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Integrantes:
PÁEZ BAHAMONDE GIOVANNI PAUL
PALLO LASLUISA KAREN ESTEFANÍA
PARRA PARRA DIANA REBECA
Paralelo: P7 Hmil
2020 - 2021
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
Objetivo General:
Objetivos específicos:
La enfermedad tromboembólica venosa puede ser una complicación mortal del paciente con
patología medica aguda severa que se hospitaliza, o puede complicar el curso de un paciente
hospitalizado; incluso puede presentarse en pacientes ambulatorios. Su frecuencia se
incrementa en edad avanzada; además se ha demostrado que la profilaxis farmacológica es
efectiva y segura. (1)
Ésta es una entidad que engloba 3 entidades: La trombosis venosa profunda (TVP), la embolia
pulmonar (EP) o tromboembolismo pulmonar (TEP) y la hipertensión pulmonar
tromboembólica crónica (HPTEC). Por lo tanto, estas son manifestaciones de una misma
enfermedad, que es la enfermedad tromboembólica venosa (ETEV), y pueden aparecer aislada
o conjuntamente. (2) (3)
Las localizaciones más frecuentes son las extremidades inferiores, aunque pueden originarse
en cualquier localización como venas suprahepáticas (síndrome de Budd Chiari), vena porta,
venas mesentéricas, renales, subclavias, yugulares, senos venosos cerebrales, etc. (2)
La mayor complicación de una trombosis venosa profunda es que podría desalojar el coágulo
y viajar a los pulmones, causando una embolia pulmonar. Por lo tanto, la trombosis venosa
profunda es una emergencia médica que si está presente en la extremidad inferior hay un 3%
de probabilidad de que sea letal para el individuo. (1)
EPIDEMIOLOGÍA
En las practicas hospitalarias los estudios pos mortem, sugieren que esta patología causa 10%
de muertes y contribuyen con una muerte ulterior de 15%. Aunque en la comunidad, la
prevalencia varia con la edad entre 1 en 10.000 y 1 en 1.000 por año sobre todo en pacientes >
55 años. (2) (4)
Uno de cada tres pacientes con TVP desarrolla complicaciones postrombóticas dentro de los
cinco años. Se estima que esta entidad afecta entre el 17 a 50% de los pacientes que han
padecido una trombosis venosa profunda de los miembros inferiores. (1)
Pasar por el quirófano, por la misma cirugía o por la inmovilización que conlleva el
postoperatorio, es un factor de riesgo de trombosis y de embolia pulmonar. Las intervenciones
que con mayor frecuencia se acompañan de ETV son las de cirugía ortopédicas: prótesis de
cadera o rodilla, fractura de fémur y similares, que abarcan un 30% de los casos. Le siguen la
cirugía oncológica (15%), digestiva (13%), genitourinaria (10%) y la neurocirugía (inferior al
10%). (5)
Un estudio en la ciudad de Quito concluye que la morbilidad causada por trombosis venosa
profunda aguda después de tromboprofilaxis es baja (0,9%). Así mismo, la prevalencia de
factores de riesgo para tromboembolia venosa es elevada y llega hasta 76% en pacientes
ingresados en hospitalización, en donde solo la mitad recibió medidas profilácticas. (7)
ETIOLOGÍA
FACTORES DE RIESGO
Dentro de los factores de riesgo para desarrollar estas patologías destacan los períodos de
inmovilización, pacientes sometidos a grandes cirugías y pacientes cursando una patología
oncológica. (6)
Existen diversos factores que justifican el mayor riesgo de tromboembolismo en pacientes con
cáncer:
• Estado de hipercoagulabilidad por secreción de sustancias procoagulantes.
• Compresión y/o invasión tumoral de estructuras vasculares.
• Utilización de catéteres venosos centrales.
• Terapia hormonal (tamoxifeno) o fármacos quimioterápicos (talidomida, bevacizumab)
(8)
El cáncer se asocia a un doble riesgo de TVP, y a 3 veces más riesgo de desarrollar un TEP
fatal, esto según el tipo de cáncer destacando principalmente el cáncer de cerebro,
adenocarcinoma de ovario, cáncer de páncreas, colon, estómago, pulmón, próstata y riñón. (6)
ESTRATIFICACIÓN DE RIESGO
En base a la posibilidad de desarrollar una ETV según las características del paciente y riesgo
de sangrado:
RIESGO BAJO
▪ Pacientes menores de 40 años sin factores de riesgo sometidos a cirugía menor.
RIESGO MODERADO
▪ Cirugía menor más factores de riesgo.
▪ Cirugía menor en pacientes de 40 a 60 años.
▪ Cirugía mayor en pacientes menores de 40 años sin factores de riesgo.
RIESGO ALTO
▪ Cirugía menor en mayores de 60 años.
▪ Cirugía mayor en menores de 40 con factores de riesgo.
RIESGO MUY ALTO
▪ Cirugía mayor en paciente sobre 40 años.
▪ Cirugía mayor y múltiples factores de riesgo.
▪ Cirugía traumatológica y ortopédica.
▪ Pacientes oncológicos.
(1)
Las técnicas quirúrgicas con invasión mínima se podrían considerar teóricamente menos
trombogénicas que la cirugía mediante laparotomía, pues tienen la ventaja de causar menor
daño hístico y parálisis intestinal que la cirugía abierta, lo que resulta en menor dolor en la zona
de incisión y la posibilidad de deambulación precoz. (6)
FISIOPATOLOGÍA
Un trombo es una masa sólida compuesta de plaquetas y fibrina con unos cuantos glóbulos
rojos y blancos atrapados que se forman dentro de un vaso sanguíneo. (7)
Los trombos venosos requieren un ambiente óptimo para formarse, y generalmente lo hacen en
situaciones de estasis, baja tensión de oxígeno y regulación positiva de los genes
proinflamatorios. A medida que el coágulo se propaga, se produce la extensión proximal, que
puede desalojar o fragmentar y embolizar a las arterias pulmonares. (7)
Detener una hemorragia tras un daño vascular es esencial para la vida (hemostasis). En el caso
de una TVP, se deben tener en cuenta a más de los factores de riesgo, aspectos referentes a la
triada de Virchow. (9)
• Hipercoagulabilidad sanguínea
• Lesión endotelial
• Estasis sanguínea
Las alteraciones en la velocidad del flujo sanguíneo, propician lesiones a nivel subendotelial
de los vasos, que predispone la adhesión y la génesis de trombos sanguíneos. (9)
La trombosis venosa tiende a ocurrir en áreas con flujo sanguíneo disminuido o alterado
mecánicamente, como los bolsillos adyacentes a las válvulas en las venas profundas de la
pierna, a continuación, presenta un microambiente hipercoagulable que puede regular
negativamente ciertas proteínas antitrombótica y cuando aumenta la proporción de
procoagulantes a anticoagulantes constituye un riesgo de formación de trombos. (10)
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Los signos y síntomas del TEV no son los mismos para todos. A veces, el TEV no causa
síntomas hasta que ocurren complicaciones graves. (12)
La trombosis venosa profunda puede causar lo siguiente alrededor del área de un coágulo de
sangre:
• Edema
• Dolor o sensibilidad unilateral
• Aumento de la temperatura, calambres o dolor en el área que está hinchada o
irritada, generalmente la pantorrilla o el muslo
• Piel roja o descolorida
• Dilatación venosa superficial
El dolor es el dato más constante y el primero en aparecer, pero es muy poco específico.
Los signos y los síntomas menos comunes de embolia pulmonar pueden incluir tos, con o sin
sangre; sentimientos de ansiedad o temor; aturdimiento o desmayo; y sudoración.
DIAGNÓSTICO
Los síntomas, signos y otros factores de riesgo clínico. Aunque son útiles para levantar la
sospecha clínica de TVP, estos factores no pueden utilizarse individualmente para confirmar
o excluir el diagnóstico. (4)
En ambas escalas un riesgo moderado a alto: TEV probable, riesgo bajo: TEV no probable
Métodos Diagnósticos
• Dímero D
Productos de degradación de la fibrina y se incrementan en cualquier condición con un aumento
de la formación de fibrina, como trombosis venosa. El valor normal es hasta 500 ug/l o 0,5 g/l,
en presencia de TVP estará elevado, ésta es una prueba con alta sensibilidad de 95%. Está
limitada por su baja especificidad (35% - 55%), y los falsos positivos son comunes, ya que
muchas otras afecciones producen niveles aumentados de dímero D, que incluyen infección,
cáncer y embarazo. La edad avanzada también se asocia con concentraciones basales de dímero
D más altas. (13) La tasa de falsos positivos se puede reducir utilizando un umbral del dímero
D ajustado por edad, calculado como la edad del paciente multiplicado por 10 ng/ml (unidades
equivalentes de fibrinógeno) para pacientes mayores de 50 años. (4)
Ecografía venosa
WLUS proporciona un examen más extenso, donde se escanea toda la red de venas profundas
de la pierna desde la vena femoral común hasta las venas distales. Aunque tanto CUS como
WLUS son seguros para excluir la sospecha de TVP sintomática. La CUS es más rápida, más
simple. (13)
La combinación de la ecografía y el Doppler a color permite analizar la luz del vaso y valorar
el flujo venoso; ambas técnicas son complementarias y mejoran la rentabilidad. La sensibilidad
de la ecografía-Doppler en el territorio venoso proximal alcanza un 95% en las TVP
sintomáticas, con una especificidad de un 98%; pero en caso de trombosis distales, la
sensibilidad de la prueba es muy baja (40%) (14)
Evita radiación ionizante y contraste intravenoso que proporciona una ventaja teórica sobre
CTPA. Pero en un 19% de los casos su capacidad de uso en el diagnóstico de EP suele estar
limitada. (4)
Algoritmo diagnóstico
Pacientes con riesgo moderado utilizar ecografía, en caso de que sea negativa, no existe
diagnóstico que lo justifique, repetir en una semana. (15)
Pacientes con riesgo alto, iniciar evaluación con ecografía venosa, y repetir en una semana en
caso de ser negativa. (15)
TROMBOPROFILAXIS
Dentro de los farmacológicos están las heparinas de bajo peso molecular (HBPM) son la piedra
angular de la profilaxis primaria farmacológica del TEV. Los pentasacáridos sintéticos
(fondaparinux) son una alternativa profiláctica, probablemente superior, en los pacientes
sometidos a cirugía ortopédica.
Se recomienda su empleo primariamente en los pacientes con alto riesgo de sangrado (grado
1A) o como complemento de la tromboprofilaxis farmacológica.
Su misión es reducir la dilatación de las venas en los músculos a nivel proximal. Su perfil de
presión óptimo es de 14-18 mmHg en el tobillo. Siempre debe emplearse la talla adecuada y
evitando pliegues, y no hay que usarlas en pacientes con arteriopatía periférica, neuropatía
periférica o lesiones cutáneas como dermatitis. Son útiles en pacientes de riesgo bajo y
moderado. Pueden asociarse a tromboprofilaxis farmacológica en los pacientes de alto riesgo.
Cuando ingrese en la unidad, el paciente que utilizará MCG debe ser cuidadosamente evaluado,
se debe medir la longitud y perímetro (distal y proximal) de sus miembros inferiores, para
realizar una correcta elección del tamaño de las medias a emplear, medir la distancia desde el
pliegue del glúteo hasta el talón, circunferencia a nivel de la zona más gruesa de la pantorrilla,
circunferencia del muslo a nivel del surco del glúteo. Hay de pierna entera o de media pierna,
pero debe llegar idealmente al menos hasta la rodilla.
Deben ser colocadas el día de la intervención antes de bajar a quirófano al menos 2 horas antes,
una vez que se haya aseado el paciente con la piel bien seca.
Este procedimiento debe repetirse en el paciente que desarrolla edema post operatorio, para
efectuar el ajuste de tamaño según corresponda. En los pacientes con cirugía bariátrica, volver
a poner las medias (SE UTILIZAN HASTA EL ALTA HOSPITALARIA). Se recomienda
indicar su utilización tanto de día como de noche hasta que el paciente recupere la movilidad
de manera significativa. Valorar en los demás pacientes que no han realizado deambulación
precoz, la permanencia de las mismas.
Las MCG deben removerse diariamente para higienizar e inspeccionar la condición de la piel.
Si el paciente presenta reducción de movilidad significativa, deterioro de la integridad de la
barrera cutánea o déficit sensorial, sugerimos inspeccionar la piel 2 o 3 veces por día,
particularmente en la región distal a las rodillas y en las prominencias óseas.
Debemos discontinuar su uso si el paciente presenta aumento de la temperatura local, trastornos
en la coloración cutánea, dolor o disconfort. Recomendamos educar al paciente y a sus
cuidadores sobre la técnica adecuada del uso de las MCG para mejorar su eficacia y evitar
complicaciones.
Resultan más eficaces que las medias elásticas. Emplearemos este método en pacientes de
riesgo moderado o alto. No presentan eventos secundarios significativos y son una alternativa
en los pacientes con riesgo de sangrado.
Consiste en un dispositivo médico formado por una bomba de aire que genera presión sobre la
superficie corporal comprimiendo de distal a proximal mediante botas inflables, van a simular
el efecto de la contracción muscular, su misión es aumentar el flujo venoso aferente o reducir
la insuficiencia venosa.
Se recomienda que los pacientes utilicen estos dispositivos la mayor parte del día (idealmente
18 horas diarias), cuando estén inmovilizados en cama o sentados en una silla. No deben
indicarse si existen antecedentes de alergia a los compuestos utilizados en el material.
CONSIDERACIONES
Antes de indicar cualquier medida de profilaxis mecánica debemos descartar condiciones que
contraindiquen su utilización, como por ejemplo enfermedad arterial periférica, antecedentes
de revascularización con técnica de By-Pass, neuropatía periférica, dolor de los miembros
inferiores, alteraciones locales de los miembros inferiores (infección local de herida, dermatitis,
gangrena, úlceras, heridas abiertas de la piel, TVP injerto de piel reciente, etc.), alergia
conocida al material del dispositivo, o alteraciones anatómicas de los miembros inferiores.
2. TROMBOPROFILAXIS FARMACOLÓGICA
Si la dosis de HNF es profiláctica a 5000 unidades por vía subcutánea cada 8 o 12 h no tiene restricciones
para la anestesia regional, colocación y retirada de catéter epidural o inyecciones espinales.
CONCLUSIONES
• Respecto a los factores de riesgo, destaca una mayor tasa de a afección en pacientes de
• La estratificación de riesgo resulta primordial para tener una mejor perspectiva sobre
• Las HBPM son la base de la profilaxis de esta patología. Un manejo certero y oportuno
en estos pacientes.
BIBLIOGRAFÍA
1 NIH. Tromboembolismo Venoso. [Online].; 2018 [cited 2021 02 13. Available from:
2 https://www.nhlbi.nih.gov/health-topics/espanol/tromboembolismo-venoso.
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