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PRINCESAS
Por: bloodyparkdrog
Se pide por favor, evitar pasar el PDF a personas ajenas a la persona que
lo compró por respeto a la autora y el esfuerzo empleado en este libro y
la creación del PDF. Por su respeto, gracias y les deseo una buena
lectura.
1
PRÓLOGO
Yo no soy un chico normal, siempre supe que no lo era. Yo siempre fui un pequeño monstruo que les
deseaba el mal a las personas y disfrutaba de las desgracias y penas ajenas. Yo era un pequeño niño con un
problema, problema que dependía de su querida y adorada madre.
Y me la arrebató.
¿Qué se puede decir de Suga? ¿Un famoso asesino de mi tranquilo pueblo que nos trae aterrorizados? Yo
nunca sentí miedo y de hecho vivía despreocupado al igual que mi madre.
Su nombre era Margaret Beaulon, una chica que fue encerrada en un psiquiatra después de que se volviera
completamente loca. Se obsesionó enfermizamente con Suga a tal punto que trató de suicidarse varias
veces, pero nunca lo logró. No me imagino qué pudo haberle hecho el muy maldito
Y así fue como crecí, con noticias de muertes, miedo por todas partes…
Ingenuamente me comporté como las demás personas pensando que él jamás me quitaría a mi madre o me
encontraría y me mataría. Para mí era imposible, después de dos años en un mismo pueblo con él era muy
improbable que me hiciera daño a mí o a mi madre.
Y él asesinó a mi madre.
Fue como si hubiera enloquecido, la gota que derramó el vaso. Fue el momento en que comencé a dejar mi
poco lado humano de costado y cogí el cuchillo. Juré que lo llenaría de sangre, lo empaparía.
2
Así me mentalicé.
Y cuando estuviera sobre el malnacido que me arrebató todo, cuando esté a punto de acabar con el maldito
de Suga, de darle fin a su cuento… Le diré que se lio con el chico equivocado.
"No todos los que están en un hospital psiquiátrico están locos, ni todos los locos que existen están
encerrados."
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Capítulo 1. “Suga”
Levanto la mirada lentamente, las gotas de lluvia caen sobre mi rostro y se deslizan suavemente por mi
traje provocando pequeños escalofríos por toda mi espalda. Tomo aire y escucho las palabras del padre en
silencio. Siento una mano en mi hombro y me volteo para ver a la persona: la observo fijamente en
silencio.
Asiento y observo de nuevo la tumba que está frente a mí. Mi saliva se torna agria y difícil de tragar, mis
lágrimas se confunden con la lluvia aunque los presentes saben claramente que estoy llorando. ¿Quién no
lloraría en el funeral de su madre? Mi madre, lo único que tenía además de mi hermano ya que nuestro
padre no lo conocemos. Mi madre nos tuvo muy joven, a mi edad, a los 17 años recién cumplidos.
Me había quedado hasta tarde con unos compañeros haciendo un proyecto de ciencias. Mamá me propuso
ir por mí pero rechacé y la dije que podía llevarme Wendy que vivía cerca de mi casa. Mi madre dijo que
estaba bien y que me esperaría para cenar en ese caso. Volví a rechazar diciendo que llegaría tarde.
¡Maldita sea no debí rechazar ninguna opción!
Al acabar el proyecto, la madre de Wendy y él me llevaron a casa. Eran las vecinas así que ya me habían
llevado varias veces. La madre de Wendy me acompañó a la puerta, toqué pero nadie abrió. Estuvimos
esperando varios minutos sin éxito, marcamos, gritamos y tocamos pero nadie abría. La madre de Wendy
se asomó y con mi ayuda entramos por la sala.
Vi a mi madre que estaba sentada en una silla con una taza en la mano. Por su postura parecía haberse
quedado dormida. Pero lo que resultaba extraño era su vestuario formal y elegante. Según yo, no saldría a
ninguna parte esa noche.
La madre de Wendy se adelantó un poco. Se quedó helada viendo el perfil de mi madre. Me coloqué junto
a él y sentí el pánico apoderarse de mí al ver que llevaba un antifaz puesto. Con las manos sudorosas, el
estremecimiento de mi cuello y mi corazón retumbando en mis oídos, le quité la máscara. Mi madre no
tenía ojos, su piel por toda esa zona había sido arrancada y no fue hasta que retrocedí llorando que vi la
sangre en su vestuario y heridas por todo su cuerpo. Me dejé caer de rodillas gritando y llorando mientras
veía el mensaje en la pared "Little Princess" encima de él.
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Le informaron a mi hermano y él vino al día siguiente. Lloramos varios días. Me metieron con un
psicólogo y le dieron los derechos legales a mi hermano para ocuparse de mí. Pagamos el funeral y bueno,
después del asesinato aquí me encuentro… frente a la tumba de mi madre en su funeral.
La gente fue aventando flores mientras decían una frase sentimental. Yo miraba hipnotizado la tumba para
luego verla desaparecer en la tierra. Sentía como la gente se iba alejando pero yo permanecía inmóvil,
inexpresivo, viendo al frente firmemente, respirando hondo y mordiendo mi labio para calmar el llanto.
Sed de sangre.
Tenía unas terribles ganas de asesinar a Suga de mi madre. ¿Cómo que asesinar? ¡Claro que no! Quería
torturarlo, hacerle sufrir, que pidiera misericordia, que se arrepintiera profundamente de haber atacado a
mi familia... Que se sienta estúpido por haberme elegido a mí para sufrir.
La loca idea me entró cuando la gente dijo que Suga debería morir de una vez por todas. Que esto no
podía seguir así... Y en eso pensé:
Ya he tenido esos pensamientos antes, de hecho de pequeño era agresivo, mentía, manipulaba a la gente y
siempre me aislaba de los demás. Me gustaba estar solo y quería estarlo. No soportaba estar en grupos
grandes y no llevar las riendas. Adoraba tener el control, me fascinaba.
— Minnie...
Namjoon retrocedió. Respiré hondo para tranquilizarme y volví a ver la tumba en silencio.
— Minnie, no empecemos.
— No me digas Minnie, no tienes ningún derecho a hablarme así. —Lo miré acusador. —Tú fuiste quien
nos dejó cuando moviste tu culo a casa de tu novia a los 14 años.
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— ¿Crees que me importa? —Levanté una ceja. —Te fuiste muchos años. Ni siquiera tuviste el
atrevimiento de hablar... No tuviste el valor para regresar y ver a mi madre a los ojos... A la madre que
hiciste sufrir noches enteras y días también.
— La madre que te dio todo pero no aceptaste nada. —Me voltee completamente para verlo. —Eres débil,
porque no aceptaste que tu novia fácil no era quien creías que era. Por tu culpa mamá estaba como
estaba... Tú la hiciste sufrir. ¿No te das cuenta, Namjoon? Yo no te necesito, tú no eres nadie. Y si te dejé
que me tocaras hace rato fue por respeto. Porque no iba a golpearte frente a todos... así que mantén
distancia, maldito cobarde.
— ¡COBARDE! —Le grité con fuerza. — ¡SI HUBIERAS ESTADO AQUÍ, MAMÁ NO HUBIERA
MUERTO, BASTARDO IMBÉCIL!
Pero Namjoon ya se había marchado. Resoplé molesto y me crucé de brazos. Odiaba a Namjoon, mamá
había dado todo por él, y el imbécil lo había dejado todo para irse con su novia a los 14 años. Todo ese
dinero que mamá ahorró durante años fue para nada. ¿Y quién fue la que se quedó en estudios mediocres
por falta de dineros? Yo por supuesto. Aunque claro, mi inteligencia es muy buena. De hecho no merecía
estar en mí escuela tan patética. A simple vista se notaba que era mejor que todos ellos por el simple
hecho de que era mejor que todos ellos.
Gracias Namjoon, muchas gracias. Por cumplir tu capricho mandaste mi vida a la mierda, y si crees que te
lo perdonaré algún día estás muy, pero muy equivocado.
Si mi odio a Namjoon es grande, no se compara el odio que le tengo a Suga... el maldito malnacido que se
atrevió a matar a mi madre y hacerme daño. ¡ESE MALDITO BASTARDO ME QUITÓ TODO! ¡ME
QUITÓ TODO! ¡Y PAGARÍA! ¡MUY CARO!
Ese chico definitivamente puede que fuera sexy pero desgraciadamente, se metió con la familia
equivocada, se metió con el chico equivocado y se lo haré saber. Le haré saber el gran error que cometió
al destruirme a mí y a mi familia.
El padre se volvió a acercar a mi lentamente, creí que se había ido pero por lo visto no.
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— No digas esas cosas, hijo. —Oí la voz del padre detrás de mí. —Ahora dios cuida a tu madre y se
encargará luego de ese pobre chico en pena.
— ¿Pobre chico en pena? —Reí. — Dios no hará nada, yo quiero verlo sufrir como me hace sufrir a mí.
— No debes maldecir a los hijos de dios hijo mío, debes mantenerte en paz.
— Ese trabajo lo hará nuestro señor Todopoderoso, sólo hay que tener paciencia, hijo mío.
— No padre. —Dije sonriendo. — Yo mismo haré el castigo, cruel y despiadado como debe ser.
—Hijo mío, piensa bien en lo que dices. —Advirtió el padre seriamente. — Mancharte las manos de
sangre ajena, te convertirá en lo que es él: un asesino. Y en ese caso, tú habrás matado a tu madre. Sé
razonable hijo, la ira te ciega y no te deja ver con claridad. Oremos y pidamos justicia a los arcángeles.
— Yo quiero vengarme a mi modo, YO, no quiero la justicia de Dios — Dije este último con burla
— Tu conciencia no estará limpia ni tranquila si haces ese tipo de justicia, hijo mío. Será un
remordimiento que tu alma cargará eternamente.
— Yo no siento remordimientos. — Dije mientras me alejaba. — Jamás los sentiré... Ojalá muera de la
peor manera, que alguien igual de sádico y cruel que él, lo mate.
“Ni tú te la crees.”
“¿Te callas?”
Era verdad, yo no estaba loco, y si piensan que soy un psicópata o algo así, de una vez digo que no. Tengo
problemas de ira, me enojo fácilmente, pero no soy un demente. No soy un asesino y jamás lo seré. Para
variar, soy sensible a la sangre y odio las películas violentas donde sólo hay sangre y sesos volando. No...
Yo sólo me encargaría de Suga. ¿Lo encontraré? No tengo idea.
La policía lo busca desde hace 2 años y sólo pudieron sacarle una foto, ¿por qué un adolescente como yo
lo encontraría? Es completamente absurdo, pero valía la pena intentarlo. Y si no puedo encontrar a Suga,
yo haré que él me encuentre a mí... Haré todo para ser su candidato perfecto para matar. ¿Qué puedo
morir? Es probable, pero no tengo tiempo para pensar en ello, debo actuar, pero ya.
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— ¿Minnie? —Oigo una voz dulce detrás de mí.
Volteo a ver rápidamente a través de mí hombro y veo a Wendy a unos metros de mí. Está de negro y
tiene una mirada triste en la cara. Me sonríe como puede.
— Te dejaré solo. —Wendy retrocede. — Pero recuerda que si necesitas algo, estoy aquí.
Asentí. Era verdad, necesitaba estar solo, reflexionar y aclarar mis ideas. Curiosamente la presencia de
Wendy era la única que no me molestaba. La de los otros casi era insoportable, las niñas hipócritas
hablando bien conmigo y segundos después en bolita diciendo porquería y media a mis espaldas. Los
chicos igual, sólo que a la inversa, es decir, muestran indiferencia cuando estoy con ellos pero a mis
espaldas dicen perversiones. Sin embargo muchos mantenían la distancia.
[***]
Caminé a casa de mala gana y me detuve en el marco de la puerta suspirando. Toqué y Namjoon me fue a
abrir. Lo pasé de largo y me fui a la sala directamente. Admiré de nuevo el sofá donde había sido
asesinada mi madre, lo toqué y suspiré. Me fui a sentar justo enfrente sin dejar de verlo.
Namjoon estaba recogiendo unas cosas pero se frenó en seco. Observó la radio y subió todo el volumen.
—“Suga vuelve a atacar 3 semanas después de su última víctima. La joven fue identificada como Kalim
Cherut de 26 años. Además, desde el centro psiquiátrico nos informan que Margaret Beaulon se ha
suicidado esta mañana. Sí señores, la única sobreviviente de Suga murió, parece que al fin y al cabo
nadie sobrevive a él..."
Sentí mi cuerpo arder. Él seguía allá afuera matando sin piedad, sin recibir de su propia medicina. Debía
hacer algo, rápido y a la voz de ya.
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— Me vale. —Namjoon me agarró del brazo, le clavé la mirada amenazante. Apreté mis labios y me
concentré en no perder el control.
— No te dejaré ir con un loco allá afuera, ¿No te das cuenta? —Namjoon me apretó con fuerza. — ¡El
último asesinato fue hace menos de una hora a unas cuantas calles de aquí! —Namjoon se tensó. — ¡No
me arriesgaré a perderte!
— Ya me perdiste hace tiempo, Namjoon. —Me zafé de su agarre. —Hace mucho tiempo.
Agarré la navaja de la encimera y le sonreí secamente mientras lo guardaba en mi bolsillo del pantalón.
Ya estaba anocheciendo, eso era malo pero no importaba. Caminé un rato hasta toparme con la escena del
crimen. La observé fijamente: había un charco de sangre y cintas amarillas alrededor. No había nadie, sólo
pasaban patrullas a unas cuantas cuadras. Seguro verificaban el perímetro por si Suga se ocultaba por ahí.
A un lugar alejado de la ciudad obviamente... Huir y alejarme lo más posible de la escena del crimen...
¿Pero qué tan lejos? No tanto, los policías irían de punta a punta seguramente. Iría a un punto céntrico
Me di la vuelta decidido a ir a algún punto medio pero las gotas de lluvia sobre mi cabeza me hicieron
frenar. Tal vez fuera imprudente, en la noche, lloviendo... Debía hacerlo mañana en la mañana para no
perder tiempo. De mala gana regresé a mi casa, entré y vi a Namjoon que estaba en la sala sin camiseta
viendo fijamente una taza de café humeante.
— Me iré mañana temprano así que no te emociones. —Aventé mi suéter y me senté frente a él cruzando
las piernas.
Namjoon levantó la mirada y me miró fijamente. Era guapo, de hecho muy guapo, no podía culparlo del
todo porque las chicas y chicos hicieran TODO por llevárselo... Pero si podía culparlo por ser un idiota y
dejarse llevar.
— Me voy a dormir ya. —Dije mientras me levantaba después de minutos sin decir nada.
— Trataré.
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Subí las escaleras de dos en dos y entré a mi cuarto. Me puse rápidamente mi ropa para dormir y me dirigí
al baño. Peiné mi cabello oscuro perfectamente y luego admiré mis ojos verdes. Sonreí. Apagué la luz y
me acosté en mi cama. Apagué la lámpara y me acurruqué mientras abrazaba mi almohada.
[***]
Estábamos los dos corriendo por un monte de pasto seco, el cielo era azul y no había nubes. Sentía el
viento cálido golpear mi cara, escuchaba los pájaros cantar y sentía el pasto suave debajo de mí.
Desgraciadamente el sueño se convirtió en pesadilla cuando comenzó a llover sangre y vi a mi madre
muerta en mis brazos. Grité horrorizado y comencé a correr pero parecía que su fantasma me seguía.
Agarré el cuchillo de mi bolsillo y me di la vuelta. Mamá no estaba, era él... Suga.
Él se acercó y se colocó detrás de mí. Sentí su cálido aliento en mi cuello. Agarró mi brazo y lo subió más.
Me zafé y comencé a apuñalarlo una y otra vez, pero él reía. Su risa retumbaba sin piedad en mí cabeza,
mi ira crecía más y comencé a enterrarle el cuchillo con más rapidez.
Estaba sudando y las sábanas estaban alborotadas. Observé la hora en mí reloj y noté eran las 7:21, hora
perfecta para salir. Me puse una camisa negra con jeans grises y mi sudadera de ayer. Agarré el tenis que
vi primero, unos blancos. Bajé y agarré un paquete de galletas. Agarré un cuchillo de los cajones y dinero.
Salí de la casa y corrí a la parada del autobús.
Fui hasta el fondo y me senté. Tenía nervios, miedo, pero era excitante. Sólo esperaba que mi plan
resultara. Si no, tendría que seguir sus asesinatos, y si las cosas siguen sin funcionar lo haría venir a mí.
Observé el paisaje. Pensaba en varias cosas. ¿Realmente arriesgaría mi vida de este modo? Pues parece
que sí. Los policías no harían nada, absolutamente nada, eran unos incompetentes. Eso puede ser también
la razón por la cual no deba ir tras él... Si la policía federal no pudo con él, ¿qué me asegura que yo sí
podré? Era un buen punto, pero cuando el autobús se frenó en la parada del centro de la ciudad, no hubo
tiempo de hacerse para atrás. Además, yo era muy listo, ¡Claro que podría con él!
Me bajé del autobús y respiré el aire fresco. Miré el entorno, había mucha gente. ¿Cómo se supone que lo
encontraría sin llevar su máscara? Puedo usar como referencia su piel pálida y su cabello negro pero... aun
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así no sería fácil. Comencé a caminar a lo bruto con la esperanza de que el azar nos uniera. No sonaba tan
mala idea pero muy improbable.
Voltee detrás de mí y vi a un chico de cabello café y ojos verdes sonriéndome. Era bastante lindo.
— Ya veo.
Seguí su dedo y vi que señalaba a una chica rubia muy guapa. Movía sus caderas y llevaba muchas bolsas
a la mano. Sus tacones parecían colmillos de tigre... eran muy altos.
— Oh, es que los vi hablando juntos. —Dijo la chica haciendo una mueca.
— Se llama Jimin.
— Deja en paz al pobre chico. — Dijo la rubia dándole un codazo. —Vas a asustarlo.
— ¿Novios? —Pregunté.
Los miré a los dos. No se parecían mucho... Mejor dicho, no se parecían en nada.
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— Somos hermanastros más bien —Dijo la chica seguro al notar mi extraña expresión.
— Soy Cathleen —La chica me dio la mano. — Mucho gusto Minnie... ¿Puedo decirte Minnie?
— Bueno Minnie, fue un placer... Debemos irnos. —Dijo Sean dándome la mano.
Se la di y a Cathleen igual. Los vi alejarse mientras platicaban. Chicos raros... Pero al menos no son
idiotas... O tal vez si pero no pasé tanto tiempo con ellos como para averiguarlo.
Vi el lugar nuevamente, ni de broma encontraría a un asesino aquí. Debía esperar hasta la noche o irme a
un lugar alejado. Más alejado. Caminé por un parque durante unas horas, fui por helado y entré a tiendas
de ropa sólo para perder tiempo. Ya cuando la luz del día comenzó a bajar, me senté en una cafetería al
aire libre.
— ¿Algo más?
— No.
La señorita se alejó. Vi a la gente caminar con demasiada tranquilidad. La noche cayó en minutos y las
estrellas y la media luna comenzaron a apreciarse. Mi café llegó y le di un sorbo mientras escuchaba el
noticiero de la televisión.
— "Buenas noches querida ciudad, tenemos malas noticias… Suga vuelve a atacar..."
— "Estamos en vivo en la escena del crimen que fue no hace más de 20 minutos. La víctima es Wendy de
16 años, la encontraron sentada en una parada de autobús cerca de su casa. Los testigos no vieron nada
ni escucharon nada"
Oh, pobre Wendy... me agradaba, no era como los demás chicos. Jamás creí que fuera a morir.
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No me acabé el café y dejé la propina. No tenía sentido seguir ahí, Suga estaba cerca de donde yo vivía.
Exactamente a 3 cuadras. Cogí el autobús y llegué a la puerta de mi casa. Al abrir, mi hermano me tomó
por sorpresa al abrazarme con fuerza.
— Estás bien... Estás bien... —Se dijo a sí mismo una y otra vez.
— ¿TIENES IDEA DEL TERROR QUE TUVE AL ENTERARME DEL ASESINATO? —Me tomó el
rostro. — ¡MALDITA SEA JIMIN, SI TE PASA ALGO YO ME MUERO!
Namjoon comenzó a llorar y me pegó de nuevo a él. Subí mis brazos lentamente y le devolví el abrazo.
No dije nada, sonreí con inocencia y dejé discretamente el cuchillo en su lugar. Ordenamos pizza para
cenar y por primera vez en bastante tiempo, platicamos sin pelear. Al finalizar, le dije buenas noches y
subí de nuevo a mi habitación.
Estuve dando vueltas por la cama durante largo rato, no podía dormir, sentía que algo me observaba. Sentí
bastante frío y tensión en mi pecho. Me levanté y vi fijamente mi ventana. Negué con la cabeza y me forcé
a dormirme otra vez. Suga no vendría a matarme, él ya había cambiado su lugar para matar a la gente.
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Capítulo 2. “Un ejemplo a seguir”
Abrí los ojos, me levanté pesadamente de mí cama y bostecé. No me molesté en tender la cama o en
recoger mí cuarto, fui a ponerme unos jeans y una camisa blanca pegada a mi pecho con una sudadera
gris. Peiné un poco mi cabello y bajé lentamente las escaleras. Namjoon estaba ya abajo con su teléfono.
Agarré un pequeño paquete de cereales, mis llaves y salí de la casa. Comencé a caminar hacia el instituto
mientras escuchaba "Get Ugly" de Jason Derulo
— "Everybody lose control, let's get ugly, dysfunctional" — Canté en voz baja
Eso me animó un poco más. Llegué al instituto, no era la cosa más lujosa del mundo pero si estaba bien
construido. Tenía grandes vitrales, terrazas y muchos árboles. Era naranja y bastante llamativo, tenía unos
cuantos toques rústicos en cuanto a los detalles. Suspiré y entré por el gran túnel. Al pasar por los
casilleros vi que el de Wendy estaba adornado con flores, cartas y velas. Había fotos de él y muchos
regalos pequeños.
Es patético, la gente te odia cuando vives pero al morir, parece que el ser más gentil y caritativo del
mundo hubiese muerto. Hipócritas, no hay nada más que me saque de quicio que la gente falsa. Bueno, la
gente falsa y Jin. ¿Jimin y Jin? No, no me gusta. Sobre todo a porque a ambas nos dicen "Ji", bueno a mí
me dicen “el raro asocial” pero esa es otra historia. No sé qué le pasa a la gente, ¿qué tiene de malo querer
ser así?
Yo alejo a la gente por el simple hecho que odio tener compañía. Siempre es la misma historia, son
amigos, te traiciona, cuenta tus secretos y adiós "mejor amigo favorito". ¿Que tengo mente pesimista? No
lo niego A la gente no le gusta lo directo que soy, digo las cosas tal cual son, me vale un carajo lo que
piensen. ¿Te ofendí? ¡Ay lo siento tanto! ¿No te había dicho la verdad?
— ¿Fíjate no? —Reclamó con su típico acento francés. Que de hecho dudo que sea Francés, seguro sólo
lo hace para presumir y llamar la atención — Te pregunté algo —Insistió mientras me clavaba sus ojos
azules bastante claros. Le clavé la mirada y sonreí
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— ¿Que me disculpe? ¿De qué? ¿De que seas un pobre idiota que se cree el centro de atención? ¡Claro
que lo siento! Pero no puedo hacer nada — Sonreí. Jin apretó su quijada pero no duró mucho ya que me
dedicó una sonrisa bastante macabra
— Bien, se me olvidaba con quien trataba. No vales la pena —Me fulminó con la mirada como si fuera
alguna especia de bicho extraño
— No, no terminé de hablar —Dijo apretando más mi brazo. ¿No que sí? ¡Qué bipolar!
— Qué pena, yo sí —Dije mientras torcía su brazo. Jin pegó un grito de dolor y tiró su café. Lo solté y el
muy estúpido se resbaló con el pequeño charco y cayó en seco al suelo. Reí y salí corriendo mientras oía
sus gritos detrás de mí.
Respiré hondo y seguí sonriendo. Deposité mis cosas en mi casillero y me dirigí a mi aula
correspondiente. Sin embargo al ver la máquina de cafés funcionar de nuevo me detuve a comprar
chocolate caliente. Lo sostuve en mi mano derecha ya que en la otra mano portaba los libros. Ahora si me
dirigí al aula. No era la primera, así que tuve que sentarme casi hasta adelante para poder estar solo. La
gente me volteó a ver de mala manera
Bajé la vista y justo en ese segundo el chico de cabello azul golpeó mi vaso por debajo. Sentí el líquido
ardiente en mi cara y en mi cuerpo. La gente comenzó a reír. Me limpié el rostro mientras hacía una
mueca de dolor. Le clavé la vista al chico.
Levanté de nuevo el chocolate y sonreí. Me acerqué a él y derramé el resto del líquido en toda su cara. El
muy idiota chico comenzó a gritar y a retorcerse cuando el líquido entró en contacto con sus ojos
El chico se estampó contra la mesa y se golpeó. Voltee a ver a los demás y retrocedieron. El chico de
cabello azul se levantó cubriendo su golpe y me miró con terror.
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— ¿Alguien más? —Pregunté. La gente me miraba con cierto enojo pero más con terror. Unas negaron
con la cabeza. — Bien, así me gusta —Dije frívolo.
Me senté y saqué el resto de mis cosas. La gente no hizo nada y volvió a lo suyo. El chico de cabello azul
y la otra salieron del aula no sin antes mirarme muy molestos. Lástima que a mí no me importaba ni lo
más mínimo. Repito, no valía la pena ofenderme con él, yo valgo más.
La profesora llegó no mucho después que regresaron los otros 2. Transcurrió todo con normalidad hasta el
receso. Estaba en mi casillero y un chico del equipo de futbol americano se colocó junto a mí sonriendo.
Lo voltee a ver algo confundido.
— Bueno, lo intentaré.
Hoseok sonrió y se fue. Lo seguí con la mirada. El chico de cabello azul y Jin me observaban desde el otro
lado. Les sonreí con arrogancia y salí al patio. Seguro ahora están confundidos...no, no soy bipolar.
Digamos que con ciertos chicos tiendo a ser más...bueno ya vieron, pero con otros chicos soy más
encantador. No malinterpreten creyendo que soy un fácil, también con las chicas soy así... hasta que hacen
algo realmente estúpido para ganarse mi odio. Digamos que tengo encanto superficial, si rasgas bien verás
que no soy tan encantador como parezco. Todo dependerá de cómo seas conmigo. Un movimiento en
falso y adiós el Jimin tierno y encantador.
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— Si fuera tú, me alejaría de Hoseok. No te sientas especial porque haya hablado contigo, sólo quiere
sexo. Además, oí que tiene una enfermedad de transmisión sexual. —Dijo Jin.
Algunas personas rieron. Jin se acercó a mí lentamente, tenía una expresión fría pero bastante cínica a la
vez. Otros chicos se acercaron,
— ¿Desde cuándo me dices qué hacer? —Espeté molesto— ¡NADIE ME DICE QUÉ HACER! ¡MENOS
TÚ!
— ¡YO HAGO LO QUE SE ME PEGUE LA GANA! —Gritó Jin con el mismo tono.
— Todos te odian, eres feo, eres estúpido, eres agresivo... ¿sabes qué dice la gente de ti a tus espaldas?
¿En el blog de la escuela? —Jin sonrió— ¿No? Mark dame mi teléfono
El chico de cabello azul le dio el teléfono a Jin. Él estuvo buscando un rato y luego sonrió
— "Jimin es el ser más desagradable de este planeta", "Debió haber muerto él y no Wendy", "No me
sorprendería si se suicidara", "Lo odio", "Quien lo quiera", "Su madre se mató por PUTA" —Leyó Jin en
voz alta, la gente comenzó a reír.
— No sé porque no entiendes —Voltee a ver a todos— TODOS USTEDES, que me vale lo que digan. Yo
soy mucho más que ustedes, ¿por qué una bola de idiotas me tumbaría? ¡Por favor!
— Sí, se nota. ¿Eso también le dices a tu madre? Ah no, espera... ¡está muerta! —Gritó Jin riendo, Mark
hizo lo mismo.
— Pobre idiota —Le dije a la gente. — Tan desesperado está por derrumbarme, que se va a límites
personales.
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Ahora la gente rió por mi comentario. Jin apretó la quijada.
— ¡Es que lamento tanto ser mejor que tú! — Dije haciendo movimientos exagerados con mis brazos—
¡Oh soy Jin el desesperado por atención! ¡Ayuda, necesito que me hagan caso! —Dije imitándolo con voz
aguda.
— ¡Espera, que primero me tengo que quitar mi chaqueta de 600 dólares! —Dije imitándolo.
La gente no podía con la risa, cosa que de seguro sacaba de quicio a Jin. En un imprevisto me dio un
fuerte golpe en la cara seguido de un "oh" de las personas. Reí y Jin comenzó a golpearme con fuerza,
aguanté el dolor, eso quería justamente.
Me dio un golpe más. Sonreí por dentro, era impresionante lo fácil que caía justo en lo que quería.
— ¿Y luego te quejas de que yo perdí a mi madre? —Respondí burlesco — ¡Si la tuya se suicidó después
de tenerte!
Con lágrimas en los ojos me volvió a golpear. La gente gritaba, una profesora se acercó y me quitó a Jin
de encima. Me levanté sonriendo pero fingí llorar y estar adolorido.
— La gente lo vio. —Me dirigí a los demás— ¿Necesita que ellos lo digan?
Jin me observaba furioso, la profesora se lo llevó a rastras. El muy idiota siguió despotricando. Sonreí,
siempre mis planes funcionaban. Mente maestra un poco retorcida pero seguía siendo bastante astuto.
— Gracias gente, gracias, el rey será ahora llevado a la guillotina —Dije levantando mi mano y
saludando. La gente comenzó a imitarme y a aplaudir. Vi a Hoseok
— Gracias —Dije
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— Si él fue asesinada...por él... ya sabes —Dije
— Lo lamento
— Todo el mundo puede hacerlo, sólo hay que ser valiente. Por desgracia todos son débiles, pero yo no.
Me di la vuelta y caminé todo derecho para comprarme una torta de milanesa. Me fui a sentar para
aprovechar lo poco que quedaba del receso. La televisión estaba puesta
— "Nuestro querido y odiado Suga ataca otra vez. Se reportó que fue hoy en la mañana cerca del
instituto Wollmore, la víctima fue una recepcionista de nombre Aurora Smith que aparentemente fue
descubierta por su colega. Parece que nuestro asesino sigue por estos rumbos, recomendamos..."
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Oh no, no creas que me olvidé de ti... te tengo aún muy presente. Dejé de escuchar lo que decía el
reportero y volví a lo mío. Finalicé antes de lo previsto de comer y subí a mi siguiente clase. Pasé junto a
la dirección y vi a Jin cruzado de brazos frente al director. Levantó la mirada y me miró fijamente, el odio
desbordaba de sus ojos. Le sonreí y le lancé un beso.
[***]
— Ni se te ocurra —Dije
Levanté una ceja no muy convencido. Vi a Jin salir, me observó como un perro rabioso pero su mirada se
colocó en Namjoon y sonrió. ¡NI SE TE OCURRA! ¡Si lo hizo! Jin comenzó a caminar coquetamente
hacia nosotros y se colocó junto a mí como si esperara a alguien
— Sí y quería decirte que lo siento Minnie. — ¡Puaj! ¿Me acababa de decir Minnie?— Fui muy tonto por
decirte lo de tu madre, no fue mi intención...
— ¡Ay por favor! ¡Namjoon sólo quiere coquetearte para coger contigo!
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— Mira Jin —Me puse entre él y Namjoon— No te acercarás a mi hermano ¿oíste?, si tratas cualquier
cosa desearás no haber nacido y…
— ¡Jimin, basta! —Dijo Namjoon— ¡Deja en paz a Jin, no te está haciendo nada!
— Hay un asesino fuera, y tú eres niño bonito, podría ser peligroso —Dijo Namjoon
Jin se mordió su labio y le sonrió a mi hermano. Namjoon hizo lo mismo y abrió la puerta de su camioneta
para que Jin entrara.
Rodé los ojos y me subí detrás de ellos. Jin se hacía el inocente mientras le sonreía a mi hermano. ¡Tiene
suerte que no la haya tirado por la ventana!
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— ¡No me digas Minnie! —Espeté
— Si —Interrumpió Namjoon
— ¡No te está haciendo nada! —Soltó Namjoon— ¡Demonios Jimin controla tu genio!
Me esperé a un alto y bajé del coche. Namjoon bajó corriendo detrás de mí.
— ¡Hey! —Me jaló del brazo— ¡Ya basta! ¡Estoy harto de tu humor!
— Me golpeó y dijo muchas cosas sobre mamá, me lastima —Aunque en realidad no lo hacía pero debía
hacerme la víctima para convencer a Namjoon—Él me hace bullying, Namjoon
— Bien, será la última vez que la llevemos pero sube por favor —Dijo Namjoon
Suspiré y asentí. Subimos de nuevo al coche. Ni Jin ni mi hermano dijeron otra cosa hasta que Jin indicó
el lugar para bajar.
Jin anotó algo en un papel y se lo dio a Namjoon mientras le guiñaba el ojo. Acto seguido se dio la vuelta
y se fue contoneándose. Namjoon sonrió y guardó el papel, le clavé la mirada por el retrovisor bastante
molesto.
Namjoon respiró hondo. Llegamos a la casa y lo primero que hice fue irme a tumbar al sofá. Cerré los ojos
y respiré profundamente mientras me acomodaba
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— Tal vez —Dije sin abrir los ojos
— ¿Si?
— Minnie...
— Hay un asesino suelto, ¿no crees que es muy precipitado salir vestido muy formal?
— ¿Qué dijiste?
— Serías candidato perfecto para él tan solo y tan tarde —Dijo Namjoon
Wow, no había pensado en ello. Sonreí por dentro pero traté de mantenerme serio
Namjoon me observó sorprendido pero lo ignoré. Subí las escaleras de dos en dos y fui a abrir mi armario.
Debía ser perfecto para Suga esa noche. Necesitaba un traje increíblemente llamativo. Pero no tenía nada,
sólo ropa oscura, jeans y camisas.
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— ¡Hermano! —Dije sonriendo— Tú siempre tan lindo conmigo...
—Vale. —Namjoon abrió su billetera y me dio dinero— Creo que con eso basta
— Yo creo que... —Pensé un segundo— El miércoles, los autobuses a la ciudad son más baratos
— Buen punto
— No lo arruines
— Eso...fue cruel
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— Puedo ser duro, arrogante, frío y seco pero puedo ser dulce, tierno y bastante mono.
— ¿Y listo?
— Anda
Subí las escaleras y prendí la computadora. Busqué imágenes de máscaras de carnavales pero luego me
entró una mejor idea. Busqué a Suga. Como siempre aparecieron muy pocas fotos pero imprimí a color la
que mejor detallaba su máscara. Era blanca con las letras "L" y "P" a los costados, además tenía pequeños
detalles que parecían salpicaduras de sangre negras. Sonreí mientras veía la imagen fijamente. La seguí
observando un largo rato mientras imaginaba en mi cabeza como la crearía. Debía ser casi la misma
Sonreí y borré el historial, apagué la computadora y anoté en una hoja lo que necesitaba.
— Esta vez te encuentro porque te encuentro —Dije mientras lamía mi labio inferior.
—Y más te vale que vengas por mí... si no, te buscaré, hasta donde sea necesario. No descansaré hasta
encontrarte y matarte con mis propias manos. Es un juramento
Es un juramento...
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Capítulo 3. “Fiesta y sangre”
¡Listo! ¡Había acabado mi fabulosa máscara! Era casi igual a la de Suga. Me la puse y me admiré.
¡Hermosa y perfecta! Sonreí y la oculté en una pequeña caja. Me di la vuelta y agarré el traje que estaba
colgado gentilmente en mi armario.
Era negro con detalles dorados. De la parte de arriba era muy apretado y también en la de abajo
amoldando mi exquisito trasero. También era consciente de mis cualidades físicas. Tenía un lindo cinturón
de cristales blanco en la cintura. Me puse ropa interior color negro y después el traje.
Peiné mi cabello oscuro. Hice pequeños ondas con mis dedos sin despegar la vista del espejo. Saqué el
maquillaje y comencé a ponerme un poco de sombra para que mis ojos se vieran más profundos.
Agarré una pequeño mochila negra y coloqué dentro la máscara. Saqué un cuchillo de cocina alemán y lo
coloqué debajo de la máscara. Lo sé, debía ser más discreto, por eso mismo no dejaré que nadie se acerque
a mi preciosa mochila. Aunque deba morder o patear. Esta vez Suga no se salva
Me puse unos zapatos bajos negros (por si debía correr por mi vida) y bajé las escaleras. Namjoon estaba
leyendo una revista, volteó a verme y la dejó caer al suelo con la boca abierta
— Decirte precioso sería una burla... eres...dios... ¿cómo puedes ser tan lindo y caliente?
— Nunca se sabe...
*Ding Dong*
— ¡Oh dios! ¿En serio estoy bien? —Pregunté mientras arreglaba mi cabello una última vez.
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Respiré hondo y Namjoon fue a abrir. Reconocí la voz de Hoseok
Salí detrás de él. Hoseok sonrió y luego abrió mucho la boca, parecía realmente sorprendido
— Tiene hasta las 12 para llegar —Dijo Namjoon mientras frotaba mi espalda
No contesté. Observé a Hoseok y él me sonrió. Vi un Tesla negro estacionado justo enfrente, Hoseok
abrió la puerta del copiloto para que entrara.
— Gracias —Dije. Hoseok cerró la puerta, olía a hierbabuena. — ¿Dónde vive Andrea?
Hoseok arrancó. Bajé la ventanilla y admiré el sol caer detrás del pueblo. Hoseok aceleró más, reímos
juntos. "This love" de los Maroon 5 comenzó a sonar, la cantamos juntos a todo volumen. ¡Wow! Hacía
tiempo que no me la pasaba tan bien... menos con un chico.
Hoseok pasó junto al instituto y luego se desvió en una pequeña ruta privada. Le dio una identificación al
oficial. Entramos y Hoseok se detuvo en frente de una enorme casa naranja. La luz del día ya había casi
desaparecido.
— Listo —Sonreí
Hoseok se bajó del coche y me fue a abrir. Decidí dejar mi bolso. Pasé mi brazo por el brazo de Hoseok
quien me lo había ofrecido. Tocó una vez el timbre. Andrea nos fue a abrir, no la conocía muy bien pero
afortunadamente no me caía mal
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Entramos. La música estaba a todo dar, la gente bailaba, tomaba y comía. Me empujaban pero no le di
importancia. Hoseok me jaló a la sala que estaba más vacía.
Comencé a moverme torpemente, me fijé en los demás e imité sus movimientos. En cuestión de minutos
bailaba a todo dar con Hoseok mientras cantaba. Pasó un chico con tragos y ambos tomamos uno. Me lo
tomé en un sorbo, Hoseok sonrió.
— ¿Me hablas a mí? —Jin apareció y colocó una mano en el hombro de Hoseok.
— Te haré caso sólo para ver de nuevo a Namjoon —Jin sonrió— Me gustaría que fuéramos
próximamente cuñados ¿a ti no?
Jin rodó los ojos y se perdió en la multitud. Hoseok levantó los hombros.
— Lo sé, y no dejaré que arruine mi noche —Dije mientras me movía al compás de la música.
Hoseok sonrió y me siguió el juego. Las bebidas pasaron varias veces y ninguna Hoseok se la saltó. Yo
tenía ganas de hacer lo mismo pero debía estar sobrio para toparme con Suga.
La música retumbaba en mis oídos pero no era desagradable. Pusieron una canción tranquila. Hoseok puso
sus manos en mi cintura.
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Puse mis manos en sus hombros, me pegó más a él. Lo miré fijamente, no podía creer que estaba con un
chico sexy, ex de Jin, jugador de futbol americano y además popular en una fiesta y… bailando una
balada. ¡Era increíble! Puede que esto fuera lo único no desagradable de la fiesta, y era el único punto
positivo de estar ahí. Aunque la verdadera razón era Suga pero bueno...
Seguimos bailando sin despegarnos los ojos de encima. Apoyé mi mentón en su hombro, olía a
hierbabuena y a limón, rico. Su piel ardía pero su respiración era tranquila
— ¿Seguro?
La música volvió a aumentar. Seguimos bailando, cantando y riendo. No podía creer que me la estuviera
pasando bien. Después de largos minutos Hoseok se acercó a mí
— ¿No quieres que vaya yo? —Pregunté preocupado porque husmeara en mi bolso
Hoseok tomó mi mano y a duras penas llegamos a la puerta. Me crucé con Jin quien sólo me observó
molesto. Segura iba a decirme algo pero Hoseok ya me había jalado fuera de la casa. Caminamos al coche
Entré al coche, a la parte trasera para ser más exactos. Hoseok también entró y se colocó detrás del asiento
del piloto. Lo observó confundido, Hoseok se estiró y prendió la calefacción.
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— ¿Ya? —Pregunté
— ¡Yeah! —Dijo él
Reí y me acomodé en el asiento. Hoseok tomó mi barbilla y me sonrió. Sentí todo dentro de mí explotar,
genial, gracias hormonas. Temblé un poco cuando Hoseok se acercó un poco más. No retrocedí, dejé que
siguiera avanzando. Estaba muy cerca
— Eres realmente precioso, Jimin... —Ronroneó— ¿Sabes cuántos no se mueren por ti?
Se acercó más. Lo vi venir pero aun así me sorprendí cuando plantó sus labios en los míos. Fue algo rudo
y salvaje pero bastante bueno. Abrí la boca permitiendo un acceso más profundo y me pegué a él. Solté un
pequeño gemido cuando mordió mi labio inferior. Oh si... besaba bien. Me tumbó en el asiento y quedó
encima de mí. Me aferré a su espalda. Hoseok despegó sus labios y comenzó a darme pequeñas mordidas
en el cuello
Me estiré y cogí la mochila. Rebusqué un poco y por fin saqué el condón. Me tumbé de nuevo mientras
jugueteaba con él en mi mano. Hoseok lo tomó y se quitó la camiseta. Observé fascinado sus músculos
bien marcados.
Volvió a atacar mis labios. Golpearon la ventanilla. Hoseok gruñó y observó: Era Andrea
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—Vale —Susurró Hoseok
Se puso de nuevo su camiseta y encendió el motor. Me preocupé debido a que estaba ebrio pero tampoco
se estaba tambaleando. Salimos de la ruta privada y bajamos la colina. Estacionamos el coche junto al
parque que estaba frente al instituto. Todo estaba desierto. Hoseok regresó atrás.
— ¿En qué estábamos? ¡Oh, ya! —Me besó castamente. —Me estabas quitando la ropa.
Sonreí y esta vez fui yo quien le quité la camiseta. Toqué su torso bien formado mientras mordía mi
labio... tan guapo y perfecto... sí, valía la pena.
—Te haré disfrutar hoy mi lindo Jimin, quiero que tu primera vez sea memorable —Dijo él
Regresó a mi cuello, gemí. Se sentía bien, mis hormonas apagadas hasta ahora comenzaban a encenderse.
Sentí la mano de Hoseok deslizarse por la parte baja de mi traje y rozar mi entrepierna. Solté un gemido
más fuerte cuando comenzó a sobar por fuera con suavidad. Me sonrió lujurioso y comenzó a besar mi
clavícula. Cristo.
—No pares… —Susurré suavemente. Rara vez me masturbaba pero él lo hacía sentir bien.
Enredé mis dedos en el cabello de Hoseok. Él dejó su labor abajo y lentamente fue retirando los botones
del traje. Me sonrojé bastante cuando mi pecho quedó al descubierto. Hoseok sonrió y comenzó a besar
muy suavemente. Apreté mis labios y arquee un poco mi espalda. Mi respiración aumentaba. Lentamente
Hoseok me fue reincorporando para que quedara sentado sobre él. Pude sentir su erección debajo de mí.
Mis mejillas se encendieron al rojo vivo.
Por fortuna Hoseok no lo notó, estaba ocupado besando mis hombros y mi clavícula mientras pasaba sus
manos por todo mi abdomen.
Sonreí y me separé de él. Le lancé una mirada pícara y comencé a bajar sus pantalones negros. Lo hice
lento para aumentar la tensión. Hoseok sonreía. Finalmente me desprendí del molesto pantalón y pude
notar su erección a través de su bóxer. Abrí la boca, seguro ahora mismo estaba más rojo que un tomate.
Lo voltee a ver de nuevo y me besó con fuerza y salvajismo. Apoyé mi mano en la ventana del coche con
fuerza mientras respiraba agitadamente. Hoseok estaba a punto de quitarme completamente el traje cuando
escuchamos un fuerte golpe. Nos detuvimos.
Escuchamos un grito aterrador. Me pegué a la ventanilla y vi a un chico con un cuchillo apuñalar a una
chica. Me tapé la boca. Tardé en reaccionar pero por fin pude hablar.
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Observé la escena, el chico yacía en el suelo inmóvil pero parecía que el otro no había terminado su labor
aún. Cuando se levantó y se dio la vuelta, palidecí. Llevaba una máscara blanca de la nariz hasta su
frente... y esos rasgos...sus ojos gatunos...
Oh mierda, es él.
Suga.
Él volteó a ver hacia mi dirección y se quedó helado. Se puso sus pantalones y su camiseta en un segundo
y se pasó al frente. Observé de nuevo por la ventana.
Hoseok prendió el auto. Me coloqué de nuevo el traje y observé por la ventanilla. Suga se acercaba
lentamente y el maldito coche no arrancaba.
El coche no arrancaba. Hoseok comenzó a patear y a golpear. Suga ya estaba bastante cerca, lo suficiente
como para ver su sudadera negra en más detalle. Pero luego algo imprevisto pasó:
Bien, estoy loco pero esta es mi oportunidad. Saqué la máscara de mi bolsa y me la puse. Agarré mi
mochila con fuerza. Hoseok me volteó a ver escandalizado.
Muy tarde, ya había salido de coche. Sentí el frío calar mis huesos pero no me importó. Me deslicé entre
los árboles buscando con la vista a Suga. ¡Bingo! Estaba cruzando el patio del instituto, se quedó quieto
viendo las bancas. Un estruendo me hizo voltear. Vi el coche de Hoseok salir disparado por la carretera
Apreté mis labios y me escondí. Vi a Suga pasar no muy lejos. Agarró el cadáver de la chica y comenzó a
arrastrar hacia el instituto.
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"¡MIERDA JIMIN! ¡MATÓ A TU MADRE!"
“¡Concéntrate!”
Debía sorprenderlo, agarrarlo desprevenido. Corrí sin hacer ruido por la carretera y le di la vuelta al
instituto. Mis piernas ardían pero no me importó. Me oculté detrás de una pared y vi a Suga sentar a la
víctima en una banca. Abrí mi mochila con cuidado y saqué el cuchillo.
Lamí mis labios que estaban resecos y esperé el momento adecuado. Suga sacó del bolsillo de su sudadera
una máscara de carnaval color oro y la depositó suavemente en el rostro de la chica. Bien... es ahora o
nunca Jimin, tú decides. Tomé aire y apreté el cuchillo con mis manos. Sentí mi respiración agitarse, me
resultó imposible seguir respirando por la nariz. Cerré los ojos unos segundos, los abrí y sin pensarlo dos
veces salí de mi escondite y en un abrir y cerrar de ojos me abalancé sobre Suga como una fiera rabiosa.
Él se mostró sorprendido ya que dio un brinco hacia atrás y me clavó sus ojos cafés. Sin perder la
confianza comencé a mover el cuchillo en varios sentidos mientras soltaba un grito entre cada uno. Suga
esquivó mi cuchillo fácilmente cosa que me enojó aún más.
Mi ira me cegó y comencé a mover el cuchillo a lo loco, Suga dio una vuelta y en un movimiento rápido
me golpeó en el estómago. Sin detenerme seguí moviendo el cuchillo frenéticamente, logré hacerle una
pequeño herida en el brazo. Sin embrago la sangre se me heló cuando Suga sacó su enorme cuchillo frente
a mí y me apuntó con él mientras sonreía.
"Mierda"
Me quedé helado pero no me dejé intimidar. Los latidos de mi corazón retumbaban en mis oídos y estaba
temblando. Suga trató de darme una vez con su cuchillo pero me moví a la izquierda. Sonrió y lo trató de
nuevo pero me agaché. Suga entonces aprovechó y me dio una patada en la mandíbula. Solté un grito de
dolor y me tambalee hacia atrás. Me tapé con una mano y vi lentamente el cuchillo a centímetros de mi
cara. Pegué un grito y me tumbé al suelo.
Suga era ágil, creo que la única cosa que me mantenía con vida era la adrenalina. No tuve otra opción y
comencé a correr. Corrí como si el diablo mismo estuviera detrás de mí. Oía las pisadas de Suga no muy
lejos, aceleré el ritmo como pude. Quería llorar, no estaba listo, era verdad, no estaba listo para esto. ¿En
qué demonios pensaba?
Sentí que rodearon mi cintura y sólo fue cuestión de segundos cuando me tumbaron al suelo. Suga y yo
comenzamos a rodar colina abajo pero no por mucho tiempo. Suga quedó sobre mí y sacó su cuchillo. Yo
agarré el mío y lo apunté también. Nos quedamos los dos en silencio viendo fijamente el arma del otro.
Bajé un poco mi vista, llevaba una camiseta negra bastante pegada, definía su bello cuerpo y pude admirar
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que sus brazos estaban calientemente marcados. Cristo, esperen… ¿manos venosas? Joder, joder, joder.
Levanté de nuevo la vista, Suga me sonrió.
Él no dijo nada. Observé sus ojos, no parecía molesto... de hecho su mirada parecía burlona. ¿Qué acaso
se burlaba de mí? Observé su pecho que subía y bajaba lentamente, mientras que el mío subía y bajaba
frenéticamente. Parecía que iba a explotar…
Suga siguió sin decir nada. Sus hermosos...que digo, sus finos labios formaron ahora una sonrisa bastante
macabra pero burlona y coqueta a la vez. ¿Qué jodida mierda?
Estaba harto del juego. Lo más rápido que pude traté de clavar el cuchillo en su rostro pero él agarró mi
brazo justo cuando la punta de mi cuchillo apenas lo rozó. Traté de zafarme pero fue inútil. Suga me
arrebató el cuchillo y lo dejó junto a mí. Me observó detenidamente con una mirada bastante difícil de
descifrar.
— Bien —Dije fríamente — Mátame... —Cerré los ojos listo para afrontar mi destino
Esperé unos segundos pero no sentí nada. Abrí los ojos y vi que Suga estaba examinando mi cuerpo y mi
rostro. Me quedé helado durante unos segundos cuando rozó con su índice mi mejilla. Un escalofrío y
emociones jamás sentidas se apoderaron de mí. Sobó delicadamente mis piernas, me mordí el labio.
Siguió subiendo con toques traviesos hasta sobar mis labios con sus dedos. Jugueteó con ellos y siguió
deslizando sus manos por mi cuerpo. Por fin dejó de manosearme y soltó una pequeño risa. Lo observé
confundido. Él guardó su cuchillo
Esperen...
¿Lo guardó?
Él siguió sin decir nada. Se levantó y se sacudió las hojas. Negó con la cabeza y comenzó a caminar en
sentido contrario mientras dejaba caer mi máscara al suelo.
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"Dios esa camiseta está muy ajustada, ¿ya viste sus brazos?”
"Oh mierda"
Corrí y me coloqué frente a él. Suga me volteó a ver, sacó su cuchillo. La sangre se me heló pero el sólo
usó el arma para apartarme del camino. No lo guardó, lo dejó a la vista y siguió caminando rápidamente.
Tardé en reaccionar pero seguí detrás de él. ¿Pero qué le pasa?
— ¡QUE NO ME DES LA ESPALDA! —Grité— ¿Qué te pasa? ¿No vas a arrancarme la cabeza? —Corrí
de nuevo y me volví a colocar frente a él. Por sus ojos pude notar que comenzaba a enojarse pero no iba a
darme por vencido — Mira, no sé a qué juegas... pero estás actuando muy raro, amigo.
Él negó con la cabeza sonriendo... uf, maldita sonrisa arrogante y asquerosamente hermosa. Sus preciosas
encías lo hacían ver tan… maldita sea.
— ¿Me vas a decir qué demonios te sucede? ¿Por qué demonios no me matas...?
Abrí la boca pero me quedé sin habla. Esa voz... cristo... ronca, varonil e increíblemente sensual. Sonaba
tranquila pero a la vez un poco fastidiada. Retumbó en toda mi cabeza, en mis oídos, recorrió todo mi
cuerpo. Me estremecí y abrí un poco la boca pero no salió ningún sonido. Me quedé plantado frente a él,
agité mi cabeza para romper el letargo.
—Mira, niño —Su voz salió cansada, me volví a estremecer— No tengo tiempo para un obsesionado
como tú, hazle un favor al mundo y piérdete en el bosque o vuelve a casa.
— ¡¿Obsesionado?! —Espeté molesto— Estoy obsesionado con matarte, ¡no por ti!
Suga sonrió de nuevo. Sentí un escalofrío recorrerme la espina dorsal pero me mantuve firme.
Suga me agarró del cuello y me clavó su mirada, era molesto pero divertida a la vez. Parece que disfrutaba
verme asustado. Comencé a patalear y a tratar de zafarme pero era demasiado fuerte.
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— Tengo poca paciencia, tienes suerte de que te deje vivo, tengo mis razones. —Apretó más mi cuello—
Ahora, deja de fastidiarme con tu presencia a menos que quieras que te mate y créeme, no será nada
bonito. Vas a regresar a tu casa y dejarás esta estupidez de seguirme ¿oíste? Si te vuelvo a ver, no lo
dudes, te sacaré los intestinos lentamente ¿quedó claro?
Me soltó y caí de rodillas al suelo. Colocó su cuchillo en mi barbilla e hizo una fina cortadura, sentí la
sangre escurrir. Solté un pequeño gemido, Suga rio.
[***]
Abrí los ojos. Estaba exactamente en el mismo lugar. Me levanté como pude y miré el entorno, no había
rastro de Suga. Me agarré la nuca que dolía como el infierno. Me levanté tambaleando y fui por el cuchillo
y la máscara que no estaban muy lejos de ahí. Los metí a mi mochila y comencé a caminar por la
carretera.
¿En serio había hablado con él? Dios mío... es que esa voz... no, no puede ser, una voz no puede ronronear
y hacerte estremecer de ese modo. ¡NO A MI! Apreté mi mandíbula y cerré los ojos, su figura perfecta
volvió a mi cabeza. Abrí de nuevo los ojos y traté de esquivar ese pensamiento. Fue inútil, increíblemente
inútil.
Me subí a un transporte público y me dirigí hasta el fondo. Esperé unos segundos en silencio. Bajé y corrí
a la casa, toqué varias veces. Namjoon abrió la puerta, parecía cansado y molesto
— Lo siento, partimos el pastel a las 12:30 y... y no llegué drogada ni con infecciones —Dije
— Me duele el cuello
— Vale.
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Subí las escaleras y me encerré en mi cuarto. Me tapé la frente con la mano ¿Había sido verdad? ¿En serio
había visto a Suga? No me lo creía, muy en fondo estaba en negación absoluta Levanté mi barbilla y sentí
el pequeño herida que me había hecho con su cuchillo
Me dejé caer en la cama viendo el techo. No importaba dónde estuviera, debía encontrarlo de nuevo. Y
esta vez sí lo mataría. No me asustan sus amenazas.
"¡Mentira!"
"Primero mi venganza"
“Calla”
Dejé de pelear conmigo mismo. Debía matarlo, sin peros. Sólo que si quería tener mayor éxito debía
practicar más con el cuchillo y combate físico. Cerré los ojos y su sonrisa vino a mi mente... demonios, era
tan sexy.
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Capítulo 4. “Imitadores”
Desperté con un terrible dolor de cabeza y cuello. Al fijarme en la hora vi que eran casi las 12. Me puse
unos jeans y bajé como muerto a la cocina. Me serví cereales y no me sorprendí al ver a mi hermano. Por
la visto me esperaba. Me senté frente a él y empecé a comer
—Muy bien Jimin —Namjoon se cruzó de brazos y me observó fijamente— Vamos por partes con el
cuestionario....
Refunfuñé, no estaba de humor para su pequeño encuesta estúpido. Por suerte había formulado todo en mi
cabeza, ya tenía respuestas a todas sus preguntas, lo conozco demasiado bien. Además, soy muy bueno
mintiendo, lo cual es bueno... y un poco malo.
— Si te diste cuenta ayer no llevé teléfono, cuando partimos el pastel no sabía que eran casi la 1 de la
mañana. Fue Andrea quien me dijo que ya era tarde —Expliqué tranquilamente
— Iba, pero se quedó en la fiesta, ya sabes cómo soy, no quise interrumpirlo —Dije levantando los
hombros mostrando indiferencia.
— No, el problema es que me perdí. Andrea vive en una calle privada cerca del instituto y no encontraba
la salida, ahí perdí casi unos 20 minutos buscando un oficial.
— El chofer se desvió un poco, no quería pasar por el callejón debido a Suga. Me dejó en la estación
donde hallaron a Wendy. Caminé lento, observaba hacia atrás todo el tiempo para asegurarme que nadie
me siguiera
— ¿Y luego?
— Pues me asusté con un ruido y me caí —Señalé la herida de mi cuello y mis raspones— Al levantarme
corrí a casa. Sólo eso
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— Resbalé en el parque
— Está iluminado si no te diste cuenta, no iba a pasar por la calle desierta y oscura.
Namjoon entrecerró los ojos y me observó fijamente como si tratara de descubrir la verdad a través de mis
ojos... Me mantuve firme viéndolo fijamente y parpadeando cada 10 segundos. Namjoon suspiró y se llevó
su mano a la cara.
— Bien, pero por favor la próxima vez lleva teléfono —Dijo él dándose por vencido
— Bien —Namjoon se levantó— Aprovecha tu fin de semana, se vienen los exámenes finales y quiero
que estés a todo dar. No quiero que llegues con un 6 ni 7 de promedio
— No lo haré
— Y si este año lo terminas muy bien... puede que en tercero te compre un auto
— ¿Hablas en serio?
— Muy en serio
Él asintió y se puso su saco negro. Se acomodó el cabello y agarró las llaves de la casa. Lo observé
detenidamente. Se puso loción. Nunca se ponía loción a menos que... fuera a ver un chico. Namjoon se
observó otro rato en el espejo acomodando su ropa. Me volteó a ver cuándo reí secamente.
— ¡Claro! ¿Crees que seguiremos viviendo así? ¿Yo sin empleo? —Namjoon rio— Tengo una entrevista
para posiblemente entrar en el departamento de policía —Explicó Namjoon
— Más bien científico forense, hay buena paga y con todo esto del Suga el trabajo es aún mayor —Me
guiñó el ojo.
— Oh —Me quedé frito. Podía echarlo todo a perder— Suerte, en ese caso
— Gracias Minnie
Namjoon se colocó su corbata y finalmente salió de la casa. Me asomé por la ventana y lo vi montarse a su
lexus blanco y partir. Lo vi bajar la colina y desaparecer. Suspiré y me fui a sentar al sofá. La maldita
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imagen de Suga no me dejaba en paz. Me levanté y fui a buscar el cuchillo que había usado ayer. Me
asomé por la ventana y observé mi patio trasero. Agarré un suéter abrigado y bajé de nuevo con el cuchillo
en mano. Salí a la parte trasera y observé las casas de al lado, no había nadie.
Agarré el cuchillo firmemente con mi mano y comencé a hacer movimientos de vaivén para irme
acostumbrando. Opté por dar vueltas sobre mi propio eje mientras apuntaba con el cuchillo. Bien, aún no
me había matado, eso era bueno. Comencé a imaginar a alguien atacándome así que moví el cuchillo en
varios sentidos pero traté de no hacerlo a lo idiota. Traté de que las maniobras fueran firmes y precisas.
Después de acostumbrarme opté por movimientos más avanzados. Fingí enterrar el cuchillo mientras
brincaba y me agachaba. Combiné también cambiar el cuchillo de mano y agarrarlo en poses un poco
complicadas pero bastante amenazantes. Cerré los ojos y me imaginé a Suga, aún con los ojos cerrados me
imaginé un combate. Me dejé llevar durante mucho tiempo hasta que choqué con algo duro. Abrí los ojos
y vi que había chocado con la pared. Me froté el brazo y vi el cuchillo.
Comencé a dar vueltas en el suelo con el cuchillo en mano, así aprendería a no clavármelo. Gatee con el
cuchillo, lo coloqué en mi boca y rápidamente lo pasaba a mi mano y apuñalaba el aire. Comenzó a ser
bastante divertido. Jugueteaba con el cuchillo en mano y comencé a usar poses de combate. El cuchillo
arriba y la mano abajo cerrada. Me moví en círculos y di ataques sorpresa (o al menos eso creí). Sentía mi
cuerpo fatigado y las gotas de sudor correr por mi frente. Opté por descansar un rato, no había estado nada
mal mi entrenamiento del día de hoy.
— Querido cuchillo de cocina Alemán, tú y yo seremos buenos amigos —Dije mientras rozaba levemente
el cuchillo sobre mi dedo y lo moví levemente.
Pegué un pequeño gemido cuando sentí un ligero ardor, me había cortado. Observé la sangre deslizarse
sobre mi mano, debía comenzar a encariñarme con él para cuando matara a Suga. Planeaba hacerlo sufrir
mucho. Lamí mi dedo y entré a la casa. Estaba empapado de sudor y afuera hacía frío, no quería
enfermarme. Subí a mi cuarto, guardé el cuchillo en mi cajón y me metí al baño.
Aventé mi ropa y prendí el agua caliente. Me metí y dejé que mi cuerpo se relajara, suspiré lentamente y
comencé a sobar mi cuerpo mientras el agua hirviendo caía en mi rostro. Me puse champoo y bastante
jabón en el cuerpo. Salí a mi cuarto después de la larga ducha y vi la hora: 4:56 pm
— Bien... el tiempo pasa muy rápido. ¿A qué hora piensa llegar el idiota?
Me puse ropa de dormir, hacía frío y quería estar abrigado. Me puse pantuflas negras bastante esponjadas
y bajé a la sala. Comencé a pasar los canales a lo bruto pero me frené en las noticias. Eran de hecho
bastante entretenidas si les prestabas atención. Y además, eran bastante útiles para mantenerme informada
de mi querido asesino.
— Parece que hubo un fuerte temblor en la parte Este de la ciudad pero no hubo heridos ni muertos,
afortunadamente sólo se derrumbó un viejo edificio abandonado —Explicó la reportera— Además
tenemos nuevas noticias, encontramos un nuevo cadáver fuera del instituto local. La víctima se reporta
como Marina Chávez que aparentemente era profesora
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— De Educación Física —Me dije— ¡Oh demonios! ¡Es la mujer que Suga había apuñalado ayer en la
noche! —Me sentí terriblemente mal, a esa profesora le había cogido demasiado cariño
— No sabemos si fue obra de Suga, la profesora llevaba una máscara de carnaval puesta pero la víctima
no estaba vestida como princesa y además los policías no encontraron por ningún lado el famoso mensaje
de "Little Princess". ¿Un imitador acaso o Suga está cambiando su modus operandi? No se pierdan el
resto...
—Idiotas —Reí con ironía— No acabó su trabajo porque YO el increíble Park Jimin interrumpió su obra y
aparte sobrevivió... ¡Bum en su cara reporteros! ¡Yo fui quien escuchó su voz y vi fijamente sus preciosos
ojos y labios! ¡En su cara! —Dije cantando
—Esperen... —Un hombre le susurró algo a la reportera— ¡Vaya! ¡NOTICIAS IMPACTANTES! ¡LA
POLICÍA ESTÁ PERSIGUIENDO AL SUGA! ¡REPITO! ¡LA POLICÍA PERSIGUE AL FAMOSO
ASESINO! Según el reportero acaba de cruzar el instituto y van colina arriba cerca del parque Woods
Abrí los ojos como platos y me asomé por la ventana. Vi un coche rojo pasar rápidamente y 10 patrullas
pisarle los talones. El coche rojo se estrelló con el árbol y vi a un chico bajar corriendo entrar en el parque.
Los policías hicieron lo mismo.
Me importó mierda y me puse mi tenis. Salí en suéter y pantalón de pijama negro. Corrí al parque pero un
oficial me agarró. Comencé a forcejear.
— ¡SUÉLTEME! —Grité
Escuché unos balazos. Abrí mucho los ojos y sentí que mi aliento se cortó. El oficial me soltó y me caí de
rodillas al suelo. No... No podían haberlo matado... ¡NO! Esperé largos segundos y vi a unos policías salir.
La radio del que me sostenía sonó.
—Agente 345, el sospechoso está herido... repito, el sospechoso está herido. Ya llamé una ambulancia
—Copiado
Me llevé una mano a la boca. Inmediatamente vi una camioneta negra pasar y una mujer salir con varios
hombres y cámaras. Vi a ambulancia llegar detrás de ellos. Me levanté y corrí rápidamente hacia donde
estaban ellos. Algunos vecinos estaban ahí chismeando. Los oficiales arrastraban a un hombre vestido de
negro, portaba la misma máscara... oh dios... era él... ¡ERA ÉL!
Levanté una ceja, no era ni su voz ni su acento. El hombre levantó la mirada, observé sus ojos... eran
verdes y sus labios nada apetecibles. Además no tenía aquél palidez hermosa y sus hermosas manos
venosas. ¡Por dios!
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— No eres él —Dije cuando pasó junto a mí y lo acostaron en la camilla
El hombre quiso levantarse pero lo acostaron. Los camarógrafos me empujaron y la ambulancia se fue. El
resto se subió de nuevo a la camioneta negra y persiguió a la ambulancia junto con los oficiales. Los
vecinos volvieron a sus casas susurrando. Yo suspiré aliviado.
Regresé a la casa y vi las noticias puestas. La reportera estaba en el hospital con muchísima gente y
reporteros. Su voz apenas se oía. Cerré la puerta y corrí a sentarme.
Apagué el televisor y rodé los ojos. ¡Por favor! ¿Cómo podían confundirlo? Digo... Suga tenía hasta sus
hermosas manos venosas y…
"¿Y si fui yo quien encontré al imitador y el chico de hace rato ES el verdadero asesino?"
"Tienes razón, que los policías se diviertan con él, más de Suga para mí"
"Eso sonó..."
El ruido de la puerta abriéndose me sacó de mis pensamientos. Vi a Namjoon entrar, parecía cansado y
algo frustrado. Lo observé detenidamente. Se acercó y se dejó caer en el sofá.
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— ¿Y ahora qué te pasa? —Levanté una ceja
— ¿Q-qué?
—Y parece que habla muy mal de ti con su papi, parece que eso me jode un poco al trabajo, hubieras visto
su cara cuando se enteró que soy tu hermano
— ¿CÓMO SE ATREVE ESA IMBÉCIL? —Espeté furioso — ¡LO VOY A MATAR! ¡MALDITA SEA
LO HARÉ!
Nos quedamos unos segundos en silencio. Observé a mi hermano, decidí hablar de otra cosa
— ¿Tú crees que el chico que agarraron sea Suga? —Pregunté después de un rato
— Un asesino tan sádico como Suga tiene experiencia, se nota que es organizado y que planea bien sus
crímenes, tanto que sólo han podido sacarlo 3 fotografías debido a cámaras de seguridad.
— ¿En serio?
— Ja, si supieras...
— ¿Perdón?
— ¿Dejarla viva? —Namjoon negó con la cabeza— No creo... sería muy arriesgado
— Supongamos que esa persona trató de atacarlo, él amenazó con matarlo pero al final no lo hizo. ¿Qué
crees que signifique? —Pregunté inquieta
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— ¿Matarlo? —Preguntó Namjoon
— Vaya pues, la verdad no sabría decirte Minnie. Ese chico debería ser el más afortunado del mundo por
ganarse de un cierto modo la simpatía de Suga
— Oh es que pensé en el caso de la chica ésta... no recuerdo su nombre, la que sobrevivió a Suga y dijo
que la mantuvo con él
— No soy Suga Minnie, no podría responderte. Él sabrá sus razones —Dijo Namjoon
Asentí. Las tripas me gruñían. Afortunadamente Namjoon había ido a recoger comida china antes de venir
así que comer un rico arroz con costillas agridulces me hizo feliz. Comencé a ver la película de Chucky.
Namjoon estaba junto a mí y reía de vez en cuando mientras decía "eso es imposible" o simplemente "¡ay
por favor!". Al finalizar la película lavamos los platos y comenzamos a platicar de otras cosas nada
importantes.
— ¡Qué locura!
— En fin... yo mañana tengo la cita temprano así que ya me voy a acostar. Descansa Minnie
Namjoon subió las escaleras y desapareció. Yo aún no tenía sueño así que decidí ver otra película de
terror. Elegí ver Viernes 13. Admito que Jason francamente me llegó a asustar y ver toda la sangre
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desparramada y los intestinos... bueno, mejor ni explico. La comida china no me hizo tanto bien cuando
finalicé la película.
"Demonios...sí"
Observé el reloj y eran pasadas de las 11 de la noche. Apagué las luces y subí corriendo a mi cuarto. Me
puse un nuevo pantalón de pijama y me quité el suéter. Me deslicé en la cama y apagué la lámpara de
noche. Observé por la ventana y vi la ciudad colina abajo. Suspiré mientras veía las montañas a lo lejos y
las estrellas invadir el cielo. Sonreí un poco y fui cerrando los ojos. Abracé mi almohada y caí
profundamente dormido.
[***]
Sentí que me agitaron con fuerza. Me caí de la cama, me levanté y observé furioso a Namjoon con los ojos
entrecerrados. Me tapé de la luz.
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— Hay comida abajo. Yo ya me voy
Namjoon salió del cuarto volando. Me volví a tumbar en la cama y me froté los ojos. Me estiré y observé
el techo durante un largo rato. Me puse mis pantuflas y bajé al comedor. Había huevo con jamón en una
sartén humeante y jugo de naranja. Le di otra calentada al huevo y me senté a comer. Me serví jugo de
naranja y mientras le daba grandes tragos puse las noticias.
Suspiré, aún nada importante. Estaba finalizando mi huevo pero el noticiero captó mi atención
— ¡Y por fin el momento que todos esperaban! Seguro muchos se enteraron que agarraron a Suga ayer.
Hoy lo van a transferir a la prisión y el juicio sería el 18 de este mes pero parece que hubo un conflicto a
media carretera. Con ustedes, el alguacil de la ciudad Arthur Crow...
— Gracias reporteras...me temo informarles que aparentemente Suga de ayer no es el verdadero asesino,
o al menos eso creen algunos oficiales incluyéndome
— Hoy a las 7 de la mañana el "asesino" debía ser transferido a prisión, sin embargo debido a su herida
y a unos problemas en la carretera tendrá que ser transferido hoy en la noche. El psicólogo Holton dice
que la personalidad del chico no concuerda mucho con la de Suga, por lo cual deberá ir a unas pruebas
antes de mandarlo a la comisaría. Estaremos informando, tengan lindo día
— ¡Bah! —Exclamé— En serio se necesita ser idiota... ¡Sólo basta con mirarle las manos y su cuerpo!
"Y su espalda"
"Si eso"
"Puedo intentarlo"
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"Vaya, por fin nos recuperamos"
"¡JIMIN!"
"Me doy por vencido, ¿te imaginas las maravillas que hará con esa manos?
“..."
Recogí los platos de la mesa y los lavé. Me fui a cambiar de ropa y agarré el cuchillo para entrenar un
poco dentro de la casa. Dejé la televisión prendida y comencé a practicar nuevos movimientos. Las horas
pasaron rápidamente. Estaba a media práctica cuando me detuve en seco.
Voltee a ver la pantalla. Los policías trataban de cubrir la cámara en vano y otros alejaban a la gente de un
cuarto. Varios enfermeros entraban y salían, se notaban unas pequeños letras en rojo detrás pero no se
alcanzaba a leer. Me senté y observé la pantalla detenidamente.
— ¡El supuesto asesino termina muerto en el hospital! ¡Nadie sabe cómo ni por qué! ¡Los oficiales están
confundidos y completamente escandalizados! Apunta a las letras...
— ¡Ya lo vieron amigos! ¡"Nadie me supera, ni siquiera un pobre admirador. Little prince, tu historia se
acabó" ¿Qué les parece? ¡Suga sigue entre nosotros! ¿Qué dirá la policía? Lo sabremos en unos minutos,
no se vayan
Abrí los ojos completamente aturdido. ¿Suga había estado ahí y nadie lo había visto? ¿Cómo demonios era
eso posible? ¿Qué acaso eran tan estúpidos?
—No puede ser... parece burla... ¡SUCEDIÓ EN SUS NARICES! —Exclamé en histeria.
La reportera siguió hablando pero me cansé de su voz aguda y escandalosa así que apagué la televisión.
Resoplé frustrado. Yo técnicamente también había sido un pequeño imitador al portar una máscara
idéntica a la de él pero a mí no me había matado. ¡Demonios esto es tan confuso!
— Ahora si asesino —Dije mientras subía a mi cuarto. Abrí el cajón y saqué la máscara— Ya me cansé, te
voy a buscar... suficiente espera
"Si es necesario recorrer la ciudad durante toda la noche que así sea"
"¿Cuál?"
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"Ya sabes... "
"Qué importa hombre, eres Park Jimin, un chico astuto y de mente fría... ¿qué te diferencia de Suga?"
"¡Exacto! Sigue siendo humano... ocúltate como él... muévete como él"
"Piensa...como un asesino"
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Capítulo 5. “No te salvas”
— No lo entiendo Namjoon... ¿Por qué tienes que irte a una comida? —Pregunté puchereando
— Misma cosa
— Claaaaro
— Jimin, ya basta
— Gracias
— Pero no salgas
— Pide a domicilio
— Aja.
— Confío en ti Jimin
— Vale.
— Sip
— Nos vemos
Namjoon me abrazó, se puso loción y se acomodó el traje. Lo observé salir tranquilamente de la casa,
subirse a su coche y desaparecer colina abajo. Suspiré cansado, eran casi las 6 de la tarde y yo tenía
bastante hambre. Decidí hablar al local de sushi
— Sushi—shi, ¿qué se lo ofrece? —Se oyó una voz femenina del otro lado
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— ¿Cómo no? Hace unos meses aún había servicio
— Por el nuevo reglamento, no podemos llevar alimentos a domicilio a partir de las 6 de la tarde.
— ¿Sería todo?
— Si
— Efectivo
— Al de Park Jimin
— Gracias
— Buenas noches
Colgué y me dejé caer en seco al sofá. Demonios... ¿en serio me había encontrado con Suga? ¡Era muy
difícil de creer! Esos ojos... y ese pelo... y ese cuerpo... y esa voz...
"Perdón"
"Tienes razón"
Dejé de tener mi extraña plática conmigo mismo y observé la hora: 18h23. Me pregunto por qué tardarán
tanto en hacer los pedidos... Antes estabas listo en 10 minutos.
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Debía encontrarlo de nuevo... ¿pero cómo? Esa noche lo encontré por pura coincidencia, fue suerte pura,
dudo que tenga la misma suerte otra vez. Debería seguir a TODAS las personas de este pueblo para ver si
lo encuentro.
— Buenas noches —Dijo el conductor del programa— Tenemos las noticias del día de hoy. Como muchos
de ustedes sabrán, Suga fue arrestado ayer, sin embargo, está muerto. La policía confirmó que se trata de
un imitador ya que la persona no cumplía con los aspectos psicológicos ni detalles físicos de Suga. La
pregunta es... ¿por qué un imitador?
— En otros temas, nos esperan temperaturas frías para este invierno, hay muchos descuentos para viajes
y parques de atracciones. ¡Viva el invierno y la Navidad! Es un gran momento para pasarla en grande en
pareja o en familia, nunca es tarde para la diversión
—Vamos con una pausa. De regreso hablaremos acerca del fuerte terremoto que hubo en la parte Este
del país y de algunos detalles más, no se vayan.
Apagué la televisión, realmente siempre era lo mismo. ¿Por qué demonios hablaban y hablaban de Suga
sin siquiera saber nada de él? Ya sabemos que mata, ya sabemos que es peligroso... ¿por qué tanta
insistencia? ¡Sólo un perfecto idiota se atrevería a enfrentarlo!
Era extraño que siguiera pensando en matarlo cuando sabía que no tenía oportunidad alguna con él. Pero
era muy terco así que supongo que es por eso, soy vengativo. Cuando me propongo algo lo hago. Como
matar a Suga sin caer en sus encantos letales.
En nombre del señor... ¿por qué este asesino tenía que ser guapo?
Observé el reloj y vi que ya habían pasado 15 minutos. Agarré mis llaves y salí de la casa. Caminé por las
calles y observé las casas, antes eran coloridas y había gente por todos lados pero ahora todo era desierto,
las puertas de las casas tenían cadenas, las ventanas las tapaban las persianas y había perros guardianes
vigilando el perímetro. La gente sí que estaba paranoica, Suga había sembrado el terror total... ¡PERO
NADIE LO ATRAPABA!
Caminé colina abajo y llegué a la gasolinera, giré a la derecha, pasé frente al instituto, di vuelta a la
izquierda y finalmente llegué al restaurante de sushi. Observé el cielo, ya casi anochecía, la luz del día
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había casi desaparecido y comenzaba a hacer frío. Me subí el cierre de la chamarra y entré al lugar. Estaba
calientito adentro y olía delicioso.
Mi madre y yo solíamos venir aquí a cenar muchas veces. Cada que veníamos platicábamos de muchas
cosas, mi madre y yo éramos muy unidos. Me senté en una mesa y sentí una fuerte nostalgia contagiarme,
era duro estar aquí sin mi mamá... nunca volveríamos a estar juntos en este lugar. Las paredes seguían
iguales, naranjas con detalles marrones, las lámparas colgaban y el piso era rojo, era tapete. Lo único que
habían puesto eran cámaras de seguridad.
¿Irónico no?
Observé a la cajera entrar a la cocina y salir con una bolsa transparente. Me acerqué
— Es correcto —Dije
— Muchas gracias
Le di el dinero y cuando recibí mi cambio me fui a sentar. Moría de hambre. Destapé mi refresco y le di
unos cuantos tragos, luego ataqué el sushi. Dios, en ese momento supo a gloria pura, manjar de dioses, oh
sí. Observé por la ventana la ciudad que estaba desierta, pasaban pocos coches pero no había ningún
peatón. Al observar el entorno vi que era el único en el local.
Terminé rápidamente mi comida y tiré los botes de plástico a la basura. Agarré unas mentas que daban de
cortesía y me las comí. Adoraba las mentas. Comencé a caminar de regreso a casa pero me empecé a
preocupar cuando vi que las luces cada vez eran más tenues. Al llegar a la punta de la calle que iba colina
arriba, un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Tenía miedo, estaba desprotegido, era vulnerable a
cualquier peligro. ¿Cómo sabía que no me iban a violar o algo?
Despejé mi mente de aquellos pensamientos y comencé a caminar en la oscuridad de la calle, sólo había
unos pequeños faroles tintineantes que alumbraban el lúgubre camino. Escuchaba el zumbido de las luces
y los grillos cantar, por el momento todo tranquilo.
*Crack*
Me frené en seco al oír unos crujidos. Un gato negro salió corriendo de un callejón provocándome un
susto de muerte. Pegué un alarido y maldije en voz baja. El gato maulló y comenzó a lamer sus patas. La
respiración se me fue: las patas del gato estaban manchadas de sangre.
"¿Voy a ver?"
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"¿Pero y si alguien ahí?"
"Allá tú..."
Ignoré a mi pequeño conciencia y entré al callejón. Había bolsas de basura y varios edificios abandonados
con las ventanas rotas y grafitis por todos lados. Llegué al límite y es espacio se volvió bastante amplio.
Vi a una mujer con una botella de alcohol a la mano.
No obtuve respuesta
Quité el cabello del rostro de la mujer, retrocedí inmediatamente. Llevaba una máscara puesta y la sangre
se deslizaba por los hoyos de los ojos. Me tapé la boca y me tambalee hacia atrás cuando vi que la pobre
mujer en efecto NO TENÍA OJOS y su boca estaba cosida, un charco de sangre estaba formado alrededor
de ella. De su cuello había una línea roja bastante gruesa... no quería saber qué había pasado. Mi
respiración se cortó. Comencé a retroceder lentamente
"¿Llamo a la policía?"
"Vámonos"
"Es mejor"
Comencé a retroceder más rápido sin quitarle la vista al cadáver cuando sentí que choqué con algo. No era
blando como una tela pero tampoco era duro como una pared. Iba a darme la vuelta pero sentí una mano
deslizarse a mi cintura y otra taparme la boca. Ahogué un grito.
Me zafé y quedé frente a la persona. Oh dios mío... Jimin, respira... ¡OH DIOS MÍO! ¡ERA ÉL! Estaba
todo de negro pero su belleza relucía bajo la luz de la luna al igual que sus facciones. Me quedé atónito
pero Suga sólo hizo una mueca
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—Y-yo —Balbucee— ¿Q-qué estás haciendo aquí?
— No tan rápido —Se puso frente a mí y sonrió— ¿No piensas volver a atacarme o sí?
Suga se acercó y me rodeó con sus brazos. Forcejee un poco pero Suga logró sacar lo que tenía en mi
bolsillo: mis llaves. Rio cínicamente y me las aventó, las atrapé.
— Yo quiero matarte —Dije obvio— No le diré JAMÁS los policías, tú sólo estás reservado para mí y
SÓLO para mí. ¿Oíste? Sólo yo
— Wow —Suga se mordió el labio— Nunca había encontrado un fan tan loco.
— ¿Cómo esto? —Pasó su lengua por sus labios— ¿O esto? —Comenzó a pasar su mano por su
entrepierna suavemente sin quitarme la vista de encima.
— Eres asqueroso —Susurré más rojo. Seguramente por la oscuridad no lo notaba tanto. Gracias.
La distancia entre él y yo comenzó a hacerse más chica, retrocedí pero él fue más rápido y me estampó
con fuerza contra la pared. Se me fue el aire y lo observé con terror. Cristo, respira. Respira. Respira.
— Amo verte asustado. Eres como un gatito. —Ronroneó— Te ves tan apetecible
— O puedo torturarte
— O puedes dejarme ir
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— O puedes dejarme ir
Suga sacó un cuchillo y lo levantó, palidecí. ¡NO VA A MATARME! Suga colocó la punta de su cuchillo
en mi barbilla y la levantó.
Sentí que mi cuerpo se estremeció al sentir un ardor leve y luego algo húmedo entrar en contacto. Suga
estaba... ¿lamiendo mi cuello? Solté un gemido cuando me pegó con más fuerza a la pared y comenzó a
dejar pequeños mordidas en mi piel, succionaba y lamía. ¿Cómo podía sentirse tan bien? Eran emociones
nuevas, jamás las había sentido. Dolor, deseo, adrenalina, miedo... Muchas cosas a la vez. ¿Cómo
demonios lo hacía?
Sentí su lengua bajar más hasta llegar a mi clavícula, gemí de nuevo. Comencé a respirar por la boca
mientras arqueaba mi espalda, sin poder evitarlo rodee a Suga con mis brazos y mordí mi labio. Se sentía
demasiado bien. ¡Oh, maldita sea con su lengua! ¡No sabía que podías causar tales emociones!
Suga se separó lentamente y me clavó sus hipnóticos ojos. Agarró el cuchillo y clavó la punta en mi
estómago, solté un gemido de dolor y mordí mi labio.
— Me gustan tus gemidos... los de dolor claro —Susurró Suga coquetamente— Me encantaría tenerte
gimiendo todo el día sólo para mí pequeño niño —Se acercó a mi oído para susurrar — Te puedo hacer
gemir de dolor pero también te puedo hacer gemir por otras cosas...
Todos mis vellos se erizaron, mi corazón palpitó con fuerza. Suga clavó más su cuchillo.
— ¡BIEN MOCOSO BIEN! ¡JODER SÍ! ¡GIME MÁS! ¡MÁS, MÁS, MÁS!
El habla se me fue y comencé a gritar, mis ojos se llenaron de lágrimas. Era un dolor insoportable, juré
que iba a vomitar. Suga sonrió. Sus ojos brillaron, tenían un brillo que antes no tenían... era aterrador
Suga extrajo el cuchillo, me tumbé a suelo con una mano rodeando la herida. Comencé a toser sangre y a
gemir de nuevo. Sollocé. Suga levantó mi barbilla.
— Esta vez fui generoso —Sus ojos perdieron brillo— La próxima vez te torturaré y no será lindo
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— No me volverás a ver —Susurré débilmente.
—Lo juro…
Suga sonrió y se levantó. Guardó su cuchillo y se pasó la mano por el cabello. Desearía tanto verlo sin la
máscara... podría apreciar su belleza... aunque ya la tiene pero quería ver más.
— Claro, como eres taaan importante en mi vida... —Respondió con el mismo tono
Suga levantó una ceja y luego sonrió. Era como ver al mismísimo gato de Alicia en el país de las
maravillas frente a ti. Me estremecí.
— ¿Te gusta complacerme, eh? Niño bonito. —Dijo él lamiendo sus labios lentamente.
Suga rio y salió del callejón. Levanté la vista al cielo y me arrastré afuera, sentía una pesadez enorme
invadirme. Necesitaba llamar a urgencias o a alguien... ¡pero no traía mi teléfono!
Me levanté como pude mientras gritaba de dolor, subí colina arriba pero mis piernas me fallaron, traté de
gritar pero me quedé sin habla. Dejé todo mi cuerpo caer sobre la calle, me dejé rodar hasta abajo.
Comencé a toser más sangre, mi vista se volvió borrosa
Oí un motor y una voz, luego sentí que me cargaron. Todo se volvió negro
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Capítulo 6. “Sueños extraños”
Abrí los ojos, estaba todo completamente oscuro. Olía mucho a humedad, un poco a sangre y a productos
de limpieza. ¿Qué había pasado? ¿Dónde estoy? ¿Qué es este olor? Mis muñecas estaban atadas al igual
que mis pies. Traté de reincorporarme pero me resultó casi imposible. Resoplé con fuerza y busqué
desesperado un poco de luz.
Silencio, si había alguien, era de muy mal gusto fingir ser invisible... se supone que mi trabajo es ese, yo
soy el chico asocial.
Escuché una puerta abrirse, una pequeño ranura de luz se coló. En cuestión de segundos la habitación se
iluminó por completo, cerré los ojos de golpe y lentamente los volví a abrir.
Con el rabillo de ojo pude ver a alguien acercarse. Forcejee un poco pero sentí que apretaron más. Voltee
un poco a la derecha y vi a Suga observándome
— Te dije que me divertiría contigo —Su voz se oyó como un eco— Y no te salvas
Sacó su cuchillo y se colocó en cuclillas frente a mí, el aliento se me cortó cuando hizo una fina cortadura
en mi mejilla. La sangre comenzó a escurrir pero Suga la lamió siguiendo el rastro, pasó cerca de la
comisura de mi labio, me estremecí y gemí
—Me divierte verte asustado —Se acercó a mi oído— Pero me gusta más verte asustado y excitado
Sentí que hizo una cortadura en mi cuello, gemí y sentí la tibia sangre recorrer mi cuerpo. Suga observó el
camino de sangre hasta que desapareció dentro de mi camisa. Levantó mi barbilla y comenzó a lamer, bajó
lentamente a mi clavícula, sentí que entraba al paraíso. Bajó aún más hasta que sentí su lengua cerca de mi
pecho.
Cortó mi camisa y yo inmediatamente traté de taparme pero no pude debido a las cadenas. Suga observó
detenidamente mi abdomen, mi cuerpo. Sonrió y comenzó a lamer el hilo de sangre que se había colado
cerca de mis pezones. Gemí y despegué mi espalda de...de donde estuviera acostado. Escuché la risa
cínica y sensual de Suga
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— Me encantas —Me clavó sus bellos ojos hipnóticos y sonrió— Pero puesto a que ti te encanta
complacerme, dejarás que juegue contigo un rato...
Sentí que deslizó sus manos a mis jeans llenos de sangre, ahogué un grito y comencé a moverme de un
lado a otro... ¡No iba a perder mi virginidad con un asesino! ¡Menos con él!
"¡NO!"
Sentí como comenzó a sobar mis muslos mientras les hacía una fina cortadura, gemí un poco, era increíble
cómo podía darme dolor y placer al mismo tiempo. Arquee un poco mi espalda cuando lamió mi estómago
y bajó hasta al inicio de mi ropa interior. Sonrió.
[***]
Abrí los ojos de golpe, mi pecho subía y bajaba rápidamente, mi boca estaba reseca. Tragué saliva varias
veces, sentí que tomaron mi mano.
Me abrazó. Sentí un fuerte dolor en el estómago. Estaba en una sala blanca, estaba conectado a muchos
tubos y a una computadora. ¿Estaba en el hospital?
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— ¿Jimin? —Oí una voz femenina, una enfermera bastante guapa entró y me dedicó una sonrisa— Me
alegro que hayas despertado... voy a hablarle al doctor.
— Nada, sólo estar tirado en la calle... creo que alguien me agarró y me trajo aquí... ¿quién fue? —
Pregunté
— Sí, estabas tirado en medio de la calle... Toda tu ropa estaba manchada de sangre, estabas pálido y no
respondías. Te tuve que traer —Dijo él mientras tomaba mi mano— Me alegro que estés bien
Observé a Namjoon y sonrió. Hice una mueca de dolor y observé mi estómago, tenía una venda
— Casi una semana... perdiste mucha sangre —Dijo Namjoon—Al menos estás bien ahora.
— Me alegro que ya hayas despertado Jimin, te recuperaste antes de que lo creímos —Observó a Hoseok
y a Namjoon— ¿Pueden salir un momento por favor?
— Te voy a sacar unas pruebas —Sacó una jeringa— Sólo para asegurarnos que estás estable. Una
enfermera vendrá a limpiarte la herida en unos minutos
Sentí un piquete, hice una pequeña mueca y esperé. El doctor retiró la jeringa, me puso un pequeño curita
y finalmente anotó unas cosas. Quise preguntarle qué me había pasado pero la misma enfermera de hace
rato entró. Me sonrió
Retiró la venda suavemente, luego otra, otra y finalmente una última. Vi negro y rojo combinado... se veía
muy mal.
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— Bien —Tomé aire
Danna agarró un bote que contenía un líquido naranja, empapó un algodón y comenzó a retirar la sangre.
Cuando la zona quedó más limpia observé una herida que iba de mi ombligo casi hasta la zona pélvica, era
una herida pequeña pero estaba cosida. Agarró otro algodón y siguió limpiando
— Aún está cicatrizando, trata de no hacer movimientos bruscos para que no se te abra de nuevo —Dijo
Danna después de ver mi expresión de disgusto— Dentro de unos meses ya estarás bien
— No, es que... todas las noches —Él hizo una mueca— Nada, mejor olvídalo
— ¿Hablaba dormido?
— ¿A él?
— A Suga —La enfermera me miró seria— Pero supongo que sólo es por miedo
— ¿Danna?
— ¿Si Jimin?
— ¿Cómo qué?
— Lo que más repetías era que te vengarías de él... luego en otras ocasiones decías que te dejara en paz. Y
bueno, sólo en una ocasión dijiste que sus manos eran hermosas —Danna rio— No te preocupes, muchas
chicos y chicos son fanáticas de él
— Tranquilo —Danna rio— Será nuestro secreto —Me guiñó el ojo y salió
60
Esto comienza a asustarme...
[***]
Asentí. Ya quería salir de este lugar, digamos que no es lo mío estar quiero y encerrado lejos de mi
libertad. Suspiré y esperé a que el doctor llegara. Entró un enfermero en su lugar
— Hola Jimin —Dijo con voz masculina— Yo me haré cargo de tu última prueba
— Está en una cirugía —El enfermero preparó una jeringa— Yo me haré cargo de ti
El enfermero agarró unas tijeras y cortó la venda, quitó el resto y admiró la herida. Pasó su mano
lentamente provocándome un cosquilleo.
Levanté una ceja. El enfermero soltó una risa y agarró un bisturí. Abrió de nuevo la herida, solté un
pequeño grito de dolor mientras lo veía escandalizado.
— Debo ver bien tu herida —Se quitó sus guantes y tocó la herida, lamió la sangre que había en su
pulgar— Debo averiguar si está sanando realmente
Planeaba gritar pero el enfermero me clavó la mirada. Me quedé completamente petrificada al ver sus ojos
gatunos y aquellas manos venosos… era… mierda…
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— Tú —Susurré— ¿Cómo demonios lograste entrar?
El enfermero sonrió y se quitó el traje de enfermero, una vestimenta negra salió a la luz definiendo su
cuerpo. Vi que agarró un cuchillo mientras se acercaba lentamente a mí
— Pequeño niño estúpido —Sonrió— Contaba los segundos para que te dieras cuenta
— Quiero tu cuerpo —Sonrió— Quiero escuchar tus gemidos —Sentí que enterró su cuchillo en mi herida
provocando que sollozara— Gime... ¡gime para mí!
Sentí el cuchillo entrar más profundo rompiendo el tejido sano, Suga tapó mi boca para que mis gritos no
salieran tan fuertes. Patalee y traté de agarrar su brazo para alejarlo pero era demasiado fuerte... parecía
inhumano.
Mis lágrimas salían seguidas de gritos roncos. Traté de moverme pero me estaba agarrando con demasiada
fuerza, comencé a moverme desesperado debajo de su brazo
Agarró el cuchillo y sin destapar mi boca se colocó en cuclillas frente a mí. Levantó el cuchillo en alto
mientras sonreía de manera satánica.
Pegué un fuerte grito y me quedé sin voz mientras sentía mi vida esfumarse en segundos
[***]
Bajé la vista a mi camisón y deslicé mi mano, sentí la venda. Abracé más fuerte a Namjoon
62
Observé la sala que estaba casi a obscuras, sólo una pequeño lámpara iluminaba la habitación
— Duerme... mañana el oficial Arthur vendrá a hacerte unas preguntas —Dijo Namjoon
Asentí mientras me volvía a acostar en mi cama. Cerré los ojos pese al miedo que tenía, estos sueños
extraños me iban a volver completamente loco tarde o temprano
[***]
Cuando desperté transcurrió todo con normalidad, la enfermera fue a limpiar la herida, el doctor a
hacerme pruebas, Namjoon a visitarme... la misma rutina aburrida. No dejaba de pensar en aquellos
sueños, ya iban 2 y siempre con Suga... siempre a punto de asesinarme
"Sería interesante"
— Si —Dije
— Bien
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La cabeza de Danna desapareció. Un hombre robusto y bastante guapo entró en la habitación. Tenía los
ojos aceitunados, el cabello café, un poco de barba con bigote y la piel un poco morena. Me sonrió y se
sentó en mi cama. Me enderecé.
— Tú debes ser Jimin—Sonrió con coquetería... o tal vez era natural— Soy el alguacil Arthur Crow
— Me enteré de lo que pasó, no pienso permitir que una persona que cometió tal atrocidad siga por las
calles... —El alguacil suspiró— ¿Recuerdas qué pasó esa noche?
— Me quedé solo en casa, tenía hambre así que bajé al restaurante de sushi cerca del instituto —El
alguacil asintió— Iba subiendo colina arriba cuando oí unos pasos. Estaba oscuro así que no pude ver
bien...
— Casi, estaba a unos cuantos metros —Dije— Sentí que me agarraron por detrás, no pude ver quién era.
Colocó un cuchillo en mi barbilla y dijo que no me moviera o lo lamentaría
— Es confuso... recuerdo que traté de huir y lo amenacé con un cuchillo pero fue rápido y me golpeó en la
cabeza y me pateó... traté de levantarme pero fue inútil, no sé cómo logró hacerme la herida en el
estómago. Corrí pero trató de alcanzarme, sin embargo oímos unos ruidos y el atacante se asustó, sentí que
me golpearon de nuevo y en un ataque de adrenalina comencé a correr colina abajo, tropecé y rodé hasta
llegar cerca de la carretera. Oí el motor de un coche y que me levantaron... de ahí en fuera nada
— Mi mochila —Mentí
— No sé si te enteraste... supongo que no pero en esa misma noche que te atacaron encontraron un cuerpo
fresco, víctima de Suga
64
— Lo dudamos —El oficial tosió— Suga no roba, supongo que los ruidos que escucharon debieron ser de
él
— Lo haremos
"La sangre"
"Tú"
"¿Yo?"
"Oh cierto"
Sonreí, no sonaba tan mala idea después de todo. A estas alturas, todo era posible
— ¿Si?
— Ya regresé
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— ¡Oh me alegro! —Dije sarcástico
— No seas tan agrio —Me tendió un pastel— Ten, para endulzar tu vida
— Qué gracioso Namjoon, jajá me parto de risa —Dije sin emoción alguna
— Físicamente, bien, pero mi cabeza parece un torbellino —Dije mientras comenzaba a comerme el pastel
— Ya informé a la escuela acerca de tu situación —Namjoon sobó mi mano— El director espera a que te
recuperes pronto
— No —Namjoon rio— Dice que de hecho admira mucho como eres, puede que a veces seas un chico
realmente arrogante pero tu personalidad es muy fuerte, le agrada que pongas a los chicos en su lugar
— Lo sé, créeme que lo sé, pero no puedes vivir toda tu vida siendo una solitario, se vale tener amigos...
se vale enamorarse
—Mucho... ¿sabes? Al principio puede ser lindo y tierno pero seamos realistas, el amor se acaba, y
después del amor viene el dolor. YO no pienso sufrir por alguien, entiende Nam, yo no soy el clásico
chico que espera por su príncipe azul, yo no le ruego a un hombre.
— Debe haber un punto medio Minnie, no puedes siempre darle la espalda a todo y esperar a que la gente
venga por ti, no lo hará siempre
— No sufro por estupideces —Reí— Amor, amistad... ¡puras tonterías! ¿De qué te sirve?
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— Para ser feliz
— No necesito a nadie, puede lidiar con mis problemas solo, no necesito un hombro ajeno para llorar, no
necesito palabras de otro para sentirme especial... no necesito todas esas cosas
—No lo sé, supongo que en algún momento me enamoraré ¿no? Claro, que ya dependerá de mí y de él
que tan lejos llegue. Pero... siendo muy sincero, no me imagino con una pareja feliz y lleno de hijos y
nietos corriendo de un lado a otro
— ¿Cómo te imaginas?
— En una casa cerca del mar, con un perro, solo, tranquilo... —Levanté los hombros— Yo que sé
— A veces, pero sé lidiar con ello, prefiero estar solo a rodeado de gente hipócrita
— ¿Tú no lo eres?
Namjoon rio un poco, suspiró y se estiró. Levanté los hombros e hice una sonrisa de lado
— Si tú lo dices
— ¿No te enojas?
Namjoon rodó los ojos y rio. Se sentó en mi cama y seguimos platicando durante largo rato.
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Pues sí, así soy yo, un chico que se muestra completamente desinteresado de tener amistades o un amor.
No le hago caso a los comentarios porque aprendí a que lo único que quieren es tumbarte, con la pena, yo
no permitiré eso. De ahí salió mi orgullo, lo admito, soy todo un orgulloso pero me sirve. Pero cuidado,
tampoco dejo que el ego tome control de mi vida.
Algunos dicen que los asusto, otros dicen que me admiran. Pero bueno... así soy yo. Además, muchas
veces la amistad te hace sufrir el triple de lo que sufrirías solo. Tuve amigos en algún tiempo pero después
ya no.
Respecto al amor... admito que estuve enamorado durante mucho tiempo de Matt Stevenson, 5 años para
ser exacto. Después me di cuenta que era un maldito engreído, mujeriego y patán asqueroso. Me rompió el
corazón de manera muy brutal y cruel. De esos tropezones me fui haciendo cada vez más frío, seco,
sarcástico y completamente anti-sentimientos amorosos. Yo no pienso enamorarme, no pienso sufrir de
amor de nuevo... es una estupidez.
Yo no me imagino rogándole a un chico para que se quede a mi lado, no me imagino en una relación
donde sea yo el títere. Definitivamente debería pasar un enorme milagro para que un chico logre que caiga
en sus redes y no escape. Cosa que no ha pasado y no pienso que pase. Nunca, jamás.
Y el día en que me dé cuenta que caí profundo ante un chico, que sigo con él pese a que me lastima, el día
en que confiese QUE ESTOY ENAMORADO, ese día... le haré un altar al chico. Y ahí sí la gente no
sabrá quién soy y no me reconozca.
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Capítulo 7. “Cara a cara otra vez”
3 semanas fueron necesarias antes de que saliera del hospital... 3 semanas después del incidente, ya estoy
como nuevo y afortunadamente la fea cicatriz apenas se nota. ¡Gracias doctores! ¡Gracias Danna! ¡Muchas
gracias! Ahora me encontraba caminando por la calle de vuelta al instituto.
Entré un poco inseguro, estaba algo nervioso pero afortunadamente tenía todo bajo control. La gente me
volteó a ver inmediatamente. Todo se quedó en silencio y la gente clavó la vista en mí como si estuviesen
viendo a un fantasma. Comencé a caminar bastante incómodo y oía a la gente susurrar cosas, se abrían y
me observaban
"¿Por?"
"Las noticias..."
"Ah, claro"
Llegué a mi casillero. Lo abrí pero en 3 segundos lo volvieron a cerrar. Jin estaba apoyado viéndome con
una radiante sonrisa. Lo voltee a ver de mala manera.
Por su aliento parecía estar comiendo chicle, al verlo masticar confirmé mi teoría
— Me extrañaste mucho ¿verdad? —Sonreí— Extrañabas al hijo de puta que te dejaba callado.
Jin seguía sonriente. El pasillo seguía en silencio y observando la escena, estaba comenzando a ser
aterrador. Jin acarició mi cabello y lo enredó en sus dedos, hizo unos rulos y lo soltó riendo. Lo observé
confundido... y asustado.
— Parece que no estás en tan mal estado —Jin infló el chicle y acto seguido lo reventó— Creo que nos
interesaría saber cómo demonios escapaste de él
— Dijiste en las noticias que te robaron y te hirieron gravemente —Jin tornó su sonrisa un poco más
maniaca— Y luego el ratero salió corriendo debido a un ruido. Casualmente una víctima del Suga estaba a
metros de ti.
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La gente comenzó a susurrar y se acercaron. Me sentí invadido, todos me veían
En un imprevisto Jin levantó mi camisa y la fea cicatriz quedó a la luz, ahogué un grito y me volví a tapar.
Lo observé furioso.
— ¿QUÉ? —Solté
— Esa historia del robo no me la trago —Jin sonrió con maldad pura— Esa cicatriz querido... —La
señaló— Te la hizo Suga
— Y muchos otros —Jin se cruzó de brazos— Llegamos a creer que estás mintiendo para salvarle el
pellejo a Suga... el que mató a TU madre
Apreté mis puños, la gente retrocedió un poco. Jin tronó de nuevo el chicle
— Mira, puedes hacer lo que quieras —Jin rio— Sólo que si fuera tú, no dejaría que un asesino que mató
a MI madre se saliera con la suya. ¿Qué te sucede Jimin? ¿Ahora te volviste mucama de los desastres
masculinos?
Mi corazón comenzó a latir a mil por hora. ¿Así de obvio era? Demonios...
— No lo estoy defendiendo —Comenzaba a perder la paciencia— Yo no me topé con él, no sé quién fue,
me hirieron eso pasó —Troné mis puños— Y si no quieres que te parta en dos, sugiero que te alejes
lentamente y no me hables más.
Jin se quedó en silencio, parecíamos dos leones a punto de brincar una encima del otro y despellejarlo. Jin
se reincorporó aún más y sonrió.
Se dio la media vuelta y siguió caminando. La gente comenzó a dispersarse, siguieron hablando o
simplemente se fueron. Suspiré profundamente y volví a abrir mi casillero para sacar mis cosas. Al
cerrarlo vi a Hoseok recostado en los casilleros a unos metros de mí. Jin estaba hablando con él y él sólo
me veía. Azoté el pequeño puerta y comencé a caminar furioso por el pasillo.
70
[***]
Salí del instituto más molesto. No había sido precisamente mi día, la gente no dejaba de verme, los
profesores de hacerme preguntas, comenzaba a ser fastidioso. ¿Por qué la gente no se podía simplemente
tragar que me habían asaltado? ¿Por qué creen que todos los heridos son víctimas del Suga?
¡No tiene sentido! Él... bueno él mata, a mí no me ha matado (sepa dios porqué) pero... pero... ¡Diablos ya
se me olvidó que iba a decir!
Me senté en el pasto cruzado de brazos. Quería relajarme un poco antes de caminar a casa. Sentí que
alguien se acercaba, al ver con el rabillo del ojo vi a Hoseok sentarse junto a mí. Parecía tranquilo pero yo
necesitaba estar solo
— ¡No! —Solté— ¡NO RESPONDERÉ A NADA! ¡NO ME PREGUNTES ACERCA DE ESA NOCHE!
Hoseok me volteó a ver confundido, sonrió y soltó una pequeño risa. Lo observé confundido. ¿Qué era tan
gracioso? Yo no encontraba la gracia
— En realidad Park —Hoseok se acercó— Quería decirte otra cosa —Rió— Entiendo que estés de malas
pero quisiera que me acompañaras a un bar cerca de aquí, habrá una banda musical y dicen que es bueno.
Irán algunos del instituto pero ninguno que te moleste
— Oh —Me sentí como un estúpido— Bueno... creo que una salida no me haría daño
— Sólo deja avisarle a mi hermano —Abrí mi mochila pero Hoseok tomó mi brazo
— Pero...
— Además él tenía una reunión hoy ¿no? Eso dijiste hace rato... tranquilo, te llevaré a casa antes de que él
llegue. No tiene por qué enterarse —Me guiñó el ojo
— Bueno
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Guardé mi teléfono otra vez y seguí a Hoseok hasta su coche. Me subí y dejé que me guiara por la ciudad
mientras escuchábamos música electrónica. Algo no me daba buena espina, entiendo que Hoseok sea
buena persona...bueno más o menos, pero no entiendo. ¿Por qué me sigue buscando?
Parece que quiere estar cerca de mí pese a todo lo que he dicho y hecho. No, definitivamente necesitaba
saberlo. Saberlo ya
— ¿Hoseok? —Pregunté
— ¿Si Minnie?
— ¿Pero por qué te preocupas por mí? —Agité mi cabeza— No tiene sentido, soy seco, frío, no me gusta
estar cerca de la gente, te he tratado un poco mal... ¿por qué sigues conmigo?
— No lo sé —Hoseok levantó los hombros— Siento que eres una persona bastante misteriosa y especial.
Me gusta que seas diferente, supongo que quiero conocerte mejor.
— No te pedí serlo
— Ni me enamoro
— No pienso enamorarte
— ¿Entonces?
Solté una pequeño risa sin poder evitarlo. Hoseok sonrió también y en el alto me volteó a ver fijamente.
Yo levanté una ceja cuando se acercó a mí. En un imprevisto se acercó rápidamente, me dio un beso
rápido y se volvió a reincorporar para arrancar.
— Te robé un beso
— Si... digo ¡NO! —Me puse rojo— Sólo que... acabas de decir acerca del amor y...
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— Una cosa es que quiera enamorarte y otra completamente distinta que sólo quiero tener una relación
divertida contigo
— Tienes debilidades Jimin —Hoseok sonrió— Eres humano, no siempre puedes tener tu máscara de niño
anti—sentimientos, no siempre tienes que ser tan indiferente.
— Es protección
— ¿A qué?
— Al dolor
— Todos sufrimos en algún momento, no puedes esquivarlo, debes sentirlo de vez en cuando
— Ni yo sé cuál es
— Definitivamente no el sexo
— Nop
— ¿Y chicas?
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— No sabría decirte, no tiendo a crear lazos sentimentales con la gente
— ¡Oye!
— Es verdad
Iba a contestarle pero se estacionó con brusquedad. Estábamos en un bar o más bien casa de madera
bastante grande, había coches estacionados. Observé el entorno y vi que estaba pegado al bosque. Salí y
me subí el cierre de la sudadera. Hacía frío, bastante.
Hoseok sonrió y caminó al lugar, lo seguí de cerca pero tenía la jodida sensación de ser observado. Entré
al bar y vi que era estilo cowboy con las meseras con ombligueras a cuadros y mini—shorts, además había
música tipo ranchera y todo era de madera. Sin embargo, era bastante agradable.
— Ahí está bien —Señalé una ventana que daba la vista al bosque
— Bien
— Hoseok...
— Anda Lu
— Sí —Dijo él
— Esta sí te va a gustar
Levanté los hombros. Las cervezas llegaron, yo le di un pequeño trago mientras que Hoseok casi se la
tomó a la mitad. Levanté una ceja y él sonrió mientras la depositaba bruscamente en la mesa. Le di un
gran trago a la cerveza y la deposité también.
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—A las 7 —Dijo él
Ambas chicos entraron riendo y platicando. El chico de cabello azul me volteó a ver, le dio un codazo a
Jin quien también observó en la misma dirección. Desvié la mirada hacia Hoseok quien veía a la banda
ranchera. Sentí sus pasos y en cuestión de segundos ambos chicos estaban frente a mí
— ¿Ahora lo invitas a salir? —Jin rió— Wow Hoseok, caíste muy bajo
— ¿Por qué no mejor mueven sus culos fuera de mi vista y nos dejan en paz? —Pregunté de manera
maleducada para dejar en claro que no los quería allí.
En un imprevisto les lancé la cerveza a ambos chicos. Soltaron una exclamación mientras retrocedían.
Hoseok se estaba riendo y yo sólo sonreí con orgullo, los dos chicos comenzaron a frotar su ropa. Me
dedicaron una mirada asesina.
Mark iba a decir algo pero Jin lo cayó. Ambos me voltearon a ver
Ambos chicos se alejaron. Hoseok comenzó a aplaudir lentamente muriéndose de la risa, yo me incliné e
hice un saludo. Chocamos puños
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Seguimos platicando hasta que por fin la banda musical llegó. Eran unos chicos de unos 20 años o 19,
vestían bastante bien y estaban muy guapos. Se subieron al escenario y se presentaron. Hoseok me jaló
hasta el frente para verlos bien. Las chicas comenzaron a aplaudir y a gritar. Cuando comenzó a sonar la
música el ambiente se alocó. Sonreí, la música era muy buena para ser sincero.
Hoseok comenzó a bailar, reí y comencé a seguirle el juego. Me dejé llevar. Le subieron el volumen y
comenzó a resonar por todo el bar, el piso temblaba, yo reía mientras agarraba otra cerveza y me la
tomaba a tragos. ¡Al diablo la seriedad! ¡Yo quiero estar ebrio! ¡Y mucho!
Comencé a moverme de manera más lenta y sensual mientras veía a Hoseok, nos pegamos y comenzamos
a bailar. Sólo nos rozábamos o él pasaba sus manos por mi cintura, yo por su cuello o lo abrazaba. La
música se tornó muy brusca, era como estar en un verdadero concierto. No oía nada que no fuera la
música y los gritos.
Observé a mí alrededor y vi a Jin tambaleándose con Mark riendo por todo y por nada. Ellos si estaban
muy ebrios. Seguimos bailando pero en eso sentí que tocaron mis pantalones. Voltee y vi a Jin agarrando
las llaves de mi casa
Demonios, estaba muy borracho. Él rio y comenzó a alejarse, iba a seguirlo pero Hoseok me volvió a
pegar a él. No pensaba con claridad así que dejé que se fuera. Seguí bailando y moviendo mi cuerpo.
Mucha gente comenzó a unirse y los chicos de la banda comenzaron a animar el ambiente. Apagaron las
luces y prendieron luces de muchos colores, salió humo y serpentinas. Mi ropa comenzó a brillar. Reí y
comencé a gritar feliz mientras brincaba con Hoseok.
Seguí tomando. Todo iba bien hasta que sentí mareos y nauseas. Me alejé de Hoseok y fui a los baños. Me
tambalee y me fui apoyando en la pared como pude. Entré al baño que apestaba a vómito y a sudor. Me
puse agua en la cara. Un hombre estaba sentado con botella de agua, pagué una y me la tomé. Me sentí
mucho mejor. Salí y ordené un poco de comida para rebajar. Hoseok se acercó
Seguí comiendo y tomando agua. Todo comenzó a ser más claro... ¡MIS LLAVES! Me levanté, ya no
estaba tan mareado pero seguía ebrio. Salí del lugar y vi aún el coche de Jin. Comencé a rodear el lugar
buscándolo pero no aparecía. Chasquee la lengua y comencé a llamarlo. Observé el bosque y vi el suéter
de Mark tirado cerca de unos árboles.
Lo recogí. Sí, era de Mark. Observé huellas en el lodo, estaban frescas. Comencé a seguirlas lentamente,
me fui adentrando en el bosque. Me frené en seco ya que era de noche y estar solo en el bosque no era
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muy astuto. Menos sin nada con qué defenderme. Al estar ebrio no le di tanta importancia y seguí
caminando. Hubo un momento donde perdí el rastro. Me iba a dar la vuelta pero no sabía cómo regresar,
era muy confuso todo.
Resoplé y saqué mi teléfono pero escuché unas voces. Me quedé en silencio y escuché unos gritos.
Comencé a correr hacia ellos, vi a lo lejos una fogata. Los gritos se hicieron más intensos. Me escondí
detrás de un árbol y vi a Jin: estaba atado y lloraba desconsoladamente, se removía a todos lados mientras
gritaba por ayuda. Salí de mi escondite y me acerqué a él.
— ¡JIMIN! —Exclamó— ¡TIENES QUE AYUDARME! ¡SE LO LLEVÓ! —Comenzó a llorar— ¡ÉL SE
LO LLEVÓ! ¡SE LO LLEVÓ!
— De acuerdo, tranquilo, primero voy a zafarte —Dije mientras desataba sus nudos— Tranquilo
Jin retrocedió de golpe. Fruncí el ceño, ¿qué le pasaba? Él abrió la boca y se la tapó mientras me señalaba.
Caminé hacia él pero sentí algo puntiagudo en mi espalda.
Oh demonios...
Corrí hacia Jin y me di la vuelta. Vi a Suga sonriente, estaba lleno de sangre en el rostro y en la ropa. Jin
tomó mi mano y se colocó detrás de mí. Suga sonrió.
— No deben preocuparse más por él —Lamió su cuchillo lleno de sangre— El chico de cabello azul ahora
duerme eternamente.
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Suga comenzó a acercarse lentamente. Jin y yo retrocedimos, los ojos de Suga desbordaban deseo, deseo
de matar y llenarse las manos de sangre. Mi respiración se fue cortando y comencé a temblar con fuerza.
Me sentía acosado, rodeado. Suga en un rápido movimiento nos alcanzó. Me aventó y agarró a Jin del
cuello. Él comenzó a gritar.
— Porque quiero estar a solas contigo —Susurré tan firme como pude.
— ¿A solas, eh? —Suga sonrió— Y dime niño bonito, ¿por qué querrías estar a solas con un asesino?
Suga soltó una risa bastante macabra. Soltó a Jin quién comenzó a toser.
— ¡CORRE! —Solté
Jin se levantó de golpe y salió corriendo. Me molestó de cierto modo pero bueno, no esperaba que se
quedara. Yo haría lo mismo. Suga sonrió con perversidad mientras se fue acercando a mí. Yo comencé a
retroceder lentamente.
— ¿Cómo va la herida?
— No lo creo querido asesino —Agarré una rama rota, las puntas eran bastante filosas— Yo aún quiero
matarte ¿recuerdas? Y no, si crees que es broma lamento arruinar tu momento
— ¿Qué? —Suga soltó una carcajada— ¿Qué te hace pensar que creo que es broma?
— ¿Se supone que debo asustarme de un niño estúpido? —Rió con fuerza. —Claro.
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— ¡NO SOY UN NIÑO! ¡SOY MAYOR! ¡TENGO 17! —Espeté
— ¿17 años? —Suga sonrió y se fue acercando— ¿Quieres mostrármelo? Anda, deja ver ese cuerpo tan
lindo y virgen que tienes, lindo mocoso.
"¡No sé!"
"Es probable"
— Exacto, seamos realistas: tú eres un asesino, yo un adolescente. Déjame tener una chance aunque sea
—Hice un puchero inevitable.
— Hagamos esto —Dijo él— Si me vences, te dejaré ir y es más... me iré de este pueblo
— Lo juro, pero, si yo gano —Sonrió con malicia— Tú, pequeño fastidioso, dejarás que haga contigo lo
que quiera, y después te largarás y me dejarás de buscar... si es que sigues vivo
— ¿Eso quieres? —Preguntó coquetamente— ¿Quieres que te folle duramente, pequeño pervertido?
— No, bueno, es que dijiste "lo que quieras" y... y bueno... —Me puse rojo nuevamente.
— ¿Disculpa?
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— Ya sabes —Sonrió. —Buenos culos, apretaditos, calientes labios, buenos con mamadas.
— ¿Entonces es un trato?
Suga lamió su labio inferior y se colocó en posición. Me hizo una seña para que fuera a por él. Toda la ira
que sentía la dejé salir. Con un grito me abalancé sobre él, me esquivó y caí al suelo. Me levanté molesto
y volví a intentarlo.
Nada, mis movimientos eran torpes debido al alcohol. Me enojaba cada vez más, traté de atacarlo por
abajo pero brincó, comenzó a reírse mientras más fallaba. El choque de la rama contra el suelo me estaba
haciendo perder la paciencia, con el aliento corto y enormes ganas de llorar me levanté y traté de taclearlo
de nuevo. Falla, Suga agarró mi rama y la aventó.
Me quedé sin nada con qué atacar. Me puse en pose de combate y traté de atacarlo a mano suelta. Él
esquivó mis golpes y mis patadas con facilidad. Reía cada que exclamaba una palabrota.
Mi cuerpo comenzaba a agotarse. Con un último aliento traté de golpearlo pero me sujetó la muñeca. Me
tumbó al suelo y quedó encima de mí con una sonrisa. Mi pecho subía y bajaba, no podía respirar muy
bien. Observé los labios de Suga: eran tentadores, sus ojos, hipnóticos. Cerré los ojos unos segundos y los
volví a abrir. Negué con la cabeza.
— Claro que no puedes mocoso estúpido —El tono de Suga sonó molesto— Soy mejor que tú
— Ah eso... ¿en serio quieres utilizarme? Digo, no soy bonito y mi cuerpo es de niño
— No pienso hacerlo
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Suga rió suavemente y apretó más mis muñecas, hice una mueca y gemí mientras maldecía
— ¿Maldecir?
— No me gusta tu sarcasmo
— O puedo matarte
— O puedes dejarme ir
— O puedo torturarte
— Degollar
— Si eso todos lo saben... —Suga sonrió — ¡QUIERO DECIR QUE ESO DICEN! No es que a mí te me
hagas guapo... o sea, no eres feo de hecho estás bien pero... si no fueras asesino probablemente me fijaría
en ti y saldríamos a tomar un café... espera no, tal vez ni te hablaría... si eso... o tal vez…
— Déjame ir
— No, ya fue suficiente de charla —Suga sacó su cuchillo y clavó la punta en mi estómago— Quiero
divertirme un poco y embriagarme con tus gritos
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— Cállate —Soltó Suga de muy mala manera— Déjame hacer lo que quiera
Suga sonrió y se acercó a mi cuello. Me estremecí un poco cuando sentí su cálido aliento cerca de mi oído.
Todo en mí se estremeció, mejor dicho,
— Pequeño niño —Suga rió de manera jodidamente sensual— Te dolerá, tómalo por hecho, amo ver
sufrir a mis víctimas, sin embargo... digamos que tu dolor será por otra cosa
Todo en mí se estremeció al escuchar sus palabras y captar su indirecta Él se separó y me clavó sus bellos
ojos mientras una sonrisa iluminaba su rostro
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Capítulo 8. “Maravilloso delirio”
"Mierda"
"Noooooooooo”
"Mierda"
"Mierda x2"
Sus ojos, eran como ver 2 hoyos negros, te atraían de un cierto modo pero eran aterradores, los noté
mucho más sombríos que hace rato, estaban... apagados, de un cierto modo. Comencé a temblar, su
sonrisa era como ver al mismo gato sonriente de Alicia en el país de la maravillas frente a ti. Claro, más
escalofriante, sexy y algo...muy pervertido.
— Eso lo decidiré yo —No sonrió— Ahora estúpido mocoso, ruega porque ésta no sea tu última noche de
vida
— Es muy probable —Seguía sin sonreír— Sigo siendo un asesino —Lo susurró en mi oído— Un asesino
con sed de sangre —Clavó la punta de su cuchillo en mi estómago— Que busca un poco de placer —Oí su
carcajada cuando ahogue un grito de dolor— Que su delirio más maravilloso es ver la sangre escurrir en
piel blanca y fina
Clavó más el cuchillo, arquee la espalda y levanté mi cadera. Mi entrepierna quedó contra la suya, me
puse rojo pero Suga estaba tan ocupado que creo que ni lo notó. Cuando comenzó a brotar sangre, el brillo
de sus ojos regresó, su sonrisa volvió y todo en él pareció cobrar vida de nuevo. Sonrió y arrancó parte de
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la tela de mi camisa. Mi estómago se apreciaba perfectamente. Me tapé pero él agarró mis brazos y los
colocó con fuerza en el suelo. Le clavé la mirada enfurecido.
Él comenzó a apretar mi cuerpo, sonreía mientras me provocaba dolor. Era una sensación más dolorosa
que placentera pero a la vez era tan única e irreal. Un maravilloso delirio sin duda alguna, me estaba
torturando, provocando sensaciones nunca antes sentidas y experimentadas.
Fue recorriendo con sus dedos lentamente el trayecto de la sangre, la lentitud era asfixiante, delirante,
torturadora, increíblemente placentera. Tenía tantas ganas de gritarle que no se detuviera cuando dejó de
manosearme. No me había dado cuenta que estaba mordiendo mi labio hasta que sentí el fuerte dolor.
Sentí la sangre escurrir, muy poquita pero la sentí. La lamí antes de que Suga la viera, era capaz de
cortarme los labios. Ahogué otro grito cuando Suga lentamente colocó sus manos en mis muslos. Sentí
todo en mí explotar, un tacto de que inmovilizó, mi respiración se agitó y sentí que el corazón se me
saldría del pecho.
Suga sonrió y fue sobando mis muslos lentamente, abrí la boca pero me detuve. Bajó más sus manos hasta
posarlas en mis rodillas, me agarró con fuerza y me jaló hacia él. Sentí el raspón de mi espalda con la
tierra, las piedras y ramas. Me guardé la mueca de dolor. Diablos... estaba más cerca de él. Literal, ahora
estábamos a la misma altura.
Sentí su aliento en mi cuello. Olía a menta y... a sangre. ¿Sangre? Oh, claro. Suga ignoró por completo mi
suspiro cuando subió de nuevo sus manos a mis muslos, comenzó a acercarse peligrosamente a mi zona
íntima. Comencé a rogar que no lo hiciera pero a la vez tenía muchas ganas de que lo hiciera. Era la feroz
batalla entre el sí y el no. Suga me clavó la mirada y todo en mí se estremeció, se acercó peligrosamente a
mí, si subía un centímetro mi cabeza era muy probable que terminaría besándolo.
— ¿Qué tanto miras? —Preguntó finalmente— Desde que empecé no has gemido, hablado, nada
— Sólo me observas, observas fijamente mis movimientos —Hizo una mueca— Así que te preguntaré de
nuevo... ¿qué observas?
— Ya lo dijiste... sólo te observo en silencio —Un escalofrío recorrió mi espalda cuando sonrió como gato
— A mí me gusta el ruido
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Con su fuerza sobrehumana me jaló de los brazos para reincorporarme y que quedara sentado sobre él.
Sentí mis mejillas arder cuando noté que estaba sentada encima de él... o sea... si estaba sentado encima de
él, significaba que estoy sentado sobre su... oh dios...
"Erección". Esa simple palabra hizo que todas mis hormonas se prendieran, sin poder evitarlo me puse
rojo, rojo, rojo. Suga comenzó a atacarse de la risa, mis manos temblaron y mi voz apenas salía... ¡qué
vergüenza!.... ¡Diablos!
— Y-yo —Me tropecé con mis propias palabras— No era... yo... no me refería a...
— Si tan sólo vieras tu cara ahora mismo —Suga parecía muy divertido— No te preocupes mocoso, tengo
mis hormonas bien controladas. No se me parará... aún
Me mordí el labio cuando sentí mis mejillas arder el triple, una sonrisa quiso escaparse pero lo evité. Suga
se rio de buena gana yo estaba realmente... ¿cómo decirlo? Bueno, no estaba acostumbrado a... a tanta
honestidad. Bueno, no es que esté acostumbrado a que un chico me hable de ése modo... digo... ¿quién no
se pondría como yo?
— Aja eso —Traté de ocultar mi rubor— S-si te importa, preferiría que te ahorraras los comentarios
pervertidos...
— No me conoces pequeño mocoso —Su sonrisa hizo que mis hormonas se afloraran— No me conoces
en el modo sucio...
— No pienso hacerlo
— Ni yo, mi suciedad está reservada a chicos más buenos y sucios igual que yo
— ¿Disculpa? —Pregunté ofendido— Puede que sea un pequeño mocoso bastante sensible a las palabras
pervertidas pero dime querido asesino... —Me acerqué mucho a él— ¿Qué te hace pensar que no soy un
chico sucio, eh?
Suga pasó sus manos por mi espalda y me acercó más a él. Nuestros pechos chocaron con fuerza, sentí que
me estremecí, su aliento, su mirada penetrante.... Quise besarlo... besarlo y devorarlo ahí mismo. Me
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acerqué pero creo que adivinó mi movimiento. Agarró mis brazos y se tumbó en el suelo. Para no caer
encima de él coloqué mis manos.
Suga quedó debajo de mí entre risas divertidas. Yo sentí que mis mejillas estallarían debido al rubor.
Respiré hondo, no iba a darle el placer de verme tan indefenso. Le devolví la sonrisa y él se mostró
sorprendido, supongo que no creyó que fuera a devolverle la moneda.
Suga se hizo un poco más hacia abajo, no comprendí qué quería hacer hasta que sentí que pasó sus brazos
por mi cintura y me bajó un poco. Sentí que comenzó a chupar mi herida. ¡Él y las malditas heridas! Gemí
debido al ardor y arquee un poco la espalda. Sentí las manos de Suga dirigirse a mis jeans, traté de
reincorporarme pero no había manera sin que cayera encima de él.
No finalicé. Con sus piernas se impulsó de nuevo debajo de mí y observó mi cuello. Levantó una ceja y
tocó delicadamente con la yema de sus dedos.
Tenía que hacer algo ya. Me di la vuelta y caí en seco en el suelo. Suga se levantó y me volteó a ver
riendo.
— ¿Qué estás haciendo? —Preguntó sin dejar de reír. — ¡Rayos, mocoso! ¡Eres muy divertido!
Suga me dio la vuelta bruscamente. Solté una exclamación de dolor cuando sentí sus manos rozar mi
espalda toda raspada. Comenzó a sacudirla.
— Te lo afirmo —Me volvió a colocar en la pose anterior: debajo de él— Pero eso no es lo importante
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— Soy antónimo a la justicia —Sonrió
— Eres muy...
— Directo, gracias, lo sé
— Eres realmente...
— ¿Apuesto? Ya lo sé mocoso
Traté de moverme pero fue inútil. Levantó mi cadera y mi parte entrepierna rozó la suya. Me puse rojo
otra vez, Suga deslizó sus manos por mi espalda y se dirigió a mí camisa. Me removí y quedé pecho tierra.
Eso fue peor: literalmente me arrancó la camisa. Suga quiso darme la vuelta pero no me dejé
Suga resopló con fuerza y me dio la vuelta con brusquedad. Gracias a mis brazos seguía sin ver nada.
Suga levantó una ceja pero yo los mantenía cruzados sobre mi pecho.
— Me refería a que puedo hacerte cosas sucias, no que me hagas cosas sucias
— ¿Hacerme cosas sucias? —Suga sonrió— Suena tentador pero no... No por ti, no vales la pena. Sólo
eres un pobre chiquillo inocente, virgen y completamente débil
— ¿Eso piensas?
Mordí mi labio con fuerza, Suga sonrió, sabía que estaba a punto de lograr su objetivo pero no iba a
dejarlo. Idee un plan.
— Desnudarme no es el problema
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— ¿Ah no? —Suga se mostró confundido— Entonces explícame
— Que me vayas a dejar traumado de por vida es el problema —Debía hacerme la víctima
— Exacto —Mentí, esto debía acabar rápido... debía conseguir el momento perfecto para matarlo o huir
— Bueno
Suga lamió mi cuello. ¿Qué demonios? ¿Así planeaba retirar mis brazos? Iba a responderle pero sus
lamidas y chupetones fueron salvajes, bruscos y muy apasionados. Bajó hasta mi clavícula, ahogué los
gemidos pero no duró bastante, necesitaba agarrarlo y pegarlo a mí. LO QUE SEA. Me abracé a mí mismo
resistiendo el exquisito placer de la lamida y su magistral lengua. Bajó a mi vientre hasta donde
comenzaban mis jeans. Me sonrió y lentamente fue bajándolos, me mordí el labio... no podía detenerlo. Se
deshizo de él y admiró el bóxer que guardaba mi erección. Observó mis piernas y gracias a la forma que
movió sus labios, supongo que dijo "sexy".
Agarró una hoja que estaba junto a él y comenzó a pasarla por mis piernas, mejor dicho, por mis muslos.
¡Oh maldita sea! Apreté mi quijada mientras trataba de ahuyentar la risa y el placer. Siguió el trayecto de
mis pies hasta mis muslos lentamente mientras tarareaba una canción, era torturador. Sí que sabía torturar
el maldito. Gemí sin evitarlo pero no me zafaba. Me revolqué un poco pero él me mantuvo inmóvil, rodé
los ojos y le di un fuerte golpe al suelo con mis piernas.
Suga subió sus manos, acariciando mis piernas, provocando electricidad pura, mi cuerpo rogaba más,
rogaba que me hiciera suyo de una vez por todas. Llegó hasta mi bóxer y comenzó a bajarlo. Fue un
reflejo inevitable. Agarré sus manos para evitarlo. Me puse rojo cuando él sonrió mientras veía mi pecho
al desnudo y mis pezones. No perdió el momento para morderse el labio.
— Interesante —Suga soltó mi bóxer de abajo y observó mis pezones— Son rosados y adorables.
Suga se acomodó y colocó su lengua en mi ombligo y comenzó a subir, mientras más se acercaba a esa
zona, más intenso se tornaba todo. Llegó a mi estómago, el delirio creció. Fue lento, lento, lento hasta que
finalmente se detuvo. Yo rogaba porque siguiera y de hecho me sorprendió cuando mordió mi pezón
izquierdo. Pegué un fuerte gemido. Lo mordió nuevamente con más fuerza.
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No... No... Esto no puede sentirse tan bien... No por favor... ¡BASTA! ¡BASTA! ¡NO PUEDE
HACERME ESTO!
Suga comenzó a lamer y a apretar con brusquedad mis pezones. La burbuja del placer creció, sólo oí mis
gemidos en el silencio de la noche, la risa de Suga y los latidos de mi corazón retumbando en mi cabeza.
Arquee la espalda cuando comenzó a chupar mi piel y a morderla jugando suciamente con ella.
— ¡BASTA! —Exclamé sudando y sintiendo mi erección empujar contra mi ropa interior — ¡PARA POR
FAVOR! — Él rió— ¡QUE PARES HE DICHO!
Ahogué más gritos cuando comenzó a morder mi piel, comenzó con mi clavícula y bajó. Solté un gruñido,
no podía ser verdad. Comenzó a lamer mi clavícula y mi cuello mientras masajeaba mis pezones con sus
manos. Ahogué un grito y lo jalé del cuello. Enredé mis dedos en su cabello negro y lo jalé un poco más,
se sentía bien. Se colocó entre mis piernas, sin poder evitarlo las enredé en su cadera. Levanté mi cuello y
Suga volvió a mis pezones. Lamía, chupaba, succionaba, pero no lo hacía con delicadeza. ¡Me estaba
devorando! Era rudo, salvaje, desbordado de deseo y placer.
Cuando me clavó su mirada vi sus ojos, brillaban, pero era un brillo diferente. Sus ojos desbordaban
lujuria, deseo. Agarré sus mejillas con el aliento corto, sentí su cuerpo tensarse. Recorrí su rostro
lentamente con mis manos, él cerró los ojos. Tuve la tentación de quitarle su máscara pero sería mala idea.
Dirigí mis manos hacia su pecho, abrió los ojos y observó mis manos. Aunque tenía la camiseta negra, se
podía observar su cuerpo. Lo toqué suavemente mientras sentía mi respiración calmarse. No me importaba
que estuviera llena de sangre.
— Sólo te admiraba —Dije mientras lo veía fijamente— Mis tentaciones no son tan altas
Suga bajó mis manos y volvió a mi cuello, lo mordió. Solté un gemido de dolor, volvió a agarrar su
cuchillo y me hizo un fino corte. Sentí la sangre deslizarse y pasó por mi cuerpo. Eso quería justamente ya
que comenzó a lamerlo. Apreté mis puños mientras sentía mi respiración agitarse, Suga reía y lamía. Se
detuvo y me observó sonriente.
Suga pasó su lengua lentamente por su labio superior. Me derretí frente a él, no pude evitarlo. Él sonrió y
lamió la comisura de mis labios, maldita sea, fue torturador no besarlo ahí mismo. Agarré su cuello y lo
pegué a mí. Él rio cuando volví a enredar mis piernas en su cadera con fuerza y traté de frotar nuestras
89
entrepiernas. Comenzó a deslizar su índice por mi abdomen hasta mi bóxer. Rozó mi erección sobre la tela
provocando un fuerte gemido, todo en mí brincó.
— Estás duro —Sentí su sonrisa sobre mi cuello. — Casi goteando líquido pre-seminal, cosita pervertida
— ¡SÓLO HAZLO! —Grité— ¡POR FAVOR SÓLO HAZLO! ¡QUIERO ACABAR CON ESTO YA!
Suga se levantó de golpe. Se sacudió las hojas y guardó su cuchillo. Yo seguía en el suelo completamente
confundido. Suga sonrió.
— Eres un... un... —No sabía cómo expresarme— ¡JAMÁS VUELVAS A JUGAR CON MI
VIRGINIDAD!
— Trata de no soñar mucho conmigo —Se acercó a mí sonriente— Si piensas mucho en ello eres capaz de
cualquier estupidez por hacerlo realidad
Me quedé frito. ¿Así que eso era todo? ¿Me dejaba con el susto de mi vida? Lo agarré del brazo cuando
se dio la vuelta, le clavé la peor de mis miradas
— Maravilloso delirio, nunca lo olvides mocoso —Respondió simplemente— Se llama tortura mental
Soltó una carcajada y fue retrocediendo. Fue cuestión de tiempo antes de que me quedara solo de nuevo.
¿Cómo carajos hacía eso? ¡Yo un pobre virgen de cualquier tacto, me hacía creer que me violaría! ¡Y se
había sentido bien que fue lo peor de todo!
Tembloroso me coloqué mis jeans y lo poco que quedaba de mi camisa rasgada y aún bastante aturdido
corrí hacia la misma dirección que Suga. Observé el estacionamiento de la cabaña no muy lejos. Vi a
Hoseok con el teléfono. ¡MIERDA MI TELÉFONO! Muy tarde, no había tiempo. Corrí hacia él
— ¡HOSEOK! —Grité
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Él colgó y me vio horrorizado, quizás mi estado no era el mejor pero al menos había llegado
— Te ves muy mal —Dijo él— Anda, sube, son casi las 11
Nos subimos rápidamente al coche. Hoseok aceleró y se pasó muchos altos, no hablamos durante todo el
trayecto lo cual agradezco. Llegamos en poco tiempo. Le di las gracias a Hoseok y bajé del coche volando
con mis cosas. Toqué el timbre varias veces. Hoseok arrancó y salió disparado. Namjoon me observó
fijamente... muy molesto
— ¡NO PUEDES SEGUIR HACIENDO ESTO MINNIE! —Me jaló adentro— ¡MÍRATE NADA MÁS!
— ¡ESTÁS SANGRANDO!
— ¿Qué?
Namjoon cerró la puerta y se abalanzó sobre mí. Tocó la herida, mi piel desnuda estaba sucia y llena de
sangre. Namjoon se tapó la boca
— Lo perdí
Namjoon soltó una palabrota. Entró a un cuarto y salió con alcohol y algodones, me sentó en el sofá a la
fuerza y comenzó a curarme. Me estuvo regañando durante varios minutos pero para ser sincero mi mente
estaba en otro lado. Sólo asentía de vez en cuando. Finalmente terminó.
Lo observé y no pude evitar sentirme mal por él, se veía afligido, molesto y preocupado
— Y no pienso hacerlo...
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— Quiero dormir, mañana hay clases...
Le dije buenas noches y subí. Estaba muy sucio así que no dudé en darme un baño. Me quité la ropa y
entré al agua. Me froté todo y toqué suavemente la herida, la lengua de Suga regresó a mi mente. Sus
ojos... su burla... su deseo. No podía con ello. Traté de tocarme como él lo había hecho pero no sentí nada,
ni siquiera un cosquilleo. Golpee la pared frustrado. Sobé mi erección y froté mi glande esperando sentir
lo mismo pero apenas sentí el cosquilleo. Comenzó a doler y no me excitaba.
No podía creer que realmente hubiera caído. Yo, yo no podía caer. No, no iba a permitirlo. Respiré hondo.
Yo Park Jimin había dejado muy claro que no caería ante él. No iba a volver a pasar. Resoplé, no debía
volver a pasar...
Cerré los ojos y traté de dormir pero fue inútil. Cada que cerraba los ojos la imagen de Suga volvía a mí.
Comencé a forzarme a pensar en otras cosas pero no... Siempre volvía a mí
"Tortura mental"
92
Capítulo 9. “No me conoces”
Escuché el horroroso ruido de mi alarma. Me cubrí con el cojín forzándome a volver a dormir, estaba
agotado, me dolía la cabeza, tenía hambre... ¡Un desastre! Me arrastré fuera de la cama y bajé a desayunar,
luego me vestiría. Choqué con las cosas provocando un gran alboroto.
Empujé a Namjoon y saqué el cereal y la leche, me serví bastante y me senté de nuevo en la mesa frotando
mis ojos y bostezando. Namjoon se sentó frente a mí y comenzó a comerse un pan tostado con mermelada.
Me observó fijamente en silencio.
— Namjoon...
Le clavé la mirada ofendido pero me di cuenta que era inútil. No podía seguir mintiéndole, no, él era
bastante listo y me conocía muy bien.
— Tú sabes de qué hablo —Namjoon bufó— El día de la fiesta regresaste bastante sucio y un poco
herido, no me engañas, en tu rostro había terror —Abrí la boca pero Namjoon hizo seña para que lo dejara
terminar— Unos días después me entero que estás en el hospital con una gran herida y ayer regresaste en
un estado realmente terrible. Parecía que te había atacado una bestia salvaje
93
— En esas 3 ocasiones siempre actuabas como si no fuera de importancia... y evitas mi mirada, justo
como lo estás haciendo justo ahora
— ¿En serio? —Lo voltee a ver fijamente— Ya te dije lo que pasó, no oculto nada
— Jimin, puedes ser el rey del engaño pero soy TÚ HERMANO, a mí no me engañas, te conozco
perfectamente. Mira, no sé qué diablos sucede contigo, no sé si te proteges de algo o proteges a alguien,
realmente no lo sé pero ten claro que esto comienza a salirse de control. ¿Estás siendo abusado? ¿Te han
estado acosando?
— Depende...
— ¿Quién?
— ¿Qué?
Me tensé, Namjoon se pasó la mano por el cabello completamente frustrado. Tragué con dificultad
mientras sentía todo en mí apretarse y estrujarse una y otra vez.
— Ya estuvo bueno —Namjoon apretó su mandíbula— Me vas a contar todo de una maldita vez Jimin, no
permitiré que sigas con esta mentira... si no lo haces no te dejaré salir a ningún lado. Yo te llevaré y
recogeré del instituto, te mantendré encerrado aquí hasta saber qué pasa.
— ¡NO!
— Bueno, 6 días
— ¡Te contaré todo! ¡Todo de todo! ¡Sin mentiras! —Supliqué— Por favor Namjoon, por favor, por
favor, por favor sólo dame 6 días...
— 5 días
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No le di importancia, terminé rápidamente y me fui a vestir. Cuando terminé de asearme salí de mi casa y
fui directamente a la parada de autobús, pero estaba vacía. Observé de izquierda a derecha y no había
ninguna persona. Refunfuñé y comencé a caminar colina abajo.
Mientras tanto estaba pensando en mil cosas a la vez. Necesitaba darle una buena explicación a Namjoon,
necesitaba decirle algo NO TAN GRAVE para que no hiciera escándalo con la policía. Aunque, no podía
culparlo, sólo éramos él y yo... sólo... nosotros dos...
¿Cómo sería mi padre? Mi madre nunca nos habló de él... de hecho no sabía nada de él, ni su edad, su
nombre, nacionalidad o aspecto físico, era como si él no existiera y nunca hubiera existido. Prefiero no
pensar en ello porque pese a todo me duele de un cierto modo, no es fácil para mí cuando es día del padre
o cualquiera de esas estupideces. La gente realmente jode con cualquier cosa para hacerte sentir mal, en
serio, con cualquier cosa.
Llegué al instituto, entré lentamente evitando contacto visual con cualquier persona. Vi a Hoseok junto a
mi casillero, observaba a todos lados. Me di la vuelta, no tenía ganas de estar junto a él ahora mismo. Vi al
baño de chicos y no dudé en entrar. Comencé a sentir nauseas, me metí con mis cosas a un retrete y esperé
mientras me apoyaba en la puerta. Oí que la puerta se abrió y que entró alguien. Oí unos sollozos, unos
lamentos. Salí y vi a Jin poniéndose un poco de base de maquillaje desesperado.
Lucía fatal, parecía un muerto, pálido, seco, llena de marcas... realmente horrible. Él me observó y pegó
un grito, me volteó a ver y sus ojos se salieron de sus órbitas.
— Tú no puedes estar vivo —Me señaló acusante— N-ninguna persona sobrevive a él...
Jin se levantó y me tocó, sus labios estaban secos y partidos, su cabellera opaca y sucia. Cuando me tocó
se dio la vuelta y comenzó a toser, tosía cada vez más fuerte y comenzó a hacer ruidos con la boca muy
extraños.
Jin estaba rojo y sus ojos salían de sus órbitas, abrió su mano y un bote pequeño amarillo lleno de pastillas
se estrelló con fuerza en el suelo. Jin se apoyó en el lavabo.
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Jin se metió dos dedos en su boca, retrocedí y se apoyó de nuevo en el lavabo. Me acerqué un poco pero
me frené cuando la pobre chico vomitó. Me tapé la boca, Jin volvió a vomitar otra vez. Vi como la saliva
amarillenta se deslizaba por su labio y se depositaba en su camisa. Observé horrorizado como expulsaba
las pastillas entre cada vomitada, el olor agrio comenzó a marearme. Necesitaba ayuda. Dejé mis cosas y
salí corriendo en busca de la enfermera
La enfermera corrió detrás de mí hasta el baño. Abrimos la puerta pero yo me quedé afuera, el olor era
insoportable. La enfermera sacó a Jin casi arrastrándolo, él estaba cubierto de vómito, de su labio inferior
escurría un hilo naranja y trozos de comida estaban en su camisa y jeans. Siguió vomitando mientras
lloraba y gritaba. La gente comenzó a acercarse y a taparse la boca y otros la nariz. Estaban
completamente pálidos viendo a Jin gritar y vomitar.
Muchos siguieron a la enfermera, otros grabaron, unos reían... me quedé plantado en el pasillo hasta que
desapareció. Corrí al baño por mis cosas y me aseguré que estuvieran limpias, acto seguido corrí a los
laboratorios.
Dejé mis cosas aún con la respiración agitada, realmente creí que se iba a morir ahí mismo. Respiré hondo
y solté aire lentamente, observé a unas chicas depositar unas flores en el asiento de Mark... el asiento
donde nunca más se volvería a sentar. Rodé los ojos, no me agradaba Mark, a decir verdad lo odiaba. Me
recargué en la silla y cerré los ojos.
Pensé en Suga, sus ojos, su boca, su tacto... se me escapó una sonrisa y sentí un cosquilleo en mi espalda.
Fue como si todo mi cuerpo se estremeciera de tan sólo recordar en lo de la otra noche, no me cansaba de
recordarlo. ¿Quién hubiera dicho que podría sentir tales cosas?
¿Cómo demonios nunca había pensado en lo maravilloso que podía ser... que te tocaran?
"Hoseok te tocó"
"Es cierto"
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"Cruel, frío, grosero y sarcástico... y muy orgulloso"
"No me conoce"
"No"
"Me conocerá..."
Sentí que tocaron mi hombro. Pegué un brinco y abrí los ojos, el profesor me estaba agarrando y
viéndome fijamente. Los demás me estaban viendo, reían en silencio.
— Llevo hablándole desde hace años y usted sólo tiene los ojos cerrados y una enorme sonrisa iluminando
su rostro... y también susurraba no sé qué —Dijo el profesor severo
— Pues baje de las nubes de una vez por todas, la clase está en la tierra
— Supongo que mejora la situación —No estaba muy convencido— ¿Viste a Jin?
— Sí, realmente lucía fatal... ¿qué pasó ayer en la noche? —Me clavó la mirada
— Los busqué pero me perdí en el bosque, estaba borracho y me tambalee a todos lados, resbalé en una
pequeño colina. Finalmente encontré el camino y te vi pero jamás me topé con él —Mentí
— El alguacil de la ciudad
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— Ya sé... pero... ¿viene para acá?
— ¿Si? —Asustado
La gente comenzó a susurrar y a hablar. Hoseok me observó pero yo levanté los hombros. Guardé mis
cosas y me dirigí hacia el director, caminamos por el pasillo y nos detuvimos fuera de la enfermería. El
alguacil Arthur estaba ahí con Jin, él estaba llorando pero se mostraba firme y bastante serio. Nos
acercamos, no tenía miedo ni nervios... nada de eso.
— Buenos días —Sonreí con alta falsedad— ¿En qué le puedo ayudar?
—Verás —El alguacil tosió un poco— Mi hijo está en muy mal estado y... él asegura una historia que en
realidad es muy... impresionante. ¿Nene? —Jin levantó la mirada— ¿Nos dices qué sucedió?
— Fui al bar ayer con Mark —Dijo Jin— Estábamos en el bosque riendo cuando nos atacaron por detrás.
Lo vi papá... a Suga —Comenzó a sollozar— Me amarró con cuerdas y se llevó a Mark, oí sus gritos
desde donde estaba. Yo comencé a llorar y a pedir ayuda.
— Jimin llegó —Me clavó la mirada— Jimin llegó y me quitó las cuerdas mientras me preguntaba qué
había sucedido. Yo le expliqué que ahí estaba Suga.
— Gracias —Jin sonrió a penas— Estábamos a punto de salir corriendo pero Suga llegó, nos acorraló y
comenzó a acercarse a nosotros, me agarró del cuello pero Jimin le rogó que me dejara ir. Dijo que tenía
asuntos pendientes con él.
— Luego Suga me dijo que tenía 10 segundos para correr, Jimin me gritó que corriera también, así que lo
hice. Estaba aterrado y corrí a más no poder, me oculté y traté de convencer a la gente pero ellos reían. Me
cansé y... y... no sabía si él sobreviviría... hui y... —Comenzó a llorar
— Está bien —El director sobó su espalda— Es una historia bastante impactante
— Muy fumada —Dije divertido— Yo jamás encontré a Jin... yo estaba con Hoseok, salí a buscarlo pero
nunca lo encontré —Mentí— No sé de qué habla.
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— ¡Jimin! —Jin me miró suplicante— ¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?
— Aquí hay un problema —Dijo el alguacil— Uno de las dos está mintiendo y realmente...
Touché
— ¡NO ES VERDAD! ¡PAPÁ POR FAVOR! —Jin le tomó el brazo— ¡TIENEN QUE CREERME!
¡JIMIN ESTUVO CON SUGA!
— ¡NO! ¡CIERRA LA BOCA! ¿POR QUÉ HACES ESTO? ¡JIMIN ÉL MATÓ A TU MADRE! ¿POR
QUÉ LO DEFIENDES? —Aulló Jin
— No, lamento mucho este malentendido —Dijo él riendo— Mi hijo debe descansar
— ¡NO! —Él se zafó— ¡JIMIN POR FAVOR! ¡MALDITA SEA DI QUE ES VERDAD!
El oficial Arthur jaló a Jin y se la llevó casi a rastras pese a sus gritos. El director se frotó los ojos
suavemente y me volteó a ver.
— Lamento esto Jimin, tú no eres un chico problemático... pero Jin parecía tan firme que...
— Regresa a clases Minnie —El director me dio unas palmaditas en la espalda— Tú concéntrate en lo
tuyo, los exámenes finales ya van a comenzar y te quiero a todo dar
— Como siempre
— Anda, ve
Cuando me di la vuelta sonreí a gusto. Seguro muchos pensarían que soy una maldito o algo por el estilo
pero seamos sinceros... Si afirmo lo que Jin decía, estaría sometido a un cuestionario eterno. No podía
arriesgarme a que hallaran a Suga, no podía arriesgarme a que descubrieran que estaba... pues... viéndolo.
No, la policía no podía enterarse de nada.
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Si Jin se volvía el loco de la escuela, no me importaba. Con tal de guardar el secreto soy capaz de
cualquier cosa, no dejaré que mis planes se vayan al diablo. YO mataré a Suga pero a su debido tiempo...
también quiero torturarlo... dulcemente, placenteramente. Lo haré sufrir y luego lo mataré de manera
exquisita. ¡Oh sí! ¡La venganza es tan fría y dulce!
Comencé a reír sin darme cuenta. Llegué a los laboratorios de nuevo y me senté alegremente junto a
Hoseok, unas personas me voltearon a ver raro (incluyéndolo a él). Yo no borré mi sonrisa, seguí
sonriendo durante toda la clase. ¡Estaba feliz! ¡Y no sabía ni por qué!
[***]
Finalmente el timbre sonó, no fue hasta la salida que pude descansar. Me senté debajo de un viejo árbol y
suspiré. Observé el cielo que estaba nublado y bastante triste pero a mí me gustaba más así, me gustaba
nublado, con truenos, lluvia... me gustaba el clima violento. Comencé a cantar en voz baja. Sólo para
pasar el rato.
Levanté la mirada y vi a una niña observándome fijamente. Levanté una ceja, llevaba un vestido negro, un
gorrito negro y zapatos bajos bastante monos. Portaba una muñeca linda pero bastante macabra en los
brazos. El pequeño parecía bastante dulce a primera vista.
— Mi hermano se va a inscribir aquí el próximo año, aquí finalizará sus estudios —Dijo la niña
Sonreí, me agradaba. Me recordaba mucho a mí a su edad. Yo también era muy desconfiado y un poco
seco, claro que ahora lo era mucho más pero siempre fui así. Lo que no entiendo es por qué soy así pero
bueno, esa es otra historia.
— Sí, no quiero pero estoy forzada —La niña suspiró sentándose frente a mí
100
— ¿Qué edad tienes? —Pregunté riendo
— 12 años
— ¿12? Wow... ¿no estás muy chica para conocer esas palabras? —Pregunté
— Él tampoco, de hecho es igual que yo... o incluso peor —Seguía sin sonreír
— Taehyung —Dijo la chica viendo el patio— Entró con mis tíos a inscribirse
— ¿Tus tíos?
— Mis padres murieron en... una larga historia —La niña suspiró— Pero fue hace tiempo
— ¿Fue un accidente?
— La asesinaron
— Lo lamento mucho
Me rasqué la nuca, la pequeña Emma seguía viéndome fijamente. Daba un poco de miedo pero no me
incomodaba. Ella me sonrió y yo le devolví el gesto, se levantó y comenzó a hacer señas. Un chico
cubierto con una sudadera blanca salió. Fruncí el ceño y comenzó a acercarse. Me di la vuelta y vi a la
pequeña que parecía feliz. Sentí las pisadas y luego un olor a loción perforó mi nariz.
No iba a ser grosero así que me di la vuelta. Me topé cara a cara con un chico rubio, tenía los ojos cafés
muy oscuros y la piel ligeramente canela. Era bastante guapo y mono. Me levanté para quedar a su altura,
él me observó de pies a cabeza. Emma se colocó junto a él y le tomó la mano. Diablos, si era guapo.
— Mucho gusto —Dije para tomar la iniciativa, Taehyung estrechó mi mano sonriendo
101
— ¿Te agrada? —Taehyung rio
— Sí, llévalo a la casa, quiero jugar con él a las muñecas —La pequeña Emma me volteó a ver— Te
quiero con mi hermano, si no, me enojaré mucho.
Emma se dio la media vuelta y caminó hacia una pareja que estaba platicando con el director. Comencé a
reírme un poco, la niña estaba un poco loca pero me agradaba
— Lo soy
— Y solitario
— También
— Y orgulloso
—A más no poder
— No lo dudo
Taehyung sonrió, tenía la típica sonrisa perfecta y cuadrada. Yo suspiré y peiné mi cabello hacia atrás. Vi
que algunas chicas me observaban con cierta envidia. No era mi culpa, atraía chicos guapos aun siendo
hombre.
— ¿Te mudaste?
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— ¿Por qué crees eso? —Sonreí
— No tienes cara de niño asustadizo... —Me observó fijamente— Pareces frío y bastante fuerte
— Gracias
— Bien, en ese caso supongo que eres como tu hermana pero cambias dependiendo con quién estés —Lo
analicé— Socializas con la gente con quien sientes confianza
Él rio también. Sin embargo por su mirada parecía estar hablando enserio
— Tengo una personalidad muy complicada —Dijo él— No sabes cuándo puedo cambiar de malas a
buenas, soy muy especial
— ¿Pese a todo?
— ¿Por?
— No sé, soy agresivo y bastante frío, odio los sentimentalismos y soy muy vengativo
Taehyung iba a decir algo pero la pareja comenzó a llamarlo. Él rodó los ojos y sonrió como diciendo
"qué lata dan". Yo levanté los hombros y sonreí. Supongo que la charla no tan común había finalizado.
103
Emma tenía razón, su hermano me agradaba, sentía que podía contarle todo con la aseguración que me
comprendería y ayudaría.
— Yo te busco
— De acuerdo.
Nos despedimos y caminó lentamente hacia las personas. Emma se despidió con la mano sonriente, le
devolví el saludo, la pareja me observó unos segundos y siguieron caminando. Agarré mi mochila para
regresar a casa, debía pensar en un plan, uno muy bueno. Las veces que había encontrado a Suga habían
sido por pura coincidencia. Sinceramente dudaba mucho que volviera a correr la misma suerte.
Si él no viene, yo tendré que hacerle venir a mí, aunque eso implique salir todas las noches a buscarlo, no
me importa. Tengo un plan pero debo perfeccionarlo para que no haya errores y todo salga tal cual lo
tengo planeado.
Ya es hora de contraatacar.
104
Capítulo 10. “Plan perfecto”
Después de aquél extraña charla decidí regresar a casa cuanto antes. Observé el cielo que ahora estaba gris
oscuro y pequeños gotas de lluvia comenzaban a caer. Suspiré molesto y me puse mi capucha, me
desesperaba un poco la lluvia salpicando mi cara.
Comencé a caminar por las estrechas calles que llevaban colina arriba. Me detuve en el callejón donde
Suga me había atacado y un sentimiento de nostalgia me inundó. Admiré fríamente el edificio donde me
había metido y luego seguí caminando. Odiaba seguir pensando en él... odiaba el hecho de tan sólo
tomarme la molestia de pensar en él.
Finalmente llegué a casa y toqué el timbre varias veces, Namjoon me fue abrir
— Comenzaba a creer que te habías escapado —Dijo él cerrando la puerta cuando entré
— Vayamos por partes, debes decirme TODA la verdad —Namjoon me observó— TODA, sin mentiras
— Dijiste que un chico te atacó las 3 veces —Comenzó— Pero dices que te resbalaste... algo no cuadra
— Mira te explico qué pasó —Interrumpí— La primera vez estaba muy borracho, en la casa de Andrea
¿bien? me metí en una pelea con Jin, por eso llegué así. Me corrieron de la fiesta y por eso vine solo a
casa.
— Esa historia es cierta, bajé por comida china pero de regreso alguien me atacó, dijo que me diera mi
mochila pero yo como soy MUY... bueno, ya sabes, me negué. Fue por eso que me hirió, sin embargo
oímos unos ruidos y el atacante salió corriendo, yo traté de caminar pero rodé colina abajo y de ahí en
fuera no sé qué pasó
— Fui a un bar con Hoseok —Namjoon levantó una ceja— Lo sé, no sé por qué acepté... bueno, el punto
no es ese —Agité mis manos— Jin me quitó mis llaves de la casa porque quería estar contigo, traté de
105
seguirlo pero se metió en el bosque así que lo busqué. Sin embargo era de noche, estaba ebrio, estaba
mareado y sin querer rodé colina abajo... ¿tienes idea de cuántas ramas y piedras hay? Te puedo mostrar
los raspones en mi espalda
— Te creo —Dijo Namjoon— ¿Pero por qué dijiste que te atacaron 3 veces?
— ¿Sí? —Pregunté
— ¿Debería?
— No lo sé, dime tú
— ¿Seguro?
— Absolutamente
— Ugh, vale.
Namjoon suspiró y salió del comedor. Lo escuché subir las escaleras y encerrarse en su cuarto. Wow, no
podía creer que realmente me hubiera creído... O tal vez no lo hizo pero fingió hacerlo No lo sé, la verdad
no me importaba
[***]
A la mañana siguiente las cosas no mejoraron mucho. Cada vez la gente hablaba menos de Suga, los
noticieros pasaron de hablar cada hora de él a hablar moderadamente de él. ¿Dónde demonios se había
metido? Llegué al instituto y me sorprendí bastante al ver a la gente tan callada. Me acerqué a Hoseok que
no estaba muy lejos.
—El director nos quiere a todos en el auditorio en 10 minutos, dice que es importante —Dijo Hoseok sin
verme
Comencé a avanzar junto a los demás para entrar al auditorio, las luces eran muy débiles y la gente
susurraba consecutivamente. Evité que me empujaran varias veces y comencé a caminar por las filas,
quedé casi hasta adelante. Hoseok se sentó junto a mí, cosa que me sorprendió. La gente hablaba, otros
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susurraban, algunos reían pero eran muy pocos los que parecían asustados. Arriba del escenario había una
mesa con 3 sillas, supongo que para las 3 personas que estarían ahí.
— No, sólo dijo que estuviéramos aquí —Dijo Hoseok mientras me clavaba la mirada
Observé el entorno, casi todo el auditorio estaba lleno. Vi a una profesora susurrarle algo al guardia de
seguridad, él asintió y levantó su índice. Vi a otro grupo de personas llegar segundos después, cuando
entró la profesora que acompañaba ese grupo, el oficial cerró las puertas. Arquee mis cejas al ver a Jin
entrar junto a su padre, él le dijo algo y Jin se fue a sentar de mala gana. Observé el escenario de nuevo y
vi al director sentándose en la silla de en medio.
— Buenos días estudiantes —Dijo el director con su voz áspera y ronca pero el micrófono hizo que su voz
saliera aún más grave y un poco aterradora. La gente comenzó a guardar silencio y a callar a los demás.
Cuando todo se quedó en silencio el director prosiguió— Seguramente muchos de ustedes se preguntan
por qué convoqué a todo el instituto
— No lo creo —Dije mientras veía al alguacil Arthur caminar hacia el escenario cautelosamente
— Todos conocen a Suga —Prosiguió el director tras una breve pausa, la gente comenzó a murmullar— Y
seguro muchos de ustedes saben que no han habido noticias de él desde hace unos días. En lo personal yo
estoy aliviado pero nunca sabemos...
— El Alguacil Arthur tiene un mensaje para nosotros —El director extendió su mano y observamos al
alguacil subir al escenario y estrechar su mano. Se sentó a su izquierda y sonrió— Les pido de favor que
primero ESCUCHEN lo que dice y después den sus opiniones
— Buenos días estudiantes —Saludó el alguacil— Efectivamente, como lo dijo su director, Suga ha
estado ausente. Sin embargo no hay que bajar la guardia...
— ¿Crees que esto tenga algo que ver con Jin? —Preguntó Hoseok
Observé a Jin pasar lentamente por los pasillos, la gente lo observaba pero él ignoraba las miradas y
caminaba decidido hacia el director y su padre.
— Algunos seguramente escucharon rumores —El alguacil me sacó de mis pensamientos— Todos saben
que un estudiante, saben quién, resultó ser víctima de este sujeto. Mi hijo, Jin, él estaba presente cuando
eso sucedió y créanme cuando les digo que la pasó muy mal... Hijo mío, sube por favor
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Jin subió al escenario y se sentó a la derecha del director. Nos observó a todos en silencio. La gente
comenzó a susurrar y otras a soltar exclamaciones de confusión. Yo comenzaba a temblar.
— Gracias padre, gracias director —Dijo Jin— Realmente siento que esta situación pueda parecer
perturbadora pero en fin, sólo muy pocos sabemos realmente qué sucedió esa noche
Me hice chiquito en mi asiento y sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Solo esperaba que Jin no me
viera o se le ocurriera enfrentarme ahí mismo frente a todos.
—Pese a la calma que hay ahorita, no nos podemos dar el lujo de pensar que esto terminó —Dijo el
alguacil— Por eso, habrán nuevas reglas, tanto para la escuela, tanto como para la ciudad. Ustedes
terminan este curso dentro de 2 semanas o menos, pero para su próximo ciclo escolar habrá algunos
cambios.
— A partir del siguiente ciclo escolar, el uso del transporte escolar será OBLIGATORIO —El alguacil
dijo esa palabra muy fuerte y claro— No estará permitido salir a comer en el receso de 1 de la tarde a 2 de
la tarde a lugares a más de 500 metros de la escuela...
La gente comenzó a acelerarse y a gritar. Yo me di una palmada en la cara mientras resoplaba, era
increíble lo estúpidos que eran. Entiendo que quieran mantenernos a salvo pero no va a cambiar nada. Una
vida más, una vida menos... ¿qué cambia?
— ¡SILENCIO! —El director dio una palmada en la mesa y todos se callaron— Dejen que el alguacil
termine de hablar y luego podrán quejarse, bola de malagradecidos
— Gracias —Dijo el alguacil— También todos los estudiantes deberán utilizar una credencial para salir y
entrar a la escuela, si no, su pase será denegado —La gente no dijo nada— Instalaremos un segundo piso a
la cafetería y comidas corridas al menú para que coman bien. Por último, quiero agregar que una psicóloga
entrará al equipo del colegio para los que sientan... bueno, con ganas de hablar. A partir de hoy ella estará
disponible y el próximo ciclo escolar. Estará junto a la oficina del director, en el antiguo cuarto del
conserje.
— Ahora sí —El director se acomodó su corbata— Nuestro estudiante y compañero tiene un informe para
ustedes, es una proposición que se llevará a cabo si la mayoría está a favor.
—Gracias director —Jin se acercó más al micrófono y se apoyó en sus codos— Sé que muchos de
ustedes han sufrido la pérdida de un amigo o familiar, víctima de Suga —La sala se tornó completamente
silenciosa, daba un poco de miedo— Yo perdí a mi mejor amigo, no sé ustedes, pero yo estoy cansado de
sufrir. Estoy cansado de ver muerte por todos lados y agonía
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La gente comenzó a susurrar, observé a algunos que asintieron con la cabeza. Algunas personas tenían los
ojos húmedos. Voltee a ver a Jin de nuevo.
— Muchos me tachan de loco, pero yo sé qué sucedió esa noche —Jin observó a su padre y él asintió—
La noche en que Mark murió, no estaba solo. La razón por la cual estoy vivo se debe a un estudiante que
está entre ustedes —Jin observó el entorno y depositó sus ojos en mí— Park Jimin, querido, no tienes idea
de cuánto te lo agradezco.
La gente ahogó gritos y algunos soltaron gritos de sorpresa. Todo el mundo me volteó a ver, incluso
Hoseok. Abrí la boca para contestar pero no salió ningún ruido. Me sentí invadido y entrar en pánico.
— Así es —Dijo Jin— Gracias a ese chico, sigo aquí. Él me ayudó a librarme de Suga, aunque, no
entiendo él como logró salir vivo, pero bueno, ese no es el punto...
La gente comenzó a hacer escándalo tras oír eso. Apreté mis puños. La gente comenzó a atacarme a gritos
con preguntas. Me levanté de mi asiento frente a todos.
— Deja ya eso Minnie —Dijo Jin suavemente— No tiene sentido que protejas a Suga... ¿por qué lo haces?
Él mató a tu madre después de todo
La gente se calmó pero aún seguía oyendo las exclamaciones de algunas personas
—Repito, ese no es el punto —Jin sonrió— Propongo que hagamos donaciones a la policía para que las
posibilidades de encontrar a Suga sean aún mayores. Si conseguimos suficiente dinero el FBI y policía
extranjera podrían ayudarnos a resolver esto y atrapar de una vez por todas al maldito que está causando
terror en nuestro tranquilo pueblo.
—Es momento de contraatacar —Jin se levantó de su asiento— ¡Él no nos va a intimidar! ¡Traeremos a
todos los investigadores y policías del mundo si es necesario! ¡Atraparemos a Suga! ¡NOS
VENGAREMOS DE ÉL!
109
— ¿CUÁNTOS A FAVOR? —Preguntó en voz alta el director
Observé a todos levantar la mano, excepto yo, claro. Todos tenían expresiones de felicidad y sus ojos
brillaban del éxtasis. Observé con pánico mí alrededor, no podía permitir que eso sucediera. No podían
coger a Suga, ese trabajo era mío. ¡Me había jurado que yo lo torturaría y mataría! Jin me sonrió y agarró
el micrófono de nuevo.
—Sin embargo necesito un segundo al mando para ayudarme con este proyecto —Todo el mundo
comenzó a gritar que los eligiera— Agradezco los voluntarios pero ya sé a quién elegir. Te quiero a ti
Jimin, él chico que me ayudó a vivir.
Todo el mundo me volteó a ver, me levantaron de mi asiento y comenzaron a aplaudir con fuerza mientras
gritaban. El director me hizo señas para que avanzara, me quedé quieto pero la gente comenzó a
empujarme hacia el escenario. El guardia me cargó y quedé frente a todos. Jin se acercó a mí con el
micrófono en mano.
— ¿Y bien Jimin? ¿Serás mi segundo al mando para atrapar a Suga? —Preguntó sonriendo
— N-no lo sé —Tartamudee
— ¿No lo sabes? ¿Cómo que no sabes? Jimin... ¿qué acaso no quieres atrapar a Suga? —Preguntó Jin con
cierto tono ofendido, aunque claramente era falso.
— Es que, tengo muchas cosas que hacer y un proyecto así de grande... siento que no podría con él —
Mentí, era un buen punto
— Eres Park Jimin, la chico que alardea que es mejor que todos —Jin me puso el micrófono en la mano—
Demuéstralo...
La gente me vio completamente sonrientes, como perritos esperando su premio después de un halago. Mis
manos temblaron mientras acercaba el micrófono a mis labios. Cerré los ojos y tomé aire. Los abrí de
nuevo y traté de que mi voz no saliera temblorosa
— No puedo hacerlo —Pareció más un tartamudeo que una afirmación— T-tengo m-muchos problemas y,
y realmente me gustaría pero, pero no puedo porque… pues porque... tengo muchos problemas ahorita, y
debo primero… pues, arreglarlos. Agradezco esta oportunidad pero... no puedo tomarla. N-no puedo y lo
siento, de veras lo siento.
Le regresé el micrófono a Jin y bajé del escenario. Evité todas las miradas y volví a mi asiento. Todo mi
cuerpo temblaba, Hoseok comenzó a hablarme pero no podía escucharlo.
Cerré los ojos y esperé a que la reunión terminara para salir corriendo...
[***]
110
Me tumbé en el pasto del parque mientras pensaba en todo y en nada. Todo estaba desierto, silencioso y
vacío. Observé el cielo, era naranja y un poco lila, los suaves rayos de luz me rozaban pero no era
molesto, el viento era cálido y el silencio acogedor, perfecto. Cerré los ojos y respiré profundo. Pensé en
mi madre, ella hubiera querido que entrara al proyecto de Jin pero no podía hacerlo. Simplemente no
podía.
Muchas veces ella y yo veníamos aquí a hacer un picnic los sábados o simplemente a relajarnos,
desahogarnos, platicar a gusto. Mierda, extrañaba a mi madre, la extrañaba mucho. Apreté mi quijada, mi
paz se transformó en odio. Mi mente se volvió a aclarar: YO IBA A MATAR A SUGA, NO IBA A
DEJAR QUE JUGARA CONMIGO.
Me senté y me sacudí el pasto, todo volvió a aclararse una vez más. Apreté mis dientes y golpee el suelo
con mis manos, me levanté molesto y comencé a golpear un árbol. Sentí ira desenfrenada, las imágenes
del cadáver de mi madre inundaron mi cabeza, la sangre, Suga, Namjoon, la reunión de hace rato, las
miradas de odio y decepción de los estudiantes...
Era uno de esos momentos donde sentía que me volvería loco. Estaba solo. Completamente solo. No tenía
con quien desahogarme, con quien compartir mi odio y mi tristeza.
Mis hombros subían y bajaban rápidamente, respiraba por la boca y mis puños dolían por tanto apretarlos
con fuerza. Me relajé y respiré profundo. Observé el cielo y era azul oscuro, era increíble como el tiempo
cambiaba en tan sólo 5 minutos... igual que yo.
Me crucé de brazos y vi el pobre árbol golpeado. Me senté en el pasto de nuevo... realmente Suga me
asustaba. Tenerlo cerca me ponía los pelos de punta, sentía el peligro pero a la vez la emoción y el deseo.
Sí, dije deseo, ¿y qué?
Pasaron largos minutos, las estrellas iluminaron el cielo negro que estaba completamente despejado. Oí
unos pasos detrás de mí. Me levanté y me di la vuelta rápidamente mientras levantaba una rama para
defenderme. Era Taehyung.
— Cristo, me asustaste —Me llevé una mano a la boca y solté la rama— Perdón, perdón creí que eras
alguien más
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— Somos dos
Taehyung sonrió, su sonrisa era realmente hermosa, muy tierna y de un cierto modo sexy. Observamos el
cielo en silencio. Todo era tranquilo, no incómodo. Después de unos segundos observé a Taehyung, él
veía el cielo fijamente. Su cabello rubio estaba un poco despeinado pero le daba el look de chico
malo/desaliñado. Él se percató que lo veía, me clavó sus ojos marrones. Desvié la mirada completamente
ruborizado.
— Un guapo arrogante
— A veces
Ambos reímos. Me agradaba Taehyung, era algo realmente loco porque yo jamás tendía a formar lazos
sentimentales con alguien, era difícil, sólo con las personas con las que me sentía identificada era bastante
abierto. Y Taehyung se parecía a mí, nos parecíamos en muchas cosas y eso era asombroso. Yo siempre
creí que el raro era yo. O tal vez era raro, pero encontré otro igual de raro que yo...pero no pasa nada, es
un logro enorme. Nunca creí que pasaría...
— Francamente lo veo como una debilidad —Dijo él— Aunque bueno, a veces no podemos evitarlo
— Concuerdo contigo, yo por ejemplo soy muy... anti-sentimientos. Realmente odio todo lo que tenga que
ver con amor. La amistad la tolero más pero el amor —Negué con la cabeza— Fatalidad extrema
— Vaya Jimin, no te creí tan duro respecto a ese tema —Dijo Taehyung
— Una vez, pero fue horrible y realmente doloroso. Ahí aprendí que el amor aunque parezca dulce y
tierno al principio, se tornará realmente malo y doloroso al final
— ¿No? ¡Qué mal! Tenía ganas de hablar de cuentos de hadas contigo —Bromeó Taehyung
112
— Si este fuera un cuento de hadas definitivamente sería el villano —Sonreí
— No soy un príncipe, no soy dulce, no soy bondadoso, mucho menos cariñoso o frágil, no amo a todos,
no le hablo a los animales y lo más importante: no espero el amor verdadero.
— Según yo sí
— Quizá puedes ser un término medio o una combinación de ambos —Taehyung sonrió
— Podrías ser un príncipe oscuro —Taehyung me observó de pies a cabeza— O tal vez podrías ser un
villano que se fue por el camino de la luz
— ¿Quién sería? —Reflexioné un poco— Pues, probablemente el príncipe que tomó el camino
equivocado... sería el príncipe azul que se transformó en villano
— Wow, muy fuerte —Taehyung arqueó las cejas— Creo que voy a llorar debido a la profundidad
— Pero dime algo... ¿ese príncipe que se convirtió en villano, se vuelve a enamorar?
— Aun así nunca se enamoraría, él es tan oscuro por dentro que ni siquiera la luz del amor podría
iluminarlo un poco
— No lo sé —Me percaté que estaba muy cerca de Taehyung— El príncipe ahora está muy ocupado
persiguiendo a la bestia
— ¿Y quién es la bestia?
Taehyung sonrió. Agarró mi mano y lo observó fijamente. Nos quedamos en silencio durante largo rato.
Era extraña la forma en que hablábamos, supongo que ambos teníamos el mismo grado de rareza
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— ¿Qué? —Pregunté
— Opino que hasta el ser más cruel y podrido por dentro puede enamorarse
— Somos humanos Jimin, hasta el ser más despiadado o sanguinario tiene sentimientos. Algunos usan
máscaras para ocultarlos pero si encuentras el punto débil de la máscara, puedes acceder a sus
sentimientos con mucha facilidad.
Parpadee varias veces mientras unía mis cejas. Observé el suelo, un foco se encendió en mí
— Correcto, seguimos siendo humanos. ¿Aunque sabes por qué tantos ocultan los sentimientos de amor?
— Tú mismo lo dijiste, nada lastima tanto como el amor. Es una enfermedad peligrosa y mortal
Sonreí con Taehyung. Mi mente se aclaró. Finalmente todas las ideas se organizaron, todo agarró sentido
y las pistas pude entenderlas con facilidad. Acababa de encontrar el modo de torturar exquisitamente a
Suga.
Amor
Esa simple palabra, la palabra que causa felicidad, confianza, esperanza y fe. La palabra que causa agonía,
dolor, tortura y locura. Amor Ya sabía lo que haría con Suga, ya tenía su tortura perfecta:
Yo lo enamoraría
114
PARTE II
Slowly he destroyed his own world and became the best friend of madness
[*]
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Capítulo 11. “Perdido”
Última semana de clases. Podría soportarlo, claro que podría. Comencé a caminar felizmente por las
calles, estaba eufórico de que exactamente en menos de una semana me iría de este infierno. No más Jin,
no más Hoseok, no más nada. ¡ADIÓS!
Entré al instituto por primera vez con una enorme sonrisa en la cara, me dirigí a los casilleros y vacié mi
mochila. Agarré los pocos libros que tenía y guardé todo. Observé la oficina del director y vi el
consultorio de la psicóloga. Me impresioné bastante al ver a Jin dentro. Esperé unos segundos y lo vi salir,
afortunadamente no me vio. Seguí mi camino y me detuve frente a la sala de artes plásticas. Hoseok llegó.
— Feliz lunes —Dijo Hoseok sonriendo— El viernes salimos de vacaciones, ¡oh sí!
Reí y me senté en el suelo, observé a la gente pasar. Jin estaba hablando con una chico de cabello negro y
ojos azules, muy bonita de hecho. Hoseok se sentó junto a mí y comenzó a anotar unas cosas en su
cuaderno.
— ¿No te sorprende? —Volví a preguntar— Es decir, como chico popular debe ser un poco incómodo
— Sip —Hoseok sonrió y me observó— Todo eso ya lo sé, no me sorprende. Jin está con un psiquiatra
además de la psicóloga.
— Porque nunca prestas atención a tu alrededor, pero tranquilo, hay bastantes personas que seguro no lo
saben. Además, Jin es tu peor enemigo, no tendrías por qué saber acerca de su vida personal.
116
— ¿Puedo saber por qué va con un psiquiatra? —Pregunté curioso
— Quizás cuando éramos novios pero ahora... de tan sólo verlo me pregunto qué demonios vi en él. Dios,
parece que tiene una estricta dieta a base de ego y fastidio. Es realmente insoportable
No pude evitar soltar una carcajada. ¿Hoseok acababa de decir eso? Wow, ahora me agradaba mucho más.
— Pero aun así siento un poco de pena por él—Hoseok la observó— Todos piensan que está loco y que
comienza a desarrollar una pequeño obsesión por Suga
— Se está tomando muy en serio esto de Suga, con la venganza de Mark y el proyecto —Explicó Hoseok
— Es probable, pero sigue siendo una locura, las mujeres están locas. Hasta los hombres.
— Ja... si supieras...
— Lo sé
— ¿Tú crees que vaya tras Suga? —Pregunté después de unos segundos en silencio
— No estoy seguro —Hoseok se frotó la barbilla — Pero lo que es seguro es que si no le baja a su
obsesión puede hacerlo
Finalmente el timbre sonó, Hoseok y yo nos levantamos para entrar a la sala de Artes. Me senté lo más
alejado posible de la gente cuando comenzaron a llegar. Algunos murmullaban cosas, otros me veían con
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odio y algunas personas me señalaban mientras susurraban cosas. Un grupo de 6 o 7 chicos se me acercó.
La líder, una chica de cabello café lacio y muy largo y ojos verdosos se me acercó.
— ¿Puedo preguntarte algo? —Dijo con una voz chillona asquerosamente falsa
— No
— Te lo preguntaré de todos modos —La chica me observó de pies a cabeza— ¿Por qué no aceptaste
ayudar a Jin con su proyecto?
— Tengo muchas cosas que hacer —Levanté los hombros— No tengo tiempo para contar dinero de una
fundación
— Pero estamos hablando de SUGA —Dijo la chica resaltando mucho las últimas palabras— El tipo que
mató a TU MADRE
—Si se tratara de mi madre yo aceptaría, además Suga ha estado muy ausente los últimos días así que...—
— ¿Qué?
—Ningún asesinato, ninguna muestra, ningún testigo... nada. Es como si se hubiera esfumado
completamente —Habló suavemente.
— ¿Por qué te preocuparía? —La chica levantó una ceja— No es que estuvieras encubriéndolo o algo
así... ¿verdad?
118
—Por la manera en la que me miras, hablas e incluso reaccionas ante su nombre. Todos vimos en el
escenario como te pusiste cuando Jin te hiso la proposición de unirte al proyecto. Fue como si te
hubiéramos descubierto de algo que hiciste —La chica se acercó más— Pero no tienes nada que ocultar,
¿verdad Jimin? Si ocultas algo las consecuencias serán muy malas para ti
— La única consecuencia que habrá es que si no te alejas, van a pasar cosas malas. —Sonreí— Con su
permiso, madame
Las otras chicas me observaron de mala manera y se alejaron junto con su líder. Me di cuenta que toda la
clase me estaba observando, incluso el profesor y Hoseok. Resoplé con fuerza y los observé de mala gana
— Sólo digo lo que pienso en voz alta, no puede culparme. Es libertad de expresión profesor
— Y deje el sarcasmo.
— ¿Qué dijo?
El profesor suspiró y comenzó a dar las instrucciones del dibujo. Cuando finalizó me puse los audífonos y
comencé a dibujar. Teníamos que dibujar un paisaje que significara algo para nosotros, yo obviamente
elegiría el parque ya que siempre estaba ahí con mi madre. Y a mi madre la había perdido así que ahora
ese parque era muy importante para mí. Me hacía sentir acompañado de un cierto modo, me hacía sentir
aún con ella, y eso...eso era mágico.
Después de largos minutos oí los gritos de unas personas. Me quité los audífonos y vi a la gente
abalanzarse sobre la ventana gritando y empujando. Levanté una ceja. El profesor trató de apartarlos pero
la gente salió corriendo al pasillo, los seguí de cerca. Todos se detuvieron en el pasillo que tenía vista a la
calle mientras susurraban cosas y sacaban fotos.
— Ni idea —Dijo él
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Traté de abrirme paso pero resultó inútil. En cuestión de segundos la gente se calló y poco a poco se
fueron dando vuelta. Todos me voltearon a ver. Yo traté de esquivar sus miradas pero TODOS me estaban
viendo. Se abrieron paso para que pasara, comencé a pensar en lo peor. ¿Y si era el cadáver de mi
hermano? ¿Y si Suga lo había matado? O pero aún... ¿Y SI ERA SUGA? Pero entonces la gente no
tendría por qué verme. ¿Y si era el alguacil con un retrato mío para arrestarme por mentirle a la policía?
Oh dios...
Finalmente llegué hasta el vidrio. Bajé la mirada lentamente hacia la calle, justo al patio exterior del
instituto junto a la entrada. Divisé unas manchas y unas líneas pero no podía observar bien. Finalmente mi
vista se calmó y vi que era un mensaje enorme de letras rojas.
Tragué saliva. Sentí todos mis músculos tensarse, mi respiración se cortó. Me tambalee un poco hacia
atrás... esto no podía ser cierto. Sólo una persona podría escribir ese mensaje... sólo una persona. Suga.
Suga venía por mí. ¿Por qué? No tengo idea, pero lo haría. Vendría por mi tarde que temprano. Retrocedí
lentamente, la gente comenzó a susurrar más cosas, otros negaban con la cabeza y hasta algunos
comenzaron a alejarse de mí. Choqué con el director, lo voltee a ver.
La gente comenzó a dispersarse, yo iba a avanzar pero el director me agarró del brazo. Suspiré y le clavé
la mirada
— ¿Tienes idea de lo que significa ese mensaje Jimin? —Preguntó el director suavemente
— No sé... no sé... quizás quería matarme el día en que estuve en el hospital y no lo logró y por eso viene.
O quizás quería matarme a mí y no a mi madre —Comencé a llorar, aunque falsamente— ¿Qué querría de
mí? ¡Yo no he hecho nada!
— No lo sabemos, quizás sea una broma pesada —El director observó a su secretaria— Checa las cámaras
de seguridad externas
— Mira Minnie —El director apoyó su mano en mi hombro— Entiendo que esto es difícil para ti,
realmente no sé por qué todas estas cosas te pasan pero... necesitas amigos. Amigos en quienes confiar
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— Tienes un carácter muy fuerte pequeño, pero quizás debas dejar de pensar en que todos son malos e
inútiles y darles una oportunidad
— Quiero que vayas a ver a la psicóloga —Dijo el director— Dice que está disponible. Si no vas abrirte
con la gente de tu edad quizás lo hagas con una persona mayor. Una con quien puedas compartir todo
El director sobó mi espalda. Suspiré y comencé a caminar hacia el consultorio de la psicóloga. Toqué 3
veces y luego oí el "pasen". Entré. Había una mujer de piel café clara, cabello negro muy lacio y largo y
facciones bastantes lindas. Me sonrió.
— Mucho gusto, puedes decirme Jeannette —Me dio su mano para que la estrechara
Observé fijamente su mano y dudoso, la estreché. Ella me sonrió y sacó unos papeles y un portafolio. Se
acomodó en su silla negra bastante ancha y sacó una pluma.
— Entiendo —La psicóloga siguió anotando cosas— ¿Qué edad tienes Jimin?
— 17
— Muy bien... —La psicóloga comenzó a hojear unas hojas rosas y sacó una bastante larga. La observó
detenidamente— El director de la escuela me estuvo comentando de tu situación o parte de ella
—Acerca de tu increíble potencial de liderazgo, un poco de tus problemas académicos y bueno, del
fallecimiento de tu madre
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— Entiendo —La psicóloga sonrió— No quería usar ese término
— No se preocupe —Suspiré
— Efectivamente
— Y ahora estás en la custodia de tu hermano... —Siguió leyendo la hoja rosa— Y parece que tienes
problemas con el hijo del alguacil
— Bueno —La psicóloga dejó la hoja— ¿Quieres hablar acerca de algo en específico?
— Estoy bien
— No
—Bien —La psicóloga suspiró y me observó fijamente— Mira Jimin, puedes confiar en mí. Entiendo que
seas un chico cerrado pero ¿por qué lo eres?
— No me gusta sentirlo
— ¿Por qué?
— Sí. Tiendo a ser asocial, muy pocas veces soy agradable con la gente
— ¿No te gusta estar en grupos grandes? —La psicóloga siguió anotando cosas
122
— En todo, respecto a los pensamientos, ver las cosas... siento que soy demasiado para ellos
— Vaya —La psicóloga rió un poco— Parece que eres bastante seguro, eso es bueno
— En efecto
— Eso es bueno, que tengas mucha confianza en ti. ¿Crees que por eso a la gente le cuesta hablar contigo?
¿Porque eres muy seguro?
— Bien —La psicóloga anotó otra cosa en la hoja— Hablemos de tus sentimientos negativos... ¿qué me
dices del temor? ¿La tristeza? ¿El estrés?
— Buena característica de líder, aunque debes aprender a que eso no te afecte. No siempre puedes llevar
las riendas en todo
— Comprendo... supe que tuviste algunos problemas de conducta con unos chicos. ¿Crees que la violencia
es una buena manera de desahogar tu estrés? ¿O tus emociones negativas?
— No, cuando golpeo a los chicos siempre les doy advertencias —Sonreí
— Siempre, no me gusta ir directo al grano. Quiero que estén conscientes, me gusta amenazarlos,
causarles temor
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— ¿Debería? —Levanté una ceja— Remordimiento es lo único que jamás siento
— Cada que le hablo mal a alguien, lo lastimo, golpeo o lo que sea, nunca me siento mal. No siento
remordimiento.
— ¿Nunca?
— Nunca
— Siempre lo lastimo y hiero, y nunca me he sentido mal respecto a eso. Es más, si lo matara puede que
tampoco me sentiría mal
La psicóloga me observó durante unos segundos. Asintió y comenzó a anotar una frase muy larga. Luego
la encerró en un círculo.
Me quedé frito, apreté mis puños, abrí la boca pero la volví a cerrar. Me acomodé en la silla y crucé mis
piernas. ¿Qué quería esta mujer? O más bien... ¿A dónde quería llegar? ¿Por qué quería hablar de Suga?
¿Qué acaso para eso era la cita? ¿Una encuesta secreta pagada por Jin para que confesara que conocía a
Suga y que casi me viola? Esperen... no, eso no lo sabe él.
— No lo sé, él mató a tu madre. Casi te ataca... deberías sentir algo respecto a ese tema, ya sea enojo,
tristeza o venganza tal vez. Recuerda que estoy aquí para ayudarte y para guiarte, no para hablar mal de ti
ni para juzgarte. Nunca haría eso. Todo lo que hablemos aquí se queda aquí.
— ¿Le digo qué pienso? —Me acerqué a ella lo suficiente para ver bien el color de sus ojos— Pienso que
debería morir, y que YO debería vengarme... es más... lo mataría con mis propias manos. Cuando pienso
en él es como una bomba, no sólo por el odio sino también por todo lo que crea en mí —La psicóloga me
observó detenidamente, como queriendo analizarme a fondo— Así que eso es: pienso que es un maldito, y
espero que tenga un final espantoso. No espero que la policía lo atrape, nunca lo harán, es demasiado
bueno. Necesita ser alguien que esté a su altura
"Yo"
124
— ¿Cómo debería sentirme? —Pregunté
— ¿Miedo?
— Miedo a que vaya por ti, mucha gente sufriría un trauma a largo plazo. Además en ese mensaje fuera de
la escuela, si es que es de él, también te advierte que vendrá por ti. Eso debe al menos preocuparte.
— No me preocupa en absoluto, que venga por mí. Lo estaré esperando ansioso —Sonreí como gato
Jeannette me observó fijamente como tratando de excavar en mi mirada para saber qué realmente quería
decir con esa frase. Aunque resultaba bastante obvio. Quizás pensaba que decía todo esto para no verme
débil, usar una máscara. O de plano creía que lo decía enserio (y realmente lo decía enserio) y se
preguntaba qué clase de mente retorcida poseía. O quizás ninguna de las anteriores y sólo pensaba qué
decir a continuación. Finalmente el timbre del receso sonó.
— Fue un placer hablar contigo Jeannette —Sonreí y estreché su mano con inocencia— ¿Para cuándo me
darás mí próxima cita?
— Bien, no te ilusiones mucho. Dudo que pase... —Dije haciendo una mueca mientras me dirigía a la
puerta
Salí del consultorio y caminé directo al patio después de cerrar la puerta detrás de mí.
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Capítulo 12. “Último día”
No hubo noticias de Suga en toda la semana, hasta los noticieros dejaron de hablar de él. Los policías
igual, parecía que a la gente ya no le importaba... era como si se hubiera esfumado. Él no podía haberse
esfumado, no, debía tener algo en mente
Todas las tardes después de la escuela lo buscaba, en la ciudad, en el bosque, las carreteras, los
restaurantes, los callejones, las casas abandonadas e incluso fuera del pueblo. Pero no había ningún trazo
de él, era un fantasma, Suga se había transformado en un alma desaparecida. Mi desesperación fue
aumentando, entré en ansiedad, era como si mi mente pidiera a gritos encontrarlo. Quería encontrarlo, no
sabía por qué mi cuerpo y mente reaccionaba de esa manera, era como si él fuera mi droga. Estaba
desesperado por encontrarlo. Si fuera él, correría, porque puede que los policías se cansaran de buscarlo
pero yo jamás. Así que corre querido, corre porque yo te voy a alcanzar tarde que temprano. Oh sí, cuando
te encuentre vas a sufrir.
Por fortuna mi estrés se calmó al levantarme y ver el calendario, era el último día de clases. Finalmente el
largo verano llegaba al pequeño pueblo. Eso significaba que sólo este día tendría que soportarlo lo mejor
posible para luego salir y correr hacia la libertad. Observé las casas, ya no habían perros guardianes, ya no
habían cadenas ni trampas, tampoco cámaras. Era como si el lugar hubiera vuelto a cobrar vida, como si el
miedo y las tinieblas se hubieras dispersado lentamente. El miedo había terminado, eso era increíble.
Después de 2 años viviendo con terror, en menos unas semanas la gente ya volvía a suspirar aliviada.
¿Qué les sucede? Si yo fuera ellos jamás bajaría la guardia. ¿Iban a esperar a que alguien muriera antes de
volver a poner la guardia? La gente en serio sí que es extraña. Suspiré y observé el instituto a lo lejos,
había mucha gente caminando en las calles. Vi a un grupo de amigas que reían mientras se sacaban fotos y
se abrazaban. Vi a otro grupo de chicos que estaban en un convertible mientras gritaban "¡ÚLTIMO DÍA
DE CLASES!". Rodé los ojos, en serio a la gente no se le ocurría otra cosa que no fuera hacer escándalo.
Vaya que la sociedad y la humanidad es una mierda.
Finalmente me encontré frente al instituto, observé a todo el mundo, muchos estaban gritando, otros
brincando, unos llorando, incluso habían algunos chicos que llevaban papel higiénico a la mano y lo
estaban poniendo en los árboles y en la entrada. Vi al grupo de chicos de la clase de artes, las que me
habían intentado enfrentarme ayer, estaban sacándose fotos con algunos chicos. Suspiré y me di la vuelta
pero choqué con Hoseok. Él sonrió
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— ¿En serio? ¡Qué padre!
— ¿Ah sí? —Levanté una ceja y sonreí con maldad— ¿Y por qué querría verte?
— Eres un idiota
Reí con él, me rodeó con su brazo derecho y me pegó a él. Resoplé y me pellizcó la nariz, comenzamos a
caminar. La gente me observó entre fascinados y sorprendidos. ¿Qué? ¿No podía estar cerca de una
persona sin herirla? ¡Pues fíjense que sí puedo! Soy encantador con la gente con quien puedo sacar
provecho. Sólo si me sirven, si no, me da lo mismo.
— Deportes, basquetbol
— ¿Ver qué?
Me despedí de Hoseok y entré al gimnasio. Entré a los vestidores de chicos y me quité la camisa y los
jeans. Cuando ya estuve cambiado salí, observé a Jin acercarse a mí con una radiante sonrisa. ¿Por qué
me agarra ya fuera de los vestidores y a punto de entrar al gimnasio?
— Mira, seré breve —Jin suspiró— Nuestros problemas son estupideces, ya casi tenemos 18 años,
debemos comportarnos como tal
127
— Sí, lo sé. Quiero hacer las paces contigo —Jin me extendió su mano— Olvidemos la competencia,
ambas sabemos que somos igual de buenos
— Bueno —Estreché su mano— Me alegro que por fin te dieras cuenta que... —Me detuve, ya debía ser
más dulce— Pues, que puedes estar a mi altura
— ¡Wow Minnie! —Jin sonrió— Creo que es lo más dulce que me has dicho
¿Querido? Bueno, entiendo que los piropos es algo a lo que estoy acostumbrado pero... ¿era necesaria
tanta amabilidad? ¿Qué sigue? ¿Terrón de azúcar? ¿Rosita fresita?
— Date prisa Minnie —Una chica rubia y de ojos verdes me observó sonriendo— Se hará tarde
¿Prima de Jin? ¡Oh dios es perfecto! Puede mantenerme informada acerca de su padre y él. ¿Cómo nunca
antes había oído hablar de ella?
— No te disculpes —Le sonreí— Lamento si fui agresivo, no pretendía serlo. ¿Cómo te llamas?
— ¿Eres bueno en básquet? —Preguntó ella mientras se ajustaba los shorts turquesa
— No sé, supongo que sí... eso creo, tal vez sólo parezco perro corriendo detrás de la pelota —Reí
— Por cierto Nat, se te ve muy bien el uniforme. Me sorprende que los chicos no estén babeando por ti,
eres mucho más que varios acá —Sonreí
— Sí —Me coloqué mis tenis— Tu cabello rubio encanta más que el negro de Jin. Te lo digo como chico,
aunque no me atraigan las mujeres, sé reconocer cuando son especialmente atractivas.
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— ¡Gracias Jimin! ¡Oh dios eres un amor de persona! —Dijo Natasha mientras me abrazaba
Guardé mis cosas y me coloqué junto a ella, podía sacar mucho provecho de esa chica. Lo que quiere es
atención, si se la ofrezco puedo obtener toda la información que quiero. Entramos y la profesora nos
recibió un poco molesta. Formamos los equipos y eligieron a Jin y a Natasha de capitanes, Natasha me
eligió a mí de inmediato. La abracé como si fuera mi mejor amiga favorita y chocamos palmas. Todos los
chicos me vieron boquiabiertas. Cuando el equipo se completó fingí hipocresía hacia las demás. Muchos
se mostraron dulces y sorprendidos de mi cambio de actitud.
Quizás si era encantador podría aprovechar mejor a las personas, así ganaba su confianza más rápido y
podría usarlas a mi antojo. Choqué palmas con todos y nos colocamos en posición. Cuando el partido
comenzó logramos organizarnos muy bien (gracias a mí y mis técnicas perfectas en el juego). Al final
terminamos 6—20 favor nuestro. Los chicos y chicas de mi equipo comenzaron a dar brincos y a chocar
palmas. Les seguí el juego aunque me daba repugnancia fingir ser un escandaloso.
Las demás chicos se unieron y fuimos platicando. Ahí los chicos se fueron acercando a mí, decidí dar un
informe público. Así se irían con una buena perspectiva de mí.
— ¡Te escuchamos!
— ¡Claro!
— Sip
— Bueno —Dije cuando todas se callaron— Quería disculparme con ustedes, sé que he sido una mala
persona pero la muerte de mi madre me afectó mucho. Tuve un año difícil pero no es pretexto para ser tan
rudo y seco con ustedes —Suspiré — Por favor perdónenme todos
Las chicas se abalanzaron sobre mí para abrazarme y consolarme. Dijeron que estaba bien y que me
perdonaban, que era un amor, tierno, que me adoraban... Yo recibí los cumplidos con timidez, aunque por
dentro estaba encantado. Salimos todas de los vestidores juntos mientras reíamos y platicábamos. Nos
dirigimos a clase de inglés. Me senté con el grupo de chicos "populares". Hoseok me observó sorprendido,
yo le sonreí y levanté los hombros.
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El día fue bastante curioso, me había ganado a casi todo el instituto con mi encanto. En la cafetería todos
querían estar conmigo al igual que en el salón de clases. Digo, en serio es increíble la facilidad con la que
caen todos. Te dedicas a hacerles cumplidos y ya están locos por ti. Y si tienes a las chicas, los chicos por
default también se juntan. Soy astuto, de mente fría. Todo lo calculo. Si logro tener de mi lado al instituto
podría pasar desapercibido fácilmente, la gente me cubriría.
Por fin el timbre sonó. La gente comenzó a gritar y a bailar. Las clases terminaron. Muchos se despidieron
de mí, fue algo realmente tonto. Con tan sólo decir: "Gracias a todos por darme una segunda chance, los
amo" y ruborizarme me fueron a abrazar y decir que me veía muy tierno.
— ¿Puedo abrazarte?
— Tal vez
Hoseok me dio un beso en la mejilla y me abrazó. Lo observé dirigirse a la salida mientras me decía adiós
con la mano. Le devolví el saludo. Observé el entorno y vi a la psicóloga en su consultorio, el director
estaba hablando con ella. La psicóloga volteó a ver por la ventana y me observó, el director hizo lo
mismo. Aparté la vista pero seguían viéndome. El director le dijo algo a la psicóloga y anotó algo. La
psicóloga asintió y agarró su teléfono. El director salió del consultorio y me saludó con la mano, sonreí y
lo saludé. El director borró su sonrisa y se alejó a paso rápido.
Observé el consultorio, la psicóloga había hablado con mi hermano, estaba seguro. Natasha se acercó a mí
sonriente.
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— No te preocupes
Bingo, logré mi objetivo. Sonreí por adentro y me acerqué a ella para susurrar
Me oculté y Natasha tocó la puerta del consultorio. La psicóloga asomó la cabeza, Natasha le dijo algo. La
psicóloga cerró la puerta y se alejó con Natasha a paso rápido. No perdí tiempo y entré corriendo al
consultorio. Cerré las cortinas y comencé a observar el entorno. Todo estaba bien organizado. Observé la
mesita y estaba anotado el número de mi hermano.
Comencé a buscar mi portafolio, quizás ahí decía algo. Rebusqué en los cajones, nada. Me asomé un poco
por la ventana y vi a la psicóloga cruzando el patio. ¡Mierda! Me abalancé sobre el armario de vidrio y
comencé a buscar la letra P.
"Park"
Agarré mi portafolio y lo abrí pero las hojas sueltas se cayeron y se repartieron por todo el suelo.
— ¡ME LLEVA LA FREGADA! ¿ES EN SERIO? —Aullé mientras agarraba todos los papeles como
podía
Me levanté y metí los papeles dentro del portafolio, me asomé y vi que Natasha estaba hablando con la
psicóloga. Bien, tenía unos segundos más. Abrí el portafolio con cuidado mientras respiraba agitadamente.
Agarré la primera hoja, la leí pero no había gran cosa. Sin embargo mi vista se posó en una larga línea
subrayada con rojo.
Oí las voces más cercanas. Guardé la hoja como pude y la metí en el armario rápidamente. Aproveché que
la psicóloga estaba de espaldas y salí con cuidado. Natasha me observó y otra vez vio a la psicóloga.
Jeannette me observó fijamente, le sonreí
Natasha sonrió, me despedí de la psicóloga y salimos juntos. Le agradecí y ella dijo que no había
problema, intercambiamos números y nos despedimos. Suspiré mientras observaba el cielo.
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¿Posible trastorno sociópata? ¿En serio? ¿Yo sociópata? Bueno... no me sorprendería pero mi madre debió
saber algo. ¿O no? Creo que mejor no pienso en eso, no es momento. Finalmente decidí ir al centro de la
ciudad para despejar mi mente. Tomé el autobús y me senté hasta el fondo. Observé el entorno, todo
estaba tranquilo, la ciudad parecía la misma de siempre. Antes de que llegara Suga. La gente iba de un
lado a otro, todo estaba abierto, la gente vivía en paz.
El autobús se detuvo, bajé lentamente y quedé frente a la plaza principal. Aquí había sido el primer lugar
donde había buscado a Suga. Reí y sentí la nostalgia, en ese entonces no sabía exactamente a qué me
enfrentaba, o más bien... no estaba listo para tales acciones. El tacto de Suga sobre mi piel regresó a mi
mente provocando vibraciones en todo mi cuerpo, sonreí un poco mientras agitaba mi cabeza. Me senté
frente a la fuente y me acosté, pensé en muchas cosas. Observé las nubes, eran rosas y esponjadas, el cielo
era lila muy claro y algo anaranjado en el horizonte. Una banda de pájaros pasó frente a mí, sonreí, mi
madre amaba ver pasar a los pájaros.
Ella siempre me comprendió, ayudó y aconsejó. Fue la única persona a quien no le importó mi mal humor,
la única persona que me aceptaba tal cual era, extrovertido o anti-social, siempre decía que estaba bien.
Era la única persona en quien confiaba y ahora todo me recordaba a ella. Es torturador y desgarrador.
Quería olvidarla pero parecía que su fantasma me seguía sin piedad.
Me reincorporé como pude y observé el entorno. Mi vista se clavó en un chico sonriente frente a mí
Sí, Sean. El chico con quien me encontré la primera vez que vine aquí a buscar a Suga. Él me había
ofrecido ayuda pero le dije que estaba bien. Venía con una chica... Cathleen creo.
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— ¿Al instituto de la ciudad? —Pregunté sorprendido
— No, sería divertido pero no, vivimos en la gran ciudad —Explicó Sean
— No, sólo de compras o a pasar el rato. Amo el pueblo, es hermoso —Explicó Cathleen
— ¿Qué hay colina arriba? —Preguntó Sean señalando la ruta que iba hacia arriba
— Oh, más casas. Nosotros estamos en la "planta baja" por decir de un modo. Aquí está el instituto, los
restaurantes, el supermercado, las plazas etc..., colina arriba sólo hay un par de casas. Yo vivo colina
arriba —Dije feliz
— ¿Entonces puedes ver el pueblo desde tu ventana? —Sean abrió los ojos
— ¡Oh, lo que daría por tener una vista así! —Cath suspiró