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LA HEPATITIS

Es una inflamación del hígado que se debe a diversas causas, aunque


generalmente es un virus el responsable de la afección. Entre las
consecuencias del mal funcionamiento del hígado destacan:

 Disminución de la producción de bilis. La bilis es una sustancia


indispensable para la absorción de las grasas en el intestino, por lo que si
se reduce la cantidad de bilis que llega al intestino esto puede dificultar la
absorción adecuada de las grasas.
 Déficit en la producción de proteínas, lo que puede tener como
consecuencia la retención de líquidos.
 Hipoglucemia, debida a alteraciones en el almacenamiento del
glucógeno, que es otra de las funciones que realiza el hígado. El glucógeno
se transforma en glucosa cuando el organismo lo necesita, pero si las
reservas no son suficientes se puede producir una disminución del nivel de
azúcar en la sangre del paciente, lo que se conoce como hipoglucemia. 
 Deficiencias en el metabolismo de sustancias como medicamentos,
alcohol y toxinas, lo que dificulta la eliminación de estas sustancias que
tienen efectos nocivos sobre diferentes órganos.
 Disminución de la capacidad de defensa del organismo frente a
bacterias y virus, debido al mal funcionamiento de ciertas células hepáticas,
que actúan destruyendo precisamente estos gérmenes y que, al no realizar
su cometido correctamente, facilitan que las bacterias y virus procedentes
de la zona abdominal se extiendan por el torrente sanguíneo
CAUSAS
 Infecciones por virus, bacterias o parásitos.
 Trastornos de tipo autoinmune.
 Lesiones debidas a la interrupción de la irrigación sanguínea normal
del hígado.
 Traumatismos.
 Presencia en el organismo de determinadas drogas, toxinas,
medicamentos, etc.
 Presencia de trastornos de tipo hereditario como fibrosis
quística o enfermedad de Wilson.
TIPOS
 Existen varios :
Hepatitis A
También denominada hepatitis infecciosa; esta variante es producida por el
virus de la hepatitis A (VHA). Su transmisión se produce al consumir agua o
alimentos contaminados por materias fecales que contienen el virus, y
también por contagio de persona a persona, sobre todo si las condiciones
higiénicas son deficientes.

Se trata de un tipo generalmente leve de hepatitis especialmente cuando


ocurre en niños; de hecho, en numerosas ocasiones no se perciben
síntomas importantes, por lo que la enfermedad no llega a ser
diagnosticada. Cuando presenta síntomas, estos consisten en cansancio,
ictericia (la piel tiene un color amarillento), inapetencia, náuseas y vómitos, y
orina de color oscuro. Los síntomas suelen ser más graves en adultos que
en niños. La afección no se cronifica y no daña al hígado de forma
permanente, aunque en raras ocasiones puede surgir una complicación
denominada hepatitis fulminante, que puede ser mortal.

Hepatitis B
Hepatitis B o hepatitis sérica; es producida por el virus de la hepatitis B
(VHB). El contagio se produce a través de fluidos corporales infectados,
como la sangre, el semen, las secreciones vaginales, la saliva, las lágrimas
y la orina. La transmisión suele producirse:

 Al compartir jeringuillas contaminadas con la sangre de una persona


infectada durante el consumo de algún tipo de droga.
 Por contacto con material infectado como agujas de acupuntura,
tatuajes, piercings, etc.
 Al compartir utensilios de higiene personal como maquinillas de
afeitar o cepillos de dientes.
 Al mantener relaciones sexuales con una persona infectada por el
virus.
 Al recibir una transfusión de sangre contaminada. Esta es una vía
poco frecuente en la actualidad, ya que los controles y las medidas para
evitar este tipo de accidentes se han incrementado mucho en los últimos
años.
 La madre puede contagiar al bebé durante el parto o la lactancia.

La hepatitis B tiende a cronificarse con facilidad, aunque algunos pacientes


se curan por completo y se vuelven inmunes al virus, por lo que no vuelven
a contagiarse. La enfermedad hepática de tipo B se considera aguda si la
infección se mantiene durante un periodo inferior a 6 meses. Si después de
ese periodo el virus permanece en el cuerpo del individuo, pasa a
considerarse como un curso crónico, lo cual no implica necesariamente la
presencia de síntomas (los portadores asintomáticos son una fuente
importante de contagio, puesto que al no ser conscientes de que presentan
la enfermedad, no toman medidas para evitar su transmisión). Se pueden
diferenciar dos tipos de evolución en el curso crónico de la enfermedad:
crónica estable y crónica persistente o activa, esta última tiene peor
pronóstico y normalmente desemboca en cirrosis.

Hepatitis C
Causada  por el virus de la hepatitis C, se transmite por contacto directo con
la sangre de una persona infectada. Sus principales formas de transmisión
suelen ser:

 Agujas o jeringuillas infectadas.


 Transfusiones sanguíneas.
 Hemodiálisis.
 Mediante material infectado: sanitario, material para tatuajes,
piercings, etc.
 Durante el parto; transmisión madre-hijo.

Al igual que la hepatitis B, la forma C de esta enfermedad tiene un curso


agudo y un curso crónico, siendo este último el que suele desarrollarse con
mayor frecuencia (85% de los casos). En la mayoría de los casos el
paciente permanece asintomático, aunque la enfermedad puede progresar
lentamente, por lo que existe riesgo de aparición de cirrosis y cáncer
hepático.

Hepatitis D
Es la forma de hepatitis vírica más grave. El virus de la hepatitis D (VHD),
también llamado hepatitis delta, se transmite por las mismas vías que el
virus de la hepatitis B. Es un virus muy especial, pues necesita la existencia
de una infección por el virus de la hepatitis B para poder sobrevivir en el ser
humano. Por ello, cuando alguien está infectado por el VHD también está
infectado con toda seguridad por el VHB. Esto se debe a que se envuelta
externa del VHD está formada por parte del VHB. Se estima que el 5% de
los pacientes con hepatitis B están coinfectados por el virus de la hepatitis
D.

Cuando se produce la infección simultánea por VHB y VHD el paciente sufre


síntomas agudos (ictericia, fiebre, malestar general, etcétera) que pueden
llegar a ser muy graves. Si supera la fase aguda lo más probable es que
consiga controlar ambas infecciones y, por lo tanto, cure las dos
enfermedades. En caso de que el VHD infecte a una persona que ya tiene
la infección por el VHB la evolución es diferente. No suele existir un cuadro
con síntomas agudos graves pero la infección por el VHD tiende a
cronificarse con mucha frecuencia. La coinfección por VHB y VHD adquirida
de esta manera desemboca muchas veces en una cirrosis hepática en unos
pocos años, y se asocia a un riesgo alto de aparición de un cáncer hepático.

Hepatitis autoinmune
La hepatitis autoinmune es un tipo de hepatitis crónica y progresiva de
origen desconocido. Se da sobre todo en mujeres y se caracteriza, entre
otras cosas, por la presencia en el hígado de anticuerpos del paciente, que
no reconocen como propias a las células hepáticas y, al confundirlas con
elementos extraños y perjudiciales para el organismo, actúan
destruyéndolas.

Hepatitis de origen tóxico


La hepatitis de origen tóxico puede ser causada por la presencia en el
hígado de diversas sustancias como medicamentos, toxinas, etcétera. El
daño podría producirse por la alteración de una de las enzimas presentes
normalmente en el hígado, denominada citocromo P-450. Dicha alteración
puede dar lugar a un aumento de productos tóxicos, o impedir que se
formen los elementos necesarios para la degradación de los mismos.
También puede ocurrir que determinadas sustancias sean reconocidas por
el sistema inmune como un agente extraño del que hay que defenderse, de
modo que sus células acudirán al hígado y desencadenarán la respuesta
inflamatoria.

REFERENCIAS VIRTUALES
https://medlineplus.gov/spanish/hepatitis.html
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001154.htm

http://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/hepatitis-virales

http://www.cuidateplus.com/enfermedades/infecciosas/hepatitis-a.html

http://www.webconsultas.com/hepatitis/tratamiento-de-la-hepatitis-573

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