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SUMARIO

MI HOMENAJE

AGRADECIMIENTO

ORACIÓN

PREFACIO

PREÁMBULO

ALGUNAS PALABRAS

DIOS

EVOLUCIÓN

EL EVANGELIO Y LA LEY DEL COSMOS

EL CÓDIGO MORAL DEL EVANGELIO

LA CIENCIA Y LA FE DEL EVANGELIO

JESÚS Y SUS PARÁBOLAS

EL SEMBRASOR

“NINGUNOVA AL PADRE SI NO ES POR MI”

“MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO”

“NO SE PUEDE SERVIR A DIOS Y A LAS RIQUEZAS”

“CADA UNO SERA JUZGADO SEGÚN SUS OBRAS”

“CON EL JUICIO CON QUE JUZGAREIS; SERÉIS JUZGADOS; Y


CON LA MEDIDA CON QUE MIDIEREIS, OS VOLVERÁN A
MEDIR”

“SED PERFECTOS”

“NINGUNO PODRA VEREL REINO DE DIOS, SI NO RENACIERA


DE NUEVO”

LA TÚNICA NUPCIAL

EL TRIGOY LA CIZAÑA
MI HOMENAJE

Al colega ANTONIO PUNIÓ DA SILVA ALVIM, dedicado


trabajador en la siembra espiritualista y fundador de la
“Sociedad Espirita Ramatís”, que distribuye cuantiosos e
incalculables beneficios de orden material y espiritual para
todos los necesitados, sin tener en cuenta credos o razas,
dedico esta obra cumpliendo con mi gratitud y sincero
afecto.
Curitiba, 9 de Junio de 1974
AGRADECIMIENTO

No podía dejar de mencionar al comienzo de esta obra, mi


sincero reconocimiento al amigo y colega, Dr. BRENNO
TRAUTWEIN, médico psiquiatra dedicado al estudio de los
fenómenos mediúmnicos y a las leyes de la vida espiritual,
a cuyo talento, conocimiento y acervo de valiosas
experiencias, debo la revisión de esta obra.
Curitiba, 9 de Junio de 1974
ORACIÓN

Yo no soy mi cuerpo físico,


Yo no soy los deseos que lo afectan, Yo soy la mente;
Yo soy la Divina Llama Dentro de mi corazón,
Eterna, Antigua, Sin Comienzo Y sin Fin.
Más radiante que el Sol, Más pura que la Nieve, Más sutil que el
Éter, Es el Espíritu el Yo,
El Ser dentro de mi corazón. Yo soy ese Ser; ese Ser soy Yo.
(Poema de GEOFFREY HODSON)
PREFACIO

Estimados lectores: entregamos a vosotros estas sencillas


páginas de comunicaciones trascendentales, en donde Ramatís no
pretende agregar algo nuevo, sublime o inigualable al contenido del
Evangelio, que de por sí es capaz de transformar al hombre en
ángel y fue plasmado a lo vivo por el estoicismo, sacrificio y fidelidad
por el Cristo Jesús. Jamás alguien pudo efectuar cualquier
corrección o adicionar, con éxito, alguna interpolación personal o
histórica en el deslumbrante e inmodificable Evangelio; además,
agreguemos, que es el verdadero Código de ascenso y evolución
espiritual. Conforme dice Ramatís, “Una vírgula extraída o insertada
en ese compendio de quimismo divino, enseñado a lo vivo por
Jesús, sería lo mismo que sacar de plomo la pared de la vieja
catedral”.
Sin embargo, existe una gran diferencia entre agregar “algo” más
a lo que dijo Jesús hace dos mil años, en su Evangelio, y el estudio
sincero y apasionante de los razonamientos que el mismo encierra,
y además, justifica el querer saber por qué Jesús entregó tan
elevado mensaje. Se abren nuevos caminos para nuevas
auscultaciones espirituales sobre esa elucidación divina para el
terrícola, inclusive una ilación más exotérica de los motivos que
fueron ocultados en aquella época, pero que actualmente pueden
ser aclarados, entendidos y meditados en el siglo XX. El hombre
moderno se encuentra más capacitado para activar su raciocinio
sobre el área de la Vida Inmortal, y a su vez, posibilita un nuevo
enfoque, tal vez más íntimo y perspicaz sobre las excelsas
enseñanzas de Jesús.
Rajo la vestimenta poética de las parábolas y de los conceptos
evangélicos trascendentales, se encuentra el sublime mensaje
espiritual, que expone directrices morales para el espíritu
encarnado; y aún más, se encuentra oculta una realidad científica
del Universo sintetizada en el microcosmos de la obra humana. El
terrícola, a pesar de su primitivismo e ignorancia tradicional sobre el
Espíritu Inmortal, ya se muestra más sensible e ingenioso para
percibir las bases creativas y científicas de la vida. Es capaz de
comprender que el sublime e indestructible edificio del Evangelio, es
la miniatura de las leyes que rigen al Cosmos.
Aunque nuestra simple argumentación no pueda realzar un poco
más la belleza eterna del Evangelio, del Cristo Jesús, sin embargo,
insistimos en recordar a la humanidad afligida e insensata, que ha
de ser destruida por sus propios inventos mortíferos y por la
eclosión indisciplinada de las fuerzas desintegradoras de la vida
humana, siempre que sigan ignorando la ruta salvadora del
“Evangelio”.
Las parábolas, los conceptos y las normas de ese maravilloso
mensaje, son autenticas condensaciones de las leyes cósmicas del
Universo. Jesús, además de ser un avanzado psicólogo sideral,
instructor moral y maestro espiritual de nuestra humanidad, posee el
más alto índice de conocimiento y experiencia científica que
gobierna a vuestro mundo. Bajo la simplicidad de la poesía y el
encanto conmovedor de sus parábolas palpita el “micro-esquema”
de las leyes y los principios fundamentales del Cosmos, al igual que
la energía eléctrica de elevado voltaje se va graduando
sensiblemente hasta cumplir con la necesidad de la simple
lamparilla que ilumina el modesto cuarto. Hay un ritmo, una
dinámica y cadencia poco común en la exposición evangélica, que
demuestra a los espíritus sutiles la miniatura de la legislación
creativa y cósmica. Las mismas leyes que rigen el inmensurable
metabolismo del Universo, están genialmente sintetizadas en los
conceptos y parábolas inolvidables de Jesús, así como la contextura
gigantesca del roble se miniaturiza potencialmente en el crecimiento
de la pequeña semilla.
A través de las palabras tiernas y llenas de esperanzas del Cristo
Jesús, fluye la fuerza del Verbo de la Creación. Por eso, el
Evangelio no es un tratado rígido de virtudes salvadoras, ni un
simple manual Cívk o para mantener una conducta espiritual; ante
que nada, es un compendio de las leyes para el perfeccionamiento
de la Vida Inmortal y la metamorfosis del hombre para transformarse
en ángel.
El Evangelio, como su nombre lo indica, es el “Camino” que
reconduce a la criatura hacia la intimidad del Creador, y lo integra en
la vida auténtica de las leyes que son la manifestación de la
“Verdad”. Esa criatura va alcanzando un mayor grado de conciencia,
debido a la angelización paulatina que la introduce en el eterno
metabolismo para la Vida Inmortal. A medida que el hombre amplía
su conciencia, debido a la constante penetración en la vida oculta
espiritual, también adquiere una mejor noción de existir y, por lo
tanto, alcanza una mayor comprensión sobre Dios. Es un hecho
real, porque la Divinidad vibra en la intimidad de la criatura humana.
Desde los tiempos inmemoriales, los magos, iniciados y sacerdotes
esotéricos enseñaban constantemente los preceptos de que el
“macrocosmos” está en el “microcosmos”, y “lo que está arriba,
también está abajo”, paralelamente al concepto del Génesis, que
dice así: “El hombre fue hecho a imagen de Dios”.
Por analogía, un átomo en constante expansión podría
desenvolver sus elementos constitutivos hasta volverse semejantes
a los astros de una constelación astronómica; el hombre, “creado a
imagen de Dios”, también usufructúa la gracia de poder expandirse
y sintonizarse a una mayor área del Creador. Bajo la indefectible
belleza mística y moral del Evangelio, se oculta el cientificismo
irrevocable de las leyes mayores del Universo, por cuyo motivo, se
justifica el concepto esotérico de que “el reino de Dios está en el
hombre”. La pulsación divina palpita constantemente en la
conciencia espiritual del hombre y le provoca los fundamentos
creadores de la individualidad, sin desvincularlo de Dios, a la vez
que lo libera del yugo educativo de la materia para integrarlo
definitivamente en la paz y ventura eterna.
Ojalá el lector comprenda que en esta sencilla comunicación a
través de un mediador humano, Ramatís únicamente pretende servir
y advertir, y que vale la pena que el hombre viva integrado a las
enseñanzas del Cristo Jesús, porque esos preceptos de moral
sideral son la miniatura del metabolismo del Creador del Universo.
Navarana Curitiba, Marzo 8 de 1974
PREÁMBULO

Mis Hermanos. Paz y Amor. El ciudadano terrícola está


alcanzando el fin del segundo milenio, y es arrojado sobre las
crestas de las ondas embravecidas de una civilización
electronizada, asistida por computadoras y “robots”, y deslumbrada
por el transplante de órganos como admirada por la conquista de la
luna. Infelizmente, no duda que se encuentra al borde de la
implacable destrucción provocada por los excesos de ambición,
ateísmo, orgullo e inmoralidad. El hombre moderno sólo se
preocupa por la salud de su cuerpo y trata de sacarle al máximo el
goce y los placeres ilusorios, aunque todavía no sabe quién es, de
dónde viene y hacia dónde va. Sólo le preocupa vestir bien? comer
mejor y divertirse. Epicúreamente, activa los deseos y vive muchas
de sus indisciplinadas emociones, pero sin conseguir liberarse de la
atracción de las sensaciones. A través de una vida desnaturalizada
y sin control sensorial, confundiendo la explotación indiscriminada
de su cuerpo carnal con la verdadera vida humana, el ciudadano
terrícola vive sumiso al primarismo de una existencia física sin poder
encontrarse con la realidad del espíritu inmortal. Abusando de la
mediocridad y transitoriedad de los placeres carnales, camina
entontecido hacia la tumba, asemejándose al turista que porta su
máquina fotográfica y binóculos colgados de su cuello, que toma
paisajes y edificaciones de las grandes ciudades para él
desconocidas, pero no le produce ninguna transformación intima-
Gracias a la casi milagrosa evolución de la ciencia y la técnica, el
hombre terreno alcanza, en la actualidad, el máximo en lo que se
refiere al empleo de los sentidos y emociones. Eufórico por los
adelantos modernos, que le proporcionan el exceso de confort y
goce material, que le satisfacen sus exigencias epicúreas del
organismo, se envanece por la facilidad y rapidez con que se mueve
entre los polos antípodas y latitudes geográficas más alejadas de su
mundo. Seguro de que dispone de un poder incomún, entonces
olvida a Dios e ironiza la ternura comunicativa del Cristo Jesús que
lo invita amorosamente a la vida espiritual. Disfruta de los países
bonitos y panorámicos que observa desde la altura de un
avión jet; desayuna en Nueva York, almuerza en Lisboa y cena en
París, pero, infelizmente, continúa estático en relación a la evolución
de su espíritu inmortal.
Gracias a los recursos mágicos de la televisión retransmitida por
los satélites en órbita, el hombre percibe instantáneamente los
progresos del arte moderno, de los más recientes descubrimientos
científicos, de los propulsores conceptos de la filosofía y potencializa
su cerebro por las constantes revelaciones de la cibernética;
mientras tanto, aún no sabe explicar por qué existe.
Paradójicamente, arregla inmejorablemente el medio externo donde
vive, multiplicando conocimientos e inventos de la vida transitoria y
no logra liberarse de la condición de títere, preso en los cordeles del
instinto.
A pesar de encontrarse en la era de las computadoras y de la
conquista de la luna, además de la manifestación de ideas y
conceptos incomunes que consagran a los genios, filósofos y
científicos de elevado renombre, el hombre civilizado y orgulloso del
siglo xx todavía no pudo librarse del rígido esqueleto del troglodita.
Se mueve en el escenario del mundo actual, como ciudadano bien
acondicionado, pero de su intimidad surge a cada instante el ser
prehistórico. A pesar del esfuerzo desesperado que realiza para
adaptarse a las reglas, convenciones sociales y costumbres que
rigen a la vida civilizada, dos tercios de la humanidad terrícola
todavía actúa en forma cruel, brutal, indisciplinada, deshonesta e
imbécil, cuyas características son similares a sus antepasados de
las cavernas.
Aunque el hombre terrícola manifieste tener sentido superior de
la justicia, promueva y alcance progresos en la filosofía y psicología
en favor de la mente humana, detente poderes técnicos y científicos
que parecerían sobrepasar las facultades mágicas de las hadas y de
los genios de antaño, sin embargo,
no pasa de ser un desventurado carnicero que tritura la carne
humana en los charcos de las luchas fratricidas, para defender
retazos de paños patrióticos y límites de tierra que sólo pertenecen
a Dios. En su insania mental y primitivismo espiritual, los poderes
públicos arrebatan y seleccionan a los jóvenes y más saludables de
su nación, después los uniforman y los someten a entrenamientos
específicos de belicosidad y terminan enviándolos a los campos de
exterminio, para someterlos a la cruenta carnicería que ha de
sustraerles las manos, los brazos o los pies, deformándoles sus
caras y vaciando sus ojos, o desfigurándoles la fisonomía que Dios
modeló para reflejar la sabiduría y la ternura del alma eterna.
Después de las luchas sangrientas, donde matan y estropean a
los hombres sanos, otros hombres vestidos de blanco se apresuran
a retirar a los mutilados del matadero fratricida, y en una tarea
piadosa y casi sacerdotal, les ajustan los brazos, piernas y manos,
substituyéndoles los auténticos por otros miembros artificiales y
genialmente electronizados. Los más desgraciados y víctimas de la
ceguera, les colocan ojos de vidrio, tan perfectos, que hasta parecen
“naturales”... ¡Y, a los infelices de carnes atrofiadas, huesos
fracturados y nervios lesionados, les injertan tejidos y trozos de piel
de las partes menos visibles del cuerpo humano!
Sin duda alguna, las criaturas que se encuentren a la altura de la
era paleolítica, son capaces de practicar esa insensata y cruel
actividad enfermiza de movilizar la materia prima humana, en
perfecto estado de salud, para después exponerla a las bombas y
metrallas fratricidas, transformándola en complejo teratológico, que
más tarde vivirá y caminará por el centro de las grandes ciudades,
cual muestra del alcance y evolución de la técnica moderna.
Desfigurados a propósito por los imperativos de la guerra, la “mejor”
juventud de un pueblo se transforma en harapos vivos,
¡recompuestos por la medicina!... En la era prehistórica, los
monstruos antediluvianos eran cazados y destruidos por los
trogloditas expertos y valerosos; hoy, entre los hombres del siglo
XX, a pesar de tener una civilización milenaria, del advenimiento de
la cibernética y del control atómico, sus hermanos son cazados y
triturados fácilmente bajo las patas de los monstruos modernos, que
además vomitan fuego y plomo pulverizándolos en pocos instantes.
La vida humana en medio de la civilización aún es tan insegura y
precaria, que hasta un paranoico fustigado por delirios mesiánicos
podría exacerbar las pasiones belicosas de un pueblo, y aumentar el
índice demográfico de la población mutilada y teratológica,
resultante de los mataderos fratricidas.1
Pero, conforme a las profecías bíblicas que anunciaban el “Fin de
los Tiempos”, desde Isaías, Miqueas, Job, Malaquías, Daniel,
Ezequiel, Juan Evangelista y el mismo Jesús, incluyendo también
los profetas modernos como Santa Odila, el Cura de Ars, Catalina
Emmerik, el campesino Maximino, el profeta Frau Silbiger,
Paracelso, Madre Shipton e Izgur, hasta el famoso vidente
Nostradamus, cuyos tiempos profetizados ya está viviendo la actual
humanidad, encontrándose en el más grave y espinoso examen de
su conducta espiritual. Día a día, conforme citan las profecías
bíblicas, la Administración Sideral del orbe juzga a los “vivos” y a los
“muertos”, es decir, a los encarnados y desencarnados,
promoviendo a dos grupos distintos de espíritus. A la derecha del
Cristo, símbolo del Amor, se sentarán los buenos, cuyos espíritus
“heredarán la tierra”, una vez depurada y verticalizada, retornando
en futuras reencarnaciones, a fin de apresurarse en las ciencias y
en las artes, para poder demostrar su potencialidad divina. A la
izquierda, se colocarán los dos tercios de almas, integradas por los
malos, o los citados bíblicamente como los lobos o yuyo, en fin, los
reprobados en el “Juicio Final”, y que deberán emigrar hacia otro
planeta, donde podrán recomenzar sus lecciones hasta alcanzar el
grado de altruismo, exigido para habitar mundos pacíficos, sanos y
venturosos. Los “de la izquierda” del Cristo son criaturas
indisciplinadas, perversas, avarientas, orgullosas, egoístas,
tiránicas, lujuriosas, hipócritas y vengativas. Deberán encontrarse en
el ambiente del mundo primario donde irán a habitar, siéndoles sus
condiciones apropiadas para dar cabida a sus insanias, maldad y
violencia, como lo hacen actualmente en la tierra. Bajo la Técnica
Sideral que se denomina “los semejantes curan a los semejantes”,
los exiliados de la tierra encontrarán la cura espiritual bajo el signo
de las mismas pasiones, torpezas y vicios, que tanto usan y abusan
en estos momentos. Mientras tanto, el “pueblo de Dios”, que será
probado, estará conformado por las criaturas pacíficas, amorosas y
humildes, incapaces de tener deseos de pillajes y venganzas.
Aunque todavía no sean personas santificadas, sin embargo
integrarán las falanges de los “de la derecha” del Cristo, debido a
sus buenas intenciones y redoblados esfuerzos por seguir en el
camino del Bien.
Realmente, esos tipos de ciudadanos adulterados por los vicios,
estigmatizados por las pasiones desenfrenadas de una civilización
cada vez más epicúrea, se transforman en pesadas cargas para los
bien intencionados. Cultores de doctrinas excéntricas, negativistas y
sensualistas, que ironizan la mansedumbre y la humildad de los
seguidores del Cristo, operan negativamente en el plan evolutivo del
planeta tierra, debiendo ser apartados de las almas que aún confían
en Dios y en el Mensaje del Evangelio. Es una consecuencia
ecológica, similar al proceso de las hierbas dañinas, cuando invaden
la buena siembra, debiendo el jardinero apartarlas de las plantas
útiles a fin de preservar la especie superior.
En verdad, la actual civilización terrena ya alcanzó el grado de su
capacidad creadora en el trato con las formas materiales, y en la
realización de modelar las instituciones socioculturales, pero, aún
permanece espiritualmente inmadura, asemejándose al hombre de
las cavernas. Los hombres actuales, mentalmente se asemejan a
los monos que viven en un palacio de cristal, cuya belleza no la
perciben y su objetivo ignoran, siendo su verdadero estado el vivir
en la selva inhóspita y primitiva. Por eso, deben ser devueltos con
urgencia al antiguo ambiente de la vida salvaje, para que puedan
exponer con amplia libertad sus instintos inferiores. Imposibilitados
de poder adaptarse a las responsabilidades morales y a los
objetivos de una vida espiritual superior, la ley de la evolución los
vuelve a colocar nuevamente en la cuna de la civilización. Los
hombres aún son criaturas triviales y con hábitos primarios, que
requieren su pronto retorno a las cavernas paleolíticas, como hijos
pródigos que regresan para convivir con su antigua parentela.
Es visible en la actual humanidad el sintomático movimiento de
retorno mental, en donde dos tercios de la humanidad vuelven a
retomar viejos hábitos, gustos y preferencias infantiles y
anacrónicas, ¡confundiendo instintividad con novedad!
Imposibilitados de presentir el equilibrio y la armonía para la futura
humanidad, seleccionada a la derecha del Cristo, sólo resta a esos
retardatarios del progreso espiritual en el trato con la materia, el
retorno saludable a la edad de piedra, a cuya forma de vida están
íntimamente ligados y familiarizados. La sintonía expresiva de ese
primarismo, en donde cierto porcentaje de la humanidad terrícola
parece haber alcanzado un límite de sus posibilidades evolutivas, se
observa, poco a poco, en todas las actividades actuales, inclusive
en sus exteriorizaciones mentales, aunque se encuentren
disfrazadas con los recursos y costumbres modernos. Se acentúa el
mal gusto por lo aberrativo y grotesco, el culto incondicional al
lenguaje escatológico, y se admite como novedad la “palabrota”, que
antes era un derecho expresivo de los delincuentes, sin educación
de ninguna especie. La poesía, la literatura, la cinematografía y el
teatro son exaltados con motivos impúdicos y sexología deformante;
las pinturas se asemejan a caricaturas primarias, saturadas de tintas
llamativas, a pesar de manifestar en sus bases el primitivismo
infantil, utilizado en las grutas prehistóricas; la escultura moderna, a
pesar de ser un sofisticado mensaje esotérico o investigación
inusitada, nos recuerda el mal aprovechamiento dado a la materia
prima, conseguida en una subasta pública, cuya finalidad es
aprovecharla ya que fue conseguida en forma conveniente y
económica. La música preferida es disonante e histérica, sin
melodía ni inspiración, cuyo fondo sonoro trae aparejado el ritmo
salvaje, la gritería de los contorneos musculares de los viejos indios,
cuando danzaban en son de guerra. Se admite como auténtico y
estético, la libertad sobre las prácticas sexuales, debilitando
costumbres e interiorizando niveles sociales, lo que es pura
libidinosidad, dado que ninguna trata de exponer en público las
necedades fisiológicas, ¡lo que también no dejaría de ser un culto
por lo auténtico! Astros de la TV y de la cinematografía hacen
confesiones extemporáneas y escandalosas, demostrando sus
preferencias pervertidas y condenables, que terminan consagradas
por la prensa y el pueblo. Es la figura del Anticristo, modelada por la
turba subvertida y licenciosa, que al exponer en público sus bajezas
pecaminosas, lanza un desafío vengativo contra el mensaje de
pureza y moral del Evangelio pregonado por Jesús.
La índole primaria del hombre, que se cobijó en el progreso de
las formas materiales pero que se estancó en su conciencia
espiritual, lo conduce de vuelta a sus viejos hábitos,
preferencias y costumbres familiares. Así, en la era de los veloces
automóviles, se fomenta y promueve la competencia de los
vehículos tirados por animales, o aquellos deportistas excéntricos,
que promueven excursiones y paseos en globos estratosféricos,
¡cuando el cielo se ve continuamente cruzado por jets! La bicicleta,
la calesita y el paseo a caballo son entretenimientos para la playa,
“picnics” y excursiones para el interior, que proporcionan un nuevo
goce a las-criaturas cansadas de la vida motorizada. Los niños,
saturados de los juguetes electrónicos, donde todo se encuentra
realizado, que les priva del espíritu creativo, se vuelcan a jugar con
barcos de vela, diligencias, soldaditos de plomo, muñecos de paño y
artefactos de madera. La propia arquitectura, una vez pasada la
fiebre de lo “funcional”, va tomando tendencia y entusiasmo hacia
los proyectos para los edificios y residencias, hacia el viejo estilo
colonial, y tal vez, muy pronto, pasaran al estilo medieval. Las
construcciones de aspecto macizo, con pocas ventanas y puertas
faltando aire y luz, cuyos antihigiénicos ambientes funcionan con
aire acondicionado, parecen un calco del gusto primitivo del hombre
de las cavernas. Los muebles son otro de los gustos que
manifiestan el retroceso hacia la época de Don Juan VI y Luis XV.
Hasta los antiguos relojes “cu-cu” y muñequitas bailarinas que
danzan a la hora o la media, se acentúan cada vez más en los
hogares terrenos, mientras que las antiguas cajitas musicales de
tanto éxito en los siglos anteriores, vuelven a ser moda, y con el
entusiasmo de las cosas nuevas. Siendo así, no pasará mucho
tiempo para que la vieja cítara, el arpa y el bandolín, deban
suplantar nuevamente al piano moderno en los conciertos sociales y
serenatas. Por otra parte, va en aumento, la antigua novedad de las
propagandas cinematográficas al aire libre y en los frentes de los
edificios, y es muy probable, ¡que ha de retornar el coro y la banda
de música en la plaza pública!
Después del uso de las ropas excesivamente livianas y
modernas, se vuelve a estimar el uso de la ropa de cuero con
aplicaciones metálicas. Aparecen los zapatos con hebilla y tacos
altos, así como también la mujer se sirve de las botas altas o
inedias, tal como sucedía en la Edad Media, cuyos habitantes las
usaban para protegerse en las calles de piedras irregulares o
enlodadas. Los hombres retornaron a usar el cabello largo y poblada
barba, cuyo aspecto configura algo del ciudadano prehistórico. De
ahí el gusto primitivo por los llamativos dijes y collares de hierro,
metal, loza o conchillas de mar, cinturones de cuero y metal, anillos
de piedras vulgares pero relucientes, en franca competencia con los
indígenas. Sin lugar a dudas, el hombre no demorará en estar a la
“moda” usando la peluca, mientras que las mujeres se entusiasman
por los peinados a la “Pompadour” y el “maquillaje” que hizo suceso
en el viejo Egipto, en Francia, Roma y Grecia en los tiempos donde
primaba la barbarie. Y como en el “Fin de los Tiempos” es época de
los extremos más contrastantes, las mujeres se visten de la cabeza
a los pies, haciendo caso a la moda decretada por los afeminados
costureros, e inmediatamente concurren las playas para demostrar
la desnudez salvaje, ¡apenas protegidas por una minúscula bikini!
En verdad la marcha retroactiva hacia las cavernas se refleja
también en los conflictos populares y en los procedimientos
policiales del mundo; bajo el ataque de los estudiantes rebeldes v
armados de palos y piedras, las policías europea v asiática se
defienden protegidas con armaduras y escudos a “la romana”.
Algunos de los bárbaros castigos del pasado vuelven a ser
retomados por los jueces modernos, como sucede en Nigeria.
Uganda y otras unidades africanas y asiáticas, los cuales se habían
superado: como son, cortar las manos de los ladrones, quitar los
oíos a quienes prestan falsos testimonios, castrar a los delincuentes
sexuales o castigar injustamente a los parientes del criminal. Tal
vez, por fuerza de ese atavismo mental de la era paleolítica, es que
los médicos, abogados, magistrados, profesores, psicólogos y hasta
sacerdotes insisten para que se implante la pena de muerte que
fuera eliminada clamorosamente por ser un castigo bárbaro e inútil.
Sin lugar a dudas, la tierra está cansada de aguantar en su seno
a una humanidad tan feroz, sensual e interesada, que después de
alcanzar el límite de su capacidad creadora, se vanagloria con la
fiebre de producir armas atómicas genocidas y bombas incendiarias,
que son capaces de arrasar su propia morada. El planeta suspira
para librarse de esa carga demente y destructora, que lo transforma
en un escenario de experiencias ruinosas y tétrico matadero, que
vierte la sangre creadora en el suelo y lo transforma en pozos de
líquido repugnante. Los terrícolas, para cumplir con sus días
educativos en la materia, saltan de sus camas para matar, destruir,
robar, tiranizar y prostituir. En consecuencia, Dios está obligado a
seleccionar a la actual humanidad, optando por la solución sensata
y lógica que es exiliar hacia otro mundo físico, a esa multitud de
almas psicopatológicas, sádicas y masoquistas, que contrarían y
desafían a la legislación divina.
De ahí entonces que la Suprema Ley convocó la presencia de
todos los infractores y marginados encarnados y desencarnados, a
fin de explicarles su acción lesiva en el orbe terráqueo y su rechazo
en cumplir con los principios y los estatutos de la vida superior. La
humanidad terrícola está alcanzando el final de su curso primario
iniciado hace 28.000 años, en la Atlántida, por lo cual, se encuentra
en las puertas de la más severa y aflictiva “prestación de cuentas”
ante el tribunal divino de su propia conciencia. En base a ese
profético “Fin de los Tiempos”, que promueve y reajusta al planeta y
a su humanidad, el mismo será elevado a un grado superior de
educación espiritual, pero destinado únicamente a los espíritus
aprobados en el actual “Juicio Final”, en total procesamiento.
Considerando que todo examen sobre tal o cual materia se elige por
medio de una bolilla en el “sorteo”, para comprobar la capacidad de
los examinados, desde la época de Jesús, ese tema fue anunciado
por Juan Evangelista, en forma cabalística y que es fácil de
reconocer como la “Bestia del Apocalipsis”.
Bajo el ardiente impacto de la fuerza telúrica de la carne,
activada por el erotismo animal, los disciplinados y limpios se
elevarán por encima de los apetitos, vicios y sentimientos malsanos,
propios de la vida instintiva, mientras que serán reprobadas las
criaturas sumergidas en el lodo de las pasiones violentas e
indisciplinadas, necesitadas del baño catártico espiritual en el caldo
de cultura de una vida planetaria, semejante a su propia frecuencia
vibratoria e instintiva.
Ojalá las páginas sedativas, amorosas y liberadoras del
Evangelio del Amado Maestro Jesús todavía puedan inspirar a
muchos terrícolas para detener sus pasos a la orilla del abismo,
librándolos de la trágica emigración hacia un mundo inferior,
inhóspito y salvaje donde la insania, la brutalidad y la crueldad
justifican aquel concepto evangélico, que así advierte a través de
Juan: “Y aquellos que no se encuentren en el Libro del Cordero,
serán arrojados en el tanque de azufre y en las regiones donde sólo
se escucha el crujir de los dientes”.
De ahí entonces que, bajo esa advertencia atribuida al Señor, se
podrá comprender que las criaturas carentes de las virtudes
señaladas en el Evangelio del Cristo Jesús, serán exiliadas hacia un
mundo expiatorio, simbolizado por el “tanque de azufre”, es decir, un
orbe tan primario y salvaje, cuya vida cruel, violenta e indisciplinada
de la animalidad, se encuadra perfectamente en la descripción del
“crujir de los dientes”, que es la característica de la vida inferior.
Ramatís
Curitiba 30 de Marzo de 1974
ALGUNAS PALABRAS

Mis hermanos: tengo el presentimiento de que los lectores más


intelectualizados estaban esperando, a través de la presente obra,
que Ramatís revelase las más inusitadas explicaciones sobre el
metabolismo cósmico. ¿Es que se estaba esperando el soñado y
anhelado deseo de tener una explicación lógica o casi definitiva de
la multimilenaria incógnita, de quién es Dios?
Ramatís, aunque sea un espíritu evolucionado v que en el
Espacio conforma la dirección de la “Fraternidad de la Cruz y el
Triángulo”, comunidad sideral que está formada por espíritus
orientales y occidentales, en un trabajo específico sobre el área del
territorio brasileño, sin embargo, asumió la responsabilidad y el
compromiso de activar el corazón del hombre terreno, sobre el Amor
enseñado por el Cristo Jesús. No tiene por miras exponer
revelaciones sorprendentes e inusitadas, que sólo deslumbran el
intelecto humano, pero que no dinamizan el sentimiento del corazón.
Además, no es de mucho valor un cerebro abundante de conceptos
eruditos y saturado de elucubraciones científicas, capaz de
solucionar los complejos problemas de la vida física, pero al que le
faltase el calor crístico de la Intuición que atempera el corazón y
sensibiliza el alma, cuyo fin es reencontrarse con la verdad sobre la
Vida Inmortal. No siempre los mayores descubrimientos y
conquistas sorprendentes resuelven los problemas seculares, que
sólo requieren un poco de amor, tolerancia, filantropía, humildad,
ternura y compasión. ¿Cuáles son las soluciones definitivas que han
de remediar la vida de los sumidos en la pobreza o que contribuyan
a mejorar el sentimiento de los humanos, que hayan aparecido
paralelamente, a las siderales sumas de dinero, empleadas para
fabricar cápsulas, módulos y cohetes para que el hombre pisara la
luna?
Es evidente que las revelaciones extemporáneas y relativas al
mecanismo del universo tendrían poco provecho entre las criaturas
humanas si únicamente fueran ágiles y sensibles de intelecto, pero
muy pobres de sentimientos. Existe mucha razón y una gran
advertencia cuando Ramatís manifiesta: “¿De qué le vale al terrícola
haber alcanzado el suelo de la luna, a millares de kilómetros de su
tradicional morada, si todavía no consiguió penetrar un centímetro
dentro de su propia alma?
Analizando los mensajes mediúmnicos de Ramatís,
comprobamos que su posición está en la condición de
espíritu entrevistado. El éxito de sus obras depende muchísimo de
la capacidad, sensatez y amplitud de los temas y preguntas
formuladas por los interesados. Desde que comenzó su primera
obra por vía mediúmnica, Ramatís nos sugirió que fuese elaborada
por el sistema de preguntas y respuestas, cuya fluidez, en los
diálogos proporciona una mayor recepción del contenido y favorece
el descanso mental de los lectores. Los textos expuestos en forma
de diálogos, debido a la cadencia de las pausas, suavizan los
asuntos más complejos, cansadores y prolongados, pero sin
apartarlos del tema progresivo y fundamental de la obra.
Pero, en base a la multiplicidad de los asuntos que comúnmente
son indagados en cada obra, casi exigiendo especialistas para
preparar las preguntas adecuadas y coherentes a la secuencia
lógica de cada tema encarado, es también Ramatís quien suple las
fallas referentes a la indagación. Entonces, elabora o hace nuevas
preguntas y responde a sus propias indagaciones, como si fueran
formuladas por los interesados del tema de la obra, a fin de “llenar”
los’ claros existentes y que son capaces de truncar la marcha
armoniosa y correcta del tema central. De esa forma llega a
responder anticipadamente a las dudas que asaltan a los lectores en
ciertos trechos de sus obras, como si les estuviera adivinando la
indagación que tienen en mente.
Nuestro grupo de estudio espiritualista siempre opta por un
asunto de interés colectivo, como en el caso de esta obra, en que
fue escogido el tema fundamental del “Evangelio a la Luz del
Cosmos”. En seguida, se vale de la inspiración y orientación
asistenciales de Ramatís, para motivar las indagaciones sucesivas,
siendo compuestos los capítulos en orden correlativo. En la
selección de los temas destinados a las consideraciones de
Ramatís, se incluyen las solicitudes hechas por los lectores a través
de cartas, dudas e investigaciones realizadas personalmente,
inclusive algunos asuntos extraídos de compendios, obras y
publicaciones que justifiquen serias consultas al mundo espiritual.
Mientras tanto, en el caso de la obra “Sembrando y Recogiendo”, en
forma de cuentos reencarnacionistas, y que me fuera dictada por el
espíritu de Atanagildo, pude psicografiarla sin indagaciones
posteriores y casi sin interrupción.
Sin embargo, insisto en recordaros que, debido a la pobreza y
dificultad humana respecto al entendimiento sobre la inmortalidad
del espíritu, Ramatís necesita venir al encuentro de los interesados,
a fin de llenar en forma coherente las lagunas que existirían y que
sacrificarían la conexión y claridad de sus obras; y repito una vez
más, sería por falta del conocimiento adecuado.
Después de haberle solicitado algunas elucidaciones sobre el
Evangelio de Jesús, apreciado a la luz de la Suprema Ley del
Cosmos, y sobre el fundamento principal de ésta obra, Ramatís nos
sugirió llevar un esquema disciplinado de la materia general de la
obra, a fin de coordinar el texto indagatorio con las preguntas de
nuestra simpatía y capacidad. Nos aconsejó, entonces, que la
armadura vertebral de la obra obedeciese a la triple y siguiente
división: “Dios”, figurando como el tema preliminar, que nos
permitiría una mejor comprensión de la idea y de las leyes del
Creador; “Evolución”, en la segunda parte, con referencia a la vida
del espíritu encarnado y su trabajo humano, para alcanzar una
mayor área respecto a la conciencia en el contacto educativo con
las formas físicas de los mundos planetarios; y, finalmente, el
“Evangelio”, como tema fundamental discurriendo sobre las
parábolas, los conceptos y acontecimientos más sobresalientes en
la vida de Jesús, que además de ser de mucha importancia, sirven
para fijarse con precisión en la memoria de los humanos.
Bajo tal disposición fueron seleccionados los temas principales y
elaboradas las indagaciones de mayor interés y conveniencia para
el esclarecimiento de los lectores de esta obra.
A pesar de cierta versatilidad profesional, de las graduaciones,
especialidades, cultura filosófica, psicología y espiritualismo de los
que forman nuestro grupo ramatisiano, sus indagaciones todavía no
son satisfactorias para la cobertura integral y minuciosa de los
temas espirituales expuestos, los cuales Ramatís los rellena con su
experiencia sideral. A pesar de esa deficiencia evidente para una
entrevista mediúmnica, siempre se observa la tranquilidad y la
coherencia de la obra, ante la frecuente intervención de Ramatís
que corrige fallas, compensa aparentes desentendimientos y llena
los claros que transcurren por causa del trabajo indagatorio.
En consecuencia, cualquier problema o deficiencia señalada por
los lectores en el transcurso de la lectura sobre “El Evangelio a la
Luz del Cosmos”, incluida la falta de preguntas más esclarecedoras,
todo ello quede a cuenta de la insuficiencia mediúmnica. En base a
otras obras de Ramatís, que están siendo psicografiadas, creo que
los lectores insatisfechos podrán usufructuar mejores
esclarecimientos en temas más específicos, que se irán
presentando.
Hercílio Maes
Curitiba, 1 de Mayo de 1974
DIOS

Pregunta: ¿Llegará el tiempo en que el hombre compruebe


fehacientemente la realidad de Dios, a pesar de los vanos esfuerzos
que han hecho los investigadores hasta nuestros días, sin alcanzar
los resultados apetecidos?
Ramatís: Jamás la criatura humana podrá definir o identificar
racionalmente la Realidad Absoluta del Creador, por más que sea
una partícula divina. Si el hombre lograra tal solución, sería otro
Dios para ser descubierto, descripto e identificado. Así como las
hojas no pueden sentir o representar al árbol, y las gotas del agua
no pueden describir la naturaleza inmensurable del océano, la parte
tampoco puede definir el Todo, ni el creado a su Creador. Las
células del hombre jamás podrán explicar los pensamientos,
sentimientos y la correcta configuración del ser humano. Sólo otro
Dios o semejante al que se pretende demostrar es el que podría
probarlo.
Pregunta: ¿Por qué no podemos definir o explicar al Creador, si
somos una partícula de, El? ¿No dice la Biblia, que “el reino de Dios
está en el hombre”?
Ramatís: Dios, como fuente original e increada de la Vida, existe
antes de cualquier cosa o ser; en consecuencia, jamás podríamos
explicar aquello que existió mucho antes de nosotros existir. Si
consideramos a Dios simbolizado por rayos que parten
geométricamente de un centro y se pierden en el infinito, la
conciencia del hombre ha de ser siempre la figura de una esfera
limitada sobre el centro de esos rayos. Aunque esa conciencia
humana se amplíe y desenvuelva constantemente en todos los
sentidos, está sujeta a limitaciones relativas en cada fase, y jamás
podrá alcanzar los rayos infinitos.
Pregunta: Si el reino de Dios se encuentra en el hombre, ¿por
qué no poseemos el entendimiento subjetivo de la Realidad Divina?
Aunque hemos sido creados “a imagen de Dios”, sin embargo no
tenemos una impresión correcta sobre su índole, pues lo único que
tenemos es nuestra imperfección espiritual e ignorancia, que de
nada nos es útil para comprender la naturaleza del Creador, ¿no es
verdad?
Ramatís: El reino del pino está plasmado y esquematizado en la
simiente, así como la semilla del roble es la imagen del gigantesco
árbol de su especie. Sin embargo, sólo podréis valorar y
comprender la realidad del pino o del roble una vez que hayáis
plantado la semilla en la tierra fértil para dar cumplimiento al proceso
de la metamorfosis vegetal. A través de las fuerzas ocultas que
dormitan en la intimidad vegetal, ambos necesitan evolucionar, poco
a poco, a partir de la simple y pequeña semilla, limitada, y poco
diferenciada de su estructura general. Una vez activada, rompe la
cobertura de la vieja semilla, brota, crece y alcanza las alturas hasta
configurar definitivamente el majestuoso árbol, que existía
potencialmente en el embrión. La simiente, después de sufrir el
proceso de adaptación al suelo, no siempre propicio, todavía debe
concentrar sus fuerzas íntimas para romper las membranas
externas. Después necesita sobreponerse a la agresividad de los
gérmenes del medio donde fue sepultada; resistir la potencia del
quimismo tóxico de la tierra; sufrir la humedad que se filtra en sus
entrañas; cavar los surcos para desarrollar y afirmarse, para que el
brote pueda romper la superficie de la tierra; buscar el oxígeno y la
libertad para enfrentar el aire helado del invierno o el calor
abrasador del verano; sobrevivir a la lluvia torrencial y curvarse
humildemente ante la inclemencia del viento tormentoso. Incluso
debe defenderse de la agresión tenaz de los insectos que le
exterminan los brotes recientes y persistir hasta conformar
definitivamente las ramas y las hojas. Su único fin es siempre ir
hacia lo alto, a pesar de los impedimentos que las especies dañinas
le presentan, mientras sus raíces rebuscan en el fondo del suelo los
elementos minerales para desarrollarse. A pesar de los
innumerables factores agresivos del medio, la planta continúa
creciendo sin poder desviarse del esquema fundamental de
conformar definitivamente el majestuoso árbol que aceptó la tarea
de plasmarse en el seno de la tierra, a pesar de tanta adversidad
durante su desenvolvimiento.
Sin lugar a dudas, el reino de Dios está en el hombre, así como
la naturaleza del roble futuro reside en la semilla. Si consideramos a
Dios como Espíritu Total y Cósmico, como “Llama” o “Luz” infinita,
por siempre y más allá del tiempo y del espacio, obviamente, los
espíritus de los hombres o hijos de Dios han de ser entonces
centellas emanadas de esa eterna, infinita e incognoscible energía.
Pregunta: Si el hombre es un Dios en miniatura, ¿no podría
conjeturar en sí mismo la Realidad Divina?
Ramatís: El espíritu del Creador vitaliza la vida íntima de cada
criatura, como si fuera el “paño de fondo” de la conciencia del
hombre. A medida que el ser amplía esa conciencia esférica, en
.permanente contacto y en forma educativa con la materia de los
mundos planetarios, también abarca mayor área de lo divino y va
percibiendo a Dios con más precisión. Aunque la simiente posea en
potencia las cualidades del vegetal, que demostrará su condición
cuando los factores naturales lo permiten, sin embargo, no podría
definir por anticipado su posterior configuración vegetal sino a
medida que crezca en su medio ambiente, en eterna lucha por la’
vida, hasta alcanzar su real configuración.
Pregunta: Los ateos aseguran que Dios no existe; que el
universo es obra del acaso, tal vez producto de un accidente
inexplicable. ¿Qué nos podéis decir?
Ramatís: Respetamos la convicción de cada hombre; sin
embargo, creemos que el acaso o un accidente imprevisible, puedan
producir fenómenos y hechos tan inteligentes como es la Vida en el
Universo, en verdad es un acaso poco lógico.
Un accidente no crea leyes tan lógicas y sabias, que tanto
disciplinan en forma genial y correcta el torbellino de electrones
alrededor del núcleo atómico como amparan y proporcionan
racionalmente la cohesión de los astros suspendidos en el Cosmos
y que giran armoniosamente alrededor de sus correspondientes
soles. Además, todos esos astros se mueven en dirección a un
objetivo correcto y útil, con estructuras estables, perfectas y
complejas, demostrando que existe una inteligencia poco común y
muy superior, comparándola al más avanzado índice de intelecto
humano. Decía un célebre filósofo persa: “Si Dios no hizo el mundo,
necesitamos buscar con urgencia al responsable por un hecho tan
sabio y lógico”.2
Pregunta: Si no podemos concebir a Dios, entonces no tiene
ningún sentido que tengamos un estado de fe absoluto y ciego, que
nos induzca a creer en aquello que todavía no tenemos la seguridad
de que existe. ¿De qué adelanta afirmar que el reino de Dios está
en el hombre, si éste no sabe quién es o cómo es su Creador?
Ramatís: Y, ¿cuál sería el cambio del hombre, en el caso que
supiese describir satisfactoriamente la forma y la esencia de su
Creador? ¿Acaso las criaturas harían modificaciones instantáneas o
loables en la vida, abdicando de intereses y dignificando sus
relaciones humanas, sólo porque alguien consiguiera describir la
Realidad Absoluta? Sin embargo, es evidente, que ese deseo
constante del hombre por conocer o sintonizarse con el Creador es
lo que debiera estimularlo y acelerar su ascenso hacia una vida
espiritual superior.
Mientras la criatura vibre en un estado espiritual primario, todavía
no está preparada para entender a Dios y su manifestación
Cósmica. El espíritu de] hombre necesita emanciparse del instinto
primitivo a través del cultivo de los valores divinos, que están
adormecidos en su propio “yo” si es que en realidad quisiera
comenzar a entender la naturaleza real del Creador. Además, el
hombre deberá superar el linaje animal que le plasmó el organismo
carnal, y realizarse como ser espiritual e integral; por otra parte,
necesita adquirir el estado angélico para liberaría definitivamente de
las reencarnaciones. Hasta que eso suceda, sólo le resta asumir
una actitud sensata y tranquila; tratar de entender los designios
divinos a través del respeto y amor a todas las criaturas, que son
manifestaciones palpables de la Mente Creadora.
Es natural que el hombre civilizado y esclarecido no tenga dudas
sobre el hecho científico de que una ciudad se ilumina por la fuerza
disciplinada de la energía eléctrica, mientras que para el salvaje,
con su mente infantil y supersticiosa, considera el fenómeno como
un misterio sagrado. El poeta se extasía ante la forma y los colores
de una rosa; de esa forma, pronto transforma la belleza floral en una
belleza poética. El sabio, en el silencio del laboratorio y sin la visión
panorámica de la flor, también se deslumbra y conmueve tal vez
más que el poeta al comprobar la sabiduría oculta que combina los
átomos en moléculas, las moléculas en células, las células en
tejidos, los tejidos en órganos, conformando perfección y armonía
en la investigación de una simple flor. Se emociona el poeta por la
belleza exterior de la rosa y vibra el sabio por el cientificismo que
une y asegura la contextura íntima de la flor. De la misma forma, la
criatura, conforme sea su experiencia, sabiduría, sensibilidad y
evolución, ha de tener visión o concepción de Dios, sea fantasiosa o
aproximada a la realidad, pero nunca alcanzará la solución que
sobrepase su capacidad mental.
Pregunta: ¿Es censurable esa insatisfacción o incredulidad del
hombre, cuando aún le faltan medios para definir o comprender a
Dios?
Ramatís: ¿Qué importancia tiene la aflicción del hombre por no
poder comprobar correctamente la realidad de Dios, cuando a través
de las Leyes y los fenómenos inteligentes de la naturaleza puede
sacar sus propias conclusiones respecto a la existencia del
Creador?
La idea de Dios y la seguridad de que existe son innatas en, el
hombre, porque éste es un espíritu, una centella de luz que
despierta y evoluciona constantemente en forma inconsciente en el
seno del Espíritu Eterno del Creador. Secón decía Jesús, “el reino
de Dios está en el hombre”, y conforme asegura el Génesis, “El
hombro fue hecho a imagen de Dios”. Hace algunos milenios, los
viejos maestros de la espiritualidad de Oriente, afirmaban que Dios
es el ‘macrocosmos, el mundo grande, y el hombre, el microcosmos,
el mundo pequeño. Además, corroboraban sus enseñanzas
explicando: “Lo que está arriba, también está abajo”, porque el
átomo es la miniatura perfecta de una galaxia que palpita en el
Cosmos.
En verdad, el hombre siempre buscó a Dios; los salvajes, aunque
fueran ignorantes, adoraban a Tupa, el dios del trueno y del rayo,
seguros de que existía un poder superior y divino, es decir, más allá
del hombre. Los atlantes, aztecas y egipcios adoraban al sol, viendo
a través del astro rey, el centro de la Vida Divina del Creador; los
judíos loaban a Jehová, un Dios guerrero y poderoso, que protegía a
la raza elegida; los católicos eran devotos de la figura de un viejecito
de barbas blancas, que vivía en los Cielos y distribuía gracias a sus
devotos, arrojando en el fuego del infierno a los herejes y
pecadores.
Pregunta: ¿Dios no es el fruto de una necesidad psicológica del
hombre? Esa idea sobre la divinidad, ¿acaso no progresa y se
perfecciona al igual que el hombre, que la sustenta en su mundo
material?
Ramatís: No hay dudas de que la idea de Dios siempre
evolucionó conforme al progreso, entendimiento y cultura de la
humanidad. Además, es muy grande la diferencia entre la
concepción divina del Tupa de los salvajes y la creencia sobre la
Suprema Inteligencia, que hoy los espiritas admiten sobre el
Creador. Sin embargo, Dios no es una idea o fruto de las
necesidades psicológicas de la humanidad, que evolucionó
conforme al hombre. En verdad, a medida que vamos
comprendiendo la vida, nuestro psiquismo va percibiendo con más
precisión la Verdad Cósmica. No es la lucha para liberarnos de la
materia lo que nos hará sentir a Dios sino que ha de ser el binomio
“sentir” y “saber” el que nos ofrecerá la realidad del Infinito, pues
libertad sin sabiduría es poder sin dirección.
Pregunta: ¿Es suficiente ser creyente en Dios, para que la
criatura se salve?
Ramatís: ¡Creer en Dios no es lo mismo que vivir en Dios! El
hombre que no desenvuelve en sí mismo los atributos divinos es
semejante al enfermo, puesto que puede creer en el medicamento
pero no acata la prescripción médica, siguiendo la tónica de un
enfermo obstinado. Si concebimos que Dios es la Verdad Absoluta,
la búsqueda de esa Verdad indescriptible sólo es posible a través de
la ampliación de la miniatura divina, que todo ser posee en sí
mismo.
La creencia del hombre que juzga estar en el camino de la
Verdad, puede hasta significar la negación de esa misma Verdad,
¡puesto que creer simplemente en Dios no quiere decir que se le ha
encontrado! Obviamente, si la Verdad o Realidad es desconocida,
tanto la creencia como la incredulidad no proporcionan el encuentro
con Dios. Comúnmente, esa creencia no es un auto realización sino
una simple proyección del individuo hacia lo desconocido. Debido a
que la creencia trae aparejada una recompensa extramaterial,
millones de criaturas tienen fe en la creencia, como un motivo para
vivir confiados y esperanzados, respecto a la salvación, en el caso
de que existiera alguna cosa después de la muerte del cuerpo físico.
Prácticamente, vendría a ser un mercado de la redención, en que
ciertos creyentes toman parte en algunas acciones religiosas, en la
expectativa de recoger algunos dividendos de la Divinidad-Las
iglesias católicas, los templos protestantes, los centros espiritas,
los terreiros de la Umbanda, las sociedades teosóficas,
los tatwas esotéricos, los cultos rosacruces y centenas de otras
instituciones espiritualistas se llenan de creyentes, fieles, discípulos
o asociados que cultivan ciertos postulados simpáticos y afines
sobre una idea específica de Dios. Mientras tanto, las criaturas
encauzadas en esa creencia sistemática y “estandarizada” no
modifica su “yo” interior ni incorporan los valores in-comunes del
“YO” superior divino. Probablemente, ignoran que es una conquista
individual a través del estudio, de la abnegación, del servicio al
prójimo, y sobre todo, de la acción totalmente desinteresada.
Pregunta: ¿Podéis extenderos un poco más respecto a esa
condición de que el hombre cree en Dios pero no lo encuentra?
Ramatís: Si los atributos esenciales del Creador forman una
Verdad, la cual sintetiza el Amor, la Sabiduría y el equilibrio infinito,
entonces el hombre debe activar en sí mismo esos principios a fin
de aproximarse a Dios. Poco adelanta que el hombre crea en Dios,
si no desenvuelve en sí mismo los atributos divinos, que los tiene
latentes en lo íntimo de su espíritu. La creencia puramente
intelectual y especulativa no tiene ninguna finalidad si no modifica la
forma de actuar y sentir. Es el centro psíquico el que sublimiza y
sensibiliza al ser, aunque sea el intelecto el que planifica a través del
poder mental, y que más tarde vitaliza el crecimiento divino a través
del Amor. La creencia en Dios tiene muy poco o nada de valor,
cuando el hombre explota, maltrata, roba, destruye y mata al
prójimo. ¿De qué sirve la creencia del rico si, a pesar de glorificar a
Dios, persiste en ser avaro, astuto y egoísta? El que posee fortuna,
especula con la desgracia ajena y atesora dinero para sí, rodeado
de comodidades, lujos, placeres censurables, y olvida a su hermano
que gime de dolor, tirita de frío y padece de hambre, jamás
corresponde a la creencia divina, por más que milite en algún
movimiento religioso o espiritualista. No importa si debido a su
creencia trata de fortificar su fe construyendo iglesias, arreglando
templos, contribuyendo con tómbolas o iniciativas de caridad, ¡lo
que generalmente hace por miedo a perder el cielo! Por ventura,
¿creéis que es suficiente enviar el cheque con carácter filantrópico
para la institución espiritualista, masónica, rosacruz, teosófica,
espirita o umbandista para atender a los pobres en la noche de
Navidad, a fin de justificar su creencia en Dios?
Pregunta: ¿Es preferible ser un descreído, antes que un
creyente que se engaña a sí mismo?
Ramatís: ¿Qué importancia tiene que el hombre crea o no, si
aún no ha conseguido modificarse interiormente? En vuestro mundo
existen millares y millares de hombres que creen en Dios y acuden a
las instituciones espiritualistas o templos religiosos; sin embargo
viven en forma tan censurable que desmienten totalmente poseer
los atributos del Creador, con los cuales creen estar cumpliendo
fielmente. Entre ellos se encuentran los dictadores, ministros
corrompidos, parlamentarios que comercian su posición,
magistrados interesados, gobernadores deshonestos, comandantes
inhumanos, profesionales competentes pero carentes de ética,
religiosos fanáticos, sacerdotes lujuriosos, industriales de frigoríficos
y mataderos, especuladores con la salud del pueblo, fabricantes de
armas fratricidas, políticos maquiavélicos, pues todos son creyentes,
¡excesivamente creyentes!... Sin embargo, los citados ejercen una
acción e interferencia perniciosas en las vidas humanas, que en
realidad justifican, con más propiedad, la existencia del insatisfecho
Satanás, en vez de una entidad divina cuyos atributos son Amor,
Sabiduría, Bondad y Justicia.
A pesar de tener la creencia en Dios y hacer obras filantrópicas
en favor de las iglesias y comunidades deístas, planean masacres
sangrientas de los pueblos vecinos e indefensos, dirigen ejércitos,
flotillas aéreas o divisiones belicosas que destruyen vidas sin piedad
alguna; arrasan metrópolis con bombas nucleares; incendian
campos, sembrados y poblaciones con la terrible Napalm; estimulan
la fabricación de los instrumentos para la muerte; denuncian, espían
y testifican en falso en contra, de sus propios amigos, caídos en
desgracia pública o política.
Muchos de estos creyentes harían ruborizar de vergüenza al
mismísimo Diablo. Están los que rezan compungidos antes de
cometer terribles masacres; los que doblan las rodillas y piden
perdón por tener que cumplir con el deber homicida de fusilar a sus
hermanos, en tiempo de guerra o en tiempo de paz, debidamente
oficializado por la ley de la Bestia.3 Están los que bendicen las
armas e instrumentos de muerte, aunque sepan conscientemente
que sirven para matar ancianos y niños, y no faltan los que llegan a
la insensatez de subvertir los atributos divinos y suplicar a Dios el
amparo para sus huestes destructoras a fin de aniquilar al enemigo,
esto es, otros pueblos que a su vez hacen también la misma
rogativa para Dios a fin de ser protegidos en medio de la fatal
carnicería.
Considerando que el 95 por ciento de la humanidad terrícola cree
en Dios, es evidente que toda la maldad y destrucción por las
guerras fratricidas obedecen a la responsabilidad de ese noventa y
cinco por ciento de creyentes. Tendría más lógica la insania que
manifiesta el terrícola, si ese noventa y cinco por dentó fuera ateo,
pues sus ignominias y perversidades serian consideradas normales
y producto de una naturaleza inferior, por desconocer las leyes que
rigen el Cosmos y que emanan del Creador.
Pregunta: Maestro, ¿vuestra opinión es que no creéis en la
creencia de los hombres por el solo hecho de que no viven
integralmente aquello que perciben?
Ramatís: Comprender a Dios exige de los hombres una
realización interna, que consiste en buscar constantemente la
sabiduría y el equilibrio psíquico, y una acción externa de renuncia y
servicio fraterno para todos los seres de la naturaleza. Sólo así
podrá comprobar que está regido por la sublime inspiración de la
creencia. Jamás tendrá autenticidad y fidelidad sobré la creencia del
Amor de Dios, si su criatura odia, destruye, engaña y cultiva un
fanatismo separativista.
El Viejo y el Nuevo Testamento han producido cantidades de
sectas, creencias diferentes y fanáticos más peligrosos que el Bien
que deberían haber hecho; en base a luchas estériles por alcanzar
la conducción de las sectas y divulgación de los postulados, muchas
veces utilizados contra el mismo hombre y contrariando las
enseñanzas amorosas del Cristo. No nos oponemos respecto a la
necesidad de que el hombre tiene que creer para recibir los
impulsos íntimos de comunión con su Creador, buscando el ascenso
angélico. Pero es ignominiosa la creencia que divide a los hombres
y los transforma en ruina, odio, tragedia, desavenencia y falsedades,
cuyas acciones desmienten frontalmente los valores auténticos de la
espiritualidad ante el predominio de los instintos inferiores de la
animalidad. No se puede loar una creencia en Dios, cuando ésta
conduce a los hombres hacia luchas antifraternas y religiosas, que
aniquilan el placer espiritual de vivir. Creer en un Dios de Amor y
Vida,
y después provocar la muerte del prójimo por motivos de raza,
costumbres o religión; creer en la bondad de Dios y después
practicar torturas, masacres y destrucción de aldea, pueblos y
ciudades, es crimen de lesa majestad Divina. El creyente que
acciona en forma tan censurable y repelente está negando su
asimilación a cualquier postulado religioso de aspecto divino, y
pecaminosamente demuestra su atraso espiritual.
Pregunta: Si el hombre fue hecho a imagen de Dios y posee en
sí mismo la miniatura del reino de Dios, ¿acaso, no debemos
entender, que su maldad también la heredó de su fuente divina,
original y creadora?
Ramatís: El mal es una condición transitoria, de cuyo reajuste
resulta un beneficio para el futuro. Aun bajo la perversidad humana,
en que un ser vivo mata a otro, el criminal sólo está destruyendo el
“cuerpo” carnal y provisorio de la víctima, sin llegar a dañar a su
espíritu inmortal. Así, el principio de Causa y Efecto proporciona una
nueva existencia física a la víctima, otorgándole más provecho y
compensación porque fue perturbada en su ciclo de evolución
espiritual. El homicida, bajo la misma ley rectificadora, es atraído
hacia el camino del sufrimiento, a fin de rectificar ese desvío
mórbido que late en su alma y es colocado oportunamente en la ruta
del perfeccionamiento espiritual, a fin de proseguir y despertar los
valores eternos de la inmortalidad y alcanzar su propia ventura.
El mal o el sufrimiento son etapas del mismo proceso evolutivo,
cuya acción es transitoria y su tendencia es ir tras un resultado
superior. Podría considerarse como un mal la agresividad de los
insectos, gusanos y aves que atacan a las plantas en su lucha por
crecer; sin embargo, todos ellos, no dejan de ser elementos que
interfieren y obligan al vegetal a concentrar una mayor cantidad de
energías para su defensa, culminando en el ‘loable proceso de su
desarrollo. El mal es tan sólo un accidente en el camino de la
evolución, la fase negativa que perturba, pero se corrige, perjudica y
después compensa, y que desaparece ni bien el espíritu alcanza la
fortificación y contextura definitiva de su conciencia.
Bajo la Ley de que “cada uno recoge lo que siembra”, todo mal
puede causar dolor y sufrimiento para su propio autor, lo que
tampoco se traduce en’ injusticia para la víctima, dado que esa
misma Ley la compensa. De todo ello resulta la purificación del
pecador y su consecuente mejoría espiritual. Son considerados
“actos malignos”, porque causan perjuicios a otros; pero si la víctima
es resarcida ventajosamente en el curso de su inmortalidad,
entonces desaparece el estigma detestable del “mal”, que es
compensado por el “bien” que es merecedor en base a su
sufrimiento. El mal que le fue hecho a Jesús, hace dos mil años,
prosigue liberando a millares y millares de criaturas de muchos
sufrimientos inimaginables; el mal que resulta del fermento por la
descomposición de las sustancias, luego se transforma en la
magnífica penicilina, que restablece la vida a incontable número de
enfermos desesperados.4
Pregunta: ¿Nos podríais ofrecer algún ejemplo concreto sobre el
tema tratado?
Ramatís: En los reinos de la vida física, el sufrimiento y el dolor
son características fundamentales para el perfeccionamiento y
belleza de las formas y de los seres, bajo la égida de la Justicia
verdadera. Mientras tanto, ese dolor varía conforme a la sensibilidad
y poder de comunicación que tiene con el mundo exterior. Por eso,
el mineral sufre silenciosamente el dolor que se produce en sus
entrañas adormecidas, y el vegetal se estremece bajo la acción
externa, conforme se puede registrar, gracias a los recursos
modernos y electrónicos de los sensibles aparatos. El animal,
mientras tanto, exterioriza el dolor en gemidos o gritos angustiosos,
mientras que el” hombre, emotivo y racional, dramatiza su
perfeccionamiento doloroso por medio de poemas trágicos, novelas
dramáticas o epopeyas heroicas.
El dolor y el sufrimiento indeseables, aunque no agraden al
hombre, son manifestaciones implacables que subliman a todos los
seres creados por Dios a fin de alcanzar estados y niveles
superiores. Sufre el hierro en la fundición a fin de alcanzar la
cualidad superior del acero; sufren los granos del trigo y de la uva
en la tortura de la molienda, para después transformarse en harina
que produce el rico y nutritivo pan o el vino generoso de las mesas
bien servidas. Sufre el animal en la gestación y en el medio para
sobrevivir para ajustarse definitivamente a una especie mejor; sufre
el hombre en su dolor humano, desde su renacer en la materia, y
atemperarse en el curso doloroso de las enfermedades infantiles,
para poder adquirir la resistencia necesaria para superar las
enfermedades en la fase adulta y despertar la sensibilidad del nivel
de la Vida Espiritual, hasta alcanzar el predominio del Amor.
Pregunta: El progreso técnico y científico del mundo, ¿nos
puede causar perjuicios y debilitar nuestra creencia o fe en Dios?
¿Ese tecnicismo no sustituye la realidad divina, en base a los
progresivos controles que sobre la vida va alcanzando?
Ramatís: El progreso del mundo bajo la evolución de las ciencias
positivas y lógicas, como son la física, biología, genética, química,
astronomía, electrónica y medicina, tiene muchísimos méritos
porque elimina definitivamente muchos mitos, creencias infantiles,
supersticiones y melodramas religiosos, y ayuda al hombre a
distinguir y a separar lo físico y real de la fantasía improductiva.
También es evidente, que bajo tal proceso de investigación caerán
dogmas obsoletos, tabúes religiosos y adoraciones excéntricas,
gracias al ajuste que el hombre adquiere sobre la realidad de la
Creación. Lo cierto es que la Verdad definitiva e inmutable está
expresada por las leyes y los principios irrevocables del Cosmos.
El hombre por causa de su primitivismo utiliza los recursos y
objetos físicos, para manifestar el sentimiento religioso que lleva
innato en su alma. Son intentos que simbolizan el esfuerzo del
hombre primario, y que son relativos para percibir la realidad del
Absoluto. Pero, a medida que se espiritualiza a través del
conocimiento y amplitud de su conciencia, también mejora su
concepción respecto a Dios y abarca una mayor área de
manifestación Divina. Por eso, el Cristo Jesús advertía en su código
evangélico: “Buscad la Verdad y ella os liberará”.
Pregunta: Afirman algunos científicos, filósofos y psicólogos, que
la idea de Dios es un recurso intelectivo y explicativo del hombre
para justificar su propia vida humana. El Creador vendría a ser
entonces el fruto de una necesidad psíquica de la criatura, jamás
una realidad. ¿Cuál es vuestra opinión?
Ramatís: Es evidente que, si el hombre existe, también existe el
Universo que le permite la vida, y si existe como un efecto de una
realidad concebida por la mente humana, ha de existir también una
causa primordial que plasmó el Universo, que es Dios. Poco
interesa respecto a la concepción, suposición o naturaleza de esa
realidad divina; lo importante es que ella existe, por encima y más
allá de las concepciones mitológicas o de las investigaciones
científicas. Todo efecto deriva de un origen o causa, y es la misma
ciencia quien afirma que no hay “efecto sin causa”. Siendo así, la
planta de durazno proviene de la semilla de la misma especie, el río
caudaloso se origina en un modesto hilo de agua, los astros
proceden de ciertas nebulosas, que al materializarse conforman las
galaxias estelares del universo. El hombre es una entidad
“creada”; consecuentemente tiene lógica que el efecto tiene una
causa justificada, y el hombre es el efecto creado de una causa
creadora: ¡Dios!
Para satisfacer su propia mente, el hombre no necesita imaginar
la existencia de una entidad fantástica llamada Dios. Percibir la
existencia de Dios es puramente una cuestión de sensibilidad
psíquica, pues cuando la criatura siente que existe como una
individualidad o conciencia definida en el seno del Cosmos, también
siente en lo íntimo de su alma la naturaleza divina y creadora del
Padre. El hombre no es un ser estático o el producto de un acaso
accidental, que después de haber sido creado fue abandonado
como una causa sin inteligencia o discernimiento evolutivo. En
verdad, es una entidad que evoluciona constantemente, cuyo linaje
inferior se apresura y eleva por sobre su especie animal, que le
brinda su cuerpo carnal. Hasta donde parecería que no existe vida y
progreso, la Ley está presente y llegado el momento oportuno, ahí
aparecen nuevas manifestaciones que cumplen con una causa
planificada.
Bajo el esquema de que Dios está en el hombre, el ser humano
no necesita tener dudas respecto a la existencia de Su
Creador. Le basta un poco de percepción psíquica para
comprobar, en sí mismo, que la vida microcósmica le acciona
constantemente en la mente y el corazón, alcanzando estados
mentales superiores y emociones cualitativas poco comunes. La
facultad que el hombre posee para apreciar y sentir su poder
creador, partiendo del conocimiento común de la naturaleza, le da
aspectos más bellos y coherentes, lo que debería ser más que
suficiente para probarle la existencia insofisticable de una fuente
inteligente y conocida tradicionalmente llamada Dios.
Delante de una rosa puede dudar y hasta sofisticar la existencia
del rosal que le dio forma, pudiendo expresar cualquier teoría
fantástica o excéntrica, que le satisfaga la mente, para justificar el
origen de esa flor. Sin embargo, el hombre jamás podrá eliminar la
realidad que existe en el suelo, que es necesario para materializar la
flor en el rosal, así como no puede negar el terreno divino, de donde
florece la criatura humana.
Pregunta: Muchos filósofos sustentan la tesis de que la facultad
inteligente del hombre es el fruto natural de la necesidad de su
constante adaptación, sistemática y coherente, en su multiplicidad
de aspectos, fenómenos y ambientes en donde vive.
¿Cuál es vuestra opinión?
Ramatís: Lamentablemente, el excesivo culto a la transitoria
personalidad humana, inclusive la exaltación de los ascendientes
biológicos de ciertos linajes de hombres, fruto de una aristocracia
que por suerte se está extinguiendo, o de una burguesía adinerada
que envanece a la criatura humana y la aleja de su realidad
espiritual. El terrícola se ocupa por demás a los aspectos pasajeros
de su configuración camal e invierte los valores de la vida inmortal.
Después de los conocimientos y descubrimientos científicos de
repercusión, los filósofos se deslumbran y confunden el efecto con
la causa, pasando a exponer teorías complejas, cuando no ridículas,
para explicar las cosas más simples.
La verdad de las cosas es que no existen dos principios
fundamentales y antagónicos en la creación. El principio regente de
la Vida es UNO y sólo existe una unidad como centro y origen de
todas las leyes, reglas y postulados disciplinados del Universo. El
científico terreno se siente eufórico al investigar y percibir los
elementos fundamentales de la vida material y sus relaciones, en la
ingenua creencia de que ha descubierto la causa real y concreta de
los seres. Envanecido, juzga superar el misterio de las cosas,
extrapolando explicaciones sobre la solución de los fenómenos
físicos.
Sin embargo, no es suficiente que la ciencia humana demuestre
que la materia es energía condensada, que abarca a todas las
partes del metabolismo de la vida física, para exceptuar la presencia
de Dios. Eso es meramente “transformación” y no “creación”. No
tenemos dudas respecto a que el hombre es el ser más valioso e
inteligente de la Creación, o manifiesta la mayor expresión divina en
el planeta tierra. Además, según dice el Génesis, “el hombre fue
hecho a imagen de Dios”, por cuyo motivo, es la miniatura de la
Divinidad trabajando y contribuyendo para la metamorfosis de un
mundo primario en transformación hacia una mayor perfección. El
bípedo humano, mientras tanto, se deslumbra cuando puede
controlar y analizar los fenómenos que suceden a su alrededor a
través de los instrumentos de la física transitoria. Sin embargo, sólo
interfiere en los intersticios de la materia, porque participa en el
fenómeno como la criatura más avanzada e inteligente de vuestro
mundo. Pero, siendo víctima de la propia cristalización personalista,
confunde el potencial creador del Universo, que vibra en sí mismo,
con la facultad y la capacidad humana de descubrir lo que Dios
creó.5
Bajo tal inversión de los valores, se justifica que el hombre crea y
cultive el Acaso, a cuenta de un diosecito que le satisfaga la
vanidad, relegando a un plano inferior, la propia inteligencia y
raciocinio humano.
Pregunta: ¿A pesar de haber transcurrido algunos milenios de
civilización humana, todavía no tenemos pruebas definitivas y
suficientes, que nos demuestren o confirmen la existencia de una
entidad inteligente, creadora del Universo, que es Dios?
Ramatís: Bajo la lógica de la ley de “causa y efecto”, podemos
valorar por el efecto resultante, cómo es la causa creadora.
¡Le bastaría al hombre analizar e investigar las leyes justas,
sabias y coherentes que rigen el Universo, para percibir la existencia
de un Autor inteligente, sabio, amoroso y tradicionalmente aceptado
como Dios!
Los billones de astros que transitan por el Cosmos, sin choques,
atropellamientos o desarmonías, pero disciplinados bajo la regencia
de leyes que les ajustan el ritmo y la traslación lógica, serían más
que suficientes para comprobar a las mentes racionales y sensibles,
sobre la acción sabia y coherente de la Ley Divina, bajo el control de
una Suprema Inteligencia que dirige el Cosmos. Sumisos y
agrupados por afinidades magnéticas, los orbes intercambian entre
sí sus propias energías, aumentan sus vidas, y ajustan las
temperaturas, presiones y estructuras geológicas, para atender las
necesidades del planetario, como escuelas de los más variados
tipos de seres en actividad sobre la superficie física.
Indudablemente, que la existencia de una mente cósmica, sabia
y justa puede responsabilizarse por la generalidad de los fenómenos
y hechos que suceden en el Universo, bajo implacable y constante
perfeccionamiento. El hombre que no tiene presunciones
académicas, al estudiar las leyes que rigen la naturaleza, el destino
de su mundo y el de sí mismo, siente que Dios existe como la causa
de las leyes vigentes, que lógicamente, están mucho más allá de la
capacidad y el entendimiento humano.
Pregunta: ¿Las personas que creen incondicionalmente en la
existencia de Dios, sin oponer cualquier tipo de dudas, tienen una
naturaleza más privilegiada que la de los ateos, o poseen alguna
facultad distinta sobre el resto de los hombres?
Ramatís: El espíritu del hombre, en la manifestación primaria de
su conciencia, por principio fundamental desarrolla y memoriza los
valores que percibe, observa o suceden en la periferia de la vida
física. Se parece a una especie de computadora viva, de raciocinio
propio, donde archiva y acciona constantemente el resultado de sus
anotaciones y nociones de su vida espiritual, en base a los hechos
que lo retienen en la materia, situándose cada vez más alejado de la
caverna de los trogloditas. Y, a medida que despierta y desenvuelve
la sensibilidad de valorar y sentir las cosas que están más allá de su
configuración física, también sublima sus impulsos psíquicos que
vibran en su intimidad, y actúa con más experiencia, siendo una
especie de autodidacta en los ambientes donde le toca accionar, a
través de las sucesivas reencarnaciones.
Pero los hombres que valorizan en demasía su personalidad
humana, transitoria, entonces activan el orgullo y la vanidad, y en
algunos casos, la ferocidad, propia de la especie animal, que lucha
felinamente por la sobrevivencia entre los tipos más fuertes y
agresivos. Todo ello los convence de que son más que suficientes y
pueden superar la necesidad de someterse o humillarse ante el
vínculo creativo de un Dios. En consecuencia, mantienen una
actitud cada vez más negativa, que los hace descreer o negar a
priori, cualquier concepto sobre la divinidad. Su comportamiento
deliberadamente negativista los priva de poder vibrar en frecuencias
más elevadas, en sintonía con los sutiles fenómenos psíquicos, por
la falta de afinidad con las manifestaciones sublimes de la vida
espiritual.
Así como el hombre se protege adecuadamente en los días
lluviosos, el que prematuramente niega se aísla totalmente y no
percibe la sublimidad que encierran las vibraciones siderales.
Pregunta: Los ateos o negativistas, sean profesionales,
científicos, filósofos o psicólogos, que viven oponiéndose a la idea
de un Dios Creador y Justo, ¿jamás reciben o perciben un mensaje
espiritual?
Ramatís: No es la creencia o la negación lo que proporciona al
hombre la posibilidad de percibir o transmitir los mensajes del
mundo espiritual. Evidentemente, que el ateo, si es bondadoso,
modesto, disciplinado, humilde y pacífico, ha de ser un medio
apropiado para la revelación espiritual, y que no quepa la menor
duda, que es capaz de iluminar los caminos de la ciencia o de la
filosofía, aunque sea negativista. No interesa que el hombre
imponga o defienda opiniones personales u opuestas a la vida
inmortal; la verdad es, que “el espíritu sopla donde quiere” y acciona
en aquel que busca servir al prójimo. Es evidente que si Dios hace
nacer hermosas flores en medio de los pantanos nauseabundos,
¿por qué no transmitiría mensajes espirituales por los labios de sus
hijos ateos?
De esa forma, los buenos ateos vibran en frecuencias
espirituales superiores y por lo tanto, descubren, inventan y
construyen para beneficio de la humanidad, mientras que los malos
ateos, especie de científicos o magos negros, sólo acrecientan las
invenciones de las armas fratricidas, aparatos genocidas,
medicamentos para el aborto, afrodisíacos, alucinógenos y
especialmente promueven filosofías negativistas, derrotistas y
cuando no, proliferan con la literatura pornográfica.
Pregunta: ¿Cuáles serían las desventajas que tendrían los ateos
o negativistas, comparándolos con los creyentes y espiritualistas?
Ramatís: Ello es cuestión del sentido común; el ateo actúa
contra sí mismo, acentuando o desenvolviendo su incapacidad
psíquica, por causa de su fanatismo de querer aferrarse a las cosas
o formas del mundo físico. Aunque desenvuelva el intelecto y los
sentidos físicos, atrofia la facultad de auscultación psíquica y por
ende, disminuye el flujo de la intuición. La manifestación
trascendental requiere una cierta electividad en la persona, una
especie de encuentro simpático entre las dos fronteras de ambos
mundos, el espiritual y el material. La obstinación ateísta no
desenvuelve la facultad psíquica de alta precisión, respecto a la
creencia o admisión de la sobrevivencia del espíritu, pues ésta, es
una comprobación de una sensibilidad poco común, aunque se la
denomine superstición, misticismo o ingenuidad.
El creyente es una criatura que demuestra cierta humildad, ¡una
vez que confía en algo superior, como es la existencia del Creador!
La humildad, por lo tanto, no es una virtud teológica, pero sí un
eficiente estado de percepción sobre la vida superior de su persona.
¡El hombre humilde escucha y aprende; el orgulloso impone e irrita!
Pregunta: ¿Las religiones no contribuyen decisivamente para
esa sensibilización psíquica, cuando estimulan a sus adeptos sobre
la creencia de Dios?
Ramatís: Algunas religiones dogmáticas del mundo, en
base a su limitación sectaria, muchas veces desmienten los
sencillos principios que la misma ciencia humana demuestra; por
esa causa, apartan a los científicos bien intencionados, debido a
que sus creencias infantilizadas y extemporáneas, asentadas en las
leyendas bíblicas y las prohibiciones divinas, impiden la dinámica
del libre pensar y aniquilan las investigaciones sensatas.
En consecuencia, esas religiones contribuyen a empeorar el
concepto sobre la realidad de Dios, cuyos débiles postulados,
místicos, infantiles y prohibitivos son insustentables ante la más
simple argumentación científica, Aún más, los hombres sensatos,
cuando perciben la realidad de su tontez y esclavitud a los dogmas y
“tabúes” que los apartaba de la realidad técnica de la vida espiritual,
se adhieren incondicionalmente al ateísmo y hostilizan a las
creencias y a las imágenes que antes sostenían, como son las
avanzadas doctrinas del Espiritismo, Esoterismo, Rosacrucianismo,
Hinduismo o Yoga.
Pregunta: Las religiones verdaderas, ¿no son aquellas que
fueron fundadas, organizadas o codificadas por profetas, maestros e
instructores espirituales como son el Budismo, Hinduismo,
Confusionismo, Taoísmo, Judaísmo, Islamismo, inclusive el
Catolicismo, que se inspiró en el Evangelio de Jesús?
Ramatís: Sin lugar a dudas, que desde los tiempos
inmemoriales, los grandes profetas, magos, maestros, líderes e
instructores espirituales descendieron a la tierra en épocas
adecuadas, y trabajaron en el seno de las razas más apropiadas
para inspirar y programar los movimientos espiritualistas de mayor y
eficiente interligación religiosa de la criatura con el Creador.
Pero las religiones fundadas con sus respectivos nombres, más
tarde se multiplicaron y -transformaron a causa de sus
interpretaciones personales. En verdad, la multiplicidad de
religiones, cultos, sectas y credos que hoy existen sobre la tierra,
casi nada tiene que ver con la pureza y la lógica iniciática de sus
fundadores espirituales. Además, esas interpretaciones religiosas
todavía volverán a sufrir nuevas influencias morales y religiosas de
otros pueblos, por causa de la constante emigración de los hombres
de un país hacia otro. También es una verdad que las religiones
surgieron simples en su formación primitiva, sin dogmas limitativos y
escenas aparatosas de los rituales litúrgicos.
Pregunta: Bajo vuestra conceptuación espiritual, ¿cuáles son los
motivos que las religiones poseen y que contribuyen a la
incredulidad de los hombres, en vez de convertirlos a la realidad
eterna?
Ramatís: En la intimidad de los movimientos religiosos, de todos
los pueblos, debe existir la misma explicación iniciática y portillados
básicos. Ello debe ser fundamental, aunque varíe la simbología y las
interpretaciones apropiadas a las costumbres y tradiciones de cada
raza o pueblo. Dios y la Creación han sido explicados bajo
avanzadas concepciones de los seres humanos, conforme a cada
época, es decir, están fundadas en el mejor conocimiento’ de la
humanidad, a los efectos de configurar al Autor Divino. Siendo así,
en la época de Moisés y del génesis bíblico, la tierra todavía era
considerada como el centro del universo; el sol, la luna y los astros
estaban fijos en el firmamento. Eran una especie de adornos
creados por Dios, para satisfacción de la humanidad terrena.
La creación bíblica del Universo, plasmada en seis días y en el
séptimo Dios descansó por estar cansado, sólo puede satisfacer y
ser respetado en la época de su concepción.6 Hoy, gracias al
progreso científico y técnico, esa teoría se viene abajo ante la crítica
de un alumno de primer grado y se vuelve aberrante para cualquier
institución religiosa o espiritualista. En consecuencia, las religiones
día a día se debilitan, ante la obstinación de sus responsables que
aún conservan y divulgan postulados anacrónicos, supersticiosos o
místicos, que no resisten al más diminuto análisis científico.
El hombre del siglo atómico reacciona irónicamente, ante la
concepción bíblica y tradicional de un Dios antropomorfo, que puede
alegrarse u odiar, premiar o castigar, perdonar o sentenciar. Ya no
cree en una divinidad que sólo se preocupa con amigos y enemigos
de ciertos pueblos.
Bajo tales conjeturas, la Administración Sideral providenció la
codificación del Espiritismo, a través del trabajo fecundo de Allan
Kardec, entregando una doctrina sin dogmas, y cuyos postulados
retoman los temas de la Creación, la Vida y el Espíritu Inmortal, pero
sin forzar el progreso de la ciencia y el avanzado raciocinio del
hombre moderno.
Pregunta: ¿El hombre alcanzará algún día alguna comprobación
de la vida inmortal y la existencia de Dios, aunque siga sus
investigaciones en forma exclusiva a través de la ciencia del mundo
exterior?
Ramatís: No se puede trazar barreras definitivas entre el
intelecto y la emoción, la razón y el sentimiento, el cerebro y el
corazón, porque el hombre no es un producto dualista, que dispone
de departamentos psíquicos y antagónicos. En verdad, el
sentimiento ilumina y clarifica la razón, pues mientras el intelecto
planifica, investiga y saca sus conclusiones, el corazón sublima la
actividad mental, que sobrepasa los límites comunes de las formas
físicas del mundo transitorio. Además, la propia figura del ángel,
enseñada por la Iglesia Católica, indica que el alma liberada sólo
puede moverse a través del tránsito sideral, siempre que logre
alcanzar perfecto equilibrio entre sus dos alas, en que una significa
la razón y la otra, el sentimiento emancipado.
Infelizmente, el dogmatismo religioso, actualmente, aísla a las
personas por fuerza de las preferencias devocionales, exigencias
dogmáticas y excéntricas, expuestas por la religión y según el
temperamento y costumbre de cada pueblo. En cambio, la libertad
de culto y la libre investigación que proporciona la actividad
científica, puede unir fraternalmente a los hombres y hermanarlos en
la búsqueda de Dios y de la Vida Inmortal. No existen antipatías ni
competiciones, cuando los investigadores se basan en el mismo
proceso de investigación espiritual.
Pregunta: ¿El hombre comprenderá más a Dios a través de la
inteligencia, volcada en la investigación científica, o la realizará por
medio de su actividad religiosa?
Ramatís: La inteligencia no es una condición exclusiva del
cerebro del hombre, sino que es una consecuencia de la energía
espiritual oculta, que lo acciona. En consecuencia, la criatura podrá
encontrar satisfactoria solución sobre la Realidad Divina a través de
la ciencia, transformada en filosofía trascendental, pero, tendrá más
veracidad y precisión si la busca por medio del sentimiento intuitivo,
que es el nexo que lo vincula con la Mente Cósmica.
De ahí, que es mucho más fácil para el hombre percibir la
Realidad Divina a través de la intuición, cuya sensibilidad aumenta
conforme éste ausculta el mundo espiritual. Todavía es razonable
que existan en la tierra credos, sectas y religiones personalizadas
por sus líderes, mentores, y “salvadores” de la humanidad, las que
se defienden y sobreviven por medio de dogmas, tabúes y
conceptos limitados por las ideas humanas. Son movimientos a los
que les falta la unidad fraternal y la inspiración superior, lo que les
dificulta la búsqueda y comprensión en Dios. Por otra parte, las
religiones dogmáticas luchan entre sí, llegando a la criticable
situación de pregonar el Amor por medio de la guerra!
De esa forma, las religiones se equivocan desde su nacimiento y
las sectas que de ellas se derivan, se vuelven más agresivas,
contrariando o desnaturalizando sus postulados fundamentales.
Cuando más amplia fuera la unión entre los hombres, les
favorecería para penetrar en una mayor área de Dios, y por
consecuencia, sería mayor la absorción de vibraciones divina.
Como la centella divina existe en lo íntimo de las criaturas
humanas, a medida que amplían su comprensión mental, también
dinamizarán el vínculo íntimo e intuitivo que los liga al Creador. A
medida que el hombre abarca una mayor área de conciencia
espiritual, se libera de los dogmas, fórmulas, ritos y símbolos que lo
aíslan de la pureza iniciática, y siente con más precisión la
frecuencia divina.
Pregunta: ¿Existe algún misterio o relación esotérica en la
palabra Dios, además del vocablo gráfico y oral del lenguaje
humano?
Ramatís: Sin duda alguna, aunque se modifique la sonorización
de la palabra Dios, la misma varía conforme al lenguaje de cada
pueblo o raza, pero jamás se altera la esencia de Su Naturaleza
Infinita o la Unidad de su Creación. Lo mismo sucede con la
intimidad y el perfume de una flor, que puede variar su designación
conforme al idioma de cada pueblo o raza, pero no su especificación
botánica. Dios es y será inmodificable aunque lo llamen Dios, Gott,
Supremo, Ley, Jehová, Alá, Gran Arquitecto, o Zambi para los
africanos. A pesar de la diferencia vibratoria causada por la
pronunciación de los diversos nombres usados por los pueblos, sin
embargo existe una sola idea y pensamiento en perfecta
sintonización con el Absoluto. La idea de una Entidad Absoluta, que
gobierna el Universo, vibra en todas las latitudes geográficas de la
tierra, ante la misma invocación, aunque varíe la expresión gráfica o
verbal, sea de germanos, escandinavos, asiáticos, latinos,
anglosajones, eslavos, esquimales y africanos.
Pregunta: ¿Qué nos podéis decir sobre los diversos aspectos,
concepciones e interpretaciones hechas por los hombres de Dios?
En verdad, su limitado raciocinio, no le permite comprender un poco
más de su Realidad Absoluta.
Ramatís: Es evidente que el Creador no sufre modificaciones por
el simple hecho de que los hombres lo conciban bajo aspectos
personales o conjeturas filosóficas, puesto que eso no es la
Realidad sino el fruto de las tradiciones, costumbres,
temperamentos y comprensión de cada raza. Dios es Dios, ya sea el
Alá polígamo de los árabes, el Jehová belicoso de los judíos, el
Tupa poderoso de los salvajes, el Parabrahm de los hindúes, el
Gran Arquitecto de los masones, el Viejecito de barbas blancas que
administra el cielo de los católicos, el Júpiter de los antiguos
romanos, el Rá de los egipcios, el Absoluto de los ocultistas, la Ley
Eterna para los iniciados, la Mente Universal de los hermetistas, y la
Suprema Ley Eterna para los espiritas. Entre los pueblos primitivos
Dios les hereda la fisonomía; es amarillo y de ojos oblicuos para los
chinos; tiene cara de foca y vive
en un cielo sumamente helado para los esquimales; es el Gran
Espíritu y con tendencia de cazador, en la creencia de los pieles
rojas americanos; puede llamarse Zambi, para un negro africano, y
consideran al Diablo, tan blanco, como son los europeos racistas.
No importa los aspectos que de Dios imagine o tenga la
humanidad ignorante de la Realidad Divina, lo que más importa es
que puedan sentirlo o identificarlo a través de las fustas y sabias
leyes, que rigen la Creación. Es la voluntad que preside los
fenómenos del Cosmos y comunica a todas las criaturas el anhelo
de perfección y ascenso. En verdad, el Universo es perfecto en su
creación infinita y eterna, porque perfecta es la Entidad Única que lo
creó. Reiteramos: Dios puede percibirse a través de sus leyes
inmutables, sabias y creadoras, que accionan correctamente en
todos los niveles de vida y en las más lejanas latitudes cósmicas.
Son leyes emanadas de un centro único, que dirige desde el
movimiento del electrón alrededor del núcleo del hidrógeno, hasta la
inmensurable galaxia.
Además, los equívocos son humanos; Dios creó la energía
atómica, el hombre diabólico creó la bomba nuclear y arrasó a
millares y millares de criaturas en pocos minutos; creó el alcohol,
que limpia metales, desinfecta instrumentos, pone en
funcionamiento motores, disuelve tinturas y produce calor en
invierno, pero, el hombre lo utiliza para perderse por medio de la
bebida. El Creador produce naranjas, peras, manzanas, lechuga,
repollos y zanahorias, más el hombre desprecia la dádiva divina de
las frutas y vegetales, y estúpidamente construye mataderos,
frigoríficos y carnicerías, para comer a sus hermanos inferiores,
¡saturando sus estómagos con los restos cadavéricos de los amigos
del hombre! Sin lugar a dudas, que los civilizados superan a los
honestos salvajes, los que devoraban las carnes crudas del
adversario valiente, ¡sin la preparación intencionada de las ollas a
presión o la parrilla de la churrasquería moderna! Dios puso sobre la
hermosa floresta hermosos pájaros, pero el hombre para descansar
de su trabajo semanal, se divierte cazando y matando a las aves en
el tétrico deporte de la muerte.
El hombre portando fusiles automáticos, con miras telescópicas y
sincronizadas con luz infrarroja, persigue y mata a los desesperados
animales en costosos safaris, y después se envanece comentando
su prodigiosa puntería saboreando un costoso vaso de whisky. Pero,
si el tigre o el león lo mata por el derecho recíproco de defensa,
entonces, el “pobre” cazador fue víctima de una terrible fiera.
Pregunta: ¿Podríais demostrarnos algunos de los objetivos de
esas leyes, que actúan sobre nuestro mundo, y que además nos
permitiría comprobar la Sabiduría, Bondad, Justicia, Poder y Amor
de Dios?
Ramatís: Para comenzar, os recordamos la eficaz ley del
progreso y el orden económico de la Vida, que acciona e
interpenetra a todas las cosas, comprobando que Dios actúa
constantemente en el sentido de proseguir con el perfeccionamiento
de la Creación.
Un ejemplo sencillo es el fenómeno de la botánica, bajo el
conocido “tropismo”, como economía de la Vida. En la lucha
constante de los vegetales por la sobrevivencia, el “instinto” les da la
orientación para la continuidad de la vida. Cuando la planta nace
entre las piedras, lucha obstinadamente hasta que sus raíces
encuentran un poco de agua para sobrevivir; la que nace en la
sombra, se alarga desproporcionadamente hasta alcanzar la luz del
sol, en el fenómeno de heliotropismo, buscando la energía del astro
rey para atender su metabolismo; las plantas más débiles se
adhieren a los árboles fuertes, para sobrevivir como plantas
parásitas. Las plantas que nacen sobre los desperdicios e
inmundicias, en el milagroso fenómeno de la alquimia vegetal,
extraen el humus que las transforma en especies atractivas y
ofrecen sus flores perfumadas y vistosas; ciertos vegetales
producen un perfume particular, que atrae los insectos y prende en
sus patitas el polen, transformándolos en fecundado-res de la
especie. Otras plantas carnívoras, elaboran un perfume hipnótico,
que atrae a los insectos imprudentes y los aprisiona entre los
pétalos de las flores, a fin de devorarlos, cual alimentación
excéntrica.
Son principios que accionan en el mundo pequeño de los
vegetales, pero que comprueban la acción de las leyes derivadas de
la Ley Suprema, manifestándose en sabia coherencia e innata
creatividad. Indiscutiblemente que son leyes lógicas, impecables y
disciplinadas, que rigen los fenómenos del mundo material, pero que
demuestran la presencia oculta en el Universo. Jamás esas leyes
causan sorpresas, equívocos o alienaciones; cualquier crítica sólo
puede provenir de la mala interpretación o de la ignorancia humana.
Las aberraciones de la naturaleza pueden hacer cambiar de opinión
a los hombres, respecto a un Creador Imperfecto, pero eso no es
más que importantes realizaciones y ensayos en busca de una
mayor perfección.
Existe perfecto orden y coherencia en todos los fenómenos que
suceden en la naturaleza física de vuestro orbe, lo que demuestra el
efecto inteligente, progresista y lógico para alcanzar la perfección de
las formas y seres. Bajo esas leyes sabias e inmutables, los ríos
corren hacia los mares y no retornan jamás a su comienzo; los
vegetales nacen de las simientes afines, pues no se originan por
hechos milagrosos, ni por accidentes atribuidos al acaso. Ellos
nacen, brotan y crecen, dan sus flores y frutos en el tiempo
adecuado y justo de su madurez botánica, y más tarde germinan las
semillas que perpetúan su especie. Las leyes ocultas de Dios
dirigen desde la generación del virus en las células animales hasta
el crecimiento del hijo del hipopótamo en la selva africana.
Accionando en todas las latitudes geográficas del planeta y en todos
los niveles de vida, existe una perfecta distribución del principal
elemento de la vida física, que es el oxígeno. Aquí el cóndor recibe
su cuota necesaria para respirar en la cumbre de los picos más
elevados de la tierra; allí los peces sobreviven extrayendo el
oxígeno de aire de las propias aguas donde viven; acullá, la lombriz
sobrevive con una pequeñísima cuota de oxígeno, existente en las
profundidades de la tierra. En la intimidad del cuerpo humano, la Ley
Divina acciona coherentemente observando las funciones correctas
de todo el ser, pues substituye células gastadas, corrige y modifica
órganos, sensibiliza el sistema nervioso, desarrolla a la criatura en
perfecto y dinámico orden y atiende celosamente todas las
necesidades para mantener la salud total del cuerpo humano.
Acentúa la audición y el tacto en el ciego, y cuando la persona es
operada de un riñón o pulmón, la Ley dinamiza el poder del órgano
sobreviviente y estimula su metabolismo para compensar el que fue
extraído.
En verdad, el hombre nada crea de original, sólo descubre y
aprovecha las cosas que existen, es decir, recoge los frutos de un
Creador, llamado Dios. Los civilizados se asombran de la radio y de
la TV, pero eso es posible gracias a la existencia de los campos
electromagnéticos que rodean al Cosmos, que existen antes de que
el hombre tuviera conciencia de sí mismo. La cápsula Apolo
consiguió alcanzar el suelo lunar, gracias al uso de la ley de
gravitación universal, que une los astros y regula las órbitas
siderales. Los computadores electrónicos ayudan al cerebro
humano y efectúan los más complejos cálculos, gracias a los
metales que estaban depositados en el seno de la tierra y que más
tarde, sirvieron para modelar y fabricar la instrumentación
cibernética.
Pregunta: En base a tantas complejidades y hechos
inexplicables que nos sorprenden y confunden; ¿cómo podríamos
comprobar la bondad del Creador a través de sus obras?
Ramatís: La bondad de Dios se manifiesta intencionalmente
hasta en las cosas más repugnantes y aparentemente inútiles.
Existe un sentido beneficioso y protector en el equilibrio natural
respecto a cualquier hecho de la vida, sin que se necesite mucho
talento y erudición para que el hombre vislumbre un fenómeno tan
simple. Por ventura, ¿el nacimiento del lirio o del loto en medio del
fétido lodazal, configurando la flor en su más pura virginidad y
perfume, no es una de las más sublimes demostraciones de la
Bondad Divina, que enseña el Amor en todas las expresiones de la
vida?
Basta que la criatura sensible y sin premeditaciones observe
detenidamente la intimidad de los acontecimientos desagradables o
trágicos, considerados inútiles o costosos, para descubrir el motivo
de una inteligencia oculta que trabaja en el mundo espiritual,
modelando en la materia las futuras formas de estética angélica. Es
el caso del pasto, por ejemplo, vegetal que hasta hace poco tiempo
era juzgado como de muy poca importancia, ¡pero en la actualidad,
la ciencia se sorprendió al comprobar que poseía todas las
vitaminas! Y, es de fácil comprobación, porque el caballo, el buey y
otros animales de gran porte y fuerza, aunque se alimenten
únicamente de pasto, son más sanos y robustos que los hombres
que preferencialmente, son carnívoros. En la guerra de 1918, los
médicos descubrieron que no se producía gangrena en los soldados
heridos donde se posaban las moscas, probablemente porque
producían los gusanillos. Además, la penicilina descubierta por
Fleming es oriunda de un vegetal, simple en su organización, como
es el hongo. El urubú, ave repulsiva y devoradora de cadáveres, hoy
se lo considera como excelente higienizador del suelo terráqueo;
además, vive 250 años, y paradójicamente goza de muy buena
salud, a pesar de alimentarse de carnes casi descompuestas, y
jamás se contagia o infecta por la acción de los alimentos.
Las feas y voraces orugas, que ocasionan tremendos daños en
los sembrados, son devoradas por los sapos, que de esa forma se
encargan de controlar el exceso de proliferación. Sin embargo, la
bondad de Dios también alcanza a las feas orugas, que sobreviven
a la destrucción emprendida por los sapos, pues al poco tiempo se
transforman en multicolores mariposas, que tienen la hermosa
misión de distribuir el polen de las flores por todas las latitudes. Las
inexplicables lombrices, cuya vida parece no tener lógica alguna,
nos recuerdan a los ingenieros que abren surcos y galerías en el
suelo, para la ventilación necesaria de las plantas.
En verdad, siempre existen indicios beneficiosos en lo intimo de
todas las cosas, buenas o malas, bellas o feas, sanas o enfermas y
que se puede comprobar a medida que se investiga y se extrae
conclusiones sobre los fenómenos de la propia vida. Aquí, las
agresivas avispas, en enjambres furiosos, protegen al gusano de
seda de los ataques de las orugas destructoras; allí, la cucaracha
repugnante y desesperada por la constante e implacable guerra
doméstica, es el insecto que posee la preciosa “quitina”, es decir, la
más codiciada sustancia para dar base a la fabricación del plástico
moderno; acullá, las cobras, alacranes y escorpiones venenosos,
gracias al estudio y aplicación médica de su tóxico, en la
preparación de los sueros, produjeron muchísimo beneficio a la
humanidad, mucho más, que los males causados por sus picaduras.
En fin, son hechos que se suceden en un encadenamiento
ordenado e inteligente, pero que convergen hacia un fin provechoso
para toda la humanidad. Todo ello, os comprueba los principios y las
reglas que fundamentan la Bondad de Dios, y al mismo tiempo, el
amparo recíproco que existe entre todos los seres y las formas al
servicio de un mayor grado de conciencia del espíritu inmortal,
encamado en la materia.
Pregunta: Muchos filósofos y científicos afirman que no existe
una inteligencia o sabiduría divina que orienta el universo, sino que
obedece a un “instinto global” que mantiene coherente los
fenómenos de la naturaleza. ¿Cuál es vuestra opinión al respecto?
Ramatís: Lo que es muy importante tener presente es aquello
que Jesús manifestó y que decía así: “Aquel que tenga ojos, que
vea”, pero la mayoría de los hombres tienen ojos, y son peores que
ciegos. Es muy probable que si el Divino’ Maestro tuviera que
responder vuestra pregunta, esa hubiera sido nuevamente la
respuesta, y puedo aseguraros que es la más acertada. Los más
pequeños hechos que suceden en vuestro mundo están
disciplinados por leyes, cuya finalidad es equilibrar y mantener el
orden, y cuya meta es perfeccionar al ser. No se trata de ningún
instinto global que sustenta la cohesión de las formas, bajo algún
impulso mecánico. Las personas inteligentes pueden percibir, que
esa acción oculta, es más sabia que instintiva, es más previsora que
el acaso, más acción que pasividad. No es mida difícil el darnos
cuenta del psiquismo matriz de la vida, de la cual provienen todas
las substancias del mundo, ya sea atendiendo la vida de los
insectos, reptiles, aves, animales y la vida de los mismos hombres,
que se encuentra en constante evolución.
Pregunta: ¿Nos podríais citar algunos ejemplos que fueran
prácticos y positivos, para poder valorar o que nos guíen respecto al
flujo de esa sabiduría divina, que acciona a través de las formas de
la naturaleza?
Ramatís: No os quepa la menor duda que el mundo sería un
caos si no se hubiera planificado anticipadamente, a fin de atender
los diversos esquemas de la manifestación de la vida, que se
procesa a través de las más variadas formas físicas, y compatible a
cada tipo de mundo que palpita en el universo. Examinando la
historia biológica y geológica de la naturaleza de vuestro mundo, a
pesar de las lagunas existentes, no es difícil que el hombre coteje
las innumerables pruebas que tiene sobre su progreso, desde los
niveles inferiores hasta alcanzar los superiores a través de los
milenios transcurridos, dándose un proceso evolutivo y
deliberadamente armónico. Es fácil comprobar ese hecho del
progreso, si se examina y compara la vida del hombre de las
cavernas, con el de la era del concreto, de la actualidad. La
intervención personal y periódica del hombre corrigiendo las cosas y
los seres del mundo físico, aunque sólo lo realice, dirigiendo y
aplicando su inteligencia en la fenomenología de la materia, porque
a través de ella, también se aplica la Sabiduría Divina para activar
las energías, latentes que fluyen por la intimidad de sus propias
formas, en el milagro de una constante transformación.
La sabiduría y el poder de la Divinidad son perceptibles en los
sencillos fenómenos de la naturaleza, en las constantes mutaciones
de las cosas y de los seres orgánicos del mundo, y ante la sabida
intervención humana. Ejemplificando; aquí el fruto salvaje y tóxico
sirve de alimento sazonado en la mesa del civilizado, después de
haber sufrido diversas etapas de perfeccionamiento, que le
transforma el veneno en jugos sabrosos y nutritivos; allí, la fiera
indomable y salvaje, acostumbrada a dar muerte en medio de la
selva, después descansa tranquila y amorosa a los pies del hombre,
en la figura del perro amigo; acullá, el troglodita, cuyas manos
callosas y torpes apenas sabían empuñar la maza mortífera, en su
lucha para sobrevivir, ahora desliza velozmente sus dedos por el
teclado del piano de última moda, traduciendo los divinos y
universales sonidos de Beethoven, la fuerza telúrica de Wagner, la
sensibilidad de Chopin, la matemática sonora de Brahms o la
espiritualidad de Mozart.
Entonces es evidente que existe una sabiduría que está más allá
de la capacidad y acción humana y de la seudo espontaneidad
fenoménica de la naturaleza. Existe una sabiduría que regula la
procreación de los seres hasta un límite lógico, para permitir la
inteligencia y sana continuidad de la vida. ¡Donde hay equilibrio hay
sensatez, donde hay progreso, hay inteligencia!
Pregunta: ¿Qué ejemplos concretos podríais ofrecernos?
Ramatís: En el reino animal, por ejemplo, los conejos, animales
cuya proliferación habría saturado la superficie del orbe, si no
hubiera sido gracias a la ley del equilibrio y a la sabiduría divina,
puesto que mueren con mucha facilidad al menor descuido.
Mientras tanto, los cóndores de los Andes, aves gigantescas, que
pueden tomar un novillito entre sus garras, lo que sería un flagelo
para los animales pequeños sobre la tierra, el control divino e
inteligente sólo permite que nazca un pichón de cada cien huevos.
Las cantidades enormes de sardinas, que constantemente se
reproducen, saturarían los mares, si no fueran engullidas por las
especies de gran porte. Lo mismo podría decirse de la ballena, cuya
cría se mantiene limitada bajo esa ley de equilibrio, demostrando la
capacidad del control divino sobre los seres y las cosas.
Pregunta: También nos habéis manifestado que el sentido de
orientación entre los insectos, aves, reptiles y animales es prueba
de otra manifestación de la sabiduría divina, que acciona en el
mundo físico. ¿Podríais darnos algunos ejemplos?
Ramatís: Aunque los sabios del mundo aleguen que el sentido
de orientación de las especies inferiores acciona en forma instintiva,
sin embargo, obedece al principio inteligente de la Conciencia
Espiritual de Dios, pues se aplican esos recursos a los efectos de
mantener la sobrevivencia de esas especies, cuyo fin determinado
no está al alcance de la comprensión del hombre.
Siendo así, las golondrinas emigran en invierno hacia lugares
más cálidos, y gracias a ese sentido inteligente de orientación,
calculan anticipadamente hasta el kilometraje que deben volar sobre
el mar y en la medida de su resistencia física. Bajo ese mismo
determinismo, sabio y oculto, los perros apenas olfatean un trozo de
tela o prenda perteneciente al ser humano, rápidamente, siguen las
huellas dejadas por el dueño de la prenda; los gatos, si son
abandonados a grandes distancias, más tarde saben retornar al
mismo sitio, gracias a su propio rastro “etéreo magnético”; las
hormigas, bajo un aviso oculto y extraña facultad de previsión,
abandonan las márgenes de los ríos, dos días antes de las
crecientes, y el ser humano, siendo más inteligente, no es capaz de
prever el fenómeno con antelación, siendo tomado de sorpresa.
Además, cierto estudio realizado por un investigador terreno7,
descubrió sobre las hormigas del tipo cortadoras y mineras, que
cierta vez, al echar 500 granos de azúcar en las proximidades de un
hormiguero, para su asombro comprobó instantes después que
aparecieron 500 hormigas, ¡transportando cada una su
correspondiente grano de azúcar!
El pájaro llamado “hornero” tiene un sentido avanzado de la
meteorología, pues construye su nido sobre los árboles o postes
telegráficos, y la puerta mira en sentido contrario a los fuertes
vientos o posibles tempestades! Las abejas, además de ser
prodigiosas en lo referente a la construcción de las divisiones de sus
colmenas, parecería que entienden mucho de medicina, pues matan
a los intrusos de su comunidad y los momifican a través de un
paredón de sustancia “antiséptica”, ¡para evitar que la infección
alcance la reserva de miel! Aunque la astucia del zorro se considere
innata, muchas veces manifiesta tener un sentido de habilidad e
inteligencia, fuera de lo común, pues con una buena cantidad de
pasto seco en su boca, se introduce lentamente en las aguas
profundas, hasta que todas las pulgas de su cuerpo se agrupen en
el pasto seco; ¡una vez logrado su intento, deja el mismo a merced
de las aguas y retorna a la orilla! Las arañas, además de su
avanzado conocimiento de ingeniería, cuyas telas ningún ingeniero
humano conseguiría imitar, en su medida y resistencia, algunas
veces construyen su tela sobre pequeños trozos de ramitas secas,
como si fuera un verdadero barquito, y le agregan un poco de hierba
olorosa, de un perfume selvático, pero muy atractivo, para luego
descender hasta los pequeños riachos y cazar a los insecto
imprudentes, atraídos por el olor vegetal; el por qué, es un pez
robusto, oriundo de los ríos de Brasil, de contextura fuerte, que
atrapa a su víctima, compuesta de pequeños roedores, y les
electrifica las patitas cuando van a beber a la orilla de los ríos,
siendo una verdadera sesión de electro-convulso-terápia, pues
terminan en el fondo de las aguas ¡a merced de su fatal cazador!
Los elefantes viajan todo un mes hacia ciertas regiones de África,
donde consumen un tipo de hierba terapéutica, que los inmuniza
contra ciertas y periódicas epidemias.
Si fuera viable suponer que Dios a veces realiza alguna travesura
en la creación, que todo cuanto se ve no es tan serio o
melodramático, no sería muy difícil comprobar algún hecho que
tiene cierto humorismo o excentricidad divina. El burro, por ejemplo,
a pesar de tener que sobrellevar el estigma de ser un retardado
mental, jamás se mete en un atolladero, donde el caballo, siendo o
teniendo fama de ser más inteligente, acostumbra a caer; el
escarabajo, debidamente analizado nos recuerda a un desajuste
cometido por el Creador, pues es un insecto que debido a su
volumen y configuración anatómica desmiente a la más
rudimentarias leyes y reglas de la aerodinámica para sustentar el
vuelo; por lo tanto, es un insecto antiaéreo e incapaz de elevarse del
suelo. Sin embargo, el escarabajo vuela, ¡porque desconoce ese
impedimento! El murciélago, por ejemplo, es ciego, pero vuela
velozmente guiado por las puntas de los dedos, bajo el fenómeno
conocido como “sonar” y que es utilizado por el submarino, guiado
por el “radar”.
Pregunta: A fin de completar nuestras reflexiones sobre los
atributos inteligentes y coherentes sobre Dios, que rige y protege las
especies del reino animal de nuestro mundo, nos agradaría recibir
algunas consideraciones más al respecto. ¿Podéis atendernos?
Ramatís: Sin duda alguna, toda creación está intrínsecamente
protegida por Dios, el Creador, que promueve los medios de
subsistencia y sobrevivencia adecuadas a cada especie de ave,
reptil, insecto o animal. Aunque predomine aún en el mundo la ley
del “más fuerte”, en donde las especies débiles son destruidas por
los tipos más agraciados por la naturaleza, sin embargo, no existen
perjuicios definitivos, porque destruyendo los cuerpos carnales y
transitorios, el psiquismo que dirige a cada una de las especies,
permanece inalterable. Podríamos considerar que los cuerpos de las
aves, insectos, reptiles y animales son una especie de ropaje
pasajero, en un proceso de adiestramiento y perfeccionamiento,
para más tarde, servir a las exigencias de las mentes
individualizadas. Es una fase de evolución, en donde ese psiquismo
se activa por las experiencias vividas en el orbe, inclusive, en las
situaciones dramáticas o trágicas.
Mientras tanto, además del cuidado fundamental de la Divinidad
en proporcionar un mayor tiempo de vida al ave, animal, reptil o
insecto, sin embargo, le está ejercitando a través de la materia física
e instintiva, un psiquismo mejor elaborado. El Creador proporcionó a
cada especie, además de la vida, un sistema de “auto-protección”,
que les permite defenderse o disimular sus formas ante poderosos
enemigos en el ambiente donde les toque vivir. Se trata del
fenómeno llamado “mimetismo” y que fuera imitado por el hombre
en las guerras fratricidas bajo el nombre de “camuflaje”.
El mimetismo disimula o confunde al ser en el medio ambiente
donde vive y lo ayuda a pasar desapercibido en su lucha por la
sobrevivencia. Y, bajo tal providencia protectora, el oso nace blanco
en los polos y se confunde con el blanco del hielo, en una especie
de auto-protección natural; sin embargo, para evitar que ese color
blanco se destaque en la selva o en las grutas oscuras, el oso
también tiene el color negro o pardo, en las regiones no heladas,
dificultando la mira de los cazadores. Gracias a ese fenómeno
protector, el león del Sahara es pardo claro y se confunde fácilmente
con la arena del desierto; el tigre de la India disimula su presencia
en medio de las cañas de bambú, debido a su rayado grueso en la
piel. Los papagayos son tan verdes como las plantas donde viven;
las mariposas se confunden con los colores de las flores, donde
revolotean febrilmente; la langosta saltona es tan verde y
transparente como la hoja del mijo nuevo, que más tarde alcanza un
color amarillo parduzco, propio del mijo envejecido. Los peces
tienen la tonalidad del color del mar, mientras que las lombrices y
hormigas tienen el color característico de la tierra donde viven. Las
ranas son verdes como la plantación-de las lagunas, pero los sapos
disimulan su presencia, debido al tono lodoso de su piel.
Hay insectos que son verdaderas hojas de árboles y se mueven
inusitadamente, mientras que otros, son cuales brotes nuevos de
plantas, permanecen silenciosos y estáticos cuando presienten el
peligro a su alrededor. Por esa causa, las diversas especies de
aves, animales e insectos tienen el color apropiado a las regiones
donde les toca vivir, como en el caso del oso, que es blanco para los
polos y parduzco para los montes y selvas. Sin embargo no
debemos olvidar, el conocido camaleón, que es el tipo más
representativo del fenómeno del mimetismo cromático, puesto que
cambia fácilmente de color según sea el ambiente donde le toque
vivir o estar transitoriamente.
El fenómeno del mimetismo, que sirve de protección y
sobrevivencia prolongada de las variadas especies del reino animal,
aunque no parezca tener alguna conclusión cósmica definitiva, o
comprobación directa sobre la Divinidad, ofrece al hombre
inteligente y estudioso las posibilidades de extraer ilaciones
correctas y sensatas, respecto a la indiscutible verdad de una
Inteligencia Superior, que acciona desde la intimidad misma de los
fenómenos de la naturaleza.
Pregunta: En la vida del hombre, ¿existe algo de esa protección
“mimética”, que lo ayude a sobrevivir más tiempo en el medio en
que vive?
Ramatís: Sin duda alguna, puesto que el hombre posee la
inteligencia y el buen sentido, bastante desarrollados, para saber
protegerse contra las agresiones adversas y adaptarse fácilmente a
la topografía de los tipos de terrenos donde debe accionar. El
“camuflaje”, utilizado en tiempo de guerra es una confirmación de
las posibilidades miméticas del hombre. No es una acción
automática e instintiva, pero sin embargo es un “mimetismo”
deliberado y controlado por el raciocinio humano.
Sin embargo, suceden fenómenos en la intimidad del cuerpo
humano, conocidos por la ciencia, que son suficientes para
comprobar la presencia de una sabiduría oculta, innata en el
hombre, que aun accionando en forma instintiva, demuestra en sus
mutaciones, una facultad deliberadamente inteligente. Por lo tanto,
en el hombre existe y se demuestra un ser racional, gracias a la
sabiduría de su psiquismo, que trabaja en la intimidad bajo la
directriz de una potencia oculta, superior y poderosa. El ser humano
está sometido a una serie de leyes, principios y reglas, que le
orientan, segundo a segundo su organismo, pero obediente a un
esquema de elevada precisión y bajo el control de la Suprema
Inteligencia de Dios. No se trata de cualquier automatismo
proveniente de un instinto primario, producto de un “acaso”, que
acciona y corrige, solucionando los desperfectos humanos, sino,
que son leyes específicas aplicables y los resultados demuestran
una sabiduría poco común.
El insecto, animal o ave pueden asumir aspectos inusitados para
su especie y vida común, denominados “mimetismo”, a fin de
mantenerse ilesos en el medio ambiente; mientras que en el hombre
sucede hechos y fenómenos internos de rápida y prudente
adaptación, que le aseguran la sobrevivencia en el tránsito por
climas, regiones o ambientes, que muchas veces son adversos o sin
el necesario condicionamiento. La criatura que cambia desde el
ecuador hacia la región polar, enfrenta varios factores adversos,
entre los cuales se cuentan las latitudes geográficas, que podrían
ser fatales sino existiera la adaptación al medio, que es algo
semejante a un recurso mimético.
Por otra parte, es bueno saber, que el hombre no es quien
providencia conscientemente, esa modificación potencial y
necesaria para su transferencia rápida de un clima hacia otro, mas
eso sucede y se observa bajo la intervención oculta de la sabiduría
de su psiquismo, el que manifiesta la Sabiduría de Dios en lo que se
refiere a la protección de sus criaturas.
Pregunta: Desgraciadamente y a pesar de los hechos y destinos
dramáticos, inexplicables y hasta, si se quiere, injustos, que
suceden sin un esclarecimiento lógico, ¿aún debemos confiar y
creer en esa sabiduría, justicia y amor de Dios para los hombres?
Ramatís: La vida en el campo denso de la materia es
innegablemente un inmenso campo de luchas, de
experimentaciones y dificultades, donde el espíritu del hombre está
activo por causa de las energías que se procesan y subliman, en el
sentido de superarlo del instinto animal, que si bien lo protege,
también lo esclaviza a las vibraciones inferiores. El hombre lucha
hasta una cierta frecuencia bajo el impulso energético de las formas
primarias de la animalidad, tal como lo hace la simiente que rompe
la superficie de la tierra, por fuerza de las energías telúricas del
medio donde fue plantada. Una vez que crece y se emancipa, dando
sus flores y frutos, está simbolizando el triunfo alcanzado en su
etapa superior. Bajo la energía telúrica que emana de la especie
animal, instintiva e implacable, el espíritu del hombre, como la
especie vegetal injertada en el tallo salvaje, deben oponerse a la
fuerza bruta de la savia agresiva para generar los frutos sazonados,
en la imposición definitiva de los principios superiores y espirituales.
El cuerpo carnal es el caballo salvaje, en donde el espíritu acciona
bajo la disciplina de las reglas y las tendencias de la vida física, pero
debe sobreponerse a la tiranía del instinto animal, que ayuda, ¡pero
también esclaviza! El espíritu del hombre asoma a la periferia del
suelo de la vida humana, para activar y desarrollar el amor y la
sabiduría, que son los principios fundamentales del futuro ángel.
Pero, aún le es imposible a la criatura humana abarcar y
comprender en su estadía microcósmica, respecto al metabolismo y
objetivos divinos, impuestos por Dios, los que funcionan en el
sentido de transformar y sublimar la conciencia limitada del hombre,
para que alcance una frecuencia superior, ¡por la cual podría percibir
la esencia del Creador!
Pregunta: Si el hombre fue “hecho a imagen de Dios” y posee en
si mismo “el reino divino”, ¿por qué causa comete equivocaciones y
necesita ser corregido? ¿Cuál es el motivo de esa precariedad
divina en la criatura humana?
Ramatís: ¿Qué valor tendría el hombre, creado por Dios para ser
feliz por toda la eternidad,’ si él no fuese el autor de su propia
“conciencia”? A pesar de la protesta justificable, de que no existe
mérito ni valor alguna de que la criatura sufra, para después llegar a
ser venturosa, ¡mucho peor sería que fuera un producto
automatizado y elaborado mecánicamente y en serie! La auto-
realización es la transformación preliminar que garantiza un futuro
venturoso, puesto que el espíritu sabe conscientemente de la
aplicación de sus poderes creativos y de la posibilidad de plasmar,
en las formas del mundo, toda la intuición superior, como es la
poesía, arte e imaginación sublime. No importa que el hombre, en
principio, confunda los valores materiales de los mundos físicos y
transitorios, como parte de su futura felicidad. La verdad es que él
jamás se perderá en los intrincados laberintos educativos de las
vidas materiales, porque su destino glorioso es la angelitud, y la luz
que lo guía se alimenta del combustible de su centella interna. Sin
lugar a dudas, necesita creer y confiar en la pedagogía trazada por
el Creador, cuyo resumen el ser posee en su intimidad espiritual, en
la síntesis microcósmica del “reino divino”.
Y, para que la criatura tenga la seguridad de alcanzar a la
brevedad su eterna ventura, entonces la Divinidad estatuyó la Ley
del Karma, que disciplina, corrige y rectifica los actos insensatos y
enfermizos, que el espíritu efectúa en las vidas sucesivas en los
mundos físicos. Por eso, ninguna criatura debe afectar el derecho
ajeno o perturbar el destino de sus compañeros, en el curso del
perfeccionamiento espiritual. Además, ninguno puede, aunque
quisiera, cargar con la cruz de su hermano y sufrir los contratiempos
que deben ser vividos por los responsables. El espíritu del hombre
es el autor de su destino y personalmente responsable por los
efectos buenos o malos que resulten de sus actos. Le cabe la tarea
de despertar y desarrollar, en sí mismo, los valores íntimos que le
aseguren la vida futura entre las humanidades siderales y felices.
Puede sembrar dolores, júbilos, placeres o tragedias, pero, bajo la
Ley del Karma, que es inflexible y correctiva, justa e impersonal, el
hombre es autor y, al mismo tiempo, receptor de los hechos buenos
o malos que haya realizado contra el prójimo. En base a la insistente
advertencia hecha por todos los maestros o instructores espirituales,
donde anunciaban que “la siembra es libre, pero la cosecha
obligatoria”, y que “a cada uno le será dado según sean sus obras”,
ninguno podrá alegar ignorancia sobre las sanciones de la ley
kármica, ni atribuirle injusticias a Dios.
Pregunta: Si el hombre no goza del libre albedrío de proceder a
gusto, es obvio, que tampoco podrá avalar la naturaleza incomún e
ilimitada de Dios, lo cual requiere máxima libertad para accionar.
¿De ahí procede la incredulidad y rebeldía humanas, no es verdad?
Ramatís: El espíritu del hombre tiene “libre albedrío” de proceder
a gusto y puede llegar hasta donde no perjudique a los demás; pero
es insensato maldecir o rebelarse contra Dios, cuando sólo a él le
cabe la responsabilidad de todo bien o mal que realice. La
legislación disciplinaria en tan sólo en el sentido de promover la
indesviable ventura de sus hijos y ajustados al camino seguro y
redentor, sin tener en cuenta intenciones que involucren
penalidades. El hombre debe aprender correctamente cada lección
suministrada por la vida en las escuelas planetarias, sufriendo las
reglas disciplinarias del curso educativo, a fin de ser merecedor a
los derechos incondicionales en el futuro, y a los poderes incomunes
que existen en el seno del universo. El libre albedrío se dilata en su
área de poder y capacidad, tanto como el espíritu despierta su
conciencia y manifiesta un comportamiento lógico y correcto, que
jamás causará perjuicios al prójimo.
Sólo la ignorancia humana de no saber que el Creador se
encuentra en su propia obra, y que puede ser “sentido” por sus
hijos, es lo que induce al hombre a ser un descreído de la divinidad.
Quien sabe sobreponerse al orgullo que el intelecto da, encuentra
fácilmente la sabiduría y la humildad, pues el orgulloso jamás vibra
con la esencia Divina. Es el símbolo del ángel rebelde, dinamizado
por el cientificismo que lo ciega, y se siente humillado al hacer
concesiones que van más allá de su capacidad. La incredulidad en
Dios, no quiere decir que la persona no sea inteligente, sino que es
el fruto de la excesiva esclavitud a los sentidos físicos del hombre
transitorio. Jamás la criatura podrá concebir la realidad del universo
y asimilar la naturaleza divina del Creador, confiando únicamente en
los sentidos, aunque éstos se encuentren respaldados por la técnica
instrumental del mundo transitorio y limitado, que sólo le sirve para
vivir la vida material. Ningún botánico podría vislumbrar la
majestuosa configuración del pino, observando la contextura
superficial de la semilla. En consecuencia, ¡no se debe confundir la
deficiente sensibilidad humana con la conclusión genial de que Dios
no existe!
Así como las células del cerebro humano no están en
condiciones de valorar el equipo “psico-físico” de su dueño, la
criatura, que es tan solamente una partícula microscópica del
universo, tampoco está capacitada para juzgar y explicar la
grandeza del Cosmos en todos sus aspectos.
Pregunta: Si el hombre aún no percibe la Realidad Cósmica de
Dios, tampoco se le puede censurar, puesto que es un fenómeno
que está más allá de su capacidad mental, ¿no es verdad?
Ramatís: Ninguno alcanza la solución de una incógnita bajo la
obstinación de negarla, puesto que ello es el fruto de una reacción
producida por el orgullo humano. El hombre humilde y consciente,
considera válida y definitiva su opinión, pero es lógico, hasta el
límite de su capacidad humana y discernimiento espiritual. Sería
absurdo que los alumnos analfabetos del curso primario se
obstinaran en negar las etapas del curso secundario,
preuniversitarias y universitarias, que ni siquiera conciben en su
mente infantil.
El curso primario no es suficiente para proporcionar al alumno
incipiente la visión global de los cursos superiores, lo cual quiere
significar que el mundo físico es una preliminar educativa con la
función restringida de despertar los valores psíquicos del ciudadano
espiritual, pero que es imposible que el comunique la Realidad
Divina. Sería más que tonto aquel que, conociendo lo básico de la
aritmética, se envaneciera por que aprendió a calcular y se opusiese
a la teoría de la relatividad de Einstein, que exige cerebros
privilegiados para entenderla. El hombre que todavía no se conoce a
sí mismo y que es una infeliz víctima de los vicios y pasiones
animalizadas, jamás debería enorgullecerse de negar a Dios que
creó el universo.
Pregunta: Aunque somos partículas del mismo Dios, Único y
Creador del Universo, acaso, ¿no tenemos el derecho de protestar
por el sufrimiento que padecemos para poder evolucionar? ¿No
tenemos el derecho de rechazar una vida o estado de aprendizaje
espiritual, para lo cual no fuimos consultados?
Ramatís: Es de sentido común que el espíritu del hombre sólo
podría interpelar a Dios y censurarlo por haberlo creado sin antes
haberlo consultado, (siempre que admita y sepa que existe y que es
“alguien” en el seno del Universo! ¿Qué hombre podría, además,
preguntarle a su hijo, si desea “existir” o no, antes de concebirlo? En
consecuencia”, tratándose de una partícula inherente al Todo Único,
como es el espíritu del hombre, sólo después de su emancipación
espiritual es cuando podrá decidir si desea “vivir” o “extinguirse” en
el seno del Cosmos. Simbólicamente, ¡el hombre tendría que nacer,
crecer y emanciparse espiritualmente para poder manifestar su
decisión de querer vivir o desaparecer!
Es conveniente que no os preocupéis con semejante decisión
hasta que hayáis desenvuelto vuestro espíritu y podáis decidir con
un grado más de madurez; mientras tanto, cometéis un grave error,
porque analizáis y sacáis conclusiones sobre la realidad de la vida
angélica, tomando por base vuestra pobre y mediocre existencia,
que es sufrir e ilusionarse en el transcurso de las efímeras vidas
físicas. ¿Habéis imaginado cual sería vuestra opinión al respecto,
cuando hayáis alcanzado y os encontréis usufructuando la vida
angélica, fascinante, auténtica y venturosa?
Pregunta: ¿Cuál sería la imagen o la idea más correcta que
podríamos hacernos de Dios, conforme a nuestro entendimiento
humano?
Ramatís: Es indudable que Dios es la Eternidad. En
consecuencia, sería demasiada vanidad y estulticia del hombre
querer conocer a Dios en el corto lapso de la vida humana. Y, como
Dios es una fuente de inagotable amor y alegría cósmica, que poco
a poco va interpenetrando en la intimidad de las gotas humanas, en
ininterrumpido crecimiento esférico, más allá del tiempo y del
espacio, cuyo júbilo divino se transforma en eterno movimiento,
tanto cuanto el hombre más avanza en su realización cósmica,
entonces, comienza a amarlo. Dios es Espíritu Uno, sustenta cada
forma y energía del Universo; por lo tanto, es trascendental y existe
en el vacío de lo increado, más allá de cualquier fenómeno
concebido por las criaturas en la realización del autoconocimiento.
Pregunta: El hombre que se ha realizado divinamente, ¿qué tipo
de naturaleza posee?
Ramatís: Los espíritus que en el orbe terráqueo alcanzan la
realización de su Divino Yo, manifiestan algo de la naturaleza de
Dios, es decir, viven una existencia y los objetivos de su ventura
eterna, cumplen con su tarea educativa en el mundo, pero
usufructúan su jubilosa calma interior. El espíritu realizado es aquel
que sobrepasa las atracciones de los instintos inferiores y mantiene
una consciente y permanente unión con el Creador. También es
cierto que únicamente en los estados de samadhi, el éxtasis de la
visión cósmica, en una esfericidad sin límites que abarca los
fenómenos del macro y el microcosmos de la Vida, es cuando el
espíritu tiene conciencia nítida de esa realización divina, que se
alcanza de a poco, hasta integrarse definitivamente en el seno de
las humanidades sidéreas, liberadas de cualquier impureza de la
vida externa e ilusoria.
También es evidente que las criaturas entregadas a las prácticas
del Evangelio de Jesús y que llevan una vida de constante servicio
de amor al prójimo, del cual Francisco de Asís es una de las figuras
más representativas, perciben con más rapidez la Realidad Divina,
que además se encuentra implícita en el precepto evangélico que
dice “Golpead y se os abrirá”, o “Pedid y se os dará”. De esa forma,
los hombres alcanzan la realización, por la comunión con Dios,
como los yogas alcanzan el éxtasis o samadhi, y los occidentales,
por medio del trabajo.
Pregunta: Respecto a la concepción de Dios, ¿qué otro
esclarecimiento nos podéis ofrecer?
Ramatís: Pensad un poco; ¿el reino de Dios, no está en el
hombre? ¿No os sentís un ser único, una entidad absoluta y dueño
de vuestra voluntad? He ahí porqué los Vedas hace muchos
milenios consideraban que el espíritu realizado es aquél que dominó
o venció a maya, la ilusión cósmica dualista, es decir, comprendió la
realidad de su unidad.8 Por lo tanto, Dios es Único, aunque se
manifieste al exterior como el Universo, que aparece después del
“Día de Brahma” y se diluye durante la “Noche de Brahma”, como si
fuera la constitución física y transitoria.9 Todo ello el hombre lo
puede apreciar mentalmente al comprobar que él mismo no es su
propio cuerpo, pero que su cuerpo, tan sólo es la manifestación o
materialización exterior en un cierto grado del espíritu inmortal. El
espíritu del hombre, único e indestructible, preexiste a la
materialización o gestación de un cuerpo físico en los mundos
planetarios, y sobrevive después del desgaste o destrucción de su
organismo provisorio y carnal.
Pregunta: Por lo expuesto, ¿sólo existe una Sabiduría en el
Universo?
Ramatís: En Dios está toda la sabiduría, justicia, amor y
realización, pues siendo la Unidad, de sí mismo se derivan todos los
procesos que se manifiestan en los incontables fenómenos del
Universo. Cuando el espíritu de Dios se expande y palpita
centrípetamente hasta alcanzar el estado compacto, que vosotros
conocéis por materia y que conforma los mundos físicos, las
galaxias y la vida inherente a cada orbe, en su manifestación, bajo
el impulso expansivo y creativo, esa energía constitutiva, podría
decirse, está dirigida por la voluntad de Dios Espíritu, hasta alcanzar
la fase que bien se puede denominar “Dios-Materia”. El Creador
interpenetra y da vida al Universo, mientras que los espíritus toman
conciencia, vibran y viven en el océano cósmico, expandiéndose
tanto como sea el conocimiento y el Amor del Padre Eterno que
sienten en .sí mismos, que dirige el Universo Monista.
Pregunta: ¿Qué debemos interpretar por Universo Monista?
Ramatís: Monismo es el concepto adecuado para entender que
todo lo existente proviene de una única fuente. El concepto monista
elimina el aspecto acentuadamente antropomórfico e indica que la
vida encontrada en todas las latitudes cósmicas obedece a un
principio único o central del Universo, en la cual Dios es la Unidad
Auténtica e Infinita. Se trata de comprender que existe un solo Dios
que efectúa el aspecto orgánico y dirige la función dinámica del
Cosmos. Dios es la única e inmodificable creación, la esencia y la
sustancia de donde se originan los hombres, cuales chispas o
partículas espirituales divinas. Los mismos son puestos en marcha
en incontables peregrinaciones por las formas educativas de los
mundos físicos, en el proceso de ir adquiriendo mayor grado de
conciencia individual y tener noción de existir como una entidad
aparte, pero vinculada íntimamente al Todo Divino.
El Universo es una entidad que abarca e incorpora todo cuanto
es posible, y que la criatura humana concibe por existente, cosa que
todavía es incomprensible y dificultosa de entender para el espíritu
primario del terrícola, que todavía no desarrolló la sensibilidad
suficiente para percibir los amplios e inmensos vuelos de la Gran
Inteligencia.
Pregunta: ¿Nos podríais dar algunas consideraciones que
fueran más convincentes, respecto a la concepción monista de
Dios?
Ramatís: El orden y la sabiduría que dirige a los diversos
fenómenos de la vida en el Universo, demuestran que existe una
sola Voluntad que crea y gobierna el Cosmos. Fuera del monismo
tendríamos que aceptar la existencia de dos o más voluntades que
tuvieran poderes para crear y dirigir el universo, o retornar a la
hipótesis de la concepción de un Acaso, inteligente y creador.
Siendo así, surgirían conflictos, desarmonías y choques en el
metabolismo cósmico, por fuerza de la diferencia de capacidad,
objetivos o competición por parte de las mentes concursantes.
El mismo Diablo, que vendría a ser otro dios maligno, fue
relegado de sus funciones de asar y cocinar a los pecadores en los
clásicos calderos, llenos de aceite y agua hirviendo, debido a que el
hombre, en su perversidad, ¡consiguió liquidar en algunos minutos a
120.000 japoneses en Hiroshima, en forma limpia, fulminante y
tocando simplemente un botón electrónico! En caso contrario, habría
que retornar a la creencia infantil de un demonio que trabaja
negativamente e intenta perturbar la manifestación cósmica de la
creación divina.10
En consecuencia, Dios, la Inteligencia Cósmica Increada e
indestructible, es UNO; por lo tanto, el Universo es monista en la
concepción dinámica de que todas las energías se reducen y
convergen hacia uno sola dirección.
Pregunta: La doctrina espirita codificada por Allan Kardec,
¿conceptúa la configuración de Dios bajo el aspecto monista?
Ramatís: Cuando los espíritus responden a Kardec que Dios es
la “Inteligencia Suprema”, la causa primaria de todas las cosas, sin
lugar a dudas, que está confirmado, que el Universo es monista.
Evidentemente, la “Inteligencia Suprema”, mencionada por los
espíritus a Allan Kardec, es sinónimo de “Ley Suprema”, que incide
en la existencia de un solo Dios. Es la idea central de un Principio
Único, Eterno e Infinito, que anima disciplina, mueve y procrea el
Universo. El Cosmos, que el hombre mal logra percibir a través de la
investigación científica y por medio de los cinco sentidos envanecido
por efectuar alguna modificación a la periferia de su composición
morfológica, es tan solamente la envoltura exterior y transitoria, o
diminuta fracción del principio original y único, en verdad, es la
forma tangible de la intimidad inmodificable.
Debido a la pobreza mental de los humanos, el hombre ha
creado innumerables configuraciones de dioses, desde los tiempos
históricos, a fin de compensarle la incapacidad para comprender a
un sólo Dios Creador del Universo.
Pregunta: Entonces, ¿qué debemos entender por el aspecto
trifásico de Dios, que hemos observado que se menciona en
algunas obras orientalistas y también occidentales?
Ramatís: La pedagogía espiritual enseñada por los viejos
maestros orientales, para facilitar la comprensión sobre Dios,
conceptuaba el Universo bajo el aspecto trifásico, a fin de que los
atributos divinos se pudieran comprender como una graduación,
bajo la noción de “espíritu”, “energía” y “materia”.
Son aspectos que no influencian ni modifican la Realidad Monista
divina e indisoluble, que es Dios; son ecuaciones o apreciaciones
delimitadas por la mente humana sobre las fases distintas de un
mismo fenómeno. La concepción trifásica no importa ni modifica a
Dios; es un recurso o formula mental humana para apreciar las
manifestaciones principales y divinas, en la dinámica de crear y
deshacer el Universo físico. Es innegable y definitivo que el principio
es uno sólo; por lo tanto, existe un sólo origen y una sola voluntad
creadora para todo el Cosmos.
Por otra parte, es la Unidad Divina considerada bajo tres
aspectos: el de Espíritu, estático o de equilibrio; el de Energía,
dinámico y relativo al movimiento; y el material, morfológico, que
muestra al Universo en las partes constitutivas de las formas y
simultáneamente, la representación de la Ley en el mundo exterior.
Pregunta: ¿Por qué la Teología afirma que Dios es la unión de
tres personas en una sola entidad divina, conocida por el Padre, el
Hijo y Espíritu Santo? ¿La Santísima Trinidad no es un aspecto
trifásico de Dios?
Ramatís: El dogma de la “Santísima trinidad”, adoptado y
cultivado por los católicos, equivale al dogma de la “Krishnamurti”,
admitido y proclamado por los hindúes y algunos pueblos asiáticos,
con la intención de exponer comprensiblemente los tres aspectos de
la manifestación divina. También es verdad que muchas religiones
exageran, materializando en demasía aquello que es simbólico,
aunque ese culto de los aspectos trifásicos de Dios no modifiquen le
Ley Suprema o Principio Único. Bajo el aspecto místico y religioso
de las principales religiones de los pueblos, se proclama los “tres
aspectos” de Dios, pero derivados y no divididos en la misma
Unidad. Los hindúes elevan sus ruegos a la trinidad Brahma, Shiva
y Vishnú; el Budismo menciona a Amitabba, Avalokiteshavara y
Manjusri; los germanos, a Votan, Friga y Diñar; los egipcios, a
Osiris, Isis y Horas; los persas, a Ormuz, Arimán y Mithra. La Iglesia
Católica se refiere al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, cuyo aspecto
trifásico podría ser admitido por la ciencia del mundo en los
aspectos de Espíritu, Energía y Materia, o Pensamiento, Voluntad y
Acción, correspondiendo a la Ley de equilibrio, movimiento y forma.
Pregunta: ¿No cabe la posibilidad de que esa concepción
trifásica de la Santísima Trinidad, adoptada por la Iglesia Católica,
implique una creencia sobre un potencial divino politeísta?
Ramatís: Dios es Único y no se le debe confundir con los tres
aspectos conceptuados por el hombre, como si fuera otras
entidades creativas y que también dirigen el Cosmos. El mismo
hombre, aunque sea un único ser, puede manifestarse al mismo
tiempo bajo tres aspectos distintos y trifásicos: pensar,
sentir y accionar. Mientras tanto, ello sucede sin que sufra alteración
alguna en su intimidad e individualidad constitucional. El fenómeno
de Dios Único, y al mismo tiempo manifestándose trifásicamente, sin
alterarse íntimamente, nos recuerda el ejemplo un tanto
rudimentario, pero sugestivo, de lo que sucede con el agua. Se
mantiene inalterable en su estructura original, aunque pueda
presentarse bajo el aspecto trifásico, de caliente, perfumada y en
colores, sin afectarle su contextura íntima. El agua simbolizaría a
Dios, inmodificable, el Todo integral; el calor nos recordaría al
Espíritu, que da vida; el perfume, la energía que construye y el color,
la materia, ¡qué tiene forma color y pésol
De ahí los motivos, porqué en el libro “Mandukyopanislad” de la
tradición brahmánica, el hombre está considerado un “microcosmos”
único y monístico, pero bajo el triple aspecto de “cuerpo mental,
etérico y físico”. Además, los espiritas, bajo algún impulso oculto de
la sabiduría psíquica, aprecian la versión moderna del triple aspecto
divino, pues consideran al Espiritismo como una doctrina; Religión,
bajo el aspecto de energía divina que religa a la criatura con el
Creador; y Ciencia porque investiga los fenómenos y demuestra las
leyes del Universo.
Pregunta: Finalmente, ¿debemos imaginar el Universo y a su
Creador a través de la existencia de su propia obra? ¿Existe alguna
otra posibilidad para que nuestra mente humana se aproxime a
concebir la Realidad Divina desde otro punto de vista?
Ramatís: Asegura vuestra ciencia, que el Universo
continuamente se expande, se asemeja a una enorme explosión,
que se dilata en todos los sentidos. Efectivamente, la imagen está
más o menos aproximada respecto a la idea dinámica sobre la
realidad. Sin embargo, como el tiempo en vuestro mundo es relativo,
no os sería posible valorar esa explosión en la eternidad de la Mente
Divina. Suponemos que para Dios ese acontecimiento dinámico
entre el comienzo y el fin de la explosión citada es tan instantáneo
como el explosivo que estalla en el espacio de un segundo terrestre.
Entre antiguos iniciados Vedas y los instructores de la dinastía
Rama, ese tiempo de expansión, que es cuando Dios crea y
después disuelve el Universo exterior, es conocido por “Manvantara”
y comprende un período de actividad, conociéndose en Occidente
como un “Gran Plano”, o una “Respiración” completa del Creador,
dividida en diástole y sístole cósmicos.11
En verdad, aquello que para Dios sucede en el tiempo simbólico
de un segundo, para nosotros, sus criaturas, abarca un total de
4.320.000.000 de años terrestres, o sea, el tiempo transcurrido por
un “Manvantara”, o “Gran Plano”, que simboliza la “Respiración
Divina”, en dos períodos, cada uno de 2.160.000.000 años. Todo
ello constituye la fase de la condensación de la materia y la fase de
la transformación de la materia en espíritu, pasando por la energía,
¡para luego sólo existir el Universo Espíritu! El Cosmos, eliminada la
idea de tiempo y espacio, resulta una “Noche Mágica”, cual infinita
fiesta de belleza policroma, que transcurre bajo la visión de los
Espíritus Reveladores de la Voluntad, de la Mente Creadora
Espiritual y Divina. El Universo, por lo tanto, es la prosecución
continua de “Manvantaras” o “Grandes Planos”, substituyéndose
unos a otros, en los cuales se forjan la conciencias individuales, que
habiendo nacido absolutamente vírgenes e ignorantes, son puestas
en la corriente evolutiva de ‘as cadenas planetarias. En seguida
despiertan, crecen, se expanden y absorben la noción relativa del
“bien” y del “mal”, de lo “bello” y de lo “feo”, de lo “sano” y de lo
“enfermizo”, conforme a las latitudes geográficas donde se
estacionan para evolucionar, hasta alcanzar conciencia de su propio
destino, y poco a poco alcanzar las vibraciones superiores de la
angelitud. Sucesivamente, los espíritus angelizados van alcanzando
niveles superiores hasta llegar a las frecuencias arcangélicas, a
través de otros “Grandes Planos” o “Manvantaras”, asumiendo la
responsabilidad de dirigir sistemas planetarios y hasta
constelatorios. Arcángeles emancipados y liberados de cualquier
condición opresiva y restrictiva del Universo, pasan a orientar y guiar
a las nuevas humanidades planetarias, almas infantiles, que van
surgiendo y conquistando su ventura por el despertar de su
conciencia en esa continua sucesión de diástoles y sístoles
cósmicos. Así es la Ley eterna y justa; los “mayores” enseñan a los
“menores” a subir por la escala humana en la conocida escala de
Jacob, cuando los ángeles descienden y suben comunicando la
Voluntad y la Sabiduría de Dios para los hombres.
Bajo tal esquema elaborado por Dios, la conciencia espiritual del
hombre, a medida que crece esféricamente, diluye los límites del
tiempo y del espacio, para actuar en otras dimensiones
indescriptibles; abarca, entonces, cada vez más, la magnificencia
del Universo en sí mismo, y se transforma en el Mago que crea
otras conciencias menores en su propia Conciencia Sideral.
EVOLUCIÓN

Pregunta: ¿Cuál es el verdadero significado del aforismo que


dice: “El Hombre fue hecho a Imagen de Dios”?
Ramatís: Desde los tiempos inmemoriales, todas las religiones y
doctrinas espiritualistas enseñaron que Dios es la Inteligencia
Suprema del Universo, la Luz Eterna e Infinita, y que los hombres
son sus hijos en forma de “centellas”, “llamas” o “partículas
luminosas”, también eternas e indestructibles.12
En lo íntimo de la conciencia espiritual de cada hombre, Dios es
el fundamento eterno y la unidad espiritual de todos los seres. Jesús
también lo afirmaba a través de su Evangelio, en donde consta que
el “reino de Dios está en el hombre”, o lo que es igual: que el
“hombre, y Dios son uno sólo”. De ahí el motivo porqué el Génesis,
en la Biblia, también confirma que el “hombre fue hecho a imagen
de Dios, es decir, que posee en sí mismo la miniatura de los
atributos del Creador. El hombre es un “mini-Dios”, así como la gota
de agua es un “mini-océano”, concepto que los viejos maestros
orientales corroboraron hace muchos milenios, a través de la
enseñanza de que el “macrocosmos”, o mundo grande, está en el
“microcosmos”, o mundo pequeño, así como “lo que está arriba,
también está abajo”, o sea, “lo que está en Dios, también está en la
criatura”. Análogamente, puede decirse que el átomo en equilibrio
es una miniatura de una constelación de astros, |y una constelación
es un átomo cósmico!
Pregunta: ¿Cuál seria el ejemplo más veraz que podríais
ofrecernos sobre el “macrocosmos divino”, y que también se
encuentra implícito en la relatividad del “microcosmos humano”, que
es el hombre?
Ramatís: Aunque con cierta simplicidad, podríamos explicaros,
por ejemplo, que el “macro del pino”, cuyas ramas buscan lo alto, se
hace fuerte y definitivo en su configuración, porqué ya existía en su
aspecto total en la miniatura de la semilla, o sea, en el “micro del
pino”. Ni bien la semilla del pino es plantada en la tierra, después de
cierto tiempo germina, y gradualmente vence la adversidad del
medio en sus etapas de emancipación, hasta alcanzar la
configuración gigantesca del pino. Es evidente que ese fenómeno se
produce porque en la intimidad de la semilla se encuentra latente la
totalidad del pino, cuyos atributos creativos se desarrollan o
imponen a medida que se produce el crecimiento del árbol.
En forma similar, el espíritu del hombre se ajusta al suelo de las
luchas cotidianas, en donde debe romper la envoltura de la
personalidad animal e inferior, desarrollar los atributos de Dios,
existente en su intimidad espiritual, hasta alcanzar la plenitud
consciente del ángel, que es su Realidad Divina. Así como se
modifica la semilla en el seno de la tierra, el hombre viejo, producto
de los instintos de la animalidad, también debe morir para que en su
lugar renazca el hombre nuevo, en donde deben predominar los
sentimientos y la razón, medios apropiados para poder alcanzar la
vida angélica.
Mientras tanto, el espíritu del hombre crece constantemente y
amplía su conciencia y sentimiento superior, desarrollando los
atributos divinos, porque el Creador es el fundamento creativo y
eterno de la individualidad humana. Por eso, el espíritu del hombre
es eterno e incorruptible, porque fue creado de la esencia eterna de
Dios.
Pregunta: Por lo expuesto, ¿debemos interpretar que al ser el
hombre centella emanada de Dios, nunca tuvo principio ni tampoco
fin?
Ramatís: El espíritu del hombre es indestructible porque fue
creado de la esencia eterna e inalterable de Dios. Pero, aunque se
encuentre ligado a la “Conciencia Cósmica”, siempre ha de ser una
conciencia individual que tuvo un principio o un origen “personal” en
cierto tiempo y espacio. En consecuencia, hubo una época, o un
“momento”, en que el hombre comenzó a tener noción de existir,
como la criaturita comienza a tener noción del medio que la rodea.
El hombre, también se define e individualiza en el universo,
figurando como una entidad de importancia, cuyo camino recorre
para desarrollar y ampliar su poder creativo y estado de conciencia.
Bajo tal ejemplo, el espíritu del hombre un cierto día despertó o
inició el camino de su progreso de conciencia, por lo cual, se
individualizó bajo el impulso de una vibración centrípeta, y
finalmente se personalizó en lo íntimo de la Divinidad. La conciencia
espiritual del hombre, centro indestructible de su individualización,
continúa en constante crecimiento psíquico y cualitativo, y al mismo
tiempo se expande a fin de alcanzar un mayor volumen o porción de
la Mente Universal. El proceso es continuo e inexorable porque se
ejerce y disciplina por el principio que dice: “El reino de Dios está en
el hombre”.
Pregunta: En consecuencia, el espíritu del hombre, aunque sea
eterno o indestructible, debe tener una edad sideral, la que debe
iniciarse en una época o en el tiempo en que comenzó su estado de
conciencia particular o individualización en el Cosmos; ¿no es
verdad?
Ramatís: Es conveniente distinguir la edad que limita la
personalidad humana y transitoria, la cual existe solamente entre el
comienzo en la cuna y finaliza en la tumba, en cada encarnación,
con la conciencia sideral, o entidad definitiva e inalterable, que se
individualiza y desenvuelve en el transcurso de los siglos-A través
del periespíritu, que es un organismo preexistente y sobreviviente a
todas las muertes físicas, la conciencia espiritual e indestructible del
hombre, se manifiesta en cada existencia humana, materializando
un nuevo cuerpo físico y transitorio, pero sin perder el acervo y la
memoria de las experiencias de las vidas anteriores. En el
aprendizaje periódico que el espíritu del hombre realiza en la
superficie de los mundos materiales, desenvuelve sus poderes
latentes y creadores, pasando a conocer más su individualidad.
Pregunta: ¿Nos podríais dar un ejemplo objetivo de lo
manifestado?
Ramatís: Apreciando el espíritu, que es definitivo, en relación a
las innumerables personalidades humanas modeladas en las
sucesivas existencias físicas, podríamos suponer que se trata de
algo parecido a un inmenso collar, que va agregando sucesivamente
en el tiempo y en el espacio, tantas perlas como encarnaciones
fuera teniendo, donde cada una representa una vida humana. Sin
embargo, todas esas perlas o encarnaciones físicas pueden variar
en su forma, color, raza o contextura personal transitoria, mientras
tanto, el hilo que las une no cambia porque es el espíritu inmortal
que sustentó las diversas personalidades encarnadas y que fueron
substituyéndose sucesivamente en la superficie de los mundos
materiales.
No interesa si, en cada encarnación o perla del supuesto collar,
la personalidad humana se llamó Juan, Nerón, María, Gandhi o
Pablo de Terso; la verdad es que el hilo del collar es la individualidad
eterna, que se emancipa en el tiempo y en el espacio, y está fichada
en los “Registros Kármicos” bajo un código sideral definitivo.13
En cada existencia física, el espíritu plasma un tipo de
organismo, cuya estructura anátomo-fisiológica depende de la
herencia biológica de la familia en donde se encarna. Después
recibe un nombre, adecuado a la raza o familia, que representa al
cuerpo carnal, sin que ello le altere su individualismo definitivo y que
figura en los registros de origen sideral. La individualidad del espíritu
no se debilita sino que desarrolla e incorpora las experiencias
adquiridas periódicamente a través de las vidas sucesivas.
Pregunta: Entonces, ¿podemos admitir que los grados
superiores e inferiores que hacen a la capacidad, inteligencia y
cultura, que distinguen a los hombres entre sí, obedecen a la
diferencia de la edad sideral?
Ramatís: Sin duda alguna, debido a que no existe discrepancia,
privilegio o gracia alguna en la pedagogía divina. Todos los espíritus
progresan lenta pero efectivamente bajo el mismo proceso evolutivo,
en consonancia con la Sabiduría, Justicia y Amor de Dios.
El troglodita, por ejemplo, todavía es un espíritu infantil que
apresura su sensibilidad psíquica a través del ejercicio de los cinco
sentidos en su adiestramiento por el mundo. Es una criatura que mal
consigue percibir su estado de conciencia sideral, bastante
inmadura para imponer su principio espiritual sobre la fuerza
milenaria de las tendencias animales. Jamás podría manifestar un
comportamiento semejante al de Francisco de Asís, cuya edad
sideral y estado de conciencia evolucionado se pierde en los
registros de la historia planetaria de vuestra constelación solar,
¡Sería absurdo exigir, a los alumnos primarios, soluciones sobre los
principios de la relatividad, consagrados por Einstein, o pedir que
Herodes manifestara sentimientos de ternura, filantropía, estoicismo
y renuncia, como los que manifestó un Vicente de Paul!
En verdad, es el tiempo que transcurrió para la conciencia de
cada espíritu, o con más propiedad, su edad sideral, puesto que lo
sitúa en la faja vibratoria electiva a su mayor entendimiento
psíquico, en vez del conocimiento o de la adquisición obtenida en la
precariedad de una existencia física. Ejemplificando, diríamos que
así como el niño crece y se desarrolla protegido por la
responsabilidad paterna, hasta alcanzar su condición de adulto y
liberarse gradualmente de las irresponsabilidades de la infancia;
todos los espíritus inmaduros, ignorantes y vírgenes ingresaron
también en el seno de la humanidad angélica pero fueron
conscientes de ello, una vez que alcanzaron el discernimiento sobre
su vida inmortal. Así es la ley: “Ninguna oveja se perderá del redil
del Señor”.
Pregunta: Los espíritus angélicos y liberados de los ciclos
reencarnatorios, ¿son conciencias siderales o centellas
individualizadas hace muchísimo tiempo en el seno del Cosmos?
Ramatís: Reiteramos; cada uno de nosotros es un espíritu
indestructible, porque fue creado o tuvo origen de la eterna y divina
fuente, pero varía conforme a su edad sideral. Hubo un tiempo, o
momento, hace siglos, milenios, billones o trillones de años del
calendario convencional terrícola, en que comenzamos a existir
como “individuos diferenciados” en el seno de la Creación. De ahí,
entonces, que existan simultáneamente en el Universo, tantos
espíritus nuevos e infantiles, como antiguos y adultos, cuya
graduación espiritual depende exactamente del tiempo en que ellos
comenzaron a tener noción de existir.
En todos los instantes de la Vida, nacen, surgen o se inician
nuevas conciencias, es decir, nuevos espíritus que se individualizan
en el Universo y adquieren la noción particular de existir, aunque
continúen vinculados a la fuente creadora y Divina. Dios no concede
privilegios especiales o extemporáneos, pero proporciona
equitativamente los mismos caminos para adquirir mayor estado de
conciencia y perfeccionamiento a todas sus criaturas. Ningún
espíritu es originalmente superior a otro, pero todos poseen en
estado latente el mismo poderío, la misma capacidad y sabiduría, y
el anhelo de evolucionar rumbo a la fuente creadora.
Las conciencias majestuosas e interplanetarias de los ángeles y
arcángeles, que iluminan y dan vida a la intimidad psíquica de los
orbes y constelaciones astronómicos, no son más que entidades
emancipadas, bajo el mismo proceso espiritual y evolutivo que
preside la gestación y el desenvolvimiento de la conciencia de todos
los hijos de Dios.
Pregunta: ¿Podríais explicarnos por medio de algún ejemplo
más personal, respecto a la edad sideral, a la naturaleza y
semejanza original de los espíritus?
Ramatís: ¡El que hoy es un pecador o diablo, en el futuro será un
ángel o santol Ante el determinismo del proceso evolutivo, que es
justo, ecuánime y sin privilegios para los hijos de Dios, la centella
espiritual más ínfima del Cosmos, un día llegará a ser un Logos
solar14, aunque esa madurez sideral suceda después de la creación
y destrucción de algunos universos físicos.
Bajo la forma física de un Tamerlán o Gengis Kan, Dios utiliza los
atributos divinos que poseen y modela la criatura a su imagen. Lenta
pero inexorablemente, en el residual de la misma animalidad, se
gesta la conciencia radiosa de un ángel y el comportamiento
sublime de un santo, al igual que, en el lodo nauseabundo, también
crece el hermoso lirio o el perfumado jazmín.
Pregunta: Muchos religiosos afirman, y entre ellos algunos
espiritas, que el espíritu de Jesús evolucionó en “línea recta”, es
decir, sin mayores tropiezos. ¿Cuál es vuestra opinión al respecto?
Ramatís: Sin lugar a dudas, que Jesús es nuestro Hermano
Mayor y la entidad más sublime que gobierna vuestro orbe
terráqueo. Es el Guía, que a través del Código Moral del Evangelio,
conduce al hombre hacia la Realidad Divina. Espíritu indefinible para
nosotros, que mal concebimos en la prolongada marcha del Bien, es
el “Camino de la Verdad y de la Vida”, porque vivió en sí mismo
durante su desarrollo de conciencia, las mismas equivocaciones,
pecados, vicios, deslices y pasiones, propios de toda la humanidad,
aún inmadura. En base a su progreso espiritual alcanzado a través
de incontables encarnaciones físicas, cuyos .mundos se
transformaron en partículas cósmicas, Jesús planificó el derrotero
para la liberación de la humanidad espiritual de la tierra, de la cual
es el titular del sublime Evangelio. Jesús nació, alcanzó la madurez
y se angelizó hasta alcanzar el magisterio divino, afrontando y
venciendo en sí mismo los pecados, aciertos, equívocos,
glorificaciones y frustraciones que padecen los hombres,
al mismo tiempo que cultivaba y sublimaba las virtudes latentes en
su espíritu.
Si la evolución de Jesús hubiese sido diferente a la generalidad
de los espíritus y específicamente en ‘línea recta”, exceptuado de
las equivocaciones o vacilaciones humanas, es evidente que Dios
demostraría tener privilegio para un hijo más simpático, con algunas
facultades incomunes, virtud excelsa, gracia prematura o sabiduría
innata, lo que sería una falla, muy del tipo humano.
Esa gracia, o consentimiento divino, manifestada a favor de
Jesús, desmentiría la tan propalada Justicia del Creador, que sería
capaz de practicar acciones tan discutibles y censurables como
cualquier hombre imperfecto. Y el Divino Maestro no sería el
glorioso símbolo o ejemplo correcto de la conducta humana, e
indigno de querer enseñar a sus alumnos, aquello que aún no
aprendió a vivir o sufrir en sí mismo.
Si los demás hijos de Dios deben seguir por las espinosas
sendas de los sufrimientos y vicisitudes humanas a fin de apresurar
su sensibilidad psíquica para alcanzar la metamorfosis del futuro
ángel, Jesús no vendría a ser más que un privilegiado teledirigido
por una especie de “radar espiritual” capaz de guiarlo segura y
correctamente por los laberintos educativos, complejos y dolorosos
de la vida física. Siendo así, jamás lograría distinguir lo cierto de lo
errado, lo auténtico de lo falso, lo sano de lo enfermizo o el bien del
mal, sin participar de los problemas graves que aquejan a los
hombres en general. Por todo ello, Jesús no sería más que
un robot o fantoche manejado por cordeles divinos, en una
prematura e injustificable promoción sideral.
Además, no tendría por qué haber desmerecimiento alguno que
Jesús haya evolucionado por la misma ley a que están
condicionados la generalidad de los espíritus. Justamente, por
causa de haber asimilado conocimientos y haberse sublimado a
través de incontables vidas físicas, es que posee las condiciones
para guiar y salvar a la actual humanidad. Su vida y pasión, cuyo
martirio terminó en la cruz, es la senda correcta que el hombre debo
adoptar delante de las luchas, tragedias, explotaciones, pillajes e
ingratitudes entre sus hermanos inmaduros.
Pregunta: ¿Es verdad que el Maestro Jesús sufrió su calvario, el
cual culminó con su sacrificio en la cruz? ¿Su dolor material fue más
intenso de cuanto el hombre terreno puede imaginar?
Ramatís: La pasión de Jesús y su holocausto en la cruz fueron la
imperecedera lección de un Avatar, o Mentor Sideral, cuando debe
plasmar sobre la superficie de un mundo físico, como es la tierra, el
derrotero educativo y la síntesis de los ciclos reencarnatórios, que
definitivamente promueve la libertad de los espíritus y los aleja de la
vida animal. Conforme lo expusimos en una obra anterior15, el
verdadero sacrificio de Jesús, no fue solamente la amargura pasada
en aquellas horas que comenzaron desde el pretorio romano hasta
alcanzar su último suspiro en la cruz. Todo ello comprende y abarca
su indescriptible operación de reducción vibratoria, cual ave sideral
que abandona la atmósfera electiva y paradisíaca para ajustarse a
la jaula estrecha de la carne humana y entregar a lo vivo, el mensaje
de Amor que salva a los hombres. Jesús invirtió más de mil años del
calendario terreno para adaptarse a ese descenso forzado, a fin de
ir ajustándose gradualmente a los planos más densos y coercitivos,
hasta alcanzar definitivamente la materia, y modelar su cuerpo
carnal en el vientre de su querida Madre María. Naciendo y viviendo
bajo el régimen común de la vida de los hombres, Jesús no sólo fue
el mejor y más puro de los hombres, sino que demostró ser el
Maestro fiel, amoroso y sabio, en cuya peregrinación física enseñó a
los hombres el único e indefectible camino a seguir para conseguir
su definitiva liberación de la carne.
Pregunta: ¿Nos habéis dicho que Dios crea espíritus en todos
los instantes de la vida Cósmica?
Ramatís: Sí. Dios crea constantemente nuevas conciencias
espirituales, las que se constituyen en otras “centellas” o “llamas”,
con la noción individual de que existen en el océano de la energía
Divina. Después que perciben su realidad, inician la expansión de su
conciencia a través de constantes progresos psíquicos, lo cual
sucede en sus contactos con los reinos y las formas de los mundos.
Pregunta: ¿Nos podríais exponer cómo se engendran o se crean
los espíritus en el seno de Dios?
Ramatís: Debéis tener presente, que la creación constante de
nuevos espíritus en la Vida Universal, en nada afecta a Dios en Su
Esencia Eterna. Sin que haya desgaste divino, las nuevas centellas
o llamas paritcularizadas de Su Luz, pasan a sentirse alguien en la
dirección de su conciencia individual.
En sencillo ejemplo, diríamos que si a la gota de agua le fuese
posible manifestarse individualmente, lo que evidentemente es
absurdo, sin embargo, podría tener la sensación microscópica de sí
misma, como también tener la noción de existir, pero, sin
desvincularse de la fuente macrocósmica del océano, de donde se
originó. Bajo determinado impulso íntimo y creador, las partículas de
Luz, provenientes del Espíritu Cósmico de Dios, en cierto momento
comienzan a vivir y a configurarse como núcleos de conciencias
centralizadas en el universo. La percepción o definición psíquica,
aumenta por la constante relación con el mundo educativo de las
existencias físicas, a fin de conformar su memoria periespiritual en
el simbolismo del tiempo y el espacio.
Es el camino ininterrumpido y eterno del ser espiritual, que
desenvuelve tanta sabiduría y noción de existir, conforme hayan
sido sus experiencias educativas dirigiendo los diversos cuerpos
físicos, o vidas en el mundo espiritual que le haya tocado vivir como
ser desencarnado.
Pregunta: ¿Os sería posible elucidarnos algunos aspectos del
proceso o mecanismo evolutivo, que propicia el nacimiento de
nuevos espíritus en el universo?
Ramatís: A pesar de las dificultades comunes con que tropieza
el intelecto humano para percibir satisfactoriamente la planificación
trascendental sobre la vida espiritual, sublime y creadora en el
universo, intentaremos exponeros algo de la metamorfosis
microcósmica del hombre.
Considerando que Dios es el Todo Ilimitado, que interpenetra,
coordina y activa la vida universal, es evidente que ese Psiquismo
Cósmico necesita graduarse en diversas frecuencias vibratorias, a
fin de poder gobernar eficiente y coherentemente una galaxia o
constelación de astros, como ajustarse a las necesidades sutiles e
ínfimas de un simple átomo de hidrógeno.
Sabemos que el elevado potencial de la fuerza eléctrica
producido por la usina, deberá ser graduado a menores voltajes a
través de los transformadores apropiados, a fin de poder asistir al
avanzado parque de una industria, como al sencillo aparatito de uso
doméstico. Así, la modesta hornalla eléctrica que apenas consume
220 volts de energía, sería fundida o carbonizada bajo el impacto
poderoso y violento de una carga de 10.000 volts.
A pesar de la sencillez del ejemplo citado, donde debe reducirse
el potencial de electricidad por medio de los transformadores
adecuados, la Mente Divina o Universal, también ejerce su acción
psíquica “transformadora”, que reduce vibratoriamente la Energía
Cósmica Divina para ajustaría al consumo modesto de una vida
humana.16
El centro de la conciencia humana, que se organiza
individualmente en el seno del Psiquismo Cósmico, se constituye en
un campo íntimo, o en la miniatura psíquica del macrocosmos,
justificando el aforismo que dice, “El hombre fue hecho a imagen de
Dios”. La conciencia individual, aún virgen e ignorante, pero excitada
por el dinamismo centrífugo, promueve su ascenso espiritual desde
la transformación del átomo en molécula, de molécula en célula, de
la célula al organismo, del organismo animal al tipo humano, y
después, la metamorfosis del hombre hasta alcanzar la
configuración del arcángel constelatorio.
Los atributos divinos miniaturizados en el espíritu del hombre,
despiertan y se amplían a medida que desenvuelve su con ciencia
humana en la experiencia de las vidas, en su sabiduría y poder. El
hombre todavía vive bajo los impulsos y las excitaciones de la
energía creadora del instinto animal, que le provee el cuerpo de
carne en la superficie de los orbes físicos. Después que supere la
animalidad, se convertirá en un transformador sideral, que será
capaz do absorber cierto impacto energético del Psiquismo
Cósmico, para luego distribuirlo, gradualmente, en determinado
voltaje psíquico y adecuado a la vida de los seres menos
evolucionados.
Pregunta: ¿Queréis decir que el Psiquismo Cósmico, al
descender vibratoriamente, se filtra y acciona a través de los
diversos campos y reinos del mundo físico, hasta modelar la
configuración del espíritu del hombre?
Ramatís: El nacimiento, la formación o el definitivo
individualismo del espíritu del hombre, no es un hecho simple,
primario o la consecuencia de un fenómeno súbito que sucede en el
seno del Psiquismo Cósmico. La centella o partícula espiritual,
cuando alcanza su primera e íntima percepción de existir, que es lo
mismo que tener conciencia de existir y estar diferenciado del Todo
Divino, ya resulta ser la etapa final de un prolongado proceso en
gestación a través de las múltiples formas del universo. No se trata
de un hecho milagroso, que procede a diferenciar un nuevo núcleo
de conciencia, en el seno de Dios. Esa individualización de
conciencia, sólo sucede después del descenso vibratorio y psíquico,
desde la forma galáctica, constelatoria y planetaria hasta ultimar su
filtración por la intimidad de los reinos mineral, vegetal, animal, y
definitivamente en el hombre, como lo más avanzado y precioso.
Al crearse un nuevo espíritu en el seno de Dios, ya posee en sí
mismo, latente y microscópicamente, el conocimiento y la realidad
macrocósmica del universo. Ello sucede porque la individualización
espiritual del hombre sólo se produce después que el Psiquismo
Cósmico efectúa su completo descenso vibratorio, o sea, la
inversión del “macro” hasta alcanzar el “microcosmos”.
Pregunta: ¿Os sería posible sugerirnos una figura o diagrama
gráfico y simbólico, que sea› capaz de expresarnos el extremo
macrocósmico del Psiquismo Cósmico, y simultáneamente, al otro
extremo, la conciencia microcósmica del hombre?
Ramatís: Si consideramos, simbólicamente, un cono infinito e
inmensurable, con su vértice hacia la tierra, y la base perdiéndose
en el infinito, entonces, la conciencia individual del hombre estaría
representada por el vértice, y el Psiquismo Cósmico por la totalidad
del cono. Bajo ese simbólico gráfico, el conocimiento infinito y el
poder del Psiquismo Cósmico abarcarían toda la figura del cono,
reduciéndose en su descenso vibratorio hasta configurarse en el
vértice, qué representa el surgimiento de la conciencia
microcósmica del hombre. Ese mismo cono, a medida que asciende
a partir de su vértice hacia el infinito, también podría simbolizar a
Dios en varias etapas de su vibración, lo que sería mejor
representado por una espiral hacia lo alto.
Obviamente, a medida que la conciencia humana, figurada
simbólicamente en el vértice del cono, comienza su evolución
espiritual, paulatinamente ha de ir alcanzando, una mayor área o
porción del cono, enriqueciendo, por consecuencia, su patrimonio
psíquico individual. He ahí la causa del porqué, el Cristo Jesús
decía, que “El Reino de Dios está en el hombre”, puesto que al
despertar individualmente, el espíritu humano posee en sí mismo la
miniatura potencializada del Psiquismo Cósmico de Dios. El hombre
es la miniatura de Dios, y Dios la ampliación cósmica del hombre.
Hace muchos milenios, los viejos Maestros de la filosofía oriental,
decían: “Así como es el macrocosmos, también es el microcosmos”,
o lo que es igual, “lo que está arriba, está abajo”. Esos maestros
presentían la lógica del monismo, doctrina que mejor resiste a la
lógica del pensamiento humano, ante el vertiginoso progreso
científico, inclusive de la física nuclear, que comprueba la
incontestable fusión de la concepción espiritualista y materialista en
la sutilísima fase intermediaria de la energía. Corroborando a los
antiguos instructores de Oriente, en el lenguaje moderno y con el
fundamento científico aplicable en la hora presente, también .cabe la
misma idea del “macro” y el “micro”, cuando se dice que el átomo
puede considerarse como la miniatura de la constelación, así como
la constelación puede considerarse como la ampliación del átomo.
Pregunta: ¿Qué nos podéis decir respecto al descenso vibratorio
del Psiquismo Cósmico, desde las galaxias, constelaciones,
sistemas planetarios y orbes, hasta conformar las conciencias
instintivas de los reinos mineral, vegetal, animal, y definitivamente
plasmar la indestructible entidad humana?
Ramatís: Es de sentido común que sólo existe una dirección o
gobierno en todo el universo, lo que significa que es monista. Sin
embargo, para un mayor entendimiento de nuestros relatos
mediúmnicos, preferimos admitir el universo gobernado por el
Psiquismo Cósmico, es decir, dirigido por la Conciencia Espiritual de
Dios. Mientras tanto, no es el Psiquismo Cósmico lo
que desciende a través de las galaxias, constelaciones, sistemas
planetarios, reinos mineral, vegetal, animal hasta el reino hominal.
Bajo tal hipótesis, entonces deberían preexistir esas galaxias,
constelaciones, etc., mucho antes del Psiquismo Cósmico efectuar
su descenso vibratorio. En realidad, nos estamos refiriendo apenas
a las fases o etapas creadoras, que suceden posteriormente en el
seno del Creador. Las galaxias, constelaciones o sistemas
planetarios y los diversos reinos de la naturaleza, que conforman los
orbes físicos, son manifestaciones o materializaciones de ese
Psiquismo Cósmico, en su descenso vibratorio y creador.
Pregunta: ¿Y, como se efectúa esa materialización de los
sistemas y orbes, en ese mencionado descenso vibratorio del
Psiquismo Cósmico?
Ramatís: La Conciencia Espiritual de Dios es la única dirección,
control y fundamento en el universo. Ella puede disponer de tantos
centros de gobierno psíquico, en el macro o microcosmos, conforme
sean las características creadoras exigidas en los campos, sistemas
o unidades de la Vida. En verdad, Dios se sirve de sus hijos para
ejercer ese disciplinado y creador gobierno en el universo, puesto
que ellos son — como lo dijéramos anteriormente — el propio
Cosmos en miniatura.
He ahí porqué los pueblos orientales, especialmente los
primitivos celtas, estaban familiarizados con la idea de la existencia
de “dioses”, que rodeaban el “Trono del Señor”, y estaban afectados
a la creación, providencias, y avanzadas, como complejas formas
del universo. En base a esa poderosa luminosidad que rodeaba a
esos “dioses” tradicionales y observada por los eximios
clarividentes, eran conocidos por la denominación de Devas, que en
lenguaje del sánscrito significa, “seres brillantes”.17
Los “Devas Mayores”, son conocidos en Occidente por
Arcángeles, y considerados como agentes omnipresentes y
superfísicos de la Voluntad Creadora del Padre; los señores y
directores de las energías, leyes, principios y procesos galácticos,
constelatorios, solares, interplanetarios y planetarios. Los “devas
menores”, o ángeles de la pedagogía católica, son los que accionan
en los diversos reinos de la naturaleza, es decir, los dirigen en su
intimidad, esencialmente el hominal. Señores del Psiquismo,
pródigos de sabiduría y poder creador, crean, disciplinan, orientan,
perfeccionan y subliman las manifestaciones de la vida en los
diversos planos y regiones de los mundos físicos.
Consecuentemente, los “Devas Menores” representan un
elevado estado del Psiquismo Cósmico, son conciencias psíquicas
que dirigen y coordinan los reinos mineral, vegetal, animal y
hominal. Inclusive, se subdividen en sub comandos instintivos y
responsables por cada especie, como ser en el reino mineral,
vegetal o animal. En ese descenso Psíquico, precedido por la
Conciencia Cósmica a través de las galaxias, constelaciones y
orbes, se van elaborando, poco a poco, en una síntesis progresiva,
los núcleos de las futuras conciencias humanas.
Esa infinita e inmensurable jerarquía espiritual de elevada
estirpe, poder y sabiduría, que crea, disciplina y perfecciona los
mundos en cada “Gran Plano” o “Manvantara” de la Creación, tiene
su límite extremo superior en la Conciencia Espiritual de Dios, y el
extremo inferior en la conciencia del hombre.
Pregunta: ¿Qué pruebas nos podéis ofrecer respecto a que los
antiguos cultivaban esa concepción de Dios, el Señor absoluto del
universo, así como también, lo referente a los “Devas Mayores” y a
los “Devas Menores”, en su acción creadora?
Ramatís: Examinando toda la historia religiosa, iniciática y
esotérica del mundo terreno, podemos comprobar que el hombre
siempre admitió la imagen de Dios, rodeado por una corte refulgente
que cumplían con su voluntad augusta y única. Se encuentra el
Señor, sentado en su “Trono Divino”, rodeado de sus ángeles,
conforme lo enuncia la Iglesia Católica; los chinos con su idea
poética del “Jardinero Divino”, que cultiva el Jardín del Universo; el
“Gran Arquitecto” de los masones, que proyecta y planea la
estructura del Cosmos; o Brahma, de los hindúes, el Dios de las
castas privilegiadas y de los “parias”.
Conforme a la tradición religiosa, filosófica y espiritual, toda obra
Divina se realiza gracias a la jerarquía de los constructores, que
comienza con el ingeniero arcangélico, y decrece hasta culminar en
el hombre, limitado en el mundo físico. Dios, la Mente Creadora,
hace cumplir su voluntad a través de sus propuestos y mantiene al
Cosmos en constante actividad creadora.
No quepa la menor duda de que el hombre puede sentirse un
reflejo de Dios, una centella de la Energía Cósmica Divina, y un
efectivo candidato a la felicidad eterna. No puede dudar de su
Magnánimo Creador, que activa constantemente los sucesivos
“Grandes Planos” o “Manvantaras” de la Creación, con el propósito
divino de conducir a sus criaturas a la sublime condición angélica. El
hombre siente en su intimidad esa potencialización que lo impulsa
para adquirir expresiones sublimes de la vida; por lo tanto, el instinto
lo imanta a la materia, y el espíritu lo invita para acercarse a Dios,
aunque muchas veces, todo ello lo conduce a practicar equívocos,
que exigen futuras rectificaciones.
Pregunta: Nos agradaría recibir de vuestra parte algunas
consideraciones sobre esa potencialización del universo,
paralelamente al impulso de perfeccionamiento que el hombre
posee en lo íntimo de su ser.
Ramatís: Los Instructores Espirituales de los pueblos en general
han enseñado, desde épocas remotas, que existe un esquema
sideral del Cosmos, sintetizado en cada ser, y que hay un programa
a desarrollar para despertar y desenvolver el potencial de energías
creadoras, como un reflejo del mismo Dios.
Un poco de buen sentido y sensibilidad espiritual nos ayudan a
comprender que la Voluntad, Sabiduría, Belleza y Poder Divino
están latentes en las múltiples expresiones del macro y el
microcosmo de la vida. En consecuencia, es sintomático que la
sabia y venturosa finalidad de la existencia, aún es la transformación
de las potencialidades latentes en la intimidad de todos los seres, en
poderes activos y con crecientes resultados creadores.
Existe un sentido, un rumbo u objetivo creador, de orden
superior, aun en los seres más execrables, que comprueba la
generosa manifestación Divina, sin preferencia alguna, en pos de
una constante evolución. En los reinos de la naturaleza, que para
algunos, todo se encuentra hecho, podemos observar la tendencia
de perfeccionamiento y belleza, como factores de progreso que
existen en las especies de organizaciones más simples, o también
en las creaciones consideradas como inútiles. Existe un ideal
superior para la conciencia del reino mineral, que se manifiesta en el
brillo facetado del cuarzo o del diamante; es la belleza y la solidez
de la forma, para la conciencia vegetal, cuyo ideal es la multiplicidad
de estructura y formas en una verdadera orgía creadora, donde la
forma, la belleza y la complejidad se funden en el fenómeno,
manifestado por los colores y el atractivo perfume de las flores. Sin
lugar a dudas, para la conciencia animal vale el instinto de las
satisfacciones físicas, pero también el despertar de la sensibilidad.
Esas manifestaciones, ni bien alcanzan la condición humana,
entonces surge el pensamiento y el raciocinio, que son capaces de
crear las más complejas teorías en el campo de la abstracción,
manifestación evidente de los poderes divinos, latentes y creadores,
que dormitaban en los reinos inferiores. En su constante “descenso
vibratorio”, el Psiquismo Cósmico parece fragmentarse en la
miniatura de la humanidad, pero eso es tan solamente reducción de
potencialidad, y bajo misteriosa atracción, hace que los seres se
unan para retornar conscientemente a la intimidad del Creador.
Entonces podríamos decir que la voluntad conduce a la
omnipotencia, la sabiduría a la omnipresencia, y el intelecto a la
omnisciencia.
Pregunta: Para nuestro mejor entender, ¿podríamos suponer
que el Psiquismo Cósmico, en su descenso vibratorio, se
asemejaría al ejemplo otras veces dado, el de la usina eléctrica, que
provee ilimitada energía, para los más avanzados aparatos, como
así también para los diminutos elementos del mundo?
Ramatís: Es indudable, que los ejemplos ofrecidos a través de
las formas o en los estados físicos tridimensionales, jamás podrían
esclarecer satisfactoriamente a las imágenes y actividades
imponderables del mundo espiritual. Es obvio, que en base a la
complejidad, diferenciación, receptividad y capacidad de las
múltiples maquinarias, aparatos e instalaciones, que deben utilizar el
suministro eléctrico para los más variados fines, la usina o central
eléctrica, necesita de recursos intermediarios para que el flujo de
energía decrezca hasta alcanzar el voltaje aprovechable a su
función correspondiente. Por eso, la ingeniería terrícola creó
diversas subestaciones, que reciben desde la carga más elevada
hasta la más pequeña a través de grupos de transformadores.
Consecuentemente, a través de esos grupos de transformadores,
tanto se puede accionar un parque industrial como utilizar la
modesta maquinita de afeitar.18
En forma semejante, podríamos decir, sirviéndonos de la sencilla
comparación citada anteriormente, que el Psiquismo Cósmico
acciona e interpenetra todo el universo y posee “subestaciones” de
transformadores psíquicos en orden decreciente y conforme a las
necesidades de los departamentos de la vida “psicofísica”. Las
galaxias, constelaciones, sistemas planetarios, orbes y satélites, son
fabulosos núcleos de vida psíquica, que transitan por el Cosmos
bajo la dirección de entidades siderales arcangélicas y angélicas, a
las que les alcanza la intimidad física por la sublimidad de su
psiquismo.
Siendo así, esas indescriptibles conciencias arcangélicas, que se
asemejan a fabulosos transformadores receptivos del elevado
voltaje divino del Creador, son los proveedores de la energía sideral,
pero, reducida y adaptada a las conciencias de menor capacidad .El
Psiquismo Cósmico, en esa transformación sideral y sin alteración
de su Unidad Eterna, alcanza a la generalidad de los núcleos de
conciencia y vida. En ese decrecer vibratorio, desde el Arcángel
hasta la conciencia humana, el Psiquismo alcanza desde las
partículas subatómicas hasta la estructura física de los mundos, y
desde la psíquica y unicelular conformación del virus hasta la
anatómica complejidad del hombre. Todo ello, más tarde, retorna por
la “vía interna”, cuando el potencial divino y adormecido, despierta
en el micro y constante ascenso hacia el macrocosmos.
Pregunta: A nosotros nos parece, o por lo menos así lo
entendemos, que la dirección psíquica de una constelación o
sistema planetario desempeña o posee funciones mucho más
limitadas y circunscriptas que las pertenecientes a los reinos de
cada mundo. ¿No es verdad?
Ramatís: La dirección o gobierno psíquico arcangélico de una
constelación, conocido por “Deva Mayor” entre los orientales,
acciona íntimamente respecto a los órdenes psíquicos y físicos de
cada orbe habitado, o en la preparación de futuras moradas
planetarias. En consecuencia, el arcángel o Logos Solar, como
conciencia psíquica más evolucionada de vuestra constelación,
vibra en la intimidad de todos los planetas, orbes y satélites del
mismo sistema.
A través de su altísima vibración e imposible de ser recepcionada
por humano alguno, cuya luz y energía creadora si incidiera sobre
cualquier ser lo pulverizaría, por lo tanto, el Arcángel o Deba Mayor
es el campo vibratorio que sustenta toda vida y promueve el
perfeccionamiento del sistema solar a su cargo. Mientras que cada
orbe físico posee su “Deva Mayor”, Ángel o Cristo Planetario, que
bajo la dirección del Arcángel del sistema solar, cumple con el
designio creador de promover la vida y estimular el progreso de los
reinos bajo su gobierno. En verdad, existe una intercomunicación
creadora, que pulsa constantemente desde Dios e interpenetra todo
el Cosmos, uniendo en orden decreciente y vibratorio, desde la
conciencia arcangélica hasta la conciencia humana en el reino
hominal.
El Arcángel proyecta, da vida, coordina y rige las diversas
funciones de toda la constelación, mientras que los ángeles, o
“Devas Menores”, sustentan cada mundo dentro del esquema
arcangélico. En consecuencia, la acción angélica es más íntima y
sutil, o más periférica e indirecta, conforme sea la naturaleza o
estado de evolución de cada reino o especie donde debe actuar. En
verdad, los Devas trabajan en la Creación como intermediarios de
Dios. Nos recuerda a los ingenieros, maestros, jefes y trabajadores,
que construyen puentes, edificios, o caminos, siguiendo las
instrucciones de los dueños o interesados.19
Pregunta: ¿Entonces, lo correcto sería suponer que existe una
especie de conciencia psíquica y particular para cada reino de la
naturaleza? ¿La misma coordina y orienta los elementos que cada
reino necesita para su vida y progreso?
Ramatís: Sin lugar a dudas, pues en cada reino de la naturaleza
existe una conciencia psíquica instintiva, que acciona en
determinada frecuencia vibratoria pero vinculada a la Mente
Universal. Le cabe específicamente perfeccionar las especies
minerales, vegetales y animales. Bajo tal dirección, ese psiquismo
instintivo amolda y apresura la evolución de los minerales para
incorporarlos a los vegetales, y éstos, los ajustan a la especie
animal, providenciando definitivamente la contextura del organismo
carnal, anátomo-fisiológico, que debe servir al hombre.
Es por eso, que la misma ciencia terrícola comprueba que existe
una dirección, un sentido disciplinado y orientados en la
cristalización de algunos minerales. Se observa una especie de
“arquetipo” oculto, que además de proporcionar la necesaria
composición química, confiere a los mismos, las características
geométricas a cada tipo; por otra parte, se observa la distribución
armoniosa de los colores y aspectos peculiares a cada especie.
Bajo ese orden previamente planificado por la Ley Divina, la
conciencia instintiva acciona y dirige al reino mineral. Nada sucede
al acaso, existe un método en la creación, cuyos principios ahora la
ciencia comienza a descubrirlos, eliminando de la vieja
nomenclatura, la mística de los alquimistas. En cada mineral creado,
se observan otras características, que por fuerza de valencias o
tipos atómicos, le confieren una nueva cualidad o propiedad
peculiar. Así, el cobre, además de su constitución peculiar, es un
excelente conductor de la electricidad. La plata es sólida y brillante,
y el mercurio, siendo líquido, también es brillante a la temperatura
normal. Por otra parte, es de sentido común que existe una gran
diferencia entre dos minerales, como son el petróleo, que se halla
en estado líquido y el hierro, qué se encuentra en las entrañas de la
piedra.
Pregunta: Esa conciencia psíquica que gobierna la evolución de
cada reino, ¿tiene graduación, capacidad y accionar distinto?
Ramatís: Bajo el aforismo que dice, el psiquismo “duerme” en el
mineral, “sueña” en el vegetal, “despierta” en el animal, “vive” en el
hombre y “crea” en el ángel, es fácil de comprobar cómo difiere la
acción psíquica si la confrontamos con el estado físico y la
graduación evolutiva de cada reino en la naturaleza. Existe una
considerable diferencia entre la capacidad, el poder y el resultado
del progreso de la conciencia psíquica que acciona instintivamente
en el mineral, cuya finalidad es dar forma únicamente con relación a
la dirección psíquica responsable por la complicada fisiología del
vegetal. Aunque se compruebe que el mineral aparentemente es
sólido y estático, en su intimidad existe un incesante movimiento de
partículas, cuya velocidad es superior a los 200.000 Km./por
segundo.
Esa diversidad, aún es mayor entre el accionar de la conciencia
psíquica que dirige al reino vegetal, en paralelo con el reino animal,
cuyas especies, desvinculadas del suelo, ensayan las primeras
simbolizaciones sonoras y accionan en conjuntos afines, bajo el
control de las “almas grupos”.
Pregunta: ¿Qué debemos entender por “almas grupos”?
Ramatís: Cada especie que compone el reino animal, es un
“todo vivo”, gobernado por un centro de conciencia instintiva, que
desde los primeros tiempos de la humanidad, Oriente, conoce por
“alma grupo”. Ese centro psíquico o “alma grupo” es el responsable
por las características, temperamento, acciones y reacciones de
cierta especie del reino mineral, vegetal o animal, tan bien
descriptas y definidas en los compendios de la zoología terrícola.
Cuando más esmerada es el “alma grupo” de una especie
animal, ave, reptil, pez o insecto, sus componentes conforman un
cuerpo colectivo que demuestran tener más habilidad, adaptación o
sensibilidad, debido a que el flujo que los dirige es mayor e
inteligente.
Ejemplificamos; en el mismo reino animal existen subdirecciones
psíquicas que rigen la formación, desenvolvimiento y progreso de
los mamíferos, el cual se subdivide en nuevas direcciones o
comandos grupos que controlan a los zorros, perros, elefantes y
otros componentes. En forma idéntica, otro sub-comando o sub-
dirección psíquica acciona con los insectos, que conforma las
“almas grupos” de las mariposas, pulgas, langostas, escarabajos y
otros, y esa forma, conforme a cada escala biológica y más o menos
de acuerdo con los intentos de sistematización zoológica o
Otológica que el hombre encuadró en sus escalas evolutivas.
Pregunta: ¿Qué diferencia existe entre “psiquismo director” y el
“alma grupo”?
Ramatís: Cada psiquismo director es un “campo psíquico” total,
que abarca, interpenetra, estimula, interrelaciona y perfecciona los
reinos mineral, vegetal y animal. Cada reino posee su “psiquismo
director” responsable de las creaciones y transformaciones que
suceden en ese reino, así como también, orienta su traspaso hacia
otro reino más evolucionado. El psiquismo del reino mineral
determina la composición y configuración de todos los minerales del
orbe; el psiquismo director del reino vegetal plasmó las
innumerables especies pertenecientes a la flora; el psiquismo
director del reino animal es el responsable global de todas las
especies zoológicas vivientes en la tierra, en el mar y en el aire.
Por lo tanto, el “alma grupo” es una dirección más personal, más
particularizada, que gobierna a cada especie. En el reino mineral,
por ejemplo, existe un “alma grupo” para cada tipo de mineral; en el
reino vegetal el psiquismo acciona por medio de diversos sub-
comandos psíquicos, conocidos por “almas grupos” que rigen la
especie de los pinos, orquídeas, robles, palmeras o cedros; y
finalmente, en el reino animal, gobiernan las “almas grupos” de las
águilas, serpientes, palomas, elefantes, lobos y peces. Y, por existir
diferencia de nutrición o experimentaciones psíquicas, el “alma
grupo” de cierto tipo de mineral, vegetal o animales, aún pueden
sub-establecer direcciones psíquicas menores, con la finalidad de
cuidar y desenvolver especies variadas del mismo género. De ahí el
motivo, porque la ciencia botánica clasificó, en el reino vegetal, tipos
que se afinaban por características semejantes, destacando menor
o mayor compacticidad del leño; tonalidades o durabilidad, tipos de
reproducción y usos, como se diferencian científicamente las
rosáceas, leguminosas y otras.
Mientras el psiquismo director dirige y estimula la vida instintiva
del reino vegetal o animal, el “alma grupo” trabaja y dirige con más
particularidad a cada tipo de especie, definiéndoles las propiedades
que cumplen determinada función en el plano global de la creación
del mundo físico. Como el hombre representa la síntesis de todas
las escalas evolutivas, su psiquismo sensibilizado, lo predispone y
orienta para adquirir otras nuevas experiencias.
Pregunta: Nos agradaría comprender con más profundidad el
tema tratado. ¿Podéis atendernos?
Ramatís: Mientras el “alma grupo” de los peces tipo tenca, sólo
consigue proporcionarles la mejor orientación posible para
sobrevivir, estimulándoles el instinto de defensa o fuga, nutrición o
procreación, el “alma grupo” de los delfines, más evolucionado, les
da condiciones para adquirir hábitos a través de entrenamientos, lo
que indica que ya poseen una inteligencia rudimentaria. Bajo igual
diferencia, podemos observar al topo que se empeña en cavar
túneles en la tierra y que simboliza a la estupidez humana; sin
embargo, el mono, bajo la acción de un psiquismo más elaborado
de su “alma grupo”, consigue realizar proezas equivalentes a una
criatura en la edad preescolar.
Pregunta: ¿Nos podéis decir si algunos animales son espíritus
que experimentan organismos para alcanzar la condición humana?
Ramatís: Es conveniente saber que el espíritu es ya ana
individualidad, un centro de conciencia particularizada, con la
capacidad analítica de sentir y saber que existe por medio de su
propio raciocinio. Mientras tanto, el animal vive y siente a través de
su “alma grupo”, la que podría considerarse el espíritu global de la
especie a que pertenece. Por eso, el perro y todos los otros perros
accionan y reaccionan de la misma forma y entendimiento, sin tener
acciones definidas aparte, que lo distingan de su “alma grupo”. Para
que un perro o un caballo accionen en forma individual, con
características diferentes a los demás componentes de su alma
grupo, que reiteramos, sin reacciones colectivas, tendrían que tener
o poseer alguna sustancia mental, que es la base fundamental del
raciocinio, y consecuentemente, el principio que permite la
elaboración de una conciencia particularizada. Aunque el paño de
fondo de la conciencia psíquica colectiva de los reinos y de las
especies de los seres del mundo, como la conciencia individualizada
de los hombres, sea la propia Conciencia de Dios, nuestro intento es
esclareceros que en la nomenclatura trascendental existe una
perfecta distinción entre el “psiquismo” que es la base de la vida
espiritual, y el “espíritu”, entidad particularizada en el tiempo y el
espacio.
Pregunta: Entonces, ¿qué nos podéis decir del organismo carnal
del hombre?
Ramatís: El organismo carnal del hombre es la expresión final de
todos los “tests” y experiencias del psiquismo después de los
múltiples pasajes a través de los diversos reinos de la naturaleza, y
especialmente, por el reino animal, hasta lograr la metamorfosis de
la conciencia humana.
En la figura del mono, la sabiduría del psiquismo todavía es
instinto que preserva e imita; jamás crea y resuelve los problemas
más simples. Le falta la riqueza de la simbolización, que es la base
del pensamiento intuitivo y lógico; además, la sustancia que irriga
los lóbulos frontales es mínima, lo que le impide la síntesis y el
análisis de conceptos, fundamentos de la razón necesaria para la
condición humana, que determina su dirección hacia la condición
arcangélica en el futuro.
En consecuencia, existe una relación entre la estructura orgánica
y el nivel evolucionado del ser, cuyo éxito para manifestarse,
requiere una organización que corresponda a las actividades
mentales y también espirituales. Mientras tanto, los animales no son
espíritus definidos o entidades consientes sino seres vinculados al
“alma grupo” de la especie, por cuyo motivo sus acciones y
reacciones son peculiares a todos los componentes de la misma
especie.
Pregunta: ¿Nos podríais dar algunos ejemplos?
Ramatís: Existe una instintividad única en una manada de lobos,
de cerdos, elefantes, bandada de pájaros, cardúmenes de peces o
grupos de cobras. En tales casos, no existe fragmentación del
psiquismo colectivo, o del “alma grupo”; pero, la reacción es
semejante e idéntica en cualquier miembro de la misma especie,
sea cual fuere la situación de defensa o ataque para sobrevivir. Es el
caso de los peces; la reacción de un pez en el océano Atlántico,
Pacífico o Indico, es exactamente la misma, sólo o en cardúmenes,
porque bajo el estímulo global y coordinador de su “alma grupo”,
sólo manifiesta una reacción colectiva idéntica o semejante. La
precisión con que actúa la acción global del “alma grupo” en las
especies es muy reconocido, porque todos los salmones saltan en el
agua y nadan contra la corriente en los ríos de la América del Norte
en la época del desove; “todas” las abejas construyen sus celdas de
miel bajo la misma escala matemática; “todos” los horneros hacen
sus casas de barro con la entrada en posición contraria a los vientos
fuertes y “todas” las hormigas poseen el mismo instinto de
orientación.
En consecuencia, para que un lobo, una gaviota o un pez,
manifiesten reacciones diferentes a los demás miembros de su
especie, sería necesario que tuvieran alguna noción particular de sí
mismo, que los hiciera, reaccionar algo diferente del instinto
psíquico global de su “alma grupo”. Los animales salvajes
manifiestan reacciones unísonas y semejantes, en cualquier
circunstancia de defensa, agresión, nutrición o procreación, porque
los miembros de la misma especie constituyen una sola vestimenta
carnal o física de su “alma grupo”, a pesar de vivir por partes
separadas sobre la tierra. El oso blanco de los polos, el oso pardo
de la floresta africana, el león del Sahara o el tigre de la selva de la
India, el águila de los Alpes o el cóndor de los Andes, accionan de
un modo instintivo y de acuerdo a su alma grupo, a pesar de la
diferencia existente entre latitudes y climas geográficos.
Pregunta: Sin embargo, se observa en ciertas aves y animales
una diferenciación individual, que los hace resaltar de su grupo afín,
¿no es verdad?
Ramatís: Cuando se trata de especies salvajes, sin contacto con
la influencia del hombre, sólo les acciona el instinto global, que los
orienta hacia una conducta eficaz para poder sobrevivir. Entonces,
es de sentido común, que bajo la acción de su “alma grupo”, todos
los pájaros, animales e insectos, manifiesten su sentido protector
ante la inclemencia del tiempo o manifiesten capacidad para
asegurar su alimentación, pero siguen siendo unidades físicas que
son dirigidas por el instinto específico de la dirección grupal y
psíquica.
Después que los animales ultiman sus experiencias
determinadas y coordenadas por su “alma grupo”, comienzan a
manifestar las primeras oscilaciones o características individuales,
las que delinean o esbozan alguna acción o reacción individualizada
en cualquier componente de la misma especie. Terminado el curso
de la instintividad global y psíquica, regida por el “alma grupo” de
ciertas especies del reino animal, entonces se inician las primeras
fragmentaciones o diferenciaciones psíquicas en el animal o en el
ave, lo que puede ser desde un principio de pasión, simpatía o
antipatía, que discrepa de los demás miembros del conjunto.20
Pregunta: ¿Qué animales serían los que podrían vislumbrar
algunas nociones de razonamiento, bajo el aspecto mental que nos
habéis mencionado?
Ramatís: Actualmente, el elefante, el caballo y el mono
manifiestan algunos reflejos de inteligencia, pues a través de un
entrenamiento adecuado adquieren orientación, diferencias
instintivas semejantes a las conciencias humanas en la fase de la
infancia física, Respecto al afecto casi humano, en algunas
oportunidades ha sido demostrado por parte de algunos animales, lo
que manifiesta una sensibilización fundamental en la esfera del
sentimiento. Los diarios de vuestro mundo mencionan el caso de
algunos gatos que simpatizan con los ratones, perros que crían
gatos, y hasta monas que crían cachorros de tigres. Innumerables
casos demostraron el afecto poco común del animal por su dueño.
El ejemplo típico fue el perro del genial Mozart, que se negó a
abandonar la tumba, prefiriendo morir de hambre.
Además, debéis tener conocimiento por medio de las noticias
divulgadas por los diarios y revistas, que los caballos demuestran
una mayor capacidad intelectiva para asimilar con facilidad las
enseñanzas proporcionadas por sus dueños, efectuando cálculos
aritméticos, cuando no demuestran sentimientos que son dignos de
mencionar por su elevada manifestación.21
Pregunta: ¿Nos podríais facilitar algunos ejemplos respecto al
proceso de diferenciación de los animales que pertenecen al mismo
grupo y que demuestran cierta individualización, después de
domesticados?
Ramatís: Una manada de lobos, por ejemplo, que nace en el
ambiente civilizado del hombre, se desvincula de a poco, de la rígida
dirección del psiquismo de su “alma grupo”, debido a los estímulos,
iniciativas y disciplinas, propios de la vida en contacto con los
humanos. Los miembros de esa manada comienzan a reaccionar en
forma más individual, aunque sin mayores relieves, pero siempre
bajo la influencia cotidiana de sus dueños y del ambiente donde
viven. Es de sentido común que un perro maltratado por un dueño
irascible, violento y cruel, ha de modelar una actitud particularizada,
en forma totalmente diferente al perro que vive acariciado por la
mano de la criatura cariñosa. El cariño o el castigo, la tolerancia o el
despotismo, el tratamiento afectivo en la enfermedad o la
negligencia en la enfermedad del perro domesticado, influyen
fuertemente en sus hábitos. El alimento condimentado, caliente o
frío, cocido o crudo, despierta en el animal reacciones, defensas y
recursos metabólicos muy diferentes a las costumbres de los demás
componentes de su especie, que obedecen al “alma grupo”
colectivo.
El dominio del hombre, la inseguridad en un medio extraño a su
índole selvática, le anulan todo impacto instintivo y de sobrevivencia
natural; por eso, el lobo domesticado está obligado a poner en
acción recursos que están más allá de su acostumbrada acción de
su “alma grupo”. El viejo lobo, valiente, feroz, libre y guiado
instintivamente para solucionar sus necesidades biológicas,
entonces se transforma a semejanza del perro golpeado, agotado y
temeroso, puesto que pierde gran parte de su característica
instintiva, modelada por el entrenamiento compulsorio del hombre,
en un tipo dócil y obediente, diferente a su especie original.
Pregunta: ¿Cómo podríamos percibir con más precisión ese
hecho?
Ramatís: El animal salvaje es violencia y agresividad en defensa
de su cría y de su propia vida, y que después del período del celo,
acostumbra a aquietarse. Bajo la fuerza activa de su “alma grupo”,
tanto las fieras como las aves arrojan a sus hijos
un poco crecidos fuera del nido. Ello es instinto global y único de
las unidades de la misma especie o raza; pero, debido al contacto
con el hombre, que le controla las tendencias primitivas bajo el
ambiente refinado, el instinto feroz tiende a disminuir y a debilitar su
violencia. El lobo salvaje, una vez domesticado vive más tiempo con
su cría, y pierde el instinto de arrojarlo fuera a causa de las
facilidades que le otorga el hombre, creando un nuevo
comportamiento que lo distingue fácilmente de los hábitos de su
raza, aún salvaje.
Cuando son perseguidos, arrojados fuera de los hogares,
apedreados por robar carne para su alimento, repudiados por el
asma bronquial, eczema, sarna y tuberculosis, y soportando la
alimentación caliente y cocida, aderezada y tóxica, los animales
domésticos, perros y gatos, y hasta los caballos, dejan percibir la
angustia e intranquilidad que tienen de vivir junto al “rey de la
creación”; ¡el hombre hecho a la imagen de Dios!... Aun así, los
animales domésticos, bajo el dolor y el sufrimiento, apresuran el
psiquismo a pesar de toda esa amargura y mal trato y comienzan a
despertar el sentimiento, ante la necesidad de adaptarse a las
condiciones adversas, a las problemáticas, y a las sorpresas de la
vida doméstica.
Pregunta: Suponemos que no existen fronteras o líneas
divisorias definidas entre los diversos reinos de la naturaleza; ¿no
es verdad?
Ramatís: Existe una constante y sucesiva evolución desde el
reino mineral hasta el reino hominal. En cada reino observamos una
graduación que va de lo más simple hasta lo más complejo; de lo
menos organizado a lo más organizado; de lo menos sensible a lo
más sensible, demostrando los diversos grados evolutivos, como los
pasajes gradativos de un reino hacia otro. Sin querer tener aire de
romancismo, os recordamos que siempre existe un vínculo oculto y
trascendente, que acciona en la intimidad de la vida, con la finalidad
de dirigir las fuerzas creadoras, embelleciendo y perfeccionando
todas las manifestaciones y expresiones del universo. Siendo así, la
belleza del color manifestada en las piedras preciosas, como zafiro,
esmeralda, amatista, rubí o topacio, después de una prolongada
experimentación de la conciencia psíquica en el reino mineral,
evoluciona, manifestándose con más libertad en la variedad
caleidoscópica de los incontables tipos de flores. Y, las flores vivas y
perfumadas, balanceándose en las ramitas de los vegetales, nos
recuerdan a un conjunto de inquietas piedras preciosas. Más aún,
parecería un nuevo triunfo de la naturaleza cuando las coloridas e
inquietas mariposas, en jubilosa libertad, recorren los campos,
simbolizando a las preciosas flores, cuya vida pende de la ramita de
un vegetal. He ahí porqué el hombre siente que existe una eterna
manifestación de belleza en todas las formas del mundo, bajo la
íntima acción del psiquismo creador.
Pregunta: De acuerdo a vuestras explicaciones, ¿él psiquismo
aprende viviendo con las formas del mundo físico, o bien, las formas
del mundo son las manifestaciones del psiquismo?
Ramatís: Ya lo hemos dicho; el psiquismo es el que plasma las
formas del mundo, así como el científico no evoluciona bajo la
acción de las formas del laboratorio, mas el laboratorio es su
creación y el camino para progresar, en el constante contacto con
las substancias que experimenta. El Psiquismo es el que elabora
todas las formas del mundo físico e interviene en la actividad
morfológica creadora, efectuando experiencias y promoviendo
iniciativas para alcanzar el perfeccionamiento impuesto por la
Creación.
Todo evoluciona y se transforma alcanzando expresiones más
perfectas, donde se justifica el postulado de algunos eminentes
científicos terrenos que dicen: “Nada se crea ni se pierde, todo se
transforma”. La piedra se sublima en el vegetal, el vegetal en el
animal, y éste en el hombre. De ahí que la tortuga se parece a la
piedra que flota en el agua, la langosta saltona se confunde con las
hojas verdes, por lo cual, mariposas, insectos y reptiles se
confunden con las plantas y el color de la tierra, debido al conocido
fenómeno del mimetismo. En verdad, donde termina un reino
comienza el otro, pero, íntimamente ligados por una conciencia
psíquica que acciona instintivamente en la dirección de todas las
especies, teniendo por finalidad la evolución y la belleza de las
formas.
Pregunta: ¿Nos podríais exponer otras nociones sobre esa
sabiduría psíquica e innata que acciona en el reino animal?
Ramatís: En realidad, lo que se presume que es la naturaleza,
no es más que la manifestación de la Sabiduría del Psiquismo, que
no dirige al acaso, sino que crea, coordina, orienta y perfecciona a
las especies de los reinos, bajo su responsabilidad. Ella es la que
enseña a las abejas a construir su colmena, bajo avanzados
principios de geometría y matemática, o la araña, que teje su tela
desafiando a la ingeniería humana, en lo que se refiere a la masa,
peso y medida. Simultáneamente provee a las abejas los medios de
defensa contra los insectos invasores de la colmena, así como
también, elabora la sustancia antiséptica para evitar el deterioro de
la miel; como instruye a la araña para atrapar a su presa y poder
sobrevivir. Las diversas manifestaciones de la vida de aves,
insectos, animales y reptiles demuestran que esa naturaleza
prodigiosa no es más que una inteligencia sideral en acción; un
psiquismo sabio, que promueve los recursos de movilidad, instinto
defensivo y estrategia, que se complementan con los medios
apropiados de ataque y protección.
Aquí se manifiesta la admirable mecánica en la elaboración o
fabricación de cuernos, picos, dientes, uñas y garras; allí, esa
ingeniería calcula con precisión el tamaño de las alas de cada
insecto, ave o pájaro, promoviendo con habilidad la distribución de
su peso para deslizarse suavemente por los aires, como así
también, en lo que se refiere a la velocidad, seguridad y forma de
posarse sobre el suelo o los altos peñascos. La técnica de la
electricidad se halla presente en los centros captadores y
receptivos, comprobados a través de las antenas de las hormigas,
escarabajos y tantos otros insectos; el radar que tanto asombro
como des cubrimiento de la ciencia terrena, es privilegio exclusivo
del murciélago, usando el sonar de las puntas de los dedos, como
si fuera un submarino moderno; el pez eléctrico y las anguilas,
paralizan a la presa a través de descargas, facilitando su medio para
sobrevivir. El arte de la química se manifiesta en la fosforescencia
de las luciérnagas, algas y otras especies; los tóxicos son procesos
comunes a las arañas, escorpiones y cobras, que tienen el privilegio
de fabricar su propio veneno, como respetable recurso de defensa.
Por todo ello, el hombre nada inventa, sólo descubre lo que la
naturaleza realizó y que se manifiesta aparentemente en forma
eventual o intuitiva, pero profundamente lógica, inteligente,
productiva y, sobre todo, directiva.
Pregunta: ¿Nos podríais citar algunos ejemplos del reino
vegetal?
Ramatís: Bajo un aspecto generoso y providencial, esa
Sabiduría Psíquica asegura la continuidad de las especies,
modelando en las plantas los órganos que se afirman en el suelo o
en las paredes, como así también, es el típico caso de las espinas,
verdaderas garras que hieren y protegen a ciertas flores contra los
elementos exteriores que intentan su destrucción. Se orienta el
vegetal por el fenómeno del tropismo, por el cual, los vegetales del
género de las borragináceas, cuyas flores se orientan hacia la luz
del sol; las raíces geotrópicas se orientan en determinada dirección
bajo la influencia de la gravedad o los tipos hidrotrópicos que
buscan el agua. La diseminación del polen de las flores es una
demostración y una seguridad para perpetuar la continuidad de la
especie; unas veces la deposita en las patitas de los insectos, otras,
cuando los animales y aves rozan las flores, transportando el
precioso medio; en fin, todos los seres en una u otra forma,
contribuyen a que todas las especies puedan sobrevivir. En un
admirable sistema, las flores resaltan por su fascinante color y por el
atractivo y embriagador perfume, cuya finalidad es atraer la atención
de aquellos que han de propagar el polen, siempre con la finalidad
creadora. Las especies carnívoras también utilizan sus artes
seductoras, que finalmente atrapan a los imprudentes insectos para
su alimentación.22
Finalmente, una vez terminadas sus experiencias desde el reino
mineral hasta el reino hominal, la Conciencia Psíquica cada vez más
evolucionada y capacitada en su sabiduría instintiva, termina la
peregrinación evolutiva global, para dedicarse con más
particularidad en el hombre, bajo el control del complejo
metabolismo, que la ciencia terrícola todavía no consiguió descubrir
en su plenitud “psico-física”.
Pregunta: ¿Qué enseñanza nos podéis dar referentes a la
acción instintiva y controladora de la Conciencia Psíquica sobre el
metabolismo del hombre?
Ramatís: Bajo la envoltura exterior del hombre, se encuentra el
genio invisible de la Sabiduría del Psiquismo, ignorado aún por los
más renombrados científicos de vuestro mundo, que juzgan “a priori”
la inexistencia de Dios, pero tampoco saben encontrar otra solución
a la vida, que sobrepase su imperfecta y primaria negatividad
humana. Después de las multimilenarias experiencias por los reinos
de la naturaleza, la Sabiduría Psíquica manifiesta en la intimidad
humana su conocimiento y habilidad adquirida, haciendo crecer
cabellos, uñas, dientes, huesos, nervios y músculos; elabora linfa,
sangre, hormonas, fermentos, bilis, insulina y jugos gástricos;
providencia la drenación renal y filtración hepática, la producción de
enzimas, activa el movimiento peristáltico del intestino, regula la
presión de la vesícula, o controla la abertura del píloro. Substituye
las células y los tejidos gastados, elimina o desintegra los eritrocitos
que ya no tienen función en el bazo, quema el exceso de glucosa,
ejerce acción terapéutica, cicatrizante y antiséptica ante la primera
herida en el cuerpo humano, aunque todo este procedimiento sea
ignorada por la persona.
Todo ello es efectuado sin el conocimiento consciente del
hombre, que además no interfiere con sus actividades cotidianas.
Mientras se mueve por las calles o trabaja en su ocupación diaria,
en su intimidad corporal, el genio psíquico continúa elaborando,
controlando, rectificando, y por encima de todo, perfecciona la
maravillosa armadura, que alcanzará el futuro ángel.
Pregunta: Finalmente, según se desprende de vuestras
manifestaciones, el hombre es el resultado final o superior que
arrojó la acción del Psiquismo a través de los reinos de la
naturaleza, es decir, la constante metamorfosis de las especies
inferiores hasta culminar en la máxima y superior, que es el hombre,
¿no es verdad?
Ramatís: Realmente, la Naturaleza Divina invierte millones y
trillones de años para elaborar la maravillosa maquinaria carnal, que
sirve para que el espíritu individualizado organice la mente humana
y se manifieste en los procesos educativos, a través de periódicas
encarnaciones, cuya función es similar a las instituciones
pedagógicas. La materia, entonces, se sublima hasta organizar el
cuerpo físico, y además, es el resultado de un trabajo minucioso y
adecuado para la vida de relación y comunicación del hombre. Esa
organización camal es el producto de una larga y selectiva
elaboración a través de los reinos de la llamada naturaleza, los que
funcionan como si fueran verdaderos laboratorios de
experimentaciones creadores, que van desde el protozoario al
animal, del hombre al arcángel.
Es verdad, ese recorrido es inmenso y casi imperceptible,
sintetizando, podríamos decir, que el mineral, más tarde, pasa por el
laboratorio vegetal y termina modelando, definitivamente una
vestimenta carnal, compatible para un Cristo Jesús. En el
convencionalismo del tiempo y el espacio, todavía es más extensa y
laboriosa la senda a recorrer por la centella espiritual del hombre,
respecto a su consciente responsabilidad creadora en el seno del
universo. Jamás la mente humana podrá concebir la escala al
infinito, que toda alma debe recorrer para alcanzar la metamorfosis
indescriptible desde el ser humano hasta alcanzar la condición de
un arcángel, señor de las galaxias.
¿Quién podría definir y evaluar, en medidas comprensibles para
la mente humana, el camino recorrido por el binomio “alma cuerpo”,
desde la sensación, a la irritabilidad, de la irritabilidad al instinto, de
éste a la inteligencia, de la inteligencia humana a la sabiduría
angélica, a través de los incontables “Manvantaras” o “Grandes
Planos”, que abarcan desde la creación hasta la extinción de los
universos físicos?
Átomo por átomo, molécula por molécula, célula por célula se
organizan los sistemas solares, y de auscultación tras auscultación,
experiencias tras experiencias, constantemente repetidas y
recapituladas, el Psiquismo, después de interpenetrar el universo y
subdividirse por los orbes y reinos del mundo, en frecuencias que se
ajustan a los más variados fenómenos, crea y modela nuevos
dioses, en una apoteosis creadora, aumentando eternamente la
corte del Magnánimo Señor y Autor de la Vida.
EL EVANGELIO Y LA LEY
DEL COSMOS

Pregunta: ¿Cuál fue el motivo que os indujo a escoger el título


del “Evangelio a la Luz del Cosmos” para esta obra?
Ramatís: El Evangelio no es simplemente un archivo de
máximas y advertencias morales ni un precepto exclusivo para una
determinada religión, cuya finalidad sea representar a Dios sobre la
tierra. En verdad, el Evangelio relata las experiencias vividas
integralmente por Jesús durante los 33 años de su vida física,
demostrando al mundo tierra, las leyes que gobiernan y disciplinan
el universo. Los conceptos del Maestro Jesús, paralelamente a su
conducta y forma de actuar, pueden aceptarse como un compendio
humano que expone los objetivos de Dios en Su Creación.
Repetimos; el Evangelio no es un Código Moral realizado para un
cierto tipo de humanidad, sino un perfectísimo tratado para vivir bien
y que puede orientar en cualquier época a cualquier tipo humano,
como así también, en cualquier latitud geográfica y astronómica.
Proporciona una transmutación consciente, evangélica, donde el
hombre termina viviendo su mejor experiencia para Dios.
Por lo tanto, el Evangelio, es el “Camino” de la evolución indicado
por el Creador a la criatura, constituyéndose en un proceso íntimo
de liberación. El hombre evangelizado es la criatura que vive
constantemente en su mundo “pequeño”, bajo la creación y
pulsación sublime del “mundo grande”. De ahí el motivo, porque los
viejos orientales pregonaban hace muchos milenios que el
“macrocosmos está en el microcosmos” y lo que “está arriba,
también está abajo”, mientras que la ciencia moderna acepta que “el
átomo es la miniatura de aun constelación, y la amplitud del átomo
una constelación”. Subordinando absolutamente su vida al
Evangelio, el hombre se ejercita en el mundo transitorio de la
materia, para asimilar y ajustarse al metabolismo de la Ley Suprema
del universo. En consecuencia, los preceptos morales expuestos por
Jesús reflejan también los principios del propio universo.
Pregunta: ¿Podríais ser más explícito en lo referente, a que los
preceptos expuestos por Jesús reflejan los principios de la Mente
Universal?
Ramatís: Aunque la mente humana se subdivida por la
necesidad de trabajar en diversas actividades, lo cierto es que, en lo
íntimo del ser, la pulsación creadora de Dios es un principio único e
indesviable, que sustenta a todas las criaturas. El hombre, que es
una partícula divina, y no el Todo Cósmico, necesita de los
contrastes y elementos opuestos en todos los fenómenos y
condiciones de la vida humana, cuya “dualidad” le sirve de base
para afirmarse y desarrollar su conciencia individual. A pesar de
sentir o saber, que Dios es una entidad monística, indivisible y única
para gobernar el Cosmos, el espíritu humano aún encuentra
grandes dificultades para concebir esa naturaleza, divina y absoluta.
Aunque no exista discontinuidad en la manifestación de la vida, el
hombre crea concepciones de aparente oposición en el metabolismo
de la vida cósmica. Lo cierto es que el universo se fundamenta en la
inmutable e irreversible Ley Suprema, que disciplina bajo un solo
metabolismo a los fenómenos que dan origen y regulan la propia
vida.
En verdad, la misma ley que rige la “gravitación” y cohesión entre
los astros, también disciplina el fenómeno de “afinidad” entre las
sustancias químicas, y estimula la “unión” o el amor entre los seres.
De ahí la ecuanimidad del progreso, que sucede con exactitud tanto
en el grano de arena como en la montaña. La legislación divina,
atendiendo las necesidades organogénicas del cuerpo humano,
acciona por los mismos principios de síntesis y análisis bioquímicos
tanto en el hombre como en el virus. Entonces, las orientaciones
propuestas por Jesús y su ejemplo personal que consta en el
Evangelio son hechos educativos que puede utilizar cualquier
humano y en cualquier punto de la tierra, en otros planetas, y
también en otros mundos espirituales. Son directrices de
comportamientos que en su realización en el mundo de las formas,
abren científicamente las puertas del infinito, para la libertad del
espíritu humano. El Evangelio, como suma de bases sublimes y
definitorias en el universo entero, promueve a la brevedad, la
metamorfosis del hombre en ángel, porque el hombre, después de
evangelizado, vive en sí la síntesis microcósmica del macrocosmos.
Pregunta: ¿Entonces, toda actividad y ejemplos vividos por el
Cristo Jesús entre los hombres, se fundamentaron específicamente
en los principios científicos del Cosmos?
Ramatís: La Ley de Dios es perfecta, jamás se modifica para
atender particularidades o privilegios personales. Tiene por función,
adecuar sabiduría y perfección para todos los seres de su Creación.
Jesús, en su fidelidad espiritual, ejemplificó en sí mismo, cómo debe
ser la vida humana, y después, cómo se asegura y sublima el
ascenso angélico. Su vida en la tierra, fue la condensación de las
leyes que rigen el Cosmos. Él se autoproclamó con justicia que era
“el Camino, la Verdad y la Vida”. Las reglas del Evangelio,
demostradas por la vida correcta y evolutiva de las humanidades, en
los mundos físicos, corresponden a los mismos esquemas o planos
disciplinados que rige la vida de las constelaciones, de los planetas
y asteroides que pulsan en el universo. De esa forma, Jesús vivió en
la tierra, bajo la regencia de las leyes que gobiernan el Cosmos, y
las ejemplificó en perfecta ecuanimidad con las acciones y
transformaciones microcósmicas de los hombres que vibran a la luz
protectora del Evangelio.
En consecuencia, su Evangelio es la síntesis para orientar el
comportamiento humano sobre la tierra, en perfecta sintonía con los
postulados científicos de las leyes del macrocosmos. Además, en el
corto plazo de 33 años terrenos, Jesús realizó el resumen de todas
las pasiones humanas, vividas a través de muchos milenios de
aprendizaje y culminando con la emancipación espiritual del
hombre.
Pregunta: Con propiedad, ¿queréis decir, que Jesús vivió
personalmente la reducción de esas leyes que gobiernan el
Cosmos, en vez de buscar solución a sus necesidades, por la vía
común de la vida humana?
Ramatís: La vida de Jesús fue sublime, correcta, pacífica y
vivida bajo la fuerza del amor y tuvo por norma general exponer el
resumen de la Ley de Dios. Jamás el Divino Maestro realizó un sólo
acto de su vida para atender sus propios deseos, ni aunque de ella
dependiera su ventura sideral. Desde su nacimiento traía en lo
íntimo de su alma la programación de servir únicamente al hombre
para su redención espiritual. Justo, bueno y sabio, así como Dios
colma de Amor y da la vida en el universo, el Sublime amigo
procedía con amor en todos los actos de su vida. En cualquier
circunstancia siempre se colocaba en el último lugar en el juego de
los intereses humanos, pues era semejante a la Ley del Padre, que
promueve indistintamente la felicidad a los seres, pero él se bastaba
a sí mismo.
Era semejante al árbol, que nace, crece y se pone frondoso, para
luego amparar con su sombra a todos por igual. Toda su vida tuvo
un único objetivo: mostrar el camino de la redención por el amor,
que además, lo demostraba sirviendo desinteresadamente. Su
corazón y su mente siempre estaban dispuestos para ofrecerlo cual
ofrenda viva, pues su meta era corregir y orientar al hombre para
que consiguiera su pronta libertad espiritual.
Delante de la mujer adúltera, manifestó: “Vete y no peques más”,
buscó de cumplir con la Ley de Dios, que procede en forma
correctiva, pero no punitiva, dado que ella ajusta y crea, jamás
destruye. Y correspondiendo a la vibración cósmica, que restablece
la armonía, Jesús hizo una severa advertencia a los seguidores de
la pecadora llamándolos al orden, puesto que proyectaban sobre la
infeliz sus propios errores y resentimientos humanos. Entonces, con
sabia expresión, se dirigió al grupo y les dijo: “Quien no tuviere
pecado alguno, que arroje la primera piedra”, poniendo al
descubierto los vicios y pasiones humanas, haciendo que aquellos
falsos virtuosos recapacitaran sobre sus propios errores, pues
aunque la ley del Sanedrín mandase lapidar a las mujeres adúlteras,
ello sólo podría hacerlo aquel que no tuviera pecado.
En verdad, a través de Jesús se reflejaban fielmente las leyes
cósmicas que corrigen excesos, distorsiones y desvíos del
metabolismo de la vida, y que se encuentran magníficamente
sintetizadas en el Evangelio, demostradas en forma de conceptos,
máximas, parábolas y principios, que también deben reajustar al
mundo interior del ser humano.
Pregunta: ¿Por qué el hombre, siendo un espíritu encarnado, no
acepta o no comprende inmediatamente la naturaleza sublime y
salvadora del Evangelio? ¿No debería creer en Jesús, como el
alumno lo hace con el profesor?
Ramatís: El que demore o se integre a la brevedad a los
postulados del Evangelio, depende fundamentalmente del grado de
conciencia espiritual de cada uno, y no de su memoria adquirida a
través de múltiples reencarnaciones. Vuestro mundo es pródigo en
líderes religiosos, católicos, protestantes, espiritas y aun los que se
titulan iniciados, que pregonan y divulgan el Evangelio, pero aún no
asimilaron y pusieron en práctica, a través del vivir cotidiano, esas
sublimes enseñanzas que pretenden inculcar al prójimo. Son como
distribuidores de aceite, cuyo objetivo es encender la lámpara ajena,
mas infelizmente, por su negligencia o retardamiento espiritual,
terminan a oscuras por falta de combustible en su propia lámpara.
Sólo las almas que abarcan una mayor área de la realidad
espiritual asimilan con facilidad toda la fuerza, coherencia y
veracidad de la Ley Suprema, expresada a través del Evangelio.
Además, ningún hombre puede transmitir a otra persona su
experiencia espiritual del reino divino, así como el ciego de
nacimiento no puede explicar de qué color es la luz que ilumina al
mundo, puesto que nunca la vio. La asimilación del contenido del
Evangelio, como una experiencia viva para toda la eternidad, sólo es
posible por la iniciación gradual y ascendente de la intuición. ¡Esta
es una facultad que otorga el saber sobre la Realidad Divina,
exceptuada de las formas y de los fenómenos de los mundos
transitorios de la materia!...
EL CÓDIGO MORAL
DEL EVANGELIO

Pregunta: ¿Por qué causa los espíritus consideran el Evangelio


de Jesús, como un “Código de Moral” para la humanidad terrena,
cuando existen otros derroteros morales de importancia espiritual?
El “Corán”, de los árabes, el “Torah” de los Judíos, o el “Bagavad
Gita” de los hindúes, ¿acaso no son mensajes que bien podrían
considerarse como divinos?
Ramatís: El Evangelio es la síntesis global de todas las
enseñanzas de los iniciados, que respetando el libre albedrío
individual, jamás se pierde y es vigente para todas las épocas,
conteniendo las normas para evolucionar, al alcance de todos los
hombres, pero en forma independiente de cualquier atributo
personal, grado de inteligencia, raza o condición social. Es el
“Código Moral” que contiene mayor poder esotérico para modificar la
condición humana, porque es definitivo e integral en su mensaje
cósmico. Es de sentido común que hasta el presente, ningún filósofo
o científico de renombre vislumbró algún absurdo o regla insensata
en la estructura del Evangelio. Aunque el Evangelio sea el resultado
espiritual elaborado de acuerdo a la cultura, costumbres y ética
judía, sin embargo consigue imponerse como mensaje a cualquier
temperamento humano, en base a su contextura universalista;
inclusive, proporciona nuevas interpretaciones educativas y
redentoras en cualquier época que se exponga.
Es un proceso doctrinario de moral espiritual, que disciplina y
orienta a todo tipo humano. No es un sistema ni un tratado para los
místicos, sino un sistema indiscutible, comprobado y vivido por
Jesús, el más sabio y evolucionado de los hombres. No existen más
dudas o discusiones; el Evangelio, que fuera el norte para
innumerables hombres, que vivieron por el Cristo, demostró que es
de perfecta y lógica aplicación en la vida humana, sin restricción de
ninguna especie.
Jamás persona alguna rechazó la lógica y la práctica aplicable
para resolver sus problemas emocionales, sociales, educativos,
económicos y morales, en un clima sano, lleno de paz y amor; todo
ello se consigue con la simple adopción incondicional del Evangelio,
como norma disciplinaria para orientar las relaciones personales, y
también la de los ajenos. .Bajo la inspiración y la regencia legislativa
de los preceptos evangélicos, los problemas desagradables,
trágicos y desventurados del mundo serían definitivamente resueltos
con sabiduría, tolerancia, amor y confianza mutua. Toda actividad
criminosa, explotadora y disociadora que encierra la personalidad
humana, que por fuerza de los intereses personales llega a la
perversidad de matar y robar, sería totalmente extinguidos bajo la
norma incondicional del “Ama al prójimo como a ti mismo”, o “Haced
a los otros lo que quisiereis que os hagan”. El Amor preceptuado,
exaltado y vivido por Jesús y sencillamente expresado en el
Evangelio, terminaría con los fanatismos, sectarismos, desilusiones
y luchas religiosas, que son el fruto de las interpretaciones bíblicas
bizantinas y personales de sacerdotes o líderes religiosos que
todavía no comprendieron la máxima de Pablo; “La letra mata y el
espíritu vivifica”.
Bajo la difusión exclusiva del Amor, en vez de códigos, dogmas y
postulados sectaristas, desparecerían las divergencias religiosas, y
los pueblos confraternizarían en un solo rebaño y obedientes a un
solo pastor. Por eso, Jesús es el Maestro de la eterna sabiduría, y el
Evangelio jamás ha de requerir la providencia de ser modificado en
su contenido esclarecedor y espiritual. Hasta el hombre imbécil sabe
y siente que en cualquier posición geográfica de la tierra, o en la
inmensidad cósmica, “Sólo el amor salva al hombre”, conforme lo
conceptuó el inolvidable Jesús.
El Amor que el Evangelio proclama es la ley regente y
orientadora del pasado y del futuro del hombre. Es el catalizador de
la frecuencia normal del hombre superior, sea cual fuera su
constitución biológica o morfológica que él viva, sea en la superficie
de la tierra, Marte, Júpiter, Arturo o Sirio. Bajo las diversas
configuraciones morfológicas, por más excéntricas o extemporáneas
que sean, siempre palpita el espíritu eterno creado por Dios, que es
Amor; por esa causa, sólo el Amor sublima. Es como la sangre en la
fisiología del organismo; lo irriga, lo alimenta; por consecuencia, el
Amor es el soporte del universo. Amor puro, integral e incondicional
no necesita de cualquier discusión o análisis, porque no es una
virtud o concesión ocasional a cargo de la legislación divina, sino
que es la esencia de la manifestación creadora del Espíritu y la
norma fundamental y superior de la misma vida. Pregunta: En base
a la naturaleza egocéntrica y personal del hombre, creemos que
ningún pueblo ha de querer perder sus códigos religiosos y morales,
para aceptar el Evangelio de Jesús, que fuera cultivado por el
pueblo hebreo como norma de su liberación espiritual. ¿Cuál es
vuestra opinión?
Ramatís: Los hombres se vuelven amables, pacíficos y
sensibles, a medida que dominan las tendencias hereditarias de la
animalidad. Entonces evolucionan y perfeccionan espiritualmente
cuando consiguen imponer el “principio espiritual” superior y
auténtico de la individualidad inmortal, sobre las tendencias
transitorias del linaje animal de la materia. De ahí proviene el motivo
de la adoctrinación semejante por todos los instructores espirituales
del mundo, que estimulan y orientan al espíritu humano para que se
libere prontamente de la cárcel de las formas. El trabajo intensivo y
espiritual del hombre debe mantenerlo constantemente vigilante
sobre su vida física, para así poder vencer lo más pronto posible el
dominante primitivismo de sus antepasados de las cavernas.
Pero como la civilización es el “medio” y no el “fin”, para que el
hombre alcance su ascenso espiritual, debe entonces gobernar y no
ser gobernado por los valores mediocres del mundo material, a los
cuales Jesús clasificó como “tesoros que las polillas comen y el
herrumbre consume”. Se justifica que el espíritu todavía sufra la
coacción de las cosas y de los objetos atrayentes de la vida física,
mientras que ignora su realidad espiritual eterna. Después que
conoce o descubre su naturaleza sublime e inmortal, que percibe la
vibración del “reino divino” en sí mismo, debe proceder a su
liberación, desimantándose conscientemente de las cadenas
gravitacionales de la morfología terrena. El hombre que todavía
persiste en el culto primario e ilusorio del mundo del César, contraría
totalmente su naturaleza emancipada y elevada de espíritu inmortal.
Así como la luz de la lámpara ilumina a su alrededor y no
permanece adherida a su forma transitoria, el espíritu debe iluminar
las configuraciones físicas del mundo, donde necesita apresurar el
estado de su conciencia pero sin perder su autonomía sideral por la
esclavitud de las formas.
Pregunta: ¿Nos queréis decir que el Evangelio es la ley social
del mundo? Sin embargo, es de sentido común que ello sólo será
posible cuando se viva un estado superior entre los hombres; ¿no
es verdad?
Ramatís: Las leyes sociales evolucionan conforme a las
costumbres, temperamento, latitud geográfica, cultura de los
pueblos, necesidades biológicas e inclusive al progreso técnico y los
eventos científicos, que amparan y estimulan el crecimiento
demográfico.
La ley social de los hombres de las cavernas fue primaria y
fallaría si se aplicara psicológicamente, aunque anacrónica de la
edad media. Comparando, ¿qué se podrá decir, entonces, de las
leyes de los trogloditas, confrontándolas con los principios morales
de la hora presente? En consecuencia, ¿qué resultado arrojaría si
se compararan las leyes avanzadas de vuestra humanidad actual,
con los preceptos sociales más evolucionados de otras
humanidades planetarias y superiores? Posiblemente, la misma
diferencia entre la ley del hombre de las cavernas y la legislación
moderna de lo terrícolas, que algún día se podrá confrontar con los
principios superiores de otras moradas habitadas. Innumerables
reglas y disposiciones sociales, que en el pasado fueron de elevado
tenor social, hoy resultan fórmulas que se destruirían a la brevedad,
ante los eventos modernos y en las relaciones vigentes entre los
hombres del siglo actual.
El Evangelio, mientras tanto, aunque en la actualidad parezca un
concepto social demasiado prematuro para la humanidad, la cual
vive sedienta de ambiciones, poderes vanos y riquezas, resulta ser
el organigrama más avanzado que existe sobre la superficie de la
tierra. Inmutable en el tiempo y en el espacio, sirvió hace dos mil
años para plasmar a los inimitables e inolvidables apóstoles y
discípulos del Cristo en Judea, así como redimió a millares de
personas hasta vuestra época. A pesar de que algunos pensadores
y psicólogos modernos censuren al Evangelio como un texto de
contenido primario, ingenuo e impracticables en el seno de la
humanidad terrícola, sin embargo, ningún filósofo o moralista
moderno realizó un código de tan elevada dinamización espiritual,
como el que el Maestro Jesús plasmó en la tierra y que sólo él es
capaz de aliviar y eliminar los complejos problemas que padece la
humanidad moderna.
Algunos intelectos epicúreos consideran excesivamente místicos
e improductivos los temas evangélicos como son “Amaos los unos a
los otros” y “No os preocupéis con los tesoros que las polillas roen y
el herrumbre come”, lo cierto es, que esos sencillos principios jamás
produjeron tipos como Atila, Gengis Kan, Tiberio, Nerón o Hitler. En
medio de la humanidad, la ferocidad humana, cada vez más
pronunciada por las ganancias o las fortunas fáciles, que activa la
impiedad y el pillaje inescrupuloso, los ingenuos conceptos del
Evangelio de Jesús son los que estimularon las figuras heroicas y
sublimes de un Pablo de Tarso, Juan, Pedro, Francisco de Asís,
Teresa de Jesús, Vicente de Paúl, Padre Damián, Francisco Xavier
y María de Mándala. Los principios evangélicos modelaron hombres
del más alto nivel en el mundo, en los diversos sectores de la vida
humana, como científicos, filósofos y también políticos, porque ellos
procedían en perfecta armonía con las enseñanzas del Cristo Jesús.
El equilibrio, la paz y la confraternización humana sólo se alcanzan
después que el hombre se integra incondicionalmente con el
Evangelio. No hay dudas que han transcurrido algunos milenios de
la civilización terrícola y fracasaron los códigos morales, sistemas
políticos y doctrinas sociales, en el sentido de establecer la paz y la
fraternidad entre los hombres. Todavía impera en la tierra la
perversidad, hipocresía, villanía, avaricia, gula, lujuria, codicia,
envidia y el odio, que inundan de sangre los campos y las ciudades.
Los hombres se visten con finos tejidos, residen en lujosos palacios
y se desgastan vitalmente en orgías, conducen vehículos lujosos y
fuman en boquillas de oro, pero cuando los acucia el deseo, no
respetan la mujer del amigo, por más íntimo que fuera. En verdad,
todavía son los mismos trogloditas que no evolucionaron sino que
cambiaron de vestidos y de transportes.
¿Qué importancia tiene que algunos supuestos genios terrícolas
subestimen el Evangelio por considerarlo excesivamente místico e
impracticable en el torbellino de la vida moderna, cuando los
hombres matan para nutrirse y buscan el descanso físico, como
imperioso medio para volver a los vicios de las pasiones
desequilibradas? ¿Por ventura, tales filósofos y moralistas
descubrieron un tratado que fuera más completo y capaz de eliminar
las torpezas, crueldades e insanias de la humanidad terrícola?
Pregunta: ¿Qué nos podéis decir respecto a las ignominias y
situaciones gravosas que sustenta el hombre sobre la tierra, a pesar
de contar con un perfectísimo tratado, para almas sublimes, llamado
Evangelio? Si cuenta con casi dos mil años de vida, ¿qué efecto
produjo si cada día se observa que los hombres exacerban sus
pasiones animales?
Ramatís: En verdad, lo que el hombre ha hecho es subestimar al
Evangelio y olvidar el ejemplo vivo que ofreció Jesús, por lo cual
Dios tuvo que emplear recursos drásticos y convincentes, como son
los tifones, epidemias, catástrofes, inundaciones, terremotos y
tragedias que pulverizan ciudades y eliminan pueblos, que por
lógica necesidad terminan confraternizando a pobres y ricos,
enemigos y amigos, sabios y analfabetos, católicos y protestantes,
espiritas y umbandistas, musulmanes e hindúes, judíos y árabes.
Bajo el estigma del dolor, del sufrimiento en la desesperación por
sobrevivir, el blanco acepta el pedazo de pan ofrecido por el negro,
el árabe agradece el medicamento recetado por el médico judío, el
millonario se emociona ante el esfuerzo del mendigo, que intenta
desesperadamente rescatarlo en medio de los escombros,
producidos por un terremoto. La tragedia, el dolor y el sufrimiento
arrasan pero aproximan a los enemigos, relacionan a parias con las
castas privilegiadas, eliminan fronteras raciales, nivelan diferencias
sociales, atemperan las barreras políticas e intelectuales. En
algunas horas de insoportables desventuras se cumple con los
principios de fraternidad, que las criaturas olvidaron aprender bajo el
toque amoroso y liberador del Cristo Jesús, cuyo ejemplo, a través
de sus enseñanzas evangélicas, demarcó el rumbo cierto y seguro.
En verdad, los conceptos del Evangelio organizan la vida superior y
elaboran la legislación social de elevado nivel de paz y armonía. El
Cristo Jesús, el más avanzado mensajero que vino al mundo físico,
iluminó las sombras del mundo animal e insufló al alma del terrícola
las luces de la angelitud inmortal, cuando plasmó, a través de su
propia sangre, las reglas y las leyes emanadas del Principio Uno del
universo.
Pregunta: Desgraciadamente, nosotros creemos que es casi
imposible que el hombre evangelizado pueda vivir razonablemente
sobre la tierra, puesto que adoptando los principios crísticos
recomendados por el Evangelio, se vuelve una presa fácil de los
explotadores, estafadores y del manejo ilícito de los inescrupulosos
de la tierra. ¡Ya no se trata de saber vivir sino de poder sobrevivir!
¿Tenemos o no razón?
Ramatís: Sin lugar a dudas, pues el hombre cuando más se
integra a la vida recomendada por el Evangelio, también disminuye
las fuerzas en su lucha en medio de la humanidad impiadosa. Se
justifica, entonces, la advertencia que nos hiciera el Cristo Jesús
cuando dijo: que su “Reino no era de este mundo”, y “Dad al César
lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, o “No se puede
encender una vela a Dios y otra al Diablo”.
Sin embargo y a pesar de tantos inconvenientes, como los
citados por vosotros, es conveniente saber que el ascenso espiritual
o perfeccionamiento angélico es un problema de criterio individual o
de interés particular del espíritu, teniendo poca importancia el
perjuicio que el hombre recibe en su vida física, dado que al
integrarse fielmente a los postulados evangélicos, anula los efectos
de la personalidad humana. Esa condición de absoluta renuncia
franciscana es el resultado del proceso o camino único elaborado
por el Magisterio Sideral, para que el espíritu alcance su auténtica y
definitiva liberación. El camino es muy difícil y azaroso, no cabe la
menor duda, y es terriblemente castigado y censurado por los
inescrupulosos y sensuales del mundo. Pero, la angelitud sólo se
alcanza entrando por la “puerta estrecha”; inclusive deberá afrontar
la exigencia de “entregar la camisa a quien le está robando la
túnica”, y no debe descartar la posibilidad de tener que “caminar una
milla más a quien le obligó a caminar la primera”.
No se trata de imposiciones o mortificaciones exigidas por Dios a
cambio de “pruebas” de iniciación sideral, o como premio recibido
por la proeza de haber sobrepasado el examen. Es un proceso de la
técnica sideral, es decir, el único camino enseñado y vivido por
Jesús hasta su último suspiro en el Calvario. Así como la semilla
necesita renunciar a sí misma, en el seno de la tierra, para
desintegrar su vieja forma y resurgir en la forma de una nueva
especie vegetal, pródiga de flores y frutos, el hombre debe renunciar
a su vieja personalidad humana, por la metamorfosis de la
individualidad eterna. A través de la “puerta “estrecha”, el espíritu
decanta el residuo inferior de la animalidad, desimántase de las
pasiones coercitivas, y supera los deseos subversivos, fluyendo de
sí la Luz, que es motivo de vida y Amor, y además, sostén de la
Ventura Eterna.
Por lo tanto, el Evangelio es la fórmula perfecta para el ascenso
espiritual porque resuelve los problemas humanos en la lucha por la
liberación definitiva del espíritu en el mundo de las formas
transitorias. También es verdad que no es una conquista fácil; la
evangelización exige absoluta renuncia del ser que todavía se
encuentra fascinado y aferrado al linaje sustentador del mundo
animal. Todos aquellos que probaron esa posibilidad dejaron un
rastro de luz y amor en medio de la turbulenta humanidad. En
realidad, son ejemplos positivos de que es difícil pero no imposible.
Pregunta: La evangelización integral, ¿no requiere renuncia
completa, y quizás, el substraerse de los deberes de la propia vida
humana? Si todavía participamos en un mundo, cuya existencia
normal requiere el manejo y la posesión de los bienes físicos,
¿cómo podremos renunciar a ello prematuramente?
Ramatís: La evangelización integral requiere la renuncia
constante y consciente al mundo de la materia, como ser,
abdicación de los bienes, posesión, derechos e indemnizaciones tan
propias de la personalidad humana. A quien ama la vida física, le
cabe el derecho de sobrevivir sustentando los bienes y valores de
su indiscutible protección personal. Dios no censura ni castiga el
alma, que infantilmente adora las formas materiales de los mundos
provisorios, aunque educativos, pero que es incapaz de concebir la
felicidad más allá de la morfología física y planetaria. ¡No se puede
exigir al niño, que vive en el mundo de sus juegos, que deba regirse
por los estatutos de las personas adultas! Pero, es sorprendente y
paradójico que el adulto cierre los oídos a las directrices superiores
y se obstine en llenar su vida, dedicándose á las cosas infantiles.
He ahí porqué el hombre no puede servir simultáneamente a
“Dios y al Diablo”, es decir, renunciar y al mismo tiempo esclavizarse
a las normas comunes de la vida material. Los seres liberados de la
materia simbolizan en cierta forma a verdaderos “turistas
espirituales”, que pasan por el mundo participando de sus
actividades, pero sin pertenecer al “clan” que lucha fervientemente
por el deseo de vencer en la vida. Los grandes liberados espirituales
que vivieron en la superficie de la tierra, preocupados únicamente
por el bien de los ajenos, se llamaron Francisco de Asís,Vicente de
Paúl, Pablo de Tarso, Ramana Maharshi, Gandhi, Juan Evangelista,
el Apóstol Pedro, María de Mándala, Teresa de Jesús, Padre
Damián, Buda, Ramakrishna, Francisco Xavier y el inolvidable
Jesús, sublime hombre, que ni siquiera tenía dónde apoyar la
cabeza. Renunciaron a cuanto tenían para servir al prójimo, por ser
espíritus conscientes de la transitoriedad del mundo y de la función
valiosa del tiempo invertido en favor de la vida inmortal del espíritu.
Pobres, simples y desapegados de los valores materiales, fueron los
monarcas de la espiritualidad, puesto que renunciaron a la vida
física por amor al prójimo y ganaron la vida espiritual eterna por el
Amor a Dios.
Pregunta: Aunque reconocemos vuestro concepto sobre el
hombre superior, producto del Evangelio, algunos doctos del mundo
encuentran que esa abdicación incondicional de la vida humana en
base a algo que es indefinible y hasta dudoso, no deja de ser una
debilidad y hasta raya en lo ingenuo. ¿Cuál es vuestro parecer?
Ramatís: El hombre evangelizado, el héroe sideral, el verdadero
vencedor de la batalla de la vida humana, sabe perfectamente que
sus mayores enemigos son los vicios, las pasiones y los placeres
extravagantes. Son bienes transitorios y perecederos, y no tienen
las cualidades del espíritu inmortal. Aunque se le considere tonto, o
pobre de espíritu, porque se substrae de la competición violenta del
mundo carnal, el evangelizado es un alma libre y emancipada, que
sabe dominar las fuerzas animales, que intentan dominarlo y
someterlo a la vida ilusoria del orbe físico.
Paradójicamente, en esa eventual “debilidad humana”, es donde
reside el poder y la gloria del espíritu evangelizado, por lo cual se
libera definitivamente de la coacción de las formas ilusorias de la
materia. El hombre que renuncia incondicionalmente a las luchas
humanas, para ceder lugar a sus oponentes, sin duda alguna, que
se le titula de excéntrico, que trata de cultivar en el mundo físico una
ley extraña e inaccesible a las personas, acostumbradas a vivir
constantemente en lucha por cosas que ni siquiera tienen valor. El
evangelizado es un débil delante del mundo del César y fácil presa
de la rapiña ajena, o un aparentemente fracasado de cualquier tipo
de iniciativa cuyo provecho sea personal. Mientras tanto, ese
supuesto mendigo que ambula entre los ambiciosos, es el gigante,
indestructible y poderoso que utiliza armas superiores, para un reino
donde la vida es única porque es definitiva.
Pregunta: El hombre evangelizado, al considerarse como tal,
durante el tiempo de su existencia física, ¿no deja de contribuir y
participar en los problemas cotidianos de sus compañeros de
jornada educativa?
Ramatís: Aunque se dice que el tiempo no existe, en su forma
positiva, como un hecho en el seno del universo, lo cierto es que el
tiempo es una cualidad indestructible y que existe en toda la
eternidad. El tiempo existe, como existe Dios. Sea cual fuera el
concepto expuesto por la filosofía humana, el tiempo es esencial y
no tiene substituto, cuando es desperdiciado. La dinámica de la vida
espiritual que acciona constantemente en la intimidad del ser
humano, abarca siempre un tiempo de acción, y consecuentemente,
la sabiduría superior del hombre debe llenar, con lo mejor de sus
frutos, “ese tiempo”, es decir, con los bienes que sean eternos.,
El plano general trazado y concebido por Dios en la creación del
universo es inmenso, y los desajustes de sus criaturas por el
desperdicio del tiempo, con problemas y hechos fútiles,
improductivos y transitorios, le causan trastornos innecesarios. El
tiempo desperdiciado no podrá ser recuperado, por cuyo motivo,
hasta el hecho en que el hombre no se prepare para ingresar
pacífica y lógicamente en la vida del Más Allá, es un lamentable e
incalculable desperdicio de tiempo, descontando, que más tarde,
deberá reajustarse convenientemente para comenzar una nueva
existencia física.
El hombre evangelizado, incondicional y consciente, sabe del
valor insignificante de las cosas materiales, y aun del valor diminuto
de su cuerpo físico, como instrumento de trabajo para una
existencia humana. Lamentablemente, los críticos no comprenden la
renuncia y la simplicidad que encierran las directrices de Jesús, y no
entienden que es ridículo y tonto vestir el cuerpo de seda, colmarlo
de joyas costosas, cuando el alma está desorientada y necesitada
de alimento espiritual.
Son muy aventajadas las criaturas evangelizadas, que renuncian
espontáneamente a los provechos y condecoraciones, muy del tipo
humano, que además es obsoleto para los dones del espíritu. Esas
personas caminan rápidamente hacia Dios y se alejan
aceleradamente del mundo del César, y por otra parte, economizan
totalmente el tiempo empleado para alcanzar el camino recto de la
angelitud. Jamás dejan de participar y contribuir en el tiempo de su
existencia física, porque el mensaje recibido del Cristo les dice, que
“Se debe amar al prójimo como a sí mismo” y “Hacer a los otros, lo
que quisieran que le hagan a uno mismo”. Vivir sólo para sí es
destruirse; vivir por el amor del prójimo es crecer divinamente.
Aquellos que ayudan a los demás, calman sus dolores y preparan
momentos de mucha felicidad, son los seres que participan y
contribuyen a solucionar los problemas cotidianos de sus
compañeros. En verdad y
por su profunda honestidad espiritual, esos seres superan a los
poderosos y jerárquicos del mundo, porque dan sin exigir
retribución, aman sin requerir posesión alguna, sirven sin
remuneración, producen sin esclavizarse, y por sobre todo, enseñan
los bienes que otorga la eternidad.
El hombre conscientemente evangelizado, cuando es
agredido, perdona, cuando es castigado, se conforma; ante la
injusticia, confía, y ante el insulto, ama. En vez de destruir para
sobrevivir, prefiere sucumbir, para resucitar, confía en la promesa
del Cristo, que dice:”Aquel que diera su vida por mí, la ganará por
toda la eternidad”.
LA CIENCIA Y LA FE
DEL EVANGELIO

Pregunta: ¿Qué diferencia existe entre el estado de Fe, con que


aceptamos el Evangelio de Jesús Cristo, y el aspecto ciencia que
interpreta las leyes del Cosmos?
Ramatís: Es de sentido común, que la Fe equivale a un estado
de confianza y seguridad absoluta, y que se sobrepone a cualquier
especulación por parte del intelecto humano. Creyendo en el
Evangelio y aceptándolo con Fe, los hombres demuestran su
confianza en el mensaje oculto y divino que Jesús transmitió a
través de sus parábolas y conceptos inolvidables. La creencia
absoluta en el Evangelio es una aceptación incondicional, sin
necesidad de requerir explicaciones accesorias o que justifiquen tal
creencia. Sin embargo, la ciencia también se encuentra conjugada a
la fe, porque la sabiduría y el sentimiento están íntimamente ligados
por la armonía, tanto como el hombre liga su espíritu con el cuerpo
físico. Fe y Ciencia, sentimientos y sabiduría son una sola expresión
de armonía espiritual, y expresan las cualidades de un mismo Ser,
que es Dios.
La ciencia puede investigar lo que existe de racional en el
Evangelio, porque el sentimiento y la sabiduría, ya lo hemos dicho,
son un todo armónico. No se trata de desconfianza o subestimación
sobre la comunicación evangélica, que el hombre trate de conocer o
investigar sobre el contenido indestructible que poseen los
conceptos inspirados por la Fe del Evangelio. Los hombres pueden
continuar demostrando su fe absoluta e incondicional en aquello que
“Jesús dijo”, pero también pueden investigar “porqué Jesús lo dijo”,
sin que por ello se debilite esa fe.
Pregunta: Sin embargo, hay quienes creen que la ciencia
elimina el misterio de la fe; ¿cual es vuestra opinión?
Ramatís: Sólo puede hacer tal juzgamiento, el científico parcial,
aquel que únicamente realiza su investigación sistematizada en la
negativa, en el dogma o en los preconceptos académicos, puesto
que el hombre puede investigar, examinar, deducir y sacar
conclusiones, sin abdicar de su fe. La verdadera ciencia está
exceptuada de los preconceptos, acepta los fenómenos y trata de
explicarlos a priori. Cualquier persona podría ser un científico sin
eliminar el calor de su confianza ilimitada en los poderes superiores
y principios directrices de la vida cósmica. Es ridículo, que el hombre
juzgue ser un científico puro, porque únicamente investiga la
relación entre los seres, pero no percibe las relaciones entre sí y la
Divinidad, puesto que entre su capacidad y la del ignorante, siempre
ha de primar la del ignorante por fuerza de su primitivismo. La
Ciencia no es el poder máximo del mundo, ni la garantía suficiente
que determina lo que es real en la vida; paradójicamente, es un
camino más que ayuda a desarrollar la intuición, y más tarde la
aplica para descubrir las causas del mundo oculto, fuente verdadera
de la existencia humana.
La Fe es el producto de la Intuición, y la Intuición es el lenguaje
oculto del Señor, que nos habla en nuestro interior. Es la “Voz del
Silencio” de la Divinidad, en un constante intercambio con su
creación, ajeno a las fronteras del tiempo y del espacio. El hombre
se ayuda con los instrumentos en su investigación científica en el
mundo transitorio de la materia, como recurso para desenvolver su
capacidad de investigación a través de la vida oculta del Espíritu,
eterno y consciente. En los planetas más evolucionados que la
tierra, no es la forma lo quo orienta al hombre sino el hombre quien
orienta a la forma. No es la envoltura material la que debe inducir o
demostrar la existencia íntima del espíritu inmortal; más es el
espíritu indestructible el que da forma al cuerpo físico y perecedero.
El científico busca lo real en la periferia de la forma para encontrar la
intimidad psíquica; entonces, su fe se robustece, una vez que
satisfizo las exigencias del raciocinio humano. Y conforme nos dice
Allan Kardec: “La fe sólo es fe cuando puede encarar la razón cara a
cara”.
Partiendo de la investigación científica rudimentaria e
investigando el fenómeno de la estructura material, el hombre
buscando la verdad, penetra lento, de a poco, pero con seguridad,
en la intimidad de su origen inmortal. Se olvida de su fe, pero
acelera su sensibilidad psíquica, la cual se sublima ante el esfuerzo
de investigar y descubrir, ante su determinación de “ver y palpar”. El
científico también descubre la fascinante planificación de la Vida en
su propia intimidad, oculta a la visión normal. Entonces comienza a
sentir confianza y fe en una Inteligencia y Sabiduría Psíquica, que
debe ser responsable por la creación de los fenómenos,
disciplinados e inteligentes, que son comprobados
satisfactoriamente por la Ciencia.
El Evangelio, además de ser un mensaje de fe, que despierta en
la criatura su potencial divino, demuestra en pequeño las leyes del
Cosmos, que pueden investigarse científicamente y corregir las
conclusiones de un raciocinio ciego.
Pregunta: ¿Nos podríais exponer algunos conceptos
esclarecedores, en lo que se refiere al Evangelio, como sublime
mensaje de Amor y Fe, pero que demuestre ampliamente las leyes
que controla o estimulan la evolución de los seres?
Ramatís: Reiteramos; el Evangelio es la miniatura de la Ley y lo
único en lo que respecta a la evolución del espíritu inmortal. Las
leyes sociales y el aspecto moral de vuestra humanidad especifican
sobre la vida predominantemente animal y disciplinan las relaciones
sociales y civilizadas del corto período de una existencia, que media
entre la cuna y la tumba, mientras que el Evangelio es el contenido
total sobre la vida real y definitiva en todo el Cosmos. En la tierra los
hombres necesitan ser fuertes, audaces y hasta impiadosos para
alcanzar éxito en sus empresas, supuestamente felices; bajo la
planificación sublime del Evangelio, las criaturas son venturosas,
siempre que sean justas. Al terrícola lo domina el instinto que lo
protege y le garantiza la sobrevivencia en la lucha por los tesoros
transitorios, mientras que el ángel y el santo fueron hombres
transformados por el Evangelio, cuya única meta reside en la vida
inmortal del espíritu. Mientras exista inseguridad, miedo y
desventura en la vida de los hombres bajo el dominio de las
pasiones, la paz y el amor llenan el tiempo de los seres que viven
bajo las leyes verdaderas y divinas del Señor.
Pregunta: Si el Evangelio es un mensaje de Fe, ¿cómo puede
ajustarse a la concepción, algo fría, de un tratado científico, aunque
se presuma que es la miniatura de las leyes cósmicas?
Ramatís: La razón es una conquista del espíritu, fruto de la
observación, del desenvolvimiento y de la conclusión que el hombre
extrae del trato con la fenomenología de la materia; mientras que la
Intuición es una cualidad innata y permanente del espíritu. A pesar
de la importancia que se le da a la naturaleza y al progreso o
renovación de la materia física (cuerpo carnal), puesto que alcanza
formas cada vez más perfeccionadas, en base a la eficacia e
investigación científica, lo cierto es, que sólo el Espíritu sobrevive y
permanece inmortal. En un campo vibratorio sutil e interligado a la
materia, preexiste y sobrevive el Espíritu por ser el verdadero
sustentador de la Vida. En consecuencia, como el Evangelio es un
“tratado de Moral Espiritual” que cataliza la realidad del ángel que
existe en potencia en la intimidad del hombre, es definitivamente el
orientador de la actividad social y psicológica de la humanidad. El
Evangelio posee la única e insuperable fórmula “psicoquímica”
capaz de estimular y apresurar la avanzada combinación
“psicofísica” de la criatura superior, en cualquier latitud geográfica
del orbe.
La renovación de la vida terrestre está programada en el espíritu
del hombre, bajo la planificación de la vida superior y divina. El tipo
biológico terrícola del superhombre se alcanza sólo bajo la
metamorfosis disciplinada del Evangelio, del cual el Cristo Jesús es
el más fiel de los representantes.
Los períodos evolutivos del mundo están previstos en el
Evangelio porque es el Código Moral, definitivo e inmodificable; por
lo tanto, está prevista la planificación antropológica del
superhombre, que también es la meta que persigue la Ciencia. Por
eso, cualquier evento superior, esfuerzos técnicos, acontecimientos
psicológicos, estudios filosóficos o perfeccionamientos humanos,
cuando alcanzan un nivel superior e incomún, están reproduciendo
las incomparables previsiones que fueron planificadas con
antelación en el Evangelio.
Pregunta: ¿Qué nos podéis aclarar sobre las afirmaciones
científicas, que aseguran un éxito total sobre “el superhombre”, que
ha de ser elaborado por la ciencia terrena bajo la biología dirigida?
¿Es una conquista humana y paralela al programa evangélico?
Ramatís: No dejamos de reconocer los esfuerzos que realiza la
ciencia terrena tratando de apresurar los procesos biológicos, para
alcanzar el soñado “superhombre”, es decir, confeccionar un tipo
“anátomo-fisiológico”, sensible y perfecto que fuera capaz de
superar a la actual configuración ancestral y tradicional del tipo
humano. Por otra parte, hace muchos siglos “el superhombre” ya
era un sueño en la vieja Grecia, que predicaba, “Alma sana en
cuerpo sano”, en cuya época el renombrado filósofo Platón era un
eximio atleta, tratando de vivir la planificación anticipada del futuro
ciudadano “psico-físicamente” incomún.
Pregunta: La Ciencia terrena, ¿conseguirá ese elevado objetivo?
Ramatís: Jamás la ciencia terrena conseguirá éxito sobre ese
particular de crear o elaborar un “superhombre”, o un simple hombre
partiendo únicamente de los elementos naturales, dentro de un tubo
de ensayo. La tierra es algo semejante a un caldo de cultura o
retorta de experimentación del psiquismo individualizándose. Es un
laboratorio transitorio, sin consistencia definitiva”; es una especie de
fábrica donde se elabora el ropaje carnal, cuya finalidad es prestar
utilidad al espíritu individualizado.
En consecuencia, el “superhombre” ideado y elaborado por el
científico terreno, ha de estar sujeto al medio y a las leyes de sus
relaciones con el mundo físico. Aunque sea una superestructura
biológica realizada por el ser humano, jamás pasará de ser un frágil
basamento psíquico cuya envoltura material exterior no tiene la
magia de modificar el contenido interior. Ha de ser siempre un
hombre fuerte, bello y sano; difícilmente, un hombre justo. Aunque
sea un apreciable exponente de salud física, tal vez con astucia y
habilidad, bajo los estímulos del linaje animal elaborado, jamás será
un santo sino tiene el ingrediente básico del Evangelio.
En verdad, los principios evangélicos pueden orientar sanamente
la vida y organizar correctamente la civilización. La Ley del Cielo
que gobierna a la tierra, estimula y selecciona los tipos excelsos e
incomunes de los superhombres, que se mueven por sobre las
contingencias del tiempo y del espacio, en fin, son gigantes inmunes
a cualquier influencia emanada del mundo inferior de la animalidad.
Por ventura, ¿la ciencia terrícola conseguirá producir un tipo de
“superhombre” al nivel de Jesús, Francisco de Asís o Buda, siendo
éstos productos de un psiquismo que sobrevive a través de millares
y millares de mundos ya extinguidos? ¡Sería una estulticia o un
delirio, que el cientificismo mediocre del mundo material, que
todavía no consiguió establecer la paz entre los hombres,
consiguiera producir un “superhombre”, tan al gusto de los
humanos! La vanidad del cientificismo llegaría al máximo, gastando
millares y millares de pesos en el problema de crear
“superhombres”, mientras que por otro lado se trata de controlar la
natalidad, en base a la poca alimentación mundial y tantos otros
problemas, que todavía el hombre, que dice ser inteligente, no supo
resolver a gusto. Sería muy interesante que el hombre produjera un
émulo del monstruo de Frankenstein, mientras perecen millones y
millones de criaturas subdesarrolladas que desperdician su valioso
instrumento carnal, que la Divinidad modela para el advenimiento
venturoso del ángel.
Pregunta: ¿Es censurable que la biología experimente para
perfeccionar el organismo humano?
Ramatís: No es censurable que se experimente biológicamente,
pero, no deja de ser una imbecilidad, que el científico terrícola
intente modelar un superhombre ¡con el material inferior de la
ancestralidad biológica de las cavernas!... En un mundo donde los
más fuertes y privilegiados son preparados para aniquilarlos o
estropearlos en los campos de batalla, lo único que se puede
esperar, que ese supuesto superhombre creado por el genio de la
ciencia, ha de ser igual a un Gengis Kan, Atila, Napoleón o Hitler.
Nunca olvidéis que el .Evangelio, además de ser un perfecto
“Código Moral”, en sus entrañas posee un cientificismo que es
capaz de estructurar al “superhombre” más perfecto, debido a que
cuenta con lo mejor del psiquismo creador.
Pregunta: ¿Nos podéis explicar mejor ese concepto?
Ramatís: Bajo la supervisión de la ciencia evangélica, el
“superhombre” ha de ser aquel que supo librarse de la atracción de
los fluidos gravitacionales del instinto de las cosas y de los objetos
ilusorios del campo material. ¿De qué vale un “superhombre”
apegado a las formas de un mundo transitorio, que haya sido un
suceso biológico entre la cuna y la tumba física, pero ampliamente
superado por el primer mendigo que se integró al Evangelio del
Cristo? El superhombre indestructible es aquel cuya acción es el
resultado de los principios esenciales y eternos de la vida espiritual.
¿De qué vale intensificar el poder, la capacidad y la astucia del
hombre, si todo ello centuplica los conflictos humanos?
El superhombre verdadero no es el espécimen transitorio del
trabajo y la disciplina biológica, capaz de dominar las formas que se
encuentran en constante transmutación, sino el ciudadano que ha
sabido liberarse del yugo de lo externo, es decir, es la expresión viva
e inmutable del espíritu absolutamente vencedor de la materia. El
superhombre jamás se vuelve un agresor o es vengativo, porque en
su esencia, es todo perdón; jamás roba o ambiciona, porque en
esencia es el más rico del mundo, pues quien menos necesita para
ser feliz, es el poseedor de los tesoros imperecederos.
El superhombre jamás condena o juzga, porque en su esencia es
el más justo y sabio. Bajo las leyes espirituales, el futuro y perfecto
ciudadano terrícola o superhombre de la genética dirigida, ha de ser
esencialmente pacífico en su manifestación mental psíquica, a fin de
no destruir a su propio mundo, por el exceso de agresividad animal.
Estará dotado de un cuerpo de líneas puras y armónicas, pero
tendrá un control nutritivo sano, que no altere su metabolismo
natural. Será una criatura importante si se cultiva bajo la máxima
hipersensibilidad psíquica de la poesía, el arte, la ciencia, la filosofía
y la moral, a fin de plasmar sobre la superficie de su mundo físico, la
belleza y la ventura que el Cristo ejemplificó, como una pálida copia
del reino divino entre los hombres.
¿Qué importa si ese ciudadano es el resultado de un proceso
disciplinado y dirigido científicamente, en un futuro avanzado, como
éxito de la ciencia humana, si arroja un resultado mediocre de las
condiciones humanas, elevado a un potencial o grado de sabiduría
dogmática? No cabe dudas que ha de ser muy lamentable y aun,
execrable, si el supuesto superhombre, producto del genial proceso
genético y científico del mundo material, tal vez el sinónimo de un
“bebe de probeta”, resulte tan solamente un robot de carne, cuyo
mente hipertrofiada expone la ambición del gigante, que ¡disputa
genialmente los “tesoros que la polilla roe y la herrumbre consume”,
cuya finalidad es dominar al mundo! ¿Qué ventaja y felicidad tendría
la humanidad terrena, si proliferaran esos tipos de superhombres,
capaces de pulverizar científicamente los “protones” y los
“neutrones” de la intimidad atómica, promovieran turismo de “fin de
semana” a la luna o presentaran deslumbrantes coeficientes de
inteligencia precoz, pero no estuvieran sustentados por el Amor del
Cristo?
Nosotros queremos informaros que el “superhombre”, en el caso
que fuera posible su creación, como un producto exclusivo de la
ciencia terrícola, no dejará de ser un ciudadano transitorio, ¡porque
la Ciencia del mundo no le puede proveer el psiquismo! ¿De qué
vale el superhombre, como fruto del espécimen conseguido por la
ciencia terrícola, originado por el espermatozoide y el óvulo humano,
pero que nace en el vientre femenino, bajo la sentencia implacable
de ir hacia la muerte por ley natural?
No tenemos la menor duda de que la Fe del Evangelio, como el
positivismo de la Ciencia, trabaja para un mismo fin, aunque ambos
parten desde puntos diferentes. El científico lúcido y bien
intencionado ha de ajustarse al Evangelio por los caminos de la
Ciencia; el místico prudente podrá llegar también a la Ciencia por las
rutas de la Fe. Consciente o inconscientemente, el científico intenta
conocer su morada y trata de proporcionar la felicidad a sus
compañeros de ruta terráquea. La verdad es que el hombre
científico agota todos los medios para lograr al hombre perfecto,
superando el medio físico donde vive; mientras tanto, sólo el
Evangelio es capaz de dinamizar las fuerzas creadoras del Espíritu
Eterno. Aunque se consagre por su capacidad, deslumbre por su
configuración atrayente y se glorifique por el servicio superior, ¡la
lámpara resulta inútil si le falta la energía eléctrica proporcionada
por la Usina!
En consecuencia, la Ciencia construye y apresura los medios
que han de proporcionar mayor amplitud y sensibilidad a los
sentidos físicos, en la percepción de los fenómenos y
acontecimientos del mundo material. Sin embargo, es el Evangelio,
como “tratado místico”, de avanzada aplicación psicológica y social
en el mundo, el que podrá conformar el contenido indestructible y
espiritual de ese superhombre o superciudadano del futuro. Él poder
excepcional e incomún del cuerpo físico, su actividad disciplinada
por reglas científicas más evolucionadas, sólo son posibles cuando
están orientados por los principios evangélicos que proporcionan al
Espíritu el estado real de conciencia.
JESÚS Y SUS PARÁBOLAS23

Pregunta: ¿Por qué Jesús enseñaba el Evangelio a través de


parábolas?
Ramatís: El Maestro decía a sus apóstoles que acostumbraba a
explicar a la gente por medio de parábolas porque no estaban en
condiciones de comprender ciertas cosas. Ellos ven y oyen pero no
entienden. Por lo tanto es inútil decirles lo verdadero, lo real.
En verdad, Jesús se preocupaba muchísimo por sus enseñanzas
con relación a la naturaleza espiritual del hombre, dejando de lado lo
concerniente a los hechos transitorios de la vida humana. A través
de su comunicación, enriquecida con figuras alegóricas y hechos
que sucedían en el mundo, activaba el conocimiento de los
principios superiores y espirituales, pero sin violentar las costumbres
judaicas y tratando de no molestar a los oyentes intolerantes. Bajo la
envoltura exterior de las configuraciones del mundo físico se
ocultaba la enseñanza esotérica del futuro, y específicamente la
naturaleza del espíritu inmortal. A través del significado de las
parábolas, Jesús orientaba al hombre de la época, así como
también al de las épocas futuras, dinamizando sus fuerzas
espirituales y dándoles la pauta para que se sublimaran por
intermedio de los fenómenos de la vida humana. Exponía con suma
belleza las leyes que rigen al Cosmos, contando historietas
prosaicas sobre los hechos cotidianos, sin violentar el libre albedrío
de nadie y que cada uno asimilara conforme a su grado evolutivo.
Alertaba y estimulaba la mente humana, enunciando las parábolas,
las que proporcionaban deseos de superación, permitiendo nuevos
y rápidos raciocinios.
Pregunta: ¿Cómo hacía Jesús sus prédicas al pueblo?
Ramatís: Jesús atraía y fascinaba a las multitudes por su
magnetismo, que era inherente a su elevada graduación angélica;
sus prédicas eran fluidas, sin artificios propios de los hombres que
pretenden resaltar en base a su grandilocuencia. No se preocupaba
por impresionar el auditorio por la elocuencia rebuscada o los
ejemplos sofisticados; tampoco acompañaba sus palabras con
gestos conmovedores, tal como hacen los oradores del mundo
profano. Era esencialmente comunicativo, solamente lo preocupaba
el contenido, la base espiritual de lo que transmitía, que fuera
entendida por la generalidad de los oyentes, sin imponer su
personalidad, lo que resultaba un clima de paz y fraternidad, de
alegría y consuelo. Jamás sacrificaba la enseñanza espiritual en
favor de los términos rebuscados; tampoco dramatizaba los hechos,
puesto que su finalidad no era valorizar su persona.
Jesús era exacto y no divagaba con pequeñeces que cansaran a
los oyentes; en un puñado de vocablos familiares, exponía el
contenido de una virtud o revelaba el verdadero estado de un
espíritu angélico. Su voz era musical y de atrayente sonoridad,
enérgica cuando lo necesitaba, pero dulce y afable en las
explicaciones íntimas, como si estuviera platicando en el hogar
amigo. Enseñaba naturalmente y penetraba con sus palabras a los
oyentes, activándoles su estado espiritual, como si entreabrieran los
botones de las flores, bajo el suave calor del sol.
Pregunta: ¿De qué forma Jesús podía atender los diversos
lugares, donde hacía sus compulsas o prédicas evangélicas?
Ramatís: Al comienzo, Jesús recorría la Galilea, no muy lejos de
Nazareth, llegando hasta Cafarnaúm, y algunas veces descendía
hasta Samaría, sin atravesar el Jordán o el mar de Galilea. Sus
discípulos lo ciudaban con esmero y trataban de preservarlo de los
rayos solares, cubriéndole la cabeza con un manto de seda, como
era costumbre local, y comúnmente Jesús rechazaba y prefería
usufructuar los beneficios de la naturaleza. Algunas veces montaba
en un burro o muía dócil. En general, el Divino Maestro hacía sus
prédicas al atardecer, en la hora de mayor vibración positiva, cuando
el Poniente se teñía de colores, pues agradaba aliar el efecto
policrómico y la fragancia de la naturaleza, a la ternura y poesía de
sus palabras afectuosas, como si fuera una ondulación de fuertes
vibraciones psíquicas. Su agrado era hablar desde la cima de las
pequeñas colinas, mientras sus discípulos, amigos y fieles se
acomodaban a sus pies, embebidos en el dulce mensaje de
esperanza que le anunciaba el tan esperado “Reino de Dios”. Otras
veces se encaminaba hacia la villa más próxima, compartía el hogar
modesto, a la vez que le infundía ánimo, alegría, consuelo y
esperanzas a sus moradores.
Las personas se agrupaban en las puertas y ventanas, ávidas de
escuchar al rabí de Galilea cuando exponía sus indescriptibles
parábolas, de contenido sencillo y comprensible hasta para los
niños. La “Paz del Señor” parecía estar presente en el hogar donde
pregonaba la “Buena Nueva”, llena de esperanza y amor. Las
madres salían a buscar a sus niños, pidiendo al profeta de Nazareth
que los tocase, pues se decía que su bendición aliviaba los dolores
y preservaba contra las enfermedades. Su presencia era suficiente
para curar a los enfermos que tenían fe. Innumerables veces, sus
palabras tiernas y comunicativas provocaban remordimientos,
lamentos y confesiones sobre delitos que fueron cometidos en sigilo.
Jesús posaba su mirar amoroso sobre los presentes y aconsejaba a
los ladrones devolver lo robado, a las mujeres erradas que se
redimieran de sus pecados, y a los endurecidos criminales, que
vencieran sus instintos inferiores. Fortalecía la conducta superior en
las personas disciplinadas y estimulaba las prácticas de las virtudes
a los buenos. Infundía su fuerza angélica a todos y provocaba
transformaciones morales que estimulaban el deseo de vivir mejor.
Día a día aumentaba el número de sus seguidores, porque se
encontraban felices cerca de su aura amorosa y divina.
Pregunta: ¿Qué motivo indujo a Jesús a preferir las parábolas
para enseñar, si también podía haber utilizado adagios, proverbios,
aforismos, alegorías y hasta fábulas?
Ramatís: En las diversas peregrinaciones que el Maestro realizó
en su vida terrena, podemos manifestar que en ciertos y
determinados momentos se sirvió de otras expresiones de
comunicación entre los hombres, además de las parábolas. Aquí,
narra una historia corta y convincente, extraída de las costumbres
hebraicas; allí, a través de aforismos, proverbio o fábula, expone un
hecho o acontecimiento humano; acullá, se sirve de la alegoría para
demostrar el “Reino de los Cielos”, comparándolo con el mundo
físico.
Fundamentalmente y como experimentado pedagogo y psicólogo
sideral, el Maestro sabía que las parábolas eran el medio más
expresivo y duradero para comunicar su mensaje crístico, puesto
que se ajustaba a todas las épocas, latitudes geográficas y hasta
regiones cósmicas. Sólo en casos de absoluta necesidad y
esclarecimiento doctrinario, Jesús usaba otro medio que no fuera la
parábola. No le servía la fábula, porque en su expresión fantasiosa
violentaba el orden natural y lógico de la vida humana, donde los
animales, las plantas y hasta los objetos hablan, piensan o se
mueven en una imitación caricaturesca y humana. La alegoría,
usada hasta hoy por las sociedades iniciáticas, las transformó en
parábolas por ser un conocedor de los símbolos de los esenios,
cuyo origen se pierde en el pasado remoto. El proverbio, aunque era
de fácil comparación, se podía confundir, a veces, por su carácter
misterioso, y requerir al pueblo judío, una comprensión intelectiva
más avanzada para entenderla. Además, el proverbio no posee el
encanto y la motivación poética de la parábola.
En la parábola, todo se refleja por naturaleza y exceptúa lo
fantástico; los diversos reinos, vegetal y animal, parecen
subordinados al pensamiento y a la acción orientadora del hombre.
La parábola sugiere y enseña una verdad fundamental, un centro
atractivo para el cual debe convergir toda la atención del narrador y
oyente, porque allí se concentra el mensaje. Debido a su espíritu
equilibrado y a su amplia visión sobre la realidad, las palabras de
Jesús se ajustaban herméticamente al pensamiento enunciado, y
bajo el ropaje poético de las parábolas transmitía emociones, cuyas
vibraciones perduraban en el alma de los oyentes enternecidos.
Además, escogía cada parábola de acuerdo al tipo de auditorio. La
intención era ofrecer la solución espiritual sensata y lógica y que
atendiera a los problemas de orden moral y social, de aquellos a
quienes exponía sus enseñanzas.24
Pregunta: ¿La parábola, qué significa etimológicamente?
Ramatís: La parábola tiene la función de comparar, es decir,
colocar una cosa al lado de la otra; la pintura de un objeto que se
confronta con otro de relación más remota. Se diría que es una
especie de alegoría pero que tiene la propiedad de manifestar o
evidenciar algún precepto o principio de moral, que muestra cierta
semejanza o analogía entre los fenómenos de la naturaleza y la vida
humana, con relación a la vida espiritual. De esa forma, proporciona
ilaciones sobre los principios de la verdad espiritual, cuyo fin es
orientar a los oyentes; ilustra o relaciona un pensamiento o motivo
expuesto con la imagen ofrecida en la parábola. Bajo la influencia de
Jesús, las parábolas se volvían verdaderas joyas literarias, cuyo
contenido tanto era informativo como trascendental y que pasó a
iluminar la literatura sacra, así como también a las profanas del
mundo. Aunque se mencionaran hechos de la vida común, las
parábolas del Maestro tenían la capacidad de guiar a los oyentes
hacia las reglas que demarcaban la conducta superior.
Pregunta: ¿Los rabinos de la época utilizaban también las
parábolas, conforme se comprueba en muchas de sus tradicionales
enseñanzas?
Ramatís: Basta una simple confrontación entre las parábolas
enunciadas por los rabinos y las proferidas por Jesús, para distinguir
el toque de belleza y estructura que el Maestro les imprimió, cuando
exponía los temas espirituales, ¡dinamizados por su sentimiento
angélico y armonía poética, sideral! Exponía sus enseñanzas a
través de las parábolas con la vehemencia y convicción jamás
manifestadas por los rabinos judíos, aún subordinados fríamente a
la creencia dogmática mosaísta y que eran incapaces de sentir al
prójimo como a sí mismo.
La gente de Galilea era ruda e ignorante, pero simple y dotada
de sentimientos puros y candidos. Ante la prédica del nuevo rabí,
que no sólo enseñaba sino que difería de la prédica común y de los
proverbiales anatemas expuestos por los demás, era un ejemplo
vivo de todo aquello que manifestaba y que además, demostraba su
fidelidad al Señor, por lo cual, los galileos vibraban llenos de
esperanzas, como queriendo sublimar sus intereses y ambiciones
con el deseo de habitar aquel venturoso “Reino de Dios”. Jesús no
se servía de las parábolas para exponer y orientar sobre hechos
vulgares, religiosos y sectarios, motivos políticos y reglas sociales
del pueblo judío. El comunicaba su pensamiento en frases limpias y
confortadoras, de tan elevado sentimiento, que hacían impacto en
los corazones de aquella gente, haciéndola vibrar a tal punto que
hasta la mente fría y calculadora lograba enternecerse.
Pregunta: ¿En qué circunstancias Jesús simpatizó con las
parábolas, y qué fue lo que le decidió a utilizarlas como medio de
comunicación accesible y convincente para el pueblo
judío? Ramatís: Aunque algunos espiritas no admiten que Jesús
tomó contacto con los esenios25, el Divino Maestro mantuvo un
íntimo contacto con ellos, cuya vida simple, de elevado padrón
espiritual comunitario y exceptuado de vicios o costumbres
censurables, resultaba ser un programa inicial de sabiduría y belleza
del Cristianismo. Apreciaba en ellos el constante cambio de ideas y
comunicabilidad a través del uso común de las parábolas, y Jesús,
siendo un excepcional intuitivo, inteligente y supersensible, percibió
que esa forma de intercambio verbal era perfecto y un excelente
canal para enseñar el contenido de su doctrina a los hombres de
todas las épocas Sirviéndose de la peculiaridad de la parábola,
como elemento fácil de comparación, Jesús pasó a usarla para
despertar la dinámica espiritual en la mente de las criaturas simples
y sin cultura alguna. Sintiendo el Maestro la necesidad de manifestar
la naturaleza del espíritu inmortal, acostumbraba recurrir a los
fenómenos con relación a los hechos de la vida humana. Forjaba la
imagen de las cosas que parecían vivas y que mantenían estrecha
relación, como si fuera la vida material, la antesala del cielo, donde
la criatura humana primero debía limpiar sus sandalias, o dicho en
otra forma, debería decantar sus impurezas para tener acceso a las
regiones angélicas. Jesús extraía admirables lecciones de la simple
caída de una hoja, del murmullo del riacho, de la mansedumbre de
la paloma, de la sagacidad de la serpiente, de la importancia del
tesoro enterrado y de la semilla que el sembrador arrojaba a la
tierra. Sus oyentes quedaban embelesados ante la belleza y la
fuerza de las imágenes que el Divino Maestro sabía presentar en
simbiosis con el encanto de la naturaleza. Siendo así, los hechos
más inteligentes, complejos y difíciles se volvían simples y
comprensivos ante el raciocinio de los campesinos, en base a la
simplicidad con que se los presentaba, ajustándose perfectamente a
la variada estructura de cada oyente.
El Maestro simpatizó inmediatamente con la gracia y el encanto
de las parábolas, porque podía resumir relatos y ofrecer admirables
lecciones de moral superior, que se podían entender en cualquier
lugar que hubiese vida humana. Construía las frases y les extirpaba
lo que tuvieran de trivial, inocuo e inexpresivo; transformaba el
simple pétalo de una flor en el centro de un acontecimiento de
brillante fin espiritual. Del más insignificante fenómeno de la
naturaleza, hacía sentir la fuerza de las leyes cósmicas. Las
parábolas, bajo el quimismo espiritual del Amado Maestro y bajo la
brisa acariciadora de su Amor, eran enseñanzas eternas que
penetraban a fondo en el alma de quienes las escuchaban.
A través de la diminuta simiente de mostaza, explica la Fe que
transporta las montañas y crea mundos; en la parábola del talento
enterrado, advierte respecto a la responsabilidad de los seres
humanos sobre el mecanismo de la Vida y de la Muerte; sirviéndose
del trigo y la cizaña, simboliza la selección profética de los “buenos”
y de los “pecadores” que existen en la humanidad. En fin, gracias a
las parábolas y a cuanto de ellas se podía extraer, Jesús alentaba a
los hombres para que reflexionaran sobre el camino de la Verdad y
les activaba fundamentalmente, el contenido sobre la vida eterna del
espíritu. Por eso, sus palabras eran suaves, dulces y perfumadas
como el aroma de las flores silvestres; sus formas y colores
quedaban vivamente grabados en la mente de los oyentes. Era un
narrador de historias dotado de un atractivo magnetismo; era un
peregrino que descendió del cielo para contar a la gente las cosas
delicadas y atractivas que existen en los planos de luces. Aquella
gente dispersa a la vera de los caminos, sentada sobre las piedras o
echada sobre el manto verde del césped, quedaba inmóvil, sin hacer
gesto alguno, atenta a la musicalidad de la voz amiga y confortadora
del rabí de la Galilea. Todo ello se justificaba porque la poesía
conformaba el contenido de las parábolas; en sus narraciones se
ejemplificaba a través del mar, las montañas, aves, ríos, flores,
nubes, los campos y los árboles, grabándolo todo en forma de
imágenes claras y objetivas, sin forzar el cerebro de los más
incultos.
Son tan importantes las parábolas que ellas podrían reconstruir
todas las enseñanzas del Evangelio, si se hubieran extraviado o
desaparecido los textos tradicionales dejados por Mateo, Lucas,
Juan y Marcos. A través de las parábolas, Jesús se manifestó como
un poeta, cuya imaginación de prodigioso sentido espiritual
alcanzaba los límites del cielo; fue un santo por la sublimación de su
moral incomún; divino, por la majestuosidad de su carácter
insuperable y característica sideral. Jamás desechó de su mente la
heroica misión de transfundir la luz crística hacia el orbe terráqueo,
que estaba sumergido en la sombra de la animalidad. La historia del
mundo menciona a muchos libertadores que se han impuesto como
tales, por la sangre de los pueblos vencidos, mientras que Jesús,
consubstanció la libertad del hombre encadenado a la instintividad
inferior, ¡vertiendo su sangre en el madero de la cruz!26
EL SEMBRASOR27

Pregunta: ¿Cuáles son los aspectos más esclarecedores de la


parábola del Sembrador, tan conmovedoramente expresada por
Jesús en su inolvidable “Sermón de la Montaña”?
Ramatís: Las figuras y aún aquello que pareciera sin
importancia, expuesto en las parábolas por Jesús, deben
examinarse con cariñosa atención, porque son mensajes que
definen los diversos aspectos y estados del espíritu del hombre, y
están relacionadas con el “Reino de Dios”. En la parábola del
“Sembrador” desde su comienzo se vislumbra dos elementos
fundamentales y de gran significado espiritual en su enunciación
verbal. Primero, debe distinguirse al sembrador como símbolo del
hombre pacífico, que labra la tierra, siembra y produce, en vez de
destruir o perjudicar. Además de la presencia del labrador con su
actividad creadora y útil para la colectividad, Jesús destacó el
campo o el terreno, es decir, el lugar de su trabajo; en fin, la base
donde debe trabajar el sembrador. De esa forma, el sembrador está
representando o ejemplificando al trabajador del Señor, que siembra
la palabra redentora y distribuye las enseñanzas liberadoras del
mundo ilusorio de la materia; el caso simboliza a la humanidad, con
los variados tipos de espíritus, donde los buenos están simbolizados
en el terreno fértil, los malos en el terreno pedregoso, y los
desatentos y haraganes, configurado por la semilla, que es alimento
de los pájaros.
En esa parábola, el Maestro no resalta o da valor alguno a la
figura de ningún guerrero uniformado o que porte armas
destructoras, que pueda teñir de sangre la delicada plantación de la
campiña o tomar los bienes del prójimo; ni tampoco menciona a los
políticos del mundo, que mistifican en la siembra demagógica y sólo
tienen presente su bien personal, sino al labrador escogido como
símbolo del sembrador, que arroja la simiente del Evangelio en el
campo de las mentes humanas y que aguarda, pacientemente, el
fruto basado en el amor y la tolerancia, por causa de la ignorancia
de su prójimo.
En las expresiones figuradas por el Cristo Jesús, las diversas
especies del suelo en donde fueron arrojadas las simientes, citadas
en la parábola, corresponden a las variadas graduaciones del alma
humana, cuyas variantes son la pureza, la inteligencia, Ta ternura y
especialmente, el espíritu liberado de preconceptos y eficaz
receptáculo de la simiente de la verdad espiritual. El Maestro
distingue en forma sutil, y al mismo tiempo, identifica el grado
espiritual de cada tipo de criatura humana, conforme a la reacción
manifestada por la simiente que le es ofrecida en la enseñanza del
Evangelio. No es difícil distinguir el terreno árido del
convencionalismo social, de la pretendida cultura, de la libertad
lujuriosa o del fanatismo religioso, dado que muchos son esclavos
de las circunstancias de su educación, poder, fortuna, distinción
social o primitivismo anímico. Por eso, ciertos grupos humanos
reaccionan negativamente en lo referente a la actividad sembradora
del Señor, por fuerza de su condicionamiento educativo o por temor
a perjudicar los intereses mundanos de una falsa sociedad que
censura a la madre soltera, enriquece sus arcas explotando al
obrero, pero malgasta las horas de sus noches jugando y
derrochando el dinero descontroladamente.
En consecuencia, Jesús se refiere simultáneamente a los
variados tipos de terreno, los cuales, unos se prestan para las
siembra del labrador cumplidor y otros a los que todavía
desperdician la buena semilla, por ser terreno improductivo. Al
mismo tiempo y a través de las imágenes, hace sentir y ubica a los
oyentes en el lugar que les corresponde, en lo que respecta a la
siembra. Siendo así, el primero de los terrenos es el improductivo,
pisado e imposibilitado para que la simiente germine, y corresponde
al tipo de oyente que se rige por la censura fría, apegado a los
convencionalismos humanos, donde la simiente portadora de la
verdad no penetra y será fácilmente arrebatada por las aves, es
decir, se desperdicia. Esa imagen simboliza al oyente, cuya mente
condicionada o instintiva le impide penetrar en la enseñanza, y es
incapaz para entender la verdad. El espíritu imantado por el
atavismo de la carne, es influenciado únicamente por los fenómenos
objetivos y de utilidad para la vida material. Es la criatura formada
por los padrones convencionales de un ambiente mediocre, cuya
inteligencia no le permite escoger con libertad o toma a la materia
como culto definitivo, por temor a investigar en los caminos
desconocidos, pero verdaderos. Es el terreno al que, por su
composición química espiritual, le falta la vitalidad constitucional
para que germine la simiente. Sin embargo, algunas veces, queda
estacionada y ante el humus del dolor, comienza a germinar. Es el
suelo humano, rígido, dirigido por un cerebro que no permite entrar
la buena nueva, salvo que le aporte algo de utilidad, es decir, con
sabor a interés humano, sea de proyección política, religiosa o
social. El segundo de los casos, la simiente brota, pero la raíz no
tiene profundidad, siendo la planta tierna, pues no crece o se seca
con suma facilidad en el terreno rocoso o duro. Simboliza a los
oyentes que se entusiasman en el primer momento, pero, al ser
criaturas volubles y superficiales, portadoras de buenos
sentimientos, que no tienen firmeza en sus convicciones por falta de
una buena estructura psicológica que ayude a profundizar la raíz de
la semilla recibida. Sin las raíces de una cultura “universalista” y
adaptada a los principio de la vida eterna, no encuentra base para
su fijación. Es la flor de cacto, cuya vida es efímera, fruto de
emociones pasajeras de las almas, desgraciadamente vacías. En
tales personalidades, la simiente evangélica parece germinar con
vigor e impetuosidad en el primer instante de percepción, para
después deteriorarse abruptamente por falta de interés en la vida
del Espíritu Inmortal.28 Son los creyentes demasiado emocionables,
cuya vehemente alegría es para algo rápido y pasajero, debido a la
falta de estructura mental o estado evolutivo. Les falta la convicción
que da la sabiduría y que les permita ahondar la raíz de la semilla
germinada, pues ante el embate de la intemperie muere en su alma
el mensaje divino. Son los creyentes cuyas vidas no obedecen a los
dictámenes del Cristo, por eso rechazan los arbustos de las
enseñanzas superiores, por falta de savia fértil, de una creencia y fe,
que puede encarar la razón de frente.
En el primer caso, la simiente evangélica se halla expuesta en el
suelo duro y pisoteado por las actividades interesadas del mundo
material, quedando sin el amparo que le garantice la germinación.
En el simbolismo de la enseñanza, es un terreno donde la simiente
no penetra y queda expuesta en la superficie y es tomada fácilmente
por las aves. En el segundo ejemplo, la simiente brota, pero sus
raíces debilitadas, no crecen debido al terreno rocoso, lo cual
comprende a los oyentes que se encuadran en el dicho común, que
dice: son iguales al “fuego producido por la paja”. Son criaturas de
emociones pasajeras y que prometen sin tener base alguna, cuya
creencia superficial y sin convicción no vitaliza nada de lo que les
rodea. Finalmente, en la tercera tierra, la simiente penetra, germina
y crece; pero, la planta que surge es asfixiada por las espinas y
plantas salvajes que la rodean. En resumen, en el primero de los
casos, la simiente no es da por causa del suelo duro y pisoteado; en
el segundo, brota pero falta desarrollo por caer la semilla entre las
piedras y no poder profundizar las raíces, y por último, la simiente
penetra, germina y crece y la planta está absorbida o asfixiada por
las plantas agresivas o asediada por espinas destructoras.
Jesús menciona en ese tercer ejemplo, a los creyentes
capacitados para el “Reino de Dios”, pero, cuyo espíritu se pierde
por el apego a los bienes terrenos o divagan en raciocinios
filosóficos y estériles. Debilitan la fe porque encienden una vela a
Dios y otra al Diablo. Finalmente, aparece el cuarto ejemplo en la
figura del terreno bueno, fértil y fructífero, en el cual las enseñanzas
crísticas germinan y producen frutos sazonados, por ser mentes de
espíritus más experimentados en las luchas reencarnatorias y
parcialmente liberados de los preconceptos de un mundo primario y
dominado por la efervescencia del instinto animal. Alcanza a las
criaturas rectas y buenas, que aceptan al Cristo y se integran a las
normas evangélicas de liberación espiritual, sin recelos, con
absoluta sinceridad y fe. Son los creyentes que demuestran a la luz
del mundo una vida sana, simple y servicial, tolerantes, y por encima
de todo, fieles en su procedimiento con el prójimo, y muy
respetuosos con los principios de la vida espiritual.
Pregunta: ¿Jesús censuraba a los creyentes que todavía no
podían entender o absorber el significado oculto de las enseñanzas
del Evangelio?
Ramatís: Jesús nunca condenó, y recordemos que a su persona
corresponde la advertencia: “No juzguéis para no ser juzgados”, o
aquello que dice: ‘’Con la misma medida con que mides serás
medido”, dejando el precedente de que conocía perfectamente las
deficiencias humanas. Le cupo la misión de especificar y distinguir
las cualidades apropiadas para conducir, a la brevedad, el alma
humana hacia el “Reino de Dios”. Los cuatro tipos de terrenos
enunciados en la parábola del sembrador no sólo definen los grados
evolutivos entre los seres humanos, sino que demuestran a través
de los ejemplos citados en los terrenos, en qué época el espíritu
está viviendo, con más propiedad, su presente encarnación.
El terreno inaccesible y duro, que la simiente no llega a penetrar,
corresponde a la etapa del niño en lo espiritual, cuando es espíritu
encarnado mal comprende su condición humana, cuya inteligencia
es prácticamente sensorio-motora y la efectividad fuertemente
egocéntrica. El terreno rocoso es la etapa evolutiva de una
inteligencia ligada a las formas concretas, y cuya efectividad apenas
sobrepasa el ambiente familiar, que se aparta fácilmente de
cualquier trabajo que no aporte interés alguno; el tercero de los
terrenos, donde la simiente penetra, germina y crece, pero está
asfixiada por las espinas y arbustos salvajes, se subentiende que
son aquellos que desarrollaron la inteligencia y alcanzaron un
estado intuitivo, que les permite concebir el valor de la simiente,
pero por desgracia no saben cuidar su crecimiento.
En el cuarto y último de los terrenos, la simiente fructifica con
éxito, pues encuentra la condición favorable y nutritiva, simbolizando
al período de la inteligencia cuya predisposición está capacitada
para entender lo abstracto, en donde la experiencia del espíritu le
brinda las condiciones de aprender y asimilar los conceptos
cristianos, en un grado expansivo que supera los empobrecidos
límites de la sociedad. Es la reactivación espiritual, en donde las
vicisitudes y dolores vencidos, aunados a la cultura adquirida,
conforman el estímulo final para impulsar el alma hacia el Reino del
Señor.
Pregunta: En nuestras-reflexiones sobre la parábola del
Sembrador encontramos que el labrador únicamente debería
sembrar sobre el terreno bueno y bien abonado, dado que así
podría cosechar sanos y sazonados frutos para la humanidad.
¿Cuál es vuestra opinión?
Ramatís: Es el caso particular en que el pueblo judío propició la
germinación de la buena semilla; sin embargo, la cosecha no
alcanzó el cien por ciento, Jesús entonces recordó que, aun las
simientes arrojadas en el mejor de los terrenos, no siempre
germinan en su totalidad, así como en el suelo de la vida humana, a
pesar de la buena intención y cuidados, puede desaprovecharse la
germinación de las enseñanzas superiores, puesto que otros
motivos seductores e interesados absorben la atención y se
transforman en resultados inferiores.
Sin embargo, Dios no exige rigurosamente la fertilidad del terreno
humano, ni tampoco condena los resultados negativos. En verdad,
los hombres, a pesar de su comprensión espiritual, poseen en su
intimidad la cuota fundamental de luz divina. De allí que deben ser
orientados y experimentarse para hacer fluir esa luz, tanto como
fuera posible para purificar su cuerpo periespiritual. Cada ser tiene
su “libre albedrío” de reaccionar ante la palabra divina, conforme a la
naturaleza de su entendimiento, es decir, de su terreno psicológico o
grado de comprensión espiritual. Además, no existen dos seres
absolutamente semejantes en el universo, puesto que tienen
señaladas diferencias, producidas por causa de sus experiencias a
través de sus etapas evolutivas y reencarnatorias, en donde todo se
realiza con sentido espiritual de liberar al hombre de los lazos de su
imantación a la fuerza gravitacional del mundo material.
En consecuencia, un pequeño porcentaje de espíritus
encarnados presenta terreno favorable y capaz de proporcionar las
condiciones para asimilar el Verbo de Dios para que germine,
florezca y fructifique la simiente divina, existente en el interior de
cada uno. No obstante, insistimos, el terreno bueno no siempre es
productivo, porque hasta en los hombres bien formados e
intencionados cambia la capacidad de producir, como así también la
sensibilidad de entender.
Pregunta: ¿Existe alguna relación entre la enseñanza del
“Sembrador” y la máxima del Evangelio, que dice: “La planta crece
por sí misma día y noche”?
Ramatís: Tanto la enseñanza del “sembrador” como los
conceptos evangélicos que son correlativos y que giran alrededor de
la simiente van dirigidos a la centella espiritual del Creador — el
hombre — , que muchos tratan de sofocar o anular, en su vibración
y expansividad divina. Todo sembrador reconoce su cuota de
sacrificio, pues arrojando la simiente en forma constante e
incondicional en todos los terrenos, debe tener en cuenta que no
siempre ha de haber una cosecha total, y que, en lo que se refiere al
alma humana, es el fruto de la diferencia de entendimiento y
receptividad espiritual de las personas.
Es evidente que nuevas lecciones pueden extraerse de la
atrayente parábola del sembrador porque Jesús, al exponer sus
enseñanzas casi en forma personal, ofrecía motivos para captar
interpretaciones de orden superior. La simiente es uno de los más
valiosos y expresivos símbolos de esclarecimiento espiritual
utilizado por Jesús en su tarea mesiánica. La simiente posee en su
intimidad, la futura planta, como el hombre trae en su interior el
universo entero; ella se transforma en vegetal cuando es colocada
en terreno fértil, tal como lo hace la palabra del Señor, cuando
despierta la espiritualidad de los seres y activa la contextura íntima
de la conciencia. La simiente de una misma especie vegetal puede
germinar y presentar diversas variedades de plantas, que se
distinguirán por sus colores y formas diferentes entre sí, aunque
sean de un mismo origen, como sucede con las orquídeas; así
sucede con la misma prédica espiritual que despierta y activa el
colorido psíquico entre los participantes de la misma graduación,
pero con experiencias reencarnatorias diferentes.
Pregunta: ¿Nos podríais explicar, en forma más descriptiva, la
amplitud del simbolismo de la simiente, como expresión genuina de
los mensajes espirituales transmitidos por Jesús?
Ramatís: Al referirse a la configuración, vitalidad y poder de la
simiente, Jesús la comparaba al movimiento evangélico de
liberación de los seres de la tierra. El Cristianismo, cimentado en los
preceptos definitivos del Evangelio, representaba la
cosecha y salvación de los hombres en la lucha por la liberación de
las cadenas de la animalidad. Él era uno de los sembradores que
trabajaba en el campo del alma humana, mientras que la simiente
representaba el más perfecto de los mensajes crísticos, cuya
perfección estaba sujeta al árido y heterogéneo suelo de la
existencia física.
El Cristianismo, cual muestra sutilísima del “Reino de Dios”,
puede ser cultivado por el espíritu a pesar de estar sujeto a la
materia, así como la simiente crece en el suelo y se transforma en
un majestuoso árbol. La doctrina del Cristo se refiere con más
propiedad a los desventurados y enfermos kármicos, así como el
árbol nacido de la buena simiente es capaz de amparar bajo su
sombra tanto a los seres santificados como a los perversos. La
pequeñita simiente que fue arrojada al suelo físico por la
generosidad y el estoicismo del Divino Sembrador, germinó, dio
raíces, creció, floreció y se transformó en una generosa planta,
cuyas ramas se extienden hasta vuestro siglo, cobijando a las
criaturas más heterogéneas y de contradictorios estados
espirituales.
Sin duda, el árbol del Cristianismo, hoy desarrollado, ofrece una
hermosa y protectora frondosidad, pero también tiene adherido en
su tronco, parásitos indeseables, como son los movimientos
religiosos personalizados y politizados, según el potencial y la
cualidad de la simiente primitiva. Pero, como Dios es fuerza y
acciona en lo íntimo de la vida, un día este árbol florecerá con el
máximo de esplendor y dará nuevos y sazonados frutos. Aunque se
observe un reverdecimiento anómalo cuantitativo y cualitativo en las
religiones que se inspiran en el Cristianismo, la médula continúa
siendo la evangélica y original, y un día despuntará como un
hermoso árbol, libre de los injertos de inferior calidad, que hasta el
presente se fijaron en su tronco en forma de parásitos.
Pregunta: Nosotros creemos que el Espiritismo cumple con la
función de limpiar el árbol de Cristianismo, ¿no es verdad?
Ramatís: En verdad, poco a poco la hermosa planta del
Cristianismo será limpiada por los movimientos liberadores y
retornará a su pureza iniciática, tal como lo es el Espiritismo. El
destino de la simiente era germinar y crecer, v lo hizo con el máximo
de su fuerza y vitalidad, alcanzando vuestro siglo con la eclosión de
la mediumnidad prevista por los Mentores, aunque alcanzará su
apogeo para fin del siglo. Y el Espiritismo, doctrina actualizada en su
triple aspecto, religioso, filosófico y científico; en su esencia naciente
representa la continuación de las enseñanzas teóricas de Jesús,
además de la incisiva y correcta aplicación para el presente. El
Espiritismo es el retorno a las fuentes iniciáticas, con toda su pureza
y simplicidad, como lo era el primitivo Cristianismo, tradicionalmente
conocido por medio de los actos y las cartas de los apóstoles del
Maestro.
La simiente pregonada por Jesús, es el reino de Dios, en total
crecimiento en medio de la humanidad terrena, y las posteriores
adulteraciones son el fruto del artificialismo, de la negligencia o de la
obstinación humana. Además, toda planta que posee parásitos, no
deja de producir simientes, que son capaces de germinar en el suelo
bien preparado, bajo el celo del experto jardinero. Las decenas de
sectas protestantes derivadas del árbol iniciático y religioso, que es
la Iglesia Católica, son otras simientes que tratadas con esmero y
calidad, también aportarán para el advenimiento integral de la
simiente crística y original. Los movimientos espiritualistas
modernos, donde se incluye y destaca el Espiritismo, son el
basamento de las fuerzas del Bien y que han de revivificar la
simiente arrojada por el Divino Sembrador, Jesús de Nazareth. El
árbol del Cristianismo, cuyo crecimiento se viene realizando desde
hace dos mil años, se ha de liberar paulatinamente de las impurezas
y del parasitismo sectario, improductivo, antinatural y aún criminoso.
Pregunta: ¿Cuáles fueron los motivos, que contribuyeron, para
que los hombres no interpretaran la esencia del Cristianismo, la que
fuera tan claramente expuesta por el Divino Maestro?
Ramatís: En base al primitivismo de la humanidad de aquella
época, los hombres no podían aceptar con claridad, la concepción y
comunicabilidad que poseía el Cristianismo. Todavía no estaban en
condiciones de entender el “Reino de Dios”, o el “Reino de los
Cielos”, porque predominaban los placeres del cuerpo sobre el
espíritu; lo concreto sobre lo abstracto; lo cual, les impedía y les
impide vislumbrar lo ilusorio de la vida en las formas. Por esa causa,
los terrícolas asimilaron el Cristianismo según su propia capacidad e
inmadurez, lo que no les permitía captar la realidad que pregonaba
Jesús, cuyo único objetivo, era liberar al hombre definitivamente de
las sensaciones de la carne.
Todavía hoy, la simiente crística continúa germinando a través de
los movimientos religiosos, sin tener directrices definitivas en el
tiempo y en el espacio, puesto que son el resultado de las culturas y
organizaciones humanas. Algunos movimientos religiosos y
espiritualistas se apoyaban en el Cristianismo para tener vida, pero
se estratificaron, y consecuentemente abandonaron la dinámica
crística, para volverse meros transmisores dé conceptos y
especulaciones, de letra fría, bajo la tónica del biblismo o de las
enseñanzas de algún hombre común, que sustentaba deseos
espirituales, pero no se inspiraba en la fuente evangélica.
Divulgaban las enseñanzas crísticas y universales, pero lo hacían
bajo el molde característico del individualismo, acentuando las
preferencias y convicciones de los responsables. Es el árbol que se
seca y se deshoja bajo los efectos de los rayos abrasadores de la
Verdad, pura e iniciática, maravillosamente relatada por el
inolvidable Jesús.
Pregunta: Según vuestras expresiones, ningún credo o
movimiento espiritualista deberán organizarse como institución
humana, debido a que corren el peligro de estacionarse en el tiempo
y en el espacio. Entonces, ¿cualquier mensaje espiritual ha de
carecer de representación en la tierra y no podrá contar con una
disciplina doctrinaria, si su cometido es perdurar a través de los
años, en lo que se refiere a su contenido iniciático?
Ramatís: Es muy necesario saber distinguir entre el mundo del
“César”, que es provisorio y limitado por las formas, y el mundo que
enseña la pedagogía sideral, cuyo reino espiritual es ilimitado,
infinito y eterno. De la misma forma que nadie conseguiría explicar
con precisión el todo del Universo Material, también resulta
imposible explicar el elemento divino en la morfología de los mundos
físicos y transitorios. Lo que puede comprenderse es la tesitura, la
fisiología del cuerpo humano, del cual se extraen ilaciones o
conclusiones equivocadas sobre el espíritu, pero jamás la realidad
sobre éste.Y, como el Cristianismo trata esencialmente del espíritu
en su conquista dinámica e ilimitada del reino de Dios, ninguna
institución del mundo tendrá la última palabra, puesto que lo único
factible y realizable es divulgarlo de acuerdo a sus normas, a fin de
alcanzar una vida perfecta y amplia, de acuerdo a la simiente
original.
A las instituciones, credos, sectas y demás movimientos
organizados que exponen el Cristianismo a través de padrones,
cuyas fuentes contienen dogmas, ritos, cultos y obligaciones
particulares se las podría considerar como una especie de
jardineros, que buscan proteger la planta en desarrollo, debido a
que todavía es tierna y muy delicada. Sin embargo, las flores
crísticas de esa simiente del “Reino de Dios”, han de alcanzar su fin,
cualesquiera que sean los obstáculos interpuestos por el mundo
transitorio del César. La dinámica del Cristianismo eterno jamás
podrá ser alcanzada por institución espiritual alguna de la tierra,
debido a que esa dinámica no es concepción de ningún cerebro
humano. En los planos divinos, jamás se ideó tales eventos, puesto
que la organización carnal está delimitada por los modelos de la
vida humana, para lo cual podrá servirse de esa dinámica, pero
jamás someterla como esencia divina y eterna.
Pregunta: Considerando que Jesús fue un sublime y fecundo
labrador, que sembró inigualablemente la palabra del Señor en los
diversos terrenos, en lo que respecta a los tipos humanos,
¿nosotros tenemos la obligación de seguir la senda que nos trazó, o
podemos elegir indistintamente?
Ramatís: Es indiscutible que los alumnos, con el tiempo,
deberán propagar las enseñanzas recibidas de sus Maestros, tan
correctas y eficientes como hayan podido asimilarlas en sus
lecciones. Los que aceptan las palabras del Cristo, sin reservas ni
premeditación, cuyos corazones vibran de entusiasmo para
transmitir al prójimo la misma alegría que sienten en sí mismos, no
sólo deberán vivir integralmente las enseñanzas sublimes del
Evangelio sino que deberán divulgarlas como si ellos mismos fueran
nuevos y sublimes mensajeros de ventura eterna. La tarea del
discípulo esclarecido y bienaventurado, debido a que asimiló la
realidad Crística, debe evangelizar a tiempo y fuera del tiempo, sin
preocuparse por la condición o tipo del terreno humano que debe
sembrar. Deje al Señor lo que se refiere al juzgamiento del mérito o
del aprovechamiento que cada uno merece. Quien siembra la
palabra del Cristo es un bendecido labrador que trabaja en la tierra
del Bien y del Amor. Además de esclarecer a sus semejantes sobre
la correcta conducta que debe aceptar el ciudadano angélico, aún
realiza toda clase de esfuerzos para liberarlos de las ataduras
enfermizas de las reencarnaciones correctivas y mortificantes.
“NINGUNOVA AL PADRE
SI NO ES POR MI”

Pregunta: ¿Cuándo Jesús expuso el concepto evangélico, que


“Ninguno va al Padre si no es por mí”, implícitamente estaba
comprendido algún principio oculto de la Ley del Cosmos?
Ramatís: Hace mucho tiempo que los Maestros de la antigua
Grecia, advertían que la “Ley es dura, pero así es la ley”. Ello
demuestra la implacabilidad de la justicia, a veces aparentemente
impiadosa, pero su aplicación correcta no tiene por finalidad castigar
preconcebidamente sino disciplinar y beneficiar al delincuente, cuya
acción profiláctica es mejorar el conjunto.
Además, ya es tiempo que la humanidad entienda que Jesús de
Nazareth no es el Cristo o Dios, puesto que fue el sublime médium,
el más calificado representante de la Divinidad que anduvo sobre la
superficie de este mundo, cuya finalidad fue transmitir el mensaje
liberador del Evangelio. El espíritu que conocemos como Jesús de
Nazareh, el mejor hombre conocido hasta el presente, vivió 30 años
bajo una intensa actividad “psico-física”, tratando de esmerarse y
alcanzar la hipersensibilidad para sentir al espíritu planetario.
Tratándose de una entidad de elevado psiquismo, invirtió más de mil
años del calendario terreno para conseguir reducir su vibración y
alcanzar una frecuencia compatible con la organización carnal de un
hombre para permanecer en la superficie de la tierra. El nacimiento
de “Avatares” o entidades de muy elevada frecuencia espiritual,
como lo era Jesús, exige adecuar providencias incomunes por parte
de la técnica trascendental, cuyas medidas son ignoradas e
incomprendidas por los terrícolas. Es un hecho previsto con mucha
antelación por la Administración Sideral, pues de sus resultados
emana una radical transformación en el seno espiritual de la
humanidad. Hasta la hora en que el espíritu toma contacto con la luz
del mundo material, deben asegurarse los recursos de defensa y
asistencia necesarios para el éxito de su “descenso
vibratorio”.29 Siendo así, ni bien Jesús completó sus treinta años de
edad y habiendo alcanzado a plenitud su facultad mediúmnica,
ocurrió el tradicional bautismo realizado por Juan el Bautista,
ratificado en la tela astralina de la tierra por la paloma del Espíritu
Santo, símbolo de paz, de la comunión sideral superior, es decir, la
manifestación ideoplástica de la luz del Cristo Planetario del orbe.30
Además, etimológicamente, la palabra Christus significa Ungido, lo
que en aquel entonces se decía de Jesús, por haber sido electo
para la misión de enseñar a la humanidad terrena el Camino de la
Verdad para entrar definitivamente en la Vida Real y Eterna. En
verdad, Jesús pasó a ser considerado el Ungido por los apóstoles,
después de la ceremonia del bautismo, en cuyo momento los
clarividentes observaron la munificente presencia del Cristo
simbolizado en la inmaculada figura de la paloma del Espíritu Santo.
Se trataba de un símbolo, el más apropiado para la sencilla
ceremonia del bautismo, desde la cual y de ahí en adelante el Cristo
Planetario comenzaría a imponerse intensamente en medio de las
tinieblas compactas de la vida humana, a través de su mensajero:
Jesús de Nazareth.
Por medio de los relatos bíblicos, se comprueba que al Maestro
Nazareno se le conoció definitivamente por “Jesús Cristo”, el Ungido
del Señor, en la misión de transmitir y explicar por medio de la
palabra el Evangelio, que son las leyes y principios del Cosmos.
Pregunta: ¿Podéis agregar alguna cosa más en lo que se refiere
a que Jesús de Nazareth era una entidad humana, al servicio del
espíritu planetario de la tierra, el Cristo?
Ramatís: En verdad, el Cristo, el Divino Logos o el Espíritu
Planetario de la tierra es anterior a la existencia de Jesús de
Nazareth.
Entre los religiosos dogmáticos y espiritualistas adventistas,
incluyendo a una buena parte de los espiritas, los cuales consideran
que es una herejía o blasfemia decir que Jesús fue el mediador del
Cristo Planetario, sin embargo, esa es una realidad irrevocable.31
El Cristo es una entidad arcangélica, el Logos Planetario
Terráqueo o el Espíritu Crístico de la tierra, cuya elevada frecuencia
vibratoria lo hace imposible de tomar contacto con las formas del
mundo físico. De ahí porqué la Técnica Sideral escogió al Espíritu
de Jesús, entidad de elevada espiritualidad y todavía con
posibilidades de actuar en la tierra, para entregar el mensaje o
pensamiento del Espíritu Planetario, que se llamó el Evangelio. El
Cristo vivifica vuestro orbe e ilumina a la humanidad terrícola, tal
como sucede con los Cristos Planetarios de Marte, Júpiter, Saturno
y otros mundos. En un lenguaje algo sencillo, diríamos que los
Cristos planetarios son una especie de “transformadores”
Arcangélicos, que rebajan la frecuencia de la Luz Cósmica del
Creador, o sea, la energía cósmica de la Usina Divina, hasta
alcanzar la frecuencia necesaria y compatible con las necesidades
para permitir la vida de las humanidades en los mundos físicos.
Tomando otro ejemplo similar, pero de orden material, diríamos
que la energía eléctrica, entregada por la usina es de muchísimos
voltios, pero a través de una serie de transformadores se reduce el
voltaje a los efectos de poder alimentar un gran parque industrial,
como atender las necesidades de una pequeñísima maquinita de
afeitar. Por eso, entre la usina y la modesta maquinita de afeitar
median los diversos transformadores, permitiendo la utilización de la
energía vital para todas las frecuencias. Los Cristos o Logos
Planetarios son los refulgentes espíritus de los arcángeles, sublimes
transformadores que también ajustan la Luz Cósmica de Dios,
conforme a las necesidades de cada mundo físico y sus respectivas
humanidades. Existe una jerarquía divina, lógica y sensata,
subordinada a los Cristos Hemisféricos, Galácticos y Constelatorios,
electos a su desarrollo de conciencia. A través de esos munificentes
y soberanos Espíritus, el Creador fluye y adapta su Luz Original a
cada orbe en el voltaje adecuado a las necesidades y conforme a la
receptividad de sus hijos.
Pregunta: Sabiendo que Jesús no es el Cristo, ¿entonces
debemos considerarlo como un hombre aventajado, por haber
realizado una tarea espiritual poco común?
Ramatís: Jesús no fue un hombre aventajado, ni nombrado para
una tarea incomún; fue elegido32 por su elevada sabiduría y excelso
amor, puesto que aún es la única entidad que dirige a vuestra
humanidad, y que es capaz de servir de eficiente intermediario,
puesto que como tal, tuvo la más correcta e inalterable cualidad de
transfundir el mensaje de Amor del Cristo Terráqueo. Jesús fue el
sublime médium de la entidad arcangélica, responsable por la
conciencia espiritual de vuestro orbe; especie de eslabón vibratorio,
que proporcionó la fluencia de amor crístico hasta la mayor
capacidad de asimilación por parte de la humanidad terrena. Debéis
tener presente que actualmente Jesús es el gobernador de toda
actividad espiritual, social y aun científica de la tierra, y le cabe la
inmensa responsabilidad de trazar los rumbos y destinos de los
hombres, bajo el incentivo liberador del Evangelio. Recordando la
honestidad y rectitud de un maestro amoroso y leal, Jesús, hace dos
mil años, decidió por medio del sacrificio, tomar un cuerpo físico,
padecer y sufrir, a fin de despertar a sus tutelados para el amor,
aunque se trataba de hombres primarios.
En su sabiduría sideral, estaba sabiendo perfectamente el estado
psíquico de vuestra humanidad, pues los “pecados” de los hombres
eran el fruto de su inmadurez espiritual. No sufrió por los insultos,
traiciones, incomprensiones y crueldades humanas, porque
reconocía que las criaturas terrenas tenían más ignorancia que
maldad. Los profesores conscientes y bien preparados, jamás se
ofenden con las estulticias y travesuras de los alumnos primarios,
puesto que forman parte de su irresponsabilidad infantil.
Ver la obra Del País de la Luz, capítulo IV, volumen I,
psicografiado por Fernando Lacerda, en Portugal, en donde el
espíritu de Napoleón dice lo siguiente: “El elegido siempre es
escogido; pero el escogido no es elegido. El elegido fue escogido
por Dios para hacer el Bien por el Bien; el escogido puede hacer el
Bien por medio del Mal. El elegido fue Jesús.Yo fui escogido.” En
esta comunicación, Napoleón compara su existencia turbulenta y
ambiciosa, con la tierna y amorosa misión de Jesús.
Aunque Jesús se trataba de un ángel del Señor, la Ley Sideral lo
obligaba a replegar sus resplandecientes alas y recorrer
solitariamente el largo camino de la “vía interna”, hasta vibrar en la
superficie sombría del orbe terráqueo, para entregar personalmente
su Mensaje de Amor. Después de ajustar su cuerpo mental y
reactivar el complejo mecanismo del cerebro periespiritual, revitalizó
el cuerpo astralino, inactivo por faltarle pasiones y emociones
humanas, a fin de vibrar nuevamente al nivel de las actividades
físicas. Se integró definitivamente en la atmósfera del mundo físico,
una vez cumplido el “descenso vibratorio”, que transcurrió durante
un milenio y que se plasmó en el encantador niño que la tierra
conoció.
Por lo tanto, a Jesús no debe considerársele como un hombre
que fue nombrado para cumplir con una tarea incomún, sino que fue
un ángel elegido para transfundir en el sacrificio de su pasión
iniciática, la luz del Cristo. Le cupo la misión de iluminar a las almas
sombrías, que aún estaban petrificadas por las costas residuales de
las pasiones y vicios animalescos.
Pregunta: ¿Qué diferencia existe entre un “ángel” y un
“arcángel”?
Ramatís: En realidad, esa preocupación por definir el ángel o el
arcángel es una condición muy humana, por causa de un
tradicionalismo religioso, en donde los sacerdotes tratan de fijar una
presumible jerarquía sideral de los propuestos del Padre.
Los términos Avatares, Devas, Logos y otros títulos, muy al gusto
de la filosofía oriental, se refieren a idéntica terminología occidental,
pero aplicada en Oriente. En consecuencia v atendiendo a los
límites de la mente humana, buscaremos explicaros el tema de
vuestra pregunta de la forma más objetiva posible, aunque la
realidad no se ajusta a los términos tradicionales. Un “ángel”, como
es la graduación de Jesús, es una entidad espiritual que todavía
puede recomponer su “matriz periespiritual” para vincularse
nuevamente a un organismo carnal por medio de la gestación del
vientre materno. Además, la propia Biblia deja sentado el
precedente, que los ángeles tienen la posibilidad de renacer en la
materia, cuando existe una necesidad evolutiva, ya sea de él o de
una humanidad, conforme lo simboliza la parábola de los siete
grados de la escala de Jacob, donde los ángeles suben y
descienden en el simbolismo de las reencarnaciones.
Un arcángel no puede volver a tomar un cuerpo carnal, porque
su frecuencia espiritual sobrepasa el campo de cualquier actividad
en un cuerpo orgánico. El Logos o Cristo, es el Arcángel que
abandonó definitivamente los vínculos intermediarios de los campos
vibratorios, de menor frecuencia. Sería necesario invertir algunos
milenios del calendario terreno, para que un arcángel consiguiera
modelar nuevamente el conjunto periespiritual, que lo uniría a la vida
física. El inmenso desgaste que ocasionaría para el éxito de tal
realización, no compensaría la elección de un arcángel para la tarea
liberadora de una humanidad. Eso representa la lógica del principio
de la economía cósmica, pues la Técnica Sideral jamás crearía
inconvenientes en el campo energético, desproporcionando la
ubicación de los medios para alcanzar los fines. El arcángel no pone
en acción fuerzas cósmicas para realizar un trabajo, que otras
entidades podría hacerlo con el mismo éxito y menor desgaste,
puesto que se trataría de una actividad de menor importancia para
su jerarquía.
El término arcángel define la nomenclatura sideral del espíritu
que se ha liberado totalmente de las contingencias reencarnatorias,
lo que quiere decir, que empleó en su totalidad la tradicional “onda
de vida”, conocida por los maestros orientales, por la cual se ejerce
el ajuste “psicofísico” del mundo espiritual al material. En su
intimidad sideral, ya no existe la convención de las formas limitadas,
la idea de nacer o morir físicamente, puesto que vibra fuera del
tiempo y del espacio. El Arcángel es un estado de espíritu venturoso
y duradero, un “realizado” definitivamente, que usufructúa un éxtasis
o sámadhi eterno e ilimitado. El metabolismo del Arcángel es Amor
Puro, como un sublime condensador de Amor Divino, que se
renueva v se regocija por la constante entrega de sí mismo para los
demás.33
Pregunta: Los teósofos dicen que los arcángeles son entidades
oriundas de un linaje particular, y que jamás vivieron los ciclos
materiales, y cuya evolución sigue directrices distintas a las de los
hombres. ¿Es verdad?34
Ramatís: Aceptar lo manifestado en vuestra pregunta sería lo
mismo que aceptar dos sistemas diferentes en el plano de la
Creación y de la manifestación del espíritu por los diversos ciclos o
etapas para alcanzar su estado de conciencia individual. La
observación y la lógica demuestran la existencia de un Sistema
único y creador de los espíritus individualizados en Dios. La centella
espiritual surge simple e ignorante en todas las latitudes del
Cosmos, y lentamente, a través de incontables etapas y vidas, irá
evolucionando gradualmente hasta alcanzar la mente humana, la
cual aún es incapaz de vislumbrar donde comenzó los primeros
grados de su individualización.
El plano evolutivo determinado por Dios es uno sólo; sensación
animal, emoción del hombre, sabiduría y amor del ángel y la plena
creación del arcángel. Esas condiciones son aplicadas a la totalidad
de los espíritus, porque Dios no modifica el proceso creador fuera
del tiempo y del espacio. No existen dos especies de procesos
evolutivos, en donde unos progresan exclusivamente por vía del
“mundo interno”, y otra, que se inicia por vía del “mundo externo”. La
materia, lo prueba la ciencia moderna, es “energía condensada”, y
en consecuencia, no existe ningún mérito evolucionar únicamente
en medio de la “energía libre” o demérito alguno, por someterse a
las ataduras de la “energía condensada”.
La evolución es el fruto de una operación espontánea, un
impulso ascendente, que existe en el seno de la centella por fuerza
de su origen. A medida que se consolida el núcleo de conciencia,
aun en el mundo del Espíritu, la tendencia primaria de esa
conciencia es abarcar todas las cosas y formas, por cuyo motivo no
se estaciona, aunque aparentemente podrí; pensarse que el
fenómeno fisiológico lo detendría, mas ese in pulso creador de Dios,
que late en su intimidad, la impulsa constantemente. Siendo así, el
más insignificante átomo de conciencia espiritual, creado en el seno
del Cosmos, jamás podría quebrantar el impulso divino que acciona
en su intimidad para el perfeccionamiento, y consecuentemente,
para alcanzar la condición angélica. Todo ello es el fruto de la
legislación global del universo, que mantiene la igualdad, sin prever
privilegios o diferenciaciones en la prolongada ruta del Espíritu en
busca de la ventura eterna. Todo Arcángel fue un hombre, y todo
hombre será un arcángel; esa es la Ley.
Por otra parte, la importancia de la vida y el perfeccionamiento
del espíritu no radica en el valor que se le da a la organización
provisoria y utilizada para despertar su conciencia, sino, en el auto
desenvolvimiento que puede haber alcanzado, ya sea habitando la
tierra o el espacio. No existen milagros ni engaños por parte de
Dios; ninguna entidad espiritual, aunque sea un Logos Solar, podrá
enseñar, orientar y sustentar humanidades encarnadas si no es una
conciencia absolutamente experimentada en aquello que pretende
realizar. No existiendo gracias inmerecidas, ni privilegios divinos,
obviamente, los arcángeles también hicieron su trayectoria sideral
bajo el mismo proceso, que compete a la generalidad de las
criaturas, en su eterno y meritorio perfeccionamiento. Si un Arcángel
o Logos Planetario puede tomar contacto con el espíritu de un
mediador, como lo hizo el Cristo con Jesús y resultó un evidente
progreso espiritual, más tarde o más temprano el propio Jesús
alcanzará la frecuencia y condición de un Arcángel, entonces será
llamado el “Hijo Sideral”, puesto que es un Cristo, cuyo estado
espiritual es absoluto Amor, expresión ésta muy humana, que quiere
decir que posee el poder creador, así como también, la esencia
eterna e ilimitada de Dios.
Pregunta: Como este asunto es trascendental, ¿no podéis
ofrecer mayores esclarecimientos sobre Jesús y el Cristo?
Ramatís: Repetimos: Jesús no es el Cristo, pero sí la conciencia
angélica más capacitada, hipersensible y acreditada para comunicar
la voluntad, el amor y la intensidad de luz, que posee el sublime
Logos o Arcángel Planetario. El Divino Maestro, en su misión
incomún, fue el portavoz humano que difundió, hasta en las
sombras de la tierra, las normas evolutivas del Cristo Planetario.
A través de su vida, el Maestro Jesús dejó planificado sobre la
faz de la tierra, como intermediario de la entidad arcangélica de
vuestro mundo, el programa de liberación para los terrícolas. Los
hombres que vivieron en sí mismos el derrotero trazado por Jesús,
se ajustaron perfectamente a la frecuencia sideral de “su” Cristo,
puesto que adquirieron simbólicamente el diploma que los acredita
espiritualmente, por haber vencido los triste y agobiadores ciclos de
las encarnaciones en los mundos transitorios.
El Arcángel, Logos o Cristo Planetario de la tierra, es la luz y la
esencia divina manifestada en perfecta sincronía con la voluntad
creadora de Dios para sustentar la humanidad terrera. En su
característica sideral de transformador o intermediario entre lo
humano y lo divino, el Arcángel resulta ser el “Camino, la Verdad y
la Vida” porque el espíritu del hombre, sólo alcanza su liberación
material después que adquiere una frecuencia espiritual elevada. Y,
cuando Jesús advirtió, que “Ninguno irá hacia el Padre sino es por
mí”, esotéricamente explicaba que el hombre que no viviera o
hiciera lo que él estaba haciendo, tampoco estaba en condiciones
para vibrar con el Cristo del orbe, dado que todavía no había
encontrado el “Camino, la Verdad y la Vida”.35
Pregunta: ¿Por qué a Jesús se le llama “El Salvador”? ¿Y por
qué fue el indicado para exponer las leyes del Cosmos a través del
Evangelio?
Ramatís: Jesús está considerado, por la escolástica religiosa, el
“Salvador”, porque hasta el momento que expiró en la cruz, vuestro
mundo todavía vibraba intensamente bajo el signo de la animalidad.
A pesar de la tarea superior que con anterioridad enseñaron otros
instructores de la talla de Fo-Hi, Hermes, Buda, Krishna y otros, sin
embargo, Jesús fue el sintetizador absoluto de todas las fórmulas
salvadoras que fueron expuestas, y además, fue el más perfecto y
fiel propagador de la Luz del Cristo Planetario en la tierra. Después
de la desencarnación de Jesús, la tierra vibró con más sensibilidad
hacia la causa espiritual, porque a través de su holocausto se
transfundió con más intensidad la luz crística hacia la periferia de la
tierra, disipando en buena parte la densidad de las tinieblas. El
Divino Maestro abrió claros y precisos focos de luminosidad sobre la
superficie del orbe, y a su vez, plasmaba el “Código Moral” de la
humanidad terrícola a través de su mensaje salvador. Por ello,
merece y le corresponde el nombre de “Salvador” porque de su
ejemplo y sacrificio, el hombre terreno consiguió asimilar las bases
para comenzar su liberación de la prisión educativa de la carne.
Pregunta: Los terrícolas ¿pueden sentir o percibir algún indicio
de la naturaleza vibratoria de “su” Cristo Planetario?
Ramatís: Los hombres viven embebidos en la esencia sublime
de “su” Cristo y lo sienten en su intimidad cuando oran o meditan, es
decir, cuando el espíritu se aleja de la materia para tomar contacto,
aunque brevemente, con el Reino del Espíritu Inmortal. Las criaturas
que son sensibles, como son los médiums, iniciados, clarividentes,
yogas y esoteristas disciplinados, habituados a las meditaciones y
auscultaciones psíquicas, suelen detectar a esa “voz oculta” o
llamada tradicionalmente “voz sin sonido”, que les habla silenciosa y
tiernamente de las bellezas edénicas, después del desenlace del
cuerpo carnal.
El Cristo Planetario, considerando que es un inmenso caudal de
energía, no podría reducir su vibración para tomar contacto con la
mediocridad de la mente humana y la precariedad de un cuerpo
carnal. Conforme hemos manifestado en otras oportunidades, cada
orbe tiene su Logos o Cristo Planetario, sea la tierra, Marte, Júpiter,
Saturno o Plutón, cuyos Arcángeles Planetarios accionan en
concomitancia con el Arcángel o Logos Solar, que dirige el orden
cósmico desde el centro de cada agrupación de astros. Conforme a
la graduación espiritual de la humanidad de cada orbe, de ese
“centro” emana o irradia un aura espiritual en sintonía y conjunción
con “su” Cristo Planetario. De ahí el valor que posee la astrología,
cuando señala la beneficiosa presencia o la negatividad de cierto
astro en la ruta del cielo, cuya incidencia se debe al fruto del campo
espiritual de sus habitantes. Por otra parte, cuando más
evolucionada es la humanidad de un orbe, irradia mejor fluido,
porque es más sensible a la sublime vibración de su Arcángel
planetario.
El apego a la existencia física, fruto de las sensaciones
inferiores, imanta a las criaturas a las formas y a los bienes del
mundo y los aísla de la vibración sutilísima de su Arcángel. La
superficie de un mundo material es equivalente a una escuela, pues
los reinos mineral, vegetal y animal significan para los espíritus
encarnados, el lápiz, el libro, la regla y el compás, como lo es para
los alumnos de una escuela primaria. Así como el alumno
analfabeto no tiene dominio sobre la escritura, ningún espíritu tendrá
conciencia angélica o arcangélica, si no realiza ineludiblemente las
lecciones correspondientes sobre la superficie de los mundos
físicos. No existe una evolución adquirida únicamente por el mundo
interno del espíritu, y cualquier centella emanada del seno de Dios,
sólo consigue despertar la noción de existir, después que su
psiquismo recorre el total de los cursos a través de los reinos
mineral, vegetal, animal y hominal, en acción positiva sobre la
superficie de los orbes. Además, una vez adquirido el grado de
conciencia que le permite interpretar el espíritu del Cristo, también
tomará experiencias en otros mundos físicos, más evolucionados y
acorde al grado de evolución sideral alcanzado. Todo hombre es un
diosecito en potencia, que posee en sí mismo, aunque en grado
relativo y pequeño, el poder, el amor y la sabiduría de su Creador.
¡El iniciado es el que busca al Cristo, y el iluminado es aquel que lo
encontró!
Pregunta: Nos sorprende sobremanera que el espíritu de un
hombre pueda alcanzar la indescriptible condición espiritual de un
Cristo o Arcángel Planetario, cuya función es dar vida y estimular el
proceso creador de la humanidad de un mundo físico bajo su control
de conciencia.
Ramatís: La importancia del espíritu no reside únicamente en la
contextura del organismo físico, que es un simple y provisorio
vehículo, cuya función es desenvolver la conciencia psíquica. El
espíritu continúa en la materia con todos sus atributos siderales,
aunque se encuentren reducidos por causa del campo denso donde
debe trabajar. De la misma forma que el pintor eximio no desmerece
su condición al tener que plasmar su mensaje de ternura y belleza a
través de las tintas y la grosera tela del cuadro. El proceso que
despierta al espíritu en su poder creador, ya sea por su experiencia
en contacto con la materia compacta de los mundos físicos, como
en el espacio, en medio de la energía libre, cuya vibración es más
elevada, también se incorpora a su bagaje espiritual.
Teniendo por base que Dios no realiza milagros, ni concede
gracias y privilegios extemporáneos a cualquiera de sus criaturas,
ningún espíritu, ya sea un Logos Planetario o Cristo Solar, podrá
orientar y dar vida a las humanidades encarnadas si no posee una
conciencia absolutamente experimentada e integralmente despierta,
para cumplir con la tarea sideral y superior. Todos los arcángeles
realizaron su ascenso sideral bajo el mismo proceso educativo, que
es extensible a todos los espíritus que buscan su ventura. Bajo el
esclarecimiento del propio Jesús, cuando afirmó, que “El reino de
Dios está en el hombre”, y corroborado en la revelación del Génesis,
de que “El hombre fue hecho a imagen de Dios”; toda centella
espiritual ignorante y simple, alcanzará la condición incomún de
arcángel planetario, después que haya cumplido integralmente los
ciclos evolutivos a través de las prosaicas formas de vida en la
superficie de los mundos físicos.
Así como la llama puede transmitir una mayor cuota de luz si
aumenta la energía que la produce, la conciencia humana se
desplaza panorámicamente en todos los sentidos del universo, tanto
como sea el área que abarque bajo su dirección y autoconciencia,
porque el reino de Dios, en realidad, está en el propio hombre.
Pregunta: ¿Entonces, nos queréis decir que tanto Jesús, como
la generalidad de los espíritus encarnados o desencarnados,
llegarán a ser arcángeles en el futuro?
Ramatís: Entendisteis bien; bajo los conceptos de Justicia,
Sabiduría y Amor de Dios, donde no existen gracias ni privilegios,
Jesús es el ángel y alcanzó ese grado sideral por el esfuerzo
realizado a través de milenarias experiencias en los ciclos de vidas
físicas. El también fue una entidad primaria, cuyos primeros pasos
evolutivos tuvieron similar comienzo, en las cavernas de los
trogloditas.
Cada espíritu posee una edad sideral, correspondiente a su
tiempo de haber adquirido su conciencia en el Cosmos; así, el
salvaje que apenas sobrepasa el lenguaje animal, emitiendo los
primeros sonidos de la palabra humana, es un ser primario y brutal,
comparado con la figura de un hombre común y civilizado. Todo
espíritu virgen e ignorante de su origen cósmico y divino, un cierto
día comienza a tener conciencia de saber que existe, cuando
alcanzó la individualización en el seno de la Energía Divina; de ahí
en más, jamás será destruido o desintegrado por la eternidad.
Repetimos, entonces, que todo espíritu un día “nace” en el seno del
Cosmos, pasando a vibrar como un ser distinto y con noción de su
propia conciencia y estado de existencia personal. Al ser creado de
la esencia de Dios, que es eterna, jamás desaparecerá después de
iniciar su propia individualidad. Bajo un grosero ejemplo, diríamos
que el espíritu de cada hombre es como la gota del océano, pero
que un día comenzó a tener noción personal de que era una gota,
aunque por ello no se desvincule de la inmensidad oceánica a que
pertenece y vive.
El proceso de nacimiento, desenvolvimiento y emancipación de
conciencia es absolutamente único, por cuyo motivo, el santo de hoy
fue el diablo de ayer, así como el diablo de hoy será el santo de
mañana. Consecuentemente, Hitler llegará a ser un Gandhi, porque
Gandhi pudo haber sido un Hitler, y Nerón será un Francisco de
Asís, ¡porque éste pudo haber sido un Nerón!...
Todo es así de sencillo, porque es el método de educación para
desarrollar una mayor área de conciencia para el espíritu en el
Cosmos, que ineludiblemente está basado en el Amor y la
Sabiduría, para alcanzar la belleza creadora.
Es evidente que, si el Cristo Planetario de la tierra puede
accionar espiritualmente sobre su mediador humano, como lo fue el
Maestro Jesús, bajo el implacable proceso de la evolución, que
transforma a los hombres en “ángeles v éstos en arcángeles, Jesús,
entonces, alcanzará la graduación sublime de un futuro arcángel.
También ha de ser un Cristo, cuyo estado espiritual e
indescriptible es el Amor Absoluto, por el cual dinamiza la intimidad
oculta de la humanidad de su orbe para fusionarla definitivamente
con Dios.
Pregunta: ¿Existe alguna referencia bíblica que nos indique que
Jesús y el Cristo sean dos entidades distintas?
Ramatís: El divino Logos de la tierra, el Cristo, que interpenetra
espiritualmente a vuestro mundo, accionó específicamente por
medio de otros mediadores o instructores espirituales humanos,
aunque Jesús de Nazareth haya sido el mejor entre todos ellos. Se
manifestó por medio de Antulio, el líder y filósofo de la Paz en la
Atlántida, Anfión y Numú, pioneros de las revelaciones espirituales
en las regiones, donde hoy se denomina la Mesopotámica; intuyó a
Fo-Hi, Lao-Tsé, y a Confucio que orientó la religiosidad entre los
chinos; Moisés que fundamentó los 10 mandamientos, y Mahoma
que compuso y dio a conocí r el Corán El Cristo, también inspiró a
Hermes, en Egipto, Zoroastro en Persia, Khrisna en la India y Buda
en Asia, surgiendo nuevos rumbos para la humanidad y nuevos
conceptos que modificaron el entendimiento y la sensibilidad
psíquica de los hombres. Mientras tanto, es inmensa la diferencia
que existe entre la tarea realizada por Moisés, que expuso la
Justicia Divina bajo amenazas y castigos proporcionados por
Jehová, o Mahoma que convocaba al pueblo sensual, belicoso y
glotón para el ejercicio de la fe, en comparación a Buda, que
pregonaba el dominio de las pasiones y la eliminación de los
deseos. Todos esos instructores realizaron satisfactoriamente las
tareas
delineadas por el Arcángel de la tierra; sin embargo, Jesús de
Nazareth fue el único y excelso misionero, porque dejó
definitivamente cimentado el mensaje liberador por medio del Amor
incondicional.36
Pregunta: Retrocediendo un poco en vuestras enseñanzas, nos
habéis dicho que un Cristo o Arcángel Planetario no puede accionar
directamente sobre el mundo físico, y que sólo puede hacerlo por
intermedio de un Mesías, como fue el caso de Jesús. ¿Podrías
acrecentarnos un poco más ese aspecto?
Ramatís: Jesús se manifestó físicamente en vuestro mundo
hace dos milenios, porque todavía podía mentalizar y reconstruir sus
vehículos intermediarios con las energías adyacentes al campo de
la vida material. Aun, todavía, es un espíritu que puede tener
contacto con la carne, aunque bajo extrema dificultad y sufrimiento,
como sucedió en su último descenso sacrifical. Mientras tanto, el
Cristo terráqueo, o Arcángel Planetario de la tierra, es una potencia
vibratoria de tan “elevado voltaje sideral”
— por así dar una expresión — que no conseguiría aglutinar las
energías inferiores de los planes etéreo-físicos porque los
desintegraría; siendo así, le es imposible materializarse en la figura
diminuta del cuerpo humano, para dirigir un cerebro carnal. Su
altísima vibración no se ajusta a un descenso vibratorio, capaz de
alcanzar las letárgicas vibraciones de la materia. Para tener una
idea aproximada, recordad el grosero ejemplo de la usina que
genera 50.000 voltios y fueran proyectados sobre la sencilla
maquinita de afeitar, que sólo consume 110 voltios, cosa que sólo se
puede alcanzar después de haberse graduado el voltaje a través de
cierta cantidad de transformadores de distintas capacidades.
Pregunta: ¿Debemos suponer, que la tierra recibió únicamente
ese tipo de luz crística, después que Jesús se manifestó como el
mediador del Cristo?
Ramatís: No hay dudas que el planeta tierra jamás dejó de
pulsar por la Luz y el Amor de su Cristo. El advenimiento de Jesús,
en su misión sacrificial, demarcó la etapa de una mayor catalización,
de esa luz crística y que el orbe pasó a elevar su frecuencia inferior,
activándole la esencia divina. Nos recuerda algo parecido a lo que
sucede con la lámpara común, que modificada su capacidad de
absorción toma mayor energía de la usina y entrega más
luminosidad. Bajo la catalización dinámica de Jesús, que casi se
entregaba psíquicamente en dirección al Cristo, los poros de la tierra
absorbieron y esparcieron por la periferia de la tierra, los efectos
benéficos de la luz Crística. De ahí en más, sus habitantes pasaron
a sentir un estímulo para su ascenso espiritual, una invitación oculta,
que anteriormente no existía por causa de la rudeza y densidad del
primarismo animal.37
Pregunta: ¿Por qué motivo la tradición y los evangelios afirman
que Jesús era el Cristo?
Ramatís: En realidad, Jesús fue el revelador del Cristo, es decir,
el mediador más acreditado para divulgar el Amor Absoluto en
vuestro mundo. Por su Conciencia Espiritual fluyó v se fijó con
fuerzas en las sombras terráqueas la Luz Crística aflorando a la
superficie de la tierra y transformándose en el “Camino, la Verdad y
la Vida”.
Cuando el Maestro afirmó: “Yo y mi Padre somos uno”, y
“Ninguno va al Padre si no es por mí”, era el Cristo Planetario que
actuaba y transmitía su pensamiento por intermedio de Jesús, que
accionaba desde el plano físico. El Ungido, el Escogido o Elegido
para materializar el Verbo en vocablos o ideas accesibles a la mente
humana, bajo la égida del Arcángel Planetario, fue el Hombre Luz, el
inigualable y amoroso Jesús de Nazareth.
Pregunta: Perdonad, pero bajo nuestro entendimiento humano,
tenemos la impresión de que el Arcángel Solar y el Arcángel
terráqueo, pueden reencarnar en la materia de sus sistemas solares
y planetarios ¿no es verdad?
Ramatís: De la misma forma que vuestro espíritu gobierna la
indestructible red microscópica de sistemas solares y galaxias
constituidas por electrones, átomos, moléculas, células, tejidos y
órganos del cuerpo físico, los arcángeles dirigen o gobiernan sus
sistemas solares sin necesidad de reencarnar en ellos. No debéis
considerar esa actuación arcangélica al “pie de la letra” con las
encarnaciones humanas, porque los Espíritus Arcangélicos
accionan en otras dimensiones y no están sujetos a las vicisitudes y
al dolor común de vuestra carne. Ni bien finalice el “Gran Plano” o
“Manvantara” del cual participáis actualmente, se desintegrará la
sustancia visible de vuestro sistema planetario, sin que por ello
desaparezca el Logos Solar, sustentador de los astros, el que
entonces ha de sentirse con mayor libertad en su dinamismo sidéreo
y en la plenitud de gozo, de su Conciencia Cósmica. Aunque
reconocemos la imposibilidad que tenemos para describiros ese
acontecimiento indescriptible, que sobrepasa cualquier concepción
de la mente e imaginación humana, diríamos que el Arcángel
termina con su divina misión de despertar las conciencias humanas,
que “nacen” y “crecen” constantemente bajo el aliento creador de
Dios!... Sin querer fijar términos absolutos, recordaríamos la idea de
que tan majestuoso Espíritu comenzaría a usufructuar cierto reposo
espiritual, al deshacerse del Universo Materia y recogerse en su
absoluta intimidad sidérea.
Pregunta: ¿Cómo se procesará la “segunda venida” del Cristo?
Ramatís: Si hemos comprendido que Jesús no fue el Cristo sino
el mediador encarnado en el orbe terreno, es evidente, que la
“primera venida” del Cristo se hizo “indirectamente” por el cuerpo
físico de un misionero que terminó sacrificado en la cruz.
Obviamente, la “segunda venida” del Cristo también puede ser por
medio de nuevos hombres o intermediarios encarnados, pero
conforme hemos dicho en diversas oportunidades, “esa segunda
venida” ha de ser por la vía interna de los hombres, es decir, por la
intimidad oculta de cada corazón humano. Así, ni bien hayan
asimilado las enseñanzas evangélicas transmitidas por intermedio
del sacrificio de Jesús y vibren en estado de amor puro, es evidente,
que las criaturas recibirán el Cristo en sí mismas y se transformarán
en “médiums” potenciales y preparados para la “segunda venida”.
Hace dos mil años, el Cristo se manifestó en la tierra a través de
un ser humano, llamado Jesús de Nazareth, pero prometió volver en
el tiempo profético de “Fin de los Tiempos”, o “Los Tiempos son
Llegados”, los que ya estáis viviendo en la actualidad. Sin lugar a
dudas, que el Cristo se manifestó permanentemente por intermedio
de otros mediadores, de diferentes razas y color de piel y en
distintas parte geográficas del orbe. Todo ello sucede, porque el ser
que se ilumina por el Amor y se santifica por el sentimiento, recibe al
Cristo en su alma y es su mejor mediador. La primera venida del
Cristo fue muy difícil para la Técnica Sideral, pues debía fijar un haz
de luz crística en lo íntimo de la tierra animalizada y saturada de
sombras. Todo ello exigió la renuncia, la preparación y el sacrificio
de un espíritu de luz38 para que la misión esclarecedora fuera un
éxito. Jesús desempeñó esa misión trascendental, cargando sobre
sus hombros el fardo sacrificial del “Código Moral” de liberar a la
humanidad terrícola. A través de su sufrimiento, que terminó en el
holocausto de la cruz, el Amado Maestro cimentó el camino para el
advenimiento de la “segunda venida” del Cristo y que deberá ser
vivida por los hombres, después que hayan asimilado las
enseñanzas evangélicas de la manifestación crística de Jesús
Pregunta: ¿Podríais indicarnos algunos pasajes bíblicos, que
mencionen la distinción entre Jesús, el hombre, y el Cristo, el
Espíritu planetario?
Ramatís: Es muy significativo el diálogo sucedido entre Jesús,
Simón Pedro y los demás apóstoles, cuando les Pregunta: “¿Y
vosotros quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, le
dijo: El Cristo de Dios”. Finalmente, después de cierta reflexión,
Jesús mandó a sus discípulos que no dijesen a ninguno que él era
Jesús, “El Cristo”. (Lucas, IX, versículos 20 y 21, Mateo, XVI,
versículos 15, 16 y 20).
En este relato, Jesús admitió que estaba representando a otro
ser, como ser el Cristo,39 y que hacía mucho tiempo lo inspiraba y
que también fuera percibido por vía de la intuición de Simón Pedro.
Más tarde, cuando hablaba a las turbas y a los apóstoles, el
Maestro esclareció su condición de ser un mediador del Cristo, que
sin dudas de ninguna especie, lo manifestó de la siguiente forma:
“Mas vosotros no queráis ser llamados Maestros; porque uno solo
es vuestro Maestro, y vosotros todos sois hermanos. Ni os llaméis
Maestro, porque uno es vuestro Maestro, el Cristo”. (Mateo XXIII,
vers. 8 y 10). Es evidente que Jesús habló en la primera persona y
se refirió al Cristo en la segunda, puesto que tenía el propósito
deliberado de destacar al Espíritu Planetario del orbe terráqueo de
su propia identidad humana, ya que por su reconocida humildad,
jamás llegaría a titularse un Maestro. Por otra parte, innumerables
pasajes del “Nuevo Testamento” hacen referencias a Jesús,
llamándolo el Cristo (Mateo XXVII, vers. 17 y 22), presuponiéndose
que más tarde llegó a admitirse como el Cristo, Ungido o Enviado.
Además, Jesús no esclareció mejor ese asunto, en virtud de que
los apóstoles no podían asimilar y entender, en aquella época, la
compleja realidad de que él era una entidad, y que a su vez,
representaba a otra, que era el Cristo o Arcángel Planetario.
Evidentemente, la falta de cultura, la limitación religiosa de los
judíos, no les permitía raciocinios tan profundos como la idea de un
espíritu planetario.
Pregunta: ¿Cómo podríamos sentir la presencia del Cristo
planetario, en nuestras vidas, si todavía no tenemos las condiciones
psíquicas o espirituales necesarias?
Ramatís: En el Evangelio, Jesús dice así: “Yo estoy con vosotros
todos los días hasta la consumación de los siglos”. Bajo tal
concepto, deducimos que existe una presencia espiritual constante y
eterna, porque no habrá consumación de los siglos en el sentido de
eternidad, sino únicamente en lo que se refiere a la vida material.
Hay que distinguir que, aunque Jesús sea un espíritu de
considerable amplitud de conciencia y capacitado para abarcar
psíquicamente un vasto campo del pensamiento e intenciones de
los hombres terrenos, sin embargo, es necesario la presencia
permanente e insofismable, como lo es el Cristo, el Espíritu
Planetario, que interpenetra integralmente todos los átomos físicos
de vuestro mundo y el campo psíquico de vuestra humanidad.
Entonces el Cristo podía afirmar por los labios de su mediador,
Jesús, lo siguiente: “donde dos o tres estuvieren reunidos en mi
nombre, allí estaré yo en medio de ellos”. Evidentemente, cuando
los seres vibran por la mente y el sentimiento, bajo la frecuencia
superior del amor fraterno y puro, allí vibra con más intensidad el
espíritu del Cristo, que es Amor Incondicional.
Jesús fue el instructor humano más perfecto y sensible, capaz de
captar y transmitir la Luz y el Amor incondicional del Cristo, a las
penumbras del orbe terráqueo. Por eso, el amor que el Cristo puede
manifestar a través de Jesús, vive espiritualmente en nosotros, y
puede sentirse su presencia, si nos volvemos un instrumento
mediador, capaz de sentirlo por nuestra sublimación en constante
ascenso. El Cristo que se manifiesta internamente en el alma de los
seres, les ilumina y purifica los intersticios de la indumentaria carnal
externa, así como la energía de la usina, da brillantez y pureza a la
luz emitida por la lámpara de buena calidad.
Pregunta: ¿Sólo una vez que Jesús recibió al Cristo y se
manifestó en la ceremonia del bautismo, es que se positivizó la
enseñanza de que “Ninguno va al Padre si no es por mí”?
Ramatís: Si consideramos que sólo por el amor se salva el
hombre”, y que el Cristo Planetario es el campo, la síntesis y el
condicionamiento pulsátil del Amor Puro, es lógico que ninguno
podrá llegar a Dios y alcanzar la perfección o la ventura eterna, si
primero no pasa por el “camino” del Amor Absoluto. El Amor Crístico
sólo se manifiesta después que el “hombre viejo” se libera de sus
instintos animalescos, a través del holocausto de la cruz del amor
desinteresado, y resucita en la figura del “hombre
nuevo” cristificado, así como la simiente pierde su vieja forma
egocéntrica en el seno de la tierra, para resurgir en la “figura nueva”
del árbol.
La personalidad humana, tan celosa de sus derechos y valores
relativos a un mundo transitorio, debe terminar con ellos por la
renuncia absoluta. El “hombre viejo”, moldeado por el linaje animal y
apegado a los bienes del mundo de la carne, debe morir y
desintegrar la belicosidad que le es peculiar, por medio de la
agresividad destructiva del mundo físico.
Jesús, después que se sensibilizó en medio de la vida opresiva
de la carne, comenzó a sentir el aura magnética y amorosa del
Cristo Planetario, pasando a comunicar a los hombres, que él era “el
Camino, la Verdad y la Vida”, y que “Ninguno va al Padre si no es
por mí”. En verdad, el vínculo que existe entre Dios y el hombre
terreno es el Cristo Planetario, y en nuestro caso es la entidad que
vibra más próxima a la vida humana. A través de Jesús, magnífico
mediador humano, el Cristo pudo transmitir fielmente las normas,
para que el hombre aprendiera a desprenderse de un mundo, útil y
educativo, pero transitorio y necesario de superarlo para alcanzar la
emancipación espiritual. Ni bien el espíritu alcanza perfecto estado
de conciencia espiritual, deja de ser dominado por los instintos,
liberándose del curso educativo y físico, por haber devuelto a la
tierra el “quantum” de la animalidad que lo imantaba a los ciclos
compulsivos de las existencias carnales.
Y quien no cumple con ese programa, no cumple con las etapas
ascensionales, por “las cuales debe esforzarse para liberarse del
yugo de la materia; además, si no cumple con tal cometido no
alcanzará la unión de conciencia y definitiva con Dios, o el “Nirvana”,
conforme al concepto de los orientales.40 Sin duda alguna, no irá al
Padre quien no consiga acompañar a Jesús en el derrotero que vivió
con absoluto desprendimiento y conciencia de su misión, para
demostrar el camino crístico del amor, para liberar a las almas de los
ciclos tristes y transitorios de la materia. En el madero de la cruz, el
símbolo del cuerpo físico de Jesús, el mejor ser del mundo, se
glorificó renaciendo en “Espíritu” y “Verdad” por la liberación
definitiva del instinto de conservación de la persona humana, que
abrió las compuertas de la luz, para la salvación de los hombres-La
vida y pasión del inolvidable Maestro Jesús, en su renuncia suprema
y bajo la inspiración del amor crístico, selló sobre la superficie del
mundo terreno la síntesis del curso sideral, que el espíritu simple e
ignorante debe cumplir con su vida didáctica bajo la pedagogía de la
vida carnal. Siendo así, demostró por ser de origen pobre y humilde,
que la más paupérrima de las criaturas, aún puede tener un futuro,
en una realización espiritual angélica, bastando únicamente
integrarse a la vida enseñada por el Evangelio. Toda la vida de
Jesús se resume en actos, pensamientos, comportamientos y
servicios realizados por la dignidad, sabiduría y amor, configurando
las actitudes y actividades correctas, que deben dominar al espíritu
en su peregrinaje evolutivo por el mundo de las formas. De ahí su
afirmación definitiva e insistente, de que él era el “Camino, la Verdad
y la Vida”, porque era el ejemplo vivo del curso de toda la pedagogía
evolutiva espiritual en la materia.
Pregunta: En verdad, nosotros encontramos que lo más difícil
que el hombre encuentra en su camino para ajustarse al Evangelio
de Jesús es poseer el sentimiento de la humildad. ¿No es verdad?
Ramatís: Jesús enseñó las reacciones más afines para alcanzar
la liberación espiritual, las cuales dicen así: “Si te quitan la túnica,
dale también la capa”, y “Ama al prójimo como a ti mismo”, “Haced a
los otros lo que quisieras que te hagan a ti mismo”, y “Si tu
adversario te obligara a andar una milla, ve con él otra más”. De esa
forma programó el derrotero para el desprendimiento total y
necesario de las concepciones comunes y egoístas del mundo
físico, demostrando la conducta imprescindible para que el espíritu
se libere del yugo fascinante pero ilusorio de la materia.
No es suficiente una vida sacrificial y desprendida, aunque el
hombre entregue todo cuanto de sí dispone a otro, si aún no posee
la humildad que le permita perdonar a sus adversarios y autores de
su infelicidad. Criticado, calumniado e infamado por las ingratitudes
de los amigos más estimados, que se encuentran dominados por el
orgullo, vanidad, celos, ambiciones, envidia y avaricia, aún es
necesario que el iniciado en la didáctica del Evangelio tenga
conciencia del beneficio y de su martirio, oponiendo su personalidad
limpia de resentimientos, y sepa perdonar, tanto como el mismo
Jesús perdonó.
Sin lugar a dudas, esa no es la humildad que se confunde con el
servilismo, pues ésta no libera al espíritu de la materia, ya que
cuando Jesús anunció que los “humillados serán exaltados”, se
estaba refiriendo a la humildad consciente, al estado de percepción
profundo e intuitivo de la vida, en donde la criatura cede
espontáneamente para no agredir y tolera para no imponer.
La humildad no es simplemente una virtud que se debe cultivar
deliberadamente en el sentido de creer que se alcanzará jerarquía
espiritual. La tierra con sus dolores y vicisitudes, en vez de un
mundo expiatorio e indeseable, puede considerarse como una
escuela de instrucción espiritual, o valioso laboratorio de
enriquecimiento y embelesamiento del alma. En consecuencia, el
hombre humilde es el alumno paciente, conformado y satisfecho,
que mejor aprovecha las lecciones del mundo, puesto que, una vez
comprendida su realidad espiritual, no protesta y solicita sin exigir,
aprende sin criticar o censurar.
Pregunta: Finalmente, ¿le cabe al sufrimiento y a la muerte el
pulimento final, para que el espíritu termine su curso evolutivo?
Ramatís: El sufrimiento y la muerte no son desmerecimientos ni
castigos, ni tampoco el fundamento de la evolución y
perfeccionamiento del espíritu. En verdad, ambos son apenas los
resultados de la vida, fruto de la reacción natural de la técnica usual
para ampliar el área de conciencia del espíritu, en su fricción con las
asperezas e imperfecciones de las formas físicas. Respecto al
estudio, trabajo y servicio al prójimo, es lo que despierta y activa el
núcleo refulgente del espíritu inmortal, en su contacto educativo con
la materia, donde el proceso del dolor y el sufrimiento elimina el
residual inferior, funcionando en el programa, llamado “operación
angelitud”.
Pregunta: Finalmente, ¿debemos entender que el Maestro
Jesús, antes de su materialización en el ambiente terreno, ya era
una entidad angélica?
Ramatís: Además, es el mismo Jesús quien os responde,
cuando en cierto momento se dirige significativamente al Padre,
diciendo: “Glorifícame, oh Padre, con aquella gloria que yo tenía en
ti, antes que el mundo fuese hecho”. Es obvio e implícito, que si
Jesús mencionó “la gloria que él tenía en Dios”, estaba
considerando que antes de existir en la tierra como entidad carnal,
su espíritu ya vivía en la gloria de Dios. Por lo tanto, era un realizado
sideral, antes de encontrarse encarnado en la tierra; un Maestro que
descendió al mundo físico, elegido para una elevada misión, puesto
que no vino a cumplir con ninguna deuda kármica sino a enseñar
aquello que él realizó y asimiló anteriormente.
Jesús era un espíritu glorificado mucho antes de nacer
físicamente en el mundo tierra. Quien transmitió mensajes tan
gloriosos y murió por el Amor, sólo podía haber vivido anteriormente
en la gloria de Dios, del cual fue elegido para ser un impecable y
sublime transmisor físico. Nacido en el mundo material, pero
alimentado en espíritu por el Amor Universal, que se expandía a
través de su configuración humana, Jesús sensibilizó de tal forma su
propia organización “psico-física” que, al manifestarse el Cristo
mediúmnicamente, por su intermedio, pudo trazar holgadamente en
la superficie del orbe terráqueo, el programa sideral de salvación
para el hombre. Nos dejó el más perfecto de los programas para
que el hombre aprenda a
liberarse de la individualidad terrena, proporcionando la
metamorfosis del “hombre viejo”, pletórico de vida animal, para que
se transfunda en el “hombre nuevo”, lleno de glorificación espiritual.
La acción centrípeta del Amor del Cristo late íntimamente en la
personalidad humana y se manifiesta con mayor intensidad,
conforme sea su limpidez periespiritual. Perciben las vibraciones del
cielo aquellos que saben “incorporarlos” en sí mismos. He ahí
porqué Pablo acostumbraba a decir “que él no vivía, sino, que el
Cristo pasó a vivir en él”, así como Jesús decía “Yo no vivo en mí, es
el Padre que llena mi vida”.
Y “Ninguno irá al Padre, a no ser por mí”, dado que ninguno se
liberará del yugo de la materia, mientras no haya realizado en sí
mismo la muerte de las pasiones y comenzado el renacimiento para
la vida sana del Espirito. Y cuando se haya cumplido con esa
promesa, entonces “A ése le será dado el don de la Vida Eterna”.
“MI REINO NO ES
DE ESTE MUNDO”41

Pregunta: ¿Cuál es el correcto fundamento que encierra lo


manifestado por Jesús cuando se refiere a “Mi Reino no es de este
mundo”?
Ramatís: Insistimos en deciros que en todas sus enseñanzas,
parábolas y conceptos evangélicos, Jesús siempre hacía referencia
a la vida del espíritu inmortal. El se manifestaba como un avanzado
instructor espiritual, que no desperdiciaba su tiempo precioso
demorándose en el examen de la vida transitoria sobre la superficie
del orbe.
El Evangelio, además de ser un Código Moral para la humanidad
terrícola, es el más eficiente de los cursos educativos para que el
hombre alcance su ciudadanía sideral. Aunque el Maestro Nazareno
se servía comúnmente de los símbolos, imágenes y costumbres
tradicionales extraídas de las existencias físicas, lo hacía como base
comparativa para identificar y dar base a los motivos definitivos de la
naturaleza inmortal del ser. Utilizaba el principio didáctico del
presente para dejar sentada alguna enseñanza para el futuro, o de
aquello que era conocido, para poder hablar sobre lo desconocido.
Bajo la envoltura poética y pintoresca de sus parábolas se ocultaba
la “senda” para la vida del espíritu inmortal. Siendo así, el
fundamento principal de su concepto evangélico, “Mi reino no es de
éste mundo”, versaba sobre la naturaleza de sus enseñanzas,
aclarando que vino a exponer y a enseñar el programa para la vida
eterna, es decir, la liberación del espíritu del campo de la energía
condensada, hacia el campo de la energía libre.
Pregunta: ¿El Maestro Jesús no intentó anatematizar nuestra
vida material al querer demostrar que sólo le interesaba y le era más
importante la vida espiritual?
Ramatís: Jamás el Maestro haría tal condenación, lo cual
desmentiría su genial sabiduría y ternura espiritual. Apenas trató de
distinguir entre la naturaleza transitoria de la existencia material,
confrontándola con la eternidad y libertad de la vida espiritual. En su
pedagogía evangélica quedó comprobada la sensatez del hombre
que usufructúa la vida terrena como una escuela de
perfeccionamiento moral y científico, jamás con el fin de satisfacer
los instintos. Así como los alumnos no deben apegarse a las cosas y
a los objetos que le sirven de base para su instrucción, el espíritu
del hombre tampoco debe imantarse a los valores y tesoros
materiales, cuyo objetivo es favorecer provisoriamente su educación
y desenvolvimiento de conciencia sobre la superficie de los mundos
físicos, los cuales nada les significa para su futura vida angélica.
Aunque remarcó la importancia del espíritu encarnado viviendo
en la materia, sin embargo le aconsejó estudio, paciencia,
tolerancia, humildad y amor al trabajo, acrecentando todos esos
atributos, con un servicio desinteresado a sus hermanos, para
alcanzar a la brevedad posible la promoción angélica. Es de sentido
común que ninguno podrá aprender en la escuela primaria, si
desprecia las lecciones de los maestros, destruye los libros y
elementos de su aprendizaje. Aunque insistió sobre la superioridad
de la vida angélica, el Cristo Jesús no despreció ni condenó la vida
humana de la tierra sino que la distinguió como un “curso transitorio”
que funciona como un medio, no como un fin.
Pregunta: Además del tema enunciado por Jesús, de que su
“Reino no es de éste mundo”, ¿existe algún otro acontecimiento
oculto?
Ramatís: Es conveniente repetiros que toda enseñanza
evangélica dicha por Jesús, siempre oculta alguna acción legislativa
del Cosmos. Examinando las parábolas y los conceptos instructivos
del Amado Maestro, bajo el raciocinio mental y los eventos
científicos del siglo XX, es posible que la misma ciencia oficial
compruebe determinadas reglas y leyes, que accionan ocultamente
y que se encuentran implícitas en lo íntimo de los enunciados
evangélicos. Innumerables elucidaciones todavía no comprendidas
en la época mesiánica y cristiana, hoy pueden observarse y ser
comprendidas, gracias al progreso científico y técnico del mundo
moderno.
Además, como la Ley Única del Cosmos y sus derivados
disciplinan la totalidad de los fenómenos y operaciones en el
metabolismo de la vida material, obviamente, coordinan y disciplinan
desde el nacimiento hasta la decadencia de los cuerpos físicos, que
sirven para la manifestación del espíritu en el curso educativo de las
encarnaciones planetarias. La materia, en consecuencia, s el medio
educativo y de expresión para el espíritu simple e ignorante, a los
efectos de ampliar su conciencia individual. Todo ello debe
realizarse sin discrepar de las leyes morales y espirituales, porque
ellas también disciplinan los fenómenos de la materia dentro de la
Unidad Cósmica.
Pregunta: ¿Podríais ofrecernos un ejemplo más objetivo?
Ramatís: ¿Cuál es el estado normal del aire? Sin duda, es el de
expandirse libremente. Pero, cuando el aire es comprimido en
recipientes materiales, sea para inflar un neumático o para expeler
el líquido perfumado de un spray, entonces soporta una acción
anómala y contraria a su verdadera naturaleza. Diríamos que el aire
comprimido, limitado al contorno del recipiente, permanece en
condición antinatural.42
Bajo similar deducción, también diríamos que la energía sufre un
estado anómalo, al estar condensada y aprisionada en las cárceles
de las formas físicas, lo que resulta una situación transitoria. La
radioactividad, por ejemplo, es la fuga de la energía encarcelada y
compactada en ciertos elementos químicos, en el esfuerzo titánico
para readquirir su libertad absoluta y natural. El fragmento del
radium, que se transforma constantemente en plomo, liberando
energías, como son los rayos B, y partículas más simples, puede
compararse a las ansias del espíritu inmortal, tratando de liberarse
del aplomado peso del mundo material.
Es evidente que Jesús también enunciaba un hecho científico, al
advertir que “mi Reino no es de éste mundo”, por ser un mundo
material y transitorio. Su reino es real, indestructible e ilimitado,
como es el reino superior de la energía espiritual. El “mundo del
César” es el mundo efímero que existe en base a una compactación
temporaria, pero si la consideramos bajo el proceso del tiempo
infinito, las formas visibles a los sentidos físicos tienden a
volatizarse en partículas, desapareciendo del examen real de los
sentidos carnales.
Pregunta: Aunque Jesús distinguió perfectamente el mundo de
la energía comprimida, con el reino de la energía libre, o sea, el
“mundo del César” y el “Reino de Dios”; ¿existe otra enseñanza
complementaria?
Ramatís: En la época de Jesús los hombres no podían
compenetrarse del sentido oculto de sus elucidaciones, en lo
tocante a una vida superior, cuyas posibilidades de entendimiento
sobrepasaban la comprensión de la vida humana que era muy
primaria. El Amado Maestro se servía de las imágenes y de las
cosas que sucedían en la vida cotidiana, para afirmar y activar los
preceptos de la doctrina oculta. Tratándose de un notable y sabio
profeta sideral, conocedor profundo del metabolismo de la vida del
Espíritu Eterno, Jesús preparaba la mente del hombre de su época,
con los objetos y fenómenos del mundo transitorio y objetivo, para
después sensibilizarlo y conseguir que se percibieran de la realidad
del estado angélico. Ahora, en base al progreso técnico y de los
descubrimientos científicos, así como también, por la investigación
intensa en el campo oculto de la energía, la Humanidad terrena
puede vislumbrar entre lo “que Jesús dijo” y realmente, “porqué lo
dijo”.
En la ofrenda sacrificial de su vida, Jesús demostró su total
desapego al mundo material, demostrando, hasta lo imposible, en
qué basa el proceso liberador del espíritu, después de haber
soportado diversas encarnaciones. Solamente los tontos e imbéciles
persistirán en querer vivir apegados al artificialismo de la vida
ilusoria de la materia, después que han conocido moral y
científicamente lo que es real, auténtico y definitivo de lo enseñado
por el divino Maestro. Cumpliendo con su misión sublime de mentor
y psicólogo sideral y conocedor profundo en todos los campos de la
vida, Jesús decía y vivía sus enseñanzas morales, ejemplificándolas
personalmente como deben ser en la vida espiritual, y lo hizo en las
condiciones más honestas y estoicas realizadas en la materia, para
alcanzar el esclarecimiento angélico de la humanidad. Actualmente
los exegetas pueden distinguir e identificar que, bajo sus postulados
de moral espiritual, existen y permanecen los fundamentos
científicos, derivados de la Ley del Cosmos. Consecuentemente, un
porcentaje diminuto de la humanidad ha tratado de cumplir con las
enseñanzas de Jesús, pero de ahora en más deberá comprobarse
científicamente el motivo del porqué “él lo dijo”. En su tarea
mesiánica, expuso como debía ser la moral del espíritu angélico, y a
través de la investigación científica de la hora, el hombre del siglo
XX ha de saber descubrir la estructura que sustenta la vida moral
del Cosmos.
Pregunta: En base a la profundidad del tema, en donde el
Evangelio nos recuerda la Ley del Cosmos, ¿podríais extenderos un
poco más sobre un asunto tan elevado?
Ramatís: Antiguamente el hombre aceptaba que el “Reino del
Cristo” no era del mundo material, dado que era manifestado por un
instructor sideral, considerado como un elevado líder de la
humanidad. Pero, hoy, después de los eventos científicos de la
electrónica, el dominio del átomo y de la energía nuclear, el
intercambio lunar, el conocimiento y la descripción de los rayos
cósmicos, la era de las computadoras y robots, además de la
auscultación sobre la pulsación de las galaxias, le es posible
comprobar el fabuloso poder creador que existe en el mundo de las
energías ocultas y que superan la aparente letárgica de la materia.
En consecuencia, también es viable la perfecta distinción entre el
mundo físico del César, y el mundo dinámico y espiritual de Dios, es
decir, lo transitorio e inferior, del auténtico, eterno y superior.
Lo cierto es que Jesús conocía todo eso en su época mesiánica,
aunque lo resguardara en su contenido esotérico con palabras
simbólicas y parábolas adecuadas para la época. Cada día que
pasa se engrandece más su figura, debido a que los sabios terrenos
comprueben la sabiduría y cientificismo que encierra el inalterable
Evangelio. Poco a poco, el hombre perspicaz y sensato percibirá
que es una estulticia vivir sin el Cristo, debido a que el Cristo se
encuentra en la intimidad de los pensamientos, ideas, actos
místicos, religiosos, filosóficos y morales. El hombre de inteligencia
común ya comprende que el Cristo es el “Camino de la Verdad y la
Vida”. Todas las verdades descubiertas por la ciencia terrícola, en
cualquier latitud geográfica o campo de actividad humana que fuera,
demuestran en su intimidad el sello característico del Cristo,
indicando que es la única solución capaz de pacificar el mundo y
unir a los hombres por medio del Amor Incondicional.
Como Maestro y máximo exponente de la Realidad Espiritual en
el mundo tierra, el Jesús de aquella época, aún hoy es el que nos
induce a seguir sus enseñanzas, dado que es la única manera de
que el hombre se libere de sus ciclos reencarnatorios. En vez de los
hombres aferrarse desesperadamente al artificialismo de la vida
material y transitoria, mientras destruyen la civilización por las
fuerzas enfermizas del odio, podrían crear la ventura humana a
través de las energías sublimes del Amor. El amor que salva y
redime al hombre es la salud espiritual de los que reinan y se
conforman con las vicisitudes y dolores de la carne, sin deseos de
venganza; el odio, que destruye e intoxica, es la enfermedad del
alma, bajo la imantación del atavismo animal.
Por eso, el Evangelio del Cristo es un tratado específico para la
salud del alma, porque modificando el campo moral del ser, cambia,
también, la frecuencia vibratoria del espíritu y lo ajusta
científicamente a la pulsación armoniosa y eterna del Cosmos. En
consecuencia, el Evangelio, además de ser un Código Moral, es un
tratado profundamente científico de las leyes cósmicas, que inciden
en la intimidad de cada ser, conforme a su frecuencia vibratoria y
graduación espiritual.
Pregunta: Cuando Jesús menciona que “mi Reino no es de éste
mundo”, ¿también se ajustaría a la interpretación doctrinaria, si
hubiera dicho; “mi Reino no es de éste reino” o “mi mundo no es de
éste mundo”?
Ramatís: En otras oportunidades hemos dicho que Jesús no
empleaba una vírgula de más o de menos en sus máximas
evangélicas. En su autenticidad angélica, jamás se servía de
vocablos imprecisos o que fueran substituibles para exponer su
pensamiento definitivo y correcto. Tampoco usaba cualquier
artificialismo o elocuencia rebuscada para resaltar su prédica, como
es común entre los oradores del mundo profano. En un puñado de
vocablos familiares, exponía la síntesis de una virtud o revelaba el
estado de un espíritu angélico. Cada vocablo y cada frase poseían
la fuerza estructural del basamento de su pensamiento y afirmaba
las bases del edificio evangélico.
Únicamente las criaturas primarias o melodramáticas son afectas
a la verborrea, puesto que desperdician palabras sin motivo alguno.
Los indecisos e insensatos son los que utilizan frases inadecuadas
para expresar la naturaleza de sus pensamientos. Los sabios son
sencillos y comunicativos cuando desean exponer sus constructivos
pensamientos, mientras que los seudo sabios, utilizan frases
complejas, académicas y rebuscadas, cuya finalidad es aparentar
algo más difícil de lo que es necesario, puesto que suponen que han
de juzgarlos más sabio, por ser más difícil de entender. Lo citado, en
la actualidad, es muy frecuente por parte de la demostración que
ofrecen los líderes o jefes de grupos partidarios, en especial los del
sector político, cuyas ambiciones se traducen por los mensajes que
ofrecen, cuya índole vacía, fría y calculadora son la pauta de su
sentir íntimo.
Por lo tanto, existe una gran diferencia de sentido entre el
vocablo “mundo” y “reino”, que Jesús expuso maravillosamente en
su enunciado espiritual. La palabra “mundo”, expresa el universo
físico, creado, lo que puede ser alcanzado por los deseos y sentidos
humanos. El mundo es para todos, y la tierra, por lo tanto, es para la
generalidad de los terrícolas, es decir, es el mundo de los hombres
terrenos. Cuando decís, ahí en la tierra, que tal persona es “un
hombre de mundo”, se está refiriendo al individuo entregado a los
placeres y vicios terrenales, el cual vive exclusivamente gozando
por sus sentidos físicos. He ahí, entonces, al hombre de mundo,
mundo ese que pertenece a todos, y que se debe tener muy
presente que es un mundo transitorio.
La palabra “reino”, enunciada y distinguida por Jesús, se refiere
con más precisión a la idea de un estado; diríamos que es lo
equivalente a aquello que la ciencia moderna llama teoría de campo.
Ese reino o campo es una forma de energía, y además, el conjunto
de leyes y principios que gobiernan o rigen la totalidad de
fenómenos que allí suceden. Todas las criaturas están subordinadas
a las leyes y principios del ‘reino” de Dios, de ese “campo universal”
sublime, del cual seremos futuros participantes cuando logremos las
condiciones necesarias para habitarlo. Es una comunidad algo
aristocrática y disciplinada, gobernada por lo superior y que son
ajenos a las vulgaridades del mundo humano. Los reinos mineral,
vegetal y animal, en sus distintas agrupaciones de cuerpos y seres,
están disciplinados y gobernados íntimamente por leyes que los
encaminan hacia expresiones más elevadas.
También es evidente que Jesús cuando se refirió a “mi reino”, lo
hacía pensando en donde el vivía, cuya realidad debe interpretarse
como un estado diferente, donde el espíritu crea debido a que
conquistó definitiva victoria sobre los instintos esclaviza-dores. De
ahí que debe entenderse que el “reino” es definitivo y el “mundo”,
transitorio; lo primero vibra bajo el gobierno y a su vez exige una
electividad específica para habitarlo, y lo segundo, es el que
adquiere condiciones por medio de la fuerza, astucia o alguna
cualidad o ventaja personal. Es de sentido común que el mayor
conquistador del mundo no es quien derrota mayor número de
hombres o pueblos sino aquel que sabe derrotar a sus propias
imperfecciones y pasiones. En el concepto “mi reino no es de éste
mundo”, Jesús trató de enfocar para la humanidad la diferencia que
existe entre el “mundo” que es materia transitoria, y el “reino”, que
es un estado real e inalterable, porque está constituido de energía y
controlado por las mentes, cuya voluntad y amor están
desarrolladas para darse únicamente en favor de la ventura ajena.
Pregunta: ¿Cuál fue el verdadero sentido que Jesús quiso dar a
sus palabras, “mi reino no es de éste mundo”, cuando le respondió a
Pilatos? ¿Le insinuó alguna cosa que sobrepasaba el concepto del
reino de la energía libre del espíritu, comparándola con la
compactación, que corresponde al mundo de la materia?
Ramatís: Narra el Evangelio de Juan que, habiendo entrado
Pilatos a palacio y haciendo comparecer a Jesús ante su presencia,
le preguntó: “¿Eres tú el rey de los judíos? — Jesús le respondió:
“Tú dices que soy rey. Yo para esto nací, y para esto vine al mundo,
para dar testimonio a la verdad; todo aquel que es de la verdad,
escucha mi voz”.43
Es evidente que todo cuanto Jesús manifiesta hace perfecta
distinción entre un “reino” o vida superior, disciplinada y dirigida
convenientemente, y el “mundo” habitado por los hombres y en
permanente conflicto por las pasiones, intereses y vicios, es decir,
una vida indisciplinada bajo el egoísmo individual. En un reino viven
aquellos que fueron “escogidos” por el progreso espiritual, y en el
mundo, los que desean permanecer adheridos a las satisfacciones y
goces materiales, conforme lo manifiesta la graduación de cada ser.
En la respuesta que da a Pilatos, de que era rey, se estaba
sirviendo del sentido figurativo del vocablo, para enunciar su
jerarquía de espíritu liberado de las contingencias humanas, aunque
decidido a cumplir hasta el final, con su misión sacrifical para liberar
a los hombres. Sólo el rey se gobierna a sí mismo, porque es un
soberano, con el derecho supremo y absoluto dado por las leyes.
Jesús, como espíritu emancipado y ángel de elevado prestigio
sideral, podía compararse con un rey, de poder absoluto, dado que
gobernaba como un soberano su propia individualización espiritual.
Además, advierte: “¿Soy rey?, no nací y no vine a éste mundo sino
para dar testimonio de la Verdad, afirmando, que sólo el espíritu no
nace, no crece, ni muere, porque, siendo eterno, preexiste y
sobrevive a la transitoria organización carnal.
Jesús acentuaba que era un rey espiritual, indestructible y
emancipado, no un “rey hombre”, limitado por el nacimiento y más
tarde destruido por la muerte física. El decía ser un soberano del
reino de Dios, un “emancipado”, libre de “maya” o dicho
occidentalmente, liberado de la ilusión que provoca el mundo
material. Entonces, era el “Camino, la Verdad y la Vida” y podía
afirmar: “Aquel que pertenece a la Verdad, escucha mi voz”,
demostrando ser un soberano de sí mismo, un monarca del reino
espiritual, que vibraba a igual frecuencia espiritual. Distinguía al rey
como una entidad soberana y determinante en lo referente a la
libertad del espíritu, comparándolo con el súbdito aferrado a las
pasiones inferiores y que también trazaba su propia infelicidad.
Jesús dejaba sentado el precedente como una entidad que se
descubría a sí misma, que era vencedora de los deseos y pasiones,
del tedio y de las insatisfacciones. En todo momento, confortaba a
sus oyentes y esparcía esperanzas a la humanidad cuando les
hablaba con realismo sobre una vida futura, llena de gozo y dominio
espiritual. El espíritu feliz se autogobierna y no preocupa a la
humanidad sideral, porque en su contextura íntima se ajusta a la
frecuencia de la realidad, por encima de cualquier acto ilusorio,
egoísta y de nivel inferior. El espíritu sublimado puede hacer lo que
quiera o le convenga, después que haya superado los ciclos
reencarnatorios. Es decir, descubrió la Verdad y se identificó a sí
mismo, por cuyo motivo jamás cometerá errores o equívocos que
afecten el libre albedrío de los demás. Esa Verdad es parte de sí
mismo, es un fragmento del propio Dios en el hombre.
Pregunta: ¿Nos podríais definir algo de esa ventura en el reino
de Dios?
Ramatís: Los conceptos vertidos por el Cristo Jesús, invitando a
los hombres a ser perfectos, como lo es el Padre, les estaban
indicando la meta definitiva y venturosa, puesto que deberían ser
tan felices, como fuera posible concebir la naturaleza divina. Aunque
no podamos decir que Dios es feliz, porque no disponemos de una
medida exacta que nos proporcione la idea de lo opuesto que
llamamos “infeliz”, sin embargo sabemos a través del Maestro Jesús
que el “hombre perfecto” es el hombre absolutamente feliz, porque
desenvolvió en sí mismo la ventura divina de Dios.
Mientras el espíritu del hombre no alcance esa perfección y
conocimiento de la Verdad, debe actuar y está sujeto al plano de los
contrastes y sujeto a medidas, límites dados por el tiempo y el
espacio, que lo obligan a un constante desgaste de energías, debido
a su inestabilidad por causa de no satisfacerse interiormente. Pero
ni bien alcance la realidad mencionada por Jesús, pasará a
desenvolverse liberado de las contingencias o coacciones
exteriores; entonces es el ángel que tiene a su disposición un
campo de energías sutilísimas, que jamás se desgastan o se
modifican si no es por su propia voluntad. Sin duda, las energías,
cuando más puras y sutiles son, también son más afines al espíritu y
a las vibraciones creadoras de Dios.
En el reino de Dios, o en el seno de la Verdad Absoluta, que es la
fuente de Vida en el universo entero, la ventura es un “estado de
espíritu” y no el fruto de tener posesión o propiedad particular; en el
primer caso, es necesario que el espíritu adquiera capacidad por
medio del entrenamiento, y afine su estado íntimo con el uso de los
objetivos, en el intercambio correspondiente con el mundo físico; en
el segundo de los casos, el estado de posesión es precario, porque
ser dueño material de un lote de tierra, una fortuna de oro o de un
lujoso vehículo, a pesar de la diferencia ilusoria del ser, siempre ha
de ser un estado transitorio del espíritu y sin valor definitivo, porque
es la “posesión” de un poder precario.
El espíritu del hombre toma contacto con los fenómenos y
hechos por medio de los cinco sentidos físicos, y esto le vale
solamente por causa de la concentración, intensificación y
catalización de la energía, que le proporciona un sentido o facultad
poco común, pero que a su vez lo va sublimando. No es la extensión
y el valor de los bienes, que maneja o administra, lo que le produce
favorecimientos o venturas, si egoístamente desea aferrarse al valor
material de los mismos. La posesión de las cosas es un estado del
espíritu que converge en una falsa ventura para determinado objeto,
cosa o ser en el mundo transitorio. Por lo tanto, la posesión diminuta
o inmensurable no significa ventura, pues las cosas inanimadas y
provisorias jamás pueden proporcionar la felicidad para quienes son
eternos.
La ventura que depende de la existencia de los objetos, cosas y
seres no es duradera; además, esas cosas tienen una existencia
propia y limitada, pero no pueden transmitir placeres duraderos, más
allá de aquellos a que la persona se acondiciona.44 En
consecuencia, la alegría y el júbilo del espíritu se derivan del estado
de absoluta liberación, y que no se encuentra comprendido en
cualquier factor o valores determinados por el tiempo y el espacio.
Ha de ser entonces lo que el espíritu realiza en sí mismo y a través
de su contacto con los valores auténticos y que jamás sufran
modificación alguna. Una liberación absoluta no puede depender de
ningún valor “alfa” o “omega” en el universo. No es lo que existe
más allá de sí mismo lo que causa la felicidad, pero sí lo que existe
y jamás se fragmenta en la intimidad del espíritu. La ventura del
reino de Dios, es un estado de espíritu de “absoluta liberación” sin
deseo de posesión alguna, aquí o más allá de sí mismo. La beatitud
o el nirvana de la tradición oriental, no es la inmovilidad o fusión con
el Espíritu Cósmico de Dios; sino el poder sin poseer; la libertad
absoluta sin el deseo; la paz de existir sin herir. La paz del espíritu
de la conciencia divinizada es como una lámpara inmaculada, que
da eternamente la luz del Señor. La ventura, imposible de ser
delineada bajo la expresión de la palabra humana, es la
inconcebible donación creadora e incondicional, en un eterno pulsar
del diástole y sístole del Creador.
“NO SE PUEDE SERVIR A
DIOS Y A LAS RIQUEZAS”45

Pregunta: Qué sentido encierra y qué ley se aplica respecto al


concepto evangélico de Jesús, que dice: “No se puede servir a Dios
y a las riquezas”?
Ramatís: A pesar de que existe una sola Unidad Divina, es decir,
la Suprema Ley del Universo, que gobierna y disciplina los
fenómenos de la vida espiritual y física, el espíritu del hombre parte
de la dualidad, o del contraste, para después ajustarse
conscientemente al monismo de Dios. Ese monismo despierta su
conciencia individual al recorrer la senda de la evolución espiritual,
basado en el conocimiento y dominio de las formas, pero siempre
teniendo presente el dualismo. Su noción de existir y destacarse en
el seno de la Divinidad, se afirma de a poco en las convenciones de
lo positivo y negativo, blanco y negro, sano y enfermo, masculino y
femenino, derecho y torcido, acertado o errado, virtud y pecado. Es
la llamada ley de los contrarios, tan aceptada por los hermetistas.
Conforme hemos explicado en otras oportunidades, aunque
Jesús haya basado sus enseñanzas evangélicas en los hechos y
configuraciones físicas de la vida humana, en sus parábolas se
oculta la síntesis de las leyes eternas que disciplinan el orden
creador en el Cosmos. Por eso, en el enunciado evangélico de que
“No se puede servir a Dios y a las riquezas”, Jesús expresa,
intencionalmente, en ese contraste, las leyes que rigen a ambos
mundos, el espiritual y el material. El reino de Dios, que configura la
verdadera vida del espíritu inmortal, es la resultante del mundo
material, y que también se rige por otras leyes infinitas e inmutables,
pero aunque se observe ilusoriamente el dualismo, siempre existe la
unidad. El hombre consigue liberarse viviendo en la materia,
conforme dicen las leyes manifestadas por Jesús a través de su
peregrinar por la tierra. Es la matriz original, que plasma las formas
del mundo material, como una envoltura exterior, pero provisoria y
conocida como universo físico, el cual está conformado por galaxias,
constelaciones, astros, planetas, satélites y asteroides. Es el banco
escolar para los espíritus vírgenes, simples e ignorantes, cuya
función y meta definitiva es conformar y organizar su conciencia
individual, hasta poseer la noción de existir en el seno de Dios.
Pregunta: La enseñanza evangélica de que “no se puede servir
a Dios y a las riquezas”, ¿no implica una separación de dos
mundos, que se encuentran en conflicto y que son opuestos? ¿Con
ese enunciado, no se quiere valorizar únicamente al reino del
espíritu y se condena al mundo de la materia?
Ramatís: Ya os dijimos que Dios es Único y el Universo monista;
de esa forma jamás podrá haber conflictos en la concepción de dos
mundos, los cuales existen y, además, conforman el mismo
Cosmos. Se trata apenas de un propósito educativo y conciliador,
concebido por los líderes espiritualistas, a fin de poder distinguir las
diferentes operaciones legislativas que actúan en polos opuestos,
pero manteniendo presente un mejor conocimiento sobre la Unidad
Divina. No existe separación entre el “reino de Dios” y el “mundo de
las riquezas” sino que se distinguen por la forma de vida, totalmente
opuestos, aunque aparente, porque en su realidad no modifican la
Unidad fundamental de la Vida Cósmica. Se trata de un punto de
apoyo mental y humano, cuyo contraste permite que el espíritu
limitado del hombre efectúe investigaciones, análisis y conclusiones,
que le han de ser favorables para alcanzar perfección en su
conciencia individual.
El espíritu trabaja objetivamente en el mundo de las riquezas
materiales, en una investigación y observación centrípeta, y al
mismo tiempo organiza y perfecciona la forma; sin embargo, por
intuición siente íntimamente la naturaleza centrífuga y real de Dios.
El instinto animal, que acciona a través de las leyes fisiológicas,
pero excesivamente ciego, modela el organismo carnal para que el
espíritu pueda accionar en el mundo de las riquezas, ejerciendo su
acción en forma particular y condicionada.
En consecuencia, en su observación humana del mundo físico, el
espíritu necesita luchar con fuerza y sacrificio para imponer sus
principios espirituales y superiores, a fin de controlar las tendencias
animales e instintivas, así como también inferiores. Es como el
bravío caballo salvaje, que primero debe domarse, para luego
utilizarlo en los diversos quehaceres.
Bajo la fuerza del instinto animal que conserva la vida del
individuo, el espíritu acumula bienes y valores, basados y adquiridos
constantemente en el mundo exterior, a fin de activar y conformar el
núcleo de su conciencia personal, que es la resultante de las
experiencias y conclusiones realizadas en el educativo intercambio
“psico-físico”. Tomando conocimiento de las leyes y motivos que
rigen el equilibrio de las vidas planetarias puede discernir sobre la
Inteligencia Suprema, que realmente es el agente causal y
disciplinador de los fenómenos y acontecimientos exteriores. El
hombre siente íntimamente la existencia de Dios, como una fuente
sublime, sabia e infinita que lo creó y que, además, crea y gobierna
todo el universo. Bajo el dominio de las leyes un tanto groseras del
mundo de la materia, que lo incentivan sin descanso para conformar
su conciencia individual, constantemente so siente sensibilizado
debido al intercambio psíquico; entonces, poco a poco se va dando
cuenta de la oculta presencia divina, pero que rige el
perfeccionamiento, cuya acción en lo íntimo de su alma termina
elaborando la metamorfosis angélica.
Sin lugar a dudas, mientras el espíritu sirve o trabaja en el mundo
educativo y transitorio de las riquezas materiales, no puede
distinguir lúcidamente la realidad del “reino de Dios”, que es la vida
real de la Espiritualidad. No existe una razón respecto a la
separación del mundo espiritual y material; puesto que el hombre
sólo es un espíritu materializado en la superficie del mundo tierra,
cuyo orbe, no deja de ser un quantum de energía universal
compacta. El espíritu encarnado ausculta, pero no percibe su
realidad divina, porque todavía no desenvolvió los sentidos
espirituales adecuados para disfrutar ese evento superior.
Pregunta: ¿De qué forma debemos entender la advertencia de
Jesús, cuando dice: “No se debe servir a dos señores”? Esa
explicación, ¿no implica una concepción marcadamente pecaminosa
del mundo material?
Ramatís: Esa enseñanza de Jesús encara una cuestión de
orden, emanada de la Ley Única, directora del Universo, porque el
espíritu, como un fragmento lucífero de la Divinidad, no puede, al
mismo tiempo, servir al mundo exterior y transitorio de la materia y
al reino interno y definitivo, que es el Espiritual Entre ambos existe
inconcebible diferencia vibratoria y de sentido creador, pues el
mundo de la materia es la vida transitoria, cuyo desgaste es
continuo en base a la fuga de la energía condensada en las formas
físicas, mientras que el reino divino de Dios, comprende la energía
libre, que acciona en su estado normal y creador. Los mundos
físicos son envolturas transitorias que aprisionan la energía y toman
aspecto de “compacta”. Parecen reales y concretos para los
sentidos humanos, pero no dejan de ser cual ropaje exterior de
Dios, que cambia cada “Gran Plano” o “Manvantara”.
El hombre sólo alcanza éxito y poder en el ambiente donde vive,
después que conoce las leyes que gobiernan los fenómenos. Siendo
así, investiga, analiza, pesa y valoriza, aumentando su conocimiento
en la penetración, cada vez más profunda sobre las bases de la vida
real. Es la eterna preocupación de saber sobre el infinito y de dónde
procede, así como también, va ampliando el acervo de su propia
individualidad.
Después que alcanzó la formación de su conciencia y mentalidad
en el mundo de la materia, debe contribuir al progreso de su morada
física y que también resultó ser su academia espiritual; entonces se
hace merecedor de un curso más avanzado respecto a la
organización planetaria, a fin de seguir buscando la Realidad Divina.
Después que se dio cuenta de los motivos que afectan a las formas
físicas y transitorias del mundo tierra, al término de un prolongado
aprendizaje, doloroso pero altamente compensador, el espíritu
alcanzó la hipersensibilidad de sentir, a conciencia, la autenticidad
de la vida espiritual y eterna.
Pregunta: ¿El espíritu del hombre no podría alcanzar la
evolución de su estado de conciencia, sin tener que apoyarse en las
enseñanzas de los llamados gurús o “Maestros”, dado que posee en
sí mismo la orientación interna del “reino divino”, por el hecho de
haber sido creado “a imagen de Dios”?
Ramatís: El hombre en su inmadurez espiritual necesita de guías
u orientadores, que le indiquen sobre las actividades y los valores
importantes para dirigir su aprendizaje en la materia. Bajo la
orientación superior, el espíritu aprende a moverse correctamente
en los intrincados caminos de las formas físicas, siendo estimulado
para alcanzar realizaciones mayores cuya finalidad es alcanzar la
liberación espiritual. El hombre, en la tierra, es casi un ciego, con
relación a las cosas definitivas e imponderables de la vida superior.
Necesita que la Administración Divina lo ayude constantemente, por
cuyo motivo, aparecen periódicamente en la tierra los instructores
siderales, con la misión de revelar y divulgar en todas las latitudes
geográficas las inmutables leyes y valores definitivos del reino
divino. En épocas oportunas aparecieron sobre vuestra tierra los
grandes instructores de la humanidad, como Fo-Hí, Confucio y Lao
Tsé, en China, Antulio en la Atlántida, Moisés, entre los hebreos,
Orfeo en Grecia, Krisnha en la India, Hermes en Egipto, Mahoma en
Arabia, Buda en Asia y finalmente Jesús, el sintetizador de las
enseñanzas de sus precursores, los unificó en el Sublime Código
Moral del Evangelio.
Examinando los postulados y revelaciones esclarecedoras de los
Maestros de la Espiritualidad, observamos en el contenido de las
enseñanzas liberadoras y apropiadas a cada raza, un mismo
sentido, legislativo y sideral, esclareciendo que el hombre no puede
servir simultáneamente a dos señores. El Maestro Jesús proclamó,
textual y perentoriamente así; “No debéis servir a las riquezas”, pero
anunció con demasiada claridad, que “No se debe servir a dos
señores al mismo tiempo”. Es algo parecido al viejo adagio de
sabiduría popular, que dice así: “No se puede tocar la flauta y silbar
al mismo tiempo”. El Maestro no condenó el modo de vida material,
ni siquiera advirtió para que
el hombre se dedique exclusivamente a la vida espiritual, pero sí
predicó respecto a la sensatez de liberarse del mundo de las
riquezas, el cual es fruto de la necesidad pedagógica para alcanzar
un estado de conciencia superior. Advirtió sobre el desgaste y la
confusión del espíritu cuando se encuentra esclavizado por el
mundo educativo y transitorio, cuando en realidad debe cultivar y
vivir los valores preciosos y definitivos del “reino divino”.
Pregunta: ¿Podríais exponer otras consideraciones sobre las
posibilidades que el hombre tiene para cultivar “el reino de Dios”,
aunque todavía se encuentre esclavizado al mundo de las riquezas?
Ramatís: El mundo terreno que significa la parte externa de
Dios, se asemeja a una escuela primaria, cuyos valores de
naturaleza provisoria, funcionan como instrumentos para que el
alumno adquiera conocimientos superiores y pueda ser promovido,
en el futuro, hacia otros cursos más evolucionados. La incoherencia
se manifiesta cuando el espíritu, habiendo pasado todos los cursos
pedagógicos y transitorios de la materia, aún se obstina en
apegarse ambiciosamente al ambiente que ya superó y que no le es
necesario.
Sería lo mismo que los alumnos que han terminado la escuela
primaria volvieran a utilizar y llevar consigo los elementos o útiles
que usaron durante su estudio primario, por el solo hecho de
recordar las aulas pasadas. El hombre debe apresurar el
conocimiento adquirido en los mundos materiales, a la luz de la
intuición y de la inspiración que laten en lo íntimo de su alma. Debe
saber escuchar la “voz del silencio” que vibra en lo íntimo de su
espíritu, cual invitación para su breve liberación del yugo atávico de
las formas del mundo provisorio. Quien ya presiente la realidad de la
vida del espíritu inmortal, siempre ha de ser feliz, y quien persista
con adherirse al mundo de las formas, seguirá siendo un infeliz,
debido a que persiste en aislarse con uñas y dientes del aspecto
sublime de la espiritualidad, y desea fervientemente participar de las
luchas humanas por los valores materiales que “las polillas comen y
el herrumbre deteriora”.
En consecuencia, Jesús se preocupó fundamentalmente en
esclarecer respecto al equívoco que algunos padecen de querer
servir al mismo tiempo a Dios y a las riquezas, a fin de evitar la
confusión que arroja el cultivar dos naturalezas opuestas, como son
el espíritu y la materia. Aunque las leyes de la materia sirvan para la
evolución del espíritu, poco les adelanta en la vida espiritual, salvo
que sepan aprovecharlas para el sentido liberador, como lo enseñó
el Maestro. Bajo cierta ilación filosófica, “ninguno puede servir a dos
señores al mismo tiempo”, porque no se puede amar a uno y odiar
al otro. Por eso, Jesús Cristo insiste respecto a la incoherencia del
espíritu, que ya es consciente del reino definitivo de Dios, pero que
aún desperdicia su tiempo en el intercambio con los valores
inferiores y esclavizadores del mundo de las riquezas. La oruga,
después que se transforma en preciosa mariposa, jamás se vuelve a
arrastrar sobre la tierra, puesto que insiste en alcanzar mayores y
venturosos vuelos.
Pregunta: ¿Qué enseñanza encierra lo manifestado por Jesús
en el versículo 20 Capítulo XIX de Mateo, donde expresa: “El
mancebo le dice: yo he guardado todo eso desde mi juventud?;
¿qué me falta aún? Y Jesús le dijo: “Si quieres ser perfecto, ve,
vende cuanto tienes, dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el
cielo; y ven, sígueme”, versículo 21.
Ramatís: Todos los conceptos vertidos por Jesús deben
examinarse bajo el aspecto educativo y legislativo y para todas las
épocas de la humanidad. Lo que enseñaba el Maestro Jesús
mantiene por siempre el sabor de lo eterno. En las entrelineas de
sus palabras, se encuentra vivo el espíritu de las leyes que rigen,
coordinan y mantienen la cohesión de los fenómenos, tanto en el
“microcosmos”, como en el “macrocosmos”. Aunque con sus
palabras esclarecía los hechos que suceden durante la vida física y
transitoria, en su intimidad estaba mencionando específicamente la
vida espiritual.
El mundo de las riquezas, o de los bienes materiales, debe
conocerse, investigarse y analizarse por la sabiduría del espíritu
encarnado; pero ni bien desarrolla su talento y adquiere las
facultades necesarias para saber aplicar los valiosos bienes del
espíritu, entonces debe buscar el “reino de Dios”. El mundo de la
tierra, o de las formas, también puede ser un blanco de interés
espiritual, pero únicamente cuando renuncia a él es que el espíritu
puede alcanzar la senda que lo conducirá al “reino de Dios”, que es
la definitiva y auténtica vida de los “hijos de Dios”. En la enseñanza
citada en vuestra pregunta, en donde el mancebo dice a Jesús que
había “guardado todos los mandamientos del Señor, y que de esa
forma había llegado a la juventud” e indagó luego; “¿qué me falta
aún?”, Jesús entonces lo invitó hacia el “reino de Dios”.
Evidentemente, el joven le aseguraba al Maestro que había
completado su curso de perfeccionamiento en el mundo de los
bienes terrenos, puesto que sabía y guardaba todos los
mandamientos, dado que el que sabe, cumple, y el que cumple,
sabe. En consecuencia, quien cree que sabe y cumple con los
mandamientos divulgados por Moisés, como son el “no matarás, no
cometerás adulterio y no darás falsos testimonios”, es natural que
también debe saber “honrar al padre y a la madre, no codiciar la
mujer del prójimo, y amar a Dios por sobre todas las cosas”; por lo
tanto, es una criatura que se rige por los principios superiores y
deberá tener una buena graduación espiritual en su existencia física.
Es evidente que el mancebo de nuestra cita estaba pronto para
asimilar y practicar las diversas enseñanzas de la vida espiritual,
totalmente liberado de cualquier imperfección inherente a la vida
material.
Y como no se debe servir a Dios y a las riquezas, es decir, a los
dos señores simultáneamente sino que a cada uno se le debe
prestar servicio a su debido tiempo, he ahí que Jesús, siendo justo y
disciplinado, le propuso las condiciones para servir a “un solo
Señor”, invitándolo de la siguiente forma: “Si quieres ser perfecto,
ve, vende cuanto tienes, y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en
el cielo; y ven, sígueme.” Sin duda, que era suficiente que el joven
manifestara a Jesús que se encontraba preparado para ingresar en
el reino de Dios, dado que había entendido y cumplido con las leyes
menores, presentándose en condiciones y liberado en espíritu para
cumplir con la vida de la Ley Mayor y Única del mundo espiritual. Sin
embargo, debería “probar” aquello que afirmaba, demostrando, por
la acción positiva e inmediata, que en verdad había superado el
yugo o la atracción de las formas y de los valores transitorios,
alcanzando la definitiva liberación del mundo de los bienes terrenos.
Le faltaba dar el paso de vender todo cuanto poseía y volver junto a
Jesús, que era el embajador angelical y que servía únicamente al
“reino de Dios”. Después, debería seguirle los pasos, y si fuera
necesario, se dejaría inmolar en la cruz de la abnegación, del amor,
de la renuncia y la tolerancia, pasando a ser un ciudadano angélico
por realización práctica, de lo cual, ya conocía y juzgaba que sabía
cumplir con todo.
Pregunta: Dice el concepto evangélico, que después de esas
palabras, pronunciadas por Jesús, el joven quedó entristecido,
porque tenía bienes materiales. Entonces, Jesús dijo a sus
discípulos: “Y además os digo: Que es más fácil pasar un camello
por el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de los cielos”.
Esa advertencia, por parte del Maestro, ¿no es un anatema contra el
pecado de ser rico? Por ventura, ¿la riqueza no es una condición
lógica y de utilidad para hacer buenas obras en el mundo físico?
Ramatís: El Maestro Jesús no condenó las riquezas, pero
advirtió al hombre respecto al peligro de volverse rico y esclavizarse
a la fortuna. El nos demostró lo difícil que resulta para el rico
renunciar a sus riquezas, pero jamás lo censuró porque las tuviera.
El rico no puede entrar en el reino de los cielos, porque rico es
quien posee muchos bienes en el mundo de las formas, y
comúnmente se esclaviza a la posesión de los mismos, cuyos
valores, bien lo dice el adagio: “Las polillas comen y el herrumbre
deteriora”. La riqueza es un bien, pero transitorio y peligrosamente
imantativo, dificultando al débil de espíritu, la ventura y el placer de
alcanzar la vida espiritual. Además, el hombre rico no es un
propietario en la expresión de la palabra sino un mediador del
Señor, cuya función es administrar los bienes terrenos que le son
entregados en calidad de préstamo a fin de causar mejoras para la
comunidad. Cuando el rico desencarna, deja a los otros los bienes
que utilizó en la vida física y conforme los haya empleado, también
les serán acreditados los perjuicios o ganancias en la contabilidad
divina. Existen ricos que desvían toda la fortuna para bien exclusivo
de su “clan” familiar, en una operación injusta, avara e incorrecta,
puesto que habiendo sido inspirados por lo Alto para manejar
fortuna para el bien de la comunidad, lo único que alcanzaron fue
agravar la condición de sus colegas de ruta terráquea.
En base al primitivismo espiritual del terrícola, cuya ignorancia lo
hace soñar con acumular bienes para vivir milenios, cuando apenas
alcanza a vivir unas pocas decenas de años en su existencia física,
por eso, es muy difícil que el rico alcance la paz del espíritu, debido
a su hartura y el apego que posee por las cosas materiales que
hacen parte de su mundo material. Así como el ave no puede volar
libremente cuando está sujeta al suelo por medio de una cuerda; de
la misma forma, el rico no podrá elevarse a los cielos, si permanece
esclavizado a los “fluidos gravitantes” de los objetos y bienes a que
se adhirió en la tierra. De ahí la significativa advertencia de Jesús,
cuando dice que “no se debe servir a dos señores al mismo tiempo”,
porque es imposible alcanzar el reino de Dios, cuando aún estamos
adheridos a los valores de los bienes terrenales. Además, la riqueza
es casi siempre el fruto de la especulación inescrupulosa de los más
astutos sobre los más ingenuos, o del pillaje conseguido a través del
proceso, en que la fuerza, casi siempre, empalidece la ley del
derecho.
Pregunta: Nos agradaría recibir nuevos ejemplos respecto a esa
imantación que ejercen las riquezas sobre el rico o harto de bienes
materiales.
Ramatís: Jesús apenas mencionó una ley específicamente
científica, la que acciona magnéticamente en el campo periespiritual
de la persona. El poderoso mundo de las riquezas, a través del
campo de fuerzas primarías, acciona vigorosamente y atrapa al
“dueño” a su “objeto”, si no aprendió a liberarse prudentemente de
esa atracción46. Es muy difícil que el rico entre en el “reino de los
cielos”, advirtió Jesús a los judíos, porque se estaba refiriendo
esotéricamente a lo que conocen los espiritas, como “imantación
magnética” que sufre todo poseedor de los bienes materiales. Por
fuerza de su avaricia y apego a los valores transitorios del mundo
físico, el espíritu queda apresado a las regiones del mundo inferior y
astralino, padeciendo angustias y sufrimientos constantes, ante el
miedo de perder aquello que le significa el mayor bien de su vida.
El “reino de los cielos” es imponderable con relación al mundo
compacto y gravitacional de la materia. En esos planos celestiales
predomina el estado mental de los espíritus, y no existen
atracciones ni presiones del medio ambiente, pues todos se mueven
libremente sin sentir atracción exterior opresiva. Podría decirse que
el ángel está exceptuado de cualquier acción gravitacional del
“mundo material” y transita libremente por las regiones paradisíacas
sin pensar en inquietudes materiales. Sólo el espíritu totalmente
purificado del peso material del mundo físico puede mantenerse en
absoluto y perfecto equilibrio en el ambiente de la vida eterna y
espiritual.
En consecuencia, el pobre que no posee bien alguno penetra con
más facilidad en el “reino de los cielos”, porque no lo atrae nada
sobre la superficie del mundo físico, cuya vida, ajena a codiciar
bienes terrenos, fue la constante preparación y favorecimiento
incondicional para ser merecedor a los “bienes del cielo”.
Infelizmente, el hombre rico es el esclavo de sus bienes, pues
trata de conservarlos y aumentarlos; además, se engaña a sí mismo
cuando sirve a un servicio religioso, creyendo que en parte se está
ganando “el reino de los cielos”, pero mal sabe que acrecentar sus
bienes es imantarse a su fuerza atractiva. De ahí que, después de
su muerte física, sufre el peor de los desengaños, al comprobar en
su propia espiritualidad, que “no se puede servir a dos señores”,
porque si ama a uno, desprecia al otro. Evidentemente, el rico que
vibra espiritualmente en favor de sus empleados y obreros, que
administra la fortuna terrena y acciona como un administrador
honesto y esmerado, está sirviendo a “un solo Señor”.
Pregunta: Respecto al enunciado de Jesús que dice: “Es más
fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre
en el reino de los cielos”, ¿podéis aclararnos cuál fue el correcto
empleo que el Maestro quiso darle en aquella oportunidad?
Ramatís: A través de las imágenes del camello y del ojo de la
aguja, en donde ambas son un poderoso contraste, el Divino
Maestro trataba de demostrar la enorme dificultad que tendría el rico
para entrar en el reino de los cielos, cuando aún está aferrado a los
bienes materiales. La idea de Jesús nació de su observación sobre
los pequeños agujeros que había en los muros de Jerusalén, y que
servían de pequeñas entradas para los peregrinos, que llegaban
atrasados para entrar en la ciudad; de allí que le sus configuró la
objetividad do su idea ante el difícil problema del rico para entrar en
el cielo. Entonces, quería demostrar que era más fácil que un
camello entrara en la ciudad de Jerusalén, a través del “ojo de una
aguja”, es decir, de los agujeros existentes en la muralla, aunque el
animal fuese de porte grande, lo que el rico no podría conseguir por
estar imantado a los bienes provisorios del mundo físico.
De esa manera el Maestro destacaba que el rico, por ser un
hombre de muchos bienes y tesoros, también se encontraba
apresado a las raíces de la vida física, siéndole bastante difícil
desprenderse espontáneamente de tales valores y elevarse a las
regiones superiores y sublimes del cielo. El camello, símbolo de un
ser que nada posee, puesto que es un vehículo o esclavo de su
dueño, podía atravesar el agujero (ojo de la aguja) de los muros de
Jerusalén, porque siendo pobre, nada le atraía fuera de los muros
de la ciudad. En un ejemplo semejante, se encuentra el pobre que
sabe aceptar la prueba de las dificultades financieras o fracasos
económicos, puesto que es más venturoso después de su
desencarnación, debido a que no tiene nada que lo aferré al mundo
físico.
Pregunta: De acuerdo a vuestras conclusiones y razonamientos,
¿cuál sería la enseñanza más provechosa que podríamos tener,
respecto a la configuración evangélica, pregonada por el Maestro
Jesús, cuando coteja los valores de los “bienes materiales” y el
“mundo divino” de Dios?
Ramatís: El mundo de los bienes materiales o físicos
definitivamente debe tenerse en cuenta que es para educar a los
espíritus cuya evolución gradativa los impele hacia el futuro
ciudadano sideral. El “reino de Dios” es un campo diferente, porque
comprende la vida del espíritu puro, iniciático e ilimitado; en fin, el
Universo espiritual y eterno. Quien adora los valores materiales, sin
extraer ilaciones superiores de las formas, desperdicia su precioso
tiempo, entretenido e ilusionado con la naturaleza de una vida
efímera y fugaz.
El mundo de los bienes terrenales, cuyos valores intrínsecos de
su naturaleza física, son preciosos y codiciados, como lo es el oro,
las piedras preciosas, bienes raíces, placeres inmediatos,
comodidades epicúreas, pasiones y sensaciones, que sólo
representan los objetos escolares para el aprendizaje elemental de
las criaturas; el resto son frutos de las convenciones humanas o de
las astutas especulaciones provisorias. En verdad, sirven por poco
tiempo, mientras el espíritu se encuentra encarnado en una
existencia física; son especies de adornos, reservas de orden
especulativo, que excitan y entrenan a los seres para saber dominar
las pasiones animales, que lo imantan a la materia, tanto como sea
su atracción a ese culto infantil.
Los colores, los perfumes, las formas florales y los centelleos
fascinantes de las piedras preciosas, la inmensidad del océano, la
tranquila belleza de los campos, los policrómicos rayos del sol en un
poniente poético, los destellos atemorizantes de los relámpagos, el
retumbar de los truenos en los días tempestuosos y la dádiva de la
lluvia beneficiosa, son los elementos que guían al espíritu
encarnado para que vibre, estudie y prepare su mente en esa vida
transitoria, pero cuya meta definitiva es la vida eterna. Apenas es un
“medio” o proceso para que el espíritu catalice y aumente la base de
su conciencia y sea promovido hasta poder alcanzar el padrón
vibratorio y definitivo que le permitirá vivir en el “reino divino”.
La materia es el medio donde el hombre ejercita su inteligencia;
Dios es la Sabiduría Integral y Eterna del Universo. El hombre no
puede servir a dos señores, simultáneamente, pues mientras no
complete su servicio con el primero, que es vivir con los bienes del
mundo jamás podrá hacer una obra perfecta para el segundo, que
es Dios. Mientras tanto, asegura Jesús, el equívoco se encuentra
radicado en el propio hombre, puesto que estima y perdura en
descubrir el “reino de Dios” a través del mundo ilusorio de la
materia. El Maestro Nazareno advirtió del censurable fariseísmo, en
donde el hombre cultivaba ardorosamente los bienes materiales,
mientras trataba de eludir a la Divinidad, negociando astutamente
con los valores del “reino divino”.
Repetimos una vez más, que el espíritu absolutamente liberado
de cualquier imantación física, que no sufra la influencia material,
por mínima que ésta fuera, es el que definitivamente consigue su
ventura espiritual.
Pregunta: Definitivamente, ¿qué consigue o adquiere de valor el
espíritu en el tiempo que vive en contacto permanente con la
materia?
Ramatís: El mundo de los bienes materiales o plano terráqueo,
además de proporcionar al espíritu encarnado el deseo y el camino
para desarrollar su naturaleza creadora, le sirve para demostrar el
amor que va adquiriendo a través de las luchas y vicisitudes que
debe soportar en rigor de su progreso.
Si Dios es Amor, por lógica, intenta despertar y hacer evolucionar
a sus hijos; por lo tanto ese Amor, que mantiene virgen en el seno
de su alma, es la esencia de la propia Vida. Todos los seres, como
manifestación de la obra creada por Dios, tienen latente e
indestructible el basamento del amor. El espíritu, cuando es
ignorante de su contextura sideral, persiste en aferrarse al culto de
las formas materiales, desconociendo, además, su inmortalidad.
Pero, ni bien vibra en los planos superiores de la angelitud,
descubre los valores preciosos de la vida inmortal, desligándose
paulatinamente de las cadenas que lo aferraban a la materia. Es
como el ciudadano que se retira de su vida laboriosa para comenzar
a disfrutar definitivamente de su merecido descanso físico,
simbolizando el ejemplo que, una vez realizado el período o tiempo
de trabajo marcado por la ley, ineludiblemente, pasará a vivir del
merecido premio, que a su vejez material se hizo acreedor.
A fin de sobrevivir en la lucha por adquirir el sustento diario,
atemorizado constantemente por el espectro de la muerte y
encadenado al instinto animal, el hombre juzga que es una criatura
feliz, dedicándose a los placeres y pasiones inferiores, sin advertir
que su residual inferior se adhiere a la sublime contextura de su
cuerpo periespiritual. Sin embargo y a pesar de su primitivismo y del
apego a los bienes materiales, bajo la inspiración divina, el espíritu
encarnado siempre busca lo mejor de la vida, tanto para sí como
para sus familiares. Inconscientemente busca a Dios, porque Dios
es lo “mejor’’ del Universo.
Aunque el hombre busque lo mejor por medio del odio, la codicia,
la violencia y la crueldad, en su conciencia que mal comienza
despertar, condiciona su ferocidad en el medio donde vive, en busca
de sintonizarse al mundo divino, que presiente y vibra en lo íntimo
de su estructura espiritual. Bajo el impulso espiritual, e interior,
atraviesa la existencia física entre venturas e infelicidades,
equívocos y aciertos, delincuencia y santificación, pero siempre
intentando orientarse hacia el Norte de la Felicidad Eterna. Quien
busca específicamente la desventura y la desgracia, sin lugar a
dudas no podría tener, en su intimidad, la esencia de Dios, que es
Felicidad Eterna.
Pregunta: El mundo de las riquezas y bienes materiales, que
sirve para encaminar y desarrollar a los seres hacia su perfección,
¿también debe evolucionar y refinar su naturaleza, a fin de alcanzar
condiciones planetarias superiores?
Ramatís: Después que Einstein comprobó y aseguró que la
materia sólo es “energía condensada”, es obvio que no existe la
materia propiamente dicha sino la energía aprisionada conforme a
los moldes o matrices ocultas, que conforman al mundo que
conocéis. El mundo material, por lo tanto, es el mundo de la energía
condensada, que se mantiene conforme a sus características
vibratorias, comprimida y ocupando las formas que dan forma al
universo. Una vez más, la ciencia académica de Occidente
comprueba la exactitud y la sensatez de los postulados de la vieja
filosofía oriental, cuando los Vedas afirmaban que Maya, el mundo
físico, es tan sólo una ilusión, la sombra de Brahma, que se deshace
en cada Manvantara o Gran Plano.
Después de la conocida fase del “Día de Brahma”, tradicional de
la escolástica hindú, se comprueba el período de desintegración del
estado materia, es decir, el fenómeno regresivo de liberación
energética en la fase denominada “noche de Brahma”47. Ahora, la
ciencia moderna y astronómica admite la teoría del Universo
Oscilante o Pulsante, conforme la tesis del científico George Gamov,
que se aproxima bastante al esquema tradicional y milenario de los
“Manvantaras” de los hindúes48.
Sucesivamente, después de cada “Manvantara” o “Gran Pía’ no”,
la energía en el proceso del diástole y sístole cósmico, sufre un
impacto renovador, que la sublima y a su vez plasma nuevos
universos materia, dándoles formas encantadoras y atrayentes. Al
sutilizarse la materia en su forma tradicional, conforma los mundos
que vibran con más intensidad y que servirán para las nuevas
humanidades, en base al impulso ejercido en su intimidad por el
psiquismo divino. Siendo así, el actual Cosmos físico presenta un
mejorado aspecto, comparándolo con los otros Cosmos ya
extinguidos al procesarse los “Grandes Planos”. Los planetas más
viejos que la tierra tienen una polarización luminosa,’ que es posible
observar a simple vista, dado que las cosas y los seres vibran con
más rapidez y acentuada radiación.
Pregunta: ¿Podríais extenderos un poco más respecto a que el
hombre busca a Dios aunque transite por los caminos verdaderos o
errados?
Ramatís: Es evidente, que en la tierra, como en otros mundos,
los seres buscan a Dios, porque es el Alfa y la Omega de la vida. No
existe criatura, por más despreciable que sea, que no ame alguna
cosa, aunque esa cosa sea detestable o impura para la apreciación
de los demás. Bajo cualquier circunstancia, es el impulso latente de
Dios, la causa que determina el deseo, sea de codicia o posesión.
Aunque no os parezca de mucho agrado, sin embargo, la primera
manifestación de afecto, aunque sea grosera o brutal, que delineó al
futuro ángel, comienza en el primitivo salvaje, cuyo flujo espontáneo
y selvático es la matriz que dio forma a todo hombre. Si no fuera así,
Jesús hubiera mentido cuando afirmó, que “Ninguna oveja se
perderá del aprisco del Señor”. Ningún espíritu se ha de perder,
porque inicia su vida como individuo, destacado en el seno de la
Divinidad, primero siendo egoísta, egocéntrico, mezquino y feroz,
para después cultivar las delicias del espíritu, cuyo amor
incondicional es un campo de magnetismo divino en constante
renovación hacia la meta de la ventura eterna.
La oruga se apega a los elementos del suelo, que le provee su
medio de vida; en tales condiciones ama las cosas groseras, feas e
impuras de su mundículo primario y nauseabundo; después ensaya
los primeros impulsos de afecto hacia lo puro. Cuando desecha su
envoltura viscosa y repugnante, y se transforma en irisada
mariposa; no sólo substituye su antigua alimentación, obtenida en
los residuos del suelo, sino, que pasa a alimentarse del delicado
néctar de las flores y comienza a volar libremente por los aires,
simbolizando al amor puro. El gusano modificó el metabolismo del
amor primario por la vida terrestre, para luego vibrar en una
frecuencia elevada y revolotear encantadoramente sobre las
poéticas flores. Liberado de su mundículo, donde se arrastraba
penosamente al nivel inferior del suelo, es indudable y evidente que
modificó su preferencia y sublimó su afecto al ingresar al reino
alado, que es belleza y alegría.
Admitiendo comparaciones para alcanzar mayores
esclarecimientos, sería una tontería e insensatez que la mariposa,
habiendo alcanzado la sublimación del mundo alado y gozando del
suave y delicado perfume de las flores, quisiera retornar a su
antigua e inferior forma terrena. Bajo similar punto de vista, el
espíritu del hombre no puede servir simultáneamente al mundo de
los bienes materiales, cuya dedicación exige su accionar egoísta y
especulativo, y al mismo tiempo servir al reino de Dios, que requiere
todo amor y servicio incondicional. Sería lo mismo que el ejemplo
figurado del gusano que por un tiempo vive adherido a las
impurezas del suelo o bienes materiales del mundo físico, cuando
ya siente pulsar en su intimidad espiritual la naturaleza sublime del
“reino de Dios”, es decir, el anhelo de querer volar sobre el
paradisíaco mundo de las flores. De la misma forma se emanciparon
Jesús, Buda Krishna, Francisco de Asís y tantos otros,
desconocidos para la humanidad.
Pregunta: De acuerdo a vuestras enseñanzas, nosotros
sacamos nuestras conclusiones, de las cuales definitivamente
concordamos, que entre el reino de los bienes materiales del mundo
físico y el reino de Dios no hay separación ni delimitación absoluta.
¿Estamos en lo cierto?
Ramatís: Estáis en lo cierto y reiteramos una vez más que la
Unidad es indisoluble y, como Dios es Único, jamás podrá ser
dividido. En el largo camino que el espíritu emprende para tomar
conciencia de existir y en base a las experiencias físicas que
promueve, es que necesita de los contrastes y concepciones
limitadas, dualistas y polimorfas, porque es incapaz de vislumbrar la
realidad inmensurable que existe más allá de su sensibilidad
humana. Sin embargo, a través de esa dualidad es que el hombre
comienza a advertir la Unidad, así como el vapor de agua es el
mismo elemento en estado líquido, por lo cual, siendo aspectos
diferentes, provienen de una misma sustancia. El Universo Único
está inmanente en cada partícula, puesto que el Todo está hecho de
una única materia prima, que originariamente no es dado verse con
la vista humana.
Una gota de agua del océano, una vez analizada demuestra lo
que es el Todo oceánico, así como Dios existe en el hombre, porque
sentimos que las mismas leyes que rigen la vida de los protozoarios
es la misma que acciona en cada célula de la criatura humana y nos
induce a comprender las leyes consecuentes del MacrocosmosEn
consecuencia, Dios se manifiesta en todos sus componentes por la
Omnipresencia, vibrando en el musgo, en la tela de la araña o en un
trozo de piedra preciosa.
Siendo así, el espíritu que transita por el mundo de los bienes
materiales, o de la conciencia relativa, hacia la conciencia del
espíritu de luz, que tiene una visión más amplia sobre Dios, nos
recuerda al viajero, que no pidiendo alcanzar con su mente finita la
inmensidad del Cosmos, sólo le queda el recurso de investigar y
analizar a los planetas de nuestro sistema solar, para poder extraer
conclusiones sobre la constitución del Universo.
Así como el agua bajo intenso calor se descompone en sus
elementos constitutivos, oxígeno e hidrógeno, también bajo la
acción del principio universal, el inmenso universo se renueva fuera
del tiempo y el espacio, que es eterno e inagotable fuente creadora
de conciencias, originadas para la ventura eterna.
“CADA UNO SERA JUZGADO
SEGÚN SUS OBRAS”

Pregunta: ¿Existe alguna relación científica con las leves del


Cosmos, en el concepto evangélico que dice: “A cada uno le será
dado según sus obras”?
Ramatís: Así como el Espíritu Cósmico de Dios es el regente
absoluto de todas las manifestaciones en el Universo,
demostrándolo por medio de leyes inteligentes e inmutables, el
hombre es el microcosmos divino que evoluciona a causa de sus
acciones y reacciones en sus actividades educativas en el mundo
físico. Más allá de la conceptuación moral de las enseñanzas de
Jesús, existe el fundamento proveniente de las leyes del universa
Jesús no fue únicamente un instructor espiritual y sociólogo que
sintetizó, en un solo concepto, los conceptos de la filosofía, ciencia y
religión, en un proceso poco común y muy pocas veces observado
en vuestro mundo. Bajo el simbolismo de las parábolas evangélicas,
dejó entrever las enseñanzas o principios científicos del buen vivir,
como base de la liberación del espíritu encarnado.
Pregunta: Entonces, ¿el concepto de que “cada uno recoge lo
que siembra”, contiene una ley científica, además de ser una
enseñanza moral o advertencia espiritual?
Ramatís: El concepto de Jesús “cada uno recoge lo que
siembra” en equivalencia con otras máximas, “a cada uno según sus
obras”, “quien con hierro hiere, con hierro será herido” o “pagarás
hasta el último centavo” demuestran la presencia de un principio
legislativo de la “causa” y el “efecto” que emanan de la Ley Única de
“acción” y “reacción” del Cosmos.
El concepto sobre que debemos “recoger conforme a la siembra”,
demuestra la existencia de leyes que disciplinan, coordinan y
proporcionan el resultado o efecto de la intensidad que la causa. Es
evidente que, sembrando “cactos”, no se ha de recoger naranjas, y
para quien promueve una causa funesta, los resultados también han
de ser funestos. El efecto destructivo de un proyectil depende de la
intensidad de la fuerza que lo impulsa. Todas las causas sucedidas
en el mundo material, agrupan, friccionan y aceleran electrones,
átomos y moléculas de la sustancia física. De la misma forma,
cuando el hombre pone en acción sus actividades mentales
inferiores, atrae material espeso, lodoso y casi físico del mundo
astralino a fin de vitalizar sus hechos dañinos y censurables y por
las leyes que corresponden al caso, más tarde sufrirá en sí mismo el
efecto nocivo de la carga patológica accionada imprudentemente.
En cambio, si eleva su campo mental, emotivo y vibratorio a una
frecuencia más sutil, a fin de utilizar energía superior para sustentar
los buenos pensamientos, esa sublimación se metaboliza en el
periespíritu sin dejar residuos enfermizos. Una vez desencarnado, el
espíritu densificado por el fluido espeso es atraído por su
compacticidad astrofísica, cayendo en las regiones astralinas
purificadoras, víctima por la acción dañina causada a los demás y
sobre todo a si mismo.
El hombre pone en acción fuerzas en todos los planos donde
existe vida, desde la sutil vibración de onda del reino espiritual hasta
alcanzar lo denso del mundo físico. Siendo así, el mínimo
pensamiento y la más sutil emoción del espíritu encarnado, por su
conexión al cuerpo físico, exigen un consumo de energía,
proporcional a la intensidad y naturaleza de las emisiones mentales
y acciones emotivas, que repercuten plano por plano hasta alcanzar
el campo de la vida material. De un modo general, este concepto
tiene su equivalente en las conocidas leyes de reflexión de la luz,
del sonido, cuyo nombre trascendental es la ley del retorno y
bastante conocida en el proceso kármico, que atañe a los ciclos de
las encarnaciones.
Pregunta: ¿Nos podéis dar un ejemplo más concreto de esa
puesta en marcha de electrones y átomos, que el espíritu utiliza
para manifestar una virtud o cometer, un pecado?
Ramatís: Cuando el artista piensa en pintar un cuadro de rosas
en su más bella expresión, esa idea es real en su mente, porque la
tela a ser plasmada en colores, sólo se delinea mentalmente,
gracias a la rapidísima aglutinación de electrones y átomos
específicos para componer los polípticos básicos de la memoria del
cerebro físico, de cuyas transformaciones energéticas el espíritu
modela el pensamiento. Lo cierto es que en la mente física hay
modificaciones que tanto adquieren como pierden energías a fin de
sustentar y evolucionar la idea fundamental de la futura pintura
física, que ha de ser visible a los sentidos humanos. En verdad, la
tela reproduce la “materialización” a la luz del día, de aquello que
existía a lo vivo en el campo mental del pintor. En el mundo de las
ideas, todo es real y posible en un plano superior, gracias al
electromagnetismo de los átomos y de las moléculas, que a pesar
de su elasticidad e inestabilidad, se aglutinan en las substancias
más variadas bajo la dirección del espíritu, tal como se fijan las
tintas sobre la tela física.
En consecuencia, es la manifestación superior e ideal del espíritu
y más real de lo que es el cuerpo carnal, que es transitorio, porque
todo lo que es pensado se registra en el campo etérico del Universo,
por toda la eternidad.49 Considerando que la vida espiritual es la
original y definitiva, obviamente, son más definidos, vitales y
positivos los planos intermediarios, que ligan a la entidad sideral a la
materia, en el llamado “descenso vibratorio”. Siendo así, lo más
importante y real es el plano espiritual, le sigue el plano mental,
donde el espíritu da forma a su pensamiento y sucesivamente le
siguen los planos astral, de la emoción y sentimiento, el etérico de la
vitalidad y el carnal, que es el más inferior y transitorio.
Cuando el hombre realiza una acción pacífica o benéfica en favor
del prójimo, demuestra por medio de diversas fases o escalas
descendentes, que separan al espíritu con la materia, lo que
realmente sucede en forma positiva en su mundo mental y su
consecuente repercusión en la esfera del sentimiento. No es un
hecho puramente físico, lo que reproduce la buena obra o bondad
interior, sino que tales sentimientos, primero fueron accionados en el
campo definitivo de la mente, es decir, el principal instrumento del
espíritu inmortal. De esa forma, la secuencia es perfectamente
científica y disciplinada con una prosecución matemática, que
acciona gradualmente en cada plano de la manifestación del
espíritu. Llevar a la práctica la más sencilla de las virtudes, en el
mundo físico, es poner en acción las leyes científicas de control
creador en todos los planos o campos de la vida etérea, astral,
mental y espiritual. Nos recuerda, aunque rudimentario es el
ejemplo, a la nube invisible de vapor de agua, que de a poco se
condensa bajo condiciones adecuadas de temperatura y presión,
que rigen los principios de la física. Todo ello sucede en el campo
imponderable donde se forma la misma nube, que más tarde se
suspende llena de líquido, siendo de allí en adelante obediente a las
leyes gravitacionales del mundo físico.
Bajo el esplendoroso sol y el cielo más puro que se pueda
concebir, se originan las tempestades más violentas, que
impresionan los sentidos físicos del hombre, debido a que se rigen
por leyes y principios que no son perceptibles por los humanos.
Pregunta: ¿El karma de las personas está regido por leyes
científicas y específicas a cada caso en particular? Si ello es
positivo, ¿cómo se explica, debido a que no hay dos seres que
tengan idéntico proceso de evolución espiritual, moral y hasta física?
Ramatís: En verdad, Dios no patrocina ni administra ninguna
institución o departamento específico de corrección espiritual. Toda
consecuencia o efecto desagradable, trágico, doloroso e infeliz que
soportan los seres humanos, es el fruto de su descuido o negativa a
recibir las advertencias que proceden de los instructores
espirituales. La violencia o rebeldía a los principios evolutivos
procedentes de la Ley Mayor, que regula el equilibrio, armonía y
cohesión en el Cosmos, es lo que produce las consecuencias
desagradables en el futuro. Ninguno es castigado porque “peca”,
como nadie es premiado porque es “virtuoso”, mas todo desvío del
ritmo que encamina a la criatura hacia su ascenso espiritual, resulta
una fricción y consecuente reacción rectificadora para la entidad
inmortal, existente en cada ser. El error cometido es vitalizado por el
consumo de energía de baja vibración, debido a que son fuerzas
oriundas del reino animal primitivo y que sustentan el campo del
instinto inferior. Después de consumida la energía primaria, resta
eliminar las impurezas que se adhirieron al periespíritu, que es el
resultado de la puesta en marcha de los deseos inferiores o de la
violencia mental y astral de la persona.
Cuando el hombre viste un traje de lino blanco, conviene alejarse
de los ambientes grasosos para evitar la suciedad; mientras tanto,
esa grasa que puede ser un “pecado” o mancha en el delicado traje
de lino, es una loable “virtud” y un símbolo de eficiente trabajo con el
mameluco del mecánico. La virtud y el pecado reflejan cada cosa en
su correspondiente lugar, y cada hecho es un efecto útil conforme a
su tiempo y necesidad circunstancial. Lo que fue una virtud, como
gloria y consagración para la tribu de los antropófagos, que comían
las carnes del valiente guerrero abatido a fin de heredar su
heroísmo, hoy es un pecado ignominioso y un crimen a la luz de la
civilización. La virtud de antes puede ser desestimada en la
actualidad, así como el hombre del siglo XX come un pollo asado
para adquirir las proteínas deseadas, pero ha de ser un hecho muy
censurable si ello sucediera en medio de las humanidades
evolucionadas de otros planetas, cuya alimentación obedece
únicamente en base a legumbres y frutas.
Pregunta: ¿Cómo acciona el proceso del “Karma” en esa
motivación científica e independiente de castigo alguno, pero que
conduce a los espíritus en falta hacia su rectificación compulsiva?
Ramatís: En base a los hechos dolorosos e indeseables que
suceden en la vida humana, los reencarnacionistas afirman que las
criaturas en sufrimiento físico o moral, están “pagando deudas” o
“sufriendo” su karma del pasado. En realidad, el espíritu sufre en sí
mismo el efecto censurable que provocó en el pasado, cuando
contrarió, violentó o despreció el ritmo disciplinado y creador, en
donde las leyes menores y derivadas de la ley Única, dirigen la vida
en todos los planos y campos de su manifestación. He ahí porqué el
Evangelio del Cristo, con sus principios y conceptos de
perfeccionamiento del hombre para ser un futuro diosecito en
miniatura, es la síntesis “micro-organográmica” de la Ley Suprema
del Macrocosmos.
La Ley del Karma, que controla la “acción” y la “reacción” del
Cosmos, se diversifica en leyes y principios menores, que
determinan y disciplinan el movimiento y la función de las galaxias,
constelaciones y mundos, para que haya perfecto equilibrio y
armonía universales. En una grotesca analogía, si el planeta Marte
se rebelase contra esa Ley, pretendiendo cambiar su trayectoria y
decidiese vivir aisladamente, sufriría de inmediato el impacto por
medio de un efecto catastrófico y efectivo, resultante de la Ley
Única, que acciona a través de las leyes menores. Sería apenas una
corrección técnica y sideral, y no un castigo divino, por lo cual, la
legislación cósmica evitaría una catástrofe de mayores proporciones
y a su vez, encauzaría al orbe desequilibrado contribuyendo a
restablecer la armonía sideral En su naturaleza disciplinaria, la Ley
del Karma evita perjuicios y deformaciones indebidas en el progreso
constante que atañe a las cosas y seres, adoptando de inmediato
las providencias para reencauzar la manifestación creadora de la
vida.
Es una seria advertencia kármica, para aquellos que no creen o
no dan importancia a las leyes creadoras del universo, cuando dice:
“Quien se aisla será aislado; quien menosprecia, será
menospreciado; quien con hierro hiere, con hierro será herido; quien
siembra vientos, recoge tempestades”. Es el perfecto
funcionamiento de la acción y de la reacción equivalente, como ley
que regula la causa y el efecto en cualquier condición de vida o
latitud del universo.
Pregunta: Si la ley kármica educa y no castiga, cuya aplicación
es una consecuencia de las acciones científicas, ¿cómo ese
dispositivo científico puede producir efectos morales correctivos, si
proviene de causas morales que son censurables?
Ramatís: La persona que se compromete conscientemente a
sustentar, amparar y amar a su esposa e hijos, practica una
crueldad o acto moral censurable cuando abandona a su familia por
otra pasión irregular, o bien, se entrega al vicio, transformándose en
un marginado e improductivo. Pero, bajo el cientificismo de las leyes
creadoras y que disciplinan a cada plano de vida y su accionar en
los diferentes estados densos y energéticos, el hombre para llevar a
cabo el acto inmoral de abandonar a su esposa & hijos, consume
energía mental, astral y etérea de cada plano correspondiente,
hasta materializar físicamente el “abandono” a la familia. Es
evidente que, antes del hecho, se genera en el espíritu del hombre
la voluntad o decisión de abandonar a la familia, y secundariamente
ello toma forma y fuerza por el revestimiento energético en el cuerpo
mental, incorporándose bajo la condición de placer en el cuerpo
astral, de los deseos o sentimientos, para luego vitalizarlo en el
campo del doble etérico, que es el intermediario entre el periespíritu
y el organismo carnal.50
Consecuentemente, para que se concrete el abandono del
hombre a los deberes conyugales y paternos, se procesa todo un
sistema científico y gradual que va desde la matriz de su espíritu,
asentado en el plano espiritual, cuya “idea inmoral” se impregna de
energía mental, y prosigue en su desarrollo subdinámico, hacia
abajo, debiendo revestirse de energía astralina y reflejarse en el
campo de las emociones. Finalmente, orillando el mundo físico, la
idea censurable del abandono, proyectada por el espíritu,
dinamizada mental y astralmente, se vitaliza por medio de la energía
“etéreo-física” del plano intermediario, que liga al mundo oculto con
el físico, hasta producirse materialmente en un accionar censurable
bajo las leyes y la moral del mundo físico.
En tal caso, el hombre incurrió en un acto “pecaminoso” porque
se sirvió malignamente de las fuerzas creadoras de la vida y el
amor, como son las energías mentales, astralinas y etéricas, que
deben utilizarse bajo la supervisión divina para mantener
estrechamente la unión con otros seres, y que deberá reforzar con
su responsabilidad, brindando amparo a sus familiares. Utilizó
energía de esos planos para cometer un acto irregular, al traicionar
los votos conyugales, a fin de concretar un acto de “inmoralidad”
poniendo en acción científica y técnicamente las fuerzas creadoras
del Cosmos. En consecuencia, es culpable ante la ley kármica de
todos esos planos, cabiéndole corregir el desvío ocasionado con el
mal uso de las fuerzas puestas en acción, a través de un hecho
irregular en el mundo físico, por lo cual deberá realizar un proceso
retroactivo de compensación energética.
Las causas perturbadoras generadas por el hombre inmoral en
los diversos planos de la vida oculta, que relacionan al espíritu con
la materia, también han de generarle idénticos y perturbadores
efectos en el momento de su rectificación kármica. Bajo el
juzgamiento humano y los preconceptos sociales de vuestro mundo,
el abandono de la familia es tomado como un acto censurable, o un
hecho únicamente condenable en la esfera de la ética humana. Es
la actitud censurable y común de un padre de familia que abandona
el hogar por el vicio o por entregarse a una aventura ilícita y
pecaminosa, afectando el equilibrio social y agravando la economía
colectiva. Para la Ley del Karma humano, que se deriva
íntimamente de la Ley Kármica del Cosmos, el concepto que dice:
“La siembra es libre, pero la cosecha obligatoria” afecta toda la
escala con la perturbación producida que comienza en el mundo
oculto y altera la estabilidad del ritmo, equilibrio y armonía de los
planos subsiguientes. Existe una corrección científica desde la
actividad espiritual hasta la acción física, que genera un efecto
disciplinario y moral, partiendo de la causa científica. La intención
fundamental de la ley, que fue perturbada, es restablecer
vibratoriamente las deformaciones sucedidas y ajustar el equilibrio y
la armonía, que fue violentada en varios sectores debido a la acción
y su consecuente reacción.
Pregunta: ¿Cuál es el Karma fundamental de cada espíritu
encarnado?
Ramatís: En verdad, el Karma fundamental de cada espíritu, es
la condición a la que está sometido, a través de un destino
determinado por la naturaleza del planeta o medio donde debe
realizar su nueva experiencia espiritual.51
Sea un espíritu de mucha evolución espiritual o un espíritu
primario, poco importa si es merecedor o no de renacer en tal
ambiente, pues está sujeto a las leyes naturales y propias del
mundo donde debe transcurrir su vida. Sería un absurdo cambiar de
inmediato la composición geofísica de cierto orbe porque allí
encarnó determinado espíritu, ¡cuya graduación espiritual no
aprueba el ambiente donde debe vivir! Existe mucha diferencia entre
el “karma fundamental” del espíritu que se encarna en Marte, cuyo
planeta es agradable, tranquilo y saludable, debido al fácil control
climático y topográfico conseguido por los marcianos, puesto que les
proporciona una vida física venturosa, comparada con la naturaleza
hostil e inestable de la Tierra.
El planeta Tierra, debido a su inestabilidad geológica, naturaleza
agresiva y tosca, es una morada para una humanidad primaria,
dañina, cruel, violenta, vengativa y destructora, y cualquiera sea el
grado evolutivo y la sensibilidad del espíritu superior que se
encarne, jamás podrá huir de las consecuencias naturales y propias
del medio primario donde necesita habitar. En consecuencia, que el
espíritu sea malo o bueno, sano o enfermo, ignorante o sabio, su
“karma fundamental” deriva intrínsecamente de la naturaleza y
reacción que el mundo físico le ofrece para encauzar su vida
humana.
De ahí el motivo por el cual un espíritu de los kilates de un
Francisco de Asís, que era de absoluta renuncia, o mismo Jesús,
que dio hasta la última gota de sangre por su amor hacia el hombre
terreno, sufrieron más que el mismo terrícola, puesto que éste, para
sobrevivir, lucha y se defiende con uñas y dientes, pero no basa su
vida en la tolerancia y amor al prójimo, como es patrimonio de las
almas sublimes. Los santos o espíritus elevados, a pesar de poseer
un grado superior en lo sideral, no pueden librarse de la agresividad
de la naturaleza primaria de un planeta como es la Tierra, ni de la
ferocidad de sus habitantes, recién salidos de las cavernas y de la
edad de piedra, que sólo entienden las especulaciones del mundo
del César, pero son descreídos y dudan de la realidad del “Reino de
Dios”. Obviamente, Jesús no padeció en la Tierra el efecto kármico
de haber sido crucificado, por causas similares en el pasado, sino
que para poder entregar y difundir el “Código Moral” del Evangelio a
los alumnos terrícolas, se auto obligó conscientemente a sufrir las
causticidad del trato con el planeta y sus moradores, al cual vino a
preparar, y en cambio el primarismo, la rebeldía y la crueldad de los
alumnos lo crucificaron, dominados por una total irresponsabilidad
espiritual.
Jesús tuvo que afrontar una gran desventaja durante su vida
terrena, porque en medio de la competición feroz, egoísta y humana
de los terrícolas, sólo reaccionaba “dando la camisa a quien le
quitaba la túnica” u “ofreciendo el lado derecho de la cara a quien le
golpeaba el izquierdo”. La paloma que no tiene defensa ante el
ataque feroz del aguilucho, que sólo piensa en su bienestar, es
obvio que ha de ser sacrificada. En un mundo tan agresivo y
primario, que anda sobre los primeros pasos de su
perfeccionamiento, como es la tierra, sus habitantes son
espiritualmente analfabetos, y únicamente reconocen el poder de la
fuerza, jamás la ternura y la renuncia. En cualquier nivel de vida,
sea intelectual, moral y emotiva del planeta físico terrícola, sólo lleva
ventaja quien se defiende protegido por las mismas leyes primarias
e instintivas de ese mundo inhóspito. Por eso, será derrotado
implacablemente el santo que se sienta estimulado por los principios
espirituales que hacen a la vida superior y pretenda vivir pacífica y
amorosamente entre los “trogloditas” que visten de casimir y se
afeitan la barba, donde las leyes y reglas para sobrevivir aún evocan
la era del “sílex” de las cavernas. En un mundo de naturaleza
agresiva y propia para los seres feroces e impiadosos, el hombre
delicado ha de ser alcanzado y herido con facilidad por el impacto
destructor y violento del medio.52 De ahí el motivo por el cual Jesús
afirmaba que él era “el Camino, la Verdad y la Vida”, puesto que el
hombre debía tomar su propia cruz y someterse pacífica y
resignadamente a toda suerte de sufrimientos y dolores, si en
realidad quería alcanzar el “Reino de Dios”.
Pregunta: ¿Qué significa liberarse de Maya, según dice la
tradición orientalista?
Ramatís: El espíritu del hombre sólo podrá liberarse de “Maya”53
que lo ata a la rueda de las encarnaciones humanas, cuando
espontáneamente y con valor elimine los deseos y acciones del
mundo físico, para aspirar exclusivamente a la vida del mundo
angélico. Decía Pablo de Tarso que solamente cuando “muere” el
hombre viejo y renace “el hombre nuevo”, el espíritu consigue
alcanzar su vuelo hacia los planos de ventura sideral y eterna.
Jesús dejó muy bien aclarada la gran diferencia que existía entre
el plano espiritual del “Reino de Dios”, y el “mundo del César”, de la
existencia humana, con todas sus fascinaciones y deseos, que
aprisionan al espíritu en las telas seductoras de las vidas transitorias
y perecederas.
El Reino de Dios es la vida libre del espíritu inmortal, donde todo
es definitivo y venturoso, cuyos seres felices, jamás se turban por el
miedo, angustias y aflicciones, propias del mundo transitorio y
donde el hombre se desgasta con el uso indiscriminado de los cinco
sentidos físicos y sufre la influencia extrasensoria del mundo oculto,
que es coincidente con el mundo físico creado por el mismo hombre.
El hombre que busca el “Reino de Dios” y desea su liberación de
los ciclos reencarnatorios, podrá liberarse del yugo carnal, después
que haya desechado cualquier tipo de interés o pasión por la
materia. Mientras exista el mínimo deseo sobre los valores y
placeres físicos, a pesar de los esfuerzos realizados para ascender
sideralmente, se ha de parecer al águila que surca la amplitud del
cielo, pero cuando le acucia el hambre, desciende al suelo y mata
para saciar su apetito. Esa liberación ha de ser sacrificada, pero
definitiva, un total rompimiento con los valores y bienes del mundo
material, tal como lo hicieron los grandes luchadores de la
espiritualidad. El príncipe Sakyamuni, que disponía de poder sobre
la vida y muerte de sus vasallos, cuyo cuerpo era adornado con las
joyas más finas y perfumado con esencias exóticas, recorría sus
tierras en carruajes dorados y sus deseos eran órdenes implacables
cuando presintió la realidad sobre el espíritu eterno, se despojó de
todos sus bienes y riquezas del mundo para alcanzar su liberación.
Cambió los ricos trajes de seda por el sencillo vestido de los
mendigos y tratando de ser el último de los hombres, se transformó
en el inigualable Buda, el líder espiritual de Asia.
Antes pesaba sobre su cabeza la corona del príncipe reinante,
con las complejas responsabilidades sobre la salud, educación y
alimentación de su pueblo, lo cual también es loable para Dios, pero
esclavizante para el espíritu. Después, cuando despertó, se liberó
de los valores y atracciones del mundo, resolviendo ser un humilde
habitante más de la comunidad sidérea y feliz del reino del espíritu
inmortal. Sin lugar a dudas que, de ahí en más, comenzó a tener
desventajas en las especulaciones propias del mundo terreno,
desligándose de los intereses y codicias de la vida humana, a fin de
plasmar su mensaje personal sobre el derrotero a seguir, para que
el hombre se integrara al reino eterno y real del Señor. Mientras
tanto, bajo tal condición, se liberó de Maya, la ilusión de la vida
física.
Pregunta: Sin embargo, estamos interesados en saber si la Ley
de Moisés, en donde era lícito el desquite bajo la enunciación del
“diente por diente y ojo por ojo”, por ventura, ¿ese enunciado no era
un principio o regla kármica?
Ramatís: La ley mosaica y vengativa del “ojo por ojo y diente por
diente”, era una regla para moderar y contener a un pueblo cuyo
entendimiento y temperamento espiritual todavía eran rudimentarios
y no concebía otro pago que no fuera el de igual a igual ante el
delito cometido. Los paganos acostumbraban a resaltar sus deseos
de crueldad, arrojando a sus hijos de corta edad a las hornallas de
Moloch, bajo la ilusión de que a Dios le agradaba la sangre humana
ofrendada, así como hoy los fieles solicitan favores divinos a través
del incienso, flores y velas en la liturgia moderna, rogando al Señor
que extermine a sus “enemigos” en las luchas fratricidas. A fin de
poder controlar el primitivismo brutal de la época, en donde las
pasiones y violencias humanas no podían disciplinarse ante la
exhortación religiosa, Moisés decretó la ley del “ojo por ojo y diente
por diente”, tratando de reducir los crímenes y pillajes ante el
derecho de la víctima, a fin de castigar a su verdugo, tanto como
haya sido el mal que le infirió.
Entre el principio y el derecho del hombre de ser juez que
dictamina sobre los perjuicios causados, cuya acción puede
sobrepasar la medida del perjuicio ocasionado, entonces se justifica
la ley del Karma, implacable, justa e impersonal, que además de
compensar a la víctima, corrige y redime al criminal. Bajo la citada
ley de Moisés, el hombre agraciado por el derecho de vengarse
podía abusar del desquite, pesando sádicamente sobre el monto del
débito. Bajo la Ley del Karma, en su función técnica e impersonal, la
liquidación de la deuda ocasionada en otras vidas puede tener para
el responsable metes altamente beneficiosas en el futuro.
Pregunta: En esencia, ¿qué es lo que debemos interpretar o
entender por Ley del Karma?
Ramatís: La palabra karma es originaria del sánscrito, antiguo
idioma hindú muy usado en los templos iniciáticos; procede de la
raíz kar (proceder, actuar), y del sufijo Ma (el efecto y la acción).
Siendo así, el karma significa la ley en que toda causa genera un
efecto semejante, que alcanza el destino de la generalidad de los
seres humanos, debido a que los hechos y causas vividas por los
espíritus en existencias físicas pasadas quedan posterior y
herméticamente ligados a los efectos semejantes en el futuro.
Karma, por lo tanto, es esencialmente la “Causa” y el “Efecto”, en
fin, el control de los hechos originales y también de sus resultados
posteriores. Bajo el mecanismo kármico sucede la rectificación que
equilibra, esclarece, segrega y fortifica, pues obliga al responsable a
liquidar a la brevedad sus deudas del pasado, pero también lo
beneficia, puesto que queda en libertad para decidir su futuro.
Específicamente no es una ley que castiga, pues si disciplina
rigurosamente, también premia generosamente al buen pagador,
comprobándose la ley que dice que “A cada uno se le dará
conforme a sus obras”. El Karma que deriva de la Ley Divina o de la
pulsación de la Ley Cósmica, también regula el ‘libre albedrío”, pues
concede mayor libertad y poder de acción al hombre, la cual es
proporcional a su sabiduría, evolución espiritual y responsabilidad.
Así como los padres conceden mayor libertad a sus hijos a medida
que éstos son más cuidadosos, experimentados y adultos, la Ley del
Karma amplía el campo de acción y responsabilidad del espíritu,
tanto como él se emancipa y toma conciencia en el curso educativo
de la vida.
Pregunta: ¿Qué debemos entender por “quemar el karma”,
conforme enseñan los espiritualistas orientales?
Ramatís: Todos los pensamientos, sentimientos y acciones del
espíritu encarnado generan un tipo de “karma” para el futuro, es
decir, producen un total de efectos buenos o malos, perfectamente
relacionados con hechos que el espíritu realizó en vidas anteriores.
En consecuencia, se llama “quemar” el karma, cuando sus autores
rescatan la deuda o “efectos” asumidos por las causas gravosas del
pasado. En base a cada una de las “causas” o acciones, buenas o
malas de hoy, también producen un efecto bueno o malo en las
vidas futuras, entonces el espíritu encarnado reduce sus deudas o
contrariamente, genera un nuevo karma, a través de los hechos
actuales y cuyos efectos deberá vivirlos en la próxima existencia
física.
Pregunta: Jesús, en sus advertencias evangélicas, ¿también se
estaba refiriendo a esa “causa y efecto”, que es pieza importante del
Karma?
Ramatís: El Divino Maestro, como profundo instructor espiritual
que era, conocía perfectamente el mecanismo y la razón de la ley
del Karma, que preside la disciplina y el destino de los espíritus
encarnados. Sin duda, no podía exponer claramente el mecanismo
kármico al pueblo de su época, en base a su primitivismo, y por
sobre todo, por no contrariar los dogmas judaicos que no tardarían
en protestar por sus enseñanzas extravagantes. Sin embargo,
podemos extraer ese conocimiento de sus obras, a través de los
símbolos y parábolas, bastando
examinar los conceptos evangélicos. Los conceptos de “quien
con hierro hiere y con hierro será herido” y “a cada uno le será dado
conforme a su obra” o “el hombre pagará hasta el último centavo”,
son principios insofismables de la “Ley del Karma”, reforzados por el
dicho popular que dice: “Quien siembra vientos cosecha
tempestades” o “’El mal que se siembra de noche, se recoge de
día”.
Cuando Jesús aconsejaba que el mayor de los mandamientos es
el “Ama al prójimo como a tí mismo” y “Haz a los demás lo que
quisieras que te hagan a ti mismo”, su intención era orientar al
hombre para evitarle un mal en el futuro, liberándolo de la severidad
del karma inflexible y de la imantación al mundo de las formas.
Pregunta: Considerando el concepto, “cada uno recoge lo que
siembra” como un principio de la Ley del Karma, ¿no sería una
aberración de los espíritus encarnar en la tierra, fatalmente
estigmatizados por el destino fatalista y que además, le restringe su
libre albedrío?
Ramatís: Cada espíritu debe renacer en la vida física con su
programa previamente trazado por la Administración Sideral de la
tierra; ello también se encuentra conjugado al Karma de la raza y al
Karma del propio planeta. Siendo de esa forma, existe el karma
individual del espíritu reencarnante, que además se conjuga con el
karma de la familia, a la cual ingresa, inclusive al karma del pueblo o
de la raza en que le toca participar. Es un perfecto entroncamiento
de valores positivos y negativos, que no pueden sobrepasar las
reglas y los principios disciplinados por la Ley del Cosmos, en el
programa colectivo e indemnizador para las colectividades y los
individuos en sus intercambios personales.
La familia terrena está constituida por espíritus de los más
variados tipos y grados evolutivos, los que vienen luchando en el
curso de la vida humana hace muchos milenios y que se encuentran
sujetos al karma colectivo del conjunto familiar, pueblo, raza y de la
propia humanidad en su elección planetaria. Bajo el cuerpo carnal
de los mismos ascendentes biológicos, se encuentran los espíritus
amigos y enemigos, víctimas y verdugos, acreedores y deudores,
que se aproximan y se ajustan, bajo la condición contemporizadora
y convencional del hogar humano. En el seno de la familia terrena,
tanto viven los espíritus amigos y unidos por el amor, como las
almas enemigas y adversas, imantadas por el odio que originaron el
pasado. Durante el entrenamiento efectivo y los intereses en común,
que une a los miembros de la familia, se aminoran el odio del
pasado y cesan los impulsos de rabia, fortaleciendo los sentimientos
que se acrecentarán con la partida hacia el más allá.
Fuera de su corrección o rectificación individual, cada espíritu
encarnado depende de la rectificación del conjunto de espíritus
afines, cuya familia forma una especie de miembro de cada pueblo,
raza, y consecuentemente, la propia humanidad conforma la síntesis
del karma del orbe donde viven. Bajo los dolores, sufrimientos,
necesidades económicas, vicisitudes morales y dramas de familia,
los espíritus reunidos por el mismo tipo de delitos, culpas y deudas
kármicas, necesitan ampararse contra la agresividad exterior, lo cual
los ayuda a aminorar las manchas y resentimientos recíprocos del
pasado. Además, las alegrías y afectividades vividas por los
miembros de una misma familia, cuando se proyectan en la esfera
del arte, política, social, intelectual o deportiva, son como una
especie de recompensa y merecimiento por causa de la
incomprensión vivida en el pasado. La euforia de un miembro de la
familia, que es parte activa para toda la parentela, aumenta la
satisfacción recíproca y elimina a la brevedad las animosidades
kármicas de vidas pasadas-Como cada familia terrena se compone
por las personas que tienen afinidad espiritual, atracción y simpatía
por el afecto recíproco del pasado, o se agrupan por causa de las
deudas y reajustes kármicos, de allí que existen familias
tradicionalmente felices, las que pasan por el mundo dejando un
rastro de júbilo y unidad, que hacen a la felicidad de sus
componentesMientras tanto, otras familias cargan con el estigma
doloroso, una especie de atmósfera trágica desde su formación, que
sorprende a la misma historia.54 Existen familias totalmente
agresivas, egocéntricas, degeneradas, inescrupulosas, vengativas,
perversas, trágicas o desventuradas, cuyos miembros y
descendientes terminan sus vidas bajo el mismo tipo de karma,
siendo consecuencia de sus vidas anteriores. Por otra parte, se
comprueba que ciertas familias y sus miembros van desencarnando
bajo un mismo tipo de enfermedad, como son tuberculosis, lepra,
cáncer, o bien, parálisis, sordera, perturbaciones mentales que
sorprenden a los mismos médicos, debido a que el fallecimiento de
la mayoría obedece a enfermedades idénticas y no contagiosas o
hereditarias, cuya explicación científica induce a pensar en alguna
predisposición atávica, pero en realidad, obedece al ‘karma
colectivo.
En verdad, la Ley Kármica reúne a los espíritus afines a través
de los cuerpos físicos perteneciente a una misma familia y los
influencia por los ascendentes biológicos, los cuales padecen por
culpas, deslices, deudas y errores semejantes, conformando
estigmas trágicos, que nuevamente deberán repararse.
Pregunta: ¿Nos podéis dar algún ejemplo respecto a la
naturaleza de las culpas o pecados cometidos en vidas anteriores y
que por su causa vuelve a agrupar a los espíritus afines, y por ende,
a la misma familia?
Ramatís: Comúnmente, en una familia cuyos miembros sufren
accidentes o terminan sus vidas bajo los impactos de las armas de
fuego, ello sucede porque en otras vidas perturbaron el equilibrio de
la naturaleza, matando indiscriminadamente a los animales, es
decir, mataban a cuanto bicho tuvieran bajo la mira de su arma; por
ello, son un conjunto de espíritus en pruebas semejantes.
Existe el Karma que alcanza a la mayoría de los miembros de
una familia y coincidentemente mueren todos de cáncer, lo cual
constituye un enigma para la ciencia profana; mientras tanto, son
agrupaciones de seres que en el pasado accionaban contra el
prójimo por medio de la magia, maledicencia, calumnias o extremo
estado de envidia. En otros casos, se comprueba que los
descendientes de cierta familia, desencarnan a través de accidentes
producidos en las aguas (muerte por asfixia), cumpliendo con el
Karma de la piratería, cuando arrojaban al mar a los tripulantes de
los barcos capturados. Otras veces, existen padres infelices, cuyo
único destino es procrear hijos retardados, mogólicos, hidrocéfalos o
esquizofrénicos, ignorando que fueron responsables por el vicio de
la cocaína, morfina y opio, afectando a los actuales espíritus
reencarnantes y también comprometidos.
Mientras la humanidad ignore el concepto evangélico que dice:
“A cada uno le será dado conforme a sus obras”, jamás el hombre
alcanzará a tener la gracia de una existencia tranquila. Bajo la
regencia del “libre albedrío”, que permite al espíritu organizar su vida
en los mundos físicos, aún así, está encuadrado en el programa
rectificador de su karma, lo cual, sin duda alguna, fue la causa que
terminó por reducir la acción de ese libre albedrío. El espíritu debe
pesar y balancear los perjuicios que cause al prójimo, pues toda vez
que pone en acción fuerzas que han de atender a sus
satisfacciones, necesidades y placeres lo hace bajo su
responsabilidad. Por el concepto, de que “La siembra es libre y la
cosecha obligatoria”, el hombre debe medir rigurosamente el efecto
de sus pasos en la senda humana, porque ineludiblemente ha de
tener que “pagar hasta el último centavo” sobre la culpa o perjuicio
causado a otro.
Pregunta: ¿Nos podéis esclarecer un poco más respecto al
karma individual de un pueblo o de un planeta?
Ramatís: Repetimos; existe el karma del individuo y el karma de
la familia, que es el activo y el pasivo de los espíritus que allí se
congregan. De igual forma, existe el karma de una ciudad, que
comprende el karma de los miembros del conjunto de las familias
residentes. La suma del karma de las ciudades conforman el karma
del país, y la suma del karma de los países es el resultante del
continente, y por último, la suma del karma de los continentes es el
karma del propio orbe.
Considerando la diversidad de planetas que existen en el sistema
solar y sus correspondientes funciones, como orbes educativos en
lo primario, secundario o universitario, por así ejemplificar la
evolución de cada uno, la tierra posee un karma mucho más grosero
que Marte, pues éste es un grado sideral superior. De ahí el motivo
y el porqué de la base fundamental del tipo de karma
correspondiente a cada espíritu, el que reside específicamente en
las condiciones mesológicas del planeta donde es llamado a
renacer. El solo hecho de que cualquier espíritu deba reencarnarse
en la tierra, está condicionado a un karma doloroso, por ser un
mundo de naturaleza hostil y primario; por lo tanto, es más
desventurado con relación al espíritu que renace en Marte, cuyo
planeta es más evolucionado.
Pregunta: A fin de poder apreciar con más precisión los valores
kármicos correspondientes a cada planeta, ¿por qué la tierra está
considerada como un planeta inhóspito y kármicamente inferior?
Ramatís: La tierra es una escuela de educación espiritual
correspondiente al orden primario; por lo tanto, un planeta con la
función de karma correctivo, es decir, cuya finalidad es purificadora.
Es un orbe de naturaleza física inestable, sujeto a inundaciones,
tifones, sequías, frío y calor extremos; sus selvas y bosques están
plagados de reptiles e insectos de toda clase, así como también, de
animales salvajes y peligrosos, mientras que el medio está
corrompido por gérmenes patogénicos, como sucede en las zonas
pantanosas, o bien, provocado por los residuos humanos que
provocan el envenenamiento químico del aire, por la evasión de los
gases nauseabundos. En consecuencia, aparecen las epidemias
mortales o de efectos deformantes, con la proliferación de los virus y
ultravirus, además de los imprevistos accidentes geográficos, que
no permiten una vida suave y prolongada.
En su conformación primaria y para efecto de pulimento
espiritual, los volcanes son verdaderas válvulas de la presión de la
masa ígnea interna, dando lugar a tragedias lamentables entre los
pueblos, cuyos espíritus muy endeudados conviven en el área de
inestabilidad geológica.” Los polos, actualmente sin posibilidades de
producir alimentos, en el futuro serán como una especie de
depósito, puesto que el hielo conserva las tierras nutritivas para ser
expuestas al sol en el próximo milenio, después de la verticalización
del eje terráqueo.
Así como las escuelas primarias del mundo están destinadas a
los alumnos que recién se inician, analfabetos y rudos, el planeta
tierra es el hogar físico de los espíritus primarios, defectuosos y
rebeldes, cuyo contenido psíquico, bruto como el diamante recién
extraído, comienza a ser elaborado para demostrar las cualidades
del futuro brillante espiritual.
La Dirección de lo Alto sería bastante incoherente si poblara la
tierra, que es un curso primario en lo espiritual, con entidades de
elevada vibración espiritual y jerarquía sideral. Así como la lija pule
el tablero de la mesa rústica, el ácido limpia la grasa depositada
sobre el vidrio, como el calor apresura la condición del hierro hasta
transformarlo en acero resistente; un planeta como la tierra sirve
para pulir las aristas groseras de los espíritus encarnados y
prepararlos para otras vidas evolucionadas.
Pregunta: ¿Qué características fundamentales deben reunir los
tipos espirituales que deben habitar planetas primarios y semejantes
a la tierra?
Ramatís: Un planeta primario, cuya estructura geológica es
inestable, ofrece poco confort en su ambiente físico, y sólo puede
servir como morada educativa para espíritus de características
psíquicas primarias o deficientes, aún necesitados de correctivos
redentores.
Los alumnos ignorantes, rebeldes, instintivos, dañinos y
peleadores, que frecuentan las escuelas primarias del mundo, son
naturalmente desordenados e irresponsables, pues destruyen
artefactos de los baños, vuelcan tinteros en los pupitres, ensucian
las alfombras, rompen cuadernos y libros, pisotean los jardines
cuidadosamente trabajados, desmontan ventanas, rayan puertas,
rompen los bancos, escriben obscenidades en las paredes,
maldicen a los profesores, desprecian las enseñanzas impartidas en
las aulas, viven a los puntapiés con sus compañeros, son
malcriados y desbocados hasta con los mismos colegas.
Comparativamente, ¿cuáles son los tipos de espíritus que
actualmente habitan la tierra y que se encuentran atraídos por la
misma afinidad primaria, debiendo aceptar la escuela del
perfeccionamiento bajo la rudeza de un mundo agresivo e inferior?
Los adultos terrícolas, semejantes a los niños analfabetos y
malcriados, cuya irresponsabilidad los vuelve muy dañinos, puesto
que, en su locura desenfrenada, arrasan ciudades enteras con
bombas atómicas, destruyen bibliotecas, iglesias, templos, escuelas,
teatros, hospitales, institutos de cultura, centros de salud y lugares
programados para la recuperación física. Arrojan bombas
incendiarias y queman campos, sembrados y destruyen las reservas
de alimento para la humanidad. Son tipos de almas primarias, tan
insensatas, que se emborrachan hasta la muerte, padeciendo en los
hospitales psiquiátricos hasta la hora de desencarnar; locos e
imbéciles arrojan sus automóviles contra los postes, paredes, casas,
animales y personas, o se despeñan colinas abajo en abismos
insondables, donde mueren consumidos por el fuego ocasionado
por el choque.
A pesar de ser criaturas adultas y con pretendido renombre de
civilizados, aspiran el humo fétido y carbonizado de los cigarrillos o
chupan la maloliente pipa, compitiendo con los infantiles salvajes. A
pesar de la prodigalidad de las verduras y cereales que Dios
derramó sobre la tierra, los terrícolas devoran riñones, nervios,
hígados, estómagos, tripas y chorizos manufacturados con la sangre
noble de los animales, masacrados en los frigoríficos y mataderos,
construidos bajo el avanzado cientificismo de la técnica moderna.
Son tan crueles que prostituyen a las “colegas”, sus hermanas ante
Dios, dejándolas pudrirse en las camas de los hospitales para
indigentes, o bien, abusan de la sacrificada esposa, explotándola
junto a la pileta de lavar la ropa, a fin de poder sustentar a sus hijos,
frutos de sus amores ilícitos.
Los más imprudentes se vician con el uso de las bebidas
alcohólicas y degradan la sensibilidad del cuerpo bajo la acción
alucinógena de las drogas, y los más imbéciles se matan en medio
de batallas sangrientas por defender trozos de paño de color que
simbolizan las patrias, situadas entre límites de tierras que sólo
pertenecen al Creador. Los más fanatizados se eliminan
violentamente bajo el rótulo de católicos, protestantes, hindúes,
budistas, musulmanes o judíos, y hacen correr profusamente la
sangre por el suelo del planeta en defensa de “su” Dios. Los más
astutos engañan a los incautos vendiéndoles bienes inexistentes,
joyas falsas o automóviles robados, o extienden cheques sin fondos.
Los más hábiles y elocuentes engañan a sus electores en
campañas políticas interesadas y mistificadoras; los atrevidos y
avezados llegaban a construir edificios, cuyo material empleado
además de ser deficiente, no guarda las proporciones requeridas,
cuyos desastrosos resultados se comprueban por las muertes
ocasionadas por derrumbes; otros industrializan el “dolor
humano” mutilando órganos sanos de pacientes histéricos, a fin de
mantener sus “vicios de moda” actualizados. Finalmente, se
encuentran los que malgastan sus fortunas para comprar y
mantener perros, gatos y aves de raza, como queriendo vengarse
de la humanidad, mientras los hijos de su vecino carecen de lo más
elemental para subsistir. Los más duros de corazón visten trajes
carísimos y son afectos a lucir joyas y piedras rarísimas, que
ostentan sobre el cuerpo perecedero y no pocas veces minado por
el karma cancerígeno, mientras sus hermanos ante Dios, faltos de
recursos, mal pueden conseguir un vestido para cubrir sus cuerpos
castigados por la intemperie.
Los más severos, como censores gratuitos, reclaman contra el
alto costo de la leche, pan y artículos de primera necesidad, pero
callan sus voces ante el aumento del whisky, licores y cigarrillos,
que les satisfacen el vicio esclavizante. Y la tierra, en servicio
educativo para las almas entorpecidas, irresponsables y ambiciosas,
se mancha de sangre en los mataderos de batallas fratricidas, cuyos
alumnos se matan entre sí, por defender doctrinas políticas,
diversidad de color o imperialismo económico, o por anarquizar las
instituciones cuya función es disciplinar la conducta del hombre.
Pregunta: El avanzado cientificismo y el progreso técnico del
mundo, ¿no podrían transformar la tierra en un planeta más
confortable y ameno, proporcionando a los seres una vida agradable
y equilibrada?
Ramatís: Así como el hombre canceroso no recupera su salud
por el hecho de cambiar su modesta casa por el instituto
especializado, ni el inquilino se vuelve más inteligente o razonable
por cambiar de departamento, los espíritus de los terrícolas no se
convierten en criaturas pacíficas y bienhechoras, porque la ciencia y
la técnica transformen el orbe en un mundo confortable y agradable.
De la misma forma, el avance técnico, la modernización y el lujo
aplicados en la escuela primaria no terminan con la estulticia, la
rebeldía y la maldad de los alumnos ignorantes. Los alumnos
incultos, instintivos, dañinos e irresponsables continuarán rompiendo
el tapizado de las sillas, arrojando los tinteros contra sus
compañeros de estudio, rompiendo y maltratando los cuadernos,
escribiendo obscenamente en las paredes de las escuelas,
deteriorando los sanitarios, rompiendo los vidrios de las ventanas de
las aulas y ensuciando el uniforme escolar, todo ello, en medio del
alboroto que caracteriza sus diabluras, demostrando su indisciplina
y cinismo contra los profesores, los cuales fueron seleccionados por
el moderno método educativo.
El mismo fenómeno sucede en vuestro orbe, pues a pesar del
triunfo de la técnica y de la ciencia, que iluminan portentosamente
las ciudades modernas, descubrieron el “radar”, crearon las
computadoras y mantienen el control remoto de los aviones
supersónicos y alcanzaron exitosamente el alunizaje en el satélite,
sin embargo, los terrícolas continúan en la misma ignorancia,
impiedad, belicosidad e índole fratricida, que heredaron de la edad
de piedra. Aunque el hombre haya caminado sobre la luna, todavía
no consiguió penetrar un centímetro dentro de sí mismo, a pesar del
triunfo de circundar su orbe con satélites artificiales, pues aún no
aprendió a dar evangélicamente los pasos alrededor de su propio
hogar. Vistiendo lujosamente a la moda y trasladándose con veloces
y costosos vehículos, gozando de los sorprendentes programas de
la televisión, electronizado y totalmente “cientifizado”, el hombre
terreno aún continúa practicando los mismos actos de vandalismo,
propios de la era de las cavernas, variando tan solamente en su
perversidad respecto a los recursos alcanzados para la destrucción,
último avance de la ciencia moderna.
Antiguamente habitaba en grutas de piedras; hoy, civilizado,
prefiere los estrechos cuadrados de cemento, conocidos por
“rascacielos”; antes eliminaba a los adversarios con garrotes y
piedras; actualmente, mata elegantemente con sofisticadas pistolas;
en la época del “sílex” arrastraba a la compañera del vecino por los
cabellos a través de los campos a fin de satisfacer sus instintos
animales; ahora, practica el mismo acto, traicionero e innoble, pero
lo hace elegantemente, conduciendo a la vecina en un “último
modelo” hacia lugares convenientes. Es indiscutible que no cambió
su categoría moral; sólo progresó en los medios usados. El salvaje,
viajaba otrora durante un mes a caballo, con la intención de clavar
su cuchillo en el vientre de su enemigo; hoy, gracias a los éxitos
científicos y técnicos del mundo, el hombre civilizado desayuna en
New York, toma un avión a propulsión, almuerza en Lisboa, y por la
tarde, mata a su adversario en París con un certero tiro electrónico.
Pregunta: ¿Qué les podríais aconsejar a aquellos que desean
transformar la tierra en un mundo de paz, pero carecen de medios
para conseguirlo?
Ramatís: Cuando el alumno diligente, estudioso y responsable
comprueba que en nada puede contribuir para modificar la escuela
primaria y elevar la conducta de sus colegas, sólo le resta una
decisión: dedicarse paciente e integralmente al estudio liberador y
promoverse, lo más pronto posible, en sus exámenes, a fin de poder
desligarse de la dura escuela, que pertenece a los alumnos dañinos,
irresponsables y rebeldes. Lo mismo le cabe al espíritu encarnado
en la tierra; cumplir disciplinada y devotamente las lecciones para su
pronta liberación del yugo de la materia, atendiendo el amoroso
llamado del Cristo, que así le advierte: “A cada uno le será dado
conforme a sus obras”, y agrega: “Quien desee alcanzar el reino de
los cielos, tome su cruz y sígame”.
“CON EL JUICIO CON QUE
JUZGAREIS; SERÉIS JUZGADOS;
Y CON LA MEDIDA CON QUE
MIDIEREIS, OS VOLVERÁN
A MEDIR”55

Pregunta: Cuando Jesús recomendó el concepto, “No juzguéis


para no ser juzgados”, o “No condenéis y no seréis condenados”,
¿se dirigía únicamente a la raza judía o su pensamiento tenía
motivación universal?
Ramatís: El Maestro siempre se servía de las imágenes del
mundo terreno, conocidas en su época, para exponer las
enseñanzas espirituales, para que el hombre pudiera asimilarlas, lo
más profundamente posible, puesto que se encontraban más allá
del límite objetivo de la vida física. En base a su sabiduría incomún,
Jesús conformaba sus parábolas en tal forma que aún hoy sirven de
ejemplo efectivo, a pesar de ser descripciones y encuadres
correspondientes a aquella época, pues estimulan y orientan la
dinámica mental para un mayor conocimiento sobre la vida inmortal
del espíritu. Gracias a la persistente dedicación y a las conclusiones
inteligentes de Allan Kardec para conformar la doctrina espirita, el
hombre actual puede valorar con más precisión las leyes y los
fenómenos de la vida espiritual. Y bajo el mecanismo disciplinado de
la mediumnidad, los espíritus mensajeros e instructores, cuando
dictan sus pensamientos por intermedio de médiums preparados,
estudiosos y fieles a los principios kardecianos, ayudan a la
humanidad a percibir el contenido esotérico del Evangelio de Jesús,
permitiendo realizar una interpretación más espiritual y menos
humana.
Las enseñanzas de Jesús nos recuerdan a la energía de “alto
voltaje” sideral, que puede regularse conforme a la capacidad
receptiva de las lamparillas humanas y entendibles, lógicamente, en
cada época de análisis y divulgación. Siendo así, la máxima del “No
juzguéis para no ser juzgados” entendía para los hombres
incipientes, de aquella época cristiana, una severa advertencia
contra la injusticia, maledicencia y calumnia, que en cierta forma se
ajustaba admirablemente al tipo de vida judía. Después de la
alborada del Espiritismo, ese mismo contenido se delinea en su
intimidad esotérica y se vuelve más genérico con relación a la vida
del espíritu inmortal. En vez de ser una sentencia regular para
mantener un orden en la vida de los seres, se amplía en su sentido
moral, abarcando en cierta forma, el proceso kármico
correspondiente a las relaciones y consecuencias entre los espíritus
en sus encarnaciones sucesivas.Ya no es un concepto apropiado o
disciplinado para el pueblo judío únicamente, sino que se refiere a la
continuidad de la vida espiritual, abarcando a los buenos y a los
malos juicios que el espíritu pronuncia en el transcurso de todo el
proceso que comprende a su angelización.
El mismo concepto, que se refería con cierta particularidad al
procedimiento incorrecto e injusto del ciudadano que vivía en la
época de Jesús, cuando juzgaba al adversario, amigo o no, pero
que no alcanzaba a juzgarse a sí mismo, el Espiritismo lo encuadró
dentro de la ley de “Causa y Efecto”, predominantemente espiritual.
En el futuro, después de la comprobación científica sobre la realidad
del espíritu inmortal, que será corroborada por la instrumentación de
precisión de laboratorio, el hombre pasará a comprender que la
miniatura del metabolismo cósmico palpita activamente en la
intimidad de su alma. Los conceptos de Jesús: “No juzguéis para no
ser juzgados” y “Y no condenéis para no ser condenados”, son
importantes advertencias de que toda acción negativa del espíritu
redunda en su propio perjuicio, puesto que juzgar al prójimo es
“medirse” a sí mismo. Por otra parte, es muy conocido el fenómeno
de la psicología sobre el mecanismo de defensa del “ego”, que para
proyectarse a sí mismo y elevarse por sobre la persona que está
juzgando, siempre termina disminuyéndole sus valores personales.
Ese juzgamiento del hombre hacia otro, en su índole personal, se
proyecta más allá de la simplicidad de su enunciado, pues esa
sentencia del Cristo es amplia y alcanza a la vida del espíritu a
través de sus encarnaciones. Liga al espíritu a principios y reglas
científicas, conforme lo hemos comprobado filosóficamente
mediante la psicología moderna. No es una alusión exclusiva de un
juzgamiento tipo tierra a tierra, cuando un acusado incurre en algún
delito y debe sufrir una pena de acuerdo a los códigos penales del
país. Ello va más allá y abarca el hecho de que la criatura, al
proceder a juzgar sobre los equívocos, imprudencias y pecados de
sus hermanos, descubre que está repitiendo el procedimiento
efectuado en otras vidas y que aún podría hacerlo en el futuro. Bajo
el aspecto moral de proponer mejores hábitos a los judíos de
aquella época, hoy observado y razonado por medio del análisis
psicológico moderno, se comprueba que esa conceptuación de
Jesús es más una Ley que un simple aforismo, y que además de
funcionar fuera del tiempo y del espacio, aún advierte y disciplina las
actividades kármicas del espíritu en su ascenso angélico.
Pregunta: ¿Podríais explicarnos mejor ese aspecto?
Ramatís: En verdad, ese temario evangélico del Maestro Jesús
se refiere esencialmente a la vida espiritual del hombre, pues abarca
las causas y los efectos fundamentales de sus vidas sucesivas, bajo
el proceso implacable y justo de la Ley del Karma. De ahí la
semejanza entre los diversos conceptos evangélicos, que tienen la
misma concepción, cuando el Maestro decía: “Con la misma medida
que mides serás medido”, “Aquel que no tuviere pecado alguno,
arroje la primera piedra”, “A cada uno le será dado conforme a sus
obras”, “Quien con hierro hiere, con hierro será herido’, y en una
síntesis significativa advierte: “La siembra es libre, más la cosecha
obligatoria”.
Bajo la envoltura de esas sentencias y aforismos cristianos
permanece inalterable el contenido evangélico que esclarece
respecto de la Ley Kármica de la acción y la reacción, que acciona
en todos los casos de igual forma. No se trata apenas de una
advertencia, censura o sentencia moral; es la referencia indiscutible
a una ley o principio específico que abarca un determinado ángulo
del Cosmos, observando siempre la armonía y el equilibrio creador
de la vida. Es la ley que corrige y elimina la causa, para que no haya
efecto, pero proporciona un resultado educativo. En lo íntimo de
esas enseñanzas, el Maestro Jesús advierte y aclara respecto a los
prejuicios y liviandad del espíritu, que juzgándose santificado,
muchas veces condena los mismos pecados que él cometió otrora,
o que aún podrá cometer en la actual existencia o bien, en próximas
vidas. Cuando el espíritu más se integra en el concepto de la justicia
suprema y desenvuelve el amor, deja de juzgar a sus hermanos
menos evolucionados, librándose con más rapidez de la
implacabilidad justa de la Ley del Karma, que actúa en forma
impersonal y para la rectificación espiritual.
Siendo así y conforme a nuestro procedimiento, que también
tuvimos en otras vidas pasadas, podremos juzgar lo ajeno, pero sin
desmentir el concepto de “amar al prójimo como a nosotros
mismos”, o “hacer a los demás lo que deseáramos que nos hicieran
a nosotros mismos”. Todas las máximas evangélicas son
correlativas entre sí porque derivan de la misma Ley Cósmica, que
mantiene la cohesión entre los astros, la afinidad entre las
substancias y el amor entre los hombres. A pesar de ciertas reglas y
enunciados familiares, que limitan la vida humana, en su intimidad
vibra la llama creadora.
De esa forma, quien juzga al prójimo con el amor y la buena
intención con que se juzga a sí mismo, se salva, porque está
manifestando un elevado principio de honestidad espiritual, dado
que juzga y condena al prójimo al mismo nivel de culpa y penalidad
que desearía para sí mismo.
Pregunta: ¿Cómo se comprueba esa acción, en lo que se refiere
a la intimidad, es decir, en la vida del espíritu?
Ramatís: A través del mecanismo comparativo de las parábolas,
Jesús expuso ideas y preceptos al nivel de la comprensión humana,
pero que se referían específicamente a la vida espiritual. Siempre
usaba un lenguaje imperativo y taxativo cuando se refería a la
cosecha indebida de los que falseaban los hechos o juzgaban
indebidamente. Siempre dejó entrever que la mayoría de los
hombres eran “pecadores”; por eso, ¡ninguno podía juzgar a nadie!
De ahí su advertencia incisiva y evangélica para los imprudentes,
que veían la “paja” en el ojo del vecino, sin ver la viga en el suyo.
En los conceptos evangélicos de Jesús, se comprueba el
fatalismo de una ley implacable, justa y bienhechora, que tanto
corrige al espíritu en falta, como le da los elementos para alcanzar
una vida venturosa y espiritual. Sus enseñanzas se reconfirman
constantemente a través del pasar de los siglos, pues conforme
explica la doctrina espirita, el hombre termina enfrentándose con las
situaciones desagradables que sembró otrora. El tema evangélico
del Maestro explica que el hombre será “medido” con la misma
medida que midiera o juzgara al prójimo, y enuncia el proceso
implacable, rectificador y justo de la Ley del Karma, cuando obliga al
espíritu a sufrir en sí mismo lo que él causó a otros.
Pregunta: Considerando que el Evangelio es la miniatura
legislativa del Cosmos, ¿cuál es la ley que rige específicamente los
conceptos de “No juzguéis para no ser juzgados” y “No condenéis
para no ser condenados”?
Ramatís: Examinando la conceptuación evangélica de esos dos
enunciados, veréis que es la miniatura de la Ley de “Acción” y
“Reacción”, o el mecanismo sideral de la armonía y equilibrio del
Cosmos. Son conceptos para la vida humana, pero en su amplitud
advierten sobre el ritmo educativo a seguir por el espíritu encarnado.
Siendo así, quien fuera condenado o juzgado incorrectamente, por
culpa, insensatez, mala fe o maledicencia ajena, sufre un impacto
perturbador, porque ha sido desviado de su curso normal y
evolutivo.
La injusticia practicada por unas criaturas contra otras produce
una alteración que es regulada por un principio cósmico, el que
actúa en “miniatura” en el campo moral del ser encarnado, hasta
corregirle el desvío perjudicial. Es un acto moral, algo semejante a
un hecho científico, cuando aparece una perturbación en el campo
de sustentación de los astros y sistemas constelatorios, pues
cuando sucede cualquier desvío o violencia en las órbitas siderales,
deben reajustarse inmediatamente. Un juzgamiento equívoco o
inicuo, no alcanza solamente a la víctima de la calumnia o injusticia;
el sufrimiento y la humillación provocados por la acción condenable,
pueden extenderse a los demás familiares, amigos y hasta el círculo
de sus relaciones públicas. Es algo parecido a lo que sucede con un
astro que se desvía de su curso o ritmo cósmico, cuyo hecho
perturbador termina causando prejuicio a sus satélites, los cuales se
ligan por el misma mecanismo astronómico. En síntesis, este
concepto es explicado científicamente por la física: a cada acción
corresponde una reacción de igual intensidad o sentido contrario.
Por la psicología y a través del mecanismo de proyección, estamos
juzgando en otro ser nuestras propias imperfecciones.
Pregunta: El concepto de “Bienaventurados los que sufren
persecuciones de la justicia”, ¿también podría ajustarse a las
máximas de “No juzguéis para no ser juzgados” y “No condenéis
para no ser condenados”?
Ramatís: Conforme a los postulados de la “Ley del Karma”,
cualquier injusticia que el espíritu pueda causar a otros en sus
encarnaciones, tendrá que indemnizar o pagar, si es que cabe el
término, a la víctima en forma satisfactoria por el error cometido,
tanto como sea, es decir, en lo moral y físico. Ello comprueba que
permanece indestructible en la persona el sentido de la
responsabilidad espiritual de pagar a quien fuera injustamente
afectado. En consecuencia, la Ley del Karma también asegura a
todos los inocentes y perseguidos del mundo, una indemnización,
doble o triple, que será cumplida por sentencia correctiva por el
culpable. Además de obligar a los culpables con la indemnización
que sirve de cobertura compensadora a quien afectó injustamente,
la Ley proporciona a su vez, nuevos caminos de recuperación
espiritual a la víctima, la cual debe ajustarse de inmediato al mismo
grado que debería encontrarse cuando fue indebidamente afectado.
De ahí la temática fundamental de Jesús cuando enunció el
concepto de “Bienaventurados los perseguidos por la justicia” o sea,
las almas heridas por las calumnias, infamias e ignominia, puesto
que serán resarcidas espiritualmente de sus dolores y perjuicios,
porque la Divinidad no permite el agravio o distorsión, por pequeño
que sea, en su justicia. El término indemnización, que es tan familiar
en los intercambios y especulaciones humanas en el mundo físico,
nos ayuda para dar a comprender el pensamiento de Jesús. Cuando
él afirma que los inocentes y perseguidos por las injusticias serán
realmente indemnizados por parte de los que les juzgaron mal, nos
aclara que bajo la Justicia Divina, alcanzarán mucho más rápida la
ventura espiritual, por cansa de la injusticia cometida, siempre que
no participen en odios y venganzas.
Además, la infamia, injusticia o calumnia, pueden causar males
de grandes proporciones, dado que hieren a muchas criaturas por
estar vinculadas a la vida de quien es juzgado injustamente. El
hombre calumniado, que en un instante de desesperación se suicida
por fuerza de su debilidad moral, aunque sea injusta, puede
comprometer la existencia carnal de otras personas, causándoles
perjuicios intensos e imprevistos por salir rápidamente del curso de
la evolución humana y física. El fracasado suicida deja a su esposa
e hijos afectados por deudas insolubles y falta de recursos
educativos; allí, interrumpe su trabajo profesional, prematuramente,
sin dejar substituto adecuado y competente; acullá, trunca el plan
reencarnatorio trazado, que aceptó en el Más Allá antes de
encarnar, el cual se acortó antes del plazo previsto, destruyendo los
esfuerzos realizados por los técnicos y mentores de la espiritualidad.
La muerte súbita del que sufrió injusticias agrava aún más la culpa y
el monto indemnizatorio de la futura rectificación kármica para
quienes infirieron calumnia a la víctima inocente. La muerte
prematura del afectado injustamente es un impacto negativo, y para
el futuro es de tremenda responsabilidad para los causantes.
En consecuencia, el “mal juzgador” que calumnia y condena no
es afectado únicamente por el “pecado” cometido contra su
hermano, sino que ha de ser medido con la misma medida con que
acostumbra a medir al prójimo, o como dice el precepto evangélico:
“Pagará hasta el último centavo”. Sufrirá un correctivo tan grave y de
proporciones por parte de la Ley Kármica, como haya sido el total
del perjuicio causado por su injusticia, directa o indirectamente a
todas las víctimas afectadas en aquella misma vida.
Pregunta: ¿Qué podemos hacer, si todavía predomina en
nuestro espíritu esa incorrecta forma de comportarnos o “medir al
prójimo” por causa de nuestra mediocre noción sobre la justicia?
¿Cuántas veces sufrimos aflicción y arrepentimiento sincero de los
males que causamos involuntaria o voluntariamente al prójimo?
¿Cuántos de nosotros daríamos años de vida para deshacer un
hecho censurable que hemos cometidos en un momento de rabia o
insania espiritual?
Ramatís: No debemos olvidar que la esencia esotérica del
pensamiento de Jesús, enunciada en el Evangelio, es el reflejo de
las leyes que coordinan y orientan la vida del espíritu inmortal en la
organización y evolución de su conciencia individual. El Divino
Maestro jamás condenó al pecador, pero le advirtió insistentemente
respecto al perjuicio que causa el pecado. A través del Evangelio,
ilumina el camino de los hombres y les señala los escollos de los
vicios que aniquilan, los abismos de las pasiones peligrosas, del
poder y de las falsas glorias humanas, que perjudican la verdadera
vida del espíritu inmortal. Enseñaba que la prudencia era un medio
eficaz para evitar los deseos impuros, y la sensatez, para que el
espíritu encarnado mantuviera el exacto rumbo del norte espiritual.
Recomendaba al hombre que supiera vivir sobre el mundo material,
sin interferir sobre la vida de sus compañeros en prueba. Advertía
respecto a la ambición humana, que se desmedía por la posesión
de los “tesoros que la polilla come y el herrumbre deteriora”; sobre el
peligro del orgullo, que explota cual fuego de artificio y luego lanza
al espíritu en el infierno fluídico de los charcos purificadores del
astral inferior. Recordaba que la perversidad no debía aplicarse con
nadie, porque después hería trágicamente al propio autor, en la ley
implacable del choque de retomo, “donde cada uno ha de sufrir
conforme a sus obras”. El Evangelio no es un juzgamiento o
condenación para los espíritus incipientes, que se conturban en el
largo recorrido de la escala espiritual, a través del mundo de las
formas; sino que es un “Código Moral” de vida superior, algo
semejante a un manual cívico que disciplina la conducta del futuro
ciudadano sideral, bajo la miniatura esquemática de las leyes del
universo. No es su función disciplinar a los hombres para que vivan
felices en la vida humana y transitoria, pero sí un tratado sublime y
catalizador de las conciencias, para una pronta reintegración del
espíritu al mundo angélico del “Reino de Dios”.
Jesús, psicólogo sideral, coordinador de todos los instructores
que pasaron por la tierra, jamás cometería el equívoco de exigir a un
espíritu en los albores de su conciencia que se comportara con el
mismo sentido de justicia de un iniciado. Sería absurdo exigir a la
especie floral, que demuestra en el pequeño botón vegetal su
formación, la misma composición, belleza y perfume, que sólo
puede ofrecer la rosa, en la plenitud de su fragancia y en su
atrayente configuración floral.
El hombre maduro puede pecar por injusticia, pero arrepentirse
sinceramente del acto cometido y tratar de reparar su acto
ignominioso. En su conciencia desenvuelta sólo vislumbra el sentido
de justicia, cuya evolución lo sublima hasta alcanzar definitivamente
el completo estado del Amor. Pero la criatura espiritualmente
inmadura no se da cuenta de su accionar censurable, puesto que
busca únicamente lo mejor para sí misma e ignora que sus
hermanos van buscando también la misma cosa que él y tienen el
mismo derecho de ser felices. El egoísmo, por lo tanto, a pesar de
ser un acto censurable, sin embargo, fundamenta la convergencia
de los hechos y amplía la esfera de los deseos de posesión
humana, por lo tanto organiza el centro de conciencia del futuro
individuo, el que va creciendo como unidad en el seno de Dios. Sólo
aparecen los albores de la justicia y se afina el sentimiento del
hombre por la filantropía, después que se satura, debido a que
“carga de más y usa muy poco”. De ahí en más comienza a
centellear el espíritu y un sentido primario de la justicia comienza a
convencerlo, de que los “otros” también merecen poseer tanto como
él y no deben ser juzgados o condenados por la misma causa.
El sentimiento de altruismo, aunque inicialmente sea interesado,
se desenvuelve de a poco y la criatura comienza a donar lo que le
sobre o que le pesa de más en su patrimonio. Unas veces por
hábito, otras por sentirse dichoso de dar, el ser adquiere experiencia
y aclara su mente, alcanzando la meta del altruismo, sea porque el
espíritu siente satisfacción superior o pretende ingenuamente hacer
un “buen negocio con la divinidad”, pero en definitiva, lo hace en
forma pacífica y agradable.
Siendo así, el Maestro Jesús no se preocupó ni se preocupa en
“juzgar” o “censurar” al espíritu del hombre, que aún transita por el
curso del egoísmo en su peregrinar reencarnatorio, que es el
proceso iniciático y formativo de la conciencia espiritual, lanzada en
la corriente evolutiva de la materia planetaria. Es razonable y
también justificable que el hombre inmaduro practique injusticias
bajo los impulsos y hechos incontrolables de su intimidad
egocéntrica y animalizada, y nada de censurable se ve en ello. Pero,
para que el ser adquiera el sentido de la justicia, es evidente que
debe ser sometido a la rectificación de todo cuanto hace de injusto,
conforme lo disciplina la Ley del Karma.
En .verdad, no existe departamento de penalidades creado por
Dios, a fin de juzgar y condenar a los espíritus que pecan por las
injusticias cometidas, sino que esa Ley, en su pulsación impersonal
y responsable por la armonía y equilibrio del Cosmos, equilibra cada
cosa y cada ser en su frecuencia electiva, tal como el músico
desafinado es advertido por el Maestro, rara que retome el ritmo
armónico del conjunto orquestal. Que los pensamientos del hombre
sean deliberados o intempestivos, haya arrepentimiento sobre el mal
acto realizado o continúe siendo un insensible en el trato con la
humanidad, le cabe a la Ley providenciar el reajuste o eliminar el
defecto de la pieza desequilibrada de la pulsación armónica del
universo.
“SED PERFECTOS”56

Pregunta: ¿Qué relación científica existe entre las leyes del


Cosmos y el concepto de Jesús, cuando dice: “Sed pues vosotros
perfectos, así como vuestro Padre celestial lo es”?
Ramatís: Bajo tal concepto, Jesús invita al hombre terreno para
desenvolver y adquirir conscientemente las cualidades que son
permanentes en Dios. Sin lugar a dudas, para que el hombre sea
perfecto, necesita conocer y aceptar las leyes del universo, las que
dirigen y disciplinan todas las cosas y los seres en
perfeccionamiento.
El espíritu encarnado en la materia, para alcanzar la perfección,
necesita ajustarse espontáneamente a los principios universales, los
que derivan de la Ley Única y de la dirección del Creador. De otra
forma, el ser humano y las cosas de la vida proseguirían fuera del
ritmo evolutivo o ascensional, pues aislados de la Fuente Creadora
Divina, perderían el rumbo, tal como sucedería al navío que no
poseyera brújula. Bajo el amparo y la comprensión de esas leyes
evolutivas, el hombre alcanza con rapidez el curso definitivo y
placentero de la vida eterna.
Así como el cuerpo sano debe funcionar absolutamente
integrado a las leyes de la fisiología y la anatomía, el espíritu
perfecto refleja en si el ritmo armonioso de las leyes que equilibran
el propio Cosmos. Existe, por lo tanto, una perfecta relación entre
las leyes del Cosmos y el concepto evangélico del “Sed perfectos” y
consecuentemente, todos los hijos de Dios han de procurar ser
perfectos, cuando se ajusten integralmente a los principios menores
que se derivan de la Ley Mayor. La concepción moral de perfección
es una resultante natural de la dinámica perfeccionada de la Ley
Divina, es decir, de la parte al Total. Pregunta: ¿Cuál es la
concepción de perfectibilidad que el hombre debe tener cuando se
encuentra subordinado al ritmo
perfeccionado de la Ley Única y regente del Cosmos?
Ramatís: Es natural que debéis recurrir a los conceptos básicos,
relativos y conocidos en vuestro mundo físico, para poder deducir
comparativamente lo mejor posible del Absoluto. Si el animal
representa la fase primaria que proyecta y plasma la futura
configuración humana, el hombre, a su vez, es la fase primaria de la
concepción del “superhombre” o futuro ángel. Para vuestro
entendimiento, el ángel o superhombre debe ser la criatura
emancipada de las ilusiones, pasiones, caprichos y deseos que aún
lo atan a la materia. Ha de tener una conciencia, plena de
conocimientos, los cuales sean la suma de todas las experiencias
efectuadas en los mundos educativos del universo físico, libre de
problemas y deseos, que puedan imantarlo a la periferia de los
orbes planetarios. Nada debe atraerlo hacia el campo gravitacional
de lo físico, pues debe estar totalmente desligado de los hechos y
fenómenos de la vida humana, como si ellos jamás hubieran
existido.
En caso contrario y a pesar de situarse en los ambientes
paradisíacos, no usufructúa la ventura que el ambiente ofrece,
puesto que aún le laten en su mente los placeres, deseos y
pasiones de orden físico57. El ángel o superhombre es la entidad
que, en base a su liberación absoluta de los eslabones que pudieran
a atarlo a la tierra, se puede mover con pleno derecho en el tránsito
incondicional que ofrece el Cosmos, sin llegar a sufrir cualquier
atracción del mundo exterior de la materia.
Las leyes menores, derivadas de la Ley Mayor del Universo,
vibran en el mismo diapasón del macrocosmos, aunque
perfectamente ajustadas al ritmo de la vida microcósmica, a fin de
conducir a los seres y las cosas al perfeccionamiento programado
por el Creador. Es evidente, que a las almas sanas y sensatas,
ajustadas al ritmo armonioso del plano divino, que es toda
perfección, la Ley no las afecta en forma compulsiva e imperativa,
sino que lo hace de una manera suave e inspirativa. Debéis tener
muy presente que todo sucede tal cual accionan las leyes del
Cosmos; en el campo físico, cuando sucede el desvío de un simple
asteroide, implica un reajuste semejante en otra latitud cósmica, un
desajuste moral del hombre requiere un reajuste proporcional al
desvío ocasionado, a fin de que no suceda inconvenientes en la
función normal de la Ley Moral del Universo. La masa de agua
oceánica, que avanza y cubre periódicamente ciertas playas del
Atlántico, se equilibra armónicamente con la masa líquida, que
retrocede y aumenta la superficie de las playas antípodas del
océano Pacífico. Existe perfecta correlación de las leyes cósmicas,
con los principios físicos y morales que rigen los fenómenos y
acontecimientos de perfeccionamiento del hombre.
Pregunta: ¿Cómo debemos interpretar ese perfeccionamiento
del hombre, que se encuentra sometido a las leyes científicas del
Cosmos?
Ramatís: El superhombre o ángel, en verdad, es la etapa final
del curso del espíritu que se individualiza y emancipa en el seno de
la Divinidad. Es la llama consciente o centella sideral del Creador,
que sin desvincularse jamás de su fuente divina, sabe que existe y
siente en medio de la creación universal. Es el ser que, bajo la égida
de la Ley, alcanza la conciencia nítida de “sí mismo”, observa y vive
las síntesis de sus experiencias vividas en los mundos físicos, y
pasa a explicar su sabiduría y poder en la Creación, justificando lo
enunciado por Jesús: “Vosotros sois diosecitos”.
Es una realización superior del ser, que la Ley lo integra pacífica
y conscientemente al ritmo de la pulsación creadora,
comprobándose el aforismo que dice “El hombre es perfecto, como
perfecto es el Padre”. En su microcosmos, el espíritu consciente
despertó todas sus cualidades macrocósmicas del Creador; el reino-
microcósmico humano, en realidad, se fusiona con el reino
macrocósmico Divino.
Pregunta: Considerando que todo es acertado en el Universo, y
que “no cae un solo cabello de la cabeza del hombre, sin que Dios
no lo sepa”, ¿en qué momento el hombre sabe que es “más” o
“menos” perfecto, si no sabe nada sobre la perfección del estado
divino? ¿Cómo sabemos que el hombre alcanzó la perfección, si
desconocemos la base divina que nos pueda indicar la realidad
sobre la perfección?
Ramatís: Como estáis viviendo en un mundo primario y limitado
por las formas transitorias, como es la tierra, se justifica la gran
dificultad que poseéis para entender la naturaleza de Dios, si os
damos un ejemplo comparativo y deficiente en base a la vida
humana. Creemos que sería mucho más fácil para Einstein hacerle
comprender a un hotentote el esquema dinámico de la ley de la
relatividad que un terrícola pueda percibir satisfactoriamente la
verdadera contextura de Dios.
Ninguna concepción humana basada en los fenómenos y hechos
relativos al mundo físico podría explicar o dar a entender lo que es
la realidad divina en su esencia pura. En consecuencia, la
concepción sobre Dios evoluciona y se perfecciona conforme sea el
mayor índice científico e intelectivo del hombre. El más renombrado
filósofo y pensador de vuestro orbe, jamás podrá conceptuar la
naturaleza de Dios, puesto que lo único que podrá conjeturar es la
contextura de un Dios que posee enormes atributos, los cuales
según la evolución de su conciencia, imaginará elevarlos al infinito.
¿Qué idea han de tener los terrícolas de Dios, de aquí a dos o tres
milenios, tomando por base los conocimientos y las realizaciones
avanzadas, que prometen la tecnología y la ciencia, disciplinadas
por las computadoras en franca y veloz evolución?
En consecuencia y sin querer herir susceptibilidades en la
personalidad humana, tan orgullosa de su capacidad intelectiva y
científica, el hombre deberá conformarse en percibir más o menos la
dinámica que conduce o lo guía a la perfección, antes de querer
conocer la solución correcta sobre la misma. Por el momento debe
satisfacerle el slogan humilde y muy apreciado, que dice: “Dios es
Perfección”. Siendo así, la rosa que se entreabre en la plenitud de
su color y perfume, absorbiendo ávidamente la luz del sol creador,
es más “perfecta”, que el pimpollo que aún permanece cerrado
tímidamente y pugna por manifestarse en esplendorosos colores.
Quizá, en base a la dinámica del proceso que alcanza mayor
perfección, en el futuro, ¿no podría surgir otra rosa más perfecta?
Sin duda alguna, si la vida es eterna, eterna también es
la perfección, porque es el atractivo y la búsqueda con que los
hombres tratan de alcanzar eternamente la Felicidad.
Pregunta: Si Dios es la perfección, entonces el Diablo pasaría a
ser la base antípoda con que el hombre configuraría esa Perfección;
¿no es verdad?
Ramatís: En el proceso de perfeccionamiento del espíritu a
través de las vidas físicas, la Administración Divina estableció dos
campos opuestos, es decir, favorable o perjudicial. Quien se vuelve
un súbdito de Satanás, se estaciona y retarda su propia ventura en
lo que se refiere a su metamorfosis para alcanzar el estado de
pureza divina. El discípulo del Señor transita constantemente por la
senda de las virtudes, que subliman y enaltecen la conciencia
espiritual. Siendo así, quedó establecida la dinámica que acelera el
campo vibratorio del espíritu del hombre, como un proceso divino, y
“aquello” que retarda la evolución espiritual, apegada a la
fenomenología transitoria de la vida puramente animal. El ángel es
el producto de la sublimación del linaje animal; por eso tiene el
cuerpo de bronce y los pies de barro. La luz divina faculta a la
lámpara humana, proveyéndole el combustible inferior de la
animalidad. Por eso, un santo pudo haber sido un diablo, y un diablo
podrá llegar a ser un santo. Conforme lo hemos expresado en otros
pasajes de nuestras obras, Gandhi pudo haber sido igual a un Hitler,
y un Hitler, sin lugar a dudas, podrá llegar a ser un Gandhi, tanto
como el Cristo podría haber sido un Nerón, porque éste podrá llegar
a ser un Cristo.
Pregunta: ¿Existe alguna veracidad respecto al temido Lucifer,
que es tan temido por los religiosos, creyentes del Cristo y el
Infierno?
Ramatís: Es innegable que el tan temido Lucifer de la leyenda
católica debe sentirse en la actualidad como una entidad
“superfrustrada”, después de haber manejado recipientes de agua y
aceite hirviendo. Debido al sadismo y perversidad del hombre
terreno, que a través de la bomba atómica destruyó
120.000 japoneses en Hiroshima, en el más espantoso infierno
hasta ahora imaginado, inclusive con el efecto de las bombas
Napalm en su arrasamiento incendiario, el Diablo deberá desistir de
su macabra tarea, avergonzado de su ineficacia e impotencia para
atormentar a los pecadores, a través del fuego con olor azufre del
infierno. Después de tanta frustración y humillación, además de la
precariedad de su infierno anacrónico e incapacitado para atender y
castigar a la creciente cantidad de pecadores, que día a día
aumenta notablemente, es casi seguro que Lucifer debe haber
abandonado esa profesión primitiva y cansadora, ¡quedando
desilusionado por toda la eternidad!...
Pregunta: Aunque nosotros sepamos que sólo Dios puede
definir a Dios, sin embargo, nos agradaría saber cuál es el proceso
o diferenciación que distingue positivamente al hombre del
superhombre, y el animal respecto al ángel.
Ramatís: Aprovechando al máximo posible vuestros conceptos
intelectivos y dualistas, diríamos por ejemplo, que lo opuesto de
enfermo, malo, ignorante, feo, impuro o superhombre, nuestra
conceptuación terrícola sería, lo más sano, lo mejor, lo más sabio, lo
más bello y lo más puro del hombre, respectivamente. El mejor
entendimiento para esa distinción cultural y que sobrepasa el límite
de las concepciones humanas y posibles para la mente terrícola, es
considerar los vocablos que expresen lo “máximo” y superior sobre
la vida física. Es evidente que la concepción de lo perfecto exige
que su examen y comparación sean realizados sobre una base
“menos perfecta”, a fin de poder conceptuar lo mejor, por encima y
más allá de la base que nos sirve de ejemplo. Considerad como el
día más perfecto aquel cuya luz solar diafaniza las formas del
mundo y proporciona un espectáculo fascinante para los ojos, que
es capaz de activar las mejores y más sensibles emociones del
hombre. Entonces, el día “menos perfecto” ha de ser oscuro,
nublado, triste y frío, es decir, contrario al día antes mencionado.” La
rosa más perfecta es la que se manifiesta pujante en su
configuración, realzada en colores y muy perfumada, que se
entreabre rebosante de vida y usufructuando el sol cariñoso. Ella
entonces es perfecta comparándola con otras rosas, carentes de
color, perfume y belleza. Por lo tanto, el superhombre, o ángel, es el
hombre más perfecto, el que posee el máximo de conocimientos y
belleza posible, es el que está más allá de lo mejor que se haya
realizado y concebido en el mundo. En fin, es la criatura que alcanza
el grado más evolucionado y sublime de la realización espiritual. Es
la lámpara que proyecta la límpida luz, que aún dormita en lo
compacto de la piedra bruta. El superhombre o ángel es el resultado
de la liberación total, que el psiquismo alcanza sobre la materia. El
ángel es el espíritu puro, el señor absoluto de su voluntad y sin
tropiezo alguno para transitar por el Cosmos.
Pregunta: Tenemos conocimiento de que existe un proceso por
el cual se pierde la forma limitada de la materia, en el prolongado
camino de la perfección; ¿nos podríais ilustrar al respecto?
Ramatís: El mundo material, o de las formas, es inestable en
base al desgaste provocado por la constante polarización y fuga de
la energía, que se encuentra aprisionada o condensada en la
materia. Considerando que el estado normal de la energía es
cuando se encuentra en libertad y en plena actividad en su plano
afín, entonces, por analogía, diríamos que va perdiendo su “salud
energética” y se manifiesta en una condición enfermiza, al constituir
las formas compactas del mundo físico. Por lo tanto, existe un
constante cansancio en la vida material, un incontrolable y
permanente agotamiento, resultado de la fuga continua de la
energía aprisionada y que reduce el contenido de la misma,
soportado por la forma material.
Algunas substancias, como el uranio y el radium, de a poco van
perdiendo energía, debido a que tratan centrífugamente de retornar
a su estado de pureza y libertad. En la intimidad de la configuración
de los seres y de las cosas físicas, la ley de la energía acciona
constantemente a fin de que todo tipo de energía pueda liberarse de
cualquier conformación morfológica y aprisionante de los mundos
transitorios. La absoluta y eterna libertad de la energía es una
condición inalterable. De la misma forma, la Ley espiritual acciona
en el campo moral del hombre y va paulatinamente procesándole la
liberación del potencial de luz, que mantiene virgen, por ser la divina
herencia de Dios. En su constante evasión hacia la periferia, esa
energía clarifica, purifica y sublima al periespíritu imperfecto, hasta
transformarlo en la “túnica nupcial” citada en la parábola del “Festín
de la Boda”, lo cual significa, un simbólico y más perfecto traje
periespiritual.
Ambos fenómenos se asemejan: el estado animal, por el proceso
de la degradación va cediendo en favor del psiquismo, estado real y
definitivo, que lo supera cualitativamente. Aunque se destruye la
compacticidad transitoria de la forma, bajo la acción dinámica del
psiquismo, sin embargo, se va ganando y ampliando la capacidad
receptiva del espíritu humano, hasta alcanzar una mayor área de
conciencia sobre la Vida Real. Cuando más imponderable se vuelve
la entidad llamada “alma”, a causa de ir despojándose del residual
morfológico de los mundos físicos, aún más acentúa su poder por
alcanzar otros fenómenos del Cosmos, y consecuentemente,
también alcanza una mayor área de conocimientos sobre la
Realidad llamada Dios, y a su vez, su percepción es más
consciente.
Pregunta: ¿Queréis decir que la propia degradación de las
formas en los mundos físicos es más un índice de “transformación”
que de destrucción? Siendo así, ¿se justifica el viejo concepto de
Leibniz, que dice, “nada se crea, todo se transforma en la
naturaleza”?58
Ramatís: En verdad, la madurez es un estado normal en el
fenómeno de la vida transitoria y física, sea en el individuo, como en
las civilizaciones y pueblos, cuando alcanzan el máximo de sus
realizaciones, desaparecen en el vórtice de las inusitadas
transformaciones. Lo que aparentemente se deteriora o degrada
paulatinamente en las formas biológicas, no es más que el activa-
miento del psiquismo, en el esfuerzo por superarse, y que
consecuentemente evoluciona para estados más sublimes. Siendo
así, desaparecen las formas físicas y maduran las fuerzas del
psiquismo, por el debilitamiento del atavismo animal que mantiene la
tendencia hereditaria, pero que no puede imponerse al principio
espiritual superior.
Podría decirse que la vida grosera se disuelve en favor de la vida
superior, o la vida imperfecta en la perfecta, así como el abono se
desintegra en el suelo y recompone la belleza floral de la especie
superior. Bajo el aspecto o apariencia de la “degradación
energética”, la vida persiste, no existe extinción, puesto que termina
plasmando estados superiores, que son provistos por la misma
energía en fuga y expansión, bajo el aspecto de las formas físicas.
La vida morfológica comprobada por los cinco sentidos del hombre,
bajo la metamorfosis energética, alcanza dimensiones amplias y
precisas. El aspecto grosero de la materia se sublima en la forma
imponderable y superior, y acciona en un campo más dinámico de la
creación Cósmica. La disolución del hielo, comparativamente,
produce la imponderabilidad del vapor de agua, y a través de
nuevas transformaciones, alcanza el estado gaseoso, como son los
elementos simples hidrógeno y oxígeno.
Por eso, la vida parece más real, cuanto más simples son las
cosas y los individuos. Sea la piedra o el elefante, satisfacen más el
sentido visual y el tacto de los hombres, en base a sus formas
compactas y ostensivas. La visión humana se satisface de
inmediato con las formas densas y sólidas, aparentemente más
llenas de vida y menos vigorosas en su manifestación energética, a
pesar de ser aún la vida primaria y rudimentaria, mientras tanto, esa
predominancia o concepción del poder vital, que sacia plenamente
los sentidos humanos y exalta la morfología física, puede ser
desmentida científicamente, ante la comprobación de que el estado
puro de la energía, es aún más vivo, debido a que todo el potencial
es básicamente original y creador. La materia es estática y limitada,
mientras que la energía es dinámica y transformadora; la primera de
las transformaciones es lenta y limitada, y la segunda, rápida y
variada, en base a su mayor amplitud de poder y libertad.
“NINGUNO PODRA VER
EL REINO DE DIOS, SI NO
RENACIERA DE NUEVO”59

Pregunta: ¿A qué Ley Cósmica se refería Jesús cuando anunció


el concepto evangélico: “Ninguno podrá ver el reino de Dios si no
renaciere de nuevo?
Ramatís: Sin duda, el Maestro se estaba refiriendo a la Ley de la
Reencarnación, es decir, al principio equivalente a la Ley de la
Renovación del Universo. El vocablo “reencarnación”, en su correcta
aplicación, quiere decir “resurrección en la carne”, por lo tanto es un
hecho plausible en el mundo de los humanos y algo semejante a lo
que sucede en forma renovadora en el Cosmos.
A través de los campos de la manifestación, existe la disminución
de la frecuencia vibratoria de la energía original, para ajustarse
coherentemente a las transformaciones y características de la vida
física. En virtud de su naturaleza transitoria y limitada, la materia o
“energía condensada”, en sus respectivas transformaciones pasa
por varias etapas, conocidas como “nacer, envejecer y morir”. La
misma energía que promueve y condensa la configuración de los
mundos materiales, se “desmaterializa” nuevamente en la conocida
fase denominada “Noche de Brahma” y reorganiza otra vez, en el
“Día de Brahma”, que conforma un Manvantara o “Gran plano”.60
De esa forma, periódicamente sucede una verdadera
resurrección en el Cosmos, es decir, el advenimiento de nuevos
aspectos materiales, debido a la constante creación, así como
también, “desmaterialización” de los universos físicos en el eterno
metabolismo Divino. Existe un constante proceso de
“materializaciones” de universos, en cada etapa del “Día de Brahma”
y posterior desmaterialización de la energía condensada, en las
fases denominadas “Noches de Brahma… En realidad es una
verdadera “resurrección morfológica” que sucede en
cada Manvantara o “Gran Plano” que abarca todos los sectores
astronómicos y latitudes cósmicas. Siendo así, el fenómeno
conocido como “reencarnación”, o de “resurrección” en la carne,
enunciado por Jesús, es el renacimiento del espíritu en nuevos
cuerpos físicos, debiéndose entender que es un proceso similar,
tanto en la vida humana y su correspondiente equivalente en la Ley
de Renovación del Universo, que muy bien podríamos llamarlo
“Renacimiento Cósmico”. En un sentido más amplio, podríamos
decir que es la llama espiritual, resurgiendo con más limpidez de la
animalidad humana.
Pregunta: ¿Nos podríais dar algunos ejemplos sobre esa
“resurrección” que incide sobre los diversos sectores de la vida
terrena?
Ramatís: Es de sentido común que tanto el pino como el roble
son la “resurrección” vegetal de árboles semejantes, que se
extinguieron en otras etapas del mundo físico. Todos ellos volvieron
a reproducirse visiblemente, bajo el mismo aspecto vegetal, gracias
a las semillas que generaron anteriormente, las que conservan
latentes en su intimidad, la síntesis de las configuraciones de los
futuros árboles “reencarnados”. Bajo similar proceso, en el germen
de la procreación de los especimenes humanos existe también el
esquema del futuro hombre que ha de materializarse carnalmente.
En base a que el espíritu humano del hombre no alcanza en una
sola existencia la gloriosa angelitud y no percibe inmediatamente el
“Reino de Dios”, de ahí que necesita de muchas vidas físicas o
encarnaciones en diversos planetas de diferentes graduaciones,
para llegar a conclusiones verdaderas y reales sobre esa irrefutable
verdad. Lenta, sensata y conscientemente, el espíritu comienza a
graduarse para integrarse a la vida angélica, pero a través del
esfuerzo propio.
He ahí porqué Jesús anunció categóricamente, que “ninguno
podría ver el reino de Dios, si no renaciera de nuevo”, puesto que es
de Ley, que el espíritu a medida que se gradúa a través de las
lecciones educativas y físicas, también afina y sublima su
periespíritu.
Existe un sentido de “renovación” o “resurrección” constante, en
todas las latitudes del universo, y cuando el espíritu renace en
múltiples existencias en la tierra, comprueba a través del mundo
microcósmico humano, la similitud de una regla o principio, que
acciona en perfecta armonía con la Ley de Renovación del
Universo.
Pregunta: ¿La resurrección tan pregonada por la Iglesia
Católica, es el mismo principio cultivado por los espiritas, teósofos,
rosacruces, esoteristas, yogas, hinduistas y budistas, conocido
tradicionalmente como proceso reencarnatorio?
Ramatís: Existe alguna diferencia de apreciación sobre ese
punto, pues los judíos, a través de sus dogmas seculares,
consideraban la resurrección como que el alma regresaba al mundo
físico, pero pudiendo recomponer su antiguo cuerpo carnal, aunque
éste fuera desintegrado por la fauna y la flora de los sepulcros. Ese
dogma, en aquella época no era muy bien aclarado o entendido por
los mismos judíos, pues no sabían definirlo con la lógica de un
hecho común y racional.
Todo era vago y sujeto a muchas interpretaciones, dado que se
basaban en nociones incompletas e inciertas. Los judíos no tenían
conocimientos claros y exactos sobre la forma, de cómo el alma se
ligaba al cuerpo físico, tal como en la actualidad sucede con los
católicos. Ellos se conformaban, ingenuamente, con las respuestas
dogmáticas de sus sacerdotes, que aducían tratarse de un
“misterio” prohibido por Jehová. No conseguían precisar con
seguridad respecto al hecho o a la posibilidad de que el alma había
vivido en otros cuerpos en vidas anteriores.
Mientras tanto, aceptaban sumisos la idea de que el alma podía
resucitar en el día del Juicio Final y recomponer su viejo cuerpo, ya
“fallecido” y desintegrado en la tumbaAdmitían la insensata
posibilidad de reactivar o revivir los mismos átomos y moléculas de
los cadáveres, que se encontraban dispersos en los ambientes
fúnebres de los sepulcros, y resucitar en un organismo sano y
eficiente. Algunas veces, desconfiaban, y su lógica los llevaba a
comprender la realidad y posible reencarnación por medio de
nuevos cuerpos físicos. Mientras tanto, mezclaban comúnmente esa
lógica comprensión de un nuevo renacimiento carnal con la
posibilidad insensata de que el alma resucitara en la tumba y fuera
capaz de recomponer su organismo, desaparecido en las entrañas
del suelo.
En consecuencia, la resurrección divulgada por la Iglesia
Católica, en nada se asemeja a la resurrección admitida y cultivada
por las doctrinas reencarnacionistas. Sin lugar a dudas, el buen
sentido se opone a la aberración de que el alma pueda reconstituir
nuevamente su antiguo cuerpo carnal y utilizar el mismo material
orgánico disuelto e incorporado por la asimilación biológica a otros
organismos de la naturaleza. Es insensato materializar a quien ya se
encuentra “muerto” y sacrificar a los que se encuentran “vivos”.
La doctrina de la reencarnación es una concepción lógica,
porque no existe la desintegración de las formas vivas, para
reconstruir y revivir las formas muertas. Es nuestro espíritu quien
compone y dirige, sucesivamente, nuevos cuerpos generados de la
fuente inagotable de las substancias vivas, a través de la gestación
normal, en los vientres femeninos. Mientras el Catolicismo aún
admite la resurrección para el Juicio Final, o la ingenua concepción
judaica, que subentiende el retorno de la vida material ya extinguida,
la reencarnación comprende y demuestra, con seguridad racional, la
posibilidad que tiene el espíritu de volver a la vida física, pero sin
violentar o derogar las coherentes leyes de la Creación.61
Pregunta: ¿El concepto cristiano que dice “si el hombre no
renace del agua y del Espíritu”, se está refiriendo específicamente a
la regeneración del alma por el bautismo, conforme afirma la Iglesia
Católica?
Ramatís: Lamentablemente, los hombres no han sabido
interpretar correctamente los conceptos y principios de Jesús, que
además de su exhortación evangélica, ocultan, en su intimidad, la
síntesis sublime de las leyes del Cosmos-Bajo el simbólico concepto
de “si el hombre no renace del agua y del Espíritu”, Jesús intentaba
demostrar el valor fundamental que tenía el agua, símbolo creador
de la vida física, y considerada, en su época, uno de los cuatro
elementos principales de la formación del mundo. Además, el propio
Génesis enuncia que el “Espíritu de Dios era llevado y fluctuaba
sobre las aguas”, haciendo resaltar el agua como principio creador y
fundamental de la naturaleza material.
Bajo cualquier hipótesis, Jesús se estaba refiriendo
específicamente a la reencarnación, o sea, un acontecimiento
constante y creador del mundo, y no al bautismo, ceremonia o rito
que consagra a las personas en un momento religioso. Si un
hombre no renace del agua, es evidente que no tendría cuerpo
físico, puesto que el agua integra el organismo humano en un 70 %
aproximadamente.
Y si no renaciese del espíritu, indudablemente, que sería un
cuerpo sin alma. Quien renace del agua tiene cuerpo, y quien
renace del Espíritu es el dueño exclusivo de ese cuerpo. En esa
elucidación, Jesús quería distinguir la noción reencarnatoria de una
nueva vida, que ese alguien ya existió en otras vidas en cuerpo
material y en espíritu, y apenas pone en acción una nueva materia o
sustancia, para modelar un nuevo cuerpo físico.
Pregunta: Entonces, ¿de qué forma debemos entender el
concepto evangélico que dice: “El que es nacido de carne, carne es,
y el que nace de espíritu, Espíritu es?
Ramatís: Jesús siempre trató de resaltar el valor que posee el
cuerpo carnal, pues aunque es transitorio, es un instrumento
indispensable y valioso para que el espíritu alcance su
manifestación positiva y coherente en el ambiente del mundo físico.
Nos recuerda el caso del eximio violinista, que utiliza su instrumento
para expresar su talento musical. El hombre carnal no es una
entidad definitiva, puesto que es la personalidad humana modelada
en su configuración física. Es tan sólo un instrumento de expresión,
trabajo y aprendizaje del espíritu eterno; en fin, es la materialización
del acervo constituido por el periespíritu preexistente y sobreviviente
a la organización de la carne. El cuerpo humano, estructurado por
los elementos substanciales del mundo y vitalizados por la pródiga
presencia del agua, es un producto o vestimenta transitoria
modelada en el mundo tierra, que sirve al espíritu, pero no es su
identidad sideral definitiva. Siendo así, lo que es nacido de carne,
carne es, es decir, el cuerpo físico, limitado y transitorio, en el
tiempo y en el espacio, mientras que la real identidad del ser, en
verdad, es nacido del Espíritu.
Pregunta: El espíritu del hombre “desciende” o “baja” del mundo
oculto, donde vive, para encarnar en el cuerpo físico, ¿no es
verdad?
Ramatís: El espíritu eterno es inmutable, jamás abandona su
mundo espiritual. En verdad, se manifiesta a través de un cuerpo
modelado por su propia configuración periespiritual, milenaria y
original. En fin, se materializa por la aglutinación de átomos,
moléculas y substancias, que son heredadas de la ancestralidad
biológica de la familia, donde debe encarnar.
En cada existencia carnal, el periespíritu se manifiesta en el
mundo material, bajo la estructura anátomo-fisiológica hereditaria
del nuevo conjunto o agrupación familiar, en donde debe tomar
cuerpo. La contextura del periespíritu entonces, nos recuerda al
armazón de hierro de un edificio, el cual permanece siempre en
idénticas condiciones, sea cual fuere el aspecto exterior o las
divisiones internas que tuviere. La encarnación no quiere decir que
se pierda la identidad espiritual, ni que tampoco el espíritu abandona
su morada sideral, donde es eterno e indestructible. No se funde ni
se diluye en la composición de cada organismo físico, sino que
opera a través de su periespíritu y de las múltiples conexiones que
le proporcionan el camino para trabajar con éxito y a conciencia en
el mundo físico. La entidad espiritual, en esa disminución vibratoria,
va conformando los eslabones necesarios para accionar coherente y
eficientemente en cada campo subsiguiente, pero moviendo su
cuerpo carnal sin necesidad de abandonar el mundo espiritual
donde se originó.
En grosero ejemplo, podríamos decir, que el espíritu acciona a
través del organismo físico en el mundo material, así como lo hace
el conductor del automóvil, que lo dirige conforme a sus
necesidades, sin que por ello modifique su personalidad. El espíritu
se mueve en la tierra a semejanza del buzo, que desciende al fondo
del río, a fin de realizar una provechosa y difícil tarea. En esa
ocasión, es necesario olvidarse de los problemas que deja en la
superficie y necesita disponer toda su atención y vigilancia que
adquirió del mundo físico, para adaptarse al medio transitorio y
percibir en forma sensata la fenomenología terrena, la cual
propende para activar su evolución de conciencia en la presente
vida carnal.
El hombre no necesita morir físicamente, para sobrevivir en
espíritu. El espíritu humano es siempre la misma entidad, sea
encarnado o desencarnado. La muerte física es el desligamiento o
la interrupción de un servicio, en donde se cortan las conexiones
que comunican la voluntad, el deseo y el poder del espíritu sobre el
cuerpo carnal.
En suma, el cuerpo que es nacido de carne, continúa siendo la
propia carne, mientras que el Espíritu, que es “preexistente” y
“sobrevive” al cuerpo, permanece como Espíritu sin que haya
alteración alguna, en su esencia íntima. Las restricciones kármicas,
que funcionan como recursos para restablecer la armonía espiritual
en las vidas físicas, colocan momentáneamente a la entidad sideral
en una condición educativa y compulsiva, pero no la anulan, ni
reducen el acervo adquirido a través del tiempo y del espacio.
Pregunta: Bajo vuestro raciocinio, ¿qué interpretación se debe
dar al tema evangélico que dice: “El espíritu sopla donde quiere y
oye su voz, pero no sabe de dónde viene, ni adonde va; lo mismo
sucede con el hombre que es nacido del Espíritu”?
Ramatís: El Maestro Jesús comunica en esa conceptuación
evangélica, el poder ilimitado que posee el Espíritu, que al adquirir y
ampliar la conciencia de sí mismo, también dispone de sus poderes
divinos e incomunes. “El espíritu sopla donde quiere”, pero es
necesario que desarrolle su poder sobre el mundo transitorio y
limitado de la materia.
De esa forma se capacita para aplicar sus poderes
microcósmicos, tanto como le fuera posible abarcar el área cósmica
de su acción individual. Si se subentiende, que “el reino de Dios está
en el propio hombre”, consecuentemente, a medida que el hombre
multiplica sus experiencias y desarrolla su sabiduría y poder
creador, también usufructúa los valores divinos e intrínsecos de
Dios.
El Maestro, al enunciar que “oye su voz y no sabe de dónde
viene”, se refería particularmente a la tradicional búsqueda de Dios,
que el hombre tradicionalmente efectúa en su camino de conciencia
eterna. Las criaturas sienten, perciben o presienten, que existe un
poder absoluto y eterno más allá del hombre, cuya “Voz” podemos
oírla a través de la facultad sublime de nuestro espíritu, que es la
“Intuición”. Pero, difícilmente sabernos de “donde viene”, porque
jamás nadie pudo conocer o describir la naturaleza de Dios; por ello,
no saben de “dónde” proviene y hacia dónde va esa voz”. Todos
nosotros suponemos que existe Dios, pero ninguno sabe de dónde
“viene y hacia dónde va el Espíritu”.Y Jesús trató de advertirnos que
la carne es una cosa y el espíritu otra, porque el cuerpo procede del
cuerpo, más el Espíritu sólo proviene del Espíritu, que es eterno y
por ello sobrevive al cuerpo físico. Jesús nos confirma que la
existencia física no es más que una de entre tantas vidas físicas y
que encadena al espíritu en la rueda implacable de las
encarnaciones.
Pregunta: ¿Qué interpretación debemos dar al concepto que
dice: “El reino de los cielos es tomado por la violencia*, y son los
violentos los que lo arrebatan”?
Ramatís: Es evidente que Jesús no podía ser entendido por los
hombres de su época mesiánica respecto al contenido esotérico de
sus enseñanzas morales y científicas. Sin embargo, el hombre del
siglo XX que alcanzó el control sobre innumerables fuerzas ocultas,
como es la energía nuclear, inclusive el dominio de las
computadoras y robots, y últimamente la conquista de la Luna,
entonces ya puede ir percibiendo la contextura esotérica que existe
en la mayoría de los textos evangélicos. En la época de Jesús, el
materialismo dominaba y el espiritualismo era llevado a cuenta de
supersticiones y ritos cansadores, por lo cual sólo era posible
comprobar la realidad por medio de algunos iniciados
perseverantes, que sabían sobre la verdad absoluta, en que el
animal se transforma en hombre y éste, se sublima en ángel.
Jamás el Maestro sería entendido y tenido en cuenta, si
pretendiera exigir a su pueblo, la misma interpretación que hoy es
accesible al hombre moderno, enriquecido por el conocimiento
técnico y científico de la vida humana. “El reino de los cielos es
tomado por la violencia y son los violentos quienes lo arrebatan”, de
cuyas palabras Jesús estaba aludiendo con más propiedad a un
hecho científico de conversión o metamorfosis espiritual. Ello es el
fruto de una decisión inexorable, que sólo sucede a las criaturas
espiritualmente preparadas y decididas a romper las ataduras
inferiores, que aún prenden a su espíritu a las pasiones y vicios
generados por la imantación del cuerpo físico. El espíritu del hombre
realiza su ascenso lentamente, viviendo períodos espirituales, que lo
preparan por medie de las vidas carnales y educativas.
Comúnmente alcanza su definitiva liberación, en un momento de
súbita violencia, dominado por un sublime impulso; entonces rompe
el velo de la vida ilusoria de la animalidad. Nos recuerda a la flor,
que después de un largo período de gestación a la luz creadora del
sol, entreabre sus pétalos sin sufrir etapas graduales.
El concepto evangélico, que está en examen, nos recuerda
también el sentido que poseen todas las empresas y creaciones,
que después de vencer largos períodos de preparación y
maduración interiores, terminan alcanzando su meta, como
conquistadores que se posesionan de lo más apetecido. El espíritu
del hombre despierta y desenvuelve, vida tras vida, por medio de la
concentración íntima y del poder de síntesis de las experiencias
adquiridas, efectuadas en los mundos físicos, la conciencia sideral y
eterna.
Pregunta: ¿No es de sentido común que la Naturaleza no da
saltos?
Ramatís: Así como el animal presiente y desconfía cuando la
presa se mueve para huir de sus garras, las pasiones y los vicios
también atan al hombre cada vez que éste intenta zafarse de su
dominio negativo. Es necesario, entonces, que la víctima ponga en
acción todas sus fuerzas positivas, en un solo y arrebatador
esfuerzo, para romper los lazos poderosos de la animalidad. Casi
todas las conversiones santificadas de las almas pecadoras, o de
ricos que optaron por la pobreza liberadora, lo hicieron a través de
una súbita decisión, heroica y violenta.62 Es algo semejante al
prisionero, que rompe los barrotes de la cárcel y emprende su fuga
veloz. Aunque esa definitiva liberación la haya concebido y alentado
en su mente por mucho tiempo, lo cierto es que la metamorfosis
final se produce en forma instantánea, impetuosa y violenta,
justificando el concepto que dice: “El reino de los cielos fue tomado
por la violencia, porque sólo a los violentos les es posible
arrebatarlo”.
A pesar del buen sentido que el aforismo popular posee sobre
que “La Naturaleza no da saltos”, en cuyo curso despierta, crece y
perfecciona la forma, lenta y gradualmente, toda vez que se
comprueba una transformación rápida y beneficiosa, es notorio
como la violencia acciona el fenómeno. Cuando el cúmulo de
emanaciones peligrosas, saturan la atmósfera, entonces las
materias deletéreas originan la tempestad, que comienza su curso
sigilosamente, en silencio, pero de súbito, rompe violentamente en
medio de truenos y relámpagos, a fin de procesar su acción
purificadora.
Pregunta: ¿Qué nos podéis decir respecto a algunas religiones e
instituciones espiritualistas, cuyos adeptos consideran que el cuerpo
físico o la vida material es una forma de vida inferior e indeseable?
Los más rigurosos pregonan el culto exclusivo del espíritu y
anatematizan inexorablemente que la “materia no vale nada”.
¿Están en lo cierto?
Ramatís: Existen muchas nociones censurables por parte de
algunos credos religiosos, o de ciertas escuelas espiritualistas,
aunque su meta es combatir el excesivo racionalismo negativo de
los materialistas. Exaltan únicamente el Espíritu porque es la
entidad auténtica e inmortal, pero censuran incondicionalmente al
cuerpo físico como causante de los desequilibrios.
Es evidente que tales pastores, sacerdotes, adoctrinadores o
expositores espiritualistas no percibieron aún el verdadero sentido
del cuerpo físico que anima el espíritu del hombre. No es
propiamente un objeto o vehículo independiente del Espíritu, sino
que es la reproducción exacta del periespíritu a través de la cámara
de materialización, que es el útero de la mujer terrena. El organismo
físico, aunque posea características o trazos fisonómicos de la
ancestralidad, sin embargo, es la proyección material del Espíritu
eterno, manifestándose a través de su periespíritu.
De allí que expresa la voluntad, el deseo, el temperamento, los
sueños y las ideas de su dueño espiritual. No es un instrumento
aislado, que después de usado diariamente puede guardarse en un
armario. ¡No! Es el instrumento “vivo” que demuestra la naturaleza
periespiritual del hombre, el que se encuentra cubierto con un nuevo
ropaje carnal. Así como existe cierta semejanza entre pinos, cedros
y demás árboles de una misma familia vegetal, lo mismo sucede con
la uniformización física del espíritu encarnado y unido a la
consanguinidad de cierta familia. En base a esa ancestralidad
biológica, trae, en su aspecto anátomo-fisiológico, algo que
pertenece al conjunto carnal del cual se sirvió para conseguir su
materialización en la tierra. Y la semejanza física se acentúa en toda
la parentela, porque los miembros o unidades del conjunto son
atraídos por la fuerza de la afinidad espiritual, o imantados por
emociones y pasiones parecidas.
En consecuencia, es criticable el ingenuo concepto que poseen
ciertos espiritualistas y religiosos que, desconociendo la realidad
espiritual, aseguran que “la materia no vale nada”. Tal vez siguen
ignorando que las formas del mundo físico son verdaderos moldes
de energía condensada, como lo explicó Einstein, puesto que
exaltan al espíritu y condenan a la materia, que es la expresión
densa de la energía. Además, el espíritu no se modifica por el hecho
de cambiar de condición energética, tal como sucede con el
bandido, que no se vuelve un santo por cambiar de apartamento. El
espíritu, sea encarnado o no, sigue cultivando las mismas virtudes o
practica los mismos vicios inherentes a sus experiencias vividas,
porque manifiesta, a través de la carne, el acervo de su propia
personalidad que definitivamente lo conduce a la felicidad eterna del
ángel.
El hombre que tenga simpatía al color rojo o azul, que sea
católico o espirita, que aprecie el vals o la sinfonía, sea carnívoro o
vegetariano, jamás ha de modificar sus preferencias o simpatías,
por el simple hecho de vestir un traje de buzo y permanecer algunas
horas sumergido en el lecho del río. Es natural que, al regresar a la
superficie y quitarse el pesado traje de buzo, se ha de manifestar
con las mismas condiciones y aptitudes que tenía antes de
sumergirse. De la misma forma, el espíritu del hombre no se
modifica “interiormente” por el sólo hecho de vivir en determinada
escafandra de carne y huesos, a fin de sumergirse en el caudaloso
río de la vida física y terrena.63
Pregunta: En el caso que el hombre naciera imbécil, mogólico,
hidrocéfalo o con algunos miembros del cuerpo atrofiados,
¿debemos suponer que es el espíritu enfermizo quien produce la
materialización defectuosa a través de la carne humana?
Ramatís: El espíritu del hombre, en su esencia
fundamental y divina, es perfectamente sano, porque siendo una
centella de luz emanada de Dios, jamás podrá volverse enfermiza.
En el seno de Dios, el espíritu del hombre es la chispa virgen que en
cierto y determinado tiempo comienza a vibrar interiormente y
comienza, poco a poco, su individualidad por la mayor toma de
conciencia sobre su eterno existir. Entonces desarrolla la
sensibilidad y la noción de “saber”, tanto cuanto más participa y se
relaciona con el curso educativo de la vida material. Sin embargo,
en el curso para adquirir mayor conciencia sobre sí mismo y a su
vez conocimientos sobre el universo, el espíritu comete muchas
torpezas, propias de su inmadurez de conciencia. Pero, en base al
concepto de la Ley Divina que dice, que “no ha de perderse una sola
oveja del aprisco del Señor”, todo espíritu equivocado sufre su
reajuste y es corregido a tiempo, hasta que vibre armónicamente y
se integre definitivamente en el camino angélico.
A fin de facilitar la concietización del espíritu para distinguir los
valores “positivos” o evolutivos que resalten sobre los valores
“negativos” o contrarios al progreso, la Administración Sideral de la
tierra estableció que los primeros serían “virtudes” y los segundos,
“pecados”. Siendo así, todas las acciones creadoras y de
favorecimiento espiritual son las virtudes porque aceleran el
ascenso angélico de la persona, mientras que el lastre inferior de la
animalidad simboliza a los pecados, que deben ser superados. El
pecado, por lo tanto, es un estado de desequilibrio, un defasaje con
la Ley Suprema, mientras que la virtud significa la vibración en la
misma fase, para la metamorfosis sideral, que tiene por meta el
progreso.
Cuando el espíritu sobrepasa el límite del buen sentido, por la
práctica de actos nocivos, entonces causa el retardamiento
indeseable para su propio ascenso espiritual. Pero a medida que el
hombre toma conocimiento de “dónde procede y hacia dónde se
dirige” confiando sumiso en la voz interna que le intuye respecto a la
senda espiritual a seguir, entonces acelera sus pasos por el camino
de la ventura eterna. Cuando el espíritu cursa provechosamente el
ciclo educativo de la vida física, entonces genera un Karma de
efecto tranquilo, el que le proporciona, en el futuro, una vida
provechosa y pacífica. Pero si se equivoca o se rebela contra la Ley
de Seguridad Espiritual, necesita sufrir la rectificación compulsiva,
que le suprima los movimientos peligrosos y “pecaminosos” hasta
aprender a controlar las pasiones y vicios que lo imantan a la
materia y le impiden percibir la felicidad de la vida angélica.
Pregunta: Si el espíritu no es originalmente enfermo o
defectuoso, ¿qué razón existe para los nacimientos congénitos,
defectuosos y verdaderos “muertos en vida”, que pasan por el
mundo físico como si fueran momias desligadas del medio
ambiente?
Ramatís: El espíritu del hombre, en esencia, es una centella o
llama de luz que se encuentra vinculada a Dios, como la gota de
agua al océano. Por fuerza de su origen divino, jamás podrá
rechazar o querer eliminar de sí su naturaleza eterna. Al comenzar
su individualización o concientización en el universo, necesita
construir su personalidad para su debida acción y que lo identifique
en forma particular entre los demás seres del mundo. Cuando
comienza a relacionar su interior espiritual con el exterior energético
o físico de la vida, en los diversos planos y latitudes del Cosmos, a
fin de sentir y saber conscientemente, esa llama virgen y
luminiscente necesita de un mediador o vehículo de eficaz
comunicación.
Por medio de siglos y milenios de experiencias, efectuadas lenta
y constantemente, el espíritu va plasmando los eslabones de
comunicación, que en un “descenso vibratorio” le permiten accionar
en la lentitud vibratoria de la materia, y a su vez en su propio y real
campo espiritual. Por lo tanto, se trata de un instrumento de
intercambio con los fenómenos y acontecimientos que suceden en
su intimidad y también, en el ambiente a que se relaciona.
Manifestándose en sucesivas vidas físicas y planetarias, cada vez
más evolucionado y sensibilizado, el espíritu organiza ese ropaje o
centro eterno de conciencia, grabando y conformando el acervo de
su memoria en el tiempo y en el espacio, como si fuera un
indestructible y progresivo videotape. Tratándose de tan maravilloso
e inmortal organismo, que Allan Kardec denominó de “periespíritu”,
y que lo hemos explicado detalladamente en la presente obra,
inclusive en lo que refiere a los motivos que él genera, respecto a
las enfermedades congénitas y que pertenecen a las rectificaciones
determinadas por
la Ley del Karma, tan conocida por los reencarnacionistas. El
periespíritu, además de promover la configuración o aspecto
humano en torno a la centella espiritual y eterna, se transforma
definitivamente en el centro de todas las actividades del ser. Y,
partiendo de esa configuración humana, primitiva y grosera, milenio
tras milenio, sometida a constantes perfeccionamientos a través de
las más variadas energías del mundo físico y del reino espiritual,
entonces se sublima hasta alcanzar la belleza angelical,
consagrándose como una maravillosa lámpara viva, que emana
nítidamente de su intimidad eterna, ¡la luz divina!... He ahí porqué
en el “Festín de la Boda”, el periespíritu se consagra en la figura
fascinante y lucífera de la “túnica nupcial”, el vestido eterno del
Espíritu.64
LA TÚNICA NUPCIAL65

Pregunta: ¿Qué simbolismo tiene la mencionada “túnica nupcial”


en la parábola del “Festín de las Bodas”? ¿Jesús se estaba
refiriendo a algún derecho, privilegio o concesión divina, o se refería
a algún ropaje iniciático que el invitado debía usar?
Ramatís: La parábola indica perfectamente que el invitado o
participante al “festín de bodas”, debía tener la “rúnica nupcial”, o
sea, cierta credencial o estado espiritual superior, que le
proporcionara el derecho de asistir al banquete.
Así como en la tierra se acostumbra a festejar la finalización de
algún curso o se premia a alguien por una tarea meritoria, en la
parábola de Jesús sólo visten la “túnica nupcial” los invitados que
consiguieron una categoría o determinado prestigio espiritual. La
rúnica nupcial, en ese caso, además de ser un derecho personal,
define una elevada transformación espiritual en la intimidad del ser.
Pregunta: ¿Cómo se percibe en el “Festín de Bodas” esa
condición íntima e intrínseca superior del invitado, cuyos méritos le
dan el derecho a participar en el banquete divino?
Ramatís: Jesús explica en esa parábola que el rey pregunta al
intruso con cierro asombro: “¿Cómo entrasteis sin la túnica nupcial?”
La sorpresa del rey obedece al ver a alguien situado en aquel
ambiente de vibración excelsa, sin haber alcanzado la sublimidad de
la frecuencia vibratoria espiritual exigida para vestir la túnica nupcial.
Todos los invitados al banquete del rey podían permanecer
equilibrados en ese medio tan superior por causa de ser poseedores
de la túnica nupcial, es decir, que habían alcanzado la purificación
espiritual. Por tal causa llamaba la atención la presencia del “intruso”
por ser de graduación inferior y no vestir acorde a la tradicional
fiesta del rey.
Pregunta: ¿Nos podéis explicar con más precisión respecto al
espíritu y lo que se refiere a la túnica nupcial?
Ramatís: El espíritu humano es la centella o llama de luz, la
síntesis de todas las facultades creadoras divinas, es decir, la
miniatura del propio reino de Dios. En el Génesis (capítulo V, vers.
1) se enuncia que el “hombre fue hecho a imagen de Dios”, mientras
que el Maestro Jesús confirma el enunciado al decir: “Vosotros sois
dioses” y cuando dice; “Yo y mi Padre somos uno”. La túnica nupcial
mencionada en la parábola del “Festín de Bodas” es el ropaje del
espíritu que le da la configuración humana, pero en su última etapa
de perfeccionamiento en los mundos transitorios de las formas,
translúcidos e inmaculados posee la intensidad y pureza del ser
eterno. Es el producto de millones o billones de años de luchas,
equívocos, amores, odios, alegrías, tristezas, venturas, tragedias,
luces y sombras, hasta que el ángel del altruismo consigue eliminar
el animal del atavismo de los instintos de la carne.
Pregunta: Al mencionar la túnica nupcial, ¿estáis queriendo
simbolizar al periespíritu descrito por Allan Kardec en el Libro de los
Espíritus?
Ramatís: Es verdad, la túnica nupcial del “Festín de Bodas”,
corresponde al periespíritu enunciado por A. Kardec, en su libro
mencionado por vosotros,66 puesto que se trata del cuerpo o
vehículo inmortal que preexiste y sobrevive a la muerte del cuerpo
físico de la persona humana. Existe el “cuerpo carnal” y el “cuerpo
espiritual”, conforme decía Pablo de Tarso, pues en sus epístolas
mencionaba que el “hombre nuevo” se renueva por el espíritu,
debiendo substituir el traje roto, deteriorado por el “hombre viejo”
que todavía es esclavo de las fuerzas animales que dominan al
espíritu inmaduro en su vida física.
El periespíritu no es la resultante de las fuerzas vivas y
sublimadas sino la fiel expresión de la voluntad y del pensamiento
del espíritu inmortal. Además de ser el vehículo que envuelve,
configura e identifica a la llama espiritual, va más a lo profundo,
pues lo interpenetra onda por onda, vibración por vibración. A través
de las sucesivas materializaciones en los orbes físicos, el
periespíritu, bajo la acción purificadora del dolor y el sacrificio, del
estudio y de la experiencia de la vida física, deja los
residuos y adherencias durante el intercambio íntimo y con el
exterior. Finalmente, cuando éste se purifica y alcanza la
diafanización y la condición maravillosa de la figura alada, liberada
de cualquier influencia inferior, entonces posee la imagen radiante y
fascinante de la “túnica nupcial”, tan bien descrita por Jesús en la
parábola del “Festín de Bodas”.
Pregunta: Perdone el hermano Ramatís nuestra reiteración
sobre el caso de la Túnica Nupcial para definir terminantemente su
aspecto específico; Jesús al mencionar la “túnica nupcial” “¿no se
estaría refiriendo a otro cuerpo o vehículo espiritual que el hombre
aún desconoce?
Ramatís: No tiene importancia respecto a la terminología usada
por Jesús en la descripción de la túnica nupcial en el “Festín de
Bodas”. En verdad, se estaba refiriendo al cuerpo inmortal, el que
interpenetra y envuelve al espíritu del hombre, en forma
independiente del cuerpo carnal.
Kardec prefirió llamarlo periespíritu, o sea aquello que envuelve
al espíritu, aunque ese cuerpo inmortal ya era reconocido /en otras
edades y bajo otro aspecto denominativo. Además, el periespíritu no
es un descubrimiento o concepción exclusiva de Allan Kardec,
puesto que es un vehículo superior, complejo e indestructible,
conocido hace muchos milenios por los iniciados, magos y
sacerdotes de la antigüedad. Paracelso lo llamaba “cuerpo sideral”,
Pitágoras, “carro sutil y luminoso del alma”; los hindúes lo conocían
como “linga sarira”; los atlantes, como “nube de luz”; los chinos
decían poéticamente que era el “árbol de las llamas”, y los egipcios,
“Ká”, o doble del hombre. Los caldeos mencionaban la “corona de
fuego”; los esoteristas, teósofos y yogas lo denominaban el “cuerpo
causal”; los tibetanos, el “doble de luz”; Pablo de Tarso lo cita como
“cuerpo espiritual”,
y. los viejos ocultistas lo preferían como “ego trascendental”. La
Iglesia Católica lo acostumbra llamar “alma”, la cual, siendo virtuosa
va hacia el cielo, y la pecadora “cae” en el infierno, lo que implica
una idea de un cuerpo sujeto a la ley gravitacional, cuya ascensión o
caída depende específicamente de su magnetismo, consecuente a
su peso por causa de ser más o menos denso.
Además, los ocultistas, en sus investigaciones sobre el mundo
oculto e invisible, para tener una mejor didáctica esotérica prefieren
subdividir el conjunto periespiritual en “cuerpo mental” y “cuerpo
astral”, dado que así definen y destacan el intelecto de la
manifestación puramente emocional del sentimiento, deseos y
pasiones. Mientras tanto, cuando Allan Kardec describió el peri-
espíritu aclaró que se trataba de un cuerpo fluídico o vaporoso, que
trasciende a la materia por ser imponderable. Todavía, en su
descripción algo personal, en nada altera o contraría la idea íntima y
fundamental de tratarse de un vehículo inmortal, que preexiste y
sobrevive a cualquier fenómeno inherente a la vida física.
Pregunta: ¿Podríais exponernos otras consideraciones sobre el
espíritu inmortal del hombre, y si aún necesita de otro vehículo
intermediario, como lo es el periespíritu y que le permita accionar
entre el mundo físico y la vida espiritual?
Ramatís: Así como el hombre necesita de un traje especial o
protector, como la escafandra, para movilizarse en el fondo del río,
el espíritu también necesita del traje periespiritual para relacionarse
lógica y sensatamente entre el mundo espiritual y el ambiente físico
de la tierra. El espíritu es la llama o la luz, es decir, la conciencia
“micro-divina”, mientras que el periespíritu es el vehículo de contacto
y comunicación con el medio exterior. Sin el vestido espiritual, el
espíritu sería apenas la esencia de la luz, algo semejante a un foco
luminoso sin tener una configuración definida e imposible de
identificarlo por separado.
El ángel, como una entidad de elevada vibración sideral, sería el
invitado al “Festín de Bodas” del Señor. Su periespíritu inmaculado y
pletórico de luz, simboliza la figura de la túnica nupcial, totalmente
desimantada de la influencia de la materia y afectada al ambiente
paradisíaco de la eterna existencia venturosa.
Allan Kardec, en el Libro de los Espíritus, capítulo I, “De los
Espíritus”,67 explica que el espíritu del hombre es una especie de
llama, centella o claridad etérica de luz inmaterial, que se manifiesta
configuracionalmente en el ambiente donde vive, gracias a su
envoltura inmortal, conocida por periespíritu. Ese periespíritu es el
responsable por la conformación humana, aunque sea el vehículo
sutil del espíritu sin forma.
En la época de sus investigaciones espirituales, Allan Kardec se
vio obligado a hacer una descripción más primaria o generalizada
sobre el periespíritu, a fin de evitar que la doctrina del Espiritismo,
recién nacida, frágil y discutible, pudiera sufrir el ridículo bajo la
metralla sarcástica del academismo materialista y el ambiente
fanático del clero, poderoso en aquella época. Además, la tesis de
un organismo imponderable, portador de sistemas y órganos
fluídicos semejante a los humanos y que por otra parte es capaz de
moverse y accionar en el mundo celestial, hubiera sido aprovechado
por lo® zumbadores de la época y aplicado en las críticas
desairosas por parte de los adversarios de la doctrina espirita. En el
siglo pasado, salvo algunos iniciados y ocultistas más osados,
ninguno podría creer en un organismo invisible y fluídico, como lo es
el periespíritu, cuya estructura trascendental y avanzada desmerece
a la más compleja y poderosa de las usinas que posea el mundo
material.
Sin embargo, en la actualidad, gracias al conocimiento científico
del hombre moderno y de su penetración en el campo de las fuerzas
ocultas, a través de aparatos electrónicos de elevada sensibilidad;
ya es posible concebir la realidad sobre el periespíritu inmortal,
cuyos sistemas y órganos suprafísicos no tienen posibilidad de ser
igualados por cualquier instrumentación del mundo material. El fácil
manejo de la radio, TV., magnetismo, radar, ondas ultrasónicas,
rayos infrarrojos y ultravioleta, control remoto, tratamiento genial con
el rayo láser, y aun los perfeccionamientos alcanzados en la
aplicación y desintegración atómica, facultan al terrícola para operar
positivamente en el reino de las fuerzas invisibles y, de esa forma,
concebir la lógica de una vida poderosa y definitiva, más allá; de la
transitoria vida terrena.
Además, cualquier estudiante secundario bien esclarecido sobre
los principios comunes de la física y de la electrónica, muy bien
puede concebir la complejidad anatomo-fisiológica del peri-espíritu,
como un hecho lógico e inmortal. Siendo así, lo que no pudo ser
dicho y expuesto por Allan Kardec en la época de la codificación
espirita, hoy puede ser asimilable por cualquier ciudadano. Además,
después de expuesta la teoría de Einstein, la misma ciencia prefiere
quedar callada, puesto que la materia no pasa de ser “energía
condensada”.
Pregunta: ¿Os sería posible describirnos el periespíritu en sus
divisiones o sistemas más importantes?
Ramatís: En base a la naturaleza específica de esta obra y
debido a la falta de espacio para elucidar minuciosamente lo
referente al periespíritu, sólo podemos ofreceros algunas breves
nociones orientadoras.68
El periespíritu, aunque sea un organismo imposible de ser
comprobado por medio de los sentidos físicos, sin embargo posee
todos los órganos y sistemas adecuados para producir o manifestar
los fenómenos similares a los de la vida física. Siendo así, existe en
su complejo metabolismo trascendental una única dirección, la cual
se subdivide en varias estaciones o subestaciones periespirituales a
fin de controlar y desenvolver, desde el campo magnético, lo
referente a la luz y el color, así como también, los sentidos del
olfato, paladar, audición y coordinación de la palabra verbal y
hablada.
La vida mental y emotiva del hombre se alcanza gracias al
complejo y avanzado metabolismo, que le confiere el poder de la
memoria, así como también, el poder de grabar el acervo de sus
experiencias pasadas. Sin embargo, es la mente la que proporciona
al espíritu desencarnado el poder de trasladarse tan velozmente
como el pensamiento, hacia las regiones distantes como a las
latitudes diferentes de la región sideral. En lo que se refiere
únicamente al equipo mental del periespíritu, le exigiría muchos
siglos al hombre más estudioso y sabio conocer el 10% de su
fabulosa estructura. Es un maravilloso instrumento de conexión
entre el reino divino y el mundo material, siendo el periespíritu el que
proporciona las posibilidades para que la vida psíquica se plasme en
prodigiosas configuraciones humanas, y que ha de permitir, en el
futuro, la sublimación de los hombres en ángeles.
Pregunta: Desearíamos conocer algunos datos sobre los
sistemas u órganos responsables por los diversos fenómenos de la
vida de relación del periespíritu; ¿nos podéis atender?
Ramatís: Es evidente que el hombre piensa, desea, siente, se
emociona y acciona en dirección a cierto plano o campo de su vida
mental emotiva. Por lo tanto, es natural que su equipo peri-espiritual,
es decir, el más importante organismo de su individualización
psíquica en el seno de Dios, también sea dotado de sistemas y
órganos, que sean tan eficientes como para expresarse
sensatamente’ en su condición espiritual. Cada pensamiento, actitud
mental, emoción o sentimiento, produce diferentes acciones
periespirituales en su intimidad, a fin de manifestarse y ser
comprendido por los demás, como estar acorde a su conciencia en
vigilia. Sin lugar a dudas, conforme a la naturaleza superior o inferior
de cada acción periespiritual, ha de saberse lo que respecta a la
conducta pasional o capacidad intelectiva del espíritu operante. Es
lo que recuerda Pablo de Tarso cuando se refería intencionalmente
a las “nubes de testimonios”.
La ciencia terrena cada día se deslumbra y asombra ante la
complejidad del cerebro físico, que considera el centro de la
inteligencia humana. Mientras tanto, es el “transmisor” de la
inteligencia y facultad absoluta del espíritu inmortal. A pesar del
esfuerzo loable de los científicos humanos en la investigación del
cerebro humano, muy poco están sabiendo sobre los circuitos
invisibles, las reacciones químicas y corrientes eléctricas cerebrales,
que sobrepasan a la capacidad de un millón de computadoras. En
función del avanzado y sutilísimo aparato de manifestación de la
vida espiritual, a través del cerebro fluye y se expone hacia el
mundo físico, apenas una diminuta cantidad del fabuloso contenido
que posee el periespíritu eterno.
Consecuentemente, el periespíritu o túnica nupcial, después de
ultimar el proceso de afinamiento y consolidación a través de las
acciones y reacciones en el contacto con la materia, es un
organismo que preexiste y sobrevive al cuerpo carnal después de
cada materialización del espíritu sobre la superficie de cualquier
mundo físico. Mas él está dotado de órganos y sistemas que le
aseguran un metabolismo de fisiología propia. Se trata de un cuerpo
que es capaz de atender las constantes exigencias íntimas del
espíritu. Sin embargo, la individualización exige la sucesión de
millares, millones, billones y hasta trillones de años del simbólico
calendario terreno. Un cuerpo vaporoso y tan sencillo, como lo
definió A. Kardec, forzado por las circunstancias adversas de la
época, no podía circunscribirse a un rudimentario embrión fluídico
humano, ¡a delinearse sin rumbo fijo en el portentoso mundo
espiritual.69
Pregunta: ¿Os sería posible definir para nuestro entendimiento
humano, algunas nociones un poco concretas, de esos sistemas y
órganos, que conforman el conjunto inmortal del periespíritu?
Ramatís: Sin lugar a dudas es lo que estamos tratando de
conseguir en nuestras comunicaciones, en lo referente a esa
configuración del metabolismo periespiritual. Sin embargo, debemos
reconocer la lógica deficiencia que tenemos para explicaros el
fenómeno por medio de las leyes del mundo denso, dado que
debemos enfocar el campo sutil del mundo espiritual, a través de
figuras y ejemplos que son extraídos de la vida efímera de la
materia. En verdad, desde la antigüedad milenaria de los Vedas, el
periespíritu era conocido como un complejo equipo, que estaba
dotado de varios sistemas o vehículos que atendían las diversas
necesidades íntimas y operacionales del espíritu eterno.
Resumidamente explicamos, que el periespíritu primeramente
concierne al “cuerpo mental”, o sea el centro de operaciones, el cual
aglutina, dinamiza y utiliza la sustancia mental del medio ambiente,
para que el espíritu raciocine. Le sigue el “cuerpo astral” o vehículo
astralino, que es el responsable por la manifestación de las
emociones humanas, sentidas por medio del organismo carnal.
Finalmente, el conjunto periespiritual, que es el binomio “mente-
emoción”, voluntad-deseo”, pero conformando un cuerpo definido,
que no abandona el mundo espiritual en base a su altísima
vibración.
En lo que respecta a los diversos órganos y sistemas que
componen el cuerpo periespiritual, es parecido a lo que sucede con
el cuerpo físico, los cuales serán motivo de estudio en nuestra
próxima obra, la que atiende a las muy variadas necesidades del
espíritu en su intercambio con el mundo material. Y como el
periespíritu es la síntesis de las cualidades del espíritu que lo
gobierna, entonces se reflejan las virtudes como los pecados, las
cualidades como los defectos. Es un organismo diáfano y luminoso
en las criaturas bienhechoras y evolucionadas, pero oscuro, grosero
y compacto en los seres primitivos y salvajes. En baja frecuencia, es
cual traje compacto que poseen los primitivos seres de las cavernas,
pero después de sublimarse a través de muchísimos siglos, alcanza
la resplandecencia definitiva del ángel, es decir, la túnica nupcial.
Cuando el periespíritu opera en frecuencias o fajas vibratorias
muy elevadas, se le observa como si fuera un tejido claro, sedativo,
de muy buen color y agradable perfume; pero, bajo la acción mental
pecaminosa de la cólera, crueldad, avaricia, envidia, celos, odio o
sadismo, se presenta manchado por colores oscuros, grasoso y
espesos, cuyo aspecto repulsivo manifiesta una temperatura helada
y olor nauseabundo. Al igual que una lámpara cristalina, el
periespíritu transmite mayor cuota de luz cuando el voltaje es
equilibrado, y todo lo contrario, cuando el ambiente es bajo y la
frecuencia de poca intensidad, lo que permite una luz apagada y de
escasa utilidad. Mientras Nerón no alcanzaba a irradiar un solo hilo
de luz a su alrededor, Jesús podía iluminar el Monte Tabor, en su
indescriptible transfiguración bíblica.
Pregunta: ¿Decís que el periespíritu preexiste y sobrevive
después de la muerte del cuerpo físico? ¿Podríais exponernos
algunos detalles sobre su naturaleza inmortal?
Ramatís: Os recordamos nuevamente que el periespíritu no es
un cuerpo vaporoso o gaseoso, como la enunció A. Kardec en
el Libro de los Espíritus, puesto que se trata de un psico organismo,
complejo, que se perfecciona y purifica paralelamente a la evolución
de la conciencia del espíritu, que se desenvuelve en el seno del
Cosmos. Además, el periespíritu es la matriz fundamental, el modelo
que materializa al cuerpo físico del hombre, en sus múltiples
encarnaciones. ¡Es el arquetipo de cada ser humano!
A través del vientre femenino, el que nos recuerda a una
verdadera “cámara de materialización”, el periespíritu conforma la
estructura de su cuerpo carnal, absorbiendo, distribuyendo y
reorganizando la sustancia que recibe por vía hereditaria de la
nueva familia, disciplinada por las conocidas leyes de la genética
humana. El periespíritu, a través de las vidas sucesivas, se vuelve
más sutil, sea en base al sufrimiento humano, que sensibiliza y
purifica, o por medio de la acción sublime y creadora, o bien, por el
conocimiento adquirido. Las energías que “descienden” del mundo
angélico, en permanente filtraje por la contextura del periespíritu
humano, entran en fusión con las fuerzas agresivas que suben de la
vida animal, de cuyo encuentro vibratorio, de a poco, se decanta el
residual inferior en favor del principio espiritual superior. Bajo tal
metabolismo creador y simultáneamente selectivo, el periespíritu
humano se ajusta a la frecuencia vibratoria angélica, hasta liberarse
definitivamente del magnetismo gravitacional que procede de la vida
animal.
Pregunta: ¿Cuál es el aspecto definitivo que presenta el
periespíritu después de la desencarnación?
Ramatís: El periespíritu es un cuerpo muy sutil y de gran poder
de conformación, según sea la mente espiritual que lo conduce,
pues si se trata de un espíritu de capacidad creadora y de poder de
conducción, se amolda fácilmente a la idea de la mente
evolucionada. Pero los estados pecaminosos y negativos del alma
forman también una contextura. periespiritual que llega a
caracterizarse bajo los estigmas de los aspectos animales, como
son la fisonomía equina, bovina, leonina, simiesca y hasta de
conformaciones ofídicas. El semblante del hombre se asemeja a la
pantalla cinematográfica, que proyecta, todo aquello que pasa por
su mente, representando los estados del alma sublime, o bien,
manifestando las tendencias animalizadas. En verdad, esa
plasticidad, que bajo las líneas de fuerzas proyectadas desde la
intimidad espiritual, producen tales estigmas en el rostro humano, es
tan solamente la materialización exacta de lo que es una
estratificación periespiritual.
Naturalmente, en cada nueva encarnación, el periespíritu en su
reducción fetal pierde el aspecto familiar y hereditario de la vida
anterior, a fin de absorber y materializarse con las sustancias
nuevas y heredadas por el nuevo grupo sanguíneo donde resolvió
nacer. De ahí el motivo porqué los hombres presentan “tics”,
temperamento y manías que aportan el atavismo de determinada
familia, porque el nuevo ropaje carnal, materializado por el
periespíritu, trae cierto condicionamiento instintivo que acciona por
la línea de la ancestralidad biológica. El periespíritu siempre es la
misma base, fundamental e indeformable que se materializa de
acuerdo con el tipo de sustancia viva que le sirve de revestimiento
en el mundo material. Aunque el hombre presente aspectos, color,
estatura o temperamento que definen un cierto tipo de conjunto
familiar, en su intimidad periespiritual se mantiene la individualidad
forjada a través de los milenios, la que siempre ha de imponer algo
de su estructura adquirida en el tiempo y el espacio.
Después de la muerte del cuerpo físico y bajo cualquier hipótesis,
el periespíritu siempre retorna a su estatura de adulto y auténtica
vida espiritual en el Más Allá de la tumba. Las criaturitas
desencarnadas continúan creciendo, mejor dicho, despiertan de a
poco de la forma reducida con que desencarnaron en la tierra. Los
espíritus más capacitados mental y espiritualmente, pueden ejercer
su voluntad y se liberan prontamente de la limitación infantil,
después de la muerte física. Respecto a las almas menos
evolucionadas, sólo les resta aguardar el proceso común, que en el
Espacio rige el fenómeno de la metamorfosis infantil para la figura
adulta.
Pregunta: Durante la encarnación, ¿el periespíritu acciona fuera
del organismo carnal, o lo interpenetra desde las primeras
providencias para nacer?
Ramatís: A fin de que el espíritu se encarne nuevamente en el
mundo físico, necesita someterse al proceso inverso de reducir su
forma periespiritual adulta, hasta plasmar la forma de un feto. Antes
de alcanzar esa reducción fetal todavía trae el aspecto fisonómico
heredado de la familia a que perteneció en la vida anterior. Esa
apariencia se diluye en el proceso de la nueva materialización
carnal, en que pasan a predominar los ancestrales biológicos de los
nuevos progenitores, los cuales se ajustan consanguíneamente.
Después de alcanzar la reducción y la configuración exacta de un
feto periespiritual, es que recién puede ser “encajado” en el vientre
del periespíritu de la mujer terrena, en el cual, el molde reducido y
ajustado comienza a proveerse de las energías “etéreo-físicas”
heredadas de la nueva familia terrícola, y disciplinadas por las leyes
de la genética humana. Transcurridos los nueve meses de la
gestación normal, o en algunos casos a los siete, por nacimiento
prematuro, el feto periespiritual encajado en el útero del periespíritu
de la mujer, se le ve ocupando totalmente el útero físico, es decir,
materializado y percibido por los sentidos físicos.70
Pregunta: Dado que se trata de entidades preexistentes a sus
propios nacimientos físicos y que se reducen periespiritual-mente
para conformarse materialmente en el vientre femenino y materno,
¿por qué existen diferencias anatómicas v fisiológicas que son
específicas y hereditarias del atavismo biológico de cierta familia, en
vez de ser la configuración auténtica del periespíritu antes de nacer?
Ramatís: Conforme explica la ciencia genética del mundo, la
constitución del hombre es el procesamiento y el producto de la
combinación de ciertos tipos de pares de genes característicos, que
accionan y son oriundos de los progenitores físicos. En
consecuencia, los genes serían los exclusivos responsables de las
deformaciones, taras, insuficiencias mentales y otras anomalías
congénitas, incluyendo la configuración sana y correcta del cuerpo
físico. En el futuro, los científicos terrícolas podrán comprobar que
los “genes” son exactamente las partículas o probabilidades de la
vida física, que funcionan entre los límites del mundo material y
espiritual. Siendo así, donde termina la última vibración del reino del
espíritu eterno, comienza la primera oscilación o inicio de la vida del
mundo físico, cuyos genes palpitan como eslabones, conexiones o
vínculo que detonan el proceso creador del hombre.
El espíritu del hombre, al encarnarse, dispone de la cantidad y
calidad de los “genes” que le proporcionarán un tipo de organismo
físico, tanto como sea su capacidad, habilidad, talento o graduación
espiritual de agrupar favorablemente o no, su base genética. Por lo
tanto, no es una formación accidental la buena o mala combinación
de los “genes” superiores o inferiores que proporcionará el tipo sano
o enfermizo de la organización carnal del hombre. En verdad, los
“genes” sólo se agrupan dependiendo de la influencia íntima del
periespíritu, que de modo específico los aglutina para después
desencadenar el proceso creador de un nuevo cuerpo físico.
Así le sucede al constructor que sólo puede edificar conforme a
los materiales que tiene a su disposición, aunque éstos no fueran de
su total elección; lo mismo sucede con el espíritu encarnante, que
modela y construye su edificio de huesos, nervios y músculos
acorde a los tipos de cromosomas buenos o malos de procedencia
hereditaria. Como la ciencia aún no dispone de un aparato
supersensible para la fenomenología del metabolismo periespiritual,
de ahí que no puede percibir lo que sucede detrás de la genética
física. Consecuentemente, necesita formular y exponer sus
soluciones a partir de los límites donde consigue alcanzar sus
conocimientos o últimas investigaciones, es decir, entre los
cromosomas y genes. Indudablemente, si el electricista desconoce
la naturaleza de la electricidad que proviene de la usina, sólo a él le
toca estudiar y después conceptuar su tesis sobre el origen de la luz
de la lámpara, a partir de la genética de sus filamentos.
En verdad, el espíritu eterno acciona a través del vehículo
periespiritual, que imprime el impulso inicial y selectivo para
combinar los “genes” y la consecuente fusión en los cromosomas.
Siendo así, se particulariza una organización carnal en perfecta
elección a su condición psíquica y acorde a su acervo, superior o
inferior, realizado en el tiempo y el espacio. Lo cierto es que los
espíritus de naturaleza elevada, como Jesús y otras entidades de
reconocida espiritualidad, accionan periespiritualmente en forma
muy armónica durante la gestación física, puesto que preparan y
agrupan los mejores elementos genéticos a fin de plasmar
organismos perfectos y sanos. Se sabe que existe cierta
predominancia de individuos sanos sobre un porcentaje de
enfermos y que se atribuye a los ancestrales biológicos, cuyos
genes son saludables como causa de tal determinismo; mientras
tanto, la propia ciencia comprueba que de padres sanos pueden
nacer hijos imbéciles y teratológicos, y en sentido inverso; existen
progenitores enfermos y primarios que procrean descendientes
saludables e inteligentes! Sin lugar a dudas, todo ello sucede por
causa de un conjunto de acciones kármicas espirituales,
periespirituales, genéticas y de las necesidades evolutivas de los
reencarnantes y de la respectiva familia. Cada hijo es el producto de
esas variadas consecuencias que determinaran la selección de la
carga energética en juego para elaborar el cuerpo físico.71
Los espíritus estigmatizados en el pasado por acciones
pecaminosas, víctimas de pasiones violentas y esclavizados a los
vicios perniciosos, cuya voluntad espiritual sólo responde a las
acciones absolutamente instintivas, es el detonador, se podría decir,
para nacer en el futuro con estigmas indeseables.
Pregunta: ¿Cómo se efectúa el proceso de reducción del
periespíritu hasta alcanzar la forma fetal y, consecuentemente,
encajar en el vientre femenino de la mujer terrena?
Ramatís: A medida que el espíritu se emancipa en base al
desarrollo de su conciencia, a través de las experiencias recibidas
en las vidas sucesivas, por consecuencia, adquiere mayor
percepción de su realidad espiritual, por lo tanto progresa,
desenvuelve la voluntad y aumenta el poder creador. Cuanto más
controla su mundo espiritual, más capacidad adquiere para gobernar
su propio destino. En consecuencia, existen espíritus capaces de
dirigir personalmente el fenómeno de su encarnación desde los
primeros momentos de su “auto-reducción” periespiritual.
Bajo el proceso de auto hipnosis, es posible que el candidato a la
encarnación reduzca, achique o encoja su periespíritu desde su
peculiar configuración adulta, que aún posee de su última
reencarnación física, hasta alcanzar la forma fetal y caber en el
útero periespiritual de la mujer terrena.72
Pregunta: En el caso de los espíritus que no tienen experiencia
alguna o que se encuentran incapacitados para ese “auto hipnosis”,
¿cómo se procesa la reducción periespiritual?
Ramatís: Los espíritus menos evolucionados mentalmente y de
poca voluntad, necesitan de la ayuda de los técnicos siderales y son
encaminados hacia la carne, bajo la acción instintiva de la ley, es
decir “el semejante atrae al semejante”. En verdad, la madre es la
que tiene loa elementos ectoplásmicos creadores y de ayuda en el
proceso instintivo de gestación, que funcionan como conexión para
conformar el cuerpo carnal de su futuro hijo.
Considerando que las especies animales promueven su
gestación y nacimiento bajo el control de las leyes instintivas que les
coordinan el fenómeno de nacer, también las almas primarias y
débiles de voluntad logran renacer sumisas a ese magnetismo
instintivo, aunque se encuentran supervisadas por los espíritus de
los técnicos responsables de ese evento. Protegidos por el instinto
de la propia individualidad, gozan de un provechoso olvido o cierto
entorpecimiento periespiritual, porque aún no son lo suficientemente
responsables para asumir los equívoco cometidos bajo la fuerza
indomable de la vida animal. Cuando se encuentran desencarnadas,
viven un período en el espacio, una especie de saludable
reconfortamiento, pero detrás se encuentra la observación de los
guías espirituales que constantemente les instigan amorosamente a
avanzar, como si fuera una oveja del rebaño, chicoteada por la vara
del pastor.
Existe como un velo o cortina piadosa que anula la memoria
periespiritual de los espíritus que aún son incapaces de soportar los
recuerdos chocantes de sus vidas anteriores, o de poder vivir
simultáneamente, en el cerebro actual, la suma de hechos y
acontecimientos que se produjeron en otros cerebros ya
extinguidos.
Aún existen casos en que los técnicos siderales de los
departamentos reencarnatorios, accionan por la hipnosis sobre
grupos de espíritus primarios, conduciéndolos fácil y pacíficamente
para la reencarnación. En esos casos son aprovechadas las fuerzas
gravitacionales favorables al evento gestativo y, principalmente, en
lo que se refiere a la atracción instintiva o electiva de las futuras
madres.
Pregunta: ¿Cómo se efectúa la materialización del periespíritu,
después de haber sido encajado en el vientre periespiritual de la
futura madre?
Ramatís: Durante el proceso reencarnatorio, el periespíritu es el
centro coordinador de las energías captadas del medio ambiente en
conexión con las energías de elevada frecuencia, irradiadas de su
propia intimidad. El fenómeno se procesa, exactamente, en el
deslinde del mundo físico y el reino oculto del espíritu eterno.
Mientras la mujer se transforma en el “médium de la vida” o funciona
como “cámara de materialización” del espíritu encarnante, las leyes
de la genética controlan la formación del cuerpo carnal. En ese
proceso de encarnación, el periespíritu preexistente, no desaparece,
continúa intacto en su reino vibratorio espiritual aunque incentivado
por la naturaleza animal instintiva y propia de la vida física del orbe.
El periespíritu es un organismo superior, cuya altísima vibración
sideral le impide accionar directamente en el mundo material. Jamás
podría descender vibratoriamente de su plano espiritual e
inaccesible a los sentidos físicos; paradójicamente, el periespíritu
aún necesita otro “vehículo” o “cuerpo” intermediario para accionar
sobre el organismo físico que materializó.73
Pregunta: ¿Podríais aclararnos mejor ese asunto?
Ramatís: En un grosero ejemplo, diríamos que así como el
conductor de un coche necesita un tablero de control intermediario,
provisto de botones, llaves, palancas y demás conexiones para
mover y controlar el vehículo, el espíritu configurado por el
periespíritu, también necesita disponer de un sistema, cuerpo o
instrumentación que le permita ejercer su acción en el organismo
físico, sin abandonar su reino espiritual. Recordamos nuevamente
que el espíritu es la centella o llama divina, inmaterial, la
individualidad eterna, mientras que el periespíritu es su vehículo de
acción, pero en otro campo vibratorio y que además, es la figura que
los identifica en los departamentos siderales. Consecuentemente,
como el espíritu y el periespíritu funcionan exclusivamente en la faja
vibratoria del mundo con altísima frecuencia, incapaces de accionar
cualquier objeto o sustancia física, por lo tanto necesitan de un
centro direccional o puente intermediario para captar su voluntad y
expresarla en la materia.
Pregunta: ¿Cuál es el recurso que el espíritu utiliza a través del
periespíritu para accionar positivamente en el mundo material?
Ramatís: Entre el periespíritu y el cuerpo carnal existe un
mediador o puente de conexión que transmite inmediatamente hacia
el mundo físico cualquier pensamiento, deseo o sentimiento del
espíritu. También le cabe la tarea de conducir de retorno, para la
conciencia periespiritual, todo cuanto sucede con el cuerpo carnal, y
debe ser analizado, corregido y grabado. Aunque todavía es poco
conocido por los espiritas, el vehículo que liga la margen oculta del
reino espiritual con la margen del mundo material, es el “doble
etérico” o conocido como “cuerpo vital” por los ocultistas, esotéricos,
rosacruces, teósofos y yogas.
Este organismo está constituido por el éter físico, es decir, por la
sustancia que se encuentra en el límite donde termina el mundo
oculto y comienza el mundo material. El doble etérico acciona en
perfecta sincronía con el periespíritu, en una acción y reacción
íntimas hacia el exterior y de éste hacia la intimidad espiritual.
Siendo así, el espíritu piensa por el cuerpo mental, siente por el
cuerpo astral y se liga y acciona por medio del doble etérico o
cuerpo vital, dirigiendo al organismo físico por intermedio de los
siete centros de fuerzas, especie de discos giratorios que se
aglutinan y sitúan en las principales regiones y plexos nerviosos,
denominados chakras, cuyo funcionamiento nos recuerda a los
“relé” tan importantes para ligar y desligar los circuitos eléctricos. El
doble etérico está constituido de la energía etérica que desciende de
los planos superiores y simultáneamente se yuxtapone a las fuerzas
físicas, que aún se procesan para el estado sólido de la materia. El
periespíritu, el doble etérico y el cuerpo físico trabajan
perfectamente interpenetrados en un solo block o conjunto, en un
constante intercambio de energías, proporcionando el camino para
que el espíritu inmortal que se encuentra en su plano electivo pueda
movilizar la materia sin decaer en su vibración original.
Los centros de fuerzas etéricas o más conocidos por chakras
se sitúan sobre el doble etérico y se parecen a discos, ruedas o, con
más precisión, dan la idea de las hélices de los aviones en rotación
acelerada. Ligan y desligan ininterrumpidamente el organismo físico,
a través de los plexos nerviosos, al periespíritu, por intermedio de
los centros internos periespirituales. Además, el trabajo de
los chakras en las relaciones del periespíritu y el cuerpo carnal
regula el pasaje de las cargas del mundo oculto hacia el físico, y
bajo la misma función, en el sentido inverso.
Además de la función de ser un mediador entre ambos mundos,
el doble etérico funciona como un centro de absorción de la “energía
vital” del medio ambiente, por cuyo motivo se justifica su condición
de “cuerpo vital”. Algunos preceptores orientales comparan al doble
etérico, con una “cuba de revelación” en la cual se procesa primero
el negativo, para después conseguir el positivo. Le cabe captar y
drenar la sustancia ectoplásmica a fin de proporcionar el camino de
la materialización del periespíritu en el físico, por cuyo motivo es un
revelador, a la luz del día, del acervo oculto del alma.74
Pregunta: ¿El doble etérico también posee una conciencia, así
como el periespíritu es el archivo de la memoria del espíritu
inmortal?
Ramatís: El doble etérico carece de conciencia propia, dado que
no piensa ni actúa voluntariamente; nace con el hombre al modelar
su cuerpo físico y sobre todo, es magnético; se desintegra después
de dos o tres días del fallecimiento del cuerpo material al que estaba
ligado. Mientras tanto, tiene algunos condicionamientos instintivos
por causa de su función hipersensible de ser un mediador de los
pensamientos y sentimientos de la persona, así como determinada
ropas toma peculiar conformación, que al observarla nos recuerda
inmediatamente a su dueño. Ese doble etérico siempre demuestra la
configuración semejante a la del hombre, pues es de aspecto
robusto en los gordos y flexibles, y delgado en las personas débiles.
Sobrepasa el cuerpo físico en un aura de 4 a 5 centímetros de la
configuración humana; es un cuerpo vaporoso, de apariencia
eléctrica, de varios colores, suavemente rosáceo, cuyos matices se
encuentran entre el lila, rosa o ceniza. Despide chispas a su
alrededor, y sus agujas eléctricas forman el rastro de la persona,
fácilmente detectada por el simbólico radar de los canes. Se
asemeja a un tapado de “visón” luminoso, erizado de agujas
brillantes cuando su dueño tiene muy buena salud y cuando existe
alguna enfermedad; en la zona afectada esas agujas se enroscan o
retuercen, demostrando la interrupción del fluido vital.75
Es muy liviano e inestable, pesa alrededor de unos 60 gramos,
es muy vivo en las personas inquietas y ágiles; excitable y saludable
en los jóvenes, compacto y vigoroso en los salvajes; opaco y de flujo
letárgico en la circulación vital de las personas de edad. En las
personas perversas se manifiesta de un color oscuro y aceitoso, así
como también en los seres de baja espiritualidad, como Nerón,
Torquemada, Hitler, Rasputín o Tamerlan, pero es limpio y claro, de
atrayente luminosidad en un Francisco de Asís o Juan Evangelista,
y de indescriptible e inmaculada cristalinidad en el tipo espiriual del
Maestro Jesús.
El doble etérico permanece cerca de las tumbas donde entierran
el cuerpo físico de su dueño, y se disuelve conforme a la contextura
espiritual de la entidad desencarnante. Es fácil observarlo en la
primera noche del funeral y algunos espíritus demorados suele
vérselos en los cementerios llegando a confundirse los esbozos
etéreos y luminosos del doble etérico con la apariencia de los
fuegos fatuos. En las criaturas animalizadas, desconocedoras de las
leyes supremas de la vida, crueles y vengativas, así como también
en el caso de los suicidas, ese doble etérico permanece algunos
días ligado al cadáver en un intercambio vitalizante de energías
inferiores. De ahí resulta que ciertos desencarnados infelices
sienten vivamente la podredumbre de su cuerpo físico que yace en
la tumba, debido a la acción destructora de los gérmenes que
procesan la descomposición, debido a que su doble etérico les
transfiere las sensaciones hacia el periespíritu. Por esa causa es
inconveniente la cremación de los cuerpos carnales antes de las 72
horas, debido a las probabilidades de que el desencarnado pueda
sentir los efectos atroces de la incineración.
Durante la vida del hombre, en su crecimiento y desarrollo, el
doble etérico es un organismo que gobierna la fuerza instintiva
aglutinante, y no un simple esbozo que configura a la persona
humana. Aunque se trata de un organismo constituido del éter, es el
centro del magnetismo y de la electricidad biológica humana, cuya
luminiscencia se manifiesta y difiere conforme a las regiones
orgánicas, además de su colorido peculiar por el estado vital del
conjunto. Las irradiaciones que emanan del doble etérico en
concomitancia con los órganos físicos de la persona humana,
permiten a los buenos radietesistas efectuar diagnósticos
prematuros, señalando con bastante antecedencia los futuros males
que aún pueden suceder a las personas examinada.76
Pregunta: ¿Cuál es la función más importante que cumple el
doble etérico?
Ramatís: La más preciosa función y responsabilidad que posee
el doble etérico es la de absorber y distribuir equitativamente al
organismo físico, la energía divina, que interpenetra a todo el
universo, que es el elemento más cualitativo e importante para la
vida en todos los planos y latitudes cósmicas, conocido hace
muchos milenios por los Maestros de la Espiritualidad, que accionan
sobre la tierra. Esa energía creadora, que se halla presente en todas
las manifestaciones de la vida, es el Prana, también conocido como
“Soplo de Vida”.
Pregunta: ¿Qué nos podéis decir sobre ese elemento
llamado Prana o “Soplo de Vida”?
Ramatís: El “Génesis” cita ese elemento cuando dice “Dios sopló
la Vida”, es decir, lo más necesario y con poder creador en el
universo, el poderoso estimulante que aumenta las proporciones del
oxígeno a fin de mantener la Vida, que es transformación.
El prana activa la calidad y no la cantidad de la vitalidad, fenómeno
éste que se puede observar en los iniciados que practican
correctamente la respiración yoga.
El prana es conocido como “Soplo de la Vida” desde los viejos
tiempos de los atlantes, incas, celtas, aztecas, etruscos, caldeos,
egipcios, babilónicos, hindúes y chinos, y en la era moderna por los
rosacruces, teósofos, yogas, esoteristas y algunos espiritas menos
ortodoxos. Además de accionar como verdadera conexión entre los
átomos y electrones a fin de constituir el organismo de los seres y
las cosas, ese prana es dirigido por la inteligencia cósmica instintiva,
que le proporciona cierta orientación bajo la Voluntad Divina. Siendo
así, todas las cosas, seres, vegetales, insectos, reptiles, animales y
el mismo hombre, poseen un duplicado luminoso constituido por éter
físico, irrigado constantemente por el prana y en la medida
específica y necesaria a cada uno, que lo transforma según su
voluntad.
Durante el proceso en que el periespíritu acciona en dirección
hacia la materia, a través del doble etérico, conformando el cuerpo
físico del hombre, el prana es el divino cimiento que une todas las
piezas y definitivamente modela la figura del ser humano. De ahí la
importancia que el hombre cuide de la salud de su cuerpo físico,
pues los vicios del tabaco, alcohol, estupefacientes y alimentación
carnívora, bajan las condiciones pránicas del doble etérico y
dificultan la comunicación del espíritu con la vida física. Además,
el prana atiende a otras actividades relacionadas con la intimidad
del hombre, inclusive a las que corresponden a las operaciones
mentales y emotivas, que reciben la vitalización pránica en
frecuencias más o menos intensas.
Pregunta: Conforme deducimos por vuestras expresiones, las
anormalidades o desequilibrios, que afectan al periespíritu son
causados por los “pecados” que son tan censurados por los
religiosos, ¿no es verdad?
Ramatís: Bajo el análisis de los cuadros específicos de la
patogenia sideral, los “pecados” son estados que el espíritu posee, y
que ponen en acción a los fluidos densos e inferiores, que afectan la
delicada contextura del periespíritu, que preexiste al organismo
físico. La Vida del universo, visible o invisible a los sentidos del
hombre, se encuentra regida por indescriptibles formas de energías
que funcionan en diferentes fajas y frecuencias vibratorias.
Cuando esas energías se densifican hasta constituir la materia
debemos considerar que se ha confeccionado la vestidura exterior
de Dios; aquellas se encuentran configuradas por las galaxias,
constelaciones, planetas, asteroides y partículas siderales-Mientras
tanto, en la intimidad de ese universo material, se mantienen las
fuerzas en su original acción energética, que activan y alimentan el
mínimo destello de la mente humana y alcanzan hasta la conciencia
inmensurable y omnisciente de un arcángel. Siendo de esa forma,
todos los estados del espíritu de la persona y sus actividades
físicas, psíquicas u ocultas exigen una cuota de energía adecuada y
acorde con el momento de su necesidad.
En consecuencia, a pesar de ser el espíritu de la persona
humana una entidad poco explicable, dentro de los cánones
comunes, sin embargo, acciona en el campo de las fuerzas
sutilísimas, unas veces movilizando energías densas y otras veces
sublimes, de acuerdo con la naturaleza de sus pensamientos y
acciones. Siendo así, necesita convocar fuerzas o fluidos inferiores,
compactos o animalizados cuando procede con estados psíquicos
de pasiones bajas, es decir, con su campo vibratorio en dirección a
la materia. Las actitudes, emociones y actividades que son acordes
con la vida física o animal, sustentan un intercambio de fluidos
primitivos, agresivos y hasta ofensivos para la contextura sensible
del periespíritu. Los “pecados”, por lo tanto, son estados del espíritu,
cuya vibración es baja y requiere un consumo de fluidos densos y
espesos, incitados desde lo “bajo” hacia lo “alto”, del mundo animal
hacia el mundo humano. Al tratarse de fluidos de magnetismo muy
denso, después de usados o consumidos por la persona, dejan un
residuo indeseable, tal como sucede con la combustión del
combustible grueso que deja una especie de hollín que se adhiere y
presiona las delicadas fibras del periespíritu.
Pregunta: ¿Los residuos, provocados por los pecados, quedan
indefinidamente adheridos al periespíritu de la persona pecadora?
Ramatís: Esa especie de ceniza tóxica y fluídica, pegajosa y
primaria, únicamente puede expulsarse del periespíritu después de
la desencarnación de la persona y bajo un adecuado tratamiento en
los charcos absorbentes y astralinos del Más Allá. Es una
providencia específica, terapéutica y no propiamente castigadora,
pues en base a su magnetismo gravitacional muy denso, el espíritu
padece atrozmente el proceso purificador, que por otra parte, juzga
encontrarse en las llamas eternas del infierno.
A pesar del proceso de cura o “purificación” en los charcos
astralinos, que nos hace recordar el uso del barro aplicado sobre la
piel para limpieza de ésta, utilizado en los institutos de belleza de la
tierra, es muy difícil la absorción completa del tóxico que porta el
periespíritu. Casi siempre, sobra cierta cantidad de residuos
nocivos, porque el lodo absorbente y astralino apenas soluciona la
parte periférica del paciente en tratamiento. El saldo deletéreo de las
toxinas, que resulta de la carga fluídica y mórbida adherida durante
la vida física, pero imposible de solucionar totalmente en el espacio,
requiere la drenación hacia la misma tierra, es decir, hacia la fuente
original de donde fue extraída.
Pregunta: ¿Qué tipo de proceso se aplica para efectuar ese
drenaje fluídico del periespíritu hacia la tierra?
Ramatís: Para drenar esa carga nociva, adquirida en vidas
anteriores, necesita retomar una nueva existencia física, cuyo
cuerpo carnal pasa a funcionar como una especie de “secante” vivo,
que es capaz de transferir el residual tóxico del periespíritu hacia el
suelo terreno, después de la muerte material. He ahí el motivo por el
que el Catolicismo considera que la tierra es un valle de lágrimas,
donde las almas lavan sus pecados y se purifican a través de los
sufrimientos, siendo éste el proceso terapéutico que limpia la
contextura periespiritual.
En el transcurso de cada encarnación, desde la infancia hasta la
vejez, el organismo carnal del hombre absorbe las toxinas adheridas
a su periespíritu, las cuales se desprenden bajo la misma ley de
gravedad, es decir, del magnetismo específico de la tierra. La acción
imantadora del cuerpo físico propicia la atracción fluídica y
purificadora del periespíritu intoxicado, mientras que la muerte
carnal conduce al proceso figurado del “secante” o “esponja” viva
hacia la tumba, donde la fauna de los sepulcros ultima la tarea
desintegradora al campo etéreo físico de la tierra.
Pregunta: Necesitaríamos algunos ejemplos para facilitar
nuestra comprensión mental sobre la diferencia que existe respecto
a la densidad de los fluidos buenos o malos, según el empleo que la
persona le da, sea con el prójimo o consigo mismo. ¿Nos’ podéis
aclarar?
Ramatís: Es natural que la exposición de los ejemplos
rudimentarios de la vida física, no puedan ofrecer la noción exacta
de la fenomenología dinámica, que transcurre en el mundo
espiritual. Le es muy difícil al encarnado observar las formas y
figuras definidas y limitadas en el mundo de las tres dimensiones
físicas, y luego transportarlas fidedignamente por medio de la
dinámica dimensional de la vida oculta. A pesar de tales dificultades,
trataremos de ofreceros algunas explicaciones razonables sobre el
asunto.
En una analogía rudimentaria consideremos que los vehículos
más pesados de la tierra exigen un combustible de tenor similar.
Siendo así, los camiones de muchas toneladas son alimentados por
el gasoil que una vez consumido, deja un residuo pesado en los
motores y bastante denso en la atmósfera de la ciudad, que muchas
veces llega a manchar la ropa de los transeúntes. Mientras tanto, los
aviones ultrasónicos utilizan un combustible refinado y limpio, como
es la nafta de elevado octanaje, cuyo residuo está formado por gas
carbónico y agua, que por otra parte, son elementos que se
encuentran en la atmósfera.
En este sencillo ejemplo podríamos considerar que el
combustible pesado consumido por los grandes vehículos se
asemeja analógicamente en algo al combustible fluídico, grosero y
pegajoso que el espíritu del hombre utiliza para sus momentos
pecaminosos. En consecuencia, más tarde ha de sufrir por la
presencia de un indeseable residual que se le adhirió a su delicada
contextura periespiritual, resultado de la utilización de un
combustible inferior y extraído de los planos de la vida animal.
Mientras tanto, tal como sucede con la nafta purificada de los
aviones, que no deja residuos grasosos, así podríamos suponer que
sucede con el fluido sutil usado por el espíritu, al dar curso a sus
pensamientos virtuosos, que una vez usado se volatiza fácilmente,
proporcionando más energía al periespíritu, sin dejarle vestigios
indeseables. Mientras que las contravenciones a las leyes mayores
exigen fluidos primarios del mundo animal a fin de consolidarse en
el “campo psico-físico”, las virtudes, propias de los niveles
superiores de la vida espiritual, requieren energías fluídicas tan
tenues y diáfanas que, una vez utilizadas, se volatizan en el
periespíritu, sin dejar manchas o adherencia alguna. Además, y con
la intención de reforzaros el raciocinio y la mentalización dinámica
sobre el tema, os recordamos que el fogón a leña siempre deja
como residuo cenizas y las paredes manchadas de hollín, mientras
que la cocina eléctrica consume combustible sutil que no deja
manchas ni olores desagradables.
Pregunta: Considerando que las toxinas que se desprenden del
periespíritu causan enfermedades en el cuerpo carnal, en la futura
encarnación, ¿también podríamos considerar, que las deficiencias e
incorrecciones del periespíritu se pueden manifestar como molestias
o deformaciones congénitas?
Ramatís: Repetimos; el periespíritu es el vehículo o la matriz
original preexistente y portadora de la totalidad de los órganos, que
posteriormente deben materializarse conforme a las leyes del
mundo físico. El periespíritu absorbe desde el prona, que es la
energía responsable de la vida en los diversos planos de la
creación, sumándose a esta la sustancia mental que conforma el
centro del raciocino, así como también el fluido astralino que
fundamenta la emoción y el sentimiento. A través del doble etérico
se produce el descenso de las energías creadoras que
definitivamente plasmarán el cuerpo carnal, cuya frecuencia son
mucho más bajas.
En consecuencia, el periespíritu, como matriz responsable de la
configuración humana, nos recuerda al fenómeno que sucede con el
molde que el escultor debe llenar para lograr el éxito de su obra. Así
como la estatua fundida en ese molde puede presentar defectos por
estar mal trabajada, el cuerpo carnal del hombre presenta también
fallas o deformaciones, incorrecciones, intoxicaciones, lesiones y
demás alteraciones congénitas, como resultantes específicos y
negativos que obedecen a su periespíritu. Mientras tanto, tales
alteraciones generadas en el individuo y expuestas al nacer, son
provenientes de insanias, desajustes, actos de rebeldías espirituales
y errores cometidos en vidas anteriores. Por eso, lo expuesto
anteriormente es el producto de los defectos, marcas y lesiones
deplorables que afectan al delicado tejido del periespíritu y que
durante la gestación altera la contextura anátomo-fisiológica del
cuerpo físico.
De ahí, que innumerables criaturas nacen marcadas por
frustraciones, complejos, defectos anatómicos e insuficiencias
mentales y fisiológicas que le traban su actividad humana en la
condición de estigmas “pre-reencarnatorios”. Son defectos y
cicatrices periespirituales o “pre-reencarnatorios” que desafían a la
capacidad, destreza y conocimiento médico del mundo, dado que
nadie puede modificar el árbol, si intenta ingenuamente operar la
sombra de éste.
Pregunta: ¿Nos podríais dar algunos de esos ejemplos sobre
estigmas que se transmiten desde el periespíritu hacia el cuerpo
físico en cada encarnación?
Ramatís: En otras oportunidades hemos dicho que el cuerpo
físico es la materialización del periespíritu, con las cualidades o
defectos que le son propios; es una especie de “esponja viva” que
durante la existencia humana absorbe las toxinas del alma. Las
equivocaciones que el hombre comete en cada existencia carnal
crean estados especiales en su espíritu, y estos generan
condiciones aflictivas o trágicas para las próximas encarnaciones.
Además, el pecado no es una ofensa para Dios, pero sí para el
mismo pecador, debido a que deja residuos patológicos por causa
de su acción pecaminosa.
La crueldad, por ejemplo, produce fluidos tóxicos tan corrosivos y
adherentes para el alma perversa, que al drenarlos del periespíritu
hacia el cuerpo físico, en su próxima existencia, perturban el
metabolismo neuro-psíquico y causan disturbios mentales, tales
como paronias, esquizofrenias y personalidades psicopáticas
perversas. He ahí porqué existe una particularidad latente en todos
estos casos, puesto que sienten en sí mismos las erupciones de las
maldades cometidas en otras encarnaciones. Las impotencias y
esterilidades afines al área del sistema endocrino pueden ser los
efectos del exceso de lujuria en vidas pasadas; las pasiones
violentas y destructoras conducen futuramente a la epilepsia, a los
ataques convulsivos, cuya compensación medicamentosa es difícil
cuando no imposible, terminando irremediablemente en la demencia
epiléptica.
Los avarientos regresan como mendigos; su inteligencia la
aplicaron censurablemente en provecho personal, sea en lo político,
pecaminoso o robo de lo ajeno, produciendo para el futuro los casos
de oligofrenias. La gula estigmatiza y deforma el sistema digestivo
periespiritual, ocasionando futuros disturbios digestivos. Los
viciados en estupefacientes en el pasado, con la heroína, morfina,
opio o cocaína, y en la actualidad con la marihuana, mescalina y
otras drogas más, como los que abusan de su inteligencia causando
perjuicio al prójimo, siempre regresan a la vida humana
conformando la triste caravana de los retardados mentales o
psicópatas, cuyos aspectos embrutecidos traen el estigma de los
vicios cometidos en el pasado.
Finalmente, durante algunas existencias y encarnaciones se
acumula un fluido pecaminoso producido por los actos negativos del
espíritu, generados por los estados censurables de maledicencia,
calumnia, juzgamiento injusto, hechizos mentales y verbales,
haciendo mal a través de objetos y ritos diabólicos. Se trata de un
‘fluido tan denso y adherente, que el periespíritu necesita varias
encarnaciones para drenarlo hasta el límite máximo de poder
soportarlo sin incurrir en la autodestrucción. Comúnmente, los
espíritus saturados de ese tipo de fluido, que afecta atrozmente al
periespíritu, necesitan prepararse preliminarmente en la existencia
física anterior, e inclusive ruegan por la protección de los espíritus
amigos para poder sobrellevar la prueba crucial hasta el plazo fijado
por la Ley.
Pregunta: Los hechos negativos producidos por el espíritu
encarnado, ¿qué clase de enfermedad kármica generan en futuras
encarnaciones?
Ramatís: Ese fluido enfermizo, producto de los malos
pensamientos, de las malas palabras y de los hechos físicos que
afectan la vida del prójimo, se desprende del periespíritu inmortal
atraído por el magnetismo del cuerpo físico y afecta el campo celular
de la persona, reduce la cuota de prana, disminuye la oxigenación y
aumenta el carbono, terminando por lesionar el núcleo de las
células. Se trata de un procedimiento kármico contra el principio
positivo de la vida, de lo cual emanan impactos de cargas fluídicas
negativas, que disminuyen la asimilación pránica; entonces se
produce la conocida anomalía cancerígena, el temido cáncer, que
hoy más avanza en la humanidad por causa del pillaje, el perjuicio y
la maldad humana entregada a dañar el bien de los ajenos.
Pregunta: ¿Nos podríais explicar con más objetividad ese
asunto?
Ramatís: En la desesperación por sobrevivir, las células del
organismo humano entran en un proceso aflictivo de multiplicarse
desenfrenadamente a fin de aprovechar el deficiente oxigeno,
debido a la reducción del prana y a la caída de la frecuencia etéreo-
física que les imposibilita el medio de vida. Entonces surge una
delirante y atropellada actividad en busca de la vida, la finalidad de
su existencia, por lo cual se reproducen y agrupan
desarmónicamente y después, por la falta de nutrición adecuada,
terminan agotadas en la lucha por la sobrevivencia.
Los médicos, en loable esfuerzo por combatir tan terrible mal,
después de agotadoras investigaciones y aventando hipótesis y
posibles identificaciones de la causa, atribuyen la responsabilidad
mórbida a los virus, enzimas, alteraciones metabólicas, corrosividad
química, al vicio del tabaco y otros orígenes enfermizos. Pero esas
causas, a pesar de tener ciertos éxitos de laboratorio, con los
derivados del cáncer, cuyo origen real es el fluido
enfermizo y negativo que desciende del periespíritu hacia el cuerpo
físico.
De ahí que la ciencia médica terrícola presume todos los años
haber descubierto vacunas, células vivas, minerales absorbentes,
savias de ciertos vegetales, ácidos, disciplinas nutritivas, bloqueos
quirúrgicos, aplicación de la bomba de cobalto y otros recursos de la
física nuclear, que abren las compuertas de la esperanza en los
cancerosos, pero desgraciadamente, al poco tiempo todo vuelve al
punto cero. Fuera de los casos en que el tóxico periespiritual se
encuentra en vía de agotarse, disminuyendo el drenaje enfermizo,
cosa que sucede con algunas curas quirúrgicas, terapéuticas como
casos sorprendentes, en nada se altera la estadística alarmante de
los índices del cáncer humano. ¡El cáncer, en forma general, todavía
continúa siendo irreductible! Sin embargo, es bueno consignar, que
en la anomalía cancerígena, al ser fundamentalmente fluídica y
menos física, muchos casos han conseguido rotundo éxito bajo la
terapia de las oraciones, y pases magnéticos de procedencia
mediúmnica.
Pregunta: ¿Podríais ofrecernos algunos ejemplos más, que
obedezcan al estado pecaminoso del hombre, a su deterioro
periespiritual y sus futuros renacimientos anómalos y congénitos?
Ramatís: Cuando el espíritu en un acto descontrolado comete
“suicidio”, secciona prematuramente el “hilo de la vida” o de la
conocida “onda de vitalidad”, cuyo prana o soplo de vida, la Técnica
Sideral demarcó a cada persona hasta determinada edad física.
En esa “onda de vida” se encuentra incluida la energía mental
que da origen a los pensamientos y raciocinios humanos, como la
sustancia astralina destinada a alimentar o promover las emociones,
pasiones y sentimientos del espíritu, que se manifiesta en el mundo
material. En consecuencia, el suicida lo único que hace es cambiar
su forma de vida psíquica, pero jamás la anula. Antes pensaba,
sentía y accionaba plasmando su actividad en el torbellino de los
hechos materiales; después del suicidio o muerte prematura, la
fenomenología no termina, muy al contrario, continúa proyectándole
los efectos en forma más intensa y drástica en la tela sutil de su
periespíritu, en la vida imprevista en el Más Allá de la tumba. El
hecho alocado del suicida no elimina la vida del espíritu
desesperado, sólo desvía la proyección normal y provechosa que
hacía en el mundo material. Por ello, infelizmente, ha de sufrir
atrozmente la escena última que dio lugar a tamaño error, quedando
focalizada permanentemente en su periespíritu tanto tiempo, como
sea la cantidad de años que debía seguir viviendo en la tierra y que
estaba demarcado por la Ley Suprema.
Pregunta: ¿Nos podríais explicar mejor ese acontecimiento?
Ramatís: Suponiendo que determinado espíritu se auto elimina a
los 40 años de edad, pero bajo la planificación sideral debería vivir
en la tierra hasta los 60 años, entonces pasará a sufrir
ininterrumpidamente en la tela mental de su periespíritu, la
ideoplastía de la última escena de su suicidio, durante sus últimos
20 años que aún le faltarían para completar su existencia terrena.
Bajo el impacto de la “onda de vida” que continúa activando el
intercambio “psicofísico”, la última escena vivida y causante del
suicidio permanece vitalizada, a semejanza de un film
cinematográfico en proyección, que se desliga y queda
permanentemente en la misma escena.
Siendo así, el que se ahorcó cubrirá el período ininterrumpido de
su vida física, reviviendo momento a momento, la escena que
produjo su desenlace final; el suicida por asfixia se debate durante
ese lapso, viviendo la inmersión en el río o en la cuerda que
mantenía suspendido su cuerpo; quien se arroja bajo las ruedas de
un vehículo, de un tren o salta de un elevado edificio “en busca de la
muerte, vive en el campo mental y astral de su periespíritu las
roturas y trituraciones de sus carnes y huesos. Hay suicidas, que
sufren por largo tiempo el pavoroso tormento de sentir en sus
entrañas periespirituales el efecto atroz y corrosivo del ácido o la
soda cáustica; otros, la explosión del tiro que le perforó los
tímpanos, fracturando los huesos del cráneo, o el puñal agudo que
rompe la delicada contextura del corazón.77
Pregunta: ¿Y qué sucede con los espíritus suicidas que
necesitan reencarnar nuevamente?
Ramatís: Indudablemente, el principal acreedor de los suicidas
es la tierra, en cuyo orbe deberán buscar la solución de sus
anomalías y reajustar su periespíritu, sometiéndose a las
rectificaciones en cumplimiento de la Ley mayor entre las leyes
cósmicas, que es la Creación y la Vida. Siendo así, el suicida que se
ahorcó modela en su periespíritu un indeseable estigma o defecto
técnico, plasmando por la fuerza, aun después de reducir su
periespíritu a la forma fetal imprescindible para caber en el vientre
periespiritual de la mujer terrena y renacer en la vida material. A
medida que el espíritu del reencarnante se va conformando en el
fenómeno de la gestación carnal, también define su configuración
física de un giboso o jorobado, cuyo estigma de ahorcado aparece
en el cuerpo físico. Bajo la ley de que “A cada uno le será dado
conforme a sus obras”, la víctima provoca serias anomalías en la
delicadísima contextura de su periespíritu; por ello ha de cargar en
su nueva existencia la gibosidad o el estigma kármico de su obra
ruin, cometida en el pasado.78 Dice la Ley, que “La siembra es libre y
la cosecha obligatoria”, por cuyo motivo quien se suicida por medio
de la asfixia en el agua, ineludiblemente ha de renacer
estigmatizado por el terrible mal del asma bronquial, cuya vida será
una constante desesperación en busca del mismo oxígeno que
otrora despreció. El suicida que se destruye por la acción del puñal
filoso, clavado en el corazón, es el futuro cardiópata congénito, que
suspira minuto a minuto por la misma vida que rechazó en un
momento de rebeldía espiritual. Por eso, innumerables criaturas
recorren la “vía sacra” de los consultorios médicos y hospitales,
buscando solución para sus úlceras de estómago o esófago,
producida por veneno cáustico que aplicaron en el pasado; otras
personas caminan desdichadamente en un constante balanceo por
causa de la flacidez de sus nervios y por la deformación de sus
huesos, motivados por la locura de arrojarse de las alturas y
estropear el cuerpo, que le fuera entregado para la ventura y
felicidad. También es dado observar a las personas sordas y mudas,
que sufren el silencio cruel de no oír ni hablar, cuya imprudencia del
pasado los llevó a destrozarse el cráneo bajo el plomo de la bala.
Pregunta: ¿De qué forma una carga fluídica y mórbida,
provocada por un determinado pecado, puede causar cierta y
específica enfermedad en el proceso de desintoxicación del
periespíritu hacia la materia del cuerpo humano?
Ramatís: A fin de elucidar vuestra pregunta, podemos deciros
que entre la gran cantidad de fluidos patogénicos originados por los
estados pecaminosos de la criatura humana, escogemos como
ejemplo o paradigma, el estudio de la energía inferior, que es la
base dinámica del “egoísmo”.
El egoísmo es uno de los estados del espíritu que más
predomina en la intimidad de la persona, porque es la base o
fundamento de la composición del propio “ego” humano en su
trayectoria educativa y preliminar para alcanzar definitivamente el
estado de conciencia individual. Toda obra de evolución en el
universo se reduce a desarrollar el amor en los individuos, por cuya
razón al buscar el ejercicio de ese amor en potencia, derivado de
Dios, es justo que la persona primero comience a amarse a sí
mismaEs un amor egoísta, sin lugar a dudas, pero inspirado en el
amor de Dios que palpita indestructiblemente en lo íntimo de toda
criatura. Aunque el egoísmo sea estigmatizante, confrontándolo con
la virtud del altruismo, aun así, ese fanático amor del hombre para
consigo mismo sigue siendo la base natural y lógica que promueve
la gestación del futuro amor de los ángeles y de los santos para toda
la eternidad. ¿La sabrosa y perfumada fruta no es el producto
alcanzado por la desintegración de la materia en descomposición en
el seno de la tierra? ¡Después del período de autodestrucción de la
simiente comienza a crecer y a tomar cuerpo aquello que se
encuentra en el interior de la semilla, ante el toque creador del calor
amigo del sol!
Sin embargo, en nuestra presente explicación, debemos
considerar el egoísmo en su transitoria función de “error”, puesto
que termina su función creadora y perjudica al ajeno, dado que lo
cultiva en exceso para atender a su “ego inferior” y olvida al prójimo.
En consecuencia, la persona profundamente egoísta vive aparte,
deliberadamente aislada de la colectividad, en un culto excesivo por
su propia individualidad, desinteresada de cualquier problema que
se encuentre más allá de su propio bien. El egoísta es una especie
de verruga en el cuerpo de la humanidad, es el ciudadano que
atraviesa la vida física con un estado de espíritu predominantemente
personal, y para su exclusiva comodidad. Pero desde que no existen
milagros para los hechos y fenómenos de la vida, sustentados o
regulados por leyes, principios y energías, entonces, el estado de
egoísmo permanente exige un consumo de energía apropiada a su
mantenimiento en el mundo físico. Considerando que el egoísmo es
la manifestación inferior de la vida animal, obviamente la energía
utilizada para sustentar ese estado ha de ser puesta también en
funcionamiento en las fajas o carnadas de la vida inferior de la
animalidad. Sin embargo, es una energía que mancha al delicado y
sensible tejido del periespíritu humano, dado que deja un residuo
que lesiona, y por lo tanto, debe drenarse o eliminarse.
Pregunta: ¿El espíritu del egoísta, también drena su fluido
característico hacia el cuerpo carnal en la misma existencia, o
termina el proceso en el Más Allá?
Ramatís: En nuestro actual ejemplo, el espíritu que peca por
excesividad de egoísmo debe drenar su intoxicación fluídica que se
encuentra adherida a su periespíritu, en forma progresiva y por
medio de un cuerpo físico hacia la tierra. Cualquier residuo
periespiritual difícilmente podrá eliminarse en su totalidad en el
mundo espiritual porque está formado por la energía instintiva y
propia de la animalidad. He ahí porqué es muy raro que, en la tierra,
las personas lleguen a desencarnar por causa de la vejez, pues
cuando el hombre más tiempo vive, también drena mayor porción de
su carga fluídica desde el periespíritu hacia la carne. El espíritu sólo
se libera de las encarnaciones físicas cuando su periespíritu
estuviere absolutamente limpio e inmaculado, es decir, que ya no
posee vestigios de cualquier tipo de energía que fuera atraída hacia
la vida material. Es evidente que ello sucede únicamente cuando el
ser espiritual se consagró con la felicísima vestidura de la “túnica
nupcial”, simbolizada por el color blanco que representa la paz y la
pureza.
Pregunta: ¿De qué forma el fluido tóxico periespiritual provoca la
enfermedad física, si apenas produce el clima apropiado en el
cuerpo carnal?
Ramatís: Es de sentido común que el hombre tiene en su
intimidad orgánica todos los tipos de gérmenes, virus y ultravirus
responsables por todos los tipos de enfermedades que hasta el
presente se conocen en el mundo. Mientras tanto, tales
colectividades microbianas sólo existen en “cuotas mínimas”
pacíficas e incapaces de quebrar las defensas “psicofísicas”,
siempre que el espíritu encarnado no provoque el clima electivo
para su proliferación mórbida y peligrosa.
En verdad, los microbios no son los causantes específicos de las
enfermedades, sino que ellos aparecen después que se establece el
terreno apropiado y favorable para su proliferación descontrolada.
Hace muchos siglos, los viejos maestros de Oriente sabían que, de
acuerdo con la naturaleza, el residual tóxico drenado del periespíritu
hacia el cuerpo físico provocaba también la proliferación de cierta
colectividad microbiana y que era la causa o enfermedad
característica por su acción lesiva en el organismo.
Aunque la ciencia médica clasifique después en su terminología
patogénica la enfermedad conocida, la realidad es que el germen o
virus sólo se multiplica si encuentra el terreno favorable para su
aumento incontrolado. Se sabe que la proliferación de las moscas,
cucarachas, piojos o pulgas aumenta cuando las condiciones del
medio son favorables, muchas veces producidas por la negligencia y
la falta de higiene de la persona. La prodigiosa lluvia, en
determinada región, atrae a multitudes de seres castigados por las
grandes sequías en su zona habitual. El oro descubierto en América
del Norte fue el clima que fascinó y atrajo al emigrante codicioso,
que terminó causando grandes perjuicios en las tierras de los pieles
rojos, masacrados y robados en todos sus bienes.
En consecuencia, el microbio también puede emigrar hacia
cualquier región del cuerpo humano, donde el fluido expurgado del
periespíritu crea el clima electivo y nutritivo para cierta progenie
microbiana que se reproduce libremente protegida por la ley de la
sobrevivencia. En suma, el espíritu del hombre practica prolongado
tiempo el pecado más afín a su naturaleza psíquica y sufre la
adherencia del fluido tóxico en su periespíritu, vertiéndolo en su
vehículo mediador, el “doble etérico”, el que a modo de revelador, lo
densifica y expurga hacia el organismo físico en una transformación
enfermiza.
No es necesario que la Divinidad promueva cursos específicos
de sufrimientos, molestias congénitas o accidentes imprevistos para
que el hombre se rectifique o libere de la materia en busca de su
angelización. El espíritu del hombre es el único responsable de sus
desdichas, angustias y vicisitudes tan pronto contraría las leyes del
progreso eterno. El mismo causa los defectos, deformaciones,
intoxicaciones y anomalías a su periespíritu, cuyo equilibrio y
seguridad requieren la reparación en el taller beneficioso de la vida
física.
Pregunta: ¿Cuál es la enfemedad provocada por el fluido tóxico
del egoísmo?
Ramatís: El fluido espeso y mórbido que se genera bajo el
estado pecaminoso del egoísmo, al desprenderse del tejido
periespiritual hacia el cuerpo carnal, en la próxima existencia física,
proporciona un clima nutritivo que multiplicará los bacilos de Koch,
resultando la temida tuberculosis. Pero conforme sea el sistema, la
región u órgano de mayor vulnerabilidad hereditaria en el hombre,
allí se concentrará el fluido producto del egoísmo, exudado del
periespíritu y causante de la tuberculosis pulmonar, renal, intestinal,
ósea o de la piel.79
Pregunta: ¿Nos podéis citar algunos ejemplos comparativos
referentes a que el hombre originalmente posee su periespíritu y
que éste preexiste a su nacimiento físico y sobrevive también a su
muerte corporal?
Ramatís: Una simple regla matemática sería más que suficiente
para comprobar que el hombre es el producto de la materialización
de un periespíritu que existe antes de renacer en la tierra.
Considerando, por ejemplo, que un joven de 25 años de edad debe
medir 1,70 de altura, es evidente, que bajo la lógica de la
matemática, ese mismo joven debería alcanzar la estatura de 3,40
al cumplir los 50 años y sucesivamente 5,10 al poseer 75 años.
En base a la realidad existente de su periespíritu, que acciona
como una verdadera matriz fluídica, le impide que el crecimiento
prosiga más allá de los límites demarcados por la técnica sideral,
gracias a la acción limitativa periespiritual.
Pregunta: Esa limitación, ¿acaso no podría ser parte del impulso
hereditario o atávico, debido a la acción de los genes y
cromosomas?
Ramatís: Es fácil comprobar que existen familias de elevada
estatura, cuyos hijos tuvieron estatura bastante más baja, así como
también, de familias de estatura mediana que tuvieron hijos muy
altos, desmintiendo hasta los aspectos físicos de sus antepasados.
A pesar de que la genética explica las causas por los principios de
los caracteres recesivos, sabemos positivamente que ello obedece
únicamente a la matriz periespiritual.
Pregunta: ¿Cómo se explica la presencia de ciertos gigantes
que pueden alcanzar hasta 2,50 de altura, mientras que algunos
enanos no sobrepasan los 0,80 centímetros?
Ramatís: Los investigadores reencarnacionistas saben
perfectamente que existen innumerables mundos habitados, más
allá de la tierra, conforme lo expresara el mismo Jesús cuando dijo:
“En la casa de mi Padre existen muchas moradas”.
Consecuentemente, existe un constante intercambio migratorio
entre espíritus de distintos orbes habitados, que obedecen a
reencarnaciones educacionales, debidamente controladas por las
autoridades siderales y responsables por las poblaciones en todas
las latitudes del Cosmos.
Los mundos físicos, además de ser escuelas de educación
espiritual, son verdaderos laboratorios de investigaciones creadoras,
cuyo fin es alcanzar nuevos tipos humanos, más sanos, estéticos y
afines a nuevos medios físicos. En consecuencia, los mundos
ofrecen toda especie de ensayos psico-físicos en el género humano,
para materializar configuraciones más sensibles y armoniosas, cuya
finalidad es alcanzar sabiamente el poder creador del espíritu
eterno. Por ello, existe un constante intercambio entre los espíritus
de todas partes del universo, que explica y justifica la presencia
excéntrica de ciertos encarnados de un mismo mundo, cuya
estatura diverge del tipo común y tradicional de sus habitantes.
Pregunta: ¿Nos podéis aclarar mejor ese asunto citándonos
algún ejemplo afín?
Ramatís: Suponiendo que hombres del planeta Júpiter, cuyo
periespíritu les permite alcanzar hasta la estatura de 3 metros,
deban encarnar en la tierra, es evidente que podrán alcanzar 2,50 ó
más y superar la medida común de los terrícolas en la figura de
excéntricos gigantes. También hay satélites cuyos habitantes
sumamente inteligentes, no sobrepasan la estatura de 0,30 (treinta
centímetros) y en otros satélites, su estatura regular es de 0,80
centímetros. Si se dispusiera por parte de la técnica sideral y
emigratoria la trasmigración masiva de esos seres, causarían
muchísimo asombro con la figura física de tales seres, puesto que
estaría totalmente en contradicción con la peculiar estatura media
de los terrícolas.
Aunque todo espíritu humano sea una centella emanada del
Espíritu Cósmico Divino y potencialmente dotado de la misma
capacidad creadora, su forma, estatura o constitución biológica en
los variados orbes habitados pueden diferir al infinito en base a las
afinidades electivas a los diversos factores mesológicos de cada
orbe. No tiene importancia si un jupiteriano alcanza 3 metros de
altura, un habitante de Arcturo, además de tener un cuerpo casi
diáfano, alcanza 5 metros de estatura o las criaturas del satélite
Ganímedes de Júpiter, no sobrepasan de 0,30 centímetros de su
crecimiento total. Lo cierto es, que la capacidad creadora y la
memoria periespiritual definitiva, son independientes de la
configuración o estatura física, la cual es transitoria. El cuerpo alto o
bajo, delgado o grueso, blanco o negro, es solamente la
instrumentación necesaria para que la entidad inmortal realice sus
experiencias evolutivas y creadoras en los mundos materiales. En
verdad, el sentido profundo y específico del espíritu es alcanzar lo
más pronto posible su total desarrollo de conciencia espiritual.
Asimismo, cuando la terminología terrícola médica señala los
variados y extremos tipos humanos, producto del excesivo o
reducido trabajo de la hipófisis en relación al crecimiento, eso aún
sigue siendo secundario. En verdad, el gigante o el enano son el
resultado de la presencia oculta del periespíritu que accionando a
través del eje hipotálamo-hipofisario que dirige el crecimiento físico,
en una actividad orgánicamente resultante de factores
neuroendocrínicos, hasta alcanzar los límites prefijados. El
periespíritu, ropaje sideral que define o individualiza al espíritu en su
trayectoria infinita, se sutiliza y sublima en su existencia libre en el
seno de las energías del reino sublime, después de surgir airoso de
la acción educadora y creadora de las fuerzas que competen al
mundo animal... Y cuando su estructura periespiritual se desprende
de la última partícula sombría, fruto de la vida gravítacional humana,
entonces emana a raudales de la intimidad la luz inmortal y el
espíritu se consagra definitivamente en el destino maravilloso de ser
una lámpara divina. Entonces, por añadidura, puede participar del
“Festín de Bodas” del Señor, gracias al glorioso derecho de haber
adquirido la inmaculada y eterna “túnica nupcial”.
EL TRIGOY LA CIZAÑA80

Pregunta: ¿Cuál es el significado esotérico de la parábola del


trigo y la cizaña?
Ramatís: Esa parábola se ajusta correctamente a la parábola del
sembrador que simboliza al hijo del hombre, sembrando la buena
simiente del Evangelio. Los apóstoles y discípulos de Jesús nos
recuerdan a verdaderos instrumentos vivos de labranza, trabajando
en el inmenso campo de la humanidad, en el esfuerzo de sembrar la
buena semilla que permitirá el resurgimiento de la planta útil del trigo
para lograr el buen pan del espíritu. La buena enseñanza cumple
una función educadora y ayuda a regenerar al hombre bien
intencionado, que se asemeja a la buena simiente cuando encuentra
el suelo humano y propicio, transformando la vida del hombre y de
la sociedad. La simiente germina y nace el árbol, luego ofrece la
sombra amiga y, además, genera buenas y fecundas semillas que
representan de esa forma, el origen de la vida. De ahí el simbolismo
del trigo nutritivo, que germina y se reproduce entregando la
bendecida harina, tanto como la palabra divina alimenta a los
hombres, para vivir en el reino de los cielos.
Pregunta: ¿Qué significa la cizaña?
Ramatís: Aunque la cizaña sea una gramínea de la misma
familia del trigo, se le considera como una planta de mala cualidad,
dado que sofoca y perjudica la especie útil. Sin embargo, la cizaña
ofrece aspectos tan semejantes al trigo que resulta muy difícil
distinguirlo durante su crecimiento. Cuando comienza a germinar, se
confunde fácilmente, pues ello recuerda a ciertas criaturas que, a
pesar de su figura convencional y aparentemente correcta,
perjudican solapadamente las actividades productivas y
beneficiosas de otras personas.
Pregunta: ¿Cuál fue el sentido íntimo y espiritual que llevó a
Jesús a ejemplificar su enseñanza evangélica a través del trigo y la
cizaña?
Ramatís: Bajo la sabia y sublime visión de Jesús, la cizaña
simboliza toda reacción e interferencia nociva que se hace a la
siembra de la palabra de Dios.
Pregunta: ¿Nos podéis decir que fue lo que atrajo al Maestro
Jesús para componer la parábola del trigo y la cizaña?
Ramatís: Jesús recurrió al ejemplo del trigo sano y de la cizaña
perniciosa al evocar cierto hecho que sucede comúnmente en
Oriente, cuando por motivos de celos, venganza o maldad, el
labrador inconforme y vengativo, mandaba a sus secuaces a
sembrar ocultamente en el campo del vecino la cizaña en medio del
trigal, dado que a éste las cosechas le venían muy bien. Ello era
efectuado por la noche, a escondidas, cuando dormían los
labradores perjudicados, pero jamás realizado bajo la luz del sol. La
cizaña era sembrada de forma tal que sólo era percibida por los
perjudicados cuando el mal les había invadido toda la siembra.
La sorpresa era tal para sus dueños que llegaban a desconfiar de
sus labradores, pensando que podrían haberlo hecho instigados por
sus malos instintos o por estar a sueldo de los vecinos envidiosos.
De tal forma, ello pasó a considerarse como si fuera una “segunda
siembra”, pero solapada, avasalladora, que minaba lo bueno y
desconcertaba al sacrificado labrador.
Pregunta: ¿Qué otras ilaciones educacionales el Maestro Jesús
aplicó sobre lo sucedido con los malos labradores, respecto a
sembrar la cizaña ocultamente al lado de la buena semilla?
Ramatís: Jesús se servía muy a gusto de esa parábola que
describía la venganza y el despecho del mal vecino cuando
sembraba lo malo dentro de lo bueno, porque de ello sacaba eficaz
ejemplo para activar la mente humana a fin de que se
comprendieran mejor las nociones sobre la vida espiritual. El vecino
malo representa al hombre que contraría las leyes del mundo e
incurre en la antifraterna y censurable acción a la luz del espíritu,
actuando indignamente al sembrar la cizaña. Se trata de una
criatura censurable, delante del sentimiento superior de la
espiritualidad, pues dominada por celos, envidia, ambición y
perversidad, siembra la maledicencia, calumnia y desprestigio
contra el hermano que ha sido favorecido. Los efectos dañinos
provocados por la plantación de la cizaña, equivale al perjuicio
ocasionado en la siembra espiritual, cuando los hombres también
trabajan negativamente sembrando críticas y fuerzas destructoras
que luego se infiltran en el campo de la actividad ajena, al igual que
una cizaña mental.
El sembrador entonces se sorprende ante la evidencia de la mala
acción practicada por el vecino envidioso, que accionó
cobardemente, por la noche, cuando él dormía. Siendo así, se pone
en evidencia que el mal acciona solapadamente y se infiltra al
menor descuido de los buenos sembradores. Bajo tal disposición y
conclusión de esa mala acción material, se comprueba también que
el buen vecino o labrador honesto, descuidó su siembra y en ningún
momento supo vigilar los frutos de su propio esfuerzo. A través de
ese tema tan explícito, Jesús extrajo ilaciones definitivas,
advirtiéndonos que, a pesar del hombre dedicarse al bien, no debe
descuidarse de los peligros que entrañan las infiltraciones malévolas
en medio de la siembra provechosa. No basta tener euforia íntima
que estimule la siembra correcta de la buena semilla, sino que hay
que protegerla del enemigo solapado que acciona por la noche,
aprovechándose de la confianza que acuerda el buen sembrador.
Pregunta: ¿Qué otra cosa nos podríais ofrecer respecto al
significado y naturaleza espiritual que ofrece esa parábola?
Ramatís: Esa parábola tan sencilla de entender, conforme la
explicó el Maestro Jesús, tiene un profundo significado espiritual,
porque aborda un tema que sucede justamente por el descuido o
negligencia del sembrador después que ha hecho una muy buena
siembra. Esclarece e insiste en lo referente a que todo trabajador o
discípulo del Señor que se dedique sincera y honestamente a la
divulgación de los preceptos sublimes de la espiritualidad, jamás
debe abdicar de la sensatez y la lógica que le da la razón, debiendo
evitar el sentimentalismo improductivo.81
Aquel que desea explicar las palabras del Señor, además de ser
un mensajero totalmente ajeno a los intereses humanos, aún
necesita vigilar la obra con la misma constancia con que el
sembrador lo hace con las aves o insectos dañinos que amenazan
destruir su buena obra. Por lo tanto, es un sembrador, un mediador
responsable por la plantación del trigo espiritual, cabiéndole
garantizar la fiel y perfecta cosecha para el Señor.
Por ello, no le cabe esperar recompensa alguna o merecimientos
de orden superior al aceptar en sana conciencia el transmitir el
mensaje del reino divino. Es una tarea de amplio sacrificio y de
suma importancia porque se trata de un trabajo humano y poco
común. El mensajero de la espiritualidad debe aplicar todos los
minutos provechosos de su vida, a fin de conseguir un éxito
absoluto sobre la siembra que se propone realizar bajo la confianza
del Señor.
Pregunta: Si consideramos que la cizaña es una planta de la
misma familia del trigo, ¿por qué motivo debe servir de mal ejemplo
en esa parábola?
Ramatís: Se sabe perfectamente que la cizaña es una gramínea
similar al trigo, pero considerada como una plaga, por lo cual ofrece
un excelente simbolismo de que el mal se asemeja al bien. Sin
embargo, las diferencias provienen del fruto de la cultura y otras
cualidades que una posee y la otra no. Por ello, todo
emprendimiento hacia el bien, aunque se encuentre garantizado por
ser una tarea superior, debe ser vigilado y fiscalizado
constantemente por sus responsables a fin de evitar la proliferación
dañina de las doctrinas irracionales. La verdad puede imitarse
fraudulentamente y presentarse como una copia genuina pero
definitivamente adulterada.
Es el caso del trigo y la cizaña que, por ser plantas gramíneas
semejantes, se confunden fácilmente por su apariencia. Por ello, es
difícil comprobar la separación y diferencia de cualidad que existe
entre ambas durante el crecimiento, lo cual es posible comprobar
después que han fructificado las simientes.
Basado en la gran similitud que poseen el trigo y la cizaña es que
no se logra diferenciarlos en la fase de la siembra, por lo cual, el
Maestro Jesús observaba que entre la productividad del bien y del
mal, sólo es posible distinguirlo en un solo punto, cuando llegan a la
madurez. De ahí el hecho que la cizaña es una planta dañina y
sirvió de excelente ejemplo al Maestro pues esclarecer la mismo
hombre, pues siendo éste el producto de una especie superior y
sana, sin embargo, obedece a las reacciones primitivas del animal,
cuando practica el mal.
Pregunta: ¿Qué esclarecimiento espiritual existe, cuando se
recomienda, que no se debe arrancar la cizaña, puesto que se corre
el riesgo de arrancar la buena planta del trigo?
Ramatís: Jesús constantemente advertía a sus discípulos, que
“había tiempo para todo, es decir, tiempo para sembrar y tiempo
para cosechar”. La impaciencia, propia del ser humano, es un gran
defecto que puede impedir la realización de una enseñanza
espiritual o cortar iniciativas de orden superior, aún inmaduras. En
todas las épocas los dirigentes políticos, líderes religiosos y tiranos
creían resolver el problema del mal o de la herejía por la censurable
decisión de matar al delincuente o hereje. Sin embargo, Jesús
jamás concordó con decisión tan simple y contraria a los principios
de la Vida y de la Evolución espiritual, porque aniquilando al
causante del mal, no deja de existir la causa que lo indujo a ese mal.
Una idea solamente puede ser .combatida con otra mejor y más
provechosa; jamás la muerte resuelve la anulación de la idea
primitiva. Además, en el simbolismo de la rebeldía del mismo Satán,
Dios no lo mata, apenas lo destierra hacia una legión de aflicciones
y dolores, donde mal podría pensar, reflexionar y hasta regenerarse.
Es de sentido común que el Señor no quiere la muerte del pecador
sino su completa regeneración.
De ahí, el hecho que el Maestro Jesús analizó en forma
provechosa la parábola del trigo y la cizaña porque encontró en ella
los más expresivos fundamentos para las acciones buenas y malas,
similarmente practicadas por la humanidad. El Maestro siempre
resaltaba y distinguía las cualidades entre el bien y el mal, lo
auténtico y lo falso, la verdad y la mentira, la doctrina y la Verdad
que aseguran el proceso del crecimiento de ambas simientes. De
ahí su conclusión indiscutibles y de elevado tenor espiritual cuando
advierte que “hay tiempo para todo”, de sembrar y recoger la cizaña
o distinguir el mal, pero se ha de prestar mucha atención para no
perder el trigo, es decir, el mismo bien.
Pregunta: ¿Nos podríais explicar con más precisión esa
enseñanza?
Ramatís: Repetimos que los labradores de los trigales saben
anticipadamente que es muy difícil distinguir el trigo de la cizaña. La
semejanza entre ambas gramíneas es muy grande cuando están en
crecimiento; además en el subsuelo entrelazan las raíces tan
fuertemente que la cizaña, al ser extirpada prematuramente,
arrastraría las raíces del trigo. Entonces, es de muy buen sentido
esperar que ambas alcancen el período de madurez final a fin de
hacer la correcta separación en la hora de la cosecha.
Basándose en esa imagen tan sugestiva, Jesús no aconsejaba la
destrucción imperativa y violenta del mal porque de ello también
podía perjudicarse al bien. En verdad, el mal no desaparece delante
del bien pero se desarrolla con él. El mal sólo debe ser extirpado en
la hora exacta de la cosecha, como sucede con el trigo, dado que a
ambos es posible distinguirlos en sus cualidades respectivas. Es
bueno observar el viejo aforismo que dice: “Por el fruto conoceréis al
árbol”.
Pregunta: Teniendo en cuenta las consideraciones del Maestro
Jesús, entonces debemos deducir que el mal es transitorio a posar
de que su manifestación sea perjudicial. ¿No es verdad?
Ramatís: Los estudiosos del verdadero génesis del hombre y de
la conformación de la humanidad saben que todo “mal” es relativo, y
con el correr del tiempo se verifica el adagio popular que dice: “Dios
escribe seguro con líneas torcidas”. Él mal, en síntesis, no es más
que el fruto de las conceptuaciones humanas en busca del progreso
o del bien.
Para los ojos de los civilizados, los salvajes son tan inadaptados
y peligrosos que deberían ser destruidos conforme al entendimiento
de ciertos políticos cuyo raciocinio es bastante simplista. Mientras
tanto, ello es contrario a los principios cósmicos de la creación
Divina, pues los mismos salvajes, conceptuados como peligrosos,
son los fundamentos vivos y humanos de donde se generó la propia
civilización. El lobo salvaje, una vez domesticado y tratado con
habilidad, se transforma en el inigualable amigo del hombre, tal
como se demuestra a través de la fidelidad del perro hacia su amo.
La dulce y sabrosa naranja es la metamorfosis de la antigua fruta
silvestre y acida; la rosa se abre lozana y perfumada si se planta en
medio del abono indeseable. Ningún símbolo del mal es más
expresivo en su gran transformación hacia él bien, como lo fue el
fanático doctor del Sanedrín, Saulo, que más tarde se transformó en
el heroico y convincente divulgador del Cristianismo, conocido luego
por Pablo.
Sólo las criaturas en cuya intimidad vibran los instintos y
pasiones inferiores, ven en todas las cosas las razones para
censurar y criticar. En verdad, los espíritus de graduación superior y
responsables por la evolución de los hombres, jamás condenan lo
que es inferior porque saben que todas las cosas son los medios
para Dios y que, por su intermedio, se produce la loable
metamorfosis, procesada a través del espacio y del tiempo. Los
ángeles, por ejemplo, son los buenos labradores que recogen la
siembra del trabajo espiritual y separan amorosamente tanto el trigo
como la cizaña. Además de separar los manojos del trigo y de la
cizaña, valoran las culpas de cada ser en el momento exacto de la
fructificación; entonces proceden al sabio y afectuoso injerto que
convierte el mal en bien.
Siendo el bien la base de todo lo creado por Dios, jamás la
cizaña de la maldad logrará infestar la buena siembra esparcida por
el mundo. Los buenos segadores estarán atentos y a la espera del
momento adecuado para accionar en forma saludable en favor de
los justos, buenos, mansos, humildes y pacíficos, mientras amparan
a los injustos, malos, vengativos y belicosos, conduciéndolos hacia
un nuevo curso de redención espiritual y de futura promoción para el
bien. El Señor Jamás condena a muerte o promueve la desaparición
de los inicuos y pecadores sino que los conduce hacia su redención
espiritual, proporcionando circunstancias y situaciones adecuadas.
Más tarde, les apresura la contextura embrutecida y primaria,
puliéndoles los impulsos destructores de la animalidad a fin de que
puedan catalizar la luz íntima del espíritu inmortal en la síntesis de la
redención angélica. Por otra parte, es de concepción sideral y
transmitido por el mismo Jesús que no puede existir el mal y los
pecados eternos, en base a su promesa de que “no se perderá una
sola oveja del aprisco del Señor”.
Pregunta: ¿Esa separación simbólica de la cizaña y el trigo
obedece al siempre mencionado “juicio final” que según la profecía
milenaria estamos viviendo en la actualidad sobre la tierra?
Ramatís: El mismo Jesús profetizó en la “hora de los tiempos” y
bajo el régimen del “Juicio Final”, que la humanidad materialista
sería substituida por otra espiritualizada, en donde predominará la
igualdad, fraternidad y por sobre todo, la libertad. En base a los
insólitos acontecimientos que suceden día a día en vuestro mundo,
no quepa la menor duda de que estáis viviendo en la actualidad los
eventos profetizados por los más renombrados profetas bíblicos y
modernos. Dice la profecía milenaria, en síntesis, que en la “hora de
los tiempos”, los “cabritos y la cizaña” serían separados de las
“ovejas” y del “trigo”, mientras que los buenos se sentarán a la
derecha del Cristo y los malos a su izquierda.
Los “de la derecha” del Cristo tendrán en el futuro una vida física
mejor en concomitancia con su naturaleza espiritual v tendrán
derecho a un curso educativo superior, con nuevos y bellos caminos
de perfeccionamiento. Mientras que para los espíritus clasificados. a
la izquierda del Cristo, el actual “Juicio Final” alcanzará a todas las
almas rebeldes e indisciplinadas contra las leyes de la vida espiritual
y serán exiladas hacia un mundo equivalente a su índole inferior, en
cuyas encarnaciones futuras podrán recapacitar sobre las lecciones
que despreciaron en la tierra.
Pregunta: En esa separación del “trigo” y la “cizaña” terrícola,
¿cuál sería la cantidad de espíritus colocados a la izquierda del
Cristo, como así también, qué porcentaje alcanza a los “de la
derecha”, basándonos en nuestra actual población?
Ramatís: Bajo el vaticinio de la estadística sideral, se presume
que dos tercios de vuestra actual humanidad formarán el conjunto
de espíritus que se colocarán a la izquierda del Cristo, los que
deberán emigrar hacia otro mundo inferior, donde sus habitantes se
hallan en la edad de piedra. El otro conjunto, constituido por los de
la derecha y que comprende un tercio de vuestra población, podrán
reencarnar en el orbe terráqueo próximamente, es decir, en el
próximo milenio.
Pregunta: ¿No es un contrasentido que los espíritus aprobados
en el actual “Juicio Final” y a la derecha del Cristo, tengan que
encarnar nuevamente en la tierra, donde sufrieron tantas
dificultades, sacrificios y decepciones físicas?
Ramatís: En base a la verticalización del eje de la tierra, que en
la actualidad se está produciendo lentamente, pero comprobada por
la variación de los climas tradicionales, de las alteraciones de los
ambientes físicos y del fuerte deshielo en los polos, en el próximo
milenio vuestra tierra presentará mejores condiciones de
habitabilidad. El tema del “fin de los tiempos” está lógicamente
previsto en la cronología sideral de vuestra constelación solar, que
además de prever y preparar una mejoría geofísica y geodinámica
del orbe terráqueo, actuará concomitantemente con la necesaria
selección y clasificación espiritual de la humanidad.
Hasta el presente, la tierra todavía se encuentra clasificada en el
magisterio sideral como un mundo físico de educación espiritual
primaria, por cuyo motivo está habitada por espíritus instintivos,
rebeldes, sensuales, ambiciosos, perversos, agresivos y
fuertemente apegados a las necesidades animales. Conforme dice
la máxima popular, “Cada casa con su dueño”, y nosotros diríamos,
“Cada escuela con su alumno” en que la mejoría del hombre
terrícola, implica la mejoría del orbe, lo que equivale decir, que la
mejoría requiere un mejor inquilino.
En consecuencia, en un planeta primario, joven, agresivo e
inestable, su clima sufre abruptas variaciones y su constitución
geológica es afectada por terremotos, volcanes, tempestades,
huracanes, lluvias violentas en épocas inapropiadas, causando
inundaciones catastróficas. En sentido opuesto, las sequías
prolongadas anulan el esfuerzo del hombre, obligándolo a razonar
sobre las posibles soluciones, pero todo ello es importante porque
representa los recursos primarios para enseñar y educar a los
alumnos indisciplinados, instintivos, malcriados, prejuiciosos,
irresponsables, dañinos, astutos y peleadores, los cuales discrepan
con las leyes cívicas y morales impuestas por sus profesores.
Mientras tanto, lenta y progresivamente, bajo el yugo de las
dificultades encontradas en su planeta, ellos terminan entendiendo
la meta de la vida humana y asimilan los conceptos superiores de la
vida eterna.
Es el caso del planeta tierra, que por causa de la oscilación de su
eje inclinado suceden situaciones críticas en donde el extremo calor
del verano favorece la proliferación de los gérmenes patogénicos,
mientras que, en el otro extremo, es necesario el frío del invierno a
fin de reducir el exceso de microbios indeseables. Cuando el orbe
terráqueo eleve aún más su eje, proporcionará una rotación más
vertical y equilibrada v se reducirán las diferencias de temperaturas
en base a la predominancia de dos estaciones, amenas y
duraderas, semejantes al otoño y a la primavera.
La nueva tierra, verticalizada y bajo mejor estabilidad climática,
tiende a reducir por un efecto natural de equilibrio los resfriados,
bronquitis, asmas, pleuresías, neumonías y demás molestias
específicas de las vías respiratorias que actualmente se agravan
debido a las variaciones violentas de la atmósfera. Así como existen
regiones y países cuyo clima agradabilísimo, limpio V aire puro son
recomendados; por la medicina como recursos terapéuticos de
recuperación de molestias de las “vías respiratorias”, la tierra
también ofrecerá mejores condiciones para la salud física por causa
de la elevación de su eje.
Presunta: ¿Es suficiente que la tierra eleve su eje terráqueo para
que se vuelva un paraíso?
Ramatís: No ha de ser un paraíso terrestre por el solo hecho de
la verticalización de su eje terráqueo, sino que es de sentido común
que también existen condiciones kármicas espirituales muy cruciales
que superan a cualquier influencia climática o de naturaleza
geológica y que impiden al espíritu encarnado accionar libremente.
Quien nace deformado anatómicamente o es portador de una lesión
pulmonar o tuberculosis congénita, seguro que no ha de liberarse de
la carga mórbida y periespiritual por causa de la verticalización del
eje del orbe donde vive. Pero es evidente que el sufrimiento ha de
ser más moderado cuando existen condiciones saludables que
pueden reducir las crisis, como en el caso de las enfermedades de
las vías respiratorias con relación a los climas suaves, sin
alteraciones bruscas. Sin embargo, no podemos dejar de indicaros
que la pedagogía divina tiene por finalidad la evolución y el
progreso. Ningún ser o cosa alguna podrán mantenerse en una
condición inferior, dado que el progreso y el perfeccionamiento se
debe realizar lentamente pero con lógica, sin dar saltos milagrosos
que desmentirían la coherencia de las leyes que rigen la evolución
del Cosmos. Siendo así, todos los planetas primarios también
evolucionan para condiciones más estéticas y agradables, a fin de
atender los diversos tipos de espíritus que deberán apresurar los
sentimientos y desenvolver la sabiduría en su individualización.
Repetimos que, mejorando el habitante, también mejora la morada,
así como la promoción del alumno exige otro profesor.
Pregunta: Basándonos en la pedagogía humana, ¿cuál sería la
graduación del planeta tierra después de la verticalización total de
su eje?
Ramatís: A pesar de la incredulidad de algunos espiritualistas
que subestiman la influencia del medio sobre la criatura, la tierra
actualmente está sometida, en su intimidad geológica y situación
astronómica, a la importante reforma cuya meta es promover la
escuela de espíritus primarios hacia la categoría de espíritus más
avanzados, cuya integración comenzará a partir del tercer milenio.
Bajo el esquema de la Administración Sideral, vinculado al “Gran
Plano” o Manvantara del actual Cosmos materializado, llegó el
“momento” y la “hora” de liberar a la tierra de su rutina común, de
ser un simple planeta de enseñanza primaria en lo espiritual,
configurada por los diez Mandamientos, para volverse un mundo
físico y educativo, donde el desenvolvimiento de la sabiduría
creadora y el sentido de la responsabilidad serán los principales
objetivos.
En consecuencia, los alumnos terrícolas, malos, dañinos,
celosos, negligentes, tontos, destructores e irresponsables que
reprobarán en el actual “Juicio Final” o examen de un curso
espiritual educativo iniciado hace 28.000 años, en la Atlántida,
deberán ser transferidos hacia otra escuela primaria y planetaria, a
fin de que puedan recapitular las mismas lecciones que han
subestimado por ignorancia o rebeldía en la tierra.
Pregunta: ¿Qué nos podéis decir de los alumnos o espíritus
aprobados para sus futuras encarnaciones en la tierra a partir del
próximo milenio?
Ramatís: Los espíritus “de la derecha”, aprobados bajo la égida
del Cristo, que es el Amor Universal, son los discípulos obedientes,
pacíficos, escrupulosos, fraternos, responsables, humildes y
trabajadores que necesitan mejorar las lecciones escolares y
condiciones de vida física, conforme a su progreso educativo.
Aunque la tierra verticalizada del tercer milenio no les ofrezca
una vida absolutamente feliz, porque es un planeta todavía sujeto a
las transformaciones climáticas, sin embargo, en el futuro, no serán
tan variables. Después de las actuales e importantes reformas
geofísicas, será un ambiente saludable compatible con las almas
pacíficas, fraternas, serviciales y respetuosas a las leyes
universales. El deshielo en los polos,82 que se acentúa con la
verticalización de la tierra, descubrirá una región fértil, que se
encuentra protegida por la gran extensión de hielo, a fin de
compensar las tierras áridas y esterilizadas por las bombas
atómicas que son estúpidamente arrojadas por los actuales alumnos
primarios cuya irresponsabilidad no tiene límites.
Los futuros habitantes de la tierra, promovidos en el actual “Juicio
Final” en base a su contextura psíquica más sensibilizada y espíritu
creador, han de cooperar en la modificación de su nuevo ambiente y
solucionarán todos los problemas difíciles y gravosos que aún pesan
en la vida de los terrícolas. Muchos de esos espíritus buenos y
clasificados a la derecha del Cristo, ya se están dedicando
afectivamente para solucionar varios de los problemas que atentan
contra la salud y la vida de los terrícolas, como son la insalubridad
del ambiente, la contaminación del aire, el vicio de los tóxicos y el
alcoholismo.
Pregunta: ¿Existe alguna alusión bíblica que indique el carácter
o el tipo de espíritus situados a la izquierda del Cristo y que
ineludiblemente deberán emigrar hacia otro mundo inferior?83
Ramatís: Dice Juan Evangelista en el Apocalipsis, (Cáp. 21,
vers. 8): “Más a los cobardes, incrédulos y malditos, homicidas y
fornicarios, hechiceros y a los idólatras y a todos los mentirosos, la
parte de ellos será en el lago, que arde en fuego y en azufre; que es
la segunda muerte”.
Ahí tenéis el tipo espiritual primario muy bien definido, que será
reprobado en el actual examen y que quedará imposibilitado de
cursar nuevamente la escuela terrena, una vez que ésta ha sido
promovida para la educación secundaria en lo espiritual. El profeta
Juan es bastante explícito, pues además de mencionar las
cualidades que los identificará como a la izquierda del cristo, aún
deja entrever que serán apartados del orbe terráqueo, es decir,
“arrojados” en el lago ardiente de fuego y azufre. Se sabe que el
fuego y el azufre son los temas fundamentales con que la tradición
espiritual indica los lugares de purificación y de sufrimiento en el
Más Allá de la tumba. En fin, es un ambiente inferior y primario
donde predomina el fuego y las fuerzas destructoras, sofocantes y
repulsivas, símbolo de un mundo en formación y tipo antediluviano.
Aunque no exista en el seno de Dios ningún propósito de castigar a
nadie, quien fuera “arrojado” en tales regiones ha de sufrir la acción
dolorosa del medio, pero purificadora en base a las energías
agresivas y primarias. El lago que arde en fuego y en azufre podría
recordarnos al lodo o barro medicinal que se utiliza
terapéuticamente para limpiar la excrecencias y residuos de la piel
de las mujeres, o los llamados “charcos purgatoriales” existentes en
el mundo astral y primario.
El apóstol Juan utiliza hábilmente las imágenes que juzgó eran
las más apropiadas para describir la región o condición de vida
inferior y desagradable, capaces de definir el mundo de exilio de los
terrícolas, que fueran reprobados en la hora actual. Dice Juan que
serían “arrojados”, o sinónimamente, “apartados” de la tierra.
Pregunta: Considerando que el espíritu es la base
imprescindible e indestructible de la personalidad humana, aun así
¿los exilados deberán borrar de su mente las recordaciones de sus
vidas sobre la tierra?
Ramatís: En verdad, el periespíritu, que es la organización
configuracional del espíritu eterno, se parece a un avanzado e
indestructible video-tape que graba hasta la caída de un cabello de
la cabeza de la persona, según dice el aforismo popular. Sin
embargo, es bueno distinguir entre la palabra “grabar” y “reproducir”
periespiritualmente,puesto que “grabar” es participar de inmediato
de los hechos y fenómenos enfocados, y “reproducir” exige lo más
difícil, que es la evocación de esos mismos hechos.
Por lo tanto, les faltará a esos espíritus exilados las condiciones
favorables en ese medio agreste y primitivo, para obtener con éxito
la memorización de sus vidas anteriores vividas en la tierra.
Aunque posean en estado latente las reminiscencias de sus
vidas terráqueas, la emigración y encarnación en un mundo inferior
es como una pesada cortina que impide exponer el acervo de la
memoria periespiritual, la cual, sólo vibrará con éxito en algunos
momentos de fuerte recordación espiritual. Pero como el olvido del
pasado en cada nueva encarnación es una regla de imperiosa
necesidad a fin de que el hombre viva liberado de complejos y
frustraciones del pasado, los exilados terrícolas apenas conservarán
alguna recordación subjetiva que les dará la impresión de haber
vivido antes en un mundo más agradable. Comparando el confort de
hoy con el primitivismo de las cavernas de ese mundo, los exilados
volverán a crear una nueva leyenda sobre “ángeles caídos” de un
mundo mejor, o de Adán y Eva.
Y la nueva humanidad troglodita, apoyada por los exilados de la
tierra, comenzará a recorrer el extenso camino de las alegorías, de
los dogmas, ritualismo y supersticiones religiosas, hasta que un
determinado día alcanzará, al igual que hoy, en la tierra, la
concepción moderna de que Dios es la Suprema Inteligencia o la
Suprema Ley del Universo. A pesar de tener que ajustarse
biológicamente a la conformación de los primitivos trogloditas, en su
psiquismo les ha de vibrar la idea de que han sido arrojados en un
mundo infernal, como en el “lago de fuego y azufre”, citado en la
Biblia, y que por su estulticia espiritual tendrán que “comer él pan
amasado con el sudor de su frente”.
Pregunta: ¿Nos podéis aclarar cuál es el verdadero significado
del simbolismo de la serpiente, en la leyenda de Adán y Eva?
Ramatís: En la leyenda de Adán y Eva, la serpiente es
responsable por la tentación que tuvo Eva por comer la manzana
prohibida, que caracteriza justamente el poder creador y al mismo
tiempo destructor que posee el espíritu inmortal. Se trata del fuego
serpentino, muy conocido por los ocultistas, rosacruces, yogas,
teósofos y budistas, el cual sube por la columna vertebral, partiendo
del centro de fuerzas etéricas o denominado chakra
Kundalíneo, situado en la extremidad de la columna vertebral, y que
controla el sexo e irriga el cerebelo, como activa las energías
mentales concretas. La poderosa fuerza, que allí se almacena,
recuerda al fuego que se encuentra debajo de la brasa. Bajo un
control espiritual y superior, modela un Jesús poderoso, que dirige y
ayuda a las almas sufrientes, pero siendo activado por espíritus
ambiciosos, inescrupulosos y malos, produce un Hitler. Así como
el chakra kundalíneo consagra un santo por medio de la aplicación
beneficiosa de tan poderosa energía, también destruye, en su
vórtice llameante, al infeliz que invierte su sentido creador. Tanto
activa y crea, como esclaviza y destruye bajo la fuerza fabulosa que
da la energía en eclosión.84 Cuando Miguel Arcángel empuña la
espada reluciente e impide el retomo de Adán y Eva al paraíso,
después de haber cometido el pecado original, está simbolizando el
principio inquebrantable de la Justicia Sideral, cuya finalidad es
neutralizar al espíritu del hombre cuando invierte o deteriora los
valores creadores del universo para uso exclusivo de su propio bien.
Expulsados del paraíso, Adán y Eva representan a los espíritus
exiliados de un mundo superior hacia otro inferior, en un retiro justo
y necesario para su reeducación, aunque ello sucede bajo una
nueva y difícil vida material. Cuando las almas amenazan el
equilibrio colectivo de un mundo, debido a sus pasiones, vicios y
capacidad para la destrucción, en un total sentido inverso de la vida,
entonces necesitan emigrar hacia ambientes inferiores donde la
terapéutica del dolor y el sufrimiento funcionan como un
medicamento saludable y redentor.
Pregunta: ¿Qué es lo que debemos entender por selectivo en
esa clasificación a la derecha y a la izquierda del Cristo?
Ramatís: El Cristo simboliza el Amor en su esencia cósmica, es
una vibración sideral e infinita, que se distingue en la persona por su
estado amoroso, incondicional e infinitamente creador. El espíritu
“crístico” es aquel que sobrepasó la frontera de la egolatría y
deshizo la personalidad del “hombre viejo”, cultivada en los
procesos múltiples de los mundos físicos por su desconocimiento de
la realidad espiritual.
El amor es la naturaleza real de Dios. El hombre sólo toma
conocimiento de la autenticidad divina, del Amor Absoluto, a través
de su propia manifestación crística. Es un estado sideral superior y
exclusivo de los ángeles, que amparan a los
hombres y particularmente de los arcángeles, que vitalizan a los
planetas, constelaciones y galaxias. Son las entidades pletóricas de
Amor, que en su conciencia sideral estimulan, impulsan y orientan a
las humanidades para proseguir la evolución espiritual en sus
respectivos planetas.
Son una especie de fuentes vivas que donan, concentran y
dirigen ese Amor Cósmico hacia las vidas menores. Nos recuerda a
los transformadores siderales, que reducen la frecuencia de la Usina
Divina para dar vida, en su justa frecuencia, a los astros y a los
seres que los pueblan.
Pregunta: ¿Qué diferencia existe entre el hombre cristiano y el
crístico?
Ramatís: El hombre crístico es el seguidor de la doctrina
cristiana, cuya base es el Evangelio divulgado por Jesús con el
advenimiento del Cristianismo, mientras que el hombre cristiano se
manifiesta en defensa de una creencia o secta de su simpatía, sea
Catolicismo, Protestantismo, Adventismo, Umbanda y aún
Espiritismo, que no es doctrina sectaria. El hombre crístico no posee
espiritualmente definiciones particularizadas o preferencias
religiosas, pues absorbe y cataliza, en su intimidad, la esencia
interior de su Cristo o Arcángel Planetario, cuyo estado espiritual
alcanza a todo el orbe y hasta las constelaciones. El Amor Cósmico
de Dios se manifiesta a través de sus Arcángeles y Ángeles con la
vibración adecuada a las humanidades encarnadas y en aprendizaje
espiritual. Los arcángeles accionan en el sentido de plasmar la Luz
Creadora de la Vida Cósmica, acorde con las necesidades del
consumo de los orbes y sistemas planetarios. Siendo así, cuando
los marcianos, jupiterianos, saturninos o terráqueos se encuentren
viviendo en sí mismos el amor de su Cristo planetario, cuya segunda
venida se realiza por medio de la “vía interna” del corazón, entonces
son hombres crísticos, cuyo amor es un constante flujo, que no tiene
fronteras o estados de separación alguna.
Mientras el hombre crístico se transforma, cual miniatura de la
manifestación del Amor Crístico de Dios, que concentra en sí mismo
la pulsación de su Cristo Planetario, vive ese sublime principio más
allá de cualquier simpatía, preferencias religiosas o espiritualistas,
mientras que el hombre cristiano aún es un diferenciado en el
mundo que vive. En verdad, se mueve y acciona bajo el control
remoto de su creencia, doctrina o filosofía espiritualista, es decir, sus
actos y reacciones espirituales se hallan afectadas por el filtro
específico y limitado del credo que cultiva o que lo acondiciona. Vive
en una forma que jamás traspasa el pensamiento, la opinión o la
concepción avanzada de sus sacerdotes, jefes espiritualistas, así
como también, ortodoxos conductores espiritas.
Pregunta: ¿El hombre crístico es el prototipo del hombre
universalista?
Ramatís: Naturalmente, puesto que el hombre crístico, es como
una pulsación humana y divinizada por el Cristo de su orbe, dado
que no tiene fronteras ni piedras religiosas que le impidan caminar;
es una constante realización viva, nutrida por el Amor’ Crístico y
puesta de manifiesto sobre la superficie del planeta. Es universalista
por que no tiene particularidades religiosas ni se somete a
liderazgos doctrinarios. Nada lo diferenciará, puesto que las sectas
son como verrugas en el cuerpo del Cristo, mientras que éste se
manifiesta a través del amor.
El hombre crístico ama y respeta, sirve y ampara a todos los
credos, movimientos espiritualistas e iglesias religiosas porque
entiende que los demás hombres también buscan el Amor de Dios,
y él siente ese gozo inefable en sí mismo. Es un amor tan sublime e
inagotable como la fuente de agua cristalina. En consecuencia, el
sacerdote católico, pastor protestante, líder espirita o jefe
umbandista, son cristianos porque el fundamento de sus doctrinas
es el Cristianismo y sus fuentes, inspiradas en la vida de Jesús. Sin
embargo, ellos sólo serán crísticos cuando puedan vivir la
manifestación absoluta del Cristo, la que se plasmó a través de
su médium Jesús, y no del condicionamiento a sus doctrinas
religiosas.
Pregunta: Volviendo nuevamente sobre la cuestión del trigo y la
cizaña, que simbolizan respectivamente a los espíritus clasificados a
la derecha y a la izquierda del Cristo, ¿las profecías bíblicas son la
única fuente de esclarecimiento de ese acontecimiento?
Ramatís: En verdad, los “Tiempos son llegados”, el “Juicio Final”
y el reinado de la “Bestia del Apocalipsis” de Juan Evangelista,
cuyos hechos ya estáis viviendo actualmente, son profecías y
predicciones bíblicas cuyos autores fueron los grandes profetas,
entre los cuales se encuentran Isaías, Daniel, Jeremías y Ezequiel,
y entre los profetas menores se cuentan Joel, Abdías, Jonas,
Zacarías y Nahúm. Posteriormente a la Biblia, otros profetas más
recientes interpretaron y ratificaron las predicciones milenarias, en
donde Nostradamus fue el más genial y lo demostró por medio de
sus Centurias, siguiéndole Maximino Guiraud, Santa Odila, Frey
Johannes, el Cura Ars, Catalina de Emmerik, Frau Silbiger, Madre
Schipton y, últimamente, Ernest Izgur, Lyndo y Jeane Dixon.
Se trata de un procedimiento poco común, que la Divinidad
atribuye a las criaturas dotadas de cierta facultad de predicción,
para que la humanidad vaya conociendo los hechos que deberán
suceder en épocas adecuadas a cada condicionamiento psíquico
humano.
Pregunta: Esas profecías de “Los tiempos son llegados”, “Juicio
Final”, etc., etc., ¿no podrían ser el producto de un exceso de
imaginación, tal como aparecen en los diversos pasajes de la Biblia?
Nuestra consideración obedece a que en la Biblia existen relatos
que sobrepasan al buen sentido y a la lógica o son demasiado
altilocuentes, ¿no es verdad?
Ramatís: Es evidente que la Administración Sideral de vuestro
mundo, ha de ser mucho más disciplinada y coherente que
cualquiera de las empresas dirigidas por los administradores del
mundo material. A pesar de las severas críticas que pesan sobre los
relatos y acontecimientos descriptos en la Biblia y que son atribuidos
a la palabra de Dios, la verdad es que se trata de un verdadero
derrotero que orienta en la forma mejor posible a los espíritus
encarnados.85
En la conformación de la Biblia participaron varios médiums de
elevada espiritualidad, acreditados profetas, que participaron otrora
en épocas pasadas con gran relieve, donde Juan, el más avanzado,
predice a través de su mensaje apocalíptico. Algunos de esos
profetas o médiums del Viejo Testamento retornaron a la tierra en
varias oportunidades, para reajustar las viejas profecías a nivel de
las realizaciones científicas y del progreso de la tecnología
moderna.
Sin embargo, sería bastante injusticia e incoherencia querer
exigir, por parte de los puristas y exegetas de la actualidad, aquello
que lo Alto transmitió hacia la tierra, hace más de 2.000 años, y que
no tuviera cualquier tipo de residuo humano por parte de sus
intérpretes, como en verdad sucedió con la Biblia. Sin duda alguna,
fue un esfuerzo bien intencionado y poco común dentro de la época,
porque bajo los atropellos, perversidades, venganzas y costumbres
censurables de las narraciones bíblicas, se encuentran expresados
los derroteros espirituales y las exhortaciones que inducen hacia un
mejor comportamiento espiritual de la humanidad. Además, ya
hemos manifestado en otras oportunidades, que si “vuestra
humanidad actual, pretendiera escribir su Biblia y adoptara la misma
franqueza y simplicidad infantil con que el pueblo judío lo hizo, se
editaría el más inmoral y bárbaro tratado sobre la historia de la
humanidad, pues deberían explicar las peores calamidades e
ignominias religiosas que el hombre haya practicado en nombre de
Dios, que harían erizar los cabellos al menos sensible de los seres
humanos”.86
En consecuencia, la Biblia debe admitirse como un vehículo
gráfico de comunicación del Señor a través de los mismos hombres.
Y por ser una obra humana e inspirada por Dios, debe
comprenderse los defectos, imperfecciones y perturbaciones que
obedecen a la propia vida física. Y el aspecto algo incoherente,
excéntrico o aberrativo que aparece en los enunciados proféticos,
son los defectos resultantes de la carencia de imágenes electivas,
eslabones o acontecimientos necesarios para completar, en forma
comprensible, la predicción sobre el futuro. Ellos no tenían en
aquella época los medios que hoy se conocen para dar a
comprender, en forma positiva, las escenas y sensaciones sobre los
hechos enunciados.
Pregunta: ¿Nos podéis citar algún ejemplo sobre esa carencia
de imágenes electivas, conexiones o medios necesarios, que les
hubieran permitido una mejor exposición sobre las predicciones
proféticas?
Ramatís: Es algo semejante a la predicción que nosotros hemos
hecho hace algunos lustros sobre la aproximación de un astro
intruso, que es capaz de influir en la elevación del eje de la tierra, y
que también fuera considerada al “pie de la letra”, en una
concepción básicamente física, cuando aún se trata de un vaticinio,
oculto por un velo cabalístico.87
Siendo un acontecimiento correctamente profetizado, aún guarda
de un modo cabalístico, el desarrollo gradual de los hechos o
descubrimientos que han de comprobarse a través del tiempo, para
poder delinearlos sensata y definitivamente. Las profecías siempre
resultan incomprensibles en la época de su vaticinio, pues en base a
ciertos eslabones, conexiones y sucesos que complementan a la
misma, recién comienzan a ser comprendidas y conocidas ni bien se
efectúa el progreso que da lugar a los nuevos descubrimientos
científicos y técnicos del mundo. Muchas de esas profecías no
ofrecen una base para un análisis serio; entonces provocan
habladurías y protestas por causa de su simbología muy excéntrica,
que vela la realidad, debido a que aún no es la época propicia para
comprenderla, por falta de hechos que la demuestren.
Pregunta: ¿Nos podéis explicar mejor el asunto?
Ramatís: Hace dos mil años, cuando Juan Evangelista predijo
que en el “fin de los tiempos”, o en el “Juicio Final” las carrozas y los
barcos volarían, provocó la risa de sus coterráneos doctos en la
materia, puesto que eran los racionalistas de la época y, además,
carecían de la percepción intuitiva. Los críticos y positivos
científicos, habitualmente modelados como ratas en los laboratorios,
que palpan los fenómenos transitorios de la materia, jamás podían
admitir la increíble aberración que caballos, carrozas y barcos
pudieran volar entre las nubes, en forma tan simple, como lo hacían
los barriletes de papel.
Sin embargo, las profecías de Juan Evangelista, físicamente
imposibles para la época, ocultaban la realidad tras un velo
cabalístico, pues dependían de ciertos eslabones o elementos
intermediarios futuros, pero lógicos, que los ajustaría en su futura y
auténtica descripción. A medida que esos eslabones o conexiones
intermedias fueran descubiertas y reconocidas por la ciencia del
mundo, la profecía también se tornaría positiva y cada vez más
comprensible, en base a la coherencia que aproxima los extremos
milenarios, es decir, de la época de su predicción y de su exacta
realización.
Pregunta: Perdonad la insistencia, ¿pero cómo debemos
entender lo referente a la naturaleza de esos eslabones o
conexiones que permiten que las profecías de Juan Evangelista
sean cada vez más coherentes y concretas?
Ramatís: Bajo los descubrimientos científicos y los constantes
experimentos técnicos, la vieja carroza ya no posee su configuración
primaria e imposibilitada de volar a medida que el hombre descubrió
nuevos medios de propulsión, que van desde el aprovechamiento
del vapor de agua hasta la moderna gasolina. Gracias al motor de
explosión, movido por el petróleo, aumentaron sus HP de fuerza y
definitivamente fueron suplantados los caballos de carne y hueso
que tiraban de las carrozas.
La pequeña hélice, que apenas se usaba para aliviar la
temperatura en el interior de los vehículos a motor, gracias al talento
de Santos Dumont pasó a girar en el exterior, con un poderoso
potencial energético, y de a poco, la carroza se fue elevando del
suelo y comenzó a volar en la figura de la majestuosa aeronave, tal
como lo había previsto Juan Evangelista hace dos mil años. Y el
barco, a su vez, tocado por el mismo progreso de la ciencia y de la
técnica, pasó por la metamorfosis de la carroza, puesto que el barco
se convirtió en avión y comenzó a deslizarse apresuradamente en
medio de los ríos para tomar definitivamente altura y destacarse
como el majestuoso hidroavión.’
Entonces, Juan dejó de ser un profeta visionario o delirante para
ser reconocido como un hombre poco común, que fue tocado por la
“Voz del Señor” y fue capaz de prever, con absoluta seguridad, el
evento de la carroza y el barco transformados en aparatos
voladores. Los tontos fueron aquellos críticos que debido a su
deficiente intuición juzgaron insensato y excéntrico, en aquella
época, el vaticinio que el profeta Juan había concebido por fuerza
de su peculiar percepción psíquica.
Es lo que sucede también con las predicciones del “Fin de los
Tiempos”, el “Juicio Final” y la “Bestia del Apocalipsis” ya expuestas
en franca actividad, porque los eslabones y las conexiones
intermedias que faltaban, en la actualidad, comenzaron a llenar los
espacios dudosos de la profecía, y a su vez, marcan los
acontecimientos trágicos de vuestros días.
Pregunta: ¿Nos podríais exponer algún ejemplo, es decir, algún
hecho positivo que nos demuestre alguna predicción?
Ramatís Hace dos mil años, los profetas y en especial Juan
Evangelista, en uno de sus vaticinios y acontecimientos más
importantes que sucedería en la “hora de los tiempos”, decía que el
fuego llovería desde el cielo, lo que causó además de las sorpresas,
la desconfianza y capciosas risas de los entendidos, pues desde el
cielo la única cosa que podía caer, era agua, jamás fuego. En base
al progreso de la física y de la química, aliados a los eventos de la
electrónica, la ciencia terrena construyó la bomba atómica, y no
cabe la menor duda de que la profecía se cumplió con amplio
margen, pues han sido innumerables las explosiones nucleares
efectuadas por la ciencia del presente.
Pregunta: En vuestros enunciados anteriores, en lo referente a
los espíritus clasificados a la izquierda del Cristo, ¿os sería posible
citarnos algunos pasajes bíblicos que confirmen ese
acontecimiento?
Ramatís: Existen diversas alusiones al misma asunto, tanto en el
“Viejo” como en el “Nuevo Testamento”, lo que sería muy trabajoso
detallar en la presente obra. Sin embargo, creemos que la conocida
parábola del “Festín de Bodas” considerado en un capítulo especial
de la presente obra, puede serviros de paradigma para comprobar la
emigración de los espíritus de la izquierda del Cristo, hacia un
mundo físico de condición inferior a la tierra.
Bajo un sucinto análisis, os recordamos que en la parábola del
“Festín de Bodas”, Jesús hace alusión directa a la necesidad de que
todos los hombres “sanen” a su periespíritu de cualquier impureza o
residuos a fin de mantenerse en equilibrio con la frecuencia
sutilísima del campo angélico y edénico. En consecuencia, las
almas clasificadas a la izquierda del Cristo son los portadores de
periespíritus aún oscuros, sobrecargados de muchas toxinas,
resultantes de una vida animalizada. Por lo tanto, se encuentran
perfectamente simbolizadas en el “Festín de Bodas” en la figura del
intruso, que aún no tenía la gracia de poseer la “túnica nupcial”.
Además, es muy significativo el párrafo final de esa parábola,
cuando dice: “El festín de bodas está enteramente preparado, pero
de los muchos que fueron invitados sólo pocos eran dignos de ser
escogidos”. Ello refleja perfectamente la selección del “Juicio Final”,
en que los dos tercios de la humanidad terrícola serán exiliados
hacia otro orbe primario, restando apenas un tercio de “escogidos”
con derecho a las futuras reencarnaciones en la tierra. El “festín de
bodas” define claramente el exilio de los espíritus reprobados y
situados a la izquierda del Cristo, cuando el rey ordena que el
intruso sea arrojado a las “tinieblas exteriores”, es decir,
simbólicamente “apartado”, o lo que es igual, “exiliado” para otro
mundo.
Pregunta: Muchos estudiosos del Espiritismo no conciben esa
emigración de los espíritus terrícolas hacia un mundo inferior, puesto
que les parece una retrogradación, que no tiene lógica, puesto que
parecería una inferiorización poco merecida que altera el esquema
de la evolución espiritual del hombre. Aducen que las almas
graduadas para vivir en la tierra, jamás podrán decaer, por medio de
la encarnación, en un plano más inferior. ¿Cuál es vuestra
consideración al respecto?
Ramatís: Los espíritus exiliados de la tierra no retroceden en su
contextura íntima o graduación espiritual, ni son rebajados por el
hecho de renacer en nuevos cuerpos y habitar en ambientes de
índole primaria. Apenas son transferidos de una condición material y
transitoria para otra condición similar, pero educativa en otro orbe de
condición inferior, pero que tendrán que vivir una existencia llena de
dificultades y compulsiva. El general que provisoriamente se pone el
traje de mecánico para arreglar el defecto de su vehículo, no decae
o retrograda de su función militar, ni es rebajado en su puesto de
trabajo, por el sólo hecho de cambiar su uniforme jerárquico por otro
que es necesario para efectuar tareas más groseras. Einstein tanto
pudo recoger flores en la cumbre de los Alpes como partir leña en la
Selva Negra de Alemania, sin que por ello dejase de ser el
maravilloso matemático y autor de la teoría de la relatividad. El
simple cambio de ambiente, de casa o de traje, no modifica el
contenido íntimo de la criatura humana, ni la degrada para
condiciones inferiores.
Los espíritus terrícolas transferidos para otro mundo físico e
inferior, cuya humanidad se encuentra en el límite de la animalidad
de los trogloditas, apenas tendrán que contener su conocimiento y
sus experiencias adquiridas en la tierra, en base a tener que
reajustarse en un ambiente rústico y aún género humano de vida
inferior. Pero aunque deban poseer nuevos cuerpos de carne
primitiva, como hijos de los hombres de las cavernas, sin embargo,
no ha de apagarse o eliminarse su memoria periespiritual, que es el
acervo definitivo, elaborado a través de múltiples reencarnaciones.
Pregunta: Esa emigración de espíritus terrícolas hacia un mundo
inferior, a nosotros nos parece que tiene más contornos de
penalidad que de realidad educadora. ¿Estamos equivocados?
Ramatís: Las vidas en las superficies de los mundos físicos son
caminos o recursos educacionales en el sentido de plasmar las
conciencias individuales de los espíritus recién salidos de la energía
psíquica cósmica. A través de innumerables situaciones y “pruebas”
pedagógicas en los mundos materiales, las centellas espirituales
promueven su propia conciencia, adquiriendo de a poco la noción de
“existir” y el “saber” por medio del pensar. Además, la sublimación
de las fuerzas provenientes de la vida animal, unidas a las energías
sutilísimas, atraídas de los planos superiores, forma la sustancia
fundamental de la estructura y configuración del periespíritu del
hombre encarnado. En consecuencia, el periespíritu se organiza en
el límite de las fuerzas refinadas de la animalidad y por el ensamble
de las energías “descendidas” de la fuente sidérea y divina.
Durante ese intercambio o actividad entre el espíritu y la materia,
en el sentido de desarrollar la conciencia espiritual de la persona, su
periespíritu también se imanta del residuo inferior producido por el
poderoso campo de la instintividad animal. Tratándose de un
vehículo o cuerpo definitivo y que normalmente opera en los planos
superiores de la angelitud, el periespíritu necesita someterse a una
terapia o saneamiento energético, a fin de que el espíritu
desencarnado consiga alcanzar los campos de fuerzas sutiles de la
vida espiritual. Pero el proceso que sublima y purifica al periespíritu
y lo libera del residual inferior, consecuente de sus experiencias
vividas en la materia, que lo diafaniza para la espiritualidad, acciona
a semejanza de un purificador, que incide en los intersticios
periespirituales, cuya acción repercute en el campo nervioso del
encarnado, causándole la reacción conceptual del “dolor” o del
“sufrimiento”, tan indeseables. Se trata de algo semejante a un
circuito en el campo físico, pero que alcanza aflictivamente y en
forma desagradable al campo psíquico. En fin, es la cuota de
sacrificio que es la resultante de la elaboración de la conciencia
espiritual del “nuevo individuo”, modelado en el seno de Dios.
En consecuencia, los mundos físicos funcionan como “lijas” de
grano grueso que extirpan compulsivamente, del cuerpo
periespiritual, la capa de residuos aportados por los vicios y
pasiones, propios de la animalidad instintiva. Respecto a los
espíritus que han fracaso en su curso primario en los mundos físicos
y son reprobados en el examen simbólico del “Juicio Final”, porque
aun les sigue predominando la institividad animal sobre la frecuencia
sidérea periespiritual, entonces, sólo resta un recurso para la
Administración Sideral, que es desalojar a los malos inquilinos hacia
otra morada más a tono con su personalidad y jerarquía espiritual,
pero que les es más propicia, para que recapitulen sobre las
lecciones recibidas y que no pudieron aprobar. No se trata de
ninguna penalidad o castigo de Dios sino simplemente de una
operación rectificadora cuya finalidad esencial es promover la
ventura del ser.
Pregunta: Prosiguiendo con el tema del “Festín de Bodas”,
¿cuáles son las imágenes o configuraciones alusivas que indiquen,
específicamente que los espíritus reprobados son exiliados hacia un
mundo inferior?
Ramatís: En dicha parábola, es muy significativo cuando el rey
indaga al intruso que se encuentra ilegalmente entre los presentes,
en el citado banquete, cuya pregunta dice: ¿Mi amigo, cómo
entrasteis sin la túnica nupcial? Sin duda alguna, que el Señor
citado en la parábola, como si fuera el rey, se está refiriendo al
convidado que se presentó sin la túnica nupcial, es decir, y como ya
lo hemos expresado detalladamente, no tenía su periespíritu
debidamente depurado o “inmaculado”.
Es fácil de percibir que el intruso no presenta las condiciones
exigidas para poder equilibrarse con el ambiente superior, y
consecuentemente, deberá ser expulsado de allí. Si ese intruso vivía
satisfactoriamente condicionado a un ambiente inferior, es natural
que, por ley vibratoria, hasta debe encontrarse incómodo en un nivel
superior. Es de ley en el mundo físico que el sapo viva en el pantano
nauseabundo, cuyo ambiente le es propicio, mientras el colibrí
revolotea paradisíacamente en medio de las fragancias de las flores
que le sirven de sustento. Cada ser vive conforme a su electividad
ambiental, por cuyo motivo el colibrí sucumbiría en el ambiente
donde el sapo canta eufórico.
El tema de esa parábola, por lo tanto, se presta muchísimo para
explicar y comprobar el exilio de los espíritus reprobados en la
selección del “Juicio Final” de la tierra. La figura del “intruso” en el
festín simboliza el conjunto de espíritus que deberán ser apartados
de la superficie de la tierra porque no consiguieron aprender el A-B-
C del Amor, por lo cual, no tienen las condiciones necesarias para
reencarnar en el próximo milenio, para proseguir con su
desenvolvimiento concienzal. Todo ello sucede porque la tierra se
encontrará debidamente reformada y ajustada geológicamente,
pasando a ser un planeta donde no habrá más guerras ni odios, y
predominará la búsqueda de la sabiduría y el orden de actividades
creadoras, a través del arte y de las ciencias, las qué serán
sublimadas por la fraternidad.
La parábola citada no tiene consonancia con el tipo espiritual
terrícola que haya sido reprobado en el simbólico “Juicio Final”,
puesto que éstos han de ser arrojados en las tinieblas exteriores,
donde sólo existe el “crujir de los dientes”. Esa figura se ajusta
perfectamente al simbolismo de un mundo primario, poblado por
seres cuyas vidas son totalmente animalizadas, selváticas y feroces.
En un mundo de naturaleza física agreste y que indica, que sólo
puede existir el “crujir de dientes”, como símbolo de la animalidad y
donde predomina la violencia, la guerra y la ferocidad, en la
constante lucha por la sobrevivencia que, por otra parte, es tan
común entre la mayoría de los actuales terrícolas.
Cualquier discípulo de la filosofía espiritualista, basado en el
pensamiento oriental, sabe que al buscar el “Reino de los Cielos”, el
candidato debe recorrer la “senda interna” del espíritu, apresurar su
sensibilidad psíquica y lograr percibir aquello que es divino. De esa
forma, las “tinieblas exteriores” mencionadas por Jesús, no son más
que el “camino exterior”, recorrido por el alma encarnada a través de
su envoltura física. En consecuencia, los espíritus que no aprobaron
las lecciones a través de los prolongados milenios para su
perfeccionamiento espiritual y que han despreciado la “senda
interna”, deberán recuperar el tiempo perdido y recapitular sus
lecciones por medio del prolongado “camino externo”, a través de
una vida llena de dificultades y dolores, porque se trata de recuperar
un nivel que en la tierra no consiguieron mantener.
Pregunta: Siempre basándonos en la misma parábola, donde se
alude que “muchos serán los llamados y pocos los escogidos”, ¿cuál
es el verdadero sentido que se le debe dar?
Ramatís: Hasta el fin del siglo presente, período en que se
procesa el profético “Juicio Final” y la época de los “tiempos son
llegados”, han de ser convocados, para la reencarnación, más de
cinco billones de espíritus que se encuentran en estado de
erraticidad y que deberán dar ahí, en el mundo físico, testimonio de
su evolución espiritual. Antiguos magos negros serán llamados a
militar en la magia blanca de la Umbanda, y muchos de ellos es
probable que vuelvan a retornar a sus antiguas prácticas en
perjuicio del prójimo, estimulados por su deficiencia espiritual. Los
antiguos inquisidores, líderes tenebrosos de la Edad Media,
polemizadores de disenciones religiosas y políticas, serán
convidados a participar de la renovación espiritual en el mundo-
tierra, aunque muchos de ellos seguirán prefiriendo las discusiones
estériles y la acción anticrística. Pero conforme a las estadísticas de
la Administración Sideral, apenas un tercio de vuestra humanidad
será escogida a la derecha del Cristo y gozará de la concesión de
volver a la tierra en el próximo milenio. Los dos tercios restantes,
conformarán los manojos de la cizaña, que “atados de pies y
manos” debido a su responsabilidad espiritual, serán clasificados a
la izquierda del Cristo y obligados a emigrar hacia un mundo
primitivo, donde el ser humano aún mal consigue confeccionar su
maza de piedra.
Esos espíritus son los adictos al “mundo del César”, que
prefirieron el extenso camino de los placeres, vicios, ignominias,
pasiones y facilidades humanas, despreciando el camino
estrecho que simboliza el deber, estoicismo, paciencia y
resignación.
Pregunta: ¿Cuáles son las características fundamentales que
poseen esos espíritus clasificados a la derecha del Cristo y
ajustados al concepto evangélico de los “pocos escogidos”?
Ramatís: Los de la derecha del Cristo son el pueblo
tradicionalmente expuesto en la Biblia y al que el Señor exhorta por
medio de las palabras de Mateo: “Yo haré pasar la tercera parte por
el fuego, y yo la quemaré como se quema la plata y la probaré como
se prueba el oro, pues tú eres mi pueblo bienaventurado, el que
lleva la vestidura del Cordero, para tener parte en el árbol de la vida
y entrar en la Nueva Jerusalén por las puertas oficiales”.
Es evidente, que el Maestro se estaba refiriendo a la Nueva
Jerusalén, la que debería existir una vez extinguida la Vieja
Jerusalén. En verdad, en el esquema Sideral, la tierra inclinada en
su eje simboliza la “Vieja Jerusalén”, mientras que la nueva tierra, la
verticalizada, corresponde al enunciado simbólico de la Nueva
Jerusalén. Es evidente, que los espíritus que puedan entrar en la
Nueva Jerusalén, por las puertas oficiales, son los que aprobaron en
el “Juicio Final” y tienen las credenciales para nuevas encarnaciones
terrícolas a partir del Tercer Milenio, cuyas características las hemos
definido anteriormente.
La entrada por las puertas oficiales significa la encarnación para
fines creadores, sin la morbosidad y teratología del actual mundo.
Entonces, la tierra pasará a ser un planeta de trabajo fecundo y de
mutua cooperación en base a la armonía y alto índice de afinidad
entre los nuevos reencarnantes. Mientras tanto, los reprobados y a
la izquierda del Cristo cuya baja vibración espiritual aún es la
consecuencia de su imantación al instinto animal, han de ser
expulsados por tratarse de entidades que perturbarían la vida en la
Nueva Jerusalén, puesto que todavía no ofrecen la suficiente
resistencia espiritual contra las tendencias inferiores.
Pregunta: ¿Qué otras características posee el “pueblo de Dios”,
que es probado como se prueba el oro, y quemado, como se hace
con la plata?
Ramatís: El simbolismo de quemar la plata significa el sacrificio,
el perdón, la renuncia, la humillación y la injusticia tan comunes en
la vida física; y la prueba del oro indica que, a pesar del peso de los
vicios, pecados y pasiones, el pueblo de Dios eliminará esas
impurezas y saldrá victorioso, derrotando esas imperfecciones
humanas.
Consecuentemente, el pueblo de Dios comprende a los espíritus
amorosos, honestos, humildes, pacientes y pacíficos, cuya
frecuencia angélica los inmuniza contra los impactos inferiores del
instinto animal.Y conforme afirma el apóstol Mateo, al revivir las
palabras de Jesús que dice: “El pueblo de Dios heredará la tierra”,
es decir, al estar liberados de juzgamientos y dolores recibirán el
bien, del cual dispondrán a gusto.
Pregunta: Sin embargo insistimos, que esas implacables
profecías del “Juicio Final” y el “fin de los tiempos” están vaticinando
el fatalismo de un acontecimiento anticipadamente penalista, que
desmiente totalmente la Bondad, la Justicia y la Magnanimidad de
Dios. ¿Cuál es vuestro pensar?
Ramatís: Como hemos explicado en otras oportunidades, los
atributos de Dios son extrapolaciones humanas por falta de mejores
explicaciones. Siendo así, debéis entender que Dios es el conjunto
de leyes y principios establecidos para que los hombres se
angelicen, exceptuados de cualquier concepto o acción que pueda
interpretarse que es un castigo, como vosotros lo hacéis. La Ley no
castiga, apenas reajusta y conduce hacia el equilibrio y la armonía
sideral. Después que los espíritus persisten en la delincuencia
espiritual y causan perjuicios al prójimo y a sí mismos, es que
entonces surge providencialmente el correctivo sidéreo, el cual es
totalmente educador.
Además, existen ejemplos en la Biblia, que demuestran esa
tolerancia divina y las consecuentes reacciones favorables, que lo
exceptúan de los hechos funestos por haberse convertido a última
hora. Es el caso de Nínive, la ciudad corrupta de los asidos, que a
pesar de haberse vaticinado su aniquilamiento total, no fue destruida
gracias a la conversión sincera e inmediata de su población. Los
habitantes de Nínive se integraron totalmente a los bienes morales
del espíritu, rechazaron los vicios, hicieron penitencia purificadora y
catalizaron las energías espirituales por medio de la modificación
interior, a pesar de que los profetas habían anunciado la destrucción
total de la ciudad.
Mientras tanto, en otro ejemplo que la Biblia expone, vaticinaban
los sacerdotes la terrible catástrofe del Diluvio, pero el pueblo
vicioso y descreído reía y bailaba, en el simbolismo de los que no
dan importancia a los consejos y advertencias superiores, por causa
de la tradicional negatividad humana. Entonces, el Diluvio sucedió
sin que hubiera protección y salvación de aquella gente que fue
tomada de sorpresa, exceptuando a Noé y sus parientes, salvados
en su tradicional palacio flotante y que la leyenda transmitió por
medio de la simbólica figura del arca ocupada por aves y animales
de distintas especies.
En la actualidad existen clarísimas advertencias, que son de
suma importancia para los buenos entendedores, que van
comprobando la positividad de las profecías, respecto a la
inexorable sucesión de los hechos dramáticos del “fin de los
tiempos”. Además, se repite de nuevo la vieja escena de Noé y las
correspondientes advertencias sobre la catástrofe que sucederá,
pero la humanidad terrícola sigue “bailando” y “riendo” mientras el
mundo se sumerge en el caos social, político, económico y
existencial, viviendo el más severo y trágico examen de su historia.
Sumergidos en el mar de las pasiones, pocos son los hombres que
perciben las proféticas señales que se van plasmando en el
escenario de la tierra y que demarcan el “juicio final” en el proceso
selectivo que comenzó en el año 1950. A medida que van cayendo
las hojas del calendario terreno, la Ley Divina va clasificando el trigo
a la “derecha” y la cizaña a la “izquierda” del Cristo, confirmando la
milenaria profecía.
Mientras sucede todo lo manifestado, la humanidad
despreocupada vive peligrosamente la “era de la Bestia”, vaticinada
por Juan Evangelista en su Apocalipsis, y puesta en práctica por
medio de las pasiones inferiores que subyugan e imantan cada vez
más a las criaturas al linaje inferior de la animalidad.88 Por ello es
que Jesús siempre advertía que había hombres que “tenían ojos y
no veían y tenían oídos y no escuchaban”, los que subestimaban las
profecías y el aviso de la espiritualidad, mientras pierden los
excelentes caminos para la renovación y liberación de los mundos
materiales.
Pregunta: ¿Nos podría agregar algo más el hermano Ramatís,
sobre el actual momento que vivimos respecto al examen del “juicio
final”, profetizado desde los tiempos bíblicos?
Ramatís: En el pasaje evangélico, (Apocalipsis, capítulo XXII
vers. 11) dice: “El que daña, dañe aún; el que está en suciedades,
ensúciese aún y el que es justo, sea un justificado; y el que es
santo, sea un santificado”.
Bajo tal concepto, a nosotros nos parece que el Maestro Jesús
se está refiriendo a la humanidad que aún tiene dudas entre el bien
y el mal, habiendo indicado que en la época de los “tiempos son
llegados” y el “juicio final” existen extremos antagónicos, donde el
sucio podrá quedar sucio, mientras que el santo encontrará aún
nuevos caminos para manifestar siempre su santidad. Todos ello
nos hace incidir sobre la parábola del trigo y la cizaña, que ambos
crecen juntos y con sus raíces entrelazadas de tal forma que sólo
pueden separarse cuando alcanzan la madurez.
Es por ello que mientras la humanidad terrícola se vanagloria por
el hecho incomún de haber pisado el suelo de la luna, que, sin duda,
enriquece la actividad humana con los evolucionados computadores
y “robots” y que además, domina la fabulosa fuerza de la energía
atómica; sin embargo, lo paradójico es que los dos tercios de esa
humanidad retornan mental, psíquica y físicamente hacia las
costumbres y vida de los hombres de las cavernas.
Pregunta: ¿Nos podríais explicar un poco mejor esa situación
antagónica?
Ramatís: Toda actividad y manifestación de la vida humana, en
la actualidad, alcanza extremos paradójicos en todos los sectores,
sea la ciencia, filosofía, política, arte, moral, relaciones sociales y
hasta terapéuticas. Existe un magnetismo en los seres, que los
atrae selectivamente y se sienten en la misma frecuencia, tanto para
hacer el bien como para el mal. Simultáneamente, se presenta un
clima y deseos antagónicos y excéntricos que las criaturas de moral
y disciplinadas pueden alcanzar fácilmente el extremo de la
santidad, mientras que los entregados desenfrenadamente a los
vicios, pasiones y sexo, alcanzan la más ignominiosa degradación.89
Surge una atmósfera apasionante y llena de oportunidades para
los corrompidos, viciados y pecadores que pueden entregarse a las
mayores bajezas y sórdidas actividades bajo el sofisma del
existencialismo. Es la total inversión de los valores, que estimula a
las personas hacia la libertad de conceptos en relación a la
convivencia, aceptándose sin censura alguna aquello que es vil y
degradante, cuya generalización en el mundo moderno alcanza
rápidamente a las clases conservadoras. El debilitamiento de las
costumbres por causa de la liberación de los instintos, entusiasma y
confunde, trayendo aparejado un retroceso hacia las costumbres del
hombre de las cavernas, y conforme dice la Biblia, obedece a todos
los imprudentes y abominables. Esa animalidad poco a poco impone
su linaje inferior y anula las fuerzas superiores del espíritu en
consonancia con el estado vibratorio actual, donde se justifican las
aberraciones, corrupciones, perversidades y vicios en un censurable
olvido sobre la belleza de la vida espiritual. En fin, el reinado de la
Bestia satisface las sensaciones inmediatas, como es la
degradación del sexo. Bajo denominaciones agradables y
terminologías brillantes, así como también, rebuscadas
concepciones filosóficas, las mayores discrepancias de orden moral
son aceptadas a cuenta de liberación psicológica del ego, en el
sofisma de crear una nueva y superior doctrina. Es el momento en
que las costumbres, las convenciones y tradiciones tan duramente
conquistadas y que demarcaron el pudor y la sensatez, son
arrasadas a cuenta de concepciones obsoletas y de preconceptos
tontos, en donde la anarquía y la emancipación humana del
presente siglo se confunden bajo el concepto de la autenticidad.
Pregunta: ¿Podríais ofrecernos algunos ejemplos convincentes
y, a su vez, que nos expliquen esa situación excéntrica del retorno a
la era de las cavernas?
Ramatís: La humanidad materialista se pasó del límite, puesto
que obedece al excesivo culto de las formas y de los placeres, cuyo
desgaste es causado por el sensualismo de la vida animal y el
epicureismo del intelecto. La técnica y la ciencia del mundo
proporcionaron una convivencia agradable, confortable y refinada
del cuerpo carnal, relegando al olvido, el motivo espiritual y esencial
de la existencia humana. Las religiones del mundo se transformaron
en instituciones de negocios y conveniencias políticas, cuyos
componentes luchan y se someten a los principios, para alcanzar los
puestos jerárquicos, o buscan el poder, para el cultivo específico de
los bienes materiales.
En base a esa tremenda saturación provocada por la
mediocridad de la vida, que satisface únicamente las sensaciones
del físico y exceptúa los motivos superiores de la espiritualidad,
decae en buena parte el sentido humano, el que pasa a ser
dominado por las excentricidades y seudo novedades. Por lo tanto,
el ciudadano terrícola de la actualidad invierte los valores
tradicionales y elimina la línea demarcatoria de lo genial y de lo
vulgar, de lo auténtico y de lo falso, de lo cierto y de lo errado, de lo
bello y de lo calamitoso, de lo sano y de lo enfermo, del pudor y de
la libidinosidad. En la esfera de la pintura, la obra sublime de
Ticiano, Rubens, Da Vinci o Murillo, es tildada de anacrónica, y por
demás académica, subestimada por el entusiasmo de los tontos
innovadores del arte teratológico, que abundan y afincan su meta en
las deformaciones anatómicas. Siendo así, los espíritus primarios,
sin tener aprendizaje del diseño, pasan a ser considerados genios
en su arte, semejantes a la del hombre de las cavernas, en una
indeseable patogenia pictórica. En verdad, se confunde primitivismo
con libre expresión del arte.
La sublime música de un Mozart, Liszt, Beethoven, Bach o
Chopin se deteriora bajo las improvisaciones mercenarias, o se
nivela a la histeria de los sonidos sin melodía alguna, mientras sus
intérpretes multiplican sus movimientos circenses del cuerpo
sudoroso. Las filosofías sustentadas por Sócrates, Platón, Spinoza y
otros, que se han dedicado con esmero a lo superior, respecto a los
orígenes y destinos de los entes creados por Dios, en la actualidad,
son apabulladas por cínicos y excéntricos filósofos modernos, que
en un lenguaje escatológico, pregonan el culto de un existencialismo
sexual y lascivo, que anula los valores íntimos de la familia y
conduce a los mismos hacia el vicio de los tóxicos, a fin de
compensar el vacío y la aparente inutilidad de la vida física. La
ciencia, cuyo deber es amparar al ciudadano y velar por la evolución
del mundo, en base a su desmedida ambición mercenaria,
promueve las guerras para el consumo v la fabricación de armas,
modela y crea nuevos robots electrónicos, que destrozan a millares
de criaturas y entusiasman a las jerarquías militares, para la gloria
efímera de poseer las condecoraciones de hierro fundido. Surgen
los psicólogos como hongos en día de lluvia, convenciendo a la
sociedad para las prácticas grupales, donde algunas de ellas
alcanzan el grado de lo lascivo en su aplicación psicoterápica, en lo
que respecta al acto creador de la procreación como avanzada de
tratamiento científico.
La serena y majestuosa figura de Jesús, el hombre sublime e
incomún, se encuentra alterada en grado sumo por la caricatura
cinematográfica de un líder revolucionario y hambriento, que
sustentan las filosofías hippies. Bajo la fascinación de la “Bestia”,
vaticinada por Juan Evangelista, las absurdas sugestiones y
nociones son recibidas con creciente entusiasmo por parte de los
realistas del siglo atómico. La emancipación espiritual pasa a
comprenderse como libertad del instinto animal y, en consecuencia,
se multiplican los antros de placeres y del juego, se crean nuevas
fábricas de alcoholes, degenerase la carne joven, recién salida de la
escuela primaria, exponiendo provocativamente los contornos
anatómicos, hábilmente dirigida por cínicos diseñadores. Se
enriquecen los fotógrafos especializados en resaltar los ángulos
lascivos de la mujer; se desintegra la familia por falta de convivencia
íntima y afectiva, las mujeres pobres tiemblan de frío delante de los
vestidos decorados con joyas y ostentados por criaturas de la alta
sociedad, a fin de ayudar a los olvidados de la suerte.
Mientras sucede todo ello, los psicólogos y filósofos
sentenciosos, ironizan la “ingenua” belleza moral pregonada por el
Evangelio, mientras difunden el precioso tecnicismo que fascina a
los incautos, puesto que argumentan que se encuentran en la época
de la emancipación del hombre y de su liberación de las virtudes,
que no dejan de ser preconceptos obsoletos, que sólo se aplicaban
en épocas pasadas. Mientras tanto, tales liberadores de la
instintividad inferior ignoran que están siendo observadas y
comprobadas todas las “señales de los tiempos” y que fueron
previstas por los profetas bíblicos. La humanidad terrícola ya vive en
el vórtice arrasador del “Fin de los Tiempos”, del “Juicio Final” y de
la “Bestia del Apocalipsis”.
Pregunta: ¿Podríais describirnos esos “signos de los tiempos”
predichos hace más de dos mil años y que nos prueben con
exactitud, “Los Tiempos son llegados”, el “Juicio Final” y el
advenimiento de la “Bestia” citada en el Apocalipsis de Juan?
Ramatís: El tema citado por vosotros lo hemos detallado en la
obra Mensajes del Astral en el capítulo “Los tiempos son llegados”,
por tal causa nos limitaremos a señalar los principales motivos o
signos que mejor inciden en los hechos fundamentales del período
cabalístico del “Fin del Mundo” o la modificación de la humanidad
con el reajuste del planeta tierra. Los profetas bíblicos y también los
sensitivos dicen que, en la hora apocalíptica, deberán producirse las
siguientes señales o comprobaciones implacables, que además, ya
están sucediendo en forma positiva, que en síntesis dicen así:
“Cuando los pájaros de acero desoven huevos de fuego; cuando los
hombres dominen el aire y el fondo de los mares; cuando los
muertos resuciten; cuando los hombres del campo no puedan
alcanzar las ciudades y los de las ciudades no puedan huir hacia el
campo; cuando extrañas señales se observen en los cielos y cosas
extrañas fueran vistas desde la tierra; cuando criaturas, jóvenes y
viejos tuvieran visiones, premoniciones e hicieran profecías; cuando
los hombres se dividan en nombre del Cristo; cuando el hambre, la
sed, la miseria y las enfermedades, así como también, el osario
substituya a las poblaciones de las ciudades; cuando los hermanos
de sangre se maten entré sí; cuando la tierra estuviera infectada;
cuando los judíos regresen a la antigua Palestina; cuando Satán
fuera desatado y practique extrañas muertes; cuando la tempestad
sacuda y rasgue el velo de los Templos; cuando los tres del Cristo
fueran coronados; cuando las estrellas caigan del cielo y aparezca
una nueva tierra; cuando los hijos no conozcan a sus padres y
hablen mal de ellos; cuando las mujeres embarazadas críen
monstruos; que el Evangelio fuera pregonado por todas las
personas y el pueblo adore a la Bestia; entonces, los “tiempos son
llegados” y también el simbólico “fin del mundo”.
Es evidente que todo ello ya está sucediendo en la época que
vivís y que confrontaremos con lo expuesto anteriormente. En
verdad los pájaros de acero o aviones modernos, desovan bombas
de fuego en los campos y en las ciudades enemigas; los hombres
dominan los aires volando más allá de la estratosfera, mientras los
submarinos navegan debajo de las calotas polares. Los muertos
resucitan todos los días en la figura de espíritus materializados u
operando por intermedio de los médiums, mientras que el fuego
desciende de los cielos, ocasionado por la devastadora bomba
atómica; en la hora crucial de la explosión atómica, los “hombres de
las ciudades no consiguieron alcanzar los campos, ni éstos a las
ciudades”. Las extrañas señales o las cosas extravagantes que
serían vistas en los cielos, se han concretado en la figura de los
satélites artificiales que circulan en órbita alrededor de la tierra, así
como también, los sorpresivos “discos voladores”, que tanta
controversia arrancan entre los inteligentes de la tierra.
Corroborando los dichos de las profecías, los niños, jóvenes y
viejos, bajo la acción de sus facultades mediúmnicas, hacen
predicciones, curan y producen hechos incomunes en contacto con
el mundo oculto; en base a la gran cantidad de sectas religiosas,
que surgen como hongos en días de lluvia, las mismas friccionan y
se matan por el odio y el fanatismo, confirmando, que los “hombres
se dividen en nombre del Cristo”, en el fin de los tiempos. Cuando el
hambre, la miseria, la sed, las enfermedades y los osarios suplanten
a las ciudades; bastaría recordar los campos de concentración de
los nazistas, donde millones de judíos fueron muertos por el hambre
y la miseria, formando pilas de huesos, lo cual fue predicho por los
profetas.Y la tierra quedará “infectada” o “contaminada” conforme lo
predijo Isaías, (Cáp. 24, vers. 5 y 6) y que la misma prensa moderna
avisa, alertando a los gobiernos, sobre el peligro de la
“contaminación del aire en las ciudades”. Además, los judíos
regresaron a la Palestina, constituyendo el nuevo “Estado de Israel”
bajo el patrocinio de la ONU, conforme fue decidido el 15 de Mayo
de 1948. Satán será desatado por poco tiempo y practicará extrañas
muertes, lo que se comprueba por la gran cantidad de crímenes
cometidos en todas partes del mundo, llamando la atención lo
aberrativo e inexplicable que fundamenta esa acción demoníaca, tal
es el caso de la actriz Sharon Tate; la rebelión y la indisciplina del
sacerdocio en el seno de la Iglesia Católica demuestran
irrefutablemente que la “tempestad sacude y rasga el velo del
Templo”. Y los tres que serán coronados, según el simbolismo
profético, es evidente que se refiere a Juan, Pablo y Pedro, en parte
confirmado por los papas Juan XXIII y Pablo VI, previéndose aún la
elección del próximo papa con la sigla de Pedro II. Prosiguiendo,
repetimos, que “las estrellas y las potestades del cielo caerán”
conforme vaticinaran Jesús y Juan, lo cual será observado por la
visión que cada pueblo tenga sobre la tradicional línea del horizonte
sideral, a medida que la tierra se vaya verticalizando en su eje, lo
cual se comprobaría por la caída virtual de las estrellas. Los
actuales hijos parecería que desconocen a sus padres, dado que los
consideran de “otra época” porque no se adaptan a las costumbres
liberales que practican y que además haría empalidecer a los
abuelos. Infelices mujeres están generando “monstruos” en la figura
de hijos sin brazos, deformados e hipertrofiados, componiendo una
fauna teratológica bajo el impacto de las radiaciones atómicas.Y el
fin llegaría cuando fuese pregonado el Evangelio por todas las
personas, conforme a las palabras del Cristo Jesús, cuya predicción
se encuadra perfectamente en el actual y obstina fenómeno del
“biblismo”, en donde las sectas y las religiones distribuyen la Biblia a
granel, en el apresuramiento de querer convertir al hombre en forma
compulsiva a la angelitud.
Y la humanidad terrícola alucinada, lasciva y degradada, invierte
los valores tradicionales de la ética humana y se arroja febrilmente
al culto incondicional de la sexualidad, corroborando la altilocuente
profecía de Juan, respecto a las proezas que haría la “Bestia” en el
“fin de los tiempos”, sobre las ignominias, abominaciones y al
cinismo demostrados.
Pregunta: Bajo vuestra visión espiritual, ¿existen otras
predicciones que comprueben nuestra irrefutable convivencia de los
“tiempos son llegados” o el “fin de los tiempos”?
Ramatís: En base al contacto íntimo que tenemos con el
esquema espiritual de la humanidad terrícola, podríamos
extendernos muchísimo sobre las inusitadas predicciones que se
refieren a todos los sectores de la vida humana que se encuadran
en la transformación profética. Mientras tanto y atendiendo a vuestra
solicitud, expondremos una síntesis panorámica que extraemos de
los tradicionales “archivos akásicos” o “registros etéricos” con
referencia a algunas fuentes proféticas, y que se irán concretando
día a día en la superficie de la tierra.
Dice esa síntesis resumiendo los vaticinios: “Cuando fuera la
hora de los tiempos y que el hombre juzgue su obra y vida eterna,
entonces sucederán esas cosas: los hombres caminarán hacia
arriba, la voz del Cristo entrará por los tejados ,el espíritu caminará
al frente de la persona, habrá falsos magos y falsos hombres; el
espíritu oculto podrá conducir a los hombres; las máquinas
pensarán, quien quisiera podrá estar en las cuatro latitudes del
mundo; los muertos harán vivir a los vivos; lo que Dios no hizo en el
cielo, el hombre lo representará en la tierra lo que Dios prohibió en
la tierra, el hombre lo hará en el cielo”. Las comprobaciones de esas
predicciones se están concretando en vuestros días gracias al
progreso científico y técnico del mundo, conforme se puede verificar.
Los hombres caminan hacia arriba cuando viajan en aeronaves en
sentido inverso de los husos horarios y que los obliga a corroborar
las horas en sus relojes; los falsos magos surgieron de la excéntrica
industria de los “gurúes” orientales o de los mercenarios de las
doctrinas espirita o de la Umbanda; en cuanto al espíritu oculto, que
conducirá a los hombres, es evidente su comprobación por medio
del control “remoto” o manejo del “radar”; los falsos hombres, es un
asunto común después del advenimiento del robot, así como
también, la predominancia de los “cambios de sexos” en su
inexplicable patología, acrecentada aún más por las operaciones
específicas y por la aplicación de hormonas adecuadas, donde la
medicina transforma hombres en mujeres y mujeres en hombresLas
“máquinas pensarán”, tema profético de fácil comprobación con el
progreso de la cibernética y los computadores, y a quien quisiera
encontrarse en las cuatro latitudes de la tierra, le bastará recurrir a
la magia de la televisión, ayudada por el moderno recurso de los
satélites, que recorren las variadas latitudes geográficas de la tierra.
La era de los transplantes a través de los injertos de ríñones,
corazón, páncreas e intestinos, explica racionalmente la predicción
de que los “muertos harán vivir a los vivos”, así como las
tradicionales operaciones mediúmnicas reconfirman aún más esa
profecía. El vaticinio de que “Lo que Dios no hizo en el Cielo, el
hombre lo representa en la tierra”, se comprueba con el
descubrimiento del video-tape que, en forma de memoria fotográfica
sonora, graba los hechos sin que Dios los configure en el cielo.
Finalmente, el hombre alcanzó la gloria de posarse en la Luna, en
una demostración de avanzada liberación de cortar amarras de la
tierra, comprobándose perfectamente la predicción de que “”Dios lo
prohibió en la tierra, mas el hombre lo haría en el cielo”, es decir, sin
tener alas o imposibilitado de volar en la tierra, consiguió
construirlas en la forma de cápsula espacial y cohete de propulsión
para alcanzar la Luna.
Pregunta: Conocemos una profecía que dice: “Cuando la hora
llegue y la Creciente invada a Europa, el Papa se unirá con un
hombre que tiene nombre de mujer”. ¿Podríais esclarecernos algo a
esa excéntrica predicción?
Ramatís: Se presume conforme a las profecías que, hacia el
final de este siglo, los chinos y cierto porcentaje de pueblos árabes
deberán invadir Europa, penetrando por el Tibet y Manchuria,
después atacarán París, Roma y Londres. Evidentemente, cuando
eso suceda, el Papa que rige los destinos del Vaticano, ha de
buscar otro país para continuar al frente del Catolicismo, puesto que
los invasores cultivan doctrinas religiosas antagónicas a la Iglesia
Católica. Imposibilitado de permanecer en Europa o de buscar otro
país católico, el indicado será Brasil, fundamentalmente religioso, la
esperanza y la solución más recomendable. En base a la violencia y
las revueltas que son tan frecuentes en los países de América
Latina y con predominancia del Protestantismo en la América del
Norte, el pueblo brasileño esencialmente fraterno y afectivo, ha de
ofrecer el clima deseado para la futura sede del Vaticano.
Cuando todo ello suceda, se podrá comprobar la excéntrica
profecía de que en la hora de los tiempos, el Papa se unirá con un
hombre que tiene nombre de mujer, es decir, que se trasladará hacia
Brasil, que es nombre masculino, pero se situará en Brasilia, que
tiene nombre de mujer, y consecuentemente, el lugar mejor
escogido por tratarse de la capital federal brasileña.
Es evidente que Ramatís se está refiriendo a los tipos megalo maniáticos como
Hitler, Mussolini y tantos otros que arrastran a su pueblo a la destrucción e
infelicidad humana.
Nota del Revisor: El científico inglés Edmorst, en sutil e irónico concepto, así se
expresa sobre la posibilidad de que el acaso substituyera a Dios: “Si el acaso o un
simple accidente puede crear hechos inteligentes, entonces tenemos que admitir
que, arrojando una bomba dentro de una tipografía, saldría compuesto un
diccionario completo sin la intervención o interferencia del tipógrafo”.
Nota del Médium: Naturalmente, Ramatís se refiere a los comandos de guerra o
pelotones de fusilamiento, en donde los responsables tienen repugnancia .de
matar al prójimo, “enemigo” o “condenado”, tal vez atemorizados por el
indiscutible juzgamiento divino. Sin embargo, olvidan la recomendación
evangélica de Jesús que nos advierte sobre nuestro comportamiento ante tal
situación: “Aquel que diera la vida por mi, la ganará por toda la eternidad”. En
consecuencia, quien diera la vida por el Cristo, que es Amor, prefiriendo morir
antes que matar. ganará la verdadera vida del espíritu, para toda la eternidad.
Ver la obra Magia de Redención, donde Ramatís demuestra el reajuste y la
redención del autor, que produce un hecho destructivo o perverso, y que más
tarde es tomado por la ley de rectificación espiritual y sometido al proceso
purificador. El dicho: “El hechizo siempre se vuelve contra el hechicero”, está
advirtiendo que todo hecho maligno siempre alcanza a su autor y es reconducido
para mejorar su espíritu, en base a la carga que recibe de retomo y que otrora
puso en acción para perjuicio del prójimo.
Nota del Médium: Nhó Quim, entidad del interior, de lenguaje simple y
comunicativo, atendiendo a ciertas preguntas sobre Dios y el hombre, así nos
manifestó: “Dios, para demostrar lo que es Sabiduría, Justicia, Amor y Poder,
construyó el Universo; el hombre, para demostrar su inteligencia y capacidad,
intenta destruirlo”.
Nota del Médium: Además, existen cosas totalmente graciosas en el Génesis, en
donde Dios creó los cielos, la tierra, en las cuales había tiniebla y Él se mantenía
sobre la superficie de las aguas. ¡Después hizo la luz, y vio que la luz era buena; y
separó la luz de las tinieblas; llamó a la luz; día y a las tinieblas; noche! ¡Dios hizo
el mundo en siete días, pero al final hizo los días en segunda instancias!
El investigador es el prestigioso Maurice Maeterlinck, cuya obra es La Vida de las
Hormigas.
El gran filósofo monista hindú Shankara escribió: “Cuando existe dualidad, debido
a la ignorancia, el individuo ve todas las cosas como distintas del Ser. Cuando
todo se conoce como el Ser, ni siquiera el átomo es visto como diferente al Ser.
Obtenido el conocimiento de la Realidad, no se experimentan los efectos de las
acciones pasadas, en base a la irrealidad del cuerpo, como no podría haber
sueños cuando comienza la vigilia”
Nota del Médium: Ramatís explica en la obra El Sublime Peregrino, Cáp. IV “LA
GRAN PLANIFICACIÓN Y EL CALENDARIO SIDERAL”, o Manvantara de la
escolástica oriental, que significa una pulsación o respiración completa de Brahma
o de Dios, es decir, el tiempo en que el Espíritu Divino desciende hasta formar la
materia y después la disuelve nuevamente, retornando a su estado primitivo, de
espíritu puro. Un “Gran Plano o “Manvantara” abarca el origen y la desaparición
del Universo físico, comprendida en dos fases distintas: el Día de Brahma, cuando
Dios expira o crea las formas materiales; y la Noche de Brahmán cuando Dios
aspira o disuelve el Cosmos morfológico. Cada fase creativa y desintegradora de
la materia alcanza el tiempo material de 2.160.000.000 años del calendario
terreno, haciendo el proceso de un total de 4.320.000.000 años es decir, el tiempo
real de una respiración divina.
Ver la obra La Sobrevivencia del Espíritu, capítulo “El Diablo y la Sede de su
Reinado”, transmitido por los espíritus de Ramatís y Atanagildo.
Nota del Médium: Conforme a los Vedas, una respiración o pulsación
macrocósmica de Brahma, o Dios, corresponde a una respiración microcósmica
del hombre. Los hindúes también acostumbran a definir por “Manvantara”, un
período de actividad planetaria, en el cual se constituyen y perfeccionan siete
razas humanas. Ver la obra El Sublime Peregrino de Ramatís, en especial, el
capítulo IV “La Gran Planificación y el Calendario Sideral”.
Nota del Médium: Existe cierta semejanza entre algunos tópicos de este capítulo
con el tema expuesto ampliamente por Ramatís, en el capítulo que antecede:
DIOS. Sin embargo, es de sumo interés para nuestro Mentor espiritual insistir y
reactivar los temas que él juzga que son más complejos, y los elucida bajo otra
apariencia verbal, cuya única finalidad es mejorar el entendimiento de algunos
lectores.
Nota de Ramatís: Los espíritus son clasificados en los “Departamentos
Reencarnatorios”, en el mundo espiritual, bajo una determinada sigla y número
que los determina en su individualidad constante, pues los nombres y las
personalidades transitorias son de menor importancia.
Logos Solar, Espíritu Planetario del Sol, Conciencia Espiritual que centraliza el
progreso de los mundos, que forman cada constelación solar.
Nota del Médium: Ver la obra El Sublime Peregrino, capítulo II “Jesús y su
Descenso a la Tierra”, del cual destacamos el siguiente párrafo: “Es una
equivocación de la tradición religiosa considerar que el supremo sacrificio de
Jesús consistió esencialmente, en su pasión y sufrimiento, que media entre la
condenación de Pilatos v el holocausto en la cruz. Si el sacrificio del amado
Maestro hubiera consistido en los azotes, en los dolores físicos y en la crucifixión
injusta, entonces los leprosos, cancerosos, gangrenados y demás sufrientes
corporales deberían ser otros tantos misioneros gloriosos y elegidos para la
salvación de la humanidad. Los hospitales gozarían de fama al igual que los
templos y serían verdaderos viveros de “ungidos” de Dios, capaces de salvar a la
humanidad al dedicar sus dolores y gemidos lastimeros. Millares de hombres han
sufrido tormento mucho más atroces que los dolores físicos soportados por Jesús
en aquel terrible Viernes, sin embargo, no fueron consagrados como salvadores
de la humanidad.”
Nota de Ramatís: Todo nuestro esfuerzo en la presente explicación, es una
tentativa dinámica para substraer a la mente humana de las formas y de los
conceptos estratificados sobre la vida física. Suponiendo que la vida ascendente
del espíritu fuera como el camino a emprender en una infinita y eterna ruta
pavimentada, nuestros conceptos, ejemplos y descripciones, deberá admitirse
como balizas indicadoras que señalan el rumbo seguro a seguir.
Nota del Médium: Ver la obra El Reino de los Dioses, ilustrada en colores, que
explica ampliamente la existencia y función de esos Devas. Obra editada y
distribuida por la “FEEU” (Fundación Educadora y Editorial Universalista). Caixa
Postal 2931 — Porto Alegre — Rió Grande do Sul. Además, los Devas fueron
espíritus que se perfeccionaron en las luchas reencarnatorias, en las diversas
moradas del Padre.
Nota de Ramatís: Nuestros mensajes no tienen por finalidad hacer revelaciones
inusitadas y discutibles, sino dinamizar la mente del lector en el sentido de que
perciba, lo mejor posible, el metabolismo psíquico del universo. Os recordamos
que el UNO está en las partes, y las partes integradas en el UNO. Es un asunto
que se conoce hace muchos milenios y que tratamos de que lo asimile
particularmente el hombre de intelecto medio, puesto que las manifestaciones
profundas sobre el tema se encuentran en obras específicas y al alcance de los
más inteligentes o investigadores de la Verdad. Tratamos de ofrecer problemas,
sugestiones y estímulos que permitan al lector ejercitar la fuerza cósmica de su
pensamiento creador.
Nota del Médium: Resumen de la “Introducción” de la obra Fundamentos de la
Teosofía, de Jinarajadasa; “Los Maestros de la Sabiduría, como son llamados, son
almas humanas que con el transcurso del tiempo y en su constante progreso
evolutivo, pasan de su condición de humanos a la de adeptos. Elevándose al
Adeptado, el hombre adquiere el conocimiento en base a sus investigaciones y
experiencias. El hombre que se hizo Adepto deja de ser un simple instrumento en
el proceso evolutivo; ejerce, en ese proceso, la función de Maestro o Director, bajo
la supervisión de una elevada conciencia, llamada en Teosofía: el Logos. Como
colaborador del Logos, puede ver la naturaleza bajo el punto de vista del Logos y
observarla como un ser humano, es decir, como si fuera su propio Creador. Esos
Maestros de Sabiduría, esos agentes del Logos, dirigen el proceso evolutivo en
todas sus fases, estando subordinadas cada fase a la vigilancia de un
departamento especial, Jerarquía o la Gran Fraternidad. Conducen la modelación
o la desintegración de la materia, tanto en los mares como en la tierra; dirigen la
evolución y las caídas de las naciones, proporcionando a cada una, la antigua
Sabiduría que pueden asimilar”.
Párrafo extraído del Cáp. I “La Evolución de la Vida y de la Forma”, de C.
Jinarajadasa, de la obra Fundamentos de la Teosofía-, “De la misma forma que un
organismo individual es la unidad de un grupo más amplio, también la vida que se
oculta en lo íntimo de ese organismo hace parte de un “alma grupo”. Detrás de los
organismos del reino vegetal existe un “alma grupo” vegetal, reserva indestructible
de las fuerzas vitales que se hacen cada vez más complejas, dando lugar a
nuevas formas vegetales. Cada unidad de vida de esa “alma grupo”, cuando
aparece en la tierra como organismo, viene provista de la suma total de
experiencias adquiridas por toda la especie. Cada unidad, por la muerte del
organismo, vuelve al “alma grupo” y aporta, como contribución, lo que adquirió en
capacidad de reacción, conforme a métodos nuevos y a las excitaciones
exteriores. Lo mismo se observa en el reino animal; cada especie, cada género,
cada familia tiene su comportamiento especial en el “alma grupo” colectiva”.
Los famosos caballos blancos de Francia fueron una irrefutable muestra de
capacidad casi humana. Considerando que los caballos comienzan a demostrar
alguna cosa diferente y superior a su simple instinto, aproximándose
aparentemente al raciocinio humano, es evidente que en base a la fiebre
comercial de los mataderos de caballos, en conciencia, se vuelve un caníbal quien
come carne de esos consagrados amigos del hombre. Si comprendemos que el
caballo comienza a demostrar individualización, comerlo, entonces ¡es un acto de
antropofagia!...
Nota de Ramatís: La dirección psíquica del reino vegetal, por ejemplo, a través de
entidades conocidas por las leyendas terrenas, como gnomos, salamandras,
silfos, hadas y elementales, vitalizan, condensan y perfeccionan las incontables
especies de plantas, árboles, flores, hierbas o frutos que se determinan para fines
sublimes. Esas entidades, obedecen a planos inteligentes, trazados por espíritus
responsables por el progreso del reino vegetal, en concomitancia con el reino
mineral.
“Por eso les hablo por parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni
entienden.” (Mateo XIII, v 13).
Nota de Ramatís: Cuando Jesús hablaba a los campesinos, exponía la parábola
del sembrador, del grano de mostaza, o de la cizaña y el trigo; a los pescadores
les hacía referencia a la parábola de los peces, de los talentos y de los tesoros
enterrados; entre comerciantes y especuladores, comentaba sobre la perla de
gran valor, el acreedor incomprensivo o el caso de los deudores; entre magnates,
utilizaba las parábolas del rico insensato, el rico y Lázaro; entre los obreros
explicaba la parábola de los siervos útiles, de los trabajadores de la viña y del
mayordomo infiel; entre los hombres de leyes, mencionaba al juez injusto y entre
los religiosos, comentaba la historia del publicarlo y el fariseo.
Nota del Médium: Ver la obra El Sublime Peregrino, capitulo “Jesús y los Esenios”,
pág. 205; Edición Kier S.A. En ese capítulo, el Maestro Ramatís relata el contacto
que Jesús tuvo con los esenios, de los cuales asimiló sus costumbres, símbolos,
iniciaciones y, principalmente, el manejo de las parábolas, donde ellos eran
eximios.
Nota del Revisor: Con referencia al Reino de los Cielos, Jesús profirió ocho
parábolas a la orilla del mar de Galilea, en las cuales definió el modo en que la
criatura recibiría la vida eterna, el conflicto entre el bien y el mal, porqué la
simiente que crece misteriosamente, el valor del Reino de los Cielos y el sacrificio
del hombre para alcanzarlo. Después de salir de Galilea, entre la fiesta de los
Tabernáculos y de Pascua, el Maestro expuso diecinueve parábolas ilustrando el
Reino de los Cielos, y aún, otras seis, durante la última semana en Jerusalén,
donde hizo referencia al Juicio Final y la consumación del Reino.
(Mateo, 13; 1-13; Marcos, 4; 1-20 y Lucas, 8; 4-15).
Nota del Médium: Ese tipo de oyente o creyente mencionado por Ramatís nos
recuerda a cierto tipo de árbol cuyo tronco produce una inmensa llama y a los
pocos minutos termina en ceniza, por ser débil de consistencia.
Ver el siguiente párrafo de la obra El Sublime Peregrino, de Ramatís: “En el caso
de Jesús, se trataba de una entidad emancipada en el seno del sistema solar, una
conciencia de elevada espiritualidad, que no podía reajustarse fácilmente a la
genética humana. Habiéndose desvinculado hace mucho tiempo de las energías
de los planos intermedios que lo ligaban a la tierra, necesitaba un prolongado
tiempo para volverá atravesar nuevamente las fajas de los planos de los que
anteriormente se había liberado. Entonces, para alcanzar la materia en su
expresión más grosera, tuvo que someterse a un proceso de reducción vibratoria
periespiritual, a fin de ajustarse <al metabolismo biológico, de un cuerpo
carnal, a decir, ajustarse gradualmente a la frecuencia de la tierra.
Juan dio testimonio diciendo: “Que vi al Espíritu descender del cielo como una
paloma, y reposó sobre él.” (Juan, capítulo I, v. 32).
“Ni os llaméis Maestros, porque uno es vuestro Maestro, el Cristo” (Mateo, XXIII,
v. 8 al 10). Se demuestra claramente, la distinción que hacía Jesús de su persona
y la de Cristo.
Ver la obra Del País de la Luz, capítulo IV, volumen I, psicografiado por Fernando
Lacerda, en Portugal, en donde el espíritu de Napoleón dice lo siguiente: “El
elegido siempre es escogido; pero el escogido no es elegido. El elegido fue
escogido por Dios para hacer el Bien por el Bien; el escogido puede hacer el Bien
por medio del Mal. El elegido fue Jesús. Yo fui escogido.” En esta comunicación,
Napoleón compara su existencia turbulenta y ambiciosa, con la tierna y amorosa
misión de Jesús.
Nota de Ramatís: La planta, arraigada a la tierra, germina y crece, y en su
madurez, abre sus olorosas y atrayentes flores, sin pedir compensación alguna,
puesto que obra de acuerdo a un oculto instinto de amor; el Arcángel es el estado
de Amor permanente, que se vitaliza cuando más ama.
Ver la obra Fraternidad de los Ángeles y de los Hombres, de George Hogdson,
que defiende esa tesis. Obra editada por la Librería “O Pensamiento”, en Brasil.
“Y oí una grande voz en el cielo, que decía: Ahora se ha cumplido la salud y la
virtud, y el reino de nuestro Dios, y el poder de su Cristo, porque es ya derribado
el acusador de nuestros hermanos, que los acusaba delante de nuestro Dios día y
noche”. (Apocalipsis, Capítulo XII, versículo 10). Es evidente, que Juan se estaba
refiriendo al Cristo terráqueo, o Arcángel de la Tierra, pues Satanás simboliza a la
comunidad de espíritus, que son rebeldes al Amor del Cristo planetario.
Nota de Ramatís: En verdad, los vocablos Cristo, Crístico o cristificación, quieren
decir en lenguaje sidéreo, el Amor integral e incondicional, que es un estado
espiritual definitivo, de toda alma que se ha liberado de los ciclos reencarnatorios
de los mundos materiales. Siendo así, el Amor del Cristo fluyó con mayor
intensidad por el canal humano de Jesús de Nazareth, de cuya unión mesiánica
resultó el extraordinario beneficio para los terrícolas, que asimilaron mayor
cantidad de luz en su intimidad y elevaron su frecuencia por sobre las fuerzas
esclavizadotas y animalizadas. Ello, en verdad, quiere decir, que es el comienzo
de la “segunda venida” del Cristo, lo que será realizado por el camino interno del
corazón, pero jamás por medio de otra vida física y de las características que
rodearon a la misión del inigualado Jesús.
Párrafo extraído de la obra, Boa Nova, capítulo I, dictado por Humberto de
Campos a Chico C. Xavier, edición de la FEB: “Se olvidaron que el noble Octavio
también era hombre y no supieron comprender, que en su reinado, la esfera del
Cristo se aproximaba a la tierra, en una vibración profunda de amor y belleza. Por
esa razón es que el ascendente místico de la era de Augusto se traducía en paz y
júbilo para el pueblo, que instintivamente presentía una transformación celestial, al
llegar; a la tierra el Sublime Emisario. Su lección de verdad y de luz se esparció
por el mundo entero, cual lluvia beneficiosa y confortadora. La humanidad vivía,
entonces, el siglo de la Buena Nueva. Era la “fiesta del noviado” a la cual Jesús
expuso en sus imperecederas enseñanzas.
El Arcángel Planetario terráqueo es el espíritu que transfunde al orbe su luz
creadora y purificadora, y Jesús es el Gobernador Espiritual de la tierra, entidad
responsable por el proceso kármico, por la disciplina y la liberación de la
humanidad de las sombras de la animalidad, conduciéndola hacia una mayor
comprensión de su conciencia individual.
Ver capitulo “Los Ingenieros Siderales y el Plano de la Creación”, de la obra
“Mensajes del Astral”, de Ramatís, que explica minuciosamente las
particularidades de los Cristos Planetarios y Constelatorios, como así también, ver
la obra intitulada “Así decía Jesús”, de Huberto Rhoden, en el capítulo “Ninguno
va al Padre a no ser por mí”, en donde el autor, paralelamente a Ramatís, hace un
profundo estudio sobre la diferencia entre el Cristo y Jesús.
Nirvana, es un estado perenne de conciencia despierta, es el autoconocimiento
que libera. No es un modo de aniquilar el ser, como la gota de agua que se diluye
en el océano, sino una condición de plena conciencia espiritual; es la la vida del
espíritu, liberado de las limitaciones del tiempo y el espacio.
(Juan, Capítulo XVIII, versículos 33, 36 y 37).
Note del Médium: Ramatís aborda el tema de la energía libre en el capítulo “Sed
Perfectos”, en base de su preocupación para esclarecer mejor los asuntos
complejos de la vida espiritual. Además, es de su apreciación personal retornar
sobre el tema o conceptos vertidos en otras obras o capítulos anteriores, como
sucede aquí, a fin de hacer más comprensible el fundamento de sus mensajes
mediúmnicos, en una palabra, hacerlos más didácticos y menos especulativos.
Juan, capítulo XVIII, versículos 33, 36 y 37. 192.
Los objetos y cosas materiales son como prolongaciones vivas del ser, que le
proporcionan una especie de sensibilidad fuera de lo común y que lo hacen sufrir.
El hombre apegado a su automotor, por así dar un ejemplo, reacciona irritado
cuando alguien lo toca o golpea inadvertidamente, pasando a sufrir por causa de
su recelo ante la posible desvalorización material.
(Lucas, Capítulo XVI, versículo 13).
Párrafo extraído de la obra Volví, del espíritu del hermano Jacobo por intermedio
de la psicografía de Chico Xavier: “No será posible efectuar la separación del
organismo espiritual con mayor rapidez. Aclaró también, que el ambiente
doméstico estaba impregnado de cierta sustancia que clasificó de “Fluidos
gravitantes”, entorpeciendo la liberación. Más tarde, vine a percibir, que los
objetos de nuestro uso personal emiten radiaciones que se unen a nuestras ondas
magnéticas, creando elementos de ligazón entre ellos y nosotros, reclamando
mucho desapego de nuestra parte para que no nos aten o nos perturben”, capítulo
“Entre Amigos Espirituales”, obra editada por la Librería de la Federación Espirita
Brasileña.
El sol recorre un signo zodiacal en el plazo de 2.160 años; un año astrológico es
el pasaje del sol por los 12 signos, haciendo un total de 4.320.000.000 años
terrestres, es decir, el tiempo que transcurre en un “Manvantara” o “Gran Plano”, o
“Pulsación de Brahma”, de la creación exterior de Dios. En el día de “Brahma”,
Dios desciende vibratoriamente y crea el Universo Exterior Físico, y en la “Noche
de Brahma”, lo desintegra totalmente.
Ver capítulo IV, “La “Gran Planificación y el Calendario Sideral” y respectivos pie
de páginas, de la obra El Sublime Peregrino, de Ramatís, Editorial Kier S.A.
Nota del Médium: Extraído de la obra O Aqui e o Além, de Ruth Montgomery,
edición Record; “En trance, Edgar Cayce podía aparentemente recurrir a la
conciencia cósmica y leer los registros akáshicos, en los cuales está
expuestamente grabada la historia de cada vida, desde el comienzo de los
tiempos. Si los pensamientos y actos son grabados y permanecen a través del
tiempo y el espacio, el individuo puede, por medio de la meditación, desenvolver
el arte de sintonizarse con esos registros akáshicos, casi de la misma forma que
reproducimos las viejas cintas magnéticas grabadas. Ver el pie de página número
11 de la obra El Sublime Peregrino, de Ramatís, Editorial KIER S.A.
En breve resumen, sabemos que el espíritu, o llama inmortal, acciona en el
mundo espiritual a través del organismo conocido por los esoteristas, yogas y
ocultistas.
Así como el campeón de natación no podrá eludir las consecuencias de tener que
nadar en un río infestado de yacarés, el espíritu santificado tendrá que sufrir los
efectos de las leyes naturales, propias del orbe donde debe habitar. En
consecuencia, si la tierra es un planeta primario, los espíritus que en ella
encaman, son también alumnos primarios que se encuentran bajo un proceso
algo fuerte e incómodo, como es la naturaleza de la escuela planetaria.
Dice Ramatís en la obra El Sublime Peregrino: “El traje de seda se rompe con
rapidez y facilidad entre las espinas, no así el traje de cuero, utilizado por el
campesino”.
Maya, vocablo tradicional del sánscrito que significa “ilusión” sobre la vida física,
que en verdad, se transforma, envejece y desaparece; lo que no persiste y aquello
en lo que el hombre se enreda, como si fuera la tela de la araña, imantado por la
fuerza atrayente de las formas físicas, y a su vez, aniquilado por la misma.
Aunque debemos guardar el nombre de la familia, bajo el sentido fraterno, nos
proponemos dar como ejemplo de esa familia X, compuesta de cinco mujeres y
cuatro hombres, los cuales terminaron de la siguiente forma: la madre, oriunda de
una familia de abolengo, se agotó en el vicio del alcohol; el esposo fue asesinado
en el lugar de trabajo; tres hijos perecieron en los antros de prostitución; dos hijas
fueron asesinadas como tratantes de blancas. Finalmente, los dos restantes, uno
de ellos fue muerto en una pelea en una “boite”, y el otro, en la actualidad está
preso por toxicomanía y robo. Las más jóvenes están viciadas en el alcohol,
drogas y degradación, siendo noticias en los diarios.
(Mateo, Cáp. VII, vers. 1 y 2).
(Mateo, Cáp. V. vers. 44, 46 y 48).
Cabe aquí la reproducción del siguiente párrafo del capítulo “Entrenamiento para
la Muerte”, de la obra Cartas y Crónicas, por el espíritu del Hermano X a través de
la mediumnidad de Chico Xavier, que así describe: Preliminarmente, admito que
deba referirme a nuestros malos hábitos. La cristalización de los mismos, aquí, es
una plaga tiránica. Comience siempre, por renovar sus costumbres, como el plato
de cada día. Disminuya gradualmente la voluptuosidad de comer carne de
animales. El cementerio en la barriga es un tormento, después de haber sufrido
una gran transición. El lomo del cerdo o el bife angosto, aderezado con sal y
pimienta, no nos colocan mucho más allá de nuestros antepasados, los nombra
de las cavernas, que se devoraban los unos a los otros. Los excitantes
largamente ingeridos, constituyen otra peligrosa obsesión. He visto a muchas
almas, aparentemente muy sensibles, que a la primera invitación, se encuentran
dispuestas a cambiar el Cielo por el whisky o por el alcohol de su preferencia. Y
no olvide, que siempre que le sea posible, evite los abusos del fumar”.
Nota del Revisor (Brasileño): En virtud de que algunos lectores se extrañaron
porque atribuimos a Leibnitz el aforismo, que dice “nada se pierde, nada se crea,
todo se transforma”; nosotros estamos sabiendo que es una extensión de la Ley
de Conservación de la Masa, enunciada por Lavoisier. Se tiene conocimiento que
en un sistema químico, aislada la masa, ésta permanece constante, cualquiera
sean las transformaciones que ella sufra. Así, el primero de los aforismos
pertenece al gran filósofo monista Leibnitz, y el segundo, al hombre de ciencia
Lavoisier.
(Juan, capítulo III, versículo S).
Manvantara, de la escolástica oriental, o “Gran Plano” para el buen entender de
Occidente, corresponde al total de 4.320.000.000 años del calendario terrícola. El
mismo abarca dos fases, en que Brahma, o Dios “expira” en el llamado “Día de
Brahma”, cuando crea el Universo físico; y cuando “aspira” en la “Noche de
Brahma” en donde sucede la desorganización de la materia, hasta volver a su
forma original de energía. Siendo así, un Manvantara o “Respiración Cósmica” de
Dios, se dividen la etapa creadora de 2.160.000.000 años, y otra similar, cuando
sucede la desmaterialización del Universo físico. Lo que parecía una concepción
fantasiosa, hoy es una teoría científica, que es el Universo Oscilante de Gamow.”
Nota del Médium: Es frontalmente aberrativo admitir la resurrección de los
muertos, conforme explica el Catolicismo, puesto que los cadáveres
desintegrados en el seno de la tierra han de servir con sus sustancias liberadas
para dar vida a nuevas formas vegetales, como son las verduras alimenticias
entre otras especies. Los aminoácidos, minerales, vitaminas, proteínas y enzimas
serán consumidas por los “vivos”, en el complemento de su alimentación,
volviéndose un absurdo que los “muertos” exijan, como de su propiedad, los
elementos que se incorporaron a nuevas organizaciones, como es de común
conocimiento para la ciencia moderna.
Nota del Médium: En verdad, basta recordar tres conversiones famosas,
sucedidas en la historia, que pueden servir de estímulo y reflexión, cuando María
de Magdala se convierte súbitamente al Amor de Jesús, Saulo se transforma en
algunos segundos en Pablo, en el camino de Damasco, y Francisco de Asís se
despoja de sus bienes y tesoros del mundo. Por otra parte, es muy constructivo el
ejemplo ofrecido por Sakyaimuni, que se despoja violentamente de todas sus
riquezas principescas, para reencontrarse con la pobreza insoluble de su
principado.
Nota del Médium: A Nho Quim, espíritu de muy avanzada inteligencia, que vivió
en cierta ciudad litoraleña de Paraná, se le preguntó sobre la cuestión del espíritu
y el cuerpo durante la encarnación, y manifestó: El espíritu es como el alumno que
va a la escuela, de acuerdo a la que escoge, debe usar el uniforme. Siendo así,
quien necesita aprender la lección en japonés o en chino, viste uniforme amarillo,
en Europa, el blanco, y en África, la ropa es totalmente negra. En mi caso
personal, uso el uniforme rojizo de los indios americanos y el color cobre de los
atlantes. Y, cuando la necesidad lo requiere, ese vestido puede ser mulato, rubio y
hasta de cabellos rojizos. Todo depende de la lección que necesita el alumno para
graduarse espiritualmente.
Nota del Médium: Ver el capítulo “La túnica Nupcial”, de la presente obra, donde
Ramatís explica detalladamente la naturaleza y estructura del periespíritu y sus
transformaciones durante la vida física, conforme a los estudios del alma de la
criatura humana.
(Mazeo, Capitulo XXII, versículo 10 y 11).
Así como el germen del fruto está rodeado del periespermo, así también el
espíritu propiamente dicho está rodeado de una envoltura, que por combinación
puede llamarse periespíritu. “Comentario de Allan Kardec extraído de la pregunta
93, tema “Periespíritu” del Libro de los Espíritus, Editorial Kier S.A., Bs. As.
En la pregunta 93 en lo referente al Periespíritu, los espíritus comunicantes dicen:
“El espíritu está envuelto en una sustancia, aunque vaporosa para ti, muy grosera
aún para nosotros, pero suficientemente ligera empero para poder sostenerse en
la atmósfera y trasladarse donde quiera”. Más adelante aclaran algunos
pormenores al referido periespíritu, que eliminan cualquier duda al respecto.
Nota del Médium: Ramatís, por medio de nuestra psicografía, expone en otra obra
todo lo referente a la anatomía y fisiología del periespíritu, donde explica
satisfactoriamente lo referente al metabolismo y contextura de ese cuerpo
inmortal. Además, puede el lector ver la obra Esclarecimiento del Más
Allá, capítulo “Aclaraciones sobre el Periespíritu” del mismo autor espiritual,
Editorial Kier S.A., Bs. As.
Dice Emmanuel en la obra Roteiro, capítulo “El Periespíritu”, lo siguiente a través
de la mediumnidad de Chico Xavier: “El periespíritu es el cuerpo organizado que
representa el molde fundamental de la existencia para el hombre, que subsiste,
más allá del sepulcro, estacionándose en la región que le es apropiada, conforme
a su peso específico. Formado por sustancias químicas que trascienden los
patrones conocidos hasta ahora por la ciencia terrena, es un aparato de materia
rarificada, que se altera conforme al patrón vibratorio de nuestro campo interno.
Es un organismo sumamente delicado, con extremo poder de plasticidad, que se
modifica bajo la dirección del pensamiento. Por lo tanto, es necesario acentuar
que el poder existe apenas donde prevalecen la agilidad y la habilidad, que sólo la
experiencia otorgan. En las mentes primitivas, ignorantes y ociosas, semejante
vestidura se caracteriza por una conformación pastosa, verdadera continuación
del cuerpo físico, aún animalizado y enfermizo. El progreso mental es el medio
que permite la renovación de ese equipo, en cualquier plano de evolución que se
sitúe. El periespíritu, en cuanto a la forma somática se refiere, obedece a las leyes
de gravedad. Nuestros impulsos, emociones y pasiones como virtudes, se
expresan en él fielmente.
Nota de Ramatís: La futura madre del espíritu encarnante también es un espíritu
encarnado, es decir, una entidad también portadora de un periespíritu que se
materializó bajo el mismo proceso de su hijo. En consecuencia, el feto
periespiritual de su descendiente es “encajado” en el vaso uterino y también
periespiritual, y al nacer, la criatura, es como un periespíritu materializado camino
a desligarse, en vez de procesarse el llamado nacimiento. El periespíritu reducido
a la forma de un feto y sometido interiormente a la impulsión centrípeta, más
despierta de lo que se cree, más retorna a su verdadera estatura original que
poseía en la vida en el espacio y que volverá a poseer una vez transcurrido el
tiempo demarcado por las leyes físicas de la tierra.
Nota del Médium: Los genios y sabios pueden tener hijos idiotas, tarados y
psicópatas, porque el alma nada tiene que ver con la hereditariedad física, pero
ella predispone esa hereditariedad. Bacon, Berkeley, Claude Bernard, Augusto
Comte, Hume, Kant, Kepler, Spinosa, Jung y Locke, genios y filósofos, científicos,
matemáticos, psicólogos, médicos, astrónomos, tuvieron hijos ignorantes; el
famoso Péneles de Grecia, procreó dos hijos tontos; el sabio Arístipo, fue padre
de Clíneas el furioso; Tucídides, el gran historiador, tuvo como descendiente, al
inepto Milesias; Sócrates tuvo hijos ignorantes; Cicerón tuvo un hijo imbécil:
Marco Aurelio, filósofo consagrado por Roma, fue padre de Cómodo, maniático
furioso y agresivo; Napoleón, La Fontaine, Pedro el Grande y Luis XIV, tuvieron
hijos mediocres. Todo ello prueba que el espíritu no puede ser más inteligente o
sano de lo que fue en el pasado, imponiendo su tara periespiritual en la formación
de los cromosomas y truncando la pretendida hereditariedad saludable de una
familia.
Nota de Ramatís: La gestación nos recuerda algo de la tradicional materialización
de los espíritus en las sesiones mediúmnicas de fenómenos físicos, pues el
vientre materno, en verdad, funciona como si fuera una cámara de
materializaciones en el mundo tierra. Lo único que difiere es que el espíritu se
materializa desde la fase fetal hasta alcanzar la configuración del recién nacido,
utilizando el ectoplasma y los fluidos etéreos físicos del medio ambiente, mientras
que en los trabajos de efectos mediúmnicos el médium provee la sustancia
materializante y el fenómeno sucede en algunos minutos. En ambos casos, la
entidad encarnante o materializada, surge gradualmente del mundo oculto, para
luego hacerse visible a los sentidos físicos.
Nota del Médium: Ver el capítulo “Reencarnación” de la obra Los Misioneros de la
Luz, dictado por el espíritu de André Luiz y psicografiado por Chico Xavier, con
excelente ejemplo tan aclaratorio y por demás minucioso sobre el asunto que
nosotros no podemos extendernos en lo referente a la reencarnación del espíritu
de Segismundo y el desdoblamiento del proceso reencarnatorio desde el auto
hipnosis. Editorial Kier S.A., Bs. As.
Nota de Ramatís: En su función de matriz original de los cuerpos físicos en cada
encamación, el periespíritu es el portador de los modelos de cada órgano,
sistemas y conexiones, que han de conformar, como perfectos duplicados, en la
encamación física e inmediata. En la reducción periespirtual hasta alcanzar la
condición de un feto, concomitantemente también se reducen todas las matrices
de los respectivos órganos, sistemas y zonas afectados para recomponer el futuro
edificio anátomo-fisiológico a medida que despiertan en el proceso de su
materialización en el vientre femenino.
El doble etérico posee siete chakras o centros etéricos, situados a 5 ó 6
milímetros del cuerpo físico, en la zona de los principales plexos nerviosos,
especie de torbellinos que giran en continuo movimiento. Existe
el chakra coronario, situado en lo alto de la cabeza, conocido también como “el
loto de mil pétalos”; el chakra frontal, entre las cejas o en medio de los ojos;
el chakra cardíaco, situado a la altura del corazón físico; el chakra laríngeo, en la
región de la garganta, responsable por el funcionamiento de las tiroides y
paratiroides; el chakra esplénico, principal conducto vital situado en la periferia del
bazo físico; el chakra umbilical, en la región del ombligo, que atañe al
metabolismo hepático, renal, intestinal y demás órganos digestivos que acciona a
través del plexo abdominal o solar; y finalmente, el chakra básico
o kundalíneo, conductor del famoso fuego serpentino, que avanza por la columna
vertebral, que activa y controla el sexo. Todos los chakras irradian colores, los
cuales son tan hermosos y atractivos como sea el alma evolucionada.
Nota del Médium: Ver las obras El Hombre Invisible y Los Chakras, ambas de
Leadbeater, por Arthur Powell; Esclarecimiento del Más Allá, de Ramatís; Pases e
Irradiaciones, de Edgar Armond; El Cielo está en Nosotros, de Theos Bernard,
ediciones Siglo Veinte, Juncal 1131, Bs. As., Argentina y Librería Kier S.A., Av.
Santa Fe 1260, Bs. As. Argentina.
Véase el capítulo “Los Charcos de Fluidos Nocivos del Astral Inferior”, de la
obra La Vida Más Allá de la Sepultura, de Atanagildo, supervisada por el Maestro
Ramatís.
Ver la obra Memorias de un Suicida, obra mediúmnica cuyo autor es Yvonne
Pereira, en el capítulo “Los Reprobos”; también leer la obra El Martirio de los
Suicidas, de Alerindo Mayins de Castro. La primera de las citadas obras fue
publicada por Editorial Kier S.A., Bs. As.
Ver la obra Problemas del Ser, del Destino y del Dolor, de León Denis, en el
siguiente párrafo: “En cuanto a los suicidas, la perturbación que la muerte les
provoca es profunda, dolorosa y penosa. La angustia los encadena y les dura
hasta la encarnación siguiente. Su gesto criminal le causa al cuerpo fluídico un
aplastamiento violento y prolongado que se transmitirá al organismo carnal por el
renacimiento. La mayor parte de ellos vuelven enfermos a la tierra. Estando el
suicida en toda su fuerza de vida, el acto brutal que lo destroza le provocará
lejanas repercusiones en su estado vibratorio y determinará afecciones nerviosas
en sus futuras vidas terrestres”.
Nota de Ramatís: Como la Divinidad no castiga, pero reeduca y corrige al
pecador, la Ley del Karma apenas se encarga de ajustar al culpable que
contravino las condiciones técnicas y venturosas de la vida espiritual. De ahí que
los egoístas se aíslan de la humanidad viviendo exclusivamente para ellos, ajenos
a las obligaciones y al concurso fraterno junto a sus demás compañeros
encarnados; entonces generan el fluido que en la próxima existencia procrea y
alimenta los bacilos de Koch y la consecuente tuberculosis. Siendo así, el egoísta
sólo recogerá aquello que sembró, pues habiendo huido de la vida y de prestar su
cooperación colectiva, más tarde es aislado por la propia humanidad, que lo teme
por el contagio peligroso de su enfermedad.
(Mateo, capítulo 13 ver. 24, 30, 36 y 40).
Nota del Médium: Tal vez por ello, es que Allan Kardec fue considerado como el
“buen sentido encarnado” al codificar la doctrina espirita, puesto que resistió las
críticas malas e injustas, las que se encuentran obligadas a guardar silencio ante
la imposibilidad de hallar cualquier concepto aberrativo o postulados infantiles. Por
ello, el Espiritismo plasmado por Allan Kardec jamás abdicó de la razón y del
análisis valeroso respecto a su codificación.
Nota del Médium: Algunos de nuestros hermanos, que hacen parte en nuestros
trabajos mediúmnicos, preguntaron a la entidad llamada Nho Quim sobre el actual
deshielo en los polos, que se presume debiera dejar al descubierto la tierra fértil
para la humanidad del Tercer Milenio A través de su tradicional humorismo y
simplicidad, Nho Quim respondió: “Los actuales polos cargados de hielo, que ya
comenzó a deshelarse, son la providencial medida con que Dios conserva las
tierras fértiles para las plantaciones sanas del futuro, puesto que los habitantes
del Tercer Milenio, y escogidos a la derecha del Cristo, necesitarán de las mismas
para su próxima etapa evolutiva, mientras que los entontecidos científicos de la
hora presente están secando todo el suelo terráqueo con las experiencias
atómicas.”
La Biblia, a pesar de ser tan criticada por las diversas corrientes religiosas, sin
embargo ofrece ciertos pasajes que hoy son verdaderas noticias en los grandes
diarios. La actual intoxicación del aire de las ciudades, que tanto preocupa a los
gobernantes de la tierra, fue previsto por el profeta Isaías. (Cáp. XXFV, vers. 5 y
6) que dice así: “Y la tierra fue infectada por sus moradores, porque transpusieron
las leyes, mudaron el derecho y rompieron la Alianza sempiterna.” “Por esto, la
maldición devorará la tierra y pecarán los moradores de ella, y por esto, darán en
locuras los que moran en ella y quedarán pocos hombres”. Sin lugar a dudas, el
profeta aludía claramente a la contaminación del aire que está envenenando a la
humanidad terrena, lo cual se está comprobando fehacientemente porque está
afectando la germinación de las plantas, de las frutas y hasta en la reproducción
de las aves y animales, causando además, enfermedades extrañas, y que la
Medicina lucha para solucionar y prevenir.
El chakra kundalíneo y fundamental del “doble etérico”, que se encuentra situado
en la base de la espina dorsal, región del sacro, es el centro conductor más
potente de la vida física y primaria. Acciona con más particularidad en el ganglio
prostático o en la próstata, ganglio muy importante en los fenómenos genitales,
como la ovulación en la mujer y la producción de la hormona testicular en el
hombre. El flujo energético kundalíneo es dócil, como el animal domesticado
cuando está bajo el control de una voluntad digna y superior; pero un codicioso,
libertino y ambicioso si se “encadena” a las formas esclavizadoras de la materia.
Ver el capítulo V “El Valor de la Profecía” de la obra Mensajes del Astral, de
Ramatís, 3ª edición, Editorial Kier S.A., Bs. As.
Ver el capítulo X de la obra La Misión del Espiritismo, de Ramatís.
Nota del Médium: Ver el capítulo “El Astro Intruso” y su influencia sobre la tierra,
de la obra Mensajes del Astral, de Ramatís, cuya primera edición en Brasil fue
publicada en el año 1949, y profusamente difundida a todas partes del mundo
desde Argentina por el Grupo de Trabajo Ramatís, por medio de folletos
descriptivos del particular. Algunos críticos confundieron un acontecimiento cuya
lógica aún dependía de los descubrimientos futuros en la investigación de los
campos astronómicos, y no afectado exclusivamente a los fenómenos de un orbe
físico. Eh la actualidad, esa predicción, que parecía aberrativa, se va demostrando
con ciertos fundamentos, es decir, más coherente y auténtica, gracias a los
últimos descubrimientos de la astronomía terrícola.
La Bestia apocalíptica representa el alma global e instintiva de todas las
manifestaciones corruptas, las mismas accionan solapadamente sobre las
criaturas negligentes y les ajusta las emociones contraproducentes a fin de
estimularlas hacia la insania, la corrupción y la inmoralidad general. El reinado de
la Bestia, como así también el de Satanás, implican la existencia de súbditos, que
son los Rozadores de las bacanales lúbricas que terminan saturando al espíritu en
un orden inferior, totalmente animalizado. Párrafo extraído del capítulo VII, “La
Bestia Apocalíptica”, de la obra de Ramatís; Mensajes del Astral, 3a edición,
Editorial Kier S.A., Bs. As.
Nota del Médium: Para no entrar demasiado en detalles por lo citado por Ramatís,
bastaría analizar el éxito que hace muy poco tiempo tuvo la obra y la película “El
Último Tango en París” en que recibieron elogios por el supuesto arrojo con aire
de liberación, donde un actor sofisticado, pero de cierta responsabilidad, y una
joven ninfomaníaca, redoblaron sus escenas más libidinosas y degradantes, cuya
finalidad era dar un mensaje cinematográfico sobre el séptimo arte. Además, en la
actualidad existen lugares y librerías apropiadas, que venden a muy buen precio
la corrupción impresa y fotográfica de la pornografía, sin entrar a detallar,
los magazines y cassettes grabados con la expresión más baja que pueda
concebirse y que por otra parte, es bueno tener presente, ya comienza a
introducirse ingenuamente en los hogares a modo ¡de reírse... un ratito...!
© 2021 – Instituto Hercílio Maes Ramatís
www.institutoherciliomaes.com.br
El Evangelio a la Luz del Cosmos
Ramatís / Hercílio Maes (1913-1993)
Paraná — Brasil
Índice de contenido
1. MI HOMENAJE
2. AGRADECIMIENTO
3. ORACIÓN
4. PREFACIO
5. PREÁMBULO
6. ALGUNAS PALABRAS
7. DIOS
8. EVOLUCIÓN
9. EL EVANGELIO Y LA LEY DEL COSMOS
10. EL CÓDIGO MORAL DEL EVANGELIO
11. LA CIENCIA Y LA FE DEL EVANGELIO
12. JESÚS Y SUS PARÁBOLAS
13. EL SEMBRASOR
14. “NINGUNOVA AL PADRE SI NO ES POR MI”
15. “MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO”
16. “NO SE PUEDE SERVIR A DIOS Y A LAS RIQUEZAS”
17. “CADA UNO SERA JUZGADO SEGÚN SUS OBRAS”
18. “CON EL JUICIO CON QUE JUZGAREIS; SERÉIS
JUZGADOS; Y CON LA MEDIDA CON QUE MIDIEREIS, OS
VOLVERÁN A MEDIR”
19. “SED PERFECTOS”
20. “NINGUNO PODRA VEREL REINO DE DIOS, SI NO
RENACIERA DE NUEVO”
21. LA TÚNICA NUPCIAL
22. EL TRIGOY LA CIZAÑA

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