Está en la página 1de 53

UN HALLAZGO LITERARIO

Guillermo Abadía Morales

En los archivos de la Biblioteca Nacional de Colombia se han hallado dos fascículos


manuscritos de singular importancia. Se trata de una colección en dos partes tituladas
“Canciones populares” y “Coplas populares”. Lo singular está en que el compilador de
ella es el eminente hombre de letras autor del bellísimo relato lírico María, obra clásica
de la literatura colombiana, don Jorge Isaacs. Isaacs, aunque es apreciado como
poeta, no dejó poesías que le llevaran a parangonarse con los grandes de su época:
Silva, Valencia o Rivera. Medianamente conocidas son las poesías suyas como “Las
Hadas”, incluida en el texto de Moría, las doce octavas de “Río Moro”, la oda histórica
en ocho trancos llamada “La tierra de Córdoba”, relativa al heroico guerrero
antioqueño, el soneto “Ten piedad de mí” y otros de esta forma titulados “En los
desiertos del Ariguaní”.

Por otra parte es poco conocido y estudiado como etnólogo o historiador y su


obra Las tribus indígenas del Magdalena no ha inquietado mucho a la crítica. Sin
embargo, ya su maestría literaria es buen respaldo para acreditar la calidad del
coplería recogido en estos fascículos. Yo, como amanuense que también fuera y
antologista de la poesía popular, juzgo que en esta selección no hay copla alguna que
pueda tacharse de mediocre o desechable como muchas que han recibido edición en
volumen a pesar de su dudosa calidad. El acervo presente consta de 494 ejemplos, es
decir, casi medio millar.

Para adelantar y cumplir la lectura cabal de los manuscritos se tropezó con algunas
dificultades grafológicas pues don Jorge omite muchos rasgos de la escritura y así no
usa los puntos sobre las íes y éstas a veces un poco abiertas se confunden con la e:
olvida mucho las tildes y no traza el rasgo vertical de la letra d y así ésta parece una
vocal; no traza el cruce superior en la t y así afecta una l . No tilda los imperativos
verbales y en algunos contados casos descuida la ortografía. Así puede verse una inútil
tilde en Venus (copla 25), abispa en la 71, mozitas en las 110 y 138, tilde innecesaria
en Carmen (144), albaca por albahaca y azares por azahares (148), tucitas (178),
barazón (211), mozitas (239) y coroso en la misma, tildes en martes, jueves, lunes y
viernes, innecesarias; sino por si nó (283), dejára y llevára (407), hurdiendo (438),
indesibles (442) y sarca (492).

En cuanto al léxico o vocabulario popular, regularmente sigue la forma rústica correcta


aunque en ocasiones, por fortuna escasas, usa las voces retóricas o eruditas.

Antes de entrar a glosar ambos fascículos (Canciones populares y Coplas populares),


diré que uno y otro se identifican como Coplerío sin distinción formal. Podría pensarse
que ambos sirven ya para leer o declamar, ya para cantar con pautas musicales según
el uso campesino que llama a las coplas “cantas”. Todos sabemos que lo cantado se
llamó cantata como lo sonado sonata, lo tocado tocata y lo bailado balado. El trovero
andino dice:

“Estas cantas que cantamos


quesque las llaman jolclores;
malhaya nombres tan raros
que ponen esos señores”.

1

Y el joropero del Llano dice:

“Cómo se amansa el rodeo


cuando se estira la copla;
en esta tierra la canta
enlaza más que la soga”.

No sobra advertir que en la colección, motivo de estos juicios, no todas las estrofas
son coplas propiamente dichas, con las características de cuatro
versos predominantemente octosílabos y heptasílabos y rimados en los versos
segundo y cuarto, en consonancia más que en asonancia. Porque aparecen también
las seguidillas completas con su fórmula silábica de 7-5-7-5-5-7-5, como el ejemplo de
la número 4:

“Si mi cuidado es causa


de disgustarte,
mira que es imposible
el olvidarte;
que si pudiera,
sólo por complacerte
mi amor lo hiciera”

o las números 5, 8 y 11. 0 más frecuentemente seguidillas truncas para la fórmula 7-


5-7-5, como en el ejemplo de la número 13:

“El clavel que me diste


lo tengo en agua,
porque no se marchite,
prenda del alma”.

Aparecen también las coplas de consonancia alterada por la rima entre los versos
primero y cuarto y pareado de segundo y tercero como en el ejemplo de la número 15,
lo mismo que en las 16, 24, 25, 187 y 236, raramente populares. Y esto último es
explicable porque la consonancia del verso primero con el cuarto es muy distante y
poco favorable para la memoria del improvisador.

Se observa también la presencia de bambas o coplas de serie que llevan pie forzado
como los ejemplos 85, 86 y 87. Comunes en el ámbito popular como las llaneras que
comienzan con el verso “De mi tierra me he venido” o las boyacenses de “Esto dijo el
armadillo” o las santandereanas de “En el puente real de Vélez’, etc.

Antes de comentar el contenido de esta selección recordemos un poco los pormenores


del género “copla”. Como literatura oral, cual es su funcionalismo en las áreas
populares, o como escrita que lo es en su estudio más o menos erudito, la copla, por
su nombre indica enlace de versos y así representa la forma más simple de la
expresión poética. Expresión que en la métrica va desde el hai-kai o el rubai, al
pareado, la terza rima, la cuarteta que es la más conocida como copla, la quintilla, la
sextilla, la seguidilla completa o trunca, la octava, la décima y el romance. Recordemos
también que en el origen de la copla hallamos el romance que no es otra cosa que una
sucesión de coplas octosílabas y asonantes, arcaico como en las canciones de gesta,
razón por la cual se dijo hasta hace poco que la poesía épica era anterior en el tiempo
a la poesía lírica, al menos en España. Pero más tarde y a partir de los trabajos de

2

Francisco Rodríguez Marín y Dámaso Alonso, se llegó a la conclusión de que más
antiguas que los romances épicos (del tipo de la Fábula del Mío Cid) fueron las
“jarchas”, letrillas de cuatro versos, indudables antecesoras de la copla. Alonso nos
dice cómo estas jarchas eran breves estrofas que los poetas hebreos y árabes ponían
al final de los poemas; pero que si los poemas estaban escritos en hebraico o en
arábigo, respectivamente, las letrillas lo estaban en mozárabe que era la lengua que
en ese tiempo se hablaba en España. Estas jarchas mozárabes eran, ni más ni ¿nenas,
coplas y su género expresivo era más lírico que épico:

“Vayse meu corazón de mib,


ya, Rab, si se me tornarád?
Tan mal mi doled li-l-habib!
Enfermo yed, cuándo sanarád?

(Mi corazón se me va de mí,/ oh Señor, acaso se me tornará?/ Tan mal me duele por
el amado!/Enfermo está, cuándo sanará?)

En la América precolombina los areytos taíno-caribes no eran otra cosa que coplas
pues al decir de los cronistas de mojas (Fernández de Oviedo) en la isla Española que
comprendía entonces en sus dos mitades: Quisqueya y Jaragua (hoy la Dominicana y
Haití, respectivamente) eran especies de trovas que se acompañaban de música para
cantar en la celebración de victorias y festejos. Y, al referirnos a las coplas de América
del Sur, como producto mestizo, si hallamos los ancestros hispanos en saetas,
serranas o serranillas, endechas, seguidillas, décimas o espinelas y
obviamente romances, hallamos también los ancestros indígenas en jaillis, urpis,
wawakis, wayñus, huaillias, taquis y harawis, cantados en lengua quechua —como la
colombianísima copla del Coconuco—.

En nuestra patria halló el cronista Fernández de Piedrahita y concretamente en el área


muisca de la Mesa central de Cundinamarca y Boyacá, otras formas de canción que “a
modo de endechas o villancicos se decían acompañadas por música de fotutos y
chirimías. Sin contar aquí los múltiples cantos tradicionales que conservan nuestras
tribus indígenas (citadas en mi Compendio general de Folklore Colombiano) y que
esperan un estudio etnomusicológico completo.

Sobre el contenido y estructura de la selección hecha por don Jorge lsaacs (terna de
este prólogo), observo:

Todas las iniciales de verso están en mayúscula, tal vez costumbre de la época en que
se anotaron, pero sin razón ortográfica válida. Todos los versos pentasílabos de las
seguidillas podrían ir a la derecha de la escritura pero sólo cuando son conclusiones de
frase y aún así resulta más razonable ponerlos a la izquierda ya que son versos
independientes en la estrofa y la lectura se hace de izquierda a derecha. La copla
número 19 es variante de la más conocida:

“Allá arriba en aquel alto


vide un pañuelo volando
y en las puntas va diciendo:
ya mi amor se está acabando”.

La número 20 es variante de la más concida en Antioquia:

3

“Aunque la puerca sea rucia
y la tengan en la villa
y la alimenten con leche,
siempre es negra la morcillas”.

La 24 es variante de la chilena-argentina citada por Leopoldo Lugones en El Payador,


pero aquí no dice “en las” sino “a las”. En nuestro litoral Pacífico es popularísima esta
misma seguidilla trunca en versión absurda:

“A la orilla del mar


navega un peine
y en las olitas que hace
mi amor se duerme”.

En las 33 y 34 se observa que la primera está en lenguaje retórico (tenéis, váis,


hacéis) y en la segunda el lenguaje es rústico como debe ser normal en la copla
popular (tenés, andás, hacés). En la 35 la voz Trinidad aparece con su d final pero no
seria buen consonante para la palabra da y por ello es preferible la popular “trinidá”.
Como la llanera que dice:

“Me puse a tonar un toro;


lo tarjé por la mitá;
el toro taba en Arauca
y yo taba en Trinidá”.

La 39 es variante de la tolimense que termina:

“al rico también le cabe


su buen palo en la cabeza”.

La 41 es variante de la chilena que aparece en la canción “Mi negra”, tan popular en el


litoral Pacífico, de donde debió ser tornada por el compilador; dice la chilena:

“Lina pasión tan sincera


jamás, mi bien, la hallarás;
hallarás quien bien te quiera
menos quien te quiera mas

La 44 es variante de la guabina de Santander que dice:

“La paloma que te traje


en el nido la cogí;
la madre quedó llorando
como yo lloré por tí”.

La 45 también es variante de la santandereana que en aire de guabina dice:

“Esta casa es muy bonita,


Dios se lo pague al que l’hizo
que por dentro está la gloria
y por fuera el paraíso”.

4

La 46 es igual a la de Santander del mismo texto pero con la variante del verso final
que dice: “que está de puertas pa dentro”.

La 50 es variante de la boyacense:

“Me mandan bailar la manta;


la manta yo no la sé;
que la baile mi compadre
que sabe sacar el pie”.

La 57 es variante de la boyacense:

“En el monte de las pavas


parece que ta lloviendo;
cómo lo vas a negar
si mis ojos taban viendo”

La 67 es una quintilla aparente pero en realidad es sólo la copla cuarteta con un verso
(mote de intrusión): “es decir, tengo razón”

La 72 es variante menos auténtica que la original paisa:

“Esta noche voy a verte;


desde ahora te lo aviso:
si la puerta es chirriadora
echale jabón al quicio”,

La 78 es popularísima con música de torbellino en el área cundiboyacense. Las coplas


85, 86 y 87 son del género “bamba”, es decir, llevan un pie forzado, en este caso el
primero. La 88 es copia de la chilena que aparece en el cancionero de ese país y lleva
música de tonada. La 93 es variante de la andina que como bamba se cantaba en el
interior iniciada siempre por “tan alta que va la luna” y con intenciones políticas.

La 94 es modalidad de seguidilla trunca pero en combinación silábica 6-5, poco


frecuente. Las 95 y 96 tienen uso en el litoral Pacífico y en Jesús María (Santander)
para cantos de bogar la primera y para guabina la segunda. La 104 tiene una variante
en verso final cambiando lo del “galán” que es hispano, por “para mí que soy soltero”.

La 105 tiene una variante que dice, en vez de: “yo he visto unos ojos negros , yo vide
una lucecita”. La 106 es copia de la cueca chilena “Corazones partidos” que comienza
con esa estrofa. De la 113 a la 115 y la 118, son bambas así como las 116 y 117 con
otro pie. La 112 es muy popular en los Llanos y juega como bamba de pie doble con la
123. Las 128, 129 y 130 son bambas de pie forzado doble semejantes a las llaneras
“De mi tierra me he venido”, numerosas. El segundo pie es generalmente: “Sólo por
venirte a ver”.

“De mi tierra me he venido


con el agua hast’el tobillo,
sólo por venirte a ver
narices de tortuguillo”.

5

“De mi tierra me he venido
con el agua hast’el sobaco,
sólo por venirte a ver
pescuezo e pájaro vaco”.

De las 137 a 139, bambas con pie forzado doble en que el segundo es siempre un
refrán, no son comunes. Recuerdo como antecedente aquella boyacese que incorpora
el viejo refrán de Berceo, citado en La Celestina, traducido al lenguaje rural:

“Se le olvidó a la señora


que me estaba sonsacando
‘quiuna cosa piensa el burro
y otra el que lo está enjalmando’ ”.

La 139 es variante caprichosa del galerón Ladislao y la 140 parece variante de la


costeña en aire de Pilanderas:

“A las gallinas maíz


y a los pollos el arroz,
para los viejos las viejas,
para las muchachas yo”.

La 142 es modalidad equivocada de la española cuyo verso tercero dice: “y dáme un


vaso de sed”. La 143 es común en Cundinamarca y la 144 es la saeta española que
dice:

“Te quiero más que a mi vida,


más que a mi padre y mi madre
y, si no fuera pecado,
más que a la Virgen del Carmen”.

La 145 es bamba más conocida con el segundo verso que es “parientas de Lucifer”. La
146 se oye en el Tolima con este cambio:

“Hasta los palos del monte


tienen su separación:
unos sirven pa hacer santos
y otros para hacer carbón”.

Figura con otra variante en el coplerío de Ecuador. La 149 tiene en Boyacá, como
bamba, este cambio:

“Al pobre del armadillo


lo reclaman para juez
y él dice que no lo jodan,
que lo dejen pa endespués”.

La 149 repetida en numeración, es variante de la usada en un bambuco que comienza:


“En un asilo de locos”, más razonable que ésta 149 pues seguramente no hay
hospitales de amores. La 150 es una de las estrofas de la narración popular “Consejos
de un indio a su hijo” que comienza:

6

“Un indio estaba muriendo
y a su hijo le aconsejaba:
has de saber, hijo mío,
quiun bien con un mal se paga”.

y que al final dice:

“Si algún blanco te dijera


que le ensillara el caballo,
dejale la cincha floja
pa que se lo lleve el diablo”.

En la 151 la voz “cúchito” aparece en el manuscrito deturpada por “quíchito”, tal vez
por uso regional. En la numeración la 149 aparece repetida y en la primera ocasión se
dice: “al señor garrapatero”. La 159 es conocida como estrofa de una canción
colombo-chilena llamada “El amor es un bicho”. La 161 es variante de la retahíla
popular llamada “Capitán de un buque”. La 180 no es copla sino una décima justa. La
182 es estrofa de un himno cívico venezolano. La 185 es similar a otra más conocida
que dice:

“Tres aguas habré bebido,


cuatro con la de verbena
y no hay agua más amarga
quel vivir en casa ajena”

que me recuerda a la antioqueña, basada en un refrán vascuence:

“El gallo en su gallinero


libre, se sacude y canta.
El que duerme en casa ajena
pasitico se levanta”.

En la 189 el giro “llévaste” parece más lógico que “llévate” pues equivale a “te llevas”.
La 193 es variante de un canto de bogar chocoano que dice:

“Déjame dentrar al monte,


déjame coger la flor,
déjame dormir sueñito
entre tus brazos, mi amor”.

La 194 es igual a la del canto de bogar. La 196 es una bamba del estilo de las 128 a
130. Las seguidillas truncas del número 204 aparecen en otra versión con el verso
tercero cambiado a “por la sotana vieja”. La 208 recuerda a la costeña del canto
“Buchipluma no má”:

“El que ve la lechuza, de momento,


la quiere matá,
que conozco el elemento,
(qué va, gallo, qué va.)
buchipluma no má”.

7

La 221 figura con igual número en la siguiente. La seguidilla trunca número 233 es
variante de la copla guabina con texto similar. Las 234 y 235 son coplas de diálogo
competitivo propias del “moño” santandereano o del “fandanguillo” tolimense o duelos
copiados. La 236 a 238 corresponden también a copias competitivas. La 240 es la
misma 106; la 242 es variante de una estrofa de la tonada chilena llamada “Yo vendo
unos ojos negros”. La 255 es variante de la boyacense:

“Yo no soy de por aquí,


yo soy de Sutapelao
y me trajo un capuchino
en las barbas enredao”.

La 258 es variante de la tolimense:

“No me casaré con viuda


aunque la vistan de seda
porque a mula que otro amansa
algún resabio le queda”.

La 266 es variante de la chocoana que comienza:

“En la puerta’el infierno


tengo a mi suegra,” etc.

La 267 igualmente modifica en algo a la del mismo litoral Pacífico, en medida de


seguidilla trunca:

“Una ollita de barro


me dió mi suegra;
cada vez que peliamos
manda por ella”.

La 268 es variante de la más lógica que aparece en una guabina tolimense que con
música de Alberto Castilla dice:

“La guabina me dijo


que me daría
una guayaba verde
que me tenía”.

La 277 es imitación de la tolimense que en aire de guabina termina: “acordate que te


dí/una muenda en la quebrada”. La 291 es la bamba de Santander que comienza: “En
el puente rial de Vélez/me querían asesinar”. La 293 es parte de un sainete chocoano
que comienza en seguidilla: “Una niña en palacio” en vez de “en un coche” que puede
ser confusión con la canción infantil: “en coche va una niña” etc. La 295 es similar a la
santandereana que dice regionalmente:

“En los asientos del mar


suspiraba un buey churriento
y en los suspiros decía:
si no me muero, me aliento”.

8

La 297 es similar a la llanera y que aparece en el cancionero chileno”:

“Ensillando mi caballo
ella se puso a llorar
y yo, llorando con ella,
lo volví a desensillar”.

La 303 es parte de la canción litoral, seguramente originaria de Antioquia, que dice:

“El pájaro muchilero


le pregunta al dios-te-dé:
con ese pico tan grande
cómo come sumercé?

Y la 304 dice en el Chocó y en el cuarto verso: “de la rabadilla al monte”. La 305 es


similar a la hispano-mejicana, canción que comienza: “Por la Sierra Morena/vienen
bajando”, etc. Las 320 y 321 son bandas de seguidilla trunca.

En el fascículo llamado “Coplas populares”, la número 346 es una estrofa de la tonada


chilena conocida como “Cuándo” y aparece en los archivos de ese país con música de
autor conocido. En el bambuco “Arrunchaditos” una de las estrofas es también la
misma 346 pero el tercer verso está cambiado en “que nos lleven a junticos”. No
sabemos qué tan popular fuera en Chile el desayunar chocolate en la cama, costumbre
propia de la zona fría colombiana, eminentemente santafereña. Sin embargo, la
repetición de la palabra “cuándo” en las estrofas da lugar a dudas en razón de que el
“cuándo” chileno es tonada popular, lo que puede sospecharse también de la 349. La
355 es similar a la 277 aunque más parecida a la tolimense. La 360 es variante de la
mejicana:

“De domingo a domingo


te vengo a ver.
Cuándo será domingo.
—cielito lindo—
para volver”.

En esta seguidilla trunca hay un verso o mote de intrusión (cielito lindo) que no cuenta
en la cuarteta. La 366 es muy prodigada en Antioquia. La 369 es estrofa de una de las
guabinas santandereanas de belio Olarte que dice:

“En la puerta de tu casa


hizo una perdiz su nido
y yo como perdicero
a tus puertas he venido”.

Es muy explicable que la copla popular, por su función de pauta ideológica en el


canto, sea base de guabinas, torbellinos, joropos, bundes, rajaleñas, fandanguillos,
porros, contrapunteos, etc. No así en bambucos, pasillos y danzas criollas ya que estos
aires utilizaron en su mayoría las letras más o menos eruditas de los poemas
nacionales y extranjeros que estuvieron en boga durante la época del auge de los
parnasos.

La 386 es variante de la copla de torbellina que dice:

9

“Me subí en una lomita
por ver si la divisaba;
tan solo topé las quimbas
del indio que la llevaba”.

La 390 es variante de una de las coplas del bunde del litoral pacífico llamado “La
margarita patiana” que dice:

“Lloraba la margarita
la muerte de su marido
y en el llanto preguntaba
si el otro ya había venido”.

La 394 es similar a la 250 aunque mejor. La 395 es variante de la que dice en el


cancionero infantil:

“Los sapos en la laguna,


cuando viene el aguacero,
unos se ponen cachucha
y otros se ponen sombrero”.

La 396 es idéntica a la llanera del joropo “Ay, si, si”. La 401 es similar a la 61. En
el original de la copla 403 hay un asterisco que tiene referencia a la 406 que podría ser
su continuación. Las coplas 404 y 405 son variantes de la muy común que dice:

“Me quisiste, me olvidaste,


me volvistes a querer;
así se estriega la ropa
mi vida, pa que blanquié”

que tiene una bamba en que se cambian los versos tercero y cuarto, por “hiciste como
los perros/vomitar para comer La 425 es similar a la huilense que dice:

“Véndame un cuartillo e chicha


en totuma timaneja;
yo no l’huago por la chicha
sino por la muchareja”.

La 427 es variante de la 41 (ver su observación). En la 444 ver la 96 y su


observación. La 466 es similar a una guabina de Santander pero no como seguidilla
trunca sino como copla:

“Tienes unos ojos negros


y unas sedosas pestañas
y unos labios mentirosos
con que me engañas, me engañas”.

La 486 es muy popular en México. La 489 es la misma antioqueña pero cambiado


el “miré persignar” de la española por el popular “vide persinar”. La 449 aparece
trunca pues sólo cuenta con los dos primeros versos. No conozco otra versión que
puediera ser similar y es probable que aquí operara un olvido del compilador al hacer
el manuscrito o que al transcribir el dictado omitió momentáneamente los dos versos

10

últimos para revisarlos luego o copiarlos después. Es un único caso a lo largo del
medio millar de coplas recogidas. Dije que resulta evidente —y explicable por el buen
criterio del compilador— que ninguna de estas carece de ‘‘gracia” y por ello su calidad.
Recordemos que la segunda condición, después del lenguaje rural o rústico que es la
primera, es la gracia expresiva sin la cual la copla no justificaría ni su ideación ni su
factura, ni siquiera su enunciado oral y, menos, escrito. Gracia humorística o jocosa,
picaresca o maliciosa, irónica o zalamera, filosófica o jactanciosa. Sobran pues los
motivos de creatividad. Debe destacarse también la tarea que significó para el escritor
acometer un trabajo de amanuense que tal vez no correspondía muy justamente a un
poeta erudito ya famoso. Sin embargo recordemos que la inquietud intelectual de
Isaacs le llevó a ocuparse de tareas tan disímiles de su actividad de narrador
romántico como fueron sus investigaciones corográficas y antropogeográficas
consignadas en su libro sobre Las tribus indígenas del Magdalena. Una y otra empeños
que se explican tal vez sólo por su fervor patriótico y por la apasionante inquietud
intelectual ya observada, propia de los creadores poéticos y que les mueve a estudiar y
justipreciar las expresiones de la cultura popular, más cuando éstas se relacionan con
el folklore literario en su ámbito empírico, es decir, en el Coplerío. De esta manera el
aporte de Jorge Isaacs al inventario nacional de las coplas viene a sumarse a los
arrumes valiosísimos de Antonio José Restrepo, de José Antonio León Rey, Víctor
Sánchez Montenegro, Luis Camacho Matéus, Benigno A. Gutiérrez, los padres Vargas
Tamayo, Medina, Savio, Ospina y Pérez Arbeláez; Rogerio Velásquez M, Otero D’costa,
Abimael Caballero Sierra, Arturo Escobar Uribe, Juan C. Hernández, Octavio Quiñones
Pardo, Harry Davidson, Graciliano Arcila Vélez, Ramón Correa C, Lucio Pabón Nuñez,
Juan del Camino y Milina Muñoz sin contar algunos que pudieran olvidarse como
informadores generales que son acerca de la literatura oral. Tales los estudiosos del
Instituto Caro y Cuervo y sin ir más lejos quien suscribe estas líneas, autor de una
selección de 900 coplas colombianas publicada por el Instituto Colombiano de Cultura
en el número 2 de su colección popular, año 1971.

G.A.M.

11

1 8

Si el más triste de los tristes A conquistar tu plaza


mis lamentos escuchara, me dirigía
por compadecer mis penas cuando vi que otro.
de las suyas se olvidara. puso su batería;
mudé de intento
2
y puse en otra parte
Cinco sentidos tenemos; mi pensamiento.
todos los necesitamos;
9
todos cinco los perdemos
cuando nos enamoramos. Malos pensamientos tienes
y yo mil presentimientos:
3
para dejar de pensar,
Muchos constancia prometen mudemos de pensamiento
mientras logran sus intentos,
10
y logrando lo que quieren,
si te vide no me acuerdo. Cuando te contemplo ausente
con más fineza te adoro,
4
mi cogollo de romero,
Si mi cuidado es causa mi bello granito de oro.
de disgustarte,
11
Mira que es imposible
el olvidarte; Si piensas que en tí piensa
que si pudiera, mi pensamiento,
sólo por complacerte, piensas en una cosa
mi amor, lo hiciera. que yo no pienso;
si la pensara
5
como mal pensamiento
Si la pasión te ciega, la desechara.
mira primero donde 12
pones los ojos,
Quisiera con un suspiro
no llores luego:
descerrejar esta puerta,
los ojos abre;
por ver si la vida mía
mira que cuando acuerdes
está dormida o despierta.
será ya tarde.
6 13

El alma y las tres potencias El clavel que me diste


con mi corazón te di, lo tengo en agua,
porque estaba convencido porque no se marchite,
que para amarte nací. ¡prenda del alma!

7 14
La vida paso muriendo; Qué lejos estás de mí;
si muriera, viviría, no te alcanzo a divisar;
porque muriendo, saldría los cerros tienen la culpa,
del mal que sufro viviendo. ¡Quién los pudiera tumbar!

12

Ausente del bien que adoro 22
cualquiera me considere:
Si yo fuera pajarito,
¿Qué gustos podré tener
a verte fuera derecho,
sin saber si vive o muere?
y con pajitas y plumas
15 hiciera nido en tu pecho.

Suerte, suerte desgraciada,


¿Para qué dichas mediste? 23
¿Por qué con tiempo no viste
Mi vida, si tú me quieres
que dichas no duran nada?
no se lo digas a nadie;
16 mete la mano en tu pecho,
dile al corazón que calle.
Di, Cali, en qué te ofendí:
¿Por qué tanto me maceras?
¡Ay! ¿por qué como las fieras 24
me despedazas así?
En el mar de tu pelo
17 navega un peine,
y a las olitas que hace
Adiós, Cali tan famoso,
mi amor se duerme.
tierra donde yo nací,
que para otros eres madre
y madrastra para mí. 25

18 Propasas tanto a Venus


en tu hermosura,
Adiós, Popayán hermoso,
cuanto va de lo vivo
tierra de la picardía,
a la pintura.
adiós, patojas del diablo,
que yo volveré algún día.
26
19
Aunque nunca me quieras
Allá arriba en esa loma
he de quererte,
tengo un pañuelo volando,
y se que estos amores
y en las puntas tiene escrito:
me dan la muerte.
“Ya mi amor se va acabando”.

20
27
Aunque la puerca sea rusia
Aunque tú no me quieras,
y la maten en la villa,
yo he de quererte,
y le echen leche a la sangre,
porque esos tus amores
siempre es negra la morcilla.
me dan la muerte.

21
28
Si la sirena se embarca
Yo soy, trigueña, yo soy
con ella te escribiré:
quien todo el alma te fía:
mi sangre será la tinta,
quiéreme por vida tuya,
mi corazón el papel.
que yo te adoro, alma mía.

13

29 36
Quien no previene los daños Un volcán tengo en el pecho,
ni los peligros advierte, que arde de diversos modos,
a golpes de desengaños
y yo, callando, me abraso
será razón que despierte.
porque no lo sepan todos.
30
37
Es tánto lo que te quiero
y mi amor tan majadero,
que cuando te veo me escondo Abreme la puerta, cielo,
y por verte desespero. que yo no vengo a dormir,
sólo te vengo a decir...
que si me quieres, te quiero.
31

Es tanto lo que te quiero


y lo que te quiero es tanto, 38
que te quisiera tener
Ojos habrá desgraciados,
en mi pecho como santo.
pero no como los míos,
porque mis ojos se hicieron
32 para aumento de los ríos.
Ojos negros y pardos
son los comunes, 39
pero los de mi gusto
son los azules. Cuando un pobre se enamora
y un rico se le atraviesa,
sale el pobre puerta afuera
33
rascándose la cabeza.
Ojitos de cambalache,
que lindo mirar tenéis;
por donde quiera que vais 40
un cambalachito hacéis.
Eres un granito de oro,
una perla dibujada;
34 eres aquel pajarito
Ojitos de cambalache, que canta a la madrugada.
que lindo mirar tenés;
por cualquier parte que andás
tu cambalachito hacés. 41

Jamás, mi bien, hallarás


35 quien, como yo, por tí muera:
Cuando un negro me saluda, hallarás quien bien te quiera,
¡Ay! que miedo que me da más no quién te quiera más.
de verle los ojos blancos,
¡Santísima Trinidad!

14

42 48

Ya la luna no me alumbra, Te quiero porque me quieres,


los alares no hacen sombra; te quiero porque me buscas
y con esto me despido: te quiero porque te quiero,
hasta mañana, paloma. te quiero porque me gustas.

43 49

Clavelito colorado
¡Válgame Dios! qué cosas
matizado con romero,
las que preguntas:
¿Cómo no te he de querer
¿Sabes por qué te quiero?
si fuiste mi amor primero?
porque me gustas.

44
50

Clavelito colorado, Me mandan bailar la pisa


de la mata te cogí: la pisa yo no la sé,
la mata quedó llorando que para bilar la pisa
como yo lloro por ti. las indias de Santa Fé.

45 51

De repente me han sacado


Adoremos esta casa
a bailar el mollejón
y al albañil que la hizo,
quién sabe como me vaya
pues por dentro está la gloria
por ser primera ocasión.
y por fuera el paraíso.

46
52
Alabemos esta casa, Debajo de tu ventana
no por su merecimiento, me cogieron prisionero,
sino por la gente honrada y para pena mayor
que está de puertas adentro. me ataron con tu pañuelo.

53
47
Mañana como a estas horas
¿Para qué son tus caricias,
junto de ella pienso estar,
tus caricias para qué,
contándole mis trabajos
si al mismo tiempo te faltan
hasta que la haga llorar.
caricias, amor y fe?

54

15

Por dos pesos que te di Por el filo de una espada
ha habido dos mil enojos: me atrevo a subir al cielo,
mira cuánto son dos pesos... por coronarte de gloria,
diez y seis reales, mis ojos. hermosísimo lucero.

55 61

Te están celando por mí Las estrellas en el cielo


sin haber pasado nada: caminan de dos en dos:
si no lo hice, lo haré, así caminan mis ojos,
pues ya ha corrido mi fama. mi vida, detrás de vos.

56
62
Las niñas en la ventana
Por esta calle me voy,
cantando la mejorana;
por la otra doy la vuelta;
las viejas en el rincón
la muchacha que me quiera,
desmotando el algodón.
que tenga la puerta abierta.

57
63
n el monte de las Pavas
de continuo está lloviendo... ¿Para qué son gustos
¿Cómo me quieres negar si se han de acabar?
lo que mis ojos van viendo? más valen mis penas,
que me han de durar.

58
64
¡Qué preciosos! ¡qué preciosos!
¡arrayanes florecidos! Cruelísima condición
¡Cuánta diera por tus ojos la que en suerte me ha tocado:
si no estuvieran vendidos he de vivir separado
de mi propio corazón.
59

Debajo del limonero, 65


donde el agua no corría,
entregué mi corazón A tan triste condición
a quien no lo merecía. la suerte me ha sujetado,
que he de vivir separado
de mi mismo corazón.

60
66

16

La naranja nació verde 73
y el tiempo la maduró;
mi corazón nació libre Vuela, pensamiento, y dile
y el tuyo lo cautivó. a la niña que más quiero,
que aquí en mi pecho hay amor
y en mi bolsillo dinero.
67
74
Tú me amas de corazón,
y que te amo, es cosa cierta; Satisfacciones no pido:
en decir tengo razón: dáselas a quien quisieres,
“Cuando la puerta está abierta que bien satisfecha estoy
no tiene culpa el ladrón”. del poco amor que me tienes.

75
68
Con esta mi bandolita
Chiquitica te buscaba, me atrevo a voltear el mundo
chiquitica te encontré; enamorando muchachas,
hermosura de mis ojos, vagamundo, vagamundo.
¡cuándo yo te olvidaré!
76

69 Una bonita puede


con un suspiro
Adiós, pajarillo triste, resucitar a un muerto,
que aprisionado en tu jaula, matar a un vivo,
tan pronto gimes y lloras
77
como enamorado cantas.
Donde me dijiste adiós,
70
triste me quedé pensando,
Quiere volar y no puede, sin poderte responder:
y sacudiendo las alas, adiós, mi vida; ¿hasta cuándo?
llora en su prisión primera 78
a su libertad pasada.
Ya se murieron mis perros,
71 ya quedó mi rancho solo;
mañana me muero yo
Desde que te vi venir para que se acabe todo.
montadita en una avispa,
le dije a mi corazón: 79
este diablo ya no arrisca. Cuando te vas a bañar
avísame tres días antes,
72
para empedrarte el camina
Esta noche voy allá; de rubíes y diamantes.
desde ahora te lo aviso; 80
si la puerta es sonadora
úntale cebo en el quicio.

17

Zamba del demonio,
¿Cuándo te veré
87
en la tasajera
colgada de un pié? Cuando una mujer te jura
que te quiere y que te estima,
es porque tiene ya puesto
81 el matachín en la esquina.

Lucerito de mañana,
no te vas a enajenar,
88
que aunque la vida me cueste
contigo me he de quedar. Yo me enamoré del aire,
del aire de una mujer;
como la mujer es aire
82 en el aire me quedé.

Es mucho lo que te quiero


y la que te quiero es mucho,
89
pues te quisiera llevar
en la oreja como pucho. Diera ya por conseguirte
y porque tú me quisieras,
las dos niñas de mis ojos,
83 aunque quedara sin ellas.

Las mujeres son el diablo


cuando ven a un hombre pobre:
90
lo ponen de candelero,
como si fuera de cobre. A cada paso que doy
me parece que te veo:
es tu sombra que me sigue
84 a apariencias del deseo.

El amar de las mujeres


es como el del gallinazo,
91
que en comiéndose la carne
al hueso no le hacen caso. Antes de conocerte,
ya te quería,
y soñaba contigo
85 hasta de día.

Cuando una mujer te diga


que te quiere y te idolatra,
92
es porque te tiene vista
la bolsa llena de plata. Desde que te ví, te amé,
y todo fue de improviso;
86
no sé qué sería primero,
Cuando una mujer te dice si amarte o haberte visto.
que te quiere y que te adora,
93
es porque te tiene puesto
tu buen marchante a la cola.

18

Qué bonita está la luna,
y un lucero la acompaña;
100
¡qué triste se pone un hombre
cuando una mujer lo engaña! Yo soy hombre entre los hombres
y entre las gallinas, gallo,
94
y en el corral de mis yeguas
Cinta colorada no me relincha caballo.
de la nueva unión,
teñida con sangre
de mi corazón. 101

Me decís que me querés;


yo digo que así será:
95
para mí será el cariño,
Águila que vas volando para otro ... la voluntá.
y en el pico llevas viento,
llévame este papelito
donde está mi pensamiento. 102

Ya me lo quiere decir,
y yo que se las entiendo...
96
plata es lo que necesita
Aguila que vas volando y esa es la que yo no tengo.
y en el pico llevas flores,
llévale este papelito
al amor de mis amores. 103

Morenito soy, señora,


yo no niego mi color,
97
que entre rosas y azucenas
El naranjo tiene espinas, lo moreno es lo mejor.
siendo un árbol tan frondoso
mi corazón es el firme
y el tuyo es el engañoso. 104

¡Cuántas guayabas maduras!


¡Cuánto limón por el suelo!
98
¡Cuántas muchachas bonitas!
Yo soy como el tominejo, ¡Cuánto galán sin dinero!
que pica de flor en flor,
pues de todas me enamoro
y en ninguna pongo amor. 105

Dicen que los que se mueren


primero visiones ven;
99
yo he visto unos ojos negros...
Yo soy el zambo sarambo no sé si me moriré.
que fuma tabaco en bomba,
106
y si saco mi garrote
no hay zambo que se me ponga.

19

Corazones partidos fueron los tres parasismos
yo no los quiero, que en el corazón me dieron.
que cuando doy el mío
113
lo doy entero.
A ti te estarán vistiendo
de blanco, verde y azul,
107
y a mi me estarán diciendo:
Dicen que los celos matan; “Hermano, diga Jesús”.
los celos no matan, no,
que silos celos mataran
ya me hubierta muerto yo. 114

A ti te estarán probando
el lindo traje de gala,
108
y a mí me estarán sacando
Mi madre me las pegó del aposento a la sala.
porque le pedí marido;
vuélvame, madre, a pegar
y deme lo que le pido. 115

A ti te estarán poniendo
las sortijas, los zarcillos,
109
y a mí me estarán cargando
Cuando un hombre se enamora en sus hombros mis amigos.
de mujer que no lo quiere,
es lo mismo que encontrarse
un calvo, en la calle, un peine. 116

En la puerta de la iglesia
a él le entregarán tu mano,
110
y a mí me estarán poniendo
Allá arriba en aquel alto un hábito franciscano.
hay un pozo entre limones,
donde lloran las mocitas
tiernamente por los hombres. 117

En la puerta de la iglesia
saldré a recibirte el cura,
111
y a mí me estarán llevando
Yo supe que te casabas a mi triste sepultura.
y no fuí a tu casamiento
por no ver otro sentado
donde pusiste mi asiento. 118

A ti te estarán poniendo
112 en el cuello la cadena,
y a mí me estará cubriendo
Las tres amonestaciones
la primer capa de tierra.
que en el coro se leyeron

20

119 125

¡Qué recio bailan los novios! Quien se enamora de una


¡qué recio que están bailando! debe completar las dos,
más recios suenan los golpes y si no ajusta las tres
del cuerpo que están pisando. no tiene perdón de Dios.

120 126

¿De qué te sirve, señora, La niña que está bailando


tanta gala y hermosura se parece a Santa Rita,
si todo viene a quedar por los ojitos humildes
al pie de la sepultura? y esa boca tan bonita.

121 127

Haré por ti un sacrificio, Si porque te quiero piensas


el que tú por mí no harás: que ya me voy a casar,
quererte sin que me quieras; escapa la banderilla,
¿Qué más quieres? ¿Quieres más? que yo lo que sé es torear.

122 128

Yo no soy de por aquí: Desde mi tierra he venido


yo soy de Barquisimeto: pisando espinas y abrojos
nadie se meta conmigo sólo por venir a verte,
que yo con nadie me meto. vida mía de mis ojos.

123 129

Yo no soy de por aqui; Desde mi tierra he venido


yo soy de ciertos lugares: pisando espinas y abrojos
nadie se meta conmigo, sólo por venir a ver,
o le rayo los ijares. vida de mi alma, esos ojos.

124 130

Querer una, no es ninguna; Desde mi tierra he venido


querer dos, algo será: rodando como pelota
cuando la una esté brava, sólo por venirte a ver,
la otra contenta estará. barriga de puerca chota.

21

131 137

Niña de los veinte novios, Si porque te estoy queriendo


ya conmigo son veintiuno; te manifiestas infiel,
si todos son como yo sabe que estás en el mundo
te quedarás sin ninguno. y “que a donde ha de ir el buey”

132 138

Allá te mandé un pañuelo Si porque te estoy queriendo


llenito de colación; me das tantas amarguras,
la punta estaba manchada sabe que estás en el mundo,
con sangre del corazón. y “el que ha de morir a oscuras

133 139

Estos mocitos de ahora Para los bimbos maíz,


mucho gastan en planchado: para los gansos pescado,
irles a ver el bolsillo como la mujer bonita
lleno de plátano asado. para el hombre enamorado.

134 140

Mañana me voy de aquí, A las gallinas maíz,


como todos lo verán; a las garzas el pescado,
a vuelta de mis espaldas y las muchachas bonitas
sabe Dios lo que dirán. para el hombre enamorado.

135 141

Aunque no me quieras más Asómate a la vergüenza


después de haberme querido, cara de poca ventana
siempre me queda un consuelo: y échame un jarro de sed
en tus brazos he dormido. que me estoy muriendo de agua.

136 142

Si porque te estoy queriendo Asómate a la ventana


te manifiestas ingrata, y ve lo que van vendiendo;
sabe que estás en el mundo, los calzones de tu amante
y “quien a cuchillo mata” hechos un solo remiendo,

22

143 149

Las muchachas de esta tierra Al señor garrapatero


son como pocas, bonitas: lo llaman para escribano,
pero son más pedigüeñas y él dice que no podrá
que las ánimas benditas. porque le tiembla la mano.

144 149

Te quiero más que a mí mismo, En un hospital de amores


te quiero más que a mi madre, un loco me aconsejó
y si no fuera pecado, que no quisiera a una sola,
más que a la Virgen del Carmen. que de eso se enloqueció.

145 150

Las mujeres son el diablo, Si un caballero te manda


son el mismo lucifer; que le ensilles el caballo,
se visten por la cabeza, déjale la cincha floja
se desvisten por los pies. aunque se lo lleve el diablo.

146 151

Hasta los palos del monte Antonio, te tengo dicho


nacen con separación: que echés ese gato afuera,
con los unos hacen santos porque no quiero en mi casa
y con los otros carbón. (que a mi madre no le gustan)
gatos de cabeza negra
¡Quíchito, perro!
147 ¡Quichito, gato!
si no lo espanta
De una costilla de Adán yo ya lo mato.
hizo Dios a la mujer,
para que el hombre tuviera
ese hueso que roer.
152

Antonio, te tengo dicho,


148 por el Ángel San Gabriel,
que me prestes los zurrones
Si el naranjito de amores para que tiren la miel
no tuviera sus azares, ¡Quíchito, perro!
fuera mi quita-dolores, ¡Quíchito, gato!
fuera mi quita-pesares. si no lo espanta
ya yo lo mato.

23

153 159

Toma un puñal, El amor es un bichito


rómpeme el pecho, que por los ojos se mete,
ve tu retrato, y en llegando al corazón,
que está bien hecho. Francisco Javier, tenéte.

154 160

Con esta muchachita Una vez que te dije


me caso yo; que me quisieras,
bendita sea la madre te pusiste más alta
que la parlo. que las estrellas.

155 161

El corazón, site veo, Señor Jaramillo


parece que se me parte; me escribió un papel
y mi alma quiere salir que si yo quería
para verte y abrazarte. casarme con él:
yo le contesté,
con tinta y papel,
156 que me casaría,
pero no con él.
La voluntad que te tengo
¡Cuándo se me ha de acabar,
si cada vez que te veo
162
me consuelo con llorar!
Las muchachitas de mi tierra
son como el terrón de azúcar;
157 el que las llega a probar
hasta los dedos se chupa.
Mi pecho, si hablas, suspira;
y al verte, solloza el alma,
y si te miro, a mis ojos
163
se asoma siempre una lágrima.
Los ojos de mi morena
se parecen a mis males;
158 negros como mi fortuna,
grandes como mis pesares.
Ojos verdes son el mar;
ojos azules, el cielo;
ojos pardos, purgatorios,
164
y ojos negros, el infierno.
Hice voto de quererte,
mil empeños de adorarte:
fortuna fue conocerte,
desgracia fuera olvidarte.

24

165 171

Una guacharaca mansa Mis ojos tienen la culpa,


y un chilacó cimarrón, con ellos he de pelear,
y una muchacha bonita porque con ellos he visto
que me roba el corazón. lo que no puedo olvidar.

166 172

Por aquella ventana Mañana me voy de aquí,


me tiran flechas; mañana será mi viaje;
como sean de tus manos, sólo un beso y un abrazo
vengan derechas. serán mi matalotaje.

167 173

No digo que no me gustan Mi vida, si así deseas


tus gracias y tu belleza; a mis penas dar alivio,
pero del amor al gusto busca pronto la ocasión
hay una distancia inmensa. de verte a solas conmigo.

168 174

Hay ojos que dan enojos, ¿De qué me sirve llorar


hay ojos que congracean, si mi dueño no lo sabe?
hay ojos que con mirar las lágrimas en ausencia
consiguen lo que desean. cuestan mucho y poco valen.

169 175

Amantes fuimos y somos, Primero que encuentres,


amantes hemos de ser, niña, amor firme como el mío,
porque no hay poder humano se volverán plata y oro
que al amor pueda vencer, los arenales del río.

170 176

La pobreza es un borrón Me acuerdo, que, llorando,


que a todo mundo oscurece: dijiste un día,
al pobre, aunque sea muy noble, que sólo con la muerte
no lo ven como merece. me olvidarías.

25

177 las reliquias de un pueblo infelice
que Caracas por nombre llevó.
¿Dices que no me quieres?
tengo el consuelo
de saber que tú sabes
183
que yo te quiero.
Si porque te quiero, quieres
que yo la muerte reciba,
178 hágase tu voluntad;
muera yo porque otro viva.
La camisa tengo rota
y yo no la he de coser
en todos los agujeros
184
tusitas le he de meter.
Si me vieras padecer
por tí, niña, tan de veras,
179 lástima te había de dar
aunque amor no me tuvieras.
Amante leal y rendido
tu amistad solicité,
y tan infeliz fuí que
185
me hallé mal correspondido.
Yo comí de la retama,
del cogollo la mitad
180
pues no hay cosa más amarga
¿Has vista cuando, al tomar que un amor pagado mal.
un músico el instrumento,
aplica el oído atento
hasta poderlo templar; 186
y si luego, al registrar,
una cuerda falsa siente Ahora que está bailando
pone la mano impaciente, la rosa con el clavel
tuerce la clavija airado la rosa que se deshoja
y da por muy bien empleado y el clavel la va a coger.
que esa cuerda se reviente?

181
187
Por haber mi amor mudado
Morir será lo mejor;
te quejas a grito herido:
mis penas se acabarán:
me espanta el haber querido
mis padres me llorarán,
mas no el haberme cansado.
que abandoné por tu amor.

182
188
Ven a ver, pasajero sensible,
El amor que te tenía
ven a ver con asombro y horror,
era poco y se acabó:

26

lo puse en una lomita
y el viento se lo llevó.
195

Eres un granito de oro


189 ensartado en un bejuco;
¿Cómo quieres que te quiera
De dos amores que tuve,
si tu cuerpo es tan maluco?
al uno le dió la peste
y el otro que me ha quedado...
Ven, Coco, y llevaste éste.
196

Desde mi tierra he venido


190 pisando chiribitales,
sólo por venirte a ver,
Si el amor que puse en ti,
boquita de dos corales.
tan firme y tan verdadero,
yo lo hubiera puesto en Dios
me hubiera ganado el cielo.
197

Mi mulita la tenía
191 amarrada en la quebrada,
como era de contrabando
Dices que nada te quiero,
se la llevaron los guardas.
¿Por qué no te he de querer?
yo me hago el desentendido
para no darlo a entender.
198

¡Lástima de mi mulita!
192 ¿Para qué la vendería?
cuando yo montaba en ella,
El amor que te tenía
en el paso se dormía.
era de vara y tres cuartas;
lo puse en la talanquera;
se lo comieron las vacas.
199

—Dime, niña bonita,


193 ¿Quién te mantiene?
—Las tropas de Colombia
Déjame seguirte al monte,
que van y vienen.
déjame coger la flor,
déjame dormir un sueño
en tus bracitos, mi amor.
200

Adiós, ramita de albahaca,


194 cogollo de ajonjolí,
me tienes inquieta el alma
Déjame dentrar al monte,
desde la hora en que te vi.
déjame coger las ramas,
déjame dormir un sueño
en tu regalada cama.

27

201 206

Dígame, Señor herrero, Te dije que te quería


cuánto fierro ha menester y siempre te estoy queriendo;
para ponerle un candado el amor que te tenía
en la boca a mi mujer. siempre te lo estoy teniendo.

202 207

El alcalde me destierra, Cuando vas a comprar paño


el cura me descomulga, pide la muestra,
mi madre me muele a palos que en el paño hay mucho engaño,
y el amor zumba que zumba. como en la mujer compuesta.

203 208

La mujer amorosa Al diablo doy la mujer


corre el peligro que viste enaguas en suma,
de las flores que nacen porque ave de mucha pluma
junto al camino. tiene poco qué comer.

204 209

Ciento cincuenta pesos El corazón me has pedido


daba la viuda siendo una cosa tan dura;
sólo por la sotana si te doy el corazón
del señor cura; se me daña la asadura.
el cura le responde
con gran contento:
—“Mi sotana se vende 210
conmigo adentro”:
y la viuda contesta El amor del hombre pobre
con alegría: es como el del gallo enano,
—“Esa era la sotana que en correr y no alcanzar
que yo quería”! se le pasa todo el año.

205 211

No te alegres de mi mal, En el patio de mi casa


que pende de una campana, corre el agua a borbollón;
pues lo que hoy pasa por mí quien te dió casa de teja
pasará por ti mañana. que te dé la varazon.

28

212 yo tengo mi garabato
con que me las cabestreo.
A la quebradita fui
sólo por verte pasar;
hasta el agua se enternece
219
de ver mis ojos llorar.
A mi mamita le pido
que no me case con tuerto,
213 porque parece dormido
cuando se está más despierto.
Dicen que una hermosa dama
el corazón me entregó;
pero el corazón, sin ella,
220
¿para qué lo quiero yo?
Cogí la rosa en la mano
214
y le sacudí el rocío
El corazón de mi dama para ver si se juntaba
dicen que lo tengo yo; tu corazón con el mío.
el corazón sin la dama
¿para qué lo quiero yo?
221

Aunque el alcalde me coja


215
y los grillos me remache,
Una ocasión que lloré yo nunca te olvidaré
me callaron con mamar; porque así fue el cambalache.
cebadito me quedé
a cada rato llorar.
221

Dicen que el águila negra


216
es la reina de las aves,
Echame mi manta afuera, y tus ojos han de ser
mi mochila y mi bordón, de mi corazón las llaves.
y mis dos pares de albarcas
y verás como me voy.
222

Dicen que el águila negra


217
es la reina de las aves,
Ese tiempo que gasté y tus negros ojos son
en quererte, vida mía, de mi corazón las llaves.
gastado en torcer cabuya,
ya hubiera hecho una guambía.
223

Tienes unos ojos negros


218
que parecen de azabache;
Has dicho que no me quieres si fueras cambalachera,
porque soy pobre y tan feo; yo te hiciera cambalache.

29

224 230

M i mujer y mi caballo Si piensas que por tu amor


se me murieron a un tiempo: me he de volver aceituna,
qué mujer ni qué demonio, advierte que soy muchacha
mi caballo es lo que siento. y que me sobra fortuna.

225 231

Decime si me querés, Esos tus ojos tan negros


no me andés con salvajadas; con que me alzas a mirar,
ayer te escribí una carta abájalos un poquito
con letricas coloradas. que me puedo condenar.

226 232

No digo que no me gusten Echate por la ventana


las gracias de su belleza que yo te recibiré,
pero del amor al gusto y si acaso te matares
hay una distancia inmensa. dirás que yo te maté.

227 233

En el otro lado vive Tienes unos ojitos


la que a mí me está queriendo; y unas pestañas
ella está llena de chunche y una boca embustera
y hasta a mi me está cundiendo. con que me engañas.

228 234

Si alguna quiere saber Si tu fueras formalita


cómo enamoran los blancos, yo te diera una camisa
asómese a una ventana... pero eso es vestir altar
— Señora, cómpreme santos. para que otro diga misa.

229 . 235

Anoche, mi bien, soñé Yo no quiero tus amores


que unos negros me mataban, ni tampoco tu camisa:
y eran tus dos ojos negros tengo quien vista el altar
que enojados me miraban. y también quién diga misa.

30

236 242

Fuerza de amor me obligó ¡Ojos negros, ojos negros!


a escribirte, porque en suma, ¿Por qué me miráis así?
para eso dice la pluma tan alegres para otros
lo que un vergonzoso no. y tan tristes para mí!

237 243

El que te escribe soy yo, En las balanzas de amor


y la que dicta es el alma; están pesando firmezas:
el que se muere por ti ¿Qué importa que el fiel sea firme
ya sabes cómo se llama. si el engaño está en las pesas?

238 244

Con tinta negra te escribo Temeroso de un desprecio


porque muy negra es mi suerte; vivo muriendo de amor,
los renglones apartados y estoy pasando una vida
porque de ti vivo ausente. más triste que la de Job.

239 245

Las mocitas de este tiempo Temo que me des el pago


con trabajo hallan esposo, que le dió David a Unas,
pues se dejan engañar y así, con tanta aflicción
con sortijas de corozo. lloro como Jeremias.

240 246

Corazones partidos La mujer y la gallina


yo no los quiero, tienen instintos iguales:
que cuando doy el mío quieren mucho al sexo opuesto
lo doy entero. y del suyo son rivales.

241 247

Daré mis quejas al mar, Pavita del monte


a lo hondo y más profundo, déjame pasar,
que de tus ingratitudes que voy de camino
no quiero que sepa el mundo. para Popayán.

31

248 254

En Cali me dieron fríos, Dicen que no se siente


en Caloto calentura, la despedida:
en Cartago fue mi muerte dile al que te lo dice
y en Buga mi sepultura. que se despida.

249 255

De los chuyacos del día Yo no soy de por aquí,


mi chuyaco es el mejor, yo vine del otro lado,
porque mi chuyaco tiene que me trajo un capuchino
ajo, pimienta y color. en las barbas enredado.

250 256

Las mujeres de este tiempo Por aquélla loma arriba


son como las avellanas: muchos cazadores van;
de ciento sale una buena unos cazando perdices
y noventa y nueve vanas. y otros las hijas de Adán.

251 257

Mi mujer y mi caballo La perdiz en el monte


comen en un mismo plato; cantando dice:
mi mujer por lo garosa ¿la mujer que es hermosa,
tiene a mi caballo flaco. por qué se aflije?

252 258

Los suspiros que yo doy Con viuda no me casara


salen de mi pecho franco, ni por plata que tuviera,
y se dirigen al tuyo porque a mula que otro amansa
como las balas al blanco. algún resabio le queda.

253 259

Lucero de la mañana, Si yo fuera gato negro


rival de la luz del día, por tu ventana me entrara;
¿Por qué no me despertaste a ti te diera un besito
cuando se fue el alma mía? y a tu madre la arañara.

32

260 266

Los enemigos del alma Más allá del infierno


me enseñaron que eran tres, parió mi suegra
y yo digo que son cuatro veinticinco alacranes
si se cuenta la mujer. y una culebra.

267
261
Una olleta de cobre
Todas las bonitas son
me dió mi suegra;
dulces como el caramelo,
cada vez que se enoja
y yo, como soy meloso,
manda por ella.
por todas ellas me muero.

268
262
Una niña me dijo
Suspiros que van de aquí,
que me daría
y otros que vienen de allá,
una cosa del seno,
se encuentran en el camino
que ella tema.
¿qué de cosas se dirán?

269
263
Cuando dos quieren a una
Desde que no te veo y ella quiere a uno no mas
no miro flores, parece el aborrecido
ni los pájaros cantan, mico cuando chupa agraz.
ni el agua corre,
270

264 Morenita te buscaba,


morenita te encontré;
Mañana cuando me vaya ¡ay! morena de mi vida,
¿con qué corazón me iré? ¡Cuándo yo te olvidaré!
los ojos en el camino
y el corazón en usté.
271

Vale más una morena


265 que la blanca más hermosa,
porque la morena tiene...
Mujeres hay en el mundo
no sé que cosa graciosa.
como en las tiendas hay ropa;
pero una mujer honrada
por obra de Dios se topa. 272

¿Dices que no me quieres?


ya me has querido;
ya no tiene remedio

33

lo sucedido. por no decir la verdad.

273 280

La mujer es una torta El domingo la ví en misa,


casi dulce, casi amarga: el lunes me envió un recado,
es un contento a la corta, el martes hablé con ella,
es un tormento a la larga. el miércoles nos casaron,
el jueves le di una tunda.
el viernes la administraron,
274
el sábado se murió
Mi vida, dame un besito y el domingo la enterraron.
que me voy a confesar,
y si el padre me regaña
te lo volveré yo a dar. 281

La mujer que sea bonita


275 a ningún hombre desprecie,
que con ser el hilo de oro
Quieres que te quiera más
dándole vuelta destuerce.
porque no sabes querer,
y me pierdes por saber
lo bien querido que estás. 282

Por esta calle a lo largo


276 unos pobrecitos van
desdichados hijos de Eva
Mal hacen los ojos negros
tras de las hijas de Adán.
en ponerse en las ventanas,
porque peca el pecador
aun cuando no tenga ganas. 283

277 Esperanzas tengo en Dios


que en el año venidero
Decís que no me querés
me he de mirar en tus brazos,
porque no te he dado nada;
mi vida, si no me muero.
acordate de la pela
que te di a guasca doblada.
284

278 Debajo de tu ventana


tengo de pintar un tres,
¿Para qué sales al puesto
una rosa colorada
si la gracia no te ayuda?
y un clavelito francés.
pareces petaca vieja
botadora de basura.

285
279
Hasta ahora no me acuerdo
Dos corazones heridos por mujer haber llorado
de la misma enfermedad; sólo por una lloré
ambos se dan a la muerte según el pago me ha dado.

34

286 292

¿De qué le sirve al cautivo De la peña sale el agua,


que le quiten las cadenas del agua sale el pescado,
si le remachan los grillos, de la boca de esta niña
quedando en las mismas penas? sale un clavel encarnado.

287
293
Aunque los grillos sean de oro
Una mujer en coche
y las cadenas de plata,
carne vendía:
¿de qué le sirve al cautivo
¿quién ha visto en un coche
si su libertad le falta?
carnicería?

288
294
Como la mariposa
tengo la suerte, A Cupido lo pintan
que aquella que más amo chirriquitico,
me da la muerte. porque ya se acostumbra
querer poquito.

289
295
Como la mariposa
que va volando, En el centro de la mar
tengo mis amorcitos suspiraba una sirena,
de cuando en cuando. y en los suspiros decía:
quien tiene amor tiene pena.

290
296
Al infierno tengo d’ir
a hablar con el mismo diablo, Yo te vide persinar,
para que ninguno diga mis ojos fueron testigos;
que es de miedo que no te hablo. ¡Quién te pudiera besar
donde dices enemigos!

291
297
Por esta calle a lo largo
juran que me han de matar Ensillando mi caballo
por unos ojitos negros mi vidita echó a llorar,
que me alzaron a mirar. y yo de verla tan triste
lo volví a desensillar.

35

298 304

Aquella tu quebradita El pájaro mochilero


anoche mucho creció es un pájaro grandote
y no me dejó pasar que se lleva las muchachas
¡triste de mí! ¿qué haré yo? a hacer mochilas al monte.

299 305

A las mujeres quererlas Por la calle del cura


y no darles de comer, vienen bajando
darles palo como a mulas unos ojitos negros
y agua caliente a beber. de contrabando.

300 306

El hombre que se enamora Por aquella ventana


de mujer que no lo quiere, me arrojan flores;
merece cincuenta azotes como sean de mi amada,
cantándole el miserere. vengan olores.

301 307

Dos estrellas se han perdido; En el patio de mi casa


en los cielos no parecen tengo una pila tapada
por tus puertas se han entrado donde se batía mi negra
y en tus ojos resplandecen. con vino y agua rosada.

302 308

La sortija que me diste Yo tuve mi tengo tengo


en el mar se me cayó y ahora no tengo nada;
que parezca la sortija así les sucede a muchas:
y el galán que me la dió. tienen y se les acaba.

303 309

El pájara mochilero La chaqueta tengo rota,


le pregunta al Diostedé, el calzón hecho migajas,
— ¿Cómo come sumercé la camisa hecha un yesquero,
con ese pico tan fiero? ¡y amor que me vuelvo rajas!

36

310 316

¡Quién fuera como el patico La sortija que me diste


chiquitito y nadador, aquí la tengo en el dedo;
que se bota a la corriente con ella me enterrarán
en alcance de su amor! si esperándote me muero.

311 317

En la puerta del cielo A tu madre ya le dije


tocan guitarra: y a tu padre no me atrevo
San Pedro la registra dímele, pues, vida mía,
San Juan la baila. que si quiere ser mi suegro.

312 318

En la puerta del cielo Yo pretendí una casada


jugaron cañas y pronto me arrepentí:
porque parió la Virgen el perro que muerde a su amo
en las montañas. más presto me muerde a mi.

313 319

Anoche dormí en tus brazos Tres cuartillos tengo aquí,


después de tantos desvelos; que son para enamorar,
por estas y por aquellas he de gastar como un loco
te soñé con otro dueño. y medio me ha de sobrar.

314 320

La sortija que me diste En la calle del cura


bien pronto se me perdió; venden mujeres;
prenda de mujer casada veinticinco al cuartillo,
¿para qué la quiero yo? como alfileres.

315 321

La sortija que me diste En la calle del cura


aquí la tengo en el dedo, venden muchachas;
con ella me llevarán veinticinco al cuartillo
al Camposanto del pueblo. como arracachas.

37

322 328

En un palo frondoso Ayer pasé por tu puerta


me ví subida; y me tiraste un limón;
al quebrarse una rama el agrio me dió en los ojos
me vi caída. y el golpe en el corazón.

323 329

Cálla la boca, caballo, Ayer pasé por tu calle


costillas de molendero y estabas en el balcón;
que sólo el rabo te falta no fuiste para tirarme
para ser caballo entero. de tu jardín una flor.

324 330

iQué muchacha tan bonita! Amores y dolores


si su madre me la diera, quitan el sueño;
me la llevara esta noche como no tengo amores
y mañana la trujera. descanso y duermo.

325 331

Gavilancito pintado, A la vidita de mi alma


¿dónde vas tan halagüeño? se la lleva su marido;
en vanos tiendes las alas, no importa que se la lleve
ya esa polla tiene dueño. que yo también sé el camino.

326 332

Allá arriba en aquel alto A ninguno le aconsejo


están vendiendo cachacos, que quiera mujer casada,
a veinticinco el cuartillo porque en viniendo el marido
como si fueran tabacos. le hacen largar la mascada.

327 333

Allá arriba, allá en la altura A todos les vas diciendo,


por siempre le dije adiós, —Allá va calzones-rotos;
y fue tanta mi amargura pero a ninguno le has dicho:
que sólo lo sabe Dios. —Yo le hice vender los otros.

38

334 340

Ardo y lloro sin sosiego, Ay boquita de mi vida,


ardiendo y llorando tanto, boca de mi corazón!...
que ni el llanto apaga el fuego esos cielos de tus ojos
ni el fuego consume el llanto. a ver cuál es más bocón.

335 341

Aquí me encontré un cuartillo Bonita la rebonita,


y adelante, medio real, ¡bonita como un coral!
arriba, caballo viejo, ¿qué importa que sea bonita
sácame de este barrial. si la quiere un colegial?

336 342

Aunque tus ojos recuerdan Como hay en el mar arenas


lo hermoso y lo azul del cielo, hay en mí melancolías,
esos cielos de tus ojos todo soy, todo agonías,
son para mí dos infiernos. corazón lleno de penas.

337 343

Abrime la puerta, cielo, Cantan los pajaritos,


que yo soy la mejorana, cantan y dicen
y si no me abrís aprisa que los enamorados
me dentro por la ventana. siempre están tristes.

338 344

Anda vete noramala, Cada vez que yo me acuerdo


en tu cara te lo digo, que tuve un amor ingrato,
que por no jugar con tierra no sé cómo no me doy
me puese a jugar contigo. contra un colchón y mato.

339 345

Allá te mandé un suspiro, Cuando yo era más chiquito


pero no te pudo ver, preguntaba —¿qué es amor?
y llegó todo mojado y hora que estoy grandecito
cerca del amanecer. ¡chupa por preguntador!

39

346 352

¿Cuándo llegará ese día Desde aquí te estoy mirando


y esa dichosa mañana cara a cara y frente a frente
en que nos lleven a juntos boquita de enjalma rota
el chocolate a la cama? cachetes de cojinete.

347 353

Cuando ayer me despedí Dígame, mamita mía,


del bien que adoraba yo, dígame por vida suya,
lanzando al cielo un suspiro si para amarrar un hombre
mi corazón se partió. se necesita cabuya.

348 354

Cuando salí de mi tierra Dicen los que se casan


de nadie me despedí; que van al cielo:
las piedras lloraban sangre salen del purgatorio,
de un tropezón que me di. van al infierno.

349 355

¿Cuándo llegará ese cuando, Decís que no me querés


cuándo llegará ese día porque no te he dado nada:
que por mano del vicario acordate que te di
pase tu mano a la mía? una pela en la quebrada.

350 355

Cansados tengo los ojos Díle, niña, a tu madre


de mirar aquella loma: que no sea boba:
cuando se bullen las matas que me tranque la puerta
me parece que ya asoma. con una escoba.

351 356

Dulce encanto de mi vida, Ventanas a la calle


¿cómo viviré sin verte? son peligrosas
¿dónde volveré los ojos para madres que tienen
que no te tenga presente? hijas hermosas.

40

357 363

¿Para qué quiere un ciego El primer amor que tuve


casa pintada era como borrachera:
con balcón a la calle se me nublaban los ojos
si no vé nada? y me temblaban las piernas.

358 364

De tu casa a la mía Esta calle está mojada


son mis paseos, como si hubiera llovido,
y casarme contigo de lágrimas de un amante
son mis deseos. que anda por aquí perdido.

359 365

De azul celeste viste El árbol de mis amores


mi sueño amado, era coposo y lozano:
y yo por imitarle, la indiferencia lo heló
siempre azulado. los celos lo deshojaron.

360 366

De domingo en domingo El perder una bonita


te veo la cara; no es perder ninguna joya:
¿cuándo será domingo, es lo mismo que perder
Dios mío de mi alma? de la jáquima la argolla.

361 367

Debajo de unos naranjos Ensillando mi cocina


escuché tus juramentos: y entejando mi caballo,
como el olor de las flores me fui a defender el runcho
se los llevaron los vientos. que no lo matara el gallo.

362 368

Esto de querer a muchas En la cárcel me tenían


es una condenación: yo no sé por qué delito:
no puedo comer con gusto salté a la plaza,
ni rezar con devoción. cogí la ronda,
maté al alcalde
y al juez distrito.

41

369 375

En el pié de tu ventana El amor y los celos


hizo una perdiz su nido, me han obligado
y yo como perdiguero a ausentarme del dueño
a tu ventana he venido. que yo idolatro.

Desde la hora en que te vi


te puse tanta afición,
376
que nunca, ni con la muerte,
saldrás de mi corazón. El amor y el cuchillo
son dos extremos:
mucho acero en la punta
370 y al cabo, un cuerno.

El que me oyere cantar


dirá qué alegre está aquel!
377
pero tengo el corazón
más amargo que la hiel. El verte me dá la muerte,
y el no verte me aniquila:
prefiero la muerte y verte
371 a no verte y tener vida.

El cura de mi parroquia
me mandó que no te amara
378
yo le dije: Señor Cura,
aunque me recondenara. El amor y el interés
comen juntos en un plato,
el amor come por horas
372 y el interés cada rato.

Es tanto lo que te quiero


que si te miro,
379
a todos aborrezco,
de mi me olvido. Es, comadrita, el amor
clavo que no tiene vuelta;
mientras más se le maltrata
373 más se consume y aprieta.

Es tanto lo que te quiero


y lo que te quiero es tanto,
380
que por ti duermo en el suelo
y de cabecera un banco. ¿Qué haré yo con este incendio
que me abrasa el corazón?
silo publico, me pierde...
374 silo callo, ¿qué haré yo?

El amor crece con penas,


con penas se hace constante,
quien no pena no es amante,
y si es amante es apenas.

42

381 387

El que ha sido calavera Lágrimas de las mujeres


y se trata de enmendar, no conmueven ni enamoran,
deja pasar unos días que ellas lloran cuando quieren
y vuelve a calaverear. y cuando no quieren lloran.

382 388

El tiempo y el desengaño Lloraba y lloraba,


son dos amigos que suelen lloraba y decía:
desengañar y engañar para una paloma
y despertar al que duerme. ¡tanta cacería!

383 389

El amor tiene la culpa Lágrimas que no pudieron


de que en lo limpio me pierda, tánta dureza ablandar,
porque llegan ocasiones que se vuelvan a la mar
que aunque uno fuera de piedra. porque de la mar salieron.

384 390

¿En qué alto me parare Lloraba la triste viuda


que me dé el viento en el pecho? la muerte de su marido,
¿a quién le daré mis quejas y llorando preguntaba
que no me diga “bien hecho”? si ya el otro había venido.

385 391

Fuiste mi primer amor, Las mujeres de este tiempo


tú me enseñaste a querer; son como las alcachofas:
no me enseñes a olvidar, buscan y buscan el tronco,
que eso no quiero aprender y todas se vuelven hojas.

386 392

Hasta el alto fui detrás La mujer que piensa mucho


por ver si la divisaba; se levanta con el sol,
sólo la quimba topé porque nunca tiene sueño,
del indio que la llevaba. ni tranquilo el corazón.

43

393 399

Los dientes a los cuernos La vela en el candelero


son parecidos, se contenta con arder;
porque con ellos comen así se contenta un hombre
muchos maridos. con querer a una mujer.

394 400

Las mujeres de hoy en día La vela en el candelero


son como las avellanas: se conforma con arder;
partir una, partir dos, así mismo se arde un hombre
partir tres, y todas vanas. en brazos de una mujer.

395 401

Las ranas en la laguna Las estrellas en el cielo


cuando viene el aguacero, caminan de das en dos;
unas piden la capuza así caminan mis ojos,
y otras piden su sombrero. chinita, detrás de vos.

396 402

Lucero de la mañana, Los hombres cuando pretenden


préstame tu claridad, nos prometen ser esclavos;
para seguirle las huellas y cuando ya son queridos,
a mi amante que se va. de esclavos se vuelven amos.

397 403

Los ojos que desde lejos Me hacen variar de colores,


se aman y se quieren bien, y mil tormentos me dan,
no son ojos, sino espejos con sus rencores los unos
donde dos almas se ven. y con su amor los demás.

398 404

La cabeza me duele Me quisiste, me olvidaste,


de suplicarle y me volviste a querer
que me des un remedio zapato que yo desecho
para olvidarte. no me lo vuelvo a poner.

44

405 411

Me quisiste, me olvidaste, Mi amigo por ser mi amigo


y me volviste a querer, me enamora mi mujer;
y me hallaste tan constante qué buen amigo que tengo,
como la primera vez. pues me la ayuda a querer.

406 412

¡Más, ay! el que más congojas Mi vida, si así me quieres,


y más tormentos me dá, no me subas tan arriba,
ni rencor me tuvo nunca que las hojas en el árbol
ni amor me tuvo jamás. no duran toda la vida.

407 413

¡Malditas sean las mujeres! Me puse a lavar un negro


el diablo se las llevara, a ver qué color cogía;
contento quedara yo mientras más agua le echaba
con veinte que me dejara. más cenizo se ponía.

408 414

Malpago se llama el perro, Más vale querer a un perro


y Fortuna la perrita; que querer a una mujer;
Cuando Malpago se muera el perro es agradecido
queda Fortuna solita. donde le dan de comer.

409 415

Malhaya quien fuera perro Misas de cuerpo presente


para no saber sentir, le cantan al cuerpo muerto,
que al perro como no siente y a mí me las cantan vivo
todo se le va en dormir. entre bobos anda el cuento.

410 416

Mi corazón se quema Mujer que llega a prendarse


sin echar humo: de un hombre es cosa resuelta:
eso sí que es quemarse o se casa, o se hace monja,
con disimulo. o el demonio se la lleva.

45

417 423

Mi chata me dió un abrazo, Me subí en un alto pino


su mama la regañó: por ver si la divisaba;
artificios de la vieja, como el pino era tan tierno,
pues nada se le quitó. de yerme llorar lloraba.

418 424

Mi mama tiene una perra; Me entristece el corazón


dice que la matará verte vestida de negro;
para hacer un tamborcito; que la sombra de tu pena
lo que fuere sonara. a mí me da sentimiento.

419 425

Mañana me voy de aquí, Mi señora, déme chicha


como todos lo verán; en totuma Timaná;
y a vuelta de mis espaldas yo no lo hago por la chicha
¡sabe Dios lo que dirán! sino por lo que sabrá.

420 426

Mi corazón a tus pies Márgara se está peinando


lo ves y no lo levantas: y el aire se lleva el pelo;
¡Ay, triste corazón mío, ¡Ay, quién fuera golondrina
cuántos desprecios aguantas! para volar y cogerlo!

421
427
Mi señora no me quiere,
Nunca, mi bien, hallarás
mi amo no me puede ver,
quien, como yo, por ti muera;
mi señora la chiquita
hallarás quien ien te quiera,
dice que me ha de vender.
más no quien te quiera más.

422
428
Mis amores son del campo,
No sé qué estrella importuna
y yo vivo en la ciudad;
influyó en mi nacimiento:
amores que van y vienen
¡tan alto mi pensamiento
no tienen seguridad.
y tan baja mi fortuna!

46

429 435

No sé qué tiene mi chata Nace el hombre y en naciendo


que todos me la codician; sólo a llorar se dedica,
hasta al cura se le antoja y con su llanto publica
como si fuera primicia. que ha de vivir padeciendo.

430 436

No quiero que me quieras No quiero querer a nadie


ni yo quererte: ni que me quieran a mí,
quiero que me aborrezcas no quiero pasar trabajos
y aborrecerte. ni que los pasen por mi.

431 437

No me mires mal, paloma, Niña, cuando vas a misa


porque tan alta te veas, la iglesia se resplandece,
que para torres más altas la yerba seca que pisas
se fabrican escaleras. al momento reverdece.

432 438

No quiero que te vayas, No te fies de las mujeres


ni que te quedes, aunque te lo estén diciendo,
ni que me dejes sola, que con una mano tejen
ni que me lleves. y con otra están urdiendo.

433 439

No me mates con cuchillo No te fies de los hombres


porque el hierro es enconoso, aunque digan bien te quiero,
mátame con un suspiro que en volteando las espaldas,
de tu pecho candoroso. si te vide no me acuerdo.

434 440

No hay corazón como el mío Ojos míos desdichados,


que sufre y calla su pena: llorar por lo que os disgusta,
corazón que sufre y calla que llorar por cosa justa
no se encuentra donde quiera. es de los ojos honrados.

47

441 447

Ojos azules me gustan Por aquí va el caminito


y los negros me enamoran; por donde mi amor pasó;
pero los verdes, comadre, se la llevaron de noche
¡ay! los verdes me encocoran. porque no la viera yo.

442 448

Pasaré mis tristes días Para qué son cerrojos


llorando indecibles penas, en los portones
glorias envidiando ajenas si han de quedar abiertos
desdichas llorando mías. los corazones.

443 449

Para llevar mis desgracias Para contentar las bellas


al cielo pido un favor: de los hombres hablaré
que disminuya tus gracias
o ensanche mi corazón.
450

Quise sin saber a quién


444
y sin tener experiencia,
Pájaro que vas volando porque la pedrada viene
y en el pico llevas flores, de aquí que uno menos piensa.
en las alas clavellinas
y en el corazón dolores.
450

¿Qué haremos, vidita mía,


445
que nos quieren separar?
Para carate en Antioquia, ¡como si la ausencia fuera
para niguas en la Villa, remedio para olvidar!
para muchachas bonitas
Rionegro y la Marinilla.
451

¿Qué haremos, trigueña mía,


446
con tanto que nos queremos?
Parado en una esquina el remedio está en la mano,
lloviendo estaba; en San Juan nos casaremos
aunque estaba lloviendo (mi vida, nos casaremos)
no me mojaba.

48

451 457

¿Qué esperanza llevará Si yo fuera pajarito


aquel que ya va perdida? a tus hombros diera un vuelo
sin saber par dónde va, para decirte al oído:
sin saber par dónde vino otorgo, recibo y quiero.
(ni par donde es el camino)

458
452
Si porque te quiero quieres
Subo la cuesta cargado que yo la muerte reciba
can mi carga de tinajas, muere tú, que yo no quiero
la barriga hecha un yesquero morir para que otro viva.
y amor que me vuelvo rajas!

459
453
Si tu marido es celoso
Si piensas que por tu pique échale un hueso en el plato,
me he de poner a florar, que mientras lo esté royendo
yo no sé quitar enojos conversaremos un rato.
y así te puedes quedar.

460
454
Si yo supiera de cierto
Si piensas que par tu enojo que no me habías de olvidar
me derrito como cera, me retirara unos días
ya soy de tal calidad mientras dejaban de hablar.
que el mismo fuego me hiela.

461
455
Sospechas tengo de tí,
Si el cielo se rompiera, porque amante muy rendido,
según yo entiendo, según se me pone a mí
esa tu linda cara no debe ser buen marido.
sería el remiendo.

462
456
Si tu hermosura indiscreta
Si yo fuera pajarito a mi inocencia provoca,
no me ocupara en volar, te he de dar con esta jeta
me sentara en los caminos un porrazo en esa boca.
sólo por verte pasar.

49

463 469

Tus ojos son dos estrellas Tú negalo siempre, Elena,


tus labios son un coral, porque en percances de amor,
tus dientes son perlas finas antes el código ordena
sacados del hondo mar. ser mártir que confesor.

464 470

Toda la noche me estuve Te quise y tu no quisiste,


paradito en una estaca hoy no te quiero y tú quieres,
y no fuites pa decirme ¡qué caprichosas que son
lorito, dáca la pata. por lo común las mujeres!

465 471

Te quiero como a mis ojos, Tengo y no tengo esperanza,


como a mis ojos te quiero, espero y me desespero:
pero más quiero a mis ojos tengo todo cuanto quiero,
porque mis ojos te vieron. pero tengo desconfianza.

466 472

Tienes unos ojitos Todas las mañanitas


y unas pestañitas... del mes de enero
y una boca embustera me amanecen las uñas
con que me engañas. sobre los dedos.

467 473

Te vas, luz del día, Tengo una cosa en el alma


te vas y me dejas, que decírtela no puedo,
y no oyes las quejas tengo celos, tengo amor,
de la pena mía. valor tengo y tengo miedo.

468 474

Tienes unos ojos Tu mujer es muy bonita


lindos en extremo pero no como la mía,
y los ojos míos que parece levadura
son sus prisioneros. desatada en agua fría.

50

475 481

Te dió la tierra caliente Una tengo y dos envido,


el garbo y los ojos negros, con un siete espero un as;
te dió color la sabana un amor he conocido
y hermosura te dió el cielo. y debe haber muchos más.

476 482

Usted dice que me quiso, Una, dos, tres, cuatro, cinco...


si así fue yo no lo supe; ¡cuántas y yo sin ninguna!
vuélvame a querer de nuevo, señora, déme a su hija
me hace el bien, y más se suple. que Dios da ciento por una.

477 483

Una palomita Una mora me enamora


a quien yo adoré, porque es mora de nación
hizo aquí su nido, y es muy mora porque mora
lo olvidó y se fue. dentro de mi corazón.

478 484

Una señorita blanca Un rosal cría una rosa


me dijo que la besara, y una maceta un clavel,
yo le dije —Sí señora, y una madre cría su hija
con esa ganita estaba. sin saber para quién es.

479 485

Un clavel fue la causa Una camisa sin mangas


para quererte, sin cuello ni delantera,
que los mismos claveles no necesita jabón
son alcahuetes. ni tampoco lavandera.

480 486

Una negra me dió un beso, Un pájaro me ofreció


¡nunca me lo hubiera dado! las plumas de su copete;
pues los besos de las negras no hay pájaro en ésta vida
saben a cacho quemado. que cumpla lo que promete.

51

487 493

Vida de los amantes, Ya llega la noche triste


vida penosa; para mí que estoy penando:
vida desesperada duerma bien quien tiene sueño
pero sabrosa. que yo velaré llorando.

488 494

Yo soy como aquellas piedras Me estoy muriendo de amor


que se encuentran en la calle; y el remedio es olvidar:
todos tropiezan con ellas y ellas si he de vivir del remedio
no tocan con nadie. prefiero morir del mal.

489 FiN

Yo te miré persignar,
mis ojos fueron testigos,
quién te pudiera besar
donde dices enemigos.

490

Yo te dí mi medio real
porque me hicieras cariños:
me diste sólo un besito,
me estás debiendo un cuartillo.

491

A tu casa no entro
porque la gente,
por una vez que vaya,
dicen que siempre.

492

Yo tuve cinco chaticas


ojinegras y una zarca,
y me quedé sin ninguna
como aquel que mucho abarca.

52

También podría gustarte