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LA CONSTITUCIÓN AMBIVALENTE.
NOTAS PARA UN ANÁLISIS DE SUS POLOS DE TENSIÓN*
457
DR © 2012. Universidad Nacional Autónoma de México,
Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
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4 Véase Heller, Hermann, Teoría del Estado, trad. de Luis Tobío, México, 1942, pp.
267-275.
1. El telos contradictorio
10 Véase Díaz y Díaz, Martín, Emilio Rabasa, teórico de la dictadura necesaria, Méxi-
co, Escuela Libre de Derecho-Miguel Ángel Porrúa, 1991, pp. 19 y ss. (Col. Varia Jurídica).
11 Véase Loewenstein, Kart, Teoría de la Constitución, trad. de Alfredo Gallego Ana-
bitarte 2a. Ed., Barcelona, Ariel, 1976, p. 150 (Col. Demos).
pliación de las bases sociales del Estado, entendida como antídoto de las
realidades oligárquicas. Bajo este orden de cosas, los proyectos de reforma
social en México sirvieron de discurso intermediario entre las condicio-
nes auténticas de una sociedad con fuertes resabios tradicionales, y las
exigencias de la modernidad institucional. Sólo a través de un proceso de
nivelación material y de cierta homologación cultural, nuestro país podría
quedar en condiciones de iniciar una vida civil al gusto de las proclamas
ilustradas.
12 Véase Forsthoff, Ernest, “Problemas constitucionales del Estado social”, en Aben-
droth, Wolfgang, et al., El Estado social, trad. de José Puente Egido, Madrid, Centro de
Estudios Constitucionales, 1986, p. 45 (Col. Estudios Constitucionales).
14 Marcos, Patricio, El fantasma del liberalismo, México, UNAM, 1986, p. 13.
3. Federalismo y centralismo
15 Díaz y Díaz, Martín, “México en la vía del federalismo cooperativo. Un análisis en
torno a los problemas de distribución de competencias”, Homenaje a Fernando Alejandro
Vázquez Pando, México, Themis, 1996, pp. 129 y ss.
Hasta ahora no hay ningún signo contundente de que las paradojas cons-
titucionales pudieran ceder su lugar a una lógica unitaria. Entre los sal-
voconductos relativos que se perciben en el horizonte inmediato hay que
contar la mayor autonomía del Poder Judicial y el desgravamiento de las
funciones casacionales de la Suprema Corte. Estos hechos pueden favo-
recer la interpretación judicial de la Constitución en los temas de fondo.
Los enjuiciadores oficiales del sentido de la Carta, por la necesidad de co-
herencia técnica que entraña su trabajo, deberán resolver algunas disyunti-
vas constitucionales y hacer que el telos contradictorio de la Constitución
disminuya sus rasgos de ambigüedad. Pero hay que tener presente que el
Poder Judicial, como cualquier otro aparato constitucional, se debe en su
ejercicio al contexto en el que actúa. Con esto se quiere expresar que en
el papel del órgano judicial están presentes las expectativas, los valores y
las exigencias de la propia sociedad; los miembros del Poder Judicial no
integran una realidad aparte; son miembros del grupo en el que realizan su
función y, como tales, encarnan un momento cultural e histórico especí-
ficos. Así, la Constitución, su interpretación y el desarrollo del texto sólo
podrán seguir el sentido que le fijen, en última instancia los agentes sociales
que la operan, o bien, los que resienten su aplicación. Al final de las cuentas,
la Carta constitucional no tiene cuerda propia.
Otro factor que puede favorecer la expiación de las contradicciones
constitucionales mexicanas, es sin duda la expectativa de contar con un
proceso electoral cada vez más genuino. Con legisladores electos de ma-
nera clara es dable pensar en un desarrollo legislativo que confiera un én-
fasis menor a la razón del Estado. La pluralidad de las Cámaras ayudará
a fijar, en el mediano plazo, un curso más interiorizado de acción para la
legislación y para los cambios constitucionales. Este factor, como los an-
teriores, está condicionado a que los mecanismos representativos lleguen
a ser eficaces en un grado razonable y, a que verdaderamente expresen los
sentimientos y convicciones de los votantes.
Como quiera que sea, hoy México vive un proceso en el que por primera
vez la sociedad contrapesa al gobierno en las definiciones constitucionales.
Por decirlo de un modo acorde con la tesis de este ensayo, por primera
ocasión el proceso constitucional pone en juego la participación integral
de sus agentes naturales. Hasta ahora, el texto de las Cartas se había deter-
minado sin contrapesos civiles importantes.