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Universidad de La Habana

Facultad de Filosofía, Historia y Sociología

Segundo Informe
de Sociología
Urbana
Tema: Louis Wirth y su contribución a la sociología urbana.

Adriana Samantha Ross Martinez


4to año Sociología
Curso 2021-2022
Louis Wirth fue un sociólogo que prestó mucha atención al tema urbano. En su
artículo: ‘‘El urbanismo como modo de vida’’ se encarga de exponer el modo de vida
urbano, tocando temas como la ciudad y el urbanismo que otros autores
posteriormente utilizarían para reforzar sus propias concepciones teóricas.

Wirth conceptualiza la ciudad como ‘‘un asentamiento relativamente grande, denso


y permanente de individuos socialmente heterogéneos’’ (Wirth, 1938:45) Lo relativo
con respecto al espacio de las ciudades está dado por el hecho de que es
complicado medirlo con exactitud ya que no solo es el espacio geográfico, sino otros
factores como el nivel de desarrollo y la cantidad de personas lo que define a una
ciudad como tal.

La ciudad no se conforma de forma espontánea, es un proceso que sucede a lo


largo de los años y, como la población de la ciudad proviene de formas civilizadas
anteriores, estas características no desaparecen, sino que se mezclan con el modo
de vida urbana, creando una heterogeneidad dentro de misma ciudad. La ciudad es
un espacio heterogéneo y de esta manera se debe atender a sus habitantes. La
ciudad necesita y atrae individuos del campo, de otras ciudades o de otros países.
Así se convierte en una mezcla de razas, pueblos y culturas, fomentando la
hibridación cultural y biológica. La ciudad favorece las diferencias individuales y
encuentra funcionalidad en ellas. Esta individualización que se produce en la ciudad
y que está relacionada con el tamaño de la población, tiene efectos en la
interacción, aumentando la diferenciación potencial a su interior. (Wirth, 1938)

Como pionero en el análisis del espacio al interior de la Sociología Urbana, Wirth ve


a la ciudad como un espacio reducido, transformado para distribuir y estructurar la
densidad, donde los individuos crean representaciones y funciones en su entorno de
vida. Es un espacio de frecuente y cercano contacto físico, y de gran distancia
social. Es también un espacio de heterogeneidad y por tanto de estratificación,
despersonalización y creación de instituciones y organizaciones que poco a poco se
alejan del individuo, imperando la vida colectiva sobre la individual. (Wirth, 1938)

El problema central de sociólogo de la ciudad es descubrir las formas de


acción y organización social que, típicamente, surgen en los asentamientos
compactos y relativamente permanentes de grandes números de individuos
heterogéneos. (Wirth, 1983:48)
Wirth explica que el hecho de que las ciudades estén conformadas por grandes
números de personas limita la empatía social. Ya no estamos hablando de personas
en comunidad que se conocen entre sí, sino de un gran cúmulo de individuos de los
cuales sólo se interactúa con una pequeña fracción. Esto provoca que el nivel de
relación social quede relegado a un papel secundario donde para el individuo, sus
conocidos juegan un papel determinado en su vida que tiene como objetivo general
la satisfacción de sus propias necesidades individuales. La comunicación indirecta
por medios masivos conlleva al desapego emocional entre los individuos, ya que la
interacción humana se pierde y esto crea valores negativos e individualistas.

En cuestiones demográficas, los jóvenes predominan en las ciudades, de forma tal


que, mientras mayor sea el número de habitantes, mayor será el número de
personas pertenecientes a dicho grupo de edad. Con respecto al género, las
mujeres tienen una mayor proporción y racialmente hablando, las ciudades atraen
un gran número de grupos étnicos y raciales, logrando una mayor heterogeneidad
entre los habitantes. Otra característica demográfica de las ciudades es su alta tasa
de mortalidad y la baja tasa de natalidad. (Wirth, 1983)

Las ciudades en general (…) comprenden toda una gama de pueblos y


cultura de modos de vida sumamente diferenciados entre los cuales, a
menudo, solo se encuentran la más tenue comunicación, la mayor
indiferencia y la mayor tolerancia, y ocasionalmente enconadas pugnas;
pero, siempre, los más agudos contrastes. (Wirth, 1983:53)

Además de la sustitución de los rasgos primarios por los secundarios, Wirth añade
otros como el debilitamiento de los lazos de parentesco unido al declive del
significado social de familia, la desaparición del vecindario y el socavamiento de las
bases tradicionales de la solidaridad colectiva. Dichos rasgos son entendidos como
consecuencia de la carga laboral que exige la ciudad, en tanto los largos horarios de
trabajo limitan la interacción social y familiar, relegándola a un segundo puesto por
encima de las necesidades económicas ya que, a pesar de que los ingresos de los
sujetos son mayores en las ciudades que en los campos, el costo de mantener su
nivel de vida es mucho mayor ya que no es solo gastar en comida, sino en
actividades recreativas que ayuden a relajar la carga laboral que llega a ser
asfixiante. (Wirth, 1983)
Con respecto a este artículo, Giancomo Bettin aclara que la teoría que Wirth expone
es una especie de teoría intermedia, un modelo dinámico que abra el camino a
nuevas investigaciones empíricas y prepare las condiciones para una acción social
innovadora sobre situaciones y problemas específicos y diferentes. Su teoría utiliza
elementos de la teoría durkheimiana así como estudio demográfico, sin dejar de
lado la influencia del ambiente de la ciudad en los ciudadanos que habitan en ella.
(Bettin, 1982:133)

Expresa además que la influencia del ecologismo de la Escuela de Chicago se


puede ver en el hecho de enlazar la vida urbana con factores cuantitativos
demográficos, a pesar de alejarse un poco de esta escuela al aclarar que no
necesariamente los elementos originarios de la forma de vida van a tener una
influencia directa.

Los puntos centrales de su investigación nos devuelven al problema del


consenso y al dramático contraste entre la exigencia de libertad del individuo
y la necesidad de forzar, 'de subordinar una parte de su individualidad a las
exigencias de la comunidad más amplia’. (Bettin, 1982:136)

José Luis Lezama, por su parte, defiende la teoría de Wirth en el sentido de que
para poder realizar un debido análisis de su teoría, es necesario referirse a los
factores sociales y de su concepto de ciudad y no a lo territorial. El aumento
numérico de la población, por ejemplo, trae consecuencias sociales, y es en estas
en las que Lezama indica que se debe hacer hincapié.

Desde la perspectiva ecológica, Wirth resalta la manera en que el


predominio de la ciudad sobre su hinterland se explica por las
características funcionales de la ciudad, las cuales se establecen de acuerdo
con el número y la densidad demográfica. La gran demanda generada en la
ciudad diversifica su organizaci6n, aumenta la especialización e incrementa
el número de instalaciones técnicas requeridas para efectuar una vida social
tan compleja. La dependencia de las diversas regiones de la metrópoli es
funcional, por el tipo y la magnitud de los servicios que presta en
comparación con los de menores dimensiones que se producen en los
pequeños poblados. (Lezama, 1993:161)
En la visión de Manuel Castells, Louis Wirth definió verdaderamente los rasgos
característicos de la cultura urbana y su teoría procedió a explicar el proceso de
producción de cultura urbana a partir de las características de la ciudad. Consideró
su estudio como ‘‘el esfuerzo teórico más serio que jamás se haya hecho en el seno
de la sociología para establecer un objeto teórico (y por consiguiente, un campo de
investigación) específico de la sociología urbana.’’ (Castells, 2005:97)

Según Castells, la problemática de la ciudad gira en torno a dos elementos: una


definición y una interrogante. La primera es el concepto establecido por Wirth
mencionado anteriormente, y la segunda consiste en determinar cuáles son las
nuevas formas de vida social producidas por las tres características que encierra el
contexto, mejor explicadas como dimensión, densidad y heterogeneidad de las
aglomeraciones humanas. Por lo tanto, es imperativo que se cree una teoría
sociológica de la ciudad que por una parte, supere las limitaciones geográficas y por
otra, que no se quede en un plano meramente económico. ‘‘Decir "sociología"
equivale para Wirth a centrarse sobre los seres humanos y sobre las características
de su relación.’’ (Castells, 2005:97)

A pesar de lo positivo en la teoría de Louis Wirth, Giancomo Bettin realizó varias


críticas a su contenido teórico y empírico. Cataloga como ‘‘mito’’ el carácter
secundario, transitorio e impersonal que Wirth le atribuye a las relaciones sociales
urbanas, ya que varios estudios corroboran la alta frecuencia de la interacción social
y el gran número de relaciones primarias que existen entre los individuos. Señala
además el poco alcance poblacional de su investigación ya que no es posible aplicar
su teoría a todos los habitantes de clase intermedia en una población, solo a las
clases alta y baja. La mejor forma de entender al ensayo formulado por Wirth es
aplicándolo a la sociedad occidental, la cual posee un nivel económico e industrial
más avanzado y, por lo tanto, condiciona la libertad individual. (Bettin, S/F:31)
Bibliografía:

Bettin, G. (1982) Los Sociólogos de la ciudad. Documento descargado en PDF.

Castells, M. (2005) La cuestión urbana. La Habana: Editorial Félix Varela.

Lezama, J. L. (1993) Teoría social, espacio y ciudad. México: El Colegio de México.

Wirth, L. (1938) El urbanismo como modo de vida. Extraído de: The American
Journal of Sociology, junio, vol. 44.

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