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La tentadora partida de ajedrez

Un joven aceptó la propuesta de Satanás de jugar al ajedrez con la siguiente


condición:

_ Si me ganas la partida serás libre de toda clase de mal para siempre; pero si yo
gano tú serás mi esclavo eternamente_ explicó Satanás.

Comienza el juego, Satanás tiene las piezas negras y el joven las piezas blancas.

Satanás empezó a mover sus piezas en el tablero de ajedrez de tal manera que
había puesto al joven en una posición donde no podía ganar.

_ ¡Jaque mate! _ canturreó Satanás.

Mas el joven con la mano temblorosa sobre su peón, intentaba pensar qué
movimiento podía hacer. Estaba asustado, sabía que era muy difícil ganar.

En el lado opuesto, estaba Satanás con un resplandor misterioso en sus ojos


pensando que ya habría ganado el juego.

El joven con la mano titubeante sobre su peón no encontraba qué movimiento


hacer para defenderse. Para él era obvio que había perdido y que no había forma
de escapar.

De pronto, un personaje con vestimenta blanca se acercó al joven y viendo algo


que éste no había descubierto le dijo en secreto:

_ ¡Joven, mueve la torre, haz este movimiento!

El joven, obedeciendo la voz, movió una de sus torres y puso contra las cuerdas a
Satanás.

_ ¡Jaque mate! _ cantó el joven.

Esta vez Satanás sí estaba acorralado realmente y acabó perdiendo la partida.


Con lo que el joven fue librado de mal para siempre.

Autora: María Abreu


EL PEÓN VALIENTE
 
         Érase una vez un peón que estaba muy triste porque no servía para nada.
         Un día el peón se decidió a hablar con el Rey:

-          Sr., he decidido que como no tengo ninguna cosa para defenderme si hace
el favor, de prestarme algunas cosas que necesito: la armadura, el escudo y la
espada.

Y el Rey contestó:
-          Por supuesto peoncito, le diré a Torreón que te dé la mejor armadura y la
más fuerte y resistente, luego la espada de mi padre, por supuesto la mejor, -
dijo el Rey.

¡Llegó el día de la batalla con el rey negro! El Rey negro secuestró a rey
blanco. Entonces Alfitrón, Torreón y Peoncito fueron a rescatarlo.

     El Rey y sus súbditos estaban encerrados en una mazmorra del castillo,
todo era negro: la cama, el suelo, incluyendo las paredes pero lo único que no
era negro, era una flecha blanca que habían tirado en la última batalla. A la
noche siguiente Torreón,  Alfitrón y Peoncito estaban ya en la entrada del
castillo. ¡Qué susto se llevó Peoncito cuando secuestraron a sus amigos!

     Rápidamente se escondió en una torre de piedra negra, luego fue a liberar


al Rey y a los demás. Ahora Peoncito es el Héroe del Castillo Blanco.

NOMBRE: Beatriz Mancera Ramírez 


CUENTO DEL PEÓN
"Había un reino donde todos los soldados eran amigos. Estos eran chiquitos y
traviesos y jugaban por el tablero casi sin ser vistos.

El Rey parlanchín hablaba y hablaba sin parar con sus consejeros.


Un día nublado, mientras el Rey observaba desde lo alto de su castillo divertirse a
su ejército, vio que fuerzas enemigas estaban demasiado cerca.
Dándose cuenta de la difícil situación reunió a todas sus tropas y les dijo: -
¡Soldados, a partir de ahora dejarán de hablar, deberán colocarse delante
de cada pieza para ocupar sus puestos de combate!

Los soldaditos cumplieron mientras el Rey decía enérgicamente:


-¡Marcharán lentamente pero con firmeza! ¡Nunca retrocederán y pelearán con
valentía para derrotar al enemigo!

Algunos soldaditos entusiasmados por los gritos de las piezas que tenían detrás
comenzaron a marchar más rápido que otras.
Los valientes charlatanes se apuraron y se encontraron en el centro frente a frente
con sus rivales.
Para protegerse pusieron delante de ellos sus escudos, no podían verse ni
avanzar.
De reojo, miraban a los costados y si alguno quería pasar frente a ellos tenían sus
espadas preparadas para el ataque.
Cuenta la historia que gracias al ingenio y la valentía de los pícaros soldados el
Reino ganó muchas batallas."

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