Está en la página 1de 107

Página | 2

Página | 3
Página | 4
Página | 5
Página | 6
Página | 7
Página | 8

El convicto fugitivo Vordigar se ha estado escondiendo en Risda III.


Cuando la policía lo recoge, tiene dos opciones: puede ser enviado de
regreso al sistema penitenciario de Haven o puede casarse con una de
las lugareñas. Piper es de una raza alienígena llamada "humanos" y
necesita un compañero para ayudarla a proteger su granja de vecinos
agresivos.
A Vordigar no le interesa el para siempre. O casarse O asentarse.
Seguirá los planes de Piper hasta que pueda salir del planeta... o eso
cree.
Porque una noche en la cama de Piper lo cambia todo.
Página | 9

VORDIGAR
La cárcel de Risda III es un insulto.
No es una cárcel real, al igual que este no es un planeta civilizado
legítimo. No hay control climático, porque a los agentes locales de
paz les gusta el aire libre. Todo lo que hacen es abrir ventanas
(¡ventanas!) Y dejar entrar la brisa. Significa que hace más calor que
una llamarada solar en mi celda, y mi túnica está húmeda de sudor.
Hay cuatro de nosotros los prisioneros en una celda, y la celda de al
lado alberga un cabeza de carne muy maloliente y con cuernos que
mastica heno y mierda por todas partes. En la habitación contigua
suena música de cantina y puedo escuchar a los dos oficiales de paz
de guardia hablando de un juego de palos de alto riesgo.
Keffing planeta atrasado en las afueras de la nada.
Me quito un pedazo de heno de la manga y miro a mi alrededor con
disgusto cuando una de las cabezas golpea su cola contra las barras y
suelta un chorro de mierda desastrosa. Lo menos que podrían hacer
es conseguirme una celda en la que no sienta que estoy durmiendo
en un granero. Ni siquiera me importa compartirla. Solo… no con
ganado. O cualquier otro animal de granja.
Odio este planeta.
O más bien, lo odio ahora. No me importó mucho cuando, recién
Página | 10
salido de prisión, pensé que sería capaz de mezclarme con los
lugareños, esconderme y vivir mi vida. No me importó que fuera
tranquilo y pastoral... pero he aprendido que las autoridades aquí son
muy parecidas a las de cualquier otro planeta. Son fácilmente
influenciables y corruptas. Los Lores que supervisan este lugar no les
pagan lo suficiente, por lo que hacen trabajos extraños.
Trabajos como... recompensas.
Eso es lo que me atrapó. Es lo que siempre consigue un macho al
final. Escapas de un infierno de prisión a escondidas y por alguna
razón, obtienes una recompensa por tu cabeza. Es perfectamente
irracional. Deberían estar agradeciéndome a mí y a Tassar por
mostrarles las debilidades en su seguridad, no exigiendo nuestro
regreso. Lamentablemente, soy el único que se devuelve. Tassar se
casó con una hembra local y obtuvo una amnistía para sí mismo a
través de una ley de matrimonio. Tuve la oportunidad, pero cuando
escuché que era humana, retiré mi nombre.
Hay ciertas cosas en el universo que son demasiado problemáticas:
un cinturón de asteroides en un atajo, una recompensa fácil y una
hembra humana. Evito todas esas cosas. La vida es demasiado corta
para tener más problemas. Ahora estoy pensando que debería haber
sido más inteligente y decir que sí a todo el asunto del "matrimonio".
Podría haber aceptado y mantenerme fuera de esta cárcel. El
matrimonio no funciona con mis planes, pero tampoco lo hacen el
volver a ser capturado como un convicto fugitivo y ser devuelto a
Haven II. Esta vez, no habrá escapatoria. Me mantendrán encerrado.
Probablemente nunca vuelva a respirar aire fresco.
Página | 11
Una de las cabezas de carne gruñe y suelta un torrente de olor fresco
y agito una mano frente a mi cara. Lo del aire fresco podría no ser tan
malo después de todo. En este momento agradecería el aroma del
aire de Haven enlatado y reciclado si eso significara escapar de este
maldito ganado.
—Están cagando de nuevo —protesta el prisionero junto a mí,
frotándose la frente con una mano—. ¿No pueden sacarlos de aquí?
—Tranquilízate —llama uno de los oficiales de paz desde la habitación
contigua. No hace ningún esfuerzo por levantarse—. El granjero az
Itiria vendrá a recogerlos en uno o dos días. Hasta entonces, solo
tendrás que compartir espacio.
El macho, un szzt por el aspecto de su piel dura y con guijarros, solo
gime y murmura una maldición en su propio idioma. Estamos
compartiendo una celda, pero a diferencia de mí, él no es un convicto
fugitivo. Escuché que mató a su vecino por una disputa de propiedad,
así que nos dirigimos al mismo lugar más o menos: una prisión fuera
del mundo. Frente a nosotros se sienta un gran praxiian, su enorme
cuerpo completamente cubierto de piel. Ausentemente se lame la
pata y nos mira con los ojos entrecerrados, y sospecho que él no es
uno de los borrachos locales, en persona. No lo pondrían con
nosotros si lo fuera. Hay un tipo lagarto en la esquina cuya raza se me
escapa en este momento, pero no hemos hablado. No hay muchos
tipos amistosos esperando un viaje fuera de este planeta. Todos están
aquí porque realmente están cultivando o están buscando esconderse.
Es una población local mixta... y peligrosa.
Página | 12
Lo cual, nuevamente, estaba bien hasta que me resulto
contraproducente.
Por así decirlo.
La puerta se abre en la otra habitación y escucho a los oficiales de paz
saltar sobre sus pies, raspando las sillas. Me tenso, preguntándome si
el transbordador de la prisión ya está aquí.
—Hola de nuevo —dice una voz femenina sin aliento—. Mi nombre es
Piper. Yo... ¿hablé con alguien antes sobre mi situación? Dijo que me
ayudarían.
—Entonces tú eres la indicada. —El guardia está prácticamente
sonriendo en su dirección. Puedo escucharlo desde aquí, y ni siquiera
puedo ver su rostro—. ¿Qué pasa con la caja?
—Oh —dice la humana, y luego escucho el sonido de algo
desenvolviéndose—. De donde soy, es costumbre traer productos
horneados como una forma de decir gracias. En casa, las llamamos
"cookies". Las hice para los dos. Aquí por favor. —Su voz es
dolorosamente dulce e incierta, tímida y azucarada a la vez—. Pensé
que podrían disfrutarlas.
—Muy amable de tu parte —dice uno de los oficiales de paz—. ¿Puedo
decir... estás segura de que quieres hacer esto?
—No me quedan muchas opciones —admite con esa voz tímida y sin
aliento—. ¿A menos que uno de ustedes...?

Página | 13
Ambos se ríen, y puedo decir que su presencia está alimentando sus
egos. Nunca escuché una risa tan bulliciosa de nuestros captores, y el
praxiian y yo intercambiamos una mirada.
—Keffing, mi compañera me mataría si incluso entretengo el
pensamiento —dice uno—. La compañera de Azi también.
El otro solo se ríe.
—Entonces así es como debe ser —dice la hembra humana. Al menos,
supongo que es humana. No puedo ver su rostro, pero no hay
muchos que hablen esa lengua rara en este extremo de la galaxia a
menos que sean esclavos o dueños de esclavos liberados. Y como es
hembra, y en Risda III se ha establecido como un santuario para un
grupo de esclavas humanas liberadas, apuesto a que realmente es
humana.
Uno de los oficiales de paz llega a la esquina y se acerca a nuestra
celda. —Las manos en la barra —nos dice—. Tenemos visitantes.
El praxiian sisea. El macho lagarto gime. Yo guardo en silencio,
aunque odio la keffing barra tanto como cualquier otra persona. Poco
a poco me levanto y me muevo hacia la parte posterior de la celda.
Pongo mis manos en la pared del fondo, en la barra magnetizada que
zumba unos metros por encima, justo a mi alcance. Las esposas de
sujeción de mis manos se adhieren al magnetismo y estoy atrapado
allí, con las manos sobre la cabeza, mientras los demás se alinean a
mi lado. Odio esto. Me hace sentir como un trozo de ganado. Como
si ya no fuera una persona, solo otro animal en proceso. Primero fue
la guerra. Luego fue la prisión. Ahora esta celda de la cárcel en medio
Página | 14 de la nada. Es todo lo mismo y me hace apretar los dientes.
—No estoy segura de que eso sea necesario, Capitán —dice la humana
con la misma voz sin aliento—. Se ven muy incómodos.
—Dulce de tu parte, pero te aseguro, humana, que es necesario. Estos
son criminales endurecidos y es más seguro para todos. —Él habla
con la boca llena—. ¿Estás segura de que quieres hacer esto?
—Sí estoy segura.
Escucho pasos cuando la criatura entra a nuestra celda, y trato de
mirar por encima del hombro para ver cómo se ve.
—Ojos hacia adelante —uno de los carceleros me grita.
Mi cola se mueve con irritación, pero hago lo que me ordena. Le
muestro mi cicatrizado rostro y una mueca, porque sé que empeorara
las cosas. —Si no quieres que miremos, ¿no crees que las vendas en
los ojos serían mejores? ¿O tal vez sacos sobre nuestras cabezas? —
Ofrezco—. Estoy empezando a pensar que al ganado se le trata con
más respeto por aquí.
—El ganado no ha infringido la ley y tú sí —dice el guardia, luego da
otro gruñido ruidoso—. Vamos, humana, eh, hembra.
—Señorita Evans está bien. O Piper. —Ella da una risa tan
encantadora y ronca que juro la siento en mis pelotas. Sé que ha
pasado un tiempo desde que probé un poco de coño, pero kef. De
repente, todas las historias que escuché sobre hembras humanas
rugen en mi mente. Que son implacables en la cama. Que sus
Página | 15 cuerpos son el broche más caliente que jamás haya sentido un
macho. Que harán cualquier cosa y todo lo que quieras. Mi polla se
pone rígida en mis pantalones.
Bueno, será muy vergonzoso si alguien se da cuenta. Tal vez ella no
mirará más allá de mi keffed cara para notar la erección.
Escucho a la hembra dar un paso adelante, y hay un silbido de faldas
largas, material crujiendo. Está prácticamente lo suficientemente cerca
como para que uno de mis movimientos de cola la toque, y estoy
tentado hacerlo, pero también sé que probablemente me golpeen con
un palo de choque si lo intento. Sin embargo, podría valer la pena. Ni
siquiera he estado cerca de una hembra desde antes de la prisión...
—Um, no estoy muy segura de cómo proceder —dice ella—. Solo...
—Eres la que hizo las llamadas aquí —dice uno de los guardias,
divertido—. Haz lo que te guste. Son prisioneros. Sus keffing vidas no
significan mucho.
—Oh. —Ella suena confundida.
Mi boca se curva en una sonrisa dura. —Depende de qué lado de la
barra estés —le respondo.
—Cállate —el guardia le responde—. La humana tiene que hacer
algunas inspecciones.
—Bueno, en ese caso —digo con valentía y extiendo mis muslos, como
invitándola a inspeccionarme por completo. Me encantaría ver su
pequeño y extraño rostro humano fruncir el ceño ante eso. Al menos
Página | 16 mi polla todavía tiene mucho que ofrecer a una hembra.
Está en silencio por un largo momento, y miro al szzt asesino a mi
izquierda. Una mano pequeña, delgada y pálida con demasiados
dedos descansa sobre su espalda. Ella pasa una mano sobre sus
hombros y baja por su columna vertebral. —¿Eres fuerte? —Su voz
vacila—. ¿Físicamente apto?
—Kef, humana —le dice en su propio idioma, tratando de liberarse de
su mano.
—Él dice que no —miento terriblemente, girando mis ojos todo lo que
puedo para mirarla.
—Ya veo. —La mano se aleja de él y ella se las arregla para mantenerse
fuera de mi visión.
Mi curiosidad me está matando, pero no lo demuestro. Me quedo
quieto, mi cola apenas se mueve mientras ella se detiene detrás de mí.
Para mi sorpresa, ella se acerca y me aprieta el costado.
—Pareces en forma —dice después de un momento—. ¿Alguna herida
que deba saber? ¿Todo funciona como debería?
—No he tenido quejas —dije—. Pero si quieres ponerme a prueba por
ti misma, estoy feliz de hacerlo... siempre que tengamos algo de
privacidad, por supuesto. —No importa cuán en forma esté. Una vez
que me mire a la cara, cambiará de opinión.

Página | 17
Ella está callada por un largo momento. —Ya veo. —Ella se aleja, y
estoy decepcionado de que no haya caído. La pequeña cosa no es tan
valiente como pensaba. Qué pena. No puedo evitar prestarle atención
mientras se dirige más abajo en la línea. Ella evita al praxiian por
completo y se detiene en el hombre lagarto, luego se aleja. Hay un
poco de conversación silenciosa entre ella y los oficiales de paz, y
luego el sonido de pasos alejándose.
Espero a que la barra detenga su interminable tirón de las esposas
para poder sentarme de nuevo, pero pasa un largo momento y luego
otro. Algo me golpea el hombro y me estremezco: es el extremo frío
de un palo de choque. —Eres nuestro afortunado ganador —dice el
guardia—. Compórtate y vienes conmigo.
Levanta la mano y apaga mis esposas.
Estoy sorprendido por esto, pero no voy a pasar por alto el regalo
que me han entregado. O esta hembra humana pagó un soborno para
sacarme de aquí, o se está comprando un esclavo. Es muy fácil
escapar de una dueña hembra, así que solo me froto las muñecas y
miro el bastón de choque que sostiene el guardia. Un movimiento en
falso y él lo usará conmigo, no tengo dudas. Hago mi mejor esfuerzo
para lucir encantador y confiable. —¿Puedo preguntar de qué se trata
todo esto?
El guardia sonríe. —No. Sígueme.
Me lleva fuera de la celda apestosa, lejos de los demás, y cierra la
puerta detrás de él. Sigo frotándome las muñecas distraídamente,
luego miro a mi alrededor. Nadie está en la cárcel aparte de nosotros,
Página | 18 así que eso es un buen augurio para mí. Risda III puede ser bastante
laxa en ciertos aspectos, por lo que si esta hembra se compra una
ayuda para su granja, porque Risda III no es más que granjas,
entonces puedo interpretar el papel el tiempo suficiente para salir de
aquí y escapar.
Sonrío ampliamente mientras el guardia me lleva a la oficina principal
de la cárcel. Su compañero está sentado detrás de un escritorio,
mirando unos pocos monitores, y la humana estada sentada sola en
una silla, esperando. Es mi primera oportunidad de verla bien y estoy
sorprendido.
Ella es más frágil de lo que pensaba. Hay un aire en ella que habla de
cosas delicadas, de pájaros y alas, de telaraña e hilos de cristal que se
romperían con un toque áspero. Se pone de pie y solo llega a la mitad
de mi pecho, pero levanta la barbilla y me mira fríamente, evaluando
como si esperara esto y no tuviera miedo. Me gusta eso. Me gusta que
ella tampoco se estremezca ante mi cara llena de ácido. Sé que es
difícil de ver, toda esa piel demasiado lisa y brillante en un lado y
cómo mi ojo izquierdo se cae, solo un poco. Cómo mi boca está
demasiado rígida en una esquina y hace que mi sonrisa se vea más
como una mueca. Ella estudia todo esto y no parece importarle.
Ella me gusta.
Aunque es pequeña y frágil, parece tranquila alrededor de los
mesakkah mucho más grandes. No hay miedo en ella mientras se
para frente a mí, con las manos entrelazadas en la cintura. Su vestido
Página | 19 es simple: de un color beige pálido con una falda larga que se ajusta a
la cintura y muestra las impresionantes tetas con las que se adornan la
mayoría de las humanas. Su cabello es largo y de un color marrón
pálido, pero en lugar de apartarlo de su rostro, usa un flequillo
completamente sobre su frente y el resto parece deslizarse hacia
adelante, como si lo usara para ocultar su expresión. Más allá del
cabello, su rostro parece ser todo ojos, pestañas oscuras y cejas
suaves.
Ella me mira con grandes ojos marrones que son extrañamente
oscuros y aún más extrañamente atractivos. —Servirás.
Tal adulación.
El guardia que ronda a nuestro alrededor resopla. —¿Estás segura de
que esto es lo que quieres?
—Estoy segura —dice ella con esa voz tranquila y firme. Luego sonríe,
toda dulzura mientras mira al guardia—. No sabes cuánto aprecio
esto.
—Oh, lo sé —dice, y extiende su mano.
Ella asiente y saca una serie de chips metálicos (créditos imposibles
de rastrear) de una bolsa en su cintura. Una buena cantidad de ellos.
Bueno. Entonces se está comprando un esclavo. —¿Estás segura de
que soy la compra correcta? —No puedo evitar bromear,
preguntándome si puedo lograr que me sonría como le sonrió al
guardia—. ¿Quieres verme un poco más? ¿Apretar mis bíceps? —
Doblo un brazo y me inclino un poco para que pueda alcanzarlo—.
Página | 20 ¿Debería desnudarme? Todo lo que tengo para ofrecer está cubierto.
—Desnudarse no es necesario —me dice con una voz
sorprendentemente nítida—. Puedo ver todo lo que necesito ahora. —
Y ella se adelanta y pone su pequeña mano humana en mi polla aún
dura—. Ya estás mostrando todo.
Ladro de risa, sorprendido y excitado por su audaz toque. —Retiro lo
dicho.
—Quédate quieto —me dice el guardia, y luego una pulsera de choque
me rodea la muñeca. Aprieto los dientes, tratando de ocultar cuánto
odio la maldita cosa. Él le entrega a ella el pequeño control y las
barras—. Es un placer hacer negocios contigo, humana.
—Señorita Evans —lo corrige de nuevo, luego vuelve a poner esa
sonrisa demasiado dulce en su rostro—. Muchísimas gracias. —
Entonces, ella se vuelve hacia mí—. Ven, mi amigo.
La sigo, porque ¿qué más puedo hacer? El brazalete se disparará si
me alejo demasiado de su lado, pero al menos estoy fuera de esa
celda. No estoy completamente seguro de que vaya a prisión en este
momento, así que definitivamente es un paso adelante. Puedo
dominar fácilmente a una pequeña hembra humana, dada la
oportunidad.
Todavía puedo lograr mi cita fuera del planeta con los hermanos va
Sithai.

Página | 21
Sigo a la hembra hasta su trineo aéreo. Es uno más antiguo, uno que
parece haber sido reparado. Un pedazo de keffing basura, diría yo,
pero enciende bien y con la mano correcta, probablemente podría
ronronear como un gatito. Esa es mi especialidad: reparar máquinas
viejas, especialmente trineos. Pero no muestro eso. Mantengo mi
rostro neutral mientras subimos al trineo y ella toca un botón con una
palabra desconocida en la pantalla. El trineo aéreo acelera y comienza
su curso, dejando atrás el lamentable puerto de Risda III y cruzando
los campos abiertos y los cultivos que conforman la mayor parte de la
tierra aquí.
Ninguno dice nada. Estoy demasiado ocupado mapeando
mentalmente nuestra ubicación y mirando al deslizador. No debería
ser un problema el puentearlo. Un buen programa de anulación,
luego algunos ajustes aquí y allá…
—Estamos lo suficientemente lejos ahora, creo —dice ella. Su voz
suena completamente diferente. Atrás quedó el tono tranquilo y
dulce. También se fue el aire de fragilidad. En su lugar hay una
hembra con acero en su columna vertebral. Ella se me acerca y saca
el brazalete de choque y luego lo arroja por la ventana—. A la mierda
esa cosa.
Bueno, bueno, bueno. Esto se vuelve cada vez más interesante. —¿Te
importaría decirme qué está pasando?
Ella me da una mirada fría. —Jutari dijo que fuiste capturado
nuevamente y que esperabas la deportación. Pensé que podrías ser
perfecto para mis necesidades. Así que fui a la cárcel y engrasé
Página | 22 algunas palmas para sacarte.
¿Entonces conoce a mi viejo amigo Jutari? Estrecho mis ojos,
mirándola. Ella fue allí buscándome específicamente, entonces.
Significa que todo el espectáculo de "elegir" a alguien en la cárcel fue
inventado. Significa que ella sabía exactamente lo que quería en el
momento en que apareció. Significa que ella ha estado planeando
todo esto y ha interpretado a la inocente y desconcertada señorita en
la cárcel para trabajar con esos guardias.
Kef, pero nunca he estado tan excitado en mi vida. —Me sacaste.
¿Qué deseas?
Espero escuchar muchas cosas. Soy un convicto, huyendo de la
prisión. Nadie viene a Risda III porque el universo les ha dado una
buena sacudida. Vienen aquí para esconderse, esperando que el
universo nunca los vuelva a notar. Podría pedirme que robe algo.
Que asesine a alguien. Que la ayude a hacer un montón de cosas,
tanto sórdidas como no.
En cambio, esta humana fascinante me mira con esos grandes ojos
marrones. —Tenemos que casarnos. Además, necesito que me dejes
embarazada. Esta noche, preferiblemente.
Página | 23

PIPER
Su reacción a mi propuesta es... poco alentadora.
Sé que es mucho para asimilar. Todavía lo estoy procesando todo yo
misma. Pero tiempos desesperados requieren medidas desesperadas,
y he aprendido que estoy dispuesta a hacer cualquier cosa, cualquier
cosa, para salvar mi granja y mi libertad.
¿Si eso significa liberar a un convicto, casarse con él y luego dejar que
me embarace? Estoy dentro.
Claramente, es mucho de asimilar para él, pienso. Yo he tenido
semanas para procesar esto, llorar y luego aceptar sombríamente mi
destino. He estado trabajando en este plan por noches y noches de
insomnio tratando de encontrar la mejor manera de avanzar mientras
permanezco bajo el radar. Fue Chloe, la esposa de un alien llamado
Jutari, quien me alertó sobre su amigo y su situación. Que Jutari
conocía a un viejo amigo de Haven, que era un planeta prisión. Que
el hombre había escapado y había estado ocultándose en Risda
haciendo trabajos extraños, pero los cazadores de recompensas lo
habían atrapado buscando ganar dinero rápidamente. Lleva días
pudriéndose en la cárcel, a punto de ser enviado fuera del planeta y
de regreso a la prisión.

Página | 24
Su situación era desesperada. La mía también. Afortunadamente para
mí, sé que hay muchas cosas turbias que suceden a puerta cerrada,
por lo que era un problema que se podía solucionar con la cantidad
correcta de dinero. No habría llegado a ninguna parte con los
oficiales de paz aquí si hubieran sabido que estaba buscando a
Vordigar específicamente. Me habrían cobrado una fortuna y me
habrían exprimido hasta el último crédito que pudieran tener.
Así que actué como la humana tonta e inocente. Horneé esas galletas
de mierda. Batí mis pestañas y fingí ser completamente insegura de
mí misma. Les dije que necesitaba un esclavo para dirigir mi granja,
sin hacer preguntas, y todos estuvieron muy felices de aceptar mi
soborno. Así es como funcionan las cosas en el borde exterior, por lo
que he aprendido. Los créditos allanan el camino para todo y las
leyes pueden eludirse por completo con el soborno adecuado. Ahora,
Vordigar es mío.
Teóricamente. Como todo es por debajo de la mesa, mi "propiedad"
sobre él solo durará hasta que escape. Por su aspecto, eso tampoco
tomara mucho.
Se frota la muñeca, en silencio, en el lugar donde tenía el brazalete en
la mano. Intento no mirarlo fijamente mientras mi trineo de aire
avanza velozmente por los campos de cultivo y se dirige hacia mi
granja distante. Estoy a unas pocas horas de vuelo del puerto, así que
tengo tiempo de sobra para convencer a Vordigar de que necesita
quedarse conmigo.

Página | 25
—Sé que es mucho para asimilar —le digo—. Pero escúchame.
—Oh, estoy escuchando. —Está empezando a recuperarse, esa sonrisa
astuta regresa a su boca. Él es claramente del tipo que usa el humor
para desviar, pero no tengo tiempo para divertirme y jugar. Noto que
observa el campo y mira el panel de control de mi trineo de aire.
Tiene una mirada en su rostro que me dice que ya está tramando su
próximo movimiento.
Sin embargo, no me siento insegura. He estado cerca de asesinos y
todo tipo de escoria galáctica en el pasado. Notas muy rápido a los
que no pensarán dos veces antes de matarte. Tienen una cierta
mirada en sus ojos cuando te observan, como si fueras una hormiga a
la que están pensando quemar con lupa. Están más interesados en
cómo lastimarte que en cualquier otra cosa. Hay frialdad en sus
modales.
Jutari tiene eso. Chloe me dijo que solía ser un asesino, y lo creo
absolutamente. Hay una mirada calculadora, casi cruel en su mirada
cuando estudia a alguien... cualquiera, excepto a su esposa y su bebé,
claro. Con ellas, se derrite.
Este hombre, alienígena, no tiene ese cálculo frío en sus ojos. Está
tramando algo, claro, pero cuando me mira, me mira a la cara, mira
mis tetas y estudia mis manos. Me mira como si fuera una persona,
no como algo de lo que deba deshacerse. Por lo que sea que
estuviera en prisión, no fue asesinato. Sin embargo, he oído que
muchos mesakkah fueron enviados a las cárceles cuando algo de su
guerra salió mal. Tal vez ese sea el caso aquí.
Página | 26
—¿Eres de Homeworld? —Le pregunto a Vordigar, intentando que se
abra. Él es claramente mesakkah, la raza de alienígena de piel azul a
la que pertenece el esposo de Chloe, Jutari.
—¿Yo? —El resopla—. No directamente. Mi familia lo es, pero yo solo
soy basura de carga. No diría que vengo de algún lugar en particular.
Lo estudio. Él tiene un look duro en su apariencia. Todos los
mesakkah que he visto en los puertos espaciales aquí y allá se visten
con elegantes y fluidas túnicas. Cubren sus cuernos altos y rizados con
metal brillante y arreglan su cabello grueso en una cascada fluida. Hay
una cierta elegancia en la élite rica de los Mesakkah de Homeworld.
Este chico, sin embargo, está cubierto de tatuajes. Se arrastran por su
cuello y por sus brazos, enmascarando mucho del azul brillante de su
piel. Sus cuernos están cubiertos, pero el metal se ve opaco y
ligeramente raspado. Su cara es un desastre de cicatrices en un lado y
con marcas en la mejilla. Está claro que ha tenido algún tipo de
lesión, y Jutari dijo que fue un soldado, así que no debería
sorprenderme. Probablemente sea horrible para su gente, pero para
mí, él es solo otro alien de aspecto extraño. Su boca se tuerce un
poco cuando sonríe, y su ropa es ajustada y parece que han visto días
mejores. Elegante, no es. Fácil de ver, tampoco es. Sin embargo, luce
peligroso y un poco abrumador, lo que se adapta a mis propósitos.
Así que vuelvo a eso. —Sé que eres un convicto huyendo de
Homeworld. —Sus ojos se entrecierran y me mira con la boca plana.
Me apresuro, ansiosa por sacar mi pieza antes de que él decida huir—.
Página | 27 No me importa eso. Realmente no. Pero una reputación aterradora
me ayuda. ¿Conoces la situación humana aquí en Risda? —Antes de
que pueda responder, continúo, como si no lo supiera—. Muchas de
nosotras fuimos rescatadas de una estación especializada en humanas.
Tu gobierno no sabía qué hacer con nosotras y no nos enviaría a casa,
por lo que nos dejaron aquí en Risda y asignaron a cada mujer una
granja y algunos equipos básicos. No es mucho, pero es mío.
Él gruñe.
—Sin embargo, las humanas no son las únicas que se esconden en
este sistema, y hay algunos que nos ven a las humanas como presas
fáciles. Conozco a varias mujeres que establecieron su granja, solo
para ser asesinadas y sus tierras fueran reclamadas por otra persona.
Aprieta la mandíbula. —¿Cómo funciona eso?
—Aquí hay leyes de herencia por la tierra —le digo, cruzando los
brazos sobre el pecho y mirando los campos de granos que se mecen
con la suave brisa—. Si me caso con alguien y muero, mi tierra va a mi
cónyuge. Hay muchas mujeres casadas bajo coacción y apareciendo
asesinadas. Y estoy bastante segura de que soy la siguiente.
—¿Por qué crees eso?
—Veo lo que sucede —le digo—. Hay poco en mi parte del planeta que
desconozca. Mi vecina Melissa era una de mis buenas amigas y
necesitaba un cónyuge. Yo también. Pensamos en la idea de casarnos
solo para salvaguardar nuestra tierra. Lo siguiente que sé es que se
casó con un praxiian y apareció muerta.
Página | 28
—Tal vez ella se enamoró.
—¿De un praxiian? —Contraataco con mi mirada, queriendo
alcanzarlo y golpearlo en la cabeza. He conocido a varios de la raza
felina y, aunque estoy segura de que hay algunos que son amables, no
los he conocido. Para mí, son violentos y asesinos—. Ese mismo
praxiian me ha estado molestando cuando voy al puerto. Aparece en
mi granja y toma medidas. Sé que él tiene un ojo en mis tierras, y
preferiría no terminar en una tumba poco profunda.
—¿Entonces por eso quieres que te deje embarazada? —Vordigar se
ve abiertamente escéptico—. ¿Para salvar tu tierra?
—En realidad quiero que nos casemos. Entonces podrás tener la
mitad de todo lo que tengo. Un bebé cimentará aún más las cosas y
evitará que nos maten.
—O puede que te maten a ti y al niño.
Trago fuerte —Una vez que todos sepan que estamos casados y
tenemos un hijo en camino, dejarán de acosarnos. Hay presas más
fáciles por ahí. Además, tu reputación como convicto hará que las
personas tengan miedo de meterse contigo. Como incentivo
adicional, he oído que un convicto, incluso uno que se ha escapado,
si se casa con una de las mujeres humanas aquí, no puede ser enviado
de vuelta a prisión. Mi necesidad de ti reemplazará la ley sobre ese
artículo en particular. Pregúntale a tu amigo Tassar.

Página | 29
Así es, he hecho toda mi tarea. Ahora acepta esto.
Vordigar me mira. Duro. Su mirada aterriza en mis tetas otra vez.
Llevo un vestido que las enfatiza, porque quería asegurarme de que
los oficiales de paz estuvieran distraídos, y pensé que no perjudicaría
al intento de convencer a Vordigar de que participe en mi plan. Las
tetas son solo otra arma en mi arsenal, y si eso significa lucir un poco
tetona, lo haré. —No puedo dejarte embarazada. Soy mesakkah.
—Y yo soy humana. Lo note. —Oh, nadie nunca me deja olvidar
cuánto desprecian y aborrecen a los humanos aquí en el gran, vasto y
peligroso universo. Estamos a un paso de ser muñecas inflables
inteligentes y nos tratan peor de lo que algunas personas tratan a sus
perros—. Nuestras especies no son compatibles sin ayuda externa.
Pagué mucho para recibir una inyección de fertilidad que ajusta mi
cuerpo para aceptar tu esperma. Sin embargo, tiene posibilidades
muy pequeñas de que funcione, y se cerrarán en aproximadamente
una semana.
Solo se queda mirando. —Kef.
—Ese es el plan.
No se ríe de mi broma. En cambio, se frota la mandíbula, pensando.
Me mantengo fresca y tranquila. Ponerse histérica no ayudará a las
cosas. De todos modos, he pasado por la histeria. En este punto, me
quedo con la práctica fría y dura. Si él no quiere hacer esto, tengo que
dar la vuelta y volver a la cárcel y probar con alguien más. Destruirá
un poco mi alma, pero lo haré si es necesario. Vordigar no es mi
Página | 30 única opción... es la más agradable. Él es mesakkah, que es una raza
que generalmente es muy apreciada y también la raza dominante de
Risda III. Eso ayuda a las cosas. No es un asesino. Se ve peligroso. Él
tiene amigos aquí... y tiene una razón para tener que aceptar mi
oferta. Esas son todas cosas útiles, pero si él dice que no, no me
rendiré.
Nunca me rendiré.
—¿Qué obtengo yo de esto? —Vordigar pregunta sin rodeos.
—Sexo.
El lado sin cicatrices de su boca se contrae. Se inclina hacia mí. —No
estoy seguro de como lo hacen ustedes los humanos, pero la forma
en que la mayoría de las mesakkah hacen bebés es con el sexo.
Por alguna razón, su tono confidente y burlón me hace sonrojar.
Como si no supiera sobre bebés o sexo. —Sé que así es como
funciona —le digo—. Es una de las cosas que estoy ofreciendo. Como
tu esposa, tendrás libre acceso a mi cuerpo. Tendré sexo contigo en
cualquier momento y cuando quieras.
Me mira, tal vez un poco sorprendido por mi tono comercial. —¿Y
eso no te molesta?
Oh, me molesta Pero no como lo hacía antes. Años de estar cautiva
en este implacable fin del universo me ha enseñado que el sexo es
solo otra función corporal, y que no tiene que ser romántico en lo
Página | 31 más mínimo. —Es solo sexo —le digo—. ¿Crees que fui capturada y
arrastrada de mi mundo porque alguien quería que una humana
lavara su ropa? He tenido relaciones sexuales en el pasado. Puedo
hacerlo cuando nos casemos.
No parece convencido.
Lamo mis labios, tratando de pensar. ¿No le conmueve mi oferta de
loco sexo humano? Es la primera vez. —Seré tu esposa en todos los
sentidos —le digo—. Cocinaré, limpiaré y ayudaré a administrar la
granja. Seremos iguales. Tendremos tierra y carne, y un estipendio
del gobierno para ayudar a establecer nuestra granja. Nadie podrá
enviarte de vuelta a prisión. Tendrás un medio de vida. Todo lo que
tienes que hacer es quedarte conmigo.
—No soy un granjero —dice rotundamente.
—Yo tampoco, pero estoy aprendiendo.
Vordigar se frota la mandíbula. Me mira de nuevo, y a mis tetas, que
es una buena señal, y luego suspira. —Tengo lugares en los que estar,
pequeña.
—Mi nombre es Piper. Y sé que esto no es ideal, pero como dije,
tengo muy pocas posibilidades de quedar embarazada y tú tienes una
situación desesperada. Pensé que podríamos beneficiarnos
mutuamente. Si no está de acuerdo, puedo darle la vuelta a este
trineo de aire y volver a la cárcel para buscar otro marido.

Página | 32
El me mira fijamente. Luego, su boca se curva en una dura sonrisa. —
Estás jugando un juego difícil.
—Hay mucho en juego.
—¿Qué le pasó a esa dulce hembra que estaba batiendo sus pestañas
hacia los guardias?
Dejo caer mi voz a la nota ronca. —¿Necesitas que sea dulce? ¿Eso te
hará cambiar de opinión? —Puse mi mano sobre su muslo.
La quita de inmediato.
Estoy sorprendida... y un poco preocupada. Quiero sentirme aliviada
de que él no quiera sexo. No es que me muera por saltar sobre su
polla. Pero el sexo es casi todo lo que tengo para intercambiar.
—Quiero que seas real —me dice.
—Todo esto es real —le digo—. Yo necesito tu ayuda. Tú necesitas mi
ayuda. Pienso que podríamos ayudarnos mutuamente.
—¿Tener un bebé? ¿Y dedicarse a la agricultura?
—Tampoco es la vida que hubiera elegido, pero eso no significa que
no pueda ser una buena.
Se inclina hacia atrás y me da una mirada escéptica. —¿Por qué no
vender tu tierra? Dijiste que un praxiian está interesado en todo lo
que tienes. Véndele a él. Haz una pequeña fortuna.
No lo entiende. Realmente no lo entiende. —¿E ir a dónde? —Me
recuesto, sintiéndome un poco derrotada—. Nadie me llevará de
regreso a la Tierra. Es Clase D, lo que significa que no se supone que
Página | 33 deba estar aquí de ninguna manera. Los humanos somos
contrabando. Supongamos que no termino en el zoológico de
alguien, sino que termino en el burdel de alguien, todo mi dinero
robado. A nadie le importa una mierda lo que le sucede a una
humana... excepto aquí. Aquí, me dieron tierra y suministros, y la
oportunidad de tener una vida normal, y voy a aprovecharla. —Me
inclino hacia adelante, solo un poco, porque necesito que él entienda
cuánto significa esto para mí—. Esta es mi tierra. Nadie me la va
quitar.
Vordigar mira mi boca. Sus labios se curvan en una sonrisa lenta y
torcida. —No sabía que las humanas pudieran volverse tan feroces.
Me recuesto de nuevo, respirando con frustración. —Esto es serio.
—Oh, lo sé. —Pero él sigue sonriéndome—. Nunca se me acercó una
humana y me pidió que la dejara embarazada.
—Solo si nos casamos. No quiero nada de esto —agito mi mano y
hago un gesto hacia su forma—, sin algún tipo de beneficio para mí.
Vordigar echa la cabeza hacia atrás y se ríe. —¿Quieres decir que no
te mueres por mi polla? Estoy herido. —Se agarra el pecho.
Empiezo a sonreír. Solo un poco. —Si estamos siendo completamente
honestos, he tenido suficiente polla alienígena para que me dure el
resto de mis días, muchas gracias.
Se ríe más fuerte.
Se siente bien escuchar a alguien reír. Me doy cuenta en este
Página | 34
momento de lo aislada y asustada que he estado durante las últimas
semanas. No, meses, de verdad, porque Melissa siempre estaba muy
ocupada con su granja y era mi vecina más cercana. Desde que ella se
fue, casi no he tenido a nadie con quien contar. Están Chloe y su
compañero, pero están ocupados y Chloe tiene un bebé que cuidar.
Ella no puede dejar todo para visitarme cuando estoy aburrida o
sola... y estoy aburrida o sola con mucha más frecuencia de la que me
gustaría admitir.
No conozco a este tipo Vordigar. Pero se ríe fácilmente y me quitó la
mano de la rodilla cuando me acerqué a él, por lo que podría ser el
mejor chico que he conocido en mucho, mucho tiempo.
—Por favor, ayúdame —le susurro, mi desesperación sale a pesar de
mis mejores esfuerzos para hacerlo bien. Las cicatrices en mi cara me
pican, y toma todo lo que tengo para no tocarlas—. Sé que no es lo
ideal, pero podemos hacer que funcione. Por favor.
Vordigar me estudia por un largo momento. Luego, mira por la
ventana, su risa se desvanece. —Necesito pensarlo por un tiempo.
—Por supuesto.
Montamos el trineo de aire en silencio todo el camino de regreso a
mi granja.
Página | 35

VORDIGAR

No sé qué hacer.
Ha puesto todas sus cartas en la mesa, como les gusta decir a los
jugadores. Ella ha confesado su plan y lo que necesita. Me ha
ofrecido sexo y un hogar. Está oscuro cuando llegamos a la granja,
pero puedo ver hileras de cultivos y un rebaño de carne en un campo
cercano. Hay una pequeña granja con cúpula y un granero, y parece
una buena extensión. Conozco una docena de soldados que habrían
keffing matado por esta oportunidad.
Sin embargo, no estoy seguro de estar listo para ser padre. O
granjero.
Mis planes para el futuro eran simples: dejar atrás Risda III y volver a
la piratería. Me metí en eso antes de la guerra, y mantuve lazos con
amigos en el negocio mientras estaba en prisión. Corrí productos para
algunos amigos mientras estaba en Haven, y conozco gente. Me veo
intimidante como el infierno. Soy un navegador competente y un
mecánico muy competente. Puedo obtener algunos créditos decentes
siempre que me suba a la nave correcta y conozca a las personas. Los
hermanos va Sithai están buscando otro para unirse a ellos en un
trabajo, y les prometí que iría. Está destinado a ser increíblemente
lucrativo.
Página | 36
Pero esta hembra con ojos grandes y tristes me ha pedido que me
quede.
Para dejarla embarazada.
Para cultivar con ella.
Keffing infierno. No soy un agricultor. Ser ladrón y soldado es en lo
único en lo que soy bueno. Soy el macho equivocado para este
trabajo. Si ella supiera mi historia, también lo sabría. Necesito decirle
que no. Es un mal momento. Tal vez si se hubiera acercado a mí
hace un mes, cuando estaba desesperado y con pocos créditos, habría
aprovechado la oportunidad.
¿Una granja y todo el caliente sexo humano que quiera? Ese es el
sueño de la mitad de la galaxia. Tengo que admitir que ha pasado un
tiempo desde que tuve relaciones sexuales que mi semilla
probablemente no sea más que polvo. Incluso ahora, el sexo suena
bien. El sexo suena real, muy bueno. Y nunca antes había tenido una
humana. Soy curioso. Cualquier macho lo sería.
Excepto que... no puedo decirle que sí a ella. Tengo ofertas de
trabajo. Ofertas de trabajo mucho mejores que las que ella está
lanzando en mi dirección. No puedo decir que sí. No cuando tengo
la oportunidad de cambiar mi vida y hacer una fortuna rápida.
Simplemente no tengo las agallas para decirle "no" todavía. No
cuando ella me mira con esos esperanzados ojos oscuros. No puedo
decirle que no a la cara. Tal vez me escape en medio de la noche,
Página | 37 cuando no me esté mirando con tanta esperanza y determinación. Me
escabulliré como la escoria que soy y olvidare que alguna vez conocí
a ese pequeña humana.
Aparcamos el trineo de aire y ella me da un rápido recorrido por el
lugar, mirándome con esos ojos esperanzados. Trato de ser crítico,
separar el lugar y encontrar cosas malas, pero... es una buena granja.
Tiene una buena parcela de tierra bordeada por una corriente que
fluye, y los campos son uniformes y se extienden hasta donde alcanza
la vista. Su ganado está encerrado en una pradera cercana y los
animales son gordos y saludables. Le regalaron algunos robots y
drones que hacen la mayor parte del trabajo agrícola y todo lo que
tiene que hacer es mantenerlos programados y monitoreados. Me
sorprende un poco ver que sus robots están bien cuidados, tanto
como todo lo demás. Mucha gente deja que sus robots se vayan a la
mierda porque son solo una herramienta. Sin embargo, no esta
pequeña humana. Ella es meticulosa en todo.
La humana, Piper, me muestra la casa. Es una vivienda pequeña y
abovedada, diseñada para mantenerse fresca en verano y cálida en
invierno. El interior es un poco estrecho, pero ella lo hizo confortable
con sus muebles de segunda mano y montones de tapices coloridos.
Hay una pequeña cocina, una sala de estar con una gran ventana que
da a los campos y un dormitorio.
—Un poco pequeña para una familia, ¿no te parece? —Me burlo de
ella.

Página | 38
Ella levanta la barbilla, desafiante. —Compré un kit de construcción
para agregar una habitación o dos. Todavía no he llegado a eso. Solo
hay una cierta cantidad de horas en el día y yo estoy sola. Es otra
razón para casarme, para obtener ayuda —Su dura expresión se
suaviza—. Pero sobre todo solo para tener a alguien con quien hablar.
Kef, ella sabe tirar de las cuerdas de mi corazón. Puedo manejar su
descaro y desafío. No puedo soportar esa tristeza en sus ojos. Me
froto el cuello, mirando la pequeña casa. Necesito decirle que no.
Que no me voy a quedar. Que no me puedo quedar. Tengo una
fortuna que ganar en otro lado.
—¿Quieres lavarte? Tengo una ducha y los tanques de agua están
llenos. Puedes tomarte el tiempo que quieras. —Piper se dirige hacia
el dormitorio y abre la puerta, luego me lleva hacia el baño.
Soy un macho débil, porque por supuesto quiero una ducha. He
pasado días en esa apestosa cárcel, enjaulado con extraños y ganado,
y no me gustaría nada más que estar limpio. Ella me ofrece una toalla
y yo la tomo. —Gracias.
—Por supuesto. Te estoy ofreciendo la mitad de todo. Lo menos que
puedo hacer es dejarte limpiar. —Su boca se tuerce como si quisiera
reír, pero se va lo suficientemente pronto. Sale de la habitación y
cierra la puerta detrás de ella.
Estoy solo en su habitación, y mientras miro alrededor, no hay nada
lascivo aquí. Ella tiene un baúl pequeño para su ropa, una cama que
es apenas lo suficientemente ancha para dos personas, y no mucho
Página | 39 más. Hay una pantalla de video en la pared, pero es un modelo
antiguo. En realidad, todo lo que tiene es un modelo más viejo, y
sospecho que a muchas de estas humanas se les dio cosas de segunda
mano solo para aparentar. A nadie le importa si tienen éxito o no, y
eso me carcome. Mi sentido de la justicia está erizado, pero tengo que
luchar para no mostrarlo.
Ciertamente no soy el macho que asumiría la causa de una humana
varada. Soy un forajido, un convicto fugitivo, y me iré de este planeta
agrícola lo antes posible.
Así que me ducho y trato de no pensar en otra cosa que no sea
limpiarme. Es la mejor ducha que he tenido en mucho tiempo, y
paso demasiado tiempo allí. Me quito la toalla y me doy cuenta de
que, mientras estaba en el baño, ella volvió a entrar en la habitación.
Hay un par de pantalones en la cama que parecen encajar conmigo, y
cuando los recojo, veo que las costuras en el interior no son
profesionales. Ella hizo estos, entonces. Me los pongo, y son tan
cortos que solo llegan a mi pantorrilla, lo que me hace reír.
Esa pequeña realmente no tiene idea de qué tan altos son los
mesakkah en comparación con los humanos. ¿Por qué me parece tan
encantador?
Piper entra a la habitación después de que me visto y me siento al
borde de la cama. El resto de la pequeña casa está oscura y ella lleva
una toalla en sus manos. —También me voy a duchar antes de
acostarme, si eso está bien.

Página | 40
—Es tu casa.
—Así es.
—No pude evitar notar que solo hay una cama. —Le hago un gesto al
colchón en el que estoy sentado—. ¿Quieres que duerma en el piso?
—No, los dos podemos dormir en la cama. Después de todo, te estoy
pidiendo que te cases conmigo. Parece un poco tonto ser mojigata,
¿no te parece?
Me encojo de hombros, porque he dormido en el piso por días.
Puedo dormir en uno unos días más, pero no dejaré pasar la
oportunidad de dormir con una pequeña deliciosa como ella
acurrucada contra mí en una cama suave y agradable.
Ella desaparece en la sala de lavado y cuando regresa poco tiempo
después, huele a jabón floral y agua caliente. La toalla está envuelta
alrededor de su delgado cuerpo, y yo me acuesto en la cama,
mirando como ella me da la espalda y luego deja caer la toalla.
Bueno ahora. Ella es audaz. Tan informal como actúa, estoy seguro
de que todo esto es parte del plan para atraerme a que me quede.
Es un buen movimiento, debo admitirlo. Miro con un hambre
creciente mientras ella desliza ropa sobre su cuerpo. Su piel tiene un
tono extraño y pálido, pero sus caderas se ensanchan en un culo
atractivo que parece un poco curvado sin cola. No puedo ver esas
tetas humanas suyas, pero su cintura es delgada y sus hombros
elegantes, y ahora estoy imaginando cómo sería tenerla debajo de mí
mientras la reclamo. Mi polla está dura y palpitante en un instante.
Página | 41 Ha pasado una eternidad desde que tuve relaciones sexuales. Cada
cosa sucia y atrevida que escuché sobre las humanas pasa por mi
mente, y no puedo dejar de mirar la delicada llamada de sus caderas,
imaginando mis manos allí, sosteniéndola contra mí mientras golpeo
profundamente dentro de ella.
Tira el camisón hacia abajo sobre su cuerpo, escondiéndose de la
vista, y luego apaga la luz.
Está oscuro por un breve momento, pero mis ojos se adaptan
rápidamente a la luz y veo cómo su delgada figura se mete en la cama.
Sus extremidades rozan las mías mientras tira de las mantas sobre
ella.
—Buenas noches —dice Piper, y luego me da la espalda.
Debería dormir, como ella. Actuar como si no fuera nada que ella
esté en la cama conmigo tan cerca. En cambio, sigo pensando en el
dolor de mi polla y en lo bien que huele. Su cabello húmedo se
derrama sobre su almohada, prácticamente tocando mi cara, y es tan
excitante que corro el riesgo de perder el control de mí mismo.
Pienso en salir de la cama e ir a su pequeño cuarto de lavado para
poder sacudirme la polla y deshacerme de este dolor. Estar aquí junto
a ella no me relaja en absoluto.
Cuando conocí a Piper, estaba convencido de que me estaba
ofreciendo un trato terrible. ¿Agricultura y un bebé a cambio de
libertad y dinero? No, gracias. Pero cuanto más tiempo paso en su
Página | 42 presencia, más me siento atraída por ella. Respiro su aroma y pienso
en sus caderas, y me pregunto si esta idea de "matrimonio" no tiene
más beneficios de lo que pensaba.
Pero no. El trabajo con los hermanos va Sithai dará mucho dinero,
más de lo que un soldado y un ex convicto como yo tendrán la
oportunidad de ver. Sería un tonto si me alejara.
Como si pudiera sentir mis pensamientos preocupados, Piper rueda
sobre su espalda y me mira en la oscuridad. —¿Estas despierto?
—Sí.
—¿Quieres tener sexo?
Estoy un poco sorprendido por la sugerencia audaz. — ¿Me lo estás
ofreciendo?
—¿Si te incita a quedarte? Sí —dice sin rodeos—. No puedo pedirte
que te cases conmigo sin mostrarte lo que puedo ofrecer, ¿verdad? Y
todo lo que tengo es esta granja y mi cuerpo.
Mi mente sospechosa se pregunta si esto es una trampa. Si ella está
tratando de quedarse embarazada y obligarme a quedarme. —No me
he decidido.
—Lo sé. ¿Supongo que quieres usar plas-film, entonces? —Su tono es
tan informal, como si estuviera hablando de tomar un vaso de agua en
lugar de tener relaciones sexuales.
Página | 43
—Plas-film, sí.
Espero que proteste por mi insistencia en el control de la natalidad,
pero ella simplemente retira las mantas y salta de la cama. Un
momento después, enciende las luces y hurga en el cuarto de lavado,
luego regresa con un pequeño recipiente de plas-film.
La miro, apoyado sobre un codo, mientras ella se mueve. Su vestido
es delgado y a través de él puedo ver el contorno de sus tetas oscuras
debajo de la ropa. También hay una mancha oscura entre sus muslos,
y tengo curiosidad por eso. Tengo curiosidad por toda ella, y estoy
tan ansioso que mi polla gotea por todo el frente de mis pantalones.
Se sube a la cama, se sienta de rodillas y tira de las mantas hasta el pie
de la cama. Mi polla se tensa contra mi ropa, y sé que mi longitud es
impresionante. Observo su rostro, pero Piper está completamente
impasible, con la cabeza inclinada de modo que su cabello oscuro
cuelga frente a su rostro, esa gruesa franja cubre su frente. Con manos
firmes, desata la cintura de mi ropa y la baja por mis caderas. No hay
un cierre automático en estas prendas, por lo que tiene que guiarlas
manualmente por mis piernas hacia el piso, pero lo hace, como si
fuera algo que siempre maneja. Después de un momento, mira por
encima de mi cuerpo y duda cuando ve mi polla y el piercing de
metal tachonándola al final.
Tengo que parecerle enorme. Es tan delicada que mi polla
probablemente sea el doble de grande que cualquiera que haya visto
antes, o tal vez sea solo mi imaginación. Pero ella solo se lame los
Página | 44 labios rosados con una lengua igualmente rosada y se encuentra con
mi mirada. —¿Debo ponértelo?
Gimo, porque la idea de sus pequeñas manos en mi eje es suficiente
para volverme loco. —Hazlo.
Ella asiente, sacando una lámina de plas-film con dedos expertos.
Luego, se inclina hacia adelante y desliza el material delgado sobre mi
eje, acariciando las crestas y moldeando la película a mi longitud. Está
claro que ella ha hecho esto antes.
—¿Me quieres de espaldas o de rodillas? —Piper pregunta mientras
pone sus manos en su regazo una vez más.
Hay algo extraño y práctico en esto, pero me duele demasiado la
necesidad para cuestionar las cosas. —De espaldas —gruño. Quiero
ver su expresión cuando la folle con tanta fuerza que la cama tiemble.
Quiero ver ese éxtasis extenderse sobre esas extrañas y pequeñas
características humanas.
Pero ella solo asiente de nuevo, se quita el vestido y lo tira al piso, y
luego obedientemente se pone de espaldas y pone sus manos detrás
de las rodillas, extendiendo su coño ya listo para mí.
Miro. No puedo evitarlo. Es una imagen excitante, y me fascina ver el
rubor rosado de sus pliegues y los mechones de cabello oscuro que
los enmarcan. Ella es como una hembra mesakkah, pero no del todo.
Hay diferencias sutiles, el color y el cabello para empezar, pero todo
sobre ella parece un poco más delicado, un poco más... humano.
Erótico y sin embargo inusual, ambos al mismo tiempo.
Página | 45
Me deslizo más cerca de ella en la cama, queriendo empujar entre
esos muslos y saborearla. No puedo esperar para ver cómo reacciona
cuando la toque, y me inclino y deslizo mi mano por el interior de un
muslo pálido.
Ella tiembla y luego abre las piernas más.
Me lleva un momento darme cuenta de que no me está mirando. Oh,
su rostro está girado en mi dirección, pero tiene una expresión
distante que me dice que su cuerpo está aquí, pero su mente está
muy, muy lejos. Experimentalmente, paso el pulgar por los pliegues
de su coño. Está seco como un hueso. He escuchado mucho sobre
hembras humanas, pero nunca esto. La miro y su rostro está
ligeramente inclinado, mirando un punto sobre mi hombro.
Esto no se siente como sexo. Esto se siente como una violación. No
sé si es porque soy tan feo que ella tiene que mirar hacia otro lado o
si es otra cosa, pero no me sienta bien.
Me inclino sobre ella, empujando sus muslos hacia abajo sobre la
cama. Descanso sobre mi costado, mirándola, y cuando todavía no
me mira a los ojos, pongo mis dedos en su barbilla y la obligo a
mirarme a los ojos. —¿Quieres esto?
Sus cejas se fruncen de esa manera extraña y alienígena. —Es solo
sexo.
—Entonces mírame cuando te toco.
—Muy bien. —Ella me da una leve sonrisa, pero esta vez se encuentra
Página | 46
con mi mirada. Sus ojos esconden una gran incertidumbre, lo cual es
interesante para mí. ¿Normalmente no mira a sus parejas a los ojos?
¿Es solo a mí a quien no quiere mirar?, ¿O a los demás no les
importa nada más que un coño extendido? Por alguna razón, eso me
enoja. Me contengo, porque ahora no es el momento.
En cambio, miro su rostro mientras deslizo mi mano hacia arriba y
hacia abajo por su muslo nuevamente. Parpadea un par de veces,
pero no hay indicios de placer. Tampoco hay indicios de miedo. Es
como si ella estuviera completamente distante.
Nunca antes había tenido una hembra reacia en mi cama. Quizás es
mi orgullo, pero hay algo en mí que quiere hacer esto bueno para
ella. Si ella ofrece su cuerpo, lo menos que puedo hacer es
complacerlo mientras complazco el mío. Así que acaricio entre sus
muslos nuevamente, explorando sus pliegues secos con un ligero
toque. Encuentro la entrada a su núcleo, como cualquier otra mujer,
pero cuando muevo mis dedos más arriba, descubro una
protuberancia redondeada en el ápice de su coño. Se le corta la
respiración cuando la toco.
—¿Qué es esto? —Pregunto curioso.
—Es un clítoris. —Sus labios se separan y se mueve contra mí—.
¿Nunca has tenido sexo antes?
—No con una humana —le digo, dándole mi sonrisa más
encantadora... que probablemente ya no sea tan encantadora, no con
las cicatrices—. Parece que hay algunas diferencias.
Página | 47
Sus mejillas se sonrojan y su mirada se aleja de la mía.
Levanto mi mano y toco su mejilla, recordándole que me mire a los
ojos. —¿Qué lugares son sensibles en una humana?
Un destello de vulnerabilidad cruza su rostro. —¿Qué importa eso?
Ella me está rompiendo el corazón. —A mí me importa. —Deslizo mi
pulgar sobre su labio inferior rosado—. No será bueno si ambos no lo
disfrutamos. Así que muéstrame qué partes de este pequeño y lindo
coño quieren ser acariciadas o si hay algo más que me estoy
perdiendo por completo. —Le paso los dedos por la boca una vez
más y luego le paso los nudillos por la garganta, luego entre las tetas.
Está temblando como un cervatillo bajo mi toque, pero esa es una
mejor reacción que su indiferencia anterior, así que lo tomaré.
—Bueno —dice Piper sin aliento después de un momento—. Puedes…
—Ah, ah —murmuro, deslizando mis dedos sobre su vientre—. Dije
que me mostraras, no que me dijeras.
Sus labios se separan y ella tiembla de nuevo. —Vordigar —susurra—.
—No estoy segura... —Y ella se apaga.
¿Cree que voy a dejar que se escape después de esto? ¿Después de
que dijera mi nombre tan dulcemente? Me duele por ella aún más
fuerte que antes. Es la primera vez que dice mi nombre, me doy
cuenta, y quiero más. —Estoy seguro de que puedes enseñarme,
pequeña.

Página | 48
Ella toma una respiración profunda y temblorosa, sus ojos fijos en los
míos. Su mirada se desliza hacia mi boca, y luego se muerde el labio.
Un momento después, su mano roza la mía donde descansa sobre su
vientre, y miro hacia abajo. Con movimientos vacilantes y
dolorosamente tímidos, desliza su dedo entre sus pliegues y luego
comienza a frotar suavemente lo que llama clítoris.
La capucha de su coño lo oculta de mi vista, así que uso mis dedos
para separar los labios de sus pliegues para poder verla tocarse. Piper
jadea ante mi toque, temblando, pero sus dedos se mueven más
rápido sobre esa delicada piedra rosa. Me doy cuenta de que no lo
está tocando, sino que toca la piel que lo rodea, como si fuera
demasiado sensible para tocarlo directamente. Lo rodea con
pequeños toques delicados, y luego sumerge su dedo más bajo, en la
entrada de su núcleo, y extiende un poco de humedad sobre él. Su
respiración se vuelve rápida, y cuando levanto la vista para mirarla,
noto que me está mirando. Sus ojos están fijos en los míos, sus labios
se separan mientras se toca.
Es la cosa más excitante que he visto.
Levanto mi mano y rozo mis nudillos sobre su mejilla, acariciándola,
tocándola, amando la forma en que me mira mientras trabaja esa
pequeña protuberancia entre sus muslos. —Eso es —le murmuro,
acariciando su piel suave—. ¿Hay otras partes que son sensibles en las
bonitas humanas? —Pregunto, deslizando mis dedos por su cuello y
hacia esas atractivas tetas suyas. Son prominentes, redondeadas,
hinchadas y totalmente extrañas para mí. Mi gente es delgada y
musculosa, y nuestras hembras son planas a menos que estén
Página | 49 amamantando. Incluso entonces, no las tienen tan redondeadas como
estos pequeños globos que se mueven seductoramente en su pecho
con cada movimiento. Estoy fascinado por ellos, por las olas que se
elevan de sus costillas, por las puntas duras y de color rosa oscuro
que apuntan hacia el cielo.
Ella no me responde, pero hay un anhelo doloroso en sus ojos y su
jadeo se vuelve más fuerte. Su mano trabaja furiosamente entre sus
muslos, frotando mientras me mira.
Audazmente, tomo un seno desnudo y arrastro el pulgar sobre la
punta. Esta dura y erecta, pero de alguna manera se las arregla para
ser suave y apetecible. Piper suelta un pequeño grito hambriento de
necesidad cuando toco su pezón, y así lo sigo frotando, murmurando
palabras suaves mientras ella acaricia su coño y se da placer.
Hay un sonido húmedo, el sonido de la piel resbaladiza y las mejillas
de Piper se vuelven de color rojo brillante. Su mirada se aleja de la
mía y sus movimientos se detienen, su respiración entrecortada.
Fascinado, la toco entre sus muslos y descubro que ahora está
húmeda, su coño libera algunos de sus jugos. —Ahí vamos —
murmuro—. ¿Por qué te detuviste?
Ella solo entierra su cara contra mi brazo, como si estuviera
avergonzada.
—Ah, lo entiendo —bromeo, incapaz de resistir—. Es mi turno y
quieres guardar lo mejor para mí, ¿verdad?

Página | 50
Piper respira hondo.
Arrastro mis dedos sobre sus pliegues, deslizando la punta de uno
hacia su núcleo y bromeándolo. Ella está dolorosamente caliente por
dentro, y tan apretada que agarra mi dedo con sus paredes. Nunca
había sentido algo así, y estoy ansioso por estar dentro de ella y sentir
ese apretón húmedo y cálido alrededor de mi polla. Excepto que...
Necesito ver más de Piper. Está mojada, pero quiero que se empape
por mí. La quiero tan lista para el sexo que su coño haga ruidos
fuertes y descuidados mientras empujo mis dedos dentro de ella, y
todavía no hemos llegado a eso.
La humana se retuerce, jadeando, mientras deslizo mi dedo en su
canal, trabajando de un lado a otro. La estoy preparando para mi
polla mucho más grande, pero también me estoy asegurando de que
no tenga ninguna otra extraña anatomía que deba conocer. Las
hembras Mesakkah tienen un punto sensible en el fondo del coño,
pero hasta ahora todos mis toques la hacen mirarme con
preocupación. Libero mi mano y la pruebo en mi piel. Ah, kef, ella
es deliciosa. Cálida, almizclada y algo como nunca antes había
probado.
Ella jadea cuando la pruebo en mi mano, y me dan ganas de hacer
más. Me deslizo más hacia abajo en la cama y separo sus muslos. —
¿Qué tal si vemos qué sucede cuando te pongo la boca encima?
Espero que ella proteste.
Ella gime, y sus caderas se flexionan, muy ligeramente. Ah, a mi linda
Página | 51
hembra le gusta esa idea.
Sonriendo, me muevo entre sus muslos abiertos como el desviado
que soy. Aquellos que se adhieren estrictamente a las leyes sanitarias
de Homeworld se encogerían, pero yo no soy uno de ellos. Me gusta
su sabor y me gusta la sensación de su piel contra la mía. No me
importa cuántas leyes sanitarias rompa, siempre que ella se empape y
tenga hambre de necesidad.
Recuerdo cómo tocó su clítoris, haciendo círculos delicados a su
alrededor, y empujo sus pliegues con un toque, luego me inclino y
tomo un sorbo largo y lento de ella.
Ella grita, sus manos vuelan hacia mis cuernos. Una fracción de
segundo más tarde, ella se aleja, sus manos revoloteando de angustia.
—Lo siento.
Agarro una de sus manos y la vuelvo a poner en mi cuerno, luego le
doy a su coño otra lamida intensa. Quiero que ella me toque. Quiero
que sea completamente consciente de que soy yo quien la prueba. Es
Vordigar quien está en esta cama con ella, no solo un extraño sin
nombre al que le ha propuesto matrimonio. Se convierte en mi nuevo
objetivo hacerle gritar mi nombre nuevamente.
Eso, y exprimir algunos orgasmos de ella.
Piper se aferra a mi cuerno con fuerza mientras arrastro mi lengua
sobre sus pliegues, obteniendo la mayor cantidad de su dulce sabor.
Después de algunas lamidas más, me concentro en su clítoris,
Página | 52 bromeándolo con mi lengua y tratando de duplicar los movimientos
que hizo por su cuenta. También deslizo mi dedo dentro de ella,
luego empujo otro junto a él, estirándola lentamente. Llegué a un
ritmo que la hizo respirar fuerte, y cuando sus muslos se aprietan
alrededor de mis orejas, toma todo lo que tengo el no sonreír y parar.
Sigo adelante, porque necesito exprimirle esta liberación.
—Vordigar —jadea ella, su cuerpo temblando. Una nueva ráfaga de
humedad se desliza sobre mi lengua incluso cuando ella se estremece
debajo de mí. Se aferra a mis cuernos con ambas manos mientras yo
continúo trabajando su clítoris con mi lengua, gimiendo y empujando
contra mí, sus muslos apretando los lados de mi cara—. Oh Dios. Oh
Dios. ¡Vordigar!
Mi nombre termina en un grito y todo su cuerpo se pone rígido, su
coño inundado de fresca humedad. Ella tiembla con tanta fuerza que
sus paredes me aprietan los dedos en una prensa, pero sigo
empujándola, sigo trabajando esa pequeña protuberancia dulce con
mi lengua, y ella grita de nuevo, montando mi fea cara, y sé que se ha
corrido duro. Dos veces.
Le doy a su dulce coño una última lamida y levanto la cabeza para
darle una sonrisa satisfecha. Espero escuchar elogios, que ella me diga
que soy lo mejor que ha tenido. En cambio, ella solo tiembla y me
mira con puro asombro.
Decido que eso es mejor que elogiar. Piper se ve completamente
atónita porque acabo de hacerla venir. También me pone duro como
una roca. Nadie le ha hecho correrse así, eso está claro, y mi
Página | 53 posesividad mesakkah ruge a la vida.
Esta es mi keffing hembra.
La necesidad de reclamarla se derrama sobre mí en oleadas, y le doy
un pellizco en el interior del muslo antes de empujar sobre ella,
cubriendo su cuerpo más pequeño con el mío. Hago contacto visual
con ella, porque necesito saber que todavía estamos en la misma
página. Que ella quiere esto tanto como yo.
Como si supiera lo que estoy preguntando, se encuentra con mi
mirada y me da un rápido asentimiento.
Bien. Mantengo una mano entre nosotros, probando la humedad de
su coño, pero ella todavía está caliente y resbaladiza y lista para mí.
Entierro mis manos en su cabello y me inclino, respirando su aroma.
Todo esto solo agrega a la sensación de que esta es mi hembra. Mía.
Con un gruñido en mi garganta, me lanzo sobre ella y me hundo
profundamente en su cuerpo.
Ella jadea, pero sus piernas se levantan, rodeando mis caderas. Mi
cola se engancha en un tobillo y la sostengo contra mí mientras me
hundo profundamente, empujando con fuerza. La cama tiembla con
la fuerza de mi posesión de ella, pero no puedo parar. No me
detendré. Ella está haciendo estos suaves y pequeños maullidos en su
garganta mientras la reclamo, nuestros cuerpos golpeándose en la
cama y su coño se ondula a mi alrededor con cada golpe, casi como si
volviera a correrse de nuevo.

Página | 54
Sus uñas se clavan en mi piel y grita una vez más, y me doy cuenta de
que no se trata solo del plas-film que manipula las cosas y la hace
parecer más sensible de lo que es. Ella realmente se corre de nuevo.
Su cuerpo esta tan apretado como una cuerda de arco debajo del
mío, sus uñas me arañan la espalda, y es feroz y salvaje mientras
gruñe mi nombre en mi brazo, mordiéndome el bíceps cuando
vuelve a correrse.
Esta pequeña humana es un gato salvaje. Y soy yo el que ha desatado
eso en ella.
Mi liberación ruge a través de mi cuerpo y bombeo dentro de ella,
duro y rápido, mientras mi clímax se hace cargo. Me corro tan fuerte
que siento que mis bolas se han secado y no han dejado nada para el
futuro. Es como si Piper estrujara hasta la última gota de mí mientras
me conduzco en ella por última vez y me estremezco.
Me desplomo en la cama junto a ella, respirando con dificultad, mi
cuerpo completamente agotado. El aroma del sexo está en el aire de
la pequeña habitación, pero todo lo que puedo oler, y saborear, es el
almizcle de su coño. Me doy cuenta de que volveré a estar listo
cuestión de minutos y lucho por no sonreír. No es de extrañar que
los keffing machos pierdan la cabeza por las hembras humanas.
Presiono una mano en mi frente, tratando de que mi cerebro vuelva a
la vida. Siento que todo se derramó de mí cuando me corrí: mi
semilla, mis pensamientos racionales, mi vida.
Nunca he tenido tan buen sexo. Maldición.
La cama cruje y Piper se levanta. La miro mientras se mueve hacia el
Página | 55
baño y sale el agua. Unos minutos después, ella sale y no dice nada.
Se mete en la cama junto a mí y me quita el plas-film de la polla, la
bolsa al final llena de mi semilla. Me pongo rígido por un momento,
preguntándome si ella se lo va a quedar y tratará de impregnarse,
pero se levanta y lo pone en el compartimento de desechos y
presiona el botón para enviarlo al reciclaje. Luego regresa a mi lado y
limpia mi polla con una toalla tibia.
Siento que debería decir algo.
Muchas cosas acaban de pasar aquí. Más que solo sexo. Por la
expresión de su rostro, sé que experimentó cosas que nunca antes
había sentido, y yo también. La forma en que dijo mi nombre... kef.
Nunca he escuchado algo tan bueno. Bueno, excepto por esos
pequeños sonidos que estaba haciendo cuando la penetre, follándola
como nunca antes.
Sonriendo, miro a Piper mientras ella se sube a la cama. Su vestido
está nuevamente en ella, apaga la luz y luego se acuesta de lado.
Sin conversación, nada. Solo volviendo a dormir. Considero eso por
un momento, y luego la agarro por las caderas y aprieto su pequeño
cuerpo contra el mío, pasando mi brazo sobre ella protectoramente.
Esta mañana, estaba en la cárcel esperando ser enviado de regreso a
Haven, el peor planeta prisión de la galaxia. Esta noche, tuve sexo
increíble y sucio con una hembra que se pone cada vez más bonita
por momentos.

Página | 56
Voy a ignorar todo ese asunto del "matrimonio y el bebé" y contaré lo
de hoy como una victoria. Y cuando ella se acurruca contra mí y su
respiración se calma, decido que yo también debería dormir.
Voy a necesitar mis fuerzas para la próxima ronda.

Me despierto con la luz del sol que entra en la habitación, mi polla es


una barra de calor dolorosa y mi cuerpo está listo para otra ronda con
mi pequeña y deliciosa humana.
Sin embargo, la cama está vacía y Piper no está por ningún lado.
Me siento, frotando mis ojos. Cierto. Salió el sol y los agricultores
tienden a levantarse temprano. No estoy dispuesto a ese tipo de
cosas, así que es otro punto en contra a toda la cosa "agrícola". Me
gusta revolcarme en la cama. Especialmente me gustaría revolcarme
en la cama con Piper, y mi polla está más que lista para hundirse en
sus dulces profundidades nuevamente. Me encantaría ver esa mirada
en sus ojos de nuevo cuando la haga venirse, ese placer sobresaltado
como si nunca hubiera esperado ser tocada así.
Quizás no lo haya sido. Tal vez los únicos toques que haya tenido
fueron clínicos y fríos. Pienso en lo rápido que rodó sobre su espalda
y separó las piernas, y cómo no me miraba, y me llena de una
sensación enfermiza de ira impotente. Alguien fue cruel con ella en
su pasado, y por eso, quiero lastimarlos.

Página | 57
Me pongo de pie y, aunque la cama era pequeña y estrecha, me
siento bien. Increíble, de verdad. Ni siquiera me importan los pájaros
cantando fuera de las ventanas. Mi estado de ánimo es demasiado
agradable. Me lavo en el cuarto de lavado y me pongo la ropa que me
ha tendido, a pesar de que es demasiado pequeña. La entrepierna se
estira, los puños de las mangas son cortos, son ropas hechas para un
mesakkah más pequeño, o un ser humano enorme. Hago la cama
antes de salir de la habitación, porque parece algo educado de hacer,
y luego asomo la cabeza, buscando una cara familiar y cabello
castaño.
Piper está en la sala de estar, sentada frente a la ventana. Al principio
parece que está en un escritorio, pero cuando me acerco, veo que no
es un escritorio en absoluto, sino una estación de artesanía de algún
tipo. Está bordando cosas en una enorme longitud de tela, colores y
remolinos añadidos por cada puntada de su aguja. Está tan absorta en
su trabajo que no nota que me acerco, así que me aclaro la garganta.
Ella inmediatamente se sienta, con un sonrojo caliente en sus mejillas,
su mirada cayendo sobre mí antes de volverse. —Buenos días.
Me gusta ese rubor ardiente en ella. ¿Está pensando en lo de anoche?
Todavía puedo sentir los surcos que sus pequeñas y cortas uñas
cavaron en mis hombros, y me llenan de orgullo masculino.
Ella inmediatamente se pone de pie. —¿Te gustaría desayunar? A tu
gente le gustan los fideos por la mañana, ¿verdad?
—Los fideos son buenos para cada comida —estoy de acuerdo.
Extiendo la mano para tocarla, queriendo respirar su aroma, pero ella
se aleja antes de que pueda y se dirige a la pequeña cocina. Parece
Página | 58 que alguien está un poco tímida esta mañana. —Puedo hacer mi
propia comida. No tienes que hacerlo.
—Eres un invitado.
—¿Vuelvo a ser un invitado, entonces? Pensé que lo de anoche
cambió las cosas. —Cruzo los brazos sobre mi pecho y la miro.
Sus mejillas se sonrojan de un tono rojo más profundo y se ve
nerviosa, saca un recipiente con agua y lo pone en la estufa para
calentar. —Hasta que decidas si te vas a quedar, supongo que eres un
invitado, ¿verdad? ¿O ya te has decidido?
Cuidadosamente atrapado. —Yo... supongo que soy un invitado.
Su boca llena se estrecha en una línea firme, pero asiente y no me
mira a los ojos.
Supongo que no habrá más sexo esta mañana. Es una pena. Haré que
mi polla dolorida sea paciente y me distraeré con otras cosas, como
pasar a su proyecto. —¿Qué estás haciendo?
Oh. —Piper duda por un momento y luego habla—. Estoy, ah,
trabajando en un tapiz.
—¿Un tapiz? ¿Por qué?
Se encoge de hombros, observa cómo hierve el agua, y luego saca el
matraz de la estufa, lo vierte en un tazón viejo y astillado y luego
agrega fideos y especias. —La mayoría de las personas en este extremo
Página | 59 de la galaxia no leen ni escriben inglés humano. Supuse que las
imágenes serían una buena manera de contar mi historia.
—¿Tu historia?
—De cómo llegué aquí. De todo lo que me ha pasado. —Ella
parpadea hacia mí con esos ojos grandes y serios, y luego se encoge
de hombros—. Creo que quería algún tipo de registro de mi pasado.
Quiero contarle a alguien todas las cosas por las que he pasado.
Supongo... que quiero que me vean. —Ella fuerza una sonrisa
brillante en su rostro mientras pone el tazón sobre la mesa—. ¿No lo
quieren todos?
Kef, es buena para hacer que mi corazón sufra por ella. —Puedes
contarme sobre tu pasado.
—Quizás en otra ocasión. —Piper hace un gesto hacia el cuenco—. Por
favor. Come.
Me siento y lo hago, notando que ella no hace sus fideos exactamente
igual que todos los demás, pero todavía son sabrosos y frescos, y me
como todo el tazón en un momento. Ella bebe una taza de té,
mirándome con ojos cautelosos.
—¿Deberíamos hablar de anoche? —Ofrezco, cuando ella permanece
callada.
Se acerca al tapiz y lo dobla, guardándolo. —¿Qué pasa con lo de
anoche?

Página | 60
No puedo creer que sea yo quien tenga que mencionar esto. —¿Lo
qué pasó entre nosotros?
Piper me da una mirada tranquila, ordenando la sala de estar. —Lo
que sucedió entre nosotros es que yo estaba tratando de convencerte
de que te quedaras. Te estoy mostrando lo que puedo ofrecer como
socia. —Su voz es uniforme y casual, pero sus mejillas son de color
rosa brillante, traicionando sus emociones—. Nada más.
Que mentirosa. —Has tenido relaciones sexuales antes, pero no así.
Levanta la barbilla. —¿Es eso lo que quieres esta mañana? ¿Tener tu
ego acariciado?
Me rio entre dientes. —No, solo tengo curiosidad por ti. ¿Nunca...
nadie te ha tocado así antes?
Su expresión cambia de desafío a cautela. —A nadie aquí le importa
lo que una humana piense.
—A nadie le importa lo que piense un convicto tampoco.
Ella se relaja un poco con eso y viene a sentarse a la mesa conmigo
una vez más. —Jutari dice que saliste de la misma prisión que él. ¿Fue
por las mismas razones?
La miro con curiosidad para ver si sabe que Jutari fue un famoso
asesino o si les ha contado una versión mucho más domesticada de su
pasado. Decido evitarlo por completo. —Escapé de Haven con mi
amigo Tassar. Ambos éramos prisioneros de guerra y, en lugar de ser
enviados a casa después de que terminó el conflicto, nos dejaron en
Página | 61 la escoria de la galaxia. —Me encojo de hombros— Lugar equivocado,
momento equivocado. Aprendes a ser duro o no sobrevives por
mucho tiempo.
—Ya veo.
Inclino mi cabeza, estudiándola. —No me tienes miedo, ¿verdad? —
Es más una declaración que una pregunta. Ella no ha mostrado ni un
poco de miedo hacia mí, ni una sola vez. Recuerdo cómo rodeó al
praxiian en la cárcel. De él, ella tuvo miedo. Pero no de mí.
—¿Por qué vienes de un planeta prisión? Eras un soldado.
—Eso no significa que yo fuera un niño de escuela en Haven. Como
dije, haces lo que tienes que hacer para sobrevivir. Mis manos no
están limpias. —Es todo lo que le voy a admitir ahora, porque no
quiero que me mire con inquietud u odio. Quiero que me vuelva a
mirar como lo hizo anoche cuando la hice correrse, quiero esa
mirada de maravilla y dicha en esos ojos marrones profundos.
Pero Piper niega con la cabeza. —He aprendido que las personas con
los mejores pedigríes o las que se ven geniales en papel pueden ser
los monstruos más grandes. Y algunas de las personas con las peores
historias a su nombre pueden ser las más amables. Lo único que me
importa es cómo me tratas.
—¿Y qué piensas de cómo te traté anoche? —No puedo evitar
preguntar.

Página | 62
Piper se sonroja y agacha la cabeza, dejando caer su cabello frente a
su cara. Es encantadoramente adorable y me pone la polla dura.
—Bueno, si estabas tratando de atraerme para que me quedara, hiciste
un trabajo convincente.
La esperanza estalla en sus ojos. —Entonces tú…
—No puedo. Ojalá pudiera, pero no puedo.
Se ve aplastada por un momento, y me siento como un imbécil por
haberle dado ilusiones. No debería haber dicho nada. —Ya veo.
—No es que tu oferta no me tiente —le digo—. Es solo que… tengo un
lugar donde debo estar. Otros planes con los que ya me comprometí.
Piper asiente con la cabeza, saltando sobre sus pies. —No me debes
una explicación. Fue una apuesta, y cada jugador sabe que no
siempre se gana. —Se alisa las manos por el vestido—. Estoy lavando
tu ropa. Estará lista en breve y luego podrás seguir tu camino cuando
desees.
—¿Que pasa contigo?
Ella me da una mirada perpleja. —¿Que pasa conmigo?
—¿Qué vas a hacer?
—Lo mismo que siempre hago. Seguir esperando un futuro mejor. —
Ella me da una sonrisa tensa y luego se dirige hacia afuera,
poniéndose un sombrero de ala ancha para esconder su rostro del
sol.

Página | 63
La veo irse, dirigiéndose al granero. Debería perseguirla, ayudarla con
los quehaceres. Debería prometerle quedarme el tiempo suficiente
para ayudarla con sus problemas y resolverlos.
Pero no puedo. Prometí hacer otras cosas y ya tengo gente
esperándome. Tal vez después de hacer mi fortuna en esa carrera con
los hermanos va Sithai, pueda enviarle algo de dinero a Piper,
ayudarla a comprar algo de seguridad para este lugar. Tal vez caiga
aquí por un tiempo... pero todo depende de tener créditos, y en este
momento no tengo ninguno. Nos guste o no, necesito ese keffing
trabajo.
El hecho de que anoche tuviera un alucinante y sorprendente sexo
con una humana atractiva no cambia el hecho de que tengo
compromisos. O que no soy agricultor.
Aun así, vuelvo a mirar por la ventana, observándola. Solo ha pasado
un día, pero parece que todo está cambiando, y ya no estoy seguro de
qué pensar.
Necesito concentrarme en mis objetivos. No puedo dejarme distraer.
Con ese pensamiento en mente, me retiro a la habitación y conecto
mi comunicación personal, recuperada de la cárcel con mis
pertenencias cuando me fui con Piper, a la red de Piper. Envió el
mensaje codificado a los hermanos va Sithai, esperando que alguien
en su nave los reciba. Pasan unos minutos y me desplazo
distraídamente por los últimos ciclos de noticias de Homeworld.
Nada es de interés. No podría importarme menos quién está en el
poder o qué intriga política hay. Nada de eso significa algo aquí en un
Página | 64 planeta agrícola remoto, y eso es bastante refrescante.
Mi comunicación se interrumpe de repente y una gran cara llena la
pantalla. —Bueno, chúpame la polla y llámame praxiian, es Vordigar.
A keffing buena hora contestas, bastardo feo. —Es Adiron, con
sonrisa idiota en su amplia mandíbula—. ¿No recibiste nuestros
mensajes? Hemos estado tratando de contactarte durante una keffing
semana.
—Me retrase. Lo siento. Un pequeño inconveniente en el puerto,
pero ya se ha solucionado. ¿Cuál es el estado del trabajo?
Una mano grande aterriza en la cara de Adiron y lo empuja hacia un
lado. Mathiras se inclina, frunciendo el ceño en mi dirección, incluso
mientras aleja a Adiron. —¿Te hemos estado esperando y todo lo que
puedes decir es que te detuvieron? Necesitamos socios confiables en
esta misión con nosotros.
Adiron golpea a su hermano y, fuera de la pantalla, puedo escuchar a
otro hombre riéndose. Irónicamente, estos tres idiotas me están
hablando de tomar las cosas en serio cuando parecen que están a
punto de comenzar a luchar por controlar el comunicador como un
grupo de niños. —Como dije, tuve un pequeño inconveniente. ¿El
trabajo todavía está disponible?
—Nos estamos acercando al cinturón de asteroides Jintarr ahora
mismo. Llegas justo a tiempo.

Página | 65
—¿Lo estoy? —Me sorprende escuchar eso. Cuando estábamos
hablando sobre el trabajo el mes pasado, no había detalles. Solo que
los hermanos perseguían a un grupo de piratas y traficantes de pieles,
traficantes de esclavos. Tienen una venganza personal contra ese
grupo, pero nadie compartió los detalles sobre la comunicación
conmigo. Aun así, deben haber descubierto algo, porque... el
cinturón de asteroides de Jintarr no está muy lejos de Risda III—.
¿Encontraron a los machos que están buscando?
—Sip —Adiron arrastra la voz.
—Hay una antigua estación minera en Kafterra Prime —dice Mathiras,
muy serio incluso cuando Adiron lo golpea en el estómago. El tercer
hermano, Kaspar, da la vuelta al otro lado de Adiron y mete a su
hermano en una llave de cabeza, con una mano apoyada contra los
cuernos de Adiron para congelarlo en su lugar. Ambos sonríen como
keffing locos mientras Mathiras intenta conversar conmigo.
Estos tres no necesitan otro miembro de tripulación. Necesitan un
árbitro.
—Kafterra Prime, está bien —les digo—. No me suena a nada, pero
estoy seguro de que puedo encontrarla. Están buscando un
navegador, ¿verdad? —Hice un poco de navegación cuando volví al
ejército, aunque no es mi actividad favorita.
Mathiras asiente con la cabeza. —La estación ya no está en uso y
Kafterra Prime se muestra como abandonada. Al menos, se supone
que debe estarlo.
Página | 66
—Sin embargo, hay una señal de socorro en la luna —agrega Adiron,
con la voz ahogada gracias al brazo de su hermano alrededor de su
cuello.
—Ahí es donde creemos que los piratas se están escondiendo —dice
Mathiras—. Enviando señales de socorro y atrayendo a las naves que
pasan. Siete buques han desaparecido en ese sector en particular en
el último año. Obviamente son ellos.
Gruño. —¿Entonces el plan es que nos precipitemos y limpiemos la
casa?
—Y recoger todas esas dulces, dulces recompensas —se ahoga Adiron.
Hay algo en eso que me sienta mal. Tal vez esos piratas solo están
tratando de vivir una vida tranquila en un lugar tranquilo y los keffing
idiotas siguen apareciendo para tratar de cobrarles. Pienso en mis
propios problemas con ese tipo de cosas últimamente y sí,
simplemente no me sienta bien.
—Necesitamos un navegador y otra mano que sea buena con un
desintegrador —dice Mathiras—. Como ya estamos en el sistema
Jintarr, podemos estar en el puerto de Risda para recogerte en unas
pocas horas.
—¿Te unes? —Kaspar pregunta, liberando su control sobre Adiron
con una leve palmada en la mejilla de su hermano.

Página | 67
—¿Horas? —digo—. Eso es…
—¿Qué? —Mathiras se cruza de brazos, frunciéndome el ceño—.
Dijiste que estarías listo en cualquier momento.
—Lo hice —estoy de acuerdo. Pero eso fue hace una semana. Echo un
vistazo por la ventana cuando Piper aparece a la vista. El sombrero
oculta su rostro, pero observo mientras saca una herramienta y abre
uno de sus drones, mirando el circuito. Por la expresión de su rostro,
puedo decir que no tiene idea de lo que está mirando, pero también
puedo decir que está decidida a solucionarlo, sea cual sea el
problema.
Ella no es del tipo que se rinde. Nunca. Ella solo apretará los dientes
y se pondrá manos a la obra. Pequeña cosa admirable.
—Eso es demasiado pronto —le digo abruptamente. —Necesito otro
día o dos. Estoy terminando algunos negocios aquí.
—No vamos a esperar otra semana —advierte Mathiras, con una
mirada dura en su rostro—. Si se enteran de que vamos en su
dirección, podrían dispersarse.
—Dos días —le digo, asintiendo. Observo con horror cómo Piper se
inclina sobre el dron con un soldador manual. Esa es la última
herramienta que necesita para reparar un dron defectuoso y lo
destruirá si no tiene cuidado—. Tengo que irme. Dos días, ¿de
acuerdo?

Página | 68
—¿Qué keffing se supone que hagamos por dos días más?
Cuelgo antes de que puedan discutir conmigo y salgo corriendo.
Mathiras habla de un gran juego, pero si necesitan un navegador y un
cuarto para su misión de caza de cabezas, esperarán dos días más por
mí. Solo necesito un poco de tiempo para que Piper se establezca y
luego puedo unirme a ellos. No se siente bien alejarme de ella horas
después de que me sacó de la cárcel.
Si soy honesto conmigo mismo, no me siento bien yéndome
inmediatamente después de lo de anoche... pero no voy a ser honesto
conmigo mismo. La ayudaré a arreglar algunos drones, tal vez la
ayude a conectar un sistema de vigilancia alrededor del perímetro, y
le haré saber que volveré en unos meses y le deslizaré algunos
créditos para ayudar con las cosas.
Página | 69

Piper
No entiendo a Vordigar.
En un momento no puede dejar este lugar, ni a mí, lo
suficientemente rápido. Al siguiente, él está corriendo por el campo
para arreglar mi dron. Se toma todo el día trabajando en mi equipo,
optimizando cosas y arreglando partes quemadas que no parecen
nada para mis ojos humanos sin educación. Él también es
infaliblemente paciente. Mientras arregla los drones, me dice lo que
está haciendo y me muestra cómo arreglar este tipo de cosas en el
futuro. Él quiere que yo aprenda, y yo quiero aprender, y lo aprecio.
No estoy segura de que todo se mantenga, pero agradezco la
información de todos modos.
Para un ex convicto, seguro que tiene un corazón suave.
Lo veo mientras preparo la cena, más fideos, esta vez con un caldo de
proteínas y especias saladas, y él juega con un poco de equipo en la
mesa. Está sudoroso y sucio por pasar todo el día trabajando en el
equipo de mi granja, manchas sucias en su piel azul que se mezclan
muy bien con sus tatuajes desenfrenados. Sus cicatrices están ahí,
pero no es feo. Pienso en la forma en que me miró anoche cuando
entró en mí, cuando me tocó y me hizo venir.

Página | 70
Era la cosa más sexy que he visto.
Me sonrojo incluso cuando pienso eso. Después de años de
cautiverio alienígena y de ser tratada como menos que una persona,
había llegado a un acuerdo con mi destino. Sabía que ningún
alienígena vería a una humana como su igual, pero esperaba que con
un esposo a mi lado, llegáramos a un acuerdo y cambiaría felizmente
mi cuerpo por algo de seguridad y para proteger mi granja. Después
de todo, es solo un cuerpo. Aprendí a "irme" mentalmente cada vez
que me tocaban de una manera que no quería que me tocaran. Era la
única forma de mantenerse cuerda.
Sin embargo, no esperaba que Vordigar fuera... amable. Pensé que
simplemente se subiría encima de mí, iría al asunto y luego se
quedaría dormido. No esperaba que me acariciara.
Complaciéndome. Preguntándome lo que me gustaba. La idea era
tan extraña para mí que ni siquiera podía responder. Tenía
demasiado miedo de decir algo mal. He aprendido que lo mejor es
no decir nada y esperar muy poco.
En cambio, él me dio orgasmos. Un orgasmo demoledor tras otro, y
me hizo sentir... hermosa. Especial. Como alguien importante.
Alguien que merecía tanto placer en la cama como su pareja.
Me llenó de tanta alegría que me había despertado esta mañana,
tarareando. Me había imaginado nuestra vida juntos en la granja.
Esperaba alguien con quien hablar, nada más y nada menos. Una vida
llena de noches como esa serian... insoportablemente emocionantes.
No hablamos de amor. Soy realista, Pero si tengo a alguien a mi lado
Página | 71 con quien hablar, alguien que me mire como si fuera una persona
normal, alguien que me sonría y me toque suavemente por la noche.
Eso lo cambiaria todo.
Sin embargo, era demasiado esperar. Lucho contra un nudo en la
garganta. Él no se quedara. Nunca dijo que lo haría. Anoche fue solo
una aberración. De alguna manera, desearía que nunca hubiera
sucedido, porque ahora voy a saber lo que me estoy perdiendo.
Ahora estoy llena de anhelo.
Pero no hay lugar en mi vida para cosas así. Me trago el nudo, me
aclaro la garganta y le preparo un gran tazón de fideos. Lo pongo
delante de Vordigar y mantengo mi tono neutral. —Entonces,
¿cuándo te vas?
—Dos días —dice, dejando a un lado el dron.
Con la misma rapidez, el nudo está de vuelta en mi garganta. Dos
días. ¿Qué respuesta esperaba? ¿Cuál es el plazo adecuado para que
me acostumbre a la idea? ¿Una semana? ¿Un mes? Mi corazón no
quiere ser razonable. Anoche lo llené de esperanza. Escuchar que
solo estará conmigo dos días más hace que toda esa esperanza se
derrame y se drene. —Ya veo.
Vordigar me da una mirada intensa. —¿No quieres saber a dónde
voy?

Página | 72
Me preparo un tazón lleno de fideos, porque le da a mis manos algo
que hacer. —¿Me dirías?
—Cazar recompensas —admite. Hay una nota triste en su voz—. No
soy fanático de eso, pero da mucho dinero y la tripulación me ha
estado esperando para ir tras un objetivo en particular.
—Ah.
—Después de eso, tendré todo el dinero que necesito para volver a
ponerme de pie. Tal vez me compre un pequeño crucero, visite
algunos planetas escénicos, disfrute de las vistas. —Él se encoge de
hombros.
No digo nada, hurgando en mis fideos.
—Podrías venir conmigo —dice después de un largo momento.
Miro hacia arriba, sorprendida.
Hay calor en la mirada de Vordigar. Se acerca y toca mi mano, su
pulgar roza mi palma. —Sé que nos acabamos de conocer. Sé que no
soy el sueño de todas las hembras, pero... me gustas, Piper. Y no me
gusta la idea de dejarte. Quiero que vengas conmigo.
Parpadeo hacia él. Si yo fuese una Piper más joven y más tonta,
estaría locamente emocionada por esa oferta. ¿Dejar atrás Risda y
una vida de agricultura? ¿Ver las galaxias? ¿Estar a su lado para
siempre? Pero yo no soy esa chica, ella murió hace mucho tiempo.
La Piper de hoy ha visto mucho del universo, y nada de ello es seguro
para los humanos. Sacudo la cabeza, lentamente. —Esta es mi casa.
Página | 73 No he tenido una en mucho tiempo, y ahora que tengo una nueva, no
quiero abandonarla.
—Dijiste que nunca quisiste ser una granjera —me engatusa, con un
brillo en los ojos. De esa forma, es tan guapo, a pesar de que es un
extraterrestre grande, azul, con cuernos y cubierto de tatuajes y
cicatrices, y debería estar aterrorizada. Pero conozco a Vordigar, y sé
que estoy a salvo. Le he dado oportunidades para que me use y se
aproveche de mí, solo para saber quién es realmente, realmente, y no
ha sido más que bromista y amable.
Él está haciendo esto muy difícil. —No entiendes —le digo con
rigidez—. Los humanos no son bienvenidos en ningún lugar que no
sea la Tierra. Si voy contigo, no estaré segura en ningún lado.
Siempre habrá alguien que me toque o intente robarme, porque los
humanos no son importantes. No podrás protegerme. No cada
minuto de cada hora de cada día. —Sacudo la cabeza—. Incluso si
quisiera ir contigo, no puedo.
Vordigar asiente. —Lo entiendo.
No sé si lo hace. No sé si alguna vez lo hará. Pero le sonrío y como
mis fideos, porque no hay nada más que decir. Comemos en silencio,
y sigo pensando en su oferta. De irme con él. De solo... irme. Es muy
tentadora.
—Gracias —le digo en voz baja. Cuando me mira confundido, agrego:
—Por ofrecerte a llevarme contigo.

Página | 74
Su boca se curva en una sonrisa devastadoramente sexy. No sé si es
guapo para los estándares mesakkah, pero me encanta su sonrisa y
me encanta lo fácil que la da. Eso lo hace guapo en mis ojos. —
Admito que mis razones no son del todo desinteresadas.
Me rio entre dientes, jugando con mis fideos. —¿Eso significa que
quieres tener sexo esta noche de nuevo?
—¿Lo estás ofreciendo? —Su tono se vuelve bajo. ronco. Erótico.
No confío en mi voz para responder. Lo miro y asiento, mi corazón
late con fuerza. Cuando extiende su mano hacia mí, la tomo.
Pensaré en el futuro de la mañana. Por esta noche, solo hay Vordigar
y placer.

VORDIGAR

Me despierto con Piper en la cama a mi lado, mirándome dormir. Su


bonita cara siempre es muy seria, pero me sonríe tímidamente
cuando la alcanzo. Pienso en la noche anterior, en cómo ella entró
ansiosamente en mis brazos, llena de confianza y emoción ante mi
toque. La hice correrse duro varias veces, y luego la tomé con rudeza
una y otra vez, porque no podía evitarlo. Hay algo en ella que me
atrae de forma salvaje. Tal vez sean esos pequeños gritos que hace
Página | 75 cuando estoy en lo más profundo de su interior, o la mirada de
asombro en su rostro cuando se corre. Tal vez es la forma en que me
mira cuando terminamos. Como si hubiera hecho todo en su mundo
un poco mejor.
Me estoy volviendo demasiado adicto a ese sentimiento.
—¿Vas a ir al puerto conmigo hoy? —ella pregunta, mirándome.
Froto mis ojos, queriendo arrastrarla hacia mí para otra ronda de
sexo. Su mirada se dirige a mi boca y se sonroja, y está claro que está
pensando lo mismo.
—¿No quieres quedarte en la cama?
Piper sonríe. —Lo Hago. Pero no puedo. Hay mucho que hacer.
Yo gruño. Supongo que en una granja, siempre hay algo que debe
hacerse. No hay dormir hasta tarde o rodar en la cama aquí. —Muy
bien. Me estoy levantando.
—¿E irás al puerto conmigo? —ella pregunta de nuevo.
—¿Qué necesitas del puerto? —Pienso en las tiendas de allí—.
¿Suministros? ¿Partes?
Ella no lo duda. —Necesito buscar un nuevo esposo, y me sentiré más
seguro en el puerto si tengo a alguien a mi lado. Así no pueden
aprovecharse de mí.
Página | 76
La miro, un poco aturdido. —¿Quieres que te ayude a ir a buscar un
keffing marido? ¿Después de salir de mi cama?
Sus mejillas se sonrojan. —Lo que tenemos juntos es... maravilloso. —
Se le corta la voz—. Pero no cambia el hecho de que estoy en peligro.
—Dije que te devolvería algunos créditos. Dame uno o dos meses.
Piper niega con la cabeza y mira sus manos. —No lo entiendes,
Vordigar. Puede que no tenga uno o dos meses. En el momento en
que te vayas... —Ella frunce los labios, cortando sus propias palabras—.
No es importante. Mira. Me gusta que estés aquí. Me gusta más de lo
que pensé que lo haría. —Ella se entretiene un trozo de pelusa en las
mantas—. Pero no cambia mi situación en absoluto. Te vas en dos
días, un día, y si no encuentro a alguien que acepte mi oferta, sé que
voy a perder mi granja y mi libertad. No puedo dejar que eso suceda.
—Ella vuelve esos grandes ojos marrones hacia mí—. Por favor
entiende.
Lo odio.
Odio que ella necesite pasar de mis brazos a los brazos de otro.
Casarse con él para que pueda embarazarla. Anoche volvimos a usar
plas-film, y ella me lo puso sin dudar. Ella no empujará sus
necesidades sobre mí. Ella no me atrapará para quedar embarazada.
Me está dando una opción, porque la libertad es importante para ella.
Piper es mía. El momento es malo, y aunque esto es rápido, mi
sangre mesakkah sabe que ella es mi hembra. La idea de entregarla a
otra persona me llena de ira y frustración... pero ¿cómo puedo
Página | 77 pedirle que arriesgue su vida? Si ella dice que dos meses es
demasiado, no puedo pedirle que me espere.
Ella necesita ayuda ahora mismo.
Y a pesar de que voy a odiar cada momento, iré al puerto con ella y la
ayudaré a encontrar un keffing nuevo marido. Pero primero... agarro
a Piper por la cintura y la arrastro a la cama. —Iré contigo... en un
momento. —Y deslizo mi mano entre sus muslos para poder acariciar
ese suave y sedoso coño—. Por ahora, eres mía.
—Por ahora —Piper acepta sin aliento, y se aferra a mi cuello mientras
la toco.

Estoy de mal humor cuando entramos al puerto unas horas más


tarde. Piper se viste de la cabeza a los pies con ropa pesada y oculta, y
se pone una capucha de color beige sobre la cabeza cuando el trineo
aterriza. Oculta su rostro y su expresión, así que no puedo ver si está
tan abiertamente frustrada de estar aquí como yo.
La ayudo a salir del trineo y luego espero. —¿Estas bien? ¿Quieres
volver a la cárcel y ver si puedes encontrar otro convicto
desesperado? Siempre puedes decirles que necesitas dos pares de
manos para el campo y no solo una.

Página | 78
Ella inclina la cabeza hacia atrás y me mira. —No estoy segura.
¿Conocías a esos hombres?
—El szzt era un asesino, así que no lo recomendaría. El praxiian...
—No un praxiian —dice rápidamente—. Tendrá que ser alguien más.
Correcto. Ella me mira con esperanza, y me doy cuenta de que está
esperando que se me ocurran ideas. ¿Es por eso que quería que me
uniera a ella? —¿No tienes idea de por dónde empezar? —Pregunto.
Piper se muerde el labio y agacha la cabeza, ocultando su rostro de
mi vista. —Esperaba que pudieras conocer a alguien... amable. No
conozco a muchos aquí. Principalmente me mantengo alejada. Está
bien. Puedo empezar a preguntar por...
Agarro su brazo cuando ella comienza a alejarse.
Ella se detiene y se da vuelta para mirarme, sus ojos se asoman desde
esa capucha pesada. Están tan preocupados pero llenos de esperanza
y determinación.
No puedo decepcionarla. Reprimo el suspiro que se acumula en mi
garganta. —Conocí algunos tipos que hacían trabajos extraños aquí y
allá. Pasan el rato en la taberna del puerto espacial. Déjame ver si hay
alguien cerca. De lo contrario, el dueño de la taberna podría saber
cuándo regresarán.
Ella me da una sonrisa brillante, tan llena de aprecio por un pedazo
de escoria como yo que me siento indigno. —Iré a la tienda general y
recogeré algunos suministros mientras haces eso.
Página | 79
Está en la punta de mi lengua preguntar si es seguro para ella andar
sola. Aunque este es un planeta agrícola, este puerto es como
cualquier otro puerto en los márgenes del universo, lleno de lugares
bajos y tipos peligrosos. Sin embargo, es una pregunta estúpida. Ella
pasó por Risda sin mí en el pasado. Ella se moverá sin mí en el
futuro.
Sin embargo, odio cuánto me molesta ese pensamiento.
La miro hasta que entra en la tienda y me dirijo hacia la taberna. El
puerto aquí en Risda no es más que unos pocos astilleros privados,
una ruta de envío general abierta al público y una larga fila de tiendas
que atienden a las pocas personas que viven aquí. Solo hay una
taberna, lo que significa que ve muchos de los juegos locales de palos
y todos los machos que buscan trabajos turbios pasan. He estado aquí
varias veces en los últimos meses y reviso mentalmente la lista de
clientes habituales. Ninguno de ellos es adecuado para alguien tan
delicada pero fuerte como Piper. Ella necesita a alguien con una
mano gentil pero un comportamiento feroz. Ella necesita a alguien
que la apoye y la cuide. Que se tome el tiempo de tocarla de la
manera en que haga suavizar esos ojos oscuros…
Gruño mientras me paro frente a la puerta automatizada. El camarero
me mira de manera extraña y luego vuelve a limpiar el mostrador.
Hay un macho familiar en una de las pocas mesas, pero no es
adecuado para ella. Por lo que sé de su especie, las hembras no son
iguales. No quiero que nadie le quite un poco de libertad a Piper. Sin
embargo, el camarero sabrá más. Tal vez conocerá a alguien que
Página | 80 cumpla con los requisitos y esté dispuesto a casarse con una humana
a toda prisa. Aun así, no puedo entrar y preguntar. Aún no.
Me doy la vuelta y miro por la sinuosa calle de un solo carril del
puerto mientras un trineo de aire con un ruidoso ventilador retumba.
Bloquea mi visión de la tienda general, pero cuando finalmente pasa,
veo que hay una forma grande y muy familiar que acecha fuera de la
tienda. Un praxiian, a juzgar por los mechones de las mejillas, las
orejas puntiagudas y los hombros enormes y ligeramente encorvados.
Su cola se mueve de un lado a otro de manera depredadora, y mira
hacia adentro... a alguien.
Sé que es a Piper.
Mi Piper.
Gruño de nuevo, más fuerte, y aunque no estoy cerca, el praxiian
levanta la vista y mira en mi dirección. Se aleja calle abajo, como si
solo estuviera mirando escaparates, pero sé que la estaba mirando.
Keffing, absolutamente lo sé y hace que mis sentidos se ericen.
Mientras me dirijo hacia la tienda, él se aleja y se dirige a un taller de
reparación de drones cercano. Me detengo frente a la tienda, cruzo
los brazos y lo fulmino con una mirada amenazadora, haciendo todo
lo posible para parecer protectora y feroz. ¿No dijo Piper que un
praxiian la estaba molestando?
Echo un vistazo dentro de la tienda. Tiene algunos clientes al azar
adentro, y Piper espera en un extremo del mostrador mientras el
comerciante habla con un granjero mesakkah. Ambos se ríen como si
Página | 81 compartieran una broma, y luego el granjero se va. El comerciante
mira a Piper, que espera pacientemente, y sus labios se encrespan. Él
la evita y se dirige a otro cliente, entablando una conversación.
Me erizo. ¿Todos en este planeta la tratan como basura? Entonces
me golpea: ella no se irá conmigo porque no sucede solo en este
planeta. Sucede en absolutamente en todas partes del universo. Nadie
respeta a los humanos. Son juguetes. Juguetes ilegales. No debería
sorprenderme que la trate como una bestia perdida, porque a sus
ojos, ella no es nada. Una molestia.
Miro por la ventana mientras el comerciante se registra con todos sus
otros clientes antes de dirigirse hacia Piper. Él le da una mirada
desdeñosa, y cuando ella habla, su rostro es duro e implacable. Pone
productos en el mostrador, pero prácticamente los golpea como si
odiara servirla.
Su actitud me invade. Casualmente me dirijo hacia adentro,
acercándome a donde Piper se encuentra cerca del mostrador. Hace
un gesto hacia los artículos que está comprando, su rostro oscurecido
por su capucha. —Creo que eso es todo para mí. ¿Cuál es mi total?
El tendero ni siquiera levanta la vista. Simplemente empaca cosas en
un contenedor. —Trescientos veinte créditos estándar.
Miro el pequeño montón de productos mientras Piper saca un chip
de crédito, y sé de repente que le están cobrando de más. Ella tiene
fideos y algunos otros artículos de cocina. Nada que deba ser tan
Página | 82 caro. Pongo mi mano sobre la de ella antes de que ella pueda pagar.
—¿Quieres contar esto de nuevo, amigo? —Digo con voz peligrosa.
—Está bien —dice Piper en voz baja.
El tendero me mira.
—No está bien. ¿Dime porque cuesta tanto? —Yo pincho.
—Precios especiales para humanos —dice después de un minuto—. Tú
entiendes.
—Entiendo. —Tomo el chip de Piper y lo golpeo en el mostrador,
luego me inclino hacia adelante. —¿Cuál es el precio si me lo vendes a
mí?
El macho brama por un momento, luego murmura un precio mucho
más bajo, cincuenta y seis créditos, y termina de empacar cosas sin
una palabra. Piper también está en silencio, pero yo estoy hirviendo
por dentro. Está siendo sobrecargada solo porque es humana. ¿Esto
sucede donde quiera que vaya? ¿Y aquí es donde quiere quedarse
porque la tratan mejor aquí que en cualquier otro lugar? Me carcome
de rabia. Me enfurece aún más cuando tomo el paquete del tendero y
salgo de la tienda con Piper a mi lado.
Yo conozco a ese macho. He tomado algunas copas con él en la
taberna. Parecía un buen tipo. Ahora todos son sospechosos.
—No tenía que interceder —dice Piper cuando salimos—. Sé que me
cobra de más. No vale la pena enojarse.

Página | 83
—Lo vale para mí —me quejo. Escaneo la calle mientras nos dirigimos
hacia el trineo para dejar sus compras. Efectivamente, veo al praxiian
acechando en la distancia, aun observando de cerca. Esperando.
¿Está esperando que deje a Piper sola? Un nuevo tipo de frustración
furiosa me invade, y juro que se quedará pegada a mi lado mientras
estamos aquí—. ¿Sabías que te están siguiendo?
—¿Un praxiian? —ella pregunta, tratando de mantener su voz ligera—.
¿Piel gris?
—¿Lo has visto?
—No. Pero sé quién es. —Ella espera pacientemente junto al trineo
mientras yo acomodo el paquete de mercancías en el maletero—. Él
es el que me ha estado molestando.
Lo sabía. De alguna manera, lo sospechaba, pero solo escuchar las
palabras de ella, su voz casual, me enfurece. —Necesitas mantenerte
alejado de él. Los praxiians son peligrosos.
—¿Crees que no lo sé? —Piper me mira con asombro y luego se quita
el pelo de la frente. Ahí, escondidas debajo del grueso mechón de
cabello que siempre usa sobre su frente, hay viejas cicatrices. Grandes
cortes, hechos con garras praxiians, han estropeado la perfección de
su piel, dejando profundos y feos cortes que desaparecen en la línea
del cabello.
De repente, me doy cuenta de que eso fue un golpe en la cara, y eso
me enfurece aún más. —¿Te golpeó?

Página | 84
—Ese no —dice en voz baja—. Pero estoy muy familiarizada con los
ánimos praxiians. —Se suelta el pelo y se lo peina con los dedos para
que vuelva a su lugar, ocultando la evidencia de su pasado, y luego me
da una leve sonrisa—. Por eso necesito un marido grande y protector.
Porque sé que los praxiians tienen mal genio y no están
acostumbrados a aceptar un "no" como respuesta. Ahora, ¿me
ayudarás a encontrar uno?
Aprieto la mandíbula.
¿Keffing se supone que solo la ayude a encontrar un marido y ya?
¿En este nido de delincuentes y escorias? ¿Qué piensan que los
humanos están un paso por encima de un juguete que habla y
camina? Me enoja, y mi lado posesivo quiere arrebatarla y llevarla a
casa. Arrastrarla a la cama y no dejarla por días. Semanas, incluso.
Estos imbéciles no merecen mirarla, mucho menos tocarla.
O casarse con ella.
¿Pero qué otra opción tiene? Piper dejó en claro su situación.
Página | 85

Piper
Vordigar está enojado conmigo.
En realidad, no estoy segura de sí está enojado conmigo o con mi
situación. Es lo mismo. Ha visto cómo me tratan en el puerto. Ha
visto a mi acosador praxiian. Él no sabe que la bestia ha estado en mi
granja varias veces en el último mes. Que él rompió la puerta de mi
casa una vez que me buscó y fue solo porque estaba visitando a Chloe
y Jutari que me salvé de una violación, o algo peor. Él no sabe que he
tenido mi granja apestando a orines de praxiian porque estaba
tratando de marcar su "territorio". Nada importa porque Vordigar no
se quedara.
Tengo que encontrar una nueva respuesta y un nuevo esposo.
Sin embargo, es horrible. No quiero a nadie más. Quiero a Vordigar
y su cara risueña y burlona. Vordigar y el toque protector que me
pone en la espalda mientras me conduce a través del puerto. Vordigar
y la forma en que me trata, como si fuera una persona y le importara.
Pensé que estaba lo suficientemente endurecida con mi situación
como para poder continuar y continuar sin importar nada. Que
podría encontrar otro hombre para desempeñar el papel de mi
cónyuge y no estar molesta.

Página | 86
Sin embargo, estoy molesta. Solo soy mejor escondiéndolo que
Vordigar. Me estoy quedando sin opciones, y todas ellas no son tan
atractivas como él. Si tan solo no fuera tan amable conmigo, o tan
atento o protector, esto podría ser más fácil. En cambio, voy a tener
que conformarme con alguien nuevo. Otro extraño.
Uno que probablemente no me toque con amabilidad.
Uno que no me haga sonreír.
Uno que, si tengo suerte, no me maltratará ni me tratará como si
fuera menos que él.
Y voy a tener un bebé con este extraño... porque esa es la mejor
opción para mantener mi libertad.
Es aterrador, pero no tengo opciones. ¿Mi única otra opción es
esperar que el praxiian decida que no valgo la pena y se vaya? Eso no
sucederá. Cuanto más lucho contra él, más me quiere. Así son los
praxiians: contrarios, tercos y con una veta cruel de una milla de
ancho.
Necesito la ayuda de Vordigar para encontrarme un nuevo
compañero. Un marido. Pero puedo decir que odia el papel.
Pasamos gente por la calle y él los mira. Vamos a la taberna y no me
presenta a nadie. Un amigo suyo se acerca y comienza a hablar con
él, y Vordigar inmediatamente me pasa el brazo por los hombros y
me empuja contra él. Cuando el hombre se va, dice que era malo
para mí. Nada más.

Página | 87
Me encanta y estoy totalmente preocupada. Me encanta su atención y
cómo se cierne sobre mí tan protectoramente, como si fuera algo
delicado y precioso que necesita protección. Si él fuera mi
compañero, estaría llena de felicidad. Pero se irá... mañana. Y
necesito un sustituto.
Cuando pasar el rato en la taberna no da pistas, sugiero en silencio
volver a la cárcel. Había tres hombres allí hace unos días.
Seguramente uno de ellos estará lo suficientemente desesperado
como para aceptar mi oferta, a pesar de que me estremezco por el
pensamiento. Sin embargo, mi sugerencia hace que Vordigar se
ponga de pie, pagamos nuestra cuenta y salimos de la taberna,
volviendo al trineo.
—Encontraremos algo —me promete cuando mi trineo se levanta y se
dirige hacia mi granja. Y luego me agarra y me tira a su regazo,
subiendo mis faldas. Estoy jadeando mientras tira de su ropa,
liberando su polla y luego meciéndome contra ella.
—No podemos —le recuerdo cuando me posiciona para tomarlo. —
Me dejarás embarazada. No hay plas-film en el trineo, ni protección,
y mi inyección de fertilidad no perderá su potencia hasta dentro de
unos días.
Vordigar deja escapar un gruñido de frustración, luego entierra su
rostro contra mi cuello. Me sostiene contra él, empujando contra mis
pliegues hasta que se corre, y luego usa sus dedos sobre mí hasta que
yo también me corro. Cuando volvemos a mi casa, estamos jadeando,
necesitados e insatisfechos, y no salimos de mi cama hasta tarde esa
Página | 88 noche. Me levanto a tomar un trago de agua mientras él duerme, me
duele el corazón. No puedo hacerme ilusiones. No puedo volverme
adicta a su toque. Él no se quedara.
Es mientras tomo un sorbo de agua que noto que hay algo... fuera del
marco de mi puerta.
Me acerco a mi puerta principal con el corazón palpitante, y cuando
toco la puerta, el cerrojo antiguo cae al suelo. Lo recojo y noto que
hay marcas de garras por todas partes. El exterior de la puerta
también ha sido arañado con profundas y furiosas garras, como si
alguien, un praxiian, intentara abrirse camino. El daño es reciente,
porque no lo noté cuando llegué a casa... y el resto de la noche he
estado demasiado ocupada por Vordigar como para prestarle
atención a otra cosa más que a él.
Eso significa que mi acosador praxiian vino esta noche. Miro la
cerradura y luego la oscuridad. Pudo haber entrado. Romper la
puerta. En cambio... debe habernos escuchado a Vordigar y a mí en
la habitación. Debe haber escuchado lo que estábamos haciendo y se
fue.
Mi piel se eriza y me siento extremadamente insegura. Pongo una
mano en la puerta para cerrarla nuevamente, y cuando lo hago, mis
dedos rozan contra algo húmedo en el exterior. Es una noche seca.
Inquieta, trago profundamente cuando tomo una linterna y la
alumbro en la puerta.

Página | 89
Largas y húmedas cuerdas de semen lechoso están salpicadas por
toda mi puerta.
El praxiian irrumpió en mi casa para atraparme y nos escuchó a
Vordigar y a mí teniendo sexo. No se fue. Se masturbo contra mi
puerta.
Debería alegrarme porque no estemos lastimados, pero todo lo que
puedo pensar es... que no me quiere muerta. Esto significa que me
quiere viva.
Trago saliva, trato de calmarme y voy a buscar una toalla para limpiar
las cosas. Las viejas cicatrices en mi frente duelen. Humedezco la
toalla y regreso a la puerta, frotando la agria y pegajosa esperma
alienígena de mi puerta. Después de esto, tendré que reemplazar la
cerradura y esperar que Vordigar no se dé cuenta. No es su
problema. Es solo mi problema.
Siempre sola.
No me doy cuenta de que estoy llorando hasta que respiro
pesadamente. Es entonces cuando me doy cuenta de que mi cara está
húmeda y mi nariz está chorreando, y parece que no puedo detener
los sollozos que amenazan con ahogarme.
La mayoría de las veces, cuando la vida me arroja mierda, puedo
manejarlo. He manejado mi secuestro y mi esclavitud. He manejado
mi libertad y la soledad resultante. He manejado mi granja a pesar de
que no sabía nada sobre agricultura cuando comencé y nadie me
ayudo. Yo manejo, todos los días, el ser humana en un universo que
Página | 90 piensa que somos perros. Pero a veces me afecta. Sé que puedo
manejar esto. Encontraré una salida a las cosas.
En este momento, sin embargo, se siente bien llorar.
Así que me dejo llorar cuando termino de limpiar la puerta y tiro la
toalla a la lavandería. Sigo llorando mientras agarro mis herramientas
y trabajo para reemplazar la cerradura. No tengo idea de cómo encaja
en la puerta, pero lo resolveré.
Siempre lo resuelvo.
—¿Piper? —La voz somnolienta de Vordigar hace que mi piel se erice
de conciencia—. ¿Vas a volver a la cama?
Trago saliva, tratando de calmar mi voz mientras me quito las
lágrimas de la cara. —Pronto. —Por favor, quédate en la cama. No
quiero tener que responder preguntas sobre esto. Por favor, sólo…
La puerta del dormitorio se abre más y escucho los pies de Vordigar
en el suelo detrás de mí. —¿Que está pasando?
Me levanto de la puerta y deslizo la cerradura detrás de mi mano. —
Nada. Iré. Lo prometo. —Está lo suficientemente oscuro así que
espero que no note mis ojos rojos o mi sonrisa vacilante.
Sin embargo, su mirada me atraviesa. Me mira con los ojos
entrecerrados y luego se acerca a mí, estira mi mano y me veo
obligada a mostrarle la cerradura rota.
Página | 91
—No es nada…
—¿Por qué huele a praxiian aquí? —Se le ensanchan las fosas nasales y
se dirige hacia la puerta. Interiormente me estremezco cuando ve los
profundos surcos y arañazos alrededor de donde solía estar la
cerradura. Me mira sorprendido—. ¿Trató de entrar?
Me encojo de hombros
Vordigar mira la cerradura en su mano, como si se estuviera dando
cuenta de lo que estaba haciendo. Que la estaba reparando en
silencio en medio de la noche. —¿No me ibas a decir?
—No quería agobiarte con mis problemas —digo en voz baja—. Está
bien. Puedo manejarlo.
Aprieta la mandíbula. Él tira la cerradura hacia abajo y se mueve a mi
lado. Cuando trato de agachar la cabeza, me pone un dedo debajo de
la barbilla y me mira a la cara, estudiando mis ojos hinchados y mi
nariz goteando. —¿De verdad está bien?
Me alejo de él. —Una vez que tenga un nuevo esposo, se detendrá.
Yo solo…
Miro confundida mientras Vordigar sale de la habitación. Curiosa, lo
sigo hacia el dormitorio y miro desde la puerta mientras levanta el
comunicador. Puedo verlo parpadear con mensajes no leídos, y
marca a alguien con una expresión sombría en su rostro. No hay
respuesta, es la mitad de la noche aquí, por lo que deja un mensaje
breve y conciso. —No puedo hacerlo. Vayan sin mí.
Página | 92
Cuelga antes de que puedan protestar.
—Vordigar —empiezo, incómoda—. No quiero que te sientas
presionado para quedarte. Este no es tu problema.
—¿No es mi problema? —El gran alienígena con cuernos me mira
como si me hubiera crecido otra cabeza—. ¿Crees que voy a alejarme
cuando un praxiian te está acosando? ¿Cuándo te hace sentir
insegura? ¿Crees que podría dejar que te pase eso? —Su mandíbula se
aprieta cuando doy un paso hacia atrás—. No le perteneces.
En eso, estamos de acuerdo. —No le pertenezco a nadie —le digo con
voz temblorosa.
Vordigar solo me mira con una mirada intensa en los ojos. —Quiero
que me pertenezcas.
Está en la punta de mi lengua decir que también quiero eso, pero no
puedo dejar que mis esperanzas se levanten. Sacudo la cabeza, pero
él me levanta en sus brazos y me lleva de vuelta a la habitación. Él
patea la puerta para cerrarla detrás de nosotros y me lleva a la cama,
luego me acuesta suavemente. Observo mientras se mueve sobre mí,
sus grandes brazos me encierran debajo de él en el colchón, pero no
me siento atrapada o asustada. Me siento a salvo.
—¿Qué quieres decir? —Le pregunto en el más mínimo susurro.
—Quiero decir que me quedaré. —Su mirada se encuentra con la
mía—. No me estoy yendo. Seré tu esposo. Seré el padre de tu hijo.

Página | 93
Un nudo de esperanza emocional se forma en mi garganta. —¿Por
qué?
Vordigar frunce el ceño. —¿A qué te refieres con por qué? Me quedo
para protegerte. ¿No es eso lo que querías?
Fue antes de que lo conociera. Era todo lo que quería. Pero ahora se
siente vagamente injusto. —No quiero que te quedes porque sientes
lástima por mí. No quiero que sientas que te he atrapado aquí.
Sacude la cabeza, luego toma mis manos y las acerca a sus labios,
presionándolas contra su boca en lo más cercano a un beso que me
ha dado. —No me quedaré por un sentido de responsabilidad. Kef,
mujer. Me siento responsable, pero no es por eso que me quedo. Me
quedo porque quiero estar contigo. Porque te mereces un hogar y
quiero ser yo quien te lo dé. Porque me miras como si hubiera
creado las estrellas en lugar de la basura de estación de nadie que soy.
—Frota su mandíbula contra mis dedos, y por un momento, se ve tan
vulnerable e intensamente necesitado como yo me siento. —La caza
de recompensas, no se siente bien. No después de haber sido
recogido por cazarrecompensas. Tal vez otros están tratando de
comenzar de nuevo. Tal vez están cansados del precio en sus cabezas
y solo quieren cultivar. Tal vez se hayan establecido con una bella
humana y quieran tener bebés con ella. ¿Cómo puedo ir y hacer eso
cuando todo lo que siempre quise está aquí?
Miro su boca, apenas capaz de creer las palabras. Son demasiado
perfectas, demasiado hermosas. —Pero…

Página | 94
—Sin peros, Piper. No he tenido un buen presentimiento sobre ese
trabajo desde que te conocí. Me di cuenta en los últimos días que no
quiero ser un cazarrecompensas. No quiero deambular por las
estrellas. Solo quiero que me vean. Quiero tener a alguien que
signifique algo para mí. Y quiero que seas tú.
Estoy demasiado aturdida para las palabras. —Pero... dijiste que no
eras agricultor.
—Dijiste que pudiste aprender, así que yo también puedo. —Vordigar
me da una sonrisa traviesa—. Por lo que he visto, se trabaja con
muchas máquinas, y soy bueno en el cableado de ese tipo de cosas.
Por lo general, sin el permiso del propietario, pero prometo usar mis
habilidades para el bien.
Es demasiado perfecto. Casi se siente como una trampa. —¿Y el
bebé? ¿Estás seguro de que esto es lo que quieres?
—Sé que te quiero a ti. —Da la vuelta a mi mano y frota su mejilla
contra mi palma, sus ojos cerrados—. Te quiero más de lo que he
querido algo en mi vida. Prometo mantenerte a salvo y cuidar de esta
granja, con praxiians o sin praxiians. No tienes que tener un bebé si
no está lista. Podemos esperar todo el tiempo que necesitemos.
Oh. No me atrevo. Ya pagué la inyección, que fue lo suficientemente
costosa como para que se comiera en mis ganancias para el próximo
año. La granja tardará mucho tiempo en recuperarse de la cantidad
que gasté, pero fue una apuesta. Considero esperar a que se acabe la
dosis... y no quiero hacerlo. De todo este infierno, lo único que tenía
para esperar era amar a un bebé. —¿Qué pasa si todavía quiero
Página | 95 quedar embarazada? ¿Eso cambia algo para ti?
Vordigar empuja mis faldas hacia arriba, su mano se mueve entre mis
muslos. —Diría que deberíamos comenzar, entonces. Te quiero bien
embarazada para cuando nos casemos, para que nadie pueda
decirnos que no.
Me reí entre dientes, deslizando mis brazos alrededor de su cuello. —
Con el soborno adecuado, nadie nos dirá que no de todos modos.
¿Estás seguro de que no te importa un bebé?
Hace una pausa y me mira. —Soy el macho menos calificado para ser
padre, pero el pensamiento es atractivo.
—Serás maravilloso —digo suavemente, y sé que es verdad. Si él es tan
afectuoso y tierno con nuestro hijo como lo es conmigo, será el mejor
de los padres.
—Entonces —murmura, deslizando sus dedos a través de los pliegues
de mi coño—. Un bebé, una boda y una granja. Es un gran cambio,
pero estoy dentro. —Se inclina y acaricia mi mejilla—. Cuando me
miras así, siento que puedo hacer cualquier cosa.
—Gracias, Vordigar —susurro. Todavía hablamos de amor, pero estoy
segura de que sucederá, con el tiempo adecuado.
—Yo debería ser el que te agradezca. —Traza sus dedos sobre mis
pliegues, rozando ligeramente mi clítoris de la manera que hace bailar
todo mi cuerpo—. Me haces sentir que soy alguien, Piper. Soy adicto
Página | 96 a eso.
—Eres alguien —le digo, acercándome. Quiero que me bese tanto que
me duele—. Eres el hombre más amable que he conocido.
—El más amable. —Él resopla incluso mientras se burla de mis
pliegues, trabajando mi cuerpo como un instrumento musical—. Vas a
arruinar mi reputación.
—El más amable... y el que tiene la polla más grande —le digo, con la
cara seria, y luego rompo en risas ante la expresión de satisfacción en
su rostro.
—Escucha esa dulce risa —murmura mientras traza círculos alrededor
de mi clítoris, enviando sacudidas de puro placer a través de mi
cuerpo—. Me encanta escucharte reír. Te mereces risas todos los
keffing días, Piper.
—Me conformaré con besos —le digo, tocando su mejilla—. Si... si no
te importa.
Vordigar parece sorprendido por mi pedido. —¿Besos? ¿Qué son
esos?
—Los humanos muestran afecto al tocarse las bocas —digo, un poco
incómoda. Sé que muchos extraterrestres tienen leyes extrañas sobre
tocar y muchos consideran que los gestos humanos como besar son
impuros. Si no se siente cómodo besando, lo entenderé. Sería
decepcionante tener tanto y no eso, pero seguiré siendo la mujer más
afortunada en este planeta si tengo a Vordigar a mi lado, sonriendo y
Página | 97 riendo y haciéndome feliz todos los días. Eso es más que suficiente.
—¿Con las bocas? —Él sonríe—. Eso explica por qué siempre estás
mirando la mía. Pensé que encontraste mis dientes extraños o algo
así. —Él sonríe, mostrando esos colmillos que son otro rasgo de
mesakkah que los humanos no tienen—. ¿Cómo se "besa" entonces?
Muéstrame.
—Muy bien. —Me siento tímida cuando toco su mejilla, guiando su
rostro hacia el mío. Paso mis labios sobre los suyos, y cuando él no
retrocede con disgusto, deslizo mi lengua sobre sus labios,
alentándolo a que se abra y permita que realmente lo bese. Gime
cuando mi lengua se desliza contra la suya, húmeda y burlona, y luego
su lengua se enreda con la mía y me devuelve el beso, y es tan íntimo
y maravilloso que gimo en mi garganta.
—Me gusta besar —se las arregla para jadear, y luego su boca está
sobre la mía de nuevo, incluso mientras sus dedos juegan a través de
mis pliegues ahora empapados, provocándome para que me abra.
Desliza un dedo dentro de mí y luego un segundo, empujando
ligeramente, incluso cuando su pulgar se frota contra mi clítoris.
Entre eso y su boca mágica y maravillosa, estoy jadeando y
aferrándome a él en cuestión de segundos.
En sus brazos, sé que estoy a salvo. En sus brazos, sé que el placer es
mío. Con él, el sexo no es una tarea difícil de soportar con Vordigar,
sino algo para saborear y disfrutar a menudo. Estoy más que lista
cuando desliza sus caderas entre las mías y arrastra su polla a través
de mis pliegues húmedos. Murmuro palabras de aliento mientras guía
Página | 98 su polla hacia mí y hacemos el amor sin el plas-film por primera vez.
Cuando me corro, es con su boca sobre la mía, su polla
profundamente dentro de mi cuerpo, su espolón en mi clítoris y mi
corazón se hincha de alegría.
También podría esta llorando un poco más, pero le aseguro a
Vordigar que son buenas lágrimas.
Todas serán buenas lágrimas de aquí en adelante, decido.
Página | 99

VORDIGAR
Como si el destino mismo aprobara mi decisión de quedarme, todo
parece alinearse perfectamente durante los próximos días.
Los hermanos va Sithai están decepcionados de que no pueda ir con
ellos. Una vez que escuchan que es porque necesito proteger a mi
hembra, no protestan. Está en nuestra sangre, como mesakkah,
cuidar a nuestras hembras. Y tienen una hermana menor, así que
estoy seguro de que entienden. Continuarán sin un navegador, y
Kaspar se hará cargo de esas tareas. Les deseo suerte, pero no creo
que la necesiten. Si hay alguien que puede derrotar a una banda de
piratas y recoger las recompensas, son esos tres.
A la mañana siguiente, Piper está embarazada. Es temprano, por
supuesto, pero hace un análisis de sangre rápido con su med-pad
casero y la inyección de fertilidad ha funcionado. Podría tener algo
que ver con el hecho de que la tomé seis veces anoche, cada una
mejor que la anterior, y arroje el plas-film al reciclador. No hay mejor
sensación que estar profundamente dentro de ella y no quiero que
nada nos separe de nuevo, nunca.
Sin embargo, me muestra los resultados de su análisis de sangre con
una expresión cautelosa, como si no estuviera completamente segura
de que seré feliz.
Página | 100
—Eso fue rápido —admito mientras la jalo a mi regazo y la abrazo.
—Se supone que es rápido. Ese es el punto. —Su boca se arquea—.
¿Estás feliz?
—Lo estaré si tiene mi cara. Este tipo de belleza debe transmitirse a la
próxima generación. —Burlonamente me acaricio la mandíbula.
Piper se acurruca contra mi pecho. —Estaría bien con eso. ¿Ahora
qué?
Le acaricio la espalda, considerando volver a nuestra cama. Pero... lo
primero es lo primero. —Ahora vamos al puerto y nos casamos.

Los humanos son más sentimentales que los mesakkah cuando se


trata de apareamientos. Para nuestra gente, es simplemente ir al
juzgado más cercano y presenta documentos legales para unir sus
familias. A los humanos les gusta la ceremonia y la celebración, por lo
que Piper usa un bonito vestido blanco y me pide que le haga votos.
Estoy considerando lo que diré cuando el praxiian que ha estado
acosando a mi hembra se presenta en el lugar para protestar contra
nuestra unión. Cinco minutos después, le he golpeado la cara hasta
dejarlo como una pulpa y tengo un pie en su cuello mientras tomo la
mano de Piper en la mía. Firmamos los documentos, asegurándonos
Página | 101 de que el praxiian pueda ver el momento exacto en que Piper se
escapa de su alcance, y sé de inmediato cuáles serán mis votos a mi
hembra.
—Piper, como tu esposo, juro que este pedazo de basura —digo,
haciendo una pausa para pisar con más fuerza el cuello peludo del
praxiian—, nunca te volverá a amenazar. A ti o a nuestro hijo.
Su rostro brilla de felicidad.
El magistrado lleva al praxiian a la cárcel para que se refresque
durante unos días (gracias a un soborno bien colocado) y tomo a
Piper en mis brazos y la beso.
—¿Tomare tu apellido? —ella me pregunta, sin aliento—. ¿Ahora que
soy tu esposa?
No me atrevo. Los apellidos son algo delicado para mí. Los
mesakkah se enorgullecen de su linaje y los nombres de sus familias
son venerados: cuanto más viejos, mejor. —No tengo un apellido real
—le admito—. Soy una basura de estación. Me dejaron en la estación
de Riis, en los muelles, cuando era un niño. Crecí en los barrios bajos
allí. No tengo un buen apellido para compartir contigo. Mi nombre
completo es Vordigar Riis-Dock. —Me encojo de hombros—. Y
“Vordigar" proviene del nombre del trineo de carreras favorito del
viejo maestro del muelle. Yo soy un don nadie.
Ella sacude la cabeza, juntando mis manos, sus ojos brillantes. —Eres
Vordigar Riis-Dock, protector y esposo de Piper Riis-Dock, tu
esposa. Eres un soldado, un buen hombre, un granjero y un padre.
Página | 102 No hay nadie más con quien prefiera casarme.
Su brillante sonrisa me hace sentir como si pudiera conseguir el
universo.
Página | 103

VORDIGAR
—¡Pa Pa!
Mi hija chilla mientras entra corriendo al granero, con los brazos
extendidos mientras avanza hacia mí.
—Whoa allí —le digo, agarrándola con un brazo y apretándola contra
mi costado. Mi otra mano está en lo profundo de las entrañas de un
dron quisquilloso, tratando de mover el motor para que deje de
chisporrotear cuando está en el campo. No es mi dron, sino el de un
vecino. Durante las últimas dos temporadas, todos en todas las
granjas vecinas han estado trayendo sus drones para que los repare,
una vez que vieron lo fantásticos que se veían nuestros cultivos
después de que afine los nuestros. Trae dinero extra, lo cual es
bueno, porque mi pequeña monstruo de hija va a necesitar ropa
nueva si sigue creciendo. Extraigo mi mano del dron con cuidado y
pongo una mancha aceitosa en la pequeña nariz de Kessa—. ¿Te
escondiste de tu mama otra vez?
—¡Pa pa! —ella chilla de nuevo, emocionada. Esa es la única palabra
que sabe decir todavía, para consternación de mi Piper.
—Tu mamá se va a enojar mucho cuando te vea aquí con el equipo de
Pa Pa —le digo, poniéndola en mi cadera y saliendo del granero.

Página | 104
Cierro las puertas detrás de mí una fracción de segundo antes de que
Piper salga corriendo, bueno, caminando, ya que está muy
embarazada de nuestro segundo hijo. Su cara está enrojecida y su
cabello oscuro despeinado, pero nunca se ha visto más hermosa para
mí.
—Ahí está ella. —Piper niega con la cabeza y se lleva una mano a la
frente—. Lo juro, es como si supiera que en el momento en que me
siento en el tapiz, es hora de salir corriendo y encontrar a su padre. —
Su boca se curva en una sonrisa triste mientras me mira—. Te culpo
por hacerla una niña de papi.
—¿Eso es un problema? —Me inclino y beso la parte superior de la
cabeza de mi esposa y luego le pongo una mancha en la nariz
también.
Arruga la cara, riendo, y toma un puñado de mi túnica para limpiarla.
—Llegas justo a tiempo para el desayuno, y luego me gustaría trabajar
en mi tapiz si eso está bien. ¿Te importa mirar a Kessa durante unas
horas?
—¿Importar? —Muevo a mi hija en mi cadera y ella se ríe, sus
pequeñas manos golpean mi mandíbula. Mi hija luce como toda una
mesakkah, desde su piel azul hasta la pequeña cola. Los únicos rasgos
de su madre son su nariz, chata y adorable como la de Piper, y el
hecho de que sus cuernos son cosas pequeñas y delicadas. Es una
mezcla extrañamente encantadora, y no puedo esperar para ver cómo
se verá nuestro hijo cuando salga. —No me importa en absoluto.
Kessa puede ayudarme a devolver un dron a la granja de Jutari.
Página | 105 ¿Quieres ir con Pa Pa y entregar un dron?
—¡Pa Pa! —mi hija chilla de nuevo, sus pequeñas manos acarician mi
cicatriz en la mandíbula.
—Creo que es un sí —dice Piper, sonriéndome—. Acabo de recibir un
hilo nuevo y quiero terminar el fondo del tapiz.
—¿El fondo? —Pregunto sorprendido. Trabaja en ello cada vez que
tiene la oportunidad, pero entre la granja y el bebé, y yo, exigiendo su
atención como el macho desvergonzado que soy, a veces pasan largos
períodos de tiempo sin que ella lo toque. —¿No se supone que es la
historia de tu vida?
—Lo es. —Ella se encoge de hombros—. Pero tengo a nuestra familia
en el fondo, y no creo que sea necesario decir más después de "
Vivieron felices para siempre". ¿Y tú?
Ella tiene un punto.
Beso la frente de mi hija, lleno de amor por ella, y luego beso a Piper,
porque no me llevó mucho tiempo enamorarme por completo y
completamente de esta humana inteligente, valiente y dolorosamente
dulce. El amor no fue lo primero para nosotros, pero cuando golpeó,
me dejó sin aliento, y todo lo demás, con él. No hay nada que no
haría por mi compañera... y ahora mi hija. —Felices para siempre es
el lugar perfecto para dejarlo —estoy de acuerdo, me duele el pecho
con la alegría que siento—. Solo deja suficiente espacio para más
niños si necesitamos agregarlos, Pequeña.

Página | 106
Piper se ríe, el sonido tan hermoso que hace que mi corazón se
acelere, incluso después de todo este tiempo. —Planeo hacerlo. Sé
qué clase de semental es su padre.
—¡Pa Pa! —Mi hija está de acuerdo.
Con ellas a mi lado, un macho podría conquistar mundos. Pero para
mí, una granja tranquila y mi familia son más que suficientes.
Si quieres conocer las historias de los personajes mencionados, debes
Página | 107
leer:
Prision Planet Barbarian – Jutari y Chloe
Pretty Human (Rags to Riches 04) – Lord Varrik va’Rin y Milly
When She’s Ready – Tassar y Leilani

También podría gustarte