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La cuarta carta escrita por Paulo Freire es la que llamo mi atención. Porque ella nos habla
de las cualidades indispensables para el mejor desempeño de los educadores progresistas.
En esta carta se exponen los valores y virtudes que deben tener los docentes a la hora de
educar y que debe verse reflejado desde el primer día de clases; los valores más destacados
son la humildad, el respeto y la tolerancia hacia los estudiantes. A nosotros como futuros
docentes nos enseña que nunca lo sabemos todo y que de igual forma, podemos aprender
junto a los estudiantes. También dice que debemos saber convivir con personas de
diferente mentalidad y opiniones y estar abierto a aprender siempre cosas nuevas; aceptar
y respetar a los estudiantes tal cual son.
La tolerancia no significa ser tolerante con algunos, si no saber convivir con los que son
diferentes, estar abierto a aprender cosas diferentes, aceptarlos y respetarlo tal como e igual
tener esa paciencia cuando somos inducidos al sistema educativo.
Pablo Freire es un pensador comprometido con la vida, no piensa en ideas abstractas, sino
que piensa partiendo de la existencia concreta. Su proyecto educativo, que parte de la
praxis, apunta a crear humanización, a liberar al hombre de todo aquello que no lo deja ser
verdaderamente persona.
Había conocido anteriormente de este autor por su gran aporte al escribir acerca de la
pedagogía del oprimido, como pedagogía humanista y liberadora.
Estoy de acuerdo con lo que plantea dicho autor; Paulo Freire hace referencia a la situación
de deshumanización que vive el hombre actual; él afirma que no es la verdadera vocación a
la que está llamado. Su vocación es la de la humanización y ésta debe ser conquistada a
través de una praxis que lo libere de su condición actual. "Ahí radica la gran tarea
humanista e histórica de los oprimidos: liberarse a sí mismos y liberar a los opresores. sólo
el poder que renace de la debilidad de los oprimidos será lo suficientemente fuerte para
liberar a ambos". Termino concluyendo con algo muy cierto que afirma Paulo Freire:” la
práctica educativa es todo esto: efectividad, alegría, capacidad científica y dominio técnico
al servicio del cambio”.