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Ciencias de la Naturaleza
y Salud
Investigación Teórica – Descriptiva de las
Teorías sobre el Origen del Sistema Solar
Alumnos:
Asunción – Paraguay
Noviembre – 2018
INTRODUCCIÓN
Se conoce como Sistema Solar al conjunto de objetos astronómicos que orbitan
alrededor del Sol debido a la gravedad. Los objetos astronómicos que componen al
Sistema Solar, además del Sol, son los planetas Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter,
Saturno, Urano y Neptuno; los satélites de los planetas, numerosos cometas, asteroides,
y meteoroides; y el medio interplanetario.
Estimar la edad del Sistema Solar es un proceso complicado, por lo que solo se
obtienen aproximaciones, debido a la falta de presencia de registros sobre lo sucedido
hace tanto tiempo. De la misma manera, tampoco se sabe con exactitud cómo se originó
el Sistema Solar. A pesar de esto, varios científicos han realizado esfuerzos para poder
producir teorías que logren explicar cómo se originó el Sistema Solar.
Sin embargo, obtener una teoría unificada sobre la creación del Sistema Solar
resulta bastante problemático, porque además de justificar la conservación del momento
angular del sistema y la presencia de planetas sólidos y de gigantes gaseosos, también
debe justificar la formación de los satélites de estos planetas y validar la ley de Bode,
que relaciona una serie matemática con la distancia al sol de los planetas de nuestra
sistema.
La teoría de la acreción fue propuesta por el geofísico ruso Otto Schmidt en 1944.
Esta explica que los planetas se crearon mediante la acumulación de polvo cósmico.
Este proceso generó un inmenso calor interior que fundió el polvo cósmico que,
según los geólogos, provocó la erupción de los volcanes. Después de muchos millones
de años, se habrían formado mediante distintos procesos, los océanos, la atmósfera
primigenia y la vida, primero en las aguas y luego en el resto de las esferas de la tierra.
Se maneja la posibilidad de que al formarse la corteza, debido a su elevada temperatura,
se encontraba fundida en estado semilíquido. Al enfriarse, el vapor de agua que
procedía de su interior, se condensó y empezó a formar los océanos junto con el agua de
las torrenciales lluvias.
La emanación de los gases de su interior posiblemente originó una atmósfera
secundaria compuesta por metano (CH4), amoniaco (NH3), dióxido de carbono (CO2)
monóxido de carbono (CO), ácido sulfhídrico (H2S), vapor de agua (H2O) e hidrógeno
(H2).
Estos cúmulos no son homogéneos y podría ser que las zonas más densas (más
“pobladas”) se uniesen para formar estrellas. Se trataría de un proceso muy violento y
caótico donde cada cuerpo celeste aportaría una velocidad de giro muy aleatoria,
sumando o restando “giro” a la estrella resultante, que finalmente debería de presentar
una baja velocidad de rotación.
La lentitud de nuestro Sol estaría así bastante bien explicada. Por otro lado, los
planetas se crearían en las zonas menos densas del cúmulo, que serían atrapados por la
gravedad de la gran estrella central. Su menor tamaño posibilitaría una rotación mucho
más rápida
Esta teoría aparenta ser algo más completa, sin embargo, no explica por qué el
movimiento de los planetas está confinado a un plano o por qué sus rotaciones presentan
el mismo sentido.
Teoría de la Captura
Laplace (astrónomo, físico y matemático francés) en 1796 sugiere que el Sol y los
planetas se formaron en una nebulosa en rotación que se enfrió y se colapsó.
Teoría Nebular
En 1644, Rene Descartes propuso que la creación del Sol y los planetas se había
producido a partir de una nube de polvo estelar. Estas nubes de polvo estelar existentes
en el universo se llaman también nebulosas.
Las nebulosas están formadas por gases y elementos químicos. Los gases más
comunes son el helio y el hidrógeno, mientras que los elementos químicos se encuentran
en forma de polvo cósmico.
Según Descartes, esta nebulosa evolucionó de tal manera que en el centro surgió
el Sol. Después, por colisión de los demás fragmentos desprendidos de este fenómeno,
aparecieron los planetas en torno al Sol.
La teoría de Kant y Laplace
A finales del S. XIX, el físico noruego Kristian Birkeland formuló otra teoría,
según la cual las fuerzas electromagnéticas del Sol eran las que tenían fuerza suficiente
para crear los planetas. Es decir, esas fuerzas electromagnéticas habrían provocado las
condensaciones necesarias para crear los planetas por gravedad.
A principios del S. XX, Emil Belot propuso una nueva teoría según la cual los
planetas habrían sido creados a partir de los movimientos solares. Estos, al generar
fuerzas centrípetas y centrífugas, habrían provocado inestabilidad en la nebulosa
primitiva. A partir de ahí, los planetas se formaron, según Belot, en las crestas de las
ondas generadas por la vibración de la nebulosa.
Algunas de las más recientes, como la de Lyman Spitzer, sugieren que la materia
se vio sometida a presiones por la radiación de las estrellas vecinas. Así, se creó una
agrupación de materia en algunas regiones, desencadenándose el mecanismo de
creación por acreción.
Sin embargo, son muchos los aspectos que deben ser considerados para lograr
una descripción aproximada de lo sucedido hace más de cuatro mil millones de años, lo
que dificulta la labor de los científicos. Factores como la justificación de la
conservación del momento angular del sistema, la presencia de planetas sólidos y de
gigantes gaseosos, la justificación la formación de los satélites de estos planetas y la
validación de la ley de Bode, deben verse incluidos dentro de cada teoría desarrollada y
encajar con lo propuesto para que esta pueda considerarse veraz, lo que aún no se ha
logrado en su totalidad.
A pesar de esto, los esfuerzos por explicar el origen del Sistema Solar no son en
vano, ya que cada modernización o actualización de las teorías podría considerarse un
paso más cerca hacia conocer realmente el origen de todo.
ANEXO
Origen del Sistema Solar según Descartes, donde el Sistema Solar se forma a partir de la
evolución de una nebulosa, apareciendo primero el Sol y luego los planetas.
Imagen que podría representar la teoría de captura, donde el Sol del Sistema Solar interactúa
con otra estrella, sustrayéndole materia estelar, lo que pudo haber iniciado el proceso de
formación de nuestro Sistema Solar.