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02 Daños Resumen Corto GABY 2018 EFIP 2

Producción 2 (Universidad Empresarial Siglo 21)

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EJE TEMÁTICO PRIVADO VIII (DERECHO DE DAÑOS)

Sub-Eje Temático 1: PRESUPUESTOS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL.


 En el derecho de daños, la noción de responsabilidad civil es un concepto clave que implica la
obligación de indemnizar todo daño injustamente causado a otro. NO HAY RESPONSABILIDAD SIN
DAÑO.
 Los presupuestos son aquellas condiciones de existencia necesaria y suficiente para configurar el
nacimiento de la obligación de reparar.
 También se ha dicho que los presupuestos: “son los elementos que integran el supuesto fáctico
condicionante de consecuencias jurídicas con motivo de la producción de perjuicios".
 Los Presupuestos de la Responsabilidad civil son 4:
a. DAÑO; b. ANTIJURIDICIDAD; c. FACTOR DE ATRIBUCION; d. NEXO CAUSAL;

Desarrollamos cada presupuesto:


a. Daño Resarcible.
 Concepto: De su definición dependerán los límites cualitativos y cuantitativos del derecho del
damnificado y de la obligación de resarcir del sindicado como responsable, la doctrina señala que
uno de los grandes vacíos que presentaba el Código Civil de Vélez era una definición de daño
resarcible. El Código Civil y Comercial de la Nación suple tal omisión en el art. 1737.
ARTÍCULO 1737.- Concepto de daño. Hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no reprobado
por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio, o un derecho de incidencia
colectiva.

Requisitos:
ARTÍCULO 1739.- Requisitos. Para la procedencia de la indemnización debe existir un perjuicio directo o
indirecto, actual o futuro, cierto y subsistente. La pérdida de chance es indemnizable en la medida en que
su contingencia sea razonable y guarde una adecuada relación de causalidad con el hecho generador.
Entonces, para que el daño sea resarcible, debe ser: 1. Lesión a un simple interés no ilegítimo, 2. Cierto,
3. Personal y 4. Subsistente.
1. Lesión a un simple interés no ilegítimo: Para que el daño sea resarcible, éste deberá provenir de la
afectación a un interés no ilegítimo del damnificado. Antes de la vigencia del CCC y a la luz del Código
de Vélez, este tópico ha generado diversas posturas. Actualmente la norma refiere a un “derecho” o
un “interés no reprobado por el ordenamiento jurídico”.
2. El daño debe ser cierto: El daño es cierto cuando puede constatarse su existencia en forma
cualitativa, aun cuando no pueda determinarse su magnitud con precisión. Un daño cierto es lo
opuesto a un daño eventual o hipotético, que no es apto para generar resarcimiento.
3. El daño debe ser personal: Sólo la persona que sufre el perjuicio patrimonial o moral de modo directo
o indirecto se encuentra en posición de demandar la reparación. El daño personal puede ser directo o
indirecto. Es directo cuando el titular del interés afectado es la víctima del ilícito, mientras que es
indirecto cuando el perjuicio propio alegado por el acto es consecuencia de una afectación a bienes
patrimoniales o extrapatrimoniales de otra persona. Un ejemplo de daño directo sería el caso de que
una persona reclame el resarcimiento por una lesión psicofísica que él mismo experimentó; sería, en
cambio, daño indirecto el caso de que una persona demandara por el daño propio a raíz de la muerte
de su hija.

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4. Subsistencia del daño: El daño debe subsistir al momento de sentenciar. Por lo tanto, si el daño ha
sido indemnizado con anterioridad al dictado de la sentencia (sea por pago o por cualquiera de los
modos extintivos de las obligaciones), la pretensión de reparación no corresponde.
 Daño Patrimonial y Extra-patrimonial.
El daño experimentado por una persona puede ser de naturaleza patrimonial o extrapatrimonial,
también llamado moral.
El daño resarcible, como estudiamos antes, no es la lesión a un derecho de naturaleza patrimonial o
extrapatrimonial, ni a un interés de esa índole.
 Daño Patrimonial: es el detrimento de valores económicos o patrimoniales.
 Daño Extrapatrimonial o Moral: es una minoración en la subjetividad de la persona de existencia
visible.
Ejemplo: en un mismo hecho dañoso –como puede ser la mutilación de ambas piernas en un joven con
motivo de un accidente laboral, va a generar daño patrimonial consistente en el daño emergente (gastos
hospitalarios, prótesis, atención médica, etc.), lucro cesante (el salario que deje de percibir), y el daño
moral, consistente en la minoración subjetiva sufrida, el detrimento en su forma de sentir y pensar.
 ARTÍCULO 1738.- Indemnización (patrimonial). La indemnización comprende la pérdida o disminución
del patrimonio de la víctima, el lucro cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la
probabilidad objetiva de su obtención y la pérdida de chances.
Incluye especialmente las consecuencias de la violación de los derechos personalísimos de la víctima, de
su integridad personal, su salud psicofísica, sus afecciones espirituales legítimas y las que resultan de la
interferencia en su proyecto de vida.
 ARTÍCULO 1741.- Indemnización de las consecuencias no patrimoniales. Está legitimado para
reclamar la indemnización de las consecuencias no patrimoniales el damnificado directo. Si del hecho
resulta su muerte o sufre gran discapacidad también tienen legitimación a título personal, según las
circunstancias, los ascendientes, los descendientes, el cónyuge y quienes convivían con aquél
recibiendo trato familiar ostensible.
La acción sólo se transmite a los sucesores universales del legitimado si es interpuesta por éste.
El monto de la indemnización debe fijarse ponderando las satisfacciones sustitutivas y compensatorias
que pueden procurar las sumas reconocidas.
Podemos decir que lo que se computa al indemnizarse la disminución sufrida por la víctima es:
a) El lesivo desequilibrio espiritual que la invalidez supone (daño moral), que trataremos en otro
apartado; b) las erogaciones que demanda la pérdida o deterioro en la victima (daño emergente) y;
c) las ganancias dejadas de percibir o afectación de las aptitudes productivas de la persona (lucro cesante
y pérdida de chance).
 El daño emergente consiste en el perjuicio o menoscabo efectivamente sufrido, en el
empobrecimiento disminución o minoración patrimonial que produjo el hecho dañoso. Así por
ejemplo en relación a las erogaciones que implica el daño material tenemos los gastos médicos,
farmacéuticos y por transporte, el lucro cesante se configura con la pérdida del enriquecimiento
patrimonial razonablemente esperado, entendido como una frustración de ventajas, utilidades o
ganancias.
 En la perdida de chances lo que se frustra es la probabilidad o expectativas de ganancias futuras.
Aquí no se indemniza todo el beneficio o ganancia esperada por la victima (pues eso es lucro
cesante) sino que el objeto es indemnizar la oportunidad perdida. Ejemplo de pérdida de chance es el
jugador de futbol que no puede continuar con su carrera profesional.

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 Daño moral. El daño moral es la minoración en la subjetividad de la persona, que la afecta


dañosamente en el espíritu, en su desarrollo y en su capacidad de entender, querer o sentir, con
motivo de una lesión a un interés no patrimonial. En consecuencia, podemos decir que la persona
padece un modo de estar diferente y “anímicamente perjudicial”

b. Antijuridicidad.
 Concepto. Una acción antijurídica es aquella que resulta contraria al ordenamiento jurídico
integralmente considerado.
La acción a la cual nos referimos es una conducta, ya sea comisiva u omisiva, que provoca un resultado.
Para ello no se requiere la voluntariedad de la persona. Dentro de este concepto quedan incluidos los
actos habituales e instintivos, y excluidos los actos reflejos o que provengan de estados de inconsciencia
o fuerza irresistible.
ARTÍCULO 1717.- Antijuridicidad. Cualquier acción u omisión que causa un daño a otro es antijurídica si no
está justificada.
 Antijuridicidad formal y material.
La antijuridicidad formal se manifiesta cuando la acción es contraria a una prohibición jurídica, sea de
comisión (hacer) u omisión (no hacer). La antijuridicidad sustancial (material) tiene un sentido más
amplio, ya que comprende no sólo las prohibiciones expresas, sino también las que se infieren de
principios fundamentales como el orden público, la moral, las buenas costumbres, etc.

c. Factor de Atribución.
 Concepto.
El factor de atribución constituye el elemento valorativo (axiológico) en virtud del cual el ordenamiento
jurídico dispone la imputación de las consecuencias dañosas del incumplimiento obligacional o de un
hecho ilícito stricto sensu a una determinada persona
Los factores de atribución pueden ser clasificados en subjetivos u objetivos. Entre los primeros están la
culpa y el dolo, mientras que los más relevantes de la segunda categoría son el riesgo creado, la garantía,
el deber calificado de seguridad y la equidad.
ARTÍCULO 1721.- Factores de atribución. La atribución de un daño al responsable puede basarse en
factores objetivos o subjetivos. En ausencia de normativa, el factor de atribución es la culpa.

 Factor Subjetivo. Dolo y Culpa.


ARTÍCULO 1724.- Factores subjetivos. Son factores subjetivos de atribución la culpa y el dolo. La culpa
consiste en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las circunstancias de
las personas, el tiempo y el lugar. Comprende la imprudencia, la negligencia y la impericia en el arte o
profesión. El dolo se configura por la producción de un daño de manera intencional o con manifiesta
indiferencia por los intereses ajenos.
1. Dolo: Según la nueva norma, el dolo se configura por la producción de un daño de manera
intencional o con manifiesta indiferencia por los intereses ajenos. El actuar con “indiferencia”
significa aquel comportamiento que "no importa que se haga de una u otra forma".
2. Culpa. Requisitos: requisitos para que la misma se configure:
a) La omisión de realizar la conducta que exige la naturaleza de la obligación.
b) La ausencia de propósito deliberado de incumplir o de causar un daño.
La culpa se puede manifestar como:

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a) Negligencia (art. 1724 CCC), la cual consiste en no prever lo que es previsible, o en caso de hacerlo, no
adoptar la diligencia necesaria para la evitación del daño. Es una conducta omisiva de cierta actividad,
que en caso de realizarla hubiera sido apta para evitar el daño.
b) Imprudencia: implica una conducta positiva, precipitada o irreflexiva que es llevada sin prever sus
consecuencias.
c) Impericia: consiste en la incapacidad técnica para la ejecución de una determinada función, profesión o
arte.
 Factor Objetivo. Concepto, clases.
ARTÍCULO 1722.- Factor objetivo. El factor de atribución es objetivo cuando la culpa del agente es
irrelevante a los efectos de atribuir responsabilidad. En tales casos, el responsable se libera demostrando
la causa ajena, excepto disposición legal en contrario.
Los factores objetivos de atribución se caracterizan por:
a) Fundar la atribución del incumplimiento obligacional y la responsabilidad que de él deriva, o la
responsabilidad que emerge de hechos ilícitos stricto sensu, en parámetros objetivos de imputación;
b) Con total abstracción de la idea de culpabilidad.

1. La teoría del riesgo. Distintas vertientes. Aplicaciones. Artículos 1757 y 1758 del Código Civil y Comercial.
a) La teoría del riesgo creado. Según esta teoría, quien es dueño o se sirve de cosas o realiza actividades
que, por su naturaleza o modo de empleo, producen riesgos potenciales a terceros, debe responder por
los daños que ellas ocasionen. En consecuencia, el factor de atribución que rige es objetivo y es una
contrapartida del riesgo creado.
Éste es el criterio que sostienen Pizarro y Vallespinos, consagrado en los arts. 1757 y 1758. En efecto, la
persona que introduce en la sociedad un factor de riesgo responde objetivamente por el daño causado,
se beneficie o no con el mismo.
De acuerdo a lo expuesto quedan incluidos en la esfera del riesgo creado:
 los daños causados por el riesgo o vicio de la cosa (art. 1757);
 los daños causados al consumidor por el vicio o defecto de la cosa o en la prestación del servicio (art.
40 de la ley 24240);
 los daños derivados de actividades riesgosas (art. 1757);
 los daños derivados de residuos peligrosos; la responsabilidad del propietario de una mina (art. 58 del
Código de Minería);
 la responsabilidad del explotador o de quien usa una aeronave.
 Algunos juristas también incluyen a la responsabilidad de las personas jurídicas y la del principal por el
hecho de sus dependientes.

b) La doctrina del riesgo-beneficio. Según esta doctrina, se debería responder objetivamente por
cualquier riesgo creado, siempre que permita alcanzar un beneficio. En consecuencia, si dicho beneficio
no está presente, no se debería responder objetivamente.
c) La doctrina del acto anormal. De acuerdo a esta línea de pensamiento, quien incorpora a la sociedad
un riesgo no debe responder objetivamente por todas las consecuencias perjudiciales que deriven de él,
sino por aquellas que excedan la “normalidad”.

2. La seguridad y la garantía:

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Cierta doctrina considera que la garantía constituye un factor de atribución objetivo autónomo. Dentro
de este esquema, se suelen mencionar, en el ámbito extracontractual, la responsabilidad del principal por
el hecho del dependiente (art. 1753) y la obligación de seguridad, incluida con carácter general y
accesorio, de manera tácita, en ciertos contratos, para preservar a las personas y a su propiedad contra
los daños que puedan ocasionarse al momento de ejecutarlo (ejemplo: contrato de espectáculos
deportivos, contratos médicos, etc.). Esta obligación de garantía se encuentra presente en todos los
contratos de consumo, sin importar aquí la idea del contrato en sí misma. Lo que importa para la norma
es la protección del consumidor. Conforme lo cual, la responsabilidad será de tipo objetiva, sea que el
daño tenga o no origen en un contrato. De tal modo, también quedan incluidos dentro de la obligación
de garantía los daños que el deudor pueda causar al acreedor por medio de los terceros que introduzca a
fin de ejecutar la prestación
ARTÍCULO 1753.- Responsabilidad del principal por el hecho del dependiente. El principal responde
objetivamente por los daños que causen los que están bajo su dependencia, o las personas de las cuales
se sirve para el cumplimiento de sus obligaciones, cuando el hecho dañoso acaece en ejercicio o con
ocasión de las funciones encomendadas.
La falta de discernimiento del dependiente no excusa al principal.
La responsabilidad del principal es concurrente con la del dependiente
3. La equidad:
ARTÍCULO 1750.- Daños causados por actos involuntarios. El autor de un daño causado por un acto
involuntario responde por razones de equidad. Se aplica lo dispuesto en el artículo 1742.
ARTÍCULO 1742.- Atenuación de la responsabilidad. El juez, al fijar la indemnización, puede atenuarla si es
equitativo en función del patrimonio del deudor, la situación personal de la víctima y las circunstancias
del hecho. Esta facultad no es aplicable en caso de dolo del responsable.
Para que se configure el segundo supuesto regulado (equidad), es necesario:
 Que exista un acto involuntario.
 Que cause daño a un tercero.
 Que medie relación causal adecuada entre ambos elementos.

d. Nexo de Causalidad.
Concepto: La relación de causalidad es la necesaria conexión fáctica que debe existir entre la
acción humana y el resultado dañoso producido. La relación de causalidad es el nexo que vincula
materialmente y de manera directa al incumplimiento obligacional o al acto ilícito con el daño, y en forma
sucedánea e indirecta, a éste con el factor de atribución.
La relación de causalidad tiene una doble importancia:
1. Determinar la autoría. La relación de causalidad permite determinar, con rigor científico, cuándo
un daño es pasible de ser atribuido materialmente a la conducta de un sujeto determinado. Esto se
conoce como imputatio facti. Esta operación nos revela la autoría del daño, lo cual permite
determinar quién responderá por el daño causado.
2. Adecuación. Provee, asimismo, los parámetros objetivos para determinar la extensión del
resarcimiento mediante un régimen predeterminado de imputación de consecuencias (arts. 1726 y
1727). De tal modo, se determina hasta qué punto debe responder el autor material por el daño
causado.
Teorías.
Teorías sobre la relación de causalidad:

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1. De la equivalencia de las condiciones: Atribuida a Stuart Mill, quien considera que la causa es el
resultado de todas las condiciones positivas y negativas que en conjunto contribuyen a producir el
daño.
 Toda condición que contribuye a producir el daño tiene igual valor.
 Ha sido objeto de justas críticas, porque amplía la responsabilidad hasta el infinito; se podría
pensar en cuáles son las causas de las causas.
2. De la causa próxima: Atribuida a Francis Bacon, busca una condición entre todas a fin de elevarla a la
categoría de causa. Considera que es tal, la condición más próxima al resultado en orden cronológico.
 Ha recibido diversas críticas, ya que, si bien es frecuente que la última condición sea la causa, esto
no siempre es cierto.
3. Teorías de la condición preponderante y de la condición eficiente: Estas dos teorías se encuentran
muy ligadas entre sí.
 La teoría de la condición preponderante sostiene que es causa del daño aquella condición que
rompe con el equilibro entre los factores considerados favorables y adversos para su producción,
influyendo de modo preponderante en el resultado.
 La teoría de la causa eficiente no difiere mayormente de la anterior, considerando la causa a
aquella condición que tenga mayor poder intrínseco de causación del fenómeno.
 Se les critica a ambas teorías la imposibilidad de escindir materialmente un resultado para atribuir
a una condición per se un poder causal decisivo.
4. Teoría d la causalidad adecuada: Es la teoría de mayor predicamento en la actualidad.
 Atribuida a Luis von Bar y desarrollada por von Kries.
 La adecuación de la causa está ligada a la idea de regularidad, a lo que normalmente acostumbra
a suceder.
 El juicio de probabilidad es realizado ex post facto y en abstracto.
 Atiende a lo que sucede conforme al curso normal y ordinario de las cosas.
 El juicio de probabilidad se realiza en abstracto. Sin embargo, la misma puede ser agravada
cuando la previsibilidad del agente sea superior (derogado art. 902 del CC y actual art. 1722,
primer párrafo, del CCC).
Consecuencias:
Reza el art. 1726: "Relación causal. Son reparables las consecuencias dañosas que tienen nexo adecuado
de causalidad con el hecho productor del daño. Excepto disposición legal en contrario, se indemnizan las
consecuencias inmediatas y las mediatas previsibles".
 Las consecuencias de un hecho que acostumbran a suceder según el curso natural y ordinario de
las cosas, se llaman en este Código "consecuencias inmediatas".
 Las consecuencias que resultan solamente de la conexión de un hecho con un acontecimiento
distinto, se llaman consecuencias "mediatas".
 Las consecuencias mediatas que no pueden preverse se llaman "consecuencias casuales".
En síntesis: en materia de relación causal, el Código Civil y Comercial adopta como principio general la
teoría de la causalidad adecuada (art. 1726), que se funda en un parámetro objetivo de comparación: hay
que establecer, en cada caso, si era previsible que cierto hecho generara determinado resultado, de
acuerdo a lo que habría previsto un hombre medio en el momento del hecho.

De lo cual deriva que en el nuevo Código –en materia de responsabilidad civil- podemos observar los
siguientes supuestos:

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a) Responsabilidad por el hecho propio o responsabilidad directa. En estos casos, se observa la


conexión establecida entre la acción del agente y el daño (art. 1749 del CCC). Por ejemplo, quien, con un
golpe de puño, causa un daño a la víctima, la relación de causalidad es muy simple y vincula directamente
al agente con el daño.
b) Responsabilidades reflejas. La responsabilidad por el hecho de terceros (arts. 1753 a 1756). Se
engloban las hipótesis de responsabilidad civil por el hecho de otros: por el actuar de subordinados, hijos,
delegados en el ejercicio de la responsabilidad parental, tutelado, curado y personas internadas.
Para la responsabilidad refleja, se utiliza de ejemplo la responsabilidad de los padres por los daños
causados por sus hijos menores de edad (art. 1754); se considera que ellos son los autores mediatos
del daño causado por los últimos. En consecuencia, la causa inmediata es la acción del menor, mientras
que la causa mediata es la negligencia en la vigilancia por parte de los progenitores.
c) Responsabilidad objetiva por el hecho de un tercero. En estos casos (v. g., responsabilidad del
principal por el hecho del dependiente, art. 1753 CCC), la relación de causalidad debe ser indagada en
relación a la acción del dependiente y el daño. Si se acredita la misma, ésta se traslada directamente al
principal. Éste último no es un autor mediato, sino un garante de la actuación del dependiente.
d) Responsabilidad por daños derivados de la intervención de cosas y de ciertas actividades. La ley
dispone que responden frente a la víctima del daño tanto el guardián como el dueño de la cosa (art.
1758). Lo que primero debe cuestionarse es si el daño fue provocado por el riesgo o vicio de la cosa
(art.1757). Si se comprueba ese hecho, la ley presume la relación de causalidad entre el daño y el riesgo
creado por el dueño o el guardián de la cosa. La única forma en que pueden liberarse estos últimos es
por la acreditación de la ruptura del nexo causal, tal como veremos más adelante, cuando estudiemos
las eximentes.
e) La responsabilidad colectiva y anónima. El nuevo Código establece tres artículos destinados a regular
estos supuestos.
Art.1760: resuelve el supuesto de las cosas caídas o arrojadas de un edificio. La norma responsabiliza
solidariamente a los dueños y ocupantes de la parte de donde cayó o fue arrojada la cosa y sólo se libera
quien demuestre que no participó en la producción del daño.
Art. 1761: el daño es cometido por un autor anónimo que pertenece a un grupo identificado. El grupo está
identificado pero no el sujeto. En este caso responden solidariamente todos los integrantes, lo cual es
razonable en tanto no está identificado el agente. Pero regula una excepción, para quien demuestre que
no ha contribuido a la producción del daño.
Art. 1762: es un supuesto trabajado en la doctrina. La barra brava del fútbol. En este caso, la
responsabilidad también es solidaria de todos los integrantes y sólo se libera quien demuestra que no
integraba el grupo.
En estos tres casos de la relación de causalidad, tratándose de una responsabilidad grupal, existe una
presunción de causalidad a nivel de autoría, por lo que se tendrían que probar, para la eximición total o
parcial, algunas de las causales de eximición descriptas en los arts. 1729, o 1730, o 1731.

e. Eximentes.
Las eximentes son circunstancias que operan enervando la antijuridicidad, la relación de causalidad o los
factores de atribución. Las mismas poseen gran importancia, ya que pueden aminorar o eximir la
responsabilidad por daño al sindicado como responsable.

1) EXIMENTES VINCULADAS CON LA ANTIJURIDICIDAD. LAS CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN.

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 Definición: Las causas de justificación: enervan la antijuridicidad de la conducta y, bajo


ciertas circunstancias, pueden actuar como eximentes de la responsabilidad.
El nuevo Código menciona como causales de justificación o elementos negativos de la antijuridicidad, en
los arts. 1718, 1719 y 1720: Queda entonces regulado: legítima defensa; estado de necesidad; ejercicio
regular de un derecho o el cumplimiento de un obligación legal; asunción de riesgos; consentimiento del
damnificado.
Clasificación:
⇒ Supuestos del Artículo 1718 del Código Civil y Comercial de la Nación.
ARTÍCULO 1718.- Legítima defensa, estado de necesidad y ejercicio regular de un derecho. Está
justificado el hecho que causa un daño:
a) en ejercicio regular de un derecho;
b) en legítima defensa propia o de terceros, por un medio racionalmente proporcionado, frente a una
agresión actual o inminente, ilícita y no provocada; el tercero que no fue agresor ilegítimo y sufre daños
como consecuencia de un hecho realizado en legítima defensa tiene derecho a obtener una reparación
plena;
c) para evitar un mal, actual o inminente, de otro modo inevitable, que amenaza al agente o a un tercero,
si el peligro no se origina en un hecho suyo; el hecho se halla justificado únicamente si el mal que se evita
es mayor que el que se causa. En este caso, el damnificado tiene derecho a ser indemnizado en la medida
en que el juez lo considere equitativo.
1. Ejercicio regular de un derecho: El primer párrafo del artículo 10 del CCC establece que “El ejercicio
regular de un derecho propio o el cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como
ilícito ningún acto”. La norma implica que el ejercicio regular de un derecho, dentro de los límites
reconocidos por el ordenamiento jurídico, se considera un obrar lícito. En consecuencia, en principio,
la causación de un daño a un tercero, en esas circunstancias, no sería indemnizable.
2. Legítima defensa: La actual norma del CCC la regula expresamente como causa de justificación y
exime de responsabilidad a quien causa un daño: “en legítima defensa propia o de terceros, por un
medio racionalmente proporcionado, frente a una agresión actual o inminente, ilícita y no provocada;
el tercero que no fue agresor ilegítimo y sufre daños como consecuencia de un hecho realizado en
legítima defensa tiene derecho a obtener una reparación plena.
Para que opere esta causa de justificación, es necesario:
a) Que exista una agresión ilegítima.
b) Que la misma recaiga sobre la persona o bienes materiales o morales de quien se defiende.
d) El medio utilizado para impedir o rechazar la acción debe ser razonable.
e) No debe haber existido provocación por parte de quien se defiende.
La aplicación de esta causa de justificación en materia obligacional es irrelevante.
3. Estado de necesidad: En el inc. “c” del art. 1718 se hace referencia al estado de necesidad que se
configura cuando se causa un mal menor para evitar un mal mayor, según la clásica definición. El
inciso contempla la posibilidad de que el juez conceda una indemnización de equidad.

Otras causales de justificación:


4. El cumplimiento de una obligación legal: Esta causa de justificación de carácter genérico aparece
igualmente en el art. 10 del CCC. Asimismo, individualiza ciertos supuestos del Código Penal, el
cumplimiento de un deber, el ejercicio de una autoridad o cargo (art. 34 inc. 4 del CP) y la
obediencia debida (art. 34 inc. 5 del CP). En los supuestos mencionados, la ley impone una

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determinada conducta al agente, y por tal razón, quien la ejecute sin incurrir en excesos está
justificado.
5. Artículo 1719. Asunción de riesgos: Si bien la incluimos en este punto, referido a las causales de
justificación que obstan la antijuridicidad, la asunción de riesgos no es causal de justificación, y el
legislador se encargó de dejarlo claro. Asunción de riesgos. La exposición voluntaria por parte de la
víctima a una situación de peligro no justifica el hecho dañoso ni exime de responsabilidad a menos
que, por las circunstancias del caso, ella pueda calificarse como un hecho del damnificado que
interrumpe total o parcialmente el nexo causal.
6. Artículo 1720. Consentimiento del damnificado: Sin perjuicio de disposiciones especiales, el
consentimiento libre e informado del damnificado, en la medida en que no constituya una cláusula
abusiva, libera de la responsabilidad por los daños derivados de la lesión de bienes disponibles”. En
principio, el consentimiento del damnificado excluye la antijuridicidad del comportamiento de autor
del daño, salvo cuando éste sea contrario a la ley, a la moral o a las buenas costumbres y al orden
público.

2) EXIMENTES VINCULADAS CON EL FACTOR DE ATRIBUCIÓN:


Las eximentes vinculadas con el factor de atribución se distinguen según se trate de un factor objetivo o
subjetivo.

a) Respecto de las eximentes vinculadas con el FACTOR SUBJETIVO DE ATRIBUCIÓN, se


admiten las siguientes.
 LA CAUSAS DE INIMPUTABILIDAD: Eximen de responsabilidad: el error de hecho esencial (art. 265
del CCC), el dolo y la violencia o intimidación (arts. 271 y 276 del CCC). Cuando se comprueba alguna
de estas circunstancias, el acto no posee intención ni libertad, respectivamente, eliminándose la
voluntariedad del acto, sobre la cual se asienta el reproche de culpabilidad.
 LA NO CULPA O FALTA DE CULPA COMO EXIMENTE: La prueba de un actuar diligente, de
acuerdo al objeto de la obligación y en función a las circunstancias de persona, tiempo y lugar,
puede constituirse en eximente (art. 1724). Dentro del sistema de responsabilidad subjetiva, basado
en la idea de culpa, debe alcanzar al sindicado como responsable la prueba de la no culpa para
liberarse. Por el contrario, en un esquema de responsabilidad objetiva, la prueba de la no culpa es
insuficiente, ya que el sindicado como responsable deberá probar la ruptura del nexo causal para
liberarse. Esto lo puede lograr probando el caso fortuito, el hecho de un tercero extraño o del
damnificado.

3) EXIMENTES VINCULADOS CON LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD; Y LOS FACTORES OBJETIVOS DE


ATRIBUCIÓN. LA CAUSA AJENA.
La necesaria relación causal que debe existir entre la conducta y el daño puede verse suprimida o
aminorada en sus efectos por la presencia de factores externos. En el primer caso hablamos de
interrupción del nexo causal, mientras que en el segundo nos encontramos frente a una concausa.
En el caso de interrupción del nexo de causalidad, el sindicado como responsable se verá eximido de
responsabilidad civil, ya que él no habrá sido el autor del mismo. En el supuesto de la concausalidad, ésta
aminorará la responsabilidad civil del sindicado como responsable, ya que el daño no será causado
solamente por el actuar del mismo, sino por la concurrencia de su actuar con otro factor (concausa).

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En efecto, la ausencia total o parcial de relación de causalidad generará la ausencia total o parcial de
responsabilidad civil.
El nuevo Código Civil y Comercial regula las siguientes situaciones:
3.1 HECHO DEL DAMNIFICADO. La responsabilidad puede ser excluida o limitada por la incidencia del
hecho del damnificado en la producción del daño, excepto que la ley o el contrato dispongan que debe
tratarse de su culpa, de su dolo, o de cualquier otra circunstancia especial.
Hecho del damnificado según el Código Civil y Comercial
Dice el art. 1729: Hecho del damnificado. La responsabilidad puede ser excluida o limitada por la
incidencia del hecho del damnificado en la producción del daño, excepto que la ley o el contrato
dispongan que debe tratarse de su culpa, de su dolo, o de cualquier otra circunstancia especial.
3.2 CASO FORTUITO. Fuerza mayor. Se considera caso fortuito o fuerza mayor al hecho que no ha podido
ser previsto o que, habiendo sido previsto, no ha podido ser evitado. El caso fortuito o fuerza mayor
exime de responsabilidad, excepto disposición en contrario. Este Código emplea los términos “caso
fortuito” y “fuerza mayor” como sinónimos. El Código Civil y Comercial, al igual que el Código de Vélez,
utiliza indistintamente los términos caso fortuito y fuerza mayor, asignándoles idénticos efectos, siendo
indiferente la alusión a uno u otro vocablo.
3.3 HECHO DE UN TERCERO.
Ruptura del nexo causal: Esta eximente aparece expresamente legislada en el art. 1731: “Hecho de un
tercero: Para eximir de responsabilidad, total o parcialmente, el hecho de un tercero por quien no se
debe responder debe reunir los caracteres del caso fortuito”.
Conforme la norma, el hecho de tercero constituye una causa ajena por la cual el agente no debe
responder. El tercero por quien no se debe responder debe ser una persona distinta del
responsable presunto (demandado) y de la víctima. Puede ser una persona física o jurídica, de carácter
público o privado

En síntesis: la responsabilidad civil puede ser excluida total o parcialmente por ciertas circunstancias que
se agrupan bajo la denominación de “causa ajena” y son:
 el hecho de la víctima,
 el hecho del tercero por quien no se deba responder y;
 el caso fortuito o la fuerza mayor.
Quedan al margen del concepto de tercero extraño por quien no se debe responder:
 Los daños causados por el dependiente en ejercicio o en ocasión de sus funciones, respecto del
principal.
 Los daños producidor por ciertas personas que, sin llegar a ser dependientes, tienen contacto
con la cosa por voluntad expresa o presunta del dueño o guardián.
 El fabricante de un producto elaborado no es tercero por quien el dueño o guardián no deban
responder cuando el daño se produce por un vicio de fabricación (art. 40 de la ley 24240).
 El guardián de la cosa no es un tercero por quien no deba responder el dueño.
 Aquellas personas por las que legalmente se debe responder (v. g., los menores de edad respecto
de los padres).
 Los auxiliares introducidos por el deudor para ejecutar la obligación.
En relaciona a la carga de la prueba, esta eximente no se presume; en consecuencia, deberá ser probada
por quien la invoca (art. 1736).
Para que opere esta eximente es necesaria la constatación de las siguientes circunstancias:

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a) Que el hecho del tercero tenga incidencia causal (exclusiva o concurrente).


b) Respecto del debate sobre el hecho o la culpa del tercero, la doctrina mayoritaria considera que es
necesaria la culpa del tercero. La posición que compartimos es que alcanza el mero hecho del tercero.
Esta última posición fue la recogida por el Código Civil y Comercial.
c) El hecho del tercero no debe ser imputable al demandado.

Sub-Eje Temático 2: FUNCIONES DEL DERECHO DE DAÑOS


a. Resarcitoria. Natura - Especie.
La reparación del daño consiste en “el cumplimiento de una obligación a cargo del responsable y
a favor del damnificado, que tiene por objeto resarcir el daño injustamente al acreedor” .
En este sentido, la reparación constituye, en una perspectiva netamente jurídica, el restablecimiento del
equilibrio preexistente que fuera alterado por el evento dañoso, y el cumplimiento de la justicia y la
equidad.
La finalidad de la reparación es netamente resarcitoria. Intenta resarcir el daño compensando el
menoscabo. El fundamento del resarcimiento está dado por el principio de justicia que impone dar a cada
uno lo suyo, debiendo restablecer el equilibrio alterado por el perjuicio causado.
ARTÍCULO 1740.- Reparación plena. La reparación del daño debe ser plena. Consiste en la restitución de
la situación del damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie.
 La víctima puede optar por el reintegro específico, excepto que sea parcial o totalmente imposible,
excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar en dinero.
 En el caso de daños derivados de la lesión del honor, la intimidad o la identidad personal, el juez
puede, a pedido de parte, ordenar la publicación de la sentencia, o de sus partes pertinentes, a costa
del responsable.
1. La reparación específica en especie o in natura: consiste en la ejecución de una obligación
(generalmente de hacer) que tiene por finalidad la de volver las cosas al estado en que se hallaban
antes de producirse el evento dañoso. Para que ello pueda producirse, deberán existir las
posibilidades materiales y jurídicas que lo permitan.
2. La reparación por equivalente: se traduce en la entrega de un equivalente a la víctima (normalmente
pecuniario) con entidad suficiente para la restauración del valor perjudicado.

b. Preventiva. Concepto. Deber general de no dañar.


ARTÍCULO 1710.- Deber de prevención del daño. Toda persona tiene el deber, en cuanto de ella dependa,
de:
a) Evitar causar un daño no justificado;
b) Adoptar, de buena fe y conforme a las circunstancias, las medidas razonables para evitar que se
produzca un daño, o disminuir su magnitud; si tales medidas evitan o disminuyen la magnitud de
un daño del cual un tercero sería responsable, tiene derecho a que éste le reembolse el valor de
los gastos en que incurrió, conforme a las reglas del enriquecimiento sin causa;
c) No agravar el daño, si ya se produjo.

 Acción preventiva prevista en el Código Civil y Comercial de la Nación.


ARTÍCULO 1711.- Acción preventiva.

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La acción preventiva procede cuando una acción u omisión antijurídica hace previsible la producción de
un daño, su continuación o agravamiento. No es exigible la concurrencia de ningún factor de atribución.
Se incorpora una norma que establece la legitimación a quien tiene "un interés razonable" (art. 1712); no
abarca a todos los damnificados indirectos, sólo a los directos (sea que sufrieron o pueden sufrir un
daño), respecto de los cuales se presume el interés para deducir la pretensión de prevención. Para los
damnificados indirectos, únicamente si demuestran, aun sumariamente, su interés.
Procede contra actos u omisiones antijurídicas, por lo que el hecho generador debe ser, en principio,
ilícito. Podría no estar excluido el caso de acto lícito dañoso o con potencialidad dañosa, aunque debe ser
apreciado más restrictivamente.

c. Sanción Pecuniaria Disuasiva.


 Nociones del anteproyecto de 2012.
La doctrina propone –tanto en el derecho comparado como en el derecho argentino- la adopción de
normas que permitan la aplicación de penas privadas que condenen a pagar valores por encima de los
daños y perjuicios, cuyo destinatario puede ser el estado, organizaciones de bien público o el propio
damnificado. La pena privada tiene existencia cuando, por disposición expresa de una ley o por voluntad
de las partes, se sancionan ciertos comportamientos graves mediante la imposición al responsable de un
monto pecuniario a favor del afectado o al estado u otro tercero.
 El nuevo Código Civil y Comercial presenta la regulación de las funciones del derecho de daños,
marcando así una diferencia con el Código Civil derogado.
Algo dijimos en el punto que antecede respecto de la modificación, sobre el texto del Anteproyecto, de la
función punitiva del derecho de dañoso representada por la llamada sanción pecuniaria disuasiva.
En efecto, el Congreso de la Nación eliminó del Proyecto la figura de la sanción pecuniaria disuasiva al
modificar el texto del art. 1708, suprimir el anterior art. 1714 y proceder a mantener en lo esencial el texto
del art. 1715 originario (referido a la punición excesiva), transformándolo en los actuales arts. 1714 y 1715.
Bueno es aquí decir que, de las tres funciones de la responsabilidad civil, la punitiva ha sido resistida en la
doctrina argentina. Algunos autores consideran que es una función propia del derecho penal y extraña al
derecho privado. Entendemos que esta doctrina no logra interpretar adecuadamente el sistema
normativo, pues la función punitiva del derecho de daños no sólo resulta beneficiosa como complemento
de las restantes funciones, sino que, además, el Código Civil de Vélez hoy derogado y el propio CCC
reconocen algunas figuras sancionatorias, tales como las astreintes (art. 666 bis del CC y actual 804 del
CCC70), la cláusula penal (art. 652 del CC y actual 790 del CCC71) y los daños punitivos de la ley de defensa
del consumidor, conforme la reforma de 2008.
 Daño punitivo en la Ley de Defensa del Consumidor.
El instituto de los daños punitivos ha sido definido como:
“sumas de dinero que los tribunales mandan a pagar a la víctima de ciertos ilícitos que se suman a las
indemnizaciones por daños realmente experimentados por el damnificado, que están destinados a punir
graves inconductas del demandado y a prevenir hechos similares en el futuro”.
El Art. 52 bis de ley 24240 (y su modificatoria 26361), Dice:
Daño punitivo. Al proveedor que no cumpla sus obligaciones legales o contractuales con el consumidor,
a instancia del damnificado, el juez podrá aplicar una multa civil a favor del consumidor, la que se
graduará en función de la gravedad del hecho y demás circunstancias del caso, independientemente de
otras indemnizaciones que correspondan. Cuando más de un proveedor sea responsable del
incumplimiento responderán todos solidariamente ante el consumidor, sin perjuicio de las acciones de

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regreso que les correspondan. La multa civil que se imponga no podrá superar el máximo de la sanción
de multa prevista en el art. 47, inc. b de esta ley.
Análisis de la Norma: Inapropiada la redacción, que, ateniéndonos al texto de la norma, el único requisito
para que proceda la aplicación de los daños punitivos sería la hipótesis de un incumplimiento de las
obligaciones del proveedor, sin necesidad de que haya mediado un factor subjetivo de atribución ni la
existencia de un daño efectivo o un lucro experimentado por el proveedor a raíz del evento. Ante estas
flaquezas, la doctrina ha intentado salvar por vía interpretativa sus deficiencias, aunque limitada
obviamente por los confines de la deficiente norma, Así es que la doctrina ha reinterpretado (contra
legis) la norma, considerando –con mejor criterio- que no puede bastar el sólo incumplimiento; es
necesario que se trate de una conducta grave que manifieste dolo o culpa grave.
Respecto del monto de la multa, encontramos el art. 47, inc. “b” de la ley 26361, que pareciera querer
subsanar la situación al dejar establecido un parámetro dentro del cual deben estar fijados los daños
punitivos. Se predica la inconstitucionalidad de la norma.
Con respecto al destino de la multa, es la víctima quien lo percibe. Cuestión que ha sido también criticada,
por cuanto hubiera sido preferible que el destinatario sea el estado.

Sub-Eje Temático 3: RESPONSABILIDAD DIRECTA.


a. Código Civil y Comercial de la Nación: Responsabilidad por el hecho propio. Concepto.
En este tipo de responsabilidad existe una conexión entre la acción del agente y el daño. Es responsable
directo quien incumple una obligación u ocasiona un daño injustificado por acción u omisión (art 1749).
Esta responsabilidad compromete al propio autor del hecho dañoso, ya sea que el daño lo cause a través
de la utilización de su cuerpo o de una cosa que está bajo su dominio.
 La responsabilidad por el hecho propio puede ser objetiva o subjetiva.
 La responsabilidad es subjetiva cuando se ve alcanzada por la presencia de culpabilidad probada o
presumida en la conducta del agente.
 Es objetiva cuando se fundamenta en un factor de atribución de tal naturaleza.
La figura de la responsabilidad directa, parte desde la capacidad como regla de las personas, en virtud de
la cual, en principio todos somos responsables directos por nuestros hechos dañosos, salvo que se
demuestre la involuntariedad del acto, aunque, en este último supuesto, se podrá ser responsable en
función de la indemnización de equidad prevista en el art. 1750.
Las causales de justificación de la antijuridicidad para la responsabilidad directa –como para el resto de
las figuras- se establecen en el art. 1718.
Responsabilidad directa:
ARTÍCULO 1749.- Sujetos responsables. Es responsable directo quien incumple una obligación u ocasiona
un daño injustificado por acción u omisión.
ARTÍCULO 1750.- Daños causados por actos involuntarios. El autor de un daño causado por un acto
involuntario responde por razones de equidad. Se aplica lo dispuesto en el artículo 1742. (Ver factores
objetivos).
El acto realizado por quien sufre fuerza irresistible no genera responsabilidad para su autor, sin perjuicio
de la que corresponde a título personal a quien ejerce esa fuerza.

b. Responsabilidad por el cómplice.


 Artículo 1752 del Código Civil y Comercial de la Nación.
Encubrimiento: El encubridor responde en cuanto su cooperación ha causado daño.

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El encubridor es el sujeto que nada ha prometido antes, pero que luego de la ejecución del ilícito ayuda a
eludir las investigaciones de la autoridad o a sustraerse de la acción de ella, u omite denunciar estando
obligado a hacerlo (art. 277 Código Penal). Para que responda frente al damnificado, es menester analizar
la causalidad adecuada que aporta en la producción de los perjuicios.

 Pluralidad de Responsables.
Se responsabiliza por el daño a los autores y a todos los que cooperan al resultado dañoso como ser:
consejeros, cómplices, instigadores, participes necesarios.
Las concurrentes. Consisten en obligaciones que tienen un mismo acreedor e identidad de objeto,
aunque diversidad de causa y de deudor: así, las obligaciones que pesan sobre el culpable de un
incendio y sobre la compañía aseguradora que asumió el riesgo de la cosa asegurada contra incendio.
Hay un solo acreedor que es el dueño de la cosa incendiada: un mismo objeto, la reparación del daño
producido en la cosa por incendio; una distinta causa de ambas obligaciones, que para
el culpable del incendio es el hecho ilícito y para el asegurador el contrato de seguro; y dos deudores
diferentes, el autor del hecho ilícito y el asegurador.
Quien paga la totalidad de la deuda, puede ser el único responsable de haberla constituido: así ocurre en
el caso de incendio, cuando el incendiario es el que paga la totalidad del resarcimiento a la víctima
asegurada por ser el causante del daño, y no tiene acción recursiva contra la compañía aseguradora. En el
caso en que el resarcimiento hubiese sido abonado por la aseguradora, ésta sí tiene la acción de regreso
contra el incendiario por la totalidad de lo que hubiere pagado.
Un contrato se puede celebrar entre un acreedor y varios deudores o entre un deudor y varios
acreedores, esta figura se denomina obligación solidaria, en este tipo de obligación se puede pedir el
cumplimiento por parte del acreedor a cualquiera de los deudores; o viceversa puede el deudor pagarle
a cualquiera de los acreedores según sea el caso.
 Artículo 1751 del Código.
En caso de que un hecho existan pluralidad de participes, la responsabilidad del cómplice surge del art.
1751 que establece: Si varias personas participan en la producción del daño que tiene una causa única, se
aplican las reglas de las obligaciones solidarias. Si la pluralidad deriva de causas distintas, se aplican las
reglas de las obligaciones concurrentes.
Cuando el daño es causado por dos o más personas, el sistema de responsabilidad civil toma partido en
beneficio de quien sufre los perjuicios, si los mismos se produjeron por la violación directo de la
obligación de no dañar (alterum nom laedere), ya que determina que cada uno de los agentes implicados
es responsable por el todo.

Sub-Eje Temático 4: RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE TERCEROS.


a. Responsabilidad del dependiente. Concepto. Nociones.
 Caracterización: Personas por las cuales se responde.
Existen diversas personas por las cuales se pueden responder:
1. subordinados;
2. hijos;
3. delegados en el ejercicio de la responsabilidad parental;
4. tutelados, curados y personas internadas.
 Responsabilidad por el hecho ajeno contractual y extracontractual. Efectos de la unificación de
régimen:

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La responsabilidad por el hecho ajeno reviste gran importancia, tanto en materia contractual como
extracontractual. Analicemos las modalidades con las cuales podemos encontrarnos:
a) Responsabilidad de naturaleza contractual. Responsabilidad del deudor por los auxiliares que utiliza,
de los capitanes de buques y patrones de embarcaciones, de los agentes de transportes terrestres, de
los dueños de hoteles, casas públicas de hospedaje y de establecimientos de todo género, etc.
b) Responsabilidad de naturaleza extracontractual. Responsabilidad del principal por hecho del
dependiente, de los padres, tutores y curadores, etc.
 ARTÍCULO 1753.- Responsabilidad del principal por el hecho del dependiente.
El principal responde objetivamente por los daños que causen los que están bajo su dependencia, o las
personas de las cuales se sirve para el cumplimiento de sus obligaciones, cuando el hecho dañoso acaece
en ejercicio o con ocasión de las funciones encomendadas.

 Responsabilidad del principal o comitente por el hecho del dependiente:


Ante la unificación de los regímenes de responsabilidad civil contractual y extracontractual con el nuevo
CCC, el art. 1753 previsto abarcará los dos supuestos, tanto los hechos dañosos provocados por
subordinados cuyo principal esté unido con el damnificado por un contrato, como cuando no exista
previamente esa relación preexistente entre las partes.
El principal responde objetivamente por los daños que causen los que están bajo su dependencia, o las
personas de las cuales se sirve para el cumplimiento de sus obligaciones, cuando el hecho dañoso acaece
en ejercicio o con ocasión de las funciones encomendadas.
 La falta de discernimiento del dependiente no excusa al principal.
La responsabilidad del principal es concurrente con la del dependiente.
Concepto de dependiente, entendiéndose por tal “al que actúa bajo las órdenes y subordinación de otro,
jurídica o fácticamente, ocasional o transitoriamente, gratuita u onerosamente”. No se tiene en cuenta la
conducta del principal en el hecho, ya que ella es ajena al factor de atribución objetivo. El factor de
atribución objetivo en la responsabilidad del principal por el hecho del dependiente lo constituye la
garantía, esto es, que el comitente garantiza que, si el dependiente causa un daño en ejercicio o con
ocasión de las funciones encomendadas, él responderá ante el damnificado, sin perjuicio de la
responsabilidad civil directa del propio agente dañoso.
 Entre los requisitos para que se torne procedente esta responsabilidad, se encuentra:
 el hecho ilícito del dependiente;
 la existencia de relación de dependencia o subordinación amplia entre el principal y el
subordinado;
 la relación entre la función encomendada y el hecho dañoso;
 la relación adecuada entre el evento y el daño;
 el daño sufrido por un tercero.
El principal podrá eximirse de responsabilidad, además de poder demostrar que no era su dependiente el
que causó el daño, que no existía entre él y éste relación de dependencia y que no había vínculo entre la
función encomendada y el daño, porque éste había sido ocasionado fuera del ejercicio de la misma o
fuera de la ocasión, que el perjuicio se debió a una causa ajena que interrumpió total o parcialmente el
nexo adecuado de causalidad, por la causa ajena.

b. Responsabilidad del padre por los hijos. Concepto. Nociones.

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ARTÍCULO 1754.- Hecho de los hijos. Los padres son solidariamente responsables por los daños causados
por los hijos que se encuentran bajo su responsabilidad parental y que habitan con ellos, sin perjuicio de
la responsabilidad personal y concurrente que pueda caber a los hijos.
ARTÍCULO 1755.- Cesación de la responsabilidad paterna. La responsabilidad de los padres es objetiva, y
cesa si el hijo menor de edad es puesto bajo la vigilancia de otra persona, transitoria o
permanentemente. No cesa en el supuesto previsto en el artículo 643.
Los padres no se liberan, aunque el hijo menor de edad no conviva con ellos, si esta circunstancia deriva
de una causa que les es atribuible.
Los padres no responden por los daños causados por sus hijos en tareas inherentes al ejercicio de su
profesión o de funciones subordinadas encomendadas por terceros.
Tampoco responden por el incumplimiento de obligaciones contractuales válidamente contraídas por sus
hijos.
El fundamento de esta responsabilidad objetiva (en la que, como en la responsabilidad civil del principal
por el hecho del dependiente, no interesa la conducta del legitimado pasivo) es la garantía. Los padres
garantizan que, al ocasionarse un daño por sus hijos, ellos responderán civilmente por el hecho ajeno.
Son presupuestos de la responsabilidad objetiva de los progenitores por el hecho dañoso de sus hijos: 1)
el hecho ilícito del hijo o, al menos, objetivamente antijurídico; 2) que el descendiente sea menor de
edad, es decir, menor de 18 años –por más que la "responsabilidad parental" en cuanto a los alimentos se
extienda hasta los 21 años de edad, conf. art. 658 del CCC o que, en definitiva, la obligación de los
progenitores de proveer recursos al hijo se amplíe hasta sus 25 años de edad si la prosecución de
estudios o preparación profesional de un arte u oficio le impide proveerse de medios necesarios para
sostenerse independientemente, conf. art. 663 del CCC-; 3) que el menor se encuentre bajo la
"responsabilidad parental"; 4) que el menor habite con el padre responsable, requiriéndose
"convivencia" con los hijos (salvo el segundo párrafo del art. 1755 (“Los padres no se liberan, aunque el
hijo menor de edad no conviva con ellos, si esta circunstancia deriva de una causa que les es
atribuible”100); 5) que entre el hecho del hijo y el daño a un tercero exista relación de causalidad.
La responsabilidad de los padres entre si es solidaria (así lo expresa el propio art. 1754) y no concurrente,
debido a que ellos, sean de distinto o mismo sexo, responden por una única causa fuente, esto es, por ser
los progenitores del causante del perjuicio. Pero la responsabilidad conjunta de los padres y del hijo
causante del daño resulta concurrente frente al damnificado (conf. art. 850 del CCC), ya que aquéllos
responden como progenitores por el hecho de su hijo –responsabilidad indirecta, art. 1754- y el
descendiente responde como tal – responsabilidad directa, art. 1749-. Siendo la responsabilidad objetiva,
los padres pueden eximirse total o parcialmente de responsabilidad demostrando el hecho del
damnificado (art. 1729 del CCC), el caso fortuito (art. 1730) o el hecho de un tercero por quien no deben
responder (art. 1731). Es por ello que los padres no pueden liberarse de responsabilidad civil
demostrando su falta de culpa en el hecho, pues se trata de una responsabilidad basada en un factor de
atribución objetivo.

Sub-Eje Temático 5: RESPONSABILIDAD POR LA INTERVENCIÓN DE COSAS.


a. Responsabilidad por riesgo o vicio de la cosa.
En el Código Civil de Vélez el daño causado por el riesgo o vicio de la cosa consagraba:
 Una presunción de responsabilidad contra el dueño o guardián de la cosa

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 Solo el dueño o guardián podía eximirse de la responsabilidad si acreditaba: la culpa de la víctima;


la culpa o hecho de un tercero por el que no debía responder; el caso fortuito o fuerza mayor.

 En el CCCN la responsabilidad por riesgo o vicio de la cosa esta legislada en los artículos 1757 y 1758.
Art. 1757. Hecho de las cosas y actividades riesgosas. Toda persona responde por el daño causado por el
riesgo o vicio de las cosas, o de las actividades que sean riesgosas o peligrosas por su naturaleza, por los
medios empleados o por las circunstancias de su realización.
La responsabilidad es objetiva. No son eximentes la autorización administrativa para el uso de la cosa o la
realización de la actividad, ni el cumplimiento de las técnicas de prevención.
Art. 1758. Sujetos responsables. El dueño y el guardián son responsables concurrentes del Daño causado
por las cosas. Se considera guardián a quien ejerce, por sí o por terceros, el uso, la dirección y el control
de la cosa, o a quien obtiene un provecho de ella. El dueño y el guardián no responden si prueban que la
cosa fue usada en contra de su voluntad expresa o presunta.
En caso de actividad riesgosa o peligrosa responde quien la realiza, se sirve u obtiene provecho de ella,
por sí o por terceros, excepto lo dispuesto por la legislación especial.
 Síntesis:
 Se establece en el CCCN una sección bajo el título “Responsabilidad derivada de la intervención
de las cosas y ciertas actividades”
 Se elimina la categoría del anterior Código Civil de daño con la cosa
 No se genera una presunción de culpa contraria al dueño y al guardian de la cosa, por lo tanto la
culpa tiene que ser probada por el pretendiente
 Los supuestos de daños con la cosa incluye a los daños causados por el riesgo o vicio de la cosa e
incluye los daños causados por el ejercicio de actividades riesgosas y peligrosas.

 Supuestos contemplados en los artículos 1757 y 1758 del Código Civil y Comercial de la Nación.
Daños causados por el riesgo o vicio de la cosa:
 No se define riesgo o vicio de la cosas, quedando estos conceptos en manos de la doctrina y
jurisprudencia.
 En estos casos la cosa escapa total o parcialmente del dominio o control del guardían, no
respondiendo a la voluntad del que la emplea o utiliza
 En estos casos se desdibuja el carácter de autor del sujeto ya que la cosa adquiere protagonismo
al desprenderse de su control
 Se debe entender como el vicio de la cosa, al defecto de fabricación, funcionamiento,
conservación, o información que la torna inepta para la función que debe cumplir por su
naturaleza.

b. Supuesto previsto por la Ley de Defensa del Consumidor.


 Supuesto previsto en la Ley de Defensa del Consumidor. Daño directo
En la Ley de Defensa del Consumidor se prevé en su art. 40 bís el daño directo considerándolo de la
siguiente manera:
 Daño directo. Es todo perjuicio o menoscabo al derecho del usuario o consumidor, susceptible
de apreciación pecuniaria, ocasionado de manera inmediata sobre sus bienes o sobre su persona,
como consecuencia de la acción u omisión del proveedor de bienes o del prestador de servicios.

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 Los organismos de aplicación, mediante actos administrativos, fijarán las indemnizaciones para
reparar los daños materiales sufridos por el consumidor en los bienes objeto de la relación de
consumo.
 Esta facultad sólo puede ser ejercida por organismos de la Administración que tenga la
autorización legal (Organismos de Defensa del Consumidor).
 Las decisiones de los organismos que aplican el daño directo están sujetas a control judicial
amplio y suficiente.
 Monto de las multas: de $ 100 a $ 5.000.000 -

Dentro del marco legislativo vigente, las pautas que aporta el nuevo CCC, en materia de daños derivados
de las cosas, se integran al sistema de protección jurídica de los consumidores, junto a la Constitución
Nacional (arts. 42 y 43) y a la ley especial 24240 y sus normas modificatorias.
En relación a ésta última, el supuesto de responsabilidad objetiva lo encontramos en sus arts. 40 y 40 bis.
Artículo 40. — Responsabilidad solidaria. Si el daño al consumidor resulta del vicio o riesgo de la cosa o
de la prestación del servicio, responderán el productor, el fabricante, el importador, el distribuidor, el
proveedor, el vendedor y quien haya puesto su marca en la cosa o servicio. El transportista responderá
por los daños ocasionados a la cosa con motivo o en ocasión del servicio. La responsabilidad es solidaria,
sin perjuicio de las acciones de repetición que correspondan. Sólo se liberará total o parcialmente quien
demuestre que la causa del daño le ha sido ajena.
Artículo 40 bis. — Daño directo. El daño directo es todo perjuicio o menoscabo al derecho del usuario o
consumidor, susceptible de apreciación pecuniaria, ocasionado de manera inmediata sobre sus bienes o
sobre su persona, como consecuencia de la acción u omisión del proveedor de bienes o del prestador de
servicios. Los organismos de aplicación, mediante actos administrativos, fijarán las indemnizaciones para
reparar los daños materiales sufridos por el consumidor en los bienes objeto de la relación de consumo.
Esta facultad sólo puede ser ejercida por organismos de la administración que reúnan los siguientes
requisitos:
 La norma de creación les haya concedido facultades para resolver conflictos entre particulares y
la razonabilidad del objetivo económico tenido en cuenta para otorgarles esa facultad es
manifiesta;
 Estén dotados de especialización técnica, independencia e imparcialidad indubitadas;
 Sus decisiones estén sujetas a control judicial amplio y suficiente
Este artículo no se aplica a las consecuencias de la violación de los derechos personalísimos del
consumidor, su integridad personal, su salud psicofísica, sus afecciones espirituales legítimas, las que
resultan de la interferencia en su proyecto de vida ni, en general, a las consecuencias no patrimoniales.
 FACTOR DE ATRIBUCIÓN OBJETIVO / EXIMENTES. El fundamento de la obligación de resarcir que
pesa sobre los legitimados pasivos es de carácter objetivo, basado en la idea de riesgo de empresa.
En consecuencia, la liberación de los sindicados como responsables se producirá solamente en caso
de que logren acreditar la existencia de una causa ajena que interrumpa el nexo causal (caso fortuito,
hecho del tercero extraño, y hecho de la víctima), por lo general, el hecho de ciertos terceros por
quienes no debe responder o el uso abusivo o irrazonable del producto por la víctima.
 A CERCA DEL DCHO DEL CONSUMIDOR. -Muchas veces, los productos y servicios concebidos para
satisfacer en mayor o menor grado las necesidades y exigencias de los consumidores, se tornan
inaptos para su destino debido a ciertas deficiencias que pueden presentar, entre las que se
distinguen normalmente tres tipologías básicas de peligrosidad:

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 los vicios de fabricación;


 los vicios de concepción (diseño, proyecto y construcción);
 los vicios de comercialización (instrucciones o información). Cuando a consecuencia de ellas, se
producen daños a los consumidores, usuarios o a terceras personas, se genera la obligación del
productor de alertar al consumidor en caso de ser conocida, retirar el producto del mercado y/o
indemnizar los daños generados, según el caso.

c. Responsabilidad por actividad riesgosa.


Supuestos contemplados en los artículos 1757 y 1758 del Código Civil y Comercial de la Nación Daños
causados por el ejercicio de actividades riesgosas y peligrosas.
La actividad es riesgosa cuando en el desarrollo de operaciones o tareas se potencia la eventualidad
dañosa por su propia naturaleza (por ejemplo residuos peligrosos) o por las circunstancias de su
realización (por ejemplo espectáculos públicos).
 Las actividades riesgosas son expresamente reconocidas en el CCCN;
 Se les confiere el mismo régimen que al de la responsabilidad por riesgo o vicio de la cosa;
 Responden por el ejercicio de las actividades riesgosas o peligrosas quien las realiza, se sirve u
obtiene provecho de ellas.

El carácter riesgoso de la actividad se origina en circunstancias extrínsecas, de persona, tiempo y lugar,


que la convierten en peligrosa para terceros.
El fundamento: radica en el riesgo creado o de empresa.
Legitimación pasiva: La responsabilidad recae sobre quien genera, fiscaliza, supervisa, controla o
potencia en forma autónoma la actividad riesgosa.
En caso que la legitimación pasiva sea plural (de modo simultáneo, compartido o sucesivo) todos
responden concurrentemente frente al damnificado (art. 1758 del CCC), salvo que la solidaridad esté
establecida por ley (art. 40, ley 24240).

ART. 1757 y 1758 del Código Civil y Comercial de la Nación.


La primera norma establece dos supuestos de responsabilidad objetiva por la intervención de cosas: las
derivadas de su riesgo y el vicio. El riesgo supone la eventualidad –posibilidad- de que una cosa llegue a
causar un daño. El vicio constituye un defecto de fabricación o funcionamiento que la hace impropia para
su destino normal.
A su vez, resulta relevante y novedosa la incorporación en la norma de la actividad riesgosa y peligrosa.
Son aquellas que pueden ocasionar un daño. De este modo, se incorpora la idea del “riesgo de empresa”,
pues la actividad es vista como algo complejo, un proceso de actividades conjuntas que conjuga
elementos humanos, es decir, la intervención del hombre, como también elementos mecánicos
(maquinarias) y materiales (como pueden ser sustancias).
En cuanto a los sujetos responsables, se admite que el dueño y el guardián son responsables
indistintamente del daño causado por las cosas. Se considera guardián a quien ejerce, por sí o por
terceros, el uso, la dirección y el control de la cosa, o a quien obtiene un provecho de ella. El dueño no
responde si prueba que la cosa fue usada en contra de su voluntad expresa o presunta. En caso de
actividad riesgosa o peligrosa, responde quien la realiza, se sirve u obtiene provecho de ella, por sí o por
terceros, excepto lo dispuesto por la legislación especial. Se trata de criterios sostenidos por la doctrina
jurídica argentina durante muchos años.

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Sub-Eje Temático 6: RESPONSABILIDADES ESPECIALES


a. Responsabilidad patrimonial del Estado.
Regulación del Código Civil y Comercial de la Nación.

 Art 1765 - Responsabilidad del Estado. La responsabilidad del Estado se rige por las normas y
principios del derecho administrativo nacional o local según corresponda.
Por lo que cada provincia e incluso cada municipalidad podrían regular su propia responsabilidad
patrimonial. El CCCN no es aplicado ni siquiera subsidiariamente.
 ARTÍCULO 1766.- Responsabilidad del funcionario y del empleado público. Los hechos y las
omisiones de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones por no cumplir sino de una
manera irregular las obligaciones legales que les están impuestas se rigen por las normas y principios
del derecho administrativo nacional o local, según corresponda.
 Principio de responsabilidad: El código sienta el principio de que los funcionarios públicos son
responsables en forma personal por ejercicio irregular de sus funciones.
El nuevo CCCN ha dejado de ser aplicable para determinar la responsabilidad del Estado, como así de los
funcionarios y empleados públicos, tal cual lo disponen los art 1765 y 1766 (estos remiten para determinar
dichos tópicos al derecho administrativo).
 Art. 1764 - Inaplicabilidad de normas. Las disposiciones del Capítulo 1 de este Título no son aplicables
a la responsabilidad del Estado de manera directa ni subsidiaria.

Ley de Responsabilidad Patrimonial del Estado. Ley 26.944.


RESPONSABILIDAD ESTATAL.
Ley 26.944. Sancionada: Julio 2 de 2014. Promulgada de Hecho: Agosto 7 de 2014.
Supuestos.
Artículo 1°: Esta ley rige la responsabilidad del Estado por los daños que su actividad o inactividad les
produzca a los bienes o derechos de las personas.
La responsabilidad del Estado es objetiva y directa.
Las disposiciones del Código Civil no son aplicables a la responsabilidad del Estado de manera directa ni
subsidiaria.
La sanción pecuniaria disuasiva es improcedente contra el Estado, sus agentes y funcionarios.
Artículo 2°: Se exime de responsabilidad al Estado en los siguientes casos:
a) Por los daños y perjuicios que se deriven de casos fortuitos o fuerza mayor, salvo que sean asumidos
por el Estado expresamente por ley especial;
b) Cuando el daño se produjo por el hecho de la víctima o de un tercero por quien el Estado no debe
responder.
Artículo 3°: Son requisitos de la responsabilidad del Estado por actividad e inactividad ilegítima:
a) Daño cierto debidamente acreditado por quien lo invoca y mensurable en dinero;
b) Imputabilidad material de la actividad o inactividad a un órgano estatal;
c) Relación de causalidad adecuada entre la actividad o inactividad del órgano y el daño cuya reparación
se persigue;

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d) Falta de servicio consistente en una actuación u omisión irregular de parte del Estado; la omisión sólo
genera responsabilidad cuando se verifica la inobservancia de un deber normativo de actuación expreso
y determinado.
Artículo 4°: Son requisitos de la responsabilidad estatal por actividad legítima:
a) Daño cierto y actual, debidamente acreditado por quien lo invoca y mensurable en dinero;
b) Imputabilidad material de la actividad a un órgano estatal;
c) Relación de causalidad directa, inmediata y exclusiva entre la actividad estatal y el daño;
d) Ausencia de deber jurídico de soportar el daño;
e) Sacrificio especial en la persona dañada, diferenciado del que sufre el resto de la comunidad,
configurado por la afectación de un derecho adquirido.
Artículo 5°: La responsabilidad del Estado por actividad legítima es de carácter excepcional. En ningún
caso procede la reparación del lucro cesante.
La indemnización de la responsabilidad del Estado por actividad legítima comprende el valor objetivo del
bien y los daños que sean consecuencia directa e inmediata de la actividad desplegada por la autoridad
pública, sin que se tomen en cuenta circunstancias de carácter personal, valores afectivos ni ganancias
hipotéticas.
Los daños causados por la actividad judicial legítima del Estado no generan derecho a indemnización.
Artículo 6°: El Estado no debe responder, ni aun en forma subsidiaria, por los perjuicios ocasionados por
los concesionarios o contratistas de los servicios públicos a los cuales se les atribuya o encomiende un
cometido estatal, cuando la acción u omisión sea imputable a la función encomendada.
Artículo 7°: El plazo para demandar al Estado en los supuestos de responsabilidad extracontractual es de
tres (3) años computados a partir de la verificación del daño o desde que la acción de daños esté
expedita.
Artículo 8°: El interesado puede deducir la acción indemnizatoria juntamente con la de nulidad de actos
administrativos de alcance individual o general o la de inconstitucionalidad, o después de finalizado el
proceso de anulación o de inconstitucionalidad que le sirve de fundamento.
Artículo 9°: La actividad o inactividad de los funcionarios y agentes públicos en el ejercicio de sus
funciones por no cumplir sino de una manera irregular, incurriendo en culpa o dolo, las obligaciones
legales que les están impuestas, los hace responsables de los daños que causen.
La pretensión resarcitoria contra funcionarios y agentes públicos prescribe a los tres (3) años.
La acción de repetición del Estado contra los funcionarios o agentes causantes del daño prescribe a los
tres (3) años de la sentencia firme que estableció la indemnización.
Artículo 10: La responsabilidad contractual del Estado se rige por lo dispuesto en las normas específicas.
En caso de ausencia de regulación, se aplica esta ley en forma supletoria.
Las disposiciones de la presente ley no serán aplicadas al Estado en su carácter de empleador.
Artículo 11: Invítase a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherir a los términos de
esta ley para la regulación de la responsabilidad estatal en sus ámbitos respectivos.
Artículo 12: Comuníquese al Poder Ejecutivo nacional.

b. Responsabilidad en las profesiones liberales.


Concepto.
Cuando nos referimos a la responsabilidad derivada del ejercicio de profesiones liberales estamos
hablando de aquellas ocupaciones que requieren título habilitante otorgado por una universidad,
sometimiento al régimen disciplinario o ético y con colegiación obligatoria. En consecuencia, la actuación

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profesional presume un conocimiento a nivel de experticia por parte del profesional y, a la vez, la
ostentación de la matrícula profesional otorgada por el colegio profesional correspondiente.
 En principio, la responsabilidad de los profesionales es subjetiva (art. 1768), por ende, para atribuir
responsabilidad civil, el damnificado deberá probar la "culpa" o el "dolo" del profesional interviniente
en el hecho (conf. arts. 1724 y 1749 del CCC). Por regla general, entonces, la responsabilidad será
subjetiva y la victima deberá probar la culpa o el dolo del profesional.
 Sin embargo, la norma establece que la responsabilidad es subjetiva “excepto que se haya
comprometido un resultado concreto.
 El nuevo Código, a fin de establecer el factor de atribución en materia contractual, consagra el
distingo entre las obligaciones de medios y de resultado. En el artículo 1723 establece claramente:
"Responsabilidad objetiva. Cuando de las circunstancias de la obligación, o de lo convenido por las
partes, surge que el deudor debe obtener un resultado determinado, su responsabilidad es objetiva"
 Cuando, en cambio, la obligación consista en una conducta diligente, jugará el art. 1724 del CCC, y la
configuración del incumplimiento –y de la responsabilidad del obligado- requerirá de la presencia de
culpa del solvens.

Artículo 1768 del Código Civil y Comercial de la Nación.


Conforme a la norma (Art 1768), que asimila la actividad de los profesionales liberales a las “obligaciones
de hacer”:
 Consiste en la prestación de un servicio o en la relación de un hecho, en tiempo, forma y modo
acordado por las partes. Art 744;
 la responsabilidad, por regla es subjetiva, excepto que se haya comprometido un resultado concreto.
 El profesional promete un hacer que consiste en una diligencia conforme a las reglas de la profesión,
sin que pueda asegurar un resultado;
 de allí que la imputación sea subjetiva y pueda liberarse probando su falta de culpa. En cambio, si
promete un resultado, la imputación es objetiva.
 Entonces, en la obligación de medios, opera el factor subjetivo, y se rige por los principios
generales de la culpa.
 Los profesionales, en razón de su conocimiento, tienen un deber mayor de previsión y
prudencia, tal como regula el art. 1725.

Deberes profesionales:
a) Deber de actuación profesional diligente: Tiene que ver con la forma en que el profesional presta el
servicio.
b) Deber de informar: Se relaciona con el deber de comunicar determinada información al cliente
(asesorando, aconsejando o advirtiendo).
c) Deber de confidencialidad: Implica no revelar a tercero nada relacionado al cumplimento de la
obligación asumida.
d) Obligación de seguridad: Arbitrar los medios para evitar daños al cliente, en el cumplimiento de la
obligación.
Si en cambio, el profesional liberal comprometió un resultado concreto, cuyo compromiso puede surgir
de lo pactado expresamente o de la naturaleza de la obligación, interpretándola restrictivamente; la
responsabilidad será objetiva (art. 1768 del CCC), por lo que, para exonerarse total o parcialmente de

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responsabilidad, aquél deberá acreditar una causa ajena al hecho dañoso como protagonista en la
causalidad (arts. 1729, 1730 y 1731 del CCC).
En definitiva:
1. Si lo comprometido es un resultado, el factor de atribución será objetivo (arts. 1723 del CCC).
2. Si lo comprometido implica sólo el deber de diligencia, pericia y prudencia orientada a producir
un resultado, pero sin asegurarlo, el factor de atribución será subjetivo (arts. 1724 y 1725 del
CCC).

c. Responsabilidad por daños en automotores.


Art. 1769 del Código Civil y Comercial de la Nación.
El automotor es una cosa mueble registrable, no se considera propietario al poseedor de la cosa, sino al
titular registral. Conforme a ello, en caso de daños provocados por automotores uno de los responsables
(sujeto pasivo) es el titular registral, aun cuando no haya participado personalmente (como conductor)
en el accidente automovilístico.
Cuando los sujetos propietarios y titulares registrales del bien, transfieren la posesión del rodado por un
precio en dinero (compraventa) y omiten inscribir dicha tradición, no se produce la transferencia del bien,
sino una promesa de transferencia. Por lo cual, el titular sigue siendo responsable civilmente ante los
terceros. Esto conforme a lo dispuesto por el art. 1757 del CCC, que responsabiliza concurrentemente al
dueño y al guardián del automotor por los daños causados y sin perjuicio de las acciones de regreso
correspondientes.
Ahora bien, la normativa especial en la materia, concluye en forma idéntica, en que hasta tanto se
inscriba la transferencia el transmitente será civilmente responsable por los daños y perjuicios que se
produzcan con el automotor, pero agrega una causal de liberación, que es discutible y criticada por la
desprotección que implica para la víctima. Se trata de la comunicación de venta, comúnmente llamada
“denuncia de venta”, que cuando es previa al hecho dañoso, equipara la situación al supuesto de
eximente por tercero por quien no debe responder, y se reputará que el automotor fue usado en contra
de su voluntad.
El Art. 1769 establece que a los daños causados por la circulación de vehículos deberán aplicarse las
disposiciones referidas a la responsabilidad derivada de la intervención de cosas. Como resultado de ésta
remisión:
 El vehículo en movimiento, se considera cosa riesgosa. El factor de atribución es objetivo.
 Se aplican las normas del art. 1757 y las causales de eximición de responsabilidad (no del culpa):
hecho de la víctima , hecho del tercero asimilable al caso fortuito, uso contra la voluntad expresa
o presunta del dueño, 1758, caso fortuito extraño al riesgo propio de la cosa, art. 1733,
 Sujetos responsables: el dueño (titular registral) y el guardián del automotor (conductor).
Situaciones referidas a la presunción de responsabilidad:
 La invasión del carril contrario o circulación a contramano hace presumir su responsabilidad.
 El rodado detenido en el carril de una autopista configura una anomalía de tal magnitud e
imprevisibilidad, que en términos de normalidad no responsabiliza al conductor que lo
embistiera.
 Daño recíproco: caso de colisión de dos automotores, cada uno se presume responsable de los
daños que sufrió el otro. No hay en esos casos neutralización de riesgos. Todos tienen presunción
de responsabilidad.
 Se presume que la responsabilidad la tiene el embistente.

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 La violación de las normas administrativas de tránsito como el circular sin carnet, son presunción
de responsabilidad pero admiten prueba en contrario.

Sujetos que pueden ser responsables en caso de accidente:


 Responsable Directo: El conductor del vehículo. La obligación de resarcir cae sobre quien
conducía el automóvil al momento de producirse el daño. El factor de atribución es objetivo pues
desarrolla una actividad riesgosa (art. 1757 del CCC).
 Responsables por el hecho ajeno. Dentro de esta categoría quedan incluidas la responsabilidad
del principal por el dependiente y la responsabilidad de los padres, tutores y curadores por los
daños causados por los menores de edad sujetos a patria potestad, etc. En estos casos se
responde aun cuando los terceros hayan efectuado la conducción del vehículo.
 Responsables por el riesgo de la cosa. La responsabilidad del titular registral del automotor en la
ley 22977, que vimos anteriormente y el poseedor del automotor cuando existe comunicación de
venta, que pudimos ver en el apartado anterior.
 El asegurador. El asegurador puede ver comprometida su responsabilidad en aquellos accidentes
en los cuales el conductor, el principal, el dueño o el guardián de la cosa se encuentre acaparado
por una relación de seguro que cubra la responsabilidad civil por daños a terceros.

Accidentes en que son víctimas los peatones. El cruce de un peatón desprevenido forma parte del riesgo
asumido al conducir un automotor, propio del tránsito y no constituye un eximente de responsabilidad,
así el mismo haya sido fuera de la senda peatonal. En ese sentido se ha pronunciado la CSJN, afirmando
que el cruce de la calzada realizado por un peatón, no tiene entidad para interrumpir totalmente el nexo
de causalidad entre el riesgo de la cosa y el perjuicio (art. 1113 CC). En cambio cuando el comportamiento
del peatón que irrumpe indebidamente en la calzada sucede en forma sorpresiva o abrupta, puede
configurar culpa o hecho de la víctima, eximiendo total o parcialmente al sindicado como responsable.

d. Responsabilidad colectiva.
Supuestos contemplados en los artículos 1760, 1761 y 1762 del Código Civil y Comercial de la Nación.
El Código Civil y Comercial de la Nación incorpora la responsabilidad colectiva, anónima y la derivada de la
actividad peligrosa de un grupo, y la regula en los arts. 1760 a 1762. Ésta diferenciación en las situaciones
tiene su razón de ser en las causas de liberación. Es necesario indagar acerca de la situación fáctica para
su configuración, el factor de atribución, y los eximentes.
ART 1760. Cosa suspendida o arrojada - Si de una parte de un edificio cae una cosa, o si ésta es arrojada,
los dueños de dicha parte responden solidariamente por el daño que cause. Sólo se libera quien
demuestre que no participó en su producción.
-La norma comprende dos supuestos en los que la relación causal es alternativa, ya que, si la cosa ha
caído o ha sido arrojada desde uno de los departamentos, los demás dueños y ocupantes no han
participado en la producción del daño.
 Abarca tanto la caída como que sea arrojada, respondiendo a la tendencia de que los daños sean
tratados de una manera uniforme, cualquiera fuere la fuente de donde provengan, hecho de la
cosa o hecho del hombre.
 El nuevo Código no incluye recaudos vinculados al lugar donde caiga la cosa, por lo que resulta
aplicable a quienes transiten o se encuentren en un terreno no sujeto a servidumbre de tránsito,
siempre que el tránsito o estancia sean legítimos. -Se alude a dos responsables: el dueño, por su

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vinculación dominial con el lugar del que ha partido la fuerza dañadora, y el ocupante, en cuanto
es la persona que ostenta el control del lugar.
Eximentes: se libera quien demuestre que no participó en la producción del daño. Ello significa el
establecimiento de una presunción en favor de la víctima que ha sufrido el daño por la caída de una cosa
desde un edificio, de que los autores son los ocupantes y de que los dueños deben responder de manera
solidaria con aquéllos. Esa presunción se extingue si el determinado autor prueba que no participó en la
producción del daño.
De lo dicho surge claramente que este tipo de responsabilidad es objetiva y que el eximente se encuentra
en la causalidad y no en la falta de culpa. Se exime el sindicado como responsable acreditando que su
inmueble no se encuentra en la parte de la cual provino la cosa que ocasionó el daño. -La identificación
del sujeto causante del daño determina que deje de ser un supuesto de responsabilidad colectiva.
ART 1761. Autor anónimo: Si el daño proviene de un miembro no identificado de un grupo determinado
responden solidariamente todos sus integrantes, excepto aquel que demuestre que no ha contribuido a
su producción".
 La causalidad es alternativa; el daño deriva de una o más conductas individuales cuya identificación
no es posible, pero cuyos autor o autores están dentro de un grupo determinado de personas. Es
decir que ello se aplicará a los supuestos en los que se haya producido un daño que sólo pudo tener
por autor a uno o más miembros de un grupo determinado que no desarrollara una actividad
peligrosa para terceros. -Todos los integrantes del grupo responderán solidariamente, a excepción
de aquellos que demostraran que no han contribuido a la producción del daño
 El grupo se establece por medio del examen del nexo causal desde el daño hacia los autores
probables, que debe ser acreditado por el damnificado; se trata de una responsabilidad instituida a
favor de la víctima sobre la base de una relación causal que sólo permite llegar al grupo de autores
probables, pero no admite llegar al autor concreto. -La responsabilidad es objetiva y se exime de
responder quien demuestre que no contribuyó en la producción del daño.

ART 1762 Actividad peligrosa de un grupo - Si un grupo realiza una actividad peligrosa para terceros,
todos sus integrantes responden solidariamente por el daño causado por uno o más de sus miembros.
Sólo se libera quien demuestre que no integraba el grupo.
En un sentido jurídico, el grupo deber ser, además de una realidad numérica, una realidad cualitativa; no
consiste en la mera yuxtaposición de personas, pues media "pertenencia" de cada una al conjunto a
través de un lazo de cohesión, más o menos definido. Es decir, además de pluralidad se requiere cierto
nivel de interacción o comunicación (voluntaria o subconsciente) que posibilita, así sea de manera virtual,
una suerte de influencia, control o contagio recíproco.
Surge entonces una "unificación" o "legitimación" o "ligamen" entre los integrantes, que autoriza a
imputar a todos el factor de riesgo que el grupo genera. Puesto que, a través de la participación en el
grupo, el individuo participa en el riesgo descripto a la actividad colectiva.
El presupuesto fáctico de la norma es la realización de una actividad riesgosa por parte de un grupo de
personas. La causalidad que presupone la norma es la actuación conjunta o en común del grupo. Es decir,
el daño debe derivar de una actividad peligrosa desarrollada en conjunto.
La responsabilidad de todos los miembros del grupo es solidaria y sólo se eximirá quien demuestre que
no integraba el grupo. Esto es así, porque no es posible acreditar la relación de causalidad en forma
directa hacia uno de los integrantes, sino que se le atribuye la responsabilidad a la actuación grupal por
ser creadora de riesgo para terceros.

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Se trata de un factor objetivo de atribución.


 Por lo antes dicho, es ineficaz e indiferente la identificación de la autoría material del hecho, porque
la responsabilidad deriva de la pertenencia al grupo por sí misma. Son legitimados pasivos todos los
integrantes del grupo, quienes responden solidariamente ante la víctima.

MODIFICACIONES. RESPONSABILIDAD CIVIL EN EL NUEVO CODIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACION.


1. En lo atinente a la responsabilidad civil, el nuevo Código recepta-además de varias normas que
venían aplicándose los principios generales establecidos por la jurisprudencia, así como el
pensamiento mayoritario de la doctrina.
2. El nuevo Código tiene como fin la protección de la “persona”, a diferencia del Código Civil de Vélez
Sarsfield basado en una fuerte focalización en los bienes, de ahí, entre otros puntos salientes, que se
haya incluido un capítulo destinado especialmente a los derechos personalísimos, destacándose que
la persona es inviolable, protegiéndose su dignidad, el cuerpo, y el nombre, entre otros. Por ello, la
responsabilidad civil centra su mirada en el damnificado.
3. La constitucionalización del derecho privado nacional provoca que se haya incorporado al Código el
principio “alterum non laedere” (“no dañar a otro”) como un norte a seguirse. Se unificaron las
consecuencias jurídicas de los actuales regímenes de responsabilidad civil extracontractual y
contractual, igualándose, entre otros efectos, los plazos de prescripción de la acción por daños en
ambos en tres años, incrementándose así en un año el plazo actual de dos años, por ejemplo para
accidentes de tránsito, y reduciéndose a tres años el plazo de diez años de la responsabilidad civil
contractual, por ejemplo para accidentes sufridos por espectadores de espectáculos deportivos. En
ambos casos se tiende a la seguridad jurídica, para evitar la confusión existente por distintos plazos,
y al reducirse el extenso de diez años a tres años se logra también que no pierda efectividad la
prueba (declaraciones testimoniales o periciales efectuadas muchísimos años después de los ilícitos
que provocaron el juicio de daños que podría iniciarse dentro de los 10 años de ocurrido el evento).
4. Se reconoce y regula en forma expresa la doble función de la responsabilidad: a) preventiva y b)
resarcitoria. Durante mucho tiempo se debatió acerca de que si la responsabilidad civil debía tener
un componente preventivo o punitivo. Finalmente, el aspecto punitivo quedó excluido del nuevo
Código.
5. La función de la responsabilidad civil ya no es solamente la “resarcitoria” sino que, además y en
primer lugar la función esencial es la “preventiva”.
6. Así, el nuevo Código dispone que toda persona tiene el deber de prevenir un daño, aunque
limitándolo a que de dicha persona dependa (prevenirlo o evitarlo, lo que resulta tautológico). Es
decir, que la posibilidad de prevenir se encuentre en su esfera de control, para evitar que el deber
sea tan amplio que alcance a todos.
Conforme al art. 1711, esta función preventiva procede siempre que exista la posibilidad de que se
ocasione un daño por medio de una acción u omisión antijurídica, no siendo necesaria la presencia de
ningún factor de atribución que califique esa conducta activa u omisiva.
7. Es así que se incorpora el deber de prevenir todo daño en cuanto de la persona dependa, y de
adoptar medidas de buena fe para la evitación del perjuicio. La prevención podrá ser dictada por el
juez de oficio o también a pedido de parte, admitiéndose la resolución provisoria o definitiva, la que
hemos visto consagrada en innumerables sentencias protegiendo la salud de las personas:
adjudicando medicamentos, tratamientos, cirugías, aparatos ortopédicos, etc.
8. En cuanto a la legitimación para iniciar acciones preventivas basta con acreditar un “interés

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razonable” en la prevención.
9. En cuanto a la función resarcitoria consiste en el deber de reparar un daño causado por un hecho
ilícito o por el incumplimiento de una obligación. En principio todo daño es antijurídico salvo que se
encuentre justificado. El nuevo Código regula expresamente varias causales de justificación (legítima
defensa, estado de necesidad, ejercicio regular de un derecho, asunción de riesgo, consentimiento
del damnificado) respondiendo a lo que es la doctrina y jurisprudencia tradicionales.
10. Define al daño como toda lesión a un derecho o un interés, en la medida que no sea reprobado por
el ordenamiento jurídico. El objeto del daño puede ser tanto la persona, como el patrimonio o un
derecho de incidencia colectiva, por ejemplo el daño que sufren los consumidores o el que se causa
al medio ambiente, el que cobra especial protección en el Código.
11. En cuanto a los factores de atribución, el nuevo Código contiene diversas normas. El hecho de que el
art. 1720 mencione expresamente el término factores de atribución, usado desde hace décadas en
doctrina, significa una recepción normativa de importancia. Así, se acoge a los factores de atribución
subjetivos (dolo y culpa) y a los factores de atribución objetivos (riesgo creado por las cosas y por las
actividades, garantía, equidad, etc.). A pesar de establecer la existencia de los factores objetivos de
atribución, el art. 1721 dispone que en ausencia de norma expresa, el factor de atribución es la culpa.
De modo que, la culpa queda como un factor de atribución residual.
12. En los supuestos en que tiene lugar la aplicación de un factor objetivo de atribución, la culpa queda
fuera de lado pues la responsabilidad es objetiva. De allí que, el eventual responsable deberá probar
la ruptura del nexo causal, siendo insuficiente la prueba de la ausencia de culpa. La prueba de la
ruptura del nexo causal se logra a través de la acreditación de una causa ajena, caso fortuito, hecho
de un tercero por quién no debe responder, o el hecho de la propia víctima.
13. Se introduce el principio constitucional que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha reiterado a
través de su doctrina de la reparación plena por los daños sufridos. Ante el sufrimiento de “daño
moral”, ahora comprensivo también de la interferencia en el proyecto de vida de una persona, se
amplían los reclamantes posibles ante la muerte y a partir del Código ante la gran discapacidad, no
siendo sólo los ascendientes, descendientes o el cónyuge, sino también los convivientes con trato
familiar, como los que se hallan en uniones convivenciales, o por ejemplo los hermanos o primos que
cohabiten. Se establece la ponderación de satisfacciones sustitutivas y compensatorias como
parámetros posibles para enjugar este perjuicio moral.
14. Ante el fallecimiento de la víctima, se amplía la posibilidad de reclamar el daño patrimonial por
muerte, es decir lo que el difunto hubiera aportado al grupo familiar de no haber fallecido, a los
convivientes, y en el supuesto de que los reclamantes sean incapaces o tengan capacidad
restringida, resulta innecesaria la declaración judicial de incapacidad, a fin de acelerar la percepción
del resarcimiento.
15. Ingresando en el ámbito de las “responsabilidades especiales”, se dispone que los progenitores
serán responsables por los daños causados por sus hijos menores de 18 años aunque no convivan
con ellos, por razones de estudio, turismo, etc.
16. Se anexa a la responsabilidad por riesgo, la responsabilidad por actividad riesgosa o peligrosa por su
naturaleza, medios empleados o circunstancias de su realización, siendo responsable por ésta, quien
la realiza, se sirve u obtiene provecho de ella. Se especifica la norma que regula los accidentes de
tránsito para despejar dudas al respecto, posicionando al débil, el damnificado, en una situación de
protección.
17. A partir del Código se regula la responsabilidad colectiva y anónima, es así que los daños cometidos

Gustavo Gabriel Cuellar / Abogacía 2018 / EFIP 2 / APUNTES GABY Pág. 27

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por individuos anónimos de grupos determinados, producen la responsabilidad de todos sus


miembros, salvo de quienes prueben no haber contribuido a la producción del daño, o si el grupo
realizaba actividades peligrosas, no se eximirán sus integrantes, salvo aquél que demuestre que no
integraba el grupo.
18. A fin de que los juicios de daños no se prolonguen en el tiempo, ya no será necesario que la
sentencia civil no se dicte hasta tanto no haya sentencia penal que declare absuelto o no al
responsable del daño, cuando la dilación del proceso penal provocare una frustración efectiva del
derecho a ser indemnizado o resultare innecesario en ese proceso civil determinar si el responsable
fue culpable o no, por ejemplo, cuando se trata del dueño de un automotor por accidente.
19. A lo largo del Código Civil y Comercial de la Nación se hallan normas sobre responsabilidad civil, por
ejemplo, sobre la responsabilidad del tutor frente al tutelado; en ese mismo sentido la del curador; la
responsabilidad del tomador y dador de leasing; la que surge en las franquicias; en el fideicomiso; la
causada por el transporte terrestre; la de hoteles, hospitales, sanatorios, casas de salud y deporte,
restaurantes, garajes, lugares y playas de estacionamientos y similares por las cosas del contratante;
la de las entidades financieras por las cajas de seguridad; la que dimana de los daños provocados en
las relaciones familiares, como la responsabilidad que proviene del perjuicio causado por la falta de
reconocimiento del hijo o la norma que dispone que no hay acción para reclamar los daños causados
por la ruptura de la pareja ante la ausencia de reconocimiento de los esponsales de futuro; entre
otras. De suma importancia resulta la disposición que determina que la indemnización que
corresponde al damnificado por daños derivados de lesiones a su integridad psicofísica y la que se
otorga por alimentos en caso de fallecimiento de la víctima al cónyuge, conviviente e hijos, resultan
excluidas de la garantía común de los acreedores, pues, precisamente, por su carácter alimentario
los acreedores no pueden hacerse de ellas para satisfacer los créditos que tenían contra los
damnificados

Gustavo Gabriel Cuellar / Abogacía 2018 / EFIP 2 / APUNTES GABY Pág. 28

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