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1.

Los instrumentos jurídicos del comercio internacional: el rol del derecho en el comercio
internacional, previsibilidad y seguridad

El rol del derecho en general y del derecho del comercio internacional consiste en asegurar
previsibilidad y seguridad jurídica al comercio internacional. En otros términos, hacer que las
relaciones entre los operadores económicos, públicos o privados, se basen en normas jurídicas y
no en el uso de la fuerza o del poder económico.

Origen, antecedentes y naturaleza de los instrumentos jurídicos de regulación del comercio


internacional

La insuficiencia de fuentes internas o estatales para regular el fenómeno de las relaciones


comerciales internacionales y la consecuente necesidad de una reglamentación internacional son
elementos propios del derecho del comercio internacional, observándose actualmente un
incremento de las fuentes internacionales, tanto desde la perspectiva de los tratados, como de los
usos y costumbres internacionales (UNCITRAL, Cámara de Comercio Internacional, otros).

Las expresiones lex mercatoria o ius mercatorum se utilizan para designar un ordenamiento
jurídico que, pese a los profundos cambios experimentados en la estructura de la sociedad
internacional desde la Edad Media hasta hoy, posee ciertos elementos comunes con el derecho
común de los comerciantes en aquél período que dio lugar al derecho del comercio internacional.
El nuevo derecho del comercio internacional ha surgido en la práctica de los comerciantes
pertenecientes a distintos Estados con diferentes sistemas políticos, económicos y sociales, así
como con distintos niveles de desarrollo. Se trata de un derecho en buena medida autónomo
respecto de los Estados, nacido a partir de las propias exigencias del ámbito internacional, y que
se ha desarrollado con independencia de los sistemas jurídicos nacionales.

Interesa detenerse entonces en las fuentes de la nueva lex mercatoria. Si el Derecho común de
los comerciantes de la Edad Media se basaba fundamentalmente en la práctica y en los usos
universalmente aceptados por los participantes en el comercio internacional, la nueva lex
mercatoria en sentido amplio se caracteriza por el hecho de que sus fuentes son de carácter
internacional, derivadas en primer lugar, de un amplio número de tratados internacionales que
crean un derecho uniforme del comercio internacional (en materia de compraventa mercantil
internacional, de pagos internacionales, de transporte, de derechos de propiedad intelectual e
industrial, entre otras), a partir de la voluntad común de los Estados que negocian, ratifican e
incorporan este derecho a sus respectivos órdenes jurídicos internos. En segundo lugar, de usos y
costumbres del comercio internacional (INCOTERMS, condiciones generales de venta,
contratos-tipo, etc...). Se trata de un conjunto de reglas surgidas del obrar de los participantes en
el comercio internacional que con frecuencia se apartan de las reglamentaciones nacionales en
materia mercantil. No obstante ello, nada impide que los Estados utilicen la técnica de la
incorporación material o por referencia para hacer suya Leyes Modelo o textos internacionales
sobre arbitraje o usos y prácticas mercantiles. La nueva lex mercatoria constituye un factor
trascendental en el marco del Derecho internacional general, pudiéndose afirmar que ese especial
sector de participantes del tráfico externo que son los comerciantes dota al actual derecho del
comercio internacional de una importante nota de profesionalización.

El derecho del comercio internacional comprende entonces un conjunto de normas jurídicas que
regulan la actividad comercial internacional y que provienen tanto de disposiciones nacionales
(fuente interna), como de tratados (fuente internacional convencional) y de costumbres
internacionales (fuente internacional consuetudinaria), como de los usos y de la reglamentación
profesional internacional (fuente internacional vinculada al soft law).

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La norma nacional e internacional: jurisdicción y ley aplicable

El derecho del comercio internacional común presenta la particularidad de poseer un doble origen
o ámbito normativo: por una parte, las normas nacionales dictadas a partir de la jurisdicciones de
los diferentes Estados sobre sus territorios y sus nacionales, y del consecuente poder de policía;
por otra parte, las normas internacionales, de fuente convencional, consuetudinaria (costumbre) o
usos precedentes de la lex mercatoria, surgidas de los acuerdos internacionales entre Estados o
bloques regionales, o de usos o prácticas profesionales aceptados como derecho. Atento a lo
expresado, se deben combinar estas distintas fuentes de producción jurídica, lo que será objeto
de tratamiento en diversas unidades de la materia.

El derecho del comercio internacional: concepto y rasgos característicos

Puede definirse al derecho del comercio internacional como el conjunto de normas jurídicas que
rigen las operaciones o actividades comerciales realizadas por particulares, personas físicas o
jurídicas con intereses en diferentes Estados.

De esta definición pueden extraerse las siguientes notas características:

El derecho del comercio internacional comprende el conjunto de normas jurídicas que regulan la
actividad comercial internacional y que provienen tanto de disposiciones nacionales, como de
tratados o costumbres internacionales, como de usos o reglamentaciones profesionales
internacionales.

El derecho del comercio internacional regula al conjunto de operaciones que implican el ejercicio
del comercio, tanto en lo que se refiere a la estructura de la actividad (sociedades comerciales),
como en lo relativo a los actos que expresan la actividad de empresa (venta, competencia...).

El derecho del comercio internacional se aplica a todas las relaciones comerciales y financieras
que afectan a personas que tienen intereses o vínculos localizados en Estados diferentes.

El derecho del comercio internacional se caracteriza por tener una pluralidad de actores
participantes, desde las personas físicas en tanto comerciantes particulares, hasta las personas
jurídicas nacionales o internacionales, expresiones de la actividad empresarial comercial a escala
global. Junto a estos actores, figura el Estado, tanto en su faceta de autoridad de control como de
comerciante, junto las personas jurídicas de derecho público (empresas públicas). Finalmente, a
esta diversidad de actores debe sumarse a las organizaciones internacionales (OMC, otras) y
regionales (MERCOSUR, otras) creadas por un tratado internacional y también reguladoras del
tráfico comercial junto a los Estados.

El derecho del comercio internacional se caracteriza en la actualidad por una tendencia hacia la
uniformidad como técnica de reglamentación, con el objeto de incrementar la seguridad jurídica y
la previsibilidad de los operadores comerciales.

Finalmente, si bien la autonomía del derecho del comercio internacional constituye una cuestión
debatida, desde la posición aquí sostenida se adopta la postura de Naciones Unidas reflejada en
la Res. de la A.G. de las N.U. 2102 (XX) del 20 diciembre 1965 que define el Derecho del
comercio internacional sobre la base de tres elementos clave que reflejan su autonomía:
1. Materia regulada: se trata de un ordenamiento regulador de las relaciones comerciales
internacionales, de contenido diversos, incluyendo las siguientes operaciones: venta internacional,
instrumentos negociables, seguros, operaciones de transporte, propiedad industrial, propiedad
literaria y arbitraje comercial, entre otros.
2. Carácter privado: se trata de un conjunto de normas que rigen las relaciones comerciales de
derecho privado entre sujetos con intereses en diversos países.
3. Carácter uniforme: El Derecho del comercio internacional así concebido trata de configurar, una
nueva lex mercatoria como una parte del derecho internacional privado en búsqueda de la
uniformidad de soluciones jurídicas.

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2. Las instituciones de derecho internacional en materia comercial: la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial del Comercio (OMC)

La labor de ONU en materia comercial y el protagonismo de la OMC

La Organización de Naciones Unidas (ONU) tiene como objetivo mantener la paz y la seguridad
internacionales, y junto a ello promover las relaciones amistosas entre sus Estados miembros y la
cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico,
social, cultural o humanitario.En este marco, la ONU cuenta con organismos especializados por
sectores o temas de actuación, siendo la Organización Mundial del Comercio (OMC) la entidad de
referencia en materia de promoción y regulación del comercio internacional.

La OMC es entonces la organización internacional que se ocupa de producir normas de alcance


mundial que regulan el comercio internacional y de controlar su cumplimiento, velando por la
apertura del comercio y la eliminación de restricciones. Atento a esto, su principal función es velar
por que las corrientes comerciales circulen con la mayor fluidez, previsibilidad y libertad posibles.

La OMC tiene diversas funciones, entre ellas: administrar el sistema mundial de normas
comerciales, funcionar como foro para la negociación de acuerdos comerciales, solucionar
diferencias comerciales entre sus Miembros, y atender a las necesidades de los países en
desarrollo.

Constituyen el núcleo de la OMC los denominados Acuerdos de la OMC, negociados y firmados


por la mayoría de los Estados del mundo. Esos documentos establecen las normas jurídicas
fundamentales del comercio internacional. Son en lo esencial contratos que obligan a los
gobiernos a mantener sus políticas comerciales dentro de límites convenidos. Son negociados y
firmados por los gobiernos, pero su finalidad es ayudar a los productores de bienes y servicios, a
los exportadores y a los importadores a desarrollar sus actividades.

El propósito primordial del sistema es contribuir a que el comercio fluya con la mayor libertad
posible, sin que se produzcan efectos secundarios no deseables, porque eso es importante para
el desarrollo económico y el bienestar. Esto conlleva en parte la eliminación de obstáculos y la
necesidad de que los actores económicos cumplan con las normas que rigen el comercio en las
distintas partes del mundo, de manera que puedan tener previsibilidad en un marco de
transparencia.

La OMC nació en el año 1995, y es la sucesora del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros
y Comercio (GATT), establecido tras la Segunda Guerra Mundial. Así pues, aunque la OMC es
una organización relativamente joven, el sistema multilateral de comercio establecido
originalmente en el marco del GATT tiene más de 70 años. El GATT y la OMC han contribuido a
crear un sistema comercial sólido y próspero hasta el momento, aunque no exento de
cuestionamientos y de necesidad de reformas.

El sistema se creó mediante una serie de negociaciones comerciales o rondas, celebradas en el


marco del GATT. Si bien las primeras rondas se centraron principalmente en las reducciones
arancelarias, en negociaciones posteriores se abordaron otras cuestiones, como las medidas
antidumping y las medidas no arancelarias. La Ronda Uruguay, que se desarrolló entre 1986 y
1994, dio lugar a la creación de la OMC, y a partir de allí han continuado las rondas de
negociaciones.

En 1997 se alcanzó un acuerdo sobre los servicios de telecomunicaciones, en el que 69 Miembros


aceptaron una serie de medidas de liberalización de gran alcance que iban más allá de las
acordadas durante la Ronda Uruguay. Ese mismo año, 40 Miembros concluyeron negociaciones
sobre el comercio en franquicia arancelaria de los productos de tecnología de la información y 70
Miembros concertaron un acuerdo sobre los servicios financieros que abarca más del 95% del
comercio de servicios bancarios, seguros, operaciones con valores e información financiera.

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En 2000 se iniciaron nuevas conversaciones sobre la agricultura y los servicios. Estas
conversaciones se integraron en un programa de trabajo más amplio, el Programa de Doha para
el Desarrollo, que se puso en marcha en la Cuarta Conferencia Ministerial de la OMC, celebrada
en Doha (Qatar) en noviembre de 2001. El nuevo programa de trabajo incluía negociaciones y
otros trabajos en lo que respecta a los aranceles sobre productos no agrícolas, el comercio y el
medio ambiente, las normas de la OMC en materia de medidas antidumping y subvenciones, la
facilitación del comercio, la transparencia de la contratación pública, la propiedad intelectual y una
serie de cuestiones planteadas por las economías en desarrollo en cuanto dificultades con las que
tropiezan en la aplicación de los Acuerdos de la OMC.

Las negociaciones sobre estos y otros temas han dado lugar a importantes actualizaciones del
conjunto de normas de la OMC en los últimos años. El Acuerdo sobre Contratación Pública
revisado, que se adoptó en la Octava Conferencia Ministerial de la OMC, celebrada en 2011,
amplió el alcance del Acuerdo original en unos 100.000 millones de dólares al año.

En la Novena Conferencia Ministerial, celebrada en Bali en 2013, los Miembros de la OMC


concertaron el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, que tiene por finalidad reducir las
demoras en frontera mediante la simplificación de los trámites burocráticos. Cuando se aplique
plenamente, este Acuerdo -que fue el primer acuerdo multilateral concluido en el marco de la
OMC-, se logrará una reducción de los costos del comercio de más de 14 puntos porcentuales y
un aumento de las exportaciones mundiales de hasta 1 billón de dólares al año.

En virtud de la ampliación del Acuerdo sobre Tecnología de la Información, concluida en la Décima


Conferencia Ministerial, celebrada en Nairobi en 2015, se eliminaron los aranceles aplicables a
200 productos de tecnología de la información adicionales, cuyo comercio anual se ha valorado en
más de 1,3 billones de dólares. Otro resultado de la Conferencia fue la decisión de eliminar las
subvenciones a la exportación de productos agropecuarios, con lo que se daba cumplimiento a
una meta clave del Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas "Hambre Cero".

En 2017 entró en vigor una enmienda del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de
Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (Acuerdo sobre los ADPIC) de la OMC
destinada a facilitar el acceso de las economías pobres a medicamentos asequibles. Ese año
también entró en vigor el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio.

Mandato - Funciones

El propósito primordial de la OMC es contribuir a que las corrientes comerciales circulen con
fluidez, libertad y previsibilidad, como instrumento de desarrollo. Para lograr ese objetivo, la OMC
se encarga de:

Administrar los acuerdos comerciales: se remite a lo expresado en otros apartados.

Servir de foro para las negociaciones comerciales: se remite a lo expresado en otros apartados.

Resolver las diferencias comerciales: el procedimiento de la OMC para resolver controversias


comerciales es vital para la observancia o respeto de las normas, y en consecuencia para velar
por la fluidez de los intercambios comerciales. Los países someten sus diferencias a la OMC
cuando estiman que se han infringido los derechos que les corresponden en virtud de los
Acuerdos. Los dictámenes de los expertos independientes designados especialmente para el caso
se basan en la interpretación de los Acuerdos y de los compromisos contraídos por cada uno de
los países.

Examinar las políticas comerciales nacionales: los Acuerdos de la OMC obligan a los Miembros a
garantizar la transparencia de sus políticas comerciales notificando a la OMC las leyes en vigor y
las medidas adoptadas, por lo que diversos Consejos y Comités de la OMC tratan de asegurarse
de que esas prescripciones se respeten y de que los Acuerdos de la OMC se apliquen
debidamente. Todos los Miembros de la OMC están sujetos a un examen periódico de sus

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políticas y prácticas comerciales, y cada uno de esos exámenes contiene informes del Miembro y
de la Secretaría de la OMC.

Crear capacidad comercial en las economías en desarrollo: los Acuerdos de la OMC contienen
disposiciones especiales para los países en desarrollo con el objeto de contribuir a crear la
capacidad técnica y la infraestructura que necesitan para aumentar su comercio.

Cooperar con otras organizaciones internacionales: la OMC mantiene un diálogo regular con
organizaciones no gubernamentales, parlamentarios, otras organizaciones internacionales, los
medios de comunicación y el público en general sobre diversos aspectos que hacen al trabajo de
la organización, con el fin de aumentar la cooperación y mejorar el conocimiento de sus
actividades.

Para el cumplimiento de esas funciones las principales actividades de la OMC son:

● La negociación de la reducción o eliminación de los obstáculos al comercio (aranceles de


importación u otros obstáculos al comercio) y acuerdos sobre las normas por las que se
rige el comercio internacional (medidas antidumping, subvenciones, etc.).
● La administración y vigilancia de la aplicación de las normas acordadas de la OMC que
regulan el comercio de mercancías y de servicios y los aspectos de los derechos de
propiedad intelectual relacionados con el comercio.
● La vigilancia y el examen de las políticas comerciales de sus Miembros y la consecución
de la transparencia en los acuerdos comerciales regionales y bilaterales.
● La solución de diferencias entre los Miembros sobre la interpretación y aplicación de los
Acuerdos.
● El fortalecimiento de la capacidad de los funcionarios públicos de los países en desarrollo
en asuntos relacionados con el comercio internacional.
● La prestación de asistencia en el proceso de adhesión de unos 30 países que todavía no
son miembros de la Organización.
● La realización de estudios económicos y la recopilación y difusión de datos comerciales en
apoyo de las demás actividades principales de la OMC.
● La explicación y difusión al público de información sobre la OMC, su misión y sus
actividades.

Miembros

Integran a la fecha la OMC 164 Estados Miembros, que representan más del 98% del comercio
mundial, más 22 Estados más en calidad de observadores y/o en proceso de adhesión.

Puede verse la lista de Miembros en:

https://www.wto.org/spanish/thewto_s/whatis_s/tif_s/org6_s.htm

Estructura institucional

El órgano supremo para la adopción de decisiones de la OMC es la Conferencia Ministerial, que


normalmente se reúne cada dos años. Las decisiones son adoptadas por el conjunto de los
Miembros, por consenso como regla general (también es posible recurrir a la votación por mayoría
de los votos emitidos, pero ese sistema nunca ha sido utilizado en la OMC y solo se empleó en
contadas ocasiones en el marco del GATT).

En el nivel inmediatamente inferior está el Consejo General (generalmente compuesto por


embajadores y jefes de delegación en la sede de Ginebra), que se reúne varias veces al año en la
sede en Ginebra. El Consejo General dirige las actividades de la organización en los intervalos
entre reuniones de la Conferencia Ministerial. Ambos órganos están integrados por todos los
Miembros y Se encargan de la administración y vigilancia de la aplicación por los Miembros de los
distintos Acuerdos de la OMC órganos subsidiarios especializados (Consejos, Comités y
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Subcomités), también integrados por todos los Miembros. Este órgano también celebra reuniones
en calidad de Órgano de Examen de las Políticas Comerciales y de Órgano de Solución de
Diferencias, lo que es objeto de tratamiento en otra unidad del programa.

En el siguiente nivel se encuentran el Consejo del Comercio de Mercancías, el Consejo del


Comercio de Servicios y el Consejo de los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual
relacionados con el Comercio (Consejo de los ADPIC), que rinden informe al Consejo General.

Un número importante de Comités y Grupos de Trabajo Especializados se encarga de los distintos


Acuerdos y de otras esferas, como el medio ambiente, el desarrollo, las solicitudes de adhesión a
la Organización y los acuerdos comerciales regionales.

La Secretaría de la OMC, con sede en Ginebra, tiene una plantilla de unos 700 funcionarios,
encabezada por un Director General. No existen oficinas auxiliares fuera de Ginebra. Dado que
son los Miembros de la OMC quienes adoptan las decisiones, la Secretaría no tiene facultades de
toma de decisiones. Los principales cometidos de la Secretaría son brindar apoyo técnico a los
distintos Consejos y Comités y a las Conferencias Ministeriales, prestar asistencia técnica a las
economías en desarrollo, analizar el comercio mundial y dar a conocer las actividades de la OMC
al público y a los medios de comunicación. La Secretaría también presta algunas formas de
asistencia jurídica en los procedimientos de solución de diferencias y asesora a los Estados que
desean adherirse a la OMC.

Puede verse el organigrama de la OMC en:

https://www.wto.org/spanish/thewto_s/whatis_s/tif_s/org2_s.htm

Principios rectores

Son principios rectores de actuación de la OMC los siguientes:

No discriminación: un Estado no debe discriminar entre sus interlocutores comerciales y no debe


discriminar entre sus propios productos, servicios o nacionales y los productos, servicios o
nacionales de otros países.

Eliminación de obstáculos al comercio: la disminución de los obstáculos comerciales es una de las


formas más evidentes de fomentar el comercio; esos obstáculos pueden consistir en derechos de
aduana (o aranceles) o en medidas como la prohibición de las importaciones o la fijación de
contingentes que restringen selectivamente las cantidades.

Previsibilidad y transparencia: las empresas, los inversores y los gobiernos de otros países deben
confiar en que no se establecerán arbitrariamente obstáculos comerciales. Mediante la estabilidad
y la previsibilidad, se fomentan las inversiones, se crean puestos de trabajo, y los consumidores
pueden disfrutar plenamente de las ventajas de la competencia: la posibilidad de elegir y unos
precios más bajos.

Eliminar la competencia desleal: desalentar, para ello, las prácticas desleales, como las
subvenciones a la exportación y el dumping de productos a precios inferiores a su costo para
obtener una mayor participación en el mercado. Las cuestiones son complejas, y las normas
tratan de establecer lo que es leal o desleal y la manera en que los gobiernos pueden responder,
especialmente imponiendo derechos de importación adicionales calculados para compensar los
perjuicios causados por el comercio desleal.

Especial atención a los países en desarrollo: conceder a éstos más tiempo para realizar ajustes,
mayor flexibilidad y privilegios especiales; más de tres cuartas partes de los Miembros de la OMC
son países en desarrollo y países en transición a economías de mercado. Los Acuerdos de la
OMC les conceden períodos de transición para adaptarse a las disposiciones de la OMC menos
conocidas y tal vez más difíciles.

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Protección del medio ambiente: los Acuerdos de la OMC permiten a los Miembros adoptar
medidas para proteger no sólo el medio ambiente sino también la salud pública y la salud de los
animales, y para preservar los vegetales. No obstante, esas medidas deben aplicarse por igual a
las empresas nacionales y a las extranjeras. En otras palabras, los Miembros no deben utilizar
medidas de protección del medio ambiente como medio de encubrir políticas proteccionistas.

Los principios fundamentales y rectores de la OMC son entonces la apertura de las fronteras al
comercio internacional con excepciones justificables o con la flexibilidad adecuada, la garantía del
principio de la nación más favorecida y del trato no discriminatorio entre los Miembros, así como el
compromiso de lograr la transparencia. Al mismo tiempo, la mencionada apertura debiera ir
acompañada de políticas nacionales e internacionales racionales que contribuyan al crecimiento
económico y al desarrollo en consonancia con las necesidades y aspiraciones de cada uno de los
Miembros.

Acuerdos o normativa (mercaderías, servicios, propiedad intelectual)

Las normas de la OMC, denominadas Acuerdos, son fruto de negociaciones entre los Miembros.
Los Acuerdos establecen los fundamentos jurídicos del comercio internacional y son
esencialmente contratos que garantizan a los Miembros de la OMC importantes derechos en
relación con el comercio y que, al mismo tiempo, obligan a los Gobiernos a mantener políticas
comerciales transparentes y previsibles, lo que redunda en beneficio mutuo.

El cuerpo de normas actualmente vigente está formado en gran medida por los resultados de las
negociaciones de la Ronda Uruguay, celebradas entre 1986 y 1994, que incluyeron una
importante revisión del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) original.

La Ronda Uruguay permitió establecer nuevas normas sobre el comercio de servicios y la


propiedad intelectual, así como nuevos procedimientos para la solución de diferencias. El cuerpo
de normas completo consta de unas 30.000 páginas que recogen alrededor múltiples acuerdos,
así como los respectivos compromisos (llamados "Listas de compromisos") contraídos por los
distintos Miembros en esferas específicas, por ejemplo, la reducción de los derechos arancelarios
o la apertura de los mercados de servicios.

Estos acuerdos permiten a los Miembros de la OMC moverse en un sistema de comercio no


discriminatorio que define sus derechos y obligaciones. Todos los Miembros reciben garantías de
que en los mercados de los demás Miembros se otorgará un trato equitativo y uniforme a sus
exportaciones, y todos ellos se comprometen a hacer otro tanto con las importaciones dirigidas a
sus propios mercados. El sistema otorga además, como se verá más adelante, cierta flexibilidad a
las economías en desarrollo en lo que respecta al cumplimiento de los compromisos.

A partir de esta normativa común de alcance global, negociada y firmada por la mayoría de los
Estados que participan en el comercio mundial y ratificada por sus respectivos Parlamentos, el
entorno económico mundial se vuelve más seguro y fiable. Por otra parte, las fricciones
comerciales se canalizan a través del mecanismo de solución de diferencias de la OMC, centrado
en la interpretación de los acuerdos y compromisos, que tiene por objeto garantizar que las
políticas comerciales de los Miembros se ajusten a estos. De ese modo, se reduce el riesgo de
que las controversias desemboquen en conflictos políticos o militares, lo que contribuye a
mantener la paz y la seguridad internacional, objetivo de la Organización de Naciones Unidas
(ONU).

Cabe destacar que esta normativa común emanada desde la OMC proporciona un marco estable
y transparente para ayudar a los productores de bienes y de servicios, los exportadores y los
importadores a llevar adelante sus actividades, llegando así a la vida de los particulares.

Los Acuerdos de la OMC abarcan las mercancías, los servicios y la propiedad intelectual. En ellos
se establecen los principios de la liberalización, así como las excepciones permitidas. Incluyen los
compromisos contraídos por los distintos países de reducir los aranceles aduaneros y otros

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obstáculos al comercio y de abrir y mantener abiertos los mercados de servicios. Establecen
procedimientos para la solución de diferencias.

Esos Acuerdos no son estáticos sino que son de vez en cuando objeto de nuevas negociaciones,
y pueden añadirse al conjunto nuevos acuerdos. Muchos de ellos se están negociando
actualmente en el marco del Programa de Doha para el Desarrollo, iniciado por los Ministros de
Comercio de los Miembros de la OMC en Doha (Qatar) en noviembre de 2001.

En la actualidad, el conjunto de normas de la OMC comprende acuerdos multilaterales distintos


(en los que son parte todos los Miembros de la OMC) y acuerdos plurilaterales distintos (en los
que sólo son parte algunos Miembros de la OMC), susceptibles de ser divididos en una estructura
simple con seis partes principales:

Un acuerdo general (el Acuerdo por el que se establece la OMC).

Tres acuerdos para cada una de las tres amplias esferas de comercio abarcadas por la OMC
(bienes, servicios y propiedad intelectual): el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y
Comercio (GATT) con respecto a las mercancías, el Acuerdo General sobre el Comercio de
Servicios (AGCS), y el Acuerdo sobre aspectos de los derechos de propiedad intelectual
relacionados con el comercio (ADPIC).

Un acuerdo sobre solución de diferencias.

Un acuerdo para el examen de las políticas comerciales de los Miembros.

Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT): Desde 1995, el Acuerdo de
Marrakech por el que se establece la OMC se ha convertido, junto con sus Anexos, entre los que
se incluye el GATT actualizado, en el acuerdo básico de la OMC. Dichos Anexos se centran en
sectores específicos relacionados con las mercancías, como la agricultura, y en cuestiones tales
como las normas de productos, las subvenciones o las medidas antidumping. El Acuerdo sobre
Facilitación del Comercio, que entró en vigor en 2017, ha sido una importante adición reciente.

Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS): el acuerdo tiene por finalidad la
participación creciente de los países en desarrollo en el comercio mundial. Hace referencia, entre
otras cosas, al fortalecimiento de la competitividad nacional de los países en desarrollo en materia
de servicios, mediante el acceso a la tecnología y la mejora de su acceso a las redes de
información. Los bancos, las compañías de seguros, las empresas de telecomunicaciones, los
operadores turísticos, las cadenas de hoteles y las empresas de transporte que deseen desarrollar
sus actividades comerciales en el extranjero pueden beneficiarse de los mismos principios de
comercio más abierto que originalmente solo se aplicaban al comercio de mercancías. Los
Miembros de la OMC han contraído compromisos individuales en el marco del AGCS en los que
se especifican los sectores de servicios que están dispuestos a abrir a la competencia exterior y el
grado de apertura de dichos mercados. El artículo XII permite que los países en desarrollo y los
países en transición adopten restricciones del comercio de servicios por dificultades de la balanza
de pagos.

Acuerdo sobre aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio
(ADPIC): este acuerdo contiene normas que rigen el comercio en la esfera de las ideas y la
creatividad. Esas normas establecen cómo se deben proteger en los intercambios comerciales el
derecho de autor, las patentes, las marcas de fábrica o de comercio, las indicaciones geográficas
utilizadas para identificar a los productos, los dibujos y modelos industriales y la información no
divulgada, por ejemplo, los secretos comerciales; aspectos todos estos conocidos como propiedad
intelectual.

Entendimiento de Solución de Diferencias:las relaciones comerciales conllevan a menudo


intereses contrapuestos. La forma más armoniosa de resolver estas diferencias es mediante un
procedimiento imparcial basado en normas jurídicas, este es el propósito del Sistema de Solución
de Diferencias de la OMC. El procedimiento de la OMC para resolver conflictos comerciales es
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fundamental para la observancia de las normas y asegurar así la fluidez de los intercambios
comerciales. Los Miembros someten sus diferencias a la OMC cuando estiman que se han
infringido los derechos que les corresponden en virtud de los Acuerdos de la OMC. Los
dictámenes de los expertos independientes designados especialmente para el caso se basan en
la interpretación de los Acuerdos y de los compromisos contraídos por cada uno de los Miembros.
El sistema alienta a los Miembros a solucionar sus diferencias mediante la celebración de
consultas. Si no se obtienen resultados satisfactorios, pueden iniciar un procedimiento que consta
de varias fases e incluye la posibilidad de que un grupo especial de expertos adopte una
resolución al respecto y el derecho de recurrir contra tal resolución alegando fundamentos
jurídicos. La confianza en este sistema ha quedado corroborada por el número de asuntos
sometidos a la OMC, más de 500 desde el establecimiento de la Organización.

Mecanismo de Examen de las Políticas Comerciales: tiene por objeto promover la transparencia,
mejorar la comprensión de las políticas comerciales adoptadas por los Miembros de la OMC y
evaluar su repercusión. Todos los Miembros de la OMC deben someterse a este escrutinio
periódico; cada examen incluye el informe del Miembro en cuestión y el de la Secretaría de la
OMC. De forma paralela, la OMC hace una vigilancia regular de las medidas a escala mundial que
afectan al comercio. Este ejercicio global de vigilancia del comercio, realizado inicialmente a raíz
de la crisis financiera de 2008, ha pasado a ser una función ordinaria de la OMC que tiene por
objeto poner de relieve la aplicación por los Miembros de medidas de facilitación del comercio y de
medidas que lo restringen.

Eficacia para operadores comerciales (particulares)

A partir de lo señalado precedentemente, si bien el carácter de la normativa de la OMC vinculada


directamente a los Estados Miembros, que asumen determinados compromisos en materia
arancelaria y no arancelaria, entre otros, el objetivo de esta normativa es proporcionar un marco
estable, previsible y transparente para ayudar a los productores de bienes y de servicios, los
exportadores y los importadores a llevar adelante sus actividades, llegando así a la vida de los
operadores comerciales, sujetos protagónicos del comercio internacional.

Participación de los países menos adelantados

Los Acuerdos de la OMC contienen disposiciones especiales que confieren a los países en
desarrollo derechos particulares y brindan a los países desarrollados la posibilidad de otorgar un
trato más favorable a los países en desarrollo que a los demás Miembros de la OMC. Estas
disposiciones se conocen como “disposiciones en materia de trato especial y diferenciado”. Es
importante destacar que más de tres cuartas partes de los Miembros de la OMC son economías
en desarrollo o menos adelantadas.

Las disposiciones especiales comprenden:

Períodos más prolongados para la aplicación de los acuerdos y los compromisos;

Medidas para aumentar las oportunidades comerciales de estos países;

Disposiciones que exigen a todos los Miembros de la OMC que salvaguarden los intereses
comerciales de los países en desarrollo;

Asistencia para ayudar a los países en desarrollo a crear la capacidad necesaria para llevar a
cabo los trabajos relacionados con la OMC, gestionar las diferencias y aplicar las normas técnicas.

La Secretaría de la OMC centraliza las disposiciones en materia de trato especial y diferenciado y


su utilización, incluidas en los diferentes Acuerdos. Por su parte, el Comité de Comercio y
Desarrollo de la OMC es el encargado de examinar las necesidades especiales de las economías
en desarrollo. Sus funciones comprenden la aplicación de los Acuerdos de la OMC, la cooperación
técnica y el fomento de la participación de las economías en desarrollo en el sistema mundial de
comercio.
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Por su parte, la iniciativa de Ayuda para el Comercio, puesta en marcha en 2005 por los Miembros
de la OMC, tiene por objeto ayudar a las economías en desarrollo a crear capacidad comercial,
mejorar su infraestructura y aumentar su capacidad para beneficiarse de las oportunidades de
apertura del comercio. Hasta la fecha se han desembolsado más de 340.000 millones de dólares
para prestar apoyo a proyectos concebidos en el marco de esa iniciativa, que cada dos años es
objeto de un Examen Global en la sede de la OMC.

Asimismo, el Marco Integrado Mejorado (MIM) es una asociación multilateral destinada


exclusivamente a ayudar a los países menos adelantados (PMA) para que el comercio sea un
motor de crecimiento, de desarrollo sostenible y de reducción de la pobreza. El MIM, que engloba
a 51 países, 24 donantes y 8 organismos asociados, entre los que se incluye la OMC, colabora
estrechamente con Gobiernos, organizaciones de desarrollo, círculos académicos y la sociedad
civil. El MIM ha invertido en más de 170 proyectos y ha comprometido 220 millones de dólares
para prestar apoyo a los países más pobres del mundo.

Otra asociación que cuenta con el respaldo de la OMC es el Fondo para la Aplicación de Normas
y el Fomento del Comercio (STDF), que tiene por finalidad ayudar a las economías en desarrollo
en el cumplimiento de las normas internacionales en materia de inocuidad de los alimentos y
sanidad vegetal y animal, y en el acceso a los mercados mundiales. La OMC alberga la secretaría
y administra el Fondo Fiduciario del STDF, que ha aportado más de 40 millones de dólares de
financiación para proyectos en economías de bajos ingresos.

Finalmente, cabe señalar que la OMC organiza anualmente centenares de misiones de


cooperación técnica a economías en desarrollo, y también organiza cada año en su sede de
Ginebra numerosos cursos de política comercial para funcionarios gubernamentales, junto a
seminarios regionales en diversos continentes, con énfasis especial en los países africanos, y a
cursos de aprendizaje en línea

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