Está en la página 1de 11

EL BARRO: MATERIAL NOBLE Y ACCESIBLE

Entrevista a Jorge Belanko

Resumen: Bioconstructor, tallerista y difusor de técnicas de construcción con barro.


Vive en el Bolsón, Argentina, junto a su señora, "mis niños ya han volado, pero
también tienen sus casas de tierra". Lo ideal es siempre construir con lo que hay en
el entorno, pero cuanto mayor es la termicidad, mejor es el control de la temperatura
de adentro, sea frío o calor.

Conocer y contactar a Jorge: https://vimeo.com/41616082

Igma: - Estuve leyendo parte de tu historia y te hiciste constructor de chiquito.


Cuéntanos un poco de eso. ¿Cuáles son las alegrías y los sinsabores de este
antiguo y, muchas veces, vapuleado oficio de la construcción?

Jorge: - Hace ya más de treinta años que me fui al sur de Bariloche, a vivir, vivía en
Buenos Aires, para no trabajar nunca más en la construcción, estaba un poco
cansado de los sinsabores que experimentaba dentro de la construcción
convencional. Hice un poco de todo para tomar otro oficio, hasta que unos amigos
me invitaron para ir a Chile a un lugar de investigación en el desarrollo sustentable,
en las energías alternativas, que son cosas que me gustan mucho. Me dijeron que
me iba a gustar pero, en ese momento, sinceramente no tenía ni para llegar a
Bariloche.

Igma: - Fuiste al Instituto Canelo de Nos ¿no?

Jorge: - Si. Me dijeron que no me preocupará, que no íbamos a gastar en hotel, que
íbamos a ir con una cobija y que en Santiago no hacía tanto frío, que en la plaza o
en cualquier lugar podíamos pasar la noche. Pero no, estuvimos una semana ahí,
en el Canelo de Nos, en el Techne, en Cetal, en la casa ecológica, en la casa de la
paz y en lugares de investigación.
En el Canelo estuve con dos arquitectos que habían hecho una casita, muy chiquita,
llena de termómetros, hidrómetros. Estaban estudiando, en esa época era cuestión
de tierra y agua, algunas técnicas, me pasaron algunos materiales y ahí me di
cuenta de que eso era lo mío. Volví a Bolsón, mi pueblo, me puse inmediatamente a
investigar y durante ocho años fui “el loco del barro”. Tenía inquietudes hacía
tiempo, cuando estudiaba construcción, porque mi papá me contaba como hacían
en Europa, cómo construían y le pregunté a un arquitecto, un profesor de dibujo
técnico, por qué no veíamos nada de eso y me contestó que no perdiera el tiempo,
eso ya fue. Después hablé con un ingeniero, que me dijo algo parecido, y pensé
“bueno ellos son los que saben”.
Cuando volví de Chile, me puse a hacer pruebas. Hoy en día tengo un laboratorio
con todos los aparatos que puede tener un laboratorio y así fui descubriendo cosas
y cuando uno está en un tema, siempre aparece información.

Igma: - Volviste a la biocontrucción, que es bastante diferente a la construcción


natural. Hay una cuestión también qué marca tu camino, que además de
bioconstructor, eres educador, eres un formador; por lo menos, en los últimos años
te has dedicado a formar a otros, a formar a bioconstructores, a apoyar gente en sus
procesos colectivos de construir casa. ¿Cuál piensas que es el rol de un formador
en temas de la construcción con barro?

Jorge: - Estar abierto a aprender, porque te puedo garantizar que he aprendido más
de personas que no sabían absolutamente nada del tema. Cuando tenía diecisiete,
dieciocho años, que trabajaba con mi papá, los obreros que teníamos a cargo,
muchas veces me decían “el profe”; porque nunca daba una orden y me iba, sino
que decía a dónde teníamos que llegar. Entonces, de acuerdo a las capacidades de
cada uno, podía llegar a hacer lo que teníamos que hacer y si no estaba y había
alguna traba en el camino, sabían llegar a ese lugar, porque siempre comento, que
uno tiene que llegar a construir, hacer algo o llegar a un lugar, uno puede ir a pie, en
bicicleta, en avión, a caballo, como sea, pero llegar. Por eso me decían así, siempre
me gustó transmitir las experiencias.
Hoy en día, siento la responsabilidad de entregar a la gente más joven algo de mi
experiencia. Siempre decía que algún día iba a formar parte del “Consejo de
Ancianos”, porque creo que tenemos esa responsabilidad de entregar esa
experiencia que hemos tenido y la juventud tiene la fuerza para unir esa experiencia
y poder ir adelante.

Igma: - Y todo ese trabajo de educación, formativo, sin duda va en pos de que la
gente construya su propia casa, tenga mucha más autosuficiencia a nivel
energético, a nivel económico, a nivel político. Es interesante, porque ese mismo
concepto de autosuficiencia, para poder llevarlo adelante es importantísima y
necesaria la colaboración, la cooperación con otro. Usted ha participado, promovió
diversos proyectos colaborativos durante gran parte de tu vida ¿Cuál crees que es
el valor del trabajo colectivo como camino hacia la autosuficiencia en pos de no
depender de instituciones, ni de factores externos que puedan afectar la vida de una
familia?

Jorge: - La esencia del ser humano pienso que es la familia, la tribu, el grupo,
trabajar en equipo. Siempre es mucho más fácil, mucho más barato y más divertido.
Tiene más que ver con el ser humano. Pienso que la bioconstrucción es humanizar
la construcción, por un lado; pero también implica un montón de cosas, como la
alimentación, la medicina, todo tiene que ver con todo, principalmente, con la
naturaleza. Si nosotros nos fijáramos un poquito más en ella, abandonaríamos
muchas cosas que nos afecta más de lo que nos beneficia. Por ejemplo, la
construcción convencional, todos los materiales que se usan tienen una elaboración,
hay que elevarlos de temperatura y toda esa temperatura va al medioambiente, la
polución que produce los combustibles y siempre, directa o indirectamente, nos
están afectando. Pareciera como la panacea, en su momento, pero cada vez más
personas se van dando cuenta de que tenemos al alcance de nuestras manos todos
los materiales para construir y que nos benefician, en forma directa, indirecta y
también al medioambiente.

Igma: - Concuerdo contigo que cada vez, esa idea del siglo veinte, de los materiales
convencionales, se está desvaneciendo y resurge con mucha fuerza los materiales
naturale, sobre todo la construcción con barro.
Hay también ciertas contradicciones en el barro, un poco social, la podemos ver
quizás, mucho más en Latinoamérica y es que la gente de escasos recursos tiene
cierto rechazo al barro, tiende a pensar que es la solución del pobre, la solución
poco digna, resolución poco saludable y empieza a aparecer, por el otro lado, gente
que tiene más recurso económico, más formación, incluso profesionales,
arquitectos, que se empieza a interesar, justamente en el barro por todos los
beneficios que tiene y empiezan a haber proyectos innovadores. ¿Qué crees tú?
¿Por qué se da esta contradicción entorno a este material, al barro?

Jorge: - Eso tiene mucho que ver con la publicidad, con el marketing (que considero
que forman profesionales para la mentira) y entonces, nadie invierte en publicidad
para algo que no le va a rendir dinero. Hoy en día, el valor central es el dinero,
mientras que, para nosotros, es el ser humano, hay una buena diferencia entre uno
y otro. Está ese paradigma de que “nosotros que somos pobres nos van a traer esto
y porque no me traen cemento que así hacen con los ricos” sin pensar, en realidad,
que lo que sucede dentro de una casa hecha de barro y una con materiales
convencionales, donde si o si hace falta más calefacción, hace falta más aire
acondicionado y una serie de cosas para poder vivir ahí adentro. Es un constante
desgaste de energía.
Hablando con Gernot Minke, me contaba que también estaba con el tema de la
vivienda social y en la medida que gente con buen poder adquisitivo comenzó a
construir con tierra, empezó a ser aceptada por la gente de menos recursos. Hay un
proceso que se da y he visto que ha pasado en otras personas; pero que a mí me
pasó personalmente y es que primero me ignoraban, después me peleaban, luego
me aceptaron y por último me están rogando. Sucede en muchos casos.
Comentó a veces como ejemplo, aquel que en un loteo nuevo puso una silla, con
una botella de gaseosa y un vaso, a los cinco años tiene un supermercado, porque
fue el primero. Nosotros estamos pasando por ese proceso. Sé que en los próximos
años se va a aceptar e incluso a pedir y va a haber pocas personas de oficio, está
pasando en Mar del Plata, por ejemplo, que hay poco personal de construcción
natural para la demanda que hay. Acá en Argentina, tenemos más de sesenta
municipios donde está reglamentado y faltan personas capacitadas.
Igma: - El proceso es como tú dices, es cultural, es lento, pero está pasando. La
percepción que tienes la he visto en otros países. Vivo en Canadá y también ya hay
parte de la formación. Ya no es el material del pasado, sino que ahí se empiezan a
estudiar todas las ventajas y, en ese sentido, te quería preguntar; porque también
ha habido una contribución, por ejemplo, de investigadores, arquitectos, de
bioconstructores cada vez más especializado, más formado, incluso de
autoconstructores más conscientes que quieren ir por materiales más naturales y el
barro, en trabajar juntos. ¿Cuál crees tú que es el rol de que estos personajes ya se
junten en pos de poner sobre la mesa pública el tema de la contrucción natural, del
barro, de los beneficios ambientales, económicos, energético?

Jorge: - Creo que ha llegado el momento de juntarse porque, en realidad, es


nuestra responsabilidad. Sabemos cómo funciona esto y entonces está bueno que
se difunda, que mucha gente tenga la oportunidad de tener su casa propia, con todo
lo que implica. Lo que noto es que, la construcción natural o bioconstrucción, tiene
que ver con la alimentación, la espiritualidad, un montón de cosas que hacen al ser
humano. Tener el refugio, la casa, el espacio, el lugar donde tener su familia es
fundamental y más si lo hace con materiales naturales que son mas sanos, que
cuidan el medioambiente. Me parece que es el momento de juntarse para sumar
para que esto se difunda.

Igma: - Es muy esperanzador y lo corroboras al decir lo que está pasando en Mar


del Plata y, a lo mejor, en muchas partes de Argentina. Se necesita más gente
preparada de lo que se está pidiendo. Eso no es más que una señal de que hay que
formarse más, se necesitan más bioconstructores, más arquitectos en el tema,
porque la gente ya lo está lo está demandando.
El barro, material noble y accesible. Dentro de las dos cualidades, que seguro hay
otras muchas más. Dinos ¿Qué hay de noble y qué hay de accesible en el barro?

Jorge: - Es un material que abunda, que equilibra la humedad del ambiente donde,
en un ambiente construido con tierra cruda, hay menos estática, el polvo que flota
se asienta antes, es muy sencillo, podemos hacer desde el ranchito más humilde
hasta el palacio más lujoso. Lógicamente, que tiene límites, como cualquier otro
material, no es un material seguro para la lluvia, pero hay otras posibilidades porque
no es solamente tierra y agua, sino que también tiene sus cuidados, se puede
mejorar con fermentación, con jugo de plantas, con harinas de cereal, aceites; en
fin, hay una cantidad enorme de posibilidades para que el mantenimiento sea
mínimo.
Una de las cosas que veo muy importante, en esto de andar dando talleres y
viajando y viendo otras culturas, es que la familia participe en la construcción de su
propio hogar porque, además, se capacita para su mantenimiento y no requiere
demasiada tecnología. Se puede hacer con muchas maquinas, justamente, estoy
dando un taller en Mar del Plata para un tipo de construcción que llamamos “de
bastidores ensamblados”; donde se usa mucha maquinaria eléctrica, es una técnica
que hace varios años estoy tratando de desarrollar y mejorando, para que sea una
casa confortable, rápida de hacer, muy económica y que a mí me gustaría vivir ahí
adentro; porque, muchas veces hay construcciones, de las que llamamos “viviendas
de interés social”, donde el profesional que hizo los planos no viviría ahí nunca.
Hemos logrado bastante después de tantos años y hoy estamos haciendo esta casa
que es para veraneo, para una familia que vive en Canadá. Como te decía, también
se puede hacer algo solamente con las manos

Igma: - La versatilidad. Es otra de las cualidades que me gusta mucho, la


versatilidad que tiene el barro. Hay muchas maneras de construir con barro, hay
muchas técnicas en este congreso, hemos incluso profundizado en diferentes
técnicas. ¿Cuál es la técnica que más has trabajado, la que más difundes o la que
más promueves en tus talleres y por qué? Porque nos dijiste que estás ahora
investigando una manera particular de construir.

Jorge: - Son bastidores, hacemos un cimiento donde amuramos unas varillas


enroscadas, hacemos unos bastidores que después se rellenan, se envarillan con
listones (que es una especie de quincha o bahareque) a cuarenta y cinco grados,
para que tenga características sismorresistentes. Luego, hacemos todas las
instalaciones, por dentro de las paredes, después se rellena con barro y paja, en
diferentes densidades, de acuerdo al clima del lugar. Pueden ser más o menos
térmicas, de acuerdo a la cantidad de barro que contenga esa fibra, que es paja de
cereal o pasto o algo que tiene bastante aire. Después, se revoca con material
grueso, fino y pintura y le hacemos siempre techos vivos, o sea, de tierra. Se está
implementando ésta técnica en muchos lugares, justamente ahora voy a
encontrarme con Armando Gross, que es un arquitecto que hace años que también
está investigando sobre ese tema, donde hace una aislación térmica de afuera con
paja brava, que es un pasto largo que es cortante y se hace unos pallets, con lo que
antes se hacían techos, con eso se hace un revestimiento exterior para la termicidad
y después, internamente, unos diez centímetros de paredes de barro con mucha
arena, para tener inercia térmica y vamos a ver cómo hacemos con las dos técnicas,
la que tiene él y la que estoy investigando hace tiempo, para lograr algo más
estandarizado, para hacer viviendas de interés social, en estos programas que
hacen barrios completos, algunos intendentes de algunos municipios están
interesados en ésta investigación, así que me voy a trasladar para estudiar esto.

Igma: - Sigues en ese camino, investigando, probando.

Jorge: - Me preguntaste cuál era mi técnica preferida, siempre ha sido el adobe


porque tiene mucha relación con la albañilería convencional, es bastante parecido;
además, podés hacer cualquier forma, tanto cúpulas, bóvedas, paredes en círculo,
rectas, huecas, de diferentes técnicas con adobes.
Igma: - Me parece que es importante la investigación, probar, investigar, juntarse
con otro que está probando otras técnicas. Es un camino inevitable.
Nombraste los techos verdes, hay un tema relacionado a la construcción natural,
que siempre va de la mano a la ventaja de estos materiales que tiene que ver con la
eficiencia energética y con las tecnologías apropiadas. ¿Qué te parece esta idea de
que vaya de la mano la construcción natural junto con tecnología apropiada, esta
tecnología fácil de usar, captación de agua de lluvia, paneles solares, muros trombe,
baños ecológicos, humedad al construir, tratamiento de aguas grises? Parece que
estamos hablando de una cosa más potente, estamos hablando como de un
sistema vivo, eficiente, autónomo.

Jorge: - Claro, todo eso de la mano. En esta obra, además, hacemos un horno de
tambor en barro. Dentro del taller no lo podemos hacer, pero vamos a hacer otro
taller en el mismo lugar, de terminaciones, dónde va una estufa rocket, el
tratamiento del agua de los residuos cloacales, hacemos la parte del inodoro con
una cámara digestora, las aguas grises van a una cámara desengrasadora, después
esas aguas se unen en una especie de zanja de un metro de ancho por un metro de
profundidad por cinco de largo, donde en el ripio de piedra partida también, donde
arriba se siembran plantas que les gusta el agua y, por el otro lado, sale un agua
limpia, transparente, sin olor y sirve para riego, sin afectar las napas freáticas.

Igma: - Todo está relacionado al final. Es como otra concepción porque, al final, en
el siglo pasado nos quería convencer de esa idea del material, por un lado, lo
natural; pero, después esta idea de las soluciones centralizadas, los
megaproyectos, las mega plantas, pero nos estamos dando cuenta de que es
mucho más factible y, ambientalmente mucho más beneficioso, construir soluciones
a escala doméstica o escala de un pequeño barrio, es posible hacerlo.

Jorge: - Sí, por supuesto, también va implicado el lugar para el invernadero, la


huerta, juegos para niños, todo tiene que ver con todo.

Igma: - Tenes un camino de formación pero, a la vez, en un camino de aprendizaje,


porque aprendes también de las personas. Las personas que nos están viendo, son
personas que quieren hacer su casa, que están en este camino, que siente la
atracción por el material natural, por esta tecnología. ¿Qué tan importante es para
esa persona tener experiencias formativas ya sean teóricas, prácticas puntuales,
más generales? ¿Qué son las experiencias formativas? ¿Por qué una persona
debería tener esa experiencia antes de empezar con el proyecto su casa o durante?

Jorge: - Si, es algo que tal vez habría que explicarlo con un poema, porque es una
experiencia que, por ejemplo, en los talleres comento que difícilmente les pueda
enseñar algo, sólo les voy a hacer recordar, es algo que está en los genes, el armar
el hogar, el armar el lugar donde van a vivir y estar. Incluso, la casa adentro no hay
aristas que lastiman la vista, a uno le tiene que dar ganas de acariciar la casa.
Justamente, las personas que no conocen, que no tienen mucha idea de que es una
casa de tierra, por ahí, en estas últimas generaciones se ha perdido. Cuando entran
a un lugar, un buen proyecto, a una cosa terminada y no tiene aristas, se sienten
bien y no saben porque, nunca una persona te va a decir que de ahí se quiere ir
porque no se siento cómodo. Incluso en zonas húmedas, dentro de una casa de
tierra hay mucho menos humedad, hay menos problemas cloacales. Hay una serie
de cosas, que uno como observando un cuadro, siente cosas, no sabe qué es, pero
lo siente. En las casas de tierra suceden esas. Digamos que no estoy vendiendo
nada, simplemente estoy comentando mi propia experiencia y la experiencia de
gente que de repente me encuentra en la calle y me agradece. Es renovar la
esperanza a las personas de que puede hacer sus casas, aun con muy pocos
recursos económicos.

Igma: - Una casa de calidad y con mucha dignidad. El barro nos posibilita eso, que
otros materiales, sobre todo los convencionales, no nos pueden proporcionar.
Quiero insistir en los talleres de formación, porque creo que ahí hay un camino que
has abierto y que es donde estás ayudando a formar a los jóvenes. ¿Cómo son los
talleres? ¿Cuál es el método que has desarrollado? Seguro habrá talleres más
largos, otros más cortos, pero ¿qué hay detrás de tu taller?

Jorge: - Hoy en día no doy talleres de menos de seis días, de los cuales tres son
muy intensos, donde hay un setenta por ciento de práctica y un treinta por ciento de
teoría. Y entre uno y otro son ocho horas de trabajo en cada jornada. Prefiero que
las personas se alimenten y pernocten en el lugar y tienen tres días, uno de
descanso y dos días más, es lo ideal. Talleres cortos, de dos días, no me
conforman, porque quiero que, al tercer día, la gente se anime a hacer su propia
casa y después, ese día de descanso digieren un poco todo lo que es la práctica y
la teoría y en la segunda etapa surgen otras preguntas, otras cosas y siempre en los
lugares donde voy se forman grupos de trabajo, unos duran más, otros menos y
otros, como en este caso, que se formó una cooperativa y hoy tienen mucho trabajo.
Los veo relativamente seguido y son cada vez mejores personas, eso para mí es lo
principal. El taller, la bioconstrucción, es casi un pretexto para que vayamos
sumando a esa masa crítica que muchos añoramos.

Igma: - Me gusta mucho esta idea, de que es mucho más que la cosa técnica. No
sólo es la casa, es la experiencia que está detrás, el trabajo colectivo, lo que todo lo
que pueda pasar. De tus talleres han surgido cooperativas, la gente sigue
trabajando en equipo, dura más o dura menos. ¿Cuál es tu consejo para la persona
que va a estos talleres a formarse en cualquier lugar, que tiene esta primera
experiencia? ¿Cuál debería ser el próximo paso a seguir? ¿Te parece que
conformar un grupo de trabajo es clave, sobre todo, viendo que a lo mejor no hay
mucha disposición de bioconstructores o personas que sepan construir con
determinadas técnicas? ¿Cómo debería seguir una persona el camino hacia su
casa?
Jorge: - Sí en realidad quiere crecer como persona, constructor o habitante de este
planeta, es organizarse con otras personas, porque el crecimiento personal tiene
mucho que ver con la relación humana que es, justamente, lo que ignoramos un
montón. El hombre ha llegado a la luna, nosotros podemos conversar a través de
este aparato y todo lo demás, pero de las relaciones humanas conocemos muy
poco. Si supiéramos más de relaciones humanas, no habría peleas ni guerras, sería
lo ideal.

Igma: - Sin duda. Lo que más me gusta de eso, es que es una idea casi intrínsica
de la bioconstrucción. Hacer una casa solo es casi imposible y muy poco divertido,
que hacerlo en grupo ¿no?

Jorge: - Sí, acá nosotros practicamos mucho lo que llamamos “mingas” y les digo a
las personas que van a aprender igual o más que en un taller que dicte, es juntarse
para ayudar a alguien a hacer su casa, hacer su huerta y hacer, bueno, la vida
cotidiana, ayudar a otro y que no lo haga por ese otro, sino que lo hagan por sí
mismos. Si ayudo a alguien, lo hago por mí, porque me siento bien, porque me
carga una batería que cuando necesito, internamente pido y aparece. Es un
mecanismo que muchas religiones utilizan, pero que en realidad está dentro de uno.
No es cuestión de ayudar porque nos dé lástima, ayudar por uno mismo

Igma: - Hay algo de crecimiento personal también en ese proceso ¿No?

Jorge: - Algo que no comprendo es como hay personas, tan profesionales, que
siguen con esa enseñanza de la universidad, me parece que tiene que ver con eso.
Hacen un trabajo y lo patentan, lo mezquinan. Mis trabajos son para todos. Alguien
dice que ese power le costó mucho trabajo y no es así, hay que entregar, porque si
otro se siente bien, me siento bien yo. O sobre ese dicho qué hablan que si una
mariposa agita las alas bastante lejos, se siente dónde estoy. Es eso, si otro se
siente bien en Sudáfrica, me voy a sentir bien acá en Argentina. Cuesta
comprenderlo, hay muchas lucecitas de colores en este camino, por eso siempre
comento, por ejemplo, a estos chicos de la cooperativa que aquí me tienen, de
alguna manera, como el patriarca, que cada vez que hacen una reunión tienen que
acordarse porqué les conviene estar juntos.
Muchos jóvenes tratan de armar comunidad, muchas veces, la mayoría se frustra al
poco tiempo, porque el entusiasmo, la vorágine y esas cosas de la vida los distraen
y se acuerdan pocas veces porqué les conviene estar juntos o cuál fue el motivo
que los reunió.

Igma: - El propósito que nos junta. La casa parece la excusa, porque hay cosas
mayores, pero el trabajo colectivo sigue teniendo relevancia, creo que está detrás
de lo que estamos hablando, de la bioconstrucción, del trabajo con barro, de la
autosuficiencia. A propósito de esta idea de compartir lo sabido, de tirar al mundo,
de que todos se enteren de lo que hacemos, en el 2006 sale al mundo literalmente
el documental “El barro, las manos, la casa”, fue el fruto principal que te lanzó a la
fama, te hiciste muy conocido. Ahí hay dos horas donde tú compartes toda la
experiencia. Es un documental dirigido por Gustavo Marangoni, visto por miles de
personas en internet, seguro lo sabes ¿Qué tan importante fue ese documental para
ti y que te parece esta idea de llegar a miles de personas través de un vídeo, de un
documental? El poder que puede tener incluso esta herramienta nueva como es la
internet. ¿Qué te pasó con ese documental que fue tan importante para mucha
gente?

Jorge: - Sinceramente, casi no podía creerlo, ni yo, ni Marangoni. Fue una cosa
muy espontánea ese documental, era un simple cámara que hacia documentales
para un tercero y vendía libros usados en la biblioteca de mi pueblo y una vez pasó
una paisana y le dice “¿No tiene un libro que sirva para algo?”. Él se sorprendió y le
contestó que todos los libros servían. Y ella le contesta que quería un libro que le
enseñe a tejer o a hacer cerámica o algo que le sirviera.
Y ese día se quedó pensando y pensó que podía hacer algún documental que sirva
para algo, también. Al otro día, él era mi alumno en una escuela rural, en la que
daba clases durante el año lectivo, me contó la anécdota y me preguntó que me
parecía la idea de filmarme y hacer un documental. Le dije que me siguiera con la
cámara, pero que no me venga con el cuento de “vamos de nuevo”. El caso es que
un día, después de dos años sin opción, me dice “quiero hacer un cortometraje,
pero no lo puedo bajar de tres horas”, porque había filmado más de sesenta horas y
para él era una parte era más interesante que la otra. En definitiva, estuve medio
día, me cansé de ver todos esos monitores y aparatos, le dije que hiciera lo que
quisiera, lo recortó donde le pareció, unos chicos del barrio hicieron la música.
Fueron a “La voz de la tarde” y a las cinco de la tarde ya estaba hecho y así surgió.
La sorpresa que fuera premiada por “Documental científico”, en Cuba también
recibió otro premio, en Barcelona fue nominada. Él me decía, “pero no es mía la
película”, cuando me dije que quería hacerlo profesional, fui y le firme todo lo que
necesitaba, a mí me interesaba que se difundieran los temas y nada más. Lo que
pasó es que alguien quiso doblarla al francés, para distribuirla en África, pero no sé
por qué motivo, Marangoni se negó y después con el dinero de los premios, se hizo
subtitular. Lo que yo le pedí fue que la hiciera doblar en off, porque hay gente que
es más lenta para leer o que no sabe leer y que tenga acceso. De todas maneras,
en cada taller, siempre filman algo y lo suben a internet.

Igma: - Es bonita la anécdota, de hacer algo que sirva para algo tan bueno. Si hay
algo que tiene ese documental es que inspira mucho, si alguien ve ese documental
es imposible que no quede con ganas de seguir, ir a un taller o que, si ya está con la
idea de construir, no lo impulse a avanzar. Hay algo también en tu forma de ser,
supongo, que es lo que pasa también en los talleres. En ese sentido, sirve el
documental y por eso también el éxito que ha tenido. Mueve.
Jorge: - He militado por más de veinticinco años, me considero un humanista y he
militado en el movimiento, a veces, la gente se confunde con el partido político;
pero, simplemente, lo usábamos como herramienta para poder tener pases en
avión, para podernos juntar, hacer talleres de autoconocimiento. Eso me ha
ayudado a descubrir un montón de cosas y sé que todo está relacionado con la
espiritualidad, no hablo de religiosidad, sino de espiritualidad, quiero que se
entienda eso. Es lo que me ha ayudado a disfrutar cuando entrego, sin importar a
quién, de algún lado sale la energía cuando la necesito, así que no tengo de qué
preocuparme.

Igma: - En este panorama que hemos conversado, en el repaso de lo que hiciste,


por lo que estás haciendo, por el impacto que tuvo este documental, que no es más
que el reflejo del interés de mucha gente en este tipo de casas saludables. ¿Cómo
ves el futuro de la construcción natural? Probablemente no estés más adelante,
pero ¿cómo la imaginas? ¿Qué va a pasar con esto que para ti arrancó como un
sueño?

Jorge: - Lo veo y me doy cuenta de lo que va pasando, no es adivinanza, sino que


es matemática. Cada vez se va a ir aceptando más.
Está el mito de que a los locales que venden materiales convencionales no les
conviene; sin embargo, en mi pueblo fue el dueño del corralón de materiales (el más
antiguo del lugar), el que en ese momento era concejal y era quien bregaba de
todas maneras para que eso se hiciera, se reunía con nosotros en el colegio de
arquitectos para que formar el proyecto de ordenanza y le pregunté por qué hacía
eso. Los otros comercios me miraban feo y él trató de hablar con ellos para que esto
fuera era posible y le pregunté por qué. Me dijo: “Imagínate la familia que está
hacinada, que vive entre cuatro palitos y un plástico, renueva la esperanza de
construir su casa con los materiales que tiene alrededor. Si lo miramos desde el
punto de vista comercial, nosotros vamos a vender más madera, más clavos, más
instalaciones sanitarias, todo lo que nos rinde; a lo mejor, no vendemos cemento,
hierros, que nos deja centavos. Y si lo vemos de la parte social, esas personas en
vez de reunirse el fin de semana, para tomar vino y comerse un asado, van a
ponerse a hacer unos adobes, van a levantar una pared con la tierra que tiene al
lado y entonces, en vez de tirar el dinero en alcohol u otras cosas, se van a comprar
una puerta y van a colocarla. Esa gente ya no estará hacinada, no va a estar
enojada y le voy a tener que dar una vuelta de llave menos a la puerta”. Me parece
que tiene razón. El decía: “Por todos lados tenemos ventajas” y así fue como se
convirtió en el segundo municipio en el que se reglamentó la construcción natural.

Igma: - Según tu percepción, ¿a dónde vamos?

Jorge: - Sí y vamos a que se vuelva, nuevamente, a los materiales naturales,


porque no tenemos otra alternativa. Es algo exponencial, lo noto; por lo menos en
Argentina, Brasil, Chile, México, Venezuela, Colombia, Uruguay, en América, que es
lo que conozco, es exponencial. En cada lugar que voy a dar una conferencia, en
las Universidades, acá en Argentina, en la mayoría, se está dando construcción
natural.
Justamente, con quién me voy a reunir en Córdoba, está dando en la Facultad de
Arquitectura un taller. Una vez, me desperté y apareció una frase que, al principio,
me dio desconfianza porque cada vez que escucho la palabra “Dios” me interesa
investigar de dónde viene. La anoté rápido en un pedazo de cartón que tenía en la
mesa de luz y dice así: “La naturaleza es Dios, la verdad es Dios, cuánto más cerca
de la naturaleza, más cerca de la verdad”. Lo medité mucho antes de comentarle a
mi señora y a mis allegados esa frase; tal vez la leí en otro lado, no sé por qué me
apareció, pero me parece que por ahí va la cosa. Hay que atender a la naturaleza,
que ahí está la verdad.

Igma: - Nos quedamos con eso. Quiero darte muchas gracias, creo que eres parte
del cambio. Nos vamos a acordar siempre de eso. Estoy muy contento por haber
tenido la posibilidad de conocerte en estos minutos, creo que la gente que está
participando en este congreso se va a quedar muy contenta, también de saber de ti,
“el loco del barro”, el tipo de ese documental famoso. Quiero desearte todo el éxito,
mucha paz, creo que ya la tienes, qué estás en un camino bastante sabio
compartiendo lo que sabes.

También podría gustarte