Narraciones gente gritaba, algunos se quedaron pasmados, pues Hernandillo llevaba la bola hacia su arco, y el arquero, creyendo que iba a entregarle, le dijo: Hernandillo ―¡Dámelo Hernandito! ―Y él, riendo, pateó la pelota hacia un costado, metiéndole un gol. Imagínense ustedes lo demás. Mardell Tello Pérez Los espectadores entraron en la cancha a levantar en hombros a Hernandito, mientras los Allá por los años de 1…, habían llegado a la ciudad de que pagaron, amargos empezaron a insultarle Lamas tres hermanos ecuatorianos, Elcías, Abías y diciéndole: Hernando Pinedo, hombres de baja estatura, metro y ―¡Burro, imbécil, nosotros te hemos pagado medio, calvos y gorditos; de ojos saltones y vivaces, para que metas gol al otro equipo! cascarrabias y peleones. Según la gente, se decía que eran ―¡No ha sido así, un pedido meter gol y yo espías mandados por el gobierno ecuatoriano. cumplido! ―les respondió. Nunca más volvieron a Buscaron un lugar fuera de la ciudad e iban a su tierra burlarse de él. uno por uno. Cuando había fiesta en los barrios, aparecían Pasó el tiempo y en las fiestas de carnavales, a muy pindayos. Al verlos entrar, la gente decía: la edad de veinticinco años, empezó a salir ―¡Ahí están los ecuachos! ―; ellos oían lo que decían disfrazado en las comparsas de barrios, las que pero no hacían caso. andaban bailando por todas las calles de la Así pasó el tiempo hasta que se hicieron de una posición la madrugada regresó a su casa y por ahí le encontraron algunos ciudad. En esas comparsas estaba disfrazado de económica regular, a fuerza de su esforzado trabajo. Por que venían de otras fiestas; como todos le conocían, gastábanle chivo; era el más alegre y llamativo, nadie sabía último se casaron y se quedaron definitivamente en Lamas. muchas bromas; en esta ocasión fueron a esperarle en la esquina quién era: llegaba ya vestido. Todos estos hermanos eran letrados, por lo que a de la calle empezando a remedar el silbido del tunchi, fin, fin fin fin; En uno de esos recorridos en el barrio de Hernando, quien tenía un carácter resabiado, impositivo y este pendejo en vez de tener miedo, sonriendo le contestó: Ancohallo, la comparsa se detuvo a bailar en la no se casaba con nadie, como se suele decir, lo nombraron ―¡Qué quiere tunchi!, ¿quiere huevo? plazuela y Hernandillo fue a pedir agua a uno de alcaide de la cárcel del pueblo, . Lo que más nos admiraba de él era que a pesar de su deficiencia los vecinos y el dueño le dijo que se fuera a la Abías llegó a ser profesor de Educación Primaria, muy física, tenía una lucidez sorprendente, para todo tenía respuesta, cocina; entonces fue para tomar el agua, pero no respetado por su trato con sus semejantes. con una sonrisa que nos contagiaba. se dio cuenta de que en un rincón había gente, Elcías era técnico en enfermería, pero se dedicaba a sus En los velorios era él quien amenizaba las reuniones con sus por lo que se quitó la careta hacia tras. quehaceres agrícolas. ocurrencias. Le gustaba el fútbo; cuando alguien hacia una mala ―Hernandillo, tú ya vuelta eres ―le dijo Así pasó el tiempo, empezaron a llegar sus familiares y se jugada o perdía un gol frente al arco, zapateaba gritando: alguien. Él, volviéndose le respondió al instante: multiplicaron cruzándose entre ellos. De aquí salió otra ―¡No así, burro! ―¡No diga nombre, diga chivo! descendencia. Una vez hubo un certamen de fulbito de barrios; se presentaron De ahí supieron quién era el chivo más chivo Hernando Pinedo se casó con una buena moza de cinco equipos. El equipo de su barrio se presentó solo con cinco de loa disfrazados. nombre Circuncisión Hidalgo, mujer respetada, amable, jugadores; ya pasaba la hora de empezar y no completaban sus Esta frase se hizo tan popular con el tiempo, a educada y maestra de tercera categoría. Llegaron a tener jugadores. El público decía: tal punto que ahora en los afiches de las fiestas siete hijos, seis de ellos profesionales; pero el último salió ―¡Que juegue Hernandillo, que juegue Hernandillo" ―y se tradicionales de carnaval de la ciudad de Lamas, mal con el síndrome de DAWN. Este llevaba el nombre del reían a mandíbula llena. se impone como un patrimonio del pueblo, ¡NO progenitor; pero la gente le trataba de Hernandillo. El capitán del equipo se acercó y le dijo: DIGA NOMBRE, DIGA CHIVO! No era retardado, razonaba muy bien: sus padres le ―¡Juega, Hernandito, toma tu uniformel" dejaban que hiciera lo que quisiera. A los veinte años Hernandillo le miró largamente sin decirle una palabra; de pronto empezó a fumar cigarrillos, siendo sus preferidos los de la se acercaron los hinchas y uno de ellos le dijo: marca Aviación; tanta fue su adicción que al cigarrillo lo ―¡Si metes un gol te ganas veinte soles. Quién es el autor fumaba hasta el filtro. ―Yo te doy diez más ―le dijo otro y otro. Cuando le preguntaban: Hernandillo, después de pensarlo les pidió la plata primero. Le (Lamas, 1931) Ganador ―¿Cuántos cigarrillos has fumado? dieron el monto reunido diciéndole que si no metía gol les devuelva de una edición de ―¡Cinco! iiii hasta Aviación! ―decía. No sabíamos por el dinero. Hernandito se sonrió diciendo: los Juegos Florales qué decía así, hasta que un día cogimos la colilla de lo que ―¡Yo meto gol! El Tarapotino y autor había fumado, ¡ahí estaba la marca del cigarrillo AVIACIÓN! Ellos sabían que no metería ni en arco abierto. Hernandillo se de un libro de poesía. Volvía de las tahuampas recontra zampado e iba a parar daba cuenta de que se estaban burlando de él y sonreía. Famoso por ser el en el cementerio, no tenía miedo alguno. Una de esas Empezó el partido, corría por uno y por otro lado, sus creador de la prodigiosa noches de fiesta una chica le sacó a bailar y este bendito, compañeros no le pasaban la pelota; en un momento impensado le bebida Zanku Zanku. de tanta alegría, se emborrachó hasta el cien; a las dos de llegó la bola, y empezó a llevarla diciendo:
Personaje ilustre Arte poética de un modo vanidoso que las
convierte en atributos de un actor. Mirar el río hecho de tiempo y agua Jorge Luis Borges y recordar que el tiempo es otro río, Seria exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo saber que nos perdemos como el río La lengua castellana está orgullosa de haber y que los rostros pasan como el agua. vivir, para que Borges pueda tramar su visto nacer a uno de los grandes escritores de literatura y esa literatura me justifica. Sentir que la vigilia es otro sueño Nada me cuesta confesar que ha su historia. que sueña no soñar y que la muerte logrado ciertas páginas válidas, pero Este ilustre hombre nació a los ocho meses, que teme nuestra carne es esa muerte esas páginas no me pueden salvar, en Buenos Aires, Argentina, en el año de de cada noche, que se llama sueño. quizá porque lo bueno ya no es de 1899; desde temprana edad fue bilingüe, ya nadie, ni siquiera del otro, sino del que en su hogar se hablaba dos idiomas: el lenguaje o la tradición. Por lo demás, Ver en el día o en el año un símbolo español y el inglés. Perteneció a una familia de yo estoy destinado a perderme, de los días del hombre y de sus años, profesionales; pero aquel que marcó su vida definitivamente, y sólo algún instante convertir el ultraje de los años con la literatura fue su padre, quien también en una música, un rumor y un símbolo, de mi podrá sobrevivir en el otro. Poco escribió poemas y relatos. Su producción a poco voy cediéndole todo, aunque literaria se inicia a los siete años con su ver en la muerte el sueño, en el ocaso me consta su perversa costumbre de primer relato “La visera fatal”; a los nueve un triste oro, tal es la poesía falsear y magnificar. Spinoza entendió años tradujo “El príncipe feliz” de Oscar Wilde. que es inmortal y pobre. La poesía que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente Padeció, por herencia, de ceguera vuelve como la aurora y el ocaso. Borges y yo quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo progresiva, razón por la cual toda la familia se trasladó a Europa a fin de ser sometido a un A veces en las tardes una cara Al otro, a Borges, es a quien le he de quedar en Borges, no en mí (si nos mira desde el fondo de un espejo; ocurren las cosas. Yo camino por es que alguien soy), pero me riguroso tratamiento. el arte debe ser como ese espejo Buenos Aires y me demoro, acaso reconozco menos en sus libros que en A fines de 1921 regresa a su patria y junto que nos revela nuestra propia cara. ya mecánicamente, para mirar el muchos otros o que en el laborioso con otros escritores, funda un movimiento arco de un zaguán y la puerta rasgueo de una guitarra. Hace años yo altruista parecido al que se gestaba en España cancel; de Borges tengo noticias traté de librarme de él y pasé de las y publica la revista “Prisma y Proa”; fue Cuentan que Ulises, harto de prodigios, lloró de amor al divisar su Itaca por el correo y veo su nombre en mitologías del arrabal a los juegos con maestro en la Universidad de Buenos Aires, una terna de profesores o en un el tiempo y con lo infinito, pero esos verde y humilde. El arte es esa Itaca director de la Biblioteca Nacional y diccionario biográfico. Me gustan juegos son de Borges ahora y tendré de verde eternidad, no de prodigios. conferenciante. los relojes de arena, los mapas, la que idear otras cosas. Así mi vida es Sus obras literarias son innumerables, y se También es como el río interminable tipografía del siglo XVIII, las una fuga y todo lo pierdo y todo es del dividen entre el verso el ensayo y el cuento que pasa y queda y es cristal de un mismo etimologías, el sabor del café y la olvido, o del otro. Murió en Ginebra, después de haberse Heráclito inconstante, que es el mismo prosa de Stevenson; el otro No sé cuál de los dos escribe sometido a ocho operaciones oftalmológicas y es otro, como el río interminable. comparte esas preferencias, pero esta página. (JLB, 1960) el 14 de junio de 1986. (Daphne Viena)//