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Noviembre 18, 1907

El alma viviendo su nada se llena de Dios.


Encontrándome en mi habitual estado ha venido
el bendito Jesús, y en cuanto lo he visto he
dicho: “Dulce vida mía, cómo me he hecho
mala, me siento reducida en la nada, nada
siento en mí, todo es vacío, sólo siento en mi
interior un embeleso, y en este embeleso te
espero a Ti, que me llenes, pero en vano espero
este llenarme, más bien me siento regresar
siempre en la nada.”
Y Jesús: “¡Ah! hija mía, ¿y tú te afliges porque
te sientes reducida en la nada? Más bien te digo
que por cuanto más la criatura se reduce en
la nada, tanto más es llenada del Todo, y si
fuera aun una sombra de sí que deja, esa sombra
impide que Yo me pueda dar todo, todo al alma;
y tu regresar siempre en la nada significa que
vas perdiendo tu ser humano para readquirir
el Divino.”
Libro de Cielo. Noviembre 18, 1907 Vol. 8
“Hágase Tu Voluntad En La Tierra Como En El
Cielo”

“Y ¿qué cosa es hacer mi Voluntad? ¿No es acaso


unir la voluntad de la criatura con su Creador?
Perderse en el Querer eterno, la nada subir al Todo,
el Todo descender en la nada; es el acto más noble,
más divino, más puro, más bello, más heroico que la
criatura puede hacer.”
Diciembre 26, 1919 Vol. 12

“Qué bello es el reino de mi Voluntad, la nada


perdida en el Todo, el Todo fundido en la nada, la
bajeza de la criatura que se eleva a la altura divina,
la altura divina que desciende en la profundidad de
la criatura, son dos seres unidos juntos,
inseparables, transfundidos, ensimismados, que con
trabajo se distingue que son dos vidas que palpitan
juntas. Toda la magnificencia, la santidad, la
sublimidad, los prodigios del reino de mi Voluntad,
será propiamente esto: ‘La copia fiel del alma en
Dios y la copia íntegra y bella de Dios en el alma.’
Por eso los hijos del reino del Fiat Divino serán
tantas imágenes de pequeños dioses en mi reino.”
Enero 25, 1927 Vol. 20

“Hija mía, por lo tanto, la criatura sólo siente la


verdadera vida en sí cuando entra en mi Divina
Voluntad, porque en Ella la criatura ve con claridad
su nada, y como esta nada siente la necesidad del
Todo, es decir de Aquél que la trae de la nada para
vivir, y como se reconoce, el Todo la llena de Sí.
Esta nada siente la verdadera vida, se encuentra en
contacto inmediato de la Santidad, de la Bondad,
Potencia, Amor y Sabiduría Divina, reconoce en sí
la Potencia de la obra creadora, su vida palpitante
y la necesidad extrema de esta Vida Divina. De
otra manera siente como si en sí no hubiera vida. Es
sólo mi Voluntad que hace reconocer su verdadera
nada a la criatura, y a esta nada le va infundiendo
su aliento continuamente para mantener siempre
encendida la Vida Divina en ella, para hacerla
crecer como obra digna de nuestras manos
creadoras. Por el contrario, sin nuestra Voluntad la
criatura se siente como si fuera alguna cosa, y el
Todo queda fuera de la nada.”
Mayo 8, 1932 Vol. 30

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