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tráquea 

(del griego τραχυς trakhys; "áspero, rugoso") es un órgano del aparato


respiratorio de carácter cartilaginoso y membranoso que va desde la laringe a
los bronquios. Su función es brindar una vía abierta al aire inhalado y exhalado.
Tráquea

Imagen de las vías aéreas; tráquea entre la laringe y los


bronquios principales

Nombre y clasificación

Latín [TA]: trachea

TA A06.3.01.001

Gray pág.1084

Información anatómica

Región cavidad torácica

Sistema Respiratorio

Arteria Ramas traqueales de la arteria tiroidea


inferior

 Aviso médico 
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Índice




o




Anatomía Editar
La tráquea es un cilindro semirrígido de unos 13 cm de largo que se extiende desde el
borde inferior del cartílago cricoides en la laringe hasta su bifurcación, a nivel de la
cuarta vértebra torácica, dando origen a los bronquios derecho e izquierdo.[1]
Una característica de la tráquea es la presencia de arcos de cartílago hialino en su pared,
lo que impide el colapso del órgano. Entre los arcos de cartílago hay tejido fibroso
y músculo liso.[2]
En el extremo inferior de la parte interna de la tráquea se encuentra la carina traqueal.
Es una cresta ubicada de forma anteroposterior que divide la tráquea en dos, el bronquio
principal izquierdo y bronquio principal derecho. La carina traqueal posee un esqueleto
cartilaginoso correspondiente al último cartílago de la tráquea.

La tráquea está en relación estrecha con el esófago, que se encuentra detrás de ella. Del
lado izquierdo, el nervio laríngeo recurrente izquierdo recorre el ángulo formado por los
dos órganos.[1]
La tráquea es un tubo que se continua con la laringe por arriba y que termina por
división en los bronquios primarios dirigidos hacia cada pulmón. Este órgano posee
algunas características singulares como su alto grado de desplazamiento lateral y la
posibilidad de sufrir estiramiento (hasta un 50%) sin sufrir estrechamiento de su luz.
Esta elasticidad está garantizada de forma importante por la presencia de gran cantidad
de fibras dispuestas longitudinalmente.

El diámetro de la luz queda garantizado por la presencia de 15 a 20 fíbulas


cartilaginosas en forma de U. La pared posterior de la tráquea corresponde a la porción
desprovista de cartílago, membranosa, rodeada de fibras musculares con gran poder
constrictor mas no dilatador.

HistologíaEditar
La mucosa de la tráquea reviste sus paredes internas, que están en contacto con el
exterior. Esta mucosa es una capa formada por dos componentes: un epitelio y una
lámina propia.
Células ciliadas del epitelio traqueal. Microscopio electrónico de barrido.

Célula caliciforme con glóbulos de mucus del epitelio traqueal.

El recubrimiento epitelial de la tráquea es de tipo  pseudo-estratificado ciliado con


presencia de células caliciformes.[3]   El epitelio de la tráquea está formado en su
mayoría por células ciliadas y células caliciformes.
En la lámina propia subyacente al epitelio se puede observar abundante tejido linfoide.
[2]

En relación con este epitelio, al parecer las células caliciformes deben expulsar su
contenido de moco de manera cíclica, de modo que cuando vierten su contenido en la
superficie las células constitutivas del epitelio pierden su aspecto de ciliadas y mucosas.
La apariencia de la superficie es de microvellosidades dispuestas de manera regular en
la superficie libre por lo que han sido llamadas células en cepillo.

En la submucosa, formada por un tejido conectivo relativamente laxo, se pueden


encontrar glándulas que secretan principalmente glucoproteínas hacia la luz traqueal.
Los cartílagos traqueales y músculo liso separan la submucosa de la capa más externa,
la adventicia.[2]
Recambio celular del epitelio de la tráqueaEditar
Las células basales y otras células epiteliales de la tráquea, rara vez proliferan durante
la homeostasis normal, para mantener el epitelio en los adultos.
Se ha demostrado que las células basales de la tráquea sirven como células progenitoras
para auto-renovarse y para diferenciarse en otros tipos de células, incluidas las células
de Clara, las células ciliadas y las poblaciones de células tuft.
Las células de Clara también pueden des-diferenciarse en células basales, para regenerar
el epitelio traqueal en un modelo de ratón.
En la infección por SARS-CoV-2 causa de la COVID-19 en humanos, se observó una
extensa proliferación de células basales en la tráquea, especialmente en el área donde se
dañaron las células de Clara y las células ciliadas. En estas áreas las células
proliferantes se limitan a la capa parabasal inmediata, en el área donde la integridad
epitelial se mantuvo relativamente bien.[4]

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