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Los acuíferos son abastecidos o recargados por el agua que ha caído sobre la superficie de la

tierra como resultado de la precipitación pluvial, granizo o nieve, y se dispersa a través de


suelos, arenas, gravas y rocas fracturadas; así queda almacenada en una o varias formaciones
geológicas constituidas por rocas permeables que contienen y conducen el líquido. Un manto
acuífero de forma y textura uniformes y que fluye libremente (sea cercano a la superficie o se
encuentre a profundidad) adopta la forma de un cono invertido, conocido como cono de
depresión, éste tiene su vértice en el nivel dinámico del agua en el pozo durante el bombeo, y
la base del cono en el nivel estático del agua. Cono de depresión en las cercanías de un pozo
con bomba trabajando El agua subterránea se encuentra prácticamente en todas partes, pero
solamente puede ser extraída en cantidades significativas cuando se acumula de forma
abundante al ser entrampada en lugares apropiados y específicos de los acuíferos. Está
presente también en la porción superior del suelo, en donde se adhiere, por acción capilar, a
las partículas del mismo. En este estado, se le denomina agua ligada y tiene unas
características diferentes del agua libre. En su circulación por encima y a través de la corteza
terrestre, el agua reacciona con los minerales del suelo y de las rocas. Los principales
componentes disueltos en el agua superficial y subterránea son: carbonatos de sodio, cloruros,
sulfatos, potasio, calcio y magnesio. Las aguas subterráneas poco profundas, cuando están
contaminadas pueden contener grandes cantidades de compuestos de nitrógeno y de cloruros,
derivados de los desechos humanos y animales. Generalmente, las aguas de los pozos
profundos sólo contienen minerales en solución.

Los términos usados para describir y clasificar los tipos de alteraciones


hidrotermales pueden ser expresados como una función de: (1) Ensamblajes
mineralógicos reconocidos y (2) Cambios químicos.
Los principales tipos de alteraciones son “pervasivas”, “selectivamente
pervasivas” y “no pervasivas”. La alteración pervasiva ocurre cuando se da
paso al reemplazamiento los minerales originales de la roca, donde ocurren
limitaciones para identificar las texturas minerales primarias; la alteración
selectivamente pervasiva ocurre solo en el reemplazamiento de algunos
minerales como la clorita a biotita, sericita a plagioclasa; en este caso las texturas
primarias se conservan. Finalmente, en la no pervasiva solo ciertas secciones
de la roca son afectadas por fluidos alterantes.
Alteración potásica
Es común en yacimientos minerales tipo pórfido y epitermales, en los cuales se
manifiesta hacia las partes más profundas y centrales constituyendo
generalmente el núcleo. Los minerales característicos de esta alteración son el
feldespato potásico  en pófidos; y la adularia en sistemas epitermales. Es
usualmente acompañada por sulfuros (calcopirita, pirita y molibdenita).
La alteración potásica se forma como un reemplazamiento de plagioclasas y
minerales máficos a temperaturas entre 450-600ºC. Los ensamblajes comunes
son Feld K-Bio-Qtz, Feld K-Chl, Feld K-biotita-magnetita acompañados por
cantidades variables de minerales como albita, sericita, anhidrita, apatito y
ocasionalmente rutilo. Los feldespatos potásicos en la zona potásica son
comúnmente rojizos en color debido a las diminutas inclusiones de hematita. Los
fluidos hidrotermales responsables de esta alteración son normalmente de pH
neutro a alcalino (Malvicini y Saulnier, 1979).
Alteración propilítica
Domina la asociación clorita-epidota dónde se presentan minerales como la
albita, calcita, pirita, y accesorios de cuarzo, magnetita e illita. La alteración
propilítica se presenta como halo gradacional y distal cercana a una alteración
potásica, con minerales graduados desde actinolita y biotita en la zona de
contacto a actinolita, y epidota en la zona propilítica (Barton, P.B. y Skinner, B.J.,
1979). A medida que se llega más al punto de la alteración se observan
asociaciones donde predominan la Epidota, Clorita, Albita y carbonatos gradando
a zonas con más abundancia en clorita y zeolitas hidratadas y cristalizadas en
bajas temperaturas. Estas características son el resultado de una gradiente termal
que disminuye desde el núcleo termal (alteración potásica) hacia afuera. Para que
esta alteración ocurra deben predominar condiciones de pH neutro a alcalino a
temperaturas bajas (200°- 250°C). La presencia de actinolita (280°- 300°C)
puede ser indicador de la zona de alteración propilítica interior.
Alteración fílica
O sericítica, está representada por el ensamblaje cuarzo-sericita-pirita, resumida
en las siglas (QSP). Sus fases minerales principales son el feldespato potásico,
caolinita, calcita, biotita, rutilo, anhidrita y apatito. Se puede presentar una
variación hacia la alteración potásica por medio del incremento en las cantidades
de feldespato potásico y hacia la argílica por el aumento de minerales arcillosos.
(Barton y Skinner, 1979).
Esta alteración ocurre normalmente entre valores de pH de 5 a 6 sobre los 250°C.
Cuando el medio tiene temperaturas más bajas de 200 a 250 C° se da la illita y en
variaciones pequeñas a esta, se da la illita-smectita. A temperaturas sobre los
450°C el corindón aparece en asociación con sericita y andalucita (Barnes y
Czamanske, 1967). En esta alteración pueden aparecer micas como la paragonita,
estableciéndose como un mineral dominante y otras micas como la roescolita y la
fuchsita. A este tipo de alteración se le atribuye como principal formador la
desestabilización de feldespatos cuando hay presencia de H+, OH-, K y S dando
como resultado cuarzo, mica blanca, pirita y algo de calcopirita.
Alteración greisen
Se da normalmente en stocks o láminas de granito que son emplazadas de forma
interna en formaciones sedimentarias arenosas y arcillosas las cuales se
encuentran previamente asociadas con minerales de Sn y W.
La alteración greisen se asocia a facies neumatolíticas de rocas graníticas y ocurre
a temperaturas mayores de 250ºC generalmente en las porciones apicales o
cúpulas de batolitos graníticos donde se atribuye a la acumulación de volátiles
provenientes del magma o por incorporación de fluidos provenientes de la
deshidratación de las rocas intruidas.
Alteración argílica
Se caracteriza por la presencia de minerales arcillosos como el caolín con
diferentes cantidades de cuarzo. Al tener metasomatismo de H+ intenso y lavados
con pH muy ácidos, varía gradualmente hacia las partes internas en zonas fílicas y
externamente hacia alteraciones propilíticas (Rose y Burt, 1979). Esta alteración
resulta muy útil como guía de mineralización y sus ambientes principales son
sistemas epitermales y pórfidos.
Alteración argílica avanzada
En esta los feldespatos se destruyen totalmente, la alteración da paso a minerales
como alunita y en otros casos la caolinita. Esta alteración sucede cuando las rocas
sufren de hidrólisis extrema donde los enlaces de aluminio se rompen en los
silicatos dando como resultado la formación de la alunita y óxidos de aluminio.
En algunos otros casos extremos la roca se transforma llegando a poseer una
textura “vuggy silica” o masa de sílice oquerosa de residuo. Las condiciones de
formación son de pH ácidos a altas temperaturas donde pequeñas variaciones
pueden dar como resultado diferentes aleaciones minerales.
Bibliografía
-Barnes, H.L. y Czamanske, G.K. (1967). Solubilities and Transport of Ore
Minerals. En: Geochemistry of Hydrothermal Ore Deposits, Primera Edición,
Hubert L. Barnes (ed.), Holt, Rinehart, and Winston Inc. Publication, 334-381.
-Barton, P.B. y Skinner, B.J. (1979). Sulfide Mineral Stabilities. En: Geochemistry
of Hydrothermal Ore Deposits, Segunda Edición, Hubert L. Barnes (ed.), Wiley
Interscience Publication, 278-403.
-Malvicini, L. y M. E. Saulnier (1979). Textura de depósitos minerales. Asoc. Arg.
de min. Petr. y sedim., Serie Didáct. N°3.
-Rose, A.W. y Burt, D.M. (1979). Hydrothermal Alteration. En: Geochemistry of
Hydrothermal Ore Deposits, Segunda Edición, Hubert L. Barnes (ed.), Wiley
Interscience Publication, 173-235.

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