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Catalina Lugo Pulgarin


Padre Guillermo Leon Zuleta Salas
21 de abril de 2020

REFLEXIÓN
Si se afirma que todo acto sexual debe permanecer abierto a la
vida, ¿en qué sentido el hecho de acudir a él en los tiempos
infértiles de la pareja puede o no ser considerado como una
actitud farisaica, teniendo en cuenta el sentido mismo de la
sexualidad?

Reflexión desde basado en la lectura del texto de Aurelio Fernández. TEOLOGIA


MORAL II. MORAL DE LA PERSONA Y DE LA FAMILIA. “Capitulo octavo: Finalidad
procreadora del matrimonio. Sentido de la sexualidad”. 3 edición. Burgos: GESEDI. 2001.  P.
469-593

La lectura del texto permitió un recorrido y abordaje de la finalidad procesadora del


matrimonio y el sentido de la sexualidad en un esquema que reflexiona sobre la importancia del
tema, desde la ética de la vida sexual tanto en el ámbito matrimonial como en la vida individual
y célibe. El abordaje distribuido en sus cuatro (4) temas refleja una estructura a partir del origen
de la creación en el matrimonio y sus diferentes controversias acercando a la discusión de
diferentes factores basados principalmente en los conceptos de anti vida y en los factores
intraecleciales donde reflexionan diferentes corrientes y escuelas teológica. En un segundo tema,
si inicia el sentido de la sexualidad en la existencia de hombre y mujeres y ese lugar tan
importante en el vivir diario, buscando mostrar que según se haga un uso recto o torcido del
sexo, dandole así la plenitud al ámbito matrimonial. En el tercer apartado la doctrina bíblica
sobre el sentido y valor de la sexualidad se recogen datos mas comunes relacionados al tema
científico de la sexualidad, su objetivo es mas relacionarlo con la relación y la doctrina bíblica
basada en dos objetivos principales iluminar desde la biblia este tema (in recto) y deshacer una

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objeción repetida de quienes sostienen que la condena de los hechos sexuales por el magisterio se
origina por actitud temerosa. Por ultimo en el cuarto apartado nos centramos en la lectura desde
la moralidad de las relaciones conyugales abordando la sexualidad individual desde un análisis
antropológico diferenciando la mujer y el hombre, fundamentadas desde la naturaleza misma
del amor esponsalicio. Información que permite poder reflexionar en especial en el ultimo
apartado del capítulo respecto a si se afirma que todo acto sexual debe permanecer abierto a la
vida, y en qué sentido se puede considerar o no como actitud farisaica el hecho de que se acuda
al acto sexual en los tiempos no fértiles, teniendo en cuenta el sentido mismo de la sexualidad.

La sexualidad debe ser vista desde la religión y la moral, como sinónimo de


responsabilidad, desde aquí radica la importancia en el cuidado del cuerpo, la salud y el valor
que le demos a este tema de tanta reflexión y cuestionamiento, la procreación como único motivo
para el acto sexual en la vida matrimonial; mas hoy con la dinámica en la sociedad en la cual
estamos. Partiendo del texto leído, pensar en la actitud farisaica el hecho de que se acuda al acto
sexual en los tiempos no fértiles, considero que es una visión reduccionista si se afirma que todo
acto sexual debe permanecer abierto a la vida, y que pensarlo seria como si nos quedáramos con
la visión determinista del pasado en dónde el hombre es una marioneta de las fuerzas naturales,
del destino o de los dioses. A partir de la modernidad, el sujeto es y debe ser cada vez más
autónomo, tomador de sus desiciones aún en las situaciones mas precarias, asumiendo las
consecuencias de sus actos.
A mi modo de ver, para la iglesia, el coito es sólo para procrear; la única planificación
válida es la natural (Oginnos/Clauss) y lo demás se adorna con el carácter unitivo, de comunión,
sacral y místico (unión con él todo), partícipes de la tarea creadora( cocreadores). Considero que
la sexualidad es importante para el ser humano, de allí que no se pueda solo instaurar en el acto
genital. Pues si se mira así queda muy falocentrica, al pensarse solo desde la creación se recrea
solo la eyaculación masculina y poco se habla de la femenina, y si se piensa solo en fecundación,
qué pasa si se sustrae la eyaculación del hombre?, pensar solo en el acto sexual como eyaculación
es omitir el encuentro desde el amor siendo el fin último de un encuentro sexual el amor y no la
procreación.

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Aun mas, reflexionando a partir de una comprensión desde la profundidad de la sexualidad


humana, tenemos que entender que ella no existe aislada, sino que representa un momento de
un proceso mayor: el biogénico. Tema que no fue abordado en el texto desde la consideración
científica de la sexualidad , los cuales según el escritor no siempre son tan rigurosos. Pero cuando
vemos que la sexualidad que emergió hace mil millones de años como un momento avanzado de
la vida, entendemos que hace parte de la cadena de hechos y de la participación en la afirmación
dudosa que todo acto sexual debe permanecer abierto a la vida.

La nueva cosmología nos habituó a considerar cada realidad singular dentro del todo que
viene siendo tejido desde hace 13.700 millones de años y de la vida hace 3.800 millones de años.
Las realidades singulares (elementos físico-químicos, microorganismos, rocas, plantas, animales y
seres humanos), se entrelazan en redes interconectadas constituyendo una totalidad sistémica,
compleja y diversa. Tema de investigación después que los biólogos Crick F. y Dawso C.
descifraran el código genético y demostrarán que todos descendemos de un antepasado común, a
partir del cual se origina la ramificación progresiva del árbol de la vida. Cada célula de nuestro
cuerpo, incluso la más epidérmica, contiene la información básica de toda la vida que
conocemos. Existe entonces una memoria biológica inscrita en el código genético de todo
organismo vivo, existiendo entonces una memoria genética, existe también la memoria sexual
que se hace presente en la sexualidad humana. Tema que se profundiza en el estudio del ADN en
especial de las células binucleicas en las cuales su importancia reside en que en ella se encuentra
el origen del sexo.
Toda su evolución desde los proceso de simbiosis, permite llevarnos a pensar que la
sexualidad junto con la selección natural, representa la fuerza más importante de la evolución. La
vida está tejida de cooperación, de intercambios, de simbiosis, mucho más que dé la lucha
competitiva por la supervivencia y la procreación. Pero dejando de lado toda esta sexogénesis, y
volviendo a retomar que la sexualidad posee algo único y singular y es que el instinto se
transforma en libertad, podemos decir que la sexualidad humana eclosiona en el amor y que no
está sujeta al ritmo biológico de la reproducción.

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Entonces como negar, la siempre disponibilidad del ser humano para la relación sexual?,
esta no se ordena solo a la reproducción de la especie sino también y principalmente a la
manifestación del afecto entre la pareja. El amor reorienta la lógica natural de la sexualidad,
hace que se descentre de sí para concentrarse en el otro, hace a los dos preciosos al uno para el
otro, únicos en el universo, fuente de admiración, de enamoramiento y de pasión. A causa de este
aura el amor se revela cómo el ámbito de la suprema realización y felicidad humana o, en su
fracaso, de la infelicidad y de la guerra de los sexos.

Ahora bien, volviendo a la pregunta, si se afirma que todo acto sexual debe permanecer
abierto a la vida, ¿en qué sentido el hecho de acudir a él en los tiempos infértiles de la pareja
puede o no ser considerado como una actitud farisaica, teniendo en cuenta el sentido mismo de
la sexualidad?
Es idea común que la moral católica en lo tocante a la sexualidad es rigorista y con
prejuicios. En gran parte se debe a la influencia de San Agustín que interpretaba la transmisión
del pecado original, que mancha toda la existencia humana, a través de la relación sexual. No
podemos seguir viendo la sexualidad solo como procreación por que eso es lo que hace que se
consideren actitudes farisaicas cuando se practica en tiempos infertiles, no podemos seguir viendo
la sexualidad como una relación negativa llena de prejuicios y pecado, a causa de doctrinas
dominantes. Es actitud farisaica cuando la creencia de esos esposos esta enmarcada en la
procreación. Y retomo el pasaje bíblico: ¿Por qué Dios creó a la humanidad como hombre y
mujer (Gn1, 27)?, por que, no fue en primer lugar para engendrar hijos sino para que no
estuviesen solos, para que fueran compañeros (Gn 2,18), se complementaran.
Entonces por que no permitir sanamente la vivencia matrimonial desde el amor y no la
creencia marcada del pecado en tiempos de infertilidad?, quedan preguntas sin responder y
abordajes desde las creencias y la tradición que por siglos marcan la cultura de la humanidad,
que impacta en gran medida la moral sexual en el vivir diario.
¿Cuántas parejas han traído hijos pensando de que esa manera salvarán su matrimonio?,
es acaso esto un gesto de amor, cuando la vida se piensa como una solución a vacíos
existenciales?. Es sano para la pareja negarse el acto sexual solo por que es parte del matrimonio
y buscar causas legales, justificadas para respetar este acto en tiempos infértiles, cuando su cuerpo

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por naturaleza y amor se los pide?, o cuando se permanece en un matrimonio solo por la
educación de los hijos, o por el miedo al castigo divino?.
En suma considero que lo realmente importante es el amor, de manera secundaria se dará
la procreación. Si lo pensáramos de otra manera quedaría una forma sexista, exclusivista y pobre
de ver la sexualidad. O cómo fundamentar el acto sexual solo desde la mirada de procreación en
una pareja estéril?
El ser humano necesita aprender a combinar instinto y amor, sintiendo en sí la necesidad
de amar y de ser amado. No por imposición, sino por libertad y espontaneidad. Sin esa libertad
de quién da y de quien recibe, no existe amor. La libertad y la capacidad de amorización
construyen las formas de amor que humanizan al ser humano y le abren perspectivas espirituales,
sobrepasando en mucho las demandas del instinto. Sin ser considerado por eso una actitud
farisaica.

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