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Departamento de Administración

Programa Nacional de Formación en Contaduría Pública


Trayecto III
Unidad Curricular: Bases Epistemológicas de las Ciencias Contables

Unidad II. Ciencia

Profesor: Estudiante:
Carlos García Angie Graterol C.I.: 26.498.958

Julio, 2021
CIENCIA

Se denomina ciencia a todo el conocimiento o saber constituido mediante


la observación y el estudio sistemático y razonado de la naturaleza, la
sociedad y el pensamiento.

El objetivo de la ciencia es descubrir las leyes que rigen los fenómenos de


la realidad, comprenderlos y explicarlos. De allí se deriva que la función de la
ciencia es describir, explicar y predecir tales fenómenos a fin de mejorar la vida
humana.

La ciencia produce conocimiento científico. Este se define como todo saber


que ha sido obtenido mediante el método científico, es decir, a través de la
observación y el análisis sistemáticos. En consecuencia, el conocimiento
científico ofrece conclusiones razonadas y válidas que pueden ser probadas.

En este sentido, la ciencia comprende todos los campos de conocimiento y


estudio (incluyendo ciencias formales, naturales, sociales y humanas) que
conllevan al desarrollo de teorías y métodos particulares para cada área.

En la actualidad, el modelo de clasificación más difundido es el que


distingue entre ciencias formales y ciencias fácticas, llamadas en otros
modelos “experimentales o empíricas”.

 Ciencias formales: Son aquellas que tienen por objetivo las abstracciones
mentales y, por ello, son analíticas, como la matemática y la lógica.
Reciben el nombre de ciencias formales porque no se ocupan de los
contenidos concretos, sino de los axiomas o conceptos abstractos que el
ser humano capta gracias a la deducción y la inferencia, los cuales son
llamados “formas” u “objetos ideales”. Las ciencias formales son: lógica,
matemática, estadística, informática, ciencias de la computación, ciencia
computacional teórica.
 Ciencias fácticas: Las ciencias fácticas son las que estudian hechos
naturales, sociales o humanos, según la clasificación de Mario Bunge.
Algunos teóricos las llaman ciencias empíricas y experimentales porque
pueden ser verificadas en la realidad, ya sea por observación o por
experimentación. Se subdividen en ciencias naturales y ciencias sociales
y humanas.
1. Ciencias naturales: Las ciencias naturales son aquellas que
describen, ordenan y comparan los fenómenos naturales, es decir,
los objetos de la naturaleza y los procesos que tienen lugar en ella,
de las cuales se pueden, incluso, formular leyes y reglas. El campo
de actividad de las ciencias naturales está constituido
principalmente por la investigación sin una aplicación específica.
Las ciencias naturales son las siguientes: química, física, biología,
astronomía, geología.
2. Ciencias sociales y humanas: Las ciencias sociales y humanas son
aquellas que estudian al ser humano y la sociedad. Es decir,
estudian de forma sistemática los fenómenos y procesos
socioculturales, producto de la actividad del ser humano y su
relación con el entorno. En este sentido, divide su campo de estudio
en diferentes áreas, que pueden abarcar desde las normas de
convivencia y los modos de su organización social, hasta las formas
de comunicación. Son ciencias sociales y humanas las siguientes:
sociología, economía, historia, geografía, lingüística, antropología,
psicología.
 Ciencias aplicadas: Las ciencias aplicadas son aquellas que utilizan los
conocimientos desarrollados por las ciencias formales o las ciencias
empíricas y experimentales en ámbitos especializados de interés. Entre
las ciencias aplicadas podemos mencionar las siguientes: ingeniería,
arquitectura, medicina, nutrición y dietética, farmacia, arqueología,
psicología social, bioanálisis, etc.

La ciencia también está íntimamente relacionada con la tecnología, sobre


todo desde la segunda mitad del siglo XIX. De allí la importancia de los
estudios científicos destinados a crear o perfeccionar la tecnología. Cuando
hablo de tecnología es probable que se le venga a la mente algunos de los
elementos con los que solemos interactuar a lo largo del día: celular,
computadora, dispositivos portátiles y más. Sin embargo, la ciencia y la
tecnología están presentes en eso y más: son importantes para el mundo
puesto que a lo largo del tiempo se han convertido en instrumentos de
transformación en nuestra sociedad.

Tanto la ciencia como la tecnología justifican su existencia en la búsqueda


y el desarrollo de productos, servicios, medios, herramientas y otras entidades,
capaces de satisfacer las necesidades humanas y de la vida en general,
problemas de salud se han solucionado gracias a la ciencia y tecnología. Se
han convertido en ramas de la actividad inseparables de la vida y el progreso
de la sociedad desde hace varias décadas.

A través de la historia, el ser humano ha tratado de plasmar su verdad en


diversas teorías sobre su naturaleza y del universo donde se desenvuelve. Su
afán de encontrar una respuesta aceptable al porqué de su llegada, de su
evolución y su destino, le ha conducido a elaborar marcos interpretativos de
su ego, de la significación de su existencia, y de la naturaleza de su entorno,
contribuyendo a formalizar teorías, muchas de ellas fundamentalistas que han
producido restricciones a su propia libertad.

La ciencia es evidencia empírica y enteramente racional. Sus resultados,


sujetos a falsificación, sirven para construir cuerpos de conocimiento sobre y
a partir de los cuales se vuelve a construir en un proceso sin fin, las bases del
desarrollo de los pueblos.

La ciencia convertida en tecnología y ésta en técnica, comprometen a la


propia persona y a todas las construcciones humanas, incluyendo las del
espíritu. Es por ello que ninguna persona puede desligarse de la
responsabilidad de acrecentar el acervo científico y tecnológico, pues
constituye parte importante de su patrimonio cultural.

La libertad por otro lado, conduce a la creatividad sin límites. Siendo la


creatividad una característica inminente del ser humano, para su desarrollo,
requiere ser estimulada. La educación sirve dichos propósitos y por tanto, es
la herramienta básica de la creatividad y la libertad.

El avance científico y tecnológico es una manifestación de la libertad


creativa del hombre y de la sociedad, expresadas como progreso individual,
pero a la vez solidario.

A través del tiempo los humanos hemos reflexionado sobre el universo y las
leyes que lo gobiernan en el afán de comprender nuestro mundo y nuestro
lugar en el Cosmos. La curiosidad y la incursión en lo desconocido son
inherentes a la naturaleza humana y son las fuerzas que compelen al hombre
a situarse en la frontera del conocimiento. Este "situarse en la frontera" marca
la aventura por descubrir cosas nuevas y hurgar en su naturaleza,
estableciendo sus causas primarias.

La investigación básica es el instrumento del que nos valemos para resolver


las preguntas que tenemos respecto de lo desconocido. A través de ella
sistematizamos la búsqueda, aprehendemos los hechos y ensayamos una
respuesta que puede inducir a la aceptación o rechazo de la o las hipótesis
sobre la naturaleza de las cosas o sus relaciones; y, en este sentido, la
curiosidad vista como potencial de descubrir nuevas cosas o eventos, es la
fuerza que se debe aprovechar para penetrar lo más rápidamente posible en
la sociedad del siglo XXI, que se vislumbra como la "sociedad del
conocimiento" o la "sociedad tecnológica".

La ciencia básica por lo general no tiene como fin alcanzar un beneficio


específico práctico, pues ella simplemente nos ayuda a comprender cómo son
las cosas y a generar nuevas ideas y preguntas sobre lo desconocido. En este
sentido, nadie pudo anticipar por ejemplo: Que los estudios efectuados sobre
la molécula de DNA hace casi 50 años conducirían a la ingeniería genética a
desarrollar nuevas drogas, cultivos más productivos o alimentos más
nutritivos; que la invención de relojes atómicos ultra precisos se convertiría en
el eje del Sistema de Posicionamiento Global (GPS) usado en navegación,
rescates de emergencia, búsqueda de vehículos robados, un negocio de
millones de dólares; o que la investigación básica sobre la forma cómo los
líquidos pasan a través de orificios conduciría a la mejora de los sistemas de
inyección de combustible en vehículos, a la fabricación de impresoras tipo "ink-
jet", o a la invención de válvulas cardíacas artificiales.

A pesar de que es virtualmente imposible predecir cómo los resultados de


la investigación básica mejorarán nuestras condiciones de vida, o imaginar qué
tipo de industrias y mercados emergerán, no hay duda que éstas aparecerán.
Los resultados de las investigaciones básicas de hoy, transformarán nuestro
mundo del mañana, tal como los descubrimientos de ayer transformaron el de
hoy.

La tecnología es el factor más importante en la determinación del desarrollo


económico sostenible. Hoy en día, la competitividad depende
fundamentalmente de la habilidad para crear conocimiento y de la rapidez con
que dicho conocimiento es puesto a ‘trabajar’. Reconociendo esta importancia
y trascendencia, podemos afirmar que la tecnología es el motor del desarrollo
y la ciencia el combustible de dicho motor.

La tecnología se ha convertido en una empresa global, todos los países, en


especial los países industrializados, le otorgan la máxima prioridad y es el
componente básico de sus programas estratégicos de desarrollo. No se puede
concebir que los países industrializados mantengan altos niveles de ingreso
per cápita sin una adecuada atención a sus instituciones de oferta y demanda
tecnológica, en materia de recursos económicos y financieros, infraestructura
y equipamiento, recursos humanos calificados, cultura y conciencia social.
Extendiendo esta afirmación, ningún país en desarrollo podrá elevar sus
niveles de bienestar si es que no incorpora la tecnología como factor de primer
orden a la producción de bienes y prestación de servicios, en sus formas
básicas de productos y procesos.

Teniendo la tecnología aplicaciones inmediatas a través de sistemas de


innovación, es posible predecir cómo sus resultados mejorarán nuestras
condiciones de vida y nuestra capacidad de competir satisfactoriamente en un
mundo globalizado.

La ciencia es la mayor empresa colectiva de la humanidad. Nos permite vivir


más tiempo y mejor, cuida de nuestra salud, nos proporciona medicamentos
que curan enfermedades y alivian dolores y sufrimientos, nos ayuda a
conseguir agua para nuestras necesidades básicas, incluyendo la comida,
suministra energía y nos hace la vida más agradable, pues puede desempeñar
un papel en el deporte, la música, el ocio y las últimas tecnologías en
comunicaciones. Finalmente, aunque no por ello menos importante, la ciencia
alimenta nuestro espíritu.
La ciencia ofrece soluciones para los desafíos de la vida cotidiana y nos
ayuda a responder a los grandes misterios de la humanidad. En otras palabras,
es una de las vías más importantes de acceso al conocimiento. Tiene un papel
fundamental del cual se beneficia el conjunto de la sociedad: genera nuevos
conocimientos, mejora la educación y aumenta nuestra calidad de vida.

La ciencia debe responder a las necesidades de la sociedad y a los desafíos


mundiales. La toma de conciencia y el compromiso del gran público con la
ciencia, y la participación ciudadana, incluyendo la divulgación científica, son
esenciales para que los individuos tengan información suficiente para tomar
decisiones razonadas a nivel personal y profesional. Los gobiernos deben
basar sus políticas (sanitarias, agrícolas, etc.) en información científica de
calidad y los parlamentos que legislan sobre cuestiones sociales han de
conocer las últimas investigaciones en la materia. Los gobiernos nacionales
necesitan comprender los aspectos científicos de grandes desafíos mundiales
como el cambio climático, la salud del océano, la pérdida de biodiversidad y la
seguridad del agua dulce.

Para afrontar los desafíos del desarrollo sostenible, gobiernos y ciudadanos


tienen que entender el lenguaje de la ciencia y adquirir una cultura científica.
Asimismo, los científicos han de comprender los problemas a los que se
enfrentan los gobernantes y esforzarse en buscar soluciones pertinentes y
comprensibles para los gobiernos y la sociedad en general.

Los desafíos actuales son multidisciplinares y cubren el ciclo de vida


completo de la innovación, desde la investigación al desarrollo de
conocimientos y sus aplicaciones. La ciencia, la tecnología y la innovación
deben conducirnos hacia un desarrollo más equitativo y sostenible.
¿Por qué es importante la investigación científica en el desarrollo de un
país? En primer lugar, la investigación científica es importante para un país
puesto que mediante ella se puede acceder a distintas vías de resolución de
los problemas que la nación enfrenta. Tanto las ciencias sociales como las
ciencias naturales tienen algo que aportar a la vida de los civiles.

Las ciencias sociales pueden proveer visiones nuevas respecto al


desarrollo y crecimiento del país, aportando, además, a la consciencia del
pasado y del futuro. Esta consciencia atrae prosperidad a la sociedad por dos
razones: 1) Habrá ciudadanos conscientes de sus raíces y de los problemas
que aquejan al país y 2) Ciudadanos con una visión amplia capaz de
transportarlos más allá de sus intereses personales. La filosofía es la ciencia
que humaniza a los hombres. A través de sus enseñanzas y de la investigación
en dicha disciplina los ciudadanos desarrollan múltiples habilidades tales como
capacidad de análisis, razonamientos ordenados, mayor capacidad explicativa
y argumentativa, mayor desenvoltura en la escritura y el habla. Aquellas
habilidades son esenciales para el desarrollo de una democracia justa, porque
los hombres son realmente ciudadanos, capaces de intervenir e interactuar
con el gobierno de manera constructiva. Capaces de buscar justificaciones a
sus preferencias políticas y de exigir justicia.

La investigación en la rama de las ciencias naturales (biología, química,


física, entre otras) promueve un conocimiento más profundo del hombre y de
sus interacciones con el medio en el que se encuentra. El desarrollo de estas
permite la creación de nuevas tecnologías que benefician a una nación de dos
maneras: 1) Al convertirse en pionera de algún tipo de tecnología se impulsa
la inversión, ya sea interna o externa, para su desarrollo 2) Las nuevas formas
de tecnología mejoran el nivel de vida de los ciudadanos en la medida en que
se hagan más accesibles, para ello el gobierno debe apoyar a la comunidad
científica.
La investigación y desarrollo de nuevas tecnologías también beneficia a la
medicina, la cual requiere de nuevas respuestas, pues la salud del hombre se
deteriora más rápido por la polución del aire, el aumento de temperaturas a
nivel mundial, la erosión, entre otros factores.

Ahora bien, ya se ha probado que la ciencia es beneficiosa para la sociedad;


sin embargo, es importante mencionar también cuál es la raíz de que no haya
investigación científica suficiente en nuestro país.

En primer lugar, no hay inversión privada ni pública capaz de sustentar los


esfuerzos de los investigadores actuales. Hace falta consciencia en el
gobierno y empresas de la importancia que tiene el impulsar a la ciencia. Para
resolver dicho problema hacen falta dos factores importantes, que los
científicos salgan de las aulas y creen movimientos para pedir apoyo a las
autoridades y mostrar la utilidad de sus estudios y desarrollos, lo cual ya se ha
hecho anteriormente, pero hace falta mayor movimiento en dicho sector.

Además, un sistema de educación que promueva el pensamiento crítico y


el interés por la investigación, en vez de la mecanización del aprendizaje; lo
cual se puede lograr junto con la promoción de las ciencias humanas.

En segundo lugar, hacen falta jóvenes interesados en el desarrollo de la


investigación, pues la mayoría tiende a recurrir a los estudios de universidad
sólo para obtener un trabajo que asegure el sustento. Es importante que los
investigadores, profesores y universidades promuevan la investigación
académica y el desarrollo de proyectos. De lo contrario, promueven la
automatización social en la que los ciudadanos se encuentran enfrascados.

Es importante, sin embargo, señalar que “No hay nada más práctico que la
teoría” como afirma Vittor Adolfo Tambone filósofo y médico italiano. Hay que
pensar qué teoría puede utilizarse para enfrentar los problemas actuales. Para
Tambone es necesario plantear una teoría que parta de lo existente, es decir,
que no trate de hacérsela unir en la realidad, sino, al contrario, partir de la
realidad y con un esfuerzo intuitivo llegar a una teoría que después pueda
descender de nuevo (mediante la deducción) hacia lo existente. De manera
que la ciencia esté cerca de la sociedad y atienda a sus problemas; pues si
sólo se hace teoría, por más interesante y abstracta que resulte esta, no
reporta ninguna utilidad. Es por ello que en ocasiones tanto la sociedad como
el gobierno se han alejado de la ciencia, pues no hay realmente un beneficio
ni correlato de sus teorías en la vida ciudadana.

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