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SISTEMA MUSCULO
ESQUELETICO
Medicina Estomatológica
MANEJO ODONTOLOGICO
El manejo clínico de la osteomielitis crónica es farmacológico y clínico, mediante la
prescripción de antibióticos y el desbridamiento quirúrgico de la zona afectada.
A pesar de los avances en el tratamiento antibiótico y quirúrgico, la tasa de
recurrencia a largo plazo ha permanecido alrededor del 20 %.
La terapia antibiótica suele ser la primera en ser dispuesta por un periodo de
cuatro a seis semanas de administración parenteral.
La razón de ser de este régimen es que se requieren de tres a cuatro semanas
para que el hueso se revascularice.
Sin embargo, no existe un consenso de cuáles regímenes utilizar ni por cuánto
tiempo.
La elección del régimen antibiótico debe basarse en la sensibilidad del o de los
microorganismos o agentes etiológicos, así como en la seguridad de su uso a
largo plazo, el costo y la practicidad del protocolo.
RAQUITISMO HIPOFOSFATÉMICO.
El raquitismo hipofosfatémico (RH), también conocido como raquitismo resistente
a la Vitamina D, hipofosfatemia familiar o hereditaria, diabetes fosfato o raquitismo
refractario es una enfermedad hereditaria ligada al cromosoma X que se
caracteriza por un disturbio metabólico del calcio y fosfato, que ocasiona una
calcificación defectuosa de las estructuras mineralizadas como huesos y dientes.
La fisiopatología de la enfermedad consiste en una disminución en la reabsorción
del fosfato a nivel del túbulo proximal del riñón que ocasiona pérdida del fosfato a
través de la orina y, por lo tanto una hipofosfatemia persistente, a la que se le une
una anomalía de la reabsorción intestinal de calcio y fosfato.
Los bajos niveles de fosfato en sangre ocasionan un defecto en la mineralización
ósea con signos y síntomas de raquitismo que frecuentemente son evidentes entre
los primeros 18 meses de edad.
Al ser una enfermedad hereditaria con una transmisión dominante ligada al
cromosoma sexual X, el varón afectado transmite el gen responsable de la
enfermedad, localizado en la parte distal del brazo corto del cromosoma X.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
Los niños con raquitismo hipofosfatémico presentan arqueamiento de los
miembros inferiores que generalmente comienza en los 18 meses de edad, ya que
sus huesos empiezan a soportar la carga de su peso corporal al momento de
comenzar a caminar.
Estos pacientes presentan marcha de pato (anadeo), abombamiento del hueso
frontal por sinóstosis de la sutura sagital.
MANIFESTACIONES ORALES.
La enfermedad es responsable de un defecto en la mineralización de los dientes,
que ocasiona una dentina pobremente mineralizada y displásica, con una matriz
no calcificada que es llamada dentina globular, así como defectos tubulares que
alcanzan la unión amelodentinaria.
TRATAMIENTO.
El tratamiento médico consiste en la administración de fosfato oral en forma de
solución de fosfato neutro más vitamina D en forma de calcitriol.
OSTEOMALACIA.
Esta condición es el resultado de una deficiencia mineral primaria de la matriz
ósea que hace al hueso "blando" y puede causar su deformación.
En el caso de la osteomalacia, la masa ósea es normal, pero la mineralización
mediante depósito de cristales de hidroxiapatita, del tejido osteoide es deficiente,
consecuencia de una acumulación de osteoblastos (células que secretan la matriz
ósea).
La osteomalacia difiere de la osteoporosis, en la cual la masa ósea es deficiente,
pero la mineralización ósea es normal.
En niños, la osteomalacia es sinónimo de raquitismo.
Cualquier trastorno de la hormona paratiroidea (PTH) provoca que la densidad
mineral ósea disminuya, pues junto a la vitamina D es la encargada de la
regulación metabólica del calcio y del fósforo.
Por tal razón, cuando se altera el metabolismo del fosfato y de la vitamina D se
produce la osteomalacia, aunque hay otros problemas que también pueden causar
la desmineralización ósea, como es el caso de algunos medicamentos, trastornos
de la fosfatasa alcalina y otros relacionados con la matriz ósea.
SINTOMAS.
Los síntomas específicos de la osteomalacia son principalmente dolores en los
huesos que aparecen sin una causa aparente, o sea espontáneamente o pueden
ser causados por cualquier tipo de presión que haya sobre el lugar donde
aparecen.
También como muchas enfermedades reumáticas cursa con deformidades óseas,
debilidad muscular y fracturas patológicas.
TRATAMIENTO
El tratamiento de la osteomalacia es principalmente preventivo y una dieta diaria
balanceada ayuda a prevenir la deficiencia de calcio.
Esta ingesta es a través de alimentos tales como productos lácteos, pescado
grasos como el salmón o la trucha, los huevos, el hígado y bebidas fortificadas de
soja, etc, pero también se sugiere el consumo de algunas aguas minerales ricas
en calcio y fáciles de absorber.
Otra manera posible de obtener niveles de vitamina D es a través de la exposición
moderada al sol, ayudando al cuerpo a concebir biológicamente esta vitamina.
El aumento de la exposición al sol a menudo se recomienda para las personas con
osteomalacia.
OSTEOPOROSIS
La osteoporosis hace que los huesos se debiliten y se vuelvan quebradizos, en tal
medida que una caída o incluso una leve tensión, como agacharse o toser,
pueden causar una fractura.
Las fracturas relacionadas con la osteoporosis ocurren con mayor frecuencia en la
cadera, la muñeca o la columna vertebral.
La osteoporosis afecta a hombres y mujeres de todas las razas.
Pero las mujeres blancas y asiáticas, especialmente las mujeres mayores
posmenopáusicas, son las que corren mayor riesgo.
Los medicamentos, la dieta saludable y los ejercicios con pesas pueden ayudar a
prevenir la pérdida ósea o a fortalecer los huesos débiles.
SÍNTOMAS
Típicamente, las etapas iniciales de la disminución de la masa ósea no presentan
síntomas. Pero una vez que la osteoporosis debilita tus huesos, podrías tener
signos y síntomas que incluyen los siguientes:
Dolor de espalda, provocado por una vértebra fracturada o aplastada
Pérdida de estatura con el tiempo
Una postura encorvada
Un hueso que se rompe mucho más fácilmente de lo esperado
CAUSAS
Comparación entre el interior de un hueso sano y uno que se ha vuelto poroso
debido a la osteoporosis.
Los huesos se encuentran en un estado constante de renovación: se desarrollan
huesos nuevos y se descomponen los huesos viejos.
Cuando eres joven, el desarrollo de huesos nuevos es más veloz que la
descomposición en el cuerpo, por lo que la masa ósea aumenta.
Después de los 20 años, este proceso se ralentiza y la mayoría de las personas
alcanzan su masa ósea máxima a la edad de 30.
A medida que las personas envejecen, la masa ósea se pierde más rápido de lo
que se crea.
La probabilidad de desarrollar osteoporosis depende en parte de cuánta masa
ósea obtuviste en tu juventud.
La masa ósea máxima es en parte hereditaria y también varía según el grupo
étnico.
Cuanto mayor sea la densidad ósea máxima que adquieras, más tejido óseo
tendrás "en la reserva" y menor será la probabilidad de padecer osteoporosis
cuando envejezcas.
FACTORES DE RIESGO
Factores que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar osteoporosis, entre
otros, tu edad, raza, estilo de vida, así como tus afecciones y tratamientos
médicos.
Riesgos inalterables
Algunos factores de riesgo de osteoporosis están fuera de tu control, incluidos los
siguientes:
- Sexo. Las mujeres son mucho más propensas a desarrollar osteoporosis
que los hombres.
- La edad. Cuanto mayor sea tu edad, mayor será el riesgo de osteoporosis.
- Raza. Tienes mayor riesgo de padecer osteoporosis si eres blanco o de
ascendencia asiática.
- Antecedentes familiares. Tener un padre, madre o hermano con
osteoporosis te pone en mayor riesgo, especialmente si tu madre o padre
sufrieron fractura de cadera.
- Tamaño del cuerpo. Los hombres y las mujeres que tienen estructuras
corporales pequeñas tienden a correr un riesgo más alto debido a que
podrían tener menos masa ósea para utilizar a medida que envejecen.
COMPLICACIONES
Cómo la osteoporosis puede provocar que las vértebras se aplasten y
colapsen.
Fractura por compresión
Las fracturas óseas, particularmente en la columna vertebral o la cadera,
son las complicaciones más graves de la osteoporosis. Las fracturas de
cadera a menudo son causadas por una caída y pueden derivar en una
discapacidad e incluso un mayor riesgo de muerte dentro del primer año
después de la lesión.
En algunos casos, las fracturas de la columna vertebral pueden ocurrir
aunque no te hayas caído. Los huesos que componen la columna vertebral
(vértebras) pueden debilitarse hasta el punto de contraerse, lo cual puede
ocasionar dolor de espalda, pérdida de estatura y una postura encorvada
hacia adelante.
MANEJO ODONTOLÓGICO
Es importante que informe al dentista acerca de todos los medicamentos
que toma, ya que ciertos medicamentos pueden influir a la hora de decidir
qué tratamiento dental seguir.
En el caso de los agentes inhibidores de la resorción (medicamentos que
contribuyen a fortalecer los huesos), estos fármacos se han relacionado con
una extraña pero grave afección llamada osteonecrosis de la mandíbula,
que puede causar daños graves en el hueso de la mandíbula.
Algunos agentes inhibidores de la resorción, como Fosamax, Actonel,
Atelvia, Didronel y Boniva, se toman por vía oral para ayudar a prevenir o
tratar la osteoporosis (disminución de la densidad ósea) y la enfermedad
ósea de Paget, un trastorno que conlleva la destrucción y el crecimiento
anormal de los huesos, lo que puede causar deformidad. Otros agentes,
como Boniva IV, Reclast o Prolia, se administran mediante inyección. Se
recibe una dosis mayor y más frecuente de estos agentes como parte de
las terapias contra el cáncer a fin de aliviar el dolor óseo y la hipercalcemia
maligna (niveles de calcio anormalmente altos en la sangre), asociada con
el cáncer de mama metastásico, el cáncer de próstata y el mieloma
múltiple.
Los pacientes que toman agentes inhibidores de la resorción para el
tratamiento de la osteoporosis por lo general no necesitan evitar o posponer
el tratamiento dental. El riesgo de desarrollar osteonecrosis de la mandíbula
es muy bajo.
ALTERACIONES BUCALES EN PACIENTES OSTEOPOROTICOS
Reducción del reborde alveolar: existen diversos factores etiológicos de tipo
sistémico o general involucrados en la pérdida ósea alveolar, entre los
cuales se encuentran la nutrición, el desbalance hormonal y la Osteoporosis
postmenopáusica. Diversos investigadores han encontrado una relación
significativa entre una ingesta deficiente de calcio, baja relación calcio-
fósforo de la dieta y deficiencia de vitamina D con una severa resorción
ósea alveolar.
Disminución de la masa ósea y densidad ósea maxilar: Tanto la masa ósea
como la densidad ósea maxilar es significativamente mayor en una
población sana que en una osteoporótica. Se ha reportado la existencia de
una correlación positiva entre la densidad mineral de mandíbulas edéntulas
y la densidad ósea de huesos como el radio y el húmero.
Edentulismo: Se ha determinado que los individuos osteoporóticos tienen
una mayor pérdida de dientes que aquellos sanos.
Disminución del Espesor Cortical Oseo: Bras y col. (1982) señalan que
existe un aumento en la porosidad cortical de la mandíbula a medida que
avanza la edad. Las mujeres postmenopáusicas muestran un
adelgazamiento de la cortical del ángulo mandibular a nivel del gonion. Esto
constituye una medida de masa ósea sugerente de que está ocurriendo una
pérdida ósea esqueletal generalizada.
Alteraciones Periodontales: algunos estudios realizados no hallaron
diferencias entre el grupo normal y el osteoporótico, en cuanto a
mediciones periodontales. Estos resultados sugieren que la Osteoporosis
afecta al hueso maxilar y que las alteraciones periodontales aparecen como
procesos locales que no están influenciados por enfermedades óseas
esqueléticas. Sin embargo, se ha observado que aquellos individuos con
valores minerales esqueléticos altos conservan mayormente sus dientes y
tienen una menor tendencia a desarrollar sacos periodontales en
comparación con individuos osteoporóticos. Entonces los factores locales
pueden ejercer un efecto mayor sobre la enfermedad periodontal que los
factores sistémicos.
ARTRITIS REUMATOIDE
La artritis reumatoide es un trastorno inflamatorio crónico que puede afectar más
que solo las articulaciones.
En algunas personas, el trastorno puede dañar distintos sistemas corporales,
incluida la piel, los ojos, los pulmones, el corazón y los vasos sanguíneos.
La artritis reumatoide es un trastorno autoinmunitario que ocurre cuando el
sistema inmunitario ataca por error los tejidos del cuerpo.
A diferencia del daño por desgaste de la osteoartritis, la artritis reumatoide afecta
el revestimiento de las articulaciones y causa una hinchazón dolorosa que puede
finalmente causar la erosión ósea y la deformidad de las articulaciones.
La inflamación asociada a la artritis reumatoide es lo que también puede dañar
otras partes del cuerpo.
Si bien los medicamentos nuevos han mejorado las opciones de tratamiento en
gran medida, la artritis reumatoide grave aún puede causar discapacidades físicas.
SÍNTOMAS
Los signos y los síntomas de la artritis reumatoide pueden incluir:
Articulaciones sensibles a la palpación, calientes e hinchadas.
Rigidez articular que generalmente empeora por las mañanas y después de
la inactividad.
Cansancio, fiebre y pérdida del apetito.
La artritis reumatoide precoz tiende a afectar primero las articulaciones más
pequeñas, especialmente las que unen los dedos de las manos con las manos y
los dedos de los pies con los pies.
A medida que avanza la enfermedad, los síntomas suelen extenderse a las
muñecas, las rodillas, los tobillos, los codos, la cadera y los hombros.
En la mayoría de los casos, los síntomas se producen en las mismas
articulaciones en ambos lados de tu cuerpo.
La artritis reumatoide puede afectar muchas estructuras no articulares, incluido lo
siguiente:
Piel
Ojos
Los pulmones
Corazón
Riñones
Glándulas salivales
Tejido nervioso
Médula ósea
Vasos sanguíneos
Los signos y los síntomas de la artritis reumatoide pueden variar en gravedad e
incluso pueden aparecer y desaparecer.
Los períodos de mayor actividad de la enfermedad, denominados brotes, se
alternan entre períodos de remisión relativa, cuando la hinchazón y el dolor se
disipan o desaparecen.
Con el paso del tiempo, la artritis reumatoide puede provocar que las
articulaciones se deformen y salgan de lugar.
CAUSAS
Comparación de la artritis reumatoide y la artrosis.
La artritis reumatoide se produce cuando el sistema inmunitario ataca el
sinovial, el revestimiento de las membranas que rodean las articulaciones.
La inflamación resultante engrosa el sinovial, que finalmente puede destruir
el cartílago y el hueso dentro de la articulación.
Los tendones y ligamentos que mantienen unida la articulación se debilitan
y se estiran.
Gradualmente, la articulación pierde su forma y su alineación.
Los médicos no saben lo que inicia este proceso, aunque parece probable
que sea un componente genético.
Si bien los genes no causan artritis reumatoide, pueden hacerte más
vulnerable a los factores ambientales, como infección con determinados
virus y bacterias, que pueden desencadenar la enfermedad.
FACTORES DE RIESGO
1. Sexo. Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar artritis
reumatoidea.
2. La edad. La artritis reumatoide se puede producir a cualquier edad, pero
más frecuentemente comienza a mediana edad.
3. Antecedentes familiares. Si un familiar padece artritis reumatoide, el riesgo
de que padezcas la enfermedad puede ser mayor.
4. Tabaquismo. Fumar cigarrillos aumenta el riesgo de desarrollar artritis
reumatoide, especialmente si tienes una predisposición genética a
desarrollar la enfermedad.
5. Exposición ambiental. Aunque se entiende mal, algunas exposiciones,
como a asbestos o sílice, pueden aumentar el riesgo de desarrollar artritis
reumatoide.
6. Obesidad. Las personas, especialmente las mujeres de hasta 55 años, que
tienen sobrepeso o son obesas pareciera que presentan un mayor riesgo
de desarrollo de artritis reumatoide.
MANEJO ODONTOLÓGICO Y MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La manifestación clínica más característica de esta enfermedad es la inflamación
de la membrana sinovial (sinovitis), que se produce en las articulaciones.
La arquitectura de estas se puede alterar produciendo una disminución en su
capacidad funcional.
Es más frecuente en las articulaciones de las manos y los pies.
La artritis reumatoide puede producir manifestaciones a nivel orofacial como
afectación de la articulación temporomandibular, xerostomía, síndrome de Sjögren
secundario con sus respectivas manifestaciones y enfermedad periodontal entre
otras.
La primera connotación importante de esta enfermedad es la dificultad para la
higiene oral que presentan estos pacientes y que es debida a la pérdida de función
en las articulaciones de las manos.
Este hecho, sumado a la pérdida de saliva condicionará una mayor susceptibilidad
a las infecciones como la enfermedad periodontal y la caries.
En muchos estudios de la literatura se han identificado una posible relación entre
la enfermedad periodontal y la artritis reumatoide, donde se ha visto que los
pacientes con artritis reumatoide pueden tener una mayor incidencia de
enfermedad periodontal y viceversa.
Asimismo, también se ha propuesto que la severidad de la enfermedad periodontal
es mayor en estos pacientes.
Para evitar la aparición de estas infecciones orales recomendaremos extremar la
higiene oral y el uso del cepillo eléctrico, más fácil de manejar para estos
pacientes.
Realizaremos el tratamiento periodontal si procede y un mantenimiento continuado
del paciente.
Cuando exista evidencia de que el paciente presenta una hiposialia real, además
de las medidas anteriores realizaremos fluorizaciones.
Podemos añadir el uso de clorhexidina y recomendaremos a los pacientes beber
mucha agua y humedecer frecuentemente cavidad oral.
La estimulación de la saliva se puede hacer con caramelos, chicles sin azúcar, u
otros estimulantes de la secreción.
En casos más avanzados utilizaremos sialogogos como la pilocarpina o
sustitutivos salivales, aunque cuando los pacientes presenten síndrome de
Sjögren y una destrucción del parénquima glandular, estas medidas serán poco
efectivas.
Cuando el paciente presente este síndrome será importante vigilar la posible
aparición de linfomas en la glándula parótida.
En cuanto a las alteraciones de la articulación temporomandibular, en tratamiento
será sintomático en primer lugar, pudiendo utilizar otros recursos como la medicina
física, férulas, tratamiento bioconductual o incluso cirugía para colocar prótesis en
los casos más severos.