Está en la página 1de 4

Los términos creatividad, innovación y emprendimiento son tres palabras que suelen

confundirse a diario, pero la verdad es que comprender donde yace la diferencia es


vital para poner en práctica cualquiera de estos términos.

Para destacarse tanto como persona como profesional, es importante combinar


estos tres aspectos para así desarrollar un espíritu amplio que contribuya a un
mejor manejo de los recursos internos.

Conoce a continuación que implican la creatividad, la innovación y el


emprendimiento.

1.    Creatividad

Esta palabra está fuertemente asociada con el crear. Según la RAE, crear implica
“producir algo de la nada”. Esto significa dar nacimiento a algo nuevo.
Normalmente la creatividad se asocia al mundo artístico-cultural, pero puede darse
más allá de él.

Ser o no ser creativo puede definirse entonces como la capacidad con la que
cuentan algunas personas por inventar nuevos elementos que, por alguna razón, se
diferencian del resto.

2.    Innovación

La innovación es una actividad sumamente ligada al cambio. Este cambio no tiene


por qué ser significativo, pero implica una muestra de renovación.

Puede tratarse de un cambio tanto en la esencia como en la estética de un producto,


proceso o servicio.

Un innovador suele mirar el mercado para satisfacerlo, por lo que la innovación se


entendería como un proceso que puede partir con una idea para culminar con un
nuevo producto o un producto mejorado que se ha logrado introducir en el mercado.

3.    Emprendimiento

Esta palabra implica una connotación más económica vinculada al inicio de una
nueva actividad conducente a crear valor, y que por tanto, mira hacia el mercado.

Todo emprendedor siempre tiene algo que perder, ya que vive su vida arriesgando.
Puede asociarse también con el ser aventurero y con dejar todo por un objetivo.

Innovación vs. creatividad vs. Emprendimiento: tres términos que a veces se


confunden

oct 19, 13 • Creatividad, Definición, Emprendedores, Innovación • No Comments •


Read More »

Hay tres términos que suelen usarse de forma indistinta pero que, en realidad, tienen
definiciones muy diferentes: innovación, creatividad y emprendimiento.

La creatividad es la habilidad de procesar información para crear ideas u objetos


originales. Es producto de la imaginación, con la que se crea todo aquello que no
existía y que puede llegar a ser una realidad. Así pues, es el uso productivo de la
imaginación. Por tanto, y de acuerdo a mi definición de innovación en la que se unen
invención más comercialización, la creatividad juega un rol muy importante en la
primera parte. Es decir, para conseguir desarrollar cosas nuevas, debemos ser
creativos. Claro que, una cosa es pensar en nuevas ideas —ser creativos— y otra
muy distinta hacer cosas nuevas, llevarlas a la práctica —ser innovadores—.
La creatividad, como parte del proceso de innovación, también se puede aprender,
fomentar y facilitar. Así pues, huyamos del mito que dice que no todos somos
creativos y que sólo algunos genios generan nuevas ideas.

Los otros dos términos que muchas veces se usan de forma conjunta, a pesar de ser
diferentes, son innovación y emprendimiento. Emprendimiento es una palabra que
procede del francés entrepreneur y que significa pionero. Ésta se refiere tanto a la
capacidad para alcanzar una meta o un objetivo, como a aquella persona que
arranca un nuevo proyecto o empresa. Muchos de los grandes emprendedores de
hoy en día, fundadores de empresas que admiramos y cuyos productos adoramos,
personas como Steve Jobs de Apple o Jeff Bezos, el creador de Amazon, han sido
también grandes innovadores, creando nuevos y revolucionarios productos que no
sólo nos han fascinado, sino que también han contribuido a que cambiemos nuestro
modo de hacer las cosas.

Sin embargo, no todos los emprendedores son necesariamente innovadores. El


cocinero que decide establecerse por su cuenta y abrir su propio restaurante es un
emprendedor, pero no necesariamente un innovador ya que puede que su
restaurante, por bien que funcione y buena que sea la comida, no haya inventado
nada nuevo y se dedique a servir paella o decida montar una franquicia. Siguiendo
con el paralelismo de la cocina, una definición que me encanta es la que le he oído
comentar a Ferran Adrià en alguna ocasión sobre qué cocineros son o no
innovadores. Según Ferran, un buen cocinero es alguien que ejecuta muy bien una
receta conocida, por ejemplo una paella, mientras que un cocinero creativo es aquel
que consigue modificar una receta conocida y le aporta un grado de diferenciación.
Por ejemplo, el otro día probé una paella con huevo frito que estaba verdaderamente
deliciosa, por extraño que parezca. Sin embargo, un cocinero verdaderamente
innovador es alguien que se inventa nuevas técnicas, como Ferran en su día inventó
la deconstrucción o la esferificación, que hoy son tan populares entre los cocineros
de vanguardia. Como podéis ver, ser un cocinero emprendedor que se lanza a la
aventura de crear su propio restaurante requiere de unas habilidades muy diferentes
a las de un cocinero que inventa nuevas técnicas de cocina.

Obviamente, la innovación es un proceso que requiere que el equipo tenga un


espíritu emprendedor, pero tener en él a un emprendedor no innovador no garantiza
el éxito.

También podría gustarte