Está en la página 1de 2

Mira, yo te quiero Fabián, y eso no tiene nada que ver con lo que estamos hablando.

Tú me confundes.
Tú confundes las cosas.
Y yo también me desoriento.
Y también creo que deberíamos estar más tiempo juntos.
Pero JUNTOS digo, no los dos en el mismo lugar y en el mismo momento.
Porque sí, nosotros estamos mucho tiempo en el mismo lugar, pero eso no es estar
JUNTOS.
Eso es ESTAR y nada más.
Y yo ya no quiero ESTAR y nada más.
Los dos sabemos que si hubiéramos tenido hijos todo sería más fácil, o por lo menos todo
sería distinto.
No te estoy echando nada en cara.
Nada.
Pero, bueno, estas son algunas de las consecuencias.
Yo hubiera querido adoptar.
No sé por qué te lo digo ahora ni por qué no te lo dije en su momento.
Quizá supuse que te sentirías humillado.
Pensé que te sentirías tan poco hombre...
Me gusta cojer contigo.
Sabes que me encanta.
No es eso.
Pero hay cosas.
Hay otras cosas.
Hay cosas de lo cotidiano que...
¿Entiendes a qué me refiero cuando digo LO COTIDIANO?
Quiero que arregles el lavaplatos de la cocina que gotea.
Desde el cumpleaños de mi hermana que gotea.
Te lo dije aquella noche.
Me dijiste que ibas a llamar a alguien.
Sé que me lo dijiste por compromiso así como sé que odias a Carmen.
Pero así y todo dijiste que ibas a hacer que lo arreglen.
Lo prometiste.
¿Y sabes qué?
El caño sigue goteando.
Y yo querría llegar un día y encontrarte a ti, A TI,
¿me oyes?
a ti me gustaría encontrarte ahí, en la cocina, agachado, arreglándolo.
Hay productos para eso.
Hay productos que cualquiera puede usar. 
No hay que ser ningún genio.
Tú sabes cómo te quiero yo.

También podría gustarte