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EL BAMBÚ

Bambú: la planta del milenio según la  ONU

Pensando en aportar soluciones a los problemas ambientales, me quiero referir a las ventajas del
cultivo de bambú, que nos da muchas herramientas directas para aportar nuestro granito de arena
al mar de soluciones que necesita hoy nuestro planeta tierra.

Si bien en Oriente el bambú fue venerada desde tiempos inmemoriales, hace muy poco que las
sociedades occidentales pusimos los ojos en esta extraordinaria planta. La novedad llegó desde
Sudamérica, con las construcciones de los arquitectos colombianos y ecuatorianos que,
aprovechando las virtudes de las especies locales, revolucionaron el mundo de la construcción. Es
que Sudamérica es el lugar del mundo con más especies nativas y algunas de las mejores para
construir.

Entender las virtudes del bambú llevó a que recientemente la ONU nombrara al bambú la planta
del milenio. Entendamos que no se refirió al bambú nombrándola la planta del año, ni de la década,
ni del siglo. ¡La nombró “la planta del milenio”!

Desde el punto de vista ambiental el bambú se utiliza para fijar y proteger suelos, como regulador
hídrico, depurador de aguas, barrera contra incendios, barrera de ruidos, limpiador de aire.  El
bambú es el mayor y más rápido captador de carbono y el recurso maderable de más rápida
reposición.

https://martinbambu.wordpress.com
El bambú es la planta de más rápido crecimiento en el mundo. Es usado en muchas partes por su
fortaleza, elasticidad y dureza. Produce más madera que el roble, y produce más oxígeno y captura
más CO2 que cualquier árbol.

El bambú está vinculado con Oriente, pero en América existe una gran cantidad de especies
endémicas. Para el uso de construcción, las especies americanas mejor perfiladas son las del género
Guadua, particularmente la G. angustifolia y la G. chacoensis.

Sabías que...

 El bambú es una gramínea de rápido crecimiento. Mientras que un árbol necesita 60 años
para crecer 30 metros, el bambú alcanza esa altura en tan sólo 6 meses.

 Es originario de Asia, América, África y Oceanía. Puede adaptarse a numerosos climas


(tropicales, subtropicales y templados). En Europa existen fósiles pero ninguna especie
endémica, datando las primeras plantaciones de 1855 en Inglaterra y en Anduze (Francia).

 El nombre bambú es una onomatopeya de Malasia, que fue introducida en Europa por los
portugueses en el siglo XVI.

 Es una planta muy antigua (Mioceno), rústica y, sobre todo, muy atípica. Ha inspirado
mitologías y simbologías. Es extraordinariamente útil, habiéndose descrito más de 1.500
usos y utilidades, muy válida en el pasado y con muchas posibilides en el futuro.

 Por su dureza y flexibilidad se le llama el acero vegetal. Es un recurso renovable y


sostenible.

EL BAMBÚ EN EL MUNDO

Los bambúes constituyen el único grupo de gramíneas enteramente adaptado a los bosques.

Debido a su adaptabilidad, los bambúes exhiben una amplia distribución geográfica que abarca tres
grandes regiones: el Pacífico asiático, África y América.

Exceptuando Europa, los bambúes crecen de manera natural en los demás continentes, desde los
51° Norte hasta los 47° Sur y desde el nivel del mar hasta los 4.300 m de altura. Aunque su máxima
altura se registra en los páramos de los Andes ecuatoriales, la mayoría prefiere hábitats húmedos
de las selvas nubladas y las selvas bajas tropicales. Algunos crecen en hábitats secos pero ninguno
en desierto.

Un total de 90 géneros y 1100 especies existen en el mundo, de los cuales América cuenta con la
mitad de la diversidad -41 géneros y 455 especies-, que se extiende desde el suroriente de los
Estados Unidos hasta el sur de Chile. En Bahía, Brasil, se encuentra el área de mayor endemismo y
diversidad en la región, seguida por la cordillera de los Andes y la parte sur de Mesoamérica.

Taxonómicamente, los bambúes pertenecen a la familia Poaceae o de las gramíneas y a la


subfamilia Bambusoideae, y se dividen en dos grupos: los herbáceos u Olyradae y los leñosos o
Bambusodae. Los herbáceos se reúnen en una sola tribu, Olyrodae, y sus 100 especies se agrupan
en 21 géneros, 20 de ellos endémicos de América, y uno del Viejo Mundo.

Estos bambúes tienen rizomas poco desarrollados, culmos (tallos) herbáceos o ligeramente
lignificados, son de porte pequeño, presentan sistemas simples de ramificación, carecen de hojas
caulinares, presentan floraciones frecuentes pero no cíclicas, su hábitat preferido es el estrato
herbáceo de la selva tropical y la polinización es por insectos. Los bambúes herbáceos se
distribuyen desde los 29° de latitud norte hasta los 34° de latitud sur, expresando su mayor
diversidad y endemismo entre los 10° y 15° de latitud norte y sur, con un rango de altura que va
desde el nivel del mar hasta los 1000 metros.

Los bambúes leñosos se dividen en 9 subtribus, 3 endémicas de América (Arthrostylidiinae,


Chusqueinae y Guaduinae), 5 del Viejo Mundo (Bambusinae, Nastinae, Melocanninae,
Racemobambosinae y Shibataeinae), y una, Arundinariinae, común para ambos continentes.

Se caracterizan por tener rizomas fuertes bien desarrollados, culmos lignificados, brotes nuevos
protegidos por hojas cualinares, complejos sistemas de ramificación, lámina del follaje desidia,
floraciones cíclicas y monocárpicas, espiguillas multifloras, flores bisexuales organizadas en
espiguillas o pseudoespiguillas, y alto rango en el número cromosómico, con un valor básico de
x=12. Las distribuciones de latitud y altitud son iguales al de la subfamilia, crecen en hábitat
abiertos en donde son polinizados por el viento y su diversidad está asociada con la radiación que
llega a los diferentes valles y laderas abruptas de cordilleras, montañas y serranías.

De los países americanos, Brasil presenta la mayor diversidad, con un total de 141 especies de
bambúes leñosos; le sigue Colombia con un total de 72 especies; Venezuela con 60; Ecuador con
44; Costa Rica con 39; y México con 37 especies leñosas.

Debido al poco valor económico atribuido al recurso del bambú, la mayoría de los países
latinoamericanos no cuentan con estimados sobre áreas cubiertas o producción. Sólo Colombia,
Ecuador, Nicaragua y Venezuela tienen algunos datos en este sentido. Sin embargo, las fotografías
de satélite permiten calcular que en el suroccidente de la Amazonía, en la frontera entre el estado
de Acre en Brasil, Madre de Dios en Perú y Pando en Bolivia, el área cubierta puede ser de unos
180.000 kilómetros cuadrados. Pero, si se tiene en cuenta que, aproximadamente, el once por
ciento de cada kilómetro cuadrado de los bosques andinos está cubierto por bambúes, es posible
estima que, como mínimo, existen 11 millones de hectáreas cubiertas de bambú en Latinomérica.

A pesar de que el bambú puede aumentar los beneficios económicos, sociales y medioambientales
de las economías rurales de América Latina, su uso se ha limitado hoy al manejo de bosques
cercanos a los poblados. Sólo en países como Colombia, Ecuador, Brasil y Costa Rica, se observa
algún desarrollo industrial, sobre todo en la construcción y la industria de muebles y papel, con un
rol más notorio en economías locales como la del eje cafetero en Colombia y la costa pacífica del
Ecuador.

Fuente: Ximena Londoño

Fotos: Bamboo in Japan, N. Moore Bess; y Bambú-Guazú

EL BAMBÚ EN EL NEA

El bambú más importante que domina en NEA es la Tacuara Paraná, Tacuara guazú, Tacuaruzú o
Guadua chacoensis. Bambú-Guazú es la primer empresa creada para su aprovechamiento y para la
difusión de sus capacidades.

Esta especie representa una buena alternativa para utilizar en reemplazo de algunas maderas.
Promover su utilización es una manera de colaborar indirectamente en la conservación de los
bosques nativos, los cuales están siendo reemplazados por monocultivos de pinos y eucaliptos o
han sufrido una gran extracción selectiva de madera.

Otras especies del NEA:

Guadua trinii (yatevó o tacuara brava): de mediano tamaño (hasta 12 mts de alto) y culmos huecos;
se caracteriza por su superficie áspera y las espinas duras y curvas en los tallos, los cuales a su vez
son muy ramificados. Se encuentra principalmente en los lugares bajos cercanos a los arroyos de
cauces medios. Su período de floración se estima entre 30-32 años.

Merostachys clausenii (tacuapí o tacuara mansa): tacuara de culmo hueco; frágil cuando seca.
Generalmente usada en la elaboración de artesanías aborígenes. Presenta ciclos de floración de 30-
45 años aprox. La última floración observada dentro del Parque Nacional Iguazú fue durante el
período 2003-2000.

Chusquea ramosissima (tacuarembó o crisiuma): es una de las especies más abundantes del


estrato bajo de la Selva Misionera, pero puede trepar por los árboles alcanzando grandes alturas. Es
maciza con unos 10-15 mm de diámetro y carente de espinas Crece vegetativamente formando
grandes matas que pueden inhibir la regeneración de las especies del dosel debido a su gran
habilidad para competir por la disponibilidad de los recursos (luz, agua y nutrientes). En esta región
en la actualidad es empleada como recurso forrajero de mediana calidad y escasamente usada en la
elaboración de artesanías aborígenes. Sin embargo las comunidades guaraníes le han dado usos
medicinales como cicatrizante y desinfectante de heridas como así también usos mágicos y textiles.
Pero el más característico de los usos que solían darle, era como elemento cortante para matar
animales. o para cortar el cordón umbilical de los recién nacidos, costumbre que aun permanece
entre algunas comunidades guaraníes Esta especie es conocida también en una comunidad guaraní
como el “cuchillo del escarabajo”, denominación que destaca su utilización como elemento
cortante y punzante además de su interacción con ciertos coleópteros.

Sin embargo, a pesar de ser un elemento común de la Selva Misionera y utilizada desde la
antigüedad, aun se conoce muy poco sobre su biología y ecología. Estimándose que su ciclo de
floración, ocurre cada 23 años. El último período de floración que se desarrolló en superficies
relativamente extensas dentro del Parque Nacional y Norte de Misiones comenzó durante el año
2001.

Chusquea tenella (pitinga o takuary): es más bien rara en el Parque Nacional pero muy abundante
en otras áreas de la provincia. Muy similar a Ch. ramosissima, con quien es común confundirla, sin
embargo en los tallos poseen manchas violetas y los nudos, cuando jóvenes, están cubiertos de
pelos tiesos; los entrenudos son huecos, aunque la cavidad es reducida y no del todo maciza. Su
ciclo de floración se estima entre 15 y 16 años.

En el Parque Nacional existen además una gran cantidad de bambúes herbáceos de los cuales aún
no se conoce mucho a nivel taxonómico y ecológico. Algunas de las especies presentes son: Olyra
latifolia y O. Humulis.

Fuente: Biol. Lía Montti (Parque Nacional Iguazú). Texto original: Arq. Horacio Saleme, presentación
INBAR-Lac, Guayaquil, 2006
Fotos: Arq. H. Saleme, Ximena Londoño, Bambú-Guazú

EL BAMBÚ EN EL NOA
En el NOA se trabaja con el bambú desde hace bastante tiempo. El desarrollo de la caña de azúcar,
en los ingenios norteños, en las primeras décadas del 1900, se nutrió por aquellos años de centros
productivos situados en la India y Hawai. Se importaron entonces no sólo semillas de esa especie,
sino también de varias clases de bambúes tropicales que en ese momento se instalaron y
propagaron como una defensa contra la erosión en los márgenes de ríos, arroyos y canales de
riego. Hoy en día, el Ingenio San Martín del Tabacal cuenta con las existencias de bambú más
importantes de nuestro país (muchas decenas de kilómetros de cortinas y varios macizos de
bambú).

En Orán, hay un bosque compacto en Vado Hondo con más de 30 hectáreas, luego hay pequeños
bosquecitos macizos en los sitios donde se situaban las colonias de obreros antes de la
mecanización, estos en general son de 1 hasta 4 hectáreas y luego todo es fajas protectoras de
canales con un ancho de plantas de entre 35 y 40m cuando la línea es doble. Es difícil aventurar una
cifra exacta, pero seguramente se superan las 200 -250 hectáreas.

El 95% o más es Bambusa balcooa, siguiendo a continuación Bambusa arundinacea y tercera


Bambusa vulgaris.

Bambú en Tucumán

El bambú en Tucumán, como en Salta, fue difundido por los pioneros de la industria azucarera cuya
gran expansión tuvo lugar a principios del siglo XX. Se lo introdujo básicamente para la protección
de riberas, tal como se lo emplea en Orán aunque en mucho menor escala. Nunca se constituyeron
montes compactos, pero sí múltiples manchas o pequeños bambusales a lo largo del “eje
azucarero”, en las llanuras del Sur y del Este de la provincia y en el pedemonte de la Sierra de San
Javier y de los nevados del Aconquija.

El hombre de campo lo usa para la construcción de viviendas, casi siempre precarias, para cercas,
vallados, corrales, muebles y utensilios variados.

A escala artesanal, hay producción de algunos muebles y de pequeños y muy variados objetos,
desde botones, recipientes para el mate, cajas, lámparas, bombillas, algunos instrumentos
musicales de viento y percusión, y en la decoración de interiores es usado con alguna frecuencia
como “detalle”, a veces con plantas en macetas o como composición abstracta con sus culmos.

Fuente: Información por Ing. Agr. Roberto Neumann e Ing. Carlos Suárez. Texto original: Arq.
Horacio Saleme, presentación INBAR-Latinoamerica y Caribe, Guayaquil, 2006
Fotos: Arq. H. Saleme, Ximena Londoño y Bambú-Guazú

 EL BAMBÚ EN EL DELTA DE TIGRE

La caña más difundida en el delta del Paraná es la llamada Tacuara, Phyllostachys aurea, que tiene
un diámetro desde un centímetro (usada para bombillas, bolígrafos, manguitos, etc.) hasta unos 7
cm. Es lustrosa, suele presentar nudos distorsionados que se utilizan también en artesanía.
También se usan sus rizomas. Entre el 80 y el 90% de las cañas que se ven en la zona son de esta
especie.

La especie que la sigue en frecuencia es el Bambú de mata, Bambusa tuldoides, considerada de


menor calidad. Se usa para cercos, algo en techos, y algunas artesanías. La longitud entre nudos es
mayor, permitiendo su uso en quenas y otros aerófanos. Su pared es más gruesa que la de la
tacuara.
Otra especie muy difundida es la caña japonesa, o Pleioblastus simonii. Es la más usada para
construcción de aerófanos por su extraordinaria longitud de entrenudos, diámetro, rectitud y
firmeza. Su color es verde intenso.

Dentro de otras Phyllostachys encontramos la P. nigra, o bambú negro, relativamente poco usado
localmente en artesanías pese a su belleza. También encontramos la Ph. viridis, un hasta 12 cm. de
diámetro, sin nudos distorsionados pero las cañas suelen presentarse muy deformadas. Se los usa
para confeccionar mates y utensilios, así como instrumentos de percusión.

También poco frecuentes, pero vistas en la zona del delta, se encuentra Bambusa multiplex
"Silverstripe", que se confunde contuldoides, entrenudos más largos, excelente para aerófonos.

Otras especies utilizadas, pero que no se explotan acá en el delta, son Bambusa vulgaris y Bambusa
vulgaris var. vitatta con cañas no muy regulares.

Texto original y fotos: Arq. Horacio Saleme, presentación INBAR-Lac, Guayaquil, 2006

EL BAMBÚ EN LA PATAGONIA

La caña coligüe

La caña coligue (Chusquea culeou) es una gramínea perenne perteneciente a la subfamilia de los
bambúes. El género Chusquea está ampliamente distribuido en América Central y Sudamérica En la
Argentina, zona austral, se identificaron 3 especies pertenecientes al género: C. culeou; C.
argentina; C. montana) y una subespecie C. culeou longiramea.

Las cuatro especies o subespecies están presentes en el Parque Nacional Nahuel Huapi y
posiblemente también en el Parque Nacional Lanín pero, sólo C. culeou está ampliamente
distribuida entre los 35º S y los 47º S ocupando una estrecha banda a lo largo de la Cordillera de los
Andes en las provincias de Neuquén, Río Negro y norte de Chubut.

Fuente: Estudio del Lic. Javier Sanginetti y el Gpq. Leandro García sobre la floración de la Chusquea
Culeou en el Parque Nacional Lanín. Atención de Biol. Lía Monti. Texto original: Arq. Horacio
Saleme, presentación INBAR-Lac, Guayaquil, 2006
Fotos: Fundación Chile y Bambú-Guazú

EL BAMBÚ GUADUA

Taxonómicamente la guadua pertenece a la familia Poaceae, a la subfamilia Bambusoideae, a la


tribu Bambuseae, a la subtribuGuaduineae y al género Guadua.

La guadua reúne 30 especies que se distribuyen desde San Luis de Potosí en México hasta el norte
de Argentina, exceptuando Chile y las islas del Caribe.

El 45 por ciento de las especies de este género se pueden distinguir de los demás bambúes
principalmente por los culmos gruesos, largos y espinosos, por las bandas de pelos blancos en la
región del nudo y por las hojas caulinares de forma triangular. Sin embargo, su carácter más fuerte
es la presencia de quillas aladas en la palea del flósculo de la espiquilla, la presencia de la lámina del
follaje y de un número cromosómico 2n=46.

Los usos potenciales de las especies de Guadua son infinitos; a los anteriores se les suma el uso en
la industria del carbón, en la industria artesanal, en la industria farmacéutica, entre otros.
La Guadua chacoensis fue descripta en 1918 por Nicolás Rojas Acosta como Bambusa chacoensis.
Young en 1985 la describió como una subespecie en la variable Guadua angustifolia Kunth.
Posteriormente, en 1992 Ximena Londoño y Paul Peterson, basados en material recolectado por el
Bot. Camilo Quarin de la Universidad del Nordeste (Corrientes, Argentina), distinguieron esta
especie de laGuadua trinii y la Guadua angustifolia, mostrando detalladamente su hábitat,
descripciones e ilustraciones de su semilla y fruta.

Fuente: Ximena Londoño


Fotos: Bambú-Guazú

RESISTENCIA DEL BAMBÚ GUADUA

Comparación

Una varilla de hierro de 1 cm2 de sección -menos de 1/2- resiste a la tracción de 40 KN (Kilo
Newtons); una guadua con una sección de 12 cm2 resiste 216 KN. Por ello se le denomina «acero
vegetal».

(±) Investigación "La madera ecológica del siglo XXI. El bambú como recurso maderable
sustentable." Facultad de Arquitectura, Universidad Nacional de Asunción, Paraguay. Vanessa
Caffiero Dávalos, 2005.

USOS DEL BAMBÚ

Dados sus variados beneficios, el bambú puede ser utilizado como:


 Puentes
 Estructuras & Vigas
 Pisos
 Balcones
 Quinchos y pérgolas
 Muebles
 Estructuras alternativas
 Techos
 Aberturas
 Cercos y medianeras
 Fuentes
 Otros

ARQUITECTURA Y DISEÑO

En América, desde la época precolombina hasta el presente, el bambú ha sido utilizado como
material para la construcción de diferentes clases de edificaciones. Sin embargo, se lo mira como
un material perecible, ocasionado por la pérdida de conocimientos y prácticas tradicionales de
preservación y por aplicaciones equivocadas que permiten exposición directa a humedad y
radiación solar.

En rigor, su durabilidad dependerá de su forma de uso, tal cual lo requieren el acero, el hormigón y
otros materiales de construcción.

Los testimonios de la durabilidad del bambú son edificaciones construidas con este material hace
más de 100 años a lo largo del eje cafetero en Colombia y en ciudades como Guayaquil, Jipijapa,
Montecristi y otras en Ecuador, que se encuentran en excelente estado de conservación gracias a
las normas de protección naturales y de diseño ancestralmente observadas en la arquitectura
vernácula.

Material de construcción

La especie guadua sobresale dentro del género del bambú por sus propiedades estructurales como
la alta relación resistencia/peso que excede a la mayoría de las maderas y puede, incluso,
compararse con el acero y con algunas fibras de alta tecnología. La capacidad para absorber energía
y admitir una mayor flexión, hace que este bambú sea un material ideal para construcciones
sismorresistentes.

Con guadua se pueden levantar construcciones monumentales como el Pabellón, diseñado y


construido por el arquitecto Simón Vélez en la feria de Hannover 2000 en Alemania, en donde
prácticamente se le presentó al mundo este maravilloso material. Las nuevas tecnologías
constructivas con este material, logradas gracias a los esfuerzos de arquitectos e ingenieros
colombianos y ecuatorianos, han permitido que hoy día la vivienda en guadua cumpla con los
requisitos de ser de bajo costo, estético, seguro y rápido.

El costo de construir con guadua resulta muy por debajo de construir con materiales
convencionales, hasta un 45% menos; de allí que este recurso se convierta en una alternativa real.

Fuente: Jörg Stamm. Fotos: bambuguadua.org, Simón Vélez, Marcelo Villegas, Will Pierson

EL ACERO VEGETAL

La enorme capacidad de la guadua para soportar alto esfuerzo de compresión, flexión y tracción, y
por sus demás cualidades físicas, la hacen óptima para reemplazar estructuras de metal y de
maderas en vías de extinción.

El aprovechamiento industrializado conlleva productos como: parquet, tableros y vigas laminadas,


con los cuales el artesano y el usuario internacional pueden cumplir con más facilidad sus
propósitos de producción especializada.

La investigación científica de la taxonomía y de las propiedades físicas, no sólo para los aspectos de
la construcción, fue publicada por la Universidad Nacional de Colombia, estableciendo límites,
posibilidades y métodos de preservación. Uno de los pioneros es Oscar Hidalgo López, quien
publicó varios libros y manuales sobre su investigación.

Pero el éxito llegó con los edificios impresionantes, con aleros de hasta 8 metros, diseñados y
construidos por el arquitecto Simón Vélez, después de descubrir la inyección de mortero (cemento)
en los nudos de la caña. Este descubrimiento crucial abrió finalmente la manera de diseñar con
guadua. Ahora es fácil unir una guadua a otra; los artesanos locales adoptaron rápidamente el
nuevo método. Una nueva generación de arquitectos empezó a diversificar las aplicaciones para
edificios y proyectos grandes de construcción de vivienda, excepto en los cascos urbanos. Las
normas de la construcción “moderna” se diseñaron para construcciones en cemento o materiales
como el ladrillo, fenómenos típicos en casi todos los países en vías de desarrollo.

Los tubos de bambú, son muy flexibles; incluso construcciones gigantes se comportan “sismo-
indiferente”, como Simón Vélez titula a sus edificios, resultados de ensayo y error.
Se han hecho muchos estudios para establecer las propiedades físico-mecánicas de la guadua y
ellos confirman que la fuerza a tracción es comparable al acero de construcción.

La belleza y los beneficios del bambú son de interés mundial. Para motivar la inversión en cultivos
masivos de guadua, hay que convencer a las autoridades con demostraciones espectaculares de
ingeniería civil.

Fuente: Jörg Stamm


Fotos: M. Villegas, S. Vélez, O.Hidalgo

CONSEJOS PARA CONSTRUIR CON BAMBÚ

"Protección por diseño: buenas botas y buen sombrero"

La guadua debe estar protegida de la intemperie (sol y agua), lo mismo que de la humedad
ascendente.

Bajo el concepto: “buenas botas y buen sombrero”, la guadua se debe colocar bajo techo o
cubierta, construyendo aleros grandes y buenas bases o pedestales, de una altura mínima del piso
de 40 cm, ya que la lluvia salpica a esta altura promedio.

También se debe evitar la exposición de postes y columnas a la luz solar, por ejemplo repellando la
fachada externa. Si se desea la guadua externamente visible, se debe tratar contra los rayos
ultravioletas con cera y alquitrán o con lacas que contengan bloqueador solar.

Tips para optimizar el uso de la Guadua

 Usar buena materia prima. Usar guaduas maduras, por su resistencia y menor contenido de
agua, que hayan sido debidamente curadas y secadas. El uso de guaduas no maduras o
frescas, puede ocasionar rajaduras, fisuras, y hasta colapso de la construcción.

 Construir aleros suficientemente amplios. Proteger las guaduas del sol y la humedad. Las
guaduas expuestas a los elementos se tornan blancas y se deterioran.

 Recubrir las guaduas expuestas. Se las protege con un recubrimiento de arena-cemento.

 Apoyar guaduas verticales sobre nudos. Las piezas verticales no pueden descansar en
internudos, ya que ello puede causar rajaduras, fisuras, y hasta colapso.

 Mantener columnas aisladas de humedad. Mantener las columnas alejadas de la humedad.


Para fijar columnas es necesario que no se las empotre directamente en el concreto para
evitar su deterioro. La guadua tiene alta capacidad de absorción de humedad del ambiente,
del suelo y de la lluvia.

Fuente: Arq. Jorge Morán y Jörg Stamm


Fotos: Arq. Jorge Morán y Bambú-Guazú

PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE CONTRUCCIÓN CON BAMBÚ

 ¿La guadua es un material durable?

Sí. Debe secarse y preservarse adecuadamente, además de protegerla de la humedad y de la acción


directa del sol. En estas condiciones su durabilidad está garantizada por más de 50 años.
 ¿Las edificaciones de guadua requieren mayor tratamiento?

No. Al igual que toda edificación, se requiere mantenimiento para eliminar el polvo y hongos, así
como mantener su textura y color original.

 ¿La guadua es un material altamente inflamable?

No. El fuego no se propaga fácilmente; la preservación en soluciones de boro contribuye a su


protección. Los recubrimientos la protegen y retardan su combustión.

http://www.bambuguazu.com/tecnicas-basicas-de-construccion-con-bambu/

Mucho más que una caña

Escrito por Mónica Carinchi   

Interés mundial por materiales naturales para


la construcción de viviendas. La Dirección
Provincial de Islas tiene un área de Proyectos
Sustentables para el Delta. Con la
coordinación de la Lic. Clara Peña, desde hace
8 años se está trabajando sobre la
potencialidad del bambú, ya sea como
comestible o como material para
construcciones. Las investigaciones están
compiladas en un libro que se entrega
gratuitamente. A fines de abril se realizó en la
Dirección de Islas un taller de construcción
con bambú y para fin de año se realizará otro de adobe.

 Si bien cada vez que se habla de bambú, se piensa en el Oriente, en todos los continentes - excepto
Europa - crece esta gramínea.

Actualmente en el mundo entero hay gran interés por ella. En nuestro Delta, la conocida caña
tacuara es una bambucea que tiene múltiples utilidades, pero “sólo se la usa para adornos”, dijo la
Lic. Clara Peña, coordinadora del Área de Proyectos Sustentables para el Delta, de la Dirección
Provincial de Islas.

“El gobernador Scioli quería que el Delta volviera a ser el polo productivo que fue hace años. Como
el Delta es una región que hay que cuidar, se pensó en proyectos sustentables, así surgió la idea de
trabajar sobre el bambú, que está en la zona hace más de 100 años. Aquí la gente le da utilidad,
pero en otros países se utiliza aún más, obteniendo, incluso, mayores ganancias. Acá no se cuida el
bambusal, porque se hace tala rasa y de eso se tira más de la mitad. Los que más ganan son los que
venden las cañas, porque al cosechero se le paga muy mal y, a veces, el dueño del bambusal ni se
entera o vende todo por dos mangos, porque le molesta. Pero no sabe que está perdiendo un
recurso muy valioso”, sostuvo la Lic. Peña.

Para cambiar esta situación, Clara armó un proyecto sobre manejo de bambusales naturales. “Para
hablar de plantaciones hay que hacer estudios de impacto ambiental y aunque nosotros hicimos
parcelas de rendimiento y supervivencia, todavía hay que seguir investigando. Nuestra idea es
cuidar lo que hay, por lo tanto enseñamos a manejar el bambusal, no hacer más la tala rasa porque
eso disminuye el valor de la caña y además se pierde el recurso”.

Desde hace 8 años, Clara está estudiando esta especie y parte de su experiencia la hizo con el
bambusal que hay en el jardín de la Dirección Provincial de Islas. “Primero se hace limpieza,
despejando el bosque. Después se eligen las cañas maduras, dejando las verdes. Cada año la caña
sale más gruesa, es decir que va desarrollando su máxima potencialidad, ya que tiene luz,
nutrientes, no tiene competencia, tiene lugar para desarrollarse. Obviamente, cada especie tiene
un grosor determinado y más de eso no se puede pedir, pero así manejadas dan el máximo”.

Todos estos conocimientos han sido transmitidos a los isleños en distintos talleres. “También
enseñamos a hacer la cosecha; hay que cortarla en buena luna, mejor en menguante y, desde
luego, con la maduración necesaria que varía según la especie”. Asimismo, han hecho talleres de
brotes comestibles, de diseño (en conjunto con el Centro Metropolitano de Diseño), de estructuras
simples, con Horacio Saleme, un arquitecto que trabaja en la Universidad de Tucumán, en Proyecto
Bambú.

Entre el 24 y el 26 de abril, aprovechando la presencia en el país del arquitecto Emiliano Michelena


Valcarcel, se dio un taller de construcción con bambú, en la Dirección de Islas.

“La idea es darle al isleño los conocimientos para que construya su casa con materiales naturales y
no invada el Delta con materiales industriales que son caros de transportar y son contaminantes.
Además queremos desterrar la idea que une a los materiales naturales con el rancho y la pobreza,
por eso agregamos mucho diseño”, subrayó el arquitecto.

Como síntesis de su trabajo, Clara Peña elaboró un libro que se llama El bambú en el Delta
bonaerense, de distribución gratuita; para el año próximo saldrá otro libro que tratará la
construcción con tierra. “Vamos a caracterizar la tierra de la zona para que se sepa qué límites
tiene, qué tipo de técnica se puede utilizar. Quedará la información a disposición de quien la
necesite”.

“Ya está listo el camino para continuar con los estudios de plantación, lo que es muy importante
para evitar problemas. La caña es invasiva, pero en el Delta nunca lo fue porque el río y los
pantanos naturales la limitan. Además, las especies peligrosas son aquellas que tienen semillas,
porque los pájaros las comen y después las diseminan por todos lados, como pasó con el ligustro y
la zarzamora. Sé que el estudio ambiental va a dar positivo, porque la reproducción del bambú es
difícil y además hay muchas especies no invasoras. Según las opciones que se quieran desarrollar,
será el bambú que se elija para plantar”.

 Construir natural

Cuando los antepasados de los seres humanos bajaron de los árboles, tuvieron que procurarse
reparo de otra manera. Comenzaron a mirar, entonces, a su alrededor y así surgieron las casas de
adobe, cáñamo, bambú, palma, ramas, piedras, huesos, madera. Es decir que la arquitectura
comenzó haciendo uso de materiales naturales. Con inteligencia, los hombres desarrollaron
técnicas constructivas sencillas y también sofisticadas y todas con nulo impacto ambiental ya que,
al dejar de usarse la vivienda, el material se reintegra a la naturaleza.

“En todo el mundo los materiales naturales se están considerando mucho. En Inglaterra se cambió
la ley para incentivar el trabajo con materiales que, por un lado, tengan poca huella de dióxido de
carbono y, por otro, sean fáciles de reintegrar al sistema biológico una vez desmantelado el edificio.
Se les está dando mucho dinero a las universidades para que investiguen sobre estos materiales”,
comentó el arquitecto Emiliano Michelena Valcarcel.

Los alemanes, campeones del reciclado, también están trabajando en el tema: “Se investiga sobre
cáñamo, sobre fardos de paja, sobre bambú, que, como en Europa no hay, están interesados en ver
cuál pueden importar”. Mientras que en Alemania ya se venden ladrillos de tierra, en Italia se
vende la mezcla de tierra y “se está empezando a construir con fardos de paja, una tradición muy
antigua. Muchas personas que habían empezado a desmantelar sus máquinas de hacer fardos, han
decidido rearmarlas y están retomando la venta de fardos de paja para los arquitectos que están
construyendo con esta técnica”.

¿Qué pasa en Argentina? – “Si bien aquí hay condiciones geográficas y climáticas para trabajar con
estos materiales, hay cuestiones políticas, institucionales que hacen que, todavía, no funcionen.
Aún así, la Facultad de Arquitectura tiene un grupo que trabaja con tierra que es muy bueno y en la
Universidad de Tucumán se trabaja muy bien con bambú”.

En general, uno de los problemas que surge ante la opción de utilizar materiales naturales es la
certificación. “En todo el mundo pasa lo mismo: estos materiales están fuera de la norma, porque
las pruebas las pueden pagar las grandes empresas que producen los materiales industrializados.
Entonces nos encontramos con un material que acaba de salir al mercado y no se sabe cómo va a
funcionar, pero ya está tipificado; en cambio, hay materiales que históricamente se vienen usando
y demostrando sus condiciones de sustentabilidad, durabilidad, etc. y no están regularizados ni
normatizados”. Y Emiliano aclaró: “Estos materiales tienen muchísima variación, a diferencia de un
material industrializado, producido en serie; por ejemplo cada ladrillo de hormigón funciona de la
misma manera, en cambio, con la tierra o el bambú, cada muestra es única en sí misma, porque
ningún bambú es idéntico al otro”.

Emiliano se está especializando en Turín, Italia, donde forma parte del Doctorado de Innovaciones
Tecnológicas para el Ambiente Construido: “En general se dedica a grandes temas de ingeniería,
pero tiene un apartado sobre construcciones con materiales naturales poco elaborados. Ahí
hacemos proyectos y manuales de autoconstrucción para instituciones que lo piden; trabajamos
con los padres salesianos de Turín; también trabajamos con Perú, con Brasil”. Interesado por las
tecnologías en tierra realizadas en el Delta, estuvo recorriendo la zona con Clara Peña: “Me
sorprendió ver casas que posiblemente sean anteriores a la década del 30 y están habitadas en
perfecto estado; algunas están deterioradas por el abandono, no por el material en sí. A otras las
están recuperando, sacando el material original y poniendo ladrillos huecos que compran en
continente. En realidad las prestaciones de la tierra son mucho mejores en cuanto al control de la
humedad, por ejemplo”.

El uso de materiales naturales tiene un encanto adicional: la autoconstrucción. “Cuando la


construcción se industrializó 100x100, se perdió la relación entre la persona que va a vivir en el
lugar y los materiales. Ser parte del proceso de construcción es una satisfacción porque uno decide
el propio hábitat donde quiere vivir. En este caso se necesita una mano de obra cuidadosa y quizás
aquí esté la diferencia con los materiales industriales, pero, finalmente, las prestaciones son muy
superiores”.

Efectivamente, no sólo se abaratan costos, sino que cada material ofrece un beneficio especial: “El
bambú es muy liviano y tiene una resistencia mecánica enorme; la tierra regula muy bien la
temperatura y la humedad, es un aislante término y sonoro, tiene alta resistencia al fuego; del
cáñamo (interior de la planta de cannabis, de la misma familia que la marihuana, pero es otra
planta; se produce en Italia, Francia, Inglaterra, USA) se produce una fibra - utilizada para el cuerito
de la canilla o para hacer la base de las alpargatas - que se tritura, se le ponen aditivos y se
construye un ladrillo que es muy aislante y, a la vez, tiene mucha inercia térmica, es decir que
puede retener calor y después liberarlo, entonces es bueno para climas fríos porque es aislante y
también para climas cálidos porque absorbe el calor y, a la noche, si refresca, larga el calor que
mantuvo retenido durante el día. Ahora hay materiales industrializados, costosísimos, que intentan
imitar esta característica”.

El arquitecto Michelena Valcarcel aclaró: “No somos fundamentalistas, creemos que se pueden
combinar materiales, por eso en el taller enseñamos que el bambú no hay que ponerle en tierra
porque se pudre, nosotros hicimos una base de cemento y trabajamos con uniones metálicas. Sí
queremos que la gente tenga una opción más y que recupere el conocimiento que se perdió,
porque mucha gente no construye con estos sistemas porque ya no sabe cómo hacerlo”.

Para los que no hayan podido ir al taller de construcción con bambú, estén atentos que
próximamente habrá uno sobre adobe y técnica de entramado; además, el año próximo estarán
listos los manuales de autoconstrucción. Mientras tanto, quienes quieran comunicarse con la Lic.
Clara Peña, pueden hacerlo en la Dirección de Islas (Lavalle 733, Tigre) y con el Arq. Emiliano
Michelena Valcarcel en emiliano.michelena@polito.it

guntas Frecuentes acerca del Bambú

¿Qué es el Bambú?

El bambú es una hierba. 


No es un árbol. 
Es una gramínea tal como el arroz, el trigo, la cebada etc.

¿De donde proviene o qué significa la palabra Bambú?


La palabra "bambú", según estudiosos, tiene varios orígenes. Unos lo atribuyen al ruido que hacía
segmentos de bambúes al ser arrojados al fuego en ceremonias o festividades chinas que al
explotar suenan " bam...boo", otros atribuyen su nombre a un error lingüístico de origen malayo.

¿Hasta qué altura crecen los Bambúes?

Hay bambúes que alcanzan solo pocos cm de altura y otros que llegan hasta más de 35 metros de
altura. Generalmente su diámetro está en función de su altura.

¿Cuántas especies de Bambú hay?

Se estima que en la naturaleza hay aproximadamente alrededor de 1200 especies de bambúes.


Todos los continentes a excepción de Europa y las regiones polares no poseen bambúes nativos

¿Qué se puede hacer con los Bambúes?

TODO, lo que al hombre se le ocurra.  Cada especie de bambú y cada parte de la planta, tiene uno o
varios usos específicos. Así se puede hacer: medicinas, alimentos, tejidos para ropa, refrescos,
cerveza, aviones, jabones, carbón activado, muebles, viviendas, papel, artesanías y......... mil cosas
mas...

La " guadua" es un Bambú?

Si, la "caña guadua" es un bambú. La especie "Guadua angustifolia" -que es el nombre científico de
nuestra conocida caña guadúa-, se considera entre las tres especies de bambúes más importantes
de la naturaleza por su valor ambiental, económico y social, entre otros.

Dónde crece la Guadúa en América?

La guadua es un género de bambúes, y como tal se desarrolla y crece desde México hasta el norte
de Argentina, con un estimado de 30 especies. La especie antes nombrada "Guadua angustifolia" es
nativa de Ecuador, Colombia y Venezuela.

¿Cuál es la velocidad de crecimiento de los Bambúes?

La velocidad de crecimiento de los bambúes es variable y está en función de la especie de bambú,


de las características ambientales, tipos de suelo, etc. Estudios científicos realizados en Ecuador en
la Empresa Acero Vegetal-Tandilsa, han determinado que en la zona de Bucay, Provincia de Guayas
y en un área de estudio específico, el crecimiento es de 13.5 cm/día.
 

¿Cuánto tiempo se requiere par cosechar un Bambú como la Guadúa Angustifolia?

El nivel de madurez que alcanza -en el caso de la guadua- para su cosecha, se estima alrededor de
3.5 a 4.5 años, lo que posibilita un rápido aprovechamiento en comparación con los árboles.
Además con la ventaja de su regeneración natural, sin necesidad de volver a sembrar como es el
caso de los árboles, Por ello se los denomina "Madera del Siglo XXI".  Sin embargo de esto las
condiciones del entorno con relación a agua, temperatura y suelo son las que marcarán el periodo
de este pasto gigante.

¿Pueden reemplazar los Bambúes a la madera?

Sí, no hay objeto de madera que no pueda ser construido con bambúes.

¿Las casas hechas con caña se apolillan y no duran?

Al igual que la madera y por ser un material orgánico, los bambúes tienden a deteriorarse ante
factores bióticos y abióticos. Sin embargo técnicas de preservación, tanto naturales como químicas,
además de criterios de diseño aplicados adecuadamente, prolongan la vida por 50 años o más. 
Colombia, Perú, Ecuador, están llenos de ejemplos y testimonios: la Casona Universitaria (1906),
casas en Montecristi, Jipijapa, Portoviejo y otras poblaciones tienen hasta hoy edificaciones con
más de 80 años de construidas.

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