Está en la página 1de 4

ARGUMENTO DE AUTORIDAD

KAREN CANCHILA BARRIOS

ANDREA REBOLLEDO MACARENO

LOGICA ARISTOTELICA

LIC: NELSON BARROS CANTILLO

FILOSOFIA III SEMESTRE

GRUPO 1

07-04-2016
ARGUMENTO DE AUTORIDAD

Cuando un abogado alega en defensa de los intereses de sus representados,


refuerza sus alegatos citando autores o corporaciones de reconocido prestigio en
el campo que es materia de controversia o disquisición. Pero cuando hacen estas
citas no solo refuerza sus afirmaciones si no que también el opositor no solo
tendrá la tarea de combatirlo directamente si no que a su vez se verá enfrentado a
una situación más compleja puesto que tendrá que desvirtuar lo dicho o escrito por
la autoridad invocada.

Citar autoridades de prestigio tiene como ventaja que al momento de hacerlo


ejerce una determinada fascinación sobre el ánimo de quien no es experto en la
materia dilucidada, en parte por la necesidad que tenemos todos de confiar en
alguna autoridad, una persona reconocida nacional o quizá a nivel mundial y en
parte por la admiración que despierta en quien ostenta tales conocimientos lo que
provoca que en ocasiones el auditorio resulte positivamente impresionado en
presencia de palabras que no entiende del todo, pero que le comunican, por la
jerarquía de quien las profiere, la confianza de los verosímil.

En el ámbito judicial, los abogados suelen citar como autoridades las


jurisprudencias de los tribunales y las teorías desarrolladas por los doctrinantes
pero nos concentraremos un poco más en las primeras porque estas sirven para
aterrizar un argumento en el horizonte propio del tema que se debate. En este
sentido la jurisprudencia muestra en particular el punto de vista de jueces
altamente calificados para pronunciarse sobre el caso controvertido. Cabe
mencionar que también suelen hacerse citas técnicas para ilustrar una opinión que
se desea proponer o para reforzar una objeción que se quiere adelantar, esta
clase de autoridades vendrían siendo expertos periciales muy precisos como
dactiloscopistas, psiquiatras forenses, médicos legistas, etc.

Una recomendación para el abogado seria que no pretendiera él mismo ser un


experto cuando maneje la terminología de quien sí lo es, pues pudiera ocurrirle
que perdiera por impúdica e injustificada pedantería lo que ha ganado
retóricamente, lo que si le toca hacer sobre todo cuando sé es abogado litigante,
es adherir al juicio del experto que mejor se acomode al resultado procesal que se
persigue sin importar lo verdadero o falso de su concepto. Puede ocurrir que, el
abogado mismo sea una autoridad en la materia debatida, circunstancia que no
debe ser desaprovechada para mostrarse como tal, emitiendo puntuales juicios
expertos sobre el tema o recurriendo a la cita de sus propios libros. Pero debe
hacerlo cuidadosamente para que sea buen recibida por parte del auditorio, el
orador debe prevenirse en lo que respecta al cuándo y al como en el uso de esta
estrategia de seducción forense.
En el ámbito de las ciencias las citas de autoridades, hay que saber distinguir las
citas que son puntualmente científicas de las que se han hecho célebre como
aforismos de alcance general. La ventaja de las primeras reside en su
especificidad; la de las segundas, en su universalidad. Hay que tener en cuenta
también que la ciencia no siempre produce verdades y las verdades no son
siempre producidas por la ciencia. El testimonio de un ponente puede ser
verdadero sin ser científico y el dictamen de un forense puede ser falso aunque
sea científico. En la práctica la única verdad que tiene que interesar al litigante es
la que presta un servicio, las verdades que perjudican el interés que se representa
debe ser, dentro lo posible, ocultadas, disminuidas o desvirtuadas.

Por consiguiente existen también, ciencias falsas y falsas ciencias. Las primeras
son científicas, debido a las características del método, la configuración de sus
teorías y los componentes matemáticos que las informan y son falsas porque los
resultados de probar sus conjeturas han sido adversos a sus expectativas o
rebasados completamente por la historia. Las segundas son falsas en el sentido
de ser impuestas o imitaciones fraudulentas de la verdadera ciencia, y por ello
mismo, no son ciencia. Por lo tanto el jurista debe ser precavido para que no le
suceda y no confunda estas concepciones

Existe pues, en esta misma dirección falacia de autoridad, la cual se da cuando


se invoca como autoridad a quien no lo es en el tema controvertido, cuando se cita
inadecuadamente a quien no es una autoridad en la materia y cuando se
pretende resolver una controversia con una cita de autoridad que es en general
pertinente al asunto disputado, pero que no alude al problema en particular que se
investiga.

En este mismo sentido, hay argumento de autoridad y falacia de autoridad cuando


de lo que se trata al citar debida o indebidamente las palabras de un autor según
sea respectivamente el caso, no es el intento de solucionar una controversia, si no
el propósito de fortalecer un punto de vista. En efecto, la mayoría de veces las
teorías y opiniones de los expertos no son invocadas para resolver problemas,
zanjar diferencias o golpear erísticamente al adversario, si no para afirmar el lado
más vulnerable o consolidar el argumento más potente de alguna tesis que se
desea sostener frente al auditorio.

Los debates jurídicos que dan lugar a citas y falacias de autoridad pueden versar,
entre otros asuntos, sobre cuestiones normativas, sobre comprobaciones
empíricas asociadas a una investigación o sobre controversias axiológicas
referidas a la administración de justicia. Tales citas de autoridad jurídicas son
refuerzos de una tesis en defensa de una idea, pero no pruebas propiamente
dichas; cuando se pretende que el juicio del experto incida en el panorama
probatorio del proceso, hay que traerlo a la litis en el momento procesal
debidamente establecido por la ley.

Por último pero no menos importante se debe tener en cuenta otro punto, y es la
distinción que debe hacerse entre cita textual y paráfrasis. La primera entraña la
relación detallada de la obra que se desea traer a colación , nombre completo del
autor, título del libro o revista, editor, fecha y lugar de publicación, numero de
pagina que contiene la oración o párrafo seleccionado, etc. La segunda consiste
en una idea, reflexión, teoría o pensamiento expresado por una celebridad en un
dominio del saber humano, que el orador forense reproduce con sus propias
palabras.

Algunos ejemplos donde se plasma evidentemente el argumento de autoridad son:

1) Sócrates, merecedor para algunos de la pena de muerte que padeció, hubo


de ejercer, en parte, el derecho de litigiar en causa propia con alegatos
fundados en la autoridad del dios Apolo, quien habría delegado en él, por
intermedio del Oráculo de Delfos, la empinada función de fiscalizar y
mejorar la condición moral de los varones atenienses. Frente a la autoridad
suprema del estado que le procesaba por supuesto acto impío adverso a la
majestad de Apolo y Palas Atenea, por entonces deidades tutelares de la
ciudad—estado. Sócrates anteponía el argumento extremo de la
inmarcesible palabra del mismo Apolo a favor suyo. La estrategia. Osada y
extrema, no surtió efecto esperado pero ha servido para ilustrar que en la
praxis forense del siglo de Pericles hasta los dioses del Olimpo podían ser
objeto de citas de autoridad.

2) Otro ejemplo más cotidiano de argumento de autoridad podría ser cuando


un joven se quiere ir de fiesta, salir a la calle, etc... el papá le dice que no
puede salir porque él es la autoridad en la casa y no le da permiso de salir y
mucho menos está de acuerdo con que ande en la calle y que tiene que
acatar las reglas impuestas por él, inmediatamente el joven acata la orden
porque fue impuesta por una autoridad superior a él, en este caso, su papá.
De este modo el papá acude al argumento de autoridad para apelar la
postura de su hijo, en este caso la autoridad que el invoca seria él mismo.

Para concluir de manera breve, las citas de autoridad, sean falaces o no,
son estrategias retoricas para fortalecer un punto de vista o debilitar otro.

También podría gustarte