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Tomando en consideración que un gran número de viviendas construidas en el país son de mampostería
y que estas se construyeron de manera informal y a través del proceso denominado autoconstrucción,
sin ningún tipo de apoyo por parte de profesionales del área, por lo tanto estas viviendas no cumplen
con las normas mínimas de cálculo estructural tanto de acero como de concreto (normas COVENIN
1753, 1756, 1618), siendo la mayoría viviendas donde la mampostería funge como elemento de soporte
de las cargas. Estas viviendas de mampostería estructural no están diseñadas para que tal fin, es decir, la
mampostería y sus elementos confinantes o de refuerzo, en caso de que los haya, no han sido diseñados
para soportar las cargas actuales de la edificación ni su comportamiento ante un evento sísmico, lo cual
genera una amenaza ante un evento sísmico.
Existen antecedentes en Latinoamérica de como reforzar viviendas de construcción popular para evitar
el desplome de la vivienda o parte de ella y tener un mejor control de daños, estas propuestas de Perú
México, Argentina y de Venezuela, permiten un refuerzo rápido y barato de las viviendas y por ende
sirven de base para el desarrollo de la línea de investigación presentada, pero a esto se debe añadir la
realidad venezolana en su contexto económico y cultural donde en los sector más pobres no hay
suficiente dinero como para comprar materiales de primera calidad o contratar especialistas de
construcción para reforzar la vivienda.
Por esto se plantea una investigación que arroje un método fácil y barato de refuerzo de viviendas que
pueda ser adoptado en todo el país y que cualquier ciudadano pueda usarlo y reducir las vulnerabilidad
de su vivienda, claro está que este elemento de refuerzo debe cumplir con todos los estudios que
certifiquen su uso como un elemento reductor de daños y es por eso que debe pasar principalmente por
ensayos de carga lateral alternante cíclica y su análisis a través de la disipación de energía siendo este el
principal elemento que logra medir la energía que puede disipar un sistema sin llegar al punto de
quiebre del mismo, de manera de obtener un diseño de elemento de refuerzo que de verdad pueda
ayudar a reducir la vulnerabilidad de estas estructuras de mampostería.