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CODIGO DE MINERIA
CAPITULO I
Artículo 1º. — Pertenecen originariamente al Estado todas las sustancias útiles del
reino mineral, cualquiera que sea su origen y forma del yacimiento, hállense en el interior de
la tierra o en la superficie.
Artículo 4º. — Las minas forman una propiedad distinta de la del terreno en que se
encuentran, aunque aquéllas y éste pertenezcan a un mismo dueño; se rigen por los principios
de la propiedad común, salvo las disposiciones de este Código.
Artículo 5º. — Las minas son inmuebles y se consideran también inmuebles las cosas
destinadas a su explotación con el carácter de perpetuidad como las construcciones,
maquinarias, aparatos, instrumentos, animales y vehículos empleados en el servicio, — dentro
de las pertenencias — sea superficial o subterráneamente; y los establecimientos o ingenios,
aunque estén situados fuera de las pertenencias.
Artículo 6º. — Las minas no son susceptibles de división material y sólo admiten la
virtual en acciones.
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CAPITULO II
Artículo 8º. — Para el aprovechamiento de las sustancias útiles del reino mineral, se
establecen cuatro categorías distintas.
Artículo 10. — A la segunda categoría: los depósitos, mantos, capas u otros criaderos
de substancias no metalíferas como el bórax, amoníaco, magnesia, yodo, alúmina, azufre,
carbón de piedra, salitres, hulla, turba, betún, fócil, recina fócil, alumbre, boratos, esteatita y
los fosfatos calizos, kaolín y demás que sean aplicables a las industrias.
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CAPITULO III
Del cateo
Artículo 15. — Todo individuo o sociedad, podrá hacer calicatas o excavaciones que
no excedan de diez metros de extensión en longitud o profundidad, con objeto de descubrir
minerales, en terrenos que no estén cultivados o cercados, cualquiera que sea el dueño a que
pertenezcan. Es obligación del investigador pagar indemnización al dueño, si el terreno fuese
de dominio particular y hubiese sobrevenido el perjuicio.
Artículo 19. — La autoridad designará inmediatamente día y hora para oír a las partes
interesadas; con el resultado de la audiencia, concederá o negará la licencia sin ulterior
recurso. Si lo estimare conveniente, o lo pidiere alguna de las partes, ordenará que se practique
previamente una inspección del terreno por el ingeniero fiscal y a falta de éste por un perito
que designará al efecto.
Artículo 20. — Si en la audiencia de que habla el artículo anterior el dueño del terreno
exigiese que el cateador constituya previa fianza para indemnizar el deterioro que con la
calicata puede producir, la autoridad lo ordenará así.
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indemnización, la autoridad oyendo a las partes y mandado practicar una inspección pericial,
si la estimare indispensable, determinará el monto de la indemnización y ordenará su previo
pago.
Artículo 21. — El cateador que hubiere obtenido licencia conforme a los artículos
precedentes, ejercerá su derecho dentro del término de treinta días contados desde la fecha en
que obtuviere el permiso; pudiendo ser prorrogado ese plazo por un término igual y por una
sola vez ,si se alegare motivos justificados.
No haciendo uso del permiso dentro del plazo otorgado, o vencida la prórroga, no
podrá solicitar una segunda licencia para emprender investigaciones en el mismo terreno.
CAPITULO IV
De la petición y adjudicación
Artículo 22. — Toda persona capaz de adquirir y poseer legalmente bienes raíces,
puede obtener una o más pertenencias en minerales conocidos; y sólo treinta pertenencias de
las substancias de la primera categoría y sesenticuatro de las de segunda y cuarta categorías,
en minerales recién descubiertos, que por su importancia pueden formar un distrito minero.
Artículo 23. — Se tendrá por mineral conocido aquel en que exista cuando menos una
mina en actual trabajo, o que antes hubiera sido trabajada formalmente; y aquel en el cual se
hubiera hecho con anterioridad dos o más peticiones.
Artículo 24. — No pueden adquirir minas por petición directamente ni por interpósita
persona, ni tener en ellas parte: El Presidente de la República y Ministros de Estado; los
Prefectos, Subprefectos, Intendentes y demás funcionarios administrativos, en el territorio de
su jurisdicción; las mujeres casadas si no han obtenido autorización marital o no se hallan
divorciadas. Los Jueces y Fiscales dentro del territorio de su jurisdicción; el Oficial Mayor de
Industria, el Secretario de la Prefectura, y demás oficiales dependientes de la Superintendencia
de Minas; los Notarios de Minas y sus empleados; los Ingenieros y ayudantes del Cuerpo
Nacional de Minas. Todas las participaciones que tengan estos funcionarios serán nulas de
pleno derecho.
Artículo 25. —Los contraventores a la disposición del artículo anterior perderán todos
los derechos obtenidos, y la propiedad se adjudicará a quien denunciando el hecho, la solicite;
pero no podrán adquirirla las personas que hubieren tenido participación en el pedido.
CAPITULO V
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Artículo 27. — La persona que pretenda obtener una o más pertenencias presentará
por sí su solicitud o por medio de apoderado, con poder suficiente, ante el Superintendente de
Minas, expresando con claridad :
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interesado, se pondrá cargo al pie del escrito, con la firma del Superintendente y su Secretario,
indicando la fecha, hora y minutos, en letras.
Este cargo será transcrito inmediatamente en un libro especial, en órden sucesivo y sin
dejar blancos; partida que será suscrita por el interesado y autorizada por los funcionarios
indicados.
Artículo 34. — Dentro de los tres días siguientes del pronunciamiento del auto, el
Notario practicará con las personas presentes, las citaciones y notificaciones ordenadas y
pasará inmediatamente para la publicación copia autorizada por él, del pedimento y auto de
concesión, al Secretario de la Superintendencia, independientemente de las notificaciones,
dejando constancia en los obrados.
La omisión de este deber hará incurrir al Notario en la pena de una multa de cinco a
veinte bolivianos, y destitución en caso de reincidencia.
Si por omisión del Notario se retardare la publicación del pedido, para los efectos
legales, el término de las publicaciones, quedará cerrado a los diez días fatales, después de la
tercera inserción.
Artículo 37. — En cada capital de departamento minero, se publicará por cuenta del
Estado un boletín cada diez días, destinado especialmente a registrar todas las peticiones y
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Artículo 39.— Cuando entre dos o más concesiones resulte un espacio franco que no
llegue a formar pertenencia, aunque su total contenga más de diez mil metros cuadrados, se
concederá a aquel de los propietarios de las minas limítrofes que primero lo solicite, y por
renuncia de éstos a cualquier particular que lo pida, observándose siempre las mismas
prescripciones determinadas en este Código.
Artículo 40. — En los distritos mineros de los que existen planos catastrales
aprobados, las peticiones de pertenencias recaerán sobre el terreno franco consignado en el
plano general del distrito, a cuya simple vista y sin más trámite serán otorgados o rechazados,
según que exista o no terreno franco.
CAPITULO VI
Artículo 42. — La pertenencia o unidad de medida para las concesiones mineras de las
substancias de la primera y segunda categorías, es un sólido de base cuadrada de cien metros
de lado, medidos horizontalmente en la forma que haya designado el peticionario y de
profundidad indefinida. Pero para las substancias de la segunda y trecera categorías termina
dicha profundidad donde queda agotada la materia explotable.
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Esta publicación se efectuará una sola vez con anticipación de diez días y equivaldrá en
sus efectos a la citación personal. Igual práctica se observará en el caso del artículo 34.
Artículo 47. — El interesado podrá nombrar otro ingeniero por su parte en el acto de
la notificación con el decreto que ordene la mensura; importando su silencio en ese caso, la
aceptación implícita del ingeniero fiscal. En caso de discordia la autoridad que preside la
operación nombrará el tercero que deba dirimirla.
Artículo 48. — Todas las pertenencias que por su conjunto formen una concesión,
deberán estar agrupadas sin solución de continuidad, de suerte que las contiguas se unan en
toda la longitud por uno cualquiera de sus lados.
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mojones y colindancias.
Artículo 51. — Los vértices de los ángulos entrantes y salientes que resulten en el
perímetro del conjunto de las pertenencias concedidas, deberán señalarse por las autoridades
comisionadas y los ingenieros, con hitos sólidamente construídos, de manera que por su forma
o por alguna señal se distingan de los de las propiedades colindantes con las que estarán
correlacionadas. Además del señalamiento de otros puntos fijos e indubitables en dirección y
distancia.
Artículo 53. — En los lugares que sea imposible colocar hitos por la nieve o las
dificultades que presente el terreno, se señalarán los límites claros y arcifinios o hitos de
relación llamados testigos.
La autoridad al ministrar la posesión, verificará que los hitos o mojones han sido
construidos, suspendiendo el acto en caso contrario, bajo su responsabilidad civil y criminal.
Artículo 56. — Toda vez que sea necesario repetir las operaciones de mensura por
culpa o error del ingeniero, los gastos que demande la nueva operación serán a cargo de éste.
Artículo 57. — Después de realizadas las diligencias posesorias deberán elevarse los
obrados a la Superintendencia de Minas, la que previo examen de haber efectuado aquéllas
conforme a las prescripciones de este Código, dictará auto de aprobación ordenando se expida
el título de propiedad.
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Artículo 58. — El interesado instará la aprobación dentro de los treinta días siguientes
al verificativo de las diligencias fuera del término de distancia, bajo pena de caducidad.
Artículo 60. — Los colindantes mineros con títulos, que fuesen perjudicados con la
mensura de una nueva concesión, pueden asimismo denunciar la nulidad de las diligencias
posesorias, por las causales detalladas en el artículo anterior, y sólo dentro del término de los
treinta días.
Pasado éste, no tendrán otro recurso que acudir a los tribunales ordinarios.
Artículo 61. — En los casos establecidos por los artículos anteriores, se ordenará se
efectúen nuevamente las diligencias concediendo un plazo que no sea mayor que el otorgado
para las diligencias anuladas
CAPITULO VII
Del registro
Artículo 62. — Los notarios de minas llevarán un libro del papel sellado
correspondiente en que se hará el registro de cada concesión; inscribiendo la minuta girada por
el Superintendente con inserción de la petición primordial, su respectivo cargo, auto de
concesión, solicitud de las diligencias de mensura y alinderamiento, certificado de hallarse
pagadas las patentes, informe del ingeniero, acta de las diligencias de mensura, demarcación y
posesión, y todos aquellos actuados que el interesado quiera hacer constar.
Artículo 64. — Llevarán además otros libros especiales, en los que se tomará razón de
la renuncia o disminución del número de pertenencias pedidas, de toda transferencia de
propiedades mineras, sea por venta, herencia, donación u otro tituló traslativo de dominio; así
como de todos los contratos de constitución de representantes o apoderados. de constitución o
disolución de sociedades, de arrendamiento, de habilitación y demás relativos a negocios de
minería.
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Artículo 67. — Los contratos de cualquier clase que sea referentes a minería, no
producen efecto alguno, si no se han celebrado por ante el Notario de Minas, o si celebrándose
ante otro notario, no se protocolizan en el libro de que habla el artículo 64.
TITULO II
CAPITULO I
De los hitos
Artículo 69. — Los hitos que demarquen la propiedad minera deberán ser conservados
en buen estado, siendo prohibido cambiarlos de lugar, bajo la pena de 100 a 500 bolivianos,
que aplicarán la Superintendencia, previa justificación administrativa, sin perjuicio de que
deben ser restablecidos en su primitiva ubicación, y no obstante de la acción criminal que
quiera ejercer el colindante perjudicado.
Artículo 70. — Cuando por accidente o caso fortuito desapareciere algún hito, el
minero propietario pedirá al Superintendente autorización para reponerlo, lo que se hará previa
citación de colindantes.
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CAPITULO II
Artículo 73. — Los mineros son dueños, dentro de sus pertenencias y en toda la
profundidad a que les da derecho esta ley, de todas las vetas y criaderos que se encontraren,
cualquiera que sea su origen y forma de yacimiento, exceptuándose las vetas o filones
metálicos así como los petróleos e hidrocarburos, cuando la concesión recaiga sobre las
substancias inorgánicas de la segunda y cuarta categoría.
Artículo 74. — Son asimismo dueños de las aguas que encuentren en sus trabajos,
mientras conserven la propiedad de la mina.
Artículo 75. — Los trabajos de las minas no pueden ser impedidos ni suspendidos,
sino cuando así lo exija la seguridad pública la conservación de las pertenencias y la salud o
existencia de los trabajadores. Esta prohibición es absoluta cuando se pida la suspensión por
causa de litigio.
Artículo 76. — Las concesiones son a perpetuidad a sola condición del pago de un
cánon anual, que se establece en las leyes especiales.
Artículo 78. — Puede obtenerse aquel subsuelo por persona extraña, si notificado el
dueño del suelo mineral, no formula solicitud para si, dentro del término de diez días con más
el de la distancia; vencido este término se presume que renuncia a sus derechos.
En este caso, la concesión se perfeccionará siguiendo todos los trámites de esta ley.
Artículo 79. — Cuando el objeto del minero sea ejecutar galerías generales de
investigación de desagüe o de transporte, se le concederán las pertenencias que solicite,
siempre que hubiere terreno franco, siguiéndose los trámites como en las demás concesiones.
Estarán libres del pago de patentes, si ordenada una inspección por ingeniero fiscal
resulta que no se explota en ellas substancias sujetas a dicho pago.
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Artículo 81. — La reducción o renuncia será aceptada por auto que le comunicará al
Administrador de la Oficina Recaudadora para los efectos de la disminución o cesación del
pago de patentes, debiendo el notario practicar la inscripción respectiva en el registro especial
de renuncias de pertenencias mineras, hacer las anotaciones marginales y publicar por la
prensa.
CAPITULO III
Artículo 82. — Los mineros se concertarán con los dueños del suelo, acerca de la
extensión que necesiten ocupar para edificios de habitación ,almacenes, talleres, oficinas de
beneficio, depósitos de escombros, acequias para conducción de aguas y otros análogos, con
destino exclusivo a la explotación de las minas.
Artículo 83. — Deberá también el minero concertar con el propietario del suelo el uso
de los elementos necesarios para la explotación y edificación, como son piedras, maderas de
construcción, combustible y otros.
Artículo 85. — Para los efectos de la expropiación del suelo, se considerará como
dueño ordinario, al minero colindante que por cualquier título fuere propietario de dicho suelo.
Artículo 86. — El minero que no haya podido avenirse con el propietario del suelo o
del subsuelo respectivamente, sea en cuanto a la extensión, o en cuanto al precio, ocurrirá ante
el Subprefecto, exponiendo el hecho y la necesidad de proceder a la expropiación.
Artículo 87. — El Subprefecto señalará día y hora para la inspección ocular, debiendo
las partes, si no convienen en un ingeniero o perito, ocurrir cada uno con el suyo, y un tercero
dirimidor, en su caso, para dirimir la discordia.
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Artículo 90. — Dicho justiprecio deberá comprender los daños y perjuicios que de la
expropiación resultaren o pudieren resultar al propietario.
Artículo 91. — El actuario debe sentar acta circunstanciada, no siendo obligatorio que
la redacción de los informes se haga en el lugar mismo de la inspección. El Subprefecto podrá
pronunciar el fallo en su oficina.
Artículo 92. — Las partes pueden apelar ante la Superintendencia del Departamento
de los fallos pronunciados por el Subprefecto.
La resolución final se dictará dentro de los ocho días siguientes, sin lugar a
reclamación alguna.
Artículo 95. — Con la constancia del pago o del depósito, pedirá el demandante la
posesión de lo expropiado, que el Subprefecto ministrará inmediatamente o delegará la
comisión para que así efectúe.
Cuando por abandono legal o auto ejecutoriado, se haya declarado la mina terreno
franco, los que hayan sufrido expropiación para servicio de ella, recuperarán la plenitud de su
derecho a la cosa expropiada sin cargo alguno.
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CAPITULO IV
De las relaciones de los mineros colindantes y las servidumbres
Artículo 99. — Los caminos hechos en la superficie de una mina, aprovecharán a las
demás que se encuentren en el mismo asiento; y en tal caso, los gastos de conservación se
repartirán entre los propietarios a prorrata, según el uso que de ellos hicieren. El Subprefecto
de la Provincia tiene la obligación de dirimir, sin apelación, las discordias que sobre esto se
suscitaren.
Artículo 100. — Todo minero debe permitir por sus pertenencias la ventilación de las
minas colindantes, siempre que este servicio no prive de aire a sus propias labores.
La circulación y transmisión de aire de una mina a otra, será gratuita, con tal que el
propietario de la mina sirviente no tenga que incurrir por este motivo en gasto alguno.
Estará obligado a tener abierta la comunicación todos los días, sin poder negar la
entrada hasta el lugar respectivo, al dependiente o trabajador que fuere a examinarla o
repararla.
Artículo 101. — Las controversias que puedan suscitarse con motivo de la aplicación
de las reglas establecidas en el precedente artículo, ya porque el dueño de la mina sirviente se
niegue a facilitar la circulación del aire, alegando que sus propias labores quedarían privadas
de este elemento, o porque previamente exija indemnización o caución por aducir que el uso
de la servidumbre le ocasiona gastos, serán decididas por la autoridad administrativa del lugar
sin demora alguna, después de una inspección ocular en caso de ser necesaria, y oyendo a las
partes, cuyas exposiciones constarán en el acta correspondiente.
Artículo 102. — Todo minero está sujeto a sufrir en sus pertenencias la servidumbre
del paso natural de las aguas, procedente de las minas colindantes, hacia el desagüe general,
siempre que dichas aguas tengan forzosamente que pasar por la propiedad sirviente.
Artículo 103. — Si para el curso de las aguas de una mina, por las labores de otra
,hubiere necesidad de una canaleta especial, se construirá ésta a costa del propietario de la
mina dominante.
Artículo 104. — Para la constitución de las servidumbres que este Código no declara
expresamente gratuitas, procederá siempre la correspondiente indemnización, ya por convenio
entre partes o ya por tasación pericial que ordene la autoridad, oyendo a los interesados y
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Este requerimiento podrá ser dirigido por intermedio de una autoridad, o directamente
en caso de urgencia ya sea de palabra o por escrito, con intervención de testigos.
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CAPITULO V
Artículo 114. — Los mineros tendrán derecho de hacer uso de las aguas que
discurriesen libremente por sus pertenencias, ya sea para aprovechamiento de fuerza hidráulica
o ya para cualquier otro uso aplicable a la explotación y beneficio de las minas, con la
obligación de restituirlas al antiguo cauce, después del uso.
Artículo 115. — Si las aguas que necesita el minero fueren de regadío, no podrá hacer
uso de ellas sin previo acuerdo con el propietario, o después de los trámites de expropiación
establecidos en los artículos anteriores, procediendo a la indemnización correspondiente al uso
que se lo haga de aquéllas.
Artículo 117. — Cuando el propietario del fundo superficial deseare variar el curso de
las aguas corrientes, lo hará saber al minero del subsuelo. Si éstos en el transcurso de diez días
de su notificación, no se presentaren ante la autoridad a reclamar el derecho de utilizarlas, se
entenderá que lo renuncian.
Artículo 118. — El minero que al trabajar sus labores alumbrase ojo de agua, o
corriente subterránea, se hace dueño absoluto del caudal que obtuviese y puede emplearlo en
cualquier uso y darle el desagüe que más le conviniere, variándolo cuantas veces le fuese
necsario, siempre que no cause perjuicio de inundación a las labores contiguas.
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Artículo 119. — Los mineros vecinos podrán aprovecharse de las aguas alumbradas en
propiedad colindante, una vez que haya dejado de servirse de ellas el propietario que las
alumbró.
Artículo 120. — Los mineros colindantes que aprovechasen de las aguas alumbradas
en propiedad vecina, prescriben en su favor ese derecho, si durante seis meses el propietario
que las alumbró no varía el curso del desagüe.
Artículo 121. — El minero que trate de aprovechar el uso de aguas del dominio
público, formalizará su petición ante la Superintendencia de Minas Departamental, indicando
el caudal que necesita y la propiedad minera para la que se desea utilizarlas.
Si el dueño minero no las usa por el momento, el segundo minero, tendrá derecho de
exigir señale el lugar en que ubicará sus maquinarias en lo futuro, para tomar el caudal que
necesite el cauce en que ellas discurran, respetando aquella ubicación.
Tercero, cuarto y siguientes mineros, podrán proceder en la misma forma con los
mineros antecedentes, según orden de prelación.
La controversia u oposición que susciten será transmitida y resuelta como en los casos
de expropiación de terreno superficial.
CAPITULO VI
Artículo 123. — Los mineros explotarán libremente sus minas sin sujeción a
prescripciones técnicas de ningún género; pero quedan sujetas a la observancia estricta de las
reglas de policía minera que se establecen en este Código.
Artículo 124. — Los mineros están sujetos al fuero común y se les considera
domiciliarios del lugar donde tienen sus trabajos.
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y se reducirán únicamente a llevar cuenta exacta de los productos y gastos de la parte litigiosa
para rendirla a su tiempo debidamente documentada. Velarán sin embargo, sobre la cuenta del
Administrador, para que no omita sus deberes.
Artículo 127. — El trabajo del interventor será pagado según hubiere convenio con los
interesados, y a falta de acuerdo, lo regulará la autoridad que entiende este litigio.
CAPITULO VII
Artículo 130. — Las compañías y sociedades mineras que se formen, ya sea para la
explotación y cateo, o ya para la explotación de las minas o el beneficio de los minerales,
quedan sujetas a las leyes civiles y deberán constituirse mediante escritura pública, de acuerdo
con las prescripciones de las leyes mercantiles.
Artículo 132. — Cuando una propiedad minera haya sido solicitada por dos o más
personas, no se presumirá que existe sociedad legalmente constituida; y los adjudicatarios
serán mancomunada y solidariamente responsables de las obligaciones que contrajere
cualquiera de ellos.
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b) Certificado de estar incorporada conforme a las leyes del país en que se construyó
y hallarse habilitada para comenzar sus operaciones;
Artículo 140. — Salvo estipulaciones especiales del contrato de sociedad, los socios
están obligados a contribuir a los gastos de explotación y el pago de los impuestos en
proporción a su haber en la empresa.
Artículo 142. — El socio requerido para el pago puede oponerse dentro del término
señalado para el verificativo, exponiendo lo que convenga a su derecho.
Artículo 143. — Sólo procede la oposición, cuando está fundada en la causa legítima,
recibiéndose a prueba si fuese necesario en el término de diez días perentorios.
Artículo 145. — El socio podrá pagar lo que adeuda antes del remate, debiendo abonar
una multa de 50 %, en provecho del otro u otros socios, si el pago se hiciere pasados treinta
días después de la fecha de la citación con orden del juez.
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Artículo 146. — Cuando no haya sociedad sino simple comunidad, las obligaciones
contraídas respecto de terceros y del Estado, deberán ser satisfechas por cualquiera de los
condóminos solventes; y para este caso, así como para los gastos de explotación, los
propietarios se regirán entre sí por las reglas civiles de la mancomunidad solidaria.
Artículo 148. — Las compañías mineras no se disuelven por la muerte de uno de los
socios, pero sus herederos tienen el derecho de enajenar libremente la cuota de aquél,
procediendo entre ellos de común acuerdo con intervención judicial.
CAPITULO VIII
De las habilitaciones
Artículo 149. — Contrato de habilitación o de avío, es aquel por el cual una persona o
sociedad se compromete a facilitar fondos o efectos al minero, para pagarse con los productos
de la mina, sea en minerales o en dinero.
Artículo 155. —Puede convenirse que el habilitador tome una cuota parte de la mina
en compensación o pago de la habilitación, en cuyo caso quedará sujeto a las disposiciones
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Pero si en uso del derecho concedido por el artículo 151, el habilitador pusiere fin a los
avíos, la cuota parte de la mina de que se hizo dueño por el contrato, volverá a la propiedad
del minero, sin gravamen ni obligación alguna de la parte de éste, fuera del pago de lo debido.
El habilitador será notificado con anticipación para que, dentro del término de ocho
días, suministre los avíos correspondientes.
Artículo 157. — Si el habilitador requerido al efecto, se negare a prestar los avíos, sin
embargo de su obligación, el propietario de la mina podrá demandar judicialmente su pago,
tomar dinero de otras personas por cuenta del habilitador, o celebrar con otro un nuevo
contrato de avíos, el que gozará de preferencia en el pago, respecto al contrato del que se negó,
quedando éste obligado a la indemnización de perjuicios.
En este último caso, se considerarán esos valores distraídos, como capital invertido en
el avío.
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Artículo 164. — Los aviadores pueden poner interventor en cualquier tiempo mientras
esté vigente el contrato de habilitación, limitándose las funciones de éste a tomar nota de los
productos y gastos, sin mezclarse en ningún caso en la dirección de los trabajos, ni oponerse a
los que se ejecuten, ni contrariar acto alguno de la administración.
Los pagos hechos según este artículo, se consideran como parte del capital invertido en
avíos para los efectos del reembolso.
CAPITULO IX
De las hipotecas
Artículo 167. — Las minas pueden hipotecarse en la misma forma establecida para la
propiedad inmueble, quedando sujeto el contrato a las leyes vigentes sobre hipotecas, y
debiendo tenerse en cuenta la indivisibilidad de las pertenencias.
Artículo 170. — Las deudas y gravámenes de cualquier género, que pesan sobre la
mina, se extinguen con el abandono de ésta; quedando la acción personal contra el deudor ,si
así se pactó.
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Los acreedores no tienen acción alguna contra el que adquiera la mina por denuncia
posterior, salvo que vuelva a dominio del pmitivo dueño deudor por cualquier titulo que fuese.
CAPITULO X
Artículo 172. — Las minas sufren traslación de dominio entre vivos y por causa de
muerte, de la misma manera que los demás bienes raíces. Pero el adquiriente, tiene obligación
de inscribir su derecho en el registro especial de la notaría de minas.
Artículo 173. — La traslación de los derechos sobre las minas que no se hallen
constituídas con el título definitivo de propiedad, deberá también ser registrada.
Artículo 174. — Los contratos en que se transfiere la propiedad de las minas, no podrá
rescindirse en ningún caso por lesión enorme.
En este caso, bastará al minero, que quiera reivindicar aquéllos, acreditar que le han
hurtado minerales y que los que reclama son iguales a los que se producen en su mina.
Artículo 178. — Los contratos de arrendamiento sobre las propiedades mineras, están
sujetos a las leyes comunes de la locación, pero el arrendatario sólo puede subarrendar el todo
o parte de la cosa, con permiso expreso del propietario.
Artículo 180. — El tiempo de posesión necesario para adquirir las minas por
prescripción con las condiciones establecidas por la ley civil, será sólo de dos años en la
prescripción ordinaria y de diez en la extraordinaria.
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CAPITULO XI
De la policía minera
Artículo 182. — Los empresarios de minas están obligados a cuidar sobre todo de que
la vida y salud de los trabajadores, no se pongan en peligro, ni se turbe la tranquilidad pública,
ni se amenace la seguridad de las minas vecinas o la firmeza de los terrenos y edificios de la
superficie .
Artículo 184. — Las labores de tránsito, los pozos y cuadros de explotación, así como
los depósitos de escombros, deben fortificarse de tal manera que la vida de los trabajadores se
halle a cubierto de todo peligro.
Artículo 185. — Las máquinas que se empleen en el servicio de las minas, deberán
instalarse de modo que ofrezcan una completa seguridad al trabajo de los operarios.
Artículo 186. — Las minas deben conservarse en buen estado de ventilación, de modo
que los trabajadores no sufran por consecuencia de un aire viciado o retención de gases
malsanos. Es prohibido mantener trabajos en las labores donde arden difícilmente o se apagan
las lámparas por falta de aire. Igualmente es prohibido que se ejecuten trabajos en la
oscuridad.
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penados con la multa de 100 a 300 bolivianos, según el número de circunstancias agravantes,
la que será impuesta previos los informes que tomará la autoridad para pronunciar su decisión,
la que será ejecutada sin lugar a recurso.
La multa será impuesta al empresario aunque alegue ignorancia del hecho, sin perjuicio
de la responsabilidad civil o criminal que puede resultar contra otras personas en casos de
accidentes o siniestros.
Artículo 192. — Cuando de la inspección o visita de una mina resultare que la vida o
la salud de los operarios puedan estar comprometidas por cualquier motivo, la autoridad
dictará las medidas convenientes.
Artículo 193. — Se establece por punto general, para todos los casos de resarcimiento
de daños causados por el mal laboreo o la conservación irregular de las minas, que en la
acción civil debe dirigirse exclusivamente contra las empresas, en la persona de sus
propietarios o en la de sus administradores; y la acción criminal contra los inmediatos autores
o cómplices del delito, si los hubo, aplicándose el principio de la responsabilidad individual.
Artículo 196. — Si por accidente ocurrido en una mina se hubiese causado la muerto o
heridas graves a uno o más dependientes o trabajadores, se dará aviso inmediato a la autoridad
para que proceda a organizar el respectivo sumario, con el fin de hacer constar el hecho y las
causas que las hayan producido, todo a costa del minero, quien no podrá omitir el aviso
indicado, bajo responsabilidad establecida por las leyes.
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CAPITULO XII
Accidentes de trabajo
Artículo 197. — Todo accidente ocurrido en el trabajo de las minas se presume ser
resultado de la inobservancia de las reglas de policía minera, salvo prueba en contrario.
Artículo 198. — Las empresas mineras tienen obligación de resarcir el daño que haya
causado al obrero o dependiente por accidente de trabajo, pero quedarán exentas de las multas
policiarias, si demostraren que él acaeció sin culpa de la administración.
Artículo 199. — En todo caso de accidente, los gastos que demande la enfermedad del
damnificado, será de exclusiva cuenta de la empresa.
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TITULO III
CAPITULO I
De las patentes
Artículo 206. — El minero para mantener su derecho vigente, estará obligado a pagar
una patente anual por pertenencia, cuya cuota se fija en ley especial.
Artículo 208. — Para el pago de las patentes prescritas en los artículos anteriores, se
establece dos semestres fijos, que correrá uniformemente para todos, del primero de Enero al
30 de Junio y del primero de Julio al 31 de Diciembre.
Artículo 212. — No podrá conferirse la posesión de una mina, sin que se acompañe el
certificado de haberse pagado sus patentes devengados desde el auto de la concesión; la
posesión ministrada sin este requisito es nula, quedando franco el terreno concedido.
Artículo 214. — Durante el procedimiento del juicio ordinario por causa de oposición
los concesionarios y los opositores abonarán las patentes correspondientes a las pertenencias
representadas por cada uno de ellos.
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Definidos los derechos por sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, los vencidos
en el juicio recobrarán las patentes abonadas condicionalmente.
A este fin la sentencia que adjudique las pertenencias a quien tenga derecho, ordenará
la devolución de las patentes que condicionalmente fueron pagadas, siendo obligación de la
Oficina Recaudadora cumplir lo dispuesto en la sentencia administrativa o judicial.
Artículo 215. — Para los efectos del pago de patentes, las demasias se reducirán a
hectáreas, las que se considerarán como pertenencias.
Las fracciones que no lleguen a una hectárea se considerarán como una pertenencia
completa.
En ambos casos serán satisfechas las patentes por el tiempo adeudado, incluyendo el
semestre en que se hace la reducción o abandono.
Artículo 217. — La totalidad de las patentes devengadas son de cargo del actual
poseedor de la mina, siempre que no haya obtenido la propiedad por denuncia de caducidad o
desahucio, en cuyo caso, pagará solamente desde el momento en que obtuvo el auto de
adjudicación.
CAPITULO II
De las oposiciones
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Artículo 220. — Para las oposiciones se tendrá como documento auténtico el Boletín
Departamental, únicamente cuando la concesión que se quiere defender se encuentra en
tramitación. Si está consolidada y tiene títulos, deberá acompañarse éstos en un testimonio y el
plano autorizado. En todo caso deberá acreditarse que las patentes están pagadas al día.
Artículo 221. — El opositor cuya oposición se haya declarado procedente, pedirá por
escrito la remisión de obrados a los tribunales ordinarios dentro del término de veinticinco días
computables desde la última notificación, bajo pena de declararse abandonada la oposición.
Artículo 226. — Cuando el opositor no esté conforme con el plano levantado por los
ingenieros o peritos, podrá pedir, y se le acordará, la inspección de otro ingeniero nombrado
por la Superintendencia, el que revisará el plano en calidad de dirimidor, aunque en la primera
operación no haya concurrido un ingeniero por parte del reclamante.
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tendrá aquél el derecho de acudir a los tribunales ordinarios en defensa de su propiedad, pero
tan sólo dentro del plazo improrrogable de seis meses, computables desde el día que se
ministró la posesión al que debe ser demandado.
Asimismo, quedan sujetos al pago de las multas establecidas en las leyes ordinarias, si
se suscitaren incidentes tendientes a retardar la marcha del proceso.
CAPITULO III
Artículo 233. — El derecho que otorga el auto de adjudicación, caduca ipso jure,
cuando el peticionario no solicita dentro de los cuarenta días señalados para el efecto por el
artículo 43, se proceda a las diligencias de mensura y alinderamiento.
Artículo 236 — Estos términos son fatales y se computan desde la fecha en que se
dicten los autos, independientemente de las notificaciones. Para que éstas se realicen deberán
los peticionarios señalar domicilio, en el cual se les dejará la boleta de notificación, o al
apoderado, en las mismas condiciones.
Artículo 237. — Sin embargo, si vencidos dichos términos, por causa no imputable al
concesionario, éste instare su prosecución y no hubiere denuncia de tercero, podrá la
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Artículo 238. — En todos los casos en que se produjere la caducidad conforme a los
artículos anteriores, el Superintendente de Minas, ordenará el archivamiento de los
expedientes mandando publicar la nomina de éstos, a sólo efecto de hacer constar que el
terreno ha quedado franco, para que pueda solicitarse por quien en ello tenga interés.
Artículo 240. — Toda persona capaz de adquirir minas podrá denunciar la caducidad
del derecho del peticionario y solicitar o el archivamiento del expediente, o la adjudicación de
la propiedad.
CAPITULO IV
Del desahucio
Artículo 241. — Cuando el minero resulte ser deudor de patentes por dos semestres
vencidos, el recaudador lo comunicará a la Superintendencia acompañando el pliego de cargo.
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Artículo 248. — Si constare por certificado del Notario de Minas que el deudor se
encuentra fuera del departamento, o elude maliciosamente su notificación, y no habiendo
administrador o encargado del cuidado del grupo minero, la citación con el auto, se reducirá a
su publicación en el Boletín por tres veces consecutivas, con el rubro especial de "desahucio".
Artículo 249. — Vencidos los quince días, si el deudor no ha pagado la totalidad del
cargo y las patentes devengadas hasta el día, el Superintendente, previa representación del
recaudador, declarará el desahucio de la propiedad deudora, a efecto de que, como terreno
franco, sea adjudicada a terceros interesados. Este auto tiene por sí fuerza de ejecutoria, y
causa estado.
Artículo 250. — El desahucio podrá ser denunciado por cualquier persona hábil, y la
presentación de la solicitud con el respectivo cargo, sentado como para las peticiones directas,
conforme al artículo 30, le dará derecho de prioridad para la nueva concesión de las
pertenencias.
Artículo 251. — Para que los acreedores hipotecarios o por habilitación puedan hacer
uso del derecho que les otorga los artículos 166 y 168, tendrán además un término especial de
ocho días que solo aprovechará a éstos.
Por la concesión, éste adquiere, asimismo, previa indemnización, derecho sobre los
edificios y construcciones existentes en el suelo, siempre que sean anexos a la explotación de
la mina.
Artículo 254. — No podrá solicitarse por petición directa, la propiedad que ha sido
adjudicada anteriormente, si no se ha declarado la franquicia del terreno; sólo proceden
denuncias de caducidad o desahucio. Lo actuado en la forma directa es nulo.
CAPITULO V
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Jurisdicción administrativa
Artículo 256. — Los Superintendentes de Minas son las autoridades que ejercen la
plena jurisdicción, en materia de minería, dentro de los límites del Departamento que está bajo
su administración.
Artículo 261. — Cuando se denuncie propase de trabajos, de una mina con respecto a
otra colindante. El Subprefecto de la provincia, asistido de un ingeniero de cada parte, en vista
de los planos oficiales y títulos de ambas propiedades, ordenará se clausure la comunicación
en el límite que señalan aquéllos y éstos; remitiendo por medio de la Superintendencia, la
contienda al Juez de turno de la capital del departamento .
Artículo 262. — Si alguno de los mineros colindantes excusare presentar sus planos y
títulos, el Subprefecto resolverá en vista de los que presenten la otra parte.
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ordinarios los que entiendan del juicio, según las leyes comunes.
Artículo 270. — Deben cuidar del estricto cumplimiento de las disposiciones de este
Código, y de las leyes, decretos y órdenes que se expidan, elevando anualmente memoria
detallada con indicaciones para el fomento y progreso de la minería.
Artículo 271. — Para todo sumario breve de que habla el artículo 96, en el que
interviene el Subprefecto y se trate de indemnizaciones, podrá abrirse un término máximo de
veinte días con todos los cargos.
Artículo 273. — El recurso extraordinario de nulidad contra los autos expedidos por el
Ministerio de Industria, se interpondrán únicamente por falta absoluta de jurisdicción, y
precisamente mediante procurador legalmente constituído, con firma de letrado y previo
depósito. La omisión de estas formalidades será suficiente causal para rechazar dicho recurso.
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TITULO IV
CAPITULO I
Artículo 277. — La Dirección General publicará al finalizar cada semestre una lista de
las concesiones mineras de la República, clasificadas por departamentos, provincias y
distritos, la que constituirá el Padrón General de Minas.
Artículo 279. — Por decreto especial de Gobierno, se decretará que grupo constituye
distrito minero, para los efectos de la catastración.
CAPITULO II
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y se hará constar detalladamente en él, todo el terreno mineral concedido conforme a las leyes
vigentes, el sometido a litigio y el franco, así como el concedido conforme al Código de 1852,
y el nombre del respectivo propietario.
Artículo 283. — Los planos consignarán, además, el rumbo de las vetas, los depósitos
de substancias inorgánicas, los edificios, ingenios y casas, pozos o boca-minas, ríos o canales,
caminos y ferrocarriles que se encontraren sobre la concesión.
Artículo 285. — Aprobado el plano general, las peticiones recaerán sobre el terreno
franco consignado en él, a cuya simple vista y previo informe del Ingeniero del Servicio
Departamental, serán otorgadas por la Superintendencia, sin más trámite, según que exista o
no terreno franco.
Artículo 286. — Desde el día en que comiencen las operaciones del levantamiento del
plano de un distrito, la Superintendencia no podrá nombrar para las diligencias de mensura,
alinderamiento y posesión como perito fiscal, sino un miembro de la Comisión que levanta el
plano, ya sea para los nuevos pedidos o para los que se hallen en trámite y que se refieran al
distrito objeto del plano.
CAPITULO III
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Superintendente.
Artículo 289. — El plano de toda nueva concesión, levantado por el ingeniero o agente
del servicio departamental, deberá llenar todos los requisitos establecidos en este Código y en
el reglamento especial, y será orientado invariablemente sobre el Norte Astronómico con
indicación del Norte Magnético.
TITULO V
CAPITULO UNICO
Artículo 295. — Los ingenieros tendrán también derecho a cobrar los honorarios que
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Artículo 297. — En los propases de una mina con respecto a otra colindante, en que
sea preciso levantar los planos de las labores interiores para constatar la comunicación,
cobrarán veinticinco bolivianos por cada día de trabajo.
Artículo 298. — En las operaciones a que se refieren los artículos 100 y 101 percibirán
esos mismos derechos por cada día de trabajo.
Los emolumentos de éstos serán dos tercios de los que están asignados a los
ingenieros.
Artículo 300. — Las autoridades que dentro del territorio jurisdiccional de sus
provincias y por delegación especial de las Superintendencias, tengan que concurrir a las
diligencias de posesión, mensura y alinderamiento de pertenencias mineras, quedarán sujetos
al siguiente arancel:
Artículo 301. — Las mismas autoridades cuando practiquen las visitas de inspección
en el interior de las minas a que se refieren los artículos 191 y 192, percibirán el derecho de
veinte bolivianos y la mitad el actuario que intervenga.
Artículo 302. — El cobro indebido de derechos dará lugar, previa comprobación del
hecho, a su inmediata suspensión por el Superintendente del funcionario denunciado, y la
devolución del triple del valor indebidamente percibido; pudiendo en cada caso, cualquier
ciudadano denunciar el hecho.
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Al final de cada acta deberá hacerse constar los derechos percibidos por las autoridades
y perito fiscal.
Artículo 303. — En todas las diligencias a que se refieren los artículos anteriores,
deberá intervenir como actuario el Notario de la provincia en que se realicen, y sólo por
impedimento de éste, se designará una persona particular de reconocida competencia.
Artículo 304. — Los Notarios de Minas serán nombrados por el Gobierno a propuesta
en terna de la Superintendencia; durarán en el ejercicio de sus funciones el período de cuatro
años, pudiendo ser reelectos. En los departamentos donde no los haya, desempeñarán sus
funciones los Notarios de Hacienda.
Artículo 305. — Para el ejercicio de sus funciones se guardarán todas las formalidades
y requisitos que prescriben los artículos 57, 58, 59 y 60 de la ley del notariado de 5 de marzo
de 1858, sin perjuicio de los que le estén asignados por leyes y reglamentos especiales.
Percibirán por derechos los mismos que están asignados a los otros notarios por la
misma ley.
TITULO FINAL
CAPITULO UNICO
Disposiciones especiales
Artículo 307. — Las cuestiones sobre internación, servidumbre y otras que surgieren
entre las minas antiguas que no constituyan sus pertenencias en la forma prescrita por este
Código, serán juzgadas y definidas por las leyes al amparo de las cuales fueron constituídas.
Artículo 308. — Los mineros están sometidos al fuero común, y son los Jueces de
Partido de la capital de departamento los que conocerán de los negocios de minería; salvo las
cuestiones atribuídas especialmente por la Ley de Organización Judicial a los Jueces
Instructores, en cuyo caso serán los del asiento judicial respectivo, quienes ejercerán su
jurisdicción propia.
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Para estas adjudicaciones, será necesario que preceda un informe del Cuerpo de
Ingenieros, en el que haga constar la imposibilidad de medir las pertenencias.
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Artículo 310. — Pasados seis meses de la fecha en que comience la vigencia de este
Código, o sea desde el 1º de noviembre de 1925, todas las gestiones para adquisición de
propiedades mineras, sea por petición directa o por denuncia de desahucio o caducidad que no
se activaren, quedando pendientes durante ese tiempo, se considerarán caducas ipso facto, sin
necesidad de auto declarativo, debiéndose archivar los expedientes, con una anotación que así
lo haga constar.
Para el caso de ser el mismo interesado anterior, quien pida la concesión minera, se
estará a lo establecido por el artículo 255.
Por tanto, la promulgo para que se tenga y cumpla como ley de la República.
B. SAAVEDRA.— A. Arce.
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CAPITULO I
Del censo
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publicados tan sólo los resúmenes numéricos que contribuyan de manera absolutamente
impersonal a la solución de los distintos problemas mineros y a la propaganda económica del
país.
CAPITULO II
Artículo 11. — Los Inspectores de Minas recogerán en cada inspección los datos que
la Sección Económica Minera precise y aquellos de carácter técnico que juzguen de
importancia o que sean pedidos por la Dirección General de Minas y Petróleo.
Artículo 13. —Los Inspectores Fiscales de Minas, de acuerdo al inciso b) del artículo
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Artículo 14. — Estas muestras serán entregadas al Jefe Departamental de Minas, para
su remisión inmediata a la Dirección General con los datos correspondientes al lugar de la
extracción.
CAPITULO III
De las penalidades
Artículo 16. — Se impondrán las siguientes penalidades a las empresas que no den
cumplimiento a lo dispuesto por el artículo 3º del presente decreto:
Multa al fenecimiento del plazo señalado para el efecto, o sea al 30 de junio del
presente año, calculada sobre los valores promedios de exportación mensual (o venta a
rescatadores) de 1937, conforme a la siguiente escala:
Multa del doble de la anterior escala a las Empresas que reincidan en la omisión de su
cumplimiento hasta treinta días después o sea hasta el 31 de julio del presente año, y a partir
de esta fecha se irá doblando progresivamente la última penalidad impuesta, hasta que, el 30
de septiembre se ordenará la intervención de la Empresa y el embargo de los minerales que
estén en trámite de exportación; un Ingeniero Inspector de Minas será nombrado interventor
del Estado en la empresa sancionada.
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denunciante.
Artículo 19. — Las empresas mineras que eludan remitir los formularios con los datos
que especifica el artículo 5º del presente decreto ley, serán sancionadas con la mitad de la
primera multa del artículo 16, la misma que se irá duplicando cada 30 días, a partir del 30 de
junio de cada año.
Artículo 20. — Para la aplicación de las multas establecidas por los artículos 16, 17 y
19 a las Empresas nuevas o a las que no tuvieren exportación en 1937, se tomará como base
para aplicarlas, los promedios de las exportaciones efectuadas después de ese año. Para las
empresas que por cualquier motivo justificado no obtuviesen producción, se calculará el
monto de la multa sobre los valores del trimestre anterior que hubiesen exportado o vendido a
rescatadores.
Artículo 23. — Los Inspectores Fiscales de Minas que falsearen los hechos o
suministraren datos falsos, debidamente comprobados, quedarán inmediatamente separados de
sus cargos, sin perjuicio de las sanciones que establece el Código Penal.
Artículo 24. — Los Inspectores Fiscales de Minas que no hicieren entrega de las
muestras a que estén obligados por el artículo 14 de este decreto-ley, estarán sujetos a una
multa equivalente a su haber de un mes, y serán conminados a la entrega de las referidas
muestras.
CAPITULO IV
Disposiciones generales
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Ministerio de Minas y Petróleo, podrá realizar inspecciones en las minas, cuando las
necesidades del orden público lo requieran.
Artículo 28. — El Ministerio de Minas y Petróleo pasará copia de los informes que
correspondan a los Ministerios de Hacienda, Trabajo y Previsión Social, Departamento
Nacional del Trabajo y Dirección General de Estadística.
Artículo 30. — Las multas impuestas por la Dirección General de Minas y Petróleo, de
conformidad a los artículos 15 y 24, se destinarán a los gastos que demanden las inspecciones
de minas.
Artículo 31. — Las multas determinadas por los artículos 16, 17, 19 y 20 de este
decreto-ley, serán destinadas a las Universidades que en los respectivos distritos mantuviesen
Facultades de Ingeniería con Escuelas de Minas y Petróleo.
Artículo 3º — Una vez aprobado el plano catastral respectivo, sólo podrá solicitarse la
adjudicación directa de las boca-minas abandonadas que se hubiesen catastrado y formularse
denuncia de desahucio sobre las boca-minas y concesiones perfeccionadas o de caducidad de
las que se encuentran en trámite, de acuerdo con los términos y condiciones establecidas por el
Código de Minas vigente.
Artículo 4º — Dentro del régimen especial al que se sujeta el procedimiento para la
adjudicación de concesiones y boca-minas en el Cerro Rico de Potosí, se declaran sin efecto
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Artículo 3º — Quedan asimismo facultadas las empresas mineras para contratar los
servicios de técnicos extranjeros, estipulando el pago total de sus haberes en divisas.
Artículo 3º — Los mineros chicos que deseen pasar a la categoría de medianos estarán
obligados a producir, por lo menos, durante seis meses continuos, un promedio mensual igual
a las cantidades mínimas fijadas a los mineros medianos. El Ministerio de Economía, en cada
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Artículo 4º — Para proceder al paro de labores, las Empresas deberán dar aviso
simultáneo a los Ministerios de Trabajo y Economía Nacional, con noventa días de
anticipación.
Artículo 5º — Ocho días antes del paro autorizado por el Gobierno, depositarán en la
Caja de Seguro y Ahorro Obrero, el total de las sumas adeudadas a sus empleados y obreros,
por concepto de desahucio, indemnizaciones, etc.
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paralizadas, con amplias facultades, para tomar las medidas que estime convenientes al
mantenimiento de la producción.
Artículo 10. — Con cargo al Fondo de Fomento, el Directorio del Banco Minero de
Bolivia, proporcionará con carácter de anticipación, para cada caso, los fondos necesarios para
el mantenimiento del trabajo en cada una de las minas intervenidas.
Artículo 11. — Las exportaciones se harán por medio del Banco Minero de Bolivia, a
nombre de la empresa intervenida.
Artículo 13. — Las sumas que deben pagarse por concepto de impuestos de
exportación, serán destinadas provisionalmente a construir la explotación especial para cubrir
las pérdidas que pudieran resultar en la explotación de la mina durante la intervención, para
cuyo efecto se abrirá, en cada caso, la cuenta respectiva
Artículo 14. — Las Aduanas Nacionales, quedan autorizadas para recibir de los
agentes de la intervención, vales a cargo del Banco Minero de Bolivia, por el importe total de
los impuestos y derechos de exportación que correspondan a los minerales procedentes de una
mina intervenida.
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Artículo 20. — Los propietarios de las minas intervenidas están facultados para
designar por su cuenta los inspectores que deseen para reformarse de la marcha de las
operaciones a cargo de la Intervención y presentar recomendaciones sobre la forma más
conveniente de conducirlas. Una copia de las recomendaciones será remitida al Ministerio de
Economía Nacional, para que pase a conocimiento de la Dirección General de Minas y
Petróleo.
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