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Abril 21 - Procreación
Abril 21 - Procreación
REFLEXIÓN
Si se afirma que todo acto sexual debe permanecer abierto a la
vida, ¿en qué sentido el hecho de acudir a él en los tiempos
infértiles de la pareja puede o no ser considerado como una
actitud farisaica, teniendo en cuenta el sentido mismo de la
sexualidad?
La nueva cosmología nos habituó a considerar cada realidad singular dentro del todo que
viene siendo tejido desde hace 13.700 millones de años y de la vida hace 3.800 millones de años.
Las realidades singulares (elementos físico-químicos, microorganismos, rocas, plantas, animales y
seres humanos), se entrelazan en redes interconectadas constituyendo una totalidad sistémica,
compleja y diversa. Tema de investigación después que los biólogos Crick F. y Dawso C.
descifraran el código genético y demostrarán que todos descendemos de un antepasado común, a
partir del cual se origina la ramificación progresiva del árbol de la vida. Cada célula de nuestro
cuerpo, incluso la más epidérmica, contiene la información básica de toda la vida que
conocemos. Existe entonces una memoria biológica inscrita en el código genético de todo
organismo vivo, existiendo entonces una memoria genética, existe también la memoria sexual
que se hace presente en la sexualidad humana. Tema que se profundiza en el estudio del ADN en
especial de las células binucleicas en las cuales su importancia reside en que en ella se encuentra
el origen del sexo.
Toda su evolución desde los proceso de simbiosis, permite llevarnos a pensar que la
sexualidad junto con la selección natural, representa la fuerza más importante de la evolución. La
vida está tejida de cooperación, de intercambios, de simbiosis, mucho más que dé la lucha
competitiva por la supervivencia y la procreación. Pero dejando de lado toda esta sexogénesis, y
volviendo a retomar que la sexualidad posee algo único y singular y es que el instinto se
transforma en libertad, podemos decir que la sexualidad humana eclosiona en el amor y que no
está sujeta al ritmo biológico de la reproducción.
Ahora bien, volviendo a la pregunta, si se afirma que todo acto sexual debe permanecer
abierto a la vida, ¿en qué sentido el hecho de acudir a él en los tiempos infértiles de la pareja
puede o no ser considerado como una actitud farisaica, teniendo en cuenta el sentido mismo de
la sexualidad?
Es idea común que la moral católica en lo tocante a la sexualidad es rigorista y con
prejuicios. En gran parte se debe a la influencia de San Agustín que interpretaba la transmisión
del pecado original, que mancha toda la existencia humana, a través de la relación sexual. No
podemos seguir viendo la sexualidad solo como procreación por que eso es lo que hace que se
consideren actitudes farisaicas cuando se practica en tiempos infertiles, no podemos seguir viendo
la sexualidad como una relación negativa llena de prejuicios y pecado, a causa de doctrinas
dominantes. Es actitud farisaica cuando la creencia de esos esposos esta enmarcada en la
procreación. Y retomo el pasaje bíblico: ¿Por qué Dios creó a la humanidad como hombre y
mujer (Gn1, 27)?, por que, no fue en primer lugar para engendrar hijos sino para que no
estuviesen solos, para que fueran compañeros (Gn 2,18), se complementaran.
Entonces por que no permitir sanamente la vivencia matrimonial desde el amor y no la
creencia marcada del pecado en tiempos de infertilidad?, quedan preguntas sin responder y
abordajes desde las creencias y la tradición que por siglos marcan la cultura de la humanidad,
que impacta en gran medida la moral sexual en el vivir diario.
¿Cuántas parejas han traído hijos pensando de que esa manera salvarán su matrimonio?,
es acaso esto un gesto de amor, cuando la vida se piensa como una solución a vacíos
existenciales?. Es sano para la pareja negarse el acto sexual solo por que es parte del matrimonio
y buscar causas legales, justificadas para respetar este acto en tiempos infértiles, cuando su cuerpo