió.
—Volverte loca es mi pasatiempo favorito. Creo que me di cuenta una vez que
comenzaste a traer a Julián alrededor. Recuerdo que lo pasaste a escondidas aquí
arriba para hacer el tonto alrededor un rato y dejé la habitación para que tuvieran
algo de privacidad, pero en realidad deseé ser él por un minuto. Quizás porque
odiaba al tipo demasiado. Pero de todos modos, ¿crees que soy lindo?
—No. Lindo realmente no es lo que eres.
—¿Qué soy?
—Sabes lo que eres.
—No realmente, ¿qué soy?
—¿Realmente me vas a hacer decirlo?
—No sé qué vas a decir, así que si me encantaría oírlo.
—Bien. ¿Cómo explico esto? Cuando estaba viva, pensé que eras lindo. Pero
realmente no podía verte. Quiero decir, podía verte pero nunca realmente tuve una
perfecta mirada de ti, es como que de alguna manera siempre estabas en la sombra.
Realmente no estoy segura como explicar cómo me parecías. Tipo como una
versión blanca y negro de ti. Siempre pensé que tenías ojos cafés porque se veían
oscuros. Pero ahora que ambos estamos muertos, puedo ver claramente ahora. — 212
Comencé a mirar su rostro y yo tenía una sonrisa de cómo tan encantador él es.
—¿Qué es tan divertido?
—Nada.
—¿Por qué estas sonriendo así?
—Porque me gusta mirarte.
—¿Por qué? Aun no me dices que soy. Y si crees que no soy más lindo,
realmente me estas preocupando sobre qué piensas que soy ahora.
Tuve que reír.
—¿Honestamente no sabes cuan hermoso eres?
—¿Crees que soy hermoso? —Se veía desconcierto por esta noticia.
—Creo que eres el más hermoso, atractivo, magnifico muerto, caliente, sexy, y
todo alrededor de sorprendente chico que nunca conocí.
Se sentó allí y parpadeó hacía mí.
—Vicky solía decir que era demasiado pequeño y necesitaba un bronceado.
Ella ni una sola vez me dijo que era lindo.
—Vicky suena como una idiota, de lo poco que he oído de ella.
—Mi mamá siempre decía que tenía la oscura mirada irlandesa de mi padre
en mí. Creo que ella sólo estaba tratando de hacerme sentir bien sobre mí.
—Pero no eres negro. ¿Qué incluso quiere decir?
—Quiere decir que te ves como yo. Siempre pensé que era el tipo extraño de
tener cabello negro con ojos azules, parecía innatural para mí. Pero de todos
modos. —Me miró—. ¿Crees que soy sexy?
Sentí que me ruboricé y lo abracé, enterré mi rostro en su pecho, negándome
a admitir incluso lo que había dicho.
Me empujó hacia la cama con él y me sostuvo de espaldas.
—No, espera, era caliente, sexy y sorprendente, ¿no es así? ¿Por qué no nos
estamos besando?
—Cállate.
Nos tendimos juntos tranquilamente por un tiempo, él tenía una sonrisa de
satisfacción pegada en su rostro todo el tiempo. Entonces de algún modo un caso 213
de risitas tontas.
—¿Qué es divertido? —preguntó.
—Moriste por una ardilla. Eres un gran blandengue.
—No es gracioso.
—No quieres decir, ¿tarado gracioso?
—Ja, ja, sólo estas partiéndote de la risa, ¿no es así?
—Como un nogal.
—Bien, ¿qué más tienes?
—Nutin honey.
—¿No es del comercial de un cereal? No quería correr sobre la maldita ardilla,
¿bien?
—Estabas loco si querías.
—¿Puedes parar ya?
—Tarado si lo ayudaste.
—Estas siendo muy sentimental con esto.
—¿No quieres decir poco sentimental? Además, no puedo incluso ver una
ardilla afuera en la noche. ¿Estás seguro de que realmente era una ardilla?
—Creo. Quizás era un zorrillo.
—Oh, eso realmente apesta.
—O un muerto.
—¡Imposible!
—Me agrada que mi muerte sea tan divertida para ti.
—He estado bajo la ilusión que eres un tipo de cabrón, pero estoy totalmente
equivocada. Aun eres tarado sobre ti sin embargo.
Él sonrió en una manera que dice que estaba irritando el infierno fuera de él
pero no objetaba.
—Soy un tipo de tarado sobre ti también.
Conseguía ser agradable sólo por pasar tiempo con Ryan de nuevo. No había
una tensión intranquila entre nosotros más, no me preocupaba sobre lo que otras
personas pudieran pensar, no me sentía culpable por gastar cada segundo con él.
Podía sentir la felicidad trepando de nuevo. Era casi como en los viejos días.
Estaba en la habitación tratado de tirar un libro abierto, cuando Ryan vino y 214
anunció:
—¡Stazi tiene un montón de películas de terror! ¡Acaba de poner Poltergeist!
¡Vamos!
—Ohh, ¡Poltergeist!
Quizás era extraño que de todos los tiempos mi película favorita fuera una
película de horror de los ochenta, pero viviendo en una casa embrujada era sólo
algo que podía totalmente relacionar. Bajamos las escaleras y nos sentamos en el
reclinable, lanzando al otro fuera del camino para conseguir estar cómodo. Miré
sobre el piso y vi a Stazi tener otras pocas películas de miedo para poner.
—Ella debe estar haciendo una búsqueda para alguna cosa del club de drama.
—¿Quién cuida? La última vez que ella vio algo quería ver por una vez.
Me senté en la silla nerviosamente, no siendo capaz de estar cómoda. Cuando
aún estaba viva, Ryan usualmente se sentaba conmigo en esta silla todo el tiempo,
pero supongo porque en cierto modo él sólo podía sentarse medio a través de la
silla, realmente nunca tuve un tema para conseguir conforto. Ahora, estaba
tratando de situarme entre el brazo de la silla sin ir a través y empalmándome
contra Ryan, quien estaba claramente irritando.
—Lu, ¿cuál es tu problema?
—No puedo estar cómoda.
—Puedes venir aquí ya —dijo, medio recogiendo mis piernas sobre su regazo
ahora. Envolvió sus brazos alrededor de mí y pronto estábamos tranquilamente
acogedores en la silla. Incliné mi cabeza en su pecho, envolviendo un brazo
alrededor de su cintura y sentándome.
—¿Bien ahora? —dijo.
—Sí.
—¿Terminaste de moverte?
—Oh, sí.
—Bien —me besó la frente y envolvió su brazo más apretadamente alrededor
de mí. Di un vistazo arriba y me di cuenta que tenía una enorme sonrisa en su
rostro. Probablemente para la primera vez desde que morí, realmente sentí paz. No
podía ayudar pero sonreí mientras miraba sobre el cuerpo de Ryan sosteniéndome.
Él realmente me sostenía. ¿Es esto todo lo que necesitaba para ser feliz en la 215
muerte? Volví mi vista para ver la película, ocasionalmente dándole a la cintura de
Ryan un pequeño apretón cuando paré de pensar como me encantaba estar sentada
allí tan acogedoramente con él.
Pero el infierno se desató cuando llegó la escena del payaso al final. Ese maldito
payaso. Siempre saltaba con el jodido payaso. Ryan sabía que esto era demasiado
bueno, esto era un poco de él mientras perfectamente sincronizó hacerme
cosquillas agarrando mi cintura, mientras Robbie se incorporaba y el payaso la
agarró al mismo tiempo. Chillé y salté, deseé tener un imprevisible efecto en el
reclinable mientras lo inclinaba hacia atrás y el reposa pies se levantaba. Stazi gritó
y corrió fuera de la habitación.
—Santa mierda, ¡no puedo creer que hiciste eso! —Ryan se reía de mí;
impresionado con el poder que tomé para inclinar el reclinable hacia atrás.
—¡Eres tan imbécil! ¡Sabes que siempre salto en esta parte! —dije, codeándolo
duro en el vientre.
—Para —dijo, riendo y agarrándome de nuevo.
—Tú, para —dije, haciéndolo reír más fuerte.
—Lu, en serio. —Luchó por decir, mientras estaba en el borde de las lágrimas
por reír. Una pelea de cosquillas con Ryan era mucho más divertida cuando él
estaba de buen humor. Ambos estábamos muertos de risa, pero él eventualmente
ganó mientras agarraba ambas de mis muñecas para pararme. Después de un
minuto de calmarnos, de repente se inclinó y me besó. Esto era mucho mejor que
las cosquillas. Él soltó mis muñecas y toqué su rostro, no queriendo nunca parar.
Envolvió sus brazos alrededor de mí y me empujó más cerca de él. Este momento
era perfecto, no había culpabilidad. Solo estábamos Ryan y yo.
Hasta que Stazi regresó a la habitación con una tabla de ouija. Ella estaba
visiblemente sacudida y cantando para sí misma.
—Sólo era Lucy, sólo era Lucy, sólo era Lucy, sólo era Lucy…
Paramos de besarnos finalmente y se inclinó hacia adelante contra mí y miró
a mis ojos.
—Creo que tu hermana está tramando algo —dijo después de un momento,
mirando para verla sentada en el piso con una tabla de ouija en su regazo.
—Creo que la asustamos. 216
—Todo eso eras tú.
—No puedo pillar que pasaría si no me agarras en el punto exacto sin
embargo.
—Todavía, todo eso eras tú.
—Lucy —dijo, mientras ella dejaba sus dedos en la plancheta—. ¿Eras tú? —Su
voz sonaba muy tensa.
—Será mejor que hable con ella —dije. Pero no quería salir del regazo de
Ryan.
—Ve entonces —dijo, soltándome de sus brazos.
Renuentemente me empujé y me senté frente a Stazi, lentamente deletreé,
Si estoy aquí.
—¿Hiciste lo del reclinable?
Sí.
Ryan gateó al piso y se sentó al lado mío, mirándome mover con cuidado la
plancheta a través del tablero.
—Eres tan mala en esto.
—Cállate.
—No me di cuenta que podías mover cosas como esta —dijo.
Nuevo truco, deletreé, tomándome por siempre.
—¿Puedo por favor ayudarte con esto? —preguntó Ryan.
—Yo invito.
—Realmente me asustaste.
Lo siento sobre esto, deletreamos mucho más fácil con Ryan allí. Él incluso
fue lo suficientemente inteligente para pausar entre palabras.
—Oh, pareces como que has conseguido mejorar en esto ahora.
Tengo un poco de ayuda ahora.
—¿Ayuda?
Ryan ha vuelto.
—¿Esta aquí? —La tensión en su voz subió una octava más alta con la noticias.
Sí, hola Stazi es tan agradable conocerte oficialmente.
—¿Este es Ryan hablando?
Si realmente no queríamos asustarte solo estábamos divirtiéndonos mirando 217
la película contigo.
—Recuerdo como Lucy amaba Poltergeist. Estábamos hablando sobre hacer
un show de miedo para el próximo rol así que sólo conseguí estas cosas. Quizás me
incline esta vez.
Pensamos que era algo como eso cuando vimos todas esas películas fuera.
—Oh, sí. Me conocen, soy perfeccionista. Quiero decir, Lucy me conoce de
todos modos.
Te conozco también.
—¿Lo haces?
He estado aquí desde antes que nacieras viéndote crecer.
—¿Lo hiciste?
Lo siento sobre Malcolm sé que has estado muy afectada Lucy me dijo todo
sobre eso.
—Sí, es un imbécil. Me botó por la estúpida Jenny. Me imagino que si tuviera
el papel principal puedo ser atractiva para él de nuevo y entonces aplasto su
corazón como él me lo hizo a mí. Eso es lo que quiero decir.
Los chicos pueden ser imbéciles.
—Sí, pueden serlo. Estoy comenzando a ver porque Lucy merodea contigo. No
me pareces un imbécil.
Soy probablemente el más grande imbécil que puedas conocer pero estoy
locamente enamorado de tu hermana
—¿Eso es correcto?
Absolutamente.
—Lucy, ¿qué tienes que decir sobre esto?
Mismo aquí.
—Awww, eso es dulce. Me alegro chicos que estén finalmente juntos. Sonabas
tan sola la última vez que hicimos esto. Mucho mejor ahora. Deseo saber cómo
luces así podría imaginarme con quién estoy hablando.
Tienes un lápiz y papel.
—Um, seguro. —Stazi dejó ir la plancheta y fue a su habitación por un
segundo, y regresó con un cuaderno y lápiz. Se sentó en el piso y los empujó frente
a ella—. ¿Ahora qué? 218
Ryan recogió el lápiz y comenzó a dibujar en el cuaderno. Después de unos
pocos segundos de esto, Stazi cayó.
—¡Creo que ella se desmayó! —dije.
—¡Amigo! Creo que nunca había visto esto antes.
—Siento como que podríamos hacer algo, pero no sé qué.
—No sé qué tampoco. Podríamos probablemente sólo dejarla sola. Además
tus padres vendrán a casa tarde o temprano.
—Sí, supongo. —Miré sobre el cuaderno—. ¿Qué estas dibujando allí?
—Nosotros.
—Eso es lindo. Creo que ella puede con esto.
Lo miré trabajar con el lápiz preguntándome que podría ver si no pudiera ver
a Ryan sosteniéndolo. Lo vi hacer esto algunas veces, pero siempre lo veía cuando
lo estaba haciendo. Estaba teniendo un duro momento imaginándome como se veía
para Stazi.
Él terminó después de un rato, y lo firmó: “Bienvenida después de la vida,
amor Lucy y Ryan”. Puso abajo el lápiz y nos sentamos y esperamos con ella hasta
que despertó.
Ella se incorporó lentamente mirando alrededor a las películas, la tabla de
ouija y el bloc de notas, como si estuviera tratando de comprender que había
pasado. De repente sus ojos se agrandaron mientras ella veía el cuaderno tendido
abierto con un dibujo garabateado de Ryan y yo.
—Qué demonios… —Ella recogió el bloc de notas y leyó el mensaje de Ryan en
voz alta para ella—. No está mal.
La puerta frontal comenzó a sonar con las llaves abriéndola, y ella chasqueó el
cuaderno cerrándolo y lanzó la tabla de ouija debajo del sofá. Mamá y papá
caminaron mientras ella estaba escondiendo la última pieza de evidencia de
nuestro encuentro.
—Hola, Stazi, ¿Qué has estado haciendo?
—Sólo terminando de ver Poltergeist y estaba colocando The Omen.
Estábamos hablando de hacer algo sobre miedo en nuestra próxima función.
—Poltergeist, huh, era la favorita de Lucy. Nunca entendí por qué, sin
embargo. 219
Mientras mamá y papá llevaban la conversación con Stazi, Ryan me codeó y
movió su cabeza hacia las escaleras.
Nos paramos y nos escabullimos a nuestra habitación, andando de puntillas
en las escaleras como que si posiblemente arrastráramos alguna atención hacia
nosotros. Una vez que estábamos seguros arriba en el rellano lejos de ojos que no
podían vernos de todos modos, él me hizo girar así que estábamos frente a frente,
toqué su mano en mi mejilla, y me ladeé para que me besara de nuevo. Esta vez fue
lento y delicado e incluso sólo sus labios, me hacían sentir débiles las rodillas.
—Estoy locamente enamorado de ti, sabes —dijo, mientras su pulgar cepillaba
mis labios.
—Será mejor que lo estés. Porque estás bastante atrapado conmigo para
siempre.
Capítulo 23

D
espués de ese primer y segundo beso, hubo muchas sesiones de
besuqueos con Ryan. Cada vez él los terminaba mientras yo todavía
quería más. No estaba segura si su caballerosidad era debido a mi
ruptura con Jon, o si él simplemente no estaba tan atraído por mí como yo lo
estaba por él. Nosotros estábamos cómodos en la cama, mi cabeza descansando 220
sobre su pecho. Él estaba leyendo un libro en voz alta cuando lo interrumpí.
—¿Ryan?
—¿Sí?
—Tú nunca me dijiste lo que piensas de mí.
—Creo que eres grosera al interrumpirme mientras trato de leer mi libro.
—No, en serio. ¿Qué piensas de mí?
—¿Estás densa?
—Ahora mira, eso mismo. A veces tú eres absolutamente malo. Luego me
dices que me amas y que estás loco por mí. Pero cada vez que nos besamos siempre
detienes las cosas antes de que nosotros vayamos más allá de solamente besarnos.
Estoy preocupada, ¿crees que hay algo malo en mí?
—Wow, estás densa.
—¿Puedes dejar de ser cruel y solamente contestarme?
Él dejó su libro de lado y miró abajo hacia mí.
—¿Lu, recuerdas que fuiste violada la noche en que moriste, verdad?
—Bueno, sí.
—Entonces, tal vez no te he estado presionando en nada porque pienso que
podría haber sido un poco traumático para ti, y no quiero hacerte sentir incómoda.
—¿En serio?
—Sí, en serio.
—Eso es muy considerado de tu parte.
—Considerado es mi segundo nombre, nena.
—Así que no es. ¿No crees que haya algo mal conmigo entonces?
—Hay una tonelada de cosas malas contigo.
—Oh, vamos.
—No me dejarás terminar de leer mi libro, para comenzar. —Él levantó su
libro y comenzó a leer otra vez.
—Espera, realmente todavía no contestaste mi pregunta.
Él suspiró y dejó su libro otra vez.
—¿Cuál es tu pregunta exactamente?
—¿Qué piensas de mí?
—¿Te dije que te amo, qué más quieres? 221
—¿Por qué? ¿Por qué me amas?
—Porque eres increíble.
—¿Soy increíble? ¿Estás en quinto grado?
—Sabes que no soy bueno con estas tonterías sentimentales de chicas. ¿Qué
quieres de mí?
—Sólo quiero saber lo que piensas honestamente de mí.
—¿Y tú en serio no lo sabes? —Él miró hacia abajo como si yo fuera la única
siendo difícil aquí.
—Solamente quiero que tú me lo digas. ¿Por qué eso es tan difícil?
—¡Porque creo que eso debería ser bastante obvio para ti!
—¡Realmente necesito que me lo digas claramente!
—¡De acuerdo, está bien! Creo que eres dulce, amable, tolerante, encantadora,
y considerada, sorprendente a veces, excepcionalmente talentosa en la fabricación
de vestidos, un poquito loca, muy fastidiosa, especialmente ahora mismo, pero por
lo general es divertido pasar el rato contigo, pero puedes ser un gran dolor en el
culo sin embargo.
—¡Hey!
—¡No me interrumpas —él dijo, poniendo un dedo en mis labios—. Me gusta
que compraras mi música favorita porque me recordaras cantándote las canciones
cuando eras pequeña. Me encanta que me compraras cigarrillos cuando llegaste a
visitar mi tumba, aun cuando desaprobaras eso. Me gusta verte todos los días y que
tú todavía vinieras a visitarme al cementerio. Mi propia familia nunca pondría
tanto esfuerzo. Eres mi mejor amiga en el mundo entero. Eres en realidad mi única
amiga en todo el mundo, y creo que soy afortunado de lograr pasar mi vida después
de la muerte contigo. Tu cuerpo es increíble y tú no pareces darte cuenta de cuán
hermosa eres, lo que te hace incluso más atractiva para mí. Más bien disfruto
besarme contigo y quiero hacerlo mucho más, pero estoy bien llevándolo despacio
hasta que estés lista porque te amo. ¿Cómo fue esto?
—Fue increíble.
—¿Estás en quinto grado?
—Cállate.
—¿Puedo volver a leer ahora? 222
—Seguro.
Acurruqué mi cabeza hacia abajo en su pecho y sonreí. Esa fue la cosa más
bonita que alguien me había dicho alguna vez en mi vida. Supongo que Ryan tenía
razón de estar preocupado por mi terrible experiencia, pero sinceramente, después
de que morí, todo lo que realmente quería era algo a que aferrarme. Posiblemente
había estado tratando de conservar mi vieja vida al intentar que las cosas
funcionaran con Jon, pero eso fue un completo fracaso. Parecía tan simple ahora,
tan fácil, natural y correcto, no sabía cómo me desvié del camino. Todo en mi vida
había estado llevándome a Ryan. Y aquí estaba yo sosteniéndome en él.
Me encontré trazando círculos sobre su estómago, mi dedo torciéndose arriba
de los pliegues de su camisa. Me di cuenta que me quedé mirando su pantalón, y
mientras su camisa siguió subiendo pude ver un poquito de su bóxer a cuadros
asomando hacia fuera. Comencé a pensar cuánto quería desabrochar su pantalón y
ver el resto de ellos.
No podía soportarlo más. Finalmente tuve el coraje de preguntar:
—¿Ryan?
—¿Ahora qué?
—¿Tú… quieres… hacer… el amor?
Él hizo una pausa durante un momento antes de preguntar:
—¿Y tú?
Contesté llegando a desabotonar su pantalón. Levanté la esquina de la
cinturilla para ver los cuadros eran azul, verde y negro. Black Watch, creo que lo
llaman. Este pantalón tiene que salir.
—¿Lu? —Él dejó su libro de lado y tomó mi mano errante en las suyas. Él me
levantó encima de él así nosotros estábamos cara a cara.
—¿Estás segura?
Me incliné con un beso para contestar:
—Estoy segura.
Él puso su dedo en mis labios otra vez para interrumpir:
—Espera, tengo que saber lo que está bien primero.
—¿Hm? 223
—¿Cuán lejos quieres llevar esto? ¿Qué tengo el permiso de hacer?
—Cualquier cosa. Todo.
Él finalmente se inclinó para encontrar mi beso y me miró con cautela, como
si estuviera esperando que lo detuviera. Cerré mis ojos y me dejé ir, atacándolo con
la boca abierta y lengua errante. Él extendió su mano hasta tocar mi rostro y dejé
de besarlo para mordisquear su pulgar.
—¿Lu, realmente estamos haciendo esto?
—Mm ¡hm!
—Para.
—¿Por qué? —exigí alejándome, preguntándome qué diablos estaba mal esta
vez.
Él apartó mi cabello fuera de mi rostro y metió algunos mechones detrás de
mí oreja.
—Simplemente no vayas tan rápido. Han sido como veinticinco años desde
que he estado con alguien.
—¿Y quieres que vaya más despacio? —Su lógica era incomprensible para mí.
—Es sólo que… mira, he estado imaginando esto por mucho tiempo, todas las
cosas que quiero hacerte. Es más o menos todo que he pensado desde que moriste,
y estás absolutamente haciéndote cargo aquí.
—Oh. Lo siento. ¿Qué clases de cosas? —pregunté inocentemente, batiendo mis
pestañas hacia él.
—¿Solamente, déjame dirigir, bien?
Me senté un poco.
—Por supuesto.
Él cambió su peso por lo que él estaba sentado ahora y yo sentada a
horcajadas sobre sus piernas.
Despacio besó mi cuello, trabajando su camino hasta mi clavícula, luego
volvió bajo mi barbilla para besarme. Deslicé mis manos dentro de su camisa y
acaricié su espalda mientras sus labios trabajaron sobre mi cuerpo. Él se detuvo
para jalar su camisa por encima de su cabeza; no podía recordar alguna vez haber 224
visto a Ryan sin su camisa en todos los años que vivimos juntos. Me presioné
contra él y me abrazó apretado mientras continuó besándome por todas partes.
Nunca me imaginé que este lado sensible de Ryan existía; yo estaba más bien
deleitándome en ello.
Su mano corrió por la parte posterior de mi vestido y encontró el tirador de la
cremallera. Despacio, fácilmente bajo la cremallera hasta abajo y comenzó a
empujar el vestido de mis hombros, todo el tiempo besando cada trozo de piel que
llegaba a estar expuesto. Él quitó ese maldito vestido tan despacio y me cubrió de
besos, ahora llegando un poco menos suave que antes. Me guió hacia abajo en la
cama y jaló mi vestido abajo y fuera de mis pies. Avanzó lentamente encima de mí y
encontró mi boca otra vez con sus besos. Trabajé mis manos abajo para
desabrochar su pantalón, y comencé a quitarlos como mejor podía mientras estaba
atrapada debajo de él. Logré sacarlos de su parte inferior, exponiendo su magnífico
bóxer a cuadros. Entonces llevé mi pierna alrededor de él para coger la cinturilla
con mis dedos del pie y terminar el trabajo.
—Este es un buen movimiento —dijo, mientras se levantó sólo lo suficiente,
entonces podría tenerlos hacia abajo, usando sólo mis pies.
—¿Te gusta así?
—Es bastante sexy.
—Ryan, tengo que decirte, estoy a punto de explotar aquí.
—Bien. —Comenzó a besar su camino a lo largo de mi vientre, enganchó sus
pulgares en los lados de mis bragas y despacio, insoportablemente las deslizó abajo
y fuera de mis pies. Se detuvo para quitarse su bóxer, y ahora ambos estábamos
completamente desnudos.
—Esta es una buena mirada de ti —le dije.
—Sí, bueno la vista desde aquí es increíble —contestó él, levantando mi pie y
besando dentro de mi tobillo. Besó, mordisqueó y provocó en su camino por entre
mis piernas, pero se detuvo demasiado pronto para encontrar su camino de regreso
por encima de mí. Envolví mis piernas alrededor de él, dispuesta a hacer algo ya.
Otra vez nuestras lenguas se encontraron y ahora el beso fue positivamente
desesperado. 225
—¿Estás lista? —susurró.
—¿Ni siquiera tienes que preguntar?
—Yo podría haber soñado haciendo el amor contigo, Lucy, pero esto es mucho
mejor que en mis sueños. —Y con eso, su cuerpo encontró su camino dentro de mí.

***

No salimos de la cama por mucho tiempo. A veces teníamos nuestra ropa


encima, a veces fuera, a veces un poco de ambos. Estando en los brazos de Ryan era
asombroso, pero los brazos de Ryan desnudo, era absolutamente estimulante.
Entonces, no era completamente insólito que me encontrara completamente
desnuda y cubierta por él durante un día lluvioso. Nosotros escuchábamos el
golpeteo de lluvia en la ventana, perdida en un trance mientras él acariciaba mi
cabello, cuando sentí ese maldito cosquilleo en mi espalda otra vez. Traté de
ignorarlo, pero no parecía querer marcharse. Finalmente, suspiré y le dije a Ryan
que tenía un visitante.
—¿Vas a ir?
—No quiero, pero él ha estado ahí durante mucho tiempo. He estado tratando
de ignorarlo.
—Tal vez deberías ir.
—Realmente no quiero verlo.
—¿Estás tan segura de que es él?
—Es casi siempre él. Pero no, no estoy completamente segura.
—Sólo ve. Incluso si es él. Dile que has pasado la última semana desnuda en la
cama conmigo, eso realmente se pondrá bajo su piel. Además, es agradable tener
visitantes. Nadie viene a visitarme más. Solamente mi mamá en mi cumpleaños y el
día del aniversario de mi muerte.
—Será mejor que me vista entonces, si voy a ir.
—¿Puedo mirar?
—No podría hacerlo de alguna otra manera.
Me estiré para darle un beso largo antes de que saliera de la cama. Deslicé mi
vestido encima y lo hice subirme el cierre. Él besó la parte posterior de mi cuello 226
una vez y estábamos juntos de nuevo, me abrazó desde atrás, descansando su
barbilla sobre mi hombro por un momento.
—Prométeme que vas a volver.
—Lo prometo —dije, girando para enfrentarlo—. Por supuesto voy a volver a
ti. Y no te molestes en ponerte tu ropa tampoco.
—Sí, señora —dijo él, dándome una de sus sonrisas torcidas.
Yo lo besé otra vez y nunca lo habría dejado si no fuera por ese maldito
hormigueo encima de mi espalda; eran eventualmente como uñas sobre una
pizarra si las ignorabas.
Corrí hacia abajo a través de la casa, fuera de la puerta y por el portón.
Capítulo 24

J
ulián estaba allí de pie empapado. Una docena de rosas rojas estaban en
mi lápida.
—Oh, por el amor de Dios, ¿por qué sigues viniendo?
Me olvidé por un momento que no podía verme ni oírme. Él estaba allí de pie
227
mirando a mi tumba, sin paraguas o impermeable para protegerse de la lluvia.
—¿Has estado en serio de pie aquí en la lluvia durante todo este tiempo?
¿Estás pensando en suicidarte con neumonía? ¿O es que no te dejan tomar duchas
en el hospital mental?
Me senté en la lápida y lo miré, irritada de que viniera a visitarme, después de
mentir en la cara de mi madre acerca de la noche en que morí.
—No recuerdo lo que pasó mi culo —murmuré para mí misma.
No quiero ir a casa hasta que se vaya, sin embargo, y ahora estaba aún más
agitada de que él me mantuviera lejos de Ryan. Simplemente no podía relajarme
sabiendo que aquí estaba, sobre todo después de lo extraño que había estado
últimamente. No me atrevía a dejarlo solo en caso de que realmente lo intentara y
se matara de esta vez.
Como la última vez, él no dijo nada en absoluto. Se quedó allí y miró. Tiré
insultos contra él una vez, pero no parecía darse cuenta. No sé cuántas horas
pasaron, pero todavía estaba allí cuando el coche de Jon se detuvo.
—Esto va a ser interesante —me dije a mí misma.
Jon saltó del coche y cerró la puerta.
—Tienes muchas agallas mostrando tu cara por aquí —le gritó a Julián.
Julián parecía confundido mientras Jon lo asaltó y le lanzó un golpe a la cara.
Julián se tambaleó un poco, pero su entrenamiento atlético le impidió ser golpeado
en el culo. Se llevó la mano a la nariz y se limpió la sangre.
—Ni siquiera sé quién eres, hombre —le dijo a Jon—. ¿Qué demonios fue eso?
—¡Es tu culpa que esté muerta! —gritó Jon. Levantó el puño de nuevo, pero
Julián era demasiado rápido. Bloqueó el golpe y le devolvió a Jon en la nariz. Jon
cayó sobre su culo en el barro, la sangre le corría por la cara. Gritó de dolor,
agarrándose la nariz.
—No es mi culpa —dijo Julián, viéndose asustado de que lo habían acusado de
tal cosa—. ¿Quién eres?
—¡Soy su novio! —gritó—. Ella era mi novia cuando murió, y tú fuiste la
última persona con la que estuvo. —Jon parecía decidido a hacer algún tipo de
daño a Julián mientras empezaba a dar patadas hacia él desde su asiento en el
suelo. 228
—¿Vas a dejar de hacer eso? —dijo Julián, saltando fuera del camino. En
realidad estaba sintiéndome mal por Jon ahora, él no tenía ninguna oportunidad
contra Julián, y estaba empezando a parecerse a una tortuga pegada en su espalda,
agitándose, tratando de hacer cualquier cosa—. Está bien hombre, tú lo has
querido. —Julián estaba abajo en el suelo con Jon, y en cuestión de segundos lo
tuvo inmovilizado en el barro. Nunca entendí la lucha libre, siempre parecía un
poco gay para mí. Sobre todo ahora que mis dos ex novios estaban abajo y sucios
con el otro.
—¡Muy bien, me rindo! ¡Déjame ir!
—¿Tú eres el novio? Tú eres el único que dejó la casa esa noche. Ahora me
acuerdo de ti. ¿Tú me enviaste esas cartas? —Julián todavía tenía una fuerte
influencia sobre Jon, no lo suficientemente tonto como para dejar que se levantara
todavía.
—Sí, yo las envié —dijo Jon, mientras luchaba por liberarse del agarre de
Julián.
—¡Lo sabía, grandísimo mentiroso! —le grité.
—¡Tú me mentiste a mí primero!
—¿En serio? ¿Estás usando eso como tú excusa? ¿Es ésta tu venganza contra
mí? —le dije.
—¡No, no es venganza, yo estaba tratando de ayudarte!
Julián parecía confundido y dijo:
—¿Sobre qué te mentí? Nunca te he visto antes. Ayudarme con... ¿qué?
—¿Quieres callarte? Yo no estaba hablando contigo —dijo Jon.
—¿Con quién estabas hablando?
Jon ignoró la pregunta y dijo:
—No tengo ninguna prueba para que te metan en la cárcel, así que pensé que
podría conducirte a una confesión. Pero sigues jugando esta tarjeta de no me
acuerdo. Mentira que no recuerdas haberla violado esa noche. Ella me contó todo
acerca de lo que pasó.
—¿Quién te dijo qué? —dijo Julián, siempre con un estricto control sobre Jon.
—Lucy me dijo acerca de esa noche.
—Lucy está muerta. 229
—Ella está sentada justo allí mirándonos.
Julián soltó a Jon y se sentó a mirar a su alrededor.
—No, no lo está.
—Te aseguro que ella está aquí con nosotros.
—Jon, creo que es probable que no quieras empujar la tarjeta “yo puedo ver a
Lucy” con este chico —le dije.
—¿Por qué no?
—Porque está completamente loco.
—Él es un gran farsante.
—¿A quién le hablas? —preguntó Julián—. ¡Yo no estoy fingiendo nada! ¡No
me acuerdo de haberla violado, lo juro! Yo nunca le haría eso a ella. La amaba. Pero
ella no me quería más. Asumo que por tu culpa.
—No, no por él —le contesté.
—Ella dice que estás equivocado.
—Entonces, ¿por qué? —preguntó, mirando a la lápida—. ¿Por qué no me
amaste más? Tú eras todo para mí, Lucy.
—Porque me asustas, Julián. Asustas el infierno fuera de mí.
—Ella dice que la asustas y le das miedo.
—¿Le asusto? Yo sólo quería amarla.
Jon me miró esperando mi respuesta.
—¿No tienes nada que decir a eso?
—No quiero hacer esto Jon.
—¿Por qué no? Es tu oportunidad para conseguir que te deje en paz para
siempre. ¿O te gusta cuando viene aquí a verte?
—No quiero que te involucres.
—¿Le gusta que venga? —preguntó Julián—. Puedo venir más a menudo si ella
me quiere.
—Cállate. ¿Por qué no?
—Estoy muerta a causa de él, quien sabe lo que va a hacerte. Además, por tu
aspecto estoy bastante segura de que te rompió la nariz sin apenas un esfuerzo. Ya
te dije que es un psicópata. ¿Lo quieres acechándote a luego?
Jon volvió la cabeza para mirar a Julián. 230
—No.
—¿Qué está diciendo?
—Quiere que la dejes sola. Quiere que te vayas y nunca vuelvas.
—¿Dijo eso? Lucy, no puedes decirlo en serio.
—Yo no he dicho eso, Jon.
—No le voy a decir lo contrario —dijo Jon, sacudiendo su cabeza hacia mí.
—¿Decirme qué? ¿Estás mintiendo, no es así?
—Sí —le interrumpí, no es que hizo una diferencia.
—¿Así que quieres que siga viniendo a molestar? —dijo Jon.
—No, pero no te necesito poniendo palabras en mi boca. No soy más tuya para
que hables por mí.
—¿Qué, así que soy el malo de la película ahora? ¿Creí que lo odiabas?
—No, te odio.
—No digas eso.
—Jon, yo ya estaba muerta y te las arreglaste para romper mi corazón. ¿Por
qué estás aquí?
—Vine a traerte flores.
—¿Qué pasa con las flores hoy?
—Es el Día de San Valentín.
—¿Lo es?
—Sí. —Él salió corriendo a su coche y arrancó la puerta abriéndola. Agarró un
ramo de flores y volvió, y me las arrojó. Pasaron a través y aterrizaron en la tumba
detrás de mí—. Quería hacer las cosas bien contigo, pero sólo los dejaré a los dos en
paz.
Julián estaba viendo todo esto como si no pudiera averiguar si Jon estaba
loco, o si de verdad podía verme.
—¡Jon, espera! —Lo perseguí a su coche y salté al asiento del copiloto.
—¡Sal de mi coche! —gritó hacia mí.
—¡No! No quiero que te vayas así.
—¿Qué diablos quieres de mí? Ya has hecho tu opinión de mí muy clara. ¡Sal
del coche! 231
—Mira, es obvio que tenías algo que decirme cuando apareciste con flores,
¡por eso quiero escucharlo!
—¡NO!
—¿Así que sólo vamos a entrar en una pelea a puñetazos y dejarlo? ¿Cómo eso
va a hacer algo de bien conmigo? En todo caso, estoy más enfadada contigo ahora
de lo que estaba antes.
—Retrocede —dijo, haciendo todo lo posible por no tocarme mientras buscaba
alrededor a través de la guantera para desenterrar algunas servilletas. Se limpió la
cara y dijo—: Owwww, hombre, esto realmente duele.
—Si hubiera sabido que estabas pensando en darle un puñetazo, te habría
advertido que no tienes ninguna oportunidad.
—No tienes ninguna fe en mí para nada más, ¿verdad?
—No. Supongo que no.
Enterró su cara en puñados de servilletas sangrientos y empezó a llorar.
—¿Me haces el favor de salir del coche? Esto es lo suficientemente humillante
sin ti mirándome.
Pobre patético Jon. Estaba tratando de pensar en algo que decir para hacer
que se sitiera mejor, pero no conduciéndolo como que aún tuviera posibilidades de
camino, y no encontré nada. En cambio me quedé allí sentada y abrí y cerré mi
boca, ya que no podía pensar en las palabras correctas que decir.
—Lamento que te diera un puñetazo en la cara —dije finalmente—. Adiós.
Empecé a salir del coche, pero Julián estaba justo en la puerta cuando me di
la vuelta para irme.
Golpeó duro en la ventana.
—¿Qué quieres? —gritó Jon a través del cristal, agitado de que Julián estaba
interrumpiendo su miseria.
—¡Quiero saber lo que pasó! —gritó Julián —. Déjame entrar.
—¡Ya te dije lo que pasó!
—Esto es ridículo, ¿me vas a dejar entrar? Te prometo que no te haré daño, si
dejas de tratar de hacerme daño.
Jon me miró como si no supiera qué hacer. Me encogí de hombros hacia él. Se
inclinó sobre mí, siendo muy cuidadoso de no tocarme, y abrió la puerta. 232
—Gracias —dijo Julián, mientras subía. Salté al asiento trasero antes de Julián
se sentara sobre mí. Estaba empapado y chorreando agua por todas partes—.
¿Supongo que no tienes una toalla o algo? —le preguntó a Jon.
—Vete a la mierda.
—Jon, sé agradable, yo realmente no creo que desees enojarlo.
—Está bien.
Julián parecía confundido.
—Siento lo de tu cara. Espero que no esté rota.
—Estoy bastante seguro de que lo está, idiota.
—¡Jon!
—¡Él empezó!
—No, tú lo hiciste en realidad cuando le diste un puñetazo —le dije.
—¡Ahhh, cállate!
—Tú estás hablando con ella en este momento, ¿no es así? —preguntó Julián.
—Ella está en el asiento de atrás haciéndome ser amable contigo.
—Pregúntale si puede decirme lo que pasó. Mira, yo recuerdo haber ido a su
casa. No recuerdo mucho después de eso.
—Mentira.
—No, la policía vino a preguntarme sobre esto y ellos no compraron mi
historia tampoco. ¡Pero en serio, no sé lo que pasó! Quiero oír su relato de la
historia.
—Bueno, primero de todo ella puede oír todo lo que estás diciendo, así que
deja de decirme que le pregunte. Le preguntas tú mismo.
—Muy bien, entonces. ¿Lucy? ¿Me puedes decir qué pasó? —preguntó Julián,
con los dientes apretados.
—Jon, ¿crees que puedes repetir palabra por palabra, y no interponer tus
pequeños comentarios sarcásticos?
Jon me miró y resopló.
—¡Muy bien! Sólo dime qué decir.
—Cierto. Así, Julián se presentó en mi casa un poco después de que te fuiste.
Traté de conseguir que se fuera, pero él se abrió paso en la casa. Pasó junto a mí
para conseguir estar dentro de mi habitación, aunque seguí pidiéndole que se fuera. 233
Me dijo que quería volver a estar juntos, y le dije que no. Trató de darme un beso y
le di una bofetada. Lo intenté de nuevo, pero él me tenía inmovilizada contra la
pared, así que lo pateé entre las piernas y cayó lejos. Saqué mis grandes tijeras para
defenderme
—¿Tijeras? —dijo Julián.
—Sí —continué—. Pero volvió a mí y se quedó allí y apretó su pecho hacia la
hoja, como si quisiera que yo lo lastimara. Me estaba asustando, así que me aparté
un poco, pero luego me agarró del cabello y me obligó hacia abajo sobre la cama. Él
me metió en uno de sus agarres de lucha así no podía moverme, y se las arregló
para desabrochar su pantalón mientras me sostenía. Luego se forzó dentro de mí y
mantuvo su mano sobre mi boca para ahogar mis gritos. Ahí fue cuando Ryan lo
poseyó. Ryan le hizo detenerse y salió a la calle, y esperó por un coche pasando
para que así pudiera saltar delante de él. Yo no quería que Ryan matara a nadie, así
que lo empujé fuera del camino antes de que lo golpeara. Pero entonces me golpeó
en su lugar. Recuerdo a Julián gritando, pero creo que él se escapó después de eso.
Jon transmitió mi mensaje a Julián palabra por palabra sin agregar
comentarios adicionales, pero él estaba frenándose claramente de golpear a Julián
de nuevo mientras llegaba al final del mismo.
—¿Quién es Ryan? —preguntó Julián.
—Él es el fantasma que vive en su habitación.
—¿Él me poseyó? ¿Por eso se me olvidó? Recuerdo esas tijeras —dijo Julián
en voz baja—. Dios mío. Me acuerdo de la cama. —Él miró por la ventana,
permitiéndose un momento para procesar todo—. Realmente la maté, ¿no?
—Hemos discutido sobre de quién es la culpa de que ella muriera, pero si no
hubieras aparecido, ella no habría estado en la calle a punto de salvar tu vida. Te
culpo ti.
Julián se sentó allí por un largo rato mirando por la ventana mientras la lluvia
caía. Jon y yo le observábamos, esperando lo que sucedería a continuación. Miró al
asiento trasero después de unos minutos, un poco en mi dirección.
—Lucy, lamento que esto te sucediera a ti. Yo sólo quería que me amaras.
Jon rodó sus ojos, pero Julián no parecía darse cuenta o preocuparse. Estaba 234
perdido en su propio mundo de pensamientos. Por último, suspiró y dijo:
—Amigo, quienquiera que seas. ¿Puedes llevarme a la policía? Tengo que
entregarme
—Soy Jon —dijo, arrancando el coche—. Y estaría encantado.
Capítulo 25

N
o me di cuenta lo mucho que había estado ausente cuando me dirigí
hacia el borde del cementerio y volví a aparecer en frente de la casa.
Corrí directamente hacia el dormitorio ansiosa por decirle a Ryan
todo sobre mi día, esperando que él todavía estuviera en la cama esperando por mí.
En su lugar estaba completamente vestido y caminando por la habitación. Parecía
235
que estaba a punto de llorar cuando me vio caminar a través de la puerta.
—¿Ryan? ¿Qué pasa?
—Te fuiste mucho tiempo.
—Sí, lo siento, lo sé.
—Dime que no volviste con él.
Negué con la cabeza.
—No volví con él. Te dije que iba a regresar, ¿por qué piensas eso?
—Sólo sé lo irresistible que es estar cerca de los vivos. Después de un tiempo,
no estaba seguro de cómo pude simplemente dejarte ir. Entonces no regresaste por
horas y estaba seguro que te había perdido de nuevo.
—No, Julián estaba allí la primera vez que me aparecí. Él tiene una tendencia
a simplemente quedarse durante horas. Así que esperé a que se fuera, porque no
quería que hiciera algo drástico. Pero entonces Jon apareció cuando él aún estaba
allí, y discutieron. Jon me ayudó a explicarle a Julián los acontecimientos que
condujeron al accidente de coche, porque todavía afirmaba que no podía recordar.
Pero después de toda la historia, parece que empezó a recordar. Él le pidió a Jon
que lo llevara a la estación de policía para que pudiera entregarse.
Ryan se echó a llorar como un niño pequeño.
—Pensé que habías cambiado de opinión acerca de nosotros —sollozó,
haciendo que las luces parpadearan a nuestro alrededor.
—¡No! No, te prometí que iba a volver, no llores —le di un abrazo para
tranquilizarlo, pero su estallido emocional me hizo llorar también—. Te amo, Ryan.
No llores.
Ryan estaba con seguridad histérico, y estaba empezando a hacer cosas muy
extrañas a la luz eléctrica. Mi reloj despertador comenzó a parpadear y a resetear el
tiempo, el ventilador del techo empezó a girar lentamente, y las luces estaban
empezando a prender y apagar con el aumento de la electricidad. Tuve que reírme
de mi gran, fuerte y estúpido novio por estar tan molesto por nada.
—Cálmate —le dije, acariciando su espalda—. Está bien, estoy de vuelta, y soy
toda tuya, por favor, cálmate.
Pero antes que pudiera calmarse, la bombilla de la lámpara de escritorio 236
parpadeó y explotó, y la pantalla de la lámpara se incendió.
—Eso no puede ser bueno —le dije. El fuego se extendió lentamente a través
de la pantalla de la lámpara, pero las cortinas junto a ella se incendiaron
instantáneamente una vez que atraparon una chispa—. ¡Ryan, creo que tenemos un
problema aquí!
Él se dio cuenta de lo que estaba pasando y se calmó un poco mientras miraba
el fuego. La alarma de humo en el pasillo empezó a pitar, pero no había ninguna
reacción por parte del resto de la casa.
—No hay nadie más en casa —dijo—. No sé adónde han ido, pero tu mamá y
tu papá se fueron hace una hora, y Stazi no ha estado en casa por horas.
—¿Qué vamos a hacer?
—Necesitamos un extintor de incendios.
—¡En la cocina!
Corrimos hacia la cocina, pero era demasiado grande y pesado para Ryan
sostenerlo.
—¡Mierda! ¡Esto no va a funcionar!
—En serio, la casa está en llamas, ¿Cuánta energía necesitas drenar?
—¡No estás ayudando!
—Bueno. ¿Qué tal un vaso de agua?
Cogió un vaso y lo llenó de agua. Corrimos al piso de arriba, pero ahora
también el techo estaba ardiendo. Él tiró inútilmente el vaso en las cortinas, lo que
no hizo nada para ayudar con el fuego.
—¡No sé qué más puedo hacer!
—¡Ryan, nuestra casa está en llamas!
—¡Lo sé!
Nos quedamos allí en la puerta viendo al fuego extenderse. No podía pensar
en otras soluciones para apagar el fuego.
—Se va a quemar todo, ¿verdad?
—Probablemente. A no ser que los vecinos llamen a los bomberos.
—¡El teléfono! ¿Dónde está el teléfono? Lo encontré en el escritorio en llamas, 237
pareciendo bastante derretido en este punto.
—¡El teléfono de la cocina! —gritó, y corrió escaleras abajo.
Se las arregló para golpear el teléfono de la pared y, finalmente, fue capaz de
marcar el 911, pero él no era realmente capaz de hablar con nadie. Ahora el detector
de incendios de la planta baja estaba sonando también.
—Tal vez ellos oirán la alarma sonando y envíen a alguien para comprobar
que funciona
—¿No es qué la policía responde automáticamente a una llamada al 911 si no
hay nadie en la otra línea?
—Esperemos —dijo.
El humo era espeso por toda la casa por el momento, corrimos escaleras
arriba para comprobar la situación. Parecía que el fuego se había extendido por
todo el segundo piso. El fuego se sentía tan bien, sin embargo, que empecé a
caminar dentro de él.
—Lu, ¿qué estás haciendo?
—Vamos Ryan, no creo que haya algo más que podamos hacer.
Extendí mi mano hacia él y él la tomó, juntos caminamos hacia las llamas.

***
Odiaba que mis padres se perdieran toda la dura experiencia sobre su casa
ardiendo. Si hubieran estado en casa probablemente habrían sido capaces de
controlarlo cuando el detector de humo se encendió por primera vez. Me sentía
muy mal porque ellos estaban fuera tratando de pasar un buen rato, y una vez que
llegaron fue para encontrar un caos absoluto en su casa. Nuestra llamada al 911 si
hizo que un policía llegara para comprobar la casa, pero para el momento en que
llegó, el fuego ya se había extendido a la primera planta. Tres camiones de
bomberos se presentaron en el lugar para apagar el fuego, y Ryan y yo bailamos
alrededor de la casa, mientras ardía.
—Está bien, tengo que admitir, que el fuego se sentía bastante sorprendente.
No sé por qué nunca pensé en eso —dijo Ryan, como nos acurrucamos juntos en los 238
escombros de nuestra casa llena de humo. El techo se derrumbó y todo el segundo
piso había desaparecido. La primera planta estaba todavía parcialmente en pie,
pero yo estaba bastante segura que no había nada que pudiera ser salvado de este
incendio. Mis padres y Stazi se habían registrado en un hotel para lidiar con las
consecuencias. Pasaría un largo tiempo antes que vieran cualquier semblanza de su
casa otra vez.
Nos abrazamos y nos preguntamos qué iba a pasar. Supuse que los restos
serían derribados con el tiempo y una nueva casa se construiría. Si mis padres
simplemente rehicieran la vieja casa o diseñarían una completamente nueva estaba
más allá de mí. Sabía que no tenía nada que decir, pero esperaba que fuera igual
que antes. Ya no se sentiría como casa si no lo hiciera, y yo estaba prácticamente
atrapada aquí para siempre.
Estaba sentada allí en los brazos de Ryan en un sueño, cuando me alertó
diciendo:
—Tienes compañía.
—¿Eh? —le dije, mirando hacia arriba. Jon estaba fuera de la cinta de la
policía y saludó cuando me encontró en los escombros—. Oh. Supongo que debería
ir a hablar con él.
—Supongo —dijo, no sonando muy feliz por eso—. ¿Qué le pasó a su cara? —
Los dos ojos de Jon estaban moreteados y su nariz estaba hinchada, se veía
bastante horroroso.
—Julián le dio un puñetazo. Pero Jon empezó, así que de cierta manera se lo
merecía.
—Bien Julián. Creo que tengo un nuevo BFF.
—Cállate. Esté tranquilo, regresaré en un momento.
—Más te vale.
Me abrí paso a través de los restos de la casa y caminé hasta Jon,
permaneciendo dentro de la valla justo enfrente de él.
—¿Estás bien? —le pregunté, apuntando a su cara—. Eso se ve muy mal.
—Se siente peor de lo que se ve. ¿Estás bien? Escuché que había un incendio,
pero esto parece como el final de los tiempos.
—Sí. —Estoy bien. Mi familia no lo está. 239
—¿Cómo empezó todo?
—Tengo un loco efecto sobre la electricidad cuando me pongo demasiado
emocional. Una bombilla de luz estalló en llamas y luego las cortinas se
incendiaron también, así que la mayor parte de la casa ya era un infierno antes que
el cuerpo de bomberos apareciera. No había nadie en casa para hacer algo al
respecto antes que se saliera de control.
—¿Tú hiciste esto?
Asentí, sabiendo que si culpaba a Ryan, él iba a encontrar una manera de
hacer las cosas raras.
—Sí. Fue un accidente. Realmente no quería hacerlo.
—¿Por qué estabas tan emocional?
—No era por ti, si eso es lo que te estás preguntando.
Él me dio una mirada sucia.
—Bueno, hubiera ido al cementerio para encontrarte, pero no estaba seguro
que regresarías. Me enteré del fuego, así que pensé en venir a comprobarlo, y
esperaba encontrarte aquí. Quería decirte que arrestaron a Julián cuando se
entregó. Realmente no conozco toda la historia, pero pensé que te gustaría tener
alguna especie de cierre.
—Gracias, Jon. Esa es una buena noticia de todos modos.
—Sí. Bueno. Sólo estoy contento porque llegué a ser el que lo llevara allí.
—Así que conseguiste tu venganza después de todo, en cierto modo.
—No creo que lo llamaría venganza. Justicia tal vez.
—Como se llame. Gracias por ayudarme a explicárselo. Realmente ya no lo
quería viniendo a visitarme, así que me hiciste un favor con eso.
—Bueno, supongo que me debes una.
—Lo que sea.
—Voy a dejarte volver al desastre que hiciste.
—Cierto. Ya nos veremos.
—¿En serio?
—Sí, ¿por qué no?
—¿Pensé que me odiabas?
—No, no en realidad. Quiero recordar los buenos momentos que tuvimos. No 240
quiero odiarte, Jon. Lo que sí quiero es que puedas continuar con tu vida.
—Sabes, no eres precisamente una chica fácil de superar, Lucy Warner.
—Bueno, no eres un chico fácil de superar. Mira, ambos sabemos que esto
entre nosotros no va a funcionar. Pero me preocupo por ti. Quiero asegurarme de
que salgas bien después de todo se asiente. Pasa a verme de vez en cuando. Pero no
todos los días. Y no por un tiempo.
—Nos veremos. Oh, genial, alerta de idiotas —dijo, mientras Ryan se acercó
por detrás y pasó su brazo alrededor de mi hombro, reforzando que él era el
ganador en la competencia de Ryan contra Jon por el corazón de Lucy.
—¡Amigo, tu cara esta de puta madre! He oído que la golpeaste Julián, he
estado queriendo hacer esto por mucho tiempo. Celoso.
—Sí, lo que sea. —Él empezó a mirar fijamente a Ryan, pero hizo una mueca
por el dolor de su rostro retorciéndose.
—Tienes que poner una bolsa de guisantes congelados en tu cara. Eso te
ayudará. —Ryan estaba ofreciendo hasta consejos a pesar que sabía que Jon no
estaba sólo herido a causa de su cara. Él sólo quería restregarle que estábamos
juntos ahora. Casi estaba empezando a ponerse un poco inapropiado con su mano,
por lo que tuve que agarrarla para que no se apoyara sobre mi teta. Me besó en la
mejilla y apoyó su peso sobre mí para mostrar que él me podía tocar físicamente;
Casi podía oír el nah nah nah nah nah nah pasando dentro de su cabeza.
Jon me miró miserablemente y me respondió:
—Sabes, creo que se me agotaron los guisantes congelados.
—¿Brócoli congelado entonces? ¿Hielo? Algo frío hará el truco. He tenido un
ojo negro una o dos veces, sólo mantenlo frío.
—¿Por qué no me sorprende? —dijo Jon.
Tuve que sonreír; no me sorprendió tampoco.
—Gracias por venir, Jon, agradezco que vinieras a darme la noticia. —Pensé
que lo mejor era despedirlo para relevarlo de la agonía de tener que ver a Ryan
manoseándome.
—No hay problema. —Señaló con el dedo a Ryan con tono acusador—. Más te
vale que cuides de ella.
—No bromees. 241
Jon curvó hacia arriba una esquina de su boca y se volvió para irse.
—Hasta más tarde —dijo por encima del hombro.
Ryan simplemente tenía que venir y restregarle que estábamos juntos ahora.
Me quedé allí y lo vi irse, deseando que fuera en términos más felices. Por lo menos
no estábamos gritándonos el uno al otro.
Ryan se volvió hacia mí y envolvió sus brazos alrededor de mi cintura.
—Entonces, ¿cuál es la noticia?
—Vino a decirme que Julián fue arrestado.
—Bien. Odio a ese tipo.
—Acabas de decir que era tu BFF3.
—Aun así lo odio.
—Sí, lo sé.
—Entonces, ¿qué piensa al respecto?
Miré a Ryan.
—Estoy feliz, supongo. Me siento mal cuando pienso en él siendo encerrado,
pero van a impedir que haga daño a alguien más, por lo menos. Creo que él
realmente olvidó todo. Una vez que escuchó la historia, fue como se pudieras ver
las ruedas girando en su cabeza, las cosas comenzaron a caer de nuevo en su lugar
para él.

3 - BFF: best friend forever - mejores amigos por siempre


—Él conseguirá lo que se merece. Espero que se pudra en la cárcel.
—Eso es un poco duro. Pero sí.

242
Capítulo 26

R
yan y yo pasamos las siguientes semanas jugando alrededor de la
obra de construcción en la que nuestra casa se había convertido. Un
equipo de demolición derribó los restos y limpió los escombros en
unos pocos días. La reconstrucción se inició de inmediato, un camión de cemento
estaba allí para colocar las nuevas bases, y el contratista estaba molesto al día 243
siguiente por encontrar huellas de manos secas en el concreto. Después los
constructores fueron continuamente frustrados mientras dejaban un martillo por
un segundo y que se había ido cuando iban a recogerlo para usarlo, sólo para
encontrarlo en el otro extremo del lugar. Ryan estaba teniendo su diversión.
Cuando mis padres se enteraron del problema, mi padre miró alrededor y sacudió
la cabeza como diciendo, ahora Lucy, ¿en qué estás metida?
Los oí discutir el incendio una vez. Ellos mencionaron mi nombre, y se
preguntaron si tenía algo que ver con eso. Pensé que podía decirle a Natalie sobre
lo que sucedió cuando llegara a casa, pero ella no estaba volviendo a casa sólo para
pasar tiempo con ellos en un pequeño apartamento que habían alquilado hasta que
pudieran volver a mudarse. Así que sus preguntas no fueron contestadas por un
tiempo. Mi padre mencionó conseguir un nuevo tablero de Ouija, pero mamá sólo
le dio su mirada de "ni una oportunidad en el infierno".
Estaba feliz de ver la casa que lucía casi igual, al menos por lo que pude ver
desde la construcción inicial. Una vez que pusieron las escaleras, pasamos el rato
donde nuestra habitación solía estar. Me pregunté si mamá se va a molestar con
muebles para la habitación. Ella quería tener una habitación de invitados, pero no
sabía quién querría dormir en su casa embrujada. Debido a las personas que
vendrían, permanecían de pie y mirarían boquiabiertos a la casa mientras se está
reconstruyendo, estaba bastante segura que para ahora, tenía esa reputación. Ryan
y yo nos sentábamos en el porche delantero sin terminar y ver a la gente
inconscientemente apuntar hacia nosotros y susurrar. Incluso Ling y Alex se
detuvieron para revisar la casa embrujada ser reconstruida.
—Oh, Dios mío...—le dije, cuando vi el tamaño de su vientre. Hice los cálculos
en mi cabeza. Ella pensó que estaba cerca de un mes de embarazo cuando la vi en
acción de gracias, lo que quería decir que ahora tiene seis meses.
—Oh mierda, ahí va la calidad del vecindario.
Golpeé a Ryan en el brazo.
—Se amable. Voy a acercarme, quédate aquí.
—Con mucho gusto.
Corrí hasta el borde de la propiedad para obtener una mirada más cercana.
—¡Oh Dios mío! ¡Mírate! —Me tuve que reír. Era evidente que estaba muy 244
embarazada, y Alex estaba claramente todavía con vida—. Puedo ver que tu padre
no mató a Alex, de todos modos. Realmente espero que esto funcione para ustedes.
Y, felicitaciones, supongo. —Tener diecinueve años y a punto de tener un bebé no
podía ser fácil para ellos, pero aún estaban juntos. Supongo que morí demasiado
joven para lamentar no poder tener hijos propios, pero sospechaba que algún día
mis padres venderían la casa a una pareja joven que tendría sus propios hijos, y el
ciclo continuaría.
Ling se quedó allí mucho tiempo simplemente mirando a la casa. Realmente
deseaba poder leer su mente; tanto debe estar pasando en esa cabeza suya. Si
todavía estuviera viva, tendría la desafortunada tarea de ser sobrecargada con cada
uno de sus pensamientos, no importa cuán estúpido o trivial. Estoy segura que lo
sabría todo lo que hay que saber acerca de tener hijos para ahora también.
—Siento no poder estar aquí para ti, Ling —le dije, mientras esta permanecía
allí frotando su vientre.
—¿Estás bien, cariño? —preguntó Alex.
—Sí, el bebé sólo está pateando de nuevo. No puedo creer, la casa sólo se
quemó así. Yo solía quedarme a dormir todo el tiempo. Prácticamente crecí aquí.
Ahora Lucy se ha ido, la casa se ha ido. Es casi como si ella nunca siquiera fue real.
—Ella era real, por supuesto, era real. Era tu mejor amiga. Yo sé que ella se
preocupaba por ti tanto como tú lo hiciste por ella.
Los ojos de Ling comenzaron a llenarse de lágrimas mientras estaba allí,
frotando su vientre.
—Yo sólo la echo tanto de menos, Alex.
—Lo sé, cariño.
—Esto sería mucho más fácil si ella estuviera aquí. No tengo otros amigos
como ella. Nadie entiende por lo que estoy pasando.
—Aún me tienes a mí, nena.
—Lo sé —dijo ella, apretándole la mano.
Él pasó un brazo alrededor de ella y le preguntó:
—¿Lista para irnos?
—Supongo. 245
Él la ayudó a subir al coche y se marcharon.
Me acerqué de nuevo al porche y me senté junto a Ryan.
—¿Te molesta que nunca tendrás tus propios hijos? —me preguntó.
—Señor, no. Ni siquiera puedo con lo que debe ser para ella. ¿Imaginas tener
que estar a cargo de una pequeña Stazi o una pequeña Ling o una pequeña Natalie?
—Yo como que ya lo estaba, más o menos. No era tan malo.
—¿En serio? ¿Te molesta que nunca tengas tus propios hijos?
—Tal vez ¿un poco? No lo sé. Ni siquiera lo habría pensado en el momento de
mi muerte, pero entonces llegaste y eras tan linda.
—Te das cuenta que estás hablando de la chica con la que pasas tus noches
como una pequeña bebé, ¿No piensas que es un poco pervertido?
—Tuvimos dieciocho años para llegar al punto donde estamos ahora, así que
no, no realmente. Tienes la edad legal de todos modos, no estoy exactamente
asaltando cunas en este momento.
—¿De verdad quieres niños?
—Los niños son impresionantes. Ellos no se dan cuenta que se supone que no
pueden verte.
—Yo no puedo tener hijos ¿verdad? Quiero decir, simplemente he asumido
que ya que estoy muerta no puedo quedar embarazada.
—Estoy bastante seguro de que nunca va a suceder para nosotros, no te
preocupes.
—Porque ya sabes, no estoy tomando la píldora ni nada —me reí.
—Ahora me lo dices. Ujumm. —Sonrió. Puso su brazo alrededor de mis
hombros y me atrajo más cerca.
—¿Qué va a pasar a nosotros? —pregunté.
—Hasta donde yo sé, nada.
—Por lo tanto, ¿somos sólo tú y yo hasta que no pasa nada?
—Más o menos.
—¿Está realmente bien con eso?
—Estoy tan de acuerdo con eso, que estoy malditamente entusiasmado por
ello. Realmente no estaba bromeando cuando dije que estoy contento que estés
muerta. No hay nadie en todo el mundo con la que prefiera estar atrapado por el 246
resto de mis días.
—¿Ni siquiera Vicky?
—Asco, especialmente no Vicky.
Lo abracé fuerte y le dije:
— Estoy bastante malditamente emocionada de pasar el resto de mis días
contigo también.

***

Una vez que las paredes estuvieron de nuevo a nuestro alrededor, empezamos
a acomodarnos en nuestras viejas costumbres. Cuando los trabajadores terminaban
el día, teníamos nuestra verdadera diversión con el otro. No estaba segura de
cuántas personas podrían ver fantasmas, y no estaba segura de estar feliz de correr
por la casa desnuda cuando no había privacidad. Pero ahora que estábamos
escondidos lejos de los vecinos, estaba más que feliz de ceder a las excentricidades
salvajes de Ryan. Era primavera ahora y lo jardines de flores de mamá empezaban
a florecer, Ryan cogía puñados de pétalos para que nos recostáramos sobre ellos.
Los trabajadores se preguntaban cómo las flores seguían reuniéndose en el
dormitorio de arriba, pero con ganas de terminar el trabajo y alejarse al infierno de
aquí, sólo trabajaron más rápido para completar el trabajo. Mis padres estaban
encantados cuando terminaron el trabajo una semana antes de lo previsto.
Poco a poco, volvieron a reconstruirla juntos, pintaron las paredes, trajeron
los muebles nuevos, colocaron todos los armarios y compraron electrodomésticos
nuevos. Mamá estaba enamorada de su nueva cocina y baño, pero el resto de la
casa parecía igual a la antigua.
Stazi ayudó a mamá a decorar mi habitación. Pusieron una cama de tamaño
matrimonio, ya que mamá pensó que era más práctico para una habitación de
invitados, lo que estaba bien para Ryan y para mí. El mobiliario era mínimo, un
buró y una mesita de noche. Stazi compró y enmarcó un nuevo poster
de Disintegration y lo colgó sobre mi cama, a pesar de la molestia de mamá. Todo el
mundo parecía pensar que yo todavía estaba aquí, y los encontraría hablando solos
más a menudo, sólo para mantenerme al día. 247
Ya terminaba la primavera, cuando por fin tuve un visitante de nuevo. Ryan y
yo estábamos pasando el rato fuera, disfrutando de la luz del sol. Yo estaba
paseando arriba y abajo de la pasarela, practicando no torcer los tobillos en mis
zapatos gatita sexy ya que a Ryan parecía gustarle tanto. Empecé a ponerme
ansiosa; algo me estaba molestando, como que me estaba olvidando algo.
—Me tengo que ir —le dije, finalmente dándome cuenta de lo que me estaba
molestando—. Alguien está en mi tumba.
—¿Tienes que ir? —dijo él nerviosamente—. Sabes que quemé la casa la última
vez que me dejaste solo aquí. Acaban de poner el lugar vuelta a la normalidad.
—No tardaré mucho, sólo veré quien está ahí y lo que está pasando y estaré de
vuelta en casa de inmediato.
—Está bien, estaré esperándote. No te tomes todo el día.
Le di un beso antes de salir corriendo por la puerta. Seguí corriendo por la
calle. ¿Qué está pasando? Debería estar en el cementerio.
—¿Ryan? —lo llamé—. Algo raro está pasando.
—¿Cómo llegaste ahí? —preguntó él, y empezó a caminar hacia mí. Se detuvo
justo en la puerta.
—Ve si puedes venir aquí.
—Tengo un poco de miedo de intentarlo.
—Ven aquí —le dije, extendiendo mi mano hacia él.
Dio un paso, y otro, y otro, hasta que se reunió conmigo al otro lado de la
calle.
—¿Qué está pasando?
—¿Crees que el fuego rompió nuestros vínculos con la casa?
—No lo sé. Es posible.
—¡Por fin podemos salir juntos de la casa!
—¿Adónde vamos? ¿Qué hacemos ahora? Cualquier cosa que quieras hacer,
dilo, lo que sea.
—¿El cine?
—Patético —dijo—. Piensa en algo genial.
—¿Qué tal un concierto? 248
—Ahora estás hablando.
—Pero, ¿cómo nos enteramos de quien está tocando, dónde y cuándo?
—Simplemente vamos a Spectrum y veamos que está pasando.
—Oh, cariño, eres tan viejo. Ellos derrumbaron eso.
—¿Qué? —dijo él—. ¿Por qué no me lo dijiste? Tengo tantos buenos recuerdos
de ese lugar.
—Hay un gran estadio en la misma sección, sólo podemos encontrar nuestro
camino.
—¿Cómo llegamos allí?
—¿Hacemos autostop? —le dije—. ¿Cogemos un autobús al centro?
¿Caminamos? En realidad no lo sé.
—¿No te dijo alguien alguna ves que hacer autostop es peligroso? Vamos a la
parada de autobús.
—¿Crees que podríamos ir a Europa? Siempre he querido ver Londres, París,
Roma, todos esos lugares.
—No lo sé, no estoy seguro de cómo llegaríamos al otro lado del océano. ¿Tal
vez podríamos escabullirnos en un avión o un barco?
—Ryan, sabes, realmente no me importa lo que hagamos, siempre y cuando
estés allí conmigo.
Él sonrió y tomó mi mano en la suya, la besó, y me guió al mundo.
FIN
249
250
¿Miedo a los fantasmas? Mentiría si dijera que no. Cuando era adolescente,
puedo recordar encender todas las luces en mi casa de Philadelphia cuando estaba
sola, incluso las habitaciones que estaban desocupadas. Prendía mi música fuerte
para ahogar los golpes al azar en la noche. Cuando iba al baño, corría rápidamente
a través del pasillo oscuro para asegurarme de que nada pudiera agarrarme y luego
abría la cortina de baño para comprobar que nada se escondía detrás de la ducha.
Siempre sentí que alguien estaba allí conmigo.
Como adulto, vi a mi primer fantasma. Aún recuerdo aquella mañana, los
gatos estaban volviéndose locos, arañando la puerta del baño mientras estaba en la
ducha. Después, comencé a planchar mi ropa de trabajo para ese día, cuando
levanté la vista y vi una sombra caminando por la puerta. Solo duró dos segundos,
pero eso cambió mi vida para siempre.
Decidida a no revivir mi infancia y tener miedo de mi propia casa, comencé a
racionalizar lo que acababa de ver. Sólo porque era alguien muerto y aún estaba
alrededor, no significa automáticamente que fuera una amenaza. ¿Y si era un
pariente que recientemente hubiera fallecido? ¿Y si era un buen amigo mío? ¿O un
antiguo novio? De vez en cuando veo algo moverse en el rabillo del ojo, pero nadie
está ahí cuando vuelvo mi cabeza. Nada de qué asustarse, ¿verdad?
La serie The Ghost In My Bedroom es una manera de nunca más tener miedo.
Para cualquier persona que se oculta bajo las sábanas por la noche, ojalá esto
cambie su perspectiva de las cosas.
251

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