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BOLILLA XIX

CONTINUACION DE LA EXPLOTACION
CONTINUACION DE LA EXPLOTACION DE LA EMPRESA DEL FALLIDO. CONTINUACION INMEDIATA. EMPRESAS QUE PRESTAN
SERVICIOS PUBLICOS. QUIEN LA DISPONE. FUNDAMENTOS. TRAMITE. RECURSO. TRAMITE COMUN PARA TODOS LOS PROCESOS.
AUTORIZACION. RECURSOS. ART. 191 BIS
REGIMEN DE EXPLOTACION: GESTION DEL SINDICO O COADMINISTRADOR. PREFERENCIAS. CONCLUSION ANTICIPADA.
CONTRATOS DE LOCACION: CUESTIONES RELACIONADAS. HIPOTECA Y PRENDA EN CASO DE CONTINUACION DE LA
EXPLOTACION DE LA EMPRESA.
EFECTOS DE LA QUIEBRA SOBRE EL CONTRATO DE TRABAJO: ELECCION DEL PERSONAL. PREFERENCIAS. EXTINCION DEL
CONTRATO DE TRABAJO. OBLIGACIONES DEL ADQUIRENTE DE LA EMPRESA
CONTINUACIÓN DE LA EMPRESA DEL FALLIDO
Finalidad liquidativa de la quiebra
En la ley 24.522 la quiebra tiene una clara y definida finalidad liquidativa. La reorganización de la empresa, la reestructuración de
los pasivos, el salvataje, tienen su cauce en las distintas oportunidades que la ley brinda: acuerdo preventivo extrajudicial,
concurso preventivo, salvataje (art. 48, LC), conversión de la quiebra en concurso preventivo. Pero una vez agotadas esas
posibilidades y declarada la quiebra, ésta no da más oportunidades y los activos del deudor deben liquidarse de la manera, más
expeditiva posible para distribuir el producido entre los acreedores.
La continuación de la explotación
De todos modos la ley prevé en la Sección II del Capítulo ÍV (arts. 189 y ss.) el régimen de la continuación de la explotación de la
empresa.
Pero como se ha señalado con agudeza, esa continuación no tiene por objeto reorganizar la empresa sino posibilitar que la
liquidación se lleve a cabo como empresa en marcha, siempre y cuando ello resulte conveniente dé acuerdo con los parámetros
del artículo 190 de la LC (Rouillon).
No cabe duda de que la LC ha tomado en consideración el estrepitoso fracaso de las continuaciones de empresa decretadas bajo
el régimen de la ley 19.551, y la también nefasta experiencia de la ley 18.832, tema al que nos hemos referido en el N° 10 del
Capítulo II.
Distintos modos en que puede disponerse la continuación de la explotación
La continuación de la explotación de la empresa debe ser dispuesta por el juez previo informe del síndico (arts. 190 y 191, LC).
Pero excepcionalmente el síndico puede disponer la continuación inmediata de la explotación de la empresa o de alguno de sus
establecimientos, si de la interrupción pudiera derivar un daño grave y evidente al interés de los acreedores y la conservación
del patrimonio (art. 189, LC). En este caso, es obligación del síndico poner en conocimiento al juez, quien puede adoptar las
medidas que estime pertinentes, entre ellas la cesación de la explotación.
Empresas que prestan servicios públicos
La ley ha otorgado especial atención a las empresas que explotan servicios públicos imprescindibles, aprehendiendo así el hecho
de que hoy en día muchos de estos servicios son prestados por empresas privadas que, como tales, pueden ser declaradas en
quiebra.
Son imprescindibles los servicios públicos que se prestan en condiciones monopólicas o que no pueden ser inmediatamente
sustituidos por otro prestador. De modo que no encajan en tal calificación, la quiebra de una empresa de transporte urbano en
Buenos Aires o Rosario, la quiebra de una farmacia; pero sí quedan incluidas las empresas prestadoras del servicio de energía
eléctrica o de agua corriente.
Tratándose de estos servicios públicos imprescindibles, el ordenamiento concursal privilegia la continuidad por encima del
interés de los acreedores; por ello el régimen previsto en la segunda parte del artículo 189 de la LC, funciona de la manera
siguiente:
- tratándose de un quebrado que explota un servicio público imprescindible, debe disponerse la continuación inmediata
de la explotación;
- el juez debe hacer saber la quiebra al concedente o a quien corresponda;
- se sigue el trámite ordinario previsto por la ley, esto es, presentación del informe del artículo 190 y resolución del juez
sobre la continuidad o no de la explotación;
- si se decide la no continuidad se hace saber al concedente;
- la cesación efectiva no puede disponerse sino pasados treinta días desde esta última comunicación;
- las disposiciones que pueda adoptar la autoridad concedente no afectan a la quiebra, por lo que las obligaciones que se
asuman en razón de esas medidas son ajenas al concurso.
Trámite
Para todas las quiebras, incluidas aquellas en que se ha dispuesto la continuación inmediata de la explotación y las de empresas
que explotan servicios públicos, la ley organiza un trámite muy sencillo, pues consiste en la imposición al síndico de la
presentación de un informe y la consecuente resolución judicial que puede disponer la continuidad o no de la explotación.
a) Informe del síndico
Está previsto en el artículo 189 de la LC; ha de ser presentado dentro de los veinte días corridos contados a partir de la
aceptación del cargo y ha de versar sobre la posibilidad, que el mismo precepto califica de excepcional, de continuar con la
explotación de la empresa del fallido, o de alguno de sus establecimientos y la ventaja de enajenarlos en marcha.
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A lo largo de ocho incisos se establece cuáles son los puntos sobre los que el síndico ha de pronunciarse expresamente; ellos
son:
- la posibilidad de mantener la explotación sin contraer nuevos pasivos;
- la ventaja que resultaría para los acreedores de la enajenación de la empresa en marcha;
- la ventaja que pudiera resultar para terceros del mantenimiento de la actividad;
- el plan de explotación, acompañado de un presupuesto de recursos, debidamente fundado;
- los contratos en curso de ejecución que deben mantenerse;
- en su caso, las reorganizaciones o modificaciones que deben hacerse en la empresa para hacerla económicamente
viable;
- los colaboradores que necesitará para la administración;
- explicar el modo en que se pretende cancelar el pasivo preexistente.
Se advierte que la ley pretende que la explotación no sea deficitaria, ello para evitar que se generen nuevos pasivos que
calificados como gastos de conservación y de justicia (arts. 192 y 240, LC) serían de satisfacción preferente respecto de los
créditos quirografarios en la masa. Para ello exige al síndico que explique cómo mantener la explotación sin contraer nuevos
pasivos, de dónde ha de obtener los recursos y cómo ha de utilizarlos.
b) La decisión de continuación
La decisión recae, obviamente, en el juez, quien para adoptarla ha de tener en cuenta el carácter excepcional de la continuación
de la explotación, que la ley recalca expresamente al afirmar que ella sólo será dada si de la interrupción pudiera, emanar una
grave disminución del valor de realización o se interrumpiera .un ciclo de producción que puede concluirse (proemio del art. 191,
LC).
La resolución ha de ser dictada dentro de los diez días posteriores a la presentación del informe del síndico, y en ella el juez debe
pronunciarse concretamente sobre:
- el pían de explotación, para lo cual podrá hacerse asesorar por expertos o entidades especializadas;
- el plazo de la explotación, el que no podrá exceder del previsto para la enajenación de la empresa; o sea que por regla
general, la explotación a cargo del síndico no podrá exceder de los cuatro meses contados a partir de la declaración de
quiebra (art. 217, LC); sin embargo, el juez está autorizado para prorrogar ese plazo una sola vez y por resolución
fundada. Con esto se trata de impedir las continuaciones de actividades empresarias que duraron años, dilatando
innecesaria y perjudicialmente la liquidación de los activos;
- la cantidad y calificación profesional del personal que continuará afectado a la explotación;
- los bienes que pueden emplearse;
- la designación de uno o más coadministradores, que se rige por lo dispuesto en el artículo 259 de la LC, y la autorización
al síndico para contratar colaboradores;
- los contratos en curso de ejecución que se mantendrán;
- el tipo y periodicidad de la información que deberá suministrar el síndico.
c) Recursos
La resolución que no autoriza la continuación de la explotación es apelable por el síndico al solo efecto devolutivo (art. 191 in
finé).
Facultades del síndico
a) Criterio general
El síndico -o el coadministrador- de acuerdo a lo que haya resuelto el juez, tiene atribución para realizar todos los actos de
administración ordinaria; para los que excedan de ella debe requerir autorización judicial (art. 192, LC).
El juez puede autorizar hasta la constitución de garantías especiales (hipoteca, prenda) cuando resulten indispensables para
asegurar la continuidad de la explotación (art. 192, segundo párrafo, LC).
b) Régimen de las obligaciones causadas en la continuación de la explotación
Estas obligaciones contraídas por el síndico o el coadministrador como consecuencia de la explotación son gastos de
conservación y justicia, en los términos del artículo 240 de la LC.
Por ello, deben ser pagados cuando resulten exigibles y no están sometidos a la carga de verificación ni afectados por la
suspensión de intereses.
Estas soluciones tienden no sólo a recoger una realidad técnica (quien contrató con el síndico o coadministrador no es acreedor
del fallido) sino también a facilitar la explotación por el síndico; es que si no se diese a estos créditos el referido tratamiento,
nadie contrataría salvo al contado.
La ley prevé también que la sentencia de quiebra sea revocada o el procedimiento concursal se extinga. En ese caso, el fallido
asume -de pleno derecho- las obligaciones contraídas por el síndico o el coadmi nistrador. De tal modo la ley asegura la
continuidad del patrimonio y la garantía que éste significa respecto de las deudas que lo gravan.
Efectos sobre algunas relaciones jurídicas en particular
a) Locación
La ley dispone que cuando se resuelva la continuación de la empresa y el síndico aconseje la enajenación en bloque de los
bienes, se mantienen los contratos de locación en las condiciones preexistentes y el concurso responde por los arrendamientos
y las demás consecuencias futuras (art 193, LC),

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Esto significa que el crédito por los arriendos -y los demás que surjan de la relación locativa- será considerado como gasto de
conservación y justicia en los términos del artículo 240 de la LC.
Se establece además:
- que son nulos los pactos que dispongan la resolución del contrato de locación por causa de la quiebra (art. 193, in fine,
LC);
- que las cuestiones planteadas por el locador no impiden el curso de la explotación del fallido ni la enajenación prevista
por el artículo 205 de la LC, debiéndose considerar esta circunstancia en las bases pertinentes (art. 194, LC).
b) Hipoteca y prenda
El artículo 195 de la LC dispone que en caso de continuación de la empresa, los acreedores hipotecarios y prendarios no podrán
hacer uso del derecho a liquidar los bienes en concurso especial, cuando los créditos no se hallen vencidos y el síndico satisfaga
las obligaciones posteriores en tiempo debido; declara además la nulidad de los pactos contrarios a esta disposición.
La norma es interesante pues constituye una excepción a la regla del artículo 128 de la LC que dispone el vencimiento de todos
los plazos por la quiebra. En efecto, en este caso, si los plazos no estaban vencidos, subsisten en beneficio de la continuación de
la explotación de la empresa del fallido, por lo que el síndico podrá pagar en los plazos establecidos originalmente.
Conclusión anticipada
La explotación puede terminar antes del plazo previsto en la resolución que la dispuso, si ella resulta deficitaria o de cualquier
otro modo resulta perjuicio para los acreedores (art. 192, último párrafo, LC).
Nuevamente la ley trata de impedir que se generen pasivos que por ser tratados como créditos de conservación y justicia,
posterguen a los créditos contra el fallido.
Efectos de la continuación de la empresa sobre el contrato de trabajo
Reconducción del contrato de trabajo
En el régimen de la ley 19.551 era claro que decidida la continuación de la explotación de la empresa, se reanudaba el contrato
de trabajo y los créditos nacidos durante este período gozaban de la calidad de créditos contra el concurso (art 264 de la ley
19.551, equivalente a los gastos de conservación y justicia del art. 240, LC).
La actual LC ha oscurecido notablemente el sistema al aludir a una reconducción parcial del contrato de trabajo.
En realidad si el contrato no estaba extinguido, no corresponde reconducirlo, sino continuarlo o reactivarlo como ha aclarado
Negre de Alonso.
En cuanto a lo de parcial se supone que ha querido decirse que sólo se reanudan los contratos de trabajo que sean necesarios a
los efectos de la continuación de la explotación de la empresa del fallido.
Elección del personal
Decidida la continuación de la empresa el síndico debe elegir el personal, para lo cual tiene diez días corridos contados desde la
resolución que dispone la continuación de la explotación. Esa elección debe hacerse respetando las normas de Derecho común
(art. 197^C).
De acuerdo con ello entendemos que el síndico debe adecuar la elección del personal a lo previsto en el artículo 147, segundo
párrafo, de la LCT, según el cual el despido debe comenzar por el personal menos antiguo dentro de cada especialidad y entre el
que hubiera ingresado en un mismo semestre por el de menos cargas de familia aunque con ello se alterase lo primero. Del
mismo modo deben respetarse las prohibiciones de despedir a la mujer embarazada, al que recientemente haya contraído
matrimonio, al que se encuentre-gozando de una licencia por enfermedad o accidente, al que ejerza representación gremial o
cargo electivo. De no ser aplicadas estas reglas el despido no se considerará consecuencia de la quiebra (conf. García Martínez).
El trabajador despedido tiene derecho al reconocimiento de sus créditos en la quiebra, lo que reiteramos podrá hacer por la vía
de la verificación ordinaria o del procedimiento de pronto pago.
Cabe resaltar que también en este caso se considera que el despido es causa de la quiebra y que tiene efectos a la fecha de
declaración de ésta.
De allí que este trabajador no incrementa su antigüedad ni por el período de sesenta días ni por el de diez días posteriores a la
resolución de continuación de la explotación de la empresa. Ni goza, tampoco, de derecho a retribución por ese período de diez
días que la ley acuerda al síndico para elegir el personal que se afectará a la continuación de la explotación.
La relación laboral durante la continuación de la explotación de la empresa
Tratamos ahora de la situación de los trabajadores que efectivamente continúan en relación de dependencia durante la
continuación de la explotación de la empresa del fallido.
Al respecto cabe considerar que el contrato de trabajo continúa con las mismas condiciones que tenía cuando se desarrollaba
con el empleador ahora fallido, pues no existe convenio de crisis ni se prevé la suspensión del o los convenios colectivos
vigentes. La solución legal parece razonable si se atiende al muy breve período que debe durar la continuación de la empresa.
Todas las retribuciones deben ser pagadas en los términos legales, naciendo ese derecho desde el mismo momento en que se
decide la continuación de la empresa, aun cuando la actividad no se reanude efectivamente (art. 196, in fine, LC).
Los créditos nacidos durante este período tienen la calidad de créditos de conservación y justicia del artículo 240 de la LC (art.
198, LC).
Extinción del contrato de trabajo
El segundo párrafo del artículo 198 de la LC dispone que en los supuestos de despido del dependiente por el síndico, cierre de la
empresa o adquisición por un tercero de ella o de la unidad productiva en la cual el dependiente cumple su prestación, el
contrato de trabajo se resuelve definitivamente.
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En ese caso el trabajador tiene derecho a la verificación de sus créditos devengados hasta la fecha de la quiebra. En cuanto a los
créditos causados en el incremento de las indemnizaciones que pudieren corresponder por despido o preaviso por el trabajo
durante la continuación de la empresa, gozan de la calidad de créditos de conservación y justicia (conf. Negre de Alonso).
Enajenación de la empresa
a) Inexistencia de obligaciones del adquirente
Ya se ha señalado que la ley dispone que en caso de enajenación de la empresa, el contrato de trabajo se extingue
definitivamente. Con ello era suficiente para que quedara claro que el adquirente nada tenía que ver con las relaciones laborales
precedentes; pero de todos modos el artículo 199 de la LC lo ratifica expresamente, liberando al adquirente de toda
responsabilidad por los importes adeudados a los dependientes por el fallido o por el concurso.
b) Convenios colectivos
El tercer párrafo del artículo 198 de la LC establece que Los convenios colectivos de trabajo relativos al personal que se
desempeñe en el establecimiento o empresa del fallido, se extinguen de pleno derecho respecto del adquirente, quedando las
partes habilitadas a renegociarlos.
Esta disposición es absolutamente anómala dentro de una ley de concursos pues se refiere a un tema de Derecho colectivo de
trabajo. Por otra parte no se le encuentra razón de ser a la extinción del convenio colectivo en favor del adquirente, pues ello
puede colocarlo en mejor situación que la de sus competidores del mismo ramo por el solo hecho de haber adquirido una
empresa fallida.
Por otra parte la disposición no esclarece si se refiere al convenio colectivo de actividad o al de empresa, aunque la utilización
del plural parece indicar que comprende a todos.
LOS CREDITOS DE CAUSA LABORAL
Aunque muchos de los temas vinculados a los créditos de causa laboral han sido ya tangencialmente tratados en los números
precedentes, consideramos apropiado hacer una breve consolidación de las diferentes cuestiones.
Reconocimiento de los créditos laborales en la quiebra
Ya hemos anticipado que los créditos laborales pueden ser reconocidos por vía del procedimiento de pronto pago regulado en el
artículo 16 de la LC (remisión explícita del art 183, LC), o por la verificación ordinaria.
El régimen del pronto pago en la quiebra está establecido en el artículo 183 de la LC el que se complementa con lo dispuesto en
el artículo 16 de la LC al que aquél remite expresamente. Por lo que son aplicables las consideraciones que en general hicimos
sobre este instituto al tratar del concurso preventivo.
Sin perjuicio de ello haremos ahora las precisiones que corresponden en caso de quiebra.
a) Créditos a los que se concede el pronto pago
El artículo 183 de la LC acuerda el derecho de pronto pago a los créditos comprendidos en los artículos 241, inciso 2 o, y 246,
inciso Io, esto es, a los amparados por privilegio especial y general.
Como el privilegio general comprende a todo crédito de causa laboral, no quedan créditos laborales excluidos del privilegio
general, salvo los salarios y subsidios familiares cuando excedan de seis meses y los intereses que excedan de los dos años,
límites temporales del privilegio general reconocido a esos rubros por el mismo inciso I o del artículo 246 de la LC.
b) Existencia de fondos
No es necesario que existan fondos para que sea procedente el incidente de pronto pago, pues como hemos dicho antes, es el
medio básico de incorporación de los créditos laborales al pasivo concursal.
Por supuesto que es necesario que existan para que efectivamente pueda pagarse a los acreedores que han seguido esta vía o
que han verificado créditos comprendidos en el artículo 183 de la LC.
c) Con qué fondos se paga
El pronto pago se atiende con los primeros fondos que se recauden o con el producido de los bienes sobre los cuales recae el
privilegio especial.
Es preciso señalar que el síndico debe hacer las reservas pertinentes para atender los créditos que pudieran ser preferidos
respecto de los créditos laborales.
Y además debe hacer las reservas necesarias para atender créditos del mismo origen cuyo proceso de reconocimiento -por
verificación o por pronto pago— todavía no haya concluido. De no hacerlo así podría darse el caso de que se pagara
íntegramente a algunos acreedores laborales y luego no hubiera fondos para pagar a otros acreedores de la misma categoría.
d) Cuándo se paga
En principio si existen fondos se paga inmediatamente después de reconocido el crédito. Pero siempre respetando los derechos
de otros acreedores de la misma categoría, por lo que, como se señaló, el síndico debe prever las reservas necesarias para
atender los demás créditos de causa laboral.
e) Prorrateo
En caso de que concurran varios titulares de créditos amparados por el pronto pago, y los fondos fueran insuficientes para
atender a todos los créditos, se debe aplicar la regla del prorrateo.
f) Costas
En principio la solicitud de pronto pago no constituye propiamente un incidente, por lo que no genera costas.
g) Crédito por honorarios
El crédito por honorarios del letrado del trabajador no goza del beneficio del pronto pago en la quiebra.
Accesorios del crédito
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El crédito laboral, aun privilegiado, está sometido a la suspensión de intereses que prevé el artículo 129 de la LC.
Fuero de atracción
En materia de quiebra no hay excepción al régimen del fuero de atracción, disponiendo el artículo 132, tercer párrafo, de la LC,
que a los créditos laborales se aplica lo previsto en el artículo 21, inciso 5 o, de la LC, cuyo análisis hemos hecho en el Capítulo V,
N° 45, a donde remitimos.

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