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Analisis Desde El Modelo Traumatogenico
Analisis Desde El Modelo Traumatogenico
ISSN: 0717-0297
psykhe@uc.cl
Pontificia Universidad Católica de Chile
Chile
Pool, Alejandro
Análisis desde el modelo traumatogénico de los indicadores gráficos asociados a agresiones Sexuales
Infantiles en la Prueba Persona Bajo la Lluvia
Psykhe, vol. 15, núm. 1, mayo, 2006, pp. 45-55
Pontificia Universidad Católica de Chile
Santiago, Chile
2006,Vol
.15,Nº1,45-
55 I
SSN 0717-0297
Gráf
icos Asociados a Agresiones Sexuales Inf
antiles en la Prueba
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El presente trabajo vincula teóricamente las dinámicas traumatogénicas de las agresiones sexuales descritas por
& Pool, 2005)en la prueba Persona Bajo la Lluvia.Como resultado de la presente investigación, se obtuvo que la
mayorí
a de los indicadores asociados a agresiones sexuales inf
antiles en la prueba Persona Bajo la Lluvia corres-
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o rizada, ausencia de paraguas ycabezagrande.A la dinámica traumatogénica de Traición corresponde
Est
igmat
ización.Por último, el indicador gráf
ico sonrisa maní
aca no es incluido en ninguna de las variables
traumatogénicas.
This article’
s purpose is to link theoretically the traumagenic dynamics ofsexual abuse described by David
Finkelhor and Angela Browne with graphic indicators associated to sexual abuse in children (
Girardi & Pool, 2005)
in the Person in Rain test.As a result, it was clearly demonstrated that most ofthe indicators associated to
children’
s sexual abuses in the Person in Rain test are related to the traumagenic dynamic of Hel
p essness.The
l
indicators “sectioned rain”, “absence ofumbrella”, and “big head”, correspond to this category.The indicator
represents the Stigmatization traumagenic dynamic.Finally, the “maniac smile” graphic indicator is not included
Keywords:chil
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46 POOL
Sexuales [
CAVAS]
, 2004;Servicio Médico Legal abusiva, la sintomatología variará. En la etapa de
[
SML]
, 2001) permiten establecer que la gran mayo- inicio, predomina el trastorno por estrés agudo y el
ría de las agresiones sexuales infantiles son cometi- trastorno por estrés postraumáti
co (
TEPT)
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das por un familiar o conocido de la víctima, así como tras que en la fase crónica prevalece el sí
ndrome de
sexualmente, puede contribuir a esclarecer si es que depresivo, donde se observa ansiedad, irritabilidad
hubo o no un acto abusivo o realizar un diagnóstico y sentimientos de culpa (por haber sobrevivido a la
que permita dimensionar el daño producto de un experiencia traumática o por creerse responsable de
proceso de victimización (Cantón & Cortés, 2000; ella). La sintomatología está estrechamente ligada
Menores [
SENAME]
, 2004). El aporte clínico-pericial traumático como si estuviera de nuevo. Las perso-
de la psicología se hace necesario sobre todo en los nas que presentan este cuadro, son presa de irrup-
casos donde no existen evidencias físicas de la trans- ciones de “pantallazos” (flashbacks) de recuerdos
gresión sexual, situación que corresponde a la ma- muy vívidos que invaden el campo visual con tal
yoría de este tipo de atentados (Giardino & Finkel, intensidad que escapan del control voluntario. Las
La labor clínico-pericial que realiza el psicólogo manera persistente los estímulos relacionados con
con víctimas de atentados sexuales infantiles echa el trauma, eluden los pensamientos y sentimientos
mano, sobre todo en la etapa de diagnóstico, de una asociados, esquivan las conversaciones sobre el
serie de herramientas, dentro de las que se encuen- tema y rehúyen las actividades, situaciones o per-
tran las pruebas gráficas, las cuales son utilizadas sonas que puedan hacer aflorar los recuerdos”
via (PBLL) es una prueba gráfica que se utiliza en ción de la responsividad general, incremento del
conjunto con otras pruebas dentro de una batería arousal, dificultad para concentrarse y experiencias
Girardi y Pool (2005), quienes encontraron en Chile reiterada se caracteriza por (Summit, 1985citado en
prueba PBLL;vinculando en forma teórica los signi- coercitiva del adulto abusador.
Traumatogénico de las agresiones sexuales de básica dentro de un vínculo anómalo con una
4. Devel
ami
ento tardí
o: se da al producirse el quie-
El Daño Producido por lasAgresiones bre defensivo, pudiendo ser accidental (descu-
cia de ningún síndrome específico como secuela de figura materna en la relación incestuosa y de los
las agresiones sexuales (Oddone, Genuis & Violato, intereses en juego. El niño/a teme ser agredido
2001), éstas tienen enormes y variadas repercusio- por la madre, perder el vínculo con ella y/o el
nes negativas sobre distintos aspectos psi- espacio familiar. La retractación consta de dos
mismo tiempo, en la segunda, el conflicto entre Estas víctimas pueden presentar los siguientes tras-
sexual infantil (victimización primaria), puede lle- estrés postraumático, trastornos de ansiedad, tras-
gar a ser más dañina que el propio atentado, proce- tornos disociativos, trastornos psicosomáticos, tras-
revictimización institucional dice relación con la rei- (Poblete & Varas, 1994).
teración de estudios simultáneos en medios hospi- En relación a las consecuencias a largo plazo de
talarios, centros especializados y oficinas periciales, las agresiones sexuales infantiles, una investigación
exámenes ginecológicos, psiquiátricos, psicológi- (Molnar, Buka & Kessler, 2001) halló que las vícti-
cos, etc., además de deber efectuar declaraciones en mas de agresiones sexuales tenían una prevalencia
sobre las consecuencias del abuso sexual infantil las mujeres y un 82% de los hombres que reportaron
confirmó que éste tiene variadas consecuencias a haber sido victimizados sexualmente presentó al
corto y largo plazo. Este estudio encontró que el menos un trastorno psiquiátrico, en comparación con
haber sufrido agresiones sexuales infantiles el 48.5% de las mujeres y un 51.2% de los hombres
incrementa en un 143% el riesgo de desarrollar sín- de la población general. Las mujeres que reportaron
tomas de TEPT, en relación a la población general; haber sufrido agresiones sexuales, presentaron un
asimismo, el riesgo de depresión o suicidio se 39.3% de depresión, mientras que dicho porcentaje
incrementa en un 150%, el de promiscuidad sexual en la población general es de 21.3%. Por otra parte,
en un 100%, el riesgo de perpetuar el ciclo víctima- el diagnóstico de TEPT en las víctimas de atentados
perpetrador en un 57% y la reducción del rendimien- sexuales fue más de ocho veces más común que la
to académico en un 71% (Oddone et al., 2001). población normal. Dichos autores encontraron una
Navarro, Carrasco y Aliste (2003), investigando asociación entre la mayoría de los trastornos de áni-
acerca de las agresiones sexuales infantiles en Chile mo, de ansiedad y de consumo de sustancias.
asociados a éstas, que los niños/as afectados/as que los diagnósticos conjuntos de TEPT y Personali-
presentaban un 85% de síntomas ansiosos, un 57% dad Limítrofe son significativamente más comunes en
depresivos, 49% de trastornos del sueño, 49% de mujeres que reportaron haber sido abusadas tempra-
defectos de atención/concentración, 43% de con- namente (94.7%) en comparación con aquéllas que re-
ductas evitativas, 36% de auto/heteroagresividad, portaron haber sido victimizadas tardíamente (0%)
28% de defectos del control de la impulsividad, 26% (McLean & Gallop, 2003). Estos autores hallaron, por
de alteración de la conducta sexual, 23% de otra parte, que el abuso sexual incestuoso y la cronicidad
la conducta alimentaria. Por otra parte, con respecto la ocurrencia conjunta de ambos trastornos.
a la prevalencia de trastornos psicopatológicos, es- Cada agresión sexual entraña una fenomenología
tas autoras establecieron que un 51.6% de los casos particular, donde el vínculo con el agresor, tipo de
estrés postraumático y un 8.3% a trastorno reactivo castigo, conflicto marital, separación de los padres
de la vinculación. La baja proporción de TEPT está biológicos, psicopatología de algún miembro familiar,
afectada por la proporción mayor de casos de abuso consumo de sustancias parental, abuso físico, sínto-
Los atentados sexuales pueden tener conse- culpabilidad del niño/a, autorreferencia de las figuras
cuencias a largo plazo en las víctimas. Los adultos significativas, cronicidad, frecuencia, tiempo de acer-
victimizados sexualmente en la infancia pueden pre- camiento, reacción ante la develación, sostén familiar
sentar graves secuelas, que afectan tanto al nivel de y social, recursos personales y resiliencia serán dife-
la estructuración de la propia identidad, las relacio- rentes en cada caso, y por tanto entrañarán para la
nes interpersonales, y en general la salud física y víctima consecuencias distintas tanto inmediatas, a
psicológica (Fulmer, 1992; Poblete & Varas, 1994). mediano y largo plazo (Barudi, 1998; Castiglioni,
48 POOL
Escaff & Salinas, 2004; CAVAS, 2004; Huerta, Maric El Modelo Traumatogénico de Finkelhor y
& Navarro, 2002; Intebi, 1998; Johnson, 2004; Miotto,
Browne
2001; Molnar et al., 2001; SAVE THE CHILDREN, 2004).
Una investigación que pretendió medir la inci- El modelo traumatogénico de las agresiones
dencia en el impacto del abuso sexual infantil, del sexuales infantiles (Finkelhor & Browne, 1985) es
conflicto marital, separación de los padres biológi- ampliamente utilizado en Chile tanto para la concep-
cos, psicopatología de algún miembro familiar, con- tualización como para la elaboración de estrategias
sumo de sustancias parental y abuso físico, halló reparatorias de aquéllas (Capella, Contreras, Guzmán,
que de estas variables la más significativa es la Miranda, Núñez & Vergara, 2003; CAVAS, 2004). Este
psicopatología de la madre (Molnar et al., 2001). modelo propone cuatro factores que estarían a la
En relación al tipo de ofensa sexual, cuando se base de la dinámica traumatogénica, es decir, del de-
fantil contra niñas perpetrada por parientes no bio- sufren las víctimas de abuso sexual. Estos autores
lógicos y conocidos se asocia a una mayor probabi- sostienen que estas dinámicas no son exclusivas de
lidad de desarrollar un TEPT en comparación con las agresiones sexuales, pero la conjugación de las
las niñas violadas por extraños. Por otra parte, cuan- cuatro dinámicas en el abuso es lo que hace único al
do la relación con el abusador es controlada, el abu- trauma de este tipo de agresiones, diferenciándolo
so sexual (no incluye violación) crónico se asocia de otros traumas como el producido por la separa-
con trastornos del ánimo y TEPT, mientras que la ción de los padres. Estas dinámicas alteran la orien-
violación crónica se asocia con trastornos ansiosos tación emocional y cognitiva del niño hacia el mun-
y TEPT (Molnar et al., 2001). do y crean una distorsión del autoconcepto, visión
En un intento por establecer los efectos diferen- de mundo y capacidad afectiva. Cada una de las
ciales que tienen distintos factores sobre el daño distintas dinámicas traumatogénicas se asocia con
provocado por las agresiones sexuales incestuosas un conjunto de síntomas, aunque algunos síntomas
y su develación, Huerta et al. (2002) hallaron en Chi- pueden deberse a dos o más de estas dinámicas. A
le que la variable que más incidió en el impacto en la continuación se revisarán las cuatro dinámicas trau-
víctima producido por las agresiones sexuales fue el ma-togénicas (Finkelhor & Browne, 1985):
número de eventos de éstas, seguido por el tipo de 1. Sexualización traumática: se refiere a un pro-
patrón de enf
rentamiento (Navarro, 1998; Navarro ceso en que la sexualidad del niño/a se confor-
& Salinas, 1999). Por otro lado estas autoras encon- ma y desarrolla en forma inapropiada y
traron que el tipo de rol paterno del abusador, es disfuncional. Esta sexualización traumática pue-
víctima no resultó ser un elemento significativo. Las recompensado por la conducta sexual por el
contexto definido por un patrón tolerante ante la traumática puede variar dramáticamente. En los
develación del abuso y con un número elevado casos en que el abusador intenta evocar la res-
de episodios abusivos, serán las que estén ex- puesta sexual del/la menor, por ejemplo, existe
puestas a sufrir mayor daño psicológico, así una mayor sexualización que en los casos en
como alteraciones en las esferas estructurales que el menor es usado por el agresor para mas-
de la personalidad, producto de estas experien- turbarse. El grado de conciencia que tengan las
cias. (Huerta et al., 2002, p. 122) víctimas respecto de las implicaciones sexuales
un d a ño prof
undo (alteración severa de la traumática, ya que niños/as pequeños/as que
inhibición social, relacional y/o afectiva extremas; nos traumatizados que aquellos que sí tienen
disociación profunda) mientras que los niños que este conocimiento. Los/las menores que han
presentan un entorno con patrón intolerante y un sido traumatizados sexualmente quedan con re-
número de eventos inferior a diez, presentarán un pertorios inadecuados de conducta sexual, con
daño leve-moderado (trastorno de estrés agudo, tras- confusión y distorsión de sus autoconceptos
en niños/as pequeños/as, se observa preocupacio- que sus intentos de detener el abuso son frus-
nes sexuales y conducta sexual repetitiva como la trados. El que no se crea en su relato tras la
masturbación o juego sexual compulsivo. Algunas develación crea también un gran monto de inde-
do para su edad. Los adolescentes pueden ser agre- Una reacción a la indefensión es el miedo y la
sivos y victimizar a pares o a niños/as pequeños/as. ansiedad, que reflejan la incapacidad de controlar
Las víctimas de abuso sexual tienen un alto riesgo eventos nocivos. Pueden existir pesadillas, fobias,
de la identidad sexual y de las normas y estándares El miedo y la ansiedad pueden extenderse hasta la
sexuales, por ejemplo los/las menores que han reci- edad adulta. Otra clase de efectos se relacionan con
bido afecto por el trato sexual, pueden creer que el empeoramiento del sentido de eficacia y de las
esto es una vía normal para obtener afecto. También habilidades. Puede ocurrir que al niño/a le sea difícil
pueden asociarse connotaciones negativas al sexo, actuar sin la expectativa de ser revictimizado/a. El
como apartamiento, miedo, rabia, sentimiento de in- sentimiento de impotencia puede asociarse a deses-
niño/a descubre que alguien de quien su vida expresarse también en problemas de aprendizaje,
depende, le ha causado daño. Este/a menor pue- fugas y dificultades de empleo. Por último existe un
de llegar a comprender que la persona en quien gran riesgo real de ser revictimizado/a. Una tercera
confiaba lo ha traicionado a través de mentiras. clase de efectos dice relación con la inusual y
traición no sólo en relación al agresor, sino tam- que se observa particularmente en las víctimas mas-
bién en relación a otros miembros familiares, los culinas, asociado al rol de género socializado. Algu-
cuales no han podido o no han querido prote- nos comportamientos agresivos y delincuenciales
gerlas o no les han creído. El cambio de actitud pueden aparecer por el deseo de ser rudo, poderoso
después de la revelación, donde puede suceder y de no tener miedo. Cuando estas víctimas llegan a
que al niño/a no se le cree, o es culpado o aisla- ser matones o delincuentes, reeditan su propio abu-
do, contribuye también a desarrollar esta diná- so, con lo que reobtienen un sentimiento de poder y
Producto de esta dinámica traumatogénica, el/la 4. Estigmatización: esta dinámica se refiere a las
menor puede manifestar dolor y depresión por la pér- connotaciones negativas que le son transmiti-
dida de la figura en que confiaba. Estas víctimas su- das al niño/a, como maldad, vergüenza y culpa.
fren un fuerte desencantamiento y desilusión. Junto Estas connotaciones pueden ser transmitidas di-
con esto, se aprecia una intensa necesidad de volver rectamente por el abusador, quien puede culpar
niños/as. Esta necesidad se aprecia en los adultos presión por mantener el secreto que impone el
como un juicio dañado de la confiabilidad de la gente. agresor a la víctima comunican poderosos men-
La traición puede manifestarse como hostilidad y ra- sajes de vergüenza y culpa. La estigmatización
bia, como aislamiento y aversión a las relaciones es reforzada por las actitudes que infiere u oye
interpersonales íntimas. Puede que –en especial los de personas de la familia o la comunidad. El guar-
hombres–tengan dificultades para tener éxito en rela- dar el secreto de haber sido víctima de abuso
3. I
ndefensión: se refiere a los procesos en que la tigma, mientras que por el contrario, cuando los
voluntad, los deseos y sentido de eficacia del niños saben que su experiencia es compartida
niño/a son continuamente contravenidos. Un tipo por otros pares, la estigmatización se ve alivia-
básico de indefensión ocurre cuando en el abu- da. La baja autoestima y la estigmatización son
menor son repetidamente invadidos contra la es el único que ha vivenciado una experiencia
voluntad de éste/a. Esta dinámica se ve exacer- abusiva y que los otros rechazarán a una perso-
Las víctimas de esta dinámica traumatogénica se En términos teóricos se hipotetiza que el daño
sienten a menudo aisladas, pueden desarrollar con- sufrido producto de una agresión sexual, debiera
sumos excesivos de alcohol o drogas y pueden de- reflejarse en las producciones gráficas de los niños
sarrollar actividades criminales o envolverse en la (Barilari, Beigbeder & Colombo, 2000b; Huerta &
prostitución. También puede aparecer comporta- Navarro, 2004). El análisis de los indicadores gráfi-
miento autodestructivo e intentos de suicidio. cos podría dar cuenta de las áreas psicológicas da-
una aproximación a las vivencias, fantasías, temo- Infantiles en la Prueba Persona Bajo la
de ellos, el dibujo. Según estas autoras, el producto Como se mencionó anteriormente, las investiga-
gráfico es un reflejo (proyección) de las necesida- ciones empíricas de la prueba PBLL en relación a las
des y rasgos de personalidad de los niños. agresiones sexuales son escasas, destacándose las
ANÁLISIS TRAUMATOGÉNICO DE INDICADORES PBLL EN AGRESIONES SEXUALES 51
realizadas por las investigadoras argentinas Barilari, que tanto el director del establecimiento como el pro-
Beigbeder y Colombo (2000b, 2004), quienes repor- fesor jefe no tuvieran la sospecha de que hubieran
taron la existencia de 14 indicadores gráficos aso- sido vulnerados sexualmente. Como criterios de ex-
ciados a agresiones sexuales y maltrato infantil en el clusión, no se consideraron los dibujos del grupo
grupo de niños de 8 a 11 años edad: dimensión pe- de estudio realizados después de los primeros tres
queña, borrado, repaso, elementos fálicos, lluvia meses de evaluación, en concordancia con los mo-
sectorizada, rayos, cabeza deteriorada, cinturón, delos de intervención de algunos centros naciona-
ausencia de piso, oj
os vacíos, ausencia de manos, les (CAVAS, 2004; SENAME, 2004). Por otra parte,
ausencia de detalles, figura incompleta o infantil, los niños/as de ambos grupos no debían presentar
En Chile, Girardi y Pool (2005) realizaron una in- En el análisis de los datos se utilizó la Prueba de
vo-comparativo que tuvo por objetivo la evaluación Esta investigación arrojó siete indicadores gráfi-
a través de la prueba PBLL de la presencia o ausen- cos en la prueba PBLL asociados (p <0.05) a agre-
cia de 45 indicadores asociados a agresiones sexua- siones sexuales infantiles en niños y niñas vulnera-
les infantiles descritos por la literatura especializada dos sexualmente de 9 a 11 años de edad. Estos
(Barilari et al., 2000b, 2004; Hibbard & Hartman, 1990 indicadores son: ausencia de piso, sonrisa manía-
citado en Wenck & Rait, 1995; Koppitz, 2002; Miran- ca, lluvia sectorizada, ausencia de paraguas, ca-
da & Sanza, 2004; Soto, s/f en Molina & Navarro, beza grande, ausencia de entorno y brazos cortos.
2004). Algunas de las definiciones operacionales em- De este modo, la hipótesis se vio confirmada, aun-
pleadas en este estudio fueron extraídas literalmen- que el poder discriminativo de la prueba PBLL en
te de la fuente bibliográfica, mientras que otras de- relación a las agresiones sexuales infantiles es limi-
bieron ser modificadas o creadas por los autores. En tado, debido al bajo número (7 de 45) de indicadores
el caso de estas últimas se contó con la aprobación gráficos asociados a agresiones sexuales infantiles
de tres jueces expertos en el tema a fin de lograr (Girardi & Pool, 2005).
de los indicadores que resultaron significativos se plementar la investigación realizada por Girardi y
La hipótesis de Girardi y Pool (2005) se basó en lógico de los diferentes indicadores gráficos) con
lo propuesto por distintos investigadores respecto un análisis teórico que vinculara los significados
a que el daño psicosocial sufrido a resultas de las descritos en la literatura respecto de los siete
agresiones sexuales infantiles debiera manifestarse indicadores gráficos hallados por estos autores,
en las producciones gráficas que los niños realicen con el Modelo Traumatogénico de las agresiones
(Barilari et al., 2000a, 2000b, 2004; Capella et al., 2003; sexuales infantiles (Finkelhor & Browne, 1985). Esto
CAVAS, 2004; Miranda & Sanza, 2004). resulta de utilidad, ya que enriquece la compren-
mencionada (Girardi & Pool, 2005) estuvo constitui- por las agresiones sexuales infantiles se evidencia
da por 39 niños/as de entre 9 a 11 años tanto para el en la producción gráfica de la prueba PBLL. Por
grupo en estudio como para el grupo de control. Los otra parte, este análisis contribuye también a esta-
menores de ambos grupos corresponden a nivel blecer cuáles son las dimensiones psicológicas más
socio-económico bajo. Los dibujos PBLL del grupo dañadas (dinámicas traumatogénicas) por este tipo
Asistencia Judicial [CREDEN] de la comuna de La tanto para la prueba PBLL (Barilari et al., 2004; Querol
Cisterna. Estos dibujos fueron realizados en forma & Cháves, 1997) como para la prueba H-T-P (Buck,
individual durante el proceso evaluativo 1995; Wenck & Rait, 1995), fue posible adjudicar los
implementado por dichos centros. Los dibujos del diferentes indicadores gráficos asociados a agresio-
grupo de control fueron obtenidos por los investi- nes sexuales infantiles en la prueba PBLL (Girardi &
gadores mediante aplicación colectiva en un cole- Pool, 2005) a las variables traumatogénicas descri-
gio municipal de la comuna de La Pintana. El grupo tas por Finkelhor y Browne (1985). Debe tenerse pre-
de control estuvo constituido por niños/as de los sente que debido a la complejidad del análisis e in-
52 POOL
terpretación de las pruebas gráficas, el presente ejer- 1997, p. 98). “Regresión, grandiosidad” (Buck,
cicio interpretativo es sólo una aproximación tenta- 1995, p. 14). “Agresividad y pensamiento ex-
tiva a la comprensión de los indicadores gráficos pansivo, ego inflado, sobrevaloración de la in-
por lo que se requieren más estudios que aporten Wenck & Rait, 1995, p. 126). Debido a las dis-
tanto a la validez como confiabilidad de la prueba tintas definiciones recabadas, se hace difícil la
al., 2004, p. 24). “Necesidad de seguridad. Ansie- nan con contenidos ansiógenos asociados a
dad” (Buck, 1995, p. 13). Las interpretaciones pre- la vivencia sexualmente abusiva, que se co-
cedentes conectan claramente con la variable nectan de manera más directa con la dinámica
de seguridad, lo que puede redundar en miedo y pueden vincularse con una excesiva necesi-
ansiedad al no poder satisfacerse esas necesi- dad de controlar o dañar, lo que constituye
realidad” (Barilari et al., 2004, p. 24). Este indica- - Ausencia de entorno: “Pobreza de recursos in-
dor gráfico puede aludir a mecanismos ternos, falta de estimulación del medio” (Barilari
disociativos, los cuales pueden encontrarse en et al., 2004). Por otra parte, Querol y Cháves (1997)
go, no es claramente adjudicable a alguna de las PBLL con sensación de vacío y depresión. To-
- Lluvia sectorizada: “Situación de presión” interpretar que por una parte la sensación de
(Barilari et al., 2004, p. 24). Para Querol y Cháves vacío y depresión, y por otro lado el aislamiento
(1997) representa la hostilidad del medio a la que y posible aversión a las relaciones
debe enfrentarse la persona. A partir de las defi- interpersonales de la persona dibujada, dan cuen-
traumatogénica de Indefensión, ya que se aso- estimulación del medio pueden entenderse como
cia a posibles sentimientos de impotencia y bajo las caras de la misma moneda, en donde el aisla-
lar la lluvia, que representa un evento estresor, persona sola podría dar cuenta del dolor y de-
lo que genera miedo y ansiedad. sencanto con el medio, al que se prefiere omitir.
- Ausencia de paraguas: “Falta de defensas” - Brazos cortos: Buck (1995) vincula los brazos
(Barilari et al., 2004, p. 24; Querol & Cháves, 1997, omitidos, muy pequeños o escondidos con cul-
al. 2004, p. 24). Este indicador se asocia clara- (Koppitz, 1968 citado en Wenck & Rait, 1995, p.
fensión, ya que a nivel simbólico no se cuenta posible plantear que este indicador se asocia a la
elementos estresantes, lo que podría dar cuenta que como resultado de ésta, los/as menores abu-
autoeficacia al no poder controlar los eventos se malos, con lo que su sentido de inadecuación
Perseveración de ideas” (Barilari et al., 2004, en la Tabla 1 los indicadores gráficos asociados a
p. 24). “Deseo de poder, vanidad, narcisismo, agresiones sexuales infantiles en la prueba PBLL
autoexigencia, dificultades para el aprendiza- junto con la variable traumatogénica que representa
Ausencia de Entorno Traición las agresiones sexuales infantiles (Girardi & Pool,
Discusión y Conclusiones ños, tales como maltrato físico y/o psicológico, negli-
En términos generales, es posible vincular los Otra posible interpretación de los resultados dice re-
indicadores gráficos asociados a agresiones sexua- lación con que las mayores preocupaciones de los
les infantiles en la prueba PBLL con las dinámicas niños abusados sexualmente no se relacionan con la
traumatogénicas descritas por Finkelhor y Browne sexualidad, sino con las vivencias de abandono, im-
(1985), lo que sugiere que esta prueba gráfica refleja potencia, dolor, y sentimientos de maldad, vergüenza
en alguna medida el daño psicosocial asociado a y culpa, debido a que los niño/as pequeños
este tipo de vivencia. Esto constituye un aporte para evolutivamente no pueden dimensionar cabalmente
la utilización e interpretación de esta prueba gráfica la índole de la agresión sexual (Finkelhor & Browne,
en la detección y evaluación de las agresiones sexua- 1985; Johnson, 2004; Perrone & Bak, 1999).
les infantiles, ya que ofrece al psicólogo clínico- Resulta por tanto fundamental contar con mayor
pericial un acercamiento a las significaciones y a las información detallada respecto a los resultados de
secuelas de los menores vulnerados en sus dere- la prueba PBLL en menores tanto de la población
chos sexuales. Lo anterior puede proporcionar in- general como en niños con distintos problemas o
péuticas más eficientes. Por último debe tenerse siempre presente que los
gráficos asociados a agresiones sexuales infantiles les obtenidos en la prueba PBLL no pueden ser en-
en la prueba PBLL, llama la atención el hecho de que tendidos de un modo lineal y que debe situarse en un
traumatogénica de Indefensión, por lo que proba- ción de otras pruebas y técnicas de evaluación clíni-
blemente los niños experimentarán miedo y ansie- co-pericial (Huerta & Navarro, 2004; SENAME, 2001,
dad por no poder controlar eventos que les son da- 2004). A su vez, la interpretación de los diferentes
ñinos. A esta dinámica se asocian pesadillas, fobias, indicadores en las pruebas gráficas no debe enten-
hipervigilancia, sentimiento de impotencia y baja en derse como exhaustiva o concluyente, sino como
Por el contrario, la variable Sexualización observación clínica (Buck, 1995). A lo anterior se agrega
Traumática, que se espera que esté ligada a este el hecho de que la interpretación de los indicadores
tipo de agresiones, no aparece representada por nin- de las pruebas gráficas no ha sido suficientemente
gún indicador gráfico. Por tanto, no hay evidencia investigada, por lo que podría no ser completamente
que se asocie a preocupaciones sexuales y conduc- adecuada (Thomas & Jolley, 1998).
54 POOL
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ANEXO 1
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