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En todo momento las partes en conflicto deben distinguir entre la población y los combatientes.

Los ataques deben ser dirigidos únicamente contra los combatientes y no contra la población
civil

Cabe resaltar que también se hará distinción entre los bienes civiles y los objetivos militares.

La acción bélica nos permite hacer referencia aquellos perteneciente a la guerra, sabiendo que
una guerra valga la redundancia es una lucha, una batalla, un enfrentamiento o una pelea la cual
implica violencia.

Para acotar se puede considerar que una persona bélica es agresiva o pendenciera (riñas), busca
el enfrentamiento.

Sentencia No. C-225 de 1995. Define el alcance y la naturaleza del Derecho Internacional
Humanitario, así como su imperatividad y su integración al bloque de constitucionalidad.
Por ejemplo cuando un país se encuentra en una guerra regular los habitantes toman las armas
espontáneamente, acá en Colombia la ley 1861 estipula que los soldados que terminen su
servicios militar entran a una línea de reserva y que deben ser empleados cuando el país los
requiera, con el fin de hacer frente al enemigo. Ya que para ese caso se les consideraría
combatientes puesto que llevan las armas a la vista.

Pasadas las 10:30 de la noche del jueves 29 de agosto, dos aviones Súper Tucano salieron de la
base de Apiay, en el Meta, rumbo a la vereda Candilejas, zona rural de San Vicente del Caguán,
Caquetá.

Los pilotos de la Fuerza Aérea fueron informados de que los protocolos de bombardeo (operación
tipo beta) estaban autorizados por el alto gobierno y que el objetivo quedaba cerca a la latitud
1.51813, longitud -74.1505.

Interceptaciones de comunicaciones y fuentes humanas daban cuenta de que en el lugar había un


campamento móvil de la disidencia del frente séptimo de las Farc, liderado por Rogelio Bolívar
Córdoba, alias Gildardo Cucho.

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Pero 48 días después del bombardeo, ejecutado por el Comando Conjunto de Operaciones
Especiales (CCOES) y calificado como una “operación impecable” por el presidente Iván Duque, el
país se enteró de que allí murieron 8 menores.

La desconcertante noticia se conoció el martes, en medio del debate de moción de censura al que
el Senado sometió al ministro de Defensa, Guillermo Botero.
“Usted nunca le contó eso a Colombia (la presencia de menores). Un ministro que miente hace
que se pierda la confianza en nuestras Fuerzas Militares”, dijo el senador citante Roy Barreras.

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Con su tono enérgico, el ministro defendió el operativo, aduciendo que cumplió todos los
protocolos, incluido el blindaje jurídico que exige un bombardeo.

.
“Contó con todos los parámetros que rigen la doctrina militar colombiana”, aseguró, mientras que
senadores de varias orillas le exigían su renuncia.

Renuncia Botero 2

El 5 de noviembre se llevó a cabo el segundo debate de moción de censura contra Guillermo


Botero, ministro de Defensa. Este defendió la legalidad del operativo.

Foto: Mauricio Dueñas / EFE

Pero, a la par, se empezaron a conocer imágenes del sitio del operativo, bautizado ‘Atair’, en las
que habían quedado dispersos restos humanos y fusiles, huecos dejados por las bombas y hasta
un supuesto artefacto que no explotó.

En la tierra arrasada había dorsos, extremidades, armas, jirones de uniformes y hasta ollas
esparcidos.

“Mire, una bota nuevecita (...). Y está el pie todo adentro (...). Hay hasta cabello de persona, con
los que podrían hacer pruebas de ADN”, se escucha en otro video difundido por el medio local Red
Digital Noticias.

Devastados, los padres de Diana Medina –una de las niñas muertas, de 16 años– también salieron
a advertir que ella no era guerrillera y que había sido sacada a la fuerza, a finales de junio, de la
vereda Pringamoso.
El ministro dimitió 24 horas después, tras permanecer 14 meses en el cargo y sortear tres
escándalos de orden internacional, que venían golpeando la buena labor de las Fuerzas Militares
en otros frentes.

Primero fue la revelación de las directrices operacionales, que supuestamente revivirían los ‘falsos
positivos’; luego, las falsas fotos de campamentos del Eln en Venezuela que Duque exhibió en
Naciones Unidas, y remató con las omisiones y datos erróneos sobre el asesinato a sangre fría del
ex Farc Dímar Torres.

Pero esta vez la información era demoledora.

Las 16 bolsas con restos

A las 11 en punto de la noche de ese jueves de agosto, los dos bombarderos soltaron su carga
sobre el campamento, dejando un cráter de 15 metros de profundidad, por 20 de ancho.

Medicina Legal recibió 16 bolsas selladas que contenían “cadáveres y segmentos corporales de 18
individuos”, transportados en uno de los helicópteros Black Hawk, del Batallón Lancheros, cuyos
hombres llegaron a asegurar la zona.

La Dijín recogió el material probatorio en el sitio. Sin embargo, 8 días después, el Comité
Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó que se recuperaron nuevos segmentos corporales
asociados al bombardeo.

Medicina Legal recibió 16 bolsas selladas que contenían cadáveres y segmentos corporales de 18
individuos

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Expertos forenses emitieron un primer informe, el 19 de septiembre. Ese día, en un documento de


cuatro páginas, se conoció oficialmente el dato que hoy tiene a diferentes fuerzas políticas
exigiéndole al Gobierno un timonazo en el manejo de la seguridad nacional.

“De los 12 cadáveres identificados, siete corresponden con (sic) individuos menores de 18 años y 4
se encuentran aún pendientes por entregar”, señaló el director de la regional oriente de Medicina
Legal. Los menores fueron identificados como Abimiller Morales, 17 años; Wílmer Alfredo Castro,
17 años; Diana Medina Garzón, 16 años; José Rojas Andrade, 15 años; Jhon Édison Pinzón Saldaña,
17 años; Ángela Gaitán Pérez, 12 años, y Sandra Patricia Vargas Cuéllas, 16 años.

Bombardeo

Videos recogieron imágenes de la zona del bombardeo y de restos humanos esparcidos.

Foto: Cortesía: Red Digital Noticias

Protección al personero

Herner Carreño, personero de Puerto Rico, Caquetá, aseguró que la Fuerza Pública sabía desde
mayo que esa disidencia venía reclutando menores en la zona. Es más, tres días antes del
bombardeó, envió una alerta.

“La personería municipal ha recibido información de parte de la comunidad sobre la presencia


permanente de grupos armados organizados residuales y/o grupos delincuenciales organizados
que se encuentran ejerciendo actividades de extorsión a los comerciantes y ganaderos de la
región, como también utilizando, usando y reclutando ilícitamente a nuestros niños, niñas y
adolescentes en este municipio”, le escribió al mayor Ricardo Fierro Barón, comandante (e) del
Batallón Especial Energético y Vial de Caquetá.

“De escucharme, claro que me escucharon. El problema es que nunca reaccionaron”, le dijo el
viernes Carreño a EL TIEMPO.

Y agregó que dos de los tres casos que documentó sobre reclutamiento de niños en la zona
coinciden con los muertos en el campamento.

Después de hablar con la prensa, el personero recibió amenazas. Este diario estableció que ya
tiene un esquema de protección estatal y que tuvo que salir de la zona. Incluso se evalúa si se
debe mover a su familia.

“(Es) un hombre valiente y defensor de los derechos humanos, quien públicamente se atrevió a
denunciar el reclutamiento forzado de niños y niñas, y a cuestionar el bombardeo de un presunto
campamento de hombres armados en Aguas Claras, Caquetá”, aseguró Alberto Brunori,
representante de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Con la renuncia de Botero aún fresca, la Fiscalía reveló que ya adelantaba una investigación sobre
los hechos y que aún faltaba por identificar un octavo niño, muerto en el operativo.

¿Qué sabían y qué no?

Según el ente acusador, hasta ahora se les han entregado 10 cadáveres a las familias, dentro de
una investigación bajo total reserva.

“Se violó el Estatuto de Roma. Allí se establece la responsabilidad de mando, y el jefe supremo de
las Fuerzas Militares es el Presidente”, dijo el senador del Polo Alexánder López, quien ya anunció
una demanda contra Duque ante la Corte Penal Internacional.

Algunos creen que el bombardeo habría sido una respuesta apresurada al video en el que los
fugitivos alias Iván Márquez y Jesús Santrich anunciaron el nacimiento de una nueva guerrilla.

La diferencia entre uno y otro evento fue de apenas 19 horas y el propio presidente Duque asoció
el operativo con la banda de ‘Márquez’.

“Anoche autoricé al CCOES a adelantar una operación ofensiva contra esta cuadrilla de
delincuentes narcoterroristas, que son residuales de lo que se conocía como las Farc y que hacen
parte de las estructuras criminales que ahora pretenden desafiar a Colombia (…). Gracias a esa
labor estratégica, meticulosa, impecable y con todo el rigor cayó ‘Gildardo Cucho’ (…). Este
pretendía ser parte de esa estructura amenazante que ayer se presentaba al país como una nueva
guerrilla”, dijo en un evento público el viernes 30 de agosto.

Helicóptero UH-60 Black Hawk en Colombia

Los cuerpos fueron trasladados en varios helicópteros Black Hawk.

Foto: Archivo

Pero fuentes de inteligencia militar le dijeron a EL TIEMPO que la operación se venía planeando
desde hacía al menos dos semanas.

Además, que se sabía que alias Gildardo había bajado desde Puerto Ayacucho, Venezuela, y que
sus planes eran rearmar los frentes 7, 40 y 62, para ponerlos a disposición de la banda de ‘Iván
Márquez’.
Otro dato clave era que ‘Gildardo’ –el segundo de la disidencia de alias Gentil Duarte–, andaba con
un cinturón de seguridad de al menos 20 hombres armados. Por eso se descartó usar
francotiradores para eliminarlo.

Y tanto el Gobierno como el Ejército insisten en que no tuvieron acceso a la información de


Medicina Legal, sobre presencia de niños, por hacer parte de una investigación reservada.

“Siempre hacemos la protección a las personas que lo requieren. La decisión hubiera sido otra”,
dijo el comandante del Ejército, general Nicacio Martínez, cuando EL TIEMPO lo interrogó sobre la
presencia de menores en el campamento.

Pero parece que, al menos en el Congreso, no todos les creen. Si bien, la operación militar como
tal no está siendo cuestionada, sí se reprocha el hecho de que se hubiera guardado silencio sobre
los menores.

Algunos le atribuyen ese supuesto silencio al hecho de que la institución ya no aguantaba un


nuevo escándalo. Las fotos falsas en la ONU le costaron el cargo al general Oswaldo Peña, director
del Departamento Conjunto de Inteligencia y Contrainteligencia de las Fuerzas Militares; y por el
crimen de Dímar Torres ya hay militares procesados.

“Más allá del debate sobre el Derecho Internacional Humanitario, el tema es por qué se calló ese
dato”, señala Jean Carlo Mejía, experto en derecho internacional.

Según explicó Mejía, la presencia de menores en un objetivo militar lícito –como lo calificó
Botero– no significa que no se pueda atacar. Pero sí obliga a saber cómo se debe proceder.

En ese mismo contexto, ha tomado relevancia la directriz de febrero de 2019, en la que el Ejército
bajó los niveles de exactitud de las operaciones de inteligencia: “No exigir la perfección para
realizar operaciones. Hay que lanzar operaciones con un 60 por ciento-70 por ciento de
credibilidad y exactitud”.

Fuentes militares dicen que parte de la verdad que reclama el país está en un acta de inteligencia,
bajo reserva.
Por ahora, el caso está en manos de la Fiscalía y puede crecer si se confirma que entre los muertos
que faltan por identificar hay más menores.

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