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Cada satélite tiene una zona de cobertura o huella dentro de la cual se reciben sus señales. En
el centro de la huella se recibe la máxima señal, y a medida que nos alejamos del centro de la
huella las señales disminuyen de nivel y, por tanto, la recepción es mas difícil.
Cuanto mayor sea la superficie del reflector, mayor será la energía electromagnética que le
llegue a él y por tanto mayor será la energía concentrada en el foco. Como la superficie
depende del diámetro, podemos afirmar que cuanto mayor sea el diámetro del reflector,
mayor energía se concentrara en el foco de la parabólica.
En resumen, para el mismo nivel de señal, una antena parabólica de gran tamaño tendrá mas
ganancia que otra de menor tamaño situada en el mismo punto geográfico, y, por tanto, se
mejora la recepción.
No obstante, tampoco es cuestión de usar los reflectores de mayor diámetro para todos los
casos y circunstancias, pues existen otros factores en contra, como su mayor precio o la mayor
influencia del viento sobre los mismos, lo que puede desajustar su orientación respecto al
satélite.
Ganancia:
La ganancia de una antena parabólica expresa la cantidad de señal captada que se concentra
en el alimentador. Depende de 3 factores:
Frecuencia de recepción: Cuanto mayor frecuencia menor podrá ser el diámetro del plato
πD 2
G=10 log
λ [( ) ]
n
A igualdad de frecuencia de recepción y diámetro del reflector, tendrá mayor ganancia el que
posea mayor rendimiento.
Rendimiento:
Se define como rendimiento de una antena parabólica el cociente o relación entre la cantidad
de energía incidente en el reflector y la concentrada en el foco.
El rendimiento no se puede calcular con una formula, ya que, además de lo expuesto, son
otros muchos los parámetros que le pueden afectar negativamente: superficie irregular, mala
colocación del iluminador, tamaño excesivo de las varillas de sujeción del iluminador (que
hagan mucha sombra sobre el reflector y que este este tratado con alguna sustancia
absorbente de la señal, son algunos de los muchos factores que influirán negativamente en el
rendimiento de la antena.
Relación f/D:
Para lograr el rendimiento alto, del orden del 60%, es necesario que el perfil del reflector se
acerque lo máximo posible a la parábola.
Para que esto se cumpla debe existir una relación exacta entre el diámetro, el foco y la
profundidad del reflector parabólico, pues estos tres parámetros están estrechamente
relacionados entre sí. Cualquier variación en uno de ellos afecta todos los demás.
Figura 5. Existe una relación exacta entre el diámetro D, el foco f y la profundidad P de un
reflector parabólico.
Para que la antena alcance un alto rendimiento, el cociente D/f debe estar comprendido entre
2,3 y 2,7.
Esto se debe a que las antenas con relaciones D/f altas requieren iluminadores especiales,
mientras que las de relaciones D/f bajas presentan problemas de ruido térmico con origen en
el suelo, debido a la poca concavidad del reflector y el mínimo apantallamiento dl reflector
contra la superficie en la que se encuentra. Muchos fabricantes de antenas parabólicas
prefieren indicar en sus catálogos la relación f/D, que no debe ser inferior a 0,37 ni superior a
0,42 puesto que:
1
D f 1
= = =0,43
f D 2,3
1
D f 1
= = =0,37
f D 2,7
Angulo de radiación
Recibe el nombre de ángulo de radiación el ángulo dentro del cual la señal captada por la
antena se mantiene entre 100 y 50% de potencia, dicho con otras palabras, el ángulo que
puede desplazarse la antena con respecto a la dirección exacta del satélite hasta que la señal
sufre una atenuación de 3dB.
Veamos un ejemplo de lo expuesto. Suponga que una antena parabólica esta perfectamente
alineada hacia un satélite (Fig. 6a), y que la ganancia de dicha antena sea de 39 dB. En esta
circunstancia, la ganancia en potencia de la antena será:
39 dB
GP=antilog =antilog 3,9=7,943 vecesmayor
10
Movemos ahora la antena hacia abajo, hacia la izquierda y hacia la derecha de su orientación,
y realizamos los mismos cálculos.
Pues bien, el ángulo medido desde la posición correcta de apuntamiento hasta el máximo
desplazamiento hacia arriba, abajo, derecha e izquierda, donde la ganancia de la antena baja a
3 dB, es lo que se denomina ángulo de radiación. De lo expuesto se deduce la importancia de
una buena orientación de la antena, ya que la más mínima desviación supone una considerable
perdida de señal.
Este es también el motivo de que el reflector de una buena antena parabólica este fijado a un
soporte por al menos tres puntos, pues si se fija en un solo punto. Y este tiene un poco de
juego, el viento puede mover el reflector y hacer que la imagen desaparezca de la pantalla de
nuestro televisor.
30
α=
f ∗D∗√ 2
α: Angulo de radiación en grados centesimales
30:es la constante de la velocidad de la luz
F: frecuencia de la señal captada por la antena en GHz
D: diámetro del reflector en metros
Ejemplo:
Frecuencia Central:
Como ya hemos estudiado, la antena parabólica capta la máxima energía cuando está
orientada perfectamente hacia un satélite y, dentro de un pequeño ángulo, se mantiene el
valor de la energía captada desciende rápidamente.
1.El lóbulo principal es el de mayor tamaño y alcanza el circulo de las coordenadas polares
correspondientes a 0 dB. Es decir, ese lóbulo no presenta atenuación alguna de la señal.
2.El eje del lóbulo principal coincide con el eje de la antena, es decir, que todo emisor que se
encuentre en la misma dirección que el eje de la antena entrará dentro del lóbulo principal y
será captado con la máxima ganancia.
3.El ángulo de radiación pertenece al lóbulo principal y abarca todo el ancho del citado lóbulo
con una ganancia por encima de -3 dB.
4.Ademas del lóbulo principal, se obtienen otros lóbulos secundarios, dispuestos en ángulos
distintos al eje principal, y que disminuyen de tamaño a medida que se acercan al ángulo de
180°.
Los lóbulos secundarios, o lóbulos laterales, determinan la capacidad de una antena parabólica
para captar radiaciones que le llegan de direcciones fuera de su eje.
Figura 7. Representación polar de los lóbulos principal y secundarios de una antena parabólica.
3 dB por debajo de la ganancia máxima, es decir, a 37 dB, se traza una recta que corta e lóbulo
principal en dos puntos (P y P’). Una proyección vertical de estos puntos sobre la abscisa nos
permite determinar el ángulo de radiación de la antena (ángulo α en la figura 8).
Figura 8. Representación cartesiana de los lóbulos principal y secundarios de una antena
parabólica.
Los lóbulos secundarios tienen poca amplitud, tanto cuanto mas se acercan al ángulo de 180°,
o ángulo opuesto al de orientación de la antena.
Al comprar una antena parabólica debe fijarse en estas curvas, que le serán facilitadas por el
fabricante, y tener presente que los lóbulos secundarios deben tener una amplitud
sensiblemente menor que la del lóbulo principal, puesto que, si no fuera así, esa señal
interferiría la señal que se desea captar. A este respecto se considera una buena antena
aquella cuyo lóbulo secundario más grande este al menos 20 dB por debajo del principal.
Ancho de banda:
El ancho de banda de una antena parabólica indica la banda de frecuencias para las que esta
diseñada la antena. Por ejemplo, una antena con un ancho de banda de 10,95 a 12,75 GHz esta
diseñada para captar todas las frecuencias comprendidas entre los dos limites citados. Es un
dato que, como todos los anteriores, se lo facilitara el fabricante de la antena.
Relación señal/ruido:
El ruido del medio ambiente colindante, y del espacio exterior, puede ser captado por una
antena parabólica.
Orígenes de ruido son fenómenos naturales tales como tormentas, lluvia, etc., o fenómenos
artificiales, como lámparas fluorescentes. No obstante, las principales fuentes de ruido son el
propio firmamento (que genera el ruido atmosférico y el ruido galáctico precedente de las
estrellas) y el suelo.
Al ser el suelo origen de ruido, al reflector le llegara tanto mas ruido cuanto mas inclinado se
encuentre hacia el suelo. De esto se deduce que al ser el ángulo que forma el reflector con
respecto al suelo tanto menor cuanto más se aleja del ecuador, la temperatura de ruido
aumenta cuanto mas alejadas del ecuador estén situadas las antenas, es decir, que una antena
situada, por ejemplo, en Málaga, captara menos ruido procedente del suelo que otra que este
instalada en Paris.
En las antenas parabólicas también debe tenerse presente el ruido que a propia antena
genera.
Efectivamente, toda onda electromagnética que indica sobre la superficie del reflector es
reflejada por este, por lo que podemos decir que se convierte en emisor de nuevas ondas.
Estas ondas se mezclan con la señal principal, formando un ruido.
Para una correcta recepción de las señales es necesario separar estas del ruido, o que la
radiación señal/ruido (S/N) sea lo más elevada posible.
Factor de ruido:
Se define al factor ruido (F) de una antena como la potencia mínima que debe tener la señal
captada para que quede tapada por el ruido de la propia antena.
En el caso de antenas parabólicas, para la recepción de emisoras de radio y televisión vía
satélite, en las que las potencias que llegan son muy pequeñas, es muy importante alcanzar
unos factores de ruido mínimos.