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AN. VET. (MURCIA) 30: 45-61 (2014). CLASIFICACIÓN DE LA EPILEPSIA Y SÍNDROMES EPILÉPTICOS. PELLEGRINO, F. C.

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CLASIFICACIÓN DE LA EPILEPSIA Y SÍNDROMES EPILÉPTICOS:


UNA TAREA PENDIENTE PARA LA MEDICINA VETERINARIA

Classification of Epilepsy and Epileptic Syndromes: a Pending Task for Veterinary Medicine

Pellegrino, F. C.1*
1
Facultad de Ciencias Veterinarias, Area Anatomía. Universidad de Buenos Aires. Av. Chorroarín
280 (1427) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

*Autor para correspondencia: Fernando Pellegrino. Email: fernando.pellegrino2@gmail.com

Historial del artículo:


Recibido: 14 mayo 2015
Aceptado: 12 noviembre 2015

RESUMEN

En la actualidad no existe una terminología universalmente aceptada en epileptología veterinaria, motivo


por el cual se suelen aplicar los conceptos emitidos por la Liga Internacional contra la Epilepsia. Clasificar
los síndromes epilépticos es imprescindible para unificar criterios, agrupar los trastornos convulsivos, generar
estadísticas, marcar tendencias generales y particulares, y comparar estudios epidemiológicos. En Medicina
Humana, las clasificaciones vigentes se encuentran en una fase de reconsideración de los conceptos clásicos, y
todavía no están instalados en la comunidad científica.
La gran dificultad de la Medicina Veterinaria radica en el diagnóstico. Los trastornos epilépticos de los
perros y gatos son similares a los de los humanos, y es posible que se puedan aplicar los mismos criterios de
clasificación. Para lograrlo se debe elaborar una detallada descripción de las crisis epilépticas, realizada por
neurólogos expertos, y un entrenamiento adicional de los veterinarios no especialistas que facilite un diag-
nóstico exacto. También es imprescindible la disponibilidad de herramientas diagnósticas adecuadas, como el
electroencefalograma o las imágenes sofisticadas, que permitan la diferenciación entre crisis epilépticas y no
epilépticas y el reconocimiento de patologías estructurales. No es una tarea sencilla, y elaborar una clasificación
adecuada puede resultar un trabajo arduo que implica necesariamente un trabajo multicéntrico y consensuado.
Pero es imprescindible trabajar en ello para poder unificar criterios y poder comparar experiencias.
Palabras clave: Epilepsia; Síndromes Epilépticos; Clasificación; Medicina Veterinaria.

I.S.S.N.: 0213-5434
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ABSTRACT

At present there is no universally accepted terminology veterinary epileptology, why usually apply the
concepts issued by the International League Against Epilepsy. Classify epileptic syndromes is essential to
unify criteria, grouped seizure disorders, generate statistics, mark general and particular trends and compare
epidemiological studies. In Human Medicine, current classifications are in phase of reconsideration of the
classical concepts, and still are not installed in the scientific community.
The great difficulty of Veterinary Medicine lies in the diagnosis. Epileptic disorders in dogs and cats are
similar to those of humans, and it may be possible to apply the same classification criteria. To achieve this,
should develop a detailed description of the epileptic seizures carried out by expert neurologists, and additional
training of non-specialists veterinary to provide an accurate diagnosis. It is also imperative to have adequate
diagnosis tools, as electroencephalogram or sophisticated images, that allow differentiation between epileptic
and non-epileptic seizures and recognition of structural pathologies. It is not a simple task, and develop an
appropriate classification can be a hard work, which neccesarily implies a multicenter and consensual work.
But is essential to unify criteria and to compare experiences.
Keywords: Epilepsy; Epileptic Syndromes; Classification; Veterinary Medicine.

1. INTRODUCCIÓN que permiten avanzar tanto en los conocimien-


tos como en las medidas que se pueden emplear
La clasificación es un aspecto importante en para buscar soluciones a este tipo de trastornos
la mayoría de las ciencias, y esto ha llevado al (Casas-Fernández 2012).
desarrollo de principios taxonómicos similares En la actualidad no existe una terminología
en diversos campos (Sokal 1974). Clasificar universalmente aceptada en epileptología vete-
enfermedades consiste en definir un sistema rinaria (Pakozdy et al. 2014), motivo por el cual
de categorías a las que asignar las entidades se suelen aplicar los conceptos emitidos por la
mórbidas de acuerdo con criterios estableci- Liga Internacional contra la Epilepsia (de su
dos (Gersenovic 1995). El establecimiento de sigla en inglés, ILAE) (Podell 2013; Pakozdy
una clasificación de las enfermedades de uso et al. 2014). La terminología es dinámica y está
universal es un paso esencial para promover en permanente proceso de reformulación, por lo
el intercambio de ideas y el avance científico que es regularmente actualizada.
en cualquier campo de la medicina. Una buena El individuo que padece epilepsia puede ser
clasificación debería ser fiable, reproducible, clasificado en base a dos criterios: a) La cla-
mutuamente excluyente, capaz de incluir todas sificación de las crisis epilépticas, basada en
las entidades, lógica y clínicamente útil (Martin considerar cada crisis individual como el acon-
y Marsh 1997). tecimiento primordial; b) La clasificación de las
La clasificación de las epilepsias y de los epilepsias y de los síndromes epilépticos, en la
síndromes epilépticos es imprescindible porque que se tiene en cuenta la crisis dentro de un
establece un marco teórico en el que están in- contexto más global, que incluye la etiología
cluidas todas las patologías que provocan crisis (Avanzini 2003; Berg y Blackstone 2003, 2006;
cerebrales y permite unificar criterios, agrupar Commission on Classification and Terminolo-
los trastornos convulsivos, generar estadísticas, gy, ILAE 1989).
marcar tendencias generales y particulares, y Sin embargo, la tarea de ordenar los tras-
comparar estudios epidemiológicos (Pellegrino tornos epilépticos no es sencilla. En Medicina
et al. 2011b). Es la base para poder llevar a Humana, las clasificaciones que ordenan tanto
cabo los imprescindibles estudios aleatorizados las crisis epilépticas como los síndromes epilép-
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ticos son sometidas a una permanente revisión vigente y, si bien no logró influir en la prác-
y en la actualidad se encuentran en una fase tica clínica diaria epileptológica, dejó algunos
de reconsideración de los conceptos clásicos, conceptos útiles, especialmente la definición
intensamente arraigados en la práctica epilep- localizadora de las diferentes auras (Casas-
tológica diaria, dando entrada a otros concep- Fernández 2012).
tos nuevos que intentan sustituirlos, sin que se Las clasificaciones iniciales de la ILAE
haya logrado una aceptación unánime de estos fueron sometidas a una crítica constructiva
últimos y se considere la conveniencia de no casi desde su aparición, y varios epileptólogos
eliminar radicalmente lo antiguo (Casas-Fer- solicitaron su reevaluación (Engel 1998, 2001,
nández 2012; Gómez-Alonso y Bellas-Lamas 2006a, 2006b; Everit y Sander 1999, Fischer
2011; Guerrini 2010). 2005; Loddenkemper et al. 2005). De esta for-
ma, durante el XXVIII Congreso Internacional
2. CLASIFICACIÓN DE LAS CRISIS EPI- de la ILAE de 2009 en Budapest se consideró
LÉPTICAS Y EPILEPSIAS: BREVE RESE- la existencia de 2 grandes grupos de síndromes
ÑA HISTÓRICA epilépticos, los de origen genético (poligénico)
y los que tienen un pobre componente gené-
A partir del inicio de la segunda mitad del tico. En el primero de ellos se introdujo un
siglo 20 Gastaut (1964, 1970) elaboró las pri- apartado que comprende las canalopatías, una
meras clasificaciones con un enfoque predo- etiología de inusitada importancia dentro de
minantemente clínico, estableciendo una dife- los actuales conceptos etiopatogénicos de la
renciación neta entre las epilepsias parciales enfermedad epiléptica (Congreso Internacio-
(luego llamadas focales) y las generalizadas, nal de la ILAE de 2009). Todas estas publi-
sentando las bases de las clasificaciones pos- caciones y reflexiones condicionaron que la
teriores. ILAE buscara una reordenación conceptual.
En 1981, en la reunión de la ILAE cele- De este modo surgió el trabajo liderado por
brada en Kioto (Commission on Classification Berg (2010), en representación de la Comisión
and Terminology, ILAE 1981) surgió la primera de Clasificación y Terminología, artículo que
clasificación de las crisis epilépticas originada a suscitó múltiples comentarios, alguna polémi-
partir de un consenso internacional, basada en ca y críticas diversas (Ferrie 2010; Gómez-
la conjunción de criterios clínicos, electroence- Alonso y Bellas-Lamas 2011; Guerrini 2010).
falográficos y del sustrato anatómico. La propuesta de Berg generó diferentes
En 1989, en la reunión de Nueva Delhi, la vertientes de opinión dando lugar a que, casi
ILAE elaboró una nueva clasificación (Com- de inmediato, se elaborara otra clasificación
mission on Classification and Terminology, alternativa que reintrodujo conceptos y térmi-
ILAE 1989) de las epilepsias y los síndromes nos que se habían intentado eliminar (Shorvon
epilépticos, distinguiendo 3 categorías etiológi- 2011). Todas estas posturas resultaron en defi-
cas (idiopáticas, sintomáticas y criptogénicas). nitiva en un aumento de la confusión, e invita-
En 1998 se publica la propuesta de una ron a seguir empleando la clasificación tradi-
nueva clasificación de las crisis (Lϋders et al. cional de 1989, complementada con las modi-
1998), basada exclusivamente en sus caracte- ficaciones conceptuales sugeridas por Engel en
rísticas semiológicas, independientemente de los años 2001 y 2006 (Casas-Fernández 2012).
los hallazgos electroencefalográficos y de la Ante tan amplia crítica, la propia presidenta de
patología subyacente, que permite describir su la Comisión de Clasificación y Terminología
evolución clínica. Este fue el intento más firme de la ILAE (Berg y Cross 2010; Berg 2011;
de rectificar conceptualmente la clasificación Berg y Scheffer 2011) explicó que el trabajo
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elaborado en el año 2010 no es un producto que se sospecha fuertemente su origen sinto-


terminado, aunque insistió en la importancia de mático, pero no es posible identificar la causa.
abandonar las estructuras de la clasificación de Para cada uno de los grupos etiológicos se
1989 que se han estado empleando hasta ahora aplicó además el principio de las clasificacio-
para sustituirlas por este nuevo enfoque multi- nes anteriores (Gastaut 1964, 1970; Commis-
dimensional. sion on Classification and Terminology, ILAE
Esta breve reseña histórica demuestra las di- 1981) en las que se reconocía una relación a
ficultades que plantea una clasificación consen- la localización, considerando la existencia de
suada de los trastornos epilépticos, dificultades epilepsias focales y generalizadas. Estas he-
que, paradójicamente, se incrementan a medida rramientas han sustentado hasta la actualidad
que avanzan los conocimientos. el diagnóstico, tratamiento y control evolutivo
A continuación se analizarán las últimas de las epilepsias. Sin embargo, la comunidad
clasificaciones de Epilepsias y Síndromes epileptológica internacional realizó de forma
Epilépticos elaboradas por la ILAE, y la permanente una crítica constructiva de estas
forma en que la Medicina Veterinaria puede clasificaciones buscando una actualización
adaptarse a ellas en base al estado actual del más acorde con los nuevos conocimientos
conocimiento. etiopatogénicos (Casas-Fernández 2012).

3. CLASIFICACIÓN DE EPILEPSIAS Y 4. CLASIFICACIÓN DE EPILEPSIAS


SÍNDROMES EPILÉPTICOS (ILAE, 1989) (ILAE, 2010)

En 1989 la ILAE elaboró una clasificación Con el paso de los años se reconoció la ne-
(Commission on Classification and Termino- cesidad de actualizar la clasificación de 1989
logy, ILAE 1989), dirigida específicamen- y de corregir algunos defectos con la incorpo-
te a las Epilepsias y Síndromes Epilépticos, ración de nuevas enfermedades y síndromes,
estableciendo su etiología en tres categorías reconocidos después de su elaboración. Esta
distintivas: idiopáticas, sintomáticas y cripto- responsabilidad fue delegada en la Comisión
génicas. Las epilepsias idiopáticas hacen re- de Clasificación y Terminología de la ILAE,
ferencia a un origen genético o posiblemente la que después de numerosas reuniones y de
genético, aunque el desarrollo de la genética la publicación de documentos preliminares a
y su aplicación en la epilepsia se encontra- lo largo de las dos últimas décadas, presentó
ban en aquellos años en sus inicios; por este en el año 2010 sus nuevas propuestas de cla-
motivo estas epilepsias constituyen un grupo sificación, tanto de las crisis epilépticas como
con una definición muy imprecisa. Las epilep- de las epilepsias (Berg et al. 2010). En base
sias sintomáticas reflejan la existencia de una a los avances en biología molecular, la ILAE
epilepsia secundaria a una causa demostrable. actualizó su terminología en relación a la etio-
Este grupo fue incrementándose en volumen logía de las epilepsias, agrupándolas en 3 ca-
con el transcurso del tiempo en forma directa- tegorías: (1) genética, indicando que el signo
mente proporcional al espectacular desarrollo clínico primario son las convulsiones, ocasio-
de las diferentes metodologías de diagnósti- nadas directamente por un defecto genético.
co complementario y, muy especialmente de El reconocimiento de su base genética debe
las neuroimágenes. Finalmente, las epilepsias provenir de estudios genéticos moleculares o
criptogénicas, denominación que etimológi- de estudios familiares apropiadamente dise-
camente procede del griego y que significa ñados; (2) estructural/metabólica, indicando
oculto, engloban aquellas epilepsias de las que otra condición distinta, como por ejemplo
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una infección o un traumatismo, puede incre- 5. ¿ES POSIBLE ELABORAR UNA CLA-
mentar el riesgo de desarrollar epilepsia. Se SIFICACIÓN DE LAS EPILEPSIAS Y LOS
incluyen dentro de este grupo las epilepsias SÍNDROMES EPILÉPTICOS EN MEDICI-
debidas a enfermedades genéticas en las que NA VETERINARIA?
hay un trastorno estructural interpuesto entre
el defecto genético y la epilepsia; y (3) de cau- Para lograr una aproximación a las clasi-
sa desconocida, indicando que el mecanismo ficaciones vigentes en Medicina Humana es
subyacente es aún ignorado y podría resultar imprescindible definir lo más ajustadamente
de un trastorno genético o de otro trastorno no posible el diagnóstico de los trastornos epilép-
descrito todavía (Berg et al. 2010). ticos de los perros y de los gatos en 3 niveles
Además de las consideraciones etiológicas, sucesivos: a) el diagnóstico de las crisis; b) el
la Comisión de Clasificación y Terminología diagnóstico diferencial; c) el diagnóstico etioló-
de la ILAE creó un nuevo criterio taxonómico gico (Pellegrino 2014c).
para organizar las epilepsias, según su grado En el primer nivel es preciso establecer un
de especificidad. De acuerdo a este criterio, el correcto diagnóstico neuroanatómico, recono-
grupo más específico lo constituyen los Síndro- ciendo que el signo clínico que presenta el pa-
mes Electroclínicos, que son trastornos especí- ciente es, realmente, una crisis epiléptica. Inclu-
ficos, identificables en base a la edad de inicio, ye la diferenciación entre las crisis epilépticas
las alteraciones electroencefalográficas (EEG), y las no epilépticas, que en ocasiones pueden
el tipo de crisis y otras características que per- ser muy similares y confundir el diagnóstico.
miten un diagnóstico específico. La mayoría de En el segundo nivel se debe elaborar un listado
estos síndromes tiene un componente genético de los posibles trastornos que pueden causar el
determinante. Las Constelaciones Distintivas problema, realizado en base a un exhaustivo
son trastornos que reúnen características clíni- examen físico y neurológico. Finalmente, en
cas suficientes como para permitir un diagnós- el tercer nivel se intenta establecer la etiolo-
tico relativamente específico. Suelen asociarse gía del trastorno convulsivo, que solamente es
a lesiones específicas que los hacen fácilmente posible en base a la disponibilidad de métodos
reconocibles. Un ejemplo paradigmático de este complementarios adecuados, que incluyen la
grupo sería la epilepsia temporal medial con electroencefalografía (EEG), las imágenes so-
esclerosis del hipocampo de los humanos. Las fisticadas (Resonancia Magnética o Tomografía
Epilepsias de Causa Estructural-Metabólica Computada) y las pruebas genéticas (Pakozdy
son secundarias a una lesión estructural o meta- et al. 2014; Potschka et al. 2013).
bólica pero carecen de un patrón electroclínico
característico. Finalmente, el grupo de las Epi- 5.1. Diagnóstico neuroanatómico: reconoci-
lepsias de Causa Desconocida, antiguamente miento de las crisis epilépticas
denominadas criptogénicas, sería el de menor
especificidad sindrómica, y la comisión estima La EI en los perros ha sido considerada tra-
que en él estarían incluidas una tercera parte dicionalmente como una entidad homogénea,
o más de todas las epilepsias de los humanos que afecta a razas puras o a mestizos de razas
(Berg et al. 2010). puras mediante un patrón de herencia poligé-
Esta clasificación, como se ha visto, fue y nica, y que resulta en convulsiones TCG. Sin
sigue siendo motivo de grandes controversias embargo, la EI clásica probablemente incluya
en Medicina Humana, y aun no está impues- una variedad de síndromes y enfermedades que
ta en forma definitiva (Ferrie 2010; Gómez- pueden variar entre diferentes razas de perros e
Alonso y Bellas-Lamas 2011; Guerrini 2010). inclusive entre líneas distintas de una misma raza
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(Berendt y Gram 1999; Ekenstedt et al. 2012; vulsiones generalizadas o parciales sin pérdida
Patterson et al. 2003, 2005; Pellegrino 2015). de la conciencia (Jaggy y Bernardini 1998).
De acuerdo a las descripciones tradiciona- En el mismo y en otros trabajos (Pellegrino y
les la EI es, en el 80-90% de los casos, ge- Etchepareborda 1996, 1998; Pellegrino 1999,
neralizada (Bollinger-Schmitz y Kline 2000) 2003, 2011a) se comunicaron anormalidades
y simétrica desde el comienzo (Center 1986; focales en el EEG asociadas a la presencia de
Schwartz-Porsche 1994; Jaggy y Bernardini crisis parciales simples y complejas en perros
1998). En un estudio, el 77% de los perros con EI. Otro estudio (Berendt y Gram 1999)
presentó convulsiones TCG como única ma- comunicó que el 65% de los perros epilépticos
nifestación clínica de su trastorno epiléptico comenzaban la convulsión con signos foca-
(Pellegrino et al. 2011a). Se ha comunicado les, mientras que el 32% lo hacía en forma
que las convulsiones TCG con pérdida de la primariamente generalizada. Se han descrito
conciencia son recurrentes en los perros y ca- además crisis parciales simples con signos
racterizan a la EI en esta especie (Knowles autonómicos como vómitos, diarreas o dolor
1998; Bollinger-Schmitz y Kline, 2000). No abdominal aparente (Thomas 2000), saliva-
hay mayor discusión en cuanto a que los sig- ción, piloerección, taquipnea y taquicardia
nos clínicos más frecuentes en los perros epi- (Pellegrino 1999), y crisis parciales complejas
lépticos son las convulsiones TCG (Heynold (sicomotoras) que incluyen comportamientos
et al. 1997; Jaggy y Bernardini 1998; Berendt extraños como agresión o miedo (Dodman et
y Gram 1999; Thomas 2000). Es probable que al. 1996; Pellegrino y Etchepareborda 1996,
este hecho se deba a que es el tipo de crisis 1998; Pellegrino 1998, 1999, 2003, 2011a;
cerebral más fácilmente identificable, tanto Thomas 2000). En nuestra experiencia hemos
por los propietarios como por los veterinarios observado perros con crisis parciales simples
(Bagley 2005). y complejas con generalización secundaria;
No obstante, algunos perros con EI pue- también hemos observado una pequeña can-
den presentar otro tipo de patrón de crisis. De tidad de animales con trastornos de compor-
acuerdo a nuestra experiencia el 7% de los tamiento asociados al período periconvulsivo
perros epilépticos presentan crisis sicomoto- pre o posictal, signos autonómicos como vó-
ras como única manifestación clínica de su mitos, y 4 animales con episodios de auto-
trastorno epiléptico, y otro 7% presenta so- mutilación, siendo en uno de ellos la única
lamente crisis parciales simples (Pellegrino manifestación clínica del trastorno epiléptico
et al. 2011a). Existe cierta controversia en la (Pellegrino et al. 2011a). Por estos motivos,
comunidad científica respecto a la presencia de coincidimos con otros autores (Jaggy y Ber-
crisis parciales y su asociación con un trastor- nardini 1998) en cuanto a que debe consi-
no adquirido (epilepsia sintomática). Algunos derarse que la fisiopatología de la EI no es
autores sostienen que las crisis parciales son uniforme y que puede haber diferentes expre-
fuertes indicadores de un trastorno cerebral siones fenotípicas. Aunque las convulsiones
estructural subyacente (Berendt y Gram 1999; TCG son, sin duda, el principal signo clínico
Knowles 1998), mientras otros creemos que en los perros con EI, la presencia de crisis
pueden tener una base heredable y que pueden parciales no debe excluir el diagnóstico de este
ser consideradas como uno de los signos clí- trastorno. Sin embargo, es particularmente di-
nicos de la EI (Podell 1996; Pellegrino 1999, ficultoso saber qué tan frecuentemente ocurren
2003, 2011a; Thomas 2000). en perros las crisis parciales, porque el signo
En un trabajo se comunicó que más del inicial puede pasar fácilmente desapercibido
25% de los perros con EI presentaban con- (Ekenstedt et al. 2012).
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En los gatos, las crisis parciales son las crisis epilépticas fue bajo (kappa: 0,44), con
manifestaciones clínicas características de valores más altos para las convulsiones TCG
epilepsia y, particularmente, las crisis parcia- (kappa: 0,60), y más bajos para las crisis foca-
les complejas (con signos discognitivos), que les (kappa: 0,30) (Packer et al. 2015).
pueden ser fácilmente confundidas con tras-
tornos del comportamiento (Pellegrino 2002; 5.2. Diagnóstico diferencial
Quesnel et al. 1997).
Además de la dificultad que puede repre- Una vez identificadas las crisis epilépticas
sentar el reconocimiento de las crisis epilépti- como el signo clínico principal, el siguiente
cas parciales como uno de los signos clínicos paso es la elaboración un listado de posibles
de EI, se debe considerar que existen pato- trastornos que pueden causarlas. En la actuali-
logías no convulsivas, ni siquiera de origen dad el diagnóstico de la EI clásica sólo puede
cerebral, que simulan crisis epilépticas y que establecerse en base a la exclusión de todos
pueden confundir el diagnóstico neuroanató- los posibles factores etiológicos, mediante la
mico. Tal es el caso de la mioclonía familiar aplicación del mnemónico VITAMIN D (vas-
refleja del Labrador Retriever, el síndrome cular-infeccioso-traumatismo-autoinmune-me-
de hipertonicidad del Scottish Terrier, el sín- tabólico-heredado-neoplasia-drogas) como se
drome de hipertonicidad del Cavalier King ha descrito en varios trabajos (Berendt y Gram
Charles Spaniel, el síndrome de calambres 1995; Jurina et al. 2013; Pakozdy et al. 2014;
epileptoides canino, o el síndrome idiopático Podell et al. 1995; Thomas 2010; Pellegrino et
de balanceo de cabeza (mioclonía repetitiva al. 2011; Pellegrino 2014c), y a la utilización
postural), por citar algunos ejemplos (Pelle- de los métodos de diagnóstico complementario
grino 2014b). En estos casos el EEG sería de disponibles para cada situación.
suma utilidad para facilitar el procedimiento La electroencefalografía (EEG) es el regis-
diagnóstico (Packer et al. 2015; Potschka et tro de la actividad eléctrica generada por las
al. 2013; Pakozdy et al. 2014). neuronas cerebrales. La actividad eléctrica se
La caracterización de las crisis es de define en base a las bandas de frecuencia, que
máxima importancia para realizar una buena incluye todo el espectro de ritmos originados
clasificación. Sin embargo, la información en el cerebro. Determinados patrones de ondas,
provista por los propietarios, frecuentemente incluyendo puntas y ondas agudas, son indi-
cargada de inconsistencias, imposibilita una cativos de epilepsia. El EEG es vital para el
clasificación universal adecuada de las crisis diagnóstico y la clasificación de las EI en huma-
epilépticas en categorías apropiadas (Ekens- nos, y además permite la categorización de los
tedt et al. 2012; Pellegrino 2015). Sumado a síndromes convulsivos. Está bien documentado
esto, la falta de entrenamiento en el recono- que el EEG obtenido en perros normales y epi-
cimiento de las crisis por parte de los vete- lépticos es similar al de los humanos (Berendt
rinarios no especializados es otro factor que et al. 1999; Jeserevics et al. 2007; Pellegrino y
impide un correcto diagnóstico de epilepsia. Sica 2004). Sin embargo, no se utiliza de ma-
En un estudio reciente se investigó el nivel de nera rutinaria. La electroencefalografía está res-
acuerdo, estimado por el índice kappa, entre tringida a las universidades y a algunas clínicas
veterinarios especialistas y no especialistas especializadas que poseen el equipamiento y la
en la descripción y clasificación de eventos experiencia como para llevarla a cabo. Un EEG
paroxísticos mostrados en videos, sin conocer adecuado requiere que el paciente esté quieto
el resultado de ningún estudio diagnóstico. El por un tiempo de al menos 30 minutos e, ideal-
nivel de acuerdo para el reconocimiento de mente, dormido en una porción del registro, lo
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que es difícil de conseguir en perros. La seda- equipo disponible para realizar Imágenes por
ción o la anestesia, que se utiliza como método Resonancia Magnética (IRM), con una inten-
de restricción en esta especie, en muchos casos sidad de campo de 0,23 tesla. Por otra parte, si
afectan sustancialmente el EEG. Por desgracia bien la utilización de IRM es fundamental para
no existe en la actualidad una metodología uni- optimizar el procedimiento diagnóstico, no per-
forme y estandarizada para adquirir el trazado mite alcanzar este objetivo en la totalidad de los
EEG (Pellegrino 2014d), aunque existen pro- casos. En un trabajo que estimó la sensibilidad,
puestas al respecto (Pellegrino y Sica 2004). La la especificidad y la coincidencia entre expertos
ausencia de patrones dificulta la clasificación de para el diagnóstico por IRM (Wolff et al. 2012),
los síndromes epilépticos caninos en forma tan sobre un total de 231 informes de animales con
precisa como en los humanos. Adicionalmente, lesiones confirmadas por histopatología, 39 de
otro factor que limita la utilidad del EEG es su ellos (17%) fueron erróneamente clasificados,
rendimiento diagnóstico. Se ha comunicado que de los cuales 13 (6%) fueron informados como
el hallazgo de descargas paroxísticas intericta- normales. De acuerdo a este trabajo, la IRM
les se verifica entre el 20 y el 86% de los perros demostró una sensibilidad del 94,4% y una es-
con EI (Holliday et al. 1970; Jaggy y Bernar- pecificidad del 95,5% para diferenciar EI de en-
dini 1998; Berendt et al. 1999; Jeserevics et fermedades estructurales. La coincidencia entre
al. 2007; Pellegrino y Vidal Figueredo 2003). expertos fue calificada de buena a muy buena
La gran variabilidad de estas comunicaciones para la detección de lesiones. La intensidad de
probablemente obedezca a la ausencia de un campo del equipo utilizado en este trabajo fue
protocolo de trabajo estandarizado. En nuestra de 1 tesla.
experiencia, un único estudio EEG es capaz de
detectar alteraciones paroxísticas interictales en 5.3. Diagnóstico etiológico
el 33 % de los perros con EI (Pellegrino y Vidal
Figueredo 2003). La sumatoria de todos los factores enume-
Recientemente (2010) se ha descrito la rea- rados impide, en muchas ocasiones, alcanzar
lización de un video EEG a largo plazo para un diagnóstico etiológico. Es necesario enfa-
un solo perro (Poma et al. 2010). Se utilizó tizar que la carencia de entrenamiento y de
sedación para colocar los electrodos y, una vez un equipamiento de diagnóstico adecuado
despierto, se obtuvieron 5 horas de video EEG. probablemente resulte en un sobrediagnóstico
Esta técnica permitió un diagnóstico firme de de Epilepsias de Causa Desconocida (ECD)
crisis de ausencias con características miocló- (Packer et al. 2015; Potschka et al. 2013),
nicas, y permitió establecer una comparación como ha sido demostrado en trabajos previos
directa con las ausencias mioclónicas de los hu- (Berendt y Gram 1999). Por este motivo, es
manos. El uso de esta metodología en los perros crucial que los estudios clínicos sean realiza-
podría optimizar la capacidad de clasificar feno- dos por especialistas, y que los métodos de
típicamente a los perros afectados (Ekenstedt et diagnóstico complementario como el EEG e
al. 2012; Pellegrino 2015). IRM sean utilizados para determinar estrictos
Con respecto a la utilización de equipos criterios de inclusión y de exclusión (Packer
diagnósticos sofisticados, es crítica la disponi- et al. 2015; Potschka et al. 2013; Whale et al.
bilidad y las características técnicas de los equi- 2014). En un estudio en perros convulsivos
pos. Por citar un ejemplo, en la Ciudad Autóno- se diagnosticó EI en el 75% de los casos, sin-
ma de Buenos Aires (República Argentina) con tomática en el 17%, y reactiva, con crisis no
una población estimada de 500.000 perros y epilépticas, en el 7% (Arrol et al. 2012). En el
270.00 gatos (año 2007) contamos con un solo mismo estudio, 2 de 136 perros fueron clasifi-
AN. VET. (MURCIA) 30: 45-61 (2014). CLASIFICACIÓN DE LA EPILEPSIA Y SÍNDROMES EPILÉPTICOS. PELLEGRINO, F. C. 53

cados como probables epilépticos sintomáticos fenotipos convulsivos caninos para clasificar-
en base a los hallazgos clínicos interictales, los en síndromes epilépticos más ajustados. El
a pesar que los estudios complementarios re- desarrollo de definiciones de casos estandari-
sultaron normales. Otro trabajo realizado en zados se vería significativamente favorecido si
gatos en los que se empleó IRM y/o examen a los individuos epilépticos se les realizara en
pos mortem como estrictos criterios de inclu- forma rutinaria un EEG. También debe hacerse
sión, determinó la presencia de ECD en el 22% un seguimiento exhaustivo a los animales no
de los individuos examinados (Wahle et al. afectados, e idealmente también se les debería
2014), contra porcentajes mucho más altos (25 realizar un EEG para incluirlos en estudios ge-
al 66%) comunicados en otros trabajos donde néticos como controles para la EI (Ekenstedt et
la utilización de imágenes sofisticadas fue más al. 2012; Pellegrino 2015).
limitada (Barnes et al. 2004; Pakozdy et al. Las posibles bases genéticas o hereditarias
2010; Rusbridge 2005; Schriefl et al. 2008; familiares se han investigado en muchas razas
Schwartz-Porsche y Kaiser 1989). con una alta prevalencia de EI, como el Beagle
Todos estos estudios confirman que la (Bielfelt et al. 1971), Pastor Alemán (Falco et
práctica común de los veterinarios no especia- al. 1974), Pastor Belga (Famula et al. 1997;
lizados para sospechar EI está sesgada por la Famula y Oberbauer 2000; Oberbauer et al.
existencia de subgrupos relevantes de anima- 2003, 2010; Berendt et al. 2009), Boyero de
les que pueden presentar lesiones cerebrales, o Berna (Kathmann et al. 1999), Border Collie
que presentan crisis no epilépticas que aumen- (Hulsmeyer et al. 2010), Dálmata (Licht et al.
tan considerablemente el diagnóstico erróneo 2002), Springer Spaniel inglés (Patterson et al.
de la ECD. 2005), Golden Retriever (Srenk et al. 1994),
En relación al conocimiento actual de los Irish Wolfhound (Casal et al. 2006), Keeshond
aspectos genéticos de la EI clásica en los pe- (Wallace 1975; Hall y Wallace 1996), Labra-
rros y gatos, desgraciadamente dista mucho dor (Jaggy et al. 1998; Berendt et al. 2002),
del alcanzado en Medicina Humana. Algunas Caniche estándar (Licht et al. 2002, 2007) y
particularidades propias de la Medicina Veteri- Vizsla (Patterson et al. 2003). Los estudios
naria, que van desde la accesibilidad al animal, se han hecho en base a la descripción del fe-
la subjetividad de los signos clínicos referidos notipo clínico y el examen del pedigrí. Estas
por el propietario o el costo económico y/o la publicaciones han sugerido posibles modos de
disponibilidad de algunas pruebas diagnósticas herencia de la EI, pero las bases molecula-
específicas están en la base de la limitación res permanecen desconocidas en la actualidad
del conocimiento de los mecanismos fisiopa- (Ekenstedt et al. 2012).
tológicos de ésta y otras patologías (Ekenstedt A pesar de estas asociaciones es probable
et al. 2012). Estos son potenciales factores de que en la mayoría de las EI de los pacientes
confusión que deben considerarse. veterinarios, al igual que ocurre en los huma-
Los problemas comienzan en el primer nos, se encuentren involucrados mecanismos
nivel de diagnóstico, con el reconocimiento poligénicos o multifactoriales muy difíciles
del signo clínico. Diferencias sutiles en la pre- de identificar. Las complicaciones surgen por
sentación de las crisis pueden representar en el hecho que algunas mutaciones individuales
realidad diferentes causalidades genéticas sub- tienen la potencialidad de producir múltiples
yacentes, y si son inadvertidamente mal agru- tipos de convulsiones, fenómeno conocido
padas podrían evitar la identificación de los como expresividad variable y, por otra parte,
genes asociados. Por supuesto que se puede 2 mutaciones genéticas totalmente separadas
mejorar la precisión de la descripción de los pueden tener la habilidad de producir el mismo
54 AN. VET. (MURCIA) 30: 45-61 (2014). CLASIFICACIÓN DE LA EPILEPSIA Y SÍNDROMES EPILÉPTICOS. PELLEGRINO, F. C.

fenotipo, lo que se conoce como heterogenei- produce) en el exón 12, que predice una muta-
dad de locus (Ekenstedt et al. 2012). ción de sentido erróneo G1203A, causando un
No obstante, los avances en técnicas mole- cambio de aminoácidos R387H. Se calculó que
culares y en la secuenciación del genoma cani- la homocigosis para el alelo A incrementa 7,4
no han permitido el esclarecimiento de algunas veces el riesgo de presentar EI (Seppala et al.
relaciones genéticas en patologías específicas. 2012). Los resultados de este estudio sugieren
El Lagotto Romagnolo es el primer mo- que la variación observada no es causativa, sino
delo de EG canina publicado. En esta raza se un polimorfismo que probablemente se encuen-
describió una Epilepsia Benigna Juvenil Fa- tre muy cercano a la mutación predisponente
miliar recesiva –EBJF- (Jokinen et al. 2007; real (Seppala et al. 2012).
Seppala et al. 2011), que comienza entre las 5 Otras mutaciones genéticas descritas hasta
y las 9 semanas de vida y remite típicamente el momento para las epilepsias de los perros
a los 4 meses de edad. La causa genética de incluyen las responsables de las Epilepsias
este síndrome ha sido identificada como una Mioclónicas Progresivas (EMPs), un grupo de
mutación de sentido erróneo en LGI2, un ortó- epilepsias de tipo estructural/metabólico. Las
logo del gen humano LGI1, responsable de la investigaciones en varias razas de perros con
Epilepsia Autosómica Dominante Lateral del EMPs hereditarias han tenido un gran éxito,
Lóbulo Temporal (de su sigla en inglés, ADL- y han podido establecer el origen de las mu-
TE) (Seppala et al. 2011). Las proteínas LGI1 taciones en los genes ortólogos que producen
y LGI2 interactúan con una subfamilia de la trastornos similares en los humanos (Ekenstedt
familia de proteínas de membrana ADAM et al. 2012). En el año 2005 fue publicada la
(metaloproteinasas y desintegrinas) (Fukata et mutación causante de la EMP autosómica re-
al. 2006; Sagane et al. 2008), fortaleciendo y cesiva conocida como enfermedad de Lafora
estabilizando las sinapsis que contienen este (EMP2) en Dachshund miniatura pelo de alam-
tipo de receptores en la fase de construcción bre (Lohi et al. 2005). Otro grupo de EMPs
de la red neuronal primaria del desarrollo ce- hereditarias son producidas por Lipofuscinosis
rebral posnatal (Fukata et al. 2006, 2010; Zhou Ceroides Neuronales (LCNs), un conjunto de
et al. 2009). enfermedades de almacenamiento lisosomal.
En perros epilépticos de raza Pastor Belga Las LCNs se observan en pacientes humanos,
se realizó un estudio multicéntrico (Finlan- así como también en muchas razas de perros,
dia, Dinamarca y USA) que incluyó, además y sus mutaciones han sido descritas para 8
del estudio genético, la caracterización clínica LCNs caninas (Abitbol et al. 2010; Awano
y electroencefalográfica. Se detectó una fuerte et al. 2006a,b; Farias et al. 2011; Katz et al.
asociación en CFA37, definiendo una región 2005, 2011; Melville et al. 2005; Sanders et
que contiene nuevos genes candidatos para la al. 2010). Seis de esos genes (PPT1, TPP1 o
EI (Seppala et al. 2012). La región asociada a CLN2, CLN5, CLN6, CLN8, y CTSD) también
CFA37 contiene 12 genes, de los cuales solo se describieron en humanos, mientras que los
2, ADAM23 Y KLF7, tienen funciones en los otros 2 (ARSG y ATP13A2) han sido estable-
sistemas neuronales. El análisis de secuencia de cidos como excelentes candidatos para LCNs
KLFT no reveló ninguna variante en la codi- humanas sin resolver (Ekenstedt et al. 2012).
ficación. En cambio, el estudio de los exones En los gatos la EG no ha sido reconocida to-
de ADAM23 reveló un polimorfismo de un solo davía (Wahle et al. 2014). Solamente existe un
nucleótido (SNP) no sinónimo (es decir, una va- trabajo que sugiere una presunta base genética
riación en la secuencia de ADN que afecta una en individuos de una colonia de cría experimen-
sola base y que modifica la cadena de aa que tal (Kuwabara et al. 2010).
AN. VET. (MURCIA) 30: 45-61 (2014). CLASIFICACIÓN DE LA EPILEPSIA Y SÍNDROMES EPILÉPTICOS. PELLEGRINO, F. C. 55

Todos estos hallazgos marcan el camino al. 2000; Pakozdy et al. 2011; Schmied et al.
para futuras investigaciones, y abren un pro- 2008; Schriefl et al. 2008; Vanhaesebrouck et
misorio panorama hacia un conocimiento más al. 2012) es un claro ejemplo de constelación
profundo de la epilepsia, especialmente en los distintiva. El resto de las EI clásicas de perros
perros, pero su aplicación clínica todavía es su- y gatos quedarían incluídas en el grupo menos
mamente limitada. específico de las ECD.
Como puedo observarse, estas clasifica-
6. ¿PODEMOS APLICAR LAS CLASIFI- ciones son muy útiles desde el punto de vista
CACIONES ILAE EN MEDICINA VETE- conceptual, pero en la práctica existe una de-
RINARIA? bilidad inherente al diagnóstico que solamente
se solucionará cuando las pruebas genéticas se
La clasificación de las Epilepsias y de los encuentren disponibles (Pakozdy et al. 2014;
Síndromes Epilépticos realizada en el año 1989 Wahle et al. 2014). Y, más elemental y realista
(Commission on Classification and Terminolo- aún, cuando los métodos de diagnóstico com-
gy, ILAE 1989) fue ampliamente reconocida plementario adecuados estén al alcance de cual-
y aplicada por la comunidad científica en una quier veterinario clínico en cualquier sitio del
multitud de estudios clínicos y epidemiológi- mundo que, mientras tanto, dependerá en forma
cos, no sólamente en Medicina Humana sino exclusiva de una exhaustiva anamnesis, un co-
también en Medicina Veterinaria (Berendt y rrecto examen neurológico, el control evolutivo
Gram 1999; Fischer y Hϋlsmeyer 2013; Joki- del paciente y la observación de la respuesta al
nen et al. 2007; Pakozdy et al. 2014; Pellegrino tratamiento (Pellegrino 2014c) para llegar, en el
et al. 2011a; Pellegrino 2003, 2014, 2015; Po- mejor de los casos, a un diagnóstico altamente
dell et al. 1995; Thomas 2010). Desde el punto presuntivo (Pellegrino et al. 2011b).
de vista etiológico, de esta clasificación surge Está claro que en Medicina Veterinaria es
claramente que la epilepsia no es una trastorno necesario establecer una clasificación y una
único, sino más bien un conjunto de trastornos detallada descripción de las crisis epilépticas,
(Fisher et al. 2014), que han sido divididos en realizada por neurólogos expertos, y un en-
idiopáticos (o primarios), sintomáticos (o se- trenamiento adicional de los veterinarios no
cundarios, o adquiridos) (Thomas 2010) y crip- especialistas que facilite un diagnóstico exac-
togénicos (o de causa desconocida) (Berendt y to. También es imprescindible la disponibili-
Gram 1995; Fischer y Hϋlsmeyer 2013; Pelle- dad de herramientas diagnósticas adecuadas,
grino et al. 2011a; Pellegrino 2014a). como el EEG o las imágenes sofisticadas, que
En lo que concierne a la Medicina Veteri- permitan la diferenciación entre crisis epilép-
naria, de acuerdo a la clasificación ILAE del ticas y no epilépticas y el reconocimiento de
año 2010 (Berg et al. 2010) las EG y las ECD patologías estructurales (Packer et al. 2015;
pueden incluir las EI clásicas de los perros y Pellegrino 2015).
de los gatos (Ekenstedt et al. 2012; Pakozdy et Los trastornos epilépticos de los perros
al. 2014; Pellegrino 2015; Podell 2013; Ren- y gatos son similares a los de los humanos
tmeister 2013; Wahle et al. 2014). En relación (Ekenstedt et al. 2012; Pellegrino 2015). Por
a la especificidad de los síndromes epilépticos, este motivo, es absolutamente posible que se
la Epilepsia Benigna Juvenil Familiar recesi- puedan aplicar los mismos criterios de clasi-
va –EBJF– del Lagotto Romagnolo (Jokinen ficación. No es una tarea sencilla, y elaborar
et al. 2007; Seppala et al. 2011) constituye un una clasificación adecuada puede resultar un
verdadero síndrome electroclínico. La Necrosis trabajo arduo que implica necesariamente un
Hipocampal Felina (Brini et al. 2004; Fatzer et trabajo multicéntrico y consensuado. Pero es
56 AN. VET. (MURCIA) 30: 45-61 (2014). CLASIFICACIÓN DE LA EPILEPSIA Y SÍNDROMES EPILÉPTICOS. PELLEGRINO, F. C.

imprescindible trabajar en ello para poder uni- lography in dogs with epilepsy: similarities
ficar criterios, ‘hablar un mismo idioma’ y, en between human and canine findings. Acta
consecuencia, poder comparar experiencias, no Neurologica Scandinavia. 99, 276-283.
solamente entre veterinarios sino también con BERENDT M., GREDAL H., PEDERSEN
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