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Santiago Arenas Martínez

Daniel Buitrago
Natalia Motato
Pregunta
¿Cuál ha sido la recepción del pueblo colombiano frente a los movimientos
indígenas del país en el marco del paro nacional?
Para la elaboración de este escrito partimos de la hipótesis de que tal percepción
es controversial, pues, por una parte, es favorable para quienes se movilizan y
apoyan el paro, pero, por otra, es desfavorable para los sectores más
reaccionarios de la sociedad colombiana.
Desde los albores del paro nacional, o incluso antes, se preconfiguró una línea
discursiva que se caracterizaría -como en otrora- por estigmatizar y criminalizar la
movilización social. Un fallo de del Tribunal de Cundinamarca, por ejemplo, ordenó
la suspensión de la movilización convocada para el primer día de paro. Por su
parte, las administraciones regionales y municipales endurecieron las restricciones
de movilidad, según estas, para mitigar los niveles de contagio. El ministro de
Salud, Fernando Ruíz, señaló que de haber movilizaciones habría más contagios.
Todas estas medidas fueron el prefacio de lo que durante los dos meses
siguientes sería el paro nacional. Sin embargo, la élite política de Cali sería quien
daría el siguiente paso en relación a dicha línea discursiva, pues con la llegada del
pueblo Misak a Cali empezaría lo que, musicalmente sería A Bitter Sweet
Symphony, dicho en nuestra lengua, una sinfonía agridulce para el pueblo
colombiano, pero, sobre todo, para el caleño. Christian Garcés, representante a la
cámara por el Valle, denunció que indígenas Misak derrumbaron en horas de la
madrugada a Sebastián Belalcázar, quien fue el fundador en 1535 de Santiago de
Cali. 1 A lo cual entabló una acción penal contra esta comunidad indígena,
señalando que se trataba de “un monumento considerado un bien público que
tiene una connotación de interés histórico, cultural y artístico de la ciudad”.
Lo cual, naturalmente, revela con el modelo de arte, historia, cultura y patrimonio
que pregona ideológicamente él, pero esencialmente su partido, el Centro
Democrático, y por supuesto, y sin pretender generalizar, la gran mayoría de la
clase que representa. Pero ¿Por qué se dio así? Faride Crespo cuenta que “La
estructura de poder de la ciudad no ha sufrido grandes transformaciones, dado
que las decisiones claves de la misma las ha tomado una élite económica junto a
una élite política que no se diferencian entre sí”. Agrega que, para sustentar esta
afirmación, “el poder que tendría el “círculo de personas influyentes” y el estado

1
Fuente: https://www.semana.com/nacion/articulo/congresista-uribista-denuncia-a-quienes-tumbaron-
estatua-de-sebastian-de-belalcazar/202120/
hegemónico que la élite no querría perder y que la lleva a establecer una política
filantrópica, que es vista como un “mecanismo de construcción y conservación de
la hegemonía.2 Esto permite comprender, más allá de la tradición histórica, cómo y
por qué persistía la figura de Belalcázar allí, más aún, la perduración de las
estructuras de poder que explican cómo se rinde culto a determinados símbolos
en lugar de otros. Como en el caso de Bolivia, que contrario a Colombia y por la
naturaleza plurinacional de su estado, pasó la página colonial de su historia para
venerar figuras como Bartolina Sisa, la heroína Aimara.
Resignificar la historia tras la búsqueda de nuevos símbolos, eso significó la
acción Misak. Mariátegui sostiene que:
“En el Perú los que representan e interpretan la peruanidad son quienes,
concibiéndola como una afirmación y no como una negación, trabajan por dar de
nuevo una patria a los que, conquistados y sometidos por los españoles, la
perdieron hace cuatro siglos y no la han recuperado todavía”.3

A Mariátegui se le reconoce su mérito indigenista, no obstante, este discurso, a


día de hoy, carece cada vez más de valor por su contenido colonial, pero
especialmente por el protagonismo que han tomado epistemologías autóctonas
como el indianismo. Quienes ahora trabajan por reconquistar desde la
posmodernidad, no solo sus naciones indígenas, sino la misma patria, son los
mismos pueblos originarios, lo cual da cuenta del protagonismo y vigorosidad que
durante los últimos tiempos han obtenido. El pueblo Misak lo busca como puede,
la pugna simbólica, por ejemplo, es una de sus formas. Mara Viveros afirma que
no se puede desconocer que “el discurso político sobre la nación, vinculado al
discurso del mestizaje, no solo permitió encubrir el ordenamiento socio-racial, sino
que invisibilizó la blanquitud de las élites detrás de denominaciones “normativas” o
nacionales sin ninguna especificidad racial”. Esos discursos, contrastados con el
de la élite blanca, son precisamente los que entraron en conflicto en el paro
nacional.
¿Y cómo se expresa dicho conflicto? Por medio de señalamientos como el que
Garcés hizo al comentar que “La idea es que se sancione y judicialice a los
responsables. Se debe garantizar la no repetición de estos actos violentos”. La
estigmatización y criminalización no se hizo esperar. La hegemonía orgánica y
política en Cali empezó a tambalear, por esa razón la élite salió a defender sus
privilegios, más aún, se reavivaron prácticas coloniales encaminadas al exterminio
de indígenas, en últimas, estalló el racismo en su máxima expresión. En adelante,
también de acuerdo transcurría el paro nacional, se desarrolló y fortaleció cada
vez más aquella línea discursiva que ahora encarnaba el gobierno nacional. La
asistencia militar trajo consigo como objetivo la confrontación entre civiles, y por lo

2
CRESPO, Faride. La élite en Cali algunos estudios empíricos
3
MARIÁTEGUI, José Carlos. Nacionalismo y vanguardismo en la ideología política.
tanto, la legitimación y justificación del poder oficial. Aquí empezaba lo que Sergio
de Zubiría y Giovanni Libreros denominan como “una crisis orgánica porque nunca
se había presentado una convergencia tan singular entre crisis económica, y crisis
social. Y crisis de hegemonía porque es al mismo tiempo una “crisis de autoridad”
y una “crisis de representación”. En una crisis orgánica, explica: “la capacidad de
reacomodamiento de la clase dirigente o dominante es mayor y más rápida que la
de las clases subalternas”. 4
Esto explica la presencia de militares, pero también de civiles que, ante la doctrina
del enemigo interno, vieron en los indígenas la personificación del “mal” que ponía
en duda sus privilegios, razón por la cual arremetieron contra 12 indígenas del
CRIC que se encontraban saliendo hacia el Cauca. Y aquí hay algo racista.
Porque al no distinguir entre Misak o Nasa, terminaron homogeneizando todo
aquello que se constituyera como indígena. Los atacantes alegaban que lo hacían
en defensa propia, pues según ellos, los indígenas estaban armados. Feliciano
Valencia, indígena y senador de la república respondió que los bloqueos en Cali
no se debían a la Minga, pues quienes estaban bloqueando eran los camioneros
que se habían unido al paro, no los indígenas, ya que estos solo apoyaban los
puntos de resistencia. Es preciso tener presente que, de acuerdo con el último
Boletín Económico Regional de aquel entonces, “la economía de Suroccidente
continuó su recuperación durante el primer trimestre de 2021, al alcanzar un
aumento anual en los diferentes indicadores de seguimiento.” 5 pero si también se
tiene en cuenta la vocación comercial del Valle se entenderá, por otra parte, las
motivaciones económicas que agudizaron la política de exterminio hacia los
indígenas. Para los productores y comerciantes estos representaban una traba
para su desarrollo económico.
Los medios tradicionales de comunicación acentuaron, de la mano con el
gobierno, lo que ahora se constituyó como un discurso de odio hacia los pueblos
originarios, además de la estigmatización y criminalización. La reconfiguración del
poder hegemónico, y por lo tanto, la imposición de dispositivos de dominación
como los escuadrones armados, llevó a que el pueblo Nasa, representando en el
CRIC, saliera del Valle del Cauca el 12 de mayo. El discurso oficialista, proliferado
por los medios, se encargó de reproducir aquel imaginario en las conciencias
ajenas, incómodas o indiferentes con el paro nacional. Así fue como se conoció el
caso de la enfermera que escribió “…Dan ganas de que vengan las autodefensas
y acaben literalmente con unos 1000 indios, así poquitos nada más para que
entiendan… yo supiera dónde tengo que dar la plata para que esto pase, allá voy
volando, si alguien sabe me avisa”.6 ¿Qué implicaciones tuvo este acto a nivel

4
ZUBIRÍA, de Sergio. LIBREROS, Giovanni. Crisis de hegemonía, subjetividades insurgentes y perspectivas
5
Boletín económico regional. I trimestre de 2021. Banco de la república
6
Fuente: El Tiempo https://www.eltiempo.com/colombia/cali/polemica-en-cali-por-chat-de-doctora-que-
invita-a-matar-mil-indios-588822
político y cultural? Por una parte, se sensibilizó por medio de las redes sociales
respecto a este tema, y por otra, despidieron a la enfermera. De modo que esto
refleja la contraparte de la moneda, la que enseguida se mostrará.
Durante los 12 días de estadía de la Minga en el Valle hubo, contrario a todo lo
anterior, un bloque de la sociedad que apoyó a este movimiento en general.
Quienes se manifestaban eran quienes fundamentalmente manifestaban su apoyo
a la causa indígena, aunque, por otra parte, según cuentan en uno de sus escritos,
“los caleños y caleñas buenos, soñadores y luchadores son más. Hemos tenido
profundas reflexiones con las familias y los jóvenes de los barrios, nos hemos
identificado con su sufrimiento, pero sobre todo en su dignidad”. 7 Esto refleja que,
aunque el estado y su aparataje hayan emprendido su campaña en desprestigio
de los movimientos indígenas, las fuerzas más progresistas se encontraban
principalmente en los sectores de la sociedad más vulnerables. Lo cual indica una
estrecha relación existente entre clasismo y racismo, mostrando, además, que el
segundo se sustenta con mayor rigor en el primero. A pesar de que el factor
educación sea determinante para la superación de las desigualdades, en este
caso raciales, aquí parece no ser determinante para evidenciar prácticas racistas.
En otro documento se puede evidenciar el trabajo político mancomunado entre la
minga y los manifestantes, que a su vez revela el reconocimiento político, social,
pero sobre todo humano que los muestra como iguales. La minga y los puntos de
resistencia realizaron asambleas populares y corredores humanitarios para el
paso de elementos de primera necesidad, pero quizás uno de los aspectos más
relevantes, es que solicitaron ventas a precio directo a los distribuidores
mayoristas. Y a pesar de que estos no accedieron, la minga ofreció comida
comunitaria e invitó a la autonomía alimentaria. 8
Conclusión
Se puede concluir, de manera similar con la hipótesis, que la percepción de la
sociedad caleña frente a las comunidades indígenas Misak y Nasa en el marco del
paro nacional fue mayormente favorable, pese a las acciones que atentaron contra
la integridad de estos grupos. La élite de Cali estigmatizó y criminalizó al pueblo
Misak en su disputa por la historia y memoria. Las directrices del gobierno
nacional configuraron la construcción, amparado en los medios tradicionales, de la
narrativa del enemigo interno. Sin embargo, la movilización social favoreció el
estrechamiento de relaciones basadas en el reconocimiento mutuo, la
horizontalidad y la solidaridad entre manifestantes y mingueros. Se estima que, a
pesar de estos resultados, el rol de los medios de comunicación no dejó de ser

7
Fuente: CRIC https://www.cric-colombia.org/portal/gracias-cali/
8
Fuente: CRIC https://www.cric-colombia.org/portal/a-la-opinion-publica-sobre-el-corredor-para-la-
defensa-y-el-cuidado-de-la-vida-en-cali/
imponente a la hora de construir una narrativa frente a estos grupos, pues como
vimos, su objetivo era crear una imagen distorsionada de los mismos.

Bibliografía y webgrafía:
Fuente: https://www.semana.com/nacion/articulo/congresista-uribista-denuncia-a-
quienes-tumbaron-estatua-de-sebastian-de-belalcazar/202120/
CRESPO, Faride. La élite en Cali algunos estudios empíricos
MARIÁTEGUI, José Carlos. Nacionalismo y vanguardismo en la ideología política
ZUBIRÍA, de Sergio. LIBREROS, Giovanni. Crisis de hegemonía, subjetividades
insurgentes y perspectivas
Boletín económico regional. I trimestre de 2021. Banco de la república
Fuente: El Tiempo https://www.eltiempo.com/colombia/cali/polemica-en-cali-por-
chat-de-doctora-que-invita-a-matar-mil-indios-588822
Fuente: CRIC https://www.cric-colombia.org/portal/gracias-cali/
Fuente: CRIC https://www.cric-colombia.org/portal/a-la-opinion-publica-sobre-el-
corredor-para-la-defensa-y-el-cuidado-de-la-vida-en-cali/

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