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Los Espias Industriales - Sargen - FULGEN - Lam.alba
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Y el Sargento Velmez
Capítulo 1
Elvira, salió del hotel, para dirigirse a su empresa, tenía que hacer
acto de presencia, y dar alguna explicación que otra a sus jefes, como
no la apetecía mucho conducir, cogió el metro, al fin y al cabo, solo
serían cuatro paradas, y solo en buscar aparcamiento para su coche,
habría perdido más tiempo que, utilizando el transporte público. Sacó
un billete de la máquina expendedora, y se dirigió a pasar los tornos
de entrada al metro, ella seguía pensando en la verborrea que la
soltaría su jefe, y no se percató de que alguien la seguía los pasos,
baja al andén y espera la llegada del tren. Una voz de repente, la
amenaza. La estoy apuntando con una pistola, si no hace lo que yo la
diga, dispararé. Sobresaltada, Elvira no se atreve ni a girarse, solo
nota como dentro del bolsillo de la chaqueta de su interlocutor, algo
duro la está apretando en la zona lumbar. Sentémonos en ese banco.
Ordenó y la asustada Elvira, obedeció sin rechistar, al tiempo que se
sentaba, pregunta. ¿Quién es usted? ¿Qué quiere? El aludido,
contesta en voz baja, casi inaudible, acercando su boca, al oído de
Elvira. Tengo que recuperar uno o dos CDs, y en su apartamento, no
están. Oiga, yo no sé nada de ningún CD, han matado a mi amiga, han
explosionado mi apartamento, yo no sé de qué está hablando, y si no
se nada, poco le puedo decir. Su amiga, tenía que hacer un
intercambio en su domicilio, con el hombre que la acompañaba esa
noche, pero no se llegó a realizar, y tampoco sabemos nada de su
paradero, sabemos que actualmente, está viviendo en el hotel que está
cerca de la comisaria, si mañana por la tarde, no sabemos nada de los
CDs, lo pasará usted muy mal, y si cuenta esta conversación a la
policía, me veré obligado a matarla. Pregunte a ese sargento que se
hace cargo de la investigación, quizás él pueda dar alguna pista de
donde están los CDs, si no los tiene ya la policía, en su poder. Tenga
este número de teléfono, y si sabe algo llámeme, de lo contrario, será
mejor para usted, que yo no me cruce en su camino. Y acto seguido, se
levantó del asiento y se alejó por uno de los pasillos del metropolitano.