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STAR WARS

BETRAYAL

SANGRE & SAL


Aparta tus manos manchadas de sangre y miedo...
STAR WARS
BETRAYAL

SANGRE & SAL


ESCRITO Y MAQUETADO POR
Antonio Ganfornina Andrades

ILUSTRACIÓN DE PORTADA
Sith Assassin por sXeven (Steven Syre)

ILUSTRACIONES Y FOTOGRAFÍA
Aahron Nakahara, Efflam Mercier, Tom López, Chris Scalf, Javier Charro, SW
Galaxies Trading Card Game, Aidan Wilson, Alvino Torquato, Jedi-Art-Trick,
Nick Comeau, Misho Tenev, Sviatoslav Gerasimchuk, sXeven, Ben Blethyn,
Christian Schumann, Ryan Trinder-James, Gabriele Nicastro, Thomas Du
Crest, Jia Hao, Stephen Zavala, Blade Runner 2049, Stephen Nevin.

RECONOCIMIENTO
Todo el contenido visual y la ambientación bebe indiscutiblemente de la
saga Star Wars tm (Disney/LucasFilm). A su vez, está inspirado en las his-
torias contadas en los videojuegos Star Wars Knights of The Old Republic
(LucasArts/Bioware), Star Wars Knights of the Old Republic 2 The Sith Lords
(LucasArts/Obsidian) y Star Wars The Old Republic (EA/Bioware). El sistema
empleado es una adaptación del aclamado Cthulhu Dark (Graham Wasley).

AGRADECIMIENTOS ESPECIALES
A Alejandro (Ron) y Francisco (Paco Fiestas) por compartir aquella tarde en
la que le negamos el poder de surcar el firmamento a todo un planeta. La
frase que guía el motivo de este suplemento es una derivación de los versos
de Tierra Baldía de T. S. Eliot, publicado en 1922. Gracias a su prosa advertí
que una biblioteca tranquila no está del todo en silencio, sino que su voz
retumba a través del tiempo.
SANGRE & SAL
ÍNDICE DE CONTENIDOS

RESTOS CALCINADOS 01
EL VIEJO CANTO DE LAS OLAS 03
UN PASADO HUÉRFANO 04
UNA TUMBA EN LAS ESTRELLAS 05

SANGRE POLVORIENTA 07
ANZAT 08
ARCONA 09
GHORFA 10
JAWA 11
MON CALAMARI 12
QUARREN 13

UN PUÑADO DE SAL 15
ACARIN 17
TRYPORI 31
RESTOS CALCINADOS

1
2
El viejo canto de las olas
Nada nuevo bajo el Sol Sangre polvorienta
“La galaxia cambia y nosotros debemos cambiar “La guerra es hambre. Ten cuidado, pues hay espí-
con ella.” ritus en la galaxia cuya hambre no puede satisfa-
cerse de ningún modo.”
A lo largo y ancho de la oscuridad que envuelve la
galaxia, nada permanece eterno pese a que tenga NUEVAS ESPECIES
la osadía de autoproclamarse como tal. Existe un
mal mayor por encima de todos esos mitos inefa- Los mares quedaron reducidos a océanos de are-
bles y aberraciones inabordables por la mente de na. La sangre de sus heridas fue aplastada por el
cualquier ser sintiente. Una abominación que resi- fuego despiado de la luz y arrancada por el tacto de
de enquistada en el vacío protegido por la erosión la sal recalcitrante.
del pasado, bajo lecciones olvidadas que se diluyen
entre los restos desatendidos de civilizaciones mi- Nuevas especies: Anzat. arcona, ghorfa, jawa, mon
lenarias. Las grandes máquinas del Imperio Infinito calamari y quarren,
robaron la llama del corazón de no cientos, sino mi-
les de soles y del espíritu ecuánime de varios mun-
dos esclavizados que acaban de despertar de una Océanos de sal
reciente pesadilla en mitad de otra para asistir a un
recuerdo fúnebre. “No pretendo hacer comparaciones. Esos mundos
siguen existiendo. Están intactos. No fueron des-
Esas máquinas, como esos soles, dieron la arena truidos, permanecen muertos en el espacio, Hace
necesaria para construir las mayores obras de inge- eco, pero pocos quedamos para oírlo”
niería y, al igual que un sol. en misma arena podría
haberlas reducido por mero capricho en cualquier NUEVOS MUNDOS
momento del día. Océanos de fuego vertidos desde
el oscuro firmamento para recordar que para quie- El agua es un bien tan preciado que su precio as-
nes no tienen el lujo de vivir únicamente esclavos ciende al de la propia sangre de incontables trage-
de si mismos solo hay dos costantes en esas histo- dias. Día tras día, año tras año, milenio tras mile-
rias: la sangre y la sal. nio, la historia de los pueblos que habitan mundos
oceánicos comparte en el desconocimiento su pre-
Star Wars Betrayal: Sangre & Sal es la primera ex- ocupación con los mundos desérticos que antaño
pansión para Star Wars Betrayal, que trae consigo fueron construidos a imagen y semejanza. La ba-
nuevas especies jugables y planetas para tus aven- talla por el agua perdurará para siempre y todos
turas. Además, se incluyen las reglas para crear tu arederán en ella.
propia especie, rescatándola del olvido, o modificar
las ya existentes. Nuevos mundos: Acarin y Trypori.

3
Un pasado huérfano
La voz de los muertos Vilipendiar el pasado
“Tráeme a la muerte que yo soy.” “Deja morir el pasado, mátalo si es necesario.”

Arrancar palabras de la espinosas lamentaciones Todo esto ocurrió hace mucho tiempo en una ga-
de la garganta del Olvido es un acto injurioso e laxia muy, muy lejana. Por lo que la realidad se con-
irresponsable. No hay muerte, solo Fuerza. Desde funde a menudo con el mito y las viejas historias se
luego tu arrogancia debe ir un paso más allá como reescriben con la misma rapidez que los rumores
para iniciar la búsqueda que honre a quienes ya ni que circulan de un lugar a otro. Si no lo has hecho
figuran en la imaginación. A continuación se indi- aún, puedes modificar las características de las es-
ca lo que debe contener toda especie jugable, así pecies incluidas tanto en el manual básico de Star
como las opciones a elegir en cada categoría. Wars Betrayal como en éste.

NOMBRE DE LA ESPECIE
[Escribe una frase que resuma la situación de esta especie.]

Ajuste de modificadores básicos Información general


Describe por qué los modificadores básicos iniciales son los que son. A con- La tragedia de cada ser de
tinuación, elige entre las siguientes opciones: +1 a un ATRIBUTO y -1 a otro la galaxia reside en el con-
ATRIBUTO. +1 a un ATRIBUTO. +2 a un ATRIBUTO Y -1 a otro ATRIBUTO. flicto entre su cultura y la
identidad de cada ser sin-
Descripción de la proeza jugable tiente diluyéndose en su
Piensa en una habilidad y elige entre: Añadir un efecto adicional cuando propia decadencia. Es en
se cumpla cierto requisito. Obtener un detalle adicional cuando se cumpla el conflicto donde alcan-
cierto requisito. Imponer una condición bajo ciertas circustancias. zan su definición.

Característica del Lado Oscuro Cuando quieras incluir la


Tu lado Oscuro aumenta si, bajo cierta condición, el dado de lado Oscuro es información general de
mayor o igual a un número menor que 6. Ten cuidado, esta característica una especie puedes cen-
debe tener un peso importante en la narrativa. trarte en los ragos de su
cultura, algún aspecto de
Planeta natal su historia o su fisionomía,
Nombra el planeta o planetas donde esta especie es habitual. así como la psique que
los mantiene atados en el
Riqueza hastío y las tinieblas.
(0/1/2/3)+ATRIBUTO. Puedes imponer un valor máximo.

4
Una tumba en las estrellas
La forja de los horrores Nivel de población
1. Deshabitado. 2. Asentamientos, 3. Colonias, 4.
Ciudades, 5. Áreas metropolitanas, 6. Ecumenópo-
“Cartografiar una pesadilla no es lo mismo que re- lis.
correr sus dominios... palmo a palmo.”
Tipo de gobierno
Aquí tienes una lista de opciones para aquellos as- 1. Corporación. 2. Democracia. 3. Dictadura. 4. Im-
pectos que aparecen en el manual básico (véase perial. 5. Inteligencia artificial. 6. Mente colmena.
Soles Moribundos). Dejadlo a la suerte, elegid entre 7. Oligarquía.
las opciones disponibles o cread las vuestras.
Situación actual, principal fuente económica, auto-
Datos astrográficos ridades y jerarquía social:
Completa estos aspectos a tu voluntad.
Región
1. Núcleo profundo. 2. Núcleo. 3. Colonias 4 Borde
interior. 5. Región de expansión. 6. Borde interme-
La mancha de la Fuerza
dio. 7. Borde exterior. 8. Regiones desconocidas. Concepción de la Fuerza
1. Está por todos lados. 2. Su conocimiento está
Sector y sistema: reservado. 3. Está enfocada a las artes marciales.
Nombra el sector y el sistema donde se encuentra. 4. Es castigada. 5. Cumple una función ceremonial.
6. Es un tema tabú.
Estrellas
1. Megaestructura. 2. Anomalía espacial. 3-4. Una Nivel del Lado Oscuro
estrella. 5. Dos estrellas. 6. Más de dos estrellas. 1. Una mancha leve. 2. La Luz palidece en algunas
regiones 3. El equilibrio fluye indómito aquí. 4. El
Lunas planeta es indirectamente hostil. 5. El planeta es
1. Sin luna. 2. Formación de asteroides. 3-4. Una abiertamente hostil 6. El mismo corazón de las ti-
luna. 5. Dos lunas. 6. Más de dos lunas. nieblas.
Información geopolítica Nivel de tentativa
1. Un pequeño eco. 2. Susurros tenues. 3. Leccio-
Biomas principales nes de la Fuerza. 4. Frecuente pero sutil. 5. Frecuen-
1. Árido, 2. Atolón, 3. Bosque, 4 Cenizas, 5. Conti- te y explícita. 6. Un poder majestuoso.
nental, 6. Desierto. 7. Espacial. 8. Estepas. 9. Estéril,
10. Gélido. 11. Jungla. 12. Mediterráneo. 13. Mon- Origen del Lado Oscuro
zón tropical. 14. Nevado. 15. Oceánico. 16. Sabana. Explica la semilla del mal en el planeta. No tiene
17. Taiga. 18. Tundra. 19. Tóxico. 20. Volcánico. por qué ser inherentemente malvada.

5
6
SANGRE POLVORIENTA

7
ANZAT
Los mitos y miedos se digieren más fácil que la verdad. (página 41 del manual básico)

Drenar la Fuerza Información general


Para drenar la esencia de vida de los seres vivos, tenían que estar física- Los Anzati (singular: An-
mente adaptados para hacerlo. Anota en la hoja de personaje un +2 a un zat) son una especie hu-
ATRIBUTO o elige la segunda característica de otra especie. manoide sensible a la
Fuerza con dos tentáculos
Desmontando un mito que se extienden desde
Las habilidades importantes que debían transmitir a sus hijos eran las artes sus mejillas, con los que
del sigilo y la caza; todo lo demás apenas valía la pena ser recordado. Obtie- pueden alimentarse de los
nes un detalle adicional cuando actúas con sigilo. cerebros de sus presas.

El mar de la memoria Aunque mucho se con-


Cada vez que usan sus tentáculos, pierden el foco en el mundo que les funde en la realidad de su
rodea, acercándose al error crucial que lleva a su destrucción final. Tu lado cultura, se sabe que son
Oscuro aumenta si al usar tus tentáculos el dado asociado es 4 o más. criaturas con un solo pro-
pósito: soportar el peso de
Planeta natal sus vidas a través de los
Anzat. eones, sobreviviendo de
una cacería a la siguiente,
Riqueza privando a otros seres de
2+VOLUNTAD, máximo 3. las suyas.

8
ARCONA
La galaxia es una salar de tormento y alucinaciones. (página 41 del manual básico)

Un nido de víboras Información general


Su visión a larga distancia es tan funesta como su futuro y aún sin contem- Son una especie de reptil
plar la luz al final de un túnel excavan miles gracias a sus fuertes garras. humanoide del mundo de-
Anota en la hoja de personaje un -1 a DESTREZA y un +1 a FÍSICO. sértico tropical Cona, don-
de la composición de su
Naturaleza comunal atmósfera les obliga a lle-
En la soledad del espacio, cada ser representa a su nido al completo. Uno var suplementos de amo-
entusiasta pero obsoleto. Elige entre obtener un detalle adicional cuando niaco cuando viajan por la
trates con tecnología alienígena o un detalle adicional cuando comercies. galaxia.

Festín de sal Poseen una visión pobre a


La galaxia les sirvió un plato de sal y sus ojos dejaron el verde por el dorado. pesar de sus grandes ojos
Nunca debiste comer de un plato ajeno. Tu lado Oscuro aumenta si al no y un pequeño órgano que
tratar tu adicción a la sal el dado asociado es 3 o más. se confunde con una nariz.
No obstante, su olfato si
Planeta natal está muy desarrollado.
Cona.
Su debilidad por la sal si-
Riqueza gue siendo explotada por
2+ATRIBUTO (a elección) la galaxia.

9
GHORFA (Moradores de las arenas)
Su cultura es arena, tan ancestral como insostenible. (página 41 del manual básico)

Mesías de Kumumgah Información general


Ningún profeta es aceptado en su propia tierra. En Tatooine nadie debería Los moradores de las are-
implorar la misericordia de los soles. Anota en la hoja de personaje un +2 a nas son guerreros primiti-
un VOLUNTAD y -1 a EMPATÍA. vos que viven en el desier-
to.
Moradores de las arenas
El espíritu del pozo vacío reclama agua como venganza a quienes vinieron La brutalidad de este pue-
con el trueno. Debemos organizarnos para ello. Elige entre obtener un deta- blo nómada se asienta en
lle adicional al explorar, al cazar o al tratar con la naturaleza. el mito fundacional de su
especie, cuando las dunas
Vestir la deshonra de Tatooine estaban sepul-
Ni toda la arena del desierto podría enterrar la deshonra de la mancha de la tadas por agua en lugar de
Fuerza. Eso quema más que dos soles. Cuando se ponga en riesgo la revo- arena. Todo cambió cuan-
cación de tu exilio, tu lado Oscuro aumenta si el dado asociado es 3 o más. do el cielo fue invadido por
naves extranjeras.
Planeta natal
Tatooine. Desde entonces, y tras su
liberación, se dedicaron
Riqueza a erradicar Tatooine de la
1+VOLUNTAD, máximo 2. presencia extranjera.

10
JAWA
Te mostrarán sus miedos en un puñado de polvo. (página 41 del manual básico)

Herejes de Kumumgah Información general


Dar la espalda a los ancestros, abrazar la tecnología que cristalizó los mares Los jawas son humanoides
y los martilleó hasta repudiar el agua. Las dunas no olvidan aquella traición. bajos nativos de Tatooine.
Anota en la hoja de personaje un +2 a un INTELECTO y -1 a EMPATÍA.
Su naturaleza desagrada-
Carroñeros de la chatarra ble se ve agravada por el
No buscas un uso para un trasto recuperado, en su lugar imaginas el uso olor amargo que se aferra
que otros podrían darle. Elige entre obtener un detalle adicional cuando bus- a ellos y su absurdo len-
cas chatarra robótica o un detalle adicional cuando comercies con ella. guaje. Sobreviven buscan-
do la tecnología perdida
La sombra del futuro en los desechos del de-
Una cueva oscura se abre ante ti como las fauces de un dragón Krayt. La sierto.
galaxia aguarda a ser devorada. Por cada motivación no cumplida, tu lado
Oscuro aumenta si el dado asociado es 3 o más. Por lo general son inteli-
gentes y tienen una socie-
Planeta natal dad compleja cimentadas
Tatooine, Raxus Prime, Ryloth y Florrum. en tribus extensas. La vida
de los jawa gira en torno al
Riqueza comercio, no por riqueza,
1+INTELECTO sino por supervivencia.

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MON CALAMARI
Son la arena erosionada con cada oleada de conflictos. (página 41 del manual básico)

La arena de los amos Información general


Son nadadores hábiles. En tierra se mueven con cautela, fruto de su acomo- Los mon calamari son una
damiento. Anota en la hoja de personaje un +1 a EMPATÍA y -1 a FÍSICO. Un especie de anfibios terres-
bonificador temporal de +1 a DESTREZA cuando estés en el agua. tres que comparten su
mundo en el Borde Exte-
Artistas del espacio rior con los Quarren.
El diseño de sus naves son la personificación de la evolución. Obras de arte
llevadas desde de la oscuridad del océano a las estrellas. Introduce un efec- Tienden a ser diplomáti-
to adicional a la hora de diseñar cualquier tipo de estructura. cos pero defienden vigo-
rosamente las causas que
El horror de las estrellas los inspiran. Son amplia-
Buscan sus sueños entre las estrellas, ya sean causas desesperadas o per- mente reconocidos por su
didas. Lo que encontrarán será un pesadilla inefable. Cuando esté en riesgo capacidad analítica y orga-
una motivación, tu lado Oscuro aumenta si el dado asociado es 3 o más. nizativa, y por el excelente
diseño de sus naves.
Planeta natal
Mon Calamari. Ven todo lo que crean
como una obra de arte, no
Riqueza sólo como una herramien-
2+EMPATÍA (a elección) ta o un arma.

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QUARREN
Una vida de condena por los sueños de sus amos. (página 41 del manual básico)

La roca del esclavo Información general


Son nadadores hábiles. En tierra se mueven con ferocidad, no existe tal Los Quarren más aislacio-
cosa como un hogar. Anota en la hoja de personaje un +1 a FÍSICO y -1 a EM- nistas viven en las profun-
PATÍA. Un bonificador temporal de +1 a DESTREZA cuando estés en el agua. didades del planeta Mon
Calamari, compartiendo el
Moradores de las profundidades mundo con la especie del
Fieros, atentos y perceptivos. Ellos son los esclavos que han cimentado la mismo nombre.
vida de sus amos, es a ellos a quienes hay que preguntarles por los horrores
del océano. Con esta proeza puedes ver en la más absoluta oscuridad. Fuera de su planeta, se
mantienen alejados de la
Negociación agresiva política y se involucran en
Prácticos y conservadores. Así se ha hecho y así se seguirá haciendo siem- la piratería, el contraban-
pre. Las nuevas fórmulas no son una opción. Cuando esté en riesgo una do y el espionaje.
negociación, tu lado Oscuro aumenta si el dado asociado es 4 o más.
Muchos Quarren culpan
Planeta natal tanto al Imperio sith como
Mon Calamari. a la República del estado
de su mundo natal duran-
Riqueza te estas décadas.
2+FÍSICO (a elección)

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14
UN PUÑADO DE SAL

15
16
Trypori
Enterramos a nuestros muertos en sal. ¿Ves esa cordillera? Aún sigue en pie
después de miles de generaciones.

DATOS ASTROGRÁFICOS
Región: Núcleo profundo.
Sector: Koros.
Sistema: Trypori.
Estrellas: 1. Bolog (mediana naranja)
Lunas: 1. Coyuz.

INFORMACIÓN GEOPOLÍTICA
Tipo de entorno: Estéril árido
Nivel de la población: Asentamientos
Tipo de gobierno: Clanes ancestrales.
Situación actual: Supervivencia.
Principal fuente económica: Agua y sangre.
Autoridades: Guerreros tribales.
Jerarquía sociales: Ancestros, guerreros y constructores.

LA MANCHA DE LA FUERZA
Concepción de la Fuerza: Se persigue y es castigada.
Nivel de Lado Oscuro: Una mancha leve.
Nivel de Tentativa: Un pequeño eco.
Origen del Lado Oscuro: El peso de las guerras y el deterioro que éstas tra-
jeron sobre un mundo que antaño era un vergel de prosperidad y armonia.
Hoy es un desierto por el que su pueblo vaga arrepentido por haber accedi-
do a las enseñanzas de la Fuerza.

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INFORMACIÓN
Trypori es un planeta estéril, árido y salino en la linde cálida de la zona de
habitabilidad del sistema homónimo. Danza moribundo en el sector Koros
dentro del núcleo profundo. Reconocido, pero rechazado, su localización en
las cartas estelares se ha mantenido durante centurias. Primero fue un im-
portante puerto de comercio que rivalizó con el planeta Emperatriz Teta,
finalmente se convirtió en una tumba bañanda en una amargura recalci-
trante. Actualmente, las pocas generaciones supervivientes, a lo que lla-
man el Motín Salubre, deambulan sonámbulas en un océano cristalizado y
erosionado por el olvido. Navegando entre las cenizas de antiguos puertos,
escrutando la sombra de un pasado sepultado bajo cordilleras y callejones
de sal. De sangre y sal.

LOS ECOS DEL PASADO


El pasado de Trypori se remonta a una época de libertad y prosperidad,
decenas de siglos antes la guerra de Unificación, mucho antes del adveni-
miento del Imperio Infinito, mucho antes de la proliferación de las filosofías
jedi y sith. Tal vez ese sea el motivo por su persistente odio a la Fuerza. Es la
única batalla que han perdido, y fue aquella que supuso su fin como pueblo.

Hablar del pueblo de Trypori es hablar de los retazos de un mito sobre ciu-
dades portuarias construidas sobre escaleras cinceladas sobre acantilados
de coral, guarnecidas por el mármol inmaculado y campos regados por
un manto de color ambarino que refractaba cada atardecer como si fuera
única. Porque de hecho este mundo, en sus orígenes, era la joya sublime
del sistema Trypori, resguardada por planetas gaseosos tanto en el interior
como en el exterior del sistema. Mas allá de aquella privilegiada posición,
cuentan los registros más corroídos por las desgastadas hebras del tiempo,
que Trypori era un vergel de cultura y comercio. Una suerte de edad dorada
de la República galáctica autocontenida dentro de los límites de una atmós-
fera que propiciaba una brisa suave y aterciopelada. Una brisa capaz de
propiciar el mejor destino a cada embarcación y a cada ser. Un destino que
podía verse reflejado en las aguas transparentes y cristalinas que susurra-
ban en las costas de este planeta de archipiélagos.

No había nada malo en Trypori, y si lo había, no era difícil alcanzar una


solución sabia y firme. Esa fue, tal vez, su perdición. Pues los males que le
acechaban pronto se vieron reflejados en sus aguas.

18
Pero mucho antes de que el fatídico día llegara, mucho se luchó por alcan-
zar aquella plenitud. No debe confundirse el deseo de alcanzar la paz con
la sumisión, ni el sano escepticismo que confiere la duda con la debilidad.

Desde su descubrimiento y fundación, sirvió de refugio a quienes compar-


tían el ignoto sueño de una tierra fértil y de mentes libres, feroces y impul-
sadas por un creciente deseo de independencia. Especies de todo tipo lle-
garon hasta este planeta huyendo del Imperio Infinito. Murieron, pero nunca
olvidaron, lo que les había llevado a abandonar sus mundos calcinados. La
vieja herida era demasiado profunda. Cada nave hundido por corsarios hutt,
cada batalla contra los Rakata, todo eso trae viejos dolores. Las cadenas
del pasado cascabelean como campanas de viento disonantes y aún hoy
puede escucharse el susurro de su eco.

Sin embargo, Trypori supo aceptar y prosperar. Fue fuerte y floreciente. El


ascético culto mercantil de la Cofradía de los Virtuales Venerables alimentó
a las ciudades estado costeras durante siglos. Se construyeron pozos en
las profundidades del océano, se alzaron fábricas y senderos pavimentados
para llegar a un futuro siempre en auge, siempre glorioso. Los artesanos
legendarios tallaron estelas ancestrales, grabaron el misterio en cada es-
quina de cada pueblo y fundieron el metal para alzar estatuas que rivaliza-
ron con los mismos dioses de las estrellas. Cada isla, cada atolón, era un
espectáculo onírico sobrecogedor hasta el punto de generar una profunda
conmoción letal a quienes estas sensaciones les resultaban alienígenas. Un
mundo sereno requería de mentes inquebrantables. Ni todos los refugia-
dosson seres de corazón puro, ni todos quienes disfrutan de vidas apacibles
han conocido la dura realidad que les rodea. A todos ellos, la entrada les
estaba vetada. Trypori era un paraíso, y como tal, tenía sus normas.

Los portadores del agua incluso daban bebidas como un servicio gratuito,
cortesía de los Venerables. Los mercados desprendían un aroma a especias,
frutas y productos exportados de todos los rincones de la galaxia. Anfitrio-
nes de los niños se sentaban y escuchaban a los ancianos mostrando sus
cicatrices y contando historias sobre cada marca. Cuentos de expediciones
a tierras exóticas manchadas por el conflicto. Se cantaban elogios a los cla-
nes yimarkas en la batalla de Cartova y horrores acerca de las sombras pá-
lidas de la galaxia que amaban sus rifles más que sa sus madres y esposas.

19
Una suave brisa caía desde el Risco Mithaliano, una cadena de archipiéla-
gos de clima templado y costas blancas observadas por una siempre atenta
cordillera nevada con centros de meditación, escuelas militares y acade-
mias. Cada uno de esos lugares era frecuentado por las mismas personas.
Eran frecuentados por todo el planeta. Trypori estaba comprometida en el
deseo de un planeta libre e independiente.

Los toldos azules y rojos volaban, el carbón en el narguile emitía destellos


y transportaba las cenizas hacia el viento. Nubes de lluvia se cemían sobre
el cielo, anunciando un resplandor que unía la imagen divina del cielo refle-
jándolo en las aguas del planeta. Anunciaban también la lluvia perdiéndose
en la jungla. Los escasos desiertos arenosos brillaban al sol, los ríos serpen-
teaban por la tierra. Los manglares hundían sus raíces en el agua, mientras
la jungla lo hacía en el calor mientras algo extraño crecía. Se coronaban
láminas con hojas que figuraban de lo pentagonal a lo octogonal, espinosas
y enredadas como una estructura que era más propia de los caminos que
se transitan durante las ensoñaciones del subconsciente. Polígonos tridi-
mensionales que conservaban su área pero cuyo perímetro crecía y crecía a
medida que se consumía.

Hojas de cristal de agua mineralizada que no requerían un nombre mas


allá del que el común de los mitos de una cultura orgullosa podía otorgar,
el nepenthe. Un rasguño y la piel de cualquier ser comenzaba a volverse de
color ceniza, endurecerse débilmente y, finalmente, adquiría un semblante
cálido en cuestión de segundos. Esta extraña formación llegó a reemplazar
en algunas islas a la vieja vegetación. El nepenthe transformó la tierra que
pisaba y a su gente, que recaían en una lengua primordial que únicamente
los que estaban cerca llegaban a intuir. Bajo la influencia de esta sustan-
cia enigmática, todas las barreras lingüísticas habían caído, incluso entre
quienes no habían sido tocados por su jugo. Trypori se había unido, pero la
diversidad de sus ciudades estado y culturas también. Humanos, twi’leks,
wookiees, togrutas, zabraks, kel’dor, no había distinciones. La cofradía era
su corazón, el que les daba fuerza como un único pueblo. Los yimarkas eran
sus garras, con las que se defendían en última instancia. Y los asparianos,
enigmáticos en sus templos, eran sus almas, gobernaban sus destinos

Pero todo aquello cambió, cuando las naves aparecieron sobre aquel plane-
ta y trajeron consigo un desenlace que no les correspondía.

20
LOS GRANDES IMPERIOS
Siempre hubo una herida realmente profunda en este planeta, una de esas
que incluso su cicatriz supura sangre y todo tipo de tormentos que se con-
vierten en los mejores maestros, pues sus lecciones resuenan a traves de
las eras. Impretéritas e inalteradas. En el año 3537 anterior a la Arribada de
los Tho Yor, los kwa, una especie sensible a la Fuerza originaria del planeta
Dathomir, desarrolló la tecnología que les permitía teletransportarse entre
mundos. Este logro de la ingeniería, al que llamaron Las Puertas Infinitas,
les permitió viajar por la galaxia y entrar en contacto con distintas civiliza-
ciones, entre ellas el Imperio Infinito de los rakata.

Pero la inocencia no figura entre los dones que se toleran en el gran esque-
ma de las cosas y los kwa pagaron el justo precio de condenar a toda la ga-
laxia con un gesto desinteresado de bondad sin precedentes. Transmitieron
el secreto de su tecnología y sus enseñanzas a los rakata, y cuando quisie-
ron evitar que las oscuras intenciones de estos proliferasen en cada rincón
de la galaxia, fue demasiado tarde. Aunque para desgracia de este mundo
del núcleo profundo, lo peor aún estaba por llegar. Mintras las lecciones so-
bre una filosofía maniquea venida de ninguna parte comenzaban a forjarse
bajo los cielos de Tython, otro mundo del núcleo, millones eran esclavizados
por el Imperio Infinito en una sed insaciable de dominio y poder. Tatooi-
ne, Kashyyyk, Manaan, Dantooine, Coruscant, Alderaan, incluso la antigua
raza sith de Korriban sucumbieron en alguna medida y forma a la potencia
destructiva de la tecnología alimentada por los fuegos de la Oscuridad que
latían en el interior de cada rakata, desde el esclavo hasta el mayor de sus
gobernantes.

Pero el odio es una enfermedad que se propaga en el subconsciente co-


lectivo de cada generación, venciendo a toda lógica una vez destronados a
los viejos dioses decapitados, cediendo a los instintos más primarios para
convencerse de la necesidad de colocar un nuevo panteón tan insignificante
y decadente como el anterior. Un Imperio Infinito por definición no puede
ser derrotado, pero no hizo falta vencerles, ya estaban perdidos, como to-
dos, como cada una de las civilizaciones que tratan desesperadamente, en
vano, a través de los eones, de perpetuar la imagen de su gloria pasada ya
putrefacta como si de una momia se tratara. Pero existió una raza que ven-
ció esa limitación y su triunfo se materializó a través de un ser; el Sith’ari. Su
nombre fue Adas y su sombra, responsable de esta tragedia; Cinere.

21
LA SOMBRA DEL SOBERANO
Tras cerrar un grotesco pacto de naturaleza incierta con los rakata, Adas
adquirió el conocimiento para fabricar holocrones con la misma rapidez que
avertiguó las intenciones de estos invasores sobre su pueblo. Fue tal su des-
treza que construyó uno, no como fuente de conocimiento, sino como un
testamento acelerado advirtiendo su fin inminente. Poco se conoce sobre
su figura, aún menos sobre su Mano en la Sombra, Cinere. Ya poco queda
que recordar de la defensa de la antigua raza sith, de su señor de piel ceniza
y de cómo expulsó a los rakata de Korriban poniendo fin a una vida longeva
de más de tres siglos. No obstante, incluso antes del nacimiento de la regla
de los dos, siempre hubo un maestro y un aprendiz. Adas no había escogido
a cualquier aprendiz, él mismo lo creó. Arrancó cada palmo de sangre de
su inexistente piel, maltrató a su sombra cuando salió a su encuentro al si-
guiente amanecer y le mostró el miedo, entre millares de cadáveres rakata
vaciados por su insaciable deseo de venganza. Así nació Cinere, de la propia
sombra del cadáver de Adas, que en secreto ocupó su cuerpo ya olvidado
tras esa armadura y lo deformó, lo retorció, lo mutiló haciéndole sentir cada
golpe de su hacha, postrando su cuerpo arrodillado hacia las estrellas. Ci-
nere comprendía la vida, porque nació de la muerte y tras la desolación de
Korriban solo tenía un destino, las estrellas. Esa estrella, ante la cual alzó su
grito desde el suelo, resultó ser Bolog.

UN PUÑADO DE POLVO
Fue entonces, mientras tenía lugar la guerra civil rakata y su poderoso impe-
rio quedó mortalmente herido, que los sith comenzaron su diáspora por las
estrellas sin un líder que los unificase, desorientados, devorándose en un
festín sádico y traicionero. Pero Cinere tenía otro plan, era hora de tomar el
núcleo galáctico y Trypori era un mundo idóneo para ello. Pero todo ello de-
bía permanecer en el más absoluto secreto, con Adas muerto nadie creería
las historias de su transfiguración. Tenía que hacer esto en la más absoluta
soledad de quienes persiguen una meta tan ambiciosa. Cuando la última
nave se disponía a abandonar Korriban, Cinere cortó sus comunicaciones y
tomó el control como un virus reptante sin presencia firme pero que todos
los tripulantes temían. Pronto comenzaron a susurrar su nombre, con mie-
do, ignorando su procedencia, su apariencia e identidad. Cinere, era como
si ese nombre hubiera estado en sus mentes desde antes de haber nacido.
Así, cuando llegaron a los cielos de Trypori, descendieron a sus aguas pacífi-
camente y proclamaron con orgullo aquel nombre. Polvo de cenizas.

22
LA DECLARACIÓN SILENCIOSA
Las naves de color carmesí se posaron acariciando las aguas cristalinas de
Trypori, a las puertas de la ciudad de Sabard. Construida sobre un puerto
natural en la encrucijada entre seis archipiélagos de islas, la ciudad era
un nexo de comercio. Para las Thalassas (ciudades-estado costeras), era el
centro de toda la riqueza, un lugar de veneración mercantil frecuentado por
la Cofradía de los Virtuales Venerables.

Para un sith, no era más que un puesto comercial debilitado por un poder
mundano. No obstante, era todo un símbolo de los logros de una civiliza-
ción que había crecido entre las estrellas ajena a los designios de la Fuer-
za. La cultura que aquí se desarrolló nunca necesitó de ella, puesto que la
tecnología, el conocimiento científico y la fuerza de las adversidades eran
suficientes para doblegar las cadenas de la naturaleza. O eso pensaban, y
eso quisieron comprobar. Por todo ello, Sabard poseía un estatus simbólico,
acuñado en las inscripciones de la sede de la Cofradía “la mente sobre la
matería y la matería sobre la mente.“ La guardia de élite yimarka se congre-
gó a sus puertas mientras que los asparianos se recluyeron en los templos
y academias de cada isla para sopesar la situación y planear la siguiente
maniobra.

Sin embargo, ni todo el conocimiento acumulado les preparó para lo que


allí vieron, aunque llegados a este punto debe advertirse que es justo aquí
cuando el mito se confunde con la realidad. Unas versiones hablan sobre
como Cinere emergió de las aguas, en otras se narra que caminó sobre ellas
al salir de su nave. Las mas esotéricas cuentan que no fue Cinere, sino un
alma enviada, una personificación suya. En cualquier caso todas coinciden
en la magnificencia de su figura; una coraza endurecida de ceniza oscura,
tan negra como el ébano, repleta de figuras polimórficas que se incurstaban
en su cuerpo y se adentraban por cada poro, cada cuenca y cada comisura.

Se posó sobre sus rodillas embrutecidas por la erosión de su propia figura y


se arrodilló a las puertas de las murallas portuarias de Sabard. El mensaje
pretendía ser bastante claro: la voluntad de Cinere era insuperable. Pronto
se grabaría, más allá de la memoria de las fieras tropas yimarkas, la fulmi-
nante y silenciosa mirada que ahogó el rugido de sus lanzas y que, sin el
menor atisbo de duda, había venido a Trypori para quedarse. Pero el silencio
se rompió cuando su rostro se torció. Había tomado la primera decisión.

23
EL MOTÍN SALUBRE
La historia recordaría las Puertas de Sabard como la primera batalla de la
Conquista de Trypori, pero el verdadero combate se desarrolló con unidades
avanzadas de ambos ejércitos preparándose para la próxima guerra. Cinere
había contemplado varios flancos y por ello revisó a sus tropas sith. Ordenó
dos batallones para su propósito, porque hasta el mal tiene sus distinciones,
pues esta no era un conflicto expansionista y no había lugar para acordar los
términos de una coexistencia. Los Repudiados de Ashlan representaban el
brazo armado de la jerarquía y la disciplina militar más implacable, mien-
tras que Los Ingratos de Bogan representaban la ambición y el atractivo
esotérico del mal. Cada división tenía un plan para infiltrarse en la capital,
pero solo uno de ellos tendría el honor de dar el primer paso. El rostro de
Cinere se retorció. La decisión estaba tomada.

Los repudiados capturaron una pequeña fortaleza en una isla fronteriza,


otrora resplandeciente, hoy yace decrépita impregnada por el hedor de la
sangre y la carne, aún humeante, conservada bajo sus cenizas. Una victoria
temprana que se nutrió de la vejación de los yimarkas capturados puestos
al servicio de Cinere. No pudo haber mayor triunfo, no hay mayor victoria
que doblegar un rival a la causa. Aquello ayudaría a poner a la ciudad de
rodillas. Después de todo, la corrupción siempre comienza desde dentro. En-
tre los capturados, un amargado historiador yimarka, El Primer Traidor, ven-
dió los secretos militares a los Repudiados. Para él Sabard había olvidado
los días de auténtico sacrificio, postrándose ante los vicios decadentes de
los Virtuales Venerables. Cenizas a cenizas, no hay promesas entre traido-
res. Con las debilidades de la ciudad expuestas, no fue sino hasta el final de
la contienda cuando se supo que Trypori le había dado la victoria a los sith.

Pero siempre debe haber dos. Los Ingratos contactaron con un contraban-
dista. Gracias a macabros rituales de magia sith, desgarraron el velo de lo
vivo y lo inerte para desvalijar el clúster de los venerables. Los Ingratos eran
mejores operativos que soldados y aquella misión requería un toque sutil.
Tras aceptar su merecido pago, una red de túneles subterráneos fue puesta
en conocimiento del ejército sith. Las tropas comenzaron a infiltrarse. Desde
las sombras, ocuparon los distritos de la ciudad. Las máquinas comezaron a
ser desconectadas, las defensas saboteadas y el emblema de las Thalassas
debilitado ante las narices de toda una civilización. Pero no fue suficiente,
Cinere, aún de rodillas, transmitió, sin pronunciar palabra, un último plan.

24
Los Ingratos, habían conocido, en los túneles de Sabard, el secreto mejor
guardado; el nepenthe. El Concilio de la Ceniza aspariano fue entonces con-
vocado y los magos sith, conocidos por sus crueles y misteriosas técnicas
de interrogatorio, les extirparon las propiedades, la realidad y la leyenda
de aquella sustancia. Nunca volvieron a ser vistos, la historia jamás podría
describir los horrores que se les infligieron, tampoco los motivos. Pero sus
secretos fueron asimilados. En los oscuros pasadizos de musgo alienígena y
tallos informes, se cubrieron de kilómetros de nepenthe y sal.

A las puertas de Sabard, Cinere aún demandaba el golpe definitivo, mien-


tras se sucedieron varias semanas de una bacanal de muertes en las som-
bras, unas desapercibidas, el horror de otras no pudo describirse con pala-
bras. Toda Sabard lo sabía, nadie estaba a salvo dentro de sus muros. La
infamia había llegado para coronarse en las colinas de Arosa, mientras los
habitantes tenían miedo y el amargo deseo de abrir de una vez las puertas
de la ciudad.

Fue entonces cuando Cinere se levantó y comenzó a caminar. Las puertas


se abrieron pero se marchó hacia el mar, perdiéndose entre las olas. Hubo
un calma tensa en el ambiente y entonces, cuando las calles se llenaron de
ciudadanos libres festejando el fin de las tensiones, una columna de fuego
naranja ascendió desde las profundidades de la ciudad hasta las estrellas.
Desde el destructor sith apostado en órbita sobre Sabard se interpretó esto
como una señal de ataque. Arrinconados, los cadáveres comenzaron a api-
larse en las calles tratando en vano de escapar al mar, amontonándose
sobre las afiladas espigas de coral viridiano, derramándose como un fluído
viscoso por las laderas infectas del cenizo nepenthe que se evaporaba jun-
to a sus sombras. La sangre brillaba con fuerza con los primeros rayos del
atardecer, se formaron rampas de carne calcinada. Cuentan que los pocos
gritos que llegaron a distinguirse suplicaban ser liberados de su ciudad en
llamas. El ejército sith estuvo encantado de complacerlos y cuando los su-
pervivientes respiraron. Cinere volvió y bautizó sus pieles desnudas con el
nepenthe robado. Sabard, la joya de Trypori, se embruteció en piedra calcá-
rea y tintes de ceniza hasta hervir la sal de las mareas. Las ruinas de Sabard
sirvieron como demostración de fuerza y su lección permaneció inmutable
Cinere había venido para quedarse, y el destino del pueblo de Trypori fue
cantado entre lágrimas y llantos de desesperación, en cada balada, como
una sucesión de trágicos intentos fallidos.

25
EL APOGEO DE LAS MAREAS
La conquista continuó buscando conservar las infraestructuras planetarias.
El ejército sith buscaba un nuevo hogar y Trypori ofrecía una nueva perspec-
tiva. Ya no lucharían para sobrevivir, lucharían para combatir. Cinere creó el
Concilio de los Hautas, veladores de su nuevo orden, surgidos de la sangre
transfigurada en un carbón plateado de los antiguos asparianos de la Ceni-
za.

El siguiente objetivo fue la ciudad de Oradano, sin salida al mar, sin un flan-
co favorable para el invasor. Una arcología dotada de las mejores infraes-
tructuras, una colmena repleta de un enjambre de bestias metálicas de-
safiantes y coordinadas al unísono. Nunca creyeron en la Fuerza y cuando,
finalmente, se les reveló, la negaron dos veces. Doble el orgullo, doble la
caída. Todo aquel potencial de nada sirvió cuando Variax el Inmaculado,
de los Repudiados, ordenó arrasar el Risco Mithaliano sin hacer oídos a la
petición de una tregua para un antigua costumbre local. Los gargantuescos
depósitos de sal acumulados en aquella cordillera quedaron diseminados
y esparcidos por el viento. Sangre sobre sangre, la herida no terminaba de
cicatrizar. Los asparianos rompieron su retiro y arrancaron su espina más
profundamente clavada. Con ayuda de la Fuerza trataron de ahogar a las
tropas sith destinadas en Oradano, hubiera servido para detener el curso de
la guerra de no ser porque Cinere apareció. No había duda, la profecía acer-
ca del ser de nepenthe era cierta. Un ser de piel endurecida y oscura como
el ébano, agrietada como la ceniza. Los Ingratos estuvieron encantados de
acogerlos entre sus filas exaltadas por el olor de la desidia.

Aquella traición no tardó en llegar a oídos de la reina de Oradano, motivo


por el cual acudió al encuentro para saldar la deuda con su pueblo. Valero-
sa en combate, su cuerpo acabó aplastado contra un lienzo kilométrico de
agua rebosante de sal que toda la isla cubría. Los sith habían fallado.

EL ESTRECHO DE CAEDRAS
Una guerra necesita efectivos y éstos se nutren de los recursos de los cam-
pos que asolan, de las poblaciones que esclavizan y de las armas que en-
tonan la nota de silencio de la carne que nació sin inocencia, y murió aún
más lejos de ella. Cedras era el tercer objetivo, puede que los ejercitos sith
estuvieran hambrientos, pero necesitaban armas de córtosis y potencia de
fuego. Lo que no llegaron a calibrar fue cuánto.

26
Un paso estrecho entre archipiélagos, de acantilados blancos cubiertos de
un extenso verde frondoso fértil y canteras de minerales exóticos fue el pri-
mer punto de encuentro de una batalla a mar abierto entre los dos ejércitos.
Los siths fueron derrotados de forma estrepitosa, pero aún se cuenta entre
los descendientes de los antiguos habitantes de Trypori que algunos Hautas
estremecieron al ver a Cinere sonreír. Alena, Hauta de los Ingratos, conocía
las debilidades de su pueblo, de quienes durante milenios habían descono-
cido y ahora odiaban la Fuerza. Nadie mejor que una sith para saber que el
odio nace del miedo, un caldo primigenio que se abre paso en una pasillo la-
beríntico de criaturas quebradas y quebradizas. Los siths se retirarían, pero
consiguió convencer a todas las especies que convivían aquella urbe indus-
trial para asesinar a todos los asparianos. Naturalmente, estos no tardaron
en unirse a las filas sith temiendo por sus vidas.

LAS TRES LAMENTACIONES


Después de la agravante derrota, los ejércitos sith siguieron presionando,
pero las Thalassas ya se habían armado y desplegado como para convertir
Trypori en un recordatorio de Korriban. Por desgracia para aquel crisol idíli-
co de especies, culturas y opiniones, la victoria tuvo un precio mayor que la
derrota. Tres serían los frentes, tres serían las caídas y así la guerra llegaría
consecuentemente a su fin. Esto es lo que hoy se lee en los muros de sal.

LOS CAMPOS DE FOROS


La isla de Foros era conocida por sus extensas colinas y campiñas repletas
de manjares exóticos capaces de evadir a cada paladar, con sus texturas y
sabores, a planetas lejanos. Cubiertas del verde y el dorado, perfiladas por
extensas parcelas de cultivo sosegadas, hoy de sus tierras solo se conserva
la roca arada por los fuegos del conflicto y carcomida por los vientos salu-
bres. Los sith comprendieron que no podían ganar en mar, por lo que acu-
dieron a las estrellas. Los primarcas asparianos, sedientos de una venganza
oculta durante milenios. despedazaron las entrañas de su antigua magia y
atrayeron el hambre voraz de los astros de gas y metales. Un ciclo violen-
to se adelantó miles de generaciones. Las mareas se alzaron, los fuegos
barrieron ciudades enteras, Bolog incendió el rostro de sus hijas las lunas,
Soyuz irradió hasta el hastío del último grito que suplicó basta. Pero no fue
suficiente, un enjambre de naves de Trypori salieron al espacio a plantar
cara a los sith y allí, en silencio, encontraron su merecido descanso.

27
LA CIUDADELA PROHIBIDA
La ciudadela prohibida era un refugio coralino de aspecto alienígena y retor-
cido que emergió de las profundidades marinas. En su interior se guardaba
el mayor secreto de Trypori, las enseñanzas de las civilizaciones primigenias.
Las puertas de los kwa, las enseñanzas krilliks, las innovaciones Gree y el
miedo de los Sharu por un poder desconocido, presumiblemente la Fuerza.
Un refugio diseñado para las generaciones venideras frente al Imperio Infi-
nito. Los asparianos fueron conscientes de ello. Los que pudieron soportar
tal poder venido de las estrellas permanecieron fieles a Trypori, pero ya era
demasiado tarde. Sus cuerpos decoraron las paredes dentadas sobre las
que deslizaba un aire metálico y asfixiante a nepenthe; el néctar del olvido
eterno. La electricidad fluyó por sus cuerpos cenizos y murieron. No una
vez, sino millones, gracias a la magia sith y el conocimiento aspariano. Hoy
solo queda silicio en fundición y sus paredes, rociadas por la sal disociada,
siguen hirviendo a fuego lento.

LA CIUDAD YIMARKA
La fortaleza Yimarka, el primer bastión fundado por la ancestral orden de
guerreros procedentes de todos los rincones de la galaxia. La cofradía de los
Virtuales Venerables nunca se atrevió a inmiscuir sus manos en sus asuntos,
pero todo tiene un precio. Incluso la muerte. Después de tanta desolación
sin sentido, algo ocurrió. Siempre debe haber dos, una versión de los muros
hablan de Cinere, otras de su personificación, mientras que otras retratan
ambas interpretaciones como una sola. Toda esa diversidad no es solo más
que una distracción bucólica del panorama desolador que la realidad insi-
núa. Hace tiempo que Trypori había dejado de ser de interés para este ser.
Hubo entonces un pacto; Cinere destruiría a los sith y Trypori persistiría. El
precio fue establecido: el agua, la sangre y la sal. Así fue.

LA HUELLA DEL PRESENTE


Mas de diez siglos después, Trypori sigue enterrando a sus muertos bajo
cordilleras de sal. La piel de sus habitantes se ha vuelto de un color gris
tizón que no refleja la incesante luz de una estrella morbiunda asolada por
la presencia de las grandes esferas de helio y metal en fusión. Pero Trypori
siempre ha sido un pueblo fuerte, incluso moribundo, en un mundo abra-
sador donde ni las montañas proyectan su sombra. Un silencio perpétuo
se rompe eventualmente cuando el polvo se deshace. Ahora solo quedan
laderas de lágrimas resecas cristalizadas en el dolor, la ira y el llanto.

28
Las tierras de Oradano son un vertedero de arena y metal donde los ecos
del pasado se confuden entre los orificios de los tubos roídos por la guerra.
Los pueblos transitan nómadas por sus mares de arena y sal, esperando
encontrar algún depósito escondido que les potencie el sabor de aquel des-
enlace amargo y les deshidrate. La sangre, es la nueva moneda, siempre
en producción, siempre se reabastece, sin leyes ni regulaciones. Tampoco
hacen falta, no quedan sociedades en Trypori, solo pequeños clanes que se
dedican a transmitir como pueden la caída de su pueblo y los males acerca
de la Fuerza.

Bosques de corales marchitos rodeados por muros de salazón que se extien-


de hasta donde alcanza la vista, pasos estrechos enturbiados con parásitos
que se deboran a si mismos y valles atestados por una estampida inmóvil
de cadáveres salinos de algas invasoras. Las ruinas son vilipendiadas por
la carga electrizante del aire que las transita y la gran masa continental de
roca porosa y agrietada, cuyos túneles aún rebosan la espuma, la baba y la
manantiales de sangre reseca de antiguas criaturas marinas, niegan cual-
quier posibilidad de florecimiento bajo sus paredes de sal y nepenthe. Todo
eso es Trypori y no hay nada mas allá de esa descripción.

Por supuesto, nada queda de los asparianos ni de las tropas yimarkas, al


menos que se conozca, y el paradero de los Virtuales Venerables, sigue sien-
do un misterio. Tal vez sigan almacenados en sus sarcófagos, conectados
a sus antiguas instalaciones de procesamiento infinito, tomando la energía
del medio, refrigerando sus procesadores y hirviendo su planeta un poco
más y más.

Lo cierto es que el silicio es cada vez más abundante y mientras que la heri-
da siga abierta, aún queda sangre y sal de donde extraer más.

29
30
Acarin
Nunca más volverían a caminar solos, ese fue el precio que pagaron por no
surcar los cielos.

DATOS ASTROGRÁFICOS
Región: Núcleo profundo.
Sector: Koros.
Sistema: Cyboogi.
Estrellas: 2. Spenta (enana blanca) y Ahriman (enana negra).
Lunas: Cinturón de asteroides.

INFORMACIÓN GEOPOLÍTICA
Tipo de entorno: Oceánico. Atolón de islas.
Nivel de la población: Instalaciones y ciudades submarinas.
Tipo de gobierno: Directorado científico. Mente colmena,
Situación actual: Aislacionismo.
Principal fuente económica: Energía, sal opiácea, potencia de cálculo.
Autoridades: La sociedad opera como un todo. Guardias de seguridad.
Jerarquía sociales: Redes neuronales asimétricas en función del número de
individuos residentes en dicha zona. Comité científico.

LA MANCHA DE LA FUERZA
Concepción de la Fuerza: Leyenda tabú y habladurías.
Nivel de Lado Oscuro: Equilibrio indómito oscilante.
Nivel de Tentativa: Un poder manifiesto.
Origen del Lado Oscuro: La estrella Spenta representa el lado luminoso y
la estrella Ahriman representa el lado oscuro. Según la situación de éstas
en el cielo, ambas sendas se manifiestan de una forma peculiar con cada
nacimiento. Este resultado se mantiene de por vida. Incluso allí donde ni los
rayos de la Luz y la Oscuridad alcanzan.

31
INFORMACIÓN
Acarin es un mundo oceánico, de vastos oleajes y de condiciones inclemen-
tes en el lóbulo de influencia de la estrella Ahriman del sistema binario
Cyboogi. Su anómala existencia solo podría concebirse en una región tan
primigenia del núcleo profundo; el sector Koros. Su reciente inclusión en
las cartas estelares de la República ha llevado a sus mares el peso de la
tragedia. Debido a las condiciones astronómicas tan inusuales y violentas
que abruman su existencia, incluso sus recursos tan preciados requieren de
un dominio de la técnica contrapuesto a la naturaleza rampante de sus ma-
reas. La galaxia no necesita más guerras, pero inevitablemente cabalgaría
hacia otra solo con tal de mantener el dominio de este planeta.

EL LITORAL NÓMADA
Existen rincones en la galaxia en el que todas las cosas son una con su ago-
tamiento. No en años, ni siglos, sino en el quejumbroso y ondulante paso de
los eones. Un hastío y un dolor que se habría instaurado como parte del gran
esquema de los dioses indiferentes y de los falsos designios por parte de un
veto impasible que trata de imponer un cierto balance mientras incontables
vidas se pierden. Sin pena ni gloria, nada nuevo volverá a yacer bajo el sol.
Pero existe un lugar donde la radiación neblinosa se despliega de forma ma-
jestuosa y terrorífica, como el trono de una deidad venerada desde el miedo
más primitivo y, pese a todo intento de razón, verdadero en este universo y
el que se oculta más allá de lo cognoscible.

Ese lugar es Acarin, un modesto mundo, al menos en apariencia, donde


la Fuerza se doblega ante su propio reflejo. Su océano barre iracundo la
inmensa red de atolones de piedra exánime. La gravedad humilla las es-
tructuras más resistentes hasta reducirlas a una carcajada malévola que se
pierde entre estructuras tentaculares de escasa altura. Parecen ramas de
un árbol, pero tienen el grosor de los pilares del templo jedi de Coruscant,
con la salvedad de cumplir una función útil para la propia existencia, por
muy retorcida que esta sea.

Las costas neríticas nunca son las mismas en Acarin, aquí los mapas care-
cen de sentido. El precio a pagar por tal insolencia es uno mucho peor que la
muerte. Al igual que las pesadillas, Acarin no puede ser cartografiado, hay
que explorarlo palmo a palmo, hasta que finalmente te cautiva o te atrapa
y, en cualquier caso, nunca se regresa con un mapa entre las manos.

32
EL HORROR DE LAS ESTRELLAS
A pesar de los tesoros ocultos tras sus aguas opacas, hay vigilantes en el
vacío que existe sobre las cabezas de la civilización nativa de Acarin. El aire
de la superficie es un mero trámite indeseado entre dos constelaciones de
eidolones contrariados. Una vez superado el grotesco horizonte de lluvias
torrenciales que sirven de motor a olas descomunales, Spenta (una enana
blanca) y Ahriman (una enena negra) copan las montañas de la alta selva
del espacio exterior. Cuaquier caminante del espacio que se precie espera-
ría encontrar aquí nada más que un ruido blanco caleidoscópico, pero no
es así. En su lugar, el sistema Cyboogie está inmerso en un bizarro viento
cósmico fruto del desgarro del tejido espacio-temporal de sus dos astros.

Pretender situarse entre ambas estrellas es condenarse a un descenso caó-


tico hacia una de ellas. Los puntos de Lagrange no son tan siquiera buenos
consejeros ni presagios de la seguridad de este sistema. Sobre los vidrios
que separan a los pilotos de estas mareas invisibles, se derrama un color
exuberante, ofreciento una modesta defensa. En esta selva radiactiva, la luz
de sus estrellas es encantadora. Mirar demasiado tiempo puede despertar
obsesiones que consumen, o fascinaciones salvajes que conduzcan hacia
una forma de psicosis que enloquece asesinamente a los amantes del cielo.

Acarin orbita en torno a la estrella más antigua, Ahriman, dentro de su lóbu-


lo. Su proximidad es la causante de la colosal fuerza de marea a la que se
ve sometida la superficie de sus mares, capaz de hacer ascender inmensas
masas de agua oceánica. Spenta vigila sus costas desde la distancia, cui-
dando de este efecto a sabiendas que en un futuro lejano seguirá el mismo
sendero hacia las tinieblas que su hermana. El sistema Cyboogi dejará de
brillar y la vida en él, tal y como se conoce, llegará a su fin.

LA PUERTA AL MAR
Una extensión del espacio poblada únicamente por los muertos. Las olas y
atolones son interrumpidos por la presencia aterradora en el horizonte de
agujeros en el mar, acechados por vientos huracanados que devoran las
naves imprudentes.

Se rumorea que cada uno de estos pozos es una prisión para los enemigos
de las estrellas. Aunque debe tratarse mas bien de una herejía, no hay océa-
no que pueda contener todas las almas de la galaxia.

33
CORAZA TRÓFICA
En tales condiciones, la vida no es un milagro, sino una abominación azaro-
sa que prolifera a raíz de un error indeseado. No obstante, Acarin nunca tuvo
un plan hacia el exterior. Cuando no hay un sustrato donde florezca la vida,
ni metal que arrancar de la tierra, el primer ser con branquias que emergió
del agua también fue el último. La evolución aquí siguió un camino lógico
pero contrapuesto al habitual. Mientras que las especies se vanaglorian de
su dominio de la técnica a través de la cuál surgieron sociedades quebran-
tables e insostenibles, en Acarin la realidad fue bien distinta. En ausencia
de una capacidad para desarrollar herramientas más complejas dentro de
un ecosistema submarino, las sociedades se desarrollaron desde el inicio
de los tiempos.

Cuando el pueblo de Ihz llegó a la región pelágica, aquella vasta extensión


se volvió una con ellos. Comunicación, intelecto y eficiencia. En sus orígenes
su característica distintiva era su fisionomía artrópoda. La galaxia hubiera
clamado a los cielos por su incapacidad de verse reflejada en cada especi-
men y, a su vez, en todos ellos. Cuentan con corazas firmes, seis extremi-
dades, dos terminan en pinzas prensiles, cuatro se extienden como ramas
formidables. Una serie de terminaciones nerviosas confluyen en diminutos
nodos acorazados, sojuzgando tímidamente cada encuentro y cada detalle
en todo el espectro electromagnético. Un vestigio evolutivo que no atiende
a otra razón más que la mancha de la Fuerza.

Su sistema digestivo es la antesala de una sinfonía de tantáculos que emer-


gen hasta preceder a sus propias fauces. Sin embargo, lo más sorprendente
es la capacidad ancestral presente en cada especimen de formar y mante-
ner las hebras vivas de una consciencia colectiva. Era el precio a pagar para
sobrevivir en aquella oscuridad sumida en una calma inquietante y, a ojos
de un extraño, terrorífica.

LA SINFONÍA DE LAS PROFUNDIDADES


La voz de los millones eclosionaron como una sola nota a través de las co-
rrientes más despiadadas. Una red neuronal de fibras nerviosas se expandía
mas allá de pequeños nodos que servían de asentamiento para la pobla-
ción. Nunca más habría necesidad. Cuando sonó aquella primera nota en la
consciencia, Ihz ya nunca más volvería a caminar sola.

34
LA MANCHA DE NACIMIENTO
Los estudios más recientes, todos ellos de carácter no invasivo dado la di-
ficultad de capturar a un especimen de Ihz (fuera cual fuese su estado)
apuntan a una conclusión sorprendente. Esta especie tendría una suerte de
nódulo nervioso alternante dentro de su cuerpo con el que podría mantener
un contacto telepático con el resto de, no solo su nido, sino toda su especie.

Para ese detalle es tan solo un cebo para quienes no están dispuestos a
abrirse ante la belleza de los sueños más vívidos y alienígenas. La Fuerza
fluye en Ihz, en cada ser y todos ellos al mismo tiempo. Tras las coreografías
orgánicas que se dibujan en las profundidades de los lechos marinos y en
las cordilelras de arrecifes de coral, los huevos de Ihz ascienden hacia la
superficie y allí aguardan. Entre gritos mudos, hasta que finalmente eclosio-
nan, sus conos de visión quedan manchados con la marca de las estrellas.
El reflejo del eclipse condena de por vida la personalidad de cada Ihz, según
la posición de los astros en el cielo, clavando la mancha de la Luz y la Oscu-
ridad; cada una en mayor o menor proporción según las fases solares.

Todo ello podría haber conducido en los primeros estadios de la civiliza-


ción a una ruptura asimétrica de sus poblaciones. Pero los científicos de la
República están enjuiciados por su fervoroso deseo de reflejar un cosmos
indiferente a imagen y semejanza de su hegemonía en decadencia. Aquí no
son nada, y donde un millar de forasteros podrían sentirse solos, cada Ihz
comparte cada pensamiento.

CÁNTICOS EMERGENTES
No hay privacidad, no hay dolor, no hay llanto, no hay felicidad, no hay trage-
dia. Cuando un especimen Ihz se siente triste, automáticamente siente todo
un torrente eléctrico de pensamientos invasivos a los que no puede hacer
frente. llevándolo a la calma. La Luz siempre es atenuada por los fuegos de
la Oscuridad y viceversa.

Por ello, Ihz ha crecido gracias al dominio natural de la Fuerza. No hay re-
gistros de ninguna disciplina ni filosofía, tampoco les hace falta. Pues para
este pueblo es un poder tan evidente como nadar, alimentarse o reproducir-
se. Tan inmediato como la comprensión más allá de las palabras y el odio
más irracional e inexplicable. Las comunidades se extienden a lo largo y
ancho de las aguas del planeta, en pensamiento y en materia.

35
La inmensa red de túneles que conforman sus colmenas sumergidas están
infectas de una imaginería eterna que atenta contra la vaga ilusión de un
más allá libre de toda opresión y culpa. Si no fuera porque los huevos eclo-
sionan en la superficie, una especie de saliva intestinal delizaría viscosa por
cada cabeza. No decenas, sino cientos e incluso miles de iguales se pasan
por encima mientras tratan de avanzar en un pasillo como uno solo. Pese
a ello, es tal su poder sobre el conocimiento en bruto, que ningún tratado
acerca de qué es la realidad y cómo puede conocerse se les asemeja.

Sus ciudades se despliegan verticalmente hacia las profundidades como


estalactitas construidas en el interior de la roca submarina. Cordilleras pla-
gadas de vetas de oro y metales que fueron usados cuidadosamente por su
alta conductividad en los lechos marinos. La sociedad precedió a la técnica
y los individuos fueron abandonados para ser uno solo. La creatividad y el
distanciamiento no tienen cabida, cuando una idea surge es concebida en
todo el globo. Las discrepancias abundan, pero a diferencia de la fuerza de
las mareas, la suma de todas las contribuciones de Ihz llegan a anularlas, o
en su defecto a una preferente globalmente interiorizada.

La imagen de los ciclos de Spenta y Ahriman se graban en la memoria fo-


tográfica de Ihz como un lienzo con dos manchas borrosas de distinto tono
e intensidad, marcando de por vida su carácter. Marcando hasta el próximo
ciclo una tendencia planetaria y cuando esta cae justa sobre la delgada
línea gris, el poder de Ihz (o la Fuerza, en términos erróneos) fluye en su
máximo esplendor.

LUMINISCENCIA EPIPELÁGICA
Adentrarse en las puertas de alta mar es sumergirse en un abismo sepulta-
do bajo un sin fin de maleza acuática que murmura, ruinas dispersas, bajo
un cielo de medianoche perpetue por el que rara vez se asoman los astros a
dejar un rastro por el que se intuya su presencia. La oscuridad parece existir
aquí no solo por la falta de luz, ni por la inmensidad de las olas, sino por la
mayor cercanía a Ahriman.

Los habitantes de estas regiones desean ante todo escapar, aunque se des-
conoce si de la luz abrasadora de los falsos dioses o de los duros juicios de
la luz blanca azulada de Spenta. En sus abruptas grietas se sitúa el notable
puerto de Uytryqh, donde la mayoría de Ihz reúne su rostro.

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Naturalmente, una sociedad así carece de gobernantes. No hay leyes, pero
tiene sus normas. Mientras que la oscuridad puede parecer impenetrable,
hay un asentamiento que trata de defenderse. Las enormes protuberancias
que sobresalen entre los atolones de la superficie dejan entrever su tallo
cubierto por una membrana anfibia y un centenar de orificios que buscan
atentamente cualquier movimiento como una corte de ojos vindicativos.
Nada escapa a la atenta mirada de esta especie vegetal.

Cuando por fin se oyen los ecos de los tubos lejanos, Ihz se abre sin tapujos
a sus visitantes en forma de columnas infinitas de algas carmesí y que bri-
llan a la sazón de partículas subatómicas que centelléan en un azul intenso
iluminando una montaña de condimento opiáceo que provee un expansivo
mental para esta mente colmena. La sal aquí rezuma a la más extraña de
las sensaciones, la Hora de la Discordia se aproxima. La posición del cliclo
anterior pasa a ser desafiada durante la Hora de las Dentellada. Pero este
título puede llevar a un terrible error. En Acarin el tiempo fluye a un ritmo
mucho, mucho más lento que en el resto de la galaxia.

Las reglas del viaje hiperespacial no se aplican en estos lares. Un segundo


en este túmulo de sañ se siente como una hora fuera por la fuerza gravita-
toria de los astros. Quien ose adentrarse dudará, tendrá una buena razón,
y cuando encuentre su camino desde esas fauces crepusculares, mientras
recorre palpando sus inciertos murales y tropezando en sus musgos escar-
latas potenciados en sal ¿será la misma persona que había entrado en él?

CREPÚSCULO MESOPELÁGICO
Pero mucho mas allá de los muros anfibios siempre vigilantes hay una rea-
lidad capaz de curvar la misma trayectoria de la luz. Un reino sin monarcas,
sin tierras. Dorsales oceánicas en constante actividad geotérmica, escalo-
nes cincelados de un tiempo anterior a Ihz, que atraviesan los angosto pa-
sajes de magma y ceniza efervescente.

Ihz lo llama la Sirat. Sus foscos muros de vidrio manoseados desde dentro
y fuera dejan una tormenta de fuego a la izquierda, el metal helado a la
derecha y a una muerte juiciosa vigilante detrás de cada paso. Mas allá no
se atreve a descender. Habla de un jardín de una sola planta. Quien beba de
sus lágrimas compadecerá ante la eternidad, atrapando su propia muerte.
Un extraño mito para contener un millar de voces entonadas como una sola.

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NIEVE BATIPELÁGICA
No más lejos de la monstruosidad etérea que acecha, Acarin es un reducto
milagroso de energía y bailes corales que se extienden a lo largo y ancho del
planeta. Ihz es no nada, no trabaja, no se esfuerza, para Ihz todo es un baile,
una coreografía donde lo orgánico es indistinguible de lo industrial. El metal
está presente, las ciudades se extienden por doquier. Las viviendas arañan
el primer cielo, burlando a los huracanas y las olas del segundo. Las acade-
mias forman a las siguientes remesas para mantener en constante renova-
ción cognitiva a sus predecesores. La muerte existe, pero el recuerdo nunca
perece. No hay naves que surquen los vientos del espacio, no importa, nun-
ca importó. No hay nada mas allá que pueda igualar la infinita potencia de
cálculo de todas las generaciones de una civlización interconectada a través
de Ihz. Pero la sal, la sal es la ambrosía de estas neuronas asimétricas.

El sistema digestivo de Ihz no tolera del todo bien este material abundante,
lo cuál degenera en una reacción paradójicamente beneficiosa para su sis-
tema nervioso. Un estímulo asintóticamente creciente imparable e irrefre-
nable. Cuando se produzca el ocaso de los tiempos, el impulso que mantuvo
activos todos los receptores neuronales cesará. Para entonces, la galaxia se
habrá evaporado en el olvido y su lamento colectivo no será atendido ni por
la propia Ihz. La resaca cognitiva provocará una muerte aún más dolorosa
que un genocidio intencionado.

LA CRISIS ENERGÉTICA
Sin embargo, aún quedan eones para que eso ocurra y de momento algunos
se niegan a aceptar su muerte inminente. Hace tres años, con la herida re-
ciente de la guerra civil jedi, la República elaboró un proyecto secreto con el
objetivo de competir contra la gran desbandada de distintas corporaciones
y facciones separatistas. Otra guerra estaba por venir y debía evitarse a toda
costa, con otra guerra si era necesario.

El proyecto Ktahro nació como una apuesta decisiva a muy largo plazo. De-
bido al creciente descontento de los sistemas situados más allá del borde
intermedio, la República debía ser un ente magnánime y autosuficiente ca-
paz de operar exclusivamente con la capacidad de los mundos centrales.
Coruscant, Corellia, Alderaan, Anaxes, Onderon, Kuat, entre un centenar mi-
noritario debían mantener su dominio sobre las incivilizadas regiones exte-
riores. Tal empresa requería un cambio radical jamás presenciado.

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La galaxia es un lugar plagado de maravillas tecnológicas, pero rara vez
el poder de la ciencia se antepone a las cadenas de la carne. Los motivos
son los mismos y las razones triviales; la vida, al menos en su forma he-
gemónica, se ha desarrollado en base a elementos fácilmente enlazables
en una gravedad óptima con una variabilidad controlada, cielos de colores
reutilizados y hedor humanoide. La vida se conserva inalterable en su forma
orgánica. Un pequeño implante sería bastanta para catalogar a dicho ser
de inquietante. La República necesitaba en Acarin a seres que la galaxia
pudiera mirar y compadecerse en que no eran como aquellos monstruos. Al
menos en apariencia.

El acero se fundió con la carne para soportar las duras condiciones. Algunos
científicos pensaron que habrían bastado droides para la titánica tarea que
les esperaba. De hecho así fue, hasta que comprobaron que era necesario
algo más sólido que la rígida e inamovible voluntad de una máquina. Algo
que no condujera a la mano de obra desechable a un final prematuro. Hacía
falta una programación instintiva. Lo que buscaban eran operarios dispues-
tos a realizar una labor suicida.

Hace no más de un año, la plantilla comenzó a llenarse de seres inquie-


tantes repletos de implantes cibernéticos. Cabezas robóticas injertadas en
cuerpos deformes, caparazones de costillas eléctricas comprimidas sobre
sus propios ejes acopladas con un centenar de antenas y protuberancias or-
gánicas. Humanos gestados en masa, twi’leks comprados a los hutt para un
destino aún peor, quarrens cuya sangre era más un torrente de enjambres
de estructuras nanométricas y compuestos inorgánicos. Todos construyeron
un muro en el océano, capaz de aprovechar la energía potencial de los ma-
remotos cíclicos que barrían los atolones de Acarin.

Las primeras remesas se desgarraron en la construcción de una estación de


anclaje orbital. Las siguientes no lograron atravesar la atmósfera. Al cabo
de un año ya se habían perdido mas de diez millares de operarios, la galaxia
siempre provee una remesa abundante de suicidas con una voluntad firme.
Temerarios sería quedarse corto y, cuanto menos, insultante. Finalmente
lograron colocar las primeras piezas de aquella presa. La energía comenzo
a fluir, pero entonces descubrieron que había algo más poderoso que todo lo
que habían construído y muy por encima de todo aquello que jamás habían
llegado a imaginar.

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IGNORANDO AL INVASOR
A raíz de la llegada de los usurpadores de un territorio indeseado, Ihz los
ignoró. El muro Ktharo se había construido sobre las bases de los atolones
que recorrían el meridiano. Allí el oleaje alcanzaba su máxima amplitud.
Era el segundo cielo, la sal prevalecería, las mareas seguirían e Ihz vencería.
La diplomacia y la guerra carecían de sentido alguno. La intriga era un con-
cepto que en el pueblo Ihz iba de lo obsoleto a lo insostenible. La actitud de
Ihz oscilaba entre las negociaciones y las hostilidades.

En los meses de paz, las comunicaciones vencen al poder de las mareas y


crean canales abiertos de intercambio científico. En los meses de guerra,
la sal se dispara llevando erróneamente a pensar en una clara propiedad
fluorescente. Nada más lejos de la realidad, las muertes por radiación se
disparan entre la plantila del proyecto Ktahro.

COMPRAVENTA DE LAMENTACIONES
Recientemente, los científicos republicanos han sido conscientes de las dis-
tintas métricas que operan en la geometría de este sistema y en cómo ello
afecta al tiempo. Cuando llegó a oidos de Ihz, los túneles rieron a carcajada
limpia. Todas esas vidas segadas no han servido para nada. Para cuando
los científicos cargen los enormes contenedores en sus naves su amada
República ya levará milenios destruída y hará mucho que sus seres queridos
habrán dejado de serlo, pues ni su recuerdo podrá sobrellevar la dura ima-
gen de la realidad que esta anomalía supone.

La respuesta ha sido inmediate, un bautizo de fuego a través de los remoli-


nos golpearon los cimientos de Ihz. Las ciudades bajo los corales se han or-
ganizado tras las pérdidas, negociando su potencia de cálculo para escapar
de esta prisión astronómica. Entre los oficiales de la República destacados
en Acarin la respuesta ha sido clara; más vale una galaxia sin la República,
que una República sin galaxia.

EL TERROR ABISAL
Pero hay un secreto que se oculta. Mas allá del Edén de la Sirat. Un horror
que duerme en las profundidades. Tímido, inocente y terrorífico. Corretea
sus ruinas como un infante que aún cree que por extender sus brazos podrá
algún día volar. Muy posiblemente así sea, si solo de imaginación requiere y
eso es lo que ha adoctrinado la mente de Ihz.

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Bastaría con imaginar un poder capaz de hacer arder estrellas, alzar mon-
tañas y, pese a todo su potencial destructor, crear vida. Sin embargo, como
ocurre con todos los poderes, se corrompe, se desperdicia y se retuerce bajo
la sombra de sus orígenes. Un templo primigenio sumergido del tamaño de
la Fragua Estelar del Imperio Infinito aguarda silencioso, tenuemente ilumi-
nado por sus vísceras arquitectónicas de mármol cincelado. Su aspecto, no
obstante, es totalmente alienígena. Según la leyenda de Ihz, este lugar ten-
dría forma alargada pero guardaría similitudes con el cuerpo de un insecto
hoja.Sus paredes, recubiertas por un patrón laberíntico de trazas azules,
serían translúcidas a la luz que las envuelve. Todo ello conformaría el exte-
rior de dicha obra de ingeniería desconocida y, como cabría esperar de todo
templo, dispondría de su propio coro.

Una melodía aterradora que gorgojea por encima de un continuo escalona-


do con formas geométricas que se alzan como pilares hexagonales a distin-
tas alturas, como una calzada, formando pasillos, plazas, avenidas e incluso
una especie de parques. Algunas versiones sustituyen las paredes sólidas
de esta ciudadela insectoide por una bóveda amoldada a dicha silueta. En
cualquier caso, se dice que siempre planteará la misma pregunta.

Si tan solo hubiera una forma de empezar de nuevo, de restaurar el fluír


del tiempo, de limpiar todos y cada uno de los pecados; el único coste sería
reiniciar, borrar miles de millones de almas corruptas, hacer arder Acarin
hasta evaporar sus turbulentas aguas. ¿Ascendería entre las tinieblas?

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...yo te mostraré el miedo en un puñado de sal.
Océanos de fuego caen de las estrellas. Para quienes no tienen el lujo de
vivir únicamente esclavos de si mismos, solo hay dos costantes en esas his-
torias: la sangre y la sal.

Star Wars Betrayal: Sangre & Sal (requiere el manual básico) incluye:
· Reglas para la creación de tu propia raza alienígena y adaptar las ya existentes.

· Herramientas para diseñar mundos donde se oyen las lamentaciones de la galaxia.

· 6 especies del universo Star Wars aterrorizadas por la sombra de su pasado.

· Dos planetas contrapuestos cuyas heridas siguen bañadas en sangre y sal.

No pretendo hacer comparaciones. Esos mundos siguen existiendo. Están intactos. No


fueron destruidos, permanecen muertos en el espacio. Eventualmente hacen eco, pero
pocos quedamos para oírlos.

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