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EL JARDIN DE EDEN 7

“CAMINANDO POR EL PRINCIPIO”


Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que
había formado.
(Gen. 2:8)
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo
labrara y lo guardase.
(Gen. 2:15)

LA ATMOSFERA DE UNA CASA


Cuando Dios plantó el huerto en Edén, y puso allí al hombre que había formado; allí el
hombre encontró un ambiente natural, ósea todo lo que necesitaba para su sustento, y para
su deleite, pero allí tambien encontró una atmosfera espiritual, ahora, Dios no solo la creó
esta atmosfera para Él, sino tambien para el hombre, por ser el hombre un espíritu, pero un
espíritu con un cuerpo.
Dios se sentía a gusto en esa atmosfera que había en el huerto, esa atmósfera era su misma
gloria, o la misma presencia manifiesta de Dios.
Lo que le quiero enseñar, es que después que Adán salió del huerto entró a otra atmosfera,
tanto en lo natural como en lo espiritual. En lo natural entra a un ambiente que está bajo
maldición, en lo espiritual encuentra una atmosfera donde opera el príncipe de la potestad
del aire.
(Efes. 2:2) En los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este
mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera
en los hijos de desobediencia.
Tenemos que saber que nuestra atmosfera natural, como la espiritual todavía no han sido
redimida de los efectos del pecado.
(2Cor. 12:2) Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el
cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el
tercer cielo.
(Apoc. 21:1) Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la
primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
Este nuevo cielo y nueva tierra no quiere decir, que son nuevos, ósea algo nunca visto, que es
la palabra griega “neo”, pero esta palabra “nuevo” en esta Escritura es “kaino” que quiere
decir “renovar”, “novedad”. Es aquí, cuando el cielo será redimido o liberado de la maldición,
ósea que todo volverá como era en el huerto antes del pecado.
(Gen. 2:15) Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al
hombre que había formado.
Solo el hombre regenerado, será puesto allí, ósea en una tierra nueva, una atmósfera nueva,
sin pecado, ni maldición, pero todavía no tenemos esa atmosfera renovada. Ahora, nosotros
como hijos de Dios tenemos que romper esas atmosfera contrarias, para establecer un
ambiente o una atmósfera edénica.
Una atmósfera edénica se estable con la santidad.
(Sal. 93:5) La santidad conviene a tu casa, Oh Jehová, por los siglos y para
siempre.
La casa a que se refiere aquí, es el templo físico del Antiguo Testamento, hoy la casa de Dios
son los creyentes, ósea nuestro cuerpo; pero nosotros que somos “casa de Dios”, vivimos en
una casa física, y tanto a nosotros como en nuestra casa nos conviene la santidad.
(Sal. 22:3) Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas (tejillâ= elogio) de tu
pueblo.
La definicion de elogio es el reconocimiento de los méritos o cualidades de una persona. Esto
hace referencia a una alabanza sea cantada, musicalizada o declarada; lo importante es el
elogiarlo a Él. Esto es provechoso o beneficioso para nuestra casa, porque le construimos a
Dios una atmósfera en donde Él se sentirá cómodo.
(Sal. 22:3) Pero tú eres santo, tú que habitas (yashab) entre las alabanzas de tu
pueblo.
“Habitar” es la palabra hebrea “yashab”, que quiere decir, sentarse, en quietud, morar,
permanecer, reposar, disfrutar = (Deleitarse, gozar, sentir satisfacción)

(Gen. 3:7) Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del
día; y el hombre y la mujer se escondieron.
Después que el hombre peca, Dios lo expulsa del huerto, ósea de su presencia, porque el
hombre ya no podía estar en la delante de la presencia de Dios, por eso, es que el huerto más
que ser un lugar era una atmósfera, era la misma gloria de Dios.
(1Cron. 13:14) Y el arca de Dios estuvo con la familia de Obed-edom, en su casa,
tres meses; y bendijo Jehová la casa de Obed-edom, y todo lo que tenía.
¿Usted sabe porque Dios bendijo la casa de Obed-Edom?
Porque Obed-Edom y su familia respetaban la presencia de Dios. Me imagino la presencia
que había en la casa de Obed- Edom. La presencia de Dios bendice nuestra casa.

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