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Burbano
Mi reflexión
La primera vez que escuché la palabra cultor la asocié rápidamente con una definición muy
literal a la labor de cultivar la tierra, una persona que ara o que siembra en ella para cuidar
y cosechar un producto. No pensé que podía a llegar a apropiarme de esta palabra para
poner en manifiesto las habilidades artísticas de mi área es por eso que, para mí, el
significado de ser un cultor, es la persona que ayuda a emerger y cultivar en otros el amor y
el sentido de pertenencia por las distintas manifestaciones artísticas de nuestra comunidad.
Velamos porque la herencia y las tradiciones culturales puedan mantenerse y ayudamos a
formar, a incentivar y a promover en las personas un pensamiento artístico más
participativo, somos los mediadores para que los consumidores puedan apropiarse de
herramientas y de estrategias que los invite a ser un público más críticos, reflexivos e
interactivos sobre la industria cultural de nuestro país.
Para eliminar la barrera que existe entre la accesibilidad y el desinterés por el consumo
cultural, las estrategias de formación de público nos ayudan a incrementar y a despertar la
curiosidad cultural a través de acciones dirigidas específicas y a capacitar en la práctica
cultural de la apreciación, la percepción y la valoración propia del arte. Al implementar
estrategias de formación, nos facilita que las personas puedan acercarse al aprendizaje y
ampliar sus conocimientos sobre las diversas manifestaciones artísticas que
constantemente están en cambio, por lo que como cultor o formador de públicos, nos pone
en la tarea de siempre estar al día de las nuevas tendencias o movimientos culturales que
surgen o mutan en nuestra comunidad.
Pensar en las habilidades que debe tener un consumidor o creador cultural, me lleva a
apostarle a la formación y a la construcción de un aprendizaje colectivo por medio de la
interacción social, provocar espacios de participación y movilización donde el aprendizaje
se construye en conjunto, a través de las experiencias, los saberes previos y la de-
construcción del conocimiento individual para dar paso a uno nuevo, enriquecido con la
visión universal y global que nos permita a todos los actores de este proceso, desarrollar
habilidades para la percepción y apreciación artística más competente y consciente.