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LA OBLIGACION TRIBUTARIA

1.- Concepto.
Siguiendo a Giuliani Fonrouge podemos conceptuar la obligación tributaria como "el
vínculo jurídico en virtud del cual un sujeto (deudor), debe dar a otro sujeto que actúa
ejercitando el poder tributario (acreedor), sumas de dinero o cantidades de cosas
determinadas por ley".
La obligación tributaria se traduce en una prestación patrimonial y siempre en una
obligación de dar.
Puede plantearse una objeción a la afirmación anterior basados en el artículo 21 del
D.L. 3.475 sobre Impuesto de Timbres y Estampillas que obliga a inutilizar las estampillas,
pero la misma norma que comienza diciendo que las estampillas que se empleen para el
pago del impuesto deberán inutilizarse. Por lo tanto, las estampillas y su inutilización no
conforman la obligación tributaria; esta se cumplió mediante el pago, o sea, mediante la
compra de las estampillas; la inutilización no es más que una modalidad en el pago.
De la obligación tributaria nace un vínculo personal, nunca real.
También puede objetarse este aserto en base al impuesto territorial, establecido en la
ley N° 17.235, por cuanto los bienes raíces pueden ser subastados para obtener el pago del
impuesto que los grava, sin embargo se trata solamente de una garantía especial para
proteger el interés fiscal.
2.- Elementos de la obligación tributaria.
Son los elementos de toda obligación, a saber: sujeto activo, sujeto pasivo, objeto y
causa.
El sujeto activo o acreedor, en la obligación tributaria es siempre el Estado y su
estudio es ajeno a esta disciplina jurídica pues corresponde a los derechos Constitucional y
Administrativo.
El sujeto pasivo o deudor es el contribuyente.
Sabemos que el objeto de la obligación tributaria es la entrega de una cantidad de
dinero y se estudió al referirnos al hecho gravado y más aún a la base imponible.
En cuanto a la causa, todas las discusiones carecen de relevancia en nuestro sistema
tributario, por lo tanto la causa se agota en la ley.
3.- Fuente de la obligación tributaria.
La única fuente de la obligación tributaria es la ley.
4.- Nacimiento de la obligación tributaria.
La promulgación de la ley, por sí sola, no origina la obligación tributaria; para que ésta
nazca es necesario que se realice el hecho gravado, vale decir, ese hecho que, para el
legislador, acredita capacidad contributiva en quien lo realiza.
5.- Devengo de la obligación tributaria.
El significado gramatical del verbo devengar es "adquirir derecho a alguna percepción
o retribución por razón de trabajo, servicio u otro título", o "tener derecho a…".
Ese precisamente es el contenido del término devengo en materia tributaria; se
pretende, a través de esta figura, establecer el momento, el instante en que nace para el
Fisco el derecho a percibir el impuesto; lo que no significa que pueda exigir ese derecho; en
otros términos, es la precisión cronológica del hecho gravado.
El D.L. 825 sobre Impuesto a las Ventas y Servicios en su artículo 9° señala, como
regla general, que el impuesto en esos casos se devenga en la fecha de emisión de la
factura o boleta.
En síntesis, el devengo equivale al instante en que nace la obligación tributaria, es
decir, el momento en que el hecho gravado se ha realizado en su integridad. Pero el
legislador en aras de la Seguridad Jurídica, lo ha precisado en algunos casos estableciendo
una figura muy cercana, al menos en algunas ocasiones, a una ficción legal del momento en
que ocurre el hecho gravado.
6.- Exigibilidad de la obligación tributaria.
Con el devengo nació el derecho para el Sujeto Activo de la obligación; pero ese
hecho no lo faculta para exigir, hacer efectivo ese derecho; se trata de un concepto diferente,
incluso separado cronológicamente. Así, en materia de Impuesto al Valor Agregado, el
devengo se produce el emitir el documento, que normalmente coincidirá con la entrega real o
simbólica del bien, tratándose de ventas; en cambio, el Fisco no podrá exigir coactivamente
su cumplimiento mientras no transcurran los primeros 12 días del mes siguiente a aquel en
que se produjo el devengamiento.
7.- Determinación de la obligación tributaria.
Se hace mediante la base imponible y la tasa.

EXTINCION DE LA OBLIGACION TRIBUTARIA.


Las formas o modos de extinguir la obligación tributaria son: el pago, la compensación,
la dación en pago, la declaración de incobrabilidad, la ley y la prescripción.
I.- EL PAGO.
A) Concepto.
El artículo 1568 del Código Civil nos dice que "El pago efectivo es la prestación de lo
que se debe". Es la manera normal de dar cumplimiento a una obligación y el concepto es
perfectamente aplicable en materia tributaria. Entonces, la obligación tributaria se extinguirá
por haberse cumplido, cuando el sujeto pasivo entregue al Fisco la cantidad de dinero-
teóricamente puede ser cantidad de bienes como ocurre en otros ordenamientos tributarios
(Mexico por ejemplo)- a que asciende la obligación tributaria respectiva.
B) Formalización del pago.
En primer término, según lo dispone el artículo 38 del Código Tributario, el pago de los
impuestos se hará en Tesorería en moneda nacional o extranjera, según corresponda de
acuerdo a lo dispuesto en el artículo 18 por medio de dinero efectivo o bien mediante alguno
de los documentos, que el mismo artículo señala y que son la letra bancaria girada "a la
orden" de la Tesorería respectiva, vale vista o cheque extendidos "a la orden" de la tesorería
correspondiente.
Ahora bien, si se hace a través de alguno de los documentos nombrados es del todo
aconsejable cumplir con las especificaciones dispuestas en el artículo 40 del mismo Código.
La conveniencia de las especificaciones la encontramos en la norma citada que libera
al Fisco de responsabilidad por los daños que el mal uso o extravío del documento irrogue al
contribuyente, sin perjuicio de la responsabilidad personal de quien haga uso indebido del
mismo. Necesario es concluir, si se colocan las especificaciones, que el mal uso o extravío
hace responsable al Fisco de los daños causados, siendo lo más importante que el impuesto
debe considerarse pagado.
Por su parte el artículo 39 inciso segundo del C.T. señala que si existiera algún error u
omisión en los documentos que impida el pago de todo o parte de los impuestos en arcas
fiscales, dentro del plazo legal, hace incurrir al contribuyente en las sanciones e intereses
penales pertinentes.
En segundo término, el pago puede hacerse personalmente o enviando el vale vista, la
letra bancaria o el cheque, extendidos a nombre de la tesorería respectiva, por carta
certificada al tesorero correspondiente.
Finalmente el inciso segundo del artículo 38 faculta al Tesorero General de la
República para autorizar el pago de los impuestos mediante tarjetas de débito o de crédito u
otros medios, siempre que no signifique un costo financiero adicional para el Fisco; para
estos efectos el Tesorero deberá impartir las instrucciones administrativas necesarias que
resguarden el interés fiscal.
Además esta forma de pago tiene otro trámite adicional, pues al tratarse de un pago a
través de sistemas tecnológicos, el inciso final del artículo 39 establece que corresponde al
Director del S.I.I. autorizar esa forma de pago, tratándose de impuestos que deban
declararse y pagarse simultáneamente.
C) Lugar en que deben pagarse los impuestos.
Si bien el artículo 38 del Código Tributario indica que el lugar para pagar los impuestos
es Tesorería, hoy en día tesorería no recibe el pago de los impuestos. La razón la
encontramos en la facultad que el artículo 47 del Código otorga al Ministro de Hacienda
consistente en facultar al Banco del Estado de Chile, a los bancos comerciales y a otras
instituciones, para recibir de los contribuyentes el pago de cualquier impuesto, contribución o
gravamen en general, con sus correspondientes recargos legales, aun cuando se efectúe
fuera de los plazos legales de vencimiento.
Las cantidades recaudadas deben depositarse, dentro del tercer día hábil siguiente al
de la percepción, en la Cuenta Unica Fiscal que, Tesorería General de la República,
mantiene en el Banco del Estado de Chile.
Si las instituciones financieras recaudadoras no dieren cumplimiento a lo establecido y
a las instrucciones del S.I.I., el Director de éste puede dejar sin efecto la autorización.
D) El pago debe ser total.
El fundamento de la afirmación se encuentra no sólo en el concepto de pago, sino
porque expresamente el Código Tributario ordena en el artículo 47 que los pagos deben
comprender la totalidad de las cantidades incluidas en los respectivos boletines, giros,
órdenes o declaraciones de impuesto presentadas por los contribuyentes y si el impuesto
debe legalmente enterarse en cuotas, el pago abarcará la totalidad de la cuota
correspondiente1.
Excepcionalmente es posible el abono a cuenta de impuestos, en la situación
reglamentada en el inciso tercero del artículo 147 del Código Tributario, según el cual,
durante el proceso de reclamación los contribuyentes pueden efectuar pagos a cuenta de
impuestos reclamados, aun cuando no se encuentren girados. En este caso las Tesorerías
abonarán esos valores en la cuenta respectiva de ingresos, aplicándose lo señalado en el
artículo 50 cuando proceda.
1 Esto sucede, por ejemplo, en el impuesto territorial que se paga en cuatro cuotas.
Indica este artículo 50 que en todos los casos, los pagos realizados por el
contribuyente por cantidades inferiores a lo efectivamente adeudado, por concepto de
impuestos y recargos se considerarán como abonos a la deuda, fraccionándose el impuesto
o gravamen y liquidándose los reajustes, intereses y multas sobre la parte cancelada,
procediéndose a su ingreso definitivo en arcas fiscales.
Esta disposición contiene una norma especial de imputación en materia tributaria,
cuando por alguna razón el pago no ha sido total, lo que puede suceder tanto en el caso de
la norma de excepción del artículo 147, como por aplicación de lo dispuesto en el inciso
segundo del artículo 48 del C.T. que permite a los contribuyentes determinar los recargos
legales por concepto de reajustes, intereses y multas, para enterarlos en arcas fiscales
conjuntamente con el impuesto. Entonces, el cálculo puede adolecer de errores, que
induzcan a pagar una cantidad menor a la debida, en cuyo caso se aplicará lo dispuesto en
el artículo en comento.
Esta disposición obliga a realizar un fraccionamiento de manera tal, que se pague una
parte del impuesto o impuestos adeudados y los reajustes, intereses y multas que
correspondan a la fracción de impuesto determinada.
Si la deuda está acompañada por multa, debe distinguirse si ésta es un porcentaje de
la deuda, como sucede en el artículo 97 N° 11 del C.T. o bien es de un monto fijo como en el
artículo 97 N° 2 del mismo Código. En el primer caso, simplemente se tratará el porcentaje
de la multa como el de los intereses y en el segundo se paga la multa en su integridad -es
por falta de declaración- y sobre el saldo se efectúa la operación desarrollada.
E) Oportunidad en que debe hacerse el pago.
Cada ley que crea un impuesto, establece la o las fechas en que debe pagarse; así el
artículo 64 del D.L. 824 sobre Impuesto a las Ventas y Servicios dispone que se pueden
pagar hasta el día 12 de cada mes, los impuestos devengados en el mes anterior; por su
parte el artículo 69 del D.L. 824 sobre Impuesto a la Renta dice que las declaraciones
anuales exigidas por dicha ley se presentarán en el mes de Abril de cada año, en relación a
las rentas obtenidas en el año anterior.
La razón de referirnos al tema, en este momento, radica en las disposiciones del
Código Tributario que permiten prorrogar esos plazos y son:
a) El artículo 36 inciso tercero establece que si el plazo de declaración y pago de un
impuesto vence en día feriado, en día sábado o el día 31 de Diciembre, se prorrogará
hasta el primer día hábil siguiente. Se trata de una prórroga por el sólo ministerio de la ley
y, por lo tanto, no tiene ningún efecto en materia de reajustes o intereses. En otros
términos, si la prórroga significa que se paga al mes siguiente del vencimiento inicial, se
paga la misma cantidad, sin reajustes ni intereses y si se paga después del día
determinado por la prórroga, pero el mismo mes, se aplicarán reajustes e intereses como
si el vencimiento del pago hubiera sido el inicial, sin la prórroga.
b) El artículo 36 inciso segundo faculta al Presidente de la República para fijar y modificar
las fechas de declaración y pago de los diversos impuestos; en virtud de esta facultad
puede prorrogar los plazos para pagar los impuestos. Esta prórroga no originará la
aplicación de intereses pues los impuestos se pagan en el plazo establecido, pero
deberán aplicarse reajustes considerando el nuevo plazo, pues el plazo para el pago es
uno de los extremos para determinar la reajustabilidad, según toda la normativa sobre
corrección monetaria relativa al pago de impuestos.
c) Podemos señalar también la facultad que el artículo 31 del Código Tributario entrega al
Director Regional del Servicio de Impuestos Internos para ampliar el plazo para la
presentación de declaraciones, siempre que, a su juicio, existan razones fundadas.
Pero la única utilidad que tiene esta prórroga es evitar posibles multas por no
presentación de declaraciones, pues los impuestos se pagarán con los reajustes e
intereses penales hasta la fecha de pago efectivo, conforme lo señala la misma
disposición en el inciso segundo, aun cuando pudiera solicitarse la condonación de
intereses al Director Regional, conforme al inciso final del artículo 56 del C.T.
F) Prueba del pago.
Según el artículo 38 del C.T. el pago se acredita con el correspondiente recibo, a
menos que se trate de impuestos que deban solucionarse por medio de estampillas u otras
especies valoradas.
La misma forma de probar el pago se repite en el artículo 92 que agrega el certificado
de exención, o demostrando estar al día en el cumplimiento de un convenio de pago
celebrado con el Servicio de Tesorería.
Ahora bien, ese recibo extingue la obligación tributaria hasta el monto de la cantidad
enterada en arcas fiscales, pero por sí solo no acredita que el contribuyente esté al día en el
cumplimiento de la obligación tributaria; esta disposición contenida en el artículo 48, inciso
primero, del Código Tributario, es lógica y acorde con la normativa tributaria, ya que por
ejemplo, en el caso contrario, impediría al S.I.I. cualquier tipo de fiscalización, pues si el
contribuyente tiene un documento que le acredita estar al día en el cumplimiento de la
obligación tributaria, no se le podrían determinar diferencias de impuestos.
Como muchos de los impuestos son periódicos pudiera pensarse que los tres últimos
recibos hacen presumir el pago de los periodos anteriores, por aplicación del artículo 1.570
del Código Civil; sin embargo el artículo 49, inciso segundo, del Código Tributario deja esa
disposición sin efecto, en esta materia, al disponer que los tres últimos recibos de pago de un
determinado impuesto no hace presumir el pago de períodos o cuotas anteriores. Esta norma
tiene su contrapartida, en el inciso primero del mismo artículo que impide a Tesorería, hoy
instituciones financieras autorizadas, negarse a recibir el pago de un impuesto por adeudarse
uno o más períodos anteriores.
G) Derechos del sujeto pasivo de la obligación tributaria, cuando ha existido un pago
excesivo.
a) Dispone el artículo 126 del C.T. que puede pedirse la devolución de sumas pagadas
doblemente, en exceso o indebidamente a título de impuestos, reajustes, intereses y
multas, así como también aquellos ordenados por una ley de fomento o que establezca
franquicias tributarias.
Esta solicitud debe presentarse dentro del plazo de tres años contado desde el acto o
hecho que le sirva de fundamento.
b) Puede también el contribuyente, de acuerdo a lo establecido en el artículo 51 del C.T.,
pedir que las cantidades que correspondan a pagos indebidos o en exceso de lo
adeudado a título de impuestos ingresen en Tesorería en calidad de pagos provisionales
de impuestos, pudiendo imputarse tanto a impuestos adeudados, en ese momento, como
a los que puedan adeudarse en el futuro.
c) Transcurrido el plazo referido es posible que el contribuyente pueda utilizar, al menos
parcialmente el supuesto pago excesivo, pero sólo en la medida en que se reúnan las
condicionantes indicadas en el artículo 127 del C.T., a saber:
- El S.I.I. ha realizado una liquidación-reliquidación dice el Código; liquidación que
puede realizarse en plazos superiores a los tres años en virtud de los artículos 200, 63
y 11 del C.T.
- El contribuyente reclama de esa liquidación efectuada sobre hechos más allá de los
tres años.
- Dentro del plazo para reclamar puede también solicitar la rectificación de las
declaraciones o pagos de impuestos correspondientes al período reliquidado; período
que comprende todos los años tributarios o todo el espacio de tiempo que comprende
la revisión practicada por el Servicio.
- Pero esta reclamación y rectificación no puede dar lugar, en caso alguno, a la
devolución de impuestos sino sólo a la compensación de las cantidades determinadas
en su contra. Queda explicado con esto la utilización de la frase “al menos
parcialmente”, pues si el crédito del contribuyente es mayor que el del Fisco, el
excedente a favor del contribuyente pasará definitivamente a engrosar las arcas
fiscales.
¿Cómo se devuelven o imputan esas sumas pagadas doblemente o en exceso? La
respuesta la entrega el artículo 57 del C.T. según el cual se imputa reajustada, en el mismo
porcentaje que haya experimentado el índice de precios al consumidor, en el período
comprendido entre el último día del segundo mes que precede al de su ingreso en arcas
fiscales y el último día del segundo mes anterior a la fecha en que la Tesorería efectúe el
pago o imputación.
Excepcionalmente la devolución o imputación se hará con interés del 0.5% por mes
completo, cuando:
- el pago se realizó en virtud de una liquidación, practicada de oficio por el S.I.I.,
- el contribuyente reclamó de esa liquidación, y
- la sentencia acogió el reclamo.
H) Efectos del no pago oportuno y completo.
Las consecuencias de no pagar oportunamente los impuestos son: la aplicación de
reajustes, intereses y multas; cobro ejecutivo y apremio.
a) Reajustes. Según el artículo 53 todo impuesto o contribución que no se pague dentro del
plazo legal se reajustará de acuerdo a la variación que haya experimentado el IPC en el
período comprendido entre el último día del segundo mes que precede al de su
vencimiento y el último día del segundo mes que precede al de su pago.
Agrega el artículo 53, en su inciso segundo, que los impuestos pagados fuera de plazo,
pero dentro del mismo mes calendario de su vencimiento, no serán objeto de reajuste.
b) Intereses.
El mismo artículo 53, inciso tercero, obliga al contribuyente a pagar de un interés penal
del 1,5% por cada mes o fracción de mes, en caso de mora en el pago del todo o de la
parte que adeudare de cualquier clase de impuestos y contribuciones; interés que se
calculará sobre los valores reajustados en la forma referida.
El reajuste e interés que hemos analizado no se aplica cuando el atraso en el pago se
haya debido a causa imputable a los Servicios de Impuestos Internos o Tesorería, lo cual
deberá ser declarado por el respectivo Director Regional o Tesorero Provincial, en su caso.
Según el Servicio de Impuestos Internos la acción u omisión de dichos Servicios debe
ser de tal entidad que imposibilite al contribuyente dar cumplimiento oportuno a su obligación
tributaria, situación que no se produce en los casos en que hay retardo o atraso en la
liquidación de diferencias de impuestos que el contribuyente ha estado obligado a declarar y
pagar, ni tampoco en la demora con que se tramiten los reclamos de tales liquidaciones.
La razón estaría en el hecho de que, tratándose de impuestos que deben ser
declarados y pagados por el contribuyente en el plazo establecido en la ley respectiva, debe
hacerlo en forma correcta y completa y si así no lo hace, la tardanza en efectuar la
liquidación o demora en el procedimiento de reclamo, no es atribuible al Servicio de
Impuestos Internos, sino al contribuyente que no confeccionó su declaración en conformidad
a la ley.
Condonación de intereses. Esta materia la reglamentan los artículos 6° letra B N° 4 y
56 del Código Tributario, según los que los Directores Regionales podrán condonar total o
parcialmente los intereses en las situaciones siguientes:
- cuando resultando impuestos adeudados en virtud de una fiscalización, el contribuyente o
el responsable del impuesto probaren que han procedido con antecedentes que hagan
excusable la omisión en que hubiera incurrido.
- cuando se trate de impuestos sujetos a declaración y el contribuyente o el responsable de
los mismos se autodenuncie voluntariamente presentando la declaración omitida o una
complementaria que arroje mayores impuestos y pruebe que ha procedido con
antecedentes que hagan excusable la omisión en que hubiere incurrido.
- cuando los intereses penales se hubieren originado por causa no imputable al
contribuyente.
- cuando el Servicio de Impuestos Internos incurre en error al girar un impuesto, en cuyo
caso la condonación es obligatoria hasta el último día del mes en que se curse el giro
definitivo; debemos entender el mes en que se cursa, aquel en que se notifica al
contribuyente.
c) Multas.
Según la mayoría la falta de cumplimiento oportuno de la obligación tributaria no acarrea
sanción alguna, salvo en el caso específico sancionado en el N° 11 del Artículo 97 del
Código Tributario.
La práctica puede ser diferente por cuanto el no pago oportuno de los impuestos forma
parte del tipo de otra conducta ilícita, principalmente la sancionada en el N° 2 del artículo
97 del C.T.
d) El apremio y cobro ejecutivo
Estas tienen en común ser formas coactivas que obligan a cumplir con la obligación
tributaria y la ejecuta el Servicio de Tesorerías a través del procedimiento denominado
cobro ejecutivo de las obligaciones tributarias de dinero establecido en el título V del Libro
III del Código Tributario (arts. 168 y sgts.).

II.- PRESCRIPCION.
El legislador, en materia tributaria, al igual que en todo nuestro ordenamiento jurídico,
ha privilegiado la seguridad jurídica, dejando la justicia en un segundo plano; es por ello, que
ha reglamentado la prescripción como una forma de extinguir la acción del Fisco contra el
contribuyente moroso, consistente en el simple transcurso del tiempo.
El punto fundamental, en esta forma de extinción de la obligación tributaria, está dado
por el plazo que debe cumplirse para que la obligación se encuentre prescrita. Este plazo
está determinado en el artículo 201 del Código Tributario.
A.- Plazo de prescripción; regla general.
El artículo 201 del Código Tributario nos dice que la acción del Fisco para perseguir el
pago de los impuestos, intereses y demás recargos, prescribirá en los mismos plazos
señalados en el artículo 200 y computados en la misma forma.
Esto significa que, por regla general, Tesorería tendrá un plazo de tres años contados
desde la expiración del plazo legal en que debió efectuarse el pago.
B.- Plazo de prescripción Excepción: en la misma disposición encontramos la primera
excepción que tiene lugar en los impuestos sujetos a declaración, es decir, los que deben ser
pagados previa declaración del contribuyente o del responsable del impuesto, en que el
plazo de prescripción es de seis años cuando la declaración no se presentó o bien se
presentó, pero fue maliciosamente falsa.
C.- Plazo de prescripción real, en la práctica.
En la práctica, los plazos de prescripción van de la mano de los que tiene el Servicio
de Impuestos Internos, para fiscalizar al contribuyente, pero, en forma distinta a la señalada
expresamente por la ley y que acabamos de exponer.
Los plazos de prescripción para ejercer la acción de cobro comenzarán realmente a
partir de la fecha en que se notifique el giro al contribuyente y serán siempre de tres años.
Pero si el plazo lo contamos desde la fecha en que debió efectuarse el pago puede
alcanzar hasta 9 años y cuatro meses; esto puede suceder si un contribuyente no presenta
declaración o la presentada fuere maliciosamente falsa, en cuyo caso el Servicio de
Impuestos Internos tiene un plazo de 6 años para fiscalizar; ahora bien, ese plazo puede
ampliarse en tres meses, según lo dispone el artículo 63 del C.T., cuando el contribuyente ha
sido citado y si el contribuyente obtiene prórroga para contestar la citación que puede ser
hasta de un mes, el plazo de prescripción aumenta en los mismos términos que la prórroga;
en consecuencia, el Servicio puede girar hasta en el plazo de 6 años y cuatro meses; si
notifica ese giro y Tesorería tendrá tres años más para proceder al cobro y sólo vencido este
plazo -hemos llegado a 9 años y cuatro meses- habrá prescrito la acción del Fisco para
cobrar forzadamente la deuda tributaria. Incluso puede ausentarse o renovarse por tres
meses más, cuando el funcionario de Correos no encuentre, en su domicilio, al contribuyente
que debe ser notificado por carta certificada o no retiren la enviada a la casilla o apartado
postal en el plazo de quince días, contados desde su envío.
D.- Interrupción de la prescripción.
El mismo artículo 201 señala tres causales de interrupción de la prescripción; las tres
tienen como base la realización de alguna actividad por parte bien del acreedor, bien del
deudor, lo que es propio de la interrupción de la prescripción, desde el momento que ésta se
basa en el transcurso del tiempo y en la inactividad de acreedor y deudor; producido el acto
interruptor, comienza un nuevo plazo de acuerdo a la normativa de cada caso.
Los hechos que interrumpen la prescripción son:
a) Desde que intervenga reconocimiento u obligación escrita.
Se trata de una aceptación o reconocimiento de la obligación efectuada por escrito; en
consecuencia no existe reconocimiento tácito o implícito. A modo de ejemplo se puede
señalar, si el contribuyente hace un abono a cuenta del impuesto adeudado, solicita la
condonación de intereses al Director Regional o suscribe un convenio de pago sobre
impuestos morosos o pide que se le gire un impuesto o presenta una declaración que no
presentó en su oportunidad o corrige la declaración maliciosamente falsa que presentó.
Interrumpida que sea la prescripción, comienza a correr la de largo tiempo del artículo
2515 del Código Civil, según el cual el plazo es en general de tres años para las acciones
ejecutivas y de cinco para las ordinarias; la acción ejecutiva se convierte en ordinaria por
el lapso de tres años y convertida en ordinaria dura dos años más.
b) Desde que intervenga notificación administrativa de un giro o liquidación.
Se trata de dos actuaciones del Servicio de Impuestos Internos del proceso de
fiscalización.
Interrumpida la prescripción por la notificación legal referida, empieza a correr un nuevo
plazo que será de tres años, que a su vez puede interrumpirse, bien por reconocimiento u
obligación escrita, que vimos anteriormente, bien por requerimiento judicial, que
analizaremos a continuación.
c) Desde que intervenga requerimiento judicial.
Este hecho se configura cuando el Fisco, a través de Tesorería, inicia el cobro ejecutivo
según las normas del Título V, del Libro III del Código.
Aquí el Código Tributario no señala un nuevo plazo que empiece a correr, como en las
dos situaciones anteriores. La razón es sencilla y general en nuestro ordenamiento
jurídico; requerido de pago el contribuyente moroso, comienza el procedimiento
pertinente, dentro del cual no cabe la institución de la prescripción y la inactividad del
demandante (Fisco) puede sancionarse por la vía del abandono del procedimiento, sin
perjuicio de que recientemente la Corte Suprema ha señalado que una vez firme y
ejecutoriada la sentencia en el procedimiento ejecutivo de cobro comienza a correr
nuevamente un plazo de prescripción de 3 años, ya que en caso contrario estaríamos
ante una deuda imprescriptible, y la imprescriptibilidad reviste carácter excepcional y debe
fundarse en el texto expreso de la ley, lo que evidentemente no ocurre en el presente
caso.
E.- Suspensión de los plazos de prescripción
a) El inciso final del artículo en estudio, dice que los plazos de prescripción se suspenderán
durante el período en que el Servicio esté impedido, según lo dispone el inciso segundo
del artículo 24, de girar la totalidad o parte de los impuestos comprendidos en una
liquidación cuyas partidas o elementos hayan sido objeto de una reclamación tributaria.
Esto significa que notificada que sea una liquidación de impuestos se suspende el plazo
de prescripción que estaba corriendo hasta que haya transcurrido el plazo de 90 días, si
el contribuyente no ha reclamado contra dicha liquidación o, si ha presentado reclamo,
hasta que el Tribunal Tributario Aduanero haya dictado sentencia de primera instancia
sobre la reclamación presentada.
b) Un segundo caso de suspensión lo establece el N° 16 del artículo 97 del C.T. y está
relacionada con la pérdida o inutilización de libros de contabilidad y documentos
soportantes de la contabilidad. Según dicha norma, la pérdida o inutilización de los libros
de contabilidad suspende la prescripción del artículo 200, desde la fecha de la pérdida o
inutilización, hasta la fecha en que los libros legalmente reconstituidos queden a
disposición del Servicio.
Obviamente esta suspensión impedirá la prescripción de la obligación tributaria sólo en
forma indirecta, es decir, en cuanto favorezca al Servicio de Impuestos Internos para
efectos de notificar una liquidación o giro.
c) El artículo 103 del D.L. 824 sobre Impuesto a la Renta contiene una tercera causal de
suspensión de la prescripción, señalando que la prescripción de las actuaciones del Fisco
por impuesto se suspende en caso que el contribuyente se ausente del país por el tiempo
que dure la ausencia. Pero, transcurridos diez años no se tomará en cuenta esa
suspensión, en otros términos, transcurrido el plazo de diez años la obligación tributaria
se encontraría prescrita.
Atendida la ubicación de la norma, dentro de la Ley de Impuesto a la Renta, nos parece
necesario señalar que, a nuestro entender, la norma es de aplicación general, en materia
tributaria, pues el legislador emplea el término "impuesto", sin ninguna otra especificación
limitante; por lo tanto, se refiere a toda clase de impuestos, estén en dicha ley o en otra.

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