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INTRODUCCIÓN
La transfusión sanguínea es una estrategia utilizada frecuentemente con propósitos terapéuticos, y
en ocasiones con fines preventivos, en diferentes escenarios hospitalarios. Es indudable su valor en
diversas circunstancias clínicas para mejorar la capacidad transportadora de oxígeno del paciente;
sin embargo, cada día son más los reportes de investigación que indican que esta terapia conlleva
múltiples riesgos para el paciente, por lo cual es necesario su uso racional. Hay una serie de
potenciales efectos adversos entre los que se encuentran: reacciones alérgicas, daño pulmonar
agudo asociado a transfusión (TRALI, del inglés transfusión related acute lung injury) , reacciones
hemolíticas tardías, reacciones por sobrecarga circulatoria, alteraciones metabólicas como
hipocalcemia e hipercalcemia, alteración de la inmunomodulación que con lleva mayor
susceptibilidad para las infecciones, mayor riesgo de recurrencia de cáncer y la posibilidad de
reactivación de virus latentes en el paciente.
En un paciente inconsciente o anestesiado, la hipotensión o un sangrado incontrolado pueden ser el
único signo de una transfusión incompatible. En un paciente consciente que sufre una reacción
hemolítica severa, los signos y síntomas pueden aparecer a minutos de la infusión de tan solo 5–10
ml de sangre. Es esencial la observación cercana al comienzo de la transfusión de cada unidad. Si
ocurre una reacción transfusional aguda, primero revise las etiquetas de la bolsa de sangre y la
identidad del paciente, si existe alguna discrepancia, suspenda la transfusión inmediatamente y
consulte al banco de sangre.
COMPLICACIONES AGUDAS DE LA TRANSFUSIÓN
Las reacciones transfusionales agudas pueden ocurrir rápidamente después de la transfusión (dentro de 24
horas).
La contaminación bacteriana afecta hasta un 0.4% de los glóbulos rojos y 1–2% de los concentrados
de plaquetas.
La sangre puede contaminarse por: Bacterias de la piel del donante durante la recolección de sangre
(generalmente estafilococo)
Bacteremia presente en la sangre del donante en el momento de la recolección de sangre (ej.
Yersinia)
Errores o manipulación inadecuada durante el procesamiento de la sangre
Defectos de fabricación o daño en las bolsas de sangre plásticas
Descongelamiento del plasma fresco congelado o crioprecipitado en un baño con agua (a menudo
contaminado).
SOBRECARGA DE VOLUMEN
La sobrecarga de volumen resulta en insuficiencia cardiaca y edema pulmonar.
Puede ocurrir cuando:
Se transfunden demasiados fluidos
La transfusión es muy rápida
La función renal está afectada.
La sobrecarga de volumen es más frecuente que ocurra en pacientes con:
Anemia crónica severa
Enfermedad cardiovascular subyacente.
REACCIONES ANAFILÁCTICAS
El riesgo de anafilaxia está aumentado por la infusión rápida, típicamente cuando se usa plasma
fresco congelado como fluido de recambio en el recambio plasmático terapéutico.
Las citoquinas en el plasma pueden ser una causa de broncoconstricción y vasoconstrición
ocasionalmente en pacientes.
Una causa rara de reacciones anafilácticas muy severas es la deficiencia de IgA en el receptor. Esto
puede ser causado por cualquier producto sanguíneo que contenga trazas de IgA.
La anafilaxia puede ocurrir dentro de minutos del comienzo de la transfusión y se caracteriza por:
Colapso cardiovascular, Distress respiratorio y Ausencia de fiebre.
ENFERMEDAD DE INJERTO-VERSUS-HUÉSPED
Es una complicación rara de la transfusión y potencialmente fatal.
Ocurre en pacientes inmunodeficientes como: Receptores inmunodeficientes de transplantes de
médula ósea
Pacientes inmunocompetentes transfundidos con sangre de individuos con los cuales tienen
antígenos de histocompatibilidad compatibles (HLA: antígenos de leucocitos humanos),
generalmente consanguíneos.
Síntomas y signos
Típicamente 10–12 días después de la transfusión.
Se caracteriza por:
Fiebre
Rash cutáneo y descamación
Diarrea
Hepatitis
Pancitopenia.
El tratamiento es de soporte, no hay terapia específica. Prevención Irradiación gamma de los componentes
sanguíneos celulares para detener la proliferación de los linfocitos transfundidos.
SOBRECARGA DE HIERRO
No hay mecanismos fisiológicos para eliminar el exceso de hierro y así los pacientes dependientes de
transfusiones pueden, en un largo periodo de tiempo, acumular hierro en el cuerpo produciendo
hemosiderosis.
Síntomas y signos
Falla orgánica, particularmente a nivel del corazón y el hígado en pacientes dependientes de transfusión.
Manejo y prevención
Los agentes que ligan hierro (ej. desferrioxamina) son ampliamente usados para minimizar la
acumulación de hierro en pacientes dependientes de transfusión.
La meta es mantener los niveles de ferritina sérica a <2000pg/L.