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CENTRO DE EDUCACION CRISTIANA DE LAS

ASAMBLEAS DE DIOS
CECAD

RESUMEN DE:
Control de lectura 3

ALUMNO: Felipe Pou

ASIGNATURA: Epístolas Generales

GRADO: 6to. “A”

MAESTRO: Carlos Barahona

FECHA: 10 de julio 2021


INTRODUCCION: En el capítulo 2, el libro de texto continua en su segunda
parte con “LA FE EN ACCION”, y tan solo con observar la pregunta de que, si
Santiago hubiese usado una camiseta, seguramente le hubiese estampado unas
letras tan grandes y coloridas, con un mensaje que diga: “MUESTREME SU FE”.
Santiago contrasta la religión verdadera y la falsa; los sinceros y los hipócritas. Él
reprueba a los de doble ánimo y exalta a la persona de humilde condición,
reprende al inconstante, y elogia al constante. Santiago está convencido de que
muchas personas tienen doble ánimo, se venden al mejor postor.
.
DESARROLLO: Cuando Santiago habla de las obras, pareciera que está
diciendo que la misma salvación es por obras, y estas malas interpretaciones, son
las que han llevado a ciertas religiones apostólicas y romanas a enseñar el
carisma, por lo que creen que la salvación vendrá de acuerdo a las obras que
hagan; y no que sea malo el hacer obras, sino que lo malo es centrarse en las
obras para alcanzar la salvación. Así que, lo que Santiago está diciendo, es que
una persona que tiene fe, no es igual a una persona que demuestra su fe, ya que
ambas tienen fe, pero solo la demuestra aquella que la pone en acción: por
ejemplo:
Roberto y Mario, son compañeros de trabajo en la misma empresa, ambos tienen
un vehículo Toyota, color blanco, deportivo, con 2000 caballos de fuerza y luces
de neón. Cuando Roberto llega al trabajo, todos los compañeros de planta
comienzan a admirar aquel rugido del motor, aquella hermosa pintura acabada y
las brillantes luces que despide; al bajarse del vehículo, todos elogian a Roberto
por el cuidado y mantenimiento de su auto; pero Mario piensa que la gasolina está
demasiada cara y prefiere irse en bus. Ahora bien, en la hora del almuerzo, todos
están reunidos y Roberto comienza a hablar de su auto, y Mario dice que él
también tiene un auto igual al de Roberto, a lo que los compañeros responden
riéndose en forma de burla, y lo tildan de envidioso; pero la historia dice que si es
cierto que Mario tiene un vehículo igual al de Roberto; entonces la pregunta es:
¿Por qué los compañeros de Mario, no le creen que tiene un auto como el de
Roberto? Pues la respuesta es, “PORQUE NO LO MUESTRA”.
Las personas podrán escuchar que usted y yo tenemos fe, pero solo estarán
convencidas cuando vean nuestra fe en acción, cuando vean los resultados
tangibles de lo que hablamos, así que, mientras solo digamos que tenemos fe,
pero no presentemos resultados, todo quedara en una mera charla y nada más.
Por lo tanto, lo que el apóstol Santiago está enfatizando, no es que la salvación
depende de las obras, sino que aquella persona que ha alcanzado la salvación a
través de Jesucristo, debe tener una buena relación con Dios, y esta relación
provoca que esté en sintonía con el Espíritu Santo, y el mismo Espíritu le
impulsará a realizar buenas obras a diario conforme a su fe, fe que estará cada
día creciendo más y más. Entonces Santiago, lo que está diciendo es, si en
verdad eres salvo, si en verdad tiene una relación con Dios, si en verdad tienes fe;
entonces demuéstramelo con hechos.

Santiago toca varios temas que tienen que ver con la vida diaria, y con aquellas
cosas que en primera instancia parecen pequeñas, pero que pueden provocar
grandes pérdidas, no solo seculares, sino también espirituales: tales temas son
como:
1. Como domar la lengua
2. Como vivir en paz con Dios y con otros
3. Como vivir en una correcta relación con Dios y con otros
4. Como y cuando orar
Si el apóstol Santiago hubiese vivido en nuestro tiempo, hubiese sido una persona
muy exitosa como conferencista de Recursos Humanos, relaciones inter e intra
personales y consultoría intercultural; ya que su enfoque en todo el libro, está
centrado en que seamos mejores personas.
Si somos buenas personas, cumpliremos con el punto número uno de domar la
lengua, ya que la persona que ocupa su lengua para asesinar a su prójimo, es
una mala persona, aun estando dentro de una iglesia, podemos ser asesinos en
serie con nuestra lengua.
Así que Santiago enseña cuatro principios sobre la lengua, los cuales desea que
todo cristiano recuerde:
Cuanto más hablamos, más tenemos que explicar: en esta parte, Santiago lo
enseña, ya que en el tiempo de la diáspora, y con relación a que el maestro
gozaba de ciertos privilegios, y de entre ellos una paga, muchos se estaban
dedicando a enseñar, pero enseñaban lo que no sabían, esto quiere decir, que se
agarraban de sus propias ideologías y hacían teología errónea, por lo que a
Santiago le preocupó más que los mismos maestros, el camino que les esperaba
a los oyentes, por lo que se puso en contra de todos los que enseñaban falsedad,
no estuvo en contra de enseñar, sino de la enseñanza, pues los que enseñan
tienen una gran responsabilidad delante de Dios. Estas palabras de Santiago, no
son solo para los maestros, sino para todo creyente.

Santiago compara la lengua a través de 3 ilustraciones:


Recuerde que la lengua es un miembro pequeño con gran influencia.
 La lengua es como el freno de un jinete para gobernar su caballo
 La lengua es como un pequeño timón que gobierna un gran barco.
 La lengua es como el pequeño fuego que puede destruir miles de hectáreas
de bosque.
Santiago hace énfasis a un miembro tan pequeño y difícil de controlar como lo es
la lengua, por tal razón, lo compara con el freno de un caballo para controlar al
mismo; o sea que el jinete tiene el poder sobre el caballo a través de un pequeño
freno; lo compara con un pequeño timón que podría medir apenas 12x12x1.5, y
manejar un barco que podría medir 100 metros de largo o más; y lo compara con
un pequeño fuego que puede salir de un cerillo (fosforo) y consumir miles de
árboles en un bosque; así mismo, nosotros podemos controlar todas nuestras
acciones presentes y futuras, si aprendemos a controlar o frenar nuestra lengua.
Por alguien que no pudo refrenar su lengua, se creó una guerra que mató a miles
de miles de personas.

Santiago continúa enseñando que ningún ser humano puede domar la lengua sin
la ayuda de Dios.
Santiago contrasta que el hombre ha domado las peores fieras en el aire, en la
tierra y en el mar, pero no ha podido domar la fiera de fieras, la cual es su propia
lengua. Un ejemplo de esto, es aquella persona que formó un hábito lingüístico
vulgar, esta persona un día fue contratada en una empresa de prestigio, pero no
duró mucho porque su lenguaje lo metía en problemas cada día, y los jefes vieron
que era una mala influencia para la cara de la empresa; para esta persona los
jefes eran malos por haberlo despedido, pues su lenguaje a él le parecía normal;
ahora bien, para que esta persona mejore su lenguaje y omita todas las
vulgaridades que salen de su boca, no necesita nuevos cursos universitarios,
tampoco seminarios culturales, lo que necesita es la ayuda del Espíritu Santo, el
cual le hará entender que de toda palabra ociosa que salga de su boca dará
cuentas, y que es necesario que la santidad no sea meramente reflexiva, sino
también expresiva física, verbal, emocional y espiritual.

Y por último en esta parte de la lengua, Santiago dice que, si el corazón está bien,
la forma de hablar será correcta.
Santiago hace énfasis en las 3 ilustraciones de la fuente, la higuera y la vid, cada
una de ellas solo produce su esencia; por ejemplo: la fuente de agua dulce
produce agua dulce, la vid produce fruto de uvas y la higuera higos, ninguno de
ellos puede producir algo diferente que no esté en su naturaleza; pero el hombre
no fue hecho con naturaleza vocal obscena o destructiva, sin embargo, la fuente,
la higuera y la vid, no fueron hechos a imagen de Dios, y cuando el hombre fue
hecho a imagen de Dios, obtuvo gratuitamente un enemigo llamado satanás, el
cual ha venido a tergiversar el lenguaje divino y provocar que el hombre peque
contra Dios; así que, el hombre necesita sanar, restaurar y cuidar su corazón,
para que así, solo puedan salir de su boca, palabras de bendición.

Con los demás temas restantes, Santiago hace énfasis en la manera correcta de
comportarse y alcanzar una correcta relación con Dios y con los hombres.
De entre ellas están el demostrar las buenas obras, el mostrar los frutos de la fe, y
el enfocar la sabiduría de lo alto y no la de abajo o de uno mismo.
También habla de las 8 características de la sabiduría del cielo, como ser:
1. Pura
2. Pacífica
3. Amable
4. Benigna
5. Misericordiosa
6. Fructífera
7. Imparcial
8. Sincera
Esta última, tiene que ver con el principio del tema, ya que lo contrario a
sinceridad, es hipocresía. Y el tener sabiduría del cielo, es contrastada con los
que murmuran, que es difamar, criticar, desprestigiar, manchar, empañar,
desacreditar, deshonrar, menospreciar, calumniar, denigrar, deteriorar, destruir,
avergonzar o juzgar.

Santiago también habla sobre los dos tipos de amistad, la amistad con el mundo y
la amistad con Dios, ambas no pueden navegar en el mismo barco, pero existen
personas que quieren tener una amistad con Dios, y seguir coqueteando con el
mundo; esto los vuelve adúlteros.

Luego continúa enseñando en cómo vivir una relación correcta con Dios.
Nos habla de ser humildes, de depender completamente de Dios, de planificar
nuestro futuro en Dios, y cierra ese párrafo con algo así: “AHORA USTED YA
SABE LA VERDAD, VAYA Y PRACTIQUELA”. También nos enseña a ser justos,
a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos; el ser rico o tener posesiones
no es malo, si estas tienen buena procedencia; pero en realidad lo malo es, no
haber aprendido a compartir con los más necesitados y darle a Dios lo que es de
Dios.

Y, por último, está la enseñanza de cómo y cuándo orar:


1. Haga de la oración un hábito, en los tiempos buenos y en los malos
2. Reclute a otros para que oren con usted
3. Recuerde que la oración poderosa depende de vivir correctamente
4. Alcance a otros mientras se acerca a Dios
Esta parte contiene cuatro claves, las cuales están basadas en las mismas
Escrituras, aunque no existen solamente estas cuatro, sino que el Espíritu, quien
intercede por nosotros con gemidos, él mismo nos enseña a orar de acuerdo a
nuestra capacidad y necesidad, como también dependerá de nuestro crecimiento
espiritual y relacional con Dios.

CONCLUSION: Las Sagradas Escrituras han enseñado desde su aparición, lo


mejor para el hombre en todos los aspectos; pero nunca es culpa del maestro, si
el alumno no aplica lo aprendido; por esa razón, Jesús dijo que las Escrituras
serian nuestro juez.
La carta de Santiago, contiene lo necesario para poner en acción nuestra fe,

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