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P17054coll10 2392
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Para adelantar y cumplir la lectura cabal de los manuscritos se tropezó con algunas
dificultades grafológicas pues don Jorge omite muchos rasgos de la escritura y así no
usa los puntos sobre las íes y éstas a veces un poco abiertas se confunden con la e:
olvida mucho las tildes y no traza el rasgo vertical de la letra d y así ésta parece una
vocal; no traza el cruce superior en la t y así afecta una l . No tilda los imperativos
verbales y en algunos contados casos descuida la ortografía. Así puede verse una inútil
tilde en Venus (copla 25), abispa en la 71, mozitas en las 110 y 138, tilde innecesaria
en Carmen (144), albaca por albahaca y azares por azahares (148), tucitas (178),
barazón (211), mozitas (239) y coroso en la misma, tildes en martes, jueves, lunes y
viernes, innecesarias; sino por si nó (283), dejára y llevára (407), hurdiendo (438),
indesibles (442) y sarca (492).
1
Y el joropero del Llano dice:
No sobra advertir que en la colección, motivo de estos juicios, no todas las estrofas
son coplas propiamente dichas, con las características de cuatro
versos predominantemente octosílabos y heptasílabos y rimados en los versos
segundo y cuarto, en consonancia más que en asonancia. Porque aparecen también
las seguidillas completas con su fórmula silábica de 7-5-7-5-5-7-5, como el ejemplo de
la número 4:
Aparecen también las coplas de consonancia alterada por la rima entre los versos
primero y cuarto y pareado de segundo y tercero como en el ejemplo de la número 15,
lo mismo que en las 16, 24, 25, 187 y 236, raramente populares. Y esto último es
explicable porque la consonancia del verso primero con el cuarto es muy distante y
poco favorable para la memoria del improvisador.
Se observa también la presencia de bambas o coplas de serie que llevan pie forzado
como los ejemplos 85, 86 y 87. Comunes en el ámbito popular como las llaneras que
comienzan con el verso “De mi tierra me he venido” o las boyacenses de “Esto dijo el
armadillo” o las santandereanas de “En el puente real de Vélez’, etc.
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Francisco Rodríguez Marín y Dámaso Alonso, se llegó a la conclusión de que más
antiguas que los romances épicos (del tipo de la Fábula del Mío Cid) fueron las
“jarchas”, letrillas de cuatro versos, indudables antecesoras de la copla. Alonso nos
dice cómo estas jarchas eran breves estrofas que los poetas hebreos y árabes ponían
al final de los poemas; pero que si los poemas estaban escritos en hebraico o en
arábigo, respectivamente, las letrillas lo estaban en mozárabe que era la lengua que
en ese tiempo se hablaba en España. Estas jarchas mozárabes eran, ni más ni ¿nenas,
coplas y su género expresivo era más lírico que épico:
(Mi corazón se me va de mí,/ oh Señor, acaso se me tornará?/ Tan mal me duele por
el amado!/Enfermo está, cuándo sanará?)
En la América precolombina los areytos taíno-caribes no eran otra cosa que coplas
pues al decir de los cronistas de mojas (Fernández de Oviedo) en la isla Española que
comprendía entonces en sus dos mitades: Quisqueya y Jaragua (hoy la Dominicana y
Haití, respectivamente) eran especies de trovas que se acompañaban de música para
cantar en la celebración de victorias y festejos. Y, al referirnos a las coplas de América
del Sur, como producto mestizo, si hallamos los ancestros hispanos en saetas,
serranas o serranillas, endechas, seguidillas, décimas o espinelas y
obviamente romances, hallamos también los ancestros indígenas en jaillis, urpis,
wawakis, wayñus, huaillias, taquis y harawis, cantados en lengua quechua —como la
colombianísima copla del Coconuco—.
Sobre el contenido y estructura de la selección hecha por don Jorge lsaacs (terna de
este prólogo), observo:
Todas las iniciales de verso están en mayúscula, tal vez costumbre de la época en que
se anotaron, pero sin razón ortográfica válida. Todos los versos pentasílabos de las
seguidillas podrían ir a la derecha de la escritura pero sólo cuando son conclusiones de
frase y aún así resulta más razonable ponerlos a la izquierda ya que son versos
independientes en la estrofa y la lectura se hace de izquierda a derecha. La copla
número 19 es variante de la más conocida:
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“Aunque la puerca sea rucia
y la tengan en la villa
y la alimenten con leche,
siempre es negra la morcillas”.
4
La 46 es igual a la de Santander del mismo texto pero con la variante del verso final
que dice: “que está de puertas pa dentro”.
La 50 es variante de la boyacense:
La 57 es variante de la boyacense:
La 67 es una quintilla aparente pero en realidad es sólo la copla cuarteta con un verso
(mote de intrusión): “es decir, tengo razón”
La 105 tiene una variante que dice, en vez de: “yo he visto unos ojos negros , yo vide
una lucecita”. La 106 es copia de la cueca chilena “Corazones partidos” que comienza
con esa estrofa. De la 113 a la 115 y la 118, son bambas así como las 116 y 117 con
otro pie. La 112 es muy popular en los Llanos y juega como bamba de pie doble con la
123. Las 128, 129 y 130 son bambas de pie forzado doble semejantes a las llaneras
“De mi tierra me he venido”, numerosas. El segundo pie es generalmente: “Sólo por
venirte a ver”.
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“De mi tierra me he venido
con el agua hast’el sobaco,
sólo por venirte a ver
pescuezo e pájaro vaco”.
De las 137 a 139, bambas con pie forzado doble en que el segundo es siempre un
refrán, no son comunes. Recuerdo como antecedente aquella boyacese que incorpora
el viejo refrán de Berceo, citado en La Celestina, traducido al lenguaje rural:
La 145 es bamba más conocida con el segundo verso que es “parientas de Lucifer”. La
146 se oye en el Tolima con este cambio:
Figura con otra variante en el coplerío de Ecuador. La 149 tiene en Boyacá, como
bamba, este cambio:
6
“Un indio estaba muriendo
y a su hijo le aconsejaba:
has de saber, hijo mío,
quiun bien con un mal se paga”.
En la 151 la voz “cúchito” aparece en el manuscrito deturpada por “quíchito”, tal vez
por uso regional. En la numeración la 149 aparece repetida y en la primera ocasión se
dice: “al señor garrapatero”. La 159 es conocida como estrofa de una canción
colombo-chilena llamada “El amor es un bicho”. La 161 es variante de la retahíla
popular llamada “Capitán de un buque”. La 180 no es copla sino una décima justa. La
182 es estrofa de un himno cívico venezolano. La 185 es similar a otra más conocida
que dice:
En la 189 el giro “llévaste” parece más lógico que “llévate” pues equivale a “te llevas”.
La 193 es variante de un canto de bogar chocoano que dice:
La 194 es igual a la del canto de bogar. La 196 es una bamba del estilo de las 128 a
130. Las seguidillas truncas del número 204 aparecen en otra versión con el verso
tercero cambiado a “por la sotana vieja”. La 208 recuerda a la costeña del canto
“Buchipluma no má”:
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La 221 figura con igual número en la siguiente. La seguidilla trunca número 233 es
variante de la copla guabina con texto similar. Las 234 y 235 son coplas de diálogo
competitivo propias del “moño” santandereano o del “fandanguillo” tolimense o duelos
copiados. La 236 a 238 corresponden también a copias competitivas. La 240 es la
misma 106; la 242 es variante de una estrofa de la tonada chilena llamada “Yo vendo
unos ojos negros”. La 255 es variante de la boyacense:
La 268 es variante de la más lógica que aparece en una guabina tolimense que con
música de Alberto Castilla dice:
8
La 297 es similar a la llanera y que aparece en el cancionero chileno”:
“Ensillando mi caballo
ella se puso a llorar
y yo, llorando con ella,
lo volví a desensillar”.
En esta seguidilla trunca hay un verso o mote de intrusión (cielito lindo) que no cuenta
en la cuarteta. La 366 es muy prodigada en Antioquia. La 369 es estrofa de una de las
guabinas santandereanas de belio Olarte que dice:
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“Me subí en una lomita
por ver si la divisaba;
tan solo topé las quimbas
del indio que la llevaba”.
La 390 es variante de una de las coplas del bunde del litoral pacífico llamado “La
margarita patiana” que dice:
“Lloraba la margarita
la muerte de su marido
y en el llanto preguntaba
si el otro ya había venido”.
La 396 es idéntica a la llanera del joropo “Ay, si, si”. La 401 es similar a la 61. En
el original de la copla 403 hay un asterisco que tiene referencia a la 406 que podría ser
su continuación. Las coplas 404 y 405 son variantes de la muy común que dice:
que tiene una bamba en que se cambian los versos tercero y cuarto, por “hiciste como
los perros/vomitar para comer La 425 es similar a la huilense que dice:
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últimos para revisarlos luego o copiarlos después. Es un único caso a lo largo del
medio millar de coplas recogidas. Dije que resulta evidente —y explicable por el buen
criterio del compilador— que ninguna de estas carece de ‘‘gracia” y por ello su calidad.
Recordemos que la segunda condición, después del lenguaje rural o rústico que es la
primera, es la gracia expresiva sin la cual la copla no justificaría ni su ideación ni su
factura, ni siquiera su enunciado oral y, menos, escrito. Gracia humorística o jocosa,
picaresca o maliciosa, irónica o zalamera, filosófica o jactanciosa. Sobran pues los
motivos de creatividad. Debe destacarse también la tarea que significó para el escritor
acometer un trabajo de amanuense que tal vez no correspondía muy justamente a un
poeta erudito ya famoso. Sin embargo recordemos que la inquietud intelectual de
Isaacs le llevó a ocuparse de tareas tan disímiles de su actividad de narrador
romántico como fueron sus investigaciones corográficas y antropogeográficas
consignadas en su libro sobre Las tribus indígenas del Magdalena. Una y otra empeños
que se explican tal vez sólo por su fervor patriótico y por la apasionante inquietud
intelectual ya observada, propia de los creadores poéticos y que les mueve a estudiar y
justipreciar las expresiones de la cultura popular, más cuando éstas se relacionan con
el folklore literario en su ámbito empírico, es decir, en el Coplerío. De esta manera el
aporte de Jorge Isaacs al inventario nacional de las coplas viene a sumarse a los
arrumes valiosísimos de Antonio José Restrepo, de José Antonio León Rey, Víctor
Sánchez Montenegro, Luis Camacho Matéus, Benigno A. Gutiérrez, los padres Vargas
Tamayo, Medina, Savio, Ospina y Pérez Arbeláez; Rogerio Velásquez M, Otero D’costa,
Abimael Caballero Sierra, Arturo Escobar Uribe, Juan C. Hernández, Octavio Quiñones
Pardo, Harry Davidson, Graciliano Arcila Vélez, Ramón Correa C, Lucio Pabón Nuñez,
Juan del Camino y Milina Muñoz sin contar algunos que pudieran olvidarse como
informadores generales que son acerca de la literatura oral. Tales los estudiosos del
Instituto Caro y Cuervo y sin ir más lejos quien suscribe estas líneas, autor de una
selección de 900 coplas colombianas publicada por el Instituto Colombiano de Cultura
en el número 2 de su colección popular, año 1971.
G.A.M.
11
1 8
7 14
La vida paso muriendo; Qué lejos estás de mí;
si muriera, viviría, no te alcanzo a divisar;
porque muriendo, saldría los cerros tienen la culpa,
del mal que sufro viviendo. ¡Quién los pudiera tumbar!
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Ausente del bien que adoro 22
cualquiera me considere:
Si yo fuera pajarito,
¿Qué gustos podré tener
a verte fuera derecho,
sin saber si vive o muere?
y con pajitas y plumas
15 hiciera nido en tu pecho.
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Aunque la puerca sea rusia
Aunque tú no me quieras,
y la maten en la villa,
yo he de quererte,
y le echen leche a la sangre,
porque esos tus amores
siempre es negra la morcilla.
me dan la muerte.
21
28
Si la sirena se embarca
Yo soy, trigueña, yo soy
con ella te escribiré:
quien todo el alma te fía:
mi sangre será la tinta,
quiéreme por vida tuya,
mi corazón el papel.
que yo te adoro, alma mía.
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29 36
Quien no previene los daños Un volcán tengo en el pecho,
ni los peligros advierte, que arde de diversos modos,
a golpes de desengaños
y yo, callando, me abraso
será razón que despierte.
porque no lo sepan todos.
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Es tánto lo que te quiero
y mi amor tan majadero,
que cuando te veo me escondo Abreme la puerta, cielo,
y por verte desespero. que yo no vengo a dormir,
sólo te vengo a decir...
que si me quieres, te quiero.
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43 49
Clavelito colorado
¡Válgame Dios! qué cosas
matizado con romero,
las que preguntas:
¿Cómo no te he de querer
¿Sabes por qué te quiero?
si fuiste mi amor primero?
porque me gustas.
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45 51
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Alabemos esta casa, Debajo de tu ventana
no por su merecimiento, me cogieron prisionero,
sino por la gente honrada y para pena mayor
que está de puertas adentro. me ataron con tu pañuelo.
53
47
Mañana como a estas horas
¿Para qué son tus caricias,
junto de ella pienso estar,
tus caricias para qué,
contándole mis trabajos
si al mismo tiempo te faltan
hasta que la haga llorar.
caricias, amor y fe?
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15
Por dos pesos que te di Por el filo de una espada
ha habido dos mil enojos: me atrevo a subir al cielo,
mira cuánto son dos pesos... por coronarte de gloria,
diez y seis reales, mis ojos. hermosísimo lucero.
55 61
56
62
Las niñas en la ventana
Por esta calle me voy,
cantando la mejorana;
por la otra doy la vuelta;
las viejas en el rincón
la muchacha que me quiera,
desmotando el algodón.
que tenga la puerta abierta.
57
63
n el monte de las Pavas
de continuo está lloviendo... ¿Para qué son gustos
¿Cómo me quieres negar si se han de acabar?
lo que mis ojos van viendo? más valen mis penas,
que me han de durar.
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64
¡Qué preciosos! ¡qué preciosos!
¡arrayanes florecidos! Cruelísima condición
¡Cuánta diera por tus ojos la que en suerte me ha tocado:
si no estuvieran vendidos he de vivir separado
de mi propio corazón.
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60
66
16
La naranja nació verde 73
y el tiempo la maduró;
mi corazón nació libre Vuela, pensamiento, y dile
y el tuyo lo cautivó. a la niña que más quiero,
que aquí en mi pecho hay amor
y en mi bolsillo dinero.
67
74
Tú me amas de corazón,
y que te amo, es cosa cierta; Satisfacciones no pido:
en decir tengo razón: dáselas a quien quisieres,
“Cuando la puerta está abierta que bien satisfecha estoy
no tiene culpa el ladrón”. del poco amor que me tienes.
75
68
Con esta mi bandolita
Chiquitica te buscaba, me atrevo a voltear el mundo
chiquitica te encontré; enamorando muchachas,
hermosura de mis ojos, vagamundo, vagamundo.
¡cuándo yo te olvidaré!
76
17
Zamba del demonio,
¿Cuándo te veré
87
en la tasajera
colgada de un pié? Cuando una mujer te jura
que te quiere y que te estima,
es porque tiene ya puesto
81 el matachín en la esquina.
Lucerito de mañana,
no te vas a enajenar,
88
que aunque la vida me cueste
contigo me he de quedar. Yo me enamoré del aire,
del aire de una mujer;
como la mujer es aire
82 en el aire me quedé.
18
Qué bonita está la luna,
y un lucero la acompaña;
100
¡qué triste se pone un hombre
cuando una mujer lo engaña! Yo soy hombre entre los hombres
y entre las gallinas, gallo,
94
y en el corral de mis yeguas
Cinta colorada no me relincha caballo.
de la nueva unión,
teñida con sangre
de mi corazón. 101
Ya me lo quiere decir,
y yo que se las entiendo...
96
plata es lo que necesita
Aguila que vas volando y esa es la que yo no tengo.
y en el pico llevas flores,
llévale este papelito
al amor de mis amores. 103
19
Corazones partidos fueron los tres parasismos
yo no los quiero, que en el corazón me dieron.
que cuando doy el mío
113
lo doy entero.
A ti te estarán vistiendo
de blanco, verde y azul,
107
y a mi me estarán diciendo:
Dicen que los celos matan; “Hermano, diga Jesús”.
los celos no matan, no,
que silos celos mataran
ya me hubierta muerto yo. 114
A ti te estarán probando
el lindo traje de gala,
108
y a mí me estarán sacando
Mi madre me las pegó del aposento a la sala.
porque le pedí marido;
vuélvame, madre, a pegar
y deme lo que le pido. 115
A ti te estarán poniendo
las sortijas, los zarcillos,
109
y a mí me estarán cargando
Cuando un hombre se enamora en sus hombros mis amigos.
de mujer que no lo quiere,
es lo mismo que encontrarse
un calvo, en la calle, un peine. 116
En la puerta de la iglesia
a él le entregarán tu mano,
110
y a mí me estarán poniendo
Allá arriba en aquel alto un hábito franciscano.
hay un pozo entre limones,
donde lloran las mocitas
tiernamente por los hombres. 117
En la puerta de la iglesia
saldré a recibirte el cura,
111
y a mí me estarán llevando
Yo supe que te casabas a mi triste sepultura.
y no fuí a tu casamiento
por no ver otro sentado
donde pusiste mi asiento. 118
A ti te estarán poniendo
112 en el cuello la cadena,
y a mí me estará cubriendo
Las tres amonestaciones
la primer capa de tierra.
que en el coro se leyeron
20
119 125
120 126
121 127
122 128
123 129
124 130
21
131 137
132 138
133 139
134 140
135 141
136 142
22
143 149
144 149
145 150
146 151
23
153 159
154 160
155 161
24
165 171
166 172
167 173
168 174
169 175
170 176
25
177 las reliquias de un pueblo infelice
que Caracas por nombre llevó.
¿Dices que no me quieres?
tengo el consuelo
de saber que tú sabes
183
que yo te quiero.
Si porque te quiero, quieres
que yo la muerte reciba,
178 hágase tu voluntad;
muera yo porque otro viva.
La camisa tengo rota
y yo no la he de coser
en todos los agujeros
184
tusitas le he de meter.
Si me vieras padecer
por tí, niña, tan de veras,
179 lástima te había de dar
aunque amor no me tuvieras.
Amante leal y rendido
tu amistad solicité,
y tan infeliz fuí que
185
me hallé mal correspondido.
Yo comí de la retama,
del cogollo la mitad
180
pues no hay cosa más amarga
¿Has vista cuando, al tomar que un amor pagado mal.
un músico el instrumento,
aplica el oído atento
hasta poderlo templar; 186
y si luego, al registrar,
una cuerda falsa siente Ahora que está bailando
pone la mano impaciente, la rosa con el clavel
tuerce la clavija airado la rosa que se deshoja
y da por muy bien empleado y el clavel la va a coger.
que esa cuerda se reviente?
181
187
Por haber mi amor mudado
Morir será lo mejor;
te quejas a grito herido:
mis penas se acabarán:
me espanta el haber querido
mis padres me llorarán,
mas no el haberme cansado.
que abandoné por tu amor.
182
188
Ven a ver, pasajero sensible,
El amor que te tenía
ven a ver con asombro y horror,
era poco y se acabó:
26
lo puse en una lomita
y el viento se lo llevó.
195
Mi mulita la tenía
191 amarrada en la quebrada,
como era de contrabando
Dices que nada te quiero,
se la llevaron los guardas.
¿Por qué no te he de querer?
yo me hago el desentendido
para no darlo a entender.
198
¡Lástima de mi mulita!
192 ¿Para qué la vendería?
cuando yo montaba en ella,
El amor que te tenía
en el paso se dormía.
era de vara y tres cuartas;
lo puse en la talanquera;
se lo comieron las vacas.
199
27
201 206
202 207
203 208
204 209
205 211
28
212 yo tengo mi garabato
con que me las cabestreo.
A la quebradita fui
sólo por verte pasar;
hasta el agua se enternece
219
de ver mis ojos llorar.
A mi mamita le pido
que no me case con tuerto,
213 porque parece dormido
cuando se está más despierto.
Dicen que una hermosa dama
el corazón me entregó;
pero el corazón, sin ella,
220
¿para qué lo quiero yo?
Cogí la rosa en la mano
214
y le sacudí el rocío
El corazón de mi dama para ver si se juntaba
dicen que lo tengo yo; tu corazón con el mío.
el corazón sin la dama
¿para qué lo quiero yo?
221
29
224 230
225 231
226 232
227 233
228 234
229 . 235
30
236 242
237 243
238 244
239 245
240 246
241 247
31
248 254
249 255
250 256
251 257
252 258
253 259
32
260 266
267
261
Una olleta de cobre
Todas las bonitas son
me dió mi suegra;
dulces como el caramelo,
cada vez que se enoja
y yo, como soy meloso,
manda por ella.
por todas ellas me muero.
268
262
Una niña me dijo
Suspiros que van de aquí,
que me daría
y otros que vienen de allá,
una cosa del seno,
se encuentran en el camino
que ella tema.
¿qué de cosas se dirán?
269
263
Cuando dos quieren a una
Desde que no te veo y ella quiere a uno no mas
no miro flores, parece el aborrecido
ni los pájaros cantan, mico cuando chupa agraz.
ni el agua corre,
270
33
lo sucedido. por no decir la verdad.
273 280
285
279
Hasta ahora no me acuerdo
Dos corazones heridos por mujer haber llorado
de la misma enfermedad; sólo por una lloré
ambos se dan a la muerte según el pago me ha dado.
34
286 292
287
293
Aunque los grillos sean de oro
Una mujer en coche
y las cadenas de plata,
carne vendía:
¿de qué le sirve al cautivo
¿quién ha visto en un coche
si su libertad le falta?
carnicería?
288
294
Como la mariposa
tengo la suerte, A Cupido lo pintan
que aquella que más amo chirriquitico,
me da la muerte. porque ya se acostumbra
querer poquito.
289
295
Como la mariposa
que va volando, En el centro de la mar
tengo mis amorcitos suspiraba una sirena,
de cuando en cuando. y en los suspiros decía:
quien tiene amor tiene pena.
290
296
Al infierno tengo d’ir
a hablar con el mismo diablo, Yo te vide persinar,
para que ninguno diga mis ojos fueron testigos;
que es de miedo que no te hablo. ¡Quién te pudiera besar
donde dices enemigos!
291
297
Por esta calle a lo largo
juran que me han de matar Ensillando mi caballo
por unos ojitos negros mi vidita echó a llorar,
que me alzaron a mirar. y yo de verla tan triste
lo volví a desensillar.
35
298 304
299 305
300 306
301 307
302 308
303 309
36
310 316
311 317
312 318
313 319
314 320
315 321
37
322 328
323 329
324 330
325 331
326 332
327 333
38
334 340
335 341
336 342
337 343
338 344
339 345
39
346 352
347 353
348 354
349 355
350 355
351 356
40
357 363
358 364
359 365
360 366
361 367
362 368
41
369 375
El cura de mi parroquia
me mandó que no te amara
378
yo le dije: Señor Cura,
aunque me recondenara. El amor y el interés
comen juntos en un plato,
el amor come por horas
372 y el interés cada rato.
42
381 387
382 388
383 389
384 390
385 391
386 392
43
393 399
394 400
395 401
396 402
397 403
398 404
44
405 411
406 412
407 413
408 414
409 415
410 416
45
417 423
418 424
419 425
420 426
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427
Mi señora no me quiere,
Nunca, mi bien, hallarás
mi amo no me puede ver,
quien, como yo, por ti muera;
mi señora la chiquita
hallarás quien ien te quiera,
dice que me ha de vender.
más no quien te quiera más.
422
428
Mis amores son del campo,
No sé qué estrella importuna
y yo vivo en la ciudad;
influyó en mi nacimiento:
amores que van y vienen
¡tan alto mi pensamiento
no tienen seguridad.
y tan baja mi fortuna!
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429 435
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433 439
434 440
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442 448
443 449
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451 457
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Si porque te quiero quieres
Subo la cuesta cargado que yo la muerte reciba
can mi carga de tinajas, muere tú, que yo no quiero
la barriga hecha un yesquero morir para que otro viva.
y amor que me vuelvo rajas!
459
453
Si tu marido es celoso
Si piensas que por tu pique échale un hueso en el plato,
me he de poner a florar, que mientras lo esté royendo
yo no sé quitar enojos conversaremos un rato.
y así te puedes quedar.
460
454
Si yo supiera de cierto
Si piensas que par tu enojo que no me habías de olvidar
me derrito como cera, me retirara unos días
ya soy de tal calidad mientras dejaban de hablar.
que el mismo fuego me hiela.
461
455
Sospechas tengo de tí,
Si el cielo se rompiera, porque amante muy rendido,
según yo entiendo, según se me pone a mí
esa tu linda cara no debe ser buen marido.
sería el remiendo.
462
456
Si tu hermosura indiscreta
Si yo fuera pajarito a mi inocencia provoca,
no me ocupara en volar, te he de dar con esta jeta
me sentara en los caminos un porrazo en esa boca.
sólo por verte pasar.
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463 469
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487 493
488 494
489 FiN
Yo te miré persignar,
mis ojos fueron testigos,
quién te pudiera besar
donde dices enemigos.
490
Yo te dí mi medio real
porque me hicieras cariños:
me diste sólo un besito,
me estás debiendo un cuartillo.
491
A tu casa no entro
porque la gente,
por una vez que vaya,
dicen que siempre.
492
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