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UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

FACULTAD DE EDUCACIÓN
MAESTRÍA-SED
SEMINARIO DE PROFUNDIZACIÓN – 4º SEMESTRE

PROFESORES: ADALBERTO LEÓN Y BETTY MONROY.

CARMEN ALCIRA LOAIZA.

¿Se puede educar en valores en un país donde hay un progresivo proceso de


destrucción de la sociedad? ¿Un país en donde continuamente se violan los
derechos humanos y por tanto el sistema judicial ha perdido credibilidad de sus
ciudadanos debido al aumento de la corrupción de este?

Aunque no es una tarea fácil, se puede educar en valores. Es sin lugar a duda
la familia el primer formador de valores al que le corresponde iniciar este
proceso, pues es allí donde el niño recibe los primeros mensajes al respeto,
los cuales en la mayoría de veces son erróneos, porque continuamente el niño
vive entre la mentira, la irresponsabilidad y la intolerancia, lo que hace que
educar en valores sea difícil. Por ello, el niño debe interiorizar que los valores
son necesarios para una convivencia en armonía. Por lo tanto, la familia y el
docente deben tener presente que “los valores no se interiorizan por la vía del
intelecto sino por la vía emocional de la imitación dentro del ambiente en el cual
crece el niño” como lo afirma Francisco Cajiao (2004: Pág 85) Es primordial
que los padres y las personas adultas que comparte momentos y espacios con
el niño le ofrezcan experiencias que estimulen y fortalezcan su desarrollo
moral.

Igualmente se deben tener en cuenta que los adultos son el punto de referencia
de los niños y por lo tanto debe ser modelos positivos, es decir debe ser
personas con conductas virtuosas, por eso no se puede olvidar que los
valores se van construyendo

También es importante tener presente que la escuela después de la familia


es la que continúa con la formación de valores en el niño, porque este es el
segundo lugar donde el niño pasa la mayor parte de su vida, por lo tanto es la
responsable de continuar la formación integral del niño, puede garantizar una
sociedad más justa, equitativa, que ofrece oportunidades para una mejor
calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas o como afirma Michael Walzer,
(citado por Alexander Ruiz;2004:Pág.19)” la educación es el mejor recurso con
el que cuentan los pueblos para hacer realidad la justicia como equidad a la
base de una sociedad bien concebida” en la cual los niños “aprendan primero a
se ciudadanos con buenas base en principios y valores para la convivencia.

El gran error que la escuela presenta es que solo se ha preocupado por la


adquisición de conocimiento y del desarrollo cognitivo, olvidándose de lo moral,
de lo ético y lo humano elementos necesarios que forman el sentido
democrático en el sujeto.

Por ello, es necesario revisar el sistema educativo y la practica pedagógica que


se está llevado a cabo en Colombia, porque en la generación actual, se
presenta actitudes de intolerancia, racismo y se observa que la falta de
valores se incrementa conforme el niño crece, lo que hace reflexionar y
plantear que el quehacer pedagógico se debe orientar en la formación para la
convivencia ciudadana, es decir construir una sociedad en la que se pueda
convivir respetuosa y libremente con las demás persona de tal forma que
permita al individuo desarrollar y formar integralmente su personalidad. Así
garantizar la construcción de lo público y una mejor calidad de vida de los
ciudadanos.

La educación en valores debe estar orientada sobre todo en la practica, en lo


vivencial y en la sensibilización de los mismos, lograr que los niños tomen
conciencia de lo importante que es la convivencia ciudadana, en donde prime
el buen trato, se piense en los otros y en el que se actué solidariamente, de tal
manera que garantice las relaciones sociales sanas, pues no hay que olvidar
que los valores se viven, por lo tanto debe existir coherencia entre lo que se
dice y lo que se hace.. Además esta educación debe facilitar el
autoconocimiento, la reflexión y la participación en la que se hagan
planteamientos desde una pedagogía crítica, donde el trabajo pedagógico
desarrolle métodos que posibiliten al estudiante trabajar adecuadamente con
el razonar y la búsqueda del sentido en sus pensamientos, sentimientos y
actuaciones, de tal manera que ese pensamiento pedagógico contribuya a la
formación de las nuevas generaciones en sus escenarios de vida presente y
futura.

Bibliografía.

 Hoyos, Guillermo. Prólogo. Por una educación en valores. En: Ruiz Silva,
Alexander (2.000). Pedagogía en Valores. Hacia una filosofía moral y política
de la educación. Bogotá: Plaza y Janés Editores y Centro de Investigaciones y
Desarrollo Científico. Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Pgs. 13-
35.
 Cajiao, Francisco (2004). La formación de maestros y su impacto social.
Bogotá: Editorial Magisterio, pg. 79-94.

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