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Santa Teresita

1873-1897
Nace el 2 de enero de 1873,
en Alençon, Francia.
Su Padre era relojero
y su Madre costurera.
Cuando Teresita tenía 8 años
su mamá muere de cáncer.
Pero como fue educada
en un ambiente cristiano
vive su duelo con la paz
y el consuelo de la fe
que sus padres le enseñaron.
Teresita era un niña
muy inteligente
porque sus ambiciones
eran celestiales.
A la edad de 4 años
hizo su primera confesión.
A los 12 años tomó
su primera comunión,
que ofreció por las almas
alejadas del buen Dios
y por los hermanos que sufrían
enfermedades serias.
Era la Reina de su padre
y hermanas.
Tenía 9 años cuando
su hermana María se hace
religiosa y 14 cuando
su hermana Paulina
ingresa también al convento.
En noviembre de 1877,
poco después de la muerte
de su madre,
la familia se instala en Lisieux,
en una casa alquilada situada
a las afueras de la ciudad,
en la carretera de Pont-l'Eveque
y en la callejuela
"Camino del Paraíso".

Teresa Martin pasará en ella


once años de su vida,
hasta su entrada en el Carmelo.
Siendo todavía muy joven,
Peregrina con su padre
a Roma y le pide permiso
al Papa León XIII
para entrar al Carmelo.
El Papa le responde:
"Entrarás si es la voluntad
de Dios".
A fin de año
el permiso del Obispo
le es concedido
y entra en la Orden del Carmelo.
Hace su profesión religiosa
el 8 de septiembre de 1890.
Aunque su salud
era muy delicada,
no deseó ninguna dispensa
especial de la austera regla.
Sufría intensamente por el frío
y por el cansancio de cumplir
con algunas penitencias físicas
que la Regla acostumbraba.
Santa Teresita rezaba
diariamente ante esta imagen
del Niño Jesús de Praga
de su convento de Lisieux
(Francia).
"Oh pequeño niño,
mi único tesoro, tú te me
muestras todo radiante de
Amor.
Yo me abandono a Ti.
Oh Jesús, mi pequeño hermano,
no quiero otra alegría que la de
agradarte. Mi pequeño Rey,
imprime en mi las virtudes
de tu infancia".
Se cuenta que Santa Teresa,
yendo un día por las escaleras
del Monasterio de
la Encarnación en llvila,
se tropezó con un hermoso Niño.
Sorprendida por ver un niño
dentro de la clausura monacal,
se dirigió a él preguntándole:
-¿Y tú quién eres?.
-El niño le replicó a su vez con
otra pregunta: -¿Y quién eres
tú?.
La madre respondió:
-Yo, Teresa de Jesús.
Y el sonriente le contesta:
-Pues yo soy, Jesús de Teresa...
El mensaje
que quiere transmitir Teresita
es que la espiritualidad
es sencilla y la llama "caminito".
Es decir, ella nos enseña
que Dios está en todas partes,
en toda situación y toda persona
y en los sencillos detalles
de la vida.
Su "caminito" nos enseña
que hay que hacer las cosas
habituales de la vida
con extraordinario amor.
Una sonrisa, una llamada
de teléfono, animar a una persona,
sufrir en silencio, tener siempre
palabras optimistas y otras tantas
acciones hechas con amor.
Estos son los ejemplos
de su espiritualidad.

La acción más diminuta,


hecha con amor, es más importante
que grandes acciones hechas para
gloria personal.
Teresa nos invita a unirnos
a su infancia espiritual,
es decir, a su "caminito".
Vocación del amor
Toda la vida de Santa Teresa
del Niño Jesús fue, según
su propia expresión,
"un cántico al amor"
y efectivamente el amor ocupó
en su vida un lugar central.
Decía que quería amar a Jesús
"Como jamás había sido
amado", que no conocía otro
camino
para llegar a la perfección
que el amor.
Que en la vida espiritual
sólo pesa y cuenta el amor.
La infancia Espiritual

Caminito de infancia,
de pobreza espiritual,
de confianza sin limites y de
entrega al amor misericordioso.
Escribió:
"Quisiera tener un ascensor
para subir hasta Jesús,
porque soy muy pequeña
para subir sola.
- El ascensor que ha de llevarme
hasta el cielo son tus brazos,
Jesús mío".
Encantadora es toda su doctrina
de la infancia espiritual.
Ella descubrió al mundo
los tesoros de paz, generosidad,
sencillez y amor escondidos
en el Santo Evangelio.
El "caminito de infancia espiritual"
es el secreto de una santidad
cada vez más perfecta y
maravillosamente adaptada
a la vocación y a las necesidades
espirituales de todas las almas.
El Santo abandono es el fruto
de la infancia espiritual.
Junto con el amor, la esperanza
y la humildad el alma se entrega
a Dios sin reserva y para siempre,
porque tiene fe en su
omnipotencia, en su sabiduría y
en su bondad.
Es un acto de confianza en Dios,
es sobre todo el término
y la consecuencia del amor.
Escribió la Santa:"Desde hace
tiempo no me pertenezco,
me entregué del todo a Jesús... ".
Misionera de retaguardia

La dimensión apostólica
de Santa Teresa va compendiada
en estas frases suyas:
"Quisiera, oh amado, bien mío,
recorrer la tierra, predicar
vuestro nombre
y clavar en tierras infieles
vuestra cruz gloriosa.
Quisiera anunciar el evangelio
a un tiempo en todas
las regiones del mundo
y hasta en las islas más lejanas.”
“Yo quisiera ser misionera,
no sólo durante algunos años,
sino haberlo sido desde
la creación del mundo
y continuar siéndolo hasta
la consumación de los siglos.
Nuestra vocación es formar
obreros evangélicos,
de quienes seremos Madres".
De hecho la vemos a ella
sacrificándose
por los misioneros incluso
durante su última enfermedad.
Su enfermedad
El viernes santo de 1897,
después de haber prolongado
la oración hasta medianoche,
se acostó muy fatigada.
Al poco rato sintió subir una
oleada de su pecho
y hervir en su garganta.
Se llenó de alegría al considerar
que aquello era
"el dulce y lejano murmullo
de la llegada de Cristo".
Por aquellos días empezó a
hablar de la lluvia de rosas que
haría caer sobre la tierra después
de su muerte.
En junio de 1897 es llevada a la enfermería del convento
y no volvió a salir de allí.
Padeció fuertes hemorragias y su agonía se prolongó días enteros.
Decía: "No voy a saber morir nunca. Nunca creí que fuese posible sufrir
tanto,
pero no me arrepiento de haberme entregado al amor".
A Santa Teresita le encantaban las rosas. Su vida se estaba consumiendo y
sabía que su misión no había hecho más que empezar mientras se disponía a
entrar en la vida eterna con Dios. Ella explicaba que "Después de mi muerte,
haré caer una lluvia de rosas.", es decir, que proporcionaría una lluvia
de favores y beneficios, para que la gente amara más a Dios.
Murió en 1897, y en 1925
el Papa Pío XI
la canonizó, y la proclamaría
después patrona universal
de las misiones.
La llamó «La estrella de mi
pontificado», y definió como
«Un huracán de gloria»
el afecto y devoción que
acompañó a esta joven carmelita.
Proclamada
"Doctora de la Iglesia“
por el Papa Juan Pablo II
el 19 de Octubre de 1997
(Día de las misiones).
Su Obra
En 1898 se publican sus escritos
en Historia de un alma.
Estos Manuscritos rebosan de
amor y enseña que el Cuerpo
Místico de Cristo tiene un
corazón rebosante de caridad.

Trata también de su aspiración


ideal a la santidad, que se cifra en
permanecer pequeñita que
permite a Dios cumplir en ella la
obra de su misericordia
santificante y se afianza en la
caridad fraterna que abraza
a todo el mundo.
Mensaje
Que procuremos ir por el
"caminito“ de la sencillez.
*
Que nos enamoremos del Amor
con todas nuestras fuerzas.
*
Que siempre y en todo
procuremos cumplir la voluntad
de Dios.
*
Que el celo por las almas
devore nuestro corazón.
Fecha litúrgica

La iglesia Católica celebra


su fiesta el 1 de Octubre,
aunque ella murió
el 30 de Septiembre a las 19:20 h.
Anteriormente,
se celebraba el día 3 de Octubre.
¡ Oh Teresa del Niño Jesús!
Vengo a ti lleno de confianza
a pedir tu intercesión.
Envía sobre mi alma una lluvia
de flores de gracia y de virtud
para que pueda peregrinar hacia el
cielo embriagado en sus perfumes.
Mándame una sonrisa de tus
labios de cielo y una mirada de tus
hermosos ojos...
¡Dios mío!.concédeme la infancia
espiritual de tus santos
para que descubra en mi sencillez
el misterio insondable tu eterno
y gran amor. Amén.
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