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Ancora de Salvacion Devocionario Mach Jose
Ancora de Salvacion Devocionario Mach Jose
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ANCORA
DE
SALVACIO N
Por el
t- R. P. JOSÉ MACH, S. J.
IX
P l a n de vida p a r a todo cristiano que desee Oración aSan Antonio de Padua 149
salvarse 92 » a
S a n t o Tomás de Aquino 150
Plan de vida para los que aspiren a la „ al
Santo de nuestro nombre . . . . 151
perfección 93 „ a
San Roque 152
Sacramentos „ aSanta Teresa de Jesús . . 154
Reglas para recibirlos dignamente 95 „ ala Virgen del Carmen 157
Examen de conciencia 99 „ aSan Ignacio de Loyola 158
ü x a m e n general p a r a toda clase de personas 100 „ aSan Luis Gonzaga 159
Examen sobre los deberes propios de cada „ aSan Cayetano 161
estado 105 „ aSan Ramón Nonato 161
Motivos de contrición para antes de la „ aSanta Rosa de Lima 162
confesión 113 „ aNuestra Señora del Valle 163
Otros motivos de contrición 115 „ a
l a Virgen del Rosario de Pom-
Avisos para la confesión 118 peya 164
Acto de contrición 121 „ a la Virgen de Guadalupe 164
Para antes de la Comunión 122 „ a S a n t a Rita de Casia 165
Acción de gracias 125 ,, a Nuestra Señora de Lujan 166
Oración a Jesús Crucificado 128 a Santa Marta 166
Oración para ofrecer la visita de altares, „ a San J u d a s Tadeo 167
jubileos e indulgencias 129 a Nuestra Señora de Lourdes . . 168
Al Santo Ángel de la Guarda 130 „ a S a n t a Lucía 168
Acto de ofrecimiento 132 „ a Santa .Teresita del Niño Jesús . 169
Acto de consagración 134 Por la conversión de los cismáticos 170
A San José 135 Por la Sociedad de S. Vicente de Paul . . 171
Dolores y Gozos de San José 136 Para los hijos y dependientes 172
•Oración a San José . ,. 138- De los hijos por sus padres , 175
El "Acordaos" a San José 139 Para acudir a Dios en las aflicciones 176
En reparación de las blasfemias 179
Oración a San Joaquín y S a n t a Ana . . . . 140 Por la salvación del universo . . 182
Principales festividades del año
Devoción a María Santísima 185
Modo de celebrarlas con fruto 141
Memorare u oración de San Bernardo . . 186
Modo de hacer un Triduo o novena 142 Acto de consagración 187
Modo de honrar a cualquier Santo 143 Novenas en honor de María Santísima . . . 190
Oraciones varias Obsequios p a r a el Mes de Maria 191
P a r a renovar las promesas del Bautismo . . 146 Varias mortificaciones 200
X XI
Corte de María. Oraciones y visitas 202 Presencia de Dios 327
Salutaciones 203 Un día de retiro al mes 330
Santo Rosario 208 Preparación práctica p a r a la m u e r t e 332
Misterios gozosos 209 Súplicas para obtener u n a buena m u e r t e . 335
Misterios dolorosos 212 Modo práctico para ayudar a bien morir . 338
Misterios gloriosos 214 Recomendación del alma. Letanías de los
Letanías lauretanas 218 egonizantes 344
Trisagio a la Santísima Trinidad 221
Vía Crucis . . ^ 353
Corona de los Siete Dolores de María San-
tísima 225 Modo breve de hacer el Vía Crucis . . . . " . 356
Adoración a las cinco llagas de Jesús . . . . 417
Devoción a Jesús
Súplicas al Niño Jesús 236 Oficios de la Semana Santa
A Jesús Sacramentado. Durante la exposi- Domingo de Ramos 420
ción de las 40 horas 240 Lunes Santo 439
Quince minutos en compañía de Jesús Sa- Martes Santo 443
cramentado .- 242 Miércoles Santo :. 445
Acto de desagravio al S. "C. de Jesús para Jueves Santo . 447
los diferentes meses del año 248 Viernes Santo '.'. 455
Preces y afectos piadosos al S. C. de Jesús 273 Sábado Santo 465
Culto perpetuo al Corazón de Jesús 275
Devoción al Corazón agonizante de Jesús . 281 Novenas varias
Letanías al Smo. Nombre de Jesús 284 Novena a las Ánimas del Purgatorio . . . . 469
Oración a N. S. Jesucrista .' 287 Acto heroico de caridad en favor de las
Acto de consagración al Divino Corazón de benditas Almas del Purgatorio 535
Sta. M. María Alacoque 288 Novena a Nuestra Señora del Carmen . . . 539
Novena al Sagrado Corazón de Jesús 292 Novena a San Cayetano 547
Oración mental (varios modos) 300 Las Indulgencias 566
Meditaciones para cada día de la semana . 306
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo 315 Cánticos Religiosos
Reloj de la Pasión: Jueves 31& Himno del Congreso Eucarístico de Buenos
Viernes 319 Aires del año 1934 569
Examen particular 321 ¡Oh María, Madre Mía! 570
Lección espiritual 322 Alabado sea el Santísimo 571
Modo más fácil de santificar la semana . . 32% A Dios queremos 572
Modo de acertar en la elección de estado . 325 Salva al Pueblo Argentino 574
XII XIII
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de cómo se han de hallar los días de la semana
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— 6 —
JUNIO JULIO
s. Simeón monje y s. Fortunato pbro.* La Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Je-
stos, Marcelino, Pedro y Erasmo mr, sucristo.*
s. Isaac monje y m. sta. Clotilde reina. La Visitación de Nuestra Señora.
s. Francisco Caraccio'.o fund. s, León, papa.
s. Bonifacio ob. y m. stos. Inocencio y Elias ob.; Berta, vd.
s. Norberto eb., c. y fund. s. Miguel de ¡os Santos c.
s. Pablo ob. y c. s. Rómulo obj, y m.
s. Medrano ob. y s. Salustiano c. s. Fermín ob. y m. y s. Lorenzo de Brindis c.
stos. Primo y Feliciano mrs, sta. Isabel reina de Portugal vda.
sta.Margarita reina de Escocia vda, FIESTA CÍVICA, S. Cirilo ob. y m. y s. Zenón
s. Bernabé ap. y compañeros mártires.
s. Juan de Sahagún y s. Onofre anac. s. Cristóbal m. y stas. Rufina y Segunda vírg.
t s. Antonio de Padua, confesor. y mrs.
s. Basilio Magno dr. y fund. s. Pío I p. y m.
stos. Vito, Modesto y Crescencia mrs. s. Juan Gualberto ob. y c
s. Juan Francisco Regís c, s. Anacleto p. y m.
s. Manuel y comps. y mrs. s. Buenaventura ob. y dr.
stos. Marcos y Marcelino hermanos mrs, «. Enrique emp.
sta. Juliana de Fakonieri v. y stos. Gervasio Ntra. Sra. del Carmen y s. Valentín mr.
y Protasio mrs. s. Alejo c. y el Triunfo de la Santa Cruz.
DÍA DE LA BANDERA, S. Silverio p. y m. s. Camilo de Lelis fund. y sta. Sinforosa m.
s. Luis Gonzaga c. s. Vicente de Paúl fund. y c.
s. Paulino ob. y c. s. Elías_ prof. y s. Jerónimo Emiliano fund.
s. Juan pbro. y m. sta. Práxedes v.
t La Natividad de s. Juan Bautista. sta. María Magdalena.
s. Guillermo ab. y c. y sta. Orosia v. y m. s. Liborio ob, y c.
stos. Juan y Pablo hermanos mrs. sta. Cristina v. y m.
Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro. t Santiago apóstol.
s. León II p. y c. Abstinencia. f sta. Ana, madre de Nuestra Señora.
>5( STOS. PEDRO Y PABLO, APÓSTOLES. s. Pantaleón m.
La Conmemoración de s. Pablo ap. stos. Nazario, Víctor y Celso mrs.
sta. Marta v.
El sábado después de la octava del Corpus Christi, el stos. Abdón y Senén mrs.
Purísimo Corazón de María. s. Ignacio de Loyola fund.*
_ 8 —
AGOSTO SEPTIEMBRE
— 10 — — 11 —
OCTUBRE
— 12 — — 13 —
DICIEMBRE
1 f s. Eloy ob. y c.*
2 K sta, Bibiana v. y m.
3 A E, Francisco Javier c.
4 b s. Pedro Crfeólogo ob, y sta, Bárbara v. y m.
5 c stos, Sabas ib, y Dalmacio ob.
6 d s. Nicolás de Barí arz.
7 e s. Ambrosio ob. y dr.
8 £ (fi LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE MARÍA SMA.
>i K sta. Leocadia v, y m.
10 A Ntra. Sra. de Loreto y sta, Eulalia de Mérida
v. y m.
U b s, Dámaso p. y c. jQUfi BELLA Y CONSOLADORA
12 c t Nuestra Señora de Guadalupe.
li d sta, Lucía v. y m. ES LA RELIGIÓN!
14 e s. Epiridián ob. y c.
15 £ ítcs. Faustino y Fortunato ;nrs.
16 í s. Valentín m. sta, Adelaida emper,
17 A stos, Lázaro ob, y m., Florián m.
18 b Nuestra Señora de la Esperanza.
19 c s. Nemesio m.
20 d sto. Domingo de Silos ab, y c.
21 e t stc. Tomás ap.
22 £ s. Zcnón soldado m.
23 « sta. Victoria v, y m.
24 A s. Delfín ob. Abstinencia sin ayuno.
25 b fl5l LA NATIVIDAD DE NTRO, SEÍÍOR JESUCRISTO
26 c t s. Esteban protomártir.
27 d t s. Juan ap. y evang.
28 e t Los santos Inocentes mártires.
29 f sto. Tomás de Cantórbcry m.
30 K stos, Eugenio y Rainerio obs.
31 A 1' s. Silvestre p. y c.
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hecho. Crió a los Ángeles, espíritus no-
bilísimos que carecen de cuerpo: mas en-
soberbecidos y rebelándose muchos contra
su Hacedor, fueron convertidos en demo-
nios y arrojados al infierno; y permane-
No hay ni puede haber más que un solo ciendo fieles los demás, lograron ser mo-
Dios, infinitamente sabio, poderoso, justo radores de la patria celestial.
y perfecto. Eterno, siempre ha sido, es y ¡Cuánta es, oh hombre, tu nobleza y
será: infalible, no puede engañarse, ni en- dignidad! Uno de estos príncipes que asis-
gañarnos; inmenso e indivisible, está todo ten al trono del Altísimo es tu Custodio:
en todas partes; y aunque, dando el ser a
el Cielo es tu patria bienaventurada: pues
cuanto existe, lo oiga y vea todo, no obs-
la tierra, valle de lágrimas y lugar de des-
tante, no se le puede ver en la presente
tierro, sería morada indigna de tu gran-
vida, por ser espíritu y carecer de cuerpo.
deza. No naciste para allegar mezquinos
Distínguense en Dios tres personas, ab- tesoros, ni para disfrutar de gozos efíme-
solutamente iguales en perfección: Padre, ros, corriendo tras los honores y placeres
Hijo y Espíritu Santo; y aunque el Padre
engañosos. ¡Ah! esos bienes vanos y ca-
sea Dios, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu
ducos podrán deslumhrarte, mas no satis-
Santo, s con todo no son tres Dioses; por-
facer; podrán irritar, mas no apagar la
que aunque sean tres personas distintas,
no. son más que una sola naturaleza divi- sed que te devora áe felicidad. Eres más
na. Tal es el misterio inefable de la Santí- que todo eso: sólo Dios puede llenar el va-
sima Trinidad. cío inmenso que llevas en tu alma. Fuiste
criado para conocer el Bien infinito, para
Tú eres, oh hombre, bella imagen o he-
que conociéndole le ames y sirvas, y
chura de este gran Dios. Sí; obra eres tú,
amándole y sirviéndole le poseas un día
y obra son de sus manos los cielos, la tie-
rra y cuanto contiene el universos ¡Qué eternamente- ¡Qué noble es tu destino!
poder el suyo! Hágase, dijo: y todo fué ¡Qué fin tan glorioso! Si lo logras, la feli-
cidad de Dios será un día tu felicidad. Y
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no disfrutará de ella t a alma solamente, manos del Hacedor; Dios crió a tus prime-
sino aun tu mismo cuerpo, que resucitará ros padres Adán y Eva exentos de pena, y
al fin del mundo por la omnipotencia hasta los colocó en el paraíso. Pero ingra-
divina. tos desconocieron a su Soberano, comien-
Empero no se da sin méritos tan gran- ron de la fruta vedada, y fueron arrojados
de galardón. ¡Cómo! exigiendo tú del jor- del Edén y despojados de la justicia origi-
nalero, penosísimos sacrificios por un nal, *¡ Qué extraño es que, heredando el
módico salario, ¿quisieras tú obtener un hijo la suerte de los padres, quede como
galardón infinito sin sacrificio alguno? ellos sujeto a trabajos, enfermedades y a
Siendo Dios tu dueño y Señor absoluto, la muerte, triste consecuencia del pecado
tiene sobre ti y sobre todas tus cosas un original!
imperio soberano; por eso vela próvido
sobre tus pensamientos, palabras y accio- Pero, mortales, no quedará esta desgra-
nes; provee a tus necesidades; y te sumi- cia sin remedio: el Hijo de Diosj^la se-
nistra tantos medios como seres encierra gunda persona de la Santísima Trinidad,
el universo, para que alcances el último para librarte de la esclavitud del pecado y
fin. .Te dio libertad, es cierto; más no para del demonio, se dignó tomar carne huma-
que vivas a tus antojos, constituyéndote na en las entrañas de María Santísima,
fin último de ti mismo; sino para que quedando ésta con nuevo portento Virgen
observando libremente los mandamientos en el parto, no menos que antes y después
que te fueron impuestos de Dios y de la del parto. Pues no se efectuó esta mara-
Iglesia, merezcas la bienaventuranza eter- villa por obra de varón, como en los de-
na; pero ¡ay de ti si no los observaras! más hombres, sino por la del Espíritu
Hallarías entonces una eterna infelicidad. Santo, que, formando de la sangre de
Lo creas o no, la cosa es y será así. María un cuerpo perfectísimo, y criándole
Mas si tanto desea Dios que me salve, un alma, y uniéndose luego a entrambos
dirás por ventura: ¿cómo me aquejan el Verbo divino, resultó aquella porten-
tantos males? ¡Ah! no saliste así de las tosa unión de la naturaleza divina y hu-
mana en Jesucristo, Dios y hombre verda-
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sar de las más crueles persecuciones, se-
dero. Como hombre, nació en el establo llada con la sangre de dieciocho millones
de Belén, lloró, sudó, padeció cruelísimos de mártires, a despecho del incrédulo y
tormentos hasta expirar en un afrentoso del impío, de los Césares y de las potesta-
leño. Como Dios hombre, satisfizo y-me- des del infierno, de la envidia y de.todas
reció, y de una manera tan cumplida y las pasiones, permanece, después de "dieci-
sobreabundante, que bastará para redimir nueve siglos, siempre victoriosa de prue-
infinitos mundos, siendo infinita la ma- bas las más rudas, y subsiste inalterable
jestad de la Persona que satisfizo. con aquella misma fe, pureza de doctrina
Pero ¿de qué nos aprovechara que Je- y santidad de costumbres con que salió
sús viviera treinta y tres años entre los de las manos de su divino Autor.
hombres, enseñara la moral más pura y Salve, Iglesia santa; bien se ve que no
sublime, comprobara su divinidad con es- te sostienen auxilios humanos, sino el
tupendos milagros y vertiera su sangre brazo del Omnipotente: no estás fundada
por nosotros, sí resucitado al tercer día, sobre la arena de promesas y teorías des-
como predijo, y fundando la Iglesia, no lumbradoras, sino sobre la firme roca de
perpetuara su grandiosa obra hasta el fin la eterna verdad. Salve, Iglesia Católica,
del mundo? La perpetuó en efecto; pues figurada por el arca de Noé, fuera de la
cuarenta días después de la Ascensión de cual no hubo salvación. Miembros tuyos
Jesús a los cielos, descendió el Espíritu somos los que militamos bajo tu estan-
Santo en forma de lenguas de fuego sobre darte en la tierra, los Santos que triunfan
los Apóstoles; y la Iglesia, es decir, la en el cielo, y las Ánimas que sufren en
Congregación de fieles Cristianos, cuya el Purgatorio. Y con tan estrechos lazos
cabeza es Pedro y sus sucesores los Roma- unes a tus miembros, que en virtud de la
nos Pontífices, fué propagada y estable- comunión de los Santos, nosotros, con
cida por todo el mundo por doce rudos y oraciones y sufragios, podemos aliviar a
pobres pescadores, que confundieron a los las benditas Ánimas del Purgatorio, y los
sabios y poderosos del siglo; y esta Igle- Santos con su poderosa intercesión pue-
sia, sostenida con perenne milagro, a pe- den socorrernos desde el cielo.
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Salve, Iglesia divina, columna, funda-
muerte y con el enemigo infernal, enton-
mento y única depositaría de la.verdad:
ces más consoladora que nunca me darás
única que en los santos Sacramentos^ po-
con la Extrema-unción salud, si me con-
sees medio de eficacia infinita para sal-
viniere y si no me conviniere, purificán-
varme. ¡Oh! ¡cuánto te desvelas por mi
dome de las reliquias del pecado, me con-
santificación y eterna felicidad! Nací; y
ducirás tranquilo al tribunal del Juez
borrándome la culpa original y comuni-
supremo. Y no contenta con prodigarme
cándome un ser divino, me hiciste por el
a mí tantos favores, los extiendes a todo
Bautismo hijo de Dios y heredero del
el mundo y los perpetúas hasta la con-
cielo (1). Crecí; y fortaleciéndome con las
sumación de los siglos, ya creando por
gracias y dones del Espíritu Santo en la
medio del Orden ministros idóneos que
Confirmación, me hiciste varón perfecto
dispensen los Sacramentos y ejerzan dig-
en la virtud. Débil, tenía necesidad de
namente las funciones sagradas; ya con
sustento; y ¡qué alimento me das< tan
el Sacramento del Matrimonio, dando al
excelente en la Eucaristía, regalándome
mundo dignos padres de familia; que,
el Cuerpo de Jesús en comida y su Sangre
educando cristianamente a sus hijos, glo-
en bebida! A pesar de tan exquisito man-
rifiquen a Dios y conserven la sociedad.
jar, puedo caer enfermo; mas ¡con qué
¡Qué bella y consoladora es la Religión!
ternura sanas mis heridas con la Peniten-
¡Qué dignos son de compasión los que no
cia, y me das preservativos eficaces para
la conocen, o conociéndola y admirán-
nunca recaer en las dolencias pasadas!
dola, no tienen valor para conformar su
Y cuando luche con las agonías de la
conducta con la sublime doctrina que ella
nos enseña! ¡Oh! Seqúese mi mano dies-
(!) Siendo el Bautismo la puerta de los demás tra, si me olvidare de ti; pegúese mi len-
Sacramentos, cualquiera le puede conferir, en gua al paladar, si no me acordare de ti,
caso de necesidad, echando agua natural sobre la
cabeza, y formando tres cruces, al decir: Yo te Iglesia Santa. (Ps. cxxxvi).
bautizo en el nombre del Padre f y del hijo f y
del Espíritu f Santo.
— 22 —
— 23 —
Ave María
Dios te salve, María, llena eres de gra<
cia; — el Señor es contigo; — bendita tú
eres entre todas las mujeres, — y bendito
PRINCIPALES ORACIONES Y OBLIGA- es el fruto de t u vientre, Jesús. — Santa
CIONES QUE TODO CRISTIANO María, Madre de Dios, — ruega por nos-
otros pecadores, — ahora y en la hora de
DEBE SABER DE MEMORIA
nuestra muerte. Amén.
— 38 — _ 39 —
T e n t a c i o n e s
Recreo
No te espantes, por más que te vieres acosado
de tentaciones; el demonio, dice San Agustín, ¡Qué bella y admirable es nuestra santa Reli-
semejante a un perro atado a la cadena, puede gión! Hasta las mismas diversiones sirven al cris-
ladrar, pero no morder. Ármate impávido con tiano de escala para subir al cielo, con tal que
la señal de la cruz; o bien di interiormente con sean moderadas, honestas, y no desdigan del
mucha paz: tiempo, lugar y calidad de las personas; porque,
como nuestras fuerzas son limitadas, van poco
a poco languideciendo, y necesitan rehacerse de
Os a m o , Dios mío, d a d m e v u e s t r a gra- cuando en cuando, para trabajar después con
cia p a r a que n u n c a os ofenda . . . Antes mayor ahinco. Pero ¡cuántas, que el mundo
m o r i r q u e pecar. llama diversiones decentes, y aun precisas, son
delante de Dios, como las llamó San Juan Crisós-
Puedes también dirigir a la Reina de los Ánge- tomo, invenciones del enemigo para secar el
les la siguiente aspiración: jugo de la devoción y arrastrar a muchas almas
al infierno!
¡Oh S e ñ o r a m í a ! ¡Oh M a d r e m í a ! Para evitar esto, antes de tomar algún des-
Acordaos q u e soy t o d o v u e s t r o : g u a r d a d - canso o recreo, di:
m e y d e f e n d e d m e como cosa y posesión Dios mío, voy a d e s c a n s a r y a r e c r e a r -
vuestra. me u n poco, p a r a d a r o s g u s t o y s e r v i r o s
después con m a y o r fuerza y fervor.
Aun cuando cayeres en la tentación y come-
tieres alguna falta, no te desalientes por eso; Durante el recreo el Gran Teodosio y San
sino humíllate, imponte alguna penitencia, o por Francisco de Borja sabían mortificarse cerrando
lo menos di con vivo dolor: los ojos: el uno, cuando más aplausos resonaban
en el teatro, de que no había podido excusarse,
¿ Y n o os h a b í a , o h b u e n J e s ú s , d a d o como emperador; y el otro en el monte, cuando
p a l a b r a h o y m i s m o d e n u n c a m á s ofen- el lebrel alcanzaba la presa, o el halcón la garza.
Si la diversión fuese peligrosa, y no pudieres
deros? ¡Y q u é p r o n t o h e faltado a ella! de modo alguno evitarla, ármate a lo menos con
P e r d o n a d m e , Dios d e clemencia, q u e me oración y mortificación, y merecerás que el cielo
pesa en el a l m a de h a b e r o s ofendido. te asista para no caer en pecado.
— 41 —
— 40 —
Al encontrar el santo Viático V- Ángelus Domini nun- V. El Ángel del Señor
tiávit Manase. | anunció a María.
¡Qué beneficio tan grande te I*AC3 el Señor, R. Et concépit de Spíri- R. Y concibió por obra
conservándote la salud! Venciendo, pues, el res- tu Sancto. : del Espíritu Santo.
peto humano, adórale de rodillas con profunda Ave María Dios te Salve, Maria, etc.
reverencia. Los fieles que acompañaran devota- V. Ecce ancílla Domini.^ *°e l S| peqn-oUr' l a e S C l a V a
mente el Santo Viático lucrarán: R. Fiat mihi seoúndumL £ - „ f „„,,„
verbu^tuun, ?' £ * « £ - «*»*
1) Indulgencia de 7 años si lo acompañaren con
luz. Ave Mana. \DÍOS te Salve, María, etc.
%) Indulgencia de 5 años sin luz. V. Et Verbum caro fac-¡V. Y el Verbo se hizo
tum est. carne.
3) Indulgencia de 3 años si impedidos de acom- R. Et habitavit in nobis. R- Y habitó entre nos-
pañarlo enviaren a otro compañero con luz.
Ave Maria. I otro?; ,
k) Indulgencia de 100 dias si impedidos de ., -, , . , Dtos te Salve, Mana, etc.
V
acompañarlo recitaren un Pater y Ave. - ° r a P r o " ° . b l s « a c t a v . Ruega por nosotros,
Dei Genitnx __ sfmta Madre de Dios
(Pablo V, 3 de. Noviembre de 1606; Inic. XI, R. Ut digm efficiamur K P a r a u e s e a m o g d i
V de Octubre de 1678; Inoc. XII, Const. "Debi- promissiombus Chris-| n o s d e ! a s p o r m e s a s
tum Pastoralis Oficii" 5 de Enero de 1695; S.
Penitenc. Apost. 18 de Marzo de 1938). • de Jesucristo,
ORBMUS ORACIÓN
Gratiaum, tuam quse-l Derramad, Señor, vues-
Ángelus Domini sumus, Dómine ménti-.tra gracia en nuestros
bus nostris infunde, ut corazones, a fin de que,
Cuando por la mañana, al mediodía y por la qui, Angelo nuntiánte, habiendo conocido por
noche tocan a las Aves Marías, no te avergüen- Christi Fílii tui incarna- la voz del Ángel el mis-
ces de decirle el Ángelus Domini; que ganarás: tionem cognóvimus, perjterio de la encarnación
10 años de indulgencia cada vez que lo hicieres, passiónem ejus et cru- de vuestro Hijo, poda-
e indulgencia de 3 años y plenarla ai mes gana, cem, ad resurrectiónis mos, por los méritos de
el que al toque de la oración rece el De profundis glóriam perducámur. Per su pasión y de su cruz,
en sufragio de las ánimas del Purgatorio, o un eúmden Christum Dó-jllegar a la gloria de la
Padre nuestro y Ave María en el versículo Ré- mínum nostrum. Amen, resurrección. Por el mis-
quiem eeternam en su lugar. (S. Penit. Apost. ¡mo Jesucristo nuestro
20 de Febrero de 1933). i Señor. Amén.
— 42 — — 43 —
dulcísimo J e s ú s m í o ; p é s a m e d e t o d o co-
razón de h a b e r o s ofendido, p o r ser Vos
quien sois, y p o r q u e os a m o sobre t o d a s
las cosas; p é s a m e , Dios m í o , de h a b e r pe-
EJERCICIO cado, y p r o p o n g o f i r m e m e n t e la e n m i e n -
PARA LA NOCHE da, a y u d a d o p o r v u e s t r a d i v i n a gracia.
Puesto de rodillas, y hecha la señal de la Rezada con devoción el Ave María y la ora-
cruz di: ción Oh, Señora Mía, etc., di al Ángel custodio:
Ángel de Dios, etc.
Altísimo Dios y Señor, en q u i e n creo Guardadme, Señor, esta noche de todo pecado
y espero, a quien a d o r o y a m o sobre t o d a s y libradme de todo mal.
las cosas: ¿ q u é g r a c i a s os d a r é p o r h a b e r - Antes de meterte en la cama piensa un poco:
m e creado, hecho c r i s t i a n o , colmado d e ¡He de m o r i r , y n o sé c ó m o ! ¡Seré
beneficios, y conservado h a s t a el p r e - juzgado p o r Dios, y n o sé c u á n d o ! Si
s e n t e ? D a d m e luz p a r a conocer las faltas fuese esta noche, ¿ q u é c u e n t a le d a r í a ?
que h o y h e cometido, y g r a c i a p a r a d e t e s - ¿Qué s e n t e n c i a m e t o c a r í a ? ¿ S e r í a de
t a r l a s de v e r a s . salvación, o de c o n d e n a c i ó n ? ¿ Y con esta
Examina aquí en qué faltas han caído durante incertidumbre, n o l l o r a r é m i s pecados, y
el día, por pensamiento, palabra, obra y omisión: teniendo a h o r a t i e m p o , n o e n m e n d a r é la
contra Dios, con distracciones voluntarias en los vida?
ejercicios de piedad, irreverencias en el templo,
juramentos, blasfemias, etc.: contra el prójimo, Metido en la cama, di:
con maldiciones, escándalos, injusticias, murmu-
raciones; contra ti mismo, con impaciencias, Jesús, J o s é y M a r í a , os doy el corazón
excesos en la comida o bebida, faltas contra la y el a l m a mía-
modestia, etc. Luego, con toda humildad, di:
Jesús, J o s é y M a r í a , a s i s t i d m e en la
¡Y qué se h a n hecho, Señor, t a n t a s r e - última a g o n í a .
soluciones de n u n c a m á s ofenderos! ¡Ay! Jesús, J o s é y M a r í a , al m o r i r , recibid
; c u á n t a s veces h e recaído ¡Misericordia, en vuestros b r a z o s el a l m a m í a .
— 44 — — 45 —
Acto de Caridad
Indulgencia de 7 años, Plenaria al mes, rezán-
dolas todos los días (S. C. Indulg. 28 de Abril de Os amo, Dios mío, con todo mi cora-
1807; S. Penit. Apost. 12 de Octubre de 1936).
zón, con toda mi alma y con -todas mis
fuerzas, por ser Vos quien sois infinita-
AI Ángel de la Guarda mente bueno y digno de ser amado sobre
todas las cosas. Amo también, por amor
Ángel de mi guarda, — dulce compa- vuestro, al prójimo como a mí mismo.
ñía, no me desampares, — ni de noche ni
de día, — hasta que descanse, —• en los
brazos de Jesús, José y María. Acto de Contricción
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre
Acto de Fe verdadero, Creador y Redentor mío; por
ser Vos quien sois, y porque os amo so-
Dios mío, creo firmemente todo cuanto bre todas las cosas, me pesa de todo cora-
Vos habéis revelado a la Santa Iglesia, y zón de haberos ofendido; propongo firme-
ésta me propone como cosa de fe; yo lo mente de nunca más pecar, de apartarme
creo, por ser Vos Verdad infalible, que no de todas las ocasiones de ofenderos, de
puede engañarse, ni engañarme. confesarme y de cumplir la penitencia
que me fuere impuesta; ofrézcoos mi vi-
Acto de Esperanza da, obras y trabajos en satisfacción de to-
dos mis pecados; y así como os lo suplico,
Dios y Señor mío, fidelísimo en las pro- así confío en vuestra bondad y misericor-
mesas, todopoderoso e infinitamente bue- dia infinita me los perdonaréis, por los
no, espero, firmemente, por los mereci- merecimientos de vuestra preciosa san-
mientos de vuestro Hijo y mi Señor Jesu- gre, pasión y muerte, y me daréis gracia
cristo me daréis gracia con que pueda para enmendarme y para perseverar en
hacer frutos de buenas obras y conseguir vuestro santo servicio hasta la muerte.
la vida eterna. Amén.
— 46 — — 47 —
EXPLICACIÓN
DE LA SANTA MISA Misterios que se representan
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cruz, lavaste mis pecados y los de todo el He aquí esas memorables palabras:
mundo. No permitáis, dulcísimo Jesús,
que sangre de tanto valor sea en vano 1 ? Perdónales, Padre, porque no saben
derramada por mí- lo que hacen.
2» Hoy estarán conmigo en el Paraíso.
No dejes pasar ocasión tan preciosa, 3* He ahí a tu Madre. . . Mujer, he ahí
presenta a Cristo tus faltas y miserias; a tu Hijo.
habla con él, con la misma confianza que 4» Dios mío, Dios mío, ¿por qué me
si hablases con el amoroso padre: pídele has desamparado?
las gracias que necesitas tú, tus hijos, 5* Sed tengo.
parientes y amigos: ruega por el Sumo 6* Todo está acabado.
Pontífice, por las necesidades de la Igle- 7* Padre, en tus manos encomiendo mi
sia y del País, por los sacerdotes, por la espíritu.
conversión de los pecadores, y hasta por
tus mismos enemigos. Al partir la hostia, piensa cómo el al-
ma de Cristo, separada del cuerpo, bajó
Al nobis quoque peccatoribus, dase el al seno de Abraham a libertar las almas
Sacerdote un golpe en el pecho, para in- de los santos padres; quedándose la divi-
dicar el arrepentimiento del Centurión y nidad unida con el alma y cuerpo, como
otros, al ver expirar a nuestro Salvador, ahora está Cristo presente en las tres
reconociéndole por Hijo de Dios verda- partes en que se divide la hostia.
dero. . . ¿Y tú, que también lo reconoces
por tal, renovarás su pasión y muerte con El paz Domini y agnus Dei, significan
nuevos pecados? las apariciones de Jesucristo resucitado a
sus discípulos, dándoles la paz. . . ¡Oh!
Las siete peticiones que encierra el dádmela también, amantísimo Jesús mío,
Pater noster, recuerdan las siete palabras dadme esta paz que sobrepuja todas las
que dijo Jesucristo en la cruz, en aque- delicias de la tierra: haced que mi alma
llas tres horas que duró la cruel agonía, viva en paz con Dios, cumpliendo su san-
que padeció por nuestro amor. tísima voluntad, en paz con el prójimo,
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wfriendo con paciencia sus defectos, en Agua del costado de Cristo, purifícame.
paz consigo mismo, teniendo las pasiones Pasión de Cristo, confórtame.
sujetas a la razón. ¡Oh, mi buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme-
Comunión Espiritual No permitas que me separe de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
Al comulgar el sacerdote, y en otras oca&lsi' En la hora de mi muerte, llámame.
nes del día, puedes comulgar espiritualmente cíe Y mándame ir a Ti.
esto manera:
Para que con tus Santos, te alabe.
¡Oh amorosísimo Jesús mío! creo que Por los siglos de los siglos. Amén.
estáis realmente presente en este augusto
sacramento. ¡Qué dichoso sería yo, si os 1) Indulgencia de 300 días.
%) De 7 años recitada después de la comunión.
hospedase ahora en mi corazón! Venid, 3) Plenaria al mes rezada todos los días en las
celestial esposo de las almas puras, venid condiciones acostumbradas.
a purificarme y abrasarme todo en las
llamas de vuestra caridad. Os amo, dulcí- Al volver el misal puedes considerar la
simo Jesús mío. ¡Quién os hubiese amado admirable conversión de tantos judíos y
siempre! ¡Quién nunca os hubiese ofen- gentiles, que pasaron, como tú, de las ti-
dido! Pero ya que no soy digno de reci- nieblas de la muerte a la sagrada luz del
biros sacramentalmente, aceptad mis de- Evangelio. . . ¿Y cómo os pagaré, Señor,
seos y dadme vuestro divino amor. tan señalado beneficio? ¿Qué méritos
visteis en mí para dispensarme tan ines-
Hecha una breve pausa, puedes ir saboreando timable favor?
esta oración:
Las últimas oraciones que dice el sa-
Anima Christi cerdote representan las que_ Jesús dirige
al eterno Padre, intercediendo por nos-
Alma de Cristo, santifícame. otros. No nos ha abandonado nuestro
Cuerpo de Cristo, sálvame. amabilísimo Redentor, no; rogando está
Sangre de Cristo, embriágame. continuamente por nosotros. ¡Ojalá de-
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seásemos nuestra salvación con las veras
que él la desea!
He, missa est. Ya he asistido al santo
sacrificio de la misa. Ya el Hijo de Dios
se ha inmolado de nuevo por mi reden-
ción. Mas ¡con cuan poca devoción he
estado! Perdón, oh Dios mío: hacedme la MODO DE OÍR BIEN
gracia de que no os ofenda en este día,
y que la bendición que vuestro ministro LA SANTA MISA
me da en la tierra, sea ratificada en el
juicio final.
Ofrecimiento
Recíbela, pues, de rodillas y antes que
salgas de la Iglesia, di a Jesús sacra-
mentado: Aquí os dejo mi corazón, oh Me presento ¡oh adorable Salvador
bien mío; con vuestro permiso me voy a mío! ante vuestro sagrado altar, para
cumplir con mis obligaciones: dad, Señor, asistir a vuestro divino sacrificio. Dig-
a mí y toda mi familia vuestra santa naos, ¡oh Dios mío! aplicarme todo el
bendición.
fruto que queréis que obtenga de él,
y suplid las disposiciones que me fal-
ten. Disponed mi corazón a los dulces
electos de vuestra bondad, fijad mis
sentidos, arreglad mi espíritu, purificad
mi alma; borrad con vuestra sangre todos
los pecados de que sabéis me he hecho
culpable. Olvidadlos todos ¡oh Dios de
misericordia! yo los aborrezco por amor
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a ,Vos; os pido humildemente perdón Calvario, si hubiese asistido al sacrifi-
por ellos, perdonando por mi piarte de cio sangriento de vuestra Pasión.
todo corazón a los que hayan podi do
ofenderme. Haced ¡oh dulce Jesús mío!
que uniendo mis intenciones a las vues- A la Confesión
tras, me sacrifique todo a Vos como
Vos os sacrificáis enteramente por mí. Acusóme ante Vos ¡oh Dios mío! de
Amén. todos los pecados que he cometido.
Acusóme en presencia de la inmacu-
Principio de la Misa lada Virgen María, la más pura de todas
las vírgenes, de todos los Santos y de
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espí- todos los fieles; porque he pecado con
ritu Santo. Así sea.
el pensamiento, de palabra, en accio-
Invocando vuestro nombre, adorable nes y en omisiones; por mi culpa, sí,
Trinidad, y para tributaros el honor por mi culpa, y por mi grandísima cul-
y los homenajes que os son debidos, es pa. Por esta razón suplico a la Santí-
cómo asisto al santísimo y augustísimo sima Virgen y a todos los Santos que
sacrificio. se dignen interceder por mí.
Permitidme, divino Salvador, unirme Señor, escuchad benignamente mi pe-
en intención al ministro de vuestros tición; y concededme vuestra indulgen-
altares para ofrecer la preciosa Víctima cia, la absolución y la remisión de todos
de mi salvación, y dadme los senti- mis pecados.
mientos que hubiera debido tener en el
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Al Kyrie Eleison ce Dios verdadero, el Padre todopode-
roso.
Divino Creador de nuestras almas,
tened piedad de la obra de vuestras ma- Adorable Jesús, Hijo único del Pa-
nos; Padre de misericordia, concededla dre, Dios y Señor de todas las cosas;
a vuestros hijos. Cordero de Dios, enviado para borrar
Autor de nuestra salvación, sacrifi- los pecados del mundo, tened piedad
Je nosotros; y desde la elevación de
cado por nosotros, aplicadnos los méri-
vuestra gloria, donde reináis justamente
tos de vuestra muerte y de vuestra pre-
con vuestro Padre, tened una mirada
ciosa sangre.
de compasión sobre nosotros. Salvadnos,
Amoroso Salvador, dulce Jesús mío, Vos que sois el único que podéis hacer-
tened compasión de nuestras miserias y lo, Señor nuestro Jesucristo, porque Vos
perdonadnos nuestros pecados. sois el solo infinitamente adorable con
el Espíritu Santo en la gloria del Padre.
Al Gloria in Excelsis Amén.
A la Epístola Al Evangelio
Dios mío, me habéis llamado al co- Ya no son ¡oh Dios mío! los Profe-
nocimiento de vuestra santa ley, con tas ni los Apóstoles los que deben ins-
preferencia a tantos otros pueblos que truirme acerca de mis deberes; es vues-
viven ignorando vuestros misterios. tro Hijo único, es una palabra la que
Acepto de todo corazón esa divina ley, voy a oír. Pero ¡ay! ¿de qué me servirá,
y escucho respetuosamente los oráculos Jesús mío, haber creído que es vuestra
sagrados que habéis pronunciado por palabra si no obro con arreglo a mis
boca de vuestros profetas. Los reveren- creencias? ¿De qué me servirá, cuando
cio con toda la sumisión debida a la vaya a comparecer ante vuestro juicio,
palabra de un Dios, y veo su cumpli- haber tenido la fe sin el mérito de la
miento con la mayor alegría. caridad y de lao buenas obras?
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Creo, y vivo como si creyese un Santo, en el seno de la Virgen María,
Evangelio contrario al nuestro. No me y se hizo hombre. Creo también que
juzguéis, Dios mío, por esta oposición Jesucristo fué crucificado por amor
perpetua que establezco entre vuestras nuestro, bajo el poder de Poncio Pila-
máximas y mi conducta. Yo creo, Señor, tos; que sufrió la muerte y fué sepul-
pero inspiradme el valor y la fuerza tado; que resucitó al tercer día, como
suficientes para practicar lo que creo, y dice la Escritura, que subió a los cielos
toda la gloria de mi conducta será y está sentado a la diestra de Dios
para Vos. Padre; y que descenderá otra vez a la
tierra rodeado de gloria, para juzgar a
Al Credo los vivos y a los muertos, y que su rei-
Creo en un solo Dios, Padre todo nado no tendrá fin.
poderoso, que ha hecho el cielo y la Creo en el Espíritu Santo, Señor y
tierra, las cosas visibles e invisibles; y vivificador, que procede del Padre y
en nuestro Señor Jesucristo, Hijo -único del Hijo, y ha hablado por los Profe-
de Dios, nacido de Dios Padre antes tas. Creo que la Iglesia es una, santa,
de todos los siglos; Dios de Dios, luz católica, apostólica, romana; confieso
de luz, verdad de verdad, engendrado ]ue hay un bautismo para la remi-
y no creado, consubstancial con su Pa- sión de los pecados, y espero la resu-
dre y por quien todo ha sido hecho. rrección de los muertos y la vida eterna.
Que descendió del cielo por amor nues- Amén.
tro y para nuestra salvación; que en-
carnó, por obra y gracia del Espíritu
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Al Ofertorio das a un pecador más que en atención
a los méritos del que es el Justo por
Padre infinitamente santo, Dios to- excelencia y que se ha hecho Víctima
dopoderoso y eterno, por indigno que propiciatoria por todos.
sea de presentarme ante Vos, me atre-
vo a ofreceros esta hostia por manos Pero al ofreceros esta adorable víc-
del Sacerdote, con la intención que tima os encomiendo, Dios mío, la Igle-
tuvo Jesucristo nuestro Salvador cuan- sia católica, os ruego por nuestro Padre
Santo el Papa, por nuestro Obispo, por
do instituyó este Sacrificio, y la que
todos los pastores de almas, por nues-
tiene en este momento en que se in-
tros superiores espirituales y tempora-
mola por nosotros.
les, y por todos los pueblos que creen
Ofrézcooslo para reconocer vuestro en Vos.
soberano dominio sobre mí y sobre
todas las criaturas. Os la ofrezco por la Acordaos, Señor, también de los fieles
expiación de mis pecados y en acción difuntos, y por consideración de los mé-
de gracias por todos los beneficios de ritos de vuestro Hijo, dadles un lugar
que me habéis colmado. de descanso, de luz y de paz.
Os ofrezco, en fin, Dios mío, este No olvidéis, Dios mío, a vuestros
augusto sacrificio, a fin de obtener de enemigos y a los nuestros; tened pie-
vuestra infinita bondad, para mí, para dad de todos los infieles, de los here-
mis parientes, bienhechores, amigos y jes y de los pecadores todos. Colmad
enemigos, todas las preciosas gracias de de bendiciones a los que nos persiguen,
salvación que no pueden ser concedí" y perdonadme mis pecados, como yo
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juntemos nuestras pobres alabanzas a
les perdono todo el mal que me han
las que os tributan esas santas inteli-
hecho y quieran hacerme. Amén.
gencias, y que de concierto con ellas
exclamemos en un transporte de alegría
Al Prefacio y admiración.
Ha llegado el momento en que el
Rey de los Ángeles y de los hombres Al Sanctus
va a venir. Señor, llenadme de vues-
tro espíritu; que mi corazón, desligado ¡Santo, Santo, Santo, Señor Dios de
de la tierra, no piense más que en Vos. les ejércitos! Llenos están los cielos
¡Cuánta es mi obligación de bendeciros y la tierra de vuestra gloria. Que los
y alabaros en todo tiempo y en todo bienaventurados os bendigan en el cie-
lugar, Dios de cielos y tierra, Señor lo. ¡Bendito sea el que hoy viene a la
infinitamente grande, Padre todopode- tierra, Dios y Señor, como el que lo
roso y eterno! envía!
No hay cosa más justa ni más ven-
tajosa que unirnos a Jesucristo para Al Canon
adoraros continuamente. Por su con-
ducto rinden sus homenajes los espí- Suplicárnoste, P a d r e infinitamente
ritus bienaventurados a vuestra Majes- misericordioso, en nombre de Jesucristo,
tad; por Él se unen todas las virtudes vuestro Hijo y nuestro Señor, que reci-
del cielo, llenas de respetuoso temor, báis con agrado y bendigáis la ofrenda
para glorificaros. Permitid, Señor, que que os presentamos, a fin de que os
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dignéis conservar, defender y gobernar fe y su amor! Venid, Jesús mío; venid,
vuestra Santa Iglesia católica, con todos amable reparador del mundo; venid a
los miembros que la componen, el Papa, cumplir un misterio que es el com-
los Obispos y en general todos los que pendio de todas las maravillas. Ven,
profesan vuestra santa fe. Cordero de Dios; he aquí la Víctima
Os encomendamos, Señor, en parti- que viene a expiar todos los pecados
cular, todos aquellos a quienes la jus- del mundo.
ticia, el reconocimiento y la caridad nos
imponen el deber de rogar por ellos; A la Elevación
todos los que están aquí presentes, - y
en particular N . . . y N y para que Verbo encarnado, divino Jesús, ver-
nuestros homenajes, Dios mío, os sean dadero Dios y verdadero hombre, creo
más agradables, los unimos a los de la que estáis aquí presente; os adoro con
gloriosa Virgen María siempre Virgen, humildad, os amo de todo corazón,
Madre de nuestro Señor Jesucristo, a y así como Vos descendéis ahí por
todos vuestros santos Apóstoles, y todos amor mío, yo me consagro enteramente
los bienaventurados Mártires y a todos a Vos.
los Santos que con nosotros componen
Yo adoro esa sangre preciosa que ha-
una sola y misma Iglesia.
béis derramado por todos los hombres,
¡Quién tuviera en este momento, y espero, Dios mío, que no se habrá
Dios mío, los deseos inflamados con vertido inútilmente para mí. Conceded-
que los santos Patriarcas deseaban la me la gracia de aplicarme sus méritos.
venida del Mesías! ¡Quién tuviera su Ofrézcoos la mía, adorable Jesús, en
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reconocimiento de la caridad infinita
Abel, de Abraham y de Melquisedec;
que habéis tenido al derramar la vues-
esta es la única víctima digna de vues-
tra por amor nuestro.
tro altar, Nuestro Señor Jesucristo,
vuestro Hijo, el único objeto de vues-
Continuación del Canon tras complacencias eternas.
¡Qué grandes serían mi malicia y Que todos los que de algún modo
mi ingratitud, si en adelante, después participan de esta Víctima sagrada que-
de haber visto lo que veo, consintiese den llenos de vuestra bendición.
en ofenderos de nuevo! No, no, Dios Que esta bendición se extienda ¡oh
mío, no olvidaré nunca lo que queréis Dios mío! a las almas de los fieles que
enseñarme en esta augusta ceremonia, han muerto en la paz de la Iglesia, y
los sufrimientos de vuestra Pasión, la particularmente el alma de N . . . y de
gloria de vuestra Resurrección, vuestro N . . . Concededles, Señor, por la vir-
Cuerpo destrozado, vuestra sangre de- tud de este sacrificio la completa remi-
rramada por nosotros; todo está en reali- sión de sus penas.
dad presente a mi vista en el altar.
Dignaos concederme también un día
Ahora os ofrecemos verdaderamente
esta gracia a nosotros mismos, Padre
la Víctima pura y sin mancha, que Vos
infinitamente bueno, y hacernos entrar
mismo os habéis complacido entregar-
en la compañía de los santos Apóstoles,
nos y de la que todas las otras sólo Mártires y Bienaventurados, para que
eran una figura. Sí, Dios mío; hay aquí podamos amaros y glorificaros eterna-
sacrificio más elevado que todos los de mente con ellos. Amén.
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ría de vuestro Padre y dadnos vuestra
Al P a t e r Noster
paz.
]Qué dichoso soy, Dios mío, en te- A la Comunión
neros por Padre! ¡Qué feliz soy al pen-
sar que el cielo en que estáis ha de ¡Qué dichoso sería yo, adorable Sal-
ser algún día mi morada! Que vues- vador mío, si me contara en el número
tro santo nombre sea glorificado en de esos cristianos felices a quienes la
toda la tierra. Reinad completamente pureza de conciencia y una piedad
en todos los corazones y en todas las tierna permiten aproximarse todos los
voluntades. No neguéis a vuestros hi- días a la sagrada Mesa!
jos el alimento espiritual y corporal. ¡Qué ventaja tan grande si en este
Así como nosotros perdonamos, per- momento pudiera colocaros en mi co-
donadnos Vos. Sostenednos en las ten- razón, tributaros en él mis homenajes,
taciones y en los males de esta vida exponeros mis necesidades y participar
miserable y libradnos del pecado, que de las gracias que con tanta abundan-
es el más grande de todos los males. cia repartís entre los que os reciben
Amén. realmente! Pero puesto que no soy dig-
no de tanta felicidad, suplid Vos, Dios
Al A g n u s Dei mío, la mala disposición de mi alma.
Perdonadme mis pecados, que yo de-
Cordero de Dios, inmolado por nos- testo de todo corazón, solamente por-
tros, tened piedad de mí. Víctima que os desagradan. Recibid mi deseo
adorable de mi salvación, salvadme. sincero de unirme a Vos. Purificadme
Divino Mediador, obtenednos la gra-
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con una mirada, y ponedme en estado de vuestra mano y quiero unirlas a la
de recibiros pronto. vuestra.
Heme aquí purificado por vuestros
Esperando este día feliz, os suplico,
sagrados misterios; huiré con horror la
Señor, que me hagáis participante de
menor mancha del pecado, sobre todo
los frutos que la comunión del Sacer-
de aquellos a que siento mayor incli-
dote debe producir en todo el pueblo
nación. Seré fiel a vuestra ley, y estoy
fiel que asiste a este sacrificio. Aumen-
resuelto a perderlo todo y sufrirlo todo
tad mi fe por la virtud de este divino
antes que quebrantarla.
Sacramento, fortificad mi esperanza,
depurad mi caridad, llenad mi corazón A ia Bendición
con vuestro amor, para que sólo sus-
pire por Vos y no viva más que para Bendecid ¡oh Dios mío! mis santas
Vos. Amén. resoluciones, bendecidnos a todos • por
mano de vuestro ministro, y que los
Últimas Oraciones efectos de vuestra bendición permanez-
can eternamente en nosotros. En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del
Acabáis, Dios mío, de inmolaros por Espíritu Santo. Amén.
mi salvación y yo quiero sacrificarme
por vuestra gloria. Yo1 me ofrezco co- Al último Evangelio
mo vuestra víctima, no me tengáis mi-
Verbo divino, Hijo único del Pa-
ramiento alguno: acepto de buena vo-
dre, luz del mundo venido del cielo
luntad todas las cruces que os dignáis
para mostrarnos el camino, no permi-
enviarme; yo las bendigo, las recibo
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tais que me asemeje a ese pueblo in-
fiel que se niega a reconoceros como dre de Dios, de San José su Esposo,
el Mesías. Nos consintáis que incurra de tus Santos Apóstoles Pedro y Pa-
en la ceguedad de los que prefieren blo y de todos los Santos, escucha mi-
ser esclavos de Satanás mejor que par- sericordioso y benigno las súplicas que
ticipar de la gloriosa adopción de hijos te dirigimos, pidiéndote la conversión
de Dios y herederos de su gloria' que de los pecadores y la libertad y exal-
acabáis de procurarnos. tación de la Santa Madre Iglesia. Por
Verbo hecho carne, vo os adoro con el mismo Jesucristo, Nuestro Señor.
el más proiundo respecto; pongo toda R Amén.
mi confianza en Vos solo, esperando
Arcángel San Miguel, defiéndonos en
firmemente que, ya que sois mi Dios,
la batalla: sé nuestro amparo contra la
y un Dios que se ha hecho hombre
perversidad y acechanzas del demonio.
para salvar a los hombres, me concede-
"Reprímale Dios", pedimos suplican-
réis las gracias necesarias para santifi-
tes: y tú, Príncipe de la celestial mi-
carme y poseeros eternamente en el
licia, arroja el infierno con el divino
cielo. Amén.
poder a Satanás, y a los otros malignos
Oraciones después de la Misa espíritus, que andan dispersos por el
mundo para la perdición de las almas.
Oh Dios, nuestro refugio y forta- R Amén.
leza, mira propicio al pueblo que a Ti
300 días de indulgencia, León XIII, 6 de Enero
clama: y por la intercesión de la glo- de 1884.
riosa e Inmaculada Virgen María, Ma- Diez años de indulgencia, Pío XI, 30 de Mayo
de 1931t.
— 82 —
— 83 —
V Corazón Sacratísimo de Jesús.
R Ten misericordia de nosotros.
(Tres veces).
Siete años de indulgencia. Pío X.
OTROS MÉTODOS
PARA OÍR SANTAMENTE
LA MISA
Por bueno y exquisito que sea un manjar, si
nos ío presentan cada día, llega a fastidiar. De
la misma manera por devoto y agradable que
sea un ejercicio de piedad, acaba por cansar y
hacer poca impresión en el alma, si no se varía
alguna que otra vez. Por esto pondré aquí dife-
rentes modos con que fomentar la devoción y
granjearnos los infinitos tesoros de gracia que
encierra el santo sacrificio de la Misa.
Primer método. •— Rezar con devoción
el santo Rosario, contemplando con pre-
ferencia los misterios dolorosos.
Segundo método. — Meditar el reloj o
algún paso de la Pasión de nuestro divino
Redentor. La maditacion que ponemos
más abajo sobre las circunstancias de la
Pasión, y las mismas estaciones del Vía
Crucis, sirven admirablemente a este fin.
Cuando te sintieres motivo a compasión,
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gratitud, dolor y detestación de tus pe- Sexto método. — Otras veces se podrá
cados, deja que el corazón se desahogue hacer el ejercicio que ponemos para el
y satisfaga enteramente, concibiendo en- día de retiro, como disposición a una
tonces odio irreconciliable al pecado, y santa muerte.
pidiendo a Dios gracias para nunca vol- No obstante, a la consagración y comu-
ver a cometerlo. nión del Sacerdote, casi siempre conven-
drá leer lo que va marcado en el modo
Tercer método. — Tampoco hay incon- principal de oír bien la santa Misa, ya
veniente en que se mediten los dolores y por ser partes tan importantes del Sacri-
grandezas de la Virgen en las festivida- ficio, ya por el mucho fruto que suelen
aquellas preces producir en el alma.
des de esta Señora: y entonces se le pue-
de dirigir el acto de consagración que se Y si alguno quiere al comenzar la Misa
hallará en el lugar correspondiente! u otro ejercicio, rezar o meditar el her-
moso himno Vera Sánete Spiritus, pon-
Cuarto método. — ¿Quieres cada pri- dremos aquí su traducción, como tam-
mer viernes de mes obsequiar al sagrado bién el del Te Deum laudamus.
Corazón de Jesús? Más abajo hallarás
muchos acto3 de desagravios y tiernísi- Veni Sánete Spiritus
mas preces, que, dichas con devoción, te
inspirarán afectos muy propios con que HIMNO
corresponder a su amor infinito.
Ven, Espíritu Santo: llena de tu gracia
Quinto método- — ¿Prefieres oír la Mi- ios corazones de los fieles, y enciende en
sa en honor del santo Ángel de la Guarda, ellos el fuego de tu divino amor.
del glorioso San José, o de otro Santo? Ven, oh Santo Espíritu, y envíanos des-
Las consideraciones y deprecaciones que de el cielo un rayo de tu luz purísima.
hay en sus respectivos lugares, servirán a Ven, Padre de los pobres; ven, dispen-
este fin; sobre todo el método que adopta- sador de las gracias; ven, luz celestial de
mos para obsequiarles el día de su fiesta. los corazones.
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Tú eres el único consolador verdadero,
dulce huésped del alma, y dulce alivio de Espíritu Santo, concédenos el que, ani-
las penas. mados del mismo Espíritu, sepamos juz-
En Ti hallamos descanso en el trabajo, gar y obrar con rectitud, y disfrutemos
refrigerio en Ida ardores, y consuelo en
el llanto. siempre de sus celestiales consuelos.
¡Oh bienaventurada luz! penetra hasta Amén-
lo más íntimo del corazón de estos fieles Te Deum laudamus
que te invocan fervorosos. o himno de San Ambrosio y de San Agustín
Sin tu numen benéfico nada hay en el para dar gracias al Señor
hombre, nada que sea puro y sin mancilla.
Lava nuestras manchas, vivifica nues- A Ti, oh Dios, alabamos; a Ti por Se-
tra aridez, sana nuestras enfermedades. ñor te confesamos.
Doma nuestra dureza, enfervoriza lo A Ti, Padre Eterno, reconoce y venera
que está yerto, endereza lo que se desvía toda la tierra.
del camino. A Ti todos los Ángeles; a Ti los cielos y
Enriquece con tus siete dones a los fie- todas las potestades.
les que cifran en Ti todas sus esperanzas. A Ti todos los Querubines y Serafines
Danos el mérito de las virtudes, la per- cantan sin cesar.
severancia que conduce a la salvación y Santo, Santo, Santo es el Señor Dios de
la eterna felicidad. Amén. los ejércitos.
R) Envíanos, Señor, tu Espíritu, y Llenos están los cielos y la tierra de la
nuestros corazones serán criados de majestad de su gloria.
nuevo. A Ti el glorioso coro de los Apóstoles.
V) Y renovarás la faz de la tierra. A Ti la venerable muchedumbre de los
Profetas.
ORACIÓN
A Ti alaba el numeroso ejército de los
Oh Dios, que te dignaste ilustrar los Mártires.
corazones de tus fieles con la claridad del A Ti la Iglesia santa confiesa por toda la
redondez de la tierra.
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Que eres padre de inmensa majestad; que
debe ser adorado tu verdadero y único Descienda, Señor, tu misericordia sobre
Hijo. nosotros; pues pusimos en Ti nuestra
confianza.
Y también el Espíritu consolador.
Tú, oh Cristo, eres rey de la gloria. En Ti, Señor, esperé; nunca seré con-
Tú, el Hijo sempiterno del Padre. fundido.
Tú, para rescatarnos te hiciste hombre y 1) indulgencia de 5 años.
no tuviste a menos el encerrarte en el 2) indulgencia de 10 años, si se asiste ai canto
seno de la Virgen. deí Te Deum en iglesias u oratorio público,
semipúblico en la /unción de acción de gra-
Tú, destruido el imperio de la muerte, cias el último día del año,
abriste a los fieles el reino de los cielos. $) Píenaria si confesados y comulgados, rezaren
Tú estás sentado a la diestra de Dios en a intención del Papa. (S. Penit. Apost. 10 de
la gloria del Padre. Agosto de 1936).
Y de allí creemos que vendrás a juzgar-
nos.
Suplicárnoste, pues, socorro a tus siervos,
que redimiste con tu Sangre preciosa.
Haz que en la eterna gloria seamos del
número de tus Santos.
Salva, Señor a tu pueblo, y bendice a tu
herencia.
Y gobiérnales y ensálzalos para siempre. "^^Bfe
Todos los días te bendecimos.
Y alabamos tu nombre en los siglos, y en
los siglos de los siglos.
Dígnate, Señor, conservarnos sin pecado
en este día.
Ten, Señor, piedad de nosotros; sí, ten
de nosotros piedad.
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— 91 —
PLAN DE V I D A Cada año
— 104 — — 105 —
Si pagan las deudas, y dan al jornalero Si han restituido o reparado el daño
a los criados el salario correspondiente. que hicieron al prójimo advirtiendo que,
;
Si dan limosna según sus haberes. aunque lo hubiesen confesado ya, no hay
Si permiten en casa blasfemias, conver- salvación si pudiendo -no hacen esta re-
saciones malas, libros o periódicos irreli- paración.
giosos, estampas indecentes, etc.
H I J O S Y JÓVENES
NEGOCIANTES Y MERCADERES
Examinen si tienen a los padres y supe-
Vean si han codiciado los bienes del riores el respeto y obediencia debidos.
prójimo. Si los han despreciado, insultado de pa-
Si han guardado o administrado infiel- labra, o deseado la muerte.
mente las cosas que se les han confiado. Si han llegado hasta la infame acción
Si han defraudado o engañado en algo, de amenazarlos, o de poner en ellos las
ya sea en la calidad de los géneros, ya en manos. ¡Qué pecado!
el peso o medida. ¿Cuántas veces, y en Si provocándolos a ira fueron causa de
qué cantidad? que profiriesen blasfemias, maldiciones o
Si han hecho contratos ilícitos o usu- palabras escandalosas.
rarios. Si han inducido a los hermanos o com-
Si prevaliéndose de la necesidad o ig- pañeros a desobedecer a sus padres, maes-
norancia de alguno, compraron más bara- tros o superiores-
to, o vendieron más caro de lo justo. Si estudian, trabajan y cuidan bien de
Si han mandado, aconsejado, o consen- las cosas de casa.
tido algo en perjuicio del prójimo. Si a escondidas han comprado, vendido
Si han comprado a sabiendas cosas hur- o retenido algo.
tadas. Si son condescendientes con los herma-
Si se han apoderado de todos los géne- nos, o por el contrario, si riñen, si se tie-
ros, o hecho monopolio indebido. nen envidia o pegan entre sí.
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Si van con malos compañeros, de noche LA M U J E R CASADA
sobre todo.
Si han cantado canciones obscenas, leí- Examine si cuida bien de su familia.
do y prestado novelas, permitídose liber- Si trata al marido con cariño y humil-
tades y chanzas impuras. dad.
Si galantean, y a qué cosas se han pro- Si ama a sus hijos con amor excesivo,
pasado. dejándoles vivir según sus caprichos, ex-
Si van a bailes, saraos, comedias y jue- cusándolos o defendiéndolos, cuando el
gan dinero quitado a sus padres. padre quiere castigarlos justamente.
Si los ha maldecido, deseado la muerte
CASADOS
o echado imprecaciones.
Si ha resistido injustamente al marido
Si viven en paz y buena armonía entre y porfiado con él.
sí y con los suegros y. parientes. Si gasta el dinero en vanidades, galas
Si han negado, sin causa legítima, el y antojos para sí o para sus hijas.
débito a su consorte, o imaginándose que Si es pendenciera, burlona, fingida o
todo era lícito, han profanado la santidad está reñida con alguien.
del matrimonio. Si en el traje, modo de hablar y pro-
Si han escandalizado á la familia con ceder, ha guardado el recato y la modes-
discursos y acciones libres. tia conveniente, sobre todo vistiendo o
Si se sufren mutuamente los defectos. dando el pecho a la criatura-
Si se molestan con celos indiscretos. Si ha perdido el tiempo en visitas, con-
Si se han maltratado de palabra o de versaciones frivolas, murmuraciones, etc.
obra. En caso que tenga alguna duda sobre el
Si han guardado la fidelidad prometida matrimonio, expóngala con humildad a
P Dios y a su consorte. un confesor prudente.
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CRIADOS Y TRABAJADORES Si voluntariamente se han distraído en
ellos.
Examinen si han dado, desperdiciado o Si han hecho votos, promesas, o peni-
defraudado alguna cosa de los amos. tencias exteriores, contra la voluntad, o
Si cumplen fielmente lo mandado, siem- sin licencia de un buen Director.
pre y cuando no se oponga a la ley santa Si consideran en él la persona de Jesu-
de Dios. cristo, no teniendo con él más relaciones
Si han trabajado en días festivos, y que las espirituales y precisas.
perdido el tiempo en los de trabaja. Si le han obedecido, sujetando el pro-
Si han dicho, cantado, escuchado o he- pio juicio al suyo.
cho algo indecente. Si por ir a ciertas devociones y reco-
Si son remisos en aprender la doctrina rrer iglesias han descuidado las obligacio-
cristiana, en practicar la Religión; o lo nes de su casa y estado.
que sería peor, si se han burlado de los Si mortifican la lengua y refrenan los
que la practicaban. sentidos, sobre todo en la iglesia.
1
Si lejos de ofrecer el trabajo a Dios, Si van a ella únicamente para orar, o
han prorrumpido en votos, blasfemias o más bien por curiosidad, para ver y ser
palabras escandalosas. vistas.
Si han inducido a algún compañero a Si son humildes y pacientes con los de
pecar. casa, o amigas del ocio, de murmurar y de
llevar la suya por delante.
PERSONAS Si han vigilado y procurado con celo el
bien de los subditos y de las personas que
QUE ASPIRAN A LA PERFECCIÓN les están encomendadas.
— lio — — 111 —
purificado nunca la conciencia con una obediencia. El demonio, cuando no puede
confesión general, será muy del caso que lograr que dejemos los Santos Sacramen-
lo hagan por un buen confesor. tos, 'o que los recibamos indignamente,
procura a lo menos perturbarnos- con va-
Mas si por desgracia hubiesen callado nos escrúpulos y temores, a fin de impe-
algún pecado grave en la confesión, ocul- dir siquiera aquella paz y santa alegría
tando alguna de las circunstancias que que tanto ayuda a que el alma se adelan-
mudan de especie o constituyen un nuevo te en la virtud.
pecado; si se hubiesen confesado sin do-
lor verdadero, sin propósito firme, univer- Mas dejando a estas personas escrupu-
sal y eficaz, por ejemplo, sin querer per- losas, mira, cristiano, no caigas en el gra-
donar, restituir, entregar los malos libros; ve error de aquellos que, solícitos sólo del
si después de la confesión hubiesen recaí- examen, descuidan u omiten lo principal,
do con la misma y tal vez con mayor fa- que es el dolor y propósito. ¡Ay! ¡cuán-
cilidad que antes; entonces la confesión tos se confiesan y comulgan sacrilega-
general no sería ya de consejo, sino de mente por falta de contrición!
absoluta necesidad. Para que no tengas, pues la infelicidad
de hallar la perdición y muerte en donde
Pero los que la hubiesen "hecho ya debías encontrar la vida eterna, procura
alguna vez con el cuidado que les fué bue- excitarte con fino esmero a la contrición,
namente posible, sobre todo las personas por medio de estas o semejantes conside-
escrupulosas; no piensen en hacerla de raciones.
nuevo; obedezcan ciegamente; y así, cuan- MOTIVOS DE CONTRICIÓN
do el director les asegura que están bien
confesadas, créanlo, y déjense de pensar para antes de la confesión
si se han o no explicado bien; si las ha o ¡Qué hice, infeliz de m í ! . . , ¡Ofendí a
no entendido el confesor; si tuvieron o no un Dios de infinita majestad y grande-
tuvieron dolor; si hubo o dejó de haber za!... ¡A aquel Creador tan benéfico, que
falta en el examen; persuadiéndose de me dio un ser t a n noble; todo cuanto ten-
que sólo van seguros por el camino de la go, todo cuanto s o y ! . . . ¡A aquel Keden-
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tor dulcísimo, que derramó su sangre pre-
ciosísima por mí! ¡Es un Padre tan bueno OTROS
y misericordioso; y yo he sido tan ingrato MOTIVOS DE CONTRICIÓN
para con É l ! . . . ¡Ay de mí! ¡Yo,*-vil gu-
sano de la tierra, os ofendí, Dios mío! ¡y para personas
en vuestra presencia!... ¡y con tanta ad- más amantes de la virtud
vertencia y malicia!.. . ¡y tan repetidas
veces!, . . ¡y mientras me colmabais de fa-
¡Es posible, amabilísimo Jesús mío, que
vores y gracias!. . . Podíais quitarme la
haya sido todavía tan infiel e ingrato pa-
vida y lanzarme al infierno; no lo hacíais ra con Vos! ¿No basta que haya menos-
por el amor que me t e n é i s . . . ¡y yo, per- preciado tantas veces vuestro amor en mi
verso, os azotaba, coronaba de espinas y vida pasada, hollado vuestra sangre divi-
crucificaba de nuevo! ¡Y esto por un su- na, abierto esas llagas sagradísimas, y
cio deleite!.., ¡por un puntillo de hon- renovado vuestra pasión y muerte con
r a ! . . . ¡por complacer a una miserable mis p e c a d o s ? . . . ¿No basta que tantos
criatura! ¡Ay! ¡qué monstruosa ingratitud herejes, impíos y pecadores desalmados
e infelicidad es la m í a ! . . . ¡Perdí la gra- os hagan crudelísima guerra?. . . ¿Mere-
cia y la amistad de D i o s ! . . . ¡M^hice céis que aumente yo todavía la aflicción
esclavo del demonio!. • . ¡Cielo hermoso! y amargura de vuestro Corazón amantí-
¡ya no eres para m í ! . . . ¡Si yo muriese simo? ¿Es justo que, habiéndome Vos
en este instante, el infierno sería mi pa- colmado de tantos beneficios, os corres-
r a d e r o ! . . . ¡Y por siempre j a m á s ! . . . ponda yo con incesantes negligencias,
¡Qué locura la mía!. . . ¡Por un vil placer, desprecios e infidelidades?
que no duró más que u n instante, renun-
cié a Dios y a su felicidad infinita!.,. Deténgase un poco y medite esto:
Nunca más pecar. . . nunca más olvidar-
¿Hay ingratitud, hay locura y estupi-
me de Vos y degradarme a s í . . . nunca dez semejantes a la mía? ¡Vos me recon-
m á s . . . Antes morir que p e c a r . . . antes ciliasteis con el Padre celestial muriendo
morir que exponerme al peligro de pecar. por mí en la cruz; y yo con mis faltas os
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estoy enojando e irritando de nuevo con- no, popule stulte et insipiens? ¿Así la
tra m í ¡ . . . ¡Vos, a costa de vuestra san- pagas el no haberte arrojado al infierno
gre y vida, me adquiristeis inmensos teso- tantos años hace, luego que cometiste la
ros.de gracia; y yo, por no hacerme violen- primera culpa g r a v e ? . . . ¿Es esto cum-
cia-me privo de esas riquezas y ventajas plir lo que tantas veces has prometi-
infinitas!.. , ¡Vos sanasteis mis llagas; y do?. .. ¿Es esa la santidad de vida a que
yo insensato me las abro de nuevo cada te obligaste en el santo Bautismo?
d í a ! . . . Vos rompisteis mis cadenas;, y
¡cuántas me forjo e impongo yo cada Grande es, Señor, mi locura, lo confie-
día!.. . Vos me librasteis de las llamas so; negra es mi gratitud; mas la detesto
eternas; y yo, ¡loco de mí, reincidiendo en lo íntimo de mi alma y tengo sumo
voluntariamente cada día en pecados ve- pesar de mis repetidas infidelidades. Una
niales, me expongo a caer de nuevo en y mil veces os pido perdón de ellas; pro-
culpas graves y a ser un día precipitado pongo hacer saludable penitencia lo res-
al infierno!... Vos, Jesús mío, queríais tante de mi vida. No me arrojéis de vues-
elevarme a la perfección y hacerme gra- tra presencia, ¡oh dulce Jesús mío! y acor-
cias señaladísimas; ¡y yo, Señor, no co- dándoos de lo mucho que os he costado,
rrespondiendo a tantas finezas de amor, no permitáis sé malogre el fruto de tantos
sino con infidelidades, canso vuestra bon- sudores y t r a b a j o s . . . Habiendo llorado
dad, os disgusto y provoco, y opongo mil tanto mis extravíos, ¿me desecharíais
obstáculos a los designios amorosos de ahora que arrepentido me postro a vues-
vuestra inagotable Providencia! tros pies?. . . Llamado con tanta bondad
a los que están cargados y afligidos para
¡Y no te mueres de confusión, alma aliviarlos, ¿permitiríais que gimiese yo
mía! ¿No te avergüenzas siquiera de vivir por más tiempo bajo el insoportable yugo
siempre sepultada en el cieno de tantas de la t i b i e z a ? . . . Habiendo perdonado
faltas y m i s e r i a s ? . . . ¿Merece un Dios con tanta prontitud y generosidad a un
tan amable que así te portes con su Ma- publicano, a un ladrón, a una adúltera, a
jestad i n f i n i t a ? . . . HoeccÍTie redáis domi- una Magdalena, así que se reconocieron;
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¿sería yo el único a quien negasteis el el pecado mucho más enorme delante de Dios;
p e r d ó n ? , . . Lo confieso, mis repetidas in- pero omitiendo quejas, lamentos, faltas ajenas,
fidelidades me hacen indigno de é l . . , excusas y cuentos impertinentes. Guárdase de
callar o disminuir a sabiendas el número de los
¿mas no nos mandáis. Señor, perdonar sin pecados; y si lo hizo alguna vez, no bastará acu-
límites a todos cuantos nos ofenden, por sar el pecado omitido, juntándolo con los demás
muchas y repetidas que sean las ofensas como si fuera cometido desde la última confe-
que nos hagan? sión, sino que es preciso advertir al Confesor;
y lo callo desde tantos años, y me confesaba tan-
Tened, pues, piedad y misericordia de tas veces al año. ¡Qué locura, qué desgracia po-
mí; os lo pido por esas vuestras llagas dría darse mayor que la de arder eternamente,
sacratísimas y por los acerbos dolores de por no pasar por una momentánea vergüenza!
vuestra Madre Santísima. En Vos espero, i Sobre todo teniendo libertad para confesarse
con quien quiera... y bajo un sigilo o secreto
oh dulce Jesús mío; no, no seré jamás inviolable! De todos los pecados que se pueden
confundido. cometer, ninguno hay más nocivo al alma ni
más injurioso a Jesucristo, que el de una confe-
sión o comunión sacrilega.
Avisos para la Confesión
Ea, pues, rompe ese rubor que te cierra la gar-
Excitado así el dolor y propósito, mire todavía ganta; ni el número, o la enormidad de tus deli-
cada cual en qué defecto ha caído con más fre- tos escandalizarán al Confesor; mil veces leyó en
cuencia desde la última confesión, y proponga los autores la fragilidad de nuestro barro; y si
firmemente la enmienda como fruto especial de no la conoció en la experiencia propia, le apren-
esta reconciliación. Fóstrese luego a los pies del dió en la ajena. Por otra parte, mientras no ma-
Confesor, con la misma humildad y arrepenti- nifiestas la gravedad de la culpa, según la tienes
miento con que se postraría el hijo pródigo a los en la conciencia, ninguna de tus obras será
pies de su padre, y la Magdalena a los de Jesu- meritoria. Nada te aprovecharán las oraciones,
cristo. nada las limosnas, nada los ayunos y peniten-
Diga la confesión general, esto es, el Yo peca- cias. Si en la vida presente no tuvieras pecado
dor, y sin aguardar que el Confesor se lo pre- grave, acusa alguno cierto de la vida pasada, y^
gunte, comience diciendo: Padre, hace tanto para asegurar el dolor, ya para ofrecer materia
tiempo que me confesé; cumplí la penitencia, y cierta de absolución.
hallo que he faltado en. . . Acúsese**con toda
sencillez y claridad; no olvidando el número y Hecha sin prolijidad ni doblez la acusación d^
las circunstancias que mudan de especie o hacen tus faltas, escucha con humildad y atención lo^
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avisos medios y penitencias que te diere el Con- beneficio!... ¡Cuántos por un solo pecado, y
fesor. Dios mismo es quien te habla por su boca. menos grave que los tuyos, están ardiendo eter-
"íSobre todo cuando te absuelva, di con todo namente en el infierno; y tú, después de tanta
fervor el Señor mío Jesucristo. ¡Qué dicha,-cris- iniquidad, puedes salvarte todavía!... ¡Y te está
tiano! En aquel instante no sólo te perdona Dios preparado en el cielo un esplendente trono de
los pecados acusados, sino también los olvidados, gloria!... Sí; no cometas más pecado mortal, tú
y aun los que nunca tal vez conociste; queda tu ocuparás un día ese trono.
alma lavada con la sangre preciosa de Jesucristo;
aplícansele sus méritos infinitos; reviven los que
perdiste pecando; se te vuelve, o por lo menos
aumenta la gracia santificante^ con el grado de A c t o de Contrición
gloria que la corresponde; y se te dan copiosos
auxilios y gracias actuales para sojuzgar las pa- Compuesto por San Francisco Javier
siones, practicar la virtud, vencer las dificulta-
des, y nunca más recaer en los mismos defectos.
De suerte que por cada confesión y comunión No me mueve, mi Dios para quererte
bien hechas, adquiere el alma fe más viva, espe- El cielo que me tienes prometido;
ranza más firme, caridad más ardiente, mayor Ni me mueve el infierno tan temido,
felicidad y fervor para el servicio divino, y des- Para dejar por eso de ofenderte.
pués mayor gloria toda la eternidad. ¡Oh! y
de cuántos bienes se privan los que se confiesan Tú me mueves, Señor; muéveme el verte
y comulgan raras veces! ¡Y cómo se desespera- Clavado en una cruz y escarnecido;
rán algún día los que lo hicieren sin las debidas Muéveme el ver tu cuerpo tan herido;
disposiciones. Muéveme tus afrentas y tu muerte,
Concluida la confesión, no pienses más en los
pecados; cumple, si puedes, inmediatamente la Muéveme, en fin, tu amor, en tal manera
penitencia, y da gracias al Señor por el inmenso Que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
beneficio que te acaba de h a c e r . . . ¡ Con qué ya Y aunque no hubiera infierno, te temiera.
estás perdonado!... Sí; ¡qué dicha tan grande la
tuya, alma cristiana!... ¡Ya eres otra vez hija No me tienes que dar, porque te quiera;
de Dios y heredera del cielo! ¡Ya te miran con Porque si lo que esperó, no esperara,
suma complacencia los Ángeles... y te saludan Lo mismo que te quiero, te quisiera.
los Santos como a hermana s u y a . . . ¡Ya está tu
nombre escrito de nuevo en el libro de la vida!
¡Qué gracias darás al Señor por tan inestimable
— 120 — — 121 —
^n cielos y t i e r r a . La M a j e s t a d . . . la P u -
reza. . . la S a n t i d a d i n f i n i t a . . : ¿ Y q u i é n
¡soy yo delante d e t a n a l t a M a j e s t a d ? ¡Vil
•gusano de la tierra!,,. ¿ Y a t a n m i s e r a b l e
criatura visitáis, o h J e s ú s m í o ? . . . ¿ Y que-
réis uniros conmigo con inefable y v e r d a -
PARA ANTES dera unión?... ¿ Y q u e r é i s ser m i a l i m e n t o
y mi s u b s t a n c i a ? . . . ¡Ay S e ñ o r ! ¡quién os
hubiese a m a d o s i e m p r e ! . . . ¡Quién n u n c a
DE LA COMUNIÓN os hubiese ofendido!. . . ¡Quién t u v i e s e la
fe de los P r o f e t a s , la e s p e r a n z a de los P a -
¡Ya es llegada la hora dichosa! ¡Ya se acerca triarcas, la c a r i d a d de los Apóstoles, la
el momento feliz! Pronto se cumplirán en ti constancia d e los M á r t i r e s , la p u r e z a de
aquellas admirables palabras del Señor: El qm
come mi Cuerpo y bebe mi Sangre, está en Mi y las Vírgenes, la s a n t i d a d de M a r í a S a n t í -
Yo en él. Pronto podrá decir con el Apóstol: sima!. . . A u n así, n o sería digno de reci-
Vivo yo, mas no yo. sino que Cristo vive en mí biros ni de h o s p e d a r o s e n m i c o r a z ó n ! . .
Persuádete do que ésta os la acción más grande ¿Qué debo, p u e s , d e c i r v i é n d o m e t a n p o -
que puedes practicar en esta vida, y que cuanto
más detestes el pecado y más adornes el alma de bre y vacío de v i r t u d e s ? Os d i r é con el
virtudes, tanto mayor abundancia de gracia reci- apóstol S a n P e d r o : Apartaos de mí, Se-
birá del Cielo. Prepárate, pues, alma cristiana, a ñor, que soy un gran pecador. . . M a s , ¿ a
la sagrada Comunión con todo el fervor posible. dónde iré, si Vos t e n é i s p a l a b r a s d e v i d a
San Luis Gonzaga comulgaba cada ocho días so-
lamente; mas como empleaba tres en prepararse, eterna? ¡Qué h a r é sin V o s ! ¿ Q u i é n disi-
y otros tres en dar gracias por este inmenso be- pará las t i n i e b l a s d e m i s e r r o r e s e igno-
neficio, sacaba de la Comunión copiosísimo fru- rancia? ¿ Q u i é n c u r a r á m i s llagas? ¿ Q u i é n
to. Esfuérzate, pues, alma cristiana, en imitarie. calmará el a r d o r de m i s p a s i o n e s ? ¿ Q u i é n
me dará a r m a s p a r a t r i u n f a r d e m i s ene-
¿Ves aquel a u g u s t o s a g r a r i o ? . . . ¡Qué migos? Vos sois, o h dulce J e s ú s m í o , la
cárcel t a n e s t r e c h a ! P u e s allí e s t á t u Dios, verdad, el c a m i n o y la vida. F u e r a d e Vos,
prisionero del a m o r excesivo que t i e n e a no hay sino m e n t i r a , e r r o r y m u e r t e
los h o m b r e s . . . Allí e s t á el que n o cabe
— 1?" — _ 123 —
eterna. Vos sabéis convertir en Santos a del Sacerdote, entonces soWs todo, sal a su en-
cuentro con tiernos suspiros; acércate al comul-
los ¿más grandes pecadores... Venid,, gatorio con vestidos limpios, sí, pero modestos,
pues, oh Dios de amor. . . Deseo amaros sin pretensión alguna mundana. Ve en ayunas,
con todo mi corazón. Pésame en el alma con los ojos bajos, las manos juntas, con la mis-
de haberos ofendido. . . Venid, oh buen ma humildad y devoción con que Santo Tomás
Jesús, v e n i d . . . Mi alma os desea, arden- Apóstol se llegaría a tocar y adorar las llagas
sacratísimas del Salvador, o con la que te acer-,
tísimamente. . , Venid, dulce hechizo de carias a la Virgen, si se dignase poner a su
mi amor; venid, refrigerio de los corazo- preciosísimo Hijo en tus brazos, como en los del
nes, consuelo de afligidos, esperanza de anciano Simeón,
las gentes, delicia de los Ángeles, alegría
del cielo, bienaventuranza de los Santos: Anonadado, como el Centurión, di por tres
veces: Señor, no soy digno de que entréis en mi
venid, Dios mío, alumbrad mi alma con pobre morada; mas decid una sola palabra, y
las luces de vuestra fe; venid, Rey eterno, quedará sana y salva mi alma. Llegado el pre-
a librarme de todos mis enemigos; venid, cioso momento de la Comunión, abre los labios,
médico divino, a curar mis muchas dolen- pon la lengua sobre el inferior, recibe la Santa
cias; yenid, huésped magnífico, a enri- Forma, y procura pasarla cuanto antes.
quecerme con vuestros dones soberanos;
venid, fuente de aguas vivas, apagad la
rabiosa sed de mis pasiones; venid, vida ACCIÓN DE GRACIAS
mía, paraíso mío, bien'mío; venid, que os
deseo; venid que suspiro por Vos; venid, Seáis bien venido, oh buen Jesús mío,
y no tardéis más; venid, que desfallezco, a esta pobre morada de mi corazón. . .
venid, Señor, y tomad cuanto antes pose- ¡Cómo! ¡y es posible que todo un Dios
sión de mi corazón- haya venido a v i s i t a r m e ! . . . ¡A mí, gusa-
nillo de la tierra!. . , ¡Y al Hijo de Dios
Con estas o semejantes aspiraciones, debieras,
cristiano avivar ya desde la víspera las ansias tengo yo en mi pecho! ¡Su cuerpo, san-
de llegar a tan sagrado banquete, contando las gre, alma humanidad toda entera, y su
horas, por decirlo así, y acusando al día de pe- misma divinidad!.,. Lo creo, Señor, y
rezoso. Cuando viniere el Sacramento en manos daría mil vidas que tuviera en confirma-
— 124 — — 125 —
ción de esta v e r d a d . . . Mas, ¿de dónde a esos títulos para encender en tu corazón
mí tanta dicha?. . . ¿De dónde tan seña-
las llamas de una ardentísima caridad!
lado favor?... Potencias de mi alma, ado-
radle con profundo respeto. . Sentidos ¿Eres frágil ? Pues en tu pecho tienes
míos, postraos ante vuestro Dios y Señor. la fortaleza de DÍOF. ¿Estás enfermo?
Pues ahí tienes el Médico celestial, que
Contemplando a Jesús dentro de tu co- da salud a cuantos la desean. ¿Eres men-
razón, como en un trono de amor, llama digo? Pues encerrado está en tu corazón
una por una a todas tus potencias, y ofré- el tesoro de cielos y tierra. ¿Eres tibio?
celas al Señor. . . Represéntale las enfer- ¿Qué tibieza no desterrará, qué hielo no
medades de tu pobre alma. . . pídele hu- derretirá (A fuego divino que vino a bra-
mildemente que las cure,.. Haz lo mismo sar toda la tierra? Pide, pide con viva
con los sentidos. . . suplícale que los ben- confianza todo cuanto desees y necesites;
diga y santifique. . . ¡Oh amantísimo Je- que ha venido para sanarte y transfor-
sús mío! Ya que me redimisteis con vues- marte en sí. . . ¡Qué daño se hacen, y qué
tra Sangre preciosísima, concluid vuestra ingratitud no muestran aquellos infelices
obra, ^coronad vuestras misericordias con- que,\penas han recibido la Comunión,
cediéndome la gracia de victoria de tal vuelven las espaldas a un amante tan fino
pasión. . . Pide otro tanto por tus hijos, y liberal, saliendo de la iglesia sin darle
parientes y amigos. . Lee poco, pero ha- gracias, ni pedirle favor alguno! Tú, lejos
bla mucho con este divino Señor... ¡Es un de hacerlo así, dile con todo el afecto de
Padre tan amoroso. . . y tu, qué hijo tan tu corazón: Señor, ¿qué queréis que ha-
i n g r a t o ! . . . ¡Es un Rey tan magnífico... ga? Enseñadme a hacer vuestra divina
y tú un vasallo tan rebelde!. . ¡Es un voluntad. Hablad. Señor, hablad, que dócil
Pastor tan b u e n o . . . y tú, aquella oveja escucha vuestro humilde siervo. Sí, escú-
descarriada!... ¡Es tu Maestro.. tu Espo- chale con atención, y verás que reprende
so... tu Redentor... y tú, qué discípulo interiormente de ciertas faltas. ... te pide
tan indócil... qué esposa tan infiel!... que sacrifiques tu amor propio, etc. Y
¡Qué materia no suministra cada uno de ¿qué podrás negar a un Dios que acaba de
~ 126 — — 127 —
d a r t e t o d o c u a n t o e s ? Dile, p u e s , con el do y m e d i t a n d o t u s cinco llagas, t e n i e n d *
p a t r i a r c a S a n Ignacio d e Loyola: ¡a la vista lo q u e de Ti c a n t a b a el s a n t o
profeta D a v i d : Traspasaron mis marcos y
Oración mis pies, y contaron iod^s mis huesos.
A los que confesados y comulgados digan devo-
T o m a d , Señor, y recibid t o d a m i liber- tamente esta oración ante una imagen de Cristo
tad, m e m o r i a , e n t e n d i m i e n t o y voluntad; Crucificado lograrán diez años de indulgencia.
t o d o c u a n t o t e n g o y p o s e o : V o s m e lo Plenaria si confesados y comulgados, rezaren
a intención del Sumo Pontífice. (S. Penit. Apost.
disteis; a Vos, Señor, lo devuelvo; t o d o es $ de Febrero de 198Jf).
v u e s t r o : d i s p o n e d de ello a t o d a vuestra
voluntad. D a d m e v u e s t r o a m o r y gracia, ORACIÓN
que esto m e b a s t a .
para ofrecer la visita de altares,
Indulgencia de 3 años. jubileos e indulgencias
Indulgencia plenaria al mes en las condiciones
acostumbradas. Altísimo Dios y S e ñ o r m í o , d i g n a o s
(S. C. Indulg. 26 de Mayo 1883, S. Penit
Apost. lf de Diciembre de 1932). aceptar esta o b r a q u e os ofrezco u n i é n -
No te vayas de la iglesia sin decir antes esta dola con las i n t e n c i o n e s q u e Vos t u v i s t e i s
pfeciosa. en las v u e s t r a s , y con las q u e t u v o la s a n -
ta Iglesia al p r e s c r i b í r m e l a . Aceptadla, os
Oración a Jesús Crucificado ruego, por la e x a l t a c i ó n de la fe católica,
H e m e aquí, dulcísimo J e s ú s m í o , que aumento y p r o p a g a c i ó n d e v u e s t r a Igle-
humillado m e p o s t r o a n t e t u d i v i n a pre- sia, paz y u n i ó n e n t r e los p r í n c i p e s cris-
sencia y con el m á s encendido fervor te tianos, victoria c o n t r a los infieles, des-
pido i m p r i m a s e n m i corazón v i v o s sen- trucción de las h e r e j í a s , conversión de los
t i m i e n t o s de fe, esperanza y caridad, ver- gentiles, p e r s e v e r a n c i a de los j u s t o s , y
dadero dolor y a r r e p e n t i m i e n t o de m i s pe- por todas las necesidades e s p i r i t u a l e s y
cados y eficaz p r o p ó s i t o de la enmienda; temporales de la s a n t a Iglesia R o m a n a .
m i e n t r a s con el m a y o r electo y compasión Por ella suplico a v u e s t r a d i v i n a M a j e s t a d
de que m i a l m a es capaz, voy consideran- me concedáis i n d u l g e n c i a p l e n a r i a y per-
— 128 — — 129 —
pble, que de tantos peligros te ha preser-
don de todas mis culpas y pecados, des- vado, prestándote tantos y tan eminentes
canso a las benditas Ánimas, consuelo a Servicios? ¿Quién? El Santo Ángel de la
los atribulados, gracia final a ios mori- jjuarda. El glorioso doctor San Agustín
bundos, auxilios eficaces para los que jb los soliloquios del alma no sabe cómo
están en pecado mortal; a fin de que, sa- focarecer la divina bondad, que mandó a
liendo de la culpa, gocen de vuestra glo- Espíritus tan sublimes te guardasen en
ria, pues por todos se derramó la Sangre lodos tus caminos, para que ni aún trope-
de mi Señor Jesucristo. Amén, zases en ellos: "Estos son, dice, los cen-
tinelas que velan en los muros de esta
DEVOCIONES VARIAS hueva Jerusalén, los baluartes que la ro-
Teniendo el Director de las almas que ocupar- dean y defienden. Nos aman como a mo-
se, no sólo en la conversión del pecador, sino cadores de una misma ciudad, pues hemos
también en la santificación del justo, a imitación de llenar los vacíos que dejaron sus malos
del divino Maestro que decía: He venido para compañeros. Y por esto en todo tiempo y
que tengan, vida, y la tengan con más abundan-
cia$voy a proponerte, cristiano, algunas devo- lugar se*hallan con nosotros, ya soco-
ciones que podrás practicar en días y momentos rriendo con gran cuidado todas nuestras
desocupados, y que te servirán no poco para necesidades, ya presentando a vuestra
unirte íntimamente con nuestro Señor, y adekn- Majestad todas nuestras peticiones y sus-
tar más y más en el camino de la virtud.>*Te
ofrezco muchas y varias, no para que las practi- piros. No se apartan de nosotros por don-
ques todas simultáneamente, sino para que en de quiera que vayamos, atentos grande-
las diferentes fiestas y circunstancias de la vida mente a ver con qué ansia buscamos
tengas pábulo celestial, abundante, fácil y agra- vuestro reino. Ayúdannos cuando trabaja-
dable. Comencemos por la devoción al santo
Ángel Custodio. mos; hácennos sombra cuando reposamos;
anímannos cuando peleamos;'corónannos
DEVOCIÓN cuando vencemos; compadécense cuando
padecemos por Vos. Grande es el cuidado
al santo Ángel de la Guarda que de nosotros tienen, y grande el afecto
¿Cómo podrás olvidar, alma cristiana, con que nos aman; porque aman a los
a tu fiel tutor, amigo y compañero insepa-
— 131 —
130 —
que Vos amáis, guardan a los que Voa
todos tus consejos, y obedecer las órdenes
guardáis, desamparan a los que Vos des-j
que Dios me comunique por tu ministerio;
amparáis. Alabo, Señor, y confieso laj suplicándote, fidelísimo Custodio mío,
grandeza de estos beneficios. Nos habíaií que con^'núes dispensándome sin cesar
dado todo lo creado debajo del cielo, y con tu poderosa intercesión. Líbrame de
todo os pareció poco, si no añadíais lo que los lazos de Satanás, mi cruel enemigo;
está sobre los cielos. Admirable es Señor, defiéndeme de los terribles combates con
vuestro nombre en toda la tierra; porque, que me asalta; ilumina mi espíritu, abra-
¿qué cosa es el hombre, que así le engran- sa mi voluntad y enséñame el camino que
decéis? Verdad es ciertísima que todo conduce a la verdad y aleja del error.
vuestro regalo y entretenimiento lo tenéis ínclito príncipe de la Corte del Rey de re-
puesto en los hombres". yes, ofrece mis oraciones al Señor, e inter-
ya que tanto debes a los santos Angeles y cede para que se muestre propicio a mis
principalmente a tu Custodio, conságrale el mar- súplicas; consuélame en mis penas, y so-
tes de cada semana, y hazle aquel día d bre todo presérvame del pecado. Si algu-
siguiente: na vez tuviere la desgracia de apartarme
de la senda de la virtud, vuélveme luego
Acto de Ofrecimiento al buen camino, y no me abandones un
solo momento; pero sobre todo fortalece
Ángel de Dios, que estás encargado de mi alma en el terrible trance de la muer-
mi custodia desde el primer hasta el últi- te, llevándola al cielo, como la del pobre,
mo instante de mi vida; aunque me reco- pero dichosísimo Lázaro, a fin de que en
nozca indigno de tus amores y cuidados; compañía de todos los Santos alabe y ben-
con todo, seguro de que me amas y tienes diga a Dios con ellos, contigo, y con toda
ardiente celo de mi salvación, te elijo < la familia angélica por todos los siglos de
este día en presencia de toda la Corte ce- los siglos. Amén,
lestial, para que seas mi especial protec-
tor y guía. Propongo firmemente honrarte
todos los días de mi vida, seguir fielmente
— 132 — — 133 -—
Acto de consagración
— 148 — . _ 149 —
A Santo Tomás de Aquino Al Santo de nuestro nombre
Angélico Doctor Santo Tomás, gloria Siervo vigilante y Amigo fidelísimo del
inmortal de la religión Dominicana, co- Señor, dulce Patrón mío, bajo cuya pro-
lumna firmísima de la Iglesia, varón san- tección me puso la amorosa Providencia
tísimo y sapientísimo, que por los admi- de Dios al purificarme con las saludables
rables ejemplos de vuestra inocente vida aguas del Bautismo; confuso estoy y lleno
os elevasteis a la cumbre de una perfec- de rubor por no haberme aprovechado de
ción consumada, y con vuestros prodigios vuestros ejemplos e inspiraciones, y por
escritos sois martillo de los herejes, luz haber dejado pasar días enteros sin hacer
de maestros y doctores, y milagro estu- memoria de vos, ni de vuestros beneficios.
pendo de sabiduría; ¡oh, quién acertara, Pero agradecido, ya os doy por ellos infi-
Santo mío, a ser en virtud y letras vues- nitas gracias, y os suplico me amparéis
tro verdadero discípulo, aprendiendo en con yuestra especialísima protección, pa-
el libro de vuestras virtudes y en las obras ra que me porte este y los demás días de
que con tanto acierto escribisteis la cien- mi vida como corresponde a un corazón
cia de los Santos, que es la verdadera y honrado con tan esclarecido nombre. No
única sabiduría! ¡Quién supiera herma- permitáis que yo le profane jamás con
nar, como vos, la doctrina con la modes- una vida desarreglada; antes bien haced
tia, y la alta inteligencia con la profunda que me sirva de estmímulo para imitar
humildad! Alcanzadme del Señor esta vuestras virtudes, de freno con que re-
gracia, junto con el inestimable don de la prima mis pasiones, y de fuerte escudo
pureza; y haced que, practicando vuestra con que rebata los tiros del mundo, del
doctrina y siguiendo vuestros ejemplos, demonio y de la carne; a fin de que sien-
consiga la eterna bienaventuranza. Amén. do en vida semejante a vos, logre veros
eternamente en la gloria. Amén.
No te olvides de rezarle un Padre nuestro
cada día, y de comulgar en su honor el día en
que se celebra su fiesta.
— X51 —
— 150 —
A San Roque ¡Oh! ¡cuánto condena esa tu vida peni-
para que nos libre de todo mal contagioso tente, pobre y humilde, el orgullo, la am-
bición y sensualidad de la mía! ¡Oh! no
Piadosísimo Confesor de Cristo, glorio-
so San Roque; otro David de la ley de extraño seas tú visitado con indecibles
gracia por la mansedumbre y rectitud de favores y gracias celestiales, al paso que
corazón; nuevo Tobías en el tiernísimo yo soy castigado por la divina Justicia,
afecto para con los pobres y por la cons- con razón irritada por los vicios y peca-
tancia en ejercer las obras de misericor- dos míos. Pero aplácala, dulce Patrón y
dia; cual otro Job, prodigio estupendo de abogado contra la peste. Tú que libraste
paciencia y fortaleza en los dolores y tra- a Roma, Placencia y a tantas otras ciu-
bajos con que el cielo te probó; ¡cuánto dades de este azote devastador, líbrame
me alegro que en este mundo orgulloso, también a mí, y libra de él a esta ciudad
sensual y ambicioso, aparezcas tú tan que pone en ti toda su confianza. Cúm-
pobre, humilde y mortificado, distribu- plase en nosotros la dulce promesa que
yendo a los pobres tu opulentísimo patri- el Cielo dejó escrita en aquella misteriosa
monio y mendigando el pan hasta Roma tabla que apareció sobre tu glorioso cadá-
en traje de peregrino! Y como si nada ver. Los que tocados de la peste invoca-
fueran las llagas y dolores que padeces, ren a mi siervo Roque, se librarán por su
ni el hambre que te aqueja, ni el aban- intercesión de esta cruel enfermedad.
dono en que te ves, hasta no tener a veces Sí, cristiano lector; deja tú de irritar con pe-
más recursos ni amparo que el pan que te cados a la divina Justicia, haz una buena con-
envía el cielo por medio de un prodigioso fesión; y no dudes que si conviene a tu eterna
perro; como si nada fuera aún al verte salvación, serás libre de todo contagio.
encerrado en un horrible calabozo cuatro
años enteros por tu mismo tío, que sin
conocerte te trata de espía, te entregas
generoso a los rigores de la más asombro-
sa penitencia.
— 152 — — 153 —.
ierra, para que en todas partes y por
A Santa Teresa de Jesús
bdoS'-los hombres sea vuestro nombre
Bendecido y glorificado. Proteged^con
pidiendo a Dios que por su intercesión remedie pestros soberanos auxilios al Sumo Pon-
los males de la Iglesia y consuele al Santo Padre tífice y a todos los que con' él defienden
la causa de vuestra gloria, y derramad en
Dios omnipotente e infinitamente bue- pu corazón el bálsamo divino de vuestros
no, que os habéis complacido en derramar ponsuelos, para que no desmaye jamás
con admirable generosidad vuestras tuces bajo el peso de la tribulación. Iluminad
en el entendimiento, y la abundancia de & los que yerran, convertid a los que os
vuestros dones en el corazón de vuestra ofenden, salvad a todos los redimidos;
sierva Santa Teresa de Jesús, para que vengan todos a formar en la tierra un
fuera en tiempos calamitosos una gran solo rebaño bajo un solo pastor, para rei-
lumbrera en vuestra Iglesia, y una vícti- nar todos en el cielo por los siglos de los
ma abrasada en el fuego de vuestro amor, siglos. Amén.
capaz de templar vuestra ira provocada
por los pecados del mundo; "por aquel Letrilla de Santa Teresa de Jesús
amor ardientísimo que ella siempre pro- dignísima de estar grabada en los corazones
fesó a la Iglesia católica; por aquel celo
abrasador que la devoraba por la salva- Nada te turbe,
ción de las almas; por aquella fe tierna, nada te espante;
sencilla, ardiente y animosa con que es- todo se pasa,
taba pronto a derramar su sangre por Dios no se muda.
defender vuestra gloria y la de vuestra
Esposa inmaculada, la Iglesia, que fun- La paciencia
dasteis con la Sangre preciosa de vuestro todo lo alcanza;
Hijo unigénito; conceded, Señor, paz y quien a Dios tiene
prosperidad a esa misma Iglesia: haced nada le falta:
que vuestro reino se extienda por toda la sólo Dios basta.
— 154 — — 155 —
GLOSA
Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
Eleva el pensamiento,
quien a Dios tiene.
al cielo sube:
por nada te acongojes, Véngales desamparados,
•nada, te turbe. cruces, desgracias;
A Jesucristo sigue siendo Dios su tesoro,
con pecho grande; nada le falta.
y venga lo que venga, Id, pues, bienes del mundo,
nada te espante. id, dichas vanas;
¿Ves la gloria del mundo? aunque todo lo pierda,
Es sombra vana; sólo Dios basta.
nada tiene de estable,
todo se pasa. A la Virgen del Carmen
Aspira a lo celeste, ¡Oh, Virgen María, Madre de Dios y
que siempre dura: de los pecadores, especial protectora de
fiel y rico en promesas, los que visten tu sagrado Escapulario! Te
Dios no se muda. suplico, por lo que su Majestad te ha en-
grandecido, escogiéndote para verdadera
Ámale, cual merece Madre suya, me alcances de tu'querido
bondad inmensa: Hijo Jesús el perdón de mis pecados, la
pero no hay amor fino enmienda de mi vida, la salvación de mi
sin la paciencia. alma, el remedio de mis necesidades y el
Confianza y fe viva consuelo de mis aflicciones, si conviene
mantenga el alma; para su mayor honra, y gloria y bien de
pues quien cree y espera mi alma; que yo, Señora, para conseguir-
todo lo alcanza. lo, me valgo de tu intercesión poderosa,
— 156 — — 157 —
y quisiera tener el espíritu de todos los
ángeles, santos y justos para alabarte dig- A San Luis Gonzaga
namente; y, uniendo con sus afectos mis
voces, te saludo una y mil veces, dicien- ¡Oh una y mil veces admirable joven,
do: Dios te salve María, etc. San Luiz Gonzaga! Admirable en la mo-
destia de los ojos, t a n recatados que os
A San Ignacio de Loyola avergonzabais de mirar el rostro aún a
vuestra propia madre; admirable en la
Santísimo Padre San Ignacio de Loyola, penitencia, con que atormentabais vues-
fundador de la Compaía de Jesús; esco- tro inocente cuerpo con cilicios y despia-
gido entre millares para dilatar la gloria dadas disciplinas, hasta derramar la san-
de Dios por los cuatro ángulos del mundo; gre; admirable en la abstinencia, siendo
varón eminentísimo en toda clase de vir- tan poca vuestra comida, que a veces no
tudes, pero especialmente en la pureza de pasaba de una onza; admirable en la ora-
intención con que siempre anhelabais la ción, en la que gastabais cada día muchas
mayor gloria de Dios; héroe insigne de horas, hasta tener una entera sin distrac-
penitencia, humildad y prudencia; infati- ción alguna; admirable en la inocencia,
gable, 'constante, devotísimo, prodigiosí- conservando la gracia bautismal hasta la
simo; de caridad excelentísima para*-con muerte; admirable en la vocación a la
Dios, de vivísima fe y de esperanza robus- Compañía de Jesús, en la que os mandó
tísima; gozóme, amado Padre mío, de ve- entrar con voz sensible la soberana Reina
ros enriquecido con tantas y tan eminen- de los cielos, nuestra Señora del buen
tes prerrogativas, y os suplico alcancéis a Consejo; ¡oh! ¡y cuánto me confundo al
todos vuestros hijos aquel espíritu que os verme tan desemejante a vos! Proteged a
animaba, y a mí una intención tan recta, la tierna edad y alejadla de los peligros,
que hasta en las menores cosas busque ¡oh amable Protector de la juventud! Y
puramente la gloria divina, a imitación ya que no supe imitaros en la inocencia
vuestra, y logre por este medio ser de
de la vida, alcanzadme a lo menos del
vuestra compañía en la gloria. Amén.
Señor que imite vuestra penitencia, si no
en los santos rigores que pasman y exce-
_ 158 —
— 159 —
den mi delicadeza, siquiera en la victoria siendo imitador vuestro en la tierra, me-
de mis pasiones y mortificación de los rezca gozar de Dios en vuestra compañía.
sentidos; a fin de que caminando por la Amén.
única senda que conduce a los pecadores
al cielo, os acompañe en el triunfo de la A San Cayetano
gloria. Amén.
¡Oh glorioso San Cayetano, Padre de la
Providencia!, no permitas que en mi casa
Otra oración me falte la subsistencia y de tu liberal
mano una limosna te pido en lo temporal
para alcanzar por la intercesión del Santo y humano.
la virtud de la castidad ¡Oh glorioso San Cayetano! Providen-
cia, Providencia, Providencia.
¡Oh Luis santo, adornado de angélicas (Aguí se pide la gracia que se desea conseguir)
costumbres! yo, indigno devoto vuestro, Padre Nuestro, Ave María y Gloria Patri.
os encomiendo la castidad de mi alma y
cuerpo, para que os dignéis encomendar-
me al Cordero inmaculado Cristo ¿Jesús y JACULATORIA
a su purísima Madre, Virgen de vírgenes, Glorioso San Cayetano, interceded por
guardándome de todo pecado. No permi- nosotros ante la Divina Providencia.
táis, ángel mío, manche mi alma con nin-
guna impureza; antes bien, cuando me
A San Ramón Nonato
viereis en la tentación o peligro de pecar,,
alejad de mi corazón todos los pensamien- Señor y Dios mío; yo, indigno hijo
tos y afectos inmundos, y despertad en mí vuestro, me postro delante de vuestra pre-
la memoria de la eternidad y de Jesús sencia, y os presento aquella santa y suma
crucificado; imprimiendo profundamente pobreza con que vivió y murió el glorioso
en mi corazón el temor santo de Dios, San Ramón Nonato, suplicándoos de todo
para que, abrasado en su divino amor, y mi corazón que por los merecimientos que
— 160 — —- 161 —
adquirió vuestro Santo, con el ejercicio de A Nuestra Señora del Valle
tan. grande virtud, queráis purificar éste,
mi corazón, comunicándome una verda- Postrado-humildemente a vuestros pies,
dera pobreza y desnudez de espíritu, con ¡Oh! Virgen Santísima del Valle, vengo, a
la cual esté mi alma totalmente despega- pesar de mi indignidad y bajeza, a esco-
da de todo lo transitorio y unida con el geros por Madre mía, mi abogada y pro-
amor divino, y en particular os ruego dig- tectora cerca de vuestro divino Hijo, para
néis favorecerme con la merced que pido amaros, honraros y serviros fielmente to-
a mayor honra y gloria vuestra. Amén. dos los días de mi vida. Dignaos recibir,
¡oh! Inmaculada Virgen del Valle, la fir-
A Santa Rosa de Lima me protesta que hago de ser todo vuestro;
Bendita y amada del Señor, y gloriosa dignaos admitirme en el número de vues-
Santa Rosa, por aquella felicidad que re- tros hijos. Alcanzadme de Jesús, vuestro
cibisteis de poder uniros a Dios y prepa- adorable Hijo, un vivo horror al pecado,
raros para una santa muerte, alcanzadroe la gracia de vivir y morir en los senti-
de su divina Majestad la gracia de que mientos de la fe más viva, de la esperanza
purificando mi conciencia, con los sufri- más' firme y del amor más tierno, más
mientos de la enfermedad y con la con- ardiente y más generoso. Haced, oh mi
fesión de mis pecados, merezca disponer bondadosísima Madre del Valle, que asis-
mi alma, confortarla con el viático santí- tido por vuestra poderosa protección du-
simo del cuerpo de Jesucristo a fin de rante mi vida, tenga el dulce consuelo de
asegurar el trance terrible de la muerte, que, en la hora de mi muerte, entregue mi
y poder volar por ella a la eterna bien- alma en vuestras manos, y tenga después
aventuranza de la gloria. Así sea. la dicha incomparable de ser conducida
por Vos a la morada de la feliz y gloriosa
inmortalidad. Así sea.
JACULATORIA
Santa Rosa, delicada flor del jardín de
la Iglesia de Cristo, rogad por nosotros.
— 162 — — 163 —
A la Virgen Santísima del Rosario bajo tan glorioso título, y os aclamara por
de Pompeya su Patrona Principal, dándole a entender
con esto, que queréis obligaros a dispen-
Alentado por tus palabras: "Si quieres sarle toda clase de mercedes, para que
alguna gracia recurre siempre a Mí, por- deposite en Vos toda su confianza, yo me
que yo soy tu Madre", no puedo menos complazco en tributaros el testimonio de
de venir lleno de esperanza ante el trono mi filial amor, ante vuestra sagrada ima-
de tus Misericordias, que para remediar gen con que nos habéis favorecido. Supli-
nuestros males han querido colocar, tam- cóos, amada Madre, que nos concedáis la
bién, en esta nueva Pompeya de Buenos gracia de que nos aprovechemos todos de
Aires, donde tantos enfermos han reco- tel beneficio, y venerándola con sencilla
brado la salud, tantos afligidos consuelo, fe, consigamos conocer cuan grande es
tantos otros, oprimidos por los trabajos vuestra bondad, y nos amemos y os sir-
de esta vida, han conseguido por tu me- vamos fielmente, durante nuestra vida,
diación, verse libre de ellos. Dígnate, ¡oh para merecer gozar eternamente de vues-
Madre querida!, dirigir hacia mí tus pia- tra amable compañía en la gloria. Amén.
dosos ojos y concédeme !a gracia. . . que
humildemente solicito de tu maternal co-
razón. Yo, en agradecimiento, te prometo A Santa Rita de Casia
inscribirme entre tus hijos del Rosario de
Pompeya., Gloriosa y bienaventurada Santa Rita
de Casia, amada protectora mía, postrado
a vuestros pies con toda humildad y ren-
A la Virgen de Guadalupe dimiento, os suplico por vuestro dulce
Esposo, Nuestro Señor Jesucristo, os dig-
¡Oh Virgen María de Guadalupe! Ya néis interponer con su adorable Majestad
que para mostrar el singular amor que vuestra eficaz y poderosa intercesión,
profesáis al Pueblo Santafesino, habéis para que, mediante ella y vuestros gran-
querido que os venerase en este Santuario des méritos, consiga yo de mi Dios y
— 164 — — 165 —
Señor la gracia de agradarle, amarle y guiendo por la admirable fe de vuestras
servirle, y una total resignación de su vo- súplicas la resurrección de vuestro her-
luntad. Amén. mano Lázaro; alcanzadme junto con el
favor particular que en las presentes cir-
A Nuestra Señora de Lujan cunstancias imploro, la gracia de servir
siempre con acendrado amor a- nuestro
¡Oh Santísima Virgen María! ¡Corona- Dios, y profesar con valor la santa Fe Ca-
da Reina de Lujan! Dios me ha creado tólica. Así sea.
para la gloria eterna. ¡Ah! ¿Quién me
diera alas de paloma para volar a esa mo- A San Judas Tadeo
rada de felicidad? ¿Quién me abriera las Glorioso Apóstol de Jesús, San Judas
puertas del Cielo, y me ayudara a svhit Tadeo, mi Poderoso protector y abogado,
hasta el pie del Trono del Altísimo? Con- heme aquí postrado a vuestros pies para
ceded, ¡oh Santísima Virgen de Lujan!, exponeros mis necesidades espirituales y
vuestra protección a este siervo' vuestro temporales. Dignaos arrojar vuestra mi-
que gime en medio de este valle de lágri- rada de bondad sobre mi atribulado cora-
mas y sólo recibe consuelo celebrando zón y experimente mi alma los sentimien-
vuestras glorias; ayudadle, a fin de que tos de vuestra ternura y misericordia, y
después de haberos honrado en la tierra, favorecido por las gracias que prodigáis a
merezca alabaros en el Cielo, por los si- vuestros devotos en. las horas de dolor,
glos de los siglos. Así sea. obtenga de vuestra piedad, ayuda y pro-
tección en la presente necesidad. . . Depo-
A Santa Marta sito toda mi confianza en vuestro poder;
consoladme y libradme de tantas peñas
Gloriosísima Santa Marta, que mere- como sufro. Haced que me resigne siem-
cisteis la singular gracia de albergar en pre a la voluntad de Dios; no me queje
vuestra casa al Salvador del mundo, pres- nunca de la tribulación y corresponda con
tándole, inflamada de divina caridad, los más fidelidad al amor de mi dulcísimo
más solícitos cuidados, y reconocisteis en Jesús. Amén.
Jesús al Hijo de Dios encarnado, consi-
— 166 — — 167 —
A Nuestra Señora de Lourdes pue todo lo sagrado o religioso que ellos
lean se convierta en saludable y valioso
motivo de amar cada día más a nuestro
Santísima Virgen de Lourdes, Reina d$ Creador y Redentor Jesucristo, a quien,
los cielos, Madre de nuestro Señor Jesu- por tu intercesión, ¡oh protectora nues-
cristo y Señora del mundo, que a ningunos ira, esperamos ver y amar eternamente
desamparas ni desechas, mírame con ojo»- (n la Patria Celestial! Amén.
de piedad y alcánzame de tu Hijo perdón
de todos mis pecados para que con devoto
A Santa Teresita del Niño Jesús
afecto celebre tu santa e inmaculada Con-
cepción en tu milagrosa imagen de Lour-
¡Gloriosa santita mía! Espero confiada-
des y reciba después el galardón de la
mente me alcanzarás de Dios la gracia
bienaventuranza del mismo de quien eres
especial que humildemente t e pido*-.Yo,
que con el Padre y el Espíritu Santo vive
en cambio, prometo imitar, con todas'mis
y reina por los siglos de los siglos. Amén,
fuerzas, tus heroicos ejemplos, y apro-
piarme las páginas de tu vida encanta-
dora para que tenga la dicha de gozar de
A Santa Lucía
Dios en tu compañía en la patria de los
santos. En tanto, quiero, cual tú, oh fio»
Oh bienaventurada y amable Virgen recita de Jesús, "deshojar" en la tierra
Santa Lucía, universalmente reconocida las flores de mis caricias a los pies del
por el pueblo cristiano como especial y ímor de los amores, y cantar a lo divino
poderosa abogada de la vista; llenos de tus encantadoras armonías.
confianza a t i . acudimos pidiéndote la
(Aquí se pide la gracia que se desea conseguir).
gracia de que la nuestra se mantenga Por sólo tus amores, Jesús mi bien amado,
sana y que el uso que hagamos de nues- En Ti mi vida puse, mi gloria y porvenir;
tros ojos sea siempre para bien de nues- y ya que para el mundo soy una flor marchita;
tra alma, sin que turben jamás nuestra Ko tengo más anhelo que amándote, morir...
mente objetos o espectáculos peligrosos, y (Santa Teresita).
— 168 169 —
A la Santísima Madre de Dios Para los Miembros de la Sociedad de San
Vicente de Paúl o de cualquiera otra
por la conversión de los griegos cismáticos
a la Fe católica Congregación
— 170 — — 171 —
manos que padezcan alguna tribulación Ya que os habéis dignado constituirme
en este momento. Infúndeles, Señor, el representante vuestro en la tierra para
espíritu de fortaleza, de prudencia, de paz con mis hijos y dependientes, haced,. Se-
y de.confianza que emanan de tu seno; ñor, que os represente, no sólo en la áwto-
para que, sufridos con santa resignación ridad, sino también en la providencia
por Jesucristo, sus trabajos y los nuestros amorosa que ejercéis en todos, y en la
te sean aceptos, y a todos nos produzcan misma santidad, siendo yo fiel copia de
frutos de salvación eterna. vuestros divinos atributos.
Pedírnoste, en fin, por los méritos de
nuestro Señor Jesucristo, y por la espe- Sí, Dios mío, viva yo de tal suerte en
cial intercesión de nuestra Madre María la sociedad, que nunca me avergüence
Santísima, y la de nuestro bienaventura- de profesar vuestra doctrina delante de
do Patrón San N., que, al desnudarnos de los hombres, y ajuste mi conducta, no a
nuestra carne mortal en el día de la jus- las máximas del mundo, sino a las sagra-
ticia, merezcan nuestros parientes, nues- das leyes del Evangelio, aplicándome a
tros consocios, y merezcamos nosotros procurar el sustento de la familia con tal
mismos entrar en tu santísimo reino, y solicitud de lo temporal, que no me im-
ser herederos de tu gloria eterna. Amén. pida trabajar, aun con mayor empeño, en
mi eterna salvación.
Para los hijos y dependientes Concededme, Dios mío, prudencia en
los negocios, moderación en la prosperi-
Soberano Señor y Padre universal de dad, sufrimiento y longanimidad en los
los vivientes, que, aunque yo sea indigno trabajos, cumpliendo con los deberes de
de tanto bien, queréis serviros de mí co- mi estado, vigilancia y acierto en la edu-
mo de instrumento para la generación de cación de mis hijos y en el gobierno de
nuevos seres, hijos vuestros y míos, que mi familia. Desterrad de mí el falso amor
os alaben eternamente. ¿Qué gracias os que ciega a tantos padres y pierde a tan-
daré por tan señalado beneficio? tos hijos; sepa yo alejarlos de los peligros,
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inspirarles horror al pecado y amor a la De los hijos por sus padres
virtud.
Pero ¡ay! ¿qué son mis débiles esfuer- ¡Padre! ¡Padre nuestro, que estáis en
zos para llenar una obligación tan sa- ios cielos, y por tantos títulos merecéis e l
grada, como la que me habéis confiado, regalado nombre de Padre! No olvidéis a
de hacerlos hijos vuestros y príncipes del los que tienen vuestras veces para con-
cielo? Asistidme, pues, Padre celestial; migo y son vivas imágenes de vuestra
hijos vuestros son, más bien que míos, os divinidad en la tierra. Volved nuestros
los devuelvo y consagro a Vos; sed en ojos paternales a aquellos a quienes dis-
todo tiempo su Padre; sed también el teis el nombre y las entrañas de padres
mío. Que ninguno de los que Vos me para conmigo. ¡Vos sólo sabéis los mu-
habéis confiado os ofenda jamás; que nin- chos desvelos y trabajos que han sufrido
guno de ellos arda en las voraces llamas por mí! A ellos, después de Vospdebo
del infierno; sacadle antes de este mundo, cuanto soy, y todo cuanto tengo. Haced,
y concededme que sirviéndoos fielmente pues, que yo les tribute aquel amor, res-
con mis hijos y dependientes en la tierra, peto, obediencia y socorros que le son de-
logremos todos publicar vuestras miseri- bidos, V que Vos mismo tributasteis a
cordias en el cielo. Amén. María y a José, criaturas santísimas, sí,
pero infinitamente inferiores a Vos. Con-
¡Dichosos los padres y amos que dirijan a servad por mucho tiempo la salud y vida
Dios esta oración a menudo y con fervor! ¡Dicho- a mis queridos padres, derramando sobre
sos los hijos que digan la que luego pondremos ellos toda suerte de bendiciones tempo-
por sus padres! rales y espirituales, y preservándolos de
la mayor de todas las desgracias, ,1a de
Es además de suma importancia el que las caer en pecado mortal, y condenarse eter-
madres ofrezcan sus hijos al Señor, pidan por namente. No lo permitáis, dulce Jesús
ellos la gracia del sagrado Bautismo, y reciban
los santos Sacramentos, al aproximarse al parto. mío; no permitáis tampoco que se opon-
¡Qué protección no experimentarían del cielo gan jamás a los designios amorosos que
con esta solicitud. VQS tenéis sobre mí; antes bien haced que
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conformando su voluntad con la vuestra, )dos dirigidos de lo alto para mi hiso-
1
me ayuden a conocer y seguir mi voca- para que abra los ojos y enmiende mí
ción, y alcanzar así la eterna salvación, ida desarreglada, o para que me puri-
para alabaros en compañía suya y glori- que de mis culpas pasadas en este pur-
ficaros eternamente. Amén. atorio lento, o para que, llevándolo todo
orno venido de vuestra mano, me labre
bna corona de gloria inmortal.
Para acudir a Dios en las aflicciones
y trabajos de esta vida Justo será, pues, que me resigne; Vos
Jólo conocéis lo que más me conviene;
Altísimo Dios de cielos y tierra, Padre yo no. Siendo Vos por otra parte omni-
de bondad y misericordia infinita; con- potente, y amándome con un cariño infi-
fuso y temblando me postro ante vues- hitamente más tierno que el de las ma-
tro acatamiento divino, gimiendo bajo el te más amorosas por sus regalados
peso de vuestra justicia, con justa razón hijos, no dudo que esta adversidad es lo
irritada contra mi, que más me conviene.
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da; pero, como esto no es fácil, deseo r« Alabanzas en reparación
parar a lo menos en algún modo tan ha
rribles profanaciones. de las blasfemias
, Quisiera pues. Señor, cada vez que e
este día sea blasfemado vuestro santísim Bendito sea Dios.
nombre, o la preciosa Sangre de Jesúi Bendito sea su santo Nombre..
o el augusto Sacramento del altar, o lo
sagrados nombres de Jesús, María o é Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios
los Santos, quisiera poder tributaros tan y verdadero hombre.
tas gracias, bendiciones y alabanzas cuan Bendito sea el Nombre de Jesús.
tas os rinden los Serafines en el cielo Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
cuantas habéis recibido y cuantas recibáii Bendito sea Jesús en el Santísimo Sa-
de todos los justos y Santos desde el prín cramento del Altar.
cipio hasta la consumación de los siglos Bendita sea la excelsa Madre de Dios,
Sí, Dios mío; por cada blasfemia quí
María Santísima.
se profiera contra Vos y vuestros Santosj
es mi intención ofreceros aquel Santo! Bendita sea su Santa e Inmaculada
Santo, Santo, que os entonan los Ánge] Concepción.
les, tantas veces como estrellas tiene e| Bendito sea el nombre de María, Vir-
cielo, átomos el aire, hojas los árboles, gen gen y Madre.
tas de agua y-arenas el mar; tantas veces Bendito sea San José, su castísimo
cuantos son los actos de amor purísimo esposo.
que os dirige María Santísima, y cuantas Bendito sea Dios en sus ángeles y en
son las perfecciones que encierra vuestra sus Santos.
divina esencia. Amén.
Indulgencia de un año por cada vez que se
diga y plenaria una vez al mes si se recitan cada
dia, confesando, comulgando y orando a inten-
ción del Sumó Pontífice.
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Por la salvación del universo en las conquistas; las almas se pierden y caen en
presentes necesidades de la Iglesia el .abismo, como los copos de nieve caen
en'invierno, y las hojas de los árboles en
Amantísimo Jesús, que abristeis a los el otoño. El mundo arrastra a la muche-
hombres los tesoros de vuestra clemencia dumbre, con seductores halagos," cunden
infinita; no es ya por algunos desgracia- como contagio las máximas perversas, el
dos solamente, es para la cristiandad y interés es casi el único resorte de las ac-
para el universo entero que imploro vues- ciones humanas, todo lo inundan el frau-
tra misericordia. Todos los hombres son de y el engaño; una sed frenética de pla-
hechura de vuestras manos y hermanos ceres impuros consume a todos los esta-
míos carísimos; y apiadándoos de todos dos y edades, y para colmo de desdichas,
ellos, están lejos de agotarse ni de dismi- el respeto humano domina y tiraniza a los
nuirse los tesoros de vuestra bondad; pues mismos buenos. ¡Ay! ¡a qué abismo tan
ese rico manantial de gracias; cuanto más espantoso de males nos precipitan la irre-
abundante se derrama, tanto más cauda- ligión y el libertinaje ¿e nuestros días!
loso brota; y, cuanto más se comunica, ¿Y seréis, Señor, insensible a tanta mi-
tanto más se enciende el fuego que arde seria? ¿Permitiréis que sea derramada en
en vuestro divino pecho. balde vuestra Sangre preciosa? ¿Será in-
dignamente profanada por los mismos por
Echad, pues, una mirada compasiva so-
quienes se derramó especialmente? No,
bre toda la tierra; ¡ay! ¡llega al extremo
no se gloríe Lucifer por más tiempo. Oíd
la maldad y la desolación! ¡Cuánta cizaña
los lamentos de las almas que tiernamen-
de errores ha sembrado por todas partes
te os aman, escuchad los gritos de los
el enemigo infernal! Veis hollados los de-
mismos seres insensibles, que parece llo-
rechos espirituales y temporales de vues-
ran la triste suerte de tener que servir a
tro Vicario en la tierra, ultrajada su altí-
hombres ingratos en la ejecución de sus
sima dignidad, y a los mismos reyes y
designios contra el Hacedor; muévaos la
pueblos conjurados contra su sagrada
voz elocuente de esas llagas adorables que
Persona. El infierno hace cada día nuevas
piden misericordia, y conmuévase vues-
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tro Corazón santísimo a la vista de tan-
tas desgracias. Suspended el curso, de
tantas maldades; y sobre todo detened el
torrente de sacrilegios, origen principal
de nuestros males. Basta ya de indife-
rencia y de crímenes, basta ya de dolor DEVOCIÓN
y de amargura. Brille vuestra faz serena
sobre la tierra, sople sobre ella vuestro A MARÍA SANTÍSIMA
espíritu vivificador y, renovándolo todo,
será vuestro santísimo nombre glorifica- Aunque no sientas, alma cristiana, bas-
do, acatada vuestra Religión santa, obser- tante valor para hollar el respeto huma-
vada vuestra ley divina, y os alabarán y no, comulgar a menudo, combatir las
gozarán los hombres por infinitos siglos, pasiones, y entablar una vida fervorosa,
Amén. te suplico que a lo menos nunca abando-
nes la devoción a María Santísima, el
gran refugio y amparo de los pecadores.
Todo poder se le ha dado en la tierra y
en el cielo, dice San Pedro Damiano; y se
presenta al trono del Altísimo, no como
esclava, sino como quien manda: Domina
non ancilla. María es la tesorera de todas
las gracias, añade San Bernardo, y quiere
Dios que todo cuanto recibimos d& lo alto
nos venga por la poderosa mediación de
María. Por su medio llénase el cielo de
bienaventurados, suelta al enemigo la
presa, santifícase la tierra, sálvanse los
pecadores, baja sobre nosotros la divina
misericordia; en una palabra, la devoción
— 184 — — 185 —-
de María Santísima es mirada de los Vos abandonado ninguno de cuantos han
Santos como una señal muy cierta de pre- acudido a vuestro amparo, ^implorado
destinación. vuestra protección y reclamado vuestro
Imaginémonos, pues, que. Jesucristo nos auxilio. ^Animado con esta confianza, a
dirige las palabras que dijo a San Juan: Vos también acudo, oh Virgen de vírge-
¡He ahí a tu Madre! ¡Ah! ¡qué dicha la nes; y gimiendo bajo el peso de mis peca-
nuestra! ¡La Madre de Dios es nuestra dos, me atrevo a comparecer ante vuestra
amantísima Madre! Mas no olvidemos soberana presencia. No desechéis mis sú-
tampoco que está repitiendo: Haced todo plicas, oh Madre del Verbo, antes bien
cuanto mi Hijo os diga. Uniendo asi la oídlas y acogedlas benignamente. Amén.
confianza en María Santísima con la ob- Tres años deindulgencia.
servancia de los divinos preceptos, lejos Plenaria, si se rezase durante un mes, confe-
de ser presuntuosa nuestra devoción, será sando, comulgando y orando a intención del
prenda segura de eterna bienaventuranza Sumo Pontífice (S. Penit. Ap. 8 de Septiembre
de 1935).
y medio infalible para alcanzarla.
Para lograr su poderoso valimiento,
Acto de consagración a la
ofrezco aquí a los hijos amantes de Ma-
ría diferentes devociones y obsequios que Virgen Santísima
podrán tributarle entre el año, escogiendo
cada cual con preferencia aquellos en que Oh Purísima Virgen María, Madre de
halle mayor consuelo y que se acomoden Dios y Madre mía amantísima, centro de
a sus ocupaciones. las delicias y complacencias del Altísimo,
como la más perfecta de todas sus obras
Memorare y el más fiel espejo de sus perfecciones
u oración de San Bernardo divinas. ¿Qué gracias te daré, Señora,
a María Santísima por los inmensos favores y beneficios que
por tu intercesión he obtenido del cielo?
Acordaos, oh piadosísima Virgen Ma- ¡Cuántos años hace que yo ardería en el
ría, que jamás se oyó decir que fuese de infierno, si Tú, cual poderosa Abigail, no
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hubiese aplacado al supremo Juez irri- «dos tus hijos? ¿No ves, Madre piado-
tado contra mí. A ti vengo, pues;-Reina lima, cuántos peligros me rodean?
de los-cielos y tierra, que, después de Cuántos y cuan encarnizados enemigos
Dios, eres única esperanza y refugio del Se persiguen? Muestra, pues, en mí el
pecador en este valle de lágrimas; a ti, ^riño que profesabas a tu Hijo. No per-
acudo, Abogada universal, que a nadie mitas que prevalezca el infierno contra
desechas; Abogada poderosísima, a quien b hijo tuyo, que, aunque indigno de este
nada rehusa el Omnipotente; a ti clamo iombre, te invoca y se acoge a la sombra
desde el profundo abismo de miserias en je tu amparo. ¿Qué? ¿Desplegaría el ene-
que estoy sumido. jigo más celo y ardor en perderme, que
Acuérdate que por salvarme tomó Je- í, la más tierna de todas las madres, en
sús carne humana en tus entrañas virgi- ilvarme? ¡Ah! crimen sería pensarlo.
nales, y que antes de expirar en la cruz, las deseas tú dispensarme favores, que
volviendo a ti sus dulces ojos, Mujer, te ¡o pedírtelos. Llorando, pues, mi ingra-
dijo en la persona de Juan, ahí tienes o, itud pasada, y queriendo de hoy en ade-
tu hijo; y luego a mí: ahí tienes a tu ¡nte amarte con todo el afecto de mi
Madre. ¡Ah! no merecía yo tan señalado orazón, te elijo por Abogada, Reina y
favor: mas Jesús traspasó en mí los títu- íadre mía, consagrándome por siempre
los y derechos que tenía a tu amor. ¿Y amas a tu santo servicio. Pongo bajo tu.
podrá una misericordia tan grande como mable imperio mis bienes, mi salud, mi
la suya no apiadarse de una miseria tan orazón, alma, potencias, sentidos, vida,
extremada como la mía? Pues eres madre odo cuanto te^ngo y soy. En ti, después
y refugio de los pecadores; pues tus vasa- le Jesús, pongo toda mi confianza. Sé
llos, oh Reina de misericordia, son los iempre mi amparo y mi defensa, oh Vir-
miserables; ¿y quién habrá más acreedor ¡en poderosa, y en el terrible" trance de la
que yo a tu clemencia, siendo, como soy, auerte, cuando el dragón infernal haya
el más miserable de todos los pecadores? bplegado sus esfuerzos para tragarme,
¿en quién se hará más potente tu mise- hiela a mi socorro, oh Madre amantísima,
ricordia que en mí, el más ingrato de alcánzame la perseverancia final. No
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me dejes un solo instante, hasta que, fek La Anunciación, humildad profunda;
contigo, cante tus glorias y las misericol La Visitación, caridad al prójimo;
dias de tu Hijo en el cielo por" eternida La Purificación, exacta observancia de
de eternidades. Amén. ley divina;
La fiesta de los Dolores, paciencia y
psignación en los trabajos;
NOVENAS La Asunción, deseo de una santa
fiuerte.
En honor de María Santísima Si alguno no tuviere novenas para cele- -
lar dichas festividades con más fervor;
Vio Santa Gertrudis a la Reina de kj yendo Misa, visitando alguna imagen de
cielos que tenía bajo su manto y cobijaU íaría, haciendo algunas de las medita-
con singular cariño a un gran número di iones, o rezando cada día alguna de las
almas que con especial fervor se habiaj raciones que ponemos aquí en honor de
preparado a la fiesta de la AsunciónV ¡AH i Virgen, y recibiendo al fin los santos
¿qué gracias "no recibirían los hijos amaij iacramentos, podrá hacer muy bien la
tes de María, si se dispusiesen a las fieaj iovena y celebrar con mucho fruto las
tas ele esta amorosa Madre con alguni ¡estas de María.
fervorosa novena? Sólo encargo que cad¡
uno procure sacar algún fruto especial di
Obsequios
cada festividad, como sería alcanzar li
virtud que más resplandece en aquel mis jue los hijos amantes de María suelen tributar
terio. Así vemos que naturalmente ins a esta amabilísima Madre; y pueden servir
de flores espirituales para el mes de María
piran:
La Concepción, amor a la pureza; 1. Consagrarle el mes de mayo, o mes
La Natividad, odio a la tibieza, y reno fe María. Apenas hay ya en el mundo
vación del fervor; católico región alguna donde no se haga el
La Presentación, desprendimiento di mes de María; ¿y la nuestra nación pre-
las criaturas; dilecta de la Virgen, poseería aún dilata-
— 190 — — 191 —
das comarcas que no uniesen sus alabar ¡practicado así el gran patriaca Santc
zas y obsequios a los obsequios y alaban ¡Domingo, logró convertir a innumerableo
¡
zas que todo el universo tributa a nuestr almas, y que María, asistiendo a su muer-
Señora durante el hermoso mes de Mayoi te, se lo llevase con su Hijo a la patria
2. Tener adornada una imagen de M& celestial.
ría en casa, y obsequiarla lo mejor que si 6. Inspirar la devoción de María a
pueda. Gusta tanto esta Señora del cultí otros, sobre todo a los hijos y dependien-
que tributamos a sus imágenes, que resti tes. Predicando un día de las glorias de
tuyo a San Juan Damascenó la mano qu( esta Madre uno de sus más fervientes
los herejes iconoclastas le habían cortado hijos, San Alfonso Ligorio, fué visto de
en odio de los escritos en que defendíí pronto arrobado en éxtasis, y el semblan-
las sagradas imágenes. te todo refulgente con la luz celestial que
3. Saludarla afectuosamente al pasm una imagen de la Virgen reflejaba en sv*
delante de una iglesia o imagen de Mam rostro.
¡Qué dicha la de San Bernardo! Saluda' 7. Decir con grande afecto, el Ave Ma-
bala según su costumbre, y un día ests ría cuando diere el reloj. Este es el mejor
tierna Madre le devolvió la salutación d'' modo de saludarme, dijo Nuestra Señora
ciéndole: Dios te salve, Bernardo. a Santa Matilde; y decía el eximio doctor
4. Pedirle la bendición al levantara Francisco Suárez que hubiera dado toda
por la mañana, y al acostarse por la no su ciencia por el mérito de una sola Ave
che. Pues, ¿no lo hacen con sus padres lo¡ María rezada con devoción.
hijos bien educados? Así lo hacía Sai 8. En los peligros y tentaciones acoger-
Estanislao de Costka, y mereció en dos se al manto de la Virgen invocando si1.
ocasiones comulgar de mano de los Ánge^ auxilio. Hízolo así el beato Sauli, al verse
les, y que María Santísima pusiese al r¿ molestado de una tentación impura, y
ño Jesús en sus brazos. apareciéndosele la Reina de las vírgenes,
5. Al salir de casa pide a la Virgen qv.t le puso la mano en el pecho, y quedó al
bendiga tus pasos y acciones. Habiéndole instante libre de la tentación.
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lanta librea del Carmen, desde que en el
9. Decir mañana y tardo un Ave María litio de Montpellier vio a un soldado que,
con alguna oración a la Virgen. Por este labiendo recibido un balazo, quedó ileso,
medio se convirtieron jóvenes impuros y iplastándose la bala en el santo Escapu-
pecadores muy desalmados, y esto és lo ario.
que -movió a Pío IX a conceder a esta 14. Oír o hacer celebrar Misa en honor
práctica muchas indulgencias. Me María Santísima. Cuan acepta sea esta
10. Decir con toda confianza el Memo- [devoción al Señor dícenlo bastante los Án-
rare para alcanzar una buena muerte. Con geles, que oraban mientras San Isidoro
esta oración obtuvo el apostólico varón íestaba oyendo Misa; y su esposa Santa
P. Bernardo la conversión de muchos fas- :ííaría de la Cabeza, que, viniendo de una
cinerosos obstinados, y hasta la de uno ermita de la Virgen pasó u n caudaloso
que de un puntapié le había arrojado de ¡torrente a pie enjuto.
la escalera del patíbulo. 15. Visitar alguna iglesia o altar consa-
11. No dejes pasar día alguno sin ofre- grado.
cer tu familia y tus dependientes a la Vir- La Presentación, desprendimiento de las
gen, Ofrecíale un día San José de Cala- del piadoso rey San Enrique al llegar a los
sanz los niños de las Escuelas Pías, y apa- pueblos, y María se lo recompensó, vol-
reciósele esta cariñosa Madre con el Niño viéndole la visita a la hora de la muerte.
Jesús en los brazos, dando al Maestro y 16. Dar limosna a los pobres en obse-
a los discípulos su preciosa bendición. quio de esta Señora, encargándoles que re-
12. Hacer a María administradora de la cen un Ave María. Siendo niña Santa
casa y de sus intereses. Nombrando Santa Isabel reina de Hungría, daba a los po-
Teresa a la Virgen, Superiora, y ponien- bres el dinero que recibía de sus padres
do a sus pies las llaves de los conventos para juguetes y diversiones; ¿y qué favo-
que fundaba, salió victoriosa de gravísi- res no alcanzó por ello de esta ámantísi-
mas e innumerables dificultades. ma Madre?
13. Llevar siempre algún Escapulario 17. Visitar y consolar o algún enfermo
de la Virgen. Luis XIII llevó también esta
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por amor a María. Acompañaba el beato 21. Compadecerse de los dolores de la
Alonso Rodríguez a un Padre de la Com- Virgen y rezar en su honor siete Ave Ma-
pañía en este acto de caridad; y al subir ñas. Santa Margarita de Cortona alcanzó
una cuesta muy agria con gran trabajo y señalados favores del Cíelo, por la com-
fatiga en el rigor del verano, se le apa- pasión que tuvo a los dolores de esta afli-
reció María Santísima, y se dignó enju- gida Madre.
garle el sudor que manaba de su rostro.
22. Tener los sentidos, principalmente
18. Socorrer a las ánimas del Purgato- k vista, recogidas en honor de la Virgen.
rio más devotas de María, A Santa Brí- El angélico joven San Luis Gonzaga, que
gida, que tenía esta devoción, dijo la mis- no se atrevía a mirar a la reina, ni aun a
ma Virgen que este era uno de los obse- su propia madre, mereció en Madrid que
quios que más la complacían. la Virgen del Buen Consejo le hablase y
19. Entrar en alguna Congregación <k mandase entrar en la Compañía de Jesús.
la Virgen y observar fielmente sus estatu- 23. Rezar el Ángelus, aun en público al
tos. Preguntando el P. Lesio a su peni-
toque de las Ave Marías. San Carlos Bo-
tente el inmortal Justo Lipsio, que estaba
rromeo hasta se apeaba del caballo, y se
para morir, qué cosa le daba más con-
stelo en aquella hora, contestó: "El haber hincaba de rodillas en el lodo para tribu-
sido en vida fiel congregante de María", tar este obsequio a María.
24. Ejercitarse en algún acto por amor
20. Llevar alguna medalla de la Virgen, áe María. Los placeres del mundo causan
y, apretándola, de cuando en cuando al náuseas y el corazón se derrite de amor,
corazón, decirle: Yo os lo entrego para cuando digo: Ave, María, El entorpeci-
siempre, oh Madre mía. El gran Padre miento desaparece y la sensualidad se
/'Jan Ignacio de Loyola, que solía hacerlo agota cuando digo: Ave, María. Se aleja
a menudo, mereció ser más de treinta la tristeza y nos empapa nueva alegría,
veces visitado por la Virgen, y que le dic- cuando digo: Ave, María. Se aumenta la
tase, según piadosamente se cree, el admi- devoción y renace el fervor, cuando digo:
rable libro de los Ejercicios. Ave, María. Se alienta la esperanza y se
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derrama el consuelo, cuando digo: Ave,
María (Bto. Alano). 30. El principal obsequio y el más agra-
25. Ofrecer de cuando en cuando las lable a María es perseverar en su devo-
penas y trabajos a María. Amasando San- ión, cualquiera que sea. Habiendo omi-
ta Catalina de Sena pan para los pobres ido el V. Tomás de Kempis las devoeio-
en obsequio de esta Señora, se le apare- les que solía rezar a la Virgen, .-vio en
ció y la ayudó, dando al pan un sabor ex- ¡ueños como esta dulcísima Madre abra-
quisito. zaba a sus compañeros; mas en llegando
26. Imitar las virtudes de la Virgen, y i él, le dijo con rostro severo: "¿Qué
para esto preguntarse a menudo: ¿qué ha- ¡guardas tú, que has dejado mi devo-
ría esta Madre puesta en las circunstan- ción?"
cias en que yo me hallo? Esta imitación 31. Los sábados y vigilias de las festi-
fué precisamente la que mereció a los vidades de María ayunar o hacer alguna
Santos favores tan señalados de la Madre, 'fortificación en honor suyo. No pudien-
y tan alta recompensa del Hijo de Dios. jdo Santa Juliana de Falconieri recibir el
27. Ofrecer el corazón a la Virgen. Ha- Santo Viático, por los continuos vómitos
cíalo así el P. Ruiz de Montoya, apóstol pe padecía, pidió le llevasen a lo menos
del Paraguay; y aceptándoselo un día es- «1 Santísimo Sacramento. Hácenlo así:
ta buena Madre, le entregó el suyo. . . desaparece la Hostia consagrada entrán-
28. Trabajar en la conversión de algún dose en el corazón de la Santa; recom-
pecador. Excitando la Virgen al V. P, Ber- pensado Dios con esta milagrosa refección
nardo Cornago, de la Compañía de Jesús, los muchos ayunos que Juliana hacía en
a hacer esto, le dijo: "Este es el obsequio obsequio de María Santísima.
que más me agrada". Indulgencia del mes de Mayo o mes de María.
1) Los que asistieren a los actos realizados PÚ-
29. Refrenar la lengua en honor de Ma- BLICAMENTE en el mes de Mayo o mes de,
ría. Observando este precioso silencio el María, lucrarán:
gran devoto de la Virgen San J u a n Silen- a) Indulgencia de 7 años, por cada ara.
ciario, mereció que toda la posteridad b) Indulgencia plenaria, si asistieren por lo
extasiada hablase favorablemente de él. menos de 10 días, confesando, comulgando
y rezando a intención del Sumo Pontífice.
— 198 —
- 199 _
2) Los que en dicho mes hicieren PRIVADAMENTE Privarse del gusto que naturalmente se
oraciones u otros obsequios de piedad al tiene diciendo o escuchando cosas inúti-
honor de la Sma. Virgen, lucrarán: k y, lo que sería mucho peor, murmu-
a) Indulgencia de 5 años una vez cada día íando;
del mes. Sufrir con paciencia la lentitud, poca
b) Plenaria si lo hicieren todo el mes. maña y memoria de los que nos sirven;
Mas donde dicho mes se realiza públicamente, Lejos de alabarse, confundirse de vérse-
tales indulgencias lucrarán sólo aquellos Quí ilabado u obsequiado de otros;
están impedidos legítimamente de asistir al pú- Escoger disimuladamente en la mesa el
blico ejercicio. socado que menos guste;
(Socret. Mem. SI de Mayo 1815; S. C. /ni Sufrir con paciencia las picaduras y
18 de Junio de 1888; S. Penit. Apost. 28 de
Marzo de 193S). nolestias de los insectos, mirándolos co-
no instrumentos de la Justicia Divina.
Otros cristianos más generosos se inge-
Varias mortificaciones en honor
íian en mortificar el gusto absteniéndose
de María Santísima le alguna fruta, de algún dulce o bocado
íxquisito; ora besan la tierra; ora están
Sólo este punto ¿qué campo tan vasto in breve rato con los brazos en cruz, o en
ofrece a los cristianos que aspiran de ve- itra postura incómoda; ora practican va-
ras a la perfección? ¡En cuántas cosas rias mortificaciones, que el amor de Jesús
podrían manifestar su afecto a María! ¡rucificado y la contemplación de los do-
¡Qué preciosos actos de mortificación po- Ares de María inspiran a las almas fervo-
drían hacer cada día! ¡Qué mérito no ad- rosas; aunque es siempre con aprobación
quirirían, por ejemplo, con alguna de las le un prudente director.
prácticas siguientes: Los hombres sensuales que blasfeman
Callar cuando se les dice una palabra k lo que ignoran (Epíst., canon Jud.)
injuriosa; ;eerán esto con desdén y tal vez con irri-
Ceder fácilmente al parecer ajeno sin lién; mas ¿de quiénes hay que hacer ca-
porfiar; lo; de los que viven según la carne?
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CORTE A MARÍA
méritos de Aquél a quien concebiste que-
Oraciones que los Asociados a la Corte dando Virgen, Jesucristo nuestro Señor,
de María suelen decir en sus visitas que con el Padre y Espíritu Santo vive y
a la Santísima Virgen reina por los siglos de los siglos. Amén.
SALUTACIONES
Por la señal de la santa cruz, ¡etc.
V) Dios mío, atiende a mi socorro. i
R) Señor mío, ayúdame prontamente. María, Hija de Dios Padre; María, Ma-
V) Gloria sea al Padre eterno. dre de Dios Hijo; María, Esposa de Dios
R) Gloría al Hijo soberano. Espíritu Santo; por tu Concepción purí-
V) Y por los siglos infinitos. sima ruego por todos los Asociados, en
R) Gloria al Espíritu Santo. Amén cuyo nombre te saludo, diciéndote con el
Ángel:
ORACIÓN
Dios te salve, María, etc.
Santísima Virgen María, Reina de los V) Santa, santa, santa María, vencedo-
cielos, Madre de nuestro Señor Jesucristo ra del infierno y del pecado; llenos están
y Señora del mundo; pues a nignuno des- los cielos y la tierra de tus glorias.
amparas ni desechas, ruégote, Secora, R) Gloria a María, Hija de Dios Padre;
mires con ojos de piedad a mí y a todos gloria a María, Madre de Dios Hijo; gloria
los Asociados, en cuyo nombre t e ofrezco a María, Esposa de Dios Espíritu Santo.
esta visita. Alcánzanos de t u benditísimo
Hijo el perdón de todos nuestros pecados,
para que con devoto afecto te podamos
n
obsequiar ahora en la tierra, y después María, abogada y Madre nuestra, por
contemplar en la eterna bienaventuranza. tu maternidad divina y pureza virginal
Gracias que esperamos conseguir por lot ruega por todos los Asociados, en cuyo
nombre te saludo, diciéndote con el Ángel:
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Dios te salve, María, etc.
V) Santa, santa, santa María, Madre con el mismo Santo: ¡O salus te invocan-
de Dios; llenos están los cielos y la tierra tium! Salvadnos.
de tus glorias. Ahora para más obligar a la Santísima Virgen
y hacérnosla propicia, la saludaremos con la Le-
R) Gloria a María, etc. tanía lautarana. Dígase con ella Sub tuum prcesi-
dtum, Salve y la oración correspondiente.
m Luego se pedirá con mucho fervor a nuestra
agradecida y clementísima Madre María nos
María, consuelo y amparo de los que te devuelva una de tantas visitas como le hace-
obsequian, visitándote en tus templos y nos todos los días, visitándonos en la hora de
altares; por tu feliz Tránsito y Asunción la muerte, para hacérnosla dulce y preciosa a
gloriosa ruega por todos los Asociados, los ojos del Señor, convidándola desde ahora
para entonces con la siguiente
en cuyo nombre te saludo, diciéndote con
el Ángel: ORACIÓN
Dios te salve, María, etc. Dulcísima Virgen María, a quien con
V) Santa, santa, santa María, refugio inefable amor me encomendó, en la per-
de los mortales; llenos están los cielos y sona de su querido discípulo San Juan, tu
la tierra de tus glorias. divino Hijo pendiente de la cruz; permite
R) Gloria a María, etc. que te encomiende yo también mi alma
con todas sus potencias, mi cuerpo con
todos sus sentidos, mi vida con todos sus
ORACIÓN
actos, pensamientos, palabras y obras;
¡Oh Madre de Dios, Emperatriz de los pero, muy en particular aquel último y
Ángeles y Esperanza de los hombres! crítico momento del cual pende mi suerte
Oídme, Señora, ya que, en nombre de to- por toda la eternidad. Y ya que en tu
dos los Asociados, os suplico nos ayudéis felicísimo tránsito mereciste ser visitada
y salvéis. En vuestra mano está salvar a ya conducida al cielo por tu Santísimo
quien queráis, nos dice San Buenaventu- Hijo, te suplico, oh tierna Madre del
ra. ¡Oh salud de quien os invoca! os digo Amor hermoso, te dignes asistir a mi
tránsito con maternal piedad, y no te se-
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protección y amparo, y vaya contigo a go-
pares un solo instante de mí. Porque así zar de la celestial bienaventuranza. Amén.
como confío morir santamente-con tu María, Mater gratiae
auxilio, así temo ¡ay! perecer para siem- Dulcís Parens clementiae,
pre, si muero sin tí. Pues ¿cómo, siendo Tu nos ab hoste protege,
yo tan débil y frágil, resistiré a tantos y Et mortis hora suscipe.
tan terribles asaltos del común enemigo,
si tú, vencedora del infierno no estuvieres Breve acto de consagración
conmigo? ¿Cómo sostendré yo aquel es- ¡Oh. María! Madre de Dios y Madre mía, agra-
decido a los innumerables beneficios que por
trechísimo juicio, si tú, Madre del Juez y vuestra mediación he recibido, postrado a vues-
Madre mía, no me acompañas y eres mi tros pies rae ofrezco de nuevo a vuestro servicio
abogada? ¿Cómo podré sufrir la pena de y os consagro mis potencias y sentidos, protes-
mis gravísimos e innumerables pecados, tando que prefiero morir mü veces antea que
si tú no los excusas delante de tu amantí- ofender a vuestro Divino Hijo, mi Redentor y
todo mi Bien. Confirmad en mí estos, buenos
simo Hijo, y no me alcanzas por ellos d&seos y alcanzadme la dicha de perseverar en
perdón? ellos mientras dure la vida, para reinar con vos
Inclina por tanto tu oído a mis humil- en el cielo. Amén. ,
des súplicas, oh Madre amorosísima; asís- Jaculatoria
teme en mi última agonía y no me desam- Oh María, sin pecado concebida, rogad por,
pares en aquel angustioso trance. No me nosotros que recurrimos a Voa.
niegues esta petición, que con todo el Alabanza
afecto de mi corazón te dirijo; otórga- Bendita sea tu pureza,
mela, te suplico, por aquel amor con que Y eternamente lo sea;
Pues todo un Dios se recrea
asististe a tu Hijo moribundo, por aque- En tan graciosa belleza.
llas amargas lágrimas que derramaste A Ti, celestial Princesa,
cuando lo viste inclinar la cabeza y expi- Sagrada Virgen María,
Te ofrezco desde este día
rar en la cruz por mi amor. No, Madre Alma, vida y corazón,
mía, no sea malograda una Sangre de Mírame con compasión,
tanto valor; sino haz que libre de las ace- No me deje», Madre mía.
chanzas del demonio, muera yo bajo tu
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Por la señal d e la s a n t a cruz, etc.
V) Dómine, labia m e a a p é r i e s .
R) Et os m e u m a n n u n t i a b i t l a u d e m t u a m .
V) Deus, i n a d j u t ó r i u m m e u m i n t é n d e .
R) Dómine, ad a d j u v á n d u m m e festina.
R O S A R I O V) Gloria P a t r i , e t Filio, e t S p í r i t u
DE MARÍA SANTÍSIMA Sancto.
R) Sicut era i n principio, et n u n c a , e t
De todas cuantas devociones hay en honor de semper, et i n sáecula s a e c u l ó r u m .
la Reina de los Ángeles, dudo se encuentre otra Amén.
que le sea más agradable, más útil a las almas,
ni más temida del infierno que la del santo
Rosario. En él medita el cristiano los misterios A c t o de contrición
más sublimes de nuestra Religión, recuerda a la
Virgen las mayores dichas y penas de su vida, y Señor m í o J e s u c r i s t o , etc.
la saluda con las palabras más augustas en sí, Dirigid, Dios y S e ñ o r m í o , t o d o s n u e s -
y más dulces a su corazón. ¡Dichoso el que lo tros p e n s a m i e n t o s , p a l a b r a s y o b r a s a m a -
rece cada día con fervor a solas, y mejor en el
seno de la familia, con respeto, - evitando toda yor honra y gloria v u e s t r a ; y vos, V i r g e n
irreverencia, despacio, clara y distintamente! Santísima, a l c a n z a d n o s d e v u e s t r o H i j o
¡Qué gracias no recibirá del cielo! ¿Cuántos por que recemos con d e v o c i ó n v u e s t r o s a n t í -
medio del santo Rosario hallaron alivio en sus simo Rosario, el cual os ofrecemos p o r la
penas, consuelo en las aflicciones, remedio de exaltación d e la s a n t a fe católica, p o r
los males, fuerza contra las tentaciones, y aun
la salvación eterna? ¿No quisieras tú también nuestras n e c e s i d a d e s e s p i r i t u a l e s y corpo-
acaudalar tesoros inmensos para la eternidad? rales, en alivio y sufragio d e los vivos y
No dejes, pues, pasar día alguno sin rendir ese difuntos q u e s e a n d e v u e s t r o a g r a d o y d e
obsequio a tu Madre amantísima; y la práctica nuestra m a y o r obligación.
podrá ser la siguiente:
Lunes y jueve3 se contemplan los misterios
gozosos; Misterios gozosos
Martes y viernes los dolorosos; Los m i s t e r i o s q u e h o y s e h a n d e con-
Miércoles, sábado y domingo los glorioso».
templar son los gozosos. El p r i m e r o es l a
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Encarnación del Verbo divino en las pu-
rísimas entrañas de la Virgen Santísima. Jesús nuestro Redentor en el portal de
En reverencia de este misterio rezaremos Belén. En reverencia, etc.
un Padre nuestro, diez Ave Marías y un
Gloria Patri. Fruto: E L DESPRENDIMIENTO.
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Y pues glorias inundan
Tan fausto día,
Haz, Virgen que a su ejemplo Vuélvenos, dulce Madre,
Sobre los hombros De muerte a vida.
Las cruces de mi estado
Lleve animoso. El segundo m i s t e r i o es l a Ascensión d e
nuestro S e ñ o r J e s u c r i s t o a los cielos. E n
El q u i n t o m i s t e r i o es la Crucifixión y reverencia, e t c .
m u e r t e del Señor. E n reverencia, e t c .
Fruto: E L DESEO DEL CIELO.
Fruto: LA PERSEVERANCIA.
Mientras el Hijo asciende
Sigámosle fervientes Triunfante al cielo,
Al monte sacro, Le sigues con las alas
Ya que en cruz le pusieron De tus deseos.
Nuestros pecados. ¿Qué hacéis en la tierra,
Concédeme, Señora, Oh corazones?
Que por su muerte ¡Oh! ¡vuelen a su centro
Tenga siempre mis ojos Vuestros amores!
Hechos dos fuentes.
El t e r c e r m i s t e r i o es l a v e n i d a d e l E s p í -
Misterios gloriosos ritu S a n t o sobre los Apóstoles e n f o r m a
de lenguas d e fuego. E n reverencia, e t c .
Los m i s t e r i o s q u e h o y h e m o s de con-
t e m p l a r son los gloriosos. E l p r i m e r o es Frwío: E L RECONOCIMIENTO.
la t r i u n f a n t e Resurrección d e n u e s t r o Se-
ñ o r J e s u c r i s t o . E n reverencia, e t c . El Espíritu Santo
Todo te inflama,
Y con lenguas de fuego
Fruto: LA FE. Tu gloria ensalza.
Raudal de ricos dones
Eres al orbe entero, Logren tus Hijos,
Doncella hermosa, ¡Oh fuente inagotable
De Sol que resucita De beneficios!
Plácida aurora.
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El cuarto misterio es el tránsito y la
gloriosa Asunción de la Virgen a los cielos salve, templo y sagrario de la beatísima
en cuerpo y alma. En reverencia, etc. Trinidad, concebida sin mancha de peca-
do original.
Fruto: UNA BUENA MUERTE."
Ven, Espíritu Santo, llena los corazo- Oh amabilísima Madre mía: aunque in-
nes de tus fieles y enciende en ellos el digno de comparecer ante vuestro acata-
fuego de tu amor. miento, confiado no obstante en vuestra
V) Envía, Señor, tu Espíritu, y vivifi- bondad y postrado a vuestros pies, os su-
carán todas las cosas. plico me alcancéis gracia para meditar
R) Y renovarás la faz de toda la tierra. con fruto vuestros acerbísimos dolores.
No permitáis queden malogrados tantos
dolores como vos padecisteis, y tanta san-
ORACIÓN gre derramada por vuestro Hijo santísi-
mo. ¡Oh! ¡llegue a todos una redención
Oh Dios, que, con la ilustración del Es- tan abundante! Alcanzad, pues, perseve-
píritu Santo has enseñado a las almas de rancia a los justos, fervor a los tibios,
los fieles; concédenos saber rectamente conversión a los pecadores, luz de fe a los
según el mismo Espíritu Santo, y gozar infieles, humildad y sumisión a los cismá-
siempre de su consuelo. Por Jesucristo ticos y herejes, alivio a las Ánimas del
nuestro Señor. Amén. Purgatorio y exaltación a la santa fe cató-
lica. Traspasen nuestro corazón esas espa-
das que atraviesan vuestro pecho purísi-
mo, corten y arranquen de nuestra alma
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todo afecto desordenado, para que, triun-? >gre divina que formáis con vuestra leche
fando con vuestra protección de las ace-< [virginal será sacrilegamente profanada y
chanzas del infierno, de las máximas deí {perdida para muchos! No permitáis,-Ma-
siglo y de los halagos de la carne, logre-j ;dre mía, que sea yo uno de ellos; quiero,
mos triunfar con voz en la eterna bien-; •sí, acrecentaros el consuelo, no la aflic-
aventuranza. Amén. ción; quiero vivir de suerte que vuestro
Hijo no me sea ocasión de ruina, sino de
resurrección. Padre nuestro, siete Ave
Primer dolor Marías y un Gloria Patri.
Simeón profetiza a María la pasión de Jesús Coso:
¿Y t a n presto, Simeón,
¿Y tan pronto, Señor, acibaráis las dul- Dura m u e r t e profetizas?
zuras de esta tierna Madre? ¿Tan pronto ¡Ay! ¿no ves cuál martirizas
se acabarán sus gozos y delicias? ¿No De la Madre el corazón?
bastaba el mar de amargura que le estaba PUEBLO:
reservado en la Pasión de su Hijo? ¡Ay! Por tan acerbo dolor,
¿qué placer tendrá en adelante, cuando Oh Virgen, cuando expiremos
Haced que el alma entreguemos
abrace y acaricie a su querido Jesús? En las manos del Señor.
¡Ah, hermosa frente, dirá; un día te veré
taladrada con agudas espinas! ¡Ojos, aho- Segundo dolor
ra más claros que el sol, seréis un día
eclipsados y cubiertos de polvo y de san- Huida a Egipto
gre! ¡Ay, manos purísimas; ay, tierneci-
tos pies; seréis un día atravesados con Qué sobresalto el de María cuando José
cruelísimos clavos! Y este cuerpo, tan la despierta, y le dice: El Ángel del Se-
delicado y hermoso, ¡veré yo un día ras- ñor manda que huyamos a Egipto con el
gado con bárbaros azotes! santo Niño, y permanezcamos allí hasta
¡Siquiera se aprovechasen los hombres nuevo aviso! ¡Qué precepto tan arduo! ¡Ir
de esa Pasión! Pero ¡ay! ¡oís que la San- a Egipto, región idólatra, desconocida, de
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noche, sin despedirse de nadie, sin provi- Tercer dolor
sión alguna! ¡Cuáles serían los temores
de la Madre, cuáles las incomodidades Pierde la Virgen a su preciosísimo Hijo
del tierno Infante, cuáles las congojas y
trabajos de José! La peregrinación es
larga, penosa y arriesgada; y cuando con ¡Cuál sería el dolor de María cuando
su espíritu penetrante oyese el alarido de advirtiese que había perdido a su Hijo!
tantas madres, y viese correr la sangre Búscale desconsolada, día y noche, entre
de tantos niños inocentes, ¿cuál sería el parientes y conocidos; pregunta por él al
dolor de aquel corazón tan compasivo? cielo, a la tierra y a las criaturas todas;
y nadie le da razón de su prenda adorada.
¿Y querrás tú también, pecador, reno- Desanda el camino de Jerusalén; recorre
var pena tan acerba? ¡Ay! ¡cuántas veces, las calles y plazas de la ciudad; y en nin-
más cruelque Herodes, quitaste con tus guna parte encuentra a Jesús en tres días
escándalos la vida a inocentes almas!... y noches enteras. Éstos fueron acaso los
Perdona, oh dulce Madre mía; y por tan días más amargos de toda tu vida, oh de-
penoso viaje y tan precipitada fuga, ha- solada Madre; pues, aunque en la Pasión
ced que camine siempre por los senderos del Señor sufrió tanto tu corazón, te que-
de la justicia, sin desviarme jamás, hasta daba el consuelo de tenerle presente; y
llegar al suspirado término de la eterna cuando te lo quitaron para darle sepul-
salvación. Padre nuestro, siete Ave Ma- tura, sabías a lo menos que era sin culpa
rías y un Gloria Patri. tuya. . . Mas ahora te ves privada de su
amable vista, y la humildad te hace temer
no sea por tu culpa. Con esto ¡qué amar-
¡Qué congoja cuando visteis gas lágrimas bañan tus mejillas! ¡Qué
Perseguido al tierno Iníante,
Y con desvelo anhelante
ayes, qué gemidos exhala tu corazón! Sólo
En Egipto os guarecisteis! comprenderá tu inmensa pena el que
acierte a medir lo amable que es tu Hijo,
Por tan acerbo, etc. y lo mucho que tú le amas.
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Pero ¡ay! pecador, sólo tres días perdió los hombres, cayendo en tierra y a punto
María la compañía de su Hijo, y sin cul- de expirar, ;y no le puede socorrer! ¡Qué
pa: ¡ y a no sostenerla Dios, muriera de situación! ¡Qué doloroso encuentro! ¡Cuál
dolor! Y tú, habiendo perdido su gracia
quedaría la Madre viendo a tal Hijo y en
y amistad tantos años hace, y por tu cul-
tal estado! ¡Qué sentiría el Hijo a la vista
pa, ¡duermes, sin embargo tranquilo, te
ríes y diviertes alegre! ¡Oh, monstruosa de tal Madre, y en tanta amargura!.. .
estupidez! Padre nuestro, siete Ave Ma- Sólo tú, pecador, tú que eres cómplice y
rías y un Gloria Patri.< causa de tanta pena, ¿serás insensible a
los tormentos del Hijo, y al dolor de la
Deshecha en un mar c!e llanto... Madre? ¡No lo permitáis, oh angustiada
Buscas al Hijo amoroso: Señora!. . . Padre nuestro, siete Ave Ma-
Yo le perdí caprichoso; rías y un Gloria Patri.
¿Y no muero de quebranto?
Por tan acerbo, etc. Bañado en sangre y sudor
Le encuentras, ¡ay! sin figura:
Madre, '¿cuál fué tu amargura?
Cuarto dolor Hijo, ¿cuál fué tu dolor?
María encuentra a su Hijo con la cruz a cuestas Por tan acerbo, etc.
¡Qué fúnebre espectáculo! Va la más
amante y amable de todas las madres a Quinto dolor
presenciar el infame suplicio de su Hijo
Dios. Y oye la lúgubre trompeta que pro- María al pie de la cruz
clama reo de muerte al Autor de la vida:
ya pasa la multitud amotinada que aplau- Contemplad, mortales, y decid si es po-
de la sentencia; ya ve a los soldados que sible hallar dolor semejante al de esta
le escoltan: ve a dos facinerosos. . . y amantísima Madre. Ve a su Hijo hecho
luego al Hijo de sus entrañas, encorvado, todo una llaga, sin color, sin hermosura,
eprimido con el enorme peso de la cruz... ni aspecto de hombre. Ve mesados sus
Le ve ensangrentado, hecho el oprobio de cabellos, la barba arrancada, los hombros
molidos, con el peso de la cruz, las espal-
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das abiertas, y todo el cuerpo llagado de Sexto dolor
los azotes, traspasada la cabeza con espi-
nas, el pecho levantado, las manos y los María recibe en los brazos a su santísimo
pies barrenados y colgados de tres clavos,
desangradas las venas, desconyuntados Hijo difunto
los huesos, seca la boca de tanta sed, ¡y
ningún alivio, ni una gota de agua puede ¿Le conocéis, oh Madre amantísima?
darle! Mas ¡oh dolor sobre todo dolor! ¿Es ese vuestro Hijo? ¿El más hermoso
cuando despidiéndose Jesús de su Madre, de todos los hijos de los hombres? ¡Oh!
le dice: Mujer, he ahí a tu Hijo. ¡Oh! ¡qué diferente le veo ahora de lo que es-
¡qué cambio! ¡El discípulo por el Maestro, taba cuando reposó en vuestros brazos
el esclavo por el Señor, el hijo de Zebedo siendo niño en el portal de Belén! ¡Qué
por el Hijo de Dios. noche aquella tan clara, y qué día este
tan oscuro! ¡Qué rica erais entonces, y
qué pobre sois ahora! Entonces erais ben-
Mas ¡qué dicha la mía! desde aquel dita entre todas las mujeres; ahora sois
instante Vos, oh dulcísima María, sois mi la más afligida de todas las madres. Con
Madre, y yo soy vuestro Hijo. Sí; quiero vos estaba entonces el Señor; también lo
ser Hijo vuestro: y ya que os costé tanto, tenéis ahora, mas no vivo, sino muerto;
no me abandonéis, oh tierna Madre mía. ya no mana la dulce leche de vuestros
Padre nuestro, siete Ave Marías y un pechos virginales, sino que vos laváis las
Gloria Patri. heridas de su cuerpo con el llanto que
brota de vuestros ojos.
¿Cómo tu angustia medir?
; En la Cruz sin refrigerio ¿Y yo soy causa de tanto dolor? Sí:
Ver al Hijo, en improperio ¡yo soy quien empañó ese espejo de her-
Y en tormento atroz morir! mosura; yo cerré esa boca divina de don-
de salían palabras de vida eterna; por mí
Por tan acerbo, etc. están yertas esas manos que resucitaban
los muertos! ¡Qué dolor! ¡Qué desconsue-
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lo debiera ser el mío! Padre nuestro, siete Pueft yo también acepto por vuestro
Ave Marías y un Gloria Patri. amor, y en honor de vuestro amabilísimo
¿Y es ése tu dulce Bien, Jesús, las penas y tribulaciones que plu-
Tu Esposo y Dueño adorado? guiere al cielo enviarme en esta .vida.
¡Ay, Madre! ¡y en qué han parado Padre nuestro, siete Ave Marías y un
Las delicias de Belén!
Gloria Patri.
Por tan acerbo, etc.
Quedo sin mi dulce Amado;
Séptimo dolor No me llaméis venturosa:
Sepultura de Jesús ¡Ay! una fúnebre losa
Oculta su cuerpo helado.
Este sí que fué dolor sobre todos los Por tan acerbo, etc.
dolores. ¡María sin su dulcísimo Hijo!
¡Huérfana y viuda, sin Padre, sin Esposo
ni Maestro divino! ¡Sola sin su tesoro, ORACIÓN
sin su bien, sin su dulce amor! ¡Oh dicho-
so sepulcro, que encierras al que María ¡Oh afligida Madre mía! Ya que en la
encerró en sus purísimas entrañas! ¡Ay persona de San Juan nos engendrasteis
Madre, que ni aun nos queda el consuelo al pie de la cruz, a costa de dolores tan
de morir con Él! Su pasión está ya aca- acerbos, mostrad que sois nuestra Madre,
bada; la vuestra se acrecienta por ins- alcanzándonos del Señor la gracia que
tantes. El afecto tiernísimo de Madre, el os pedimos con esta Corona dolorosa (Pí-
conocimiento altísimo de la Divinidad, el dase el favor que se desea conseguir).
dulce trato de treinta y tres años, el ar- Alcanzadnos sobre todo, oh tierna y com-
dentísimo deseo de la gloria de Dios, pasiva Madre, la gracia de vivir y perse-
vuestra pena por las muchas almas que se verar siempre en el servicio de vuestro
van a perder, todo martiriza vuestro co- Hijo benditísimo, a fin de que merezca-
razón. ¡Y no obstante os resignáis y acep- mos alabarle eternamente en la gloria.
táis tan amarga soledad por amor mío! Amén.
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DEVOCIÓN A JESÜS ¡Oh Santísimo Niño! por el amor in-
menso con que quisiste nacer en la esta-
ción más fría del año, y ser reclinadoen
Súplicas al Niño Jesús un pesebre entre dos animales, donde te
adoraron Ángeles y Pastores: Mírame
¡Oh Santísimo Niño! por la caridad in- con ojos de misericordia.
finita con que bajando del cielo a la tierra Padre nuestro, etc.
quisiste ser concebido por obra del Espí-
ritu Santo en las entrañas de la Virgen ¡Oh Santísimo Niño! por la sangre pre-
María, y hacerte hombre para salvar al ciosa que derramaste para lavar mis cul-
género humano. pas en el misterio de la Circuncisión, a
los ocho días del nacimiento, y por tu
R) Mírame con ojos de misericordia. dulcísimo nombre de Jesús, que quiere
Padre nuestro, Ave María y Gloria. decir Salvador de las almas: Mírame con
¡Oh Santísimo Niño! por el favor espe- ojos de misericordia.
cial que hiciste a San J u a n Bautista, tu Padre nuestro, etc.
precursor, yendo a visitarle en el vientre
purísimo de su amantísima Madre, lle- ¡Oh Santísimo Niño! por aquella fe vi-
nándole antes de nacer de santidad y gra- va y caridad abrasada que comunicaste a
cia: Mírame con ojos de misericordia. los santos Reyes, para que, guiados por
Padre nuestro, etc. una estrella, viniesen desde el Oriente a
¡Oh Santísimo Niño! por los nueve me- ofrecerte a tus plantas preciosos dones:
ses que te albergó en su seno tu dulcísima Mírame con ojos de misericordia.
Madre, y por el deseo ardiente con que Padre nuestro, etc.
esperaba, en compañía de su casto esposo
San José, verte nacido y estrecharte en ¡Oh Santísimo Niño! por la alegría y
sus brazos: Mírame con ojos de miseri- singular consuelo con que te adornaron
cordia. y abrazaron el viejo Simeón y Ana pro-
Padre nuestro, etc. fetisa cuando fuiste al templo a presen-
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tarte por primera vez: Mímme con ojos obediente a la voluntad del Señor San
de misericordia. José, tu Padre putativo, y a la de t u Ma-
Padre nuestro, etc. dre amorosísima: Mírame con ojos de
misericordia.
¡Oh Santísimo Niño! por aquella bon- Padre nuestro, etc.
dad con que quisiste ser llevado a Egipto, ¡Oh Santísimo Niño! por el dolor y
huyendo del cruel Herodes, y recibir en angustia que experimentaron tus aman-
holocausto las primicias de tantos niños, tes padres cuando te perdieron en Jeru-
que por darte gloria derramaron su ino- salén, y por el gozo indecible que recibie-
cente sangre: Mírame con ojos de mise-
ron hallándote a los tres días en el tem-
ricordia.
plo, disputando con los doctores: Mírame
Padre nuestro, etc. con ojos de misericordia.
¡Oh Santísimo Niño! por el destierro Padre nuestro, etc.
que sufriste con tanta paciencia, perma< V) Post partum, Virgo inviolata per-
neciendo desconocido en un país extraño, mansisti.
infiel y ciego en el falso culto de la ido- R) Dei Génitrix, intercede pro nobis.
latría: Mírame con ojos de misericordia.
Padre nuestro, etc.
¡Oh Santísimo Niño! por las aflicciones OREMUS
y penalidades que pasaste al volver de
Egipto a Galilea en tan largo y molesto Deus, qui salutis aeternae, beatae Ma-
camino en compañía de José y de tu riae virginitate foecunda, humani generi
querida Madre: Mírame con ojos de mi- praemia praestitisti: tribue quaesumus,
sericordia. ut ipsam pro nobis intercederé sentia-
Padre nuestro, etc. mus, per quam meruimus auctorem vitae
suscipere Dominum nostrum Jesús Chris-
¡Oh Santísimo Niño! por la santidad tum Filium tuum.
admirable con que después viviste en la
pobre casa de Nazaret, siempre sujeto y R) Amén.
— 238 — — 239 —
MÉTODO eterna? Os visitaremos con frecuencia, ¡y
ojalá supiésemos hacerlo con el mismo
PARA VISITAR CON FRUTO fervor con que los Ángeles y Pastores os
A JESÚS SACRAMENTADO adoraron en Belén!
Entra, pues, alma cristiana, en la Igle-
sia con modestia y recogimiento no me-
Durante la exposición de las cuarenta horas nos que con grande humildad y confian-
za; es casa de Dios y puerta del cielo¡
Morando Jesús entre nosotros, ofre- adora allí a tu amable Redentor. Él es,
ciéndose de continuo al Eterno Padre por está oculto, pero está tan real y verda-
nuestro amor, y cifrando sus delicias en deramente como en el cielo. Habla con su
conversar con los hijos de los hombres; divina Majestad y medita el exceso de su
¿no será justo que le obsequiemos y visi- amor. Si no sabes cómo pasar este rato
temos a menudo? A los reyes de la tierra delante de un Dios tan enamorado de los
sobran ¿cortesanos; no falta quien*honre hombres, >haz la estación, rezando -seis
a los mundanos; ¡sólo Jesús es olvidado, Padres nuestros, seis Ave Marías y Gloria
y esto en el misterio inefable de su amor! Pairo y rogando por las necesidades de
¿Cómo, hijos míos, nos dice con palabras la Iglesia, con intención de ganar las gra-
tiernísimas, no podéis siquiera velar una cias que hay concedidas, te enriquecerás
hora conmigo? No sabéis cómo ocupar el con un sinnúmero de indulgencias | ¡Qué
tiempo; perdéis tantas horas en visitas buena ocasión ésta para comulgar espiri-
frivolas y perniciosas; ¿y no halláis ni tualmente! Podrías también en repara-
medio cuarto de hora que emplear en mi ción de tantas injurias como Jesús recibe
presencia? Niegan los herejes mi divini- de la mayor parte de los hombres, hacer,
dad; crucifícanme de nuevo los malos mayormente los jueves y el primer vier-
cristianos; abandonándome los munda- nes de cada mes, el siguiente acto de des-
nos; ¿Quisierais dejarme también vos- agravio, o decir la oración que pusimos
otros? No, no, dulcísimo Jesús: ¿a dónde arriba para la salvación del universo.
iríamos, pues tenéis palabras de vida
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QUINCE MINUTOS EN COMPAÑÍA DE zón el ruego que me dirijas por aquellos
que tu corazón especialmente ama?
JESÚS SACRAMENTADO
¿Y para ti, no necesitas alguna gracia?
Hazme, si quieres, una como lista de tus
No es preciso, alma cristiana, saber necesidades, y ven, léela en mi presencia.
mucho para agradarme mucho; basta que Dime francamente que sientes soberbia,
me ames con fervor. Habíame, pues, aquí amor a la sensualidad y el regalo; que
sencillamente, como hablarías a t u ma- eres tal vez egoísta, inconstante, negli-
dre, y a tu hermano. gente . . . ; y pídeme luego que venga en
¿Necesitas hacerme en favor de al- ayuda de los esfuerzos, pocos o muchos,
guien una súplica cualquiera? Dime su que haces para sacudir de encima de ti
nombre, bien sea el de tus padres, bien el
tales miserias.
de tus hermanos y amigos; dime en se-
guida-'qué quisieras que hiciese actual- No te avergüences, ¡pobre alma! ¡Hay
mente por ellos. Pide mucho, no vaciles en el cielo tantos justos, tantos Santos de
en pedir; me gustan los corazones gene- primer orden, que tuvieron esos mismos
rosos, que llegan a olvidarse en cierto defectos! Pero rogaron con humildad.. .;
modo de sí mismos, para atender a las y poco a poco se vieron libres de ellos.
necesidades ajenas. Habíame así, con Ni menos vaciles en pedirme bienes es-
sencillez, con llaneza, de los pobres a pirituales y corporales: salud, memoria,
quienes quisieras consolar, de los enfer- éxito feliz en tus trabajos, negocios o
mos a quienes ves padecer, de los extra- estudios; todo eso puedo darte, y lo doy,
viados que anhelas volver al buen cami- y deseo que me lo pidas en cuanto no se
no, de IGS amigos ausentes que quisieras oponga, antes favorezca y ayude a tu san-
ver otra vez a tu lado. Dime por todos tificación. Hoy por hoy, ¿qué necesitas?
una palabra de amigo, palabra entraña- ¿Qué puedo hacer por tu bien? ¡Si supie-
ble y fervorosa. Recuérdame que he pro- ras los deseos que tengo de favorecerte!
metido escuchar toda súplica, que salga ¿Traes ahora mismo entre manos al-
del corazón; ¿y no ha de salir del cora- gún proyecto? Cuéntamelo todo minucio-
samente. ¿Qué te preocupa? ¿Qué pien-
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sas? ¿Qué deseas? ¿Qué quieres que ha-
¿Sientes acaso tristeza o mal humor?
ga por tu hermano, por tu hermana, por
Réntame, cuéntame, alma desconsolada,
tu amigo, por tu superior? Qué desearías
hacer por ellos? |as tristezas con todos sus pormenores.
¡Quién te hirió? ¿Quién lastimó tu amor
Si tienes padres, pide por ellos; los rue-
¡ropio? ¿Quién te ha despreciado? Acér-
gos de un hijo no pueden ser desechados
ate a mi Corazón, que tiene bálsamo
por el que dio en la tierra constantes
ejemplos de filial cariño. Si tienes un íficaz para curar todas esas heridas del
esposo que amarga tu vida dirígeme por tuyo. Dame cuenta de todo, y acabarás
él tus oraciones, que yo haré de tu hogar ¡n breve por decirme que, a semejanza
un templo de amor y de consuelo, y de- ie mí, todo lo perdonas, todo lo olvi-
rramaré a manos llenas sobre tu esposo y das, y en pago recibirás mi consoladora
sobre tus hijos, si los tienes, las gracias bendición.
y auxilios que necesiten para ser felices ¿Temes por ventura? ¿Sientes en tu
en tiempo y en la eternidad. alma aquellas vagas melancolías, que no
¿Y por mí? ¿No sientes deseos de mi por ser infundadas dejan de ser desga-
gloria? ¿No quisieras poder hacer algún rradoras? Échate en brazos de mi provi-
bien a tus prójimos, a tus amigos, a dencia. Contigo estoy; aquí, a tu lado me
quienes amas mucho, y que viven quizás tienes; todo lo veo, todo lo oigo, ni un
olvidados de mí? momento te desamparo.
Dime qué cosa llama hoy particular- ¿Sientes desvío por parte de personas
mente tu atención, qué anhelas más viva- que antes te quisieron bien, y ahora olvi-
mente, y con qué medios cuentas para dadas se alejan de ti, sin que les hayas
conseguirlo. Dime si te sale mal tu em- dado el menor motivo? Ruega por ellas,
presa, y yo te diré las causas del mal y yo las volveré a tu lado, si no han de
éxito. ¿No quisieras que me interesase ser obstáculo a tu santificación.
algo en tu favor? Hijo mío, soy dueño de
los corazones, y dulcemente los llevo, sin ¿Y no tienes tal vez alegría alguna que
perjuicio de su libertad, adonde me place. comunicarme? ¿Por qué no me haces
partícipe de ella a fuer de buen amigo?
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Cuéntame lo que desde ayer, desde I or haberte faltado, has mirado hasta
última visita que me hiciste, ha conso ny como enemiga?
lado y hecho como sonreíir tu corazón Ahora bien, hijo mío: vuelve a tus ocu-
Quizás has tenido agradables sorpresas paciones habituales, al taller, a la fami-
quizás has visto disipados negros recelos lia, al estudio. . .; pero no olvides los
quizás has recibido faustas noticias, algu quince minutos de grata conversación
na carta o muestra de cariño; has vencidí que hemos tenido aquí los dos, en la sole-
alguna dificultad, o salido de algún lancí dad del santuario. Guarda en cuanto pue-
apurado. Obra mía es todo esto, y yo t( das silencio, modestia, recogimiento, re-
lo he proporcionado; ¿por qué no has d< signación, caridad con el prójimo. Ama
manifestarme por ello tu gratitud, y d& a mi Madre, que lo es también tuya, la
cirme sencillamente como hijo a su pa- Virgen Santísima, y vuelve otra vez ma-
dre: "¡Gracias, Padre mío, gracias!" E ñana con el corazón más amoroso, más
agradecimiento trae consigo nuevos be- entregado a mi servicio. En mi Corazón
neficios, porque al bienhechor le gusta encontrarás cada día nuevo amor, nuevos
verse correspondido. beneficios, nuevos consuelos.
¿Tampoco tienes promesa alguna que
hacerme? Leo, ya lo sabes, en el fondo
dé tu corazón. A los hombres se los en-
gaña fácilmente; a Dios no; habíame,
pues, con toda sinceridad. ¿Tienes firme
resolución de no exponerte ya más a
aquella ocasión de pecado? ¿De privarte #
de aquel objeto que te dañó? ¿De no leer
más aquel libro que exaltó tu imagina-
ción? ¿De no tratar más aquella persona
que turbó la paz de tu alma?
¿Volverás a ser dulce, amable y con-
descendiente con aquella otra a quien,
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ete es todo el blanco de mis deseos, oh
¡¡orazón amorosísimo, y con vuestra divi-
da gracia ésta será la única regla de todas
bis acciones. Ofrézcoos, pues, con esta
ACTOS DE DESAGRAVIO AL ¡ola ^mira de agradaros y glorificaros,
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS PAR¿ lodos mis pensamientos, palabras y obras,
lodo cuanto os pluguiere que yo padezca
LOS DIFERENTES MESES DEL AÑO en este año, y todas mis cosas, por míni-
mas que sean. Abomino y detesto el pe-
Enero cado con firme resolución de no cometer
jamás ninguno, mediante vuestra divina
Para dar principio al año gracia. ¿.De vos espero, oh Corazón ama-
bilísimo, que, purificándome cada * día
A vos vengo, Corazón, dulcísimo de Je- más y más con ese celestial fuego, .e infla-
sús, y al veros en ese adorable Sacra- mándome con la preciosa llama de vues-
mento, acordándome de aquel amor tier- tro puro amor, consiga yo la pureza de
nísimo con que recién nacido ofrecisteis corazón y una intención recta y cons-
por mí al Eterno Padre las primeras go- tante de agradeceros en todo. Aceptad os
tas de vuestra Sangre divina, vengo a ruego, Corazón sagrado,' estas mis súpli-
consagraros todos los días y momentos de cas; os lo pido por el inmaculado Corazón
este nuevo año entregándoos mi pobre de María, suplicando a vuestra Madre
corazón y todo cuanto hay en mí. ¡Oh! Santísima, por aquellos ducísimos abra-
¡quién viviese todo este año, santamente zos que os daba ,en vuestra infancia, os
sin ofenderos, reparando así las innume- dé anticipadamente gracias en nombre
rables injurias que se os hacen! ¡Qué mío por tan señalado beneficio, y os ála-
dichoso sería yo, si lograse obrar siem- te y glorifique con todos los Santos eter-
pre con la única mira de vuestra gloria, namente.
e imitar aquella purísima intención que
vos teníais en todas vuestras acciones!
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mo tienen lugar en estos días, todas
Febrero cuantas alabanzas os tributan los Bien-
y días de Carnaval aventurados y el Corazón de María, que
os ama y glorifica más que todos ellos
¡Corazón amantísimo y afligidísimo de juntos. Aceptad vuestros mismos mere-
mi amado Jesús! Vos andáis buscando cimientos infinitos, y todos cuantos sa-
quien os consuele en estos días, dignán- crificios se ofrecen en toda la santa Igle-
doos estar expuesto en la sagrada Euca- sia. A todos quisiera asistir personalmen-
ristía para mostraros que, aun en estos te para alcanzar de vos, oh Fuente de
días profanados, con desórdenes y críme- amor, de piedad y misericordia, la con-
nes tan enormes, conserváis para con nos- versión de los pecadores y la perseveran-
otros afectos, no de ira y de venganza, cia de los justos; dadnos a mí y a todos
como mereceríamos, sino de paz y mise- una vehemente contrición de nuestros
ricordia. Correspondiendo a vuestra invi- pecados, para que, empezando una nueva
tación amorosa, vengo yo también de vida os honremos y alabemos en el tiem-
unirme con tantos siervos fieles, deseosos po y en la eternidad. Amén.
de mitigar con ellos la vehemencia de
vuestras angustias y congojas, y resuelto Marzo
a vivir todo este mes refugiado dentro de y tiempo de Cuaresma
vos. Permitid me humille ante vuestro
acatamiento divino, en compañía de los Llagas sacratísimas, Sangre preciosa,
Serafines que os están haciendo aquí la Cruz adorable. ¡Oh! ¡cuan vivamente me
corte, y llore con ellos los muchos agra- representáis en estos días aquel abismo de
vios que os hecho y que tantos otros co- penas y de amor, aquel Corazón divino
meten contra vos. ¡Ojalá pudiera yo im- de mi dulce Jesús, que exige de mí los
pedirlos, aunque fuese a costa de mi afectos de la compasión más tierna, y
sangre! ¡Por cuan bien empleada la daría, una contrición amarguísima de todas mis
con tal que vos, oh Bien mío, no fueseis iniquidades! ¡Quién podrá Jesús mío,
ofendido! Por lo menos aceptad, en repa- explicar con palabras, o llegar siquiera a
ración de tantas blasfemias y pecados, co-
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concebir el incendio de amor en que se hacerle compañía en sus penas, y que, a
abrasaba vuestro Corazón sagrado, cuan- vista de tantos excesos de amor, me cu-
do,.^ fin de que yo me salvase, os hizo bro de vergüenza, pues ni siquiera le amo
sujetar vuestras purísimas carnes a tan- con todas las fuerzas de mi pobre cora-
tos y tan crueles azotes; entregar vuestra zón. A lo menos haced que nunca retracte
sagrada cabeza para que fuese taladrada yo esta mi voluntad de amarle; meted, os
con agudísimas espinas; dar vuestros pies ruego, dulcísima Madre mía, este corazón
y manos para ser horadados con duros en el vuestro y en el suyo, para que in-
clavos, y estar tres horas pendientes en flamado con un ardiente deseo de pade-
la cruz, padeciendo los más terribles dolo- cer y de amar, no viva ya en mí, sino en
res y la más cruel agonía! ¡Y no satisfe- Vos y en el amabilísimo Corazón de
cho aún vuestro amor con tantas penas, vuestro Hijo Jesús. Amén.
ignominias y dolores; quisisteis os abrie-
sen el Corazón con una lanza; y os com- Abril
placéis-aún en renovar cada día en innu- y tiempo Pascual
merables lugares la memoria de-pasión
tan acerba en el sacrificio incruento de la ¡Oh Religión santa! ¡qué consoladores
Misa! ¡Oh! ¡quien me diera dos fuentes de misterios nos representas en estos días!
lágrimas para llorar mi ingratitud a tan Tú me enseñas, que, si logro salvarme,
inefables beneficios! por lo menos vos, oh vendrá tiempo en que, volviéndose a unir
María, Madre afligidísima, que tanto pa- el alma con este cuerpo mío, ahora vil y
decisteis en la pasión y muerte de vues- despreciable y entonces noble y hermosí-
tro amantísimo Hijo, abogad por mí ante simo, resucitaré a mejor vida, y veré con
el divino acatamiento, encended en mi estos mismos ojos a mi amado Jesús re-
frío corazón el fuego purísimo de vuestra sucitado, que reina ya triunfante en los
caridad, y alcanzadme una perfecta mor- cielos. Tú me dices que veré sus amorosas
tificación de mis sentidos y pasiones, y llagas y aquel Corazón, y rostro amabilí-
un grande amor a la cruz. Decid a vues- simo que llenan los cielos de júbilo, y se
tro santísimo Hijo que estoy resuelto a me encubren ahora bajo las especies de
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pan. ¡Oh! ¡cuándo vendrá este dichoso abismarse en el piélago de dulzuras de
día, en que podré recibir en mi pecho las vuestro Corazón sagrado, también yo a
llamaradas de aquel incendio sagrado! ejemplo suyo desee únicamente vivir para
¿Cuándo será que uniéndose corazón Vos solo, y unir a vuestro Corazón amo-
con corazón, se encienda en el míó^un rosísimo este mi corazón tan frío y tan
fuego tan dulce y vehemente que le deje ingrato a vuestras finezas y ternuras.
embriagado y como derretido de puro go- Amén.
zo! ¡Oh! ¡llegue cuanto antes este día
venturoso!. . . ¡Ay de mí! ¡que yo le re-
tardo con mis infidelidades, y quiero aún Mayo
por mi culpa perder tan inefable felici-
dad! Esto es, Jesús mío, lo que en medio y tiestas de la Virgen
de mis esperanzas me llena de amargura
y desconsuelo. Por tanto acordaos de mí Purísima Virgen María, Madre verda-
en la presencia de vuestro Padre celestial dera de Dios, y Madre, Señora y Abogada
y mostradle ese dulcísimo Corazón, que mía, amantísima; permitid que en este
obró la salud eterna de mi alma. Escon- mes, singularmente dedicado a vuestro
ded en él este pobre corazón mío, que honor y culto, me consagre yo a vuestro
amasteis desde toda la eternidad, y a Corazón amorosísimo, y os pida, con hu-
quien tanto amáis todavía a pesar de mi mildad y confianza de hijo, que deis en él
indignidad e ingratitud. Esto solo bastará maternal acogida, para que aprenda una
para que cesen mis angustias y se calmen devoción sólida y un amor ardiente al
mis temores. Avivad también mi fe, alen- Corazón sagrado de vuestro dulcísimo Hi-
tad mi esperanza, haciendo que viva yo jo. ¡Vos vivisteis en Él con vuestros afec-
enteramente desasido de todas las cosas tos y pensamientos todos los días de
de este mundo. Concededme que así como vuestra vida! ¡Tantas veces tuvisteis la
vuestra Santísima Madre, después de dicha de allegarle tiernamente a vuestro
vuestra Ascensión gloriosa, ardía en de- Corazón, de apretarle y besarle, para dar
seos de contemplaros, y de sumirse y de de este modo salida y refrigerio al incen-
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dio de vuestro amor! ¡Vos, al recibir a
Junio
vuestro Hijo santísimo en la sagrada Eu-
caristía, sentíais vuestro Corazón derreti- y procesiones del Corpus
do y transformado en el suyo! Pues ¿qué
no podrá prometer este mi pobre- cora- ¡Hasta qué exceso ha llegado vuestro
zón,'"si encuentra acogida en el vuestro? amor, Corazón dulcísimo de mi amado
Aquí aprenderá a ser manso y humilde, Jesús! No contento con estar en la sagra-
a orar con devoción y recogimiento, a su- da Eucaristía aguardando a que vayamos
frir con paciencia, y aún con alegría, to- a visitaros, para derramar sobre nosotros
das las tribulaciones, cruces y trabajos de todas vuestras riquezas y hacernos felices,
esta vida, a evitar hasta las culpas más os dignáis salir en público a buscarnos, y
leves, y practicar las virtudes más heroi- trayéndonos a la memoria la caridad ine-
cas; de manera que, trocándose este mi fable con que nos amáis, nos invitáis a
corazón tibio en fervoroso, y encendién- que os acompañemos y cortejemos en
dose cada día más y más en el amoroso estos dichosos días. ¡Cuál debiera ser el
fuego en que arde el vuestro, no acierte júbilo de mi corazón, viéndoos colocado
a alejarme ni a separarme de Vos; y así como en trono de gloria sobre nuestros al-
con vuestro Corazón purísimo ame el de tares, y llevando en triunfo por las calles
vuestro santísimo Hijo. Abridme,-pues, y plazas! Deseabais tener el consuelo de
Madre y Señora mía, ese vuestro Corazón, vernos a todos en vuestra presencia; y co-
abismo de amor y de clemencia; haced mo hay tantos ingratos que no os visitan
que prenda en mí ese fuego sagrado, y se en todo el año, salís Vos de los templos,
aumente de manera que llegue a consu- para tener siquiera el gusto de verlos y
mirme y a quitarme la vida el puro amor mirarlos con ojos benignos por las calles;
al Corazón santísimo de mi amado Je- ¿y cómo podré yo corresponder a tanta
sús. Amén. bondad? ¡Que no sea yo dueño de todos
los corazones, para mostraros, Corazón
dulcísimo, mi gratitud con el entero sa-
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«rifieio de todos ellos! ¡Que no pueda yo amado Jesús, dejad que se desprenda de
acompañaros en todas partes donde os ese volcán el fuego, que arde en Vos, una
halláis, y cortejaros con los más finos ob- viva centella de amor que ablande y de-
sequios de fe, adoración y amorí ¡Oh! ¡si rrita el hielo de nuestros corazones insen-
lograra conducir ante vuestro acatamien- sibles, y los abrase en las llamas de la
to a todos los que no creen en vuestra real más pura caridad y del más generoso
presencia y hacer que, ilustrados con la agradecimiento para con un Corazón que
luz de la fe, se convirtieran, y os recono- desde toda la eternidad nos ama con tan-
cieran por el verdadero Hijo de Dios he- ta ternura. Hacedlo, dulce Jesús mío;
cho hombre! ¡Ojalá pudiese yo, a lo me- tiempo es ya de que reinéis en toda la re-
nos con las más profundas humillaciones, dondez de la tierra; tiempo es ya de que
con el dolor más agudo y penetrante, y se dilate vuestro reino, se aumente vues-
aun a costa de mi misma aniquilación,
tra gloria, y de los corazones de todas las
impedir, o por lo menos resarcir las inju-
criaturas se forme un solo corazón que os
rias; irreverencias y ultrajes que os irro-
gan aquellos a quienes amáis con tanta conozca, honre y ame, como con un solo
ternura; Mas ya que esto no me es posi- corazón os honrarán y amarán los Bien-
ble, ruégoos, oh Espíritus celestiales, es- aventurados en el cielo reinando por Vos
cogidos con tanta dicha vuestra para ob- y con Vos por siglos infinitos. Amén.
sequiar al Corazón de mi dulce Jesús, rué-
goos que en mi nombre le acompañéis y
cortejéis en este adorable Sacramento. Sí, Julio
amadle, glorificadle, alabadle continua-
mente por mí; y en desagravio de tanta Yo os adoro, sagrado Corazón de Jesús,
ingratitud, presentadle el amorosísimo templo purísimo del Eterno Padre, verda-
Corazón de María y los humildes y aman- dera y dignísima morada del Espíritu
tes corazones de tantas esposas suyas, en Santo, tesoro infinito de la divinidad; yo
quienes tan tiernamente se complace. os saludo, manantial vivo y vivificante de
Y Vos, oh Corazón dulcísimo de mi vida eterna; origen y principio de toda
virtud; yo os bendigo y alabo, oh riqueza
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incomprensible y ardiente fragua del di- única regla de todas mis acciones y pen-
vino amor. Vos sois en este adorable Sa- samientos, y que jamás tendré otra vo-
cramento la fuente de toda consolación y luntad^que la vuestra. ¿Me negaréis, Co-
dulcedumbre; el asilo y descanso en todas razón amabilísimo, esta gracia? Yo la de-
nuestras tribulaciones y angustias; la sa- seo ardientemente, y os es muy fácil otor-
lud y apoyo de los que en Vos esperan; gármela. No la merezco, es verdad; pero
guía fiel y única felicidad de los que de la merece y pide por mí vuestra santísi-
veras os aman. Sed, pues, oh Corazón di- ma Madre, y os la pide por su Corazón
vino, de aquí en adelante el lugar de mi purísimo, tan unido y semejante al vues-
reposo, el refugio donde halle guarida se- tro, por aquella espada de dolor de que
gura contra el furor de mis enemigos. fué atravesado en vuestra Pasión, por
Halle en Vos perpetua morada; y si algu- aquel ardiente fuego de amor tiernísimo
na vez, saliéndome de ella, me descarria- para con nosotros que en él encendisteis.
re, llamadme luego al punto hacia Vos,
disparando a mi pecho una flecha de ese
fuego amorosísimo, para que con el ama- Agosto
ble freno de tan dulce herida, jamás
días de retiro
vuelva a separarme de Vos. ,
Pero ¡ay! ¡cuántas veces me disteis Dichosísima Virgen María que a im-
amorosa acogida en ese vuestro amabilí- pulsos del más suave amor rendiste tu
simo Corazón, y yo traidor, me salí de Él purísima alma entre los brazos y en el
y huyendo lejos de Vos, olvidé vuestras Corazón de tu dulcísimo Hijo; soberana
caricias y correspondí a vuestras finezas Princesa, que entrando triunfante en el
con la más negra ingratitud! Así es, lo cielo fuiste no sólo coronada por Reina y
confieso, dulce Jesús mío; mas vedme Señora de los Ángeles y hombres, sino
aquí que vuelvo a Vos pesaroso y arre- aun constituida la dispensadora y arbitro
pentido de mi enorme infidelidad, protes- de los tesoros del sagrado Corazón de Je-
tando y confiando que he de vivir siem- sús; desde ese trono de gloria que ocupas,
pre en Vos; que Vos seréis en adelante la vuelve, te ruego, tus benignísimos ojos
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hacía este pobre pecador, y presenta a tu
Hijo santísimo la humilde súplica que dentro de su Corazón, consumiese mis de-
hoy te dirijo. fectos con las llamas de su ardiente amor;
Ya sé, Madre y Señora mía, que son y allí, seguro contra las acechanzas-del
muy pocos los días de mi peregrinación enemigo infernal y confiado en tu miseri-
en este valle de lágrimas y que, cuando cordia infinita, moriría gustoso, unido y
menos lo piense, vendrá la muerte a dar- estrechamente abrazado con Él. Pero ¡ay!
me el último asalto y poner fin a mi vida. después de tantas Comuniones tibias e
Humildemente me sujeto a golpe tan te- indignas como he hecho en mi vida, ¿me-
rrible, y con total resignación dejo en ma- receré yo tan grande favor? Alcánzamelo,
nos de la divina Providencia el día, la ho- Señora y Madre mía; di a tu Hijo santí-
ra y demás circunstancias de mi muerte. simo me conceda recibir a su Corazón
Mas ¡ay! ¡en qué peligros y congojas me amabilísimo en el santo Viático antes de
van a poner la memoria de mis desórde- morir. Y si en el castigo de mi tibieza y
nes pasados, la vista de tantas miserias poca preparación para la Comunión -qui-
presentes, y la incertidumbre en orden a siese Dios privarme de un consuelo y fa-
mi eterna salvación. Mi único amparo y vor tan grande, haz por lo menos que ex-
consuelo, en medio de tantas angustias y pire yo haciendo fervorosos actos de fe,
temores, sería el Corazón sagrado de tu esperanza y caridad, invocando los santí-
Hijo santísimo, si lograse la dicha de reci- simos Corazones de Jesús y María. Nada
birle dignamente en la santa Eucaristía. te negó jamás tu amantísimo Hijo; rue-
Sumergiría todos mis pecados en aquel ga, pues, por mí, y no habré inútilmente
piélago de misericordia; ofrecería al Eter- confiado en la que es Madre, refugio y
no Padre aquella víctima preciosa, y así amparo de pecadores. Amén.
podría alegar este mérito siquiera para
la salvación de mi alma. Recordaría al Sep tiembre
Corazón de mi dulce Jesús las muchas
congojas, dolores y tormentos que pade- Eterno Dios, creador y conservador de
ció para salvarme; le pediría me metiese todas las cosas; yo, pecador indigno, me
postro ante el trono en medio del sagrado
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— 263 —
Corazón de vuestro Hijo JCBÚS, mi vida,
mi verdad y mi camino, os adoro por to- mismo Corazón, pidiéndoos los llenéis de
dos los hombres que no os adoran, os amo su espíritu y concedáis estar en Vos eter-
por todos los que voluntariamente ciegos namente. Aceptad, os ruego, todas estas
rehusan conoceros, os reconozco y confie- súplicas, no mirando a la indignidad del
so por verdadero Dios, único y Supremo que os pide sino a vuestra infinita mise-
Señor^de cielos y tierra. ¡Ojalá pudiera ricordia y a los méritos de vuestro Hijo
yo satisfacer la estrechísima obligación santísimo.
que tienen todas las criaturas de obse- Mas ¿quién podrá corresponder a tan-
quiaros, obedeceros, amaros, y rendirse tos beneficios como me habéis hecho y a
enteramente a vuestra santísima volun- tantos otros que espero recibir de Vos en
tad! ¡Ojalá pudiera yo recorrer todas las adelante? Confieso, Jesús mío, que nada
partes del mundo, reunir todas las almas puedo y nada soy; sin embargo, deseoso
redimidas con la preciosa Sangre de vues- de agradecer en alguna manera tantos
tro Hijo, y abrazándolas con entrañas de favores, os ofrezco el Corazón inmaculado
verdadera caridad, ofrecerlas sobre el Co- de vuestra amorosísima Madre. Quisiera
razón purísimo de mi dulce Jesús, 'repa- yo amaros, Jesús mío, con aquella encen-
rar así las injurias que os han hecho, y dida caridad con que os ha amado y ama
por los méritos de este Corazón amantísi- este purísimo Corazón. Por aquel amor
mo obtener la salvación de todas ellas! ardentísimo con que esta tierna Madre os
No permitáis, oh Padre celestial, que sea albergó nueve meses en su seno virginal
por más tiempo ignorado de ellas vuestro y alimentó con su purísima leche, conce-
Hijo santísimo. Sumergidas están en el dedme, os suplico, una verdadera contri-
abismo del pecado y muertas a la gracia; ción de mis pecados, para que, limpio mi
haced que resuciten a nueva vida, vivien- corazón de toda mancha, logre amaros,
do por Jesús, que murió y derramó por alabaros y gozar de Vos eternamente en
ellas su preciosísima Sangre. Sobre este la gloria. Amén.
Corazón santo presento también a Vues-
tra Majestad a todos los devotos de este
264 —
265
Octubre dote a derramar sobre nosotros tantas ben-
diciones espirituales y temporales, como
¡Oh, Corazón infinitamente amable, y de su liberal mano continuamente recibi-
con todo eso tan poco amado y conocido mos.
de los hombres! ¿Quién hubiera creído Por eso, deseoso de corresponder a tal
que habiéndote dignado vivir entre nos- exceso de caridad, y de resarcir en alguna
otros en la adorable Eucaristía, hallán- manera tan enorme ingratitud, propongo,
dote presente a un mismo tiempo en oh Corazón amabilísimo, redoblar en este
tantas iglesias, estando noche y día en mes mis oraciones ante tu acatamiento di-
nuestros sagrarios exhalando tiernísimos vino, unirme a Ti a menudo con todos mis
afectos de amor para con nosotros, te sentimientos y afectos cada hora, y aun
dejaríamos horas y días enteros en tanta con mayor frecuencia recibirte espiritual-
soledad, sin hacer caso de las cariñosas mente. Digo y te diré, con el más vehe-
voces con que nos convidas a que te visi- mente fervor de espíritu, que quisiera ver
temos, siquiera de paso y una vez al día? todos los hombres humildemente postra-
¡Oh, detestable y monstruosa ingratitud! trados ante tu soberana Majestad, y que
¡Oh, Corazón v e r d a d e r a m e n t e divino! todos los corazones te amasen, y todas las
Pues, aunque te ves olvidado, mal corres- voluntades te obedeciesen y se sujetasen
pondido y tan indignamente tratado. Tú, a Ti con el mayor rendimiento. A este fin
no obstante, lejos de abandonar nuestros me propongo visitarte con frecuencia; y
altares y de descargar sobre nosotros las cuando me sea forzoso apartarme de Ti
terribles venganzas que teníamos mereci- para acudir al cumplimiento de mis obli-
das, continúas en esa soledad, manso y gaciones, rogaré, y desde ahora para en-
humilde, y tan enamorado de los hombres tonces ruego al Ángel de mi guarda que
que cifras tus delicias en vivir en medio supla mis veces, y se quede en mi lugar
de nosotros. Y no satisfecho todavía tu hasta que vuelva a visitarte. Rogaré tam-
amor, día y noche te ofreces aquí por víc- bién, y desde ahora ruego a los Santos,
tima de nuestros pecados, e intercedes con cuyas imágenes y reliquias se veneran en
tu Eterno Padre a favor nuestro movién- esta iglesia, que, bajando del cielo, se pos-
— 266 — 267
temor alguno de perderle. Yo, aunque le
tren en tu presencia y en nombre mío te veo con los ojos de la fe en la adorable
adoren, amen, alaben y presenten el Cora- Eucaristía, y le recibo en mi pecho para
zón amorosísimo de la Virgen santísima, alimento y salud de mi alma, ¡cuántas ve-
que tanto te agrada. Acepta estos mis ces me faltan los afectos por estar muy
humildes obsequios, Corazón dulcísimo tibio mi fervor y muy lánguida mi fe!
de mi amado Jesús, y así como me has ¡Cuántas veces, aunque esté en su presen-
dado gracia para concebir esta oferta, cia y le tenga dentro de mí mismo, me
dámela también para cumplir fielmente hallo distraído, helado, duro e insensible!
lo prometido y adorarte por siglos eter- Pero lo que más aflige mi pecho es ver
nos en el cielo. Amén. cuan fácilmente puedo abandonar a ese
Noviembre Corazón amabilísimo, y hacerme indigno
y fiesta de todos los Santos de ser amado por Él.
¡Oh Santos del Paraíso, que rebosáis de Tened, pues, compasión de mí, glorio-
gozo ante el Corazón augusto de mi ama- sos Santos; rogad a ese Corazón santísi-
ble Jesús! Yo acepto el convite que me mo que siempre que yo acuda a visitarle
hacéis, y adorando con vosotros a ese en la sagrada Eucaristía, atraiga a sí mi
amantísimo Corazón, y uniendo mi débil corazón con todos sus afectos y senti-
voz a la vuestra, repito lleno de alegría; mientos; y que siempre que yo le reciba
sea honrado, glorificado, amado y obede- dentro de mi pecho, se digne iluminar mi
cido de todos los corazones por siglos in- entendimiento y encender mi voluntad
finitos el Corazón santísimo de Jesús, que con el fuego de su divino amor, para que
con tal exceso de misericordia nos amó y a Él sólo ame, en Él solo espere, el Cora-
redimió con su Sangre preciosa. Mas zón sagrado de mi Dios, único Señor y
¡cuánta diferencia hay, Santos gloriosos, dueño de mi corazón. No dudo, santísi-
entre vuestra suerte y la mía! Vosotros mos Protectores míos, que por vuestra
estáis ya gozando de este divino Corazón; intercesión alcanzaré estas gracias, si las
le veis y le amáis con indecible ardor, apoya la Reina de todos los Santos y Ma-
gozo y hartura de vuestro espíritu, sin dre mía amantísima. Sí, dulcísima Virgen
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María, presentad ante el divino acata- Redentor mío; tú quieres que en este
miento, y apoyad con vuestra poderosa adviento reforme mi corazón y te prepare
protección estas humildes súplicas y en- en él una morada menos indigna de lo que
tonces lograré amar en esta vida, a imi- ha sido hasta aquí, para celebrar la di-
tación de los Santos, y alabar en la otra, chosa memoria y renovar las gracias de
en compañía de todos ellos, al amorosísi- tu santo Nacimiento. Quieres que viva
mo y santísimo Corazón de mi dulce Je- en mayor recogimiento y retiro; que me
sús. Amén. guarde aún de las más leves culpas; que
Diciembre no dé entrada en mi corazón al fausto ni
a la vanidad; que sea humilde, manso y
y tiempo de Adviento sufrido como el tuyo, reinando siempre
en él una perfecta resignación a la divina
¡Qué necesidad tenías, oh dulce Jesús voluntad, y un ardiente deseo de penas y
mío, de instituir la adorable Eucaristía, de cruces. ¿Y qué es todo eso, Jesús mío,
para probar el encendidísimo amor en que en comparación de lo que tu Corazón me
ardía tu Corazón? ¿No publicaba bastante merece y ha hecho por mí? Gustoso haré
el amor que me tenías aquel purísimo y este poco que me pides; mas ¡ay! ¡de qué
virginal vientre en que estuviste nueve servirían estas resoluciones y promesas,
meses encerrado? ¿Y aquel vil establo en si no me dieras gracia para cumplirlas!
que te dignaste nacer con tanta abyec- Para obtenerla más fácilmente quiero
ción, incomodidad y pobreza, la paja y el unir todos mis afectos y sentimientos con
heno de aquel pesebre que te sirvió de los del purísimo Corazón de María. Acep-
cuna, y la misma inclemencia de la esta- ta como cosa propia mía, los amorosos
ción y de la noche, a que recién nacido suspiros, las humildes oraciones e inter-
quisiste sujetar tus tiernas y delicadas nos coloquios, las profundas adoraciones
carnes, no pregonaban bastante el amor con que esta Señora te cortejaba, reve-
que me tenías? renciaba y amaba, teniéndote aún en su
¿Y cómo podré yo corresponder a tan castísimo seno. Acepta las ardentísimas
excesivo amor? Ya te entiendo, amable ansias con que anhelaba por el feliz mo-
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mentó de su parto purísimo; y sobre todo Preces y afectos piadosos
acepta su Corazón tan encendido y abra-
sado en las llamas de tu amor. ¡Cuan al Sagrado Corazón de Jesús
dichoso sería yo si, al recibirle el día de
Natividad en mi pecho, supiese hacerte Corazón de Jesús, templo dignísimo del
total e irrevocable donación de este mi Eterno Padre:
pobre corazón como lo hizo la Virgen, y K) Inflama mi corazón en el amor di-
lo harán tantas almas fervorosas! ¡Y qué vino en que te abrasas.
dicha, si en retorno de esta generosa en- Corazón de Jesús, asiento del Verbo
trega recibiese de Ti una copiosa avenida divino: Inflama, etc.
de gracias, y un constante y ardentísimo Corazón de Jesús, morada del Espíritu
amor a tu Corazón amoroso! Pues ya que Santo: Inflama, etc.
los reyes de la tierra acostumbran seña- Corazón de Jesús, sagrario de la San-
lar con mercedes extraordinarias el naci- tísima Trinidad: Inflama, etc.
miento de un príncipe hijo suyo, señala Corazón de Jesús, en quien habita la
también el tuyo derramando tus dones plenitud de la divinidad: Inflama, etc.
sobre esta pobre criatura, para que, vi- Corazón de Jesús, en quien están depo-
viendo ahora mi corazón estrechamente sitados los tesoros de la Sabiduría in-
unido con el tuyo, logre amarte y go- creada: Inflama, etc.
zarte eternamente en la gloria. Amén. Corazón de Jesús, en quien se encierran
las riquezas del amor divino: Inflama, etc.
Corazón de Jesús, afligido por nuestro
amor: Inflama, etc.
5>W3
Corazón de Jesús, injuriado por nues-
tras ingratitudes: Inflama, etc.
Corazón de Jesús, herido con la lanza
por nuestros pecados: Inflama, etc.
Corazón de Jesús, fuente de todo con-
suelo: Inflama, etc.
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Corazón de J e s ú s , refugio de los atri- CULTO P E R P E T U O
b u l a d o s : Inflama, etc.
Corazón de J e s ú s , a m p a r o y defensa Al Corazón de Jesús
de los que t e a d o r a n : Inflama, etc.
Corazón d e J e s ú s , delicia d e los San- Deseosos de tributar a este Corazón divino
t o s : Inflama, etc. continuos obsequios de adoración, gratitud y
amor, han inventado algunas almas fervorosas el
Corazón de J e s ú s , s e g u r a esperanza en medio siguiente:
la h o r a de la m u e r t e : Inflama, etc. Eeúnense nueve personas la vigilia de cada
Corazón de J e s ú s , c e n t r o d e todos los primer viernes de mes, y sorteando entre sí los
corazones: Inflama, etc. nueve oficios que aquí se ponen, procuran, en
unión con los nueve coros de los Ángeles, desem-
V) J e s ú s , m a n s o y h u m i l d e de corazón. peñar cada cual el oficio que le ha cabido en
R) H a z que mi corazón sea conforme suerte, y además:
al t u y o . 1. Comulgar por lo menos una vez al mes.
1. Hacer cada día una visita a Jesús sacra-
O EA C I Ó N mentado, siquiera con el espíritu, desde su casa.
3. Dirigir a Dios frecuentes jaculatorias aná-
Señor m í o J e s u c r i s t o , q u e p o r u n nue- logas al oficio que tiene, o cuando no, la
siguiente:
vo y s i n g u l a r beneficio hecho a la Igle-
sia, te d i g n a s t e d e s c u b r i r n o s las riquezas Corazón d e m i a m a b l e S a l v a d o r .
inefables de t u Corazón; concédenos la Haz q u e a r d a y s i e m p r e crezca e n m í
gracia de c o r r e s p o n d e r al a m o r d e este tu amor.
Corazón s a c r a t í s i m o y r e s a r c i r con dignos 4. Al salir de la iglesia, al ir a acostarnos, o
obsequios las i n j u r i a s que recibe d e hom- al cumplir con nuestras obligaciones, pedir al
coro de Ángeles, con quien tenemos que unirnos,
bres i n g r a t o s ; a fin de que s e a m o s enri- que suplan nuestra falta y hagan en nuestro
quecidos con la a b u n d a n c i a de dones ce- lugar la corte a Jesús.
lestiales, q u e m a n a n d e esta fuente inago- Nada de esto obliga bajo pena de pecado alguno: y el
table d e gracias. A m é n . que, por hallarse ausente, no hubiese podido asistir al
mico de los ojiaos, tomo el que sigue al que tenía, y
pnará las mismas indulgencias que los demás.
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OFICIO I. — Promotor
Jaculatoria: ¡Qué sólo tenga yo u n corazón,
Unido al coro de los TRONO, de las DOCE a las y esté t a n frío, Señor, p a r a corresponder a vues-
TEES de la tarde. tro amor y resarcir la tibieza de t a n t o s hombres
ingratos p a r a con vos!
Pedir al Eterno Padre que todo el mundo co-
nozca el sagrado Corazón de su unigésimo Hijo,
al Espíritu Santo que nos abrase a todos en las O F I C I O III. — A d o r a d o r
llamas del divino amor, y a la Virgen, que inter-
ponga con el Hijo su poderosa intercesión.
Unido al coro de las DOMINACIONES, desde las
En la visita al santísimo Sacramento rece cin- SEIS de la tarde a las NUEVE de la noche.
co veces el Gloria Patri. Adore a la Santísima Trinidad, deleitándose
Virtud: Atraer a otros a la devoción del Cora- interiormente en repetir aquel cántico celestial:
zón de Jesús, o confirmar en ella a los que ya la Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios de los
profesan. ejércitos, etc.
Visite al Santísimo Sacramento en nombre de
Jaculatoria: ¡ Cuándo, Señor, os conocerán y
la familia, pidiendo conceda a los sacerdotes y
amarán los hombres cual vos merecéis! religiosos fervor en el desempeño de s u s obli-
gaciones.
OFICIO II. — Reparador . Virtud: Profundo respeto en el templo.
Jaculatoria: Ya que no puedo, Trinidad augus-
Unido al coro de las POTESTADES, de las TRES a ta, adoraros cual Vos merecéis, os ofrezco las
las SEIS de la tard,e. adoraciones que os rinden los J u s t o s y la Reina
Pida perdón de las injurias que se hacen a de los Santos, con las que os rindió Jesucristo
Jesús en el Santísimo Sacramento, y procure con en el secreto de su Corazón.
Misas, oraciones y comuniones fervorosas repa-
rar tantos agravios. ¡Ay, Señor! ¡si sólo os ofen- OFICIO IV. — A m a n t e
diesen los infieles, los judíos, herejes o impíos!
Mas ¡ay! ¡son también los cristianos! ¡He sido
yo mismo! Unido al coro de los SERAFINES, desde las NUEVE
de la noche hasta las SEIS de la mañana.
En la visita al Santísimo lea o haga algún Al acostarse, vuelto hacia el Santísimo Sacra-
acto de desagravio. mento, entregúele el corazón; pida a los Ángeles
Virtud: Exacta observancia de las reglas y suplan su ausencia ante el buen Jesús: haga fer-
obligaciones de su estado. vientes actos de amor si despertare por la n o -
che, pero mucho m á s al visitarle por la m a ñ a n a .
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— 277 -
En esta visita encienda en su pecho vivos afec- actos de paciencia y resignación, uniendo sus
tos de amor, considerando cuan amable, cuan penas con el sacrificio y los trabajos que Jesús
a m a n t e y cuan poco amado es el Corazón de ofreció en la cruz, y a h o r a ofrece en los altares
Jesús. para alcanzarnos misericordia.
Virtud: Hacerlo todo por a g r a d a r a Dios; y Una visita al Santísimo Sacramento, y en ella
por esto gran exactitud en las cosas pequeñas. cinco Padres nuestros a este fin.
Jaculatoria: Os amo, dulce Jesús mío: ¡quién Virtud: Guarda de los sentidos, mortificar la
os hubiese amado siempre! ¡Quién nunca os vista cinco veces.
hubiese ofendido! Jaculatoria: ¡Quién pudiera inmolarse en las
llamas de vuestro divino amor por la salvación
de los pecadores! Aceptad, oh Padre Eterno, mi
OFICIO V. — Discípulo sacrificio, unido al Corazón de Jesús sacrificado
Unido el coro de los QUERUBINES, desde las SEIS por mí.
hasta las NUEVE de la mañana.
Entre en este Corazón, como en u n a escuela
sublime de virtud: ¡ay, qué poco te has aprove- OFICIO VIL — Esclavo
chado de las lecciones de t a n buen Maestro! Pide
a lo menos que ilumine a los presumidos sabios Unido al coro de los ARCÁNGELES, cada HORA del
del siglo, para que, conociendo y detestando el día.
error, abracen la verdad.
Renueve el deseo de vivir y morir esclavo del
En la visita al Santísimo, rogar por los que
Señor. ¡Qué regalada servidumbre! ¡Qué sujeción
tienen el cargo de enseñar y diga el Veni Crea- tan gloriosa! ¡Qué yugo t a n suave! ¡Qué diferen-
tor Spiritus. tes son estas cadenas de las que el m u n d o im-
Virtud: Guarda el silencio no hablando sin pone a los suyos! Servir al Corazón de Jesús
necesidad. es reinar.
Jaculatoria: Aprenda yo, Señor, a ser como En la visita al Santísimo ofrezca las obras, y
Vos, manso y humilde de corazón. rece tres Padre nuestros a este Corazón divino
para obtener que todos los hombres le estén
OFICIO VI. — Víctima sujetos.
Virtud: Conformidad con la voluntad de Dios:
Unido al coro de las VIRTUDES, desde las NUEVE a cinco actos al día.
las DOCE de la mañana. Jaculatoria: Di con la Virgen Santísima: He
En espíritu de sacrificio, p a r a aplacar el enojo aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu
divino contra los pecadores, se ejercitará en palabra.
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OFICIO VIII. — Suplicante DEVOCIÓN AL CORAZÓN
Unido al coro de los ÁNGELES, cada HORA del día. AGONIZANTE DE JESÚS
Ofrecer al Eterno Padre los méritos de este
amabilísimo Corazón por cuantos se hallen en al- Esta devoción tiene por objeto: primero, hon-
guna necesidad, particularmente por las Ánimas rar al sagrado Corazón de Jesús, que toda la
del Purgatorio y por los que estén agonizando. vida, pero particularmente durante la Pasión
En la visita al Santísimo Sacramento pedir a padeció grandes penas interiores por la salva-
Jesucristo muestre aun para con los desgracia- ción de las almas. Segundo: conseguir por los
dos las entrañas de compasión que tenía en su méritos de esta larga agonía una buena muerte
vida mortal. a los millares de personas, que mueren cada día
Virtud: Cinco actos de caridad al prójimo cada en todo el mundo.
día.
Jaculatoria: Amable Jesús mío, pues cifrabais Oración cotidiana por los que h'an de
toda vuestra gloria en hacer bisn, consolad a morir e n este día
los afligidos y socorred a ios necesitados.
¡Oh, m i s e r i c o r d i o s í s i m o J e s ú s a b r a s a d o
OFICIO IX. — Celador en a r d i e n t e a m o r de las a l m a s ! Suplicóos,
Unido al coro de los PRINCIPADOS, cada HORA por las a g o n í a s d e v u e s t r o s a c r a t í s i m o
del día. Corazón y p o r los dolores de v u e s t r a in-
Excitar en sí vivos deseos de que sea de todos
conocido, amado y alabado el Corazón de Jesús. maculada M a d r e , q u e lavéis con v u e s t r a
¡Ay! ¡cuántos infieles judíos, herejes y malos cris- Sangre a t o d o s los p e c a d o r e s d e la t i e r r a
tianos existen todavía! ¡Cuántas almas redimi- que e s t á n a h o r a en la a g o n í a y h o y t i e n e n
das con la Sangre de Dios se pierden cada día! que m o r i r .
En la visita al Santísimo Sacramento pedir a
Jesús la conversión de tantos infelices, pedírsela Corazón a g o n i z a n t e d e J e s ú s , t e n e d m i -
al Corazón purísimo de María, refugio de los sericordia de los m o r i b u n d o s .
pecadores. Dirá nueve veces el Gloria al Padre,
Gloria al Hijo, etc. Práctica
Virtud: Atender con santas conversaciones a
la santificación del prójimo. Con esta o r a c i ó n ofreceremos al Cora-
Jaculatoria: ¡Oh, Corazón el más amable y zón a g o n i z a n t e de J e s ú s a l g u n a de n u e s -
amante de los hombres! ¿cuándo seréis amado tras acciones d u r a n t e el día p o r los q u e
de todos ardentísimamente? hoy m i s m o se h a l l a n en la agonía.
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281 —
Reflexiones var almas. . . ¡Oh! ¡qué divina ocupación!
Pedid por los agonizantes: el apóstol
¡Millares de personas caen hoy al gol- Santiago dice que quien ayudare a su
pe de la guadaña de la m u e r t e ! . . . ¡Sí; hermano a salir de los extravíos, salvará
millares y millares de personas compa- el alma de su hermano y borrará la mul-
recen hoy ante el tremendo tribunal de titud de sus propios pecados.
Dios!. . . ¡Millares de personas principian Pedid por los agonizantes: si lo hacéis,
hoy una eternidad de gozos o de tormen- un día se pedirá también para vosotros,
tos infinitos! ¡Ay de mí! ¡Cuántos de los cuando estéis en la agonía . . . ¡Oh! ¡qué
que componen ese espantoso número esta- consuelo tan dulce en aquel último com-
rán en pecado mortal! bate terrible!
Cristianos, pedid por ellos compasivos; Enseñad a todos los que no lo sepan la
mirad que os lo suplica el Corazón de Je- devoción al Corazón agonizante de Jesús;
sús, ese Corazón que tanto os ama, ese introducidla en vuestras casas, en las
Corazón que tanto padeció por vosotros y Comunidades y entre vuestros amigos; y
por esas mismas pobrecitas almas. no dudéis que el sagrado Corazón os ben-
Pedid sobre todo por los pecadores. decirá. Un alma sola que lleguéis a sal-
Para no caer en el infierno, sólo necesitan var cada día por vuestras oraciones, al
una confesión bien hecha, o un acto de cabo del año habréis salvado ya trescien-
perfecta contrición . . . Pedid, pues, al tas sesenta y cinco . . . en diez años tres
Corazón agonizante de Jesús que les con- mil seiscientas cincuenta . . . ¡Qué cose-
ceda una de esas dos gracias; pedídselo cha tan copiosa! ¡Qué corona para la
sin dilación; hoy, hoy mismo, urge; ma- eternidad!
ñana ya no es tiempo.
Pedid por los agonizantes; son vuestros
hermanos en Jesucristo, quizá son vues-
tros parientes, amigos, bienhechores.
Pedid por los agonizantes . . . y haréis
lo mismo que hizo Jesucristo, que fué sal-
— 283 —
— 282 —
Letanías del Santísimo Nombre de Jesús Jesús, manso y humilde de
corazón,
Señor, Ten piedad de nosotros. Jesús, amante de la castidad,
Cristo, Ten piedad de nosotros. Jesús, que nos honras con tu amor,
Señor, Ten piedad de nosotros. Jesús, Dios de paz,
Jesús, autor de la vida,
Jesús Óyenos Jesús, ejemplar de las virtudes,
Jesús, Escúchanos. Jesús, celador de nuestras almas,
Jesús, nuestro Dios,
Dios Padre celestial, Jesús, nuestro refugio,
Dios Hijo, Redentor del mundo, Jesús, padre de los pobres,
Dios Espíritu Santo, Jesús, tesoro de los fieles,
Trinidad Santa, que eres un solo Jesús, buen pastor,
Dios, Jesús, verdadera luz,
Jesús, Hijo de Dios vivo, Jesús, sabiduría eterna,
Jesús, resplandor del Padre, Jesús, bondad infinita,
Jesús, pureza de la luz eterna, Jesús, "camino y vida nuestra,
Jesús, rey de la gloria, Jesús, alegría de los Ángeles,
Jesús, sol de Justicia, Jesús, rey de los Patriarcas,
Jesús, hijo de la Virgen María, Jesús, maestro de los Apóstoles,
Jesús, amable, Jesús, doctor de los Evangelistas,
Jesús, admirable, Jesús, fortaleza de los Mártires,
Jesús, Dios fuerte, Jesús, luz de los Confesores,
Jesús, Padre del siglo futuro, Jesús, pureza de las Vírgenes,
Jesús, Ángel del gran consejo, Jesús, corona de todos los Santos,
Jesús, todopoderoso,
Jesús, pacientísimo, Senos propicio, Perdónanos, Jesús.
Jesús, obedientísimo, Senos propicio, Escúchanos, Jesús.
_ 284 — ~~ 285 —
De todo mal, Cordero de Dios que quitas los pecados
De todo pecado, del mundo, Escúchanos, Jesús.
De tu ira, Cordero de Dios que quitas los pecados
De las tentaciones del demonio, del mundo, Ten misericordia de nos-
Del espíritu de fornicación, otros.
De la muerte eterna, 1) Indulgencia de 7 años.
Del menosprecio de tus divinas S) Plenaria en las condiciones acostumbradas si
se recitaren las letanías con la oración, du-
inspiraciones, rante un mes; S. C. Ind. 16 de Enero de 1886;
Por el misterio de tu santa Sagr. Penit. Apost. t de Enero de 1933.
Encarnación,
Por tu natividad,
Por tu infancia, ORACIÓN
Por tu vida toda divina,
Por tus trabajos, Señor nuestro Jesucristo, que dijisteis:
Por tu agonía y pasión, Pedid, y recibiréis, buscad y encontraréis,
Por tu cruz y desamparo, llamad y os abrirán; te suplicamos que
Por tus últimas congojas, derrames sobre nosotros la ternura de tu
Por tu muerte y sepultura, divino amor, a fin de que amándote de
Por tu resurrección, palabra, obra y de todo corazón nunca
Por tu ascensión, cesemos de bendecir tu santo Nombre.
Por tu institución de la Santa Haz, Señor, que reine siempre en nos-
Eucaristía, otros un temor respetuoso y un amor
Por tus gozos, ardiente a tu santo Nombre, ya que tu
Por tu gloria, Providencia no abandona jamás a los que
se han establecido en la solidez de tu
Jesús, Óyenos. amor. Tú que vives y reinas en los siglos
Jesús, Escúchanos. de los siglos. Amén.
Cordero de Dios, que quitas los pecados
del mundo, Perdónanos Jesús.
— 286 — — 287 —
Aeto de consagración que hizo de sí
ma tan íntimamente en mi corazón, que
Santa Margarita María Alacoque jamás pueda olvidaros, ni ser separada
al Divino Corazón de vos. Os suplico por vuestra misma
bondad escribáis mi nombre en vos mis-
Corazón sagrado de mi amado Jesús, mos, pues quiero hacer consistir toda mi
yo, aunque vilísima criatura, os doy y dicha en vivir y morir como vuestra es-
consagro mi persona, mi vida, mis accio- clava.
nes, penas y padecimientos, para no ser-
Indulgencia de tres años.
virme de ninguna parte de mi ser sino
para amaros, honraros y glorificaros. Es- Plenaria, en las condiciones acostumbradas, s
se rezare todos los días durante un mes. S. Penit.
ta es mi voluntad irrevocable; ser toda Apost. 25 de Febrero de 193Jf.
vuestra y hacerlo todo por vuestro amor,
renunciando de todo mi corazón a cuanto
pueda desagradaros. Os tomo, pues, oh Acto de desagravio al Sagrado
Corazón sagrado, por el único objeto de Corazón de Jesús
mi amor, por el protector de mi vida, el
garante de mi salvación, el remedio de ¡Amabilísimo Corazón de Jesús, centro
mi instancia, el reparador de todos los de- de todas las perfecciones y fuentes inago-
fectos de mi vida, y mi asilo seguro en la table de gracias y de misericordias infi-
hora de mi muerte; sed, pues, oh Corazón nitas! ¡Hasta qué exceso habéis honrado,
bondadoso, mi justificación para con Dios Señor, a esta vilísima criatura! No con-
Padre, y alejad de mí los rayos de su jus- tento con haberme creado a vuestra ima-
ta cólera. ¡Oh Corazón amoroso! pongo gen y amado desde la eternidad, y de
toda mi confianza en vos, pues, aunque lo haber conversado treinta y tres años con
tema todo de mi debilidad, sin embargo, el hombre ingrato, quisisteis verter por
todo lo espero de vuestra misericordia. mí tantos sudores, lágrimas y hasta la
Consumid en mí todo lo que os desagrada, última gota de vuestra sangre preciosísi-
y hacod que vuestro puro amor se impri- ma en la cruz. Y no bastando a vuestra
caridad tantas finezas de amor, instituís-
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— 289 —
to Sacrificio de la Misa; perdón por las
teis este inefable Sacramento, para ser irreverencias que he cometido ante vues-
mi consuelo, mi alimento y mi vida, in- tros altares, y sobre todo una y mil veces
molándoos cada día al Eterno Padre en perdón por tantas Comuniones tibias e
infinitos altares por mi amor. indignas, como habré hecho en toda mi
Y qué, dulcísimo Jesús mío, ¿ignora- vida.
bais por ventura los enormes agravios que Dignaos aceptar esta humilde repara-
habíais de recibir? ¿No sabías que habría ción que hoy os ofrezco. ¡Quién pudiese,
tantos infelices que os desconocerían, amabilísimo Jesús mío, animarla con la
tantos herejes que obstinados negarían más viva y perfecta contribución! ¡Quién
vuestra real presencia y os harían encar- pudiese recorrer los lugares que yo y tan-
nizada guerra, y sobre todo tantos cris- tos pecadores hemos manchado con nues-
tianos que ingratos pagarían vuestro fino tras culpas, purificarlos con mis lágri-
amor con frialdad, desprecio e ingratitud? mas, y lavarlos con la sangre de mis ve-
¡Si yo a lo menos, blanco de tantas fine- nas! Mas ya que no puedo hacer esto,
zas, hubiese correspondido siempre - a aceptad los deseos que tengo de consa-
vuestro amor! Mas ¡ay que fui también grarme todo desde este momento a la glo-
uno de estos ingratos! ¡Yo también insen- ria de vuestro sacratísimo y dulcísimo
sible a tan grandes favores os enclavé mil Corazón. J u n t o estos, aunque tibios de-
y mil veces en el madero de la cruz! Mas seos, con el ardentísimo amor de tantas
penetrado ahora de vivo dolor por mis almas justas, con los méritos y lágrimas
muchos agravios y negra ingratitud, me de vuestra afligidísima Madre, y con el
postro aquí a vuestras plantas, deseoso sacrificio que vos mismo ofrecisteis en la
de haceros una solemne reparación. cruz, y ofrecéis cada día al Eterno Padre
Sí; perdón, oh Dulce Jesús mío, por el en nombre de toda ía Iglesia.
olvido que hasta ahora he tenido de tan-
Sellad amantísimo, Jesús mío, sellad
tas ofensas; perdón por la poca fe, por la
con vuestra gracia la firme resolución
tibieza e indiferencia con que os he visi-
que tomo en este momento de pagaros
tado en la sagrada Eucaristía, y por la
amor con amor; de suerte que de hoy en
poca devoción con que he asistido al san-
— 291 —
— 290 —
adelante piense siempre en vos, hable de íentísimo amor deseáis corregir y des-
vos, obre por vos, padezca por vos, no :rar la sequedad y tibieza de nuestros
ame sino a vos, no viva sino para vos, razones! Inflamad y consumid las mal-
anhelando siempre por el momento feliz des e imperfecciones del mío, para que
en que merezca contemplaros cara a cara abrase en vuestro amor; dadme la
eternamente en el cielo. Amén. acia de resarcir las injurias e ingratitu-
s hechas contra Vos, ¡oh amantísimo
irazón!, y la que os pido en esta Nove-
i, si es para mayor gloria de Dios, cul-
i vuestro y bien de mi alma. Amén.
NOVENA
AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÜS Tres Padre nuestros y tres Ave Marías al final
l cada día, en reverencia de las tres insignias
Por la seal de la Santa Cruz, etc. ¡ lo Pasión con que se mostró el divino Corazón
k Santa Margarita María de Alacoque.
Señor mío Jesucristo, etc.
ORACIÓN PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS ORACIÓN DE TODOS LOS DÍAS
AL ETERNO PADRE
¡Oh, Corazón divinísimo de mi amado
Jesús, en quien toda la Santísima Trini- ¡Oh, Padre Eterno!, por medio del Co-
dad depositó tesoros inmensos de celes- tón de Jesús, mi verdad y mi camino,
tiales gracias! Concededme un corazón lego a vuestra Majestad, por medio de
semejante a Vos mismo, y la gracia que tete adorable Corazón, os adoro por to-
os pido en esta Novena, si es para mayor fos los hombres que no os adoran; os
gloria de Dios, vuestro sagrado culto y imo por todos los que no os aman; os co-
bien de mi alma. Amén. IOZCO por todos los que voluntariamente
¡iegos no quieren conoceros. Por este di-
Día primero gnísimo Corazón deseo satisfacer a vues-
ra Majestad todas las obligaciones que os
¡Oh, Corazón Sacratísimo y melifluo de ¡enen todos los hombres; os ofrezco to-
Jesús, que con ferventísimos deseos y
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das las almas redimidas con la precios . os ofrezco las alabanzas todas de los
Sangre de vuestro divino Hijo, y os pid jas amantes Serafines de toda vuestra
humildemente la conversión de todas pt prte celestial, y todas las que os puede
el mismo suavísimo Corazón. No perrí jir el Corazón de Vuestra Madre Santí-
tais que sea por más tiempo ignorado d ¡ma. Amén.
ellas' mi amado Jesús; haced que viva}
por Jesús, que murió por todas. Presentí Día segundo
también a vuestra Majestad sobre esti
Santísimo Corazón, a vuestros siervos N ¡ ¡Oh, Corazón amabilísimo de Jesús, ce-
N. y os pido los llenéis de su espíritu pstial puerta por donde nos llegamos a
para que, siendo su protector el mismi [líos y Dios viene a nosotros! Dignaos
deífico Corazón, merezcan estar con Vo ¡star patente a nuestro deseo y amorosos
eternamente. Amén. ispiros, para que, entrando por Vos a
.jestro Eterno Padre, recibamos sus ce-
lestiales bendiciones y copiosas gracias
OKACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS jara amaros. Dadme la gracia de resarcir
is injurias e ingratitudes hechas contra
¡Oh, Corazón divinísimo de Jesús, dig- ios, ¡oh amante Corazón!, y la que os
nísimo de la adoración de los hombres y pide en esta Novena, si es para mayor
de los Ángeles! ¡Oh, Corazón inefable J gloria de Dios, culto vuestro y bien de
verdaderamente amable, digno de ser mi alma. Amén.
adorado con infinitas alabanzas, por ser
fuente de todos los bienes, por ser origen) Día tercero
de todas las virtudes, por ser el objeto' ¡Oh, Corazón Santísimo de Jesús, ca-
en quien más se agrada toda la Santísima imino para la mansión eterna y fuente de
Trinidad entre todas las criaturas! ¡Oh, [aguas vivas! Concededme que siga vues-
Corazón dulcísimo de Jesús!, yo profun- tras sendas rectísimas para la perfección
dísimamente os adoro con todos los espí- \j para el cielo, y que beba de Vos el agua
ritus de mi pobre corazón, yo os alabo, dulce y saludable de la verdadera virtud
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y devoción, que apaga la sed de todas M
cosas temporales. Dadme la gracia de ra jara que, supliendo Vos mi negligencia,
sarcir las injurias e ingratitudes hecha taedan aparecer muy perfectas y agrada-
contra Vos, ¡oh amante Corazón!, y ll fes ante el divino acatamiento. Dadme
que os pido en esta Novena, si es parí (gracia de resarcir las injurias e ingra-
mayor gloria de Dios, culto vuestro j ftudes hechas contra Vos, ¡oh amante
bien de mi alma. Amén. brazón!, y la que os pido en esta Nove-
k, si es para mayor gloria de Dios, culto
Día cuarto testro y bien de mi alma. Amén.
¡Oh, Corazón purísimo de Jesús!, espci Día sexto
jo del cristiano, en quien resplandece
toda la perfección. Concededme que yq ;0h, Corazón amplísimo de Jesús, tem-
pueda contemplaros perfectamente, para o sagrado donde me mandáis habite con
que aspire a formar mi corazón a vuestra da mi alma, potencias y sentidos! Gra-
semejanza, en la oración, en la acción j¡ is os ^doy por la inexplicable quietud,
en todos mis pensamientos, palabras ji siego y gozo que yo he hallado en este
obras. Dadme la gracia de resarcir las jmplo hermoso de la paz, donde descan-
injurias e ingratitudes hechas contra té gustoso eternamente. Dadme la gra-
Vos, ¡oh amante Corazón!, y la que os pi- a de resarcir las injurias e ingratitudes
do en esta Novena, si es para mayor glo- «has contra Vos, ¡oh amante Corazón!,
ria de Dios, culto vuestro y bien de mi la que os pido en esta Novena, si es
alma. Amén. «a mayor gloria de Dios, culto vuestro
ibien de mi alma. Amén.
Día quinto
Día séptimo
¡Oh, Corazón dulcísimo de Jesús, órga-
no de la Trinidad venerada, por quien se ¡Oh, Corazón clementísimo de Jesús,
perfeccionan todas nuestras obras! Yo os lino propiciatorio, por el cual ofreció el
ofrezco las mías, aunque tan imperfectas,' írno Padre que oiría siempre nuestras
iciones, diciendo: "Pídeme por el Cora-
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zón de mi amantísimo Hijo Jesús; w fcer más patente el amor con que padecis-
este Corazón te oiré, y alcanzaréis cuanj teis tantos dolores y penas por salvarnos,
me pides!" Presento sobre Vos a vuesq ps quisisteis representar en la cruz^co-
eterno Padre todas mis peticiones, pal fona de espinas y herida de la lanza, con
conseguir el fruto que deseo. Dadme 1 pe os manifestasteis paciente y amante
gracia de resarcir las injurias e ingratitj |1 mismo tiempo! Dadme la gracia de re-
des hechas contra Vos, ¡oh amante Con freír las injurias e ingratitudes hechas
zón!, y la que os pido en esta Novena, íontra Vos, ¡oh amante Corazón!, y la
es para mayor gloria de Dios, culto vuei !ue os pido en esta Novena, si es para
tro y bien de mi alma. Amén. nayor gloria de Dios, culto vuestro y
Día octavo lien de mi alma. Amén.
¡Oh, Corazón amantísimo de Jesú
trono ígneo y lucidísimo, inflamado en
amor de los hombres, a quienes desea
abrasados mutuamente en vuestro amo
Yo deseo vivir siempre respirando Uam¡
de amor divino en que me abrase, y ce
que encienda a todo el mundo, para q\
os corresponda amante y obsequios
Dadme la gracia de resarcir las injurii
e ingratitudes hechas contra Vos, ¡<
amante Corazón!, y la que os pido en esl
Novena, si es para mayor gloria de Dio
culto vuestro y bien de mi alma. Amé
Día noveno
¡Oh, Corazón dolorosísimo de Jesúj
que para ablandar nuestra dureza y hl
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quieres meditar, sea mandamientos, pe-
cados ^capitales, sentidos, potencias*-del
alma, etc.; pide además gracia para cono-
cerlos y guardarlos en adelante, a mayor
ORACIÓN MENTAL gloria y alabanza de la divina Majestad.
3. Recorre luego m a n d a m i e n t o por
Si deseas, alma cristiana, adelantar eij mandamiento;- detente a pensar por espa-
el camino de la virtud, mejor diré, sí cio de tres Padres nuestros y Ave Marías
quieres salvarte de veras, procura haces cómo lo has guardado, en qué has falta-
cada día un rato de oración mental. Esta do; pide a Dios perdón de dichas faltas,
es la práctica más excelente, útil y nec&l propon la enmienda, y dicho un Padre
saria de la vida espiritual; éste es el alij nuestro, pasa a otro mandamiento.
mentó, sostén, alma y vida de la virtuq 4. Recorridos así hasta el último, acú-
sólida. Si no tuvieres el Villacastín, Gra-j sate en general de las faltas, o pecados
nada, La Puente, o algún otro de los pre- cometidos contra todos ellos, renovando
ciosos libros que enseñan esta gran el propósito de la enmienda, y conclu-
ciencia de la oración, podrás valerte de yendo con un tierno coloquio a nuestro
alguno de los métodos siguientes que po- Señor.
ne el consumado maestro de oración San
Ignacio de Loyola, en sus Ejercicios. Segundo modo de orar
Primer modo de orar
1. Antes de entrar en la oración, deja1 Hecho lo que se indica en los dos pri-
que repose un poco el espíritu; y sentado! meros números del método anterior, y
o paseándote, como mejor te pareciere, puesto de rodillas o sentado, según halla-
considera adonde y a qué vas; observa res más devoción, toma, por ejemplo, la
lo mismo al principio de toda oración oración del Padre nuestro; empieza por la
mental. palabra Padre, y detente en su considera-
2. Pide a Dios luz para conocer en qué ción todo el tiempo que halles significa-
hayas faltado acerca de la materia qu» ciones, gusto y consuelo; pasa luego a la
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otra palabra nuestro, y medita Padre perfección en aglomerar muchas preces,
nuestro, discurriendo y deleitándote en apenas sacan de ellas fruto alguno!
ellas tanto cuanto durare el afecto que
Dios te comunicare; y pasada así la hora, Tercer modo de orar
o el tiempo que destinares a la oración, o meditación propiamente dicha
reza lo demás como de costumbre, dejan-
do para otro día la consideración de las 1. Elige, como en los métodos prece-
palabras que quedan; mas no olvidándote dentes, el tiempo, lugar y postura más
nunca de pedir a Dios las virtudes y gra- convenientes para elevar el corazón a
cias que más necesitares. Dios y evitar distracciones.
¿Qué fruto sacaría de la oración vocal 2. Lee u oye leer, antes de acostarte,
el cristiano que hubiese así meditado las los puntos de la meditación para el día
oraciones más usuales? ¿Qué devoción y siguiente y determina el fruto que de-
consuelo espiritual no hallaría en el rezo, seares sacar de ellas; dando de mano a
el que supiese juntar así la oración, debi- todo otro pensamiento inútil y profano.
dos, ya a la significación de las palabras, > 3. Antes de empezar la oración, piensa
ya a la grandeza y majestad de la persona en la gran dicha que te cabe de poder
con quien habla, ya a la bajeza de sí mis- hablar con Dios; míralo allí presente, e
mo, etc.? Niños he encontrado, que ense- hincándote de rodillas, haz una profunda
ñados por el Espíritu Santo, hallaban reverencia pidiéndole se digne aceptar los
tanto gusto en decir un solo Padre nues- pensamientos y afectos de aquel rato, to-
tro, tan sublimes y tan tiernos afectos do dirigido a su mayor gloria y alabanza.
concebían al considerar el regalado nom- Dos cosas debe abrazar esta petición: luz
bre de Padre, que se deshacían en lágri- del entendimiento para comprender la
mas, y se les pasaba largo tiempo en sua- verdad, y moción de la voluntad para
ve y útilísima contemplación. Esto es practicarla resueltamente.
hacer lo que el Apóstol decía: Oraré con 4. Ejercita luego las tres potencias: la
el espíritu, oraré con la mente. ¡Que ver- memoria, recordando y representándote
güenza para los que, cifrando toda su el paso y misterio que quieres meditar;
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el entendimiento, profundizando la ver
resolución de enmendar la vida. Mas no
dad propuesta, discurriendo sobre su im-
sean deseos vagos y generales de abrazar
portancia, ventajas, razones, consecuen-
cias, etc., y la voluntad, encendiéndote en k virtud, sino desciende a casos parti-
ardientes deseos de abrazar la virtud y culares, repitiendo tus propósitos una y
perfección. muchas veces, para que, fijándose mejor
en el alma, sean más firmes y duraderos.
5. En sintiendo la voluntad aficionada
8. Concluida la oración, mira cómo te
y movida con algún santo afecto, detente
en él, dejando que penetre bien el alma; ha ido en ella; si bien da por ello humil-
sin pasar a otra cosa, hasta quedar satis- des gracias al Señor; si mal, pídele per-
fecho. dón, indaga la causa para quitarte, y ve
6. Si fueres molestado de distracciones, con más cuidado entre el día, a fin de
sequedades o tentaciones involuntarias, resarcir con este fervor la tibieza de la
no desmayes, ni te turbes por eso, y guár- oración.
date de acortar o dejar la oración. Resíg-
nate a la voluntad de Dios, y procura con
más ahinco y confianza estar con el Se-
ñor; y sabe que tal vez son más útiles al
alma aquellas sequedades, que ciertas
consolaciones sensibles; porque prueban
que en la oración no nos buscamos a nos-
otros mismos, sino pudamente el bene-
plácito divino; y así, perseverando en el
ejercicio de la oración, no podrá menos el
Señor de colmarnos de gracias y favores.
7. Haz, sobre todo hacia el fin de la
oración, un coloquio a Jesús o a su Ma-
dre Santísima, pidiéndoles en él las gra-
cias que necesitares, y tomando la seria
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MEDITACIONES qué me servirán riquezas. . . placeres. . .
y hacer gran papel en el mundo, si me
PARA CADA DÍA DE LA SEMANA condeno? ¿Quó daño me harán la pobre-
za.. . los trabajos. . . el vivir abatido, si
DOMINGO me salvo?
De la eternidad Fruto: Piensa a menudo entre día: al-
ma salvada, todo será salvado; alma per-
dida, todo será perdido.
1. Irá el hombre a la casa de la eterni-
dad. . . Yo iré también, y voy cada día...
¡Qué morada aquélla tan diferente de la LUNES
tierra y casa que ahora habito!. . . ¡Qué De la muerte
región aquélla! ¡Qué años! ¡Qué siglos!...
¡Siempre. . . jamás!. . . 1. ¿Qué cosa es morir? Es dejar todo lo
2. ¿Cuál será mi eternidad? Esta casa de este mundo: parientes. . . amigos. . .
cada cual se la fabrica en vida, Dios me conocidos. . . — Bienes. . . riquezas. . .
excita a fabricarme en el cielo, con leves honores. . . empleos. — Placeres. . . gus-
y momentáneas penas, una felicísima tos. . . diversiones. — Todo, hasta tu
eternidad, y yo no quiero; ¡qué cegue- mismo cuerpo. . . ¡Qué locura desvivirse
dad! — Luzbel me convida, con breves y ahora tanto por él, ni por ninguna cosa
sucios deleites, a fabricarme una morada del mundo!. . . ¡Qué estupidez olvidar
eterna en el i n f i e r n o . . . y yo consiento por cosas tan fútiles el fin dichoso para
en ello; ¡qué locura! que fuimos creados!
3. O cielo, o infierno; o para siempre 2. ¡He de morir! Es lo único que sé de
feliz o para siempre desgraciado; o deli- cierto sobre mi porvenir. Statum est.
cias, o tormentos infinitos; y por toda La sentencia está adada, e irrevocable-
una eternidad... ¡Una de estas dos suertes mente.
me cabría necesariamente! Piense o no He de morir; pero no sé el tiempo:
piense en ello, así es, y así será. . . ¿De ¿será este a ñ o ? . . . ¿esta semana?. . .
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¿hoy mismo?. . . Bien puede ser; pero no no admite excusa, ni súplica, ni apelación.
sé cuándo. Hoy mismo puedo comparecer en su tri-
Puedo morir en esta hora; pero no sé bunal: ¡y vivo tan descuidado!
el lugar. ¿Quisieras que fuese en el tea- 2. El examen será rigurosísimo. Pen-
tro, en el baile, en aquella ocasión? samientos, palabras, obras, todo será pe-
3. No sé cómo moriré: si en gracia, o sado en la balanza de la divina justicia.
en pecado. ¿Y peco con tanta facilidad? El mal que he cometido, las pocas buenas
¿y paso insensible días, meses y años en
obras que he hecho, y las muchas que he
pecado? ¿Y no dejaré todavía esta oca-
dejado de hacer. — A tanta ingratitud
sión de pecar? ¿Qué fe es la mía?
mía opondrá el divino Juez las innume-
Fruto: Si ahora tuviese que morir,
rables gracias y beneficios que me ha he-
¿cómo quisiera haber vivido? ¿Qué con-
cho. ¡Cuántos dones naturales y sobrena-
fesión, qué penitencia quisiera haber he-
cho? Haré, pues, ahora lo que en aquel turales! ¡Cuánto cargo! ¡Qué cuenta tan
trance quisiera haber hecho. estrecha!
3. La sentencia será irrevocable; si
fuere de gloria, ¡qué felicidad!, si de pe-
MARTES na, ¡qué desesperación!, ¡qué infelicidad!
¡Y para siempre jamás!
Juicio particular Fruto: ¿Cuál de estas dos sentencias
te tocará? Mira cuál es tu vida, y lo sa-
Después de la muerte comparecerá mi brás: Dios no hará más que ratificar la
alma en el tribunal de Dios para ser juz- sentencia que tú mismo hayas fallado con
gada: considera, pues, que: tus obras. — Mira, pues, por t i : ajusta
1. El Juez será justísimo; ¡ay! se pasó bien tus cuentas; ¡ay! no lo dejes para
ya el tiempo de la misericordia. — Sa- -después. ¿Sabes tú si lo tendrás?
pientísimo: nada podré ocultarle; lo vio,
lo oyó, lo sabe todo. — Santísimo: tiene
odio infinito a todo pecado. — Supremo:
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lidad, todo era poco para carne tan rega
lada; y ahora es abandonado, hollado d
El sepulcro todos; estiércol, podredumbre, gusanos.
¿Y trataré yo mi cuerpo con delicadeza
Ten ánimo, alma cristiana; ven conmi- regalo?
go a un sepulcro, y contempla en ese ca- Fruto: Quiero dejar el mundo, ante
dáver, lo que tú serás pronto. ¿Qué era, que él me deje a mí. Y puesto que ho
pocos días hace, ese fétido esqueleto? soy en figura, y mañana en sepultur;
1. Era una persona idolatrada por su hoy estoy nadando en delicias, y manar
belleza... tal vez, embeleso de su siglo... manando podredumbre, quiero usar de 1<
y ahora es un cadáver yerto, deforme, bienes del mundo como si no los usas
negro, espantoso, cuya vista ni su madre
misma puede soportar. ¿Y haré yo caso JUEVES
de tan frágil hermosura?
2. Era un hombre rico, para quien no Penitencia
había telas de bastante valor, habitación
lujosa, ni muebles, ni joyas bastante pre- 1. No hay más que dos caminos pa
ciosas . . . Mas ahora un ataúd es su pala- llegar al cielo: inocencia o penitenci
cio, una vil mortaja su vestido; y aun, ¿Por cuál ando yo? ¿Por el de la inoce
por el horror que causaba, ninguno de cia?... ¡Ay, infeliz de mí que perdí la gi
cia!... ¡y tan pronto!... ¡y tantas veces
sus allegados ha tenido valor para envol-
¡por un sucio deleite, y sin utilidad alg
verlo en ella. . . ¿Y será mi corazón es-
na!... ¡Ay, que aun la hice perder a otr
clavo de bienes tan efímeros? con graves y enormes pecados contra
3. Era un hombre que nadaba en deli- pureza, caridad y tantas otras virtud'
cias; atendido y adorado de todos; cama 2. Pues no me queda más recursos q
blanda, perfumes suaves, cuanto de co- el de la penitencia. Pero ¿qué penitem
modidad tiene la naturaleza, cuanto de hago si huyo siempre de la mortificacii
placer y refinamiento inventó la sensua- y busco en todos mis gustos y convenú
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cias? Siendo esto así, ¿cómo pienso sal- y bienes inmensos. . . ¡y perderlos para
varme? La inocencia la perdí la peniten- s i e m p r e ! . . . ¡y yo lo he q u e r i d o ! . . .
cia me horroriza; pues, ¿cómo me salvaré? 2. Es habitar en ardentísimo fuego que
3. Haz, pues, penitencia, y hazla pron- abrasa sin consumir; es padecer penas,
to. Es imposible hacerla después de la dolores y tormentos indecibles, y padecer-
muerte, porque ya no hay tiempo. — En los para siempre... ¡Y yo lo he querido!...
la muerte es dificultosísimo, porque hay 3. Es desesperarse sin consuelo ni fruto
poco tiempo: ¡y cuántos se han engañado eternamente. ¡Yo pude a poquísima costa
y perdido con esa vana esperanza!—Nin- salvarme!. . . ¡Dios hizo tanto por m í ! . . .
gún otro tiempo está en mano, sino el pre- ¡Me acarició con promesa, me intimidó
sente; luego, o convertirte ahora y hacer con amenazas, me colmó de beneficios!...
penitencia, o temer que nunca la harás. ¡Me avisaban, instaban y casi obligaban a
Fruto: Haz cuanto antes una buena convertirme!. . . Mas todo lo ha frustrado
confesión general, si no la hubieses hecho mi obstinación. ¡Con que hubiese cortado
todavía; y emplea bien el tiempo de aquí aquella ocasión, entregado aquel mal li-
en adelante. Esa hora que perdieres puede bro, dicho aquel pecado, me iba al cielo!
ser la última de tu vida, y bien empleada ¡Pero, a ojos abiertos y a despecho de
puede asegurarte la eterna felicidad. — todo, me he precipitado en este abismo
Quien tiene tiempo, no pierda tiempo. de llamas; y por un momentáneo deleite!
¿Qué cosa es condenarse? Ardiendo estaré aquí eternamente; ¡y yo
lo he querido!. . .
VIERNES Fruto: ¡Qué gracias os daré, Dios mío,
por haberme librado del infierno, que me-
Infierno recía tantos años hace! Véncete, pues; su-
fre ahora un poco, alma mía, que si es
1. Es perder el cielo, perder la compa- cosa dura vencerte, más duro será arder
ñía de los Ángeles y Bienaventurados, en cuerpo y alma por toda la eternidad.
perder a Dios, y con Él delicias, tesoros
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momentáneas y leves tribulaciones con
SÁBADO gozo eterno, pequeños trabajos con galar-
dón infinito, breves humillaciones con
De la gloria honra y gloria sempiterna.
1
Fruto: En cualquier momento que me
1. Si logro entrar en el cielo, ¿qué ha- tiente un deleite vedado, me diré a mí
llaré? El conjunto de todos los gozos, sin mismo: ¿y por un instante de satisfac-
la menor pena. . . La posesión de todos ción querré yo perder el cielo y arder
los bienes, sin mezcla d e mal alguno. . . eternamente ?
Gozaré de suma felicidad, y para siem-
pre, sin temor ni contingencias de per- PASIÓN
derla jamás. ¡Oh inefable bienaventuran-
za!. . . Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni en DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
corazón humano pudo caber la grandeza
de los bienes que Dios tiene preparados Nada excita las almas a más tiernos y
en el cielo para los que lo aman. generosos afectos, nada las eleva más
fácilmente a la práctica de la virtud sóli-
2. ¿Y qué me pide para alcanzar tanta da y verdadera, como la atenta medita-
felicidad? Bien poca cosa: que observe su ción de la Pasión de nuestro divino Re-
santa ley. . . ¡ley tan justa, fácil y suave! dentor. Por esto, aunque el Vía Crucis
— Y aun Dios hace el gasto principal, que ponemos más abajo suministra por
ayudándome con la gracia de sus inspi- sí abundante materia para esta medita-
raciones, con el valor de sus méritos y ción, no obstante, para consuelo de las
con la eficacia de su ejemplo. ¡Y por tan personas que quieran cada día contem-
poca cosa me remunerará todavía con plar algún paso de la Pasión, añadire-
premio eterno, con felicidad infinita! mos esta consideración general sobre las
3. ¡Qué diferencia entre el servicio de circunstancias de ella, que contribuirá no
Dios y el del mundo! ¡Qué sacrificios no poco a encender en el pecho la llama del
exige éste de sus secuaces, y qué mísera divino amor.
recompensa les ofrece! — Pero Dios paga
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¿Quién padece?
todo hecho una llaga. . . ¡Innumerables
Jesucristo, Hijo de Dios. . . ¡la inocen- azotes!. . . ¡y qué crueles! ¡Punzantes es-
cia, sabiduría y bondad infinita!. . . ¡El pinas!. . . ¡y qué agudas y penetrantes!
Creador de cielos y tierra! ¡Todo lo hizo ¡Qué cruz! ¡Ay! ¿qué son, oh Jesús mío,
de nada!. . . Con una sola palabra pudie- los sacrificios que Vos me pedís, compa-
ra confundir a los malvados y lanzarlos rados con tantos y tan crueles suplicios?
al infierno; ¡y no lo hace! ¡Es verdadero
Dios y hombre; el más perfecto y deli- ¿Cómo padece?
cado de todos los hombres!
Voluntariamente, sin obligación algu-
na... con admirable paciencia, manse-
¿Qué padece?
dumbre y silencio, sin abrir los labios
para quejarse ni defenderse. . . Con hu-
En el alma, abandono de su pueblo, de milde resignación y obediencia al decreto
sus discípulos y hasta de su Eterno Pa- de su Padre celestial. . . con sumo gusto
dre. . . penas tan horribles y espantosas, y alegría... Y me cuesta a mí tanto sufrir
que con sólo pensar en éstas, sudó sangre una leve injuria, una ligera incomodidad!
hasta regar la tierra. . . Un hastío, una
congoja y tristeza, capaces de quitarle la
vida. ¿Por quién padece?
En el honor, sufre las ignominias más
Por mí, vilísima criatura. . . gusanillo
atroces. . . las calumnias y tratamientos
de la tierra. . . hijo ingrato, que por
más i n f a m e s . . . . de la gente más soez e
tantos títulos merecería el infierno. . .
ingrata. . . delante de una inmensa mu-
Por los mismos que le crucifican. . .
chedumbre.
¡Qué bondad! ¿Y hollaré yo fácilmente
En el cuerpo, los tormentos más horro-
una Sangre tan preciosa? ¿Y pecando
rosos, y tantos, que desde la planta del
crucificaré de nuevo al Hijo de Dios? ¡No
pie hasta la coronilla de la cabeza está
lo permitáis, dulcísimo Jesús mío!
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¿Por qué padece?
Porque no me condene yo eternamen- su Cuerpo y Sangre preciosísima. ¡Qué
te. . . por hacerme un día participante amor!
de su eterna felicidad, para que aprenda A las ocho, va al huerto de Getsemaní,
yo a humillarme y a sufrir algo por su y a pesar de la tristeza y sudor de sangre,
amor. ¿Y no buscaré yo más que honores, ¡cuan fervorosa y constante es su oración!
comodidades y regalos? A las nueve, es entregado por Judas,
preso, cargado de cadenas y abandonado
Pon la vista en un devoto Crucifijo; o
de sus discípulos: ¿y no le has entregado
bien, tomándole en la mano, pregúntate
tú también alguna vez?
a ti mismo: ¿qué es lo que Dios ha hecho
A las diez, llévanle a casa de Anas:
por mí? ¿Qué hice yo hasta ahora por ¡cuan diferente entrada hace hoy en Je-
Dios? ¿Qué debo de aquí en adelante ha- rusalén, de la que hizo el día de Ramos!
cer por Él? ¡qué terrible bofetada le dan!
Cuando mi corazón, débil y oprimido Cuando mi alma salga para siempre del
del dolor de la enfermedad, esté sobreco- cuerpo, dejándole pálido, frío y sin vida,
aceptad la destrucción de él como un tri-
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buto que desde ahora ofrezco a vuestra
divina Majestal; y en aquella hora tre- ban a la asistencia espiritual de los mori-
menda : bundos, es de suma utilidad, y aun de
Jesús misericordioso, etc. indispensable necesidad, excitar el celo'de
En fin, cuando mi alma comparezca los cristianos fervorosos para suplir falta
delante de Vos para ser juzgada, no la y vacío tan lamentables.
arrojéis de vuestra presencia, sino dig- En efecto: nadie ignora que del mo-
naos recibirla en el seno amoroso de vues- mento crítico de la muerte depende una
tra misericordia para que cante eterna- feliz o desdichada eternidad, colmo de
mente vuestras alabanzas: todo bien, o de todo mal. Creas, cristiano,
Jesús misericordioso, etc. o no creas, pienses o no pienses en ello,
así es, y así s e r á . . . ¿No es justo, pues,
ORACIÓN que abras los ojos, y despertando del pro-
fundo letargo en que has vivido, trates,
Oh Dios mío, que condenándonos a la a lo menos entonces, de prepararte al
muerte, nos habéis ocultado el momento terrible trance de la muerte?
y la hora, haced que, viviendo santa-
mente todos los días de nuestra vida, me- Por' lánguida que tenga la fe, y aunque
rezcamos una muerte dichosa, abrasados no sea muy grave tu dolencia, te ruego
en vuestro divino amor. Por los méritos que pidas tú mismoi y con tiempo los san-
de nuestro Señor Jesucristo y de su Ma- tos Sacramentos, no f iándote de promesas
dre Santísima. Amén. ni de palabras, ni de esperanzas lisonje-
ras. Tus parientes y amigos por una mal
entendida amistad, los médicos por vano
Modo práctico para ayudar respeto, todos te asegurarán que no hay
a bien morir peligro todavía, y que ya te avisarán con
Habiendo desaparecido las Ordenes re- t i e m p o . . . ; pero ¡ay! ¡cuántos miles de
ligiosas, que, con tanto heroísmo y apro- cristianos, alucinados de esta suerte, se
vechamiento de las almas, se consagra- ven, cuando menos lo piensan, sorprendi-
dos por la muerte y condenados eterna-
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mente! Y aun cuando a la "última hora se la amistad que le profesas, le avises con
llame a un Sacerdote siquiera, por evitar tiempo del peligro en que se encuentra; y
la infamia de que el pariente muera sin con el_.celo y santas industrias que-el
Sacramentos, ¿qué le aprovechará ál en- amor verdadero debe inspirar en seme-
fermo su presencia, si, perdido ya el co- jantes casos, le induzcas a que reciba dig-
nocimiento, está incapaz de hacer una namente y a tiempo los santos Sacramen-
buena confesión, y aun de formar un ver- tos. Búscale un confesor de su confianza,
dadero acto de contrición? prepárale a la confesión y recepción del
Además, ¿qué necedad puede darse ma- Santo Viático, pero con suavidad y sin
yor que la de temer la visita del Médico serle molesto.
celestial, único que puede dar acierto a los
Cuando estuviere en la agonía, a más
facultativos, eficacia a los remedios y sa- de las oraciones indicadas, que será bien
lud al enfermo? Llámale, pues, a tiempo; leerle, haciendo algunas interrupciones
que "los Sacramentos lejos de acelerar la para no cansarle, te podrá también valer
muerte al que los recibe pronto, aléjanla de las jaculatorias siguientes:
muchas veces, y hasta le dan salud y vida,
si le conviene. ¡Y cuántos, por el más fa- ¡Oh dulce Jesús mío! mi consuelo, mi
tal y trascendente descuido, privados de fortaleza, y todo mi bien, ¿cuándo os po-
este auxilio, perdieron una salud que con seeré, sin temor de nunca separarme de
el socorro de los Sacramentos hubieran Vos?
recobrado facilísimamente! En Vos creo, en Vos espero, a Vos amo
No contento con pedirlos a tiempo, haz y amaré siempre sobre todas las cosas.
que te lean este capítulo, y los motivos ¡Quién os hubiese amado siempre! ¡Quién
de contrición que pusimos para antes de nunca os hubiese ofendido!
la confesión. Creo, Dios mío, todo cuanto me habéis
Si cayere gravemente enfermo alguno revelado, y todo cuanto me propone y
de tus parientes, o cualquiera otra perso- manda creer la Santa Madre Iglesia.
na, por cuya felicidad te interesas, suplí- Pequé, Señor; mas confío en vuestra
cote por las entrañas de Jesucristo, y por bondad y misericordia infinita que me
— 340 — — 341 —
perdonaréis, no permitiendo sepierda mi
Os adoro, manos sacrosantas, abiertas
alma, Vedimida con vuestra sangre pre-
por mi .amor; vosotros me creasteis, de
ciosísima.
vosotras espero mi salvación. ~;
Padre, dulcísimo Padre mío, peor soy
Oh Padre Eterno, ten misericordia de
que el hijo pródigo; no soy digno de ser
mí; acuérdate que mis pecados fueron
llamado hijo vuestro; pero Vos sois mi
Padre, y el mejor de todos los padres. castigados en la inocente persona de tu
Hijo santísimo.
Echad, pues, a vuestro hijo los brazos
Perdona mis pecados, como yo perdono
al cuello; dadme el ósculo de paz; volved-
me el anillo de vuestra amistad y gracia; a todos cuantos me han ofendido.
restituidme la estola de la inocencia, que Gloriosísimo Arcángel San Miguel, prín-
perdí por mi malicia. cipe de la milicia celestial, ruega por mí.
Santo Ángel de mi guarda, glorioso San
Virgen Santísima y dulce Madre de mi-
José, abogado de los que están agonizan-
sericordia, muestra en esta última hora
que eres mi Madre. do, sqcorredme en esta hora.
Tú me has amparado y favorecido todo Santos y Santas del cielo, interceded
el curso de mi vida; ampárame y favoré- por mí.
ceme en este momento, del que depende En tus manos, Señor, encomiendo mi
todo mi bien. espíritu.
Por la agonía de tu Hijo querido, por Jesús, dulce Jesús mío, sé mi Salvador.
las penas y amarguras que sentiste al pie
de la cruz, asísteme en la muerte. Repítanse las jaculatorias en que más consuelo
hallare el enfermo; y mientras uno le exhorta a
Dándole a besar el Crucifijo: Te adoro, bien morir, otros pueden rogar por su alma, re-
llaga sacratísima del costado de mi dulce zando el Rosario o las letanías de Nuestra Seño-
Jesús; abierto, más por amor a los hom- ra, no junto a la cama del moribundo, no sea
bres, que por el fiero golpe de la lanzada. que el execesivo calor perjudique al enfermo y a
los circunstantes, sino allí cerca, en otra pieza,
Dame, Señor, asilo en tu Corazón, la- de manera que el moribundo se excite a la con-
vando mis manchas con la sangre y agua fianza, sabiendo que muchos piden a Dios por él.
que vertiste por esa llaga santísima. Pero ningunas preces hay más tiernas y propi-
— 342 — — 343 —
cias para prepararse a la muerte que la recomen- Santos Inocentes, rogad
dación del alma y demás oraciones que pone la
Iglesia para los agonizantes, y son las siguientes: San Esteban, ruega
San Lorenzo, ruega
Santos Mártires, rogad
Recomendación del alma
San Silvestre, ruega
(SEGÚN EL RITUAL ROMANO) San Gregorio, ruega
Letanías de los agonizantes San Agustín, ruega
Santos Pontífices y Confesores, rogad
Señor, Ten piedad de él (o de ella) í 1 ) San Benito, ruega
Cristo, ten piedad San Francisco, ruega
Señor, ten piedad San Camilo, ruega
Santa María, ruega por él (o ella) San Juan de Dios, ruega
Santos Ángeles y Arcángeles, rogad Santos Monjes y Ermitaños, rogad
San Abel ruega Santa María Magdalena, ruega
Coro de los Justos, ruega Santa Lucía, ruega
San Abraham, • ruega Santas Vírgenes y viudas, rogad
San Juan Bautista, ruega Santos y Santas de Dios, interceded
San José, ruega Séle propicio, perdónale, Señor
Santos Patriarcas y Profetas, rogad Séle propicio, escúchale, Señor
San Pedro, ruega Séle propicio, líbrale, Señor
San Pablo, ruega De tu cólera líbrale
San Andrés, ruega Del peligro de la muerte, líbrale
San Juan, ruega De mala muerte, líbrale
Santos Apóstoles y Evangelistas, rogad De las penas del infierno líbrale
Santos Discípulos del Señor, rogad De todo mal, líbrale
Del poder del demonio, líbrale
(!) Si se rezan por una moribunda, se reem- Por tu Natividad, líbrale
plazan con las palabras ella, sierva, hermana, Por tu Cruz y Pasión, líbrale
las de él, siervo, hermano. Por tu muerte y sepultura, líbrale
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Por tu gloriosa Resurrección, líbrale paz tu descanso, y tu habitación en la Je-
Por tu admirable Ascensión líbrale rusalén celestial. Por Jesucristo, etc.
Por la gracia del Espíritu Santo
Consolador, líbrale Oh Dios de bondad, Dios clemente, Dios
En el día del juicio, líbrale que según la multitud de tus misericor-
Así te lo pedimos, aunque dias "perdonas a los arrepentidos, y por la
pecadores óyenos, Señor gracia de una entera remisión borras las
huellas de nuestros crímenes pasados, di-
Te rogamos que le per-
rige una mirada compasiva a tu siervo
dones, óyenos, Señor
N.; recibe la humilde confesión que te
Señor, ten misericordia de él
hace de sus culpas, y concédele el perdón
Cristo, ten misericordia
de todos sus pecados. Padre de misericor-
Señor, ten misericordia
dia infinita, repara en él todo lo que co-
Hallándose el enfermo en la agonía, se dirá lo rrompió la fragilidad humana y manchó
siguiente: la malicia del demonio; júntale para siem-
Sal de este mundo, alma cristiana en pre con el cuerpo de la Iglesia, como
nombre de Dios Padre todopoderoso, que miembro que fué redimido por Jesucristo.
te creó; en nombre de Jesucristo, Hijo de Ten, Señor, piedad de sus gemidos, com-
Dios vivo, que padeció por ti; en nombre padécete de sus lágrimas, y puesto que no
del Espíritu Santo, que en ti se infundió; espera sino en tu misericordia, dígnate
en nombre de los Tronos y Dominaciones; dispensarle la gracia de la perfecta recon-
en nombre de los Principados y Potesta- ciliación. Por Jesucristo, etc.
des; en el de los Querubines y Serafines; Te recomiendo a Dios todopoderoso, mi
en el de los Patriarcas y Profetas; en el querido hermano (o hermana), y te pon-
de los santos Apóstoles y Evangelistas; en go en las manos de Aquél de quien eres
el de los santos Mártires y Confesores; en criatura, para que, después de haber su-
el de los santos Monjes y Ermitaños; en frido la sentencia de muerte dictada con-
nombre de las santas Vírgenes y de todos tra todos los hombres, vuelvas a tu Crea-
los Santos y Santas de Dios. Sea hoy en dor, que te formó la tierra. Ahora, pues,
— 346 —
— 347 —
que tu alma va a salir de este mundo, sal- siempre ameno de su paraíso, y siendo
gan a recibirte los Apóstoles que deben verdadero Pastor, reconózcate por una de
juzgarte, vengan a tu encuentro • con el sus ovejas. Perdónete misericordioso to-
ejército triunfador de generosos Mártires; dos tus pecados, póngate a su derecha en-
circúndete la multitud brillante de Confe- tre los elegidos, para que veas a tu Re-
sores; acójate con alegría el coro radiante dentor cara a cara, y morando siempre
de Vírgenes, y sé para siempre admitido feliz a su lado, logres contemplar a la so-
con los santos Patriarcas en la mansión berana Majestad y gozar de la dulce vista
de la venturosa paz. Preséntate a ti Jesu- de Dios, admitido en el número de los
cristo con rostro lleno de dulzura, y coló- bienaventurados, por todos los siglos de
quete en el seno de los que rodean el tro- los siglos. Así sea.
no de su divinidad. No experimentes el Señor, recibe a tu siervo en el lugar de
horror de las tinieblas, ni los tormentos la salvación que espera de tu misericor-
del suplicio eterno. Al verte huya Satanás dia. R) Así sea.
con todos sus satélites, y al llegar al me-
dio ' del coro de los Ángeles, tiemble- y Señor, libra el alma de tu siervo de to<
vuélvase a su triste morada donde reina dos los peligros del infierno, de sus cas-
la noche eterna. Levántese Dios y disípen- tigos y males. R) Así sea.
se sus enemigos, y desvanézcanse como el Señor, libra su alma como preservaste
humo. A la presencia de Dios, desaparez- a Enoc y Elias de la muerte común a to-
can los pecadores, como la cera se derrite dos los hombres. R) Así sea.
al calor del fuego, y regocíjense los jus- Señor, libra su alma, como libraste a
tos, como en una fiesta perpetua ante la Noé del diluvio. R) Así sea.
presencia del Señor. Confundidas sean to- Señor, libra su alma, como libraste a
das las legiones infernales, y ningún mi- Abraham de la tierra de los Caldeos.
nistro de Satanás se atreva a estorbar tu R) Así sea.
paso. Líbrete de los tormentos Jesucristo, Señor, libra su alma, como libraste a
que fué crucificado por ti; colóquete Je- Job de sus padecimientos. R) Así sea.
sucristo, Hijo de Dios vivo, en el jardín
Señor, libra su alma, como libraste a
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Isaac de las manos de su padre Abraham, ORACIÓN
cuando iba a inmolarle. R) Así sea.
Señor, libra su alma, como libraste a Te recomendamos el alma de tu siervo
Lot de Sodoma y de la lluvia de fuego. N., y te pedimos, Señor Jesucristo Salva-
R) Así sea. dor del mundo, por la misericordia con
Señor, libra su alma, como libraste a que bajaste por ella del cielo a la tierra,
Moisés de las manos de Faraón, rey de que no le niegues un lugar en la morada
Egipto, R) Así sea. de los santos Patriarcas.
Señor, libra su alma, como libraste a Reconoce, Señor, tu criatura, obra, no
Daniel del lado de los leones. R) Así sea. de dioses extraños, sino tuya, Dios único,
vivo y verdadero; porque no hay otro
Señor, libra su alma, como libraste a Dios más que tú, y nadie te iguala en las
los tres Niños del horno encendido y de obras. Haz, Señor, que tu dulce presencia
las manos del rey impío. R) Así sea. llene su alma de alegría; olvida sus ini-
Señor, libra su alma, como libraste a quidades pasadas y los extravíos a que
Susana del falso testimonio. R) Así sea. fué arrastrado por sus pasiones; porque,
Señor, libra su alma, como libraste a aun cuando pecó, no ha renunciado a la
David de las manos de Saúl y de Goliat. fe del Padre, del Hijo y del Espíritu San-
R) Así sea. to, sino que ha conservado el celo del Se-
ñor y adorado fielmente a Dios creador
Señor, libra su alma, como libraste a de todas las cosas.
San Pedro y a San Pablo de la prisión.
R) Así sea.
Y como libraste a la bienaventurada OTRA ORACIÓN
Tecla, virgen y mártir de los más crueles
tormentos, dígnate librar el alma de tu Te pedimos, Señor, que olvides todos
siervo, y dale a gozar a tu lado de los los pecados y faltas que en su juventud
bienes eternos. R) Así sea. cometió por ignorancia, y según la gran-
deza de tu misericordia, acuérdate de él
— 350 — — 351 —
en el esplendor de tu gloria. Abre los cie-
los, y regocíjense los Ángeles con su lle-
gada. Recibe, Señor, a tu siervo N . . en
tu reino, Recíbale San Miguel Arcángel,
caudillo de la milicia celestial; salgan a
su encuentro los santos Ángeles y condíiz-
canle a tu celeste Jerusalén. Recíbale el
apóstol San Pedro, a quien entregaste las
llaves del reino celestial. Socórrale el
apóstol San Pablo, que mereció ser vaso
de elección, e interceda por él el apóstol
San Juan, apóstol querido, a quien fueron VIA CRUCIS
revelados los secretos del cielo. Rueguen
por él todos los Santos Apóstoles, a quie-
nes Dios concedió el poder de absolver y
de retener los pecados; intercedan por él
todos los Santos y elegidos de Dios, que
sufrieron en este mundo por el nombre de
Jesucristo; a fin de que, libre de los lazos
de la carne, merezca entrar en la gloria
del reino celestial, por la gracia de nues-
tro Señor Jesucristo, que con el Padre y
el Espíritu Santo vive y reina por todos
los siglos de los siglos. Amén.
— 352 —
VIA CRUCIS
O CAMINO DE LA CRUZ
— 355 —
mo: y así ¡cuántos peregrinos surcaban OEEMUS
juzgarte, Qvengan a tu encuentro Qcon
las mares y exponían la vida para ganar Réspice quassumus Domine super han&
las muchas indulgencias con que la Igle- famiilam tuam, pro qua Dóminus noster
sia había enriquecido los santos lugares Jesús Christus non dubitavit manibus
de Jerusalén! Mas, viendo esta solícita tradi nocentium et Crucis subiré tormen-
Madre, por una parte el copioso fruto que tum, Qui tecum vivit et regnat in saecula
de tan pía devoción sacaban los fieles, y ss3culorum. R) Amén.
por otra la imposibilidad en que muchos
se hallaban de emprender viaje tan largo ACTO DE CONTRICIÓN
y peligroso, varios Sumos Pontífices, en ¡Oh Dios y Redentor mío! Vedme a
particular Clemente XII, Benedicto XIII y vuestros pies arrepentido de todo corazón
XIV y León XII, franqueando largamente de mis pecados, porque con ellos he ofen-
los tesoros de la Iglesia, concedieron que, dido a vuestra infinita bondad. Quiero
visitando las Cruces bendecidas con espe- morir antes que volver a ofenderos, por-
cial facultad del Sumo Pontífice y autori- que os amo sobre todas las cosas.
zación del Prelado diocesano, ganasen los
fieles las mismas indulgencias que ha- V) Miserere nostri, Domine.
bían concedido a los lugares santos de R) Miserere nostri.
Jerusalén. Madre llena de aflicción,
de Jesucristo las llagas
MODO BREVE grabad en mi corazón.
Stábat Mater dolorosa,
DE HACER EL VÍA CRUCIS juxta crucem lacrymosa,
dum pendébat Fílius.
Ejercicio preparatorio Oración preparatoria
V) Adoramos te, Christe, et benediicmus tibí. Por la señal de la santa cruz, etc.
R) Quia per sanctam crucem et mortem tuam Señor mío Jesucristo, etc.
redemisti mundum.
— 356 — — 357 —
Oh amabilísimo Jesús mío, heme aquí ni entusiasma t a n t o al pueblo como el Perdón,
postrado ante tu acatamiento divino, im- oh Dios mío, o estas estrofas c a n t a d a s con pausa
plorando tu misericordia en favor de tan- y devoción. Su autor fué el P. Ramón García, de
tos pecadores infelices, de las; benditas la Compañía de Jesús; y el estribillo común a
todas las estaciones, es el siguiente:
Ánimas del Purgatorio y de la Iglesia uni-
versal.' Aplícame, te ruego, los mereci- Llevemos animosos
mientos infinitos de tu sagrada Pasión, y las cruces abrazadas;
concédeme los tesoros de indulgencias sigamos sus pisadas
con llanto y compasión.
con que tus Vicarios en la tierra enrique-
cieron la devoción del Vía Crucis. Acép- Los que hicieren devotamente el Vía Crucis
talos en satisfacción de mis pecados y en pueden conseguir:
sufragio de los difuntos a quienes tengo 1) Indulgencia Plenaria cuantas veces lo hicieren.
más obligación. 2) Otra Plenaria si en el mismo día, en que lo
hicieron o bien dentro del mes, realizado 10
?>Y tú, afligidísima Madre mía, por aque- veces el Vía Crucis, se acercaren a la Sagra-
lla amargura que inundó tu corazón cuan- da Comunión.
do acompañaste a tu santísimo Hijo al S) Indulgencia de 10 años por cada una de las
Calvario, haz se penetre mi alma de los Estaciones si comenzando el ejercicio, se hu-
sentimientos de que estabas entonces ani- biere de interrumpir por cualquier causa
mada. Alcánzame del Señor vivo dolor y razonable.
detestación del pecado, y valor para que, Para ganar estas indulgencias se requiere co-
abrazando la cruz, siga las huellas de tu mo condición indispensable la meditación de la
amable Jesús. No me niegues esta gracia, Pasión de Nuestro Señor Jesucristo y el trasla-
darse de u n a estación a otra, salvo el caso de
oh Madre mía: haz que tomando ahora que se haga en común por todos los fieles que
parte en tu dolor logre un día acompañar están en la iglesia, pues entonces basta ponerse
a tu Hijo en el triunfo de la gloria. Amén. de pie y arrodillarse en cada estación.
Conviene advertir que el rezar en cada u n a
Al ir de u n a estación a otra, unos cantan el de las Estaciones el Adoramos te, Christe, etc.,
Jesu, Rex mitis, o las preces de la Pasión, otros los Padre nuestros y Avemarias con el Miserere
una estrofa del Stabat Matar; pero n a d a mueve nostri, Dómine, etc., es t a n sólo piadosa y lau-
dable costumbre, pero n o es necesario p a r a ga-
— 358 —
— 359 —
nar las Indulgencias, p a r a lo cual basta meditar
en la Pasión de Jesús.
Los que, por enfermedad u otra causa, se
hallaren impedidos de recorrer las estaciones del
Vía Crucis, pueden ganar las Indulgencias re-
zando 14 Padre nuestros, Avemarias y Gloria,
junto con la meditación de la Pasión; además,
otros 5 Padre nuestros, Avemarias y Gloria, a
las Llagas de Jesús; y uno según la intención
del Sumo Pontífice, teniendo entre las manos un
Crucifijo bendecido por u n sacerdote que tenga
la facultad de aplicar dichas Indulgencias. Si no
pudieren rezar todos los Pater, Ave y Gloria
prescriptos p a r a la Indulgencia plenaria gana-
rán una parcial de 10 años por cada Pater, Ave
PRIMERA ESTACIÓN
y Gloria. Los enfermos que no p u e d a n hacer el
Vía Crucis en la forma ordinaria ni en la arriba
indicada lucran las mismas indulgencias con tal
que con afecto y ánimo contrito besen o con-
templen el' Crucifijo bendecido p a r a este fin,
que les fuera mostrado por el sacerdote u otra
persona y recen si pueden alguna breve oración
o jaculatoria en memoria de la Pasión y Muerte
de Nuestro Señor Jesucristo. (Clemente XIV,
Audiencia 26 de Enero de 1773; S. C. Indulg. 16
de Septiembre de 1859; S. Penit. Apost. 25 de
Marzo de 1931, 20 de Octubre de 1931 y 18 de
Marzo de 1932).
— 360 —
Primera estación
r
Jesús condenado a muerte
. -.*.-
#•... V) /Idoramus te, Chris- V) Te adoramos, Señor,
te, et benedicimus y bendecimos.
tibi.
R) Quia per sanctam R) Porque con t u santa
Crucera tuarn rede- cruz r e d i m i s t i al
misti mundum. mundo.
— 363 —
Perdonadme, dulcísimo Jesús mío; y
por esa inicua sentencia, no permitáis
que sea yo un día condenado a la muerte
eterna, que merecerían mis pecados.
— 364 —
Segunda estación
Llevemos, etc.
— 368 —
Tercera estación
— 372 —
Cuarta estación
— 376 —
Quinta estación
— 379 —
Teman, pues, los enemigos de la cruz,
oyendo a Cristo que dice: El que no lleva
su cruz y viene en pos de mí, no puede
ser mi discípulo.
— 380 - -
A Sexta estación
— 384 —
Séptima estación
— 388 —
m.inim.yv..wimmp|^^m|l)ltjjll MUÍ p y p |) puyiHlll Wl 1 l.i l.^
Octava estación
Matronas doloridas,
Que al Justo lamentáis,
¿Por qué, si os lastimáis,
La causa no llorar? NOVENA ESTACIÓN
Y pues la cruz le dimos.
Todos los delincuentes,
Broten los ojos fuentes
De angustia y de pesar.
Llevemos, etc.
— 392 —
Novena estación
— 396 —
Décima estación
— 400 —
Undécima estación
El manantial divino
De spngre está corriendo;
Ven, pecador, gimiendo,
Ven a lavarte aquí.
DUODÉCIMA ESTACIÓN
Misericordia imploro
Al pie del leño santo:
Virgen, mi ruego y llanto
Acepte Dios por ti.
Llevemos, etc.
— 404
Duodécima estación
— 408 —
Decimotercera estación
— 412 —
Decimocuarta estación
— 416 — — 417 —
A la llaga de la Mano izquierda Por la sangre y agua preciosa que salió
de ese Costado abierto con una lanzada
Adoro, amantísimo Jesús mío, la llaga por mi amor, y por el agudo dolor,'que
de la Mano izquierda; te doy gracias de atravesó el Corazón de tu amantísima
haberla sufrido por mi amor. Concédeme, Madre^boncédeme, Señor, la perseveran-
por la sangre que de ella derramaste, una cia final, y penetra mi corazón de los no-
caridad ardiente, y perdóname las ofen- bles afectos que animaban a tu divino
sas que te hice con mis perversas accio- Corazón. Padre nuestro, Ave María y
nes, palabras y sentidos. Padre nuestro, Gloria Patri.
Ave María y Gloria Patri.
V) Adoramus te, Christe, et benedici-
A la llaga de la Mano derecha mus Ubi.
Adoro, pacientísimo Jesús, la llaga R) Quia per Sanctam Crucera tuara re-
santísima de tu Mano derecha; y por los dimisti mundum.
tormentos que en ella padeciste por mi
amor, te suplico me perdones el mal uso
que hice de mis potencias, y me otorgues OREMUS
ía gracia de estar en el juicio final a tu
mano derecha con los escogidos. Padre Réspice, quaesumus, Dómine, super
nuestro, Ave María y Gloria Patri. hanc familiam tuam, pro qua Dóminus
noster Jesús Christus non dubitavit ma-
nibis tradi nocentium, et crucis subiré
A la llaga del Costado tormentum. Qui tecum vivit et regnat,
etcétera.
Adorote, llaga amorosísima del Costa-
do de Jesús; ¡quién pudiese morar siem-
pre en este asilo sagrado, en ese divino
Corazón, donde descansan los Escogidos!
— 418 — — 419 —
ORACIÓN
Hosanna, salud y gloria al Hijo de Da- En aquellos días; vinieron los hijos de
vid; bendito sea Él que viene en el nom- Israel a Elím, donde había doce fuentes
bre del Señor. ¡Oh Rey de Israel! Hosan- de agua y sesenta palmas, y acamparon
na en las alturas. junto a las aguas. Y partiendo de Elím
toda la multitud de los hijos de Israel,
Después, el sacerdote, estando al lado de la llegó al desierto de Sión, que está entre
Epístola, sin volverse al pueblo, canta en tono Elím y Sinaí, el día, 15 del segundo mes
de oración de Misa ferial. después que salieron de la tierra de Egip-
to. Y en este desierto toda la congrega-
V) El Señor sea con vosotros. ción de los hijos de Israel murmuró de
R) Y con tu espíritu. Moisés y Aarón, diciéndole: ¡Ojalá hubié-
— 420 — — 421 —
sernos muerto por mano del Señor en k
tierra de Egipto, cuando estábamos sen-
tados junto a las ollas de carne, y comía-
mos pan cuanto queríamos! ¿Por qué nos LO QUE SIGUE DEL SANTO EVANGELIO
sacasteis a este desierto para matar.de
hambre a "todo el pueblo? Entonces dijo SEGÚN SAN MATEO (Cap. 21)
el Señor a Moisés: Mirad, yo os haré llo-
ver panes del cielo; salga el pueblo y En aquel tiempo: Estando Jesús cerca
recoja cuanto sea menester para cada día; de Jerusalén, y habiendo llegado a Bet-
porque quiero experimentarle si camina fage, al Monte Olívete, envió a dos de sus
según mi ley o no. Mas el día sexto pre- discípulos, diciéndoles: Id a esa aldea que
paren lo que llevaren a sus casas, y sea está enfrente de vosotros y luego halla-
otro tanto de lo que solían recoger cada réis una borrica atada y un pollino con
día. Entonces dijeron Moisés y Aarón a ella: Desatadla, y traédmelos; y si alguno
todos los hijos de Israel: Esta tarde sa- os dijere algo, respondedle que el Señor
bréis en las codornices qué os ha sacado los necesita, y luego los dejará. Todo esto
de la tierra de Egipto. Y mañana por la sucedió, para que se cumpliese lo que es-
mañana veréis resplandecer su gloria en taba dicho por el profeta: Decid a la hija
el maná. de Sión: He aquí a tu Rey, que viene a
ti Heno de mansedumbre, montado en una
borrica, V un pe lino hijo de la que está
Mientras que se canta el R, el diácono pone el bajo el yugo. Fueron, pues, los discípulos,
libro de los Evangelios sobre el altar y el sacer- y lo hicieron como Jesús los mandó. Tra-
dote suministrándole el diácono la naveta, pone
incienso en el incensario. Luego dice el diácono: jeron la borrica y el pollino; pusieron so-
Purifica mi corazón, etc., toma el libro del altar bre ellos sus vestidos, e hicieron montar
y pide la bendición al sacerdote. Después, tenien- a Jesús. Una grande multitud de pueblo
do el libro el subdiácono, y estando en medio de tendió sus vestidos, en el camino, otros
los acólitos con ciriales encendidos, signa el cortaban ramas de los árboles, y las echa-
libro, lo inciensa, y canta el Evangelio como SÍ
acostumbra. ban por donde pasaba; y las gentes que
iban delante, como los que lo seguían,
— 422 — — 423 —
clamaban diciendo: Hosanna al Hijo de R) Amén.
David. Bendito sea Él que viene en el V) El Señor sea con vosotros.
nombre del Señor. R) Y con tuy espíritu.
V) Levantad vuestros corazones.
Después, se bendicen los ramos. El sacerdote, R) Los tenemos hacia el Señor.
estando en el mismo lado de la Epístola, dice en V) Demos gracias a Dios, nuestro Se-
tono de oración ferial. ñor.
V) El Señor sea con vosotros. R) Digno y justo es.
R) Y con tu espíritu. Verdaderamente digno y justo es, debi-
do y saludable que siempre y en todas
partes te demos gracias, Señor Santo,
OEACIÓN Padre omnipotente, Dios eterno. Que eres
glorificado en la congregación de tus
Dios, aumenta la fe de los que esperan Santos. Pues te sirven tus criaturas; por-
en ti, y oye con benignidad nuestras hu- que sólo a Ti reconocen por tu Creador y
mildes preces. Derrama con abundancia por su Dios; todas tus obras te alaban y
tus misericordias sobre nosotros, y bemí» tus Santos te bendicen, confesando sin
dice estos ramos de palma o de olivo; y temor,9 delante de los reyes y potestades
así como para darnos una figura de las de este mundo al gran nombre de tu Uni-
gracias que derramas sobre la Iglesia, las génito Hijo. A cuyo trono asisten los Án-
multiplicaste en Noé al salir del arca, y geles y Arcángeles, los Tronos y Domina-
en Moisés, saliendo de Egipto con los hi- ciones; y con toda la milicia del celestial
jos de Israel concédenos también, que ejército cantan este himno a tu gloria, di-
llevando palmas y ramos de olivo, poda- ciendo sin cesar:
mos con buenas obras salir al encuentro Canta el coro:
de Jesucristo, y entrar en el gozo eterno;
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios
por el mismo, que siendo Dios, vive y
de los ejércitos. Los cielos y la tierra es-
reina contigo en unidad del Espíritu San-
tán llenos de t u gloria. Hosanna en las
to, ->cr todos los siglos de los siglos.
— 425 —
— 124 —
alturas. Bendito sea Él que viene en el Aquí el celebrante pone incienso en el incen-
nombre del Señor. Hosanna en las alturas. sario, y después rocía tres veces los ramos con
Sigúese: agua bendita diciendo:
V) El Señor sea con vosotros.
R) Y con tu espíritu. Me rociarás con el hisopo, y seré puri-
ficado; me lavarás y quedaré más blanco
ORACIÓN que la nieve.
Suplicárnoste, Señor Santo, Parre om-
nipotente, Dios eterno, que te dignes Concluida la bendición, se reparten los ramos,
ben^idecir y s a n t i f i c a r estos ramos de y el coro canta la Antífona siguiente:
olivo que mandaste salir del tronco de Aña. Los Hijos de los Hebreos, llevan-
árbol, y que la paloma volviendo al arca,
do ramos de olivo, salieron a recibir al
llevó en su pico; para que los que los hu-
Señor, diciendo en voz alta. Hosanna en
biesen recibido consigan tu protección
para su alma y para su cuerpo; y esto, las alturas.
que es símbolo de tu gracia, sirva, Señor,
de remedio para nuestra salvación. Por ORACIÓN
nuestro Señor, etc.
R) Amén. Dios Omnipotente y eterno, que hiciste
que nuestro Señor Jesucristo montase en
ORACIÓN un pollino, y que inspirase a una multitud
Rogárnoste, Señor, que benlji digas es- de pueblo que tendiese sus vestidos y
tos ramos de palma o de olivo, y nos con- echase ramas de árboles en el camino, y
cedas que lo que hoy exteriormente hace que en alabanza suya cantase Hosanna;
tu pueblo en obsequio tuyo, lo cumpla suplicárnoste nos concedas que podamos
e s p i r i t u a l m e n t e con suma devoción, imitarles en la inocencia, y merezacmos
triunfando del enemigo, y aplicándose tener parte en su mérito. Por el mismo
con todo el corazón a obras de misericor- Jesucristo nuestro Señor.
dia. Por nuestro Señor, etc. R) Amén.
— 426 — — 427 —
Se hace la procesión, y primero el celebrante V) Gloria, alabanza y honor te sea da-
pone incienso, y el diácono vuelto al pueblo, dice: do, Rey Cristo Redentor, a cuyo obsequio
Procedamos en paz. los hijos de los Hebreos cantaron con de-
y el coro responde: ' voción Hosanna.
En nombre de Cristo. Amén. V) Ellos te complacieron; séate agra-
dable nuestra devoción, Rey de bondad,
Mientras onda la procesión, se canta la si- Rey de clemencia, a quien todo lo bueno
guiente Antífona:
agrada.
Aña. Estando el Señor cerca de Jerusa- R) Gloria, alabanza, etc.
lén, envió a dos de sus discípulos, dicién-
doles: Id a esa aldea que está frente de Después, el subdiácono, con el astil de la cruz
vosotros, y hallaréis un pollino atado, en da un golpe a la puerta, y abriéndola, entra la
procesión, y cantan:
quien todavía ningún hombre ha mon-
tado; desatadlo y traédmelo. Si alguno os R) Entrando el Señor en la santa ciu-
preguntare: ¿Por qué lo desatáis? res- dad, los hijos de los Hebreos, anunciando
pondedle: El Señor lo ha menester. Des- anticipadamente la resurrección de la
atáronle los discípulos y lo llevaron a Je- vida. Con ramos de palma decían en alta
sús: echaron sobre él sus vestidos y el voz: Hosanna en las alturas.
Señor lo montó. Unos tendían sus vesti- V) Habiendo oído el pueblo que Jesús
dos en el camino, otros echaban ramas de venía a Jerusalén, salió a recibirle. Con
árboles, y los que los seguían, decían en ramos, etc.
voz alta: Hosanna, bendito sea Él que
viene en nombre del Señor; bendito sea Después, se celebra la Misa, teniendo los ra-
el reino de nuestro Padre David. Hosan- mos en las manos cuando el Evangelio y la
na en las alturas. Hijo de David, ten mi- Pasión.
sericordia de nosotros.
Cuando volviere la procesión, cerrada la puer-
ta de la iglesia, s« canta por dentro y fuera lo
siguiente:
— 428 — — 429 —
ir a éstos. C. Para que se cumpliera la pa-
labra que había dicho. Ninguno perdí de
MISA los que me diste. Entonces Simón Pedro,
Léanse las oraciones de la Misa con la Pasión que tenía una espada, la sacó, e hiriendo
de nuestro Señor como sigue: a un criado del Pontífice, le cortó la oreja
derecha. Llamábase Maleo el criado. Pero
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo Jesús, dijo a Pedro: )J( Mete tu espada en
la vaina; ¿no he de beber el cáliz que mi
En aquel tiempo salió Jesús con sus dis- Padre me dio? C. Entonces la cohorte,
cípulos al otro lado del torrente Cedrón, el tribuno y los ministros de los Judíos
donde había un huerto, en el cual entró prendieron a Jesús, lo ataron y lo llevaron
Jesús y sus discípulos. Y Judas que lo en- primero a casa de Anas, por ser suegro de
tregaba, sabía también el lugar, porque Caifas, que era el Pontífice de aquel año.
Jesús muchas veces había ido allí con sus Y era Caifas el que había dado este con-
discípulos. Habiendo, pues, Judas tomado sejo a^Ios Judíos, que convenía muriese
una cohorte y ministros enviados de los un hombre por el pueblo. Seguían a Jesús,
pontífices y fariseos, fué allí con linter- Simón Pedro, y otro discípulo. Este discí-
nas, hachas y armas. Mas Jesús, que sabía pulo era conocido del Pontífice, y entró
todo lo que le había de suceder, se adelan- con Jesús en el atrio de la casa del Pontí-
tó y les dijo: j¡t ¿A quién buscáis? C. fice. Mas Pedro se quedó fuera a la puer-
Respondiéronle: S. A Jesús Nazareno. C. ta. Salió el otro discípulo conocido del
Di joles Jesús: )¡f Yo soy. C. Estaba tam- Pontífice, habló a la portera, e hizo entrar
bién con ellos Judas, el que lo entregaba. a Pedro. Entonces esta criada portera dijo
Luego que Jesús les dijo: Yo soy, volvi- a Pedro: S. ¿Eres tú también uno de los
ron atrás, y cayeron en tierra. Volvióles, discípulos de este hombre? C. Respon-
pues, a preguntar: i¡f ¿A quién buscáis? dióle Pedro. S. No lo soy. C. Estaban allí
C. Y respondieron ellos: S. A Jesús Naza- los criados y ministros calentándose a la
reno. C. Di joles Jesús: >J( Ya os he dicho lumbre porque hacía frío, y Pedro estaba
que yo soy; pues si a mí me buscáis, dejad también en pie con ellos calentándose.
— 430 — — 431 —
Entretanto el Pontífice preguntó a Jesús tra este hombre? C. Respondieron dicién-
sobre sus discípulos y sobre su doctrina. dole: S. Si éste no fuera malhechor, no
Respondióle Jesús: i¡i Yo hablé pública- te lo entregaríamos. C. Di joles Pilato: S.
mente al mundo; yo siempre enseñé en la Tomadlo vosotros, y juzgadlo según vues-
sinagoga y en el templo donde concurren tra ley. C. Respondiéronle los Judíos: S.
todos los Judíos, y nada hablé en oculto. A nosotros no nos es permitido matar a
¿Por qué no preguntas a los mismos que nadie. C. Para que se cumpliera la pala-
oyeron, lo que les hablé? que ellos saben bra que había dicho Jesús cuando signi-
lo que les he enseñado. C. Habiendo Jesús ficó de qué muerte había de morir. Entró
dicho esto, uno de los ministros que es- otra vez Pilato en el Pretorio, llamó a
taban allí, dio una bofetada a Jesús di- Jesús y le dijo: S. ¿Eres tú'el rey de los
ciendo: S. ¿Así respondes al Pontífice? Judíos? Respondióle Jesús: ©¿Dices esto
C. Di jóle Jesús: Si hablé mal, muéstra- de ti mismo, o te lo han dicho otros de
me en qué; y si bien, por qué me hieres? mí? D. Di jóle Pilato: S. ¿Acaso soy yo
C. Y Anas le envió atado al Pontífice Judío? Los de tu nación y los Pontífices
Caifas. Entretanto estaba en pie Simón te entregaron en mis manos. ¿Qué has
Pedro calentándose. Y le dijeron: S. ¿Eres hecho? C. Respondió Jesús: © Mi reino
t ú también uno de sus discípulos? Él lo no es de este mundo. Si mi reino fuera
negó, diciendo: No lo soy. C. Di jóle uno de este mundo, mis ministros ciertamente
de los criados del Pontífice, pariente de pelearían por mí para que no fuese entre-
aquel a quien Pedro cortó la oreja: S. gado a los Judíos. Mas ahora mi reino no
Pues que ¿no te vi yo con él en el huerto? es de aquí. C. Dijóle entonces Pilato: S.
C. Pedro otra vez lo negó, y luego cantó ¿Luego tú eres rey? C. Respondió Jesús:
el gallo. Llevaron a Jesús desde la casa |J( Tú lo dices, que soy yo rey. Yo para
de Caifas al Pretorio. Y era por la ma- esto nací, y para esto he venido al mundo,
ñana, y ellos no entraron en el Pretorio para dar testimonio de la verdad; todo
por no contaminarse y por comer la Pas- aquel que es amante de la verdad, oye
cua. Salió, pues, Pilato, afuera hacia ellos, mi voz. C. Pídele Pilato: S. ¿Qué cosa
y les dijo: S. ¿Qué acusación traéis con- es la verdad? Y dicho esto, salió otra vez
— 432 — — 433 —
hacia los Judíos, y les dijo: S. Yo no ha-
llo en éste, delito alguno. Mas vosotros vez en el Pretorio, preguntó a Jesús: S.
tenéis de costumbre que en la Pascua os ¿De dónde eres t ú ? C. Mas Jesús no le
suelte un reo. ¿Queréis, pues, que os suel- respondió: Díjole entonces Pilato: S. ¿A
te al rey de los Judíos? C. Entonces vol- mí no me hablas? ¿No sabes que tengo
vieron todos a gritar, diciendo: S. No "que- potestad para crucificarte? C. Respondió-
remos que sueltes a ése, sino a Barrabás. le Jesús: Jji Ningún poder tendrías sobre
C. Era Barrabás ladrón. Tomó entonces mí si no te fuera dado de arriba. Por esto
Pilato a Jesús, y le azotó. Y los soldados, el que me entregó a ti tiene mayor peca-
tejiendo de espinas una corona, la pusie- do. C. Desde entonces buscaba Pilato al-
ron sobre su cabeza, y le vistieron de púr- gún medio para soltarle. Mas los Judíos
pura; y llegándose a él le decían: S. Dios gritaban diciendo: S. Si sueltas a ése, no
te salve, rey de los Judíos. C. Y le daban eres amigo del César; porque cualquiera
bofetadas. Salió Pilato otra vez afuera que se hace rey, se declara contra el Cé-
hacia ellos, y les dijo: S. Ved aquí, os lo sar. C. Oyendo Pilato estas palabras^sacó
saco .afuera, para que conozcáis que1* no afuera a Jesús y sentóse en el tribunal, en
hallo en él delito alguno. C. (Salió, pues, el lugar llamado Lithóstrotos, y en hebreo
Jesús, llevando la corona de espinas y el Gábatha. Era entonces la Parasceve de la
vestido de púrpura); y dijoles Pilato: S. Pascua, y cerca de la hora de sexta. En-
Ved aquí el hombre. C. Luego que lo vie- tonces dijo Pilato a los Judíos: S. Ved
ron los Pontífices y los ministros, grita- aquí vuestro rey. C. Mas ellos gritaban:
ban diciendo: S. Crucifícale, crucifícale. S. Quítalo, quítalo, crucifícale. C. Díjoles
C. Díjoles Pilato. S. Tomadle vosotros, y Pilato: S. ¿Crucificaré a vuestro rey? C.
cracificadle; porque yo no hallo en él de- Respondieron los Pontífices: S. No tene-
lita alguno. C. Respondiéronle los Judíos: mos otro rey que el César. C. Entonces
S. Nosotros tenemos ley, y según nuestra Pilato les entregó a Jesús para ser cruci-
ley, debe morir, porque se ha hecho Hijo ficado y ellos lo tomaron y lo sacaron
de Dios. C. Cuando Pilato oyó estas pala- afuera. Y Jesús llevando la cruz a cuesta,
bras tuvo más miedo. Y entrando otra fué de este modo al lugar llamado Calva-
rio, y en hebreo Gólgota, donde lo crucifi-
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carón, y con él otros dos, uno a un lado y dijo a su Madre; ^ Mujer, he aquí a tu
otro a otro, y Jesús en medio. Escribió Hijo.»C. Después dijo al discípulo: fl& He
también Pilato un título que puso J sobre la aquí a tu Madre. C. Y desde aquella hora
cruz, y estaba escrito en él: Jesús Naza- el discípulo la tomó consigo. Después^ sa-
reno, rey de los Judíos. Este título leyeron biendo Jesús que todo estaba ya cumpli-
muchos Judíos porque estaba cerca de la do, para que se cumpliera la Escritura,
ciudad el lugar donde Jesús fué crucifica- dijo: i¡f Tengo sed. C. Y como a la sazón
do, y estaba escrito en hebreo, en griego estaba allí un vaso lleno de vinagre, los
y en latín. Decían, pues, a Pilato los Pon- soldados empaparon en él una esponja y
tífices de los Judíos: S. No escribas rey de poniéndola en un hisopo, se la arrimaron
los Judíos, sino que dijo él: Soy el rey de a la boca. Luego que Jesús tomó el vina-
los Judíos. Respondió Pilato: S. Lo que gre, dijo: g& Todo está cumplido. C. E in-
he escrito, he escrito. C. Los soldados des- clinando la cabeza, dio su espíritu.
pués de haberlo crucificado, tomaron sus
vestidos (e hicieron de ellos cuatro par-
tes, una para cada soldado) y tomaron Aquí se arrodilla, y hace una breve pausa.
también la túnica; y como era sin costura,
tejida de arriba abajo, dijeron unos a Los Judíos, pues (porque era la Paras-
otros: S. No la rasguemos, «ino echemos ceve), para que los cuerpos no quedasen
suerte sobre quién la llevará. C. Para que en la cruz en el día del Sábado (porque
se cumpliera la Escritura, que dice:. Re- aquel día de Sábado era muy solemne),
partieron mis vestidos entre sí, y sobre pidieron a Pilato que les quebrasen las
mi túnica echaron suerte. Esto fué cierta- piernas, y los quitasen de la Cruz. Vinie-
mente lo que hicieron los soldados. Entre- ron, pues, los soldados, y en verdad que-
tanto estaban en pie junto a la cruz de braron las piernas al primero, y al otro
Jesús, su Madre y la hermana de su Ma- que con él fué crucificado. Mas cuando
dre, María de Cleofás, y María Magdale- legaron a Jesús, viéndole ya muerto, no
na. Viendo, pues, Jesús a la Madre y al le quebraron las piernas; pero uno de los
discípulo que él amaba, y estaba presente, soldados le abrió el costado con una lan-
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za, y luego salió sangre y agua. Y el que pues, el día de la Parasceve de los Judíos,
lo vio da testimonio de ello, y su testi- y estaba cerca el sepulcro, pusieron en él
monio es verdadero, y él sabe que dice la a Jesús.
verdad, para que también vosotros lo
creáis. Porque estas cosas sucedieron pa- LUNES SANTO
ra que se cumpliese la Escritura: No le
quebraréis hueso alguno; y otra Escritura MISA
que dice: verán al que traspasaron.
(Estación en Santa Práxedes)
Lo que sigue se lee en tono de Evangelio.
INTROITO
Después de esto, José de Arimatea (qué Juzga, Señor, a los que me hacen daño;
era discípulo de Jesús, pero oculto por pelea hasta rendir a los que me combaten;
temor de los Judíos), pidió a Pilato que toma las armas y el escudo, y levántate en
le permitiese quitar de la cruz el cuerpo mi ayuda, oh Señor, fortaleza de mi salud.
de Jesús. Y Pilato se lo permitió. Enton- R) Desenvaina la espada, y cierra el
ces se fué, y quitó el cuerpo de Jesús. paso a los que me persiguen; di a mi al-
Vino también Nicodemo, aquel que antes ma: yo soy tu salud.
había ido de noche a hablar a Jesús, y Repít. Juzga, Señor, etc.
traía una composición de casi cien libras
de mirra y de aloe. Tomaron, pues, el
cuerpo de Jesús y lo envolvieron, con OEACIÓN
aquel bálsamo y lo fajaron, según la cos-
tumbre que tenían los Judíos de sepultar Concédenos, oh Dios omnipotente, que
los muertos. Había, pues, en el lugar don- pues por nuestra flaqueza desfallecemos
de fué crucificado Jesús, un huerto, y en en medio de tantas adversidades, tome-
este huerto un sepulcro nuevo, donde nin- mos aliento mediante la pasión de t u Uni-
guno había sido sepultado. Como era, génito Hijo, que contigo vive y reina, etc.
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LECCIÓN DEL PROFETA ISAÍAS (Cap. 50)
TRACTO
En aquellos días dijo Isaías: El Señor Señor, no hagas con nosotros conforme
Dios abrió mis oídos, y yo me resistí: a los pecados que hemos cometido ni se-
atrás no volví. Entregué mi cuerpo a los gún nuestras iniquidades.
que me herían y mesaban mis barbas; no
aparté el rostro de los que me reprendían V) Señor, no te acuerdes de nuestras
y escupían. El Señor Dios es mi auxilia- antiguas maldades; anticípennos presto
dor; por eso no soy confundido. Esta es la tus misericordias, porque nos hemos em-
causa porque puse mi rostro como piedra pobrecido sobremanera.
durísima, y sé que no seré confundido. (Arrodíllase).
Cerca está el que me justificó; ¿quién se
me opondrá? Unámonos: ¿quién es mi V) Ayúdanos, oh Dios Salvador nues-
adversario? Llegúese a mí. He aquí el Se- tro, y líbranos, Señor, por la gloria de tu
ñor Dios, es mi auxiliador. ¿Quién es el nombre, y perdónanos nuestros pecados
que me condenará? He aquí, todos ellos por causa de tu nombre.
envejecerán como los vestidos, la polilla
los comerá. ¿Hay alguno de vosotros que
tema al Señor, y oiga la voz de su siervo? LO QUE SIGUE DEL SANTO EVANGELIO
El que anduvo en tinieblas, y no hay luz SEGÚN SAN J U A N (Cap. 13)
en él, espere en el nombre del Señor y
tome por fundamento a su Dios. Seis días antes de la Pascua, vino Jesús
a Bethania donde había muerto Lázaro al
cual resucitó Jesús, e hicieron allí una ce-
GRADUAL na, y Marta servía, y Lázaro era uno de
los que estaban sentados a la mesa junta-
Levántate, oh Señor, y atiende a mi mente con él. María, pues, tomó una li-
juicio, Dios mío y Señor mío, atiende a bra de ungüento del nardo puro de mucho
mi causa. V) Desenvaina la espada y cie- precio y ungió los pies de Jesús, los enju-
rra el paso a los que me persiguen. gó con sus cabellos, y la casa se llenó
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MARTES SANTO
con la fragancia del ungüento. Dijo en-
tonces uno de sus discípulos, Judas Isca- MISA
riote, el que lo había de entregar: ¿Por (Estación en Santa Prisca)
qué no se ha vendido este ungüento por
trescientos dineros, y se ha dado a los INTROITO
pobres? Mas dijo esto, no porque estu-
viese a cargo suyo el cuidado de los po- Nosotros debemos gloriarnos en la crufc
bres, sino porque era ladrón, y teniendo de nuestro Señor Jesucristo, en quien es-
la bolsa, llevaba lo que se echaba en ella. tá la salud, la vida y la resurrección nues-
Dijo entonces Jesús: Dejadla que lo apro- tra; por el cual fuimos hechos salvos y
veche para el día de mi sepultura, por- libres.
que a los pobres siempre los tenéis con Salmo, Dios tenga misericordia de nos-
vosotros, mas a mí no siempre me tenéis. otros, y nos bendiga; haga resplandecer
Llególe pues a entender una grande mu- íu rostro sobre nosotros y tenga miseri-
chedumbre de Judíos que estaban en íordia de nosotros.
aquel lugar, y vinieron no sólo por causa Repítese. Nosotros debemos, etc.
de Jesús, sino por ver a Lázaro al cual
había resucitado de entre los muertos. ORACIÓN
— 442 — — 443
mostraste tus intentos. Y yo como corde- MIÉRCOLES SANTO
ro manso que llevan al sacrificio, como si
ignorase que se había conspirado contra
mí diciendo: Pongamos leño en su pan, MISA
desterrémosle de la tierra de los vivos, y
no haya más memoria de su nombre. Mas (Estación en Santa María la Mayor)
tú, oh Señor de los ejércitos, que juzgas
con justicia, y sondeas los corazones de INTROITO
los hombres, vea yo tu venganza de ellos;
porque a ti he descubierto mi causa, Se- Al nombre de Jesús se dobla toda rodi-
ñor Dios mío. lla de lo celestial, de lo terreno y de lo
infernal; porque el Señor se hizo obe-
diente hasta la muerte, y muerte de la
GRADUAL cruz; por esto el Señor Jesucristo está en
Cuando mis enemigos me molestaban, la gloria de Dios Padre.
vestíame yo de cilicio y humillaba con Salmo. Oye, Señor, mi oración y llegue
ayuno mi alma, y mi oración se resolvía mi clamor a ti.
en mi seno. Repítese. Al nombre, etc.
V) Juzga, Señor, a los que me hacen Después de los Kiries se dice:
daño; pelea hasta rendir a los que me
combaten; toma las armas y el escudo, y OREMUS
levántate en mi ayuda.
Doblemos las rodillas.
Lo demás como en la Misa de todos los días, R) Levantaos.
Haz, oh Dios omnipotente, que, pues
somos incesantemente afligidos por nues-
tros excesos, seamos libres de ellos por
la pasión de tu unigénito Hijo, el cual
contigo vive y reina, etc.
_ 444 — — 445 —
LECCIÓN DEL PROFETA ISAÍAS (Cap. 62V GRADUAL
Esto dice el Señor Dios: Decid a la Hija No escondas tu rostro de tu siervo por-
de Sión: he aquí, tu Salvador viene; he que estoy atribulado; apresúrate a oírme.
aquí, consigo trae su galardón.. ¿Quién V) Sálvame, oh Dios, porque han pene-
es éste que viene de Edom y Bosra con trado las aguas hasta mi alma; estoy su-
vestidos encarnados? Hermoso es él en su mergido en lo más profundo del cieno, y
estola, que ha con la grandeza de su po- no hay apoyo.
der. Yo soy el que hablo justicia y de- Lo demás como en la Misa de todos los días.
fiendo para salvar. ¿Por qué es encarna-
do tu vestido y tus ropas como de los que
pisan uvas en el lagar? Yo sólo pisé el JUEVES SANTO
lagar, y de los pueblos nadie me ayudó,
píselos con mi furor y hóllelos en mi ira; MISA
y su sangre salpicó mis ropas, y ensucié (Estación en San Juan de Letrán)
todos'mis vestidos. Porque el día de la
venganza está en mi corazón, y el año de INTROITO
mi redención es venido. Miré adrededor,
y no había quien me socorriese; busqué y Mas nosotros debemos gloriarnos en la
no hubo quien me ayudase y salvóme mi Cruz de nuestro Señor Jesucristo, el cual
brazo, y mi indignación misma me valió. siendo el autor de nuestra salud, de nues-
Y hollé los pueblos con mi furor, y con tra vida y de nuestra resurrección, nos ha
mi indignación los embriagué, y derribé a salvado y librado.
tierra su esfuerzo. De las piedades del Salmo. Dios tenga misericordia de nos-
Señor me acordaré; de las alabanzas del otros, y nos bendiga; haga resplandecer
Señor acerca de todo lo que nos ha dad? la luz de su rostro sobre nosotros, y apiá-
el Señor Dios nuestro. dese de nosotros.
Cuando se dice Gloria, se tocan las campanas
K no se vuelven a tocar hasta el Sábado Santo.
«en*» 4 4 7 —
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ORACIÓN noche en que había de ser entregado,
tomó el pan y habiendo dado gracias, lo
Dios de quien Judas recibió el castigo partió y dijo: Tomad y comed; este es mi
de su pecado, y el Ladrón el premio de cuerpo, que será entregado por vosotros;
su confesión; haznos sentir el efecto de haced esto en memoria de mí. Del mismo
tu propiciación; para que así como nues- modo tomó el cáliz, después de haber ce-
tro Señor Jesucristo en su pasión dio a nado diciendo: Este cáliz es el Nuevo Tes-
entrambos su merecido, así destruido el tamento en mi sangre. Haced esto en me-
error del hombre viejo, nos conceda la moria de mí, siempre que de él bebiereis.
gracia de resucitar gloriosamente con él, Porque siempre que comiereis este pan y
que contigo vive y reina. Amén. bebiereis de este cáliz, anunciaréis la
muerte del Señor hasta que venga. Por
esto cualquiera que comiere este pan, o
bebiere del cáliz del Señor indignamente,
LECCIÓN DE LA EPÍSTOLA DE SAN PABLO
será reo del cuerpo y de la sangre del
APÓSTOL A LOS CORINTIOS (Cap. 11) Señor; examínese, pues, el hombre a sí
mismo y de esta manera coma de aquel
Hermanos: cuando os juntáis, ya del pan y beba de aquel cáliz. Porque el que
modo que lo hacéis, no es comer la cena lo come y bebe indignamente, come y
del Señor, porque cada uno se anticipa a bebe su propia condenación, no haciendo
comer su cena particular. Y así unos no discernimiento del cuerpo del Señor. Por
tienen que comer, mientras que otros co- esto hay entre vosotros muchos enfermos
men por exceso. ¿Acaso no tenéis vues- y débiles, y muchos duermen. Si nos juz-
tras casas para comer y beber? ¿o queréis gáramos a nosotros mismos, ciertamente
despreciar la Iglesia de Dios y avergonzar no seríamos juzgados. El Señor es el juess
a los pobres que no tienen? ¿Qué os diré? que nos castiga para que no seamos con-
¿Os alabaré? En esto no os alabo; porque denados en este mundo.
del Señor aprendí esto que también os
enseñé: que el Señor Jesús, en la misma
- 448 — — 449 —
que el laven más que los pies, porque todo
L o QUE SIGUE DEL S A N T O EVANGELIO lo demás está limpio. Y vosotros estáis
limpios,.mas no todos; porque sabía quién
SEGÚN SAN JUAN (Cap. 13) era el que lo había de entregar; por esto
dijo: No todos estáis limpios. Después de
Antes del día de la fiesta de la Pascua, haberles lavado los pies, tomó sus vesti-
sabiendo Jesús que era llegada su hora de duras, y volviéndose a poner a la mesa,
pasar de este mundo al Padre, como había les dijo: ¿Entendéis lo que he hecho con
amado a los suyos que estaban en el mun- vosotros? Vosotros me Han ais Maestro
do, los amó hasta el fin. Y acabada la y Señor, y decís bien porque lo soy. Pues
cena, como ya el diablo había metido en si yo siendo vuestro Señor y Maestro os
el corazón de Judas, hijo de Simón Isca- he lavado los pies, vosotros debéis tam-
riote, que lo entregase; sabiendo Jesús bién lavaros los pies unos a otros; porque
que el Padre había puesto en sus manos ejemplo os he dado, para que como yo lo
todas las cosas, y que salió de Dios, y vol- he hecho con vosotros, así lo hagáis vos-
vía a Dios, se levantó de la cena, se quitó otros también.
sus vestiduras, y tomando un lienzo, se lo
ciñó. Después echó agua en una bacía y
comenzó a lavar los pies de los discípulos, Lo demás que sigue, según el Ritual romano.
Hoy el sacerdote consagra dos hostias: consume
y a limpiarlos con el lienzo que tenía ce- una y guarda la otra para mañana, en cuyo día
ñido. Llegó, pues, a Simón Pedro, el cual no se dice Misa; guarda también algunas formas
le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Res- consagradas por si fueren menester para los
pondióle Jesús: Lo que yo hago, no lo enfermos; consume el sanguis, y antes de la
ablución de los dedos pone la hostia reservada
entiendes tú ahora; lo sabrás después. en otro cáliz que cubre el diácono con la hijuela
Di cele Pedro: No me lavarás jamás los y la patena, y luego lo cubre todo con el velo, y
pies. Respondióle Jesús: Si no te lavara, lo pone en medio del altar. Luego se da la comu
no tendrás parte conmigo. Dícele Simón nión. Después, se dice la siguiente
Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino tam-
bién las manos y la cabeza. Dícele Jesús:
£1 que está lavado no tiene necesidad de
— 451 —
— 450 —
ORACIÓN Hoy debe estar preparado el monumento en
alguna capilla de la iglesia o en algún altar, con
la decencia posible para poner allí el cáliz que
Suplicárnoste, Señor, Dios nuestro, que tiene la hostia que se guardó. Concluida la Misa
estando alimentados con este sustento, se encienden las velas, se hace la procesión como
que da vida a las almas, consigamos por se costumbra y se canta el siguiente
tu gracia en la eternidad esto que cele-
bramos en el tiempo de nuestra vida mor- HIMNO
tal. Por nuestro Señor Jesucristo, t u Hijo.
R) Amén. Cante la voz del cuerpo más glorioso,
V) El Señor sea con vosotros. El misterio sublime y elevado,
R) Y con tu espíritu. De la Sangre preciosa, que amoroso
V) Ya os podéis ir: se ha acabado la El rescate del mundo ha derramado;
Misa. Siendo fruto de un vientre generoso,
R) Demos gracias a Dios. El Rey de todo el Orbe, el Ser increado.
Inclinado dice: Dado para nosotros, y naciendo
De una Virgen intacta y recogida.
. Santa Trinidad, séate agradable este
obsequio de mi servidumbre, y concéde- Conversando en el mundo y esparciendo
me que el sacrificio que yo indigno he Semilla de palabras que da vida;
ofrecido, a presencia de tu divina Majes- Con orden admirable y estupendo
tad, te sea agradable; que por tu mise- El tiempo concluyó de su venida.
ricordia sea propiciatoria para mí y para En la noche tremenda en que la cena
todos aquellos por quienes lo he ofrecido. Por último tomó con sus hermanos,
Por nuestro Señor Jesucristo. Cumpliendo ya la ley, en que se ordena,
Bendice al pueblo: El Cordero Pascual a los ancianos,
Bendígaos Dios omnipotente, Padre, A sí mismo en manjar a la docena
Hijo y Espíritu Santo. De Apóstoles se entrega por sus manos.
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De nuestra carne el Verbo revestido
Hace con sólo haberlo pronunciado, VIERNES SANTO
MISA
Que el pan sea en su Carne convertido,
Y el vino en propia Sangre transformado; Acabada nona, el sacerdote y los ministros,
Y si a desfallecer llega el sentido, vestidos con ornamentos negros, sin ciriales, ni
Con la fe el corazón es confirmado. incienso, van al altar; y postrados delante de él
hacen un rato de oración. Entretanto los acó-
litos extienden una sabanilla sobre el altar. Des-
Demos, pues, a tan alto Sacramento pués el lector va a leer la Profecía en el lugar de
Culto y adoración todos rendidos, la Epístola, y la empieza sin título.
Y ceda ya el antiguo documento
A los ritos de nuevos instituidos; - OSEA (Cap. 6)
_ 458 — — 459 —
las naciones; conserva las obras de tu tivos, conceda a los caminantes su regre-
misericordia, para que tu Iglesia, exten- so, a los enfermos la salud, y a los nave-
dida por todo el mundo, persevere con fe gantes puerto seguro.
constante en la conefsión de tu nombre.
Por el mismo Señor nuestro. OREMOS
R) Amén. Arrodillémonos. R) Levantaos.
Oremos también por nuestro santísimo Dios omnipotente y eterno, consuelo de
Padre el Papa N., para que Dios nuestro los afligidos, fortaleza de los atribulados,
Señor que lo eligió en el orden Episcopal, haz que lleguen a ti las preces de los que
le conserve la salud y santidad para bien en cualquiera tribulación te invocan, para
de su santa Iglesia, y para gobierno del que tengan todos alegría de haber recibi-
pueblo santo de Dios. do en sus necesidades el socorro de tu mi-
sericordia. Por nuestro Señor. R) Amén.
OREMOS
Oremos también por los herejes y cis-
máticos, para que Dios, nuestro Señor,
los saque de todos sus errores, y se digne
Arrodillémonos. R) Levantaos. volverlos al gremio de la santa Iglesia
Dios omnipotente y eterno, que todos católica y apostólica.
los días fecundas a tu Iglesia de nuevos
hijos; aumenta la fe y la inteligencia en OREMOS
nuestros catecúmenos, para que, renaci-
dos en la fuente del bautismo, sean agre- Arrodillémonos. R) Levantaos.
gados al número de tus hijos adoptivos. Dios omnipotente y eterno, que a todos
Por nuestro Señor. R) Amén. salvas, y no quieres que ninguno se pier-
Oremos, carísimos hermanos míos, a da, vuelve tus ojos sobre las almas seduci-
das por la diabólica astucia, para que ab-
Dios Padre omnipotente, para que puri-
jurando toda herética pravedad, vuelvan
fique al mundo de todo error, disipe las
al camino recto y entren en la unión de
enfermedades, destierre el hambre, abra tu verdad. Por nuestro Señor. R) Amén.
las cárceles, rompa las cadenas de los cau-
— 460 —
— 461 —
iniquidad de su corazón le agregues á til
Oremos también por los pérfidos judíos santa Iglesia para gracia y alabanza de tu
para que Dios nuestro Señor les quite el nombre. Por nuestro Señor. R) Amén.
velo de sus corazones, a fin de que reco- Acabildas estas oraciones, el sacerdote se quita
nozcan con nosotros a Jesucristo nuestro la casulla, recibe de manos del diácono la cruz
Señor. que estará prevenida, y estando de cara al pue-
blo lo va descubriendo poco a poco, y canta la
No se responde Amén, sino que luego se dice: antífona: Ved aquí al madero de la Cruz, y los
ministros cantan ccn él: Venid, adorémosle; se
Dios omnipotente y eterno, que no ex- hace la adoración y los coros cantan lo Que
cluyes de tu misericordia a los pérfidos sigue:
judíos; oyes las preces que te hacemos
Un coro canta:
por la obstinada ceguedad de aquel pue-
Agios, o Theos.
blo, para que, reconociendo la luz de ver-
dad, que es Jesucristo, sean sacados de El otro coro responde:
sus tinieblas. Por el mismo señor nues- Santo Dios.
tro. R) Amén. El primer coro:
Oremos también por los paganos, a fin Agios ischyrós.
de que. abandonados sus ídolos y librán- El segundo coro:
dolos de su idolatría, se conviertan al Santo fuerte..
Dios vivo y verdadero y a su único Hijo El primer coro:
Jesucristo, Dios y Señor nuestro.
Agios athánatos, eleison imas.
Santo inmortal, ten misericordia de
OREMOS nosotros.
Arrodillémonos. R) Levantaos. Ei segundo coro:
Mientras se hace la adoración de la santa
Dios omnipotente y eterno, que no Cruz se canta:
quieres la muerte del pecador, sino que Cante la voz, y aplauda la gloriosa
procuras siempre su vida; recibe con be- Victoria del certamen más sagrado
nignidad nuestra oración, y quitándole la
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Diga de la Cruz santa y misteriosa ¡Oh Trinidad, de vida ...ara fuente!,
El trofeo más noble y señalado; Todo espíritu rinda a t i la gloria,
Y cómo el Redentor del mundo entero A los que de la Cruz das la victoria,
Venció, sacrificado en un madero. Concédenos el premio eternamente.
Llegando el sacerdote al altar pone el cáliz, se
R) Cruz, árbol el más noble, señalado arrodilla y lo inciensa, después saca la hostia del
Entre cuantos la selva ha producido; cáliz, y el diácono pone vino en el cáliz. Luego,
En hoja, flor y fruto sazonado, el sacerdote tomando el Sacramento'con la mano
derecha, lo alza para que lo vea el pueblo, y des-
Y en su bello matiz y colorido; pués de consumir, concluye con lo siguiente:
Dulces clavos sostiene, dulce leño,
El dulce peso de mi dulce dueño. Haz, Señor, que el Sacramento que he-
mos tomado por la boca, lo recibamos con
un corazón puro y que este don temporal
Acabada la adoración de la Cruz, se dispone nos sirva de remedio para la eternidad.
la procesión, y llegando al monumento, el sacer-
dote se arrodilla delante del Sacramento y ¡o
inciensa; luego el diácono sc¡3a de la urna el
cáliz con el Sacramento, lo da al sacerdote y se SÁBADO SANTO
procede a la procesión. Entretanto se canta:
MISA
Ya del Rey se enarbola el estandarte,
Después de las Profecías, el celebrante se quita
De la cruz el misterio resplandece; la casulla y se postra delante del altar con sus
De la vida el Autor, muerte padece, ministros. Entretanto se canta la Letanía de
Y con ella la vida nos reparte Santos, y en llegando al R) Los Pecadores, se
levantan el sacerdote y los ministros, van a la
sacristía y se visten con ornamentos blancos
Saludárnoste, ¡oh cruz!, firme esperanza, para celebrar la Misa con. solemnidad; entretanto
se encienden las velas del altar, y después de la
En este tiempo, y días dolorosos; confesión y los Kiries de costumbre, cantan en
Acrecienta la gracia a los piadosos, voz alta: Gloria in excelsis Deo, y se tocan las
Y el perdón de su culpa al reo alcanza. campanas. Gloria a Dios en los cielos, etc.
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ORACIÓN
Lo QUE SIGUE DEL SANTO EVANGELIO
Dios, que haces resplandecer esta sa- SEGÚN SAN MATEO (Cap. 28)
grada noche con la gloria de la resurrec- En la noche del sábado, al amanecer el
ción del Señor, conserva en los nuevos primer día de la semana o domingo, vino
hijos de tu familia el espíritu de adop- María Magdalena con la otra María, a
ción que les has dado, para que renovados visitar el sepulcro. A este tiempo se sin-
en el cuerpo y en el alma ,te sirvan con tió un gran terremoto, porque bajó del
pureza de corazón. Por el mismo Jesu- Ceilo un Ángel del Señor, y llegándose al
cristo, tu Hijo. sepulcro, removió la piedra, y sentóse en-
cima. Su semblante brillaba como el re-
lámpago, y era su vestidura blanca como
LECCIÓN DE LA EPÍSTOLA DE SAN PABLO
la nieve. De lo cual quedaron los guardas
APÓSTOL A LOS COLOSENSES (Cap. 3) tan aterrados que estaban como muertos.
Mas el Ángel, dirigiéndose a las mujeres,
Hermanos: Si habéis resucitado con les dijo: Vosotras no tenéis qué temer;
Jesucristo buscad las cosas que son de bien sé que venís en busca de Jesús, que
arriba, donde Cristo está sentado a la fué crucificado; ya no está aquí porque ha
diestra de Dios Padre; saboreaos en las resucitado, según predijo. Venid, y mirad
cosas del cielo, no en las de la tierra. Por- el lugar donde estaba sepultado el Señor.
que muertos estáis ya, y vuestra nueva Y ahora id, sin deteneros, a decir a sus
vida está escondida con Cristo, en Dios. discípulos que ha resucitado; y he aquí
Cuando empero aparezca Jesucristo, que que va delante de vosotros a Galilea; allí
es vuestra vida, entonces apareceréis le veréis; ya os lo prevengo de antemano.
también vosotros con él, gloriosos.
468 — — 469 —
la eternidad, unido al canto patético de los res- últimos días; cuando no, vístase de luto gran
ponsos y lamentos, realzado todavía con la elo- parte del altar, y coloqúese u n t ú m u l o en el cen-
cuente voz del predicador, que, recordando las tro de la iglesia. Hecho esto, y rezado el santo
grandes verdades de Religión, perora en favor de Rosario.^Iéase con unción y p a u s a la meditación,
nuestros hermanos difuntos; todo esto, digo el ejemplo y demás oraciones que correspondan
ejerce sobre los ánimos u n a irresistible fuerza, y al día de la novena; excítese al pueblo a oír cada
convierte m u c h a s veces el novenario en u n a pro- día la santa misa, que se dirá en sufragio" de los
vechosísima misión. ¿Y c u á n t a s misiones hay difuntos de la parroquia, y comulgúese a la mis-
que no obtuvieron, ni con mucho, el crecido ma intención u n día del novenario. Y como éste
número de Comuniones, ni los demás consola- es el fruto principal, convendría al efecto a n u n -
dores resultados que vi producidos en muchos ciar u n a Comunión general p a r a el último día,
novenarios? y llamar a algunos confesores forasteros, que,
sentándose en el confesionario desde la vigilia,
Ahora bien; ¿de qué trascendencia no serán faciliten la confesión, y den mayor impulso a
estas meditaciones, hechas con fervor; esta serie esta importantísima práctica.
de sermones patéticos, escuchados con recogi-
miento, y sobre todo, estas Comuniones hechas Si se arredrase alguno por la penuria de r e -
espontáneamente, no por costumbre, como suele cursos, nómbrense algunos administradores de
acontecer en la Cuaresma, sino precedidas, tal Ánimas, que, haciendo u n a cuestión, ya sea a
vez, de u n a confesión general, y seguidas de la domicilio, ya sea cada noche en la función de la
reforma de toda la vida? iglesia, recojan las limosnas y donativos volun-
tarios; y no t e m a le falte n a d a . Pues ¿qué cris-
tiano no contribuirá gustoso Í t a n piadosa ins-
Modo de hacer esta Novena titución? ¿Qué hijo, qué padre, qué esposo, h a -
en la iglesia brá t a n ingrato, que rehuse aliviar con u n m ó -
dico sacrificio las terribles p e n a s que sus padres,
No dudo, Rvdos. Sres. Párrocos, y vosotros, hijos, esposos o h e r m a n o s difuntos padecen en
cristianos celosos del bien de las Ánimas, que el Purgatorio, sobre todo si se pondera lo agra-
haréis u n esfuerzo generoso p a r a introducir y decidas que les q u e d a r á n las Ánimas y la genero-
sostener en vuestra parroquia u n a t a n santa e sidad con que Dios recompensará estos heroicos
importante devoción. Mas ¿cómo llevar a cabo esfuerzos? Sí, señores, abrazad, os ruego, esta
tan grande empresa? pía devoción, y veréis qué frutos espirituales y
Si no se puede al principio celebrarla con la temporales t a n fecundos r e s u l t a r á n de ella.
magnificencia que se acostumbra en parroquias
Una dificultad puede todavía ofrecerse, a sa-
m á s importantes o de m á s n u t r i d a feligresía;
ber: la escasez de predicadores; lo suplirá, em-
si no se puede obtener u n predicador p a r a todo
pero, esta novena que con elle lograrán los
el novenario, procúrese a lo menos p a r a los tres
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Párrocos arraigar la devoción a las Ánimas en el 7' Repase la vida pasada; mire si desde la
corazón de los fieles y atraerlos al novenario última confesión general ha ocultado algún pe-
fácilmente. cado grave, o hecho de otro modo alguna confe-
sión sacrilega; y si fuese así, no se contente con
Modo de hacer bien esta Novena hacer una confesión ordinaria; hágala tal, que
en particular abracé*' todos los malos pecados cometidos desde
la última confesión general.
El que durante el novenario no pudiese asistir 8' Examine atentamente cuál es su pasión
a la iglesia, o quisiese hacer en otro tiempo la dominante, es decir, la que forma la principal
novena en casa: materia de casi todas las confesiones, y haga
1' Póngase ante una imagen de nuestro Señor una seria resolución de extirparla; porque si te
Jesucristo o de su ¿olorosísima Madre, tomán- condenas, amado cristiano, esta pasión será la
dola por protectora de esta novena, a fin de causa de tu condenación.
alcanzar por sus méritos, contrición de las cul- NOTA. — El que no sepa leer, ni tenga quien le
pas y compasión de las penas que padecen las lea la meditación, puede hacer la novena rezan-
benditas Ánimas del Purgatorio. do cada día cinco Padre nuestros y cinco Ave
2" ^or la mañana ponga un especial esmero en Marías a las cinco llagas de Jesús, y siete Ave
ofrecer a Dios todas sus obras, penas y trabajos Marías a los siete dolores de su Madre Santí-
en sufragio de dichas Ánimas. sima; pidiéndole se digne aliviar las penas que
3 ' Oiga misa los nueve días, si puede, y si padecen las Ánimas del Purgatorio.
estuviese impedido de asistir a los sermones, lea
y haga con detención en casa la meditación Obras
correspondiente. de grande alivio para las Ánimas del Purgatorio
4° No pase estos días distraídos, como los de- y de mucho mérito para nosotros
más del año; antes bien, esmérese en guardar
más recogimiento, absteniéndose de visitas y 1* Hacer todos los años esta novena.
conversaciones frivolas, y haciendo algunas bue- 2" Celebrar misas, o mandarlas celebrar y
nas obras, a más de las acostumbradas. oírlas.
5' Haga alguna ligera mortificación cada día, 3' Comulgar con fervor, ya espiritual, ya sa-
y sobre todo absténgase de toda culpa, aunque cramentalmente.
sea venial, cometida y voluntariamente. 4* Visitar al Santísimo Sacramento y rezar la
6' No olvide el principal sufragio que recla- estación de la Bula.
man las almas, y la suya en particular, que será 5* Hacer un rato de oración mental, medi-
una confesión y comunión, lo más fervorosas tando con especialidad la pasión y muerte de
que pueda. nuestro Señor Jesucristo.
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6 ? Hacer el Vía Crucis, llevar el santo Esca- Si dichos actos de piedad fueren hechos en
pulario, etc. una iglesia u oratorio público, se les conceden:
7* Rezar el santo Rosario, la Corona de los a) ^Siete años cada día del mes. •'_',
dolores, los Salmos Penitencíales, cinco Padre b)- Plenaria, si hubiesen participado de dichos
nuestros a las cinco llagas y otras oraciones actos de piedad al menos por quince días, h a -
vocales. biéndose confesado, comulgado y rezado por las
8* Sufrir con resignación las penas, humilla- intenciones del Sumo Pontífice (S. Pen. Ap., 30
ciones, dolores y trabajos de esta vida. de octubre de 1932).
9* Practicar, con licencia de u n sabio direc- 3) A los fieles que visitaren algún aiglesia u
tor, alguna mortificación corporal, y sobre todo oratorio público o semipúblico el día 2 de no-
refrenar o mortificar los sentidos. viembre y rezaren por los fieles difuntos, se les
10* Hacer limosnas y o t r a s obras de miseri- concede por cada visita: Indulgencia Plenaria,
cordia. aplicable solamente a las almas del Purgatorio,
siempre que hubiesen confesado, comulgado y
1 1 ' Olvidar las injurias y perdonar a los ene-
recitado en cada visita seis Pater, Ave y Gloria
migos por amor de Dios.
por las intenciones del Sumo Pontífice (S. Pen.
Ap., 5 de Julio de 1930).
Indulgencias 4) A los fieles que d u r a n t e el octavario de la
conmemoración de los fieles difuntos, pía y devo-
concedidas a los devotos de las Benditas almas tamente visitaren el cementerio y rezaren al
menos con la mente, por los difuntos, se le con-
del Purgatorio cede: Indulgencia plenaria cada día, aplicable
1) A los fieles que en cualquier época del año solamente a los difuntos.
ofrecieran sufragios por los fieles difuntos por A aquellos que hicieren dicha visita cualquier
siete o nueve días consecutivos, se les conceden: otro día del año, se les conceden: siete años de
a) Tres años u n a vez cada día. indulgencia, aplicable solamente a los difuntos
b) Plenaria, en las condiciones establecidas, (S. Pen. Ap., 31 de Octubre de 1934).
al terminar el septenario o novenario (S. Pen.
Ap„ 28 de mayo de 1933).
2) A los fieles que d u r a n t e el mes de noviem-
bre ofrecieran diariamente algún sufragio, se les
conceden:
a) Tres años en cada día del mes.
b) Plenaria, en las condiciones establecidas,
al terminar el mes.
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NOVENA EN SUFRAGIO ORACIÓN AL PADRE ETERNO
DE LAS AFLIGIDAS ÁNIMAS PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
DEL PURGATORIO
Padre celestial, Padre amorosísimo,
Día primero que para salvar a las Almas quisisteis
que Vuestro Hijo unigénito, tomando car-
Por la señal de la santa cruz, etc. ne humana en las entrañas de una Virgen
ACTO DE CONTRICIÓN purísima, se sujetase a la vida más pobre
y mortificada, y derramase su Sangre en
Señor mío, Jesucristo, Creador, Padre la Cruz por nuestro amor; ¿cómo? ¿deja-
y Redentor mío, en quien creo y espero, a ríais sufrir largo tiempo a esas Almas en
quie ñamo y quisiera haber siempre ama- el Purgatorio, habiendo costado tanto a
do sobre todas las cosas; me pesa, sí, una Jesucristo y siendo vuestras amadísimas
y mil vec?s me pesa de haberos ofendido, hijas? ¿Permitiríais fuese malograda
por ^er Vos quien sois, bondad infinita; Sangre de tan grande valor?
pésame también porque merecí las terri- Compadeceos, pues, de esas pobrecitas
bles penas del Purgatorio y ¡ay! tal vez Almas, y libradlas de aquellas horrorosas
las eternas llamas del infierno. Propongo llamas. Compadeceos también de la mía,
firmemente nunca más pecar, y apartar- y libradla de la esclavitud del vicio. Y si
me de todas las ocasiones de ofenderos, vuestra Justicia divina pide satisfacción
ayudado de vuestra divina gracia. ¡Oh! por las culpas cometidas, yo os ofrezco
terga yo, Jesús mío, la dicha de confesar- todas las obras buenas que haga en este
me bien, enmendar la vida y perseverar Novenario. ¡Ay! de poquísimo, de ningún
hasta la muerte. Os lo pido por esas ben- valor son, en verdad; pero yo las uno con
ditas Ánimas, por vuestra Sangre precio- los méritos infinitos de vuestro Hijo divi-
sísima y por los dolores de vuestra afli- no, con los dolores de su Madre santísima,
gidísima Madre. Amén. y con las virtudes heroicas de cuantos
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justos han existido en la tierra. Miradnos ral? Supongamos que sale de este mundo
a todos, vivos y difuntos, con ojos de un alma con algún pecado venial; g ¿qué
compasión, y haced que celebremos un hará Dios de ella? ¿La arrojará al infier-
día .vuestras misericordias en el eterno no, y siendo su hija y esposa amadísima
descanso de la gloria. Amén. la confundirá con los reprobos y espíritus
infernales? Eso repugna a la Justicia y
MEDITACIÓN Bondad divinas. ¿La introducirá en el
EXISTENCIA DEL PURGATORIO cielo? Eso se opone igualmente a la santi-
dad y pureza infinita del Creador; pues
PUNTO PRIMERO. — Es un artículo de sólo aquel cuyas manos son inocentes, y
fe que las almas de los que mueren con al- cuyo corazón está limpio, subirá al monte
guna culpa venial, o sin haber satisfecho del Señor. Nada manchado puede entrar
plenamente a la Justicia divina por los en aquel reino purísimo. ¿Qué hará, pues,
pecados ya perdonados, están detenidas Dios de aquella Alma? Ya nos lo dice por
en un lugar de expiación que llamamos Malaquías: La pondré como en un crisol,
Purgatorio. Así lo enseña la santa Madre esto es, en un lugar de penas y tormentos,
Iglesia, columna infalible de la verdad; así de donde no saldrá hasta que haya plena-
lo confirma la más antigua y constante mente satisfecho a la Justicia divina.
tradición de todos los siglos; así lo asegu- ¿Crees tú eso, cristiano? Creas o no creas,
ran unánimemente los santos Padres grie- te burles o no te burles de ellos, la cosa es,
gos y latinos, Tertuliano, San Cirilo, San y será así. Negar el Purgatorio, sólo po-
Cipriano, San Juan Crisóstomo, San Am- ner en duda deliberadamente su existen-
brosio, San Agustín, y tantos otros; así lo cia ,es ya pecado grave. ¿Crees tú esta
han definido los sagrados Concilios de Ro- verdad, y con esa indiferencia miras tan
ma, de Cartago, de Florencia, de Letrán y horribles penas? ¿Crees en el Purgatorio,
de Trento, dirigidos por el Espíritu Santo. y con tus culpas amontonas tanta leña
Y aunque la Iglesia no -lo enseñase así, para arder en el más terrible fuego?
; no lo dice bastante la misma razón natu- Medita un poco sobre lo dicho.
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PUNTO SEGUNDO. — Es también un ar- santo Novenario. No faltes a él ningún
tículo de fe que nosotros podemos aliviar día; ¿quién sabe si abrirás el cielo a algu-
a aquellas Almas afligidísimas. Sí; en vir- no de tus parientes y amigos ya difuntos?
lud de la Comunión de los Santos, hay ¿Y serás tan duro e insensible que les
plena comunicación de bienes espirituales niegues este pequeño sacrificio, pudiéndo-
entre-los Bienaventurados que triunfan les hace resé gran favor a tan poca costa?
en el cielo, los cristianos que militamos en Medita lo dicho un poco; encomienda a
la tierra, y las Almas que sufren en el Dios las Ánimas de tu mayor obligación,
Purgatorio. En virtud de esta comunica- y pide, por la intercesión de María Santí-
ción de bienes, podemos con mucha faci- sima, la gracia que deseas conseguir en
lidad y mérito nuestro, bajar al Purga- esta Novena.
torio con nuestros sufragios, y a imita-
ción de Jesucristo, después de su muerte, EJEMPLO
librar a aquellas Almas, y alegrar al cielo Entre las muchas apariciones que confirman
con un nuevo grado de gloria accidental, el dogma del Purgatorio, y lo adeptos que son a
procurando nuevos príncipes y moradores Dios los sufragios que ofrecemos por los difuntos
es muy notable la que tuvo el gran caudillo de
a aquella patria felicísima. ¡Oh, admira- los ejércitos de Dios, Judas Macabeo. Había este
ble disposición de la Sabiduría divinal piadoso general derrotado a Gorgias, aunque no
¡Oh! ¡qué dicha y felicidad la nuestra' sin pérdida de varios soldados que murieron en
Viéndose Dios obligado a castigar a aque- la batalla, y conociendo, por las alhajas que se
le encontraron ocultas en los vestidos, que ha-
llas sus hijas muy amadas, busca media- bían muerto en castigo de un robo cometido en
neros que intercedan por ellas, a fin de el templo de Jamnia .exhortó al ejército a que
conciliar así el rigor de la Justicia con la rogase por aquellos infelices. Hizo una cuesta-
ternura de su Misericordia infinita. Y ción, y reuniendo doce mil dracmas de plata, las
envió a Jerusalén para que se ofreciesen sacrifi-
nosotros somos estos dichosos mediane- cios en sufragios de aquellas pobres almas. Con-
ros y corredentores; de nosotros depende ducta admirable, que el Espíritu Santo alabó
la suerte de aquellas pobres Almas. Haz, con estas memorables palabras: Santa y saluda-
pues, amado cristiano, con fervor este ble cosa es rogar por los difuntos, para que se
les perdone el reato de sus pecados. Conducta
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agonía q u e J e s ú s sufrió p o r ellas y p o r
que le alcanzó de Dios una insigne victoria, pues mí. Sí; p o r m í está su a l m a t r i s t e h a s t a
habiendo sucedido a Gorgias el soberbio Nicanor, la m u e r t e ; p o r m i causa bajó u n Ángel
y venido con un crecidísimo ejército y gran nú-
mero de caballos y elefantes, la víspera? cansado del cielo a consolarle; m í o este sudor, m í a
Judas de combinar el plan y de hacer los prepa- esta S a n g r e preciosa q u e b a ñ a la t i e r r a .
rativos de la batalla, se queda dormida; cuando Yo os la ofrezco, oh Dios de a m o r ; acep-
he aquí que se le aparecen el profeta Jeremías tadla en expiación de m i s culpas y sufra-
y el Sumo Sacerdote Onías, ya difuntos, y pre- gio de las Á n i m a s . Y p u e s es s a n g r e de
sentándole una espada muy preciosa, le dicen:
Recibe esta espada santa como una prenda que valor infinito, dejad caer u n a g o t a sobre
Dios te envía: con ella abatirás a los enemigos mi corazón, y q u e d a r á n b o r r a d a s m i s cul-
de mi pueblo Israel. Armado con esta visión y pas. Caiga u n a g o t a s i q u i e r a e n e l P u r g a -
armado con esta espada divina, embistió con un torio y se a p a g a r á n s u s horribles l l a m a s .
pequeño ejército al enemigo y mató a treinta y
cinco mil, siendo uno de los principales el mis- ¡Ay!, n o m e r e c e m o s t a n g r a n favor;
mo Nicanor. pero m u é v a o s el afecto con q u e os salu-
damos, diciendo cinco Padre nuestros,
cinco Ave María y u n Gloria Patri
ORACIÓN
OBSEQUIO
A JESUCRISTO SUDANDO SANGRE EN EL HUERTO
E n sufragio de las s a n t a s Á n i m a s t o -
¡Oh J e s ú s a m a n t í s i m o , alegría de los mar la generosa resolución de a s i s t i r al
Ángeles y gloria del cielo! ¡Cómo os con- Novenario cada día, o de suplir h a c i e n d o
t e m p l o a n e g a d o en u n m a r de a m a r g u r a la N o v e n a en casa, si a l g u n o estuviese
en el h u e r t o de G e t s e m a n í ! ¡Ay!, respon- impedido de ir a la iglesia.
de S a n A g u s t í n , r o g a b a i s y s u d a b a i s san-
gre p o r las horribles p e n a s q u e h a b í a n de ORACIÓN
sufrir las A l m a s e n el P u r g a t o r i o . ¡Y que A LAS Á N I M A S E N E L PURGATORIO
n o p u e d a yo consolaros, oh Dio smío, y Esposas m u y q u e r i d a s del Señor, que
regocijar a la celeste J e r u s a l é n , librándo- encerradas e n la cárcel del P u r g a t o r i o s u -
las de t a n terribles t o r m e n t o s ! A lo menos
aceptad, oh P a d r e celestial, la t r i s t e z a y — 483 —
— 482 —
fris indecibles penas, careciendo de la culpas, adelante en la virtud, sojuzgue
presencia de Dios, hasta que os purifi- mis pasiones y llegue a la eterna bien-
quéis, como el oro en el crisol, de las reli- aventuranza. Amén.
quias que os dejaron las culpas; ¡con
cuánta razón desde aquellas voraces lla- Día segundo
mas clamáis a vuestros amigos pidiendo
misericordia! Yo me compadezco de vues- Por la señal de la santa cruz, etc.
tro dolor, y quisiera tener caudal sufi- Señor mío Jesucristo, etc.
Padre celestial, etc.
ciente para satisfacer deuda tan crecida;
y aunque más pobre que vosotras mismas, MEDITACIÓN
os ofrezco y aplico cuantas indulgencias SOBRE LA PENA DE SENTIDO EN GENERAL
pudiere ganar en este día, y cuantas obras PUNTO PRIMEKO.—Ven, mortal; tú que
de supererogación hiciere durante (diga vives como si después de esta vida no te
el tiempo que quiera), a excepción de quedase nada que temer, ni que esperar;
aquellas que por alguna necesidad parti- ven; penetra con el espíritu en aquellos
cular aplicare. Pero siendo tan pobres mis horrendos calabozos donde la Justicia di-
méritos para satisfacer por vosotras a la vina acrisola las Almas de los que mueren
Justicia Divina, apelo a la piedad de los con algún pecado venial; mira si, fuera
Justos, a los ruegos de los Bienaventura- del infierno, pueden darse penas mayores,
dos, al tesoro inagotable de la Iglesia, a ni aun semejantes a las que allí se pade-
la intercesión de María Santísima y al cen Considera todos cuantos dolores han
precio infinito de la sangre de Jesucristo. sufrido los enfermos en todos los hospita-
Conceded, Señor, a esas pobres Ánimas,
les y lugares del mundo; aquellos dolores
sobre todo al alma de N. N., el deseado
de cabeza y de vientre tan agudos, aque-
consuelo y descanso. Pero confío también,
llos tan rabiosos de costado y de muelas,
Almas agradecidas, que tendré en vos-
otras poderosas medianeras que me alcan- aquellas convulsiones y contorsiones es-
cen del Señor gracia con que deteste mis pantosas de miembros, aquellas llagas y
postemas insoportables, aquellos dolores
— 484 — — 485 —
y males de corazón tan vivos, que han
acabado con la vida de tantas personas;
¿igualarían todos estos males reunidos a juicio con cuantos dolores y penas han
los dolores que padece un Alma en el Pur- padecido los hombres desde Adán hasta la
gatorio? No, dice San Agustín, pues éstos hora presente, que no estar un solo día en
exceden a todo cuanto se puede sentir, ver el Purgatorio sufriendo lo que allí se pa-
o imaginar en este mundo. Añadid a to- dece. Pues todos los tormentos y penas
dos estos males los suplicios y tormentos que se ha nsufrido en este mundo, com-
que la crueldad de los Nerones, Dioclecia- parados con los que sufre un alma en el
nos, Decios y demás perseguidores de la Purgatorio, pueden tenerse por consuelo
Iglesia inventaron contra los cristianos. y alivio. Solatio erunt. ¡Ah! ¡quién no
Aquellas tenazas y garfios de hierro con tiembla!
que les despedazaban las carnes, aquellas Medita, etc.
parrillas con que los asaban vivos, aque-
llas catastas y ecúleos con que les descon- PUNTO SEGUNDO.—¿Y quiénes son esas
yuntaban los miembros, aquellas ruedas Ánimas tan horriblemente atormentadas
de navajas y puntas de hierro, aquellas en el Purgatorio? ¡Ay! ¡qué motivo éste
prensas y máquinas con que los martiri- tan grande para hacernos temblar! Son
zaban; todo este horrible aparato de dolo- obra maestra de la mano del Omnipoten-
res y tormentos acerbísimos ¿no igualaría te, y vivas imágenes de su divinidad; son
al Purgatorio? Tampoco, dice San Ansel- amigas, hijas y esposas amadísimas del
mo, pues la menor pena de aquel lugar de Señor; ¡y no obstante son tan severamen-
expiación es más terrible que el mayor te castigadas! Dios las amó desde la eter-
tormento que se pueda imaginar en este nidad, las redimió con la sangre de sus
mundo. Pues, ¡qué penas serán aquéllas! venas, ahora las ama con un amor infi-
¡Ah! son tales, dice San Cirilo de Jerusa- nito, como que están en su gracia y amis-
lén, que cualquiera de aquellas almas que- tad divina; ¡y no obstante sufren penas
rría más ser atormentada hasta el día del imponderables! ¡Ay! ¡Purgatorio! ¡Purga-
torio! ¡Cuan claramente nos manifiestas
— 486 — la justicia y santidad de Dios! ¡Qué ho-
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todavía no ha pasado un día; tu cuerpo está aún
por enterrar; si prefieres sufrir un año más esta
rror debes inspirarnos al pecado! Pues si enfermedad, Dios te permite aún salir del Purga-
con tanto rigor trata Dios a sus estimadí- torio y volver al mundo. —Sí, Ángel santo, repli-
simas Esposas por faltas ligeras, ¿cómo có; no -sólo esta enfermedad durante un año,
sino cuantas penas, dolores y males haya en el
serás tratado tú, pecador, tú que vives mundo sufriré gustoso, antes que padecer una
abandonado al arbitrio de las pasiones? sola hora las penas del Purgatorio". Volvió, pues,
Si en el árbol verde hacen esto, en el seco a la vida y sufrió con admirable alegría un año
¿qué harán? Si el hijo y heredero del cie- más de aquella enfermedad, publicando a todos
lo terrible que son k s penas del Purgatorio.
lo es así castigado por faltas, que a mu-
chos parecerán virtudes, ¿cómo serás cas-
tigado tú, pecador y enemigo de Dios, por ORACIÓN
vicios y pecados tan horrendos y abomi- A JESÚS PRESO POR NUESTRO AMOR
nables? Piénsalo bien y enmienda tu vida.
Medita, etc. ¡Oh Padre celestial! no me espanta el
EJEMPLO
ver a vuestras amabilísimas Esposas pre-
sas y tan severamente castigadas en el
Refiere Tomás de Cantimprato que a un hom-
bre muy virtuoso, pero que, a causa de una lar- Purgatorio. Las infelices ofendieron un
ga y terrible enfermedad, estaba muy deseoso de día a vuestra divina Majestad, y pisaron
morir, se le apareció el Ángel del Señor y le dijo: vuestra ley santísima. Lo que me pasma
"Dios ha aceptado tus deseos; escoge, pues: o es ver entregado por el traidor Judas y
pasar tres días en el Purgatorio y después ir al
cielo, o ir al cielo sin pasar por el Purgatorio, preso como un facineroso por hombres
pero sufriendo todavía un año de esa enferme- vilísimos e inhumanos ¿a quién? a Jesús,
dad". Eligió lo primero: murió y fué al Purga- centro de vuestras complacencias infini-
torio. No había aún pasado un día, cuando el tas. ¡Ah! le veo con una soga al cuello,
Ángel se le presentó de nuevo. Apenas le hubo
visto aquello pobre alma, "no es posible, excla- tirado por tierra, atadas sus manos, car-
ma, que tú seas el Ángel bueno, pues me has gado de oprobios y de cadenas. Mas por
engañado así. Me decías que sólo estaría tres otra parte ¡oh dichosas cadenas! ellas son
días en este lugar, ¡y hace ya tantos años que mi esperanza, y serán el consuelo y alivio
estoy sufriendo aquí las más horribles penas!
—Tú eres quien te engañas, contestó el Ángel:
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de las benditas Almas del Purgatorio. Sí.
Padre de clemencia; usad con ej.las y con- el fuego de este mundo, creado para ser-
migo de misericordia; y pues Jesús se vicio del hombre, y efecto de la bondad
deja prender por darnos libertad, aceptad divina, es ya el más terrible de todps los
las 'gnominias, injurias y golpes cruelísi- elementos; ti es ya tal su virtud, que con-
mos que padece por nuestro amor. Acep- sume bosques, abrasa edificios, calcina
tadlas en remisión de nuestras culpas y mármoles durísimos, hace saltar piedras
en sufragio de nuestros hermanos difun- y murallas espantosas, derrite metales, y
tos; dadles la libertac, que con ansia espe- ocasiona horrendos terremotos, ¿qué será
ran, para alabaros eternamente en el cie- el fuego del Purgatorio, encendido por un
lo. Amén. Dios santísimo y justísimo, para con él
Para más obligar al Señor, digamos demostrar el odio infinito que tiene al
cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías pecado? Es tal, dice San Agustín, que el
y un Gloria Patri. fuego de este mundo, comparado con él,
OBSEQUIO
no es más que pintado. Tanquam ignis
Asistir mañana y todos los días que depictus! Dios mío, ¡qué expresión! ¡Las
llamas que vomitan los Vesubios, las que
se pueda, al santo sacrificio de la Misa en
devoraron a Roma y tantas otras ciuda-
sufragio de las Almas del Purgatorio.
des, el fuego de Babilonia, el que Elias
Día tercero hizo bajar del cielo, hasta el diluvio de
Por la señal de la santa cruz, etc. llamas que en tiempo de Lot, llovió sobre
Señor mío Jesucristo, etc. las nefandas ciudades de Sodoma y Go-
Padre celestial, etc. morra, todo es fuego pintado en compa-
MEDITACIÓN ración del que atormenta a las Almas del
SOBRE EL FUEGO DEL PURGATORIO Purgatorio! Tamquan ignis depictus!
PUNTO PRIMEHO. — Considera, amado Ahora bien; si tener el dedo en la llama
cristiano, el tormento que causa a las Al- de una vela sería para nosotros insoporta-
mas el fuego abrasador del Purgatorio. Si ble dolor, ¿qué tormento será para aque-
llas Almas estar sepultadas en un fuego
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que es, dicen Santo Tomás y San Grego- grande, que si cometiéndolo pudieses con-
rio, igual en todo, menos en la duración, vertir a todos los pecadores, sacar a todos
al del infierno? Sí; escuchadlo, almas ti- los Condenados del infierno, librar a todas
bias, y estremeceros. Con el mismo fuego las Almas del Purgatorio, aun entonces
se purifica el elegido y arde el condenado; no debieras cometerlo, pues todos estos
con la única diferencia, que aquél saldrá bienes no igualarían la malicia del pecado
cuando haya satisfecho por sus culpas, y más leve, porque aquéllos son males de
éste arderá allí eternamente. ¿Y en esas la criatura, y éste es un mal y una ofensa
abrasadoras llamas quieres tú caer por tu hecha al mismo Creador. ¿Puedes oír esto
tibieza? ¡Oh ceguera! ¡Oh locura sin igual! sin horrorizarte y sin mudar de conduc-
ta? Pero ¡ay! ¿qué es tu vida, sino una
Medita, etc. serie no ininterrumpida de pecados? ¡Pe-
cados cometidos con los ojos, con los
PUNTO SEGUNDO. — Considera cuáles oídos, con la lengua, con las manos, con
son las faltas por las que Dios infinita- todos los sentidos! ¡Cuántas culpas por
mente bueno y misericordioso castiga a la ignorancia crasa y olvido voluntario de
sus amadísimas esposas con tanto rigor, y tus obligaciones!. . . ¡Cuántas indiscrecio-
verás que son faltas leves, y a veces un nes por la distracción de tu espíritu, por
solo pecado venial. ¡Oh! ¡y qué mal tan la violencia de tu genio, por la temeridad
grave debe ser éste delante de Dios, cuan- de tus juicios, por la malicia de tus sos-
do es tan severamente castigado en el pechas! ¡Cuántas faltas por no querer
Purgatorio. En efecto; el pecado venial es mortificarte, ni sujetarse a otro, por tu
leve, si se le compara co nel mortal, pero ligereza en el hablar! ¡Ay! llora, cristia-
en sí es mayor mal que la ruina de todos no, tu ceguedad; y a la claridad del fuego
los imperios y que la destrucción del uni- espantoso del Purgatorio, comprende por
verso es un mal tan espantoso, que exce- último cuan grande mal es cometer un
de en malicia a todas las desgracias y pecado venial. Pero ¡ay! es un mal tan
calamidades del mundo; es un mal tan grande; ¡y tú, lejos de llorarle, lo come-
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ORACIÓN
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mas, por tan sublime santidad, perdona- pena de sentido, ésta la de daño; aquéllas
réis a las pobres Ánimas del Purgatorio, son limitadas; ésta infinita; aquéllas pri-
y purificándome de mis defectos y man- van a las almas de un bien accidental,
chas, me transformaréis todo en Vos. cual es el deleite; por ésta carecen de un
¡Oh! concededme estas gracias, Jesús mío bien esencial a la bienaventuranza, en el
benignísimo; y para más obligaros dire- cual consiste la felicidad del hombre, y es
mos cinco Padre nuestros, cinco Ave Ma- la posesión beatífica de Dios. Ahora no
rías y un Gloria Patri. comprendemos esta pena; pero ella es
atroz, incomprensible, infinita. ¡Ah! ¡po-
OBSEQUIO bres Ánimas! Vosotras conocéis a Dios,
Mañana procuraremos sufrir con pacien- no con un conocimiento oscuro, como
cia, así los trabajos que Dios nos envíe, nosotros, sino con una luz clara y perfec-
como las molestias del prójimo, en sufra- tísima; veis que es el centro de vuestra
gio de las benditas Almas del Purgatorio. felicidad, que contiene todas las perfec-
ciones posible, y en grado infinito; sabéis
Día cuarto que si cayera en el infierno una sola gota
Por la señal de la santa cruz, etc. de aquel océano infinito de delicias que
Señor mío Jesucristo, etc. en sí encierra, bastaría para extinguir
Padre celestial, etc. aquellas llamas y hacer del infierno el pa-
MEDITACIÓN raíso más delicioso. Comprendéis todo
SOBRE LA PENA DEL DAÑO
esto perfectísimamente, y así os lanzáis
PUNTO P R I M E R O . — P o r horrorosos que hacia aquel Bien infinito con más fuerza
sean los tormentos que padecen las Áni- que una enorme peña desgajada de la
mas en el Purgatorio, por espantosas que montaña se precipita a lo progundo del
valle; ¡y no obstante no le podéis abrazar
sean las llamas en que se abrasan, no
ni poseer! ¡Qué pena! ¡Qué tormento!
igualarán jamás la pena vivísima que Absalón, privado solamente dos años de
sienten al verse privadas de la vista clara la amable vista de su padre David, vive
de Dios. En efecto; aquéllas constituyen la
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desconsoladísimo; nada le alegra: ni ri<
quezas, ni amigos, ni delicias; continua- los cielos? Te engañas: Dios ya no es tu
mente suspira por verle, hasta llegar a padre, ni tu señor, ni tu rey. ¿Sabes quién
elegir la muerte antes que verse-más es tu padre y señor? ¡Ay de ti! Es el de-
tiempo privado de su presencia, siendo su monio: Vos ex paire diaholo estis. A él te
padre un simple mortal; ¡qué será, pues, entregaste pecando, él es tu compañero
para vosotras el veros privadas de Dios, y inseparable; tú eres su esclavo. Si Dios
con Él de todo bien, de todo consuelo y rompiera el hilo delgado de tu vida, ¡ay!
felicidad! Preciso fuera sentirlo, para for- el demonio-se apoderaría de ti y arrastra-
marse una idea cabal y completa de esta- ría su presa al fuego del infierno. ¡Ay!
do tan horriblemente angustioso. ¿Crees esto, pecador, y no obstante duer-
Medita, etc. mes tranquilo? Dios todopoderoso es tu
enemigo, tiene firmada contra ti la sen-
PUNTO SEGUNDO.—Si tan horrible pena tencia de condenación eterna; ¡y tú, lejos
sienten las Ánimas, viéndose privadas del de borrarla con una buena confesión,
hermosísimo rostro de Dios, ¿cuál debe- juegas, ríes, te diviertes, pasas días, me-
ría ser tu desconsuelo, oh pecador, que ses, años y la vida entera en el pecado!
vives privado de su gracia y amistad? ¡Oh deplorable ceguedad! ¡Oh insensibi-
Las Almas benditas del Purgatorio no lidad más que de bruto irracional!
poseen aún a Dios, es verdad; pero están Medita, etc.
seguras de poseerle un día, porque son EJEMPLO
amigas, hijas y esposas suyas muy que- Refieren varios a u t o r e s que estando u n reli-
ridas. Pero tú, infeliz, sabes que, viviendo gioso c&rmelita dsscilzo en oración, se le apa-
como vives, no poseerás jamás a Dios. reció u n difunto ccn semblante m u y triste y
Sabes que desde el momento en que te todo el cuerpo rodeado de llamas. "¿Quién eres
tú? ¿Qué es lo que quieres?, preguntó el reli-
rebelaste contra Él perdiste su gracia, y gioso. —Soy, respondió, el pintor que murió días
con ella la rica herencia de la gloria. ¡Ah! pasados, y dejé cuanto había ganado p a r a obras
¿cómo dices: Padre nuestro, que estás en piadosas. —¿Y cómo padeces t a n t o , habiendo
llevado u n a vida t a n ejemplar?, volvió a decirle
el religioso. —¡Ay!, contestó el difunto; en el
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tribunal del supremo Juez se levantaron contra mo? ¡Vos, oh Jesús mío, vestido de ropa
mí muchas almas, u n a s que padecían terribles blanca y tenido por loco! ¡Vos, Rey de cie-
penas en el Purgatorio, y otras que a r d í a n en el los y tierra, conducido así por las calleé de
infierno, jd. causa de u n a p i n t u r a obscena, que
hice a instancias de u n caballero. Por fortuna Jerusalén,- cargado de oprobios e ignomi-
mía se presentaron también muchos Santos, cu- nias! ¡Vos, el Hijo de Dios, pospuesto al
yas imágenes pinté, y dijeron p a r a defenderme más vil facineroso! Pero ¡ay de mí! ¡yo
que había hecho aquella p i n t u r a inmodesta en también os he tratado de necio prefirien-
la juventud, que después me había arrepetido,
y cooperado a la salvación de m u c h a s almas, do las locas máximas del mundo a vuestra
pintando imágenes de Santos; y por último, que ley sapientísima! ¡Yo también ingrato os
había empleado lo que había ganado, a fuerza he abandonado y pospuesto a un vil inte-
de muchos sudores, en limosnas y obras de pie-
dad. Oyendo el Juez soberano estas disculpas, y
rés, a un sucio deleite, a un puntillo de
viendo que loe Santos interponían sus méritos, honra por un miserable \qué dirán! ¡Ay!,
me perdonó las penas del infierno, pero m e con- merecía estar por siempre privado de
denó a p e s t a r en el Purgatorio m i e n t r a s dure vuestra presencia amabilísima, peroj- ya
aquella pintura. Avisa, pues, al caballero N. N.,
que la eche al fuego; y ¡ay! de él si no lo hace.
que por mí sufristeis escarnios tan crue-
Y en prueba de que es verdad lo que digo, sepa les, tened compasión de mí y xle las po-
que dentro de poco tiempo morirán dos de sus bres Ánimas del Purgatorio. Sí, Jesús
hijos. Creyó, en efecto, el caballero la visión y mío; por esas vuestras ignominias curad
arrojó al fuego la imagen escandalosa. Antes de
dos meses se le murieron dos hijos, y él reparó mi loca vanidad y soberbia; por aquel
con rigurosa penitencia los daños ocasionados grito tremendo que oísteis en casa del
en las Almas. juez, gritando todos a una voz: Crucifi-
cadle, crucificadlé, haced que yo crucifi-
ORACIÓN que mis pasiones, para que, junto con las
A JESÚS TRATADO COMO LOCO Y Ánimas del Purgatorio, logre un día ala-
PROPUESTO A BARRABÁS
baros eternamente en la gloria. Amén.
¿Qué decíais, ohÁngeles del cielo, cuan-
do visteis a la Majestad y Sabiduría infi- Para más obligaros, os saludamos con
nita tan vilmente despreciada en casa de cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías y
Herodes y en pretorio de Pilatos? ¿Có- un Gloria Patri.
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tosos? ¡Ay! dos pensamientos la afligirán
sobremanera.
OBSEQUIO
Mañana ,en sufracio de las benditas PRIMER PENSAMIENTO.—Pude librarme
Ánimas, y en satisfacción de las palabras de estas penas y no quise. Sí; ¡yo misma
altivas que hubiéremos dicho, besar tres he encendido estas llamas! ¡Yo soy la cau-
veces la tierra; y el que quiera aún humi- sa de estas penas atrocísimas! Dios no ha-
llarse más, podrá hacer con la lengua una ce más que ejecutar la sentencia que yo en
pequeña cruz en el suelo. el mundo pronuncié contra mí misma.
¡Qué medios no me había proporcionado
Día quinto para ahorrarme estos tormentos! Caricias,
Por la señal de la santa cruz, etc. amenazas, beneficios, todo lo había ago-
Señor mío Jesucristo, etc. tado gracias singularísimas de inspira-
Padre celestial, etc. ciones, buenos ejemplos, libros piadosos,
MEDITACIÓN p a d r e s Q v i g i l a n t e s , celosos confesores,
maestros y predicadores fervorosos,'®re-
REMORDIMIENTO DE UN Á N I M A mordimientos continuos, todo lo había
EN EL PURGATORIO
empleado. Mas ¡qué locura tan grande la
Figúrate, cristiano que esto meditas, a mía! Por no privarme de un frivolo pasa-
un alma que haya llevado en este mundo tiempo, por ir a bailes, por divertirme o
una vida enteramente semejante a la jugar con tal compañía, por no abstener-
tuya; que haya vivido tibia, inmortifica- me de una mirada, de un vil gusto, de una
da, distraída en los ejercicios de piedad vana complacencia, por hablar de los de-
como tú, sin tener horror más que al pe- fectos del prójimo, me sujeté voluntaria-
cado mortal y al infierno. Supongamos, mente a tantas penas y tormentos! Me lo
no obstante, que haya tenido la dicha (no decían todos los años, me lo predicaban y
sabes si tú la tendrás) de hacer una bue- repetían! ¡mas yo no hacía caso!... ¡Dicho-
na confesión, morir en gracia e ir al Pur- so San Pablo, primer ermitaño, dichosas
gatorio. ¿Qué pensará en aquel horrible
fuego entre penas y tormentos tan espan- — 503 —
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Gertrudis, Escolástica, y tantos otros
Santos que, habiendo satisfecho a la Jus- íos Benitos y los Franciscos; h a r í a . . .
ticia divina en el mundo, subisteis al ¡Ah pobres infelices Almas! No era nece-
cielo sin pasar por el Purgatorio! ¡Yo po- sario nada de esto; con mucho menos po-
día hacer lo que vosotros, pero no quise! díais apagar esas abrasadoras llamas, sin
¡Oh locuras mundanas, oh conversaciones hacer más que lo que hacíais cada día,
frivolas, oh pasatiempos, oh vanidad, y pero hciéndolo con perfección, evitabais
qué caro me costáis ahora! ¡Oh amarga estos tormentos. Sí; los mismos Sacra-
memoria! ¡Estoy sufriendo penas y tor- mentos, pero recibidos con mejores dis-
mentos acerbísimos; y yo los he querido! posiciones, las mismas Misas, pero oídas
¡Podía evitarlos fácilmente, y no quise! con más recogimiento y atención; las
Medita, etc. mismas devociones, pero practicadas con
más fervor; las mismas mortificaciones,
ayunos y obras de misericordia, pero he-
SEGUNDO PENSAMIENTO, que aflige, oh chas con menos ostentación, únicamente
cristiano, al alma tibia, que vivió entera- por agradar a Dios, no sólo os hubieran
mente como tú vives. Yo querría librar- librado de todas esas penas, sino también
me ahora del Purgatorio, y no puedo. ¡Oh asegurado a vosotras y a muchas otras
si pudiera yo ahora volver al mundo! dirá Almas la posesión del reino de los cielos.
cada una de aquellas Ánimas, ¡con qué Ahora no os canséis, vuestros deseos son
gusto me sepultaría en los desiertos con inútiles; ya no es tiempo de merecer; ya
los Hilariones y Arsenios! Haría peniten- ha llegado para vosotras aquella noche
cias más espantosas que las de un Ignacio intimada por San Juan, en la que nadie
en la cueva de Manresa, que las de un puede hacer obra alguna meritoria; ahora
Simeón Estilita y de un San Pedro de Al- es necesario sufrir, y sufrir penas inexpli-
cántara; pasaría noches enteras en ora- cables, y sufrirlas sin mérito alguno. ¡Y
ción, como los Antonios, Basilios y Jeró- yo lo he querido! ¡Pude facilísimamente
nimos; me arrojaría en estanques hela- evitar estos tormentos, y no quise! ¡Qui-
dos y me revolcaría entre espinas, como siera poder evitarlos ahora, y no puedo!
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atormentados horriblemente; todo mi cuerpo, en
otro tiempo t a n pulido y ajustado, ahora se
halla sumergido en toda clase de tormentos (1)".
¡Dichoso cristiano que oyes esto! Tú Contó la Santa esta visión a u n a prima de la
tienes tiempo todavía; no es aún llegada difunta', "muy entregada también a la vanidad, y
para ti aquella noche tenebrosa. ¿Y per- ésta cambió d e vida en términos que, 'entrando
en u n convento de m u y rigurosa observancia,
derás días tan preciosos? ¿No tomarás la procuró con rigidísimas penitencias r e p a r a r los
seria resolución de confesarte bien, de en- desórdenes pasados, y auxiliar a su parienta,
mendar t u vida? que estaba padeciendo t a n t o en el Purgatorio.
Medita, etc.
ORACIÓN
EJEMPLO
A J E S Ú S AZOTADO E N I.A COLUMNA
Estaba Santa Brígida en altísima contempla-
ción, cuando fué llevada en espíritu al Purgato- ¡Oh Jesús amabilísimo! ¡Vos desnudo y
rio. Allí vio, entre otras, a u n a noble doncella, y azotado por mí! ¡Ves la inocencia y santi-
oyó que se quejaba a m a r g a m e n t e de su madre, dad infinitas, despedazado por mi amor
por el demasiado amor que le había tenido:
"¡Ah!, decía, en vez de reprenderme y sujetarme, con innumerables azotes! ¡Ay! ¡qué extra-
ella me proporcionaba modas, novios; m e exci- ño es que se paguen caros en el Purgato-
taba a ir a los bailes, saraos, teatros, y h a s t a me rio los gustos del pecado, si así pagáis
engalanaba ella misma. Es verdad que m e ense-
ñaba algunas devociones, pero ¿qué gusto po- Vos en vuestro purísimo cuerpo las sen-
dían dar éstas a Dios, yendo mezcladas con tan- sualidades del mío! ¡Ay infeliz de mí! Yo
to galanteo y profanidad? No obstante, como la soy quien he pecado; yo merecía ese cas-
misericordia del Señor es t a n grande, por aque-
llas pocas devociones q u e hacía, Dios, me conce-
tigo tan humillante y riguroso; y no obs-
dió tiempo para confesarme bien y librarme del tante, lejos de mortificar mis apetitos y
infierno. Pero ;ay! ¡qué penas estoy padeciendo!
Si lo supieran mis amigas ¡qué vida t a n distinta (1) Aunque el cuerpo no va al Purgatorio, es, no
llevarían! La cabeza, que antes a t a v i a b a con obstante, cierto que las' almas sufren lo mismo que
si estuvieran unidas con él. Y así el rico Epulón po-
dijes y vanidades, está ahora ardiendo entre lla- día muy bien experimentar aquella sed de que nos
m a s vivísimas; las espaldas y brazos, que llevaba habla el Evangelio: tanto más, que aun en esta vida
descubiertos, los tengo ahora cubiertos y apre- mortal, no es propiamente el cuerpo, sino el alma
tados con hierros de fuego ardentísimo; las pier- en cuanto da vida al cuerpo, la que siente el dolor.
nas y pies, que adornaba p a r a el baile, a h o r a son
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— 506 —
MEDITACIÓN •
de castigar con penitencias una carne
impura, no busco sino delicias y regalos. PACIENCIA Y RESIGNACIÓN DE LAS BENDITAS ÁNIMAS
Mas no será así en adelante, dulcísimo
Jesús. Caiga sobre mi corazón una gota PUNTO PRIMERO. — Es verdad que las
de >sa Sangre preciosa, y arrepentido Almas del Purgatorio padecen imponde-
abrazaré la mortificación, y quedaré todo rables penas, y sin mérito, pero las pade-
mcendido en vuestro santo amor. Y Vos, cen con una paciencia y resignación admi-
Padre celestial, ya que vuestro Hijo san- rables. Conocen a Dios con luz perfectí-
tísimo satisfizo sobreabundantemente a sima, le aman con purísimo amor, y de-
vuestra divina Justicia, perdonad mis sean ardentísimamente poseerlo, pero al
culpas, usad de clemencia con las ben- ver sus faltas, bendicen y adoran la mano
ditas Ánimas del Purgatorio, aceptad en justa y amorosa que las castiga. ¡Oh! ¡y
sufragio de ellaá todo cuanto yo sufriere con cuánta más resignación que los her-
en este día, aceptad la cruel flagelación manos de José, exclaman: Mérito bcec
de Jesús y los dolores de su Madre San- patimur! Con mucha razón nos castigáis,
tísima. Amén. Señor; pues cuando pecamos no temimos
vuestro poder y justicia, frustramos los
designios de vuestro amor y sabiduría,
OBSEQUIO
despreciamos vuestra majestad y gran-
Mañana, no comer fuera de las horas deza, y ofendimos vuestras perfecciones
acostumbradas, o hacer alguna mortifica- infinitas. Justo es que seamos castigadas.
ción corporal en sufragio de las benditas Hombres sin conocimiento de la verda-
Ánimas del Purgatorio. dera religión fueron agradecidos a sus
bienhechores; Faraón hizo a José virrey
de Egipto, porque le interpretó un sueño
Día sexto misterioso. Asuero elevó a Mardoqueo a
Por la señal de la santa cru*;, etc. los primeros empleos de la Persia, porque
Señor mío Jesucristo, etc. le descubrió una conspiración; hasta los
Padre celestial, etc.
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osos y leones y otras fieras indómitas,
agradecidas defendieron a sus bienhecho- Purgatorio a entrar en el cielo con l a
res; y nosotras, creadas a vuestra imagen, menor sombra de tu mancha!
redimidas con vuestra Sangre, honradas Medita, etc.
con bienes de fortuna y exaltadas con tan-
tos dones de la gracia, ingratas ¡ay! os
PUNTO SEGUNDO. —•- Mira, cristiano, si
abandonamos en vida. Sí; purificadnos en
puede darse locura mayor que la tuya. .
este fuego; ¡por acerbas que sean nues-
Te reconoces deudor a la Justicia divina
tras penas, bendecidnos y ensalzaremos
de horribles penas por los pecados enor-
vuestra justicia y misericordia infinita!
mes que cometiste en la vida pasada, y
Justus es, Domine, et rectum judicium
por las innumerables faltas en que al pre-
tuum.
sente caes todos los días; que no basta
Todavía más: es tanta la fealdad del confesarte; que la absolución borra, sí, la
pecado, por leve que sea, que si Dios culpa, mas, no condonando toda la pena,
abriera a esas Almas las puertas del cie- es preciso satisfacer a la Justicia divina
lo, no se atreverían a entrar en él, man- en este, o en el otro mundo; y no obstan-
chadas como están, sino que suplicarían te, jamás te cuidas de hacer penitencia.
al Señor las dejara purificarse primero en Ahora podías expiar tus culpas fácilmen-
aquellas llamas. No de otra suerte que te, y con mucho más mérito tuyo: una
una doncella escogida por esposa de un confesión bien hecha, una Misa bien oída,
gran monarca, si el día de las bodas apa- un trabajo sufrido con paciencia, una
reciese una llaga asquerosa en su rostro, ligera mortificación, una limosna, una
no se atrevería a presentarse en la Corte, indulgencia, un Vía Crucis hecho con de-
y suplicaría al Rey que difiriese las bodas voción, podría excusarte espantosos su-
hasta que estuviera perfectamente cura- plicios; y tú todo lo descuidas, todo lo
da. ¡Oh pecado! por leve que parezcas, dejas para la otra vida. ¡Ay! ¿Has olvi-
¡qué mal eres tan grave, cuando las mis- dado, por ventura, cuan horribles son y
mas Almas preferirían los horrores del cuánto tiempo duran aquellos tormentos.
¿No sabes que, scgín afirman ciertos
— 510 —
— 511 —
m e n t e debe estar aquí". Poco faltó, para que
autores, fundados en revelaciones muy muriese la madre de sentimiento al oír estas
respetables, varias de aquellas Almas han palabras. Mas luego, cobrando ánimo y confor-
mándose con la voluntad divina, no sólo per-
estado siglos enteros en el Purgatorio, y donó al que había m a t a d o a su único y esti-
otras estarán allí hasta el juicio final? mado hijo, sino que le entregó todavía una
¡Insensato! Las Ánimas, dice San Cirilo cantidad de dinero y el caballo del difunto p a r a
que huyese con m á s prontitud; y después le
de Jerusalén, mejor querrían sufrir hasta adoptó por hijo. Pero ¡cuan agradable fué a
el fin del mundo todos los tormentos de Dios esta generosa conducta! Pocos días des-
esta vida, que pasar una sola hora en el pués estaba la buena señora haciendo oración
Purgatorio; y tú quieres más arder siglos por el alma de ldifunto, cuando de pronto se le
apareció su hijo, todo resplandeciente y glorioso,
enteros en el Purgatorio, que mortificarte diciéndole: "Enjugad, m a d r e mía, vuestras lágri-
en esta vida un solo momento. ¡Oh espan- mas y alegraos, que me he salvado. Muchos años
tosa locura! tenía que estar en el Purgatorio, pero vos me
Medita, etc. habéis sacado de él, con las virtudes heroicas
que practicasteis perdonando y haciendo bien al
EJEMPLO que me quitó la vida. Más os debo por h a b e r m e
librado de t a n terribles penas, que por h a b e r m e
Había en Bolonia una viuda noble, que tenía dado a luz. Os doy las gracias por uno y otro
u n hijo único y muy querido. Estando divirtién- favor ;adiós, madre mía, adiós; me voy al cielo
dose u n día con otros jóvenes, pasó u n forastero donde seré dichoso por toda la eternidad".
y les interrumpió el juego. Reprendióle áspera-
mente el hijo de la viuda, y resentido el foras-
tero, sacó u n puñal, se lo clavó en el pecho, y ORACIÓN
dejándole palpitando en el suelo, echó a huir A J E S Ú S CORONADO DE ESPINAS
calle abajo con el puñal ensangrentado en la ¡Oh amabilísimo Redentor mío! ¡Los
mano, y se metió en la primera casa que encon-
tró abierta. Allí suplicó a la señora que por amor pecadores se coronan de rosas, los reyes
de Dios le ocultase; y ella, que era precisamente de la tierra se ciñen coronas de diaman-
la madre del joven asesinado, le escondió en tes y perlas, y Vos, Rey inmortal de los
efecto. Entre t a n t o llegó la justicia buscando al
asesino; y no hallándole allí, "sin duda, dijo
siglos estáis coronado de espinas! ¡Oh! ¡si
uno de los que les buscaban, no sabe esta señora esa vuestra corona se clavase en mi cabe-
que el muerto es su hijo, pues si lo supiera, ella za, para arrancar de una vez mi soberbia
misma nos entregaría al reo, que indudable-
— 513 —,
— 512 —
y malos pensamientos! ¡Oh! ¡Si a lo me- que se pueden ganar cada vez diciendo
nos una de esas espinas atravesara mi devotamente: Jesús, José y María, os doy
conciencia, y no me dejaia reposar hasta el corazón y e lalma mía.
que hubiese mudado de vida! Señor, no
quiero ya más coronarme de flores en este Día séptimo
mundo, sino de espinas por vuestro amor.
Y Vos, Padre misericordiosísimo, aceptad, Por la señal de la santa cruz, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.
en sufragio de las pobres Almas del Pur- Padre celestial, etc.
gatorio, aquellas befas, humillaciones y
dolores acerbísimos que sufrió vuestro MEDITACIÓN
amable Hijo cuando le coronaron de espi-
nas. Por aquellas asquerosas salivas que D E S C U I D O D E IXIS M O R T A L E S E N ALIVIAR A L A S
Á N I M A S D E L PURGATORIO
recibía, por aquellos escarnios con que le
ultrajaban, por aquella sangre que corría PUNTO PRIMERO.-—¡Pobres Almas! ¡Es-
de su cabeza santísima, a fuerza de los tán padeciendo tormentos y penas inex-
cruelísimos golpes que sobre las espinas plicables no pueden merecer, ni esperar
le daban, por aquel dolor que atravesó el alivio sino de los vivos; y éstos, ingratos,
corazón de su angustiadísima Madre, ali- no se cuidan de ellas! Tienen en el mun-
viad, os suplico, a las afligidas Almas del do tantos hermanos, parientes y amigos,
Purgatorio y concededles pronto la corona y no hallan, como José, un Rubén pia-
incorruptible de la gloria. Y para alcan- doso que las saque de aquella profunda
zar de Vos esta gracia diremos cinco Pa- cisterna. Sus tinieblas son más dolorosas
dre nuestros, cinco Ave Marías y un Glo- que la ceguedad de Tobías, y no encuen-
ria Patri. tran un Rafael que les dé la vista deseada,
para contemplar el rostro hermosísimo de
OBSEQUIO
Dios .Se abrasan en más ardiente sed que
En sufragio de las Almas del Purgato- el criado de Abraham, y no hallaron una
rio, aplicar los cien días de indulgencia oficiosa Rebeca que se la alivie. Son infi-
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nitamente más desgraciadas que el cami- cia; ¡pero tú, hijo mío, que me debes tan-
nante de Jericó y el paralítico del Evan- tos beneficios, y te sustentas y regalas
gelio; mas no encuentran un Samaritano, con el sudor de mi rostro; tú, hija mía,
u otra persona compasiva que las con- por quien pasé tantos dolores y noches
suele. ¡Pobres Almas! ¡Qué tormento tan tan malas; tú, esposo; tú, esposa mía, que
grande será para vosotras este olvido de tantas pruebas recibiste de mi amor, sien-
los mortales! ¡Podrían tan fácilmente ali- do objeto de mis desvelos y blanco de mis
viaros y libertaros del Purgatorio; basta- incesantes favores; que tú me trates así,
ría una Misa, una Comunión, un Vía Cru- que descuidando los sufragios que tanto
cis, una indulgencia que aplicasen; y na- te encargué, me dejes e neste fuego, sin
die se cuida de ofrecérosla! querer socorrerme. ¡Ah! ¡esta sí que es
¿Y quiénes son esos ingratos? ¡Ah: son ingratitud y crueldad superior a toda
vuestros m i s m o s parientes y amigos, ponderación!
vuestros herederos, vuestros hijos mis- Medita, etc.
mos. Ellos se alimentan y recrean con los PUNTO SEGUNDO.—¡Pobres Almas! Pero
bienes que les dejasteis; y ahora descono- más pobres e infelices seremos nosotros,
cidos no se acuerdan ya de vosotras. Tal si no las socorremos. Acuérdate, gritan
vez por haberlos estimado y complacido los difuntos, de cómo he sido yo juzgado,
demasiado, por haberlos enriquecido con porque así mismo lo serás tú. A mí ayer;
usuras y otros modos ilícitos, ardéis en a ti hoy. Tú, también serás del número
esas llamas; y los ingratos se divierten de los difuntos, y tal vez muy pronto. Y
ahora, sin compadecerse ni acordarse de por rico y poderoso que seas, ¿qué saca-
vuestras p e n a s . . . ¡Pobres Almas! Con rás de este mundo? Lo que nosotros saca-
mucha más razón que David podéis de- mos, y nada más: las obras. Si son bue-
cir: si un extraño que no hubiese jamás nas, ¡qué consuelo! Si malas, ¡qué deses-
recibido ningún favor de mi mano, si un peración! Como tú hayas hecho con nos-
enemigo me tratara así, por sensible que otros, harán contigo.—¿Lo oyes? Si aho-
me fuera, podría soportarlo con pacien- ra eres duro e insensible con las benditas
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Ánimas, duros e insensibles serán contigo y no de valor m u y subido, por el rescate de caJa
prisionero. Mauricio se negó a darla. Cayano
los mortales, cuando tú hayas dejado de pidió entonces una de menos valor; y habiéndo-
existir. Y no es este el parecer de un sa- sela también rehusado, exigió por último una
bio; es el oráculo de la Sabiduría infinita Ínfima cantidad; la que no habiendo podido
que nos dice por San Mateo: Con la mis- lograr tampoco, irritado el bárbaro, m a n d ó cor-
tar la cabeza a todos los soldados imperiales que
ma medida con que midiereis, seréis me- tenía en su poder. Mas ¿qué sucedió? Pocos días
didos. Sí; del mismo modo que nos hubié- después Mauricio t u v e u n a espantosa visión.
semos portado con las almas de nuestros Citado al tribunal de Dios, veía gran multitud
prójimos, se portarán los mortales tam- de esclavos que a r r a s t r a b a n pesadas cadenas, y
con horrendos gitos pedían venganza contra él.
bién con nosotros; y ¡Ay de aquel que no Oyendo el Juez supremo t a n j u s t a s quejas, se
hubiese usado de misericordia, porque le vuelve a Mauricio y le pregunta: "¿Dónde quie-
espera, dice el Apóstol Santiago, un jui- res m á s ser castigado: en ésta, o en la otra vida?
cio sin misericordia! ¿Y no tiemblas tú, —¡Ah! benignísimo Señor, responde el p r u d e n t e
emperador, prefiero ser castigado en este mundo.
heredero y testamentario, insensible para Pues bien, dijo el Juez, en pena de tu crueldad
con los difuntos? Si lleno de indignación con aquellos pobres soldados, cuya vida no qui-
el Juez supremo arroya al infierno al que siste salvar a t a n poco precio, uno de tus sol-
niega la limosna a un pobre que tal vez dados t e quitará la corona, fama y vida aca-
bando con toda tu familia". En efecto, pocos
era enemigo de Dios por el pecado, ¿con días después se le insurreccionó el ejército, pro-
cuánta justicia y rigor condenará al que clamando a Focas por emperador. Mauricio fugi-
niegue a sus amadísimas esposas los su- tivo se embarcó en una pequeña nave con algu-
fragios de los bienes que le pertenecían? nos pocos que le seguían; m a s en vano; furiosas
las olas • lo arrojan a la playa, y llegando los
Medita, etc. partidario:; de Focas, le a t a n a él y cuantos le
seguían y los llevan a Eutropia, en donde, ¡oh
EJEMPLO padre infeliz! después de haber visto con sus
Derrotado por Cayano 0) el ejército de Mau- propios ojos la cruel carnicería que hicieron de
ricio, y hechos prisioneros gran n ú m e r o de sol- cinco hijos suyos, fué m u e r t o ignominiosamente,
dados, Cayano pidió al Emperador una moneda, y no pasó mucho tiempo sin que el resto de su
familia sufriese la misma desgracia.
(1) Otros le llaman aCiro y Petavio Chaganus, rey ¡Ah! cristianos que oís esto; no son unos po-
de los Bávaros.
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bres soldados, son vuestros propios h e r m a n o s y
vuestros propios padres los que han caído prisio- compadécete de sus lágrimas; enjúgalas,
neros de la Justicia divina. Este Dios misericor-
dioso pide por su rescate una m u y pequeña mo- oh Padre clementísimo, y haz que dicho-
neda; de gran valor, es verdad, pero m u y fácil sas participen cuanto antes de la gloria
de dar.*';,Y seréis t a n duros que se la neguéis? de tu rostro divino en la patria celestial.
¿Tan insensibles seréis a la felicidad de las Áni- Amén.
mas y a vuestros propios intereses?
Digamos cinco Padre nuestros, cinco
Ave Marías y un Gloria Patri para alcan-
ORACIÓN zar del Señor esta gracia.
A JESÚS LLEVANDO LA CRUZ A CUESTAS
OBSEQUIO
¡Oh dulcísimo Jesús, y qué sensible ha- El mayor sufragio que reclaman las
brá sido a tu corazón mi olvido e indife- benditas Ánimas, el más necesario para
rencia para con las Almas del Purgatorio; nosotros y el más adepto a Dios es hacer
pues tanto las amas por una parte, y por una buena confesión, sin callar pecado al-
otra eres tan caritativo, que cuando su- guno al confesor.
bías a la montaña del Calvario olvidaste
tu dolor acerbísimo para consolar a aque- Día octavo
llas piadosas mujeres que lloraban tu Por la señal de la santa cruz, etc.
suerte! Aplaque, pues, oh Padre celestial, Señor mío Jesucristo, etc.
tu ira la caridad inmensa de tu Hijo san- Padre celestial, etc.
tísimo. Acepta esos dolorosos pasos que
MEDITACIÓN
da, oprimido con el enorme peso de la
cruz acepta esas tres lastimosas caídas, CÓMO R E C O M P E N S A R Á EL S E Ñ O R A LOS DEVOTOS
DE LAS BENDITAS Á N I M A S
junto con los escarnios y con el sudor y
sangre que derrama por nuestro amor. Yo PUNTO PRIMERO. — Supongamos, cris-
te lo ofrezco todo, en remisión de mi poca tiano piadoso, que movido por estas me-
paciencia en los trabajos, y en sufragio de ditaciones haces una sincera y dolorosa
las pobres Almas del Purgatorio. ¡Ah! confesión, y ganando la indulgencia ple-
naria de este santo Novenario, sacas un
— 520
— 521 —
Alma de la horrenda prisión del Purgato- por la visita hecha a un preso, a un enfer-
rio. ¡Ay! ¡y qué grande será tu dicha! Si mo, o por un vaso de agua a un pobre por
perseveras, ¡qué galardón tan grande reci- su amor? ¡Ah, cristiano! no dudo decir
birás en el cielo! Si los reyes de la tierra, que miro como asegurada tu salvación, si
siendo miserables mortales, recompensan logras sacar a una sola Alma del Purgato-
con tanta munificencia al que libra a uno rio. ¿Y no harás lo posible para lograrlo?
de sus vasallos de un gran peligro, o ex- Medita, etc.
pone su vida sirviendo generosamente a PUNTO SEGUNDO. — No pienses, alma
los apestados; ¿cómo pensáis vosotros que cristiana, ser ésta una reflexión piadosa;
premiará el Señor al que libre a una o es una promesa formal de Jesucristo, ver-
más Almas de las abrasadoras llamas del dad eterna, que no puede faltar a su pala-
Purgatorio? Decid, padres y madres: si bra. ¿No nos dice en el sagrado Evange-
aquel hijo, que es la niña de vuestros ojos, lio: Bienaventurados los misericordiosos,
cayese en un río o en el fuego, y un hom- porque ellos alcanzarán misericordia?
bre generoso os le sacara y presentara Fundado en estas palabras infalibles, has-
vivo, ¿cómo se lo agradeceríais? Si vos- ta 'ahora, dice el Padre San -Gregorio:
otros fueseis ricos y potentados, y él po- "Yo no sé que se haya condenado ninguno
bre, ¿cómo le premiaríais? Ahora bien: que haya usado de misericordia con el
¿qué tiene que ver el cariño del padre más prójimo". ¡Ah! Dios quiere mucho a las
amoroso con el amor que Dios profesa a Almas; todo cuanto se hace por ellas lo
aquellas Almas, que son sus hijas y espo- mira, agradece y premia como si a Él mis-
sas muy amadas? ¿Qué son todos los peli- mo se le hiciera; En verdad os digo que
gros y males de este mundo, comparados todo cuanto habéis hecho con uno de esos
con las espantosas penas del Purgatorio? pequeños hermanos míos, lo habéis hecho
¿Y qué comparación hay entre el Poder y conmigo. ¡Ah! dichosos cristianos; si soco-
la generosidad de un miserable mortal y rréis a las pobres Ánimas del Purgatorio,
el poder y la generosidad infinita de Dios, "venid, os dirá un día nuestro liberalísi-
que promete un inmenso premio de gloria mo Juez; venid, benditos de mi Padre
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celestial. Aquellas p o b r e s A l m a s t e n í a n que u n a s monedas.
h a m b r e , y v o s o t r o s c o m u l g a n d o las h a b é i s Entra desconsolada en u n a iglesia, y encomen-
a l i m e n t a d o con el p a n de v i d a de m i sa- dándose a Dios, siente u n a fuerte inspiración de
hacer decir con aquellas monedas u n a Misa por
c r a t í s i m o C u e r p o ; m o r í a n de sed y oyen- las Ánimas, y pone toda su confianza en Dios,
do o h a c i e n d o c e l e b r a r Misa, les h a b é i s único consuelo de los afligidos. ¡Caso extraño!
d a d o a b e b e r m i S a n g r e p r e c i o s í s i m a ; es- Oída la Misa, se volvía a casa, cuando encuentra
t a b a n d e s n u d a s , y con v u e s t r a s o r a c i o n e s a u n venerable anciano, q u e llegándose a ella le
dice: "¿Qué tenéis, mujer? ¿Qué os sucede?" La
y sufragios las h a b é i s v e s t i d o con u n a es- pobre le explicó sus trabajos y miserias. El an-
tola de i n m o r t a l i d a d ; g e m í a n e n la m á s ciano consolándola le entrega u n a carta, dicién-
t r i s t e p r i s i ó n , y con v u e s t r o s m é r i t o s e in- dole que la lleve al mismo señor que le h a dado
dulgencias las h a b é i s s a c a d o de ella. Y no las monedas. Éste abre la carta, y ¿cuál no es su
sorpresa cuando ve la letra y firma de su a m a n -
es p r e c i s a m e n t e a las Á n i m a s a q u i e n e s
tísimo p a d r e ya difunto? ¿Quién os h a dado esta
habéis hecho estos favores; a M í m e los carta? -—No lo conozco, respondió la mujer, pero
h a b é i s h e c h o : Mihi fecistis: pues todo era u n anciano m u y parecido a aquel r e t r a t o ;
c u a n t o hicisteis p o r ellas. Yo lo m i r o por sólo que tenía la cara m á s alegre. Lee de nuevo
t a n p r o p i o como si lo h u b i e s e i s h e c h o pa- la carta, y observa que le dicen: "Hijo mío m u y
querido, t u p a d r e h a pasado del Purgatorio al
r a Mí m i s m o . P o r lo t a n t o , v e n i d , b e n d i - cielo por medio de la Misa que ha mandado.cele-
t o s de m i P a d r e celestial, a r e c i b i r la co- brar esa pobre mujer. Con todas veras la enco-
r o n a de gloria q u e os e s t á p r e p a r a d a e n el miendo a t u piedad y agradecimiento; dale u n a
cielo". ¿ Y n o q u e r r í a i s , c r i s t i a n o s , l o g r a r buena paga, porque está en grave necesidad". El
caballero, después de haber leído y besado m u -
t a n t a d i c h a ? P u e s en v u e s t r a m a n o está. chas veces la carta, regándola con copiosas lágri-
Medita, etc. m a s de t e r n u r a : "Vos, dice a la afligida mujer,
vos, con la limosna q u e os hice, habéis labrado
EJEMPLO la felicidad de mi estimado padre; yo ahora h a r é
la vuestra, la de vuestro marido y familia". En
Tenía u n a pobre mujer napolitana u n a nume- efecto, pagó las deudas, sacó al marido de la
rosa familia que mantener, y a su marido en la cárcel, y tuvieron siempre de allí en adelante
cárcel, encerrado por deudas. Reducida a la últi- cuanto necesitaban y con mucha abundancia.
ma miseria, presentó u n memorial a u n gran Así recompensa Dios, a u n en este mundo, a los
señor, manifestándole su infeliz estado y aflic- devotos de las benditas Ánimas.
ción; pero con todas las súplicas no logró más
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ORACIÓN OBSEQUIO
A JESÚS CLAVADO EN LA CRUZ
Hacer una limosna en sufragio de las
¿De qué trabajos puedo quejarme, oh Almas del Purgatorio.
Jesús dulcísimo, cuando os contemplo cla-
vado en la cruz, desamparado de vuestro
Padre ceiestial, padeciendo la más cruel Día noveno
sed y agonía por mi amor? ¿Cómo no Por la señal de la santa cruz, etc.
esperaré cuando por todas esas llagas Señor mío Jesucristo, etc.
abiertas, como por otras tantas bocas o Padre celestial, etc.
volcanes de amor, pedís misericordia y
perdón? Sí; aliéntate, pecador; pronto
MEDITACIÓN
está Dios a borrar culpas pasadas, alen-
taos también vosotras, Almas benditas AGRADECIMIENTO DE LAS BENDITAS ÁNIMAS
del Purgatorio; ya se acerca la hora de PARA CON SUS DEVOTOS
vuestro rescate y de vuestra libertad.
Mañana, con las comuniones que se os PUNTO PRIMERO. — Ved aquí el día fe-
ofrecerán, será el dichoso día devuestra liz; hoy, con las numerosas comuniones y
redención. ¡Oh! haced que así sea, dulcí- sufragios que los fieles han ofrecido al
simo Jesús, moved el corazón de estos Señor, no sólo en ésta, sino en tantas
fieles para que no nieguen este sufragio a otras iglesias, muchas de aquellas Almas,
las Ánimas, apagad la sed ardentísima ayer tan afligidas y desgraciadas, han pa-
que esas Almas tienen de veros, de goza- sado a ser dichosos habitantes y príncipes
ros, de reinar con Vos y bendeciros por felicísimos de la Corte celestial. Ya ven
siglos infinitos. Amén. cara a cara la Hermosura y Majestad infi-
Cinco Padres nuestros, cinco Ave Ma- nita; ya poseen a Dios, que contiene en sí
rías y un Gloria Patri para alcanzar ests cuanto hay de amable, de grande, delicio-
gracia del Señor. so y perfecto. Su entendimiento ya no
puede experimentar ni más alegría, ni
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más suavidad, ni más dicha. ¡Ay! ¡si pu- El cielo debe a tus sufragios el nuevo re-
dieses, amado cristiano, penetrar hoy en gocijo y la nueva gloria accidental que
aquella dichosa patria y contemplar el ahora experimenta. Y aquellas Almas di-
transporte de aquellos Bienaventurados! chosas te deben la libertad, y con ella la
¡Qué enhorabuenas, qué abrazos se dan posesión de una felicidad infinita. ¿Qué
tan amorosos! ¡Qué cánticos entonan en súplicas, pues, tan fervorosas no harán a
acción de gracias al Dios de las misericor- Dios por ti? ¿En qué necesidad podrás
dias y a los generosos cristianos que las encontrarte que no cuiden de socorrerte?
han sacado del Purgatorio! ¡Oh! ¡cómo ¿Qué empeño pondrán en conseguirte las
dan por bien empleadas las penas que en gracias necesarias para vencer las tenta-
este mundo padecieron! ¡Oh! ¡con cuánta ciones, adquirir las virtudes y triunfar de
alegría está diciendo cada una de ellas: los vicios? Y si alguna vez te vieres en
Dichosas confesiones y comuniones; di- peligro de pecar y de caer en el infierno,
chosas las Misas que oía, las limosnas, ¡con cuánto más celo que el pueblo de
oraciones, penitencias y obras buenas que Israel lo hizo en favor de Jonatás, dirán
yo practicaba; dichosas las burlas y escar- al Señor!: ¿Y permitiréis, oh gran Dios,
nios que yo sufría por ser devota! ¡Y con que se pierda eternamente un cristiano
qué -magnificencia pagáis, Señor, hasta que me ha librado a mí de tan horribles
los sacrificios más pequeños e insignifi- penas? ¿No prometisteis que alcanzarían
cantes que hice por vuestro amor! ¿No misericordia con el prójimo? ¿Y consen-
quisieras, cristiano, tener tú la misma tiríais ahora que cayese en el infierno
suerte? Pues pelea contra las pasiones; aquel que con sufragios me abrió las
que sin pelear no se alcanza victoria; sin puertas del cielo? ¡Ah dichoso cristiano!
pena, no hay felicidad. ¡cuánto envidio tu dicha! Persevera, y
Medita, etc. tienes segura la palma de la gloria.
Medita, etc.
PUNTO SEGUNDO. — ¡Y qué dicha, cris-
tiano, la tuya, si has logrado librar del
Purgatorio a alguna de aquellas Almas!
— 528 — — 529 •—
Santa Gertrudis, aquella ecposa t a n regalada ORACIÓN
del Señor, había hecho donación de todos sus
méritos y obras b u e n a s a las pobres Ánimas del
Purgatorio; y para que los sufragios tuviesen A LAS BENDITAS ALMAS LIBERTADAS DEL PURGATO-
más eficacia y fuesen más adeptos a Dios, supli- RIO POR LOS SUFRAGIOS OFRECIDOS DURANTE
caba a su divino Esposo le manifestase por qué EL NOVENARIO
Alma quería que satisfaciese. Se lo otorgaba su
Divina Majestad, y la Santa multiplicaba oracio-
nes, ayunos, cilicios, disciplinas y otras peniten- ¡Oh almas dichosas y felices, a quienes
cias, hasta que . quella alma hubiese salido del nuestro dulcísimo Jesús acaba de admitir
Purgatorio. Sacada una, pedía al Señor le seña- | hoy en su patria celestial! Os felicitamos,
lara otra; y así logró librar a m u c h a s de aquel y damos en nombre de toda la Iglesia mil
horrible fuego. Siendo ya la S a n t a de edad avan-
zada, le sobrevino una fuerte tentación del ene- enhorabuenas por esta dicha tan grande.
migo que le decía: "¡Infeliz de tí! ¡Todo lo has Unimos nuestra alegría con la vuestra y
aplicado a las Ánimas del Purgatorio, y n j has con la de los Ángeles y Serafines; junta-
satisfecho todavía per t u s pecados! Cuando mue- mos nuestras acciones de gracia con les
ras, ¡qué penas y tormentos te a g u a r d a n ! " No
dejaba de acongojarla este pensamiento, cuando cánticos y alabanzas que vosotras ento-
se le apareció Cristo Señor Nuestro, y la consoló náis al Creador por tan inestimable bene-
diciendo: "Gertrudis, hija mía m u y amada; no ficio. Sí, Almas santas y dichosas; ale-
temas: los sufragios que t ú ofreciste a las Ánimas graos: ya se han acabado para vosotras
del Purgatorio, me fueron m u y agradables; tú no
perdiste nada; pues en recompensa no sólo te per-
las penas y tristezas, las aflicciones y tra-
dono las penas que allí habías de padecer, sino bajos, los peligros y tentaciones de esta
que aun a u m e n t a r é tu gloria de muchísimos gra- miserable vida. Sólo os queda una eterni-
dos. ¿No había prometido yo dar el ciento por dad de descanso, de alegría, de delicias y
uno, pagando a mis fieles servidores con medida de bienaventuranza infinita. ¡Qué dicha
buena, abundante y apretada? Pues mira, yo ha-
ré que todas las Almas libertadas con t u s oracio- también la nuestra, si con estos sufragios
nes y penitencias te salgan a recibir con muchos os hemos acelerado la posesión de tanta
Ángeles a la hora de la muerte, y que, acompa- gloria! Sí, triunfad en el cielo; pero no
ñada de este numeroso y brillante cortejo de hagáis como hizo aquel ingrato copeiO de
bienaventurados, entres en el triunfo de la glo-
ria". Faraón con José; no olvidéis a vuestros
pobres hermanos, que militamos aún en
— 530 — — 531 —
este valle de lágrimas; echad una mirada Quando coeli movendi sunt et térra. Dum
compasiva sobre nosotros; ¡mirad de veneris judicare saeculum per ignem.
cuántos y cuan fieros enemigos nos ve-
mos rodeados! Ahora que sois tan pode- V) Dies illa, dies irae, calamitatis et mi-
rosas delante de Dios, interceded por nos- seriaes, dies magna et amara valde. Dum
otros, para que siendo fieles y constantes veneris judicare saeculum per ignem.
en su servicio podamos en vuestra com-
pañía alabarle y glorificarle un día ete- V) Réquiem aeternam dona eis Domi-
namente. ne, et lux perpetua luceat eis.
Libera me, Domine, de morte aeterna
Cinco Padre nuestros, cinco Ave Ma- in die illa tremenda, quando coeli moven-
rías y un Gloria Patri a las cinco llagas di sunt et térra, dum veneris judicare
de Cristo Señor nuestro en sufragio de saeculum per ignem.
las benditas Ánimas del Purgatorio. Kyrie eleison, Christie eleison, Kyrie
eleison. Pater noster, etc.
OBSEQUIO
V) Et ne nos inducas in tentationem.
Formar una firme resolución de ofrecer
todas nuestras obras satisfactorias en su- R) Sed libera nos a malo.
fragio de las pobrecitas Ánimas. V) A porta inferí. R) Erue, Domine,
animas eorum.
RESPONSO
V) Requiescant in pace. R) Amén.
V) Libera me, Domine, de morte aeter-
na in die illa tremenda. * Quando coeli V) Domine, exaudí orationem meam.
movendi sunt et térra. * Dum veneris ju-
dicare saeculum per ignem. R) Et clamor meus ad veniat.
R) Tremens factus sum ego et timeo. V) Dominus vobiscum. R) Et cum spi-
Dum discussio venerit atque ventura ira. ritu tuo.
— 532 — — 533 —
OREMUS ACTO HEROICO DE CALIDAD
EL FAVOR DE LAS BENDITAS ALMAS
Fidelium, Deus, omnium conditor e t DEL PURGATORIO
redemptor, animabus famulorum famula- INDULGENCIAS CONCEDIDAS
rumque tuarum remissionem cunctorum Los fieles que hicieren el acto Heroico de Caridad en
trihue peccatorum; ut indulgentiam quam favor de las Almas del Purgatorio se les concede: indul-
semper obtaverunt piis supplicationibus gencia Plenaria aplicable sólo a los difuntos.
1) Cualquier dia que recibieren la S. Comunión, si
consequantur. Qui vivis et regnas in sae- confesados visitaren alguna Iglesia o público Ora-
cula saeculorum. R) Amen. torio y oraren a intención del Sumo Pontífice.
2) Cualquier lunes del año, si oyesen la Santa Misa
V) Réquiem aeternam dona eis, Domi- en sufragio de los mismos difuntos y además cum-
ne. R) Et lux perpetua luceat eis. plieren las condiciones acostumbradas.
3) Si por algún impedimento no pudieren recibir la
V) Requiecant in pace. R) Amen. S. Comunión ni oír la Santa Misa, los Obispos Dio-
Animae omnium fidelium defunctorum cesanos pueden delegar a los confesores para con-
mutar por algunas otras obras piadosas.
per misericordiam Dei requieseant in 4) Los sacerdotes que han recitado el Acto Heroico,
pace. gozan del indulto de altar privilegiado personal,
todos los días.
R) Amen. (S. Penit. Apost. 26 Enero 1932).
Este acto de caridad, t a n agradable a Dios,
útil a las Almas del Purgatorio, y provechoso a
nosotros mismos, consiste en u n voto o donación
entera que hacemos de todas nuestras obras
satisfactorias en favor de aquellas benditas
Aimas. Nótese aquí que toda obra buena es a la
vez, según el Concilio de Trento, meritoria, im-
peratoria y satisfactoria. Se dice meritoria, por-
que con ella logramos u n grado m á s de gracia
en este m u n d o y de gloria p a r a el otro: mérito
que a nadie puede cederse, siendo todo de aqup!
que hace la obra buena. Llámase impetratoria,
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para mejor imitar a mi dulcísimo Reden-
porque con ella alcanzamos de Dios auxilios tor Jesucristo, y para mostrar mi sincera
oportunos y bienes espirituales y temporales, ya esclavitud a María Santísima, Madre de
para nosotros mismos, ya también p a r a otros.
Dícese por fin satisfactoria, porque con ella pa- Misericordia y Madre de las pobres Al-
gamos el débito de nuestros pecados y la pena mas del Purgatorio, yo N. N., me pro-
del Purgatorio que les era correspondiente; y pongo cooperar a la redención (3) y liber-
este'fruto satisfactorio de nuestras obras es, pro- tad de aquellas Almas, encarceladas por
piamente hablando, el que cedemos a las bendi-
t a s Ánimas con este voto. A nadie debe impo-
deudas de penas a la divina Justicia, me-
ner el nombre de voto, pues se hace, como se recidas por sus pecados; y en aquel modo
expresa en la fórmula, sin obligación a pecado, que puedo lícitamente, sin obligación a
siendo más bien una cesión voluntaria, u n acto pecado, hago libre y espontáneamente
heroico de caridad que u n voto riguroso. Y así voto de librar del Purgatorio a todas las
en nada se expone éste al orden de la caridad,
que nos obliga a pedir primero por nuestros Almas que María Santísima quisiere que
parientes difuntos, por los socios de las cofra- sean libres; y para esto pongo en manos
días a que pertenecemos, etc. Pues poniendo en de esta piadosísima Señora todas mis
manos de la Virgen Santísima todas n u e s t r a s obras satisfactorias, propias y participa-
obras satisfactorias, y conociendo Ella mejor que
nosotros cuál es nuestro deber, distribuirá dichas das, tanto en vida como en muerte, y
buenas obras entre los parientes, cofrades, etc., después de la muerte.
según fuere más del agrado de Dios. Por consi-
guiente, podemos y debemos continuar las ora- Aceptad, os ruego, Dios mío, y confir-
ciones y acostumbradas, dirigidas a obtener de mad este mi ofrecimiento que os reitero y
Dios y de los Santos cualquiera gracia que nece- confirmo a honra vuestra y bien de mi
sitemos. Puede asimismo, y deb el Sacerdote
aplicar la misa por la intención de quien le diere alma.
la limosna, según lo declaró en su concesión la Y dado que mis obras satisfactorias no
Santidad de Benedicto XIII, Agosto 23 de 1728.
bastasen para pagar todas las deudas de
aquellas almas predilectas de la Santísi-
Fórmula de este voto
(1) El que ofrece sufragios por las Almas del Pur-
Para mayor gloria vuestra, oh Dios gatorio es honrado con el nombre del Redentor. (F.
Celada, ¡n Job, c. 4).
mío, Uno en esencia y Trino en Persona,
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ma Virgen, y para satisfacer las que yo NOVENA
mismo hubiese contraído por mis culpas,
que de todo corazón odio y detesto,. me en honor de
ofrezco, Señor, a pagaros, si así os plu-
guiere, en las penas del Purgatorio todo NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
lo que faltare, abandonándome en los bra-
zos de vuestra misericordia y en los de mi Por la señal de la Santa Cruz, etc.
dulcísima Madre María. Sean testigos de
este mi voto todos los que viven en las Acto de contrición, etc.
tres Iglesias, triunfante, paciente y mili-
tante. ORACIÓN PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS
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infundisteis singulares privilegios y gra-
cias, haced que yo experimente alguna cias, ! con su espíritu de penitencia tan
parte de los dulces afectos de beneficencia continuada, que lejos de permitir a su
que comunicasteis a vuestro amado sier- cuerpo el menor alivio ni descanso, mace-
vo y protector mío San Cayetano; tam- raba sus inocentes carnes con duras y ás-
bién os suplico me alcancéis lo que pido peras penitencias, disponiéndose por este
en esta Novena, juntamente la paz y con- medio a recibir dignamente el cuerpo y
cordia de los Príncipes Cristianos, la ex- sangre del Cordero Inmaculado: Yo os su-
tirpación de las herejías, y victoria contra plico, Padre mío de mi alma, que por su
infieles, para que unidos todos en per- intercesión me concedáis vivos y eficaces
fecta caridad, purificadas nuestras con- deseos de mortificar todas mis pasiones
ciencias, celebremos en el misterio de y sentidos, para que negado a todo lo que
vuestra concepción inmaculada la exce- pueda lisonjear el apetito, aspire sólo a
lencia de vuestro ser, y la mayor gloria conseguir vuestra gracia, para recibiros
de vuestro Hijo, quien con el Padre y el con la disposición debida, y lo que pido
Espíritu Santo, vive y reina por todos los en esta Novena, si ha de ser para honra
siglos de los siglos. Amén. vuestra y gloria de Dios. Amén.
Día segundo
Día tercero
Dios y Señor del gran Bautista, vuestro
precursor insigne, a quien preparasteis
con la gracia y espíritu de penitencia para Dios y Señor de los Patriarcas, a quie-
que anunciase a los hombres la venida del nes pusisteis por gobernadores de vuestro
Mesías, disponiendo los ánimos de todos escogido pueblo, con la noble idea de con-
para recibirlo dignamente; yo os ofrezco, ducirlo al delicioso país de la tierra pro-
Padre mío, los merecimientos de este metida. Yo os ofrezco los merecimientos
vuestro favorecido amigo, y los de vues- de estos primitivos Padres del antiguo
tro anunciado fidelísimo siervo San Ca- testamento, y los de vuestro portentoso
yetano, a quien desde su primera infancia siervo San Cayetano, a quien hicisteis
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logrando tan copiosos frutos en la conver-
insigne patriarca, fundador de un insti- sión dei nnumerable» criaturas, que me-
tuto apostólico, para la reforma del clero, reció la gloria de ser distinguido con el
admiración asombrosa de los Padres de la excelso renombre de "Cazador de las al-
Iglesia,* y un continuo milagro de vuestra mas". Os suplico un ardiente deseo de
soberana Providencia. Yo os suplico, Pa- reformar la mala conducta de mi vida, y
dre mío, que por su intercesión me conce- que todos mis pensamientos, acciones y
dáis un espíritu de acertada dirección y palabras inspiren en todos mis prójimos
ejemplar gobierno, para que caminando edificación y buen ejemplo, y me otor-
con seguridad por la peligrosa senda de guéis lo que os pido en esta Novena, para
este mundo, consiga enderezar mis pasos, mayor honra vuestra y bien de mi alma.
fijando siempre la vista en el Reino de los Amén.
Cielos, y lo que pido en esta Novena, para
honra vuestra y provecho de mi alma. Día quinto
Amén.
Dios y Señor de los doctores, a quienes
iluminasteis con el precioso don de vues-
Día cuarto tra infinita sabiduría, para que con su
doctrina sacasen a los hombres del triste
Dios y Señor de los Apóstoles, a quie- estado de la ignorancia a la hermosa y
nes comunicasteis él vivo fuego del Espí- clara luz de una segura inteligencia: Yo
ritu Divino para que, derramándolo con os ofrezco los merecimientos de estos sa-
la predicación por todo el mundo, propa- pientísimos maestros, y los de vuestro
gasen vuestra santa fe y reformasen las iluminado siervo San Cayetano, en quien
corrompidas costumbres de aquel siglo, derramasteis los tesoros de vuestra celes-
^ o os ofrezco los merecimientos de estos tial doctrina, para disipar y confundir los
sagrados ministerios y los de vuestro es- perniciosos errores de la secta Luterana,
cogido de un carácter verdaderamente confesando el mismo caudillo de tan for-
apostólico, extendiendo por toda Italia la midable legión ser sólo Cayetano y su
doctrina de vuestro Santo Evangelio, y
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nuevo instituto quienes le habían presen-
tado la más espantosa guerra. Yo os su- tir con cristiana conformidad los trabajos
plico, Padre de las misericordias, que por y adversidades de esta mortal vida, y lo
su poderoso medio imprimáis en mi alma que solicito en esta Novena, si ha de ser
vuestro santo temor como origen y prin- para mayor honra y gloria vuestra y bien
cipio de la verdadera sabiduría, y medios de mi alma. Amén.
necesarios para buscar vuestro reino y
vuestra justicia, y lo que solicito en esta
Novena, si es para gloria vuestra y pro- Día séptimo
vecho de mi alma. Amén.
Dios y Señor de los Ángeles, a quienes
Día sexto creasteis puros espíritus, destinándolos en
los consejos de vuestra adorable Provi-
Dios y Señor de los mártires, a quienes dencia para nuestros custodios, y condu-
armasteis con el invencible escudo de cirnos en sus manos, a fin de que no reci-
vuestra fortaleza, para resistir en los tor- bamos ofensa alguna en la carrera de esta
mentos la inhumana impiedad de los más vida: Yo os ofrezco los merecimientos de
crueles tiranos. Yo os ofrezco los mereci- estos vigilantísimos espíritus, y los de
mientos de estos invictos varones, y los de vuestro castísimo siervo San Cayetano,
vuestro paciente y fidelísimo siervo y por cuya virtud fué llamado copia de an-
protector mío, San Cayetano, cuya heroi- gelical pureza, logrando que innumera-
ca fortaleza arrebató la admiración de bles almas poseídas del vicio de la torpe-
toda Roma, cuando en el estrecho trance za, se transformasen en nuevas criaturas,
de un general saqueo, el sacrilego furor conducidas de su familiar trato, poderoso
de unos soldados quiso apoderarse de su ejemplo y consejos: Yo os suplico, que
inocente cuerpo, para someterlo a crueles por su intercesión me concedáis el precio-
tormentos. Yo os suplico que por su invic- so don de esta virtud angélica, para lograr
ta paciencia y por su intercesión me con- libre entrada en vuestro reino, y lo que
cedáis un espíritu de fortaleza para resis- pido en esta Novena, si ha de ser para glo-
ria vuestra y provecho de mi alma. Amén.
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Día oct av o Día noveno
Dios y Señor de los Serafines, a quie- Omnipotente Dios y Señor, a cuyo im-
nes distinguisteis de los nueve coros de perio obedecen, se humillan y tiemblan
ángeles que componen vuestro trono, con todas las potestades del mundo, como hi-
cisteis con Faraón, a u n ligero impulso
la singular excelencia de abrasados espí-
del aliento de Moisés, para librar a los
ritus, para que sin cesar os alaben y ben- israelitas de la dura y áspera esclavitud
digan cantando: Santo, Santo, Santo. Yo que padecían, obrando a este efecto infi-
os ofrezco los merecimientos de estos es- nitos prodigios y milagros: Yo os ofrezco
píritus bienaventurados, y los de vuestro los merecimientos de este generoso cau-
dillo y afligido pueblo, y los de vuestro
amantísimo siervo San Cayetano, a quien singularísimo siervo San Cayetano, a
comunicasteis un fuego tan activo de quien dispensasteis tanta gracia en obrar
vuestro soberano amor, que mereció for- milagros, y sacar a sus devotos de las más
maseis de sus mismos brazos un trono graves angustias y conflictos, que ningu-
donde se dignó descansar vuestra Madre no ha de recibir un despacho favorable
si con viva fe no implora su especial pro-
Santísima, manifestando al mundo con tección y poderoso patrocinio: Yo os su-
tan singular privilegio, ser Cayetano sa- plico que por su intercesión me concedáis
grada víctima en vuestro amoroso incen- el consuelo y socorro en las necesidades
dio: Yo os suplico que por su intercesión espirituales y corporales, para que reno-
merezca ser prevenido de una gracia efi- vando cada día los santos propósitos de
la enmienda de mi vida, logre la dicha de
caz, para que, libre de todo lo terreno, merecer vuestra gracia, y ser conducido
viva siempre íntimamente unido con Vos después de una muerte preciosa a las
y consiga lo que pido en esta Novena, si eternas delicias de la gloria. Amén.
ha de ser para vuestra mayor gloria, uti-
lidad y provecho de mi alma. Amén.
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divinas gracias, mas por eso mismo os
NOVENA presento los méritos de vuestro siervo
San Roque, mi celestial protector, para
que por su especial intercesión, logre mi
en hon.or del alma los dones del cielo y mi cuerpo los
de la tierra, en cuanto ellos me ayuden
GLORIOSO SAN ROQUE para mejor serviros; y especialmente, el
don de la salud, del que prometo haceros
Por la señal de la Santa Cruz, etc. el mejor ueo, con vuestra divina asisten-
Acto de contrición, etc. cia. Así sea.
ORACIÓN PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS JACULATORIAS, PARA TODOS LOS DÍAS
Oh, Dios omnipotente, que diste a vues- —Glorioso San Roque, protector de las
tro siervo San Roque, el don inestimable enfermedades del alma, interceded con
de la protección del cielo a favor de los Dios para que siempre me cocserve sano
enfermos y como remedio a las pestes y de la dolencia espiritual del pecado.
calamidades que en todo tiempo habría Padre nuestro, Ave María y Gloria.
de sufrir la humanidad como justo casti-
go de sus pecados, yo os adoro con rendi- —Glorioso San Roque, protector de la
miento y os amo con plenitud de amor; y salud de los cuerpos, interceded con Dios
quisiera, Señor mío, copiar en mí todas para que sane de las enfermedades físicas
las virtudes que adornaron el alma buena o me preserve de ellas, si así conviene
y angelical de nuestro protector y médico para su gloria y mi mayor provecho espi-
San Roque, para atraer sobre mi corazón ritual.
el rocío de las gracias del cielo y ía abun- Padre nuestro, Ave María y Gloria.
dancia de vuestros divinos dones. Reco- —Glorioso San Roque, abogado celes-
nozco humildemente, que, por mi culpa, tial a favor de vuestros fieles devotos, in-
carezco del tesoro de virtudes que debiera terceded con Dios para que libres de las
poseer mi corazón, para atraer vuestras
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enfermedades del alma del cuerpo, viva- miento ante Dios son las que me estimu-
mos santamente y muramos en gracia. lan a implorar Una vez más los beneficios
Padre nuestro, Ave María y Gloria. celestiales y terrenos por vuestra santa
—Pídase la gracia especial que por in- intercesión. Ayudadme a servir a Dios
tercesión de San Roque se quiere conse- con aquella prontitud y generosidad con
guir en esta Novena. que vos respondisteis al llamamiento del
Señor y con la misma correspondencia a
Día primero la gracia divina, que os hizo merecedor
de los más exquisitos dones del Espíritu
Bienaventurado San Roque, ejemplar Santo. Que como vos yo me sepa consi-
perfecto de todas las virtudes y modelo derar en este mundo como un. peregrino,
acabado de santidad, cuya fe resplandeció que no tiene patria en la tierra, sino que
en el firmamento de vuestra alma con debe con la penitencia y la oración diri-
una luz esplendorosa, que iluminó vues- gir sus pasos por las sendas y las rutas
tro espíritu en el conocimiento de Dios. del espíritu que conducen al cielo. Que
Ruégoos, Santo mío, que acrecentéis en como vos, pase yo por este mundo derra-
mí la fe en Dios y en sus divinos miste- mando el bien y la caridad a manos lle-
rios, para que conociéndole mejor, más nas, consolando a los tristes, cuidando a
ardientemente le ame. Así sea. los enfermos, dando buen ejemplo con las
palabras y con las obras a todos. Que
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS como vos sepa yo recibir con resignación
Vedme aquí, arrodillado a vuestros pies, y paciencia las enfermedades del cuerpo
glorioso y especial protector mío, San Ro- y las ingratitudes de los demás, para
que, con el inmenso interés de conseguir merecer también como vos y por vos el
vuestros celestiales favores. No ignoráis milagro de la salud, si conviniera para la
mi fe en vuestro poder divino y mi espe- gloria divina y provecho del alma. Y, en
ranza en el querer con que correspondéis fin, hacedme la gracia, santo bendito, que
a los que os aman y son vuestros devotos. siguiendo vuestros pasos e imitando vues-
Esa fe y esa esperanza en nuestro vali- tras virtudes en la tierra, obre en mí el
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Señor sus maravillas, llamándome un día
a gozar, junto con vos, de la eterna bien- nal. Que vuestra devoción encienda y
aventuranza de los cielos. Así sea. avive en mí las llamas del verdadero amor
y de la verdadera caridad, y ella me esti-
mule a obrar actos cuya generosidad sea
Día s e g ú n do la mejor prueba de la correspondencia
Señor, que desde la caída del hombre y afectiva al amor divino. Así sea.
a través de todos los Libros Inspirados Día cuarto
quisisteis depositar en el corazón de la
humanidad la santa esperanza, como el Humildísimo San Roque, para quien las
mejor estímulo para el bien, para la vir- alabanzas de los hombres fueron vuestro
tud, para el amor; que vuestra semilla mayor tormento, y os hacían huir en con-
produzca en mí, pronto, la bella flor de la tinuo caminar hacia regiones donde nadie
esperanza. Y vos, glorioso San Roque, os conociera, infundidme un gran temor
modelo de abandono en las manos de Dios al orgullo y a la soberbia, que nunca se
infundidme esa santa virtud, para que en complazca mi corazón en los halagos y
medio de todas las penas y aflicciones, alabanzas del mundo, más bien que mi
con que Dios quisiera probarme, siempre amor a la santa humildad me infunda de-
me mantenga la esperanza del favor divi- seos de una vida desconocida y retirada a
no. Así sea. los ojos de los hombres, para ser recono-
cido y glorificado por Dios en el cielo.
Así sea.
Día tercero
Día quinto
Glorioso San Roque, ardiente y fino
amador de Dios, enseñadme a amar en la ¡Oh, santo penitente, peregrino predi-
medida de vuestro amor. Que nunca el cador de la mortificación, glorioso San
amor terreno me aparte del divino, sino Roque! Vuestra vida, vuestras obras y el
más bien que las finezas del sumo Bien mismo hábito que os cubre me hablan e
apaguen en mí las ansias del bien terre- invitan a seguir los caminos de la peni-
tencia. Por otra parte mis culpas, mis in-
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fidelidades a Dios, mis muchos pecados pobreza de espíritu. Jesús dio el divino
están exigiéndome penitencia. Ruégoos, ejemplo y vos le imitasteis; haced que yo
Santo mío, me infundáis el valor sufi- también os siga por el camino de las re-
ciente para imitaros en este aspecto- de nunciaciones hacia la posesión del tesoro
vuestra vida, y conseguir así el perdón de divino y de la gloria eterna. Así sea.
mis culpas. Así sea.
Día octavo
Día sexto
Purísimo Santo, a cuyos pies, de rodi-
Amadísimo San Roque, protector mío, llas, imploro la preciosa virtud de la pu-
¡cuan gran verdad es que si frecuente- reza. Bien sé que es ardua su conquista y
mente no consigo el logro de mis deseos y fácil -pu quebranto, pero es bella, y es
la salud de mi cuerpo, es porque desobe- llave de los cielos, y es espejo donde gus-
diente a los mandatos divinos, tengo ofen- ta proyectar su imagen Dios Inmaculado,
dido y enemistado a Dios, fuente de salud, y por eso mismo, pongo mayor fervor en
manantial de todas las gracias! Haced va- las plegarias, para que por vuestros mé-
ler vuestra influencia ante Dios para de- ritos e intercesión consiga la virtud tan
volverle a mi amistad y dadme un corazón amada de la santa pureza. Así sea.
dócil a las inspiraciones divinas, Así sea.
Día séptimo Día noveno
Amadísimo San Roque, especial protec- Glorioso protector mío, "San Roque, en
tor mío, vuestra vida de pobreza volunta- este postrer día del Novenario, me arro-
ria me alecciona y vuestro generoso re- dillo ante vuestra imagen, que se me ofre-
nunciamiento me estimula a seguir, en la ce a la vista radiante de hermosura celes-
posibilidad de mis escasos medios, vues- tial, y me dan ganas de imitaros en todo,
tros admirables ejemplos. Arrancadme del para gozar como vos, también, un día, de
desordenado apego a los bienes terrenos, la bienaventuranza de los cielos. Mucho
e infundidme amor al sacrificio y a la tiuiero el bien del cuerpo, pefb más esti-
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tencia pública que le quede aún por satisfacer".
mo la salud del alma. Sed mi médico ce- Aceptó el obispo la ofrenda; perdonó al amigo
del mártir la penitencia, ofreciendo en cambió a
lestial y por Vos me lleguen del cielo las Dios los méritos del mártir; al amigo del mártir
gracias del alma y los bienes del cuerpo, le quedaban perdonadas las penas temporales
si éstos no han de ser inconvenientes para que hubiera satisfecho por la penitencia. Este
mejor servir a Dios. Así sea. era él primer caso de indulgencia. El hecho se
repetía, y así quedó introducida en la Iglesia la
LAS INDULGENCIAS práctica de hoy.
Indulgencia es la remisión de las penas tempo-
El pecado es grave (mortal) o leve (venial). rales que, después de la remisión de los peca-
El pecador grave lleva consigo la pena eterna dos en la confesión, nos concede la Iglesia fuera
(infierno) y otras penas temporales. del Sacramento.
La pena eterna se perdona juntamente con el Dios perdona el pecado, pero no siempre los
pecado grave. castigas temporales, merecidos por el pecado.
La pena temporal se perdona a) parte de ella Hay Indulgencias Plenarias, que perdonan
juntamente con el pecado (esto depende del fer- todas las penas merecidas por los pecados ya
vor, de la devoción, del arrepentimiento, de la perdonados.
preparación con que uno recibe el sacramento de
la confesión; b) por medio de la penitencia sacra- Indulgencias parciales, que perdonan sola-
mental (que el sacerdote da en la Confesión); mente una parte de esas penas.
c) por penitencias voluntarias; d) por las tribula- Indulgencia de 100 días, por ejemplo, es el
ciones de esta vida (enfermedades, desgracias, perdón de tanta pena temporal, cuanto se habría
disgustos, sufridos con paciencia); e) por las In- alcanzado, practicando durante 100 días las pe-
dulgencias; f) en el Purgatorio después de la nitencias prescriptas por las antiguas Ieye3 de
muerte. la Iglesia.
Los primeros cristianos trataban de conseguir Indulgencia de 7 años, etc.
el perdón de las penas temporales por medio de Indulgencia de 100 días una vez; se puede
penitencias voluntarias y públicas, impuestas por ganar una sola vez al día rezando la oración
sus obispos, quedando, por ejemplo, durante la que está enriquecida de esta indulgencia.
misa parados o arrodillados a la puerta de la Indulgencia de 100 días t. q. (toties quoties):
iglesia por espacio de algunos días, meses o se puede ganar cada vez que uno rece la oración
años, según la "ravedad del pecado. indulgenciada.
Sucedió que un mártir, en vísperas de su Condiciones para ganar las indulgencias:
muerte, mandó a un obispo una carta del tenor 1. Hay que estar en estado de gracia santi- •
siguiente: "Os ofrezco mi martirio, pidiéndoos ficante.
que en cambio perdonéis a mi amigo la peni'
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2. Hay que practicar con puntualidad las
oraciones u obras prescriptas.
3. No se debe intercalar ni omitir nada en
las oraciones.
Oraciones por la intención del Sumo Pontífice
Según la Sagrada Penintenciaría Apostólica
(Decreto del 20 de Septiembre de 1933), es sufi-
CÁNTICOS RELIGIOSOS
ciente el rezo de un Padre nuestro, Ave María,
Gloria Patri, aunque cada uno puede rezar la
oración que guste, a tenor del canon 934, a no H I M N O
ser que se prescriba una determinada. Para el
lucro de las indulgencias plenarias toties quoties del Congreso Eucarístíco Internacional
(que se pueden ganar cuantas veces se haga el de Buenos Aires (1934)
ejercicio), se debe rezar en cada visita seis Padre
nuestros, Ave Marías y Gloria Patri. Esto se CORO: ¡Dios de los corazones,
aplica a la indulgencia de la Porciúncula, del sublime Redentor
día de Difuntos y otras parecidas. (S. Penit. domina a las naciones
Apost., 26 de noviembre de 1936). y enséñales tu amor!
ORACIÓN A LA PAZ Señor Jesucristo, Pasearon el Corpus
¡Oh! D i o s a u t o r y a m a n t e d e l a p a z ; que en la última Pascua por nuestros solares
conocerte es vivir y servirte es reinar, tu sangre divina los hombres que luego
diste antes de darla: fundaban ciudades
protege, pues, contra toda embestida a tu cuerpo y tu sangre y abrían los surcos
los que te suplican, para que cuantos con- deseamos con ansias.., para los trigales...
f i a m o s e n t u d e f e n s a s e a m o s l i b r e s del [En dónde está el Cuerpo, (Espigas dan hostias,
temor de todo ejército. Por Cristo Señor se juntan las águilas! y leños, altares).
nuestro. Así sea. Conocen tu nombre Bandera, tu cuerpo
la urbe y el río, fué en la azul atmósfera,
(Indulgencia de tres años cada vez y Plenaria, la línea que es Pampa y el cáliz dorado
confesando, comulgando, visitando alguna iglesia y el germen que es trigo. fué el sol de la gloria.
en la que se ore por las intenciones del Sumo Y cálidas notas Antes que el arado
Pontífice, siempre que la oración anterior se de timbre argentino - rompiera la costra,
lece devotamente durante un mes íntegro). saludan tu hechura de la tierra virgen
de Dios escondido. se elevó tu Forma.
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Pues te llamo con fe viva,
Muestra, oh Madre, t u bondad;
Rey manso, que sellas En torno a tu mesa, A mí vuelve, compasiva,
la tierra argentina cien pueblos y razas Esos ojos de piedad.
con el sello blanco nutrió de infinito
de la Eucaristía; tu oculta substancia. Hijo fiel, quisiera amarte,
la Patria se aroma Pequenez inmensa, Y por ti solo vivir;
de incienso de misas: que, multiplicada, Y por premio de ensalzarte,
Tú rozas los labios es pan para el hambre Ensalzándote morir.
y alientas las vidas. Ide todas las almas.
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A Dios queremos en las costumbres,
Te adoramos. Hostia divina, Dios en el pueblo, Dios en la Ley
te adoramos, Hostia de amor. bajo su imperio seremos grandes,
Tú del Ángel eres delicia, libres del yugo de Lucifer.
t ú del hombre eres honor.
Tú del fuerte eres dulzura, Cantemos al amor de los amores
t ú del débil eres vigor.
E n la vida eres consuelo, Cantemos al amor de los amores,
en la muerte dulce solaz. Cantemos al Señor;
¡Dios está aquí! Venid, adoradores,
A Dios queremos Adoremos a Cristo Redentor.
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