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Suprema Corte de Justicia de la

Nación

Registro digital: 2008791


Instancia: Pleno
Décima Época
Materias(s): Común
Tesis: P./J. 6/2015 (10a.)
Fuente: Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación. Libro
17, Abril de 2015, Tomo I,
página 95
Tipo: Jurisprudencia
TRIBUNALES COLEGIADOS DE
CIRCUITO. SON COMPETENTES
PARA CONOCER DE LAS
DEMANDAS DE AMPARO
PROMOVIDAS CONTRA
SENTENCIAS QUE DECIDAN EL
JUICIO DE ORIGEN EN LO
PRINCIPAL, AUNQUE NO SE
HAYA AGOTADO EL MEDIO
ORDINARIO DE DEFENSA
PREVISTO PARA IMPUGNARLAS
(LEY DE AMPARO VIGENTE A
PARTIR DEL 3 DE ABRIL DE
2013).
De los artículos 107, fracciones
III, inciso a), V y VI, de la
Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, 2o.,
34, 45 y 170 de la Ley de
Amparo, así como 37, fracción
I, de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación se
advierte la existencia de
criterios que atañen a tres
cuestiones que constituyen
presupuestos procesales en el
juicio de amparo directo: a)
Procedencia de la vía, en
cuanto a que su tramitación
procede contra sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio, entendiendo por los
primeros, las que decidan el
juicio en lo principal, y, por las
últimas, las que sin decidirlo en
lo principal, lo den por
concluido; b) Competencia, en
cuanto a que son competentes
para conocer de él los
Tribunales Colegiados de
Circuito; y, c) Procedencia en
cuanto a que, por regla
general, antes de acudir al
juicio de amparo deben
agotarse los recursos
ordinarios establecidos en la
ley aplicable (principio de
definitividad). Ahora bien, la
claridad en la apreciación de
los indicados presupuestos
procesales permite afirmar que
el orden lógico para examinar
su satisfacción exige analizar,
en primer lugar, la procedencia
de la vía directa de tramitación
del juicio de amparo;
posteriormente, satisfecho ese
presupuesto, debe estudiarse
la competencia del Tribunal
Colegiado de Circuito y, de
surtirse ésta, estudiar la
procedencia del juicio de
amparo; en la inteligencia de
que la insatisfacción de un
presupuesto procesal previo en
su orden, impide que se
aborden los siguientes. De lo
anterior se concluye que el
Tribunal Colegiado de Circuito
es competente para conocer de
las demandas de amparo
promovidas en contra de
sentencias que decidan el juicio
de origen en lo principal,
inclusive cuando no se hubiere
agotado el medio ordinario de
defensa previsto en la ley para
combatirlas, pues promover el
juicio de amparo en contra de
una sentencia de esa
naturaleza torna procedente la
vía de tramitación directa por
tratarse de una sentencia
definitiva; y, al ser procedente
su tramitación, se surte la
competencia legal a favor del
Tribunal Colegiado de Circuito
el cual, en ejercicio de ésta,
cuenta con la facultad
necesaria para analizar la
procedencia del juicio de
amparo incluyendo, en su caso,
la decisión sobre la satisfacción
o no del principio de
definitividad. Ello conduce a
señalar que sobre dichas
cuestiones, las tesis de
jurisprudencia P./J. 40/97, P./J.
16/2003 y P./J.17/2003 (*)
emitidas por este Tribunal
Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, que se
ocuparon de examinar el
marco legal aplicable en la
época de su emisión, no son
acordes en lo conducente con
el contenido de las
disposiciones constitucionales
y legales vigentes, por lo que
serán aplicables sólo para los
asuntos en los que rija la Ley de
Amparo abrogada, de
conformidad con el artículo
sexto transitorio de la actual
ley en vigor.
Contradicción de tesis 38/2014.
Entre las sustentadas por los
Tribunales Colegiados Décimo
Primero en Materia Civil del
Primer Circuito y Segundo en
Materia Civil del Segundo
Circuito. 26 de enero de 2015.
Unanimidad de diez votos de
los Ministros Alfredo Gutiérrez
Ortiz Mena, José Ramón Cossío
Díaz, Margarita Beatriz Luna
Ramos, apartándose de
algunas consideraciones, José
Fernando Franco González
Salas, Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea, Jorge Mario Pardo
Rebolledo, Juan N. Silva Meza,
Olga Sánchez Cordero de
García Villegas, Alberto Pérez
Dayán y Luis María Aguilar
Morales, apartándose de
algunas consideraciones.
Ponente: Arturo Zaldívar Lelo
de Larrea. Secretario: Mario
Gerardo Avante Juárez.

Tesis y/o criterios


contendientes:
El sustentado por el Décimo
Primer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer
Circuito, al resolver el amparo
directo 684/2013, y el diverso
sustentado por el Segundo
Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Segundo Circuito, al
resolver el amparo directo
725/2013.

De las sentencias que


recayeron al amparo directo
684/2013, resuelto por el
Décimo Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito y al amparo
directo 725/2013, resuelto por
el Segundo Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Segundo
Circuito, derivaron las tesis
aisladas I.11o.C.13 K (10a.) y
II.2o.C.4 K (10a.), de títulos y
subtítulos: "AMPARO DIRECTO.
LA COMPETENCIA DE LOS
TRIBUNALES COLEGIADOS DE
CIRCUITO SE ENCUENTRA
SUJETA A LA PROCEDENCIA DE
ESA VÍA, SIEMPRE Y CUANDO
LOS ACTOS RECLAMADOS
CONSTITUYAN SENTENCIAS
DEFINITIVAS O RESOLUCIONES
QUE PONGAN FIN AL JUICIO,
CONTRA LAS QUE YA NO
PROCEDA RECURSO
ORDINARIO POR VIRTUD DEL
CUAL PUEDAN SER
MODIFICADAS O REVOCADAS
(ALCANCES DE LOS ARTÍCULOS
107, FRACCIONES III, INCISO A)
Y V DE LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS; 170,
FRACCIÓN I, DE LA LEY DE
AMPARO, VIGENTE A PARTIR
DEL 3 DE ABRIL DEL 2013 Y 37
FRACCIÓN I, INCISO C), DE LA
LEY ORGÁNICA DEL PODER
JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN)."
y "SENTENCIA DEFINITIVA EN
LA NUEVA LEY DE AMPARO.
PARA DETERMINAR LA VÍA DE
SU IMPUGNACIÓN EN AMPARO
Y LA COMPETENCIA PARA
CONOCER DE ÉSTA, ES
INNECESARIO ANALIZAR SI SE
AGOTÓ O NO EL RECURSO
PROCEDENTE, PUES LA
LEGISLACIÓN VIGENTE SÓLO LO
EXIGE PARA LA PROCEDENCIA
DE LA ACCIÓN.", publicadas en
el Semanario Judicial de la
Federación del viernes 21 de
febrero de 2014 a las 10:32
horas y del viernes 31 de enero
de 2014 a las 10:05 horas, así
como en la Gaceta del
Semanario Judicial de la
Federación, Décima Época,
Libro 3, Tomo III, febrero de
2014, página 2175 y Libro 2,
Tomo IV, enero de 2014,
página 3222, respectivamente.
El Tribunal Pleno, el
veinticuatro de marzo en curso,
aprobó, con el número 6/2015
(10a.), la tesis jurisprudencial
que antecede. México, Distrito
Federal, a veinticuatro de
marzo de dos mil quince.
_____________
Nota: (*) Las tesis de
jurisprudencia P./J. 40/97, P./J.
16/2003 y P./J. 17/2003
citadas, aparecen publicadas
en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo V, junio
de 1997, página 6, con el rubro:
"DEMANDA DE AMPARO
INDIRECTO PROMOVIDA ANTE
UN TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO. ÉSTE, EN NINGÚN
CASO, DEBE DESECHARLA,
SINO DECLARAR SU
INCOMPETENCIA Y REMITIRLA
AL JUZGADO DE DISTRITO
CORRESPONDIENTE.", Tomo
XVIII, julio de 2003, página 10,
con el rubro: "AMPARO
DIRECTO. SI EL ACTO QUE SE
RECLAMA NO ES UNA
SENTENCIA DEFINITIVA, EL
TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO DEBERÁ DECLARARSE
INCOMPETENTE Y REMITIR LA
DEMANDA AL JUEZ DE
DISTRITO QUE
CORRESPONDA." y Tomo XVIII,
julio de 2003, página 15, con el
rubro: "DEFINITIVIDAD EN
AMPARO DIRECTO. ESTE
PRINCIPIO EXIGE PARA LA
PROCEDENCIA DEL JUICIO, QUE
SE AGOTEN PREVIAMENTE LOS
RECURSOS ORDINARIOS
PROCEDENTES EN CONTRA DE
LA SENTENCIA O DE LA
RESOLUCIÓN QUE PONE FIN AL
JUICIO.", respectivamente.
Esta tesis se publicó el viernes
10 de abril de 2015 a las 09:30
horas en el Semanario Judicial
de la Federación y, por ende,
se considera de aplicación
obligatoria a partir del lunes 13
de abril de 2015, para los
efectos previstos en el punto
séptimo del Acuerdo General
Plenario 19/2013.
Suprema Corte de Justicia de la
Nación

Registro digital: 25650


Asunto: CONTRADICCIÓN DE
TESIS 38/2014.
Décima Época
Fuente: Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación. Libro
18, Mayo de 2015, Tomo I
, página 45
Instancia: Pleno
TRIBUNALES COLEGIADOS DE
CIRCUITO. SON COMPETENTES
PARA CONOCER DE LAS
DEMANDAS DE AMPARO
PROMOVIDAS CONTRA
SENTENCIAS QUE DECIDAN EL
JUICIO DE ORIGEN EN LO
PRINCIPAL, AUNQUE NO SE
HAYA AGOTADO EL MEDIO
ORDINARIO DE DEFENSA
PREVISTO PARA IMPUGNARLAS
(LEY DE AMPARO VIGENTE A
PARTIR DEL 3 DE ABRIL DE
2013).
CONTRADICCIÓN DE TESIS
38/2014. ENTRE LAS
SUSTENTADAS POR LOS
TRIBUNALES COLEGIADOS
DÉCIMO PRIMERO EN MATERIA
CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO Y
SEGUNDO EN MATERIA CIVIL
DEL SEGUNDO CIRCUITO. 26 DE
ENERO DE 2015. PONENTE:
ARTURO ZALDÍVAR LELO DE
LARREA. SECRETARIO: MARIO
GERARDO AVANTE JUÁREZ.
México, Distrito Federal.
Acuerdo del Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la
Nación correspondiente al día
veintiséis de enero de dos mil
quince.

VISTOS para resolver los autos


de la contradicción de tesis
38/2014, entre el criterio
sustentado por el Décimo
Primer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer
Circuito, al resolver el juicio de
amparo directo 684/2013 y lo
sostenido por el Segundo
Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Segundo Circuito, al
resolver el juicio de amparo
directo 725/2013.

RESULTANDO:

PRIMERO. Denuncia. El once de


febrero de dos mil catorce,(1)
se recibió en la Oficina de
Certificación Judicial y
Correspondencia de la
Suprema Corte de Justicia de la
Nación, escrito mediante el
cual, el Ministro presidente de
la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, Juan N. Silva Meza,
informó sobre la denuncia de
posible contradicción de tesis
entre el criterio sustentado por
el Décimo Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito, al resolver el
juicio de amparo directo
684/2013 y el sostenido por el
Segundo Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Segundo
Circuito, al resolver el juicio de
amparo directo 725/2013.

SEGUNDO. Trámite de la
denuncia. Recibidos los autos,
el presidente de esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación,
mediante proveído de trece de
febrero de dos mil catorce,(2)
admitió a trámite la denuncia
de posible contradicción,
formándose el expediente
38/2014, mismo que se radicó
en el Pleno de este Alto
Tribunal, solicitó a los
presidentes de los tribunales
de referencia las resoluciones
emitidas al resolver los asuntos
citados, o copia certificada de
las mismas, así como que
informaran si dichos criterios
se encontraban vigentes, o en
su caso, la causa para tenerlos
por superados o abandonados;
se ordenó dar vista a los Plenos
del Primero y Segundo
Circuitos, y se turnó el asunto
para su estudio a la Ministra
Margarita Beatriz Luna Ramos,
en el entendido de que si la
Ministra ponente consideraba
innecesaria la intervención del
Tribunal Pleno, con
fundamento en el artículo 88
del Reglamento Interior de la
Suprema Corte de Justicia de la
Nación, previo dictamen, se
radicaría el asunto en la Sala de
su adscripción.

Mediante oficio número 171,


(3) la secretaria de Acuerdos
del Décimo Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito, comunicó el
acuerdo tomado por el
presidente de ese tribunal,
mediante el cual ordenó
remitir a esta Suprema Corte
de Justicia de la Nación, copias
certificadas de la ejecutoria del
juicio de amparo directo
684/2013 e informó que dicho
órgano jurisdiccional no se ha
apartado del criterio sostenido
en la misma.
Asimismo, mediante oficio
número 1398,(4) el presidente
del Segundo Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Segundo
Circuito, ordenó remitir a este
Alto Tribunal copia certificada
de la ejecutoria emitida en el
juicio de amparo directo
725/2013 e informó que dicho
órgano colegiado no se ha
apartado del criterio
sustentado en el mencionado
asunto.
Previo dictamen de veintiocho
de marzo de dos mil catorce, a
través del cual la Ministra
Margarita Beatriz Luna Ramos
señaló que era innecesaria la
intervención del Tribunal Pleno
para el conocimiento de la
presente contradicción, el
treinta y uno de marzo de ese
mismo año se acordó enviar el
expediente a la Segunda Sala a
la que se encuentra adscrita la
Ministra ponente para su
radicación.
Por auto de cuatro de abril de
dos mil catorce,(5) el
presidente de la Segunda Sala
de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, Ministro Luis
María Aguilar Morales,
determinó el avocamiento del
asunto.

TERCERO. Integración del


asunto. Mediante proveído de
nueve de abril de dos mil
catorce,(6) se hizo constar que
en sesión celebrada en esa
misma fecha por la Segunda
Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, se dio
cuenta con el proyecto
presentado por la Ministra
ponente, y por unanimidad de
votos se resolvió remitir el
presente asunto a la Primera
Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.

En virtud de lo anterior,
mediante acuerdo de trece de
mayo de dos mil catorce,(7) se
returnó el expediente de la
presente contradicción de tesis
a la ponencia del Ministro
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea,
Ministro integrante de la
Primera Sala de este Alto
Tribunal, a fin de elaborar el
proyecto de resolución
respectivo.

Posteriormente, el veintiséis de
mayo de dos mil catorce,(8) el
presidente de la Primera Sala
de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, Ministro Jorge
Mario Pardo Rebolledo,
determinó el avocamiento del
asunto.

Por oficio número


SGA/MFEN/1742/2014,(9) de
diez de junio de dos mil
catorce, dirigido al licenciado
Heriberto Pérez Reyes,
secretario de Acuerdos de la
Primera Sala, el licenciado
Rafael Coello Cetina, secretario
general de Acuerdos de la
Suprema Corte de Justicia de la
Nación, informó que el Tribunal
Pleno, en sesión privada de esa
misma fecha, determinó
ejercer su competencia
originaria para conocer de
diversas contradicciones de
tesis, relativas a temas de
relevancia sobre el alcance de
la nueva Ley de Amparo, con el
objeto de que sea el propio
Tribunal Pleno de este Alto
Tribunal, el que fije los criterios
correspondientes. Por lo que,
solicitó que la presente
contradicción de tesis 38/2014
radicada en la Primera Sala de
este Alto Tribunal, entre otras,
fuera remitida al Pleno para su
radicación y posterior
resolución. Dicho oficio fue
acordado de conformidad el
doce de junio de dos mil
catorce,(10) por lo que, previa
remisión del asunto, se acordó
que el Ministro ponente diera
cuenta con el proyecto de
resolución respectivo al
Tribunal Pleno.(11)
CONSIDERANDO:

PRIMERO. Competencia. El
Tribunal Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación
es competente para conocer y
resolver la presente denuncia
de contradicción de tesis, de
conformidad con lo dispuesto
en los artículos 107, fracción
XIII, de la Constitución Política
de los Estados Unidos
Mexicanos; 226, fracción II, y
227, fracción II, de la Ley de
Amparo vigente; 10, fracción
VIII, de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación
y el punto segundo, fracción
VII, del Acuerdo General
Plenario Número 5/2013, y con
base además, en lo acordado
en sesión privada de diez de
junio de dos mil catorce, donde
el Tribunal Pleno determinó
ejercer su competencia
originaria para conocer el
presente asunto por tratarse
de un tema de especial
relevancia sobre el alcance de
la nueva Ley de Amparo.

Asimismo, el conocimiento de
este asunto por parte de la
Suprema Corte de la Justicia de
la Nación, tiene sustento en el
criterio emitido por el Pleno de
este Alto Tribunal, contenido
en la tesis P. I/2012 (10a.), de
rubro: "CONTRADICCIÓN DE
TESIS ENTRE TRIBUNALES
COLEGIADOS DE DIFERENTE
CIRCUITO. CORRESPONDE
CONOCER DE ELLAS A LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
DE LA NACIÓN
(INTERPRETACIÓN DEL
ARTÍCULO 107, FRACCIÓN XIII,
PÁRRAFO SEGUNDO, DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE
LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS, REFORMADO
MEDIANTE DECRETO
PUBLICADO EN EL DIARIO
OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL
6 DE JUNIO DE 2011)."
SEGUNDO. Legitimación. La
denuncia de contradicción de
tesis proviene de parte
legítima, de conformidad con
lo previsto por los artículos
107, fracción XIII, segundo
párrafo, de la Constitución
General y 226, fracción II, y
227, fracción II, de la Ley de
Amparo vigente, pues en el
caso, fue realizada por el
Ministro presidente de la
Suprema Corte de Justicia de la
Nación, Ministro Juan N. Silva
Meza.
TERCERO. Criterios
contendientes. Los
antecedentes y
consideraciones de las
ejecutorias que dieron lugar a
la presente contradicción de
tesis, son las que a
continuación se sintetizan:

I. El veinticinco de noviembre
de dos mil trece, el Décimo
Primer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer
Circuito resolvió el amparo
directo 684/2013, del que es
necesario conocer los
antecedentes siguientes que se
desprenden del cuerpo de esa
ejecutoria:

a. **********, promovió
tercería excluyente de dominio
en el juicio ejecutivo mercantil
**********, seguido por
**********, por conducto de
su endosatario en procuración
**********, en contra
de**********, en donde
demandó, entre otras
prestaciones, que se levantara
el embargo practicado sobre el
50% (cincuenta por ciento) del
inmueble embargado en el
juicio ejecutivo mercantil de
mérito, por ser propietaria de
ese porcentaje.

b. De dicho juicio correspondió


conocer al Juez Vigésimo
Octavo de lo Civil del Distrito
Federal, quien mediante
resolución de treinta de agosto
de dos mil trece dictó
sentencia en la que declaró
infundada la tercería
excluyente de dominio hecha
valer y condenó a la tercerista
al pago de gastos y costas a
favor del ejecutante.

c. En contra de dicha
determinación, **********,
promovió juicio de amparo
directo, del cual conoció el
Décimo Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito, quien resolvió
carecer de competencia para
conocer de dicho juicio
conforme a las siguientes
consideraciones:

• Resulta innecesario
transcribir el fallo reclamado y
los conceptos de violación,
debido a que este Tribunal
Colegiado de Circuito carece de
competencia legal para
conocer del presente asunto,
porque el acto reclamado no
constituye una sentencia
definitiva ni una resolución que
ponga fin al juicio, únicos casos
de procedencia del amparo
directo ante los Tribunales
Colegiados de Circuito, de
conformidad con lo establecido
en el artículo 170, fracción I,
párrafos segundo y tercero, de
la Ley de Amparo(12) y con el
artículo 37, inciso c), de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de
la Federación.(13)
• Un Tribunal Colegiado deberá
declararse legalmente
incompetente cuando en la vía
directa le es presentada una
demanda en la que se reclama
una sentencia o resolución final
que no pueda ser considerada
como definitiva para efectos
del juicio de amparo pues
conforme al artículo 37,
fracción I, inciso c), de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de
la Federación, la competencia
de aquél sólo se actualiza
cuando se trate de sentencias
definitivas o contra
resoluciones que pongan fin al
juicio, pronunciadas por
tribunales judiciales, respecto
de las cuales no proceda ya
ningún medio de defensa
ordinario o bien no se prevea
medio alguno, por virtud del
cual, puedan ser modificadas o
revocadas.

• Lo anterior es así, debido a


que el artículo 107, fracción III,
inciso a), de la Constitución
General, vigente hasta antes de
su reforma publicada el seis de
junio de dos mil once,(14)
establecía la procedencia del
juicio de amparo en contra de
sentencias definitivas o
resoluciones que ponían fin al
juicio, en contra de las cuales
ya no procedía recurso
ordinario, elemento
característico que también
preveía el artículo 46 de la Ley
de Amparo vigente hasta el dos
de abril de dos mil trece;(15)
con motivo de esa reforma
constitucional y de la emisión
de la nueva Ley de Amparo
vigente, desaparecieron tales
precisiones, sin embargo, en
dicho precepto constitucional,
párrafo tercero,(16) se
establece la procedencia del
juicio de amparo en contra de
tales actos, siempre que se
agoten previamente los
recursos ordinarios, por virtud
de los cuales, aquéllos puedan
ser modificados o revocados,
salvo en el caso en que la ley
permita la renuncia de los
recursos, cuya redacción
también se reprodujo en el
artículo 170, fracción I, párrafo
tercero, de la ley secundaria.

• En los procesos legislativos


que dieron origen a los
ordenamientos vigentes, no se
expusieron las razones por las
cuales se excluyó la precisión
que originalmente se preveía
en dichas normas, lo que pone
de manifiesto, que tanto el
Constituyente como el
legislador ordinario tuvieron la
intención de precisar, aunque
con diferente redacción, que
sólo podrán ser materia de
amparo directo las
resoluciones terminales, pues
establecen que previamente
deben agotarse los recursos
ordinarios, lo que significa que
éstos deben haber sido
interpuestos o que la ley no los
prevea, para que se pueda
promover el juicio de amparo
directo; lo que incide en la
competencia del Tribunal
Colegiado de Circuito
atendiendo a la naturaleza del
acto reclamado, precisamente
en atención al principio de
definitividad de cuya
observancia depende la
característica de resolución
terminal de aquél,
circunstancia que corrobora el
artículo 107, fracción V, de la
Constitución Federal en su
redacción original y en la
vigente, que reservan la
competencia a los Tribunales
Colegiados de Circuito para
conocer de tales resoluciones;
lo anterior, máxime que el
artículo 37, fracción I, inciso c),
de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación, el
cual no fue sujeto de las
actuales reformas, establece la
competencia de los Tribunales
Colegiados de Circuito para
conocer de los juicios de
amparo directo contra
sentencias definitivas o
resoluciones que pongan fin al
juicio, y precisa que son
aquellas respecto de las que no
procede recurso de apelación,
de acuerdo a las leyes que las
rigen, o de sentencias o
resoluciones dictadas en
apelación en juicios del orden
común o federal.

• En ese orden, para los efectos


del juicio de amparo directo,
por sentencia definitiva se
entiende procesalmente, por
regla general, la que decide el
juicio en lo principal, y por
resolución que ponga fin al
juicio, la que, sin decirlo en lo
principal, lo da por concluido,
las cuales deben ser
irrecurribles, ya sea porque se
agotó el medio ordinario de
defensa o porque la ley
ordinaria no lo prevea; por
tanto, si en esa vía es
promovida una demanda en
contra de una resolución que
no cumpla con esa
característica, el Tribunal
Colegiado de Circuito deberá
declararse incompetente para
conocer del asunto y remitirlo
al Juez de Distrito competente
para que resuelva lo que en
derecho proceda.

• Por ende, es dable considerar


que las tesis de jurisprudencia
por contradicción P./J.
16/2003, de rubro: "AMPARO
DIRECTO. SI EL ACTO QUE SE
RECLAMA NO ES UNA
SENTENCIA DEFINITIVA, EL
TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO DEBERÁ DECLARARSE
INCOMPETENTE Y REMITIR LA
DEMANDA AL JUEZ DE
DISTRITO QUE
CORRESPONDA."(17) y P./J.
40/97, de rubro: "DEMANDA
DE AMPARO INDIRECTO
PROMOVIDA ANTE UN
TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO. ÉSTE, EN NINGÚN
CASO, DEBE DESECHARLA,
SINO DECLARAR SU
INCOMPETENCIA Y REMITIRLA
AL JUZGADO DE DISTRITO
CORRESPONDIENTE.",(18) las
cuales prevén como requisito
para que se actualice tal
competencia, que el acto
reclamado constituya una
resolución irrecurrible, son
acordes con el contenido de las
disposiciones constitucionales
y legales correlativas vigentes,
amén de que, conforme al
artículo sexto transitorio de la
actual Ley de Amparo, no se
contraponen con ese
ordenamiento.

• En el caso, el acto reclamado


no constituye una sentencia
definitiva o una resolución que
ponga fin al juicio que pueda
ser combatida mediante el
juicio de amparo directo, ya
que la resolución de la tercería
reclamada podía ser combatida
mediante el recurso de
apelación, conforme lo dispone
el artículo 1139 Bis del Código
de Comercio (vigente al
momento en que se promovió
la tercería de doce de febrero
de dos mil trece), en virtud de
que las prestaciones que se
ventilan en dicho juicio son de
cuantía indeterminada, debido
a que el tercerista busca que se
le respete su derecho de
propiedad o de dominio
respecto de los bienes que
pretende excluir, mas no
persigue como prestación
principal el pago de alguna
cantidad en dinero susceptible
de determinarse a través de
una operación aritmética.

• En las condiciones apuntadas,


este órgano de control
constitucional considera que
carece de competencia legal
para conocer del presente
asunto, por lo que en términos
del artículo 45 de la Ley de
Amparo, se ordena remitir la
demanda de que se trata, al
Juez de Distrito en Materia Civil
en el Distrito Federal en turno,
para que se avoque al
conocimiento del asunto y, de
acuerdo con sus atribuciones,
resuelva sobre si en el caso se
dio cumplimiento al principio
de definitividad.
II. El Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Civil del
Segundo Circuito resolvió el
treinta y uno de octubre de dos
mil trece el amparo directo
725/2013, del cual es necesario
conocer los antecedentes
siguientes que se desprenden
del cuerpo de esa ejecutoria.

a. La allí tercero interesada


promovió tercería excluyente
de dominio en el juicio
ejecutivo mercantil
**********, seguido por
**********, en contra de
**********, aduciendo que en
el citado juicio fue embargado
indebidamente un vehículo que
dijo era de su propiedad.

b. Seguidas las etapas


procesales, mediante sentencia
definitiva de veintiuno de junio
de dos mil trece, el Juez de
conocimiento declaró fundada
la tercería excluyente de
dominio, al considerar que la
tercerista acreditó ser
propietaria del vehículo
embargado en el juicio
ejecutivo mercantil, por lo que
ordenó excluir dicho bien
mueble del embargo trabado
en autos.

c. En contra de dicha
determinación, **********,
promovió demanda de amparo
directo, el cual fue resuelto por
el Segundo Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Segundo
Circuito, quien resolvió
sobreseer en el juicio conforme
a las siguientes
consideraciones:

• Este Tribunal Colegiado es


competente para conocer del
presente asunto de
conformidad con el artículo 34
de la Ley de Amparo, porque se
reclama una sentencia dictada
en una tercería excluyente de
dominio, esto es, se impugna
una resolución que decidió el
fondo del asunto que
constituye sentencia definitiva,
no obstante que no se haya
interpuesto el recurso
procedente, pues conforme a
la legislación de amparo
vigente, ello ya no es necesario
para conceptualizar las
sentencias definitivas ni las
resoluciones que pongan fin al
juicio, ni para determinar la
competencia del tribunal, sino
sólo para establecer la
procedencia de la acción de
amparo.

• A diferencia de lo que ocurría


bajo la vigencia de la abrogada
Ley de Amparo, los artículos 34
y 170 de la ley vigente, para
definir los actos reclamables en
amparo directo, únicamente
establecen que se entenderá
por sentencias definitivas las
que deciden sobre la acción
principal, y por resoluciones
que pongan fin al juicio, las que
sin decidirlo en lo principal, lo
den por concluido; sin incluirse
para ninguna de ellas el
requisito de que no admitan
recurso, con lo que la posible
recurribilidad del acto dejó de
ser un aspecto relacionado a la
competencia, para pasar a ser
un elemento vinculado con la
procedencia de la acción del
juicio de amparo.

• Por lo que se refiere al


análisis de fondo, en este caso
resulta innecesario
pronunciarse, en razón de que
se actualiza la causa de
improcedencia prevista en el
artículo 61, fracción XVIII, de la
Ley de Amparo, por virtud de la
cual, para la procedencia del
amparo que se intente contra
estos actos, es necesario
cumplir con el principio de
definitividad que rige el juicio
constitucional, esto es, agotar
previamente los recursos
ordinarios que se establezcan
en la ley de la materia, por
virtud de los cuales aquellas
sentencias definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio puedan ser modificados o
revocados salvo en los casos
que la ley permita la renuncia
de los recursos.

• En el caso concreto, para la


procedencia del juicio de
amparo directo, tratándose de
tercerías excluyentes de
dominio derivadas de juicios
mercantiles, es necesario
atender lo dispuesto por los
artículos 1339, 1339 bis y 1340
del Código de Comercio,
conforme a los cuales, para
determinar si una sentencia es
apelable, deberá definirse si el
negocio es de cuantía
indeterminada o determinada,
pues si fuese indeterminada,
siempre admitirá el recurso de
apelación, en tanto que si
fuese de cuantía determinada,
debe considerarse el monto de
la suerte principal que se
encuentre fijada hasta
quinientos mil pesos más su
correspondiente actualización,
sin que sean de tomarse en
consideración intereses y
demás accesorios reclamados.

• Bajo la óptica jurídica


anterior, se concluye que, al
ser el juicio de tercería
excluyente de dominio, de
cuantía indeterminada, la
sentencia que en él se dicte es
recurrible mediante el recurso
de apelación y, por tanto, si el
ahora quejoso no interpuso
dicho recurso en contra de la
sentencia que ahora reclama,
el amparo directo relativo es
improcedente, y debe
sobreseerse en el juicio de
amparo.

CUARTO. Existencia de la
contradicción de tesis. A
continuación es necesario
determinar si en el presente
caso existe contradicción de
criterios.
Conforme a lo resuelto por
este Tribunal Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la
Nación en sesión de treinta de
abril de dos mil nueve, la nueva
mecánica para abordar el
análisis sobre la existencia de
las contradicciones de tesis no
necesita pasar por el
cumplimiento irrestricto de los
requisitos establecidos en la
jurisprudencia número P./J.
26/2001, emitida por el
Tribunal Pleno, cuyo rubro
dice: "CONTRADICCIÓN DE
TESIS DE TRIBUNALES
COLEGIADOS DE CIRCUITO.
REQUISITOS PARA SU
EXISTENCIA.", puesto que dicho
criterio fue ya interrumpido.

Una nueva forma de


aproximarse a los problemas
que plantean los Tribunales
Colegiados de Circuito, en este
tipo de asuntos, debe radicar
en la necesidad de unificar
criterios y no en la de
comprobar que se reúna una
serie de características
determinadas en los casos
resueltos por los Tribunales
Colegiados de Circuito. Por ello,
para comprobar la existencia
de una contradicción de tesis,
es indispensable determinar si
existe una necesidad de
unificación, es decir, una
posible discrepancia en el
proceso de interpretación, más
que en el producto del mismo.
En esa línea de pensamiento, si
la finalidad de la contradicción
de tesis es la unificación de
criterios, y si el problema
radica en los procesos de
interpretación, -que no en los
resultados- adoptados por los
tribunales contendientes,
entonces es posible afirmar la
existencia de una contradicción
de tesis cuando se cumplen los
siguientes requisitos:

Que los tribunales


contendientes hayan resuelto
alguna cuestión litigiosa en la
que se vieron en la necesidad
de ejercer el arbitrio judicial a
través de un ejercicio
interpretativo, mediante la
adopción de algún canon o
método, cualquiera que fuese.

Que entre los ejercicios


interpretativos respectivos
exista al menos un tramo de
razonamiento, en el que la
interpretación ejercida gire en
torno a un mismo tipo de
problema jurídico: ya sea el
sentido gramatical de una
norma, el alcance de un
principio, la finalidad de una
determinada institución o
cualquier otra cuestión jurídica
en general.

El discernimiento expuesto, es
tomado y resulta
complementario del criterio
sustentado por este Tribunal
Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en la
jurisprudencia P./J. 72/2010,
cuyos rubro y texto son los
siguientes:

"CONTRADICCIÓN DE TESIS.
EXISTE CUANDO LAS SALAS DE
LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN O LOS
TRIBUNALES COLEGIADOS DE
CIRCUITO ADOPTAN EN SUS
SENTENCIAS CRITERIOS
JURÍDICOS DISCREPANTES
SOBRE UN MISMO PUNTO DE
DERECHO,
INDEPENDIENTEMENTE DE
QUE LAS CUESTIONES
FÁCTICAS QUE LO RODEAN NO
SEAN EXACTAMENTE IGUALES.
De los artículos 107, fracción
XIII, de la Constitución Política
de los Estados Unidos
Mexicanos, 197 y 197-A de la
Ley de Amparo, se advierte que
la existencia de la
contradicción de criterios está
condicionada a que las Salas de
la Suprema Corte de Justicia de
la Nación o los Tribunales
Colegiados de Circuito en las
sentencias que pronuncien
sostengan ‘tesis
contradictorias’,
entendiéndose por ‘tesis’ el
criterio adoptado por el
juzgador a través de
argumentaciones lógico-
jurídicas para justificar su
decisión en una controversia,
lo que determina que la
contradicción de tesis se
actualiza cuando dos o más
órganos jurisdiccionales
terminales adoptan criterios
jurídicos discrepantes sobre un
mismo punto de derecho,
independientemente de que
las cuestiones fácticas que lo
rodean no sean exactamente
iguales, pues la práctica judicial
demuestra la dificultad de que
existan dos o más asuntos
idénticos, tanto en los
problemas de derecho como
en los de hecho, de ahí que
considerar que la contradicción
se actualiza únicamente
cuando los asuntos son
exactamente iguales constituye
un criterio rigorista que impide
resolver la discrepancia de
criterios jurídicos, lo que
conlleva a que el esfuerzo
judicial se centre en detectar
las diferencias entre los
asuntos y no en solucionar la
discrepancia. Además, las
cuestiones fácticas que en
ocasiones rodean el problema
jurídico respecto del cual se
sostienen criterios opuestos y,
consecuentemente, se
denuncian como
contradictorios, generalmente
son cuestiones secundarias o
accidentales y, por tanto, no
inciden en la naturaleza de los
problemas jurídicos resueltos.
Es por ello que este Alto
Tribunal interrumpió la
jurisprudencia P./J. 26/2001 de
rubro: ‘CONTRADICCIÓN DE
TESIS DE TRIBUNALES
COLEGIADOS DE CIRCUITO.
REQUISITOS PARA SU
EXISTENCIA.’, al resolver la
contradicción de tesis 36/2007-
PL, pues al establecer que la
contradicción se actualiza
siempre que ‘al resolver los
negocios jurídicos se examinen
cuestiones jurídicas
esencialmente iguales y se
adopten posiciones o criterios
jurídicos discrepantes’ se
impedía el estudio del tema
jurídico materia de la
contradicción con base en
‘diferencias’ fácticas que desde
el punto de vista estrictamente
jurídico no deberían
obstaculizar el análisis de
fondo de la contradicción
planteada, lo que es contrario a
la lógica del sistema de
jurisprudencia establecido en la
Ley de Amparo, pues al
sujetarse su existencia al
cumplimiento del indicado
requisito disminuye el número
de contradicciones que se
resuelven en detrimento de la
seguridad jurídica que debe
salvaguardarse ante criterios
jurídicos claramente opuestos.
De lo anterior se sigue que la
existencia de una contradicción
de tesis deriva de la
discrepancia de criterios
jurídicos, es decir, de la
oposición en la solución de
temas jurídicos que se extraen
de asuntos que pueden
válidamente ser diferentes en
sus cuestiones fácticas, lo cual
es congruente con la finalidad
establecida tanto en la
Constitución General de la
República como en la Ley de
Amparo para las
contradicciones de tesis, pues
permite que cumplan el
propósito para el que fueron
creadas y que no se desvirtúe
buscando las diferencias de
detalle que impiden su
resolución."(19)

Partiendo de las anteriores


consideraciones, lo conducente
es determinar si respecto de
los criterios contendientes
existe contradicción de tesis.

De acuerdo a lo anterior, el
Pleno de este Alto Tribunal
considera que en el caso sí
existe la contradicción de tesis
denunciada, en relación con los
criterios sustentados por los
Tribunales contendientes, al
ocuparse de resolver el juicio
de amparo directo 684/2013
del índice del Décimo Primer
Tribunal Colegiado en Materia
Civil y el juicio de amparo
directo 725/2013 del índice del
Segundo Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Segundo
Circuito.

Lo anterior, sobre la base de


que el Décimo Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito esencialmente
sostuvo que, es incompetente
para conocer de la demanda de
amparo directo promovida en
contra de la sentencia
definitiva que resolvió una
tercería excluyente de
dominio, toda vez que en el
caso, el quejoso no agotó el
recurso de apelación que
procedía en contra de dicha
resolución.
Lo anterior, al estimar que el
artículo 107, fracción III, inciso
a), de la Constitución General
vigente hasta antes de la
reforma publicada el seis de
junio de dos mil once,
establecía la procedencia del
juicio de amparo en contra de
sentencias definitivas o
resoluciones que ponían fin al
juicio, en contra de las cuales
ya no procedía recurso
ordinario, elemento
característico que también
preveía el artículo 46 de la Ley
de Amparo vigente hasta el dos
de abril de dos mil trece; pero
que siendo cierto, que con
motivo de las reformas a esas
disposiciones, las indicadas
precisiones desaparecieron;
también es cierto que el
referido precepto
constitucional vigente, retomó
en su párrafo tercero, en lo
conducente, que la
procedencia del juicio de
amparo en contra de
sentencias definitivas siempre
requiere que se agoten
previamente los recursos
ordinarios, por virtud de los
cuales, aquéllos puedan ser
modificados o revocados, salvo
en el caso en que la ley permita
la renuncia de los recursos,
cuya redacción también se
reprodujo en el artículo 170,
fracción I, párrafo tercero, de la
ley secundaria.

Por lo que determinó que,


tanto el constituyente como el
legislador ordinario tuvieron la
intención de precisar, aunque
con diferente redacción, que
sólo podrán ser materia de
amparo directo las
resoluciones terminales, pues
establecen que previamente
deben agotarse los recursos
ordinarios; y además, sostuvo
que las tesis de jurisprudencia
P./J. 16/2003, de rubro:
"AMPARO DIRECTO. SI EL ACTO
QUE SE RECLAMA NO ES UNA
SENTENCIA DEFINITIVA, EL
TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO DEBERÁ DECLARARSE
INCOMPETENTE Y REMITIR LA
DEMANDA AL JUEZ DE
DISTRITO QUE
CORRESPONDA." y P./J. 40/97,
de rubro: "DEMANDA DE
AMPARO INDIRECTO
PROMOVIDA ANTE UN
TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO. ÉSTE, EN NINGÚN
CASO, DEBE DESECHARLA,
SINO DECLARAR SU
INCOMPETENCIA Y REMITIRLA
AL JUZGADO DE DISTRITO
CORRESPONDIENTE.", al prever
como requisito para que se
actualice la competencia de los
Tribunales Colegiados de
Circuito, que el acto reclamado
constituya una resolución
irrecurrible, son acordes con el
contenido de las disposiciones
constitucionales y legales
correlativas vigentes.

En ese sentido, concluyó que si


en la vía de amparo directo es
promovida una demanda
contra una sentencia o
resolución que decide el juicio
en lo principal, cuando no se
haya agotado el medio
ordinario de defensa, el
Tribunal Colegiado de Circuito
deberá declararse
incompetente para conocer del
asunto y remitirlo al Juez de
Distrito competente para que
resuelva lo que en derecho
proceda.

Entre tanto, el Segundo


Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Segundo Circuito,
estimó que sí era competente
para conocer del juicio de
amparo directo en contra de
una sentencia dictada en una
tercería excluyente de
dominio, no obstante que no
se haya interpuesto el recurso
ordinario procedente en su
contra, pues conforme a la
legislación de amparo vigente,
ello ya no era necesario para
conceptualizar las sentencias
definitivas ni las resoluciones
que pongan fin al juicio, ni para
determinar la competencia del
tribunal, sino sólo para
establecer la procedencia de la
acción de amparo.

Precisó que a diferencia de lo


que ocurría bajo la vigencia de
la abrogada Ley de Amparo, los
artículos 34 y 170 de la Ley de
Amparo vigente, para definir
los actos reclamables en
amparo directo, únicamente
establecen que se entenderá
por sentencias definitivas, las
que deciden sobre la acción
principal, y por resoluciones
que pongan fin al juicio, las que
sin decidirlo en lo principal, lo
den por concluido; sin incluirse
para ninguna de ellas el
requisito de que no admitan
recurso, con lo cual, la posible
recurribilidad del acto dejó de
ser un aspecto relacionado con
la competencia, para pasar a
ser un elemento vinculado con
la procedencia de la acción del
juicio de amparo.
En ese sentido, al considerar
que tenía competencia legal en
el indicado caso, entró al
estudio sobre la procedencia
del juicio constitucional
respectivo; con lo que además,
aunque no lo sostuvo de
manera expresa, permite
advertir de manera indudable
que implícitamente consideró
que las tesis de jurisprudencia
P./J. 16/2003, de rubro:
"AMPARO DIRECTO. SI EL ACTO
QUE SE RECLAMA NO ES UNA
SENTENCIA DEFINITIVA, EL
TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO DEBERÁ DECLARARSE
INCOMPETENTE Y REMITIR LA
DEMANDA AL JUEZ DE
DISTRITO QUE
CORRESPONDA." y P./J. 40/97,
de rubro: "DEMANDA DE
AMPARO INDIRECTO
PROMOVIDA ANTE UN
TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO. ÉSTE, EN NINGÚN
CASO, DEBE DESECHARLA,
SINO DECLARAR SU
INCOMPETENCIA Y REMITIRLA
AL JUZGADO DE DISTRITO
CORRESPONDIENTE.", al prever
como requisito para que se
actualice la competencia de los
Tribunales Colegiados de
Circuito, que el acto reclamado
constituya una resolución
irrecurrible, ya no son acordes
con el contenido de las
disposiciones legales
correlativas vigentes.

De lo anterior, resulta que los


tribunales mencionados se
pronunciaron de manera
contradictoria respecto de una
misma hipótesis jurídica, lo que
evidencia la existencia de la
contradicción de criterios, cuya
materia consiste en determinar
si acorde con las disposiciones
constitucionales y legales
aplicables, los Tribunales
Colegiados de Circuito son
competentes, o no, para
conocer de las demandas de
amparo promovidas en contra
de sentencias que decidan el
juicio de origen en lo principal,
cuando no se agotó el medio
ordinario de defensa previsto
en la ley; y derivado de lo
anterior, determinar si las tesis
de jurisprudencia P./J.
16/2003, de rubro: "AMPARO
DIRECTO. SI EL ACTO QUE SE
RECLAMA NO ES UNA
SENTENCIA DEFINITIVA, EL
TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO DEBERÁ DECLARARSE
INCOMPETENTE Y REMITIR LA
DEMANDA AL JUEZ DE
DISTRITO QUE
CORRESPONDA." y P./J. 40/97,
de rubro: "DEMANDA DE
AMPARO INDIRECTO
PROMOVIDA ANTE UN
TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO. ÉSTE, EN NINGÚN
CASO, DEBE DESECHARLA,
SINO DECLARAR SU
INCOMPETENCIA Y REMITIRLA
AL JUZGADO DE DISTRITO
CORRESPONDIENTE.", son
acordes y aplicables, o no, con
el contenido de las
disposiciones constitucionales
y legales correlativas vigentes.
En adición a lo anterior, es un
hecho notorio para este
Tribunal Pleno,(20) que la
diversa tesis de jurisprudencia
P./J. 17/2003,(21) deriva de la
misma contradicción de tesis
de la que surgió la P./J.
16/2003, cuya aplicabilidad fue
señalada como parte de la
materia del presente asunto;
por lo que se estima
conveniente y razonable
incluirla en el estudio y en la
resolución correspondiente,
dado que su contenido es
sustancialmente coincidente
con el de la P./J. 16/2003, por
lo que de no incluirse, podría
propiciar la subsistencia de un
ambiente de inseguridad
jurídica sobre el tópico, lo que
es contrario a la finalidad que
se persigue con la resolución
de contradicciones de tesis.

Por último, no pasa inadvertido


para este Tribunal Pleno, que
los asuntos de los que deriva la
presente contradicción de
criterios son de naturaleza
mercantil; sin embargo,
tomando en consideración que
el problema jurídico señalado
versa sobre una cuestión que
atañe a la materia de amparo,
en particular, sobre la
competencia de los Tribunales
Colegiados de Circuito para
conocer de juicios de amparo,
en los que el acto reclamado
constituye una sentencia que
resuelve el juicio de origen en
lo principal, pero respecto de la
cual no se agotó el recurso
ordinario que procedía en su
contra.

Es inconcuso que para el


estudio sobre las disposiciones
que rigen tal competencia en
materia de amparo, no
constituye un dato
determinante la circunstancia
de provenir de un juicio
mercantil; y en consecuencia,
se estima que permitirá que, al
resolver la materia de la
contradicción, se establezca
una regla general de aplicación
sobre ese tópico en materia de
amparo.

QUINTO. Estudio. Debe


prevalecer con carácter de
jurisprudencia el criterio que
sustenta este Tribunal Pleno de
la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, de acuerdo con las
siguientes consideraciones.

A. Marco constitucional y legal.


Como premisa inicial, es
importante establecer que a
los casos de los que derivaron
los criterios contendientes, les
fueron aplicados el artículo 107
constitucional, acorde con su
contenido reformado el seis de
junio de dos mil once, y la
nueva Ley de Amparo vigente a
partir del tres de abril de dos
mil trece.

En tal virtud, es necesario tener


presente el contenido
normativo del artículo 107,
fracciones III, inciso a), V y VI,
de la Constitución General; así
como los artículos 2o., 34, 45 y
170 de la nueva Ley de
Amparo.

El artículo 107, fracciones III,


inciso a), V y VI, de la
Constitución General dispone:

"Artículo 107. Las controversias


de que habla el artículo 103 de
esta Constitución, con
excepción de aquellas en
materia electoral, se sujetarán
a los procedimientos que
determine la ley reglamentaria,
de acuerdo con las bases
siguientes: ... III. Cuando se
reclamen actos de tribunales
judiciales, administrativos o del
trabajo, el amparo sólo
procederá en los casos
siguientes: a) Contra sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio, ya sea que la violación se
cometa en ellos o que,
cometida durante el
procedimiento, afecte las
defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del
fallo. En relación con el amparo
al que se refiere este inciso y la
fracción V de este artículo, el
Tribunal Colegiado de Circuito
deberá decidir respecto de
todas las violaciones procesales
que se hicieron valer y aquéllas
que, cuando proceda, advierta
en suplencia de la queja, y
fijará los términos precisos en
que deberá pronunciarse la
nueva resolución. Si las
violaciones procesales no se
invocaron en un primer
amparo, ni el Tribunal
Colegiado correspondiente las
hizo valer de oficio en los casos
en que proceda la suplencia de
la queja, no podrán ser materia
de concepto de violación, ni de
estudio oficioso en juicio de
amparo posterior. La parte que
haya obtenido sentencia
favorable y la que tenga interés
jurídico en que subsista el acto
reclamado, podrá presentar
amparo en forma adhesiva al
que promueva cualquiera de
las partes que intervinieron en
el juicio del que emana el acto
reclamado. La ley determinará
la forma y términos en que
deberá promoverse. Para la
procedencia del juicio deberán
agotarse previamente los
recursos ordinarios que se
establezcan en la ley de la
materia, por virtud de los
cuales aquellas sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones puedan ser
modificados o revocados, salvo
el caso en que la ley permita la
renuncia de los recursos. Al
reclamarse la sentencia
definitiva, laudo o resolución
que ponga fin al juicio, deberán
hacerse valer las violaciones a
las leyes del procedimiento,
siempre y cuando el quejoso
las haya impugnado durante la
tramitación del juicio mediante
el recurso o medio de defensa
que, en su caso, señale la ley
ordinaria respectiva. Este
requisito no será exigible en
amparos contra actos que
afecten derechos de menores o
incapaces, al estado civil, o al
orden o estabilidad de la
familia, ni en los de naturaleza
penal promovidos por el
sentenciado; b) Contra actos en
juicio cuya ejecución sea de
imposible reparación, fuera de
juicio o después de concluido,
una vez agotados los recursos
que en su caso procedan, y c)
Contra actos que afecten a
personas extrañas al juicio. V.
El amparo contra sentencias
definitivas, laudos o
resoluciones que pongan fin al
juicio se promoverá ante el
Tribunal Colegiado de Circuito
competente de conformidad
con la ley, en los casos
siguientes: a) En materia penal,
contra resoluciones definitivas
dictadas por tribunales
judiciales, sean éstos federales,
del orden común o militares. b)
En materia administrativa,
cuando se reclamen por
particulares sentencias
definitivas y resoluciones que
ponen fin al juicio dictadas por
tribunales administrativos o
judiciales, no reparables por
algún recurso, juicio o medio
ordinario de defensa legal. c)
En materia civil, cuando se
reclamen sentencias definitivas
dictadas en juicios del orden
federal o en juicios
mercantiles, sea federal o local
la autoridad que dicte el fallo, o
en juicios del orden común. En
los juicios civiles del orden
federal las sentencias podrán
ser reclamadas en amparo por
cualquiera de las partes,
incluso por la Federación, en
defensa de sus intereses
patrimoniales, y d) En materia
laboral, cuando se reclamen
laudos dictados por las Juntas
Locales o la Federal de
Conciliación y Arbitraje, o por
el Tribunal Federal de
Conciliación y Arbitraje de los
Trabajadores al Servicio del
Estado... VI. En los casos a que
se refiere la fracción anterior,
la ley reglamentaria señalará el
procedimiento y los términos a
que deberán someterse los
Tribunales Colegiados de
Circuito y, en su caso, la
Suprema Corte de Justicia de la
Nación para dictar sus
resoluciones; ..."(22)

Los artículos 2o., 34, 45 y 170


de la nueva Ley de Amparo,
establecen:

"Artículo 2o. El juicio de


amparo se tramitará en vía
directa o indirecta. Se
sustanciará y resolverá de
acuerdo con las formas y
procedimientos que establece
esta ley. A falta de disposición
expresa se aplicará en forma
supletoria el Código Federal de
Procedimientos Civiles y, en su
defecto, los principios
generales del derecho."

"Artículo 34. Los Tribunales


Colegiados de Circuito son
competentes para conocer del
juicio de amparo directo. La
competencia de los tribunales
se fija de acuerdo con la
residencia de la autoridad que
haya dictado el acto reclamado
y, en su caso, atendiendo a la
especialización por materia. En
materia agraria y en los juicios
en contra de tribunales
federales de lo contencioso
administrativo, es competente
el Tribunal Colegiado de
Circuito que tenga jurisdicción
en donde el acto reclamado
deba tener ejecución, trate de
ejecutarse, se esté ejecutando
o se haya ejecutado; si el acto
reclamado puede tener
ejecución en más de un circuito
o ha comenzado a ejecutarse
en uno de ellos y sigue
ejecutándose en otro, es
competente el Tribunal
Colegiado de Circuito que
primero hubiere recibido la
demanda; en su defecto, aquél
que dicte acuerdo sobre la
misma."
"Artículo 45. Cuando se reciba
en un Tribunal Colegiado de
Circuito una demanda que
deba tramitarse en vía
indirecta, declarará de plano
carecer de competencia y la
remitirá con sus anexos al
órgano que estime
competente. Si se trata de un
órgano de su mismo circuito,
éste conocerá del asunto sin
que pueda objetar su
competencia, salvo en el caso
previsto en el artículo 49 de
esta ley; si el órgano designado
no pertenece al mismo circuito,
únicamente podrá plantear la
competencia por razón del
territorio o especialidad, en
términos del artículo 48 de esta
ley."

"Artículo 170. El juicio de


amparo directo procede: I.
Contra sentencias definitivas,
laudos y resoluciones que
pongan fin al juicio, dictadas
por tribunales judiciales,
administrativos, agrarios o del
trabajo, ya sea que la violación
se cometa en ellos, o que
cometida durante el
procedimiento, afecte las
defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del
fallo. Se entenderá por
sentencias definitivas o laudos,
los que decidan el juicio en lo
principal; por resoluciones que
pongan fin al juicio, las que sin
decidirlo en lo principal lo den
por concluido. En materia
penal, las sentencias
absolutorias y los autos que se
refieran a la libertad del
imputado podrán ser
impugnadas por la víctima u
ofendido del delito en los casos
establecidos por el artículo 173
de esta ley. Para la procedencia
del juicio deberán agotarse
previamente los recursos
ordinarios que se establezcan
en la ley de la materia, por
virtud de los cuales aquellas
sentencias definitivas o laudos
y resoluciones puedan ser
modificados o revocados, salvo
el caso en que la ley permita la
renuncia de los recursos.
Cuando dentro del juicio surjan
cuestiones sobre
constitucionalidad de normas
generales que sean de
reparación posible por no
afectar derechos sustantivos ni
constituir violaciones
procesales relevantes, sólo
podrán hacerse valer en el
amparo directo que proceda
contra la resolución definitiva.
Para efectos de esta ley, el
juicio se inicia con la
presentación de la demanda y,
en materia penal, con el auto
de vinculación a proceso ante
el órgano jurisdiccional..."

Del contenido normativo


citado, se puede apreciar, por
una parte, que en la
Constitución General se
establecieron las bases
fundamentales que rigen el
juicio de amparo, entre las
cuales nos interesa ahora
mencionar las siguientes:
a) Tratándose del reclamo de
actos de tribunales judiciales,
administrativos o del trabajo, el
amparo es procedente, entre
otros, contra sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio.

b) Al impugnar sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio, se pueden plantear
violaciones cometidas en ellos,
o que cometidas durante el
procedimiento, afecte las
defensas del quejoso y
trascienda al resultado del
fallo.

c) Para la procedencia del juicio


de amparo, deberán agotarse
previamente los recursos
ordinarios respectivos, salvo
que la ley permita la renuncia
de recursos.
d) Al reclamarse sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio, deben hacerse valer las
violaciones procesales, con la
condición de que el quejoso las
hubiere impugnado durante la
tramitación del juicio mediante
el recurso o medio de defensa
ordinario, salvo las excepciones
que allí se señalan.

e) El amparo contra sentencias


definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio, se promoverá ante el
Tribunal Colegiado de Circuito
competente, de conformidad
con la ley, en los casos que allí
mismo se detallan.

Por otra parte, también se


advierte que en el texto
constitucional citado, se
encomendó al legislador
ordinario la tarea de establecer
en la ley reglamentaria los
procedimientos a los que se
sujetarían las controversias de
amparo, a partir de las bases
fundamentales fijadas en la
Constitución.

Ahora bien, de las citadas


normas de la Ley de Amparo
vigente a partir del tres de abril
de dos mil trece, se aprecia que
sobre el tópico, y en lo que
interesa, rigen las siguientes
normas:
a) El juicio de amparo se
tramitará en la vía directa o
indirecta, en la forma que
establezca la Ley de Amparo.

b) Los Tribunales Colegiados de


Circuito son competentes para
conocer del juicio de amparo
en la vía de tramitación directa.

c) La vía de tramitación directa


del amparo procede contra
sentencias definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio, dictadas por tribunales
judiciales, administrativos,
agrarios o del trabajo (ya sea
que la violación se cometa en
ellos, o que cometida durante
el procedimiento, afecte las
defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del
fallo).

d) Se entenderá por sentencias


definitivas o laudos, los que
decidan el juicio en lo principal;
por resoluciones que pongan
fin al juicio, las que sin decidirlo
en lo principal lo den por
concluido.

e) Para la procedencia del


juicio de amparo, deberán
agotarse previamente los
recursos ordinarios que se
establezcan en la ley de la
materia, por virtud de los
cuales aquellas sentencias
definitivas o laudos y
resoluciones puedan ser
modificados o revocados, salvo
el caso en que la ley permita la
renuncia de los recursos.

f) Cuando se reciba en un
Tribunal Colegiado de Circuito
una demanda de amparo que
deba tramitarse en la vía
indirecta, declarará de plano
carecer de competencia y la
remitirá con sus anexos al
órgano que estime
competente.
Con base en lo anterior, es
posible afirmar que las
disposiciones citadas se ocupan
de establecer, por un lado, la
competencia de los Tribunales
Colegiados de Circuito para
conocer de los juicios de
amparo en la vía directa.

Por otro lado, la regla sobre


procedencia de la vía de
amparo directo cuando se
impugnen sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio (casos en los que se
pueden plantear violaciones
cometidas en ellos, o que
cometidas durante el
procedimiento, afecten las
defensas del quejoso y
trasciendan al resultado del
fallo).

Y, por otro lado más, la regla


sobre procedencia del juicio de
amparo o principio de
definitividad, consistente en
que deberán agotarse
previamente los recursos
ordinarios que se establezcan
en la ley, por virtud de los
cuales, los actos reclamados
consistentes en sentencias
definitivas o laudos y
resoluciones puedan ser
modificados o revocados, salvo
el caso en que la ley permita la
renuncia de los recursos.
Disposición esta última que
además, resulta congruente
con el contenido del artículo
61, fracción XVIII, de la Ley de
Amparo, donde se dispone que
el juicio de amparo es
improcedente contra las
resoluciones de tribunales
judiciales, administrativos o del
trabajo, respecto de las cuales
conceda la ley ordinaria algún
recurso o medio de defensa
por el que se pudieran
modificar, revocar o nulificar.
(23)

B. Marco teórico.
Para explicar lo anterior, se
estima conveniente hacer
referencia al sentido jurídico
que tienen los siguientes
términos procesales:

1. Competencia. Se ha
considerado que constituye
una garantía de legalidad y de
seguridad jurídica derivada del
primer párrafo del artículo 16
de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos
y, por tanto, es una cuestión de
orden público, lo que aplicado
al derecho procesal se traduce
en la suma de facultades que la
ley otorga al juzgador para
ejercer su jurisdicción en
determinado tipo de litigios,
cuya inobservancia conduce a
declarar inválido lo resuelto
por el Juez incompetente.(24)

Sobre ella, Devis Echandía


expone: "Si bien la jurisdicción
como facultad de administrar
justicia, incumbe a todos los
Jueces y Magistrados, es
indispensable reglamentar su
ejercicio para distribuirla, en
cada rama jurisdiccional, entre
los diversos Jueces. Y es esta la
función que desempeña la
competencia. La competencia
es, por tanto, la facultad que
cada Juez o Magistrado de una
rama jurisdiccional tiene para
ejercer la jurisdicción en
determinados asuntos y dentro
de cierto territorio."(25)
Se ha identificado
tradicionalmente como uno de
los presupuestos procesales en
su sentido básico,(26) dado
que es necesario que el
tribunal sea competente para
que el juicio sea válido.

2. Procedencia. Constituye una


noción que en el ámbito
procesal alude a la posibilidad
jurídica de que una acción
alcance su objetivo.
Tal noción también se puede
abordar desde el
entendimiento de los llamados
presupuestos procesales del
juicio,(27) pues la falta de tales
presupuestos constituye un
obstáculo que inhabilita de
manera total la efectividad de
la demanda o el curso del
proceso.

En ese contexto teórico, se


pueden identificar dentro de
los presupuestos procesales,
las condiciones que establece
la ley para que un juicio sea
procedente, sobre la base de
que la insatisfacción del tales
imperativos legales se traduce
en la imposibilidad legal de
tramitar válidamente el
proceso, o sea, en la
improcedencia del juicio.

3. Vía procesal. En el ámbito


jurídico adjetivo, alude al
procedimiento que la ley
dispone para la tramitación del
juicio.

Tal noción, también se puede


abordar desde el
entendimiento de los llamados
presupuestos procesales, pero
con la variedad de que, si bien
los efectos de promover un
juicio en una vía equivocada
puede dar lugar a que no se dé
trámite al juicio; también
puede ocurrir que la
prosecución del juicio ocurra
en una vía equivocada, lo que
técnicamente no generaría la
improcedencia del juicio, sino
que impediría que el juzgador
pueda emitir una sentencia de
fondo. Es decir, la falta de este
presupuesto procesal cuando
ya se ha tramitado el juicio,
constituye un obstáculo que
impide la emisión de una
sentencia de fondo del asunto.
(28)
En ese contexto teórico básico,
se puede apreciar que la vía es
el procedimiento que la ley
dispone para la tramitación de
un juicio.(29)

Ahora bien, la claridad en la


apreciación de las indicadas
figuras procesales, es
importante a partir de la
circunstancia natural de que, si
bien suelen compartir un
mismo escenario procesal y
tienden a convergir hacia la
validez o invalidez del proceso,
no resulta extraño que en
ocasiones concurran con
sentidos divergentes, unos
hacia la validez y otros hacia la
invalidez, casos en los que no
sólo es necesario identificar
con claridad cuál es el
presupuesto procesal que
tiende hacia la invalidez del
proceso, sino además, verificar
el orden lógico en el que deben
ser examinados, a fin de
resolver la eventual invalidez
del proceso en estricta
correspondencia al elemento
procesal que la detona.

C. Examen normativo.

Sentado lo anterior, resulta


necesario que, al examinar las
disposiciones citadas en este
estudio, sin desconocer la
estrecha relación normativa
que les une, se identifiquen
con ánimo analítico, y de
manera adecuada y coherente,
las porciones normativas que
se refieren a la competencia de
los Tribunales Colegiados de
Circuito, las que se refieren a la
procedencia de la tramitación
en la vía directa del amparo, y
las que se refieren a la
procedencia del juicio de
amparo.

En primer lugar, se considera


relevante señalar que, los
artículos 107, fracción III, de la
Constitución,(30) y 170,
fracción I, tercer párrafo, de la
Ley de Amparo,(31) establecen
criterios sobre la procedencia
del juicio de amparo, en el
sentido sustancial de que, en lo
que interesa: cuando se
reclamen actos de tribunales
judiciales administrativos o del
trabajo, el juicio de amparo
solamente procede en contra
de: sentencias definitivas,
laudos y resoluciones que
pongan fin al juicio, para cuya
procedencia se exige además,
que deban agotarse
previamente los recursos
ordinarios que se establezcan
en la ley; contra actos en juicio
cuya ejecución sea de
imposible reparación, fuera de
juicio o después de concluido,
para cuya procedencia también
se exige que deban agotarse
los recursos que en su caso
procedan; y contra actos que
afecten a personas extrañas al
juicio.

Cabe añadir a lo anterior, por


un lado, que el párrafo tercero
de la fracción I del artículo 170
de la Ley de Amparo,
expresamente precisa que
"para la procedencia del juicio"
(no para la procedencia de la
vía de tramitación directa del
amparo) deben agotarse los
recursos ordinarios que
establezca la ley de la materia.

Y, por otro lado, que tal


exigencia legal sobre el
agotamiento de los recursos
ordinarios, constituye una
expresión normativa del
principio de definitividad, que
es regla general en materia de
amparo (tanto directo como
indirecto), la que además es
sustancialmente coincidente
con la causa de improcedencia
del juicio de amparo prevista
en el artículo 61, fracción XVIII,
de la nueva ley de la materia,
que dispone:

"Artículo 61. El juicio de


amparo es improcedente: ...
XVIII. Contra las resoluciones
de tribunales judiciales,
administrativos o del trabajo,
respecto de las cuales conceda
la ley ordinaria algún recurso o
medio de defensa, dentro del
procedimiento, por virtud del
cual puedan ser modificadas,
revocadas o nulificadas. Se
exceptúa de lo anterior: a)
Cuando sean actos que
importen peligro de privación
de la vida, ataques a la libertad
personal fuera de
procedimiento,
incomunicación, deportación o
expulsión, proscripción o
destierro, extradición,
desaparición forzada de
personas o alguno de los
prohibidos por el artículo 22 de
la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, así
como la incorporación forzosa
al Ejército, Armada o Fuerza
Aérea nacionales; b) Cuando el
acto reclamado consista en
órdenes de aprehensión o
reaprehensión, autos de
vinculación a proceso,
resolución que niegue la
libertad bajo caución o que
establezca los requisitos para
su disfrute, resolución que
decida sobre el incidente de
desvanecimiento de datos,
orden de arresto o cualquier
otro que afecte la libertad
personal del quejoso, siempre
que no se trate de sentencia
definitiva en el proceso penal;
c) Cuando se trate de persona
extraña al procedimiento.
Cuando la procedencia del
recurso o medio de defensa se
sujete a interpretación
adicional o su fundamento
legal sea insuficiente para
determinarla, el quejoso
quedará en libertad de
interponer dicho recurso o
acudir al juicio de amparo."

En segundo lugar, es útil


advertir que los artículos 107,
fracción VI, de la Constitución
General,(32) 2o., y 170,
fracción I, párrafos primero y
segundo, de la Ley de Amparo,
(33) establecen reglas sobre la
procedencia de la vía directa en
el amparo, en el sentido de
que, en lo que interesa, existen
dos vías de tramitación para el
juicio de amparo: la directa y la
indirecta; y que es procedente
la vía de tramitación directa
contra sentencias definitivas,
laudos y resoluciones que
pongan fin al juicio, ya sea que
la violación se cometa en ellos
o que, cometida durante el
procedimiento, afecte las
defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del
fallo.

Especial atención amerita el


párrafo segundo de la fracción I
del artículo 170 de la Ley de
Amparo, pues en el mismo se
establece de manera explícita
que: "se entenderá por
sentencias definitivas o laudos,
los que decidan el juicio en lo
principal" y que se entenderá
por "por resoluciones que
pongan fin al juicio, las que sin
decidirlo en lo principal lo den
por concluido"; sin que se
establezca allí que el carácter
de sentencia definitiva, laudo o
resolución que ponga fin al
juicio, involucre el agotamiento
de los recursos ordinarios
correspondientes.

En tercer lugar, destaca que los


artículos 107, fracción V, de la
Constitución General,(34) 34 y
45 de la Ley de Amparo,(35)
establecen reglas sobre la
competencia de los Tribunales
Colegiados de Circuito, en el
sentido de que, en lo que
interesa, se encuentran
legalmente facultados para
conocer del juicio de amparo
cuya tramitación sea
procedente en la vía directa,
pero además, que carecen de
competencia para conocer
demandas de amparo que
deban tramitarse en la vía
indirecta.
Ahora bien, la claridad en la
apreciación de las indicadas
figuras procesales en relación
con la demanda de amparo
dirigida a un Tribunal Colegiado
de Circuito, adquiere particular
importancia cuando tienden a
divergir, unos hacia la validez y
otros hacia la invalidez, casos
en los que no sólo es necesario
identificar con claridad cuál es
el presupuesto procesal que
tiende hacia la invalidez del
proceso, sino además, verificar
el orden lógico en el que deben
ser examinados, a fin de
resolver la eventual invalidez
del proceso en estricta
correspondencia con el
elemento procesal que la
detona.

Para este último fin, resta


señalar que como la
normatividad analizada
establece como criterio para
fijar la competencia de los
Tribunales Colegiados de
Circuito en materia de amparo,
la procedencia de la
tramitación en la vía directa,
entonces, el orden lógico para
evaluar la satisfacción de los
presupuestos procesales
señalados debe transitar de la
siguiente manera: primero, se
debe analizar sobre la
procedencia de la vía directa de
tramitación del juicio de
amparo; satisfecha la
procedencia de la vía directa,
se debe analizar la
competencia del Tribunal
Colegiado de Circuito;(36) y
satisfecha la competencia del
tribunal, entonces
correspondería analizar la
procedencia del juicio de
amparo respectivo.

Debe destacarse que la


insatisfacción de los
presupuestos primeros en su
orden, impide que el tribunal
pueda abordar válidamente la
satisfacción de los siguientes o
posteriores.
D. Los Tribunales Colegiados de
Circuito son competentes para
conocer de las demandas de
amparo promovidas en contra
de sentencias que decidan el
juicio de origen en lo principal,
aun cuando no se hubiere
agotado el medio ordinario de
defensa previsto en la ley como
procedente en su contra.

Una vez que se han precisado


los alcances normativos de las
disposiciones constitucionales
y legales señaladas, debe
dilucidarse si es competente un
Tribunal Colegiado de Circuito
para conocer de una demanda
de amparo promovida en
contra de una sentencia que
decide el juicio de origen en lo
principal, cuando no se agotó
el medio ordinario de defensa
previsto en la ley.

En primer lugar, ya se
estableció en las páginas
precedentes que acorde con el
contenido de los artículos 107,
fracción V, de la Constitución
General, 34 y 45 de la Ley de
Amparo, en lo conducente, los
Tribunales Colegiados de
Circuito son competentes para
conocer del juicio de amparo
cuya tramitación sea
procedente en la vía directa.

Consideración la anterior, que


exige retomar también la
normatividad expuesta en los
capítulos anteriores,
relacionada con la procedencia
de tramitación del amparo en
la vía directa.

Al respecto, se reitera, acorde


con el contenido de los
artículos 107, fracción VI, de la
Constitución General, 2o., y
170, fracción I, párrafos
primero y segundo, de la Ley
de Amparo, la vía directa de
tramitación del juicio de
amparo es procedente contra
sentencias definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio, en el entendido de que
se debe entender por
sentencias definitivas o laudos,
las que decidan el juicio en lo
principal.

Así las cosas, como la


normatividad analizada
establece como criterio para
fijar la competencia de los
Tribunales Colegiados de
Circuito en materia de amparo,
la procedencia de la
tramitación en la vía directa;
entonces, el orden lógico para
evaluar la satisfacción de los
presupuestos procesales
señalados debe transitar de la
siguiente manera: primero,
análisis sobre la procedencia de
la vía directa de tramitación del
juicio de amparo; satisfecha la
procedencia de la vía, se debe
analizar la competencia del
Tribunal Colegiado de Circuito;
y satisfecha la competencia del
tribunal, entonces,
correspondería analizar la
procedencia del juicio de
amparo.

Consolidando lo anterior, si la
vía directa de tramitación del
juicio de amparo es procedente
contra sentencias definitivas,
que son las que deciden el
juicio en lo principal; y si los
Tribunales Colegiados de
Circuito son competentes para
conocer del juicio de amparo,
cuya tramitación sea
procedente en la vía directa.
Entonces, respecto de una
demanda de amparo
promovida en contra de una
sentencia que decide el juicio
de origen en lo principal,
cuando no se agotó el medio
ordinario de defensa previsto
en la ley; es inconcuso que sí
procede la vía directa de
tramitación del juicio de
amparo, y que, en
consecuencia, sí es competente
un Tribunal Colegiado de
Circuito para conocer del juicio
de amparo respectivo.

Lo anterior, sobre la base de


que, acorde con el marco
constitucional y legal analizado
en los capítulos precedentes, la
circunstancia de que una
sentencia que decide el juicio
de origen en lo principal, no se
haya impugnado a través del
medio ordinario de defensa
previsto en la ley; no tiene
relevancia respecto de la
determinación de la
procedencia de la vía directa
del amparo, ni sobre la
determinación de la
competencia del Tribunal
Colegiado de Circuito para
conocer del juicio de amparo
directo, sino solamente
adquirirá importancia hasta el
estadio procesal en el que se
analice la procedencia del
juicio de amparo, lo que debe
ocurrir con posterioridad a la
fijación de la competencia del
Tribunal Colegiado respectivo.
E. Análisis del artículo 37,
fracción I, de la Ley Orgánica
del Poder Judicial de la
Federación.

No es obstáculo para arribar a


la conclusión establecida en el
apartado precedente,(37) el
contenido del artículo 37,
fracción I, de la Ley Orgánica
del Poder Judicial de la
Federación, porque esta norma
coincide sustancialmente con
el contenido conducente de los
artículos 107, fracción V, de la
Constitución General, y 34 de
la Ley de Amparo,(38) en
relación con la competencia.

En efecto, el artículo 107,


fracción V, de la Constitución
General, dispone:

"Artículo 107. Las controversias


de que habla el artículo 103 de
esta Constitución, con
excepción de aquellas en
materia electoral, se sujetarán
a los procedimientos que
determine la ley reglamentaria,
de acuerdo con las bases
siguientes: ... V. El amparo
contra sentencias definitivas,
laudos o resoluciones que
pongan fin al juicio se
promoverá ante el Tribunal
Colegiado de Circuito
competente de conformidad
con la ley, en los casos
siguientes: a) En materia penal,
contra resoluciones definitivas
dictadas por tribunales
judiciales, sean éstos federales,
del orden común o militares. b)
En materia administrativa,
cuando se reclamen por
particulares sentencias
definitivas y resoluciones que
ponen fin al juicio dictadas por
tribunales administrativos o
judiciales, no reparables por
algún recurso, juicio o medio
ordinario de defensa legal. c)
En materia civil, cuando se
reclamen sentencias definitivas
dictadas en juicios del orden
federal o en juicios
mercantiles, sea federal o local
la autoridad que dicte el fallo, o
en juicios del orden común. En
los juicios civiles del orden
federal las sentencias podrán
ser reclamadas en amparo por
cualquiera de las partes,
incluso por la Federación, en
defensa de sus intereses
patrimoniales, y d) En materia
laboral, cuando se reclamen
laudos dictados por las Juntas
Locales o la Federal de
Conciliación y Arbitraje, o por
el Tribunal Federal de
Conciliación y Arbitraje de los
Trabajadores al Servicio del
Estado. La Suprema Corte de
Justicia, de oficio o a petición
fundada del correspondiente
Tribunal Colegiado de Circuito,
del Fiscal General de la
República, en los asuntos en
que el Ministerio Público de la
Federación sea parte, o del
Ejecutivo Federal, por
conducto del consejero jurídico
del Gobierno, podrá conocer
de los amparos directos que
por su interés y trascendencia
así lo ameriten."

Por su parte, el artículo 34 de


la Ley de Amparo establece:

"Artículo 34. Los Tribunales


Colegiados de Circuito son
competentes para conocer del
juicio de amparo directo. La
competencia de los tribunales
se fija de acuerdo con la
residencia de la autoridad que
haya dictado el acto reclamado
y, en su caso, atendiendo a la
especialización por materia. En
materia agraria y en los juicios
en contra de tribunales
federales de lo contencioso
administrativo, es competente
el Tribunal Colegiado de
Circuito que tenga jurisdicción
en donde el acto reclamado
deba tener ejecución, trate de
ejecutarse, se esté ejecutando
o se haya ejecutado; si el acto
reclamado puede tener
ejecución en más de un circuito
o ha comenzado a ejecutarse
en uno de ellos y sigue
ejecutándose en otro, es
competente el Tribunal
Colegiado de Circuito que
primero hubiere recibido la
demanda; en su defecto, aquél
que dicte acuerdo sobre la
misma."

Precepto respecto del cual se


precisa que, acorde con lo
expuesto en las páginas
precedentes, la vía directa de
tramitación del juicio de
amparo es procedente contra
sentencias definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio, en el entendido de que
se debe entender por
sentencias definitivas o laudos,
las que decidan el juicio en lo
principal.

En congruencia con lo anterior,


el artículo 37, fracción I, de la
Ley Orgánica del Poder Judicial
de la Federación, es del
contenido siguiente:
"Artículo 37. Con las
salvedades a que se refieren
los artículos 10 y 21 de esta ley,
son competentes los Tribunales
Colegiados de Circuito para
conocer: I. De los juicios de
amparo directo contra
sentencias definitivas, laudos o
contra resoluciones que
pongan fin al juicio por
violaciones cometidas en ellas
o durante la secuela del
procedimiento, cuando se
trate: a) En materia penal, de
sentencias o resoluciones
dictadas por autoridades
judiciales del orden común o
federal, y de las dictadas en
incidente de reparación de
daño exigible a personas
distintas de los inculpados, o
en los de responsabilidad civil
pronunciadas por los mismos
tribunales que conozcan o
hayan conocido de los procesos
respectivos o por tribunales
diversos, en los juicios de
responsabilidad civil, cuando la
acción se funde en la comisión
del delito de que se trate y de
las sentencias o resoluciones
dictadas por tribunales
militares cualesquiera que sean
las penas impuestas; b) En
materia administrativa, de
sentencias o resoluciones
dictadas por tribunales
administrativos o judiciales,
sean locales o federales; c) En
materia civil o mercantil, de
sentencias o resoluciones
respecto de las que no proceda
el recurso de apelación, de
acuerdo a las leyes que las
rigen, o de sentencias o
resoluciones dictadas en
apelación en juicios del orden
común o federal, y d) En
materia laboral, de laudos o
resoluciones dictados por
Juntas o tribunales laborales
federales o locales."

Del que es relevante para el


caso, la disposición general que
prescribe que son competentes
los Tribunales Colegiados de
Circuito para conocer de los
juicios de amparo directo
contra sentencias definitivas,
laudos o contra resoluciones
que pongan fin al juicio.

Así, dado que en lo que


interesa, tales disposiciones
contienen normas
sustancialmente coincidentes,
resulta indudable, que
constituye una regla general
que los Tribunales Colegiados
de Circuito son competentes
para conocer del juicio de
amparo promovido en la vía
directa (vía de tramitación que
procede en contra de
sentencias definitivas, laudos o
resoluciones que pongan fin al
juicio); sin que sea necesario
para ejercer tal competencia,
que los actos reclamados sean
resoluciones inimpugnables,
dado que la característica de
inimpugnabilidad de los actos
reclamados en el amparo
(principio de definitividad), se
reitera, guarda relación con un
criterio general de procedencia
del juicio constitucional (tanto
en la vía directa como en la vía
indirecta), en los términos que
establece el artículo 107,
fracción III, de la Constitución
General,(39) y los artículos 170,
fracción I, tercer párrafo,(40) y
61, fracción XVIII,(41) de la Ley
de Amparo.

Ahora bien, no pasa


inadvertido para esta Sala, que
en el inciso c) de la fracción I
del artículo 37 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de
la Federación, el legislador
dispuso lo siguiente:

"Artículo 37. Con las


salvedades a que se refieren
los artículos 10 y 21 de esta ley,
son competentes los Tribunales
Colegiados de Circuito para
conocer: I. De los juicios de
amparo directo contra
sentencias definitivas, laudos o
contra resoluciones que
pongan fin al juicio por
violaciones cometidas en ellas
o durante la secuela del
procedimiento, cuando se
trate: ... c) En materia civil o
mercantil, de sentencias o
resoluciones respecto de las
que no proceda el recurso de
apelación, de acuerdo a las
leyes que las rigen, o de
sentencias o resoluciones
dictadas en apelación en juicios
del orden común o federal, y d)
..."
Sin embargo, atendiendo a la
precisión que se hizo en la
primera parte del estudio de
fondo de este asunto, respecto
de la distinción que en materia
procesal ameritan la
competencia, la vía procesal, y
la procedencia del juicio; se
estima necesario interpretar la
citada disposición normativa a
partir de esa triple perspectiva,
en el sentido de que:
1. Cuando dispone que son
competentes los Tribunales
Colegiados de Circuito para
conocer de los juicios de
amparo directo, el legislador se
refiere en forma explícita a un
criterio de competencia,
determinado bajo el criterio del
tipo de procedimiento en el
que se tramita el juicio de
amparo de que se trata:
amparo directo.
2. Cuando después de
mencionar "juicio de amparo
directo" alude el legislador
"contra sentencias definitivas,
laudos o contra resoluciones
que pongan fin al juicio", es
indudable que implícitamente
se refiere a un criterio de
procedencia de la vía directa de
tramitación del juicio de
amparo, es decir, a que
procede la vía directa de
tramitación del juicio de
amparo contra sentencias
definitivas, laudos o contra
resoluciones que pongan fin al
juicio.

3. Al señalar en el inciso c) que


en materia civil o mercantil,
cuando se trate de "sentencias
o resoluciones respecto de las
que no proceda el recurso de
apelación, de acuerdo a las
leyes que las rigen, o de
sentencias o resoluciones
dictadas en apelación en juicios
del orden común o federal",
resulta claro que se refiere en
forma implícita a un criterio de
procedencia del juicio de
amparo, es decir, a que será
procedente el juicio de amparo
respectivo, si el acto reclamado
es irrecurrible al haberse
agotado el medio de defensa
que procedía en su contra
(principio de definitividad).

Las anteriores precisiones


interpretativas, permiten
conciliar de manera sistemática
y razonada el contenido
conducente del artículo 37,
fracción I, inciso c), de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de
la Federación, con la
afirmación consistente en que:
los Tribunales Colegiados de
Circuito son competentes para
conocer de las demandas de
amparo promovidas en contra
de sentencias que decidan el
juicio de origen en lo principal,
aun cuando no se hubiere
agotado el medio ordinario de
defensa previsto en la ley como
procedente en su contra.
F. Los criterios conducentes
sustentados por este Tribunal
Pleno en las tesis P./J. 16/2003,
P./J. 17/2003(42) y P./J. 40/97,
en las que se interpretaron los
artículos 46, 47 y 158 de la Ley
de Amparo abrogada, son
inaplicables para examinar la
competencia de los Tribunales
Colegiados de Circuito, que
está regulada actualmente en
los artículos 107 de la
Constitución General, posterior
al decreto de reformas de seis
de junio de dos mil once, y 2o.,
34, 45 y 170 de la Ley de
Amparo vigente, cuyas
disposiciones difieren de
aquellos preceptos.

Previo a las reformas


mencionadas, el artículo 107,
fracción III, incisos a) al c), de la
Constitución General(43)
establecía que el juicio de
amparo sólo procedía en
contra de sentencias definitivas
o laudos y resoluciones que
pusieran fin al juicio, respecto
de las cuales no procediera
ningún recurso ordinario por el
que pudieran ser modificados o
reformados.

Es decir, el citado artículo


constitucional, si bien en lo que
interesa, no definía
expresamente lo que debía
entenderse por sentencia
definitiva para efectos de la
tramitación del juicio de
amparo en la vía directa,
competencia de los Tribunales
Colegiados de Circuito. En su
redacción, sí incluía la alusión a
que, respecto de las sentencias
definitivas no procediera
recurso ordinario por el que
pudieran ser modificadas o
reformadas.

Aunado a lo anterior, el artículo


158 de la Ley de Amparo
abrogada,(44) regulaba de
manera confusa los conceptos
de competencia y de
procedencia del juicio de
amparo directo. Pues por un
lado, en cuanto a la
competencia, establecía que
los Tribunales Colegiados de
Circuito son los competentes
para conocer del juicio de
amparo directo; pero en
seguida, aludía a la
procedencia del mismo contra
sentencias definitivas o laudos
y resoluciones que pusieran fin
al juicio, respecto de los cuales
no procedía ningún recurso
ordinario por el que pudieran
ser modificados o revocados.

Además, en la misma tónica, en


el artículo 46 de la Ley de
Amparo abrogada,(45) el
legislador expresamente
definió que por sentencia
definitiva debía entenderse
aquella que resolviera el juicio
en lo principal y respecto de la
cual las leyes comunes no
concedan ningún recurso
ordinario por virtud del cual
pueda ser modificada o
revocada. Y que por
resoluciones que pongan fin al
juicio, debía entenderse
aquellas que sin decidir el juicio
en lo principal, lo dan por
concluido, y respecto de las
cuales las leyes comunes no
concedan ningún recurso
ordinario por virtud del cual
puedan ser modificadas o
revocadas.(46)
Es decir, que en las
disposiciones de la Ley de
Amparo abrogada, el legislador
empleó en la construcción de la
definición de "sentencia
definitiva" y de "resolución que
pone fin al juicio", como
elemento inmanente,
condicionante y necesario, que
en contra de dichas
resoluciones no procediera
recurso ordinario alguno por
virtud del cual pudieran ser
modificadas o revocadas.
Circunstancias todas las
anteriores que provocaron a la
postre, que este Tribunal
Pleno, al resolver dos
contradicciones de criterios
entre Tribunales Colegiados de
Circuito, emitiera tres tesis de
jurisprudencia números P./J.
40/97,(47) P./J. 16/2003(48) y
P./J. 17/2003,(49) cuyos rubros
y textos son los siguientes,
respectivamente:
"DEMANDA DE AMPARO
INDIRECTO PROMOVIDA ANTE
UN TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO. ÉSTE, EN NINGÚN
CASO, DEBE DESECHARLA,
SINO DECLARAR SU
INCOMPETENCIA Y REMITIRLA
AL JUZGADO DE DISTRITO
CORRESPONDIENTE. Conforme
a lo dispuesto en los artículos
158 de la Ley de Amparo y 37,
fracción I, de la Ley Orgánica
del Poder Judicial de la
Federación, los Tribunales
Colegiados de Circuito
conocerán del juicio de amparo
directo en los términos de lo
señalado en el artículo 107,
fracciones V y VI, de la
Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos,
respecto de sentencias
definitivas o resoluciones que
pongan fin al juicio,
entendiéndose, en términos
del artículo 46 de la ley de la
materia, por sentencias
definitivas, las que decidan el
juicio en lo principal, y por
resoluciones que ponen fin al
juicio, aquellas que sin decidir
el juicio en lo principal lo dan
por concluido y respecto de las
cuales las leyes comunes no
concedan ningún medio de
defensa ordinario por virtud
del cual puedan ser
modificadas o revocadas. Por
tanto, ante la presentación de
una demanda de amparo de la
que deba conocer un Juez de
Distrito, el Tribunal Colegiado
deberá ajustar su actuación a
lo previsto por el artículo 47,
tercer párrafo, de la referida
ley reglamentaria, declarando
su incompetencia de plano y
remitiendo la demanda de
cuenta, con sus anexos, al
Juzgado de Distrito
correspondiente, no pudiendo,
en consecuencia, ni siquiera
por economía procesal,
desechar la demanda por
estimar que ésta es
improcedente, habida cuenta
de que las cuestiones de
procedencia o improcedencia
del juicio de amparo
corresponde decidirlas
únicamente al tribunal
competente. Además, si bien
es cierto que compete al
Tribunal Colegiado conocer del
amparo indirecto en grado de
revisión, según se advierte de
los artículos 83, 84 y 85 de la
ley en cita, también lo es que
su competencia no es absoluta,
pues sólo opera cuando se
plantean cuestiones de
legalidad, dado que si se
controvierten aspectos de
constitucionalidad, el
conocimiento del recurso
compete a la Suprema Corte,
de modo que con la alteración
de la competencia que
implicaría esa facultad para
desechar de plano la demanda
de amparo indirecto, el
Tribunal Colegiado estaría
decidiendo la competencia del
Máximo Tribunal en segunda
instancia."

"AMPARO DIRECTO. SI EL ACTO


QUE SE RECLAMA NO ES UNA
SENTENCIA DEFINITIVA, EL
TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO DEBERÁ DECLARARSE
INCOMPETENTE Y REMITIR LA
DEMANDA AL JUEZ DE
DISTRITO QUE CORRESPONDA.
De la interpretación
sistemática de los artículos 46,
47 y 158 de la Ley de Amparo,
se desprende la definición de
cuándo se está ante una
sentencia definitiva para los
efectos del juicio de amparo,
cuál es el órgano competente
para conocer de éste y cuál es
la determinación que debe
tomar cuando le es presentada
una demanda de la que no
puede conocer. Ahora bien,
con base en que los supuestos
de procedencia del juicio de
amparo y la competencia del
órgano jurisdiccional que debe
conocerlo están estrechamente
relacionados, de tal manera
que no es posible explicar la
procedencia sin aludir a la
competencia, cuando en una
demanda de amparo directo, el
acto reclamado se hace
consistir en una sentencia de
primer grado, debe analizarse,
en primer lugar, lo relativo a la
competencia del órgano
jurisdiccional y después lo
conducente a la procedencia
del juicio, toda vez que un
tribunal incompetente no está
facultado para decidir sobre la
procedencia del juicio de
garantías, ni siquiera por
economía procesal, de
conformidad con lo sostenido
por el Tribunal Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la
Nación en la tesis de
jurisprudencia P./J. 40/97, de
rubro: ‘DEMANDA DE AMPARO
INDIRECTO PROMOVIDA ANTE
UN TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO. ÉSTE, EN NINGÚN
CASO, DEBE DESECHARLA,
SINO DECLARAR SU
INCOMPETENCIA Y REMITIRLA
AL JUZGADO DE DISTRITO
CORRESPONDIENTE.’. Lo
anterior resulta congruente
con lo dispuesto en el tercer
párrafo del artículo 47 de la Ley
de Amparo, dado que no es
jurídicamente correcto que un
tribunal deseche la demanda
de amparo, cuando es el Juez
de Distrito el que debe conocer
y resolver lo relativo a la
procedencia del juicio de
garantías."

"DEFINITIVIDAD EN AMPARO
DIRECTO. ESTE PRINCIPIO
EXIGE PARA LA PROCEDENCIA
DEL JUICIO, QUE SE AGOTEN
PREVIAMENTE LOS RECURSOS
ORDINARIOS PROCEDENTES EN
CONTRA DE LA SENTENCIA O
DE LA RESOLUCIÓN QUE PONE
FIN AL JUICIO. Los artículos 46
y 158 de la Ley de Amparo
establecen, respectivamente,
que se está ante una sentencia
definitiva para los efectos de la
procedencia del juicio de
amparo directo, cuando decide
el juicio en lo principal y
respecto de ella las leyes
comunes no conceden recurso
ordinario alguno, por virtud del
cual pueda ser modificada o
revocada; asimismo, se
considerará como tal, la
dictada en primera instancia en
asuntos judiciales del orden
civil, cuando los interesados
hubieren renunciado
expresamente a la
interposición de los recursos
ordinarios que procedan, si la
ley se los permite; al igual que
la resolución que pone fin al
juicio, es decir, la que sin
decidirlo en lo principal, lo da
por concluido y respecto de la
cual las leyes no conceden
recurso ordinario alguno; y que
el órgano jurisdiccional
competente para conocer del
juicio de amparo contra ese
tipo de sentencias es el
Tribunal Colegiado de Circuito
que corresponda. Ahora bien,
si una resolución que pone fin
al juicio o una sentencia son
legalmente recurribles, pero el
interesado no agota el recurso
previsto en la ley y deja
transcurrir el término para ello,
aunque la sentencia o la
resolución ya no puedan ser
legalmente modificadas, no por
ello deben tenerse como
definitivas para los efectos del
juicio de amparo directo, pues
la situación de facto,
consistente en haber dejado
transcurrir el término de
impugnación, no puede hacerlo
procedente, toda vez que ello
implicaría soslayar
unilateralmente la carga legal
de agotar los recursos que la
ley prevé, lo que se traduciría
en violación al principio de
definitividad."
Las anteriores tesis, de las que
son relevantes para el caso, las
consideraciones relativas a
que:

1. Los artículos 46 y 158 de la


Ley de Amparo abrogada,
establecían que se está ante
una sentencia definitiva para
los efectos de la procedencia
del juicio de amparo en la vía
directa, cuando decide el juicio
en lo principal y respecto de
ella las leyes comunes no
conceden recurso ordinario
alguno, por virtud del cual
pueda ser modificada o
revocada, o la dictada en
primera instancia en asuntos
civiles cuando los interesados
hubieren renunciado
expresamente y de manera
legal los recursos ordinarios
procedentes; y que el órgano
jurisdiccional competente para
conocer del juicio de amparo
contra ese tipo de sentencias
es el Tribunal Colegiado de
Circuito.
2. Que si una sentencia es
legalmente recurrible, pero el
interesado no agota el recurso
previsto en la ley, no por ello
debe tenerse como definitiva
para los efectos de la
procedencia del juicio de
amparo en la vía directa, pues
para ello, se debe acatar el
principio de definitividad.

3. Como los supuestos de


procedencia del juicio de
amparo y la competencia del
órgano jurisdiccional que debe
conocerlo están estrechamente
relacionados, sin que fuera
posible explicar la procedencia,
sin aludir a la competencia,
entonces, cuando en una
demanda de amparo directo, el
acto reclamado se hiciera
consistir en una sentencia de
primer grado, debía analizarse,
en primer lugar, lo relativo a la
competencia del órgano
jurisdiccional, y después lo
conducente a la procedencia
del juicio, toda vez que un
tribunal incompetente no
estaría facultado para decidir
sobre la procedencia del juicio
de garantías.

Cuya premisa normativa


fundamental radicó en el
análisis e interpretación judicial
de los artículos 46 y 158 de la
Ley de Amparo abrogada.

En otro orden de ideas,


después de la reforma
constitucional del seis de junio
de dos mil once, se modificó el
contenido conducente del
artículo 107 de la Constitución
General; y a partir del tres de
abril de dos mil trece entró en
vigor la nueva Ley de Amparo,
resultando que se modificó de
manera importante la
regulación sobre los tópicos a
que se refieren las tesis de
jurisprudencia P./J. 40/97, P./J.
16/2003 y P./J. 17/2003.
Marco legal el vigente del que,
se reitera, los artículos 107,
fracción III, de la Constitución,
(50) y 170, fracción I, tercer
párrafo, de la Ley de Amparo,
(51) establecen criterios de
procedencia del juicio de
amparo, en el sentido
sustancial de que, en lo que
interesa: cuando se reclamen
actos de tribunales judiciales
administrativos o del trabajo, el
juicio de amparo solamente
procede en contra de:
sentencias definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio, para cuya procedencia
se exige además, que deban
agotarse previamente los
recursos ordinarios que se
establezcan en la ley; contra
actos en juicio cuya ejecución
sea de imposible reparación,
fuera de juicio o después de
concluido, para cuya
procedencia también se exige
que deban agotarse los
recursos que en su caso
procedan; y contra actos que
afecten a personas extrañas al
juicio.

Asimismo, los artículos 107,


fracción VI, de la Constitución
General,(52) 2o., y 170,
fracción I, párrafos primero y
segundo, de la Ley de Amparo,
(53) establecen reglas sobre la
procedencia de la vía directa en
el amparo, en el sentido de
que, en lo que interesa, existen
dos vías de tramitación para el
juicio: la directa y la indirecta; y
que es procedente la vía
directa de tramitación del
amparo contra sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio, ya sea que la violación se
cometa en ellos o que,
cometida durante el
procedimiento, afecte las
defensas del quejoso,
trascendiendo al resultado del
fallo; destacando que se
entenderá por sentencias
definitivas o laudos, los que
decidan el juicio en lo principal,
sin que se establezca allí que el
carácter de sentencia
definitiva, laudo o resolución
que ponga fin al juicio,
involucre el agotamiento de los
recursos ordinarios
correspondientes.

Y además, que los artículos


107, fracción V, de la
Constitución General,(54) 34 y
45 de la Ley de Amparo,(55)
establecen reglas sobre la
competencia de los Tribunales
Colegiados de Circuito, en el
sentido de que, en lo que
interesa, se encuentran
legalmente facultados para
conocer del juicio de amparo
cuya tramitación sea
procedente en la vía directa.

Regulación la anterior, que


condujo a este Tribunal Pleno a
establecer en las páginas
precedentes que los Tribunales
Colegiados de Circuito sí son
competentes para conocer de
las demandas de amparo
promovidas en contra de
sentencias que decidan el juicio
de origen en lo principal, aun
cuando no se hubiere agotado
el medio ordinario de defensa
previsto en la ley como
procedente en su contra.

En conclusión, la intención del


legislador no fue únicamente
cambiar la redacción de los
preceptos antes mencionados,
sino perfeccionar la técnica de
amparo en cuanto a la eventual
confusión o sobreposición de
los conceptos de
"competencia" y "procedencia"
del juicio de amparo directo;
cuya consecuencia, lejos de
reducirse a un mero cambio de
redacción, trasciende a la
creación de un nuevo
entendimiento y tratamiento
sobre esos tópicos.

En tal virtud, este Tribunal


Pleno considera que las
jurisprudencias P./J. 40/97,
P./J. 16/2003 y P./J. 17/2003,
que se ocuparon de examinar
el marco legal aplicable en la
época de su emisión, ya no son
acordes con el contenido de las
disposiciones constitucionales
y legales correlativas vigentes.
Por lo que, al oponerse a lo
establecido en la Ley de
Amparo vigente, de
conformidad con el artículo
sexto transitorio de la actual
Ley de Amparo,(56) dichas
jurisprudencias únicamente
conservarán su vigencia para
los asuntos en los que rija la
Ley de Amparo abrogada.

G. Criterio que debe


prevalecer.

En las relatadas condiciones,


este Tribunal Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la
Nación, considera que debe
prevalecer con carácter de
jurisprudencia, el criterio que
se contiene en la tesis
siguiente:

De los artículos 107, fracciones


III, inciso a), V y VI, de la
Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, 2o.,
34, 45 y 170 de la Ley de
Amparo, así como 37, fracción
I, de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación se
advierte la existencia de
criterios que atañen a tres
cuestiones que constituyen
presupuestos procesales en el
juicio de amparo directo: a)
Procedencia de la vía, en
cuanto a que su tramitación
procede contra sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio, entendiendo por los
primeros, las que decidan el
juicio en lo principal, y, por las
últimas, las que sin decidirlo en
lo principal, lo den por
concluido; b) Competencia, en
cuanto a que son competentes
para conocer de él los
Tribunales Colegiados de
Circuito; y, c) Procedencia en
cuanto a que, por regla
general, antes de acudir al
juicio de amparo deben
agotarse los recursos
ordinarios establecidos en la
ley aplicable (principio de
definitividad). Ahora bien, la
claridad en la apreciación de
los indicados presupuestos
procesales permite afirmar que
el orden lógico para examinar
su satisfacción exige analizar,
en primer lugar, la procedencia
de la vía directa de tramitación
del juicio de amparo;
posteriormente, satisfecho ese
presupuesto, debe estudiarse
la competencia del Tribunal
Colegiado de Circuito y, de
surtirse ésta, estudiar la
procedencia del juicio de
amparo; en la inteligencia de
que la insatisfacción de un
presupuesto procesal previo en
su orden, impide que se
aborden los siguientes. De lo
anterior se concluye que el
Tribunal Colegiado de Circuito
es competente para conocer de
las demandas de amparo
promovidas en contra de
sentencias que decidan el juicio
de origen en lo principal,
inclusive cuando no se hubiere
agotado el medio ordinario de
defensa previsto en la ley para
combatirlas, pues promover el
juicio de amparo en contra de
una sentencia de esa
naturaleza torna procedente la
vía de tramitación directa por
tratarse de una sentencia
definitiva; y, al ser procedente
su tramitación, se surte la
competencia legal a favor del
Tribunal Colegiado de Circuito
el cual, en ejercicio de ésta,
cuenta con la facultad
necesaria para analizar la
procedencia del juicio de
amparo incluyendo, en su caso,
la decisión sobre la satisfacción
o no del principio de
definitividad. Ello conduce a
señalar que sobre dichas
cuestiones, las tesis de
jurisprudencia P./J. 40/97, P./J.
16/2003 y P./J. 17/2003 (*)
emitidas por este Tribunal
Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, que se
ocuparon de examinar el
marco legal aplicable en la
época de su emisión, no son
acordes en lo conducente con
el contenido de las
disposiciones constitucionales
y legales vigentes, por lo que
serán aplicables sólo para los
asuntos en los que rija la Ley de
Amparo abrogada, de
conformidad con el artículo
sexto transitorio de la actual
ley en vigor.

Por lo expuesto y fundado,

RESUELVE:

PRIMERO. Sí existe
contradicción de tesis entre el
criterio sustentado por el
Décimo Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito y el Segundo
Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Segundo Circuito.

SEGUNDO. Debe prevalecer,


con carácter de jurisprudencia,
el criterio sustentado por el
Tribunal Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación,
en los términos precisados en
el último considerando de esta
resolución.

TERCERO. Dése publicidad a la


tesis jurisprudencial que se
sustenta en la presente
resolución, en términos de los
artículos 219 y 220 de la Ley de
Amparo vigente.

Notifíquese; así, lo resolvió el


Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación:

En relación con el punto


resolutivo primero:
Se aprobó por unanimidad de
diez votos de los Ministros
Gutiérrez Ortiz Mena, Cossío
Díaz, Luna Ramos, Franco
González Salas, Zaldívar Lelo de
Larrea, Pardo Rebolledo, Silva
Meza, Sánchez Cordero de
García Villegas, Pérez Dayán y
presidente Aguilar Morales,
respecto de los considerandos
primero, segundo, tercero y
cuarto, relativos,
respectivamente, a la
competencia, a la legitimación,
a los criterios contendientes y a
la existencia de la
contradicción de tesis.

Se aprobó por unanimidad de


diez votos de los Ministros
Gutiérrez Ortiz Mena, Cossío
Díaz, Luna Ramos apartándose
de las consideraciones relativas
a la inaplicabilidad de las tesis
jurisprudenciales P./J. 40/97,
P./J. 16/2003 y P./J. 17/2003,
Franco González Salas, Zaldívar
Lelo de Larrea, Pardo
Rebolledo, Silva Meza, Sánchez
Cordero de García Villegas,
Pérez Dayán y presidente
Aguilar Morales, respecto del
considerando cuarto, relativo a
la existencia de la
contradicción de tesis. La
Ministra Luna Ramos votó en
contra.

En relación con el punto


resolutivo segundo:

Se aprobó por unanimidad de


diez votos de los Ministros
Gutiérrez Ortiz Mena, Cossío
Díaz, Luna Ramos apartándose
de algunas consideraciones,
Franco González Salas, Zaldívar
Lelo de Larrea, Pardo
Rebolledo, Silva Meza, Sánchez
Cordero de García Villegas,
Pérez Dayán y presidente
Aguilar Morales apartándose
de algunas consideraciones,
respecto del considerando
quinto, relativo al estudio. El
Ministro Cossío Díaz anunció
voto concurrente.
En relación con el punto
resolutivo tercero:

Se aprobó por unanimidad de


diez votos de los Ministros
Gutiérrez Ortiz Mena, Cossío
Díaz, Luna Ramos, Franco
González Salas, Zaldívar Lelo de
Larrea, Pardo Rebolledo, Silva
Meza, Sánchez Cordero de
García Villegas, Pérez Dayán y
presidente Aguilar Morales.
El Ministro presidente Aguilar
Morales declaró que el asunto
se resolvió en los términos
precisados.

En términos de lo previsto en
los artículos 3, fracción II, 13,
14 y 18 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la
Información Pública
Gubernamental, en esta
versión pública se suprime la
información considerada
legalmente como reservada o
confidencial que encuadra en
esos supuestos normativos.

Nota: Las tesis aislada y de


jurisprudencia P. I/2012 (10a.)
y P./J. 26/2001 citadas en esta
ejecutoria, aparecen
publicadas en el Semanario
Judicial de la Federación y su
Gaceta, Décima Época, Libro VI,
Tomo 1, marzo de 2012, página
9 y Novena Época, Tomo XIII,
abril de 2001, página 76,
respectivamente.
________________
1. Reverso de foja 2 del
expediente de contradicción de
tesis.
2. Fojas 7 a 9 del expediente de
contradicción de tesis.

3. Foja 29 del expediente de


contradicción de tesis.

4. Foja 51 del expediente de


contradicción de tesis.

5. Foja 79 del expediente de


contradicción de tesis.
6. Foja 97 del expediente de
contradicción de tesis.

7. Foja 128 del expediente de


contradicción de tesis.

8. Foja 133 del expediente de


contradicción de tesis.

9. Foja 140 del expediente de


contradicción de tesis.
10. Foja 142 del expediente de
contradicción de tesis.

11. Acuerdo de diecinueve de


junio de dos mil catorce, foja
153 del expediente de esta
contradicción de tesis.

12. "Artículo 170. El juicio de


amparo directo procede: I.
Contra sentencias definitivas,
laudos y resoluciones que
pongan fin al juicio, dictadas
por tribunales judiciales,
administrativos, agrarios o del
trabajo, ya sea que la violación
se cometa en ellos, o que
cometida durante el
procedimiento, afecte las
defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del
fallo. Se entenderá por
sentencias definitivas o laudos,
los que decidan el juicio en lo
principal; por resoluciones que
pongan fin al juicio, las que sin
decidirlo en lo principal lo den
por concluido. En materia
penal, las sentencias
absolutorias y los autos que se
refieran a la libertad del
imputado podrán ser
impugnadas por la víctima u
ofendido del delito en los casos
establecidos por el artículo 173
de esta ley. Para la procedencia
del juicio deberán agotarse
previamente los recursos
ordinarios que se establezcan
en la ley de la materia, por
virtud de los cuales aquellas
sentencias definitivas o laudos
y resoluciones puedan ser
modificados o revocados, salvo
el caso en que la ley permita la
renuncia de los recursos.
Cuando dentro del juicio surjan
cuestiones sobre
constitucionalidad de normas
generales que sean de
reparación posible por no
afectar derechos sustantivos ni
constituir violaciones
procesales relevantes, sólo
podrán hacerse valer en el
amparo directo que proceda
contra la resolución definitiva.
Para efectos de esta ley, el
juicio se inicia con la
presentación de la demanda y,
en materia penal, con el auto
de vinculación a proceso ante
el órgano jurisdiccional."

13. "Artículo 37. Con las


salvedades a que se refieren
los artículos 10 y 21 de esta ley,
son competentes los Tribunales
Colegiados de Circuito para
conocer: ... c) En materia civil o
mercantil, de sentencias o
resoluciones respecto de las
que no proceda el recurso de
apelación, de acuerdo a las
leyes que las rigen, o de
sentencias o resoluciones
dictadas en apelación en juicios
del orden común o federal, y"

14. "Artículo 107. Todas las


controversias de que habla el
artículo 103 se sujetarán a los
procedimientos y formas del
orden jurídico que determine
la ley, de acuerdo a las bases
siguientes: ...
"III. Cuando se reclamen actos
de tribunales judiciales,
administrativos o del trabajo, el
amparo sólo procederá en los
casos siguientes: a) Contra
sentencias definitivas o laudos
y resoluciones que pongan fin
al juicio, respecto de las cuales
no proceda ningún recurso
ordinario por el que puedan ser
modificados o reformados, ya
sea que la violación se cometa
en ellos o que, cometida
durante el procedimiento,
afecte a las defensas del
quejoso, trascendiendo al
resultado del fallo; siempre
que en materia civil haya sido
impugnada la violación en el
curso del procedimiento
mediante el recurso ordinario
establecido por la ley e
invocada como agravio en la
segunda instancia, si se
cometió en la primera. Estos
requisitos no serán exigibles en
el amparo contra sentencias
dictadas en controversias sobre
acciones del estado civil o que
afecten al orden y a la
estabilidad de la familia."

15. "Artículo 46. Para los


efectos del artículo 44, se
entenderán por sentencias
definitivas las que decidan el
juicio en lo principal, y respecto
de las cuales las leyes comunes
no concedan ningún recurso
ordinario por virtud del cual
puedan ser modificadas o
revocadas. También se
considerarán como sentencias
definitivas las dictadas en
primera instancia en asuntos
judiciales del orden civil,
cuando los interesados
hubieren renunciado
expresamente la interposición
de los recursos ordinarios que
procedan, si las leyes comunes
permiten la renuncia de
referencia. Para los efectos del
artículo 44, se entenderán por
resoluciones que ponen fin al
juicio, aquéllas que sin decidir
el juicio en lo principal, lo dan
por concluido, y respecto de las
cuales las leyes comunes no
concedan ningún recurso
ordinario por virtud del cual
puedan ser modificadas o
revocadas."

16. "Artículo 107. Las


controversias de que habla el
artículo 103 de esta
Constitución, con excepción de
aquellas en materia electoral,
se sujetarán a los
procedimientos que determine
la ley reglamentaria, de
acuerdo con las bases
siguientes: ... III. Cuando se
reclamen actos de tribunales
judiciales, administrativos o del
trabajo, el amparo sólo
procederá en los casos
siguientes:
"a) Contra sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio, ya sea que la violación se
cometa en ellos o que,
cometida durante el
procedimiento, afecte las
defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del
fallo. En relación con el amparo
al que se refiere este inciso y la
fracción V de este artículo, el
Tribunal Colegiado de Circuito
deberá decidir respecto de
todas las violaciones procesales
que se hicieron valer y aquéllas
que, cuando proceda, advierta
en suplencia de la queja, y
fijará los términos precisos en
que deberá pronunciarse la
nueva resolución. Si las
violaciones procesales no se
invocaron en un primer
amparo, ni el Tribunal
Colegiado correspondiente las
hizo valer de oficio en los casos
en que proceda la suplencia de
la queja, no podrán ser materia
de concepto de violación, ni de
estudio oficioso en juicio de
amparo posterior. La parte que
haya obtenido sentencia
favorable y la que tenga interés
jurídico en que subsista el acto
reclamado, podrá presentar
amparo en forma adhesiva al
que promueva cualquiera de
las partes que intervinieron en
el juicio del que emana el acto
reclamado. La ley determinará
la forma y términos en que
deberá promoverse. Para la
procedencia del juicio deberán
agotarse previamente los
recursos ordinarios que se
establezcan en la ley de la
materia, por virtud de los
cuales aquellas sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones puedan ser
modificados o revocados, salvo
el caso en que la ley permita la
renuncia de los recursos. Al
reclamarse la sentencia
definitiva, laudo o resolución
que ponga fin al juicio, deberán
hacerse valer las violaciones a
las leyes del procedimiento,
siempre y cuando el quejoso
las haya impugnado durante la
tramitación del juicio mediante
el recurso o medio de defensa
que, en su caso, señale la ley
ordinaria respectiva. Este
requisito no será exigible en
amparos contra actos que
afecten derechos de menores o
incapaces, al estado civil, o al
orden o estabilidad de la
familia, ni en los de naturaleza
penal promovidos por el
sentenciado."

17. Tesis P./J. 16/2003 de la


Novena Época, publicada en el
Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Tomo
XVIII, julio de 2003, página 10,
cuyos rubro y texto son:
"AMPARO DIRECTO. SI EL ACTO
QUE SE RECLAMA NO ES UNA
SENTENCIA DEFINITIVA, EL
TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO DEBERÁ DECLARARSE
INCOMPETENTE Y REMITIR LA
DEMANDA AL JUEZ DE
DISTRITO QUE CORRESPONDA.
De la interpretación
sistemática de los artículos 46,
47 y 158 de la Ley de Amparo,
se desprende la definición de
cuándo se está ante una
sentencia definitiva para los
efectos del juicio de amparo,
cuál es el órgano competente
para conocer de éste y cuál es
la determinación que debe
tomar cuando le es presentada
una demanda de la que no
puede conocer. Ahora bien,
con base en que los supuestos
de procedencia del juicio de
amparo y la competencia del
órgano jurisdiccional que debe
conocerlo están estrechamente
relacionados, de tal manera
que no es posible explicar la
procedencia sin aludir a la
competencia, cuando en una
demanda de amparo directo, el
acto reclamado se hace
consistir en una sentencia de
primer grado, debe analizarse,
en primer lugar, lo relativo a la
competencia del órgano
jurisdiccional y después lo
conducente a la procedencia
del juicio, toda vez que un
tribunal incompetente no está
facultado para decidir sobre la
procedencia del juicio de
garantías, ni siquiera por
economía procesal, de
conformidad con lo sostenido
por el Tribunal Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la
Nación en la tesis de
jurisprudencia P./J. 40/97, de
rubro: ‘DEMANDA DE AMPARO
INDIRECTO PROMOVIDA ANTE
UN TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO. ÉSTE, EN NINGÚN
CASO, DEBE DESECHARLA,
SINO DECLARAR SU
INCOMPETENCIA Y REMITIRLA
AL JUZGADO DE DISTRITO
CORRESPONDIENTE.’. Lo
anterior resulta congruente
con lo dispuesto en el tercer
párrafo del artículo 47 de la Ley
de Amparo, dado que no es
jurídicamente correcto que un
tribunal deseche la demanda
de amparo, cuando es el Juez
de Distrito el que debe conocer
y resolver lo relativo a la
procedencia del juicio de
garantías."

18. Tesis de jurisprudencia P./J.


40/97 de la Novena Época,
publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo V, junio de 1997,
página 6, cuyos rubro y texto
son: "DEMANDA DE AMPARO
INDIRECTO PROMOVIDA ANTE
UN TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO. ÉSTE, EN NINGÚN
CASO, DEBE DESECHARLA,
SINO DECLARAR SU
INCOMPETENCIA Y REMITIRLA
AL JUZGADO DE DISTRITO
CORRESPONDIENTE. Conforme
a lo dispuesto en los artículos
158 de la Ley de Amparo y 37,
fracción I, de la Ley Orgánica
del Poder Judicial de la
Federación, los Tribunales
Colegiados de Circuito
conocerán del juicio de amparo
directo en los términos de lo
señalado en el artículo 107,
fracciones V y VI, de la
Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos,
respecto de sentencias
definitivas o resoluciones que
pongan fin al juicio,
entendiéndose, en términos
del artículo 46 de la ley de la
materia, por sentencias
definitivas, las que decidan el
juicio en lo principal, y por
resoluciones que ponen fin al
juicio, aquellas que sin decidir
el juicio en lo principal lo dan
por concluido y respecto de las
cuales las leyes comunes no
concedan ningún medio de
defensa ordinario por virtud
del cual puedan ser
modificadas o revocadas. Por
tanto, ante la presentación de
una demanda de amparo de la
que deba conocer un Juez de
Distrito, el Tribunal Colegiado
deberá ajustar su actuación a
lo previsto por el artículo 47,
tercer párrafo, de la referida
ley reglamentaria, declarando
su incompetencia de plano y
remitiendo la demanda de
cuenta, con sus anexos, al
Juzgado de Distrito
correspondiente, no pudiendo,
en consecuencia, ni siquiera
por economía procesal,
desechar la demanda por
estimar que ésta es
improcedente, habida cuenta
de que las cuestiones de
procedencia o improcedencia
del juicio de amparo
corresponde decidirlas
únicamente al tribunal
competente. Además, si bien
es cierto que compete al
Tribunal Colegiado conocer del
amparo indirecto en grado de
revisión, según se advierte de
los artículos 83, 84 y 85 de la
ley en cita, también lo es que
su competencia no es absoluta,
pues sólo opera cuando se
plantean cuestiones de
legalidad, dado que si se
controvierten aspectos de
constitucionalidad, el
conocimiento del recurso
compete a la Suprema Corte,
de modo que con la alteración
de la competencia que
implicaría esa facultad para
desechar de plano la demanda
de amparo indirecto, el
Tribunal Colegiado estaría
decidiendo la competencia del
máximo tribunal en segunda
instancia."

19. Publicada en el Semanario


Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo XXXII, agosto de
2010, página 7, Novena Época.
20. En los términos que prevé
el artículo 88 del Código
Federal de Procedimientos
Civiles de aplicación supletoria
en materia de amparo.

21. Tesis de jurisprudencia P./J.


17/2003, de la Novena Época,
publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo XVIII, julio de
2003, página 15, cuyos rubro y
texto son: "DEFINITIVIDAD EN
AMPARO DIRECTO. ESTE
PRINCIPIO EXIGE PARA LA
PROCEDENCIA DEL JUICIO, QUE
SE AGOTEN PREVIAMENTE LOS
RECURSOS ORDINARIOS
PROCEDENTES EN CONTRA DE
LA SENTENCIA O DE LA
RESOLUCIÓN QUE PONE FIN AL
JUICIO. Los artículos 46 y 158
de la Ley de Amparo
establecen, respectivamente,
que se está ante una sentencia
definitiva para los efectos de la
procedencia del juicio de
amparo directo, cuando decide
el juicio en lo principal y
respecto de ella las leyes
comunes no conceden recurso
ordinario alguno, por virtud del
cual pueda ser modificada o
revocada; asimismo, se
considerará como tal, la
dictada en primera instancia en
asuntos judiciales del orden
civil, cuando los interesados
hubieren renunciado
expresamente a la
interposición de los recursos
ordinarios que procedan, si la
ley se los permite; al igual que
la resolución que pone fin al
juicio, es decir, la que sin
decidirlo en lo principal, lo da
por concluido y respecto de la
cual las leyes no conceden
recurso ordinario alguno; y que
el órgano jurisdiccional
competente para conocer del
juicio de amparo contra ese
tipo de sentencias es el
Tribunal Colegiado de Circuito
que corresponda. Ahora bien,
si una resolución que pone fin
al juicio o una sentencia son
legalmente recurribles, pero el
interesado no agota el recurso
previsto en la ley y deja
transcurrir el término para ello,
aunque la sentencia o la
resolución ya no puedan ser
legalmente modificadas, no por
ello deben tenerse como
definitivas para los efectos del
juicio de amparo directo, pues
la situación de facto,
consistente en haber dejado
transcurrir el término de
impugnación, no puede hacerlo
procedente, toda vez que ello
implicaría soslayar
unilateralmente la carga legal
de agotar los recursos que la
ley prevé, lo que se traduciría
en violación al principio de
definitividad.
"Contradicción de tesis
15/2002-PL. Entre las
sustentadas por el Décimo
Tercer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer
Circuito y el Tercer Tribunal
Colegiado del Décimo Sexto
Circuito. 17 de junio de 2003.
Unanimidad de diez votos.
Ausente: José de Jesús Gudiño
Pelayo. Ponente: Juan N. Silva
Meza. Secretario: Pedro Arroyo
Soto."

22. Lo resaltado es obra de


este Tribunal Pleno.

23. "Artículo 61. El juicio de


amparo es improcedente: ...
XVIII. Contra las resoluciones
de tribunales judiciales,
administrativos o del trabajo,
respecto de las cuales conceda
la ley ordinaria algún recurso o
medio de defensa, dentro del
procedimiento, por virtud del
cual puedan ser modificadas,
revocadas o nulificadas. Se
exceptúa de lo anterior: a)
Cuando sean actos que
importen peligro de privación
de la vida, ataques a la libertad
personal fuera de
procedimiento,
incomunicación, deportación o
expulsión, proscripción o
destierro, extradición,
desaparición forzada de
personas o alguno de los
prohibidos por el artículo 22 de
la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, así
como la incorporación forzosa
al Ejército, Armada o Fuerza
Aérea nacionales; b) Cuando el
acto reclamado consista en
órdenes de aprehensión o
reaprehensión, autos de
vinculación a proceso,
resolución que niegue la
libertad bajo caución o que
establezca los requisitos para
su disfrute, resolución que
decida sobre el incidente de
desvanecimiento de datos,
orden de arresto o cualquier
otro que afecte la libertad
personal del quejoso, siempre
que no se trate de sentencia
definitiva en el proceso penal;
c) Cuando se trate de persona
extraña al procedimiento.
Cuando la procedencia del
recurso o medio de defensa se
sujete a interpretación
adicional o su fundamento
legal sea insuficiente para
determinarla, el quejoso
quedará en libertad de
interponer dicho recurso o
acudir al juicio de amparo."

24. Es ilustrativa de lo anterior,


la tesis de jurisprudencia P./J.
21/2009, Novena Época,
publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo XXIX, abril de
2009, página 5, cuyos rubro y
texto son: "COMPETENCIA POR
RAZÓN DE MATERIA. SI EL JUEZ
DE DISTRITO QUE CARECE DE
ELLA RESUELVE UN JUICIO DE
AMPARO, TAL SITUACIÓN
CONSTITUYE UNA VIOLACIÓN A
LAS REGLAS FUNDAMENTALES
QUE NORMAN EL
PROCEDIMIENTO RESPECTIVO.
La competencia de la autoridad
es una garantía de legalidad y
de seguridad jurídica derivada
del primer párrafo del artículo
16 de la Constitución Política
de los Estados Unidos
Mexicanos y, por tanto, es una
cuestión de orden público, lo
que aplicado al derecho
procesal se traduce en la suma
de facultades que la ley otorga
al juzgador para ejercer su
jurisdicción en determinado
tipo de litigios, cuya
inobservancia conduce a
declarar inválido lo resuelto
por el Juez incompetente. Por
otra parte, de la interpretación
sistemática de los artículos
107, fracción V y 94, párrafo
sexto, constitucionales, se
infiere que la competencia
especializada por razón de
materia de los Juzgados de
Distrito está elevada a rango
constitucional. En congruencia
con lo anterior, se concluye
que aquella competencia es un
presupuesto de validez del
proceso cuya infracción por los
citados órganos jurisdiccionales
al resolver un juicio de amparo
sin tener competencia por
razón de materia, se traduce
en el desconocimiento de la
voluntad del Constituyente y,
por ende, de la del legislador
que la desarrolla, lo que
ocasiona que se violen las
reglas fundamentales que
norman el procedimiento en el
juicio de amparo en perjuicio
de las partes, porque se les
sujeta a la determinación
proveniente de una autoridad
que prorroga indebidamente
su competencia y resuelve un
juicio específico sin tener
facultades para ello, afectando
directamente los derechos
sustantivos de aquéllas."

25. Devis Echandía, Hernando.


Teoría General del Proceso.
Editorial Universidad, 2a.
Edición, Buenos Aires, 2002,
página 141.

26. Al respecto, el autor citado


expone: "se trata de supuestos
previos al juicio, requisitos sin
los cuales el proceso no puede
existir o tener validez formal, y
deben, por ello, concurrir en el
momento de formularse la
demanda, a fin de que el Juez
pueda admitirla e iniciar el
proceso; o de requisitos para
que el procedimiento pueda
ser adelantado normalmente
una vez que es iniciado.". Devis
Echandía, Hernando. Nociones
Generales de Derecho Procesal
Civil. Editorial Temis S.A., 2a.
Edición, Bogotá, 2009, página
373.

27. Al respecto precisa Devis


Echandía: "creemos que lo
técnico es distinguir los
presupuestos procesales así: 1)
presupuestos procesales
previos al juicio, que se
subdividen en dos grupos: a)
presupuestos procesales de la
acción, que miran al ejercicio
válido del derecho subjetivo de
acción por el demandante, y b)
presupuestos procesales de la
demanda, que deben reunirse
antes de admitir el Juez la
demanda; 2) presupuestos
procesales del procedimiento,
que atañen al válido
desenvolvimiento del proceso,
hasta culminar con la
sentencia, cualquiera que sea
el contenido de esta."
Devis Echandía, Hernando.
Nociones Generales de
Derecho Procesal Civil. Editorial
Temis S.A., 2a. Edición, Bogotá,
2009, páginas 375 y 376.

28. El mismo procesalista


citado dice al respecto: "La vía
procesal adecuada, que
significa seguir el juicio por el
procedimiento especial u
ordinario que la ley disponga
para el caso, no es presupuesto
material; pero si el juicio se
adelanta por la que no
corresponde, el Juez tiene que
dictar sentencia inhibitoria y no
sentencia de mérito. Es en
realidad un presupuesto
procesal, pero sus
consecuencias son similares a
las de los presupuestos de la
sentencia de mérito." Devis
Echandía, Hernando. Nociones
Generales de Derecho Procesal
Civil. Editorial Temis S.A., 2a.
Edición, Bogotá, 2009, página
382.

29. Es ilustrativo de lo anterior,


en lo conducente, la tesis de
jurisprudencia 1a./J. 56/2009,
de la Novena Época, publicada
en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Tomo
XXX, noviembre de 2009,
página 347, cuyos rubro y texto
son: "PROCEDENCIA DE LA VÍA.
ES UN PRESUPUESTO
PROCESAL QUE EL TRIBUNAL
SUPERIOR PUEDE ANALIZAR DE
OFICIO EN EL RECURSO DE
APELACIÓN MERCANTIL.
Conforme a los artículos 1,336
y 1,337 del Código de Comercio
y 231 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, el
recurso de apelación tiene por
objeto confirmar, revocar o
modificar la resolución de
primera instancia impugnada
en los puntos relativos a los
agravios vertidos en la
apelación o en la adhesión a
ésta. Ahora bien, la vía, que es
la manera de proceder en un
juicio siguiendo determinados
trámites, constituye un
presupuesto procesal de orden
público porque es una
condición necesaria para la
regularidad del desarrollo del
proceso, y es insubsanable ya
que sin ella no puede dictarse
válidamente sentencia de
fondo sobre la pretensión
litigiosa. En ese sentido y
tomando en cuenta que en
virtud de la apelación se
devuelve al tribunal superior la
plenitud de su jurisdicción y
éste se encuentra frente a las
pretensiones de las partes en la
misma posición que el inferior,
es decir, que le corresponden
iguales derechos y deberes, se
concluye que, al igual que el
juzgador de primer grado, en el
recurso de apelación mercantil
el tribunal superior puede
analizar de oficio la
procedencia de la vía, pues el
hecho de que tenga que
ceñirse a la materia del medio
de impugnación no es
obstáculo para que
oficiosamente pueda estimar
circunstancias impeditivas o
extintivas que operan ipso iure
(como la procedencia de la vía)
y que podía haber analizado el
Juez de primera instancia;
máxime que la resolución de
segundo grado que de oficio
declara improcedente la vía no
implica violación a los
indicados numerales, en tanto
que no se pronuncia sobre la
materia de la apelación ni
decide en el fondo sobre la
procedencia o fortuna de la
pretensión, y mucho menos
que deba ser favorable a esa
pretensión, pues estas dos
circunstancias dependen de
otra clase de presupuestos: los
materiales o sustanciales."

30. "Artículo 107. Las


controversias de que habla el
artículo 103 de esta
Constitución, con excepción de
aquellas en materia electoral,
se sujetarán a los
procedimientos que determine
la ley reglamentaria, de
acuerdo con las bases
siguientes: ... III. Cuando se
reclamen actos de tribunales
judiciales, administrativos o del
trabajo, el amparo sólo
procederá en los casos
siguientes:
"a) Contra sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio, ya sea que la violación se
cometa en ellos o que,
cometida durante el
procedimiento, afecte las
defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del
fallo. En relación con el amparo
al que se refiere este inciso y la
fracción V de este artículo, el
Tribunal Colegiado de Circuito
deberá decidir respecto de
todas las violaciones procesales
que se hicieron valer y aquéllas
que, cuando proceda, advierta
en suplencia de la queja, y
fijará los términos precisos en
que deberá pronunciarse la
nueva resolución. Si las
violaciones procesales no se
invocaron en un primer
amparo, ni el Tribunal
Colegiado correspondiente las
hizo valer de oficio en los casos
en que proceda la suplencia de
la queja, no podrán ser materia
de concepto de violación, ni de
estudio oficioso en juicio de
amparo posterior. La parte que
haya obtenido sentencia
favorable y la que tenga interés
jurídico en que subsista el acto
reclamado, podrá presentar
amparo en forma adhesiva al
que promueva cualquiera de
las partes que intervinieron en
el juicio del que emana el acto
reclamado. La ley determinará
la forma y términos en que
deberá promoverse. Para la
procedencia del juicio deberán
agotarse previamente los
recursos ordinarios que se
establezcan en la ley de la
materia, por virtud de los
cuales aquellas sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones puedan ser
modificados o revocados, salvo
el caso en que la ley permita la
renuncia de los recursos. Al
reclamarse la sentencia
definitiva, laudo o resolución
que ponga fin al juicio, deberán
hacerse valer las violaciones a
las leyes del procedimiento,
siempre y cuando el quejoso
las haya impugnado durante la
tramitación del juicio mediante
el recurso o medio de defensa
que, en su caso, señale la ley
ordinaria respectiva. Este
requisito no será exigible en
amparos contra actos que
afecten derechos de menores o
incapaces, al estado civil, o al
orden o estabilidad de la
familia, ni en los de naturaleza
penal promovidos por el
sentenciado; b) Contra actos en
juicio cuya ejecución sea de
imposible reparación, fuera de
juicio o después de concluido,
una vez agotados los recursos
que en su caso procedan, y c)
Contra actos que afecten a
personas extrañas al juicio."
31. "Artículo 170. El juicio de
amparo directo procede: I.
Contra sentencias definitivas,
laudos y resoluciones que
pongan fin al juicio, dictadas
por tribunales judiciales,
administrativos, agrarios o del
trabajo, ya sea que la violación
se cometa en ellos, o que
cometida durante el
procedimiento, afecte las
defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del
fallo. Se entenderá por
sentencias definitivas o laudos,
los que decidan el juicio en lo
principal; por resoluciones que
pongan fin al juicio, las que sin
decidirlo en lo principal lo den
por concluido. En materia
penal, las sentencias
absolutorias y los autos que se
refieran a la libertad del
imputado podrán ser
impugnadas por la víctima u
ofendido del delito en los casos
establecidos por el artículo 173
de esta ley. Para la procedencia
del juicio deberán agotarse
previamente los recursos
ordinarios que se establezcan
en la ley de la materia, por
virtud de los cuales aquellas
sentencias definitivas o laudos
y resoluciones puedan ser
modificados o revocados, salvo
el caso en que la ley permita la
renuncia de los recursos.
Cuando dentro del juicio surjan
cuestiones sobre
constitucionalidad de normas
generales que sean de
reparación posible por no
afectar derechos sustantivos ni
constituir violaciones
procesales relevantes, sólo
podrán hacerse valer en el
amparo directo que proceda
contra la resolución definitiva.
Para efectos de esta ley, el
juicio se inicia con la
presentación de la demanda y,
en materia penal, con el auto
de vinculación a proceso ante
el órgano jurisdiccional; II.
Contra sentencias definitivas y
resoluciones que pongan fin al
juicio dictadas por tribunales
de lo contencioso
administrativo cuando éstas
sean favorables al quejoso,
para el único efecto de hacer
valer conceptos de violación en
contra de las normas generales
aplicadas. En estos casos, el
juicio se tramitará únicamente
si la autoridad interpone y se
admite el recurso de revisión
en materia contencioso
administrativa previsto por el
artículo 104 de la Constitución
Política de los Estados Unidos
Mexicanos. El Tribunal
Colegiado de Circuito resolverá
primero lo relativo al recurso
de revisión contencioso
administrativa, y únicamente
en el caso de que éste sea
considerado procedente y
fundado, se avocará al estudio
de las cuestiones de
constitucionalidad planteadas
en el juicio de amparo."

32. "Artículo 107. Las


controversias de que habla el
artículo 103 de esta
Constitución, con excepción de
aquellas en materia electoral,
se sujetarán a los
procedimientos que determine
la ley reglamentaria, de
acuerdo con las bases
siguientes: ...
"V. El amparo contra
sentencias definitivas, laudos o
resoluciones que pongan fin al
juicio se promoverá ante el
Tribunal Colegiado de Circuito
competente de conformidad
con la ley, en los casos
siguientes: ... VI. En los casos a
que se refiere la fracción
anterior, la ley reglamentaria
señalará el procedimiento y los
términos a que deberán
someterse los Tribunales
Colegiados de Circuito y, en su
caso, la Suprema Corte de
Justicia de la Nación para dictar
sus resoluciones."

33. "Artículo 2o. El juicio de


amparo se tramitará en vía
directa o indirecta. Se
sustanciará y resolverá de
acuerdo con las formas y
procedimientos que establece
esta ley. A falta de disposición
expresa se aplicará en forma
supletoria el Código Federal de
Procedimientos Civiles y, en su
defecto, los principios
generales del derecho."
"Artículo 170. El juicio de
amparo directo procede: I.
Contra sentencias definitivas,
laudos y resoluciones que
pongan fin al juicio, dictadas
por tribunales judiciales,
administrativos, agrarios o del
trabajo, ya sea que la violación
se cometa en ellos, o que
cometida durante el
procedimiento, afecte las
defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del
fallo. Se entenderá por
sentencias definitivas o laudos,
los que decidan el juicio en lo
principal; por resoluciones que
pongan fin al juicio, las que sin
decidirlo en lo principal lo den
por concluido. En materia
penal, las sentencias
absolutorias y los autos que se
refieran a la libertad del
imputado podrán ser
impugnadas por la víctima u
ofendido del delito en los casos
establecidos por el artículo 173
de esta ley. Para la procedencia
del juicio deberán agotarse
previamente los recursos
ordinarios que se establezcan
en la ley de la materia, por
virtud de los cuales aquellas
sentencias definitivas o laudos
y resoluciones puedan ser
modificados o revocados, salvo
el caso en que la ley permita la
renuncia de los recursos.
Cuando dentro del juicio surjan
cuestiones sobre
constitucionalidad de normas
generales que sean de
reparación posible por no
afectar derechos sustantivos ni
constituir violaciones
procesales relevantes, sólo
podrán hacerse valer en el
amparo directo que proceda
contra la resolución definitiva.
Para efectos de esta ley, el
juicio se inicia con la
presentación de la demanda y,
en materia penal, con el auto
de vinculación a proceso ante
el órgano jurisdiccional; II.
Contra sentencias definitivas y
resoluciones que pongan fin al
juicio dictadas por tribunales
de lo contencioso
administrativo cuando éstas
sean favorables al quejoso,
para el único efecto de hacer
valer conceptos de violación en
contra de las normas generales
aplicadas. En estos casos, el
juicio se tramitará únicamente
si la autoridad interpone y se
admite el recurso de revisión
en materia contencioso
administrativa previsto por el
artículo 104 de la Constitución
Política de los Estados Unidos
Mexicanos. El Tribunal
Colegiado de Circuito resolverá
primero lo relativo al recurso
de revisión contencioso
administrativa, y únicamente
en el caso de que éste sea
considerado procedente y
fundado, se avocará al estudio
de las cuestiones de
constitucionalidad planteadas
en el juicio de amparo."
34. "Artículo 107. Las
controversias de que habla el
artículo 103 de esta
Constitución, con excepción de
aquellas en materia electoral,
se sujetarán a los
procedimientos que determine
la ley reglamentaria, de
acuerdo con las bases
siguientes: ... V. El amparo
contra sentencias definitivas,
laudos o resoluciones que
pongan fin al juicio se
promoverá ante el Tribunal
Colegiado de Circuito
competente de conformidad
con la ley, en los casos
siguientes ..."

35. "Artículo 34. Los Tribunales


Colegiados de Circuito son
competentes para conocer del
juicio de amparo directo. La
competencia de los tribunales
se fija de acuerdo con la
residencia de la autoridad que
haya dictado el acto reclamado
y, en su caso, atendiendo a la
especialización por materia. En
materia agraria y en los juicios
en contra de tribunales
federales de lo contencioso
administrativo, es competente
el Tribunal Colegiado de
Circuito que tenga jurisdicción
en donde el acto reclamado
deba tener ejecución, trate de
ejecutarse, se esté ejecutando
o se haya ejecutado; si el acto
reclamado puede tener
ejecución en más de un circuito
o ha comenzado a ejecutarse
en uno de ellos y sigue
ejecutándose en otro, es
competente el Tribunal
Colegiado de Circuito que
primero hubiere recibido la
demanda; en su defecto, aquél
que dicte acuerdo sobre la
misma."
"Artículo 45. Cuando se reciba
en un Tribunal Colegiado de
Circuito una demanda que
deba tramitarse en vía
indirecta, declarará de plano
carecer de competencia y la
remitirá con sus anexos al
órgano que estime
competente. Si se trata de un
órgano de su mismo circuito,
éste conocerá del asunto sin
que pueda objetar su
competencia, salvo en el caso
previsto en el artículo 49 de
esta ley; si el órgano designado
no pertenece al mismo circuito,
únicamente podrá plantear la
competencia por razón del
territorio o especialidad, en
términos del artículo 48 de esta
ley."
36. Al analizar la competencia
no debe perderse de vista que,
si bien la satisfacción de la
procedencia de la vía de
tramitación directa del
amparo, excluye la posibilidad
de la incompetencia por lo que
atañe a la materia de amparo;
también deben analizarse los
diversos criterios sobre
competencia que responden a
los criterios de territorio y por
materia de especialización,
acorde con el artículo 34 de la
Ley de Amparo.
37. Que los Tribunales
Colegiados de Circuito son
competentes para conocer de
las demandas de amparo
promovidas en contra de
sentencias que decidan el juicio
de origen en lo principal, aun
cuando no se hubiere agotado
el medio ordinario de defensa
previsto en la ley como
procedente en su contra.
38. Este precepto, interpretado
conforme con la normatividad
sobre la procedencia de
tramitación del amparo en la
vía directa, o sea atendiendo
que los artículos 107, fracción
VI, de la Constitución General,
2o., y 170, fracción I, párrafos
primero y segundo, de la Ley
de Amparo, revelan que la vía
directa de tramitación del
juicio de amparo es procedente
contra sentencias definitivas,
laudos y resoluciones que
pongan fin al juicio, en el
entendido de que se debe
entender por sentencias
definitivas o laudos, las que
decidan el juicio en lo principal.

39. "Artículo 107. Las


controversias de que habla el
artículo 103 de esta
Constitución, con excepción de
aquellas en materia electoral,
se sujetarán a los
procedimientos que determine
la ley reglamentaria, de
acuerdo con las bases
siguientes: ... III. Cuando se
reclamen actos de tribunales
judiciales, administrativos o del
trabajo, el amparo sólo
procederá en los casos
siguientes:
"a) Contra sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio, ya sea que la violación se
cometa en ellos o que,
cometida durante el
procedimiento, afecte las
defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del
fallo. En relación con el amparo
al que se refiere este inciso y la
fracción V de este artículo, el
Tribunal Colegiado de Circuito
deberá decidir respecto de
todas las violaciones procesales
que se hicieron valer y aquéllas
que, cuando proceda, advierta
en suplencia de la queja, y
fijará los términos precisos en
que deberá pronunciarse la
nueva resolución. Si las
violaciones procesales no se
invocaron en un primer
amparo, ni el Tribunal
Colegiado correspondiente las
hizo valer de oficio en los casos
en que proceda la suplencia de
la queja, no podrán ser materia
de concepto de violación, ni de
estudio oficioso en juicio de
amparo posterior. La parte que
haya obtenido sentencia
favorable y la que tenga interés
jurídico en que subsista el acto
reclamado, podrá presentar
amparo en forma adhesiva al
que promueva cualquiera de
las partes que intervinieron en
el juicio del que emana el acto
reclamado. La ley determinará
la forma y términos en que
deberá promoverse. Para la
procedencia del juicio deberán
agotarse previamente los
recursos ordinarios que se
establezcan en la ley de la
materia, por virtud de los
cuales aquellas sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones puedan ser
modificados o revocados, salvo
el caso en que la ley permita la
renuncia de los recursos. Al
reclamarse la sentencia
definitiva, laudo o resolución
que ponga fin al juicio, deberán
hacerse valer las violaciones a
las leyes del procedimiento,
siempre y cuando el quejoso
las haya impugnado durante la
tramitación del juicio mediante
el recurso o medio de defensa
que, en su caso, señale la ley
ordinaria respectiva. Este
requisito no será exigible en
amparos contra actos que
afecten derechos de menores o
incapaces, al estado civil, o al
orden o estabilidad de la
familia, ni en los de naturaleza
penal promovidos por el
sentenciado; b) Contra actos en
juicio cuya ejecución sea de
imposible reparación, fuera de
juicio o después de concluido,
una vez agotados los recursos
que en su caso procedan, y c)
Contra actos que afecten a
personas extrañas al juicio."

40. "Artículo 170. El juicio de


amparo directo procede: I.
Contra sentencias definitivas,
laudos y resoluciones que
pongan fin al juicio, dictadas
por tribunales judiciales,
administrativos, agrarios o del
trabajo, ya sea que la violación
se cometa en ellos, o que
cometida durante el
procedimiento, afecte las
defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del
fallo. Se entenderá por
sentencias definitivas o laudos,
los que decidan el juicio en lo
principal; por resoluciones que
pongan fin al juicio, las que sin
decidirlo en lo principal lo den
por concluido. En materia
penal, las sentencias
absolutorias y los autos que se
refieran a la libertad del
imputado podrán ser
impugnadas por la víctima u
ofendido del delito en los casos
establecidos por el artículo 173
de esta ley. Para la procedencia
del juicio deberán agotarse
previamente los recursos
ordinarios que se establezcan
en la ley de la materia, por
virtud de los cuales aquellas
sentencias definitivas o laudos
y resoluciones puedan ser
modificados o revocados, salvo
el caso en que la ley permita la
renuncia de los recursos.
Cuando dentro del juicio surjan
cuestiones sobre
constitucionalidad de normas
generales que sean de
reparación posible por no
afectar derechos sustantivos ni
constituir violaciones
procesales relevantes, sólo
podrán hacerse valer en el
amparo directo que proceda
contra la resolución definitiva.
Para efectos de esta ley, el
juicio se inicia con la
presentación de la demanda y,
en materia penal, con el auto
de vinculación a proceso ante
el órgano jurisdiccional; II.
Contra sentencias definitivas y
resoluciones que pongan fin al
juicio dictadas por tribunales
de lo contencioso
administrativo cuando éstas
sean favorables al quejoso,
para el único efecto de hacer
valer conceptos de violación en
contra de las normas generales
aplicadas. En estos casos, el
juicio se tramitará únicamente
si la autoridad interpone y se
admite el recurso de revisión
en materia contencioso
administrativa previsto por el
artículo 104 de la Constitución
Política de los Estados Unidos
Mexicanos. El Tribunal
Colegiado de Circuito resolverá
primero lo relativo al recurso
de revisión contencioso
administrativa, y únicamente
en el caso de que éste sea
considerado procedente y
fundado, se avocará al estudio
de las cuestiones de
constitucionalidad planteadas
en el juicio de amparo."

41. "Artículo 61. El juicio de


amparo es improcedente: ...
XVIII. Contra las resoluciones
de tribunales judiciales,
administrativos o del trabajo,
respecto de las cuales conceda
la ley ordinaria algún recurso o
medio de defensa, dentro del
procedimiento, por virtud del
cual puedan ser modificadas,
revocadas o nulificadas. Se
exceptúa de lo anterior: a)
Cuando sean actos que
importen peligro de privación
de la vida, ataques a la libertad
personal fuera de
procedimiento,
incomunicación, deportación o
expulsión, proscripción o
destierro, extradición,
desaparición forzada de
personas o alguno de los
prohibidos por el artículo 22 de
la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, así
como la incorporación forzosa
al Ejército, Armada o Fuerza
Aérea nacionales; b) Cuando el
acto reclamado consista en
órdenes de aprehensión o
reaprehensión, autos de
vinculación a proceso,
resolución que niegue la
libertad bajo caución o que
establezca los requisitos para
su disfrute, resolución que
decida sobre el incidente de
desvanecimiento de datos,
orden de arresto o cualquier
otro que afecte la libertad
personal del quejoso, siempre
que no se trate de sentencia
definitiva en el proceso penal;
c) Cuando se trate de persona
extraña al procedimiento.
Cuando la procedencia del
recurso o medio de defensa se
sujete a interpretación
adicional o su fundamento
legal sea insuficiente para
determinarla, el quejoso
quedará en libertad de
interponer dicho recurso o
acudir al juicio de amparo."

42. Esta tesis, al derivar de la


misma contradicción de tesis
de la que surgió la P./J.
16/2003, cuya aplicabilidad fue
señalada como parte de la
materia del presente asunto, se
estima conveniente incluirla en
el estudio y en la resolución
dado que su contenido es
sustancialmente coincidente
con el de la P./J. 16/2003, por
lo que de no considerarse,
podría propiciarse que
subsistiera un ambiente de
inseguridad jurídica contrario a
la finalidad de las
contradicciones de tesis.

43. "Artículo 107. Todas las


controversias de que habla el
artículo 103 se sujetarán a los
procedimientos y formas del
orden jurídico que determine
la ley, de acuerdo a las bases
siguientes: III. Cuando se
reclamen actos de tribunales
judiciales, administrativos o del
trabajo, el amparo sólo
procederá en los casos
siguientes: a) Contra sentencias
definitivas o laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio, respecto de las cuales no
proceda ningún recurso
ordinario por el que puedan ser
modificados o reformados, ya
sea que la violación se cometa
en ellos o que, cometida
durante el procedimiento,
afecte a las defensas del
quejoso, trascendiendo al
resultado del fallo; siempre
que en materia civil haya sido
impugnada la violación en el
curso del procedimiento
mediante el recurso ordinario
establecido por la ley e
invocada como agravio en la
segunda instancia, si se
cometió en la primera. Estos
requisitos no serán exigibles en
el amparo contra sentencias
dictadas en controversias sobre
acciones del estado civil o que
afecten al orden y a la
estabilidad de la familia; b)
Contra actos en juicio cuya
ejecución sea de imposible
reparación, fuera de juicio o
después de concluido, una vez
agotados los recursos que en
su caso procedan, y c) Contra
actos que afecten a personas
extrañas al juicio."

44. "Artículo 158. El juicio de


amparo directo es competencia
del Tribunal Colegiado de
Circuito que corresponda, en
los términos establecidos por
las fracciones V y VI del artículo
107 constitucional, y procede
contra sentencias definitivas o
laudos y resoluciones que
pongan fin al juicio, dictados
por tribunales judiciales,
administrativos o del trabajo,
respecto de los cuales no
proceda ningún recurso
ordinario por el que puedan ser
modificados o revocados, ya
sea que la violación se cometa
en ellos o que, cometida
durante el procedimiento,
afecte a las defensas del
quejoso, trascendiendo al
resultado del fallo, y por
violaciones de garantías
cometidas en las propias
sentencias, laudos o
resoluciones indicados. Para los
efectos de este artículo, sólo
será procedente el juicio de
amparo directo contra
sentencias definitivas o laudos
y resoluciones que pongan fin
al juicio, dictados por
tribunales civiles,
administrativos o del trabajo,
cuando sean contrarios a la
letra de la ley aplicable al caso,
a su interpretación jurídica o a
los principios generales de
derecho a falta de ley aplicable,
cuando comprendan acciones,
excepciones o cosas que no
hayan sido objeto del juicio, o
cuando no las comprendan
todas, por omisión o negación
expresa. Cuando dentro del
juicio surjan cuestiones, que no
sean de imposible reparación,
sobre constitucionalidad de
leyes, tratados internacionales
o reglamentos, sólo podrán
hacerse valer en el amparo
directo que proceda en contra
de la sentencia definitiva, laudo
o resolución que ponga fin al
juicio."

45. "Artículo 46. Para los


efectos del artículo 44, se
entenderán por sentencias
definitivas las que decidan el
juicio en lo principal, y respecto
de las cuales las leyes comunes
no concedan ningún recurso
ordinario por virtud del cual
puedan ser modificadas o
revocadas. También se
considerarán como sentencias
definitivas las dictadas en
primera instancia en asuntos
judiciales del orden civil,
cuando los interesados
hubieren renunciado
expresamente la interposición
de los recursos ordinarios que
procedan, si las leyes comunes
permiten la renuncia de
referencia. Para los efectos del
artículo 44, se entenderán por
resoluciones que ponen fin al
juicio, aquéllas que sin decidir
el juicio en lo principal, lo dan
por concluido, y respecto de las
cuales las leyes comunes no
concedan ningún recurso
ordinario por virtud del cual
puedan ser modificadas o
revocadas."

46. Ello, respecto del artículo


44 de la misma Ley de Amparo
abrogada, que decía: "Artículo
44. El amparo contra
sentencias definitivas o laudos,
sea que la violación se cometa
durante el procedimiento o en
la sentencia misma, o contra
resoluciones que pongan fin al
juicio, se promoverá por
conducto de la autoridad
responsable, la que procederá
en los términos señalados en
los artículos 167, 168 y 169 de
esta ley."

47. Tesis de la Novena Época,


publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo V, junio de 1997,
página 6. Contradicción de tesis
21/96. Entre las sustentadas
por el Quinto Tribunal
Colegiado y los Tribunales
Colegiados Cuarto y Séptimo,
todos en Materia Civil del
Primer Circuito. 6 de mayo de
1997. Unanimidad de nueve
votos. Ausentes: Mariano
Azuela Güitrón y Olga María
Sánchez Cordero. Ponente:
Juan Díaz Romero. Secretario:
Jacinto Figueroa Salmorán. El
Tribunal Pleno, en su sesión
privada celebrada el veintiséis
de mayo en curso, aprobó, esa
tesis jurisprudencial. Además,
por ejecutoria del diecisiete de
mayo de dos mil doce, el Pleno
declaró infundada la solicitud
de modificación de
jurisprudencia 2/2011 derivada
de la solicitud de la que fue
objeto el criterio contenido en
esta tesis, toda vez que estimó
innecesario modificar la
presente tesis jurisprudencial
al tenor de las razones
expuestas en la solicitud
respectiva.

48. Tesis de la Novena Época,


publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo XVIII, julio de
2003, página 10. Derivada de la
contradicción de tesis 15/2002-
PL. Entre las sustentadas por el
Décimo Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito y el Tercer
Tribunal Colegiado del Décimo
Sexto Circuito. 17 de junio de
2003. Unanimidad de diez
votos. Ausente: José de Jesús
Gudiño Pelayo. Ponente: Juan
N. Silva Meza. Secretario:
Pedro Arroyo Soto.-El Tribunal
Pleno, en su sesión privada
celebrada el veintitrés de junio
de dos mil tres, aprobó esa
tesis jurisprudencial.

49. Esta tesis, al derivar de la


misma contradicción de tesis
de la que surgió la P./J.
16/2003, cuya aplicabilidad fue
señalada como parte de la
materia del presente asunto, se
estima conveniente incluirla en
el estudio y en la resolución
dado que su contenido es
sustancialmente coincidente
con el de la P./J. 16/2003, por
lo que de no considerarse,
podría propiciar que subsistiera
un ambiente de inseguridad
jurídica contrario a la finalidad
de las contradicciones de tesis.
Tesis de la Novena Época,
publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo XVIII, julio de
2003, página 15. Derivada de la
contradicción de tesis 15/2002-
PL. Entre las sustentadas por el
Décimo Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito y el Tercer
Tribunal Colegiado del Décimo
Sexto Circuito. 17 de junio de
2003. Unanimidad de diez
votos. Ausente: José de Jesús
Gudiño Pelayo. Ponente: Juan
N. Silva Meza. Secretario:
Pedro Arroyo Soto.-El Tribunal
Pleno, en su sesión privada
celebrada el veintitrés de junio
de dos mil tres, aprobó esa
tesis jurisprudencial.

50. "Artículo 107. Las


controversias de que habla el
artículo 103 de esta
Constitución, con excepción de
aquellas en materia electoral,
se sujetarán a los
procedimientos que determine
la ley reglamentaria, de
acuerdo con las bases
siguientes: ... III. Cuando se
reclamen actos de tribunales
judiciales, administrativos o del
trabajo, el amparo sólo
procederá en los casos
siguientes:
"a) Contra sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio, ya sea que la violación se
cometa en ellos o que,
cometida durante el
procedimiento, afecte las
defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del
fallo. En relación con el amparo
al que se refiere este inciso y la
fracción V de este artículo, el
Tribunal Colegiado de Circuito
deberá decidir respecto de
todas las violaciones procesales
que se hicieron valer y aquéllas
que, cuando proceda, advierta
en suplencia de la queja, y
fijará los términos precisos en
que deberá pronunciarse la
nueva resolución. Si las
violaciones procesales no se
invocaron en un primer
amparo, ni el Tribunal
Colegiado correspondiente las
hizo valer de oficio en los casos
en que proceda la suplencia de
la queja, no podrán ser materia
de concepto de violación, ni de
estudio oficioso en juicio de
amparo posterior.-La parte que
haya obtenido sentencia
favorable y la que tenga interés
jurídico en que subsista el acto
reclamado, podrá presentar
amparo en forma adhesiva al
que promueva cualquiera de
las partes que intervinieron en
el juicio del que emana el acto
reclamado. La ley determinará
la forma y términos en que
deberá promoverse.-Para la
procedencia del juicio deberán
agotarse previamente los
recursos ordinarios que se
establezcan en la ley de la
materia, por virtud de los
cuales aquellas sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones puedan ser
modificados o revocados, salvo
el caso en que la ley permita la
renuncia de los recursos. Al
reclamarse la sentencia
definitiva, laudo o resolución
que ponga fin al juicio, deberán
hacerse valer las violaciones a
las leyes del procedimiento,
siempre y cuando el quejoso
las haya impugnado durante la
tramitación del juicio mediante
el recurso o medio de defensa
que, en su caso, señale la ley
ordinaria respectiva. Este
requisito no será exigible en
amparos contra actos que
afecten derechos de menores o
incapaces, al estado civil, o al
orden o estabilidad de la
familia, ni en los de naturaleza
penal promovidos por el
sentenciado; b) Contra actos en
juicio cuya ejecución sea de
imposible reparación, fuera de
juicio o después de concluido,
una vez agotados los recursos
que en su caso procedan, y c)
Contra actos que afecten a
personas extrañas al juicio."

51. "Artículo 170. El juicio de


amparo directo procede: I.
Contra sentencias definitivas,
laudos y resoluciones que
pongan fin al juicio, dictadas
por tribunales judiciales,
administrativos, agrarios o del
trabajo, ya sea que la violación
se cometa en ellos, o que
cometida durante el
procedimiento, afecte las
defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del
fallo.-Se entenderá por
sentencias definitivas o laudos,
los que decidan el juicio en lo
principal; por resoluciones que
pongan fin al juicio, las que sin
decidirlo en lo principal lo den
por concluido. En materia
penal, las sentencias
absolutorias y los autos que se
refieran a la libertad del
imputado podrán ser
impugnadas por la víctima u
ofendido del delito en los casos
establecidos por el artículo 173
de esta ley.-Para la
procedencia del juicio deberán
agotarse previamente los
recursos ordinarios que se
establezcan en la ley de la
materia, por virtud de los
cuales aquellas sentencias
definitivas o laudos y
resoluciones puedan ser
modificados o revocados, salvo
el caso en que la ley permita la
renuncia de los recursos.-
Cuando dentro del juicio surjan
cuestiones sobre
constitucionalidad de normas
generales que sean de
reparación posible por no
afectar derechos sustantivos ni
constituir violaciones
procesales relevantes, sólo
podrán hacerse valer en el
amparo directo que proceda
contra la resolución definitiva.-
Para efectos de esta ley, el
juicio se inicia con la
presentación de la demanda y,
en materia penal, con el auto
de vinculación a proceso ante
el órgano jurisdiccional; II.
Contra sentencias definitivas y
resoluciones que pongan fin al
juicio dictadas por tribunales
de lo contencioso
administrativo cuando éstas
sean favorables al quejoso,
para el único efecto de hacer
valer conceptos de violación en
contra de las normas generales
aplicadas.-En estos casos, el
juicio se tramitará únicamente
si la autoridad interpone y se
admite el recurso de revisión
en materia contencioso
administrativa previsto por el
artículo 104 de la Constitución
Política de los Estados Unidos
Mexicanos. El Tribunal
Colegiado de Circuito resolverá
primero lo relativo al recurso
de revisión contencioso
administrativa, y únicamente
en el caso de que éste sea
considerado procedente y
fundado, se avocará al estudio
de las cuestiones de
constitucionalidad planteadas
en el juicio de amparo."

52. "Artículo 107. Las


controversias de que habla el
artículo 103 de esta
Constitución, con excepción de
aquellas en materia electoral,
se sujetarán a los
procedimientos que determine
la ley reglamentaria, de
acuerdo con las bases
siguientes: ...
"V. El amparo contra
sentencias definitivas, laudos o
resoluciones que pongan fin al
juicio se promoverá ante el
Tribunal Colegiado de Circuito
competente de conformidad
con la ley, en los casos
siguientes: ... VI. En los casos a
que se refiere la fracción
anterior, la ley reglamentaria
señalará el procedimiento y los
términos a que deberán
someterse los Tribunales
Colegiados de Circuito y, en su
caso, la Suprema Corte de
Justicia de la Nación para dictar
sus resoluciones."

53. "Artículo 2o. El juicio de


amparo se tramitará en vía
directa o indirecta. Se
sustanciará y resolverá de
acuerdo con las formas y
procedimientos que establece
esta ley.-A falta de disposición
expresa se aplicará en forma
supletoria el Código Federal de
Procedimientos Civiles y, en su
defecto, los principios
generales del derecho."
"Artículo 170. El juicio de
amparo directo procede: I.
Contra sentencias definitivas,
laudos y resoluciones que
pongan fin al juicio, dictadas
por tribunales judiciales,
administrativos, agrarios o del
trabajo, ya sea que la violación
se cometa en ellos, o que
cometida durante el
procedimiento, afecte las
defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del
fallo.-Se entenderá por
sentencias definitivas o laudos,
los que decidan el juicio en lo
principal; por resoluciones que
pongan fin al juicio, las que sin
decidirlo en lo principal lo den
por concluido. En materia
penal, las sentencias
absolutorias y los autos que se
refieran a la libertad del
imputado podrán ser
impugnadas por la víctima u
ofendido del delito en los casos
establecidos por el artículo 173
de esta ley.-Para la
procedencia del juicio deberán
agotarse previamente los
recursos ordinarios que se
establezcan en la ley de la
materia, por virtud de los
cuales aquellas sentencias
definitivas o laudos y
resoluciones puedan ser
modificados o revocados, salvo
el caso en que la ley permita la
renuncia de los recursos.-
Cuando dentro del juicio surjan
cuestiones sobre
constitucionalidad de normas
generales que sean de
reparación posible por no
afectar derechos sustantivos ni
constituir violaciones
procesales relevantes, sólo
podrán hacerse valer en el
amparo directo que proceda
contra la resolución definitiva.-
Para efectos de esta ley, el
juicio se inicia con la
presentación de la demanda y,
en materia penal, con el auto
de vinculación a proceso ante
el órgano jurisdiccional; II.
Contra sentencias definitivas y
resoluciones que pongan fin al
juicio dictadas por tribunales
de lo contencioso
administrativo cuando éstas
sean favorables al quejoso,
para el único efecto de hacer
valer conceptos de violación en
contra de las normas generales
aplicadas.-En estos casos, el
juicio se tramitará únicamente
si la autoridad interpone y se
admite el recurso de revisión
en materia contencioso
administrativa previsto por el
artículo 104 de la Constitución
Política de los Estados Unidos
Mexicanos. El Tribunal
Colegiado de Circuito resolverá
primero lo relativo al recurso
de revisión contencioso
administrativa, y únicamente
en el caso de que éste sea
considerado procedente y
fundado, se avocará al estudio
de las cuestiones de
constitucionalidad planteadas
en el juicio de amparo."
54. "Artículo 107. Las
controversias de que habla el
artículo 103 de esta
Constitución, con excepción de
aquellas en materia electoral,
se sujetarán a los
procedimientos que determine
la ley reglamentaria, de
acuerdo con las bases
siguientes: ... V. El amparo
contra sentencias definitivas,
laudos o resoluciones que
pongan fin al juicio se
promoverá ante el Tribunal
Colegiado de Circuito
competente de conformidad
con la ley, en los casos
siguientes ..."

55. "Artículo 34. Los Tribunales


Colegiados de Circuito son
competentes para conocer del
juicio de amparo directo.-La
competencia de los tribunales
se fija de acuerdo con la
residencia de la autoridad que
haya dictado el acto reclamado
y, en su caso, atendiendo a la
especialización por materia.-En
materia agraria y en los juicios
en contra de tribunales
federales de lo contencioso
administrativo, es competente
el Tribunal Colegiado de
Circuito que tenga jurisdicción
en donde el acto reclamado
deba tener ejecución, trate de
ejecutarse, se esté ejecutando
o se haya ejecutado; si el acto
reclamado puede tener
ejecución en más de un circuito
o ha comenzado a ejecutarse
en uno de ellos y sigue
ejecutándose en otro, es
competente el Tribunal
Colegiado de Circuito que
primero hubiere recibido la
demanda; en su defecto, aquél
que dicte acuerdo sobre la
misma."
"Artículo 45. Cuando se reciba
en un Tribunal Colegiado de
Circuito una demanda que
deba tramitarse en vía
indirecta, declarará de plano
carecer de competencia y la
remitirá con sus anexos al
órgano que estime
competente. Si se trata de un
órgano de su mismo circuito,
éste conocerá del asunto sin
que pueda objetar su
competencia, salvo en el caso
previsto en el artículo 49 de
esta ley; si el órgano designado
no pertenece al mismo circuito,
únicamente podrá plantear la
competencia por razón del
territorio o especialidad, en
términos del artículo 48 de esta
ley."
56. "SEXTO.-La jurisprudencia
integrada conforme a la ley
anterior continuará en vigor en
lo que no se oponga a la
presente ley."

Null
Suprema Corte de Justicia de la
Nación

Registro digital: 41722


Asunto: CONTRADICCIÓN DE
TESIS 38/2014.
Décima Época
Tipo: Voto concurrente
Instancia: Pleno
Fuente: Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación. Libro
18, Mayo de 2015, Tomo I
, página 95
Emisor: Ministro José Ramón
Cossío Díaz

TRIBUNALES COLEGIADOS DE
CIRCUITO. SON COMPETENTES
PARA CONOCER DE LAS
DEMANDAS DE AMPARO
PROMOVIDAS CONTRA
SENTENCIAS QUE DECIDAN EL
JUICIO DE ORIGEN EN LO
PRINCIPAL, AUNQUE NO SE
HAYA AGOTADO EL MEDIO
ORDINARIO DE DEFENSA
PREVISTO PARA IMPUGNARLAS
(LEY DE AMPARO VIGENTE A
PARTIR DEL 3 DE ABRIL DE
2013).

TRIBUNALES COLEGIADOS DE
CIRCUITO. SON COMPETENTES
PARA CONOCER DE LAS
DEMANDAS DE AMPARO
PROMOVIDAS CONTRA
SENTENCIAS QUE DECIDAN EL
JUICIO DE ORIGEN EN LO
PRINCIPAL, AUNQUE NO SE
HAYA AGOTADO EL MEDIO
ORDINARIO DE DEFENSA
PREVISTO PARA IMPUGNARLAS
(LEY DE AMPARO VIGENTE A
PARTIR DEL 3 DE ABRIL DE
2013).

Voto concurrente que formula


el Ministro José Ramón Cossío
Díaz en la contradicción de
tesis 38/2014.

1. En la sesión de veintiséis de
enero de dos mil quince, el
Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación resolvió la
contradicción de tesis 38/2014.
El tema consistió en decidir si,
acorde con las disposiciones
constitucionales y legales
aplicables, los Tribunales
Colegiados de Circuito son
competentes, o no, para
conocer de las demandas de
amparo promovidas en contra
de sentencias que decidan el
juicio de origen en lo principal,
cuando no se agotó el medio
ordinario de defensa previsto
en la ley y, derivado de lo
anterior, resolver si las tesis
que sobre ese tema ha emitido
este Alto Tribunal son acordes
y aplicables con el contenido
de las disposiciones
constitucionales y legales
vigentes, o si esto no es así.

2. Por unanimidad de votos, se


llegó a la conclusión de que, en
términos de la Ley de Amparo
vigente a partir del tres de abril
de dos mil trece, los Tribunales
Colegiados de Circuito son
competentes para conocer de
las demandas de amparo
promovidas contra sentencias
que decidan el juicio de origen
en lo principal, aunque no se
haya agotado el medio
ordinario de defensa previsto
para impugnarlas y que, por
ende, un Tribunal Colegiado ya
no podrá declararse
incompetente cuando reciba
una demanda contra una
sentencia definitiva de primera
instancia que admitía
apelación, como sucedía con la
Ley de Amparo abrogada
(artículos 46 y 158); esto es, no
deberá remitir la demanda al
Juez de Distrito, sino que
deberá declararse competente
y resolver sobre la procedencia
del juicio.

3. Para llegar a la anterior


conclusión, el proyecto analiza
la nueva Ley de Amparo a la luz
de la normativa constitucional,
sobre la que se distinguen y se
desarrollan tres cuestiones:
• Procedencia de la vía en
cuanto a que la tramitación del
juicio de amparo procede en la
vía directa contra sentencias
definitivas, laudos o
resoluciones que pongan fin al
juicio, entendiendo por los
primeros las que decidan el
juicio en lo principal y, por las
últimas, las que sin decidirlo en
lo principal lo den por
concluido;

• La competencia, en cuanto a
que los Tribunales Colegiados
son competentes para conocer
del juicio de amparo tramitado
en la vía directa y

• La procedencia del juicio de


amparo en cuanto a que la
regla general es que deben
agotarse previamente los
recursos ordinarios que se
establezcan en ley antes de
acudir al amparo.

Razones del disenso


4. Aunque comparto la decisión
alcanzada, estimo que era
necesario realizar una
interpretación sistemática del
artículo 170 de la Ley de
Amparo vigente pues, desde mi
punto de vista, atender a la
literalidad de su contenido da
lugar a equívocos, que si bien
-en este preciso asunto-
pueden pasar inadvertidos,
quedan evidenciados en
situaciones ordinarias, es decir,
cuando el justiciable sí ha
agotado el recurso y señala
como acto reclamado la
sentencia de segundo grado.
Me explico:

5. El artículo 170 de la Ley de


Amparo señala:

"Artículo 170. El juicio de


amparo directo procede:

"I. Contra sentencias


definitivas, laudos y
resoluciones que pongan fin al
juicio, dictadas por tribunales
judiciales, administrativos,
agrarios o del trabajo, ya sea
que la violación se cometa en
ellos, o que cometida durante
el procedimiento, afecte las
defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del
fallo.

"Se entenderá por sentencias


definitivas o laudos, los que
decidan el juicio en lo principal;
por resoluciones que pongan
fin al juicio, las que sin decidirlo
en lo principal lo den por
concluido. En materia penal, las
sentencias absolutorias y los
autos que se refieran a la
libertad del imputado podrán
ser impugnadas por la víctima
u ofendido del delito en los
casos establecidos por el
artículo 173 de esta ley.

"Para la procedencia del juicio


deberán agotarse previamente
los recursos ordinarios que se
establezcan en la ley de la
materia, por virtud de los
cuales aquellas sentencias
definitivas o laudos y
resoluciones puedan ser
modificados o revocados, salvo
el caso en que la ley permita la
renuncia de los recursos.

"Cuando dentro del juicio


surjan cuestiones sobre
constitucionalidad de normas
generales que sean de
reparación posible por no
afectar derechos sustantivos ni
constituir violaciones
procesales relevantes, sólo
podrán hacerse valer en el
amparo directo que proceda
contra la resolución definitiva.

"Para efectos de esta ley, el


juicio se inicia con la
presentación de la demanda y,
en materia penal, con el auto
de vinculación a proceso ante
el órgano jurisdiccional;
"II. Contra sentencias
definitivas y resoluciones que
pongan fin al juicio dictadas
por tribunales de lo
contencioso administrativo
cuando éstas sean favorables al
quejoso, para el único efecto
de hacer valer conceptos de
violación en contra de las
normas generales aplicadas.

"En estos casos, el juicio se


tramitará únicamente si la
autoridad interpone y se
admite el recurso de revisión
en materia contencioso
administrativa previsto por el
artículo 104 de la Constitución
Política de los Estados Unidos
Mexicanos. El Tribunal
Colegiado de Circuito resolverá
primero lo relativo al recurso
de revisión contencioso
administrativa, y únicamente
en el caso de que éste sea
considerado procedente y
fundado, se avocará al estudio
de las cuestiones de
constitucionalidad planteadas
en el juicio de amparo."

6. Desde mi punto de vista, una


interpretación letrista de dicho
precepto conduce a establecer
que las únicas sentencias que
podrían ser materia del juicio
de amparo directo son las de
primera instancia, tanto
porque el segundo párrafo del
artículo transcrito establece
que se entenderá por
sentencias definitivas o laudos,
las que decidan el juicio en lo
principal, como por la remisión
contenida en el tercer párrafo
de la norma transcrita, toda
vez que son éstas contra las
que, en su mayoría, se prevé
algún medio ordinario de
defensa.

7. Advierto que es la
interpretación literal la que se
adopta en la sentencia para
resolver en la forma en que lo
hace; sin embargo, en mi
opinión, dicha interpretación
podría distorsionar el
entendimiento del sistema del
juicio de amparo, pues si bien
en el preciso caso de esta
contradicción de tesis 38/2014,
esa interpretación resulta ad
hoc para resolver el tema
debatido, al tratarse de juicios
en los que el acto reclamado
fue la sentencia de primer
grado, en contra de la cual el
quejoso no agotó el recurso
ordinario previsto en la ley, lo
cierto es que un ejercicio
hermenéutico así de limitado
deja fuera las sentencias de
segundo grado, que son
aquellas contra las que
procede el amparo directo
-competencia de los Tribunales
Colegiados- cuando contra el
fallo de primera instancia el
legislador ha previsto un
recurso ordinario. Desde mi
perspectiva, no debe obviarse
que las sentencias definitivas
también son las emitidas en
segunda instancia, antes bien,
es oportuno, desde ahora,
acudir a otros métodos de la
hermenéutica jurídica para
entender la norma acorde con
el sistema y fines del juicio de
amparo, lo cual seguramente
nos llevaría al mismo resultado.

8. En relación con el tema, el


contenido del artículo 107,
fracción III, inciso a),
constitucional antes de su
reforma y el 158 de la Ley de
Amparo abrogada precisaba
que la sentencia definitiva,
laudos y resoluciones que
pongan fin al juicio,
corresponden a "aquellas
respecto de las cuales no
proceda ningún recurso
ordinario por el que puedan ser
modificados o revocados". De
lo anterior se entendía que la
carga de agotar los recursos
ordinarios y medios de defensa
trascendía al tema de la
competencia de los Tribunales
Colegiados, pues la
definitividad constituía un
elemento necesario para que
una sentencia definitiva, laudo
o resolución que pone fin al
juicio fueran considerados
como tales.

9. Actualmente esto no es así,


la sentencia definitiva -para
efectos de la competencia- se
define como la que decida el
juicio en lo principal; por lo
que, para establecer la
competencia de los órganos de
control constitucional, basta
verificar si el acto reclamado es
el que decidió el juicio en lo
principal. El tema de la
definitividad pasa a ser una
cuestión de procedencia, que
debe analizar el órgano
competente para decidir si ha
de emitir decisión en cuanto al
fondo de la cuestión planteada
o si es el caso de sobreseer en
el juicio de amparo.

10. Pero ¿cuál es la sentencia


que decide el juicio en lo
principal?, ¿la de primera
instancia?, ¿la de segundo
grado? ¿ambas? De ser
correcta la última de estas
opciones, ¿cómo es que se
llega a esa conclusión?

11. Si se atiende a la literalidad


del precepto 170, fracción I, de
la Ley de Amparo vigente, no
se logra entender con claridad
que la sentencia definitiva
contra la que procede el juicio
de amparo directo sea la
dictada en segunda instancia,
toda vez que al prever la norma
mencionada -en un primer
momento- que el juicio de
amparo procede contra
sentencias definitivas, para
luego decir -en párrafos
posteriores- que para la
procedencia del juicio deberán
agotarse previamente los
recursos ordinarios que se
establezcan en la ley de la
materia, por virtud de los
cuales "aquellas" sentencias
definitivas, laudos y
resoluciones que ponen fin al
juicio (es decir, aquellas contra
las que procede el juicio de
amparo directo) puedan ser
modificados o revocados, esta
redacción permite interpretar
que es la sentencia de primera
instancia -exclusivamente-
contra la que procede el juicio
de amparo uninstancial; de ahí
que, en mi opinión debe
acudirse a otros métodos de
interpretación para darle el
alcance que sea acorde con el
sistema y los fines del juicio de
amparo judicial.
12. En ese sentido, si se
atiende a los fines perseguidos
con la reforma, se concluye,
que la mejor interpretación
posible del artículo de que se
trata, es que las sentencias
definitivas son las que deciden
el juicio en lo principal, sea en
primera o en segunda
instancias.

13. Se trata de una disyunción


incluyente, en la que es posible
optar por cualquiera de las dos
opciones dadas sin que la que
no se hubiere elegido quede
descartada.

14. Esta posibilidad


argumentativa tiene la ventaja
de respetar, por un lado, la
letra del precepto
constitucional y, por otro,
evitar las consecuencias
negativas que implica ese
seguimiento literal. La
intención del Constituyente
permanente es evitar que los
Tribunales Colegiados remitan
las demandas a los Jueces de
Distrito, pero en modo alguno
implica que no proceda el
amparo directo contra las
sentencias de segunda
instancia, porque ello
implicaría una denegación de
justicia inadmisible.

15. Por lo anterior, aunque


comparto el sentido de la
decisión, estimo que era
necesario llevar a cabo una
interpretación sistemática y
funcional del artículo 170 de la
Ley de Amparo vigente para
explicar que el Tribunal
Colegiado es competente para
conocer del juicio de amparo
promovido contra la sentencia
definitiva, entendida como
aquella que decide el juicio en
lo principal, en primera o en
segunda instancias.

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