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Los cardúmenes, en cambio, pueden estar compuestos por peces de

diferentes especies. Es un comportamiento de agregación de animales


de similar tamaño y de orientación, generalmente cruzándose en la
misma dirección. Estas conductas les traen beneficios, incluyendo la
defensa contra predadores (mejorando su detección y diluyendo la
posibilidad de captura), perfecciona el éxito de depredación y mejora
la manera de encontrar compañeros. Otra medida beneficiosa de la
agrupación en cardúmenes es el incremento de la eficiencia
hidrodinámica.

La formación de cardúmenes sirve para reducir el riesgo de ser


devorados. Los peces emplean sus ojos y sus líneas laterales para
acomodarse a la velocidad y a la dirección que siguen los demás
integrantes del banco.

Es un comportamiento de agregación de animales de similar tamaño y


de orientación, generalmente cruzándose en la misma dirección. Estas
conductas les traen beneficios, incluyendo defensa contra predadores,
perfecciona el éxito de forrajear, y mejor manera de encontrar
compañeros. Otra medida beneficiosa de la agrupación en
cardúmenes es el incremento de la eficiencia hidrodinámica.

Un rasgo de un cardumen es la fuerte semejanza entre sus miembros.


Los peces usan muchas triquiñuelas para elegir compañeros de
cardumen: tamaño del cardumen, tipo de especies, tamaño corporal,
salud de los miembros del cardumen, y afinidad o parentesco.  

Los peces a menudo eligen estar en un cardumen que consiste en


individuos similares en su apariencia; el "efecto de pares" posibilita
que cualquier miembro del cardumen coincidente en semejanza no
será preferido como blanco de los predadores. Este efecto "de pares"
finalmente consigue homogeneizar cardúmenes.
Un aspecto del rompecabezas de la selección por cardumen que hace
cada pez individual para unirse a uno de similar apariencia, es que
ellos no perciben su propio color. la preferencia por tal cardumen es
una habilidad aprendida, no innata. Un pez cebra tiende a asociarse
con cardúmenes que parezcan similares a los que ya participó (lo que
resulta, en una forma de impronta).

Los grandes cardúmenes son una excelente forma de autodefensa por


parte de los peces. Algunos peces como las pirañas se alimentan en
cardumen, mientras que otros como las sardinas o anchoas, se
defienden del ataque de sus depredadores. Pero lo más cautivante de
este comportamiento grupal es la respuesta simultánea de centenas
de peces que integran al cardumen.

El secreto de los movimientos del cardumen se esconde en la línea


lateral de cada pez. A cada lado de su cuerpo, cada pez tiene una
línea con grupos de microscópicas vellosidades para recibir
información de su entorno. Uno de los parámetros medidos por la línea
lateral es la presión del agua.

Cuando uno de los peces gira repentinamente, el agua recibe una


onda de presión. Ésta será percibida por los demás peces y ellos
acompañarán el viraje instintivamente. Es importante remarcar el
factor del instinto. La rapidez del movimiento también se produce
gracias a que la reacción no es de tipo premeditada sino instintiva. El
pez reaccionará a las señales que su cuerpo le dé.

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