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Ovni

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«Platillo volante» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Platillo volante
(desambiguación).
No debe confundirse con el objeto sumergible no identificado osni.

Clásica fotografía de un ovni en Nueva Jersey, tomada el 31 de julio de 1952.1

El término objeto volador no identificado, más conocido por


el acrónimo ovni,2nota 1 se refiere a la observación de un objeto volador, real o
aparente, que no puede ser identificado por el observador y cuyo origen sigue
siendo desconocido después de una investigación.
El acrónimo fue creado para reemplazar al de «platillo volante», ya que a
diferencia de este un ovni no tiene por qué ser necesariamente un objeto
tecnológico o tripulado (puede ser también una estrella, un meteorito o un avión
desconocido), y ha llegado a trascender más allá de las simples observaciones
aéreas. Aunque autores como Erich von Däniken o Jacques Vallée han
apuntado que los antiguos carros de los dioses o las apariciones y raptos en
bosques y pantanos podían ser el equivalente a los relatos ovni actuales, el
fenómeno comenzó en 1947, íntimamente vinculado a los medios de
comunicación.
La literatura especializada en estos temas ha ido creciendo en número de
cabeceras y tirada, para pasar a recoger también supuestos contactos
telepáticos, pretendidos secuestros y declaraciones sobre experimentos
genéticos realizados por los tripulantes de dichos objetos. Todas estas
afirmaciones extraordinarias tienen en común la ausencia de pruebas
extraordinarias que las demuestren. Pese a la total ausencia de las mismas,
la hipótesis extraterrestre sigue siendo tema de debate.
Índice

 1Contexto histórico
 2Terminología
 3Historia
o 3.1Ovnis en la Edad Antigua, Media y Moderna
o 3.2Ovnis contemporáneos
 4Investigación
o 4.1Líneas de investigación
o 4.2Clasificación de los ovnis según su observación
 4.2.1Encuentros lejanos
 4.2.2Encuentros cercanos
o 4.3Clasificación de los ovnis por su forma
o 4.4Resultados
 5Interpretación
o 5.1Hipótesis extraterrestre
o 5.2Carl Gustav Jung: fundamentación psíquica
o 5.3Hipótesis psicosocial
o 5.4Hipótesis paraufológica
 6Los ovnis en la cultura popular
 7Véase también
 8Notas
 9Referencias
 10Bibliografía
o 10.1Bibliografía utilizada
o 10.2Bibliografía adicional

Contexto histórico[editar]
Autores como Luis Alfonso Gámez, Ricardo Campo1 o Neil deGrasse Tyson3
han insistido en la gran importancia de los antecedentes históricos que
rodeaban el nacimiento y la popularización del término «ovni».

El astrónomo norteamericano Percival Lowell, defensor de vivir cerca de otras civilizaciones


extraterrestres con gran inteligencia.
A finales del siglo XIX y principios del XX, Percival Lowell había publicado varias
obras sobre Marte en las que postulaba que las líneas oscuras divisadas
por Giovanni Schiaparelli en la superficie marciana constituían una red de
canales creados por una civilización inteligente, para traer agua desde los
polos al ecuador del «planeta rojo».1Pese a que las observaciones de Lowell se
revelarían erróneas, el público en general consideró la existencia de vida
extraterrestre inteligente y cercana a la Tierra como un hecho probado
científicamente.nota 2
En 1944, la Luftwaffe había conseguido hacer operativo el Heinkel He 178. El
motor de este avión sorprendió por su sencillez al no
necesitar bielas, pistones, cigüeñal, aceite y los demás elementos utilizados
hasta el momento.4También su velocidad, cercana a los 700 km/h, dejaba
bastante atrás a los mejores aparatos de la época, caso del Supermarine
Spitfire. Como tercera virtud se puede destacar su maniobrabilidad. Además, el
aparato en sí ya era sorprendente para personas poco introducidas en el
mundo aeronáutico por no tener hélices que lo impulsaran. Aparatos como este
y tantos otros que le siguieron comenzaron a implantar en el ciudadano
corriente la idea de que se investigaba sobre nuevos modelos aéreos, bastante
diferentes de los anteriores y con unas prestaciones muy superiores.
Un efecto más contundente si cabe para la opinión pública, lo causó el V2.
Este misil balístico dejaba muy atrás a lo que podían presentar naciones como
la Unión Soviética o Estados Unidos. El V2 era capaz de mover una carga útil
de casi una tonelada, a varios cientos de kilómetros y a velocidades que
superaban con mucho la del sonido.nota 3 Este portento de la ingeniería abrió
nuevamente la mentalidad del público en general e hizo ver como posible que
un ingenio de origen inteligente causara imágenes que antes se hubieran
tomado por espejismos, resplandores, relámpagos o cualquier otra explicación
natural.
El 16 de julio de 1945 tuvo lugar en Álamo Gordo la Prueba Trinity, con la que
culminaba el Proyecto Manhattan. Dicha prueba, junto a la utilización posterior
de una bomba de uranio y otra de plutonio, demostró que se podía conseguir
gran cantidad de energía con poca masa. Pero, al mismo tiempo, se descubría
un nuevo tipo de arma con una capacidad destructiva incomparable, lo cual
supuso un salto cualitativo en el tipo de guerra que podría librarse. Igualmente
se dio el pistoletazo de salida para una carrera de armamentos entre
los Estados Unidos y la Unión Soviética, junto a una carrera de información
para conocer cada bando el nivel alcanzado por su oponente. 5
La información sobre la Unión Soviética constituyó todo un problema para
Estados Unidos. John Lewis Gaddis6 indica que inicialmente no se sabía el
estado real alcanzado por la tecnología soviética. Fue bastante avanzada la
Guerra Fría cuando se comprobó que la tecnología soviética estaba por detrás
de la estadounidense. Sin embargo había dos campos donde sí llevaban cierta
ventaja: uno era el balístico y el otro fue la capacidad de guardar sus secretos.
El régimen de Iósif Stalin y el de sus sucesores era una dictadura férrea, con
un control considerable de la información producida y difundida, por lo que las
apariencias resultaban más fáciles de guardar. Unido a esto, las inmensas
proporciones del país le concedían una profundidad estratégica sin igual, lo que
hacía imposible observar todo su territorio desde ningún punto de su frontera,
aunque solo fuese indirectamente y por muy alto que se alzara el observador.
Así los soviéticos podían amenazar con misiles que no tenían y esgrimir
divisiones con las que no contaban, o al menos en determinados momentos, lo
cual constituía una fuente de rumores. La recién creada Agencia Central de
Inteligencia (CIA) y la Casa Blanca necesitaban información sobre lo que
sucedía en la Unión Soviética. Para conseguirla propusieron tratados,
desarrollaron ingenios, financiaron los proyectos más variopintos... todo para
conseguir fotografías o mediciones atmosféricas que pudieran indicar los
avances de la otra superpotencia en campos como el de los misiles
intercontinentales, los bombarderos estratégicos o las pruebas nucleares
atmosféricas. Pero la incógnita de hasta donde había conseguido llegar la
tecnología soviética perduró durante bastantes años, al menos hasta la llegada
de los satélites espías.
Ante las prestaciones ofrecidas por el motor de reacción y el misil balístico, las
potencias vencedoras se disputaron a los técnicos implicados en los programas
alemanes para desarrollar los suyos propios. Sin embargo, por una serie de
decisiones, los Estados Unidos mantuvieron relegado a von Braun durante un
tiempo, mientras los dirigentes soviéticos sacaron del Gulag a Serguéi
Koroliov para que retomase los programas de misiles abandonados años atrás.
Al poco tiempo, los segundos iban más adelantados que los primeros en
misiles y cohetes. Carl Sagan, quien participó en el programa Apolo, indica que
dicha ventaja fue inicial.7 Tanto los dirigentes de la URSS como de los Estados
Unidos quedaron sorprendidos al ver el interés del público por los temas
espaciales cuando los soviéticos decidieron utilizar su misil balístico para poner
en órbita el Sputnik 1. Incluso los éxitos soviéticos crearon cierto pánico en la
población estadounidense al sentirse vulnerables y en inferioridad tecnológica
frente a su enemigo. El mismo Sagan veía con envidia años después las pocas
preguntas que les hacían los políticos para darles lo que pidieran para temas
espaciales.8 El astrobiólogo transcribe el interrogatorio mantenido en 1958
entre Daniel J. Flood, presidente de la subcomisión para asignaciones de la
defensa y representante del partido demócrata por Pensilvania, y Richard E.
Horner, secretario de la asesoría para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
Ante la petición de una partida considerable de fondos para la investigación
espacial, la subcomisión realizó tres preguntas a Horner y, tras responderlas,
Flood declaró:
Deberíamos darle todo el dinero, todo el hardware y todo el personal que precisen, sin importar lo
que otras personas puedan opinar o querer, y pedirles que se suban a una colina y que lo hagan sin
contemplaciones.

Terminología[editar]
Búmeran de madera a cuya forma se parecían los objetos declarados por Kenneth Arnold.

El primer nombre dado a luces o formas en el cielo desconocidas para el


espectador fue el de «platillo volante» o «platillo volador», del inglés flying
saucer. El término «platillo volador» se popularizó en 1947 debido a un error
periodístico. El 24 de junio, el piloto civil estadounidense Kenneth Arnold —
mientras volaba sobre la cordillera de las Cascadas (en el estado de
Washington)— vio una formación de nueve objetos con forma de búmeran que
volaban a una velocidad (estimada por él) superior a los 1500 km/h.1
A finales de la Segunda Guerra Mundial se veía como posible la existencia de
prototipos rápidos y muy manejables, desarrollados por otros países y nunca
vistos hasta el momento. Ante la posibilidad de haber divisado una escuadrilla
de dichos prototipos, Arnold se dirigió a la oficina del FBI para informar, pero la
encontró cerrada. Por lo tanto acudió a un periodista llamado Bill Bequette para
narrarle su observación. El piloto explicó la formación indicando que los nueve
objetos tenían forma de búmeran y describió sus movimientos como el
efectuado por las piedras cuando rebotan sobre una superficie líquida, en
concreto sus palabras pueden traducirse por «un platillo lanzado a través del
agua». Bequette confundió la forma en la que se movían los objetos con la
forma de los objetos. El error de Bequette ha sido recogido multitud de veces:
Dijeron que yo había dicho que eran “como platillos”, cuando lo que yo dije fue que “volaban al estilo
de un platillo”», declaró Arnold al célebre locutor Edward R. Murrow en una entrevista para la CBS,
transmitida el 7 de abril de 1950
Sagan (1997, p. 100)
Mientras la explicación original se ha olvidado, el término «platillo volador» se ha convertido en una
palabra habitual. El aspecto y comportamiento de los platillos voladores de Kenneth Arnold era
bastante diferente de lo que solo unos años después se caracterizaría rígidamente en la
comprensión pública del término: algo como un frisbee muy grande y con gran capacidad de
maniobra.
Sagan (1997, p. 100)

Debido a esta confusión de un periodista nació el chascarrillo:. 1


Muy probablemente, a partir de entonces, todas las razas alienígenas y extraterrestres que han
visitado la Tierra han tenido que rediseñar sus naves interplanetarias para adaptarse al error de un
periodista de un diario local de Estados Unidos del año 47.
Ricardo Campos1

Pese al error, las declaraciones sobre ingenios aeronáuticos no identificados


con forma de platillo aumentaron considerablemente.
Historia[editar]
No existe acuerdo respecto al momento en que comenzó la historia de los
ovnis. Para Ted Wilding-White, J. J. Benítez, Erich von Däniken o Jacques
Vallée los avistamientos de objetos sin identificar se remontan tanto como
historia tiene la Humanidad. Para autores como Ricardo Campo, Luis Alfonso
Gámez1 o Carl Sagan es un mito contemporáneo que comienza a finales de
los años cuarenta.
Ovnis en la Edad Antigua, Media y Moderna[editar]
Artículo principal: Hipótesis de los antiguos astronautas
Véanse también: Fenómeno celeste en Núremberg de 1561  y  Fenómeno celeste en
Basilea de 1566.
Los avistamientos de platillos volantes comenzaron cuando la ingeniería había
logrado ya un nivel suficiente como para desarrollar motores de reacción,
misiles con alcances estratosféricos e ingenios nucleares. Lo que, para
escritores como Luis Alfonso Gámez, sugiere un origen humano producto de
aquella época. La idea de estar ante un mito de la era espacial.1

Pintura mural en Val Camonica (Italia), que según los ufólogos representa dos astronautas.

El Pushpaka vimana volando en el cielo.


A esta relación causa-efecto se han opuesto autores como Erik von Däniken, 9
Juan José Benítez10 o Jacques Vallée11 quienes sostienen que, desde el
pasado más remoto, el ser humano trató de adaptar lo que veía a su intelecto,
relacionando los distintos avistamientos con objetos conocidos, cercanos a él.
El primero planteó que muchas de estas referencias antiguas serían registros
de observaciones reales de supuestas naves alienígenas, que habrían recibido
distintas denominaciones en documentos antiguos: «vehículo de los dioses»,
«vimana», «carro pushpaka» y «marut» (todas ellas en el Ramayana hinduista,
del siglo III a. C..); y también «bórax resplandeciente», «carro de fuego», «disco
solar», «escudo que vuela», «escudo yacente», «esfera transparente»,
«espada voladora», «flecha ígnea», «luz cósmica», «nube con ángeles», «nube
de fuego», «perla luminosa», «serpiente de las nubes».
Asimismo señala que, si estos vehículos aéreos estuvieran tripulados, se
produciría igualmente el contacto con los eventuales seres extraterrestres,
quienes transmitirían a los observadores enseñanzas diversas. Según estas
teorías, el origen de muchas de las civilizaciones del pasado (Egipto, Babilonia,
etc.) sería extraterrestre, o al menos, las tecnologías para realizar sus obras
serían de origen o inspiración extraterrestre. [cita  requerida]
Es necesario reseñar que personas expertas en Egipto y Asiria, como
la egiptóloga de la Universidad Complutense de Madrid Mara Castillo Mallén,
advierten que los autores como von Däniken no son egiptólogos ni asiriólogos,
tampoco son arqueólogos y algunos no son licenciados; por lo tanto,
afirmaciones como las anteriores deben ser tenidas como meras
especulaciones. No existen dudas sobre la procedencia del pueblo egipcio ni
los muchos que poblaron Mesopotamia, ni se aprecia un salto tecnológico en
algún momento comprendido entre la construcción de las
primeras mastabas hasta los templos del Imperio Nuevo que hagan suponer
una transferencia tecnológica, ni se ha encontrado ningún registro de contactos
con civilizaciones extraterrestres.nota 4Otros autores, como Luis Alfonso Gámez
o Benjamin Radford, mantienen que las conjeturas de Däniken y otros
contienen, además de una gran ignorancia sobre la historia antigua, una
postura insultante y hasta racista contra esos pueblos, al no dudar de que
los romanos pudiesen construir el Coliseo y los griegos el Templo de Artemisa,
pero sí hacerlo cuando los ejecutores fueron otros humanos no europeos.12
Benítez propuso en su libro Los astronautas de Yavé que una serie de
extraterrestres entrenaron a Moisés en el monte Sinaí en distintas técnicas, se
ocuparon de ofrecerle asesoramiento, cuidaron y alimentaron a los padres de
la Virgen María, se aparecieron a San José, los Reyes Magos o fueron los
encargados de realizar la Anunciación.10 Como en el caso de Däniken, el autor
español no aporta ninguna prueba documental o arqueológica de dichos
supuestos.
Por su parte, Vallée mantenía que ha existido una vieja tradición de seres
fantásticos como las ninfas, sílfides, duendes o hadas, que cometían raptos de
personas para llevarlas a lugares que los relatos denominaban Magonia, pero
también Ávalon y otras geografías míticas.11 Según el autor francés, esos
cuentos eran la forma que tenían aquellas personas para explicar encuentros
cercanos, raptos y abducciones llevados a cabo por seres extraterrestres.
Como en el caso de las conjeturas vertidas por Däniken, esta hipótesis no deja
de ser una explicación ad hoc e innecesaria, pues existe otra mucho más
sencilla. Las nubes, las hadas o los carros de fuego podrían
ser metáforas empleadas en los relatos religiosos, sin ninguna evidencia de
que dichos relatos deban ser interpretados más que de una forma mítica. Así
pues, dichas narraciones no constituyen una prueba empírica para saber si
ocurrieron los hechos así o no, es decir, sostener que se trata de naves
extraterrestres podría ser un argumento ad ignorantiam.
Durante la Edad Media aumentaron, si cabe, los problemas para realizar
registros escritos de sucesos cotidianos. Esto fue debido al ligero crecimiento
del índice de analfabetismo y a los cortes periódicos que
los musulmanes practicaban al suministro de papiro con destino a Europa, por
lo que solo quedaban los pergaminos como soporte para escribir, de mejor
calidad, pero mucho más escasos. Para Ted Wilding-White los avistamientos
no se pudieron recoger hasta la publicación de los primeros periódicos. Antes,
prosigue Wilding-White, las narraciones de sucesos aéreos desconocidos solo
podían ser preservadas para lecturas posteriores por personas que supieran y
pudieran escribirlas.13 En Europa Occidental esta facultad quedaba reservada a
los monjes en los monasterios, por lo que se reducía mucho el espacio
observable. El autor recoge siete casos acaecidos entre el 1 de enero de 1254
y el 13 de noviembre de 1833.
Ovnis contemporáneos[editar]
Sección de portada en The San Francisco Call del 23 de noviembre de 1896, con la ilustración de un
avistamiento de "Dirigible misterioso".

A finales del siglo XIX se produjo la denominada oleada de aeronaves de 1896-


1897, también referidas como dirigibles misteriosos o dirigibles fantasma,
aludiéndose a la visión de una clase de objetos voladores no identificados
reportados a partir de una serie de informes periodísticos originados en el oeste
de Estados Unidos y que se extendieron hacia el este del país desde finales de
1896 hasta principios de 1897. Se consideran la antesala y los predecesores
culturales de los modernos avistamientos de ovnis.1415
Las acuciantes necesidades de información vividas por la CIA en particular y el
gobierno estadounidense en general sobre lo que sucedía en el interior de la
Unión Soviética llevaron a desarrollar multitud de globos aerostáticos con el
objetivo de captar indicios sobre los progresos soviéticos. 16 Muchos fueron
lanzados desde distintos lugares con la esperanza de que cruzaran el país
enemigo para ser rescatados después con algún resultado. Uno de dichos
intentos era el Proyecto Mogul que analizaba el aire para buscar evidencias de
pruebas nucleares soviéticas. El Mogul estaba catalogado como secreto y
actualmente se tiene por el responsable de lo que sucedió en el pueblo de
Nuevo México,17 incrementado también por la próspera industria turística
local.18 La posibilidad de tener guardado y en secreto un acontecimiento como
ese, la evidencia de haber sido visitados por una inteligencia extraterrestre, es
considerado de todo punto imposible por autores como Ricardo Campo, pues
empequeñecería lo realizado por Colón o por el Proyecto Manhattan del que ya
tenían noticias los soviéticos antes de su culminación. 1El español esgrime que
ni la fabricación de las armas nucleares pudo mantenerse bajo secreto, pese a
existir un acuerdo previo de silencio, mucho menos ocultar durante décadas un
descubrimiento de capital importancia para toda la Humanidad como es la
prueba irrefutable de otro tipo de vida inteligente.
Documento sobre avistamiento de un OVNI ocurrido el 16 de diciembre de 1977, en el estado
de Bahía, Brasil.

Tras estos sucesos, la lista de avistamientos continuó aumentando hasta que


su número fue considerado preocupante por la administración Truman, que
ordenó las primeras investigaciones que desembocarían en el
posterior Proyecto Libro Azul. Sagan indica que, cuando él fue asesor científico
del proyecto, encontró un ambiente de malestar y desidia en las Fuerzas
Aéreas, tanto es así que la primera denominación fue «Proyecto Fastidio« o
«Project Grudge» en inglés.19
Otro suceso que terminaría repercutiendo en el tema ovni se produjo a
principios de los cincuenta, cuando Donald Keyhoe, exoficial de la USAF y
participante en el Proyecto Libro Azul, comenzó a ser oído junto a su mensaje
de advertencia sobre lo intrínsecamente peligroso de las armas nucleares y el
cuidado que debía tenerse con las mismas. A partir de aquellos avisos
comenzaron a surgir otros que decían haber contactado con extraterrestres,
quienes les transmitían el mismo mensaje. 1
En 1961 Betty y Barney Hill afirmaron que la noche del 19 al 20 de septiembre
habían sido abducidos por un platillo volante. El matrimonio no se puso de
acuerdo en varios detalles, pero los dos coincidían en que al final los dejaron
bajar, habiéndoles borrado los recuerdos de lo sucedido. Pese a que el
especialista que los trató definió el caso como una especie de sueño,
testimonios como el de los Hill comenzaron a reproducirse tiempo después en
varios lugares del mundo, aumentando progresivamente las acciones
realizadas a los abducidos, siempre según los testimonios de los propios
abducidos. Así se han declarado casos en que los extraterrestres les
realizaban exploraciones internas, implantes de dispositivos intracutáneos e
incluso inseminaciones. Resulta necesario puntualizar que
para psicólogas como Susan Clancy, de la Universidad de Harvard, dichas
acciones pertenecen a la esfera del sueño, la fantasía o el fraude, pero «Las
abducciones no suceden en el mundo real».20Confirma las palabras de la
psicóloga el hecho de que ninguno de los supuestos abducidos haya podido
aportar pruebas fehacientes de lo sucedido, los implantes nunca se han
encontrado, las marcas en el cuerpo son compatibles con muchas otras
lesiones cotidianas y jamás se ha traído objeto alguno que poder analizar, ni
aparecen publicados, comenta Sagan,21 artículos en revistas científicas sobre
nuevos materiales desconocidos hasta el momento.
Esta deriva en el tema ovni hacia unos encuentros cada vez más cercanos es,
para Luis Alfonso Gámez, el ejemplo de que el mito ovni se ha destruido a sí
mismo, «porque ya no le queda más por inventar». 1

Investigación[editar]
Artículo principal: Ufología
Broma de Patrick Marechal de un ovni fabricado por él en Valonia (Bélgica) siguiendo las
descripciones de la Oleada Ovni belga.

El gobierno de Harry Truman emprendió una investigación para saber si el


espacio aéreo estadounidense estaba siendo violado con cierta periodicidad
por prototipos o ejemplares de pre-serie fabricados por otras naciones,
especialmente la Unión Soviética. La primera de dichas investigaciones
oficiales comenzó en 1947 bajo el nombre de Proyecto Signo, en 1949 se
rebautizó como Proyecto Fastidionota 5 y en 1952 como Proyecto Libro Azul, que
seguiría investigando casos hasta 1969, para comenzar después el Proyecto
Libro Blanco.22
Sería tras el Proyecto Libro Azul cuando comenzó la Ufología con tal nombre.
Uno de los asesores participantes en aquellas investigaciones fue Joseph Allen
Hynek. A este astrónomo se le debe la clasificación en tipos de encuentros, mal
traducido por «fases» en películas como Encuentros en la tercersa fase,
también la decisión de cambiar el término «platillo volante» por el más genérico
«objeto volador no identificado», traducido del inglés «unidentified flying object»
(UFO),23 término que persiste hasta nuestros días y da nombre a la disciplina
que estudia los casos de ovnis, la ufología.nota 6
Los objetivos de dichos programas eran tres:

 Esclarecer si el espacio aéreo estadounidense estaba siendo


violado.
 Saber si los platillos volantes podían constituir un peligro para
Estados Unidos.
 Obtener, en la medida de lo posible, algún conocimiento o ventaja
tecnológica.
En 1969, el último de dichos programas, el Proyecto Libro Azul, fue cerrado
habiendo reunido decenas de miles de expedientes y con la conclusión clara de
que los ovnis no suponían un peligro para la seguridad nacional.
Líneas de investigación[editar]
En las investigaciones financiadas por las distintas administraciones
participaron algunos de los más conocidos expertos, bien como directores o
como asesores, entre ellos los cuatro que han marcado las cuatro líneas de la
literatura ufológica:nota 7

 Donald Keyhoe: ingeniero aeronáutico y postulador de la hipótesis


según la cual las Fuerzas Aéreas estadounidenses tenían pruebas
de la llegada de seres extraterrestres.
 Josef Allen Hynek: astrónomo y más moderado en los
planteamientos que Keyhoe, también terminó afirmando que se
ocultaban pruebas sobre la existencia de visitas extraterrestres.
 Carl Sagan: astrofísico y defensor de la vida extraterrestre, pero
escéptico de que la Tierra haya sido visitada en el presente o en
algún momento del pasado.
 Donald Menzel: astrónomo y aún más escéptico que Sagan, autor de
la frase «en primer lugar esos objetos si están identificados,
sabemos lo que son, en segundo lugar en muchos casos no son
volantes y, por último, en la mayoría de los casos ni siquiera son
objetos».
Clasificación de los ovnis según su observación[editar]
Durante las investigaciones del Proyecto Libro Azul, Hynek propuso dos clases
de observaciones con tres tipos cada una:
Encuentros lejanos[editar]
Estos son los realizados a más de 150 metros de distancia (500 pies) y Hynek
propuso tres tipos:25

 Discos redondos: objetos vistos por el día con formas generalmente


redondas, en cualquier caso distintos a las de aparatos
convencionales.
 Ecos de radar: detecciones realizadas por radares primarios que no
se identifican a sí mismas.
 Luces nocturnas: luces de distintos colores que no se pueden
asociar a las luces anticolisión de aeronaves convencionales.
Encuentros cercanos[editar]
Son los realizados a menos de 500 pies (150 metros) y se dividirían en tres
tipos:

 Primer tipo: es cuando se divisa un objeto no identificado volando o


en el suelo, en este último supuesto lo avistado no sería un ovni,
pero se decidió incluirlo si se le suponía la capacidad de volar. Es el
que más casos reúne según Hynek.26
 Segundo tipo: para Hynek se da cuando el objeto deja cualquier tipo
de huella, como vegetación quemada o marcas en la tierra. 27
 Tercer tipo: aparece cuando se observa a un tripulante. Es la más
escasamente reportada.nota 8
Posteriormente otros escritores como Fabio Zerpa las ampliaron a seis:

 Cuarta fase: el testigo ingresa en la nave, como en los casos


de abducción.
 Quinta fase: contactos telepáticos, de mente a mente.
 Sexta fase: señales radiales o radioastronómicas.nota 9
Clasificación de los ovnis por su forma[editar]
Diversas formas de ovnis.

Para Hynek los avistamientos lejanos contemplarían tres configuraciones


diferentes: luces nocturnas, ecos de radar y discos diurnos. 25 Para otros las
formas presentadas por los ovnis son muy variadas; tanto es así que Ballester
Olmos califica de inútil cualquier clasificación, porque todos los «casos
positivos», los que no se pueden explicar, son únicos. 18 No existe una tipología
clara ni un patrón que se repita. Para complicar más la situación, muchas de
las descripciones se obtuvieron mediante declaraciones únicas y por
consiguiente resultaron imposibles de verificar. Pese a todo se han apuntado
ciertas formas, más o menos coincidentes.29
Resultados[editar]

Controlador aéreo del USS Theodore Roosevelt.

En 1969 la USAF había reunido unos 40 000 informes Wilding-White que


daban como resultado:30

 El 27 % de los expedientes ovni resultaron ser estrellas, planetas y


otros objetos astronómicos.
 Otro 27% de los expedientes se debieron a globos y aviones.
 Un 23 % fue producido por meteoritos, satélites artificiales y otros
objetos cercanos a la Tierra.
 Hubo un 23 % que quedó sin explicación, pero se hicieron
suposiciones sobre la mayoría de dichos casos y se afirmó que
podían haberse resuelto si los observadores hubiesen dado más
datos.
Con el tiempo, varias fuerzas aéreas y organismos independientes han
realizado investigaciones similares, como la presentada por Ballester Olmos. 31
Las conclusiones han sido análogas, llegando también a unos porcentajes
parecidos, es decir, y agrupados por número de casos causados, en primer
lugar estarían las observaciones provocadas por objetos fuera de la órbita
terrestre, en segundo lugar aparecerían los producidos por objetos de
fabricación humana, después vendrían las causadas por objetos ubicados
cerca de la órbita terrestres, en cuarto lugar estaría un porcentaje provocado
por fenómenos que no son objetos (espejismos, reflejos, fenómenos
atmosféricos...) y una pequeña cantidad de la que no se logró determinar su
procedencia. Pero Ballester Olmos, tras investigar los informes desclasificados
por el Ejército del Aire español redujo los casos sin explicación a un 7 %, nueve
informes en total.31
Poco después de concluir el Proyecto Libro Azul, también en 1969, se
publicaron las conclusiones de un informe solicitado el año anterior con el fin de
conocer las posibilidades de realizar un estudio posterior más amplio que
aportase nuevos conocimientos científicos. Dicho trabajo se denominó Informe
Condon, por ser encargado al físico Edward Condon.nota 10Sus conclusiones
fueron:1

 Los informes ovni no presentan ningún desafío para la ciencia


contemporánea por no encontrarse en ellos ningún fenómeno
desconocido de la Naturaleza.
 Estas observaciones y testimonios no constituyen ninguna prueba de
presencias extraterrestres.
 Los ovnis no suponen un peligro para la seguridad de los Estados
Unidos.
 No se recomendaban más investigaciones en el campo de la física,
mecánica o aeronáutica; pero los ovnis, mantenía el informe, sí
podían ser un objeto de estudio interesante para ciencias sociales
como la psicología o la sociología.
Pese a las conclusiones arrojadas por el Proyecto Libro Azul y el Informe
Condon, la literatura sobre los objetos volantes no identificados ha seguido
produciéndose sin descanso. Autores como Fernando Frías indican que dicha
literatura carece de rigor,1 en muchos casos, pues no se realizan
confirmaciones de las declaraciones dadas por los testigos y en varias
ocasiones son afirmaciones falsas.nota 11
El 25 de junio de 2021 Estados Unidos publicó un informe sobre fenómenos
aéreos no identificados. La conclusión del reporte elaborado por la oficina del
director nacional de Inteligencia es que no tienen respuestas por el momento
para explicar cientos de avistamientos inusuales.3233343536 Simultáneamente, la
Asociación Aeronáutica y Astronáutica de Francia, también publicó su propio
informe ovni.3738

Interpretación[editar]
Hipótesis extraterrestre[editar]
Artículo principal: Hipótesis extraterrestre
La idea de que los ovnis son naves extraterrestres se planteó ya con
el Incidente de Roswell y ha sido una explicación recurrente desde aquel
momento. Los escépticos suelen emplear un principio básico de la ciencia
según el cual «para poder afirmar la existencia de fenómenos extraordinarios
se requieren pruebas concluyentes». Hacen hincapié en que no se han
aportado pruebas fiables que respalden la hipótesis de que el fenómeno ovni
mantiene relación con naves extraterrestres. El doctor Neil DeGrasse Tyson
afirma contundentemente que si se ve algo en el cielo desconocido para
nosotros no se debe concluir cualquier cosa, sino «dejar de hablar». 3

Personal del Proyecto Libro Azul.

La ausencia total de pruebas ha sido una constante cuando se trata de indicar


un origen extraterrestre. Participantes en el Proyecto Libro Azul, como Donald
Keyhoe, manifestaron muy pronto que las pruebas debían existir, pero las
fuerzas aéreas estadounidenses las retenían. La hipótesis del encubrimiento
o teoría conspirativa ha sido esgrimida por los defensores de la procedencia
extraterrestre cuando se solicitan evidencias. Los escépticos continúan
afirmando que la carga de la prueba le corresponde a quien hace la
afirmación.1Si las fuerzas armadas ocultan las que poseen les correspondería a
los defensores del vínculo extraterrestre-ovni aportar otras. La razón por la cual
los defensores de dicho vínculo nunca reúnen ni enseñan sus evidencias la dio
supuestamente Gray Barker. Barker informó en 1956 al público en general
sobre la existencia de unos individuos, a los que denominó «hombres de
negro» por la indumentaria que lucían —MIB por sus siglas en inglés man in
black—, que amenazaban a periodistas como Albert K. Bender con funestas
consecuencias en el caso de continuar revelando secretos sobre la
procedencia de los ovnis.39
Respecto a la capacidad de los MIB para neutralizar cualquier prueba definitiva
sobre el origen de los ovnis se alegan experiencias con sistemas muy cerrados
y reticentes a la entrega de información. Así, la Historia demuestra que de la
Unión Soviética se obtuvo información pese a que su régimen llegó a quemar
vivos a los traidores. En el caso del Proyecto Manhattan los soviéticos lograron
obtener datos precisos para saber lo que se probaba y los resultados obtenidos
en Álamo Gordo.1Incluso de Corea del Norte se han obtenido pruebas
verificables y contrastables sobre los movimientos de prisioneros para
investigar con ellos armas biológicas.

Nube lenticular reportada como ovni debido a su peculiar forma.

Científicos como Edward Gondon, Donald Menzel o Carl Sagan han afirmado
que, cuando los informes de ovnis se estudian en profundidad, la mayoría de
los casos logra ser identificado con certeza en porcentajes parecidos a los
arrojados por el Proyecto Libro Azul, es decir, fraudes, alucinaciones, malas
interpretaciones y sobre todo pareidolias de fenómenos conocidos
(cometas, fenómenos atmosféricos, satélites, basura
espacial, aviones, prototipos de naves terrestres, nube lenticular, etc.). A lo que
los defensores de la conexión ovni-extraterrestre mantienen que lo importante
radica en ese pequeño porcentaje de no identificados. Es la llamada falacia del
residuo.nota 12Esta postura es respondida por los escépticos afirmando que la
falacia residual no prueba nada porque la existencia de un pequeño porcentaje
inexplicado es común a cualquier disciplina con un número considerable de
casos. Así, en criminología siempre quedan algunos asesinatos sin aclarar y lo
mismo en los accidentes de tráfico, siempre existe un pequeño porcentaje que
no puede ser explicado, lo que no prueba la existencia de vampiros, zombis o
seres demoníacos.1
Pese a los argumentos en contra, la ufología ha formulado
varias conjeturas o hipótesis sobre la procedencia del pequeño índice de casos
sin resolver:

 Hipótesis intraterrestre: es la que afirma que la Tierra es casi hueca y


en su interior habita una civilización mucho más avanzada que la
humana.
 Hipótesis interdimensional: postula que los ovnis provendrían de
otras dimensiones dentro de otros planos de nuestro Universo, o en
dimensiones no pertenecientes a nuestro universo, es decir
del multiverso. Sus tripulantes serían seres pertenecientes a esas
dimensiones.
 Hipótesis intertemporal: defiende que el origen de los ovnis estaría
en tiempos pasados o futuros y que, por tanto, sus tripulantes serían
seres (humanos o no humanos) pertenecientes a estos lugares y
otros tiempos. Indicándose que estos seres poseerían los medios
para poder viajar en el espacio-tiempo.
 Hipótesis de los proyectos secretos: es la que defiende que una gran
parte de las observaciones no explicadas corresponden a nuevos
prototipos aeronáuticos con tecnología furtiva, motores con mínimas
emisiones de luz y calor, toberas orientables, hipervelocidad y otros
adelantos que no los hacen fácilmente identificables, ni siquiera por
pilotos y radaristas civiles. Aparatos como el SR-71 fueron
totalmente secretos, pese al gran número de corporaciones y
personas que trabajaron en él, hasta que el Gobierno
estadounidense decidió revelar su existencia bajo dos palabras
«Proyecto Aurora», en información recogida por Juan Antonio
Guerrero.40 Según Luis Alfonso Gámez y otros autores,1 en este caso
los ufólogos y los medios donde suelen escribir hacen la veces de
«tontos útiles». Así contribuyen a expulsar las miradas de otro tipo
de prensa sobre los hechos, reduciendo las noticias de nuevos
prototipos y sus capacidades a un círculo pequeño y poco
acreditado. Semejanzas similares se han entablado entre varias
observaciones que posteriormente han encajado con la forma
del Lockheed F-117 Nighthawk o el Northrop Grumman B-2 Spirit.
Carl Gustav Jung: fundamentación psíquica[editar]
Artículo principal: Un mito moderno. De cosas que se ven en el cielo
La idea de la necesidad del misterio parece algo consustancial al ser humano. 1
El hecho de recibir una explicación plausible sobre lo que se ve puede restar
espacio a la fantasía.41 Así varios autores no utilizan la denominación
«fenómeno» sino «mito» y en otros casos «síndrome». El término «síndrome
ovni» fue utilizado por autores como Jiménez del Oso para indicar que los
observadores de luces sin identificar están afectados por varias variables
además del emisor de las luces.42 Por su parte, Julio Arcas indica que los
avistamientos ovni son relatos orales en su mayoría, forman parte de la
tradición oral del siglo XX para los occidentales.43

Carl Gustav Jung.

Mucho antes de los autores antes citados, el psiquiatra Carl Gustav


Jung postuló una teoría para explicar por qué parece más deseable que los
ovnis sean naves extraterrestres que no cualquier otro fenómeno conocido.
Jung publicó en 1958 su obra Un mito moderno. De cosas que se ven en el
cielo. Dicha obra ahonda en el rumor mundial sobre los «platillos volantes». En
el prólogo de la edición angloestadounidense, Jung alude a un artículo de 1954
escrito para el semanario suizo Die Weltwoche en el que mostraba su
escepticismo. En 1958 la prensa mundial descubrió dicha entrevista
divulgándose la noticia a nivel internacional, pero de manera distorsionada,
citándosele como creyente en los ovnis. A pesar de dirigir una rectificación a la
agencia United Press, la versión auténtica de su opinión se ignoró. Finaliza
aludiendo a que «este notable hecho merece el interés del psicólogo. ¿Por qué
la existencia de platillos volantes parece más deseable que su no
existencia?».44
En dicho comunicado a United Press International aclara sin embargo que no
puede afirmar nada sobre la cuestión de la realidad o irrealidad física de los
ovnis, pues no posee pruebas suficientes ni a favor ni en contra. Debido a ello
se ocupa solamente del aspecto psicológico del fenómeno, sobre el cual se
dispone de mucho material.
He formulado mi posición ante la cuestión de la realidad de los ovnis con la frase: «La gente ve algo,
pero no sabemos qué es». Esta formulación deja abierta la cuestión del «ver»: se puede ver algo
material, pero también se puede ver algo psíquico. Las dos cosas son realidades, pero de tipos
diferentes.45

Para escritores como Patrick Harpur, el ensayo de Jung sigue siendo uno de
los más agudos análisis de apariciones aéreas. 46 Fue «dedicado a Walter
Niehus, arquitecto, como muestra de agradecimiento por haberme inducido a
escribir este librito».47 En el prólogo comienza aludiendo a la conclusión a la
que llegó en el artículo de 1954 ya citado: «Se ve algo, pero no se sabe qué.
Incluso resulta casi imposible hacerse una idea correcta de estos objetos, pues
no se comportan como cuerpos sino con la ingravidez de los pensamientos. No
ha habido hasta ahora ninguna prueba indudable de la existencia física de los
ovnis excepto en los casos en que se ha producido un eco en el radar». 48
Jung añade que desde entonces y «durante más de un decenio la realidad
física de los ovnis ha seguido siendo un asunto sumamente problemático». Y
que «cuanto más se prolongaba la incertidumbre, tanto más probable se fue
haciendo que en ese fenómeno, evidentemente complicado, incidiera también,
además de una posible base física, un importante componente psíquico. Esto
no tiene nada de asombroso al tratarse de un fenómeno aparentemente físico
que se caracteriza, por una parte, por su frecuencia, y por otra, por lo extraño y
desconocido, incluso por lo contradictorio de su naturaleza física. Un objeto
semejante provoca como ninguna otra cosa la fantasía consciente y
la inconsciente, produciéndose suposiciones especulativas y narraciones
fantasiosas con el fondo mitológico propio de estas excitantes
observaciones».49
Así, Jung establece tres modos de ver el fenómeno:50

1. Un proceso real objetivo, físico, o percepción primaria, genera


una fantasía o mito concomitante.
2. Una fantasía primaria inconsciente, un arquetipo, invade la
consciencia con ilusiones y visiones.
3. Se produce una coincidencia sincronística acausal y plena de
sentido, especialmente en fenómenos vinculados a procesos
psíquicos arquetípicos.
Finalizaba el prólogo indicando que carece de medios para aportar algo útil a la
realidad física del fenómeno, ocupándose casi exclusivamente del aspecto
psíquico.51 Aun así reconoce «que por desgracia hay buenas razones por las
que no puede darse por concluido el asunto de manera tan sencilla». 52 Bien es
cierto que las proyecciones psíquicas de carácter mitológico no son causadas
por el fenómeno ovni al haber existido siempre, con o sin ovnis. El mito se
fundamenta en lo inconsciente colectivo y su proyección siempre ha tenido
lugar. Así, la proyección como ovni, junto con su contexto psicológico, el rumor,
es un fenómeno propio de nuestra época, característico de ella.
Es seguramente significativo de nuestra época que el arquetipo, en contraposición a las formas
anteriores, adopte una forma neutra, incluso técnica, para eludir el escándalo de la
personificación mitológica. Lo que tiene apariencia técnica llega al hombre moderno sin dificultad. 53

Fenómeno celeste en Núremberg de 1561. Hans Glaser, 1566. Biblioteca Central de Zúrich. Incluido
en Un mito moderno. De cosas que se ven en el cielo.

Aún resta abordar el carácter real del fenómeno, ante lo cual Jung plantea tres
posibilidades:54

1. La hipótesis de ausencia de gravedad o antigravitación que


conlleva el fenómeno lo deja en manos de la física.
2. El fenómeno ovni como materialización psíquica, es decir, que la
psique llegue a materializar el fenómeno ovni, lo considera aún
menos probable.
3. Podría tratarse de un fenómeno sincronístico: la situación de
la humanidad, por un lado, y el fenómeno de los ovnis como
realidad material real pero desconocida, por otro, no se hallan en
ninguna relación causal mutua cognoscible pero parecen
coincidir en su sentido. Es decir, se proyectan contenidos de lo
inconsciente sobre dichos fenómenos celestes reales pero
indeterminados, dotándoles de un significado que no merecen en
absoluto.
El ensayo de Jung representó un punto de inflexión que hizo énfasis en la
característica fundamental del fenómeno ovni: su carácter mercurial, es decir,
su capacidad aparente de ser tanto físico como psíquico, objetivo y subjetivo,
externo e interno, temporal y atemporal, espacial y aespacial, real (deja huellas,
ecos en el radar) y mitológico o hecho de la materia de los sueños. El enfoque
unilateral de una u otra de sus características da lugar, ya sea a una hipótesis
extraterrestre focalizada en la realidad exterior en detrimento de la subjetividad
del observador y su dependencia del mito técnico moderno desde el que
deconstruye la realidad, ya a un escepticismo radical justificadamente
compensatorio que niega el fenómeno pero que lo hace desde un paradigma
científico racionalista incompatible con la volatilidad mercurial anteriormente
mencionada, al fin y al cabo para Jung entre psique y materia existe
un continuum, mientras que para la ciencia la psique es un mero epifenómeno
evolutivo de la materia biológica:
Dado que psique y materia está englobadas en un solo mundo, mantienen entre sí un contacto
permanente y, finalmente, se basan en factores trascendentales irrepresentables, existe no sólo la
posibilidad, sino incluso cierta probabilidad de que materia y psique sean dos aspectos diferentes de
una misma cosa. Los fenómenos de sincronicidad apuntan, a mi parecer, en esta dirección, ya que
sin una relación causal lo no psíquico se puede comportar como psíquico y viceversa. 55

Los ovnis serían más bien de naturaleza psicoide,5657 es decir, tienen por base
una realidad que integra y supera los opuestos anteriormente mencionados de
materia y psique o unus mundus.58
El paréntesis introducido por Jung será el precedente más directo de las
hipótesis psicosociológicas (y en parte de las paraufológicas), las cuales
surgirían años después para tratar de explicar el fenómeno ovni acudiendo a
confusiones o errores de interpretación moldeados por la psicología del testigo
y el ambiente sociológico del momento.59nota 13
Hipótesis psicosocial[editar]

Portada de Amazing Stories, junio de 1932.

En 1977, el ufólogo francés Michel Monnerie publicó el libro Et si les ovnis


n'existaient pas? donde planteaba que el fenómeno ovni es un mito surgido en
la era espacial y con una base absolutamente psicosocial. Los testigos
interpretan erróneamente y transforman imaginativamente fenómenos
convencionales por medio de condicionamientos culturales y autosugestión.
Pasaríamos por tanto del énfasis en el objeto externo en detrimento de la
psicología del testigo, propio de la hipótesis extraterrestre, al otro lado de la
balanza, experiencias subjetivas plenamente psíquicas sin agente externo. 60
La hipótesis psicosocial o psicosociológica se puede definir como:
Se trata de una corriente que se ha alejado del estudio convencional del caso ovni y la supuesta
materialidad del objeto observado para poner atención en el testigo, en la sociedad en la que la
información se produce y en la cultura en la que el mito extraterrestre se ha desarrollado. Se
considera a sí misma como una ufología crítica, centrada no ya en el «objeto» ovni, sino en el objeto
sociocultural que el ovni representa.61

Esta negativa de la realidad objetiva de los ovnis atrajo la atención de los


investigadores más racionalistas que ya cuestionaban la hipótesis
extraterrestre, entre ellos Bertrand Méheust, quien mostró que la imaginería
ovni desarrollada a partir de 1947 ya figuraba representada desde hacía
décadas en la literatura de ciencia ficción, ampliando posteriormente dicho
paralelismo al folclore, los mitos y las leyendas ancestrales.6263
Gradualmente fue conformándose la denominada «nueva ufología» a partir de
representantes provenientes de la escuela paraufológica iniciada por Jacques
Vallée, que aun presentando a su vez fundamentos sociológicos terminaría
desarrollando su propia hipótesis homónima.64
Sin embargo, la crítica principal hacia los nuevos escépticos ha corrido pareja a
la de sus antecesores: la inabarcabilidad del carácter absurdo y genuínamente
anómalo del fenómeno ovni ha terminado por gestar un nuevo reduccionismo
polarizado exclusivamente en los procesos psicosociales. La interpretación
mítica, antropológica y cultural resulta inevitable pero no implica per se un
negativismo de toda aquella casuística inexplicada y aun a falta de
demostración.65
Hipótesis paraufológica[editar]
Véase también: Hipótesis interdimensional

Jacques Vallée (derecha) y J. Allen Hynek.

De la actual polarización entre la hipótesis extraterrestre, defensora del


fenómeno físico, y la hipótesis psicosocial, defensora de un igualmente
exclusivo fundamento psicosociológico, emerge la hipótesis paraufológica o
interdimensional. Esta corriente tuvo sus inicios en la obra anteriormente
expuesta del psiquiatra Carl Gustav Jung, siendo desarrollada posteriormente
por autores como Jacques Vallée, John A. Keel y Jerome Clark, entre otros.66
Tal y como la define el investigador Moisés Garrido «esta hipótesis descarta la
naturaleza material de los ovnis, centrándose en su contenido simbólico y en
sus aspectos subjetivos, psíquicos y parafísicos. Propone, a su vez, la
existencia de agentes o entidades interdimensionales (ultraterrestres) que
manipulan nuestra realidad, deconstruyen nuestras creencias heredadas
culturalmente y provocan estados modificados de conciencia en los testigos,
algunos de los cuales desarrollan ciertas facultades psi y experimentan un
despertar de la conciencia».6768
En 1969 sería publicada la obra señera y fundacional Pasaporte a Magonia,
trabajo principal del considerado como el mejor ufólogo del mundo Jacques
Vallée.69 Dicha obra supuso un cambio radical en la interpretación del
fenómeno ovni. El autor francés vincula en ella los ovnis con las hadas,
los elfos y las apariciones de la Virgen, es decir, tras manifestaciones históricas
aparentemente discordantes y divergentes se vislumbraría un mismo y unívoco
fenómeno camaleónico (por ejemplo, el paralelismo entre los raptos de las
hadas de las leyendas feericas europeas y las modernas abducciones
extraterrestres), cuya motivación última apuntaría a algún tipo de manipulación,
sistema de control o influencia sobre nuestro psiquismo, creencias y patrones
socioculturales.70
Un año después saldría a la luz una segunda obra, Operación Caballo de
Troya, del ufólogo John A. Keel, en la que planteaba que los ovnis no
provienen de otros planetas sino de otras dimensiones, serían el disfraz de un
fenómeno oculto inteligente, manifestaciones que aparentan una presunta
realidad mimetizándose en función de la época y el contexto cultural en el que
se expresan, cual caballos de Troya.71
La presente hipótesis replantearía y relativizaría nuestra actual concepción de
lo que es la realidad. Precisamente el fenómeno ovni operaría desde una
realidad extraordinariamente compleja y ambigua, mercurial, imposible de
definir desde la simple materialidad y, consecuentemente, de aprehender
desde el método científico al uso. Es este carácter cuasionírico el que lleva a
hacer entrar en escena el papel que juega el psiquismo humano, el fenómeno
no puede ser estudiado ni explicado desde una perspectiva unilateral, ya
sea física (excluye los
ingredientes psíquicos, psicopatológicos, parafísicos, mitológicos y folclóricos),
ya psíquica (obvia su aparentemente imposible manifestación material), el
fenómeno ovni no tiene una existencia separada del observador, la psique se
vislumbra materializada, y viceversa, la materia acontece psiquizada. 72
Dentro del amplio abanico de determinantes psíquicos del fenómeno ovni, la
hipótesis paraufológica enfatiza y, a su vez, evidencia la existencia
concomitante de facultades y fenómenos paranormales en una significativa
muestra estadística de los testigos afectados. Esta vinculación entre el
fenómeno y lo paranormal conlleva el planteamiento de hipótesis acerca de la
posible función mediadora ejercida por la mente del testigo entre la experiencia
ovni y la presencia de dicha fenomenología antes, durante y después del
encuentro, de una conexión de su psique inconsciente con otros planos de la
realidad, con una interdimensionalidad que no es análoga a nuestro
universo tridimensional.73
Representación artística del multiverso.

La paraufología apelaría por tanto, a fin de no caer en la unilateralidad de las


hipótesis que la preceden, a la necesidad de contemplar otros niveles de la
realidad, planos de existencia o universos múltiples, con el fin de ensamblar
adecuadamente la variada y complejísima fenomenología ovni
(comportamiento absurdo, transgresión espacio-temporal, naturaleza psicoide,
componente parafísica). Con ello también confrontaría la pregunta central
propia de la hipótesis extraterrestre, a saber, la presunta realidad material del
fenómeno. Serán nuestras facultades psíquicas, a modo de puentes, las que
nos permitan conectar con dicha interdimensionalidad y abrir la puerta a la
manifestación bidireccional del fenómeno, aunque ello dé lugar a su vez a un
replanteamiento de la verdadera naturaleza de nuestra psique, cuya
interpretación neurocientífica actual se posiciona distante de tales
hipótesis. Jacques Vallée realizó una síntesis en su obra de
1988 Dimensiones:74
Creo más bien que el fenómeno ovni es una indicación de la existencia de otras dimensiones más
allá del espacio-tiempo. Puede que los ovnis no procedan del espacio sino de un multiverso que nos
rodea y cuya inquietante realidad hemos persistido en refutar a pesar de las pruebas que tenemos
desde hace siglos. Una teoría semejante es necesaria para explicar al mismo tiempo los casos
modernos y las crónicas de Magonia, las abducciones y la compenente psíquica.

Representación del Anima mundi en Robert Fludd.

Cabe destacar finalmente como autor relevante a Patrick Harpur y su


obra Realidad daimónica. En ella redirige la atención al núcleo central del
análisis del fenómeno ovni: cuál es la verdadera naturaleza de lo que
denominamos realidad. Para Harpur la realidad literal es solo un tipo de
realidad derivado de una realidad suprema o daimónica que es metafórica e
imaginativa más que literal y empírica. Nuestra realidad literal es menos real
que la realidad daimónica, es el producto del literalismo, que en realidad es una
manera de ver el mundo, una perspectiva sobre el mundo. Este reino
intermedio de la realidad daimónica lo equipara al de la realidad psíquica de
lo inconsciente colectivo de Jung, al Mundus Imaginalis de Henry Corbin,7576 a
la Imaginación en William Blake o al Anima mundi neoplatónico. El Alma del
Mundo mediaría entre el Uno, u origen trascendente de todas las cosas, y el
mundo material y sensorial. Son los dáimones (ovnis y fenómenos
paranormales) los pobladores del Anima mundi, los mediadores entre ambos
extremos de la realidad y los que conectarían a dioses y hombres. 77
Todo lo daimónico es un intermedio entre dios y mortal. Interpretando y transmitiendo los deseos de
los hombres a los dioses y los deseos de los dioses a los hombres, permanece entre ambos y llena
el vacío (...). Un dios no tiene contacto con los hombres; sólo a través de lo daimónico se dan el
trato y la conversación entre hombres y dioses, ya sea en estado de vigilia o durante el sueño. Y el
hombre experto en semejante relación es un hombre daimónico...

Como aproximación contemporánea a la hipótesis paraufológica resalta en el


ámbito hispanohablante la «teoría de la distorsión» del periodista e
investigador gaditano José Antonio Caravaca, la cual no defiende que el
fenómeno ovni tenga un origen puramente psicológico, sociológico o
alucinatorio, sino que es producido/provocado por la interacción/comunicación
de un agente externo desconocido, inteligente e independiente al ser humano,
con los eventuales testigos que describen experiencias con ovnis. Para lograr
sus objetivos, dicho agente conecta con la psique de los observadores para
extraer, del inconsciente individual y privativo de los mismos, material
intelectual (que se encuentra en los hobbies, cultura, cine, literatura, etc.), con
el propósito de fabricar/proyectar una experiencia de visitación alienígena
ficticia.7879 En una línea similar desarrolla su tesis el escritor, periodista e
investigador coruñés Miguel Pedrero,80 así como el médico
psiquiatra argentino Néstor Berlanda, que ha investigado en profundidad el
fenómeno ovni, la medicina tradicional Indoamericana, y los estados ampliados
de conciencia y su relación con las plantas sagradas. 8182

Los ovnis en la cultura popular[editar]


El arte pop en particular y la cultura popular del siglo XX en general han
mostrado y utilizado a los extraterrestres en infinidad de ocasiones, hasta el
punto de considerar a esta forma de arte incomprensible sin ellos. 43Son muy
abundantes las películas, series de televisión, novelas, obras de teatro y
cómics con los extraterrestres como protagonistas principales o secundarios.
En este aspecto la variedad es grande al poderse hallar
extraterrestres microscópicos, con forma humana, grises de ojos
grandes o acuáticos, entre muchas otras apariencias. Respecto a sus
intenciones, en muchos casos su presencia tiene intenciones colonialistas,
según Carl Sagan es menos común mostrarlos bienintencionados y más
escasos aún presentarlos indiferentes a los problemas humanos.83 Los géneros
también son variados al poder encontrarse obras dramáticas,
de terror o comedias.
Ahora bien, las referencias de la cultura popular a objetos volantes no
identificados, es decir, objetos o supuestos objetos que vuelan sin saber
realmente lo que son, resultan difíciles de localizar. Uno de los pocos ejemplos
puede ser la serie Project UFO, traducido en España por Investigación ovni que
representó casos de avistamientos ovni basados en los testimonios recogidos
durante las investigaciones del Proyecto Libro Azul.84La primera temporada, de
las dos que fueron producidas, no afirma la existencia de visitas extraterrestres;
utilizaba expresiones como «dice que vio», «dicen haber visto». No obstante,
de los varios casos representados por episodio, solía dejar uno sin explicar o
relacionándolo directamente con visitas extraterrestres. Al final de cada
capítulo, se indicaba mediante subtítulos que los ovnis no constituían un peligro
para la seguridad nacional de los Estados Unidos, conclusión obtenida tras
veinte años de investigaciones.85
Véase también[editar]
 Anexo:Principales avistamientos ovni
 Anillos de hadas
 Área 51
 Avistamientos de ovnis en España
 Círculos en los cultivos
 Objeto volador no identificado nazi
 Vehículo extraterrestre dirigido

Notas[editar]
1. ↑ El sustantivo común «ovni» proviene del acrónimo OVNI, traducción del
acrónimo inglés UFO (‘unidentified flying object’). Término creado por Josef
Allen Hynek (1972) para sustituir al de «platillo volante».
2. ↑ El astrofísico y divulgador científico Carl Sagan (1996, p. 232) indicó que la nave
estadounidense Mariner  9 refutó esa posibilidad cuando fotografió la superficie de
Marte en 1971.
3. ↑ Según Nigel Hawkes (1992, p. 193) dicha celeridad se consideraba una
«barrera» infranqueable para un ingenio humano, pese a que las balas de fusil ya
viajaban a esa y mayor velocidad desde hacía décadas.
4. ↑ La falta de registro escrito es especialmente denotativo en sociedades como la
egipcia, poseedora de un estado muy burocratizado.
5. ↑ Traducido por Ted Wilding-White como Proyecto Resentimiento.
6. ↑ La Academia Española define esta «logía» como ‘Estudio de los fenómenos
asociados a los ovnis’.24 La palabra «estudiar», sin embargo, es discutida. Según
Fernando Frías la supuesta ciencia de la ufología incurre en numerosos fallos a la
hora de difundir los casos, como por ejemplo publicar ―sin realizar ninguna
verificación― que tras un encuentro con extraterrestres a un hombre le creció un
tercer testículo.1 Juan Ballester Olmos (2000) señala que cuando se ha estudiado
el expediente, generalmente un relato, y no ha sido posible ofrecer una
explicación, se considera un «caso positivo». Por el contrario, cuando se puede
dar una explicación se denomina «caso negativo». En la mayoría de los casos
estudiados por ufólogos empleando el método científico se descubrió un origen
conocido.
7. ↑ La gran mayoría de la literatura sobre el tema no puede ser considerada
«científica» por no seguir el método científico. Para este tipo de publicaciones
pseudocientíficas existe la propuesta para cambiar el nombre
de ufología por ufolatría, al tratarse más de una veneración y una defensa del
origen extraterrestre que de un esfuerzo por ampliar el saber de los mismos. 1
8. ↑ Quizás el que más le convenció lo divisó un policía en Socorro, Nuevo México, el
cual avistó unos seres y un ingenio en el suelo con signos pintados en el fuselaje,
algo inusual hasta ese momento, ocultándose los ovninautas en lo que se supuso
era el interior de la máquina y despegando esta seguidamente. Posteriormente y
según Luis Alfonso Gámez, la correspondencia del premio nobel Linus
Pauling revelaría que lo avistado en Socorro fue una broma preparada por
estudiantes del Instituto de Tecnología y Minería de Nuevo México (NM Tech).
9. ↑ Por lo tanto, se asume implícitamente la existencia de abducciones, telepatía o
contactos por radio. En esta última fase se podrían incluir las búsquedas como las
realizadas por el Proyecto SETI@home y otras investigaciones por
radiofrecuencia,28 si alguna vez aportan señales extraterrestres inequívocas.
Habría que reseñar finalmente que la quinta y sexta fase no catalogarían objetos
que vuelan sin poder saber lo que son, porque ni son objetos —pueden ser
pensamientos o detecciones de radio— ni vuelan, y su procedencia extraterrestre
se asume previamente.
10. ↑ Condon era experto en física cuántica, pero también había participado en la
construcción y mejora de radares durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que
reunía varias aptitudes y actitudes para estudiar los ovnis.
11. ↑ En concreto, Frías reproduce la conversación mantenida entre una periodista y el
director de la revista Karma 7 donde aquella le preguntó a este «¿qué se hacía
cuando no había suficientes noticias para completar el número correspondiente?»,
a lo que respondió el responsable de la publicación: «Nos las inventamos. Total la
gente no se entera».1
12. ↑ La falacia residual afirma que si un porcentaje de casos permanecen inexplicados
eso constituye la prueba de que la hipótesis extraterrestre sigue siendo válida. 1
13. ↑ Para una más amplia exposición de las diversas hipótesis interpretativas y su
crítica a la hipótesis extraterrestre véase Cabria García, Ignacio (2002). Ovnis y
ciencias humanas. Un estudio temático de la bibliografía (1947-2000).
Santander: Fundación Anomalía. ISBN 84-607-6545-8.

Referencias[editar]
1. ↑ Saltar a:a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t u Gámez, Luis Alfonso (24 de octubre de
2007). «Los vídeos de ’60 años de platillos volantes’». Magonia. Consultado el 22
de febrero de 2013.
2. ↑ Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua
Española. «ovni». Diccionario de la lengua española(23.ª edición). Consultado el
23 de mayo de 2013.
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