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El Dr. Marc Monfort, logopeda por el Instituto Superior de Logopedia de Ghlin (Bélgica)
define esta habilidad como “la capacidad de entender las intenciones de los demás
cuando hablan y de expresar las propias, de una forma eficaz y con un manejo del
código apropiado al contexto”.
Adquirir habilidades en el desarrollo pragmático es esencial para que los niños
desarrollen habilidades funcionales de comunicación y así poder establecer relaciones
con sus compañeros y mejorar su autoestima.
Las dificultades en este nivel lingüístico cuando nos encontramos con niños con daño
o disfunción cerebral, son elevadas. Pero, ¿que pasa cuando esta habilidad está
afectada? Por ejemplo, un niño que tiene problemas en la adquisición de la pragmática
su habla durante una conversación puede llegar a ser excesiva. Sin embargo, cuando
realizan tareas como contar una historia o dar instrucciones sobre algo esa
producción oral suele disminuir. También suele resultar difícil para ellos empezar una
conversación, mantener el tema de la misma, cambiarlo y/o respetar los turnos de
habla. E incluso, en ocasiones, entender las oraciones de doble sentido.
Por lo tanto, existen numerosas y diversas clases de habilidades pragmáticas, las
cuales pueden o no estar desarrolladas en los niños:
Los objetivos que persigue el role-playing es que los niños a la vez que juegan y se
divierten, sean capaces de desarrollar habilidades como escuchar, adaptar su lenguaje
al contexto, respetar el turno de palabra, comenzar y mantener conversaciones… y a la
vez trabajar otros aspectos del lenguaje como la pronunciación, el vocabulario y la
entonación, entre otros.
En definitiva lo que se pretende es trabajar el área de la expresión oral. Para ello
también existen otras actividades que se pueden realizar, tanto en el ámbito
educativo, como en el clínico o familiar: expresar diferentes estados de ánimo y
emociones a partir de distintas situaciones; crear historias a partir de viñetas o
dibujos; realizar actividades en base a un cuento (relatar, ordenar secuencias o
escenas, describir personajes o paisajes, crear finales nuevos, etc).
En cualquier caso, siempre deben hacerse actividades o juegos centrados en los
problemas particulares de cada niño, ya que no todos los niños con trastorno
semántico-pragmático tienen las mismas dificultades ni con el mismo grado de
afectación. Éstas deberán ser de su interés para poder conseguir una mayor
participación por su parte en la actividad y no solo trabajarlos en el ámbito clínico o
escolar, sino hacer partícipes de ello a su familia con el fin de conseguir generalizar
sus aprendizajes.
Para concluir es necesario saber que la mayoría de los niños, incluso los que son
diagnosticados con trastorno del lenguaje, desarrollan muchas habilidades
pragmáticas antes de pronunciar su primera palabra. Esto es así porque algunas de
ellas son muy básicas como por ejemplo el establecimiento del contacto visual, o el
fruncimiento del ceño, para dar a conocer nuestros sentimientos. Otras, como la de
ser capaz de mantener un tema en una conversación, no se desarrollan hasta que los
niños han adquirido muchas otras habilidades del habla y del lenguaje.
Así pues, en los niños diagnosticados con trastorno pragmático se puede apreciar
un retraso en el desarrollo del lenguaje, así como dificultades a la hora de
comprender y expresarse.
Es importante entender la importancia de la pragmática en el desarrollo infantil y
como las alteraciones en su desarrollo repercuten en las actividades de la vida diaria.
Este desarrollo pragmático implica integrar las adquisiciones del nivel fonológico,
semántico y morfosintáctico. El nivel pragmático es considerado un componente muy
ligado a las habilidades de interacción social; sobre todo en los casos de los niños
con trastornos del lenguaje ya que es necesario tener en cuenta y priorizar los
entornos naturales y el uso de sistemas visuales. Trabajar la expresión oral con
diferentes actividades es muy propicio para desarrollarla. Y con el trabajo, la
constante interacción y el apoyo adecuado, las habilidades comunicativas de estos
niños pueden evolucionar de forma muy favorable.
“Sólo hay mundo donde hay lenguaje” Martin Heidegger.