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Jesús nos invita a ser Solidarios

Objetivo: Que los niños experimenten los sentimientos y necesidades de otras personas, como una
expresión de solidaridad.
Se conoce con el término de solidaridad a aquel sentimiento y valor, a través del cual las personas se sienten
y reconocen unidas, compartiendo las mismas obligaciones, intereses e ideales. Cuando dos o más personas
colaboran mutuamente para conseguir un fin común, hablamos de solidaridad. Este valor es de gran
trascendencia para el género humano, pues gracias a él se logró hacer frente a grandes desafíos y embates
de la adversidad. “Ser solidario” implica interesarse por los demás, esmerarse por brindar ayuda a quienes
se encuentran en dificultades. Esta manera de ser de las personas, se ve inspirada por el deseo de sentirse
útil y hacer el bien y se ve recompensada cuando las condiciones de vida de aquellos a quienes se quiere
ayudar mejoran.
La base de la solidaridad radica en:
• saber, sentir y asumir que la condición humana nos hermana con las otras personas;
• respetar las diferencias entre las personas;
• asumir la responsabilidad hacia los otros, y ante la historia, de construir y compartir un mundo mejor.
El Día de la Solidaridad se celebra cada 26 de agosto desde el año 1998. Esta fecha conmemora el
nacimiento de la Madre Teresa de Calcuta, y como acontecimiento importante nuestra Arquidiócesis lo
celebra durante todo el mes de Agosto.
Motivación
1. Entregar fotocopias con dibujos de niños y niñas con diferentes expresiones: alegría, miedo,
tranquilidad, enojo, tristeza.
2. Pedir a los niños que inventen un nombre y una historia para cada uno de los dibujos y la compartan
con el grupo: Ej. María está enojada porque su hermanito rompió su tarea etc.
3. Cuando todos tengan una historia, le pedimos que compartan situaciones en las que se hayan
sentido de la misma manera.
4. Hacerles comprender cómo se siente otra persona es el primer paso para la solidaridad.
5. Pídales que piensen en alguien de la comunidad o de la escuela que esté pasando por un momento
difícil y ver en qué forma lo podemos ayudar.

Cuando practicamos la solidaridad diariamente, nos damos cuenta que contribuimos a crear una sociedad
más justa, y más enfocada en los valores del Evangelio que nos ayudan a crecer y a ser mejores personas.
Aunque veamos que las personas a nuestro alrededor no practican la solidaridad, el respeto, o cualquier
valor que hemos aprendido, no debemos desanimarnos, al contrario, debemos seguir practicando nuestros
valores, y ser el ejemplo que los demás necesitan.

Iluminación: Leemos Jn. 6,1-15

Reflexión:(Pautas)

Entre los personajes que intervienen en este relato sobre el milagro de la multiplicación de los panes y los
peces, además de Jesús, los apóstoles y la multitud, el niño que tiene los panes y los peces pasa muy
desapercibido, apenas se menciona, pero su generosidad y solidaridad fue muy importante para que Jesús
hiciese el milagro de la multiplicación de los panes y los peces.
Cuando se trata de ayudar a los demás, muchas veces tenemos en nuestras cestas los cinco panes y dos
peces que necesita nuestro prójimo. A veces es una limosna, a veces es ceder el paso en la calle o una
simple sonrisa que le devuelva la confianza a otra persona que ha sufrido algún percance.

Los cinco panes son una representación de los talentos que Dios nos ha regalado. Si los guardamos para
nosotros mismos, pueden echarse a perder. El milagro comienza cuando aquel muchacho cedió a Jesús sus
panes, para que diera de comer a toda una multitud…
Charlamos lo leído
a) ¿Por qué estaban cansados Jesús y los apóstoles?
b) ¿Qué alimentos tenía un niño?
c) ¿Qué hizo Jesús con los panes y peces?
d) ¿Cuántos comieron?

e) ¿Qué te recuerda este milagro?


Actividad:
Realizamos un dibujo sobre el Evangelio que leimos hoy
Oración:
Caminar en los pasos de Jesús es vivir atentos a las necesidades de los demás, y comprometerse en la vida
digna de todos.
Rezamos un Padre Nuestro.

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