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ASESINO DE

PRINCESAS
Por: bloodyparkdrog

Se pide por favor, evitar pasar el PDF a personas ajenas a la persona que
lo compró por respeto a la autora y el esfuerzo empleado en este libro y
la creación del PDF. Por su respeto, gracias y les deseo una buena
lectura.

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PRÓLOGO

Esta no es una historia con un final feliz.

Esta no es una historia de cuento de hadas.

Esta es la historia de mi vida, de mi desgracia.

Yo no soy un chico normal, siempre supe que no lo era. Yo siempre fui un pequeño monstruo que les
deseaba el mal a las personas y disfrutaba de las desgracias y penas ajenas. Yo era un pequeño niño con un
problema, problema que dependía de su querida y adorada madre.

La única persona que me comprendía, me ayudaba y me hacía sentir bien.

Y luego llegó él.

Y me la arrebató.

¿Qué se puede decir de Suga? ¿Un famoso asesino de mi tranquilo pueblo que nos trae aterrorizados? Yo
nunca sentí miedo y de hecho vivía despreocupado al igual que mi madre.

Dicen que Suga no dejaba sobrevivientes.

Aunque, claro que hubo una.

Su nombre era Margaret Beaulon, una chica que fue encerrada en un psiquiatra después de que se volviera
completamente loca. Se obsesionó enfermizamente con Suga a tal punto que trató de suicidarse varias
veces, pero nunca lo logró. No me imagino qué pudo haberle hecho el muy maldito

Y así fue como crecí, con noticias de muertes, miedo por todas partes…

Ingenuamente me comporté como las demás personas pensando que él jamás me quitaría a mi madre o me
encontraría y me mataría. Para mí era imposible, después de dos años en un mismo pueblo con él era muy
improbable que me hiciera daño a mí o a mi madre.

Y ese día que tanto creí que no llegaría, llegó.

Y él asesinó a mi madre.

¿Mi dolor? Inmenso.

¿Mi cordura? Aún estable por fortuna.

¿Mi sed de sangre? Desenfrenada.

Fue como si hubiera enloquecido, la gota que derramó el vaso. Fue el momento en que comencé a dejar mi
poco lado humano de costado y cogí el cuchillo. Juré que lo llenaría de sangre, lo empaparía.

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Así me mentalicé.

Y cuando estuviera sobre el malnacido que me arrebató todo, cuando esté a punto de acabar con el maldito
de Suga, de darle fin a su cuento… Le diré que se lio con el chico equivocado.

Sin embargo, parece que la vida tuvo otros planes.

Unos planes completamente distintos a los que tenía en mente…

"No todos los que están en un hospital psiquiátrico están locos, ni todos los locos que existen están
encerrados."

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Capítulo 1. “Suga”

15 de Octubre del 2018.

Levanto la mirada lentamente, las gotas de lluvia caen sobre mi rostro y se deslizan suavemente por mi
traje provocando pequeños escalofríos por toda mi espalda. Tomo aire y escucho las palabras del padre en
silencio. Siento una mano en mi hombro y me volteo para ver a la persona: la observo fijamente en
silencio.

— Todo estará bien Minnie, te lo prometo. —Dijo mi hermano mayor Namjoon.

Asiento y observo de nuevo la tumba que está frente a mí. Mi saliva se torna agria y difícil de tragar, mis
lágrimas se confunden con la lluvia aunque los presentes saben claramente que estoy llorando. ¿Quién no
lloraría en el funeral de su madre? Mi madre, lo único que tenía además de mi hermano ya que nuestro
padre no lo conocemos. Mi madre nos tuvo muy joven, a mi edad, a los 17 años recién cumplidos.

Me había quedado hasta tarde con unos compañeros haciendo un proyecto de ciencias. Mamá me propuso
ir por mí pero rechacé y la dije que podía llevarme Wendy que vivía cerca de mi casa. Mi madre dijo que
estaba bien y que me esperaría para cenar en ese caso. Volví a rechazar diciendo que llegaría tarde.
¡Maldita sea no debí rechazar ninguna opción!

Al acabar el proyecto, la madre de Wendy y él me llevaron a casa. Eran las vecinas así que ya me habían
llevado varias veces. La madre de Wendy me acompañó a la puerta, toqué pero nadie abrió. Estuvimos
esperando varios minutos sin éxito, marcamos, gritamos y tocamos pero nadie abría. La madre de Wendy
se asomó y con mi ayuda entramos por la sala.

Vi a mi madre que estaba sentada en una silla con una taza en la mano. Por su postura parecía haberse
quedado dormida. Pero lo que resultaba extraño era su vestuario formal y elegante. Según yo, no saldría a
ninguna parte esa noche.

— ¿Mamá? —Pregunté en voz baja.

La madre de Wendy se adelantó un poco. Se quedó helada viendo el perfil de mi madre. Me coloqué junto
a él y sentí el pánico apoderarse de mí al ver que llevaba un antifaz puesto. Con las manos sudorosas, el
estremecimiento de mi cuello y mi corazón retumbando en mis oídos, le quité la máscara. Mi madre no
tenía ojos, su piel por toda esa zona había sido arrancada y no fue hasta que retrocedí llorando que vi la
sangre en su vestuario y heridas por todo su cuerpo. Me dejé caer de rodillas gritando y llorando mientras
veía el mensaje en la pared "Little Princess" encima de él.

La policía llegó minutos después y me estuvieron tratando como pudieron.

— Lo siento mucho. —Dijo la madre de Wendy sobando mi mejilla.

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Le informaron a mi hermano y él vino al día siguiente. Lloramos varios días. Me metieron con un
psicólogo y le dieron los derechos legales a mi hermano para ocuparse de mí. Pagamos el funeral y bueno,
después del asesinato aquí me encuentro… frente a la tumba de mi madre en su funeral.

— Amen. —Dijo el padre finalizando.

— Amen. —Repetimos todos.

La gente fue aventando flores mientras decían una frase sentimental. Yo miraba hipnotizado la tumba para
luego verla desaparecer en la tierra. Sentía como la gente se iba alejando pero yo permanecía inmóvil,
inexpresivo, viendo al frente firmemente, respirando hondo y mordiendo mi labio para calmar el llanto.

Sed de sangre.

Tenía unas terribles ganas de asesinar a Suga de mi madre. ¿Cómo que asesinar? ¡Claro que no! Quería
torturarlo, hacerle sufrir, que pidiera misericordia, que se arrepintiera profundamente de haber atacado a
mi familia... Que se sienta estúpido por haberme elegido a mí para sufrir.

La loca idea me entró cuando la gente dijo que Suga debería morir de una vez por todas. Que esto no
podía seguir así... Y en eso pensé:

¿Y por qué no matarlo yo mismo?

Ya he tenido esos pensamientos antes, de hecho de pequeño era agresivo, mentía, manipulaba a la gente y
siempre me aislaba de los demás. Me gustaba estar solo y quería estarlo. No soportaba estar en grupos
grandes y no llevar las riendas. Adoraba tener el control, me fascinaba.

— Minnie, ya es hora de irnos. —Dijo Namjoon sacándome de mis pensamientos.

— No. —Dije firme sin verlo.

— Minnie...

— ¡Dije que no! —Grité mientras lo volteaba a ver con furia.

Namjoon retrocedió. Respiré hondo para tranquilizarme y volví a ver la tumba en silencio.

— Te veo en casa... No llegues muy tarde por favor. —Dijo Namjoon.

— No me digas qué hacer. —Espeté frívolo.

— Minnie, no empecemos.

— No me digas Minnie, no tienes ningún derecho a hablarme así. —Lo miré acusador. —Tú fuiste quien
nos dejó cuando moviste tu culo a casa de tu novia a los 14 años.

— Jimin eso fue hace años. —Se defendió Namjoon frustrado.

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— ¿Crees que me importa? —Levanté una ceja. —Te fuiste muchos años. Ni siquiera tuviste el
atrevimiento de hablar... No tuviste el valor para regresar y ver a mi madre a los ojos... A la madre que
hiciste sufrir noches enteras y días también.

— Jimin, ya basta. —Amenazó Namjoon severo.

— La madre que te dio todo pero no aceptaste nada. —Me voltee completamente para verlo. —Eres débil,
porque no aceptaste que tu novia fácil no era quien creías que era. Por tu culpa mamá estaba como
estaba... Tú la hiciste sufrir. ¿No te das cuenta, Namjoon? Yo no te necesito, tú no eres nadie. Y si te dejé
que me tocaras hace rato fue por respeto. Porque no iba a golpearte frente a todos... así que mantén
distancia, maldito cobarde.

— Jimin, en serio, cállate. —Amenazó Namjoon aún molesto.

— ¡COBARDE! —Le grité con fuerza. — ¡SI HUBIERAS ESTADO AQUÍ, MAMÁ NO HUBIERA
MUERTO, BASTARDO IMBÉCIL!

Namjoon se tapó la cara y se fue rápidamente.

— ¡NO ACABÉ! —Grité. — ¡NAMJOON, NO ME DES LA ESPALDA! ¡MALDITA SEA, TE ESTOY


HABLANDO!

Pero Namjoon ya se había marchado. Resoplé molesto y me crucé de brazos. Odiaba a Namjoon, mamá
había dado todo por él, y el imbécil lo había dejado todo para irse con su novia a los 14 años. Todo ese
dinero que mamá ahorró durante años fue para nada. ¿Y quién fue la que se quedó en estudios mediocres
por falta de dineros? Yo por supuesto. Aunque claro, mi inteligencia es muy buena. De hecho no merecía
estar en mí escuela tan patética. A simple vista se notaba que era mejor que todos ellos por el simple
hecho de que era mejor que todos ellos.

Gracias Namjoon, muchas gracias. Por cumplir tu capricho mandaste mi vida a la mierda, y si crees que te
lo perdonaré algún día estás muy, pero muy equivocado.

"Todos pagan sus pecados."

Si mi odio a Namjoon es grande, no se compara el odio que le tengo a Suga... el maldito malnacido que se
atrevió a matar a mi madre y hacerme daño. ¡ESE MALDITO BASTARDO ME QUITÓ TODO! ¡ME
QUITÓ TODO! ¡Y PAGARÍA! ¡MUY CARO!

Ese chico definitivamente puede que fuera sexy pero desgraciadamente, se metió con la familia
equivocada, se metió con el chico equivocado y se lo haré saber. Le haré saber el gran error que cometió
al destruirme a mí y a mi familia.

Le enseñaré qué es el dolor, le enseñaré lo que es sufrir.

El padre se volvió a acercar a mi lentamente, creí que se había ido pero por lo visto no.

— Te vengaré mamá. —Dije susurrando. — Haré justicia, esto no se quedará así.

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— No digas esas cosas, hijo. —Oí la voz del padre detrás de mí. —Ahora dios cuida a tu madre y se
encargará luego de ese pobre chico en pena.

— ¿Pobre chico en pena? —Reí. — Dios no hará nada, yo quiero verlo sufrir como me hace sufrir a mí.

— No debes maldecir a los hijos de dios hijo mío, debes mantenerte en paz.

— Al diablo con la paz. —Apreté mis puños. —Yo me vengaré

— Ese trabajo lo hará nuestro señor Todopoderoso, sólo hay que tener paciencia, hijo mío.

— No padre. —Dije sonriendo. — Yo mismo haré el castigo, cruel y despiadado como debe ser.

—Hijo mío, piensa bien en lo que dices. —Advirtió el padre seriamente. — Mancharte las manos de
sangre ajena, te convertirá en lo que es él: un asesino. Y en ese caso, tú habrás matado a tu madre. Sé
razonable hijo, la ira te ciega y no te deja ver con claridad. Oremos y pidamos justicia a los arcángeles.

— Yo quiero vengarme a mi modo, YO, no quiero la justicia de Dios — Dije este último con burla

— Tu conciencia no estará limpia ni tranquila si haces ese tipo de justicia, hijo mío. Será un
remordimiento que tu alma cargará eternamente.

— Yo no siento remordimientos. — Dije mientras me alejaba. — Jamás los sentiré... Ojalá muera de la
peor manera, que alguien igual de sádico y cruel que él, lo mate.

“¿Alguien como tú?”

“No estoy cuerdo.”

“Pero podrías volverte loco.”

“Tal vez, pero no quiero.”

“¿Cómo estás tan seguro?”

“Porque planeo matarlo SÓLO a él.”

“Ni tú te la crees.”

“¿Te callas?”

Era verdad, yo no estaba loco, y si piensan que soy un psicópata o algo así, de una vez digo que no. Tengo
problemas de ira, me enojo fácilmente, pero no soy un demente. No soy un asesino y jamás lo seré. Para
variar, soy sensible a la sangre y odio las películas violentas donde sólo hay sangre y sesos volando. No...
Yo sólo me encargaría de Suga. ¿Lo encontraré? No tengo idea.

La policía lo busca desde hace 2 años y sólo pudieron sacarle una foto, ¿por qué un adolescente como yo
lo encontraría? Es completamente absurdo, pero valía la pena intentarlo. Y si no puedo encontrar a Suga,
yo haré que él me encuentre a mí... Haré todo para ser su candidato perfecto para matar. ¿Qué puedo
morir? Es probable, pero no tengo tiempo para pensar en ello, debo actuar, pero ya.

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— ¿Minnie? —Oigo una voz dulce detrás de mí.

Volteo a ver rápidamente a través de mí hombro y veo a Wendy a unos metros de mí. Está de negro y
tiene una mirada triste en la cara. Me sonríe como puede.

— L-lamento lo de tu madre. —Wendy se acerca más. —La quería mucho.

— Gracias, Wendy. —Contesto fríamente.

— Te dejaré solo. —Wendy retrocede. — Pero recuerda que si necesitas algo, estoy aquí.

Asentí. Era verdad, necesitaba estar solo, reflexionar y aclarar mis ideas. Curiosamente la presencia de
Wendy era la única que no me molestaba. La de los otros casi era insoportable, las niñas hipócritas
hablando bien conmigo y segundos después en bolita diciendo porquería y media a mis espaldas. Los
chicos igual, sólo que a la inversa, es decir, muestran indiferencia cuando estoy con ellos pero a mis
espaldas dicen perversiones. Sin embargo muchos mantenían la distancia.

Todos conocían los riesgos de acercarse a mí.

[***]

Caminé a casa de mala gana y me detuve en el marco de la puerta suspirando. Toqué y Namjoon me fue a
abrir. Lo pasé de largo y me fui a la sala directamente. Admiré de nuevo el sofá donde había sido
asesinada mi madre, lo toqué y suspiré. Me fui a sentar justo enfrente sin dejar de verlo.

— Te extraño, mamá... —Dije mientras apretaba mis labios.

Namjoon estaba recogiendo unas cosas pero se frenó en seco. Observó la radio y subió todo el volumen.

— ¿Qué pasa? —Pregunté.

— Shhh. — Calló él.

—“Suga vuelve a atacar 3 semanas después de su última víctima. La joven fue identificada como Kalim
Cherut de 26 años. Además, desde el centro psiquiátrico nos informan que Margaret Beaulon se ha
suicidado esta mañana. Sí señores, la única sobreviviente de Suga murió, parece que al fin y al cabo
nadie sobrevive a él..."

Sentí mi cuerpo arder. Él seguía allá afuera matando sin piedad, sin recibir de su propia medicina. Debía
hacer algo, rápido y a la voz de ya.

— Tengo que irme. —Dije mientras agarraba mi suéter.

— Acabas de llegar. —Namjoon me observó con cautelo.

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— Me vale. —Namjoon me agarró del brazo, le clavé la mirada amenazante. Apreté mis labios y me
concentré en no perder el control.

— Suéltame. —Alargué lentamente.

— No te dejaré ir con un loco allá afuera, ¿No te das cuenta? —Namjoon me apretó con fuerza. — ¡El
último asesinato fue hace menos de una hora a unas cuantas calles de aquí! —Namjoon se tensó. — ¡No
me arriesgaré a perderte!

— Ya me perdiste hace tiempo, Namjoon. —Me zafé de su agarre. —Hace mucho tiempo.

— Si algo te llega a pasar...

Agarré la navaja de la encimera y le sonreí secamente mientras lo guardaba en mi bolsillo del pantalón.

— ¿Feliz? —No esperé su respuesta, salí azotando la puerta detrás de mí.

Ya estaba anocheciendo, eso era malo pero no importaba. Caminé un rato hasta toparme con la escena del
crimen. La observé fijamente: había un charco de sangre y cintas amarillas alrededor. No había nadie, sólo
pasaban patrullas a unas cuantas cuadras. Seguro verificaban el perímetro por si Suga se ocultaba por ahí.

Lo cual dudo mucho, odiaba admitirlo pero era demasiado bueno.

— ¿Si fuera él a dónde iría? —Me pregunté.

A un lugar alejado de la ciudad obviamente... Huir y alejarme lo más posible de la escena del crimen...

¿Pero qué tan lejos? No tanto, los policías irían de punta a punta seguramente. Iría a un punto céntrico

Sí, un punto medio. Ni muy cerca, ni muy alejado.

Me di la vuelta decidido a ir a algún punto medio pero las gotas de lluvia sobre mi cabeza me hicieron
frenar. Tal vez fuera imprudente, en la noche, lloviendo... Debía hacerlo mañana en la mañana para no
perder tiempo. De mala gana regresé a mi casa, entré y vi a Namjoon que estaba en la sala sin camiseta
viendo fijamente una taza de café humeante.

— Creí que regresarías hasta mañana. —Dijo él con tristeza

— Me iré mañana temprano así que no te emociones. —Aventé mi suéter y me senté frente a él cruzando
las piernas.

Namjoon levantó la mirada y me miró fijamente. Era guapo, de hecho muy guapo, no podía culparlo del
todo porque las chicas y chicos hicieran TODO por llevárselo... Pero si podía culparlo por ser un idiota y
dejarse llevar.

— Me voy a dormir ya. —Dije mientras me levantaba después de minutos sin decir nada.

— No regreses muy tarde ¿bien? —Suplicó Namjoon sin verme

— Trataré.

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Subí las escaleras de dos en dos y entré a mi cuarto. Me puse rápidamente mi ropa para dormir y me dirigí
al baño. Peiné mi cabello oscuro perfectamente y luego admiré mis ojos verdes. Sonreí. Apagué la luz y
me acosté en mi cama. Apagué la lámpara y me acurruqué mientras abrazaba mi almohada.

[***]

Soñé con mi madre.

Estábamos los dos corriendo por un monte de pasto seco, el cielo era azul y no había nubes. Sentía el
viento cálido golpear mi cara, escuchaba los pájaros cantar y sentía el pasto suave debajo de mí.
Desgraciadamente el sueño se convirtió en pesadilla cuando comenzó a llover sangre y vi a mi madre
muerta en mis brazos. Grité horrorizado y comencé a correr pero parecía que su fantasma me seguía.
Agarré el cuchillo de mi bolsillo y me di la vuelta. Mamá no estaba, era él... Suga.

Él se acercó y se colocó detrás de mí. Sentí su cálido aliento en mi cuello. Agarró mi brazo y lo subió más.

— Así está bien. —Dijo con voz fría. — Ahora mata.

Me zafé y comencé a apuñalarlo una y otra vez, pero él reía. Su risa retumbaba sin piedad en mí cabeza,
mi ira crecía más y comencé a enterrarle el cuchillo con más rapidez.

Fue en ese momento que me desperté.

Estaba sudando y las sábanas estaban alborotadas. Observé la hora en mí reloj y noté eran las 7:21, hora
perfecta para salir. Me puse una camisa negra con jeans grises y mi sudadera de ayer. Agarré el tenis que
vi primero, unos blancos. Bajé y agarré un paquete de galletas. Agarré un cuchillo de los cajones y dinero.
Salí de la casa y corrí a la parada del autobús.

— ¿A dónde lo llevo? —Preguntó el chofer.

— Al centro de la ciudad. —Dije mientras le daba el dinero.

Fui hasta el fondo y me senté. Tenía nervios, miedo, pero era excitante. Sólo esperaba que mi plan
resultara. Si no, tendría que seguir sus asesinatos, y si las cosas siguen sin funcionar lo haría venir a mí.

Me convertiría en su chico perfecto.

Observé el paisaje. Pensaba en varias cosas. ¿Realmente arriesgaría mi vida de este modo? Pues parece
que sí. Los policías no harían nada, absolutamente nada, eran unos incompetentes. Eso puede ser también
la razón por la cual no deba ir tras él... Si la policía federal no pudo con él, ¿qué me asegura que yo sí
podré? Era un buen punto, pero cuando el autobús se frenó en la parada del centro de la ciudad, no hubo
tiempo de hacerse para atrás. Además, yo era muy listo, ¡Claro que podría con él!

Me bajé del autobús y respiré el aire fresco. Miré el entorno, había mucha gente. ¿Cómo se supone que lo
encontraría sin llevar su máscara? Puedo usar como referencia su piel pálida y su cabello negro pero... aun

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así no sería fácil. Comencé a caminar a lo bruto con la esperanza de que el azar nos uniera. No sonaba tan
mala idea pero muy improbable.

— ¿Estás perdido? —Me preguntó una voz.

Voltee detrás de mí y vi a un chico de cabello café y ojos verdes sonriéndome. Era bastante lindo.

— No, ¿Por qué preguntas? —Pregunté.

— Ya le diste 5 vueltas a esta misma cuadra. —Dijo él riendo.

— ¿En serio? —Observé el entorno. —No me había dado cuenta.

— ¿Vas a algún lugar en específico?

— De hecho busco a alguien... ¿Por qué estoy hablando contigo?

El chico rio y sacó un cigarro de su bolsillo. Lo encendió y me observó.

— ¿Quieres uno? —Preguntó.

— No fumo. —Dije mientras lo barría con la mirada. — ¿No te vas a ir?

— Estoy esperando a alguien. —Explicó él tranquilamente.

— Ya veo.

— De hecho ahí viene —Señaló un punto.

Seguí su dedo y vi que señalaba a una chica rubia muy guapa. Movía sus caderas y llevaba muchas bolsas
a la mano. Sus tacones parecían colmillos de tigre... eran muy altos.

— Hola Sean. —Saludó la chica. — ¿Y tú eres...?

— Un desconocido. —Contesté con una sonrisa falsa.

— Oh, es que los vi hablando juntos. —Dijo la chica haciendo una mueca.

— Se llama Jimin.

— ¿Cómo demonios lo sabes? —Pregunté impactado y asustado. ¿Qué carajos?

— Lo dice tu sudadera "P. Jimin" —Dijo Sean señalando mi sudadera.

— Deja en paz al pobre chico. — Dijo la rubia dándole un codazo. —Vas a asustarlo.

— ¿Novios? —Pregunté.

— Hermanos, de hecho. —Dijo Sean rascando su nuca.

Los miré a los dos. No se parecían mucho... Mejor dicho, no se parecían en nada.

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— Somos hermanastros más bien —Dijo la chica seguro al notar mi extraña expresión.

— Tiene más sentido. —Contesté asintiendo.

— Soy Cathleen —La chica me dio la mano. — Mucho gusto Minnie... ¿Puedo decirte Minnie?

— Si...Supongo. —Dije suspirando.

— ¿Estudias por aquí? —Preguntó Cathleen.

— No, vivo fuera de la ciudad.

— Oh... Entonces seguro conoces a Suga. —Dijo Sean.

— Bastante bien. —Sonreí con un nudo en la garganta.

Cathleen le susurró algo a Sean. Él rio y luego me volteó a ver.

— Bueno Minnie, fue un placer... Debemos irnos. —Dijo Sean dándome la mano.

Se la di y a Cathleen igual. Los vi alejarse mientras platicaban. Chicos raros... Pero al menos no son
idiotas... O tal vez si pero no pasé tanto tiempo con ellos como para averiguarlo.

Vi el lugar nuevamente, ni de broma encontraría a un asesino aquí. Debía esperar hasta la noche o irme a
un lugar alejado. Más alejado. Caminé por un parque durante unas horas, fui por helado y entré a tiendas
de ropa sólo para perder tiempo. Ya cuando la luz del día comenzó a bajar, me senté en una cafetería al
aire libre.

— ¿Quiere algo? —Preguntó la chica con una libreta en la mano.

— Un café americano con azúcar. —Dije.

— ¿Algo más?

— No.

La señorita se alejó. Vi a la gente caminar con demasiada tranquilidad. La noche cayó en minutos y las
estrellas y la media luna comenzaron a apreciarse. Mi café llegó y le di un sorbo mientras escuchaba el
noticiero de la televisión.

— "Buenas noches querida ciudad, tenemos malas noticias… Suga vuelve a atacar..."

Me quemé la lengua. Maldije en silencio e inmediatamente voltee a ver la pantalla.

— "Estamos en vivo en la escena del crimen que fue no hace más de 20 minutos. La víctima es Wendy de
16 años, la encontraron sentada en una parada de autobús cerca de su casa. Los testigos no vieron nada
ni escucharon nada"

Oh, pobre Wendy... me agradaba, no era como los demás chicos. Jamás creí que fuera a morir.

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No me acabé el café y dejé la propina. No tenía sentido seguir ahí, Suga estaba cerca de donde yo vivía.
Exactamente a 3 cuadras. Cogí el autobús y llegué a la puerta de mi casa. Al abrir, mi hermano me tomó
por sorpresa al abrazarme con fuerza.

— Estás bien... Estás bien... —Se dijo a sí mismo una y otra vez.

— Namjoon. —Me quejé molesto.

— ¿TIENES IDEA DEL TERROR QUE TUVE AL ENTERARME DEL ASESINATO? —Me tomó el
rostro. — ¡MALDITA SEA JIMIN, SI TE PASA ALGO YO ME MUERO!

— Estoy bien... —Contesté helado ante la agresividad de su voz.

Namjoon comenzó a llorar y me pegó de nuevo a él. Subí mis brazos lentamente y le devolví el abrazo.

— Lo siento. —Susurré sin poder creerlo.

Namjoon se separó, se secó las lágrimas y suspiró.

— ¿Puedo saber a dónde fuiste? —Preguntó suavemente.

— A la ciudad, fui a reunirme con unos amigos. —Mentí.

— ¿Y ellos son? —Preguntó levantando una ceja.

— Emmm —Me quedé tieso. — Sean y Cathleen...

— Bien. —Namjoon asintió. — Al menos no fuiste a hacer algo estúpido.

— ¿Cómo qué? —Alcé una ceja.

—No sé, por un segundo llegué a creer que buscabas a Suga...

No dije nada, sonreí con inocencia y dejé discretamente el cuchillo en su lugar. Ordenamos pizza para
cenar y por primera vez en bastante tiempo, platicamos sin pelear. Al finalizar, le dije buenas noches y
subí de nuevo a mi habitación.

— Maldita sea... Mañana escuela. —Me quejé mientras apagaba la luz.

Estuve dando vueltas por la cama durante largo rato, no podía dormir, sentía que algo me observaba. Sentí
bastante frío y tensión en mi pecho. Me levanté y vi fijamente mi ventana. Negué con la cabeza y me forcé
a dormirme otra vez. Suga no vendría a matarme, él ya había cambiado su lugar para matar a la gente.

O al menos, eso es lo que yo haría.

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Capítulo 2. “Un ejemplo a seguir”

Abrí los ojos, me levanté pesadamente de mí cama y bostecé. No me molesté en tender la cama o en
recoger mí cuarto, fui a ponerme unos jeans y una camisa blanca pegada a mi pecho con una sudadera
gris. Peiné un poco mi cabello y bajé lentamente las escaleras. Namjoon estaba ya abajo con su teléfono.

— Buenos días —Dijo él

— Hola —Dije sin verlo

— ¿A dónde vas? —Preguntó

— A la escuela, ¿a dónde más iría? —Levanté una ceja

— No, nada, olvídalo —Namjoon regresó a su teléfono

Agarré un pequeño paquete de cereales, mis llaves y salí de la casa. Comencé a caminar hacia el instituto
mientras escuchaba "Get Ugly" de Jason Derulo

— "Everybody lose control, let's get ugly, dysfunctional" — Canté en voz baja

Eso me animó un poco más. Llegué al instituto, no era la cosa más lujosa del mundo pero si estaba bien
construido. Tenía grandes vitrales, terrazas y muchos árboles. Era naranja y bastante llamativo, tenía unos
cuantos toques rústicos en cuanto a los detalles. Suspiré y entré por el gran túnel. Al pasar por los
casilleros vi que el de Wendy estaba adornado con flores, cartas y velas. Había fotos de él y muchos
regalos pequeños.

Es patético, la gente te odia cuando vives pero al morir, parece que el ser más gentil y caritativo del
mundo hubiese muerto. Hipócritas, no hay nada más que me saque de quicio que la gente falsa. Bueno, la
gente falsa y Jin. ¿Jimin y Jin? No, no me gusta. Sobre todo a porque a ambas nos dicen "Ji", bueno a mí
me dicen “el raro asocial” pero esa es otra historia. No sé qué le pasa a la gente, ¿qué tiene de malo querer
ser así?

Yo alejo a la gente por el simple hecho que odio tener compañía. Siempre es la misma historia, son
amigos, te traiciona, cuenta tus secretos y adiós "mejor amigo favorito". ¿Que tengo mente pesimista? No
lo niego A la gente no le gusta lo directo que soy, digo las cosas tal cual son, me vale un carajo lo que
piensen. ¿Te ofendí? ¡Ay lo siento tanto! ¿No te había dicho la verdad?

Chocar con nuestro famoso Jin hizo que volviera a la realidad

— ¿Fíjate no? —Reclamó con su típico acento francés. Que de hecho dudo que sea Francés, seguro sólo
lo hace para presumir y llamar la atención — Te pregunté algo —Insistió mientras me clavaba sus ojos
azules bastante claros. Le clavé la mirada y sonreí

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— ¿Que me disculpe? ¿De qué? ¿De que seas un pobre idiota que se cree el centro de atención? ¡Claro
que lo siento! Pero no puedo hacer nada — Sonreí. Jin apretó su quijada pero no duró mucho ya que me
dedicó una sonrisa bastante macabra

— Bien, se me olvidaba con quien trataba. No vales la pena —Me fulminó con la mirada como si fuera
alguna especia de bicho extraño

Levanté los hombros y comencé a caminar pero Jin tomó mi brazo

— Suéltame —Dije sonriendo

— No, no terminé de hablar —Dijo apretando más mi brazo. ¿No que sí? ¡Qué bipolar!

— Qué pena, yo sí —Dije mientras torcía su brazo. Jin pegó un grito de dolor y tiró su café. Lo solté y el
muy estúpido se resbaló con el pequeño charco y cayó en seco al suelo. Reí y salí corriendo mientras oía
sus gritos detrás de mí.

Respiré hondo y seguí sonriendo. Deposité mis cosas en mi casillero y me dirigí a mi aula
correspondiente. Sin embargo al ver la máquina de cafés funcionar de nuevo me detuve a comprar
chocolate caliente. Lo sostuve en mi mano derecha ya que en la otra mano portaba los libros. Ahora si me
dirigí al aula. No era la primera, así que tuve que sentarme casi hasta adelante para poder estar solo. La
gente me volteó a ver de mala manera

— ¿Qué ven? —Dije tratando de no sonar muy agresivo.

— Tu camisa está manchada —Dijo un chico de cabello azul.

Bajé la vista y justo en ese segundo el chico de cabello azul golpeó mi vaso por debajo. Sentí el líquido
ardiente en mi cara y en mi cuerpo. La gente comenzó a reír. Me limpié el rostro mientras hacía una
mueca de dolor. Le clavé la vista al chico.

— Nadie, NADIE se mete con Jin ¿oíste? —Preguntó el de azul sonriendo.

Levanté de nuevo el chocolate y sonreí. Me acerqué a él y derramé el resto del líquido en toda su cara. El
muy idiota chico comenzó a gritar y a retorcerse cuando el líquido entró en contacto con sus ojos

— Y nadie, NADIE se mete conmigo ¿oíste? —Pregunté mientras lo soltaba y lo empujaba.

El chico se estampó contra la mesa y se golpeó. Voltee a ver a los demás y retrocedieron. El chico de
cabello azul se levantó cubriendo su golpe y me miró con terror.

— ¿ESTÁS LOCO? —Aulló— ¡PUDISTE HABERME MATADO!

— Hubiera sido divertido —Sonreí.

— Monstruo —Dijo una chica junto a él.

Le clavé la mirada e inmediatamente bajó la cabeza:

15
— ¿Alguien más? —Pregunté. La gente me miraba con cierto enojo pero más con terror. Unas negaron
con la cabeza. — Bien, así me gusta —Dije frívolo.

Me senté y saqué el resto de mis cosas. La gente no hizo nada y volvió a lo suyo. El chico de cabello azul
y la otra salieron del aula no sin antes mirarme muy molestos. Lástima que a mí no me importaba ni lo
más mínimo. Repito, no valía la pena ofenderme con él, yo valgo más.

La profesora llegó no mucho después que regresaron los otros 2. Transcurrió todo con normalidad hasta el
receso. Estaba en mi casillero y un chico del equipo de futbol americano se colocó junto a mí sonriendo.
Lo voltee a ver algo confundido.

— ¿Quieres que te ayude? —Preguntó

— No gracias —Sonreí. — Creo que puedo solo.

— ¿No está pesado? —Preguntó el chico viendo la pila de libros.

— No mucho, pero gracias —Contesté dulcemente.

— Bueno, ¿cómo te llamas? —Preguntó de nuevo.

— Jimin, mucho gusto —Le di la mano.

— Lindo nombre, soy Hoseok —Dijo él.

— Gracias Hoseok... ¿vas a jugar? —Señalé su uniforme.

— Aún estoy en la práctica, pero... puedes venir a ver el partido.

— Tal vez vaya.

— Ven, por favor —Hoseok sonrió.

— Bueno, lo intentaré.

Hoseok sonrió y se fue. Lo seguí con la mirada. El chico de cabello azul y Jin me observaban desde el otro
lado. Les sonreí con arrogancia y salí al patio. Seguro ahora están confundidos...no, no soy bipolar.
Digamos que con ciertos chicos tiendo a ser más...bueno ya vieron, pero con otros chicos soy más
encantador. No malinterpreten creyendo que soy un fácil, también con las chicas soy así... hasta que hacen
algo realmente estúpido para ganarse mi odio. Digamos que tengo encanto superficial, si rasgas bien verás
que no soy tan encantador como parezco. Todo dependerá de cómo seas conmigo. Un movimiento en
falso y adiós el Jimin tierno y encantador.

— ¡Oye Jimin! —Gritó Jin.

¿Uf ahora qué quiere? Lo voltee a ver de mala gana.

— ¿Qué? —Solté secamente.

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— Si fuera tú, me alejaría de Hoseok. No te sientas especial porque haya hablado contigo, sólo quiere
sexo. Además, oí que tiene una enfermedad de transmisión sexual. —Dijo Jin.

— Uy qué pena, ¿tú se la transmitiste? —Pregunté sonriendo.

Algunas personas rieron. Jin se acercó a mí lentamente, tenía una expresión fría pero bastante cínica a la
vez. Otros chicos se acercaron,

— Debes aprender a cerrar la boca conmigo. —Dijo Jin viéndome frío.

— ¿Desde cuándo me dices qué hacer? —Espeté molesto— ¡NADIE ME DICE QUÉ HACER! ¡MENOS
TÚ!

— ¡YO HAGO LO QUE SE ME PEGUE LA GANA! —Gritó Jin con el mismo tono.

La gente comenzó a formar un círculo alrededor de nosotros y comenzaron a susurrar.

— ¿No te da pena? —Preguntó Jin— Nadie en este instituto te quiere.

— Puedo vivir con ello —Dije levantando los hombros indiferente.

— Todos te odian, eres feo, eres estúpido, eres agresivo... ¿sabes qué dice la gente de ti a tus espaldas?
¿En el blog de la escuela? —Jin sonrió— ¿No? Mark dame mi teléfono

El chico de cabello azul le dio el teléfono a Jin. Él estuvo buscando un rato y luego sonrió

— "Jimin es el ser más desagradable de este planeta", "Debió haber muerto él y no Wendy", "No me
sorprendería si se suicidara", "Lo odio", "Quien lo quiera", "Su madre se mató por PUTA" —Leyó Jin en
voz alta, la gente comenzó a reír.

— No pierdas tu tiempo, no lograrás nada —Sonreí con arrogancia.

— ¡DEJA DE FINGIR QUE NO TE DUELE! —Jin me clavó la mirada— ¡DEJA DE FINGIR


INDIFERENCIA!

Comencé a reír. Le dediqué una enorme sonrisa.

— No sé porque no entiendes —Voltee a ver a todos— TODOS USTEDES, que me vale lo que digan. Yo
soy mucho más que ustedes, ¿por qué una bola de idiotas me tumbaría? ¡Por favor!

— ¿Te quieres poner muy hombre, no? —Jin sonrió

— Sencillamente sé elegir mis batallas.

Jin comenzó a reírse de buena gana.

— Sí, se nota. ¿Eso también le dices a tu madre? Ah no, espera... ¡está muerta! —Gritó Jin riendo, Mark
hizo lo mismo.

— Pobre idiota —Le dije a la gente. — Tan desesperado está por derrumbarme, que se va a límites
personales.

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Ahora la gente rió por mi comentario. Jin apretó la quijada.

— ¡Es que lamento tanto ser mejor que tú! — Dije haciendo movimientos exagerados con mis brazos—
¡Oh soy Jin el desesperado por atención! ¡Ayuda, necesito que me hagan caso! —Dije imitándolo con voz
aguda.

La gente comenzó a reír. Jin se quitó la chaqueta que se la dio a Mark.

— Ahora si realmente te la estás buscando, Park Jimin.

— ¡Espera, que primero me tengo que quitar mi chaqueta de 600 dólares! —Dije imitándolo.

La gente no podía con la risa, cosa que de seguro sacaba de quicio a Jin. En un imprevisto me dio un
fuerte golpe en la cara seguido de un "oh" de las personas. Reí y Jin comenzó a golpearme con fuerza,
aguanté el dolor, eso quería justamente.

— Necesitas atención porque nadie te quiere —Dije en voz baja

Me dio un golpe más. Sonreí por dentro, era impresionante lo fácil que caía justo en lo que quería.

— Niño abandonado... —Dije— ¿Por qué no buscas a mamá?

— ¡CALLATE! —Gritó mientras me volvía a azotar contra el suelo

— ¿Y luego te quejas de que yo perdí a mi madre? —Respondí burlesco — ¡Si la tuya se suicidó después
de tenerte!

Con lágrimas en los ojos me volvió a golpear. La gente gritaba, una profesora se acercó y me quitó a Jin
de encima. Me levanté sonriendo pero fingí llorar y estar adolorido.

— ¡SEOKJIN! ¡BASTA! —Gritó la profesora

— ¡ÉL TIENE LA CULPA! —Gritó Jin— ¡ÉL ME OBLIGÓ!

— ¿Yo? —Pregunté ofendido — Tú fuiste la que empezó a golpearme.

— ¡ME PROVOCASTE! ¡NO TE HAGAS LA VÍCTIMA! —Gritó.

— La gente lo vio. —Me dirigí a los demás— ¿Necesita que ellos lo digan?

Jin me observaba furioso, la profesora se lo llevó a rastras. El muy idiota siguió despotricando. Sonreí,
siempre mis planes funcionaban. Mente maestra un poco retorcida pero seguía siendo bastante astuto.

— Gracias gente, gracias, el rey será ahora llevado a la guillotina —Dije levantando mi mano y
saludando. La gente comenzó a imitarme y a aplaudir. Vi a Hoseok

— Wow, eso fue...Wow —Dijo él

— Gracias —Dije

— ¿Era en serio? —Me observó unos segundos— ¿Lo de tu madre?

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— Si él fue asesinada...por él... ya sabes —Dije

— Lo lamento

— Está bien —Sonreí

— Bueno, al menos pusiste en su lugar a Jin, eso es digno de aplaudirse

— Todo el mundo puede hacerlo, sólo hay que ser valiente. Por desgracia todos son débiles, pero yo no.

— Eso fue muy arrogante —Hoseok sonrió.

—Soy realista —Levanté los hombros.

Hoseok sonrió, le devolví la sonrisa. Él se rascó con nervio la nuca

—Yo… quería saber si querías ir a la fiesta de Andrea... es el viernes en la noche

— No me gustan las fiestas —Hice una mueca

— Te la pasarás bien, anda —Hoseok sonrió

— ¿No es fiesta privada?

— Si, por eso yo te llevaré —Dijo él

Lo miré fijamente. Suspiré

—Bueno... en ese caso... —Dije haciéndome el rogar

— ¿Me das tu dirección?

— Claro, ¿tienes pluma y papel? —Pregunté

— No pero tengo pluma y piel —Señaló su mano

Reí un poco y le di mi dirección. La anotó y me miró fijamente

— Bueno... Te veo mañana —Dijo él

— Supongo, nos vemos Hoseok —Dije

Me di la vuelta y caminé todo derecho para comprarme una torta de milanesa. Me fui a sentar para
aprovechar lo poco que quedaba del receso. La televisión estaba puesta

— "Nuestro querido y odiado Suga ataca otra vez. Se reportó que fue hoy en la mañana cerca del
instituto Wollmore, la víctima fue una recepcionista de nombre Aurora Smith que aparentemente fue
descubierta por su colega. Parece que nuestro asesino sigue por estos rumbos, recomendamos..."

¿Así que sigues por aquí verdad, querido asesino?

19
Oh no, no creas que me olvidé de ti... te tengo aún muy presente. Dejé de escuchar lo que decía el
reportero y volví a lo mío. Finalicé antes de lo previsto de comer y subí a mi siguiente clase. Pasé junto a
la dirección y vi a Jin cruzado de brazos frente al director. Levantó la mirada y me miró fijamente, el odio
desbordaba de sus ojos. Le sonreí y le lancé un beso.

Subí antes de que hiciera otra cosa y me vieran.

[***]

— ¿Qué tal tu día? —Preguntó Namjoon

— ¿Era necesario que vinieras a recogerme hasta la escuela? —Pregunté

— Sí, no me arriesgaré a nada —Dijo él

— ¡Namjoon! —Exclamé— Sé defenderme solo.

Él me observó no muy convencido. Unos chicos salieron y observaron a mi hermano. Le sonrieron,


Namjoon les devolvió la sonrisa. Rodé los ojos y me puse frente a él

— Ni se te ocurra —Dije

— Sólo estoy siendo amable —Dijo él

Levanté una ceja no muy convencido. Vi a Jin salir, me observó como un perro rabioso pero su mirada se
colocó en Namjoon y sonrió. ¡NI SE TE OCURRA! ¡Si lo hizo! Jin comenzó a caminar coquetamente
hacia nosotros y se colocó junto a mí como si esperara a alguien

— ¿Él es tu hermano? —Preguntó Jin

— ¿Qué te importa? —Solté

— Jimin, sé más respetuoso —Dijo Namjoon

— Me golpeó —Señalé mi herida, Namjoon volteó a ver a Jin

— Sí y quería decirte que lo siento Minnie. — ¡Puaj! ¿Me acababa de decir Minnie?— Fui muy tonto por
decirte lo de tu madre, no fue mi intención...

— ¡Uy si claro! —Dije sonriendo

— Bueno, se está disculpando —Dijo Namjoon— Me agradan las personas humildes

— ¡Ay por favor! ¡Namjoon sólo quiere coquetearte para coger contigo!

— ¿Yo? Oh...lamento si te doy esa impresión —Jin hizo cara de víctima

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— Mira Jin —Me puse entre él y Namjoon— No te acercarás a mi hermano ¿oíste?, si tratas cualquier
cosa desearás no haber nacido y…

— S-sólo trataba de ser amable —Dijo Jin con voz de víctima

— ¡Jimin, basta! —Dijo Namjoon— ¡Deja en paz a Jin, no te está haciendo nada!

— ¿Ves? Tu hermano si sabe —Dijo Jin— Ya te dije que lo sentía...

— Tienes de humilde lo que tienes de virgen —Dije sonriendo

— Jimin —Me regañó Namjoon

— ¡Ya vámonos! —Jalé a Namjoon pero se zafó

— ¿Vas a algún lado? —Preguntó mi hermano

— A casa —Dijo Jin

— ¡Qué lindo! ¿Nos vamos? —Pregunté bruscamente

— ¿Te llevamos? —Preguntó Namjoon

— Oh no te molestes, creo que a Minnie no le agradaría —Dijo Jin dulcemente

— ¡No! ¡Para nada! —Dije

— Hay un asesino fuera, y tú eres niño bonito, podría ser peligroso —Dijo Namjoon

— Bueno...si insistes —Dijo Jin "ruborizándose"

— ¡Díganme que no es cierto! —Exclamé tapando mi cara en señal de frustración

Jin se mordió su labio y le sonrió a mi hermano. Namjoon hizo lo mismo y abrió la puerta de su camioneta
para que Jin entrara.

— ¡Oye yo voy enfrente! —Exclamé

— Cierra la boca —Dijo Namjoon entre dientes sonriendo

Rodé los ojos y me subí detrás de ellos. Jin se hacía el inocente mientras le sonreía a mi hermano. ¡Tiene
suerte que no la haya tirado por la ventana!

— ¿Tienes 16 Jin? —preguntó Namjoon

—Voy a cumplir 18 en 2 meses —Dijo él.

— Sí, te ves más grande —Dijo Namjoon sonriendo

Puse los ojos en blanco, Ugh, asqueroso.

— ¿Minnie acaba de cumplir 17 verdad? —Preguntó Jin

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— ¡No me digas Minnie! —Espeté

— Si —Interrumpió Namjoon

— Nos llevamos casi 10 meses, querido —Dijo Jin sonriéndome

— Déjame en paz —Dije rodando los ojos

— ¡No te está haciendo nada! —Soltó Namjoon— ¡Demonios Jimin controla tu genio!

— ¡Por una mierda! —Solté

Me esperé a un alto y bajé del coche. Namjoon bajó corriendo detrás de mí.

— ¿Qué crees que haces? —Preguntó.

— Me voy a casa —Dije sin verlo

— ¡Hey! —Me jaló del brazo— ¡Ya basta! ¡Estoy harto de tu humor!

— Me golpeó y dijo muchas cosas sobre mamá, me lastima —Aunque en realidad no lo hacía pero debía
hacerme la víctima para convencer a Namjoon—Él me hace bullying, Namjoon

— Bien, será la última vez que la llevemos pero sube por favor —Dijo Namjoon

Suspiré y asentí. Subimos de nuevo al coche. Ni Jin ni mi hermano dijeron otra cosa hasta que Jin indicó
el lugar para bajar.

— Gracias —Dijo él sonriendo

— No hay de qué —Dijo Namjoon

Jin anotó algo en un papel y se lo dio a Namjoon mientras le guiñaba el ojo. Acto seguido se dio la vuelta
y se fue contoneándose. Namjoon sonrió y guardó el papel, le clavé la mirada por el retrovisor bastante
molesto.

— ¿Qué? —Dijo él viéndome

— Eres despreciable —Solté

— Gracias —Dijo él ignorando por completo el comentario— ¿No te pasarás enfrente?

— No hasta que mandes a lavar el coche

— ¡Dios eres imposible!

— No lo siento —Dije sonriendo

Namjoon respiró hondo. Llegamos a la casa y lo primero que hice fue irme a tumbar al sofá. Cerré los ojos
y respiré profundamente mientras me acomodaba

— ¿Te vas a dormir? —Preguntó Namjoon

22
— Tal vez —Dije sin abrir los ojos

Oí que Namjoon cerró la puerta y depositó unas cosas

— ¿Namjoon? —Lo llamé

— ¿Si?

— ¿Puedo ir a una fiesta el viernes? —Abrí los ojos

— ¿Tú? ¿Ir a una fiesta? —Preguntó Namjoon

— Si...iré con un chico llamado Hoseok

— No lo sé Minnie, no me fío de ellos

— ¿Pero sí de las zorras?

— Minnie...

— ¡Me la debes! —Exclamé

— Tienes hasta las 10 para llegar

— ¿Bromeas? La fiesta empieza a las 7 u 8... —Dije

— Hay un asesino suelto, ¿no crees que es muy precipitado salir vestido muy formal?

— ¿Qué dijiste?

— Serías candidato perfecto para él tan solo y tan tarde —Dijo Namjoon

Wow, no había pensado en ello. Sonreí por dentro pero traté de mantenerme serio

— Bien, hasta las 12 máximo —Dije suspirando

— Y si llegas más tarde te castigo, o voy por ti —Amenazó.

— Tú ganas —Levanté las manos

—Más te vale. —Dijo él— Voy a preparar la comida

—Bueno... yo voy a subir a mi cuarto a revisar ropa —Contesté.

Namjoon me observó sorprendido pero lo ignoré. Subí las escaleras de dos en dos y fui a abrir mi armario.
Debía ser perfecto para Suga esa noche. Necesitaba un traje increíblemente llamativo. Pero no tenía nada,
sólo ropa oscura, jeans y camisas.

— Tendré que comprar... —Me dije— Y también un toque especial...

Bajé las escaleras y caminé hacia Namjoon sonriente

23
— ¡Hermano! —Dije sonriendo— Tú siempre tan lindo conmigo...

— ¿Cuánto quieres? —Preguntó Namjoon levantando la mirada

— Lo arruinaste —Dije quitando la sonrisa— Necesito un traje.

—Vale. —Namjoon abrió su billetera y me dio dinero— Creo que con eso basta

— Yyyy necesito un poco más para hacer un proyecto de artes —Sonreí.

Namjoon me tendió otro billete. Sonreí y lo guardé

— Gracias hermano —Dije ahora si sonriendo

— ¿De qué es lo de artes?

— Oh, hay que hacer una máscara de carnaval.

— ¡Que sádicos! ¡Eso es de Suga!

— Lo sé, pero bueno... —Levanté los hombros

— No quiero que uses la máscara en la calle

— ¡Ni loco! ¿Y arriesgarme a ser candidato perfecto para Suga? No gracias

— Me alegro que seas listo.

— Si... —Sonreí por dentro— También tengo sentido común

— ¿Cuándo vas a ir a comprar el traje? —Preguntó Namjoon

— Yo creo que... —Pensé un segundo— El miércoles, los autobuses a la ciudad son más baratos

— Buen punto

Iba a darme la vuelta cuando Namjoon me volvió a llamar

— Quiero conocer a Hoseok

— No lo arruines

— Eres demasiado guapo, me cuesta creer que cayó en tu encanto

— Puedo ser encantador si me lo propongo

—Si Minnie, y yo soy virgen

— Eso...fue cruel

— Sólo bromeaba, es que... sabiendo cómo eres...

24
— Puedo ser duro, arrogante, frío y seco pero puedo ser dulce, tierno y bastante mono.

— ¿Y listo?

— Eso lo soy por naturaleza

— Si ya veo —Dijo Namjoon suspirando

— ¿Puedo subir ya? —Pregunté apretando mis labios

— Anda

Subí las escaleras y prendí la computadora. Busqué imágenes de máscaras de carnavales pero luego me
entró una mejor idea. Busqué a Suga. Como siempre aparecieron muy pocas fotos pero imprimí a color la
que mejor detallaba su máscara. Era blanca con las letras "L" y "P" a los costados, además tenía pequeños
detalles que parecían salpicaduras de sangre negras. Sonreí mientras veía la imagen fijamente. La seguí
observando un largo rato mientras imaginaba en mi cabeza como la crearía. Debía ser casi la misma

— Pero mucho mejor —Dije sonriendo.

Sonreí y borré el historial, apagué la computadora y anoté en una hoja lo que necesitaba.

— Esta vez te encuentro porque te encuentro —Dije mientras lamía mi labio inferior.

Puse la imagen a mi costado frente al espejo. Me admiré con superficialidad.

—Y más te vale que vengas por mí... si no, te buscaré, hasta donde sea necesario. No descansaré hasta
encontrarte y matarte con mis propias manos. Es un juramento

Puse mi mano en el espejo y me clavé la mirada.

Es un juramento...

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Capítulo 3. “Fiesta y sangre”

¡Listo! ¡Había acabado mi fabulosa máscara! Era casi igual a la de Suga. Me la puse y me admiré.
¡Hermosa y perfecta! Sonreí y la oculté en una pequeña caja. Me di la vuelta y agarré el traje que estaba
colgado gentilmente en mi armario.

Era negro con detalles dorados. De la parte de arriba era muy apretado y también en la de abajo
amoldando mi exquisito trasero. También era consciente de mis cualidades físicas. Tenía un lindo cinturón
de cristales blanco en la cintura. Me puse ropa interior color negro y después el traje.

Peiné mi cabello oscuro. Hice pequeños ondas con mis dedos sin despegar la vista del espejo. Saqué el
maquillaje y comencé a ponerme un poco de sombra para que mis ojos se vieran más profundos.

Agarré una pequeño mochila negra y coloqué dentro la máscara. Saqué un cuchillo de cocina alemán y lo
coloqué debajo de la máscara. Lo sé, debía ser más discreto, por eso mismo no dejaré que nadie se acerque
a mi preciosa mochila. Aunque deba morder o patear. Esta vez Suga no se salva

Me puse unos zapatos bajos negros (por si debía correr por mi vida) y bajé las escaleras. Namjoon estaba
leyendo una revista, volteó a verme y la dejó caer al suelo con la boca abierta

— ¿Y bien? —Pregunté mientras sonreía

— ¡Wow! —Namjoon rio— ¿Quién eres tú y qué hiciste con Jimin?

— ¡Oh cierra la boca! —Dije riendo

— Decirte precioso sería una burla... eres...dios... ¿cómo puedes ser tan lindo y caliente?

— Gracias —Sonreí tomando un suave rubor.

— ¡No llegues con una infección! —Dijo Namjoon

Lanzó algo. Lo atrapé y lo observé con el ceño fruncido. Era un condón

— ¿En serio? —Lo voltee a ver con una ceja alzada

— Eres muy desobediente, al menos quiero prever por cualquier cosa.

—Gracias hermanito —guardé el condón en mi bolsa— aunque no creo que pase

— Nunca se sabe...

*Ding Dong*

— ¡Oh dios! ¿En serio estoy bien? —Pregunté mientras arreglaba mi cabello una última vez.

— ¡Que sí! Relájate... —Dijo Namjoon

26
Respiré hondo y Namjoon fue a abrir. Reconocí la voz de Hoseok

— Hola buenas noches... ¿aquí vive Jimin?

— Sí... ¡Minnie te buscan! —Gritó Namjoon

Salí detrás de él. Hoseok sonrió y luego abrió mucho la boca, parecía realmente sorprendido

— Wow, estás bellísimo —Dijo él

—Gracias —Dije mientras sonreía

— Tiene hasta las 12 para llegar —Dijo Namjoon mientras frotaba mi espalda

— Lo cuidaré bien —Hoseok agarró mi mano— ¿Nos vamos?

— Claro —Contesté lo más formal que pude

— No tomes mucho —Dijo Namjoon antes de cerrar la puerta

No contesté. Observé a Hoseok y él me sonrió. Vi un Tesla negro estacionado justo enfrente, Hoseok
abrió la puerta del copiloto para que entrara.

— Gracias —Dije. Hoseok cerró la puerta, olía a hierbabuena. — ¿Dónde vive Andrea?

— No muy lejos, cerca del instituto —Dijo Hoseok entrando

— Oh... —Sonreí por dentro

Hoseok arrancó. Bajé la ventanilla y admiré el sol caer detrás del pueblo. Hoseok aceleró más, reímos
juntos. "This love" de los Maroon 5 comenzó a sonar, la cantamos juntos a todo volumen. ¡Wow! Hacía
tiempo que no me la pasaba tan bien... menos con un chico.

Hoseok pasó junto al instituto y luego se desvió en una pequeña ruta privada. Le dio una identificación al
oficial. Entramos y Hoseok se detuvo en frente de una enorme casa naranja. La luz del día ya había casi
desaparecido.

— ¿Listo? —Preguntó Hoseok

— Listo —Sonreí

Hoseok se bajó del coche y me fue a abrir. Decidí dejar mi bolso. Pasé mi brazo por el brazo de Hoseok
quien me lo había ofrecido. Tocó una vez el timbre. Andrea nos fue a abrir, no la conocía muy bien pero
afortunadamente no me caía mal

— ¡Hola Hoseok! —Saludó Andrea— ¿Jimin?

— Hola —Saludé tímidamente

— ¡Qué sorpresa! ¡Pasen! —Dijo Andrea alegremente

27
Entramos. La música estaba a todo dar, la gente bailaba, tomaba y comía. Me empujaban pero no le di
importancia. Hoseok me jaló a la sala que estaba más vacía.

— ¿QUIERES BAILAR? —Preguntó gritando debido a la música

— ¡NO SOY MUY BUENO! —Exclamé

— ¡ANDA! ¡VAMOS! —Hoseok me jaló a la pista de baile

Comencé a moverme torpemente, me fijé en los demás e imité sus movimientos. En cuestión de minutos
bailaba a todo dar con Hoseok mientras cantaba. Pasó un chico con tragos y ambos tomamos uno. Me lo
tomé en un sorbo, Hoseok sonrió.

—No creí que fueras chico malo Minnie —Dijo él

— ¿Me hablas a mí? —Jin apareció y colocó una mano en el hombro de Hoseok.

Él tampoco lucía nada mal. De hecho, se veía asquerosamente bien.

— ¿Te la pasas bien Hoseok? —Jin sonrió

— Vete, ahora —Dijo él

— ¿Me dejaste por él? —Jin me señaló

— Vete —Dije ahora yo— O te vuelvo a dejar en ridículo

— Te haré caso sólo para ver de nuevo a Namjoon —Jin sonrió— Me gustaría que fuéramos
próximamente cuñados ¿a ti no?

— No lo repetiré —Amenacé. — Lárgate.

Jin rodó los ojos y se perdió en la multitud. Hoseok levantó los hombros.

— Déjalo, ya sabes cómo es —Contestó apretando sus labios.

— Lo sé, y no dejaré que arruine mi noche —Dije mientras me movía al compás de la música.

Hoseok sonrió y me siguió el juego. Las bebidas pasaron varias veces y ninguna Hoseok se la saltó. Yo
tenía ganas de hacer lo mismo pero debía estar sobrio para toparme con Suga.

— ¿No tomarás más? —Preguntó Hoseok

— En otra ocasión —Dije sonriendo

La música retumbaba en mis oídos pero no era desagradable. Pusieron una canción tranquila. Hoseok puso
sus manos en mi cintura.

— ¿Me concede esta pieza Monsieur? —Dijo él con acento francés

—Claro, señor francés.

28
Puse mis manos en sus hombros, me pegó más a él. Lo miré fijamente, no podía creer que estaba con un
chico sexy, ex de Jin, jugador de futbol americano y además popular en una fiesta y… bailando una
balada. ¡Era increíble! Puede que esto fuera lo único no desagradable de la fiesta, y era el único punto
positivo de estar ahí. Aunque la verdadera razón era Suga pero bueno...

Seguimos bailando sin despegarnos los ojos de encima. Apoyé mi mentón en su hombro, olía a
hierbabuena y a limón, rico. Su piel ardía pero su respiración era tranquila

— Son las 12 de la noche —Dijo él

— Pasó rápido... —Dije

— No creo que pueda llevarte a tu casa en este estado —Hoseok rio

— No te preocupes, hay camiones justo afuera

— ¿Seguro?

— Al cien por ciento —Dije sonriendo

¡Mentira! ¿Pero qué importaba? Sólo importaba Suga

La música volvió a aumentar. Seguimos bailando, cantando y riendo. No podía creer que me la estuviera
pasando bien. Después de largos minutos Hoseok se acercó a mí

— Necesito ir al coche... olvidé el regalo —Dijo

— ¿No quieres que vaya yo? —Pregunté preocupado porque husmeara en mi bolso

— Puedes acompañarme —Dijo él

— Si —Dije asintiendo varias veces

Hoseok tomó mi mano y a duras penas llegamos a la puerta. Me crucé con Jin quien sólo me observó
molesto. Segura iba a decirme algo pero Hoseok ya me había jalado fuera de la casa. Caminamos al coche

— Entra, hace frío —Dijo Hoseok

Entré al coche, a la parte trasera para ser más exactos. Hoseok también entró y se colocó detrás del asiento
del piloto. Lo observó confundido, Hoseok se estiró y prendió la calefacción.

— ¿No venías por el regalo verdad? —Pregunté riendo

— En realidad no... Sólo necesitaba un respiro —Dijo él

— Somos dos —Dije suspirando

— Tienes algo... —Hoseok señaló su boca— Aquí.

Me limpié y lo voltee a ver.

29
— ¿Ya? —Pregunté

— Ya —Dijo él mientras se acercaba más a mi

Estuvimos en un silencio bastante agradable. Hoseok me clavó su mirada.

— ¿Tú no estás ebrio? —Preguntó divertido.

—No —Dije riendo— Tú si

— ¡Yeah! —Dijo él

Reí y me acomodé en el asiento. Hoseok tomó mi barbilla y me sonrió. Sentí todo dentro de mí explotar,
genial, gracias hormonas. Temblé un poco cuando Hoseok se acercó un poco más. No retrocedí, dejé que
siguiera avanzando. Estaba muy cerca

— Eres realmente precioso, Jimin... —Ronroneó— ¿Sabes cuántos no se mueren por ti?

— E-en realidad, jamás lo pensé.

— Matarían por ti.

Se acercó más. Lo vi venir pero aun así me sorprendí cuando plantó sus labios en los míos. Fue algo rudo
y salvaje pero bastante bueno. Abrí la boca permitiendo un acceso más profundo y me pegué a él. Solté un
pequeño gemido cuando mordió mi labio inferior. Oh si... besaba bien. Me tumbó en el asiento y quedó
encima de mí. Me aferré a su espalda. Hoseok despegó sus labios y comenzó a darme pequeñas mordidas
en el cuello

—H-Hoseok —Susurré suavemente.

—Shhh —Dijo él en mi oído— Sólo disfrútalo

—Tengo un condón en mi mochila —Dije enrojeciendo.

Él me volteó a ver y sonrió. Le devolví la misma sonrisa pícara.

— Y yo que creí que eras niño bueno —Dijo él divertido.

Me estiré y cogí la mochila. Rebusqué un poco y por fin saqué el condón. Me tumbé de nuevo mientras
jugueteaba con él en mi mano. Hoseok lo tomó y se quitó la camiseta. Observé fascinado sus músculos
bien marcados.

— ¿Quieres ponérmelo tú? —Hoseok sonrió

— No sé cómo —Reí avergonzado — Soy virgen

— Nunca es muy tarde para aprender —Dijo él guiñándome el ojo

Volvió a atacar mis labios. Golpearon la ventanilla. Hoseok gruñó y observó: Era Andrea

— Tortolitos aquí no —Dijo él— Si el poli los ve...

30
—Vale —Susurró Hoseok

Se puso de nuevo su camiseta y encendió el motor. Me preocupé debido a que estaba ebrio pero tampoco
se estaba tambaleando. Salimos de la ruta privada y bajamos la colina. Estacionamos el coche junto al
parque que estaba frente al instituto. Todo estaba desierto. Hoseok regresó atrás.

— ¿En qué estábamos? ¡Oh, ya! —Me besó castamente. —Me estabas quitando la ropa.

Sonreí y esta vez fui yo quien le quité la camiseta. Toqué su torso bien formado mientras mordía mi
labio... tan guapo y perfecto... sí, valía la pena.

—Te haré disfrutar hoy mi lindo Jimin, quiero que tu primera vez sea memorable —Dijo él

Regresó a mi cuello, gemí. Se sentía bien, mis hormonas apagadas hasta ahora comenzaban a encenderse.
Sentí la mano de Hoseok deslizarse por la parte baja de mi traje y rozar mi entrepierna. Solté un gemido
más fuerte cuando comenzó a sobar por fuera con suavidad. Me sonrió lujurioso y comenzó a besar mi
clavícula. Cristo.

—No pares… —Susurré suavemente. Rara vez me masturbaba pero él lo hacía sentir bien.

Enredé mis dedos en el cabello de Hoseok. Él dejó su labor abajo y lentamente fue retirando los botones
del traje. Me sonrojé bastante cuando mi pecho quedó al descubierto. Hoseok sonrió y comenzó a besar
muy suavemente. Apreté mis labios y arquee un poco mi espalda. Mi respiración aumentaba. Lentamente
Hoseok me fue reincorporando para que quedara sentado sobre él. Pude sentir su erección debajo de mí.
Mis mejillas se encendieron al rojo vivo.

Por fortuna Hoseok no lo notó, estaba ocupado besando mis hombros y mi clavícula mientras pasaba sus
manos por todo mi abdomen.

—Diablos, sencillamente eres perfecto. —Dijo él sonriendo

Sonreí y me separé de él. Le lancé una mirada pícara y comencé a bajar sus pantalones negros. Lo hice
lento para aumentar la tensión. Hoseok sonreía. Finalmente me desprendí del molesto pantalón y pude
notar su erección a través de su bóxer. Abrí la boca, seguro ahora mismo estaba más rojo que un tomate.

Lo voltee a ver de nuevo y me besó con fuerza y salvajismo. Apoyé mi mano en la ventana del coche con
fuerza mientras respiraba agitadamente. Hoseok estaba a punto de quitarme completamente el traje cuando
escuchamos un fuerte golpe. Nos detuvimos.

— ¿Qué fue eso? —Pregunté asustado.

Escuchamos un grito aterrador. Me pegué a la ventanilla y vi a un chico con un cuchillo apuñalar a una
chica. Me tapé la boca. Tardé en reaccionar pero por fin pude hablar.

— ¡LLAMA A LA POLICÍA! —Aullé escandalizado.

— ¡NO! ¿Y SI NOS MATA? —Gritó Hoseok igual en estrés.

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Observé la escena, el chico yacía en el suelo inmóvil pero parecía que el otro no había terminado su labor
aún. Cuando se levantó y se dio la vuelta, palidecí. Llevaba una máscara blanca de la nariz hasta su
frente... y esos rasgos...sus ojos gatunos...

Oh mierda, es él.

Suga.

—H-Hoseok —Tartamudee temblando.

Él volteó a ver hacia mi dirección y se quedó helado. Se puso sus pantalones y su camiseta en un segundo
y se pasó al frente. Observé de nuevo por la ventana.

—Es él... —Susurré— ¡OH DIOS SANTO ES ÉL!

Hoseok prendió el auto. Me coloqué de nuevo el traje y observé por la ventanilla. Suga se acercaba
lentamente y el maldito coche no arrancaba.

— ¡MALDITA SEA, PRENDE! —Gritó Hoseok.

— ¡SE ACERCA! —Grité.

El coche no arrancaba. Hoseok comenzó a patear y a golpear. Suga ya estaba bastante cerca, lo suficiente
como para ver su sudadera negra en más detalle. Pero luego algo imprevisto pasó:

Suga se desvió y caminó hacia otro lado

— ¿Nos habrá visto? —Pregunté

— No lo creo —Susurró Hoseok

Bien, estoy loco pero esta es mi oportunidad. Saqué la máscara de mi bolsa y me la puse. Agarré mi
mochila con fuerza. Hoseok me volteó a ver escandalizado.

— ¿QUÉ CREES QUE HACES? —Preguntó histérico— ¡JIMIN!

Muy tarde, ya había salido de coche. Sentí el frío calar mis huesos pero no me importó. Me deslicé entre
los árboles buscando con la vista a Suga. ¡Bingo! Estaba cruzando el patio del instituto, se quedó quieto
viendo las bancas. Un estruendo me hizo voltear. Vi el coche de Hoseok salir disparado por la carretera

¡Maldito hijo de...!

Apreté mis labios y me escondí. Vi a Suga pasar no muy lejos. Agarró el cadáver de la chica y comenzó a
arrastrar hacia el instituto.

"Cristo, su espalda es tan ancha y perfecta"

"Maldita sea Jimin, concéntrate"

"Dios, es tan sexy"

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"¡MIERDA JIMIN! ¡MATÓ A TU MADRE!"

"Oh cierto...Aun así es caliente"

“¡Concéntrate!”

“¿Crees que si me acerco pueda ver si se le marca su gran paquete?”

“¿Estás pensando en la polla de Suga?”

“Me está volviendo loco. Estúpido asesino sensual”.

Debía sorprenderlo, agarrarlo desprevenido. Corrí sin hacer ruido por la carretera y le di la vuelta al
instituto. Mis piernas ardían pero no me importó. Me oculté detrás de una pared y vi a Suga sentar a la
víctima en una banca. Abrí mi mochila con cuidado y saqué el cuchillo.

Lamí mis labios que estaban resecos y esperé el momento adecuado. Suga sacó del bolsillo de su sudadera
una máscara de carnaval color oro y la depositó suavemente en el rostro de la chica. Bien... es ahora o
nunca Jimin, tú decides. Tomé aire y apreté el cuchillo con mis manos. Sentí mi respiración agitarse, me
resultó imposible seguir respirando por la nariz. Cerré los ojos unos segundos, los abrí y sin pensarlo dos
veces salí de mi escondite y en un abrir y cerrar de ojos me abalancé sobre Suga como una fiera rabiosa.

Él se mostró sorprendido ya que dio un brinco hacia atrás y me clavó sus ojos cafés. Sin perder la
confianza comencé a mover el cuchillo en varios sentidos mientras soltaba un grito entre cada uno. Suga
esquivó mi cuchillo fácilmente cosa que me enojó aún más.

Mi ira me cegó y comencé a mover el cuchillo a lo loco, Suga dio una vuelta y en un movimiento rápido
me golpeó en el estómago. Sin detenerme seguí moviendo el cuchillo frenéticamente, logré hacerle una
pequeño herida en el brazo. Sin embrago la sangre se me heló cuando Suga sacó su enorme cuchillo frente
a mí y me apuntó con él mientras sonreía.

"Mierda"

Me quedé helado pero no me dejé intimidar. Los latidos de mi corazón retumbaban en mis oídos y estaba
temblando. Suga trató de darme una vez con su cuchillo pero me moví a la izquierda. Sonrió y lo trató de
nuevo pero me agaché. Suga entonces aprovechó y me dio una patada en la mandíbula. Solté un grito de
dolor y me tambalee hacia atrás. Me tapé con una mano y vi lentamente el cuchillo a centímetros de mi
cara. Pegué un grito y me tumbé al suelo.

Suga era ágil, creo que la única cosa que me mantenía con vida era la adrenalina. No tuve otra opción y
comencé a correr. Corrí como si el diablo mismo estuviera detrás de mí. Oía las pisadas de Suga no muy
lejos, aceleré el ritmo como pude. Quería llorar, no estaba listo, era verdad, no estaba listo para esto. ¿En
qué demonios pensaba?

Sentí que rodearon mi cintura y sólo fue cuestión de segundos cuando me tumbaron al suelo. Suga y yo
comenzamos a rodar colina abajo pero no por mucho tiempo. Suga quedó sobre mí y sacó su cuchillo. Yo
agarré el mío y lo apunté también. Nos quedamos los dos en silencio viendo fijamente el arma del otro.
Bajé un poco mi vista, llevaba una camiseta negra bastante pegada, definía su bello cuerpo y pude admirar

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que sus brazos estaban calientemente marcados. Cristo, esperen… ¿manos venosas? Joder, joder, joder.
Levanté de nuevo la vista, Suga me sonrió.

— Tú mataste a mi madre —Espeté mientras aguantaba las lágrimas— ¿Por qué?

Él no dijo nada. Observé sus ojos, no parecía molesto... de hecho su mirada parecía burlona. ¿Qué acaso
se burlaba de mí? Observé su pecho que subía y bajaba lentamente, mientras que el mío subía y bajaba
frenéticamente. Parecía que iba a explotar…

— ¡NO TEMO MORIR! —Grité — ¡Y TE MATARÉ! ¡JURO QUE LO HARÉ!

Suga siguió sin decir nada. Sus hermosos...que digo, sus finos labios formaron ahora una sonrisa bastante
macabra pero burlona y coqueta a la vez. ¿Qué jodida mierda?

Estaba harto del juego. Lo más rápido que pude traté de clavar el cuchillo en su rostro pero él agarró mi
brazo justo cuando la punta de mi cuchillo apenas lo rozó. Traté de zafarme pero fue inútil. Suga me
arrebató el cuchillo y lo dejó junto a mí. Me observó detenidamente con una mirada bastante difícil de
descifrar.

— Bien —Dije fríamente — Mátame... —Cerré los ojos listo para afrontar mi destino

Esperé unos segundos pero no sentí nada. Abrí los ojos y vi que Suga estaba examinando mi cuerpo y mi
rostro. Me quedé helado durante unos segundos cuando rozó con su índice mi mejilla. Un escalofrío y
emociones jamás sentidas se apoderaron de mí. Sobó delicadamente mis piernas, me mordí el labio.
Siguió subiendo con toques traviesos hasta sobar mis labios con sus dedos. Jugueteó con ellos y siguió
deslizando sus manos por mi cuerpo. Por fin dejó de manosearme y soltó una pequeño risa. Lo observé
confundido. Él guardó su cuchillo

Esperen...

¿Lo guardó?

Me clavó de nuevo la mirada y retiró mi máscara de la cara lentamente. La observó detenidamente y


después me sonrió divertido.

— ¿Qué pretendes? —Solté molesto— Das miedo

Él siguió sin decir nada. Se levantó y se sacudió las hojas. Negó con la cabeza y comenzó a caminar en
sentido contrario mientras dejaba caer mi máscara al suelo.

¿Qué acaba de pasar?

Me levanté y comencé a caminar detrás de él bastante molesto y confundido.

"¡DEJA DE VER SU CUERPO!"

"Lo siento, su figura es tan..."

"Maldita sea, se está alejando"

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"Dios esa camiseta está muy ajustada, ¿ya viste sus brazos?”

"¿QUIERES CONCENTRARTE JIMIN? ¡SE ESTÁ ALEJANDO MÁS!"

"Oh mierda"

— ¡NO ME DES LA MALDITA ESPALDA! —Grité

Corrí y me coloqué frente a él. Suga me volteó a ver, sacó su cuchillo. La sangre se me heló pero el sólo
usó el arma para apartarme del camino. No lo guardó, lo dejó a la vista y siguió caminando rápidamente.
Tardé en reaccionar pero seguí detrás de él. ¿Pero qué le pasa?

— ¡QUE NO ME DES LA ESPALDA! —Grité— ¿Qué te pasa? ¿No vas a arrancarme la cabeza? —Corrí
de nuevo y me volví a colocar frente a él. Por sus ojos pude notar que comenzaba a enojarse pero no iba a
darme por vencido — Mira, no sé a qué juegas... pero estás actuando muy raro, amigo.

Él negó con la cabeza sonriendo... uf, maldita sonrisa arrogante y asquerosamente hermosa. Sus preciosas
encías lo hacían ver tan… maldita sea.

— ¿Me vas a decir qué demonios te sucede? ¿Por qué demonios no me matas...?

— Porque no sé si eres realmente estúpido o valiente por haberme querido enfrentar

Abrí la boca pero me quedé sin habla. Esa voz... cristo... ronca, varonil e increíblemente sensual. Sonaba
tranquila pero a la vez un poco fastidiada. Retumbó en toda mi cabeza, en mis oídos, recorrió todo mi
cuerpo. Me estremecí y abrí un poco la boca pero no salió ningún sonido. Me quedé plantado frente a él,
agité mi cabeza para romper el letargo.

—N-no tiene sentido —Tartamudee

—Mira, niño —Su voz salió cansada, me volví a estremecer— No tengo tiempo para un obsesionado
como tú, hazle un favor al mundo y piérdete en el bosque o vuelve a casa.

— ¡¿Obsesionado?! —Espeté molesto— Estoy obsesionado con matarte, ¡no por ti!

Suga sonrió de nuevo. Sentí un escalofrío recorrerme la espina dorsal pero me mantuve firme.

— Y...y voy a hacerlo —Me escuchaba nerviosa— Te voy a matar...

— A menos que yo lo haga antes —Contestó con arrogancia

— Pero no lo has hecho

— Porque no tengo ganas, no me hagas cambiar de opinión —Habló molesto

— ¿Pues qué crees? No me... —No pude finalizar

Suga me agarró del cuello y me clavó su mirada, era molesto pero divertida a la vez. Parece que disfrutaba
verme asustado. Comencé a patalear y a tratar de zafarme pero era demasiado fuerte.

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— Tengo poca paciencia, tienes suerte de que te deje vivo, tengo mis razones. —Apretó más mi cuello—
Ahora, deja de fastidiarme con tu presencia a menos que quieras que te mate y créeme, no será nada
bonito. Vas a regresar a tu casa y dejarás esta estupidez de seguirme ¿oíste? Si te vuelvo a ver, no lo
dudes, te sacaré los intestinos lentamente ¿quedó claro?

Me soltó y caí de rodillas al suelo. Colocó su cuchillo en mi barbilla e hizo una fina cortadura, sentí la
sangre escurrir. Solté un pequeño gemido, Suga rio.

—Ahora a dormir pequeño fastidioso.

Sentí un fuerte golpe en mi nuca, todo se volvió negro

[***]

Abrí los ojos. Estaba exactamente en el mismo lugar. Me levanté como pude y miré el entorno, no había
rastro de Suga. Me agarré la nuca que dolía como el infierno. Me levanté tambaleando y fui por el cuchillo
y la máscara que no estaban muy lejos de ahí. Los metí a mi mochila y comencé a caminar por la
carretera.

¿En serio había hablado con él? Dios mío... es que esa voz... no, no puede ser, una voz no puede ronronear
y hacerte estremecer de ese modo. ¡NO A MI! Apreté mi mandíbula y cerré los ojos, su figura perfecta
volvió a mi cabeza. Abrí de nuevo los ojos y traté de esquivar ese pensamiento. Fue inútil, increíblemente
inútil.

"No sé si eres realmente estúpido o valiente por haberme querido enfrentar"

— Estúpido voz sensual —Refunfuñé

Me subí a un transporte público y me dirigí hasta el fondo. Esperé unos segundos en silencio. Bajé y corrí
a la casa, toqué varias veces. Namjoon abrió la puerta, parecía cansado y molesto

— Son casi las 2 de la mañana —Dijo seco

— Lo siento, partimos el pastel a las 12:30 y... y no llegué drogada ni con infecciones —Dije

— Pero si hecho un desastre... ¿qué te pasó?

— Me caí, rodé y... bueno no sé qué pasó exactamente

— ¿Te sientes bien?

— Me duele el cuello

— Vete a dormir, mañana te regaño

— Vale.

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Subí las escaleras y me encerré en mi cuarto. Me tapé la frente con la mano ¿Había sido verdad? ¿En serio
había visto a Suga? No me lo creía, muy en fondo estaba en negación absoluta Levanté mi barbilla y sentí
el pequeño herida que me había hecho con su cuchillo

— Parece que si —Susurré

Me dejé caer en la cama viendo el techo. No importaba dónde estuviera, debía encontrarlo de nuevo. Y
esta vez sí lo mataría. No me asustan sus amenazas.

"Sólo quieres volver a verlo por loco hormonal"

"¡Mentira!"

"Acéptalo, deja de engañarte"

"Primero mi venganza"

"Ni tú te la crees. Quieres follártelo."

“Calla”

Dejé de pelear conmigo mismo. Debía matarlo, sin peros. Sólo que si quería tener mayor éxito debía
practicar más con el cuchillo y combate físico. Cerré los ojos y su sonrisa vino a mi mente... demonios, era
tan sexy.

Díganme... ¿quién no perdería la cabeza?

Bueno tal vez a mí me la corte si me ve de nuevo

¡Qué importa! ¡Creo que ya la perdí de todos modos!

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Capítulo 4. “Imitadores”

Desperté con un terrible dolor de cabeza y cuello. Al fijarme en la hora vi que eran casi las 12. Me puse
unos jeans y bajé como muerto a la cocina. Me serví cereales y no me sorprendí al ver a mi hermano. Por
la visto me esperaba. Me senté frente a él y empecé a comer

—Muy bien Jimin —Namjoon se cruzó de brazos y me observó fijamente— Vamos por partes con el
cuestionario....

Refunfuñé, no estaba de humor para su pequeño encuesta estúpido. Por suerte había formulado todo en mi
cabeza, ya tenía respuestas a todas sus preguntas, lo conozco demasiado bien. Además, soy muy bueno
mintiendo, lo cual es bueno... y un poco malo.

— Vale —Suspiré. Namjoon se sentó frente a mí

— ¿Por qué llegaste tarde ayer? —Preguntó mientras se cruzaba de brazos

— Si te diste cuenta ayer no llevé teléfono, cuando partimos el pastel no sabía que eran casi la 1 de la
mañana. Fue Andrea quien me dijo que ya era tarde —Expliqué tranquilamente

— ¿Hoseok no te iba a traer?

— Iba, pero se quedó en la fiesta, ya sabes cómo soy, no quise interrumpirlo —Dije levantando los
hombros mostrando indiferencia.

— ¿Y el autobús tardó 1 hora en llegar acá? —Namjoon levantó una ceja

— No, el problema es que me perdí. Andrea vive en una calle privada cerca del instituto y no encontraba
la salida, ahí perdí casi unos 20 minutos buscando un oficial.

— Bien, supongamos que dio la 1:20... ¿Qué hiciste luego?

— Los camiones tardaron en bajar, esperé unos 10 minutos supongo

— ¿30 minutos en llegar sin coches?

— El chofer se desvió un poco, no quería pasar por el callejón debido a Suga. Me dejó en la estación
donde hallaron a Wendy. Caminé lento, observaba hacia atrás todo el tiempo para asegurarme que nadie
me siguiera

— ¿Y luego?

— Pues me asusté con un ruido y me caí —Señalé la herida de mi cuello y mis raspones— Al levantarme
corrí a casa. Sólo eso

— Estabas lleno de hojas

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— Resbalé en el parque

— ¿Qué hacías en el parque?

— Está iluminado si no te diste cuenta, no iba a pasar por la calle desierta y oscura.

Namjoon entrecerró los ojos y me observó fijamente como si tratara de descubrir la verdad a través de mis
ojos... Me mantuve firme viéndolo fijamente y parpadeando cada 10 segundos. Namjoon suspiró y se llevó
su mano a la cara.

— Bien, pero por favor la próxima vez lleva teléfono —Dijo él dándose por vencido

— Sí, lo siento —Dije mientras hacía "cara de arrepentimiento"

— Bien —Namjoon se levantó— Aprovecha tu fin de semana, se vienen los exámenes finales y quiero
que estés a todo dar. No quiero que llegues con un 6 ni 7 de promedio

— No lo haré

— Y si este año lo terminas muy bien... puede que en tercero te compre un auto

— ¿Hablas en serio?

— Muy en serio

— ¡Wow! —No lo vi venir, sonreí— Gracias Nam.

Él asintió y se puso su saco negro. Se acomodó el cabello y agarró las llaves de la casa. Lo observé
detenidamente. Se puso loción. Nunca se ponía loción a menos que... fuera a ver un chico. Namjoon se
observó otro rato en el espejo acomodando su ropa. Me volteó a ver cuándo reí secamente.

— ¿A quién te vas a coger ahora? —Pregunté

— ¡Hey! Voy a una entrevista de trabajo —Dijo él

— ¿Eh? —Levanté una ceja

— ¡Claro! ¿Crees que seguiremos viviendo así? ¿Yo sin empleo? —Namjoon rio— Tengo una entrevista
para posiblemente entrar en el departamento de policía —Explicó Namjoon

— ¿Policía? —Pregunté asustado.

— Más bien científico forense, hay buena paga y con todo esto del Suga el trabajo es aún mayor —Me
guiñó el ojo.

— Oh —Me quedé frito. Podía echarlo todo a perder— Suerte, en ese caso

— Gracias Minnie

Namjoon se colocó su corbata y finalmente salió de la casa. Me asomé por la ventana y lo vi montarse a su
lexus blanco y partir. Lo vi bajar la colina y desaparecer. Suspiré y me fui a sentar al sofá. La maldita

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imagen de Suga no me dejaba en paz. Me levanté y fui a buscar el cuchillo que había usado ayer. Me
asomé por la ventana y observé mi patio trasero. Agarré un suéter abrigado y bajé de nuevo con el cuchillo
en mano. Salí a la parte trasera y observé las casas de al lado, no había nadie.

Agarré el cuchillo firmemente con mi mano y comencé a hacer movimientos de vaivén para irme
acostumbrando. Opté por dar vueltas sobre mi propio eje mientras apuntaba con el cuchillo. Bien, aún no
me había matado, eso era bueno. Comencé a imaginar a alguien atacándome así que moví el cuchillo en
varios sentidos pero traté de no hacerlo a lo idiota. Traté de que las maniobras fueran firmes y precisas.

Después de acostumbrarme opté por movimientos más avanzados. Fingí enterrar el cuchillo mientras
brincaba y me agachaba. Combiné también cambiar el cuchillo de mano y agarrarlo en poses un poco
complicadas pero bastante amenazantes. Cerré los ojos y me imaginé a Suga, aún con los ojos cerrados me
imaginé un combate. Me dejé llevar durante mucho tiempo hasta que choqué con algo duro. Abrí los ojos
y vi que había chocado con la pared. Me froté el brazo y vi el cuchillo.

"Quizás este amiguito no sea tan difícil de usar después de todo"

Comencé a dar vueltas en el suelo con el cuchillo en mano, así aprendería a no clavármelo. Gatee con el
cuchillo, lo coloqué en mi boca y rápidamente lo pasaba a mi mano y apuñalaba el aire. Comenzó a ser
bastante divertido. Jugueteaba con el cuchillo en mano y comencé a usar poses de combate. El cuchillo
arriba y la mano abajo cerrada. Me moví en círculos y di ataques sorpresa (o al menos eso creí). Sentía mi
cuerpo fatigado y las gotas de sudor correr por mi frente. Opté por descansar un rato, no había estado nada
mal mi entrenamiento del día de hoy.

— Querido cuchillo de cocina Alemán, tú y yo seremos buenos amigos —Dije mientras rozaba levemente
el cuchillo sobre mi dedo y lo moví levemente.

Pegué un pequeño gemido cuando sentí un ligero ardor, me había cortado. Observé la sangre deslizarse
sobre mi mano, debía comenzar a encariñarme con él para cuando matara a Suga. Planeaba hacerlo sufrir
mucho. Lamí mi dedo y entré a la casa. Estaba empapado de sudor y afuera hacía frío, no quería
enfermarme. Subí a mi cuarto, guardé el cuchillo en mi cajón y me metí al baño.

Aventé mi ropa y prendí el agua caliente. Me metí y dejé que mi cuerpo se relajara, suspiré lentamente y
comencé a sobar mi cuerpo mientras el agua hirviendo caía en mi rostro. Me puse champoo y bastante
jabón en el cuerpo. Salí a mi cuarto después de la larga ducha y vi la hora: 4:56 pm

— Bien... el tiempo pasa muy rápido. ¿A qué hora piensa llegar el idiota?

Me puse ropa de dormir, hacía frío y quería estar abrigado. Me puse pantuflas negras bastante esponjadas
y bajé a la sala. Comencé a pasar los canales a lo bruto pero me frené en las noticias. Eran de hecho
bastante entretenidas si les prestabas atención. Y además, eran bastante útiles para mantenerme informada
de mi querido asesino.

— Parece que hubo un fuerte temblor en la parte Este de la ciudad pero no hubo heridos ni muertos,
afortunadamente sólo se derrumbó un viejo edificio abandonado —Explicó la reportera— Además
tenemos nuevas noticias, encontramos un nuevo cadáver fuera del instituto local. La víctima se reporta
como Marina Chávez que aparentemente era profesora

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— De Educación Física —Me dije— ¡Oh demonios! ¡Es la mujer que Suga había apuñalado ayer en la
noche! —Me sentí terriblemente mal, a esa profesora le había cogido demasiado cariño

— No sabemos si fue obra de Suga, la profesora llevaba una máscara de carnaval puesta pero la víctima
no estaba vestida como princesa y además los policías no encontraron por ningún lado el famoso mensaje
de "Little Princess". ¿Un imitador acaso o Suga está cambiando su modus operandi? No se pierdan el
resto...

—Idiotas —Reí con ironía— No acabó su trabajo porque YO el increíble Park Jimin interrumpió su obra y
aparte sobrevivió... ¡Bum en su cara reporteros! ¡Yo fui quien escuchó su voz y vi fijamente sus preciosos
ojos y labios! ¡En su cara! —Dije cantando

—Esperen... —Un hombre le susurró algo a la reportera— ¡Vaya! ¡NOTICIAS IMPACTANTES! ¡LA
POLICÍA ESTÁ PERSIGUIENDO AL SUGA! ¡REPITO! ¡LA POLICÍA PERSIGUE AL FAMOSO
ASESINO! Según el reportero acaba de cruzar el instituto y van colina arriba cerca del parque Woods

Abrí los ojos como platos y me asomé por la ventana. Vi un coche rojo pasar rápidamente y 10 patrullas
pisarle los talones. El coche rojo se estrelló con el árbol y vi a un chico bajar corriendo entrar en el parque.
Los policías hicieron lo mismo.

— ¡NO PUEDEN MATARLO! —Exclamé escandalizado.

Me importó mierda y me puse mi tenis. Salí en suéter y pantalón de pijama negro. Corrí al parque pero un
oficial me agarró. Comencé a forcejear.

— ¡SUÉLTEME! —Grité

— ¡NO PUEDE PASAR JOVENCITO! ¡ES MUY PELIGROSO!

Escuché unos balazos. Abrí mucho los ojos y sentí que mi aliento se cortó. El oficial me soltó y me caí de
rodillas al suelo. No... No podían haberlo matado... ¡NO! Esperé largos segundos y vi a unos policías salir.
La radio del que me sostenía sonó.

—Agente 345, el sospechoso está herido... repito, el sospechoso está herido. Ya llamé una ambulancia

—Copiado

Me llevé una mano a la boca. Inmediatamente vi una camioneta negra pasar y una mujer salir con varios
hombres y cámaras. Vi a ambulancia llegar detrás de ellos. Me levanté y corrí rápidamente hacia donde
estaban ellos. Algunos vecinos estaban ahí chismeando. Los oficiales arrastraban a un hombre vestido de
negro, portaba la misma máscara... oh dios... era él... ¡ERA ÉL!

La reportera comenzó a hacer preguntas y los camarógrafos a sacar muchísimas fotografías.

— ¡Soy Suga, temedme! —Gritó él con un acento bastante peculiar

Levanté una ceja, no era ni su voz ni su acento. El hombre levantó la mirada, observé sus ojos... eran
verdes y sus labios nada apetecibles. Además no tenía aquél palidez hermosa y sus hermosas manos
venosas. ¡Por dios!

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— No eres él —Dije cuando pasó junto a mí y lo acostaron en la camilla

— Niño hazte a un lado —Dijo la mujer empujándome

— ¡JÓDASE! —Espeté y empujé a la mujer. Observé con burla al otro chico

— ¿Cómo lo sabes niñito? —Susurró él.

—Me hubieras reconocido y además, él es único. Tú eres una farsa —Solté

El hombre quiso levantarse pero lo acostaron. Los camarógrafos me empujaron y la ambulancia se fue. El
resto se subió de nuevo a la camioneta negra y persiguió a la ambulancia junto con los oficiales. Los
vecinos volvieron a sus casas susurrando. Yo suspiré aliviado.

Bueno, al menos aún podía matarlo. Al VERDADERO Suga.

Regresé a la casa y vi las noticias puestas. La reportera estaba en el hospital con muchísima gente y
reporteros. Su voz apenas se oía. Cerré la puerta y corrí a sentarme.

— ¡ESTAMOS EN VIVO EN EL HOSPITAL DONDE SE ENCUENTRA EL FAMOSO SUGA! ¡PARECE


QUE SÍ ES ÉL Y ESTAMOS ANSIOSOS POR SABER QUÉ DIRÁ! ¡EL ALGUACIL SE DIRIGE HACIA
ACÁ PARA INFORMAR Y TOMAR CARTAS EN EL ASUNTO! CON USTEDES...

Apagué el televisor y rodé los ojos. ¡Por favor! ¿Cómo podían confundirlo? Digo... Suga tenía hasta sus
hermosas manos venosas y…

"¿Y si fui yo quien encontré al imitador y el chico de hace rato ES el verdadero asesino?"

"Si claro, ¿y gritaría a los 4 vientos que es Suga y que le teman?"

"No, es un buen punto"

"Además, no tiene pinta de asesino, el de ayer sí"

"Demasiada diría yo"

"El que está en el hospital es un estúpido imitador"

"Tienes razón, que los policías se diviertan con él, más de Suga para mí"

"Eso sonó..."

"Pervertido, lo sé... ahora déjame en paz"

El ruido de la puerta abriéndose me sacó de mis pensamientos. Vi a Namjoon entrar, parecía cansado y
algo frustrado. Lo observé detenidamente. Se acercó y se dejó caer en el sofá.

— ¿Ya viste las noticias? —Pregunté

— Estaba a media entrevista, claro que lo sé —Dijo Namjoon seco

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— ¿Y ahora qué te pasa? —Levanté una ceja

— Me citarán de nuevo mañana para terminar...

— ¿Y? ¿Eso es malo?

— Jin es el hijo del alguacil —Dijo él

— ¿Q-qué?

—Y parece que habla muy mal de ti con su papi, parece que eso me jode un poco al trabajo, hubieras visto
su cara cuando se enteró que soy tu hermano

— ¿CÓMO SE ATREVE ESA IMBÉCIL? —Espeté furioso — ¡LO VOY A MATAR! ¡MALDITA SEA
LO HARÉ!

— Tú quieres matar a todos —Namjoon rio con sequedad

— Estúpido... espero que tengas éxito

— Eso espero —Dijo Namjoon

Nos quedamos unos segundos en silencio. Observé a mi hermano, decidí hablar de otra cosa

— ¿Tú crees que el chico que agarraron sea Suga? —Pregunté después de un rato

—No lo creo, no tiene pinta de asesino... —Dijo Namjoon— Seguro es un imitador

— Eso mismo pienso yo —Dije feliz de no ser la única

— Un asesino tan sádico como Suga tiene experiencia, se nota que es organizado y que planea bien sus
crímenes, tanto que sólo han podido sacarlo 3 fotografías debido a cámaras de seguridad.

— ¿En serio?

— Se tomó la molestia de sonreírla a una, es un asesino demasiado confiado, arrogante me atrevería a


decir. Su sonrisa lo dice todo

— Ja, si supieras...

— ¿Perdón?

— Que me lo imagino... tenerlo de frente debe ser...

— Muy aterrador —Se adelantó Namjoon

— ¿Crees que sería posible que deje viva a una víctima?

— ¿Dejarla viva? —Namjoon negó con la cabeza— No creo... sería muy arriesgado

— Supongamos que esa persona trató de atacarlo, él amenazó con matarlo pero al final no lo hizo. ¿Qué
crees que signifique? —Pregunté inquieta

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— ¿Matarlo? —Preguntó Namjoon

— Sí, supongamos que es chico

— Vaya pues, la verdad no sabría decirte Minnie. Ese chico debería ser el más afortunado del mundo por
ganarse de un cierto modo la simpatía de Suga

— ¿Simpatía? ¿Aunque haya amenazado con matarlo?

— Debe dejar su imagen de asesino despiadado... ¿a qué viene esa pregunta?

— Oh es que pensé en el caso de la chica ésta... no recuerdo su nombre, la que sobrevivió a Suga y dijo
que la mantuvo con él

— No soy Suga Minnie, no podría responderte. Él sabrá sus razones —Dijo Namjoon

Asentí. Las tripas me gruñían. Afortunadamente Namjoon había ido a recoger comida china antes de venir
así que comer un rico arroz con costillas agridulces me hizo feliz. Comencé a ver la película de Chucky.
Namjoon estaba junto a mí y reía de vez en cuando mientras decía "eso es imposible" o simplemente "¡ay
por favor!". Al finalizar la película lavamos los platos y comenzamos a platicar de otras cosas nada
importantes.

— ¿Qué quieres hacer? —Preguntó Namjoon

— No sé... ¿qué hora es? —Pregunté

— Las 20:29 —Dijo él— Aún es temprano... ¿no tienes tarea?

— Sí pero la haré mañana

— ¿Quién demonios deja la tarea para el domingo?

— Mucha gente, incluso hay mucha que la hace el mismo Lunes

— ¡Qué locura!

— Se llama adolescencia, tú la pasaste no hace más de 10 años

— ¡Oye tranquilo con la edad! ¡Tengo 24! —Se quejó Namjoon

— Whatever —Levanté los hombros— Ya eres adulto joven

— No pues... bien gracias —Dijo Namjoon

— También te quiero —Reí

— En fin... yo mañana tengo la cita temprano así que ya me voy a acostar. Descansa Minnie

Namjoon subió las escaleras y desapareció. Yo aún no tenía sueño así que decidí ver otra película de
terror. Elegí ver Viernes 13. Admito que Jason francamente me llegó a asustar y ver toda la sangre

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desparramada y los intestinos... bueno, mejor ni explico. La comida china no me hizo tanto bien cuando
finalicé la película.

"Mierda, gracias al cielo que este asesino es sensual"

"Demonios...sí"

"Aunque en la película exageran"

"Obvio, debe CAUSAR MIEDO"

"Si, pero debo admitir que usa bien las armas"

"Aprendiste un poco, eso es bueno"

"Aunque dudo que pueda con todo esto de tripas y sangre"

"Lo harás por tu madre, además no significa que lo vuelvas a hacer"

"Mmm eso es cierto"

Observé el reloj y eran pasadas de las 11 de la noche. Apagué las luces y subí corriendo a mi cuarto. Me
puse un nuevo pantalón de pijama y me quité el suéter. Me deslicé en la cama y apagué la lámpara de
noche. Observé por la ventana y vi la ciudad colina abajo. Suspiré mientras veía las montañas a lo lejos y
las estrellas invadir el cielo. Sonreí un poco y fui cerrando los ojos. Abracé mi almohada y caí
profundamente dormido.

"No sé si eres realmente estúpido o valiente por haberme querido enfrentar"

Maldita frase que no me dejaba en paz...

[***]

—Minnie...despierta Minnie... ¡JIMIN! —Exclamó alguien

Sentí que me agitaron con fuerza. Me caí de la cama, me levanté y observé furioso a Namjoon con los ojos
entrecerrados. Me tapé de la luz.

— ¿QUÉ TE SUCEDE? —Espeté molesto

— Son las 9, ya me voy —Dijo él apurado

— Pudiste haberme dejado una nota o algo ¿no?

— Sí pero tenía ganas de molestarte

— Jodete —Le mostré el dedo de en medio.

45
— Hay comida abajo. Yo ya me voy

Namjoon salió del cuarto volando. Me volví a tumbar en la cama y me froté los ojos. Me estiré y observé
el techo durante un largo rato. Me puse mis pantuflas y bajé al comedor. Había huevo con jamón en una
sartén humeante y jugo de naranja. Le di otra calentada al huevo y me senté a comer. Me serví jugo de
naranja y mientras le daba grandes tragos puse las noticias.

—... y reportamos también que las temperaturas aumentarán en esta semana.

Suspiré, aún nada importante. Estaba finalizando mi huevo pero el noticiero captó mi atención

— ¡Y por fin el momento que todos esperaban! Seguro muchos se enteraron que agarraron a Suga ayer.
Hoy lo van a transferir a la prisión y el juicio sería el 18 de este mes pero parece que hubo un conflicto a
media carretera. Con ustedes, el alguacil de la ciudad Arthur Crow...

— Gracias reporteras...me temo informarles que aparentemente Suga de ayer no es el verdadero asesino,
o al menos eso creen algunos oficiales incluyéndome

— ¡Hasta que se dieron cuenta! —Exclamé

— Hoy a las 7 de la mañana el "asesino" debía ser transferido a prisión, sin embargo debido a su herida
y a unos problemas en la carretera tendrá que ser transferido hoy en la noche. El psicólogo Holton dice
que la personalidad del chico no concuerda mucho con la de Suga, por lo cual deberá ir a unas pruebas
antes de mandarlo a la comisaría. Estaremos informando, tengan lindo día

— ¡Bah! —Exclamé— En serio se necesita ser idiota... ¡Sólo basta con mirarle las manos y su cuerpo!

"Sólo tú ves sus manos y su cuerpo"

"Y sus ojos"

"Aja, todo eso"

"Y su espalda"

"Si eso"

"Y ése cuerpo..."

"¿Puedes dejar de pensar en él?"

"Puedo intentarlo"

"Dios Jimin, tú no te portas así"

"¡Es cierto! ¡Ningún chico merece mi atención de ese modo!"

"¡Bien dicho Minnie! ¡Ni siquiera Suga!"

"¡BIEN DICHO CONCIENCIA!"

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"Vaya, por fin nos recuperamos"

"Bueno, no merece mi atención verbal pero si mental"

"¡JIMIN!"

"Me doy por vencido, ¿te imaginas las maravillas que hará con esa manos?

“..."

“Lo sé. Casi me da un orgasmo mental”.

Recogí los platos de la mesa y los lavé. Me fui a cambiar de ropa y agarré el cuchillo para entrenar un
poco dentro de la casa. Dejé la televisión prendida y comencé a practicar nuevos movimientos. Las horas
pasaron rápidamente. Estaba a media práctica cuando me detuve en seco.

— ¡Y EL ESCÁNDALO SE FORMA EN EL HOSPITAL! ¡AQUÍ ESTAMOS EN VIVO!

Voltee a ver la pantalla. Los policías trataban de cubrir la cámara en vano y otros alejaban a la gente de un
cuarto. Varios enfermeros entraban y salían, se notaban unas pequeños letras en rojo detrás pero no se
alcanzaba a leer. Me senté y observé la pantalla detenidamente.

— ¡El supuesto asesino termina muerto en el hospital! ¡Nadie sabe cómo ni por qué! ¡Los oficiales están
confundidos y completamente escandalizados! Apunta a las letras...

La cámara apuntó a las letras en rojo del fondo. Me tapé la boca

— ¡Ya lo vieron amigos! ¡"Nadie me supera, ni siquiera un pobre admirador. Little prince, tu historia se
acabó" ¿Qué les parece? ¡Suga sigue entre nosotros! ¿Qué dirá la policía? Lo sabremos en unos minutos,
no se vayan

Abrí los ojos completamente aturdido. ¿Suga había estado ahí y nadie lo había visto? ¿Cómo demonios era
eso posible? ¿Qué acaso eran tan estúpidos?

—No puede ser... parece burla... ¡SUCEDIÓ EN SUS NARICES! —Exclamé en histeria.

La reportera siguió hablando pero me cansé de su voz aguda y escandalosa así que apagué la televisión.
Resoplé frustrado. Yo técnicamente también había sido un pequeño imitador al portar una máscara
idéntica a la de él pero a mí no me había matado. ¡Demonios esto es tan confuso!

— Ahora si asesino —Dije mientras subía a mi cuarto. Abrí el cajón y saqué la máscara— Ya me cansé, te
voy a buscar... suficiente espera

"Ja... ¿cómo se supone que harás eso?"

"Si es necesario recorrer la ciudad durante toda la noche que así sea"

"O puedes usar el plan original"

"¿Cuál?"

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"Ya sabes... "

"¿Ser su candidato perfecto?"

"Qué importa hombre, eres Park Jimin, un chico astuto y de mente fría... ¿qué te diferencia de Suga?"

"Nada, sólo que él mata"

"¡Exacto! Sigue siendo humano... ocúltate como él... muévete como él"

"¿Cómo se supone que haré eso?"

"Fácil... piensa como él..."

"Piensa...como un asesino"

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Capítulo 5. “No te salvas”

— No lo entiendo Namjoon... ¿Por qué tienes que irte a una comida? —Pregunté puchereando

— Es una cena Minnie —Contestó Namjoon

— Misma cosa

— Es una cena importante

— Claaaaro

— Jimin, ya basta

— Pero no me quiero quedar sin cenar —Refunfuñé

— Ten —Namjoon me dio unos billetes— Ya puedes cenar algo

— Gracias

— Pero no salgas

— Tengo que salir

— Pide a domicilio

— Aja.

— Confío en ti Jimin

— Vale.

— Bueno... —Namjoon suspiró— Cuídate por favor

— Sip

— Nos vemos

Namjoon me abrazó, se puso loción y se acomodó el traje. Lo observé salir tranquilamente de la casa,
subirse a su coche y desaparecer colina abajo. Suspiré cansado, eran casi las 6 de la tarde y yo tenía
bastante hambre. Decidí hablar al local de sushi

— Sushi—shi, ¿qué se lo ofrece? —Se oyó una voz femenina del otro lado

— Hola buenas tardes, quería hacer un pedido a domicilio por favor

— Lo sentimos, pero no tenemos servicio a domicilio

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— ¿Cómo no? Hace unos meses aún había servicio

— Por el nuevo reglamento, no podemos llevar alimentos a domicilio a partir de las 6 de la tarde.

— Bah, qué suerte.

— ¿Quiere pedirlo y venirlo a recoger?

— Podría. No suena tan mala idea

— Bueno, ¿qué desearía?

— Un sushi Drogon y un refresco de manzana

— ¿Sería todo?

— Si

— Bien, ¿pagará con tarjeta o llevará efectivo?

— Efectivo

— ¿A nombre de quién la orden?

— Al de Park Jimin

— Bien, su pedido estará listo entre 20 y 25 minutos

— Gracias

— Buenas noches

Colgué y me dejé caer en seco al sofá. Demonios... ¿en serio me había encontrado con Suga? ¡Era muy
difícil de creer! Esos ojos... y ese pelo... y ese cuerpo... y esa voz...

"YA DESPIERTA MALDITA SEA"

"Perdón"

"Calma las hormonas Jimin, tú no te sometes a nadie"

"¿Ni siquiera a un chico sexy?"

"A nadie dije"

"Tienes razón"

Dejé de tener mi extraña plática conmigo mismo y observé la hora: 18h23. Me pregunto por qué tardarán
tanto en hacer los pedidos... Antes estabas listo en 10 minutos.

Maldito Suga todo es tu culpa

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Debía encontrarlo de nuevo... ¿pero cómo? Esa noche lo encontré por pura coincidencia, fue suerte pura,
dudo que tenga la misma suerte otra vez. Debería seguir a TODAS las personas de este pueblo para ver si
lo encuentro.

Rendido, prendí la televisión para pasar el rato y desconectarme de mis pensamientos.

— Buenas noches —Dijo el conductor del programa— Tenemos las noticias del día de hoy. Como muchos
de ustedes sabrán, Suga fue arrestado ayer, sin embargo, está muerto. La policía confirmó que se trata de
un imitador ya que la persona no cumplía con los aspectos psicológicos ni detalles físicos de Suga. La
pregunta es... ¿por qué un imitador?

— ¿En serio se lo preguntan? —Me burlé

— ¿Llamar la atención? —Retomó el conductor— Es probable, pero ya aprendimos la lección: a Suga


no le gusta que lo imiten

— A nadie le gustaría —Rodé los ojos

— En otros temas, nos esperan temperaturas frías para este invierno, hay muchos descuentos para viajes
y parques de atracciones. ¡Viva el invierno y la Navidad! Es un gran momento para pasarla en grande en
pareja o en familia, nunca es tarde para la diversión

— Ja, dígamelo a mí —Contesté sarcástico.

—Vamos con una pausa. De regreso hablaremos acerca del fuerte terremoto que hubo en la parte Este
del país y de algunos detalles más, no se vayan.

Apagué la televisión, realmente siempre era lo mismo. ¿Por qué demonios hablaban y hablaban de Suga
sin siquiera saber nada de él? Ya sabemos que mata, ya sabemos que es peligroso... ¿por qué tanta
insistencia? ¡Sólo un perfecto idiota se atrevería a enfrentarlo!

Oh, esperen... retiro lo dicho...

Era extraño que siguiera pensando en matarlo cuando sabía que no tenía oportunidad alguna con él. Pero
era muy terco así que supongo que es por eso, soy vengativo. Cuando me propongo algo lo hago. Como
matar a Suga sin caer en sus encantos letales.

En nombre del señor... ¿por qué este asesino tenía que ser guapo?

¿Eso se puede? ¿No es ilegal? ¡Es completamente loco!

Observé el reloj y vi que ya habían pasado 15 minutos. Agarré mis llaves y salí de la casa. Caminé por las
calles y observé las casas, antes eran coloridas y había gente por todos lados pero ahora todo era desierto,
las puertas de las casas tenían cadenas, las ventanas las tapaban las persianas y había perros guardianes
vigilando el perímetro. La gente sí que estaba paranoica, Suga había sembrado el terror total... ¡PERO
NADIE LO ATRAPABA!

Caminé colina abajo y llegué a la gasolinera, giré a la derecha, pasé frente al instituto, di vuelta a la
izquierda y finalmente llegué al restaurante de sushi. Observé el cielo, ya casi anochecía, la luz del día

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había casi desaparecido y comenzaba a hacer frío. Me subí el cierre de la chamarra y entré al lugar. Estaba
calientito adentro y olía delicioso.

Mi madre y yo solíamos venir aquí a cenar muchas veces. Cada que veníamos platicábamos de muchas
cosas, mi madre y yo éramos muy unidos. Me senté en una mesa y sentí una fuerte nostalgia contagiarme,
era duro estar aquí sin mi mamá... nunca volveríamos a estar juntos en este lugar. Las paredes seguían
iguales, naranjas con detalles marrones, las lámparas colgaban y el piso era rojo, era tapete. Lo único que
habían puesto eran cámaras de seguridad.

"Exageran demasiado, no es que vayan a matarme" Decía a veces mi madre

¿Irónico no?

Observé a la cajera entrar a la cocina y salir con una bolsa transparente. Me acerqué

— ¿Park Jimin? —Preguntó él

— Es correcto —Dije

— Aquí tiene su pedido —Me tendió la bolsa

— Muchas gracias

Le di el dinero y cuando recibí mi cambio me fui a sentar. Moría de hambre. Destapé mi refresco y le di
unos cuantos tragos, luego ataqué el sushi. Dios, en ese momento supo a gloria pura, manjar de dioses, oh
sí. Observé por la ventana la ciudad que estaba desierta, pasaban pocos coches pero no había ningún
peatón. Al observar el entorno vi que era el único en el local.

Terminé rápidamente mi comida y tiré los botes de plástico a la basura. Agarré unas mentas que daban de
cortesía y me las comí. Adoraba las mentas. Comencé a caminar de regreso a casa pero me empecé a
preocupar cuando vi que las luces cada vez eran más tenues. Al llegar a la punta de la calle que iba colina
arriba, un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Tenía miedo, estaba desprotegido, era vulnerable a
cualquier peligro. ¿Cómo sabía que no me iban a violar o algo?

Despejé mi mente de aquellos pensamientos y comencé a caminar en la oscuridad de la calle, sólo había
unos pequeños faroles tintineantes que alumbraban el lúgubre camino. Escuchaba el zumbido de las luces
y los grillos cantar, por el momento todo tranquilo.

*Crack*

Me frené en seco al oír unos crujidos. Un gato negro salió corriendo de un callejón provocándome un
susto de muerte. Pegué un alarido y maldije en voz baja. El gato maulló y comenzó a lamer sus patas. La
respiración se me fue: las patas del gato estaban manchadas de sangre.

Observé el callejón del cual había salido... ¿qué habría allí?

"¿Voy a ver?"

"¿Estás loco? Mejor vamos a casa"

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"¿Pero y si alguien ahí?"

"Ni modo, tú ve a lo tuyo"

"Sólo voy a ver un segundo"

"Si te traumas es problema tuyo"

"Como sea, tú sólo eres una voz estúpida en mi cabeza"

"Allá tú..."

Ignoré a mi pequeño conciencia y entré al callejón. Había bolsas de basura y varios edificios abandonados
con las ventanas rotas y grafitis por todos lados. Llegué al límite y es espacio se volvió bastante amplio.
Vi a una mujer con una botella de alcohol a la mano.

— ¿Señora? —Pregunté tímidamente

No obtuve respuesta

— ¿Puede oírme? —Pregunté de nuevo

Quité el cabello del rostro de la mujer, retrocedí inmediatamente. Llevaba una máscara puesta y la sangre
se deslizaba por los hoyos de los ojos. Me tapé la boca y me tambalee hacia atrás cuando vi que la pobre
mujer en efecto NO TENÍA OJOS y su boca estaba cosida, un charco de sangre estaba formado alrededor
de ella. De su cuello había una línea roja bastante gruesa... no quería saber qué había pasado. Mi
respiración se cortó. Comencé a retroceder lentamente

"¿Llamo a la policía?"

"Pensarán que fuiste tú"

"Esa es la marca de Suga"

"Oh demonios, ya vi la frase"

"Vámonos"

"Es mejor"

Comencé a retroceder más rápido sin quitarle la vista al cadáver cuando sentí que choqué con algo. No era
blando como una tela pero tampoco era duro como una pared. Iba a darme la vuelta pero sentí una mano
deslizarse a mi cintura y otra taparme la boca. Ahogué un grito.

— Una jovencito no debería estar solo en la noche —Oí una carcajada.

Me zafé y quedé frente a la persona. Oh dios mío... Jimin, respira... ¡OH DIOS MÍO! ¡ERA ÉL! Estaba
todo de negro pero su belleza relucía bajo la luz de la luna al igual que sus facciones. Me quedé atónito
pero Suga sólo hizo una mueca

— ¿Otra vez tú estúpido mocoso? —Dijo él con su voz jodidamente sensual

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—Y-yo —Balbucee— ¿Q-qué estás haciendo aquí?

— Limpio mi desastre —Dijo él señalando a la mujer

— Oh —Comencé a temblar— En ese caso creo que me puedo ir...

— No tan rápido —Se puso frente a mí y sonrió— ¿No piensas volver a atacarme o sí?

— Lo haría su pudiera —Retrocedí un paso— Pero no tengo ningún arma

— ¿En serio? —Sonrió— Cuando toqué tu cintura sentí algo duro

— ¿Q-qué?—Sentí mis mejillas arder— No

Suga se acercó y me rodeó con sus brazos. Forcejee un poco pero Suga logró sacar lo que tenía en mi
bolsillo: mis llaves. Rio cínicamente y me las aventó, las atrapé.

— Gracias —Las guardé— ¿Puedo irme ahora?

— ¿Y arriesgarme a que vayas con la policía? No gracias —Dijo sarcásticamente

— ¿No lo entiendes verdad? —Reí

— ¿Entender qué mocoso? —Preguntó de mala gana

— Yo quiero matarte —Dije obvio— No le diré JAMÁS los policías, tú sólo estás reservado para mí y
SÓLO para mí. ¿Oíste? Sólo yo

— Wow —Suga se mordió el labio— Nunca había encontrado un fan tan loco.

— No hagas gestos pervertidos por favor —Espeté ruborizado.

— ¿Cómo esto? —Pasó su lengua por sus labios— ¿O esto? —Comenzó a pasar su mano por su
entrepierna suavemente sin quitarme la vista de encima.

— Eres asqueroso —Susurré más rojo. Seguramente por la oscuridad no lo notaba tanto. Gracias.

— Cachondo que es distinto —Comenzó a acercarse peligrosamente.

La distancia entre él y yo comenzó a hacerse más chica, retrocedí pero él fue más rápido y me estampó
con fuerza contra la pared. Se me fue el aire y lo observé con terror. Cristo, respira. Respira. Respira.

— Amo verte asustado. Eres como un gatito. —Ronroneó— Te ves tan apetecible

— No diré nada, lo juro —Susurré asustado — Sólo déjame ir

— O puedo torturarte

— O puedes dejarme ir

— O puedo entretenerme contigo

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— O puedes dejarme ir

— Sí, eso me gusta

— O puedes... ¿espera qué?

Suga sacó un cuchillo y lo levantó, palidecí. ¡NO VA A MATARME! Suga colocó la punta de su cuchillo
en mi barbilla y la levantó.

— Tu cuello es tentador —Susurró con deseo. —Eres atractivo, mocoso asqueroso.

—Supongo que eso no es… —No pude finalizar

Sentí que mi cuerpo se estremeció al sentir un ardor leve y luego algo húmedo entrar en contacto. Suga
estaba... ¿lamiendo mi cuello? Solté un gemido cuando me pegó con más fuerza a la pared y comenzó a
dejar pequeños mordidas en mi piel, succionaba y lamía. ¿Cómo podía sentirse tan bien? Eran emociones
nuevas, jamás las había sentido. Dolor, deseo, adrenalina, miedo... Muchas cosas a la vez. ¿Cómo
demonios lo hacía?

Sentí su lengua bajar más hasta llegar a mi clavícula, gemí de nuevo. Comencé a respirar por la boca
mientras arqueaba mi espalda, sin poder evitarlo rodee a Suga con mis brazos y mordí mi labio. Se sentía
demasiado bien. ¡Oh, maldita sea con su lengua! ¡No sabía que podías causar tales emociones!

Suga se separó lentamente y me clavó sus hipnóticos ojos. Agarró el cuchillo y clavó la punta en mi
estómago, solté un gemido de dolor y mordí mi labio.

— Me gustan tus gemidos... los de dolor claro —Susurró Suga coquetamente— Me encantaría tenerte
gimiendo todo el día sólo para mí pequeño niño —Se acercó a mi oído para susurrar — Te puedo hacer
gemir de dolor pero también te puedo hacer gemir por otras cosas...

Todos mis vellos se erizaron, mi corazón palpitó con fuerza. Suga clavó más su cuchillo.

— ¡BASTA! —Chillé— ¡DUELE! ¡YA BASTA! ¡POR FAVOR!

— Eso es... ¡GRITA! —Enterró más el cuchillo

— ¡YA! —Aullé— ¡BASTA POR FAVOR! ¡ME LASTIMAS!

— ¡BIEN MOCOSO BIEN! ¡JODER SÍ! ¡GIME MÁS! ¡MÁS, MÁS, MÁS!

El habla se me fue y comencé a gritar, mis ojos se llenaron de lágrimas. Era un dolor insoportable, juré
que iba a vomitar. Suga sonrió. Sus ojos brillaron, tenían un brillo que antes no tenían... era aterrador

— ¡YA, POR FAVOR! ¡PIEDAD! —Supliqué en lágrimas

Suga extrajo el cuchillo, me tumbé a suelo con una mano rodeando la herida. Comencé a toser sangre y a
gemir de nuevo. Sollocé. Suga levantó mi barbilla.

— Esta vez fui generoso —Sus ojos perdieron brillo— La próxima vez te torturaré y no será lindo

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— No me volverás a ver —Susurré débilmente.

— De eso me aseguraré yo —Respondió él fríamente

—Lo juro…

— Más te vale, la próxima vez tu castigo será peor

— ¿Puede haber algo peor que esto? —Sollocé

— Oh mocoso —Suga sonrió como gato— No me conoces...

— No pienso hacerlo —Tosí sangre

Suga sonrió y se levantó. Guardó su cuchillo y se pasó la mano por el cabello. Desearía tanto verlo sin la
máscara... podría apreciar su belleza... aunque ya la tiene pero quería ver más.

Maldita sea yo desangrándome y pensando en verlo sin su estúpida máscara.

— Ve al hospital —Rio— Sino puedes morir desangrado

— Gracias por preocuparte por mi salud —Hablé sarcástico

— Claro, como eres taaan importante en mi vida... —Respondió con el mismo tono

— Lo sé querido, lo sé, para mí no hay nada más primordial que complacerte

Suga levantó una ceja y luego sonrió. Era como ver al mismísimo gato de Alicia en el país de las
maravillas frente a ti. Me estremecí.

— ¿Te gusta complacerme, eh? Niño bonito. —Dijo él lamiendo sus labios lentamente.

— Pero claro, adoraría ver cómo te retuerces mientras escupes sangre

— Como sea —Comenzó a retroceder— Espero no volver a encontrarte estúpido mocoso

—No soy un mocoso —Reclamé débilmente

Suga rio y salió del callejón. Levanté la vista al cielo y me arrastré afuera, sentía una pesadez enorme
invadirme. Necesitaba llamar a urgencias o a alguien... ¡pero no traía mi teléfono!

Me levanté como pude mientras gritaba de dolor, subí colina arriba pero mis piernas me fallaron, traté de
gritar pero me quedé sin habla. Dejé todo mi cuerpo caer sobre la calle, me dejé rodar hasta abajo.
Comencé a toser más sangre, mi vista se volvió borrosa

—Ayúdenme —Susurré como pude

Oí un motor y una voz, luego sentí que me cargaron. Todo se volvió negro

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Capítulo 6. “Sueños extraños”

Abrí los ojos, estaba todo completamente oscuro. Olía mucho a humedad, un poco a sangre y a productos
de limpieza. ¿Qué había pasado? ¿Dónde estoy? ¿Qué es este olor? Mis muñecas estaban atadas al igual
que mis pies. Traté de reincorporarme pero me resultó casi imposible. Resoplé con fuerza y busqué
desesperado un poco de luz.

— ¿Hola? —Pregunté dudoso.

Silencio, si había alguien, era de muy mal gusto fingir ser invisible... se supone que mi trabajo es ese, yo
soy el chico asocial.

— ¿Alguien me escucha? —Comencé a mover mis muñecas

Escuché una puerta abrirse, una pequeño ranura de luz se coló. En cuestión de segundos la habitación se
iluminó por completo, cerré los ojos de golpe y lentamente los volví a abrir.

— Por fin despiertas, estúpido mocoso

Con el rabillo de ojo pude ver a alguien acercarse. Forcejee un poco pero sentí que apretaron más. Voltee
un poco a la derecha y vi a Suga observándome

— Te dije que me divertiría contigo —Su voz se oyó como un eco— Y no te salvas

— ¡Déjame ir! —Solté en un murmullo

— ¿Por qué? ¿No quieres divertirte conmigo?

Sacó su cuchillo y se colocó en cuclillas frente a mí, el aliento se me cortó cuando hizo una fina cortadura
en mi mejilla. La sangre comenzó a escurrir pero Suga la lamió siguiendo el rastro, pasó cerca de la
comisura de mi labio, me estremecí y gemí

— ¿E-esto es divertido p-para ti? —Pregunté

—Me divierte verte asustado —Se acercó a mi oído— Pero me gusta más verte asustado y excitado

Sentí que hizo una cortadura en mi cuello, gemí y sentí la tibia sangre recorrer mi cuerpo. Suga observó el
camino de sangre hasta que desapareció dentro de mi camisa. Levantó mi barbilla y comenzó a lamer, bajó
lentamente a mi clavícula, sentí que entraba al paraíso. Bajó aún más hasta que sentí su lengua cerca de mi
pecho.

Cortó mi camisa y yo inmediatamente traté de taparme pero no pude debido a las cadenas. Suga observó
detenidamente mi abdomen, mi cuerpo. Sonrió y comenzó a lamer el hilo de sangre que se había colado
cerca de mis pezones. Gemí y despegué mi espalda de...de donde estuviera acostado. Escuché la risa
cínica y sensual de Suga

57
— Me encantas —Me clavó sus bellos ojos hipnóticos y sonrió— Pero puesto a que ti te encanta
complacerme, dejarás que juegue contigo un rato...

— ¿Qué? ¡No! Déjame en p...

No me dejó terminar. Puso su mano en mi boca y puso su dedo índice en la suya.

— Shhh —Dijo él— Sólo disfruta

Sentí que deslizó sus manos a mis jeans llenos de sangre, ahogué un grito y comencé a moverme de un
lado a otro... ¡No iba a perder mi virginidad con un asesino! ¡Menos con él!

"¿Quieres cerrar la mente y disfrutar?"

"¡NO!"

Sentí como comenzó a sobar mis muslos mientras les hacía una fina cortadura, gemí un poco, era increíble
cómo podía darme dolor y placer al mismo tiempo. Arquee un poco mi espalda cuando lamió mi estómago
y bajó hasta al inicio de mi ropa interior. Sonrió.

—Espero que estés listo... ¡Por qué te haré mío!

Sentí un fuerte dolor, no...No era él... era en mi cabeza

— ¡JIMIN! —Se oyó un grito

Quise reincorporarme pero me fue inútil... el dolor fue insoportable...

— ¡JIMIN! —Gritaron de nuevo

Todo se tornó negro nuevamente

[***]

Abrí los ojos de golpe, mi pecho subía y bajaba rápidamente, mi boca estaba reseca. Tragué saliva varias
veces, sentí que tomaron mi mano.

— Minnie... —Era Namjoon, sus ojos estaban húmedos— ¡Oh Jimin!

Me abrazó. Sentí un fuerte dolor en el estómago. Estaba en una sala blanca, estaba conectado a muchos
tubos y a una computadora. ¿Estaba en el hospital?

Pero... ¿cómo? Yo estaba atado... Suga estaba... ¿O acaso fue un sueño?

— ¿Puedes oírme Minnie? —Namjoon me sacó de mi burbuja

— S-si —Dije a penas— ¿Qué pasó?

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— ¿Jimin? —Oí una voz femenina, una enfermera bastante guapa entró y me dedicó una sonrisa— Me
alegro que hayas despertado... voy a hablarle al doctor.

Salió y Namjoon sobó mi cabeza: — ¿Qué recuerdas? —Preguntó

— Nada, sólo estar tirado en la calle... creo que alguien me agarró y me trajo aquí... ¿quién fue? —
Pregunté

— Fui yo —Oí una voz a mi izquierda

Me di la vuelta y observé a Hoseok. Fruncí el ceño

— ¿Tú me encontraste? —Pregunté

— Sí, estabas tirado en medio de la calle... Toda tu ropa estaba manchada de sangre, estabas pálido y no
respondías. Te tuve que traer —Dijo él mientras tomaba mi mano— Me alegro que estés bien

Observé a Namjoon y sonrió. Hice una mueca de dolor y observé mi estómago, tenía una venda

— ¿Cuántos días llevo aquí? —Pregunté

— Casi una semana... perdiste mucha sangre —Dijo Namjoon—Al menos estás bien ahora.

Un hombre algo mayor interrumpió nuestra conversación, me sonrió

— Me alegro que ya hayas despertado Jimin, te recuperaste antes de que lo creímos —Observó a Hoseok
y a Namjoon— ¿Pueden salir un momento por favor?

Hoseok y Namjoon asintieron, salieron de la sala. El doctor y yo nos quedamos a solas

— Te voy a sacar unas pruebas —Sacó una jeringa— Sólo para asegurarnos que estás estable. Una
enfermera vendrá a limpiarte la herida en unos minutos

— Bien —Dije mientras suspiraba

Sentí un piquete, hice una pequeña mueca y esperé. El doctor retiró la jeringa, me puso un pequeño curita
y finalmente anotó unas cosas. Quise preguntarle qué me había pasado pero la misma enfermera de hace
rato entró. Me sonrió

— ¿Listo doctor? —Preguntó

— Todo tuyo —Dijo el doctor mientras se retiraba

— Hola Jimin, mi nombre es Danna —Sonrió— Te voy a limpiar la herida. ¿Vale?

— Sólo hazlo —Dije mientras aguantaba el dolor

Retiró la venda suavemente, luego otra, otra y finalmente una última. Vi negro y rojo combinado... se veía
muy mal.

— Va a arder un poco —Advirtió la enfermera

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— Bien —Tomé aire

Danna agarró un bote que contenía un líquido naranja, empapó un algodón y comenzó a retirar la sangre.
Cuando la zona quedó más limpia observé una herida que iba de mi ombligo casi hasta la zona pélvica, era
una herida pequeña pero estaba cosida. Agarró otro algodón y siguió limpiando

— ¡MIERDA! —Me tapé la boca

— Tranquilo, ya acabamos —Dijo él mientras finalizaba

Observé mi piel limpia, la cicatriz era muy notoria... genial

— Aún está cicatrizando, trata de no hacer movimientos bruscos para que no se te abra de nuevo —Dijo
Danna después de ver mi expresión de disgusto— Dentro de unos meses ya estarás bien

— Gracias Danna —Dije mientras suspiraba

— ¿Todo bien? —Preguntó él

— ¿Por qué? —Pregunté

— No, es que... todas las noches —Él hizo una mueca— Nada, mejor olvídalo

— ¿Hablaba dormido?

— Algo así... lo mencionabas mucho a él

— ¿A él?

— A Suga —La enfermera me miró seria— Pero supongo que sólo es por miedo

Me quedé en silencio. La enfermera se levantó y estaba a punto de salir pero la llamé

— ¿Danna?

— ¿Si Jimin?

— ¿Qué decía sobre...él?

— Nada que yo entendiera si te sirve de algo

— ¿Cómo qué?

— Lo que más repetías era que te vengarías de él... luego en otras ocasiones decías que te dejara en paz. Y
bueno, sólo en una ocasión dijiste que sus manos eran hermosas —Danna rio— No te preocupes, muchas
chicos y chicos son fanáticas de él

— Y-yo —Estaba completamente rojo

— Tranquilo —Danna rio— Será nuestro secreto —Me guiñó el ojo y salió

Solté un largo suspiro y cerré los ojos

60
Esto comienza a asustarme...

[***]

— Despierta Minnie... —Dijo una voz familiar

Abrí los ojos y vi a Namjoon. Me estaba sonriendo

— Ya te van a dar de alta, sólo falta hacerte una prueba —Dijo él

— ¿En serio? —Sonreí— Gracias al cielo

— Voy a llamar al doctor —Dijo Namjoon saliendo

Asentí. Ya quería salir de este lugar, digamos que no es lo mío estar quiero y encerrado lejos de mi
libertad. Suspiré y esperé a que el doctor llegara. Entró un enfermero en su lugar

— Hola Jimin —Dijo con voz masculina— Yo me haré cargo de tu última prueba

— ¿No está el doctor? —Pregunté desconfiado

— Está en una cirugía —El enfermero preparó una jeringa— Yo me haré cargo de ti

— Bien —Dije no muy convencido

El enfermero dejó la jeringa de lado y me destapó. Subió mi bata y admiró la venda

— Parece que te hiciste una herida muy fea —Dijo él

— En efecto —Me sentía extrañamente nervioso.

El enfermero agarró unas tijeras y cortó la venda, quitó el resto y admiró la herida. Pasó su mano
lentamente provocándome un cosquilleo.

— Me pregunto cómo te habrás hecho eso —Susurró con un poco de burla

Levanté una ceja. El enfermero soltó una risa y agarró un bisturí. Abrió de nuevo la herida, solté un
pequeño grito de dolor mientras lo veía escandalizado.

— ¿CUÁL ES SU PROBLEMA? —Pregunté cuando vi la sangre salir

— Debo ver bien tu herida —Se quitó sus guantes y tocó la herida, lamió la sangre que había en su
pulgar— Debo averiguar si está sanando realmente

— ¿QUÉ DEMONIOS? ¡ALÉJESE DE MÍ! —Solté

Planeaba gritar pero el enfermero me clavó la mirada. Me quedé completamente petrificada al ver sus ojos
gatunos y aquellas manos venosos… era… mierda…

61
— Tú —Susurré— ¿Cómo demonios lograste entrar?

El enfermero sonrió y se quitó el traje de enfermero, una vestimenta negra salió a la luz definiendo su
cuerpo. Vi que agarró un cuchillo mientras se acercaba lentamente a mí

— Pequeño niño estúpido —Sonrió— Contaba los segundos para que te dieras cuenta

— ¿Qué haces aquí? —Pregunté temblando— ¿Q-qué quieres de mí?

Suga se acercó a mi oído y sentí que bajó su cubre bocas

— Quiero tu cuerpo —Sonrió— Quiero escuchar tus gemidos —Sentí que enterró su cuchillo en mi herida
provocando que sollozara— Gime... ¡gime para mí!

Sentí el cuchillo entrar más profundo rompiendo el tejido sano, Suga tapó mi boca para que mis gritos no
salieran tan fuertes. Patalee y traté de agarrar su brazo para alejarlo pero era demasiado fuerte... parecía
inhumano.

—Gime precioso...gime... ¡GIME! —Clavó más el cuchillo

Mis lágrimas salían seguidas de gritos roncos. Traté de moverme pero me estaba agarrando con demasiada
fuerza, comencé a moverme desesperado debajo de su brazo

— Eso es —Sacó su cuchillo lleno de sangre— Ahora viene lo divertido

Agarró el cuchillo y sin destapar mi boca se colocó en cuclillas frente a mí. Levantó el cuchillo en alto
mientras sonreía de manera satánica.

— ¡AHORA MUERE! —Aulló antes de enterrar el cuchillo en mi pecho

Pegué un fuerte grito y me quedé sin voz mientras sentía mi vida esfumarse en segundos

[***]

Desperté gritando y agarrando mi pecho. Estaba empapado de sudor

— ¡JIMIN! —Namjoon se sobresaltó— ¿QUÉ PASA? ¿QUÉ TE PASA?

Abracé a Namjoon y comencé a llorar, todo mi cuerpo temblaba y se hacía chiquito.

— Shhh tranquilo —Dijo él— Fue sólo un sueño...tranquilo

Bajé la vista a mi camisón y deslicé mi mano, sentí la venda. Abracé más fuerte a Namjoon

— ¿Qué hora es? —Pregunté

— Las 4 de la mañana —Dijo él

62
Observé la sala que estaba casi a obscuras, sólo una pequeño lámpara iluminaba la habitación

— Duerme... mañana el oficial Arthur vendrá a hacerte unas preguntas —Dijo Namjoon

Asentí mientras me volvía a acostar en mi cama. Cerré los ojos pese al miedo que tenía, estos sueños
extraños me iban a volver completamente loco tarde o temprano

"Maldito asesino" Fue lo último en que pensé

[***]

Cuando desperté transcurrió todo con normalidad, la enfermera fue a limpiar la herida, el doctor a
hacerme pruebas, Namjoon a visitarme... la misma rutina aburrida. No dejaba de pensar en aquellos
sueños, ya iban 2 y siempre con Suga... siempre a punto de asesinarme

"Quizás eso es lo que quieres"

"Tengo una vida"

"Pero es una mierda"

"No me apetecería morir a manos de él"

"Sería interesante"

"Espantoso, no pienso permitirlo"

"Aunque esos sueños..."

"Lo sé, pero no quiero pensar ya en ellos"

"Él dijo que te torturaría hasta la locura"

"Soy Park Jimin, no lo permitiré"

"Bien dicho Minnie"

La puerta de mi dormitorio se abrió. Danna asomó la cabeza

— ¿Te sientes bien Minnie? —Preguntó

— Si —Dije

— El alguacil de la ciudad está aquí... quiere hacerte unas preguntas

— Bien

63
La cabeza de Danna desapareció. Un hombre robusto y bastante guapo entró en la habitación. Tenía los
ojos aceitunados, el cabello café, un poco de barba con bigote y la piel un poco morena. Me sonrió y se
sentó en mi cama. Me enderecé.

— Tú debes ser Jimin—Sonrió con coquetería... o tal vez era natural— Soy el alguacil Arthur Crow

— Mucho gusto —Dije estrechando su mano

— Me enteré de lo que pasó, no pienso permitir que una persona que cometió tal atrocidad siga por las
calles... —El alguacil suspiró— ¿Recuerdas qué pasó esa noche?

— Me quedé solo en casa, tenía hambre así que bajé al restaurante de sushi cerca del instituto —El
alguacil asintió— Iba subiendo colina arriba cuando oí unos pasos. Estaba oscuro así que no pude ver
bien...

— ¿Colina arriba? —Levantó una ceja— ¿Pasaste por un callejón?

— Casi, estaba a unos cuantos metros —Dije— Sentí que me agarraron por detrás, no pude ver quién era.
Colocó un cuchillo en mi barbilla y dijo que no me moviera o lo lamentaría

— ¿Era una voz familiar?

— No, nunca antes la había escuchado

— ¿Qué pasó después?

— Es confuso... recuerdo que traté de huir y lo amenacé con un cuchillo pero fue rápido y me golpeó en la
cabeza y me pateó... traté de levantarme pero fue inútil, no sé cómo logró hacerme la herida en el
estómago. Corrí pero trató de alcanzarme, sin embargo oímos unos ruidos y el atacante se asustó, sentí que
me golpearon de nuevo y en un ataque de adrenalina comencé a correr colina abajo, tropecé y rodé hasta
llegar cerca de la carretera. Oí el motor de un coche y que me levantaron... de ahí en fuera nada

— ¿Qué crees que pudo asustar a tu atacante?

— No tengo idea, no pensaba ni veía con claridad

— ¿Te robó algo?

— Mi mochila —Mentí

— No sé si te enteraste... supongo que no pero en esa misma noche que te atacaron encontraron un cuerpo
fresco, víctima de Suga

— ¿Qué? —Fingí mucha sorpresa

— En el mismo callejón que debiste pasar

— ¡Oh mi dios! ¿Cree que haya sido...?

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— Lo dudamos —El oficial tosió— Suga no roba, supongo que los ruidos que escucharon debieron ser de
él

— Eso explicaría por qué mi atacante huyó tan rápido

— Probablemente —El oficial Arthur me sonrió— Gracias por tu tiempo Jimin

— No hay de qué, en serio traten de encontrar al que me hizo esto...

— Lo haremos

El oficial salió de mi habitación. Reí y rodé los ojos. ¡Qué ingenuo!

"Esa actuación merece un nobel"

"Ya parece que dejaré que encuentren a Suga"

"Cierto, él es sólo tuyo"

"Sí, él ya se está divirtiendo conmigo, es mi turno de jugar"

"Me agrada mucho la idea, aunque recuerda lo que dijo..."

"Seguiré entrenando, él debe tener un punto débil"

"La sangre"

"Eso lo vuelve más violento"

"Tú"

"¿Yo?"

"Se desconcentra cuando trata de lastimarte..."

"Oh cierto"

"Puedes aprovechar ese momento"

"En ese caso debo ser muy apetecible cuando lo encuentre"

"Y cuando se distraiga..."

"¡Bum! Game over asesino"

Sonreí, no sonaba tan mala idea después de todo. A estas alturas, todo era posible

— ¿Minnie? —Namjoon asomó su cabeza

— ¿Si?

— Ya regresé

65
— ¡Oh me alegro! —Dije sarcástico

— No seas tan agrio —Me tendió un pastel— Ten, para endulzar tu vida

— Qué gracioso Namjoon, jajá me parto de risa —Dije sin emoción alguna

— Sólo trato de animarte —Namjoon se sentó frente a mí— ¿Cómo te sientes?

— Físicamente, bien, pero mi cabeza parece un torbellino —Dije mientras comenzaba a comerme el pastel

— Es normal, ha sido una semana difícil

— Ni me lo digas —Dije con la boca llena

— Ya informé a la escuela acerca de tu situación —Namjoon sobó mi mano— El director espera a que te
recuperes pronto

— ¿No me odia el director?

— No —Namjoon rio— Dice que de hecho admira mucho como eres, puede que a veces seas un chico
realmente arrogante pero tu personalidad es muy fuerte, le agrada que pongas a los chicos en su lugar

— Ja —Reí— Ahora me agrada un poco más

— Debes ser más abierto Minnie, no te encierres tanto

— Solo nadie te hace daño

— Lo sé, créeme que lo sé, pero no puedes vivir toda tu vida siendo una solitario, se vale tener amigos...
se vale enamorarse

— ¿Enamorarse? —Pregunté confundido

—Sí, e-n-a-m-o-r-a-r-s-e —Deletreó Namjoon— ¿Sabes lo que es?

— ¡Claro que lo sé! Pero... dios, jamás cometería tal acto

— ¿Qué tiene de malo el amor?

—Mucho... ¿sabes? Al principio puede ser lindo y tierno pero seamos realistas, el amor se acaba, y
después del amor viene el dolor. YO no pienso sufrir por alguien, entiende Nam, yo no soy el clásico
chico que espera por su príncipe azul, yo no le ruego a un hombre.

— Debe haber un punto medio Minnie, no puedes siempre darle la espalda a todo y esperar a que la gente
venga por ti, no lo hará siempre

— Y ni pienso que lo hagan

— Eres bastante especial

— No sufro por estupideces —Reí— Amor, amistad... ¡puras tonterías! ¿De qué te sirve?

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— Para ser feliz

— Soy feliz tal cual soy

— Sabes muy en el fondo que no es verdad

— No necesito a nadie, puede lidiar con mis problemas solo, no necesito un hombro ajeno para llorar, no
necesito palabras de otro para sentirme especial... no necesito todas esas cosas

— ¿Entonces morirás solo?

—No lo sé, supongo que en algún momento me enamoraré ¿no? Claro, que ya dependerá de mí y de él
que tan lejos llegue. Pero... siendo muy sincero, no me imagino con una pareja feliz y lleno de hijos y
nietos corriendo de un lado a otro

— ¿Cómo te imaginas?

— En una casa cerca del mar, con un perro, solo, tranquilo... —Levanté los hombros— Yo que sé

— Eres humano, no te creería si en algún momento no te sintieras solo

— A veces, pero sé lidiar con ello, prefiero estar solo a rodeado de gente hipócrita

— ¿Tú no lo eres?

— Digo las cosas tal cual son, lamento si eso te molesta

Namjoon rio un poco, suspiró y se estiró. Levanté los hombros e hice una sonrisa de lado

— Ay hermanito —Agitó mi cabello— Eres muy muy muy especial

— Si tú lo dices

— ¿No te enojas?

—Me vale lo que la gente diga de mí, no pierdo mi tiempo

— A veces me pregunto si no serás algún tipo de alíen sin sentimientos

— Tengo sentimientos pero no los demuestro

— ¿Por qué no?

— No me gusta —Hice una mueca— Sé que me hace ver... débil

— En ese caso yo soy una gallina

— Más que eso idiota —Reí

Namjoon rodó los ojos y rio. Se sentó en mi cama y seguimos platicando durante largo rato.

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Pues sí, así soy yo, un chico que se muestra completamente desinteresado de tener amistades o un amor.
No le hago caso a los comentarios porque aprendí a que lo único que quieren es tumbarte, con la pena, yo
no permitiré eso. De ahí salió mi orgullo, lo admito, soy todo un orgulloso pero me sirve. Pero cuidado,
tampoco dejo que el ego tome control de mi vida.

Algunos dicen que los asusto, otros dicen que me admiran. Pero bueno... así soy yo. Además, muchas
veces la amistad te hace sufrir el triple de lo que sufrirías solo. Tuve amigos en algún tiempo pero después
ya no.

Respecto al amor... admito que estuve enamorado durante mucho tiempo de Matt Stevenson, 5 años para
ser exacto. Después me di cuenta que era un maldito engreído, mujeriego y patán asqueroso. Me rompió el
corazón de manera muy brutal y cruel. De esos tropezones me fui haciendo cada vez más frío, seco,
sarcástico y completamente anti-sentimientos amorosos. Yo no pienso enamorarme, no pienso sufrir de
amor de nuevo... es una estupidez.

Yo no me imagino rogándole a un chico para que se quede a mi lado, no me imagino en una relación
donde sea yo el títere. Definitivamente debería pasar un enorme milagro para que un chico logre que caiga
en sus redes y no escape. Cosa que no ha pasado y no pienso que pase. Nunca, jamás.

Y el día en que me dé cuenta que caí profundo ante un chico, que sigo con él pese a que me lastima, el día
en que confiese QUE ESTOY ENAMORADO, ese día... le haré un altar al chico. Y ahí sí la gente no
sabrá quién soy y no me reconozca.

Y puede que yo tampoco.

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Capítulo 7. “Cara a cara otra vez”

3 semanas fueron necesarias antes de que saliera del hospital... 3 semanas después del incidente, ya estoy
como nuevo y afortunadamente la fea cicatriz apenas se nota. ¡Gracias doctores! ¡Gracias Danna! ¡Muchas
gracias! Ahora me encontraba caminando por la calle de vuelta al instituto.

Entré un poco inseguro, estaba algo nervioso pero afortunadamente tenía todo bajo control. La gente me
volteó a ver inmediatamente. Todo se quedó en silencio y la gente clavó la vista en mí como si estuviesen
viendo a un fantasma. Comencé a caminar bastante incómodo y oía a la gente susurrar cosas, se abrían y
me observaban

"¿Qué demonios les sucede?"

"Es una excelente pregunta"

"¿No vienes mal vestido?"

"O quizás solamente están impresionados por tu regreso"

"¿Por?"

"Las noticias..."

"Ah, claro"

Llegué a mi casillero. Lo abrí pero en 3 segundos lo volvieron a cerrar. Jin estaba apoyado viéndome con
una radiante sonrisa. Lo voltee a ver de mala manera.

—Miren quién decidió aparecer —Jin sonrió

Por su aliento parecía estar comiendo chicle, al verlo masticar confirmé mi teoría

— Me extrañaste mucho ¿verdad? —Sonreí— Extrañabas al hijo de puta que te dejaba callado.

Jin seguía sonriente. El pasillo seguía en silencio y observando la escena, estaba comenzando a ser
aterrador. Jin acarició mi cabello y lo enredó en sus dedos, hizo unos rulos y lo soltó riendo. Lo observé
confundido... y asustado.

— Parece que no estás en tan mal estado —Jin infló el chicle y acto seguido lo reventó— Creo que nos
interesaría saber cómo demonios escapaste de él

— ¿Él? —Pregunté levantando una ceja

— Dijiste en las noticias que te robaron y te hirieron gravemente —Jin tornó su sonrisa un poco más
maniaca— Y luego el ratero salió corriendo debido a un ruido. Casualmente una víctima del Suga estaba a
metros de ti.

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La gente comenzó a susurrar y se acercaron. Me sentí invadido, todos me veían

— Eso pasó —Dije— Además, no sabemos si fue él

En un imprevisto Jin levantó mi camisa y la fea cicatriz quedó a la luz, ahogué un grito y me volví a tapar.
Lo observé furioso.

— ¿QUÉ TE SUCEDE? —Espeté

— ¿Que qué me sucede? —Jin me observó furioso— Que eres un mentiroso.

— ¿QUÉ? —Solté

— Esa historia del robo no me la trago —Jin sonrió con maldad pura— Esa cicatriz querido... —La
señaló— Te la hizo Suga

La gente comenzó a ahogar gritos, otros susurraban, otros comenzaron a gritar

— ¿Eso cree tu padre? —Pregunté

— Y muchos otros —Jin se cruzó de brazos— Llegamos a creer que estás mintiendo para salvarle el
pellejo a Suga... el que mató a TU madre

Apreté mis puños, la gente retrocedió un poco. Jin tronó de nuevo el chicle

— Mira, puedes hacer lo que quieras —Jin rio— Sólo que si fuera tú, no dejaría que un asesino que mató
a MI madre se saliera con la suya. ¿Qué te sucede Jimin? ¿Ahora te volviste mucama de los desastres
masculinos?

— Jamás caería ante un chico, menos ante él

— Entonces —Jin me clavó profundamente la mirada— Deja de defenderlo

Mi corazón comenzó a latir a mil por hora. ¿Así de obvio era? Demonios...

— No lo estoy defendiendo —Comenzaba a perder la paciencia— Yo no me topé con él, no sé quién fue,
me hirieron eso pasó —Troné mis puños— Y si no quieres que te parta en dos, sugiero que te alejes
lentamente y no me hables más.

Jin se quedó en silencio, parecíamos dos leones a punto de brincar una encima del otro y despellejarlo. Jin
se reincorporó aún más y sonrió.

—Bien —Dijo mientras peinaba cabello de lado— Sólo tenía curiosidad

Se dio la media vuelta y siguió caminando. La gente comenzó a dispersarse, siguieron hablando o
simplemente se fueron. Suspiré profundamente y volví a abrir mi casillero para sacar mis cosas. Al
cerrarlo vi a Hoseok recostado en los casilleros a unos metros de mí. Jin estaba hablando con él y él sólo
me veía. Azoté el pequeño puerta y comencé a caminar furioso por el pasillo.

70
[***]

Salí del instituto más molesto. No había sido precisamente mi día, la gente no dejaba de verme, los
profesores de hacerme preguntas, comenzaba a ser fastidioso. ¿Por qué la gente no se podía simplemente
tragar que me habían asaltado? ¿Por qué creen que todos los heridos son víctimas del Suga?

¡No tiene sentido! Él... bueno él mata, a mí no me ha matado (sepa dios porqué) pero... pero... ¡Diablos ya
se me olvidó que iba a decir!

Me senté en el pasto cruzado de brazos. Quería relajarme un poco antes de caminar a casa. Sentí que
alguien se acercaba, al ver con el rabillo del ojo vi a Hoseok sentarse junto a mí. Parecía tranquilo pero yo
necesitaba estar solo

— ¿Qué quieres? —Pregunté con mi típico tono seco

— Entiendo que estés de malas pero...

— ¡No! —Solté— ¡NO RESPONDERÉ A NADA! ¡NO ME PREGUNTES ACERCA DE ESA NOCHE!

Hoseok me volteó a ver confundido, sonrió y soltó una pequeño risa. Lo observé confundido. ¿Qué era tan
gracioso? Yo no encontraba la gracia

— En realidad Park —Hoseok se acercó— Quería decirte otra cosa —Rió— Entiendo que estés de malas
pero quisiera que me acompañaras a un bar cerca de aquí, habrá una banda musical y dicen que es bueno.
Irán algunos del instituto pero ninguno que te moleste

— Oh —Me sentí como un estúpido— Bueno... creo que una salida no me haría daño

— ¡Perfecto! —Hoseok sonrió

— Sólo deja avisarle a mi hermano —Abrí mi mochila pero Hoseok tomó mi brazo

— No creo que sea necesario, no tardaremos mucho

— Pero son las 5

— Tranquilo, saldremos como a las 8 o 9

— Pero...

— Además él tenía una reunión hoy ¿no? Eso dijiste hace rato... tranquilo, te llevaré a casa antes de que él
llegue. No tiene por qué enterarse —Me guiñó el ojo

— Eh… —Observé mi teléfono— ¿Seguro?

— Confía en mí —Hoseok sonrió

— Bueno

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Guardé mi teléfono otra vez y seguí a Hoseok hasta su coche. Me subí y dejé que me guiara por la ciudad
mientras escuchábamos música electrónica. Algo no me daba buena espina, entiendo que Hoseok sea
buena persona...bueno más o menos, pero no entiendo. ¿Por qué me sigue buscando?

Parece que quiere estar cerca de mí pese a todo lo que he dicho y hecho. No, definitivamente necesitaba
saberlo. Saberlo ya

— ¿Hoseok? —Pregunté

— ¿Si Minnie?

— ¿Por qué decidiste traerme?

— No sé, supuse que lo que necesitabas era relajarte un poco

— ¿Pero por qué te preocupas por mí? —Agité mi cabeza— No tiene sentido, soy seco, frío, no me gusta
estar cerca de la gente, te he tratado un poco mal... ¿por qué sigues conmigo?

— No lo sé —Hoseok levantó los hombros— Siento que eres una persona bastante misteriosa y especial.
Me gusta que seas diferente, supongo que quiero conocerte mejor.

— Yo no hago amigos —Advertí

— No te pedí serlo

— Ni me enamoro

— No pienso enamorarte

— ¿Entonces?

— Sólo quiero conocerte, no tenemos que ser amigos forzosamente

— Eres raro, Hoseok

— Tenemos eso en común

Solté una pequeño risa sin poder evitarlo. Hoseok sonrió también y en el alto me volteó a ver fijamente.
Yo levanté una ceja cuando se acercó a mí. En un imprevisto se acercó rápidamente, me dio un beso
rápido y se volvió a reincorporar para arrancar.

— ¿Q-qué hiciste? —Pregunté aún atontado

— Te robé un beso

— Pero... ¿espera qué? —Toqué mis labios— ¿Qué diablos?

— Oh vamos Minnie —Hoseok rio— Te gusta como beso

— Si... digo ¡NO! —Me puse rojo— Sólo que... acabas de decir acerca del amor y...

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— Una cosa es que quiera enamorarte y otra completamente distinta que sólo quiero tener una relación
divertida contigo

— O sea en resumen sólo quieres sexo

— No iba a ser así de directo pero sí... se podría decir que sí

— Sabes que no lograrás ¿verdad?

— Casi lo logro el día en que saliste huyendo de mi coche

— No estaba pensando... y... No sé por qué accedí

— Tienes debilidades Jimin —Hoseok sonrió— Eres humano, no siempre puedes tener tu máscara de niño
anti—sentimientos, no siempre tienes que ser tan indiferente.

— Es protección

— ¿A qué?

— Al dolor

— Todos sufrimos en algún momento, no puedes esquivarlo, debes sentirlo de vez en cuando

— Antes de lo de mi madre no lo había sentido desde hace mucho

— Puede que seas Aquiles pero tarde o temprano mostrarás tu talón

— Ni yo sé cuál es

— ¿No sabes qué es tu debilidad? ¿O quién es?

— No —Negué con la cabeza— No sé a qué le tengo miedo o qué me hace vulnerable

— Definitivamente no el sexo

— No, el sexo no —Reí

— Y supongo que por ende los chicos tampoco

— Nop

— ¿Y chicas?

— ¿Tengo cara de heterosexual? —Ambos reímos.

— ¿Qué me dices de la venganza?

— Soy vengativo pero eso no me hace vulnerable

— Debe haber alguien o algo

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— No sabría decirte, no tiendo a crear lazos sentimentales con la gente

— Interesante, por un segundo juré que eres una sociópata

— ¡Oye!

— Es verdad

Iba a contestarle pero se estacionó con brusquedad. Estábamos en un bar o más bien casa de madera
bastante grande, había coches estacionados. Observé el entorno y vi que estaba pegado al bosque. Salí y
me subí el cierre de la sudadera. Hacía frío, bastante.

Hoseok sonrió y caminó al lugar, lo seguí de cerca pero tenía la jodida sensación de ser observado. Entré
al bar y vi que era estilo cowboy con las meseras con ombligueras a cuadros y mini—shorts, además había
música tipo ranchera y todo era de madera. Sin embargo, era bastante agradable.

— ¿Dónde te quieres sentar? —Preguntó Hoseok

— Ahí está bien —Señalé una ventana que daba la vista al bosque

— Bien

Hoseok y yo nos sentamos, llegó una chica y le sonrió a Hoseok

— Hola —Sonrió la mesera

— Hola Lu —Dijo Hoseok— ¿Nos puedes traer 2 cervezas?

— Hoseok...

— Anda Lu

La chica rodó los ojos y fue a la barra. Miré a Hoseok y él me sonrió

— ¿En serio? —Pregunté

— Sí —Dijo él

— ¡Qué manera de conseguir alcohol! —Reí

— Ya tienes 17 Minnie, ya podrías entrar a unos cuantos bares

— No me gusta la borrachera ni las fiestas

— Esta sí te va a gustar

Levanté los hombros. Las cervezas llegaron, yo le di un pequeño trago mientras que Hoseok casi se la
tomó a la mitad. Levanté una ceja y él sonrió mientras la depositaba bruscamente en la mesa. Le di un
gran trago a la cerveza y la deposité también.

— ¿A qué hora llegan los chicos? —Pregunté curioso

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—A las 7 —Dijo él

Observé el reloj, faltaban 18 minutos. Me apoyé en la silla y vi un convertible blanco estacionarse. Vi al


chico de cabello azul (sí, al mismo a quien había golpeado) bajar junto a Jin. Hice una mueca, Hoseok se
percató de ello.

— No te preocupes —Dijo— No creo que se dediquen a joderte

— Más les vale —Sonreí suavemente

Ambas chicos entraron riendo y platicando. El chico de cabello azul me volteó a ver, le dio un codazo a
Jin quien también observó en la misma dirección. Desvié la mirada hacia Hoseok quien veía a la banda
ranchera. Sentí sus pasos y en cuestión de segundos ambos chicos estaban frente a mí

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó Mark de forma acusadora

— Vine a ver a la banda —Espeté de mala gana. — ¿Qué más?

— Viene conmigo —Intervino Hoseok

— ¿Ahora lo invitas a salir? —Jin rió— Wow Hoseok, caíste muy bajo

— ¿Por qué no mejor mueven sus culos fuera de mi vista y nos dejan en paz? —Pregunté de manera
maleducada para dejar en claro que no los quería allí.

— Vaya, lo siento —Jin le sonrió a Mark— Es que necesitábamos hablar contigo

— ¿Quieres hablar conmigo? —Me levanté y agarré mi cerveza— Muy bien

En un imprevisto les lancé la cerveza a ambos chicos. Soltaron una exclamación mientras retrocedían.
Hoseok se estaba riendo y yo sólo sonreí con orgullo, los dos chicos comenzaron a frotar su ropa. Me
dedicaron una mirada asesina.

— Ahora sí... —Mark agarró la cerveza de Hoseok y me la lanzó

Retrocedí pero me alcancé a mojar. Levanté una ceja y comencé a reír.

— ¿Es lo mejor que tienes? —Pregunté

Mark iba a decir algo pero Jin lo cayó. Ambos me voltearon a ver

— Déjalo —Jin rodó los ojos— Vamos por allá

Ambos chicos se alejaron. Hoseok comenzó a aplaudir lentamente muriéndose de la risa, yo me incliné e
hice un saludo. Chocamos puños

— Eso fue... increíble —Hoseok lucía complacido.

— Tenía que hacer algo —Levanté los hombros

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Seguimos platicando hasta que por fin la banda musical llegó. Eran unos chicos de unos 20 años o 19,
vestían bastante bien y estaban muy guapos. Se subieron al escenario y se presentaron. Hoseok me jaló
hasta el frente para verlos bien. Las chicas comenzaron a aplaudir y a gritar. Cuando comenzó a sonar la
música el ambiente se alocó. Sonreí, la música era muy buena para ser sincero.

Hoseok comenzó a bailar, reí y comencé a seguirle el juego. Me dejé llevar. Le subieron el volumen y
comenzó a resonar por todo el bar, el piso temblaba, yo reía mientras agarraba otra cerveza y me la
tomaba a tragos. ¡Al diablo la seriedad! ¡Yo quiero estar ebrio! ¡Y mucho!

Comencé a moverme de manera más lenta y sensual mientras veía a Hoseok, nos pegamos y comenzamos
a bailar. Sólo nos rozábamos o él pasaba sus manos por mi cintura, yo por su cuello o lo abrazaba. La
música se tornó muy brusca, era como estar en un verdadero concierto. No oía nada que no fuera la
música y los gritos.

Observé a mí alrededor y vi a Jin tambaleándose con Mark riendo por todo y por nada. Ellos si estaban
muy ebrios. Seguimos bailando pero en eso sentí que tocaron mis pantalones. Voltee y vi a Jin agarrando
las llaves de mi casa

— ¡Hey! —Dije tratando de sonar molesto

— ¡QUIERO VER A TU HERMANO! —Gritó— ¡NO TARDO!

— ¡Jiiiin! —Dije riendo— Nooo

Demonios, estaba muy borracho. Él rio y comenzó a alejarse, iba a seguirlo pero Hoseok me volvió a
pegar a él. No pensaba con claridad así que dejé que se fuera. Seguí bailando y moviendo mi cuerpo.
Mucha gente comenzó a unirse y los chicos de la banda comenzaron a animar el ambiente. Apagaron las
luces y prendieron luces de muchos colores, salió humo y serpentinas. Mi ropa comenzó a brillar. Reí y
comencé a gritar feliz mientras brincaba con Hoseok.

Seguí tomando. Todo iba bien hasta que sentí mareos y nauseas. Me alejé de Hoseok y fui a los baños. Me
tambalee y me fui apoyando en la pared como pude. Entré al baño que apestaba a vómito y a sudor. Me
puse agua en la cara. Un hombre estaba sentado con botella de agua, pagué una y me la tomé. Me sentí
mucho mejor. Salí y ordené un poco de comida para rebajar. Hoseok se acercó

— ¿TE DIVIERTES? —Gritó debido al ruido

— LE VOY A BAJAR UN POCO —Dije

— OKAY —Gritó mientras seguía bailando

Seguí comiendo y tomando agua. Todo comenzó a ser más claro... ¡MIS LLAVES! Me levanté, ya no
estaba tan mareado pero seguía ebrio. Salí del lugar y vi aún el coche de Jin. Comencé a rodear el lugar
buscándolo pero no aparecía. Chasquee la lengua y comencé a llamarlo. Observé el bosque y vi el suéter
de Mark tirado cerca de unos árboles.

Lo recogí. Sí, era de Mark. Observé huellas en el lodo, estaban frescas. Comencé a seguirlas lentamente,
me fui adentrando en el bosque. Me frené en seco ya que era de noche y estar solo en el bosque no era

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muy astuto. Menos sin nada con qué defenderme. Al estar ebrio no le di tanta importancia y seguí
caminando. Hubo un momento donde perdí el rastro. Me iba a dar la vuelta pero no sabía cómo regresar,
era muy confuso todo.

Resoplé y saqué mi teléfono pero escuché unas voces. Me quedé en silencio y escuché unos gritos.
Comencé a correr hacia ellos, vi a lo lejos una fogata. Los gritos se hicieron más intensos. Me escondí
detrás de un árbol y vi a Jin: estaba atado y lloraba desconsoladamente, se removía a todos lados mientras
gritaba por ayuda. Salí de mi escondite y me acerqué a él.

— ¿Jin? —Pregunté asombrado

— ¡JIMIN! —Exclamó— ¡TIENES QUE AYUDARME! ¡SE LO LLEVÓ! —Comenzó a llorar— ¡ÉL SE
LO LLEVÓ! ¡SE LO LLEVÓ!

— Hey, tranquilo —Me acerqué más— Tranquilo, ¿quién se llevó a quién?

— Suga —Dijo con voz ronca— Se llevó a Mark... s-se lo...

— De acuerdo, tranquilo, primero voy a zafarte —Dije mientras desataba sus nudos— Tranquilo

— Gracias Minnie, gracias, gracias —Dijo llorando con fuerza

Cuando terminé Jin me abrazó. Resoplé y lo aparté delicadamente

— Escúchame, tenemos que irnos y denunciarlo a la policía —Dije

— ¡VA A MATARLO! —Exclamó Jin

— No podemos hacer nada, hay que irnos antes de que...

Jin retrocedió de golpe. Fruncí el ceño, ¿qué le pasaba? Él abrió la boca y se la tapó mientras me señalaba.
Caminé hacia él pero sentí algo puntiagudo en mi espalda.

Oh demonios...

— ¿Irte? —Escuché un ronroneo en mi oído— Pero la fiesta apenas comienza, mocoso.

Corrí hacia Jin y me di la vuelta. Vi a Suga sonriente, estaba lleno de sangre en el rostro y en la ropa. Jin
tomó mi mano y se colocó detrás de mí. Suga sonrió.

— No deben preocuparse más por él —Lamió su cuchillo lleno de sangre— El chico de cabello azul ahora
duerme eternamente.

— No tenías por qué matarlo —Susurré tembloroso

— Tenía muchas razones estúpido mocoso —Suga sonrió con arrogancia

— Jimin hay que irnos —Susurró Jin tomando mi brazo y jalándome

— ¿Jimin? ¿Ese es tú nombre?—Preguntó Suga frotando su barbilla suavemente. Pasé saliva y él


entrecerró los ojos, complacido. — Me gusta. Jimin, Jiminnie…

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Suga comenzó a acercarse lentamente. Jin y yo retrocedimos, los ojos de Suga desbordaban deseo, deseo
de matar y llenarse las manos de sangre. Mi respiración se fue cortando y comencé a temblar con fuerza.
Me sentía acosado, rodeado. Suga en un rápido movimiento nos alcanzó. Me aventó y agarró a Jin del
cuello. Él comenzó a gritar.

— ¡Suéltalo! —Grité— ¡Por favor suéltalo!

— ¿Por qué? —Suga sonrió— ¿Es amigo tuyo?

— ¡No! —Exclamé— Pero no le hagas daño...

— Si no te agrada, ¿entonces por qué te preocupas por él?

— Porque quiero estar a solas contigo —Susurré tan firme como pude.

— ¿A solas, eh? —Suga sonrió— Y dime niño bonito, ¿por qué querrías estar a solas con un asesino?

— Porque tú y yo tenemos asuntos pendientes

Suga soltó una risa bastante macabra. Soltó a Jin quién comenzó a toser.

— Tienes 10 segundos para correr —Dijo Suga observándolo— O te mato

— Jimin —Susurró Jin

— Uno... —Comenzó Suga

— ¡CORRE! —Solté

Jin se levantó de golpe y salió corriendo. Me molestó de cierto modo pero bueno, no esperaba que se
quedara. Yo haría lo mismo. Suga sonrió con perversidad mientras se fue acercando a mí. Yo comencé a
retroceder lentamente.

— Te dije la última vez que si te volvía a ver no sería tan amable

— Estoy consciente de ello, no necesitas repetirlo

— ¿Cómo va la herida?

— Muy bien, gracias

— Me alegro, así puedo seguir aprovechando tu cuerpo

— No lo creo querido asesino —Agarré una rama rota, las puntas eran bastante filosas— Yo aún quiero
matarte ¿recuerdas? Y no, si crees que es broma lamento arruinar tu momento

— ¿Qué? —Suga soltó una carcajada— ¿Qué te hace pensar que creo que es broma?

— No pareces asustado —Contesté molesto

— ¿Se supone que debo asustarme de un niño estúpido? —Rió con fuerza. —Claro.

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— ¡NO SOY UN NIÑO! ¡SOY MAYOR! ¡TENGO 17! —Espeté

— ¿17 años? —Suga sonrió y se fue acercando— ¿Quieres mostrármelo? Anda, deja ver ese cuerpo tan
lindo y virgen que tienes, lindo mocoso.

— Eso sí que no, si quieres verme deberás pasar sobre mi autodefensa

"¿En serio acabas de decir eso?"

"N-no estaba pensando"

"Estás ebrio, ¿cómo se supone que lo vencerás?"

"¡No sé!"

"Oh no, no me gusta para nada la sonrisa que está poniendo"

"¿Crees que me vaya a violar o algo?"

"Es probable"

"¿Se acaba de lamer los labios?"

"Joder sí, qué sensual..."

"NO TE DISTRAIGAS, ESTÁ AVANZANDO"

Reaccioné y levanté más la rama. Suga se frenó.

— Dijiste que tendría que pasar sobre tu autodefensa —Habló él sonriendo

— Exacto, seamos realistas: tú eres un asesino, yo un adolescente. Déjame tener una chance aunque sea
—Hice un puchero inevitable.

— Hagamos esto —Dijo él— Si me vences, te dejaré ir y es más... me iré de este pueblo

— ¿E-en serio? —Estaba sorprendido. ¿No bromeaba?

— Lo juro, pero, si yo gano —Sonrió con malicia— Tú, pequeño fastidioso, dejarás que haga contigo lo
que quiera, y después te largarás y me dejarás de buscar... si es que sigues vivo

— ¿Vas a violarme? —Pregunté sin poder evitarlo

— ¿Eso quieres? —Preguntó coquetamente— ¿Quieres que te folle duramente, pequeño pervertido?

— No, bueno, es que dijiste "lo que quieras" y... y bueno... —Me puse rojo nuevamente.

— Si quisiera follarte ya lo habría hecho, desafortunadamente no tienes un cuerpo muy... —Hizo su


cabeza de lado— De mi estilo

— ¿Disculpa?

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— Ya sabes —Sonrió. —Buenos culos, apretaditos, calientes labios, buenos con mamadas.

— Maldito pervertido hormonal —Espeté apretando mis dientes.

— ¿Entonces es un trato?

— Es un trato. —Alcé mi barbilla.

"Eres un estúpido Jimin"

"Gracias, gracias lo sé"

Suga lamió su labio inferior y se colocó en posición. Me hizo una seña para que fuera a por él. Toda la ira
que sentía la dejé salir. Con un grito me abalancé sobre él, me esquivó y caí al suelo. Me levanté molesto
y volví a intentarlo.

Nada, mis movimientos eran torpes debido al alcohol. Me enojaba cada vez más, traté de atacarlo por
abajo pero brincó, comenzó a reírse mientras más fallaba. El choque de la rama contra el suelo me estaba
haciendo perder la paciencia, con el aliento corto y enormes ganas de llorar me levanté y traté de taclearlo
de nuevo. Falla, Suga agarró mi rama y la aventó.

Me quedé sin nada con qué atacar. Me puse en pose de combate y traté de atacarlo a mano suelta. Él
esquivó mis golpes y mis patadas con facilidad. Reía cada que exclamaba una palabrota.

— Eres rápido pero muy torpe —Respondió tranquilamente.

— ¡CIERRA LA BOCA! —Traté de darle otra patada

Mi cuerpo comenzaba a agotarse. Con un último aliento traté de golpearlo pero me sujetó la muñeca. Me
tumbó al suelo y quedó encima de mí con una sonrisa. Mi pecho subía y bajaba, no podía respirar muy
bien. Observé los labios de Suga: eran tentadores, sus ojos, hipnóticos. Cerré los ojos unos segundos y los
volví a abrir. Negué con la cabeza.

— No puedo... —Dije apenas— N-no puedo

— Claro que no puedes mocoso estúpido —El tono de Suga sonó molesto— Soy mejor que tú

— Me quedó claro, gracias —Dije apenas

— Ahora —Su tono regresó a coqueto/burlón— Tú y yo tenemos un trato

— Ah eso... ¿en serio quieres utilizarme? Digo, no soy bonito y mi cuerpo es de niño

— ¡Qué conveniente que lo dices ahora!

— Es la verdad, anda, no te volveré a buscar, sólo... déjame ir

— No pienso hacerlo

— Dios —Puse los ojos en blanco— Eres muy terco

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Suga rió suavemente y apretó más mis muñecas, hice una mueca y gemí mientras maldecía

— Me encanta cuando haces eso —Ronroneó

— ¿Maldecir?

— No, gemir de dolor

— Duele —Espeté de mala gana— Ni modo que comenzara reír

— No me gusta tu sarcasmo

— Soy así querido asesino, puedes soportar mi fastidiosa presencia o dejarme ir

— O puedo matarte

— O puedes dejarme ir

— O puedo torturarte

— ¿Puedes pensar en otra cosa que no sea torturar o matar?

— Degollar

— En general que no tenga que ver con muerte

— Sexo —Suga sonrió

— Aparte de asesino, pervertido —Contesté aburrido

— Y guapo —Sonrió arrogante

— Si eso todos lo saben... —Suga sonrió — ¡QUIERO DECIR QUE ESO DICEN! No es que a mí te me
hagas guapo... o sea, no eres feo de hecho estás bien pero... si no fueras asesino probablemente me fijaría
en ti y saldríamos a tomar un café... espera no, tal vez ni te hablaría... si eso... o tal vez…

— ¿Te puedes callar? —Preguntó Suga molesto

— ¡Ayyyy bueno! —Dije

— Creo que a veces se te olvida que estás frente a un asesino

— O en este caso debajo de él

— Me fastidias estúpido mocoso

— Déjame ir

— No, ya fue suficiente de charla —Suga sacó su cuchillo y clavó la punta en mi estómago— Quiero
divertirme un poco y embriagarme con tus gritos

— Espera, creo que puedes considerar...

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— Cállate —Soltó Suga de muy mala manera— Déjame hacer lo que quiera

— Considerando que es mi cuerpo...

— ¡Santa mierda, mocoso! ¿Te vas a callar?

— Bueno, bueno ya me callo —Refunfuñé de mala gana.

Suga sonrió y se acercó a mi cuello. Me estremecí un poco cuando sentí su cálido aliento cerca de mi oído.
Todo en mí se estremeció, mejor dicho,

— Te haré retorcerte de dolor —Ronroneó— Te haré revolcarte a mi manera

— ¿Tanto así me harás sufrir? —Pregunté pálido

— Pequeño niño —Suga rió de manera jodidamente sensual— Te dolerá, tómalo por hecho, amo ver
sufrir a mis víctimas, sin embargo... digamos que tu dolor será por otra cosa

Todo en mí se estremeció al escuchar sus palabras y captar su indirecta Él se separó y me clavó sus bellos
ojos mientras una sonrisa iluminaba su rostro

Algo me decía que esto no acabaría para nada bien

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Capítulo 8. “Maravilloso delirio”

"Mierda"

"¿Acaba de decir eso en serio?"

"Noooooooooo”

"Mierda"

"Mierda x2"

Suga sonrió y deslizó sus manos a mi cadera

— ¡Hey! —Agarré sus brazos— ¡¿Hablas en serio?!

— ¿Te parece que estoy bromeando? —Me clavó la mirada

— ¿VAS A VIOLARME? —Aullé

— Estoy considerándolo —Levantó los hombros

— ¡DETENTE! —Grité cuando volvió a tocarme— ¡DETENTE, MALDITA SEA!

— Calla —Me clavó la mirada enfurecido

Sus ojos, eran como ver 2 hoyos negros, te atraían de un cierto modo pero eran aterradores, los noté
mucho más sombríos que hace rato, estaban... apagados, de un cierto modo. Comencé a temblar, su
sonrisa era como ver al mismo gato sonriente de Alicia en el país de la maravillas frente a ti. Claro, más
escalofriante, sexy y algo...muy pervertido.

— No lo hagas por favor —Rogué

— Eso lo decidiré yo —No sonrió— Ahora estúpido mocoso, ruega porque ésta no sea tu última noche de
vida

— ¿Planeas matarme? —Pregunté tembloroso

— Es muy probable —Seguía sin sonreír— Sigo siendo un asesino —Lo susurró en mi oído— Un asesino
con sed de sangre —Clavó la punta de su cuchillo en mi estómago— Que busca un poco de placer —Oí su
carcajada cuando ahogue un grito de dolor— Que su delirio más maravilloso es ver la sangre escurrir en
piel blanca y fina

Clavó más el cuchillo, arquee la espalda y levanté mi cadera. Mi entrepierna quedó contra la suya, me
puse rojo pero Suga estaba tan ocupado que creo que ni lo notó. Cuando comenzó a brotar sangre, el brillo
de sus ojos regresó, su sonrisa volvió y todo en él pareció cobrar vida de nuevo. Sonrió y arrancó parte de

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la tela de mi camisa. Mi estómago se apreciaba perfectamente. Me tapé pero él agarró mis brazos y los
colocó con fuerza en el suelo. Le clavé la mirada enfurecido.

— ¡NO ME VAS A TOCAR! ¡TE MATARÉ! —Grité

— ¡Jo! Estoy ansioso —Se burló

Él comenzó a apretar mi cuerpo, sonreía mientras me provocaba dolor. Era una sensación más dolorosa
que placentera pero a la vez era tan única e irreal. Un maravilloso delirio sin duda alguna, me estaba
torturando, provocando sensaciones nunca antes sentidas y experimentadas.

Fue recorriendo con sus dedos lentamente el trayecto de la sangre, la lentitud era asfixiante, delirante,
torturadora, increíblemente placentera. Tenía tantas ganas de gritarle que no se detuviera cuando dejó de
manosearme. No me había dado cuenta que estaba mordiendo mi labio hasta que sentí el fuerte dolor.
Sentí la sangre escurrir, muy poquita pero la sentí. La lamí antes de que Suga la viera, era capaz de
cortarme los labios. Ahogué otro grito cuando Suga lentamente colocó sus manos en mis muslos. Sentí
todo en mí explotar, un tacto de que inmovilizó, mi respiración se agitó y sentí que el corazón se me
saldría del pecho.

Suga sonrió y fue sobando mis muslos lentamente, abrí la boca pero me detuve. Bajó más sus manos hasta
posarlas en mis rodillas, me agarró con fuerza y me jaló hacia él. Sentí el raspón de mi espalda con la
tierra, las piedras y ramas. Me guardé la mueca de dolor. Diablos... estaba más cerca de él. Literal, ahora
estábamos a la misma altura.

Sentí su aliento en mi cuello. Olía a menta y... a sangre. ¿Sangre? Oh, claro. Suga ignoró por completo mi
suspiro cuando subió de nuevo sus manos a mis muslos, comenzó a acercarse peligrosamente a mi zona
íntima. Comencé a rogar que no lo hiciera pero a la vez tenía muchas ganas de que lo hiciera. Era la feroz
batalla entre el sí y el no. Suga me clavó la mirada y todo en mí se estremeció, se acercó peligrosamente a
mí, si subía un centímetro mi cabeza era muy probable que terminaría besándolo.

— ¿Qué tanto miras? —Preguntó finalmente— Desde que empecé no has gemido, hablado, nada

— Prefiero quedarme callado —Dije en voz baja

— Sólo me observas, observas fijamente mis movimientos —Hizo una mueca— Así que te preguntaré de
nuevo... ¿qué observas?

— Ya lo dijiste... sólo te observo en silencio —Un escalofrío recorrió mi espalda cuando sonrió como gato

— A mí me gusta el ruido

— ¿Quién te entiende? Quieres que me calle pero te gusta el ruido

— Cuidadito, lindo niño —Suga se sentó— No me hagas perder paciencia

— Por eso prefiero estar calla... —No finalicé

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Con su fuerza sobrehumana me jaló de los brazos para reincorporarme y que quedara sentado sobre él.
Sentí mis mejillas arder cuando noté que estaba sentada encima de él... o sea... si estaba sentado encima de
él, significaba que estoy sentado sobre su... oh dios...

— Eres muy inocente estúpido mocoso —Suga rió

— ¿D-de que ha-hablas? —Balbucee

— No tendré una erección debajo de ti, tranquilo.

"Erección". Esa simple palabra hizo que todas mis hormonas se prendieran, sin poder evitarlo me puse
rojo, rojo, rojo. Suga comenzó a atacarse de la risa, mis manos temblaron y mi voz apenas salía... ¡qué
vergüenza!.... ¡Diablos!

— Y-yo —Me tropecé con mis propias palabras— No era... yo... no me refería a...

— Si tan sólo vieras tu cara ahora mismo —Suga parecía muy divertido— No te preocupes mocoso, tengo
mis hormonas bien controladas. No se me parará... aún

Me mordí el labio cuando sentí mis mejillas arder el triple, una sonrisa quiso escaparse pero lo evité. Suga
se rio de buena gana yo estaba realmente... ¿cómo decirlo? Bueno, no estaba acostumbrado a... a tanta
honestidad. Bueno, no es que esté acostumbrado a que un chico me hable de ése modo... digo... ¿quién no
se pondría como yo?

— Estúpido mocoso —Suga negó con la cabeza— Me divertiré mucho contigo

— Aja eso —Traté de ocultar mi rubor— S-si te importa, preferiría que te ahorraras los comentarios
pervertidos...

— No me conoces pequeño mocoso —Su sonrisa hizo que mis hormonas se afloraran— No me conoces
en el modo sucio...

— No pienso hacerlo

— Ni yo, mi suciedad está reservada a chicos más buenos y sucios igual que yo

— ¿Disculpa? —Pregunté ofendido— Puede que sea un pequeño mocoso bastante sensible a las palabras
pervertidas pero dime querido asesino... —Me acerqué mucho a él— ¿Qué te hace pensar que no soy un
chico sucio, eh?

— ¿Me estás provocando estúpido mocoso? —Preguntó burlón y coqueto

— Bueno —Me reincorporé— No puedes juzgarme sin conocerme

— ¿Entonces te apetece que lo averigüe? —Sonrió con perversidad

— Gracias pero prefiero que sea un autodescubrimiento

Suga pasó sus manos por mi espalda y me acercó más a él. Nuestros pechos chocaron con fuerza, sentí que
me estremecí, su aliento, su mirada penetrante.... Quise besarlo... besarlo y devorarlo ahí mismo. Me

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acerqué pero creo que adivinó mi movimiento. Agarró mis brazos y se tumbó en el suelo. Para no caer
encima de él coloqué mis manos.

Suga quedó debajo de mí entre risas divertidas. Yo sentí que mis mejillas estallarían debido al rubor.
Respiré hondo, no iba a darle el placer de verme tan indefenso. Le devolví la sonrisa y él se mostró
sorprendido, supongo que no creyó que fuera a devolverle la moneda.

— ¿Decías...? —Pregunté rozando casi mi nariz con la de él y esbozando una sonrisa.

Suga se hizo un poco más hacia abajo, no comprendí qué quería hacer hasta que sentí que pasó sus brazos
por mi cintura y me bajó un poco. Sentí que comenzó a chupar mi herida. ¡Él y las malditas heridas! Gemí
debido al ardor y arquee un poco la espalda. Sentí las manos de Suga dirigirse a mis jeans, traté de
reincorporarme pero no había manera sin que cayera encima de él.

— ¿Oye, chico? —Pregunté en un intento de evitar lo que haría

— ¿Y ahora qué? —Soltó

— Me arde el cuello —Mentí— Creo que...

No finalicé. Con sus piernas se impulsó de nuevo debajo de mí y observó mi cuello. Levantó una ceja y
tocó delicadamente con la yema de sus dedos.

— Yo no veo nada —Habló él un poco molesto

— Maravilloso, eso significa que no harás ninguna herida... ¿verdad?

— Te dejaré con las ganas —Sonrió

Tenía que hacer algo ya. Me di la vuelta y caí en seco en el suelo. Suga se levantó y me volteó a ver
riendo.

— ¿Qué estás haciendo? —Preguntó sin dejar de reír. — ¡Rayos, mocoso! ¡Eres muy divertido!

— Me duele la espalda —Eso ya no era mentira

Suga me dio la vuelta bruscamente. Solté una exclamación de dolor cuando sentí sus manos rozar mi
espalda toda raspada. Comenzó a sacudirla.

— Maldito mocoso, te lastimaste —Contestó él divertido.

— ¿Me lo juras? —Soné sarcástico

— Te lo afirmo —Me volvió a colocar en la pose anterior: debajo de él— Pero eso no es lo importante

— Respecto a quitarme la ropa —Me adelanté— ¿Tú no deberías quitártela también?

— ¿Por qué lo haría? —Sonó confundido

— Porque… —No sabía qué decir— No sé... sería lo justo ¿no?

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— Soy antónimo a la justicia —Sonrió

— Bueno, el punto es que...

— Es que te arrancaré la ropa cuando se me dé la gana

— Eres muy...

— Directo, gracias, lo sé

— ¿Puedes dejar de...?

— ¿Finalizar tus frases? No

— Eres realmente...

— ¿Apuesto? Ya lo sé mocoso

— Iba a decir arrogante

— Gracias de igual modo

Traté de moverme pero fue inútil. Levantó mi cadera y mi parte entrepierna rozó la suya. Me puse rojo
otra vez, Suga deslizó sus manos por mi espalda y se dirigió a mí camisa. Me removí y quedé pecho tierra.
Eso fue peor: literalmente me arrancó la camisa. Suga quiso darme la vuelta pero no me dejé

Suga resopló con fuerza y me dio la vuelta con brusquedad. Gracias a mis brazos seguía sin ver nada.
Suga levantó una ceja pero yo los mantenía cruzados sobre mi pecho.

— ¿No que muy sucio? —Sonrió con sarcasmo

— Me refería a que puedo hacerte cosas sucias, no que me hagas cosas sucias

"No debiste decir eso Jimin"

"Oh no... esa sonrisa"

"¡Eso te pasa por no pensar antes de hablar!"

"Bueno al menos esto es mejor que el cuchillo"

— ¿Hacerme cosas sucias? —Suga sonrió— Suena tentador pero no... No por ti, no vales la pena. Sólo
eres un pobre chiquillo inocente, virgen y completamente débil

— ¿Eso piensas?

— Eso y mucho más

Mordí mi labio con fuerza, Suga sonrió, sabía que estaba a punto de lograr su objetivo pero no iba a
dejarlo. Idee un plan.

— Desnudarme no es el problema

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— ¿Ah no? —Suga se mostró confundido— Entonces explícame

— Que me vayas a dejar traumado de por vida es el problema —Debía hacerme la víctima

— Ya veo... te da miedo no olvidarme nunca, cerrar tus ojos y verme siempre

— Exacto —Mentí, esto debía acabar rápido... debía conseguir el momento perfecto para matarlo o huir

— Desgraciadamente no me importa niño —Sonrió— Quita tus brazos

— Tendrás que obligarme

— Bueno

Suga lamió mi cuello. ¿Qué demonios? ¿Así planeaba retirar mis brazos? Iba a responderle pero sus
lamidas y chupetones fueron salvajes, bruscos y muy apasionados. Bajó hasta mi clavícula, ahogué los
gemidos pero no duró bastante, necesitaba agarrarlo y pegarlo a mí. LO QUE SEA. Me abracé a mí mismo
resistiendo el exquisito placer de la lamida y su magistral lengua. Bajó a mi vientre hasta donde
comenzaban mis jeans. Me sonrió y lentamente fue bajándolos, me mordí el labio... no podía detenerlo. Se
deshizo de él y admiró el bóxer que guardaba mi erección. Observó mis piernas y gracias a la forma que
movió sus labios, supongo que dijo "sexy".

— Será divertido —Dijo él después de un rato

Agarró una hoja que estaba junto a él y comenzó a pasarla por mis piernas, mejor dicho, por mis muslos.
¡Oh maldita sea! Apreté mi quijada mientras trataba de ahuyentar la risa y el placer. Siguió el trayecto de
mis pies hasta mis muslos lentamente mientras tarareaba una canción, era torturador. Sí que sabía torturar
el maldito. Gemí sin evitarlo pero no me zafaba. Me revolqué un poco pero él me mantuvo inmóvil, rodé
los ojos y le di un fuerte golpe al suelo con mis piernas.

— Bien —Suga dejó la hoja— Probemos el plan B

Suga subió sus manos, acariciando mis piernas, provocando electricidad pura, mi cuerpo rogaba más,
rogaba que me hiciera suyo de una vez por todas. Llegó hasta mi bóxer y comenzó a bajarlo. Fue un
reflejo inevitable. Agarré sus manos para evitarlo. Me puse rojo cuando él sonrió mientras veía mi pecho
al desnudo y mis pezones. No perdió el momento para morderse el labio.

— ¡HIJO DE PUTA! —Exclamé mordiendo mi labio— ¡NO ME VEAS, JODER!

— Interesante —Suga soltó mi bóxer de abajo y observó mis pezones— Son rosados y adorables.

— ¡Deja de decir eso! —Me cubrí de nuevo todo rojo

— Oh no —Suga me destapó de nuevo— Es hora de pasarla bien estúpido mocoso

Suga se acomodó y colocó su lengua en mi ombligo y comenzó a subir, mientras más se acercaba a esa
zona, más intenso se tornaba todo. Llegó a mi estómago, el delirio creció. Fue lento, lento, lento hasta que
finalmente se detuvo. Yo rogaba porque siguiera y de hecho me sorprendió cuando mordió mi pezón
izquierdo. Pegué un fuerte gemido. Lo mordió nuevamente con más fuerza.

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No... No... Esto no puede sentirse tan bien... No por favor... ¡BASTA! ¡BASTA! ¡NO PUEDE
HACERME ESTO!

Suga comenzó a lamer y a apretar con brusquedad mis pezones. La burbuja del placer creció, sólo oí mis
gemidos en el silencio de la noche, la risa de Suga y los latidos de mi corazón retumbando en mi cabeza.
Arquee la espalda cuando comenzó a chupar mi piel y a morderla jugando suciamente con ella.

— ¡BASTA! —Exclamé sudando y sintiendo mi erección empujar contra mi ropa interior — ¡PARA POR
FAVOR! — Él rió— ¡QUE PARES HE DICHO!

— Oblígame —Rió de manera cínica

— ¡BASTA! —Sentí un fuerte ardor en la garganta

Traté de golpearlo pero lo evitó frenando mi mano. Lo observé enfurecido.

— Esto te costará caro —Advirtió

Ahogué más gritos cuando comenzó a morder mi piel, comenzó con mi clavícula y bajó. Solté un gruñido,
no podía ser verdad. Comenzó a lamer mi clavícula y mi cuello mientras masajeaba mis pezones con sus
manos. Ahogué un grito y lo jalé del cuello. Enredé mis dedos en su cabello negro y lo jalé un poco más,
se sentía bien. Se colocó entre mis piernas, sin poder evitarlo las enredé en su cadera. Levanté mi cuello y
Suga volvió a mis pezones. Lamía, chupaba, succionaba, pero no lo hacía con delicadeza. ¡Me estaba
devorando! Era rudo, salvaje, desbordado de deseo y placer.

¡Maldita sea joder! ¡Y podía sentir perfectamente nuestras erecciones rozando!

Cuando me clavó su mirada vi sus ojos, brillaban, pero era un brillo diferente. Sus ojos desbordaban
lujuria, deseo. Agarré sus mejillas con el aliento corto, sentí su cuerpo tensarse. Recorrí su rostro
lentamente con mis manos, él cerró los ojos. Tuve la tentación de quitarle su máscara pero sería mala idea.
Dirigí mis manos hacia su pecho, abrió los ojos y observó mis manos. Aunque tenía la camiseta negra, se
podía observar su cuerpo. Lo toqué suavemente mientras sentía mi respiración calmarse. No me importaba
que estuviera llena de sangre.

— ¿Quieres quitármela verdad? —Preguntó sonriente

— Sólo te admiraba —Dije mientras lo veía fijamente— Mis tentaciones no son tan altas

Suga bajó mis manos y volvió a mi cuello, lo mordió. Solté un gemido de dolor, volvió a agarrar su
cuchillo y me hizo un fino corte. Sentí la sangre deslizarse y pasó por mi cuerpo. Eso quería justamente ya
que comenzó a lamerlo. Apreté mis puños mientras sentía mi respiración agitarse, Suga reía y lamía. Se
detuvo y me observó sonriente.

— ¿Qué haces? —Su sonrisa no me dio buena espina

Suga pasó su lengua lentamente por su labio superior. Me derretí frente a él, no pude evitarlo. Él sonrió y
lamió la comisura de mis labios, maldita sea, fue torturador no besarlo ahí mismo. Agarré su cuello y lo
pegué a mí. Él rio cuando volví a enredar mis piernas en su cadera con fuerza y traté de frotar nuestras

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entrepiernas. Comenzó a deslizar su índice por mi abdomen hasta mi bóxer. Rozó mi erección sobre la tela
provocando un fuerte gemido, todo en mí brincó.

— Estás duro —Sentí su sonrisa sobre mi cuello. — Casi goteando líquido pre-seminal, cosita pervertida

— Sólo acaba esto —Mi cuerpo ardía—Por favor... sólo... hazlo y ya

— Dilo —Me clavó su mirada— Te reto a que lo digas

— ¡SÓLO HAZLO! —Grité— ¡POR FAVOR SÓLO HAZLO! ¡QUIERO ACABAR CON ESTO YA!

Suga se levantó de golpe. Se sacudió las hojas y guardó su cuchillo. Yo seguía en el suelo completamente
confundido. Suga sonrió.

— Disfruta tu semana mocoso —Dijo riendo con cierta sequedad

— ¿Espera, qué? ¿Te vas? —Pregunté mientras me levantaba

— Sí. Tienes suerte de que acabaste mejor que la otra vez

— ¡No puedes dejarme así!

— ¿Así de excitado? Sí, sí puedo —Sonrió con soberbia

— Eres un... un... —No sabía cómo expresarme— ¡JAMÁS VUELVAS A JUGAR CON MI
VIRGINIDAD!

— No lo lamento —Levantó los hombros riendo

— Si tan sólo esto fuera un sueño ya te hubiera... —Pero me interrumpió

— Trata de no soñar mucho conmigo —Se acercó a mí sonriente— Si piensas mucho en ello eres capaz de
cualquier estupidez por hacerlo realidad

Me quedé frito. ¿Así que eso era todo? ¿Me dejaba con el susto de mi vida? Lo agarré del brazo cuando
se dio la vuelta, le clavé la peor de mis miradas

— Me las pagarás —Solté— Me las pagarás caro maldito Suga

— Maravilloso delirio, nunca lo olvides mocoso —Respondió simplemente— Se llama tortura mental

Soltó una carcajada y fue retrocediendo. Fue cuestión de tiempo antes de que me quedara solo de nuevo.
¿Cómo carajos hacía eso? ¡Yo un pobre virgen de cualquier tacto, me hacía creer que me violaría! ¡Y se
había sentido bien que fue lo peor de todo!

Tembloroso me coloqué mis jeans y lo poco que quedaba de mi camisa rasgada y aún bastante aturdido
corrí hacia la misma dirección que Suga. Observé el estacionamiento de la cabaña no muy lejos. Vi a
Hoseok con el teléfono. ¡MIERDA MI TELÉFONO! Muy tarde, no había tiempo. Corrí hacia él

— ¡HOSEOK! —Grité

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Él colgó y me vio horrorizado, quizás mi estado no era el mejor pero al menos había llegado

— ¿Qué demonios te sucedió? —Preguntó horrorizado

— Me caí —Dije— Fui a buscar a Jin y a Mark pero resbalé

— Te ves muy mal —Dijo él— Anda, sube, son casi las 11

— ¡Oh mierda! —Solté

Nos subimos rápidamente al coche. Hoseok aceleró y se pasó muchos altos, no hablamos durante todo el
trayecto lo cual agradezco. Llegamos en poco tiempo. Le di las gracias a Hoseok y bajé del coche volando
con mis cosas. Toqué el timbre varias veces. Hoseok arrancó y salió disparado. Namjoon me observó
fijamente... muy molesto

— ¿DÓNDE ESTABAS? —Aulló

— Fui a un bar pero se me fue el tiempo y...

— ¡NO PUEDES SEGUIR HACIENDO ESTO MINNIE! —Me jaló adentro— ¡MÍRATE NADA MÁS!

— Me caí, resbalé, lo siento —Dije

— ¡ESTÁS SANGRANDO!

— ¿Qué?

Namjoon cerró la puerta y se abalanzó sobre mí. Tocó la herida, mi piel desnuda estaba sucia y llena de
sangre. Namjoon se tapó la boca

— ¿Cómo te hiciste eso? —Preguntó

— No sé... —Mentí— Namjoon estoy cansado y...

— ¿Dónde está tu teléfono?

— Lo perdí

Namjoon soltó una palabrota. Entró a un cuarto y salió con alcohol y algodones, me sentó en el sofá a la
fuerza y comenzó a curarme. Me estuvo regañando durante varios minutos pero para ser sincero mi mente
estaba en otro lado. Sólo asentía de vez en cuando. Finalmente terminó.

Lo observé y no pude evitar sentirme mal por él, se veía afligido, molesto y preocupado

— Lo siento Namjoon, no vuelvo a salir —Dije

— No lo harás —Rió con sequedad

— Y no pienso hacerlo...

— ¿Te sientes bien?

91
— Quiero dormir, mañana hay clases...

— Pues anda, vete

Le dije buenas noches y subí. Estaba muy sucio así que no dudé en darme un baño. Me quité la ropa y
entré al agua. Me froté todo y toqué suavemente la herida, la lengua de Suga regresó a mi mente. Sus
ojos... su burla... su deseo. No podía con ello. Traté de tocarme como él lo había hecho pero no sentí nada,
ni siquiera un cosquilleo. Golpee la pared frustrado. Sobé mi erección y froté mi glande esperando sentir
lo mismo pero apenas sentí el cosquilleo. Comenzó a doler y no me excitaba.

No podía creer que realmente hubiera caído. Yo, yo no podía caer. No, no iba a permitirlo. Respiré hondo.
Yo Park Jimin había dejado muy claro que no caería ante él. No iba a volver a pasar. Resoplé, no debía
volver a pasar...

Me terminé de enjuagar. Salí y me coloqué mi pijama negra inmediatamente. Me sequé un poco el


cabello, puse una toalla en la almohada y me acosté. Observé fijamente la ventana en silencio, la luna se
apreciaba apenas debido a las nubes, todo era silencioso y sólo oía los grillos. Suspiré y observé el pueblo
que estaba completamente oscuro, no como antes que la iluminación era frustrante.

Cerré los ojos y traté de dormir pero fue inútil. Cada que cerraba los ojos la imagen de Suga volvía a mí.
Comencé a forzarme a pensar en otras cosas pero no... Siempre volvía a mí

"Tortura mental"

¡No! ¡No pasará! ¡NUNCA CAERÉ ANTE ÉL!

92
Capítulo 9. “No me conoces”

Escuché el horroroso ruido de mi alarma. Me cubrí con el cojín forzándome a volver a dormir, estaba
agotado, me dolía la cabeza, tenía hambre... ¡Un desastre! Me arrastré fuera de la cama y bajé a desayunar,
luego me vestiría. Choqué con las cosas provocando un gran alboroto.

— ¿Ya despertaste? —Preguntó Namjoon que estaba en la cocina

— Cierra la boca —Me froté el codo y me senté en la mesa

— Oh no, hermanito —Dijo Namjoon— Tú te preparas el desayuno

— Maldita sea —Solté

— ¿Despertaste de malas? —Namjoon levantó una ceja

— Nooo idiota, estoy de hecho bastante feliz —Espeté secamente

Empujé a Namjoon y saqué el cereal y la leche, me serví bastante y me senté de nuevo en la mesa frotando
mis ojos y bostezando. Namjoon se sentó frente a mí y comenzó a comerse un pan tostado con mermelada.
Me observó fijamente en silencio.

— ¿Qué miras? —Espeté

— Nada, sólo te veo —Dijo él

— Namjoon...

— ¿Hasta cuándo seguirás con tus mentiras? —Soltó Namjoon finalmente

Le clavé la mirada ofendido pero me di cuenta que era inútil. No podía seguir mintiéndole, no, él era
bastante listo y me conocía muy bien.

— ¿De qué hablas? —Hice un último esfuerzo

— Tú sabes de qué hablo —Namjoon bufó— El día de la fiesta regresaste bastante sucio y un poco
herido, no me engañas, en tu rostro había terror —Abrí la boca pero Namjoon hizo seña para que lo dejara
terminar— Unos días después me entero que estás en el hospital con una gran herida y ayer regresaste en
un estado realmente terrible. Parecía que te había atacado una bestia salvaje

— No ha sido mi semana —Levanté los hombros

— Y en todas las veces... —Namjoon se frenó

— ¿En todas las veces qué? —Pregunté viendo mi cereal

93
— En esas 3 ocasiones siempre actuabas como si no fuera de importancia... y evitas mi mirada, justo
como lo estás haciendo justo ahora

— ¿En serio? —Lo voltee a ver fijamente— Ya te dije lo que pasó, no oculto nada

— Jimin, puedes ser el rey del engaño pero soy TÚ HERMANO, a mí no me engañas, te conozco
perfectamente. Mira, no sé qué diablos sucede contigo, no sé si te proteges de algo o proteges a alguien,
realmente no lo sé pero ten claro que esto comienza a salirse de control. ¿Estás siendo abusado? ¿Te han
estado acosando?

— Depende...

— ¿¡Cómo que depende!? —Rugió Namjoon

— O sea quiero decir —Comencé a balbucear— Yo supongo que me están acosando

— ¿Quién?

— El chico que me atacó las 3 veces...

— ¿Qué?

— El chico que me atacó en esas 3 ocasiones

— Jimin tú dijiste que habías resbalado

Me tensé, Namjoon se pasó la mano por el cabello completamente frustrado. Tragué con dificultad
mientras sentía todo en mí apretarse y estrujarse una y otra vez.

— Ya estuvo bueno —Namjoon apretó su mandíbula— Me vas a contar todo de una maldita vez Jimin, no
permitiré que sigas con esta mentira... si no lo haces no te dejaré salir a ningún lado. Yo te llevaré y
recogeré del instituto, te mantendré encerrado aquí hasta saber qué pasa.

— ¡No lo hagas! —Rogué— Sólo dame una semana...

— ¡NO!

— Bueno, 6 días

— ¡DIJE QUE NO!

— ¡Te contaré todo! ¡Todo de todo! ¡Sin mentiras! —Supliqué— Por favor Namjoon, por favor, por
favor, por favor sólo dame 6 días...

— 5 días

— ¡Bien! ¡Por favor sólo dame 5 días!

— Y más te vale tener una buena excusa

— ¡Diablos, te amo! —Lo abracé pero me empujó, realmente estaba molesto

94
No le di importancia, terminé rápidamente y me fui a vestir. Cuando terminé de asearme salí de mi casa y
fui directamente a la parada de autobús, pero estaba vacía. Observé de izquierda a derecha y no había
ninguna persona. Refunfuñé y comencé a caminar colina abajo.

Mientras tanto estaba pensando en mil cosas a la vez. Necesitaba darle una buena explicación a Namjoon,
necesitaba decirle algo NO TAN GRAVE para que no hiciera escándalo con la policía. Aunque, no podía
culparlo, sólo éramos él y yo... sólo... nosotros dos...

¿Cómo sería mi padre? Mi madre nunca nos habló de él... de hecho no sabía nada de él, ni su edad, su
nombre, nacionalidad o aspecto físico, era como si él no existiera y nunca hubiera existido. Prefiero no
pensar en ello porque pese a todo me duele de un cierto modo, no es fácil para mí cuando es día del padre
o cualquiera de esas estupideces. La gente realmente jode con cualquier cosa para hacerte sentir mal, en
serio, con cualquier cosa.

Llegué al instituto, entré lentamente evitando contacto visual con cualquier persona. Vi a Hoseok junto a
mi casillero, observaba a todos lados. Me di la vuelta, no tenía ganas de estar junto a él ahora mismo. Vi al
baño de chicos y no dudé en entrar. Comencé a sentir nauseas, me metí con mis cosas a un retrete y esperé
mientras me apoyaba en la puerta. Oí que la puerta se abrió y que entró alguien. Oí unos sollozos, unos
lamentos. Salí y vi a Jin poniéndose un poco de base de maquillaje desesperado.

Lucía fatal, parecía un muerto, pálido, seco, llena de marcas... realmente horrible. Él me observó y pegó
un grito, me volteó a ver y sus ojos se salieron de sus órbitas.

— Tú —Dijo señalándome— T-tú estás muerto

— ¿Yo? —Pregunté confundido— ¿Jin te sientes bien?

— Yo te vi con Suga ayer... —Comenzó a llorar— ¡TÚ ESTÁS MUERTO!

— ¿De qué hablas? —Prefería hacerlo pasar por loco

— Mark está muerto —Dijo él temblando— Encontraron su cuerpo cortado a la mitad...

— Jin —Traté de acercarme pero se alejó

— Tú no puedes estar vivo —Me señaló acusante— N-ninguna persona sobrevive a él...

—Jin soy real, no estoy muerto

Jin se levantó y me tocó, sus labios estaban secos y partidos, su cabellera opaca y sucia. Cuando me tocó
se dio la vuelta y comenzó a toser, tosía cada vez más fuerte y comenzó a hacer ruidos con la boca muy
extraños.

— ¡Jin! —Exclamé cuando comenzó a ponerse rojo— ¡OYE!

Jin estaba rojo y sus ojos salían de sus órbitas, abrió su mano y un bote pequeño amarillo lleno de pastillas
se estrelló con fuerza en el suelo. Jin se apoyó en el lavabo.

— ¡JIN! —Exclamé en histeria— ¡MALDITA SEA! ¿QUÉ PASA?

95
Jin se metió dos dedos en su boca, retrocedí y se apoyó de nuevo en el lavabo. Me acerqué un poco pero
me frené cuando la pobre chico vomitó. Me tapé la boca, Jin volvió a vomitar otra vez. Vi como la saliva
amarillenta se deslizaba por su labio y se depositaba en su camisa. Observé horrorizado como expulsaba
las pastillas entre cada vomitada, el olor agrio comenzó a marearme. Necesitaba ayuda. Dejé mis cosas y
salí corriendo en busca de la enfermera

— ¿Qué sucede joven Park? —Preguntó la enfermera

— ¡Un estudiante está vomitando pastillas en la baño! —Hablé agitado — ¡VENGA!

La enfermera corrió detrás de mí hasta el baño. Abrimos la puerta pero yo me quedé afuera, el olor era
insoportable. La enfermera sacó a Jin casi arrastrándolo, él estaba cubierto de vómito, de su labio inferior
escurría un hilo naranja y trozos de comida estaban en su camisa y jeans. Siguió vomitando mientras
lloraba y gritaba. La gente comenzó a acercarse y a taparse la boca y otros la nariz. Estaban
completamente pálidos viendo a Jin gritar y vomitar.

Muchos siguieron a la enfermera, otros grabaron, unos reían... me quedé plantado en el pasillo hasta que
desapareció. Corrí al baño por mis cosas y me aseguré que estuvieran limpias, acto seguido corrí a los
laboratorios.

Dejé mis cosas aún con la respiración agitada, realmente creí que se iba a morir ahí mismo. Respiré hondo
y solté aire lentamente, observé a unas chicas depositar unas flores en el asiento de Mark... el asiento
donde nunca más se volvería a sentar. Rodé los ojos, no me agradaba Mark, a decir verdad lo odiaba. Me
recargué en la silla y cerré los ojos.

Pensé en Suga, sus ojos, su boca, su tacto... se me escapó una sonrisa y sentí un cosquilleo en mi espalda.
Fue como si todo mi cuerpo se estremeciera de tan sólo recordar en lo de la otra noche, no me cansaba de
recordarlo. ¿Quién hubiera dicho que podría sentir tales cosas?

¿Cómo demonios nunca había pensado en lo maravilloso que podía ser... que te tocaran?

"Hoseok te tocó"

"No como Suga..."

"¿No se supone que lo odiamos?"

"¡Lo odio! Pero hay que admitir ciertas cosas"

"¿No que eras muy fuerte Jimin?"

"Tienes razón... me tendré que ahorrar los pensamientos pervertidos"

"No digas esas palabras, tus hormonas viven aplacadas"

"Es cierto"

"Él no te conoce.... muéstrale quién realmente eres"

"¿Y eso es...?"

96
"Cruel, frío, grosero y sarcástico... y muy orgulloso"

"No me conoce"

"No"

"Me conocerá..."

Sentí que tocaron mi hombro. Pegué un brinco y abrí los ojos, el profesor me estaba agarrando y
viéndome fijamente. Los demás me estaban viendo, reían en silencio.

— ¿Todo en orden joven Park? —Preguntó el profesor

— Oh, sí... ¿por qué? —Traté de sonar malhumorado

— Llevo hablándole desde hace años y usted sólo tiene los ojos cerrados y una enorme sonrisa iluminando
su rostro... y también susurraba no sé qué —Dijo el profesor severo

— Lo lamento, estaba pensando en muchas cosas

— Pues baje de las nubes de una vez por todas, la clase está en la tierra

— Gracias profesor, es un descubrimiento importantísimo —Contesté con claro sarcasmo

— Baje ese tono jovencito —Me apuntó con su índice

El profesor volvió a lo suyo. Voltee a mi derecha y me sobresalté un poco al ver a Hoseok.

— ¿A qué hora llegaste? —Pregunté

— Hace unos 2 minutos —Dijo él

— Vergonzoso... —Susurré rojo

— No escuché lo que decías, tranquilo —Rió

— Supongo que mejora la situación —No estaba muy convencido— ¿Viste a Jin?

— Sí, realmente lucía fatal... ¿qué pasó ayer en la noche? —Me clavó la mirada

— Los busqué pero me perdí en el bosque, estaba borracho y me tambalee a todos lados, resbalé en una
pequeño colina. Finalmente encontré el camino y te vi pero jamás me topé con él —Mentí

— ¿Seguro? —Hoseok levantó una ceja

— Absolutamente —Asentí— Estaba ebrio pero recuerdo bien las cosas

— Eso es bueno, su papá venía en camino

— ¿Su pa-p-pá? —Balbucee

— El alguacil de la ciudad

97
— Ya sé... pero... ¿viene para acá?

— Pues por lo que llegué a escuchar, él venía en... —No finalizó

— ¿Park Jimin? —El director irrumpió con fuerza en la clase

— ¿Si? —Asustado

—El alguacil desea verlo, acompáñeme por favor —Dijo el director

La gente comenzó a susurrar y a hablar. Hoseok me observó pero yo levanté los hombros. Guardé mis
cosas y me dirigí hacia el director, caminamos por el pasillo y nos detuvimos fuera de la enfermería. El
alguacil Arthur estaba ahí con Jin, él estaba llorando pero se mostraba firme y bastante serio. Nos
acercamos, no tenía miedo ni nervios... nada de eso.

— Buenos días Jimin —Dijo el alguacil no muy feliz

— Buenos días —Sonreí con alta falsedad— ¿En qué le puedo ayudar?

—Verás —El alguacil tosió un poco— Mi hijo está en muy mal estado y... él asegura una historia que en
realidad es muy... impresionante. ¿Nene? —Jin levantó la mirada— ¿Nos dices qué sucedió?

— Fui al bar ayer con Mark —Dijo Jin— Estábamos en el bosque riendo cuando nos atacaron por detrás.
Lo vi papá... a Suga —Comenzó a sollozar— Me amarró con cuerdas y se llevó a Mark, oí sus gritos
desde donde estaba. Yo comencé a llorar y a pedir ayuda.

— ¿Y luego qué pasó? —Preguntó el director

— Jimin llegó —Me clavó la mirada— Jimin llegó y me quitó las cuerdas mientras me preguntaba qué
había sucedido. Yo le expliqué que ahí estaba Suga.

— ¿Cómo llegaste ahí Jimin? —Me preguntó el oficial

— Primero dejemos que termine el chico —Dijo el director

— Gracias —Jin sonrió a penas— Estábamos a punto de salir corriendo pero Suga llegó, nos acorraló y
comenzó a acercarse a nosotros, me agarró del cuello pero Jimin le rogó que me dejara ir. Dijo que tenía
asuntos pendientes con él.

El alguacil me volteó a ver pero yo estaba serio, me hacía el confundido

— Luego Suga me dijo que tenía 10 segundos para correr, Jimin me gritó que corriera también, así que lo
hice. Estaba aterrado y corrí a más no poder, me oculté y traté de convencer a la gente pero ellos reían. Me
cansé y... y... no sabía si él sobreviviría... hui y... —Comenzó a llorar

— Está bien —El director sobó su espalda— Es una historia bastante impactante

— Muy fumada —Dije divertido— Yo jamás encontré a Jin... yo estaba con Hoseok, salí a buscarlo pero
nunca lo encontré —Mentí— No sé de qué habla.

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— ¡Jimin! —Jin me miró suplicante— ¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?

— Aquí hay un problema —Dijo el alguacil— Uno de las dos está mintiendo y realmente...

— ¿Creen que si realmente me hubiera encontrado a Suga estaría vivo? —Interrumpí

Touché

—E-es un buen punto —Balbuceó el director.

— ¡NO ES VERDAD! ¡PAPÁ POR FAVOR! —Jin le tomó el brazo— ¡TIENEN QUE CREERME!
¡JIMIN ESTUVO CON SUGA!

— Jin, estabas muy ebrio —Dije suavemente

— ¡NO! ¡CIERRA LA BOCA! ¿POR QUÉ HACES ESTO? ¡JIMIN ÉL MATÓ A TU MADRE! ¿POR
QUÉ LO DEFIENDES? —Aulló Jin

— ¿Necesita algo más alguacil Arthur? —Pregunté tranquilamente observándolo

— No, lamento mucho este malentendido —Dijo él riendo— Mi hijo debe descansar

— ¡NO ESTOY MINTIENDO! ¡SÉ LO QUE VÍ! —Gritó Jin

— Vámonos Jin, necesito llevarte al doctor —El alguacil agarró a Jin

— ¡NO! —Él se zafó— ¡JIMIN POR FAVOR! ¡MALDITA SEA DI QUE ES VERDAD!

El oficial Arthur jaló a Jin y se la llevó casi a rastras pese a sus gritos. El director se frotó los ojos
suavemente y me volteó a ver.

— Lamento esto Jimin, tú no eres un chico problemático... pero Jin parecía tan firme que...

— Lo entiendo —Dije suavemente— No se preocupe

— Sólo espero que se mejore —El director suspiró.

— Ojalá, debe dejar esa mentira

— Regresa a clases Minnie —El director me dio unas palmaditas en la espalda— Tú concéntrate en lo
tuyo, los exámenes finales ya van a comenzar y te quiero a todo dar

— Como siempre

— Anda, ve

Cuando me di la vuelta sonreí a gusto. Seguro muchos pensarían que soy una maldito o algo por el estilo
pero seamos sinceros... Si afirmo lo que Jin decía, estaría sometido a un cuestionario eterno. No podía
arriesgarme a que hallaran a Suga, no podía arriesgarme a que descubrieran que estaba... pues... viéndolo.
No, la policía no podía enterarse de nada.

99
Si Jin se volvía el loco de la escuela, no me importaba. Con tal de guardar el secreto soy capaz de
cualquier cosa, no dejaré que mis planes se vayan al diablo. YO mataré a Suga pero a su debido tiempo...
también quiero torturarlo... dulcemente, placenteramente. Lo haré sufrir y luego lo mataré de manera
exquisita. ¡Oh sí! ¡La venganza es tan fría y dulce!

Comencé a reír sin darme cuenta. Llegué a los laboratorios de nuevo y me senté alegremente junto a
Hoseok, unas personas me voltearon a ver raro (incluyéndolo a él). Yo no borré mi sonrisa, seguí
sonriendo durante toda la clase. ¡Estaba feliz! ¡Y no sabía ni por qué!

[***]

Finalmente el timbre sonó, no fue hasta la salida que pude descansar. Me senté debajo de un viejo árbol y
suspiré. Observé el cielo que estaba nublado y bastante triste pero a mí me gustaba más así, me gustaba
nublado, con truenos, lluvia... me gustaba el clima violento. Comencé a cantar en voz baja. Sólo para
pasar el rato.

— ¿Qué cantas? —Escuché una voz detrás de mí

Levanté la mirada y vi a una niña observándome fijamente. Levanté una ceja, llevaba un vestido negro, un
gorrito negro y zapatos bajos bastante monos. Portaba una muñeca linda pero bastante macabra en los
brazos. El pequeño parecía bastante dulce a primera vista.

— Nada en especial —Dije— Solo canto...

— ¿Te gusta cantar? —Preguntó de nuevo

— Bastante —Dije— ¿Qué haces en la sección de grandes?

— Mi hermano se va a inscribir aquí el próximo año, aquí finalizará sus estudios —Dijo la niña

— ¿Cómo te llamas? —Pregunté

— ¿Eso realmente importa? —La pequeña levantó una ceja

Sonreí, me agradaba. Me recordaba mucho a mí a su edad. Yo también era muy desconfiado y un poco
seco, claro que ahora lo era mucho más pero siempre fui así. Lo que no entiendo es por qué soy así pero
bueno, esa es otra historia.

— ¿Tú también te vas a inscribir? —Pregunté

— Sí, no quiero pero estoy forzada —La niña suspiró sentándose frente a mí

— No es tan mala escuela...

— Sólo me cuido de las zorras, lo entiendo

100
— ¿Qué edad tienes? —Pregunté riendo

— 12 años

— ¿12? Wow... ¿no estás muy chica para conocer esas palabras? —Pregunté

— Tal vez —Levantó los hombros— ¿Cómo te llamas tú?

— Park Jimin, pequeña.

— Me gusta —Dijo sin sonreír— Yo soy Emma

— Mucho gusto Emma

— ¿Quieres conocer a mi hermano? Creo que se llevarían bien

— No tiendo a ser sociable

— Él tampoco, de hecho es igual que yo... o incluso peor —Seguía sin sonreír

— ¿Cómo se llama? —Pregunté curioso

— Taehyung —Dijo la chica viendo el patio— Entró con mis tíos a inscribirse

— ¿Tus tíos?

— Mis padres murieron en... una larga historia —La niña suspiró— Pero fue hace tiempo

— Comprendo... yo perdí a mi madre hace apenas unos meses

— ¿Fue un accidente?

— La asesinaron

— Lo lamento mucho

Me rasqué la nuca, la pequeña Emma seguía viéndome fijamente. Daba un poco de miedo pero no me
incomodaba. Ella me sonrió y yo le devolví el gesto, se levantó y comenzó a hacer señas. Un chico
cubierto con una sudadera blanca salió. Fruncí el ceño y comenzó a acercarse. Me di la vuelta y vi a la
pequeña que parecía feliz. Sentí las pisadas y luego un olor a loción perforó mi nariz.

— Taehyung, él es Jimin —Dijo Emma

No iba a ser grosero así que me di la vuelta. Me topé cara a cara con un chico rubio, tenía los ojos cafés
muy oscuros y la piel ligeramente canela. Era bastante guapo y mono. Me levanté para quedar a su altura,
él me observó de pies a cabeza. Emma se colocó junto a él y le tomó la mano. Diablos, si era guapo.

— Mucho gusto —Dije para tomar la iniciativa, Taehyung estrechó mi mano sonriendo

— Mucho gusto Jimin —Dijo él

— Me agrada mucho —Dijo Emma

101
— ¿Te agrada? —Taehyung rio

— Sí, llévalo a la casa, quiero jugar con él a las muñecas —La pequeña Emma me volteó a ver— Te
quiero con mi hermano, si no, me enojaré mucho.

Emma se dio la media vuelta y caminó hacia una pareja que estaba platicando con el director. Comencé a
reírme un poco, la niña estaba un poco loca pero me agradaba

— Lamento eso —Taehyung rio con nerviosismo— Ella es muy...

— Lo sé, yo soy igual —Dije sonriendo

— Ella tiende a odiar a todos... me sorprende que le hayas agradado

— ¿Tan mala persona parezco?

— No, para nada. De hecho... pareces muy misterioso

— Lo soy

— Y solitario

— También

— Y orgulloso

—A más no poder

— Eres como ella

— No lo dudo

Taehyung sonrió, tenía la típica sonrisa perfecta y cuadrada. Yo suspiré y peiné mi cabello hacia atrás. Vi
que algunas chicas me observaban con cierta envidia. No era mi culpa, atraía chicos guapos aun siendo
hombre.

— ¿Vas a estar aquí el próximo ciclo escolar? —Pregunté

— Sí —Dijo Taehyung— Aquí terminaré

— ¿Te mudaste?

— Hace unas semanas

— Entonces supongo que sabes acerca de... bueno...

— ¿De Suga? Sí —Contestó con indiferencia— Pero no me intimida

— Eso es bueno, la mayoría de la gente vive aterrorizada por él

— Supongo que eres la excepción

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— ¿Por qué crees eso? —Sonreí

— No tienes cara de niño asustadizo... —Me observó fijamente— Pareces frío y bastante fuerte

— Gracias

— ¿Tú qué opinas de mí? —Me sonrió con coquetería

— Bueno, no sé si eres mujeriego o misterioso

— La segunda suena mejor

— Bien, en ese caso supongo que eres como tu hermana pero cambias dependiendo con quién estés —Lo
analicé— Socializas con la gente con quien sientes confianza

— Nada mal Jimin

— Supongo que tú y yo nos llevaremos bien

— Eso espero, aunque no te conviene mucho estar cerca de mí

— Créeme, afronté peligros más grandes —Reí

Él rio también. Sin embargo por su mirada parecía estar hablando enserio

— Tengo una personalidad muy complicada —Dijo él— No sabes cuándo puedo cambiar de malas a
buenas, soy muy especial

— Ya somos dos, yo soy igual —Levanté los hombros

— ¿Estarías dispuesto a soportarme?

— Puedo vivir con ello

— ¿Pese a todo?

— Creo que tú deberías asustarte de mí

— ¿Por?

— No sé, soy agresivo y bastante frío, odio los sentimentalismos y soy muy vengativo

— Me agradas ahora mucho más

— ¿Buscas un compañero así?

— Es exactamente el tipo de compañero que busco

— En ese caso tú y yo podemos relacionarnos

Taehyung iba a decir algo pero la pareja comenzó a llamarlo. Él rodó los ojos y sonrió como diciendo
"qué lata dan". Yo levanté los hombros y sonreí. Supongo que la charla no tan común había finalizado.

103
Emma tenía razón, su hermano me agradaba, sentía que podía contarle todo con la aseguración que me
comprendería y ayudaría.

— Supongo que hasta aquí llegó la plática —Dijo él

— Sí, pero podemos vernos

— Vivo colina arriba, cerca de la panadería

— Yo te busco

— De acuerdo.

Nos despedimos y caminó lentamente hacia las personas. Emma se despidió con la mano sonriente, le
devolví el saludo, la pareja me observó unos segundos y siguieron caminando. Agarré mi mochila para
regresar a casa, debía pensar en un plan, uno muy bueno. Las veces que había encontrado a Suga habían
sido por pura coincidencia. Sinceramente dudaba mucho que volviera a correr la misma suerte.

Si él no viene, yo tendré que hacerle venir a mí, aunque eso implique salir todas las noches a buscarlo, no
me importa. Tengo un plan pero debo perfeccionarlo para que no haya errores y todo salga tal cual lo
tengo planeado.

Ya es hora de contraatacar.

104
Capítulo 10. “Plan perfecto”

Después de aquél extraña charla decidí regresar a casa cuanto antes. Observé el cielo que ahora estaba gris
oscuro y pequeños gotas de lluvia comenzaban a caer. Suspiré molesto y me puse mi capucha, me
desesperaba un poco la lluvia salpicando mi cara.

Comencé a caminar por las estrechas calles que llevaban colina arriba. Me detuve en el callejón donde
Suga me había atacado y un sentimiento de nostalgia me inundó. Admiré fríamente el edificio donde me
había metido y luego seguí caminando. Odiaba seguir pensando en él... odiaba el hecho de tan sólo
tomarme la molestia de pensar en él.

Finalmente llegué a casa y toqué el timbre varias veces, Namjoon me fue abrir

— Comenzaba a creer que te habías escapado —Dijo él cerrando la puerta cuando entré

— Te dije que no saldría más —Me dirigí al comedor

— Tenemos cosas pendientes —Dijo él sentándose en una silla

— Lo sé, lo sé —Me senté frente a él

— Vayamos por partes, debes decirme TODA la verdad —Namjoon me observó— TODA, sin mentiras

— Vale —Dije resoplando

— Dijiste que un chico te atacó las 3 veces —Comenzó— Pero dices que te resbalaste... algo no cuadra

— Mira te explico qué pasó —Interrumpí— La primera vez estaba muy borracho, en la casa de Andrea
¿bien? me metí en una pelea con Jin, por eso llegué así. Me corrieron de la fiesta y por eso vine solo a
casa.

— ¿Te peleaste? —Preguntó Namjoon riendo

— Sí —Mentí— Lo hice, por eso no te dije nada

—Bien, eso es creíble —Namjoon refunfuñó— La segunda vez... te lastimaron

— Esa historia es cierta, bajé por comida china pero de regreso alguien me atacó, dijo que me diera mi
mochila pero yo como soy MUY... bueno, ya sabes, me negué. Fue por eso que me hirió, sin embargo
oímos unos ruidos y el atacante salió corriendo, yo traté de caminar pero rodé colina abajo y de ahí en
fuera no sé qué pasó

— Bien —Namjoon suspiró— Y esta última vez... ¿qué pasó?

— Fui a un bar con Hoseok —Namjoon levantó una ceja— Lo sé, no sé por qué acepté... bueno, el punto
no es ese —Agité mis manos— Jin me quitó mis llaves de la casa porque quería estar contigo, traté de

105
seguirlo pero se metió en el bosque así que lo busqué. Sin embargo era de noche, estaba ebrio, estaba
mareado y sin querer rodé colina abajo... ¿tienes idea de cuántas ramas y piedras hay? Te puedo mostrar
los raspones en mi espalda

— Te creo —Dijo Namjoon— ¿Pero por qué dijiste que te atacaron 3 veces?

— No lo sé, estaba apurado, estresado... la verdad lo dije por estúpido —Reí

— ¿Jimin? —Namjoon entrecerró los ojos

— ¿Sí? —Pregunté

— ¿No ocultas nada más verdad?

— ¿Debería?

— No lo sé, dime tú

— No te oculto nada más

— ¿Seguro?

— Absolutamente

— Bueno, pero sigues castigado

— Ugh, vale.

Namjoon suspiró y salió del comedor. Lo escuché subir las escaleras y encerrarse en su cuarto. Wow, no
podía creer que realmente me hubiera creído... O tal vez no lo hizo pero fingió hacerlo No lo sé, la verdad
no me importaba

[***]

A la mañana siguiente las cosas no mejoraron mucho. Cada vez la gente hablaba menos de Suga, los
noticieros pasaron de hablar cada hora de él a hablar moderadamente de él. ¿Dónde demonios se había
metido? Llegué al instituto y me sorprendí bastante al ver a la gente tan callada. Me acerqué a Hoseok que
no estaba muy lejos.

— ¿Qué demonios sucede? —Pregunté preocupado

—El director nos quiere a todos en el auditorio en 10 minutos, dice que es importante —Dijo Hoseok sin
verme

Comencé a avanzar junto a los demás para entrar al auditorio, las luces eran muy débiles y la gente
susurraba consecutivamente. Evité que me empujaran varias veces y comencé a caminar por las filas,
quedé casi hasta adelante. Hoseok se sentó junto a mí, cosa que me sorprendió. La gente hablaba, otros

106
susurraban, algunos reían pero eran muy pocos los que parecían asustados. Arriba del escenario había una
mesa con 3 sillas, supongo que para las 3 personas que estarían ahí.

— ¿Dijo sobre qué hablaría? —Le pregunté a Hoseok

— No, sólo dijo que estuviéramos aquí —Dijo Hoseok mientras me clavaba la mirada

Observé el entorno, casi todo el auditorio estaba lleno. Vi a una profesora susurrarle algo al guardia de
seguridad, él asintió y levantó su índice. Vi a otro grupo de personas llegar segundos después, cuando
entró la profesora que acompañaba ese grupo, el oficial cerró las puertas. Arquee mis cejas al ver a Jin
entrar junto a su padre, él le dijo algo y Jin se fue a sentar de mala gana. Observé el escenario de nuevo y
vi al director sentándose en la silla de en medio.

— Buenos días estudiantes —Dijo el director con su voz áspera y ronca pero el micrófono hizo que su voz
saliera aún más grave y un poco aterradora. La gente comenzó a guardar silencio y a callar a los demás.
Cuando todo se quedó en silencio el director prosiguió— Seguramente muchos de ustedes se preguntan
por qué convoqué a todo el instituto

— Espero que no sea grave —Susurró Hoseok

— No lo creo —Dije mientras veía al alguacil Arthur caminar hacia el escenario cautelosamente

— Todos conocen a Suga —Prosiguió el director tras una breve pausa, la gente comenzó a murmullar— Y
seguro muchos de ustedes saben que no han habido noticias de él desde hace unos días. En lo personal yo
estoy aliviado pero nunca sabemos...

— ¿A dónde quieren llegar? —Murmullé molesto

— El Alguacil Arthur tiene un mensaje para nosotros —El director extendió su mano y observamos al
alguacil subir al escenario y estrechar su mano. Se sentó a su izquierda y sonrió— Les pido de favor que
primero ESCUCHEN lo que dice y después den sus opiniones

— Buenos días estudiantes —Saludó el alguacil— Efectivamente, como lo dijo su director, Suga ha
estado ausente. Sin embargo no hay que bajar la guardia...

— ¿Crees que esto tenga algo que ver con Jin? —Preguntó Hoseok

— ¿Por qué piensas eso? —Levanté una ceja

— Aún queda un asiento libre y Jin está caminando hacia el escenario

Observé a Jin pasar lentamente por los pasillos, la gente lo observaba pero él ignoraba las miradas y
caminaba decidido hacia el director y su padre.

— Algunos seguramente escucharon rumores —El alguacil me sacó de mis pensamientos— Todos saben
que un estudiante, saben quién, resultó ser víctima de este sujeto. Mi hijo, Jin, él estaba presente cuando
eso sucedió y créanme cuando les digo que la pasó muy mal... Hijo mío, sube por favor

107
Jin subió al escenario y se sentó a la derecha del director. Nos observó a todos en silencio. La gente
comenzó a susurrar y otras a soltar exclamaciones de confusión. Yo comenzaba a temblar.

— Gracias padre, gracias director —Dijo Jin— Realmente siento que esta situación pueda parecer
perturbadora pero en fin, sólo muy pocos sabemos realmente qué sucedió esa noche

Me hice chiquito en mi asiento y sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Solo esperaba que Jin no me
viera o se le ocurriera enfrentarme ahí mismo frente a todos.

—Pese a la calma que hay ahorita, no nos podemos dar el lujo de pensar que esto terminó —Dijo el
alguacil— Por eso, habrán nuevas reglas, tanto para la escuela, tanto como para la ciudad. Ustedes
terminan este curso dentro de 2 semanas o menos, pero para su próximo ciclo escolar habrá algunos
cambios.

— Les pido de favor que respiren y no comiencen a gritar —Advirtió el director

— A partir del siguiente ciclo escolar, el uso del transporte escolar será OBLIGATORIO —El alguacil
dijo esa palabra muy fuerte y claro— No estará permitido salir a comer en el receso de 1 de la tarde a 2 de
la tarde a lugares a más de 500 metros de la escuela...

— ¿QUÉ? —Gritó Hoseok

— ¡NO PUEDEN HACER ESO! —Gritó otro

— ¡NO PUEDEN OBLIGARNOS A NO SALIR! —Gritó otra voz

La gente comenzó a acelerarse y a gritar. Yo me di una palmada en la cara mientras resoplaba, era
increíble lo estúpidos que eran. Entiendo que quieran mantenernos a salvo pero no va a cambiar nada. Una
vida más, una vida menos... ¿qué cambia?

— ¡SILENCIO! —El director dio una palmada en la mesa y todos se callaron— Dejen que el alguacil
termine de hablar y luego podrán quejarse, bola de malagradecidos

— Gracias —Dijo el alguacil— También todos los estudiantes deberán utilizar una credencial para salir y
entrar a la escuela, si no, su pase será denegado —La gente no dijo nada— Instalaremos un segundo piso a
la cafetería y comidas corridas al menú para que coman bien. Por último, quiero agregar que una psicóloga
entrará al equipo del colegio para los que sientan... bueno, con ganas de hablar. A partir de hoy ella estará
disponible y el próximo ciclo escolar. Estará junto a la oficina del director, en el antiguo cuarto del
conserje.

La gente se tranquilizó, sólo hubo algunos murmullos y unas cuantas risas

— Ahora sí —El director se acomodó su corbata— Nuestro estudiante y compañero tiene un informe para
ustedes, es una proposición que se llevará a cabo si la mayoría está a favor.

—Gracias director —Jin se acercó más al micrófono y se apoyó en sus codos— Sé que muchos de
ustedes han sufrido la pérdida de un amigo o familiar, víctima de Suga —La sala se tornó completamente
silenciosa, daba un poco de miedo— Yo perdí a mi mejor amigo, no sé ustedes, pero yo estoy cansado de
sufrir. Estoy cansado de ver muerte por todos lados y agonía

108
La gente comenzó a susurrar, observé a algunos que asintieron con la cabeza. Algunas personas tenían los
ojos húmedos. Voltee a ver a Jin de nuevo.

— Muchos me tachan de loco, pero yo sé qué sucedió esa noche —Jin observó a su padre y él asintió—
La noche en que Mark murió, no estaba solo. La razón por la cual estoy vivo se debe a un estudiante que
está entre ustedes —Jin observó el entorno y depositó sus ojos en mí— Park Jimin, querido, no tienes idea
de cuánto te lo agradezco.

La gente ahogó gritos y algunos soltaron gritos de sorpresa. Todo el mundo me volteó a ver, incluso
Hoseok. Abrí la boca para contestar pero no salió ningún ruido. Me sentí invadido y entrar en pánico.

— Así es —Dijo Jin— Gracias a ese chico, sigo aquí. Él me ayudó a librarme de Suga, aunque, no
entiendo él como logró salir vivo, pero bueno, ese no es el punto...

La gente comenzó a hacer escándalo tras oír eso. Apreté mis puños. La gente comenzó a atacarme a gritos
con preguntas. Me levanté de mi asiento frente a todos.

— ¡Yo te ayudé a escapar! —Grité— ¡Y salimos vivos porque Suga no estaba!

— Deja ya eso Minnie —Dijo Jin suavemente— No tiene sentido que protejas a Suga... ¿por qué lo haces?
Él mató a tu madre después de todo

— Voy a matarlo —Dije entre dientes

— Hey, tranquilo —Hoseok agarró mi brazo

— ¡SILENCIO! —Volvió a gritar el director

La gente se calmó pero aún seguía oyendo las exclamaciones de algunas personas

—Repito, ese no es el punto —Jin sonrió— Propongo que hagamos donaciones a la policía para que las
posibilidades de encontrar a Suga sean aún mayores. Si conseguimos suficiente dinero el FBI y policía
extranjera podrían ayudarnos a resolver esto y atrapar de una vez por todas al maldito que está causando
terror en nuestro tranquilo pueblo.

— Estoy de acuerdo —Dijo Hoseok

—Es momento de contraatacar —Jin se levantó de su asiento— ¡Él no nos va a intimidar! ¡Traeremos a
todos los investigadores y policías del mundo si es necesario! ¡Atraparemos a Suga! ¡NOS
VENGAREMOS DE ÉL!

— ¡SI! —Comenzó a gritar la gente

— ¡LO METEREMOS A LA CÁRCEL! —Gritaron algunos levantando la voz

— ¡ESO HAREMOS! —Gritó otro grupo mientras aplaudía

— ¡ATRAPEMOS A SUGA! —Gritó Jin

— ¡ESO HAREMOS! —Gritó la gente mientras silbaba y aplaudía

109
— ¿CUÁNTOS A FAVOR? —Preguntó en voz alta el director

Observé a todos levantar la mano, excepto yo, claro. Todos tenían expresiones de felicidad y sus ojos
brillaban del éxtasis. Observé con pánico mí alrededor, no podía permitir que eso sucediera. No podían
coger a Suga, ese trabajo era mío. ¡Me había jurado que yo lo torturaría y mataría! Jin me sonrió y agarró
el micrófono de nuevo.

—Sin embargo necesito un segundo al mando para ayudarme con este proyecto —Todo el mundo
comenzó a gritar que los eligiera— Agradezco los voluntarios pero ya sé a quién elegir. Te quiero a ti
Jimin, él chico que me ayudó a vivir.

Todo el mundo me volteó a ver, me levantaron de mi asiento y comenzaron a aplaudir con fuerza mientras
gritaban. El director me hizo señas para que avanzara, me quedé quieto pero la gente comenzó a
empujarme hacia el escenario. El guardia me cargó y quedé frente a todos. Jin se acercó a mí con el
micrófono en mano.

— ¿Y bien Jimin? ¿Serás mi segundo al mando para atrapar a Suga? —Preguntó sonriendo

Todo el mundo me volteó a ver, me sentí completamente vulnerable.

— N-no lo sé —Tartamudee

— ¿No lo sabes? ¿Cómo que no sabes? Jimin... ¿qué acaso no quieres atrapar a Suga? —Preguntó Jin con
cierto tono ofendido, aunque claramente era falso.

— Es que, tengo muchas cosas que hacer y un proyecto así de grande... siento que no podría con él —
Mentí, era un buen punto

— Eres Park Jimin, la chico que alardea que es mejor que todos —Jin me puso el micrófono en la mano—
Demuéstralo...

La gente me vio completamente sonrientes, como perritos esperando su premio después de un halago. Mis
manos temblaron mientras acercaba el micrófono a mis labios. Cerré los ojos y tomé aire. Los abrí de
nuevo y traté de que mi voz no saliera temblorosa

— No puedo hacerlo —Pareció más un tartamudeo que una afirmación— T-tengo m-muchos problemas y,
y realmente me gustaría pero, pero no puedo porque… pues porque... tengo muchos problemas ahorita, y
debo primero… pues, arreglarlos. Agradezco esta oportunidad pero... no puedo tomarla. N-no puedo y lo
siento, de veras lo siento.

Le regresé el micrófono a Jin y bajé del escenario. Evité todas las miradas y volví a mi asiento. Todo mi
cuerpo temblaba, Hoseok comenzó a hablarme pero no podía escucharlo.

Cerré los ojos y esperé a que la reunión terminara para salir corriendo...

[***]

110
Me tumbé en el pasto del parque mientras pensaba en todo y en nada. Todo estaba desierto, silencioso y
vacío. Observé el cielo, era naranja y un poco lila, los suaves rayos de luz me rozaban pero no era
molesto, el viento era cálido y el silencio acogedor, perfecto. Cerré los ojos y respiré profundo. Pensé en
mi madre, ella hubiera querido que entrara al proyecto de Jin pero no podía hacerlo. Simplemente no
podía.

Muchas veces ella y yo veníamos aquí a hacer un picnic los sábados o simplemente a relajarnos,
desahogarnos, platicar a gusto. Mierda, extrañaba a mi madre, la extrañaba mucho. Apreté mi quijada, mi
paz se transformó en odio. Mi mente se volvió a aclarar: YO IBA A MATAR A SUGA, NO IBA A
DEJAR QUE JUGARA CONMIGO.

Me senté y me sacudí el pasto, todo volvió a aclararse una vez más. Apreté mis dientes y golpee el suelo
con mis manos, me levanté molesto y comencé a golpear un árbol. Sentí ira desenfrenada, las imágenes
del cadáver de mi madre inundaron mi cabeza, la sangre, Suga, Namjoon, la reunión de hace rato, las
miradas de odio y decepción de los estudiantes...

Era uno de esos momentos donde sentía que me volvería loco. Estaba solo. Completamente solo. No tenía
con quien desahogarme, con quien compartir mi odio y mi tristeza.

— ¡MIERDA TODO ES TU CULPA! —Grité refiriéndome a Suga

Mis hombros subían y bajaban rápidamente, respiraba por la boca y mis puños dolían por tanto apretarlos
con fuerza. Me relajé y respiré profundo. Observé el cielo y era azul oscuro, era increíble como el tiempo
cambiaba en tan sólo 5 minutos... igual que yo.

Me crucé de brazos y vi el pobre árbol golpeado. Me senté en el pasto de nuevo... realmente Suga me
asustaba. Tenerlo cerca me ponía los pelos de punta, sentía el peligro pero a la vez la emoción y el deseo.
Sí, dije deseo, ¿y qué?

Pasaron largos minutos, las estrellas iluminaron el cielo negro que estaba completamente despejado. Oí
unos pasos detrás de mí. Me levanté y me di la vuelta rápidamente mientras levantaba una rama para
defenderme. Era Taehyung.

— Wow —Dijo él riendo— Cuidado con la rama

— Cristo, me asustaste —Me llevé una mano a la boca y solté la rama— Perdón, perdón creí que eras
alguien más

— No pasa nada —Taehyung sonrió— ¿Disfrutando de la noche?

— Algo así —Reí

Taehyung se rió también y se sentó, me senté junto a él

— ¿Qué haces aquí? —Pregunté curioso

— Me gusta la soledad —Dijo él

111
— Somos dos

Taehyung sonrió, su sonrisa era realmente hermosa, muy tierna y de un cierto modo sexy. Observamos el
cielo en silencio. Todo era tranquilo, no incómodo. Después de unos segundos observé a Taehyung, él
veía el cielo fijamente. Su cabello rubio estaba un poco despeinado pero le daba el look de chico
malo/desaliñado. Él se percató que lo veía, me clavó sus ojos marrones. Desvié la mirada completamente
ruborizado.

— Tranquilo, si quieres admirarme puedo darte una foto —Dijo él

— Jaja, qué gracioso —Dije son sonreír

— No seas penoso —Me dio un codazo— Soy muy guapo, ya lo sé

— Un guapo arrogante

— A veces

— ¿Lo guapo y arrogante?

— Sólo lo arrogante, lo guapo lo tengo siempre

Ambos reímos. Me agradaba Taehyung, era algo realmente loco porque yo jamás tendía a formar lazos
sentimentales con alguien, era difícil, sólo con las personas con las que me sentía identificada era bastante
abierto. Y Taehyung se parecía a mí, nos parecíamos en muchas cosas y eso era asombroso. Yo siempre
creí que el raro era yo. O tal vez era raro, pero encontré otro igual de raro que yo...pero no pasa nada, es
un logro enorme. Nunca creí que pasaría...

— ¿Tú qué opinas acerca del amor y la amistad? —Pregunté

Taehyung me volteó a ver, se rió y levantó los hombros

— Francamente lo veo como una debilidad —Dijo él— Aunque bueno, a veces no podemos evitarlo

— Concuerdo contigo, yo por ejemplo soy muy... anti-sentimientos. Realmente odio todo lo que tenga que
ver con amor. La amistad la tolero más pero el amor —Negué con la cabeza— Fatalidad extrema

— Vaya Jimin, no te creí tan duro respecto a ese tema —Dijo Taehyung

— Tuve un día difícil, me quejo el triple —Reí débilmente

— ¿Entonces nunca te has enamorado?

— Una vez, pero fue horrible y realmente doloroso. Ahí aprendí que el amor aunque parezca dulce y
tierno al principio, se tornará realmente malo y doloroso al final

— A menos que encuentres a tu alma gemela

— No creo en esas cosas

— ¿No? ¡Qué mal! Tenía ganas de hablar de cuentos de hadas contigo —Bromeó Taehyung

112
— Si este fuera un cuento de hadas definitivamente sería el villano —Sonreí

— ¿Por qué dices eso? —Taehyung se acomodó

— No soy un príncipe, no soy dulce, no soy bondadoso, mucho menos cariñoso o frágil, no amo a todos,
no le hablo a los animales y lo más importante: no espero el amor verdadero.

— No por no ser un príncipe, eres un villano.

— Según yo sí

— Quizá puedes ser un término medio o una combinación de ambos —Taehyung sonrió

— ¿Coooomo qué? —Pregunté mientras observaba fijamente a Taehyung

— Podrías ser un príncipe oscuro —Taehyung me observó de pies a cabeza— O tal vez podrías ser un
villano que se fue por el camino de la luz

— Ninguna suena a mi caso

— ¿Entonces quien serías en este cuento de hadas?

— ¿Quién sería? —Reflexioné un poco— Pues, probablemente el príncipe que tomó el camino
equivocado... sería el príncipe azul que se transformó en villano

— Wow, muy fuerte —Taehyung arqueó las cejas— Creo que voy a llorar debido a la profundidad

— Ay, cálmate —Le di un codazo

— Pero dime algo... ¿ese príncipe que se convirtió en villano, se vuelve a enamorar?

— Es muy poco probable

— ¿Y si otro príncipe azul trata de salvarlo de sus demonios?

— Aun así nunca se enamoraría, él es tan oscuro por dentro que ni siquiera la luz del amor podría
iluminarlo un poco

— ¿Y en la vida real? ¿Ese príncipe convertido en villano se enamora?

— No lo sé —Me percaté que estaba muy cerca de Taehyung— El príncipe ahora está muy ocupado
persiguiendo a la bestia

— ¿Y quién es la bestia?

— El que asesinó a la reina —Susurré

Taehyung sonrió. Agarró mi mano y lo observó fijamente. Nos quedamos en silencio durante largo rato.
Era extraña la forma en que hablábamos, supongo que ambos teníamos el mismo grado de rareza

— ¿Te digo qué opino? —Taehyung me volteó a ver

113
— ¿Qué? —Pregunté

— Opino que hasta el ser más cruel y podrido por dentro puede enamorarse

— ¿Cómo estás tan seguro? —Pregunté suspirando

— Somos humanos Jimin, hasta el ser más despiadado o sanguinario tiene sentimientos. Algunos usan
máscaras para ocultarlos pero si encuentras el punto débil de la máscara, puedes acceder a sus
sentimientos con mucha facilidad.

— Ninguna bestia se enamora —Dije sonriendo

— ¿Entonces cómo Bella y Bestia terminaron juntos? —Taehyung sobó mi mano

Parpadee varias veces mientras unía mis cejas. Observé el suelo, un foco se encendió en mí

— Hasta el ser más cruel se enamora —Repetí en voz baja

— Correcto, seguimos siendo humanos. ¿Aunque sabes por qué tantos ocultan los sentimientos de amor?

— ¿Por qué? —Pregunté

— ¿Tú por qué lo haces?

— Para no parecer débil y no lastimarme

— Tú mismo lo dijiste, nada lastima tanto como el amor. Es una enfermedad peligrosa y mortal

— Porque es la única que alcanza la mente y el corazón —Me adelanté

Sonreí con Taehyung. Mi mente se aclaró. Finalmente todas las ideas se organizaron, todo agarró sentido
y las pistas pude entenderlas con facilidad. Acababa de encontrar el modo de torturar exquisitamente a
Suga.

Amor

Esa simple palabra, la palabra que causa felicidad, confianza, esperanza y fe. La palabra que causa agonía,
dolor, tortura y locura. Amor Ya sabía lo que haría con Suga, ya tenía su tortura perfecta:

Yo lo enamoraría

114
PARTE II

He was a normal guy until blood became his best lover

Slowly he destroyed his own world and became the best friend of madness

[*]

Él era un chico normal hasta que la sangre se convirtió en su mejor amante

Lentamente destruyó su propio mundo y se convirtió en el mejor amigo de la


locura

115
Capítulo 11. “Perdido”

Última semana de clases. Podría soportarlo, claro que podría. Comencé a caminar felizmente por las
calles, estaba eufórico de que exactamente en menos de una semana me iría de este infierno. No más Jin,
no más Hoseok, no más nada. ¡ADIÓS!

Entré al instituto por primera vez con una enorme sonrisa en la cara, me dirigí a los casilleros y vacié mi
mochila. Agarré los pocos libros que tenía y guardé todo. Observé la oficina del director y vi el
consultorio de la psicóloga. Me impresioné bastante al ver a Jin dentro. Esperé unos segundos y lo vi salir,
afortunadamente no me vio. Seguí mi camino y me detuve frente a la sala de artes plásticas. Hoseok llegó.

— Feliz lunes —Dijo Hoseok sonriendo— El viernes salimos de vacaciones, ¡oh sí!

— ¡Lo sé! ¿No es hermoso? —Exclamé sonriente

— Wow... ¿estás feliz? ¿Es eso posible? —Hoseok me observó sorprendido

— Es posible, pero si no te callas no durará mucho esta sonrisa —Advertí

— Tú ganas Park, me callo —Dijo Hoseok levantando las manos

Reí y me senté en el suelo, observé a la gente pasar. Jin estaba hablando con una chico de cabello negro y
ojos azules, muy bonita de hecho. Hoseok se sentó junto a mí y comenzó a anotar unas cosas en su
cuaderno.

— ¿Sabías que Jin está con la psicóloga? —Pregunté

— Sip —Dijo Hoseok mientras seguía escribiendo

— ¿No te sorprende? —Volví a preguntar— Es decir, como chico popular debe ser un poco incómodo

— Nop —Hoseok seguía escribiendo tranquilamente— No me sorprende para nada

— ¿Me estás escuchando siquiera? —Solté un poco molesto

— Sip —Hoseok sonrió y me observó— Todo eso ya lo sé, no me sorprende. Jin está con un psiquiatra
además de la psicóloga.

— ¿Qué él está con quién? —Pregunté abriendo los ojos

— Todos lo saben —Hoseok me volteó a ver— Por eso tantos lo consolaban

— ¿Por qué siempre soy el último en enterarme? —Murmullé

— Porque nunca prestas atención a tu alrededor, pero tranquilo, hay bastantes personas que seguro no lo
saben. Además, Jin es tu peor enemigo, no tendrías por qué saber acerca de su vida personal.

116
— ¿Puedo saber por qué va con un psiquiatra? —Pregunté curioso

— Es bulímico, su trastorno empeoró después de la muerte de Mark —Dijo Hoseok suspirando

— Auch —Hice una mueca

— Sí, auch, pero bueno, él se lo buscó

— Creí que te agradaba

— Quizás cuando éramos novios pero ahora... de tan sólo verlo me pregunto qué demonios vi en él. Dios,
parece que tiene una estricta dieta a base de ego y fastidio. Es realmente insoportable

No pude evitar soltar una carcajada. ¿Hoseok acababa de decir eso? Wow, ahora me agradaba mucho más.

— Pero aun así siento un poco de pena por él—Hoseok la observó— Todos piensan que está loco y que
comienza a desarrollar una pequeño obsesión por Suga

— ¿Por qué creen eso? —Agite la cabeza confundida

— Se está tomando muy en serio esto de Suga, con la venganza de Mark y el proyecto —Explicó Hoseok

— ¡Qué locura! —Exclamé

— Jin parece obsesionado con Suga —Hoseok resopló— Da miedo

— Creo que cualquiera se obsesionaría con él

— Es probable, pero sigue siendo una locura, las mujeres están locas. Hasta los hombres.

— Ja... si supieras...

— Y además, su discurso en el auditorio fue tipo día de la independencia o algo así

— Lo sé

— Y luego se le ocurrió elegirte a ti, su peor enemigo como mano derecha

— ¡Finalmente me comprende alguien!

Hoseok me observó durante unos segundos y luego suspiró riendo

— ¿Tú crees que vaya tras Suga? —Pregunté después de unos segundos en silencio

— No estoy seguro —Hoseok se frotó la barbilla — Pero lo que es seguro es que si no le baja a su
obsesión puede hacerlo

— Espero que no —Murmullé

Finalmente el timbre sonó, Hoseok y yo nos levantamos para entrar a la sala de Artes. Me senté lo más
alejado posible de la gente cuando comenzaron a llegar. Algunos murmullaban cosas, otros me veían con

117
odio y algunas personas me señalaban mientras susurraban cosas. Un grupo de 6 o 7 chicos se me acercó.
La líder, una chica de cabello café lacio y muy largo y ojos verdosos se me acercó.

— ¿Puedo preguntarte algo? —Dijo con una voz chillona asquerosamente falsa

— No

— Te lo preguntaré de todos modos —La chica me observó de pies a cabeza— ¿Por qué no aceptaste
ayudar a Jin con su proyecto?

— Tengo muchas cosas que hacer —Levanté los hombros— No tengo tiempo para contar dinero de una
fundación

— Pero estamos hablando de SUGA —Dijo la chica resaltando mucho las últimas palabras— El tipo que
mató a TU MADRE

— ¿Puedes dejar de hablar de mi madre por favor? —Solté molesto

—Si se tratara de mi madre yo aceptaría, además Suga ha estado muy ausente los últimos días así que...—

— ¿Qué dijiste? —Interrumpí

— ¿Qué dije de qué? —Preguntó la chica confundida — ¿La fundación?

— No, no, lo de antes

— ¿Qué?

— Algo de Suga —Dije impaciente

— Que ha estado ausente los últimos días —Repitió la chica

— ¿Qué tan ausente? —Me comencé a preocupar

—Ningún asesinato, ninguna muestra, ningún testigo... nada. Es como si se hubiera esfumado
completamente —Habló suavemente.

— ¿Entonces dices que su último asesinato fue Mark?

— Eso parece... ¿por qué pones esa cara?

— ¿Qué cara? —Levanté una ceja

— Tienes una cara de horror que no puedes con ella

— Me preocupa que se haya ido

— ¿Por qué te preocuparía? —La chica levantó una ceja— No es que estuvieras encubriéndolo o algo
así... ¿verdad?

— ¿Por qué demonios haría eso? —Solté secamente

118
—Por la manera en la que me miras, hablas e incluso reaccionas ante su nombre. Todos vimos en el
escenario como te pusiste cuando Jin te hiso la proposición de unirte al proyecto. Fue como si te
hubiéramos descubierto de algo que hiciste —La chica se acercó más— Pero no tienes nada que ocultar,
¿verdad Jimin? Si ocultas algo las consecuencias serán muy malas para ti

— La única consecuencia que habrá es que si no te alejas, van a pasar cosas malas. —Sonreí— Con su
permiso, madame

Las otras chicas me observaron de mala manera y se alejaron junto con su líder. Me di cuenta que toda la
clase me estaba observando, incluso el profesor y Hoseok. Resoplé con fuerza y los observé de mala gana

— ¿Quiere compartir algo con nosotros? —Me preguntó el profesor

— Ellas empezaron —Señalé al grupito

— No es razón para amenazar con violencia —El profesor me observó seriamente

— Sólo digo lo que pienso en voz alta, no puede culparme. Es libertad de expresión profesor

— No se pase de listo, Park

—No necesito, ya lo soy profesor

— Y por favor controle su ego

— Lo haré cuando usted se vuelva profesor de francés

— Y deje el sarcasmo.

— Mais je m'en merde avec ce putain professeur

— ¿Qué dijo?

— Nada, que el arte es aburrido

El profesor suspiró y comenzó a dar las instrucciones del dibujo. Cuando finalizó me puse los audífonos y
comencé a dibujar. Teníamos que dibujar un paisaje que significara algo para nosotros, yo obviamente
elegiría el parque ya que siempre estaba ahí con mi madre. Y a mi madre la había perdido así que ahora
ese parque era muy importante para mí. Me hacía sentir acompañado de un cierto modo, me hacía sentir
aún con ella, y eso...eso era mágico.

Después de largos minutos oí los gritos de unas personas. Me quité los audífonos y vi a la gente
abalanzarse sobre la ventana gritando y empujando. Levanté una ceja. El profesor trató de apartarlos pero
la gente salió corriendo al pasillo, los seguí de cerca. Todos se detuvieron en el pasillo que tenía vista a la
calle mientras susurraban cosas y sacaban fotos.

— ¿Qué sucede? —Le pregunté a Hoseok

— Ni idea —Dijo él

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Traté de abrirme paso pero resultó inútil. En cuestión de segundos la gente se calló y poco a poco se
fueron dando vuelta. Todos me voltearon a ver. Yo traté de esquivar sus miradas pero TODOS me estaban
viendo. Se abrieron paso para que pasara, comencé a pensar en lo peor. ¿Y si era el cadáver de mi
hermano? ¿Y si Suga lo había matado? O pero aún... ¿Y SI ERA SUGA? Pero entonces la gente no
tendría por qué verme. ¿Y si era el alguacil con un retrato mío para arrestarme por mentirle a la policía?
Oh dios...

Finalmente llegué hasta el vidrio. Bajé la mirada lentamente hacia la calle, justo al patio exterior del
instituto junto a la entrada. Divisé unas manchas y unas líneas pero no podía observar bien. Finalmente mi
vista se calmó y vi que era un mensaje enorme de letras rojas.

"I'm coming for you, Jimin" (Vengo por ti, Jimin)

Tragué saliva. Sentí todos mis músculos tensarse, mi respiración se cortó. Me tambalee un poco hacia
atrás... esto no podía ser cierto. Sólo una persona podría escribir ese mensaje... sólo una persona. Suga.
Suga venía por mí. ¿Por qué? No tengo idea, pero lo haría. Vendría por mi tarde que temprano. Retrocedí
lentamente, la gente comenzó a susurrar más cosas, otros negaban con la cabeza y hasta algunos
comenzaron a alejarse de mí. Choqué con el director, lo voltee a ver.

— Todos regresen a sus clases, ahora —Dijo el director con firmeza

La gente comenzó a dispersarse, yo iba a avanzar pero el director me agarró del brazo. Suspiré y le clavé
la mirada

— Tú te quedas Jimin —Dijo él

El pasillo finalmente se vació. La secretaria se acercó también.

— ¿Tienes idea de lo que significa ese mensaje Jimin? —Preguntó el director suavemente

— No lo sé... —Fingí estar asustado

— ¿Crees que sea Suga? —Preguntó la secretaria

— No sé... no sé... quizás quería matarme el día en que estuve en el hospital y no lo logró y por eso viene.
O quizás quería matarme a mí y no a mi madre —Comencé a llorar, aunque falsamente— ¿Qué querría de
mí? ¡Yo no he hecho nada!

— No lo sabemos, quizás sea una broma pesada —El director observó a su secretaria— Checa las cámaras
de seguridad externas

— Enseguida —Dijo la secretaria mientras se alejaba

— Mira Minnie —El director apoyó su mano en mi hombro— Entiendo que esto es difícil para ti,
realmente no sé por qué todas estas cosas te pasan pero... necesitas amigos. Amigos en quienes confiar

— Nadie me quiere —Dije con voz de víctima

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— Tienes un carácter muy fuerte pequeño, pero quizás debas dejar de pensar en que todos son malos e
inútiles y darles una oportunidad

— No pasará —Dije en un susurro

El director observó su teléfono y luego me observó

— Quiero que vayas a ver a la psicóloga —Dijo el director— Dice que está disponible. Si no vas abrirte
con la gente de tu edad quizás lo hagas con una persona mayor. Una con quien puedas compartir todo

— Siempre terminan diciendo tus cosas

— Por favor Jimin

— Bien, lo haré —Dije de mala gana

El director sobó mi espalda. Suspiré y comencé a caminar hacia el consultorio de la psicóloga. Toqué 3
veces y luego oí el "pasen". Entré. Había una mujer de piel café clara, cabello negro muy lacio y largo y
facciones bastantes lindas. Me sonrió.

— ¿Park Jimin? —Preguntó con voz muy dulce

— Es correcto —Dije mientras me sentaba frente a ella

— Mucho gusto, puedes decirme Jeannette —Me dio su mano para que la estrechara

Observé fijamente su mano y dudoso, la estreché. Ella me sonrió y sacó unos papeles y un portafolio. Se
acomodó en su silla negra bastante ancha y sacó una pluma.

— ¿Me das tu nombre completo por favor? —Dijo la psicóloga

— Jimin Park Bordeaux —Dije suspirando

— ¿El apellido francés es de tu madre? —La psicóloga me observó

— No, de mi padre. Yo sólo uso el apellido de mi madre que es Park.

— Entiendo —La psicóloga siguió anotando cosas— ¿Qué edad tienes Jimin?

— 17

— Muy bien... —La psicóloga comenzó a hojear unas hojas rosas y sacó una bastante larga. La observó
detenidamente— El director de la escuela me estuvo comentando de tu situación o parte de ella

— ¿Cómo qué? —Pregunté preocupado

—Acerca de tu increíble potencial de liderazgo, un poco de tus problemas académicos y bueno, del
fallecimiento de tu madre

— Yo lo llamaría homicidio, señorita

121
— Entiendo —La psicóloga sonrió— No quería usar ese término

— No se preocupe —Suspiré

— También parece que estuviste 6 semanas ausente, estuviste en el hospital, ¿correcto?

— Efectivamente

— Y ahora estás en la custodia de tu hermano... —Siguió leyendo la hoja rosa— Y parece que tienes
problemas con el hijo del alguacil

— ¿Podemos saltar todo esto? Ya lo sabe

— Bueno —La psicóloga dejó la hoja— ¿Quieres hablar acerca de algo en específico?

— No, estoy bien —Dije sonriendo

— ¿Me quieres contar acerca de cómo te sientes?

— Estoy bien

— ¿Quieres hablar respecto al mensaje fuera de la escuela?

— No

—Bien —La psicóloga suspiró y me observó fijamente— Mira Jimin, puedes confiar en mí. Entiendo que
seas un chico cerrado pero ¿por qué lo eres?

— Para evitar el dolor

— El dolor es un sentir natural en el ser humano, querido

— No me gusta sentirlo

— ¿Por qué?

— Siento que me hace ver débil

— Ya veo —La psicóloga anotó unas cosas— ¿Eso es con todos?

— Sí. Tiendo a ser asocial, muy pocas veces soy agradable con la gente

— ¿Y te gusta estar solo?

— Me fascina, soy solitario porque quiero

— ¿No te gusta estar en grupos grandes? —La psicóloga siguió anotando cosas

— No, a veces siento que no encajo. Me siento diferente

— ¿En qué aspecto te sientes diferente? —La psicóloga me observó

122
— En todo, respecto a los pensamientos, ver las cosas... siento que soy demasiado para ellos

— Vaya —La psicóloga rió un poco— Parece que eres bastante seguro, eso es bueno

— Soy orgulloso —Sonreí— Creo que eso sería la palabra

— Astuto también ¿no?

— En efecto

— Eso es bueno, que tengas mucha confianza en ti. ¿Crees que por eso a la gente le cuesta hablar contigo?
¿Porque eres muy seguro?

—Tal vez los intimido, por eso algunos me evitan

— ¿Y cómo te sientes respecto a eso?

— Me da igual, no necesito amigos ni amor para ser feliz

— Bien —La psicóloga anotó otra cosa en la hoja— Hablemos de tus sentimientos negativos... ¿qué me
dices del temor? ¿La tristeza? ¿El estrés?

— Me estresa mucho no tener mi libertad

— ¿Es muy importante para ti la libertad?

— Sí, no soporto ser controlado, debo estar siempre al mando

— Buena característica de líder, aunque debes aprender a que eso no te afecte. No siempre puedes llevar
las riendas en todo

— Lo sé... aunque también odio ser a veces el centro de atención

— Comprendo... supe que tuviste algunos problemas de conducta con unos chicos. ¿Crees que la violencia
es una buena manera de desahogar tu estrés? ¿O tus emociones negativas?

— No, cuando golpeo a los chicos siempre les doy advertencias —Sonreí

— Entonces siempre adviertes tus movimientos

— Siempre, no me gusta ir directo al grano. Quiero que estén conscientes, me gusta amenazarlos,
causarles temor

— ¿Al igual que lo hiciste con Jin? —Preguntó la psicóloga

— Jin es un idiota que se metió con el chico equivocado

— Pero le dijiste algunas cosas no muy amigables

— Me gusta ser grosero, me gusta sembrar odio

— ¿Y luego no te sientes mal?

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— ¿Debería? —Levanté una ceja— Remordimiento es lo único que jamás siento

— ¿A qué te refieres? —La psicóloga se apoyó en sus codos

— Cada que le hablo mal a alguien, lo lastimo, golpeo o lo que sea, nunca me siento mal. No siento
remordimiento.

— ¿Nunca?

— Nunca

— ¿Si lastimaras a tu hermano no te sentirías mal?

— Siempre lo lastimo y hiero, y nunca me he sentido mal respecto a eso. Es más, si lo matara puede que
tampoco me sentiría mal

La psicóloga me observó durante unos segundos. Asintió y comenzó a anotar una frase muy larga. Luego
la encerró en un círculo.

— ¿Quieres hablarme de otra cosa? —Preguntó ella

— No, hasta aquí te dejaré conocerme —Sonreí

— ¿No quieres hablar de Suga?

Me quedé frito, apreté mis puños, abrí la boca pero la volví a cerrar. Me acomodé en la silla y crucé mis
piernas. ¿Qué quería esta mujer? O más bien... ¿A dónde quería llegar? ¿Por qué quería hablar de Suga?
¿Qué acaso para eso era la cita? ¿Una encuesta secreta pagada por Jin para que confesara que conocía a
Suga y que casi me viola? Esperen... no, eso no lo sabe él.

— ¿Por qué querría hablar de él? —Pregunté fríamente

— No lo sé, él mató a tu madre. Casi te ataca... deberías sentir algo respecto a ese tema, ya sea enojo,
tristeza o venganza tal vez. Recuerda que estoy aquí para ayudarte y para guiarte, no para hablar mal de ti
ni para juzgarte. Nunca haría eso. Todo lo que hablemos aquí se queda aquí.

— ¿Le digo qué pienso? —Me acerqué a ella lo suficiente para ver bien el color de sus ojos— Pienso que
debería morir, y que YO debería vengarme... es más... lo mataría con mis propias manos. Cuando pienso
en él es como una bomba, no sólo por el odio sino también por todo lo que crea en mí —La psicóloga me
observó detenidamente, como queriendo analizarme a fondo— Así que eso es: pienso que es un maldito, y
espero que tenga un final espantoso. No espero que la policía lo atrape, nunca lo harán, es demasiado
bueno. Necesita ser alguien que esté a su altura

— ¿Y quién sería esa persona Jimin? —La psicóloga me observó

"Yo"

— Alguien —Me volví a sentar y sonreí

— ¿Y cómo te sientes respecto a eso? —Preguntó la psicóloga

124
— ¿Cómo debería sentirme? —Pregunté

— Normalmente sentirías miedo

— ¿Miedo?

— Miedo a que vaya por ti, mucha gente sufriría un trauma a largo plazo. Además en ese mensaje fuera de
la escuela, si es que es de él, también te advierte que vendrá por ti. Eso debe al menos preocuparte.

— No me preocupa en absoluto, que venga por mí. Lo estaré esperando ansioso —Sonreí como gato

Jeannette me observó fijamente como tratando de excavar en mi mirada para saber qué realmente quería
decir con esa frase. Aunque resultaba bastante obvio. Quizás pensaba que decía todo esto para no verme
débil, usar una máscara. O de plano creía que lo decía enserio (y realmente lo decía enserio) y se
preguntaba qué clase de mente retorcida poseía. O quizás ninguna de las anteriores y sólo pensaba qué
decir a continuación. Finalmente el timbre del receso sonó.

— Fue un placer hablar contigo Jeannette —Sonreí y estreché su mano con inocencia— ¿Para cuándo me
darás mí próxima cita?

— Dejaré que tu vengas voluntariamente —Ella sonrió y se volvió a sentar

— Bien, no te ilusiones mucho. Dudo que pase... —Dije haciendo una mueca mientras me dirigía a la
puerta

Salí del consultorio y caminé directo al patio después de cerrar la puerta detrás de mí.

125
Capítulo 12. “Último día”

No hubo noticias de Suga en toda la semana, hasta los noticieros dejaron de hablar de él. Los policías
igual, parecía que a la gente ya no le importaba... era como si se hubiera esfumado. Él no podía haberse
esfumado, no, debía tener algo en mente

Todas las tardes después de la escuela lo buscaba, en la ciudad, en el bosque, las carreteras, los
restaurantes, los callejones, las casas abandonadas e incluso fuera del pueblo. Pero no había ningún trazo
de él, era un fantasma, Suga se había transformado en un alma desaparecida. Mi desesperación fue
aumentando, entré en ansiedad, era como si mi mente pidiera a gritos encontrarlo. Quería encontrarlo, no
sabía por qué mi cuerpo y mente reaccionaba de esa manera, era como si él fuera mi droga. Estaba
desesperado por encontrarlo. Si fuera él, correría, porque puede que los policías se cansaran de buscarlo
pero yo jamás. Así que corre querido, corre porque yo te voy a alcanzar tarde que temprano. Oh sí, cuando
te encuentre vas a sufrir.

Por fortuna mi estrés se calmó al levantarme y ver el calendario, era el último día de clases. Finalmente el
largo verano llegaba al pequeño pueblo. Eso significaba que sólo este día tendría que soportarlo lo mejor
posible para luego salir y correr hacia la libertad. Observé las casas, ya no habían perros guardianes, ya no
habían cadenas ni trampas, tampoco cámaras. Era como si el lugar hubiera vuelto a cobrar vida, como si el
miedo y las tinieblas se hubieras dispersado lentamente. El miedo había terminado, eso era increíble.

Después de 2 años viviendo con terror, en menos unas semanas la gente ya volvía a suspirar aliviada.
¿Qué les sucede? Si yo fuera ellos jamás bajaría la guardia. ¿Iban a esperar a que alguien muriera antes de
volver a poner la guardia? La gente en serio sí que es extraña. Suspiré y observé el instituto a lo lejos,
había mucha gente caminando en las calles. Vi a un grupo de amigas que reían mientras se sacaban fotos y
se abrazaban. Vi a otro grupo de chicos que estaban en un convertible mientras gritaban "¡ÚLTIMO DÍA
DE CLASES!". Rodé los ojos, en serio a la gente no se le ocurría otra cosa que no fuera hacer escándalo.
Vaya que la sociedad y la humanidad es una mierda.

Finalmente me encontré frente al instituto, observé a todo el mundo, muchos estaban gritando, otros
brincando, unos llorando, incluso habían algunos chicos que llevaban papel higiénico a la mano y lo
estaban poniendo en los árboles y en la entrada. Vi al grupo de chicos de la clase de artes, las que me
habían intentado enfrentarme ayer, estaban sacándose fotos con algunos chicos. Suspiré y me di la vuelta
pero choqué con Hoseok. Él sonrió

— ¿Cómo va la vida Park? —Preguntó él

— Bien, feliz de que es el último día —Dije sonriente

— ¿Harás algo en vacaciones? —Preguntó él

— No tengo idea, tal vez me vaya de viaje

— ¡Cool! Yo me voy a Canadá

126
— ¿En serio? ¡Qué padre!

— Tal vez podemos vernos en Agosto

— ¿Ah sí? —Levanté una ceja y sonreí con maldad— ¿Y por qué querría verte?

— Te agrado demasiado —Hoseok me devolvió la misma sonrisa pícara

— ¿Y por qué estás tan seguro? —Crucé mis brazos

— Porque conmigo eres un encanto a comparación de los demás

— Eres un idiota

— Si Jimin, yo también te quiero

Reí con él, me rodeó con su brazo derecho y me pegó a él. Resoplé y me pellizcó la nariz, comenzamos a
caminar. La gente me observó entre fascinados y sorprendidos. ¿Qué? ¿No podía estar cerca de una
persona sin herirla? ¡Pues fíjense que sí puedo! Soy encantador con la gente con quien puedo sacar
provecho. Sólo si me sirven, si no, me da lo mismo.

— ¿Qué tienes ahorita? —Preguntó Hoseok

— Deportes, basquetbol

— Wow, yo quiero ver eso

— ¿Ver qué?

— El partido, debes ser rudo y sexy

— Soy perfecto querido —Le guiñé el ojo— Pero eso ya lo sabes

— Mrs. arrogante, ya llegamos al gimnasio

— Gracias señor mujeriego

Me despedí de Hoseok y entré al gimnasio. Entré a los vestidores de chicos y me quité la camisa y los
jeans. Cuando ya estuve cambiado salí, observé a Jin acercarse a mí con una radiante sonrisa. ¿Por qué
me agarra ya fuera de los vestidores y a punto de entrar al gimnasio?

— Hola Jimin —Dijo él sonriendo

— ¿Hola? —Pregunté en modo duda mientras una ceja

— Mira, seré breve —Jin suspiró— Nuestros problemas son estupideces, ya casi tenemos 18 años,
debemos comportarnos como tal

— Más bien, TÚ deberías madurar

127
— Sí, lo sé. Quiero hacer las paces contigo —Jin me extendió su mano— Olvidemos la competencia,
ambas sabemos que somos igual de buenos

"¿Desde cuándo hago competencia con él?"

"Te ve como su competencia"

— Bueno —Estreché su mano— Me alegro que por fin te dieras cuenta que... —Me detuve, ya debía ser
más dulce— Pues, que puedes estar a mi altura

— ¡Wow Minnie! —Jin sonrió— Creo que es lo más dulce que me has dicho

— Si —Sonreí con falsedad, realmente tenía ganas de vomitarle encima

— Bueno, nos vemos luego, querido—Jin sonrió y se fue

¿Querido? Bueno, entiendo que los piropos es algo a lo que estoy acostumbrado pero... ¿era necesaria
tanta amabilidad? ¿Qué sigue? ¿Terrón de azúcar? ¿Rosita fresita?

— Date prisa Minnie —Una chica rubia y de ojos verdes me observó sonriendo— Se hará tarde

— Perdón... ¿te conozco? —Pregunté secamente

— Oh perdón, soy la prima de Jin —La rubia se tensó— No quería molestarte

¿Prima de Jin? ¡Oh dios es perfecto! Puede mantenerme informada acerca de su padre y él. ¿Cómo nunca
antes había oído hablar de ella?

— No te disculpes —Le sonreí— Lamento si fui agresivo, no pretendía serlo. ¿Cómo te llamas?

— Natasha, mucho gusto —Me tendió su mano

— Mucho gusto Nat —Estreché su mano y le dediqué una radiante sonrisa

— ¿Eres bueno en básquet? —Preguntó ella mientras se ajustaba los shorts turquesa

— No sé, supongo que sí... eso creo, tal vez sólo parezco perro corriendo detrás de la pelota —Reí

— Oh ya veo —Natasha rio también— Tal vez podemos estar en el equipo

— ¡Yo encantado! —Dije mientras terminaba de ajustarme y acomodarme la ropa deportiva

— ¡Bien! —Natasha sonrió

— Por cierto Nat, se te ve muy bien el uniforme. Me sorprende que los chicos no estén babeando por ti,
eres mucho más que varios acá —Sonreí

— ¡Wow! ¿En serio piensas eso? —Los ojos de Natasha se iluminaron

— Sí —Me coloqué mis tenis— Tu cabello rubio encanta más que el negro de Jin. Te lo digo como chico,
aunque no me atraigan las mujeres, sé reconocer cuando son especialmente atractivas.

128
— ¡Gracias Jimin! ¡Oh dios eres un amor de persona! —Dijo Natasha mientras me abrazaba

— No hay de qué —Le devolví el abrazo

— ¡Vamos! Se hará tarde —Natasha comenzó a caminar hacia la salida

Guardé mis cosas y me coloqué junto a ella, podía sacar mucho provecho de esa chica. Lo que quiere es
atención, si se la ofrezco puedo obtener toda la información que quiero. Entramos y la profesora nos
recibió un poco molesta. Formamos los equipos y eligieron a Jin y a Natasha de capitanes, Natasha me
eligió a mí de inmediato. La abracé como si fuera mi mejor amiga favorita y chocamos palmas. Todos los
chicos me vieron boquiabiertas. Cuando el equipo se completó fingí hipocresía hacia las demás. Muchos
se mostraron dulces y sorprendidos de mi cambio de actitud.

Quizás si era encantador podría aprovechar mejor a las personas, así ganaba su confianza más rápido y
podría usarlas a mi antojo. Choqué palmas con todos y nos colocamos en posición. Cuando el partido
comenzó logramos organizarnos muy bien (gracias a mí y mis técnicas perfectas en el juego). Al final
terminamos 6—20 favor nuestro. Los chicos y chicas de mi equipo comenzaron a dar brincos y a chocar
palmas. Les seguí el juego aunque me daba repugnancia fingir ser un escandaloso.

— Buen juego, Jimin —Dijo Jin mientras sonreía

— Gracias Jin —Fingí un rubor inocente— Tú también jugaste bien

Las demás chicos se unieron y fuimos platicando. Ahí los chicos se fueron acercando a mí, decidí dar un
informe público. Así se irían con una buena perspectiva de mí.

— Chicos, ¿puedo decir algo? —Dije en voz alta

— ¡Pero claro bebé!

— ¡Te escuchamos!

— ¡Claro!

— Sip

— ¿Qué pasó Minnie?

— Bueno —Dije cuando todas se callaron— Quería disculparme con ustedes, sé que he sido una mala
persona pero la muerte de mi madre me afectó mucho. Tuve un año difícil pero no es pretexto para ser tan
rudo y seco con ustedes —Suspiré — Por favor perdónenme todos

Las chicas se abalanzaron sobre mí para abrazarme y consolarme. Dijeron que estaba bien y que me
perdonaban, que era un amor, tierno, que me adoraban... Yo recibí los cumplidos con timidez, aunque por
dentro estaba encantado. Salimos todas de los vestidores juntos mientras reíamos y platicábamos. Nos
dirigimos a clase de inglés. Me senté con el grupo de chicos "populares". Hoseok me observó sorprendido,
yo le sonreí y levanté los hombros.

129
El día fue bastante curioso, me había ganado a casi todo el instituto con mi encanto. En la cafetería todos
querían estar conmigo al igual que en el salón de clases. Digo, en serio es increíble la facilidad con la que
caen todos. Te dedicas a hacerles cumplidos y ya están locos por ti. Y si tienes a las chicas, los chicos por
default también se juntan. Soy astuto, de mente fría. Todo lo calculo. Si logro tener de mi lado al instituto
podría pasar desapercibido fácilmente, la gente me cubriría.

¡Ja! ¡Qué ingenua y débil es la gente!

Por fin el timbre sonó. La gente comenzó a gritar y a bailar. Las clases terminaron. Muchos se despidieron
de mí, fue algo realmente tonto. Con tan sólo decir: "Gracias a todos por darme una segunda chance, los
amo" y ruborizarme me fueron a abrazar y decir que me veía muy tierno.

— ¿Me vas a marcar, verdad Park? —Me preguntó Hoseok

—Tal vez —Dije mientras cerraba mi casillero

— ¿Al menos vas a pensarlo? —Volvió a insistir

— Tal vez —Repetí mientras le sonreía

— ¿Puedo abrazarte?

— Tal vez

Hoseok me dio un beso en la mejilla y me abrazó. Lo observé dirigirse a la salida mientras me decía adiós
con la mano. Le devolví el saludo. Observé el entorno y vi a la psicóloga en su consultorio, el director
estaba hablando con ella. La psicóloga volteó a ver por la ventana y me observó, el director hizo lo
mismo. Aparté la vista pero seguían viéndome. El director le dijo algo a la psicóloga y anotó algo. La
psicóloga asintió y agarró su teléfono. El director salió del consultorio y me saludó con la mano, sonreí y
lo saludé. El director borró su sonrisa y se alejó a paso rápido.

Terminé de despedirme y me dirigí a la salida. Observé rápido el consultorio y la psicóloga estaba


guardando su teléfono. Segundos después me llegó un mensaje de Namjoon:

"Tengo una cita, llegaré tarde, no me esperes"

Observé el consultorio, la psicóloga había hablado con mi hermano, estaba seguro. Natasha se acercó a mí
sonriente.

— ¿Nos veremos en el verano? —Preguntó

— ¡Claro! —Borré mi sonrisa poco a poco y suspiré

— ¿Todo bien, Jimin?

— Oh sí —Dije con voz triste— No pasa nada, no te preocupes

— ¿Te puedo ayudar con algo?

— Sí, pero... no quiero que te metas en problemas

130
— No te preocupes

— No Nat, en serio no —Dije con cara de súplica triste

— ¡Ay ya! Dime qué hago —Natasha sonrió

Bingo, logré mi objetivo. Sonreí por adentro y me acerqué a ella para susurrar

— Debo entrar al consultorio de la psicóloga... ¿crees que puedas distraerla? —Pregunté

— ¡Pfff pan comido! —Natasha sonrió

Me oculté y Natasha tocó la puerta del consultorio. La psicóloga asomó la cabeza, Natasha le dijo algo. La
psicóloga cerró la puerta y se alejó con Natasha a paso rápido. No perdí tiempo y entré corriendo al
consultorio. Cerré las cortinas y comencé a observar el entorno. Todo estaba bien organizado. Observé la
mesita y estaba anotado el número de mi hermano.

— Oh genial... ¿qué querrá decirle? —Pregunté en voz alta

Comencé a buscar mi portafolio, quizás ahí decía algo. Rebusqué en los cajones, nada. Me asomé un poco
por la ventana y vi a la psicóloga cruzando el patio. ¡Mierda! Me abalancé sobre el armario de vidrio y
comencé a buscar la letra P.

"Park"

Agarré mi portafolio y lo abrí pero las hojas sueltas se cayeron y se repartieron por todo el suelo.

— ¡ME LLEVA LA FREGADA! ¿ES EN SERIO? —Aullé mientras agarraba todos los papeles como
podía

Me levanté y metí los papeles dentro del portafolio, me asomé y vi que Natasha estaba hablando con la
psicóloga. Bien, tenía unos segundos más. Abrí el portafolio con cuidado mientras respiraba agitadamente.
Agarré la primera hoja, la leí pero no había gran cosa. Sin embargo mi vista se posó en una larga línea
subrayada con rojo.

"Posible trastorno sociópata"

Oí las voces más cercanas. Guardé la hoja como pude y la metí en el armario rápidamente. Aproveché que
la psicóloga estaba de espaldas y salí con cuidado. Natasha me observó y otra vez vio a la psicóloga.
Jeannette me observó fijamente, le sonreí

— Hola Jeannette —Sonreí

— Hola Jimin —Ella sonrió— ¿Ya te vas?

— Sí, esperaba a Natasha

Natasha sonrió, me despedí de la psicóloga y salimos juntos. Le agradecí y ella dijo que no había
problema, intercambiamos números y nos despedimos. Suspiré mientras observaba el cielo.

131
¿Posible trastorno sociópata? ¿En serio? ¿Yo sociópata? Bueno... no me sorprendería pero mi madre debió
saber algo. ¿O no? Creo que mejor no pienso en eso, no es momento. Finalmente decidí ir al centro de la
ciudad para despejar mi mente. Tomé el autobús y me senté hasta el fondo. Observé el entorno, todo
estaba tranquilo, la ciudad parecía la misma de siempre. Antes de que llegara Suga. La gente iba de un
lado a otro, todo estaba abierto, la gente vivía en paz.

El autobús se detuvo, bajé lentamente y quedé frente a la plaza principal. Aquí había sido el primer lugar
donde había buscado a Suga. Reí y sentí la nostalgia, en ese entonces no sabía exactamente a qué me
enfrentaba, o más bien... no estaba listo para tales acciones. El tacto de Suga sobre mi piel regresó a mi
mente provocando vibraciones en todo mi cuerpo, sonreí un poco mientras agitaba mi cabeza. Me senté
frente a la fuente y me acosté, pensé en muchas cosas. Observé las nubes, eran rosas y esponjadas, el cielo
era lila muy claro y algo anaranjado en el horizonte. Una banda de pájaros pasó frente a mí, sonreí, mi
madre amaba ver pasar a los pájaros.

Ella siempre me comprendió, ayudó y aconsejó. Fue la única persona a quien no le importó mi mal humor,
la única persona que me aceptaba tal cual era, extrovertido o anti-social, siempre decía que estaba bien.
Era la única persona en quien confiaba y ahora todo me recordaba a ella. Es torturador y desgarrador.
Quería olvidarla pero parecía que su fantasma me seguía sin piedad.

— ¿Jimin? —Oí una voz familiar

Me reincorporé como pude y observé el entorno. Mi vista se clavó en un chico sonriente frente a mí

— ¿Sean? —Pregunté levantando una ceja

— ¡Heyyy! —Dijo él saludando

Sí, Sean. El chico con quien me encontré la primera vez que vine aquí a buscar a Suga. Él me había
ofrecido ayuda pero le dije que estaba bien. Venía con una chica... Cathleen creo.

— ¿Cómo vas? —Sean se sentó junto a mí

— Bastante bien, gracias —Sonreí

— ¡Hola Jimin! —Saludó Cathleen llegando

— Hola Cath —Saludé de beso

— ¡Se acordó de mi nombre! Qué mono —Cathleen me sonrió

— ¿Qué haces aquí Minnie? ¿Otra vez perdido? —Bromeó Sean

— No, vine a relajarme, hoy salí de la escuela —Dije mientras suspiraba

— Nosotros igual —Dijo Cathleen con voz chillona

— ¿A qué instituto van? —Pregunté

— Al Greengor —Dijo Cathleen

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— ¿Al instituto de la ciudad? —Pregunté sorprendido

— Sí, de hecho de ahí venimos —Dijo Cathleen

— ¡Wow! Yo creí que eran pueblerinos —Bromee

— No, sería divertido pero no, vivimos en la gran ciudad —Explicó Sean

— ¿Y vienen aquí seguido? —Pregunté curioso

— No, sólo de compras o a pasar el rato. Amo el pueblo, es hermoso —Explicó Cathleen

— La verdad sí —Observé el entorno, era un pueblo bastante mono

— ¿Qué hay colina arriba? —Preguntó Sean señalando la ruta que iba hacia arriba

— Oh, más casas. Nosotros estamos en la "planta baja" por decir de un modo. Aquí está el instituto, los
restaurantes, el supermercado, las plazas etc..., colina arriba sólo hay un par de casas. Yo vivo colina
arriba —Dije feliz

— ¿Entonces puedes ver el pueblo desde tu ventana? —Sean abrió los ojos

— Completito —Dije orgulloso y asentí

— ¡Oh, lo que daría por tener una vista así! —Cath suspiró

— ¿Ustedes dónde viven? —Pregunté

— ¿Ya has ido a la ciudad? —Preguntó Sean

— Sí, el verano pasado

— Oh bueno, mira —Cath tomó la palabra— al llegar a la ciudad llegas a una gran avenida, luego hay una
glorieta cerca de un edifico bancario —Asentí— Justo a la derecha hay un parque y frente a ese parque
hay una casa blanca con toques plateados

— ¿La que tiene una casa de perrito fuera? —Pregunté

— ¡Esa misma! ¿La conoces? —Preguntó Cath

— ¡Pero claro! Mi madre siempre admiraba esa casa. ¿Es la suya?

— ¡Siii!

— ¡Qué increíble!

— ¿Tienes 17 verdad Jimin? —Preguntó Sean

— Sí, los cumplí en Octubre

— Ya veo, tienes la edad de Sean —Cathleen observó a su hermano

133
— ¿Tú qué edad tienes? —Le pregunté a Cathleen

— 19 —Dijo él con una radiante sonrisa

— ¿Y acabas de salir del instituto? ¿No deberías estar en la universidad? —Pregunté

— Sí pero tuve que repetir año debido a la mudanza

— Oh lo lamento

— Está bien, ya ingreso a la universidad en Septiembre

— Y yo hago mi último año de preparatoria —Sean suspiró

— Yay, somos dos —Choqué palmas

— ¿Tienes teléfono Jimin? —Preguntó Cathleen

— Oh sí

— ¿Me lo puedes dar? —Preguntó Cath de nuevo sonriente

— Claro, te lo anoto —Dije mientras sacaba mi cuaderno y una pluma

— Así tu madre podrá venir a ver la casa algún día —Cathleen sonrió

Sentí una punzada en el estómago. Terminé de garabatear mi número y se lo di a Cathleen con la mano
temblorosa. Ella me observó fijamente.

— ¿Todo bien? —Preguntó suavemente

— Sí, es sólo que —Tomé aire— M—mi madre murió hace unos meses…

— Oh mi —Cathleen se tapó la boca— Yo lo siento, de veras lo siento

— No te preocupes —Sonreí falsamente

— Oye Jimin una pregunta —Sean me observó— ¿Conoces a Natasha Willow?

— ¿Natasha Willow? ¿Una chica rubia y ojos verdes? —Pregunté

— Sí, esa misma —Dijo Sean

— Si... ¿por? —Pregunté

— Nada más, es que es la prima de Jin, el hijo del alguacil. Mi madre tiene algunos problemas con ella —
Dijo Sean

— ¿Hizo algo malo? —Levanté una ceja

— Deberías preguntarle —Cathleen me observó fijamente— Pregúntale por nosotros

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— Bueno, lo haré cuando pueda —Dije no muy confiado

— Bueno Minnie, nos tenemos que ir. Fue un gusto vernos de nuevo —Dijo Sean

— Nos vemos —Me despedí también de Cathleen

¿Natasha, Sean, Cathleen y Jin estaban relacionados? ¿Cómo podían estar relacionados? Si Natasha no me
daba una explicación podría manipular fácilmente a Cathleen y a Sean para decirme qué pasaba. Quizás
no era algo grave pero por la manera en que la mencionaron y hablaron de él, parece que algo realmente
grave pasó. La pregunta es qué sucedió.

Observé mi teléfono, ya era hora de regresar a casa, si no, Namjoon me mataba. Me monté al autobús de
nuevo. La noche cayó rápidamente, las calles se iluminaron, la gente seguía paseándose. La suave brisa se
colaba por la ventana y levantaba mi cabello, se sentía bien. Bajé en la parada más cercana y volé a casa.
Me detuve para admirar rápidamente el parque, suspiré y toqué el timbre. Namjoon abrió y me observó un
poco molesto.

— Fue el último día, no puedes culparme —Levanté los brazos

— Bien —Namjoon abrió más la puerta para que pasara— Tenemos que hablar Minnie

— ¿Es algo grave? —Pregunté mientras lo observaba fijamente

— Siéntate —Namjoon señaló el sofá

Me senté lentamente, Namjoon parecía nervioso, sus manos temblaban y su mirada estaba un poco
perdida. Sudaba, se mordía un poco el labio y no dejaba en paz sus piernas ni sus manos. Se sentó frente a
mí y se rascó la nuca, algo muy típico de él cuando se ponía nervioso.

— M-mira, realmente no sé cómo empezar —Dijo él

—Sólo dilo y ya —Dije impaciente, me ponía nervioso que él se pusiera nervioso

— Las cosas han cambiado últimamente, fui a tu instituto y hablé con la psicóloga

— Aja... ¿y luego? —Esto no me daba buena espina

— Y bueno, platicamos y me contó que era probable que el entorno te afectara de un cierto modo, que
quizás sería bueno distanciarte un poco de este pueblo —Dijo Namjoon

— ¿Me vas a enviar a un campamento de verano? —Levanté una ceja

— Sí —Dijo él

— Oh dios, esto es fatal —Tapé mi cara

— Y bueno, también pensaba dejar, esta casa... —Namjoon tembló un poco

— ¿Por lo que pasó en esta casa? —Pregunté

— S-sí —Namjoon se volvió a rascar la nuca— Te haría bien un cambio de aires

135
— Bueno, no estoy muy de acuerdo con cambiarme de casa pero mientras sigamos estando cerca del
instituto no hay problema —Dije mientras cruzaba mis piernas

— E-ese es el problema J-Jimin —Namjoon me observó fijamente

— Explícate —Dije seco y molesto, me asustaba a donde iba la conversación

— No sólo nos cambiaremos de casa —Namjoon me clavó la mirada— Nos iremos

— ¿A qué te refieres con que nos iremos? —Pregunté aterrado

— Nos iremos, de este pueblo... para siempre

136
Capítulo 13. “Encuentros accidentales”

"Nos iremos, de este pueblo...para siempre"

Parpadee mientras mi cerebro trataba de asimilar la frase, todo en mí comenzó a enloquecer, mis
pensamientos, planes, ideas... todo se fue a la mierda. Abrí la boca pero no podía hablar

— ¿Jimin? —Namjoon me observó

— ¿Esto tiene algo que ver conmigo? —Pregunté entrecortado mientras tragaba saliva

— No, no —Namjoon agarró mis brazos— Esto lo hago por nosotros

— ¿Esto es porque tengo tendencias sociópatas? —Le clavé la mirada

Namjoon me observó fijamente. Solté una risa seca mientras volteaba a otro lado, abrí ligeramente la boca
mientras pensaba en qué decir. Esto no podía estar pasando, no después de estar tan cerca de Suga, de mi
venganza. ¡No podía pasarme esto!

— No nos iremos —Dije finalmente— Ya soy querido en la escuela, no puedo irme

— Este ambiente te hace daño Minnie —Namjoon me observó— Y hay un asesino

— Ha estado ausente —Dije mientras lo observaba sacando chispas por los ojos

— Nos iremos —Dijo Namjoon severo— Comenzaremos de nuevo

— ¡No, basta! —Me levanté bruscamente— ¡NO ME IRÉ DE AQUÍ!

— ¿POR QUÉ QUIERES QUEDARTE? —Namjoon se levantó también con brusquedad

— PORQUE AQUÍ TENGO COSAS QUE FINALIZAR—Grité

— ¡BAJA ESE TONO! —Namjoon levantó la voz

— NO ME DICES QUÉ HACER —Me acerqué a él lo suficiente para sentir su aliento en mi rostro— ¡No
me iré de aquí, nunca, y no me obligarás!

— Puedo hacerlo —Namjoon me clavó la mirada— Y lo haré

— No me quitarás esto —Me alejé— ¡NUNCA!

— ¿QUÉ TE SUCEDE? —Soltó Namjoon— ¿QUÉ TIENE DE BUENO ESTE LUGAR?

— ¡NO LO ENTIENDES! —Me jalé el cabello

— ¡EXPLÍCAME! ¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE PARA TÍ ESTE LUGAR?

137
— ¡PORQUE ME QUIERO VENGAR! —Grité— ¡QUIERO MATAR A SUGA!

— ¿Qué? —Namjoon agitó la cabeza— ¿Qué estupideces dices?

— YA LO HE VISTO, NO ME IRÉ SIN APUÑALARLO, YO VENGARÉ A MAMÁ

— ¡ESTÁS LOCO!

— ¿LOCO? —Agarré un cuchillo y lo apunté— ¿ME LLAMASTE LOCO?

— Baja ese cuchillo —Namjoon palideció

— ¿Por qué lo haría? —Comencé a avanzar lentamente hacia mi hermano

— Jimin, baja ese cuchillo —Namjoon retrocedió

Bajé el cuchillo lentamente y agité mi cabeza, observé el cuchillo. Lo dejé caer al suelo mientras asimilaba
lo que estaba haciendo. ¿Qué demonios me sucedía? Temblé un poco y observé a Namjoon

— Y-yo, perdón —Dije mientras veía a Namjoon alejarse

— Estás demente —Namjoon retrocedió— Nos iremos de este lugar

— ¡NO! ¡NAMJOON POR FAVOR! —Aullé mientras lo agarraba del brazo

— ¡SUÉLTAME! —Namjoon se zafó— ¡NO ES PRETEXTO! ¡NOS IREMOS!

— ¡TE ODIO! —Grité con todo mi pulmón— ¡TE ODIO MALDITA SEA!

Le di una bofetada a mi hermano, él se tocó la mejilla y me observó furioso. Trató de agarrarme pero le di
una patada, observé la ventana

— ¡PARK JIMIN! —Rugió mi hermano

— Lo siento —Dije mientras lo empujaba lejos de mí, me trepé a la ventana— Déjame solo

— ¡MINNIE! —Namjoon trató de agarrarme

Brinqué y caí en seco al suelo, me levanté y comencé a correr, lo más rápido que podía. Sentí mi corazón
golpearme el pecho, aceleré el ritmo, pasé rápidamente el parque y bajé corriendo la colina. Sentí la falta
de aire pero no me importó, seguí acelerando el ritmo. Me detuve cuando casi caigo rodando, me resbalé y
caí al suelo en seco.

— Auch —Dije mientras sobaba mis piernas

Me levanté y comencé a caminar con la mirada perdida. Había estado a punto de matar a mi hermano... lo
peor es que quería hacerlo. Quería matarlo. Me golpee en la cabeza varias veces, estaba perdiendo la
razón, a este ritmo terminaría en un manicomio o en los carteles de "se busca" por volverme el asesino del
año. Respiré hondo y seguí pensando en muchas cosas. ¿Cómo vería a Namjoon a los ojos después? Él no
volvería a confiar en mí, necesitaba un plan.

138
Eso me pasa por loco explosivo, realmente la granada que tengo dentro rara vez se va a los extremos.
Cuando eso sucede es cuando golpeo a la gente, aunque a veces pienso en matarla. Bueno, siempre pienso
en matar a todos pero nunca había hecho algo serio, ni siquiera lo había intentado.

Yo mato a las personas en mi mente

Agité mi cabeza y alejé los pensamientos, yo puede que estuviera loco en cierto modo pero NO SOY UN
ASESINO. No me gustaría matar gente en el fondo, le tengo cierta sensibilidad a la sangre excesiva. Sólo
para satisfacer mi deseo de venganza puedo aguantar un poco, pero tampoco voy al estilo Jack el
destripador o Jason de viernes 13. Ellos sí están realmente locos. No, yo sólo con algunas puñaladas al
corazón o un poco de tortura física puedo morir feliz. Que es de hecho lo que planeaba hacer con Suga.

Me paré bruscamente y observé el entorno. Estaba en la carretera. ¿En qué momento atravesé el instituto y
los límites del pueblo? Suspiré, estaba bastante oscuro, no había luz, sólo la luna que parecía sonreír como
gato en el lúgubre cielo carente de estrellas Observé el pavimento húmedo de la carretera y el bosque a
unos cuantos metros a mi izquierda, quizás me relajara un poco si entraba en contacto con la madre
naturaleza.

— Oh sí, madre naturaleza, allá voy —Dije en un suspiro

Salí de la carretera y comencé a caminar entre los árboles frondosos, oía a los búhos y a los grillos. Me
abracé a mí mismo y seguí caminando, seguro parecía una sombra moviéndose cautelosamente. Llegué a
un claro, nunca antes lo había visto. Observé el cielo y parecía abrirse como un ojo, me tumbé en el pasto
y observé la luna y las nubes pasar.

— Realmente la luna me recuerda a ti —Dije en un susurro— Con tu maldita sonrisa arrogante

"Que estrés contigo Jimin, todo te recuerda a Suga"

"Lo sé, es triste"

"La locura se contagia"

"Cierto"

Desde que comencé a obsesionarme con Suga y la venganza mis pensamientos se volvieron más
sanguinarios y un poco locos. Sin darme cuenta estaba cayendo en el juego de Suga, me estaba
enloqueciendo lentamente. ¡Qué estúpido soy por no darme cuenta! Me sacudí el pasto del pelo y la ropa y
me levanté.

Comencé a caminar de regreso, quizás podría entrar a la casa por el árbol y así evitaría a Namjoon,
francamente no quería verlo, sería bastante incómodo y yo quería estar tranquilo. Tengo la impresión de
que si pierdo un poco el control podría hacer algo de lo cual lamentaría toda mi vida. Observé el entorno,
todo lucía exactamente igual, los mismos árboles, las mismas piedras. Seguí caminando pero me frené al
ver que había regresado de nuevo al claro.

— Oh genial —Refunfuñé y traté por otra ruta— No es momento de perderte Jimin

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Seguí caminando pero mientras más avanzaba, el bosque se tornaba más confuso, los árboles se pegaban
más los unos a los otros y era casi imposible ver el cielo. Caminé pero mi pie se atoró con una rama,
resbalé y caí en seco al suelo. Pegué un grito al ver que estaba cerca de un barranco. Traté de levantarme
como pude pero volví a resbalar. Me agarré de una rama

— ¡No! —Grité mientras sentía mis piernas en el vacío

Todo en mí se estremeció, bajé la vista pero no veía nada, no sabía qué tan larga era la caída. Comencé a
patalear, mis brazos comenzaban a cansarse. Sentí las lágrimas apoderarse de mis ojos

— ¡ALGUIEN AYUDEME POR FAVOR! —Rogué

Sollocé al no oír nada, me seguí resbalando pese a mi esfuerzo. Traté de reincorporarme pero mis brazos
no aguantaban más. Sollocé con fuerza y apreté mis ojos, mis piernas se entumecieron. Observé el árbol y
tomé aire

— Maldita sea, todo por una estúpido venganza —Susurré

Mordiendo mi labio y con los ojos llorosos fui soltando la rama lentamente hasta soltarla por completo.
Pegué un fuerte grito y cerré los ojos al sentir el vacío. Los abrí de nuevo y volví a gritar hasta que sentí
algo helado recorrerme. Reaccioné y vi que estaba en el agua. Salí mientras tomaba una enorme bocanada
de aire. Estaba en un río. Observé el cielo y admiré la montaña de la cual había caído. Nadé temblando
como gato a la orilla, tosí y me abracé a mí mismo mientras temblaba con fuerza. Me calenté las manos y
me froté toda con las palmas de mis manos.

Esperé un largo rato hasta que mi cuerpo pasó de temblar como gelatina a temblar moderadamente. Me
levanté lentamente y observé el entorno, ahora los árboles estaban más separados y se podía apreciar
mejor el cielo. Avancé en línea recta con la esperanza de encontrar algo o a alguien, aún no podía creer
que me hubiera caído en un lago salvando mi vida. Suspiré, ahora ya estaba casi seco y ya no temblaba
como antes, salía un poco de vaho por mi boca.

— ¡OH DIOS GRACIAS! —Aullé de felicidad al ver la carretera a lo lejos

Corrí hacia él pero me detuve en seco al ver una casa de madera a lo lejos, estaba muy bien oculta, casi no
se podía ver. Quizás podía pasar la noche ahí sin problemas y al día siguiente caminar a casa, al menos así
evitaría a Namjoon hasta el día siguiente. Me desvié y comencé a caminar hacia el pequeño casa de
madera, trepé unos árboles para seguir caminando y me tuve que arrastrar un poco. Finalmente llegué a la
puerta, las ventanas eran grises, llenas de polvo. Me asomé pero no vi casi nada, sólo unas cuantas cosas
pero no podía definir qué eran debido a la oscuridad.

Regresé de nuevo a la puerta y traté de abrirla pero estaba cerrada con llave

—Tienen que estar bromeando —Dije de mala gana

Me apoyé en la puerta y comencé a empujar con fuerza, giré la manija y traté en todos los sentidos. Me
comencé a frustrar, finalmente empujé con fuerza y la puerta se abrió, una nube de polvo se levantó.
Estornudé con fuerza y tosí un poco, entré a la casa. Caminé a oscuras hasta que sentí algo en mi frente, lo

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agarré con mis manos y parecía una correa de metal, la jalé e inmediatamente la habitación se iluminó. Me
quedé helado.

Frente a mi había una mesa con cuchillos de todo tipo de tamaños y formas bien acomodados. Retrocedí
un poco y choqué con algo duro, pegué un grito. Eran esposas, látigos, encendedores y cuerdas. Retrocedí
y sentí que pisé algo más. Bajé la vista y eran cadenas, las seguí y vi que había rifles colgados en la pared.
Todo el aliento se me fue al ver que había manchas de sangre por todos lados, ya estaba seca pero se
notaba que era sangre. Me acerqué a la mesa y observé plumas de colores.

— ¿Plumas? —Dije en voz baja

Observé debajo de la mesa y vi pegamento, tijeras y cartón. Saqué la bolsa y vi que al fondo había
máscaras de carnaval. Muchas, muchas máscaras de carnaval. Metí la bolsa de nuevo en su lugar y me
tapé la boca

— Oh dios, encontré su escondite —No sabía si emocionarme o asustarme— ¡LO ENCONTRÉ!

Caminé un poco y vi una pequeña cocina y una silla. Caminé por un pequeño pasillo, una puerta estaba
hasta el fondo, la abrí y vi que había una cama bien tendida, encima había una sudadera negra, otra gris y
una segunda negra. Observé la pared y vi unas camisetas colgadas. Entré sigilosamente, había un poco de
ropa y un cuchillo grande y brillante. Lo agarré en mi mano y lo observé fijamente. Escuché unos ruidos.
Salí corriendo de la recámara y me dirigí a la puerta pero vi la manija moviéndose.

Abrí mucho los ojos y vi un armario, no dudé en entrar. Observé por la fina ranura, mi respiración se
cortó. Oí la puerta cerrarse y escuché unos pasos. Me acomodé hasta atrás y me tapé la boca.

Observé a penas una silueta moverse por la habitación. Oí unos pequeños golpes y unos pasos alejarse.

Abrí el armario, estaba solo. Salí delicadamente y fui de puntitas a la puerta, traté de abrirla pero crujió.
Cerré los ojos y abrí otro poco pero el crujido chillón era insoportable. Tomé aire y abrí un poco más,
cuando escuché de nuevo los pasos abrí completamente la puerta. Avancé para salir corriendo pero sentí
que me jalaron por detrás, ahogué un grito y caí al suelo. La puerta se cerró. Me di la vuelta y retrocedí
arrastrándome.

Y sí. Suga estaba frente a mí, seguía igual. Observé sus ojos, parecían negros, su pecho subía y bajaba
rápidamente y apretaba el cuchillo con su mano con mucha fuerza, los nudillos de sus dedos eran blancos.
Temblé, era realmente aterrador.

— ¿Qué estás haciendo aquí? —Preguntó Suga con voz helada y sombría

— Esto es un encuentro accidental —Susurré aterrado— Te juro por lo que más quieras que llegué aquí
por pura casualidad

Suga seguía con la misma mirada asesina, se acercó a mí y me levantó del cabello.

— ¡SUELTAME! ¡ME LASTIMAS! —Chillé— ¡SUELTA TE DIGO!

Traté de patear a Suga pero me aventó con brusquedad al suelo, traté de arrastrarme pero me jaló de los
tobillos. Solté un grito y comencé a patalear

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— ¡BASTA! ¡SUELTAME! —Aullé, Suga levantó un hacha— ¡NO, POR FAVOR NO!

— ¡CIERRA LA BOCA! —Rugió

No iba a morir, hoy no muerte, hoy no. Observé el entorno rápidamente, vi un cuchillo no muy lejos, lo
agarré y traté de darle a Suga pero él se movió. Aproveché y me levanté, apreté el cuchillo y lo apunté. Él
sonrió y en un ágil movimiento torció mi brazo y me quitó el cuchillo. Me abalancé encima de las armas,
agarré la pistola y lo apunté. Suga levantó las manos

— Aléjate de mí —Dije frívolo

— ¿O qué? —Soltó Suga secamente

— Podría matarte —Lo apunté a la cara

— No vas a hacerlo —Dijo él suspirando

— ¿Cómo estás tan seguro?

— Porque te gusto demasiado —Sonrió con arrogancia

Bajé un poco el arma y lo observé detenidamente, Suga en un movimiento rápido golpeó mi brazo y me
arrebató el arma, ahogué un grito cuando me agarró de la cintura y me pegó a él, mi espalda chocó con su
pecho con cierta brusquedad. Suga colocó su cuchillo en mi garganta

— ¡ESPERA! —Grité— ¡NO ME MATES!

—Dame una buena razón para no hacerlo estúpido mocoso —Dijo Suga con frialdad

— Por favor, haré lo que sea... lo que sea... por favor —Supliqué

— ¿Tan aferrado a la vida estás? —Suga rio con sequedad

— Digamos que tengo asuntos pendientes —Dije con voz corta

— ¿Conmigo? —Suga deslizó el cuchillo hasta mi barbilla

— No, con otras personas —Mentí

Suga clavó un poco el cuchillo en mi barbilla, sentí el picor. Suga me dio vuelta bruscamente, me clavó
sus bellos ojos. Puso el cuchillo en mi boca y lo deslizó suavemente, noté que observó con cierto deseo
mis labios. ¿Pensaría en besarme?

Suga se quedó callado viéndome fijamente, comenzó a murmullar cosas y a moverse un poco por la
habitación. Finalmente se frenó y me volvió a apuntar con su cuchillo, me puse tieso.

— Si te dejo vivir pequeño mocoso —Dirigió el cuchillo a un botón de mi camiseta y lo zafó— Tendrás
que ayudarme en algo muy especial

— ¿En qué? —Pregunté tembloroso

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— ¿Aceptas o no? —Preguntó Suga con brusquedad, pegué un brinco

— Acepto —Dije después de una breve pausa

—Bien mocoso —Suga zafó otro botón de mi camiseta, parte de mi pecho blanco comenzó a asomarse—
Si no cumples tu promesa yo mismo te mataré, a ti y a todos tus seres queridos

— Buena suerte con eso —Sonreí con malicia— La única persona que quería está muerta

— Ya veremos si opinas lo mismo cuando los veas desangrándose frente a ti, dudo que puedas soportarlo
—Suga sonrió— Y de todos modos también te mataré, te torturaré de la manera más sádica, inhumana y
sangrienta posible... ¿entiendes mocoso?

— Comprendo —Mí voz salió más firme

— Me alegro, y si tratas de ir con la policía...

— ¿Me ves cara de idiota? —Levanté una ceja

— Si vas con la policía no tendrás oportunidad de librarte de mí —Retomó ignorando mi comentario

— Bien —Dije con cierta arrogancia

Bajé la vista y vi que mi camiseta de botones estaba completamente desabrochada. Resoplé y le clavé la
vista a Suga, él sonrió.

— ¿Me vas a drenar? —Pregunté un poco preocupado.

— No, sólo quería ver el estado de tu cuerpo —Dijo él mientras guardaba su cuchillo

— Gracias, me alegro tanto que te preocupes por mí —Contesté sarcástico

—Oh sí, como tú lo eres todo en mi vida —Respondió Suga también con sarcasmo

— ¿Ahora me vas a decir en qué debo ayudarte? —Comencé a abrochar de nuevo mi camiseta pero la
mayoría de los botones se habían zafado

— Lo sabrás con el tiempo —Suga se alejó un poco

— Bueno, gracias por tu generosidad —Traté que no sonara en tono de burla— Estaré en mi casa y...—

— Hey, Hey, Hey alto ahí —Suga me tomó del brazo— ¿No creerás que voy a dejarte salir, verdad?

— ¿Crees que escaparé o iré con la policía? —Pregunté "dolido"

— No trates de engañarme bonito, no te quitaré la vista de encima ni un segundo

— Necesito ropa

— Duerme desnudo

— No gracias —Sonreí con falsedad

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— No me interesa tu comodidad, te quedarás aquí hasta que confíe en que no harás nada estúpido

— Te propongo algo —Me crucé de brazos— Si digo una sola palabra o sospechas que te estoy
traicionando, puedes matarme enseguida. Te dejaré torturarme, drenarme... lo que sea —Suga levantó una
ceja— Y es más, te doy mi dirección. ¿Tienes pluma?

— Tengo buena memoria

— Bueno... ¿ubicas el parque? ¿El que está colina arriba?

— Perfectamente

— Bueno hay una casa...

— Lo sé, ahí fui a matar a tu madre ¿recuerdas? —Suga sonrió

Borré mi sonrisa.

Respiré hondo, debía fingir que eso no me importaba más para ganar más rápido su confianza. Volví a
sonreír lentamente

— Lo sé, entonces no necesitas direcciones

— En lo absoluto

— Bien, te doy mi palabra

— ¿Tienes alguna manera de demostrar tu sinceridad?

— Supongo que tienes que confiar en mí, querido asesino. O puedo hacer un pacto de sangre

— Qué estúpido eres

— Era sarcasmo idio... Suga —Me tragué el insulto, no creo que le guste que le diga idiota

— Bien, supongo que soy un tremendo idiota, pero confiaré en ti mocoso

—No me digas mocoso

— ¿Pequeño estúpido?

— No, tampoco

— ¿Niñito?

— Hablo en serio, no es gracioso

— Bien, te diré mocoso

—Wow, muy original

— Ya cierra la boca pequeño y estúpido mocoso

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Puse los ojos en blanco. Observé la puerta con cierta nostalgia

— ¿Sabes al menos cómo regresar al pueblo? —Preguntó Suga riendo

— No, pero confío en mi instinto

— ¿El mismo que te trajo a este enorme lío?

— Bien, como no tienes coche no puedo pedirte que me lleves así que... —Levanté los hombros

— O simplemente puedo darte la ruta —Suga suspiró

— ¿En serio? —Lo voltee a ver sorprendido

—Sólo si me das tu ropa —La señaló con su cuchillo y sonrió

Puse los ojos en blanco, me desabroché la camisa y se la aventé, él la atrapó y la olió.

—Gracias —Dijo con una sonrisa traviesa. —Tus pantalones también.

Resoplé y también me quité los jeans que aventé. Él esbozó otra sonrisa.

— Bien... ¿ahora me dices cómo? —Me tapé con mis brazos

— Vas a llegar a la carretera. Te vas todo derecho hasta que veas un cartel rojo, te das vuelta a la derecha.
Si sigues todo derecho llegarás a la plaza central

— Gracias

Suspiré, me acerqué a la puerta y la abrí. Hacía un frío del demonio. La cerré de nuevo y observé a Suga
que estaba afilando su cuchillo tranquilamente.

— ¿No te ibas a ir? —Preguntó él sin verme

— ¿P-puedo quedarme? —Tartamudee

— ¿Por? —Me volteó a ver

— Hace frío y sinceramente no quiero morir de hipotermia

— Deberías empezar por quitarte la ropa mojada —Se burló

— Sí, y caminaré desnudo por la carretera, ¿por qué no?

Suga suspiró, desapareció en el pasillo que llevaba a la recámara, observé todos los cuchillos y las cosas
posadas en la mesa. ¿Para qué querría látigos el tipo este? ¿O esposas? ¿Qué acaso le gustaba el
sadomasoquismo? ¿O era un sádico total?

— Ten —Suga me aventó una sudadera negra, la atrapé

— Gracias —Dije un poco sorprendido

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Suga me ignoró y siguió afilando sus cuchillos. Me di la vuelta y me puse la sudadera que me llegaba un
poco más arriba de las rodillas. Bueno, era algo. La olí: olía a una loción masculina exquisita, dulce, con
un olor penetrante…

¿Qué estoy haciendo?

Calenté de nuevo mis manos frotándolas entre sí y observé a Suga fijamente. Parecía tranquilo, bastante
atento a lo que hacía. Pensé en acercarme pero no sería tan buena idea, me senté en la silla en silencio y lo
observé desde la distancia.

— ¿Nunca te quitas la máscara? —Pregunté

— No cuando hay gente cerca —Respondió

— Oh —Me sentí como un completo estúpido

Seguí observando el entorno, me acerqué a los látigos de cuero colgados en la pared y los toqué
suavemente. Observé también las esposas, era un poco tétrico.

— Yo no uso esas cosas, ya estaban ahí —Suga estaba junto a mí

— Qué bueno —Contesté aliviado

— Aunque no tendría problemas en usarlas —Tocó el látigo— Pero no soy fan de azotar a mis víctimas

No respondí. Bajé la mirada, era extraño que me sintiera tan tranquilo aun sabiendo que estaba con el
asesino de mi madre a pocos centímetros de mí. Me froté un poco los brazos y me senté en la silla, me
apoyé en mi codo y comencé a cerrar los ojos, moría de sueño

— ¿Así vas a dormir? —Oí la voz de Suga con burla

— Sí —Dije sin abrir los ojos

— ¿No prefieres en la cama?

— ¿Dónde vas a dormir tú? —Abrí los ojos

— En el sofá

¿Había un sofá? Nunca la había visto pero...bueno, no pasa nada

— Bueno —Dije tras unos segundos en silencio

Me levanté y caminé por el pasillo, entré al cuarto y cerré la puerta suavemente, me senté en la cama y
poco a poco me fui acostando. Observé las sudaderas colgadas encima de mí, las toqué suavemente, sonreí
un poco y me metí entre las cobijas.

"Wow, estoy con Suga"

"¡Qué cool! ¡Y qué miedo!"

146
"¿Realmente me dejará vivir?"

"Lo hará, te necesita para algo"

"No sé qué es... ¿y si me pide matar con él?"

"Gana su confianza, sedúcelo y luego mátalo"

"Suena divertido"

"Este plan no podía salir más perfecto"

Cerré los ojos y me acurruqué, una sonrisa maliciosa se formó en mis labios lentamente.

Definitivamente este plan no podía ser más perfecto

147
Capítulo 14. "Oscuro pasado"

[Suga POV]

Después de una plácida matanza decidí regresar a mi escondite. Atravesé la carretera sigilosamente, había
unos policías pero realmente no me importó. Me escabullí en los árboles con el cuchillo en la mano y
seguí caminando hasta que finalmente llegué a la carretera cerrada. No pasó mucho tiempo antes de que
visualizara la cabaña a lo lejos, levanté una ceja.

La luz estaba prendida

¿Por qué coño estaba la luz prendida?

Resoplé molesto y me acerqué rápidamente, ya no tenía seguro la puerta. Entré, las cosas estaban bien
pero algo no me daba buena espina. Caminé y entré a mi habitación y la observé. No había señal de vida.
Creí que había sido un error mío hasta que oí el crujido de la puerta. Pensé que era el viento hasta que oí el
chirrido con demasiada fuerza. Agarré mi cuchillo y salí, me quedé helado al ver a un chico abriendo
delicadamente la puerta. Sentí un enojo incontrolable, agarré al chico por la cintura y lo jalé. El chico cayó
al suelo y se arrastró fuera de mi alcance.

Abrí mucho los ojos al ver que era el mismo mocoso de siempre... ¿qué hacía ese niño aquí? ¿Me habrá
seguido? ¿Tan obsesionado está conmigo? Pensé en qué decir, realmente estaba impresionado.

— ¿Qué haces aquí? —Dije de la manera más amenazante posible

— Esto es un encuentro accidental —El mocoso realmente parecía asustado— Te juro por lo que más
quieras que llegué aquí por pura casualidad

Nunca antes me habían sacado de mis casillas de este modo. Agarré al estúpido niño del cabello y lo
levanté. Él gritó que me detuviera, la lancé con toda mis fuerzas al suelo, trató de huir pero lo jalé de los
tobillos, él comenzó a gritar. Una sonrisa se dibujó en mi rostro, amaba oír a mis víctimas gritar y suplicar
por sus miserables vidas.

En un imprevisto el estúpido niño agarró un cuchillo y trató de darme pero me moví, el niñito se levantó
de golpe y me apuntó con el cuchillo. ¿Es en serio? Agarré su brazo y lo torcí, le arrebaté el cuchillo
fácilmente. Creí que había ganado pero el muy astuto agarró un arma y me apuntó

— Aléjate de mí —Dijo con frialdad, sentí un escalofrío, tenía ojos de un demente

— ¿O qué? —Quería provocarlo, dudaba que realmente disparara

— Podría matarte —Él sonrió y me apuntó a la cara con la pistola

— No vas a hacerlo —Suspiré fatigado, ¿hasta dónde era capaz de llegar este mocoso?

148
— ¿Cómo estás tan seguro? —Dijo él amenazante

— Porque te gusto demasiado —Sonreí con arrogancia.

El mocoso bajó un poco el arma, seguro su pequeño cerebro patético tardaba en procesar mi frase. Me
acerqué y en un ágil movimiento golpee su brazo y le arrebaté el arma, lo agarré de la cintura y lo pegué a
mí mientras ponía mi cuchillo en su fino y apetecible cuello. Él forcejeó

— ¡ESPERA! —Gritó— ¡NO ME MATES!

— Dame una buena razón para no hacerlo —Estaba fastidiado y muy molesto... ¿por qué aún no lo
mataba?

— Por favor, haré lo que sea... lo que sea... por favor —Suplicó el estúpido niño

— ¿Tan aferrado a la vida estás? —Me sorprendía, ese niño tenía cara de "odio la vida"

— Digamos que tengo asuntos pendientes —Dijo el pequeño niño con voz corta

— ¿Conmigo? —Deslicé mi cuchillo a su barbilla que temblaba

— No, con otras personas —Dijo el mocoso

Clavé un poco el cuchillo en su barbilla, sentí su estremecimiento. La di la vuelta bruscamente, él me


observó un poco asustado y me clavó sus ojos. Lo observé con detenimiento. No era un chico feo, de
hecho sería un chico perfecto con esa palidez y esos labios gruesos y tentadores... coloqué mi cuchillo en
sus labios y lo deslicé con la intención de hacerle un corte pero al final no lo hice, observé sus labios, rojos
como la sangre. Era excitante.

Finalmente después de llegar a un acuerdo, decidí dejarlo vivir, realmente sacaba provecho de él. Podría
ayudarme con mi pequeño asunto. Sólo necesitaba...perfeccionarlo un poco más.

Después de evitar que se fuera quedándome con su camiseta y jeans el estúpido niño se fue a acostar.
Cuando escuché la puerta de cuarto cerrarse suspiré cansado, me senté en la silla que anteriormente él se
había sentado y me quité la máscara. Me pasé la mano por el cabello y me tapé el rostro, deslicé
lentamente mis manos y las deposité en mis rodillas.

Me apoyé en mis codos y observé fijamente mis armas. ¿Por qué el niño no había corrido cuando vio mis
armas? ¿Por qué en lugar de salir corriendo siguió husmeando? ¿Qué acaso le habían gustado mis armas?
Ya sé que son perfectas y hermosas pero aun así cualquier adolescente NORMAL hubiera corrido.

Al menos que él no fuera un chico normal... bueno, no lo era. El pese a que lo herí, dejé plantado en
estado cachondo y más, me seguía buscando. Yo no tengo problema, con él sólo tengo una palabra en
mente: diversión. Sonreí y me levanté. Terminé mis cosas y saqué el sofá, me acerqué delicadamente a la
puerta y la abrí con cuidado.

El mocoso estaba enroscado durmiendo plácidamente, tenía una ligera sonrisa dibujada en su rostro y
abrazaba a las mantas. ¿Estaría soñando con un chico? ¿O conmigo? Negué con la cabeza sonriendo y
agarré mi camiseta de dormir. Me quité la sudadera negra que traía y la dejé encima de la mesita de noche,

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me puse la camisa de noche y los pantalones también. Voltee a ver al mocoso, él seguía en la misma pose.
Me acerqué a él lentamente y me senté en la cama, peiné su cabello hacia atrás para poder admirar mejor
su rostro, sus labios parecían brillar.

Hacía tiempo que no estaba con un chico dormido en mi cama, recuerdo que antes de volverme asesino yo
traía un nuevo chico del salón a mi alcoba al menos dos veces por semana. Desgraciadamente ninguno me
proporcionaba placer intenso, sólo la sangre. Agarré mi cuchillo e hice un fino corte en el cuello del
mocoso, él no se movió, estaba profundamente dormido.

—Estúpido mocoso —Ronronee divertido, no tenía idea de la suerte que corría este pequeño y loco
adolescente hormonal

Observé el hilo de sangre deslizarse por su cuello lentamente y desaparecer en mi sudadera. Sin poder
evitarlo me acerqué más a él, levanté su barbilla levemente y pasé la punta de mi lengua por su tibia piel.
Él se movió un poco. Me coloqué encima de él y seguí lamiendo su cuello, él gimió. ¡Joder, ese gemido sí
que encendió mis hormonas! Levanté con fuerza su barbilla, mordí y succioné su herida, el mocoso gimió
y se aferró a mi espalda con delicadeza

— ¿Q-qué haces? —Preguntó él débilmente

No contesté, él gimió y pasó sus manos suavemente por mi cabello. En ese momento recordé que no
llevaba la máscara puesta, resoplé molesto, tenía que terminar mi labor. Dejé su cuello y me quedé unos
segundos en silencio. El mocoso respiraba hondo y exhalaba en silencio, se había vuelto a dormir. Me
salvé. Me separé lentamente de él, no es mi culpa que sea tan apetecible. Su sangre es realmente buena y
su piel exquisitamente tentadora, eso no era bueno. Mordí mi labio y me dejé caer junto a él.

La observé con el rabillo del ojo, parecía demasiado tranquilo para estar junto a un asesino. ¿Y si ese era
su plan? ¿Ganar mi confianza para luego matarme? No, es imposible, ningún chico es tan astuto o tiene
una mente realmente retorcida como la mía para hacer ese tipo de planes. Aunque bueno, este niño sí que
me había sorprendido y parecía capaz de cualquier cosa. Me pregunto si él también le tiene un amorío
secreto a la sangre igual que yo...

"¿Por qué piensas en eso, idiota?"

"Si quiero perfeccionarlo debo asegurarme que le gusta la sangre"

"Y si no le gusta ¿qué? ¿En qué nos importa?"

"Es verdad, no nos importa"

"Sólo será nuestro boleto al objetivo... y también será nuestra diversión"

"Será mejor que él y mi cuchillo se vayan haciendo amigos"

"Y tal vez él logre finalmente darte otros placeres que siempre anhelaste"

"Ya lo veremos..."

150
Me levanté delicadamente y cerré la puerta. Caminé al sofá y me puse la máscara, no iba a arriesgarme a
que el pequeño estúpido despertara antes que yo y me viera sin la máscara. Bueno, puede que se quedaría
horas admirando mi belleza pero tendría que matarlo y pensándolo bien no me convenía matarlo.

Al menos, no todavía...

[Jimin POV]

Bostecé, me tapé la boca y froté mis ojos un poco. Me di la vuelta aún adormilado y me volví a acurrucar
pero el sol era insoportable. Abrí lentamente los ojos y me levanté rápidamente de la cama, observé el
entorno con la boca abierta

— Oh mi dios —Abrí mucho los ojos— ¡NO FUE UN SUEÑO!

Me tapé la boca, no quería que Suga me escuchara. Respiré hondo y salí cuidadosamente de la habitación,
todo estaba silencioso. Caminé por el pasillo y llegué al cuarto central, no había rastros de Suga. Salí y vi
mis jeans tendidos en una piedra, me acerqué a ellos, aún estaban mojados. Suspiré y volví a entrar, todo
seguía bien acomodado. Recorrí el lugar con la mirada, ahora todo se preciaba mejor, había un pequeño
espejo en la pared.

Me acerqué, mi cabello parecía melena de león, me lo peiné un poco con mis dedos pero no cambió gran
cosa. Levanté mi barbilla y vi un chupetón... entonces eso tampoco había sido un sueño. Toqué la marca
suavemente con las yemas de mis dedos y suspiré. Tendría que cubrirlo.

— ¿Admirando tu nueva marca? —Oí la voz ronca de Suga detrás de mí

Pegué un brinco y lo voltee a ver a través del espejo: portaba su sudadera negra y unos jeans. Observé sus
manos con exquisitas venas marcadas: en una portaba una bolsa y en la otra su cuchillo

— Algo así —Dije mientras lo observaba sonriente

Suga depositó la bolsa en la mesa de sus cuchillos y me observó de pies a cabeza

— ¿Te acabas de despertar? —Preguntó él riendo

— No, para nada —Acaricié mi cabello— Me desperté desde hace un buen rato

— Aja —Dijo él mientras me barría con la mirada— Bueno, yo tengo cosas que hacer así que lárgate

— ¿Escuchaste alguna vez sobre los modales? —Solté mientras me cruzaba de brazos

— Mira polilla fastidiosa —Suga me vio molesto— No te lo pediré dos veces, lar-ga-te

— ¡Dios eres tan especial! —Rodé los ojos— Se supone que yo soy el bipolar

151
— Usaré esto —Suga agarró su cuchillo— Y no es broma

— No puedes matarme

— Pero si cortarte un brazo... ¿qué me dices? —Suga comenzó a acercarse a mí

— Ya entendí, ya entendí —Retrocedí un poco— De todos modos, odio estar aquí

— ¡Perfecto! —Suga me jaló del brazo y me aventó fuera de la casa— ¡FUERA!

— ¡OYE ESPE...!— Cerró la puerta en mi cara— ¡ERES UN GROSERO!

— ¡ME VALE UNA REVERENDA MIERDA ESTÚPIDO MOCOSO! —Aulló él del otro lado

—Uyyyy qué boquita —Dije mientras negaba con la cabeza

— ¿POR QUÉ NO TE VAS DE UNA JODIDA VEZ? —Dijo él desde adentro

— Idiota bipolar —Murmullé— Ya ni yo.

Peiné mi cabello hacia atrás y le saqué la lengua a la puerta. Agarré mis jeans húmedos y me los puse, por
suerte no estaban TAN mojados. En unas 2 horas o 3 ya estarían bien. Observé una última vez la cabaña,
la puerta no se movió... no lo haría. Comencé a caminar por el bosque y finalmente llegué a la carretera,
seguí las instrucciones de Suga y no pasó mucho hasta que llegué al centro del pueblo. Seguí caminando y
llegué a la fuente central. La gente me observaba

Entré a una cafetería pero no tenía dinero, observé los panes calientitos a centímetros de mí... era
torturador

— ¿Minnie? —Escuché una voz familiar. Voltee y mis ojos se ampliaron.

— ¡Taehyung! —Exclamé feliz mientras lo abrazaba

— ¡MINNIE! ¡MINNIE! ¡MINNIE! —La pequeña Emma se me abalanzó y me abrazó

— Hola, pequeña —La abracé

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó Taehyung

— Oh... busco comida pero no tengo dinero

— Yo te invito —Dijo Taehyung

— Ay no, no te molestes... —Dije

— Shhh, sin pretextos, te invito algo —Taehyung se acercó a la caja— ¿Qué quieres?

— Un pan de chocolate —Dije al instante— Gracias...

— Por nada —Taehyung pagó y me lo tendió

152
Los 3 nos sentamos afuera, observé el cielo, estaba un poco nublado pero aún se apreciaba el sol. La gente
estaba haciendo muchas actividades. Emma hizo una enorme sonrisa... literalmente... una ENORME
sonrisa

— ¿Cómo vas, Jimin? —Dijo la pequeña Emma con voz chillona— ¿Cuándo vienes a casa?

— No sé... cuando me invite tu hermano supongo —Contesté riendo

— Pero si él te invita será para coger... ¿no? —Emma vio a Taehyung

— Perdónala, tiene un pequeño trauma —Dijo Taehyung mientras se tapaba la cara

— Un día mi hermanito invitó a un chico a su casa a coger —Emma sonrió

— ¡EMMA! —Taehyung la observó con cara asesina

— Está bien, los hermanos siempre molestan —Dije mientras le daba otra mordida a mi pan

— Gracias por comprender... —Taehyung soltó una risa encantadora— Dios, qué oso

— No te preocupes —Reí también— Aunque... Emma, ¿no estás muy chica para saber esas cosas?

— Tengo 12 —Dijo ella

— Oh —No sabía qué responder— Bueno yo me enteré a los... oh, mira, también a los 12

— Me agrada este chico, Taehyung hazlo tu novio —Exigió Emma

— Sólo amigos —Dijo Taehyung

— Ash, deja ya a la estúpida Natasha, es muy dulce y me cae mal su primo ese todo presumido y
asqueroso... parece pez aplastado —Emma se cruzó de brazo

— ¿Natasha? ¿La prima de Jin Crow? ¿El hijo del alguacil? —Pregunté

— ¿Los conoces? —Preguntó Taehyung

— Sí... a Jin la odio pero a Natasha... me cae mejor —Suspiré

— Natasha rubia-oxigenada es la noviecita de mi hermano —Dijo Emma

— ¿En serio? —Pregunté

— Sí —Taehyung sonrió— Desde hace 2 años

— Pero... ¿no vivías en otro lado? —Pregunté

— Sí, es una de las razones por las cuales me mudé, para estar más cerca de ella —Explicó Taehyung con
la típica sonrisa de enamorado

—Is ini di lis rizinis pir lis cuilis mi midi, piri istir mis circi di elli —Imitó Emma molesta

153
— ¿Tú no tienes novio? —Me preguntó Taehyung

— Nop, ya hablamos de los sentimientos... y según yo tú estabas en contra de ellos —Dije levantando una
ceja

— Como dije, hasta el ser más podrido por dentro puede enamorarse —Dijo Taehyung sonriendo

— Ya veo —Reí falsamente y seguí comiendo

— No te creo que no tengas novio —Dijo Emma

— Lo sé, tan bonito y sin novio —Dije en modo arrogante

— Sí pero no tiene sentido... ¿de quién es entonces esa sudadera? No parece tuya —Emma señaló la
sudadera negra que traía

¡SANTA MARÍA PURÍSIMA! ¡LLEVABA LA SUDADERA DE SUGA PUESTA AÚN!

Uff, si tan sólo ese maldito patán bipolar no me hubiera corrido de la casa se la hubiera regresado. ¿Habrá
notado que no la tiene? Tal vez... pero ya qué. Será hasta en la noche que vendría a buscar la sudadera.
Sería muy arriesgado (y realmente estúpido) en el día con la máscara puesta.

— Oh, es de mi hermano —Dije tras unos segundos

— ¿Tienes hermano? —Preguntó Emma

— Uno mayor, se llama Namjoon —Seguí comiendo como si nada

— Yey, somos los hermanos menores —Emma chocó palmas conmigo

— Sí, por suerte —Dije sonriendo, aunque en realidad odiaba ser el menor

— Ya me quiero ir —Emma cambió por completo su tono

— Wow, tranquila tigre, deja que Jimin acabe —Dijo Taehyung

— Pareces adolescente —Bromee

— Parece en la edad, por su comportamiento —Taehyung sobó la mejilla de su hermana

— ¿Piensas mucho en cosas de adolescentes? —Dije observando a Emma

— ¿Los adolescentes piensan en homicidio? —Emma sonrió

— Eh... —Me quedé completamente sacado de onda— S-supongo que no

— Entonces no —Emma suspiró

Observé a Taehyung, él observaba a su hermana totalmente en silencio. Él suspiró y me sonrió con


nerviosismo

— ¿Vas a hacer algo en la tarde? —Preguntó él

154
— No, de hecho estoy libre —Si me alejaban de Namjoon mejor para mí

— ¡Que venga con nosotros al parque! ¿Sí? ¿Sí? ¿Sí? —Dijo Emma

— Sólo si Minnie está de acuerdo —Dijo Taehyung

— Estoy de acuerdo —Dije al instante

— ¿Seguro? —Preguntó Taehyung

— Súper seguro, vámonos —Me levanté

— ¡¡PARQUE! —Emma salió disparada

Taehyung rió y salió corriendo tras su hermana que estaba medio loca. Atravesamos la calle y llegamos al
parque en cuestión de segundos. Emma corrió a los columpios y comenzó a jugar mientras reía. Taehyung
y yo nos sentamos en una banca. Él me sonrió

— ¿Cómo has estado? —Preguntó él

— Bien, supongo... ya salí de clases —Dije mientras ponía mi barbilla en mis rodillas

— ¿Qué harás en el verano? —Preguntó Taehyung imitando mi pose

— No sé —Le sonreí— Rara vez salgo... y... es probable que me mude

— ¿Qué? —Taehyung me observó con tristeza— ¿Por qué?

— Mi hermano quiere que cambie de aires —Expliqué— Y dudo que cambie de opinión

— Qué lástima, yo realmente quería estar en el instituto contigo —Dijo él suspirando

— Igual yo... Siento que de un cierto modo... no sé —No sabía qué decir

— ¿Nos parecemos? —Preguntó él sonriendo

— Sí, siento que nos parecemos mucho —Lo observé detenidamente— Siento que puedo...

— ¿Contarme todo? Siento lo mismo —Taehyung suspiró

— Sí —Reí— Yo nunca conviví antes mucho con la gente, y siento que tú me entiendes

— Pienso lo mismo, no se me daba convivir tan bien con alguien hasta que...

— Apareciste tú —Dijimos al mismo tiempo

Ambos nos reímos al mismo tiempo, era increíble la manera en la que podía liberarme y hablar de lo que
sea con él. Nos observamos fijamente a los ojos, sentí un imán atrayéndome a él pero la pequeña Emma se
interpuso entre los dos y nos observó.

— ¿Qué tanto miran? —Preguntó ella

155
— Nada —Taehyung bajó sus piernas de la banca— Sólo platicábamos

— Qué triste, yo quería que se besaran... creo que lo arruiné —Emma refunfuñó

— Tengo novia Emma, no pasará, sólo somos amigos —Dijo Taehyung resoplando

— Pero te gustaaaa —Emma hizo puchero— ¿Minnie a ti te gusta mi hermano, verdad?

— ¿De amigos? ¡Por supuesto! —Sonreí

— ¡Ashhh! —Emma pataleó— ¡Qué manera de complicarse la vida! ¡Podrían besarse y tener una linda
noche y convertirme en tía dentro de 9 meses! Bueno no porque ustedes son chicos. Entre gays es mejor el
sexo, ¿sabían?

— Perdónala —Taehyung tapó la boca de su hermana quien batallaba por quitar la mano de su hermano

— Está bien, no te preocupes —Moví la mano quitándole importancia mientras sonreía

— Voy a seguir jugando, ustedes dos sigan... en lo que estaban —Emma salió disparada hacia los
toboganes

Taehyung y yo tuvimos que jugar varias veces con la pequeña Emma, ella parecía feliz y completamente
libre pese a que se raspó y lloró un rato. Después de largas horas en el parque fuimos a caminar por la
plaza, Emma entraba y salía de todas las tiendas mientras Taehyung y yo platicábamos de nuestras vidas,
el pasado. Parece que no somos tan distintos tampoco en eso...los dos tenemos un oscuro pasado.

Él perdió a sus padres, su madre sufría esquizofrenia y se suicidó, su padre hizo lo mismo meses después.
Estuvo en depresión y cuidados intensivos, trató de suicidarse en una ocasión.

También decía que en su antiguo instituto había muchos chicos que lo molestaban y sobre todo uno de
ellos era con el que siempre peleaba. Decía que en varias ocasiones se agarraron a golpes. Me contó
también que de chiquito era bastante tímido y aislado y que fue víctima de bullying pero luego aprendió
artes marciales y lo corrieron de su secundaria cuando golpeó a los chicos y les rompió la nariz. Yo
escuchaba atento, parecía que él también había sufrido igual que yo.

Luego me tocó a mí contar mi historia. Un chico feliz de la vida hasta que aprendió de la manera más
cruel que el mundo no es rosa cuando su mejor amigo lo desnudó frente a todos a sus 8 años. También la
manera tan cruel en la que el chico que amaba le rompió el corazón lanzándole comida y grabando cuando
confesé mi amor. Luego como su hermano querido lo abandona y se queda con una madre depresiva
durante 5 años. Fue testigo de 3 intentos de suicidio por parte de su madre hasta que por fin se ayudaron el
uno al otro y aprendieron a ser felices... hasta que muere y el pobre chico se queda sin nadie. Sí, lo sé, la
historia de mi vida es hermosa.

Cuando cayó la noche supe que era momento de regresar a casa

— Muchas gracias por todo Taehyung —Dije sonriendo

— Cuando quieras Minnie, espero en serio que no te vayas —Dijo él agarrando mi mano

156
— Igual yo —Le sonreí— No quiero alejarme de ti... eres el único con quien siento la necesidad de estar
desde que murió mi madre

— Te obsesionas rápido ¿eh? —Taehyung sonrió

— Eres un idiota —Dije riendo

Taehyung sonrió de una manera realmente encantadora, se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla. Me
sonrojé un poquito, se separó sonriente. ¿En serio a este chico no le iban los culos masculinos?

— Espero verte más seguido Park—Dijo él

— Puedo decir lo mismo —Suspiré

Después de despedirme también de la pequeña Emma, comencé a subir colina arriba directo a casa. Me
asustaba de un cierto modo enfrentar a Namjoon, puede que sería incómodo pero no siempre podía huir de
mis problemas. Respiré hondo y seguí caminando, llegué a mi calle pero me detuve en seco al ver la
puerta de mi casa abierta.

Corrí lo más rápido que pude y me detuve en el marco de la puerta de la entrada. La luz de la sala estaba
prendida, entré y vi a mi hermano en el tapete sangrando de la cabeza

— ¡NAMJOON! —Grité mientras corría hacia él

— Minnie —Susurró él débilmente— C—corre...

— ¿QUÉ? —Solté agitado

Me levantaron bruscamente, pegué un grito y patalee

—Cambio de planes estúpido mocoso —Esa voz asquerosamente familiar— Te necesito listo ya

Iba a decir algo pero sentí que me inyectaron algo en el cuello. Traté de gritar pero mi cuerpo se dejó caer
completamente en el suelo. Ningún músculo respondía, sentía que todo en mí se helaba, no sentía mi
cuerpo. Sentí que era una estatua. Mi vista se tornó borrosa poco a poco, mis párpados se fueron cerrando
hasta que todo se tornó completamente negro y silencioso.

157
Capítulo 15. "¡Secuestrado!"

[Jimin POV]

Abrí los ojos lentamente. Observé el entorno, estaba sentado en el comedor, mi madre estaba frente a mí
preparando el desayuno. Portaba un vestido naranja a las rodillas con un cinturón café, sus tacones color
crema le quedaban muy bien.

— ¿Cuántos panqueques quieres Minnie? —Preguntó dulcemente

—Dos por favor —Sonreí

—Dos panqueques para mi pequeño —Mi madre me sirvió los panqueques

— ¿Vas a poner las noticias? —Pregunté

—Sí —Mi madre se sentó frente a mí con su yogurt natural y granola— Me quiero mantener informada
acerca de Suga

— Bueno —Comencé a comer

Mi madre agarró el control y prendió la televisión, fue pasando los canales hasta que finalmente se detuvo
en las noticias. El reportero matutino se estaba instalando

— Buenos días pueblerinos —El reportero sonrió a la cámara— Tenemos nueva y jugosa información
acerca de Suga. Puede que ahora estemos un paso más cerca de encontrarlo

— ¿Tú crees? —Me preguntó mi madre

— Llevan año y dos meses buscándolo, lo dudo —Levanté los hombros

— Tenemos la primera fotografía de él, finalmente podemos darnos una idea de cómo es —El reportero
sonrió— Sólo estamos esperando a que los policías nos la entreguen para mostrárselas

— ¿Una foto? ¿Cuándo se la habrán sacado? —Preguntó mi madre

— Creo que fue de una cámara de seguridad, dudo que Suga haya posado frente a los policías y luego
huido —Reí

— Tú y tu sarcasmo, señorito —Mi madre me dio un codazo en modo de broma

— ¿Cómo crees que sea? —Pregunté después de unos segundos

— No lo sé, tal vez un hombre mayor —Dijo mi madre levantando los hombros

158
— O quizás alguien joven

— Es probable

Seguimos platicando, ella me contaba sobre su trabajo y que era posible que tuviera un aumento de sueldo
yo sólo asentía con la cabeza o sonreía. Finalmente algo captó nuestra atención

— Y finalmente el momento más esperado —Dijo el conductor con voz alegre— Nuestra primera foto de
Suga después de un año... obsérvenla

En la pantalla apareció una foto. Era de una persona que portaba una capucha negra y sobresalía un poco
de cabello negro despeinado. Observé fijamente todo. Portaba una sudadera ligeramente abierta, no tenía
nada abajo aparentemente. Portaba una máscara blanca pero no se veía bien el rostro, sólo unos labios
rosados con una enorme sonrisa arrogante y terriblemente cínica.

Sexy... ¡JODER SÍ!

— ¿Él es Suga? —Pregunté débilmente

— E-eso parece —Mi madre observó el televisor con los ojos muy abiertos

— Parece que Suga se tomó la molestia de posar para nuestras cámaras de vídeo —Se escuchó la voz del
conductor un poco preocupada— Por lo visto fue a propósito. Claramente podemos ver que no se trata de
ninguna persona mayor, estamos hablando de un joven, entre 16 y 23 años de edad, aproximadamente.
Sólo sabemos que tiene cabello negro, el rostro no se aparecía debido a la cámara y no captamos el color
de ojos de nuestro asesino...

— Es guapo —Dijo mi madre sin poder evitarlo

— ¡Mamá! —Solté entre enojado y divertido

— ¿Qué? —Mi madre levantó los hombros— Es una lástima que sea asesino, si no, yo lo quiero de yerno

— ¡Ay, por favor! —Solté divertido. Sí, ella sabía de mis gustos hacia los hombres.

— Admite que está guapo —Dijo mi madre

— Sí, es guapísimo... —Mordí mi labio sin evitarlo, mi madre se rio— Pero no, es un asesino psicópata

— Desgraciadamente —Mi madre se paró de la mesa y lavó sus trastes— Regreso en la tarde

Después de despedirse observé la pantalla. La foto de Suga se quedó en los noticieros todo el día. Fue la
primera vez que me quedé frente a la pantalla durante horas sin parpadear, pensé en varias cosas. Su
historia, su vida, qué se sentiría estar cerca de él, por qué era así...

Fue la primera foto que tuve de él, la primera vez que finalmente lo pude conocer de un cierto modo

Fue la primera vez que me obsesioné inconscientemente de alguien...

159
[***]

Desperté bruscamente, todo el cuerpo me dolía. Tardé bastante en reaccionar, todo era oscuro, parpadee
varias veces, quizás aún no había abierto los ojos. Mi respiración era agitada. Observé el entorno pero sólo
vi oscuridad. Traté de levantarme pero algo me lo impedía.

— ¿Hola? —Pregunté débilmente

Traté de mover mis brazos, por suerte estaban libres. Traté de mover mis piernas pero estaban atadas, me
sacudí un poco y reconocí el sonido de unas cadenas. Traté de recordar lo que había sucedido pero era
inútil. Lo último que recordaba era la sala de mi casa... y mi hermano sangrando a unos metros de mí.
Cerré los ojos con fuerza y traté de moverme pero mi cuerpo estaba completamente dormido. Comencé a
moverme en todos los sentidos

— ¿Hay alguien ahí? —Pregunté más alto

El lugar me recordó a mi sueño del hospital. ¿Suga me había raptado? ¿Pero por qué?

Esto no se parecía a la cabaña en la que se ocultaba

¿Dónde estaba?

Toqué la superficie con mis manos, parecía que estaba en el suelo. Seguí tocando pero no parecía haber
nada a mí alrededor a excepción por una pared a mi izquierda.

"Muy bien, parece que estamos en algún lugar desconocido"

"Enfócate en tus demás sentidos"

"El olfato"

"Sí, ya utilizaste el tacto..."

"No creo que ayude en mucho"

"Pero inténtalo, joder"

"¿Y si reconozco ningún olor?"

"Tú sólo hazlo, puedes hacerlo... eres Park Jimin, todo te sale bien"

"Sí, puedo hacerlo"

Me tranquilicé y cerré mis ojos, respiré profundo e exhalé suavemente. Olía a humedad, la nariz me picó,
supongo que había mucho polvo. Pasé mis manos por el suelo y las acerqué a mi nariz, sí, definitivamente
era polvo. Eso significaba que estaba en un lugar abandonado, si no, Suga no me hubiera puesto aquí.
¿Lógica básica, no?

160
Volví a inhalar, no captaba otras cosas que no fuera humedad. Me desesperé un poco pero debía conservar
la calma, si no, esto no funcionaría. Respiré profundo otra vez pero mi nariz no captaba otra cosa.
Comencé a tocar el suelo y vi que estaba disparejo... lo toqué e inmediatamente reconocí que era madera
al sentirlo levantado. El piso era de madera... ya era algo.

Bien, utilicemos la lógica. Si Suga me sedó o algo, no me llevaría tan lejos, tenía que cargarme de un
modo o de otro... o arrastrarme. Debía ser un lugar en el pueblo, abandonado, con piso de madera. Traté
de recordar pero nada venía a mi mente, también podía ser un edificio o casa abandonada. Patalee y mi pie
chocó contra algo duro.

— ¡AUCH! ¡MIERDA! —Me había dado en el dedo pequeño

Traté de alcanzar mis piernas pero lo que me sujetaba del pecho me impedía levantarme. Con mi pie traté
de tocar de nuevo el objeto... ¡Bingo! Lo toqué y exploré un poco... era un sillón. Definitivamente era un
sillón. Mi mente comenzó a reaccionar. Para asegurarme del lugar levanté mis brazos y palpé la pared,
sentí los espirales de madera sobresalidos. Ya sabía dónde estaba.

Estaba en el teatro abandonado del pueblo, estaba muy cerca de mi casa y nadie venía por aquí. La gente
decía que estaba maldito. Bien pensado asesino. Toqué lo que me sujetaba, era una banda de cuero.
Aproveché que mis manos estuvieran libres y comencé a buscar un nudo o alguna manera de zafarme.

"Maldita sea, ya me duelen los brazos"

"Un poco más... sólo un poco más"

"¿Cómo sé que no me llevará todo el día?"

"No sabemos si es de día o de noche"

"Me lleva todo"

"Enójate, no llegarás a nada"

Resoplé y seguí explorando. Finalmente sentí un pequeño nudo, deslicé mi mano y con mis uñas comencé
a jalar impaciente. Después de morder, jalar y gritar logré zafar el nudo. Aventé lo que sea que me había
sujetado y me reincorporé. Finalmente podía respirar a gusto sin dolor de espalda.

Palpé las cadenas, de esto no me podría librar fácilmente. Comencé a hacer mucho ruido al tratar de
golpear o buscar algún modo de quitármelas de encima. Oí un ruido ronco y pesado, guardé silencio y
agudicé mi oído. Escuché más ruidos y en cuestión de minutos una enorme puerta se abrió permitiendo
que la luz entrara. Me tapé el rostro y cerré los ojos. Escuché pisadas cada vez más cerca.

— Vaya, lo que me tomó ajustar bien el nudo para que lo arruinaras —Dijo una voz

Abrí poco a poco los ojos para acostumbrarme. Observé una silueta frente a mí cruzada de brazos. Mi
vista finalmente se recuperó y reconocí la hermosa máscara y el cuerpo tan deseable

— Me debes una explicación —Solté furioso

161
— No te debo nada estúpido mocoso —Suga se agachó para quedar a mi altura, rozó mi mejilla pero
aparté el rostro— Alguien amaneció de malas

— Déjame en paz —Me crucé de brazos

— No me arriesgaré a que también te zafes de las cadenas —Suga se acercó a mis piernas

— ¡NO ME TOQUES! —Grité mientras pataleaba

Suga me inmovilizó, no sé cómo pero logró quitarme las cadenas. Sentí la libertad de mis piernas, suspiré
aliviado. Observé a Suga quien observaba la puerta.

— Bien, arriba mocoso —Suga me jaló del brazo y me levantó

— ¡Ay! ¡Cuidado! —Comencé a sentir un dolor insoportable cerca de la axila

—Te voy a encerrar... ¿irás por la buena o por la mala? —Preguntó él

— ¿Me preguntas eso en serio? —Retrocedí— No iré a ningún lado. Nop, y no me obligarás, no señor

Suga levantó una ceja. Fue cuestión de segundos cuando me agarró por sorpresa, me levantó rápidamente
y me colocó en su hombro como costal de papas. Comencé a golpear su espalda... aunque tenía una linda
vista de su trasero.

¿Esperen, qué?

— ¡SUÉLTAME! —Comencé a patalear

— Quédate quieto... ¿quieres que te noquee para que te calmes? —Soltó con agresividad

— ¡NO QUIERO QUE ME ENCIERRES! —Solté furioso— ¡TENGO HAMBRE!

— No me interesa

— ¡ME VOY A MORIR DE HAMBRE!

— Quizás en unos meses, no aún

— ¡MALDITO! ¡MALDITO! ¡MALDITO! —Comencé a golpear su espalda

Suga resopló y me pellizcó una nalga, solté un gritito agudo

— ¡Ay! —Dije con voz chillona

— ¿Te vas a tranquilizar? —Espetó Suga de mala gana

— ¿Era tan necesario pellizcarme? —Solté molesto

— Sí, al menos así vas a dejar de golpear mi perfecta espalda...

—Qué perfecta ni qué nada —Rodé los ojos— Es normal como cualquier otra

162
Suga ignoró mi comentario y me bajó de golpe. Estábamos en un largo pasillo bastante iluminado. Suga
me agarró del brazo y comenzó a jalarme. Traté de ponerme duro pero su fuerza sobrehumana daba
miedo. Llegamos a un camerino, Suga abrió la puerta. En el interior había una mesa llena de bombillas
con un enorme espejo, un gran armario y un sofá bastante largo.

— Es el único camerino con cama decente y con cerradura, disfruta tu estancia —Me empujó dentro

— ¡OYE ESPE...! —Me cerró OTRA VEZ la puerta en la cara

Observé el cerrojo, qué astuto, se cerraba por fuera. Comencé a golpear la puerta con fuerza

— ¡TE JURO POR DIOS QUE TE MATARÉ! —Aullé, escuché una risa del otro lado

Resoplé con fuerza y volví a golpear la puerta, escuché una agradable carcajada

— ¡HABLO EN SERIO, ABRE LA PUERTA! —Dije mientras la pateaba

— ¿Por qué haría eso? —Suga reía incontrolablemente del otro lado

— ¿Te parece gracioso? —Espeté molesto

— Bastante de hecho... diviértete allá dentro

— ¿Cómo demonios me divertiré con una cama, un armario y un mueble con espejo?

—Pruébate ropa, duerme… mastúrbate.

— ¡Agh, cállate! —Espeté rojo hasta las orejas. — ¿Y tú dónde estarás?

—En mi linda cabaña

— ¿O sea me dejas aquí solo sin comida y tú te largas?

— Sip

— ¡ERES UN CÍNICO! —Golpee la puerta con mis puños

Escuché otras risas. Resoplé bastante molesto y me fui a sentar a la cama

— Al menos dame algo de comer —Me quejé

— Desgraciadamente estúpido mocoso, lo único que hay de comer no te gustará

— ¡TENGO HAMBRE! ¡DAME COMIDA! —Me levanté y traté de abrir la puerta

— ¿Quieres MI comida? —Suga rió de una manera un tanto maniaca, no me dio buena espina, me
recorrió un escalofrío

— ¿Qué tienes de comer? —Pregunté dudosa

— Umh no creo que quieras saberlo —Suga hizo una pausa— Bueno, depende. ¿Te gustaría tragarte lo
que me cargo entre las piernas? Resultará sexy ver tus esponjados labios rodeando mi polla.

163
— ¡MALDITO PERVERTIDO ASQUEROSO! —Lancé un zapato de tacón que había junto a mí

Escuché la risotada de Suga del otro lado. Me enfurecí y abrí el armario, había mucha ropa. Agarré los
zapatos y comencé a lanzarlos seguidos de una palabrota. Después de acabar con los zapatos comencé a
rebuscar más cosas pesadas para aventar. Me acerqué a la puerta

— ¿Estás ahí? —Pregunté mientras pegaba mi oído

Nada, puro silencio

— ¡ERES UN MALDITO BASTARDO ARROGANTE E INSOPORTABLE! —Golpee de nuevo la


puerta

Me puse de espaldas y me dejé caer lentamente al suelo. Observé el desastre de zapatos que había, la ropa
seguía en sus ganchos muy bonita. Observé arriba del armario y vi bastantes pelucas. Suspiré y sentí la
enorme necesidad de gritar y descargar toda mi ira golpeando a alguien. Respiré profundo para
tranquilizarme, funcionó.

Seguí el consejo de Suga y me acerqué al armario. Había mucha ropa, puede que podría sobrevivir de ello.
Había muchos vestidos de todos los colores y tamaños, blusas, faldas, trajes, tacones, zapatos bajos.
Comencé a sacar la ropa y a separarla, del lado derecho puse lo que me gustaba y del lado izquierdo lo que
no me gustaba. Me paré de puntitas y alcancé la caja de pelucas, había rubias de dos coletas, moradas,
negras, cafés, rosas, rojas, con fleco, sin fleco, cortas, largas, con volumen, chinas, lacias... También
agarré algunas para perder el tiempo admirándolas.

Me acerqué al espejo del camerino y comencé a probarme la ropa masculina de allí, la mayoría me
quedaba muy bien. Algunos realmente eran ridículos pero habían otros que eran sexys y moldeaban bien
mi figura. Me quité mis jeans y llevé mis manos a mi torso. Me observé y tarde en reaccionar.

No llevaba puesta la sudadera, tenía una camisa beige un poco holgada

"¿Me habrá quitado su sudadera?"

"Pero claro estúpido, es SU sudadera"

"¿De dónde sacó la camiseta?"

"Obviamente del camerino"

"¿O sea me desnudó? ¿Cómo sé que no me quitó también mi ropa interior?"

"No tendría por qué hacerlo"

Sólo para confirmar observé mi bóxer, lo traía puesto y bien acomodado, en la misma manera en la que
ponía siempre. No, no me lo había quitado. Me quité la ropa y comencé a probarme todo lo masculino y
raro que había. Seguí rebuscando y vi hasta el fondo del armario una caja de cartón, ponía en letras negras
"Eroge". Levanté una ceja y la saqué, quité la tapa y casi se me cae la mandíbula a los pies

—Oh mi dios, esto es de... —Dije riendo

164
Era pura lancería provocativa, las que esperas ver en sex shops o lugares así. Comencé a sacar la ropa.
CRISTO. Todo esto era de baby boys para tu Sugar daddy. Dios, de todo. Entre risas saqué todo y lo fui
repartiendo por la cama. Sólo por puro aburrimiento comencé a probarme la lancería, lo peor es que era
cómoda y bastante elástica. Se adaptó perfectamente a mi cuerpo. Había cosas sexys para chicos, cristo.

— Lo que daría por tener este guardarropa —Dije suspirando

Metí todo en sus cajas y lo colgué, fue otra manera de perder el tiempo. Los zapatos los acomodé de los
más bonitos a los más feos (en mi opinión personal). No sabía qué hora era pero seguro ya había
anochecido, mis párpados comenzaban a cerrarse y comenzaba también a bostezar. Me puse un camisón
blanco que había allí y me acosté en la cama viendo el techo, me di la vuelta y estiré el brazo para apagar
la luz. Me quedé en la oscuridad y el silencio total. Me metí en las sábanas y cerré los ojos. El sueño no
me entraba, hasta que finalmente soñé...

[***]

Estaba en un edificio abandonado, todo estaba lleno de sangre. Observé mi mano y vi un reluciente
cuchillo, tenía sangre resbalando lentamente de la punta hasta mi mano. Reí y observé debajo de mí, Suga
estaba escupiendo sangre y riendo.

— Siempre supe que me matarías —Dijo él haciendo una mueca

— ¿Y por qué me llevaste contigo? —Solté

— No sé, ni yo lo sé pequeño estúpido —Rió con fuerza

— Eso te pasa por confiar en mí —Clavé de nuevo el cuchillo en su pecho

Perdí completamente el control, comencé a apuñalarlo repetidas veces, me embriagué con sus gritos de
dolor. Sentía su sangre tibia salpicarme la cara, se sentía bien. Solté una siniestra carcajada cuando lamí el
cuchillo frente a él, Suga apenas podía moverse. Estaba muriendo

— Mocoso... perfecto —Susurró

Clavé el cuchillo en su máscara, se tornó roja. Comencé a reír mientras enterraba el cuchillo una y otra
vez, oía los crujidos de los huesos. Finalmente me levanté y observé al espejo, estaba manchado de sangre
por todos lados. Lamí el cuchillo de nuevo y sonreí, agarré la máscara de Suga y me la coloqué. Lo
observé pero estaba irreconocible. Sólo vi una sopa de sesos y sangre.

— Duerme pequeño príncipe —Dije mientras le sonreía

Salí corriendo pero había policías por todos lados. Me apuntaron con sus armas pero yo no cedí
fácilmente. Levanté el cuchillo mientras reía, comenzaron a dispararme.

165
Me dieron en el pecho, sentí un terrible ardor y caí en seco al suelo, escuché la risa de Suga en mi mente,
me clavé el cuchillo en el corazón para no escucharla más... Luego todo se tornó frío y silencioso. Al abrir
los ojos vi que estaba en una habitación: había en el centro una mesa con mucha comida y dos sillas, en
una estaba sentado Suga

— Te esperaba Jimin, siéntate —Dijo él

Me senté y comencé a comer, moría de hambre. Después de observar la comida vi que eran corazones,
viseras, ojos y cabezas humanas. Escupí lo que tenía en la boca que era baboso e irreconocible. Me levanté
y me vi al espejo manchado de sangre en la boca, restos de intestinos resbalaban de mi barbilla. Pegué un
grito y observé una puerta, corrí hacia ella y la abrí.

Era el mismo cuarto, Suga comenzó a reírse.

— Ahora compartiremos el mismo infierno, Jimin —Dijo él con voz inhumana

Corrí a la puerta siguiente y volví a estar en el mismo cuarto, una y otra vez, sin importar que fuera todo
derecho. Siempre volvía al mismo cuarto. Suga estaba frente a mí y me agarró de la barbilla. Se quitó la
máscara pero no vi nada, sólo oscuridad. Pegué un grito al ver unas manos salir y agarrarme, me querían
jalar al infierno, a donde pertenecía, a donde siempre pertenecería.

[***]

Abrí los ojos de golpe y prendí la luz. Todo se iluminó de nuevo, estaba en el camerino. Me senté en la
cama, todo me daba vueltas, mi respiración era agitada y sudaba a chorros. Mi nuca estaba húmeda. Me
levanté y me acerqué a la pequeña puerta del camerino, era un baño. Me abalancé al lavabo y me lavé la
cara. Me tranquilicé. Observé una regadera.

Estaba ardiendo, juraba que tenía temperatura. Sin pensarlo abrí el agua, salió helada pero al menos servía
para bañarse. Entré y temblando como gelatina me limpié todo, salí casi corriendo de la ducha, odiaba el
agua fría. Escurrí mi cabello y corrí al camerino que estaba calientito. Tuve que usar una sábana para
secarme, ni modo.

Una vez seco y más o menos limpio me puse una camisa negra simple pero bastante linda y unos
pantalones de cuero negros también. Agarré los cepillos de cabello y les sacudí el polvo para arreglarme y
peinarme un poco. Terminé y me puse un par de tenis. Me observé al espejo, ya volvía a ser el mismo
Jimin hermoso de siempre. Comencé a tender la cama hasta que escuché unos ruidos.

Observé la puerta y vi que la manija comenzó a moverse, en cuestión de segundos la puerta se abrió. Suga
entró rápidamente a la habitación y me vio de pies a cabezas

— ¿Qué hacías? —Preguntó él secamente

— Cambiándome y arreglándome, odio el beige —Sonreí falsamente y le aventé la camisa que traía hace
rato

166
— No te iba a dejar con MI sudadera favorita —Dijo él mientras volvía a aventar la camisa

— ¿Qué tienes ahí?—Señalé su mano

— Mi desayuno —Observó su mano— Las barritas son muy buenas, aunque ya me comí 4

— ¡MÍO! —Me abalancé como una fiera rabiosa

— ¡HEY! ¡MALDITO MOCOSO! ¡DAME MI COMIDA! —Espetó Suga furioso

Corrí por la habitación y me zampé la barrita en 4 mordidas. Observé a Suga con la boca llena, dios, la
barrita sabía a gloria y al paraíso. La tragué suavemente y sonreí... pero él no parecía feliz

— La última vez que comí fue ayer... ¡Y FUE UN PAN DE CHOCOLATE! —Me defendí

— ¿Y eso me importa? —Espetó él molesto

— No, pero a mí sí. No pienso morir de hambre —Me bajé de la cama

— Bueno, creo que te ayudará para aguantar hoy... —Me observó de nuevo de pies a cabeza—Tus tenis
están bien, justo para hacer deporte.

— ¿Qué vamos a hacer? —Pregunté mientras levantaba una ceja

—Empezarás con tu entrenamiento —Me lanzó un cuchillo a la cama— Te quiero afuera en 10 minutos,
si no vendré por ti y no será bonito pequeño mocoso

— ¿Entrenamiento? ¿Qué? ¿Por qué un cuchillo? —Estaba confundido

— Dijiste que me ayudarías con lo que tengo —Sonrió— Te necesito en buena condición física y no sé...
tal vez podría prender un poco la chispa de la ira que tanto ocultas

— ¿Buena condición física? —Mi mente daba vueltas y vueltas

— Te quedan 8 minutos —Suga rio suavemente y salió del camerino

Me quedé plantado con la boca abierta y la mirada perdida

¡¿Qué demonios planeaba este loco?!

167
Capítulo 16. "Entrenamiento"

[Jimin POV]

Después de unos segundos salí del camerino con el cuchillo en mano. Había una puerta abierta hasta el
fondo, caminé hacia él lentamente y me quedé plantada en el marco. Había un enorme jardín, el pasto era
verde y un poco alto. Avancé dos pasos pero me agarraron del cuello y me pusieron algo filoso muy cerca
de la barbilla. Ahogué un grito.

—Primera regla niñito, debes estar alerta —Dijo la voz de Suga en mi oído

—Casi me matas del susto —Me zafé de él y lo observé molesto— ¿Y cómo que regla uno?

— Ya verás —Suga pasó junto a mí y se colocó en el centro del jardín— Bien, ahora escúchame. Tratarás
de apuñalarme con el cuchillo y yo lo evitaré. Habrá distintas lecciones que deberás superar, si superas
más de la mitad tú ganas, si no, yo gano.

— Bueno —Me coloqué en posición— ¿Y si accidentalmente te entierro el cuchillo en el estómago o en la


cara?

Suga sonrió con arrogancia y con su índice me hizo la seña para que fuera a por él. Negué con la cabeza y
me abalancé sobre él pero me esquivó con facilidad y me pateó. Caí en la tierra y lo observé furioso, había
aprovechado que estaba de espaldas.

— Eso fue trampa, estaba de espaldas —Dije aún en el suelo

—Segunda lección niñito estúpido: nunca des la espalda, debes recuperarte rápidamente —Dijo él
mientras pasaba sus dedos por su cuchillo

— ¿Y la tercera lección? —levanté una ceja

Suga se acercó a mí y trató de clavarme el cuchillo pero rodé por el suelo, trató de hacerlo varias veces
pero siempre rodaba. Finalmente cuando trató de darme de nuevo agarré su brazo. Yo mismo me
sorprendí. Suga esbozó una sonrisa

— Tercera lección y cuarta, las primera que apruebas —Suga se zafó de mi agarre— Esquivar los ataques
y elegir el momento correcto para coger a tu atacante

— Bueno, dos lecciones de cuatro no está mal para ser la primera vez —Sonreí

— Veamos si apruebas la quinta lección —Suga me ayudó a levantarme

Me sacudí la tierra y él se volvió a colocar en la pose de combate. Él se acercó de un paso, yo me alejé. Él


sonrió y ambos comenzamos a dar vueltas sin quitarnos la vista de encima. En un imprevisto él se

168
adelantó de más y trató de clavarme el cuchillo en la cara pero fui más rápido y me agaché. Agarré de
nuevo su brazo y sonreí

—Lección cinco y seis, aprobada, buenos reflejos y buena concentración —Dijo él

Trató de golpearme con su brazo libre pero lo esquivé, agarré mi cuchillo y se lo puse en la barbilla. Él
sonrió, y lentamente me quitó el cuchillo de la mano.

—Lección siete, aprobada, atacar a tu atacante aprovechando un error... —Aventó el cuchillo lejos de
mí— Lección ocho pequeño, agarra tu arma

Me zafé y traté de agarrar el cuchillo pero Suga fue rápido y me jaló del brazo, me zafé con una vuelta y
seguí corriendo. Suga corrió detrás de mí y me jaló de la cintura, perdí equilibrio, me hizo una herida con
su cuchillo, solté un grito de dolor

— Y aquí te mato —Fingió clavarme el cuchillo en el corazón

— Bueno, tú eres un profesional —Mi aliento era corto— Yo sólo soy un adolescente

— Bueno, fallaste la lección ocho. Pasemos a la nueve —Dijo él mientras aventaba también su cuchillo

— Esto no me gusta —Dije cuando lo vi sonreír

— Tienes buenos reflejos y con el cuchillo aprendes bien —Suga se colocó en posición de combate con
los puños en alto— ¿Pero qué me dices de las artes marciales? Lección 9 pequeño...

Imité su pose, él trató de golpearme pero lo esquivé, sin embargo me golpeó en el vientre, me reincorporé
pero me golpeó en la mandíbula. Me tapé con la mano y mordí mi labio, no podía llorar. Suga se acercó
pero traté de golpearlo, fallé. Él se rio y me dio otro golpe. Solté una palabrota y traté de patearlo pero
agarró mi pierna y la torció

— ¡AUCH! ¡ME LASTIMAS! ¡YA BASTA! —Chillé

— Nunca trates de golpearme en la cara, corres el riesgo de que esto pase —Sonrió

Me jaló de la pierna para pegarme a él, solté un grito de dolor. Aventó mi pierna y torcí mi cintura, sentí
un dolor puntiagudo recorrerme todo el torso. Suga me aventó con fuerza y caí al suelo. Todo mi cuerpo
dolía y ardía como el mismo infierno

— No sabes casi nada de artes marciales —Se burló

— Cierra la boca —Me levanté pero me dio una patada en la espinilla y volví a caer

— Patético —Dijo él secamente

— ¡NO SÉ NADA DE ARTES MARCIALES! —Espeté furioso

— ¡PATÉTICO! —Dijo él más fuerte, era obvio que disfrutaba verme enojado

169
Me levanté de nuevo pero me sorprendió con otro golpe en el estómago. Se me fue el aire y sentí ganas de
vomitar, me volvió a golpear con su codo y me tumbó al suelo. Mi cuerpo temblaba, sentí las lágrimas
correr, apreté los ojos y respiré profundo para calmar el llanto.

— ¿Qué harás pequeño estúpido? ¿Eh? —Suga comenzó a dar vueltas alrededor de mí

Traté de agarrar su pierna pero pisó mi mano, la torció con fuerza, solté otro grito de dolor y quedé boca
arriba sobando mi mano. Mordí mi labio y solté un alarido

— ¿Así te comportarás? ¿Chillando? —Se rio

— ¡DUELE!

—Pues trágate el dolor y pelea —Dijo entre dientes con voz profunda y macabra

Cerré los ojos y tomé aire. Me levanté a duras penas del suelo y observé a Suga fijamente. Él sonrió y
trató de golpearme, sentí el golpe pero estaba tan cegado debido a la furia que no me importó. Traté de
patear a Suga, él me golpeaba durísimo pero no me importaba. Comencé a soltar golpes con los puños
combinados de patadas. Finalmente logré que agarrara mi pierna, aproveché y con mis puños logré darle
un buen golpe. No podía expresar mi felicidad

— Buen golpe —Suga me clavó la mirada, aunque su voz sonó molesta

— No creo poder hacer esto todo el día —Resoplé

— No, sólo nos queda una lección —Sacó su cuchillo de sus pantalones

— ¿A qué hora agarraste tu cuchillo? —Pregunté impactado

— Última lección niñito, si la apruebas tú ganas. Si no, yo gano —Dijo él sonriendo

— ¿Cuál es la lección diez? —Algo me decía que sería muy doloroso

— Ganar un combate en desventaja —Suga presumió su cuchillo

— ¿O sea yo peleo a mano libre mientras tú tienes un cuchillo? —Pregunté riendo

— Exactamente mocoso

— Eso es injusto

— Sobrevive más de cinco segundos... si puedes —Se burló

Me volví a poner en pose, Suga pasó el cuchillo a centímetros mi cara pero retrocedí y sólo me hizo una
fina herida en la mejilla. Toqué la herida con las yemas de mis dedos, lamí la sangre frente a él y sonreí.

— ¿No puedo tomar de mi propia sangre? —Pregunté sonriendo con malicia

— ¿Qué me dices de lamer la sangre de tu vientre? —Suga me hizo una herida en el estómago

— ¡AUCH! —Chillé y retrocedí al instante

170
— Pelea —Ordenó él con voz profunda

Suga comenzó a mover el cuchillo en varias direcciones, yo esquivé el cuchillo en algunas ocasiones pero
en otras me resultó imposible. Traté de golpearlo con el puño pero era difícil ya que temía que me cortara
la mano con su cuchillo brillante y enorme. Suga comenzó a avanzar hacia adelante y yo hacia atrás.
Cuando sentí la pared supe que estaba muerto.

—Ya estás muerto —Suga sonrió

—Aún no —Contesté con confianza

Suga se acercó más. Trató de clavarme el cuchillo pero me agaché, aproveché que su cuchillo se clavó un
poco en la pared y pasé debajo de él. Él trató de golpearme con su pierna pero la esquivé con facilidad, me
coloqué detrás de él y busqué mi cuchillo con la mirada, estaba muy lejos. Suga logró extraer su cuchillo y
trató de darme pero me agaché y agarré su brazo. Trató de golpearme pero agarré también su otro brazo.
Él comenzó a forcejear

— ¿Y cómo me matarás? —Preguntó él riendo

Trató de levantar su pierna para patearme pero me hice un poco para atrás, quité presión en mis brazos y
desgraciadamente Suga aprovechó y me dio un fuerte golpe en la pierna. Sentí el dolor recorrer toda la
pierna, solté otro grito de dolor y traté de quitarle el cuchillo, lo agarré del filo.

Grave error. Suga comenzó a deslizar el cuchillo fuera de mi mano y yo sólo sentí la sangre abundante en
la palma de mi mano. Solté el cuchillo y observé horrorizado mi mano que estaba completamente roja
debido a la sangre. Mierda. Mierda. Mierda.

— Eres un estúpido —Suga soltó una carcajada

—Trataba de quitarte el cuchillo —Me quejé mientras observaba con horror la sangre

— En serio no sé si eres valiente o estúpido —Suga no dejaba de reír

— ¿Podrías dejar de reírte? —Solté molesto mientras le clavaba la mirada

— Nah, es divertido verte sufrir

— Bien, ganaste... fin del entrenamiento —Me senté en el suelo completamente rendido

— No pequeño, apenas comienza —Dijo él sonriéndome

— ¿Estás bromeando cierto? —Le clavé la mirada

— ¿Te parece que estoy bromeando? —Soltó él bruscamente

— Estoy herido, mi cuerpo me duele y mi mano está hecha un desastre —Dije entre dientes

— No me interesa, ponte en posición —Ordenó

— No —Dije simplemente

171
— ¿No? —Repitió Suga

— No —Me crucé de brazos y lo observé desafiante

— ¿Prefieres que te castigue entonces? —Susurró lentamente mientras sonreía

— ¿A qué castigo te refieres? Porque tiene distintos significados —Pregunté ligeramente asustado

— No te interesa. Si no haces lo que te pido... habrán consecuencias —Amenazó frívolo

— No puedes obligarme

— Claro que puedo, mocoso

— Inténtalo —Lo provoqué

Suga se acercó a mí a paso rápido, corrí y agarré mi cuchillo. Me di la vuelta y lo apunté, él sonrió.

— Esa es la actitud —Susurró mientras sacaba su cuchillo de su pantalón

Yo me adelanté y traté de clavar mi cuchillo. Me estresó la facilidad con la que me evitaba. Agarró mi
brazo y lo torció, con su cuchillo comenzó a hacerme un corte en la espalda. Forcejee con fuerza.

— ¡ME LASTIMAS! —Grité— ¡DETENTE POR FAVOR!

— Esto es por faltarme al respeto —Rió mientras clavaba más su cuchillo

— ¡ESTÁS LOCO! ¡SUÉLTAME JODER! —Forcejee

— Y esto por no obedecerme —Clavó su cuchillo cerca de mi axila e hizo un corte

Solté un grito de dolor y las lágrimas salieron, Suga me aventó al suelo. Cerré los ojos y sin poder evitarlo
me puse a llorar. No podía con este ritmo de vida.

— Arriba niño —Habló severo

No podía moverme, mi cuerpo no respondía. Observé la suciedad mezclada con la sangre y las lágrimas,
mi estado era fatal... y eso que sólo empezaba.

— Eres una pérdida de tiempo —Habló furioso— Debí matarte

— Hazlo, no haré nada —Susurré débilmente

— Levántate —Ordenó con fuerza

— ¡NO! —Grité de vuelta

Suga me jaló del cabello y me levanté, chillé de dolor, sentía que me arrancaría toda mi hermosa cabellera.
Le clavé la mirada furioso, hecha una fiera

— ¿NO TE CANSAS? —Golpee su brazo y me soltó

172
— No tengo límite, y baja ese tono —Amenazó de nuevo mientras me apuntaba con su cuchillo

— ¡YA TENGO SUFICIENTE CON DOLOR EMOCIONAL! ¡NO NECESITO MÁS DOLOR FÍSICO!
—Espeté

— ¿Dolor emocional? —Levantó una ceja

— ¡LO CREAS O NO ESTOY SOLO! ¡SÓLO ERA MI MADRE LA ÚNICA A LA QUE QUERÍA!

— ¿Y? Está muerta

— ¡LO SÉ! —Grité, mi voz salió ronca— ¡Y MI HERMANO ES UN IDIOTA!

—Pues aprende a lidiar con el dolor

— ¿CÓMO LO HICISTE TÚ? ¿CÓMO PUEDES MOSTRAR INDIFERENCIA ANTE TODO?

— Quizás soy un psicópata —Sonrió

— ¡Y quizás yo también y aun así me afectan las cosas! ¿Sabes? ¡Me tachan de sociópata!

— Porque eres débil

— ¿Sabes lo que es estar en un lugar donde todos te observan mal? ¿Sabes lo que es estar solo todo el
tiempo? ¿Saber que pese a todo no llenas un vacío?

Suga me observó fijamente. Me tapé el rostro y respiré profundo, solté un sollozo inevitablemente.

— ¿Sabes lo que es? —Destapé mi rostro— ¿Que te arrebaten a alguien a quien querías? ¿La única
persona que te entendía? ¿Sabes lo que es?

Suga me observaba inexpresivo, su posición era relajada pero por si observabas con atención se notaba
que su cuerpo y su rostro estaban tensos. Como si apretara la mandíbula o aguantara la respiración.
Necesitaba desahogarme. Me valía mierda.

— Yo siempre estuve solo, en todos lados me rechazaban. Sentía un vacío que no tenía explicación —
Proseguí— Y siempre fue en cierto modo un poco doloroso al principio... no sabía qué sucedía conmigo.
¿No tenías una persona que te entendiera pese a todo? Yo sí tenía una, y ya no está. ¿Sabes lo que es
sentirte lleno y luego vacío?

Suga levantó una ceja. Habían dos opciones: 1) se sentía igual 2) no tenía ni idea de lo que hablaba

— ¿Sabes lo que es sentirte desgarrado y muerto por dentro? ¿Buscar con desesperación una manera de
sentirte bien? —Sentí que el llanto se calmó— No tienes idea... no sabes lo que es

— Aunque suene extraño —Interrumpió Suga tranquilamente — Sé cómo te sientes

— ¿Eh? —Lo observé confundido

173
— Sé lo que sientes por dentro, yo pasé casi por lo mismo. Aunque a diferencia de ti, yo ya sabía desde
hace tiempo que estaba realmente mal. La única persona que siguió conmigo pese a esto fue... —Se
cortó— Una persona que ya no está conmigo. Así que sí mocoso, sé de lo que hablas

— ¿Y cómo lo haces? ¿No te duele? —Pregunté sorprendido pero con voz ahogada

— Te seré sincero —Suga suspiró— Al principio si me dolió mucho pero luego aprendí a que no sirve de
nada el dolor. Tienes que aprender a que no te afecte

— ¿Cómo? —Pregunté con voz corta

— No lo sé, yo decidí que ya no sufriría —Levantó los hombros— No es tan complicado. Si lo que dices
que eres un posible sociópata te será más sencillo... ¿sabes cuál es el privilegio de nosotros? ¿Los locos?

— ¿Cuál? —No sabía mucho respecto al tema

— La empatía no se nos da, no podemos realmente amar a alguien. Sólo a veces podemos obsesionarnos.
Si piensas muy a fondo, te darás cuenta que realmente no querías a tu madre, sólo te sentías bien con ella
porque entendía tu situación. Pero no la amabas.

— ¿Cómo lo sabes? —Susurré un poco a la defensiva

— Experiencia propia pequeño niño —Sonrió

— No sabes nada sobre mí —Observé el suelo

— Tengo tiempo para conocerte... tú a mí no, no te dejaré —Sonrió

— Bueno, ahora te conocí un poco más

— ¿Y cómo sabes que no es mentira?

— Reconocería a un mentiroso

— No me conoces estúpido mocoso

— No me digas mocoso

— Niñito estúpido

— ¿Te cuesta mucho llamarme por mi nombre?

—Sí, será muy familiar... Jimin… Jiminnie... no, demasiado familiar —Suga negó con la cabeza

— ¿Tú cómo te llamas?

— ¿Qué?

— ¿Cómo te llamas?

— De alguna manera

174
— ¿No me dirás?

— No

— Bien, como si me importara

— Eres un niño tierno mal actuado —Se burló de mala manera Suga — Estúpido niño ingenuo

— No te he hecho nada, ¡déjame! —Me di la vuelta

— Qué curioso... —Suga soltó una pequeño risa— Esas fueron exactamente las últimas palabras de tu
madre…

Me detuve en seco.

Sentí la rabia tomar control sobre mí otra vez, apreté con fuerza mi cuchillo y lo voltee a ver. Me dirigí a
él con el cuchillo al aire, sonrió y también levantó su cuchillo. Comencé a auto controlarme pero con la
misma fuerza de la rabia y el enojo mis movimientos fueron más rápidos y ágiles. Suga comenzó a
retroceder conforme me abalanzaba sobre él en descontrol.

— ¡BIEN! —Soltó con excitación— ¡A ESO ME REFERÍA!

Avancé lentamente hacia él con una enorme sonrisa pegada al rostro y traté de darle, me desenchufé de
mis emociones, sólo me concentré con mis movimientos. Sin embargo Suga logró lanzar mi cuchillo lejos
de mí, sin darme por vencido pegué un grito y me abalancé sobre él con fuerza.

— ¡AY, MALDITO MOCOSO! —Gritó él

Me aferré a él pero perdimos el equilibro y caímos los dos al suelo. Agité la cabeza y sentí que todo en mí
se volvió a encender. Observé que estaba tumbado sobre él. Solté una carcajada inevitable al ver su
expresión de enojo.

— Eres muy agresivo, estúpido mocoso —Dijo él de mala manera

— Y-yo —Literalmente estaba encima de él— No sé por qué hice eso

— ¿Puedes moverte un poco? Estás aplastando mi polla —Resopló

— ¿Tu polla? —Sentí el rubor apoderarse de mí— Ah, perdón

— Ay no, por favor —Suga comenzó a reírse. — Otra vez con tus estúpidos y adorables sonrojos.

— Ya te dije que no estoy acostumbrado a los comentarios pervertidos tan directos —Mordí mi labio con
fuerza para calmar el rubor

— Bueno... ¿te mueves? —Preguntó secamente

Observé bien su cuerpo. Podría ser una pequeño oportunidad para una pequeña seducción

— Sí, déjame tomar aire primero —Dije mientras inhalaba profundo.

175
Me reincorporé y quedé sentado sobre él, fingí sobar mi estómago y mis codos. Suga me observaba
fijamente con una ceja alzada. Comencé a menearme suavemente sobre él como si me estuviera
acomodando porque algo me lastimaba.

— ¿Qué haces? —Preguntó él un poco molesto

— Estoy sobando mis heridas... ¿algún problema? —Le clavé la mirada sonriente

— ¿Es tan necesario sobarte tus heridas encima de mí? —Sonrió divertido

— Sí, está cómodo —Brinqué suavemente sobre su entrepierna

Suga hizo una pequeño mueca y se mordió ligeramente el labio. Oculté la enorme sonrisa y observé el
entorno. Me deslicé hacia atrás pasando suavemente mis manos por su pecho y luego por sus piernas. Me
levanté suavemente y me estiré. Suga se levantó también poco después sin dejar de verme.

— Estás cubierto de sangre —Dijo él con voz más ronca que lo normal

— Lo sé —Contesté mientras lo observaba con cierta coquetería— Me voy a bañar

— Tengo una mejor idea —Sonrió gatuno

Me agaché para recoger mi cuchillo pero sentí que Suga me agarró por detrás. Pasó su cuello por mis
hombros y lamió la sangre cerca de mi clavícula. Me estremecí y solté un gemido placentero.

— ¿Y ese gemido? —Ronroneó sensualmente

— Me dolió —Mentí rápidamente

Traté de mover mis brazos para apartarlo pero me rodeó con fuerza. Mordí con fuerza mi labio cuando
comenzó a subir lentamente su lengua. Por inercia estiré el cuello para darle mejor acceso y cerré los ojos.
Solté un pequeño gemido cuando me pegó más a él, sentí que su respiración se agitó. Pensé en una manera
de mostrarle que disfrutaba lo que hacía sin ser muy obvio. Solté un suspiro y un gemido muy pequeño.

— Te escucho —Susurró coqueto sobre mi oreja.

— ¿D-de qué hablas? —Fingí mi tartamudeo

— Eres muy inocente —Susurró coqueto

Me zafé de su agarre y lo observé fijamente, sonreí con malicia.

— ¿Quieres apostar? —Levanté una ceja

— ¿Qué apuestas? —Sonrió también con malicia

— Sí no logro seducirte y caigo yo primero... —Comencé a acercarme a él lentamente— Te dejaré hacer


lo que quieras, sin quejarme. Te obedeceré y haré lo que sea

— ¿Y si tú ganas? —Preguntó mientras se ponía en una pose imponente

176
— Si yo logro seducirte antes, tú me obedecerás —Vi que la distancia entre él y yo comenzó a hacerse
más chica— No harás nada conmigo y no estaré forzado a obedecerte

— Es una apuesta con mucho peso —Él sonrió y frotó su barbilla

— ¿Aceptas? —Me paré un poco de puntitas para quedar a su altura y crucé mis brazos con una sonrisa.

— Sabes que ya gané —Sonrió soberbio— Te conozco bien, mocoso.

— Ya veremos —Susurré coquetamente. —También tengo mis encantos, y lo sabes.

Toqué suavemente su pecho y me acerqué a su cuello que mordí suavemente. Suga soltó un gemido ronco
y agarró mi cintura. Subí más mi lengua y chupé el lóbulo de su oreja. Suga me apretó con más fuerza,
sentí que su respiración se agitó y al instante sus manos se dirigieron a mi culo que apretó con fuerza.
Gruñó con placer, yo sonreí y me separé de él. Le guiñé el ojo alzando mis hombros.

Él abrió la boca y negó con la cabeza mientras sonreía. Levanté los hombros y me fui moviendo las
caderas para dirigir su vista hacia donde justamente se encontraba mi bien dotado trasero.

Debía ganar esta apuesta.

Debía hacerlo caer.

177
Capítulo 17. "¿Necesidad o capricho?

[Suga POV]

Después de correr a la mala al pequeño fastidioso de mi cabaña, retomé mis actividades. Me aseguré que
se alejara lo suficiente y finalmente pude respirar en paz.

Eran las 11 de la mañana y él aún no se había ido. ¿Qué acaso cree que esta es su casa? Yo me levanté a
las 8 y fui a hacer las compras, pasee un poco el parque y al regresar lo vi admirándose al espejo. ¿Por qué
se veía al espejo? No es que fuera realmente hermoso... bueno, era aceptable.

De acuerdo, sí era hermoso pero no tanto. Es decir tenía lindos ojos muy profundos, un cuerpo
increíblemente hermoso, un gran culo que me costaba apartar la vista de él y unos labios bastante
tentadores y... No deberías estar pensando en él.

Fui a la habitación y tendí la cama. El muy maleducado ni se había molestado en tenderla al menos.
Finalicé y regresé al cuarto principal, mi teléfono comenzó a sonar.

— ¿Sí? —Pregunté

— ¿Ya lo hiciste? —Preguntó la voz del otro lado

— Aún no... Tuve…Una pequeña distracción —Suspiré y agité mi cabeza

— Necesito que estés listo antes de septiembre

— Lo sé, aún necesito los boletos —Pasé mi mano por mi cabello

— ¿Y cuándo los conseguirás?

— Espero que en unas tres semanas a más tardar

— Sabes que no puedes hacerlo solo... ¿verdad?

— No te preocupes —Observé la camiseta del pequeño mocoso— tengo un posible candidato

— ¿Un?

— Sí, un chico

— ¿Asesino a sueldo?

— No, adolescente aparentemente normal... pero sé que tiene algo oculto

— Más te vale que no te atrases, necesito que llegues acá cuanto antes

178
— Estaré allí a tiempo

— Te esperaré

Colgué y suspiré. Bien, podía darle al pequeño mocoso una semana de vida en paz y luego iría a
buscarlo... a menos que me encontrara primero. Me quité la máscara y le deposité en la mesa, me acerqué
a la silla y observé la camiseta desgarrada del mocoso. La hice bolita y la boté, no la necesitaba. Saqué las
cosas que había comprado en el supermercado.

También tengo una vida normal, no siempre soy asesino. También tengo una identidad (con nombre falso
obviamente) donde hablo con la gente y voy a comprar cosas. La mayoría de las cosas eran sopas
instantáneas, barritas, fruta y algunas botanas.

Comenzó a hacer calor así que agarré mi toalla, salí y comencé a caminar en dirección al río. Llegué en
unos pocos minutos, me quité la ropa y me lancé al agua. Salí y me quité el agua del rostro, me pasé la
mano por el cabello y observé el cielo. El sol era radiante, pasaban las aves volando en el cielo azul.
Comencé a nadar para despejar mi mente y hacer un poco de ejercicio. Siempre fui muy buen nadador,
adoraba el agua... pero más la sangre. Las horas pasaron y finalmente decidí salir.

Me sequé y observé mi ropa. Me di una palmada en la frente

—Maldita sea, el mocoso se quedó con mi sudadera —Murmullé

"Idiota"

"Eso no habría pasado si no lo hubieras corrido tan bruscamente"

"Me fastidia estar tanto tiempo con él"

"Acostúmbrate que estarás mucho más tiempo con él"

"Necesitaré librar mi estrés a través de él"

"No suena tan mala idea"

"La verdad no"

Me volví a vestir. Comencé a trotar un poco por el bosque, tomé el camino largo hacia mi cabaña que era
por la carretera. Observé el pueblo a lo lejos, puede que necesitara unas cosas más antes de mudarme. No
tendía a estar mucho tiempo en un mismo lugar por seguridad.

Comencé a caminar en dirección al pueblo y no pasó mucho tiempo hasta que llegué a las grandes fuentes.
Un grupo de chicas me observaron y me sonrieron, rodé los ojos y no pude evitar sentir cierta
repugnancia. ¿Qué tienen las mujeres con nosotros los homosexuales? Bueno ya sé que soy de belleza
ilegal pero se ven realmente patéticas. De acuerdo, a veces me gusta tirarme mujeres pero sin duda los
chicos bonitos me van mejor. Lo peor es que no saben que le están sonriendo a su famoso Suga. Si tan
solo supieran… Me acerqué a la farmacia, necesitaría vendas, alcohol y curitas por si las dudas.

— ¿Sería todo? —Me preguntó la cajera con una radiante sonrisa

179
— Sí —La observé con cierto desprecio

— Bueno... te lo dejo gratis, será un regalo —Me guiñó el ojo

— Gracias —Sonreí fingidamente, claro

La chica anotó algo en un papel y lo metió en la bolsa antes de dármela. Salí y metí la mano en la bolsa
unas cuadras después: era un número telefónico. Puse los ojos en blanco y lo rompí en dos, lo boté y seguí
caminando. Puede que necesitaría un poco más de comida, evitaría salir ahora, sería un poco peligroso con
la nueva policía federal llegando la próxima semana. Observé una pequeño tienda del otro lado del parque.

Avancé un poco y observé los juegos, había muchos niños jugando. Di un paso pero alguien chocó
conmigo, solté un gruñido y observé molesto a la estúpida niñita que había chocado conmigo. Ella levantó
la mirada, tenía el cabello negro y suelto hasta las costillas. Tenía los ojos color avellana y era muy
blanca, portaba muchos moños y lazos. La sangre se me heló y aguanté la respiración

— Lo siento —Dijo la niñita

— Está bien —Susurré mientras sentía todo en mí estremecerse

— ¿Te conozco? —Preguntó ella mientras me examinaba

—No, me tengo que ir, ten más cuidado

La empujé un poco y seguí caminando. Voltee atrás de nuevo y vi a la niña regresar a los juegos. Suspiré
aliviado. Estuvo cerca. Seguí avanzando pero me detuve en seco.

"¿Qué hace ella aquí?"

"¿No vivían en...?"

"Sí. Si ella está aquí significa que él también está aquí"

"Mierda"

Busqué desesperadamente a la niña con la mirada, finalmente la vi. Me oculté detrás de un árbol y la vi
acercarse a unas personas. Era él... con otro chico de cabello oscuro de espaldas. Platicaron unos segundos
y la niñita se fue de nuevo. Observé fijamente al chico rubio, apreté mis puños.

"Taehyung"

"Y Emma"

"¿Qué hacen aquí?"

"No deben verte"

"¿Quién es el chico que está con ellos?"

180
Me acerqué un poquito más, esperé a que el chico se diera la vuelta. Abrí la boca y sentí el shock. Era el
mocoso... ¿desde cuando conoce a Taehyung? Agité mi cabeza, era muy peligroso estar aquí. Regresé
rápidamente a mi cabaña. Iba entrando cuando mi teléfono volvió a vibrar

— ¿Dos llamadas en un día no es muy precipitado? —Pregunté molesto

— Hay problemas —La voz del otro lado de la línea salió precipitada— Te necesito aquí en un mes o dos

— ¿Qué mierda? —Espeté molesto

— No más, más te vale estar aquí

— No estaré listo en ese tiempo —Sentí la frustración apoderarse de mi

— No me interesa, organízate

Colgó.

Quise aventar mi teléfono, no dude en hacerlo. Solté un grito de frustración y golpee la puerta. Entré y me
puse mi máscara y mi cuchillo. Me dirigí de nuevo al pueblo, me encargué de entrar por el lado del
instituto para evitar el parque. El sol comenzó a caer, debía darme prisa. Finalmente llegué colina arriba,
busqué la casa con la mirada. Finalmente la vi, me acerqué corriendo y toqué la puerta.

— Más te vale tener un buen pretexto, Jimin —Se oyó del otro lado

La puerta se abrió, un chico moreno y de cabello oscuro me observó de pies a cabeza. Se puso pálido y
retrocedió temblando.

— Sí —Sonreí— No soy Jimin pero tengo un buen pretexto

Entré de golpe y con un fuerte puñetazo sorprendí al chico. Cerré la puerta. Él comenzó a arrastrarse hacia
el teléfono pero lo jalé a la sala. Comenzamos a pelear y destrozamos algunas decoraciones, agarré mi
cuchillo y se lo enterré en el brazo. El otro chico pegó un grito de dolor, le pegué con mi cabeza y agarré
un jarrón, lo golpee y cayó inconsciente al suelo. Observé la casa y apagué todas las luces, subí y comencé
a apagar todo pero me detuve en el cuarto del estúpido mocoso.

Tenía un cuarto bastante cursi pero no era feo, observé su máscara idéntica a la mía, pero más decorada
sobre su cama. La agarré y sonreí. Ese chico sí que estaba loco. Apagué la luz y bajé de nuevo las
escaleras. Escuché ruidos, me asomé por la ventana y vi al mocoso llegar.

Me oculté en la sala y saqué los sedantes que tenía guardados en mi pantalón. Escuché la puerta abrirse y
su voz. Entró a la sala y se abalanzó sobre su hermano. Aproveché su distracción y le coloqué el sedante,
sentí su cuerpo hacerse pesado y en cuestión de segundos cayó en el suelo.

— ¿Por qué haces esto? —Preguntó el chico, seguramente su hermano

— Necesito a tu hermano —Sonreí— Gracias por prestármelo

— Maldito psicópata

181
Sonreí y le apliqué el sedante. Una vez todo bien asegurado observé al chico, aún tenía mi sudadera
favorita. Lo levanté pero era algo pesado, no aguantaría de aquí a la cabaña, estaba muy lejos. Pero
tampoco podía arrastrarlo Tenía que pensar en algo rápido. En eso recordé el viejo teatro abandonado,
estaba cerca del pueblo y nadie iba ahí porque según esto estaba "maldito"

Asentí y cargué al pequeño mocoso. Lo coloqué en mis hombros y salí por la parte de atrás, crucé los
jardines rápidamente, por fortuna nadie me vio. Crucé las calles casi corriendo, mi hombro comenzaba a
arder. Finalmente vi el teatro a lo lejos, bajé al mocoso y lo arrastré, lo levanté de la cadera para que sólo
sus pies se arrastraran.

Lo deposité en el suelo y abrí la pesada puerta, me dio flojera volver a cargarlo así que lo arrastré. Lo dejé
cerca del escenario y busqué lámparas. Regresé con él y busqué cosas con qué atarlo, no quería que saliera
corriendo. Me tardé bastante tiempo pero finalmente logré dejarlo inmóvil. Eso creo... eso espero. Lo
observé, no tardaría en despertar así que debía pasar la noche ahí. Observé la hora en mi teléfono: 11:58
pm

Busqué un camerino decente y me dormí.

[***]

Unos fuertes ruidos me despertaron. Abrí los ojos y observé la hora: 9:12 am

Me levanté corriendo de la cama. Abrí la enorme puerta para entrar a la sala principal, toda la luz se coló.
Me acerqué al pequeño que tenía su cara tapada debido a la luz, observé que sólo las cadenas lo sujetaban.
Mierda, me había tardado tanto colocando todo. Ugh, estúpido niño listo y terco.

— Vaya, lo que me tomó ajustar bien el nudo para que lo arruinaras —Hablé molesto

El pequeño estúpido abrió poco a poco los ojos. Me observó de pies a cabeza, seguro trataba de asimilar lo
que estaba sucediendo. Se frotó un poco la cabeza.

—Me debes una explicación —Espetó el muy maldito con tono maleducado

— No te debo nada, estúpido —Respondí con el mismo tono, odiaba que me hablara de ese modo. SOY
UN ASESINO, no su hermano. Me agaché y sobé su mejilla pero apartó la mirada con brusquedad—
Alguien amaneció de malas

— Déjame en paz —Se cruzó de brazos. Ja, dejarlo en paz sería lo último que haría

— No me arriesgaré a que también te zafes de las cadenas

— ¡NO ME TOQUES! —Gritó él mientras pataleaba

182
Inmovilicé sus piernas, gracias a mis hábiles manos logré zafar las cadenas con facilidad. El mocoso me
observó sorprendido. Suspiré y observé la puerta. Quizás podía encerrarlo en el camerino en el que estaba,
tenía seguro por fuera.

— Bien, arriba mocoso —La jalé con fuerza de sus brazos para levantarlo

— ¡Ay! ¡Cuidado! —Se quejó mientras hacía una mueca

— Te voy a encerrar... ¿irás por la buena o por la mala? —Traté de sonar serio, aunque era divertido. El
niñito me observó escandalizado

— ¿Me preguntas eso en serio? —Retrocedió un poco— No iré a ningún lado. Nop, y no me obligarás, no
señor...

Levanté una ceja. ¿Le gustaba hacerse el difícil? Bueno... será por la mala entonces. Lo jalé en un
imprevisto y lo cargué como costal de papas. Él comenzó a golpear mi espalda, ignoré sus pequeños
golpecitos y comencé a caminar.

Tenía buena vista de su gran y apetitoso trasero. Mierda, ¿por qué tenía que estar tan bueno?

— ¡SUÉLTAME! —Comenzó a patalear

— Quédate quieto —Solté con agresividad, comenzaba a fastidiarme— ¿quieres que te noquee para que te
calmes?

— ¡NO QUIERO QUE ME ENCIERRES! —Soltó como fiera rabiosa— ¡TENGO HAMBRE!

Después de una pequeño discusión lo calmé pellizcando su nalga. Él comenzó a quejarse, fingí
indiferencia aunque una sonrisa se dibujó en mi rostro. Era impresionante la falta de perversión de este
niño al tener su edad. Aunque él creyera que no era inocente, realmente lo era. Por ejemplo, al encerrarlo y
soltar el mal chiste acerca de la comida, comenzó a lanzar zapatos a la puerta seguido de una palabrota.

Al final me aburrí y me alejé. Salí del teatro y caminé a casa

[***]

A la mañana siguiente sorprendí al mocoso arreglándose. Debía admitir que se veía bastante bien en esos
pantalones negros y la luz en su rostro resaltaba perfectamente sus hermosos labios. Lo observé
detenidamente y vi que traía un par de tenis.

Le lancé un cuchillo y él se mostró algo sorprendido. Cuando salió, lo asusté colocando mi cuchillo cerca
de su garganta. Debía aprender a no bajar la guardia nunca. Finalmente comenzamos a entrenar, él al
principio estaba bastante atento y acertaba muy bien. Aprendió rápido las lecciones, era un chico astuto,
odiaba admitirlo. No tenía un pelo de tonto ese sexy mocoso.

¿El problema?

183
Era muy débil

Debía modificar un poco su dolor, debía enseñarle a tragar el dolor sin sufrir, él no es tan diferente a mí,
cuando lo veo me veo unos años atrás. Estuve tratando de darle con mi cuchillo pero era rápido, pero no
tanto. Cuando me convencí que era bueno con los cuchillos decidí pasar al combate físico. Tal y cómo me
temía el mocoso era pésimo. Dejaba que la ira tomara control TOTAL de él, no le serviría obviamente. Él
debía aprender a desenchufarse de sus emociones pero a la vez mantener el control.

Admito que comencé a fastidiarme al verlo caer y no levantarse. Me enojaba porque sabía que él podía
con esto y mucho más. Quería explotarlo al límite. Así que después de hacer un pequeño comentario
inocente sobre su madre, pude ver realmente a la fiera que lleva dentro.

Debo admitir que al verlo sentí un pequeño escalofrío recorrerme, se fue acercando con el cuchillo en alto
y comenzamos a pelear. Era mucho más rápido y ágil así que comencé a retroceder. Al verlo fijamente los
ojos parecían vacíos. Era bastante aterrador puesto a que sonreía pero sus ojos mostraban ira desenfrenada
y mucha oscuridad, aunque claro, soy mucho mejor que él.

Lancé su cuchillo: así tendría una pequeña ventaja. Me gustaba jugar sucio. Sin embargo, el mocoso en
lugar de correr por su cuchillo (como esperaba) soltó un alarido y el muy idiota se abalanzó sobre mí con
fuerza inhumana. Perdí equilibrio y ambos nos fuimos para atrás.

Sentí todo el peso del maldito niño sobre mí. Pensé en empujarlo con agresividad pero cuando nuestros
cuerpos entraron en contacto y vi ligeramente sus pezones marcados a través de la tela unos centímetros
de mi cara, decidí mejor esperar a que él se levantara. El idiota me observó fijamente y agitó su cabeza.

— Eres muy agresivo, estúpido mocoso —Espeté mientras resoplaba, sentía la falta de aire

— Y-yo —Tartamudeó él mientras abría más sus ojos— No sé por qué hice eso

— ¿Puedes moverte un poco? Estás estrujando mi polla —Dije al sentir la presión en mi entrepierna

— ¿Tu polla?—Sus mejillas se tornaron rosadas— Ah, perdón

— Ay no por favor —Comencé a reírme debido a su tan conocida inocencia. —Otra vez con tus estúpidos
y adorables sonrojos.

—Ya te dije que no estoy acostumbrado a los comentarios pervertidos tan directos —Se mordió el labio
con nerviosismo. Me gustaba tenerlo en ese estado donde se sentía completamente invadido, me hacía
sentir poderoso

— Bueno... ¿te mueves? —Solté seco, no me encanta tener a chicos encima de mí a menos que sea para
cabalgarme la polla. Y sin duda, debía admitir que me encantaría ver a este mocoso haciéndolo.

— Sí, déjame tomar aire —Dijo él mientras inhalaba profundo

Se reincorporó y quedó sentado encima de mí. Me examinó rápidamente con la mirada y comenzó a
sobarse las heridas. Lo observé fijamente... algo tramaba. Después de unos pequeños segundos, el mocoso
comenzó a moverse ligeramente encima de entrepierna.

184
Sentí inmediatamente la electricidad recorrer mi cuerpo. Me asusté un poco ya que ningún chico lograba
ponerme en ese estado tan rápido. Ninguna persona, mejor dicho.

— ¿Qué haces? —Pregunté molesto, odiaba que tramara cosas

— Estoy sobando mis heridas... ¿algún problema? —Soltó él con sequedad

— ¿Es tan necesario sobarte las heridas encima de mí? —Sonreí, comenzaba a entender su pequeño juego

— Sí, está cómodo —Brincó encima de mí provocando que todo en mí se aflorara el triple

Hice una pequeño mueca y mordí un poco mi labio... joder, el muy maldito me estaba excitando. El
pequeño estúpido comenzó a hacerse hacia atrás pasando suavemente sus manos por mi pecho. Su simple
tacto resultó adictivo, electricidad y excitación pura recorrió cada centímetro de mi cuerpo. Apreté los
puños resistiendo el impulso de hacerlo mío ahí mismo. Él se levantó sensualmente y se estiró, me
levanté. Pensé por un segundo en violarlo ahí mismo pero resistí la tentación.

— Estás cubierto de sangre —Sentí mi instinto asesino dominarme más que la lujuria

— Lo sé —Me observó con picardía, mi corazón dio un pequeño brinco— Me voy a bañar

— Tengo una mejor idea —Toqué mi cuchillo suavemente

Me acerqué a él y pensé que tal vez no sería tan mala idea dejar que se bañara y entrar ahí mismo. Estoy
seguro que las duchas de los camerinos se verían mejor con un poco de rojo en las paredes.

Mi cuerpo agarró al idiota por detrás, pasé mi cuello por su hombro para lamer un poco de sangre que
había en su clavícula. Oh sí... me gusta la sangre de este chico. Él se estremeció y soltó un gemido... pero
no fue uno de dolor.

— ¿Y ese gemido? —Sonreí. ¿Se ponía con asesinos psicópatas como yo?

— Me dolió —Dijo él, puede que se la hubiera creído pero había pasado tanto tiempo con hombres y
mujeres que ya sabía diferenciar un gemido de placer a un gemido de dolor

Comencé a seducirlo, él caía poco a poco. Si seguía a este ritmo, no me sorprendería que acabáramos los
dos desnudos en el pasto mientras le daba duro y me embriagaba con sus pequeños gemidos
placenteramente dolorosos. Sin embargo mi fantasía se vio interrumpida cuando él se zafó de mi agarre y
comenzó a parlotear acerca de su inocencia no tan inocente.

Finalmente hicimos una puesta. Quien cayera primero a los pies del otro perdía y obedecería al otro. Yo
estaba seguro que ganaría pero el muy astuto me sorprendió cuando comenzó a morder mi cuello y a
lamer el lóbulo de mi oreja. Mi cuerpo comenzó a seguirle el juego pese a los gritos de mi mente para que
no lo hiciera. Sentí que toda la sangre comenzó a enfocarse en mi amiguito, juré que ahí mismo caería
pero pude con la situación. Afortunadamente él se separó en pleno clímax y se fue guiñándome el ojo y
moviendo la cadera. Puede que la sangre fuera lo más placentero del mundo, pero este chico... Era todo un
reto. Ahora menos lo dejaría ir pero no debo desenfocarme. No permitiré que tenerlo cerca se convierta
más en una necesidad que un capricho.

185
Capítulo 18. "Seduciendo a Suga"

[Jimin POV]

Después de dejar a Suga, regresé al camerino. Tomé aire y lo solté riendo, no podía creer lo que había
dicho y hecho, debía ganar esta apuesta a toda costa. Observé el armario y lo abrí, comencé a sacar la ropa
a montones y separé la provocativa a la holgada. Observé la caja de "Eroge" hasta el fondo, sonreí
mientras la sacaba rápidamente. Observé la lancería.

— Sí, esto puede servir —Susurré en voz baja

Comencé a organizar las cosas tranquilamente mientras tarareaba una canción. Finalmente al separar todo
fui a buscar zapatos cómodos pero la puerta se abrió bruscamente. Pegué un brinco y vi al Suga irrumpir
rápidamente en la habitación.

— ¿Sabes? es considerado de buena educación tocar las puertas —Me crucé de brazos

— Ten —Suga me lanzó una bolsa transparente— Necesito que te pruebes eso

— ¿Qué es? —Pregunté

— Un vestuario de camuflaje, no me arriesgaré a que te reconozcan —Suga observó la cama

— Gracias... supongo —Dejé la bolsa en el suelo

Suga me observó de nuevo, volvió a ver la ropa en la cama y sonrió mientras negaba con la cabeza. Se
acercó a la puerta pero en el marco se detuvo. Me observó a través de su hombro.

— ¿Ah, y mocoso? —Me dedicó una mirada traviesa

— ¿S-si? —Sentí que todo en mí se estremeció cuando me dedicó esa mirada traviesa

— Necesitarás más que eso para provocarme —Señaló la lancería

Iba a responderle pero se fue cerrando la puerta detrás de él. Sentí mis mejillas encenderse Ese maldito
hijo de…

Patalee un poco el suelo y fui a abrir la bolsa de plástico que me había dado Suga. Comencé a sacar trajes
y zapatos bajos junto con una extraña peluca masculina color rojo.

— ¿Se supone que así será irreconocible? —Me burlé

Comencé a quitarme la ropa. Incluso cambié mi ropa interior por una de "Eroge". Un bóxer bastante
pequeño y de tela elástica que se me amoldaba preciosamente a mi buen dotado trasero. Me puse el traje
que era bastante ajustado y agarré la peluca. Bueno, no estaba tan mal.

186
—Bueno... creo que puedo con esto —Dije mientras ajustaba el traje y la corbata.

Comencé a caminar haciendo resonar mis pasos, vi una luz prendida no muy lejos de donde estaba. Me
apoyé en el marco de la puerta y observé a Suga quien estaba revolviendo mucha ropa y diciendo cosas
incomprensibles en voz baja.

— Ejem, Ejem —Carraspee para llamar su atención.

— ¿Qué quie...? —Pero se frenó al verme, me observó de pies a cabeza repetidas veces— Oh. No te
queda mal, te hace ver mayor

— Gracias —Sonreí y entré al cuarto— Los trajes no me sientan tan mal.

— No —Observó mis piernas— El pantalón tampoco está mal.

— Me gustan más mostrar mis clavículas —Comencé a zafar algunos botones de mi camisa — ¿Qué
dices? ¿Me sienta mejor mostrando más piel?

— Opino que te ves ridículo tratando de ser sexy. No te sale —Suga rió

— ¿Eso crees? —Ronronee y me acerqué a él lentamente— ¿Qué acaso tú puedes hacerlo mejor?

— Mucho mejor que tú, soy sensual de nacimiento —Sonrió con arrogancia

— Pues vas tío —Fingí acento español— Sedúceme

— Sería muy aburrido si lo hago ahora, prefiero tomarte desprevenido, mocoso —Sonrió

— Como quieras, no creas que con tu acento secón me vas a intimidar... —Sonreí— Sé que te pongo duro

— ¿Eso crees? ¿Entonces por qué no hay ninguna erección ahora mismo?

— Porque no me has visto quitarme la ropa

— Pues vas entonces, mocoso —Imitó mi acento— Sedúceme

— Sería muy aburrido si lo hago ahora, prefiero tomarte desprevenido —Le guiñé el ojo

— Maldito mocoso, en serio quien te entiende —Rió

— No finjas que no sientes nada

— Es la verdad

— ¿Nunca sientes nada? —Levanté una ceja

— ¿Debería? —Sonrió— Soy asesino, pequeño estúpido

Levanté los hombros y salí de su cuarto. Parece que era más complicado de lo que parecía, debía
realmente esforzarme si quería ganar. Debía ganar. Regresé al camerino y me senté a pensar en algún
plan, si quería agarrarlo desprevenido debía estar haciendo otras cosas...

187
"O puedes atraerlo de otra manera"

"¿Cómo?"

"Sangre"

"Sangre y sexo no suena muy lindo"

"Pero para él sí"

"¡NO HARÉ ESO!”

"JA, claro"

Respiré profundo y me metí de nuevo en el camerino. Me puse a reflexionar un poco... ¿realmente quería
hacer esto? ¿Salir y coquetear con un psicópata? ¿Por qué no simplemente matarlo y ya? ¿Era tan
necesario el escándalo de cortejarlo?

Me senté en la cama y tragué saliva, sentí un sabor agrio y mi respiración hacerse más lenta. Pues, parte de
mí quería hacer esto pero otra parte no, coquetear con un asesino puede sonar entretenido de un cierto
modo pero... sigue siendo un asesino y nunca sabrás cuando perderá el control.

No puedo simplemente matarlo y ya. Mi sed de sangre me impide sólo apuñalarlo... así que sí, era
necesario el escándalo de cortejarlo para hacerlo sufrir.

"Hazlo sufrir"

"Tortúralo”

"Mátalo"

"Humíllalo"

"Véngate"

"Fríamente"

"Con crueldad"

"Sin piedad"

"Acábalo"

"Pisotéalo"

"Aplástalo"

"Quítale todo"

"Tú mandas"

"No lo dudes"

188
"MÁTALO"

"MÁTALO"

"SANGRE"

"GRITA"

"MATA"

"GRITA"

"MATA"

Me golpee la cabeza con la pared mientras trataba de ahuyentar las voces. Miles de escenas de muerte y
dolor me invadieron, apreté mis puños y contuve la respiración. Exhalé suavemente y me acerqué al
cuchillo que tenía, lo puse frente a mí y lo apreté con fuerza.

"Me las pagarás, maldito"

Me quité el traje y me metí al baño. Toda mi ropa tenía manchas de sangre. Abrí el agua y pese a lo helada
que estaba, me metí. Me desenchufé de mis emociones y comencé a bañarme pese al ardor que
provocaban mis heridas al tallarlas. Después de largos minutos cerré todo y salí. Me sequé de nuevo y
saqué nueva ropa interior, más provocativa y mucho más apetitosa. Me cambié mientras me convencía de
que él caería tarde que temprano. Esta vez añadí un arnés tipo bondage en mi pecho, me coloqué de nuevo
el traje. Agarré el cuchillo y suspiré.

Salí del camerino y puse el cuchillo cerca de mi ropa interior, comencé a caminar hacia el cuarto de Suga.
La puerta estaba cerrada, me paré en frente y toqué 3 veces

— ¿Estás ahí? —Pregunté suavemente

Nada, no escuché absolutamente nada. Giré la perilla y asomé la cabeza, no había nadie. Gruñí y cerré la
puerta mientras trataba de pensar en dónde se habría metido. Después de unos segundos en silencio
escuché agua corriendo, me pegué a la pared y en efecto se escuchaba el agua. Comencé a caminar por el
pasillo hasta que el ruido se volvió más fuerte y no necesité pegarme más a la pared.

— ¿Hola? —Dije en voz alta

Me frené frente a una puerta que decía "caballeros". Toqué la puerta y esta se abrió casi al roce. Había
bastante vapor dentro y escuchaba el agua pegar contra el suelo. ¿Por qué había vapor? ¿Qué acaso había
agua caliente? Entré delicadamente, apenas se podía ver algo

— ¿Estás aquí? —Pregunté mientras forzaba mi vista

— ¿Qué necesitas, mocoso? —La voz de Suga se escuchó de algún lugar

— Yo, este... —Pensé en algo— El traje me incomoda un poco... —Escuché que el agua dejó de correr—
Quería saber si tenías otro de casualidad

189
— ¿Me ves cara de tejedor? —Se burló

— No pero... supongo que de donde lo sacaste habría otro —Dije mientras lo buscaba con la mirada

Escuché unos pasos y vi una silueta a lo lejos. Me quedé tieso y fingí observar mis uñas, unos segundos
después sentí la presencia de alguien no muy lejos de donde estaba. Dejé mis uñas y vi a Suga a unos
metros de mí. Una toalla lo tapaba de su cintura hasta sus rodillas

— ¿Hay agua caliente? —Pregunté estupefacto

— Claro, estúpido mocoso —Dijo él con su tono típico maleducado

— Me hubieras dicho —Refunfuñé

— No estaba obligado —Se acercó

Levanté la mirada cuando estuvo lo suficientemente cerca. Mis ojos se frenaron rápidamente en su
abdomen, estaba marcado, y también de los brazos. Levanté la vista y deposité mis ojos en los suyos.
Aunque... llevaba puesta la máscara. Observé su cabello que se notaba aún más negro y le caía en su cara,
pequeños gotas de agua se deslizaban de abdomen y por la máscara dándole un look terriblemente sexy.

— ¿Me puedes dejar de ver así? —Dijo él

— ¿Verte cómo? —Pregunté aún embobado por la perfecta escena

— Como si fueras a violarme aquí mismo... es incómodo —Hizo una mueca

— Wow, tú sí que eres especial —Me alejé un poco

— No me gusta que los chicos me vean así

— Eres guapo y eres ardiente... ¿qué chico no te va a ver así?

— Las que son guapos y calientes sí los dejo

— No pues, muchas gracias —Dije molesto

— No eres guapo —Dijo él— Eres normal

— ¿Normal? —Levanté ambas cejas

— Y no estás bueno, eres completamente neutral —Dijo mientras me observaba de pies a cabeza

"Hijo de su..."

“No se atrevió”

— ¿Pues sabes qué? —Traté de controlar mi enojo— Me vale una hectárea de mierda lo que opines sobre
mí —Mi voz salió molesta— Porque tú maldito creído arrogante, no tienes derecho alguno de opinar sobre
mí... Sólo los que yo considero aceptables pueden hacerlo

190
— No trates de devolverme la moneda —Sonrió

— A la mierda contigo. Si esa es tu técnica de coqueteo realmente apesta

— No estoy coqueteando, digo las cosas como son

— Bien —Me llevé las manos al traje para desabrocharlo — Pues con tu permiso, me voy a bañar porque
llevo tiempo sin probar el agua caliente y me dará hipotermia

— ¿No te acabas de bañar?

— Qué te importa —Espeté groseramente

— Bájale a ese tono —Dijo severo

— Bájale a ese tono —Imité con voz ñoña

Comencé a quitar todos los botones y deslicé suavemente la parte superior de mi cuerpo. Suga me observó
fijamente pero negó con la cabeza y comenzó a secarse el cabello con otra toalla. Rodé los ojos y me quité
los zapatos y el pantalón. Lo dejé en una banca y lo doblé.

— ¿No te vas a quitar la peluca? —Preguntó

— Cierto —Me quité la peluca y la aventé. Sacudí mi cabello y suspiré.

Suga me observó de nuevo y sus ojos volvieron a brillar. Lo observé con cierta desconfianza cuando
sonrió levemente cuando pasé mis manos por mis brazos. Le di la espalda y me quité el cuchillo que
llevaba, lo dejé junto al traje.

— ¿Para qué trajiste el cuchillo? —Preguntó mientras lo agarraba

— Protección personal —Dije con una sonrisa sarcástica y meramente falsa

— ¿Y te vas a duchar acá? —Se recargó en la pared sonriente

— Ni modo, si no te parece siempre habrá una puerta —La señalé

— Prefiero ver cómo te bañas —Sonrió

— Eso sí que no —Le clavé la mirada— No te dejaré

— No puedes correrme

— Claro que puedo

— No, no puedes

Me acerqué a él desafiante y comencé a jalarlo del brazo. Él se rió, apenas lograba moverlo.

— ¡MUÉVETE! —Comencé a jalar con fuerza

— No lo lograrás —Comenzó a ver sus uñas con arrogancia

191
— Eres un... —Solté un grito, nunca antes nadie me había logrado sacar de mis casillas del modo en el
que él lo hacía

— Grita, no te servirá de nada —Resopló— Niño berrinchudo

Lo solté y observé el cuchillo depositado junto a él. SU CUCHILLO. Lo agarré y él me dedicó una mirada
sombría y realmente aterradora.

— Deja eso —Sus ojos parecieron tornarse negros

— No —Me llevé el cuchillo al pecho

— ¿Qué haces? —Preguntó mientras se acercaba, me aleje

— Te estoy provocando

Su mirada cambió a una completamente letal. Antes de que llegara a mí pasé el filo del cuchillo cerca de
mi clavícula, sentí la sangre tibia escurrirse por mi cuerpo. Suga se quedó quieto viendo hipnotizado la
sangre. Apreté el cuchillo y me hice otra herida en el brazo pero más leve, sentía el dolor pero me
encantaba sentirlo. Mi mano comenzó a clavar el cuchillo por mi piel, el tacto de mi piel abriéndose y la
sangre bañando mi cuerpo era...

Era hermoso

— Te vas a matar —Dijo él

Levanté el cuchillo y vi que estaba lleno de sangre abundante. Lo metí a mi boca y lamí la sangre frente a
él, pasé toda la lengua por su cuchillo y hasta que lo dejé limpio lo deposité junto a mí. Suga abrió la boca
y se quedó helado

— Me gusta la sangre —Dije mientras sonreía y hacía mi cabeza de lado

— Estás loco, niño —Susurró él mientras se alejaba

— ¡SI LO ESTOY! —Me reí y sonreí aún más— ¿Y te digo algo? ¡ME ENCANTA!

— Sádico masoquista —Dijo él mientras negaba con la cabeza

—Me vale... —Apreté mis heridas para que saliera más sangre— Soy delicioso

— En serio tienes problemas —Se acercó— Estás demente... loco...

— La locura y yo somos amigos —Me sentí completamente fuera de mí

— Maldito niño psicópata —Una sonrisa se formó en él— Me encantas...

Levanté la mirada pero él se aventó contra mí como una fiera rabiosa. Me cargó de la cintura y me llevó
de costal. Agité mi cabeza y me sentí de nuevo entrar en mí... ¿qué demonios me había sucedido? ¿Qué
demonios conmigo? Suga abrió la puerta de su cuarto y me dejó en el suelo. Lo observé con cierto temor

192
puesto a que su mirada era tétrica. Parecía tener un juguete poseído frente a ti sonriendo. Él cerró la puerta
y comenzó a acercarse

— Sangre... —Susurró él con deseo

— ¿Qué haces? —Comencé a alejarme

— Quiero matarte... —Sus ojos brillaron— ¡QUIERO MATARTE!

Se abalanzó sobre mí con brusquedad y me estampó con fuerza contra la pared. Traté de quitármelo de
encima pero resultó casi imposible. Finalmente logré empujarlo y traté de salir corriendo pero me agarró,
me aventó con fuerza hacia la cama.

— ¡BASTA! —Aullé— ¡COMPÓRTATE!

—CÁLLATE —Gritó él con voz inhumana— Si eres buen chico... tu muerte no dolerá tanto

Se puse sobre mí y vi que agarró de su mesa unas tijeras, ahogué un grito y comencé a patalear, rodamos
en la cama y evité las tijeras. Se las arrebaté y las aventé lejos. Él trató de golpearme para tranquilizarme
pero me defendí como fiera rabiosa, con fuerza sobrehumana, logré darle la vuelta y quedé sobre él.

— ¡YA BASTA TE DIJE! —Aullé con fuerza

Suga dejó de forcejear. Sentí mi respiración peligrosamente rápida al igual que la mía. Él sonrió

— ¿De qué sonríes? —Espeté

— Definitivamente no me arrepiento de haberte traído conmigo... —Ronroneó

En un imprevisto me colocó debajo de él, iba a empujarlo pero comenzó a lamer la sangre de mi cuerpo,
gemí y arquee la espalda.

— Es hora de jugar un rato con Suga —Sonrió con picardía

— En ese caso perderías —Dije mientras le devolvía la sonrisa

— ¿Es un reto mocoso?

Suga besó mi cuello y se colocó entre mis piernas, se apoyó en sus brazos mientras me lamía el cuello.
Gemí con fuerza y mordí mi labio. Lo rodee con mis brazos y volvimos a girar, quedé de nuevo frente a
él. Me puse encima de él y sonreí. Pasé mis manos por mi cuerpo mientras echaba la cabeza hacia atrás y
reía. Él tomó mi cintura y me pegó a él.

— Caerás frente a mí esta noche —Susurró en mi oído

— Tú caerás frente a mí esta noche —Susurré con el mismo tono

Volví a quedar debajo de él, chupó mi herida. Gemí con fuerza y apreté las sábanas, Suga bajó hasta llegar
a mi ropa interior, flexionó mis piernas y las abrió suavemente. Sus ojos desbordaban de placer, cerré los
ojos un segundo pero los abrí de golpe cuando sentí que tocó mi parte íntima.

193
— ¿Q-qué estás...? —Susurré mientras mordía mi labio

— Shhh —Sonrió— Tú relájate mocoso

Ahogué un grito cuando Suga comenzó a hacer círculos sobre mi miembro a través de la tela. Aunque aún
llevaba puesta la ropa resultó un tanto extraño. Traté de reincorporarme pero fue casi inútil. Pegué un
gemido y apreté con fuerza las sábanas mientras despegaba mi espalda del colchón. Me empecé a
marear... el placer que ofrecía, no era nada a comparación de otras cosas que habría sentido con otros
chicos. Sentí mi pene despertar rápidamente.

— Deberías ver cómo te retuerces en mi tacto —Se burló

— Basta... basta... —Supliqué mientras sentía todo en mí acelerarse

— Se nota que ni tú te tocas en la noche —Sonrió

Mi cuerpo comenzó a contraerse, apreté mi mandíbula y seguí mordiendo mí lengua. Me tapé la boca y
rogué para que el ritmo subiera, pero seguía con la misma lentitud, mi cuerpo comenzaba a frustrarse. La
agonía placentera de la tortura era simplemente irreal.

— ¿Quieres que acelere el ritmo? —Suga mordió mi cuello y subió el ritmo debajo

— Mmm —No podía hablar, un gemido salió en modo respuesta

— ¿O prefieres que lo haga con mi lengua? —Ronroneó

Abrí mucho los ojos y sentí la burbuja de placer aumentar y aumentar. Finalmente cuando la burbuja
explotó solté un largo gemido mientras clavaba mis uñas en la espalda desnuda de Suga, mis piernas se
contrajeron al igual que todo mi cuerpo. Temblé y sentí mi cuerpo frágil y delicado. Mi erección comenzó
a gotear líquido pre-seminal conforme más rápido frotaba. Me dejé caer en seco mientras mi pecho subía y
bajaba con rapidez, mordí mi labio y solté un último gemido, sentía que me desmayaría ahí mismo.

— ¡Basta! —Exclamé mordiendo mi mano. — ¡S-Suga! ¡Ah!

Él lamió sobre la tela y me observó fijo. Solté un grito más potente y separé mi espalda de la cama
sintiéndome correr cuando frotó y al mismo tiempo lamió mi erección sobre la tela de mi ropa interior.

—Mírate nada más, pequeño niño —Suga sonrió— ¿Te gusta verdad?

— C-cállate —Sentí mis mejillas arder

— No lo niegues mocoso —Agarró mi barbilla para que lo viera— Te acabo de llevar a tu primer orgasmo

— ¿Por qué nunca te quitas la máscara?

— Porque no... Y no cambies el tema —Sonrió

— Bien pues... ¿te digo algo? —Me reincorporé

— ¿Qué? —Me observó desafiante

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— Tú también caerás

Lo empujé de nuevo y me monté en él. Me coloqué justo debajo de su entrepierna y comencé a menear mi
cadera en círculos para provocarlo. Él sonrió y agarró mi cintura. Sonreí y deslicé mis manos al nudo de
su toalla. Comencé a zafarla lentamente cuando…

Escuchamos unos fuertes balazos

— ¿Qué fue eso?— Suga se reincorporó

— No lo sé —Respondí nervioso

Otro balazo

— ¡SAL A VER! —Ordenó

Me levanté y corrí a la puerta, abrí y salí al pasillo con el corazón pegado al pecho. Me acerqué a la puerta
de salida y para mi sorpresa Suga ya estaba junto a mí vestido. Me observó y puso su índice en su boca,
asentí.

Suga abrió delicadamente la puerta y se aferró a su cuchillo. Salió con delicadeza y yo sólo asomé la
cabeza para verlo. Él observó el entorno varias veces, me acerqué lentamente, al diablo con que estuviera
casi desnudo.

— ¿Seguro que fue aquí? —Pregunté

— Demasiado cerca —Dijo él

Observé el cielo. Era azul oscuro pero con un poco de azul turquesa en ciertas partes. Las nubes eran
violetas y había bastante viento. Me acerqué a él y observé todo, mi vista se depositó en una cosa tendida
en el suelo no muy lejos. Toqué su hombro.

— ¿Qué es eso de allá? —Señalé la cosa

Suga se quedó inmóvil. Agarró mi mano y me jaló suavemente. Mi corazón brincó cuando sentí su mano
rodear la mía... daba un cierto aire protector que nunca había sentido. Su mano estaba caliente y era
bastante reconfortante. Me pegué un poco a él, nos frenamos.

Había un cadáver frente a nosotros, una mujer. La sangre le salía del pecho y otro de la cabeza, la escena
no era particularmente bonita. Suga se puso en cuclillas y con su índice y dedo medio buscó el pulso de la
mujer. Se levantó de nuevo.

— ¿Está muerta? —Pregunté

— Lo está... —Suspiró

— ¿Qué pasó? —Pregunté

— No lo sé... —Dijo él mientras me observaba

195
Observé a la mujer rápidamente y lo observé de nuevo a él. Suga bajó la vista hacia nuestras manos que
aún seguían unidas. Se zafó con brusquedad y apartó la mirada. Quise quejarme pero puede que no sería
buena idea. Suga se agachó y palpó a la mujer, se detuvo

— ¿Pasa algo? —Pregunté

Suga metió su mano dentro del suéter de la pobre víctima y sacó un pedazo de papel arrugado

— ¿Qué es eso? —Volví a preguntar

Suga acomodó la hoja y la observó fijamente. Vi que sus dedos se aferraron con fuerza al papel,
lentamente sus manos lo hicieron bolita. Apretó con fuerza la bola y vi que su quijada se apretó y su
cuerpo se puso tenso. Algo andaba mal

— ¿Qué decía la nota? —Pregunté

— ¿Puedes callarte? Tu parloteo me está sacando de quicio —Espetó molesto

— ¿Qué pasa?

Suga no respondió

— ¿Qué pasa? —Pregunté desesperado

— Nada que entiendas —Me clavó la mirada

— Pero si me explicas...

— ¡NO! —Interrumpió— Entra y cámbiate, mañana seguimos con el entrenamiento temprano

Abrí la boca pero consideré que sería más prudente obedecer. Me di la vuelta de mala gana y caminé hacia
el teatro. Observé de nuevo a Suga y vi que golpeó un árbol. Suspiré y cerré la puerta.

Algo malo pasaba, había algo de lo cual él no me estaba diciendo, y esa nota, definitivamente era algo
malo. Lo que decía era algo malo...

¿Pero qué?

196
Capítulo 19. "Tentación peligrosa"

[Suga POV]

Cuando el mocoso abandonó mi habitación en un fallido de seducirme, seguí buscando ropa. Rebusqué en
los cajones y en los armarios, no encontraba lo que necesitaba. Me cansé y dejé mis cosas, la frustración
se apoderó de mí.

Después de unos minutos en silencio decidí irme a bañar, el agua hirviendo siempre me caía bien. Observé
el silencioso pasillo y caminé un poco. Me detuve en el cuarto del mocoso y vi que la puerta estaba un
poco abierta. Observé rápidamente pero no lo vi, sin embargo escuché el agua correr. Sonreí y pensé en
sorprenderlo en medio baño pero aparté el pensamiento. Me dirigí al vestidor de caballeros y prendí varias
regaderas para ver de cuál salía agua caliente.

Finalmente la encontré, me quité la camiseta y la puse en la banca. Acto seguido me quité los pantalones y
el bóxer, llevé mis manos a la máscara y la retiré delicadamente. Me metí en el chorro de agua caliente y
cerré los ojos. Mi mente pensaba en demasiadas cosas pero decidí dejarla en blanco y relajarme. Estaba
finalizando cuando escuché unas pisadas

— ¿Estás aquí? —Escuché la voz del mocoso no muy lejos

"¿Conque me estabas buscando, eh?"

— ¿Qué necesitas, mocoso? —Pregunté desganado

—Yo, este… —El pequeño dudó un momento— El traje me incomoda un poco, quería saber si tenías otro
de casualidad

Cerré la llave del agua y me coloqué la máscara, sentía que cada vez se acercaba más

— ¿Me ves cara de tejedor? —Me burlé para intimidarlo

— No pero supongo que de donde lo sacaste había otro

Agarré mi toalla y me envolví, vi la silueta del estúpido mocoso no muy lejos. Me acerqué, él estaba
observando sus uñas con aire de superioridad. Bajó su mano y me observó con desprecio pero en esta
ocasión su rostro cambió a uno completamente sorprendido.

— ¿Hay agua caliente? —Preguntó

—Claro idiota — ¿Qué acaso no se le ocurría buscar?

— Me hubieras dicho —Reclamó él mientras levantaba su ceja

197
— No estaba obligado —Me acerqué un poco a él

El pequeño estúpido bajó sus ojos hasta mi torso y lentamente fue subiendo hasta mi cabello, sus ojos se
salieron de sus órbitas y noté el color en sus mejillas. Adoraba que me viera como un dios griego pero
amaba más hacerlo enojar.

— ¿Me puedes dejar de ver así? —Dije tratando de sonar grosero

— ¿Verte cómo? —Preguntó él aun babeando

— Como si fueras a violarme aquí mismo... es incómodo —Hice una mueca para hacer mi acto más
creíble

— Wow, tú sí que eres especial —Se alejó un poco

— No me gusta que los chicos me vean así

— Eres guapo y ardiente... ¿qué chico no te va a ver así? —Dijo él rodando los ojos

Sonreí un poco pero decidí mostrarme indiferente. Se notaba muy tranquilo, decidí hacerlo enojar un
poco. Era difícil, sólo si tocabas su arrogancia se sobresaltaba. Adoraba que hiciera eso, era idéntico a mí.
Nadie se mete con mi perfección

— Los que son guapos y calientes si los dejo —Comencé a provocarlo

— No pues, muchas gracias —Visiblemente vi que su mirada se tornó a una molesta

— No eres guapo, eres normal

— ¿Normal? —Levantó ambas cejas como si no me creyera

— Y no estás bueno, eres completamente neutral —Lo barrí con la mirada

"Punto para mí"

"Pobre estúpido"

"Pero es sumamente caliente y atractivo"

"No, no lo es"

"Sí, lo es"

"Mátalo"

"¿Por qué?"

"Sólo mátalo..."

— ¿Pues sabes qué? —El mocoso me sacó de mi burbuja, realmente parecía molesto— Me vale una
hectárea de mierda lo que pienses sobre mí, porque tú maldito creído arrogante, no tienes derecho alguno

198
para opinar sobre mí —Wow realmente estaba enojado— Sólo los que yo considero aceptables pueden
hacerlo

Después de una pelea él decidió meterse a bañar. Vi cómo se quitaba lentamente la ropa, desvié la mirada
por más que moría verlo desnudo y completamente bañada en sangre... oh sí, eso sería excitante. Se quitó
la peluca y su cabellera salió a la luz. Mis ojos brillaron, me encantaba su cabello... ¿qué estoy diciendo?

"Compórtate, maldita sea"

"Tienes razón, no más distracciones"

"Él es una tentación peligrosa, deberíamos matarlo"

"Paciencia, aún no"

Después de otro fallido intento de sacarme de los vestidores, el maldito agarró mi cuchillo tomándome
completamente desprevenido. Mi mirada se oscureció, NADIE se metía con mi cuchillo. Le advertí que lo
dejara pero con su mirada me retaba, justo cuando me iba a abalanzar sobre él, el muy idiota se hizo un
corte cerca de la clavícula. Me frené

"¿Qué cree que hace?"

"Te está provocando"

"Parece disfrutarlo"

"MÁTALO"

"MÁTALO"

Reaccioné pero el estúpido mocoso se estaba haciendo cortes por todo el cuerpo, debía hacer algo o él
terminaría desangrándose aquí mismo

— Te vas a matar —Espeté

Él me clavó la mirada, la piel se me erizó. Definitivamente sus ojos habían cambiado, eran mucho más
sombríos pero con brillo... un brillo que yo conocía perfectamente. El niño comenzó a lamer la sangre del
cuchillo con una enorme sonrisa. Lo desconocía, este maldito no dejaba de sorprenderme. Y yo que creí
que ya lo había visto todo de él...

— Me gusta la sangre —Sonrió e hizo la cabeza de lado dándole un aire de psicópata realmente macabro

— Estás loco —Susurré mientras me alejaba

Mi impulso amenazaba con salir, hasta que finalmente no pude más y lo cargué para llevarla a mi cuarto.
Todo en mí se activó, Suga salió. No me importaba que no me controlara, mi mente pedía a gritos que lo
matara. Así que, ¿por qué no complacerme?

Cerré la puerta y lo observé sonriente, él me observó con temor, sus ojos parecían haber vuelto. El aire
diabólico ya se le había ido

199
— Sangre —Dije con deseo, comenzaba a imaginarlo bañado de rojo

— ¿Qué haces? —Comenzó a alejarse provocando que mi instinto se hiciera más potente

— Quiero matarte —Los latidos de mi corazón retumbaron en mí— ¡QUIERO MATARTE!

Me abalancé sobre él con brusquedad. Él gritó y chocó con fuerza sobre la pared, logró empujarme y salir
corriendo pero lo jalé y lo aventé a la cama. Sus ojos buscaban desesperados una salvación pero no la
tendría... no hoy.

— ¡BASTA! —Aulló— ¡COMPÓRTATE!

— CÁLLATE — ¿Quién se creía para ordenarme?— Si eres buen chico tu muerte no dolerá tanto

Me puse sobre él y agarré unas tijeras. Él se revolcó con ganas debajo de mí, gritó y comenzó a patalear.
Rodamos en la cama y él logró quitarme las tijeras que aventó. La ira me descontroló y traté de golpearlo
pero lo evitó. Me jaló como fiera rabiosa y quedó sobre mí

— ¡YA BASTA TE DIJE! —Gritó con voz inhumana

Me inmovilicé, de algún modo ese grito logró recuperar mi cordura. Lo observé fijamente, él estaba
completamente pálido pero su mirada era de odio. Sonreí.

Carajo, este chico sería mi perdición tarde que temprano

— ¿De qué sonríes? —Espetó él

— Definitivamente no me arrepiento de haberte traído conmigo —Ronronee

En un rápido movimiento lo puse debajo de mí. Trató de empujarme pero por instinto comencé a lamer su
cuello, él gimió y arqueó su espalda. No importaba cuánto lo negara, ese chico caía con mi simple tacto,
adoraba tenerlo bajo mi control

Comencé a besar su cuello, la lamí completo, todo rastro de sangre desapareció de su frágil cuerpo en
segundos. Él estaba comenzando a excitarse, lo sentía, y eso me excitaba a mí. Me rodeó con sus brazos y
volvimos a girar, quedó sobre mí y sonrió con malicia.

— Serás mío esta noche —Susurré

— Tú serás mío esta noche —Se defendió, pero siendo realistas, ya sabíamos quién caería primero

Él volvió a quedar debajo de mí, abrí más sus piernas y tomé el atrevimiento de rozar con mi dedo índice
su erección. Su cuerpo respondió con una contracción de sus piernas

— ¿Q-qué estás...? —Se mordió el labio

—Shhh —Sonreí— Tú relájate mocoso

200
Comencé a hacer movimientos circulares encima de su dura erección. El pequeño estúpido comenzó a
gemir incontrolablemente y se aferró a las sábanas. Vi que su respiración se agitó y su cuerpo se movía de
un lado a otro, sus pequeños gemidos me recordaron a los maullidos de un minino.

Él sería mi gatito, y la haría ronronear todas las noches...

— Deberías ver cómo te retuerces con mi tacto —Me burlé

— Basta...basta —Dijo él jadeando

— Se nota que ni tú te tocas en la noche —Sonreí

Él comenzó a contraerse, apretó su mandíbula y vi el sudor en su frente. Estaba adorando lo que hacía, y
yo adoraba ver cómo caía ante mí tan fácilmente. Lo imaginé pegando esos mismos gemidos pero esta vez
siendo penetrado fuertemente por mí. Joder, tan exquisito.

Definitivamente entrar en él era una tentación exquisita y peligrosamente insistente. Hacía tiempo que no
entraba en esta clase de pensamientos, pero este chico... este chico sacaba a la luz mis fantasías oscuras y
morbosas.

— ¿Quieres que acelere el ritmo? —Mordí su delicioso cuello y aceleré el ritmo

— Mmm —Él soltó un gemido en modo respuesta

— ¿O prefieres que lo haga con mi lengua? —Sonreí, eso sería demasiado para él

Él siguió gimiendo y gritando con fuerza. Sonreí, no tardaba en venirse. Quizás si podría darle un oral, el
sabor que tendría debe ser exquisito, sus gemidos sin duda alguna me sacarían de control. Agité la cabeza
para ahuyentar el pensamiento pero mientras más cerca estuviera de él, más fuerte el deseo era de
poseerlo. Quitarle su hermosa virginidad y hacerlo mío por siempre.

Él soltó un fuerte gemido y todo su cuerpo tembló y se contrajo, clavó sus uñas en mi espalda y se dejó
caer respirando con fuerza. Sus piernas temblaban lentamente. Soltó otro gemido y se mordió su labio
mientras observaba la tela empaparse de semen. Me fascinaba.

— Mírate nada más, pequeño niño —Imaginé su estrecha y caliente entrada apretándome — ¿Te gusta
verdad?

— C-cállate —Se ruborizó

—No lo niegues mocoso —Agarré su barbilla para que me viera— Te acabo de llevar a tu primer orgasmo

— ¿Por qué nunca te quitas la máscara?

— Porque no... Y no me cambies el tema —Sonreí con picardía

— Bien pues... ¿te digo algo?

— ¿Qué?

201
— Tú también caerás

Me tomó desprevenido y me empujó, se colocó de nuevo sobre mí. Sentía su ropa interior húmeda. A este
ritmo no tardaría en tener una erección. A este ritmo, era probable que termináramos los dos dándonos a
tal modo que terminaríamos destrozando toda la habitación. Se colocó debajo de mi polla y comenzó a
moverse en círculos, me aferré a su cintura desbordando el placer y la lujuria. Él sonrió y llevó sus manos
al nudo de mi toalla pero escuchamos unos balazos. Me sobresalté

— ¿Qué fue eso? —Me reincorporé, toda la excitación se había ido

— No lo sé —El mocoso estaba nervioso

Otro balazo, esta vez no era normal, había alguien cerca

— ¡SAL A VER! —Le ordené

Él se levantó y salió corriendo al pasillo. Me alegré de que no dudara ni se negara. Me vestí en medio
segundo y salí corriendo del cuarto. El estúpido mocoso estaba ahí, me observó sorprendido. Le hice seña
para que se mantuviera callado. Él asintió.

Abrí delicadamente la puerta y me aferré a mi cuchillo, salí del lugar con cuidado viendo el entorno. Nada
fuera de lo normal, quizás había sido un error. Guardé el cuchillo pero me mantuve atento a cualquier
movimiento. El mocoso se acercó

— ¿Seguro que fue aquí? —Preguntó él

— Demasiado cerca —Contesté

Seguí observando todo, quizás había sido un simple error… pero, los balazos se habían escuchado
excesivamente cerca. Quizás fue un cazador y debía tranquilizarme. El mocoso me tocó el hombro y
señaló una cosa a lo lejos. No se veía bien qué era.

Me quedé inmóvil y me acerqué al objeto irreconocible. Conforme me fui acercando vi que era una
persona acostada. El mocoso se pegó un poco a mí, me frené. Había una mujer frente a nosotros, la sangre
delataba que le habían disparado pero... ¿por qué? Me puse en cuclillas y busqué su pulso pero resultó
imposible: había muerto. Me reincorporé

— ¿Está muerta? —Preguntó el mini idiota

— Lo está... —Suspiré, algo andaba mal

— ¿Qué pasó? —Preguntó

— No lo sé —Evité mi comentario sarcástico

Cruzamos miradas, sentí algo cálido en mi mano. Bajé la vista y vi que la mano del mocoso y la mía
estaban unidas. Todo en mí brincó y se estremeció. Me zafé bruscamente de él y aparté la mirada. ¿En qué
momento lo había agarrado? ¿Qué cojones habías sucedido? Apreté mis labios y me agaché de nuevo
junto a la pobre mujer. Palpé y escuché un ruido... como un papel

202
— ¿Pasa algo? —Preguntó él

Ignoré su pregunta y deslicé mi mano en el suéter de la mujer. Saqué un pedazo de papel arrugado y un
poco sangrado.

— ¿Qué es eso? —Volvió a preguntar... ¿no sabía lo que era silencio, verdad?

Acomodé la hoja fijamente y la releí varias veces para estar seguro de que no había errores. Mi sangre se
heló y sentí la ira cegarme. Apreté el papel... esto no podía estar pasando... no otra vez. Hice bolita el
papel, quería matar a alguien... ¡MIERDA!

— ¿Qué decía la nota? —Maldita sea, su voz me va a sacar de quicio

— ¿Puedes callarte? —Espeté— Tu parloteo me está sacando de quicio

— ¿Qué pasa? —Insistió

No respondí, no debía contarle nada aún. De preferencia, nunca

— ¿Qué pasa? —Preguntó más alto

— Nada que puedas entender —Le clavé la mirada, estaba a punto de cortarle la lengua

— Pero si me explicas...

— ¡NO! —Interrumpí, estaba frustrado— Entra y cámbiate, mañana seguimos con el entrenamiento

Él abrió la boca para protestar pero finalmente no lo hizo, gracias al cielo. Se dio la vuelta de mala gana y
caminó hacia el teatro. Observé a la mujer y golpee un árbol no muy lejos de donde estaba. Esto
comenzaba a frustrarme, si esto era lo que yo creía que era, el mocoso debía estar listo lo antes posible
para quitarme de problemas rápidamente.

Comencé a clavar el cuchillo en el árbol varias veces para tranquilizarme. Cuando finalmente pude
controlar mis hormonas asesinas, agarré el cadáver y lo aventé por el acantilado para así no tener más
problemas. Me sacudí las manos en mis pantalones y regresé al teatro. Ya no era seguro estar ahí,
debíamos partir cuanto antes. Cerré la puerta con seguro y caminé por el pasillo. Me di la vuelta y pegué
un brinco al ver al mocoso a centímetros de mí

— ¿Te asusté? —Preguntó él

— Espacio personal —Lo empujé un poco

— ¿Ya lograste calmarte? —Preguntó tranquilamente

— Sí... ¿qué te importa? —Espeté

— Cuido de que no vayas a clavarme tu cuchillo —Respondió divertido

La observé de pies a cabeza, llevaba puesto solo un camisón negro. La observé de nuevo y él levantó los
hombros mientras suspiraba.

203
— ¿No quieres hablar de la nota cierto? —Preguntó él

—No —Contesté seco

— Mira —Él suspiró— Entiendo tus asuntos pero me gustaría saber de ellos

— ¿Para qué? —Comenzaba a molestarme, era demasiado metiche en mis cosas

— Para ayudarte —Respondió con obviedad

— ¿Tú? ¿Ayudarme a mí? —Pregunté en modo burla

— Oye puedo ser una mocoso o niñito, pero tengo carácter y lo sabes

— No lo niego pero no podrías con esto

— ¿Cómo sabes?

— Si no puedes conmigo esto es peor

— ¿Acabas de admitir que hay algo aún más peligroso que tú?

— Sí... ¡NO! —Le clavé la mirada— Es decir... ¿qué mierda te importa?

— Hey cálmate, se vale admitir que hay mejores que tú —Contestó suavemente

— Estoy a punto clavarte el cuchillo en la garganta, cuida tus palabras —Amenacé

— Yo admito que hay chicos mejores que yo

— ¿En belleza? Oh claro —Sonreí con arrogancia

— Tal vez para ti —Se defendió

— Mira estúpido niño…

— No me digas así

— Mocoso

— ¡NO ME DIGAS MOCOSO!

— Niñito estúpido —Ignoré su comentario— Sé buen chico y vete a dormir

— ¿Esperas que duerma así?

— Sí, sólo cierra tus malditos ojos y D-U-E.R-M-E —Comenzaba a impacientarme

— ¿Puedo dormir contigo?

—No. Ahora largo

204
— ¡Por favor!

— ¿Para qué? —Levanté una ceja

— Es que yo... —Comenzó a tocar su cabello— N-no me siento seguro

— ¿Tienes miedo? —Sonreí con maldad

— No, no es eso... —Suspiró— O tal vez sí pero...

Lo observé fijamente, él mordía su labio y observaba sus manos. No dejaba de mover sus pies ni de
cambiar de peso. Suspiré y levanté la vista al techo, pensé en que sería muy mala idea pero a la vez no
sería tan mala.

"No lo hagas"

"Hazlo"

"No"

"Sí"

"Eso es malo"

"No puede ser tan malo"

"Siempre así se empieza"

"No sucederá nada"

Observé al caliente mocoso que seguía viendo el suelo. Me clavó sus ojos e hizo una carita de puchero
difícil de ignorar. Pasé mi mano por la máscara y suspiré. Mierda, ¿por qué tenía que ser tan lindo?

— Pido a la derecha —Dije simplemente después de un rato

— ¡Ay te adoro! —Corrió a abrazarme

— Quítate de encima —Lo empujé— ¡No me abraces!

— Cálmate gruñón —Sonrió— Gracias, en serio... te adoro

— No me digas así, te juro que te encierro en tu cuarto

— Vale, vale, me voy, no te enciendas —Levantó sus brazos

El mocoso retrocedió y comenzó a caminar hacia el cuarto

"¿Por qué aceptaste imbécil?"

"Por idiota"

"Exacto, por idiota"

205
"En fin, ya ni modo"

"¿Ya ni modo? Al menos hazle un corte o algo"

"Estoy cansado, mierda, debo calmarme"

"Cansado tus bolas pendejo, él te está debilitando"

"No, eso no pasará"

"Está sucediendo"

"Sólo es una ventaja, no lo necesito"

"A ver si piensas eso cuando lo mates"

"Estaré complacido"

"Ja, imbécil, ni tú te la crees"

Resoplé con fuerza y caminé hacia el camerino. El estúpido mocoso estaba colocándose del lado izquierdo
y extendiendo las sábanas para acomodarlas. Lo observé fijamente, hacía las cosas con mucha precisión y
calma. Igual que yo. Pero claro, yo era aún más perfeccionista. Finalizó y se colocó del lado izquierdo, me
observó y pegó un brinco. No se había percatado que lo observaba.

— ¿Llevas mucho tiempo ahí? —Preguntó desconfiado

— Acabo de llegar —Mentí mientras me acercaba

— Oh, bueno —Dijo él mientras se sentaba en la cama

Deposité el cuchillo en la mesa de noche y me quité la camiseta, el pequeño me observaba de reojo pero
apenas se notaba. Me senté del lado derecho, me alejé lo más que pude de él.

— Voy a apagar la luz, acuéstate —Ordené

Él me observó y se metió entre las sábanas, me dio la espalda y se colocó casi hasta la orilla. Lo observé
unos segundos y apagué la luz, me metí también en las sábanas

— Descansa —Susurró él con voz dulce y adorable

—Des... —Me frené y uní mis cejas— ¡Ya duérmete!

Él rio levemente y se acurrucó. Me quedé observando la oscuridad del cuarto, solamente escuchaba la
respiración leve del chico. Lo voltee a ver, aunque no pudiera verlo, pensé en qué soñaría. No, no en plan
pervertido, realmente en qué pensaba. ¿Cuáles eran sus propósitos? ¿Por qué pese a todo seguía pegado a
mí? Tragué saliva y suspiré. Me acomodé dándole la espalda

— ¿Puedo preguntarte algo? —Preguntó él desde la oscuridad

— Ya duérmete —Gruñí

206
— Te lo preguntaré de todos modos... —Dijo él

Refunfuñé y cerré los ojos, rompía récord con mi paciencia esta mocoso

— ¿Tienes familia? —Preguntó finalmente

Abrí los ojos de golpe, la garganta se me secó. Parpadee varias veces y me aferré las sábanas

— ¿Por qué preguntas? —Pregunté con voz ronca

— Nada más —Dijo con voz inocente— ¿La tienes?

— No —Solté fríamente— Además... ¿qué te importa?

— Sólo trataba de comprenderte un poco —Habló suavemente

— ¿Comprenderme? —Levanté una ceja, este chico era muy extraño

— Ya sabes, estaremos mucho tiempo… Los dos unidos, así que no vendría mal conocernos

— ¿Qué te hace pensar que estaremos juntos mucho tiempo?

— No lo sé, sólo lo siento —Dijo él

Me di la vuelta, viendo su espalda... creo. A menos que él también estuviera volteado

— ¿Tú tienes más familia? —Pregunté sin poder evitarlo

— No —Suspiró— Sólo mi hermano y yo

— ¿Tu padre murió?

— Nos abandonó, yo nunca lo conocí. Namjoon sí —Dijo él con cierta tristeza— Y bueno a mi madre la
asesinaste así que...

— ¿Y no estás enojado?

— ¿De que la hayas matado? —Rió un poco— Sólo un poco

— Eres muy extraño —Sonreí

— No sería la primera vez que lo escucho —Él suspiró

Nos quedamos de nuevo en silencio. Me centré un poco más en la cama y volví a cerrar los ojos

— ¿Oye? —Dijo él de nuevo

— ¿Y ahora qué? —No abrí los ojos

— Gracias

— ¿Qué? —Abrí los ojos de nuevo y observé el lugar donde creí que él estaría

207
— Gracias —Repitió— Por... por todo

— ¿Te hablo mal, hiero, secuestro y me agradeces? —Pregunté sorprendido

— Sí, por no haberme matado aún

— No te confíes

— No lo hago —Sentí que se acercó— Pero aun así... gracias

Sentí un sabor agrio en la boca y una extraña sensación presionarme el pecho. Me quedé callado y negué
con la cabeza mientras me acomodaba pecho arriba viendo el techo. Coloqué mis brazos detrás de mí nuca
y cerré los ojos. El mocoso no habló, cosa que agradecí. Esta no era una plática particularmente de mi
estilo, no me gustaba hablar de mí, de mi pasado... Sentía que me hacía ver débil, era la única cosa que me
provocaba cierto dolor.

Odiaba el dolor

Inhalé profundo, comencé a escuchar el movimiento de las sábanas. Este chico sí que tardaba en elegir su
posición. Ignoré el molesto ruido y sentí su cabello rozar levemente mi brazo provocando un cosquilleo.
Se estaba acercando. Finalmente él se quedó quieto, sonreí y tosí un poco. Tragué saliva y dejé que la paz
de la noche me envolviera. La noche era mi momento favorito, la calma, la paz y el terror se unían. La
noche era bastante especial, así como podía provocar momentos hermosos podía provocar momentos
aterradores.

Estaba a punto de caer en los brazos de Morfeo cuando sentí que el mocoso volvió a moverse. Me sentí
demasiado cansado para reclamarle pero abrí los ojos de golpe cuando sentí que él se apoyó en mi pecho.
Parpadee varias veces asimilando la situación. Él estaba LITERALMENTE encima de mi pecho. Su
cabeza reposaba cerca de mi barbilla y sus labios rozaban delicadamente contra mis pezones.

Agité mi cabeza y pensé en empujarlo pero sólo gruñí. Él se acurrucó sobre mi pecho desnudo y suspiró.
Lo observé un poco y suspiré, agité mi cabeza y volví a cerrar los ojos

— No te vayas... —Susurró él a penas

— ¿Mocoso? —Pregunté

Él no respondió, estaba profundamente dormido. Saqué mis brazos detrás de mí nuca, uno lo deposité
junto a mí pero el otro lo dejé al aire pensando en cómo acomodarlo. Lentamente lo deposité en el brazo
del estúpido mocoso que dormía plácidamente sobre mí. Finalmente lo deposité con confianza sintiendo el
tibio tacto de su piel.

— Maldito mocoso —Susurré suspirando. — ¿Qué haré contigo?

Pese a la extraña pose tan... acogedora, logré acomodarme. El peso en mis párpados y el bostezo indicaron
que no tardaba en caer. No me equivocaba, no pasaron ni dos minutos antes de que cayera profundamente
dormido

208
Capítulo 20. "Burlando a la muerte"

[Jimin POV]

Solté un pequeño gemido y apreté mis ojos. Había sido un sueño... un recuerdo... sólo un mal sueño, un
feo recuerdo. Lentamente fui abriendo mis ojos, el cuarto estaba iluminado por los rayos del sol. Había
una ventana encima del armario que no había visto. Respiré hondo y volví a cerrar los ojos, sentí mi
mejilla caliente, demasiado. Volví a abrir los ojos

Observé el entorno rápidamente. Observé que mi cabeza estaba apoyada en el pecho de Suga. Estaba a
punto de sobresaltarme pero sentí su brazo depositado suavemente sobre el mío. Parpadee varias veces.
Levanté un poco la mirada, él aún dormía, desde esta perspectiva podía ver un poco dentro de la máscara
pero no lo suficiente para ver cómo era él realmente.

Sonreí un poco, no se sentía tan mal estar así con él... de hecho, era bastante agradable. Con mis dedos
sobé delicadamente su pecho haciendo figuras imaginarias, él estaba bastante caliente y me reconfortaba
su calor corporal. Seguí haciendo pequeños formas en silencio hasta que él se removió. Cerré los ojos
inmediatamente pretendiendo estar dormido

— ¿Estás despierto? —Preguntó él con voz ronca y un poco adormilada.

No respondí, creo que era mejor si él creía que dormía aún. Además, me daba curiosidad saber qué haría
viéndonos en esta pose. ¿En qué momento terminé yo encima de él? ¿Y en qué momento él me rodeó con
su brazo? ¿Había sido adrede?

Suga se removió un poco y suspiró. Sobó suavemente mi brazo

— Sigues así, ¿verdad mocoso estúpido? —Preguntó él con voz cálida

Apreté los ojos y seguí sin responder. Él quitó su brazo y sobó con delicadeza mi cabello enrollándolo en
sus dedos. Sonreí un poco, no lo conocía en el modo tierno o más calmado. Definitivamente debería
practicar yoga, no le sentiría tan mal.

— ¿Mmmmh? —Hablé con voz ronca, para pretender que me estaba despertando

— Me estás aplastando mocoso —Dijo él con tono grosero, aunque sabía que no lo decía enserio

— ¿Mmmmh? —Abrí lentamente mis ojos y bostecé

Me levanté tallando mis ojos y estirándome. Pasé mi mano por mi cabello y rostro, bostecé de nuevo y
esperé a volverme a acostumbrar a la luz. Observé el pecho de Suga y luego a él.

— ¿Qué pasó? —Pregunté adormilado

209
— Nada, te dormiste encima de mí —Soltó una risa

— ¿Ah? ¿Cuándo? ¿A qué hora? —Pregunté

— Antes de que me durmiera —Dijo él— te acercaste y te apoyaste en mi pecho

— ¿Y no me quitaste?

— Estaba agotado

— Ah, bueno —Contesté mientras me volvía a estirar

Me dejé caer de nuevo en seco en la cama junto a él. Suga estaba muy callado, suspiraba de vez en
cuando. Observé el techo.

— ¿Oye? —Quería captar su atención

— ¿Si mocoso? —Preguntó él

— Lo de ayer... —Carraspee la garganta

— ¿Qué de ayer? —Me clavó la mirada— ¿Tu orgasmo?

— ¿QUÉ? —Mis mejillas ardieron— No, no, no...

— ¿Entonces? —Levantó una ceja

— Lo de la hoja, la que estaba en la mujer

— ¿Otra vez con eso?

— Me gustaría realmente saber qué decía para que te hayas puesto así

— Nada que te importe —Dijo él de mala manera

— Pero si tan sólo...

— Ya te dije que no —Habló severo— Corta el rollo, fin de la conversación

— Ay cómo eres —Reproché molesto

Suga se sentó en la cama y se apoyó en la pared. Se golpeó suavemente la cabeza y soltó un pequeño
gruñido. Yo seguía acostado viendo el techo pero después de unos segundos imité su posición. Llevé mis
rodillas a mi pecho y apoyé mi barbilla en ellas.

— ¡Auch! —Me jaló el cabello. — ¿Qué te sucede?

— Deberías peinártelo —Dijo él

— ¿Me das 5 segundos? —Le clavé la mirada— Estoy despertando

— Alguien despertó de malas —Rio con suavidad

210
— Tuve un mal sueño... —Agité la cabeza

— Eso explica tus murmullos en la noche —Dijo él

— ¿Murmullos?

— Decías "no te vayas" —Él sonrió— ¿Hablabas de tu novio?

— No, idiota —Rodé los ojos— Hablaba de mi hermano...

— Aja —Dijo él sin importancia— ¿Y el noviecito?

— No tengo novio —Dije molesto

— ¿Nunca has tenido novio? —Sonrió con malicia

— No y no me interesa... ¿tú has tenido novia?

—Perdí la cuenta. Aunque doblo el número con chicos.

— Patán

— Aunque mis parejas no duraban más de un día

— Mujeriego

— Porque los mataba a todos. —Sonrió

— Oh... —Apreté mis labios— Entonces ahora tiene más sentido

— A menos que tenga sexo con ellos —Él sonrió— En ese caso duran más

— ¿Necrofilia? —Hice una mueca

— No, estúpido —Él rió— Me refiero a que los dejo vivir un poco más

— ¿Y realmente te enamoras?

— No —Él soltó una carcajada— Sólo los utilizo cuando me aburro

— O sea si te aburres vas a buscar una pareja —Dije riendo

— Antes era más fácil, en el instituto todos babeaban por mí así que nunca se negaban

— ¿Ibas al instituto? —Pregunté sorprendido

— Claro, no siempre fui asesino

— ¿Terminaste el instituto?

— No —Dijo él secamente

211
— ¿Por qué?

— ¿Qué te importa? Deberías dejar de ser tan preguntón

— Bueno —Me di por vencido— Entonces háblame de la nota

— ¿Qué parte de NO, no entiendes? —Me clavó la mirada

— Dios, está bien —Me levanté de la cama

— ¿Vas a algún lado? —Preguntó él

— No —Sonreí— Voy a cambiarme

— Aquí sólo hay ropa que no es de tu talla —Dijo simplemente

— Me da igual —Me quité el camisón y lo aventé en la cama

Me dirigí al armario y lo abrí, en efecto sólo había ropa enorme. Comencé a pasar los ganchos mientras
observaba la ropa. Vi la sudadera blanca y la otra negra de Suga hasta el fondo. Las saqué y las observé
fijamente. Suga me observó fijamente. Agarré la sudadera blanca y negra y las puse frente a mí.

— ¿Cuál crees que me iría mejor? —Pregunté

— ¿Vas a usar MIS sudaderas? —Preguntó él sonriendo

— Supongo que sí... ¿blanca o negra? —Me observé al espejo

— Blanca —Dijo él— El negro es mi color

Deposité la sudadera negra en la silla y me coloqué la sudadera blanca. Me quedaba un poco holgada y
larga pero era muy cómoda. La cerré y me puse la capucha, sí, me quedaba bien

— ¿Qué tal me veo? —Pregunté sonriente

— Ay niñito... —Suga negó con la cabeza y se levantó. — Eres todo un caso, mocoso.

— Voy por unos pantalones —Dije mientras me dirigía a la puerta

— Como sea —Dijo él mientras se acercaba al armario

Me dirigí al camerino donde estaba y abrí el armario. Vi unos jeans negros un poco rotos pero no me
importó, me los puse y me observé en el espejo. Agarré tenis color negro y comencé a peinarme el
cabello. Cuando ya estuve perfecto como siempre regresé con Suga. Él portaba unos jeans negros y su
sudadera negra. Jugaba con el cuchillo en sus manos. Me apoyé en la puerta

— ¿Ya estás? —Preguntó él

— Ya

— Quítate mi sudadera si vas a entrenar, no quiero destruirla —Dijo él

212
— ¿Entrenar? ¿Y el desayuno? —Me quejé

— ¿Tienes dinero? —Se burló

— ¡NO HE COMIDO NADA! —Grité— ¿TIENES IDEA DEL HAMBRE QUE TENGO?

— Bien, voy a ir a la tienda —Él se rascó la nuca— Más te vale no agotar mi paciencia

— Lo juro —Levanté la mano— ¿Qué día es hoy, por cierto?

Él me observó y negó con la cabeza. Vi que agarró unas monedas y las guardó en su bolsillo. Observó su
cuchillo y también lo guardó. Genial.

— ¿No vas hacer algo estúpido, verdad? —Preguntó él

— Lo prometo —Era sincero— Estaré aquí

— Más te vale

Suga se ajustó la capucha y salió del camerino. Me senté en la cama observando la pared y las cosas. La
sudadera de Suga era muy acogedora, no me sorprendía por qué siempre la llevaba puesta. Comencé a
pasear por el teatro descubriendo nuevas salas y cosas. Cuando terminé de explorar el interior salí a tomar
aire fresco.

El sol brillaba demasiado, el pasto amarillo hacía que se volviera aún más chillón. Comencé a pasearme
mientras tarareaba canciones en voz baja, me apoyé en un árbol y respiré profundo. Observé todo el
entorno y mi vista se depositó en algo atorado en las ramas del árbol. Me levanté y paré de puntitas para
agarrarlo

Era un papel arrugado

"Oh dios es el papel de ayer"

"¿Lo leo?"

"No"

"Sí"

"No volverá a confiar en ti"

"Da igual, merezco saber"

Agarré el papel, tembloroso, parte de mí tenía razón: puede que no volvería a confiar en mí. Sin embargo,
podría pretender que vi el papel, lo agarré y leí sin siquiera pensar que podía ser el papel de ayer. Eso
sonaba un buen pretexto.

"Esta es una advertencia querido Suga, sé lo que haces, no va a funcionarte. Ni siquiera con él a tu lado"

Mi garganta se secó, tapé mi boca y parpadee varias veces. ¿Qué significaba aquél carta? Oh no, ahora
estaba peor que antes. ¿Qué pretendía Suga? ¿Cómo que una advertencia? ¿Quién escribió esto? ¿Cómo

213
sabe esa persona que estoy con él? Mi cabeza comenzó a pensar en demasiadas cosas, me quedé plantado
con el papel en las manos y la mirada perdida.

Una mano en mi hombro me hizo sobresaltar, pegué un grito y quedé frente a Suga. Sus ojos eran
penetrantes, me helé. Me arrebató la hoja con fuerza provocando un fino corte en la palma de mi mano.
Apretó la hoja y me dedicó una mirada letal

— ¿Dónde encontraste esto? —Preguntó él soltando chispas por los ojos

— Atorado en un árbol —Decidí decir la verdad

— Esto te costará caro... ¿lo sabes verdad? —Su mirada erizó mi piel

— Me debes una explicación —Susurré tembloroso

— No te debo nada —Espetó él— No vuelvo a dejarte solo.

— Escúchame —Traté de no agotar mi paciencia— Fue coincidencia que lo hallara

— Y luego encontrarás por "pura coincidencia" todo lo que oculto —Dijo él entre dientes

— Oye, me estás asustando —Comencé a retroceder

— Entra ahora —Dijo él severo

— ¡NO!

— ¿No?

— ¿Qué vas a hacerme?

— Arrancarte los dedos, así no volverás a agarrar nada —Sacó su cuchillo

— ¿Es broma verdad? —Pregunté pálido.

— No maldito niño —Su voz salió helada— Entra al maldito teatro ahora mismo

— ¡NO!

Suga me agarró con fuerza del brazo, comencé a patalear mientras gritaba. Realmente fue un error haber
encontrado la hoja, nunca debí leerla. ¿Pero cómo carajos iba a saber que él llegaría justo en ESE
momento?

— ¡QUÉDATE QUIETO JODER! —Comenzó a jalarme con fuerza

— ¡NO! —Comencé a forcejear como fiera rabiosa— ¡SUÉLTAME MALDITO ENFERMO


PSICÓPATA!

Suga me soltó y me estampó contra el muro, se me fue el aliento. Levanté la mirada y me sorprendió con
una bofetada. El aliento se me fue y levanté la mirada lentamente temblando

214
— Escúchame niño porque no lo repetiré —Su voz estremeció todo en mí— Será la primera y última vez
que te levanto la mano. La próxima vez te juro por dios que te mataré

— Como si ya no fuera suficiente castigo tenerte cerca —Murmullé

— ¿Sabes qué? —Me soltó— Lárgate

— ¿Qué?

— Lárgate —Repitió— No te frenaré. Si tan cansado estás de mi presencia sólo mueve tu culo a otro lado.
Yo seguiré con mis cosas tranquilamente

— Y supongo que luego me matarás

— Sólo si te veo —Respondió él con voz helada

— No tengo a dónde ir

— Tienes 15 segundos —Me clavó la mirada— Uno...

— Debí matarte cuando pude —Sentí mi saliva amarga

Él me observó fríamente. Me quité la sudadera y se la aventé, él la atrapó

— Nueve... —Dijo él

— ¡Disfrútala! —Grité— Imbécil... —Lo último lo susurré

Le di la espalda y comencé a correr hacia el bosque. No me detuve y caminé en línea recta con las
lágrimas apoderándose de mis ojos. Por un segundo creí que él y yo podríamos entendernos... pensé hasta
en perdonarlo pero me equivocaba. Él y yo nunca seremos compatibles.

¿Por qué soy tan estúpido? ¿Por qué pensé en que podría llegar a ser lindo conmigo?

Por idiota, explícito y claro, por idiota. Me acaba de dejar más que claro que él nunca dependerá de mí.
Mientras ambos ocultemos secretos esto nunca funcionará, igual que una relación de pareja. Si algo he
aprendido fríamente es que las cosas funcionan sólo a base de honestidad.

Y él es antónimo a la honestidad, y yo también. Era obvio que nunca funcionaría

Me limpié las lágrimas con rabia, me tumbé al suelo y golpee el suelo llorando. Definitivamente nunca
podría con este ritmo, y tan sólo recordar mi estupidez... ¿en serio creía que podríamos funcionar? ¡Vaya
que era ciego! Me dolía... ¿por qué dolía?

— Deja de llorar —Me ordené— ¡DEJA DE LLORAR!

Me levanté y comencé a correr, las lágrimas resbalaban por mis mejillas y salían en el viento, seguí
corriendo y corriendo. Corriendo por todo, corriendo por nada. Me detuve finalmente y vi que estaba no
muy lejos del pueblo, no sabía si estaba listo para afrontar a la policía o a mi hermano. Llevaba días
desaparecido y era probable que me saliera más caro regresar.

215
No podía volver, no aún. Apuesto a que Namjoon había visto a Suga. No, no tomaría el riesgo hasta que
formulara un buen plan. No podía aparecer así como así frente a ellos y fingir que estaba bien. Ya no más.
Además, Namjoon tomaría maletas el mismo día y me iría. Me iría sin mi venganza, sin decirle lo que
realmente opinaba a Suga. Puede que ahora ya no me importaba pero sentía la necesidad de odiarlo y
hacerle sufrir. Ya no por mi madre, ya había pasado a una razón más íntima... sentimental. Comencé a
caminar hacia otro lado, no tardé en llegar a unas cascadas. Me senté en el suelo viendo el sol radiante, los
pájaros cantaban alegremente y la tranquilidad se respiraba.

Arranqué una pequeño flor a mi derecha y la observé fijamente, era blanca pero tenía pequeños espinas
casi invisibles. La deposité en mi pecho y cerré mis ojos

Me desconecté de todo y caí profundamente dormido.

[***]

Comencé a sentir un picoteo por la nariz, eso hizo que me despertara. Abrí los ojos y vi que faltaba muy
poco para que anocheciera, me reincorporé, pequeños gotas de lluvia habían comenzado a caer. Me
levanté rápidamente al escuchar los primeros truenos, debía encontrar un lugar dónde abrigarme. Comencé
a correr con el ruido de los truenos de fondo, me coloqué debajo de un árbol pero recordé que no era
recomendable.

Me abracé a mí mismo y caminé, la lluvia comenzó a caer pero no me importó, en fin, ya estaba mojado.
Pasaron largos minutos hasta que por fin la lluvia se calmó. Me detuve y escuché un crujido no muy lejos.
Observé el entorno

— ¿Hola? —Pregunté

No recibí respuesta pero escuché otro crujido.

— ¿Suga? ¿Eres tú? —Pregunté de nuevo

Nada, sólo escuchaba los sonidos de los animales y el soplar del viento. Quería caminar tranquilo pero mi
cabeza daba vueltas y vueltas, sentía un peligro invisible, pero era tan potente que no podía ignorarlo.
Escuché otro crujido, me sobresalté.

— No es gracioso —Dije molesto— ¿Quién es?

Cuarto crujido, retrocedí y agudicé mi vista y mi oído. Escuché pisadas bastante fuertes, como si alguien
corriera hacia donde estaba. Pensé en correr pero oí un silbido que se hacía más fuerte hasta tal punto que
busqué desesperado el origen. Vi algo acercarse a mi rostro peligrosamente rápido pero un segundo antes
alguien me tumbó al suelo. Levanté la mirada y vi una flecha enterrada en un árbol.

Me reincorporé y observé a mi salvador...

— ¿Qué haces aquí? —Pregunté abriendo los ojos

216
— Corre maldita sea, o terminarás muerto —Suga me jaló del brazo

Volví a escuchar los silbidos, no perdí tiempo y comencé a correr junto a él, sentía que todo terminaría
bien hasta que sentí que me quemé el estómago, tropecé y me caí mientras gritaba de dolor. Observé mi
cuerpo y vi una herida en mi cintura, la flecha ensangrentada se hallaba a unos metros de mí. Suga me
volvió a jalar y pese a que sentí que mis órganos internos se me saldrían, seguí corriendo. Suga comenzó a
correr en distintas direcciones y finalmente se desvió bruscamente, ambos rodamos colina abajo

— Mierda —Sentí que moriría

— ¡Levántate! —Ordenó él

Me llevo a rastras y volvimos a correr, divisé el teatro a lo lejos, seguí corriendo pero mis piernas me
fallaban, me llevé una mano a la cintura para proteger la herida. Grité de dolor pero seguí corriendo, era
increíble cómo corría. Nos detuvimos en la puerta y Suga me empujó dentro. Jaló con un brazo una mesa
gigante y la colocó frente a la puerta. Me apoyé en la pared con el aliento corto. Él me volvió a jalar y me
metió de golpe a su camerino, estaba mareado, dudaba que fuera real

Sentí mis párpados pesados y mi cuerpo tambalearse

—T-tengo frío —Susurré

—Hey —Él se acercó a mí— Quédate conmigo... —Me agitó— ¡MOCOSO!

Dejé de oír su voz, mi cuerpo cayó en seco pero sentí que logró agarrarme, todo se oscureció.

[***]

Me removí lentamente mientras trataba de abrir mis ojos. Había una luz mi tenue, no se veía qué era. Abrí
mis ojos y los cerré repetidas veces para acostumbrarme. Estaba encima de la cama con un camisón
blanco, deslicé mi mano a mi cintura y sentí una venda, el ardor fue insoportable.

Gemí un poco, Suga estaba sentado en una silla viendo el suelo. Levantó la mirada y se levantó
bruscamente

— ¿Estás bien? —Preguntó él al instante

— ¿Qué... qué sucedió? —Pregunté débilmente

— Te desmayaste —Dijo él

— Eso lo sé pero... ¿por qué trataron de matarme? —Dije a penas

— Debes descansar, no es momento de charlar —Dijo él suspirando

— ¿Tú, me... pusiste la venda? —Dije entre jadeos

217
— Qué pregunta más estúpida—Habló secamente

— Vaya —Lo miré de mala manera— Creo que hubiera preferido morirme

Le di la espalda y me acosté, no quería verlo ni escucharlo. No lo perdonaba aún

— ¿Vas a hacer berrinche? —Preguntó él

— Déjame en paz, no mejoras la situación —Dije mientras cerraba los ojos

— Mira niño —Su voz salió cansada— No te perseguí por todo el bosque para que te comportes de este
modo, así que escúchame... —Se sentó en la cama— No voy a dejar que te vayas de nuevo, si no, la
próxima vez desearás realmente haber muerto este día

— ¿Por qué me quieres? —Le clavé la mirada— ¿Por qué tanta necesidad de estar conmigo?

— Porque te necesito —Dijo él bruscamente— Y además no confío en ti

— ¿Crees que iré con la policía? —Me burlé

— Eres capaz —Dijo él— Y tu pretexto de que tú quieres matarme ya no es válido

— ¿No? —Me reincorporé— ¿Cómo estás tan seguro?

— Porque te gusto —Sonrió

— ¿Qué tú me...? —Abrí la boca— ¡DIOS SANTO! ¡ESTÁS DEMENTE!

— Acéptalo —Hizo su sonrisa arrogante— Te gusto demasiado

— Claro que me gustas... ¡MUERTO! —Exclamé con agresividad

— ¿Entonces por qué comenzaste a llorar?

— No es asunto tuyo —Lo fulminé con la mirada— Y nunca lloraría por ti, lloré por ser tan estúpido

— En ese caso llorar debe ser lo único que haces —Rio

— Vete a la mierda —Me volví a acostar

— Anda, síguele con tu boca —Dijo él

— Déjame en paz, joder —Resoplé

— ¿Sabes? Creo que tu boquita puede hacer mejores cosas que decir groserías

— Comer, beber y hablar —Dije molesto

— Pude perfectamente dejarte desangrando, al menos te curé y te puse una venda —Reclamó

— ¿Y resulta que soy yo el que se preocupa por ti? —Reí

218
— Si te mueres no me conviene, al menos, no todavía...

— ¿A qué te refieres con no todavía? —Algo no me daba buena espina

— No eres el único que piensa en matar al otro —Sonrió

— Pues vas, ahí está el cuchillo...

— Aún no —Se levantó— Pero te recomiendo que duermas

— No tengo sueño... —Suspiré

— Eres un terco fastidioso. En serio, qué carga tenerte cerca —Resopló

— Y tú eres un maldito arrogante con problemas de ego —Sonreí

— Al menos yo soy consciente de ello —Se quitó su sudadera, lo observé fijamente— Mirón.

— Dios, eres tan… ¡NADIE TE ENTIENDE! —Me tapé con las sábanas

— Dios los crea y ellos se juntan —Dijo él mientras colocaba el cuchillo en la mesa de noche

— ¿Qué hora es? —Pregunté

— Las dos de la mañana —Dijo él

— ¿Y… esperaste todo este tiempo para que despertara? —Pregunté sonriendo

— No seas estúpido —Contestó nervioso

— ¿Entonces por qué no te dormías aún? —Levanté una ceja

— Duérmete mocoso —Habló entre dientes

—Te preocupas por mí —Expandí mis ojos

— No. Cállate. —Espetó.

— Al menos un poco

— No

— Bueno, lo que tú digas

— Para de sonreír

— Lo siento es que deberías ver tu cara

— Cierra la boca

Él apagó la vela que había en el cuarto y escuché sus pisadas. El colchón se hundió un poco

219
— ¿Dormirás aquí? —Pregunté

— Técnicamente es mi cuarto, pero tú lo invadiste —Contestó él secamente

— Bueno, perdón

— Y también mi vida

— Bueno yo no fui el que... oh espera —Me callé— No, si fui yo el que comenzó todo esto

— ¿En serio tratabas de matarme? —Se rio

— ¿El día en que te sorprendí en el instituto? Claro —Sonreí— Pero, nunca creí que llegaría a conocerte
tan... a fondo. De hecho nunca esperé conocerte

— Ni yo a ti

— ¿Qué pensaste la primera vez que me viste?

Suga rio y se quedó callado. Ah no, ahora me respondía

— No te hagas el sordo —Me acerqué a él— Dime, por favor

— ¿Te digo la verdad? —Dijo él en modo burla

— Sí —Me preparé para lo peor

— La primera vez que te vi, cuando saliste detrás de la pared con el cuchillo al aire me sorprendiste.
Luego creí que eras sólo un fanático loco. La segunda vez que nos encontramos en el callejón pensé en
que probablemente si hablabas en serio en matarme y pensé que eres sumamente valiente y estúpido

— ¿Y luego?

— Cuando salvaste a tu amigo este, verte ahí pese a todo lo que te había hecho... francamente me
sorprendiste. Hasta la fecha no dejas de hacerlo

— Gracias —Sonreí con orgullo— ¿Y ahora qué piensas?

— Que debí haberte matado cuando pude

— ¿Y por qué no lo hiciste?

— No estoy seguro. Cuando te vi usando una máscara como la mía parte de mí se enojó pero otra parte se
halagó. Al retirar la máscara y verte a los ojos... —Se calló— Tu mirada realmente hizo algo conmigo, no
quería matarte, simplemente no quería. Decidí que te dejaría vivir, en fin, no te volvería a ver

— ¿Irónico no crees?

— Un poco

— Bueno pues... —No sabía qué decir— Mañana entrenaremos

220
— ¿Aunque tengas tu herida?

— No duele

— Es una herida fea

— Me duele más estar contigo.

Los dos nos quedamos en silencio. No sabía por qué había dicho eso, me salió del alma. Suspiré y cerré
los ojos, ya no le preguntaría nada más, esperaría a que él abriera la boca. No sólo ya no quería matarlo,
sentía que ahora dependía de él, lo necesitaba sin saber por qué.

De una forma o de otra, me estaba obsesionando...

221
Capítulo 21. "Conociéndote"

[Jimin POV]

Estaba durmiendo plácidamente, finalmente pude coger sueño después de una semana difícil. Todo era
perfecto hasta que sentí que comenzaron a agitarme, solté un gruñido

—Mocoso —La voz de Suga se escuchó como un eco— Despierta

Me moví y gruñí, no me iba a despertar, no aún. Me tapé más con las cobijas y volví a relajarme para
seguir durmiendo

— Despierta mocoso —Suga me volvió a agitar pero con más fuerza— No me hagas levantarte a la mala

Ignoré por completo la advertencia. Pasaron los minutos, creí que lo había convencido de que me dejara
en paz. Mi cuerpo volvió a caer lentamente hasta que...

— ¡MIERDA! —Grité al sentir el agua helada calar mis huesos. Abrí los ojos de golpe y vi a Suga con
una cubeta de agua— ¡Ya estaba despierto!

— Aja —Dijo él mientras me observaba detenidamente con cierta burla o deseo

Resoplé y dirigí la vista a mi camisón. Debido al agua la piel se notaba fuertemente a través de él, incluido
mis pezones. Suga seguía observándome fijamente pero su vista se posó cerca de mi clavícula y bajó un
poco más.

— ¡Maldito pervertido! —Aullé mientras me tapaba con la cobija, mis mejillas ardieron

— Soy hombre —Sonrió— No puedes culparme de mirón, estás casi desnudo

— No todos son así —Le clavé la mirada

— Lástima que yo sí, quítate la ropa —Sonrió

— ¿Disculpa? —Abrí mucho los ojos

— No vas a entrenar así —Me observó de pies a cabeza— Bueno, yo no tengo problema pero si no te
cambias, en ese caso, tendrás que entrenar desnudo —Sonrió con deseo— Tú decides pequeño

— ¿Qué mosco te picó? —Pregunté extrañado por tan repentino cambio de actitud

— Vístete —Dijo él mientras salía del camerino— Te veo afuera en 5 minutos, no más

Agité la cabeza y empujé las sabanas, me levanté y me dirigí a MI camerino a buscar ropa. La herida ardía
ligeramente pero nada de otro mundo, aunque incomodaba. Abrí el armario y saqué ropa adecuada para

222
entrenar y me coloqué unas botas negras que tenía unas pequeñas cadenas que podían servirme. Lancé el
cuchillo al aire y lo atrapé, una sonrisa iluminó mi rostro. ¡Qué hermosa sensación de volverte amigo del
cuchillo! ¿Quién diría que me haría sentir tan... poderoso?

Salí con el cuchillo en mano al exterior. Me frené en el marco de la puerta, recordé la lección 1: nunca
bajes la guardia. Seguramente Suga pensaba que saldría como si nada y me sorprendería de nuevo, pero
no, no lo dejaría. Sonreí y salí de un brinco mientras apuntaba con mi cuchillo, Suga levantó los brazos y
una sonrisa iluminó su rostro, aplaudió lentamente.

— Al menos aprendiste algo —Dijo él

— ¿Vas a atacarme? —Pregunté indiferente

Él sonrió y comenzamos a caminar en círculos viéndonos fijamente. Él avanzó un paso y yo retrocedí uno,
él siguió avanzando amenazante. Aproveché cuando se acercó y yo hice lo mismo, él trató de atacarme
pero agarré su brazo y di una vuelta haciéndose una pequeño herida en su camiseta. Él gruñó y me volvió
a apuntarme con su cuchillo, yo también levanté el cuchillo mostrando que no me intimidaba. Suga asintió
y comenzó a juguetear con su cuchillo, juré que se lo iba a clavar

— ¿Despertaste con ganas de sangre, eh pequeño? —Sonrió

— Desperté con ganas de herirte —Avancé un paso— Pero es casi lo mismo

— No te confíes —Dijo él riendo suavemente de manera satánica

— No lo hago, querido —Contesté arrogante

Ambos nos lanzamos encima del otro esquivando ambos cuchillos, logró aventar el mío y yo el suyo.
Inmediatamente me puse en pose de combate, esquivé un puñetazo e inmediatamente me recuperé, lección
2: nunca des la espalda

—Vas bien, niño bonito —Dijo él coquetamente

— No me digas niño bonito —Amenacé con voz escalofriante mientras trataba de golpearlo

— ¿Terrón de azúcar? —Se burló— Con esos golpes de niña pequeña cómo no te diré así

La ira me invadió, odiaba que me tratara así. Traté de golpearlo pero sujetó mi brazo, traté de darme la
vuelta pero sujetó mi cintura estrujando mi herida, solté un grito de dolor y traté de pisarlo. Él apretó más
haciendo que el dolor resultara casi insoportable, mordí mi labio

— Grita para mí... —Apretó más— ¿Quieres?

— Ni en tus mejores sueños, maldito —Pisé su pie con fuerza

Suga soltó un gruñido de dolor, aproveché el momento y me zafé, lo golpee con mi codo y corrí tan rápido
como pude a agarrar mi cuchillo. Tropecé pero logré cogerlo, Suga me sorprendió y quedó encima de mí,
traté de agarrar mi cuchillo pero agarró mi brazo con fuerza, me removí y traté de golpearlo con mi rodilla

223
pero él adivinó mi movimiento. Enredó nuestras piernas de tal manera que quedé atorado y no podía
moverme

— Muévete —Gruñí

Él rio y lamió mi cuello, gemí y apreté los ojos con fuerza. Lo empujé con todas mis fuerzas pero apenas
se movió, al menos logré liberar mi pierna derecha. Enredé mi pierna libre en la de él y lo jalé de la
camiseta para girar, él quedó debajo de mí. Agarré mi cuchillo y lo coloqué a mi costado con la punta
viendo hacia él

"Es tu momento, mátalo"

"¿Lo mato?"

"Mátalo... ¿qué esperas?"

"Debo hacerlo..."

"Mátalo"

"¡MÁTALO!"

"¡MÁTALO!"

Apreté con fuerza el cuchillo y respiré profundamente. Me levanté con lentitud sin quitarle la vista de
encima. Cerré los ojos y traté de calmarme.

— Bueno, admito que te luciste pequeño estúpido —Él sonrió

— Cierra la boca —Me sacudí la tierra

— ¿Ibas a matarme verdad? —Preguntó él con burla

— Estuve a punto de hacerlo —Advertí— Y si no cierras la boca no dudes que lo haré

— ¿Por qué no lo hiciste? —Se levantó— Era un momento perfecto ¿sabes?

— ¿Qué te importa? —Espeté

— ¿Te empiezo a gustar? ¿Es eso? —Dijo él con arrogancia

— ¿Qué trauma tienes con eso? —Le clavé la mirada— No me gustas y nunca lo harás

— ¿Seguro? —Rió como si no me creyera

— Tú no me has matado y no te gusto —Sonreí— ¿Verdad?

— Te mantengo vivo por conveniencia —Dijo él mientras agarraba su cuchillo

— Bueno pues yo no te maté porque... —Dudé un poco— Aún no es el momento

224
— ¿Cuándo lo será pequeño? —Sonrió— ¿Cuándo te des cuenta que comienzas a desarrollar una obsesión
conmigo?

— No seas idiota —Rodé los ojos

Él me sorprendió jalándome del brazo y pegándome a él. Mis mejillas se encendieron y mi corazón
comenzó a palpitar con fuerza. Él puso dos dedos en mi cuello y sonrió

— Tu pulso se acelera —Se burló

— Acabo de hacer ejercicio

— ¿Y por eso tus mejillas se tornan rojas?

— Si —Traté de zafarme pero apretaba demasiado— Me lastimas

— Qué bueno —Apretó más, solté un gemido— Así me gusta

— S-suelta... —Supliqué— Enserio, me estás lastimando

— ¿Quieres dolor de verdad? —Llevó sus dedos a mi herida

— FRENA —Aullé

— ¿Eso quieres? —Apretó mi herida haciéndome retorcer

— Ya basta —Me zafé con fuerza— Estás loco

— ¿Loco? —Se acercó lentamente— Yo diría demente

— No me gusta esa mirada —Dije mientras retrocedía

— Lo lamento —Sonrió como juguete poseído— No puedo evitar ponerme así teniéndote cerca

— ¿Así cómo? —Busqué el cuchillo con la mirada

— Tan sediento de sangre

Tragué saliva y el aliento se me cortó. Comencé a retroceder más rápido, este maldito estaba
completamente loco. Le di la espalda y no dudé en correr a la puerta. Error. Me atrapó a los dos pasos y
caí al suelo golpeando mi mandíbula. Gemí y sentí un sabor metálico en la boca, sangre. Suga se sentó en
mi espalda y levantó la camisa.

— ¿Qué haces? —Comencé a forcejear

— Te daré un regalo —Dijo él

— ¿Qué rega...? —Me frené al sentir que enterró su cuchillo— ¡AUCH! ¡ESPERA! ¡BASTA!

— Quédate quieto —Dijo simplemente

— ¡NO! —Chillé— ¡DUELE! ¡DUELE! ¡POR FAVOR!

225
— ¡Que te calles! —Espetó con brusquedad

— ¡BASTA! —Chillé con fuerza— ¡SUGA YA BASTA!

Sentí el terrible ardor, mis ojos se llenaron de lágrimas al sentir el cuchillo rasgar mi hermosa piel. Conté
los segundos para calmar el dolor pero no funcionó muy bien. Finalmente Suga se levantó, yo me levanté
tembloroso y con lágrimas en los ojos. Me las sequé al instante

— ¿Qué me hiciste? —Tartamudee

— Una hermosa marca —Sonrió

— ¿Marca? —Pregunté confundido

— Suga. —Sonrió.

— Madre santa, tú sí que estás demente —Reclamé

— ¿Listo para seguir? —Pasó su cuchillo entre los dedos

— Me acabas de herir —Reclamé

— ¿Y? —Levantó los hombros— Puedo romperte las costillas y te seguiría ordenando que entrenaras

— Eres un sádico —Negué con la cabeza

— Si entraras en mi mente es probable que terminarías en un hospital psiquiátrico

— No todos los locos están encerrados... —Murmullé

— Ni todos lo que están encerrados están locos —Dijo él, por lo visto me escuchó

— Creo que puedo darme una idea de lo que piensas —Me crucé de brazos

— ¿Tú crees? —Comenzó a acercarse

— Muerte, sangre —Me mantuve firme— Sexo...

— Aja —Siguió acercándose— Creo que eso es obvio, intenta cavar un poco más

— Seguro piensas en cómo matarme —Le clavé la mirada

— Pienso en demasiadas cosas en hacer contigo pero matarte es una de las cuantas

— ¿Qué más piensas hacer conmigo? —Suga estaba bastante cerca— ¿Torturarme?

— Sacarte los intestinos —Me agarró de la cintura y comenzó a hacerme hacia atrás— Cortarte la cabeza,
coser tu linda boca...

— ¿Y besarme? —Pregunté a penas— ¿Has pensado en besarme?

— ¿Qué? —Se frenó— ¿Eres idiota? ¿Yo besarte a ti? —Hizo una mueca de repugnancia

226
— Bueno... ¿por qué siempre observas mis labios? —Lo desafié

— Porque me recuerdan a la sangre, son rojizos...

— Vaya, en resumen sólo piensas en maneras macabras y sádicas de acabar con mi vida

— La mayoría de las veces —Me pegó suavemente contra la pared

— ¿Y las demás? —Mi corazón comenzó a latir con fuerza

— Pienso en cómo te verías desnudo bañado en sangre —Sobó mis brazos provocando descargas de
electricidad por todo mi cuerpo— O gritando mi nombre en un cuarto

— E-entonces —Sentí que comenzaba a ruborizarme— ¿Entonces has fantaseado conmigo?

— Perdí la cuenta —Sonrió con arrogancia

Me estremecí un poco, tenerlo tan cerca... me hacía perder la cabeza, me cortaba el aliento. Él sonrió y se
acercó demasiado a mí, sentí ligeramente el roce de sus labios, me acerqué un poco pero retrocedió

— Ni lo pienses —Advirtió él

— ¿Creías que te besaría? —Me burlé aunque fuera cierto, creo que había estado a punto de besarlo —Lo
hice adrede para alejarte

— Sólo debes pedir que me quite para que lo haga

— Ya parece que ibas a hacerlo —Reí

— Tienes razón —Comenzó a pegarme con fuerza a la pared— No tengo porqué obedecerte

— ¿Si te digo aléjate vas a hacerlo? —Pregunté

— No —Sonrió

— ¿Si te digo que me hagas daño vas a hacerlo?

— Sí, porque me beneficia y me gusta

— ¿Y si te digo que folles conmigo? —Cambié a un tono coqueto— ¿Lo harías?

— No —Dijo secamente

— No te creo —Sonreí con malicia

— ¿Por qué no me creerías? —Dijo él levantando la ceja

— Porque sé que te mueres por hacerme tuyo —Me acerqué a él— ¿A que no mueres por hacerme tuyo?

— A veces debes mantener tu boca cerrada

— Puedo hacer mejores cosas con ella —Lamí mis labios— ¿Quieres averiguarlo?

227
— ¿Estás tratando de coquetearme? —Dijo él con voz desgarradoramente sensual

— Eso y mucho más —Mordí mi labio, definitivamente mi cuerpo comenzaba a calentarse rápidamente—
Quiero... —Sonreí con suciedad— Quiero que me folles duro

— ¿Te estás escuchando? —Sonrió cerca de mis labios

—Oh sí —Mordí mi labio— Pero es que joder... estás buenísimo

— ¿No tomaste verdad?

— No —Reí— Ni yo sé qué sucede conmigo...

— Definitivamente mi presencia no te hace bien —Se alejó un poco

— Me excita tenerte cerca —Comencé a acercarme

— A muchas personas

— Pero ninguna te hace sentir como yo te hago sentir... ¿cierto?

— Estás llevando la conversación a un rumbo peligroso —Advirtió

— Bueno —Me crucé de brazos— Si no quieres divertirte yo me divertiré solo

— ¿Cómo? ¿Tocándote? ¿Y no sentir nada? —Se burló

— Hallaré el modo —Me dirigí a la puerta— Con tu permiso...

Suga no impidió que me fuera.

"Esto está mal"

"¿Apenas te das cuenta?"

“Ya déjame en paz voz estúpida”

“Eh, soy técnicamente parte de ti”

“Discuto conmigo mismo ¿es normal?”

“No”

“Perfecto, seguiré haciéndolo”

Observé el pasillo fijamente, no tenía ganas de encerrarme en el camerino. Salí por una puerta y llegué a la
entrada, me senté en las escaleras y observé el sol radiante. Me levanté de nuevo y me fui a acostar al
pasto mientras veía las nubes pasar. Me dio hambre pero tenía que aguantarla, las cosas no resultaban muy
bien cuando hablaba de comida. Coloqué mis brazos en mi nuca y respiré profundo, cerré los ojos y sentí
el sol iluminarme la cara.

228
Ah, la paz, anhelaba la paz. Cerrar los ojos y disfrutar del momento, gozarlo, saborearlo, sabiendo que no
habrá un asesino psicópata, sensual y pervertido al asecho, que media ciudad me buscaba o que casi me
muero varias veces...

Dejé de sentir la luz del sol, como si se hubiera ido o nublado el cielo. Abrí los ojos y vi a Suga parado
viéndome fijamente con los brazos cruzados

— ¿Estás cómodo? —Preguntó él sonriendo

—Bastante

— ¿Esta es tu idea de "diversión"? —Hizo comillas con sus dedos

— Sí, se llama relajarse y es divertido. Deberías probarlo de vez en cuando

— Aunque parezca mentira pequeño estúpido, casi siempre estoy tranquilo

— No te quiero conocer en el modo frustrado

— Ya lo has hecho, pero no tan fuerte

— Y espero no hacerlo —Murmullé

— Así que... —Él se sentó— Respecto a tu inusual cambio de actitud...

— Estoy loco, no me hagas caso —Volví a cerrar los ojos— Ya sabes que tengo distintas personalidades

— Ya me di cuenta —Gruñó

Nos volvimos a quedar en silencio, comencé a pensar en varias cosas. Quizás podía romper la tensión con
él charlando un poco... lo suficiente para hacer las paces.

— Extraño el instituto —No sé por qué dije eso, fue lo primero que vino a mi mente

— ¿Lo extrañas? Qué raro eres.

— Extraño golpear a todos e insultarlos —Abrí los ojos— Y contestarle a los profesores

— ¿Y no te han expulsado?

— No, sólo me suspendieron una semana

— A mí me corrieron varias veces —Se rio

— No lo dudo —Reí también

— Aunque a veces lo extraño también, salir con mis amigos, coquetear con los chicos y verlos rendidos
ante mí golpeando la puerta de mi casa rogando una noche

— ¿Hacían eso? —No le creía

— No tienes idea —Agitó su cabeza— Muchas me acosaban y muchos también.

229
— Tampoco lo dudo —Suspiré

— Y apuesto a que tú lo harías —Me observó sonriendo

— Lo dudo —Hice una mueca— Quizás tú me acosarías a mí

Él frotó su barbilla unos segundos de verme fijamente. Yo ladee un poco mi cabeza.

— En otras circunstancias —Él sonrió como gato— Tú y yo nos divertiríamos mucho

Pasé saliva pesadamente y utilicé todas las fuerzas del universo para no enrojecer.

— Ya quisieras. —Contesté.

— A mí me da igual, pero tú lo deseas

— Afortunadamente tiendo a controlar mis hormonas la mayoría de las veces

— La mayoría —Repitió él— Acéptalo, yo soy tu debilidad

— ¿Sexual? Yo creo que es probable...

— Y de todo

— No —Sonreí— Si te mueres me da lo mismo, no eres vital en mi vida

— Ni tú te la crees

— Por desgracia lo único vital era mi madre y la mataste antes de mi cumpleaños así que...

— ¿La maté antes de tu cumpleaños? —Frunció el ceño

— Un día antes —Pasé de acostarme a sentarme— Un día antes de cumplir 17 años...

— Ya veo —Suga observó el suelo

— Hablando de edades... ¿Qué edad tienes? —Lo voltee a ver

— Menos de 30, tenlo por seguro —Sonrió

— ¿Tienes 29? —Abrí los ojos— Pedófilo asqueroso

— No —Suga soltó una alegre carcajada— Mucho menos

— ¿22 años? ¿26 quizás?

— No te diré

— Ay vamos —Rodé los ojos— ¿Qué tiene de malo que quiera saber de ti?

— Que no tienes que saber nada de mí porque simplemente no se me da la gana

230
— ¿Ni siquiera tu edad puedo saber?

— Nada dije

— ¿Ciudad donde naciste?

— ¿Sabes lo que es nada?

— Dios —Me frustré— Tú sabes casi todo de mí y yo nada

— Tú solito abres la boca —Levantó los hombros

— Bien me quedaré con la idea de que tienes 29 años

Hubo unos pequeños segundos de silencio.

— Menos de 25 —Dijo él cortante

— Bueno es algo —Sonreí— ¿No eres menor que yo, verdad? Sería divertido

— Soy mayor que tú —Dijo él de mala gana— ¿Puedes dejar de hacer preguntas?

— Amargado —Canté

— Di lo que quieras, nunca lo sabrás

— ¿Puedes comprar cerveza? Quiero emborracharme un poco —Dije suspirando

— Tomar no solucionará tus problemas

— El agua tampoco

— Odio a los alcohólicos —Espetó él con asco

— Qué pena, no me interesa —Estiré mis piernas— ¿Puedes comprarme una?

— No

— ¿Por qué?

— Porque no

— ¿No quieres? ¿O no puedes? —Entrecerré los ojos

— No quiero

— No puedes —Abrí los ojos— Oh mi dios, ¿eres ilegal?

— Cierra la boca

— ¿Tienes 20? ¿19? ¿18? —Comencé a acercarme

231
— ¡21 AÑOS JODER! ¿TE CALLAS YA? —Gritó él

— ¿21? —Sonreí— Sexy.

—Voy a arrancarte la lengua si no cierras el pico

— Cállame con un beso —Canté— Y no te vayas mi amor

— ¿Puedes cantar algo que exista? —Dijo él de mala gana

— He ate my heart, He a-a-ate my heart —Comencé a cantar

— ¿En serio? —Suga me clavó la mirada molesto

— Look at him, Look at me —Lo señalé a él y me señalé— That boy is bad and honestly he's a Wolf in
disguise

— Odio a Lady Gaga —Negó con la cabeza

— But I can't stop staring in those evil eyes —Seguí cantando

— ¿Me estás dedicando esa canción? —Se burló

— That boy is a monster m-m-m-monster —Lo señalé y sonreí

— Ay niño —Suspiró y negó con la cabeza

— ¿Canto otra? ¿Qué tal ésta? —Carraspee la garganta

— No por favor... —Dijo él

— Qué amargado eres —Me crucé de brazos

Nos quedamos en silencio un largo rato. Lo observé fijamente, él estaba sentado viendo el suelo. Sus
dedos golpeaban el suelo con cierta rítmica, seguro estaba cantando algo en su cabeza. Me levanté y me
estiré completamente, pero con cuidado, no quería abrir la herida.

— ¿Hay algo de comer? —Pregunté

— ¿Tienes hambre?

— No he comido en dos días —Me crucé de brazos

— Te daré comida pero antes debes prometerme algo —Me clavó la vista

— ¿Qué? —Pregunté suavemente

— Me acompañarás hoy a un lugar, sin peros ¿entendiste?

— ¿Qué lugar?

— Te pregunté si entendiste —Dijo severo

232
— Sí ya entendí —Levanté las manos— Tranquilo

— Acompáñame —Se levantó

— ¡DIOS TE ADORO! —Lo abracé

— Aléjate —Me empujó con fuerza— No me toques

— Ya te toqué —Con mi índice comencé a tocarle la espalda— Te volví a tocar

— ¿Sabes? Podrías hacer cosas más divertidas con ese dedo —Gruñó

— Te volví a tocar —Dije con voz infantil

— No agotes mi paciencia —Advirtió— De por sí tu presencia ya es fastidiosa

Negué con la cabeza sonriendo, puse los ojos en blanco y lo seguí en silencio. Llegamos al camerino y vi
que sacó una bolsa transparente del armario. Comenzó a sacar barritas, cereales, aguas... mis ojos se
iluminaron y corrí a abrazar la comida.

— Mis bebés —Dije casi llorando

— No seas tan dramático —Él se sentó en la cama

Cogí un cereal y lo abrí rápidamente, llevé la comida a mi boca de manera excesivamente rápida, dios,
gloria pura. Me tranquilicé un poco cuando Suga me observó con el ceño fruncido. Carraspee la garganta
y me senté en la silla.

— Entonces... —Comencé para iniciar la conversación

— No, nada, cállate por favor —Se frotó las sienes

— ¿Puedo preguntarte algo? —Lo observé suplicante

— Si no es una estupidez o es algo de mi vida personal, sí —Dijo él

— Entonces olvídalo —Seguí comiendo cereal

— ¿Qué es? Sólo dilo —Me observó fijamente

— ¿Algún día te puedo ver sin la máscara? —Traté de sonar serio

— Algún día... no quiero que te desmayes por la belleza

— ¿Puede ser ahora?

— No cuentes con ello —Se acostó en la cama

— Bueno, al menos no dijiste no

— Pero tampoco dije que si

233
— Bien... —Dejé el cereal vacío en la mesa

Suga me dio la espalda, lo observé fijamente. Me levanté de puntitas evitando hacer ruido, me fui
acercando a la cama. Suspiré y me senté al pie de la cama, subí mis pies y gatee para ponerme a su altura
quedando encima de él. Suga gruñó.

— ¿Qué quieres? —Dijo él cansado

— ¿Qué tienes? —Pregunté

— Estoy cansado, no dormí

— Porque te quedaste despierto hasta las dos de la mañana

— Tú igual pero no te despiertas a las 6

— ¿Te despiertas a las 6? —Abrí mucho los ojos

— Y tú a las 12, flojo —Dijo él riendo y mostrando sus adorables encías.

— Me gusta tu sonrisa natural—Sonreí

— Sí, muchos me han dicho eso... y sé que estás encima de mí

— Resulta obvio

— Muévete —Dijo él de mala gana

— No. Estás cómodo y calientito

— Si quieres que te caliente quítate la ropa y con gusto te abrazo

— Me quedo así, gracias

Suga se dio la vuelta y caí en su pecho, de hecho bastante cerca de su polla... gruñí

— Baja un poco más y llegarás a mi verga —Rió

— Qué palabras más elegantes

— Estás pesado —Se agitó un poco— Déjame descansar, será una larga noche la de hoy

— Yo también tengo sueño —Me quejé mientras le clavaba la mirada

— Puedes acostarte a mi lado.

— No —Avancé más hacia él y apoyé mi cabeza en su clavícula— Así estoy bien

Suga me empujó y caí junto a él. Resoplé

— Eres muy malo —Me voltee y quedé a centímetros de su rostro

234
— Duerme o vete —Me dio la espalda

— Tú ganas, tú ganas —Jalé las cobijas para taparme

— ¿Es tan necesario dormir conmigo? Sabes que puedo violarte ¿verdad?

— No lo harás, dijiste hace rato...

— Lo que dije hace rato fue hace rato, no ahorita —Interrumpió

— Aun así, no lo harás —Cerré los ojos— Y no te estoy provocando, sé que no lo harás

— Te voy a sacar de las greñas —Advirtió

Suspiré y finalmente me callé. Me di la vuelta y observé su espalda, me acerqué un poco a él. Apreté mis
labios, odiaba esto, cada vez me sentía más apegado a él, sentía que mi enojo cada vez se desvanecía
conforme pasaban los días. Cerré los ojos pero él habló

— ¿Puedo preguntarte algo? —Dijo él con voz apagada

— Claro —Mordí mi lengua— Es decir, depende…

— ¿Cumples tus promesas?

— La mayoría de las veces

— Prométeme que me ayudarás con lo que necesito

— ¿Por qué haría eso?

— Si cumples te dejaré ir... y me largaré de este pueblo. No me volverás a ver —Dijo él

— ¿Ha-hablas en serio? —Uní las cejas

— Muy en serio... ¿lo prometes?

— Lo prometo —Susurré

Nos volvimos a quedar en el silencio absoluto. Cerré los ojos y traté de dormir pero no podía, sentía un
extraño vacío. Abracé una almohada y la pegué a mí, mejoró un poco. Me di la vuelta viendo de nuevo la
espalda de Suga. Toqué su hombro.

— ¿Oye? —Pregunté

Él no respondió, me acerqué a él, respiraba profundamente y su cuerpo estaba muy relajado

Se había dormido

235
Capítulo 22. "Huyendo con él"

[Suga POV]

Todo estaba oscuro, casi no entraba la luz. Palpé el entorno tratando de encontrar un interruptor, sentí una
lámpara. Llevé mi mano a la lámpara y la prendí, estaba sentado en una silla de instituto. Escuché unas
risas lejanas y pasos

¿Qué demonios?

— ¿Hola? —Pregunté

Más risas y murmullos. Me levanté y caminé a la puerta, la abrí lentamente. Del otro lado había una
habitación oscura y olía fuertemente a sangre. Entré y la puerta se cerró detrás de mí, las luces se
prendieron y admiré el entorno. Era una habitación café muy poco iluminada, encadenado a la pared se
encontraba el mocoso. Él se levantó y me observó fijamente

— ¿Ahora soy perfecto? —Preguntó con voz macabra

Lo observé detenidamente, estaba bañado en sangre, las gotas escurrían por su cuerpo desnudo. Pasó sus
las manos por sus labios... sus perfectos labios y se colocó el cabello de lado y me observó, pero su mirada
era vacía y carente de vida.

— No te puedes alejar de mí —Me agarró del brazo

Observé su brazo y vi que eran sólo huesos, retrocedí y vi que ahora él era un esqueleto escalofriante,
comenzó a reírse de manera bastante macabra y se convirtió en polvo en cuestión de segundos. Me di la
vuelta con el pulso acelerado, el paisaje era distinto. Estaba en un bosque, muy cerca del teatro y el
pequeño estúpido estaba ahí, vestido y perfectamente limpio. Me observó fijamente y se acercó

— Tenemos que entrenar... —Susurró él— Para estar listo

Bajé la vista y vi que llevaba mi cuchillo a la mano, levanté una ceja

— ¿Por qué tienes mi cuchillo? —Pregunté no muy confiado

— Para que me mates —Lo colocó en mi mano— Mátame cuando quieras... soy tuyo

Observé el cuchillo con cierto deseo, él se acercó y me puso contra la pared. Sentí el roce de su piel con la
mía, estaba caliente. Cerré los ojos y los volví a abrir de golpe. Los dos estábamos desnudos, él sonrió y se
acercó mucho más, sentí su cabello en mi pecho provocando un ligero cosquilleo. Estábamos bastante
cerca, su piel enviaba electricidad a todo mi cuerpo.

— Bésame... —Susurró él— Por favor...

236
— No —Dije mientras llevaba las manos a mi boca, no lo permitiría

Él retiró mis manos y me observó fijamente. Llevó mis manos a su cuerpo y por instinto lo jalé a mí. Él
sonrió y me jaló de la nuca, rozó sus labios suavemente con los míos. Traté de empujarlo pero él atrapó
mis labios antes. Me quedé estático, él comenzó a besarme delicadamente pero rápidamente el beso se
tornó muy intenso, cargado de deseo y lujuria. Lo pegué más a mí y comencé a besarlo salvajemente, él
gimió, enredamos nuestras lenguas y devoramos la boca del otro. Lo tumbé al suelo sin despegar mis
labios de los suyos, toqué todo su cuerpo con mis dedos y él se aferró a mi espalda. Nuestras bocas unidas
no se comparaba a ningún beso que hubiera dado antes... era adictivo, peligrosamente adictivo.

Él se separó y bajé la vista, tenía un cuchillo enterrado y sus ojos habían perdido vida. Lo sostuve antes de
que su cabeza tocara el suelo pero él ya se había ido... para siempre

[***]

Desperté bruscamente, abrí los ojos y me reincorporé mientras pasaba mi mano por mi cabello. Agité mi
cabeza varias veces, observé a mi derecha y vi al mocoso dormido junto a mí. Abrazaba una almohada y
se había hecho bolita.

Me levanté de la cama y me metí al baño. Retiré mi máscara y me observé fijamente

"¿Qué clase de maldito sueño fue ese?"

"Una pesadilla"

"¿Y qué hacía él ahí?"

"¿Besándote?"

"Son tus deseos acumulados"

"Matarlo y hacerlo tuyo"

"Imbécil"

"Imbécil"

"Imbécil"

"Te debilita"

"Es demasiado cercano"

"Debes matarlo"

"Se apodera de ti lentamente"

237
Abrí el grifo y me lavé la cara con agua helada. Me saqué y respiré profundo mientras apoyaba con fuerza
mis manos en el lavabo. Me puse la máscara y sentí mi respiración agitarse, troné mis puños y golpee con
fuerza el espejo. Los vidrios cayeron con ruido y me hice heridas en los nudillos.

— ¿QUÉ PASÓ? —Escuché el grito del mocoso

— ¡NADA CARAJO! —Grité

Él abrió la puerta y me observó fijamente, luego el espejo, el suelo y finalmente mi mano. Abrió mucho
los ojos y me dirigió una mirada acusadora pero preocupada a la vez

— ¿Qué demonios hiciste? —Preguntó él

— Rompí el espejo —Escupí— ¿Algún problema?

— ¿Qué culpa tiene el espejo? —Espetó él— ¡Mira tu mano!

— Está sangrando. ¡Increíble descubrimiento, pequeño estúpido!

— Déjame ver —Agarró mi brazo

— Suéltame —Me zafé de su agarre

— ¿Qué te sucede? —Él agitó la cabeza

— ¡NADA! —Rugí— ¡SALTE!

—Eres un bipolar —Él rodó los ojos

Lo empujé y cerré la puerta de un portazo. Él golpeó la puerta varias veces

— No me cierres la puerta en la cara —Dijo él molesto

— Déjame 10 minutos solo —Tomé aire

— ¿Seguro que estás bien?

— No, ahora largo

— ¿Puedo ayudarte?

— QUE NO —Golpee la puerta

— Menudo genio el tuyo... —Escuché sus pisadas alejarse

Me senté en el suelo y froté mis sienes completamente frustrado. Era la primera vez que soñaba con él de
ese modo, me asustaba, no debía siquiera soñar con él. Era una mala señal, estaba cogiéndole cariño de un
cierto modo, no podía permitirlo. Debía dibujar el límite de nuevo

238
Me lavé la mano, afortunadamente la mano no estaba tan grave. Salí del baño y me sorprendí al ver al
mocoso con un atuendo bastante... ¿cómo explicarlo? Llevaba unos pantalones de cuero, una camisa negra
muy pegada, botines negros y el cuchillo a la mano

— Dijiste que saldríamos —Dijo él sin verme— Conociéndote no saldremos por un café

— No —Lo observé de nuevo— ¿Qué hora es?

— Según esto las 6 de la tarde —Observó el reloj

— Bien —Cogí mi cuchillo y mi sudadera— Vamos

El mocoso guardó su cuchillo y observó el entorno rápidamente. Ajusté bien mi máscara y me puse la
capucha, salí del cuarto. Ambos salimos rápidamente del teatro, el sol se ocultaba detrás del pueblo, era
bastante lindo, el tono rojizo siempre era mi favorito.

— No te alejes —Le ordené

— No pensaba hacerlo —Respondió él

Suspiré y me adentré en el bosque, él se mantuvo muy pegado a mí y observaba siempre a todos lados.
¿Qué acaso tenía miedo? No, no parecía. Yo diría que estaba muy precavido, no lo culpo, a este grado ya
habría medio pueblo buscándolo. Los minutos pasaron y el silencio invadía el ambiente, seguimos
avanzando y no tardamos en llegar al pueblo

— ¿Qué hacemos aquí? —Preguntó él— ¿Sabes que pueden verme?

— Cierra la boca y confía en mí —La clavé la mirada

— ¿Cómo pretendes que confíe en ti? —Levantó la barbilla— Con tu actitud bipolar me vuelves loco

— Soy así, ¿tienes algún problema? —Apreté mis puños

— Mira, no quiero pelear —Suspiró cansado— Perecemos un viejo matrimonio

— Y como viejo matrimonio te callas y obedeces a tu activo —Sonreí

— Ugh —Me barrió con desprecio — Eres despreciable.

Lo observé amenazante, él desvió la mirada y suspiró. Rodeamos el pueblo por afuera pasando no muy
lejos de la plaza, había bastante gente en las calles, eso podría ser un problema. Me detuve y coloqué mi
brazo para que él también se frenara. Había unos policías

— ¿Qué sucede? —Preguntó él

— Policía —Murmullé molesto

Los oficiales comenzaron a observar el entorno, uno posó la vista cerca de donde estábamos. Sin perder
tiempo me coloqué detrás de un árbol y jalé al mocoso. Lo pegué a mi pecho y la tapé la boca, él forcejeó
un poco pero finalmente se quedó quieto.

239
— Tranquilo —Susurré al ver que comenzó a respirar rápidamente— No te voy a morder

Él respiró hondo y finalmente su pulso se calmó. Observé rápidamente el sitio donde estaban los policías,
se estaban montando a su coche y no pasó mucho tiempo antes de que la patrulla desapareciera. Destapé la
boca del mocoso, él se separó de mí lentamente

— ¿Nos vieron? —Preguntó entrecortado

— No —Lo observé de reojo— Vamos...

Él mantuvo una distancia pequeña entre él y yo. Entramos a un callejón bastante oscuro, la luz apenas se
notaba. Sólo escuchaba nuestras pisadas en los pequeños charcos y el eco de unos perros ladrando a lo
lejos. Al llegar del otro lado estábamos en el callejón colina arriba. El mocoso se frenó y observó el
entorno lentamente

— Aquí fui donde me atacaste la segunda vez —Dijo él

— El día en que casi te mato —Reí

— Me dejaste seis semanas en el hospital —Reclamó él

— Ay cómo lo siento —Dije sarcástico

— Muy gracioso —Observó la calle— ¿Sabes que mi casa queda muy cerca, verdad?

— No vamos a tu casa —Salí del callejón— ¡Camina pequeña tortuga!

— Calma tus hormonas —Se colocó junto a mí— Vas, guíame

Rodé los ojos y comencé a caminar colina arriba, unas calles antes de llegar a la casa del mocoso me
desvié a la derecha. Él me siguió sin poner peros cosa que agradecí. Pasamos por detrás de varias casas
hasta llegar a una casa blanca enorme, tenía dos pisos y pilares, una casa de ricos

— ¿Qué hacemos aquí? —El mocoso se frenó

— Necesito entrar a esa casa para conseguir algo —Dije

— No, de ningún modo entraré ahí —Él se alejó

— ¿Por qué? —Me crucé de brazos

— Es la casa de los Crow —Levanté una ceja— ¡LA CASA DEL ALGUACIL!

— El alguacil está en su turno nocturno —Dije aburrido

— Ahí está Jin, el chico que casi matas

— ¿El gritón? —Froté mi barbilla y sonreí— Lo recuerdo

La puerta de entrada se abrió, los dos nos ocultamos detrás de un coche. Observé a una chica rubia salir
mientras hablaba por teléfono. Su cabellera lacia estaba recogida en una coleta de caballo, sus labios eran

240
muy rojos y su vestuario era bastante vulgar. Portaba un mini-vestido rojo muy pegado, tacones del mismo
juego y muchos accesorios brillantes. Golpeaba a veces el suelo o se pasaba la mano por la cara, observé
al mocoso que estaba completamente pálido.

Me resultaba familiar… pero… ¿de dónde?

— ¿La conoces? —Pregunté

— Se llama Natasha... —Dijo él— Es la prima de Jin

— ¿El alguacil es su tío? —Pregunté

— Según esto... —Dijo él

— ¿Estará sola? —Observé las ventanas esperando ver algo

— No lo creo

— Distráela

— ¿Qué?

— Ya lo dije

— ¿Estás demente? —Me miró enloquecido— ¡ME ESTÁN BUSCANDO!

— Aún no es viral —Me frustré— Y no te estoy preguntando, ve y háblale

— ¿Qué necesitas de esa casa?

— Algo, ve

Él gruñó y salió a regañadientes. Le di la vuelta al coche y me coloqué detrás de un árbol. Observé al


mocoso acercarse a la tal Natasha, la rubia colgó y lo abrazó. Creo que aún no sabía que estaba
desaparecido. ¿O sí? Comenzaron a platicar alegremente, me oculté detrás de un coche blanco y detrás de
un pilar, Natasha estaba de espaldas así que no me vio

— ¿Estás sola? —Preguntó el mocoso

— Sólo somos Jin y yo —Dijo Natasha suspirando— Pero tengo una cita con Taehyung

— Ya veo —El mocoso sonrió

¿Taehyung? ¿Ella es la novia de Taehyung? Joder, esto se pone cada vez mejor. Cómo olvidar a los Kim:
Emma y Taehyung, los hermanos más inusuales que he encontrado.

Me colé dentro de la casa y observé el entorno, había una sala blanca enorme con chimenea y candelabro.
Observé por la ventana, seguían hablando. No perdí tiempo y subí lentamente las escaleras, vi cinco
cuartos.

— Mierda —Murmullé

241
Abrí la primera puerta, era un simple baño. La cerré con cuidado y me pegué a la otra puerta, no escuché
nada. La abrí, era un cuarto café claro con tapete rojo, una cama matrimonial. Me metí delicadamente y
comencé a rebuscar en los cajones con frustración. Mis dedos se movían frenéticamente por todos lados
pero no hallaba nada. Salí del cuarto y caminé un poco más, vi una puerta abierta, alcancé a ver una pared
color azul. Me acerqué lentamente

— Y deberías ver como es Natasha —Escuché una voz masculina algo aguda— ¡Lo sé! Pero ella es tan
perfecta... obvio no me quitará mi trono... ¿qué? ¡No!... Exacto y ahora la muy maldita va a salir con SU
novio Andrea, SU NOVIO ¿y yo qué tengo? ¡Nada!

Agité la cabeza y me asomé un poco. Vi al chico que había tratado de matar, Jin si no mal recuerdo.
Estaba acostado en su cama con el teléfono a la mano y escribiendo algo en una libreta. Asentía varias
veces o reía.

—Lo sé Andy, aún no puedo creer que Jimin y Hoseok fueron juntos a tu fiesta... —Jin rio— ¿Y cómo te
fue?... ¡NOOOO! ¿EN SERIO?

Típico chico adolescente mimado, iba a cruzarme al otro cuarto pero me frené

— Ajá y mis padre se va a ir a Guadeloupe con su novio—Dijo él— Es increíble que no me lleven —Jin
se sentó en la cama— ¿Verdad?... No, no puedo hacerlo así... sí, tengo los boletos aquí conmigo

Observé de nuevo la habitación y vi el tal Jin sacar dos boletos debajo de su almohada. Debía pensar en
algo rápido, me metí al cuarto de al lado y aventé con fuerza un jarrón. Salí corriendo y me oculté detrás
de una cortina. Increíble, lo sé. Jin salió con el teléfono

— ¿QUÉ ROMPISTE NATASHA? Dame un momento Andy... —Jin se cambió el teléfono de oreja—
¡TE JURO QUE SI FUE EL MAQUILLAJE VOY A MATARTE Y SI SE TE OCURRIÓ...! —La voz se
alejó

Salí rápidamente de mi escondite, entré a su cuarto, agarré los boletos y los guardé en mi bolsillo. Escuché
pisadas, la sangre se me heló cuando la puerta se abrió de más

— ¿Me hablabas Jin? —Natasha apareció y me observó, se puso pálida— Oh mi dios

Abrí la ventana de golpe y calculé para saltar, Natasha comenzó a gritar desesperada, no le di importancia
y me coloqué en el balcón, me colgué y caí en seco al suelo. El mocoso se acercó a mí corriendo

— Idiota, eso eres —Me ayudó a levantarme— Un completo idiota

— Cierra la boca y vámonos —Dije de mala gana

— ¡ALTO AHÍ! —Observé a Jin salir corriendo— ¡ALTO DIJE!

— Corre —Comencé a jalar al mocoso pero se zafó

— Espera, siempre he querido hacer esto —Sus ojos brillaron

— ¡PARK JIMIN! ¡¿EN NOMBRE DE DIOS QUÉ ESTÁS HACIENDO!? —Aulló Jin

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—No te incumbe... ¡IMBÉCIL! —Jimin le dio un puñetazo a Jin, él se desmoronó en el suelo

Observé al mocoso con la boca abierta, él se acercó sobando su mano y con una enorme sonrisa en la cara.
Sus ojos brillaron

— Estábamos huyendo —Dijo él

Sonreí y ambos comenzamos a correr por toda la calle, entramos de nuevo al callejón y no pasó mucho
tiempo hasta que llegamos casi a la plaza, nos desviamos pasando por un edifico abandonado y corrimos a
adentrarnos al bosque. El mocoso se detuvo y apoyó sus manos en sus rodillas mientras inhalaba
profundo. Se reincorporó

— A eso...llamo...correr... —Dijo entre jadeos

— Eres bueno —Sonreí

— Gracias —Inhaló profundo— ¿Puedo saber a qué se debía tal visita?

— Te lo explico en el teatro —Le di unas palmaditas en la espalda— Respira, respira

— Gracias —Rio levemente— Ya estoy bien

— ¿Seguro? —Levanté una ceja riendo

— El primero en llegar cena lo que quiera —Dijo él

— ¿Qué? —Pero me frené al verlo salir disparado— ¡Maldito mocoso!

Comencé a correr detrás de él, sólo observaba su cuerpo alejarse rápidamente y escuchaba sus pisadas
como un eco, aceleré el ritmo y no tardé en ponerme a su altura, él me observó sorprendido

— Lo siento pequeño —Sonreí

Poco a poco lo fui dejando atrás, observé la carretera a lo lejos y aumenté el ritmo, el mocoso me volvió a
alcanzar, me sonrió vengativo y se adelantó por unos centímetros, mis piernas comenzaron a arder, estiré
el brazo y agarré su camisa, él se frenó en seco y aproveché para pasarlo

— ¡ESO FUE TRAMPA! —Se quejó

—Juego sucio —Solté una carcajada

Seguí corriendo y me detuve a unos cuantos metros del teatro, voltee hacia atrás pero el mocoso no estaba.
Observé el entorno preocupado

— ¿Hey niño, estás ahí? —Pregunté

No escuché nada, caminé dos pasos y sentí que alguien cayó encima de mí

— ¡TE TENGO! —Gritó el mocoso antes de abalanzarse sobre mí

— Hijo de... —Pero me frené, ambos caímos al suelo

243
— Lo siento —Puso su cabello de lado y se levantó, corrió a la entrada y me observó sonriente

— Eso fue trampa —Dije jadeante mientras me levantaba

— Juego sucio —Susurró él mientras abría la puerta y me guiñaba el ojo

"Aprende bien"

"Es bueno"

"Pero hay que matarlo"

"No aún"

Me sacudí la tierra y entré al teatro, cerré la puerta y me dirigí al camerino, el mocoso estaba comiendo.
Era de esperarse. Se estaba comiendo un pan de chocolate y llevaba una botella de agua a la mano
también. Me observó fijamente.

— ¿Me dirás ahora qué necesitabas? —Preguntó él mientras tomaba agua

— Nos iremos de aquí un tiempo... —Me senté en la cama

— ¿De aquí? ¿Del teatro? —Levantó una ceja

— Del país

— ¿DEL PAÍS? —Él abrió mucho los ojos

— Shhh, no grites —Susurré cansado— Observa

Le lancé un boleto de avión, él lo atrapó y lo observó fijamente.

— ¿Guadeloupe? —Preguntó él agitando la cabeza— ¿Cómo lograremos burlar la guardia?

— Lo tengo todo controlado, un contacto mío nos ayudará a pasar —Dijo él

— ¿Se puede saber qué haremos allá? —Tiró la envoltura del pan en la bolsa

— Tengo unos asuntos pendientes qué atender

— ¿Para esos asuntos me necesitas?

— En parte —Me froté la barbilla— Pero no es lo esencial

— ¿Qué es lo esencial? —Le dio otro trago a su agua

— No es necesario que lo sepas —Desvié la mirada

— A estas alturas ya debería saberlo —Sonó serio— A este grado ya deberías confiar en mí

— Aún no lo hago completamente —Sonreí con amargura

244
— Ni yo pero alguien debe dar la iniciativa —Se levantó de la silla y se sentó junto a mí

— ¿Por qué no la das tú? —Lo voltee a ver

— Porque no tengo nada qué contarte —Levantó los hombros

— ¿Quieres que confíe en ti? —Le clavé la mirada— Bien, dime todo lo que sabes de Kim Taehyung.

— ¿T-Taehyung? —Tartamudeó— ¿Lo conoces?

— Perfectamente —Sonreí— ¿Puedes responder?

— Pues... —Él observó el suelo— No gran cosa...

— Lo que sepas —Insistí

— Bueno sé que es novio de Natasha —Comenzó, asentí— Y que tiene una hermana menor llamada
Emma. Va a estar en mi instituto el último curso escolar

— Me lo temía —Suspiré— Sigue

— Perdió a sus padres, su madre sufría esquizofrenia y se suicidó al igual que su padre —El mocoso hizo
una triste mueca— Trató de matarse él también, en su antiguo instituto decía que lo molestaban pero uno
sobre todo siempre peleaba con él —Tomó aire— Aprendió artes marciales y lo corrieron

— ¿Algo más? —Pregunté

— No, sólo sé eso —Él negó con la cabeza— ¿De dónde lo conoces?

— Nos encontramos en algún tiempo —Reí— No me conoce por Suga pero me conoce por mi verdadero
nombre

— ¿Y ese es...? —Preguntó él impaciente

— Alguno —Sonreí

— Bien, no vas a decirme —Suspiró— ¿Cuándo nos vamos?

— ¿A Guadeloupe? —Levanté una ceja— Mañana mismo

— ¿Mañana? —Preguntó él sorprendido

— Vuelo a la una de la tarde —Observé el boleto— Debes empacar

— ¿Cuánto tiempo nos iremos? —Preguntó de nuevo

— No estoy seguro, pero créeme —Lo voltee a ver— No será poco tiempo

Nos quedamos en silencio, observé por la pequeña ventana. La luna llena se alzaba, tenía tantas ganas de
ir a matar a alguien pero no convenía ahora. Quizás allá si podía divertirme a mi modo pero tendría que
ser muy precavido. La gente allá era muy observadora.

245
—Me acabo de dar cuenta de algo... —El mocoso unió sus cejas

— ¿De qué? —Pregunté

— ¿Vamos en avión, cierto?

— Es una pregunta reamente estúpida —Le clavé la mirada

— Bueno no soy experto, pero si algo sé es que no te dejan subir a los aviones con máscaras... —Me
señaló la cara— ¿Lo sabes verdad?

— Mierda —Apreté los ojos— No había pensado en ello

— Bien esa será la primera iniciativa —Se levantó y se colocó frente a mí

— ¿De qué hablas? —Levanté la mirada

— Primera prueba de confianza —Sonrió como gato— Podré verte sin la máscara

— No pasará —Amenacé serio

— ¿No? ¿Y para el avión? ¿Me obligarás a no verte?

— Dices que cumples tus promesas

— La mayoría de las veces

Me pasé la mano por la máscara. Me estaba comenzando a frustrar. Él se inclinó un poco quedando cerca
de mí, observé rápidamente su sonrisa gatuna.

— Anda —Sonrió— No será tan malo

— Podrás reconocerme en cualquier parte —Gruñí

— Dijiste que si cumplía te irías y me dejarías... que no volveríamos a vernos —Se reincorporó

"¿Realmente quiero eso?"

"Sí"

"Extrañaré molestarlo"

"Es un simple chico, hay muchos como él"

"No así"

"¿Y? Vamos a matarlo"

"Ah, es cierto"

"Matarlo será un privilegio"

246
"No lo dudo"

— ¿Me estás escuchando? —Me sacó de mi burbuja de pensamientos

— Sí... no... —Reí

— Te pregunté si vas a quitarte la máscara —Repitió él fastidiado

— Lo haré, tenlo por seguro —Lo observé fijamente

— Mañana seguro —Él sonrió— Estoy impaciente

— ¿Mañana? —Sonreí con perversión— Puedo hacerlo ahora mismo, querido.

— ¿Eh? —Me observó perplejo

— ¿Quieres verme sin máscara? —Sonreí y me levanté

— S-sí —Tartamudeó— Es decir... ¿en serio ahora?

— A menos que no quieras —Me crucé de brazos

— ¡NO, NO! Si quiero —Se apuró— Pero es muy... no pronto, es perfecto pero... me sorprende que estés
de acuerdo

— Un día, 12 horas—Levanté los hombros. — No hay mucha diferencia

— ¿Eso es un sí indirecto? —Sus mejillas se encendieron

— Sólo pídelo —Lo reté con la mirada

— P-puedes... —Tomó aire— Quiero verte sin la máscara

— ¿Seguro? —Sonreí

—Sí —Dijo él firme— Quiero verte sin la máscara

Suspiré y lo observé fijamente. Sus ojos brillaban de la curiosidad, estaba realmente impaciente. Llevé mis
manos a mi barbilla y subí lentamente hasta la nariz, él abrió más los ojos, por más que trataba de ocultar
su sonrisa se notaba en su mirada. Parecía perro esperando un premio

— Como digas —Susurré mientras deslizaba mis dedos adentro

Podía jurar que sus pupilas se agrandaron. Fui retirando lentamente la máscara. Él abrió un poco la boca,
podía casi escuchar sus latidos hasta donde estaba. Incrementé la emoción, seguí deslizando hasta que la
retiré completamente.

Le clavé la mirada

— ¿Y bien? —Sonreí cínicamente

Él parpadeó varias veces y se quedó estático. La mandíbula se le cayó a los pies

247
PARTE III

"The fire and gasoline mixed


Blood found innocence
Madness found his sicker desire
The murderer found his prince
Now they will dance in the dark
And sing to the death"

[*]

"El fuego y la gasolina se mezclaron


La sangre encontró la inocencia
La locura encontró su deseo más enfermo
El asesino encontró a su príncipe
Ahora danzarán en la oscuridad
Y le cantarán a la muerte"

248
Capítulo 23. "Belleza Criminal"

[Jimin POV]

— ¿Te comió la lengua el gato, eh mocoso? —Suga sonrió

M-I-E-R-D-A. La mandíbula se me cayó a los pies y todo en mí brincó. Mi corazón comenzó a latir, lo
escuchaba como un eco sin fin. Pum, Pum, Pum. Mis vellos se erizaron y un escalofrío recorrió mi espina
dorsal haciéndome estremecer, me quedé sin aliento, no podía hablar.

— ¿Demasiado para ti no es cierto? —Se pasó la mano por el cabello viéndome socarrón

Me hice charco de helado ahí mismo. Parpadee varias veces y agité con fuerza mi cabeza

— Y-yo...es decir —Me tropecé con mis palabras— E-re-re-s, b-b-b-bueno t-tú... es decir...

— Vale ya entendí —Puso los ojos en blanco— Soy extremadamente guapo, gracias

— Criminal —Susurré

— Sí eso también lo soy —Sonrió

— No, me refiero a que tu belleza es criminal —Lo observé fijamente

Él sonrió con arrogancia. Definitivamente sabía que era guapo, era de esperarse pero esto era... era
demasiado. Oh no, esto es demasiado, no, no, no ME VA A DAR. Era como tener una obra de arte frente
a ti, perfecta, él era perfección. La vida había creado un maldito dios griego. Tenía unos ojos cafés y
azulados, ya lo sabía, pero ahora podía admirarlos perfectamente. Su piel blanca, sus rasgos finos, sus
labios jodidamente tentadores. Y su cabello negro... ese cabello... todo él... todo en él era horrorosamente
perfecto y esa mirada retadora... esos ojos gatunos… Ay santa mierda, fóllame por favor, Suga.

— ¿Me escuchaste, verdad? —Suga reventó mi burbuja

— Sí —Mentí— Pero tengo sueño y quiero descansar

— Bueno —Me observó detenidamente— Tienes saliva en la barbilla

Me llevé la mano y en efecto estaba... ¿babeando? Me enrojecí inmediatamente, me limpié con rapidez y
sentí todo en mí calentarse. ¡Qué pena! Suga soltó una carcajada y se quitó la camiseta, mis ojos
brillaron... todo en él había mejorado peligrosamente. Me observó fijo.

— ¿Quieres violarme verdad? —Sonrió

— Completo... —Susurré— ¡NO! Es decir... —Me agité— No, no, no...

249
— Aja —Dijo sin creerme— Más te vale no hacerlo

— Pfff como si me muriera por hacerlo —Rodé los ojos

— Ni tú te la crees —Se fue acercando a mí

— Lo que digas —Me alejé rápidamente

— ¿Te asusto? —Levantó una ceja

— No —Seguí retrocediendo

— ¿Por qué te haces hacia atrás?

— Ah yo... —Me frené— No nada, estoy... bien

— Mierda mocoso, te dejé más aturdido que mi mente —Agitó la cabeza

— Para nada, sólo que, ya sabes, fue un poco rápido y ja... —Reí pero sonó asquerosamente falso— Creo
que voy a... —Señalé la cama— A... a...

— Dormir —Dijo él

— Eso —Asentí y evité su mirada

Pasé junto a él evitando a toda costa voltearlo a ver. Me senté en la cama y me moví a mi lado. Le di la
espalda inmediatamente, vi la pared y respiré suavemente.

— Bien... —Él suspiró— Voy a apagar la luz... ¿te vas a dormir así?

— ¿Eh? —Vi que seguía vestido — Ah... no

Me paré y observé el camisón blanco que estaba mojado. Hice una mueca, sentí la presencia de Suga muy
cerca de mí, en efecto no tardé en sentir su cálido aliento en mi nuca.

— Está mojado... —Ronroneó

— Eso veo —Mi respiración se cortó, mis hormonas se alocaron

— Puedes dormir desnudo —Agarró mi cadera— Yo no tengo problema...

— S-suéltame —Mi cuerpo se estremeció ante su tacto

— Dame una buena razón —Mordió el lóbulo de mi oreja

— Ahhh. Mmm —Gemí y mordí mi lengua al instante. Eso no debió haber pasado

— Ya veo —Me pegó a él— Te excito

— Hipérboles —Un escalofrío me estremeció

— Mírame a los ojos y dime que estoy equivocado —Dijo él

250
— ¿Podemos saltar esta escena? —Pregunté tratando de sonar molesto

Me dio la vuelta con brusquedad, observé el suelo. Él agarró mi barbilla y me obligó a verlo a los ojos...
me derretí. Mi cuerpo comenzó a pedir a gritos besarlo

— Te equivocas —Dije firme

— No te resistas —Sonrió, maldita sonrisa perfecta y jodidamente sexy

— Te equivocas —Repetí más seguro, casi me la creo

— No entiendo qué tiene de malo admitir que te encanto —Soltó mi barbilla

— Bueno sí eres guapo y todo pero...

— ¿Pero?

— Pero eres asesino —Dije simplemente, no tenía buenos argumentos

— Qué pretexto más barato —Rió

— Bien no me encantas porque... —Me frené, él levantó una ceja— Yo no me enamoro

— ¡Uy sí, claro! —Rio de buena gana

— Hablo en serio —No era divertido, no hallaba la gracia

— ¿Y no te obsesiono? —Me observó de manera retadora

— No —Levanté los hombros— Si mueres me da igual, será un desperdicio de belleza pero aun así

— ¿Crees que soy un dios griego pero no te gusto? Explícame eso...

— Te lo pondré fácil y rápido —Me puse en el modo arrogante— No importa cuánto trates de engañarme
querido, crees que soy hermoso pero te gusta molestarme —Él me observó sorprendido— No soy
estúpido, soy precioso, lo sé, pero no te gusto

— No puedo amar, es una reverenda estupidez —Hizo una mueca de asco

— ¿Lo ves? Nos entendemos —Tomé aire— Ahora voy por una pijama

— Aguafiestas

— Y luego soy yo el que quiere violarte

— Darías tu vida por hacerlo

— Lo siento, odio la necrofilia —Le guiñé el ojo y salí

Caminé a mi camerino tranquilamente y busqué un camisón o cualquier cosa que pudiera servir. Encontré
una camisa café bastante holgada, me quité la ropa y me lo puse, me quedaba a media nalga. Agarré ropa

251
interior y me observé. Sí, podía sobrevivir una noche. Apagué la luz y regresé al camerino. Suga estaba
tumbado boca arriba en la cama jugando con su cuchillo. Se sentó y me observó.

— Qué malo eres —Hizo una mueca— Esperaba verte con la ropa de Eroge

— ¿La viste? —Mis mejillas se encendieron

— Joder sí, me dieron tantas de masturbarme de tan sólo pensar en un desfile —Se mordió el labio

— Pervertido —Dije de mala gana

— ¿Qué me dices? ¿Me haces un desfile?

— En tus sueños

— Vale, si amanezco con una erección ya lo sabrás

— ¿Puedes bajarle dos rayitas a lo pervertido? —Me senté en la cama

— Así soy, no puedes culparme —Levantó los hombros

— Qué pena, yo no... ¿Puedes apagar la luz? —Me acosté dándole la espalda

— Lo bueno es que eres educado

— Jo, no te atrevas de hablarme de modales —Reí

La luz se apagó, cerré los ojos. Me removí un poco en las sábanas, no encontraba el modo de
acomodarme. Tenía que abrazar algo o dormir encima de alguien para coger sueño. Busqué la almohada
que había usado ayer pero no la encontré.

— ¿Tienes dos almohadas? —Pregunté

— Sí —Dijo él— ¿Por qué?

— ¿Me puedes dar una?

— ¿Para qué?

— Para dormir

— Ya tienes almohada

— Necesito abrazar algo —Resoplé— Si no, no puedo dormir

— Si me dejas tocarte un poco puedo aceptar que me abraces

— ¿Sabes qué? Estoy mejor así... —Rodé los ojos

Levanté la cara y agarré mi almohada, la abracé y apoyé mi cabeza en el colchón. No era muy cómodo
pero podía servir, no era el fin del mundo. Cerré los ojos pero sentí que Suga se acercó a mí. No le di
importancia y me acomodé, sin embargo sentí que sus manos se deslizaron por mis piernas

252
— ¿Qué haces? —Abrí los ojos

— Nada

— Estas tocando mis piernas

— Aja ¿Y?

— ¿Por qué de repente te comportas así?

— Antes mantenía distancia porque no quería que me quitaras la máscara o se me cayera —Rio— Pero
ahora no tengo nada que temer...

— ¿Y por eso me agarras la pierna?

— ¿Quieres que vaya más arriba?

— Ugh, eres imposible —Volví a cerrar los ojos

Estuvimos en silencio de nuevo y él retiró su mano. Suspiré y traté de volver a coger mi pose anterior, me
removí un poco hasta que finalmente la hallé.

— ¿Sigues despierto verdad? —Preguntó él

— No por mucho tiempo... —Dije con voz adormilada

— Me aburro

— Duerme

— Quiero divertirme

— Deja de comportarte como niño chiquito —Apreté mi quijada— Quiero dormir

— ¿No quieres divertirte un poco? —Se acercó a mí

— No —Solté— Duérmete

— Anda... —Subió sus manos a mis muslos provocando un cosquilleo— Un rato... —Pellizcó mi nalga

— ¡AY! —Me sobresalté

— Anda —Me abrazó y comenzó a deslizar sus manos a mis pezones

— Alto ahí —Agarré sus manos antes de que llegara— Cruzas terreno peligroso

— Te voy a molestar toda la noche

— Dios, para algo existe la masturbación

— Aburrido —Canturreó él— A menos que lo hagas tú

253
— Déjame dormir ya —Me puse el cojín en la cabeza

— Bien tú ganas —Resopló— Pero no te vas a librar

— ¿Librar de qué? —Me di la vuelta

— Nada mocoso —Soltó una risita

— ¿Qué? —Agité la cabeza— ¿Librarme de qué?... ¡RESPONDE!

— Shhh ya duérmete —Dijo él

— Duérmete tu verga —Dije molesto, odiaba que me dejaran así

— La que te metería y te haría gritar

— ¡YA! —Mis mejillas se enrojecieron

Él finalmente se calló. Resoplé y volví a abrazar mi almohada, no pasó mucho tiempo antes de que me
quedara profundamente dormido.

[***]

La mañana siguiente fue mucho más tranquila. Empacamos las cosas por separado y casi no hablamos. Al
finalizar agarramos la poca comida que quedaba y devoramos todo. Yo me llevé casi todo el armario del
camerino, no me importaba, era ropa gratis. Revisamos que no se nos olvidara nada y lo seguí con las
maletas. Me coloqué unos lentes de sol, caminamos al pueblo pero por dentro estaba aterrado.

— Me pones nervioso —Dijo él— Tranquilízate

— Tengo miedo de que me reconozcan —Susurré

— Cálmate —Ordenó

Seguí caminando y entramos a la plaza, todas los chicos observaban a Suga sonriendo y riendo, apreté mis
puños, no eran celos, para nada, sólo me desagradaba que... bueno pues que hicieran eso. ¡Ni siquiera lo
conocían! No como yo...

— Hey guapo —Una rubia se paró frente a él— Lo siento soy Liz

— Lo siento —Me puse enfrente— ¿Deja en paz a mi novio quieres?

— ¿T-tu novio? —Tartamudeó ella

— ¡MI novio! Así que mueve tu culo a otra parte —Escupí

La rubia nos observó fijamente y luego asintió

254
— Lo siento —La chica se fue cabizbaja

— Eso fue grosero —Suga sonrió— ¿Lo que acabo de ver fueron celos?

— Cierra la boca y camina

Seguimos caminando y esta vez fue una morena quien se puso enfrente

— ¡Hola lindo! —Dijo ella— ¿Tienes número?

— ¡NO, NO Y NO! —Me puse enfrente— ¡ALÉJATE DE ÉL!

— Calmadito —Me observó de mala manera— Ni que fuera tu novio

— Lo es fíjate, y si no te largas te arrancaré toda tu asquerosa…

— Vale, no te enojes —Se fue riendo.

La morena desapareció entre la multitud, le clavé la mirada a Suga visiblemente molesto

— Eso fue grosero —Repitió sonriendo

—A la próxima que llegue le doy una golpiza

—Heyyy —Llegó un chico segundos después.

— ¡NO! ¡LARGO! —Lo empujé y agarré a Suga de la mano y lo jalé detrás de mí.

Él comenzó a reírse a carcajadas, yo resoplé con fuerza y cada que veía a un chico llegar me pegaba a él.
Finalmente llegamos a la estación de taxis tras varias distracciones

— ¿A dónde los llevo? —Preguntó el taxista

— Al aeropuerto —Dijo Suga tranquilamente

El taxista arrancó, me crucé de brazos y observé el pueblo. Cierta nostalgia me recorrió al ver la plaza, el
cine y la fuente. Pasamos junto al instituto, estaba vacío, completamente vacío

— ¿Ahí estudias? —Preguntó él

— Sí —Suspiré

— Es lindo

— Gracias

El resto del camino transcurrió en un agradable silencio. Llegamos al aeropuerto, pagamos y bajamos las
maletas. Bajamos en la terminal dos y nos acercamos a un mostrador

— ¿Cómo planeas salir ileso de esto? —Pregunté

— Espérame aquí ¿bien? No tardo —Dijo él

255
Asentí y lo vi perderse en la multitud con las maletas. Me apoyé en un pilar y me quité los lentes de sol,
recorrí el lugar con la mirada y suspiré. Los minutos pasaban y él no aparecía.

"¿Me habrá dejado?"

"Es probable"

"Tal vez fue con un policía y te va a acusar de robo"

"Dudo que lo haga"

"Sería la mejor manera de deshacerse de ti"

"Ya lo vi"

"No sonrías y muestra indiferencia"

"No puedo evitarlo es jodidamente sensual"

— Gracias —Dijo él— Ya está

— ¿Cómo lo hiciste? —Pregunté sorprendido

— Contactos y coqueteo —Me guiñó el ojo

— Era de esperarse —Rodé los ojos

— Vamos

Lo seguí y llegamos pasamos sin problema la puerta para entrar. Llegamos a la sala gigante donde había
restaurantes, mesas, tiendas, revistas... Observé el lugar y comencé a balancearme con mis pies. Suga se
acercó a la pantalla y la observó

— Bien, tenemos 15 minutos, vamos —Dijo él

— Sigo sin entender cómo los burlaste de ese modo —Agité mi cabeza

— Encanto natural

— Si claro

— Deja de quemar tu cabeza y sígueme

Bajamos unas escaleras y nos dirigimos a la puerta trece, había una fila bastante chica. Una señorita estaba
revisando los boletos y cartas de identidad. Suga se formó.

— ¿Cómo la burlarás? —Pregunté

— Tú tranquilo —Dijo él

Avanzó la fila lentamente hasta que nos tocó, la mujer nos observó y sonrió

256
— ¿Boletos? —Dijo ella

— Aquí —Suga los tendió

— ¿Carta de identificación? —Preguntó

— Mira nena —Suga se apoyó en el escritorio— Por seguridad no podemos darlas, mi hermano y yo
estamos saliendo del país por una razón muy personal y necesitaría una orden

— Pero joven... —Comenzó la chica pero Suga se acercó más

— Puedo darte mi teléfono para confirmarlo —Sonrió— ¿Puedes hacer eso por mí?

— Oh —La mujer puso un mechón detrás de su oreja— E-está bien

— Vale —Suga le dio una tarjeta con un número anotado— Gracias por tu amabilidad, cuando te vuelva a
ver te lo agradeceré

— ¿Cuando me vuelva a ver? —Ella sonrió

— Una monada como tú no se puede pasar por alto

— Gracias —Ella sonrió— Pasen y buen viaje

Suga me observó sonriente, negué con la cabeza y entramos al túnel. Entramos al avión y nos sentamos
casi hasta atrás. Yo iba junto a la ventana y él en el pasillo, eran asientos de dos personas
afortunadamente. Suspiré y observé el techo

— ¿No te dan miedo las alturas verdad? —Preguntó él

— No —Lo observé— ¿A ti sí?

— Para nada, amo las alturas —Sonrió

Esperamos unos minutos más y finalmente todos subieron, el avión no iba muy lleno atrás, de hecho
éramos los únicos aislados. Dieron las instrucciones, finalmente el avión se puso en marcha y no pasó
mucho tiempo antes de que despegara. Observé el lugar hacerse pequeño hasta prácticamente desaparecer.
Todo se volvió montañas y lugares verdes. Me apoyé en mi codo y suspiré

Los minutos fueron pasando y todo transcurría con tranquilidad, agarré una revista y comencé a leerla,
Suga simplemente observaba el suelo

— ¿Todo bien? —Pregunté

— Sí —Suspiró

— Te ves algo afligido —Bajé la revista

— Cansancio —Dijo él mientras frotaba su cara

— Ya veo... —Volví a leer

257
— ¿Quieres hacer algo más productivo? —Me quitó la revista

— ¿Cómo qué? Es un avión, no hay gran cosa por hacer

— Podemos aprovechar que estamos... aislados —Dijo con tono coqueto

— No empieces por favor —Tapé mi cara

— Podemos ir al baño —Deslizó su mano por mi pierna

— No —Quité su mano

— Anda —La volvió a colocar y subió peligrosamente hasta llegar muy cerca de mis muslos

— Hey... —Rozó mi entrepierna — Ya basta

— No debiste ponerte jeans ajustados —Comenzó a hacer un ligero movimiento circular

— B-basta —Me aferré con fuerza al sillón

— Trata de controlarte, no querrás que se enteren que la pasamos bien —Aumentó la intensidad

— ¡Ya! —Susurré y me despegué del asiento— Es enserio... ya basta

— Si insistes —Retiró su mano

Mordí mi lengua antes de que dijera que siguiera. Él me observó de forma retadora, apreté mis labios y
desvié la mirada. Agarré otra revista y comencé a hojearla, Suga me seguía viendo

— Deja de hacer eso... —Murmullé

— No estoy haciendo nada

— Deja de verme, me pones nervioso

— ¿No tengo el derecho de verte?

— No del modo en el que lo haces ahora mismo

— ¿Cómo?

— Pareces bestia a punto de devorar a su presa

— ¿No es lo que quieres? ¿Qué te devore? —Lamió sus labios

— Sí... ¡DIGO NO! —Golpee su brazo— Ya déjame en paz

Me apoyé en mi codo y cerré los ojos

— ¿En serio vas a dormirte? —Preguntó él

— Trataré, si se te ocurre dejarme hacerlo —Dije sin abrir los ojos

258
— Te daré una oportunidad —Dijo él mientras frotaba mi pierna

No le di importancia, él siguió hablando pero lo ignoré completamente. Logré dormirme afortunadamente


después de unos largos minutos

[***]

— Bienvenidos a la isla Guadalupe —Escuché la voz del capitán— La temperatura actual es de 28° y está
ligeramente nublado. La hora actual son de 6 de la tarde con 28 minutos, espero que hayan disfrutado el
vuelo, esperamos verlos pronto. Linda noche.

Abrí los ojos, Suga estaba dormido también. Lo agité suavemente

— Hey... ya llegamos —Susurré

— ¿Mmm? —Él se movió— ¿Tan rápido?

— Venga, arriba —Dije

Suga bostezó y observó el entorno. Se levantó a penas y salimos por la puerta de atrás, bajamos del avión
e inmediatamente sentí el golpe de brisa caliente. Respiré hondo, olía a mar. Levanté la vista al cielo y era
morado, completamente morado. Bajamos y nos dirigimos por las maletas. Una vez agarradas Suga se
acercó a la puerta de salida

— ¿A dónde vamos? —Pregunté

— ADA, alquilaremos un coche —Dijo él

Salimos del aeropuerto y caminos un poco, llegamos al alquiler de coches. Suga dio una identificación
probablemente falsa y cogió las llaves. Me observó fijamente

— Vamos un poco lejos, ¿quieres algo de comer? —Preguntó

— Estaré bien —Dije

— Bien

Nos subimos al coche y arrancamos, él parecía saber perfectamente a dónde íbamos, no revisaba el GPS ni
pedía indicaciones. Bajé la ventanilla y dejé que el viento volara mi cabello, sonreí y respiré la brisa del
mar. Prendí la radio y puse la música a todo volumen, Suga me observó y resopló. Lo ignoré y seguí
cantando, observé el sol desaparecer en el horizonte frente a mí, subí más el volumen y sentí toda la
música recorrerme como electricidad pura

— ¿No está muy fuerte? —Preguntó él un poco molesto

— ¡Da igual! —Exclamé feliz— ¡Es música!

259
Él rió levemente y pisó el acelerador casi a fondo, el coche rugió y comenzamos a ir a toda velocidad por
la carretera, comencé a reír, era increíble. Después de largos minutos atravesamos un puente que dividía la
isla en dos, bajamos el ritmo pero la felicidad no cambió. La noche comenzó a caer con rapidez y no pasó
mucho antes de que todo oscureciera y las luces iluminaran todo el lugar. Finalmente Suga detuvo el
coche frente a un enorme hotel lujoso.

— ¿Aquí estaremos? —Pregunté fascinado

—No, vine a ver el color de las paredes —Respondió él sarcástico.

Puse los ojos en blanco. Suga estacionó el coche y entramos al lobby. Admiré todo, era increíble,
realmente hermoso y con mucho lujo. Observé unas piscinas de colores al fondo junto a una cascada, el
mar se observaba como un manto azul obscuro y las olas se notaban pese a la distancia. Me mantuve
embobado y no me di cuenta cuando Suga terminó el check-in

Él me jaló y subimos a los elevadores, tocó el botón del piso tres y subimos. Las puertas se abrieron y
llegamos a un largo pasillo iluminado levemente. Seguimos todo derecho y nos detuvimos en la última
puerta del pasillo junto a una pequeña terraza donde se veía todo el hotel y el mar. Suga introdujo la tarjeta
en el cuarto 345, la luz cambió a verde y la puerta se abrió

— Vas, entra —Ordenó él

Entré y prendí la luz, abrí la boca. Era una habitación pequeño pero tan acogedora... había una cama
matrimonial blanca muy acolchonada y un sofá muy largo color rojo. Había una pantalla y un espejo muy
largo, una encimera con fruta y agua y unos armarios que estaban detrás de la puerta. Avancé y vi que
teníamos una terraza y dos sofás blancos con vista al mar con una mesita de cristal entre ambos. Volví a
entrar y abrí una última puerta, había un baño color crema bastante lindo. Tenía un retrete, un lavabo y
una ducha—tina. Había pétalos de rosas y velas aromatizantes. Lindo.

Salí y vi a Suga posar las maletas en la cama.

— Gracias por ayudar —Refunfuñó él

— Lo siento —Sonreí— Hace tiempo que no salía de viaje

— ¿Hace cuánto? —Preguntó él

— La última vez tenía creo que 4 o 5 años

Suga levantó una ceja y agitó la cabeza. Me quité la sudadera y la puse en la encimera, agarré mi maleta y
comencé a sacar la ropa, la doblé o coloqué en ganchos. Nos mantuvimos en silencio, cuando finalicé
observé el baño.

— Voy a darme una ducha —Dije

— Vas, yo estaré aquí —Se acostó en la cama

— Bien

260
Agarré ropa interior color negro y me metí al baño. Me quité toda la ropa y abrí el agua. Salió caliente en
menos de diez segundos, me metí y dejé que el agua me despejara y se llevara mis angustias. Respiré
hondo y comencé a enjabonarme lentamente, disfrutando el vapor, el agua, la tranquilidad.

Por unos minutos me alejé de la realidad y me metí en mis pensamientos. Acabé finalmente y me envolví
en una toalla, agarré una secadora y sequé lo más que pude mi cabello. Me puse crema por todo el cuerpo
y una crema para el cabello que había allí. Sí, era bastante cuidadoso conmigo mismo.

Finalicé y me puse la ropa interior. Rebusqué el camisón negro pero no lo encontré. Colgué la toalla y salí
del baño, observé el entorno.

— ¿No viste mi camisón negro? —Pregunté

— Creo que lo dejaste —Suga leía una revista

— Genial —Refunfuñé

Suga bajó la revista y me observó fijamente, sonrió levemente y dejó de lado la revista, se sentó en la
cama y me observó de pies a cabeza mordiendo sus labios.

— Eso si llamo provocar —Dijo él

— Sólo hay ropa interior de Eroge —Me defendí

— Joder sí que te ves caliente —Se mordió el labio

— Para —Cerré los ojos— Tus perversiones me darán dolor de cabeza

— Me está entrando el apetito —Dijo él

— Come, hay fruta

— No ese tipo de hambre —Sonrió

Comenzó a acercarse a mí, retrocedí pero choqué con el armario. Suga se acercó y colocó sus brazos en la
pared para impedir que saliera.

— ¿Qué dices? —Observó fijo a mis ojos — ¿Quieres jugar esta noche? ¿Follaremos finalmente?

— No gracias —Tragué saliva

—Anda precioso... —Rozó mi vientre y gemí un poco— Prometo no ser tan brusco

Le clavé la mirada y el aliento se me fue. Él se alejó y se quitó la camiseta mostrando su perfecto torso,
pasó su mano por el cabello y me sonrió. Respira, respira Jimin. Joder, respira.

— Me pones duro. —Susurró lascivo. —Tan duro… quiero violar tus esponjosos labios con mi polla. No
tienes idea de cuánto deseo follarte y sentirte apretado y caliente debajo de mí.

Bien. Eso fue más que suficiente. Compermiso.

261
—Oh joder… no debiste decir eso —Susurré mientras avanzaba hacia él

Él me jaló de la cintura y al instante atacó mi cuello con bestiales chupetones que me hicieron gemir. Me
tomó dirigiéndome en la cama y caímos en ella, yo enredando mis piernas alrededor de su cintura y
sintiéndome terriblemente caliente.

— Sabía que no tardabas en caer —Sonrió

— Cierra la boca —Toqué su pecho

Él se colocó sobre mí y comenzó a besar mi cuello y a darle pequeños mordiscos. Arquee mi espalda y me
aferré a la suya con fuerza. Nos centramos en la cama y comenzó a lamerme. Agarró su cuchillo (ni sé a
qué hora lo sacó) e hizo una herida cerca de mi clavícula, la sangre resbaló.

— Joder... —Sus ojos brillaron— Esta noche será perfecta

Lamió la sangre y pasó por mis pezones y mi vientre. Gemí agudo y me aferré a las sábanas, lo hacía
jodidamente bien Mi respiración aumentó al igual que mis latidos, Suga volvió a mis pezones y los
mordió, solté un gemido de dolor pero se sentía bien... me gustaba...

— Gime más —Susurró él

Deslizó sus manos por mis pezones y los sobó mientras volvía a mi cuello. Los apretó con fuerza, clavé
mis uñas en su espalda y lo agarré fuertemente del cuello. Enredé mis dedos en su cabello perfecto y
levanté la cadera, sentí el choque de su miembro con el mío. Gemí de nuevo cuando mordió con
salvajismo mi cuello y chupó con fuerza.

— Dios me estás comiendo vivo —Jadee

— Te espera eso y más —Sonrió en mi oído

Se separó un poco. Pasé mis manos por su pecho perfecto rozando cada milímetro de su piel, lo voltee a
ver a sus ojos, su hermoso café me hipnotizó por completo. Él llevó sus manos a mi vientre y lo rozó con
sus dedos, mordí mis dedos, era increíble cómo lograba prenderme.

— Más te vale no gritar mucho —Advirtió él riendo— No queremos despertar a los de al lado.

— Eso dependerá de ti —Sonreí

— Joder me vuelves loco maldito mocoso

— En ese caso tú eres mi perdición —Gemí

Atacó con ferocidad mi cuello nuevamente. Rodamos en la cama y gemí con fuerza. Todo se tornó
peligrosamente intenso, comenzó a frotar mi erección con rapidez y a pellizcar mis pezones. Comencé a
gemir descontroladamente

— Creo que es momento de pasar a algo más grande —Sonrió

— ¿Qué? —Pregunté

262
Se acercó a mi oído, me estremecí

— Te mostraré las maravillas que puede hacer mi lengua —Ronroneó

— Oh dios... —Yo solo me sentí correr de tan sólo imaginarlo

Enredé mis piernas en su cadera y giré para quedar sobre él. Sus ojos desbordaban lujuria y pasión. Mi
cuerpo sentía lo mismo y seguro mi mirada decía más de lo que realmente sentía

— Me gusta la idea —Dije sonriendo suciamente

Él enredó mi cabello en sus dedos y me jaló un poco a él. Nuestras caras quedaron peligrosamente cerca.
Él bajó la mirada y dirigió sus manos a mis pezones nuevamente. Observé sus labios, la tentación era muy
peligrosa. Lo observé a los ojos y él también lo hizo, su perfección, su hermosura, tan sexy y
desgarrador... ¿cómo no caer ante tal belleza?

Me acerqué un poco más a él con el corazón en el pecho. Él sonrió provocando que todo en mí se aflorara,
mordí mis labios.

— No hagas eso que me prendes —Dijo él

— Mierda —Apreté mis labios

Él me observó fijamente y se colocó encima de mí y sonrió con perversión. Lamí mis labios y ambos
sonreímos, se sentía la pasión y el deseo. Él dirigió sus manos a mi bóxer y sentí que comenzó a deslizarlo
fuera de mi cuerpo suavemente.

"Me arrepentiré el resto de mi vida por ello"

Lo agarré de la nuca y le clavé la mirada. Me tragué todo mi orgullo y me acerqué más hasta tal punto que
sentí su aliento muy cerca del mío. Él trató de alejarse pero no lo permití, aguanté la respiración. Pasé mis
brazos por su cuello, y...

Lo jalé de la nuca y lo besé sin siquiera titubear

263
Capítulo 24. "Juego enfermizo"

[Suga POV]

Había muchas cosas que no olvidaba.

Mi primer beso era una de ellas.

Yo tan sólo tenía 13 años y vivía obsesionado con una chica. Simplemente me encantaba sin saber por
qué. Cierto día gracias a mis encantos ella cayó ante mí sin titubear así que la invité a salir. La noche cayó
y antes de que la dejara en su casa, me jaló de los brazos y plantó sus delicados labios en los míos. Fue mi
primer beso real y fue un poco torpe. Ella se separó toda roja y se metió corriendo a su casa, yo toqué mis
labios y una extraña sensación me recorrió, no era agradable pero tampoco desagradable así que la pasé
por alto.

En la adolescencia me convertí en un verdadero patán al ver que los chicos y chicas aceptaban acostarse
conmigo comencé mi actividad sexual a muy temprana edad. Sin embargo, siempre encontré mayor gusto
a los hombres.

Con todas las personas que me acostaba las besaba, devoraba... y luego las asesinaba. Eso fue cuando
crecí un poco más. Sin embargo los besos comencé a verlos como un acto de demasiada ternura y
gentileza y no iba conmigo. Comenzaron a resultar desagradables y me di cuenta casi a mis dieciséis años
por qué los besos me desagradaban un poco...

No me gustaba besar, era una sensación de dulzura y la dulzura no iba conmigo, me repugnaba y era
bastante empalagoso. Seguí besando y hubo un punto en el que resultó completamente desagradable, los
besos se convirtieron en mi repulsión. Y sí, mi último beso fue antes de salir del instituto con uno de los
chicos más lindos de mi antigua ciudad. Tuvo suerte de que no lo maté, se salvó porque me dio una muy
buena noche. Pero de ahí en fuera, ningún chico logró que sintiera el deseo y la lujuria de un beso. Menos
viniendo de una mujer.

Regresé a la realidad. El mocoso estaba encima de mí y su mirada denotaba preocupación. Bajó un poco y
se aferró a mí succionándose los labios. Lo observé preguntándome si comenzaba a arrepentirse, pero en
eso hizo algo que me tomó desprevenido por completo. Me jaló de la nuca y antes de que reaccionara
plantó sus labios en MIS labios. Me besó. A MÍ.

Abrí mucho los ojos y me quedé estático sin saber cómo reaccionar.

Definitivamente eso no me lo esperaba. Mordí su labio para que se apartara pero él mordió el mío y gimió
mientras su respiración volvía bastante agitaba y devoraba mi boca. Mis labios se abrieron y nuestras
bocas comenzaron a jugar. No sé qué sucedió, mordí su labio y lo coloqué debajo de mí tratando de
separarme pero él no lo permitió. Joder, esta niño en serio me impresionaba. Sus labios eran carnosos así

264
que besarlos fue en realidad algo mucho más placentero de lo que creí, pero sin embargo, ¡NO PODÍA
BESARME!

Él se aferró a mi espalda y entre respiraciones agitadas gimió en mi boca y pasó su mano por mi nuca y
me pegó más a él. Mi cuerpo reaccionó de una manera inesperada al tratar de seguirle el juego. Me estaba
saciando y le quité todo el aliento. Deslicé mis manos por su cuerpo mientras él ronroneaba en mi boca y
jadeaba agudamente. Joder, esto era demasiado. Apreté mis labios y traté de empujarlo de nuevo pero mi
fuerza de voluntad no era suficiente. Él por su cuenta trataba de quitarme la ropa con desesperación. Solté
un fuerte gruñido, no podía caer ante esto de nuevo... la repugnancia me recorrió de nuevo.

Cerré los ojos, lo agarré de los hombros y con toda mi fuerza lo empujé lejos. Él me observó sorprendido.
Me levanté tocando mis labios, observé mis dedos y le dediqué una mirada puramente escalofriante.

— ¿Cómo te atreviste a hacer eso? —El odio me invadió

— ¿Besarte? —Él entrecerró los ojos— ¿Tiene algo de malo?

— ¿ERES ACASO IDIOTA? —Rugí fuera de mí— ¡NO VUELVAS A HACER ESO! ¡JAMÁS!
¿OÍSTE?

— No finjas que no te encantó, me metiste toda la lengua a la garganta

— ¡NO LO HAGAS! ¡JAMÁS! —Golpee la pared— ¡NO ME VUELVAS A BESAR!

— Ay por favor no empieces —Él se levantó— En serio... no empieces

— ¿Empezar de qué? —Sonreí con amargura

— ¡Que siempre terminas arruinando todo por tu maldito orgullo! —Gritó— ¡Eres imposible! ¿Qué tiene
de malo aceptar lo que te gusta?

— ¡NO ME GUSTA BESAR! —Exclamé

— ¡Pero te gustó besarme a mí! —Exclamó él de vuelta

— Estaba a punto de empujarte pero estabas bien aferrado a mí —Le clavé la mirada

— No hay pretextos —Dijo con voz amenazante— ¡Me estabas siguiendo el beso!

— Cierra la boca —Apreté mis puños— ¡Fue un beso insignificante!

— ¿Por qué te enojas?

— ¡ME FASTIDIAS!

— ¿POR DECIRTE LA VERDAD?

— Te voy a cortar la lengua —Agarré mi cuchillo

— ¡MALDITA SEA! —Sus ojos se tornaron negros— ¡ERES UN ARROGANTE DE MIERDA!

265
— Repite lo que dijiste —Avancé hacia él

— ¡ARROGANTE DE MIERDA! —Espetó— ¡ERES UN ASQUEROSO PATÁN ORGULLOSO!

— ¿Tienes idea de a cuantas chicos besé y fingí excitación? —Le clavé la mirada

— Eres un jodido mentiroso —Dijo él mientras enrojecía

— ¿Por qué me gustaría besarte? Sólo eres un maldito mocoso que uso para divertirme

— Me necesitas

— Sólo te traje para calmar mis impulsos violentos y sexuales

— Mientes

— No, no miento —Sonreí— Sólo eres una estúpido que cayó en mi juego

— ¡CÁLLATE! —Rugió él

— El pobre idiota que vino conmigo aun sabiendo que asesiné a su madre

— ¡CIERRA LA BOCA! —Se tapó los oídos

— No tienes a nadie, no eres nadie, sólo eres nada... —La barrí con repulsión

— El maldito que vive en soledad eres tú —Me clavó la mirada— Ojalá que tu competencia te gane,
supongo que al menos debe ser más organizado

— Cuidado cómo me hablas —Advertí con voz sombría

— Lo lamento —Él apretó la mandíbula— No es mi culpa que hayan mejores que tú... perdedor

Le aventé el cuchillo. Él gritó y se agachó. El objeto se clavó en la pared con fuerza él al instante me
observó con la boca abierta

— Pudiste haberme matado... —Susurró

— Ese era el punto —La ira me estaba cegando

— ¡Hijo de puta! —Exclamó él

— Repítelo —Le clavé la mirada

Él comenzó a retroceder sin apartarme la mirada. Me acerqué lo suficiente y lo tomé del cabello y él gritó
de dolor. Lo pegué a la pared y lo golpee con fuerza contra ella, pero él gritó y trató de pisarme. Lo volví a
golpear con más fuerza. Maldita sea, necesitaba su sangre.

— ¡FRENA! —Chilló— ¡ME VAS A MATAR!

— ¡CIERRA LA BOCA! —Lo volví a azotar

266
Él me dio un codazo con el estómago y comenzó a golpear mi brazo después. Se zafó con brusquedad y
me clavó la mirada. Iba a ir a por él pero me sorprendió con menuda bofetada que me hizo hacer una
mueca.

— No debiste hacer eso... —Sonreí y toqué la sangre de mi labio

Él comenzó a temblar y abrió mucho los ojos. Trató de correr pero le di un fuerte puñetazo en el estómago
y eso lo frenó unos segundos. Agarré el cuchillo y lo observé de nuevo. Él tosió y cuando observó el
cuchillo, se puso pálido e inmediatamente comenzó a retroceder con una mano pegada al estómago.

— Te voy a matar —Reí canturreando— Te voy a matar...

— ¡PIÉRDETE! —Gritó él

Me abalancé contra él y le tapé la boca para que no gritara. Comenzó a revolcarse como fiera rabiosa en
mis brazos así que levanté mi cuchillo y lo fui enterrando con lentitud en su espalda. Él comenzó a gritar y
sentí sus lágrimas resbalarse entre en mis manos

— ¡QUÉDATE QUIETO! —Enterré el cuchillo con más profundidad

Sus gritos roncos inundaron la habitación mis ojos brillaron al ver brotar la sangre de su blanca e ilesa
espalda. Me pisó con fuerza y agarró un vaso de cristal que lo estrelló en el suelo con fuerza. Sentí los
vidrios casi enterrarse en mis pies desnudos.

— ¡MIERDA! —Grité mientras lo soltaba

Él se alejó tembloroso agarrando un camisón que se puso en un instante color negro enorme y salió
corriendo del cuarto dejando la puerta abierta. Me agaché y arranqué los pequeños vidrios de mi piel, no
tenía caso correr tras él, volvería tarde que temprano y si no, mejor para mí. Nunca antes me había hecho
enfadar tanto, hasta aquí llegaba mi amabilidad... mi paciencia se había agotado.

Cerré la puerta y comencé a recoger el desastre. Me acosté en la cama y traté de dormir pese al odio que
me carcomía desde los tuétanos hasta las entrañas.

[***]

Me desperté a las 6 de la mañana con una ansiedad terrible, necesitaba matar, NECESITABA MATAR
YA. Agarré mi cuchillo pero era demasiado arriesgado salir a matar a alguien así me senté en la cama y
me jalé el cabello frustrado mientras golpeaba la cama con fuerza. Salí y tomé aire pero no bastó, comencé
a caminar por el cuarto tratando de calmarme pero mi respiración sólo aumentaba más y más. Mordí mi
labio con fuerza y agarré mi cuchillo de nuevo. Me hice un corte en mi brazo y lamí mi sangre. Cuando no
podía tener sangre yo cogía de la mía, me estabilicé un poco para pensar con tranquilidad, pero sabía que
tarde o temprano perdería el control de nuevo.

267
Me vestí rápidamente y salí al pasillo, bajé las escaleras y recorrí rápidamente el hotel. Observé una mujer
de unos cuarenta años con uniforme de conserje llevar un carrito de basura. Comencé a seguirla
suavemente. Ella se alejó bastante de la zona y entró a un cuarto. Me colé detrás de ella y vi que
estábamos en una habitación un poco oscura. La mujer agarró las bolsas y las aventó por un ducto bastante
grande, se dio la vuelta y pegó un brinco.

— No puede estar aquí —Dijo de mala gana

— Lo lamento —Sonreí— Me perdí

— Oh, joven —Sonrió— ¿Qué necesita?

— ¿Dónde queda el buffet? —Pregunté

— No muy lejos —Contestó ella— Vas a las piscinas y verás el restaurante

— Gracias

— Ahora sal por favor, no quiero que me regañen —Suspiró

— Sí sólo una última pregunta... —Me acerqué— ¿Una persona cabría por esos ductos?

— Claro —Rió— Por eso no dejamos que nadie entre

— Es bueno saberlo

Me abalancé sobre ella y tapé su boca. La pobre mujer gritó y trató de zafarse pero agarré mi cuchillo de
mi bolsillo y la apuñalé en el estómago. Ella inevitablemente comenzó a gritar y a retorcerse así que volví
a clavar el cuchillo una y otra vez. Se tiró al suelo gritando. Dejé de ver a la mujer y ahora estaba viendo
al mocoso. Me coloqué encima de él y levanté el cuchillo mientras lo apuñaba desenfrenadamente, sentía
la sangre salpicarme y la exquisita sensación de muerte y violencia recorrerme.

Sentí que la vida de la mujer se esfumaba rápidamente hasta ver sus ojos perder brillo. Seguí
apuñalándola, diez veces, doce veces, quince veces, treinta y ocho veces... cincuenta y tres veces. Hasta
que me detuve. Mi brazo dolía y me levanté suavemente del suelo, ella estaba bañada en sangre. Levanté
mi cuchillo y se lo clavé en el rostro sintiendo sus huesos crujir debajo de mí, metí mis dedos en sus ojos y
con fuerza se los extraje, sentí lo baboso y resbaloso. Comencé a reírme frenéticamente mientras los
aplastaba con mi mano poco después.

Mi mano se llenó de un líquido transparente así que tiré los ojos al ducto y el cadáver de la mujer también.
Me quité mi camiseta vieja empapada de sangre así que también la tiré, no era una camiseta preciada.
Observé el suelo manchado de sangre, no le di importancia y me asomé, no había gente.

Salí con cuidado y me acerqué a las duchas de la alberca, sin pensarlo prendí el agua y me metí, limpié la
sangre de mi rostro perfectamente y la de mi cuerpo. Observé el agua hacerse rosa y poco a poco volverse
blanca de nuevo. Mis pantalones no se mancharon casi nada pero los limpié un poco, me los quité y los
exprimí perfectamente. Me los puse de nuevo poco después sintiendo como se pegaban a mi piel. El sol
comenzaba a salir en el horizonte, volví a los elevadores y subí de nuevo al cuarto, esperaba que la tarjeta
siguiera funcionando, oh sorpresa, sí lo hacía.

268
Extendí los pantalones y el bóxer en la terraza quedando completamente desnudo, ¿y qué? nadie iba a
verme, y si sí, que lo disfruten porque nunca lograrán tenerme. Me metí y agarré unos shorts cafés, me los
puse y guardé la tarjeta en el bolsillo... pero aún no estaba completamente satisfecho

Ya había matado, no pasaba nada, pero si no mal recordaba quería divertirme desde hace dos noches. El
mocoso no estaba ahí para que lo matara o lo tomara así que debía buscar presa, no era difícil, yo era
encantador, sexy y bueno, todos babeaban.

Salí tranquilamente y bajé. Ya había bastante gente en el lugar. Me pasee un poco observando a los chicos,
todas me observaban pero la mayoría iban acompañadas de otras personas. Finalmente mi vista se posó en
un rubio bastante mono, él me observó también y sonrió con timidez, le devolví la sonrisa.

Él desvió la mirada y se quitó su camiseta blanca permitiendo que recorriera su cuerpo de ensueño con
mis ojos. Así me acerqué a él y me senté en el camastro a su lado tranquilamente.

— Hola, precioso —Saludé sonriente.

— ¿Yo? —Preguntó él ruborizándose

— ¿Quién más? —Sonreí con falsedad pero me salía jodidamente bien

— Ah —Rió— G-gracias... m-me llamo Christian

— Agust —Contesté mientras estrechaba su mano— ¿Viniste solo?

— Con una amiga pero está con su novio... —Suspiró— ¿Tú?

— Solo —Mentí— Acabo de romper con mi novio y quería distracción

— Oh ya veo —Sonrió— Eres muy guapo, lo conseguirás

— Gracias, aunque prefiero más... diversión ahora —Sonreí con picardía esperando que captara la
indirecta.

—Ya veo —Rió con nerviosismo

— ¿Tú tienes pareja? Claro que tienes, con ese cuerpo y esa belleza...

— No, no tengo... pero gracias, Agust — Se sentó coquetamente junto a mí y sonrió.

— ¿Sabes? Ahora que me acuerdo...Tengo ropa en la habitación del hotel pero no me queda muy bien.
Siento que a ti sí. —Frunzo la boca y lo observo. —Definitivamente, muy bien.

— ¿Crees?—Sonríe— ¿Puedo ir a verlo?

— ¿No te incomoda ir a mi habitación? —Sonrío de vuelta

— No, para nada —Lame sus labios— Sólo iré a ver la ropa.

— Sí, la ropa —Contesto divertido.

269
— Vamos —Se levanta sonriente— Mi amiga puede esperar un poco.

Me levanté también y le dediqué una sonrisa pícara. Se acercó a mí y comenzamos a caminar, él rozaba
suavemente mi brazo

— Espera, déjame ajustarme bien mis bermudas. —Dijo él

—Te espero —Contesto con total naturalidad

Me da la espalda y desliza sus manos a su espalda hasta alcanzar el borde de la bermuda. Observo el
entorno y mi vista se deposita en una persona del otro lado de la alberca.

El mocoso.

— ¿Ya? —Preguntó Christian captando mi atención

— Ya, lindo —Sonreí

— Vamos... —Dice él

Agarré su brazo y lo pegué a mí un poco. Él se ruborizó y rio levemente. Observé al mocoso y comencé a
caminar. El niñito nos siguió con la mirada inexpresiva, seguro estaba ardiendo de envidia por dentro.
Sonreí de nuevo y no tardamos en llegar a los elevadores, las puertas se abrieron e ingresamos. Cuando las
puertas se cerraron golpee a Christian con fuerza a la pared y ataqué su cuello. Él se aferró a mi nuca
gimiendo mientras levantaba su barbilla. Me perdí en su piel hasta que escuchaba el "ping" del elevador.
Salimos rápidamente y entramos al cuarto desesperados.

Él me jaló de los brazos y buscó mis labios pero no lo dejé. Besé su pecho y le zafé los botones de su
bermuda. Él se puso rojo pero sonrió. Besé sus pezones y los mordí, él soltó un fuerte gemido y se aferró a
mi espalda. Lo tendí en la cama y me coloqué encima de él, mi hambre era voraz, hacía años que no
probaba el calor de una persona... estaba ansioso.

Me detuve y le clavé la mirada. Él deslizó sus manos y con agilidad deslizó los shorts fuera de mi cuerpo,
los lanzó hacia algún lugar y bajó la mirada. Sus mejillas se enrojecieron y mordió su labio.

— ¿Eres virgen? —Pregunté divertido por su reacción.

— No, no —Él rió de nuevo — Es sólo que tú... estás... lo tienes… —Se mordió el labio

—Lo sé, mocoso... —Coloqué mi índice en su boca y me acerqué a su oído— Lo disfrutarás mucho

Él se enrojeció más, volví a besarlo del cuello y le quité el resto de su ropa, admiré su cuerpo bronceado.
Lamí su vientre y él gimió mientras se aferraba a las sábanas, levanté su cadera y me posicioné, él mordió
su labio y asintió. Lo preparé a un ritmo algo rápido pero él estaba bastante excitado así que resultó
bastante más fácil.

Comencé a adentrarme en él lentamente, él gritó y se tapó la boca. Se aferró a mí echando su cabeza hacia
atrás, comencé a menearme y en cuestión de segundos comencé a embestirlo con fuerza. Él gritó, me
embriagué con sus gritos y seguí penetrándolo con fuerza.

270
Nada importaba, sólo su cuerpo, el mío y el exquisito placer

[Jimin POV]

Comencé a caminar por la playa en silencio, Mi mente no dejaba de procesar lo que había pasado en la
noche. Todo iba tan perfecto y al maldito se le ocurrió fingir que no le agradaba el beso. Lo admito, me
sacó de quicio

¿Por qué?

¡PORQUE SU ORGULLO ME DESESPERA! Yo bajé mi ego y admití varias cosas y caí ante él pero
simplemente el muy maldito tenía una arrogancia por los aires. Ese chico era todo un caso, comenzaba a
preguntarme si realmente fue buena idea todo esto. De tan sólo pensar que si tan solo no hubiera ido a la
fiesta de Andrea nada de esto hubiera pasado. Si a Hoseok no se le hubiera ocurrido hablarme, no me
hubiera invitado a la fiesta, no hubiera ido, ni hubiéramos fajado, no hubiera visto a Suga, no hubiera
intentado atacarlo, no hubiera intentado buscarlo de nuevo y no estaría en esta situación. ¡Maldita sea!

Subí las escaleras, el sol ya había salido y mi estómago gruñía. Pasé las tiendas, el área de niños y llegué a
la alberca pero algo no cuadró bien...

Me quedé estático al toparme con Suga pero él no estaba solo: un chico rubio lo acompañaba. Él me
observó y nos quedamos los dos viéndonos fijamente, él sonrió después de unos segundos. Tenía tantas
ganas de golpearlo ahí mismo, tenía suerte de la piscina nos separara. El rubio se acercó a él después y
Suga tomó su mano. Se alejó mientras me veía. Yo los seguí con la mirada hasta verlos desaparecer en los
elevadores. Apreté los puños

"¿Cree que con él podrá remplazarme?"

"Ni siquiera lo has hecho con él"

"Quiere ponerme celoso"

"O sólo quiere jugar"

"Para ponerme celoso"

"Tú lo besaste, si no lo hubieras hecho..."

"Lo sé, pero no me arrepiento"

"Parece que él sí"

"Que diga lo que quiera, le gustó"

271
Respiré hondo y entré al restaurante ya que había buffet. Toqué mi espalda, la herida no dolía tanto, sólo
fue un leve corte. Sin embargo ayer estaba confundido y asustado y por eso sentí el corte seguramente
como una herida profunda. Agarré un plato de fruta y comencé a comerla pero mi mente no dejaba de
pensar en Suga y en ese maldito chico. ¿Qué estarían haciendo? Bueno, era obvio lo que iban a hacer
pero...

"¿Le estará gustando?"

"Obviamente, era bastante atractivo"

"No ayudas"

"Déjalo en paz"

"No puedo"

"¿Celos?"

"Tal vez"

"Quizás lo mate después así que relájate"

"No lo hará"

"¿Cómo sabes?"

"Es un hotel, son casi las nueve, demasiada gente y la limpieza es a partir de las diez"

"Buen punto"

"Mierda"

"Al menos ya sabes que no querrá tocarte más, tendrá a otro"

"¡YA BASTA! ESO NO AYUDA"

"¿Entonces quieres que te folle?"

"No, sí... ¡NO SÉ!"

Dejé el plato de fruta a medias, mi mente no se estaba en paz, la curiosidad era demasiada. Me arrepentiría
de lo que haría, lo sabía, pero no me importaba. Además, como si dormir en un camastro cerca del mar no
hubiera sido suficientemente incómodo, tenía frío y la arena irritaba mi herida. Me levanté y salí del
restaurante, ni hambre me daba. Le di la vuelta a las piscinas y caminé hacia los elevadores, algo me decía
que no sería una buena idea. ¿Pero y qué? Presioné el botón del tercer piso mientras mi cuerpo temblaba
descontroladamente y me apoyé contra la pared, un sabor amargo inundó mi boca, tragué saliva y respiré
hondo. Las puertas se abrieron y me quedé inexpresivo viendo el pasillo. Salí tembloroso del elevador y
comencé a caminar hacia la última puerta. Todo en mí se estremecía más conforme avanzaba.

272
Me quedé quieto observando fijamente la puerta. Mis ojos se abrieron de par en par mientras escuchaba el
escándalo del otro lado: gemidos y gritos se combinaban creando una horrenda melodía de placer. Los
gemidos más suaves me avisaban que era seguramente el rubio ya que era el que más se alocaba, pero no
hay palabras para expresar mi ira al escuchar los gemidos y gritos de Suga igualmente combinados. Mi
respiración se agitó y agarré la manija de la puerta. Siquiera estaba bien cerrada.

Los imaginé a los dos tan desesperados por follar que olvidaron cerrar bien la puerta. Mi cuerpo comenzó
a temblar, otras imágenes invadieron mi mente: él besándolo mientras entraba y salía de él, el chico
aferrado a su espalda en una burbuja de placer, Suga encima de él devorando su cuerpo y él
estremeciéndose en su tacto... saboreando a Suga... MI asesino.

Mi cuerpo comenzó a temblar incontrolablemente debido al enfado y mi cuerpo comenzó a actuar por sí
solo. Abrí la puerta de un portazo y mis ojos se abrieron de par en par al ver la escena: Suga estaba
sentado en el sillón rojo sonriente succionando sus pezones y el chico estaba brincando sobre él soltando
gemidos incontrolables. Ambos voltearon a ver hacia mi dirección. El chico se detuvo con un fuerte rubor
y Suga soltó una carcajada.

— Hola, mocoso —Habló con tono arrogante— Gracias por tocar la puerta

La cerré lentamente y me fui acercando a ellos con lentitud, mis latidos habían invadido mis oídos y sentía
mi cuerpo enloquecido por dentro. El rubio me observó con temor y con una fuerza que yo desconocía, lo
tomé y lo desprendí de Suga. Él comenzó a gritar con fuerza mientras golpeaba mi brazo.

Me abalancé hacia la mesa y agarré el cuchillo de Suga. Se lo clavé en el estómago varias veces mientras
lo empujaba hacia la terraza sintiendo un descontrol total. Él gritaba descontroladamente, con una mano lo
tomaba de la cabeza y con otra lo apuñalaba. Todos mis sentidos se agudizaron y sentí mis aumentar
cuando llegamos al barandal. Él se aferró con fuerza escupiendo sangre así que comencé a empujarlo pero
se resistía bastante bien.

— Espero que lo hayas disfrutado —Sisee con fuerza. — Te enseñará a no meterte con lo que no es tuyo.

Bajé a su cadera y con una fuerza sobrehumana lo levanté para empujarlo con fuerza. Escuché su grito
destrozando casi mi oído y observé su cuerpo desaparecer en el vacío. Me asomé corriendo y vi su cuerpo
tirado en unas plantas del jardín. Me alejé de la orilla y observé tembloroso mis manos llenas de sangre.

Dejé caer el cuchillo en seco y llevé una mano a mi boca mientras retrocedía...

Oh mierda...Oh mierda…

Acababa de matar a alguien.

273
Capítulo 25. "Deseo Oculto"

[Suga POV]

La puerta del cuarto se abrió con fuerza, llevé mi mirada ante tremendo escándalo y mis ojos se abrieron
de par en par al ver al mocoso en el marco de la puerta. Su cuerpo temblaba, como si tuviera tics, un
escalofrío me recorrió al verlo fijamente... su expresión era completamente desquiciante, de un loco en
carne y hueso. Le sonreí, llegaba en el momento perfecto.

— Hola, mocoso —Saludé con arrogancia— Gracias por tocar la puerta

Creí que diría algo como "cierra la boca" o "eres un asqueroso" y se iría azotando la puerta, pero no,
ignoró mi comentario, observaba fijamente al chico sobre mí que se había tensado y ruborizado.

El mocoso cerró la puerta con suavidad y comenzó a avanzar hacia nosotros, no le quitaba la vista a
Christian y él obviamente comenzaba a asustarse. El pequeño estúpido se colocó enfrente de nosotros y
pegó un grito ronco y macabro y con una fuerza abismal tomó al rubio desprendiéndolo de mí. Iba a
reclamar pero el mocoso agarró mi cuchillo y se lo enterró sin titubear. Abrí la boca y me quedé
paralizado.

Lo demás fue confuso y bastante rápido. El mocoso estaba callado pero Christian soltaba alaridos
desgarradores y aun así el mocoso siguió clavando su cuchillo repetidas veces hasta llegar a la terraza,
susurró algo y lo lanzó por la borda.

Yo estaba sorprendido, fascinado y algo asustado.

Sabía que él estaba loco, pero no tanto. El estúpido se asomó por la borda y luego observó sus manos y mi
hermoso cuchillo lo dejó caer mientras retrocedía a con una mano casi tocando su boca. Entró de nuevo
viendo aún el barandal. Estaba completamente pálido.

— Maté a alguien... —Susurró él

— Sí, gracias —Me acomodé en el sofá— La estaba pasando bien

Él seguía en su trance y no reaccionaba. Observaba inexpresivo el vacío.

— Maté a alguien... —Volvió a susurrar

— Sí, ya lo dijiste —Rodé los ojos— Te toca limpiar el desastre

El mocoso agitó la cabeza y cerró los ojos. Los volvió a abrir con brusquedad y me volteó a ver de muy
mala manera, dirigió la vista a mis ojos a mi pecho y finalmente a mi entrepierna. Abrió la boca y sus
mejillas se tornaron rojo intenso. Desvió la mirada mientras se mordía el labio con nerviosismo. Bajé la
mirada, ¿por qué demonios...? Ah cierto, que estaba desnudo.

274
— Estás desnudo —Dijo él mientras veía la pared

— Algún día ibas a verme —Sonreí, se veía tan indefenso y vulnerable ruborizado

— No esperaba hacerlo —Comenzó a patear ligeramente el suelo

— Bien, ya me viste —Suspiré— Pero volviendo a lo que hiciste...

— No sé lo que hice —Dijo él

— ¿A qué te refieres? —Levanté una ceja

— Y-yo —Sus ojos comenzaron a brillar debido a las lágrimas, me volteó a ver tembloroso— No quería
hacerlo pero no sé... —Sollozó— Fue un impulso, no quería hacerlo

— Hey, tranquilo —Me froté la nuca— A mí me pasó lo mismo la primera vez, sólo que la diferencia es
que yo realmente quería sacarle los intestinos a esa chica.

— Dime que esto es broma, dime que no es real, dime que no es cierto —Se frustró

— Vamos por partes, mocoso... —Reí al percatarme de lo que había dicho

El mocoso me observó con tristeza, parece que mi chiste no le causó gracia. Volvió a observar sus manos
manchadas de rojo y soltó un largo suspiro. Lamió sus labios y se frotó la nariz manchándosela de sangre.

— Te acabas de... —Comencé

—Lo sé, no es necesario que lo digas —Interrumpió

— En serio estás muy estresado, mocoso —Reí

— ¡CLARO QUE LO ESTOY! ¡ACABO DE MATAR A ALGUIEN! —Gritó él

— ¿Se puede saber por qué lo hiciste? —Levanté una ceja divertido

— Porque... —Se cortó— Mierda... ¡ESTO NO HUBIERA PASADO DE NO SER POR TI!

— ¿Ah, ahora resulta que es MI culpa? —Me señalé ofendido

— Sí, TÚ CULPA —Me señaló acusador

— ¿Y por qué pequeño? —Me crucé de brazos y me incliné un poco para adelante

— ¡Si tan sólo no lo hubieras...! —Apretó sus labios y observó el suelo estallando en rojo.

Levanté una ceja... ¿si tan solo no hubiera qué? Él mordió aún más su labio y me observó de muy mala
manera, apretó sus puños.

— Ya veo... —Sonreí con malicia y solté una carcajada— Te pusiste celoso

— ¿CELOSO? —Abrió mucho los ojos

275
— Sí, celos —Sonreí— Respuesta emocional que surge cuando una persona percibe una amenaza hacia
algo que considera como propio. En este caso, yo

— ¿Ahora resulta que YO te considero MIO? —Se comenzó a atacar de la risa

— No te sale —Hice una mueca— Lo aceptes o no me consideras parte de tu propiedad y cuando


cualquier chico se me acerca te enojas... y ni te digo cuando me acuesto con ellos —Señalé la terraza

— No sé qué sucedió —Me dio la espalda

— Yo sí —Me froté la barbilla— Nos viste, te enojaste. Así que nos seguiste y al escuchar tremendo
escándalo te dio un ataque de celos... —Agarré mis shorts y me los puse— Te pusiste celoso por la simple
y sencilla razón que no soportas verme coqueteando con otras personas que no han hecho nada para tratar
de seducirme más que hablar

— ¡Y qué! —Me clavó la mirada— No te conocen... no como yo

— Pero siendo sinceros, tú eres el que se ha negado a acostarse conmigo —Levanté los hombros

— Yo jamás... —Se quedó con la boca abierta— Bueno, tal vez. Pero ayer...

— Ayer se te ocurrió la estúpida idea de besarme —Interrumpí— Y si no lo hubieras hecho ayer pudimos
haber tenido una buena noche

— Fue un impulso —Se defendió

— Tú sólo explotas una vez que ya no aguantas

— Correcto

— Lo cual significa que ya habías planeado besarme... y no pudiste resistirte más

— No es mi culpa que tengas lindos labios, es lo único bueno de ti —Espetó secamente cruzándose de
brazos.

— ¿Sólo eso? —Sonreí— Yo creo que todo...

— Tu personalidad no —Se rió— Te quita todo lo bueno

— Al menos ya supiste que también la tengo grande —Susurré

— No vi bien. —Sonrió de manera sarcástica— Y no me interesa volver a verla... aleja tus perversiones
de mí.

— Lástima que seas tan sangrón... —Suspiré fingiendo drama

— Es que es simple —Dijo él— No soy tu juguete sexual, sólo me usas para liberar tu estrés, puedes
cogerte a cualquier chico, no debo ser yo

— No dependo de ti —Sonreí

276
— Ni yo de ti —Contraatacó— Así que por el bien de ambos vamos a conservar distancia

— Si tú insistes —Levanté las manos— Aunque no durará mucho

— Bien me da lo mismo... ¿me puedes ayudar con mi pequeño desastre? —Pidió él

— Solo porque no tengo nada que hacer

— Gracias

— Primero lo primero, hay que organizarnos —Él asintió— Tú limpia la sangre y el cuchillo, no frotes
con fuerza para que la mancha no se impregne. Yo me deshago del cadáver

— Bien —Dijo él

— Tienes suerte de que la alfombra sea roja —Dije mientras me dirigía a la puerta

Él no contestó y fue a recoger mi cuchillo. Suspiré y salí del cuarto, no debía perder tiempo. Bajé por las
escaleras rápidamente y crucé corriendo las albercas, seguí corriendo hasta frenarme en los jardines.
Brinqué unos arbustos y comencé a quitar las plantas, finalmente vi el cuerpo de Christian a unos metros
de donde estaba. Observé el entorno buscando una manera de deshacerme de él, no muy lejos había un
camión de basura recogiendo las bolsas que salían del ducto. Un tubo de plástico se conectaba y las bolsas
pasaban desapercibidas. No perdí tiempo y cargué a Christian, me escabullí entre los arbustos y corrí al
antiguo cuarto donde había asesinado a la mujer. Entré y cogí una bolsa negra grande de basura, metí el
cadáver rápidamente y lo tiré por el ducto.

Salí con cuidado y me limpié con la mano un poco de sangre en mi pecho, la lamí e hice una mueca.
Definitivamente prefería la sangre fresca y más del mocoso... Entré en una ducha y me limpié
rápidamente, por fortuna me vieron sólo dos o tres personas pero no hicieron preguntas.

Regresé de nuevo al cuarto y toqué la puerta, el mocoso abrió. Entré y observé el suelo, la sangre había
desaparecido. El mocoso entró al baño y siguió quitando la sangre de mi cuchillo, entré al baño con él y lo
observé en silencio. Él dejaba que el agua resbalara por el filo y pasaba delicadamente sus finos dedos aún
manchados por el borde para limpiar la sangre.

— Te vas a cortar —Me puse junto a él

— No necesito ayuda —Se quejó

— No quiero que te rebanes un dedo —Agarré sus manos

Él no dijo nada y dejó que lo manipulara, ojalá fuera así de obediente siempre pero a la vez me agradaba
su rebeldía... no sería lo mismo si él fuera un trapo que podía llevar de un lado al otro. Me coloqué detrás
de él y agarré sus manos nuevamente, él se tensó un poco.

— Es más fácil así —Dije mientras hacía pasar sus dedos por la parte plana del cuchillo

— Sí lo sé, pero... estaba distraído —Dijo él

— Deja de buscar pretextos —Dije fatigado

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— Lo siento —Susurró suavemente

Apreté mis labios un poco y seguí limpiando el cuchillo con él, la sangre dejó de resbalar y el agua se
tornó clara de nuevo. Él levantó la mirada y me observó desde el espejo, yo hice lo mismo. Nos
observamos en silencio completamente inexpresivos, observé sus ojos fijamente y sus mejillas rosadas. Él
bajó la mirada de nuevo y cerró la llave. Alejé mis manos suavemente y me separé de él. Tomé aire y solté
un largo suspiro, nos quedamos en silencio.

— Voy a ducharme —Dijo él— La arena la tengo entre la ropa aún

— ¿Dormiste en la playa? —Levanté una ceja

— ¿Tenía otra opción? —Levantó los hombros

— No tardes que yo también quiero bañarme, no me encanta cargar cuerpos —Hice una mueca

"Parece que al final si terminó muerto el chico con quien te acostaste"

"Joder, sí"

"Maldición de la vida"

"Este niño es peligroso"

"Loco"

"Maravillosamente loco"

— Me imagino —El mocoso me sacó de mi trance

Se volteó a ver al espejo y se quitó el grueso camisón negro que traía, su ropa interior provocativa volvió a
captar mi atención. Observé su espalda y vi el pequeño marca que le había dejado, bueno, al menos no se
la había rebanado. Él me observó a través del espejo

— ¿Vas a salir? —Me observó molesto

— Perdón —Reí— Estaba viendo tus heridas

— Las ves luego... sal —Él agachó la mirada

— ¿Seguro que te sientes bien? —Pregunté

— No... —Su voz salió apagada

— Hey... —Coloqué mi mano en su hombro— Esto no tiene por qué suceder de nuevo

— No es eso —Levantó la mirada y sus ojos estaban empapados de lágrimas

— ¿Entonces? —Agité ligeramente mi cabeza

— No es nada —Se limpió las lágrimas— En serio, estaré bien

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— ¿Seguro? —Le clavé la mirada

—Estaré bien —Se dio la vuelta y me observó— No es nada...

—Bien, yo estaré afuera

Él asintió y bajó la mirada. Salí del baño con cuidado y me recargué en la puerta, uní mis cejas, algo raro
le pasaba. Ya lo había visto llorar pero esta vez era distinto... no sabía cómo explicarlo pero esa mirada era
diferente a las demás. Cuando la veía llorar y me clavaba sus ojos llorosos, mostraban rabia pero en esta
ocasión sus ojos no revelaban rabia ni enojo. Mostraban vacío y tristeza... de esas miradas de decepción.
Quizás era arrepentimiento pero no, no era llanto de arrepentimiento. Era llanto de dolor, ¿dolor de qué?
No creo que de la herida... era un dolor emocional.

— Vaya que se estresa demasiado este chico —Me froté la cara soltando un suspiro.

Escuché el agua correr y sus pequeños sollozos. Me mordí la uña rompiéndome la cabeza tratando de
encontrar una explicación, pero no la hallaría nunca, sólo él sabrá qué le sucede. Me fui a sentar en la
cama y me dejé caer viendo el techo, una extraña sensación de querer ayudarlo me inundó. No es que
comenzara a agarrarle cariño, pero es que él es tan rudo y de personalidad tan fuerte que verlo en ese
estado me extraña.

"Quizás pueda alegrarle un poco el día"

Sonreí un poco y me volví a levantar. Me acerqué a la puerta y toqué.

— ¿Cuánto tardas? No te apuro, no tengo prisa —Dije mientras pegaba mi oído a la puerta

— Voy a tardar un poco —Su voz salió normal pero sabía que estaba fingiendo

Sonreí y giré la manija. Abrí la puerta y me introduje lentamente. Vi su cuerpo borroso dentro de la tina
con el chorro de agua de la regadera cayéndole en la espalda.

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó él molesto

— Me estresa verte tan estresado —Me apoyé en el lavabo

— ¡Sal de aquí! —Ordenó

— Oh no, necesito un ambiente tranquilo y no ayudas así que voy a alegrarte el día

— Ja, ¿cómo harás eso? —Se burló

Comencé a caminar hacia la puerta de la ducha y la abrí. El mocoso estaba sentado en la tina. Pegó un
brinco y se tapó completamente, por desgracia casi no se podía apreciar nada. El agua de la tina llegaba
casi a la mitad y sus rodillas tapaban sus hermosos pezones. Me observó de mala manera

— Sal antes de que te arrepientas de ello —Advirtió mientras se cubría más

— No lo haré —Abrí más la puerta y retiré mi ropa quedando solo en el traje de baño que tenía— Hazte
un lado que ahí te voy.

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— ¿Qué estás haciendo? —Abrió los ojos cuando introduje mis piernas en la tina

— Voy a ayudarte a relajarte —Cerré la puerta y le sonreí

Él se cubrió más y se pegó contra la pared. Cerré la ducha, ya había suficiente agua. Él me observó
temeroso y confundido pero yo solo me senté en la tina suspirando. Él se apretó más contra sí mismo
mientras desviaba la mirada. Me acerqué a él.

— No voy a morderte —Sonreí

— No sé qué pretendes —Dijo él bruscamente— Pero sea lo que sea no funcionará

— Tranquilo, sólo voy a quedarme contigo a charlar

— ¿Dentro de la ducha? —Levantó una ceja

— También tengo otros planes —Sonreí con malicia

Me fui acercando lentamente a él. El mocoso se hizo chiquito y yo llevé mis manos a sus brazos para
retirarlos. Quería ver sus hermosos pezones, joder.

— No —Dijo él cuando traté de quitárselos— ¿Qué dije hace rato?

— Ya te he dicho que amo romper las reglas

— En serio no... —Me miró suplicante— Por favor

— Mira —Tomé aire para no perder la paciencia— Por una vez confía en mí

— Es lo que he hecho todo este maldito tiempo y nada ha resultado bien —Me clavó la mirada molesto

— Te pido una última oportunidad —Le clavé la mirada— ¿Por favor?

Él apretó sus labios y cerró los ojos mientras inhalaba profundo. Lentamente destensó sus brazos, sonreí
por mis adentros y los retiré. Agarré sus piernas y comencé a extenderlas suavemente, en cuestión de
segundos observé sus hermosos pezones. Él se mordió el labio mientras sus mejillas tomaban color y
observó el agua. Sentí sus preciosas y blancas piernas a mis costados, las sobé suavemente sin quitarle la
vista de encima. Él seguía sin observarme. Era tan lampiño, joder, era tan hermoso.

— Obsérvame —Ordené

— ¿Para qué? —Preguntó él

— Mírame a los ojos —Dije con un poco de brusquedad

Él levantó las pestañas y lentamente fue subiendo la barbilla, me clavó sus ojos inexpresivos. Sonreí y él
se estremeció mientras su cuerpo se tensaba. Adoraba ponerlo nervioso. Aproveché mi posición y me fui
acercando a él lentamente, él apretó sus labios. Al no poder abrir más las piernas las flexionó y sus rodillas
quedaron junto a mi cadera. Me acerqué un poco, él me observó fijamente moviendo mucho sus pupilas.

— Ahora sí —Lamí mi labio y lo mordí— Te quitaré todo tu estrés pequeño niño

280
Metí mi mano derecha en el agua y busqué su miembro debajo de agua. Él se tensó completamente, era
normal, era la primera vez que tenía contacto directo ahí. Subí suavemente a su glande con mi dedo y
presioné levemente, él arqueó un poco la espalda y mordió un poco su labio. Comencé a hacer un leve
movimiento circular, el mocoso apretó sus puños.

— N-no va a funcionar —Susurró él

— ¿Eso crees? —Comencé a hacer movimientos más rápidos

—N-No... —Jadeó mientras arqueaba su espalda

—Bien, lo haré a mi manera —Me levanté

Él me observó fijamente. Lo agarré del brazo y lo levanté sacándolo del agua. Él enrojeció brutalmente.

Finalmente, finalmente lo tenía desnudo frente a mí... era un momento de gloria, finalmente podía
admirarlo y fantasear al vivo con su cuerpo tan frágil y caliente al mismo tiempo. Él trató de cubrirse pero
se lo impedí. Sonreí y mordí mi labio mientras examinaba su cuerpo perfecto, tan tierno, tan suave, tan...
perfecto. Las gotas de agua resbalaban por su cuerpo con lentitud. Él me clavó la mirada.

— S-seguro viste cuerpos m-mejores... —Tartamudeó

— Eres perfecto —Sonreí

— ¿Eso crees? —Me observó sorprendido

— No miento —Era cierto, para mí él era perfecto— Pero te demostraré ahora que por más que lo niegues
siempre caerás ante mí...

Lo pegué a la pared con fuerza, él hizo una mueca de dolor y me observó detenidamente. Me pegué más a
él para sentir su cuerpo pecho contra el mío. Me acerqué a su cuello y lo besé con pasión, succioné su piel
y la mordí, él jadeó y rasguñó mi espalda. Sabía que le gustaba, le gustaba que fuera agresivo. Además,
¿cómo resistirse a mí? Él comenzó a gemir, lamí su cuello y lentamente bajé a su clavícula, él se aferró a
mi cabello. Llegué a sus pezones y los lamí con suavidad, introduje su pezón derecho a mi boca y lo
succioné con fuerza, él soltó un grito y arqueó la espalda.

Lo mordí y comencé a jugar con él, este comenzó a endurecerse más. Lo saqué de mi boca y lo pellizqué,
metí su otro pezón a mi boca e hice lo mismo. Mientras con mi mano jugaba con su otro pezón y lo
masajeaba y estrujaba. Él respiraba por la boca y tenía sus ojos cerrados. Mordí su pezón con fuerza y lo
estiré un poco, él volvió a gemir fuerte. Subí de nuevo a su cuello y comencé a lamer su lóbulo de la oreja,
él agarró mi cadera y mordió su labio.

Volví a bajar lentamente de su cuello hasta llegar nuevamente a sus sensibles botones. Él hizo hacia atrás
su cabeza mientras pasaba sus manos por mi cabello jadeante. Lamí el agua que escurría por su cuerpo y
me agaché para lamer ahora su vientre, levanté la mirada y él me observaba fijamente y con deseo... sabía
que se acercaba la mejor parte. Bajé la mirada y mordí su frágil piel dejando pequeñas marcas roja por
toda la zona.

— N-no soy comida— Dijo él gimiendo

281
— Para mí lo eres...

— ¿Lo soy? —Soltó otro gemido— ¡D-dios...!

— Serás mi desayuno, voy a comerte entero —Sonreí suciamente

Lamí mis labios y le lancé un beso, él se tornó completamente rojo. Finalmente con mi dedo índice hice
una línea imaginaria de su ombligo hasta su zona pélvica, él se estremeció un poco y se pegó más a la
pared. Lo jalé a mí y lo senté en el pequeño banquito que había en la esquina derecha. Abrí sus piernas y
me coloqué entre ellas. El mocoso pasó su mano por mi pecho mandando electricidad pura. Enredó sus
piernas a mi cadera pegándome más a él. Le sonreí y deslicé mi mano a su miembro semi endurecido.

Comencé a masajearlo con movimientos circulares suaves, él colocó sus manos en la pared y comenzó a
agitarse, su pecho subía y bajaba rápidamente y sus pezones comenzaban a revelar su excitación. Seguí
frotando con intensidad, él lanzó su cabeza hacia atrás mientras agitaba su cuerpo, apretaba sus puños y se
levantaba suavemente.

— ¡Ngh…! ¡Ah- ah… e-esto! —Cerró un ojo.

Me detuve.

— ¿N-no vas a seguir? —Jadeó

— ¿Quieres que siga? —Sonreí

—Por favor no me hagas perder más mi dignidad, ya me queda muy poca —Susurró agitado.

Solté una carcajada y me puse de rodillas, observé perfectamente su erección. Con mi pulgar seguí
frotando su glande y cabeza del pene pero comenzando con rapidez. Él gimió y apretó con fuerza sus
piernas que comenzaban a temblar, no tardaba en venirse. Seguí masajeando con fuerza e intensidad.

Seguí bombeando rápidamente y él soltó un chillido demasiado agudo y pegó un brinco. Sus piernas
temblaron y se tensaron por completo. Sus pezones estaban rojizos y respiraba en descontrol.

— Vamos pequeño... —Froté aún más— ¡No te resistas!

—N-n-no lo ha-hago—Dijo jadeante mientras ahogaba gritos y tapaba su boca

Mordí mi labio y froté de manera circular y rápida de arriba a abajo. Contrajo sus piernas y soltó un fuerte
grito un poco largo. Sus piernas temblaron con fuerza mientras las colocaba en el suelo, respiraba con
rapidez y batallaba por conseguir un ritmo, sus labios habían enrojecido y sus pezones también. El líquido
pre seminal comenzó a escurrir suavemente de su coqueta cabeza.

— ¿Listo? —Sonreí.

— ¿Qué? —Él me vio escandalizado

Volví a masajear con fuerza su dura erección. Él inmediatamente despegó su cuerpo de donde estaba
sentado y golpeó la pared en un grito quebrado de deseo. Se mordió su labio y comenzó a gemir
incontrolablemente.

282
— Espera... espera... —Gritó— ¡Estoy muy sensible, d-detente! ¡E-ESPERA!

— Mejor —Sonreí— Así no tardarás en llegar a un fuerte orgasmo

Sin hacerle caso a sus peticiones, volví a mi labor. Con mi mano libre introduje suavemente mi índice
dentro de él. Él soltó un fuerte gemido y arqueó mucho su espalda mientras se mordía el labio. Sonreí
comencé a masajear con mayor firmeza su erección mientras sacaba y metía mi dedo de su hermosa
entrada lampiña y rosada. Lo sentí alocarse, seguro no tenía palabras para expresar su placer.

Lubriqué dos dedos que metí en él y comencé a meter y a sacar rápidamente rozando su próstata.

— ¡YA BASTA! —Gritó lagrimeando de placer— ¡J-JODER, NO PUEDES HACER ESTO!

—Pero claro que puedo... muéstrame tu placer —Ronronee

— ¡N-NO! —Gritó— ¡MALDITA SEA JAMÁS LOGRARÁS NADA!

— ¿No? —Mordí mis labios

— ¡MALDITO SEAS! —Gritó en lágrimas de placer y dando espasmos— ¡ME VUELVES LOCO!

— Repite, no quiero que lo olvides —Sonreí con orgullo

— ¡Que me vuel-vuelves loco maldita sea! —Volvió a gritar

Mis manos se acalambraron un poco pero seguí con ambos movimientos. Masajee su base y lo apreté con
suavidad. En su entrada utilicé el movimiento de tijeras para incrementar su placer, él tapó su boca y
tembló con fuerza, se tornó ligeramente rojo y gritó más fuerte.

Sentí sus paredes rectales contraerse varias veces, cada vez en menos tiempo y con más frecuencia.
Finalmente él tembló y todo en él se estremeció, saqué mi dedo y admiré como él se dejaba caer con
fuerza, seguido de un gemido incontrolable y jodidamente excitante escapaba de sus labios. Su erección
empujó más fuerte contra su estómago y el semen comenzó a liberarse a chorros de su glande. Él respiraba
con demasiada rapidez y sus piernas temblaban frenéticamente. Su cuerpo no dejaba de dar pequeños
brincos y su erección de expulsar más y más semen. Se ahogaba en gemidos y lágrimas.

Y eso es lo que llamo un buen orgasmo...

— ¿Y bien? —Sonreí perverso y mordí mi labio— ¿Qué tal?

Él se levantó pero sus piernas le fallaron, se deslizó por la pared y se sentó en la tina tapándose el rostro.
Deslizó sus manos por su cara y las dejó caer en un chapoteo en el agua.

— C-cállate. —Su voz seguía ronca de placer.

— Me imagino —Lo observé sonriente. — ¿Te hice tocar el cielo?

— Me hiciste tocar el infierno —Rió— Mierda, atravesaste mis expectativas placenteras

— Y aún te falta mocoso —Le sonreí— Aún te falta mucho por conocer

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— No lo dudo —Jadeó— Sigo temblando

— Fue un buen orgasmo, hubieras visto cómo te estremeciste

— Sentí una explosión y escalofríos... —Respiró hondo— No... Nunca había sentido algo igual

— Deberías estar conmigo hoy y siempre. —Sonreí— Ya que te vuelvo tan loco…

— Cállate —Desvió la mirada— Mi mente no pensaba en otra maldita cosa que no fueras tú

— Me siento especial —Mordí mi labio

— Cierra la boca —Se levantó de mala gana

— Al menos te quité toda la mala vibra —Observé su cuerpo lujurioso

— No lo dudes... —Se apoyó en la pared cerrando los ojos— Joder ahora si me hiciste rendirme

— Algún día me pagarás —La miré con picardía

— No sé hacer lo que tú haces —Negó con la cabeza

— No te preocupes —Me acerqué a su oído— Estaremos mucho tiempo juntos para que aprendas

— Pues no diría tanto tiempo... —Suspiró— Sólo hasta que acabes tus cosas

— En ese caso me tardaré el triple —Sonreí

— O simplemente puedes admitir que me quieres —Sonrió

— No lo haré —Sonreí de vuelta

— Ya veremos si opinas lo mismo cuando me veas partir

— A menos que te deje yo primero

— No lo arruines

— Encanto natural

Él rodó los ojos y quitó el chupón, el agua comenzó a irse lentamente de la tina. El mocoso abrió la puerta
y salió. Me dio la espalda y mordí mi labio mientras veía su culo. Mierda. Lo veía con ropa pero ahora al
natural… joder. Tan hermoso, quisiera morderlo. Él me observó a través del espejo

— Pervertido —Dijo de mala gana

— A estas alturas deberías estar acostumbrado —Sonreí y salí también

— Olvidé que llevabas tu traje de baño —Dijo él

— ¿Me los quitas?

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— No, está bien

Sonreí negando con la cabeza y le di una fuerte nalgada antes de salir del baño. Él pegó un pequeño brinco
y me pellizcó la nalga, me detuve y lo observé.

— ¿Ya vas a empezar? —Le sonreí.

— Voy aprendiendo —Contestó con una sonrisa.

Puse los ojos en blanco sonriendo y salí a la terraza, respiré hondo sintiendo la brisa del mar, me gustaba
el mar pero no meterme. Me quedé en silencio viendo el horizonte hasta que escuché unas pisadas detrás
de mí. Me voltee y vi al mini pervertido con ropa interior negra sencilla, se acostó en la cama

— ¿Te vas a dormir? —Pregunté

— No descansé bien... —Dijo él bostezando

— Y te entró el cansancio después del mejor baño de tu vida —Sonreí

— A veces pienso que nuestra relación de amor-odio es bastante extraña —Dijo él

— Somos enemigos con derechos —Le guiñé el ojo

— Recuerdo la primera vez que dijiste que no era tu tipo... —Rió

— No lo eres —Bromee para molestarlo

— Repítelo sin llorar —Sonrió

— ¿Así como tú lloraste con tu orgasmo? —Levanté una ceja divertido

—Shhh, no lo arruines

Reí con él mientras me apoyaba en la pared. Él suspiró y comenzó a cerrar los ojos, él podía dormir a
gusto y yo podía salir a comer tranquilamente. Eran las 3 de la tarde así que todo estaba abierto. Me
coloqué una playera blanca y caminé a la puerta pero me detuve poco antes.

— Voy a salir... ¿quieres algo? —Pregunté

— Lo que quieras —Contestó él adormilado

— Bien

Me acerqué más a la puerta pero me volví a frenar, lo voltee a ver de nuevo

— ¿Puedo hacerte una última pregunta? —Dije haciendo una mueca

— Aja... —Dijo él suspirando

— ¿Qué sentiste al matar al chico? ¿Al clavarle el cuchillo?

— ¿Por qué quieres saber eso?

285
— Sólo dime

Él se dio la vuelta para verme, frunció el ceño pensativo.

—Me sentí poderoso —Dijo él suavemente— Poderoso al saber que su vida dependía de mi...

— ¿Sentiste control? —Pregunté de nuevo.

— Sí, y al sentir el cuchillo abrir su piel fue... no sé —Sonrió un poco— Agradable y... excitante de un
cierto modo

Asentí y sonreí un poco. Él levantó los hombros y volvió a cerrar los ojos. Salí del cuarto con cuidado
mientras pensaba en sus palabras. Él y yo sin duda alguna éramos polos opuestos, no cabía duda que
éramos muy distintos en ciertos aspectos

Pero a la vez éramos tan parecidos que… diablos. Podría jurar que éramos almas gemelas o cualquier cosa
que planeara el destino.

286
Capítulo 26. "¡Deja la amargura!

[Jimin POV]

Me moví un poco y abrí lentamente los ojos, todo estaba oscuro. Me removí un poco y tardé en asimilar
de que era de noche, me hice hacia atrás pero choqué con algo... o alguien. Me di la vuelta y pude
observar a Suga desde la oscuridad, me senté en la cama y observé el reloj: 6:22 am

Ayer recordaba haberme dormido casi a las cuatro de la tarde, dios mío... ¿tanto había dormido? Me dejé
caer suavemente de nuevo en la cama observando fijamente el techo, me sentía muy activo y con mucha
energía. Me acerqué un poco a Suga que dormía plácidamente junto a mí, lo admiré un poco en la poca
luz. Debía admitirlo que era simplemente hermoso, perfecto... no hay palabras para describirlo. No tenía
camiseta, podía ver su pálida piel brillar ligeramente, sus labios eran un poco rojizos y su cabello le caía
sensualmente en su rostro. Me levanté y me dirigí al baño

Cerré la puerta y prendí el agua tibia, había sudado bastante y me caería bien un baño. Después de largos
minutos bajo el chorro de agua y en paz total salí envuelta en una toalla. La luz del sol comenzaba a
colarse suavemente en el cuarto, observé a Suga de reojo y dejé caer la toalla al suelo. Me puse ropa
interior y después unas bermudas claras y una camiseta también. Fui a peinarme, finalicé y volví a salir.
Observé la hora: 7:04 am

Me acerqué a la terraza y abrí las ventanas, los pequeños rayos de sol iluminaron mi cara, abrí la puerta y
salí, la brisa caliente me golpeó rápidamente. Me apoyé en mis codos en el barandal y observé el mar a la
distancia, oí unos gruñidos, me voltee y vi a Suga removerse un poco en la cama, sonreí y me acerqué a él.
Me incliné un poco para quedar a su altura

— ¿Suga? —Susurré— Ya despierta

Él no respondió, lo agité suavemente

—Anda, me aburro... —Lo volví a agitar

Suga seguía sin reaccionar, rodé los ojos y comencé a agitarlo con fuerza. Él gruñó y unió las cejas sin
abrir los ojos. Lo volví a agitar pero agarró mis brazos y me jaló, ahogué un grito y me tumbó debajo de
él, me sonrió

—Ya estabas despierto... —Dije molesto mientras forcejeaba

— Desde hace un buen rato, estúpido —Sonrió

— ¿Por qué no te levantaste? —Levanté una ceja

— No quería intimidarte porque te estuvieras cambiando —Rió suavemente

287
—Pervertido —Lo barrí con la mirada

—A estas alturas deberías estar acostumbrado —Me soltó y se acostó junto a mí

—Supongo que aún no me acostumbro a ciertas cosas... —Me senté en la cama

—Muero de hambre —Suga se levantó y se puso una camiseta blanca

—Oye te queda bien el blanco —Sonreí, resaltaba su sexy figura

—Todo me queda bien —Dijo con orgullo

—Sí claro —Me levanté y me coloqué unas sandalias cafés— ¿Vamos al buffet?

—Sí —Suga se peinó rápidamente con su mano— No comiste nada ayer

—Me dormí —Levanté los hombros

—Sí, lo vi. No lograba despertarte —Suga agarró la llave del cuarto

—Ah bueno —Me ruboricé un poco y me levanté— ¿A dónde vamos?

Suga se frenó y me observó fijamente a través de su hombro de manera sarcástica. Levanté los brazos y él
salió del cuarto, decidí no hacer más el ridículo y salí detrás de él. Caminamos en silencio por el pasillo y
llegamos al elevador, esperamos a que llegara

— ¿A qué hora te dormiste? —Pregunté

—Tarde —Dijo él sin verme

— ¿A las...? —Insistí

—Tarde —Repitió

— Bien, no quieres decirme... comprendo —Me crucé de brazos

Él no respondió, las puertas se abrieron y entramos. Por un segundo el ambiente se sintió algo tenso, yo
me arreglaba el cabello en el espejo pero Suga simplemente veía las puertas mientras se mordía la uña.
Definitivamente algo lo preocupaba o estresaba, mejor ni preguntar. Salimos y comenzamos a caminar por
el hotel, cruzamos las piscinas que estaban vacías y llegamos al buffet. Mis ojos se iluminaron y mi
estómago comenzó a gruñir.

Entramos y nos sentamos en una mesa que daba vista a la playa, observé el mar fijamente mientras
escuchaba a las gaviotas graznar y las olas caer suavemente en la arena. Tuve la sensación de que me
estaban observando, voltee a ver a Suga y los sorprendí observándome. Él desvió la mirada y observó la
comida fijamente. Suspiré

—Voy a comer algo... —Dije mientras observaba el buffet

—Bien —No me observó, se limitó a ver la mesa

288
Me levanté delicadamente y caminé hacia la fruta, al diablo con la bipolaridad de Suga, ¡yo quiero mi
fruta! Agarré a montones y luego con otro plato me puse huevo, más fruta, waffles, tocino y yogurt.
Agarré ambos platos y los coloqué en la mesa, Suga me observó

—Yo no te pedí nada —Dijo él secamente

—Es para mí —Respondí en el mismo tono

— ¿Todo eso vas a comer? —Abrió mucho los ojos

—Tengo hambre —Me metí un pedazo de melón a la boca— Yo no te veo con mucho ánimo para comer

—Espero a que me atiendan —Se apoyó en sus codos

—Es buffet —Dije levantando una ceja

Suga se recostó un poco en la silla y observó el entorno, buscaba a alguien con la mirada, se notaba. Lo
observé fijamente, una chica de cabello castaño muy claro y mechas azules se acercó seriamente, Suga la
observó.

— ¿Algo para desayunar? —Preguntó la chica

— Quisiera hablar con el gerente... —Suga observó a la chica fijamente

— Claro —La chica me observó— Venga por favor

Agité la cabeza, estaba bastante confundido. Los vi desaparecer en cuestión de segundos, pensé en
seguirlos pero puede que me metería en más problemas, así que opté por seguir comiendo. Observé a la
gente platicar, una pareja se sentó bastante cerca de mí, la chica era de cabello café y el chico era rubio.
Ambos se sentaron frente a frente riendo

—Es hermoso este lugar —Dijo la morena

—Lo sé, sabía que te gustaría para tu cumpleaños —Dijo el chico rubio

—Por eso eres mi mejor amigo —La morena le dio la mano

—Sí...amigo —El rubio observó el suelo con tristeza

Hice una mueca, debe ser espantoso estar con alguien que amas y sepas que nunca sentirá lo mismo por ti.
¿Por qué desgastarse de esa manera con amores imposibles y platónicos?

La morena siguió platicando con el rubio que sólo la veía fijamente, en un imprevisto el chico jaló de la
nuca a la chico y la besó. Se separó de él pidiendo disculpas pero él lo calló y lo volvió a besar. Se
agarraron de la mano y se siguieron besando tranquilamente y felices. Y esto damas y caballeros
demuestra que en el amor todo puede pasar. Me acabé la fruta y ataqué el plato fuerte, iba casi a la mitad
cuando Suga regresó. Se sentó frente a mí y vi que portaba manzana y naranja

— ¿Por qué fuiste con el gerente? —Pregunté

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— Asuntos, pequeño estúpido —Dijo él sin verme

— Bueno —Suspiré

Nos quedamos en silencio pero las risas de los dos "amigos" de hace rato llenaron el ambiente. Los
observé mientras se daban pequeños besos y reían, se veía muy cursi. Suga hizo una mueca

— ¡Qué cursi! —Dijo él negando con la cabeza

— Es amor —Levanté los hombros— Así es

— Asco —Suga volvió a su plato— Yo no soportaría ese tipo de relación

— Ni yo —Hice una mueca igual que él— Demasiado...

— Empalagoso —Dijimos al mismo tiempo

Nos observamos fijamente, yo hice una sonrisa de lado y seguí comiendo tranquilamente

— No sé si impresionarme o asquearme —Suga observó mi plato vacío

— No voy a comer —Dije cansado

— Ya te imagino comiendo en unas horas pulpo al ajillo —Se burló

— Cierra la boca, no estoy gordo —Me crucé de brazos

—Tienes yogurt en la mejilla —Me señaló el cachete

— ¿Ya? —Me limpié

— Lo hago yo —Se acercó a mi

Y no señoras y señores, si creían que pasaría como en la típica película cliché de limpiar mi mejilla y
luego besarme, se equivocaron. En realidad Suga se acercó a mí y me embarró yogurt en la mejilla. Solté
una palabrota mientras me limpiaba y el maldito se carcajeaba

— Te odio —Le lancé una mirada asesina— Y tu bipolaridad da miedo

— Deja la amargura, mocoso —Sonrió con su típica sonrisa perfecta excesivamente orgásmica.

— Tú eres el amargado aquí —Lo señalé acusador

— Mitad y mitad —Me guiñó el ojo

Rodé los ojos y sonreí. Finalmente terminamos y salimos del buffet, observé las piscinas que comenzaban
a llenarse de gente, había muchas parejas besándose, amigas riendo y uno que otro niño corriendo por
todos lados. Observé a Suga de reojo

— ¿Tendrías hijos? —Me preguntó él riendo

— ¿HIJOS? —Pregunté abriendo mucho los ojos— ¡NO! ¡NUNCA!

290
— ¿Nunca? —Suga rio

— Jamás —Negué con la cabeza— no sería para nada lo mío ser paternal. Además, ¿me ves cantando
como idiota canciones de niños? ¿O detrás de un adolescente hormonal? ¿O en una casa con mocosos
gritando por todos lados? No. Además, no me van las mujeres.

— Tranquila amargado —Negó con la cabeza— Era una simple pregunta

— ¿Tú tendrías? —Me reí, francamente me costaba mucho imaginarlo

— ¿Hijos? —Suga observó a unos niños— Tal vez

— ¿Tal vez? ¿O sea cómo? ¿Es un sí indirecto? —Me frené y lo observé perplejo

— Tendría hijos, pero sólo si fueran como yo —Sonrió

— ¿O sea asesinos psicópatas? —Levanté una ceja

—Seductores, sádicos y jodidamente sexys.

— ¿Y si fuera niña? —Me crucé de brazos

— Mejor aún —Sonrió— Sería mi princesa, la más peligrosa y letal de todas

— No te veo jugando a las escondidas con un niño —Hice una mueca

— No lo haría, eso lo haría mi pareja... yo sólo desarrollaría su lado asesino

— Estás demente

— ¿Qué? ¿Son mis hijos, no?

— ¿Y la madre? ¿Cómo reaccionaría?

— No había pensado en eso... —Rió— Opción uno, la madre es una estúpida. Opción dos, es igual de loca
que yo... cosa que me conviene. O quizás estaría con un chico igual de loco y dono mis espermas.

— ¿Donar tus espermas?

— No sé, algo que se me ocurrirá si me pareja es un varón. Me gustaría tener muchos hijos.

— ¿Cuántos? — seguí preguntando.

Él se mantuvo en silencio unos segundos.

— Cuatro — contestó sonriendo.

—Pobres crías... contigo de padre.

—Tendrían buenos genes

—No lo dudo —Susurré.

291
Seguimos caminando mientras escuchaba una que otra risa de un chiquillo, me frustraba de un cierto
modo pero si respiraba hondo podía controlarme. Además, no todos los niños me caían mal... Emma me
agradaba bastante.

Volvimos a subir al cuarto, Suga abrió el armario y sacó un teléfono. ¿Desde cuándo tenía un teléfono? Lo
observé perplejo mientras él mensajeaba tranquilamente. Sonrió y guardó su teléfono, me crucé de brazos
y levanté una ceja

— ¿Qué? —Preguntó él

— ¿Desde cuándo tienes teléfono? —Espeté

— Desde hace unos días —Levantó los hombros

— ¿Y no me dijiste?

— ¿Se supone que estoy obligado a decirte mis cosas? —Rio con frialdad

— Pues... —Me frené— No pero...

— Pero nada —Interrumpió— Fin del tema

— Pero...

— ¡FIN DEL TEMA! —Dijo con brusquedad

Pegué un pequeño brinco y lo observé de mala manera, él rodó los ojos y desvió la mirada. Puse los ojos
en blanco, se maldito humor me sacaría de quicio. Suga comenzó a buscar cosas y vi que guardó su
cuchillo, agarró su billetera y sacó un poco de dinero. Observé como seguía con su vida tranquilamente
como si no existiera. Me observó e hizo una mueca

— Diablos —Dijo él

— ¿Ahora qué? —Parpadee varias veces

— Si te digo que te quedes aquí y no me sigas ¿lo harás? —Me observó con seriedad

— Depende... —Observé mis uñas

— Sólo hasta en la tarde

— Nop —Seguí viendo mis uñas y sonreí

— Te voy a encerrar, y sabes que lo haré

— Bien, no te esponjes —Lo observé— Sólo dime qué harás

— Hablar con alguien

— ¿Y ese alguien es...?

292
— George, un conocido que me está ayudando con unos asuntos

— Bueno —Suspiré

— Te dejo dinero por si tardo y te quieres comprar algo —Me dejó unos billetes— No hagas una
estupidez por favor —Me observó suplicante

— No lo haré —Rodé los ojos

— Más te vale o no te gustará verme luego —Advirtió

Pasó junto a mí, lo seguí con la mirada hasta que oí la puerta cerrarse. Lamí mis labios y me acerqué a la
terraza, observé las piscinas y el mar. Agarré el dinero y bajé a la tienda de ropa, podría comprarme un
traje de baño e irme al mar... sí, sonaba bien.

El mar estaba a temperatura perfecta, ni muy caliente ni muy frío. Entré hasta que el agua me llegó a la
cadera, seguí caminando hasta que el agua me llegó al cuello, comencé a flotar y me puse boca arriba para
observar el cielo. Todo era azul, sin nubes, el sol brillaba y el viento soplaba suavemente. Comencé a
nadar, hacía años que no probaba el mar. Dejé mis lentes de sol y me volví a meter al agua, me sumergí y
estuve chapoteando durante largo rato, estaba bastante feliz. El día no podía ser más perfecto. Lancé al
agua hacia arriba y deba vueltas, brincaba las olas y pateaba la arena mientras reía y daba vueltas.

Me senté en la arena y comencé a hacer un hoyo gigante, ¿algún problema? Cuando me ensucié de nuevo
volví al mar, seguí nadando y después me quedé viendo las gaviotas pasar. Cerré los ojos y me relajé,
seguí nadando y me volví a relajar. Así consecutivamente.

Las horas pasaban y no me cansaba, finalmente después de unos minutos me metí en las olas y volví a
salir. Observé la orilla y vi a Suga sentado observándome fijamente. Nadé hasta él, me observó de manera
extraña

— ¿Qué te sucede? —Me puse las manos en la cadera

— Nada —Me observó de pies a cabeza— Parecías muy feliz allá adentro

— Es agua... ¿quién no ama el agua? —Reí

— Sigue nadando, yo sólo estaré aquí... —Se recargó

— Eso sí que no —Lo jalé y lo levanté— Te metes conmigo

— No pasará —Dijo molesto

— Deja tu amargura... —Supliqué— Anda, un rato

— Odio el mar —Se zafó de mi agarre

— Si te ahogas yo te salvo —Sonreí pero él me observó de mala gana

— ¿Por qué no te metes solo y ya? —Dijo secamente

293
— Porque me voy a ver muy raro...

— Dile a un chico que te acompañe —Rio con cierta amargura

— No quiero a cualquier chico... —Lo observé fijamente— Quiero que seas tú

Suga levantó la mirada y me observó de una manera un tanto extraña. Reflexioné en lo que había dicho,
fue raro. Pero bueno, muy tarde para arrepentirse. Suga soltó un largo suspiro y se levantó, se quitó la
camiseta y la dejó en la camilla. Hizo lo mismo con sus shorts. Sonreí

— Sabía que lo harías —Reí

— No hagas que me arrepienta —Dijo él sin emoción

— ¿Eso es un traje de baño? —Señalé su única prenda

— Claro —Me observó como si fuera un estúpido total— Estamos en la playa

— Pero si no te gusta el mar... ¿por qué lo traerías?

— No dije nada de las piscinas

— Touché

Le lancé una mirada pícara y me metí al mar, él metió sus pies y observó el agua con cierta rareza. Creí
que le tenía miedo al agua pero al verlo meterse rápidamente y sumergirse, cambié de opinión. Salió
mientras lanzaba su cabello de costado, las gotas de agua resbalando por su rostro y el sol iluminando su
bello cuerpo era... era algo digno de recordar. Lo admiré unos segundos mientras sentía todo en mí
estremecerse, aflorarse, emocionarse...

— ¿Me vas a admirar o nadarás? —Dijo él

— Nadar —Agité mi cabeza— Estaba pensativa

— Aja —Me barrió con la mirada— Oye...

— ¿Sí?

Él me lanzó agua en la cara, me tapé y solté un gruñido. El maldito comenzó a reírse. Lo observé

— No debiste haber hecho eso —Sonreí con maldad

— Vamos, bebé —Se burló— Lúcete

Con ambas manos le lancé agua, él se tapó y me volvió a lanzar agua. Yo comencé a lanzar mucha agua
con ambas manos y de manera mecánica y rápida, él hizo lo mismo. En segundos los dos estábamos en
plena guerra de agua. Reía mientras me cubría y volvía a lanzar agua

— Lanzas como niño pequeño —Se burló él

— Soy un niño —Me defendí

294
— Como niño débil —Sonrió

— Ohhh no debiste haber dicho eso —Negué con la cabeza lentamente

Él sonrió de manera provocativa, troné mis dedos y le lancé bastante agua, él apenas logró cubrirse.
Avancé hacia él mientras lanzaba agua en todos los sentidos, él me dio la espalda y puso sus manos para
cubrirse. Me acerqué casi hasta quedar frente a él pero me sorprendió con una enorme ráfaga de agua. Me
limpié los ojos con rapidez pero a ambos nos sorprendió una ola enorme. Los dos nos tallamos los ojos y
sacudimos nuestras cabezas.

— Mierda —Suga se frotó los ojos

— ¿Te entró agua? —Reí

— Cierra la boca —Dijo de mala manera mientras abría lentamente los ojos

— Bienvenido a la playa —Me burlé— Te espera esto y mucho más pequeño

Suga me observó fijamente y de muy mala manera. Retrocedí y él comenzó a avanzar, quizás decirle
"pequeño" no le había causado gracia. Me tomó de la mano y trató de jalarme pero ambos hicimos fuerza,
sin embargo al estar en agua fue difícil y los dos perdimos equilibrio. Traté de mantenerme en pie pero
ambos caímos al agua. Salí rápidamente mientras me quitaba el agua de la cara, Suga hizo lo mismo.

Me acerqué a la orilla rápidamente riendo pero Suga corrió de alguna manera bastante rápida y me atrapó,
volvimos a caer. Estábamos cerca de la orilla así que el agua apenas me llegaba al rostro. Sentí el peso de
Suga y comencé a forcejear.

—Argh, quítate de encima —Me removí

Escuché su risa traviesa, algo no me dio buena espina. Me traté de reincorporar pero al hacerlo Suga jaló
hacia abajo mi traje de baño y éste se resbaló dejándome desnudo un breve instante. Suga se comenzó a
reír de buena gana pero yo le hice el dedo con una mano y le di la espalda mientras me acomodaba
rápidamente la prenda que se había deslizado fuera de mi cuerpo.

Finalmente después de pequeños bromas parecidas, seguimos nadando, chapoteando... mucha actividad"
normal". Agarramos nuestras cosas y caminamos por la costa en silencio mientras veíamos el sol
desaparecer en el horizonte dándole un tono anaranjado intenso al cielo y al mar. Cuando llegamos a la
zona de piscinas en cielo era lila y rojo, las nubes rosadas y el calor asfixiante. Subimos al cuarto en
silencio y cerramos la puerta

—Vaya —Suspiré— Fue divertido

—Odio admitirlo pero lo fue —Suga rio suavemente

—Me meto a bañar... —Me dirigí a la puerta— MUERO de hambre

—Vas apúrate —Abrió la puerta de la terraza

295
Agarré ropa la metí al baño junto con ropa interior. Cerré la puerta y me metí al agua. Me quité el traje de
baño adentro y lo enjuagué, lo tendí en el barandal y me bañé rápidamente. Salí y me sequé, me vestí,
arreglé y finalmente volví al cuarto.

Suga me observó y no dijo nada, se metió él también y no tardé en escuchar el agua correr. Salí a la
terraza y me senté en un sofá mientras observaba el cielo azul intenso combinado con negro. Las nubes se
habían tornado grises y el sol ya no se apreciaba. Admiré en cámara lenta el hotel iluminarse de distintos
colores y el cielo empaparse de estrellas. Suga salió con una camiseta blanca y bermudas negras. Lo
observé, dios mío, esa camiseta sí que marcaba su abdomen perfecto.

— ¿Qué quieres cenar? —Preguntó él

— Tacos —Respondí al instante

— ¿Tacos? —Levantó una ceja

— Sí, tacos —Repetí

— ¿Seguro?

— Sí, ¿por?

— Nunca los he probado

— ¿QUÉ?

— Lo que escuchaste

— ¿NUNCA?

— Nunca, estúpido

— ¡DIOS MÍO! ¡ES UN CRIMEN!

— Ya, ya, ya cálmate

— Debes probarlos, son vida

— ¿Seguro?

— Te toca confiar ahora en mí —Sonreí

Suga dudó y luego suspiró. Sonreí y salimos del cuarto, bajamos y caminamos a la zona de restaurantes.
Había un puesto de tacos junto a un estanque, me senté en una mesa y Suga frente a mí. Observé el puesto
y sólo tenían tacos de suadero y al pastor según esto. No comprendía de qué eran, seguramente comida
mexicana muy mexicana. Aun así pedí de ambos.

Nos atendieron rápidamente y comenzamos a ordenar. Finalmente los tacos llegaron, yo me lo comencé a
comer fascinado pero Suga veía el plato en silencio

— Anda, come —Sonreí

296
— ¿Y si no me gustan? —Me clavó la mirada

— Ya deja de ser tan inmaduro —Rodé los ojos— Hazlo, te gustará

— ¿Cómo lo sabes?

— Lo sé —Sonreí— Te conozco...

Suga levantó una ceja y luego su mirada reflejó cierta tristeza. Le dio una mordida, abrió los ojos y
asintió. Sonreí y seguimos comiendo

— Sabe bien —Dijo él

— Son tacos —Reí

— Debería escucharte más a menudo —Le dio otra mordida

— ¿Enserio? —Mis ojos brillaron

— No —Rió— Ya quisieras

— Eso fue cruel —Dije entre molesto y divertido

Terminamos y fuimos tranquilamente de nuevo al cuarto. Suga se lavó los dientes mientras yo me quitaba
las sandalias luego yo entré a lavarme los dientes mientras él... hacía no sé qué. Salí del baño para ir por
mi pijama pero observé a Suga contra la pared cabizbajo

— Hey... —Me acerqué a él— ¿Todo bien?

— Perfecto —Levantó los ojos y sonrió con maldad pura

— ¿Seguro que estás bien? —Pregunté mientras levantaba una ceja

— Sí, sólo hacía tiempo que no me la pasaba tan bien y...

— ¿Y? —Lo invité a proseguir

— ¿Te puedo decir algo? —Me observó de manera extraña

— Claro —Parpadee

— Estás buenísimo —Sonrió y se mordió el labio, un escalofrío me recorrió

— ¡Hey! —Exclamé mientras mis mejillas enrojecían

— ¿Qué? —Se acercó— Últimamente he tenido muchas ganas de pegarte contra la pared, acercarme a ti y
pasarla bien...

— Tiempo chico —Lo detuve con la mano— ¿A qué va esta conversación?

297
Suga hizo una sonrisa de lado y se sentó en la cama riendo. Yo no entendía la gracia, estaba actuando un
poco extraño... apreté mis labios, me dificultó respirar. Sentía un nudo extraño en el pecho... un nudo
de...nervios

— Hum, déjame aclararlo —Me hizo señas para que me acercara, eso hice

Me acerqué a él y me crucé de brazos mientras esperaba su respuesta. Bajó la mirada y la volvió a levantar
tras unos segundos en silencio, sus ojos brillaban, parecían brillar. Me tomó de la cintura y se abalanzó
contra mí, encima de la gran cama. Ahogué un grito

— ¿Qué haces? —Exclamé

— Nada pequeño estúpido... —Pasó la yema de sus dedos por mis piernas— Quiero hacer algo

— ¿Qué vas a hacer? —Mis ojos se abrieron de par en par

— Quiero... —Se acercó a mi oído— Quiero hacértelo...

— ¿Qué? —Todo en mí se estremeció

— Hagámoslo —Ronroneó en mi oído y lo mordió— Déjame hacerte mío esta noche, pequeño estúpido

298
Capítulo 27. "Te deseo"

[Jimin POV]

Las palabras de Suga recorrieron todo mi cuerpo haciéndome estremecer, los vellos de mis brazos se
erizaron completamente, como una descarga eléctrica pura. Abrí la boca para protestar, pero
definitivamente me había dejado callado. Esperaba muchas cosas... menos esto

Es decir, lo admitía, el plan siempre fue eso... seducirlo. Pero... ¿realmente quería eso? ¡Claro que quería!
¿Pero ahorita? No estaba muy seguro. Era bastante extraño puesto a que los nervios y la emoción me
engañaban y me hacían sentir... miedo

—¿Te comió la lengua el gato, eh pequeño? —Dijo Suga en mi oído

—Yo... —Realmente no sabía qué decir— ¿Es enserio?

Se separó de mí y me clavó sus hermosos ojos grisáceos, me devoró con la mirada mientras una aterradora
sonrisa se formaba en su rostro. Tragué saliva y me hice chiquito.

—Es un poco estúpido que me lo preguntes —No quitaba la vista de mi cuerpo— Ya deberías saber
cuándo bromeo a cuando no

—¿Yo? ¿O sea... tú conmigo? —Parpadee varias veces, me costaba asimilar que ÉL haya dado la
iniciativa— Es decir... ¿no te incomoda?

—¿Debería? —Sonrió más— Es sexo

—Sí pero... —Mi saliva se tornó agria— S-s-soy virgen

—¿Virgen eh? —Me observó con burla y volvió a rozar mis piernas, las quité al sentir todo en mí
aflorarse— Y dime pequeño estúpido, ¿no te gustaría perderla conmigo?

Lo observé fijamente. ¿Realmente la perdería con él? ¿La persona que mató a mi madre, me utilizó y trató
como un títere? ¿En serio quería?

¡CLARO QUE QUERÍA!

Pero dios, esto iba demasiado rápido

—Mira quizás podríamos considerarlo... —Mis mejillas se tornaron rojas, él levantó una ceja— Ummm
será extraño de explicar porque ni siquiera yo sé qué decir

—Mira te he dicho que mi paciencia es privilegiada, pero no querrás que la pierda —Dijo con agresión

299
—No para nada... pero... no es por ofender, pero mi virginidad la quiero guardar para alguien más
especial, ¡quita esa sonrisa hablo en serio! Además, tú eres un asesino y yo...

—Una sociópata que de algún modo se ha ganado mi simpatía —Sonrió

—Sí pero no sé...oye aléjate...como decía, puede que esté loco, pero... oye enserio estás avanzando
mucho... Hey... tu sonrisa da miedo... oye, ¿te encuentras bien? Oh no

Suga se abalanzó sobre mí como una bestia, me estampó con fuerza contra la pared y comenzó a morder
con fuerza mi cuello mientras me agarraba con fuerza de la cintura, pegué un grito y enterré mis uñas en
su espalda, enredé mis piernas en su cadera.

Él ya había hecho esto antes pero no se comparaba, esta vez era bastante brusco y salvaje de un cierto
modo. No era desagradable pero la fuerza y el salvajismo eran un tanto exagerados, parecía en serio una
bestia en celo imperioso. Volvió a morder mi cuello, solté un gruñido

—Oye... —Jadee— M-me lastimas

No respondió y bajó para besar mi clavícula, traté de apartarme un poco pero no me dejó, me pegó más a
él y comenzamos a avanzar hacia atrás, sentí el pie de la cama. Me frené en seco y él se tumbó en la cama
riendo, me agarró de los brazos y me jaló con fuerza para que cayera sobre él, traté de reincorporarme
pero fue casi inútil, Suga me tumbó debajo de él

Mi pecho subía y bajaba con mucha rapidez, sus ojos desbordaban deseo. Vi que agarró su cuchillo y
comenzó a jugar con él encima de mi cara, palidecí

—Por favor no hagas eso —Rogué

—¿Por qué? —Me observó sonriente

—Me puedes dar en el ojo —Tartamudee

—Vaya, creo que sería lindo tener tus ojos en un armario de cristal ¿no mocoso? —Se burló

Inmovilizó su cuchillo y lo llevó a mi brazo donde comenzó a hacerme un corte, sentí el tejido de mi piel
abrirse y arder como el infierno, forcejee como fiera rabiosa

—¡PARA! —Chillé— ¡ME LASTIMAS CARAJO! ¡SUÉLTAME!

Suga rió de manera psicópata y abandonó su labor, observó mi herida y se llevó mi brazo a la boca para
succionar la sangre, me mordió el maldito sádico caníbal. Grité de dolor y comencé a patalear, comenzaba
a dudar que su diversión fuese realmente hacerlo conmigo... quizás solo quería matarme finalmente.
Lamió de nuevo mi brazo y sonrió

—Estás demente —Zafé mi brazo, él me observó con burla— Deberías sentirte mal

—No tengo arrepentimiento... solo deseo —Mordió su labio

—¿De sangre? —Obvio que de sangre, qué estúpido soy

300
—Y de tu cuerpo —Ronroneó

Se levantó de la cama y se quitó la camiseta, la aventó y esta cayó en el algún lugar de la habitación,
mordí mi labio con nerviosismo mientras admiraba su figura perfecta, él levantó mi barbilla y sonrió con
maldad, un escalofrío me recorrió

—Nunca olvidarás esta noche

—No quiero hacerlo contigo —Me tensé

—Ya veremos si opinas lo mismo en unos minutos —Sonrió

Agarró mi mano derecha y la colocó en su pecho, mi mano se tensó por completo, tragué saliva mientras
todo en mí bombeaba y se alteraba.

—Tócame —Dijo él

—¿Eh? —Le clavé la mirada

—Deja de decir ¿eh? y sólo has lo que te pido joder —Dijo molesto

Tragué saliva con fuerza y temblé un poco, observé su torso y moví delicadamente mi mano hacia abajo
para pasar las yemas de mis dedos por sus cuadritos bien formados. Coloqué mi mano izquierda y me
levanté para saborearlo, que digo, tocarlo mejor. Pasé mis manos con delicadeza mientras admiraba con
atención su cuerpo perfecto. Me sentía completamente hipnotizado.

—Vas bien —Escuché la risa de Suga— Prosigue

Mordí mis mejillas por adentro y comencé a formar líneas imaginarias por su pecho, mis ojos se abrieron
más en cuanto comencé a pensar en sangre resbalando por su piel... debía ser bastante sexy. Suga agarró
mis manos y las observó, le clavé la mirada cuando separó mis dedos

—¿Qué haces? —Dije suavemente

Lleva dos de mis dedos a su boca y los lamió, gemí mientras forcejeaba un poco, los muerde provocando
una extraña sensación de dolor y... deseo. Prosigue un tiempo hasta que finalmente los saca y me observa
con ojos lujuriosos, siento un extraño fuego recorrerme la venas y me di cuenta cuanto anhelaba realmente
que me tocara ahí mismo.

—Te la vas a pasar tan bien que llegarás arrastrándote pidiendo por más —Dijo con su típico tono
arrogante, cínico y completamente loco

Me jaló a él y llevó sus manos al cuello de mi pantalón, iba a reclamarle, pero en un rápido y brusco
movimiento rompió mi prenda en dos, ahogué un grito al quedar expuesto ante él de nuevo. Ya debería
estar acostumbrado, pero no... ¡AÚN NO!

Me cubrí y rogué que se detuviera, pero no me hizo caso y me jaló de nuevo a él, forcejee mientras sentía
sus hábiles manos irse a mi camisa, escuché que lo rasgaba y no tardó en desprenderla de mí, coloqué mis
brazos en "X" y me zafé de su agarre. Él sonrió y lanzó la prenda mientras se acercaba lentamente a mí

301
—Deja de resistirte mocoso, sé que te mueres por mí —Lamió su labio— Si cooperas la pasarás mejor y
gozarás más todo —Me guiñó el ojo, negué con la cabeza pero lo escuché reír

—No caeré ante ti —Dije firmemente

—¿Ahora me sales con esto? ¿A qué juegas pequeño? —Soltó una carcajada— Ambos sabemos cuánto
me anhelas

—No te anhelo, yo... —Pero no sabía que más decir

—¿No quieres que pase mis manos por tu cuerpo? —Se acercó— ¿Que llene tu cuerpo de ardientes besos
húmedos y caricias? ¿No te apetece que entre en ti y te haga entrar en una burbuja de locura placentera?
—Siguió avanzando— No me engañas precioso, te estás poniendo rojito.

—C-cierra la boca —Desvié la mirada

Él se colocó frente a mí y agarró mis brazos, hice fuerza y lo observé desafiante

—Te doy dos opciones —Sonrió con maldad— Opción uno, quitas tus manos y la pasamos bien o puedes
decirme en la cara que no quieres y te dejaré en paz. Y te dejaré en paz para siempre

Le clavé la mirada enfurecido.

"Hazlo, sólo hazlo"

"No puedo"

"Deja tu maldito orgullo"

"No puedo"

"¡HAZLO!"

Cerré los ojos con fuerza y bajé la mirada, tomé aire profundamente y lentamente dejé caer mis brazos.
Los dejé a mis costados pero no me atreví a levantar la mirada o a abrir los ojos. Comencé a temblar
suavemente cuando sentí que rozó mi vientre y subió a mis pezones. Mordí mis labios y apreté la quijada
cuando comenzó a sobarlos. Oh mierda, esto era excitante.

Hice fuerza pero un leve gemido se escapó de mi boca cuando llevó su mano a mi última prenda, con él
me jaló a él y al sentir su choque de nuestros pechos desnudos estuve forzada a abrir los ojos. Levanté
lentamente la mirada y posé mis ojos en los labios de Suga y luego en sus ojos

—Buena decisión —Sonrió

Me volvió a jalar y caímos a la cama, hundió su rostro en mi cuello y comenzó a morderlo con salvajismo,
luego comenzó a morder mi clavícula hasta llegar a mis pezones, introdujo mi pezón izquierdo en su boca,
tapé mi boca. Él lamió ambos después mientras yo me auto controlaba para no dejar salir los gemidos,
mordí mi lengua provocando que la hiciera sangrar

—No te resistas —Ronroneó— Sé que te encanto

302
Tomó mi cabello y me jaló hacia atrás para así lamer mejor mi cuello, agarré sus hombros para mantener
una distancia un poco más grande pero me enredó con su brazos pegándome completamente a él, gemí al
sentir su piel ardiente contra la mía, me enredé en él mientras respiraba por la boca. Me acerqué a su
cuello y lo mordí, le escucho gemir y no puedo negar que la sensación fue extraordinariamente excitante y
agradable.

Sin perder el hilo, decido tomar la ventaja mientras hundo más mis dientes en su cuello, él gime de nuevo
y me pega a él mientras aprieta mis pezones con fuerza, suelto un gemido placentero mientras me
remuevo y me pego a él, todo en mí brincó al sentir un bulto creciendo debajo de mí

Lo rodeo con mis brazos para quedar más pegado a él, me mueve de arriba a abajo para sobar su parte
íntima, él se separa de mi pecho y muerde sus labios mientras observa el suelo. Nuestras erecciones entran
en contacto y ambos gemimos. Sentí mi cuerpo arder por dentro y rogar más, un contacto... un roce...

—Muévete más —Ordenó él con voz ronca y varonil

Obedezco y prosigo el movimiento, él ronronea en mi oído y me tumba debajo de él, sentí que sus manos
se dirigen a mi bóxer y en un abrir y cerrar de ojos las desprende mi piel. Me trato de tapar toda rojo, pero
por desgracia suelto un fuerte gemido al sentir sus dedos moverse con agilidad encima de mi glande de
forma circular. Me aferro a las sábanas con fuerza mientras arqueo mi espalda y suelto gemidos
incontrolables, él sigue haciendo movimientos circulares mientras yo gimo sin control, mi respiración se
agita y todo en mí se torna frío y luego caliente consecutivamente. Veo que saca el lubricante y tiemblo
más.

Sin embargo, la sensación da un giro inesperado cuando siento su dedo lubricado entrar en mí, gimo ante
la sensación tan brusca. Él sonríe y sus movimientos se tornan rápidos, mis paredes se cierran en su dedo
mientras todo en mí se estremece, aprieto los puños y suelto un grito cuando comienza a sacarlo y a
meterlo con fuerza y ferocidad. Me tapo la boca y trato de controlar mi cuerpo que se remueve y se somete
al tacto del querido asesino. Arqueo la espalda y lo veo acercarse a mi erección, flexiona mi rodilla y
siento su cálido aliento cerca de mi sensible zona. Grito con mucha más fuerza y todo en mí se contrae al
sentir su lengua chocar con mi tronco.

—Dios... —Digo a penas mientras me aferro con mucha más fuerza a las sábanas, cierro los ojos y suelto
un gemido potente, él sonríe, cosa que me desagrada

Él comienza a mover su lengua magistral por toda mi erección, grito con fuerza y me aferro a las sábanas,
cada segundo el placer aumenta peligrosamente. Sus dedos se remueven en mi interior mientras su lengua
me hace tocar el mismo cielo, me siento enloquecer cuando comienza a chupar solamente mi glande
mientras enloquece mi interior con su dedo rozando mi próstata fuerte. Trato de llenar mis pulmones de
aire puesto a que respirar se ha convertido en todo un reto entre jadeos y gritos. Todo en mí comienza a
contraerse, muerdo mi labio con fuerza y lanzo mi cabeza hacia atrás al sentir todo en mí explotar
llevándome al máximo placer, mi semen derramándose por todas partes.

Me dejo caer en seco a la cama sudando mientras lleno con desesperación mi cuerpo de aire, trato de
controlar mi respiración y observo a Suga. Él sonríe como gato, apuesto a que adora verme en este estado.
Paso la mano por mi rostro mientras trago saliva, mi garganta está seca. Él se acomoda y se quita sus

303
shorts, me sonrojo de inmediato y desvío la mirada al apreciar su bóxer y el notable bulto que aquellos
guardan.

—Mira quién se ha vuelto penoso —Se burla

—No trates de provocarme —Lo observo fijamente y sonrío con maldad

Él me devuelve la sonrisa provocando descargas eléctricas en todo mi cuerpo, él se coloca sobre mí y


levanta mi barbilla, besa mi mejilla y lame mi cuello, suelto un gemido y lo agarro de los hombros, lo
pongo debajo de mí y él se muestra sorprendido. Sobo su pecho mientras mi cabello cae sobre mi frente, él
se sienta en la cama y mis piernas rodean sus caderas, siento el bulto crecer aún más. ¿Cuánto más iba a
crecer? Esto comenzaba a preocuparme...

Él deja un beso húmedo en mi cuello con delicadeza y lleva mis manos detrás de mi espalda, no
comprendo lo que hace hasta que escucho un pequeño "clic", trato de mover las manos pero es casi
imposible, observó a través de mis hombros y veo unas esposas atadas a mis muñecas.

—¿Qué haces? —Abrí mucho los ojos mientras trataba de zafarme de aquellas esposas

Él sonríe con perversidad, me remuevo con fuerza y le clavo la mi mirada mostrándome furioso. Él
levanta los hombros y se levanta de la cama, yo me quedo sentado y observo a través de mi hombro mis
manos, pero gracias a mi vista periférica veo la última prenda deslizarse del cuerpo de Suga. Tragó saliva
y me obligo a no voltear, lo siento bastante cerca pero no me atrevo a darme la vuelta.

Él desliza sus manos a mi mejilla y me da lentamente la vuelta, levanto inmediatamente la mirada


evitando pasar por su zona íntima. Él sonríe

—Mueres por bajar la mirada —Se burló

—No —Pero sonó jodidamente falso

Él levanta una ceja sin borrar su sonrisa dándole un aspecto travieso, muerdo un poco mi labio y bajo
lentamente la mirada. Mis ojos se abren de par en par al ver su miembro erecto y rojizo... esto no va a
caber dentro de mí... ¿O sí?

Abrí la boca y mis labios temblaron, él me tumba en la cama y debido a las esposas no puedo moverme,
sólo observo como queda sobre mí y solo sus manos se apoyan en la cama para que no caiga sobre mí.
Lamo mi labio y mi pecho comienza a subir y a bajar con rapidez, pero una extraña presión en el pecho
me impide respirar mejor. Le clavo la mirada desesperado por hacerle entender que estoy aterrado, no
estoy seguro de estar listo para perderla

El pasa la yema de sus dedos por mi ombligo y de nuevo por mi entrada, pasa sus dedos y los observa, una
sustancia un poco viscosa resbala de sus dedos. Sonríe

—No debes preocuparte —Sonrió— Estás listo.

—¡Espera! —Aullé— ¿Por qué las esposas?

—Me excita —Sonrió

304
—Dijiste que no era lo tuyo —Tartamudee

—Dije que AZOTAR a mis víctimas no era lo mío, nunca dije no me gustaba encadenarlas o esposarlas

Iba a protestar, pero cubrió mi boca y llevó su índice a su boca, se colocó en el centro de la cama y me
agarró de la cintura para que me sentara sobre él, sentía su fuerte erección en mi vientre, él lamió mis
pezones de nuevo y los mordió, solté un gemido. Me agarró de la cintura y me levantó con fuerza
sobrehumana, volvió a colocarse sobre mí sin despegarse de mi cuello.

—Oye... —Dije a penas

—Relájate —Dijo él en un gruñido

—¿No crees que debemos usar un...?

Ahogué un fuerte grito y cerré los ojos con fuerza al sentir que entra en mí de un solo movimiento con
lentitud, encajo mis uñas en las palmas de mis manos y las lágrimas se apoderan de mí, por suerte resbalan
rápido y Suga no las ve. Mi respiración se vuelve entrecortada e intento amortiguar el sollozo debido al
repentino dolor que cubrió todo el éxtasis. Muerdo mi labio con fuerza, realmente extraño cortarme con el
cuchillo ahora mismo...

Suga comienza a moverse provocando un ardor filoso y ardiente en mí, tenso mi cuerpo al instante y
cierro los ojos

—¡No te muevas! —Suplico

—Si no me muevo no será divertido —Muerde el lóbulo de mi oreja

—¡No te muevas por favor! —Ruego

Suga gruñe y se deja de mover, tomo una bocanada de aire y abro los ojos. Suga se despega de mi cuello y
me clava la mirada

—¿Duele mucho? —Levanta una ceja

Asiento levemente mientras las lágrimas se apoderan de mis ojos. Debía lucir como una completo
estúpido, pero dolía, ¿qué esperaba? Suga comenzó a moverse pero bajando considerablemente el ritmo,
lleva sus manos a las esposas y de algún modo las zafa, inmediatamente me cuelgo de su cuello y hundo
mi frente en su hombro. Nos sentamos y él comienza a moverse, el dolor punzante permanece y dudo que
pueda seguir con ello. Sin embargo él vuelve a besar mi cuello y un poco de placer vuelve, el suficiente
para que el dolor se haga un poco más soportable. Él sigue mordiendo mi cuello y chupa mi suave piel.
Vuelve a moverse con un poco más de rapidez, me aferro a él debido a que el dolor regresa, aprieto mis
dientes y mi quijada con fuerza, empapa más de lubricante para ayudar… aunque duele aún.

—Te sientes tan bien —Susurra— Tan estrecho y caliente... me pones bien duro mocoso

Parpadeo y lo observo fijamente, tomo aire y comienzo a menearme lentamente. Suga suelta un gemido
ronco y placentero y yo batallo conmigo mismo para no detenerme y seguir. Poco a poco el ardor se va y

305
mi ano se adapta al grosor y longitud del miembro de Suga, que, de hecho, aún no entraba... no
completamente.

Sigo con mis movimientos y poco a poco el dolor se opaca, pero sigue doliendo mucho. Hago mi cabeza
para atrás mientras prosigo mi movimiento y él ataca mi cuello. Pasa sus manos por mi espalda desnuda y
besa mi clavícula, poco a poco golpeando contra mi próstata que me produce escalofríos.

—Muévete más rápido —Ordena en un jadeo

Incremento ligeramente el movimiento y Suga jadea en mi oído provocando una extraña sensación de
éxtasis, su voz ronca gimiendo me hace perder la cabeza. Lamo de nuevo mis labios y observo su pecho
mientras Suga vuelve a aumentar ligeramente la velocidad

Muerdo mi labio y me enfoco el pequeño placer que comienzo a sentir, Suga agarra su cuchillo de nuevo y
lo pone en su boca, me aterra pensar que pueda cortarse la comisura de los labios, pero pasa la mano por
mis pezones húmedamente provocando que me vuelva a prender. Vuelve a agarrar su cuchillo y hace un
fino corte en mi clavícula, la sangre me recorre suavemente y mis ojos se iluminan, observo a Suga y
comienzo a pensar que él también se vería bien de rojo. Paso la yema de mis dedos por la sangre y los
lamo, sabe bien, debo parecer un sádico total pero no importa

Suga sonríe y me tumba debajo de él, lo atrapo de las mejillas y parte de mí vuelve a rogar que lo bese
pero no quiero arruinar el momento. Me acerco a él e inmediatamente se tensa, seguro piensa que volveré
a besarlo pero no, chupo su cuello. Su cuerpo se vuelve a relajar y lame mi cuello también, vuelve a
moverse y en esta ocasión ya no tengo tanto dolor, de hecho su miembro se desliza suavemente dentro y
fuera de mí. Jadeo y muerdo mi labio mientras me aferro a él.

—Aquí comienza lo bueno mocoso —Siento su sonrisa en mi cuello

Suga comienza a salir y a entrar de mí provocando un extraño sonido de chapoteo entre nuestras zonas
íntimas. Suelto un grito de placer y lanzo mi cabeza hacia atrás, mi respiración aumenta y en unos minutos
el dolor casi había desaparecido. Nuestras pelvis chocaban con fuerza y nuestros jadeos inundaban la
habitación, el sudor resbalaba por mi espalda y mi respiración salía entrecortada. Siento pequeños
contracciones cerca de mi vientre y gimo

—Joder... —Suga muerde su labio— ¿Cómo haces eso?

—¿Qué? —Pregunto confundido

—Estrujar y liberar mi miembro dentro de ti —Sus palabras salen de manera tan sucia que yo sola me
enciendo— Es tan excitante...

—¿Así? —Me contraigo de nuevo, Suga gime y muerde su labio

No habla, me fascina saber que yo también puedo con él. Comienzo por brincar encima de su miembro
mientras suelto jadeos y gemidos placenteros, estimular mi próstata sin duda es mil veces mejor que
estimular mi pene. Siempre duele la primera lo sé, pero apuesto a que las siguientes la pasaremos en
grande...

306
Incremento el movimiento y comienzo a soltar pequeños gemidos continuos, Suga pasa su mano por su
rostro y se aferra a mi cadera con fuerza, sigo brincando y mi cuerpo comienza a actuar por si solo
entrando y saliendo frenéticamente del miembro de Suga, me contraigo y suelto un gemido bastante
excitante, no es un orgasmo, pero me liberó por completo. Me dejo caer suavemente en su hombro
mientras lo abrazo, mi respiración batalla por regresar a su ritmo actual. Observo a Suga y agarro su
cuchillo, lo coloco en mi boca imitando su pose anterior y le guiño el ojo, él levanta una ceja. Me levanto
y comienzo a pasear el cuchillo por mi piel causando cosquilleos.

Me entierro suavemente el cuchillo en los labios hasta que siento la sangre brotar, danzo mientras la
sangre sale de mis labios y la succiono, paso el cuchillo por mis caderas y mi vientre. Suga se levanta y se
acerca mí, me sostiene con firmeza de la cadera y agarra su cuchillo

—Eres muy raro —Sonríe

—Hazme daño —Suplico— Entiérrame tu cuchillo... quiero sufrir

—Loco masoquista —Suelta una carcajada

—Anda —Digo con voz seductora— Compláceme

Suga sonríe y me pega con rudeza a la pared, pasa el cuchillo por mi cuello y al sentir el ardor una enorme
sonrisa se ilumina en mi rostro. ¡A eso me refería! Todo en mí se enciende más y Suga comienza a chupar
la herida, vuelve a hacer otra herida un poco más abajo y la lame antes de que salga la sangre, enredo su
cabello en mis dedos mientras gruño y gimo

En un imprevisto Suga me hace un tercer corte cerca de la comisura de mis labios y deja el cuchillo, lame
esa herida pasando peligrosamente por mis labios, gimo con fuerza y él levanta mi pierna derecha para
enredarla en su cadera, devora mi cuello mientras yo grito debido al ardor y placer de las heridas. Suga me
observa lujurioso

—Ahora me toca jugar a mi modo —Sonríe

—¿De qué hablas? —Pregunto jadeante

Suga me pone de espaldas y mi pecho choca con la fría pared, me jala para quedar un poco agachado, tira
mi cabello hacia atrás provocándome un fuerte gemido de dolor. Abre mis piernas y lo siento entrar de
nuevo a mí, suelto un grito al sentir su miembro completo entrar. Jala con más fuerza mi cabello mientras
comienza a embestirme con fuerza, suelto gritos de placer mientras siento sus embestidas hacerse más y
más fuertes. La intensidad aumenta al igual que la velocidad y no tardo en comenzar a gemir. Los jadeos
de Suga y los míos llenan la habitación formando una excitante y lujurioso melodía. Él sale y me vuelve a
poner contra la pared pero esta vez viéndome fijamente, nuestros ojos observan fijamente los del otro, él
lleva sus manos debajo pero yo solo observo sus hermosos ojos.

Él se pega a mí y sonríe, muerde su labio con fuerza y se apoya en la pared quedando peligrosamente
cerca de mí. Es cuestión de segundos un líquido se desliza suavemente por mí vientre, bajo lentamente la
mirada y veo una sustancia blanca deslizarse por mi cuerpo y caer en el suelo. Mis ojos se abren y todo en
mí se enciende, él levanta mi barbilla y besa mi cuello con ferocidad, frota su miembro contra mi vientre
mientras yo me embriago de placer. Lo empujo y aún lejos de saciarme, lo tumbo sobre la cama y me

307
coloca encima de él, vuelvo a meter su miembro dentro de mí y comienzo a brincar con rapidez y
excitación. Él jadea y tapa su boca mientras arquea su espalda. Mi interior arde al verlo en esa situación,
pero me anima más verlo como cae ante mí.

Él me desea, ahora no podría negarlo. Sigo brincando hasta que finalmente mi cuerpo se fatiga y tengo
una explosión pura de placer, volviéndome a correr por segunda vez. Muerdo mis labios y paso mis dedos
por mis pezones erectos y los bajo a mi vientre, salgo de Suga y recorro su pecho con mis ojos, lo toco
suavemente y él se reincorpora para volver atacar mis pezones, los frota contra su lengua mientras que con
sus manos masajea mi pene con suavidad. Debido a la sensibilidad siento que puedo perder el control
rápidamente pero no sucede, sólo me estremezco y escalofríos recorren mi cuerpo con intensidad, él deja
besos en la parte alta de mi torso y se detiene mientras me observa, acaricia mi mejilla con su pulgar

—Ahora menos te dejaré ir... ¿sabes? —Sonrió

—Yo no tengo problema... —Susurré— Mientras esté contigo...

Él sonríe y le devuelvo la misma trastornada sonrisa. Toco sus labios con mi pulgar y los abro
suavemente, me conformo con observarlos y tocarlos. Él agarra mi mano y la lleva a sus piernas, las sobo
suavemente mientras siento mi respiración calmarse. Siento que voy a desmayarme. Él sonríe de manera
sucia y muerde su labio que se veía ligeramente más rojo de lo normal

—Deja de mirarme así —Digo mientras todo en mí se estremece

—¿Así cómo? —Aumenta su sonrisa

—Como si fueras a devorarme o violarme de nuevo —Digo toda rojo

—Oh mocoso —Me observa con deseo— Quiero eso y más...

Le clavo la mirada y pongo los ojos en blanco, él suelta una pequeña carcajada y besa mi hombro. Se deja
caer en la cama y suelta un suspiro, me coloco junto a él y me apoyo en su pecho, su calor es bastante
reconfortante. Él posa su mano en mi brazo y lo soba suavemente. Escucho los latidos de su corazón
perfectamente, es una hermosa melodía.

Estar así con él me hace pensar en todo lo que hemos pasado, la primera vez lo conocí hace unos meses
pero de realmente convivir casi un mes. Un mes desde que él y yo aprendimos a convivir en el otro, sin
importar los gritos, las peleas, podemos herirnos pero no podemos alejarnos del otro. No creí llegar a
conocerlo tan a fondo, sinceramente no pensé tampoco en volver a buscarlo desde el hospital. Pero por
desgracia la vida juega sucio, él y yo teníamos que estar juntos.

La primera vez que escuché de él, que lo vi tras la pantalla... una extraña sensación me invadió. No creí
conocerlo de manera tan íntima, y menos perder mi virginidad con él... un asesino... Suga de mi madre.
Pero él tenía razón, no podía hacer nada, debía olvidar el pasado. El presente contaba y hasta la fecha el
presente estaba siendo bastante bueno así que... ¿por qué privárselo?

No importaban las circunstancias, siento que no puedo seguir sin él. Me cuesta imaginar mi vida antes de
esto. A tal punto ha logrado trastornarme

308
Una sonrisa ilumina mi rostro y cierro los ojos, el cansancio me invade y no tardo en sentir el sueño
invadirme. Una última escena de lo que sucedió hace rato viene a mi mente, oh dios, no me arrepiento
para nada de haberlo hecho.

No me interesa si por él pierdo yo la cordura, caigo en la locura o me destrozo por dentro. No me importa
sufrir de esta manera... él se había convertido en mi amo y yo en su mascota

Él era la muerte y yo la locura, amantes insaciables y peligrosos deseosos de más...

309
Capítulo 28. "Abre los ojos, Jimin"

[Jimin POV]

Al abrir los ojos creí que había sido todo sólo un sueño... un sueño épico e increíble. Al removerme un
poco y sentir la piel desnuda de Suga rozando con la mía me hizo saber que, en efecto, todo había sido
real. Me entró un extraño vacío y un sentimiento nostálgico

Había sido como una cita a ciegas, no lo conocía a él perfectamente... ¡no sabía nada de él! Su pasado,
amigos... ¡nombre! Lo cual hizo que me sintiera un poco incómodo por haberlo hecho, pero... joder... eso
sí llamo una buena primera vez.

Observé el entorno, era de día, el reloj marcaba las nueve de la mañana. Me separé suavemente de Suga, él
dormía aún y se expresión era bastante tranquila.

Fui de puntillas al baño y me lavé la cara, observé mi cuerpo desnudo y las marcas inundar mi suave piel.
Rocé mis cicatrices y apreté mis labios, ayer todo había sucedido tan rápido que dudaba que hubiese sido
real. Me puse una bata y peiné mi cabello en silencio. Lo que más me preocupaba sería la reacción de
Suga... era tan bipolar que me preocupaba que tuviera una reacción inesperada. O peor aún, que dijera que
había sido un error.

Salí del cuarto y abrí el armario, me puse traje de baño por si las dudas y me puse shorts blancos con una
camisa corta azul cielo. Me coloqué unas sandalias y fui a abrir las ventanas para que el sol entrara. La
habitación se bañó de luz en cuestión de segundos, Suga gruñó y se tapó el rostro. Me tensé y me senté en
el sofá rojo con cuidado sin quitarle la vista de encima

—¿Mocoso? —Preguntó él con voz ronca

—¿Sí? —Mi voz salió un poco temblorosa

—¿Qué era hora es? —Murmulló sin destaparse

—Las nueve y media —Dije observando el reloj

—Mierda —Dijo él mientras pasaba sus manos por su rostro, abrió delicadamente los ojos y me observó
con los ojos entrecerrados, los abrió completamente y observó mi vestuario

—¿Pasa algo? —Pregunté mientras jugaba con mi cabello peinándolo hacia atrás

—¿A qué hora despertaste? —Preguntó él

—Hace unos minutos —Froté mis piernas

—Ya veo... —Observó el entorno

310
Me levanté al sentir una extraña presión en el pecho, avancé a la terraza y observé el mar. Solté un largo
suspiro y observé a través de mi hombro el cuarto, Suga no estaba pero en el baño se escuchaban algunos
ruidos. Tendí un poco la cama y palpé los cojines para extenderlos. La puerta del baño se abrió y observé
a Suga. Portaba una camiseta de botones un poco holgada, la tenía abierta hasta la mitad del pecho,
llevaba shorts beige y unos lentes de sol a la mano

Me observó de pies a cabeza y dejó una toalla encima del armario, siguió caminando por el cuarto pero yo
sólo lo observaba con la mirada y lo seguía con los ojos.

—¿Vas a decir algo? —Apoyé mi peso en mi pierna derecha y me crucé de brazos

—¿De qué? —Preguntó Suga mientras se ponía loción

—Tú sabes de qué —Le clavé la mirada

—Ehhh no —Dijo él mientras se peinaba el cabello con la mano

—Ya deja de hacerte el payaso —Me acerqué a él

—No sé de qué hablas —Abrió el armario

Me acerqué y cerré la puerta, él levantó una ceja y me observó confundido. Me apoyé en la puerta y le
clavé la mirada molesto. Me coloqué en una pose imponente

—Me estás cansando con tu "hablemos" porque no sé de qué quieres hablar —Dijo el con una pizca de
fastidio en su voz

—De ayer... en la noche —Lamí mis labios

Suga agitó la cabeza y me observó con cara de "¿eso qué?"

—¿No vas a decir nada de nuestra noche? —Apreté mi quijada

—Ah, eso —Volvió a abrir la puerta y la mitad de su cuerpo desapareció dentro— ¿Se supone que
debemos hablar de eso?

—Sí —Apreté mis puños— ¿No dirás nada?

—¿Cómo qué? —Dijo él indiferente

—No sé... ¿estuvo bien? ¿Cuándo lo repetimos? —Dije lo primero que salió

—Hey, Hey, Hey calma —Cerró el armario y me clavó la mirada— Ya sé que soy buenísimo pero eso no
significa que haya segunda vez —Me pasó de largo y agarró la llave encima de la mesa

—¿A qué te refieres? —Me quedé cruzado de brazos frente a la entrada

—No significa que vayamos a volver a hacerlo —Guardó la llave— Sólo fue una noche normal

—¿Normal? —Levanté una ceja— Yo ayer te veía bastante excitado

311
—Si bueno —Sonrió con malicia— Tenía que controlarme para que no salieras corriendo

—Fue una muy buena noche —Reproché

—Para ti —Desvió la mirada y volvió a verse al espejo

—¿Eso qué significa? —Sus palabras me dolían y enojaban a la vez

—He tenido mejores —Se ajustó la camiseta— Y no aceleres las cosas pequeño estúpido, dudo que haya
segunda vez o tercera, tú solo eres temporal

—¿Temporal? —Abrí mucho los ojos— Explícate

—Solo eres un chico temporal —Me observó— Te tengo unos meses y luego bye

—¿Significa que me lanzarás así nada más? —Dije tratando de no gritar

—No creerás que eres importante para mí, ¿verdad? —Hizo una mueca divertida

—Pero ayer dijiste... —Sentí un sabor amargo en mi boca— Lo de no dejarme ir

—Cuando me excito dijo pendejadas, no me hagas caso —Hizo seña con su mano para quitarle
importancia al asunto— Además, no me urge hacerlo contigo. Te quité la virginidad eso era lo divertido

—¿Ese fue el punto? ¿QUITÁRMELA? —Mis palabras salieron como mil dagas

—Ese fue siempre el punto —Levantó los hombros

—¿ME VES CARA DE JUGUETE SEXUAL O QUÉ TE SUCEDE? —Grité

—Hey baja ese tono conmigo —Sus ojos se tornaron sombríos— No me hables así

—Se supone que deberías despertarte y yo qué sé... —Mi saliva se tornó agria y muy difícil de tragar—
Decir que fue buena noche o...

—O nada —Me calló— Deja de ser como los otros

—"'¿Los otros?" —Sentí todo en mí estremecerse

—Los otros con los que he cogido, se frustran de mi sequedad —Sonrió con burla— Se enojan porque
actúo indiferente

—Eso no se hace

—Debiste pensarlo antes de caer ante mí —Sonrió

—¡BORRA ESA MALDITA SONRISA! —Grité— ¡MIERDA ERES UN MALDITO!

—Gracias, lo he escuchado muchas veces —Rodó los ojos— Ahora, iremos a desayunar y nada de esto
pasó. Necesito que me ayudes con unas cosas...

312
—¿Enserio crees que voy a ayudarte? —Retrocedí, él me clavó la mirada visiblemente molesto—
¿Esperas que finja que no sucedió nada? ¿Que no me quitaste la virginidad?

—Ay, no empieces de dramático. —Dijo fatigado, su voz salió con amargura y cierta rabia— Por favor
estúpido mocoso, no me digas que por decir "ahora menos te dejaré ir" eres especial en mi vida

—Preferiría que entonces no hablaras en ese caso —Sacaba chispas por mis ojos

—Bueno, ¿ya lo dejamos?

—¡NO PUEDES HACERME ESTO! —Reclamé

—Ups, ya lo hice —Sonrió con burla

—Eres un maldito —Retrocedí más— Un arrogante de mierda...

—Di lo que quieras —Suspiró— Me voy a desayunar

—Nunca debí haber venido —Murmullé

—Puedes regresar cuando quieras —Observó el boleto de avión— Sólo pregunta por George y di que la
factura llegó temprano y te cambiará el boleto por ese día

—¿No te importa que me largue? —Espeté

—¿Debería? —Levantó una ceja

—¡Maldita sea debe importarte! —Me frustré— ¡Soy el único con quien has sido así y convivido así!

—Ehhh no —Frotó su barbilla— De hecho, eres el... —Comenzó a contar con sus dedos— ¿Décimo? Ah
no, el décimo fue Luke... luego Amanda, Jessica, la rubia que no recuerdo nombre, la de ojos azules

—¡PARA! —Chillé, sentí una punzada en el corazón

—Tú preguntaste —Levantó los brazos

—En resumen, te vale una mierda lo que pase conmigo, sólo soy otro del montón —Sentí mis ojos arder

—No quería ser tan explícito, pero sí... eres solo otro del montón

—¿Pues sabes qué? —Me tragué las lágrimas, no lloraría frente a él— No lo seré más

—¿No? —Soltó una carcajada— No me hagas reír de más

—Cierra la boca —Comencé a temblar— No seré otro del montón

—Uy sí, como eres tan especial —Soltó otra carcajada

—Bien al menos daré la iniciativa que ninguno dio —Agarré una botella y mi bolsa

—¿Qué haces? —Suga borró su sonrisa y su mirada se tornó lúgubre

313
—Me largo —Agarré el boleto— Gracias por todo.

Le di la espalda a Suga y me dirigí a la puerta. La abrí dispuesto a salir, pero observé de reojo el brazo de
Suga cerrar la puerta nuevamente. No me di la vuelta, dibujé una sonrisa en mi rostro

—Creí que no te importaba —Sonreí un poco más

—No te irás de aquí —Sentí su aliento en mi oreja— Olvidé mencionarte un pequeño detalle mocoso

—¿Qué detalle? —Lo desafié

—Ninguno sale vivo tampoco

Ahogué un grito cuando me agarró con fuerza del cuello y me estampó con la pared con fuerza, forcejeé y
traté de apartar su mano. Suga sonrió

—Eres tan tonto —Hizo una mueca— Realmente creíste que saldrías vivo y te dejaría en paz

—Lo prometiste —Abrí mucho los ojos, el aliento se me iba más con cada segundo

—No soy honesto —Sonrió como gato— Y nunca cumplo mis promesas

Abrí mucho los ojos cuando Suga sacó su cuchillo filoso y brillante y lo colocó a centímetros de mi cara.
Tragué saliva y seguí forcejeando, esto comenzaba realmente a asustarme

—Puede que haya disfrutado herirte, usarte, humillarte y haber quitado tu virginidad —Ronroneó— Pero
nada me será más satisfactorio que matarte

Solté un grito pero tapó mi boca, mordí su mano y le di una patada en la entrepierna, el apretó su quijada
pero no se movió. Enterró el cuchillo en mi uña y comenzó a levantarla con lentitud, solté un fuerte grito y
patee con todas mis fueras su pierna, aflojó su brazo y se retorció un poco. Aproveché y como bestia
rabiosa me dejé caer al suelo y pasee gateando entre sus piernas pero me atrapó con su rodillas. Aplastó
mis caderas mientras yo forcejeaba

—¡SUÉLTAME! —Grité

Suga pasó su cuchillo por mi espalda y mis nalgas provocando un cosquilleo por todo mi cuerpo. Enterró
el cuchillo con suavidad, levanté la vista y le di un puñetazo en su... querido amigo. Suga finalmente me
zafó y soltó un fuerte gruñido, gateé con rapidez a la puerta y la abrí, estaba a punto de salir corriendo,
pero Suga me jaló con fuerza, me aventó a la cama y reboté en ella. Lo observé temeroso puesto a que su
mirada traviesa había desaparecido. Ahora parecía un verdadero asesino

—No debiste haber hecho eso —Una sonrisa iluminó su rostro— Princesa...

Me levantó con fuerza del cabello, solté un fuerte grito de dolor mientras me levantaba con él para que no
ardiera tanto. Traté de darle un rodillazo pero fallé, mordí mi labio mientras Suga me pegaba a la pared y
colocaba el cuchillo en mi cuello, me helé por completo

314
—Pequeño mocoso —Suga negó con la cabeza y sonrió— Sin duda el más rebelde secuaz temporal que
tuve y probablemente el más interesante —Rozó mi mejilla con la punta de su cuchillo, me helé por
completo y comencé a llorar— Odio el drama, pero en esta ocasión puede hacer una excepción

—Estás enfermo —Dije con voz ronca

—Lo sé —Volvió a colocar el cuchillo en mi barbilla— Puede que te hubiera dejado vivir si tan solo... —
Ladeó la cabeza de lado— No, déjalo. Aun así lo habría hecho... aunque seré gentil. Solo te rebanaré el
cuello

Forcejee y comencé a llorar, levantó más mi cabeza cogiéndome del cabello y secó mis lagrimas

—Quiero que mueras sonriendo —Dijo con voz enfermiza— Piensa que ambos en el infierno nos
encontraremos y podrás vengarte

Sonreí, tenía un plan en mente pero el maldito estúpido no lo veía venir. Él soltó una risa macabra y
enterró más el cuchillo

—¿Últimas palabras? —Dijo él mientras lamía sus labios y me observaba con emoción

—Gracias —Sonreí

—¿Gracias? —Levantó una ceja

—Por enseñarme.

En un rápido movimiento le quité el cuchillo a Suga y enredé su pierna con la mía para inmovilizarlo,
agarré con fuerza el cuchillo y lo enterré cerca de su cadera, él soltó un grito ronco y me clavó los dientes
en el cuello. ¡Maldito caníbal! Lo empujé con fuerza y le di una patada mientras salía corriendo del cuarto
con el aliento corto.

Seguí corriendo por todo el pasillo, observé a Suga con una mano en la cadera mientras se acercaba a mí.
Observé el elevador que marcaba el piso uno... observé detrás de mí con angustia y volví a morder mi
labio. ¿POR QUÉ NO HABÍA ESCALERAS?

—¡Te encontraré mocoso! —Gritó con voz inhumana— ¡A ti y a Namjoon! ¡Serás mi trofeo especial!

Golpee el elevador al ver como apenas el número cambiaba al dos, las gotas de sudor recorrieron mi
espalda y todo en mí se aceleró

—¡Sabes que hablo en serio! ¡No te librarás! —Soltó una cínica carcajada

Me tapé los oídos y cerré los ojos, los abrí de nuevo y las puertas del elevador se abrieron. Entré y
comencé a golpear frenéticamente el botón de planta baja con nerviosismo. Suga cojeaba y reía, estaba
demasiado cerca. Las puertas comenzaron a cerrarse pero Suga llegó antes y logró sostener la puerta, solté
un grito y me fui hasta el fondo

—Bu —Dijo él con una mirada demente y completamente sádica

—¡DÉJAME EN PAZ! —Grité mientras lo pateaba con fuerza hacia atrás.

315
Las puertas se cerraron y solo escuché su grito. Me dejé caer en el suelo mientras llevaba las manos a mi
boca, mi corazón latía frenéticamente y mi garganta estaba seca y reseca. Parpadee para contener las
lágrimas. Definitivamente no importaba cuán bien estuviera con él, si teníamos una buena noche o no... La
verdad no cambiaba:

Puede que yo ya hubiera suprimido la idea de matarlo pero él definitivamente parece que no tanto

Las puertas se abrieron, me levanté y salí del elevador como alma en pena. Caminé y llegué a las albercas,
me senté en el pasto y hundí la cabeza en mis manos mientras soltaba sollozos. Mi pecho subía y bajaba al
compás de mis lágrimas, mis sollozos eran muy débiles pero el dolor que sentía era tremendo. ¿Lo peor?
Me dolía que me doliera lo que me dolía que supuestamente no deba dolerme. ¿Qué acaso eran tan malo?

¿Qué acaso era tan malo querer sentirse querido?

¿Qué acaso era tan malo querer sentirse especial para alguien?

¿Qué acaso era tan malo querer sentirse bien?

¿No podía ser feliz? ¿Encontrar una manera de liberarme?

Levanté la mirada y apoyé las manos en mi nariz mientras las lágrimas caían en silencio en el pasto.
Apreté más mis ojos y mordí mis labios con fuerza. Era el dolor acumulado que finalmente salía bajo un
pequeño pretexto. Primero mi hermano, alejarme de él, ser secuestrado, ser herido físicamente y
emocionalmente, haber sido humillado, utilizado... haber sido tan tonto.

Haber sido tan tonto por haber estado a oscuras todo este tiempo, no haber visto las cosas como son.
Haberme dejado engañar, manipular, humillar y lastimar. Todo por un chico... un chico no como cualquier
otro pero un chico

¿Dónde estaba Park Jimin que decía no caer ante nadie?

¿Aquel Jimin que decía que nunca se sometería a un chico?

¿Que nunca lloraría por uno?

¿Qué fue de ese Jimin?

No lo sé

Esa Jimin se perdió desde el primer momento en que Suga y yo nos topamos. Ahí sellé mi destino,
cayendo y volviendo siempre a él pese a todo. Seguir atado pese al dolor. Que de hecho aún no era muy
fuerte pero sin embargo dolía. Sentí que lloraba mis penas

Por fin lloré todo lo que nunca pude llorar, lo que no atreví a llorar. Seguí largos minutos e incluso horas
llorando sin parar. Finalmente me dejé de comportar como pendejo ñoño y me fui a lavar la cara.
Aproveché que las albercas estaban casi vacías y me quité la ropa, quedé en traje de baño y me lancé de
clavado a la alberca. Salí del agua mientras lanzaba mi cabello para atrás y limpiaba el agua de mi rostro.
Nadé para relajarme y funcionó bastante bien

316
Definitivamente el agua era lo mío, el fuego no. La sangre un poco. Pero el agua... le tenía el mismo
amorío que el maldito asesino a la sangre. No hay mejor comparación. Seguí nadando de un lado a otro
bastante feliz, me sumergía, salía, flotaba, nadaba... Chapotear y perder el tiempo en general. Había
nuevos platillos en el buffet así que comí tranquilamente mientras veía el mar. Me sentí relajado al estar
solo. Hace tiempo que no disfrutaba la soledad tanto como ahora.

El sol caía a lo lejos y el calor aumentó peligrosamente. Me acosté en la sombra y aproveché para dormir
un rato. Increíblemente funcionó, al abrir los ojos había casi anochecido y el hotel estaba iluminado de
distintos colores. Quizás sería buen momento para irme, no quería arriesgarme a que Suga me agarrara.
Me puse mi ropa de nuevo y abrí la bolsa para rebuscar el boleto pero no lo encontré. Recordé haberlo
dejado sobre la mesa antes de salir corriendo

Apreté mis labios y respiré hondo. Avancé lentamente a los elevadores y con las manos temblorosas
apreté el botón del tercer piso. Me pegué hasta el fondo mientras rogaba que Suga no se le hubiera
ocurrido esperarme toda la tarde. Llegué al tercer piso y estaba vacío. Corrí de puntitas a la puerta y pegué
mi oído

No se escuchaba nada pero nunca se sabía. Me quedé esperando largos minutos con tal de escuchar algo
pero no parecía haber rastros de vida. Me agaché y observé por la parte de abajo con la esperanza de ver
una luz, pero todo estaba oscuro

"Por favor que no esté"

"Agarras el boleto y te vas"

"Corriendo"

"Volando"

"Si también pero primero corro"

"Dios sí que soy estúpido"

Introduje la llave y entré al cuarto corriendo. Estaba obscuro, prendí la luz y vi que la pantalla de la
televisión estaba prendida pero solo había música relajante. Observé el lugar rápidamente y busqué el
boleto que ya no estaba. Rebusqué por todos lados y moví el control remoto apretando un botón, me
mandó directo a las noticias.

No le di importancia y seguí buscando con frustración el mendigo boleto de avión. Rebusqué entre las
cosas de Suga, las mías, la mesa, los cajones... pero no aparecía. Me pasé la mano por el cabello. Observé
en la cama vendas cortadas, agua oxigenada y una ajuga. ¿Se había cosido la herida? Auch

Agité mi cabeza y me concentré en el boleto. Seguí buscando pero no aparecía, el informativo llegó a
captar mi atención

—Tenemos un informe muy importante —Explicó el reportero— Les pedimos por favor toda la atención

Observé de reojo la pantalla y seguí buscando

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—Les pedimos de favor que si han visto a esta persona se reporten inmediatamente con la policía de
Estados Unidos —Se oyó la voz de la reportera femenina— Su nombre es Park Jimin, diecisiete años y
vista por última vez en...

Mis ojos se abrieron como platos y observé el televisor. Una foto mía con mis datos aparecía en primer
plano con el teléfono de mi hermano justo abajo. Abrí la boca y me quedé plasmado viendo la pantalla,
aturdido y aliviado. Esa podía ser mi vía de escape, avisar que era yo el perdido y me enviarían a Estados
Unidos rápidamente. Con mi hermano... mi antigua vida

Sonreí, no necesitaba más el maldito boleto. Agarré mi mochila y caminé a la entrada, pero la manija giró
y la puerta se abrió de golpe, palidecí y retrocedí de golpe al ver a Suga con su máscara puesta y
empapado de sangre de pies a cabeza. Su camiseta estaba salpicada de rojo al igual que su máscara y sus
mejillas tenían rastros rojos y rasguños cerca de la boca y las sienes. Dejé caer mi mochila mientras
retrocedía velozmente. Choqué con la puerta de vidrio de la terraza

—Cometiste un error al regresar pequeño... —Canturreó— ¿Buscas esto?

Sacó de su bolsillo el boleto de avión de emergencia, mis ojos brillaron pero lo rompió de un movimiento.
Sonrió con demencia, a pesar que traía la máscara su apreciaba perfectamente la locura interna que se
sacudía ferozmente en él

—Ups —Sonrió— ¿Realmente creías que te dejaría ir?

—Repetimos —Dijo el televisor— Si han visto a Park Jimin, favor de reportarse con el número aquí abajo

Suga observó la pantalla fijamente, una sonrisa iluminó mi rostro al ver su expresión de horror

—Mira quien terminó perdiendo —Me aferré a las cosas para salir corriendo

Suga me observó fijamente y apagó el televisor, comenzó a caminar hacia mí. Brinqué la cama y traté de
correr a la puerta pero Suga en un movimiento veloz me jaló. Parecía que había mejorado sus
habilidades... quizás cuando su cordura era muy baja sus sentidos se agudizaban. Solté un grito cuando me
tumbó debajo de él llenando de sangre mi ropa, me removí

—Ahora sí no te salvas —Sonrió más— ¡VOY A MATARTE!

Evité el cuchillo gracias a la suerte pero al ver a Suga levantar de nuevo el cuchillo supe que debía pensar
en algo. Agarré su rostro y le quité la máscara de un jalón, aprecié su bello rostro contaminado por la
locura. Una locura que nunca entes había revelado, temblé

—Ya no debo temer —Sonrió— Pudiste pensar en algo mejor

—Eso quería exactamente

Aproveché su pequeño distracción y lo empujé con fuerza, lo jalé de la camiseta, no me importaba


llenarme de sangre las manos, ya lo había hecho. Me coloqué encima de él y con la fuerza de la vida que
me otorgaron, logré arrebatarle el cuchillo a Suga, coloqué el cuchillo frente a mí con la punta apuntando
hacia su rostro. Suga sonrió

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—Bien pequeño... —Suga sonrió— Es tu momento. Mátame. Muéstrame de qué estás hecho... muestra al
monstruo que tienes dentro —Sobó mi mejilla provocando que todo en mi vibrara— El bello monstruo
que he creado

Mi cuerpo comenzó a temblar ferozmente, parte de mi gritaba matarlo pero otra gritaba venganza. Apreté
más el cuchillo y lo observé detenidamente. Era el momento perfecto pero... ¿realmente era capaz de
hacerlo?

Cerré los ojos, tomé aire y clavé el cuchillo con fuerza debajo de mí

319
Capítulo 29. "Esclavo de ti"

[Asesino POV]

(Unas horas antes)

Siempre odié la ingenuidad de los chicos hacia mi forma de hacer las cosas. Creí que el mocoso sería la
excepción pero parece que no... Él también quería saber qué tal había sido "la noche"

No puedo mentirle diciendo que lo odié porque es mentira, pero tampoco puedo decirle que me ha
encantado porque si no se me va a ir por los aires y no quiero malinterpretaciones entre ambos. Solo es mi
"compañero de trabajo" y nada más. Él aún es posible que caiga en sentimentalismos y no quiero que
piense que somos amigos o pero aún... amantes o cualquier tontería

De tan solo pensarlo provoco un estremecimiento por todo mi cuerpo, odio todo eso

No se me ocurrió otra cosa más que decirle que fue una noche normal como cualquier otra y comencé a
darle nombres al azar de chicos con quien había estado porque francamente había muy pocos a las que
recordaba el nombre. Quizás ese camino me salió mucho peor puesto a que nuestra pequeña diva se
ofendió y creyó que solo lo usé... bueno de hecho solo hago eso, pero cuando él solo lo dice y deduce las
cosas acaban mal. Como hoy

Después de amenazar con irse no tuve más remedio que asustarlo diciéndole que lo mataría. pero la cosa
se fue demasiado lejos y REALMENTE quise matarlo ahí mismo. Agradezco que se haya librado de mí
porque francamente no hubiera sido divertido matarlo tan rápido y ahí en el cuarto. Si lo mataba debía ser
memorable, digno de recordar por siempre. Dejé que mi deseo de muerte me invadiera y provoqué un
tremendo terror en el mocoso, cosa que disfruté al máximo. Su cuerpo pegado al elevador hecho bolita y
sus ojos desbordando terror fue algo simplemente hermoso.

—Bu —Dije para incrementar el terror y la burla

El mocoso gritó y me pateó, solté un grito—-carcajada mientras pensaba en las distintas maneras de
acabar con su vida. Por desgracia mi herida me impedía hacer varias cosas así que primero debía
arreglarme esa herida. Regresé al cuarto y observé el boleto de avión

—Pobre estúpido —Solté una risotada y me guardé el boleto

Saqué todo lo de primeros auxilios y comencé a curarme, estaba tan acostumbrado a las navajas, cuchillos
y cosas afiladas que coser la herida fue casi pan comido. Además no era la primera vez que me hacía una
herida así y debía curarme por mi propia cuenta, aunque agradezco que la herida no fuera tan grave.

Una vez bien arreglada la herida, me puse una venda para evitar contacto directo con sustancias naturales
o corporales. Me levanté y observé por la terraza con la esperanza de ver a la maldita niño pero me resultó

320
imposible, no se veía nada. Comencé a preocuparme, era capaz de irse pero en ese caso se quedaría
atorada en el aeropuerto y tendría que quedarse ahí. Mi ira regresó sorpresivamente, ese niño me excitaba,
el peligro y emoción que sentía al estar cerca de él era algo inimaginable. Pero a la vez esa excitación
también se convierte fácilmente en ira. Me hacía enojar la mugre niño, me hacía enojar bastante. Pero por
fortuna o por desgracia nunca había perdido TANTO el control con él.

Me senté en la cama y observé la pared, ni siquiera yo estaba seguro de lo que sucedía con ambos. Lo que
pasó en la noche fue más un capricho que un impulso pero admito que entrar en él, sentir su piel, sus
gemidos... todo, me hizo alcanzar un punto del cual hace tiempo no alcanzaba.

Y quería más

Quería saber hasta qué punto lograba satisfacerme, pero era curiosidad peligrosa. Él comenzaba a
convertirme en su esclavo, pero es tan orgulloso y fácil de engañar que no se da cuenta. Me impresiona
que aún no vea que si él se va yo me volvería un poco más cuerdo de lo que ya estoy. Porque si algo no
tolero es dejar algo que me pertenece. Puede sonar muy posesivo pero el mocoso me pertenecía de algún
modo, lo admitiera o no él también me considera parte de su propiedad, si no, sus ataques de celos no
serían tan excesivos y violentos.

Agarré la llave y medio cojeando fui al restaurante de la parte trasera del hotel, al menos ahí sabía que no
iría el mocoso y no me darían ganas de matarlo de nuevo. Pasé de largo a los chicos que sonreían, sentía
cierta repugnancia por algunas pero con tal que ofrezcan sexo y muerte no hay problema. Me senté en una
mesa hasta el fondo y esperé a la camarera de la otra vez, mi querida Rose que era su verdadero nombre

—¿Vas a ordenar o hablarás con el gerente? —Preguntó él suavemente

—Ambas —Sonreí

—Primero ve con el gerente, la comida puede esperar, George no —Dijo Rose

—Te sigo preciosa —Sonreí coquetamente

Rose era de hecho bastante guapa y una sumisa de primera, podría servir si fuera más ruda pero no, era
muy, muy, MUY débil. Cruzamos la cocina y subimos unas escaleras al fondo, Rose tocó una puerta y se
abrió, los guardaespaldas se apartaron

—Finalmente llegas —El gerente del hotel, George me saludó

—Problemas matutinos —Hice una mueca y me senté en la silla

—¿El perro salió huyendo de casa? —George le dio un sorbo a su café humeante

—Algo así —Reí

—¿Cuándo me traerás al chico? Quiero conocerlo... —George depositó su café

—Trataré —Dije simplemente

—Bien —George agarró una carpeta— Tengo lo que me pediste

321
Mis ojos brillaron al instante, George me tendió una carpeta amarilla que abrí inmediatamente
desesperado por ver el interior. Saqué unas fotos de un hombre calvo y en traje, tenía un tatuaje de una
serpiente cerca de la oreja. Iba de las sienes hasta el principio de la oreja

—¿Quién es? —Pregunté

—Tsubasa Wang —Explicó George— Él es la mano derecha del "Dragón"

Seguí hojeando, era el mismo hombre en distintos días pero otro hombre comenzó a aparecer también.
Tenía el cabello naranja casi rapado y portaba el mismo tatuaje que Tsubasa, llevaba un traje azul marino
y un extraño aparato a la mano. Coloqué la foto en la mesa y lo señalé

—Shi Hongstu —George observó bien la foto— Él fue quien corría la información del "Dragón" con los
que trabajaban para él. Aunque claro, sólo traicionó

—¿Y la mujer? —Pregunté mientras señalaba a una mujer que aparecía en distintas fotos

George observó bien la foto, había una mujer de cabello negro, lacio y muy fino. Tenía igualmente la
misma marca del dragón pero más chico, hablaba por teléfono. Portaba un vestuario negro y un anillo de
compromiso con un logo, apuesto que un dragón.

—Akira Hongstu, esposa de Shi —Explicó George— Estafadora y buena manipuladora

—Y supongo que la hija es ella —Señalé otra foto donde aparecía una chica joven de mi edad
aproximadamente. Se parecía bastante a Shi pero el cabello era idéntico a la madre

—Daika —George sonrió— Trabaja en el hotel

—¿Enserio? —Sonreí como gato

—Por algo te pedí que vinieras —George sonrió aún más— Trabaja en los cocteles cerca de la tienda
color verde, sale del trabajo a las seis así que tienes de ahí hasta las ocho para traerla junto a mi oficina.
Cuando termines tu trabajo mis chicos irán a botar el cadáver

—Hecho —Sonreí más— ¿Algo que necesite saber?

—Mantén alejado a tu... secuaz mientras haces esto

—Créeme, lo estará

—Bien

—¿Y para qué me pediste que lo trajera si no ha hecho nada? —Levanté una ceja

—Quizás no lo veas a primera vista, pero ese chico es muy… importante. —George se acercó— No sé si
fue cosa del destino, pero la vida es muy perra

—¿Por qué dices eso? —Pregunté confundido

322
—Ese chico no es quien parece ser —George alzó un portafolios, traté de agarrarlo— Alto ahí
muchachito... si quieres la información sobre tu querido novio...

—No es mi novio. —Dije lentamente y de manera amenazante

—Lo que sea —George sonrió más— Necesito que mates no solo a Daika sino también que me traigas su
collar de luna

—¿Para qué? ¿Todo por un simple collar? —Solté una carcajada

—Ese simple collar vale casi más de diez millones de dólares —George enarcó una ceja— Espero que la
codicia no sea amiga tuya

—La dejé hace tiempo

—Bien, tráeme el collar y verás todo sobre este pequeño chico

—¿No puede ser ahora? —La curiosidad me desgarraba

—Aún no, primero el collar

—Bien

—Solo una cosa —George carraspeó la garganta— Pese a lo que leas, tú deberás seguir como estás con él.
Sin cambiar nada, podría resultar muy malo

—¿Tan sucio es el secreto? —Sonreí con malicia

—Te lo repetiré chico, no sé si la vida es muy perra o es coincidencia... pero esta chico y tú tienen una
conexión importante que pronto descubrirás

—¿Y no deberé cambiar debido a malas o buenas noticias?

—Eso dependerá de ti

Asentí y me acerqué a la puerta, Rose abrió la puerta y salió primero para guiarme

—Tráeme por favor el collar mañana en la noche —Dijo George antes de que cerrara la puerta

Me quedé en silencio y luego suspiré, seguí a Rose hasta llegar de nuevo al lugar donde estaba. Me senté y
me froté las sienes, Rose se sentó junto a mi

—¿Te traigo fruta? —Preguntó él suavemente

—Por favor —Suspiré— Y lo de siempre

—Bien —Rose lo anotó en su libreta

Mis ojos pasaron vagamente por el lugar para ver si de casualidad el mocoso aparecía entre la multitud.
Recorrí de nuevo el lugar y luego observé por la ventana

323
—Está en las piscinas —Dijo Rose

—¿De qué hablas? —Levanté la ceja

—Lo estás buscando, ¿no? —Rose se cruzó de brazos— Está en la piscina

—No me interesa —Rodé los ojos

—Sí, si te interesa —Soltó Rose con brusquedad— ¿Y te digo algo?

La voltee a ver, por más que odiara que me hablara de ese modo, siempre tenía razón en lo que decía y por
eso nunca la callaba. Observé sus ojos avellana que mostraban insistencia y preocupación

—¿Qué? —Solté groseramente

—Deberías dejar tu orgullo en fila de espera —Desvié la mirada, pero Rose la buscó— Hablo en serio,
escúchame por favor

La voltee a ver de nuevo, él se acercó aún más. Sabía lo que diría, no era la primera vez que tocábamos
temas así y de este modo. Siempre hablaba de mi ego

—Puedo verlo —Dijo Rose, la conversación dio otro tumbo— Puedo ver que te preocupas por él, en el
restaurante no dejabas de mirarla y siempre estás atento a sus movimientos

—Lo hago para que no haga estupidez y media —Me defendí

—No, no es así y lo sabes —Rose se levantó— Puede que estés podrido por dentro, pero si ese chico logra
despertar algo en ti...

—Algo que no sucederá jamás —Dije con sequedad

—No lo pierdas.

Rose se fue y desapareció dentro de la cocina. Negué con la cabeza y observé de nuevo por la ventana, sin
embargo las palabras de Rose retumbaron en mi cabeza sin control. No tenía sentido, él y yo...
simplemente sería una catástrofe.

Desayuné con tranquilidad y salí a pasearme por las áreas verdes. No quería verla, sentirla o siquiera
mencionarla. Me estaba aterrando el hecho que comenzaba a sentir la NECESIDAD de saber qué hacía,
con quién, cuándo, por qué...

Era su maldito esclavo

Las intenciones del mocoso antes eran muy claras pero ahora dudaba lo que realmente él quería, apuesto a
que ni él sabía qué hacer. Él en el fondo aún quiere matarme pero se ha dejado contagiar por mi locura. Su
necesidad de encontrar un semejante era más fuerte que su deseo de venganza. Estaba desesperado y ahí
nos diferenciábamos

Él busca ser la dependencia de alguien, a quien anclarse mientras que yo me alejo para justamente no
depender de alguien ni volverme cercano a esa persona. Aunque el mocoso batió récord, llevamos casi dos

324
meses juntos... ¿o más? ¿Menos? No lo sé pero realmente no importa, nuestra relación creció a grandes
pasos y ambos sabíamos que éramos la cura y a la vez perdición del otro

El reloj dio las seis de la tarde con tres minutos. Observé a la joven Daika despedirse de su jefe y salir.
Tomó un atajo para ir a las habitaciones de empleados pero tomé un atajo para cruzarla. Choqué
"accidentalmente" con ella.

—Lo lamento —Dijo él con un acento extraño

—No pasa nada —Sonreí

—¿Seguro? —Comenzó a jugar con su cabello

—Sí, soy Luke —Sonreí con falsedad

—Daika —Estrechó mi mano

—¿Vas a tu cuarto? —Pregunté

—Sí, a dormir —Sonrió con nerviosismo

—Están fumigando por las cucarachas —Susurré— En quince minutos ya puedes ir

—¿En serio? —Daika observó el lugar

—Muy seguro —Asentí

—En ese caso iré a pasear —Suspiró

—¿Quieres que te invite algo? —Sonreí

—Oh qué amable —Sonreí— Claro caballero

Le ofrecí mi brazo quien tomó con una sonrisa estúpida y enrojecimiento en sus mejillas. Caminé con ella
por los restaurantes, pero me desvié por la parte de atrás hacia la zona alejada donde me había dicho
George. Daika observó el entorno

—¿Qué hacemos aquí? —Preguntó desconfiada

—Vine por algo —Sonreí y me acerqué

—¿Qué cosa? —Retrocedió

—Mi cuchillo

Lo saqué y me abalancé sobre Daika quien comenzó a gritar, le tapé la boca y enterré el cuchillo en su
vientre mientras la sangre resbalaba por mis manos. Feliz de poder sacar mi estrés comencé a clavar el
cuchillo en brazos y piernas para sentir la sangre caliente sobre mi cuerpo, levanté el cuchillo y la volví a
apuñalar, mi ataque aumentó peligrosamente y con fuerza, agilidad y astucia logré rebanarle una arteria
del cuello provocando una hermosa fuente de sangre. Volví a enterrar el cuchillo y con fuerza y ayuda
filosa logré desprender la cabeza de su cuerpo, su torso se fue para atrás.

325
Comencé a reírme frenéticamente mientras veía la sangre espesa, el fuerte olor perforó mis fosas nasales
pero yo adoraba ese olor. Observé la ventana a mi derecha y levanté la cabeza, George estaba con su pipa
y sonrió. Los dos guardaespaldas se acercaron a mí, guardé el collar en mi bolsillo y asentí. Ellos me
devolvieron el gesto, sacaron una foto del cuerpo y luego metieron ambas partes en bolsas de plástico. Yo
aún no me saciaba

Mi diversión apenas comenzaba

Me escabullí por las plantas y saqué la máscara de mi bolsillo, me la puse y observé a una joven caminar
en la solitaria área. La seguí por detrás y cuando llegamos a la zona obscura le tapé la boca y la golpee con
fuerza para noquearla, agarré el cuchillo y comencé a clavar la punta en sus manos, estómago y cara. La
deformé completamente pero el sonido de sus huesos crujiendo fue melodioso. La sangre resbalaba por mi
ropa y mi excitación aumentaba con cada minuto. Le clavé el cuchillo en el pecho y justo en el corazón
mientras la sangre me salpicaba la máscara y las mejillas. La mujer había forcejeado y me había enterrado
sus uñas por lo cual decidí, una vez muerta, arrancarle cada una. Me hubiera encantado hacerlo cuando
estuviera viva pero causaría mucho escándalo y eso sería malo. Observé el mar no muy lejos, cargué el
cuerpo y por las sombras me escabullí hasta llegar. Observé el gran incinerador en la cabaña privada de
empleados y tiré a la mujer. Su cuerpo se quemó en segundos y fue cuestión de minutos hasta que solo los
huesos quedaban entre las cenizas.

Observé la luna alzarse, debía llegar al cuarto y asegurarme de que el pequeño estuviera en el aeropuerto
si no lo encontraba aquí. Él aparecería, por la buena o por la mala. Me escabullí y fui descalzo pasando
por los arbustos, entré corriendo al elevador rogando que nadie me viera. Por suerte la planta estaba casi
vacía y pocas veces salían.

Llegué hasta el fondo pero me detuve al ver la luz prendida a través de la fina ranura por la puerta mal
cerrada. Sin dudarlo abrí y me llevé una agradable sorpresa al ver al fastidioso mocoso revolviendo la
recámara. Él me observó y se alejó con rapidez, chocó con la puerta de la terraza y me observó con terror.
Adoraba eso

—Cometiste un gran error al regresar pequeño... —Dije con burla— ¿Buscas esto?

Saqué el boleto e inmediatamente sus ojos brillaron, lo rompí en dos y vi su rostro tensarse

—Ups —Sonreí— ¿Realmente creías que te dejaría ir?

Iba a avanzar pero el televisor interrumpió, aparentemente el maldito hermano del mocoso se había
encargado de hacer viral su desaparición. Sin duda alguna debía evitar que la reconocieran o peor aún...
que usara eso para alejarse de mí. Dijo algo y se aferró a su mochila para salir corriendo, pero como
acababa de asesinar, mi instinto asesino estaba a flor de piel y resultaría fácil cogerlo.

Brincó y trató de correr a la puerta, pero lo jalé y tumbé debajo de mí, se dio la vuelta y forcejeó con ganas
al ver como su ropa se iba impregnando de rojo de dos distintas chicas.

—Ahora si no te salvas —Sonreí— ¡VOY A MATARTE!

326
Enterré el cuchillo pero él lo esquivó y se enterró en el colchón, lo extraje y lo volví a levantar. El mocoso
buscó desesperado una salvación, pero llevó sus manos a mi rostro y retiró mi máscara, quería
carcajearme ahí mismo. Él se hizo chiquito y comenzó a temblar

—Ya no debo temer —Sonreí más— Pudiste pensar en algo mejor

—Eso quería exactamente —Contestó él

Aprovechó mi debilidad debido a la distracción y con fuerza sobrehumana me jaló de la camiseta para
quedar ahora él sobre mí. Podía quitarlo con facilidad, pero quería ver qué hacía y cómo reaccionaría al
tener mi vida en sus manos. Aflojé mi mano para que creyera que me había arrebatado mi cuchillo y me
apuntó con él fijamente. Sonreí, algo mejor que morir a menos de un loco igual que tú era ser asesinado
por tu propio cuchillo.

—Bien mocoso... —Esbocé una sonrisa— Es tu momento. Mátame. Muéstrame de qué estás hecho —
Quería provocarlo— muestra el monstruo que tienes dentro —Sobé su mejilla, él se tensó al instante y
apretó con más fuerza el cuchillo— El bello monstruo que he creado

Su cuerpo comenzó a temblar ferozmente, sus ojos mostraban pena pero a la vez furia. Podía ver las
llamas danzantes en sus bellos ojos verdes, era hermoso. Él apretó el cuchillo con fuerza y cerró los ojos,
tomó aire y clavó el cuchillo debajo de él

Me sobresalté un poco al creer que mi había dado realmente pero de hecho lo clavó en la abertura ligera
entre mis piernas. Tomé aire a la vez aliviado y un poco decepcionado. Creí que realmente me mataría
pero si me había dejado vivir era por algo.

El mocoso desprendió el cuchillo de nuevo, lo sujetó con firmeza y se llevó ahora la punta del cuchillo
apuntando a su corazón. Me sobresalté de tan solo pensar lo que pensaba hacer

—¡No puedo matarte, maldita sea! —Gritó mientras se clavaba la punta del cuchillo en el pecho

—Hey... —Abrí mucho los ojos— Deja el maldito cuchillo —Me aterraba de un cierto modo la idea de
que se clavara el cuchillo allí mismo

—¡No me digas qué hacer! —Su voz salió ahogada y con mucha furia desbordada

—¡Deja ese cuchillo! —Ordené— ¡PARK JIMIN HAZME CASO, MALDITA SEA!

El mocoso me observó sorprendido y noté que era la primera vez que lo llamaba por su nombre completo.
¿En serio me lo había aprendido? Sujeté su mano y le arrebaté el cuchillo aprovechando su distracción. El
mocoso se tapó el rostro y su mano cubrió toda su mirada.

La curvatura de su espalda y la manera tan robótica en la que subía y bajaba su pecho me hacía entender
que estaba llorando. Me senté para quedar a su altura, su cuerpo se había manchado ligeramente de sangre.

—Baja tus manos —Ordené

—No —Dijo él

327
—Ya sé que estás llorando —Resoplé— Bájalas

—¿PARA QUÉ? —Aulló

—Oh qué la chin... —Me frené— Baja las manos, no lo repetiré mocoso

No me hizo caso, agarré sus manos y las bajé con fuerza. Él desvió la mirada mientras mordía su labio.
Agarré su mejilla y lo obligué a verme, me clavó sus ojos ahora rojizos y ligeramente hinchados. Destensó
sus labios y las lágrimas corrieron de nuevo por sus ojos

—¿Por qué no puedes matarme? —Dije con voz firme e imponente

—No lo sé —Dijo él mientras bajaba la mirada— No puedo...

—¿No quieres matar a alguien... o no puedes matarme a MI? —Sonreí con cierta burla

—Un poco de ambas —Negó con la cabeza— Pero ni yo sé por qué no puedo matarte... mi cuerpo se
bloquea al verte y... y... —Se ahogó con sus palabras— ¡Y déjame en paz, maldita sea! ¡TÚ ERES EL
CAUSANTE DE TODO ESTO!

Me empujó con fuerza y se levantó de la cama. Caminó a la terraza y se apoyó en sus codos, volvió a
hundir su rostro entre sus manos. Cogí el cuchillo y lo dejé en la mesa de noche, me acerqué a él tocando
ligeramente su hombro, él levantó la mirada y me miró a través de su hombro.

—¿Qué quieres? —Espetó

—Una explicación —Dije entre dientes

—No hay ninguna —Me barrió con la mirada —Déjame en paz carajo

—¿Qué es lo que quieres? —Me pasé la mano por el cabello— ¡Yo ya estoy harto! ¿A qué demonios
juegas? ¿Qué pretendes hacer?

Él bajó la mirada y negó con la cabeza, tomó aire y aguantó la respiración unos segundos. Se frotó sus
brazos y levantó suavemente la mirada

—Mátame... —Susurró— Por favor mátame

—No lo haré —Respondí al instante— ¿Por qué me pides semejante cosa?

—¡Porque estoy harto! —Gritó— ¡No tengo que hacer en esta mierda de mundo!

—Estás aquí por algo —Apreté mi quijada

—No... —Suavizó su voz— Yo quiero ser feliz... —Me observó con los ojos cristalinos— ¿Por qué no
puedo ser feliz? Yo simplemente quiero liberarme y disfrutar, ser libre...

Me quedé estático viéndolo, estaba repitiendo exactamente las mismas palabras que yo cuando era más
chico y mi trastorno había comenzado. Abrí la boca pero no sabía qué decir realmente

328
—Soy un cuenco vacío que no se llena —Tartamudeó— Y quiero morir, pero no tengo el valor de hacerlo
por mí mismo. Puede sonar malo pero es la verdad, quiero morir... quiero matarme y desaparecer

—No lo harás —Dije seco— No lo permitiré

—¡DAME UNA RAZÓN! —Gritó— ¡UNA MALDITA RAZÓN!

—Te necesito —Dije simplemente

—Aja, ¿y en dos meses dirás lo mismo? —Su mirada penetró fuertemente dentro de mí— No lo entiendes,
tú al menos tienes una cosa que te hace feliz. Matar. Yo no, no tengo nada que me satisfaga

Lo observé detenidamente y esbocé una sonrisa. Claro que había cosas que la satisfacían pero aún no las
conocía. Medité bien lo que haría pero no duró demasiado, estaba seguro. Me acerqué lentamente y
coloqué mis manos en sus hombros, ambos cruzamos miradas

—Escúchame bien porque será la primera y última vez que me oyes hablar así —Suspiré y él asintió
levemente— Puede que pienses que no eras nada y que no tiene rumbo fijo tu pequeña vida, pero
escúchame bien mocoso... como tú, no hay otro. Nunca en todo mi maldita y miserable vida había
encontrado a alguien como tú y no sé cómo describirlo, eres especial y aunque se oiga muy mal —
Sonreí— Tu monstruo vale la pena desarrollarlo. No somos de los buenos, entiende eso. Así que aprende
entonces a estar con los malos —Levanté su barbilla— Porque tienes potencial y sería una verdadera
lástima que murieras. ¿Comprendes? No quiero que mueras mocoso...

Él me observó detenidamente y sonrió levemente

—Ahora no me obligues a decir otra vez tanta cursilería —Suspiré— En serio, no me obligues

—Eres un idiota —Sonrió débilmente

—Lo sé mocoso... lo sé

Él rio débilmente, retiré mis brazos de sus hombros y suspiré, él me observó

—Me odiarás pero... —Me abrazó con fuerza— Gracias

Apreté mis puños para evitar empujarlo, le di pequeñas palmaditas en su espalda y lo jalé suavemente. Él
se apartó y secó sus lágrimas. Bajó la mirada e hizo una mueca

—Creo que... —Estiró su camisa— Debe lavarse

—Sí —Suspiré— Ojalá se le vaya la mancha

Él asintió y caminó pero se frenó en seco, me observó y avanzó hacia mí. Levantó mi camiseta y observó
la venda, la retiró y vio la herida cosida

—¿Estás bien? —Preguntó él— Acabo de recordarlo

—Sí —Me quité la camiseta y la dejé en el suelo— No duele

329
—Y es por eso que no debes dejar tu cuchillo cerca de mí —Bromeó

La observé con cierta burla y deseo, sus pies estaban apuntando hacia mí al igual que todo su cuerpo pero
su rostro estaba de perfil. Observaba con cierta nostalgia la lejanía, como si quisiera alejarse de su
presente para correr a un futuro desconocido.

—¿Qué dices? —Sonreí— ¿Segunda ronda?

—¿Segunda ronda? —Levantó una ceja confundida y me volteó a ver

—Sí —Me acerqué a él y pasé las manos por la sangre de su camisa— No sé tú, pero la sangre y la cama
me dan unas feroces ganas de probar nuevas técnicas

—Pero —Comenzó— Pero tú dijiste en la mañana…

—Shhh —Coloqué mi índice en su boca para callarlo— Ya te he dicho que pocas veces cumplo con mis
palabras

—No será una buena idea —Se zafó de mi agarre— No.… ya no caeré al final solo soy otro del.…montón

—¿En serio creías que hablaba enserio? —Reí— Ay pequeño eres bastante fácil de engañar

—No hay nada que me diferencie de los demás así que no —Dijo serio

—¿Te dejo vivo, dormir conmigo, llevo de viaje y no es suficiente? —Alzo una ceja

—No —Negó con la cabeza— Si vas a.…jugar... así conmigo, debes hacer algo para que me sienta un
poco más arriba que los demás.

—Es que ya lo eres mocoso

—No basta —Negó con la cabeza— Quiero que me demuestres que realmente v algo, aunque sea un poco
para ti

—¿Y qué debo de hacer? —Me recargué en la pared y sonreí

—No sé, algo que nunca hayas hecho con los "otros" —Hizo comillas con sus dedos

—Creo que tengo unas cuantas ideas en mente —Pasé mi pulgar por mi labio y lo observé detenidamente

"No lo dejes ir"

—¿Y bien? —El mocoso lamió sus labios— Soy todo oídos

—Te haré una petición —Me tensé un poco— Y serás el único a quien se la haga. A ningún otro chico se
la he hecho porque simplemente no funcionan y son estúpidos inútiles, pero tú, parece que te lo has
ganado

—¿Qué quieres que haga? —Preguntó él

—Huye conmigo —Un nudo se formó en mi estómago— Y no te alejes nunca de mí

330
Capítulo 30. "Tratos sucios"

[Jimin POV]

—Huye conmigo —Suga hizo una pausa— Y no te alejes nunca de mí

Lo observé detenidamente buscando cualquier indicio de burla o engaño pero él se mantuvo estático, con
la misma mirada seria y una pose imponente

—¿Huir contigo? ¿Y no alejarme nunca? —Me acerqué un poco— ¿No es lo que he hecho todo este
tiempo?

—¿Ves que te dije que eras temporal? —Dijo él

—Sí —Dije seco

—Pues no te pediré que seas temporal —Él se volvió a acercar— Te pediré que te quedes conmigo y
huyas, ayúdame con toda mi venganza y aunque acabe... no te dejaré ir

—Pero —Analicé la situación— ¿Si sabes que las cosas podrían acabar muy mal?

—Ya sabemos ambos que siempre seremos así y no cambiaremos, pero, viéndolo fríamente... no podemos
alejarnos del otro —Hizo una mueca

—¿Indirectamente acabas de confesar que soy vital? —Sonreí

—Ojo, no vital pero si un poco más importante que las demás personas

—Oh —No cambiaba gran cosa pero era algo— Pues... si me explicas de qué va tu venganza es probable
que lo considere. A estar en mi vida normal a estar contigo, prefiero estar contigo

—Yo ya hice mi propuesta... ¿la tomas o no? —Insistió

—Dime acerca de esta venganza —Le clavé la mirada— Ya te dije que odio hacer las cosas a ciegas y si
vamos a estar tan "juntitos" al menos merezco saber un poco más

—¿Por qué te importa tanto? —Sacudió la cabeza— Es pasado, aun así no se podrá cambiar

—No me importa —Me crucé de brazos— Por favor explícame

Suga soltó un largo suspiro y se sentó en el sillón de la sala, lo seguí y me puse junto a él. Crucé mis
piernas y me puse derecho mientras lo veía. Él se pasó la mano por su negra cabellera y comenzó a subir y
a bajar una pierna

331
—Voy tras unas personas de la mafia japonesa —Comenzó— Esas personas me hicieron mucho daño en
el pasado y por eso quiero vengarme. Fin. ¿Alguna pregunta? —Me clavó la mirada

—¿Qué te hicieron? —Pregunté suavemente— Y aunque sea dime UNA cosa por si me vas a pedir
matarlos, que apuesto a que lo harás. Necesito saber qué te hicieron

—Mataron a mi familia —Sus nudillos se tornaron blancos y su quijada se apretó

—¿T-toda? —Tartamudee

—A todos y cada uno de ellos... —Observaba el horizonte con la mirada perdida— A mis padres,
hermanos, tíos...

—¿Tenías hermanos? —Abrí los ojos

—Tenía —Sonrió con amargura— Y los de la mafia japonesa ahora me buscan a mí para finalmente
terminar con todos nosotros. Yo, el único sobreviviente

—¿Quemaron tu casa? ¿Dispararon? —La curiosidad me entraba

—No necesitas saber más —Salió de su trance y me observó— ¿Por qué no me hablas de ti?

—Ya sabes todo —Levanté los hombros

—¿No tienes pequeños secretos que quieras contarme? —Me observó con atención

—Pues —Hice memoria— Nada realmente impresionante... ¿Por qué preguntas?

—Nada más —Observó sus bolsillos y sacó un teléfono

—Dame un segundo

—Si —Suspiré

—¿Sí? —Suga se llevó el teléfono al oído— Ya lo tengo... ¿ahora? Bien... allá te veo... ¿estás seguro? —
Me observó fijamente— Sí, aquí está.... bueno... gracias

Suga colgó y me observó

—Cámbiate por favor —Dijo él

—¿Por? —Pregunté abriendo los ojos

—Obedece mocoso —Dijo él fríamente

Me crucé de brazos y levanté una ceja, él se pasó la mano por la frente

—Iremos a ver al gerente, el que me ayuda con mi venganza —Explicó

—Bueno, era fácil decirlo —Sonreí y entré de nuevo al cuarto

332
Suga entró corriendo al baño y se quitó los pantalones ensangrentados, por suerte la sangre estaba más
seca y no se manchó mucho el suelo. Entró a la ducha para limpiarse la sangre rápidamente, entré al baño
y observé que yo también estaba manchada

—Vas, entra, tenemos que estar ahí a las ocho —Dijo Suga

—¿Ahí contigo? —Señalé la ducha

—Sólo entra —Dijo él

—¿Con ropa? —Abrí los ojos

—Maldito mocoso ¿te dificulta tanto obedecer? —Dijo fastidiado

Sacó sus brazos y me jaló, choqué contra la tina y metí mis pies rápidamente, me coloqué debajo del
chorro de agua junto a Suga. Me quité la camisa y la dejé caer a mis pies, me limpié rápidamente la sangre
al igual que Suga y me quité también los shorts. Se sentía raro bañarse con ropa pero no era desagradable

—Quítate el traje de baño —Dijo Suga

Observé mi ropa y llevé las manos a la parte inferior, dudé un poco, pero Suga soltó un gruñido y me lo
retiró con rapidez, me cubrí, pero él estaba demasiado ocupado quitándose la sangre del rostro. Me quité
la sangre del cabello y cuando al agua salió clara de nuevo salí corriendo. Me sequé rápidamente y Suga
me siguió segundos después. Portaba una toalla que iba de su cintura hasta las rodillas. Abrí el armario

Me quité la toalla y me puse ropa interior inmediatamente, me puse el traje que me extendió y me coloqué
rápidamente algo de loción. Me di la vuelta y él portaba una camiseta negra, jeans y tenis negros. Se
colocó su sudadera negra y se puso la capucha

—Vamos —Dijo él mientras agarraba las llaves

Me puse los zapatos y salimos juntos del cuarto. Me jaló del brazo para que caminara rápido y fue
cuestión de segundos antes de que llegáramos cerca del restaurante. La mesera de la otra vez nos observó

—Seis minutos tarde —Dijo él

—Lo lamento Rose —Dijo Suga

—Corran —Dijo ella

Subimos unas escaleras cerca de la cocina y llegamos a una puerta café. Suga tocó tres veces y dos
hombres tatuados y de aspecto imponente e intimidante abrieron. Se abrieron paso y nos dejaron entrar.
Llegué a una oficina color rojo con un escritorio en el centro. Había un sofá negro y sentado sobre él se
encontraba un hombre de cabello negro un poco chino y bien rasurado. Portaba traje blanco y varios
papeles a la mano

—Pasen por favor —Dijo el hombre cálidamente

Ingresé con Suga y la puerta se cerró detrás de mí. El hombre en traje señaló dos sillas frente a él, Suga se
sentó rápidamente y se quitó la capucha, yo hice lo mismo

333
—Hola Jimin —El hombre me sonrió, abrí los ojos— Mi nombre es George

—¿Me conoce? —Abrí mucho los ojos

—Más de lo que crees —George sonrió— Pero eso ahorita no es lo importante... debes tener varias
preguntas pequeño

—No muchas —Observé a Suga— Solo el qué hago aquí

—Quería hablar contigo. Salgan por favor —Dijo George mientras veía a los dos guardias

Ambos salieron sin reprochar. Obedientes como perros. Suga, George y yo nos quedamos solos en la
habitación. Un ambiente un poco pesado y tenso se formó

—Bien —George observó a Suga— ¿Lo tienes?

—Lo tengo —Dijo Suga mientras le entregaba un collar

—Perfecto —Los ojos de George brillaron— Quería verlos a ambos de una vez para... discutir unos
cuantos temas con ustedes

Tragué saliva, observé a Suga pero él veía fijamente a George. Me acerqué un poco a él

—Verás Jimin, si no estás bien informado del asunto te lo explicaré un poco —George colocó sus piernas
en la mesa— El chico con el que estás... trabajando, por decir de un modo, trabaja igualmente para mí. Yo
a veces lo estoy ayudando con unos asuntos que tiene y él a cambio me ayuda a mí ¿comprendes? es
cuestión de dar y recibir y así funciona un buen negocio

—Comprendo —Asentí levemente con la cabeza

—Te enseñaré algunas fotos mi querido Jimin —Agarró unos portafolios— Y necesito que me digas a
quiénes reconoces aquí ¿bien?

—Bien —Me acerqué al escritorio

George asintió y me tendió la primera foto, era una chica de cabello naranja muy chillón y de ojos color
miel. Estaba sentada tomando un café. Me mostró otra y era la misma mujer pero esta vez saliendo de un
lugar

—¿La conoces? —Preguntó George

—No, lo lamento —Dije

—Bien, dime de esta —Dijo él

Me tendió una foto de un chico de frente esperando a alguien seguramente. Lo reconocí inmediatamente

—Es Seokjin… —Dije mientras levantaba la foto— Hijo del Alguacil de donde vivo

—¿Y a ella? —Me tendió otra foto pero de una chico rubia

334
—Natasha —Suspiré y agarré la foto— Prima de Seokjin por parte del Alguacil

—Muy bien Jimin, te enseñaré una última foto —Dijo él

Bajó las fotos y eran una chica y un chico sentados en una banca, observé detenidamente la foto y la
acerqué a mí mientras asentía

—Sean y Cathleen —Dije mientras las bajaba de nuevo— Viven en la ciudad, me los he topado unas
cuantas veces

—Te dije que tenía información valiosa —George observó a Suga sonriente

—¿Puedo saber a qué va todo esto? —Pregunté

—Es sencillo mi querido Jimin, estas personas las necesitamos para completar un trabajo que estamos
haciendo. Pero ese es otro tema y créeme no querrás saber

—Bien —Me mordí la lengua

—¿Esto es todo? —Preguntó Suga

—No, hay otra cosa —Dijo George mientras nos observaba— ¿Hacen buen equipo trabajando?

—¿Equipo? —Suga soltó una carcajada alegre— Con suerte seguimos juntos

—Tiene razón —Reí también

—Verás Jimin —George me clavó sus ojos— Ya te dije que si das y recibes te irá muy bien. Yo te puedo
dar mucha información que necesitas pero a cambio necesito que tú me des algo a mí

—¿Qué? —Levanté una ceja

—Creas o no hay mucho sobre tu vida que ni tú sabes —Agarró un portafolios rojo— Aquí están las
verdades que buscas y muchas respuestas... Pero a cambio te pediré que tú trabajes para mí

—¿Yo trabajar para ustedes? ¿Cómo? —levanté una ceja

—No está preparado —Intervino Suga— Créeme George

—No digas nada —George le clavó la mirada— Hablo con él

Suga se tensó, se notaba que hacía un increíble esfuerzo por no responder. George me volteó a ver
nuevamente

—Te convertirás en asesino a sueldo —Dijo George— Igual que él —Observó a Suga

—¿Asesino a sueldo? —Sentí un sabor agrio en la boca

—Y créeme que ganarás muy bien, mi equipo te cubrirá para que no te atrapen pero ya será error tuyo si
haces que te encuentren después. Sin embargo, no serás asesino solitaria y por eso les pregunto qué tan
bien trabajan ambos

335
—¿Quieres que esté yo con él? —Suga me señaló— Lo lamento pero yo solo estoy aquí por mi venganza

—Y créeme que lo entiendo pero una vez que finalices te vendría bien tener un poco de chamba —Dijo
George— Y si algo puede decirte es que yo, personalmente, los veo bien trabajando en equipo

—No soy asesino —Dije en un hilo de voz

—Pero lo serás —Dijo George— Y mira el lado bueno, viajarás, ganarás dinero, estarás con él

—Sí pero... —Hice una mueca— ¿Cómo se hace? Más bien... ¿cómo se empieza?

—No quieres formar parte de esto mocoso —Intervino Suga

George ignoró su comentario y se acercó a un armario. Abrió las puertas y sacó una máscara blanca con
los labios negros muy formados. De la parte de los ojos parecía llorar sangre y tenía detalles finos de plata.
George la depositó frente a mí

—Primero deberás tener una identidad —Explicó— Y créeme que no hay nada más reconfortante que un
gran reconocimiento. —Dijo él

Observé la máscara y la puse en mis manos, Suga me observó y negó suavemente con la cabeza. Voltee a
ver a George confundido.

—Cada asesino que trabaja para mí o asesina, necesita una identidad, un nombre. Algo que lo haga único
y especial, recibirás fama Jimin —Sus ojos se iluminaron

—¿Y me llamaría asesino de príncipes? —Bromee

—No —George rio— Te llamarás Bloody Mary, una versión masculina de la mujer en el espejo.

—Esto es una locura —Suga agitó la cabeza

—Levántate y ponte junto a él —Ordenó George— Y pónganse sus máscaras

Me levanté y me coloqué la máscara, Suga hizo lo mismo y nos colocamos hombro con hombro. George
se levantó y nos observó fijamente, esbozó una sonrisa y se llevó las manos a la boca mientras asentía
repetidas veces

—Me encanta, me encanta, me encanta —Dijo emocionado— Son perfectos

—Esto es una locura —Repitió Suga en voz baja

—¡Me encanta! —George aplaudió— Ustedes dos serán mi obra maestra... mi gloria

Sonreí un poco, vaya, quizás no sería tan malo esto después de todo. Podía mancharme un poco las manos,
en fin, ya lo había hecho demasiadas veces

—Pónganse frente a frente —Ordenó George mientras quedaba cerca de nosotros

Nos dimos la vuelta viéndonos fijamente, observé los ojos grises de Suga a través de la máscara y sus
hermosos labios. George nos acomodó un poco, retrocedió y asintió

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—Son simplemente perfectos —Dijo George— Serán la sensación por el mundo entero... Bloody Mary y
el Suga, dos asesinos masculinos temidos en todo el mundo... juntos

—No capto todo esto —Dijo Suga

—Acaba tu venganza amigo mío —Dijo George— Te daré toda la información de golpe pero necesitaré
que después tú trabajes para mí con él. —Se señaló— Me encargaré de convertirlos en famosos asesinos
mundiales y luego los uniremos. Será un negocio impresionante

—¿Negocio de asesinos? —Pregunté— No sabía que existía

—No quieres entrar a esto mundo, mocoso —Susurró Suga— George es engañoso

—Ya pueden quitarse las máscaras —Dijo George— vengan de nuevo por favor

Nos volvimos a sentar y colocamos nuestras máscaras encima del escritorio. George nos analizó y asintió
levemente, me observó

—¿Qué dices Jimin? —Dijo George— ¿Te animas?

Voltee a ver a Suga, él con la mirada pedía a gritos que no lo hiciera

—¿Y bien Jimin? —Insistió George— Sólo debes firmar este contrato y automáticamente tú querido...
asesino, también se habrá vinculado

Observé fijamente el contrato frente a mí y la elegante pluma. Tragué saliva y sentí todo en mi
estremecerse, era un decisión complicada y única a la vez. George se levantó y se colocó detrás de mí, se
acercó a mi oído para que solo yo lo escuchara

—Sé que te apetece la idea de estar con tu asesino —Frotó mis hombros— Imagínalos a los dos juntos,
serán la pareja perfecta. El público comenzará a quererlos juntos y cuando los hagamos pareja, causarás
un terremoto en el mundo entero. Serás libre de hacer lo que quieras, serás rico... famoso, buscado...

Cerré los ojos y visualicé bien la escena, me apetecía y la primera cosa que me hacía sentir bien y llena
después de años. Pero también debía ser precavido

—Lo pensaré —Dije mientras suspiraba

—Bien querido, espero que lo hagas porque oferta sólo hago una —Dijo George— Te dejo mi tarjeta para
que me contactes. Necesito respuesta antes de fin de año

—La obtendrá —Dije mientras guardaba la tarjeta

—A eso llamo una mente ambiciosa —George observó a Suga pero él estaba visiblemente molesto— Y si
no te agrada la idea siempre encontraré a otro chico que quiera estar con él

Suga rodó los ojos, George me observó sonriente y agarró unos portafolios

—Esto es para ti —Se lo dio a Suga

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—Gracias —Dijo él secamente

—Pueden retirarse —George observó la puerta— Ya acabaste tu trabajo aquí así que puedes retirarte del
hotel cuando quieras. Te llamaré y estaré en contacto contigo para darte nuevas indicaciones

Suga se levantó y se acercó a la puerta, estreché la mano de George en modo despedida

—Ignora su amargura —George sonrió— Tienes potencial pequeño

—Gracias —Sonreí con maldad

—Fue un placer conocerte finalmente Jimin

—Igualmente, George

Soltó mi mano y me dirigí a la puerta junto a Suga, salimos y bajamos las escaleras en silencio. Una vez
que salimos del restaurante y estuvimos solos en esa pequeño área, me enfrenté a él

—¿Vas a decirme qué sucede? —Me crucé de brazos

—Dame su tarjeta —Dijo él

—¿Por qué? —Le clavé la mirada

—Porque no permitiré que entres a esto —Dijo él

—¿Tienes miedo de que te robe los focos? ¿Es eso? —Me crucé de brazos

—No lo entiendes... —Negó con la cabeza.

—Explícame —Dije débilmente

Suga me jaló del brazo y me metió entre arbustos y muchas plantas, quedé pegado a él. Levantó mi
barbilla y me clavó sus ojos grises que parecían haberse tornado rojizos

—George juega con la gente y hace creer cosas que no son... yo finjo caer en su juego pero él manipula y
eso quiere hacer contigo. No sé por qué pero él jamás hace equipos con asesinos ni contrata a nuevos

—¿Entonces qué quiere de mí? —Pregunté en voz baja

—No lo sé —Suspiró— Pero por favor mocoso no te metas en esto... es un ambiente sucio y terriblemente
peligroso. La libertad será lo último que tengas

—Pero tú trabajas para él —Reproché

—Porque quiero terminar mi venganza y él es el único lazo que tengo con la mafia japonesa y sus
informaciones. De haber sido por mi yo sería asesino anónimo

—¿Pero no querías esto? ¿Que estuviéramos juntos? —Pregunté tristemente

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—No de este modo pequeño estúpido... —Suspiró— No sabiendo que estarás bajo las garras de George y
que seremos virales, yo quiero privacidad y anonimato simplemente

—¿Por qué no confías en él? —Pregunté

—Larga historia, poco tiempo —Negó con la cabeza— Solo prométeme que no aceptarás estar con él

—Lo prometo si tú prometes que no vas a dejarme —Le clavé la mirada— Y no lo digo en modo romance
ni ñoñería, lo digo en serio... contigo siento que puedo ser yo libremente

—Lo prometo —Dijo él

—Bien, entonces cuenta conmigo para no aceptarlo

Nos quedamos en silencio, retrocedí un poco pero me pinché con una rama, solté un gemido de dolor y
avancé un poco pero choqué con Suga. Ahí realmente caí en cuenta de lo cerca que estaba de él, me froté
la espalda

—¿No quieres salir ya? —Pregunté— Estos arbustos y estas ramas me van a matar

Suga rió con cierto cinismo y me ayudó para salir del jardín. Me sacudí la tierra y observé la luna
ligeramente oculta tras las nubes. Los grillos cantaban con suavidad y el sonido de las olas a lo lejos
relajaba mi cuerpo y mente.

—Bien —Respiré hondo— ¿Cuándo partimos?

—¿Mañana está bien? —Preguntó él

—Sí, no quiero arriesgarme a que me encuentren. Con la noticia en los televisores corremos más riesgo si
nos quedamos más tiempo —Me abracé a mí mismo

—Bien —Suga observó la luna y me volvió a ver— ¿Estás bien?

—Confundido, todo esto pasa muy rápido —Bajé la mirada

—Te espera esto y más si entras al mundo de los asesinos y la muerte

—¿George no te buscará después para hablar de este "proyecto asesino"?

—Por eso huiré

—¿A dónde huirás?

—Siempre quise vivir en Paris —Sonrió

—¿Francia? Wow —Sonreí también— Pues yo podría ir allá, se hablar francés... más o menos

—¿Tu parles francais? —Suga sonrió (¿Hablas francés?)

—Oui, je parle —Sonreí (Sí, lo hablo)

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Suga sonrió y se fue a sentar a una camilla. Todo estaba desierto debido a que estábamos en la zona
privada y actualmente estaba cerrada. Me senté junto a él y observé la piscina

—Amo el agua —Sonreí

—Yo amo el fuego —Sonrió

—Voy a meterme

Me quité el traje y lo coloqué en la silla. Hice los mismo con los zapatos y me lancé de un brinco al agua,
estaba caliente realmente deliciosa

—¿Vas a entrar? —Sonreí

—Luego —Dijo él

—Bien

Comencé a nadar de un lado a otro mientras veía la luna y sentía la suave brisa en el rostro. Suga estaba
hojeando los portafolios que le había dado George, lo observaba con atención y a veces fruncía el ceño.
No le di mucha importancia y seguí pasando el rato.

Pensé en las palabras de George al haberme dicho que sabía más de mí de lo que creía. Me daba
curiosidad, pero después de escuchar las palabras de Suga, era probable que esto sólo fuera un juego y
nada más. Si tenía fotos de Natasha, Sean, Cathleen y Jin, era obvio que también tenía fotos mías y de mi
hermano. Lo cual eso me preocupaba también un poco. Seguí nadando hasta que comencé a cansarme, me
acerqué a la orilla y apoyé mis brazos, coloqué mi cabeza y observé a Suga quien veía los portafolios en
silencio

—¿Todo bien? —Pregunté

—Sí... —Agitó la cabeza— Sí todo bien

—¿Seguro? —Volví a preguntar

—Seguro —Me observó fijamente

—Bien —Me acerqué a las escaleras y salí de agua

Sacudí mi cabello y pasé mis manos por mi cuerpo para quitar unas cuantas gotas de agua. Suga se levantó
y me observó fijamente

—¿Qué miras? —Sonreí un poco ruborizado

—Nada, sólo te veo —Dijo él con tranquilidad

—Bueno... —Observé la piscina— Si estoy solo es aburrido así que... ¿ya subimos?

Suga sonrió y se acercó a mí. Me cargó en un imprevisto y me lanzó de nuevo al agua, salí mientras tosía
y le lanzaba una mirada asesina. Él se reía alegremente. Aproveché su pequeño ataque y salí corriendo del

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agua, una vez afuera lo empujé con todas mis fuerzas pero él logró jalar mi brazo y ambos caímos.
Comencé a reírme con él

—Pequeño mocoso —Se limpió el agua del rostro— Eres tremendo.

—Ojo por ojo —Sonreí

Suga se quitó la camiseta y la dejó en la borda, observé su torso y su cuerpo. El agua siempre le daba un
look terriblemente sexy y sensual, misterioso... Me acerqué a él y le lancé un poco de agua para que me
prestara atención. Él me observó

—¿Qué? —Preguntó

—Te noto algo perdido —Me acerqué más— ¿Seguro que estás bien?

—Estoy distraído —Agitó su cabeza

—Sí, se nota —Reí

—Acércate —Me jaló de la cintura y me pegó a él, me enrojecí— ¿Aún te pongo nervioso?

—Creo que siempre lo harás —Dije cuando todo en mi comenzó a bombear

Me agarró de la cintura, estábamos bastante cerca uno del otro, casi sentía los latidos de su corazón.
Coloqué mi mano en su pecho y lo sobé con suavidad, suspiré y levanté la vista al cielo para ver las nubes
pasar pero sentí que Suga besó mi cuello y lo mordió. Me estremecí en su brazos y lo abracé mientras
sentía el típico escalofrío recorrerme el cuerpo. La piel y el agua eran una combinación interesante y
bastante sexy. Él se separó de mi cuello y nos sumergió ambos. Abrí los ojos debajo del agua y él me
sonrió, se acercó a mí y comenzó a besar mi cuello al igual que mi clavícula, pasé mis manos por su
cabello mientras hacía ligeramente la cabeza hacia atrás. Volvimos a salir a la superficie pero sin despegar
nuestra pose.

—Me gusta tu piel —Ronroneó él mientras rozaba mi cintura

—Gracias, supongo —Reí

Suga pasó la mano por su cabello para quitárselo del rostro, me derretí ante su perfecta imagen. Retiró mi
cabello de la cara y lo lanzó hacia atrás, nos quedamos ambos admirando los ojos del otro, abrí
ligeramente la boca y respiré hondo. Pasé las manos por mis labios para quitarme las pequeños gotas de
agua y lo volví a ver

Él parecía inexpresivo y un poco robótico, me agarró de la cintura y me llevó a sentar a los pequeños
banquitos en el agua, pasé mis piernas por su cadera y las enredé para pegarlo más a mí. Sentí la atracción
magnética que me impulsaba hacia él pero me mantuve firme en mi posición y en silencio.

—El agua te hace ver terriblemente sexy —Murmullé mientras todo en mí suspiraba

—Lo sé —Dijo en voz baja causando que su voz sonara aún más grave y varonil

—¿Por qué eres tan sexy? —Pasé mi mano por su cabello

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—No es mi culpa que dios se haya tomado el tiempo conmigo —Sonrió con arrogancia

Reí ante el chiste, odiaba y adoraba su orgullo a la vez. Deslicé mis manos fuera de su cabello y las pasé
suavemente por sus sienes y mejillas, sus rasgos finos y bien cuidados aumentaban la belleza que ya tenía.
Él se acercó un poco más, sentí el suave roce de su pecho con el mío y levanté la mirada, él se lamió los
labios y me observó fijamente. Era de esas miradas dubitativas al no saber qué responder a una pregunta
difícil. Clavé sus ojos en los míos y me puse aún más derecha para quedar casi a su altura. Nuestros
pechos rozaron más causando vibraciones por todo mi cuerpo.

Él agarró mis brazos y los levantó para que lo rodeara por la espalda. Pasó sus manos detrás de mí cabello
para levantar aún más mi rostro, abrí la boca

—¿Qué haces? —Pregunté

Él no respondió y siguió viéndome fijamente. Se agachó con rapidez y levantó más mi cuello, ahogué un
grito cuando atrapó mis labios entre los suyos y comenzó a besarme con rudeza y salvajismo. Mi cuerpo
se paralizó al igual que todos mis sentidos mientras realmente caía en la cuenta de que me estaba
besando... BE—SAN—DO

Gemí en su boca y lo pegué más a mí para sentir el suave tacto de sus labios con los míos, él me atrapó de
la cintura con fuerza y se pegó aún más a mí. Él gimió de nuevo causando una explosión de locura en todo
mi cuerpo, mordí su labio inferior y él reaccionó también mordiendo el mío y zafándose para saborear mis
labios. Hundió más sus labios en los míos para seguirme besando, sin despegarme de su boca me hice para
atrás. Me acosté en la parte baja donde el agua me llegaba a penas a los oídos, Suga se colocó en cuclillas
sobre mí y levantó de nuevo mi cuello para proseguir el beso.

Me robó todo el aliento así que respiré por la nariz para volver a llenar de aire mis pulmones, gemí de
nuevo y en cuestión de segundos, enredamos nuestras lenguas para hacer del beso más intenso y salvaje.
Su respiración aumentaba y sentí un bulto que crecía debajo de mí, gemí de nuevo en su boca y lo
comencé a besar con el mismo salvajismo. Lo rodee por su cuello y seguimos la frenética batalla excitante
de nuestras bocas y nuestras lenguas. Me devoró y me quitó cada gota de aliento que tenía, respiré hondo
y él hizo lo mismo. Descansamos nuestras lenguas y lentamente Suga separó sus suaves labios de los
míos. Tomé aire y lo observé fijamente en silencio

Los dos nos quedamos sin decir absolutamente nada, solo devorándonos con la mirada y analizando lo que
acababa de suceder. Él me había besado, no yo a él... él a mí. Mordí mis labios y comencé a devorarlo con
la mirada, aún no terminaba de creer que realmente había posado sus labios él voluntariamente sobre los
míos. Y no solo fue eso... Además aumentó la intensidad y el salvajismo.

—Me besaste... —Susurré mientras lamía mis labios

—Lo hice —Dijo él mientras se volvía a acercar a mí, sentí su cálido aliento

—¿Por qué lo hiciste? —Pregunté aún en trance

—Porque quise hacerlo —Ronroneó— Quería besarte

342
Él se separó un poco pero no lo permití. Le clavé la mirada y esbocé una sonrisa, mi boca pidió a gritos
más y sin dudarlo volví a atacar sus labios. Él se sorprendió pero inmediatamente respondió al beso
pegándome a él y estampándome sobre la pared. Jadee mientras sentía la calentura y las llamas de pasión
arrasaban con todo mi cuerpo. Mi corazón comenzó a bombear con fuerza y lo pegué con más fuerza a mi
pecho, él me cargó y con un jadeo desgarradamente sensual pasó sus manos por mi nuca para profundizar
aún más el beso.

Fue un beso cargado de deseo y lujuria, un beso adictivo y peligroso

Fue un beso salvaje para ambos calmar nuestra tensión y liberarnos finalmente

Fue un beso, mi primer beso real, con mi asesino, mi droga...

Mi perdición

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Capítulo 31. "Liberación"

[Asesino POV]

No sé en qué estaba pensando al besar al mocoso, fue casi un impulso. Él estaba frente a mí viéndome
fijamente cuando planté mis labios en los suyos, me atrapó como mil agujas, no podía separar mis labios
de los suyos, era una droga

Sus jugosos y ardientes labios eran jodidamente perfectos. Parecía que nuestras bocas habían sido hechas
a la medida perfecta para que nuestras bocas encajaran. Porque no sólo nos besamos una vez, fueron dos y
ambas con mucha fuerza e intensidad. Él estaba acorralado en la pared cuando nos encontrábamos en el
segundo beso. Le robé todo el aliento y logré satisfacerme con solo aspirar su calentura y energía sexual.
Me separé de él suavemente aún con el aliento corto. La clavé la mirada y alejé mi cuerpo del suyo, él se
llevó las manos a los labios y los rozó con delicadeza

—Debemos irnos o se hará tarde —Observé la luna

Él asintió y se relamió los labios. Salimos juntos y nos secamos como pudimos, él se quedó en silencio en
el trayecto a la recámara. Abrí y nos introdujimos al cuarto, todo seguía igual: ensangrentado y
desordenado. El mocoso se adelantó y recogió algunas cosas, las colchas blancas se habían teñido de rojo.
Mientras el mocoso se ocupaba de eso yo me encargué de quitar las sábanas y doblarlas un poco para
disimular la mancha.

Suspiré y me coloqué mí ropa para dormir. Se me hacía raro que el pequeño estúpido no hubiera dicho
nada desde que nos besamos de nuevo. Quizás estaba asustado de mi reacción, preferí dejar las cosas así y
me metí en la cama con las sábanas limpias que estaban junto al armario. El mocoso salió del baño con un
camisón negro bastante simple. Apagó la luz y sentí que se metió en la cama

—¿Estás bien? —Pregunté ante su silencio abrumador

—Sí —Dijo él tranquilamente

—¿No dirás nada? —Me acomodé para quedar frente a él

—Prefiero quedarme callado —Soltó simplemente— Descansa

Me dio la espalda y se acomodó de nuevo. Suspiré levemente y le di también la espalda. Froté mis ojos y
bostecé. Observé un punto de la habitación con la mente en blanco, me forcé a dormir. El ambiente era un
poco tenso, debería ser al revés, él debería estar riendo o soltando una que otra frase sarcástica y
ruborizándose debido a mis comentarios.

Pero no, no fue así. Estábamos ambos dándonos la espalda en un silencio ligeramente tenso y pesado. Fue
como si la frialdad hubiera invadido el ambiente

344
Una frialdad desconocida y terriblemente preocupante

[***]

A la mañana siguiente yo fui el primero en despertar. Observé al mocoso quien seguía dormido y bastante
quieto, debía acercarme para asegurarme de que respiraba. Entré al baño a darme una ducha rápida.
Mientras el agua caía a chorros sobre mi espalda me puse a meditar la situación.

Cerré los ojos e inmediatamente el beso vino a mi mente, apreté mis labios pero sus gemidos, sus ojos, sus
labios... todo en él era peligrosamente perfecto. Él me atraía como un imán, un lazo invisible que me hacía
correr tras él y cogerlo entre mis brazos para no dejarlo ir nunca. Portaba cadenas invisibles en mis
muñecas que me ataban a él, una correa... Él... Todo él me había atrapado impidiéndome dejarme ir.

"Él comienza a obsesionarte"

—No, no es así —Dije en voz baja, aunque sabía que era cierto

"Será tu perdición si no haces algo"

—¿Hacer qué? —Agité la cabeza

"Poner de nuevo el límite entre ustedes"

—¿Limite? Ya tengo un límite —Gruñí y me puse champú en el cabello

"Eres un imbécil sabes que no es así"

—Ya basta —Apreté mis ojos y me froté con fuerza para quitar más rápido el jabón

"Que te tema... que te odie... que se vaya"

—Pero no quiero que se vaya —Dije rechinando mis dientes

"Dependerás de él y te volverás débil... no serás nada... sólo un perdedor... una persona insignificante
dependiente de los demás. Igual que antes."

—¡YA BASTA! —Golpee con fuerza la pared haciendo que esta zumbara

Observé mi puño rojizo, comenzó a arder pero no le di importancia. Salí de la ducha rápidamente y me
sequé el cabello, me observé fijamente en el espejo. Coloqué mi mano y me clavé fijamente la mirada
retador

—Eres un maldito asesino, compórtate como uno, joder —Me dije a mi mismo con voz imponente—
Debes terminar con esta maldita y extraña relación antes de que sea demasiado tarde ¿comprendiste? —
Apreté mi quijada— Él es un maldito niño y deberás recordarle quién eres realmente... Deberás cortar tus
cadenas antes de que sean imposibles de quitar... debes dejarlo ir de una vez por todas

345
Eso es, que me vea tal cual soy. Estoy cansado de reprimir mis impulsos, ya no más. Vamos a ver si este
pequeño perdedor aún le apetece venirse conmigo. Veamos si realmente ya perdió cada gota de
humanidad que oculta

Sonreí con cinismo y me vestí. Salí del baño y observé al mocoso aún dormido, ya eran casi las diez, no
permitiría que siguiera en ese estado de pereza. Me acerqué a él y le quité las sábanas, él gimió
suavemente y se removió tratando de taparse

—Levántate, ahora —Advertí

—¿Qué hora es? —Preguntó adormilado

—No te dije que me preguntaras la hora —Apreté mis puños— Levanta tu culo de una maldita vez

—¿Amaneciste de malas? —Él no abrió los ojos

—Tienes diez minutos o vendré a cortarte un dedo

—¿Qué?

—¡TE PREGUNTÉ SI ENTENDISTE! —Rugí, odiaba que se desviara

El mocoso se levantó de un brinco y me observó fijamente. Enarcó levemente una ceja y sacudió su
cabeza. Se levantó y fue a buscar ropa al armario, me observaba de vez en cuando pero yo desviaba la
mirada o ponía los ojos en blanco. ¿No podía ser más rápido?

Hice mis maletas rápidamente y recogí todo lo mío, revisé que no faltara nada. El mocoso ya había
finalizado también pero seguía en pijama

—¿Vas a vestirte o qué? —Espeté

—¿Qué demonios te sucede? —Soltó él

—Nada

—¡Dime!

—No

—¿Por qué no?

—Sólo cierra tu boca y vístete

—No hasta que me digas que demonios te pasa

—¿Te vas a poner de necio?

—Dime qué te pasa y haré lo que pidas —Él se acercó, pero lo ignoré— Bien mira, entiendo que te venga
la regla, pero en serio ya ni yo —Lo observé furioso— Y no me mires así, sabes perfectamente que la
confianza es la base para una relaci...

346
—¡YA FRENA EL PARLOTEO! —Grité cuando su timbre de voz agudo me hizo saltar de mis casillas,
él brincó y me observó con temor— ¡MIERDA IDIOTA SÓLO HABLAS Y HABLAS Y HABLAS! —
Le clavé la mirada enfurecido— ¡HAZ LO QUE TE PIDO CARAJO Y CIERRA LA PUTA BOCA!
¿OISTE?

—P-pero... —Tartamudeó

—¿TE PREGUNTÉ SI OÍSTE? —Grité

Él retrocedió unos pasos y me dio la espalda para agarrar ropa no sin antes gruñir. Golpee con fuerza la
mesa causando que el niño soltara un brinco. Agarró la ropa y se metió al baño azotando la puerta. Sonreí

"A eso llamo liberarse"

Resoplé con fuerza y cerré bien las maletas, las coloqué en la entrada y eché un último vistazo al lugar. El
niño salió del baño con una blusa negra de tirantes y unos jeans. Colocó el camisón dentro de la maleta
rápidamente y me observó de mala manera

—Quita esa cara —Espeté

—Olvidé que eras un desgraciado —Dijo él entre dientes

—¿Qué dijiste? —Le clavé la mirada sacando chispas por los ojos

—Estás muy irritable —Retrocedió— ¿Hice algo malo? ¿Fue por ignorarte en la noche, es eso?

—No seas más estúpido de lo que ya eres —Hice una mueca— Es simplemente que ya estoy cansado de
este maldito juego. Yo soy un asesino y tú un maldito niño con problemas. ¡Esta relación solo me hace
perder la cabeza!

—¿Relación? Estoy perdido... ¿cuándo comenzamos una relación? —Agitó la cabeza

—Solo cierra la boca —Me tapé los oídos— ¡Ciérrala, ciérrala, ciérrala!

—¿Qué te hizo cambiar de repente? —Lo observé molesto, ¿no sabía lo que era silencio?

—¡Deja de ser tan preguntón y solo calla! —Apreté el cuchillo que llevaba en la mano

—¿Qué te sucede? —Dijo él con cierto fastidio— ¿Por qué de repente actúas de ese modo?

—Me comporto como se me da la jodida gana —Sonreí con maldad

—¿Pero por qué? —Abrió mucho los ojos— Ayer estaba todo perfecto y...

—Ayer es pasado, hoy es presente —Interrumpí— Y que te besara no significa absolutamente nada ¿qué
esperabas? ¿Que la relación iría más lejos?

—Ya jamás dije eso —Dijo él mientras apretaba sus puños— Y si crees que un beso me hizo darme
ilusiones estás muy equivocado querido. Yo no tengo sentimientos

—¿Ah no? —Sonreí

347
—No —Se cruzó de brazos y me observó con cierta superioridad

—¿Y por eso lloras debido a tus malditos sentimientos de auto desprecio? No me interesa si eres una
mierda de persona y quieres matarte. Yo no seguiré perdiendo el tiempo en tus malditos caprichos —
Espeté con fiereza, él abrió la boca— Tu simple presencia resulta insoportable y ni se diga de tu orgullo
mal tratado

—En primer lugar no debiste entonces hacerme formar parte de esto —Su voz salió cortada— Ni debiste
haberme dicho las cosas que dijiste ayer... yo realmente creí que...

—¿Creíste qué? Ah, ya lo sé... —Solté una carcajada bastante macabra— Malinterpretaste todo y creíste
que realmente me iría contigo ¿no? —Reí de nuevo— ¿Pensaste que estaba cambiando mocoso? ¿Que
estaba siendo tierno y amable contigo porque me agradabas? Pobre idiota que eres...

—Yo creí que... —Dijo él mientras apretaba sus puños

—¿Qué? —Espeté— ¿Que tú y yo ahora seríamos amigos? ¿Compañeros? ¿Novios quizás? —Carcajee de
tan solo pensarlo— No soy George niño estúpido, no tienes nada que no tengan las demás realmente. Solo
una loca y trastornada personalidad... y una estupidez extrema

—E-eres un maldito descarado —Tartamudeó, observo como aprieta más sus puños para sostener la ira
que amenazaba de salir de su linda boca

—A estas alturas deberías saberlo —Hice una sonrisa gatuna— Después de todo mi querido mocoso, tú
fuiste el que no me enterró el cuchillo para asesinarme la otra noche

Sus ojos se abrieron de golpe y me miró escandalizado, sus ojos de mueven en todas direcciones tratando
de hallar una respuesta, abrió su boca, pero lo interrumpí

—No es necesario que digas nada —Sonreí— Eres patético y débil, tu necesidad de atención no te la daré
porque tú y yo no seremos nunca nada... y si creíste que mis palabras eran sinceras pues te equivocaste...
Creí haberte dicho que soy deshonesto y mentiroso

—Mientes... —Él retrocedió visiblemente dolida— Estás asustado

—¿Asustado? —Reí— ¿Y de qué?

—De mí... —Se acercó pero yo me alejé

—¿Asustado de ti? —Traté de oprimir la risa

—Miedo a lo que comienzas a desarrollar hacia mí...

La observé molesto, él levantó las cejas y una sonrisa dibujó su rostro

—Es eso, ¿no? —Sonrió con maldad— Tienes miedo a enamorarte de mí

—¡No seas estúpido! —Apreté mis puños— Simplemente ya estoy cansado de ser dulce y paciente

—Mientes —Negó con la cabeza

348
—¿Miento? —Solté una ligera sonrisa bastante siniestra— ¿Se te ha olvidado que estás frente a un asesino
pequeño?

—Créeme que estoy perfectamente consciente de que estoy frente a uno —Tragó saliva— Ahora más que
nada...

—Más te vale —Sonreí— Pero antes deberé hacerte una pregunta...

—¿Qué pregunta? —Tartamudeó

—¿A qué le tienes miedo? —Sonreí— ¿Ver a una persona presenciar la muerte de un familiar?

—¿Qué? —Él agitó su cabeza

—¿Qué te hace estremecer? ¿Qué debo hacer para hacerte derrumbar?

—¿De qué hablas? —Retrocedió poco a poco

—Quiero asegurarme si realmente estás a la altura, quiero saber si el monstruo que vive en ti se anima a
salir de una vez por todas... ¿Te apetece averiguarlo?

Él retrocedió un poco visiblemente aterrado, saqué mi cuchillo y avancé hacia él, pero una voz del otro
lado de la puerta me interrumpió

—Limpieza —Se escucha una voz femenina del otro

Una sonrisa ilumina mi rostro, finalmente podría desquitarme un poco y hacer sufrir al mocoso... adoraba
verlo llorar y soltar jadeos roncos debido a su voz ahogada.

—Vaya, vaya —Mis ojos brillan— Parece llegar en el momento perfecto

—¡No lo hagas! —Gritó él mientras se coloca frente a la puerta— ¡Esto es entre tú y yo!

Lo empujo con fuerza y él cae al piso. La puerta se abre y una chica bastante joven aparece, se sobresalta
al vernos

—Lo lamento... —Dice ella.

—Pasa ya nos vamos —Sonreí

—¡NO QUIERO LIMPIEZA! —Grita el mocoso, le dedico una mirada sombría

—Perdónelo —Digo entre dientes— Sus ataques de ansiedad me toman desprevenido

—Mami, quiero comer —Se escucha una voz detrás de ella.

Me hago para atrás y veo a un niño de no más de cuatro años entrar a la habitación. La muchacha de la
limpieza abre los ojos y sonríe con nerviosismo

—Amor, te he dicho que no sigas a mami a estas horas —Dice ella— Lo lamento

349
—¡VÁYASE! —Aulló el mocoso

—Puede quedarse —Sonrío de la manera más sádica que puedo y observo a el pequeño quien abre mucho
los ojos y comienza a negar con la cabeza— Creo que le gustará mi pequeño show a su pequeño...

[Jimin POV]
Abrí mis ojos escandalizado ante las últimas palabras de Suga. Me levanté de golpe pero Suga fue más
rápido y en un ágil movimiento empujó a la mujer quien cae al suelo y observó a Suga con temor

—¿Qué le sucede? —Gritó ella

—Mami... el señor te empujó —Dijo el pequeño

—¡Sal de aquí, Andrés! —Ordenó la mujer

—¿Quieres ver un espectáculo? —Preguntó Suga de manera satánica

—¡YA BASTA! —Grité mientras me levantaba

—¡Sí! —El niño asiente y brinca

Suga sonríe y coloca al niño detrás de ella, comienza a avanzar hacia la mujer quien retrocede al instante.
Me coloco entre la mujer y Suga de manera protectora

—Quítate —Ordena él

—No

—Quítate mocoso... —Dice él fastidiado

—¡NO! —Grité, si algo no iba a tolerar es que asesinara a la madre frente a su hijo

Suga me toma del cabello y me estrella contra la pared, suelto un grito y caigo al suelo. Veo a Suga
agarrar a la mujer quien gritaba y forcejeaba. Me reincorporo y en un fallido intento por correr hacia Suga
termino resbalándome con las maletas, caigo al suelo y al levantar la vista veo a Suga clavar el cuchillo en
el pecho de la mujer. Suelto un grito ronco y las lágrimas inundan mi rostro, observo al niño que comienza
a gritar y a llorar. Observó lentamente de nuevo la escena y dejo de escuchar todo...

Solo el latido de mi corazón en mis oídos, mi respiración cortante un zumbido potente en las orejas. Me
levanto y me abalanzo sobre Suga pero él me hiere y me llevo la mano al brazo, veo a la mujer gritando y
a Suga sonriendo mientras clava el cuchillo una y otra vez. Siento mi sangre hervir, el sonido vuelve
lentamente hasta que todo regresa a la normalidad. El llanto de Andrés, los gritos de la mujer y la risa de
Suga

—Detente —Susurro pero él no me escucha— ¡Detente! ¡Detente! ¡Detente! ¡YA BASTA!

350
Lo agarró del brazo pero él me vuelve a empujar, levanta el cuchillo una última vez y veo que lo entierra
en el cuello de la mujer. La sangre brota y sus ojos pierden luz mientras deja caer su cuerpo. Ya había
muerto. Me llevo la mano a la boca y retrocedo, Andrés se aferra a mí

—¡Mató a mi mami! —Grita el pequeño destrozado

—Cómo pudiste... —Dije en un hilo de voz— ¡ERES UN MALDITO DESGRACIADO!

—Y esto apenas comienza —Suga se acerca lentamente— Quiero ver cuánto soportas

Retrocedo tembloroso y choco con la pared, Suga queda cerca de mí y me arrebata al niño quien comienza
a llorar y a gritar

—¡NO! —Grito con fuerza— ¡DÉJALO POR FAVOR!

—No lo haré, voy a matarlo —Dijo con excitación

—No por favor... —Las lágrimas salen a mares— ¡Es sólo un niño!

—En ese caso lo salvaré de los demonios de este mundo —Jala al pequeño del cabello y este comienza a
gritar, no puedo moverme, mi cuerpo está en shock— Voy a matarlo y vas a observarlo todo pequeño
estúpido, date cuenta de que no siempre puedo ser tranquilo, date cuenta de a quién has besado y
acostado... ¡Observa bien y cree cuando te digo que no hay nada más placentero que torturar
psicológicamente a alguien! ¡OBSÉRVAME! ¡OBSERVA BIEN AL ASESINO QUE TE TIRASTE!

Suelto un grito aterrador cuando Suga lo jala mientras pasa el filo de su cuchillo por la espalda. La sangre
brota y los gritos del pequeño me hacen estremecer, me aturden por completo y me dejan más estático de
lo que ya estaba. Avienta con rudeza al niño junto a su madre. Palidezco y mis piernas tiemblan, estoy a
punto de derrumbarme pero Suga me agarra del brazo y me lleva a los pies del niño y la madre

—Observa —Ordena él con voz siniestra— No te recuerda a ti y a tu mami, ¿eh?

Desvío la mirada pero él me pega más a él y con fuerza me agarra de las mejillas para obligarme a ver la
escena. Andrés grita y llora mientras abraza el cadáver de su madre hecho trizas

—¿Lo ves? —Suga sonríe— Esto es lo que soy... esto es lo que hago y siempre haré...espero que se te
quede grabado en esta cabeza tuya. ¡Esto soy y siempre seré, amo hacer sufrir y torturar! —Suelta una
carcajada que me hace estremecer— ¿Aún quieres venirte conmigo nene?

Mi barbilla tiembla y mis lágrimas caen a mares. Siento que Suga desliza el cuchillo en mi mano y la
levanta. Suelto un grito y comienzo a removerme en sus brazos

—¡Y ES HORA DE REVELAR QUIÉN ERES TÚ REALMENTE! —Grita Suga carcajeando

Me agarra con fuerza sobrehumana y levanta mi brazo, lo deja caer con fuerza para que clave el cuchillo
en él pequeño. Cierro mis ojos con fuerza.

—¿Ahora quedó claro? —Suga me soltó y agarró el cuchillo de mi mano

—¡SUÉLTAME! —Grito como fiera rabiosa

351
—Supongo que tenía razón —Susurra en mi oído— Sigues siendo una patética persona con sentimientos...
no estarás nunca a mi altura ni seguirás mi ritmo de vida. ¡Qué desperdicio!

Caigo sobre mis rodillas completamente devastado. Lo observo y jadeo suavemente al verlo cubierto de
sangre y una sonrisa psicópata en el rostro. Se pasa la mano cerca de la comisura de sus labios para
quitarse la sangre pero eso solo provoca una enorme línea roja que lo cubre aún más. Mi labio inferior
tiembla, Suga se acerca pero yo inmediatamente retrocedo casi tropezándome con las cosas que había

—Ahora si me tienes miedo, ¿verdad? —Sonreí

—¿Q-qué clase de p-persona eres p-para matar a u-un niño? —Tartamudeo

—Una completamente loca —Observa a la mujer y levanta suavemente su camiseta, su estómago sale a la
luz y debido a la proporción observo que está embarazada

—Iba a tener un hijo —Sollozo

Una punzada de dolor me recorre. Nunca me había sentido tan débil y humillado en mi vida. Soy un
estúpido, un idiota, un completo tonto por haberme creado expectativas e ilusiones sobre un posible
cambio en él. Pero no, él seguiría siendo el mismo asesino despiadado y manipulador de siempre. Un
maldito mentiroso que adora verme sufrir y llorar. Porque le hace sentir superior a mí, y como imbécil
había vuelto a caer

—En una ocasión me preguntaste qué haría si fuera padre —Sonrió y observó el estómago de la mujer—
Pero creo que la verdadera pregunta sería CÓMO reaccionaría al saber que sería padre

—T-tú jamás serás uno —Tartamudeo, mi voz sale demasiado temblorosa debido a las lágrimas

—¿Quieres saber qué haría? —Sonríe, yo niego con la cabeza— ¡No tendría porque los mataría!

Mi estado de shock no me deja emitir sonido alguno ni moverme. Suga guarda el cuchillo y se quita la
camiseta, como sus pantalones no están tan mojados se los deja y solo se coloca la sudadera. Pone la ropa
con sangre en una bolsa de plástico y la mete a la maleta. Yo sigo de rodillas viendo el suelo y es Suga
quien me hace levantarme. Estoy aturdido y paralizado que no me remuevo, Suga me coloca un suéter
negro y me jala fuera de la habitación.

—Reacciona —Suga me agita con fuerza— Y si se te ocurre gritar mataré a tu hermano ¿oíste?

Trago saliva y agarro mi maleta, las lágrimas aún no frenan, me subo al coche con él pero me quedo
observando el vacío. Suga está sonriente lo cual provoca rabia en mí, llevábamos más de veinte minutos
en el coche cuando me volteó a ver

—Puede que adore matar gente... pero hay algo que también amo casi por igual.

No me atrevo a verle, solo siento como se acerca a mi oído, su aliento provoca un escalofrío recorrer mi
espina dorsal. Gimo y aprieto los ojos

—Esa otra cosa —Susurra— Es verte sufrir

352
Me pongo a llorar de nuevo pero él comienza a reír. Disfruta verme de ese modo, vulnerable, débil y
completamente a su merced. La ira no la tengo... tengo miedo. Miedo de él, un miedo que nunca había
sentido, un miedo que me hace recordar en lo que me he metido y en lo que puedo convertirme si no freno
esto. Acelera y no tardamos en llegar al aeropuerto, me estoy obligado a caminar cabizbajo. Al subir al
avión nos toca sentarnos juntos, pero yo me voy a la fila de al lado. Él no me detiene y de hecho parece
estar feliz de haberme alejado. Me apoyo en la ventanilla y cierro los ojos mientras me obligo a frenar el
llanto.

Sabía que él era capaz de hacer muchas cosas y de matar a muchos pero nunca un niño, su madre y el
futuro retoño. Eso sí fue un acto completamente sádico e inhumano por parte de él... pero lo disfrutaba.
Disfrutaba el dolor, la agonía de las víctimas y las suplicas. No me dormí, me mantuve callada viendo la
ventana rogando para llegar a mi pequeño pueblo. A mi vida. A mi hogar

[***]

Llegamos a nuestro destino en un par de horas. En silencio bajamos y vamos por nuestras maletas.
Considero la oportunidad de huir pero no iba a arriesgarme a llegar a casa y ver a mi hermano
desmembrado y luego toparme yo con mi propia muerte. Montamos un taxi y por increíble que parezca
logré mantenerme cerca de él. Nos dejó cerca de la carretera y Suga me siguió por detrás para vigilar que
no huyera. No fuimos al teatro sino a el pequeño cabaña oculta en el bosque. Suga abrió la puerta, pero me
quedé estático

—Entra —Ordenó

Me quedé inmóvil pero me empujó con fuerza adentro, cerró la puerta detrás de él. Lo observé dolido, él
me ignoró y dejó las maletas en la entrada, aventó su máscara que llevaba en su bolsillo y observé algo
que salió. Observé el papel y vi que era un boleto

"Paris, Francia"

Tragué saliva y él me observó fijamente de manera sombría. Retrocedí con el corazón apretado al pecho,
él rozó mi mejilla con su cuchillo para hacerme una fina herida, apreté mis puños y no gemí, bajé la
cabeza evitando contacto visual con él.

—¿A qué vas a Francia? —Pregunté

—Iré a acabar otra venganza —Sonrió

—No iré contigo —Dije con voz ronca— ¡NO IRÉ JAMÁS!

—No lo harás —Soltó con sequedad— Te largarás mañana en la noche

—¿Qué? —Abrí los ojos

—Solo hay una cosa que cumpliré y será dejarte ir. Ya finalicé lo mío, ya acabé mis asuntos allá

353
—Dijiste que no dejarías que me fuera —Tartamudee

—¿Quieres seguir conmigo? —Soltó una carcajada— No sé si tienes problemas mentales o eres realmente
estúpido pero eso no sucederá

—No quiero que me mates después —Tragué saliva

—Créeme, solo sucederá si volvemos a encontrarnos —Suelta con maldad, una locura que me hace
estremecer y hacerme pequeño frente a él

—Estás mal —Quise volver a llorar

Él ignoró mi comentario y guardó el boleto de avión debajo de un pedazo de madera cerca del espejo. Me
observó detenidamente

—Dormirás en el cuarto, no me arriesgaré a que huyas —Espetó el fríamente

Como no me moví me jaló del cabello y pese a mis gritos no me soltó. Me aventó al cuarto y caí al suelo,
me di la vuelta y lo último que vi fue la puerta cerrándose detrás de mí. Me levanté y golpee con fuerza
pero Suga dio un fuerte golpe del otro lado y me hizo sobresaltar. Me arrastré hacia atrás pegándome a la
pared y haciéndome bolita. Hundí mi rostro en las rodillas y cerré los ojos, la risa de Suga retumbó en mi
mente. Me tapé los oídos y volví a llorar con fuerza

Quería despertar, alejarme de él y huir... dejar atrás esta pesadilla y este infierno. Pero al pensar en ello
sentí una daga atravesándome, me di un fuerte golpe en la cabeza mientras gritaba

No importaba lo que hiciera, era demasiado tarde

Él ya se había convertido en mi perdición

Y yo en su títere

Su juguete

Pero la amarga verdad resaltaba pese a todo...

Ya no podía vivir sin él

[Asesino POV]

Después de encerrar al mocoso en mi cuarto me fui a sentar en el sofá. Pasé mi mano por mi cabello y lo
agité mientras trataba de conservar la calma.

Pensé de nuevo en la abrumadora escena del hotel, el rostro del mocoso estaba deformado por el terror y
la ira. No creí que se fuera a comportar de ese modo, se vio tan vulnerable, frágil y más... humana de lo
que aparentaba. Sabía que él era sensible a ciertas cosas pero no a la muerte de madres e hijos.

354
Bueno, seguramente le recordó a él y a su madre y yo no había ayudado mucho precisamente al obligarlo
a ver la escena. Pero debía admitir que adoraba verlo en ese estado de fragilidad y vulnerabilidad. Me
hacía sentir poderoso y de un cierto modo intimidante. Sin embargo, por alguna extraña razón, mi deseo
de mancharme las manos de sangre aún no se habían zaceado... Y digamos que el hambre de sexo
tampoco.

Observé el cuarto de nuevo en el que se hallaba el mocoso, pensé en irrumpir para pasarla bien un rato
pero la verdad no tenía ganas de hacerlo con él. Me levanté y cogí mi máscara y me acerqué a la puerta.
Observé de nuevo el cuarto del mocoso y acto seguido salí de la cabaña. Observé el entorno y vi que la
noche había dominado por completo el cielo, sonreí por mis adentros y me encaminé a la carretera con el
cuchillo en mano. De tan solo pensar que una desafortunada persona moriría hoy hacía que mi excitación
aumentara peligrosamente. Amaba la sangre, vaya que la amaba, y matar era simplemente una de mis
adicciones más enfermizas y locas. Pero no podía hacer nada al respecto, matar era lo único que me
controlaba...

Caminé en silencio por la carretera y no tardé en llegar al pueblo. Pasé detrás de los edificios y me
sorprendí bastante al ver las calles tan desiertas. Estuve buscando con la mirada cualquier movimiento
pero estaba completamente solo en el área. Refunfuñé molesto y comencé a caminar por un callejón, si no
lograba matar algo humano debería matar algún pobre animal para no quédame con las ganas.

Observé fijamente un gato negro que estaba frente a mí, me clavó sus ojos amarillentos y maulló. Saqué
mi cuchillo y avancé lentamente hacia el gato quien se quedó estático viéndome fijamente, bufó mientras
erizaba su espalda y me mostraba sus colmillos. Levanté el cuchillo dispuesto a abalanzarme sobre la
pobre bestia pero una voz me distrajo... una risa mejor dicho

—Ya voy en camino a casa —Escuché una risa femenina no muy lejos— No hay nadie en las calles así
que llegaré rápido —Otra risa— No estoy segura de cortar, necesito pensarlo

Me puse contra la pared y agudicé mi oído. Escuché los pasos más cerca y no tardé en ver una chica pasar
con el teléfono en mano riendo. Me escabullí entre las sombras y salí del callejón en silencio mientras
seguía a la pobre chica.

Esta vez se salvó el maldito gato

La chica colgó y guardó su teléfono, vi que se metió en un callejón. Me metí a otro callejón que estaba
junto a mí para sorprenderla. Corrí mientras soltaba una pequeña carcajada y esperé del otro lado a la
princesa. Ella salió y la cogí del cuello, gritó y la estampé con fuerza en la pared pegando mi cuerpo
contra el suyo, ella cerró los ojos

—No traigo dinero —Dijo temblando— Por favor

—Deberías abrir los ojos y verás que el dinero no me interesa —Solté divertido

La chica abrió sus ojos lentamente. Abrí un poco la boca e inmediatamente abrí más mis ojos realmente
sorprendido, los ojos verdosos de esa chica eran muy parecidos a los del mocoso. Ella ahogó un grito y sus
ojos brillaron debido a las lágrimas,

—Por favor —Rogó la princesa. — Por favor no

355
—Shhh, tranquila —Sobé su cabello que era castaño claro, sollozó y sus mejillas se tornaron ligeramente
rosas— Trataré de no ser muy sangriento

La tiré al suelo, ella trató de arrastrarse para coger su teléfono, pero lo pateé lejos. Pisé su mano y soltó un
alarido de dolor mientras trataba de empujar mi pie. Sonreí y la jalé del cabello mientras la arrastraba
hacia atrás, forcejeó y soltó otro grito de dolor

—Quédate quieta, joder —Le di un fuerte tirón a su cabello y la solté

La muchacha trató de levantarse, pero jalé de sus piernas causando que cayera de nuevo en seco al suelo,
me coloqué encima de ella y le di la vuelta para que me viera. En sus ojos podía ver la agonía que sentía y
su desesperación. Levanté el cuchillo y ella inmediatamente comenzó a negar con la cabeza mientras sus
lágrimas salían a mares

—¿Cómo te llamas princesa? —Limpié una lágrima de su mejilla con el filo de mi cuchillo, ella gimió

—A-Alexandra —Dijo débilmente

—¿Alexandra? —Levanté una ceja— Y dime Alexandra, ¿Qué hace una jovencita tan linda como tú sola
en las calles a altas horas de la noche?

Alexandra tragó saliva cuando acerqué mi cuchillo a su rostro, tomó una gran bocanada de aire cuando
levanté su barbilla y le sonreí

—Fui con una a-amiga —Tartamudeó

—Ya veo... —Sonreí— ¿Prefieres que te corte la cabeza o te corte en dos por la cintura? —Pasé el filo de
mi cuchillo por sus mejillas

—Estás demente... —Susurró— Por favor déjame vivir y haré lo que quieras

—No tienes nada que sirva para mí —Ladee la cabeza— Así que no

La apreté con más fuerza contra el suelo, enterré la punta de mi cuchillo en su vientre y comencé a hacer
un corte, gritó y comenzó a retorcerse. Extraje el cuchillo y comencé a tararear en voz baja mientras lamía
la sangre de mis dedos y volvía a pasar el cuchillo por su cuerpo. Le hice un corte en sus pantalones
provocando que se mancharan de su sangre, Alexandra gritó de nuevo y comenzó a suplicar por su vida.

Extraje el cuchillo y comencé a cantar un poco más fuerte mientras reía, llevé el cuchillo a sus ojos y negó
con la cabeza. Rocé sus cejas ý comencé a bajar el cuchillo para extraerle sus lindos ojos, ella sin embargo
de algún modo agarró mi brazo con fuerza y lo aventó.

Me tomó desprevenido cuando me empujó con fuerza y dio una vuelta para levantarse y correr. Sin duda
fui más rápido y la cogí del brazo, se lo torcí y ella cayó el suelo de rodillas. Le di una patada en la
espalda y ella arqueó su torso mientras soltaba un grito de dolor, pasé el cuchillo por su nuca y cuello y
comencé a enterrar la punta de mi cuchillo dando vueltas por su piel.

Alexandra se tiró al suelo mientras trataba en vano de volver a huir, la jalé de nuevo y me encargué de esta
vez llevarla a una parte alejada de la luz. Me frené en la esquina de una tienda, Alexandra me pateó con

356
fuerza y al tratar de sostenerla me mordió. Esta vez no aguanté y le di un fuerte golpe, ella cayó al suelo
inconsciente mientras la sangre brotaba de su cuerpo y su cabeza

Me pasé la mano por el cabello y comencé a darle vueltas al cuerpo

—Joder, joder, joder —Comencé a repetir una y otra vez

Me frené al ver a Alexandra moverse ligeramente, gimió y se removió mientras trataba en vano de
levantarse. Se apoyó en sus manos para subir pero se dejó caer de golpe al suelo mientras sollozaba. Vi su
mano empapada de sangre, me acerqué a ella y la levanté por la cadera. Se removió débilmente, la pegué a
la pared y ella se apoyó mientras bajaba la mirada. Agarré su barbilla para que me viera fijamente, sus
ojos parecían muertos

—No me hagas más esto... Susurró— Sólo mátame y ya

—Si lo hago rápido no será divertido —Me acerqué a ella pegando mi cuerpo contra el suyo, ella se hizo
chiquita y soltó un ligero jadeo— Me gusta torturar a mis víctimas

Alexandra suspiró cansada, sentí su cuerpo deslizarse suavemente. Ella cerró los ojos y mordió su labio
con fuerza. Su pierna derecha se deslizó aún más y al estar entre mis piernas sentí el roce su cuerpo contra
mi zona íntima. Sonreí por mis adentros

—Aunque ahorita que lo pienso —Coloqué mis brazos en la pared para acorralarla, ella levantó la
mirada— Antes de matarte puedo hacer que lo disfrutes un poco más

Alexandra parpadeó varias veces y tragó saliva. Llevé el cuchillo al valle de sus pechos y tiré suavemente
de su camisa con mi cuchillo. Ella abrió la boca y se tensó. Agarró mi mano con suavidad provocando una
extraña sensación de incomodidad; retiró mi mano y mi cuchillo de su blusa y me soltó. Se acercó
lentamente a mí y suspiró, desvió la mirada toda roja

—S-sólo —Tartamudeó ella— No me mates, y haré lo que quieras

Enarqué una ceja, ella lamió sus labios y se retiró la blusa lentamente. La dejó caer en el suelo con
suavidad y se abrazó a sí misma. Me observó con cierta timidez y se fue acercando. Sonreí cuando la tuve
suficientemente cerca, la jalé de la cintura para sentir su calor corporal. Ella llevó sus manos a mi camiseta
y la levantó con suavidad, me hice para atrás para ayudarla a quitarme la prenda.

Abrió mucho los ojos y observó mi abdomen, un ligero rubor se apoderó de sus mejillas. No aguanté,
odiaba hacer las cosas con lentitud. La estrellé contra la pared pegándome completamente a ella y
comencé a chupar y morder su cuello. Ella se aferró a mi espalda y sollozó ligeramente. Sonreí y llevé mis
manos a mi cuchillo y rasgué los pantalones de Alexandra, ella me empujó suavemente y tembló. Me
clavó la mirada, suspiró y se retiró sus pantalones para quedar en ropa interior frente a mí. Mordí mi labio
y sonreí

—Quítate el sostén —Ordené

Alexandra llevó sus manos con rapidez a su espalda, pero la detuve.

—Con calma —Dije mientras trataba de conservar la paciencia

357
Alexandra bajó el ritmo, mordí mi labio impaciente mientras veía el sujetador caer lentamente de su
cuerpo dándome una espléndida vista de sus pechos.

—Supongo que ahora es mi turno, ¿no crees? —Le sonreí, ella se ruborizó— Pequeña...

Ella me observó perpleja y se acercó a mí penosamente. Apretó sus labios y se agachó suavemente hasta
apoyar sus rodillas en el suelo. Llevó sus manos temblorosas a mis pantalones y comenzó a tirar
suavemente de ellos. La ayudé a quitármelos y ella observó hipnotizada mi cuerpo, parpadeó varias veces
y vi que esbozó una sonrisa apenas perceptible.

—No te detengas —Dije con voz imponente

Alexandra me observó rápidamente y volvió a bajar la mirada. Mordió con fuerza su labio y llevó sus
manos a mi bóxer, dudó unos segundos, pero finalmente comenzó a bajarlos lentamente. Tomó aire y
aguantó la respiración mientras bajaba por completo mi última prenda. Abrió mucho los ojos y un potente
rubor se apoderó de su rostro. Reí.

—Gracias —Dije con cinismo— Aprovechando tu posición podrías comenzar

—¿Comenzar? —Preguntó confundida

—Ya sabes de qué hablo —Sonreí

Me observó y dudó mientras levantaba suavemente su mano, hundió sus dedos en la palma de sus manos

—Sin pena, pequeña —Sonreí con maldad

Negó con la cabeza repetidas veces y yo asentí. Ella dejó de negar y lamió sus labios, sonrió débilmente y
rozó con la yema de sus dedos mi miembro, mi cuerpo reaccionó y sonreí. Ella lo rozó de nuevo y esta vez
llevo su mano derecha a mi miembro y lo cogió con confianza.

Cerré los ojos y el estúpido mocoso vino a mi mente, agité mi cabeza tratando de ahuyentar su rostro, pero
él seguía ahí plasmado. Con su sonrisa, su rubor, cruzado de brazos... desnudo.

Abrí de nuevo los ojos, no debía pensar en él. Pasé mi mano por el cabello de Alexandra, ella se
estremeció y prosiguió su movimiento. Sostuvo con firmeza mi miembro, bajé la mirada y vi que ella se
había quedado estática. Me estremecí y mordí mi labio, Alexandra levantó suavemente la mirada y me
observó con picardía. Levanté la mirada y me sorprendí cuando vi que portaba sus bragas a la mano así
quedando completamente desnuda frente a mí.

Como una fiera hambrienta la pegué a mí y levanté su pierna para entrar desesperadamente en su húmeda
vagina. Alexandra gimió cuando entré con brusquedad y comencé a moverme. La chica comenzó a gemir
placenteramente, pasé mi mano libre por sus heridas para hacerlas sangrar. Ella gimió de dolor mientras la
seguía penetrando con fuerza. Gimió ferozmente y se aferró a mí, mordí su cuello y lo lamí mientras
sentía todo en mi palpitar

Los minutos pasaban, Alexandra estaba empapada de sudor y jadeaba con ganas. Me estremecí y solté un
gemido ronco cuando sentí de nuevo llegar al clímax. Alexandra llegó a un orgasmo y se deslizó
suavemente pegando su cuerpo de nuevo al mío. Se sostuvo de mi cuello y me clavó la mirada, se acercó y

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rozó mis labios con los suyos. Retrocedí al instante, pero ella se adelantó y pegó sus labios en los míos.
Me quedé estático mientras ella pasaba la mano por mi mejilla y se pegaba a mí, yo me quedé quieto
esperando sentir algo

Pero no sentí nada.

La empujé con brusquedad, retrocedió visiblemente sorprendida. Me acerqué a ella amenazante,


Alexandra retrocedió al instante. Agarré mi cuchillo del suelo y sin pensarlo dos veces enterré mi cuchillo
en su estómago. Ella ahogó un grito y se quedó estática con el cuchillo clavado en la piel.

Alexandra sujetó el mango del cuchillo llenándose las manos de sangre pero se detuvo. Me acerqué y
extraje el cuchillo de nuevo, ella ahogó otro grito y comenzó a sacar sangre por la boca. Enterré el cuchillo
de nuevo y esta vez cayó en mis brazos

—Gracias por el excelente oral... realmente me hiciste pasar un buen rato —Susurré en su oído— Por
desgracia solo para eso sirvió tu linda boca

Extraje de nuevo el cuchillo y retrocedí. Alexandra cayó al suelo en un charco de sangre, sus ojos estaban
inexpresivos viendo un punto fijo. Enterré el cuchillo una última vez en su cuello y lo extraje con fuerza,
la sangre salió de forma irregular y disparada en un chorro. Guardé el cuchillo mientras me alejaba del
cadáver del cual ya estaba estático.

Pensé en volverla a tomar, pero estaba cansado y no quería dejar al mocoso fuera mucho tiempo. Cogí mi
ropa y salí corriendo del lugar, muy tarde para dejar mi marca y mis detalles hermosos.

No tardé en llegar a la cabaña, entré con el aliento corto y me apoyé en la puerta. Tomé aire y suspiré
hasta que mi pulso se calmó. Me incorporé y me dirigí a la habitación del mocoso estúpido. Abrí
ligeramente la puerta y lo observé profundamente dormido mientras abrazaba una almohada

Entré sigilosamente a su cuarto y me senté en la cama mientras lo observaba fijamente. Retiré parte de su
cabello del rostro y me acerqué suavemente a él. Él respiraba profundamente y exhalaba con suavidad.
Bajé la vista y observé sus labios que estaban enrojecidos.

Pensé en el beso de Alexandra y lo frío e incómodo que me sentí. Fue peor que besar a un muerto, aparte
de repugnarme me sentí vacío. No sentí absolutamente nada. Fue como besar una pared, de hecho hasta
besar una pared fue más excitante.

Me acerqué más al mocoso casi hasta sentir su respiración. Levanté un poco su cara y lo observé
fijamente. Me acerqué pero me frené, me volví a acercar y de nuevo me frené. Así consecutivamente hasta
sentir sus labios rozar los míos. Me acerqué un poco más y atrapé sus labios, gracias a que estaba dormido
me resultó fácil abrirlos e introducir bien mis labios en su boca.

Comencé a besarlo y sentí un calor reconfortante recorrerme todo el cuerpo. Gemí y me introduje más en
su boca deseoso de sentir el sentimiento con más intención. Mi cuerpo se alocó de nuevo rogando por
devorarlo ahí mismo. Jimin… Joder, Jimin… Deslicé mis manos por su mejilla y hasta su nuca para
profundizar el beso, pero me detuve en seco.

359
Me separé bruscamente de él, me levanté de un brinco y salí casi corriendo del cuarto. Me jalé el cabello
mientras sentía mi respiración agitarse. Mordí mi labio con fuerza mientras me sentaba en el suelo, me jalé
el cabello de nuevo con frustración.

"¡¿Por qué mierda hice eso?!"

"Esto se salió de control"

"No tiene remedio"

"Hay uno remedio maldito imbécil"

"Mierda, es cierto. No nos queda otra opción"

"No maricón, no hay otra"

Levanté la mirada lentamente y retiré mi máscara, la observé fijamente y luego la dejé en el suelo

—El fin —Susurré mientras veía la puerta de la habitación— Nuestro fin está cerca

Este siempre fue un juego, un juego en que ambos decidimos jugar. Esperamos a ver quién caía primero
pero ambos caímos al mismo tiempo.

Era un juego peligroso

Un juego mortal

Un juego de obsesión y deseo

Y yo ya iba a ponerle fin

360
Capítulo 32. "No te atrevas…"

[Jimin POV]

Era la víspera de Navidad, me encontraba sentada frente a la mesa vacía aún con la comida humeante,
balanceaba mis pies mientras apretaba con fuerza mis muñecas. Observé el reloj y vi que eran pasadas las
once de la noche. Suspiré y observé las tres sillas alrededor de la mesa

—Feliz Navidad, Namjoon —Le dije a la silla a mi izquierda

Un extraño ardor en el pecho me recorrió, mordí mi labio y observé la silla a mi derecha

—Feliz Navidad, mamá —Dije esta vez con voz ahogada, observé la silla frente a mí— Feliz cumpleaños
papá...

Comencé a comer en la solitaria cocina mientras oía el tic tac del reloj resonar por la casa. Comencé a
pensar en un castillo enorme con un banquete delicioso, la gente bailaba, reía y tomaba. Me dejé llevar por
mi pequeño imaginación mientras pensaba en distintos escenarios.

Todo era perfecto hasta que abrí los ojos y volví a toparme con la realidad: Estaba solo en la víspera de
Navidad. Namjoon se había ido hace seis años, mi padre no lo conocía y mi madre estaba con su nuevo
novio. Me apartó durante ese plazo de tiempo para dedicarse a su novio asqueroso, yo tenía trece años y
había perdido un hermano... no era momento de perder también a mi madre

Terminé de cenar y recogí todo, subí a mi cuarto y traté de dormir un poco pero resultó imposible...
pasadas las dos de la mañana escuché sus voces

—¿No lo despertaremos? —Dijo el novio de mi madre, Christian

—Shhh —Mi madre rió— Jiminnie está profundamente dormido.

Cerré los ojos y me tapé con las sábanas al escuchar la puerta abrirse. Oí unos pasos rondar cerca y el
perfume de mi madre perforó mis fosas nasales al igual que el alcohol. Sobó mi cabello y me dio un
pequeño beso en la mejilla

—Duerme, mi amor. —Susurró mi madre

La puerta se cerró de nuevo y me quedé en la oscuridad total. Salí de la cama cuando ya no escuché nada y
bajé de puntitas las escaleras, abrí el refrigerador y saqué el bacalao que Christian tanto adoraba. Mi
madre era alérgica al pescado así que preparó para él y para mí solamente. Lo destapé y me paré de
puntitas, agarré el veneno de rata que teníamos mi madre y yo desde hace tiempo y se lo puse a la comida,
no me importaba dejar pruebas... nadie sospecharía de un nene y dulce como yo. Guardé el bacalao y el
veneno y subí a mi habitación, dormí en paz ansioso porque llegara la mañana siguiente.

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Tal y como lo esperaba, al bajar las escaleras Christian comenzó a gritarle a mi madre por no tener el
desayuno listo. Observé como le daba una bofetada frente a mí y al tratar de defenderla, él me golpeó con
fuerza causando que sangrara. Luego me ordenó que le trajera el bacalao. Mi madre lloraba en silencio
mientras hacía lo que el maldito posesivo le ordenaba. Agarré una buena dosis de bacalao y se la serví al
maldito quien me empujó y comenzó a comer como el cerdo que era.

Me quedé parado junto a él mientras mis ojos brillaban, mi madre observó que ya no había jugo y salió
corriendo a comprar mientras Christian estaba entretenido comiendo. Cuando la puerta se cerró detrás de
mi madre, Christian me observó con una sonrisa mientras yo le clavaba la mirada con repugnancia.

—Te pareces mucho a tu madre, Jimin —Aventó el plato y este se estrelló contra el suelo causando gran
alboroto— Sumiso, débil y fácil de engañar.

—Yo no soy como ella —Dije firme mientras me cruzaba de brazos

—¿No lo eres? —Se levantó quedando frente a mí, me llevaba casi el doble de altura

—Podrás ser alto y posesivo pero no caeré ante otro perdedor —Sonreí

Christian me agarró con fuerza el brazo mientras yo forcejeaba, me pegó a él mientras pasaba sus manos
por mi cuerpo. Pegué gritos mientras trataba de apartarlo, él me sujetó con fuerza

—¡Quédate quieto! —Ordenó mientras apretaba mi cintura con fuerza

—¡Suéltame! —Grité en llanto

Él me siguió manoseando, comencé a creer que la dosis de veneno no fue suficiente. Me pegó a la pared
con fuerza mientras me arrancaba el camisón de pijama, quedé expuesto ante él. Forcejeé y sentí como
deslizaba sus manos por todo mi cuerpo, lloré mares mientras él sonreía y pasaba las manos por mis
pezones, grité de nuevo

—Tu madre no está para salvarte Jimin... ¿quién lo hará? ¿Tu hermano? —Se burló

—¡Déjame en paz! —Grité mientras lo pateaba

Christian se alejó un poco y se sobó la rodilla, me pegué contra la pared completamente aterrorizado de su
reacción. Él rio con suavidad y negó con la cabeza, me estrelló con fuerza contra la pared mientras yo
temblaba como gelatina. Rozó mi mejilla

—Te mostraré que les pasa a los niños que me faltan al respeto... —Dijo él mientras bajaba el cierre de sus
pantalones y pegaba mi pecho a la pared

Sabía que de esta no saldría tan fácilmente por lo cual decidí darle otra buena patada, me abalancé sobre la
sala mientras oía sus gruñidos detrás de mí, lo traté de evitar y mientras huía para salvar mi virginidad
crucé la cocina tirando los cuchillos. Él gritó con rabia y me jaló del cabello mientras me tiraba hacia
atrás, perdimos equilibrio y caímos al suelo.

Coloqué mis manos para evitar el golpe y quedé casi encima de él, me tomó desprevenido y me arrancó lo
que quedaba de ropa. Grité mientras me cubría y las lágrimas me invadían, me colocó debajo de él y se

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quitó los pantalones, estiré mi brazo y agarré lo primero que había que fue un cuchillo. No lo pensé y se lo
clavé, él abrió muchos los ojos y abrió la boca, mi cuerpo tembló al sentir la sangre que escurría de sus
labios aterrizar sobre mi rostro. La puerta se abrió y entró nuestra vecina que al ver la escena gritó y llamó
a los policías.

El jurado dijo que era inocente, pero mi madre vivía aterrada de que sufriera un trauma a largo plazo,
aunque mi verdadero trauma fue que me tocara en las noches cuando ella no estaba...

—Fue defensa propia... —Explicó mi madre días después— No debes sentirte mal

—No lo hago —Dije tranquilamente— A decir verdad... estoy feliz de haber matado a ese imbécil

Mi madre me observó con preocupación y suspiró, quizás ahí comenzaba a darse cuenta que tenía un
problema pero entonces... ¿por qué nunca solicitó que me ayudaran?

¿Qué acaso no quería que su hijo se salvara de su monstruo interno?

¿O acaso le gustaba que su hijo fuera así?

¿Un demonio?

Nunca supe... y nunca lo sabré...

[***]

Sentí mi cuerpo pesado y una pequeño agitación. Traté de abrir los ojos pero escuché una sonrisa un poco
macabra, gemí

"Jimin"

La voz era la de Christian, me llamaba del mismo modo en que lo hacía cuando se metía a mi cuarto a
tocarme... cada día alimentando más el monstruo... la venganza... el miedo... la vulnerabilidad

"Jimin... déjame tocarte... sé un buen niño"

Apreté los ojos cuando sentí unas manos pasar cerca de mi cintura, gemí y apreté más ojos y mis labios.
Estaba rogando por despertar del sueño

"Jimin... sé un buen niño y quítate la ropa"

—¡NO! —Grité mientras abría los ojos— ¡NO ME TOQUES CHRISTIAN!

Mi pulso era acelerado, pestañee un poco al ver a Suga tomando mi brazo y observándome de mala
manera. Me zafé de su agarre y me alejé completamente roja, él levantó una ceja

—¿Quién mierda es Christian? —Preguntó él fríamente

363
—No te importa —Espeté— No me vuelvas a hacer eso

—Estabas a punto de golpearme estúpido —Dijo él con tono grosero

Lamí mis labios y lo observé con cierto temor y desprecio, se levantó y me cubrió con su sombra. Tragué
saliva al verlo más alto y sus ojos más oscuros de lo normal, se cruzó de brazos, agaché la mirada. Aún
tenía la fuerte impresión de tener a Christian frente a mí. Suga aventó algo a mis pies, observé y era unas
esposas

—¿Vas a esposarme? —Dije sin verlo

—A menos que cooperes y lo hagas por ti mismo —Dijo simplemente— Me iré a terminar algo y no
quiero llegar y llevarme una mala sorpresa

Lo observé, me estaba humillando y provocando. Quería reclamarle pero psicológicamente no estaba


estable para pelear. Observé las esposas y las acerqué a mí con lentitud, las admiré con cierto temor, mis
manos temblaron mientras batallaba por mantenerme firme pero ese recuerdo me había sacudido
fuertemente. Aún sentía el tacto de Christian y sus palabras para que fuera unn buen niño, palabras
inocentes para mucho, pero no para mí.

—Eres un buen chico —Dijo Suga cínicamente

Mis vellos se erizaron y mi corazón comenzó a bombear con fuerza. Mis manos temblaron y mi garganta
ardió. Cerré los ojos y traté de respirar pero no podía

"Te pareces mucho a tu madre, Jimin... Sumiso, débil y fácil de engañar"

Mi labio inferior tembló mientras soltaba las cadenas, mi vista se perdió. Me mantuve en un letargo hasta
que Suga azotó la puerta haciéndome brincar, soltaba chispas por los ojos... era aterrador

—Espósate... ahora —Dijo con lentitud y frialdad

—No seré más tu jodido perro. —Aventé las esposas lejos de mí y le clavé la mirada

Suga apretó sus puños y fue por las esposas, se acercó a mí de manera amenazante. Me levanté de un
brinco y observé la viva imagen de Christian. Corrí hacia él y lo abracé con fuerza

—¡No lo hagas, Christian! —Aullé mientras las lágrimas rodaban por mis mejillas— ¡Seré niño bueno!
¡Lo prometo!

—¿Qué mierda? —Suga me aventó con fuerza

Volví a ver a Suga quien parecía completamente confundido, retrocedí y me puse la mano en la frente
mientras observaba el suelo, sentía todo mi cuerpo temblar... no podía caer en lo que era antes... no...No
más

—Niño estúpido... —Dijo él amenazante

—¡Déjame! —Grité mientras le daba la espalda

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Agarró mis manos y me puso las esposas por detrás, seguí temblando y por más que quería no podía
frenar. Controlé mi respiración y me senté en el suelo viendo por la ventana, hundí mi rostro en mis
manos. Sentí la presencia de Suga bastante cerca

—¿Quién es Christian? —Dijo Suga a mis espaldas

—Nadie... —Dije tartamudeando

Se colocó frente a mí y me agarró del cuello, ahogué un grito y forcejee

—No te lo preguntaré dos veces —Dijo con voz aterradora

—Era el novio de mi madre —Sentí la falta de aire

—¿Y? —Levantó una ceja y apretó más mi cuello

—M-me abusaba cuando tenía...t-trece —El oxígeno se me fue por completo

Suga me soltó y caí de rodillas al suelo mientras tosía en seco. Él murmulló algo y me clavó de nuevo la
mirada, era letal pero a la vez un poco curiosa

—¿Te tocaba? —Preguntó él

—Sí —Me hice bolita de nuevo— Y-y no me hagas más p-preguntas... no quiero hablar de eso

—¿Qué le pasó?

—¿A quién?

—Al novio de tu madre

—Lo maté mientras me defendía —Observé el suelo

—¿Entonces no es la primera vez que te manchas las manos, verdad? —Sonrió

—No quiero hablar de eso —Dije con voz corta

—Normalmente debiste sufrir un trauma... pero tienes razón, no es mi problema. Al fin y al cabo, tú eres
quien tiene una vida miserable y carente de felicidad

Su comentario me atravesó como una daga ardiente, apreté mis puños y seguí viendo el suelo. Suga
avanzó a la puerta pero lo llamé

—¿Margaret Beaulon no sufrió también un trauma? —Lo observé fijamente

Suga se frenó en seco, me observó a través de su hombro amenazante

—¿Qué? —Espetó él con voz amenazante

—La chica que acabó en el psiquiatra... la que sobrevivió a ti. La que "no podía vivir sin ti ni tu belleza..."
se suicidó hace unos meses —Dije mientras lo observaba fijamente

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—Margaret era una chica con la cual me divertí bastante, pero no niño... nunca tuve relaciones sexuales
con ella si a eso te refieres —Sonrió— Fue más que suficiente torturarla psicológicamente y verla caer en
fantasías irreales... unas más locas que otras

—¿T-tortura psicológica? —Tartamudee

—No había nada más que adorara que verla gritar debido a su pequeño mente destrozada, la locura se
contagia, nunca lo olvides.

—T-tú si q-que estás enfermo —Tartamudee débilmente— Podrido y muerto por dentro

—Puede ser —Rió suavemente— Pero el amor por ciertas cosas me hacen aún... un poco humano

—¿Amor? —Solté una carcajada— ¿Qué sabes tú del amor?

—El amor es una debilidad y te hace vulnerable —Dijo él— Porque es el pretexto perfecto para morir por
alguien... y yo no quiero morir

—No sabes entonces lo que es realmente amar... ¿verdad? —Le clavé la mirada

Él sonrió provocando que todo en mí se estremeciera, soltó una siniestra carcajada y salió del cuarto.
Observé la puerta cerrarse y luego oí los pasos alejarse. Me levanté y me senté en la cama mientras veía
por la ventana, el sol brillaba en el exterior. Solté un largo suspiro y me acosté en la cama, aún sentía la
vulnerabilidad y el miedo apoderarse de mí. Cerré los ojos mientras me forzaba a no llorar... no debía
llorar más... nunca más...

Ya no era la Jimin de antes.

Yo no era como mi madre

Ya no sería más un niño bueno.

Yo... yo sería mucho peor

[Suga POV]

Cerré la puerta del cuarto del estúpido mocoso y me fui a la sala. Mi mente aún estaba procesando lo que
había sucedido, nunca la había visto comportarse de esa manera: Tan débil, temeroso, vulnerable y
completamente a la merced de alguien. Realmente era excelente actor fingiendo que no le importaba, pero
el pobre estaba ya mal así que no era de esperarse su exaltación

Me senté en la pequeña silla y observé el lugar que ahora estaba vacío, me apoyé en la mesa y observé el
cuarto a lo lejos. Me pregunto qué otras cosas me estaré perdiendo de su vida. Aunque claro, ya sabía
bastantes cosas pero no las suficientes

366
Seguí recogiendo las cosas y salí de la cabaña. Comencé a investigar el parámetro y a recordar todos los
caminos, una vez todo bien memorizado fui a la plaza. Atravesé la carretera y llegué a las fuentes, las
crucé y no tardé en llegar al parque, la imagen del mocoso se había apoderado de media ciudad. Eso sería
un pequeño problema si quería sacarlo de ahí... la salida internacional sería más complicada. Me senté en
la banca y cerré los ojos, pero sentí una presencia cerca de mí, instantáneamente los volví a abrir y vi a un
chico de cabello negro, un chico asquerosamente familiar...

—Hola —Dijo él sonriendo

—¿Te conozco? —Levanté una ceja

—N-no creo —Rio con nerviosismo— Me llamo Seokjin

—El hijo del alguacil, ¿no? — Sonreí

—Sí... ese misma —Hizo una mueca— ¿Quién eres tú?

—Agust —Mentí, si tan solo supiera frente a quién está realmente

—¿Eres nuevo? Nunca te había visto... —Se sentó junto a mí

—Vacaciones —Me alejé— Me voy hoy

—Ya veo —Se volvió a acercar, sentí un sabor amargo en la boca mientras me controlaba para no
aventarlo.

—¿Quién es el desaparecido? —Señalé una foto de Jimin

—Un chico de mi instituto, ojalá no la encuentren —Sonrió

—¿Lo odias? —Levanté una ceja

—Es una persona muy rara... violenta... bipolar... —Hizo una mueca

—¿Y por eso lo odias? —Espeté

—No me trata de la mejor manera que digamos, a nadie en el instituto. Aunque el último día fue un poco
más dulce... a mi prima Natasha le agrada

—¿Una rubia? —Levanté una ceja

—¿La conoces?

—La he visto —Sonreí por mis adentros

—Ya veo —Dijo él mientras hacía una sonrisa vomitiva— ¿Tienes teléfono chico bonito?

—Lo perdí —Sonreí con falsedad

—¿Redes sociales?

367
—No me gusta exponer mi vida personal

El tal Seokjin me observó fijamente y levantó una ceja, le hice entender con mi mirada que no me
interesaba estar con él. Se levantó y observó su teléfono

—¡Qué cosa! Mi novio me llama —Se hizo el apurado— Fue un placer Agust, nos vemos

Lo vi alejarse y desaparecer entre la multitud. Ahora entendía por qué el mocoso odiaba a todos aquí, eran
todos tan idiotas... podría rebanarles el cuello a todos en una semana y seguiría saliéndome con la mía.
Levanté la vista al cielo y mi teléfono comenzó a vibrar

—¿Sí? —Pregunté

—Está todo listo —Dijo la voz del otro lado

—Gracias —Una sonrisa se dibujó en mi rostro

—Me deberás pagar bien

—Créeme... lo haré

Colgué y guardé mi teléfono, después de seguir perdiendo el tiempo y ver el sol ocultarse detrás de unas
montañas no tuve más remedio que regresar. Abrí la puerta y un extraño silencio me invadió, abrí la
puerta del cuarto con delicadeza. El cuarto donde se encontraba el mocoso. Él estaba sentado frente a la
ventana viendo el vacío. Su mirada estaba perdida y parecía estar soñando despierto, cerré la puerta y me
acerqué a él

—¿Qué necesitas? —Dijo él sin apartar la mirada

—¿Llevas así cuatro horas? —Enarqué una ceja

—¿Tan rápido? —Dijo él inexpresivo— Creí que fueron tan solo unos minutos

Me acerqué lentamente y le quité las esposas, él se giró y trató de golpearme pero agarré su brazo, sonreí
mientras él trataba de zafarse

—¿No te cansas, cierto? —Dije fatigado

—Valía la pena intentarlo —Se zafó de mi agarre y siguió viendo la ventana

—En serio estás enojado —Solté una agradable carcajada— Qué hermoso

—¿Puedes dejar de hacer eso? —Me clavó la mirada— ¡No me gusta sufrir!

—Yo adoro verte sufrir pequeño mocoso... me encantaría embriagarme con tus sollozos y gritos de dolor...
que supliques piedad

Él me observó inexpresivo y bajó la mirada a mis labios, los observó y desvió la mirada

—Pesando aún en el beso, ¿verdad? —Lamí mi labio

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—Déjame en paz —Me dio la espalda

Lo jalé de los hombros y lo reincorporé para que quedara frente a mí, se tensó y me acerqué a él pegando
mi cuerpo al de él. Sentí inmediatamente su temor y deseo combinado... me acerqué aún más casi hasta
sentir sus labios rozar los míos mientras pasaba las manos por sus brazos. Él se tensó al instante y soltó un
gemido apenas audible

—¿Por qué no me besas? —Quería hacerlo sufrir

—Porque no volveré a besarte... no después de lo que me has hecho —Dijo con voz corta

—¿Tan malo he sido? Yo diría que fui bastante leve pequeño —Rocé su mejilla

Él me observó fijamente, sus ojos verdes estaban bastante apagados y aún los podía ver enrojecidos. La
rabia amenazaba con salir pero resultó imposible. Quería torturarlo aún más, hacerle sufrir un poco

—Más te vale que te acostumbres a esto —Rocé sus brazos

—Solo espero la noche —Sonrió con amargura— Para finalmente poderme alejar de ti

—Qué tonto eres —Negué con la cabeza— ¿Realmente crees que te dejaré sabiendo que puedes
delatarme? ¿Dejarte ir cuando ya me has visto sin la máscara?

—¿Me llevarás contigo? —Su voz sonó ansiosa pero mantuvo su expresión seca y dura

—¿Tú qué crees? —Sonreí

Él se tensó y negó con la cabeza, yo asentí y me alejé de él

—Prepara tus cosas, el vuelo sale mañana en la mañana —Me levanté

—Ten en cuenta que si me llevas contigo aprovecharé cada oportunidad que tenga para matarte

La voltee a ver a través de mi hombro y sonreí, esto sería muy divertido

—Estoy ansioso —Me burlé

Salí riendo y le cerré la puerta... esto realmente sería divertido y exquisitamente doloroso

[Jimin POV]
Aún estaba aturdido por las palabras de Suga, quería provocarme, jugar conmigo... pero no lo permitiría
más. Mi odio hacia él regresó... mi venganza... mi determinación... la sed de sangre... todo regresó
haciéndome sentir nuevo y poderoso.

Le haría creer que no podía matarlo, y cuando vuelva a agarrar confianza me encargaré de hacerlo sufrir
antes de desmembrarlo por completo. Le arrancaría los intestinos y haría platillos con ellos, le quitaría los
ojos y se los pondría a muñecas. Arrancaría sus uñas, su lengua, abriría su estómago y le quitaría todos sus

369
órganos para luego ponérselos en la boca y que se atragantara con ellos. Quizás hasta podría obligarlo a
tragar el vómito después...

Mi estómago se revolvió de tan solo pensar en eso, aún tenía cierta sensibilidad al gore pero me había
estado acostumbrando, aunque no creo que sea capaz de ver alguien partido por la mitad frente a mí.
Bueno... quién sabe.

Observé la puerta y pensé en salir, pero no quería verlo, ni hablarle, así que me quedé en la recámara
sentado en la cama. Observé por la ventana, lo noche no tardaba en caer. Me acerqué a la mesa de noche y
agarré unas tijeras depositadas gentilmente encima de él, sobé el filo y las deposité de nuevo en su lugar.
Me dirigí a la puerta y la abrí suavemente

—¿Estás aquí? —Pregunté

Avancé, la cabaña estaba completamente a oscuras, me tropecé con unos paquetes y muebles. Mordí mi
labio cuando me golpee el dedo pequeño del pie derecho. Busqué la lámpara, la luz era muy débil y la
oscuridad parecía una extraña neblina que me impedía ver mucho

—Ya basta, esto no es gracioso —Dije molesto

Sentí que me cogieron por detrás, me rodearon y taparon mi boca, mordí la mano de mi atacante

—¡Quédate quieto! —Escuché a Suga con tono grosero

Obedecí y nos acercamos a la ventana, había luces y perros caminando. Escuché a Suga maldecir por lo
bajo y arrastrarme a la oscuridad. Me destapó y me colocó frente a él

—No hagas ruido... saldremos por detrás ¿bien? —Dijo él sin apartar la vista de la ventana

—¿Quiénes son? —Pregunté

—Policías —Dijo él

Se me heló la sangre y tragué con dificultad. Sentí algo pesado cerca de su pecho y un poco duro pero no
le di importancia, quizás eran sus armas. Me jaló con brusquedad cerca del baño, retiró un pedazo de
piedra que había y una puerta apareció. La abrió y salimos en silencio, observé el entorno, la luna se había
alzado en el cielo negro. Observé a Suga quien comenzaba a retroceder silenciosamente, se colocó su
máscara y me clavó sus bellos ojos. Me quedé atrás mientras observaba el entorno... podría ser mi
oportunidad para huir

—Sígueme, y no se te ocurra huir —Amenazó, parecía haber deducido mis pensamientos

Lo seguí mientras observaba las luces dirigirse a la cabaña, aceleramos paso pero nos detuvimos en seco
al ver un perro frente a nosotros gruñendo. Suga retrocedió chocando conmigo, me aferré a su brazo

—Tranquilo perrito... —Dijo Suga mientras sacaba algo de su bolsa

—¿Qué haces? —Murmullé

370
Suga sacó un hueso de juguete y lo lanzó, el perro ladró y salió corriendo tras el hueso, Suga me jaló del
brazo y comenzamos a correr sin rumbo fijo... al menos eso parecía. Nos detuvimos de nuevo en seco al
ver patrullas frente a nosotros detrás de unos árboles. Suga se desvió a la izquierda mientras escuchaba los
ladridos de los perros a mis espaldas y las pisadas aceleradas de los policías. Suga siguió acelerando paso
hasta que divisé otra casa de piedra abandonada, Suga me metió dentro y se colocó junto a mí. Nos
apoyamos en la pared con el aliento corto

—Eso no debió haber pasado... ¿verdad? —Lo voltee a ver

Él no respondió y observó por la ventana, algunos policías pasaron corriendo. Nos quedamos en silencio
hasta que algo entró por la ventana, Suga observó el objeto pero inmediatamente comenzó a salir un
extraño humo que comenzó a marearnos, me jaló de nuevo y fuimos a la parte trasera. Daba colina abajo
pero observé patrullas no muy lejos, la sangre se me heló

—Salgan de donde quiera que estén —Se oyó por el megáfono

—Mierda... mierda...mierda —Suga comenzó a recorrer el lugar con la mirada

—¿No van a atraparnos, cierto? —Le clavé la mirada temblorosa

—¡Cierra la boca! —Espetó mientras retrocedíamos

Íbamos a dar la vuelta pero las patrullas estaban fuera de la casa y había varios oficiales apuntando las
ventanas y puerta de entrada. Me estremecí y me pegué a Suga mientras mis ojos se abrían de par en par.

—¡Salgan o dispararemos! —Ordenó una voz

—Saldremos de esta... —Observé a Suga— Tú siempre tienes un plan... ¿verdad?

Él me observó fijamente, noté cierta tristeza en su mirada e hizo una mueca, negué con la cabeza y agarré
su rostro entre mis manos, él se separó con brusquedad

—Saldremos de esto... —Dije tembloroso— Debe haber un modo

—Mocoso... —Dijo él cansado

—Saldremos de esta —Repetí

—Tú puedes salir de esta... eres una víctima —Dijo él secamente

—¡No te dejaré! —Aullé

—Mocoso... —Repitió él un poco más cansado

—¡No, déjame acabar! —Mis lágrimas amenazaban con salir— Puedes ser un imbécil, creído bipolar pero
no te dejaré aquí... me iré contigo... cueste lo que cueste

—¡Escúchame! —Gritó haciéndome brincar— ¡No hay salida! ¡Entiende que estamos rodeados!

—¡NO TE DEJARÉ! —Grité

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"No llores, no llores"

"No, no lo haré"

—No te dejaré —Repetí mientras me tragaba las lágrimas— Y podrás hacer cualquier cosa pero no te
dejaré

—Lo sé —Dijo él con voz cansada

—Entonces no insistas... —Dije molesto

—¿Por qué quieres seguir conmigo? Yo no puedo seguir contigo

—Ay por favor no es que vayas a enamorarte de mí

—¿Entonces qué haces tú conmigo? —Me clavó la mirada molesto

—Porque siento la necesidad de estar contigo, de ser yo mismo

Él negó con la cabeza y retrocedió, tomé aire y busqué su mirada. Mordí mis labios y lo observé
detenidamente, él enarcó una ceja

—Hallaré el modo de que salgamos —Dije fríamente mientras observaba a los policías

—Entiende que yo no puedo estar contigo —Dijo él con cierto fastidio

—¿Por qué? —Le clavé la mirada

—No quiero

—¿Por qué? —Insistí

—Porque no puedo seguir más con esto... —Dijo él

—¿Qué? —Abrí los ojos

Me tomó desprevenido cuando me empujó con fuerza hacia atrás, perdí equilibrio y rodé colina abajo
mientras buscaba con desesperación de agarrarme de algo. Me hice una herida y no pasó mucho tiempo
antes de que quedara a los pies de los oficiales con los focos de los coches iluminando mi cara. Un oficial
se acercó corriendo con el comunicador a la mano

—Lo tenemos... lo tenemos —Dijo el oficial

Me ayudaron a levantarme pero forcejee, levanté la vista y vi a Suga bajar tranquilamente la colina. Mis
ojos se abrieron como platos ¿qué tramaba? ¿QUÉ ESTABA HACIENDO?

—¿QUÉ HACES? —Grité con fuerza

Todos los oficiales lo apuntaron con sus armas, Suga se detuvo a unos metros de nosotros y levantó
ligeramente las manos. Me revolqué en los brazos del oficial

372
—Ponga las manos en la nuca o dispararemos —Advirtió un oficial

Suga llevó las manos a su nuca y se colocó de rodillas al suelo. Mi mente no procesaba esto que pasaba...
¿se estaba entregando? ¿Voluntariamente?

—El famoso Suga... —El oficial se burló— Debe ser un momento vergonzoso para ti

Suga no respondió y me clavó la mirada. Me robó todo el aliento, parecía... una mirada...

Una mirada de alguien que sabe que ya va a morir

—Quédate quieto —Advirtió otro oficial

Se acercó apuntándolo con la pistola, Suga se mantuvo firme viéndome fijamente, sentía que quería
decirme algo pero no entendía qué era. El oficial se agachó para agarrar las muñecas de Suga y esposarlo,
pero en un brinco Suga sacó su cuchillo y se lo enterró en el cuello al oficial quien cayó al suelo
desangrándose. Suga evitó una bala y se refugió en el cadáver, vi que sacó una pistola y comenzó a
disparar, yo me traté de zafar del agarre de oficial

Ya entendía el punto, estaba planeado, matábamos a todos y luego huíamos. Buen plan... un poco
arriesgado. Suga siguió disparando y le dio a varios oficiales, quedaban muy pocos hasta que vi oficiales
bajar corriendo la colina. Apuntaban con sus armas y el eco de las pistolas me provocaba dolor de cabeza.

—¡CUIDADO ATRÁS! —Grité

Suga volteó y disparó de nuevo, cayeron tres oficiales. Unos se acercaron y comenzaron a pelear con él
pero era muy hábil y acababa uno con uno. Me di un pisotón al oficial quien gritó y me soltó, traté de
correr a Suga. Él parecía ir bastante bien, no tardó en hacer caer a los demás oficiales

Gracias a las técnicas de combate aprendidas logré darles a otros oficiales, Suga se refugió detrás de un
árbol e hizo caer a los tres oficiales restantes que estaban aquí. Observé el entorno, estaba temblando.
Cogí la pistola para ayudar a Suga a matar a los demás policías que bajaban por la colina.

Me puse detrás de él y disparamos juntos mientras nos ocultábamos detrás de los árboles o a veces detrás
de las patrullas. Finalmente logramos hacer caer a todos

—Repórtense nuevos oficiales —Se oyó en el comunicador

Voltee detrás de mí, habían dos oficiales viniendo hacia nosotros. Suga sonrió y disparó, me tiré al suelo
mientras cargaba de nuevo la pistola. No tardarían en venir más oficiales si no nos dábamos prisa.

—Mierda... —Susurré

Salí detrás de la patrulla y vi a los dos oficiales caídos. Me helé por completo al ver a Suga encima de uno
clavándole el cuchillo en su pecho repetidas veces. Me alejé de unos cuántos pasos y corrí a la patrulla
para cortar la comunicación. Así al menos podríamos ganar unos minutos extras

373
Me reincorporé para buscar una salida pero escuché un sonido de pistola cargándose. Me quedé helada
creyendo que era un oficial pero recordé que habíamos matado a todos. Me di la vuelta y observé
extrañada al ver a Suga cargando la pistola

—¿Por qué la cargas? —Pregunté— Podemos huir perfectamente

Él no respondió y cogió bien la pistola, sonrió y negó con la cabeza. Comenzó a reírse en voz baja

—¿Qué es gracioso? —Pregunté secamente

—¿Aún no lo entiendes, cierto? —Me observó con burla

—¿A qué te refieres? —Levanté una ceja

—Qué ingenuo eres mocoso... —Rió suavemente— ¿Quién diría que eras tan fácil de engañar?

Tragué saliva y retrocedí unos pasos, su mirada de burla me estaba provocando escalofríos. Me mantuve
firme pese a todo

—¿A qué va todo esto? —Me crucé de brazos

—Mi querido mocoso... —Soltó una sombría carcajada— ¿Recuerdas lo que te había dicho?

—Me has dicho muchas cosas —Retrocedí un poco más

—Te he dicho que soy deshonesto y mentiroso... —Susurró él— Siempre lo he dicho

—Lo sé, ¿qué tiene que ver? —Pregunté

—Deberías haberlo captado... —Sonrió

Me quedé helado cuando Suga me apuntó con la pistola, el aliento se me cortó y palidecí. Temblé
mientras observaba fijamente su sonrisa dibujada y el arma dispuesta a explotar en cualquier segundo y
acabar con mi vida...

—¿Qué estás haciendo? —Dije tembloroso y completamente paralizado

—Te dije que no podía seguir con esto —Tronó la pistola y sonrió aún más

—¿QUÉ HACES? —Retrocedí más mientras todo en mí enloquecía

—Voy a matarte, mocoso —Sonrió con maldad y locura, sus ojos parecían haberse tornado en los de un
demente y su sonrisa en la de un muñeco endemoniado

—¿Matarme? ¿Q-qué? ¿De qué hablas? —Estaba confundido.

—Te la pondré fácil mi querido mocoso —Comenzó a avanzar hacia mí sin dejarme de apuntar— En
varias ocasiones traté de matarte, pero nunca podía —Hizo una mueca— Era extraño y me di cuenta de
varias cosas

—¿Qué cosas? —Busqué discretamente un arma en el suelo

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—Comenzabas a ganarte mi simpatía y por eso no podía mancharme las manos de tu sangre —Rió— Pero
ahora, ahora que he vuelto a ser yo, he decidido ponerle fin a todo esto

—¿Fin a esto? —Dije con un nudo en la garganta

—Esta relación patética —Dijo él con crueldad

—¿Sólo por eso? —Abrí mucho los ojos

—No fue sólo eso... —Jugueteó con la pistola— Poco a poco todo tú, empezaba a atraerme como un imán,
una atracción invisible... —Me observó fijamente— Yo no soy de los que caen fácilmente y debo admitir
que tú... Tú me has hecho caer profundo

—Esto no tiene qué ser así —Supliqué con la mirada

—Entiende que yo soy un asesino, debo mantenerme en ese perfil... —Sonrió— Al besarte me di cuenta
de lo bajo que había caído, y no puedo seguir así. Yo no dependo de nadie, nadie se vuelve mi amo y no
permitiré que tú tomes posesión de mí

—Por favor... —Mis ojos comenzaban a empaparse de lágrimas

—Lo siento, Jimin —Sonrió más— Espero que mis palabras no te hayan dado esperanzas ni mucho menos
aires para quedarte conmigo, ¿qué acaso me ves de niñero? ¿Limpiando tus desastres? —Apretó su
mandíbula

—Mira esto es muy precipitado... —Dije con voz corta

—No lo es mi pequeño —Sonrió— creo que es el momento perfecto para poner el punto final a esta
historia alocada y fuera de casillas... Recuerda que nadie, NADIE que se meta conmigo sale vivo

—No te atrevas… —Repetí— Por favor no lo hagas

—Lo siento, hasta aquí llegó tu cuento

Me abalancé al suelo y rodé para coger el arma, Suga volvió a disparar pero me revolqué en el suelo. Me
levanté y traté de dispararle pero mi mano temblaba tanto que fallé, me levanté y ambos nos apuntamos
con la pistola. Mi pecho subía y bajaba con rapidez mientras todo en mí se estremecía y analizaba la
situación. Estiré mi brazo y coloqué mis dedos en el gatillo

—Míranos —Dijo él riendo— Los dos tal cual esperábamos terminar...

—Voy a matarte —Dije temblorosa

—Hazlo pequeño, hazlo, pero yo te dispararé primero

Destrabé la pistola él sonrió aún más, mis manos temblaban demasiado

—Tienes los ojos de tu madre pequeño... —Él sonrió— Creo que se revolcará en su tumba llena de
gusanos al saber que me follé a su hijo y lo besé... que lo arrastré conmigo a la locura

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—¡CÁLLATE! —Rugí— ¡NO ESTOY LOCO!

—Es cierto, no lo estás... naciste así —Susurró

No lo pensé y tiré del gatillo pero antes escuché un tiro seco y brusco. Dejé de escuchar lo que sucedía
alrededor, un fuerte zumbido se había apoderado de mis oídos. Me quedé completamente paralizado al
sentir un ardor en el vientre, bajé la vista y vi una mancha roja hacerse más y más grande. Solté un grito y
sentí otro disparo, esta vez del otro lado. Levanté la mirada y vi el arma de Suga sacar humo, sonrió. Caí
de rodillas al suelo, tosí sangre. Él me jaló del cabello para levantar mi cara y colocó el arma en mi frente

—¿Últimas palabras? —Sonrió

Solté un grito ronco y tiré de la pistola, él se alejó mientras se tapaba el brazo del cual había comenzado a
escurrir sangre. Quise volver a disparar pero estaba demasiado débil. Me dejé caer con fuerza al suelo y
solté un sollozo, Suga se colocó junto a mí y sentí la pistola en mi sien

—Te lo buscaste—Susurró él mientras reía

—E-eres un... —Pero me frené, fuerzas para hablar ya no tenía

—Te veo en el infierno mocoso... —Susurró él

Las lágrimas salían a mares, mis mejillas estaban empapadas.

Escuché un fuerte disparo

"Claro que estaré feliz de verte en el infierno, maldito"

Cerré mis ojos y todo se redujo a nada

[***]

Fue un momento donde no sentí nada, solo soledad, frío y vacío. Tenía la imperiosa necesidad de
calentarme, un dolor de cabeza espantoso me estaba haciendo estallar.

Abrí los ojos y me sorprendí al ver que estaba en el hospital, mi hermano Namjoon se encontraba apoyado
en la ventana viendo las gotas caer en la fría calle. Solté un pequeño jadeo y me reincorporé

—¡JIMIN! —Gritó él

Suspiré, apenas podía hablar, cerré los ojos y los volví a abrir. Namjoon lloraba y me daba besos en la
frente y luego decía que todo estaría bien. Agarró mi mano y se sentó junto a mí

—Nam... —Dije débilmente— ¿Q-qué pasó?

—Debes descansar por favor, luego te explico —Dijo él suavemente

—¿Cuánto tiempo ha pasado? —Pregunté mientras sentía todo en mi dar vueltas

—Unos días... estuviste en coma debido a la pérdida de sangre y las heridas que tenías —Dijo él— Fue un
milagro que te salvaran, casi mueres en la ambulancia

376
—¡SUGA! —Grité y voltee a ver a mi hermano— ¿QUÉ PASÓ CON ÉL?

—Jimin no creo que quieras hablar de eso —Dijo él suavemente

—¡Dime Namjoon! —Agarré su mano con fuerza, él soltó una mueca de dolor, lo solté al instante— Lo
lamento...

—Hubo una balacera con los policías mientras estabas inconsciente —Explicó él

—¿Aja y luego? —Mis manos temblaban

—Los policías se combatieron con Suga ferozmente...

—¿Y? —Dije casi gritando

—No hubieron sobrevivientes Minnie... —Agarró mi mano y sus ojos se cristalizaron— Murieron muchos

—¿A qué te refieres conque NO HUBO SOBREVIVIENTES? —Dije casi al borde del llanto

—Suga de princesa es historia Minnie —Dijo él sonriendo— ¡Se ha muerto!

SUGA SE HA MUERTO.

Muerto…

Muerto…

El asesino de princesas está muerto…

—No... —Tartamudee— ¡NO, NO, NO!

—¿No deberías alegrarte? —Namjoon me observó preocupado— ¡Jimin, él está muerto!

—¡No lo está! ¡YO DEBÍA MATARLO! —Grité mientras lloraba

—Jimin él murió, todos murieron esa noche, ¿qué pretendes? —Dijo él confundido

Comencé a arrancarme los tubos y tuvieron que venir a darme un tranquilizante, me negaba a aceptar su
muerte... no podía morir... ¡NO PODÍA HABER MUERTO! ¡YO DEBÍ DAR EL ÚLTIMO BALAZO!
Mis pupilas se fueron cerrando poco a poco, pero mis gritos roncos los seguí escuchando durante horas...
no sabía si estaba despierta o era un sueño, pero de un modo de otro... ya nada de esto tenía sentido... nada
más

Incluso aun unos días desde la muerte de Suga esto no ha sido algo fácil para mí puesto que internamente
sentía el vacío arder en mi pecho. Cerraba los ojos y él volvía a mí una y otra vez, pero era inútil... él se
había ido

Se había ido para siempre

Voltee a ver por la ventana, la lluvia se deslizaba suavemente formando líneas mal dibujadas. Había
llovido todos los días pero no me importaba. Vago como alma perdida en este mundo, pasé de sentirme

377
lleno a sentirme completamente perdido y sin razones de sonreír o alegrarme. Me sentí completamente
desolado y vulnerable. Namjoon abrió la puerta de mi cuarto y se asomó

—¿Te sientes bien? —Preguntó

No respondí, desde que me sedaron en el hospital no digo nada. Namjoon deja el té en mi mesa de noche y
me da un beso, luego sale del cuarto y me deja de nuevo con la soledad... que por el momento, es mi única
y fiel compañera. Me levanto y agarro una sudadera, necesitaba llorar y sentirme bien en algún lugar, y
solo había uno.

Me coloqué la capucha y salí de la casa, agarré el autobús que llevaba a la plaza y me bajé cerca de las
fuentes. Caminé hacia el bosque bajo la lluvia, no tardé en empaparme todo, pero no le di importancia.
Las gotas de agua resbalaban por mis mejillas, aunque estaba casi seguro, que eran lágrimas más que
nada. Me detuve en seco frente a la cabaña y sentí una punzada en el corazón.

Avancé a la puerta y la abrí, todo parecía gris e incoloro, cerré la puerta y me adentré en la fría pieza. Me
senté en el suelo mientras observaba todo, estaba llorando, aún podía captar su presencia aquí... y aún
negaba que estuviera muerto. Y menos que hubiera tratado de matarme...

Recordé el día en que nos topamos aquí mismo, el día en que me dijo que lo ayudara y acepté. El día en
que mi vida dio el giro inesperado y mal merecido. Comencé a caminar por la cabaña y observé todo pero
estaba vacío, completamente vacío. No había rastro de nada ni de nadie.

Me apoyé en la mesa donde Suga tenía sus cuchillos acomodados y me apoyé, un rechinido me hizo
reincorporarme. Busqué la proveniencia de aquel rechinido y bajé la vista. Un pedazo de madera se
levantaba suavemente, abrí mucho mis ojos y me agaché

"Nos iremos de aquí"

"El vuelo sale mañana en la mañana"

¡EL BOLETO! ¡EL BOLETO A FRANCIA! ¡AHÍ LO HABÍA GUARDADO!

Agarré el pedazo de madera mientras todo en mí se estremecía, no había manera de que los oficiales
hubieran encontrado el condenado boleto, era difícil de hallar. Retiré el pedazo de madera y mi garganta
se secó

El boleto no estaba

Lo cual significaba una cosa

Él podía seguir vivo

Las lágrimas montaron a mis ojos, mi corazón comenzó a palpitar mientras se mantenía fiel a esa
esperanza... pero mi corazón se aplastó de nuevo al pensar en que él...

Él no me fue a buscar

Él me quería muerto

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Y eso solo representaba la amarga verdad

Él... me había abandonado

Porque era su perdición

Me reincorporé y observé lluvia desde la ventana, sentí mi corazón brincar con fuerza, apreté mis puños y
sentí todo en mi temblar. No había cumplido su promesa. Me abandonó. Me había tratado de matar

Y yo a él no

Traición

Traición a mí mismo y mi pensar. Una sonrisa dibujó mi rostro mientras sentía el hilo de la cordura
romperse dentro de mi cabeza, solté una carcajada mientras retrocedía y escuchaba los fuertes truenos de
fondo rugir en el cielo

Este siempre fue su juego, hacerme caer en destrucción, locura y perdición…

Solté otra carcajada siniestra mientras me tiraba al suelo con las manos en la cabeza, me tumbé al suelo
sin parar de reír mientras las lágrimas rodaban por mis ojos...

Ahora era mi turno de jugar

"No todos los que están encerrados están locos,

Ni todos los locos que existen están encerrados

A veces, simplemente están caminando entre nosotros"

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FIN.

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