EVAMUÑOZ RAYA

ENRIQUE J.NOGUERAS VALDIVIESO

(eds.)

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ERA MUY ACU<;IOSO EN ALLEGAREL SABER».
1 STUDIA PHILOLOGICA IN HONOREM

li JUAN PAREDES
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GRANADA
2019
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PRESENTACIÓN.................................................................................. 11

JUAN PAREDES. NOTAS PARA UNA SEMBLANZA (UNAS POCAS PALABRAS

VERDADERAS) .............................................................................. 13

BIBLIOGRAFÍA DEL PROF. JUAN PAREDES NÚÑEZ................................ 21

CONTRIBUCIONES

CUATRO TEXTOS ITALIANOS SOBRE EL COMPORTAMIENTO EN LA MESA:

DE ÜRFINO DA Lom A GIOVANNI SuLPIZIO VEROLANO ................... 41
CarlosAlvary GuillermoAlvar Nuño

TRISTÁN E [SOLDA: PARTICULARIDADES DE UNA VERSIÓN ESLAVA........... 61

MinaApic

MAIS FORr;ARON-MI os OLHOS MEUS E O BON PARECERDOS SEUS... O¡osQUE

ENAMORAN, o¡osQUE AMAN. VOLVIENDO A OsoIR'EANEs ..................... 81
Mariña Arbor

]ACOBO DE CESSOLIS, DE LUDO SCACHORUM EN ROMANCE. UN NUEVO

© LOS AUTORES MANUSCRITO CASTELLANO DEL S. XV.................................................. 97

© UNIVERSIDAD DE GRANADA GemmaAvenoza
«ET ERA MUY ACU<;:IOSO EN ALLEGAR EL SABER».
STUDIA PHILOLOGICA IN HONOREM JUAN PAREDES 'MoRIANA ........... ................ .... ................ .......................... .............. 119
ISBN: 978-84-338-6567-0. Depósito legal: Gr./1571-2019 Vicenf Beltran
Edita: Editorial Universidad de Granada
Campus Universitario de Cartuja. 18071 Granada TRAZAS
DE EJEMPLOS y PROVERBIOS EN DE EL CONDE LUCANOR EN EL
Maquetación: Raquel L. Serrano. atticusediciones@gmail.com VICTORIAL.......................................................................................... 133
Diseño de cubierta: Tarma. estudio gráfico RafaelBeltrdn

EL EXEMPLUM DE LAS EDADES DEL MUNDO EN LOS CASTIGOS DEL REY

DON SANCHO w.........................................................................
153
Printed in Spain Impreso en España Hugo Bizzarri

MuJEREs CELESTINESCAS EN LA RoMA DEL s. XVII (Ms.CoRSINI 625) .... 167

Cualquier for'.11ªde reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo
puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. PatriziaBotta
 EL EXEMPLUM DE LAS EDADES DEL MUNDO EN
LOS CASTIGOS DEL REY DON SANCHO IV"-

THE EXEMPLUM OF THE AGE OF THE WORLD IN

THE CASTIGOS DEL REY DON SANCHO IV

HuGo o. B1zZARru
Université de Fribourg

RESUMEN
La Edad Media realizó una division del tiempo en seis edades o épocas, tomando como
base el texto bíblico y ciertos pasajes de las obras de San Agustín. Este concepto sirvió para
la redacción de historias universales, como la que hiw Alfonso X en la Generalestcria,o de
enciclopedias, como la de Brunetto Latini. Este artículo estudia cómo en los Castigosdel rey
don SanchoIV se convierte esta forma de división de la historia en un exemplumhistórico con
el objetivo de enseñar el origen de la monarquía.
PALABRAS CLAVE; Sancho N; Edad Media; Exempla; monarquía.

ABsTRACT
The Middle Ages divided time into six ages or epochs, based on the biblical text and
certain passages from the works of St. Augustine. This concept served for the writing of
universal stories, such as the one made by Alfonso X in the GeneralEstoria,or encyclopedias
such as that of Brunetto Latini. This article studies how in the Castigosdel reydon SanchoIV
this form of division of history becomes a historical exemplum with the aim of teaching the
origin of the monarchy.
KEYWoRDs: Sancho N; Middle Age; Exempla; monarchy.

El capítulo x de los Castigosdel reydon SanchoIV es uno de los que mejor

muestra el estado 'precario' en que nos ha llegado el texto. Para este pasaje
prefiero hablar de 'estado precario' y no 'defectuoso', pues no podemos saber
si ello es consecuencia de una accidentada transmisión textual o de una ela-
boración in progressque no llegó a su resultado final 1• Ello hizo que la tradi-
ción siguiera malinterpretando el texto. Así, el subarquetipo B, representado
por los manuscritos de la Biblioteca Nacional de España 6603 (sigla B) y
3995 (sigla C), separa en capítulos diferentes la parte inicial del capítulo x
que habla de manera teórica de la obediencia del resto del capítulo que trae
su ejemplificación. La primera se ocupa del origen de los reyes: "Capitulo x.

* Este trabajo se enmarca en un proyecto de investigación dedicado al Exemplum

histórico, en el marco de los proyectos del lnstitut d'Études Médiévales de la Universidad de
Friburgo.
l. He explicado esto en las páginas introductorias de mi edición (Bizzarri, 2001: 7-67).
 Sroo1A PHILOLOGICA IN HONOREM J VAN PAREDES
De commo comen~ron a reynar los reyes e los prins;ipes e de las hedades
dellos" (ms. C). La segunda es una comparación del reino con las abejas:
"Capitulo xm. De las abejas de commo sirven e onrran a su sennor, lo qual
es enxenplo a las gentes del mundo" (ms. C). Dejo de lado los problemas
textuales de los cuales ya he hablado, para concentrarme ahora en la historia
de uno de esos exempla,el conocido como el de las 'Edades del mundo'.
1. LAS 'EDADES , aunque el santo sevillano se detiene en la llegada de Cristo y, por tanto, habla
DEL MUNDO : UNA MANERA DE COMPRENDER LA HISTORIA
La redacción de crónicas universales obligó a la fragmentación del tiem-
po en períodos más o menos amplios e individualizados. ¿Cómo estructu-
rar esa sucesión de episodios que supone la narración de los hechos de un
período más o menos extenso? A lo largo de toda la Edad Media se puede
observar que no se encontró una única forma de segmentación de la historia
que conviniera a todos. La división del tiempo se vio envuelta en una con-
cepción global del devenir histórico de la humanidad, desde Adán al mo-
mento presente. El texto bíblico ofrecía pautas para realizar esa división. En
I Co~intios 15: 21-22 se divide la historia de la humanidad en dos períodos:
la caida con Adán y la resurrección con Cristo. La visión de Daniel 7: 1-8
(visión) Y 15-28 (interpretación) hablaba de la sucesión de cuatro reinados
s~mbolizados en la imagen de cuatro bestias enormes: el babilónico, el egip-
e:
cio, persa y el macedoneo. La visión de Nabucodonosor (Daniel 2: 31-35)
descn~e una estatua eno~i_ne_deoro, plata, bronce y arcilla pulverizada por
una piedra que fue tambien mterpretada como una sucesión de reinos que
marca la llegada de uno último, indestructible. A diferencia del Nuevo Tes-
tamento que consideraba sólo la caída y la resurrección, el Viejo Testamento
segmentaba la historia en cuatro reinados sucesivos: la caída de uno daba
paso al siguiente.
. F_ueSan Agustín quien estableció una periodización más orgánica de la
histona. En su tratado De Trinitate (Migne, 184 lc: IV, 4-7) distinguió tres
grandes edades: ante legem, sub legey sub gratia2 • Sin embargo, más éxito
tuvo una segunda división que explicó en su obra De GenesicontraManicheos
(Migne, 1841a: I, 23-25): una periodización de seis edades, basándose en los
seis días de la creación y comparándola con las seis edades del hombre 3. La
. 2.' "H~c _sen~riu_mnumerum quamdam temporis gerere figuram, etiam in illa racione
trtpart1tae d1~tr1but1omsagnoscimus, qua unum tempus computamus ante legem; alterum,
sub lege; tertmm, sub gracia" De Trinitate (Migne, 1841c: 892-893).
. 3. Desde la Antigüedad, no ha habido un único esquema para medir las etapas de la
vida del hombre. Los esquemas propuestos la dividieron en tres, cuatro y seis edades. Este
e 154>
H UGO BIZZARRJ
primera edad, de Adán a Noé, la asimila a la infancia; la _segunda,desde N?é
a Abraham, a la puerilidad; la tercera, de Abraham a David, a la adolescencia;
la cuarta, de David al exilio en Babilonia, a la juventud; la quinta, del exilio
a la llegada de Cristo, al ocaso de la juventud; la sexta, de la llegada de Cristo
a nuestro tiempo, a la senectud. San Agustín alude a una séptima que hasta
ahora no ha llegado y que compara al ocaso de la vida 4 • Esta segunda forma
de ver la historia fue recogida por San Isidoro en sus Etimologías(v, 39),
una vez más de seis edades.
No es posible que sigamos aquí el desarrollo de esta idea, tomada y
reformulada por muchos autores, como Beda, Otto de Freising o Julián de
Toledo (Schmidt, 1955-1956, Guenée, 1980: 147-165; Baura García, 2012
y Schmitt, 2016: 475-501). Bástenos destacar que Vicente de Beauvais en su
Speculumhistoria/emezcló ambos sistemas, el isidoriano y el veterotestamen-
tario, al desarrollar estas seis edades del mundo sobre la base de la sucesión de
reinos conocidos. Sus fuentes fueron la Biblia, San Isidoro y textos históricos,
como Flavio Josefo y Eusebio. El Libro I narra el período comprendido en
el Génesis; los Libros II-In se prolongan hasta el cautiverio de Babilonia;
los Libros IV-VI relatan los imperios persa, egipcio y macedoneo; los Libros
vn-xxxn el imperio romano y el Libro xxxm abarca el tiempo presente del
emperador Federico n (Schmitt, 2016: 491-494). «Ecce tempora sextae ae-
tatis vsque ad praesentem annum summatum perstringendo descripsi, que
est annus Christianisimi Regis nostri Luduvici 18» (Vicentius Bellovacensis,
1965: 1323), finaliza precisando el enciclopedista.
2. EL CONCEPTO DE LAS 'EDADES DEL MUNDO' EN LA OBRA ALFONSÍ
Esta forma de estructurar la historia sobre la base de la sucesión de im-
perios es la que se halla en la historiografía castellana. El lazo no es muy
difícil de hacer si se recuerda que este libro estaba en la cámara regia del rey
Sabio. Pero, como sucede en muchas secciones de sus crónicas, Alfonso no
conoció una única forma de medir el tiempo, sino varias y trató de conci-
liarlas en sus obras. Alfonso retoma la división de la historia de Vicente de
último esquema parte de I Corintios 1O:11 y fue transmtida por San Agustín'. San lsido~o.
Sobre esta temática, remito, al volumen de Dubois y Zink (1992) y al traba¡o de Schmm
(2007).
4. De Genesi contra Manicheos, 1, cap. 23, (Migne, 1841a: 190-193). En De civitate Dei
(xx, cap. 23) retoma la visión de Daniel aunque da una sucesión diferentes de reinados: sirio,
persa, macedoneo y romano (Migne, 1841b: 694-696).
<155>
 STUDIA PHILOLOGICA IN HONOREM JUAN PAREDES
Beauvais, aunque tampoco desdeña la propuesta agustiniana -en la General
estoriaalude al comienzo o fin de cada edad- ni la veterotestarnentaria.
En la Estoriade Españaoptó por un sistema mixto: la sucesión de em-
peradores para el caso de la historia romana y de señoríos para el perí~do
posterior; a ello le sumó el sistema de anales: cada capítulo relata lo sucedido
en un año de reinado. No deja, sin embargo, de servirse de Daniel:
Quatro son las partes del mundo segund los sabios amigos las nom-
braron: Orient, Occident, Septentrion, Mediodia; e segund aquesto fue-
ron quatro los emperios que sennorearon el mundo: el primero de Babi-
lonia a parte dOrient en el tiempo del rey Nino; el segundo a parte de
Mediodia en Affrica, en Carthago la grand, en tiempo de la reyna Dido;
el tercero de Macedonia a parte de Septention en el tiempo dAlexandre; el
quarto en Roma a parte dOccident en tiempo de Julio Cezar (Menéndez
Pidal, 1977: I, 15).
En esta crónica Alfonso no se vio necesitado de recurrir a la división del
tiempo en seis edades, pues los hechos que narra entran de lleno en la última.
No por ello era un conocimiento que le fuera extraño; prueba de ello es la
extensa digresión del capítulo 151, cuando narra el nacimiento de Cristo:
E saber que en este anno en que el Nuestro Sennor Ihesu Cristo
nascio, fue acabada la quima edat et se comern;:ola sexta. Mas por que
1 fasta aquí no auino razon en este libro de fablar de las edades, por ende
cuenta aquí la escoria dellas, et muestra que cosa es edat, et quantas son.
Los sanctas padres et los reyes et los grandes sabios, quando acaescie en
el mundo algun grand fecho et estranno et que numqua aun acaesciera,
fazien en el departimiento de tiempo, et llamauan edat al tiempo passado
et edat a lo por uenir; e a aquellos tiempos tales assi departidos, no los
llamauan edades por que sean eguales dannos, ca lo no son, ca en unos a
mas et en otros menos, mas por que duraua cada una grand tiempo, et por
los grandes fechos et sennalados que acaescien en el departimiento dellas.
E de tales acaescimientos granados auinieran ya cinco ante dest anno en
que Nuestro Sennor nascio, et por ende eran passadas cinco edades; ca en
el comienc;:ode la primera, fue criado el mundo et Adam fecho; e en el de
la segunda, fue el diluuio de Noe et la grand archa en que escapo; en el de
la tercera, que se aparto yent a llamar un Dios et a circumcidar se, et esto es
Abraam; en el de la quarta, que ouieron rey por ungimiento el consagrado,
et este fue el rey Dauid; en el de la quinta, que fue catiuada toda una yente
et la su tierra yerma et el regnado perdudo, et esto en el rey Sedechias; et
en el comienc;:ode la sexta, que pario Sancta Maria que fue uirgen ante
que pariesse et parriendo et despues, que fue una de las mayores marauillas
que pudiessen seer. Mas del comienc;:odesta sexta edat departen en muchas
maneras los que fizieron las escorias et algunos de los otros sabios; ca los
e 1561
H UGO BIZZARRI
unos dizen que se comenc;:oel día que Nuestro Sennor nascio; otros, el
dia que fue bateado, et esto por la fuerc;:aque el puso entonce en las aguas
quando bateo en ellas, que les dio poder de fazer a nos nascer otra uegada
et de destroyr el peccado original con que todos nascemos que heredamos
de Adam, et perdemos lo en el baptismo; otros, que se comenc;:oen el día
de la passion del dello pora los que meresciessenyr alla. Mas cuerno quier
que digan los unos et los otros, todos los mas acuerdan que se comenc;:o
esta sexta edat en el día de la nascencia de Nuestro Sennor, et dalli conto
siempre la eglesia depues aca todos los fechos granados et las cosas que de
contar ouo; e otrossi esta estoria daqui adelante todauia pone este cuento
en los fechos de cada anno dessouno con los otros que de suso oyestes. E
sabet que aqueste anno en que Nuestro Sennor Ihesu Cristo nascio et en
que se comenc;:ola sexta edat, fue a cinco mil et nouaenta et nueue annos
que el mundo fue criado et Adam fecho el se comenc;:ola primera edat, e a
dos mu! e dozientos e cinquaema et cinco que fuera el diliuio et escapara
Noe en ell archa, e a mil et nouecientos et ochaenta et tres dell apartamien-
tto de la ley que se comenc;:oen la circumcision de Abraam, et a nueuecien-
tos et quarenta et tres que el rey Dauid comenc;:oa regnar, e a quatrocien-
tos et saessenta et nueue que el rey Sedechias fue leuado catiuo a Babilonia
con todo el pueblo de Israel et se comenc;:ola quima edat, e del regno de
Octauiano et de Herodes et de la era a tantos cuerno dessuso oyestes en el
comienc;:o<lestecapitulo (Menéndez Pidal, 1977: 1, 108-109).
Este largo pasaje es óptimo para comprender el concepto de tiempo en
Alfonso. Una edad es un período marcado por un hecho significativo, corno
el diluvio en la segunda edad o la circuncisión de Abrahán en la tercera o
el ungimiento de David en la cuarta. Alfonso, que tanto se interesó por la
historia pagana, en el momento de segmentar el tiempo en edades se vale
pura y exclusivamente de la historia sagrada. Pero, a pesar de que Alfonso
acepte la división augustiniana del tiempo en seis edades, no renuncia a su
datación precisa por anales. Por eso, especifica el controvertido comienzo de
la sexta edad con los diversos calendarios. Corno bien ha señalado Francisco
Rico (1984: 73-74), "Alfonso hace un intento de singularizar cada edad, de
caracterizarla con unos rasgos definitorios" 5 •
Un papel más importante juegan las Edades del mundo en la General
estoria,ya que, al tratarse de una historia universal, la división del tiempo
se transforma en una macro-estructura narrativa. Alfonso no hace aquí una
descripción detallada de cada una de ellas corno en el pasaje antes citado de
la Estoria de España, pero alude a ellas constantemente: "Las razones de la
5. Remito, sin embargo, a la lectura de todo el apartado titulado "Tiempos y edades"
(pp. 67-84).
e 157 1
 STUDIA PHILOLOGICA IN HONOREM J VAN PAREDES
primera de las seis edades del mundo se acaban. Agora diremos de las de la
segunda'' (Sánchez Prieto-Borja, 2009: 1, n, p. 41), ''Assi como se acabo la
segunda edat del mundo en Tare, assi se comenc;:oesta tercera en Abraham"
(Sánchez Prieto-Borja, 2009: 1, 1v, p. 155); etc. No deja de aludir Alfonso
a la comparación de las Edades del mundo con las Edades del hombre: "En
este tiempo d'este Tare, como en signo de las contiendas e batallas que avien
a venir en la tercera edat, como cuando los orones comienc;:anen la su tercera
edad, a la que dizen adolescencia [... ]" (Sánchez Prieto-Borja, 2009: i, 111,p.
138). Pero el concepto de edad está en esta obra de Alfonso subsumido a otra
partición más general de la historia que denomina los 'tres tiempos':
[... ] ca dicho vos avernos ya como los sanctos padres de la nuestra ley
partieron en esta razon el tiempo del comiern;:odel mundo fasta'! cabo en
tres tiempos, maguer que las edades d' ellos son seis, mas non se estorva lo
uno d'esto por lo al. E al primero tiempo d'estos que fue de Adam fasta
Moisen el! año en que esta ley fue dada llamaron tiempo d'ante de la ley; e
d' este año de Moisen fastall año en que Nuestro Señor Jesucristo nascio de
sancta Maria o aun al de la su passion, dixieron el tiempo de la ley; e de la
encarnacion de Nuestro Señor Jesucristo o de la su passion fasta cabo del
mundo o fasta que la ley de Cristo durare o fasta cuando Dios quisiere es
el tiempo de la gracia, en que no fiw gracia El Cristo Dios que yendo nos
derechamientre por los enseñamientos de la ley que El emendo e eñadio
podamos nos por la su encarnacion e la su passion e la su resurreccion e la
su sobida al cielo ir derechamiencre a la gloria del su paraiso sin decender
a los infiernos, lo que non era en el tiempo de la ley nin d'antes. E en re-
membranya d'esta passada le fazemos nos y! onramos esta fiesta de Pascua
(Sánchez Prieto-Borja, 2009, i, II, p. 287-288).
La concepción agustiniana del tiempo transita toda esta obra de Alfonso
x, aunque no es obligado que la haya tomado del santo de Hipona. Muchos
historiadores, Eusebio entre ellos, le ofrecían este material. Dada la impor-
tancia que en la obra posee la Biblia, no iba a descartar Alfonso ni la división
del tiempo en cuatro imperios sucesivos (1, 111,cap. xxx, p. 145-148) de la
visión de Daniel 7, ni la sucesión de generaciones, aspecto que articula el
tiempo con el desarrollo de la humanidad.
Las crónicas posteriores, especialmente las de Ferrán Sánchez de Valla-
dolid, tratando la historia particular de un rey, sólo se valieron del recurso
de anales. Pero López de Ayala siguió este sistema, señalando que al final
de cada año colocará referencias a lo sucedido en otros reinados, promesa
que luego raramente cumple. Con el tiempo esta división cayó en desu-
so. Así Diego de Valera escribió su Crónicade los reyesCatólicos(Carriazo,
1927) como un continuum en donde las precisiones temporales escasean o
son muy ambiguas. Frases como "en este tienpo ... ", "e a poco despues desto
< 158 1
H UGO BIZZARRI
hecho ... ", "en tanto que estas cosas pasavan ... ", etc. pueblan el relato. La
Suma de los reyesdel DespenseroUardin, 2013) organiza su narración como
una sucesión de reinados donde cada capítulo se inicia con una frase formu-
laria en que se menciona la muerte del rey y la entronización del siguiente
("e luego que fue muerto ese rey alc;:aronpor rey ... "). Los reinados, por otra
parte, son condensados sin muchas precisiones cronológicas. Cada crónica,
pues, eligió su forma de división de la historia que podía ir desde una regular
especificación hasta la ambigüedad mayor.
3. ÜTROS MEDIOS DE DIFUSIÓN DEL MOTIVO
El tema de las Edades del mundo no estuvo ausente en las enciclopedias.
De hecho, ella fue tenida en cuenta por Brunetto Latini, uno de los enci-
clopedistas que más influyó en los 'científicos sabios' de Sancho IV. Latini
retoma en su descripción de las Edades del mundo el concepto de señorío.
Por eso, pone especial cuidado en su Libro del tesoro(Lib. 1, caps. 19-43) en
relatar los reinos que nacieron en cada una de las edades. Destaca en los orí-
genes de la humanidad la supremacía de dos reinos por sobre todos los otros,
el de los sirios y el de los romanos:
Dos regnos fueron en la tierra prinyipalmente, que de alteza & de
fortaleza e de nobleza & de señorio sobrepujaron todos los otros, en tal
manera que los otros reyes & regnos fueron sogeptos a estos dos. El regno
uno fue el regno de los asirianos -prinyipalmente, et despues de los roma-
nos (Baldwin, 1989: 20).
En Latini vemos expuesta una vez más la idea isidoriana de las seis eda-
des del mundo:
Sabed que las edades del sieglo son seys: la primera desde Adan fasta
Noe; la segunda desde Noe fasta Abraan; la teryera desde Abraan fasta
Davit; la quarta desde Davit fasta! tienpo de Faran, quando el destroyo a
Jerusalen & priso los judios; la 5ª fue desde estonye fasta el nayimiento de
Ihesu Christo; la 6ª es agora desde que vino Ihesu Christo fasta la fin del
mundo (Baldwin, 1989: 20).
El sabio florentino describe cada edad "por que non podemos contar
de los reyes sy non dezimos los linajes del primer onbre"
derecha nec;:enc;:ia
(Baldwin, 1989: 20). Como Vicente de Beauvais, retoma la idea de Daniel
7 de la sucesión de reinados. La historia de la humanidad es en sus orígenes
una sucesión de linajes de donde luego nacieron los reinos. En la primera
<159>
 SrumA PHILOLOGICA IN HONOREM JUAN PAREDES
edad, la descendencia de Adán desembocó en Noé y, a partir de él, con la
distribución del mundo a sus tres hijos (Asia a Sem, África a Cam y Europa a
Jafet), establecieron el origen de la repartición de la tierra. En la segunda edad
se desarrolló el reino de los sirios y egipcios. Se alzó en este período el primer
rey, el rey Niño, que fundó la ciudad de Nínive. En la tercera edad se desa-
rrolló el reinado del rey Niño, pero también sitúa en este período el comienzo
del imperio de Alejandro Magno y el de Nabucodonosor con la posesión de
Babilonia. La tercera edad es un período en el que se multiplican los reinados
hasta la fundación de Roma, el nacimiento del imperio romano y su poste-
rior descendencia en el de Francia. Menos importancia tienen para Latini las
restantes edades. En la cuarta ubica el reino de Salomón y la fundación del
templo de Jerusalem; en la quinta los romanos tuvieron su gran expansión
conquistando Germania, España y África. La sexta edad comenzó con Cristo
y se prolongará hasta el final de los tiempos. Ninguna de las ideas que expone
Latini son originalmente suyas. Detrás de su discurso se pueden advertir los
textos bíblicos, San Agustín e Isidoro, pero también Vicente de Beauvais.
Es posible que en esta época existiera ya en Castilla un tratado dedicado
exclusivamente a esta temática, me refiero a la obra De etatibus mundi, De
mundi aetatibuso Libro de etatibus del franciscano Juan Gil de Zamora. La
obra no se ha conservado y sólo se hallan referencias a ella que el mismo
Juan Gil hace en su De preconiisHispanie.El espíritu enciclopedista del fran-
ciscano hace probable su conocimiento de esta temática. Su viaje a Francia
hacia 1270, le facilitó familiarizarse con el Speculum Quadruplexde Vicente
de Beauvais. Su enlace con la corte alfonsí permitió estar al corriente de
los materiales que se utilizaban en la compilación de las crónicas alfonsíes 6 •
San Isidoro, un autor inexcusable para alguien de su formación, le ofreció
los materiales. En el capítulo 1 de su De preconiisHispanie, al hablar de los
primeros pobladores de España, finaliza afirmado: "Tertia etas incepit que
terminatur secundum lsidorum sub Saule primo rege Iudeorum" (Castro y
Castro, 1955: 9). Una única mención que sirve para testimoniar su conoci-
miento de la temática y unirlo a toda una tradición.
No sabemos cómo sería su De etatiusmundi, si es que realmente lo escri-
bió. Sin embargo, de las citas que hace Juan Gil se puede deducir en parte su
contenido. También Juan Gil debería unir el tema de las Edades del mundo
Y el de la sucesión de imperios, pues en el Libro 9 (cap. 6) señala que trata
suscintamente la vida de Alejandro Magno, es decir, el imperio macedoneo:
"In Libro quoque illustriumpersonarum ordinavimus illud ídem, ubi conti-
netur historia nobilissimiAlexandri; in libro vero De mundi etatibus tradidi
6. Sobre la obra de este autor, remito al libro de Ferrero Hernández (2009: 33-45).
<160)
H UGO BIZZARRI
hoc succinte" (Castro y Castro, 1955: 290). No será ajena a esta obra la
historia de España. En el Libro I (cap. 2) habla de sus primeros pobladores;
en el Libro VIII (cap. 6) de la invasión de los árabes y de su difícil reconquis-
ta: "Et de regibus omnibus prelibatis, et de civitatibus ab eis captis et etiam
populatis, et de mirificis victoriis usque in hodiernum diem divinitus sibi
datis in libro nostro De mundi etatibussatis sufficienter iuxta imbecillitatem
nostri ingenii, fuit dictum" (Castro y Castro, 1955: 234); tampoco debió de
estar ausente en este tratado la historia de los reyes castellanos, como indica
la alusión al episodio de Fernando I y su hija doña Urraca (Libro IX, cap. 11). l
l
Posiblemente el recorrido histórico llegaría hasta Alfonso x, según parece t
indicar en el Libro v (cap. 37): "De aliis vero Legionis et Castelle, Aragonie
et Navarre, ac Portugalie [... ] usque ad regem nobilem Aldefonsus, qui in
Regem Romanorum electum [... ] in libro nostro De mundi etatibus et De
viris illustribusfuit dictum" (Castro y Castro, 1955: 142-143). El resto del
tratado se nos hunde en el olvido.
La historia no fue un saber que fuera indiferente a Juan Gil; por tanto,
en su función de educador del futuro Sancho IV, su tratado o simplemente
su enseñanza pudieron ser una vertiente más, además de la alfonsí y la del
maestro Latini, para que esta temática pasara a las obras del rey Bravo.
J,
1
4. DE SIMPLE ESQUEMA CRONOLÓGICO A EXEMPLUM i
La idea de sucesión y transmisión de señoríos que desarrollan tanto las
crónicas alfonsíes como Latini influyó directamente sobre los 'científicos sa-
bios' del rey don Sancho, pues los Castigosdel reydon SanchoIV no se alejan
de esta perspectiva de la historia. Pero lo que hasta ahora, en cronistas, filó-
sofos, teólogos y tratadistas, era una forma de división del decurso temporal
o de estructuración del discurso histórico, en la obra del rey don Sancho se
transformó en un exemplum para justificar el servicio que los vasallos deben
al rey.
Se trata de un largo excursus en un capítulo que, como he dicho ante-
riormente, tiene fallas estructurales. El capítulo x de los Castigosdel rey don
SanchoIV expone la idea de señorío. Para Sancho este es un concepto natural,
pues fue Dios quien instituyó reyes en el mundo. Para demostrar esta idea,
coloca dos 'enxienplos', el de las Edades del mundo y el de la comparación
de la organización de las abejas con un reino. Hay que destacar que no hay
una buena articulación entre discurso doctrinal y exempla,hecho curioso en
una obra de una prosa marcadamente retórica y racionalista (Bizzarri, 2004:
65-67). Es posible que aquí estemos ante uno de los pasajes que no recibió
una redacción final.
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H UGO BIZZARRI

La falta de un regente que impusiera justicia hizo que en el mundo los

, Sancho pretende mostrar con estos exemp/,ala idea de señorío natural.
Por tanto, no le interesa desarrollar en detalle lo que pasó en cada edad, sino hombres sintieran la necesidad de contar con una autoridad superior que los
más bien la sucesión de reinados y la instauración de los reyes como represen- gobernara: "E veyendo e entendiendo los omnes que auian menester vno que
tantes de Dios. La primera edad, que delimita entre Adán y Noé, se caracte- fuese cabes;a por que todos los otros acatasen e temiesen en vna tierra que es
riza por la ausencia de reyes. Esa falta de una autoridad superior hizo que la llamada Siria, los asirianos de aquella tierra als;aron por rey a vno que dixie-
maldad se instaurara en el mundo. Para acabar con ella Dios ocasionó el dilu- ron Nirio" (Bizzarri, 2001: 132). La figura del rey se originó, pues, debido
vio. Sancho retrata esta edad como un período áureo en el cual la humanidad a su función justiciera 7• La tercera edad, de Abraham a David, se impuso el
no necesitaba ni de leyes ni de reyes. Se percibe por detrás la descripción que reino de los romanos que instauraron en el mundo el concepto de 'empera-
de esta misma edad hizo Alfonso en la Generalestoria(1, cap. 42): dor'. Se expandió entonces el concepto de señorío.
Hasta aquí la descripción de señoríos que hace Castigosdel rey don San-
General estoria Castigos choIV no se distancia de la tradición del tópico de las Edades del mundo: un
[ ... ] de las seis edades que dudemos del tiempo De Adam, que fue el primer omne, fasta
relato pautado por hechos de la historia universal. La descripción de la cuarta
que la primera tal era como oro. E esto dixo por en Noe fue la primera hedat. E en todo
los omnes d' essa primera edad del tiempo e del aquel tienpo non houo rey en el mun-
edad, la que se delimita entre David y Jesús, es absolutamente original, pues
mundo porque non sabien de mal ninguno nin do e la genera,;:ion de los omnes cres,;:ie se vuelca de lleno a la historia patria, tal vez bajo la influencia de Juan Gil de
buscavan a otre, nin avien heredades coño,;:udas mucho e estendieronse por las tierras del Zamora: se concentra en la descripción de los diversos señoríos de España,
nin otra cosa ninguna, nin ley nin fuero nin mundo, e a aquella sazon eran los omnes información que no puede proceder de otro lado que de la Estoriade España:
otro derecho ninguno si non aquel que es !la- muy santos e muy rezios e muy grandes.
"En esta quarta hedat entraron en Espanna a conquerir primera mente la
mado natural, e este derecho natural el prime- E commo non auian sobre si ningund
ro, e tan bien es entre las animalias de la tierra e mayoral a que temiesen, soltaronse a tierra e el sennorio de vna gente que llamaron Selingos e fezieron entre si
de las aguas e del! aer como entre los omnes. E dezir e a fazer quanto quisieron a volun- rey'' (Bizzarri, 2001: 13 7). Le siguen Alanos, Suevos y Vándalos. El pasaje de
de todos es comunalmientre, pero de cadauno tades de sus carrnes, e porque non auien Castigos"E despues leuantose otra gente contra aquellos, los quales ouieron
segund su natura. E en aquel tiempo los omnes en aquel tienpo quien gelo escarmentase. nonbre Huuandalos. E destos leuaron nonbre la tierrra Vandaluzia, la qual es
nin avien torres nin castiellos nin otras forta- E Dios, que es sennor sobre todos, ve-
agora llamada Andaluzia'' (Bizzarri, 2001: 138) es eco de la Estoriade España
lezas ningunas, nin cavallerias nin armas pora yendo los males que ellos fazien, matolos
ferir nin pora defenderse, nin lo avien mester, todos por el diliuuio del agua que non (cap. 367): "[ ... ] e daquella sazon adelante fue aquella prouincia Betica lla-
ca ninguno non apremiava al otro, e sin miedo escapo ninguno sinon Noe e su gene- mada del nombre daquellos vuandalos, que la ouieron por suerte, Vuandalia
ques oviessen unos a otros e sin toda premia se ra,;:ion por mandado de Dios en el arca. en latin, que quiere tanto dezir cuerno Andaluzia en el lenguage castellano"
guarda van fe e derecho e verdad e lealtad [ ... ] E Et aquí se acabo la primera hedat (Bizza- (Menéndez Pidal, 1977: 1,210). Todos estos reinos fueron reemplazados por
los omnes sabien ya mas que solien, e pesavales rri, 2001: 132-133).
los Godos que liberaron a España del dominio romano:
de las malas costumbres e vedavanlas (Sánchez
Prieto-Borja, 2009: 388-389).
Todas estas gentes fueron sennores de Espanna fasta d tienpo que el
En la segunda edad, de Noé hasta Abraham, surge la conciencia de la grand poder de los Godos venieron a ella e la entraron por fuer~ e la gana-
ron guerreando e matando e vens;iendo las otras gentes e fueron sennores
propiedad, lo que causa el enfrentamiento entre los hombres. Una vez más
della, e tiraron a Espanna del sennorio de Roma (Bizzarri, 2001: 138).
Sancho recurre a la Generalestoria(1, cap. 42):
General estoria Castigos Ahora cada época no está delimitada por personajes bíblicos, sino por
E pues que se acabo aquella primera edad e E porque en esta segunda hedat fueron los reyes godos, de Atanarigo a don Rodrigo. Una vez más se advierte la huella
entro la segunda edad regno el rey Jupiter, omnes labrando e aprendiendo muchas so-
de Alfonso: ese deseo de singularizar cada edad por acontecimientos o perso-
e estonces comen,;:aron ya las yentes a aver tilezas de las quales non vsauan en la pri-
heredades coño,;:udas e partidas por termi- mer hedat, venieron a auer ende riquezas.
nos, e fazer casas, e estajar regnos, e apar- E sobre aquellas riquezas ouieron a auer
tar señores, e mercar e vender e comprar e contienda entre si vnos con otros que los 7. Entre el fin de la segunda edad y comienzo de la tercera el manuscrito Biblioteca
arrendar e allegar e fazer fiaduras e otras ta- mayores e mas poderosos querien for,;:ar a Nacional de España 6659 (sigla A) adiciona material ejemplificatorio tomado de la Glosaal
les cosas como estas (Sánchez Prieto-Borja, los menores. E sobre esto leuantaronse ba- regimiento depríncipes de Fray Juan García de Castrojeriz; vid. texto en Marín Sánchez (2017:
2009: 389-390). rajas e muertes (Bizzarri, 2001: 133). 203-206).

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najes significativos. Finalizada esta edad, Sancho abandona la descripción de
las restantes para concluir brevemente: "E estos godos comen~ron en medio
del tienpo de la quarta hedat e acabaron en el comien~o de la sesta hedat. E
nos andamos agora en la setena hedat" (Bizzarri, 2001: 138). El número de
edades retrotrae el texto al esquema agustiniano.
Le sigue a este un segundo 'enxienplo' que Sancho caracteriza como
'semejanza', la comparación del reino con las abejas, que completa la idea de
por qué fueron hechos los reyes. Ambos pasajes no son para don Sancho un
discurso principal sino un apoyo a la idea general del capítulo: "Segund estas
razones que te yo he contadas, contaras en ellas que por tres cosas fueron fe-
chos los reyes" (Bizzarri, 2001: 140). Se trata, pues, de un 'enxienplo' de ma-
teria histórica que se singulariza de toda la tradición por el hecho de ser más
descriptivo que narrativo. Una estructura que, en la idea de Welter (1927:
100-1 O1), se acercaba más al exemplum natural que al histórico. Sancho en
este caso ha quebrado todos los esquemas: si bien el exemplum histórico es
esencialmente narrativo, en este caso la narración se reduce a un mínimo. El
texto retoma una estructura tradicional de la división del tiempo y la revita-
liza con información extraída de las crónicas alfonsíes. Pero la segmentación
del tiempo, los hechos significativos y singularizadores de cada edad no son
tampoco lo importante. Lo que le interesa a Sancho es ejemplificar cómo se
transmitió la idea de señorío, dejar en claro la necesidad de la existencia de
los reyes en la tierra. A semejanza de otros pasajes de esta obra, éste reafirma
la posición de la realeza, la necesidad de que "[ ... ] los vasallos deuen por
derecho seruir e obedes~er e guardar e honrrar al su rrey <lemas" (Bizzarri,
2001: 130).
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